Anuario de Derecho Constitucional...

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  • Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano2016

  • Programa Estado de Derecho para Latinoamrica

    Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano2016

  • AnuArio de derecho constitucionAl lAtinoAmericAno

    Publicacin anual del Programa Estado de Derecho para Latinoamrica de la Fundacin Konrad Adenauer.

    Se especializa en derecho constitucional y publica tam-bin artculos relativos a otras ramas del derecho, tales como el derecho procesal constitucional, el derecho administrativo, derechos y garantas individuales, el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho de la integracin.

    Estos temas constituyen, adems, los ejes del Programa Estado de Derecho para Latinoamrica de la entidad editora, la Fundacin Konrad Adenauer.

    El AnuArio de derecho constitucionAl lAtinoAmericAno tiene como objetivo difundir trabajos de investigacin de autores latinoamericanos y pretende lograr una distribucin equitativa de temas y de nacionalidades de los autores.

    Los artculos que se publican deben ser inditos y de contenido cientfico. Se destina asimismo un espacio para el anlisis de jurisprudencia relevante en materia constitucional.

    Esta publicacin se distribuye gratuitamente, en el marco de la cooperacin internacional de la Fundacin Konrad Adenauer.

    Los textos que se publican son de la exclusiva respon-sabilidad de sus autores y no expresan necesariamente el pensamiento de los editores. Se autoriza la repro-duccin total o parcial del contenido con inclusin de la fuente.

    2016 KONRAD - ADENAUER - STIFTUNG e. V.

    KONRAD-ADENAUER-STIFTUNG e. V.Klingelhferstr. 23D-10785 BerlnRepblica Federal de AlemaniaTel.: (+49-30) 269 96 453Fax: (+49-30) 269 96 555

    FUNDACIN KONRAD ADENAUERPrograma de Estado de Derecho para LatinoamricaCalle 90 No. 19 C - 74, piso 2BogotRepblica de ColombiaTel.: (+57 1) 743 09 47Fax: (+57 1) 743 09 47-7www.kas.de/[email protected]: @KASiusLAFacebook: www.facebook.com/kasiusla

    Editores responsablesMarie-Christine FuchsChristian Steiner

    Coordinacin editorialNadya Hernndez

    Coordinacin acadmicaDiana Dajer (espaol)Ginna Rivera (portugus)

    Correccin de estiloEmma Ariza (espaol)Paulo Baptista (portugus)

    TraduccinPaulo Baptista (portugus)Dieter Schonebohm (alemn)Ilka Mauelshagen (alemn)Daniel Kaplan (ingls)

    DiagramacinMarta Rojas

    ImpresinUnin Grfica

    ISSN 2346-0849

    Impreso en Colombia Printed in Colombia

    Correspondencia, contribuciones, solicitudes de canje o donacin e-mail: [email protected]

    El AnuArio de derecho constitucionAl lAtinoAmericAno est registrado en el Directorio Latindex.

  • Contenido

    Presentacin ............................................................................................................9

    I. Perspectivas de las relaciones entre justicia y poltica en Amrica Latina

    1.1. Separacin de poderes: tensiones y lmites Marcelo Andrade Cattoni de Oliveira (Brasil)

    Alexandre Gustavo Melo Franco de Moraes Bahia (Brasil) Diogo Bacha e Silva (Brasil)Os contornos do Impeachment no Estado Democrtico de Direito: historicidade e natureza da responsabilizao jurdico-poltica no presidencialismo brasileiro ..................................................17

    Gonzalo Gabriel Carranza (Argentina)Constitucionalidad y oportunidad poltica en el nombramiento de los miembros de la Corte Suprema en Argentina. Especial alusin a la designacin en comisin ....................................................33

    Francisco Gnecco Estrada (Colombia) Santiago Garca Jaramillo (Colombia)Por una colaboracin armnica entre el juez constitucional y el poder poltico. Anlisis desde la historia constitucional colombiana.........................................53

    Jos Ignacio Hernndez G. (Venezuela)Justicia constitucional y poder poltico en Venezuela .........................................75

    Roric Len Pilco (Per)El precedente del Tribunal Constitucional y su eficacia frente al poder poltico: una mirada al caso peruano .......................................97

    1.2. Independencia judicial y control poltico Allan R. Brewer-Caras (Venezuela)

    El juez constitucional en Venezuela contra la representacin popular: la eliminacin de la potestad de autotutela de la Asamblea Nacional sobre sus propios actos .............................................123

  • Francisco J. Campos Zamora (Costa Rica)Tensiones en la administracin de justicia: entre la dependencia poltica y el Estado judicial .............................................155

    Luis Ignacio Cavanna (Uruguay)Independencia de los jueces en Uruguay, modelo en el contexto latinoamericano? ..........................................................171

    Eduardo Toms Martn Richter (Argentina)La justicia y el poder. Una relacin necesaria para el desarrollo de los procesos democrticos en Amrica Latina ..............................................189

    Mait Dam Teixeira Lemos (Brasil) Mnia Clarissa Hennig Leal (Brasil)Os fenmenos da judicializao da poltica e da politizao do judicirio: uma abordagem a partir da relao entre direito e poltica .........................................................211

    1.3. Derecho constitucional, administracin de justicia y poder ciudadano: alcances y dilogo abierto Helena Colodetti Gonalves Silveira (Brasil)

    Igor Suzano Machado (Brasil) Leonardo Almeida Crespo (Brasil)Direito e poltica na jurisdio constitucional brasileira: entre a potencialidade da defesa de direitos dos cidados e os limites da efetivao de pautas corporativas .............................................231

    Pal Crdova Vinueza (Ecuador)Constitucionalismo dialgico y ltima palabra. Una agenda de polticas deliberativas para las cortes constitucionales ..........................................................................253

    William Ernesto Santamara Alvarenga (El Salvador)Sentencias de la Sala de lo Constitucional: ciudadanizacin de la democracia? .................................................................271

    Diana Marcela Daza Gacha (Colombia) Laura Cristina Montenegro Sarmiento (Colombia)Tensiones en la democracia. El modelo colombiano ledo desde los paradigmas democrticos ...................................................................297

    Roberta Maia Gresta (Brasil) Polianna Pereira dos Santos (Brasil)Direitos polticos como direitos da sociedade: crtica ao aprisionamento semntico dos direitos polticos .............................317

    6 CONTENIDO

  • anuario de derecho constitucional latinoamericano 7

    II. Sistema interamericano de derechos humanos, derecho constitucional y derechos fundamentales

    2.1. El control de convencionalidad: debates entre el derecho nacional y el internacional

    Eduardo Ferrer Mac-Gregor (Mxico)El control de convencionalidad como un vehculo para el dilogo judicial entre la Corte Interamericana de Derechos Humanos y los tribunales de Amrica .........................................337

    Carlos Alberto Gabriel Maino (Argentina)Los derechos humanos: baluarte y socavo de las instituciones. Hacia un adecuado equilibrio entre el control judicial de convencionalidad y la representacin poltica de los procesos democrticos ...............................................................................357

    Roberto Hung Cavalieri (Venezuela)Los derechos humanos en Venezuela luego de la denuncia de la Convencin. (El desconocimiento del sistema interamericano con expresa complicidad de la justicia constitucional) ...............................................................................381

    Alberto Prez Dayn (Mxico)Evolucin y perspectivas en la interpretacin del debido proceso legal ....................................................401

    Ricardo C. Prez Manrique (Uruguay)Control de convencionalidad. Anlisis de jurisprudencia ...............................409

    Fernando Alberto Rey Cruz (Colombia)El derecho internacional de los derechos humanos en el sistema jurdico colombiano. Logros y dilemas en su aplicacin ......................................................................421

    2.2. Proteccin y garanta de los derechos fundamentales: transformaciones y retos

    Mara Victoria Calle Correa (Colombia)La Constitucin en marcha. El cumplimiento de sentencias estructurales en la Corte Constitucional colombiana ......................................449

    Mnica Castillejos Aragn (Mxico)Escrutinio judicial y la interpretacin de la garanta de igualdad y no discriminacin en Mxico .....................................................461

  • 8 CONTENIDO

    Emerson Affonso da Costa (Brasil)Jurisdio constitucional, direitos fundamentais e princpio democrtico: parmetros para a atuao do poder judicirio na promoo dos valores constitucionais em respeito ao princpio majoritrio .................................................................479

    Mara Gmez (Mxico)La contribucin de la Corte Internacional de Justicia al desarrollo de los derechos humanos en el mundo.........................................499

    Carlos Ramn Salcedo Camacho (Repblica Dominicana)Posmodernismo, derechos fundamentales implcitos y la solucin constitucional dominicana ...........................................................521

    2.3. Derechos econmicos, sociales y culturales y sostenibilidad fiscal

    Daniel Ricardo Quiroga Villamarn (Colombia)Recontextualizando la globalizacin. El espacio intermedio de la sostenibilidad fiscal en Colombia..............................................................547

    Vctor Bazn (Argentina)Los derechos sociales en pocas de emergencias y crisis econmicas ..............................................................................................571

    III. Lecturas de la funcin judicial en Amrica Latina

    Eliana de Rosa (Argentina)Crisis de la funcin judicial y alternativas de superacin: dos visiones contrapuestas ..................................................................................603

    Enrique Navarro Beltrn (Chile)45 aos del Tribunal Constitucional de Chile (1971-2016) .........................................................................................................621

    Farit Limbert Rojas Tudela (Bolivia)Por una genealoga del saber jurdico ................................................................645

    Pol Willan Roman Andrade (Bolivia)Pluralismo jurdico y deslinde jurisdiccional ....................................................661

    Instrucciones para la presentacin de artculos ................................................677

  • Presentacin

    El Programa Estado de Derecho para Latinoamrica de la Fundacin Konrad Adenauer se complace en presentar esta nueva edicin del Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano. La publicacin del ao 2016 recoge artculos que contribuyen al debate sobre diversas problemticas de la regin, exponiendo la doctrina y la jurisprudencia ms reciente sobre cuatro temticas de importancia para el desarrollo del derecho constitucional: las relaciones entre justicia y polti-ca, el sistema interamericano de derechos humanos, la garanta de los derechos y la funcin judicial.

    As, en primer lugar, esta edicin incluye una seccin especial sobre una reflexin propuesta en el Anuario del ao 2015 y sobre la cual el Programa propici dilogos abiertos entre distintos analistas latinoamericanos, a los que se sum una convoca-toria especial para abordar la relacin entre justicia y poltica. Esta temtica parti del reconocimiento de las problemticas actuales que enfrenta el modelo de Estado democrtico de derecho en Amrica Latina y del impacto que pueden traer para su legitimidad y funcionalidad. Los amplios trminos del debate permitieron incluir asuntos constitucionales que bordean desde el principio de la separacin de poderes, pasando por la independencia judicial, la transparencia y el control poltico, hasta la materialidad de cuestiones como la administracin de justicia, su financiamiento y su autonoma presupuestaria, la garanta de los derechos fundamentales y la eficacia del Estado de derecho.

    De las reflexiones fomentadas por el Programa y de los artculos incluidos en esta seccin especial se destacan aspectos fundamentales que se espera contribuyan a la continuidad que tendr y deber tener el debate, no solo entre acadmicos sino tambin en las instancias de formacin y accin jurdica.

    Por ejemplo, la cuestin sobre la legitimidad de los tribunales, cortes y salas constitucionales, cuya base no est arraigada propiamente y de manera directa en las instancias electorales de la democracia, sino en el cumplimiento de la funcin de control a los poderes pblicos y la garanta de los derechos fundamentales, da lugar a reconocer que las decisiones constitucionales no solo tienen claros efectos polticos, sino que son objeto de intensa discusin en casos en los que parecen desbordados los lmites y facultades de cada poder y en los que las instituciones constitucionales se ven obligadas a actuar ante el vaco de accin de lo poltico.

    vo lv e r a l a ta b l a d e co n t e n i d o

  • En este sentido y considerando los preocupantes ndices de desigualdad social y econmica en Amrica Latina, la falta de respuestas y polticas pblicas que ga-ranticen condiciones materiales dignas para la mayora de la poblacin, as como los dficits en el acceso a la justicia, una de las consideraciones que parece ms relevante afirmar es que el Estado de derecho, con sus variaciones nacionales, como modelo poltico y jurdico, tendr dificultades de sobrevivencia, si no son resueltos con urgencia los graves problemas de exclusin de la regin.

    Con ello, lo que se demanda entonces es una activacin de mecanismos de garanta de derechos ms eficientes, la erradicacin de prcticas de corrupcin y postergacin de las garantas constitucionales, el cumplimiento de las sentencias judiciales y la construccin de mejores interacciones interinstitucionales entre los poderes pblicos, que replanteen la relacin entre justicia y poltica en trminos de horizontalidad y de balance entre la efectividad del Estado y la concrecin del sistema de pesos y contrapesos.

    Sumado a ello, en las profundidades del debate tambin merecen conside-racin los mecanismos de eleccin de las magistraturas, los cuales, en algunos casos, son muestra del deterioro de los procesos democrticos latinoamericanos, de los efectos de la politizacin de la justicia y de la desconfianza ciudadana en el Estado. Al respecto, varios han sido los intentos de reformulacin en la regin que han buscado ajustar los mecanismos de eleccin. Sin embargo, no todos han tenido resultados positivos, por lo que se justifica un seguimiento activo del tema que resuelva problemas como la falta de involucramiento de la sociedad civil, la falta de legitimidad democrtica, las malformaciones que han sufrido los mode-los en los que s se ha protegido la participacin social en la eleccin de jueces o las debilidades en las carreras judiciales y en la formacin jurdica, por solo mencionar unos ejemplos.

    Por ltimo, y con la imposibilidad manifiesta de dar un desarrollo ms amplio en esta presentacin a la temtica propuesta, se resalta otro aspecto identificado como central para una relacin ms armnica y equilibrada entre justicia y poltica. Se trata de la autonoma presupuestal de los poderes judiciales. De acuerdo con las valoraciones expertas en la materia, la dependencia econmica de la justicia de los otros poderes estatales sigue siendo motivo de presin para la primera y obstculo para una relacin colaborativa con los segundos. Esto es vlido no solo a nivel na-cional, sino tambin con un grado de gravedad creciente para las jurisdicciones a nivel regional. De ah que la reestructuracin de los mecanismos de financiacin de la justicia haga parte de las agendas judiciales de varios pases de la regin, con el nimo de que los mismos puedan ofrecer mejores garantas para la independencia judicial, la separacin de poderes y la proteccin de los derechos fundamentales.

    Lo mencionado hasta aqu, como los dems aspectos que hacen parte del espectro de anlisis sobre la relacin en cuestin, requieren, sin duda, una mayor presencia en las agendas acadmicas, jurdicas y polticas que, en democracia, pueda manifestar perspectivas crticas y potenciar salidas y propuestas de contundencia.

    10 PRESENTACIN

  • En segundo lugar, varios artculos seleccionados para esta edicin del Anuario tambin examinan los avances, retos y problemticas en la regin en materia del desarrollo del sistema interamericano de derechos humanos y la garanta de dere-chos. Frente al primer aspecto, y a modo de dilogo entre el derecho nacional y el internacional, el Anuario divulga reflexiones de actores de ambas jurisdicciones sobre el control de convencionalidad. A su vez, frente a la garanta de derechos en Amrica Latina, esta edicin contiene artculos en materia de transformaciones y retos en cuanto a la proteccin de derechos fundamentales, tales como las senten-cias estructurales en Colombia y la garanta del derecho a la igualdad en Mxico, as como consideraciones sobre sostenibilidad fiscal y proteccin de los derechos econmicos, sociales y culturales.

    Por ltimo, y como elemento estrechamente relacionado con la seccin en mate-ria de justicia y poltica, el Anuario tambin recoge un conjunto de artculos sobre la interpretacin de la funcin judicial. En este aparte se destacan lecturas y perspecti-vas de diversos autores acerca de este aspecto sustancial para el fortalecimiento del Estado de derecho en el continente. Los textos publicados en las diversas secciones son el resultado de un proceso de seleccin entre ms de 80 artculos enviados al Comit Editorial del Anuario por autores de toda la regin. De igual forma, esta edicin incluye ponencias presentadas por diferentes magistrados que asistieron al XXII Encuentro de Presidentes y Magistrados de Tribunales, Salas y Cortes Consti-tucionales de Amrica Latina, llevado a cabo en Ciudad de Mxico, en junio de 2016.

    Ahora bien, en el contexto de animar una nueva agenda de discusin y reflexin para nuestra publicacin, el Programa ve con inters la relacin entre las constitu-ciones y la economa. Este tema ser uno de los enfoques de la prxima edicin del Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano.

    Cmo interactan el orden econmico y la constitucin? Deben establecer las constituciones parmetros sobre el sistema econmico de los pases? Las cartas polticas necesitaran prever reglas y normas que sean aplicables a las actividades y a las relaciones econmico-financieras? O deben abstenerse de toda regulacin de la economa? Qu implicaciones tienen los derechos fundamentales sobre el sistema econmico de un Estado? Prescriben aquellos derechos un modelo eco-nmico determinado?

    Las instituciones pblicas, los derechos y libertades de los ciudadanos y las inte-rrelaciones que tienen aquellos derechos con el poder poltico no funcionaran sin un mnimo de estructura socioeconmica. Es por esto que toda constitucin opta por una organizacin econmica, de manera directa o indirecta. Si la constitucin no prescribe expresamente la introduccin de un modelo econmico, en muchos Estados hay un conjunto de reglas jerrquicamente dependientes de la constitucin que regulan gran parte de la vida econmica y deben ser interpretadas a la luz de la carta democrtica. Adems, cada constitucin prev un catlogo de derechos funda-mentales, lo cual, al menos de manera implcita, predetermina el modelo econmico de un pas. Aquellos derechos no pueden tratarse aisladamente de la concepcin

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  • 12 PRESENTACIN

    poltico-econmica, puesto que son piezas bsicas de una organizacin econmi-ca. La particularidad y la dificultad del derecho constitucional en este contexto se funden en la aplicacin de los principios constitucionales a la realidad econmica, tarea que toca sobre todo a los tribunales constitucionales.

    Hasta ahora, la connotacin econmica de los derechos humanos es una materia poco investigada y reconocida. Sin embargo, es evidente que garantas fundamen-tales como la libertad de actuar y de libre movimiento, el derecho a la igualdad, a la libertad de reunin y de asociacin y, sobre todo, la libertad profesional y de empresa en combinacin con el derecho a la propiedad, estn en contraposicin a una econo-ma de planificacin centralizada y monopolizada por el Estado o al establecimiento de un sistema socialista, que no reconoce el instituto de la propiedad privada.

    A propsito del derecho a la propiedad privada, si la constitucin o la jurispru-dencia de un tribunal constitucional prescribe que una expropiacin por parte del Estado se permite solo en casos excepcionales en los que el bien comn prevalece sobre los intereses individuales, caso en el que el individuo debe recibir una indem-nizacin, esto prohibira la expropiacin como medida de reestructuracin radical de la economa. Otro aspecto de este derecho: segn la Corte Interamericana de Derechos Humanos, inter alia, el derecho a la propiedad implica que las comunida-des indgenas tienen un derecho al uso tradicional de los recursos de sus territorios para garantizar su sobrevivencia econmica y cultural. El ejercicio de este derecho por parte de los pueblos indgenas podra entrar en conflicto con intereses empre-sariales en la extraccin de recursos de las mismas tierras. En estos casos, corres-ponde tambin a las cortes hacer una ponderacin adecuada entre ambos derechos e intereses, lo que demuestra la importancia que tiene el poder judicial en el mbito econmico y financiero.

    La discusin es oportuna tambin en relacin con las implicaciones econmicas del derecho a la libre opinin y expresin, que comprenden la libertad de buscar, recibir y difundirinformaciones e ideas de toda ndole. La libertad de expresin no solo debe ser entendida como el derecho a poseer un sistema de prensa escrita libre de influencias gubernamentales y de censura. En su componente de dere-cho negativo, la libertad de expresin y de informacin conlleva el derecho a la no privacin de la pluralidad y diversidad de la prensa, que implica un deber de proteccin de este pluralismo por parte del Estado. Asimismo, los monopolios u oligopolios que controlan los medios de comunicacin deben estar sujetos a leyes antimonoplicas. Pero implica esto la prohibicin total de monopolios de medios o editoriales? Implica esto la disgregacin a posteriori de monopolios existentes o solo el control de concentracin a priori mediante las leyes de la libre competencia? Cmo se relaciona este control estatal con el derecho de los grupos mediticos a la propiedad y su libertad de empresa que conlleva tambin el derecho de asociarse con otras empresas mediticas?

    En otras esferas del debate, los derechos sociales y colectivos, que obtienen una importancia y reconocimiento creciente en las constituciones latinoamericanas,

  • influyen tambin de una manera decisiva en el orden econmico y laboral, en tanto prescriben un nivel mnimo de seguridad social del ciudadano, al que podra corres-ponder un deber de proteccin por parte del Estado, o de los cuales se podra inter-pretar una orden constitucional al poder legislativo de introducir mecanismos de control del Estado frente a la libre economa o a medidas de retribucin financieras.

    En resumen, una constitucin que sea neutral en un sentido econmico-poltico es difcil de imaginar tal y como una jurisprudencia constitucional sin implicacio-nes econmicas.

    El Programa Estado de Derecho est convencido de que la reflexin sobre los temas expuestos y su expresin en las cartas democrticas y en el mundo empresarial merecen profundizarse; por ello, invitamos a la investigacin y discusin de esta materia tan actual como diversa. De este modo, reiteramos nuestro compromiso con la promocin del dilogo y la produccin acadmica para contribuir al fortale-cimiento del desarrollo constitucional de la regin.

    Finalmente, por la calidad de sus trabajos, la disposicin para publicar con no-sotros y el nimo crtico y propositivo que acompaa a nuestros autores y lectores, el Programa extiende un saludo de gratitud y un deseo de continuidad.

    Marie-Christine Fuchs y Ginna Rivera Programa Estado de Derecho para Latinoamrica

    Konrad-Adenauer-Stiftung

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  • I. Perspectivas de las relaciones entre justicia y poltica en Amrica Latina

    1.1. Separacin de poderes: tensiones y lmites

    Marcelo Andrade Cattoni de Oliveira, Alexandre Gustavo Melo Franco de Moraes Bahia, Diogo Bacha e Silva, BrasilOs contornos do Impeachment no Estado Democrtico de Direito: historicidade e natureza da responsabilizao jurdico-poltica no presidencialismo brasileiro

    Gonzalo Gabriel Carranza, ArgentinaConstitucionalidad y oportunidad poltica en el nombramiento de los miembros de la Corte Suprema en Argentina. Especial alusin a la designacin en comisin

    Francisco Gnecco Estrada, Santiago Garca Jaramillo, ColombiaPor una colaboracin armnica entre el juez constitucional y el poder poltico. Anlisis desde la historia constitucional colombiana

    Jos Ignacio Hernndez G., VenezuelaJusticia constitucional y poder poltico en Venezuela

    Roric Len Pilco, PerEl precedente del Tribunal Constitucional y su eficacia frente al poder poltico: una mirada al caso peruano

    1.2. Independencia judicial y control poltico

    Allan R. Brewer-Caras, VenezuelaEl juez constitucional en Venezuela contra la representacin popular: la eliminacin de la potestad de autotutela de la Asamblea Nacional sobre sus propios actos

    Francisco J. Campos Zamora, Costa RicaTensiones en la administracin de justicia: entre la dependencia poltica y el Estado judicial

    Luis Ignacio Cavanna, UruguayIndependencia de los jueces en Uruguay, modelo en el contexto latinoamericano?

  • Eduardo Toms Martn Richter, ArgentinaLa justicia y el poder. Una relacin necesaria para el desarrollo de los procesos democrticos en Amrica Latina

    Mait Dam Teixeira Lemos, Mnia Clarissa Hennig Leal, BrasilOs fenmenos da judicializao da poltica e da politizao do judicirio: uma abordagem a partir da relao entre direito e poltica

    1.3. Derecho constitucional, administracin de justicia y poder ciudadano: alcances y dilogo abierto

    Helena Colodetti Gonalves Silveira, Igor Suzano Machado, Leonardo Almeida Crespo, BrasilDireito e poltica na jurisdio constitucional brasileira: entre a potencialidade da defesa de direitos dos cidados e os limites da efetivao de pautas corporativas

    Pal Crdova Vinueza, EcuadorConstitucionalismo dialgico y ltima palabra. Una agenda de polticas deliberativas para las cortes constitucionales

    William Ernesto Santamara Alvarenga, El SalvadorSentencias de la Sala de lo Constitucional: ciudadanizacin de la democracia?

    Diana Marcela Daza Gacha, Laura Cristina Montenegro Sarmiento, ColombiaTensiones en la democracia. El modelo colombiano ledo desde los paradigmas democrticos

    Roberta Maia Gresta, Polianna Pereira dos Santos, BrasilDireitos polticos como direitos da sociedade: crtica ao aprisionamento semntico dos direitos polticos

  • ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANOAO xxII, BOGOT, 2016, PP. 17-32, ISSN 2346-0849

    Marcelo Andrade Cattoni de Oliveira (Brasil)*

    Alexandre Gustavo Melo Franco de Moraes Bahia (Brasil)**

    Diogo Bacha e Silva (Brasil)***

    Os contornos do Impeachment no Estado Democrtico de Direito: historicidade e natureza da responsabilizao jurdico-poltica no presidencialismo brasileiro

    ResumoO trabalho visa reconstruir criticamente o instituto do Impeachment no sistema presidencialista de governo. Analisa os contornos que a tradio constitucional do presidencialismo deu ao instituto em sua recepo originria do regime monrquico e como se realiza a responsabilizao poltica do Presidente de maneira democrtica, garantindo no s os preceitos legais, mas tambm direitos constitucionalmente protegidos. Conclui que somente dessa forma o Impeachment ser um instituto democrtico.

    Palavras-chave: Jurisdio constitucional; Impeachment; Estado Democrtico de Direito.

    ZusammenfassungDer Beitrag nimmt eine kritische Rekonstruktion der Rechtsfigur der Amtsenthebung im Prsidialsystem vor. Er geht darauf ein, wie die Figur in der Verfassungstradition des Prsidentialismus nach ihrer bernahme aus der Monarchie ausgestaltet wurde und wie die politische Rechenschaftspflicht des Prsidenten demokratisch und unter

    * Mestre e Doutor em Direito Constitucional (UFMG). Professor Associado da Faculdade de Direito da UFMG. Ps-Doutorado em Teoria do Direito (Universit degli Studi di Roma Tre). Bolsista (Produtividade) CNPq (1D). E-mail: [email protected].

    ** Mestre e Doutor em Direito Constitucional (UFMG). Professor Adjunto do Departa-mento de Direito da Universidade Federal de Ouro Preto (UFOP). Bolsista de Produtividade do CNPq. E-mail: [email protected].

    *** Mestre em Constitucionalismo e Democracia pela FDSM, Professor da Faculdade de So Loureno. E-mail: [email protected].

    vo lv e r a l a ta b l a d e co n t e n i d o

  • 18 Os cOntOrnOs dO Impeachment nO EstadO / andradE cattOni, MElO FrancO, Bacha E silva

    Achtung nicht nur der gesetzlichen Bestimmungen, sondern auch der von der Verfas-sung geschtzten Rechte umgesetzt wird. Dabei kommt er zu dem Schluss, dass die Amtsenthebung nur unter diesen Bedingungen eine demokratische Figur darstellt.

    Schlagwrter: Verfassungsgerichtsbarkeit; Amtsenthebung; demokratischer Rechts-staat.

    abstRact This paper aims at critically reconstructing the Impeachment institute in the presi-dential system of government. It analyzes the design that the constitutional tradition of presidentialism has given to the institute, as originally received from monarchy, and how the political accountability of the President is democratically determined, guaranteeing not only legal requirements, but also constitutionally protected rights. It concludes that only in this way will the Impeachment be a democratic institute.

    Keywords: Constitutional jurisdiction; Impeachment; Democratic rule of law.

    Introduo

    No ano de 2015, com a autorizao da abertura de processo de Impeachment con-tra a Presidente Dilma Rousseff pela Presidncia da Cmara dos Deputados e as consequentes impugnaes do ato da decorrentes, formou-se no Brasil um cam-po propcio para a teoria constitucional revisitar aquele instituto.

    Com efeito, preciso problematizar o instituto do Impeachment e a forma como o mesmo foi recepcionado pelo Presidencialismo e especialmente a forma como ele est previsto na Constituio brasileira de 1988, a recepo (ou no, ou em que medida) da lei 1079/1950 que o regulamenta, e o precedente representado pelo Im-peachment do ex-presidente brasileiro Fernando Collor de Mello. Muito embora se saiba que sua origem histrica esteja ligada ao regime monrquico, no Presiden-cialismo que o Impeachment encontra seus contornos.

    Portanto, o objetivo do presente artigo reconstruir criticamente a historicidade do instituto ao longo de sua recepo, primeiro, na histria constitucional norte-americana e, depois, como o Impeachment foi incorporado tradio do constitucio-nalismo brasileiro. Aps, busca-se levantar os contornos dados responsabilizao jurdico-poltica, bem como sua natureza, e a influncia que os poderes republicanos nacionais (do Brasil), no exerccio de aplicao da Constituio ao longo do tempo, tiveram e tm para definir o Impeachment na tradio constitucional demo-crtica aps 1988. Ainda, o artigo busca concluir em que medida o Impeachment pode satisfazer as exigncias do Estado Democrtico de Direito e de que forma a jurisdio constitucional pode contribuir para a afirmao desse instituto como garantia do nosso sistema de governo presidencialista constitucionalmente previsto na Constituio de 1988.

  • anuario de derecho constitucional latinoamericano 19

    Nossa contribuio, ento, pensar o Impeachment como um instituto inserido no regime democrtico e em uma relao de tenso construtiva com a Constituio; dizer: se de um lado as discusses sobre o instituto envolvem a legitimidade demo-crtica representada pelos votos dados ao Presidente da Repblica e aos compro-missos que este assume ao assumir o cargo, isto : que seus poderes significam, ao mesmo tempo, deveres e responsabilidades , do outro a Constituio, como fonte de criao e estabilizao dos Poderes constitudos, precisa ser respeitada, ainda que contra a vontade de uma certa maioria eventual que possa pretender apoiar a reti-rada de um Presidente devido a razes outras que no as previstas na Constituio. Compreender o instituto como um hbrido jurdico e poltico que no se relaciona a bons/maus ndices de popularidade do Chefe do Executivo, mas que possui uma caracterizao objetiva de violao a normas constitucionais/legais, fundamental. Tudo isso envolve, ao fim e ao cabo, uma discusso sobre a separao de poderes entre o Legislativo, o Executivo e tambm o Judicirio, local, este ltimo, para onde boa parte das discusses sobre o tema acaba desaguando.

    1. a recepo do Impeachment no regime presidencialista

    Comeamos por uma intrincada questo: a exigncia normativa subjacente ao Estado Democrtico de Direito a de que os institutos jurdicos se submetam aos seus preceitos constitucionais e democrticos, isto : sejam expresso do exerccio da autonomia poltica dos cidados.1 Assim, interessa-nos averiguar em que me-dida o Impeachment pode ser compatvel com o Estado Democrtico de Direito.

    O problema pode estar ligado historicidade do Impeachment. Como que um instituto, gestado inicialmente em regime monrquico, pde historicamente tornar-se democrtico? A origem do Impeachment remonta ao regime monrquico ingls. Trata-se de uma forma de responsabilizar perante o Parlamento2 os sditos do reino que ao mesmo tempo exerciam funes declarativas do direito, assim como a ltima instncia como iurisdictio.3 Excetuava-se da responsabilizao a pessoa do monarca.

    No obstante, os revolucionrios do outro lado do Atlntico inspiraram-se no modelo do constitucionalismo ingls para introduzir o Impeachment em sua prti-ca constitucional sob uma forma diferente de governo. Primeiro nas Constituies do Estado da Virgnia e de Massachussets, e, depois, na Constituio dos Estados Unidos, de 1787.4

    1 Cf. Jrgen Habermas, Facticidad y validez: Sobre el derecho y el Estado democrtico de derecho en trminos de teora del discurso, Trad. Manuel Jimnez Redondo, Madri, Trotta, 1998.

    2 Paulo Brossard de Souza Pinto, O Impeachment: aspectos da responsabilidade poltica do presidente da repblica, 3 ed., So Paulo, Saraiva, 1992, p. 24.

    3 Nicola Matteucci, Organizacin del poder y libertad: historia del constitucionalismo moderno, Madri, Trotta, 1998, p. 81.

    4 Fernando Whitaker Cunha, O Poder Legislativo e o Impeachment, em Revista de In-formao Legislativa, ano 29, n. 116, out./dez., 1992, p. 36.

  • 20 Os cOntOrnOs dO Impeachment nO EstadO / andradE cattOni, MElO FrancO, Bacha E silva

    Na Constituio norte-americana, o Impeachment teve contornos distintos do direito ingls, adaptando-se forma republicana e ao sistema de governo presi-dencialista. Vale dizer: os convencionais adaptaram um instituto monrquico ao sistema de governo republicano-presidencialista. Nas palavras de Jos Ribas Vieira e Margarida Maria Lacombe: Tanto no corpo da Constituio americana de 1787 quanto no quadro constitucional brasileiro, a adoo do Impeachment resultou de um processo de recepo. Os EUA herdaram da Inglaterra e ns dos americanos. Na conveno constitucional de Filadlfia de 1787 havia plena conscincia, por parte de seus integrantes, de que se transladava um instituto que atendia antes din-mica monarquista. Mas, no caso especfico norte-americano, era necessria uma tipificao normativa que conferisse segurana ao reconhecimento dos atos crimi-nalizveis do chefe de Estado, dentro do universo prprio do exerccio da funo de Presidente da Repblica.5

    Na seo 4 do artigo II se estabeleceu que o presidente, o vice-presidente e todos os funcionrios civis dos Estados Unidos sero afastados de suas funes quando indiciados e condenados por traio, suborno ou outros delitos ou crimes graves (traduo livre).6 E na seo 3 do artigo I a Constituio dos Estados Unidos manteve a competncia da Cmara Alta para o julgamento do Impeachment: S o Senado poder julgar os crimes de responsabilidade (Impeachment). Reunidos para esse fim, os senadores prestaro juramento ou compromisso. O julgamento do Presidente dos Estados Unidos ser presidido pelo Presidente da Suprema Corte. E nenhuma pessoa ser condenada a no ser pelo voto de dois teros dos membros presentes. A pena nos crimes de responsabilidade no exceder a destituio da funo e a incapacidade para exercer qualquer funo pblica, honorfica ou remunerada, nos Estados Unidos. O condenado estar sujeito, no entanto, a ser processado e julgado de acordo com a lei (traduo livre).7

    Hamilton, no nmero 65 de The Federalist, apresenta os contornos que os con-vencionais da Filadlfia pretenderam dar ao Impeachment. Com a ideia de que se tratava de um governo eletivo e, por isso mesmo, completamente distinto do regime ingls, era preciso salientar que o Impeachment assumisse tais feies: Em um go-

    5 Jos Ribas Vieira; Margarida Lacombe Camargo, O Impeachment e o seu desenho institucional conflitivo, em Jota, 20.01.2016. Disponvel em: http://jota.uol.com.br/o-impea-chment-e-o-seu-desenho-institucional-conflitivo.

    6 No original: Section 4. The President, Vice-President and all civil officers of the United States, shall be removed from office on Impeachment for, and conviction for, treason, bribery, or other high crimes and misdemeanors

    7 No original: The Senate shall have the sole Power to try all Impeachments. When sit-ting for that Purpose, they shall be on Oath or Affirmation. When the President of the United States is tried, the Chief Justice shall preside: And no Person shall be convicted without the Concurrence of two thirds of the Members present. Judgment in Cases of Impeachment shall not extend further than to removal from Office, and disqualification to hold and enjoy any Office of honor, Trust or Profit under the United States: but the Party convicted shall neverthe-less be liable and subject to Indictment, Trial, Judgment and Punishment, according to Law.

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    verno inteiramente eletivo, no menos difcil que importante organizar o tribunal a que deve ser atribudo o juzo em caso de Impeachment, isto : malversaes dos homens do poder, ou, por outras palavras, o abuso ou violao da confiana pbli-ca. Como todos estes delitos atacam diretamente a sociedade mesma, so, pela sua natureza, daqueles que com mais propriedade podem ser chamados polticos.8 Ao mesmo tempo, Hamilton fala em delito de natureza poltica. , na concepo de um dos pais fundadores, um instrumento com que a legislatura poder conter os abusos do Poder Executivo e, portanto, respeita a separao de poderes, os freios e contrapesos entre os poderes.9

    O julgamento do Impeachment uma figura que combina elementos jurisdi-cionais, com todas as garantias, e polticos, por versar sobre o interesse de toda a nao, tal como interpretado por Tocqueville: A finalidade principal do julgamento poltico, nos Estados Unidos, , portanto, retirar o poder daquele que o utiliza mal e impedir que esse mesmo cidado volte a possu-lo no futuro. , como se v, um ato administrativo a que se deu a solenidade de uma sentena. Nessa matria os ameri-canos criaram, pois, algo misto. Deram destituio administrativa todas as garan-tias do julgamento poltico e tiraram do julgamento poltico seus maiores rigores.10

    Dessa ordem de ideias no destoam autores contemporneos, como Laurence Tribe, que sustentam que o Impeachment um mecanismo de preservao das fron-teiras constitucionais do relacionamento entre os poderes e um limite imposto para evitar os abusos de poder praticados pelos agentes pblicos.11 Nos Estados Unidos, em razo da expresso contida na Constituio de que s o Senado poder julgar os crimes de responsabilidade, no houve qualquer tentativa judicial de definir os limites do processo de Impeachment, relegando o tema para a political question doctrine. A ausncia de Judicial Review sobre a matria no significa, contudo, uma licena para o Congresso ignorar os limites e obrigaes impostas pelas normas constitucionais do Impeachment.12

    bom notar que a imunidade do Presidente da Repblica nos Estados Unidos diz respeito apenas s questes de natureza civil, razo pela qual o Impeachment abrange questes criminais.

    8 JamesMadison; AlexanderHamilton; JohnJay, O federalista, Belo Horizonte, Lder, 2003, p. 394.

    9 JamesMadison; AlexanderHamilton; JohnJay, op. cit. p. 399.10 Alexis de Tocqueville, A Democracia na Amrica, So Paulo, Martins Fontes, 1992,

    p. 124.11 Laurence Tribe, American Constitutional Law, 3 ed., Nova Iorque, New York Founda-

    tion Press, 2000, p. 152.12 Laurence Tribe, op. cit., p.153.

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    2. Historicidade do Impeachment na tradio do constitucionalismo brasileiro

    No Brasil, em nossa primeira Carta, a Constituio do Imprio de 1824, o regime poltico imperial no permitia a responsabilizao do Imperador, muito embora permitisse a responsabilizao dos Secretrios e dos Ministros de Estado, tal qual a frmula inglesa do Impeachment de responsabilizao ministerial, deixando in-dene a figura do monarca. Assim que o art. 38 atribua Cmara a decretao da acusao de Ministros e Conselheiros de Estado, enquanto o art. 47, inciso I, determinava o julgamento pelo Senado dos crimes praticados pelos membros da Famlia Imperial, Ministros, Conselheiros, Senadores e Deputados, e o inciso II permitia o julgamento dos Secretrios e Conselheiros por crime de responsabili-dade.

    Comentando sobre o tema, Pimenta Bueno bem esclarece que a responsabilida-de dos Ministros da essncia da responsabilizao da monarquia constitucional perante a nao, j que so eles que exercem a constrio do poder pblico.13 A lei de 15 de Outubro de 1827 regulamentou a responsabilidade dos Ministros prevista nos arts. 133 e 13414 e, inclusive, a forma de exerccio da competncia da Cmara dos Deputados com o recebimento de denncia e a constituio de comisso especial destinada a acusar no Senado15.

    Com a adoo da forma republicana, inspirada no regime poltico norte-ameri-cano, a Constituio de 1891 previu os crimes de responsabilidade para o Presiden-te da Repblica no art. 54, bem como a necessidade de lei para a definio desses delitos e outra lei para o processo e julgamento.16 A admissibilidade da acusao,

    13 Jos Antonio Pimenta Bueno, Direito publico brazileiro e analyse da Constituio do Imperio, Rio de Janeiro, Typographia Imperial, 1857, p. 113.

    14 Art. 133. Os Ministros de Estado sero responsaveis:I. Por traio.II. Por peita, suborno, ou concusso.III. Por abuso do Poder.IV. Pela falta de observancia da Lei.V. Pelo que obrarem contra a Liberdade, segurana, ou propriedade dos Cidados.VI. Por qualquer dissipao dos bens publicos.

    Art. 134. Uma Lei particular especificar a natureza destes delictos, e a maneira de proce-der contra eles.

    15 Jos Antonio Pimenta Bueno, Direito publico brazileiro e analyse da Constituio do Imperio, Rio de Janeiro, Typographia Imperial, 1857, p. 114.

    16 Art 54 - So crimes de responsabilidade os atos do Presidente que atentarem contra:1) a existencia politica da Unio;2) a Constituio e a forma do Governo federal;3) o livre exercicio dos Poderes politicos;4) o gozo, e exercicio legal dos direitos politicos ou individuais;5) a segurana interna do Pais;6) a probidade da administrao;

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    tanto para crimes comuns, quanto para crimes de responsabilidade, ficou a cargo da Cmara dos Deputados; o julgamento no caso de crimes comuns, do Supremo Tribunal, enquanto que no caso de crimes de responsabilidade a competncia era do Senado Federal, sob a presidncia do Presidente do Supremo Tribunal Federal (arts. 29, 33 e 53 da Constituio de 1891).

    Rui Barbosa, mentor intelectual da Constituio de 1891 e defensor do regime poltico norte-americano, escreve sobre o Impeachment na ocasio da denncia oferecida contra o Marechal Deodoro em 1893. Para ele, ento, h uma grande di-ferena entre o instituto adotado nos Estados Unidos e aquele de origem inglesa: a jurisdio poltica dos corpos legislativos no tem, na Amrica, o mesmo carter que na Europa. Na Europa a magistratura das assembleias usa de todas as faculdades do direito criminal, nos casos submetidos sua jurisdio: a destituio do funcion-rio jurisdicionado sua alada e sua interdio poltica so ali corolrios da pena. Na Amrica a pena consiste unicamente nesses resultados. Ali a judicatura poltica tem por objeto punir os culpados: aqui, priv-los do poder.17 Ainda, segundo Rui Barbosa, todo o edifcio republicano norte-americano dependia da responsabi-lizao presidencial, sob pena de uma ditatura constitucional em favor do Poder Executivo: O presidencialismo americano sem a responsabilidade presidencial, porm, a ditadura canonizada com a sagrao constitucional. Basta a eliminao deste corretivo para que todo esse mecanismo aparente de freios e garantias se con-verta em mentira.18 De fato, a experincia de Rui Barbosa com o presidencialismo brasileiro exigia a aplicao do Impeachment: o presidencialismo brasileiro no seno a ditadura em estado crnico, a irresponsabilidade geral, a irresponsabilidade consolidada, a irresponsabilidade sistemtica do Poder Executivo.19 A diferena, ento, que no Presidencialismo norte-americano a possibilidade de responsabili-zao pelo Impeachment com a utilizao deste poder pelo Congresso faz com que o Presidente se mantenha nos parmetros constitucionalmente delimitados para o exerccio de suas funes.

    Nossa adoo do Impeachment difere do instituto norte-americano, que tam-bm distinto da vertente inglesa. Desde 1891, portanto, a lei quem definir os delitos de responsabilidade do Presidente da Repblica e tambm o procedimento a ser adotado para o processo e o julgamento, nos termos do art. 54. Atendendo a este comando constitucional, vieram a lume as Leis 27 de 1892 e a Lei 30 de 1892,

    7) a guarda e emprego constitucional dos dinheiros publicos;8) as leis oramentrias votadas pelo Congresso. 1 - Esses delitos sero definidos em lei especial. 2 - Outra lei regular a acusao, o processo e o julgamento. 3 - Ambas essas leis sero feitas na primeira sesso do Primeiro Congresso.

    17 Rui Barbosa, Ainda a denncia, em Obras completas de Rui Barbosa, vol. XX, tomo II, Rio de Janeiro, Ministrio da Educao, 1949, p. 45.

    18 Rui Barbosa, op. cit., p. 47.19 Rui Barbosa, Novos discursos e conferncias, Rio de Janeiro, 2010, p. 350-355.

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    cuidando, respectivamente, dos crimes de responsabilidade e do procedimento. J, a Lei 27/1892 permitiu a qualquer cidado denunciar o Presidente da Repblica (art. 2), bem como limitou o processo de Impeachment ao exerccio do mandato, cessando-o quando o Presidente deixar o cargo.20

    A regra do art. 3 da Lei 27/1892, de que s se permite o Impeachment quando o Presidente estiver no exerccio de suas funes, adveio por uma importao do entendimento norte-americano, que, por regra geral, no aceita o impedimento quando o Presidente por qualquer motivo houver deixado o cargo,21 muito embora o Impeachment do ex-Secretrio de Guerra William Belknap em 1876 tenha deixa-do em aberto a possibilidade de aplicao da pena de inabilitao para o exerccio do cargo.22

    O prprio Rui Barbosa, na anlise do pedido de aplicao do impedimento ao Marechal Deodoro por ter fechado o Congresso, comentando o art. 2423 da Lei 27/1892, explica que uma pena secundria outra: S se pode aplicar a pena de incapacidade, diz o art. 24, quando o Senado reconhecer que deve ser agravada a de privao do cargo, j pronunciada. A interdio de outros cargos, pois, uma pena adicional primeira e destinada a agrav-la. Ora, quem diz agravao, diz recrudescncia de um mal pr-existente.24

    O art. 15 da Lei 1.079/50, atual legislao sobre o Impeachment, inverte a frmula e impede o recebimento da denncia quando o Presidente j no estiver no exerccio do seu mandato: A denncia s poder ser recebida enquanto o denunciado no tiver, por qualquer motivo, deixado definitivamente o cargo. Ao contrrio do art. 3 e da discusso de Rui Barbosa, o regramento legal atual disciplinou diferentemente dos Estados Unidos, pelo que nos seria impossvel invocar, aqui, toda a discusso sobre o instituto norte-americano.

    Ao contrrio da prtica constitucional norte-americana, os contornos do Im-peachment no nosso constitucionalismo sempre contaram com a interveno da jurisdio constitucional, instrumento apto a aparar as ilegalidades cometidas pelo Parlamento. No primeiro pedido de Impeachment realizado por um Estado no Bra-sil, ocasio na qual a Assembleia Legislativa do Estado de Mato Grosso pretendia a responsabilizao do Governador, o Supremo Tribunal Federal analisou o Habeas Corpus n. 4.116/MS, em que se alegava a inconstitucionalidade sobre a legislao

    20 Art. 3o. O processo de que trata esta lei s poder ser intentado durante o perodo presidencial, e cessar quando o Presidente, por qualquer motivo, deixar definitivamente o cargo.

    21 Fernando Whitaker Cunha, op. cit., p. 31-38.22 Michael J. Gerhardt, The Federal Impeachment Process: a constitutional and historical

    analysis, 2 ed., Chicago, University of Chicago Press, 2000, p. 52-53.23 Com a seguinte redao: Vencendo-se a condemnao nos termos do artigo precedente,

    perguntar o presidente si a pena de perda do cargo deve ser aggravada com a incapacidade para exercer qualquer outro.

    24 Rui Barbosa, op. cit., p. 71.

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    estadual do impedimento, concedendo-o face ausncia das garantias dadas no processo, tal como a legalidade e a ampla defesa, em acrdo assim ementado: O Im-peachment, na legislao federal, no um processo exclusivamente poltico, seno, tambm, um processo misto, de natureza criminal e de carter judicial, porquanto s pode ser motivado pela perpetrao de um crime definido em lei anterior, dando lugar destituio do cargo e incapacidade para o exerccio de outro qualquer. Os Estados no podem legislar sobre os casos de Impeachment ex-vi do art. 34, 33 da Constituio Federal.25 Os contornos do instituto aqui no Brasil foram definidos logo na vigncia da Constituio de 1891, por meio da prxis efetiva dos casos acima citados e da teorizao realizada pelos constitucionalistas.

    A Constituio de 1934 previu uma frmula um tanto quanto original do julga-mento dos crimes de responsabilidade. Primeiro, que se deve entender que o Poder Legislativo parecia concentrar todas as atribuies na Cmara dos Deputados, fazen-do com que o Senado Federal fosse apenas um rgo acessrio. Assim, por exemplo, o art. 22 anuncia que o Poder Legislativo exercido pela Cmara dos Deputados com a colaborao do Senado Federal. Portanto, a desconfiana com relao ao Senado fez com que se retirasse a competncia do Senado para o julgamento do Presidente por crimes de responsabilidade.

    Nos termos do art. 58, a competncia para o julgamento do Presidente da Rep-blica seria da Suprema Corte para os crimes comuns, mas de um Tribunal Especial constitudo para esse fim no caso de crimes de responsabilidade. O Tribunal Especial seria constitudo de 9 (nove) juzes, sendo 3 (trs) Ministros da Suprema Corte, 3 (trs) membros do Senado Federal e 3 (trs) membros da Cmara dos Deputados sob a presidncia do Presidente da Suprema Corte. Manteve-se, no art. 57 da Constitui-o de 1934, a definio dos crimes de responsabilidade. O procedimento consistia no seguinte: a) recebimento da denncia na Suprema Corte, que deveria constituir uma Junta Especial de Investigao composta de 3 (trs) membros, sendo um Mi-nistro da Suprema Corte, 1 (um) membro do Senado Federal e 1 (um) membro da Cmara dos Deputados; b) a junta averiguaria os fatos e ouviria o Presidente, reme-tendo um relatrio com os documentos para a Cmara dos Deputados; c) depois da emisso do relatrio pela comisso competente, a Cmara deveria decretar ou no a acusao. Em caso positivo, enviaria a acusao para o Tribunal Especial. Decretada a acusao, o Presidente da Repblica seria afastado das funes.26

    25 Leda Boechat Rodrigues, Histria do Supremo Tribunal Federal: doutrina brasileira do habeas-corpus, Tomo III, 1910-1926, Rio de Janeiro, Civilizao Brasileira, 1991, p. 306.

    26 Todo o procedimento est no art. 58 da Constituio de 1934: Art 58 - O Presidente da Repblica ser processado e julgado nos crimes comuns,

    pela Corte Suprema, e nos de responsabilidade, por um Tribunal Especial, que ter como presidente o da referida Corte e se compor de nove Juzes, sendo trs Ministros da Corte Suprema, trs membros do Senado Federal e trs membros da Cmara dos Deputados. O Presidente ter apenas voto de qualidade.

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    A Carta de 1937 devolve a competncia para o julgamento Cmara alta, de-nominando-a de Conselho Federal, mediante a prvia aprovao da Cmara dos Deputados pelo qurum de 2/3, e mantm, mesmo no regime ditatorial, a previso dos crimes de responsabilidade (art. 85 da Constituio de 1937), remetendo para a lei especial a definio dos crimes de responsabilidade, a acusao e o processo e julgamento (art. 86, 2). Constitucionaliza, no entanto, a imunidade do Presidente da Repblica com relao a atos estranhos ao seu mandato e ao exerccio de suas funes (art. 87 da Constituio de 1937).

    Assim tambm a Constituio de 1946, que, no art. 59, inc. II, previu a compe-tncia da Cmara dos Deputados para, por maioria absoluta, decretar a procedncia ou improcedncia da acusao contra o Presidente e dos Ministros de Estado em crimes conexos com este, e, no art. 62, a competncia do Senado Federal para julgar o Presidente nos crimes de responsabilidade pelo voto de 2/3 (dois teros), podendo impor a pena de perda do cargo e da inabilitao para o exerccio de outra funo pblica de at 5 (cinco) anos, sob a presidncia do Presidente do STF. Ademais, manteve a definio dos crimes de responsabilidade no artigo 89 e a remisso lei especial para o regramento do procedimento.

    A tnica da Carta de 1967 , em princpio, a mesma. O art. 84 define os crimes que sero de responsabilidade do Presidente da Repblica e, ainda, no art. 85, a compe-tncia da Cmara dos Deputados para a admissibilidade da acusao e do Senado Federal para o julgamento. A diferena que estabelece o prazo de 60 (sessenta) dias, a partir da procedncia da acusao, e a suspenso do Presidente do exerccio

    1 - Far-se- a escolha dos Juzes do Tribunal Especial por sorteio, dentro de cinco dias teis, depois de decretada a acusao, nos termos do 4, ou no caso do 5 deste artigo.

    2 - A denncia ser oferecida ao Presidente da Corte Suprema, que convocar logo a Junta Especial de Investigao, composta de um Ministro da referida Corte, de um membro do Senado Federal e de um representante da Cmara dos Deputados, eleitos anualmente pelas respectivas corporaes.

    3 - A Junta proceder, a seu critrio, investigao dos fatos argidos, e, ouvido o Presidente, enviara Cmara dos Deputados um relatrio com os documentos res-pectivos.

    4 - Submetido o relatrio da Junta Especial, com os documentos, Cmara dos Deputados, esta, dentro de 30 dias, depois de emitido parecer pela Comisso competente, decretar, ou no, a acusao e, no caso afirmativo, ordenar a remessa de todas as peas ao Presidente do Tribunal Especial, para o devido processo e julgamento.

    5 - No se pronunciando a Cmara dos Deputados sobre a acusao no prazo fixado no 4, o Presidente da Junta de Investigao remeter cpia do relatrio e documentos ao Presidente da Corte Suprema, para que promova a formao do Tribunal Especial, e este decrete, ou no, a acusao, e, no caso afirmativo, processe e julgue a denncia.

    6 - Decretada a acusao, o Presidente da Repblica ficar, desde logo, afastado do exerccio do cargo.

    7 - O Tribunal Especial poder aplicar somente a pena de perda de cargo, com inabilitao at o mximo de cinco anos para o exerccio de qualquer funo pblica, sem prejuzo das aes civis e criminais cabveis na espcie.

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    de suas funes para a concluso do processo, sob pena de arquivamento (art. 85, 2 da Constituio).

    A Emenda Constitucional n. 01/69 apenas modificou o qurum necessrio para a admissibilidade da denncia contra o Presidente da Repblica pela Cmara dos Deputados por 2/3 (dois teros) (art. 40, inc. I).

    3. contornos do Impeachment no estado Democrtico de Direito

    A Constituio da Repblica de 1988 apenas manteve em parte os delineamentos histricos do Impeachment em nosso constitucionalismo. Assim, a Constituio atribui competncia Cmara dos Deputados para to somente realizar juzo de admissibilidade acerca da denncia (art. 51, inc. I da Constituio de 1988), en-quanto, todavia, atribui a competncia, tanto para o processo quanto para o jul-gamento, ao Senado Federal, sob a presidncia do Supremo Tribunal Federal (art. 52, inciso I, pargrafo nico da Constituio de 1988). Na definio dos crimes de responsabilidade (art. 85 da CF/88), o perodo de suspenso no causa extintiva do processo de Impeachment (art. 86, 2 da CF/88) e mantm-se a imunidade material por atos estranhos ao exerccio de suas funes (art. 86, 4 da CF/88).

    Nos termos do art. 85 da Constituio Federal, tratando-se de sistema presiden-cialista de governo, o Presidente da Repblica responde tanto como Chefe de Esta-do (art. 85, I a IV) quanto como Chefe de Governo (art. 85, V a VII).27 A forma do processamento do impeachment sob o regime da Constituio de 1988 foi aplicado, primeiramente, no caso Collor.28 L, ento, o STF consignou que a Cmara realiza o juzo de admissibilidade e ao Senado competir o julgamento.

    Depois, o STF, no julgamento da ADPF, reafirmou que ao Senado Federal com-pete o julgamento e tambm, como corolrio dessa competncia, realizar juzo prvio de admissibilidade.29

    27 Lenio Luiz Streck; Marcelo Andrade Cattoni de Oliveira; Alexandre Bahia, Comen-trios ao art. 85, em J.J. Gomes Canotilho; Gilmar Ferreira Mendes; Ingo Wolfgang Sarlet; Lenio Luiz Streck (orgs.), Comentrios Constituio do Brasil, So Paulo, Saraiva, 2014, p. 1286 e 1287.

    28 Lenio Luiz Streck; Marcelo Andrade Cattoni de Oliveira; Alexandre Bahia, Comen-trios ao art. 85, em J.J. Gomes Canotilho; Gilmar Ferreira Mendes; Ingo Wolfgang Sarlet; Lenio Luiz Streck (orgs.), Comentrios Constituio do Brasil, So Paulo, Saraiva, 2014.

    29 Diogo Bacha e Silva; Alexandre Bahia; Marcelo Andrade Cattoni de Oliveira, Impea-chment: Apontamentos deciso do STF na ADPF n. 378, em Emprio do Direito, 23.12.2015. Disponvel em: http://emporiododireito.com.br/impeachment-apontamentos-a-decisao-do-stf-na-adpf-n-378-por-alexandre-gustavo-melo-franco-bahia-diogo-bacha-e-silva-e-mar-celo-andrade-cattoni-de-oliveira.

  • 28 Os cOntOrnOs dO Impeachment nO EstadO / andradE cattOni, MElO FrancO, Bacha E silva

    Alguns autores, como Paulo Brossard, pretenderam conferir ao Impeachment, com base nas lies de Hamilton, apenas uma natureza poltica,30 o que, em ver-dade, conduziria s seguintes consequncias: se os motivos para a instaurao e o julgamento so realizados por meio de juzo de natureza essencialmente poltica, ento dever o Supremo Tribunal Federal se abster de realizar qualquer controle do referido processo e, ainda, no haver as garantias jurdicas de natureza penal, como a legalidade, o devido processo legal, a ampla defesa e o contraditrio.

    Pontes de Miranda, por outro lado, radicaliza e entende que o Impeachment de natureza essencialmente penal, afigurando-se incorreta a expresso de crimes de responsabilidade, j que so crimes para os quais a Constituio comina pena.31

    A doutrina constitucional, no entanto, vem assumindo a ideia de que se trata de instituto de natureza mista, sendo em parte de natureza poltica e em parte de natureza penal. Por exemplo, Celso Ribeiro Bastos: no se identificam estes por inteiro com o julgamento devido ao cometimento de ilcitos penais. Assim que, mesmo tendo sido sancionado com a destituio do cargo, pode, ainda, o incurso em crime de responsabilidade vir a ser objeto de condenao no juzo criminal, bas-tando para isso que o ato ensejador do Impeachment seja tambm descrito pelas leis penais como antecedente de uma sano. [...] O crime de responsabilidade guarda de caracterstica prpria da jurisdio a circunstncia de ser apenas cabvel dentro das hipteses legais, se bem que os fatos delituosos, no impedimento, no estejam sujeitos a uma tipicidade to rigorosa como aquela existente no direito penal.32

    H, ainda, aqueles que conferem ao impedimento a natureza poltico-administra-tiva em razo das consequncias de perda do cargo e da inabilitao para o exerccio de outra funo pblica por certo perodo.33

    A problemtica acerca da definio da natureza jurdica do Impeachment o que justifica ou no o controle, e o modo do controle, exercido pela jurisdio constitu-cional. De fato, Paulo Brossard, como Ministro do Supremo Tribunal Federal, man-teve a coerncia com suas lies acadmicas e votou no sentido de que no haveria a possibilidade de reviso judicial do processo de Impeachment.34

    Ora, muito mais do que uma querela acadmica, as constataes de Paulo Bonavi-des, por exemplo, nos mostram a importncia de atribuirmos um sentido democr-tico ao instituto. Paulo Bonavides bem observa que o instituto mais serviu de causa

    30 Paulo Brossard de Souza Pinto, O Impeachment: aspectos da responsabilidade poltica do presidente da repblica, 3 ed., So Paulo, Saraiva, 1992, p. 75.

    31 Pontes de Miranda, Comentrios Constituio de 1967 com a EC 1/69, 2 ed., Tomo III, So Paulo, RT, 1971, p. 355.

    32 Celso Ribeiro Bastos, Curso de Direito Constitucional, So Paulo, Celso Bastos editor, 2002, p. 610.

    33 Gilmar Ferreira Mendes; Inocncio Mrtires Coelho; Paulo Gustavo Gonet Branco, Curso de Direito Constitucional, 4 ed. ,So Paulo, Saraiva, 2009, p. 969.

    34 Voto do Ministro Paulo Brossard no Mandado de Segurana n. 21.689/DF, rel. Min. Carlos Velloso, j. 16/12/1993. Disponvel em: http://migre.me/ulUsz.

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    de crises e colapsos do que de restaurao da constitucionalidade: O Impeachment, o remdio por excelncia do presidencialismo para remover do poder os presidentes incursos em crimes de responsabilidade, no teve em nosso Direito Constitucional, nem tampouco na vida poltica doutros pases que seguiram o modelo institucional dos Estados Unidos, a aplicao que dele esperavam os seus defensores tericos, sendo primeiro um ativador de crises e colapsos da legalidade do que, em verdade, um instrumento de restaurao da verdade constitucional lesada pelos abusos pes-soais do primeiro magistrado da Nao.35

    Na verdade, a constatao de Paulo Bonavides no leva em considerao que o prprio Impeachment pode ser desvirtuado para uma utilizao poltica e no jur-dica de proteo da Constituio. Ou seja, se considerarmos que o instituto poder ser utilizado tal qual a revogao do mandato ou, ainda, pela queda do gabinete do parlamentarismo, bastando olharmos para ele como instituto meramente poltico e sem a possibilidade de controle jurisdicional; ento o teremos como um meio de provocar crises polticas e golpes brancos isto : um Presidente que no possua maioria no Parlamento (e que some a isso um perodo de baixa popularidade) pode muito bem ser afastado sob alguma acusao genrica.

    Se, ao revs, entendermos o Impeachment como um instituto de natureza poltica mas tambm jurdico-penal afinal, um processo que se destina a aplicar uma pena , ento deveremos observar uma srie de garantias.

    O Supremo Tribunal Federal, antes mesmo dos processos do Impeachment do Presidente Collor, definiu que, havendo violao a direitos no processo de impedi-mento, caber a interveno jurisdicional: [...]. 2. Preliminar de falta de jurisdio do Poder Judicirio para conhecer do pedido: rejeio, por maioria dos votos, sob o fundamento de que, embora a autorizao prvia para a instaurao e a deciso final sejam medidas de natureza predominantemente poltica cujo mrito insus-ceptvel de controle judicial a esse cabe submeter a regularidade do processo de Impeachment, sempre que, no desenvolvimento dele, se alegue violao ou ameaa ao direito das partes.36 Com efeito, no h instituto que no seja constitucional e, para o respeito Constituio, preciso resguardar os direitos fundamentais das partes.

    Mesmo que a Constituio silencie quanto possibilidade de controle jurisdi-cional nos crimes de responsabilidade e mantenha a competncia apenas ao Poder Legislativo, seja para admisso, seja para o processo e o julgamento, o fato que a garantia de amplo acesso jurisdio (art. 5, inc. XXXV CF/88) e mesmo a ideia de que os direitos vm antes das competncias37 no Estado Democrtico de Direito,

    35 Paulo Bonavides, Curso de Direito Constitucional, 24 ed., So Paulo, Malheiros, 2009, p. 67.

    36 STF, MS 20.941, rel. Min. Aldir Passarinho, j. 09/02/1990, DJ 31.08.1992. Disponvel em: http://migre.me/ulUuo.

    37 Jos Adrcio Leite Sampaio, A Constituio reinventada pela jurisdio constitucional, Belo Horizonte, Del Rey, 2002, p. 533.

  • 30 Os cOntOrnOs dO Impeachment nO EstadO / andradE cattOni, MElO FrancO, Bacha E silva

    determinam que o processo de Impeachment s se justifica se houver o amplo respei-to aos direitos fundamentais dos acusados. Por isso, pensar que se trata de instituto de natureza meramente poltica desconsiderar a supremacia da Constituio e os direitos fundamentais como trunfos contra a maioria, com um papel contramajo-ritrio fundamental para a legitimidade do direito na atual quadra histrica.

    Ora, o que faz com que o Impeachment tenha legitimidade democrtica? Seria a participao do povo na possibilidade da oferta de denncia, como quer Hamilton?38 De fato, a possibilidade de denncia por qualquer do povo, bem como a admissi-bilidade da acusao pela Cmara e o processo e o julgamento pelo Senado com a participao do Presidente do Supremo Tribunal Federal, envolvem os trs poderes e um exerccio de poder pelo povo, ainda que por meio de seus representantes. Mas, entretanto, no basta apenas a iniciativa de algum do povo ou a participao dos trs poderes republicanos para que o impedimento seja um instituto legitimamente democrtico. preciso mais e a Constituio exige mais, inclusive para lidar com os riscos prprios desse processo.

    O respeito e a garantia de observncia dos direitos fundamentais, tais como o devido processo legal, o contraditrio, a ampla defesa, a legalidade, etc., permitem no apenas que ao Presidente da Repblica, democraticamente eleito, seja garan-tida a possibilidade de pessoalmente defender-se das acusaes que lhe so feitas inclusive porque ele poder sofrer a perda do mandato e ter seus direitos polti-cos comprometidos , mas tambm que o resultado do processo possa pretender legitimidade e correo perante o prprio pblico de cidados eleitores, no sendo esse processo reduzido mera expresso da vontade privatizada de uma even- tual maioria presente no Congresso e politicamente contrria ao Presidente, dados, inclusive, os riscos prprios dinmica da representao poltica. Qualquer pers-pectiva que no levar em conta as condies e as exigncias de legitimidade cons-titucional-democrticas prprias ao devido processo legislativo inclusive quanto aos direitos fundamentais do acusado como parte dessas exigncias durante o processo por crime de responsabilidade, estar em manifesto confronto com o Es-tado Democrtico de Direito. Ausentes essas condies e exigncias, o Impeachment desvirtuado em golpe de Estado para deposio de um Presidente da Repblica eleito pelo voto popular.

    O processo de crime de responsabilidade no pode atender ao interesse privatiza-do de um/alguns, uma vez que aquele que acusado tambm possui a legitimidade advinda do voto popular. De igual forma, h que se lembrar um princpio prprio ao sistema presidencialista: o da impossibilidade de censura legislativa do Presidente da Repblica, segundo o qual, no regime presidencialista, o Presidente assim como o Governador e o Prefeito no so responsabilizveis ante o Parlamento, mas to somente perante o pblico de cidados, pelo no cumprimento de planos/projetos

    38 James Madison; Alexander Hamilton; John Jay, O federalista, Belo Horizonte, Lder, 2003.

  • anuario de derecho constitucional latinoamericano 31

    de campanha ou pelo insucesso de polticas/aes tomadas, se essas no configu-rarem crime comum ou de responsabilidade. Assim que crises econmicas ou aumento do desemprego, por exemplo, no so causas constitucionais de retirada do Presidente de seu cargo. O Impeachment, assim, no meio de eternizao da disputa eleitoral e nem deve ser usado como substituto da crtica parlamentar sobre os atos do Poder Executivo.

    4. concluso

    O Impeachment foi consolidado e construdo na tradio de nosso constitucio-nalismo como respeito Constituio e s garantias individuais, e no como um golpe de Estado, ou seja: uma forma de transferir o exerccio do Poder Executivo para aqueles que no conseguiram o nmero de votos necessrios para se eleger.

    Para a consolidao dessa forma de se pensar a responsabilizao jurdico-pol-tica do presidente da repblica, contou-se com a constante interveno da jurisdi-o constitucional que, de um lado, garantiria direitos individuais expressamente previstos no texto constitucional e, de outro, conferiria uma natureza singular ao processo de Impeachment na prxis constitucional de nosso Estado.

    Por isso que o respeito ao Impeachment como responsabilizao de natureza jurdico-penal e como a possibilidade de interveno da jurisdio constitucional constitui, tambm, respeito Constituio e disciplina legal do Impeachment.

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  • ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANOAO xxII, BOGOT, 2016, PP. 33-51, ISSN 2346-0849

    Gonzalo Gabriel Carranza* (Argentina)

    Constitucionalidad y oportunidad poltica en el nombramiento de los miembros de la Corte Suprema en Argentina. Especial alusin a la designacin en comisin

    ResumenEn Argentina existe un mecanismo tradicional para el nombramiento de jueces de la Corte Suprema, basado en un acuerdo entre el presidente y el Senado. Cuando discurren situaciones urgentes y excepcionales, el presidente est facultado para nombrar en comisin a estos magistrados. En una de sus primeras decisiones, el presidente Mauricio Macri decidi designar ministros de la Corte Suprema de esta manera, lo que vali aceptaciones y rechazos en la doctrina ms especializada en el tema. Este trabajo analiza los distintos medios de nombramiento de ministros del alto cuerpo desde la ptica constitucional, y examina si la decisin adoptada se amolda a cnones normativos y polticos.

    Palabras clave: nombramiento de jueces, Corte Suprema, designacin en comisin.

    Zusammenfassung Das traditionelle Verfahren zur Ernennung der Richter am Obersten Gerichtshof Argentiniens beruht auf einer Vereinbarung zwischen Staatsprsident und Senat. In dringenden Fllen oder in Ausnahmzustnden ist der Staatsprsident befugt, die Rich-ter zeitlich befristet zu ernennen. In einer seiner ersten Amtshandlungen sttzte sich Prsident Mauricio Macri bei der Ernennung von Richtern am Obersten Gerichtshof auf dieses Ausnahmeverfahren. Dies rief sowohl zustimmende als auch ablehnende Reaktionen bei den Vertretern der herrschenden Lehrmeinungen hervor. Die vorlie-

    * Abogado de la Universidad Nacional de Crdoba (Argentina), mster en Derecho Cons-titucional del Centro de Estudios Polticos y Constitucionales y de la Universidad Internacional Menndez Pelayo (Espaa), doctorando en Derecho, Gobierno y Polticas de la Universidad Autnoma de Madrid (Espaa). [email protected] / [email protected].

    vo lv e r a l a ta b l a d e co n t e n i d o

  • 34 ConstituCionalidad y oportunidad poltiCa en el nombramiento.../ Gonzalo Gabriel Carranza

    gende Arbeit untersucht die unterschiedlichen Mechanismen zur Ernennung der Mitglieder des Obersten Gerichtshofs aus verfassungsrechtlicher Perspektive und geht der Frage nach, ob die Ernennung der Richter mit den gesetzlichen Vorschriften und den mageblichen politischen Bestimmungen vereinbar ist.

    Schlagwrter: Richterernennung, Oberster Gerichtshof, zeitlich befristete Ernen-nung.

    abstRactThe traditional mechanism for the appointment of Supreme Court judges in Argen-tina is based on an agreement between the president and the Senate. In urgent and exceptional situations, the president is authorized to make recess appointments of these magistrates. In one of his first decisions, President Mauricio Macri appointed ministers of the Supreme Court in this manner, which was met by both acceptance and rejection in the most specialized doctrine on the subject. This work analyzes the different means of appointing high court ministers from a constitutional perspective, and examines whether the decision adopted conforms to normative and political canons.

    Keywords: appointment of judges, Supreme Court, recess appointment.

    Introduccin

    En los ltimos tiempos, el derecho constitucional se ha transformado en la rama del derecho ms consultada por los argentinos. Afloran en los medios y revistas jurdicas distintos artculos que tratan de explicar los fenmenos de los cambios de mandos democrticos y de interpretar doctrinalmente si las decisiones que se han tomado se amoldan o no a la letra de la Constitucin.

    Argentina es, sobre la base de su Constitucin, un pas representativo y republi-cano, teniendo as como baluartes la divisin y el equilibrio de poderes. Aun as, en muchas oportunidades se ha criticado la falta de separacin entre las funciones del Estado, sobre todo en cuanto al Poder Judicial, que muchas veces ha sido reprochado por la supuesta falta de independencia de sus magistrados.

    El proceso de nombramiento de los miembros de la Corte Suprema requiere la propuesta del presidente para poder comenzar su camino. Frente a esta crucial de-cisin, la eleccin debe recaer en personas con un alto prestigio y reconocimiento del mundo jurdico, lo que ha sido una tarea difcil de conseguir.

    El comienzo del siglo XXI mostr un cambio en la mentalidad presidencial, al querer autolimitar las facultades de propuesta de candidatos a la Corte, mutando de un proceso netamente personalista a un proceso participacionista, donde los ciudadanos tienen la capacidad de mostrar objeciones y adhesiones a los nombres propuestos.

  • anuario de derecho constitucional latinoamericano 35

    Los vaivenes polticos de los ltimos tiempos llevaron a utilizar, luego de mu-chos aos sin hacerlo, un proceso de urgencia en el nombramiento en comisin de magistrados de la Corte. Esta decisin vali crticas y adhesiones; las primeras atacaron que el presidente hubiera obviado al Senado para poder nombrar a los magistrados y optado por un decreto presidencial para hacerlo, y las segundas sos-tuvieron que el presidente obraba de conformidad con la Constitucin, haciendo un correcto uso de las facultades que posee. Estas ideas controvertidas son las que motivan este ensayo que busca comprender el Decreto Presidencial 83/2015, por el que se nombran a miembros de la Corte Suprema, siempre a la luz de la Constitu-cin y la oportunidad poltica.

    1. el procedimiento de designacin de jueces de la corte suprema de Justicia de la nacin

    El acto de designacin de jueces en la Corte Suprema de Justicia de la Nacin en Argentina ha dado lugar, a lo largo de la historia institucional del pas, a diversos interrogantes o cuestionamientos acerca de la parcialidad o imparcialidad de las personas que ocuparan una de las sillas del mximo tribunal. Sobre todo, esta cr-tica se ha desarrollado en aquellos momentos en los que se decidi ampliar la can-tidad de miembros de la Corte, como durante la ltima dcada del siglo pasado, en la presidencia de Carlos Sal Menem, a quien se le critic por tener gracias a ello mayora automtica en las decisiones del ms alto cuerpo judicial.1

    Luego del retorno a la democracia, la cuestin de quin tendra la ltima palabra en torno a la adecuacin al ordenamiento jurdico de un acto o norma dictada por algn organismo del Estado, ha suscitado procesos de nombramiento de jueces para la Corte que, en ciertos sentidos, no se amoldan a la alta dignidad que se espera de estos juristas.

    Las crisis polticas y econmicas que se vivieron en Argentina llevaron al nombra-miento de jueces de la Corte que en repetidas ocasiones no tenan una formacin jurdica de prestigio y respondan ms bien a circunstancias amistosas, denotando as un problema a la hora de resaltar la clara separacin de poderes diseada para contrarrestar los efectos de la tirana en el Estado.2

    Aos despus de haber finalizado el ejercicio del mandato presidencial de Carlos Sal Menem, y superada la renuncia a la primera magistratura de Fernando de la Ra, los presidentes venideros trataron de enarbolar la bandera que llevaba como propsito el inicio del procedimiento del juicio poltico en contra de numerosos

    1 Daniel Alberto Sabsay, El juicio poltico a la Corte Suprema en la Repblica Argentina, Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional, nm. 8, 2004, p. 512.

    2 Para ampliar este tema, ibid., p. 493.

  • 36 ConstituCionalidad y oportunidad poltiCa en el nombramiento.../ Gonzalo Gabriel Carranza

    magistrados de la Corte Suprema designados con anterioridad,3 lo que da cuenta de la necesidad de los dems poderes de poner un freno a los problemas que pueden surgir cuando la persona que ocupa el cargo no est facultada para el desempeo de sus funciones, independientemente de que se hayan seguido los canales normales para su designacin como tal.

    Es preciso destacar que la existencia de un Poder Judicial independiente de la autoridad poltica constituye, sin lugar a dudas, uno de los elementos fundamentales para el establecimiento del Estado de Derecho.4 Por ello, la bsqueda del alto ideal de la independencia judicial ha llevado a que se revisen los procesos de designacin de los miembros de la Corte, dando lugar a la posibilidad de nombrar a personas con una alta formacin, prestigio y reconocida trayectoria, que den cuenta, adems, de su imparcialidad a la hora de juzgar los actos que se les presenten a su estrado.

    En este orden de ideas, se dise en el ao 2003 un procedimiento que busca comprender las limitaciones que existen sobre el titular del Poder Ejecutivo, a la hora de proponer al Senado el sometimiento a acuerdo para que el candidato ocupe una de las vacantes en la Corte. Se trata de encontrar lmites propios en la primera parte del proceso del nombramiento, ya que en su segunda etapa existir (o no) el acuerdo de los representantes de las provincias, quienes controlarn la facultad de nombramiento, integrando as el principio democrtico a la seleccin.

    El caso es un claro ejemplo del sistema de pesos y contrapesos (checks and ba-lances) instaurado tradicionalmente por la Constitucin de los Estados Unidos, y acogido por los convencionales argentinos de 1853 y que se mantiene inclume normativamente hasta nuestros das.

    En las prximas lneas trataremos de demostrar la existencia de dos procedimien-tos de designacin: por un lado, el normal y tradicional, instaurado en la propia Constitucin y acompaado por la reglamentacin de las facultades del Ejecutivo en el Decreto 222/2003; por otro lado, aquel que llamaremos excepcional y extraor-dinario, que ha sido utilizado en contados casos de la historia institucional del pas del sur, pero que se ha visto reavivado con la publicacin en el Boletn Oficial del Decreto 83/2015 del presidente Mauricio Macri.

    1.1. La letra de la Constitucin y la normalidad y tradicionalidad del procedimiento

    La Constitucin argentina seala, en el artculo 99, inciso 4, la atribucin del pre-sidente de nombrar a los magistrados de la Corte, previo acuerdo del Senado. As, su letra indica que el candidato propuesto por el presidente debe reunir los votos vlidos de dos tercios de los senadores presentes, y que su eleccin debe hacerse en una sesin pblica convocada al efecto.

    3 Ibid., p. 511.4 Ibid., p. 493.

  • anuario de derecho constitucional latinoamericano 37

    Bsicamente, el proceso simplificado de nombramiento de los jueces del alto cuerpo indica que estos deben reunir la voluntad conjunta de los otros poderes del Estado: no slo ser nombrados por el Ejecutivo, sino tambin recabar el acuerdo de la Cmara de Representacin Territorial, que desempea las funciones de cmara alta en el pas.

    El acuerdo no es un mero trmite, sino que se desarrolla para que los represen-tantes de las provincias puedan expresar su parecer al respecto de las condiciones que posee el candidato propuesto. Se debe generar un debate en el que los candida-tos sean sometidos a preguntas que no slo responden a la formacin jurdica del aspirante, sino que abarcan un bastin mucho ms amplio de espectros, teniendo en cuenta que esta persona se incorporar al rgano que tiene la capacidad ltima de determinar la legalidad, constitucionalidad o convencionalidad de las causas que le lleguen a sus despachos.

    Claro est que el motivo de la audiencia es la bsqueda de un debate amplio, en el que se presenten las ideas polticas de los distintos integrantes del Senado y donde las preguntas tiendan a verificar si el candidato rene las condiciones para ser confirmado en el puesto.

    La idea firme de la Constitucin se vio corrompida en diversas ocasiones por acuerdos de claro contenido poltico, donde los miembros que asuman las funcio-nes eran nombrados, en muchos casos, en el marco de una cmara que funcionaba, a nuestro parecer, como escribana del Ejecutivo, llegando a la Corte numerosas personalidades que no tenan la formacin suficiente para afrontar el desafo de ser parte integrante del prestigioso rgano. Esto es fruto de la disciplina poltica que se vive en Argentina, donde los miembros de la bancada oficialista apoyan (la mayora de las veces) las decisiones que se presentan desde el Poder Ejecutivo, sin ningn tipo de debate al respecto.

    Lo mencionado ut supra dio lugar a una Corte que, a ms de poder considerarla politizada en virtud de que sus miembros provienen de un nombramiento poltico, estuvo sometida al descrdito social.5 Por este motivo, en el ao 2003 comenz un proceso de reforma del propio Poder Ejecutivo, que trat de limitar el poder que la Constitucin le confera, estableciendo un mapa dentro del cual podra moverse a la hora de dar el primer paso en la formacin de la voluntad pblica en el marco del proceso de nombramiento de los jueces de la Corte.

    5 Sobre esto, es destacable la afirmacin de Germn Javier Bidart Campos, citada por Sabsay: [L]a sociedad tiene la imagen de una Corte Suprema no independiente en los temas de alto voltaje institucional [...], considero que el solo dato de que la imagen que la sociedad tiene del Poder Judicial y de la Corte sea una imagen de no independencia es muy daino y hace que se pierda la confiabilidad en el Poder Judicial y en el mximo tribunal de justicia, al que no se visualiza como imparcial (Ibid., p. 509).

  • 38 ConstituCionalidad y oportunidad poltiCa en el nombramiento.../ Gonzalo Gabriel Carranza

    1.2. El Decreto 222/2003

    El decreto firmado por el presidente Nstor Carlos Kirchner, el 19 de junio de 2003 (y publicado en el Boletn Oficial en su edicin del da siguiente), da cuenta de una serie de motivaciones que impulsaron la creacin de una reglamentacin a la hora de comenzar el procedimiento de designacin de ministros para la Corte Suprema.

    En el decreto se destaca el objetivo de la mejor seleccin del candidato propues-to, de modo que su designacin contribuya de modo cierto en aporte a un efectivo mejoramiento del servicio de justicia, cuya garanta debe el Estado proveer a los ciudadanos, al fortalecimiento del sistema republicano y al incremento de la cali-dad institucional.6

    Para lograr el objetivo propuesto, la seleccin de candidatos a la Corte debe tener en cuenta un reparto equitativo de miembros que responda a criterios de diversi-dad de gnero, especialidades profesionales e integracin con un sentido regional y federal.7 Junto a ello, se espera que los abogados propuestos acrediten una labor profesional y acadmica destacable.

    El proceso que se encamina en el decreto identifica una participacin ciuda-dana activa, que busca que el ciudadano particular o agrupado pueda hacer valer su adhesin a la propuesta, como tambin hacer conocer, en forma oportuna sus razones, puntos de vista y objeciones que puedan tener respecto del nombramiento a producir.8

    Como bien lo establece el artculo 1 del decreto, la finalidad ltima es la prese-leccin de candidatos, en un marco de prudencial respeto al buen nombre y honor de cada uno de los propuestos, y la correcta valoracin de sus aptitudes morales y tcnico-jurdicas, junto a un marcado compromiso por los derechos humanos y los valores democrticos.

    El procedimiento reglado se establece entre los artculos 3 y 10 del decreto, se-alndose una serie de pasos, a saber:

    Producida la vacante, en un plazo de 30 das se publicar, en el Boletn Ofi-cial y en dos diarios de circulacin nacional (junto a la publicacin web), el nombre y los princ