ANUARIO ARQUEOLÓGICO DE SEVILLA 2004 (PARTE II).pdf

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ANUARIO ARQUEOLÓGICO DE ANDALUCÍA 2004.2 Sevilla

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Segunda parte del Anuario Arqueológico de Sevilla

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ANUARIOARQUEOLÓGICODE ANDALUCÍA

2004.2

Sevilla

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ANUARIO ARQUEÓLOGICO DE ANDALUCÍA 2004.2Abreviatura: AAA’2004.II

Coordinación de la edición:Dirección General de Bienes CulturalesServicio de Investigación y de Difusión delPatrimonio Histórico.C/. Levies, 2741071 SevillaTelf. 955036900Fax: 955036943

Gestión de la producción:Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales.

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MEMORIA DE GESTIÓN DE LAS ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS EN LA PROVINCIA DE SEVI-LLA, 2004.................................................................... 837

Isabel Santana Falcón

ExCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN RONDA DE LAS HUERTAS S/Nº DE ÉCIjA (SEVILLA) .................................................................. 844

Georgina Aguilar Camacho

ANáLISIS ARQUEOLÓGICO DE LOS PARAMEN-TOS Y SONDEOS EN LAS ESCALINATAS ExTE-RIORES DE LA TORRE DEL ORO (SEVILLA) ....... 848

Fernando Amores Carredano

PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA INTENSIVA CON MOTIVO DE LA PROLONGACIÓN DEL VIAL DEL ZACATíN: TRAMO NUEVO PUENTE SObRE EL RíO GUADAíRA – CONExIÓN CON LA A-392 (ALCALá DE GUADAíRA, SEVILLA)....................... 862

Francisco Belascoaín AlberdiJuan Ignacio Mena-Bernal Rosales

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA, CALLE AbADES NúMERO 13. SEVILLA ................ 871

Juan José Cabrera BarrigüeteAna Ortiz Navarrete

ESTUDIO DEL MATERIAL NUMISMáTICO RE-CUPERADO EN LA ExCAVACIÓN DE LA PLAZA DE ESPAñA DE ÉCIjA (SEVILLA). FASES 1 Y 2 ...... 883

Francisca Chaves TristánEnrique García VargasUrbano López RuizRuth Pliego Vázquez

ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN C/ CRÉDITO ESQUINA A C/ ESTRELLITA CAS-TRO. SEVILA ............................................................. 887

Miguel Ángel de Dios Pérez

ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN LA CILLA DEL CAbILDO, PLAZA DE PUERTA CE-RRADA, NúMERO 15, DE ÉCIjA (SEVILLA) ......... 893

Miguel Ángel García García

CONTROL DE MOVIMIENTOS DE TIERRAS EN EL áREA CATALOGADA COMO ENTORNO DE bIC bAñOS áRAbES DE PALOMARES DEL RíO (SEVILLA) .................................................................. 899

David J. Govantes Edwards

«LA ANTIGUA ESTACIÓN DE SAN bERNARDO» . 904María Pilar Inés Calzón

PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA SUPERFICIAL PREVENTIVA PARA LA LíNEA AÉREA DESDE LA SUbESTACIÓN MORÓN DE LA FRA. HASTA LA SUbESTACIÓN DE LA bASE AÉREA DE MORÓN DE LA FRA. , EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE MORÓN DE LA FRA., Y EL TÉRMINO MUNICIPAL DE ARAHAL,(SEVILLA) ............................................ 908

José Carlos Janeiro Gómez

PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA SUPERFICIAL PREVENTIVA PP-OE-R4 bURGUILLOS (SEVILLA) 912

José Carlos Janeiro Gómez

PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA SUPERFICIAL PREVENTIVA DEL PROYECTO LAMT 15/20 KV DE 1211 M Y CT INTEMPERIE DE 100 KVA EN LA FINCA “LA MOREjONA”, EN EL TÉRMINO MUNI-CIPAL DE MORÓN DE LA FRA. (SEVILLA) ........... 917José Carlos Janeiro Gómez

ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA ExCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA ExTENSIVA EN LA CALLE HINIESTA Nº 55. SEVILLA .................... 921

Daniel Arsenio Lara Montero

ExCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN C/ DUQUE CORNEjO Nº17 (SEVILLA) .................. 929

Pedro Manuel López AldanaFrancisco Javier Moro Berraquero

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN C/ TORNEO, 27-28. SEVILLA............................. 939

Elena Méndez IzquierdoMª Dolores Martínez LópezFlorentino Pozo Blázquez

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN EL INMUEbLE SITUADO EN CALLE AMARGU-RA Nº 5 DE SEVILLA ................................................ 945

Gregorio Manuel Mora Vicente

LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVEN-TIVA EN EL SOLAR UbICADO EN CARRETERA DE CARMONA Nº 10, SEVILLA ............................... 956

Mª Del Rosario Rodríguez CordonesGilberto Rodríguez GonzálezJulia Suárez BorregueroPedro Pérez Quesada

SEVILLA

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Carmona TarTésiCa: i.a.P. En El solar nº 20 DE la CallE DiEgo navarro ........................... 965

Juan Manuel Román Rodríguez Jacobo Vázquez Paz

EviDEnCias FunErarias DE la EDaD DEl BronCE En Carmona: i.a.P. En El solar nº 1 DE la CallE TorrE DEl oro ............................ 1000

Juan Manuel Román Rodríguez

aCTiviDaD arquEológiCa PunTual aná-lisis DE EsTruCTuras EmErgEnTEs Y son-DEos arquEológiCos: aPoYo al ProYECTo DE rEsTauraCión DE la iglEsia DE san Eus-Taquio sanlúCar la maYor (sEvilla) ......... 1051

José Antonio Valiente de Santis

ProsPECCión arquEológiCa DEl Traza-Do DEl gasoDuCTo EnTrE los sonDEos marismas C-5 Y marismas C-7 (T.m. DE Pilas) Y la CErCa-1 (T.m. DE aznalCázar) sEvilla 1060

Juana Calle Pardo

inTErvEnCión arquEológiCa DE aPoYo a la rEhaBiliTaCión DE la PuErTa DE la PEs-CaDEría (aznalCázar, sEvilla). PrimEra FasE DE invEsTigaCión ................... 1062

Marco Antonio Gavira Berdugo

aCTiviDaD arquEológiCa PrEvEnTiva rEa-lizaDa En CallE rElaTor, 11-13 DE sEvilla 1074

Margarita Toscano San Gil

CamPañas arquEológiCas 2002-2004 En El alCázar DE sEvilla. El PaTio DE las DonCEllas .............................................................. 1085

Miguel Ángel Tabales Rodríguez

ProsPECCión arquEológiCa En la zona CEnTral-sur DEl Término muniCiPal mai-rEna DEl aljaraFE (sEvilla): El YaCimiEn-To DE éPoCa romana DE El jarDinillo .... 1127

Mark A. Hunt OrtizTomás Cordero Ruiz

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ANUARIO ARQUEOLÓGICO DE ANDALUCÍA, 2004 SUMARIO. SEVILLA

ISABEL SANTANA FALCÓN

Las actuaciones en materia de Arqueología llevadas a cabo por esta Delegación Provincial durante el año 2004 se centraron principal-mente en el ámbito de la Protección del Patrimonio Arqueológico.

Así, la revisión y actualización y del Catálogo de Yacimientos de la Provincia, se centró en esta ocasión en los municipios la comarca de Los Alcores: Alcalá de Guadaíra, El Viso del Alcor y Mairena del Alcor. Al mismo tiempo se iniciaron prospecciones arqueológi-cas en varios municipios ubicados de la Sierra Norte, en concreto Alanís, Las Navas de la Concepción y San Nicolás del Puerto: Por último, se llevó a cabo la prospección arqueológica para confeccionar la Carta Arqueológica de utrera.

La actividad del Departamento de Protección con referencia al Patrimonio Arqueológico se desarrolla a partir de varias líneas de actuación:

•Informesalplaneamientourbanístico,tantogeneralcomodedesa-rrollo, que solicitan las Consejerías de Obras Públicas y de Medio Ambiente y, cada vez con más frecuencia, los promotores y/o los propios ayuntamientos;

•Informesaproyectosdeactuaciónsobreelterritoriorelativosalaejecución de obras de carácter público;

•InformessolicitadosporlaDelegaciónProvincialdeMedioAm-biente para su consideración en la Comisión Interdepartamental Provincial.

•Tramitaciónysupervisióndelasactividadesarqueológicasderiva-das de los tres supuestos anteriores.

•Tramitaciónysupervisióndeactividadesarqueológicasoriginadaspor obras en los cascos urbanos en función de las determinaciones de protección de los documentos urbanísticos.

•Tramitaciónde expedientes sancionadorespor expoliodelPatri-monio Arqueológico. En el año 2004 la Guardia Civil tramitó 36 denuncias de este tipo. A día de hoy están todas resueltas y se ha procedido a la liquidación de las correspondientes sanciones.

A continuación se relacionan todas las actividades de estas caracte-rísticas llevadas a cabo en esta anualidad.

INFORMES AL PLANEAMIENTO URBANíSTICO

ALBAIDA DEL ALJARAFE

•EstudiodeImpactoAmbientaldelaModificaciónPuntualdelasNormas Subsidiarias para ampliación del Polígono Industrial “El Perrero”.

BOLLULLOS DE LA MITACIÓN

•ProyectodeModificaciónPuntualdelasNormasSubsidiariasenelárea “Altos de Valdeparrillos”.

•ProyectodeModificaciónPuntualdelasNormasSubsidiarias,P.P. S-1.

•ProyectodeModificaciónParcialdelasNormasSubsidiariasenelsector “El Redondo”.

BRENES

•ProyectodeModificaciónParcialdelasNormasSubsidiariasenelsector nororiental del municipio.

BURGUILLOS

•EvaluacióndeImpactoAmbientalparaModificaciónPuntualdelas Normas Subsidiarias: PP OE-R3.

•EvaluacióndeImpactoAmbientalparaModificaciónPuntualdelas Normas Subsidiarias: PP-NO-R8.

•EvaluacióndeImpactoAmbientalparaModificaciónPuntualdelas Normas Subsidiarias: PP-OE-R4.

CORIA DEL RíO

•EstudiodeImpactoAmbientaldelaModificaciónPuntualdelasNormas Subsidiarias en “La Estrella”.

•DocumentodeAprobaciónInicialdelasNormasSubsidiariasdePlaneamiento.

EL CORONIL

•ProyectodemodificaciónpuntualdelasNormasSubsidiarias,sec-tor “Viña de los Pinos”.

GINES

•Proyectoderecalificacióndesuelodelafinca“LasBotantas”.

GUILLENA

•ProyectodeModificaciónParcialdelPGOUenel sector“HatoVerde”.

LA RINCONADA

•ProyectodeModificaciónPuntualdelPGOUenelSector“SantaCecilia-2”.

LAS NAVAS DE LA CONCEPCIÓN

•ProyectodeModificaciónPuntualdelasNormasSubsidiarias,ÁreaAUE-2.

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MAIRENA DEL ALJARAFE

•ProyectodeurbanizacióndelaZonaCentralSurendesarrollodelPGOU.

•ProyectodeejecucióndeSistemasGeneralesViariosnúmero11,17 Y 18.

OSUNA

• Proyecto de Modificación Puntual de las Normas Subsidiarias,PPI-6 “Ejido 2”.

•ProyectodeModificaciónPuntualdelasNormasSubsidiarias,PI-7“Las Vegas”

SALTERAS

•ProyectodeModificaciónPuntualdelasNormasSubsidiarias,PlanParcial Industrial 3 “Jardín de Alá”

UMBRETE

•EvaluacióndeImpactoAmbientalparaModificaciónPuntualdelas Normas Subsidiarias en el entorno del “Camino de Sanlúcar”, zona contigua al PP-SR7.

•InformesalaComisiónInterdepartamentalProvincialdelaDele-gación Provincial de Medio Ambiente

AGUADULCE

•InformeAmbientalalproyectodeampliacióndeplantadeaderezode aceitunas.

•InformeAmbientaldedosnavesparaampliacióndeexplotaciónavícola.

•Proyectodenaveindustrialparapretensadosdehormigón.•Legalizacióndealmazaraen“HaciendaIpora”,yde lasreformas

realizadas.

ALANíS DE LA SIERRA

•Proyectodeinstalacióndelíneaaéreaycentrodetransformaciónen finca “Sierra Alta”.

ALBAIDA DEL ALJARAFE

•ProyectodeampliacióndelP. I. “El Perrero”.

ALCALÁ DE GUADAIRA

•ProyectodeurbanizacióndelSUNP1-10.• Proyecto de explotaciónminera recurso de la sección a “Las

Canteras”.•Fábricadeplásticos a fabricacióndegranzadeplásticoP. I. "La

Red".•Explotacióndelacanteradealbero“PalitoHincadoII”.•AmpliaciónactividaddefabricacióngranzadeplásticoenP.I.“La

Red”.•ProyectodesaneamientodelamargenizquierdadelríoGuadaíra.•Proyectode creacióndeunparqueurbano sobre el caucedel

Guadaíra.•Construccióndealiviaderoycanalizacióndeaguasencolectordel

P. I. “Fridex” y P. I. “La Red”.•Instalacióndefábricadevidrio“CristaldeGuadarte,s.L.”,P.I.

“Cuchipanda”.•Adecuacióneinstalacionesparatallerdemontajesaeronáuticos,P.

I. “Hacienda Dolores”.•InstalacióndetallerdealuminiosenP.I.“Fridex”.•Construccióndenuevasinstalacionesdesiderúrgicasevillanaenla

Autovía Sevilla-Málaga, P. K. 6.•Instalacionesdenaveparasaladedespiecedeavesyelaboraciónde

preparados de carne de aves, C/ Orense, 24.

ALCALÁ DEL RíO

•Memoria-ResumendeImpactoAmbientalprevioalaaperturadela gravera “Esquivel”.

•Proyectodeinstalacióndelafábricadeprefabricadosdehormigón,Sector SUB-V1 “El Viar”.

ALCOLEA DEL RíO

•Ampliacióndesuperficiedelacantera“ElZairón”.•Proyectodelegalizacióndeplantadeclasificacióndeáridosenla

cantera “Salud”.

LA ALGABA

• Informe de Actividad Arqueológica Preventiva Prospección Ar-queológica Superficial de la finca “Huerta de la Alcántara”.

ALGÁMITAS

• Localización de yacimientos arqueológicos en el paraje "Zumacales".

ALMADéN DE LA PLATA

•Proyectodelíneaaéreadealtatensiónycentrodetransformaciónen la finca “La Postura".

ARAHAL

•Proyectodeconstruccióndeunaplantadebiodiésel.•Proyecto de colocación de 50 fermentadores ymejora de

instalaciones.

AZNALCÁZAR

•Informediagnósticodelsondeodeinvestigación“Vico1”.•PosiblesafeccionesalpatrimoniohistóricolosterrenosP.P.nº7“La

Española”.•Sondeodeinvestigación“Marismas7”.•Naveparaconservacióndeproductoshortofrutícolasenelpolígo-

no 3, parcela 35.•AdecuaciónyaperturadenaveparaforjaenP.I.“Torrealcázar”.•Sondeodeinvestigación“Marismas7”.•Planparcialnº7“LaEspañola”.• Instalación de planta de producción de biodiésel en P. I.

“Torrealcázar”.•AdecuaciónyaperturadenaveindustrialenP.I.“Torrealcázar”.

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AZNALCÓLLAR

•ProyectodeinstalacióndelíneaeléctricasubterráneadesubestaciónAznalcóllar a Gerena y Aznalcóllar.

•Proyectodeinstalacióndelíneaaéreaysubterráneaparaindustria.•Proyectodeexplotacióndelacantera“LasMesas”.

BADOLATOSA

•Anteproyectodeampliaciónymodernizacióndeplantadeaderezode aceitunas.

•Proyectodemejoradeinstalacionesdeaderezoyescogido-clasifi-cado de aceitunas.

BENACAZÓN

•ModificaciónpuntualdelasNormasSubsidiariasenelSectorXV.•ModificaciónpuntualdelasNormasSubsidiarias,Sector“Huerta

de la Señorita”.

BOLLULLOS DE LA MITACIÓN

•Proyectodeperfeccionamientodealmazara“AceitesGaviños.A.”.•Informeambientalparaconstruccióndeedificioenlaparcela56

de p. I. “El PIBO”.•Instalacióndeunacentraldedosificacióndehormigónymorteros.•Plantadeprefabricadosdehormigónenelsitio“LosMalaguíes”

BRENES

•Actividadde fabricación y almacenamientodepinturas al agua,calle Lirio 4-5.

•AdecuacióndefábricaparacomercializarpiensosenelP.I.“GranPoder”.

BURGUILLOS

•Proyectodeexplotacióndelacantera“Majadillas”.•Proyectodeexplotacióndelacantera“Dosadavieja”.•EvaluacióndeImpactoAmbientaldelaModificaciónPuntualde

las Normas Subsidiarias en el sector PP OE-R3.

CABEZAS DE SAN JUAN, LAS

•Proyectode instalacióndedefensaspasivas frentea riadasde losarroyos Salado y Mascardó en las fincas “Gilete” y “Monteronja”.

•Proyectodeinstalacióndelíneaaéreadealtatensiónycentrodetransformación en la finca “Los Portichuelos”.

•Proyectodeactuaciónparaindustriadetransformadosvegetales.

LA CAMPANA

•Proyectodeconstruccióndeunaplantadeaderezoenlafinca“LaCigüeña”.

CANTILLANA

•Reformayampliacióndeelectrificaciónmediantelíneaaéreaycen-tros de transformación en “Las Pilas-El Toril”.

•Instalacióndelíneaaéreaysubterráneadesubestación“Cantillana”

a Polígono Agroindustrial “Villaverde del Río”.•Proyectode líneaeléctricadealta tensiónenelparaje“Veguetas

del Viar”.

CARMONA

•Solicituddeexplotacióndelacantera“ElCabrero”.•Extracciónde23.660m3deáridosenelríoGuadalquivir:Loradel

Río y Carmona. •Solicituddeexplotacióndelacantera“LaPastora”.

CASARICHE

•Proyectodedepósitosdeevaporacióndeefluentesdeprocesos.

CASTILBLANCO DE LOS ARROYOS

•Proyectodeinstalacióndecentroecuestreenlafinca“ElToledillo”.

CASTILLO DE LAS GUARDAS

•ProyectodeinstalacióndelParqueEólico“LaMota”.

CAZALLA DE LA SIERRA

•Proyectodelegalizacióndeexplotaciónporcinaintensivaenlafinca“El Tarajal”.

•Proyectodemodernizacióndelíneaderecepcióndeaceitunaysalade envasado de aceite.

•Proyectodeexplotacióndelacantera“CazallaII”.

CONSTANTINA

•Proyectodelegalizacióndelicenciamunicipalparaaserraderodemadera en la “Dehesilla de los Caballos”

•ProyectoparalareformayampliacióndenaveenlacalleHiedra,2.•Instalacióndelíneaaéreadealtatensiónycentrodetransformación

en la finca “Los Porrejones”

CORIA DEL RíO

•Proyectodeinstalacióndecentrodetransformación“LosMajanos”y línea aérea de enlace a Coria del Río.

EL CORONIL

•ProyectodeconstrucciónyobradelaEDARdeElCoronil.

LOS CORRALES

•Proyectodeconstruccióndenaveagropecuariaen“Lomade losSilos”.

•Proyectodeinstalacióndevertederoderesiduosinertesenlafinca“Las Lomillas”.

DOS HERMANAS

•ProyectodeinstalacióndeIndustriaparafabricacióndemueblesmetálicos, p. I. “la isla”.

•Proyectodesustituciónde51fermentadoresymejoradeinstalacio-

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nes, carretera madrid-cádiz, km. 555.• Proyecto de instalación de nave para aderezo de boquerones en

polígono industrial “fuente del rey”, calle Álamo Blanco, 5.•Proyectodemodernizacióndeplantadedeshuesoyrellenoencalle

Garcilaso de la Vega, 2.•Proyectodemodernizacióndeinstalacionesenfábricadeaderezoy

envasado de aceitunas.•ProyectodemodernizacióndeplantadeoxidaciónencalleGarci-

laso de la Vega, 2.•ProyectodeampliacióndefábricadepiensoencarreteraUtrera-

Sevilla, km. 2’5.•Proyectodeinstalacióndelíneadeenvasadoenplantadeaderezo,

en calle Garcilaso de la Vega, 2.

éCIJA

•Proyectodeexplotacióndelagravera“Guayabés”.• Proyecto de industria para fabricación de pintura plástica, P.K.

59.200 ctra. écija-Herrera.•Proyectode instalaciónde líneaaéreade intemperieenelparaje

“El Tomillar”.•Proyectode instalaciónde línea aérea en la finca “Molino de la

Alberquilla”•Proyectodeinstalaciónlíneaaéreaenlafinca“El Berraco”.•Proyectodeampliacióndenaveindustrialeinstalacióndetalleren

el P. I. “El Limero”.•Proyectodeinstalacióndelíneaeléctricaaéreade66kv“Villar-La

Carlota”.•Proyectodeinstalacióndeunalíneaeléctricadesdelalínea“Cortes”

a subestación “écija” y subestación “Villar”.

ESPARTINAS

•Autorizaciónadministrativaparadistribucióndegasnatural.

ESTEPA

•Proyectodeinstalacióndelparqueeólico“CerrodePleites”.•Proyectodemodificacióndenuevasalidadelíneaaéreadesdesub-

estación “Estepa”.•Proyectodeexplotación“ElAlmireznº7690”•Proyectodeampliacióndealmazaradelasociedad“Ntra. Sra. de

la Paz”.•Proyectodelíneaaéreadesdesubestación“Estepa” a “Circunvala-

ción 1”.

FUENTES DE ANDALUCíA

•Proyectodeobrasde implantacióndeE.D.A.Ryconcentraciónde vertidos.

• Memoria resumen del proyecto de explotación para arenas “lapepa”.

•Proyectodeimplantacióndeindustriadefabricacióndepiensos.

GILENA

•Proyectodeexplotaciónmineraderocacalizaen“cerromartillo”.

GINES

•Proyectodelegalizacióndeinstalacionesindustrialesdeelaboracióny envasado de aceitunas.

•ProyectodeinstalacióndefábricadesalsasdemesaencalleJoaquínRomero Murube, 14.

GUADALCANAL

•Proyectodeinstalacióndelparqueeólico"Sierra del Viento".•Proyectodeejecucióndenaveagrícolaenlafinca“La Utrera”.•Proyectodemejoradelaalmazaradelas.a.t.nº1183“Virgen de

Guaditoca”.•Proyectodeplantadesecadoparaaprovechamientointegralde

alperujo.

GUILLENA

•Proyectodeexplotaciónderecursominerodelaseccióna),“Cerro Negro”.

•Proyectodeinstalaciónylegalizacióndeindustria.•Proyecto EDAR de concentración de vertidos.•Proyectodeinstalacióndelparqueeólico“Cerropicota”.•Proyectodeinstalacióndenuevafábricadefundiciones“Caetano”.•MemoriaresumendelaEvaluacióndeImpactoAmbientaldela

línea eléctrica 400 kv Almaráz-Mérida-balboa-Guillena y de la sub-estación Mérida-400.

HERRERA

•Proyectodemejoraperfeccionamientode almazara, carreteradeestepa 9.

HUéVAR DEL ALJARAFE

•Proyectodeconstruccióndeplantaderecicladoyvertederodeinertes.

ISLA MAYOR

•Solicituddelicenciadeaperturadeplantadeprefabricadosdehor-migón en calle Blanca Paloma, 8.

LEBRIJA

•Proyectodeinstalacióndeplantadeconcentrado,peladoycubita-do de tomate.

•Proyecto“líneadealtavelocidadSevilla-Cádiz”, tramo utrera-aero-puerto de jerez de la frontera, subtramo Lebrija-El Cuervo.

•Proyectodeinstalacionesdelagarybodegaparaalmacenajeycrian-za de vinos en la “loma del overo”.

•Proyectodeinstalaciónlíneaaéreaycentrodetransformaciónen“La Morejona”.

•Proyectode instalaciónde líneaeléctricaa66Kv“Marismas-Lebrija”.

LORA DE ESTEPA

•Trasladoyperfeccionamientodeinstalacionesdelaolivarera“San José”.

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LORA DEL RíO

•ProyectodeaperturadefábricadebaldosasdecementoP.I.“LaMatallana”.

•Proyectodeinstalacióndeunaexplotaciónporcinaenlafinca“ElCharco”.

•Proyectoparamodernizarlazonaregabledelamargenizquierdadel Genil. Balsa de la Ramblilla.

•Proyectodeinstalacióndelíneaeléctrica.

MAIRENA DEL ALCOR

•Proyectodeejecucióndecentrocomercial.•Proyectodelegalizacióndeplantadefabricacióndepiezasycom-

ponentes para automoción.•Proyectodeampliacióndelpolígonoindustrial“gandul”ytrazado

de su variante de acceso.

LOS PALACIOS

•Proyectodeindustriaenlacarretera“ElTrobal-LosPalacios”.•Proyectodeinstalacióndelíneaeléctricadealtatensión“Marismas-

Palacios”.•Proyectodeinstalacióndelíneaaéreaa66Kv“LosPalacios-Mo-

rón”.

EL PEDROSO

• Proyecto de instalación de línea aérea de 15Kv en la finca “ElChaparral”.

•Proyectodeperfeccionamientodealmazara“s.a.t.virgendeles-pino”.

•EstudiodeenlaceparasupresióndelpasoaniveldelP.K.173/326de la línea Mérida-Los Rosales.

LA PUEBLA DE CAZALLA

•Proyectodeperfeccionamientoyampliacióndelasinstalacionesdeaderezo de la Coop. agrícola “San José”.

•Proyectodeexplotaciónderecursominero“laCarrucha”.

LA PUEBLA DE LOS INFANTES

•Proyectodeconstruccióndenaveindustrialdestinadaagranjaavícola.

LA PUEBLA DEL RíO

•Proyectodeconstrucción:defensadelamargenderechadelaríadel Guadalquivir.

LA RINCONADA

•Proyectodeinstalacióndeplantadesecadoyalmacenamientodecereales en la finca “La Cartuja”.

• Proyecto de explotación de recurso minero de arenas y gravas,“Nueva Amavisa”.

•ProyectodeconstruccióndelaAutovíase-40,tramoLaRinconada-Alcalá de Guadaíra.

•Proyectode instalacióndeunaplantadereciclajeen lacantera“jarilla”.

•MemoriaresumendelaEvaluacióndeImpactoAmbientaldelaex-plotación de recurso minero “Ampliación Cortijo del Castellano”.

•Proyectodeexplotacióndelacantera“Jarilla”.•Proyectodeinstalacióndelíneaaérea,reddedistribucióninteriory

centro de transformación en p. I. “El Cáñamo II".•Proyectodeexplotaciónderecursominero,áridos,“LosRafaeles”.•Proyectodeinstalacióndelíneaaéreadesubestación“ParqueAero-

naútico” a subestación “Casa”.•Proyectodeexplotaciónderecursominero,“PalmardeMajarabique".•Proyectodeexplotaciónderecursominero"Majaloba".•Proyectodeexplotacióndelacantera“SanFernando”.•Proyectodeexplotacióndelacantera“LaCabañaII”.•Proyectodenaveindustrialyoficinasenlafinca“Mogollón”.

EL RONQUILLO

•Proyectodedesvíodelíneaaérea“RonquilloderivaciónCharolesa”por afección con Autovía de la Plata

• Proyecto de electrificación en el cortijo “Evanisio DomínguezPozo”

EL RUBIO

•Proyectodetrasladoymejoradelasinstalacionesde“Agrícola de El Rubio”.

EL VISO DEL ALCOR

•ProyectodeacondicionamientoyrestauracióndelarroyoChobas,a arroyo Salado.

•Proyectodemejoras en las instalacionesde cocido enplantadeaceituna de mesa.

INTERVENCIONES ARQUEOLÓGICAS

ALCALÁ DE GUADAIRA

•ProspecciónArqueológicaenlosterrenosafectadosporlasobrasdeprolongación del Vial del Zacatín en Alcalá de Guadaíra. Tramo: nuevo puente sobre el río Guadaíra-conexión con la A-392.

•Documentaciónyanálisishistórico-arqueológicodelosmolinosdela Ribera de Alcalá.

ALCALÁ DEL RíO

•ExcavaciónarqueológicaenlaAvenidaAndalucía,109-111.•IntervenciónarqueológicapreventivaenlamurallaromanadeAl-

calá del Río.

ALMENSILLA

•ProspecciónArqueológicaSuperficialenlosterrenosadesarrollarmediante el Plan Parcial “La Pierna”, sectores SR-1 y SR-2. aznalcázar

•Prospecciónarqueológicaenlosterrenosafectadosporlainstala-ción del gasoducto entre las estaciones Marismas C-5 y Marismas C-7.

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AZNALCÓLLAR

• IntervenciónarqueológicaPreventivaparadelimitacióndel yaci-miento “Poblado Calcolítico”.

BOLLULLOS DE LA MITACIÓN

•ProspecciónArqueológicaSuperficialenlosterrenosadesarrollarmediante el Plan Parcial S-1.

•ProspecciónArqueológicaSuperficialen“AltosdeValdeparrillos”.

BURGUILLOS

•ProspecciónArqueológicaSuperficialenlosterrenosadesarrollarmediante el Plan Parcial OE-R4.

•ProspecciónArqueológicaSuperficialenlosterrenosadesarrollarmediante el Plan Parcial SUR-6.

•ProspecciónArqueológicaSuperficialenlosterrenosadesarrollarmediante el Plan Parcial NO-R8.

CAMAS

•ExcavaciónarqueológicaenelyacimientodeElCarambolo,faseIII.

CARMONA. Excavaciones arqueológicas

•CalleElSalvador•CalleJuanOrtega,7 •PlazaJuanFacundez,3•CalleTorredelOro,1•CalleJuanOrtega10

DOS HERMANAS

•Documentación y análisis histórico-arqueológico de laTorre deQuintos.

éCIJA. Excavaciones arqueológicas

•CalleAncha31-33•CalleSantoDomingo,5-7•CalleArroyo,8•RondadeHuertass/n•Avda.Emigrantes,25-27•PlazaPuertaCerrada,8•Avda.Andalucía41

FUENTES DE ANDALUCíA

•IntervenciónArqueológicaPreventivaenlaexplotaciónminera“ElRoyuelo”.

GELVES

•ProspecciónArqueológicaconmotivode laredaccióndelnuevoPlan General de Ordenación Urbana

LA RODA DE ANDALUCíA

•ProspecciónArqueológicaSubestacióneléctrica

LAS NAVAS DE LA CONCEPCIÓN

•ProspecciónArqueológicaenlosterrenosadesarrollarenlaUni-dad de Actuación AUE-2.

LEBRIJA

•IntervenciónArqueológicaPreventivaenelinmueblenº41delacalle Tetuán.

MONTELLANO

•ProspecciónArqueológicaLíneaeléctrica

MORÓN DE LA FRONTERA

•ProspecciónArqueológicaenlosterrenosafectadosporlainstala-ción de una línea aérea de media tensión y centro de transforma-ción en la Finca La Morejona.

OSUNA

•Excavaciónarqueológicaenelinmueblenº31delacalleAlpechín.•Excavaciónarqueológicaenelinmueblenº37delacalleSevilla.

PALOMARES DEL RíO

•IntervenciónArqueológicaPreventivaenelentornodelaZonaAr-queológica BIC “Baños árabes”.

SALTERAS

•ProspecciónArqueológicaenlosterrenosadesarrollarmedianteelPlan Parcial Industrial nº 3 “Jardín de Alá”

SAN JUAN DE AZNALFARACHE

•IntervenciónArqueológicaPreventivaenelcerrodeNuestraSeño-ra de Loreto.

SANLÚCAR LA MAYOR

•ExcavaciónarqueológicaenlaIglesiadeSanEustaquio

SEVILLA. Excavaciones arqueológicas

•CalleLira11•CallePureza,90•CalleCastilla12-IyII•CalleSantaRufina,3•CalleCastelar,28•CalleFlota,Nº7-9.•CallesHiniesta,55yLira,18•CalleAmargura,5•CalleSanVicente,98•CalleTorneo27,28•CalleSantaAna2•CalleSanLuis,93•CalleCastilla,Nº58•CalleImagineroCastilloLastrucci,14

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843

•CallePureza,2•CarreteraCarmona,10•CallesCrédito,EstrellitayVascongadas•CalleAzafrán28,30y32•CalleSánchezdeCastro,13•SanLaureano(Patio)•CalleRodrigodeTriana,98•PuertadeJerez-SanFernando•CalleArrayán,20,22y24•PlazadeSanFrancisco,5•CalleSánchezdeCastro,13•CalleBécquer,1-3•CalleTentudía,11•CalleSanLuis,93•CalleTorneo27,28•CalleRelator,42•CalleMendigorría,1•CalleSantaAna2•CalleCardenalCisneros3•CalleSantaPaula16•MetrodeSevilla,Línea,1•CalleRelator,44

•CallePerisMencheta,10•CalleViriato,3•CallesCeciliodeTrianayDoctorLasso•CalleCampamento,29-33•CalleBoteros,36•CalleMoravia,1•EscalinatadelaTorredelOro

UTRERA

•ExcavaciónarqueológicaenlacalleDonaire,14.•ProspecciónArqueológicadelTérminoMunicipal.•ProspecciónArqueológicaconmotivodelaconstruccióndeltramo

de la Línea de Alta Velocidad Utrera-Las Cabezas de San Juan.

VALENCINA DE LA CONCEPCIÓN

•ProspecciónarqueológicaenlaparcelaqueocuparáelInstitutodeEnseñanza Secundaria.zona sur aljarafe (Umbrete-Bollullos de la Mitación)

•ProspecciónArqueológicadeltrazadodelGasoductodelazonasurdel Aljarafe.

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EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN RONDA DE LAS HUERTAS S/Nº DE ÉCIJA (SEVILLA)

GEORGINA AGUILAR CAMACHO

Resumen: Este trabajo analiza la Intervención Arqueológica Pre-ventiva realizada en un solar de Ronda de las Huertas s/nº de écija (Sevilla), llevada a cabo entre el 16 de noviembre de 2004 y el 22 de diciembre del mismo año.

Durante la realización de dicha intervención, pudimos compro-bar que solamente existían niveles contemporáneos hasta alcanzar el Terreno Natural (nivel freático en este caso) a cota de –4´80 me-tros con respecto a la “cota 0”.

Este espacio había sido utilizado durante los últimos 25/30 años, debido a su localización en la circunvalación de la ciudad, como zona para vaciado de escombros, que es precisamente lo que hemos encon-trado en las tres catas realizadas y en el vaciado íntegro del mismo.

Abstract: This paper analyses the Preventive Archeological Inter-vention in a building site in Ronda de las Huertas, no number, in écija (Sevilla), carried out between 16 th November and 22 nd December, 2004.

During the carrying out of this intervention, we could check the sole existence of contemporary levels before reaching the Natural Soil (ground-water level, in this case) with at an elevation of –4´40 metres with regard to the elevation “0”.

In the last 25 or 30 years this land has been used, due to its lo-cation in a ring road in the city, as a debris cast, wich is what we have found in the three different trial excavations and in the total emptying of the mentioned cast.

DATOS DEL INMUEBLE Y ENCLAVE URBANíSTICO

Este solar está ubicado en la zona nororiental de écija y a las afue-ras del recinto de murallas tanto romana como medieval que cir-cundaban a la población astigitana.

Situado próximo al río Genil, se piensa que aproximadamente por esta zona pudo haber existido en época romana alguna alfarería (figlinae), embarcadero u otra construcción similar relacionada con la navegabilidad de este río.

El solar cuenta con una forma trapezoidal y dos lados a fachada, el resto del perímetro es medianero con otras edificaciones y solares. Cuenta con una superficie total de 898´47 m2, de los cuales 702´47 m2 son los que se han visto afectados por las remociones de tierra necesarias para la eje-cución del semisótano, pues el resto estaba destinado a zona ajardinada.

Esta parcela donde se han realizado los trabajos arqueológicos se encuentra dentro de los límites del Plan Especial de Protección, Re-forma Interior y Catálogo del Casco Histórico de écija, con grado de protección b.

PLANTEAMIENTO DE LA EXCAVACIÓN

En la elaboración del Proyecto Arqueológico, se planteó la realiza-ción de tres Sondeos denominados A, B y C respectivamente.

El primero de ellos, Sondeo A, fue realizado totalmente a mano. Contaba con unas medidas de 6x4 metros y la profundidad máxi-ma alcanzada fue de –3´16/-3´20 metros.

Fueron localizadas un total de once Unidades Estratigráficas en el Sondeo A. Dicha estratigrafía se correspondía con niveles contem-poráneos, pertenecientes a un potentísimo relleno depositado en este lugar durante los últimos 25/30 años.

Toda esta zona, como su propio nombre indica, estuvo dedicada tiempo atrás a huerta de cultivos diversos, es decir, era un espacio abierto con tierra de labor donde únicamente se conocían (según la información verbal facilitada por quienes la conocieron como tal), una casilla y dos albercas. Ninguna de estas construcciones han coincidido en el espacio ocupado por nuestro solar.

Tras ser abandonada la huerta (aproximadamente hace unos 30 años), comenzó a utilizarse este espacio para el vaciado de escombrera y ello precisamente, es lo que nos hemos encontrado durante la excavación.

De esta forma, denominamos U.E.1, a la primera capa de tierra existente en la cuadrícula antes de iniciar su excavación (rasante del solar) y que presentaba una potencia máxima de 0´17 metros.

Bajo la misma, pudimos apreciar una fina capa de albero (con potencia variable de uno a otro perfil). Se encontraba esparcido por todo el solar y su finalidad no era otra que la de afianzamiento del terreno, la denominamos U.E.2.

Fue la U.E.3, el nivel que nos inició en este “sin fin” de escombrera. Con una potencia que comenzaba en los – 0´72 metros y bajaba hasta los – 2´14 metros con respecto a la cota “0”, envuelto por una tierra de textura arenosa muy suelta y de color marrón claro, encontramos des-de los faros de un coche hasta bolsas de basura llenas, vigas de madera, restos de ropa, latas de refrescos, botellas, una persiana, azulejos, restos de una alambrada, restos de ladrillos de gafas y lo más difícil de extraer, unos bloques de hormigón de gran tamaño que debieron pertenecer en su día, a la solería de algún acerado de nuestra ciudad. Todo ello se encontraba tirado de cualquier forma en el interior de la cata.

Entre tanta escombrera también se encontraban pequeños frag-mentos de cerámica sin que ninguno destacase por su forma o por el simple hecho de encontrarse completo.

Todos y cada uno de ellos fueron recogidos y registrados debidamente en sus respectivas bolsas y fichas. Damos por sentado que toda esta cerá-mica provenía, junto con la escombrera, de otras viviendas del pueblo.

La seriación estratigráfica que viene a continuación: U.E.4,U.E.5,U.E.6 y siguientes, dentro del Sondeo A, no dejan de ser rellenos contempo-ráneos. No obstante y debido a que se trataba de una excavación ma-nual, hemos querido individualizar cada uno de estos vertidos o rellenos,

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quedando así reflejado en los dibujos y en la Matrix Harris el orden de deposición de los mismos.

Es el caso del vertido de grava de obra (U.E.4), de la tierra roja de labor (U.E.6), etc. La última capa que localizamos antes de finalizar el rebaje es la U.E.11. comenzaba a una cota de –2´22 metros respecto a “0” y se-guíamos con ella cuando alcanzamos los –3´20 metros de profundidad.

Fue en este nivel donde mayor cantidad de cerámica apareció, destacando los fragmentos de ollas de cocina vidriadas en el interior y los esmaltados en blanco y con decoración azul sobre blanco de los siglos XVI, XVII y posteriores.

En los cuatro perfiles de este Sondeo A, han quedado buenos ves-tigios de la mencionada escombrera.

Tras finalizar con la excavación de este primer Sondeo, cuya dura-ción fue de un mes, procedimos a excavar el Sondeo B. Sus medidas eran las siguientes: 10 metros de largo por 9´50 metros de ancho.

Este Sondeo, como ya quedó estipulado en el Proyecto Arqueo-lógico aprobado, se iniciaría con medios mecánicos y con ellos se finalizó, pues los resultados que se iban obteniendo eran similares a los del Sondeo A, potente escombrera hasta la cota de finalización.

Hemos distinguido un total de cuatro Unidades Estratigráfi-cas horizontales o niveles de relleno contemporáneos. Ponemos como ejemplo el perfil Sur, donde se observaban desde restos de un bloque de hormigón, hasta un recogedor de basura, un vertido de grava entremezclado con pequeños fragmentos de hormigón, etc.

En el perfil Este, medianero con unos pisos vecinos, se observaban unos bloques de hormigón pertenecientes a su cimentación, y de nuevo el vertido de grava que podía apreciarse en esta esquina Este del perfil Sur formando parte del relleno.

Por último el perfil Oeste, donde mejor podía apreciarse la dife-rencia de tonalidad de tierras de la U.E.3 y la U.E.4, ambos niveles rellenos contemporáneos.

El último de los Sondeos, el C, contaba con 10´50 metros de largo por 10 metros de ancho.

De los tres sondeos, este último, el situado más al Sur del solar y el que más bajo se encontraba, fue el que mayor cantidad de escombro sacó al exterior. Al igual que el segundo Sondeo, su excavación se realizó con medios mecánicos hasta llegar a la cota final alcanzada de –3´20 metros.

Este Sondeo fue el elegido para realizar la lectura estratigráfica com-pleta, localizando de este modo un total de siete niveles estratigráficos. Los cuatro primeros pertenecían al relleno contemporáneo, y los tres últimos niveles pertenecían al terreno natural de la zona, la U.E.7 el nivel freático, que surgía a cota de –4´80 metros con respecto a 0.

De nuevo denominamos U.E.H.1 a la primera capa de tierra pre-sente en este Sondeo C, previamente a su excavación. Bajo esta capa de tierra apisonada de no más de 0´3 metros de espesor, volvimos a encontrar el albero con unos 0´5 metros de potencia, denominan-do U.E.H.2 a este nivel.

La U.E.H.3, correspondía al igual que en los Sondeos anteriores, al enorme nivel de relleno contemporáneo vertido durante los úl-timos años. Con una cota superior respecto a 0 de –0´79 metros y alcanzando la inferior en los –2´73 metros, volvimos a encontrar un variopinto basurero donde volvían a repetirse los mismos mate-riales que en los otros Sondeos.

En el caso del perfil Norte pudimos observar claramente la es-combrera formada por bolsas de plástico, fragmentos de hormigón, fragmentos de ladrillos, cascotes y una enorme mancha blanca que no era otra cosa que placas de cemento situadas unas sobre otras y formando parte del relleno de la U.E.3. Presentaban una potencia máxima de 0´50 metros y un largo de 7´90 metros.

En el perfil Sur, exactamente lo mismo, y en el perfil Este obser-vamos incluso una caja de cruzcampo en la U.E.3, por lo demás, restos de cuerdas, gavillas, un palé de madera, etc.

El perfil Oeste, se correspondía con la medianera de los pisos ve-cinos. Esta medianera que pertenecía al sótano de dichas viviendas, se encontraba incluso enlucida y en la parte inferior de la misma pudimos observar unos zunchos de hormigón realizados por la em-presa constructora que edificó tal bloque de pisos.

El Sondeo C se rebajó hasta cota de –3´20 metros, no obstante, y como ya dijimos al principio, la cota definitiva de la obra se que-daría en –2´90 metros que alcanzarían cubriendo nuevamente con tierra, lo justo para tapar dichos zunchos de hormigón.

Ha sido en la esquina sureste de este último Sondeo, en una cuadrí-cula de 2 x 2 metros., donde hemos realizado la lectura estratigráfica completa . Tras los cuatro primeros niveles pertenecientes a un relleno de escombro contemporáneo, vendría la U.E.H.5 que identificaba a una tierra de tonalidad marrón muy oscura, prácticamente negra, de textura arcillosa y húmeda, sin restos de materiales, que se correspondía con la tierra de labor de la Huerta.

Tras este nivel de tierra de labor, un siguiente nivel de lima: U.E.H.6 cuya cota inicial era de –4´43 metros respecto de la cota 0, tampoco aquí se apreciaron materiales de ningún tipo.

Por último, el nivel freático de esta zona, que apareció a una cota de –4´80 metros.

Con este Sondeo C, se dieron por finalizados los trabajos de excava-ción el día 22 de diciembre, cuyos resultados nos demostraban que fue una zona utilizada para el vaciado de escombrera desde los últimos 25/30 años aproximadamente. Dichos resultados, como ya dijimos anterior-mente, fueron debidamente comunicados al área de arqueología del Ayuntamiento local y al arqueólogo inspector de la Delegación de Cul-tura de Sevilla, una vez que nos concedieron el permiso, llevamos a cabo el vaciado completo del solar mediante vigilancia arqueológica. Dicho vaciado comenzó el día 27 del mismo mes, y finalizó un día después.

Durante el vaciado del solar, (cota final de –2´90), los resulta-dos siguieron siendo los mismos, potentísima escombrera actuando como relleno de esta zona.

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Lámina I. Sondeo A. perfil S. Lámina II. Sondeo A. perfil W.

Lámina III. Sondeo B. perfil N. Lámina IV. Sondeo B. perfil S.

Lámina V. Sondeo C. perfil N. Lámina VI. Sondeo C. perfil S.

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Lámina VII. Sondeo C. estratigráfica completa. Lámina VIII. Vaciado completo del solar.

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ANÁLISIS ARQUEOLÓGICO DE LOS PARAMENTOS Y SONDEOS EN LAS ESCALINATAS EXTERIORES DE LA TORRE DEL ORO (SEVILLA)

FERNANDO AMORES CARREDANO

Resumen: El proyecto de limpieza de los paramentos exte-riores de la Torre del Oro ha ido acompañado de un estudio arqueológico paramental así como de varios sondeos en la base de la torre. Este trabajo ha permitido aportar nuevos datos des-conocidos hasta el momento sobre la evolución arquitectónica del edificio y variados detalles de sus elementos medievales y postmedievales.

Abstract: The “Torre del Oro Surface Cleaning Project” has in-cluded an archaeological analysis on the architecture of the medi-eval tower and several archaeological soundings in its bottom. This work has generated new approaches to the traditional version of the architectural evolution of the building and new visions of some of its medieval and post-medieval elements.

ANTECEDENTES

La investigación arqueológica en la Torre del Oro (fig. 1) está incar-dinada en el proyecto “Conservación y Limpieza de los Paramentos Exteriores de la Torre del Oro” redactado por las arquitectas María Caballos Rufino y Cristina Borrero Beca y financiado por la Funda-ción El Monte (1). La intervención arqueológica fue demandada en su día por la Comisión Provincial de Patrimonio de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía de acuerdo con la normativa vigente al tratarse de un Bien de Interés Cultural (2). La autorización fue concedida como Actividad Arqueológica Puntual con el título “Escalinatas exteriores de la Torre del Oro, Sevilla” en septiembre de 2004.

Los objetivos del proyecto arquitectónico incluían:

•La transformación de la urbanización exterior inmediata a la to-rre, sustituyendo las escaleras perimetrales que conectan el Paseo de Cristóbal Colón con el muelle desde el s. XIX por una alfom-bra de pavimentación por calles paralelas resueltas en suave pen-diente desde la ciudad al río, modificando las cotas del entorno. Esta solución implicaba el desmonte de las escalinatas exteriores, norte y sur, y cierto rebaje en el terreno.

•La valorización de la conexión de la torre con la ciudad a través de la muralla coracha en el pequeño tramo de conexión junto a la puerta, cuya conservación se presumía.

•La limpieza de los paramentos exteriores de la torre, en toda su superficie.

Para la consecución de estos objetivos se exigía la exploración y control arqueológicos del desmonte de las escaleras exteriores y el análisis arqueológico de los paramentos exteriores. Aparte, la Co-misión Provincial de Patrimonio exigió la realización de un sondeo exterior en la base de la torre. Las dos campañas se llevaron a cabo según el siguiente esquema y objetivos:

1ª campaña (Enero 2003) (3)

Sondeo en tramo superior de la escalera exterior sur:

•Comprobación de la existencia y estado de conservación de la muralla de conexión con la cerca urbana, junto a la puerta de acceso.

•Comprobación del estado de conservación de los sillares de la base de la torre, ocultos por las escaleras desde el s. XIX.

2ª campaña (Septiembre 2004- Abril 2005)

Desmonte de las escaleras exteriores, norte y sur:

•Documentación de las diferentes soluciones de acceso exterior a la torre en el s. XIX.

•Control del rebaje de los depósitos inferiores a las escaleras hasta las cotas del proyecto arquitectónico y documentación de los nue-vos datos que ofreciera la liberación del zócalo de la torre.

•Liberación y documentación de la muralla coracha en su conexión con la torre.

Sondeo arqueológico en la base de la torre junto a la cara 12 (4):

•Exploración del sector enterrado de la base de la torre para su documentación científica por vez primera.

Análisis arqueológico de paramentos exteriores (figs. 2 y 3):

•Documentación de huellas perceptibles de hechos y elementos significativos que permitan incrementar el conocimiento de la evolución histórica del edificio.

Levantamiento fotogramétrico y arqueológico:

•Debido a la importancia del monumento y a la riqueza de su colección gráfica nos pareció interesante ofrecer un levantamien-to planimétrico acorde con las tecnologías del momento. Fue encargado por la Fundación El Monte a la Escuela de Estudios Árabes del CSIC (Granada), llevándolo a efecto el Dr. Antonio Almagro Gorbea. Este levantamiento es el que ha servido de base para nuestro análisis que incorpora nuevos detalles y correcciones lógicas al contar la ayuda de los andamios y las labores de limpieza que permiten apreciar con mayor detalle la piel del edificio.

VENTAJAS Y LIMITACIONES DE LA ACTUACIÓN EN LA TORRE DEL ORO

La Torre del Oro ha soportado diversas obras de reparación de daños a lo largo de su historia como ha recogido Falcón en diferen-

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tes ocasiones (FALCÓN MÁRQUEZ 1983, 1993). Las de mayor envergadura están relacionadas directamente con los terremotos de 1355, 1504, 1755 –de efectos especialmente trágicos sobre el edifi-cio- y 1969. Aún cuando a estas obras se les suele denominar “res-tauraciones”, en cierto sentido la primera restauración propiamente dicha de la Torre del Oro es la que se llevó a cabo en 1900 por el ingeniero naval Carlos Halcón bajo la supervisión de José Gestoso, destacado por la Comisión Provincial de Monumentos (5).

Una clara ventaja en la intervención actual es la disposición de andamiaje exterior completo. Nos ha permitido el acercamiento máximo a la realidad en cualquier punto deseado.

Como limitaciones concretas citamos el respeto de los enfoscados de los sectores centrales de las distintas caras de la torre, construidos origi-nalmente en tapial u hormigón de cal. El enfoscado aludido correspon-de a la actuación de 1900. Debido a su aceptable estado de conservación y a la ausencia de cemento en su composición se decidió su consolida-ción. Por ello la superficie original almohade y las huellas de actuaciones posteriores restan aún ocultas y esquivas al análisis arqueológico. Tan sólo hemos accedido a esta superficie en algunos lugares donde se ha desprendido el enfoscado de 1900. El análisis de estas lagunas ha sido provechoso, por ejemplo, para medir la altura de los cajones de tapia y deducir, por consiguiente, la lógica estructural y constructiva de la torre; también ha podido analizarse la inserción de una de las garitas de tiro vertical, ya desaparecidas, en su mitad inferior y laterales.

Por otro lado, la actuación de limpieza y consolidación se ha res-

tringido a las fachadas exteriores por lo que resta conocer el “uni-verso” del interior del edificio. La torre ha tenido una historia in-tensa y prolongada y, aún cuando nos parece que siempre se ha mostrado con su apariencia monolítica e invariable, no dudamos que el interior guarda sorpresas. No obstante, hemos aprovechado la actuación para intentar extraer el máximo de conocimiento que la intervención nos ha brindado.

La extensión de este artículo nos obliga a una presentación inicial y resumida de los resultados, hallazgos e hipótesis que nos parecen más interesantes. Ofrecemos una secuencia ordenada de la evolu-ción formal de la torre para facilitar su comprensión aún cuando no nos detengamos en la descripción de alguno de sus episodios. Dejamos para otras publicaciones monográficas el desarrollo del aparato crítico y los detalles.

FASE ALMOHADE

Partiendo de la premisa de su construcción hacia 1220/1221 (ABEN ABI ZARA 1918: 248; TORRES BALBÁS 1934a y 1934b), la exploración arqueológica de la torre ha ofrecido datos para asegurar unas cuestiones y plantear hipótesis sobre otras.

En primer lugar ha sido descubierto el tramo de inserción de la muralla coracha, y del recinto amurallado de la ciudad por tanto, con la Torre del Oro. El tramo se presenta conservado hasta su cima pero sin la merlatura y se limita al rellano inmediato a la puerta. Está construido en sillería de piedra alcoriza concertando las hileras con las de la base de la torre con la que traban algunos sillares (lá-mina I). Este tramo ha servido para apoyar las escaleras exteriores de acceso a la puerta original durante los siglos XIX y XX, tras la destrucción completa de la coracha en 1821.

La limitada investigación sobre la base ha documentado un cuer-po exterior construido en fuerte hormigón de cal que rodearía a la torre en todos sus lados. ésta se organizaba como una enorme zarpa de cimentación de la torre, de gran peso, que se encontraba hincada de forma aislada sobre la arena, en una posición avanzada sobre el río, que lamería su base. Esta zarpa funcionaría igualmente como protección de la cimentación central de los regímenes extremos del río, pudiéndose clasificar como tajamar. La superficie superior es ataludada, con ligero derrame hacia el río de la que hemos docu-mentado una longitud de 4,30 m. desde la fachada de la torre aun-que sigue hacia el río en longitud desconocida.

Sobre esta zarpa/tajamar emergía un muro adosado y transversal a la cara 12, que se adelantaba hacia el río a modo de estribo o espolón, con desarrollo desconocido. Tanto la zarpa como el muro se advierten en diversas imágenes de la torre aunque nunca en sus dimensiones reales. El muro aparece conservado durante el s. XVI y ya desaparece en las imágenes de cuadros y grabados de la siguiente centuria. Comoquiera que el muro asienta sobre la zarpa, a ésta habría que dotarla de similares dimensiones, al menos en el frente del río. De acuerdo con las proporciones que exhiben los dibujantes de la época, especialmente A. Van den Wyngaerde, donde se aprecia una proporción de 2/3 del muro con respecto a la torre, podríamos asignar al muro una longitud de unos 10 m (6).

Esta continuación de la coracha asumiría la función de “cortar” un posible acceso por tierra desde el Tagarete hasta el puerto en momentos de bajamar por encima de la cimentación exenta. La de-fensa contra eventuales zapadores sobre su base estaría garantizada desde la terraza superior.

La torre emergía desde esta base con un cuerpo macizo de sillares cuyo despiece ha podido ser descubierto en esta intervención bajo el lamentable aplacado isodómico de hormigón, colocado en 1976 en el frente del río, y bajo los tramos correspondientes de las esca-leras externas.

El edificio presentaba como aberturas en fachada tan sólo una serie de saeteras con una función primordial de iluminación del interior (7). Conocemos las conservadas in situ hasta nosotros, que aparecen alternantes en las caras, pero desconocemos su posible existencia en algunos de los puntos centrales de los paños que ahora exhiben grandes vanos.

Los vanos con medios puntos que ofrece la torre bajo la franja de remate con arquillos geminados se corresponden con aperturas para garitas de defensa con tiro vertical, “ladroneras”(8) propiamente dichas. Se trata de estructuras medievales que aparecen en la icono-grafía de la torre desde el s. XVI al s. XVII y cuyo análisis ha permi-tido su datación en momentos posteriores al dominio almohade. Este dato es de particular importancia puesto que nunca ha podido demostrarse su adscripción con anterioridad. Valor (9) revela una posición contradictoria al comentar en un momento la posibilidad de que sean post-almohades, como elementos que no se conocen hasta después de la conquista cristiana, atribuyéndolas sin embargo en otro lugar a época almohade.

La franja de arquillos geminados de herradura apuntados fue re-cubierta de un fuerte enlucido de cemento, realizado en 1900. Di-ficultosas labores de picado han puesto al descubierto un trazado

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original de arquillos ciegos polilobulados, de ladrillo. El relieve de los lóbulos ha desaparecido en gran parte, tanto por el paso del tiempo, como quizás durante las obras de reparación tras los te-rremotos de Carmona, en 1504, y el de Lisboa, en 1762, cuando se trabajó en esa zona tanto para colocar un zuncho de hierro con tirantes a la altura de la línea de impostas como para reforzarlo, ocultando incluso la parte inferior de la franja.

El estado en que nos ha llegado la decoración reviste cierta difi-cultad para su reconstrucción y parece intuirse que se trató de dos modelos decorativos alternantes en las caras de la torre. El moti-vo más evidente alterna lóbulos de diámetro mayor y menor en desarrollo regular. Igualmente, el zuncho destruyó gran parte de todas las impostas al estar situado justo a su altura. Realizadas en piedra de alcor, hemos comprobado su sencilla volumetría, planas con nacela o escocia de cuarto de círculo, esquema típico de la ar-quitectura militar.

La coronación del cuerpo inferior de la torre ha registrado dos sorpresas más. En primer lugar se ha descubierto el sistema original de evacuación de aguas de la terraza mediante gárgolas de piedra alcoriza ubicadas en el centro de las diferentes caras del edificio. Según hemos podido comprobar, debieron estar funcionando hasta el gran terremoto de Lisboa en que fueron dañadas, algunas seccio-nadas en su totalidad y arruinadas por lo que fueron eliminadas y macizados sus interiores (lámina II).

El picado de los merlones de coronación también ha revelado que su forma original almohade era de remate plano, horizontal y más bajos, al modo de los que conserva tanto la muralla como la barba-cana de la Macarena en algunos puntos (lámina III).

Una cuestión que creemos ha quedado resuelta en esta investiga-ción es el acabado exterior de la torre almohade. En 1900 fueron picados sus revestimientos y emparchados fijando a partir de en-tonces una imagen desnuda, con sus aparejos de sillares y argamasa vistos. No obstante, hemos podido registrar restos de enlucido de cal con paja de muy buena calidad, con similares características, tanto sobre los sillares como sobre el tapial original, las molduras de ladrillo y los merlones superiores. El mismo enlucido, típicamente medieval islámico, fue usado para recubrir el recrecido piramidal de los merlones en algún momento del medievo cristiano. Continuó usándose la solución de acabado que ya protegía a la torre con una imagen lisa de color blanco marfil que quizás tuviera algo que ver con la denominación de la construcción defensiva. Lo que es ne-cesario rechazar es la posible presencia de los tan traídos y llevados azulejos dorados.

La torre acabaría según nuestra hipótesis con un pequeño volu-men emergente correspondiente al castillete de salida a la terraza superior desde la que se ejercía la defensa del acceso al puerto.

A esta imagen de la torre que proponemos le falta el segundo cuerpo, que siempre ha sido identificado como parte esencial del singular edificio almohade. Todos los autores así lo defienden fun-damentalmente por dos cuestiones (lámina IV).

•Se trata de un edificio único en su especie. Las torres almohades de planta poligonal son relativamente frecuentes y disponemos de ejemplos de hasta de 8 lados, como la de la Plata de Sevilla, las de

Espantaperros en la Alcazaba de Badajoz, o las del recinto de Jerez o écija, todas ellas de un solo cuerpo. Al no existir ninguna otra de 12 lados no existen paralelos para establecer comparaciones. Al ser más ancha permite el desarrollo de este segundo cuerpo.

•Las primeras imágenes de la Torre del Oro, que aparecen a inicios del s. XVI, ya muestran los dos cuerpos asociados por lo que se ha admitido como un edificio único.

•Las características formales y decorativas –el paño de sebka, los ar-quillos y su decoración con alicatado-, descubiertas en 1900, encaja-ban con lo que tradicionalmente se asocia a lo almohade, por lo que no existía contradicción alguna para aceptar su adscripción.

Sin embargo, nosotros estimamos otra serie de argumentos y cuestiones que desarrollaremos brevemente más adelante.

La torre almohade aparecería como un potentísimo volumen poligonal de un solo cuerpo que defendía el acceso al puerto de incursiones más desde tierra que por el río. éstas últimas nunca se habían producido desde aquella normanda del s. IX, muy alejada en la memoria andalusí, y eran poco probables debido a la carencia de marina de guerra en los reinos cristianos.

El muro espolón adelantado, que existió en un principio, siem-pre ha sido eliminado de la imagen y comprensión historiográ-fica de la torre por más que haya sido reproducido en los graba-dos. Su presencia bien pudo sustentar la tradición de que la torre fijaba una cadena de corte del río para evitar el acceso en casos de asedio. Sin embargo, la crónica de la conquista se refiere explí-citamente a la rotura del puente de barcas, unidas con cadenas, elemento estratégico fundamental para la defensa de la ciudad y para su aislamiento y conquista (10).

ALFONSO X

Una de las incógnitas sobre la que pretendíamos indagar era la re-lación que las ladroneras defensivas, que exhibía la torre desde su primera iconografía hasta fines del s. XVII, tenían con la obra origi-nal. Aparte de la posibilidad de esgrimir paralelos con otros edificios defensivos medievales, lo cual siempre deja dudas sobre el propio, el máximo interés siempre lo tiene la posibilidad de documentar el origen de estos elementos in situ. Téngase en cuenta que se trata de la última obra construida por el poder almohade y no sabemos a ciencia cierta si este elemento defensivo fue usado en aquel momento. Alre-dedor de los vanos rematados con medios puntos donde se insertaron las ladroneras se conservaba el enfoscado de 1900, ocultando las hue-llas del encastre cuya observación necesitábamos.

Sin embargo, en la cara 7 se produjo un desprendimiento del enfoscado reciente y pudimos acceder al análisis del despiece que exhibía (11). Sin lugar a dudas, se observaba una obra diferente a la lógica constructiva original. Se constata una eliminación del tapial central, del que restaban las huellas suficientes como para demostrar su existencia, y el encastre de sillarejos donde encajaron las ménsulas, lobuladas según se desprende de la observación icono-gráfica (fig. 4). Una reconstrucción del proceso implica la realiza-ción ex novo de los vanos con sus medios puntos en ladrillo, como parece desprenderse del análisis de las fotografías de 1900.

La forma de las ladroneras es un tema más dudoso ya que se ob-servan dos modelos en la iconografía existente. Lo que es cierto

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es que las ménsulas laterales debieron por fuerza sostener paredes transversales a la cara de la torre y quizás resolver el cierre en trián-gulo hasta el vértice de la ménsula central. ésta ha dejado huellas de que fue más gruesa y baja que las laterales, lo que también se advierte en algunos dibujos, como el de Peraza. La techumbre a dos aguas también es lógica ya que rompería el agua que vertían las gárgolas centrales situadas más arriba. Nuestra propuesta gráfica recoge esta solución a la espera de un estudio más pormenorizado de los modelos posibles conservados en la extensa arquitectura de-fensiva de la época (lámina V) (12).

A la hora de adscribir un momento histórico para la construcción de estas ladroneras es necesario concitar sucesos o peligros concre-tos de la ciudad. Nada es gratuito en este tipo de edificios, y las reformas puntuales de refuerzo en la arquitectura defensiva sólo se explican de este modo, como respuesta preventiva a una amenaza inminente.

En principio, pensamos en la autoría de Alfonso X, momento en que se conocen las incursiones benimerines por el bajo Guadalqui-vir llegando a veces hasta Sevilla y, en cualquier caso, su construc-ción se fecharía en el último cuarto del s. XIII (13). No encontra-mos un momento inestable similar para la integridad de la ciudad con posterioridad a estas fechas. A este respecto es interesante el parecido del modelo de garitas que proponemos para la Torre del Oro con las garitas que conserva la torre de la iglesia fortaleza de Santa María del Puerto, cuya construcción es atribuida al monarca Alfonso X (CÓMEZ RAMOS 1979: 158).

PEDRO I DE CASTILLA

El reinado de Pedro I fue de especial importancia para Sevilla y a este momento adscribimos la erección del segundo cuerpo de la Torre del Oro, hasta ahora tenido sin duda por almohade. Esta hipótesis se sustenta, en apretada síntesis, en los siguientes argu-mentos deducidos de las observaciones realizadas en directo en la propia torre y del control de la información arqueológica que ha venido generándose en las numerosas excavaciones realizadas en la ciudad de Sevilla en los últimos 20 años.

La azulejería en la arquitectura almohade

Estamos en condiciones de asegurar que al día de hoy no ha apa-recido azulejo alguno (14) en contextos almohades excavados en la ciudad, y se acercan al centenar las intervenciones controladas. La totalidad de los zócalos decorados hallados en edificaciones almo-hades están realizados con gruesos enlucidos de mortero de cal pin-tados con motivos geométricos entrelazados en rojo almagre sobre fondo color blanco hueso del estuco (15).

Las excavaciones realizadas en los contextos palatinos del interior del Alcázar sevillano tampoco han brindado azulejería almohade alguna. Antes al contrario, el zócalo conservado en el patio del Yeso corresponde a la solución decorativa de estuco con motivos entre-lazados en rojo sobre blanco, similar a los ámbitos domésticos del resto de la madina.

Los alicatados más antiguos presentes en zócalos, pavimentos o en-jutas de vanos en iglesias o palacios corresponden al s. XIV (16).

El descubrimiento de los arquillos ciegos del remate almohade original del primer cuerpo de la Torre del Oro ha ofrecido un tra-zado polilobulado con estrecha arquivolta y alfiz rehundidos sin que se aprecien señales de haber portado verduguillos de azulejería. En el caso de que ambos cuerpos correspondieran a la misma ac-tuación este detalle decorativo podría haber presentado el acabado en azulejería.

Las primeras evidencias de alicatado en la ciudad de Granada corresponden a fines del s. XIII, lo que situaría una distancia de 50 años entre una obra aislada almohade final en Sevilla y las de Granada.

Según estas apreciaciones, es altamente improbable –no lo cree-mos- que la azulejería del segundo cuerpo de la Torre del Oro corres-ponda a una actuación almohade. También hay que descartar la idea de que se trate de un añadido decorativo sobre una construcción previa del segundo cuerpo por las características que exhibe.

Concepciones y tecnologías constructivas de los dos cuerpos

La observación detallada de las concepciones y tecnologías cons-tructivas de los dos cuerpos nos permite detallar lo siguiente:

El primer cuerpo está construido sobre basamento y ángulos en sillería, y paños centrales de hormigón de cal. El remate utiliza en mayor proporción el ladrillo presentando las molduras de las im-postas de los arquillos ciegos en piedra alcoriza. En la misma piedra están fabricadas las piezas de ángulo de las molduras horizontales salientes y las gárgolas descubiertas en el centro de los pretiles de la terraza demostrando una constante constructiva.

El segundo cuerpo está construido en ladrillo en su totalidad sin hacer uso de cadenas de ángulo en piedra ni en las piezas de ángu-lo de las molduras horizontales. Tan sólo se utiliza la piedra en el paño de sebka que corona el vano de acceso, siendo el único lugar donde está presente dicho elemento decorativo en toda la torre. Los capitelillos de los ajimeces presentan decoración elaborada en barro cocido a diferencia de las piezas de las impostas del primer cuerpo aludidas.

Si ambos cuerpos hubieran sido concebidos y ejecutados en el mismo tiempo no podrían presentar tantas contradicciones de con-cepto y de tecnologías en sus aparejos y elementos. Es más, las to-rres poligonales de menor tamaño del recinto fortificado inmediato llamadas de La Plata (8 lados) y de Abdelaziz (6 lados), ésta similar en anchura al segundo cuerpo que analizamos, presentan ambas aparejos de sillería encadenada en sus ángulos.

Como conclusión de este análisis no tenemos duda de que ambos expedientes, 1º y 2º cuerpo, corresponden a épocas y concepciones de construcción distintas.

Funcionalidad poliorcética de los dos cuerpos

La Torre del Oro, como edificio militar que es, debe ser analizada desde su funcionalidad defensiva, lo cual ha sido siempre realizado de forma superficial. Las circunstancias del poder almohade hacia 1221 eran de descomposición interna y de actitud defensiva frente

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a la presión de las tropas castellanas a partir de la derrota de las Navas de Tolosa en 1212. Por ello, la capital se apresura a dotarse de las últimas novedades en soluciones defensivas construyendo el antemuro o barbacana y la Torre del Oro por miedo a que el enemigo les sorprendiera por el río (17), y “cortar” así el acceso al puerto y puente de barcas.

No nos cabe duda de que la propia torre debió ser concebida como un edificio con énfasis en su aparatosidad de capacidad defensiva, simulando con ello una fortaleza sobrada para la ciudad capital. Las mismas murallas eran de baja altura dotándose en aquel momento con el antemuro, no sólo de mayor complejidad defensiva, sino también de una simulación de mayor altura a todo su recinto. En cualquier caso, lo que no cabe duda es de que las iniciativas cons-tructivas aludidas estaban presididas por la necesidad defensiva más que por un teórico prestigio político o dinástico. Desde esta óptica, el análisis de la torre presenta las siguientes contradicciones:

La defensa que ofrece la torre lo es desde su capacidad de flan-queo, multiplicada por sus 12 lados, por el corte del muro adelan-tado hacia el río y por la defensa con tiro vertical desde su amplia terraza, una vez despejada la duda de que las garitas son posterio-res; desde su posición adelantada en el río, dominando el acceso al puerto con alcance sobre teóricas embarcaciones de asedio; desde su condición de albarrana que adelanta la defensa y permite reple-garse por la fuerte coracha hacia posiciones atrasadas; en fin, por su amplitud, ya que admite una acumulación interna nada desprecia-ble de hombres y pertrechos que pueden resistir asedios desde una posición adelantada.

El segundo cuerpo no tiene sentido defensivo alguno. Ni se do-mina el horizonte con mayor ventaja ni se hostiga a un teórico atacante porque desde ella no se domina verticalidad alguna al estar retranqueada (18).

Desde estas consideraciones, afirmamos que el segundo cuerpo de la torre no tiene funcionalidad defensiva por lo que no se co-rresponde con la finalidad para la que fue construida la torre y, por tanto, prescindible, lo que en términos militares es decisivo: no formó parte de la concepción original de la torre.

Los capitelillos de barro cocido del segundo cuerpo

Comes se refiere en 1999 a los capitelillos en los siguientes térmi-nos: Son capiteles que significan una última fase en la transformación del corintio...encontrándose a un paso, por así decirlo, del capitel de palmetas nazarí que no es ni compuesto ni corintio derivando de ambos a la vez.

Poseen collarino, una corona de hojas de acanto formando el caracte-rístico meandro mientras dos palmas ascienden desde el astrágalo hasta las volutas de los caulículos, apareciendo entre las dos palmas la forma alancetada de una pequeña piña. ...Hay que destacar en ellos el pre-dominio del cuerpo cúbico superior sobre el cilindro del calatos con lo cual se hace también más evidente su forma como precedente del típico capitel de palmetas nazarí.

Como quiera que estos capiteles se encuentran en el segundo cuerpo del edificio tienen una cronología muy precisa pues son datables en

1221, fecha de construcción de la Torre del Oro (CÓMEZ RAMOS 1999: 225-233).

El autor parte en su análisis de una datación almohade a priori para el segundo cuerpo, como el resto de los autores (19), por lo que ha de centrar su análisis e interpretación en torno a aquel momento.

De estos comentarios se desprende la notable sorpresa que supone al autor descubrir las evidentes relaciones de los capiteles con la esté-tica nazarí. Las series sevillanas de capiteles almohades están alejadas por completo de los claros esquemas plenamente nazaríes que exhiben nuestras piezas. Lo que ocurre es que muestran un esquema simplifi-cado debido a su tamaño. Similar tratamiento simplificado se observa, entre otros, en los capitelillos de las tacas del Palacio de Comares, obra de Muhammad V de mediados del s. XIV (20), más simplificados que otros capitelillos anteriores de la misma Alhambra, de época de Yusuf.

A falta de un análisis más pormenorizado, entendemos que los capiteles de barro cocido del segundo cuerpo no son obra almohade sino posterior, fieles a los principios de la estética nazarí –como ya reconoce Comes- y en cronologías propias de tal estilo, en el s. XIV, atreviéndonos a proponer que hayan sido elaborados por talleres granadinos.

El segundo cuerpo: un “pabellón” de estilo mudéjar

Los argumentos que han sido esgrimidos nos parecen concluyen-tes como para afirmar que el segundo cuerpo de la Torre del Oro constituye una pieza añadida con posterioridad al primer cuerpo de la torre, obra almohade de 1221.

Con respecto a su funcionalidad, creemos que sus características lo definen como un mirador sobre el alto primer cuerpo de la to-rre. Su estructura se organiza en una alternancia entre paños que exhiben ajimeces ciegos con otros donde se abrían ventanas, cega-das tras el terremoto de Lisboa, ajenas a cualquier pauta defensiva. Estas ventanas se alternan en cinco lados de su perímetro confor-mando un mirador completo a los exteriores privilegiados: río, vega de Triana y puerto. Sus características le permiten un uso amplio de recreo como mirador, reposo y solaz en cualquier circunstancias de tiempo.

Como tal obra exenta, con las funciones aludidas y su asociación al conjunto del Alcázar, habría de ser catalogado como auténtico “pabellón” de recreo palatino.

En referencia al estilo, se trata de una obra realizada en ladrillo con fuerte énfasis en los aspectos y detalles decorativos (arquillos polilobulados y túmidos, azulejos en damero en las albanegas, pa-ños de sebka...), alejándose por tanto de toda referencia a la arqui-tectura defensiva. No tenemos duda en catalogarla como de estilo mudéjar (21).

En este momento de construcción del segundo cuerpo de la torre fechamos igualmente el recrecido de los merlones de la terraza del primer cuerpo con sus remates piramidales. Esta operación estaría muy justificada para compensar el desajuste de proporciones deri-vado de la elevación del 2º cuerpo.

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Edades Moderna y Contemporánea

Nos hemos centrado en aquellos episodios donde la arqueología ha realizado aportaciones sustanciales –por inesperadas o desconocidas- a la evolución de la Torre del Oro. De las centurias siguientes dispone-mos de un buen número de datos que añaden o perfilan los ya cono-cidos por la documentación escrita entre los que destacan las descrip-ciones de los daños y reparaciones tras el terremoto de Lisboa cuyos efectos pusieron en peligro de derribo a la torre más que en ningún otro momento de su historia (FALCÓN MÁRQUEZ 1983, 2007).

Un detalle de interés lo constituyen los restos de fachada de una edi-ficación adosada a la torre en su cara norte y que, con trazado diagonal desde las casas construidas por V. Resta absorbiendo a la Torre de la Plata, iba a morir con uno de los vértices de las caras de la Torre del Oro. Esta construcción de planta triangular se observa en la planime-tría de Olavide de 1771 formalizando una fachada hacia el Arenal. La muralla coracha quedaría como trasera de estas edificaciones con los problemas consiguientes de seguridad y mantenimiento que reflejan las fuentes documentales (ESPIAU EIZAGUIRRE 1991).

Otra aportación la constituye el pavimento delantero de la edifica-ción mencionada ya que revela el aparejo, las cotas y la pendiente de

la solución externa a la torre en su cara norte en el s. XVIII (lám. 6). Hay que tener en cuenta que por la cara norte se accedía al único muelle de que disponía el puerto de Sevilla. Este pavimento de acerado de ladrillos a rosca junto a la edificación, y guijarros con maestras de bolos en suave pendiente hacia el río, era el que formalizaría el entorno del muelle de las Muelas, inmediato a la Torre del Oro. Será la remodelación del muelle en 1860, asociada a la incorporación del ferrocarril y sus exigencias topográficas, la que amortice esta pavimentación preindustrial con la nueva de adoquín de granito.

Finalmente, a nivel visual, incorporamos algunas imágenes ar-queológicas de los restos documentados de la primera escalera ex-terior de acceso a la torre, realizada con posterioridad al derribo del lienzo de la coracha de 1821 (fig. 5; lámina VII). La escalera era de dos tiros y dos tramos, adosados y paralelos a las caras 5 / 4 (al Norte) y 7 / 8 (al Sur) y estaba construida con peldaños de ladrillos a rosca. Aparece documentada gráficamente en un dibujo realizado en 1832 por R. Ford. Su construcción puede fecharse hacia 1822 en que consta el destino de la torre como almacén de materiales y pólvora y se establecen las oficinas de la Capitanía del puerto. En la imagen se aprecia su conservación parcial bajo la escalera posterior, de la década de 1860.

NOTAS

1. Esta operación incluyó la edición de una monografía sobre la Torre del Oro a cargo de la fundación Focus-Abengoa. En esta monografía se inserta un artículo de F. Amores que recoge gran parte del texto que aquí se desarrolla toda vez que se trata de ediciones no venales, de difícil acceso para el público general. Véase: (AMORES CARREDANO 2007).

2. Se trata del BIC “Torre del Oro” declarado el 3 de junio de 1931 en la categoría de castillo. Su nº de inscripción es: RI-51-0000887-00000.3. El proyecto comenzó con una primera actuación dirigida por Fernando Amores y Enrique Domínguez Berengeno denominada “Intervención Arqueo-

lógica Puntual: Toma de Muestras y Sondeo Exterior en la Torre del Oro (Sevilla)”, desarrollada en 2003. En ella se levantó el tramo superior de la escalinata exterior sur y se documentó la existencia del tramo de inserción de la coracha con la torre, así como unos primeros revestimientos conservados en la base de la torre que se tomaron en un principio como posiblemente correspondientes a un enfoscado original. La limpieza y análisis completo de la torre ha desechado esta primera impresión identificándose con emparchados y encalados postmedievales.

4. Hemos asumido la numeración de las caras de la torre otorgada por la dirección facultativa: la nº 12 sería la cara extrema oeste, paralela al río y, a continuación la nº 1, en el sentido de las agujas del reloj, resultando la cara de acceso al interior con el nº 6.

5. El autor describe brevemente su trabajo en (GESTOSO 1905: 68-69). Para detalles de su intervención nos remitimos a las obras de T. Falcón.6. La maqueta de la ciudad del banco de la Catedral, donde aparece la Torre del Oro, presenta la zarpa perimetral ataludada aunque de dimensiones

reducidas. Sin embargo no se observa el muro coracha, por lo que podría aducirse que no existía a mediados del XVI. Creemos que se trata de una ausencia consciente al tener que representar en la maqueta a tantos edificios de forma esquemática.

7. La posición que actualmente reflejan las saeteras por el interior evidencia que son ajenas a cualquier intencionalidad defensiva primaria.8. Adoptamos la terminología expuesta en (MORA-FIGUEROA 1994: 121).9. (VALOR 1991: 243) para la primera cita; (VALOR 1991: 256) para la segunda, donde dice “Ya hemos señalado dispositivos similares en la torre dela

Plata, lo que nos obliga a pensar en una más que probable datación almohade.” Los dispositivos que presenta la torre de la Plata deben pertenecer a la remodelación cristiana por lo que asociar las dos torres bajo este argumento es cuando menos simplista.

10. Los especialistas no dan mayor credibilidad a la existencia de la cadena de la torre ya que las crónicas y la lógica poliorcética de la época no ofrecen lugar a dudas, véase (GARCíA FITZ 2000: 148 y ss).

11. De este sector se han levantado los pertinentes dibujos del despiece de aparejos, como de otros lugares y detalles. La obra de limpieza y consolidación ejecutadas han dejado visto el despiece a que nos referimos.

12. Algunas imágenes parecen mostrar mayor altura para las ladroneras, por encima de la moldura saliente que limita la franja de arquillos ciegos. Así parece intuirse en algunas huellas perceptibles en la fotografía de 1900, como si el remate triangular acabara en las impostas centrales. La obser-vación en directo no ayuda a despejar esta duda al no advertirse huella alguna, encastre en la moldura y posterior reposición, etc. No obstante la limitación del picado en estas zonas no despeja la duda en su totalidad.

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13. Según las distintas crónicas, constan incursiones benimerines en los años 1275, 1277, 1279, 1282, 1283 y 1284, bajo el reinado de Alfonso X. En años siguientes (1285, 1291, 1292 y 1294) continuaron bajo Sancho IV aunque más alejadas de Sevilla. Véase (ABEN ABI ZARA 1918:. 592 y ss.; GARCíA FITZ 1988: 275).

14. Conservados en composición o piezas sueltas de los denominados “alicatados”.15. Una buena reproducción, así como un repaso general a estos elementos puede verse en (TABALES RODRíGUEZ 1999: 194) en la ficha “Zócalo”.

Véase también (JIMéNEZ SANCHO 1999) donde se presenta un nuevo zócalo y se citan otros aparecidos en la ciudad y su problemática.16. Aparte de la numerosa y bien fechada evidencia del Alcázar del Rey D. Pedro, son cada vez más numerosas las evidencias arqueológicas de alicatados,

como por ejemplo en fuentecillas de los siglos XIV o XV –Palacio de Altamira, Encarnación-, o cubriendo laudas sepulcrales con tratamiento heráldico en los siglos XIV y XV –Capilla del Cardenal Cervantes y trascoro en la Catedral de Sevilla, San Clemente, Capilla de los Pineda en El Salvador... Los zócalos de las iglesias de San Gil o capilla de la Quinta Angustia en la parroquia de la Magdalena no están fechados con precisión pero corresponden con seguridad a construcciones cristianas de estos siglos.

17. Texto según crónica original citada por (VALOR PIECHOTTA Y RAMíREZ DEL RíO 1999: 35).18. Es interesante al respecto traer a colación este comentario de (PAVÓN MALDONADO 1999: 336) “Frente al carácter exclusivo militar del primer

cuerpo está el segundo cuerpo que a los efectos militares nada nos dice; se trata de un remate meramente simbólico o si se quiere ornamental, un laude arquitectónico que presta a esa parte de la ciudad una animación manifiesta”.

19. Similar esquema sigue para estos capitelillos (TABALES RODRíGUEZ 1999: 216) en la ficha “Capitel”.20. Perfectamente reproducidos y analizados en (CABANELAS Y FERNÁNDEZ PUERTAS 1983-1984: fig. 3).21. Curiosamente, el autor Tabales al referirse al esquema decorativo de los arquillos comenta: “Sería éste un programa imitado profusamente durante el

período mudéjar”, véase (TABALES RODRíGUEZ 1999: 216). Para nosotros no es un antecedente sino que se trata de una obra mudéjar.

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Lámina I. Tramo de contacto de la coracha almohade realizada en sillería al igual y a la par que el basamento de la torre.

Lámina II. Frontal de una gárgola de piedra embutida en la masa de hor-migón de cal. Aparece partida en el terremoto de 1755 y seccionada y cegada en 1760.

Lámina III. Merlón picado donde se advierte el volumen original de arga-masa con remate plano y el recrecido en ladrillo. Los agujeros correspon-den a intervenciones posteriores de apuntalamiento del segundo cuerpo.

Lámina IV. Reconstrucción gráfica del estado de la torre original almohade según la hipótesis que defendemos (dib. F. Amores y D. Brieva).

Lámina V. Reconstrucción gráfica del estado de la torre en época de Alfonso X según la hipótesis que defendemos (dib. F. Amores y D. Brieva).

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Lámina VI. Vista del acerado de ladrillos a rosca adosados a la torre y el pavimento de guijarros que se le adosaba (ss. XVII-XVIII). La pérdida en la franja central corresponde a la inci-dencia de la cimentación de la escalera posterior.

Lámina VII. Vista de los restos de la primera escalera exterior adosada a la torre, de 1822. Conserva los peldaños inferiores y terraplén de tierra batida. Se advierte el sillar con la señal de nivelación incrustado en aquélla, en 1929.

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Figura 1. Plano de situación de la Torre del Oro en Sevilla.

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Figura 2. Análisis paramental de las 12 caras del primer cuerpo de la Torre del Oro: unidades estratigráficas.

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Figura 3. Análisis paramental de las 12 caras del segundo cuerpo de la Torre del Oro: unidades estratigráficas.

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Figura 4. Análisis paramental del tramo superior de la cara 7 con indica-ción de las huellas de inserción de la ladronera medieval.

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Figura 5. Planta de los restos de las escaleras exteriores de acceso a la Torre del Oro de hacia 1821.

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PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA INTENSIVA CON MO-TIVO DE LA PROLONGACIÓN DEL VIAL DEL ZACATÍN: TRAMO NUEVO PUENTE SOBRE EL RÍO GUADAÍRA – CO-NEXIÓN CON LA A-392 (ALCALÁ DE GUADAÍRA, SEVILLA)

FRANCISCO BELASCOAíN ALBERDIJUAN IGNACIO MENA-BERNAL ROSALES

Resumen: La intervención preventiva ha consistido en evaluar la afección sobre el Patrimonio Arqueológico catalogado y sin ca-talogar afectado por las obras de prolongación del Vial del Zacatín (tramo Nuevo Puente sobre el Río Guadaíra – Conexión con la A-392).

Abstract: The preventive intervention has consisted of evaluating the affection on the archaeological catalogued and without cata-loguing Patrimony affected by the works for the prolongation of the road Vial del Zacatín (tramo Nuevo Puente sobre el Río Guad-aíra – Conexión con la A-392).

Ficha TécnicaTipo de Actividad: Prospección Arqueológica Intensiva.Modalidad: Actividad Arqueológica Preventiva.Lugar de Actuación: Prolongación del Vial del Zacatín: Tramo Nuevo Puente sobre el Río Guadaíra – Conexión con la A-392 (Alcalá de Guadaíra, Sevilla).Empresa Adjudicataria: ArqveoLógica S. Coop. And.Empresa Promotora: Agua y Estructuras, S.A. (AYESA).Técnicos Responsables:Arqueólogo Director: Francisco Belascoaín Alberdi.Director de Laboratorio: Manuel León Béjar.Equipo Técnico: Alejandro Vera Fernández y Diego Sardá Piñero.Asesor Científico: Enrique Luis Domínguez Berenjeno.Fecha de Autorización por la D.G. de BB.CC.:27 de Octubre de 2004.Fecha de Resolución (informe técnico de la Delegación Provincial): 24 de Enero de 2005.Objetivos de la Intervención: Evaluar mediante prospección super-ficial la afección sobre el Patrimonio Arqueológico catalogado y sin catalogar afectado por las obras asociadas a la prolongación del Vial del Zacatín (tramo Nuevo Puente sobre el Río Guadaíra – Conexión con la A-392), y proponer las oportunas medidas correctoras.

INTRODUCCIÓN

La Intervención Arqueológica Preventiva que se realizó venía jus-tificada por el Proyecto de Prolongación del Vial del Zacatín: Tra-mo Nuevo Puente sobre el Río Guadaíra – Conexión con la A-392 (Alcalá de Guadaíra, Sevilla). Dicho Proyecto ha sido redactado por la Empresa Agua y Estructuras, S.A. (AYESA). La existencia en las inmediaciones de yacimientos catalogados y delimitados, así como la posible existencia de yacimientos inéditos, se convirtieron en el justificante principal de la intervención.

Como punto de partida, contábamos con un dictamen previo emanado de la Delegación Provincial en Sevilla de la Consejería de Cultura, de fecha 10 de Abril de 2003, en el que se recogían las siguientes cautelas:

•Inexistencia de bienes o elementos patrimoniales de carácter in-mueble en la zona.

•Necesidad de Prospección Arqueológica previa a cualquier activi-dad que implique la realización de movimientos de tierra, debido a la insuficiencia de la información existente sobre Patrimonio Arqueológico en el T.M. de Alcalá de Guadaíra.

•Dicha Prospección tendrá los siguientes objetivos: - Delimitar con precisión los posibles yacimientos afectados por

la obra. - Evaluar la afección de las obras proyectadas sobre el Patrimonio Arqueológico identificado. - Proponer las oportunas medidas correctoras.

CONTEXTO ESPECíFICO DE LA ZONAPROSPECTADA

El ámbito afectado por la prolongación del Vial del Zacatín dis-curre al este del perímetro urbano de Alcalá de Guadaíra. Su cabe-cera se sitúa en la curva de la actual SE-410 (Carretera Alcalá de Guadaíra – Venta de la Liebre) adyacente al conocido como “Cerro del Moro”, inmediato a su vez al Cerro del Castillo. A partir de este punto, la traza de la obra prevista discurre hacia el oeste, salvando el cauce del Guadaíra y enlazando con la A-392 al suroeste de la zona de Oromana – Campo de las Beatas.

Los testimonios arqueológicos conocidos en las inmediaciones son escasos pero no por ello menos significativos. No obstante, se advierten serios errores de partida en algunas de las localizaciones arqueológicas actualmente catalogadas a través de la Base de Datos del IAPH (ARQUEOS), que nuevamente vienen a incidir en la escasa cualificación de estos registros. ARQUEOS recoge dos loca-lizaciones arqueológicas en torno a la traza:

•“Molino de Balejoz” (Código 410040062).•“Alcalá de Guadaíra (Código 410040068).

Con respecto al Molino de Balejoz, textualmente se señala que “no hay restos cerámicos en superficie”, con lo que desconocemos los fundamentos de la delimitación existente. Respecto a su crono-logía, se establece como “romana”, aunque en ausencia de restos ce-rámicos no sabemos en qué se fundamenta esta adscripción. Nada de ello recoge las aportaciones de Buero y Florido (1999), realizadas entre 1987 y 1989 dentro de un proyecto de prospección sistemáti-ca del T.M. Según estas autoras, que recogen asimismo las informa-ciones aportadas en su día por Michel Ponsich, en el área se localiza una piscina de mortero romano, con presencia de ladrillos y tegulae, todo ello en las inmediaciones de la Cañada de los Molinos.

Pero los principales errores, especialmente graves teniendo en cuenta su importancia patrimonial, se refieren al registro “Alcalá de

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Guadaíra”. A través del volcado planimétrico de la delimitación de ARQUEOS, deducimos que este registro hace referencia al comúnmente conocido como “Castillo de Alcalá”, recinto for-tificado que alberga un conjunto de alcazabas, el recinto de la Villa medieval de Alcalá y el Arrabal de San Miguel. La informa-ción del SIPHA – ARQUEOS recoge únicamente un conjunto de generalidades historiográficas, acompañadas de una delimi-tación triangular completamente arbitraria que se limita a to-mar como referencias la calle Orellana (límite nororiental) y los límites occidental y meridional de la hoja 985 del topográfico 1:50000. Con ello se obtiene la paradoja de que fuera del área delimitada queda aproximadamente un sesenta por cento del recinto fortificado.

Junto con estos dos registros administrativamente documentados, los servicios técnicos de la Delegación de Patrimonio Histórico y Natural del Ayto. de Alcalá de Guadaíra nos han comunicado la existencia de noticias orales sobre hallazgos casuales de materiales romanos en las inmediaciones de la Hacienda de los Ángeles, al sur de la cual discurre parte de la traza de la obra prevista.

METODOLOGíA

Como medida general se ha procedido al establecimiento de una zona de prospección en torno a la traza de obra prevista, que pre-senta una longitud total de aproximadamente 3 Km. Dicha zona se establece en 100 m. a ambos lados de la traza, lo que contando con un equipo de 5 prospectores arroja un total de 2 días de trabajo. Con este buffer se cubren suficientemente las necesidades de pro-tección relacionadas con la afección directa de las obras previstas. El trabajo de campo se ha centrado en la cualificación de los períme-tros ya existentes, junto con la delimitación y cualificación de cual-quier nuevo enclave arqueológico documentado (1). No obstante, cabe realizar algunas puntualizaciones a tenor de lo ya apuntado para los yacimientos registrados en SIPHA – ARQUEOS:

•Respecto al “Molino de Balejoz” (ARQUEOS 410040062), pro-cedimos a su revisión y cualificación espacial, en función de los restos subsistentes.

•Respecto al BIC “Castillo de Alcalá de Guadaíra”, actualmente se halla ya delimitado por la normativa urbanística (PGOU de 1996), y asimismo se halla en proceso de redefinición y secto-rización. Por todo ello lógicamente nos limitaremos a evaluar la posible afección sobre el área actualmente delimitada urbanísti-camente, obviando la errónea delimitación proporcionada por SIPHA – ARQUEOS.

Tanto estas como las demás posibles localizaciones arqueológicas existentes han recibido el correspondiente tratamiento cartográfico y planimétrico al uso:

•Identificación mediante fichas de registro normalizadas.• Referenciación cartográfica en base planimétrica normalizada

(Topográfico 1:10000 del ICA).

RESULTADOS

El trabajo de campo se realizó entre los días 26 y 30 de Noviembre de 2004, contando con un equipo formado por 5 técnicos especialistas.

La prospección intensiva de la zona afectada por la traza y el buffer previamente establecido nos permitió revisar una de las localizacio-nes recogidas en ARQUEOS, así como cualificar nuevas localiza-ciones inéditas:

•MolinodeBalejoz (ARQUEOS 410040062): no se han do-cumentado evidencias de este “yacimiento” en la zona de afec-ción de la obra. Todo parece indicar que, al igual que otros registros administrativos, en este caso nos encontraríamos ante una referencia no contrastada proporcionada por investigacio-nes antiguas (2).

• Hacienda Los Ángeles (inédito): material rodado, disperso y poco abundante de cronología romana indeterminada. Localiza-ción puntual situada fuera de la banda de afección de la obra.

•FincaLosMelonares (inédito): material rodado y poco abun-dante en una loma al oeste de la traza de la obra prevista. Crono-logía romana indeterminada. Localización poligonal parcialmente situada sobre la banda de afección de la obra.

•LosRicos (inédito): material rodado, disperso y poco abundante de cronología romana indeterminada (cerámicas comunes, africa-na de cocina y sigillata clara). Localización puntual dentro de la banda de afección de la obra.

Las coordenadas de las localizaciones documentadas serían las siguientes:

LOCALIZACIONES PUNTUALES

Denominación UTM X (HUSO 30) UTM Y (HUSO 30)Los Ricos 245382,24 4134885,19Hacienda Los Ángeles 245919,98 4136120,11

LOCALIZACIONES POLIGONALES

Denominación UTM X (HUSO 30) UTM Y (HUSO 30)Finca Los Melonares 245318 4135300Finca Los Melonares 245306 4135300Finca Los Melonares 245301 4135310Finca Los Melonares 245295 4135320Finca Los Melonares 245296 4135340Finca Los Melonares 245297 4135360Finca Los Melonares 245307 4135380Finca Los Melonares 245318 4135400Finca Los Melonares 245338 4135420Finca Los Melonares 245365 4135430Finca Los Melonares 245392 4135430Finca Los Melonares 245417 4135420Finca Los Melonares 245437 4135410Finca Los Melonares 245448 4135400Finca Los Melonares 245451 4135390Finca Los Melonares 245463 4135370Finca Los Melonares 245465 4135360Finca Los Melonares 245453 4135340Finca Los Melonares 245432 4135320Finca Los Melonares 245390 4135300Finca Los Melonares 245354 4135300

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Junto con estas localizaciones, por parte de la empresa adjudicata-ria de la obra (UTE Fernández Constructor – Modecar) se nos faci-litó un documento elaborado por la sociedad espeleológica GEOS, actualmente contratada por el Ayuntamiento de Alcalá de Gua-daira para documentar topográfica y planimétricamente los restos emergentes y subterráneos de la conducción de aguas entre Alcalá y Sevilla conocida históricamente como “caños de Carmona”. En concreto, para la zona afectada por la obra prevista, se documenta la presencia de dos ramales de la conducción.

Ramal principal: discurre en sentido N-S en la conexión entre el vial prospectado y la rotonda prevista de enlace con la SE-410. Se documentan tanto la galería principal de conducción subterránea de aguas como dos lumbreras o registros parcial-

mente emergentes, que pudimos documentar gráficamente du-rante nuestra prospección.

Ramal secundario: se localiza en la ribera occidental del Guadaí-ra, al sur del Cortijo Pie Alegre e igualmente en sentido noreste-suroeste, intersectante por tanto con el trazado previsto para la obra que motiva el presente documento.

Finalmente, señalar que la obra, tal y como se plantea, no afecta al yacimiento “Castillo de Alcalá de Guadaíra”, ya que el área delimi-tada por ARQUEOS es manifiestamente errónea y abarca parte de la ribera inundable del río Guadaíra, y por otra parte la zona efec-tivamente protegida por el planeamiento vigente queda delimitada al sur de la traza de obra.

NOTAS

1. Siguiendo las recomendaciones emanadas de la Delegación Provincial de Cultura, no se ha realizado recogida en campo de materiales arqueológicos, procediendo a la caracterización in situ de las localizaciones.

2. De hecho, la reciente revisión del Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Alcalá de Guadaira, realizada por M. Camacho Moreno dentro del programa de actualizaciones de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura descarta igualmente la existencia de yacimiento alguno en la localización proporcionada por ARQUEOS (comunicación personal del autor).

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Figura 1. Geomorfología a nivel comarcal.

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Figura 2. Yacimientos en el termino municipal de Alcalá de Guadaira.

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Figura 3. Metodología y yacimientos del entorno (estado previo).

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Figura 4. Resultados de la prospección.

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Figura 5. Cabeceras subterraneas en cabecera noreste del vial

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INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA, CALLE ABADES NÚMERO 13. SEVILLA

JUAN JOSé CABRERA BARRIGÜETEANA ORTIZ NAVARRETE

Resumen: El análisis de los datos obtenidos en la Actividad Ar-queológica llevada a cabo en C/ Abades nº 13 de Sevilla, nos ha permitido documentar, que la parcela que nos ocupa llega por lo menos desde época mudéjar, a finales del siglo XV, y que a mediados del siglo XVIII, coincidiendo con el terremoto de Lisboa de 1755, la orientación de su fachada y primera crujía cambia aproximada-mente 60 grados. Las dos últimas reformas de la vivienda afectan mas a aspectos puramente estéticos, que a elementos estructurales de la misma.

Abstract: The analysis of the information obtained in the Ar-chaeological Activity carried out in C/Abades n º 13 of Seville, it has allowed us to document, that the plot that occupies us comes at least from Mudejar epoch, at the end of the 15th century, and that in the middle of the 18th century, coinciding with the earthquake of Lisbon of 1755, the orientation of his front and first crujia it was squeaking changes approximately 60 degrees. The last two reforms of the housing concern more purely aesthetic aspects, than a struc-turals aspects of this.

INTRODUCCIÓN

La parcela es de forma irregular y presenta fachada a calle Abades 13 y una salida secundaria a calle Aire 4. Presenta medianeras con las parcelas de calle Abades 11 y 17, y con las parcelas situadas en calle Aire 2, 6 y 8-10. Tiene una superficie total en planta de 389,85 m², desarrollándose la vivienda en planta baja, primera y segunda. La parcela se encuentra clasificada como suelo urbano, dentro del Casco Histórico, consolidado según el PGOU 87 y la Aprobación Urbana de Sevilla. En la normativa vigente tiene una catalogación de nivel de protección C para la parcela de calle Abades 13 y un nivel de protección E para la parcela de calle Aire, en la normativa que se está tramitando en la GMU se mantiene el mismo nivel de protección para la parcela de calle Abades y cambia a protección D para la parcela de calle Aire. (Figura 1)

El edificio sobre el que se ha realizado la reforma se encuentra totalmente en pie, con una edificación de forma irregular. La edi-ficación se organiza mediante un patio central en torno al cual se distribuyen las dependencias de la vivienda.

La fachada principal a calle Abades se articula en función del tra-zado de la calle, que en este tramo da un pequeño giro en dirección noroeste. Las dos primeras crujías hasta el patio central van para-lelas a la línea de fachada, cambiando de dirección en el muro de cerramiento de la galería del patio, en torno al cual se desarrollan dos crujías situadas al norte y este de la parcela, que corren paralelas a la medianera posterior del inmueble. (Lámina I).

Desde el patio, en la crujía norte y al lado de la escalera principal se desarrolla un cuerpo de la vivienda que tiene salida a calle Aire.

El inmueble se sitúa a diferentes cotas, ya que entre el muro de fachada y la zona trasera del edificio existe un desnivel de aproxi-madamente 1 m.

Del edificio se mantiene toda la estructura con los muros de carga y patio central, proyectándose el derribo de la tabiquería de com-partimentación de las diferentes crujías para la construcción de las nuevas viviendas (Lámina II).

ANÁLISIS HISTÓRICO

El edificio situado en calle Abades nº 13 es una casa palacio que se ubica en una manzana de grandes dimensiones y forma irregu-lar, conformada entre las calles Abades, Aire, Guzmán el Bueno y Mateos Gago.

Se localiza en el centro del casco histórico de la ciudad de Sevilla, en las proximidades de la Catedral y muy cerca de la plaza de la Alfalfa. Pertenece a la antigua collación de San Nicolas y limita con la collación de la Catedral.

La calle Abades es uno de los lugares mas antiguos de la ciudad, en su entorno se han documentado asentamientos desde época ibérica que se corresponden con estructuras murarias con base de piedras irregula-res de alcor y con alineaciones distintas a los muros que se le superpo-nen de época posterior, y que tienen un fuerte impacto constructivo y urbanizador (1). Y calle Mármoles. En el Bajo Imperio el foro se tras-lada a la zona de la Alfalfa y El Salvador, y el entorno de calle Abades pasa a ser zona residencial con la construcción de domi y unas termas en el solar que hoy ocupa el número 28 de la calle Abades.

El recinto urbano consolidado durante el Bajo Imperio perdurará hasta el siglo XII, a la vez que sus principales arterias de comuni-cación y el centro económico y religioso de la ciudad islámica se asentarán sobre el antiguo foro imperial. Será durante el siglo XI cuando el recinto Bajoimperial quede completamente desbordado con la aparición de arrabales extramurarios, levantándose una nue-va muralla, que amplía en núcleo urbano hacia el norte y oeste de la primitiva ciudad hacia finales del siglo XII y principios del siglo XIII, a la vez que se construye la nueva mezquita y una nueva zona comercial con la Alcaicería de la Seda.

La estructura urbana del periodo medieval cristiano es herencia andalusí, cuyos puntos de referencias centrales son la Catedral y la Iglesia del Salvador. El entorno de la Catedral se consolida como centro político, religioso y posteriormente económico de la ciudad, la cercanía de los Reales Alcázares y la construcción de la Lonja, centralizan todas las funciones administrativas tanto a nivel local como internacional. El barrio de Abades por su proximidad a esta zona, se convierte en el lugar de residencia de los clérigos de la Igle-sia Mayor con casas que responden a casas palacios.

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Urbanísticamente el área que nos ocupa no sufre grandes trans-formaciones durante la modernidad y época contemporánea, man-teniéndose la trama medieval, aun en nuestros días. En la calle Abades, calle estrecha que no permitía el paso de los coches, se promovieron diversos derribos de casas de propiedad de la iglesia o de los eclesiásticos. El caserío que puede encontrarse actualmente en ella es mayoritariamente del siglo XVIII, a pesar de que en el siglo XIX y dentro de los planes de alineación, se produjesen algu-nos retranqueos especialmente visibles en las confluencias con calle Aire, Guzmán el Bueno y en la casa número 33.

Su entorno urbano viene definido por una serie de hitos que ar-ticulan el espacio:

•SantaIglesiaCatedral. Construida sobre el antiguo recinto de la Mezquita Aljama, se comenzó su edificación en el siglo XV en estilo gótico y cuenta con numerosas obras realizadas en los siglos posteriores.

•PalacioArzobispal. Construido entre los siglos XVII y XVIII, es la residencia del Prelado de Sevilla y centro administrativo de la Archidiócesis Hispalense.

•LaAlfalfa. Espacio abierto que se configura como tal ya es época romana, y en torno al cual se organiza desde muy pronto el mer-cado de abasto de la población, además de diversas actividades artesanales, ha mantenido hasta hoy un importante papel como centro económico y comercial de la ciudad.

•IglesiadeElSalvador. Tuvo como germen una antigua mezquita, citada en el libro del Repartimiento, relacionada con el desarrollo de actividades profesionales como los harineros mencionados por Ibn’Abdum. Las trazas del templo actual responden a un progra-ma mudéjar, diluido posteriormente por continuas reformas du-rante los siglos XVIII y XIX.

•IglesiadeSanNicolás. Su fundación se deberá a la época de Fer-nando III, momento en que, hacia el 1267, en la zona de la llama-da Cabeza de Malos se dio a Rodrigo Alonso, hermano ilegítimo de Fernando III, unos solares en la zona interior de la judería. El edificio de la primitiva iglesia debió ser similar a todas las demás de construcción gótico-mudejar que hay en la ciudad y debió de arruinarse a principios del siglo XVI. El edificio actual fue cons-truido a mediados del siglo XVIII y es de una gran sobriedad destacando la fachada principal.

•IglesiadeSanIsidoro. Fue fundada poco después de la conquista de la ciudad, considerándose también que fue levantada sobre una antigua mezquita, posteriormente readaptada, pero la fábrica fun-damental del templo es del siglo XIV. Destacan sus tres fachadas con sus correspondientes portadas.

•El entorno urbano definido por los hitos históricos de la Plaza de la Alfalfa, el Salvador y la Catedral, articula un espacio urbano de tipología medieval, con una alta densidad de población, donde se localiza el centro económico y religioso de la ciudad.

El inmueble responde al modelo de casa sevillana con patio central que redistribuye las diferentes estancias. Presenta dos fachadas una a calle Abades, siendo esta la principal, y una segunda a calle Aire, articuladas ambas en tres alturas, planta baja, primera y segunda.

La distribución interior se articula a través de un zaguán situado en la parte central de la línea de fachada, que tras atravesar una estancia de distribución se llega al patio central con una arcada en planta baja y galería perimetral y una segunda arcada en planta

primera que fue cerrada por vidrieras. La escalera principal se sitúa en la crujía norte del patio con doble tramo y descansillo que da acceso a la planta primera. A la segunda planta se accede por una escalera secundaria.

El edificio se caracteriza por las diferentes alineaciones que tie-ne. El patio y las dos crujías interiores abiertas a él, se alinean a la medianera posterior del inmueble, mientras que las dos crujías de fachada están alineadas con respecto a la calle Abades, resultando una planta del edificio un tanto irregular y con diferencias notables en las orientaciones de sus muros de carga.

Probablemente, al igual que muchos edificios de la misma calle, la casa responda a una construcción primitiva del siglo XVIII, que sufre grandes reformas a principios del siglo XX con un embelleci-miento del conjunto a gusto de la época, en un estilo regionalista que cubre la fisonomía anterior de la casa.

METODOLOGíA ARQUEOLÓGICA

Objetivos de la intervención

1. Realización de una labor previa de recopilación e investigación encaminada a analizar la trayectoria histórica del lugar que apor-tara los datos clave para abordar la Intervención arqueológica, su planteamiento y metodología aplicada.

2. Registro, documentación y análisis de las secuencias estratigrá-ficas, en los paramentos, para así determinar las distintas fases de ocupación que se desarrollaron en el inmueble.

3. Relacionar los datos aportados por las fuentes bibliográficas y documentales con los datos obtenidos durante el proceso de la Intervención Arqueológica.

4. Adoptar las medidas de conservación y protección necesarias para la preservación de las estructuras y elementos arqueológicos, que por sus características formales así lo exigiesen.

5. Determinar la topografía original, así como la topografía corres-pondiente a las distintas fases históricas del inmueble.

6. Determinar las diferencias de cotas entre la crujía de la fachada y el interior del inmueble.

7. Obtener información acerca de los hitos constructivos funda-mentales del inmueble.

8. Contextualización de los restos que puedan aparecer en el entor-no de la parcela en cuestión.

9. Determinar las diferencias de orientaciones existentes en el in-mueble.

10. Puesta en valor y clasificación de los bienes muebles que pudie-ran aparecer, adscritos a cada fase histórica.

Fundamentos Generales de la Intervención

La aplicación metodológica se ha realizado en base a los siguientes puntos:

•Previo a los trabajos de campo se ha procedido a un análisis docu-mental de las fuentes históricas con una búsqueda tanto bibliográ-fica como gráfica (planimetría y fotografía) de la documentación que ha ido generando este sector de la ciudad.

•El proceso de excavación e interpretación de la secuencia estrati-gráfica se ha realizado siguiendo los principios sobre estratigrafía arqueológica enunciados por Harris(2). En función de esta pre-

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misa básica, se ha utilizado un registro adecuado, fichas de excava-ción y de control arqueológico, para documentar adecuadamente el proceso de estratificación.

•La documentación y registro toma como base la Unidad de Es-tratificación, y para el control exhaustivo de los datos extraídos y los documentos generados por la investigación, adoptamos las siguientes fichas de registro: FEX1-ficha de excavación, ficha de registro de unidades de estratificación, ficha de registro de mate-rial gráfico y ficha de registro de bolsas.

•Registro planimétrico a E:1/20 de plantas y alzados que incluyen las UU.EE. documentadas, así como registro fotográfico.

•Junto a la utilización de la ficha de excavación como unidad de documentación, se ha establecido la situación espacial de la in-formación arqueológica como elemento fundamental para la ob-tención de una información completa y relacionable. Para ello utilizamos los puntos de referencia absolutos y universales; la parcela afectada por la intervención arqueológica se ha localizado por medio de coordenadas U.T.M., y la altitud desde el plano de referencia absoluta para el territorio español, establecido en el nivel medio del mar en Alicante. Igualmente, todas las orientacio-nes se han referido en grados sexagesimales con respecto al norte magnético.

•La localización espacial del solar se ha tomado a partir del punto georeferenciado, de la Gerencia Municipal de Urbanismo estable-cido en Calle Abades 12, trasladándose al interior del solar en las siguientes coordenadas U.T.M.:

x : 235319,96 y : 4142315,36 z: 13,72 M.S.N.M.

Planteamiento y proceso de la intervención

En el proyecto de intervención arqueológica se plantearon varios ámbitos de actuación, que son los que hemos seguido en el proceso de intervención:

Análisis Documental de la parcela:

Para poder abordar el estudio arqueológico de la parcela fue nece-sario establecer unas premisas previas con las que iniciar los trabajos de campo; para ello nos fundamentamos en la documentación his-tórica que aportó la evolución de las distintas fases históricas por las que ha pasado el edificio. Teniendo en cuenta que la ocupación de la parcela con un uso definido se remonta a época moderna, nuestra búsqueda documental se inició a partir de este periodo histórico hasta la actualidad. No obstante la evidencia de restos arqueológi-cos romanos e islámico documentados en el entorno, nos llevó a analizar las diversas intervenciones arqueológicas realizadas en sola-res y parcelas cercanas.

La documentación gráfica tanto de la planimetría generada como de la fotografía se ha buscado en:

•Fototeca Municipal de Sevilla•Hemeroteca Municipal de Sevilla•Base de Datos de Patrimonio Arquitectónico del Centro de Do-

cumentación de I.A.P.H.

Para la comprensión evolutiva del conjunto edificado, se ha proce-dido al estudio minucioso de los alzados, especialmente de aquellas

unidades paramentales que presentaban claras reformas evolutivas y aquellas otras que por su homogeneidad resultaban básicas en el estudio global.

El análisis paramental se ha articulado a través de las siguientes fases:

1. Obtención de un fichero fotográfico completo donde se ha refle-jado el estado del edificio previo a su rehabilitación. Además de la realización de fotos generales por estancias, centrando la atención en muros, vanos, solerías, etc., se ha realizado también un fichero artístico donde se han reflejado todos aquellos elementos que por su interés estilístico merezcan labores de consolidación o, en su caso, de documentación.

2. Identificación numérica de ámbitos y estancias, donde se ha enu-merado las alineaciones principales que conforman las crujías y compartimentos más destacados (paramentos-guías).

3. Análisis de los distintos tipos de uniones paramentales (adosa-mientos simples, encastres, trabados, etc.).

4. Estrategia previa de picado general de los muros, llagueados y limpieza de determinados elementos.

5. Limpieza paramental de los muros de fachada, crujías principales y muros maestros.

6. Realización de catas estratigráficas en muros de fachada, patios y elementos paramentales más significativos, al objeto de documen-tar las cimentaciones de dichos muros. Las catas estratigráficas de los paramentos no se han realizado por motivos de seguridad. Los motivos que se han aplicado para la no realización de dichas catas vienen expuestos y firmados en el libro diario por el responsable de seguridad y salud de la obra.

7. Dibujo de los paramentos más significativos. Levantamiento planimétrico del edificio, atendiendo principalmente a muros de fachadas, crujías principales y muros maestros.

8. Dibujo exacto de los contornos de las unidades principales para simplificar las secuencias.

9. Lectura y análisis paramental del edificio, siguiendo los princi-pios sobre estratigrafía arqueológica enunciados por Harris con la utilización de la ficha de registro FEX. (Figura 2).

10. Identificación y catalogación de procesos edilicios generales.11. Análisis estratigráficos evolutivos.12. Elaboración de mapas cronoparamentales del edifico.

Puesto que el estudio y análisis arqueológico realizado ha sido ex-clusivamente paramental y dado que no ha aportado ningún resto material ni cerámico ni constructivo de especial relevancia, no ha sido necesario ningún depósito en el Museo Arqueológico Provincial.

Para poder llevar un control exhaustivo de los datos extraídos y los documentos generados por la investigación, han sido empleados varios registros informatizados, con sus bases de datos correspondientes.

INTERPRETACIÓN DEL PROCESO DE ESTRATIFICACIÓN

A partir del estudio de las Unidades de Estratificación identifica-das durante el proceso de la Intervención Arqueológica realizada en el inmueble, se analizaron las distintas fases de estratificación en su orden natural de constitución y formación, pudiendo establecer, una secuencia histórica que se inicia en época mudéjar y llega hasta la actualidad sin solución de continuidad.

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Finales del siglo XV es la fecha en la que se documentan las es-tructuras mas antiguas de esta vivienda, quedando muy alteradas posteriormente debido a las reformas que se realizaron durante el siglo XVIII, momento en el que se observa una nueva orientación en la línea de fachada y en la primera crujía del edificio. Mas ade-lante se llevaron a cabo dos nuevas reformas, la primera a finales del siglo XIX y la segunda, a finales del siglo XX, pero ninguna de ellas afecta ya a la estructura de la casa, sino que se ocupan mas de aspectos funcionales y estéticos de la misma.

FASE I: MUDÉJAR. Finales Siglo XV, principios Siglo XVI

Es en estos momentos cuando hemos documentado la primera fase constructiva de este inmueble. Se identifica en esta fase una serie de estructuras murarias que se corresponde con los muros me-dianeros de los edificios colindantes y con los muros de carga que compartimentan las crujías, todos ellos fueron realizados con la téc-nica del tapial. (Figura 3).

FASE II: PERIODO MODERNO. Siglo XVIII

En este periodo se acomete una gran reforma edilicia, reestruc-turándose y modificándose la totalidad del edificio, el cual se ve afectado por el terremoto de Lisboa de 1755 derrumbándose toda la línea de fachada y la primera crujía. En la reconstrucción de la primera crujía y fachada, realizada por completo con material late-ricio, el inmueble intenta adaptarse a la nueva reorientación de la calle Abades. (Lámina III).

FASE III: FASE CONTEMPORÁNEA. Siglo XIX (1895)

La vivienda es de nuevo reformada, aunque las modificaciones que se le hacen en este momento son de menor envergadura, afec-tando especialmente a las estancias de la vivienda que se compar-timentarán o ampliarán con la demolición y construcción de dis-tintos tabiques, así como la apertura y cierre de diversos vanos de puertas. Destacar el cambio estético que se observa en la vivienda, especialmente en la fachada y el patio con estética historicista. (Lámina IV).

FASE IV: CONTEMPORÁNEA. Siglo XX

Durante este periodo el inmueble cambia de uso, pasando de ser una vivienda unifamiliar a un edificio de uso terciario, mas concre-tamente un pub, con las consiguientes transformaciones y remode-laciones que ello implica, compartimentándose más aún el espacio con nuevos tabiques y abriéndose nuevos vanos.

Cuando la casa queda deshabitada, a finales del siglo XX, sufre una serie de remodelaciones en las cubiertas que hacen deteriorar más aún el inmueble, ya que las obras acometidas se ejecutan de forma irregular.

CONCLUSIONES

El inmueble sobre el que se realizó la Intervención Arqueológica se localiza en el sector Sureste del casco histórico, con fachada a Calle Abades y Calle Aire, entorno que se configura como el centro histórico de la ciudad desde época fundacional.

Los niveles más antiguos documentados en este área de la ciudad son de época ibérica y desde esa primera ocupación hasta nuestros días, las calles Abades y Aire, han estado continuamente habitadas, formando parte del núcleo original de la ciudad.

Su importancia se acentúa durante la fase romana, pues en sus proximidades aparecen algunos de los edificios de mayor entidad que se han documentado en la ciudad, como son el foro Imperial en la plaza de la Alfalfa y el foro republicano con el templo de Marte en la calle Mármoles, las termas de calle Aire y la domus de calle Abades 41-43.

Durante la ocupación islámica, la situación de los centros de los poderes civil, religioso y militar varia ligeramente con respecto al periodo imperial romano, pero este cambio no supuso una varia-ción importante del área que nos ocupa, puesto que la nueva zona poder se desplaza al entorno de la actual Plaza del Triunfo.

En época moderna, la calle Abades sigue siendo una de las arterias principales de comunicación entre el norte y el sur de la ciudad. Esta vía se vio beneficiada por su cercanía a la Catedral y al centro administrativo de la ciudad, siendo el lugar elegido por numerosos eclesiásticos de cierto rango (deán, canónigos y prebendados) para ubicar su residencia.

“... y dando la vuelta a la Iglesia Mayor está el gran barrio de la calle Abades, aunque mejor se dirá barrio de clérigos, los cuales por ser más cercanos al santo sevillano templo o Iglesia Mayor, tomaron por calles para sus viviendas a aquellas calles, a las cuales, todas juntas, el barrio de calle Abades nombramos. Junto a este barrio está el de Placentines, del nombre de los Plasencia en España, porque naturales de estas dos ciudades poblaron allí. ”Luis de Peraza.(3)

A finales del siglo XVIII se cambia la fisonomía de la ciudad como consecuencia del terremoto de Lisboa, acaecido el 1 de noviembre de 1755. Se dice que el seísmo fue de tal intensidad que las campanas de la Giralda tañeron solas. Multitud de casas, monumentos civiles y religiosos, quedaron arruinados o necesitados de urgente reparación, por lo que podemos pensar que es a partir de este momento cuando, en el inmueble que nos ocupa, se acomete las grandes obras de refor-mas identificadas en los diferentes paramentos.

No es hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando la ciudad ini-cia una nueva expansión, que aprovecha el derribo de parte de las murallas islámicas que rodeaban el casco histórico. La ciudad crece hacia el este y el sur, en lo que se conoce como el Ensanche decimo-nónico. Esta ampliación se intentó articular con nuevos trazados y ensanches de calles en el casco histórico de la ciudad, pero sin embargo no llegó a realizarse en toda su extensión.

En el inmueble sito en C/ Abades 13 se realizó el estudio y análisis de los paramentos principales del edificio, y a pesar de las diversas reformas que ha tenido con aperturas de vanos, cegamientos de otros, aperturas de regolas y demás transformaciones sufridas en los siglos posteriores a su construcción, se han podido documentar las técnicas constructivas de los muros y efectuar una lectura formal del edificio, para poder así determinar el tipo de vivienda y sus paralelos tipoló-gicos. Por las diferentes técnicas constructivas empleadas, podemos establecer una cronología que iría desde finales del siglo XV y prin-cipios del siglo XVI hasta la actualidad sin solución de continuidad. (Figura 4).

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En la aplicación metodológica se realizaron quince catas para-méntales, cuyas medidas variaban para adaptarnos a la altura de cada paramento y cuya anchura era como mínimo de 1,50 m., y como paso previo al inicio de la intervención arqueológica se pro-cedió a enumerar los diferentes paramentos.

El objetivo fundamental era datar a través del análisis de las fá-bricas y la mensiocronología el momento de construcción de los diferentes muros, y así establecer a través del análisis estadístico las dimensiones exactas de las fábricas edilicias, para compararlas con fábricas de las mismas características y poder aproximarnos a una datación lo más concreta posible del momento constructivo inicial de este inmueble.

Tras la toma de muestras de las quince catas realizadas, se pudo comprobar que la construcción de algunos muros se ejecutó con ladrillos reutilizados de momentos constructivos anteriores, presen-tando por tanto una fábrica muy irregular.

Con el análisis paramental se pudo constatar la existencia de mu-ros datados a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, aun-que la mayor parte de ellos estaban alterados por las reformas que había sufrido el edificio en épocas posteriores. El único paramento que no había sufrido grandes alteraciones, se correspondería con el muro medianero del inmueble con la vivienda situada en la parcela número 6 de la Calle Aire.

En este paramento se ha podido constatar la técnica constructiva empleada en su ejecución, correspondiéndose con la técnica de ta-pial. Construido con cajones de tapial, con una base de tierra muy compactada, cal, fragmentos de material constructivos: ladrillos y tejas, y restos vegetales; sus dimensiones son de 2’70 m. de largo por 0’90 m. de alto, separados por un encintado de cal. El muro se ve reforzado por una cadena o cremallera de ladrillos trabados con mortero de cal, que se disponen de forma dentada entre las hiladas de tapial, los ladrillos están dispuestos a soga y tizón presentando unas dimensiones de 30x14x4’5 cm.

La cronología que nos aporta esta técnica constructiva, las dimen-siones de los cajones y los módulos de ladrillos, nos data esta fábrica entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI.

El inmueble sufre una gran remodelación durante el siglo XVIII, con un cambio estructural de su fachada y la primera crujía, mo-dificándose sus orientaciones al objeto de adecuarse al cambio de alineación que se produce en estos mismos momentos en la calle Abades. En el análisis paramental realizado, en todos los muros de la vivienda a excepción del anteriormente citado, se pudo cons-tatar las obras realizadas en este momento en el inmueble. De todas las reformas que se documentaron en este periodo, la de mayores dimensiones es la que se observa en los paramentos que conforman la línea de fachada y la primera crujía. En ella el tipo de fábrica es latericia, con ladrillos de una longitud de 28 cm., una anchura que oscila entre 13 a 14’5 cm. y un grosor que varía entre 4 y 5 cm., trabados con mortero de cal y una llaga de 1 a 3 cm. (Lámina V).

En el siglo XIX, en la vivienda se realiza otra gran reforma, esta de menores dimensiones que la anterior, puesto que no afecta a los elementos estructurales del inmueble, siendo modificada sus carac-

terísticas formales y estéticas. Podemos afirmar que esta remodela-ción afecta especialmente a la fachada y el patio central. Tanto en la fachada como en el patio central se observa un estilo historicista, con la apertura de balcones acristalados en su fachada, al igual que la galería de la primera planta se cierra con puertas acristaladas. (Lámina VI).

En la lectura formal del edificio se identificaron los siguientes ele-mentos estructurales y formales:

1.- Alzados

El número de plantas que lo constituye es de planta baja, primera y segunda. La composición de la fachada a calle Abades es de porta-da sobre la que se coloca un balcón central de iguales dimensiones que los balcones situados a ambos lados, sumándose dos balcones más en los extremos de mayores dimensiones y acristalados. La se-gunda planta presenta también cinco balcones con las mismas di-mensiones que los tres balcones centrales de la primera planta.

2.- Estructuras

La construcción se efectúa sobre muros de carga que inicialmente se realiza con una fábrica de tapial, con sus cremalleras de ladri-llos y mortero de cal. Posteriormente, estos paramentos presentan reformas donde se ha utilizado exclusivamente la fábrica latericia unidos con mortero de cal, para posteriormente, ya en el siglo XX encontrarnos el cemento como aglomerante. Dependiendo de los paramentos, los aparejos son irregulares debido a la reutilización de ladrillos fragmentados, o bien más regulares en aquellos muros que fueron reformados con ladrillos completos. El forjado de prime-ra planta se realiza con alfajías con jaldetas de sección rectangular sobre las que se colocan una tablazón de madera, y el forjado de segunda planta está construido con vigas y bovedillas de hormigón. La cubierta en la mayor parte del edificio es plana transitable.

3.- Tipología de elementos

Los elementos arquitectónicos además de definir los tipos tam-bién describen las formas ornamentales. Así las solerías son de már-mol blanco. La rejería de los balcones es de hierro forjado de estilo historicista, típica de finales del siglo XIX y principios del XX.

El patio presenta en planta baja una arcada con arcos de medio punto peraltados sobre columnas de mármol de fuste liso y capitel toscano, la galería superior presenta también una arcada con arcos de medio punto sostenida por columnas de mármol y capitel tos-cano, posteriormente cerrada con una estructura acristaladas. La galería superior fue reforzada en la última gran remodelación de la vivienda, mediante arcos fajones en planta baja y primera, realiza-dos con ladrillo hueco.

La casa se mantiene en pie hasta la actualidad y a lo largo del último siglo la casa sigue sufriendo reformas, como la que se realiza en la años setenta para reconvertir toda la planta baja en un pub. A finales del siglo XX, el edificio es abandonado y se pretende realizar obras de rehabilitación en él, pero las obras que se acometen du-rante los años noventa no supone una mejora sobre el inmueble si no que acelera aún más su deterioro, hasta que se inicia las últimas obras de rehabilitación.

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NOTAS

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Figura 1. Situación de la parcela en calle Abades 13 con salida a calle Aire 4.

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Figura 2. Planteamiento metodológico. Ubicación de las catas.

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Figura 3. Cata realizada al Paramento 5.1.

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Figura 4. Cata realizada al Paramento 3, donde se observa el cegamiento y apertura de vanos.

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Lámina I. Fachada a calle Abades. Lámina II. Esquina noroeste del patio.

Lámina III. Detalle del paramento 11.1 donde se da el cambio de orien-tación de la vivienda

Lámina IV. Paramento 10. Vista general.

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Lámina V. Vista general del paramento 8. Lámina VI. Detalle del paramento 2.1 y el arco que se le adosa.

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ESTUDIO DEL MATERIAL NUMISMÁTICO RECUPERADO EN LA EXCAVACIÓN DE LA PLAZA DE ESPAñA DE ÉCIJA (SEVILLA). FASES 1 Y 2

FRANCISCA CHAVES TRISTÁNENRIQUE GARCíA VARGASURBANO LÓPEZ RUIZRUTH PLIEGO VÁZQUEZ

Resumen: Presentamos en este informe los datos más significati-vos del estudio realizado sobre el material numismático proporcio-nado por las dos primeras fases de la intervención arqueológica lle-vada a cabo en la plaza de España de écija en los años 1997 y 2001. Los datos obtenidos tras el análisis de estas 826 piezas aportarán una información de gran valor a la hora de apoyar la cronología de los niveles arqueológicos documentados en esta excavación.

Palabras clave: écija – Plaza de España – Numismática – circula-ción monetaria.

Abstract: We present the most significant results of the study carried out on numismatic material obtained from the two first phases of the excavation in “Plaza de España” in Ecija during 1997 and 2001. The achievements of this analysis on 826 pieces will contribute very important information to the recorded strata and their chronology.

Key words: écija – Plaza de España – Numismatics – monetary circulation

INTRODUCCIÓN

La plaza de España de écija, también llamada popularmente “Sa-lón”, es el centro neurálgico donde se ubica el ayuntamiento de esta población y desde el que parten algunas de las vías comerciales más importantes de la localidad. Pero además de ser punto de encuentro de sus habitantes, desde que a fines de los años noventa se decidió la cons-trucción de un aparcamiento subterráneo, este lugar se ha convertido en referente arqueológico para la ciudad, suministrando una informa-ción de primer orden para conocer la evolución histórica de écija.

Las monedas objeto de nuestro estudio pertenecen a la primera y segunda fases de excavación de dicha plaza, ambas dirigidas por la arqueóloga A. Romo (1). La Fase I se desarrolló entre noviembre de 1997 y marzo de 1998, y la Fase II, entre septiembre de 2001 y julio de 2003. Mientras la primera campaña se limitó a la reali-zación de cuatro grandes sondeos para hacer un diagnóstico de la potencialidad arqueológica del lugar, los restos hallados hicieron necesaria la segunda intervención, en la que la excavación pasa a ser en extensión, abarcando la totalidad de la plaza de España.

En ambas fases pudieron documentarse niveles arqueológicos con un amplio espectro cronológico, iniciándose el asentamiento humano a mediados del siglo I d.C., con la construcción de una gran estruc-tura hidráulica que fue interpretada en el momento como la natatio de un complejo termal (2). También se hallaron restos de estancias de viviendas romanas, decoradas con mosaicos, así como parte de una calzada realizada con losas de Tarifa. La amortización de estas estruc-turas tendría lugar, de forma genérica, hacia el siglo V d.C.

Posteriormente, se documenta un gran cementerio islámico (maqba-ra), en uso desde el siglo IX hasta el XIII. Tras la conquista cristiana, el

solar se amortiza y a partir del siglo XV, se convierte en plaza mayor de la localidad hasta la actualidad.

EL MATERIAL NUMISMÁTICO

Del conjunto de piezas, 308 nos fueron cedidas directamente por la dirección arqueológica para su limpieza, tratamiento y estudio, mientras 518 se encontraban depositadas, junto con otros materia-les arqueológicos, para su consolidación o restauración, en el Insti-tuto Andaluz del Patrimonio Histórico. Cuando accedemos a ellas, comprobamos que de esas 518, 340 piezas no habían sido tratadas por los técnicos del Instituto, dando como resultado que 163 piezas sólo hayan podido ser identificadas parcialmente, y que las 177 restantes estén a la espera de ser intervenidas para su estudio. Por dicha razón, este informe se presenta como un análisis preliminar cuyos resultados definitivos se darán a conocer una vez haya sido procesado todo el volumen numismático perteneciente a las dos primeras fases de la intervención arqueológica de la plaza de España de écija.

De igual manera, estos datos numismáticos sólo tendrían un valor cuantitativo si no fueran complementados con la documentación estratigráfica producida en el registro arqueológico de la excava-ción. Esta documentación servirá, de forma recíproca a numismáti-cos y arqueólogos, para ubicar series monetales de cronología poco precisa o realizar estudios de circulación monetaria, o bien, para fechar con mayor exactitud los estratos en los que han sido halladas estas monedas.

Con respecto al conjunto monetal, de las 826 piezas que forman el total estudiado, 118 pertenecen a la primera campaña de excava-ción (en adelante, P. Esp. 97/28), 707 a la segunda (P. Esp. 01/19), y una última pieza carece de referencia alguna sobre la campaña a la que pertenece.

Como corresponde a materiales numismáticos procedentes de in-tervenciones arqueológicas, la mayor parte de las piezas están mal conservadas, con desgastes bastante acusados, y en algunos casos, focos de cloruros de cobre que han producido la pérdida parcial de metal de la moneda. Estas circunstancias han dificultado, cuando no impedido, la correcta identificación y catalogación de numero-sas monedas.

Análisis del material estudiado. Metodología

A la hora de estudiar el conjunto se han seguido los pasos habi-tuales en este tipo de análisis: en primer lugar, una identificación previa del material numismático, estableciendo grupos según pe-ríodos cronológicos concretos que serán el punto de partida para la posterior catalogación, que es complementada con el análisis des-criptivo de la pieza y de sus características físicas. Por último, se rea-

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lizan tablas que responden a dos intereses distintos: por una parte, en una tabla se ordenan las monedas según un criterio meramen-te arqueológico, atendiendo a la campaña de excavación, unidad de intervención, unidad estratigráfica, bolsa, etc. Por otra parte, y de acuerdo a motivos numismáticos, otra tabla seguirá un guión cronológico diferenciando las monedas por autoridades emisoras, valores, metales, año de acuñación, aspectos físicos, etc.

Las piezas recuperadas en estas dos campañas arqueológicas ofrecen una buena muestra de la evolución histórica de la ciudad. Las cecas hispanas están representadas, entre otras, por monedas de Gadir (Lá-mina I), de Obulco y Corduba, todas fechadas entre fines del siglo III a.C. e inicios del siglo I a.C. Esta cronología anterior a la primera ocupación antrópica de esta zona, que tiene lugar a inicios del Im-perio, nos llevaría a pensar bien en un uso muy prolongado de estas monedas, o bien, en un depósito secundario de materiales procedente del cercano asentamiento humano anterior a la fundación de la colo-nia romana.

Lámina I. Cuarto de Gadir (nº 1)

El material numismático romano oficial, acuñado por el poder central de Roma, es más acorde al uso documentado en las campa-ñas arqueológicas realizadas en este lugar. La moneda más antigua corresponde a los momentos iniciales del Imperio, al reinado de Ti-berio o quizás de Calígula, continuando con algunas acuñaciones de emperadores del siglo I y II, aunque con un volumen poco nume-roso (26 piezas) en comparación con la ingente cantidad correspon-diente a los siglos III y IV, con un total de 441 monedas (Láms. II y III). Dependiendo de las características de los estratos en los que fueron halladas estas monedas, todas ellas de bajo valor, podríamos estar hablando de áreas de habitación, o por el contrario de total abandono al ser usado como vertedero. Sí queda clara una ocupa-ción humana efectiva de la zona hasta bien entrada la Antigüedad Tardía, por el uso continuado de las emisiones del siglo IV-V hasta, al menos, la ocupación musulmana de la Península Ibérica.

El uso como cementerio de la actual plaza de España en época islámica explicaría la escasez de monedas halladas pertenecientes a este momento, con tres feluses cuya presencia habría que achacar a pérdidas puntuales o vertidos de residuos.

La existencia de varias acuñaciones (36 en total) de monarcas cris-tianos medievales (Lámina IV) indica un cambio de uso del terre-no de cementerio a espacio parasitario, sin una ocupación humana efectiva. Destaca el hallazgo de un tesorillo de diez piezas de Al-fonso I de Aragón, Alfonso VIII y Alfonso X, monarca este último cuyas monedas cerrarían cronológicamente el conjunto a fines del

siglo XIII. Todas ellas son de bajo valor, y sobresale la presencia de un antoniniano del siglo III d.C.(3) dedicado a Claudio II, y que por similitud y calidad técnica con las piezas en circulación en ese momento, sería usado como una moneda más.

Pese al considerable número de acuñaciones que suelen hallarse en las intervenciones arqueológicas pertenecientes a época mo-derna (Lámina V) y contemporánea, en el caso de la excavación de la plaza de España sólo contamos con 23 y 2 monedas, res-pectivamente, lo cual podría explicarse en las escasas reformas realizadas a lo largo de los siglos en este espacio público, que impedirían la amortización de materiales arqueológicos en los que se podrían incluir monedas.

Todos estos datos numismáticos (Figs. 1 y 2), como indicábamos antes, precisan la corroboración de la documentación recabada en el registro estratigráfico de la excavación, encontrándonos a la es-pera de que la dirección de la intervención arqueológica nos facilite dicha información para concluir nuestro estudio.

Lámina II. Denario de Maximino I (nº 39)

Lámina III. AE 2 de Constancio II (nº 227)

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Lámina IV. Blanca de Enrique III (nº 477) Lámina V. 8 maravedíes de Felipe IV (nº 510)

Fígura 2. Porcentaje de monedas catalogadas, según período histórico-cronológico

Fígura 1. Volumen de monedas catalogadas, según período histórico-cronológico

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NOTAS

1. ROMO, A. S. “Las termas del foro de la Colonia Firma Astigi, écija (Sevilla)”, Romula 1, 2002, pp. 151-174; ROMO, A. S. Intervención arqueo-lógica en la Plaza de España. écija. Memoria Final. Vol. 1. Memoria I, Informe inédito depositado en la Delegación de la Consejería de cultura de la Junta de Andalucía, Sevilla, 2003; ROMO, A. S.; VARGAS, J. M.; DOMíNGUEZ, E. y ORTEGA, M. “De las termas a la mackbara. Intervención arqueológica en la plaza de España de écija (Sevilla)”, AAA´98, III, 2001, 979-996; VARGAS, J. M. y ROMO, A. S. Informe de la intervención arqueológica de urgencia en la Plaza de España de écija. Fase I. Informe inédito depositado en la Delegación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Sevilla, 1998.

2. Las siguientes campañas de excavaciones en la plaza de España llevaron a la nueva dirección arqueológica a replantear la hipótesis de que esta natatio formara parte de unas termas públicas, ofreciendo una nueva visión según la cual, esta estructura hidráulica sería más bien un estanque monu-mental que formaría parte de un importante templo de la ciudad. SÁEZ FERNANDEZ, P.; ORDÓÑEZ AGULLA, S.; GARCíA VARGAS, E. y GARCíA-DILS DE LA VEGA, S. Carta Arqueológica Municipal. écija. 1: la ciudad, Sevilla, 2004. GARCíA-DILS DE LA VEGA, S. y ORDÓÑEZ AGULLA, S. “Colonia Augusta Firma: viario y espacios forenses. Anexo: Actualización de la Carta Arqueológica Municipal de écija (C.A.M.E.)”, Astigi Vetus, 2, 2006, pp. 7-50;

3. Se trata del tan común tipo DIVO CLAVDIO, en este caso, con altar en el reverso (RIC V, 1, 259/261).

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ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN C/ CRÉDITO ESQUINA A C/ ESTRELLITA CASTRO. SEVILA

MIGUEL ÁNGEL DE DIOS PéREZ

Resumen: En el presente artículo se recogen los resultados de la ac-tividad arqueológica preventiva llevada a cabo en el solar localizado en C/ Crédito esquina a C/ Estrellita Castro de Sevilla. Tras la interven-ción ha sido documentada una secuencia cronológica que se desarrolla a través de un total de seis fases, desde el siglo XIII al XX.

Abstract:In the present article we present the results of the preventive archaeological activity carried out in the plot locat-ed at C/ Crédito (Sevilla). After the excavation a chronological sequence has been documented through six phases, since XIII century to XX.

ANTECEDENTES

El Instituto Municipal de Deportes del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla promueve la construcción del Centro Deportivo Fundi-ción en el solar delimitado por las calles Crédito, Estrellita Castro y Vascongadas.

La construcción del nuevo centro deportivo consiste en un edi-ficio con dos plantas sobre rasante y una planta bajo rasante. La profundidad de excavación que afecta al sótano del edificio bajo el nivel de calle es -3.70 m.

En el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Sevilla. Sector 9 “San Lorenzo-San Vicente”, se confiere a la parcela de refe-rencia una Cautela Arqueológica en Grado II. Este nivel de cau-tela implica, con carácter previo a la ejecución de la edificación, la excavación de sondeos estratigráficos hasta la cota de rebaje del terreno prevista en el proyecto de obras y la lectura de la secuencia estratigráfica completa en un punto.

La actividad arqueológica se inició el 28 de junio de 2004 y fina-lizó el 10 de septiembre de 2004.

DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE INTERVENCIÓN

El solar presenta fachada a tres calles por sus límites oeste, norte y este: Vascongadas, Estrellita Castro y Crédito, respectivamente. Su límite sur lo constituye una medianera que lo separa de los inmue-bles que dan fachada a la calle Lumbreras. Se localiza muy cerca de la Alameda de Hércules. La superficie del solar es 2.566 m².

En el momento de dar comienzo la intervención arqueológica el solar ya se encontraba asolado, observándose en planta, en su mi-tad septentrional, una losa de hormigón perteneciente al último inmueble aquí localizado. La cota media absoluta a la que se encon-traba la superficie de dicha losa era 7’45 m sobre el nivel del mar.

La cota de rasante de la C/ Crédito se sitúa a -1.00 m respecto a la de la C/ Vascongadas, lo que refleja un descenso de Oeste a Este, hacia las cotas más bajas localizadas en la Alameda de Hércules.

PLANTEAMIENTO DE LA INTERVENCIÓN

La actividad arqueológica se ha desarrollado a lo largo de tres fases. La primera de ellas ya fue planteada en el proyecto de ac-tividad arqueológica preventiva, mientras que las dos siguientes fases fueron consecuencia de los resultados obtenidos tras la primera.

1ª Fase

Esta primera fase fue planteada como fase de evaluación previa a la excavación en extensión de la totalidad de la superficie del solar. Su objetivo era pues obtener una primera aproximación al potencial arqueológico conservado en el subsuelo, así como una primera lec-tura de la secuencia cronológica y cultural. Para ello necesitábamos saber: la cota a la que se localizaban los estratos susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, la potencia del sustrato arqueológico, y la cota a la que se localizaba el sustrato geológico.

Se abrieron cinco sondeos en distintos puntos del solar, al objeto de que la evaluación previa a la que nos acabamos de referir fuese lo más completa posible. Las dimensiones de los sondeos fueron, en todos los casos, 4.00 x 4.00 m, lo que supone una superficie total de 80 m². Dichos sondeos se distribuyeron a lo largo de dos ejes perpendiculares, orientados de Oeste a Este (sondeos 1, 2, y 3), y de Sur a Norte (sondeos 4, 2, y 5).

2ª Fase

A la vista de los resultados de la primera fase, se decidió por lle-var a cabo un rebaje generalizado de toda la planta del solar, con medios mecánicos, hasta la cota de coronamiento de las estructuras correspondientes a la primera evidencia de urbanización en el solar, en el siglo XVIII. Este rebaje se realizó bajo control arqueológico, y supuso una media aproximada de -1.00 m respecto a la cota que inicialmente presentaba el solar.

La finalidad de esta segunda fase fue completar, en extensión, la documentación de las estructuras correspondientes al siglo XVIII que ya habían sido identificadas en los sondeos abiertos durante la primera fase.

Igualmente, se tomó la decisión de realizar un estudio geoarqueo-lógico al objeto de documentar los niveles previos a la primera ur-banización del solar en el siglo XVIII; niveles que corresponden, hasta alcanzar el sustrato geológico, a un uso agrícola del mismo.

3ª Fase

La tercera y última fase consistió en un control arqueológico de los movimientos de tierras mientras se vaciaba el solar hasta alcan-zar la cota de cimentación del edificio proyectado.

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RESULTADOS

En el presente apartado recogeremos los resultados objetivos de la actividad arqueológica, mientras que en el siguiente presentaremos las conclusiones obtenidas a partir de los mismos.

Con carácter general, debemos señalar que la cota del nivel freático se localizó a 2.34 m sobre el nivel del mar; dato obtenido a partir de un sondeo geotécnico realizado con anterioridad al inicio de los trabajos ar-queológicos. En ninguno de los sondeos excavados se alcanzó esa cota.

En la base de todos los sondeos fue documentada la U.E. 30. Se trata de un estrato correspondiente a un momento de uso agrícola del solar, pre-almohade, cuya cronología sólo ha podido ser esta-blecida indirectamente, en relación con las estructuras almohades documentadas, al no presentar en ningún caso material cerámico que proporcionase datación alguna.

Las cotas de techo de la U.E. 30 en los distintos sondeos son: 6.51 m (C1), 6.46 m (C2), 6.25 m (C3), 6.35 m (C4), y 6.35 m (C5).

Sondeo 1

Localización: Próximo a la fachada Oeste, C/ Vascongadas.Cota de inicio de excavación: 7.40 m.Cota de máxima profundidad alcanzada: 6.51 m.Descripción de U.E.:U.E. 21: Pileta de ladrillo y cemento; pertenece al segundo mo-

mento de la Fundición San Clemente (2ª mitad del S. XX); a cota 7.26 m.

U.E. 20: Pileta de ladrillo y mortero de cal, anulada por la U.E. 21; primer momento de la Fundición San Clemente ((2ª mitad del S. XIX-1ª mitad del S. XX); a cota 7.26 m.

U.E. 24: Pileta de ladrillo y mortero de cal; primer momento de la Fundición San Clemente ((2ª mitad del S. XIX-1ª mitad del S. XX); a cota 7.26 m.

U.E. 75: Muro de ladrillo con orientación N-S; S. XVIII; a cota 7.10 m.

U.E. 76: Muro de ladrillo con orientación N-S, localizado encima de U.E. 75; S. XVIII; a cota 7.11 m.

U.E. 94: Muro de ladrillo con orientación N-S, alineado con U.E. 75 y 76; S. XVIII; a cota 7.14 m.

U.E. 25: Muro de ladrillos dispuestos de canto e inclinados apo-yándose unos en otros, con orientación NE-SO; S. XIII; a cota 7.42 m.

U.E. 30: Suelo agrícola; pre-almohade; a cota 6.51 m.

Sondeo 2

Localización: Aproximadamente en el centro del solar.Cota de inicio de excavación: 7.45 m.Cota de máxima profundidad alcanzada: 5.30 m.Descripción de U.E.:U.E. 1: Losa de hormigón armado perteneciente al último mo-

mento del establecimiento industrial (2ª mitad del S. XX); a cota 7.45 m.

U.E. 6: Zanja abierta con dirección E-O; 2ª mitad del S. XX; cota de techo a 7.05 m, quedando agotada a 5.40 m.

U.E. 9: Citara de ladrillo con orientación E-O perteneciente a una pileta o balsa, presenta zapata de cimentación (U.E. 101); S. XVIII; a cota 6.70 m.

U.E. 47: Muro de ladrillo con orientación N-S; S. XVIII; a cota 6.93 m.

U.E. 63: Pavimento de ladrillos dispuestos de canto, presentando algunos guijarros; S. XVIII; a cota 6.82 m.

U.E. 58: Unidad deposicional localizada bajo el pavimento U.E. 63, rellenó una gran fosa a fines del S. XVII; cota de techo a 6.70 m, quedando agotada sobre el suelo de ocu-pación U.E. 77 a la cota 5.60 m.

U.E. 78: Restos de hogar sobre el suelo de ocupación U.E. 77, presenta un vaso cerámico prácticamente completo, así como restos de comida, como escamas o espinas de pes-cado; S. XVII; a cota 5.60 m.

U.E. 77: Suelo de ocupación; S. XVII; a cota 5.60 m.U.E. 80: Unidad deposicional localizada debajo de la interfaz

U.E. 77, presenta evidencias de sucesivos momentos de ocupación, como restos de hogares o vasos cerámicos prácticamente completos; S. XVII; cota de techo a 5.60 m, quedando agotada a la cota 5.30 m.

U.E. 30: Suelo agrícola; pre-almohade; cota de techo a 6.46 m, quedando agotada sobre la U.E. 105 a la cota 5.50 m.

U.E. 105: Estrato localizado bajo la U.E. 30, constituido funda-mentalmente por depósitos de origen aluvial (arenas), si bien también presenta escasos fragmentos cerámicos; se desarrolla entre las cotas 5.50 y 4.50 m.

Lámina II. Sondeo 2.

Lámina I. Sondeo 1.

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Sondeo 3

Localización: Junto a la fachada Este, C/ Crédito.Cota de inicio de excavación: 7.10 m.Cota de máxima profundidad alcanzada: 6.10 m.Descripción de U.E.:U.E. 1: Losa de hormigón armado perteneciente al último mo-

mento del establecimiento industrial (2ª mitad del S. XX); a cota 7.45 m.

U.E. 13: Zanja abierta con dirección N-S; 2ª mitad del S. XX; cota de techo a 7.17 m, quedando agotada a 6.38 m.

U.E. 4: Muro de ladrillo y cemento, presenta zapata de cimen-tación (U.E. 61); pertenece al segundo momento de la Fundición San Clemente (2ª mitad del S. XX); a cota 7.17 m.

U.E. 61: Zapata de cimentación del muro U.E. 4, de ladrillo y cemento; pertenece al segundo momento de la Fundi-ción San Clemente (2ª mitad del S. XX); presenta cota de techo a 6.46 m.

U.E. 7: Zapata de cimentación de pilar, de ladrillo y mortero de cal; primer momento de la Fundición San Clemente (2ª mitad del S. XIX-1ª mitad del S. XX); a cota 7.01 m.

U.E. 59: Muro de tapial con orientación E-O, perpendicular al muro U.E. 85; S. XIX (1ª mitad); a cota 6.74 m (Oeste)/6.57 m (Este).

U.E. 85: Muro de tapial con orientación N-S, perpendicular al muro U.E. 59; S. XIX (1ª mitad); a cota 6.78 m.

U.E. 34: Cama de pavimento de ladrillos a la palma, mortero de cal; S. XVIII; a cota 6.57 m.

U.E. 100: Cama de pavimento, mortero de cal; S. XVIII; a cota 6.66 m.

U.E. 54: Muro de ladrillo con orientación E-O; S. XVIII; a cota 6.81 m.

U.E. 60: Zapata de cimentación del muro U.E. 54; S. XVIII; a cota 6.30 m.

U.E. 36: Muro de ladrillo con orientación N-S; S. XVIII; a cota 6.58 m.

U.E. 37: Zapata de cimentación del muro U.E. 36; S. XVIII; a cota 6.42 m.

U.E. 30: Suelo agrícola; pre-almohade; a cota 6.25 m.

Lámina III. Sondeo 3.

Sondeo 4

Localización: Próximo a la medianera que constituye el límite Sur del solar.

Cota de inicio de excavación: 7.15 m.Cota de máxima profundidad alcanzada: 6.03 m.Descripción de U.E.:U.E. 18: Estrato superior consistente en el vertido de desechos

de obra provenientes de la construcción del inmueble cuya medianera limita nuestro solar por el Sur; S. XX (2ª mitad); cota de techo a 7.15 m, quedando agotado a la cota 6.35 m, sobre la U.E. 30.

U.E. 95: Plataforma de hormigón; S. XX (2ª mitad); a cota 6.51 m.U.E. 46: Hogar; S. XVIII (¿); a cota 6.35 m.U.E. 30: Suelo agrícola; pre-almohade; a cota 6.35 m.

Lámina IV. Sondeo 4.

Sondeo 5

Localización: Junto a la fachada Norte, C/ Estrellita Castro.Cota de inicio de excavación: 7.45 m.Cota de máxima profundidad alcanzada: 5.25 m.Descripción de U.E.:U.E. 1: Losa de hormigón armado perteneciente al último mo-

mento del establecimiento industrial (2ª mitad del S. XX); a cota 7.45 m.

U.E. 16: Fosa de planta rectangular que en el interior del son-deo se desarrolla de Este a Oeste; sus límites exceden las dimensiones del sondeo, en el interior del cual fue documentado el ángulo NE de la misma; en su interior se localizaron diversas estructuras metálicas relacionadas con la actividad metalúrgica (U.E. 72, 103, y 104); pri-mer momento de la Fundición San Clemente (2ª mitad del S. XIX-1ª mitad del S. XX); la cota de techo fue 7.06 m, quedando agotada a la cota 5.25 m.

U.E. 15: Fosa de planta semicircular, de la que aproximadamente la mitad fue excavada en el interior del sondeo, en re-lación con la actividad metalúrgica; primer momento de la Fundición San Clemente (2ª mitad del S. XIX-1ª mitad del S. XX); la cota de techo fue 7.06 m, quedando agotada a la cota 6.33 m.

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U.E. 42: Muro de ladrillo con orientación E-O; S. XVIII; a cota 7.18 m.

U.E. 89: Zapata de cimentación del muro U.E. 42; S. XVIII; a cota 7.09 m.

U.E. 43: Muro de ladrillo con orientación E-O; S. XVIII; a cota 7.06 m.

U.E. 84: Zapata de cimentación del muro U.E. 43; S. XVIII; a cota 6.96 m.

U.E. 51: Pavimento de ladrillos dispuestos de canto; S. XVIII; a cota 6.99 m.

U.E. 73: Muro de ladrillo con orientación N-S; S. XVIII; a cota 7.19 m.

U.E. 90: Zapata de cimentación del muro U.E. 73; S. XVIII; a cota 7.06 m.

U.E. 96: Pozo seccionado por las fosas U.E. 15 y 16; S. XVIII; cota de techo a 6.22 m, fue excavado hasta la cota 5.25 m.

U.E. 17: Estrato consistente en un depósito con abundantes frag-mentos cerámicos, presentando numerosos vasos muy completos y una matriz escasa y muy suelta; S. XVII; cota de techo a 6.99 m; excavada hasta la cota 5.64 m.

U.E. 30: Suelo agrícola; pre-almohade; a cota 6.35 m.

Lámina V. Sondeo 5.

Control arqueológico del rebaje con medios mecánicos hasta la cota -1.00 m

Desde la cota inicial que presentaba en superficie la solera de hor-migón (U.E. 1) a 7.45 m, se llevó a cabo un rebaje generalizado de toda la planta del solar hasta alcanzar la cota media de 6.50 m.

Tras el rebaje pudimos comprobar el distinto grado de afección que el establecimiento industrial de la segunda mitad del S. XIX produjo en los niveles del S. XVIII en los diversos sectores del solar, así como la afección que la urbanización del S. XVIII produjo en los niveles arqueológicos precedentes.

En el cuadrante NO del solar fue documentado el muro U.E. 106, que junto con el muro U.E. 25, documentado en el sondeo 1, son las únicas evidencias arqueológicas de la ocupación del solar

en época almohade. Del muro sólo se conserva la primera hilada de ladrillos, dispuestos inclinados uno sobre el siguiente excepto en el umbral, donde se disponen planos. Al Sur de esta estructura se observan los restos de un pavimento realizado con guijarros de pequeño tamaño y algunos cascotes de material constructivo.

En el muro de fachada a C/ Vascongadas, en su cara interna, se ob-serva la cota a la que quedó descolgada su cimentación (7.80 m) tras el rebaje que a finales del S. XIX-principios del S. XX se llevó a cabo en el solar, hasta la cota 7.10 m, enrasando la cota del interior del mismo con la de la C/ Crédito, un metro aproximadamente más baja que la cota de rasante de C/ Vascongadas. Con este rebaje la fundición me-joraba las posibilidades del espacio para sus instalaciones, después de unificar las distintas fincas precedentes bajo una sola propiedad.

En la mitad occidental del solar, y junto a la fachada a la C/ Estre-llita Castro -antes C/ Yuste- se han localizado las fosas en las que se ubicaron los hornos de la fundición.

En la mitad oriental del solar las estructuras correspondientes a la ur-banización del S. XVIII se han conservado algo mejor, pues se localizan a una cota media de 6.50 m. Han sido documentadas varias estructuras murarias, cuya orientación N-S o E-O se ha conservado sin modifi-cación hasta nuestros días. También se han documentado varios pavi-mentos de ladrillo, mayoritariamente a la palma y a sardinel. Un total de seis pozos han sido documentados en este sector oriental del solar.

El muro de fachada a la C/ Crédito, al que se le adosan dos tro-jes para almacenamiento del mineral (U.E. 4 en el sondeo 3), co-rresponde al segundo momento de la Fundición San Clemente (2ª mitad del S. XX), mientras que los muros de fachada a las calles Vascongadas y Estrellita Castro corresponden al S. XVIII, estando en uso para la fundición hasta su desmantelamiento.

Durante el control arqueológico del rebaje definitivo hasta la cota de cimentación de la planta sótano, fueron documentados un total de tres pozos de época almohade, construidos con anillos cerámicos ensamblados.

Lámina VI. Hornos pertenecientes a la fundición, documentados tras el control arqueológico de los movimientos de tierra.

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CONCLUSIONES

A partir de los resultados obtenidos de la excavación de cada uno de los sondeos, así como del control arqueológico de los movimien-tos de tierra, podemos proponer una secuencia cronológica y cultu-ral de la evolución histórica y urbanística del solar. Esta secuencia se desarrollaría a través de distintas fases, caracterizadas, entre otros factores, por los usos documentados en el solar.

Al hallarse el solar localizado en la llanura aluvial cuyo límite oriental lo constituye el escarpe de la terraza baja del Guadalquivir, que coincide aproximadamente con la C/ San Luis, el sustrato na-tural lo conforman en este sector urbano los sedimentos fluviales depositados durante el proceso de desplazamiento del cauce del río hacia el Oeste, a lo largo del periodo comprendido entre los prime-ros siglos de nuestra era y la época islámica.

Este proceso tiene vital importancia desde la perspectiva arqueo-lógica, pues podría explicar la escasez de restos arqueológicos ante-riores a época islámica localizados en este sector urbano; restos que el desplazamiento del cauce habría hecho desaparecer.

Pasemos ahora a reseñar las distintas fases cronológico-culturales identificadas:

Fase I. S. XIII

A esta fase pertenecen el muro U.E. 25, localizado en el sondeo 1; el muro U.E. 106, localizado en el cuadrante NO del solar tras el primer rebaje; los restos de un pavimento asociado a éste último; y tres pozos de anillos cerámicos.

Anterior a los niveles almohades debemos considerar la U.E. 30, si bien no podemos precisar más su cronología al carecer de ele-mentos asociados que aporten una datación. La consideración de nivel pre-almohade la hacemos en función de su posición estrati-gráfica relativa. En cualquier caso su cronología no se remontaría más allá del S. X.

Estas estructuras representan la primera fase constructiva docu-mentada en el solar, si bien el carácter de la misma es más rústico que propiamente urbano, pues el uso que indican es fundamental-mente agrícola.

Probablemente debamos poner en relación estas estructuras con el posible conjunto palatino de los siglos XII-XIII documentado en el monasterio de San Clemente, al que estaría ligada el área ocupada por el solar que nos ocupa formando parte de la huerta o jardines.

El uso agrícola se mantendrá hasta bien entrada la época moder-na, lo que supone, desde el punto de vista urbanístico, la existencia de un espacio al interior de la cerca islámica no urbanizado.

Fase II. S. XVII

Una vez que sucede en el tiempo el monasterio de San Clemente al edificio almohade, nuestro solar seguirá formando parte del área de huerta o jardines de la fundación religiosa.

En el S. XVII se constata la primera actividad industrial en el solar, si bien indirectamente. Esto no supone aún la urbanización

del mismo ni la completa desaparición del uso agrícola, que se mantendría residualmente. Nos referimos a la excavación de zanjas para el aprovisionamiento de arcilla y el posterior relleno de éstas convirtiéndolas en vertederos cerámicos.

En el sondeo 2 hemos documentado una de estas zanjas excavadas para el aprovisionamiento de materia prima destinada a un alfar. Estas zanjas buscan los lechos de arcilla localizados a la cota 5.00 m.

Por otro lado, en el sondeo 5 hemos documentado un vertedero cerámico (U.E. 17) que probablemente rellenó una de dichas zan-jas excavadas en busca de arcilla.

Fase III. S. XVIII

Durante esta fase tiene lugar la primera urbanización del solar, abandonando definitivamente el uso agrícola que ostentó desde época islámica, para dar lugar a la plena ocupación del espacio in-tramuros de la cerca medieval.

La urbanización del S. XVIII afectó severamente a los niveles al-mohades, siendo a su vez arrasada por el establecimiento industrial que se ubica en el solar a partir de la segunda mitad del S. XIX.

De esta fase son numerosas las unidades deposicionales y estruc-turales documentadas, incluidos los muros de fachada a las calles Vascongadas y Estrellita Castro.

Las cotas a la que se documentan los pavimentos correspondien-tes a esta fase son: 6.80 m (U.E. 63 en el sondeo 2); 6.65 m (U.E. 34 en el sondeo 3); 7.00 m (U.E. 51 en el sondeo 5); y 6.50/6.55 m los pavimentos conservados en el cuadrante SE del solar.

Fase IV. S. XIX (1ª mitad)

Esta fase está escasamente representada, consistiendo práctica-mente en una reforma, que implica una nueva compartimentación del espacio, efectuada en un inmueble del S. XVIII. A esta fase pertenecen los muros de tapial U.E. 59 y 85.

Fase V. S. XIX (2ª mitad)-S. XX (1ª mitad)

Esta fase y la siguiente se corresponden con dos momentos bien diferenciados en el desarrollo del establecimiento industrial que se ubica en el solar.

El uso residencial del S. XVIII desaparece paulatinamente a lo largo de esta fase, conforme la industria metalúrgica amplía sus ins-talaciones adquiriendo nuevas fincas, hasta ocupar la totalidad del solar ya en el siglo pasado.

Así, en las primeras décadas del S.XX tiene lugar un rebaje gene-ralizado de toda la planta del solar, igualando la cota del mismo con la de la rasante de C/ Crédito. Esto supondrá un descenso de cotas que en la mitad occidental alcanzará -0.90/-1.00 m respecto a la rasante de C/ Vascongadas. Consiguientemente, el rebaje arrasará los niveles del S. XVIII, especialmente en dicha mitad occidental.

La cota de arrasamiento de los niveles arqueológicos correspon-dientes al S. XVIII se sitúa en torno a 7.00/7.10 m.

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Las unidades deposicionales y estructurales adscritas a esta fase, al igual que en la siguiente, están directamente relacionadas con la acti-vidad industrial, consistiendo en piletas, pequeños hornos, acumula-ciones de escoria, y, sobre todo, las fosas en las que se localizarían los grandes hornos de la fundición (U.E. 15 y 16 en el sondeo 5).

La Fundición de Hierro San Clemente se establece en 1865 en la C/ Compás de San Clemente, posteriormente denominada Yuste y actualmente Estrellita Castro. La variedad de productos que fabrica a lo largo del tiempo que dura su actividad es grande, yendo des-de camas a maquinaria agrícola, y pasando por balcones, ventanas, prensas, norias, bombas de agua, candiles, alambre, etc.

En los últimos años del S. XIX y primeros del S. XX alcanza su máximo desarrollo, evidenciado por la variedad de productos que oferta y la adquisición de fincas ubicadas en el solar.

Fase VI. S. XX (2ª mitad)

Durante la última fase documentada asistimos al declive de la fundición, que terminará por abandonar sus instalaciones en el so-lar. Con todo, aún podemos observar reformas de envergadura en la segunda mitad del S. XX, consistentes en una solera de hormigón (U.E. 1), trojes para almacenamiento de mineral (U.E. 4 en el son-deo 3), y el muro de fachada a la C/ Crédito.

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ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN LA CILLA DEL CABILDO, PLAZA DE PUERTA CERRADA, NÚMERO 15, DE ÉCIJA (SEVILLA)

MIGUEL ÁNGEL GARCíA GARCíA

Resumen: La actividad arqueológica se desarrolló en una parcela ocupada por un inmueble del siglo XVIII de la ciudad de écija, situado en un sector extramuros de la ciudad medieval. Durante la intervención pudieron documentarse restos de estructuras de tipo residencial de época romana que corresponden a dos fases edificati-vas datadas entre los siglos II y III d.C.. Asimismo, durante el trans-curso del estudio de paramentos en el edificio fueron descubiertos un conjunto de pinturas murales de motivos arquitectónicos que decoraban la fachada principal.

Abstract: The archaeological activity took place in a plot occupied by a building of the eighteenth century in the city of Ecija, located in an area outside the medieval city. During the intervention were documented remnants of residential Roman structures correspond-ing to build of two phases dating between II and III century AD. Also, during the course of study paraments in the building were discovered a set of murals that decorated architectural grounds of the main facade.

INTRODUCCIÓN

La Actividad Arqueológica Preventiva se desarrolló durante los meses de abril y junio de 2004. Esta intervención vino motivada por el Proyecto Reformado de rehabilitación y ejecución en el in-mueble identificado como Cilla del Cabildo de la localidad astigi-tana. Dicho proyecto preveía la rehabilitación para uso residencial del edificio y la construcción de nuevas viviendas con sótano en el espacio trasero de la parcela, que se encontraba libre tras la demo-lición de algunas estructuras industriales adosadas al edificio origi-nal. La actividad arqueológica cumplió los requisitos determinados por las cautelas correspondientes. Según lo previsto por estas, se efectuó la excavación de una superficie de 309 m2 dentro de la zona destinada a la construcción del sótano.

El área donde su ubica el inmueble se caracteriza principalmente por su posición extramuraria de la ciudad histórica, ante una de las puertas de la muralla islámica. Este carácter periurbano puede documentarse ya desde época romana, en la que la zona sufre, en los siglos II y III d.C., un proceso de urbanización como fruto de la ampliación de la ciudad en torno a su primitivo núcleo (1). A lo largo de los siglos III y IV d.C. se comienza a abandonar pro-gresivamente la zona, documentándose durante este periodo un uso puntual como espacio funerario (2). No obstante, continúan documentándose estructuras residenciales puntuales durante este periodo tardío (3). La zona pasa posteriormente a convertirse en un terreno baldío, o al menos habitado únicamente de manera re-sidual. Tal y como pudo comprobarse en el transcurso de la acti-vidad arqueológica, el sector fue una fuente de material de acarreo durante todo el periodo bajomedieval, aunque con especial fuerza durante la época almohade, debido sobre todo a la necesidad de

este tipo de material para llevar a cabo obras públicas o de carácter defensivo como las murallas. No será hasta la fase bajomedieval cristiana que comience la expansión urbana en el sector. En época moderna se construirán en torno a la denominada Puerta Cerrada algunos edificios de carácter religioso, como el convento de Nª Sra. de los Remedios, o civil, como la propia Cilla del Cabildo (4). La colmatación del foso de la muralla islámica se documenta, a este respecto, entre los siglos XVI y XVII. Finalmente, la demolición de la puerta de la muralla para el ensanche de la actual calle del Conde terminó de insertar la zona en el tejido urbano de la ciudad.

OBJETIVOS Y METODOLOGíA

Las características de ocupación documentadas en las interven-ciones arqueológicas realizadas con anterioridad en el sector y las propias condiciones del inmueble permitieron pensar inicialmente que, a excepción de las zonas alteradas por las cimentaciones de las estructuras industriales adosadas a la trasera del edificio original, los niveles arqueológicos se encontrarían inalterados en el volumen de excavación proyectado.

De este modo, los objetivos previstos para la actividad arqueoló-gica eran, en primer lugar, la documentación, a partir del análisis del registro estratigráfico, de la secuencia histórica y funcional del solar, desde la fase de ocupación inmediatamente anterior a la edi-ficación actual a aquella que pudiese alcanzarse dentro de las cotas determinadas por el proyecto de nueva construcción. En segundo lugar, el estudio y documentación de las diferentes fases construc-tivas y reformas en el inmueble conservado a través del análisis de sus paramentos.

En base a esto, se proyectaron tres sondeos previos y un área de excavación en extensión. Mediante los dos primeros sondeos se pre-tendía establecer una valoración previa de la secuencia estratigráfica existente en los sectores menos afectados por las cimentaciones de las edificaciones modernas, que correspondían a sendos patios en las estructuras contemporáneas derribadas. Por su parte, el tercero de los sondeos se situó en el fondo del solar. Este espacio se encontraba ocupado por un campo de tinajas demolido parcialmente durante la construcción de una nave industrial en época contemporánea, y que tras la demolición de este se encontraba visible (Lámina I) (5). La construcción de la cimentación para la citada estructura industrial motivó que los contenedores cerámicos se encontrasen colmatados por una potente capa de mortero y hormigón. Este hecho obligó a su retirada mediante medios mecánicos tras la cual pudo comprobarse como el campo de tinajas había causado la eliminación total de la secuencia estratigráfica antrópica, descansando su base sobre el terre-no natural a la cota máxima 102,6 metros. De esta forma, el área de excavación en extensión hubo de limitarse al espacio comprendido entre los dos sondeos estratigráficos realizados (Fig. 1).

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Los trabajos se llevaron a cabo de forma continuada hasta alcanzar el terreno natural, cuya cota mínima a 103,2 metros no agotaba la prevista por el proyecto de edificación para sótano. Durante el seguimiento del vaciado del volumen completo del área de afec-ción arqueológica si se alcanzó la cota prevista, mostrándose los diferentes estratos de margas y grava propias de la geomorfología del sector.

La actividad arqueológica se realizó mediante la excavación por unidades estratigráficas, registradas de forma diferenciada, docu-mentando su naturaleza, contenido, situación relativa y relaciones estratigráficas dentro de la secuencia general. Las unidades estrati-gráficas fueron registradas siguiendo una numeración sucesiva para cada uno de los sectores delimitados en el planteamiento inicial de la excavación.

RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN

Fase I

La primera fase de la ocupación del solar corresponde a la con-strucción de una estructura de tipo doméstico en una zona pro-bablemente baldía, asentándose las cimentaciones sobre el terreno natural. Los restos constructivos de este edificio son muy escasos y no permiten la restitución de su planta. A esta edificación cor-responden los restos de un muro de ladrillo y del umbral de una puerta (UE 123) que comunicaban una estancia y un espacio abier-to sin restos de pavimento (Lámina II). A esta estancia correspon-den los restos de una preparación de pavimento de bolos, sobre la cual aparecieron algunas teselas blancas y negras (UE 1021), y de un fondo de cimiento (UE 1022), que pudiera asociarse a la com-partimentación interna del espacio. La preparación documentada se encontraba muy afectada tanto por pozos de saqueo medievales (UE 121), como de infraestructuras modernas (UE 1104), aunque es posible que los pavimentos a los que servía de base fueran reti-rados previamente a la destrucción de la vivienda. En relación con el espacio abierto, los restos de tegulae y los tambores de piedra arenisca hallados en un nivel de derrumbe de esta estructura (UE 124) permiten formular la hipótesis de que se tratase de un patio porticado de uso secundario, dada la ausencia de pavimentación.

El registro de las zanjas constructivas de las estructuras asociadas a esta primera fase edilicia impide precisar una datación cronológica. Únicamente los materiales aportados por el nivel de destrucción UE 124 permiten establecer una datación ante quem en la segun-da mitad del s. II d.C., siendo las formas de cerámica africana de cocina la producción registrada más moderna. En su conjunto, el material documentado se corresponde por completo a un contexto de tipo doméstico, destacándose fragmentos de disco de lucerna, vidrio y un pequeño conjunto de agujas de marfil para el tocado femenino.

Fase II

Durante el siglo III d.C., coincidiendo con un momento de ex-pansión urbana de Astigi, se documenta una segunda fase construc-tiva. La vivienda de la Fase I fue desmantelada, probablemente con el fin de recuperar material edilicio y amortizada por un potente estrato de nivelación (UE 119, 206, 1002, 1009), que provocó una elevación significativa de las cotas del terreno. De este modo, los

niveles de uso de esta casa (UE 112) son casi coincidentes con la cota de pavimento del edificio del siglo XVIII. Este hecho, unido al expolio sistemático producido durante toda la época medieval es la causa de la casi total desaparición de las estructuras del edificio, cuyas trazas únicamente pudieron ser documentadas mediante las zanjas de saqueo de los muros y los escasos restos de cimentación conservados. La planta documentada de este edificio se articula a lo largo de un gran muro de cimentación (UE 208, 1018), pudiendo diferenciarse un total de cinco estancias separadas por muros tran-sversales adosadas a este muro perimetral. Las únicas estructuras asociadas conservadas son los restos de una preparación de un pavi-mento de bolos (UE 112) y una estructura hidráulica de opus signi-num (UE 1023) (Lámina III). Esta estructura deprimida respecto a los niveles de uso de la vivienda presenta cordones hidráulicos que ratifican su funcionalidad, pudiendo ser identificada como la pisci-na de un impluvium ubicado en un patio interior de la vivienda. El único contexto cerámico cerrado asociado con esta estructura es el contenido por el estrato de nivelación del terreno. éste, en el que destacan las producciones comunes junto a africanas de concina y algunos fragmentos de TSC, muestra una correspondencia cro-nológica respecto al nivel de derrumbe de la edificación de la fase previa, lo que puede interpretarse como muestra de la continuidad en el proceso de desmantelamiento de la primera vivienda y la con-strucción de la segunda. Por el contrario, el intensivo saqueo y las afecciones causadas por las estructuras contemporáneas impidieron documentar estratos inalterados asociados al abandono de la estruc-tura doméstica de la Fase II.

Fase III

A una fase posterior de ocupación del solar corresponden los restos del arranque de dos muros que reutilizaban parcialmente cimenta-ciones precedentes y un pozo de agua (UE 1017) que permite aso-ciar estas estructuras a un proceso de ocupación de tipo residencial. Uno de estos muro (UE 1020) presenta una fábrica de opus vitatum en su variante más tardía, lo que permite determinar una datación post quem en torno al siglo V d.C.. El segundo de los muros (UE 1019) está formado por sillarejo y material de acarreo. Los niveles de uso de esta fase se encontraban totalmente perdidos por la afec-ción de los pavimentos de las edificaciones contemporáneas y el sa-queo de época medieval. Los únicos materiales asociados al periodo tardoantiguo, como fragmentos de TSD con decoración estampada y cerámicas comunes de perfil piriforme se han encontrado descon-textualizados en los estratos de saqueo de época medieval.

Fase IV

La actividad registrada durante el periodo islámico se asocia exclu-sivamente al expolio de las estructuras correspondientes a las fases posteriores. Este se realiza tanto de manera superficial como me-diante la realización de zanjas y pozos de saqueo (Lámina IV). Con-temporáneamente, los pozos de saqueo van a ser utilizados como muladares al menos desde el siglo X, como puede documentarse en los primeros vertidos (UE 1012) en los que se registra parte del repertorio cerámico califal con decoración vidriada verde y asas decoradas con arabescos a molde. Durante el periodo almohade se produce la fase final del expolio de las estructuras romanas, como consecuencia quizás de la necesidad de reunir materiales de acarreo para la construcción de la muralla de la ciudad. Este hecho queda documentado en la abundante presencia de material cerámico en

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las zanjas y pozos de saqueo, compuesto fundamentalmente por fragmentos de cerámica almohade común de pasta clara y decora-ción con trazos de manganeso, así como cerámicas vidriadas mela-das lisas y con decoración de costillas.

Fase V

La última fase de ocupación del solar está protagonizada por la construcción de la Cilla del Cabildo, no pudiendo haber sido documentados elementos correspondientes a época bajomedieval y comienzos de la época moderna. La zona trasera se encontraba inicialmente ocupada por un espacio delimitado por las cimenta-ciones de ladrillo UE 101, 103, al que se accedía desde el acceso principal a través de un apeadero. Este patio fue posteriormente segregado para adosar a la trasera del edificio diferentes estructuras durante los siglos XIX y XX, derribadas en un momento previo a la actividad arqueológica. Entre los hitos más destacables en este proceso deben incluirse la construcción del citado campo de tinajas que ocupaba todo el fondo de la parcela, posteriormente amortiza-do por la construcción de una nave industrial, la edificación de una estructura adosada al cuerpo central del antiguo edificio de la cilla y la realización de infraestructuras para la canalización de aguas resi-duales hacia una gran fosa séptica (UE 1101, 1102, 1103, 1104).

En lo referente al edificio correspondiente a la antigua cilla, este muestra pocas intervenciones en época posterior, por lo que man-tiene prácticamente intacta su configuración interna original for-mada por largas galerías para la conservación del grano. La zona más afectada por el levantamiento de tabiques y apertura de nuevos vanos es la planta alta del cuerpo central, cuya distribución interna fue adaptada para uso de vivienda u oficinas. La técnica construc-tiva es muy homogénea, utilizando el ladrillo para los muros de carga y la combinación de pilares de ladrillo y paños de tapial para muros de cierre sin función portante. Este carácter precario puede apreciarse de igual modo en la utilización de las falsas bóvedas que cubren las galerías de la planta superior. De especial relevancia es la aparición de pinturas murales al fresco decorando la fachada del edificio. Estas se componen de marcos que encuadran los paños entre las pilastras y bordean los vanos originales y filetes decorados con motivos vegetales para las pilastras en el segundo cuerpo en altura, mientras que en el primer cuerpo, a pesar del mal estado de conservación puede apreciarse una decoración de falsos sillares que ocupa las pilastras y los laterales de los paños encuadrando las ven-tanas, así como la propia imitación de falsas ventanas en las zonas que no presentan aperturas de vanos originales. Puede apreciarse como la mayor parte de las ventanas existentes rompe la decoración mural, por lo que se demuestra su apertura posterior (Fig. 2).

NOTAS

1. CEPAS, A., Crisis y continuidad en la Hispania del siglo III, Madrid, 1997, p. 208.2. RODRíGUEZ TEMIÑO, I.; NUÑEZ PARIENTE DE LEÓN, E., Excavaciones urbanas de urgencia en Écija (Sevilla), AAA III/ 1986, p. 397-402.3. RODRíGUEZ TEMIÑO I.; NUÑEZ PARIENTE DE LEÓN, E., Arqueología urbana de urgencia en Écija (Sevilla), AAA III/ 1985, p. 316-325.4. RODRíGUEZ TEMIÑO, I., Excavación de urgencia en Plaza de Puerta Cerrada, 9. Écija (Sevilla), AAA III/ 1986, p. 388-396.5. Similares sistemas de almacenamiento han sido documentados en la propia ciudad de écija, cfr. NUÑEZ PARIENTE DE LEÓN, E.; MUÑOZ

TINOCO, J., Informe de cuatro seguimientos arqueológicos efectuados entre septiembre y noviembre de 1995 en Écija, AAA III/ 1995, p. 555-558.

Lámina I. Vista del campo de tinajas en el momento del inicio de la inter-vención arqueológica.

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Lámina II. Estructura correspondiente a la Fase I de ocupación. Lámina III. Cisterna doméstica del edificio de la Fase II de ocupación.

Lámina IV. Zanjas de saqueo de los muros del edificio de la Fase II de ocupación.

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Figura 1. Planta del inmueble y área de intervención arqueológica.

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Figura 2. Esquema compositivo de los restos de pintura mural de la fachada de la cilla.

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CONTROL DE MOVIMIENTOS DE TIERRAS EN EL ÁREA CATALOGADA COMO ENTORNO DE BIC BAñOS ÁRABES DE PALOMARES DEL RÍO (SEVILLA)

DAVID J. GOVANTES EDWARDS

Resumen: El presente artículo presenta los resultados de la acti-vidad de control de movimientos de tierras desarrollados en el en-torno del BIC Baños Árabes de Palomares del Río (Sevilla). Dichos resultados, si bien no permitieron establecer nuevas hipótesis acerca del poblamiento de la zona en época medieval, sí permitieron aña-dir nuevos indicios del mismo, sobre todo con el hallazgo de un ba-surero bajomedieval. Esto ha permitido reforzar la hipótesis de que la zona del Aljarafe estaría durante la Edad Media tendría una red de explotaciones agrícolas, herederas del patrón de asentamiento de época imperial romana, como unidad habitacional básica.

Abstract: The present paper presents the outcome of the archaeo-logical works carried out on the area of influence of the Moorish Baths located in Palomares del Río (Seville). While adding new evi-dence for it, especially with the finding of a late medieval garbage disposal pit, the works did not allow the development of new hy-pothesis about the settlement of the area during the Middle Ages. The finds have, however, reinforced the notion that the Aljarafe region was, during the Middle Ages, spotted with a multiplicity of farmsteads, succeeding the Roman settlement pattern.

ANTECEDENTES Y CONTEXTUALIZACIÓN

La actividad a la que hace referencia el presente artículo se desar-rolló en una zona incluida en el entorno del BIC Baños Árabes de Palomares del Río (Sevilla), estando por tanto sujeto a una serie de cautelas arqueológicas, que tomaron cuerpo en un control arque-ológico de movimientos de tierras para la apertura de un vial y las infraestructuras asociadas. Esta intervención, realizada durante el verano del año 2004, venía además recomendada por la existencia en el entorno cercano de la zona a intervenir no solo de los propios Baños Árabes, situados a unas pocas decenas de metros de la misma, sino de otros restos arqueológicos significativos para la reconstruc-ción de la historia arqueológica del Palomares musulmán.

•BañosÁrabes:Únicos baños árabes de ámbito rural de la provin-cia de Sevilla, se conserva en envidiable estado la sala templada, y a nivel de paramentos las salas caliente y fría. Otras estancias, tales como las calderas o los vestuarios no parecen haber sobrevivi-do. Buena parte de las mencionadas partes perdidas posiblemente fuesen víctima de la construcción de la actual carretera Palomares-Gelves, durante la época de la dictadura de Primo de Rivera (1).

•PozoyAlberca:Situados a unas decenas de metros al NO de los propios baños árabes, este pozo, de fábrica de piedra y la alberca, hasta la fecha de ejecución e la actividad de control a la que se refiere este artículo, soterrada, plausiblemente pertenecerían a las estructuras hidráulicas relacionadas con los propios baños.

•HaciendaCasaAlegre: Adyacente a la zona a intervenir, cuen-ta con una portada del s. XVIII. Habida cuenta el régimen de

poblamiento del Aljarafe durante la época imperial romana y la Edad Media (2), es bastante probable que la citada hacienda sea la heredera de alguna villa o alquería, posiblemente incluso en rela-ción con los baños árabes, caso de poder constatarse que los mis-mos eran de naturaleza privada. En el mismo sentido, podemos especular que la actual Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Estrella, de estilo mudéjar sea heredera la mezquita que sirviese a los habitantes de la zona, o incluso, de forma privada, a los de la alquería o vivienda veraniega señorial (3).

•Enterramientosmusulmanes. Localizados a unos centenares de metros en el perfil del talud derecho de la carretera de Paloma-res-Gelves, como consecuencia del descarnamiento del mismo producto de las abundantes lluvias. Situados al sur del actual cementerio, parecen ser otro nuevo testimonio de la ocupación musulmana de la zona actualmente ocupada por la población de Palomares.

DESCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN YRESULTADOS

La intervención desarrollada, consistente en el control de movi-mientos de tierras correspondientes a la apertura de un vial y sus correspondientes infraestructuras, siguió la metodología habitual en este tipo de casos.

Anteriormente al inicio de la misma, se recogió información entre la población local, con la que se constató la existencia previa en la zona de una serie de estructuras contemporáneas, en concreto un almiar, un molino de aceite y un muelle para la carga y descarga de camiones. Esto permitió descartar como arqueológicamente no sig-nificativos algunos hallazgos producidos durante la intervención, tales como las dos vigas de hormigón armado que servían como armazón para el mencionado muelle.

El movimiento de tierras se desarrolló mediante el uso de retropa-la mecánica, excepto en los casos en los que se hizo recomendable la extracción manual de rellenos, por identificarse atributos en el subsuelo que podían indicar la existencia de contextos arqueoló-gicos significativos. En general, los trabajos sobre la zona excavada permitieron identificar una total regularidad en la sucesión de es-tratos. Un primer estrato superficial, de grosor variable entre los 20 y los 50 cm, de tierra vegetal y uno segundo, de tierra alberiza, fuertemente compactada y que alcanzaría las cotas inferiores de la excavación. Esta secuencia estratigráfica indica claramente que se trata de una sucesión sedimentaria natural.

El proceso de movimiento de tierras permitió la identificación de cierta cantidad de material cerámico y constructivo disperso y descontextualizado. Aun a pesar de que la extracción de conclu-siones con respecto a este material no es posible, por la pequeña

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cantidad de piezas en relación con el volumen de tierra extraída, si pudo constatarse un cierto predominio de tipologías de cronología almohade, especialmente cerámicas bizcochadas y meladas de uso doméstico de coloración cobriza. De este proceso se obtuvo un to-tal de 63 piezas.

No obstante, no es posible extraer conclusiones más contundentes dado que la aparición de una pieza en particular permite asegurar que buena parte de las piezas identificadas pueden encontrarse a cierta distancia de su lugar de deposición original. Se trata de un tramo de atarjea embutido en una masa amorfa de ladrillo y morte-ro identificado preliminarmente, aunque casi con total seguridad, como perteneciente a los baños árabes. Posteriormente, la compa-ración del fragmento con tramos actualmente visibles de los atano-res de los baños árabes, permitió confirmar el extremo de que dicha pieza correspondía a los propios baños, y que su desplazamiento tendría lugar con la destrucción de estructuras correspondientes a los mismos con ocasión de la primera construcción de la carretera Palomares-Gelves.

Lámina I. Fragmento de atanor interpretado tentativamente como perte-neciente a los cercanos baños árabes.

Lámina II. Imagen correspondiente a uno de los tramos de canalizaciones conservados in situ en los baños árabes. Puede apreciarse la clara similitud entre estas y el tramo localizado durante la intervención.

Destaca además la base de un pebetero o quema-perfumes cuya decoración en vedrio verde con estampillado y pasta de color claro permiten su identificación como cerámica de lujo de época almo-hade (4) si bien su hallazgo no puede ser base de inferencias poste-riores, por lo descontextualizado de su hallazgo. Finalmente, solo cabe destacar un fragmento de base policromada en verde sobre base blanca, característica del s. XIV (5).

El único contexto arqueológico significativo identificado en la fase correspondiente a la apertura del vial fue una unidad de relleno que cortaba la segunda de las unidades estratigráficas mencionadas, y cuya disposición y perfil parecían corresponder a una zanja o pozo abierto intencionadamente sobre el terreno natural. La existencia de numerosos fragmentos cerámicos aflorando en el perfil indicaba que se trataba de un basurero o escombrera. La extracción manual de dicho relleno, desde su zona superior, para identificar posibles secuencias estratigráficas internas. Esto permitió delimitar que dicha unidad tendría una boca de forma ovoidal, con unas medidas aproximadas en eje de unos 90 x 120 cm. Su forma tridimensional sería troncocónica, tendiendo a ensancharse hacia el fondo hasta alcanzar una base con dimensiones de eje de unos 110 x 140 cm. El relleno resultó ser homogéneo en sus características. Su uso como basurero quedó demostrado no solo por la abundante presencia de material cerámico, sino por el acompañamiento que a estos restos hacían restos óseos animales y material malacológico. El uso del basurero sería casi con total probabilidad posiblemente doméstico, por la existen-cia de estos restos y por la naturaleza de la cerámica identificada.

Del total de 83 items cerámicas identificadas en el basurero, 6 de ellos pueden ser asociados a una funcionalidad industrial/domés-tica. 4 de ellos se corresponden con canjilones de molino, iden-tificables gracias a que uno de ellos se conserva de forma bastante completa, en 6 fragmentos. Otros tres fragmentos parecen perte-necer igualmente a canjilones (si no al mismo que ha podido ser parcialmente reconstruido), por el tipo de pasta. Aunque resulta tentador dar una fecha almohade para estas piezas, la conocida con-tinuidad en las técnicas de producción cerámica tras la conquista impiden hacer esta aseveración. Los otros dos items son fragmentos de lebrillo, en ambos casos vidriados en verde botella mate, y que parecen pertenecer a una tipología habitual en el s. XV (6).

Lámina III. Imagen correspondiente a la pieza interpretada como pie de pebetero. La imagen no permite apreciar en toda su extensión la policro-mía, que se conserva de forma muy tenue.

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Los items correspondientes al uso doméstico de mesa son muy nu-merosos, llegando hasta un número de 35. 9 de ellos corresponden a jarros o jarritos. Tanto en las formas como en los tratamientos, cerá-mica común tratada con barbotina blanca y vidriados en verde, nos indican una fecha sobre cuya interpretación ha de aplicarse igualmente la precaución derivada de la continuidad en las técnicas de producción cerámica. Uno de los items merece un tratamiento individualizado. Se trata de un fragmento de pie y cuerpo de un jarro vidriado de verde con tintes metálicos de tono dorado, y que tanto por este tratamiento superficial como en lo depurado de la pasta y lo fino de las paredes parece poder identificarse como una pieza de lujo. Se asimila con las importaciones malagueñas típicas en Sevilla en el s XIV.

En el apartado de cerámica de mesa, hasta 19 items pueden identi-ficarse como platos. En sí misma, la aparición, además en cantidades tan abundantes, de esta tipología, es indicativa de una época cristia-na, al aparecer las formas de uso personal a la mesa en el s. XIV. Casi todos ellos son vidriados en verde, en algunos casos decorados con manganeso. Dos piezas, sin embargo, decoradas con un azul y mora-do sobre blanco, tipología conocida como “isabela policroma”, que, siendo típica del s XV pueden ser datados en fechas no demasiado tardías de este siglo, porque una de ellas, decorada de forma excelsa con motivos vegetales dibujados aparentemente con plantilla, indica que deben de pertenecer a una de las fases iniciales de esta tipología, que presentan una decoración más rica que en sus fases más tardías, por lo que nos inclinamos que esta pieza debe pertenecer a un mo-mento temprano de este s. XV. Otros 5 items de esta categoría son 5 escudillas, 2 de ellas “isabelas”, un melado y 2 “Columbia Plain”,

una de ellas con un mamelón en forma de T invertida decorado con cromía verde, siguiendo una fórmula decorativa del s. XV.

Finalmente, dos tapaderas, una de ellas “Columbia Plain” y otra con policromado tipo “Isabela”, que igualmente se sitúa en el s. XV.

Las piezas correspondientes a un uso de cocina son 5, sin que de ellas puedan extraerse conclusiones demasiado precisas, por verse este tipo de melados o vidriadas en verde especialmente afectadas por la mencionada continuidad de técnicas de producción cerámi-ca, y que son por tanto atribuibles tanto al final de la época musul-mana como a la primera época de dominación cristiana. Muchas de ellas presentaban marcas de fuego.

Hasta 37 de los items recuperados presentaban unas condiciones de conservación o fragmentación que impiden hacer inferencias de mayor calado. De estos, 5 pertenecen a la categoría de cerámica común, 23 vidriadas en verde, 7 meladas y 2 en loza blanca.

Finalmente, se procedió a la apertura de una zanja con retropala, para la introducción de una serie d canalizaciones, zanja que debía alcanzar una profundidad de 1’80 m sobre la nueva rasante produ-cida por la apertura de la caja del vial. Esta tarea no derivó en su mayor parte en hallazgo alguno, cosa nada sorprendente, toda vez que esta labor se desarrolló plenamente sobre la capa alberiza que constituía la segunda de nuestros estratos, de origen natural.

No obstante, a unos dos metros de un colector preexistente se identificó la presencia de una bolsa de aire que resultaba llamativa, habida cuenta la compacidad que el terreno había presentado hasta el momento. La comprobación de dicha bolsa de aire pudo consta-tar que se trataba de un túnel que atravesaba la línea seguida para la excavación de la zanja de forma aproximadamente transversal. Comprobadas no solo las medidas regulares del túnel, sino la regu-laridad de su factura, quedaron pocas dudas acerca del origen an-trópico de la estructura. El túnel carecía de estructuras construidas de sustentación, estando excavado a pico (las marcas dejadas por las herramientas eran claramente visibles), teniendo una sección abo-vedada de medio punto, con paredes verticales perfectamente lisas. No es posible especular con las dimensiones longitudinales de este túnel; aparte de que hubiese sido arriesgado en exceso aventurarse en el interior del mismo, dicha eventualidad hubo de quedar des-cartada por el estado de conservación de la cubierta. En dirección sur, la cubierta se encontraba reventada a aproximadamente 2 m de la zanja, con total seguridad como consecuencia de la construcción de la carretera Palomares-Gelves, y otro tanto ocurría en dirección N, a aproximadamente 1 m, como consecuencia de la construc-ción del colector de aguas anteriormente reseñado. En esta direc-ción N el túnel se encontraba además parcialmente colmatado por una sucesión de capas de relleno, cuyas características sugerían una sedimentación más lenta que la correspondiente al colapso de las cubiertas que hemos mencionado con anterioridad.

La secuencia estratigráfica de los perfiles obtenidos con la excava-ción de la zanja que permitió la identificación del túnel garantizaba que la impresión obtenida por la morfología del túnel, que estaba excavado desde dentro, y no desde arriba, era correcta. Sobre la cla-ve de la bóveda del túnel, en ambos perfiles, se mantenía la sucesión de capas identificadas en la totalidad de la zona, es decir, la capa de tierra vegetal y la de tierra alberiza natural.

Lámina IV. Perfil en el que puede observarse el basurero identificado du-rante la fase de control de movimientos de tierras.

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Se decidió la extracción manual de las distintas capas sedimenta-rias identificadas en el interior del tramo N del túnel, para tratar de reconocer una posible secuencia cultural. Dicha extracción se apli-có a la totalidad de la anchura del túnel (c. 98 cm) El relleno que-daba dividido en tres capas estratigráficas. La capa superior (T1), de consistencia arcillosa y sin material significativo alguno, debe ser producto de las filtraciones de agua producidas desde las cana-lizaciones, lo que parece verse confirmado por la escasa potencia del estrato, de apenas 8 cm. La segunda de ellas (T2), estaba com-puesta por tierra amarillenta de grano grueso y poca consistencia. El material identificado en esta capa es muy escaso, lo que no debe resultarnos sorprendente, ya que el interior del túnel está notable-mente protegido contra los procesos deposicionales habituales, no siendo posible especular acerca de cuanto tiempo habrá tomado la deposición de la capa, de unos 44 cm de potencia. Finalmente, la tercera de las capas (T3) parece ser el resultado de la naturaleza poco permeable del terreno natural sobre el que se apoya el túnel (la capa alberiza natural), permitiendo la acumulación de humedad y aumentando la homogeneidad del mismo tipo de relleno que for-maba la segunda de las capas a las que hemos hecho mención. Su potencia es de 11 cm, y la ausencia de material, total.

De T1 fue posible extraer un fragmento de ladrillo, cuyo estado de conservación solo permitió la medición de su anchura, 14 cm. Es posible asegurar que presentaba una importante capa de estuco en una de sus caras, estando la contraria muy pulimentada, lo que permite identificar a dicho ladrillo como parte de un pavimento. El otro fragmento recuperado sería un fragmento amorfo de cerámica común, de pasta rojiza.

T2 era la capa que contenía mayor cantidad de material, incluyen-do un fragmento no diagnóstico de cerámica común y un fragmento de jarrito melado, que en si mismas no permiten mayores especula-

ciones. Además se incluía en el relleno tres fragmentos de teja, dos de ellas de tipo ímbrice, con suaves ondulaciones en su cara superior. Tampoco podemos hacer demasiadas inferencias de ello, porque es-tas tejas, de origen generalmente romano, se vieron sometidas a una profunda reutilización durante el periodo medieval.

CONCLUSIONES

Si bien la información obtenida en la intervención no permite la extracción de conclusiones excesivamente señaladas en sí mismas, si puede ser empleada para la complementación de la información previamente disponible acerca de la zona en época musulmana.

Por un lado, la predominancia de material cerámico no hace sino corroborar la constante en las actividades arqueológicas desarrolla-das en la zona, que indica una notable densidad poblacional de la misma en época musulmana. Una distribución territorial rural, con la alquería como modelo nuclear básico parece la posibilidad más probable, modelo de poblamiento heredado de época romana. En este caso, el hallazgo de un contexto arqueológico definido, como es el basurero, y el tipo de material cerámico a él asociado, cerámica fundamentalmente doméstico junto con resto de fauna y malaco-fauna, se combinan con la cercanía de la hacienda de Casa Alegre, permitiéndonos especular con un origen musulmán para esta.

El túnel identificado parece también encontrarse en relación con dicha hacienda, por la dirección que adopta, si bien esta relación tiene una naturaleza aun más especulativa.

Por tanto, y de manera tentativa, podemos hacer las siguientes hi-pótesis de trabajo. Es posible que en la zona en la que se encuentran los baños árabes, posiblemente de titularidad privada, existiese un núcleo de explotación agrícola de cierta entidad, a la que pertene-cerían los propios baños. Si bien es imposible con los datos de los que disponemos establecer la fecha de inicio de esta unidad agrícola de asentamiento, podemos afirmar que en época almohade estaría ya plenamente establecida, e incluso asociar a un uso residencial las estructuras muradas recientemente identificadas en el talud de la carretera Palomares-Gelves justo enfrente de la propia hacienda de Casa Alegre, a apenas unos metros de los propios baños. La ubica-ción de la iglesia también nos permite especular con la existencia de una mezquita o pequeña zawiya, posiblemente también de titulari-dad privada y que formaría parte del complejo.

El basurero identificado, por las fechas de los items cerámicas cuya datación es más o menos precisa, deben erigirse en indicio de conti-nuidad (el primero claro hasta la fecha) ya que la presencia de “Isabe-las” o la pieza interpretada como de importación malagueña permiten crear una horquilla de vida útil entre finales del s. XIV y principios del s. XV. Además, el uso doméstico de la mayor parte de las piezas iden-tificadas apunta hacia el hecho de que el basurero sirviese a algún tipo de unidad habitacional. La existencia además de piezas de lujo puede indicar que la alquería o hacienda estuviese habitada por alguno de los miembros de la nueva clase dirigente conquistadora. Acaso se tratase de la alquería original, reutilizada tras la conquista.

Lámina V. Imagen del túnel identificado en el transcurso de la intervención desde el borde de la zanja cuya abertura permitió su localización.

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«LA ANTIGUA ESTACIÓN DE SAN BERNARDO»

MARíA PILAR INéS CALZÓN

Resumen: El control arqueológico de movimientos de tierra sobre los antiguos terrenos de la estación de San Bernardo no ha aportado ningún dato decisivo sobre el exiguo conocimiento que de esta parte de la ciudad se tiene. Hasta el momento de la instalación del ferrocarril prácticamente no disponemos de fuentes directas y las noticias indirec-tas son muy escasas, lo que parece señalar este espacio como un lugar para actividades agrícolas y ganaderas en los alrededores de la ciudad.

Abstract: The archaeological control of earthworks on old lands of the station of San Bernardo has not contributed to any decisive data on the meager knowledge that we have of this part of the city. Until the moment of the installation of the railroad we practically do not have direct sources and the indirect news are very few, which seems to indicate this site like a place for agricultural and cattle activities in the neighborhood of the city.

INTRODUCCIÓN

La actividad puntual de control arqueológico de los movimien-tos de tierra objeto del presente informe se ha ejecutado sobre la parcela P-4 de la Unidad de Actuación SB-3 del Plan Especial de Reforma Interior (P.E.R.I.) de San Bernardo en la ciudad de Sevilla. El solar a controlar tiene una superficie de 2.225 m² y corresponde a la promoción Nuevo San Bernardo situada en la Avda. de La En-ramadilla s/n., lindando con la parcela P-3 hacia el sureste y la P-5 hacia el noroeste, quedando la cara suroeste hacia la carretera y la noreste hacia las calles de nueva construcción. El proyecto contem-pla la ejecución de 104 viviendas de lujo con 3 niveles de sótano para aparcamiento.

Para la realización de la edificación es necesario alcanzar una pro-fundidad de 10,69 m con respecto a la cota de calle, más otros 10 m en la zapata perimetral que es la que recibe el nacimiento de la cimentación. En total es necesario retirar casi 25 mil m³ de tierra, arena, arcilla, grava, gravilla, balasto y carboncillo.

Todo el proceso excavatorio ha estado condicionado por el mé-todo constructivo empleado. La realización de unas pantallas de hormigón alrededor del perímetro del solar impuso un ritmo de obra diferente al de unos movimientos de tierra en extensión.

El vaciado del solar se ha ejecutado en tres fases diferentes, si bien la segunda y la tercera han sido prácticamente simultáneas, mien-tras que la primera se realizó en solitario.

LA INTERVENCIÓN

En la primera fase mencionada se utilizó una excavadora para re-tirar la capa más superficial y desbrozar el terreno, eliminando la maleza y acondicionando una zona para el acceso de los camiones al solar. Durante este proceso se alcanzó una profundidad de 1,10 m

respecto a la cota de calle. El vaciado de esta primera altura se llevó a cabo en una progresión transversal del solar en cinco cortes.

Simultáneamente a estas tareas y con una pequeña máquina mix-ta, se fue realizando una zanja perimetral de 70 cm de profundidad con respecto a la cota de calle y de 1 m de ancho. La zanja descrita servía para encajar dos muros de 20 cm de ancho cada uno, que una vez encofrados y hormigonados, eran la guía para la instalación de las pantallas. En el hueco de dichos muros, de 60 cm de anchura, una perforadora-excavadora se encargó de vaciar las zanjas a una profundidad total de 20 m. La técnica empleada consistía en reali-zar bataches de 5 m de longitud en diversos puntos del solar hasta cubrir todo el perímetro, para evitar posibles derrumbes de los per-files del terreno. A la vez que se hacía la perforación se iba echando en el hueco un líquido denominado ventolita que compacta la tierra y hace que no caiga dentro de la zona excavada, a la espera de reci-bir la armadura de hierro de las mismas medidas que el batache (es decir 5 m x 0,60 m x 20 m). Ya encofradas las zanjas, se procedía a instalar un tubo que llegara hasta el final del agujero para verter el hormigón desde abajo hacia arriba. Con este proceso se conseguía que la ventolita, que es menos pesada que el hormigón, subiera a la superficie donde era succionada y retirada de la zona.

La composición del terreno viene determinada por la presencia de las instalaciones ferroviarias, que se pueden detectar en la foto 1. Igualmente hay que hacer notar el protagonismo del arroyo Ta-garete, ya que de sus múltiples inundaciones y deposiciones vamos a encontrar testigos. No obstante, hay que destacar la escasez de datos tanto históricos como arqueológicos de la zona, motivados por la lejanía del núcleo urbano principal.

Dada la poca profundidad alcanzada en esta primera etapa del vaciado del solar, sólo podemos confirmar el evidente uso ferro-viario de la parcela, así como de la zona adyacente. Además de los depósitos de agua y del taller de maquinaria con los topes de frena-do instalados en las inmediaciones, en los límites de nuestro solar encontramos el entramado de vías que desembocaba en la antigua estación de la línea Sevilla-Alcalá-Carmona (Lámina I).

Dicha línea se inaugura en el año 1873, con salida desde la esta-ción de La Enramadilla, que luego pasaría a denominarse de San Bernardo. La utilización de las máquinas de vapor hace imprescin-dible la existencia de los depósitos de agua; en cuanto al taller men-cionado, no sólo daba servicio a la estación adyacente sino también a la muy cercana estación de Cádiz. Tras varios años de explotación privada, en 1941 pasa a engrosar el patrimonio de RENFE. No obstante, la línea dejó de ser rentable y después de sucesivos re-cortes, se suprimió definitivamente en 1975. Debido a las obras relacionadas con la Exposición Universal de Sevilla de 1992, el en-tramado viario fue desmantelado y se operó un gran cambio en el paisaje de la zona (Lámina II).

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Durante esta primera fase, los elementos materiales encontrados están obviamente relacionados con la instalación ferroviaria. Se han podido aislar una serie de vigas con sección en H que pertenecen a los raíles de las vías. Igualmente, se han detectado tornillos de gran tamaño y maderas putrefactas de las traviesas, necesarios para la cons-trucción del viario. También se han observado en el terreno algunos restos de hormigón muy pobre, relacionado posiblemente con la re-afirmación de la zona para la realización del trazado del ferrocarril.

Los perfiles mantienen una disposición muy horizontal, con los niveles perfectamente visibles, lo que supone una deposición vo-luntaria constatada a mediados del s.XIX con las obras de acondi-cionamiento del entramado viario. Todo este paquete de depósitos corresponde a una operación de recrecido artificial del terreno con vistas a nivelar la zona para equipararla al tendido de las vías de la próxima estación de Cádiz, lo que se hace visible en la diferencia de nivel entre nuestro solar y la vecina calle Campamento.

A todos estos hallazgos hay que sumar la constante aparición de conducciones de agua, electricidad, teléfono y gas, lo que abunda en la presencia de un potente relleno constructivo muy homogéneo.

Con la realización de las pantallas perimetrales, hasta un total de 42 con sus correspondientes vigas de coronación, que es donde luego enlaza la estructura superficial, se da por concluida esta primera fase.

La extracción de tierra se reanuda para excavar a una cota de –5,20 m; la máquina utilizada es una retro-excavadora de plataforma de considerables dimensiones, lo que hace posible alcanzar la profun-didad deseada de una sola togada. Es decir, la pala de la máquina abarca una longitud de más de 4 m.

La técnica constructiva de las pantallas aplicada en esta obra contem-pla la realización de unos anclajes que permitan la manipulación poste-rior de los muros sin riesgo de derrumbe. Para ello es necesario encajar

a una profundidad de 4,70 m para abajo desde la cabeza de la viga, 25 m de tubo en una inclinación de 30 grados. Dichos tubos llevan en su interior otros más estrechos que insertan unos cables solidificados con cemento, ejerciendo todos ellos un efecto tensor sobre los muros de la pantalla. Cada una lleva entre 2 y 3 anclajes y una vez instalado el ca-bleado a lo largo de todo el perímetro, se procede a estirar los cables. La primera zona en ser anclada ha sido el lado Este, y después se han ido colocando según conviniera a la estabilidad total de la estructura.

La cota explicada anteriormente permite realizar los anclajes descri-tos, dejando un margen de profundidad para que se pueda instalar la máquina trepanadora que realiza los agujeros. No obstante, y como medida preventiva, antes de comenzar la segunda fase del vaciado se decidió extender a lo largo de todo el solar una capa de albero de 50 cm destinada a absorber todo el agua caída en los días precedentes y a reafirmar la zona, sobre todo para facilitar el tránsito de los camiones.

Lámina I. San Bernardo antes de la Expo´92. Lámina II. San Bernardo después de la Expo´92.

Lámina III. Segunda fase de vaciado del solar.

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La técnica empleada en la parcela ha hecho que la estratificación de los perfiles perimetrales se haya perdido; se han conservado temporalmente los interiores en las diferentes fases del vaciado (ver fotos 3 y 4). La extracción de tierras ha dado como resulta-do final un gran pozo. Según la metodología de E.C. Harris, el elemento excavado correspondería a una interfacies vertical. Los elementos interfaciales verticales modifican el modelo usual de deposición de un yacimiento, aunque el caso que nos ocupa no atiende a este razonamiento, ya que el pozo ha sido realizado sin vaciar el contenido interior. Cuando un agujero se rellena, los niveles inferiores estarán a niveles más bajos que otros depósi-tos contemporáneos fuera del agujero. Los primeros niveles en depositarse tendrán relaciones físicas y estratigráficas con otras unidades de estratificación mucho más antiguas que la época de creación del pozo. En aplicación de la ley de sucesión estratigrá-fica, dichos niveles ocupan su correcta posición en la secuencia estratigráfica del yacimiento y son posteriores, sin lugar a dudas, al elemento interfacial vertical que forma el pozo, el cual es, a su vez, posterior al depósito más moderno de todos aquellos a los que corta. Ya que el pozo ha sido creado artificialmente y en el momento mismo de la excavación, es de suponer que las deposi-ciones tienen su continuación en la parte exterior del gran agujero practicado dentro de los límites del solar.

Los materiales encontrados no difieren en absoluto de los hallados en la fase anterior, ya que constatamos que el relleno utilizado para recrecer el terreno alcanza los casi 4 m de profundidad. Aparecen igualmente tuberías de plástico negro de conducciones menores de agua, restos de hormigón, bidones, cartones y algunas raíces secas de árboles. Por debajo de esa cota, aparecen arcillas grises probable-mente depositadas a lo largo del tiempo por el arroyo Tagarete.

La tercera fase de la intervención llevó la excavación a la profun-didad de 10,69 m, sin que se apreciara la aparición de ningún resto material que permitiera documentar más ampliamente lo expuesto hasta ahora. No obstante, para completar la información relativa al solar de referencia, se inserta una breve secuencia paleogeográfica, con intención de arrojar un poco de luz sobre la parquedad de los resultados obtenidos.

SECUENCIA PALEOGEOGRÁFICA BÁSICA

De la inexistencia de datos históricos directos sobre esta zona en concreto, se desprende la necesidad de un análisis topográfico que pudiera contribuir a resolver las dudas planteadas sobre su poten-cial arqueológico y su posible reconstrucción histórica. Siguiendo las instrucciones del arqueólogo inspector de la Delegación Provin-cial de Sevilla de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, se procede a documentar somera y básicamente la secuencia paleo-geográfica de los depósitos situados bajo los niveles con contenidos arqueológicos, ya documentados.

El subsuelo del área urbana de la ciudad de Sevilla está represen-tado por materiales relativamente recientes, desde los albores del Plioceno hasta el Cuaternario.

Los materiales provenientes del Terciario son de carácter arenoso con un componente margoso-carbonatado, que se observa sobre todo en los niveles superiores; los minerales de la arcilla predomi-nantes son illita y esmectita.

En el período Cuaternario se distinguen tres niveles de terrazas, un nivel aluvial reciente y los depósitos de alteración de materiales pliocénicos formados por arcillas y arenas de descalcificación. La granulometría es variable, pero en todas ellas se aprecia la típica secuencia fluvial, con gran presencia de caolinita. Todos los sue-los asentados sobre terrazas cuaternarias son de difícil clasificación por su variabilidad lateral y su profundidad, sin embargo el que nos ocupa es de carácter arcilloso o arcillo-limoso y presenta una plasticidad mediana, que podríamos denominar como arcillas plás-ticas. La expansividad del suelo puede ser considerada peligrosa en ocasiones, lo que justifica la técnica constructiva explicada ante-riormente.

Otro factor a tener en cuenta a la hora de analizar el suelo de la parcela es la existencia de un acuífero libre en los detríticos cuater-narios con un sustrato margoso impermeable, denominado margas azules, y un nivel freático muy cercano a la superficie, que según las variaciones estacionales, puede provocar perturbaciones en el suelo analizado.

La secuencia de los materiales encontrados, en orden inverso a su deposición son:

•de 0 a 1 m de profundidad: arcilla•de 1 a 4 m de profundidad: arcilla limosa•de 4 a 7 m de profundidad: arcilla arenosa•de 7 m en adelante: por zonas, grava arenosa y margas azules

CONCLUSIONES

Lo primero que hay que señalar es la falta evidente de datos direc-tos de ningún tipo sobre esta zona de la ciudad. Esta ausencia es la que ha determinado la realización de una secuencia paleogeográfica básica que pudiera ayudar en la interpretación de los pocos datos obtenidos de esta intervención y pudiera ofrecer un marco para asentar los hallazgos de las posteriores.

Los terrenos en los que se encuentra el solar forman parte de una amplia zona periférica de dos espacios de nomenclatura histórica como son la Buhaira y San Bernardo, en los límites de la zona de El

Lámina IV. Tercera fase de vaciado del solar.

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Prado de San Sebastián. El primero, por ser la laguna de un espacio de recreo residencial en época islámica, aunque con indicios anteriores de época romana con villae y enterramientos de época baja, pero siempre con un marcado carácter periurbano, bien agrícola, bien industrial. El segundo, el barrio de San Bernardo, se suma a esa condición con su tradición de ser el lugar donde se establece el asedio terrestre a la ciudad durante la conquista cristiana. En la crónica de la toma de Se-villa se habla de la existencia de un arrabal islámico en el barrio de San Bernardo. En las excavaciones llevadas a cabo en el Cuartel de Intendencia, actualmente sede de la Diputación de Sevilla, además de un asentamiento de época almohade y de la necrópolis judía de Sevi-lla, se hallaron restos romanos debajo de las deposiciones fluviales del arroyo Tagarete, cuyas aguas podrían haber favorecido la instalación de explotaciones agrícolas e industriales, a la par que impedían el esta-blecimiento de la población por la inestabilidad de su cauce. Posterior-mente, puede que tuviera alguna relación con el matadero edificado en sus inmediaciones. A ello se unen las referencias a hallazgos funerarios de época ibérica, de restos cerámicos romanos y de la instalación del quemadero de la Inquisición en el contiguo Prado de San Sebastián.

A finales del siglo XIX, sobre los terrenos del barrio de San Bernar-do se instala el ferrocarril con su tendido de vías y su estación, perma-neciendo este espacio inalterado hasta la remodelación que sufre la ciudad de Sevilla con motivo de la Exposición Universal de 1992.

En conclusión, los niveles detectados corresponden a un relleno constructivo compuesto de arcilla, grava, tierra y arena, además de materiales típicamente ferroviarios como la gravilla o balasto y el carboncillo. Por debajo de este recrecido artificial lo único que se aprecia es una arcilla grisácea de deposición natural. Esta disposi-ción del terreno hace suponer la ausencia de ocupación humana hasta la llegada del ferrocarril en el s. XIX. Abunda en esta teoría el hecho de no haber encontrado ningún resto material, salvo peque-ños trozos de cerámica muy dispersos.

Una intervención arqueológica anterior en la parcela (Plan Espe-cial de Reforma Interior San Bernardo 3, PERI SB3), determinó la presencia de algunos materiales romanos de época altoimperial, así como una conducción, sin que por ello se atribuyese a la ocupación un carácter estable. La definitiva permanencia en el solar vendría con el establecimiento de las vías del ferrocarril y la construcción de depósitos y talleres.

La vigilancia de la parcela P-3 no aportó nada nuevo en este sen-tido, ni tan siquiera reiteró esos niveles con presencia romana; tan sólo permitió matizar algo más la instalación viaria y los elementos asociados al ferrocarril. El control arqueológico de los movimien-tos de tierra llevado a cabo sobre la parcela P-4 arroja los mismos resultados que la ejecutada sobre el solar colindante.

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PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA SUPERFICIAL PREVENTIVA PARA LA LÍNEA AÉREA DESDE LA SUBESTACIÓN MORÓN DE LA FRA. HASTA LA SUBESTACIÓN DE LA BASE AÉREA DE MORÓN DE LA FRA. , EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE MORÓN DE LA FRA., Y EL TÉRMINO MUNICIPAL DE ARAHAL,(SEVILLA)

JOSé CARLOS JANEIRO GÓMEZ

La zona de afección de la línea eléctrica aérea que conecta las subestaciones de Morón de la Fra. , y la de la Báse Aérea de Mo-rón, en la que se ha realizado una Prospección Arqueológica Su-perficial Preventiva, no presenta indicios de la existencia de yaci-mientos arqueológicos.

INTRODUCCIÓN: JUSTIFICACIÓN DE LA INTER-VENCIÓN. ANTECEDENTES ADMINISTRATIVOS

La necesidad de una Prospección Arqueológica Superficial Pre-ventiva se debe a la realización de una Línea eléctrica aérea que cuyo trayecto se inicia en la subestación eléctrica de Morón y finaliza en la subestación de la Base Aérea de Morón, pasa por el municipio de Morón de la Fra., y el de Arahal (Sevilla). Esta intervención se lleva a cabo de acuerdo con lo establecido en el Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental de la Comuni-dad Autónoma Andaluza (capítulo III, art.12 aptdo. 2a.; y según lo que establece el art. 49 de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía, además del art. 77 del Reglamento de Protección y Fo-mento del Patrimonio Histórico de Andalucía, (Decreto 19/1995 de 7 de febrero).

DESCRIPCIÓN DE LA ZONA DE INTERVENCIÓN. CARACTERíSTICAS GENERALES DELEMPLAZAMIENTO

El trayecto de la prospección discurre por los municipios de Mo-rón y Arahal.

Las características generales de la zona de la prospección son las que siguen:

Geología

La zona, en líneas generales, se enmarca en la Depresión Bética y en el margen Este del río Guadalquivir. Concretamente se inscribe en la zona de Campiña y ya casi en las estribaciones de las Sierras Subbéticas, sin llegar a insertarse en éstas últimas.

Pertenece, éste área de estudio, al llamado Medio y Bajo Guadal-quivir, de suelos profundos y excelentes posibilidades agrológicas. Por su morfotopografía, pertenece al domino básico de la llanura Terciaria drenada por afluentes del Guadalquivir, con una mono-tonía topográfica caracterizada por un paisaje acolinado con una morfología de lomas suaves avallonadas.

Vegetación

Con predominio de situación de disclímax debido al cultivo ge-neralizado, si bien, la base edáfica se mantiene en estado recupera-ble pues las pendientes son escasas y la erosión es moderada.

La vegetación se engloba en el piso bioclimático termomediterrá-neo, con suelos arcillosos vérticos respondiendo a la tipología bio-geográfica de la provincia corológica bética en el sector hispalense.

Como especies vegetales, tienen un dominio potencial el encinar ba-sófilo, Oleo-Quercetum rotundifoliae, que han desaparecido debido a las continuas deforestaciones y roturaciones agrícolas a través de la historia.

Hidrografía

Esta zona se engloba dentro de la cuenca del río Guadaira, sub-cuenca del río Guadalquivir en su margen Este y curso bajo.

Clima

Esta zona, se inscribe dentro del clima denominado Mediterráneo Continental.

Con precipitaciones que oscilan entre los 500 y 700 mm anuales (isoyeta de 600 mm.), distribuidas con un máximo pluviométrico a finales de otoño e invierno, y un segundo máximo en primavera, con sequía estival acentuada de junio a septiembre.

La temperatura media anual es elevada, entre 17º y 18º, las máximas se dan en los meses de julio y agosto, (27 y 28º de media), pudiéndose bajar a la media de 10º en invierno, siendo las heladas muy escasas.

La insolación de sitúa entre las 2.800 y 3.000 horas de sol anuales.

Emplazamiento

El emplazamiento del objeto de estudio se referencia en la carto-grafía (ver planos).

DESARROLLO HISTÓRICO DE LA ZONA DEINTERVENCIÓN

Para un estudio del municipio de Morón de la Fra., hace falta re-montarse al período Paleolítico, en el que se datan los primeros restos, como es el caso del dolmen enclavado en el mismo pueblo. También quedan restos de asentamientos calcolíticos. Sus orígenes prehistóricos entroncan con los de la zona de Arahal Puerto Serra-no, Montellano, Caripe, El Coronil y Puebla de Cazallla.

Ejemplo de restos prehistóricos hallados en el municipio son los en-contrados en el asentamiento conocido como “Santiesteban” de pe-ríodo calcolítico, consistentes en muestras de cerámica, platos, cazue-las, ollas lobulares, puntas de flecha y dientes de hoz. Por otro lado en “Peñiagua Alta” apareció un taller de sílex. También son numerosas las manifestaciones funerarias que aparecen dispersas en los cortijos “Armijo”, “Las Encarnaciones”, “La Morona” y “Las Gordillas”.

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Antes de época romana, ya se tiene constancia de la ciudad de Morón, pudiendo ser su origen de tipo fenicio, quienes mantuvieron una intensa relación con sus pobladores protohistóricos. Pero será en época romana, cuando el asentamiento urbano tome importancia y aumente su pobla-ción. Plinio lo cita con el nombre de Arunci y Strabón ya lo denomina Morón o Almourol. De época romana quedan muchas constataciones a través de restos arqueológicos, y también de época tardorromana y etapa visigoda en forma de sarcófagos y ladrillos decorados.

La historiografía tradicional sitúa en sus tierras la antigua ciudad de Isipo.

Tras la caída del imperio romano, en Morón se construyó una iglesia, la más antigua de Andalucía, cuyos cimientos aún pueden verse. Y ya durante la dominación musulmana, se produjo un nue-vo incremento de población que hizo que ésta fijaran sus residen-cias fuera del recinto amurallado, llegando su mayor apogeo en el s. XI con los reinos de Taifas. Lo más destacado de este período , fue la construcción del castillo, enclavado en un cerro del centro urbano, sobre una antigua construcción romana.

La ciudad fue conquistada en 1.240 por Fernando III siendo pos-teriormente entregada a la Orden de Calatrava. En 1.253, Alfonso X entrega el Castillo y la villa al Ayuntamiento de Sevilla, a condición de que mantuviera la defensa de su castillo, pero éste lo reintegra a la corona debido a que no puede sufragar los gastos que le ocasiona. En 1.285, Sancho IV lo da en señorío a la Orden de Alcántara. Poste-riormente, en 1.378 es devuelta a la corona de Castilla, cuando reina Enrique II quien se lo cede como señorío a su hijo. Al morir éste sin sucesión, Juan I cede de nuevo la villa a la Orden de Alcántara. En 1.461, esa Orden permuta Morón, el Castillo de Cote y Arahal por otras propiedades, pasando la villa a los Téllez Girón, condes de Ureña, de cuyo linaje proceden los duques de Osuna. Por ésta época, el castillo sufrió una remodelación, siendo modificado una vez más hacia el s. XVI por los condes de Ureña, quienes fijaron allí su resi-dencia hasta que en el XVII se abolieron los señoríos.

En época moderna, la localidad destaca por su desarrollo indus-trial relacionado fundamentalmente con los materiales de construc-ción y la transformación agrícola. Al mismo tiempo, la villa adquie-re fama a causa de su talante contestatario que la define como “uno de los pueblos más difíciles de gobernar” de España.

ENTORNO ARQUEOLÓGICO Y MEDIDASCORRECTORAS

No existen antecedentes patrimoniales que afectan a la zona de Prospección. La inexistencia de indicios de interés arqueológico que afecten al área de diagnóstico, hace que no se consideren nece-sarias medidas correctoras.

OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN

Siempre, el objetivo básico es la salvaguarda del posible patrimo-nio arqueológico que se pueda detectar ante la necesidad de la eva-luación de existencia de posibles yacimientos arqueológicos, cuyo elevado valor patrimonial condujera a su posterior protección, con-servación, difusión y puesta en valor.

Para ello se siguen los siguientes puntos:

•Informaciónpreviareferentealaevoluciónhistóricadelazona.•Identificacióndelosbienesarqueológicosquepudierenserafec-

tados por las obras a realizar.•Recoleccióndematerialensuperficieysudepósitoenemplaza-

miento indicado por la D.G. de Bienes Culturales.•Propuestasdemedidascautelaresycorrectorasapropiadas.

METODOLOGíA ARQUEOLÓGICA DE LA INTER-VENCIÓN. FASES DE TRABAJO

La zona de Prospección ocupa 14.000 m. lineales de forma casi rec-tilínea, con dirección sureste-noroeste, partiendo de la subestación eléctrica de Morón, sita al noroeste del núcleo urbano y llegando a las orillas del margen Este del río Guadaira, en el municipio de Arahal. Se correspondía la metodología a la propia que plantea la necesidad de una Prospección Superficial Preventiva. Esto conduce a contar con métodos y técnicas de trabajo orientados a obtener una visión o idea cercana a la realidad histórica y arqueológica de la zona.

Se analizaron las fuentes bibliográficas, catálogos existentes en las instituciones encargadas de su gestión y protección, y cartografías.

Con el objeto de realizar correctamente las acciones preventivas acon-sejadas, durante la fase de trabajo de campo, se llevó a cabo la prospec-ción superficial a fin de identificar posibles indicios de yacimientos y poder delimitarlos y georreferenciarlos en la planimetría de la obra.

Todos los datos arqueológicos que se obtuvieran serían recogidos en la ficha “arqueos” (modelo normativo). Dicha ficha se ampliaría con diversa información sobre los impactos arqueológicos que pu-dieran ejercer las obras sobre los posibles yacimientos, así como las medidas correctoras que se propusieran, señalándose estos datos en la cartografía propia de la obra.

De este modo, las fases de trabajo que se siguieron fueron las siguientes:

•Estudio previo. (Análisis de las fuentes bibliográficas y cartográ-ficas referentes a la zona).

•Trabajo de campo. Se prospecta en 4 tramos. Plano 1, desde la Subestación situada al NW del núcleo urbano, en dirección NW, con una inflexión hacia el W de la línea proyectada en la zona de-nominada “Callardo”, al norte del arroyo del Cuerno y al norte de la Cañada de Sevilla. Plano 2, prospección de la zona “Callardo” en dirección NW hasta la intersección con la Cañada Real de Ganados de Arahal. Plano 3, se sigue hasta la intersección con la carretera SE-432 en su P.K. 9. Plano 4, hasta margen Este de río Guadaira, al norte de la desembocadura del arroyo de Los Barros.

•Fase de laboratorio. Se basa sobre los datos obtenidos en las dos fases anteriores. Una vez analizados y estudiados los datos, se llega a las conclusiones del proceso investigador con la presentación y exposición de las interpretaciones, resultados e hipótesis e el informe-memoria.

CONCLUSIÓN

No se ha localizado ningún yacimiento arqueológico, en la zona objeto de la Prospección.

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Fígura 1.

Fígura 2.

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Fígura 3.

Fígura 4.

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PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA SUPERFICIAL PREVENTIVA PP-OE-R4 BURGUILLOS (SEVILLA)

JOSé CARLOS JANEIRO GÓMEZ

INTRODUCCIÓN: JUSTIFICACIÓN DE LA INTER-VENCIÓN. ANTECEDENTES ADMINISTRATIVOS

La necesidad de una Prospección Arqueológica Superficial Pre-ventiva se debe al proyecto correspondiente al PP-OE-R4. Esta intervención se lleva a cabo de acuerdo con lo establecido en el Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental de la Comuni-dad Autónoma Andaluza (capítulo III, art.12 aptdo. 2a.; y según lo que establece el art. 49 de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía, además del art. 77 del Reglamento de Protección y Fo-mento del Patrimonio Histórico de Andalucía, (Decreto 19/1995 de 7 de febrero).

DESCRIPCIÓN DE LA ZONA DE INTERVENCIÓN. CARACTERíSTICAS GENERALES DELEMPLAZAMIENTO

Situación

La zona en la que se realiza la prospección se sitúa en el término municipal de Burguillos (Sevilla).

Clima

Será la situación geográfica de Burguillos en el Valle del Guadal-quivir, con una alta permeabilidad a los vientos húmedos del Atlán-tico, lo que va a imprimir sus caracteres climáticos generales. Esta localización le hace estar bajo la influencia del entorno mediterrá-neo, de veranos secos y calurosos e inviernos suaves y precipitacio-nes irregulares.

Geología

Los materiales que afloran en el municipio de Burguillos abarcan en su mayor parte desde la serie marina del Mioceno Superior al Cuaternario. En la zona de intervención se observa el característico aspecto pardo oscuro debido al aporte de carbonatos de hierro. Más al sur y concordante con esta formación se identifica el paquete de margas azuladas, presentando también zonas más calcáreas con estructura en bolos y fractura astillosa.

En el sur, donde los arroyos adquieren una mayor entidad, se localizan depósitos cuaternarios constituidos por conglomerados poligénicos, con predominio de cuarcitas y abundando la grava y arena.

Por último, señalar que las manifestaciones volcánicas presentes en la zona, con orientación hercínica son de tipo diafásico. Las dia-basas, de carácter básico, son de grano medio con textura inter-granular a ofítica.

Tomando en cuenta los parámetros morfológicos identificamos 3 zonas en el municipio:

•Vega aluvial.Con morfología plana y pendientes inferiores al 3%. Destinada a regadíos.

•Campiña. Ocupa una zona central en el municipio y en ella se observa un incremento de las pendientes hacia el norte. Morfo-logía alomada.

•Estribacionesserranas. Al norte.

Suelos

Según el Mapa de suelos de Andalucía, en el municipio de Bur-guillos se distinguen seis tipos de suelos identificados como las Uni-dades 6, 38, 23, 2, 33 y 13.

•Unidad6:de escasa profundidad, sobre afloramientos graníticos coinciden con las mayores pendientes. Regosoles y Cambisoles, ácidos y de baja fertilidad.

•Unidad38: más evolucionados con predominio de Cambisoles. Sobre diabasas con pendientes menores.

•Unidad23:Ocupa la máxima extensión correspondiéndose con formaciones Terciarias y morfología alomada. Son suelos arcillosos, agrietados en seco y fertilidad aceptable para cultivos de secano.

•Unidad2: se enclava en los depósitos aluviales recientes con pen-dientes inferiores al 3%. Vertisoles pardos o pardo oscuros arcillo-sos y con apreciables contenidos en carbonatos.

•Unidad33:poco profundos, sobre diabasas en pendientes fuer-tes, de uso forestal y ganadera.

•Unidad13:sobre la formación de conglomerados y brechas cal-cáreas del Terciario. Gran contenido de carbonato cálcico.

Hidrografía

Se organiza en torno a una serie de arroyos pertenecientes a la cuenca del Guadalquivir.

Los principales son el arroyo del Paso de la Villa, también llamado Estanquillo, que atraviesa el núcleo urbano por su lado Oeste; el arroyo de los Carrizos que nace al Norte del término municipal y lo recorre longitudinalmente; el arroyo del Chorrito, al Oeste del mu-nicipio; el Tamarguillo que se forma en la confluencia de Chorrito y Estanquillo; y el arroyo Mudapelo que atraviesa el municipio por sus lados Sureste y Noreste

Vegetación

La zona sur del municipio, 70 %, de tradición agrícola, ha des-parecido casi totalmente la vegetación natural, encontrándose la espontánea reducida a zonas marginales de lindes y arroyos, com-

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puesta principalmente por especies nitrófilas. Entre las que destacan diversas gramíneas como Hordeum murinum o Piptateron multiflo-ra, diversas herbáceas como Borago officinalis y Andryala ragusina, y algunos estratos arbóreos como Eucaliptus camaldulensis, Acacia triacanthos o Picus carica. Tan sólo los arroyos conservan restos de vegetación potencial de la zona como alamedas, Populus nigra y Populus alba.

La zona norte, de tradición ganadera, está mejor conservada. Do-minada por bosques de encina Quercus rotundifolia y matorral aso-ciado a este como cistáceas.

DESARROLLO HISTÓRICO DE LA ZONA DEINTERVENCIÓN

Se han encontrado vestigios de construcciones primitivas aisladas, sin entidad urbana. En este sentido, indicar que existen ruinas de período romano pertenecientes a villas agrícolas o casas de recreo. Será durante la dominación romana cuando esta zona parece ocu-par un lugar e preferencia debido a su interés estratégico pues hacia el norte podían dominar todos las vías de entrada a la sierra.

Cabe destacar una de las piezas más antiguas localizada en 1982 y en la finca de “La Nea”, al sur del núcleo urbano, de una estela del Bronce Final, de material granítico y en forma de prisma. Junto a ello destaca también la localización de ruinas de poblados de origen romano, localizadas en la parte más oriental al núcleo urbano de Burguillos, junto al arroyo Huerta Abajo. El historiador francés Mi-chel Ponsich, cataloga en su estudio del Bajo Guadalquivir hasta un total de 25 yacimientos arqueológicos de origen romano en el tér-mino de Burguillos. Respecto a piezas romanas recuperadas, destaca una escultura de mármol que se data en la época de Aurelio.

Es en la Edad Media cuando se produce el asentamiento actual del pueblo y se constituye como es hoy día. Su periodo crucial será el islámico, momento en que cambia el primitivo emplazamiento de época goda, para evitar las avenidas del arroyo Huerta Abajo, buscándose los terrenos actuales más seguros y abandonándose el altozano primitivo.

Tras la reconquista, el asentamiento apenas sufre modificaciones. De esta época cabe destacarse la Iglesia de San Cristóbal Mártir, edificio de estílo mudéjar medieval aunque muy modificado duran-te el Barroco. Esta iglesia parece estar construida sobre una antigua torre vigía.

ENTORNO ARQUEOLOGICO

La zona afectada por la prospección presentaba un único antece-dente patrimonial. Se trata de un yacimiento de cronología roma-na, en concreto:

Yacimiento Arqueológico núm. 1.572

Localizado por Ponsich, M y publicado en Implantation Rurale Antique Sur le Bas-Guadalquivir. Vol.I Madrid 1.974.

En cuanto a la zona de nuestro estudio, PP-OE-R4, una vez realizada la prospección, se ha podido determinar la existencia de un yacimiento arqueológico, (al que llamamos yacimiento nº 1 PP-OE-R4) e indicios

de la existencia de una localización paleolítica (a la que llamaremos también PP-OE-R4). Este yacimiento tendría una adscripción crono-lógica que abarca desde la época romana a la medieval, con un derra-me hacia una cota inferior pero con el mismo material detectado en superficie. En el otro caso, se trata de una localización del periodo paleolítico, en donde se ha detectado material que se adscribía a esta cronología.

OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN

Siempre, el objetivo básico es la salvaguarda del posible patrimo-nio arqueológico que se pueda detectar ante la necesidad de la eva-luación de existencia de posibles yacimientos arqueológicos, cuyo elevado valor patrimonial condujera a su posterior protección, con-servación, difusión y puesta en valor.

Para ello se siguen los siguientes puntos:

•Informaciónpreviareferentealaevoluciónhistóricadelazona.•Identificacióndelosbienesarqueológicosquepudierenserafec-

tados por las obras a realizar.•Recoleccióndematerialensuperficieysudepósitoenemplaza-

miento indicado por la D.G. de Bienes Culturales.•Propuestasdemedidascautelaresycorrectorasapropiadas.

METODOLOGíA ARQUEOLÓGICA DE LA INTER-VENCIÓN. FASES DE TRABAJO

Se correspondía la metodología a la propia que plantea la necesidad de una Prospección Superficial Preventiva. Esto conduce a contar con métodos y técnicas de trabajo orientados a obtener una visión o idea cercana a la realidad histórica y arqueológica de la zona.

Se analizaron las fuentes bibliográficas, catálogos existentes en las instituciones encargadas de su gestión y protección, y cartografías.

Con el objeto de realizar correctamente las acciones preventivas acon-sejadas, durante la fase de trabajo de campo, se llevó a cabo la prospec-ción superficial a fin de identificar posibles indicios de yacimientos y poder delimitarlos y georreferenciarlos en la planimetría de la obra.

Todos los datos arqueológicos que se han obtenido han sido re-cogidos en la ficha “arqueos” (modelo normativo). Dicha ficha se amplia con diversa información sobre los impactos arqueológicos que pudieran ejercer las obras sobre los posibles yacimientos, así como las medidas correctoras que se propusieran, señalándose estos datos en la cartografía propia de la obra.

De este modo, las fases de trabajo que se siguieron fueron las siguientes:

•Estudio previo. (Análisis de las fuentes bibliográficas y cartográ-ficas referentes a la zona).

•Trabajo de campo. •Fase de laboratorio. Se basa sobre los datos obtenidos en las dos

fases anteriores. Una vez analizados y estudiados los datos, se llega a las conclusiones del proceso investigador con la presentación y exposición de las interpretaciones, resultados e hipótesis e el informe-memoria.

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En cuanto el trabajo de campo, en esta fase se aplicó la metodología propia de la prospección, realizándose mediante transets. Para ello se dividió el área en un total de 6 áreas y 238 Unidades de Regis-tro (U.R.s.) de 30X30 m., cada una. Concretamente: Area I, en 37 U.r.s; Area II, en 47; Area III en 46; Area IV en 40; Area V en 35; y Area VI en 26 Unidades de Registro.

MEDIDAS CORRECTORAS

Con respecto a la zona en la que se encuentra el yacimiento y la localización paleolítica antes citados, se propone restricción absoluta de movimientos de tierras con maquinaria a no ser que se proceda a su excavación con metodología arqueológica. Asimismo se propone seguimiento y control arqueológico de todo movimiento de tierras que afecten a la zonas próximas a los yacimientos.

CONCLUSIONES

La zona de afección de la realización de PP-OE-R4 presenta in-dicios de la existencia de un yacimiento arqueológico y de una lo-calización del Paleolítico. En el caso del yacimiento denominado nº 1 PP-OE-R4, tendría una adscripción cronológica que va desde época romana a medieval.

Estos se localizan en las siguientes Areas y Unidades de Registro:

Yacimiento nº 1 PP-OE-R4

Area I, U.R.s. 14, 15, 16, 17, 29, 30, 31 y 32; Area II, U.R.s. 45, 46, parte de la 47, 61, parte de la 63, 78, 79 y 80; Area III, U.R.s. 94, 96, 97, 111, 112, 113, 126, 127 y 128; Area IV, U.R.s. 140, 142, 154, 155 y 156.

Este yacimiento tiene una zona de derrame a cota inferior, limi-tando al W. con el arroyo Estanquillo; al N. con el camino del Molino; al S. con una plantación de naranjos; y al E. con la linde del yacimiento principal.

El tipo de material detectado presenta diferentes tipologías y crono-logías. Por un lado se observa un tipo de material constructivo de tipo romano, fragmentos de tégulas, ladrillos, ímbrices, unidos a fragmen-tos cerámicos de la misma cronología, asas, bordes. Junto a este mate-rial y algo más abundante aparece fragmentos de cerámica medieval.

Localización Paleolítica (PP-OE-R4)

Area III, U.R.s. 169 y 182. No se plantea en este estudio la exis-tencia de un Yacimiento Paleolítico, aún cuando se detectó material en superficie perteneciente a este período (Lám. X). Esto es así por-que no parece haber indicios de que allí hubiera industria lítica. Lo que sí parece, con las salvedades lógicas derivadas de una prospec-ción superficial y no de una excavación arqueológica , es que dicho material fue llevado a este lugar desde otro sitio distinto.

BIBLIOGRAFÍA

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Silves. A cerámica medieval no mediterráneo occidental. Lisboa, Campo Arqueológico de Mértola.

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Figura 1. Prospección arqueológica superficial preventiva en PP-OE-R4 en el termino municipal de Burguillos (Sevilla). Situación del yacimiento arqueológico.

Figura 2. Prospección arqueológica superficial preventiva en PP-OE-R4 en el termino municipal de Burguillos (Sevilla). Situación de la localiza-ción paleolítica.

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Lámina I. Fragmento de moldura romana de mármol, de 7x5 cm. Lámina II. Tres fragmentos cerámicos de bordes pequeños de pasta rosada y clara. Uno de ellos de una jarrita de pasta clara. Cronología medieval.Un fragmento cerámico de base anular. Cronología medieval.

Lámina III. Dos útiles líticos. Un útil lítico de cronología paleolítico superior.

Lámina IV. Un fragmento cerámico de bordes, pasta anaranjada con engobe claro al exterior. Posiblemente perteneciente a un contenedor de agua. Cro-nología Romana.Un fragmento cerámico de borde, pasta reductora al interior y oxidante al exterior con restos de pintura blanca. Cronología Romana.

Lámina V. Cuatro restos de fósiles.

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PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA SUPERFICIAL PREVENTIVA DEL PROYECTO LAMT 15/20 KV DE 1211 M Y CT INTEMPERIE DE 100 KVA EN LA FINCA “LA MOREJONA”, EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE MO-RÓN DE LA FRA. (SEVILLA)

JOSé CARLOS JANEIRO GÓMEZ

INTRODUCCIÓN: JUSTIFICACION DE LA INTER-VENCIÓN. ANTECEDENTES ADMINISTRATIVOS

La necesidad de una Prospección Arqueológica Superficial Pre-ventiva se debe a la realización de una Línea Aérea de Media Ten-sión en la finca “La Morejona”, en el municipio de Morón de la Fra., (Sevilla). Esta intervención se lleva a cabo de acuerdo con lo establecido en el Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental de la Comunidad Autónoma Andaluza (capítulo III, art.12 aptdo. 2a.; y según lo que establece el art. 49 de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía, además del art. 77 del Reglamento de Protección y Fomento del Patrimonio Histórico de Andalucía, (Decreto 19/1995 de 7 de febrero).

DESCRIPCIÓN DE LA ZONA DE INTERVENCIÓN. CARACTERíSTICAS GENERALES DELEMPLAZAMIENTO

La finca “La Morejona” pertenece al término municipal de Mo-rón de la Fra.,(Sevilla).

Las características generales de la zona de la prospección son las que siguen:

Geología

La zona, en líneas generales, se enmarca en la Depresión Bética y en el margen Este del río Guadalquivir. Concretamente se inscribe en la zona de Campiña y ya casi en las estribaciones de las Sierras Subbéticas, sin llegar a insertarse en éstas últimas.

Pertenece, éste área de estudio, al llamado Medio y Bajo Guadal-quivir, de suelos profundos y excelentes posibilidades agrológicas. Por su morfotopografía, pertenece al domino básico de la llanura Terciaria drenada por afluentes del Guadalquivir, con una mono-tonía topográfica caracterizada por un paisaje acolinado con una morfología de lomas suaves avallonadas.

Vegetación

Con predominio de situación de disclímax debido al cultivo gene-ralizado, si bien, la base edáfica se mantiene en estado recuperable pues las pendientes son escasas y la erosión es moderada.

La vegetación se engloba en el piso bioclimático termomediterrá-neo, con suelos arcillosos vérticos respondiendo a la tipología bio-geográfica de la provincia corológica bética en el sector hispalense.

Como especies vegetales, tienen un dominio potencial el encinar basófilo, Oleo-Quercetum rotundifoliae, que han desaparecido debi-do a las continuas deforestaciones y roturaciones agrícolas a través de la historia.

Hidrografía

Esta zona se engloba dentro de la cuenca del río Guadaira, sub-cuenca del río Guadalquivir en su margen Este y curso bajo.

Clima

Esta zona, se inscribe dentro del clima denominado Mediterráneo Continental, con precipitaciones que oscilan entre los 500 y 700 mm anuales (isoyeta de 600 mm.), distribuidas con un máximo pluviométrico a finales de otoño e invierno, y un segundo máximo en primavera, con sequía estival acentuada de junio a septiembre.

La temperatura media anual es elevada, entre 17º y 18º, las máxi-mas se dan en los meses de julio y agosto, (27 y 28º de media), pudiéndose bajar a la media de 10º en invierno, siendo las heladas muy escasas.

La insolación de sitúa entre las 2.800 y 3.000 horas de sol anuales.

Emplazamiento

El emplazamiento del objeto de estudio se referencia en Fig. 1 y en Fig. 2

DESARROLLO HISTÓRICO DE LA ZONA DEINTERVENCIÓN

Para un estudio del municipio de Morón de la Fra. , hace falta remontarse al período Paleolítico, en el que se datan los primeros restos, como es el caso del dolmen enclavado en el mismo pueblo. También quedan restos de asentamientos calcolíticos. Sus orígenes prehistóricos entroncan con los de la zona de Arahal Puerto Serra-no, Montellano, Caripe, El Coronil y Puebla de Cazallla.

Ejemplo de restos prehistóricos hallados en el municipio son los encontrados en el asentamiento conocido como “Santiesteban” de período calcolítico, consistentes en muestras de cerámica, platos, cazuelas, ollas lobulares, puntas de flecha y dientes de hoz. Por otro lado en “Peñiagua Alta” apareció un taller de sílex. También son numerosas las manifestaciones funerarias que aparecen dispersas en los cortijos “Armijo”, “Las Encarnaciones”, “La Morona” y “Las Gordillas”.

Antes de época romana, ya se tiene constancia de la ciudad de Morón, pudiéndo ser su origen de tipo fenicio, quienes mantuvie-ron una intensa relación con sus pobladores protohistóricos. Pero será en época romana, cuando el asentamiento urbano tome im-portancia y aumente su población. Plinio lo cita con el nombre de Arunci y Strabón ya lo denomina Morón o Almourol. De época romana quedan muchas constataciones a través de restos arqueoló-

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gicos, y también de época tardorromana y etapa visigoda en forma de sarcófagos y ladrillos decorados. La historiografía tradicional si-túa en sus tierras la antigua ciudad de Isipo.

Tras la caída del imperio romano, en Morón se construyó una iglesia, la más antigua de Andalucía, cuyos cimientos aún pueden verse. Y ya durante la dominación musulmana, se produjo un nue-vo incremento de población que hizo que ésta fijaran sus residen-cias fuera del recinto amurallado, llegando su mayor apogeo en el s. XI con los reinos de Taifas. Lo más destacado de este período , fue la construcción del castillo, enclavado en un cerro del centro urbano, sobre una antigua construcción romana.

La ciudad fue conquistada en 1.240 por Fernando III siendo posteriormente entregada a la Orden de Calatrava. En 1.253, Al-fonso X entrega el Castillo y la villa al Ayuntamiento de Sevilla, a condición de que mantuviera la defensa de su castillo, pero éste lo reintegra a la corona debido a que no puede sufragar los gastos que le ocasiona. En 1.285, Sancho IV lo da en señorío a la Orden de Alcántara. Posteriormente, en 1.378 es devuelta a la corona de Castilla, cuando reina Enrique II quien se lo cede como señorío a su hijo. Al morir éste sin sucesión, Juan I cede de nuevo la villa a la Orden de Alcántara. En 1.461, esa Orden permuta Morón, el Castillo de Cote y Arahal por otras propiedades, pasando la villa a los Téllez Girón, condes de Ureña, de cuyo linaje proceden los duques de Osuna. Por ésta época, el castillo sufrió una remodela-ción, siendo modificado una vez más hacia el s. XVI por los condes de Ureña, quienes fijaron allí su residencia hasta que en el XVII se abolieron los señoríos.

En época moderna, la localidad destaca por su desarrollo indus-trial relacionado fundamentalmente con los materiales de construc-ción y la transformación agrícola. Al mismo tiempo, la villa adquie-re fama a causa de su talante contestatario que la define como “uno de los pueblos más difíciles de gobernar” de España.

ENTORNO ARQUEOLÓGICO Y MEDIDASCORRECTORAS

No existen antecedentes patrimoniales que afectan a la zona de Prospección. La inexistencia de indicios de interés arqueológico que afecten al área de diagnóstico, hace que no se consideren nece-sarias medidas correctoras.

OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN

Siempre, el objetivo básico es la salvaguarda del posible patrimo-nio arqueológico que se pueda detectar ante la necesidad de la eva-luación de existencia de posibles yacimientos arqueológicos, cuyo elevado valor patrimonial condujera a su posterior protección, con-servación, difusión y puesta en valor.

Para ello se siguen los siguientes puntos:

•Información previa referente a la evolución histórica de la zona.•Identificación de los bienes arqueológicos que pudieren ser afec-

tados por las obras a realizar.•Recolección de material en superficie y su depósito en emplaza-

miento indicado por la D.G. de Bienes Culturales.•Propuestas de medidas cautelares y correctoras apropiadas.

METODOLOGíA ARQUEOLÓGICA DE LA INTER-VENCIÓN. FASES DE TRABAJO

La zona de Prospección ocupa 1.200 m. lineales, entre los que se van a repartir un total de 9 apoyos metálicos del tendido eléctrico. Se correspondía la metodología a la propia que plantea la necesidad de una Prospección Superficial Preventiva. Esto conduce a contar con métodos y técnicas de trabajo orientados a obtener una visión o idea cercana a la realidad histórica y arqueológica de la zona.

Se analizaron las fuentes bibliográficas, catálogos existentes en las instituciones encargadas de su gestión y protección, y cartografías.

Con el objeto de realizar correctamente las acciones preventivas aconsejadas, durante la fase de trabajo de campo, se llevó a cabo la prospección superficial a fin de identificar posibles indicios de yaci-mientos y poder delimitarlos y georreferenciarlos en la planimetría de la obra.

Todos los datos arqueológicos que se obtuvieran serían recogidos en la ficha “arqueos” (modelo normativo). Dicha ficha se ampliaría con diversa información sobre los impactos arqueológicos que pu-dieran ejercer las obras sobre los posibles yacimientos, así como las medidas correctoras que se propusieran, señalándose estos datos en la cartografía propia de la obra.

De este modo, las fases de trabajo que se siguieron fueron las si-guientes:

•Estudioprevio. (Análisis de las fuentes bibliográficas y cartográ-ficas referentes a la zona).

•Trabajodecampo. Si bien la línea del tendido eléctrico es aérea, se analizó sobre el terreno, no sólo los apoyos donde van a ir ubi-cados los postes, sino todo su recorrido (1.200 m.)

•Fasedelaboratorio. Se basa sobre los datos obtenidos en las dos fases anteriores. Una vez analizados y estudiados los datos, se llega a las conclusiones del proceso investigador con la presentación y exposición de las interpretaciones, resultados e hipótesis e el informe-memoria.

CONCLUSIÓN

No se ha localizado ningún yacimiento arqueológico, en la zona objeto de la Prospección.

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Fígura 1. Prospección arqueológica superficial preventiva en el proyecto de LAMT 15/20 KV de 1211 M y CT intemperie de 100 KVA .Plano de si-tuación

Fígura 2. Prospección arqueológica superficial preventiva en el proyecto de LAMT 15/20 KV de 1211 M y CT intemperie de 100 KVA .Plano de la línea eléctrica.

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Lámina I. Vista general ubicación apoyo metálico nº1. Lámina II. Vista general ubicación apoyo metálico nº4.

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ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA EXTENSIVA EN LA CALLE HINIESTA Nº 55. SEVILLA

DANIEL ARSENIO LARA MONTERO

Resumen: Se presenta los resultados obtenidos en la Interven-ción Arqueológica Preventiva realizada en la calle Hiniesta nº 55, en el barrio de San Julían, en el sector norte del casco historico a intramuro, próximo a la puerta de Córdoba. La secuencia estrati-gráfica resultante se inicia en el siglo I d.c. con la presencia de una necrópolis de incineración romana, transformandose ya durante la dominación Almohade en espacio de uso residencial hasta la actualidad.

Résumé: Se présente les resultats obtenus dans l´Intervention Ar-chéologuique Preventive effectuée dans la rue Hiniesta 55, dans le quartier de San Julian, dans le secteur nord du casque historique à intraparoi, proche à la porte de Cordoue. La séquence stratigraphi-que résultante on entame dans le siècle I d.c. avec la présence d´une necrópolis. D´incineration romain, transformant déjà pendant la domination Almohade en espace dútilisation résidentielle jusqu’à lactualité.

INTRODUCCIÓN

La Intervención Arqueológica realizada en el solar ubicado en la calle Hiniesta 55 de la ciudad de Sevilla. El motivo de la actuación de urgencia, fue la construcción de viviendas. El objetivo es recoger los datos procedentes de la intervención arqueológica, consistente en la excavación arqueológica, y el control y seguimiento de movi-miento de máquina.Los datos obtenidos pueden ayudar ha aclarar la transformación de este espacio urbano a lo largo de la historia.

Lámina I. Vista aérea del solar.

La construcción de dicha edificación tenía previsto profundizar , mediante pilares hasta -3,00mts de la cota media de alineación de

la fachada de la calle Hiniesta,debido al mal estado del firme sobre el que se asentaría dicha construcción. Este hecho provocó la nece-sidad de actuación preventiva puesto que los restos arqueológicos que permanecen en el subsuelo corrían peligro de ser parcialmente destruidos.La intervención arqueológica dio comienzo el día 11 de marzo del año 2004, con fecha de resolución del 3 de marzo de 2004. Se planteó un corte arqueológico de 10,28m2. La finaliza-ción de la excavación arqueológica fue el 11 de junio del 2004.

La segunda fase de intervención consistió en un control y segui-miento de máquina para la realización de los bataches, consistente en la apertura de zanjas a lo largo de las medianeras con el fin de afianzar la cimentación de la vivienda. Dichos trabajos comenzaron el 17 de mayo y finalizaron el 11 de junio del 2004.

OBJETIVO DE LA INTERVENCIÓN Y FASES

El planteamiento de estos trabajos de excavación quedaron condi-cionados por las directrices impuestas por la cautela Arqueológicas de Grado II del Planeamiento de desarrollo del catálogo de protección del sector 3 del conjunto Históricos en Santa Paula-Santa Marina.

El objeto principal que se persiguio era completar la información históricas y arqueológicas de la evolución urbanística de este sector de Sevilla y de la propia ciudad. Así, se propuso en esta interven-ción los siguientes puntos:

1.- Obtener una secuencia estratigráfica, y por tanto cronológica, de las diferentes fases históricas que se han documentado en el solar, agotando el registro arqueológico del mismo.

2.-Documentación de los diferentes espacios constructivos que se conserven en el solar, así como el estudio de la evolución urba-nística del solar con respecto a la trama urbana circundante , y su relación con el resto de la ciudad.

3.- Estudio y análisis del registro artefactual arqueológico, correla-cionado con las distintas fases constructivas y niveles sedimentoló-gicos, para llegar a dilucidar su valoración cronológica y cultural.

4.- Detección de actividades económicas:necrópolis hornos, huer-tas, industrias, etc.

5.- Definir indicios de primera ocupación del solar y su marco cronológico.

METODOLOGíA

Para el estudio y analisis arqueológico de este solar se planteó una estrategia de trabajo basado en un sondeo arqueológico y a poste-riori la fase de control y seguimiento de movimiento de tierra.

Para ello fue necesario el registro de la secuencia estratigráfica, documentandose , registrandose e intrepretando para determinar la evolución del proceso de transformación de la topografia del solar.

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Los procesos de colmatación y sedimentación, reflejos de la actvi-dad antrópica dentro del tejido urbano generan una cotas artificia-les en función de las distintas actividades realizadas.Ellos nos llevan a averiguar el uso del espacio en función de las distintas actividades económicas que se han podido generar.

Nos interesaba poder analizar la transformacion de este solar y su relación con el entramado urbano desde época moderna hasta los primeros momentos de ocupación antrópica.

Esta estrategia de trabajo pasa por las propuestas metodológicas estratigráficas desarrolladas por E.C. Harris, a través de la cual se rastrea las cotas de la orografia urbana sobre la que se cimienta el desarrollo del tejido urbano.

Con ello obtenemos datos sobre uso, transformación y relación espacial del solar en estudio con respecto al resto del entramado urbano de forma sincrómación y diacrónica.

MEMORIA HISTÓRICA-ARQUEOLÓGICA DEL SO-LAR Y SU ENTORNO INMEDIATO

A la vista de las intervenciones realizadas en el entorno podemos constatar la presencia ocupacional de esta zona anterior a la época anterior a los ss. I-II d.n.e (1)

El hecho de que el solar se ubique no muy lejano a una de la sali-das de la ciudad, nos hace pensar, que la ocupación romana puede responder al carácter residencial, industrial y funerario . A lo que podemos añadir que nos encontramos con un sector de la necró-polis entorno a las dos vías de comunicación, Sol y San Luis, como tenemos documentado. Constatando la existencia de un cinturón de necrópolis vinculado a estas dos vías de comunicación, creando un amplio arco que unirían las necrópolis desarrolladas a lo largo de estas calzadas. Estarían inscrita a las primeras centurias de nues-tra era, periodo AltoimperialTal y como hemos detectado en una reciente actuación arqueológica(2), Actualmente podemos afirmar la localización de la prolongación del Cardo Maximo en torno a la cual se desarrolla la necrópolis de incineración entre los siglos I-II d.c. con un uso posterior de carácter industrial o residencial, siglos II d.c. Finalmente vuelve a tener uso de necropolís de inhumación en el siglo III d.c.

A raíz de la aparición de elementos constructivos como son un pilar y la base de otros dos, así como de una línea de bordillo, nos conduce a intrepretarlo como un soportal con varios pavimentos de opus siginum,de una construcción residencial y fabril donde nos resta una muela de piedra alberiza correspondiente a un molino.

De época romana, se detecto una infraestructura compuesto por una cimentación de opus caementicium (3) de la cual se mantiene actualmente la alineación del parcelario.

En la intervención realizada en la calle San Luís Nº29, se detecto un ámbito de carácter industrial relacionado con un posible testal (4)..

En la mayoría de las intervenciones realizadas en los alrededores de nuestro solar, se habla de un nivel de base correspondiente a gravas de río, que pertenecerían a una terraza del Guadalquivir, en otras se describe un sustrato rojo arcilloso. Siempre se han do-

cumentado los restos romanos sobre estos niveles o penetrando en ellos. Tal como tenemos documentados en las actuaciones recientes realizadas en la calle Hiniesta (5). Pero debemos de tener en cuenta que esos niveles de gravas se corresponde con las faldas de las terra-zas del Guadalquivir, con ello queremos decir que la topografía es fundamental para entender la ubicación de los distintos elementos arqueológicos que surgen en cada intervención arqueológica en el entramado urbano.

Hoy sabemos por los análisis estratigráficos de intervenciones como las realizadas en calle Relator nº46-A y calle San Basilio nº 24-25, calle Prolongación de Relator s/n, o calle Relator nº 58 (6) que existe un espacio natural anterior a la ocupación antrópica con-formado por un grueso paquete de arcillas rojas carbonatadas que indica la presencia de flora abundante y porte considerable, cuya pendiente aumenta hacia San Basilio alcanzando su punto más alto unos metros antes de llegar a la actual calle San Luis. Esta primitiva elevación es el producto de la actividad de recurrencia del brazo histórico del Guadalquivir, a salvo de las riadas es ideal para el asen-tamiento antrópico.

En la intervención de Relator-San Basilio se documentó aún otro espacio natural, al oeste del solar en la caída hacia la calle Feria y más expuesto a inundaciones, formado por un paquete de limos rojos sin carbonatar. Si seguimos descendiendo en dirección a la Alameda, estos niveles no se detectan ya a la altura del solar que nos ocupa. Lo que sucede en las zonas más próximas al cause de dicho brazo es el registro de limos masivos a menor profundidad..

Las fases visigodas, tan escuetamente documentadas en esta ciudad, aquí no lo son menos. Por un lado, se habla de un progresivo abando-no de la zona (7), o de hiatus poblacional hasta la época islámica, en lo que se refiere a nuestro solar parece ser así, no encontrando evidencia ninguna sobre presencia u ocupación, actividad o funcionalidad.

La ixbilia islámica, que recogió la herencia de la spalis visigoda, que a su vez había conservado las huellas de la Hispalis romana, mantuvo el recinto amurallado y el trazado urbano de estas épocas, allí donde no se genera una nueva implantación que contínua hasta que en el año 913-914, Abd -al-Rahman III derriba las murallas al conquistar la ciudad. Pero no será hasta la llegada de los Almorávi-des y los Almohades, entre 1170 y el 1220, cuando se levantará un nuevo recinto, más amplio (287 hectáreas), pasando el solar objeto de la intervención a estar intramuros de la ciudad.

La construcción de este nuevo recinto amurallado se debió sin duda a la necesidad de inclusión dentro del mismo de los arrabales que se habían ido formando desde los siglos X-XI d.n.e., así como para dar protección a espacios destinados al abastecimiento del res-to de la ciudad. En este sentido, la mayor problemática que se nos presentaría para estos momentos es la de determinar si el motivo por el que se nos abarca esta zona en la nueva cerca se debe a la existencia de una fuerte implantación de caserío o si se trataba de zonas de huertas destinadas al mercado interior.

Apuntando hacia esta problemática, en las intervenciones reali-zadas en los alrededores se detecta tanto estructuras de caracter hi-dráulico que se relacionaron con la implantación de carácter rural en el entorno urbano, así como estructuras de habitación y vivienda como , o bien espacio abiertos de labor e incluso áreas de industrias

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relacionadas con la artesanía de la seda de la que sabemos era una industria familiar en la que generalmente asociada a la obtención.

En lineas generales se puede afirmar que en época islámica no existe una administración municipal propiamente ordenadora, nada se dispone en principio contra la ocupación o usurpación del espacio público, esta carencia da pie a un desarrollo urbanístico un tanto anárquico. Una vez rebasada los límites de la ciudad, se habitan paulatinamente nuevos espacios, tomando como referencia las vías principales de acceso al centro urbano.

Después de producirse en el siglo XIII la conquista de la ciudad por Castilla se van a generar en ella, una serie de cambios que no van afectar al perímetro del casco urbano. Tras este primer momento, se producirá una despoblación general, relacionada con el fracasado intento de instalación de nuevos habitantes estables, lo que produjo un dominio de la gran propiedad y la consolidación de la oligarquía feudal, que pugnaba por hacerse con el poder municipal (8).

Figura 1. Vista del solar en el plano de Olavide.

En los años posteriores a la conquista cristiana, Sevilla fue una población con baja densidad de población, con grandes espacios vacíos más numerosos cuanto más periféricos. Prueba de este des-poblamiento es la extensión de las parroquias y barrios localizados en la periferia y, al norte y al oeste. No quiere decir que estuviese completamente despoblada, sino que había un poblamiento dis-perso. La proximidad de lugares insalubres, concretamente la zona baja , que se hallaba constantemente inundada, conocida como la laguna de la feria, contribuiría a hacer poco agradable el sector. Sabemos además que desde el siglo XIV corre por las proximidades uno de los desagües de la ciudad.

Durante el siglo XVI el trazado urbano continuo con la fisonomía anterior , sostenida, ademas, en muchas zonas de la ciudad por la pre-sencia de minorías étnicas. La ciudad de este siglo no será otra cosa que el producto de la transformación del urbanismo islámico.

Los años iniciales del siglo XVII fueron años de un espejismo de esplendor y opulencia, empeñados por catástrofes naturales; peste, inundaciones, escasez, hambrunas, etc que incidieron en la merma de las rentas y la demografía.(9)

Durante esta centuria, el perímetro urbano no vario sensible-mente; su caserío siguió encerrado en su mayor parte dentro de las murallas, aunque subsistieron los arrabales exteriores. De to-das formas la densidad de la población bajó debido al descenso acusado de la misma.

La collación de San Julián, en el análisis del entorno que nos ocu-pa en el primer plano oficial de la ciudad , el plano del Asistente Olavides del año 1771, refleja que no ha habido apenas modifica-ciones urbanísticas, hecho que se aprecia, con mayor claridad, en el plano de Benavides.

Como se ha mencionado con anterioridad, estos barrios del ángu-lo noroeste de la ciudad, quedan desplazados del eje económico y comercial de la misma, que se concreta en el centro y en los barrios más cercanos al río.

Por ello, los barrios más alejados de este eje se mantienen en una cierta marginalidad respecto al resto de Sevilla, marginalidad que implica estancamiento en cuanto al desarrollo urbanístico.

Este estancamiento urbanístico se traduce en un sector de la ciu-dad en la concentración de corrales y casas de vecinos donde se afina gran cantidad de familias, a lo largo del s. XIX y XX, donde conviven zona de muladares y vecinos.

En estos momentos comienza una concentración de industrias de distintas índole como la concentración de una masa asalariada margi-nal que configurara el carácter de estos barrios hasta la actualidad.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA RESULTANTE

La finalización de la Intervención arqueológica consistente en un corte arqueológico, dio como resultado el registro de un total 32 de unidades estratigráficas de las cuales 24 son de carácter estructural correspondiendo a muros, cimientos, pilares, atarjeas y tumba de incineración. El resto es de carácter deposicional y colmatación de estructuras.

En cuanto a los resultados de la Intervención Arqueológica rea-lizada, están en relación con varios momentos de ocupación y de abandono del solar.

Destacaremos aquellas que por funcionalidad y cotas aporten da-tos de interes.

La periodización obtenida de la intervención arqueológica nos lleva a realizar un faseado.

En un primer momento , durante la presencia romana encon-tramos dos fases, una relacionado con un uso de necrópolis y otra posterior de uso residencial o industrial.

En un segundo momento arrancamos con la presencia islámica ya durante el periodo Almohade.

El tercer momento correspondería a la Edad Moderna y contemporánea.

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I FASE:

Se corresponde con una serie de unidades estratigráficas relacio-nadas con la presencia de un sector de la necrópolis de incineración de los siglos I-II d.c.

Se han detectados un total de 7 unidades estratigráficas construc-tivas; 27, 29,58, 59, 60, 61,62. Las cotas absolutas están entre los 6.95m.s.n.m. y los 7.47 m.s.n.m.

SIGLO I-II d.c.

Lámina II. U.E.60, encanchado de la necrópolis del siglo I d.c..

U.E. 29Se trata de los restos de una tumba de incineración. Presenta

orientación este-oeste y sólo se conservaban dos tégulas fragmen-tadas pertenecientes a la base de la misma. Se ha registrado una longitud total de 0.60 mts.

Está afectada por la construcción del muro de tapial de época almohade , que desmantela gran parte de la estructura. Otros de los elementos que contribuye a la desmantelamiento de la tumba es la construcción del muro (U.E. 25) del siglo XIX perteneciente al primer cuerpo de la vivienda.

Aparece excavada en las arcillas de las paleoterrazas (EU.34), siendo este el primer nivel de ocupación antrópica. La cota máxima absoluta es de 7.40 mts .s.n.m. y una cota mínima absoluta de 7.35 mts.

U.E.27Encachado construido con restos de material constructivo: tégulas

e imbrices principalmente. La longitud detectada es de 1m. y el an-cho 0.50 mts. Con una dirección este-oeste, se encuentra desmon-tado por la construcción del muro del siglo XIX (U.E.2), así como por el foso (U.E. 18). La cota absoluta es de 7.35 mts .s.n.m.

U.E. 58 Se trata de U.E. constructiva vertical positiva, encanchado. Des-

cansa sobre las arcillas rojas carbonatada de las terrazas del Gua-dalquivir.Está elaborado con materiales constructivos reutilizados, tégulas, imbrices, ladrillo bipedales, ánforas.

Tiene una orientación Este- Oeste, con un ancho entre 0,40 mts y 0,50 mts, con una longitud de 1,50 mts. Se trata de la prolongación de la U.E. 60 que se encuentra desmontado por un tapial almohade (U.E. 40).

La cota absoluta máxima detectada:7,25 m.s.n.m.La cota absolu-ta inferior detectada:6,95 m.s.n.m.

U.E. 59 Se trata de un conjunto de tégulas cuya función desconocemos,

bien puede tratarse del desmantelamiento de alguna arcillas rojas carbonatada de las terrazas del Guadalquivir. Se encuentra próximo al encanchado U.U.E.E. 58 y 60.

La cota absoluta máxima detectada:7,25 m.s.n.m.La cota absolu-ta inferior detectada:6,95 m.s.n.m.

U.E. 60 Se trata de U.E. constructiva vertical positiva, encanchado. Des-

cansa sobre las arcillas rojas carbonatada de las terrazas del Gua-dalquivir.Está elaborado con materiales constructivos reutilizados, tégulas, imbrices, ladrillos bipedales, ánforas.

Tiene una orientación Este- Oeste, con un ángulo de 90º con di-rección norte, formando un lado de una cuadrícula. El ancho entre 0,40 mts y 0,50 mts, con una longitud de 1,85 mts.La longitud en dirección norte es de 1,17mts.

Esta unidad se prolonga con la U.E. 58 que se encuentra desmon-tado por un tapial almohade (U.E. 40). La cota absoluta máxima detectada:7,47 m.s.n.m.La cota absoluta inferior detectada: 7,27 m.s.n.m.

U.E. 62 Se trata de U.E. constructiva vertical positiva, encanchado. Des-

cansa sobre las arcillas rojas carbonatada de las terrazas del Gua-dalquivir.Está elaborado con materiales constructivos reutilizados, tégulas, imbrices, ladrillos bipedales, ánforas.

Tiene un eje direccional norte-sur, con un ancho de 0,42 mts de media y una longitud de 1,10 mts.

La cota absoluta máxima detectada:7,27 m.s.n.m.

II-FASE

Se corresponde con un cambio de uso, transformandose en un espacio de uso habitacional fechado a mediado del siglo II d.c.

Lámina III. U.E. 61, muro del siglo II d.c..

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U.E. 61 Se trata de U.E. constructiva vertical positiva, muro. Descansa

sobre las arcillas rojas carbonatada de las terrazas del Guadalquivir.Está elaborado con materiales constructivos reutilizados, tégulas y ladrillos bipedales. Tiene una longitud de 2,30 mts y un ancho entre 0,86 y 0,78 mts. Se pierde en el perfil norte del solar,y sobre estra estructura descansa un tapial almohade (U.E.45). El eje direccional es norte –sur que coincide la alineación con la actual de la fachada de la calle. No parece tener una relación con un espacio funerario sino con alguna estructua habitacional en torno al siglo II d.c. por los framentos de cerámica observados. Se ha observado dos grietas en el muro.La cota absoluta máxima detectada:7,33 m.s.n.m.

III-FASE

No es hasta la presencia Almohade cuando volvemos a detectar la existencia de estructuras constructivas. Ya sea por la detección de un suelo de carácter agrícola. Pero es en estos momento cuando se ha observado el desmantelamiento de las estructuras romanas relacionado con la necrópolis, con la construcción de la vivienda en que descansa sobre los estratos con material romano.

Fig.5:U.U.E.E 20 y. 28.

SIGLO XII-XIII

Tenemos un total de 24 unidades.

Las cotas detectadas en estas unidades van entre de 8.15 mts. s.n.m y 7.40 mts. s.n.m.

Perteneciende a la vivienda almohade se ha documentado las si-guientes unidades correspondiente a una serie de muros de tapial: 28,35,36, 37, 38,39, 40 ,41, 42, 43,44, 45, 46, 47, 48, 49, 50.

Figura 2. Plano general de los resultados dela fase de control y seguimiento de movimiento de tierra..

Se tratan de tapiales de encofrado realizados con arena, grabas, cal y restos de cerámicas. La base de dichos tapiales descansan sobre las arcillas de las terrazas del Guadalquivir.

El ancho está entre los 0,40 mts y 0,50 mts. Las cotas van entre: 7,95 m.s.n.m. y 7,21m.s.n.m.

U.E.31 Muro de fábrica de ladrillo adosado al muro de tapial U.E.28.

Arranca desde el perfil norte del corte con una longitud total de 0.70 mts, un ancho de 0.16 mts y una altura de 0.30 mts. Con-formado por 4 hiladas de ladrillos reutilizados de 14 x 16 x 6 cms. dispuestos a tizón y unidos mediante argamasa de cal y arena.

La cota máxima absoluta es de 8.20 mts .s.n.m. y la mínima de 7.89 mts.s.n.m

Lámina IV. U.U.E.E.36 y 40.

U.E. 55Se trata de U.E. constructiva vertical positiva, pileta de agua de

fabrica de ladrillos, detectado al este del solar.Mantiene dos hile-ras de ladrillos a soga y tizón, con una dirección Este-Oeste .Los ladrillos son de 30 x 14 x 5 ctms., con una anchura de 0,30 mts.Tiene enlucido la cara norte del muro, con lo que se puede deducir que se trataría del interior de la pila de agua. Se encuentra roto por un muro de la vivienda del siglo XIX. La cota absoluta máxima detectada:7,57 m.s.n.m.

La cota absoluta inferior detectada:7,07 m.s.n.m.

U.E. 57Se trata de U.E. constructiva vertical positiva, Pilar realizado a

base de ladrillos y mortero, a soga y tizón. Las dimensiones son de 0,50mts X 0,50mts, asociado a las U.U.E.E.35 y 41. Mantiene una altura de ocho hileras de ladrillos,siendo la base un silarejo reuti-lizado Descansa sobre las mismas terrazas del Guadalquivir y se le adosa un suelo a sardinel.del siglo XIV-XV

La cota absoluta máxima detectada:7,95 m.s.n.m. La cota absolu-ta inferior detectada:7,59 m.s.n.m.

IV- FASE, SIGLOS XIV-XV

Detectamos una perduración de la alineaciones de las medianeras anteriores, si bien hay ciertas modificaciones, con la localización de un patio interior de la vivienda hasta el siglo XIX en el que se aco-mete la última tranformación del parcelario, con la construcción del edificio que actualmente está rehabilitado.

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U.E.8Tenemos una estructura vertical compuesta por un muro ( U.E.

8) que se relaciona con un uso de patio interior. Este muro tiene una dirección norte- sur , con una longitud detectada hasta el perfil de 0,80 mts. y un ancho de 0,30 mts. Construido con ladrillos de distintas dimensiones dispuestos a soga y tizón: 30 x 14,5 x 5 cms., y de 28 x 14 x 5.5 cms. y mortero de cal y arena.

Este muro esta relacionado con un suelo de cal (U.E.16-U.E.17) correspondiente a la cama de un suelo de losas. Restos de este suelo se han detectado en el perfil norte, pues posteriormente es desmon-tado para su reutilización.

El muro se construye apoyandose y siguiendo la alineación de un muro de tapial del época islámica. Su cota máxima absoluta es de 9.10 mts. s.n.m. y una cota mínima de 8.54 mts.s.n.m.

U.E.16Se trata de un suelo de cal batida, del cual se ha detectado una

longitud de 2.12 mts y un ancho de 2 mts. Aparece afectado por el muro del siglo XIX (U.E.2) y por una fosa (U.E.18) excavada para la construcción de un pozo ciego, no detectado pero inmediato al corte planteado, donde verterían las unidades 5, 6 y 7.

La cota máxima absoluta correspondiente a la U.E. 16 es de 8.51 mts..s.n.m. y una mínima de 8.47 mts.s.n.m.

U.E.17Es la continuación del suelo de cal batida U.E.16, localizado al

otro lado del muro (U.E.8). Presenta una longitud de 0.90 mts y un ancho de 1.60 mts.

Este suelo se encuentra destruido por la fosa de construcción del muro del XIX (U.E.25), el muro del siglo XVI (U.E.10) y la atarjea del siglo XIX (U..E 9) que tiene una dirección oeste-este.

U.E. 20Vano, dirección norte-sur, con una longitud de 1 m. y un ancho

de 0.30 mts, realizado con material de acarreo (ladrillos). Se en-cuentra relacionado estratigráficamente con los suelos de cal batida (Unidades 16 y 17) y el muro (U.E.08). La cota máxima absoluta es de 8.47 mts.sn.m.

U.E. 56: Se trata de U.E. constructiva horizontal positiva, Suelo a sardinel

realizado a base de losas y mortero, Se adosa a un pilar de una estructura almohade, por lo que podemos concluir que esta fosili-zando un espacio de uso y transito. Se puede poner en relación con el suelo detectado ,U.E. 16, en el corte arqueológico.

La cota absoluta máxima detectada:8,49 m.s.n.m. La cota absolu-ta inferior detectada:8,47m.s.n.m.

SIGLO XVI

U.E.10De estos momentos es un fragmento murario con una dirección

este-oeste, que aparece desmontado por el muro del siglo XIX (U.E.25). La dirección es este -oeste, adosandose a un muro del siglo XV (U.E.8), el cual corresponde a un patio. Conserva tres

hiladas de altura y la fábrica es mediante ladrillos de dimensiones diversas: 29 x 14 x 3.5 cms. y 30 x 14.5 x 4.5 cms., los más signi-ficativos, sillarejo y un mortero de cal y arena . La altura de estas hiladas es de 0,40mts., con una longitud de 0.84 mts.

Su cota absoluta máxima es de 8,98 mts. s.n.m. y una mínima de 8.47 mts.

SIGLO XVIII

U.E. 14Suelo a palma muy deteriorado y afectado por la construcción

del muro U.E.2 y dos tuberías de uralita contemporáneas (U.E. 7 y U.E.4).Su cota máxima absoluta es de 9.17 mts. s.n.m. y la cota mínima de 8.96 mts.

V- FASE,SIGLO XIX

Esta relacionado con su uso residencial actual

De esta centuria tenemos una serie de unidades varias de carácter estructural y una de carácter deposicional.

Se detectaron una serie de pozos ciegos corresondiente a esta cen-turia y que estuvieron en uso en el siglo XX hasta la introducción de una red de saneamiento. Mencionar Tres pozos de aguas fecales, U.U.E.E.52, 53 y 54 que alteraron el registro arqueológico.

SIGLO XX

Los primeros restos documentados correspondiente a estos mo-mentos históricos, estando relacionado con una serie de infraes-tructuras de saneamientos de la vivienda. Así tenemos una serie de tuberías de uralita que afectan a estructuras murarias.

RESULTADOS Y CONCLUSIONES

Podemos establecer la existencia de un espacio residencial que abarca todo el solar introduciendose en las parcelas contiguas, si-guiendo una disposición norte-sur y hacia el oeste. Los indicios nos lleva a que posiblemente la edificación sería aun mayor .La caraste-rítica general es la irregularidad del diseño del edificio, compuesto por una serie de estancias de caracter habitacional con distintos volumenes. La orientación este-oeste si bien no queda claro hacia donde se disponía la fachada. Se ha podido detreminar la localiza-ción de 8 espacios de habitación.

Se han documentados los muros de tapiales de color anaranjado compuestos por un mortero de cal, arena y grava, con la caras de los tapiales bien pulidos, y un grosor variable de entre 0,35 y 0,50 de ancho y una altura diversa en función del estado de conservación que se puede ver afectado por las obras posteriores detectadas.

Se ha detectado solo un pavimento relacionado con esta vivienda dell periodo almohade.

A continuación exponemos las distintas unidades estratigráficas surgidas durante los trabajos de control y seguimiento de movi-miento de tierra:

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En primer lugar mencionar las estructuras de cronología más re-ciente como son los pozos ciegos:

Se tratan de unidades estratigráficas constructivas relacinados con dos momentos históricos, el periodo romano-altoimperial y la Is-bilia almohade.

CONCLUSIÓN

(10)Los primeros momentos de presencia antrópica en este solar, se relacionan con un sector de necrópolis romana Alto-imperial de incineración, vinculada a la calzada que transcurría por la actual calle San Luis

Asimilable a dicho ámbito funerario, se detecto los restos de una tumba de incineración (U.E.29), que aparece excavada en las arci-llas de las paleoterrazas del Guadalquivir. La tumba esta relaciona-do con el encachado, U.E.27, que estaría delimitando un espacio familiar dentro de la necrópolis, la cual se vio desmontada por la construcción del muro de tapial almohade (U.E. 28).

Este hallazgo, parece que viene a confirmar la existencia de un sector de necrópolis en el entorno de la calle San Luis y la calle Sol, cerrando un arco que conformaría un cinturón funerario durante los primeros siglos de nuestra era.

Se ha evidenciado restos de materiales constructivos de la necro-polis tanto de estructuras funerarias como de la compartiemtación de la misma.

El problema estriba en el alto grado de afección por obras poste-riores que han diseminado y reutilizado gran parte de dichos ma-teriales, sin poder definir las posibles tumbas, conservandose sobre todo los encanchados detectados en el corte arqueológico y durante los trabajos de control y seguimiento de movimiento de tierra.

En un segundo momento de la presencia romana se localiza un

muro,U.E. 61, que podría corresponder con una estructura domés-tica o industrial enmarcado cronológicamente a partir del siglo.IId.c ,como las detectadas en la calle San Luis(11).

Posteriormente, en momentos almohades, se ha localizado una estructura de habitación, U.E.28, perteneciente a una vivienda. Este hecho viene a indicar el cambio de uso de este espacio, dejan-do de ser un espacio de necrópolis para adecuarse a otro de carác-ter doméstico que se situaría dentro de la cerca islámica de época Almorávide-Almohade.

Es en dicho momento cuando se da un gran impulso urbanistico, tal y como se ha documentado en este solar. En este proceso edifi-catorio se produce una dinámica de desmantelación y aprovecha-miento de materiales romanos alterado el registro arqueologico del periodo romano. Dicha actividad constructiva afecta negativamen-te a la necropolis de los siglos I-II d.c., al igual que ocurrio en este periodo con el cambio de uso a doméstico y/o industrial.

Durante los trabajos de control y seguimiento de maquina se pudo comprobar la existencia de una serie de tapiales que venían a confirmar la existencia de una posible vivienda almohade. Pare-ce comprobarse que dicha vivienda configura parte importante de la alineación del linde del parcelario actual. Dicha fosilización se debe a que la actual vivienda descansa sobre una serie de tapiales que delimitan distintas estancias, las cuales se mantiene durante la baja edad media tal y como se ha comprobado en un conjunto de elementos constructivo mudejares.

Ya entrado el renacimiento, en el siglo XVI, se detecta un espa-cio de patio interior correspondiente a una vivienda, el cual viene definido por el muro .U.E.8, muro de delimitación de dos espacio de patio. Este se asienta sobre el muro de tapial islámico, siguiendo la mismo dirección y por tanto manteniendo la misma alineación respecto al momento almohade . Del patio interior se conserva la cama (Unidades 16 y 17) de cal batida, donde descansaba el suelo de losas desmontado posteriormente.

Esta calle se denominaba junto a un conjuto de callejuelas,Rascaviejas o Raspa-viejas, por un horno que existió entorno a 1473.

Este uso de espacio doméstico se debe al crecimiento demográfi-co de estos momentos que conlleva el desarrollo urbano dentro de la cerca islámica. El uso de este espacio como zona de patio interior de vivienda va a perdurar hasta la actualidad como eje vertebrador del espacio de habitación.

Del siglo XVI nos resta un muro desmontado que se adosa al

muro de patio del XV, pero que delimita un espacio interior apro-vechando el anterior trazado.

Del siglo XVII, no tenemos estructuras murarias o de otro tipo, pero posiblemente existirían. No obstante y posiblemente debido a la intensa actividad de reutilización de material constructivo para ejecutar distintas obras acometidas a posteriori ,solo nos queda una unidad estratigráfica deposicional que evidencia la ocupación de dicho solar. A paritr de 1845 pasan a denominarse Hiniesta, debido al Hospital y Hermandad de Nuestra Señora de la Hiniesta, que tuvo su sede desde 1461 hasta finales del siglo XVI.

Del siglo XVIII tenemos evidencia de un suelo a palma relaciona-do con un espacio de vivienda, pero que se encuentra afectado por las obras que se acometen en la centuria siguiente, con la construc-ción de la vivienda de la que queda la primera crujía.

A mediados del siglo XIX se edifica una vivienda de nueva planta reaprovechando posiblemente la disposición del trazado viario con respecto al solar, la cual ha variado en relación a las disposiciones de las estructuras muraria que arrancaba en época islámica hasta la edad moderna.

Se emplea material de acarreo para la construcción de los distintos elementos estructurales. Así la U.E.2 correspondería al cierre del segundo cuerpo del edificio. y un muro de cierre del patio interior U.E.25. Este uso del espacio como vivienda se ha prolongado hasta la actual situación.

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NOTAS

1. Lara Montero D.A.: Informe Preliminar Actividad Arqueológica Preventiva Excavación Arqueológica Extensiva en el solar c/ Arrayán 35 Esquina San Luís, 2006, Sevilla.

2. Lara Montero D.A.: Informe Preliminar Actividad Arqueológica Preventiva Excavación Arqueológica Extensiva en el solar c/ Arrayán 35 Esquina San Luis, 2006, Sevilla

3. Vera Cruz E., Carrasco Gómez I.: Intervención Arqueológica de Urgencia. Calle Fray Diego de Cádiz Nº 42. Sevilla.4. Romo Salas A., Vargas Jiménez J.M.: El antiguo hospital de los Inocentes y el sustrato previo: c/San Luis,29, Sevilla.5. Lara Montero, D. A.: Informe Técnico Preliminar de la intervención del control y reconocimiento de movimiento de tierras en el solar de la calle

Hiniesta 18, 2004. Informe Preliminar de la intervención Arqueológica Preventiva en el solar nº55 de la calle Hiniesta, 2004. 6. Mejías García , J.:Informe Técnico Preliminar, Memoria Cientí1fica Final, Intervención Arqueológica de Urgencia en el solar nº 79 de la calle Jesús

del Gran Poder (Sevilla);Bernad, Gómez, E .M. 2001:Analisis Preliminar de la Intervención Arqueológica de Urgencia en la c/ Peral nº 25-29 (Sevilla).

7. Rodríguez Azogue, A.(1998): opus cit; Quirós, C.A.(1996):opus cit.8. González , J.(1981):El Repartimiento de la ciudad de Sevilla. Sevilla 9. Domínguez, A.(1984):La Sevilla del siglo XVII. Sevilla10. Diccionario Histórico de las calles de Sevilla. V.V.A.A. Consejeria de Obras Públicas y Transporte, Ayuntamiento de Sevilla, 1993 11. Lara Montero D.A.: Informe Preliminar Actividad Arqueológica Preventiva Excavación Arqueológica Extensiva en el solar c/ Arrayán 35 Esquina

San Luís, 2006, Sevilla.

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EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN C/ DUQUE CORNEJO Nº17 (SEVILLA)

PEDRO MANUEL LÓPEZ ALDANAFRANCISCO JAVIER MORO BERRAQUERO

Resumen: La excavación arqueológica que presentamos se rea-lizó en la C/ Duque Cornejo nº 17, situada en el Sector Centro-Norte del Centro Histórico de la ciudad de Sevilla. En ella fueron identificados algunos elementos de época almohade, siendo el expediente constructivo mejor conservado el correspondiente a los siglos XVI-XVIII.

La parcela que ha sido objeto de nuestra intervención se localiza el Sector Centro-Norte del Centro histórico de la ciudad de Sevilla, en la calle Duque Cornejo, 17 que partiendo de la calle San Luís discurre en perpendicular hacia el Este desembocando en calle Li-rio. Situada, por tanto, en el Plan Especial dentro del Sector I Santa Paula-Santa Lucía.

El espacio total que abarca es de 190’05 m y se contempla para dicha parcela un proyecto de rehabilitación destinado a uso resi-dencial de un edificio que está catalogado, P.I. 1. Casa de Pisos del S.XIX “CVC. Corral de Vecinos Contemporáneo” bajo califica-ción de Centro Histórico, con nivel de protección D - Protección parcial en grado 1. Dicho proyecto contempla la ejecución de una casa de viviendas unifamiliares, que implica la realización de una nueva cimentación por losa de hormigón corrida y una perdida de registro arqueológico de un máximo de 1,5 m de profundidad, con lo que, en conformidad con el plan especial para este sector, fue preciso una intervención arqueológica previa. Por lo que aten-diendo a las directrices marcadas por el Plan Especial para este sector, con la reserva de un 75% sobre la superficie afectada por los movimientos de tierra 103,05 m2, la superficie total a excavar sería de 77,28 m2. Sin embargo, dadas las características morfo-lógicas de la finca y más específicamente, tendiendo en cuenta la condición de rehabilitación y no construcción ex novo del edifi-cio, en el que se contempla conservar medianeras y muros maes-tros, así como la caja de la escalera y una superficie reservada para un patio, las posibilidades de actuación en superficie se redujo respetando las medidas de seguridad de la obra, tanto en lo que se refiere a la distancia de seguridad con respecto a la medianera como a la reserva de un perímetro de seguridad en torno a los sondeos para la circulación.

Sobre la superficie susceptible de excavación establecimos 2 son-deos: Sondeo 1 con unas dimensiones de 6 x 6 m. y Sondeo 2 con dimensiones de 3 x 2’8 m; en este caso la forma irregular del son-deo obedeció a necesidades de seguridad y su adaptación al espacio disponible; y un corte, denominado Corte 1 con unas dimensiones de 8’5 x 2 m. (Fig. 1)

CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL

El solar objeto de excavación arqueológica se encuentra locali-zado en la calle Duque Cornejo nº17, concretamente en el “Sec-tor 3- Santa Paula Santa Lucía”, Centro Histórico de Sevilla. Este

sector de la ciudad ha sido considerada por la historiografía como periferia con escasa ocupación poblacional hasta bien entrado el siglo XVIII, aunque se le reconocía una ocupación relativamente bien definida hasta la época almohade. De cualquier manera, al encontrarse próximo a una de las vías que articulaban la ciudad, en concreto en los límites del Cardo, que se correspondería aproxi-madamente con el trazado actual que recorre la Calle San Luís, la presencia de elementos romanos es frecuente en los registros pro-porcionados por las intervenciones arqueológicas realizadas en esta zona de la ciudad.

Las investigaciones realizadas en los últimos años han podido cons-tatar una ocupación de este sector ya desde los siglos I-II d.n.e. En este sentido, parece que la ocupación de época romana republicana se encontraba asentada sobre el establecimiento prerromano primi-tivo ubicado sobre una pequeña elevación en las proximidades de la actual Iglesia de San Isidoro (1). Sin embargo, aunque en contextos muy alterados, fueron identificados algunos fragmentos de cerámicas campanienses, en una excavación realizada por nuestro equipo en el nº 93 de la Calle San Luís, junto a la Plaza del Pumarejo (2).

Es, por tanto, en época Imperial cuando asistimos a una organi-zación urbana de la ciudad que dibuja un trazado con tendencia triangular (3) convergiendo sus vértices en Avenida de la Constitu-ción, esquina con Santo Tomás; otro en la Plaza de San Martín, y el tercero en la calle Santiago, esquina con calle Navarros. De lo que se deduce que, en esta época la zona de Santa Marina-San Julián se situaba en la periferia /extramuros de la ciudad de Híspalis. Lo que se considera como cerca romana, en el sector Norte, se situaría en la actual Puerta de la Carne y la Iglesia de Santa Catalina.

A este respecto, existen concordancias entre los distintos inves-tigadores ya que consideran que el espacio exterior a este recin-to amurallado, estaría ocupado por áreas agrícolas e instalaciones agropecuarias, que se entienden como núcleos de producción para el abastecimiento de la propia ciudad (4).

La excavaciones arqueológicas efectuadas en C/ San Luís nº 95 se registraron evidencias de una Villa romana de los siglos II-III d.n.e; mientras que en San Luís nº 73-75 (5) fueron documentados restos pertenecientes a una vivienda de principios del siglo II d.n.e. y un encanchado de guijarros del siglo IV d.n.e, de igual modo sucede en el Noviciado de San Luís (6) que proporcionó restos de los siglos I-II d.n.e. y en San Luís nº 93, verificándose también la existencia de un amplio encanchado (cota -2’15 / -2’25) justo en los límites del solar con la C/ San Luís/Pumarejo, además de algunas fosas, con materiales que remiten a este momento.

En el caso que nos ocupa, en concreto en un sondeo realizado inferior a la cota de afectación de la obra, tenemos constancia de cerámicas romanas que podemos datar a partir del siglo III d.n.e.

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Estos elementos no aparecen asociados a estructura alguna, por lo que formarían parte de depósitos acumulativos de sedimentos an-trópicos, que debido a las reducidas dimensiones del sondeo no pudieron ser contextualizadas con precisión.

Por otra parte, en el entorno se han detectado zonas de necrópolis o enterramientos aislados, en concreto en el solar de San Luís 95 fueron excavados tres enterramientos correspondientes a los siglos I-II d.n.e., también en C/ Sol nº 182 y en C/ Matahacas nº 9/11. En esta última intervención se registró una necrópolis de incinera-ción correspondiente a los siglos I-II d.n.e.

En C/ Duque Cornejo nº 17, hasta la cota alcanzada por nues-tra intervención, no se han registrado elementos que indiquen la existencia de espacio funerario alguno, bien de inhumación o de incineración.

El intervalo entre el siglo VI y hasta el siglo X, no existen evi-dencias nítidas de ocupación de esta zona; por lo que, al igual que ocurre en resto de la ciudad, la época visigoda se presenta como una nebulosa histórica.

La ciudad de época islámica, aparte de sus ricas aportaciones a la historia de Sevilla, recoge la herencia de las sociedades precedentes. Así, mantiene el recinto amurallado y el trazado urbano, con algu-nas modificaciones, de épocas anteriores, que permanece hasta que Abd-al- Rahman III en el año 913 derriba las murallas durante la conquista de la ciudad, siendo con la irrupción de los Almorávides y Almohades, entre 1170 y 1220, cuando se construye un recinto nuevo que abarca un espacio mayor, alrededor de 287 Ha., que ya incorpora el actual barrio de San Luís, quedando el solar sito en C/ Duque Cornejo nº 17 dentro de este recinto amurallado; incluso, al parecer, esta zona fue dotada de mezquita que se ubicaría en la actual Iglesia de Santa Marina (7).

La construcción de este nuevo recinto amurallado obedeció a la necesidad de incorporar a la ciudad los arrabales que se habían ge-nerado durante los siglos X y XI d.n.e, ofreciendo así, protección a los espacios de producción y abastecimiento de la ciudad. En este sentido, se plantea la cuestión de si la construcción de la nueva cerca obedece a la existencia de una extendida implantación de caseríos o si, tan sólo, esta zona estaba ocupada por huertas, cuya producción irían destinadas a la comercialización interna de los productos y al autoabastecimiento. En la excavación del Noviciado de San Luís (8) fueron documentadas estructuras de marcado cariz hidráulico relacionadas con una probable ocupación rural próxima al núcleo urbano, por otra parte, también en C/ San Luís nº93 fue identifica-das estructuras de época almohade, entre las que podemos destacar un expediente constructivo consistente en un edificio residencial con jardín deprimido y alberca. Este complejo indica la existencia de una casa de cierta entidad que se desarrollaría en dirección norte, quedando la zona ajardinada al sur del solar. De igual modo, en los nº 78-80 de C/ San Luís, también se documentaron un conjunto de estructuras de habitación (9).

La identificación de restos de viviendas populares de época islámi-ca en la C/Castellar en la confluencia con C/ Espíritu Santo (10) se relaciona, según Escudero, con el rápido proceso de ampliación de la ciudad almohade rebasando, así, los límites de la ciudad romana.

Este tipo de construcciones se repiten en otros puntos cercanos a de este sector, puestas a la luz por las intervenciones en C/ San Luís nº 95 y Malpartida 10-12 (12), C/ San Luís nº 73 -75 , en esta excava-ción se registraron muros en los que habían sido reutilizados sillares romanos; en S/ Luís nº 41 (13) y en el Noviciado de San Luís (14). En el nº 135 de la C/ Enladrillada (15) también se han identificado restos de una vivienda residencia y un patio de andenes, al igual que en C/ Macasta esquina C/ Cetina y Duque e Montemar, donde se registraron varios niveles de patios de andenes asociados a una vivienda residencial (16).

Esta ocupación de época almohade se extiende en dirección oeste, como indican los resultados de las excavaciones arqueológicas reali-zadas en C/ Relator esquina con Arrayán, donde se documentaron varias viviendas, de las cuales algunas estancias presentaban en algu-nos paramentos pinturas a la almagra decoradas con lacerías (17). Circunstancias similares se repite en la calle Pedro Miguel esquina Divina Pastora (18). En lo que respecta a los hallazgos correspon-dientes a esta época en C/ Duque Cornejo nº17, las evidencias arqueológicas son mínimas, tan sólo se han podido identificar dos muros y lo que parecer ser un vano; con el inconveniente de que aparecen robados.

Tras la conquista de Sevilla en el S. XIII se producen una serie de transformaciones que no irán a afectar al perímetro del casco urba-no, quizás como consecuencia de la baja densidad poblacional que la ciudad padece en épocas sucesivas; no obstante, la calle San Luís continúa siendo la vía de acceso a la ciudad desde el Norte.

Las evidencias con las que contamos para este momento apuntan al reaprovechamiento y reocupación de los inmuebles existentes ya en época almohade, como en C/ Macasta y Duque de Montemar (19), cuyas estructuras fueron utilizadas hasta el siglo XV.

Tomando en consideración los datos proporcionados por las di-versas excavaciones arqueológicas efectuadas en este sector, se po-dría hablar de un carácter de marginalidad, tal como revelaría la ausencia de elementos estructurales de esta época en las actuaciones realizadas en C/ San Luís nº 95 y C/ Malpartida 10-12 (20), mien-tras que en C/ San Luís nº 73-75 (21) las estructuras registradas presentan una escasa entidad, constituidas por un muro estrecho construido con ladrillo y piedra al que se le asocia un pavimento, o en C/ Relator nº 95 (22) y C/ Fray Diego de Cádiz nº 38 (23).

Durante el siglo XVI la trama urbana no se somete a alteraciones significativas. La ciudad de esta época es el resultado de la trans-formación del urbanismo islámico; aún así, las nuevas influencias, conceptos urbanísticos y arquitectónicos procedentes de Italia, fa-vorecen la creación de ensanches y amplias plazas.

Para los siglos XVI y XVII si disponemos de abundantes restos arqueológicos, restos que han sido identificados en c/ San Luís nº 95, C/ Sol nº 82, C/Enladrillada nº 7-9 y C/ San Luís nº 93, donde hay evidencias de viviendas que presentan continuidad desde del siglo XIV hasta el siglo XVII (24).

En el siglo XVII la Collación de Santa Marina mantenía las activi-dades agrícolas e industriales de otros tiempos, pero padeció la gran catástrofe demográfica de 1649, lo que provocó el abandono de mu-chas viviendas que degeneraron en solares abandonados y huertas.

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En solar de C/ Duque Cornejo nº 17 vemos como se produce un “hiatus” ocupacional desde los siglos XII-XIII hasta los siglos XVI-XVII, pormenor que será mejor acotado a través del estudio detallado de los materiales. Sin embargo, en la totalidad del área excavada hemos identificado restos de edificación correspondientes al mismo expediente constructivo que, “a priori”, situamos en las postrimerías del siglo XVII. Estas estructuras, pavimentos y muros, ofrecen una visión bastante aproximada de la planta de esta casa, gracias al estado de preservación que presentan.

La mayor parte de las viviendas conservadas en la actualidad son del siglo XX.

DESARROLLO Y RESULTADOS DE LOS TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS

Los trabajos arqueológicos realizados en C/ Duque Cornejo Nº 17 se iniciaron con posterioridad al derribo de los elementos estruc-turales dispensables de la edificación preexistente, correspondiente a un edificio constituido por varias viviendas distribuidas en tres pisos. Los elementos estructurales que se han conservado son el cuerpo de la escalera, la fachada y la primera crujía, quedando el mayor espacio disponible en el fondo norte del solar.

La primera acción realizada bajo nuestra supervisión fue la retira-da por medios mecánicos de los escombros generados por el derribo hasta una cota en la que no se afectaran lo posibles elementos ar-queológicos. Con esta actuación también se retiraron los restos de pavimentos conservados de la casa del siglo XX.

Una vez que el solar quedó limpio se procedió a la implantación y excavación del primer sondeo, denominado como Sondeo 1. Una vez eliminados los depósitos pertenecientes a los escombros del de-rribo, U.E. [0], fueron identificados los cimientos de los muros de carga, que ya teníamos reconocidos en los testigos dejados en los espacios reservados junto a los muros medianeros. Estos cimientos fueron denominados como U.E. [1] y [6], y construidos con ladri-llos y argamasa en el punto de arranque de los muros, mientras que el cimiento propiamente dicho estaba elaborado con bloques de piedra calcárea de tamaño medio y pequeño y restos de materiales de construcción muy compactados.

Entre ambas unidades estructurales se identificó un nivel de relle-no (U.E. [6]) de tierras negras de textura muy arcillosa y con gran abundancia de materiales de construcción y escasas cerámicas. La cota de este relleno que consideramos de nivelación oscila entre –0’15 y -0’20 m. Los materiales recogidos apuntan mayoritaria-mente a una cronología contemporánea (siglo XX).

Tras la remoción de parte de la U.E. [6] se localizaron una serie de estructuras (U.E. [3], [7], [8] y [10]. Las unidades [3] y [10] corresponden a arquetas contemporáneas construidas con ladri-llos y cemento, mientras que las unidades [7] y [8] son también cajas de arquetas pero construidas con albero, cantos rodados y materiales de construcción creando un mortero tosco y muy compactado. Mientras que la U.E [8] se encontraba muy dete-riorada, la U.E. [7] aun integraba en sus cuatro lados tuberías de cerámica-gres.

A la cota -0’35 m. se identificó también un relleno, U.E. [5], de las mismas características que la U.E. [6], pero este depósito se localizaba en la cara norte de la U.E. [1]. Proporcionó algunos materiales cerámicos cuya cronología podríamos establecerla en el siglo XVIII.

Cubierto por la U.E. [6] registramos un nuevo depósito que de-nominamos como U.E. [9] – cota -0’60- cuyas características se de-finen por una tierras de tonalidad rojiza y gran cantidad de material de construcción muy fragmentado y algunas cerámicas, además de escasos restos de fauna.

Posteriormente, se procedió a la retirada de la U.E. [5], bajo la que identificamos la U.E. [11]. Se trata de un depósito de tierras amarillentas con gran cantidad de materiales de construcción, blo-ques de argamasa blanquecina y algunos restos de fauna. Bajo esta unidad se registró un parte de un pavimento que se desarrolla en bajo el perfil norte del Sondeo a 1a cota -1’36 m. Se trata de un pavimento que presentaría una cenefa periférica de azulejos poli-cromos y motivos vegetales, de la cual únicamente se conserva un fragmento. Este pavimento está construido con ladrillos dispuestos a la palma (U.E. [15]). A su vez, diferenciamos una nueva unidad estratigráfica (U.E. [20] caracterizada por tierras grisáceas y tona-lidad amarillenta, predominando entre su componente artefactual azulejos decorados policromos. Este depósito cubría a la U.E. [39] y a la U.E. [46], siendo un resto de pavimento en ladrillo ligados con mortero de cal que se desarrolla bajo el perfil E.

Continuamos la excavación de la U.E. [9] y bajo esta reconoce-mos un nuevo depósito formado por tierras de color grisáceo y ma-teriales de construcción, siendo escasa la proporción de cerámicas. Se trata de la U.E. [16].

Una vez retirada esta unidad identificamos la U.E. [17] a la cota -1’02 m. constituida por tierras amarillentas de tonalidad anaranja-da con gran cantidad de material de construcción y carbones, que cubre a todas las estructuras que conforman el expediente construc-tivo más complejo constituido por las U.E. [18], [21], [23], [25], [26] y [30], cuyas cotas oscilan entre -1’40 m. y -1’46 m.

La U.E. [18] es un pavimento de ladrillos de 30 x 13 cms. dispuestos a la palma y cortado por U.E. [1], prolongándose hacia el norte (U.E. [39]) y relacionado estratigráficamente con el muro U.E. [21]. La U.E. [23] se trata de un muro a nivel de cimiento, prácticamente destruido y con aparejo mixto (bloques de arenisca y ladrillos), al que se le adosa la U.E. [30], que se trata de el resto de un pavimento completamente destruido de iguales características que U.E. [18] y [26]. Presenta una fosa de inserción de carácter vertical, denominada U.E. [47], rellena por la U.E. [48], caracterizada por una textura areno-arcillosa, materiales de construcción muy fragmentados y mampuestos. En este mismo espacio, con orientación N-S, se encuentra el muro U.E. [25], el cual está construido con una única hilada de ladrillos de 30 x14 cms.

Por otra parte, el pavimento U.E. [26] se encuentra cortado por la U.E. [2], prolongándose hacia el Sondeo 3.

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En este punto de la excavación, implantamos el Sondeo 3, que se corresponde con el corte 1 que figura en el plano adjuntado en el proyecto. Este sondeo se encuentra separado del Sondeo 1 por la estructura de cimentación U.E. [2]. En este sector identificamos nuevas estructuras de cimentación de los muros de carga del edi-ficio preexistente como es el caso de la U.E. [27] y U.E. [31] que poseen las mismas características formales que las U.E. [1] y [2].

Una vez retirada los restos de la U.E. [0] de este sector, registramos la U.E. [14]. Relleno de nivelación que se encuentra a la cota -0’15 y se caracteriza por tierras de color negro y cerámicas de cronología contemporánea y moderna. Bajo esta unidad definimos la U.E. [19], formada por tierras amarillentas y tonalidad grisácea. Se encuentra a la cota – 0’90 m. Esta unidad es cubierta por la U.E. [24] identificada a -1’45 m. Este depósito cubre a las unidades estratrigráficas estruc-turales [32] –pavimento-, [33] –tabique- y [34] –pavimento- que se encuentran en un aceptable estado de conservación y formarían parte del expediente constructivo del siglo XVI. Estas estructuras están a una cota que oscilan entre -1’45m. y -1’56 m. La U.E. [34] separa los espacios definidos por las U.E. [32] y U.E. [34], y se prolongan bajo el cuerpo de escalera del edificio del siglo XX.

Al sur de la U.E. [27] diferenciamos la U.E. [28], tratándose de un relleno de tierras amarillentas y tonalidad grisácea, con gran cantidad de material de construcción y bajo esta se identifica la U.E. [29], siendo también un depósito heterogéneo y de semejan-zas formales con la anterior, con la salvedad de que la proporción de materiales de construcción disminuye significativamente.

Este relleno cubre a las U.E. [35] y [36]. La U.E. [35] se localiza junto a la primera crujía, extendiéndose hacia el sur. Se trata de un pavimento de ladrillos a la palma al igual que la U.E. [36], siendo en este caso su destrucción prácticamente total. Se encuentran a una cota media de -1’40 m.

Una vez alcanzada en todos los sondeos la cota de afectación de la obra (-1’50 m.) que aproximadamente coincide con el expediente constructivo del siglo XVIII, decidimos plantear un nuevo sondeo de 4 x 4 m. en la zona central del Sondeo 1, con la intención de agotar en este punto el registro. En concreto, elegimos esta zona por tratarse de la que presenta mayor amplitud y posibilitaría, “a priori”, una lectura estratigráfica más completa.

Previamente, procedimos a la eliminación parcial de la U.E. [1], verificándose una potencia aproximada de esta estructura de ci-mentación de 2 m.

La ejecución de este sondeo ha implicado la destrucción total o parcial de algunas unidades correspondientes al expediente cons-tructivo del siglo XVI, como es el caso de la U.E. [18], bajo la que se identificó su cama de cal, denominada como U.E. [41].

Cuando procedimos a la eliminación de la U.E. [25], registramos una solería elaborada con ladrillos dispuestos a la palma en ángulo recto y unidos a sangre.

Bajo la U.E. [41], diferenciamos un relleno de matriz arenolimosa y color marrón– U.E. [49]- que contiene elementos arqueológicos que nos situaría ya en época mudéjar. Las cerámicas son de uso y almacenaje. Una vez retirada esta unidad, identificamos la U.E.

[50], siendo sus características formales una matriz areno-arcillosa de color negruzco y contenido de materiales de construcción. Se encuentra a una cota de -1’72 m.

Posteriormente identificamos un muro con orientación E-W en la zona sur del sondeo, denominado U.E. [51]. Este muro esta construido con ladrillos de varios formatos y cantos rodados y una zapata a base de mampuestos a la cota -1’77 m.

Identificamos otra solería a la cota -1’55 m, confeccionada con ladrillos de 28 x 14 x 5 que adosa al expolio del muro U.E. [44].

La U.E. [54] responde a un depósito de relleno de color marrón y tonalidad grisácea que contiene material de construcción y cerá-micas. Cubre a un pavimento elaborado con cal compactada de 3 cm. de grosor. Se trata de la U.E. [55] y se encuentra a una cota de -1’80.

Este suelo asienta sobre la U.E. [56] conformada por arenas de composición heterogénea: ripio y cal.

Con posterioridad localizamos un nuevo nivel de suelo a la cota -2’31m. junto al perfil norte, también elaborado a base de cal y con una espesura de 0’5 cm. Esta unidad estratigráfica cubre a la U.E. [59], unidad definida como cama de la solería de tapial U.E. [57].

La U.E. [58] presenta las mismas características que la U.E. [58], siendo su compactación mayor. Sobre ella asienta la estructura de cimentación U.E. [1].

Al excavar la U.E. [57] localizamos un relleno heterogéneo de co-lor marrón oscuro y materiales de construcción que denominamos U.E. [63] encontrándose a una cota de -2’47 m. Bajo esta diferen-ciamos un depósito de textura limo-arenosa con escaso material cerámico y con presencia ocasional de gravas.

Bajo la cota -2’50 continúa la potencia arqueológica, pero por motivos de seguridad redujimos el área de excavación a un pequeño sondeo de 1’50 x 1’50 aproximadamente. En este pequeño sondeo identificamos un depósito de tierras arcillosas y color gris con gran cantidad de carbones y algunos huesos de fauna que se encuentran en estudio. Asociado a estos restos recuperamos fragmentos de cerá-mica común y T.S.Claras, por lo que este depósito puede ser datado a partir del siglo III d.n.e.

INTERPRETACIÓN ESTRATIGRÁFICA

1. ESPACIO ABIERTO (Hasta 2ª mitad del siglo XII)Unidades estratigráficas: 63, 64, 66 y 67Cotas: Máx. 6,83 / Mín. 5,64

Lo caracteriza un depósito constituido por un componente limo-arcilloso muy oscuro, que para mejor control fue dividido en dos niveles artificiales. El relleno, con una estructura grumosa no prismá-tica y un porcentaje muy alto de humus, nos inclina a pensar en un suelo cultivado. La alta concentración de humus debe relacionarse con las técnicas intensivas del estercolado para el mantenimiento de la fertilidad de las huertas, anteriores a la utilización de abonos mi-nerales. Así mismo, la existencia en cantidad moderada de material cerámico en fragmentos mayoritariamente pequeños, desechan la posibilidad de encontrarnos ante un basurero o una escombrera.

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2. EXPEDIENTE CONSTRUCTIVA 1: OCUPACIÓNALMOHADE

Unidades estratigráficas: 55 y 61.Cotas: Máx. 6,90 (cota de uso) / Mín. 6,83

Expediente Constructivo (Lam.I) formado por un alineamiento y un pavimento tipo “dess”. El alineamiento parece corresponder a un muro de orientación E-W (96ºE), con una anchura de 40 cm, y un aparejo a soga y tizón realizado con ladrillos y fragmentos de ladrillo de módulo 28x13, 5x6. En su extremo Oeste se conser-va un tramo de unos 50 cms. construido con ladrillos de módulo 27x13x3, dispuestos a sardinel, elemento que se ha interpretado como parte del umbral de un vano de acceso. Asociado a este muro, hacia el Norte se encuentran restos muy fragmentarios de un pa-vimento de unos 7-8 cm de grosor, constituido por arcilla roja y gravas procedentes de las mismas terrazas del Guadalquivir.

El conjunto que debe corresponder a un ambiente principal de una unidad doméstica, se encuentra muy deteriorado debido al ex-polio de su estructura en fase posterior y a la destrucción debida a la ejecución del muro y cimentación del edificio contemporáneo.

3. EXPEDIENTE CONSTRUCTIVO 2Unidades estratigráficas: 15, 18, 21, 23, 26, 30, 32, 33, 34, 35, 36,

37, 39, 42, 46, 53, 68, 69 y 70.Cotas: Máx. 7,70 m (cota de uso) / Mín. 7,54 m (cota de uso)

Expediente Constructivo perteneciente a un conjunto doméstico de grandes dimensiones, que esta constituido por al menos por diez ambientes, numerados todos ellos del uno al diez según su situa-ción. (Fig.2- 3)

Ambiente 1: Espacio delimitado por los muros 21 y 22 al sur y por los muros expoliados cuya huella se conserva a partir de la fosa de expolio 44 al Este y 71 al Norte. El único vano de acceso conservado se sitúa al Sur flanqueado por los muros 21 y 22, con una anchura de 1,22 cm. Su pavimento está trabajado con ladrillos de 30x15x3, cuyo dibujo está formado por un paño a la palma en un ángulo de 0º y 90º con relación a los muros, y una cenefa peri-metral de ladrillos a tizón, que en su lado Oeste, al no encontrarse anexa a un muro, sugieren una distinción funcional del espacio, di-ferenciándose el extremo Oeste de la estancia del resto. Tiene unas dimensiones conocidas de 5,05 m en su eje N-S. Cota a 7,73 m.

Ambiente 2: Situado al Sur del anterior y comunicado con éste por el vano anteriormente referido, conserva fragmentariamente un pavimento de las mismas características. No obstante se en-cuentra unos centímetros por debajo de la cota del anterior, que-dando reflejado dicho desnivel en un pequeño bisel a modo de escalón a la altura del vano. Los muros que lo delimitan son el muro 21/23 al Norte, la zanja de expolio 44 al Este, y el tabique 33 al Sur. Tiene unas dimensiones conocidas de 3,09 m en su eje N-S. Cota a 7,71 m.

Ambiente 3: Se encuentra al Sur del Ambiente 2, separado por el tabique 33, y al igual que éste, teniendo su límite Este en la fosa de expolio 44. Su pavimento, realizado en los mismos módulos que los anteriores, dibuja un paño a la palma encuadrado en una cenefa a soga, lo que le diferencia de los Ambientes 1 y 2. Su cota se sitúa por debajo del Ambiente 2. Tiene unas dimensiones conocidas de 3,71 m (aprox.) en su eje N-S. Cota a 7,58 m.

Ambiente 4: Situado al Sur del Ambiente 3, se ha excavado en muy pequeña proporción. Unos centímetros por debajo del am-biente 3, desarrolla un encanchado de fragmentos de ladrillos a sardinel y ocasionalmente gravas fluviales, que insinúan un espacio abierto o acceso al edificio desde la calle. Cota a 7,55 m.

Ambiente 5: Localizado en el Sondeo 2, no se han localizado muros que los delimiten, aunque sí el pavimento y un posible base de pilar. El pavimento se conserva en muy buen estado, y desarrolla el mismo dibujo a la palma que los anteriormente observados en los Ambientes 1, 2 y 3, con una cenefa de ladrillos a tizón enmarcando la base cuadrangular de un posible pilar. Cota a 7,58 m.

Ambientes 6-10: Son ambientes muy parcialmente excavados en el extremo Norte, A.7, y en el extremo Este de los sondeos y cortes intervenidos, A-8, A-9 y A-10. Sus pavimentos también de ladrillo a la palma se diferencian de los anteriormente mencionados en el ángulo que es de 45º con relación a los muros, el acabado, que es de mejor hechura, y su cota, que está situada unos centímetros por encima de los anteriores, 7,80-7,82 m.

4. ESPACIO ABIERTO (S.XVIII-S.XIX/XX)Unidades estratigráficas: 5, 6, 9, 11, 16, 17, 27, 28 y 29.Cotas: Máx. 8,74 m / Mín. 7,70 m.

Lo caracteriza depósitos de color gris-negro de tonalidad oscura y ocasionalmente niveles marrones, constituido por un componen-te limo-arcilloso los primeros, y arenoso con ripios los segundos. El relleno, se compone de material de construcción de pequeño y mediano tamaño, cerámica de un amplio espectro entre al menos mitad del S.XVIII y cerámicas ya industriales de finales del S. XIX en los niveles más superficiales.

El relleno parece indicar un abandono y degradación del entorno tras la ruina del expediente constructivo anterior, quedando el es-pacio expuesto al vertido y uso marginal en general.

5. EXPEDIENTE CONSTRUCTIVO 3: Contemporáneo (PrincipiosS. XX)

Unidades estratigráficas: 1, 2, 27, 31, 3, 7, 8 y 10.Cotas: Máx. 9,88 m / Mín. 8,74 m.

Conjunto de saneamientos y estructuras de cimentación del edi-ficio actual.

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Fig.ura 1. Implantación de los sondeos

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Figura. 2. Expediente constructivo del siglo XVI

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Figura. 3. Plano de los diferentes ambientes.

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Lámina I. Resto de muro de época Almohade

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INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN C/ TORNEO, 27-28. SEVILLA

ELENA MéNDEZ IZQUIERDOMª DOLORES MARTíNEZ LÓPEZFLORENTINO POZO BLÁZQUEZ

Resumen: Los resultados de la intervención, que incluye análisis pa-ramental y sondeo estratigráfico, han permitido datar una estructura cuadrangular de grandes dimensiones, dispuesta en el centro del sótano a nivel emergente, a finales del siglo XIX, principios del s. XX, coetánea por tanto al momento de construcción del resto de las estructuras que conforman el sótano y del inmueble actualmente en pie. Por otro lado, no ha sido localizada la muralla islámica, debido quizás a la escasa profundidad alcanzada en el sondeo. No se descar-ta su existencia en algún otro punto de la superficie del solar.

Abstract: The results of the intervention have allowed to date a quadrangular structure of big dimensions, arranged in the center of the basement to emergent level, at the end of the 19th century, beginning of s. the XXth, contemporary therefore to the moment of construction of the rest of the structures that shape the basement and of the building nowadays in foot. On the other hand, the Isla-mic wall has not been located, though its existence does not discard in any other point of the surface of the lot.

INTRODUCCIÓN

El Proyecto de Intervención Arqueológica Preventiva de referen-cia, cuyos resultados aquí presentamos, se redactó en relación a las obras proyectadas en el inmueble sito en la calle Torneo, nº 27-28 de Sevilla, bajo la dirección técnica de D. José Luis Jimeno y pro-movidas por D. Federico Castañeda Vázquez, en representación de

la Comunidad de Propietarios de Torneo 27-28. Estas consistían en la ampliación, reforma y rehabilitación del edificio, con el objeto de acondicionarlo para uso residencial y local comercial. Dicho pro-yecto queda aprobado por Dirección General de Bienes Culturales el 13 de diciembre de 2004.

El solar en cuestión está constituido por dos parcelas inscritas en la manzana delimitada al norte por la citada Torneo, al sur por las calles Pizarro y Mendigorría, al este por Lumbreras y al oeste por el callejón Pérez de Garayo. Se encuentra por tanto dentro del Conjunto Histórico de la ciudad de Sevilla y está cataloga-do en el Plan Especial de Protección: Sector 9 “San Lorenzo-San Vicente”, aprobado en diciembre del 2000. En base a dicha nor-mativa, ambas parcelas presentan por un lado, a nivel subyacente, Cautela Arqueológica en Grado II; y por otro, al estar afectadas por la zona de precaución de muralla, el Planeamiento establece, a nivel arqueológico emergente, un Grado de Protección I para el inmueble, en función del alcance y tipo de obra que se va a realizar sobre el mismo.

En base a esta clasificación y de acuerdo con los parámetros esta-blecidos en las Ordenanzas del Plan Especial, la gerencia de Urba-nismo del Ayuntamiento de Sevilla plantea la necesidad de realizar una inspección ocular para detectar la posible presencia de la mura-lla. Esto contempla tanto el análisis de paramentos, como el control de apertura de zanjas y remociones de tierra o solerías.

Figura 1. Ubicación de la parcela.

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La cerca islámica, destruida en su mayor parte en los años 1863 y 1864, fue localizada en la intervención arqueológica realizada en el contiguo nº 26 (1), así como en otras parcelas de la misma calle Torneo (números 39, 40-41, 46, 47, 48-49, etc) (2). Su construc-ción en época almohade, según confirman las últimas intervencio-nes realizadas en la Calle San Fernando y en el tramo de la Maca-rena (3), abarcará una superficie que no se colmata hasta los siglos contemporáneos. La proximidad del río Guadalquivir en esta parte de la ciudad, provocará que la muralla se deteriore progresivamente bajo el efecto de las corrientes y crecidas estacionales de su caudal. En las intervenciones de referencia, se han documentado potentes rellenos de basura y escombrado de época moderna, que persiguen contener las avenidas del río, al igual que los terraplenes y maleco-nes que se construyen desde época medieval.

Las constantes obras de reparación y saneamiento del arrecife y el sistema de husillos que discurría bajo él, llevó por un lado a la creación de un paseo ribereño que conducía a la explanada cono-cida como Patín de las Damas y por otro, provocó que las puertas quedasen hundidas, obligando a su elevación y reconstrucción, como la de San Juan en 1758 (4), que se abría en la confluencia de la actual Pérez de Garayo con Torneo y por tanto muy próxima a nuestra parcela.

Un paisaje similar se mantendrá a lo largo del siglo XIX, has-ta la destrucción sistemática de la línea de muralla en su tramo noroccidental hacia 1863, a tenor de las obras de instalación del ferrocarril.

OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN. DESARROLLO DE LOS TRABAJOS

Como queda recogido en el primer apartado, el objetivo principal de la actividad era localizar y documentar la cerca medieval en su trazado por el solar, así como su profundidad, estado de conserva-ción y características generales, con el fin de contrastar y ampliar los conocimientos que poseemos sobre el sistema defensivo en esta parte de la ciudad.

Por otra parte, uno de los elementos de mayor interés a nivel emergente, consistía en la estructura cuadrangular ubicada en el centro del sótano del inmueble. Se pretendía a partir del estudio de sus características edilicias y relaciones estratigráficas, establecer su funcionalidad y posible relación con la muralla. Si fuera una de sus torres, dilucidar a que se debe el hecho de que no fuera arrasada a la misma cota que la cerca, estableciendo las posibles causas: funcio-nales, cronológicas, etc.

Por último, buscábamos definir la funcionalidad, datación y ca-racterísticas generales del sistema de contrafuertes que se asocian a la estructura cuadrangular antes mencionada y que conforman la cubierta del sótano. Tras el análisis de estos elementos, se podría establecer la relación con el inmueble actualmente en pie.

De este modo, se procedió al picado de los paramentos de la estructura central del sótano, así como del resto de los muros y cubiertas del mismo para retirar los azulejos contemporáneos. Al quedar al descubierto la fábrica original de ladrillo, se acuerda la realización de una cata de auscultación en el muro norte de dicha estructura, con el fin de establecer si la cara externa es un “forro” o envoltura de saneamiento de un cuerpo interior de tapial o respon-de a un proceso constructivo diferente y completamente ajeno al sistema defensivo islámico.

Lámina I. Plano topográfico de Sevilla del Asistente D. Pablo de Olavide. Año de 1771. Localización de la parcela Torneo 27-28 con la muralla aun en pie.

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A continuación se procede a realizar un sondeo en el extremo noreste del sótano, adosado al mencionado pilar central, con unas dimensiones de 2,50 x 2,40 m. Se alcanzará una profundidad máxi-ma de rebaje de -0,80 m desde la rasante de la solería actual y míni-ma de -0,55 m. Las reducidas dimensiones de este, que en principio no facilitan la localización de la cerca medieval en la parcela, están justificados por el hecho, de que en el proyecto de obra al que se vincula la intervención arqueológica, no se contemplaba finalmen-te la reforma del sótano, con una propiedad diferente al resto del inmueble. Por tanto, cualquier afección a los niveles infrayacentes respondía a fines meramente científicos. En este sentido, el sondeo planteado era suficiente para datar y aclarar interrogantes sobre el proceso constructivo de este espacio.

Por último, se realizará una cata en la medianera sureste del in-mueble, ya que por su orientación podría corresponder a la muralla. Tras el picado del enfoscado que recubría el muro, queda al descu-bierto una fábrica de ladrillo, 27x 13,5x 4, tomados con cemento. Material que nos indica la contemporaneidad de la estructura.

A continuación exponemos de forma pormenorizada, los resulta-dos obtenidos del análisis paramental y del sondeo estratigráfico.

RESULTADOS E INTERPRETACIÓN

Análisis Arqueológico Paramental

El sótano del inmueble objeto de estudio constituye un espacio rectangular con eje noroeste-sureste y unas dimensiones de 10,0 x 7,60 m, conformado por los muros de nueva planta U.E. 28, U.E. 42, U.E. 50 y U.E. 35. Presentan fábrica de ladrillos de 27x 13,5x 3,5 cm. dispuestos generalmente a soga y tizón por hiladas alternas y tomados con un mortero de tierra grisácea y cal.

La estructura cuadrangular ya mencionada, posee unas dimen-siones de 4,30 x 2,90 m aproximadamente. La conforman cuatro muros U.E. 15, U.E. 45, U.E. 54 y U.E. 14, que traban entre sí. Gracias a la cata realizada en el extremo este del paño U.E. 14, conocemos la anchura del mismo, 0,47 cm y del muro U.E. 15, 0.55 m.

Al menos tres de los cuatro paños de esta estructura central, apare-cen retranqueados unos 13 cm, a una altura variable en cada uno de ellos (1,85 m/ 2,10 m desde el nivel de suelo), para servir de apeo a las múltiples bóvedas que cubren la estancia.

Las características y ubicación de este elemento, hicieron sospe-char que podría tratarse de una de las torres de la muralla de Sevilla, localizadas en otros puntos de la calle Torneo (5). La estancia pare-ce adaptarse a este elemento constructivo, que limita y condiciona el espacio habitable, reducido prácticamente a meros corredores dispuestos en torno a él. Este hecho reforzaba la hipótesis de que nos encontrábamos ante una estructura previa a la construcción del edificio e integrada en el mismo, ya que sus dimensiones son excesivas para considerarlo simplemente un pilar de sustentación de las cubiertas del sótano. La cata realizada en el paño norte, nos permitió conocer que los muros perimetrales parecen conformar una gran caja, cuyo interior se encuentra colmatado por un relleno de escombrado, compuesto por cascotes constructivos y cerámicos. Por tanto habría que descartar la hipótesis de que se trata de una de las torres o contrafuertes de la cerca urbana.

El espacio situado al noroeste del pilar central se encuentra a su vez compartimentado por dos muros, U.E. 49 y U.E. 51, dispues-tos en sentido este-oeste, que originan tres ámbitos comunicados entre sí por sendos vanos de escasa altura, 1,38 m, rematados por arcos rebajados con rosca de ladrillo a sardinel. Los situados en los extremos ocupan una superficie de 3,60 x 2,57 m, quedando redu-cido el ancho del ámbito central a 1,60 m.

El sótano se encuentra cubierto por al menos seis bóvedas de ca-ñón de dimensiones y alturas diferentes, que se adaptan a los múlti-ples ámbitos creados por las estructuras antes mencionadas. Apean sobre pilares unidos a los muros perimetrales (U.E. 67, U.E. 53, U.E. 57, U.E. 40) y sobre la estructura central. Alcanzan una altura máxima de 2,48 y mínima de 2,20 m. Todas ellas se disponen en eje este-oeste, a excepción de dos bóvedas más pequeñas, en sentido opuesto, que cubren el espacio central situado al norte de la estruc-tura cuadrangular. Presentan una fábrica similar de ladrillos 22 x 12 tomados con yeso. Todas ellas se consideran originales, coetáneas al momento de construcción del resto de estructuras que conforman la estancia, a finales del siglo XIX- principios del XX.

Figura 2. Alzado norte interior. En el centro se observa la estructura central con la cata realizada en su mitad izquierda.

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El nivel de pavimento original lo hemos podido establecer a través del sondeo realizado en el extremo noreste del sótano, donde se ha localizado una solería a la palma U.E. 4, a -8 cm del nivel de suelo actual (U.E. 1) (6) cuyas características y estado de conservación describiremos de manera más amplia en al apartado siguiente.

Con respecto a los vanos originales abiertos en los muros, cabe mencionar una puerta (U.E. 68) abierta en el extremo este del muro U.E. 42, que daría acceso al sótano de la casa contigua, nº 29 de la misma calle. Sus dimensiones exactas no han podido ser establecidas ya que se encuentra cegado por un parche de ladrillo de gafa, aunque estimamos la altura del arranque del arco que la remataría, en 1,78 m desde el nivel de pavimento actual.

Este vano de comunicación nos llevaría a pensar que el nº 28 y el nº 29 serían en principio una misma propiedad, subdivididas en un momento indeterminado del siglo XX. Esta hipótesis se vería corroborada por las reducidas dimensiones de la parcela nº 29. Se-ñalar que el sótano ocupa apenas un tercio de la superficie total del edificio, conformado actualmente, como sabemos, por los números 27 y 28. De este modo, el muro de cerramiento por el norte U.E 35, marcaría a nivel de sótano, el límite original entre ambas parce-las, posteriormente fusionadas en un edificio unitario.

Por otra parte, en el paño U.E. 28, se abren sendos vanos U.E. 30 y U.E 32, que actualmente dan acceso al sótano desde un patio descubierto, donde se encuentra la escalera que comunica este nivel con la planta baja del inmueble. Ambos parecen originales, ya que están rematados por arcos rebajados con doble rosca de ladrillos a tizón y a sardinel, al igual que el resto de los arcos mencionados. Los vanos presentan una anchura de 1,30 m y 1,67 m respectiva-mente y una altura máxima de 2,05 m.

En el extremo oeste del paño U.E. 50 se abre un respiradero abo-cinado U.E. 53, de 1,08 de ancho, actualmente soterrado bajo el acerado de la calle Torneo. Todavía conserva una reja de hierro se-mioculta entre los cascotes del relleno de nivelación del mismo.

Al parecer, el sótano objeto de estudio se anula en un momento indeterminado del siglo XX, colmatándose con un potente relle-no de escombrado. En la década de los setenta de este siglo, con motivo de la apertura de un hueco de ascensor, es descubierto este espacio, habilitándose de nuevo para su uso. A partir de entonces se realizarán una serie de reformas.

De este modo, la bóveda que cubriría el espacio situado al este de la estructura central, es sustituida por una cubierta de bovedillas a mayor altura, 2,48 m. Igualmente se levantarían sendos tabiques de ladrillo de gafa que subdividirían la estancia en tres ámbitos co-municados entre sí, a excepción del situado más al sur, con acceso directo desde el patio antes mencionado. La antigua solería de la-drillo a la palma es sustituida por losas de terrazo de 80 x 80 cm. Se levantan pilares (U.E. 46, U.E. 58 U.E. 61) y chaflanes (U.E. 43, U.E. 44, U.E.41) que ocultan conducciones conectadas con las plantas superiores. Por último mencionar que se alicatan todos los paramentos y cubiertas con azulejo industrial blanco, cegándose así los vanos U.E 68 y U.E. 53.

Sondeo Estratigráfico

En el extremo noreste del sótano planteamos el Sondeos Estrati-gráfico 1, que en principio tendrá unas dimensiones de 1,90 x 1,60 m, para posteriormente ser ampliado hasta alcanzar una longitud máxima de 2,50 en el lado oeste y 2,40 m. de ancho.

Sobre un nivel de basura y escombrado de finales del siglo XVI, U.E. 25, dispuesto a la cota (superior) +6,70 m aproximadamente y del que no conocemos su potencia, se construye a finales del siglo XIX principios del XX, el sótano del inmueble nº 28. Asociado a este proceso constructivo, hemos localizado la cimentación del muro de cerramiento de la estancia por el norte U.E. 35, la zapata del muro U.E. 14, uno de los que conforman la estructura cuadran-gular central, así como el zuncho del arco U.E. 38, que ejerce en planta la misma función que este en alzado: arriostrar el pilar donde dicho arco apea U.E. 40, con el muro U.E. 15.

Lámina II. Corredor sur. El muro situado a la derecha de la imagen corres-ponde a la estructura central.

Lámina III. Estancia de acceso actual al sótano. Se observan reformas en la cubierta.

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Esta estructura, con eje noreste-suroeste, presenta unas di-mensiones originales de 2,20 x 0,70 m y se encuentra al a cota +7,04 m. Su cimentación U.E. 24 consiste en un conglomerado de fragmentos cerámicos y cascotes constructivos, tierra y cal, con una cota superior de 6,89 m y una potencia máxima de 30 cm. En ella hemos localizado un azulejo de fines del XIX- principios del XX, fechándo así el momento de construcción del sótano.

A este momento pertenecería igualmente el pozo negro localizado en el perfil este del sondeo (U.E. 22), aunque no hemos podido establecer ni su datación ni dimensiones exactas.

Estas infraestructuras y cimentaciones quedarían selladas por el relleno de escombrado U.E. 13, sobre el que se dispone un firme apisonado de cal, de cierto grosor (U.E. 8), a la cota +7,08 m. Esta superficie habría que considerarla un nivel de sellado de la obra de construcción del sótano que nivelaría el terreno para la instalación de la solería U.E. 4.

Sobre un relleno de escombros y matriz arcillosa, U.E. 7, que ele-va la cota unos 14 cm desde la superficie de cal U.E. 8, se dispone el pavimento original de la estancia, una solería a la palma de ladrillos de 26x 13x 4 cm., U.E. 4, dispuesto a la cota 7, 26 m.

La solería presenta un mortero de tierra y cal semejante al emplea-do en los paramentos.

Sin embargo en aquellos puntos donde se han localizado infraes-tructuras de saneamiento, datadas en un momento avanzado del siglo XX (U.E. 11 y U.E. 20) se observa la utilización de cemento como conglomerante, aunque el mismo tipo de losa.

De este modo parece que tras el hallazgo del sótano en la década de los setenta, se conserva la solería original, probablemente en buen estado por haber quedado la estancia en desuso durante un periodo indeterminado de años. Sólo se restituirían algunas zonas tras la in-troducción de las infraestructuras de saneamiento necesarias.

En un proceso de reforma posterior, en el último cuarto del siglo XX, se instalaría el pavimento de terrazo (U.E. 1) que actualmente cubre la estancia, casi directamente sobre el antiguo pavimento.

Por tanto, a través del Análisis Arqueológico Paramental y el Son-deo Estratigráfico, hemos podido establecer la fecha de construc-ción del sótano a finales del siglo XIX, principios del XX, coetáneo al inmueble actualmente en pie y dentro del proceso ya menciona-do de creación del caserío en esta parte de la ciudad tras la demoli-ción de la muralla en 1863-1864, que no ha sido localizada a la cota máxima de rebaje de 6,50 m en la zona central de la parcela, punto de ubicación del sondeo.

Sin embargo, las reducidas dimensiones de este y la escasa profun-didad alcanzada, no descartan la existencia de la cerca medieval en la parcela objeto de estudio, como lo corroboran las intervenciones realizadas en las proximidades del inmueble y que ayudan a dibujar con exactitud un trazado, que poco a poco abandona el terreno de la hipótesis.

Lámina IV. Imagen general del sondeo en el que se observa la solería a la palma original y el zuncho U.E. 38.

Figura 3. Perfil este del sondeo en el que se observan los diversos niveles de solería e infraestructuras.

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NOTAS

1. AMORES CARREDANO, F. (1991): Memoria de la Intervención Arqueológica en C/ Torneo nº 26 (Sevilla).2. VARGAS JIMéNEZ, J.M y ROMO SALAS, A: El lienzo de muralla de la C/ Torneo, 39 esquina a C/ Narciso Bonaplata. AAA, 1999. POZO BLÁZQUEZ, F: Control arqueológico de los movimientos de tierra en solar de C/ Torneo 40-41 (Sevilla) AAA 2000.3. HUNT ORTIZ, M y POZO BLÁZQUEZ, F: Memoria de Intervención Arqueológica Preventiva. “Estación Puerta de Jerez” Línea 1. Metro de

Sevilla. 2004. Inédita. POZO BLÁZQUEZ, F: Proyecto de Intervención Arqueológica Puntual en murallas de la Macarena, sector Puerta de Córdoba

(Sevilla). Actualmente en curso.4. ÁLVAREZ-BENAVIDES, M.: Explicación del plano de Sevilla. Sevilla, 1868. Pág. 55.5. Pozo Blázquez, Florentino (2000): Control Arqueológico de los movimientos de tierra en solar de C/ Torneo 40-41 (Sevilla). AAA 2000.6. Si tomamos la cota absoluta del asfalto de la calle Torneo a la altura del inmueble objeto de estudio, que se encuentra a +10,10 m.s.n.m., podríamos

situar la solería actual del sótano a +7,32 m y la original a +7,24 m, aproximadamente.

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INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN EL INMUEBLE SITUADO EN CALLE AMAR-GURA Nº 5 DE SEVILLA

GREGORIO MANUEL MORA VICENTE

Resumen: A continuación se presentan los resultados obtenidos en la Excavación Arqueológica Preventiva efectuada en calle Amar-gura 5 de Sevilla. Entre los resultados fundamentales se sitúan la documentación de estructuras romanas.

Abstract: Next are shown the results obtained in the Preven-tive Archaeological Excavation carried out in the number five of Amargura´s street of Seville. Among the essential results are placed the roman structures.

INTRODUCCIÓN

A continuación se presentan los resultados obtenidos de la ejecu-ción de Intervención Arqueológica Preventiva en el inmueble situado en Calle Amargura nº 5 de Sevilla; edificio que ocupa la parcela 05 de la manzana 53.362; integrado en el Sector I, San Gil-Alameda, del Conjunto Histórico de Sevilla.

Las tareas se llevaban a cabo como antecedente de un Proyec-to de Reforma y Ampliación del edificio, que tienen como fin la consecución de 28 viviendas, locales comerciales y garajes. Para la consecución de estos se planteó la ejecución de una planta sótano, que condicionaba un rebaje de -3´47 bajo la rasante actual, con superficie total de 643´25 m2.

Ante el consiguiente deterioro que sufriría el sustrato arqueológico y debido a la cautela y nivel de protección que mantiene el inmueble dentro del citado Plan Especial, se solicita la realización de la consi-guiente Intervención Arqueológica, de acuerdo a un Proyecto Prece-dente presentado por el equipo director ante la Gerencia Municipal de Urbanismo del Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla.

En resumen, y siguiendo los parámetros de protección dictados por el descrito Plan Especial, se solicitaba la excavación específica de 170 m2, como muestra general de la superficie, alcanzando en los mismos la máxima profundidad de afectación (-3´47 desde la rasante). Un vez finalizada se llevaría a cabo la Vigilancia General de los Movimientos de Tierra, retirados de manera mecánica.

Esta diferenciación condicionó que se estructurase el trabajo de campo en dos fases; la primera que establecía la excavación manual de los 170 m2; la segunda con el proceso de Control de Tierras. Entre ambas, y debido a la masiva duración de la fase de control, se presentó en Gerencia Municipal de Urbanismo, Informe Provisio-nal de la Actividad (13 de marzo de 2006).

La empresa HABITAT, S. XXI. resultó adjudicataria de las obras de demolición y construcción del nuevo edifico. Los trabajos de investigación arqueológica han sido encargados por la misma a Arqueológica, Sociedad Cooperativa, que contrató nuestro servicios como director de la intervención.

El equipo quedó conformado, además por Dª Lara Cervera Pozo, que codirigió la actividad y se hizo cargo completamente de la Vigi-lancia de los Movimientos de Tierra, y los responsables en las áreas específicas de la empresa para el estudio Material y Planimétrico.

La intervención resultaba de interés; se trataba de un edifico próximo a dos vías principales de la ciudad, como son las de San Luis y Feria; y su entorno queda mediatizado por los entornos civiles, religiosos y etno-gráficos que propician el Palacio de los Marqueses de la Algaba, la Iglesia de Omnium Sanctorum, y Mercado o Plaza de Abastos de Feria.

CAUTELA

Este marco se inserta en el Sector I dentro del Conjunto Histórico de Sevilla, contando con el desarrollo de un Plan Especial de Pro-tección aprobado en 30 de enero de 2003.

La calle Amargura se conforma como límite SE entre los Sectores I, San Gil-Alameda y II, San Luis. Esta divisoria ocasiona que no toda quede incorporada a alguno de ellos, permaneciendo la acera de los impares a San Gil-Alameda y los Pares a San Luís.

Según el Plan Especial de Protección, la residencia posee una cautela de PARCIAL GRADO I (C), presentando una tipología edificatoria de Corral de Vecinos Mixto, con unos elementos de obligatoria protección, como son la fachada, primera crujía, tipo de cubierta, situación de patio y escalera.

El edificio cuenta con ficha propia dentro del Catálogo que incorpora el desarrollo del Plan Especial, incluida dentro del apartado de edifica-ciones de Interés Tipológico (C), concentra una información básica a propósito de su ubicación, estado, cautela, historia y arquitectura.

En el citado desarrollo quedan definidas las obligaciones que pe-san sobre este tipo, en el apartado Ordenanzas del Catálogo del Sec-tor 1, San Gil-Alameda, del Conjunto Histórico de Sevilla. En estas se especifica la categoría de Corral de Vecino Mixto:

Con respecto a la cautela arqueológica, el solar cuenta con el Grado I de protección. La aplicación del nivel máximo se justifica por la supuesta riqueza estratigráfica de la parcela. Por ello se plantea la rea-lización de una Intervención Arqueológica Preventiva que supere la bajada máxima planteada por la obra (3´47 m), y ocupe un tanto por ciento suficiente de la superficie total del sótano planteado (643 m2).

CONTEXTO HISTÓRICO

Situada al noroeste de Sevilla, esta zona inmediata al barrio de la Macarena, cuenta con una ordenación urbanística peculiar y de configuración aparentemente moderna; lo que contrasta con otras áreas cercanas de la ciudad, que muestran un trazado reticular.

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Por ello, el urbanismo de esta parte de la ciudad ha sido objeto de polémica y ha constituido una fuente de investigación importante en los últimos años, respaldada por el aumento de intervenciones arqueológicas, y por trabajos que intentan aventurar la evolución histórica del modelo urbanístico que se ha desarrollado a lo largo de los siglos precedentes en el barrio de La Macarena. Hemos querido incorporar en este apartado la doble vertiente que aún a la tradicio-nal explicación histórica dada al entorno de la calle Amargura (de-finida e íntimamente ligada a las perpendiculares Feria y San Luis, con los nuevos datos ofrecidos por las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en el entorno.

Situada históricamente extramuros de la ciudad romana (N-W), pasa a integrarse en el castro tras la conclusión de la muralla almo-rávide. Aquella condición suburbana, dentro del hipotético reco-rrido de la muralla de Híspalis determinaría su función, entre las que han sido identificadas arqueológicamente, una necropolitana; y otra, más antigua, ligada al comercio y almacenaje de mercancías, sin duda condicionado por el tránsito oscilante del Guadalquivir.

Como eje viario estructural, destaca en el espacio la cercanía a la calle San Luis, prolongación hacia el norte del siempre cuestionado Cardo Máximo de urbe. La vía se desarrollaría paralela al cauce del río, derivando en un camino que conduciría a la clásica Corduba.

El espacio de tiempo que acaece entre el bajo Imperio Romano y la Alta Edad Media, es hasta hoy, grande e indeterminado; entendiendo que la tradición hispanorromana, Visigoda, los siguientes pobladores Omeyas e incluso los de la Taifa de Isbiliya, ocuparon de manera puntual estas tierras, integradas en explotaciones agrícolas herederas de las villae clásicas. Nada podemos decir hasta el momento.

A partir del siglo XII el solar queda incluido en la nueva cerca de tapial construida por las primeras dinastías norteafricanas. Ese em-peño dibuja posiblemente el mayor espacio murario de Occidente, superficie consolidada hasta fines del siglo XIX.

A pesar de ello, la información que aporta el entorno del solar es escasa. Tras la construcción de la muralla la Puerta de la Macarena queda consolidada como espacio principal de entrada y salida hacia las localidades del Norte. Se desconoce si el grado del urbanismo islámico llevó a la urbanización de estas zonas, o bien quedaron reducidas a superficies amplias explotadas de manera agrícola, po-siblemente manteniendo un uso que pudo postergarse desde mo-mentos del Bajo Imperio Romano, tal como se apuntó.

Esa condición, aceptada por buena parte de la bibliografía per-mitió el favorecimiento de monasterios y conventos capaces de ex-plotar y dominar las grandes extensiones heredadas, una vez que cambió el signo espiritual de la ciudad tras la Reconquista del año 1248. Solo a partir de entonces se entiende la formación de un urbanismo más establecido, teniendo como foco de atracción las parroquias de Santa Marina o San Marcos. A las órdenes religiosas pronto acompañan las primeras familias nobiliarias, que ven en la construcción de sus palacios un nuevo medio de representación so-cial. En el entorno inmediato sumamos a esta nómina el frontero Palacio de los Marqueses de la Algaba.

Hacia periodo Moderno conocemos la primera rotulación de la calle (la actual), vinculada al Mercado de Abastos de la calle Fe-

ria, otra arteria fundamental en esta pequeña historia (1). El actual emplazamiento del Mercado supera las instalaciones antiguas, de herencia medieval. La ejecución se lleva a cabo a partir de 1862 bajo proyecto de Balbino Marrón (2).

ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS

Se entienden como tales las Excavaciones practicadas en el en-torno inmediato que pudieran servir de referencia a los resultados obtenidos:

1996. Intervención arqueológica de apoyo a la restauración en el Palacio de los Marqueses de la Algaba (3).

En este caso se excavó una profundidad máxima de 1´40 m, pro-fundidad a la que se alcanzó el freático. Entre las conclusiones se recogen las siguientes:

•Construcción del palacio en el paso de los siglos XV-XVI.•Arrasamiento de un edificio precedente datado en periodo almo-

rávide-almohade•Etapa precedente posiblemente vinculada a una edificación de

tipo popular.

1996. Intervención Arqueológica de Urgencia en calles Torres, Escuderos y Parras (4). El espacio intervenido correspondía con el exclaustrado convento de San Basilio, formando parte de sus huer-tas. El monasterio fue fundado en 1593, desamortizado en 1835 y definitivamente eliminado en 1868.

•Las cronologías más antiguas corresponden a un horizonte bajo-medieval cristiano, situándose las estructuras sobre un lecho de arcillas que puede obedecer a un fenómeno de inundación sobre la cota 5´5.

•Los primeros testimonios se corresponden con edilicias vincula-das a la explotación agrícola, entre los siglos XIV-XV.

•La parcela se ocupa como espacio de labor, eliminándose las es-tructuras mediante deposiciones de tierra orgánica. Es la etapa de formación del convento, cuando la parcela queda integrada en sus huertas (6´80)

•Uso Industrial en siglo XIX-XX. Fábrica de galletas y Harina.

1997. Intervención Arqueológica en Calle Relator 95 (5). A pesar de que se consiguió rebajar hasta los 2´5 m de profundidad, tan solo se documentaron testimonios de la residencia anterior, cons-truida en el siglo XIX.

1999. Calle Relator 92 (6). En este caso se documentó una se-cuencia histórica que se inicia en siglo II d.C:

•Los testimonios relativos al periodo romano se localizaron a la cota 7´40 m.s.n.m. Se trataba de infraestructuras de vinculación desconocida que se desarrollaban directamente sobre las capas na-turales de la terraza fluvial. S. II.

•En el Bajo Imperio se produce un abandono de las estructuras anteriores y su saqueo. El origen de este expediente parece estar en una inundación. S. IV, 7´60 m.s.n.m.

•A partir del siglo V se reactiva el poblamiento de la zona, encon-trándose una serie de edilicias que se identifican con ocupación visigoda. a partir de la cota 7´60.

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•A lo largo de la Alta Edad Media el solar permanecerá Baldío, en-contrándose muestras de ocupación antrópica continuada a partir del siglo XI, por medio de la apertura de pozos ciegos. Cota 8´30 m.s.n.m.

•El terreno se vuelve a urbaniza como residencia en el cambio de los siglos XIV-XV, sobre la cota 9´25.

•Residencia contemporánea en siglo XIX.

2001. Relator 46-San Basilio 24-25 (7). La secuencia histórica obtenida aportaba la siguiente información:

•A una profundidades que oscilan entre los 3´60 /4´40 m se loca-lizan las arenas y gravas naturales de la terraza.

•Entre los 3´60/3´00 m se localiza una paquete de arcillas rojas con arbonatos.

•Sobre ese nivel se asientan directamente las cimentaciones de opus caementicium datadas en siglo II, las cuáles serán abandonadas en la siguiente centuria.

•Entre los siglos V-VII se reactiva la vida en la zona, documentán-dose una serie de paramentos.

A lo largo de la Edad Media, se produce un vacío en el solar efec-tivo hasta el siglo X, cuando se localizan partes de paramentos de tapial.

•En el siglo XI se produce un abandono y nueva urbanización de la zona, instaurándose las orientaciones actuales. Las obras alomo-rávide y almohades mantienen esa orientación.

•Hasta el siglo XVI se mantiene la construcción norteafricana.•Entre los siglos XVII-XVIII se produce una demolición parcial y

construcción de enclave industrial.

2002. Calle Peris Mencheta 42 (8). Se establecieron las siguientes fases:

•La profundidad máxima excavada fue de 3´85 m, alcanzando los niveles de arenas y gravas naturales que se corresponden con la llanura aluvial del Guadalquivir.

• Entre los 2´50/3´09 se documentan las primeras estructuras, construidas directamente sobre las gravas. Se trata de paramentos de ladrillo y una inhumación infantil en ánfora. Los restos se da-tan en siglos II. El edificio se deshabita en periodo tardorromano, quedando el solar desocupado hasta el siglos XVI.

•Entre los siglos XVI-XIX se incluyó la parcela en el desaparecido Convento de Belén.

2004. Relator 44 (9)

•La primera ocupación antrópica se da en siglo II. Se trata de pa-ramentos de fábrica mixta que se asientan directamente sobre una capa limo arcillosa compacta de tono rojizo que pudiera deberse a una inundación de datada en el cambio de Era. Ese paquete se da sobre las cotas 5´00-5´38, se presenta ausente por completo de material.

•Periodo Tardo-antiguo. A partir del siglo III se produce el aban-dono de las anteriores estructuras. Se localizan paramentos de aparejo irregular y una inhumación (5´78/5´37 m.s.n.m.). El en-terramiento carecía por completo de ajuar, por lo que su datación se efectuó por paralelos con las tumbas excavadas en la calle Vir-gen del Carmen Doloroso (siglo IV).

•Abandono de los terrenos entre los siglos IV-X.

•En la segunda mitad del siglo X vuelve la actividad a la zona loca-lizándose elementos que definen un ambiente de uso doméstico, con al menos dos unidades diferenciadas de interior y exterior de uso residencial. Estas estructuras perviven hasta el siglos XI.

•A lo largo del siglos XII se realizan intervenciones en esta casa, conformándose un patio con pileta central. Esta división persiste con algunas incorporaciones en periodo mudéjar.

• La última gran intervención documentada es en el siglo XIX cuando se construye de nueva planta la casa.

2005. Relator 42. Los resultados obtenidos pueden resumirse en los siguientes:

•El nivel perteneciente a la fase aluvial aparece a partir de los 5´43 m.s.n.m. Está compuesto por un paquete de limo arcilloso de co-lor rojo, carente de material. Por su apariencia parece que pudiera tratarse de algún episodio de inundación. Sobre el mismo apare-cen las primeras estructuras antrópicas.

•Entre los siglos I-II (5´38/4´91 m.s.n.m.). Se trata de cimenta-ciones de paramentos de obra mixta muy dañados por fosas de expolio y vertederos posteriores.

•Entre los siglos III-IV (5´43/4´71), se documenta un enterramiento (incineración) sin estructura ni ajuar, que por paralelos aparecidos en intervenciones próximas se documentan en siglo IV.

• Hasta los siglos XI-XII no existe vida en la zona (6´65/5´38 m.s.n.m.). Esta ausencia puede deberse a las incidencias de las fosas y cimentaciones posteriores. La actividad en este punto se remonta también a fosas, sin que exista actividad edilicia hasta el siglo XX.

DESARROLLO DE LOS TRABAJOS

La Intervención se autoriza mediante Resolución del Director Ge-neral de Bienes Culturales, por la cual se da licencia a la Actividad Arqueológica Preventiva en la calle Amargura 5 de Sevilla; firmada en Sevilla a 13 de junio de 2005.

La Intervención Arqueológica, contó con una doble fase de tra-bajo; primeramente se llevó a cabo la excavación de un Sondeo único que alcanzó la máxima profundidad posible, deteniéndose en la cota de aparición de la capa freática que impidió la con-tinuación de los mismos. En segundo lugar se llevó a cabo un largo proceso de Vigilancia de Movimientos de tierra del resto de la superficie, que se llevó a cabo por medio de la división de la superficie general del inmueble en bataches de medidas irregula-res que fueron excavados de manera mecánica, siendo revisado el proceso por el equipo arqueológico.

La fase inicial relativa a la excavación estratigráfica de Sondeo al-canzó los meses de julio a octubre del año 2005; iniciándose en 14 del primero y culminando tras girar visita y dar parecer de confor-midad de las obras los arqueólogos inspectores, en diez de octubre. Por este se manifiesta la ausencia de incidencias en el desarrollo de la Intervención y la adecuación de la misma a las exigencias de la Resolución de la Dirección General de Bienes Culturales.

El Control Arqueológico de los Movimientos de Tierra aso-ciados a las obras de cimentación se efectuó durante un largo periodo transcurrido entre los días 21 de Octubre de 2005 y 30 de junio de 2006, ajustándose el ritmo de los trabajos al desa-rrollo de la obra.

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Antes de comenzar nuestra tarea, el solar había sido completa-mente demolido a nivel de pavimentos, quedando casi en línea con la rasante de la calle. Tal como documentaba la ficha del Catálogo, se trataba de un edificio que había tenido como uso la vida particu-lar en comunidad, lo cual ofrecía de manera inicial la posibilidad de contar con bastantes cambios en cuanto a su compartimentación contemporánea en el subsuelo.

Con respecto a la excavación, se planteó una cuadrícula en el in-terior del solar de 13´00 x 13´80 m de lado, lo que constituye una superficie total excavada de 179´4 m2. La apertura de la misma se practicó tras acuerdo con los inspectores de la intervención, habida cuenta de que inicialmente se propusieron una serie de sondeos arqueológicos que sumaban en total 150 m2..

Debido a las medidas del solar, y condicionados por el estado de sus medianeras, que aconsejaban apartarse de las mismas unos cin-co metros, se llegó a la solución consensuada de la cuadrícula única, que ha permitido tanto el entendimiento en extensión de los ele-mentos documentados como ampliar la superficie final excavada.

Para la toma de regencia de las cotas de la excavación, trasladamos un punto georreferenciado (10) hasta la misma puerta del solar, el cual señalaba una altura absoluta de 7´44 m, desde la que se obtu-vieron el resto de las cotas de la intervención.

Por último señalar que en la ejecución del trabajo se tuvo en cuen-ta en todo momento la seguridad de la intervención, escalonándose en sondeo y afianzando sus perfiles cada metro de profundidad. Esta tarea fue dirigida en todo momento por la coordinación de seguridad de la obra.

RESULTADO DE LA INTERVENCIÓN EN SONDEO ARQUEOLÓGICO

Ocupación romana

El último nivel documentado en la excavación se corresponde con estructuras romanas datadas en el mediar de los siglos I-II d.C. Esta presencia no debe sorprender pese a la ubicación del solar extramu-ros de la cerca Hispalense, habida cuenta de los últimos hallazgos documentados arqueológicamente en el entorno. Posiblemente la fijación del cauce original del Guadalquivir contribuye a la ocupa-ción de la zona, inicialmente por medio de edificios de tendencia comercial o de almacenaje de mercancías y contenedores.

En el caso que nos ocupa contamos con una serie de paramentos cla-ramente definidos que mantienen una relación física evidente, al ha-berse podido documentar sus trabas. La planta resultante ofrece una construcción ortogonal de planta rectangular, articulada en al menos dos naves de diferente grosor (1´70 – 2´50 m), y longitud superior a siete metros. El edificio ha llegado arrasado hasta nosotros, conserván-dose a nivel de cimentación entre las cotas de 4´86/4´40.

Para la construcción de los muros se emplea una fábrica de ladrillos de 0´55 m de anchura; el módulo latericio es de 0´28x0´21x0´06 m, presentando un aparejo a soga y tizón trabado con mortero de cal (Unidades 295-297-289-303). Las cimentaciones de los mis-mos están formadas mediante un conglomerado desigual y mixto, que incluye restos de cascotes, guijarros y tégulas, cuya finalidad sea

el aislar en lo posible la construcción de la humedad del terreno, que absorbería por capilaridad.

En cuanto a los niveles de pavimento, los que se han documenta-do están formados por secuencia de ladrillos de módulo semejante al descrito, si bien estos restos son muy parciales por el nivel de arrasamiento que caracteriza al edificio, describiéndose a soga y ti-zón alternos en dobles hiladas.

A propósito del material adscrito, destacan fundamentalmente fragmentos de ánfora, lo que posibilita el entendimiento del edi-ficio como almacén, solución que estaría en sintonía con la planta de doble nave alargada.

La vigencia de estos restos fue parcial, posiblemente estuvieron en uso menos de un siglo, localizándose en el solar a partir del III a.C, estructuras funerarias.

Sobre los restos del edificio romano se aprecian capas irregulares de mortero de cal que parecen nivelar el terreno como precedente de la nueva construcción. Igualmente se ha localizado un paquete general (cota 4´35-4´40), de aspecto limoso y color rojizo que se correspondería con un nivel de inundación, sobre la superficie, en el cual pudiera estar el abandono de la estructura portuaria.

Las condiciones generales de excavación se recrudecieron al llegar a esta cota, ante la aparición abundante de corrientes de agua sub-terráneas a una profundidad de -2´80 bajo pavimento actual (4´60 ms.n.m.). Ello condicionó el abandono de la intervención, una vez que fueron documentadas las cimentaciones de los edificos identi-ficados en esta fase de ocupación.

El aborto de la excavación se produjo después de haber utilizado diferentes medios de evacuación de las aguas, todos se mostraron in-eficaces ante la potencia de las corrientes, por lo que tras visita de los arqueólogos inspectores se decidió la suspensión. De cualquier modo, no puede afirmarse completamente que el periodo descrito sea funda-cional en la zona (por lo que nos decantamos al amparo de las inter-venciones aledañas), aspecto que será resuelto con el planteamiento de intervenciones futuras, en las que tal vez deberán acometerse trabajos precedentes que eviten las filtraciones de agua subterránea.

Lámina I. Imagen parcial de los restos datados en primera fase de ocupa-ción romana.

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SIGLOS III-IV

A partir del siglo III se hace patente la destrución y abandono de los edificios de almacenaje citados. El origen de este fenómeno debe encontrarase en fenómenos de inundación, que serían defini-tivos en la pérdida de uso de la estructura.

El nivel de conocimiento que actualmente tenemos de la Sevilla romana nos impide saber si esta definitiva suspensión de uso se debió a su traslado o a cualquier otro fenómeno de tipo econó-mico y social. De cualquier manera la eliminación de la primera fase debió responder a un fenómeno continuado en el tiempo, y posteriormente replanteado, tal como evidencian las intencionadas subidas de cota sobre las que se distribuyen las nuevas estructuras, situándose el piso en torno a los 5´00 m.s.n.m.

La primitiva función de almacenaje tornará a ambiente funerario,

que vemos en el Sondeo. Ambas se aprecian de manera general en la zona, desarrollándose la tendencia alrededor de la vía histórica de San Luis, que se dirigía hasta la puerta Norte de la ciudad romana.

Durante esta primera fase de excavación, estos expedientes se lo-calizaron de manera residual (zona Norte), si bien esta tendencia debe ser matizada ya que buena parte de este espacio virtual tuvo que ser devastado por las cimentaciones medievales, que presentan un potente nivel de destrucción.

Esta situación condicionó la escasez de los restos vistos en son-deos, reducidos a un paramento de ladrillos al que se asocian una tumba de inhumación y el basamento de un pilar circular, los cuá-les debieron formar parte de una organización más desarrollada.

El nuevo edificio se caracteriza por la reutilización de materia-les en sus fábricas. El paramento documentado (Unidad 300), está compuesto de ladrillos de módulo romano de acarreo y cascote; no presenta un aparejo determinado, contando con caras exteriores muy irregulares en las que se aprecia cierta tendencia a la soga.

En su cimentación se disponen cascotes y fragmentos de tegulae y ladrillos en espiga. Se ha conservado una longitud de 2´80 m, con 0´50 de grosor.

Vinculado a este, se ha documentado al Sur un basamento de pilar circular latericio, ambos elementos mantienen relación estra-tigráfica y en cuanto a orientación, formando un espacio a modo de nave de 2´50 m de anchura.

Al Norte del paramento se halló una tumba de inhumación con orientación E-W (Unidad 306, cota 4´76 en tapa de tégula). El ele-mento se encontraba cegado por niveles de amasamiento islámico (Siglos X-XII), momento en el que sería destruido totalmente el espacio.

La tumba es de planta rectangular, presentando una caja de 1´30 por 0´50 m y sesenta centímetros de profundidad. En su interior se documentó un cadáver infantil, en concreto un niño de unos tres años dispuesto en decúbito supino. En el interior se localizó ajuar, conformado por un unguentario de vídrio, una taza y una lucerna derivada de la forma Dressel 9, con decoración de medias pomas sobre el hombro. El conjunto puede datarse con fiabilidad en el devenir de los siglos III-IV d. C.

La formación de la tumba es sencilla, a partir de cuatro muretes irregulares en las cabeceras y laterales sobre los que se apoyan tégu-las en vertical, que se configuran en las paredes de la inhumación. El pavimento está formado igualmente por tégula, elemento que se utilizó también como tapa.

Esta es la única tumba que pudimos documentar en el solar; las condiciones para su excavación no fueron las más adecuadas, al rea-lizarse estos trabajos bajo el agua; no obstante se espera que en el perímetro lateral de la residencia podamos encontrar algún otro ejemplo.

El abandono de estas estructuras debió ser continuado en el tiem-po. No se han documentado niveles constructivos hasta periodo islámico, y sí paquetes de relleno de fosas de expolio y derrumbes continuados de material, que obedecen al aterrazamiento de la su-perficie previa construcción de la residencia medieval. Grosso modo puede decirse que se nota un abandono continuado ya desde el si-glo IV, momento en que la zona pasaría a estar desocupada y baldía hasta periodo medieval.

Lámina II. Paramento de ladrillo fragmentado asociado a tumba de inhu-mación en primer término. De fondo los restos de la edificación romana de primera época

ETAPA MEDIEVAL

Constructivamente no encontramos restos de envergadura hasta siglo XII, cuando se levanta la residencia que servirá de base hasta periodo Moderno. Esta aseveración aúna nuestro desconocimiento de la ciudad altomedieval, o tal vez la lectura de estos resultados sir-va para aceptar el despoblado de determinadas zonas de la ciudad, lo cual tal vez no justifique una imagen paupérrima de la urbe, sino la instalación en otros centros de la misma.

En el comportamiento de nuestro solar se aprecia un abandono lento de la actividad funeraria; abandono que convive con la rui-na de la estructura (visible en niveles de derrumbe) y la continua depredación de sus restos por medio de fosas de expolio material resueltas (rellenas) con materiales revueltos de desecho depositados de manera rápida (sin concrección).

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Las estructuras romanas, tanto imperiales como tardías, están cubier-tas por un derrumbe de cascotes intencionado (cota 5´40/4´86) que parece aterrazar esta zona y evitar la humedad que las asola. Esta capa se halla horadada por fosas de expolio material datadas en siglo XII .

No obstante, contamos con restos parciales que indican la presen-cia de un conjunto previo al siglo XII, formado por paramentos de tapial y suelos de cal sobre la cota 5´39, si bien muy arrasados por la construcción posterior.

Posiblemente la incorporación del solar a la nueva cerca hispalen-se posibilita su nueva y definitiva urbanización. De la fase funda-cional, datada materialmente entre los siglos XII-XIII, conocemos diferentes estructuras que evidencian una residencia de envergadu-ra, dispuesta en torno a espacios a cielo abierto.

Debido al arrasamiento de las cimentaciones superiores, hemos perdido la relación entre buena parte de estos elementos, por lo que podrían diferenciarse con claridad entre los patios localizados en los testeros Norte y Sur de la cuadrícula.

A mediodía se excavó la planta parcial de un patio deprimido com-puesto por parterre vegetal y pileta, de planta rectangular. Documen-tamos un andén que lo flanquea hacia su testero Norte, al que se abren una serie de habitaciones cuadradas a modo de alhanías (Cota 2´03)). Los muros perimetrales del parterre y pileta están labrados con ladrillo, apreciándose en algunos la huella de la media caña de yeso que los ornaba. Nada se ha conservado a propósito del pavimen-to del andén, tan solo parte de su cierre, como dijimos.

Esta compartimentación se obtiene mediante alzado de tapial. To-dos los encofrados se encuentran desmochados en torno a la cota 6´49, sin que se hallan localizado pavimentos, que por algunas hue-llas en los muros se situarían sobre los 6´30.

El tapial está formado por una mezcla de tierra y cal (en alto porcen-taje), utilizando como consolidante guijarro menudo y algunos frag-mentos cerámicos. Presenta un aspecto rojizo y destaca por su dureza, lo que posibilitó su reutilización en obras posteriores, cortado a modo de sillar. El muro está cimentado sobre la cota 5´70, tiene una zanja mínima de cimentación y se superpone a una hilada de cascotes que la aísla del contacto directo con el suelo terrizo, de manera que quedase el módulo aislado de recibir la humedad por capilaridad.

En la mitad Norte las técnicas constructivas son similares. En este caso hemos documentado parte de un patio de planta rectangular solado con pavimento de cal y centrado por pozo de agua.

Las técnicas constructivas empleadas son similares, si bien aumen-ta el grosor de los muros hasta los 0´50 m, posiblemente porque soportarían estas crujías más de una altura. Se ha documentado una superficie con lados irregulares de siete y cinco metros, si bien los cierres quedaban por debajo del perfil de seguridad no excavado, lo que impidió su total documentación.

El pavimento (cota 5´67), está compuesto por una mezcla de abundante cal y restos cerámicos, con un grosor de 0´07 m. Está muy afectado por las intrusiones posteriores, en concreto por pozos ciegos y el husillo decimonónico identificado con la unidad 57, así

como por las zapatas de hormigón de la reforma de 1940. De sus cierres laterales conservamos parcialmente los flancos de mediodía y levante, si bien parte de este recorrido se aprecia en cimentación, habiéndose producido el robo sistemático de los tapiales que for-maban su alzado.

No se han conservado estructuras que evidencien la articulación del entorno de este elemento, tan solo algunos fragmentos de pavi-mento de ladrillos a sardinel asociados al cuello de una botija que hacía las veces de silo, que parece evidenciar una sala trasera o de servicios (cota 6´19).

Esta estructura se mantuvo desde su construcción, si bien con algunas reformas, hasta periodo moderno. Las más significativas se datan entre los siglos XIV-XV, basadas en la sustitución de los an-tiguos pavimentos por soleras de cal y losas a la palma (cota 6´29); así como de algunos paramentos, debido a un cambio en la distri-bución interna de la residencia.

En este caso se prefirió para los alzados un tipo de fábrica de ladrillos con aparejo irregular de módulos desiguales debido a la reutilización de elementos (insertan cascotes y restos de tapial), tendentes al espigado.

Aparte de estas innovaciones, el cambio más radical se aprecia en la zona oriental, en la que se elimina la distribución precedente y se construye una pequeña noria manual. Este elemento será sucesiva-mente incorporado en las reformas posteriores, si bien quedó mal-trecho a partir del siglo XIX, quedando eliminada en la definitiva intervención de 1940.

Lámina III. Imagen parcial de uno de los jardines con pileta y parterre deprimido de época islámica. Sobre el mismo, la acción de uno de los dados de hormigón que constituyen los cimientos de la residencia de la década de 1940.

SIGLOS XVIII-XIX

En este periodo se produce la construcción de la residencia que se mantendrá hasta su demolición definitiva en 2005, si bien la incidencia de las reformas posteriores han afectado en buena me-dida a estos restos; la documentación de algunos testimonios, y las

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plantas localizadas en el Archivo Municipal pueden dar una idea de su configuración.

El edificio estaba organizado con orientación N-S. La fábrica es de ladrillos con aparejo irregular tendente a soga incorporan-do parcialmente el tapial en algunas cimentaciones. Los muros maestros presentan un grosor de 0´65 m , y los de comparti-mentación entre 0´35-0´40 m. Todos están labrados a partir de una potente zanja de cimentación que profundiza hasta la cota 5´90, destruyendo completamente la finca precedente. La plan-ta resultante se basa en estancias cuadradas de tres metros de anchura.

En la cuadrícula pudieron determinarse cinco habitaciones, de las cuales una se correspondía con la embocadura de la escalera a la segunda planta -tal como puede extraerse de la confrontación de los planos históricos-, otra con un espacio a cielo abierto, y el resto con habitaciones de uso privado. De todas se conservó parcial o totalmente su nivel inicial de pavimento, compuesto por losas de barro a la palma y guijarros para el patio.

El edificio está desmochado a la cota 6´90, quedando entre esta y 6´80 sus pavimentos originales. Entre los elementos que incorpora destaca la reutilización de una noria de agua precedente localizada en el flanco Este de la cuadrícula, y un pozo ciego de grandes di-mensiones en el extremo opuesto. Por el material adscrito puede fecharse este edificio en el tránsito de los siglos XVIII-XIX.

No existe un episodio intermedio entre esta construcción y los restos medievales. El nivel de arrasamiento con respecto a estruc-turas precedentes es muy potente, por lo que pudo suprimir algún episodio intermedio.

Sobre este embrión inicial se superponen una serie de reformas a lo largo del siglo XIX concretadas en la obtención de nuevos espa-cios a cielo y de saneamiento. Estos cambios se hacen patentes en la mitad Norte del Sondeo.

La primera intervención documentada se basa en la eliminación parcial del paramento 21, adosándosele una línea más fina y con una orientación que oscilaba unos grados a levante (Paramento 64). El desarrollo del mismo arruina el flanco occidental de la noria que quedará resumida a pozo con la construcción de una media bóveda en este periodo.

También se articuló en torno a dicho muro un pavimento de gui-jarros a modo de galería. El desarrollo que pudiese tener este patio se pierde con las incorporaciones posteriores.

En cuanto al saneamiento, se observa la incorporación de una red de atarjeas sobre los pavimentos de la etapa fundacional, lo que justifica una subida de cota forzosa en la zona central. Se trata de canalizaciones de ladrillo vinculadas a pozos ciegos de planta circu-lar, y a un gran registro construido en este periodo (Unidad 57).

Se trata de un husillo rectangular compuesto de ladrillo fino con aparejo irregular tendente a soga. Esta excavado en la tierra, presentando una altura total de 1´50 m desde el arranque de los muros laterales a la clave de la bóveda de medio cañón que lo cubre (6´93/ 5´43).

ETAPA CONTEMPORÁNEA

La excavación parte de la cota 7´44 situada en el rodapié que da acceso a la residencia. La cota de afectación de la demolición y retirada de escombros iniciales se sitúa algo por debajo de aquella, dejando patente las primeras estructuras vinculadas a los últimos procesos del inmueble.

Tras girar visita al Archivo Municipal de Sevilla y vaciar la in-formación relativa a esta finca, conocíamos algunos datos funda-mentales sobre el edificio. Desde la primera mitad del siglo XX arrastraba una serie de daños estructurales que ocasionaron las quejas del vecindario. Las soluciones parciales acometidas para la erradicación de estos males resultaron ineficaces, por lo que se planteó en el año de 1940 un plan integral que afectaba a la planta del inmueble.

La alternativa pasaba por la eliminación de parte de la estructura original del edificio, logrando una articulación interna basada en el apeo de las fuerzas sobre vigas metálicas que formaban un entra-mado vertical (con cimentación en el suelo) y horizontal (cosidas a las medianeras).

Cada viga está cimentada sobre un potente dado de hormigón abierto en el suelo de la residencia. No presenta caras trabajadas ni señal de encofrado, se formaron y fraguaron directamente sobre la cava cuadrada en el suelo, por ello presentan un perfil irregular. Generalmente todos tienen un lado de 1´40 m de longitud, y unas medidas que superan el metro en función de la zona en la que se encuentren, lo que puede dar una idea del poder destructivo sobre los testimonios precedentes.

Los dados aparecen por toda la cuadrícula con una distancia de 2´50 m aproximados. La cota de aparición de los mismos se sitúa entre las cotas 6´86-7´00. Sobre alguno de ellos se podía ver el arranque de la base de ladrillos que servía de asiento direc-to de la viga, un cuadrado perfecto de 0´90 m de lado formado por ladrillos trabados con cemento con aparejo a soga y tizón. Estos se localizaron a partir de la cota 7´10; por encima de los mismos se determinó un paquete terrizo con abundancia de ma-terial arquitectónico que obedecía al asiento de la retro excava-dora utilizada para realizar el derribo y posterior evacuación del escombro del solar.

Por lo tanto, la primera fase constructiva documentada se sitúa con total precisión dentro de las obras de restauración de 1940. A partir de las mismas se documentaron restos de las infraestructuras necesarias para la evacuación de aguas residuales, fundamentalmen-te arquetas y tuberías de gres.

RESULTADO DE LA INTERVENCIÓN EN CONTROL DE MOVIMIENTOS DE TIERRA

El control arqueológico de los movimientos de tierra asociados a las obras de cimentación en el solar situado en la calle Amargura nº 5 se ha realizado entre los días 21 de Octubre de 2005 y 30 de junio de 2006, ajustándose el ritmo de los trabajos al desarrollo de la obra.

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La primera actuación (21 de octubre de 2005), ha sido la realiza-ción de una serie de catas perimetrales junto a las medianeras con la intención de documentar la profundidad y estado de conservación de éstas. Esta actuación ha permitido completar la visión sobre el espacio constructivo contemporáneo, con la aparición de algunas estructuras como muros y atarjeas, así como un pavimento de ladri-llos a sardinel en la zona entre UI 1 y el acceso al solar.

El 12 de diciembre de 2005 comienzan los trabajos de rebaje con la adecuación de una rampa de acceso de maquinaria. A con-tinuación, partiendo de la zona excavada manualmente (UI 1) se ha procedido a la ampliación de su perímetro hasta 1’5 metros de las medianeras.

A partir del 17 de marzo de 2006 comienza la realización de los bataches perimetrales, en número de veintitrés, a través de los cua-les se ha rebajado el espacio situado entre el sondeo arqueológico y las medianeras del edificio.

Puntualmente se ha procedido a excavar con medios manuales aquellos elementos de mayor interés, como han sido los asociados a los niveles de construcción de la casa islámica, muros romanos y las inhumaciones localizadas.

A grandes rasgos los elementos documentados pueden encuadrar-se en los siguientes apartados:

•Estructurascontemporáneas: Se han documentado el resto de las cimentaciones cuadrangulares de hormigón pertenecientes al inmue-ble contemporáneo, así como zunchos y atarjeas relacionados.

•Estructurasmedievales:Se ha documentado la longitud total de los muros relacionados con la pileta (UEC 206) localizada en la fase de excavación manual, así como algunas estructuras relacio-nadas (pozos de anillas).

•Estructurasromanas:Se ha documentado la continuación de los muros ya excavados en la fase manual, así como la aparición de otros asociados.

En la zona noreste se ha localizado una inhumación infantil con las siguientes características:

•Estructura rectangular en dirección Norte – Sur, construida con la-drillo de taco de 0’3 de longitud. En el frente oeste se observa la utili-zación de fragmentos de tégula. Aparece con cubierta plana construi-da por dos tégulas apoyadas en los muros laterales. Aparecen restos de un posible amontonamiento de ladrillos sobre la cubierta. Longitud 1’56, altura total 0’45, hueco interior 0’75 x 0’3 x 0’35 de profundi-dad. Cota de la cubierta 4’7 m. s.n.m.

• Individuo infantil inhumado en posición decúbito supino, con la cabeza hacia el sur, piernas semiflexionadas, extremidad superior de-recha flexionada, con la mano sobre el tórax. Debido a la presencia de agua en el interior de la estructura el hueso aparece muy frágil, por lo que su extracción ha sido muy dificultosa.

Bajo la medianera este aparece otra estructura de inhumación:

•Estructura rectangular en dirección este – oeste, construida con mu-ros paralelos de ladrillo y con cubierta de tégulas dispuestas en plano. Anchura entre los muros 0’4 m. altura 0’46 m. Cota de la cubierta 4’3 m. s.n.m.

Lámina IV. Uno de los planos de lanuela residencia, diseñada por el ar-quitecto sevillano D. Juan José López Sáez, el aparejador D. José Díaz González.

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•Individuo adulto inhumado en posición decúbito supino, situado con el cráneo al este. Sólo se documentan las extremidades inferiores, el resto queda bajo la medianera este.

CONCLUSIONES

Con estos resultados finalizan los trabajos de investigación arqueo-lógica del solar. Como conclusión de esta campaña puede decirse:

La intervención arqueológica se detuvo en cota absoluta 4´30, debido a la aparición en diversos frentes de filtraciones de agua sub-terránea que fue imposible evacuar con medio mecánico. A pesar de la apertura de diferentes pozos de desagüe, los trabajos fueron erra-dicados cuando creímos haber obtenido una secuencia estratigráfica óptima, y siempre con el consenso de los organismos supervisores de la Intervención, personalizados en los arqueólogos inspectores de Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla y Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía. La cota de partida descrita tan solo fue superada para la ejecución de pozos de evacuación y la excavación de sondeos de control de las edificaciones romanas, estadio que se erige en principal en nuestro recorrido histórico.

En esa primera fase de documentación romana, se dio cuenta de un edificio de planta rectangular articulado en naves paralelas de diferente anchura. La presencia de estas estructuras se sitúa entre las cotas 4´40/4´85.

Los paramentos asociados han sido documentados a nivel de cimentación y escasamente de alzado, conservándose en aquellos casos pavimentos de ladrillo. El material de fábrica exclusivo es un opus Testaceum, de módulo en 0´28x0´21x0´06 m; si bien presen-tan en cimentación una fábrica mixta que introduce elementos de desecho cerámico como galbos de ánfora y tégula como organizador de altura.

La planta se basa en naves rectangulares paralelas, de las cuales he-mos conseguido determinar de forma certera la dimensión de dos de ellas. En este caso presentan una anchura variable (2´50 m en un caso, 1´70 en otro); si bien su longitud es similar en ambas, 8´00 m.

La forma y la relación con los materiales cerámicos localizados en su entorno (sobre todo ánfora), permite vincularlo con un uso de almacenaje, que estaría condicionado por el tránsito cercano del Guadalquivir.

A nivel general el edificio presenta unos grados de esviaje hacia el N-W, aunque su trazado es perfectamente ortogonal. Material-mente su fundación se sitúa en siglo I de la Era, fenómeno que en lo sucesivo deberá tenerse en consideración, sobre todo en relación con el trazado contemporáneo del río y las actividades que pudiera generar el Puerto de Sevilla.

El abandono de la estructura portuaria estuvo condicionado por la negativa acción de un desborde del cauce fluvial, o al menos así se interpretan los aportes limosos que se aprecian en la ruina y abandono del expediente romano.

Tras la pérdida del edificio anterior se genera en el solar un vacío que es ocupado por una función radicalmente opuesta, la funeraria

(Cotas 4´70/ 5´28). Se aprecia la aparición de una serie de enterra-mientos por inhumación actualmente dispersos y aparentemente inconexos debido a las intervenciones de saqueo posteriores. Tan solo en un caso la tumba parece ligada de manera clara a un ele-mento constructivo.

Todos los restos de la etapa se localizaron en un estado de conser-vación lamentable, precisamente debido a los episodios de rapiña y acarreos citados. No obstante, las pocas evidencias son suficientes para determinar el mantenimiento de las líneas de orientación ro-mana, e incluso la reutilización de materiales precedentes.

Así puede apreciarse en los muros localizados y basamento de un pilar de ladrillo circular, unidades conectadas por orientación y si-tuación estratigráfica, que a pesar de su reducida presencia podrían indicar la presencia de un edificio porticado.

De lo que no queda ninguna duda es de la relación de lo descrito con al menos una inhumación infantil, que presentó ajuar factible de ofrecer una cronología cerrada para el nuevo ambiente necroló-gico, el siglo IV.

Tras la ejecución de la Vigilancia de Movimientos de Tierra se identificaron dos nuevos individuos (infantil y adulto), ambos presentaban una inhumación en decúbito supino con orienta-ción Este. El fenómeno se relaciona con los resultados de otras intervenciones llevadas a cabo en la zona, en las cuáles se paten-tiza la función esta parte de la ciudad (vinculada a la perdura-ción de un camino de acceso desde el Norte), como territorio de necrópolis.

De las fases descritas será conveniente realizar en un futuro una lectura compleja que conlleve la contrastación con los datos de in-tervenciones inmediatas y con la dinámica, cada vez mejor conoci-da, del río; discurrir posiblemente asociado al puerto y muralla de la ciudad.

La fase de abandono de la necrópolis será temprana, a juzgar por los primeros derrumbes de estructuras de ladrillo y tégula --cubier-tas-, en siglos IV-V (Unidades 271-277).

Tras ese periodo se produjo un letargo en el solar, condicionado por la desocupación y depredación de los restos subyacentes. Hasta el siglo XII, el solar vivió una situación de baldío, sin documentarse en ningún caso estructuras de habitación u otro uso; tan solo fosas de expolio y acarreo de material rellenas sin cuidado por elementos de desecho. No hay evidencias en este caso que permitan, por ejem-plo, intuir que el solar se introdujese dentro de algún recinto de explotación agrícola (villa), que se suponen rodearían a la Híspalies altomedieval.

La transformación definitiva del sector se opera en siglo XII, lo cual está íntimamente ligado a una nueva urbanización de estos espacios tras la construcción de la muralla almorávide.

Se ha documentado un nivel inicial de ocupación anterior al si-glos XII, si bien la transformación definitiva es almohade, cuando se forma un edificio construido con paramentos de tapial, de traza ortogonal, con al menos dos zonas abiertas de articulación.

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Cada patio, entre los que se aprecia uno deprimido con parterre vegetal y alberca, y otro de mayor dimensión, con pavimento de cal y pozo central de agua, genera en su entorno estancias rectangula-res a modo de alhanía. Esta primitiva organización doméstica se completaba con una zona agrícola que contaba con noria de agua; elemento que se mantendría en uso hasta épocas recientes en la residencia.

Con los reparos necesarios, puede decirse que este episodio se mantuvo durante toda la Edad Media, de hecho el embrión central se mantuvo hasta las reformas operadas en el edifico en XVIII.

El edificio dieciochesco perdura en buena medida hasta su defi-nitiva eliminación en 2005. Se trata de un espacio articulado en estancias cuadradas de sólida construcción, muy reformado debido a su acondicionamiento como corral de vecindad.

Estaba organizado con orientación N-S. La fábrica es de ladrillos con aparejo irregular tendente a soga incorporando parcialmente el tapial en algunas cimentaciones. Todos están labrados a partir de una potente zanja de cimentación que profundiza hasta la cota 5´90, des-truyendo completamente la finca precedente. La planta resultante se basa en estancias cuadradas de tres metros de anchura.

Pudimos determinar cinco habitaciones, de las cuales una se co-rrespondía con la embocadura de la escalera a la segunda, otra con un espacio a cielo abierto, y el resto con habitaciones de uso pri-vado. De todas se conservó parcial o totalmente su nivel inicial de pavimento, compuesto por losas de barro a la palma y guijarros para el patio.

El edificio está desmochado a la cota 6´90, quedando entre ésta y 6´80 sus pavimentos originales. Entre los elementos que incorpora se sitúa la reutilización de una noria de agua precedente (Unidad 84) localizada en el flanco Este de la cuadrícula, y un pozo ciego de grandes dimensiones en el extremo opuesto (Unidad 231).

Sobre este embrión inicial se superponen una serie de reformas a lo largo del siglo XIX concretadas en la obtención de nuevos espa-cios a cielo y de saneamiento. Estos cambios se hacen patentes en la mitad Norte del Sondeo.

A partir de 1900 se producen una serie de obras de cara a la con-solidación del edificio y su saneamiento. Este proceso finaliza con una nueva estructuración llevada a cabo el año 1940, basada en la construcción de un entramado metálico que sirve de esqueleto al edificio. GMMV.

Fígura 1. Planta final de estructuras en periodo romano.

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NOTAS

1. Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla. Amargura, Pág. 81-82. Carece de nombre propio hasta fines del XVII, desde entonces se conoce con el actual. La primera cita conocida corresponde con el año de 1691.

Siglos atrás era el punto de acceso al mercado de la calle Feria para los carros que traían sus productos de las huertas de la Macarena.2. Suárez Garmendía, J.M. Arquitectura y Urbanismo en Sevilla durante el siglo XIX. Pág. 152: En el año de 1862 se da vía libre al segundo proyecto de ampliación de la Plaza de Abastos del barrio de la Feria. El edificio actual es el producto

de varias reformas que parten del proyecto inicial de Balbino Marrón. Desde el siglo XVIII, hay constancia de la agrupación de puestos para la venta de pan, carne y hortaliza en un espacio que circundaba la iglesia de Omniun Santorum, cuyo origen era medieval; esa ocupación se mantuvo hasta el XIX.

El solar del actual Mercado estuvo ocupado desde el XVIII por un Juzgado para los Fieles Ejecutores de la ciudad. Según la documentación archivada en el Archivo Municipal de Sevilla, el juzgado ocupó el lugar de una antigua fuente, de la cual se aprovechó toda la piedra. En 1764 comienza la construcción, finalizando un año después. En 1838 el estado del edificio es lamentable, planteándose sobre el mismo una serie de reformas, no llevadas a cabo, por parte de Melchor Cano. Por el contrario, en el año 1849 se propone el establecimiento del nuevo mercado en su lugar.

3. Recogida en el desarrollo del Plan Especial, desconocemos quienes fueron sus autores.4. Vera Cruz, E; Carrasco Gónez, I. Intervención Arqueológica de Urgencia en la manzana comprendida por las calles Torres, Escuderos y Parras de Sevilla.

A.A.A. 1996, Pág. 463 ss.5. León Gómez, A; Pradas Reina, E. Intervención Arqueológica de Urgencia en Calle Relator 95. A.A.A. 1997. Pág. 503.6. Carrasco Gómez, I; Vera Cruz, E. Intervención Arqueológica de Urgencia en Calle Relator 92 de Sevilla. A.A.A. Pág. 751 ss.7. España Caparrós, F.J. Intervención Arqueolñogica de Urgencia en Calle Relator 46 A y Sa Basilio 24-25. A.A.A. 20018. Ruiz Acevedo, B; González González, J. Intervención Arqueológica de Urgencia en Calle Peris.Mencheta 42 de Sevilla. .A.A.A. 2002.9. España Caparrós, F.J. Informe preliminar de la Intervención Arqueológica Preventiva en calle Relator 44. Inédito, su consulta se debe a la amabilidad

se su director.10. Este “clavo” se localiza en el cruce entre las calles Feria y Relator, se trata del número 1525 de la empresa del agua EMASESA, y señala una altura de

6´39 M.S.N.M.

Fígura 2.

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LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN EL SOLAR UBICADO EN CARRETERA DE CARMONA Nº 10, SEVILLA

Mª DEL ROSARIO RODRíGUEZ CORDONESGILBERTO RODRíGUEZ GONZÁLEZJULIA SUÁREZ BORREGUEROPEDRO PéREZ QUESADA

Resumen: La excavación arqueológica realizada en el nº 10 de la Carretera de Carmona deparó el descubrimiento de un área de ne-crópolis, que arrancaba a finales del alto imperio romano y llegaba hasta época visigoda; durante época islámica, en el periodo almoha-de, se utilizó como zona de hábitat y agrícola. Para la Edad Moder-na la zona pasó a tener uso agrícola, dependiente del convento de la Trinidad hasta su completa urbanización en el siglo XX.

Abstract: This paper deals with archaeological works carried out during a rescue excavatión at Carretera de Carmona, Seville. There was located a roman cementery dated during the end of the early Roman Empire till the end of visigothic rule in Hispania. Fur-theremore, also islamic settlement was pointed out, this remains brought into light water-storage structures dated in the Almohade period. Finally, a big dwelling was also scheduled for moderns and contemporary times and no other structures was found because ag-riculture occupied all the area.

INTRODUCCIÓN

El solar englobado dentro del Plan Especial de Protección del sec-tor 17 del Conjunto Histórico de Sevilla: “La Trinidad”, aprobado el 30 de septiembre de 1999, con calificación de Centro Histórico, estaba sometido a Cautela Arqueológica de Grado I. El inmueble (1) estaba ubicado en la Carretera de Carmona nº 10 en una manzana irregular con las calles Arroyo en el Sur, San Juan Bosco al Este, y la Ronda de Capuchinos al Oeste (Fig. 1).

OBJETIVOS Y METODOLOGíA DE LAINTERVENCIÓN

El primer objetivo (2) planteado con esta intervención fue analizar el alcance del uso funerario del área intervenida durante la ocupación humana del inmueble, así como su relación con la actual Carretera de Carmona como vía de comunicación para analizar su papel como eje articulador o no de la necrópolis. El segundo objetivo establecido fue analizar la posibilidad de otros usos de este espacio, ya fuera de carácter agropecuario o hidráulico, así como su incidencia en la activi-dad urbana, tanto directa como indirecta. Por último, como objetivo final se pretendía documentar la secuencia estratigráfica, para lo cual se agotó el registro arqueológico en diversas zonas del inmueble.

Se estableció una excavación en extensión hasta la cota de rebaje esta-blecida en el proyecto de obra (–3,45 m), la cual abarcaba en superficie una extensión del 51% de la parcela (492,68 m2 de excavación arqueo-lógica). El área de intervención se ubicó en la zona central del inmueble a fin de evitar la proximidad a las medianeras colindantes y se estableció con unas dimensiones de 17 x 29 metros, adaptándose a la forma rec-tangular del inmueble. Posteriormente se acordó desplazarla lo máximo posible a la medianera de Ctra. Carmona nº 8, como consecuencia de las estructuras aparecidas en la intervención que se estaba desarrollando en el solar de Ctra. Carmona nº 6. Tras llegar a un acuerdo con los técnicos de la Gerencia de Urbanismo y de la Delegación de Cultura, se efectuó un sondeo manual previo, con el fin de detectar la secuencia estratigráfica y establecer la potencia de los niveles arqueológicos.

Figura 1. Ubicación del inmueble en Carretera Carmona nº 10.

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DESARROLLO DE LA INTERVENCIÓN

Fase Altoimperial

Enterramientos individuales dispersos II d.n.e.

A estos momentos se adscribieron una serie de estructuras funera-rias individuales, en un total de siete, que presentaban fosa simple con cubierta doble o simple de tégulas, seccionadas por los muros pertenecientes a las edificaciones de carácter funerario elevados con posterioridad. Tenían una amplia dispersión en superficie y aunque en algunos casos estaban próximas, no se pudo establecer relaciones directas entre ellas. Las orientaciones serían fijas: NO/SE y NE/SO. La deposición del cuerpo no varía, siendo éste en decúbito supino. Como excepción se documentó un individuo muy afectado por la edificación del Recinto A, con una orientación NO/SE, si bien la cabeza dispuesta hacia el SE y la deposición en decúbito prono. Las cotas oscilan entre los 7,42 y los 7,73 m.s.n.m.

Enterramientos individuales dispersos II-III d.n.e.

Esta segunda etapa estaría representada por una articulación del espacio mediante la construcción tanto de enterramientos indivi-duales, como de estructuras de carácter colectivo como fueron los mausoleos. Las cotas obtenidas oscilan entre los 7,66 y los 7,99 m.s.n.m. Con carácter individual se documentaron un total de cin-co estructuras funerarias, compuestas de fosa, cista de ladrillos, en-teros o fragmentados, algunos conservando parte del revoco inter-no, y una orientación que continúa con el comportamiento general de todas las estructuras: NO/SE en su mayoría y NE/SO. El nivel de destrucción era muy alto, hasta el punto de no haberse podido documentar ningún resto óseo en su interior.

Recinto funerario A

Edificio de planta rectangular con orientación NO/SE. Se pudo documentar la planta completa, con un perímetro exterior de 8,25 x 6,70 m. En general, el estado de conservación varía de un sector a otro: hacia la zona centro casi ha desparecido en planta por la prácti-ca de grandes zanjas de expolio en época medieval-islámica, al igual que parte de los muros. Las cotas superiores más altas documentadas están en torno a los 7,80 m.s.n.m. y los 7,87 m.s.n.m. La cámara funeraria estaba compuesta por una serie de tumbas en planta que componían un primer nivel de enterramiento, y una serie de nichos en las paredes, documentados hasta cuatro, conformando un segun-do nivel. La parte mejor conservada pertenece a la “cripta” que, casi con toda seguridad, sería semisubterránea. Las cotas internas oscilan entre 7,02 y 7,60 m.s.n.m. para las estructuras documentadas a nivel de suelo, y 7, 65 y 7,78 m.s.n.m. para los nichos documentados en la pared. Una primera fase de utilización del edificio corresponde al momento de construcción del mausoleo: los nichos practicados en la pared y algunas de las estructuras detectadas en planta, como son las estructuras que ocupan las zonas laterales. En todas ellas se observa un mayor cuidado a la hora de su construcción. Posteriormente, y colmatando el espacio hacia la zona central, se levantarían las estruc-turas restantes, con una factura más descuidada.

Todas se disponen con dos orientaciones distintas, y perpendicu-lares entre sí: orientación NO/SE (con la cabecera al NO) y NE/SO (con la cabecera al NE). La cronología establecida para este edificio es de fines del siglo II y siglo III. Sólo contamos con parte

de un ajuar procedente de uno de los enterramientos en su inte-rior, 16 en total, recuperándose un ungüentario del tipo Isings/26, cuya cronología se establece hacia los siglos I-II d.n.e. en muy mal estado de conservación. En ocho de estos enterramientos se pudo documentar restos óseos en su interior, coincidiendo en todos ellos el rito funerario: deposición en decúbito supino.

En cuanto a las estructuras documentadas a modo de nichos en las paredes fueron documentadas en número de cinco, alguna con-servando uno de sus ángulos a la perfección, y revestidos por una capa de enfoscado de color grisáceo, que suponemos sería general en todo el interior del recinto. Se ubicarían en un nivel superior a las estructuras documentadas en planta.

Lámina I. Mausoleo o recinto funerario A.

Fase Bajoimperial

Recinto funerario B

La estructura del edificio dibujaba un espacio rectangular, la fábri-ca empleada en la elaboración de los muros respondía a la técnica opus spicatum, no contaban con cimentación, y mediante la ela-boración de una zanja, apoyaba directamente en las arcillas rojas. En las distintas fotografías puede observarse pozos de expolio de época medieval-islámica que alteró la estructura del edificio. Las cotas máximas y mínimas del edificio oscilaron entre 8,39 m.s.n.m. y 6,90 m.s.n.m. aproximadamente. Los lados mayores medían 8 metros mientras que los menores medían 6 metros, y el grosor de los muros alcanzaba el metro. No se detectó al exterior del edificio ningún signo de tratamiento del mismo, por lo que se estima que el alzado documentado que se conserva estaría enterrado en el sub-suelo. La cota máxima conservada para el edificio osciló entre 8,39 m.s.n.m. y 7,64 m.s.n.m. La ocupación del espacio en el interior del recinto funerario junto con la recuperación de restos de ajuar, aunque éste, mayoritariamente, está ausente en las tumbas, inclinó la balanza a pensar en el siglo IV d.n.e. como dato más probable a la hora de fechar las estructuras. En cuanto a la evolución del espa-

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cio funerario, cabe decir que, la falta de colmatación del mismo y la disposición girada respecto a la orientación del edificio de algunas de las tumbas indican que no hubo problemas de espacio a la hora de la colocación de los enterramientos. Especialmente importante para apoyar esta idea supone la presencia de espacios libres en el interior del recinto, por el contrario de lo que sucedía en el recinto funerario A, en la que la ocupación del espacio era total, e incluso se situaron nichos en los muros para la colocación de enterramientos. Los enterramientos o tumbas individuales que componían el recinto funerario B eran seis, junto con una tumba adicional cortada por la estructura del edificio, que formaba parte de la necrópolis previa a la construcción de este edificio y otra de carácter externo al edificio, pero que bien podría estar aprovechando uno de los muros del edificio como parte del lateral.

Lámina II. Mausoleo o recinto funerario B y su relación física con otras estructuras.

Cinco de ellas observaban una orientación NW/SE, dos SW-NE y una última, dado lo escaso del registro conservado no pudo do-cumentarse. La deposición general es difícil de afirmar, ya que sólo contamos con una estructura que contenía restos óseos. No obstan-te, podemos apuntar que lo más probable es que sea algo aplicable al resto de enterramientos allí practicados. Las estructuras de este recinto marcan una diferenciación con respecto a las mencionadas anteriormente. Se aprecia una diferencia en la fábrica de las mis-mas, aunque no todas tienen las mismas características entre sí: fosa cubierta por una capa de argamasa a modo de base y sobre la cual se levantaría la cista; fosa rectangular revestida de ladrillos y base de mármol o de tégula. El resto se conservó tan arrasado que hacía difícil una identificación exacta de su estructura.

Recinto funerario -D

El denominado recinto funerario D se encontraba mal conser-vado, con una serie de pozos de saqueo que alteraban su estruc-tura original. La planta de tendencia rectangular, al igual que los otros conjuntos estructurales documentados en el solar, solo fue

visible en el seguimiento arqueológico. Los enterramientos docu-mentados, en pésimo estado de conservación, estaban adosados a la pared exterior (NO) del mausoleo. Eran tres enterramientos ubicados en ss. III-IV, uno de ellos de idénticas características a uno documentado en el Recinto B, con fosa rectangular, sobre ella una capa de argamasa que serviría de asiento para la elevación de la cista de ladrillo. Otra estaba revestida en las paredes interio-res, con fábrica de ladrillo, de unas placas de mármol blanco. Las orientaciones oscilan entre NW/SE y NE/SW. Las cotas variaban entre los 7,66, 7,41 y 7,58 m.s.n.m. en las partes más superficiales ó 7,19 m.s.n.m. la cota interior. Nada podemos explicitar sobre la evolución del espacio interno de este recinto, puesto que estaba vaciado de antiguo, y en el exterior no llegaba al adosamiento con el Mausoleo A, pero casi tocaban sus ángulos por lo que se cerraba el paso en este punto obligando a dirigirse hacia el edificio G (basí-lica). Las cotas del edificio oscilan entre los 7.57 y 8,57 m.s.n.m.

Lámina III. Enterramientos exteriores aunque adosados a los mausoleos A (izquierda) y D (centro).

Lámina. IV. Mausoleo o recinto funerario C parcialmente completo.

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Fase tardoantigua-paleocristiana

Distinguimos esta segunda fase considerando que se produjeron una serie de nuevas circunstancias, políticas, económicas y religio-sas, que de algún modo tuvieron reflejo en el espacio funerario. No significa un hiatus ocupacional sino que por el contrario, se pudo constatar una continuidad funcional entre una etapa y otra.

Recinto funerario - C

Este recinto aparece en planta alineado con el recinto funerario B, de tal forma que los muros medianeros entre ambos edificios apoyaban uno sobre otro. Formalmente este recinto no apareció completo en planta (la instalación de la noria -ue 30- y el pozo –ue 12 destruyó su estructura), y tan sólo se conservó el muro sur y el oeste, aunque pudo documentarse su forma rectangular. La longi-tud conservada del muro SE era de 6,60 metros aproximadamente, mientras que el muro de cierre NW conservaba una longitud de 6,40 metros. Junto al muro NW del edificio, salieron a la luz unas alineaciones coetáneas y de la misma fábrica, que conformaban pe-queños espacios cuadrangulares. Estas estructuras presentaban gran similitud con el recinto F, más la diferencia respecto a éste era que las primeras estaban realizadas de forma coetánea con el recinto C mientras que las segundas adosaban de forma clara con el recinto B (anterior en el tiempo) aunque alineado perfectamente con los otros dos. Las cotas máximas y mínimas del edificio oscilaban en-tre 7,94 m.s.n.m. y 7,60 / 7,55 m.s.n.m. aproximadamente. Sobre la ocupación y distribución del espacio en el interior del recinto funerario C poco puede decirse, ya que no se recuperaron restos de ajuar, ni siquiera individuos en posición primaria pues todos pertenecían a una fase anterior a la construcción del enterramiento. La escasa consistencia de los materiales empleados, cimentaciones de ladrillo fragmentado trabados con una mezcla de tierra y barro, y posiblemente el alzado estuviera realizado en tapial con revoco para su aislamiento del exterior. El encuadre cronológico de este edificio funerario se hace complicado, sin embargo su factura apunta unos momentos tardíos entre los siglos V-VI d.n.e. Los restos óseos, esca-sos, aparecían revueltos en niveles deposicionales de época medie-val-islámica, y en ningún caso se pudo documentar una asociación directa con este recinto.

Recinto funerario - F Aunque aparece incompleto en planta, se distinguen tres espacios

diferenciados y tres estructuras identificadas como tumbas, una de ellas (ue 115) sin ningún género de duda. La orientación del recinto concuerda tanto con el recinto B y C, es decir, NW-SE conforman-do la posible via sepulcralis en su lado oeste. Además la orientación de las tumbas era coincidente con la orientación general del edifi-cio, es decir, NW-SE. La longitud conservada en sentido E-O del muro ue 49 era de 5 metros aproximadamente, y el muro ue 185 con orientación N-S contaba con 4 metros de longitud aproxima-damente. La fábrica del recinto estaba realizada mediante la mezcla de ripio y cascajo careado al exterior y trabado con argamasa terrosa con nódulos de cal por tanto era exactamente igual al recinto fune-rario C. Las cotas máximas y mínimas del edificio oscilaban entre 8,44 m.s.n.m. y 7,80 m.s.n.m. aproximadamente.

El conjunto tenía escasa consistencia debido a los materiales empleados, ripio y cascajo trabados con una argamasa terrosa

con nódulos de cal, y posible alzado de tapial con revoco para su aislamiento del exterior. El encuadre cronológico de este edifi-cio funerario se hace complicado, sin embargo su factura apunta unos momentos tardíos entre los siglos V-VI d.n.e. No fueron documentados restos óseos de individuos en los enterramientos documentados para este recinto funerario F. Las estructuras fu-nerarias adscritas a este recinto estaban prácticamente arrasadas, salvedad hecha de tres de las estructuras documentadas casi a ni-vel de suelo. Por los restos de una de ellas, sabemos que al menos se fabricaron en cista de ladrillos.

Lámina V. Mausoleo o recinto funerario F adosado al mausoleo B.

Recinto funerario - E

No pudimos recuperar la planta completa, de forma cuadrangular, debido a las alteraciones sufridas por la canalización de una tubería con su atarjea. No obstante, se documentó una fábrica de ladrillo trabado con mortero y su interior tendría una compartimentación espacial que subdividiría el espacio entre distintas tumbas. Cabe mencionar que su orientación general varía ligeramente con la de todas las estructuras documentadas. Entre los elementos recupera-dos asociados, cabe mencionar un pequeño fragmento musivario, de un grosor de mortero bastante ancho, y en el que se insertan cuatro teselas de color grisáceo. Parece que éste pertenecería a una esquina de un conjunto mayor. También en el mismo interior del recinto se recuperó un fragmento de pared revestido de mortero y pintado, con fondo color ocre amarillento y decoración de tipo vegetal, con colores verdes y rojo claro. Las dimensiones aproxi-madas del recinto eran de 5 x 4,5 m en su perímetro externo. Los muros tenían una longitud conservada máxima de 3,80 m. La an-chura de los muros, de hasta 0,80 m., nos da idea de la factura que tendría originalmente. La cota superior documentada fue de 7,78 m.s.n.m., llegando a una profundidad máxima de 7,51 m.s.n.m. Del total de estructuras funerarias que conformarían el interior, sólo se recuperaron dos, ambas en cista, de planta rectangular, de ladrillos trabados con mortero y con revoco en paredes internas y suelo. Restos óseos en una de ellas, en deposición decúbito supino y orientaciones paralelas a los muros del edificio. La cota superior do-cumentada fue de 7,60 m.s.n.m. Se ha fechado con una cronología tardía, coincidente con el Recinto G, atendiendo a la orientación y a las cotas documentadas.

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Lámina VI. Recinto funerario E ubicado con otros mausoleos B-C-F.

Basílica o Recinto funerario - G

Este edificio queda parcialmente cubierto por una edificación contemporánea que separa los solares excavados y ubicados en la Carretera de Carmona nº 6 y 10. Se trataría de un edificio de gran entidad. La parte aparecida en nuestro solar terminaba en plan-ta rectangular y posiblemente pertenecería a la parte de acceso al edificio; en el solar próximo apareció la parte que pertenecería a la cabecera, de planta poligonal absidiada, siendo ambas de fábrica idéntica y con cotas superiores documentadas en ambas estructuras muy similares: potente cimentación de opus caementicium, sobre el que se elevarían los muros, de la misma fábrica, pero revestidos de ladrillos. Sobre el pavimento de este edificio no podemos ofrecer dato alguno, ya que fue saqueado en época islámica.

Mediante el empleo de fotografía aérea pudimos observar que am-bas estructuras concordaban perfectamente en alineaciones y orien-taciones, y que por tanto, bien pudieron pertenecer a un mismo edificio. En general el edificio tendría grandes proporciones, tanto por su profundidad en planta como por la potencia de sus cimien-tos. La parte frontal insertada en el perfil SW tenía una longitud de muro de 10 metros aproximadamente. La altura conservada al-canzaba 2,60 metros, gran parte pertenecientes a la cimentación del edificio. Desde el perfil sobresale en planta 2,85 metros. Se encontraba seccionada por canalizaciones de época almohade que discurrían a todo lo largo de la estructura. Podría lazarse la hipótesis de que estaríamos ante los pies de un edificio de forma rectangular, con un pórtico (posiblemente a un agua) a modo de cubrición de la entrada al recinto. Dicho pórtico estaba completamente arrasa-do quedando a nivel de cimentación y sólo tramos parcialmente conservados.

Por la tipología de la planta del edificio, y por los paralelos encon-trados en otras ciudades, como por ejemplo, la basílica visigótica de Tarraco, de fines del siglo VI y en uso hasta el siglo VIII d.n.e., podríamos lanzar esta hipótesis de la existencia de un edifico de características similares en el espacio estudiado (3). No debemos ol-vidar las fuentes escritas que nos hablan de la existencia de edificios basilicales en la Hispalis de época tardorromana. Con la llegada del

cristianismo, también la topografía urbana tuvo que reflejar cierto cambio, cuando la adopción de la nueva fe originó la elevación de edificios religiosos y espacios sacros, que serán foco de atracción, tanto en el interior como en el exterior de la ciudad. Las nuevas re-laciones se empiezan a establecer en torno a basílicas y martyria. Ya desde el siglo IV se tiene conocimiento de la presencia de obispos en Sevilla (4), también debemos recordar otros edificios basilicales ex-tramuros, por ejemplo, la supuesta “basílica” del Patio de Banderas o la basílica intramuros encontrada en la Plaza de la Encarnación. Atendiendo a los textos, habría en Hispalis las siguientes basílicas, la de San Vicente (Patio de Banderas), otra dedicada a Rufina (cer-canías de Sevilla ¿?), y la basílica de San Geroncio (también en las proximidades). La datación del edificio pertenece a los siglos IV-V d.n.e., tomando en consideración, posición estratigráfica, relación espacial con los demás recintos funerarios, y materiales recuperados pese a encontrase la mayor parte del edificio sin excavar bajo el inmueble contiguo.

Seguimiento arqueológico

En el mes de marzo de 2006 se inició el control de los movimien-tos de tierra en el área que no había sido intervenida con ante-rioridad. Restaba controlar la trasera del inmueble medianera con el colegio Salesianos (una franja rectangular de 25 x 8 metros) y otra franja (29 x 7 metros) junto a la medianera este. Se realizó de forma combinada el rebaje mecánico con paradas puntuales y la excavación manual a fin de agilizar el desmonte de capas poco significativas para el análisis arqueológico con la detección de es-tructuras funerarias romanas, tanto tumbas individuales como el mausoleo D.

Franja 1ª. En la esquina SE, la medianera a los Salesianos, apa-recieron los restos del mausoleo D en parte descubierto durante la excavación. El edificio estaba realizado en un mortero de cal, muy compacto aunque sin alcanzar la dureza del opus caementicium, mezclado con abundante ladrillo picado, el cual estaba cubierto por un depósito de tonalidad marrón, arcilloso, con material ro-mano y almohade mezclados (ataifores melados con decoración de manganeso, lebrillos espatulados y alisados al interior). Sufrió un

Lámina VII. Basílica o edificio G ubicado bajo la medianera oeste del inmueble.

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alto grado de expolio sufrido ya en tiempos medievales, pudién-dose observar diversos “pozos de robo” realizados sobre los muros para aprovechar los inmejorables ladrillos romanos que conforma-ban sus muros (véase plano de planta). El muro ue 501 (cota max. -1,43 m; cota min. -2,16 m), orientado NO-SE aparecía horadado en parte para la colocación de una tinaja de almacenamiento. Este dato, y la numerosa cerámica doméstica hallada, induce a pensar que los recintos funerarios y los espacios anexos, pudieron utilizarse en tiempos medievales como áreas de hábitat, al menos esporádi-cos, aprovechado las estructuras aún en pie. El muro de cierre NO del mausoleo estaba a cota más baja (-3,74 m). Junto a ue 501, aunque fuera del recinto funerario encontramos restos de cuatro enterramientos de los cuales sólo en dos pudo recuperarse restos óseos (ue 507) a cota de -1,79 m, estaban orientadas las cabeceras al SO, el resto estaban expoliados. Desde este punto hasta llegar a la medianera este del inmueble se conformaba un espacio sin ninguna estructura constructiva (quitando las bases de los pilares contempo-ráneos), apareciendo directamente las arcillas rojas y afloramientos de tongadas de zahorra, con diversos pozos medievales utilizados como basureros (uu ee 510 511 512 513) colmatados por material almohade. Detectamos el muro de cierre NE del mausoleo A (ue 520) y dos enterramientos, uno con restos óseos (ue 524) situado justo contiguo a la esquina NE de dicho mausoleo y el otro (ue 526) completamente expoliado.

Franja 2. Encontramos junto a restos de tres pilares contemporá-neos de 1x1 m separados de la medianera en 3 metros, otra serie de pozos negros y estructuras en muy mal estado de conservación: ue 531 enterramiento vacío; ue 621: ladrillos aislados; ue 620: estruc-tura, posible enterramiento infantil; ue 618: estructura ladrillo. La orientación visible de dichas estructuras era E-O aproximadamen-te, y el módulo de ladrillo empleado 30 x 21 x 6 cm.

ANÁLISIS EPIGRÁFICO

En este contexto de área de necrópolis con inscripciones desde fines del siglo I d.n.e. hasta época visigoda, se localizaron cuatro fragmentos de epígrafes. Tres de ellos estaban realizados en un mismo tipo de mármol gris de grano grueso que pudieran permi-tir pensar que se trata de fragmentos de la misma inscripción; sin embargo la diferencia de grosor de las pieza, el diferente tipo de letra empleado en cada uno de ellos así como su dispersión en el solar nos hacen inclinarnos por considerarlos fragmentos de tres inscripciones diferentes.

•Fragmentode inscripciónnº1.Placa de Eus[…]. Presentaba el anverso y reverso pulido, corresponde a la esquina superior iz-quierda de la pieza; tenía una pequeña moldura resaltada en su parte superior. Conservaba una sola línea de texto, las letras eran capitales cuadradas de tendencia actuaria. Parece una inscripción funeraria donde se ha conservado la notificación de un cognomen de raigambre griega cuyo género no puede determinarse. La rela-ción de nombres que podrían haber figurado en la placa es muy amplia aunque de ellos solo Euschemus, Eustomus, Eusebius y Eustadia se encuentran representados en la Península Ibérica (5); Según todo lo anterior dataría de época visigoda.

•Fragmentodeinscripciónnº2. Presentaba el anverso y el re-verso pulimentado, dos líneas de texto y una distancia interlineal de 3 cm. Las letras eran capitales actuarias, realizadas mediante grabado profundo en la primera línea, menor en segunda, y con

refuerzos marcados. Cabría restituirla como [uixit ann]os XLV. Para la datación de esta pieza, solo podemos guiarnos por la con-signación del nexo y por la grafía de la C, que remiten a formas de época visigoda (6).

•Fragmentode inscripciónnº3. Tenía el anverso y el reverso pulimentados. Presentaba tres líneas de texto separadas por una distancia interlineal de 1 cm. Las letras eran capitales actuarias que medían 3,5 cm, realizadas mediante grabado poco profundo. Puede datarse por el tipo de letra empleado a partir de mediados del siglo II d.n.e.

• Fragmento de inscripción nº 4. Anverso y reverso pulimenta-dos. Tres líneas de texto separadas por un espacio interlineal de 0,5 cm., con letras actuarias de 3 cm de grabado poco profundo y con refuerzos poco marcados. Interpunción puntual en línea 3. En definitiva, en esta inscripción funeraria nos encontramos con lo que posiblemente es el cognomen del difunto/a, proculus-a, o proculinus-a, uno de los más frecuentes en la antroponimia hispana (7) y la indicación de edad. Proculus está atestiguado en algunas inscripciones de origen incierto que se han conservado en Sevilla de miembros de la familia senatorial de los Messii Rustici (8). Con relación a la datación, por el tipo de letra empleado y por el uso del mármol como soporte, que no se generaliza hasta época flavia, se situaría en el siglo II d.n.e., quizá en su primera mitad.

ANÁLISIS ANTROPOLÓGICO DE LOSENTERRAMIENTOS

Hacemos tan sólo una breve referencia, ya que la fase de laborato-rio aún se encuentra inconclusa. En general podemos afirmar que los restos óseos conservados han sido muy reducidos, en su mayoría pertenecientes a zonas de articulación y extremidades. La patología detectada se agrupó en trauma, patología dental y patología meta-bólica. El trauma observado se correspondía con una fractura con-solidada en la diáfisis del húmero izquierdo del individuo 14. Como ejemplos de patología dental, se constaron casos de caries, cálculo y elevado desgaste. La hipoplasia del esmalte dental también está pre-sente como indicio de patología metabólica. El resultado del estudio de campo provocó como resultado la constatación de la existencia de un uso funerario de este espacio, uno anterior con tumbas de tégula y fosa y otra posterior con la construcción de mausoleos en los que se documentó la presencia de enterramientos.

El ritual se corresponde con el romano, inhumaciones en las que el cuerpo se colocó en decúbito supino, con las extremidades exten-didas y orientadas bien NW-SE o bien NE-SW. Desde el punto de vista demográfico, el resultado ha sido la presencia de veinticuatro individuos, dieciocho adultos, cinco infantiles y un preadulto. El sexo se ha podido determinar como masculino en seis casos, feme-nino en tres y el resto son alofisos. El número de individuos excava-dos durante la intervención antropológica fue veintidós procedentes de tumbas individuales, más dos unidades de deposición secunda-ria. La edad de los individuos era en su mayoría la de adultos, es-tando diagnosticados dos como adultos maduros y dieciséis como adultos no específicos, referidos éstos tanto a aquellos individuos que no presentaban rasgos definitorios como a los que su índice de conservación no ha permitido establecer en un estudio preliminar una edad más precisa. Los individuos infantiles fueron cinco, tres pertenecientes al grupo infantil I (entre 0 y 6 años) y dos a infantil II (entre 6 y 12 años). Se ha diagnosticado un individuo preadulto (entre 12 y 18 años). En cuanto al sexo, se ha establecido como

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masculino en seis casos, femenino en tres y alofiso en quince. Los individuos alofisos, al igual que los diagnosticados como adultos no específicos, pertenecen al grupo de los que no presentan definidos los rasgos a partir de los cuales se establece el sexo pero también a los que no conservan material suficiente como para determinarlo o se hace necesario el estudio más detallado de laboratorio.

LA OCUPACIÓN HISTÓRICA DEL INMUEBLE

Las distintas fases de ocupación del espacio han probado una continuidad de uso del sector, que enlaza el período contempo-ráneo dedicado a la actividad comercial, con la fase más antigua, donde se identificó el uso funerario desde el siglo II d.n.e. hasta, posiblemente el siglo VI, si bien fue difícil precisar este momento final. Sobre la localización de la necrópolis romana extramuros, tiene sentido por la normativa existente que hacía referencia a en-terrar a los difuntos en el exterior de la ciudad. Junto al uso fune-rario, se pudo documentar otras actividades nocivas, los vertederos o pozos de expoliación. La necrópolis pudiera relacionarse con la vía sepulcral que partía desde la puerta romana de Santa Catalina y que discurría a través de la calle Sol en dirección norte. En lo que respecta a la organización interna del espacio funerario hemos do-cumentado la existencia de un viario secundario durante el control de movimiento de tierras. También, observando la alineación de los recintos funerarios, podemos ver con claridad una zona que podría

estar indicando la ubicación de otra calle entre los recintos A/B/C y el recinto E, aunque asociada a los primeros. Los recintos man-tienen una ordenación, que se aprecia en el paralelismo que man-tienen entre sí. Sobre las tumbas de carácter individual y disperso, no se aprecia, a priori, una ordenación o alineación en el terreno. Sí podemos concluir que las orientaciones de todas las estructuras funerarias localizadas responden a dos patrones fijos, orientaciones SW/NE y orientaciones NW/SE.

Los enterramientos en lo referente a la tipología, hubo casos donde se ha documentado cubierta, pertenecerían a las tumbas de cronología más antigua, y responden al tipo de cubierta plana de tégula asociada a fosa simple. Otro caso documentado de cubierta emplea losas de cerámica de gran grosor, apareciendo al interior del recinto funerario A, sobre la tumba 105. En el resto de los ca-sos no conservamos la cubrición original ni de la superestructu-ra o señalizaciones externas, aunque suponemos que existirían, si exceptuamos los restos de alguna lápida con epigrafía de carácter funerario documentado, pero no asociado directamente a ninguna de las tumbas. Por regla general tienen planta rectangular, con o sin cista y en algunos casos con empleo de losas de mármol en las más elaboradas que normalmente van asociadas a los mausoleos. En un caso podría haberse empleado un ataúd de madera, siendo una evidencia de su existencia un clavo extraído del interior, hacia la zona inferior de la tumba. Los tipos básicos de enterramientos

Fígura 2. Planta compuesta de la ocupación de la zona como necrópolis (9).

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documentados son: directamente sobre las gravas naturales; en fosa simple con cubierta de tégula, simple o doble, dispuestas en hori-zontal; en cista de ladrillos, fragmentados o completos; en cista de ladrillos con señalización en cabecera mediante tégula de pie; en cista de ladrillos con revestimiento de placas de mármol al interior; en cista de ladrillos con revestimientos de placas de mármol al inte-rior y sobre cama de argamasa.

El ritual funerario empleado coincide con deposiciones en decúbito supino en todos los casos claramente documentados, con el cuerpo extendido y los brazos, por lo general, alineados junto al cuerpo. Salvo la excepción de un individuo que aparece en decúbito prono y la orientación, aunque sigue siendo NW/SE, varía en la deposición del cuerpo apareciendo la cabeza al SW y los pies al NE. En lo referente al ajuar funerario, cabe destacar lo escaso de su aparición, ciñéndose casi exclusivamente a la aparición de ungüentarios de vidrio. Por ejemplo, las tum-bas 130, 123, 144, 126, algunas cuentas de collar en pasta vítrea de color verde claro. También se han documentado piezas de metal, como es el caso de dos alfileres, uno interior de la tumba 104 y la otra pieza no tenemos clara la adscripción a estruc-tura específica. Respecto a la adscripción religiosa, dilucidar con claridad ésta se hace complicado, cuando los elementos de análisis que tenemos no suponen una ruptura clara entre paga-nismo o cristianismo (ausencia de ajuares, estructuras similares, técnicas constructivas similares, materiales similares...). Grosso modo, podemos diferenciar estructuras pertenecientes a un pe-ríodo romano, como las englobadas entre ss. II-III d.n.e. y las otras de difícil esclarecimiento englobadas entre ss. IV-VI. Lle-gados a este punto cabe destacar el caso del recinto funerario B, en cuyo interior, algunas de las tumbas documentadas estaban acompañadas de ajuar funerario, algo muy poco frecuente en el ritual cristiano, y sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de ungüentarios de vidrio. No obstante, debe tenerse en presen-te el edificio denominado “recinto G” de interpretación difícil al estar básicamente cubierto por una edificación colindante. Sin embargo, suficiente para esclarecer su planta de tipo rectangular con ábside en su extremo SW, que podría estar indicándonos la existencia en este espacio de un edificio de carácter religioso, y que englobaría una organización a su alrededor. El marco cro-nológico identificado es amplio, desde el siglo II d.n.e. hasta la actualidad. Las distintas fases de ocupación podríamos, a priori, establecerlas de la siguiente forma:

•Inicio de la ocupación con carácter funerario que aparece directa-mente sobre el nivel de gravas naturales. Una cronología aproxi-mada del siglo II d.n.e., caracterizada por la existencia de tumbas de inhumación dispersas sobre la superficie intervenida.

•La segunda fase establecida entre finales del siglo II y sobre todo siglo III d.n.e., de uso funerario con tumbas de inhumación de carácter individual y también de edificación de al menos un recinto de carácter colectivo, como es el Recinto Funerario A, un mausoleo con inhumaciones como rito funerario. La fábrica del edificio apa-rece muy cuidada y cuenta con una gran entidad constructiva.

•La tercera fase se encuadra entre los siglos III-IV d.n.e. Caracteri-zada por la construcción de otros recintos funerarios (B, C, D, F), igualmente de carácter colectivo, con inhumaciones al interior. El carácter de las edificaciones indicaba unos edificios con dimensiones considerables, y por la fábrica de las estructuras funerarias, con em-pleo de placas de mármol, denotan importancia de los difuntos.

•La cuarta fase encuadrada alrededor de los siglos IV-VI, estaría re-flejada en el recinto funerario E, cuyo interior podría haber estado muy cuidado, tal como indica los fragmentos de mosaico (¿lauda sepulcral?) y de estuco pintado que se recuperaron en su interior. Junto a éste aparece el edificio G, que ocupa un lugar muy central en el espacio real ocupado por la necrópolis en este momento. Por las características ya mencionadas referentes a este edificio, pode-mos suponer que alrededor del mismo se distribuirían otra serie de estructuras de carácter funerario, en función del status social de la persona enterrada, suponiendo que cuanto más proximidad espacial con respecto al edificio central, mayor sería la categoría social o económica del finado.

•Durante el periodo islámico, según el registro arqueológico, se constata un tipo nuevo de ocupación, se produjo un cambio de uso, y pudo documentarse estructuras domésticas relacionadas con la explotación agropecuaria. En concreto, apareció una noria de fábrica de ladrillo así como depósitos con alto porcentaje de artefactos relacionados con la manipulación de líquidos

•Para los siglos XVI-XVII, esta actividad agropecuaria continúa en todo el solar intervenido, el cual conformaba el cinturón de huertas destinadas al abastecimiento de productos de primera ne-cesidad a la ciudad. En relación con ella se documentan una serie de pozos con factura de ladrillos, diseminadas en toda la superficie y que afectaron al registro estratigráfico de las etapas anteriores.

Finalmente, durante los siglos XIX-XX, continuó la misma ac-tividad agropecuaria, documentada por la existencia de textos y fuentes históricas, que hacían alusión a las huertas y estructuras de carácter hidráulico para el suministro de agua a la ciudad, hasta que se urbanizó el sector.

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NOTAS

1. AA.VV.: Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla. Cartografía. Sevilla, 1993.2. Rodríguez Cordones, Mª Rosario y Rodríguez González, Gilberto: Memoria Preliminar de la intervención arqueológica preventiva en el inmueble ubicado

en Carretera de Carmona nº 10, Sevilla. Tomo I, 2004. Inédito3. Contamos con otra basílica de reciente aparición en las excavaciones de la Plaza de la Encarnación.4. Sabino era el nombre de dicho obispo. Véase Ordoñez Agulla, S.: “Sevilla Romana”, en Edades de Sevilla, Sevilla, 2002, pág. 34.5. J. M. Abascal Palazón, Los nombres personales de las inscripciones latinas de Hispania (Murcia 1994) 355.6. Formas similar por ejemplo en una inscripción paleocristiana de Palma del Río, cfr. A. U. Stylow, “Epigrafía romana y paleocristiana de Palma del Río.

Córdoba”, Ariadna 5 (1988) 131 nº 10, y en otras piezas de Córdoba (CIL II2, 7, 652, 677).7. J. M. Abascal Palazón, Los nombres personales… 31, 470-472.8. CIL II 1175; AE 1988, 719.9. Rodríguez Cordones, Mª Rosario y Rodríguez González, Gilberto: Memoria Preliminar de la intervención arqueológica preventiva en el inmueble ubicado

en Carretera de Carmona nº 10, Sevilla. Tomo II, 2004. Inédito.

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CARMONA TARTÉSICA: I.A.P. EN EL SOLAR Nº 20 DE LA CALLE DIEGO NAVARRO (1)

JUAN MANUEL ROMÁN RODRíGUEZ (2)JACOBO VÁZQUEZ PAZ (3)

Resumen: Se exponen a continuación los resultados de la Exca-vación Arqueológica Preventiva realizada en el inmueble nº 20 de la c/ Diego Navarro de Carmona (Sevilla). Durante la interven-ción, se documentó una secuencia estratigráfica que arranca desde principios de la I Edad del Hierro, con hasta tres fases tartésicas superpuestas. De estas, la más reciente corresponde a un edificio del período orientalizante, del que se han excavado varias estancias con distintas reformas constructivas realizadas durante el tiempo en el que estuvo en uso. La más antigua de estas fases tartésicas se relaciona con actividades metalúrgicas de producción de hierro y bronce.

Abstract: The findings of the Preventive Archaeological Excava-tion in site nº 20 of Diego Navarro Street, Carmona (Seville) are shown in this paper. During the excavation process a stratigraphic secuence which started at the beginning of the Iron Age and which has up to tree tartesic levels was documented. The most recent of these levels is a building of the oriental period, from which we have excavated various rooms with different building reforms, made during the time that the rooms were in use. The oldest of these tartesic phases is related to metallurgic activities of iron and bronze production.

LOCALIZACIÓN URBANA

El solar nº 20 de la calle Diego Navarro se encuentra intramuros, dentro de la collación histórica de San Blas. Su fachada se asoma a la misma calle Diego Navarro, en sus lados sur y oeste, y a la calle Cruz de San Blas al norte, compartiendo medianería al este. El solar presentaba una superficie total de 88,39 metros cuadrados de la que prácticamente se excavó un 80%.

Identificación Catastral:Parcela: 22Manzana: 67.11.3

Las coordenadas de localización espacial a partir del plano catas-tral son: X: 266.691; Y: 4.151.125; R: 8 m. (Figura 1)

MOTIVO DE LA INTERVENCIÓN

En el solar en cuestión se proyectaba la construcción de una vi-vienda unifamiliar de nueva planta (la cual se iba a desarrollar a doble altura, organizándose su planta en cuatro crujías paralelas registradas por un corredor-galería, con un patio medianero de es-casa superficie). La cimentación que se había previsto (para ejecutar la edificación) era por medio de zapatas corridas de hormigón. La Carta de Riesgo de Carmona (3) propone para esta zona la aplica-ción de la cautela de máximo rigor, que implica multiplicar por tres la superficie que se verá afectada por las infraestructuras a fin de garantizar los valores del contexto.

EQUIPO Y FINANCIACIÓN

Durante la fase de intervención en campo, la mano de obra y el personal técnico fueron contratados por el Ayuntamiento de Carmona a través de los fondos AEPSA. El material fungible fue proporcionado igualmente por el Ayuntamiento de Carmona. Una vez finalizada esta Fase y teniendo en cuenta la importancia y re-levancia arqueológica de lo exhumado, se incorporaron de manera no financiada al Equipo de Laboratorio distintos profesionales y especialistas (4) con cuyo trabajo han facilitado la redacción de es-tas líneas (5).

CONTEXTO HISTÓRICO

En el área en que se sitúa el solar se han efectuado diversas inter-venciones arqueológicas. En 1992, durante la rehabilitación de la casa palacio del marqués de Saltillo, situada a escasos metros del solar, se excavaron diversas estancias cuya construcción se fechó en el siglo VII a.C. De los rellenos sedimentados sobre los pavimentos se recuperaron restos de un espléndido ajuar ritual orientalizante. Las excavaciones efectuadas en otros solares de esta misma manzana han permitido documentar igualmente restos de época tartésica y turdetana. El primer asentamiento de época romana también se ha definido en esta zona de Carmona y muestra una urbanística encorsetada por la estructura previa de la ciudad orientalizante y turdetana. Los muros romanos se construirán sobre los anteriores, conservando similar orientación. El desarrollo del patrón urbanís-tico romano sólo se constata a partir del Imperio y en la expansión hacia el sur y el este.

Muy cerca de este solar, en el nº 1 de la misma calle, se registró una potente estratificación republicana, parcialmente destruida por la excavación necesaria para disponer una gran cisterna durante el siglo I. En la calle Juan de Ortega, a unos 150 m. al este, se exhu-maron los restos de unas termas, cuya fachada se asomaba a una calle enlosada. Algo más al norte, en la Plazuela del Higueral se han efectuado varias intervenciones dando como resultado la documen-tación de un hórreo del siglo I y de estructuras de época tartésica, en las que se emplean fábricas de origen oriental. En este mismo año, en las excavaciones llevadas a cabo en el solar nº 24 de la calle Juan de Ortega se ha definido una intensa ocupación doméstica de época turdetana desde cotas muy superficiales.

Todas estas intervenciones han permitido dibujar el panorama de la Carmona orientalizante. En el norte, el “barrio fenicio” cataliza el poblamiento de toda la meseta con la primera implantación de carácter urbano. Fuera de este núcleo ordenado, el poblamiento disperso y en cabañas mantiene las pautas tradicionales del mundo indígena, que sólo acusa arqueológicamente la presencia oriental en el uso de las cerámicas torneadas.

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Figura 1. Plano de localización urbana y situación de la cuadricula

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METODOLOGíA

Los trabajos de campo fueron precedidos por un análisis y valo-ración de los datos extraídos durante las intervenciones anteriores en el área de San Blas, en especial los de la realizada en la casa del marqués de Saltillo, dada la proximidad de ambos solares. El Punto Cero General de la excavación se ha hecho coincidir con el de di-cha intervención con el fin de facilitar la contrastación de las cotas históricas documentadas en ambas intervenciones (6).

La cota de superficie que presentaba el solar tras la demolición del edificio era la resultante del desmonte de sus solerías. Como primer paso una vez comenzada la intervención arqueológica se procedió a la limpieza de la vegetación que cubría el solar, observándose el afloramiento en superficie de estructuras y capas de rellenos que por sus características indicaban que muy probablemente fueran de época protohistórica. Posteriormente se pudo comprobar que el solar, y posiblemente buena parte de esta zona, habían sido rebaja-dos en época moderna. Este rebaje del terreno había arrasado casi en su práctica totalidad los niveles romanos y medievales a excep-ción de algunas infraestructuras (principalmente pozos ciegos) que alcanzaban una cota más baja. El horizonte turdetano más reciente también habría sido destruido, quedando a la cota de superficie actual las estructuras que se han datado en torno al siglo V a.C. Aparentemente estos niveles conservados justo bajo el nivel de sue-lo actual no parecían presentar demasiadas alteraciones posteriores, pues las cimentaciones y estructuras de saneamiento del edificio demolido eran de escasa potencia y apenas se observaba la presencia de pozos ciegos.

Al iniciar la excavación se planteó una primera cuadrícula deno-

minada CD: A, y que se situó en la zona sur del solar con una orien-tación de 320º y su complementario en sus perfiles este y oeste. Las dimensiones iniciales de este corte fueron de 5x5 m., abarcando prácticamente la totalidad de la mitad sur del solar. Durante la ex-cavación se comprobó como las estructuras turdetanas y tartésicas, conservadas en muy buen estado, discurrían casi en superficie fuera de los límites del corte. Debido a ello se procedió a una primera ampliación de la cuadrícula en dos metros dirección norte, que-dando entonces sus dimensiones en 5x7 m. Posteriormente a esta ampliación, se planteó sobre el solar una segunda cuadrícula, loca-lizada en este caso en su zona norte con idéntica orientación de la anterior y con una disposición continua en sus perfiles este y oeste, quedando separadas ambas por un testigo de 50 cm. Las dimensio-nes de este segundo corte eran de 3x5 m., siendo sus lados mayores los norte y sur. Finalmente se procedió a la unificación de los dos cortes mediante la eliminación del testigo de separación, quedando por tanto una única cuadrícula que presentaba unas dimensiones de 10,5x5 m. y que abarcaba aproximadamente el 80% del solar (Dicha cuadrícula final se siguió denominando como CD: A). Con

el objetivo de agotar la estratigrafía, se realizaron dos sondeos en las zonas central-oeste y noreste de la cuadrícula hasta alcanzar la roca base. Con ello ha sido posible registrar la secuencia completa del yacimiento en este punto.

Durante los trabajos de excavación e interpretación se aplicaron los principios del método Harris. Los datos extraídos se recogie-ron en fichas de excavación (FEX/v87), diseñadas para tal efecto, y que tienen como principal ventaja la objetivización de los con-ceptos descriptivos que permiten poner en relación unas unidades de estratificación con otras, además de su inclusión en un sistema general de relación destinado a la conservación y tratamiento de la información arqueológica. La planimetría de excavación fue levan-tada a escala 1/20 para perfiles, secciones, alzados y plantas, usán-dose la escala 1/10 para la planimetría de detalle.

Durante la intervención se recogieron muestras de tierra, carbón, adobes, escoria, enlucidos y pavimentos que podían ser suscepti-bles de analíticas de mayor espectro. Por una parte el equipo diri-gido por el profesor D. José Luis Ubera de la Facultad de Biología de la Universidad de Córdoba, extrajo una serie de muestras para la elaboración de una columna polínica que abarca la secuencia completa tartésica obtenida durante la excavación. Este estudio ha aportado una valiosa información sobre la evolución de la paleo-biología de la Carmona Protohistórica (7). De otra parte al haberse documentado en los niveles más antiguos una serie de estructuras vinculadas a actividades metalúrgicas, se solicitó asesoría científica al Dr. M. Hunt y al Dr. S. Rovira (8) que ultima el estudio de estos restos metalúrgicos.

Sobre el suelo del Ámbito 2 se recuperaron una serie de materia-les, principalmente cerámicos, óseos y líticos, conservados in situ tras el abandono del edificio tartésico. Para la extracción completa de algunos de estos materiales, principalmente recipientes de ce-rámica a mano y las vértebras en conexión anatómica de lo que ha sido identificado como un pez Raya se procedió al engasado y consolidado de los mismos. Los materiales arqueológicos han sido restaurados por Dª Celia Márquez.

El Punto 0 general de la excavación se situó a 225,82 metros sobre el nivel del mar, referencia obtenida a partir del plano catastral.

La planimetría, tanto de perfiles, plantas y secciones fue levantada a escala 1:20 y 1:10 en campo, posteriormente escaneada y digi-talizada en formato autocad. La fotografía, tanto general como de detalle fue realizada en formato digital.

Las orientaciones tanto de los cortes como de las estructuras han sido tomadas con respecto al norte magnético.

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Figura 2. Diagrama estratigráfico general de la excavación

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ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA

Describiremos sucintamente a continuación la información ar-queológica por periodos históricos, incidiendo en las unidades estratigráficas documentadas de cada uno, y prestando especial atención a los niveles Protohistóricos. El resto de la documentación obtenida durante la excavación puede consultarse en: Lineros Rome-ro, Ricardo y Román Rodríguez, Juan Manuel: Memoria Final de la Excavación Arqueológica Preventiva en el solar nº 20 de la calle Diego Navarro, Carmona (Sevilla. Depositada en la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía y en el Museo de la Ciudad de Carmona, en Junio de 2007.

Época contemporánea(UUEE 1, 2, 3, 4, 5, 6, 30, 31, 32 y 33).

De este período se documentaron, la interfacies (UE-2) generada por el desmonte de la solería de la vivienda durante la demolición del edificio, y la capa de relleno (UE-1) de escasa potencia deposi-tada sobre aquella durante el mismo proceso.

Una serie de cimentaciones de hormigón (UUEE-3/4, 30/31), marcan el momento (segunda mitad del siglo XX) en el que este solar es segregado del que se encuentra adyacente al este, perdiendo entonces su uso como corral o vaqueriza de aquel, y acondicionándose a su nueva y última función de vivienda. Aso-ciada también a este momento habría que citar la canalización (UUEE-5/6) destinada al desagüe de las aguas residuales de la vivienda. La tubería discurre en la zona central de la cuadrícula en sentido este/oeste hasta alcanzar el alcantarillado general de la calle, siendo en la zona central del perfil oeste donde ésta presen-taba mayor profundidad.

Época moderna(UUEE 7, 8, 11 y 12).

En época moderna se desmonta el terreno que ocupa el solar y posiblemente (según las cotas) un área extensa de esta zona del ba-rrio de San Blas. Es posible que las razones de este rebaje se deban a cuestiones de índole urbanística, quizás para suavizar o aterrazar la pronunciada pendiente existente. Procesos de desmonte simila-res, también fechados en época moderna, se vienen documentado arqueológicamente en otras partes de Carmona, como es el caso de algunas zonas próximas a las calles Dolores Quintanilla y Sor Ángela de la Cruz.

La cimentación perimetral del muro de fachada (UE-11/12) así como una prolongación del mismo que atraviesa el solar de este a oeste deben fecharse en época moderna, quizás inmediatamente después del desmonte generalizado del terreno. Dicha cimentación se dispone sobre una zanja de sección en U, y se compone de un conglomerado de tierra y cal, empleándose piedras alcorizas para reforzar algunas zonas como las esquinas.

De época moderna se documentaron también dos fosas sépticas (UUEE-7/8 en la zona suroeste de la cuadrícula y 32/33 en la zona central-este) de reducidas dimensiones, planta de tendencia rectan-gular y que alcanzan escasa profundidad. En ambos casos los esca-sos materiales asociados a los rellenos interiores parecen adscribir la fecha de su colmatación en torno al siglo XVIII.

Época medieval(UUEE 9, 10, 36A, 36B, 36C, 37, 167 y 168).

El rebaje del terreno documentado para época moderna había arrasado los niveles medievales casi por completo, a excepción de la zona inferior de dos fosas sépticas (UUEE-9/10 y 36A/36B/36C/37) que profundizaban más que la cota alcanzada por el rebaje. La ti-pología de ambas estructuras es similar, presentando planta de ten-dencia circular y sin rosca asociadas, y las capas de vertidos que las colmatan. La fosa séptica UUEE-9/10 se localizaba en la zona su-reste de la cuadrícula, conservando escasa profundidad. El material asociado al relleno, aunque escaso, parece fechar la colmatación de la infraestructura en época almohade. La otra fosa séptica (UUEE-36A/36B/36C/37) se localizaba en la zona central de la cuadrícula y alcanzaba en profundidad la roca base, implicando por tanto su construcción/excavación la destrucción de todos los niveles previos en la superficie que ocupa. La planta de la fosa (UE-37) es bastante circular con sección cilíndrica, presentando un diámetro homo-géneo de aproximadamente 1,20 m. desde la boca a la base. La profundidad conservada era de unos 3,5 m. perforando en aproxi-madamente 50 cm. la roca base. Las capas de relleno que lo colma-taban se dividieron en tres, según sus características y contenido, ya que parecen indicar transformaciones o modificaciones en el uso que se hace de la infraestructura.

Se describirán estas capas en el mismo orden de su deposición en el interior del pozo ciego: La primera en depositarse fue la UE-36C que se compone de tierra muy orgánica y homogénea de color verde y casi sin materiales asociados. Las características de esta capa parecen evidenciar un primer y exclusivo uso del pozo como letri-na. Sobre la capa anterior se depositó una segunda (UE-36B) de características muy distintas; en este caso se trata de un paquete de capas de cenizas, carbones y tierra con alto contenido en materia orgánica. La densidad de materiales, principalmente de tipo óseo y cerámico, es muy elevada. Entre el material óseo destaca el elevado porcentaje de huesos de aves y ovicápridos, son también abundan-tes las conchas de caracoles terrestres procedentes de consumo y fragmentos de cáscaras de huevo. Entre el repertorio cerámico es significativo la escasa presencia de piezas vidriadas (3 fragmentos) y la similitud formal de muchas piezas de cerámica común con las de época romana, así como el hallazgo de fragmentos de esa cro-nología asociados a la capa. Las características de este paquete de pequeñas capas parecen evidenciar que durante su proceso de depo-sición el pozo se utiliza como vertedero de residuos domésticos. Por último se depositó la capa UE-36A compuesta por tierra de color marrón muy homogénea y arenosa, y que colmata la mayor parte del pozo ciego. Esta capa apenas aportó materiales de tipo cerámico u óseo, sin embargo si se encontraron asociados a la misma otros de tipo constructivo, principalmente fragmentos de tejas, tégulas e ímbrices, y, sobre todo, una elevada cantidad de piedras alcorizas de mediano y gran tamaño, muchas de ella trabajadas. La cronología que aportan los materiales cerámicos asociados a los rellenos parece oscilar entre los siglos IX y X.

Sobre el extremo sur del perfil este se localizó muy parcialmente la presencia de un posible pozo ciego (UUEE-167/168) que discu-rría al exterior del corte, siendo muy escasa la superficie existente en el interior. De forma cautelar, ya que el volumen de material es muy escaso, habría que fechar el proceso de colmatación en época medieval.

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Época romana(UUEE 73, 75, 136 y 137).

Como ya se ha mencionado el desmonte del terreno en época moderna también había arrasado casi por completo los niveles ro-manos, tanto republicanos como imperiales. Sin embargo, en el extremo norte de la cuadrícula se conservaba la parte inferior de dos fosas (UUEE-75 y 137) de gran tamaño y las capas de relleno (UUEE-73 y 136) que las colmataban. Por su proximidad, simili-tud en la profundidad alcanzada y las características de las capas de sedimentos, nos inclinamos a pensar que en origen se trataría de una sola fosa y un único relleno, divididos posteriormente por la incidencia del rebaje moderno. Las plantas de las fosas y sus seccio-nes, documentadas sólo parcialmente, son irregulares. Los rellenos que las colmatan presentan tierra de color marrón, arenosa y poco homogénea. Entre el material asociado a estas capas destaca el ele-vado porcentaje del de tipo constructivo, principalmente fragmen-tos de ladrillo, tégulas, argamasa y enlucidos. En el repertorio cerá-mico se incluyen fragmentos de sigillata gálica, lucernas de volutas, ánforas y cerámicas comunes que permiten datar su uso entre el 30 y el 90 d. C. Son también numerosos los fragmentos de cerámica de tradición turdetana. El grado de arrasamiento que presentan estas fosas, dificulta la interpretación de su posible funcionalidad, aun-que parece probable que se trate de simples fosas sépticas.

Época turdetana(UUEE 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 24, 25, 26, 28, 29,

34, 35, 40, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 50, 51, 57, 62, 64, 65, 91, 92, 93, 95, 147).

Los niveles del período turdetano, al igual que sucedía con los de época medieval y romana, también se encontraban afectados por el desmonte del terreno realizado en época moderna, al menos los que corresponderían a los siglos IV y III a.C., que según los resultados de otras intervenciones en la zona debieron existir. Pertenecientes al siglo V a.C. se han registrado una serie de estructuras y capas de sedimentos localizados justo bajo la cota del suelo actual, coinci-diendo con la profundidad máxima que alcanzó el rebaje de época moderna en este punto.

Las estructuras turdetanas conservadas a nivel de cimentación, han permitido definir con claridad parte de la planta de un edificio de cierta entidad. Las potentes cimentaciones conservadas delimi-tan varias estancias de planta rectangular, estrechas y alargadas, y de las que en sólo una de ellas se conservaba muy parcialmente el pavimento. Con los datos recogidos, se pudo definir, aunque de forma incompleta, parte de tres espacios o estancias delimitadas por muros de cimentación en tres de sus lados. El trazado de las cimentaciones conservadas presentaba una orientación de 41º y su complementario. La anchura que presentan dos de las estancias más completas; 1,70 m., aproximadamente 3 codos fenicios, podría sugerir en la construcción la utilización del módulo oriental. La estrechez de las crujías quizás esté condicionada a facilitar el sistema de cubiertas, e incluso, según las características y la solidez de las ci-mentaciones que parecen diseñadas para soportar una pesada carga, pudiera pensarse en la existencia de una segunda planta.

Denominamos estancia 1 a la más meridional de las tres, estando orientados sus lados mayores en sentido este-oeste (41º). Presenta-ba una anchura total de 1,70 m. por una longitud documentada de

4,23 m., el previsible muro de cierre en su lado occidental quedaría fuera del solar. Es en esta estancia en la única donde se ha con-servado muy parcialmente el pavimento original (UUEE-13/14), construido con piedras alcorizas de pequeño tamaño y cantos de cuarcita. Sobre la esquina noreste de este ámbito se dispuso una estructura de cimentación (UUEE-42/43/44), realizada con lajas y piedras alcorizas, una vez que los muros perimetrales se encontra-ban ya construidos, y de la que desconocemos su funcionalidad.

La estancia 2 se localiza en la zona noreste de la cuadrícula encon-trándose orientados sus lados mayores en sentido norte-sur (132º). Presenta una anchura que oscila entre 1,70 m. en su extremo sur y casi 2 m. en la zona norte, por lo que la planta de esta estancia no sería completamente rectangular, sino ligeramente trapezoidal. La longitud documentada es de 6,80 m. sin que conozcamos la ubica-ción del muro que cerraría por el norte.

La estancia 3 se ubica en la zona occidental de la cuadrícula, do-cumentándose mucho más parcialmente que las anteriores, por lo que no es posible determinar la forma y dimensiones de su planta. El muro que cierra al este presenta una longitud de 4,80 m., y los laterales norte-sur tienen una longitud máxima documentada de 1,40 m. ya que discurren fuera de la cuadrícula de excavación.

Los muros de cimentación (UUEE-17/18/19/24/45/64/92/95) que delimitan las estancias anteriores se encuentran construidos con piedras alcorizas de distintos tamaños, bien trabadas con arci-lla, tierra y fragmentos de cerámica. Para las caras de los paramen-tos se emplean las piedras de mayor tamaño que en muchos casos pueden estar careadas, rellenándose el espacio interior con mam-puestos menores. Algunas de estas piedras tienen forma triangular para facilitar el trabado con las del interior. A pesar de tratarse de muros de cimentación que quedarían soterrados las paredes se disponen “a plomo” encontrándose bien careadas. La anchura de estos paramentos oscila entre los 70 y 80 cm., lo cual podría sugerir que se construyeron para soportar un alzado de cierta envergadura. La profundidad que alcanzarían las cimentaciones puede determinarse a partir de la cota del pavimento conservado en la estancia 1, oscilando entre 1 y 1,20 m. En algunos casos los muros se superponen sobre otros anteriores por lo que sus zan-jas no precisan alcanzar mayor profundidad. Resulta de interés la reutilización del muro de mampostería tartésico UE-96, al que se le adosa un murete (UE-95) de planta triangular en su cara oeste con el fin de corregir su orientación, haciéndola complementaria al resto de cimentaciones turdetanas.

En estas cimentaciones, la primera hilada de piedras suele dispo-nerse sobre una capa de arcilla de escasa potencia que suponemos mejoraría el asiento. Los muros se construyeron sobre zanjas de ci-mentación (UUEE-21/26/41/47/51/57/62/65/93/147) de sección en U, que presentan una anchura que oscila entre 1 y 1,50 m y una profundidad entre 1 y 1,20 m. Estas zanjas se abrieron sobre las estructuras tartésicas previas y las capas de sedimentos generadas tras los procesos de abandono y derrumbe asociados a las mismas. En algunos casos las zanjas se finalizan directamente sobre los pa-vimentos o muros anteriores sin destruirlos, posiblemente por su mayor consistencia frente a las capas de sedimentos. El espacio en-tre las caras de los muros y las zanjas de cimentación se colmata con capas de relleno (UUEE-16/20/25/29/34/35/40/46/91) que según sus características y contenido estarían básicamente compuestas por

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los sedimentos extraídos durante la excavación de las mismas zanjas.

En algunos casos se observa como, sobrepasada la altura de la zanja se siguen depositando los mismos sedimentos (UUEE-16/25) con el objetivo de nivelar el terreno antes de pavimentar, o bien se depo-sitan directamente capas de tierra con este fin (UUEE-28/15).

Con respecto a los materiales asociados a las estructuras y capas de sedimentos turdetanas habría que indicar que en un elevado por-centaje se trata de elementos descontextualizados de la fase tartési-ca, procedentes de las remociones del terreno durante la apertura de zanjas de cimentación. El material predominante es el cerámi-co, con una elevada presencia de piezas fabricadas a mano. Entre la cerámica a torno son numerosas las que presentan decoración pintada, tanto monócroma como bícroma, las de tipo gris y los barnices rojos fenicios. La mayor parte de los fragmentos de borde de ánforas recogidos en estos contextos son de tipología fenicia, predominando las que presentan el labio levantado. En las capas de relleno existía una elevada proporción de fragmentos de adobes y enlucidos, procedentes también de los niveles anteriores. El mate-rial lítico es relativamente abundante, con industria sobre cuarcita, sílex y granito. Con respecto al material óseo habría que indicar que su presencia es escasa, ya que en los sedimentos que componen los niveles de derrumbe de las estructuras tartésicas y que formarán posteriormente parte de los turdetanos no se depositaron apenas huesos.

Época Tartésica(UUEE 23, 27, 38, 39, 48, 48A, 49, 53, 54, 55, 56, 58, 59, 60,

61, 63, 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 74, 76, 77, 77A, 78, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 94, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 105, 106, 107, 108, 109, 110, 111, 112, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 123, 124, 125, 126, 128, 129, 130, 131, 132, 133, 134, 135, 138, 139, 140, 141, 142, 143, 144, 145, 146, 148, 149, 150, 151, 152, 153, 154, 155, 156, 157, 158, 159, 160, 162, 163, 164, 165, 166, 169, 170, 172, 173 y 174).

La fase tartésica es la que mejor se encuentra representada en la secuencia estratigráfica obtenida. Se han distinguido hasta cua-tro fases distintas: la de mayor antigüedad, denominada “niveles previos”, se compone de varias capas sedimentarias depositadas directamente sobre la roca base. Sobre las capas anteriores se construyó una estructura que si bien ha sido sólo parcialmen-te documentada debe relacionarse con actividades metalúrgicas asociadas a la producción de hierro y bronce. A las estructuras metalúrgicas se le superpone una edificación, que denominamos “fase intermedia”, que como la anterior sólo pudo documentarse parcialmente en uno de los sondeos realizados para agotar la es-tratigrafía. Finalmente, entre los siglos VII y VI a. C., se constru-yó una nueva edificación, denominada “edificio orientalizante”, de la que se han excavado varias dependencias y en las que se han identificado distintas reformas o fases constructivas, hasta que fi-nalmente a mediados del siglo VI a. C. el edificio es abandonado al parecer de forma “precipitada”.

Se describirán a continuación las unidades de estratificación per-tenecientes al período tartésico, en orden inverso a su deposición. En el apartado de conclusiones se desarrollará más detenidamente la secuencia de esta época. En la relación estratigráfica entre uni-dades el símbolo > corresponde a posterior a, < a anterior a, y = a relacionado con.

Edificio Orientalizante niveles de abandono(UUEE 23, 27, 38, 39, 48, 48A, 49, 58, 63).

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL POSITIVA 23

Cd: ASector: 23Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 256/342Descripción: capa de relleno generada durante el proceso de abando-

no y derrumbe del edificio de la fase tartésica orientalizante. Se localiza sobre el pavimento y los muros que conforman el ámbito 1, en la zona sur de la cuadrícula. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y la composición poco homogénea. La tierra es de co-lor marrón claro, textura arcillosa y estructura granular. La mayor parte del material asociado a esta capa procede del derrumbe de los muros, principalmente fragmentos de enlucido, con mayor densidad en la zona inferior de la capa, y de ladrillos de adobe. Por el reducido tamaño que presentan en general los fragmentos de adobe no parece que los muros se desplomaran rápidamente sino que tras la pérdida de la cubierta del edificio fueran erosionándose lentamente. El material cerámico asocia-do a este contexto es escaso en relación al volumen excavado. Predomi-nan la cerámicas fabricadas a mano frente a las torneadas, entre estas últimas se recuperó in situ una lucerna semicompleta. Debido al origen de la capa el registro óseo también es reducido, destacando la presencia de tres falanges, posiblemente de ovicáprido, en conexión anatómica sobre el suelo de la estancia.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL POSITIVA 27

Cd: ASector: 27Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 289/305Descripción: capa de relleno generada durante el proceso de abando-

no y derrumbe del edificio de la fase tartésica orientalizante. Se localiza sobre el ámbito 1, en la zona central-oeste de la cuadrícula. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y la composi-ción homogénea. La tierra es de color amarillo, textura arenosa y estruc-tura granular. Presenta una resistencia media-baja a su excavación. Entre el material asociado a la capa aparecen fragmentos de adobe y cerámica, entre la que destaca un fragmento torneado con decoración figurativa.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL POSITIVA 38

Cd: ASector: 38Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 260/288Descripción: capa de relleno generada durante el proceso de aban-

dono y derrumbe del edificio de la fase tartésica orientalizante. Se localiza en la zona sureste de la cuadrícula sobre la capa UE-23 en el ámbito 1 y sobre el muro UE-66. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y la composición poco homogé-nea. La tierra es de color marrón grisácea, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media-baja a su excavación. Aso-ciado a la capa hay numerosos fragmentos de material constructivo, principalmente adobe, cal y piedras, también gran densidad de carbo-nes y numerosos fragmentos cerámicos entre los que aparecen algunos decorados con barniz rojo y retícula bruñida.

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Figura 3. Planta general del edificio orientalizante.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL POSITIVA 39

Cd: ASector: 39Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 263/274Descripción: capa de relleno generada durante el proceso de aban-

dono y derrumbe del edificio de la fase tartésica orientalizante. Se localiza en la zona sureste de la cuadrícula sobre la capa UE-38 en el ámbito 1 y sobre el muro UE-66. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y la composición poco homo-génea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular, con bastante densidad de arena lavada. Presenta una resis-tencia media-baja a su excavación. Asociado a la capa hay fragmen-tos de material constructivo, principalmente adobe, cal y piedras, también gran densidad de carbones y numerosos fragmentos cerá-micos entre los que aparecen algunos decorados con barniz rojo.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL POSITIVA 48

Cd: ASector: 48Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 285/343Descripción: capa de relleno generada durante el proceso de aban-

dono y derrumbe del edificio de la fase tartésica orientalizante. Se localiza en la zona este de la cuadrícula, principalmente sobre el pavimento y los muros que conforman el ámbito 2. Sobre el pavi-mento de la estancia y cubiertos por esta capa se encontraron una serie de materiales conservados in situ y que se han considerado como UE-48a. El origen y formación de la capa, generada durante el mismo proceso que la UE-23, son artificiales, la deposición rápi-da y la composición poco homogénea. La tierra es de color marrón claro, textura arcillosa y estructura granular. La mayor parte del material asociado a esta capa procede del derrumbe de los muros, principalmente fragmentos de enlucido, con mayor densidad en la zona inferior de la capa, y de ladrillos de adobe. Al igual que ocurría

en la capa UE-23 el reducido tamaño que presentan en general los fragmentos de adobe, aunque en este caso se encontró caído algún ladrillo completo, no parece indicar que los muros se desplomaran rápidamente sino que tras la pérdida de la cubierta del edificio fue-ran erosionándose lentamente. El material cerámico asociado no es muy abundante, predominando las cerámicas a mano frente a las fabricadas a torno, entre las que aparecen algunas de barniz rojo. Los restos de fauna y malacofauna tampoco son muy abundantes, si exceptuamos los encontrados in situ sobre el suelo de la habitación. También se recuperaron algunas piezas metálicas, principalmente de bronce.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL POSITIVA 48A

Cd: ASector: 48ACronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 327/342Descripción: con esta unidad se ha denominado al conjunto de

materiales depositados in situ sobre el pavimento (UE-68) del ámbito 2 y cubiertos por la capa UE-48. El conjunto se compo-ne principalmente de algunos recipientes de cerámica, industria lítica y restos de fauna que debió encontrarse almacenada para su consumo en esta estancia. Estos materiales, que formaron parte del ajuar y de la dieta de los inquilinos del edificio, quedaron abandonados tras la clausura del mismo y posteriormente sepulta-dos por los procesos de derrumbe. En su mayor parte las piezas se concentraban en la zona sur de la estancia, conservando algunos su posición original. Sobre la pared meridional de la habitación se adosaban tres pilares de arcilla que debieron sustentar un banco de madera desde el cual parecen haber caído algunas de las piezas. Entre las cerámicas recuperadas destaca un plato con decoración bruñida que conservaba en el interior su contenido original. Este se encontraba formado por una materia arenosa de color naranja intenso, que podría ser algún tipo de pigmento mineral. La po-sición y rotura del plato y de un vaso globular adyacente parecen indicar que estos cayeron desde el banco de la pared sur. La mayor parte de los útiles de piedra encontrados en la estancia se relacio-nan con los procesos de transformación de los alimentos, desta-cando un molino barquiforme de piedra alcoriza y varias moletas fabricadas sobre cuarcita.

Los restos óseos de fauna recuperados se concentran principal-mente en la esquina suroeste de la habitación, junto a las vasijas de cerámica y en menor cantidad próximos a la esquina sureste. En su mayor parte se trata de microfauna e ictiofauna, con escasa presen-cia de macrofauna representada con algún hueso de ovicáprido y bóvido. En algún caso se documentaron varios huesos en conexión anatómica, como los pertenecientes a la articulación inferior de un ave. La aparición de restos de roedores podría estar relacionada al proceso de abandono de la edificación. Algo más al centro de la habitación se encontró, también directamente sobre el suelo, unas cincuenta vértebras en conexión anatómica de lo que debió ser la espina dorsal de un pez posiblemente cartilaginoso. Con respecto a la malacofauna se recogieron algunas conchas, entre las que se encontraba una de cardium.

Sobre el suelo de la zona sur se identificó una pequeña capa de una materia de color ocre y textura arcillosa, de apariencia similar a las que forman los pavimentos de arcilla.

Lámina I. Cimentaciones de mampostería del edificio turdetano super-puestas a los niveles oriental.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL POSITIVA 49

Cd: ASector: 49Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 301/328Descripción: capa de relleno generada durante el proceso de aban-

dono y derrumbe del edificio de la fase tartésica orientalizante. Se trata de la misma capa que la UE-58 aunque algo más al sur y separadas por la fosa UE-5. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y la composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media-alta a su excavación. En la zona in-ferior de la capa se concentran numerosos fragmentos de enlucidos mientras que en la zona superior hay mayor densidad de fragmen-tos de adobe, lo que sugiere un derrumbe relativamente lento.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL POSITIVA 58

Cd: ASector: 58Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 293/330Descripción: capa de relleno generada durante el proceso de abando-

no y derrumbe del edificio de la fase tartésica orientalizante. Se localiza sobre el pavimento del ámbito 1, en la zona central-oeste de la cua-drícula. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y la composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media-alta a su excavación. En la zona inferior de la capa se concentran nu-merosos fragmentos de enlucidos mientras que en la zona superior hay mayor densidad de fragmentos de adobe, lo que sugiere un derrumbe relativamente lento. Entre el material asociado a la capa aparecen frag-mentos de adobe, enlucidos, cal, piedras, escasos restos óseos y de car-bón y cerámica, entre la que destaca un fragmento de tipo Carambolo.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL POSITIVA 63

Cd: ASector: 63Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 232/312

Descripción: capa de relleno generada durante el proceso de abandono y derrumbe del edificio de la fase tartésica orientali-zante. Se localiza sobre el pavimento y los muros que conforman el ámbito 5, en la esquina suroeste de la cuadrícula. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y la composición poco homogénea. La tierra es de color marrón claro, textura arcillosa y estructura granular. La mayor parte del material asociado a esta capa, como en el caso de las UU.EE 23 y 48 del mismo proceso, procede del derrumbe de los muros, principalmente fragmentos de enlucido y de ladrillos de adobe. El material cerámico asociado a este contexto es en su mayoría fabricado a mano, aunque también se recuperaron torneados, con ejemplares de barniz rojo y un pequeño fragmento de cerá-mica ática.

Edificio Orientalizante 3ª Fase(UUEE 53, 54, 68, 69, 70, 71, 74, 78, 79, 80, 81, 82, 84, 85, 86,

87, 88, 94, 96, 97, 99, 106, 107, 124, 151, 162 y 169).

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 53Cd: ASector: 53Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 285/302Descripción: Muro que cierra el ámbito 1 por su lado sur, tras la

remodelación de esta estancia a costa del ámbito 2. El paramento se adosa perpendicularmente al UE-83 y de forma continua al ex-tremo del UE-143. Sobre este se adosan los pavimentos UE-85 (al norte del ámbito 5) y UE-70 al sur del ámbito 1 y el banco UE-82. La estructura tiene una longitud de 1,55 m por una anchura de unos 40 cm. Para su construcción se emplearon piedras alcorizas de pequeño tamaño trabadas con arcilla.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 54Cd: ASector: 54Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 286/352Descripción: revestimiento de arcilla dispuesto sobre el muro UE-

53 y el enlucido UE-163 como preparación a la construcción del banco adosado UE-82 y enrasando la cara norte del muro. Para su construcción se empleó arcilla de color amarillo de idénticas carac-terísticas que la empleada para el banco. Sobre el revestimiento se aplica el enlucido UE-162.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 68Cd: ASector: 68Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 338/344Descripción: pavimento del ámbito 2 durante su última fase de

uso. El pavimento consta de varias capas de arcilla roja y alguna de cal, dispuestas sobre la capa de nivelación UE-127. El suelo presen-ta un grosor de unos 0,5 cm siendo su cota más baja la situada en la esquina noreste de la estancia. El pavimento fue dispuesto cuando el ámbito 2 había sido reducido por su lado sur con la construcción del muro UE-78.

Lámina II. Fotografía general de los niveles tartésicos.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL NEGATIVA 69

Cd: ASector: 94Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 338/345Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-68 del ám-

bito 2. Sobre esta superficie se conservaron tras el abandono del edificio una serie de objetos (UE-48A) relacionados con el uso de la estancia.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 70Cd: ASector: 70Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 315/339Descripción: pavimento del ámbito 1 durante su última fase de

uso. El pavimento consta de varias capas de arcilla roja y alguna de cal, dispuestas sobre la capa de nivelación UE-74. El suelo presenta un grosor de unos 3 cm siendo su cota más alta el ángulo que ahora presenta la estancia en el centro, posiblemente porque bajo este punto se encuentra parte del muro seccionado UE-55 que aportaría mayor resistencia.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 71Cd: ASectores: 71 y 52Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 315/338Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-70 del ám-

bito 1. Esta superficie corresponde a la última fase de ocupación del edificio. La cota más alta se encontraría en el ángulo que ahora presenta la estancia en el centro, posiblemente porque bajo este punto se encuentra parte del muro seccionado UE-55 que aportaría mayor resistencia.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 74 Cd: ASector: 74Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 332/349Descripción: capa de relleno depositada intencionalmente sobre

la superficie (UE-76) del pavimento de arcilla del ámbito 1 UE-77. Esta capa tiene como finalidad recrecer y nivelar la superficie de suelo previamente a la construcción del pavimento de arcilla UE-70, correspondiente a la última fase constructiva del edificio. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su

Figura 4. Perfil oeste sondeo oeste.

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deposición rápida y su composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia a su excavación media-alta. La mayor parte del ma-terial asociado a esta capa es de tipo constructivo, principalmente fragmentos de adobes, enlucidos, piedras y cal.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 78Cd: ASector: 78Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 296/352Descripción: Muro que cierra el ámbito 2 por su lado sur durante

la última fase constructiva del edificio. Este cierre reducirá consi-derablemente las dimensiones de la estancia en su última etapa, quedando el espacio perdido integrado en el ámbito 1. El muro fue construido empleando ladrillos de adobe que presentan un módulo de 38 x 32-34 x 10 cm trabados con arcilla gris que también se emplea para regularizar las paredes. La arcilla empleada para los la-drillos es de color negro y bastante homogénea. Sobre la cara norte del muro se le adosan tres piezas de arcilla alargadas (UE-80) y el enlucido UE-79. En su cara sur el banco corrido UE-81.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 79Cd: ASector: 79Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 296/343Descripción: enlucido de la cara norte del muro UE-78. Se aplica

sobre la capa de arcilla que regulariza el muro de adobes, constando de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento rojo, aunque en este caso mucho más diluido que el resto de los enlucidos. Pre-senta un grosor aproximado de 0,8 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 80 Cd: ASector: 80Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 312/343Descripción: se denomina UE-80 a tres piezas de arcilla adosadas

perpendicularmente al muro UE-78 que servirían de apoyo a un posible banco de madera. Dos de estas piezas se encontraban casi totalmente perdidas, sin embargo las huellas de las mismas sobre el pavimento (UE-68) eran evidentes. La situada en el extremo oeste conservaba un alzado de unos 26 cm. Las piezas, de planta rectan-gular y extremos redondeados, se disponían de sur a norte sobre las esquinas sureste y suroeste y en la zona central del muro UE-78 y sobre el enlucido UE-79 del mismo. La longitud de estos apoyos es de unos 70 cm por entre 15 y 20 cm de anchura, quedando se-paradas unos 85 cm. En los tres casos habían sido enlucidas como el muro UE-78.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 81Cd: ASector: 81Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 310/333

Descripción: banco corrido adosado a la cara sur del muro UE-78, una vez que este ha modificado la superficie de los ámbitos 1 y 2 quedando el banco en el primero. Presenta una longitud de 2,65 m, una anchura de 0,38 m y una altura de unos 0,30 m. El banco se construyó con adobes de color gris que fueron revestidos y pintados con la misma arcilla que el pavimento UE-70. Sobre este banco se conservó la mayor parte de una lucerna, alguna piedra alcoriza y un fragmento grande de cerámica gris.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 82 Cd: ASector: 82Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 295/320Descripción: banco de arcilla adosado a la esquina suroeste del

ámbito 1 sobre los muros UUEE-53 y 66 durante la última fase de uso del edificio. Presenta una longitud de 1,30 m, una anchura de 0,33 m y una altura de unos 0,20 m. El banco se construyó con adobes de color amarillo que fueron revestidos y pintados con la misma arcilla que el pavimento UE-70. En el extremo oeste presen-taba un resalte posiblemente de planta rectangular con las esquinas curvadas que se encontraba parcialmente destruido.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 84 Cd: ASector: 84Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 304/307Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-85 del ám-

bito 5. Presenta algo más de altura en la zona perimetral.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 85 Cd: ASector: 85Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 309/303Descripción: pavimento del ámbito 5 durante su última fase de

uso. El pavimento consta de varias capas de arcilla roja presentando un grosor de unos 0,8 cm. El pozo ciego moderno UE-8 arrasó buena parte de este suelo quedando sólo esta parte al oeste y otro fragmento al este (UE-88).

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 86 Cd: ASector: 86Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 302/309Descripción: Muro de adobes documentado parcialmente en

la zona sur de la cuadrícula y que delimitaría el ámbito 5 por su lado este. La estructura, que se adosa perpendicularmente al muro UE-143, se encuentra arrasada hasta casi el nivel de pavimento (UE-88). Los ladrillos de adobe son de color negro, de idénticas características a los empleados en el muro UE-78, también perteneciente ala última fase constructiva. El muro pre-senta una longitud documentada de 1,25 m y una anchura de unos 0,35 m.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 87Cd: ASector: 87Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 304/306Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-88 del

ámbito 5.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 88Cd: ASector: 88Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 307/304Descripción: pavimento del ámbito 5 durante su última fase de

uso. El pavimento consta de varias capas de arcilla roja presentando un grosor de unos 0,8 cm. El pozo ciego moderno UE-8 arrasó buena parte de este suelo quedando sólo esta parte al este y otro fragmento al oeste (UE-85).

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 94Cd: ASector: 94Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 304/305Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-96 se en-

cuentra muy perdida por la excavación de fosas posteriores y rebajes del terreno.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 96 Cd: ASector: 96Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 304/307Descripción: pavimento de arcilla roja documentado muy par-

cialmente debido a que presenta un alto nivel de arrasamiento en la zona norte de la cuadrícula. Desconocemos las dimensiones totales de la estancia que pavimentaría este suelo, aunque al menos ocu-paría la mayor parte de los anteriores ámbitos 3, 4 y 6 siendo sus límites este el muro UE-99 y el sur los UUEE-59 y 72.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 97Cd: ASector: 97Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 312/365Descripción: capa de relleno depositada intencionalmente sobre

los ámbitos 4 y 6. Esta capa tiene como finalidad recrecer y nivelar la superficie de suelo previamente a la construcción del pavimento de arcilla UE-96, correspondiente a la última fase constructiva del edificio. El origen y formación de la capa son artificiales e intencio-nales, su deposición rápida y su composición homogénea. La tierra es de color naranja, textura arenosa y estructura granular. Presen-ta una resistencia a su excavación media. Gran parte del material asociado a esta capa es de tipo constructivo, principalmente frag-mentos de adobes, enlucidos, piedras y cal. El material cerámico es

también abundante, con mayor presencia de cerámicas fabricadas a mano que torneadas. Encima del pavimento del ámbito 4, sobre el que en parte se depositará la capa, se encontraban in situ once piezas cilíndricas de arcilla. Estas piezas, que presentan distinta co-loración según las arcillas que las forman, tienen diámetros que oscilan entre los 10 y los 20 cm y escasa altura.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 99 Cd: ASector: 99Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 274/386Descripción: Muro que cierra el ámbito 4 por su lado este durante

la última fase constructiva del edificio. En su extremo sur la estruc-tura se superpone parcialmente al muro de adobes UE-59, hacia el norte fue necesario la excavación de una zanja de cimentación para el nuevo paramento. La longitud documentada del muro es de 3,80 m y su anchura de 0,90 m, presentando una orientación de 327º. Para su construcción se emplearon piedras alcorizas de mediano y pequeño tamaño trabadas con arcilla y fragmentos de cerámica. Los lados del paramento se encuentran muy bien careados. Este muro será reutilizado durante la etapa turdetana.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 106 Cd: ASector: 106Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 313/365Descripción: capa de relleno que colmata el espacio existente entre

la cara oeste del muro UE-99 y su zanja de cimentación UE-107. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición poco homogénea. La tierra es de color naranja, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media-alta a su excavación. En la zona inferior el relleno contiene una elevada cantidad de fragmentos de arcilla o adobes que presentan las señales propias de haber sido expuestos a elevadas temperaturas en su mayor parte por una de sus caras. Posiblemente estos fragmentos quemados debieron formar parte de un horno o estructura similar.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALNEGATIVA 107 Cd: ASector: 107Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 313/365Descripción: zanja de cimentación del muro UE-99 en su lado

oeste. Presenta sección en U y se encuentra colmatada por la capa UE-106

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 124 Cd: ASector: 124Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 284/314Descripción: capa de relleno depositada intencionalmente sobre

el pavimento UE-126 del ámbito 3. Esta capa tiene como finalidad

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recrecer y nivelar la superficie de suelo previamente a la construc-ción de un nuevo pavimento de arcilla (UE-96), correspondiente a la última fase constructiva del edificio. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición homogénea. La tierra es de color marrón, textura are-nosa y estructura granular. Presenta una resistencia a su excavación media. Gran parte del material asociado a esta capa es de tipo cons-tructivo, principalmente fragmentos de adobes, enlucidos, piedras y cal. El material cerámico es relativamente abundante, con mayor presencia de cerámicas fabricadas a mano que torneadas. Entre la cerámica aparecen algunos fragmentos con decoración de retícula bruñida.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 127Cd: ASector: 127Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 343/352Descripción: capa de relleno depositada intencionalmente so-

bre la superficie (UE-128) del pavimento de arcilla del ámbito 2 UE-129. Esta capa tiene como finalidad recrecer y nivelar la superficie de suelo previamente a la construcción del nuevo pa-vimento de arcilla UE-68, correspondiente a la última fase cons-tructiva del ámbito. Presenta una potencia media de unos 15 cm. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media a su excavación. La mayor parte del mate-rial asociado a esta capa es de tipo constructivo, principalmen-te fragmentos de adobes, enlucidos, piedras y cal, también se recuperaron algunos fragmentos cerámicos como parte de una tapadera de barniz rojo.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALNEGATIVA UE-151Cd: ASector: 151Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 332/320Descripción: interfacie sobre la que se realizará la última remode-

lación de los ámbitos 1 y 2, y que afectará principalmente el extre-mo sur del muro UE-55 que será seccionado. Esta modificación, junto a la construcción del muro UE-78 que cerrará el ámbito 1 en su lado sur, remodela las estancias viendo reducida la segunda su superficie y aumentando la suya la primera, que presenta ahora planta en L.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 162Cd: ASector: 162Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 290/303Descripción: enlucido de la cara norte del muro UE-53 y el banco

UE-82. Se aplica sobre el cordón de arcilla UE-54, constando de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento rojo. Presenta un grosor aproximado de 0,4 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 169 Cd: ASector: 169Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 286/303Descripción: enlucido de la cara sur del muro UE-169. Se aplica

sobre la capa de arcilla que regulariza el muro de adobes, constando de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento rojo. Presenta un grosor aproximado de 0,8 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 175Cd: ASector: 175Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 306/358Descripción: recrecido de ladrillos de adobe y piedras del banco

(UE-158) adosado a la cara norte del muro UE-52 del ámbito 4. Este recrecido se realiza cuando el banco va ha quedar anulado por la subida del nivel de suelo (UUEE-97 y 96) registrado durante la última fase constructiva. Desconocemos si este mantenimiento de la estructura en la siguiente fase es para un nuevo banco o bien para reforzar el muro UE-59. Los adobes empleados para el recrecido son de color marrón (claro y oscuro) con nódulos de piedra alcoriza y arena. Las dimensiones aproximadas de los ladrillos son de 40 x 38 x 10 cm.

Edificio Orientalizante 2ª fase(UUEE 76, 77, 77A, 101, 102, 103, 105, 108, 117, 118, 119,

125, 126, 128, 129, 130, 133, 138, 139, 149, 150 y 154)

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 76Cd: ASector: 76Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 342/352Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-77 del

ámbito 1.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 77Cd: ASector: 77Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 340/349Descripción: pavimento del ámbito 1 durante su cuarta fase de

uso. El suelo, de arcilla roja, se superpone al pavimento UE-77A y al cordón de arcilla UE-103 y a la fosa UE-117. Se observan varias ca-pas superpuestas de arcilla correspondiente a distintas reparaciones.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 77A Cd: ASector: 77ACronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 348/361

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Descripción: pavimento del ámbito 1 durante su tercera fase de uso. El suelo, de arcilla roja, se superpone al pavimento de cantos UE-105 y al escalón UE-102 que ahora queda casi nivelado con respecto al resto de la estancia, aunque conserva aún cierta altura (3-4 cm). Se observan varias capas superpuestas de arcilla corres-pondiente a distintas reparaciones, hasta que en algún momento se abre sobre este la zanja UE-117 y en la zona noreste se aplica un cordón de arcilla (UE-103) que delimita una zona rectangu-lar delante del vano o tránsito con el ámbito 2. En ese punto ya había existido un banco o escalón (UE-102) pero había quedado soterrado debido a los distintos recrecidos del nivel de suelo, ahora este cordón protege un espacio algo mayor que el escalón anterior que queda pavimentado (UE-77) a la misma cota que el resto de la estancia.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 101Cd: ASector: 101Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 349/354Descripción: capa de relleno que colmata la zanja UE-119 locali-

zada en la zona noroeste del ámbito 1 bajo el pavimento UE-77A. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición poco homogénea. La tierra es de color verde, textura arcillosa y estructura granular. Presenta una resistencia media su excavación. La mayor parte del material asocia-do a esta capa es de tipo constructivo, principalmente fragmentos de adobes, enlucidos, piedras y cal.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 102 Cd: ASector: 102Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 354/360Descripción: Estructura en forma de escalón o banco situado

en el ámbito 1 delante del vano o puerta que comunicaría esta estancia con el ámbito 2. Presenta una planta rectangular de aproximadamente 1 x 1,60 m. y se compone de cal y arcilla roja, delimitándose el perímetro con piedras alcorizas de pequeño ta-maño. La disposición mezclada de la cal y la arcilla sugiere que fueron apisonadas durante la construcción de la estructura, a di-ferencia del resto de pavimentos donde estos materiales aparecen en capas sucesivas.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 103Cd: ASector: 103Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 358/342Descripción: Estructura de arcilla en forma de cordón que delimi-

ta un espacio rectangular situado en el ámbito 1 delante del vano o puerta que comunicaría esta estancia con el ámbito 2. Presenta un plano vertical, de unos 10 cm de altura hacia la estancia y un plano inclinado hacia el vano hasta alcanzar la misma cota que el resto. Sobre el cordón se dispone el pavimento UE-77 y más tarde el UE-154.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 105Cd: ASector: 105Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 341/349Descripción: pavimento de cantos del ámbito 1 construido directa-

mente sobre el UE-150 también del mismo material, quedando entre ambos una capa de cal. Los cantos, de tamaño algo mayor que los del UE-150, se superponen en varias capas. Este pavimento alcanza unos 20 cm de grosor y entre los cantos se observan algunas capas muy finas de arcilla roja lo que podría indicar que este suelo sufrió algunas reparaciones y recrecidos. El pavimento se adosa al escalón UE-102 localizado junto al vano existente entre los ámbitos 1 y 2.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 108Cd: ASector: 108Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 328/346Descripción: capa de cal que colmata la fosa UE-117 localizada en

la zona noroeste del ámbito 1. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición ho-mogénea. La tierra es de color blanco, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media-alta a su excavación. La capa se compone casi exclusivamente de cal con abundantes nódulos.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALNEGATIVA 117Cd: ASector: 117Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 321/345Descripción: zanja de pequeño tamaño localizada en la zona noroes-

te del ámbito 1, abierta sobre el pavimento UE-77A y que discurre muy próxima al muro UE-66. La zanja, de sección en U, discurre de forma paralela al paramento para tras realizar un quiebro de 90º perderse bajo el perfil este. Las dimensiones de la fosa son de 35 cm de anchura por 30 cm de profundidad. Desconocemos la funcionalidad de la zanja, que se encuentra colmatada por la capa de cal UE-108. Sobre ambas se volverá a pavimentar con el suelo de arcilla UE-77.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 118Cd: ASector: 118Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 325/348Descripción: capa de relleno localizada en la zona noroeste del

ámbito 1 bajo el pavimento UE-77A. Esta capa tiene como fi-nalidad recrecer y nivelar la superficie de suelo previamente a la construcción del pavimento de arcilla UE-77A. El origen y for-mación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arcillosa y estructura granular. Presenta una resis-tencia media su excavación. La mayor parte del material asociado a esta capa es de tipo constructivo, principalmente fragmentos de adobes, enlucidos, piedras y cal.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALNEGATIVA 119Cd: ASector: 119Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 335/349Descripción: zanja de pequeño tamaño localizada en la zona no-

roeste del ámbito 1, abierta sobre el pavimento UE-109 y que dis-curre muy próxima al muro UE-72. La zanja, de sección en V, dis-curre de forma paralela al paramento para tras realizar un quiebro de 90º morir en la zona de contacto con el muro. Las dimensiones de la fosa son de 30 cm de anchura por 15 cm de profundidad. Desconocemos la funcionalidad de la zanja, que se encuentra col-matada por la capa de sedimentos UE-101.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 125Cd: ASector: 125Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 323/342Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-126 del

ámbito 3. La zona perimetral se encuentra algo más elevada que la central.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 126Cd: ASector: 126Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 323/342Descripción: pavimento de arcilla roja del ámbito 3 durante la fase

intermedia, adosándose a los muros UUEE-133, 138 y 72. El suelo presenta un grosor de unos 2 cm, debido a la superposición de varias capas de arcilla y alguna de cal. En la esquina noreste de la habitación se observan dos pequeño resaltes en forma de escalones superpuestos que alcanzan unos 13 cm por encima del resto del suelo.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 128Cd: ASector: 128Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 342/352Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-129 del

ámbito 2. La zona central del pavimento se encuentra algo rehun-dida con respecto a la zona perimetral.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 129Cd: ASector: 129Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 342/354Descripción: pavimento del ámbito 2 durante su segunda fase de

uso. El suelo fabricado con arcilla roja se dispone sobre la capa de nivelación UE-130, presentando un grosor medio de entre 1 y 2 cm. Este pavimento junto con la capa de nivelación anula el banco adosado de la esquina noreste de la habitación, quedando también ocultas las zapatas interiores de los muros UUEE-55, 143 y 59.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 130Cd: ASector: 130Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 332/349Descripción: capa de relleno depositada intencionalmente sobre

la superficie del pavimento de arcilla del ámbito 2 UE-131. Esta capa tiene como finalidad recrecer y nivelar la superficie de suelo previamente a la construcción del nuevo pavimento de arcilla UE-129, correspondiente a la segunda fase constructiva del ámbito. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media-alta a su excavación. La mayor parte del material asociado a esta capa es de tipo constructivo, principalmente frag-mentos de adobes, enlucidos, piedras y cal.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 133 Cd: ASector: 133Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 320/336Descripción: muro de mampostería que delimita los ámbitos 3 y

4 por sus lados este y oeste respectivamente durante la fase interme-dia del edificio. Posiblemente se trate de un zócalo que ha perdido su alzado de piedra y que reaprovecha parcialmente a los muros de adobe de la fase anterior UUEE-156 y 157. El muro se conserva prácticamente a nivel del pavimento UE-126, presentando una an-chura de 64 cm y una longitud documentada de 2,50 m. Presenta una orientación de 324º. Para la construcción de la estructura se emplearon piedras alcorizas sin carear de mediano y pequeño tama-ño trabadas con arcilla.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 138Cd: ASector: 138Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 324/345Descripción: muro de mampostería que delimita al ámbitos 3

por su lado norte durante la fase intermedia del edificio. Posible-mente se trate de un zócalo que ha perdido su alzado de piedra y que reaprovecha parcialmente al muro de adobe de la fase anterior UE- 157. El muro se conserva prácticamente a nivel del pavimen-to UE-126, presentando una anchura de entre 55 y 60 cm y una longitud documentada de 1,94 m. Presenta una orientación de 236º formando esquina con el UE-133. Para la construcción de la estructura se emplearon piedras alcorizas sin carear de mediano tamaño trabadas con arcilla.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 139 Cd: ASector: 139Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 334/342Descripción: Emparchado de piedras dispuesto en la esquina

suroeste del ámbito 6, sobre los muros UUEE-156 y 157 de

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la fase constructiva anterior. De esta forma que se continúa el zócalo de mampostería UE-133 sobre el que previsiblemente se construirá un alzado de adobes. Este emparchado se realiza con piedras alcorizas sin trabajar de pequeños tamaños y trabadas con arcilla.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 149 Cd: ASector: 149Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 332/339Descripción: capa de relleno depositada intencionalmente sobre

el pavimento UE-77 del ámbito 1. Esta se deposita en la zona ex-terior al cordón UE-103 hasta alcanzar la cota máxima de este, quedando la zona interior (junto al vano) igual. El objetivo de esta capa es recrecer y nivelar la superficie de suelo previamente a la construcción de un nuevo pavimento de cantos (UE-154) en la estancia a excepción de la zona inmediata al vano noreste que por primera vez queda a una cota inferior que el resto. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición homogénea. La tierra es de color naran-ja, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media a su excavación. La mayor parte del material asociado a esta capa es de tipo constructivo, principalmente fragmentos de adobes, enlucidos, piedras y cal.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 150 Cd: ASector: 150Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 342/365Descripción: pavimento del ámbito 1 durante su segunda fase

de uso. Consta de una capa de cal sobre la que se disponen cantos rodados de mediano y pequeño tamaño que se superponen hasta alcanzar un grosor de entre 9 y 15 cm. El pavimento se adosa al escalón UE-102 localizado junto al vano existente entre los ámbi-tos 1 y 2.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 154Cd: ASector: 154Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 332/336Descripción: pavimento de cantos del ámbito 1 construido so-

bre la capa de nivelación UE-149 y adosado a la zona exterior del cordón de arcilla UE-103. Este suelo ocuparía la mayor parte de la estancia salvo la zona norte donde se mantendría el pavimento UE-77 delimitado por el cordón. Los cantos de cuarcita de media-no tamaño se disponen en una sola tongada sobre una capa de cal, alcanzando un grosor de unos 4 cm.

Lámina III. Conjunto de materiales conservados in situ en el ámbito 2 del edificio orientalizante

Edificio Orientalizante 1ª fase(UUEE 55, 56, 59, 60, 61, 66, 67, 72, 83, 89, 98, 100, 109, 110,

131, 132, 140, 141, 143, 152, 153, 155, 156, 157, 158, 159, 160, 163, 164, 165 y 170).

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 55 Cd: ASector: 55Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 279/353Descripción: muro documentado en la zona central de la cuadrícula

que separaría a los ámbitos 1 (en su lado este) y 2 (en su lado oeste). Se trata de uno de los primeros muros asociados a la construcción del edifi-cio, y que sufrirá modificaciones durante las distintas fases constructivas del mismo. El muro discurre con una orientación de 143º y una longi-tud inicial de 5,20 m por una anchura de 0,35 m. En una fase posterior el extremo sur del muro será seccionado en 1,30 m quedando reducida la superficie del ámbito 2 con la construcción de un nuevo muro (UE-78) que se adosará perpendicularmente para el cierre del lado sur de la estancia. Desde la fase inicial el muro presenta un estrechamiento en la cara este de su extremo norte que será mantenida durante las siguientes fases adaptándose a los recrecidos del nivel del suelo. La longitud de este estrechamiento es de unos 75 cm. y parece corresponder a un acceso a la estancia, siendo por otro lado el único punto posible de entrada ya que en el resto del perímetro de la habitación se ha documentado muro.

Para la construcción del muro se levantó sobre la superficie UE-152 un zócalo de mampostería, empleándose piedra alcoriza menuda trabada con arcilla. Este zócalo alcanzaba una altura de unos 45 cm, quedando durante la primera fase constructiva revestido y por encima de la línea de pavimento. El resto del alzado del muro se levantó em-pleándose ladrillos de adobe, con una anchura de 35 cm, por lo que la zona del zócalo durante la primera fase de uso quedaba con un resalte hacia la cara interna del ámbito 2 y enrasada hacia el lado del ámbito 1. La zona superior de este resalte, de unos 10 cm de anchura por 45 cm de altura, se encontraba rematada en forma de cuarto de bocel con arcilla y posteriormente sería enlucida como el resto del paramento. El módulo del ladrillo de adobe empleado es de 38x35x10 cm, empleán-

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dose para su fabricación arcilla de color amarillo con algunos nódulos de cal. Estos ladrillos fueron trabados con arcilla de color gris, que fue empleada igualmente para enrasar las caras del muro y sobre la que se dispondrá el enlucido. El enlucido (UUEE-56-164) consta de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento de color rojo.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 56Cd: ASector: 56Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 278/350Descripción: enlucido de la cara este del muro UE-72. Consta de una

capa de cal sobre la que se pinta con pigmento de color rojo. Presenta un grosor aproximado de 0,4 cm. Conforme el nivel de suelo era recre-cido durante las distintas fases del ámbito 2 se añadían nuevas capas de pigmento sobre la capa de cal original. También pudo comprobarse como este enlucido era el mismo que se dispuso en el muro UE-143 antes de que el ámbito 2 fuese reducido en su lado sur.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 59Cd: ASector: 59Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 290/361Descripción: muro que cierra el ámbito 2 en su cara norte. Para

su construcción se levantó un zócalo de piedras alcorizas sobre el descansará el resto del alzado del paramento construido con ladri-llos de adobe. El zócalo es unos 15 cm más ancho que el alzado de ladrillos, por lo que presenta, al igual que ocurre con los muros UUEE- 55 y 143, un resalte hacia el interior de la estancia enlu-cido y rematado en cuarto de bocel. El zócalo de mampostería no se inserta en el interior de una zanja de cimentación sino que se construye directamente sobre el suelo. Los ladrillos de adobe, de aproximadamente 42 cm de anchura, se fabricaron con arcilla gris muy homogénea, que posiblemente también fue empleada para las llagas lo que las hacía casi imposible de identificar. Las dos caras del paramento se encontraban revestidas (UUEE-60 y 61) y en ambas se adosaron bancos de arcilla (UUEE-153 y 158).

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 60 Cd: ASector: 60Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 293/369Descripción: enlucido de la cara sur del muro UE-59. Consta de

una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento de color rojo. Presenta un grosor aproximado de 0.4 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 61Cd: ASector: 61Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 291/360Descripción: enlucido de la cara norte del muro UE-59 y el banco

adosado UE-158. Consta de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento de color rojo. Presenta un grosor aproximado de 0,4 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 66Cd: ASector: 66Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 272/333Descripción: Muro que delimita el ámbito 1 por su lado occiden-

tal. De este paramento sólo fue posible documentar su cara este y superior debido a que se encontraba bajo uno de los perfiles de la cuadrícula. La anchura máxima documentada es de 0,30 m y su lon-gitud de 2,88. La fosa contemporánea UE-6 había arrasado el extre-mo norte del muro, sin embargo en la zona donde este debiera alcan-zar perpendicularmente al UE-72, que no se había visto afectada por la fosa, no aparece el muro sino que discurre el mismo pavimento de la estancia. Esto parece evidenciar que en la esquina noroeste del ám-bito 1 debió existir un paso o vano que daría acceso desde el oeste.

El muro consta de un zócalo inferior de escasa potencia cons-truido con piedras alcorizas de pequeño tamaño trabadas con ar-cilla. Sobre este zócalo se levantó el resto del alzado con ladrillos de adobe, revistiéndose la cara documentada (este) con el enlucido UE-67. Para la fabricación de los ladrillos se empleó arcilla de co-lor anaranjada que contenía nódulos de cal y arena. No es posible identificar las llagas entre los ladrillos, pues posiblemente se empleó la misma arcilla para trabarlos.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 67 Cd: ASector: 67Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 272/316Descripción: enlucido de la cara oeste del muro UE-66. Consta

de una primera capa gruesa de argamasa (el único caso documen-tado en la intervención), fabricada con cal y arena y que presenta color anaranjado. Sobre la capa anterior se aplicó otra de cal que fue pintada con pigmento rojo. Debido a la capa de argamasa el grosor de este enlucido (1,03 cm), es el mayor de los documentados.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 72 Cd: ASector: 72Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 283/324Descripción: muro de ladrillos de adobe localizado en la zona

central oeste de la cuadrícula, que delimita el ámbito 1 por el norte y el ámbito 3 por el sur. Esta estructura pertenece a la fase inicial del edificio, manteniéndose en uso hasta su abandono de-finitivo. Posiblemente se trate de la continuación del paramen-to UE-59, pero quedaron separados por la excavación del pozo ciego UE-37 en época medieval islámica. Durante la última fase de uso el muro presentaba una planta en forma de cuña, siendo el extremo oeste bastante más estrecho que el este. Para la fabri-cación de los ladrillos de adobe se empleó arcilla de color gris, que posiblemente sería empleada también para las llagas, pues no fue posible detectarlas. Las dos caras del muro fueron revestidas con un enlucido de cal (UUEE-89/165) coloreado con pigmento de color rojo. La estructura no presenta zapata de mampostería como cimentación.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 83 Cd: ASector: 83Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 283/309Descripción: Muro que delimita el ámbito 5 por su lado occiden-

tal. De este paramento sólo fue posible documentar su cara este y superior debido a que se encontraba bajo uno de los perfiles de la cuadrícula. La anchura máxima documentada es de 0,35 m y su longitud documentada de 1,30. El muro fue construido con ladri-llos de adobe, revistiéndose la cara documentada (este) con el en-lucido UE-155. Para la fabricación de los ladrillos se empleó arcilla de color amarillo similar a la empleada para los muros del ámbito 2. No es posible identificar las llagas entre los ladrillos, pues posi-blemente se empleó la misma arcilla para trabarlos.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 89Cd: ASector: 89Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 298/320Descripción: enlucido de la cara norte del muro UE-72, que de-

limita el ámbito 3 en su lado sur. El revestimiento consta de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento de color rojo. Pre-senta un grosor aproximado de 0,3 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 98 Cd: ASector: 98Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 295/353Descripción: muro localizado en la zona central-este de la cua-

drícula y que discurre parcialmente bajo el perfil este con una orientación de unos 325º. Este paramento, del que sólo fue posible documentar su cara oeste, cierra el ámbito 2 por su lado oriental, sufriendo, al igual que el UE-55, algunas transformaciones durante las distintas etapas de uso del edificio. El muro, de 4,90 m de lon-gitud, presenta una orientación de 146º. Para la construcción del paramento se emplearon ladrillos de adobe, fabricados con arcilla de color amarillo de idénticas características que la de los ladrillos de los muros UUEE-143,55, levantados durante el mismo proceso. Los ladrillos, que presentan un módulo de 39 cm de longitud por 10 cm de grosor, fueron trabados con arcilla de color gris que se usó además para enrasar la cara del paramento.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 100Cd: ASector: 100Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 293/352Descripción: enlucido de la cara oeste del muro UE-98. Consta

de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento de color rojo. Presenta un grosor aproximado de 0,4 cm. El enlucido se aplica sobre la capa de arcilla gris que regulariza la cara del paramento y que también se emplea para trabar los ladrillos de adobe.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 109Cd: ASector: 109Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 355/374Descripción: Denominamos UE-109 a un paquete de cuatro

capas superpuestas de escaso grosor y que presentan cierto bu-zamiento hacia el oeste. Estas capas podrían formar el primer pavimento del ámbito 1 o bien la preparación previa para el mismo. La primera de estas capas se compone casi exclusivamen-te de cal, la segunda de arcilla roja, a continuación se depositó otra capa de arcilla amarilla y finalmente una de arena lavada. La suma del grosor de estas capas no alcanza los 10 cm. Entre el material recuperado de este contexto aparece algún fragmento de cerámica de barniz rojo.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 110 Cd: ASector: 110Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 362/379Descripción: capa de relleno depositada para nivelación sobre el

rebaje del terreno UE-152 previamente a la construcción del pa-vimento UE-109 del ámbito 1. Presenta muy escasa potencia y un ligero buzamiento hacia el oeste. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su com-posición homogénea. La tierra es de color gris, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia a su excavación media. El material asociado a esta capa es muy escaso.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 131 Cd: ASector: 131Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 350/369Descripción: Primer pavimento del ámbito 2 realizado con ar-

cilla de color rojo que también se aplica sobre el banco adosado de la esquina noreste, el zócalo y las paredes. La zona central de la estancia se encuentra algunos centímetros más rehundida que la perimetral.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 132Cd: ASector: 132Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 350/369Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-131 del

ámbito 1. La zona central del pavimento se encuentra algo rehun-dida con respecto a la zona perimetral.

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Figura 5. Plantas de algunas de las distintas fases constructivas del edificio orientalizante.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 140 Cd: ASector: 140Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 355/359Descripción: Pavimento del ámbito 4 perteneciente a la primera

fase constructiva del edificio. Su grosor, que oscila entre los 2 y 4 cm, es el resultado de la aplicación de varias capas superpuestas de arcilla de color rojo. Sobre este pavimento se localizaron varios cilindros o tortas de arcilla.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 141 Cd: ASector: 141Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 353/355Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-140. UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 143Cd: ASector: 143Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 263/338Descripción: Muro que delimita el ámbito 1 por su lado sur, si

bien inicialmente cerraba por ese lado el ámbito 2. La estructura tiene una longitud de 3,15 m por una anchura de 0,38. En la zona inferior presenta un resalte hacia el interior de la estancia, lo que parece evidenciar la presencia de un zócalo de mampostería al igual que los paramentos UUEE-55 y 59. Sobre el zócalo se levantó un alzado de ladrillos de adobe, revistiéndose ambas caras con enluci-dos (UUEE-163 y 170). Dichos ladrillos fueron construidos con arcilla muy homogénea y de color amarillo, sin que se identifiquen las llagas entre estos. Para regularizar las caras del paramento pre-viamente a la aplicación de los enlucidos se empleó arcilla de color gris. Posteriormente se le adosarían en su extremo oeste el muro UE-53 y perpendicularmente en su cara sur el UE-86.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALNEGATIVA 152Cd: ASector: 152Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 356/359Descripción: Rebaje del terreno realizado como preparación pre-

via a la construcción del edificio de la fase orientalizante. Este des-monte del terreno afectó parcialmente a las estructuras de la fase intermedia.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 153Cd: ASector: 153Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 353/369Descripción: banco de arcilla adosado a la esquina noreste del

ámbito 2 construido durante la fase inicial del edificio. Presenta planta trapezoidal con mayor longitud (1,48 m) en la zona donde

se superpone al zócalo del muro UE-59 y menor anchura (0,56 m) en la del UE-98. El banco, de 16 cm de altura, fue construido con arcilla de color amarillo y revestido con una capa de cal sobre la que se aplicará el mismo pigmento rojo que se utiliza para los pavimen-tos y revestimiento de los muros. Durante la segunda fase de uso de la estancia se depositará una capa de nivelación sobre el suelo hasta alcanzar la cota del banco con lo que este quedará anulado.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 155Cd: ASector: 155Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 283/304Descripción: enlucido de la cara este del muro UE-83. Se aplica

sobre la capa de arcilla que regulariza el muro de adobes, constando de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento rojo. Presenta un grosor aproximado de 0,8 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 156Cd: ASector: 156Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 350/373Descripción: Muro de ladrillos de adobe que delimita el ámbito

4 por el norte y el ámbito 6 por el sur. Los ladrillos, de aproxi-madamente 42 cm de anchura, se fabricaron con arcilla gris muy homogénea, que posiblemente también fue empleada para las llagas lo que las hacía casi imposible de identificar. Las dos caras del para-mento se encontraban revestidas con cal y pintadas en rojo.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 157Cd: ASector: 157Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 320/313Descripción: Muro de ladrillos de adobe que delimita el ámbito 6 por

el oeste y el ámbito 3 por el este. Los ladrillos, de aproximadamen-te 40 cm de anchura, se fabricaron con arcilla gris muy homogénea, que posiblemente también fue empleada para las llagas lo que las hacía casi imposible de identificar. Las dos caras del paramento se encontraban revestidas con cal y pintadas en rojo.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 158Cd: ASector: 158Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 339/358Descripción: banco de arcilla adosado a la cara norte del muro

UE-59 en el ámbito 4. Presenta planta rectangular con 1,54 de longi-tud documentada, 0,42 m. de anchura (similar al ancho de los ladri-llos que conforman los muros del ámbito) y 0,20 m de altura desde el suelo. Construido durante la fase inicial del edificio, quedará anulado tras la deposición de una capa de nivelación (UE-97) para recrecer el nivel del suelo y la colocación de ladrillos de adobe y piedras (UE-175) que parecen dispuestos para engrosar el muro UE-59 o para la continuación del banco durante la siguiente fase constructiva.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 159 Cd: ASector: 159Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 371/376Descripción: Pavimento del ámbito 6 perteneciente a la primera

fase constructiva del edificio. Su grosor, que oscila entre los 2 y 3 cm, es el resultado de la aplicación de varias capas superpuestas de arcilla de color rojo.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 160 Cd: ASector: 160Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 371/376Descripción: interfacie de uso sobre el pavimento UE-159.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 163Cd: ASector: 163Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 263/336Descripción: enlucido de la cara norte del muro UE-143. Se apli-

ca sobre la capa de arcilla que regulariza el muro de adobes, cons-tando de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento rojo. Presenta un grosor aproximado de 0,4 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 164Cd: ASector: 164Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 279/360Descripción: enlucido de la cara oeste del muro UE-55, que de-

limita el ámbito 1 en su lado este. El revestimiento consta de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento de color rojo. Pre-senta un grosor aproximado de 0,4 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 165 Cd: ASector: 165Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 283/340Descripción: enlucido de la cara norte del muro UE-72. Consta

de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento de color rojo. Presenta un grosor aproximado de 0,4 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 170. Cd: ASector: 170Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 263/304Descripción: enlucido de la cara sur del muro UE-143. Se aplica

sobre la capa de arcilla que regulariza el muro de adobes, constando de una capa de cal sobre la que se pinta con pigmento rojo. Presenta un grosor aproximado de 0,4 cm.

Fase intermedia(UUEE 104, 111, 116, 112, 142, 144, 146, 166, 172 y 174)

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 104Cd: ASector: 104Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 352/368Descripción: capa de albero compactado depositada entre la cara nor-

te del muro UE-142 y la cara este del muro UE-166. Presenta idénticas características que la capa UE-116 documentada sobre la cara sur del muro UE-142 y que ha sido interpretada como pavimento. En este caso la capa se superpone al pavimento de arcilla roja UE-112, lo que parece sugerir al menos dos niveles de uso durante esta fase. La capa presenta un grosor aproximado de unos 18 cm, su origen y formación son arti-ficiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición muy homogénea. La tierra es de color amarillo, su textura arenosa y su estruc-tura granular. Presenta una resistencia media-alta a su excavación.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 111Cd: ASector: 111Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 368/374Descripción: capa de relleno depositada para nivelación sobre el

rebaje del terreno UE-112 y sobre la cara norte del muro UE-142. Presenta muy escasa potencia. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición ho-mogénea. La tierra es de color gris, con materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia a su ex-cavación media. El material asociado a esta capa es muy escaso.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 112Cd: ASector: 112Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 369/372Descripción: pavimento de arcilla roja localizado entre la cara

norte del muro UE-142 y la cara este del UE-166. Presenta un grosor bastante pequeño, entre 1 y 2 cm, lo que podría sugerir un corto espacio temporal de uso. La superficie documentada de este pavimento es escasa, encontrándose en parte arrasado por la exca-vación del pozo ciego medieval UE-37

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 116Cd: ASector: 116Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 360/382Descripción: capa de albero compactado depositada sobre la cara

sur del muro UE-142, pertenece a la fase tartésica intermedia y ac-túa como pavimento al sur del muro. Presenta una potencia media de unos 10 cm. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición rápida y su composición homogénea. La tierra es de color amarilla, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media-alta a su excavación. El material aso-ciado a esta capa es muy escaso.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 142Cd: ASector: 142Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.). Prof. máx/mín: 350/374Descripción: muro de ladrillos de adobe localizado en la zona

central oeste de la cuadrícula y perteneciente a la fase tartésica in-termedia. Este paramento se adosa perpendicularmente al UE-166, localizado parcialmente bajo el perfil oeste de la cuadrícula. Pre-senta una anchura de 0,35 cm, una altura conservada de unos 30 cm, por una longitud máxima documentada de 1,62 m. Para la fa-bricación de los ladrillos de adobe se empleó arcilla de color ver-de muy homogénea, presentando estos un módulo aproximado de 35x38x10 cm. Los ladrillos, dos de los cuáles fueron extraídos completos, se encontraban trabados con arcilla de color marrón, que llega a formar una llaga de 1 cm de grosor. El muro no presenta za-pata de cimentación, asentándose los ladrillos de adobe directamen-te sobre el terreno, que además presenta cierto buzamiento hacia el oeste. La presencia de zapata de mampostería en el muro UE-166 al que se adosa el anterior, podría indicar que este recibe mayor carga y quizás tuviera mayor importancia dentro de la edificación.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 144Cd: ASector: 144Cronología: tartésica (Siglos VII-VI a.C.).Prof. máx/mín: 356/380Descripción: capa de relleno localizada en el sondeo central-norte

de la cuadrícula. Sobre esta capa se construye el edificio de la fase tartésica reciente. Presenta una potencia media de unos 30 cm. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición rápida y su composición homogénea. La tierra es de color gris, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media a su excavación. El material asociado a esta capa es proporcionalmente escaso, en su mayor parte cerámicas fabricadas a mano y restos óseos de fauna.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 146Cd: ASector: 146Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 353/376Descripción: capa de cal localizada sobre la cara sur del muro UE-

142. Presenta buzamiento en sentido este-oeste y un grosor medio de unos 4 cm. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición homogénea. La tierra es de color blanco, su textura arenosa y su estructura granular. Presenta una resistencia media-alta a su excavación.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 166Cd: ASector: 166Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 330/384Descripción: muro localizado parcialmente en la zona central del

perfil oeste. Sólo fue posible documentar de esta estructura parte de su lado este discurriendo el resto fuera de la zona excavada. Su

técnica constructiva emplea piedras alcorizas de mediano y peque-ño tamaño para la construcción de un zócalo inferior de unos 30 cm de alto. Sobre este zócalo descansará el resto del alzado del muro construido con ladrillos de adobe, del que se conservan en altura unos 40 cm. Los adobes fueron realizados con arcilla de color ama-rillo, presentando unas dimensiones de unos 35 cm de longitud por aproximadamente 8 cm de grosor, sin que pudiera documentarse en ningún punto la anchura de los mismos. Sobre la cara este de esta estructura se adosará perpendicularmente el muro UE-142.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALNEGATIVA 172 Cd: ASector: 172Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 360/384Descripción: Rebaje del terreno para nivelación realizado previa-

mente a la construcción de las estructuras de la fase intermedia. Este rebaje afectó principalmente a la capa de relleno UE-113.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 174Cd: ASector: 174Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 368/378Descripción: plancha de adobe dispuesta sobre el pavimento UE-116

y la cara sur del muro UE-142. Presenta planta de tendencia cuadrada (46x43 cm de lado) y un grosor aproximado de unos 8 cm. Toda la su-perficie superior de la pieza presenta la oxidación propia de haber sido expuesta al fuego, por lo que podría tratarse de un pequeño hogar.

Estructuras metalúrgicas(UUEE 113, 114, 115, 120, 123, 134, 135, 145, 148 y 173)

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 113Cd: ASector: 113Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 371/402Descripción: capa de relleno depositada sobre la estructura meta-

lúrgica UE-115 cuando esta ha perdido su uso. Presenta una po-tencia media de unos 30 cm y buzamiento hacia el oeste. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición rápida y su composición poco homogénea. La tierra es de color gris, con abun-dante materia orgánica y mezclada con capas finas de arena lavada procedentes de escorrentías, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia baja-media a su excavación. El material asociado a esta capa es muy abundante, siendo muy significativa la proporción de escorias metálicas. Posiblemente, dichas escorias se encuentren relacionadas con las actividades metalúrgicas de la estructura UE-115 sobre la que se deposita la capa. Además se re-cogieron varios objetos y fragmentos de bronce. La capa contenía numerosos carbones, que posiblemente, se encuentren también relacionados con los procesos metalúrgicos. Son numerosos tam-bién los fragmentos de cerámicas asociados a la capa, en su mayoría fabricados a mano y con escasa presencia de cerámicas torneadas, algunas de las cuales presentaban decoración de barniz rojo. La pro-porción de huesos de fauna es relativamente escasa.

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UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALNEGATIVA 114 Cd: ASector: 114Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 379/412Descripción: interfacie generada tras el abandono de las estructu-

ras metalúrgicas UE-115.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALPOSITIVA 115Cd: ASector: 115Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.). Prof. máx/mín: 376/405Descripción: estructura localizada en la zona central oeste de

la cuadrícula. Se trata de la fase constructiva más antigua do-cumentada durante la excavación, aunque sólo pudo documen-tarse parcialmente. La parte registrada corresponde con una de plataforma formada por cuatro muretes rectos que discurren paralelamente y que conforman una especie de parrilla. Estos muros presentan unas dimensiones de unos 30 cm de anchura por unos 10 cm de altura y una longitud máxima documen-tada de 1,20 m., quedando separados unos 35 cm entre sí. La construcción fue realizada con mampostería ordinaria de pe-queño tamaño para los muros, sobre la que se aplicó una gruesa capa de arcilla que también recubrió los espacios intermedios quedando una superficie homogénea para toda la estructura. Este revestimiento de arcilla presentaba en toda su superficie las señales propias de haber sido expuesto a altas temperaturas, sin duda por combustiones realizadas sobre el mismo. El grado de oxidación de la arcilla y su dureza sugieren que la estructura pudo haber soportado repetidas combustiones, aunque posible-mente las temperaturas alcanzadas no fueron demasiado altas. Durante el uso de la estructura y tras su abandono se deposita-ron una serie de capas que contenían una elevada proporción de escorias y objetos metálicos y carbones, que parecen indicar que el uso de la estructura podría estar relacionado con actividades metalúrgicas.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 120Cd: ASector: 120Cronología: tartésica (Siglos VIII a.C.).Prof. máx/mín: 381/440Descripción: capa de relleno que se deposita sobre la interfa-

cie UE-173, que a su vez se superpone a las capas UU.EE 121 y 122. Presenta una potencia media de unos 30 cm. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición rápida y su composición homogénea. La tierra es de color marrón, con materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media a su excavación. La capa presenta cierto buzamiento hacia el norte, por otro lado el sentido de la pendiente natural. Entre el material cerámico, prácticamente en su totalidad fabricado a mano, aparecen cerámicas pintadas de tipo Carambolo. Los huesos de fauna asociados a la capa son re-lativamente escasos. Sobre esta capa se construirá posteriormente la estructura metalúrgica UE-115.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 123 Cd: ASector: 123Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 383/415Descripción: capa de relleno generada tras el abandono de la estruc-

tura UE-115. Contiene una gran densidad de fragmentos de adobes quemados, previsiblemente asociados a la destrucción de la estructura y presenta buzamiento hacia el norte, sentido de la pendiente natural. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición rápida y su composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, tex-tura arcillosa y estructura en bloques. Presenta una resistencia media/alta a su excavación, con un grosor medio de entre 3 y 6 cm.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 134Cd: ASector: 134Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 391/409 Descripción: capa de sedimento que colmata el hueco UE-135

abierto sobre la estructura UE-115. La capa es de origen y for-mación artificial, deposición rápida y composición homogénea. La tierra es de color gris, con abundante materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALNEGATIVA 135 Cd: ASector: 135Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 391/409Descripción: hueco de planta circular y sección cónica abierto so-

bre la zona norte de la estructura UE-115. Se encuentra seccionado parcialmente en su lado norte por el pozo ciego medieval UE-37 y presenta unas dimensiones de unos 20 cm de diámetro por 20 cm de profundidad. El interior se encuentra colmatado por la capa de sedimentos UE-134.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 145 Cd: ASector: 145Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 385/443Descripción: capa de relleno depositada sobre la estructura me-

talúrgica UE-115 posiblemente cuando esta estaba en uso. Pre-senta una potencia media de unos 30 cm y buzamiento hacia el oeste. El origen y formación de la capa son artificiales, su depo-sición rápida y su composición poco homogénea. La tierra es de color gris, con abundante materia orgánica y mezclada con capas finas de arena lavada procedentes de escorrentías, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia baja-media a su excavación. El material asociado a esta capa es muy abundante, siendo muy significativa la proporción de escorias metálicas. Po-siblemente dichas escorias se encuentren relacionadas con la pro-ducción de la estructura UE-115 sobre la que se deposita la capa. Además se recogieron algunos fragmentos de bronce. La capa

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contenía numerosos carbones que posiblemente se encuentren también relacionados con los procesos metalúrgicos. Además se recuperaron numerosos fragmentos cerámicos en su mayoría fa-bricados a mano y con escasa presencia de cerámicas torneadas. Entre las cerámicas a mano se recogieron algunas decoradas con retículas bruñidas. Entre las fabricadas a torno se recuperaron fragmentos de lucernas y cerámicas de barniz rojo. La proporción de huesos de fauna es relativamente escasa.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 148Cd: ASector: 148Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 385/399Descripción: capa de relleno que colmata los espacios existentes

entre los muretes paralelos que conforman la estructura metalúr-gica UE-115, posiblemente cuando esta entró en desuso. La capa se compone principalmente de albero, fragmentos de adobe que-mados y pequeñas piedras alcorizas. Quizás se trate del derrumbe de parte de la estructura de combustión. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición rápida y su composición poco homogénea. La tierra es de color amarillo, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia muy alta a su ex-cavación. No presenta material asociado.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN VERTICALNEGATIVA 173Cd: ASector: 173Cronología: tartésica (Siglos VIII-VII a.C.).Prof. máx/mín: 411/440Descripción: interfacie sobre la capa UE-121, generada durante la

preparación del terreno previa a la construcción de las estructuras metalúrgicas de la primera fase constructiva tartésica.

Niveles Previos (UUEE 121 y 122)

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 121 Cd: ASector: 121Cronología: (Siglos IX-VIII a.C.).Prof. máx/mín: 395/447Descripción: capa de relleno, documentada en el sondeo oeste,

y depositada sobre la capa UE-122, que a su vez, se encuentra directamente sobre la roca base. Presenta una potencia media de unos 30 cm y buzamiento hacia el norte (sentido de la ladera natural). El origen y formación de la capa son artificiales, su de-posición lenta y su composición homogénea. La tierra es de color gris, con materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. Presenta una resistencia media-alta a su excavación. El material asociado a esta capa es escaso, principalmente cerámicas fabricadas a mano y huesos de fauna.

UNIDAD DE ESTRATIFICACIÓN HORIZONTALPOSITIVA 122Cd: ASector: 122Cronología: (Siglos IX-VIII a.C.).Prof. máx/mín: 412/485Descripción: capa de relleno, documentada en el sondeo oeste y

depositada directamente sobre la roca base. Se trata de la unidad de estratificación de mayor antigüedad de la secuencia. Presenta una potencia media de unos 40 cm y buzamiento hacia el norte como la roca base a la que se superpone. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición lenta y su composición homogénea. La tierra es de color gris, con materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. En la parte inferior del relleno, principalmente en la zona de contacto con la roca se documentaron una gran canti-dad de piedras alcorizas de pequeño tamaño, posiblemente relacio-nadas con procesos erosivos sobre la ladera. Presenta una resistencia media-alta a su excavación. El material asociado a esta capa es escaso, principalmente cerámicas fabricadas a mano y huesos de fauna.

Figura 6. Restitución de la última fase del edificio tartésico.

Topografía original

La roca base, ha sido documentada sólo en el sondeo oeste, presen-tando una clara pendiente de sur a norte. La zona superficial se en-contraba muy disgregada, presentando una capa de arcilla y nódulos alcorizos de unos 30 cm. hasta el alcor ya compacto. La superficie de la roca y de la capa disgregada no presentaba los signos producidos por la oxidación, propios del alcor que se ha encontrado expuesto a los agentes naturales. Quizás la fuerte pendiente en la que parece que se encontraría este punto pudo provocar que procesos erosivos continuados impidieran la formación de una superficie oxidada, lo que también favoreció la disgregación de la roca más superficial. En este punto la roca base se encuentra a unos 221,5 m. sobre el nivel del mar, y a unos 2,40 m. con respecto a la superficie de la calle actual.

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CONCLUSIONES (9)

Los primeros resultados de la presente Excavación Arqueológi-ca fueron expuestos en el V Congreso de Historia de Carmona, Carmona Protohistórica, en las Ponencias: “Fenicios en Carmona: Novedades arqueológicas” de Juan Manuel Román y María Belén Deamos, y “Arquitectura y forma urbana en la Carmona Protohistó-rica” de Ricardo Lineros. Estas ponencias se encuentran publicadas en: Actas del V Congreso de Historia de Carmona, El nacimiento de la Ciudad, la Carmona Protohistórica. Carmona 2007.

La secuencia estratigráfica da comienzo con un depósito sedimen-tario (UE 122) que se superpone a la roca base alcoriza, que pre-sentaba un ligero buzamiento hacia el norte marcando la pendiente de la ladera. El escaso repertorio artefactual documentado en la UE 122 presentaba una asociación de materiales a mano en algunos ca-sos con superficies bruñidas y con decoración de pintura roja “Tipo Carambolo” o “Guadalquivir I”, con elementos decorados de Co-gotas I, propios de momentos anteriores (10). Superponiéndose a la UE 122, se registró un segundo depósito sedimentario (UE 121) que presentaba cerámicas a mano con formas más representativas del Bronce Final del Bajo Guadalquivir, como los soportes bitron-cocónicos y los cuencos y fuentes de paredes carenadas (11). A su vez se han documentado en esta unidad cazuelas con carenas suaves que se encuentran bien representadas, por ejemplo, en las distintas fases del fondo 8 de Vega de Santa Lucía (Córdoba), datadas por su excavador entre el siglo X y el VIII a.C. (Murillo 1994: 126).

Al nivel UE 121 se le superpone una unidad deposicional (UE 120) que significó la preparación y nivelación del terreno para la construcción de una primera estructura de muros rectos. Entre los materiales que contenía este nivel se detecta una casi exclusiva pre-sencia de cerámica a mano, con un repertorio más amplio, que los anteriormente indicados que incluye cazuelas de perfiles próximos a los de Cogotas I, vasos bicónicos y decoraciones geométricas bru-ñidas, así como dos fragmentos atípicos de vasijas hechas a torno, en uno de los cuales, a pesar de estar muy erosionado, podemos reconocer el hombro carenado de un ánfora fenicia.

Como comentábamos, sobre la UE 120 se registró la existencia de una primera estructura compuesta de cuatro muretes de unos 30 cm de ancho por 10 de alto, paralelos entre sí y a una distancia de unos 35 cm. unos de otros. Estos muretes fueron construidos con piedras alcorizas de tamaño pequeño posteriormente revestidas con una gruesa capa de arcilla que revocaba no sólo a los muros sino también a los espacios intermedios de la estructura, formando de esta manera un emparrillado con evidentes señales de combustión a altas temperaturas. La escasa superficie documentada de este em-parrillado dificulta en parte su interpretación, aunque es evidente que fue diseñada para un uso relacionado con actividades que pre-cisaron de fuego. Sin embargo los niveles arqueológicos vinculados al uso y abandono de la estructura permiten acercarnos a su uso ya que contenían abundantes carbones, escorias y desechos metálicos resultantes de actividades metalúrgicas relacionadas con la fundi-ción y forja de hierro. La datación de la actividad metalúrgica do-cumentada en las excavaciones ha sido realizada a partir de los ma-teriales que fueron hallados en las capas que la cubren (UUEE 145 y 148) (12). A su vez se documentan algunos fragmentos de ánforas que por su aspecto están más próximos a producciones occidenta-les, pero el único de ellos que corresponde a un borde (Inventario 145-98) no tiene paralelos claros en las variantes registradas por

Juan Ramón (1995) para las ánforas más antiguas fabricadas en los asentamientos fenicios del litoral andaluz, aunque este especialista advierte insistentemente en sus trabajos de la enorme variabilidad de los bordes y del problema de clasificar las ánforas a partir de fragmentos (Ramón 2000: 286).

A este registro se le superpone la UE 113 que presenta entre sus materiales una fuente de borde cóncavo y suave carena (Inventario 113- 26 y 144) cuya forma es más conocida a partir del siglo VII a.C., pero esto no excluye que no aparezca en niveles del VIII a. C. Entre las cerámicas fenicias que se recuperaron en esa misma capa UE 113, registramos también lucernas de un solo pico sin tratamiento (Inventario 113- 158-160), cuencos de perfil carenado con engobe rojo (Inventario 113-149) y fragmentos de un vaso de cuerpo globular decorado a base de bandas y franjas negras y rojas (Inventario 113-157). Conjuntos semejantes reciben en otros yaci-mientos fechas del siglo VIII a.C (13).

Directamente sobre la estructura relacionada con actividades metalúrgicas documentada, se superpuso un edificio documenta-do también muy parcialmente. Se sabe que al menos constaba de dos estancias yuxtapuestas y cerradas por muros de adobe (14) que asentaban directamente sobre el suelo o sobre una zapata de piedra de unos 30 cm de altura. Estas estancias se encontraban pavimen-tadas con tierra alberiza apisonada, registrándose en la más meri-dional una plancha de adobe casi cuadrada (43x 46 cm) con señales de fuego en la parte superior que ha sido interpretada como un pequeño hogar. Las capas de relleno asociadas al uso y abandono de estas construcciones (UUEE 111 y 144) presentan una mayor proporción de producciones a mano que a torno (15).

Sobre esta edificación se levantó un complejo constructivo de cierta entidad que sufrió numerosas reformas de distinta enverga-dura durante una larga etapa de uso (16). Aunque no podemos asegurarlo, posiblemente se trata de un único edificio del que se han podido excavar distintas estancias de pequeñas dimensiones, organizadas en, al menos, tres cuerpos o módulos separados por muros medianeros que discurren en sentido E-O y que son algo más anchos (40-42 cm) que los que dividen el espacio en el interior de cada cuerpo (17). Estaba construido en su totalidad con paredes de adobe que en algunos casos conservaban hasta un metro de altu-ra, unas sin cimentación y otras recrecidas sobre zapatas de mam-postería más anchas que el propio muro y que a veces sobresalían unos centímetros del nivel del suelo. Los adobes presentan distinta coloración y composición a un lado y otro de la pared mediane-ra más septentrional, lo que podría indicar que la construcción se completó en distintas fases, o bien que eran inmuebles diferentes adosados en medianía, pero no hay datos que confirmen ninguna de estas hipótesis (18).

La zona situada al norte sólo pudo excavarse parcialmente, por lo que ignoramos si en origen hubo más dependencias que las dos do-cumentadas (A-4 y A-6) (fase I). En una fase constructiva posterior (II), una tercera estancia (A-3) se añadió a aquéllas hacia occidente (fase II.3). Más tarde se levantó un muro que cerraba por el este un nuevo ámbito (A-7) sobre el A-4 anterior (fase III). Todo este sector fue prácticamente destruido por zanjas y pozos negros de época romana y medieval, de ahí que tengamos una información muy parcial sobre las últimas obras que se llevaron a cabo en esta parte del complejo.

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Figura 7. Materiales de la fase metalurgica e intermedia.

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Figura 8. Selección cerámicas a torno.

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Las diferentes fases constructivas están mejor documentadas en las dos habitaciones que forman el cuerpo central. Son de planta rectangular y se yuxtaponen en sentido O-E, dividiendo en dos un espacio prácticamente cuadrado de 4.80 x 4.80 m. El que denominamos Ámbito 1 (A-1) ocupaba la mitad oeste de este cuerpo y medía 4,80 x 1,80 m. Se accedía a él desde una zona externa al área excavada por un vano de un metro de ancho situado en la esquina noroeste, alineado con un segundo vano de la misma anchura que permitía pasar de esta habitación al Ámbito 2. Su pavimento se había reformado y recrecido al menos en seis ocasiones, alternando los suelos de tierra teñida de rojo con los de cantos rodados de pequeño tamaño. Cuando la estancia se pavimentó por primera vez con cantos, sobre un piso rojo anterior, en la entrada al Ámbito-2 se aisló un espacio de 1 x 1,60 m ligeramente elevado sobre el nivel del suelo circundante. Estaba delimitado con una hilera de piedras de alcor de pequeño tamaño bordeada por un cordón de arcilla y cubierto con una capa uniforme de arcilla roja mezclada con cal. Da la impresión de ser un pequeño porche cubierto que resguardaba el acceso a dicha habitación desde una dependencia que entonces funcio-naba como patio abierto (fase I.2). Posteriormente la estancia se volvió a pavimentar con arcilla roja y poco después se eliminó el porche de entrada al Ámbito 2, pero quedó un pasillo entre los dos vanos, ligeramente sobreelevado del suelo. Cuando con el tiempo se echó un nuevo suelo de cantos (fase II.3), ese corredor de tránsito conservó uno de arcilla roja idéntico al anterior, de donde deducimos que una vez más la estancia pudo estar abierta, dejando a cubierto sólo la zona de paso.

El Ámbito 2 quedaba al fondo de este cuerpo central y era algo más amplio - 4,80 x 2,40 m – que el anterior. En principio, el zó-calo de piedra de la zapata de cimentación sobresalía del nivel del suelo en tres de sus lados y en la esquina noreste tenía un banco de planta ligeramente trapezoidal de 1,40 de longitud por 68 cm de anchura media. Estaba hecho de tierra compactada y enluci-do, al igual que zócalos y pavimento, con una fina capa de arcilla de color rojo. Posteriormente se recreció el nivel del suelo hasta la cota del zócalo con un relleno compuesto principalmente por ma-terial constructivo, anulando el banco existente en la fase anterior. El nuevo pavimento era también de arcilla roja y tenía un grosor medio de entre 1-2 cm (fase II.3).

En una última etapa este cuerpo central sufrió importantes trans-formaciones (fase III). Se redujo la superficie del Ámbito 2 (3,15 x 2,40 m) a favor del Ámbito 1, que adquirió planta en forma de L con una longitud de 4,80 m en cada eje. El espacio ganado al Ámbito 2 no era más que un pasillo de 1,30 m, pero permitió abrir un nuevo acceso en el lado este, sin anular el anterior situado en la esquina noroeste. A la nueva medianera con el ámbito A-2 se adosó en toda su longitud un banco de tierra de 40 cm de ancho sobre el cual, en el rincón que quedaba junto a la entrada, hallamos in situ parte de una lucerna fenicia con claros signos de uso (Inventario 23-347). Otro banco más corto se construyó en la esquina suroeste. El suelo de tierra de la habitación se recreció y niveló una vez más

y se pintó de rojo periódicamente, al igual que los bancos. Al otro lado del muro sur se adosó entonces otra estancia (A-5) construida y pavimentada del mismo modo.

En cuanto al Ámbito 2, su suelo se recreció y niveló por tercera vez y se repuso el pavimento de arcilla roja. Arrimados a la pared sur se levantaron tres tabiques o pilares de barro equidistantes que parecen los soportes de una encimera de madera, más que de un poyo de obra. Dos de estos pies, de 70 cm de longitud por entre 15-20 de anchura, habían desaparecido por completo pero su huella se dibujaba con claridad sobre el pavimento gracias al enlucido de cal y arcilla teñida de rojo que habían recibido. Estructuras similares se han hallado en distintas excavaciones de la zona portuaria de Huelva (García Sanz 1988-1989: 153).

Sobre el suelo de la habitación, entre otros muchos materiales fragmentados, recuperamos un molino barquiforme de piedra alcoriza y varias moletas de cuarcita, un vaso de factura tosca con dos asas (Inventario 48a-326) y una fuente de superficies bruñidas (Inventario 48a-324), ambos hechos a mano y casi completos. Por su posición parece evidente que las piezas cerá-micas estuvieron sobre el poyo antes de caer o de ser arrojadas al suelo. La cazuela contenía una tierra arenosa de color ana-ranjado. Entre los fragmentos de los vasos recogimos restos de aves (palomas bravías, perdices y gallinas) y de peces (dorada y corruco) y a poca distancia parte de un cartílago de raya en conexión anatómica (19). Da la impresión de que son restos de la comida que había dentro de las vasijas cuando éstas se rompieron. La ausencia de hogares de cualquier tipo, es decir, permanentes o muebles, nos lleva a pensar que en este cuarto de apenas 8 m2 se manipulaban alimentos pero no se cocinaban. Ahora bien, el hecho de que algunos restos se conservaran en conexión anatómica, significa que se dispersaron por el piso an-tes de que se descarnaran, lo que podría indicar que no cayeron al venirse abajo el poyo sino que se tiraron al suelo. Pero tanto si se dejaron donde estaban como si se rompieron de forma intencionada, estos materiales sugieren un abandono forzado y precipitado del edificio, que, por otra parte, no presenta nin-gún otro signo de violencia, sino que, por lo que observamos durante la excavación, parece que se fue derrumbando lenta-mente, hasta que tiempo después, ya en el siglo V a.C., sobre sus ruinas se levantó un nuevo edificio dotado de potentes ci-mientos de piedra.

La situación que percibimos aquí es idéntica a la que documenta-mos en el vecino ámbito 6 de Saltillo, que estaba construido prácti-camente a la misma cota, de modo que resulta inevitable relacionar los episodios de abandono de ambos. También en este último se hallaron, junto con los vistosos píthoi pintados, dos vasos a mano de tamaño y forma más apropiada para almacenar que para guisar. Una coincidencia más está en el hallazgo en la esquina sureste del Ámbito 2 de una pequeña capa arcillosa de color rojo oscuro de aspecto semejante a los terrones de hematites que se encontraron en la habitación de Saltillo (Navarro 1997: 297) (20).

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Figura 9. Selección cerámicas a mano.

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La capa que cubre el suelo de la estancia tras su abandono (UE 48), contiene, además de vasos a mano, cerámica fenicia de buena calidad, que, como suele ocurrir en depósitos de relleno y nive-lación, incluye algunas piezas claramente más antiguas, como un fragmento de jarro de engobe rojo con pequeñas estrías paralelas en los hombros (Inventario 48-395), que es una forma datada en Chipre desde el 750 hasta algo después del 700 a.C. (Bikai 1987: lám. XV). Otra pieza de estas características, en este caso de cuello troncocónico y boca trilobulada, se halló en una capa de nivela-ción del edificio del siglo V a.C. inmediatamente subyacente a la vivienda contemporánea recién demolida. Un borde de ánfora, que por su pasta diríamos que no es una producción occidental (Fig. 8: 48-418), se asemeja a un ejemplar del Cerro del Villar que se com-para con tipos orientales de fechas comprendidas entre la segunda mitad del VII y la primera del VI a.C. (Curiá y otros 1999: 181 y fig. 194: l).

Pero si las fechas de abandono del edificio no presentan demasia-dos problemas dentro del margen amplio de la primera mitad del VI a.C., no nos atrevemos a precisar cuándo se construyó exacta-mente y en qué momento se llevaron a cabo las distintas reformas de que fue objeto. Los materiales cerámicos relacionados con las primeras fases de uso son escasos y poco expresivos como indicado-res temporales. Como decíamos antes, la capa (UE 144) que sella las primeras estructuras de habitación documentadas parcialmente bajo este complejo, contiene materiales que pueden fecharse en el siglo VIII a.C., aunque también podrían ser posteriores (21).

La segunda reforma acometida en el edificio, que marca la III fase, se traduce en la reposición de los pavimentos de los ámbitos 1, 2, y 7. De las diferentes capas de nivelación (UUEE 74, 127 y 97, res-pectivamente) recuperamos todavía abundante cerámica a mano y menos a torno, pero de clases y formas variadas y de buena calidad. El único conjunto significativo en términos numéricos procede de la capa de relleno (UE 97) depositada bajo el pavimento del ámbito 7. En él encontramos una fuente de cerámica a mano bruñida con borde cóncavo exvasado (Fig. 9: 97-430) para el que encontramos paralelos en los repertorios del siglo VII a.C. (Ruiz Mata 1995: figs. 3 y 19: 21) y un borde de plato de engobe rojo de 37 mm de ancho (Fig. 8: 97-260) que no podemos fechar por sí mismo, porque está suficientemente comprobado que aunque la producción de platos de borde estrecho precede a la de bordes más anchos, unos y otros coinciden en el tiempo y tendríamos que disponer de una muestra más amplia para poder hacer una estimación razonable (Barceló y otros 2000). En cualquier caso, platos con este ancho de borde eran corrientes en Huelva durante el mismo siglo VII a.C. (Rufete 1989: 386, fig. 7 nº 1). La misma datación tienen en distintos yacimien-tos los soportes anulares de cerámica gris semejantes al que recupe-ramos en este relleno (Frankenstein 1997: 203) (Fig. 10: 97-257).

De los materiales de las restantes capas de nivelación destacamos un fragmento de un vaso de borde entrante con acanaladuras ha-llado en el relleno subyacente (UE 124) al pavimento del ámbito 2

(Inventario 124-214). No es una forma demasiado corriente pero se conocía ya en distintos yacimientos de la región, incluida Carmo-na, donde alguna vez, durante el siglo VII a.C., se usó como urna cineraria en la necrópolis de la Cruz del Negro, gracias a lo cual sabemos que tenía un pie de mediana altura (Amores y Fernández Cantos 2000: 160, sección). No obstante, la forma aparece ya en el nivel 23B del corte CA80-A, fechado en la segunda mitad del VIII a.C. y se documenta de nuevo en un contexto de mediados del siglo VII (Pellicer y Amores 1985: figs. 17: 7 y 21: 12, respectivamente). En Huelva los ejemplares más antiguos son de la primera mitad del VII a. C., pero se documentan hasta el siglo VI, si bien las acanala-duras van siendo con el tiempo cada vez más anchas y menos mar-cadas (Rufete 1989: figs. 7: 6-7; 8: 5; 9: 15). Estos vasos se decoran en el exterior con engobe rojo, pero nuestro ejemplar presenta un engobe de tono negro y una pasta verdosa poco común.

En resumen, del estudio de los materiales la impresión que se des-prende es que este edificio pudo construirse a principios del siglo VII a.C. A lo largo de la centuria sufrió dos reformas más importantes y otras obras menores y, finalmente, se abandonó de forma un tanto precipitada en algún momento avanzado de la primera mitad del VI. Su final presenta un cuadro tan semejante al del ámbito 6 del Saltillo que no podemos dejar de relacionar los dos hechos y más al comprobar que los dos edificios están exactamente a la misma cota. En el caso de Saltillo sólo pudo excavarse hasta la profundidad del Ámbito 6, que es la estancia en la que se encontraron las cucharas de marfil y las tinajas (píthoi) pintadas, pero en diversos puntos de la intervención se comprobó la existencia de construcciones subya-centes. Por distintas vías de análisis llegamos a la conclusión en su momento de que los restos exhumados en Saltillo correspondían a edificios de uso cultual y que el Ámbito 6, en concreto, formaba parte de un santuario fenicio. La arquitectura del edificio de Diego Navarro es tan oriental como la de Saltillo, como la de Coria (Esca-cena e Izquierdo 2001) o como la del Carambolo (Fernández Flores y Rodríguez Azogue 2005 a y b; Rodríguez Azogue y Fernández Flores 2005). En estos últimos yacimientos los santuarios, asimis-mo considerados fenicios, integraban otras construcciones que no tenían carácter sacro, pero que, muy probablemente, estaban rela-cionadas con las múltiples funciones que desempeñaba el complejo religioso y con el personal que estaba a su servicio. Esa podría ser también la razón de ser del edificio que acabamos de describir. La presencia abundante de cerámica a mano no dice nada en contra de esta hipótesis. En los niveles arcaicos de Doña Blanca (Ruiz Mata 2000: 27) y Lixus (Gómez-Bellard y Habibi 2001: 82. ), que son fundaciones fenicias, hay un alto porcentaje de cerámica a mano, casi la mitad del total, y en Cartago sorprende su abundancia inclu-so durante el siglo VII a.C. (Niemeyer y Docter 1998: 70). Hace ya cerca de veinte años que se vio que las toscas ollas de cocina que se encontraban en los yacimientos fenicios de la costa de Málaga eran productos coloniales (Schubart 1986: 74-78) y no necesariamente indígenas (Martín Ruiz 2000), aunque la presencia de autóctonos en las colonias conllevara la de sus repertorios cerámicos tradicio-nales (cf. Wagner 2005: 156).

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NOTAS

1. El presente trabajo se ha desarrollado en el marco del proyecto BHA2003-05866 y del Grupo de Investigación HUM-650 de la Consejería de Edu-cación de la Junta de Andalucía.

2. Arqueólogo del Servicio de Arqueología Urbana del Excmo. Ayto. de Carmona.3. Arqueólogo-Técnico.4. Anglada Curado, Rocío, Jiménez Hernández, Alejandro, Lineros Romero, Ricardo, Rodríguez Rodríguez, Isabel: La Carta de Riesgo de Carmona. En

CAREL, Carmona Vol. I, 2003. Delegación de Cultura del Excmo. Ayto. de Carmona.5. Los materiales arqueológicos asociados a la estratigrafía tartésica han sido estudiados por Dª Ana Ruth Bobillo Y Dª Carmen García Morillo. Las re-

construcciones en 3d han sido realizadas por José Gonzáles y el dibujo de materiales por Elisabeth Conlin. En los trabajos de campo participaron numerosos estudiantes y becarios a los que los autores agradecen su colaboración.

6. Quede constancia de nuestro sincero reconocimiento a todos ellos, en especial a la Dra. María Belén Deamos .7. Y. Llergo y J.L.Ubera de la Universidad de Córdoba presentaron un póster en el V Congreso de Historia de Carmona: La Carmona Protohistórica

de Carmona, en el que indicaban para época orientalizante la existencia de cinco niveles repartidos en cinco fases cronológico-estratigráficas: s. IX-VIII a. C.-UE 122, presencia de “plantas asociadas a la presencia de un poblado… mucha presión antrópica; s. VIII-VII a. C.-UUEE 121, 120 y 123, presencia de “plantas típicas de zonas antropizadas, asociadas a una presión humana media”; s. VIII-VII a. C.-UE 145, “Aumento de la presión antrópica. Menor diversidad en el herbazal”; s. VIII-VII a. C.-UE 113, “Disminución de la presión antrópica, herbazal más diverso” y s. VII-VI a. C.-UUEE 102, 74 y 48, “…zona removida, como una escombrera” “…pinus, posiblemente cultivado” y “Cambio importante en el medio ambiente. Aparecen plantas típicas de pastizales y espacios abiertos…”.

8. Las estructuras se encontraban realizadas en adobe y presentaban signos de haber estado sometidas a elevadas temperaturas por la acción del fuego, asociándose a una serie de capas de sedimentos que contenían una elevada proporción de carbones, metales (hierro y bronce) y escorias, que evidenciaban un uso metalúrgico de las estructuras. (El estudio de las escorias es de gran importancia para la interpretación de estas evidencias de producción o transformación metalúrgica). Las escorias según sus características podrían agruparse en dos tipos; las primeras de color rojizo, más ligeras, porosas y con alto contenido en óxido de hierro, y las segundas de color verdoso, bastante pesadas, compactas, que parecen fragmentos de piezas mayores, presentando una costra blanquecina en lo que debió ser la zona exterior y algún resto de óxido de hierro en la zona interior. Se-gún la opinión del Doctor Mark A. Hunt, al que agradecemos su asesoramiento, el primer grupo habría que atribuirlo con seguridad a desechos procedentes de la forja del hierro, y el segundo grupo serían escorias de fundición. Sin embargo era difícil determinar si este segundo tipo estaba relacionado con la producción de hierro o bien de plomo, por lo que se decidió mandar para su análisis dos fragmentos al Departamento de Prehistoria del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. De interés resultó también en este contexto el hallazgo de un pequeño fragmento de galena, mineral asociado a la producción de plomo y que no aparece en estado natural en la zona de Carmona.

9. Román Rodríguez, Juan Manuel y Belén Deamos, María: “Fenicios en Carmona: Novedades arqueológicas” en: Actas del V Congreso de Historia de Carmona, El nacimiento de la Ciudad, la Carmona Protohistórica. Carmona 2007.

10. Estas mismas circunstancias se han documentado en otras intervenciones y zonas de la ciudad de Carmona (Amores y Rodríguez Hidalgo 1983-1984) siendo uno de los puntos más conocido el registrado en el estrato 5 del corte que se realizó en el Raso de Santa Ana (Carriazo y Raddatz 1960), al pie de esta misma ladera (Jiménez Hernández 2004: 492-494). La naturaleza de la estratificación – depósitos en pendiente - y las dataciones que se asignan en estudios recientes a las cerámicas de Cogotas en Carmona, anteriores al Bronce Final de la región (Abarquero 2005: 362 y 365; Jiménez Hernández 2004: 508-511 y 549), nos llevan a pensar que se trata de elementos residuales depositados fuera de su contexto de origen (Jiménez Hernández 2004: 510), que se han registrado también, aunque más escasos, en las capas superpuestas.

11. La ausencia de productos torneados podría indicar que esta UE corresponde a tiempos prefenicios, aunque quizá no muy anteriores a fines del IX o comienzos del siglo VIII a.C.

12. En el repertorio exhumado predominan las producciones a mano sobre las torneadas, pudiéndose fechar el nivel sin problemas en el siglo VIII a.C. En la UE 145 se registró un cuenco de borde engrosado por el interior hallado que tiene referentes en niveles del VIII a.C. de otras excavaciones de Carmona (Jiménez Hernández 2004: fig. 14:1). Su decoración en damero es conocida en la cerámica pintada del Bajo Guadalquivir, pero es muy poco corriente en las piezas bruñidas o grabadas

13. En Castillo de Doña Blanca (Ruiz Mata y Pérez 1995: figs. 16-21), lucernas de un pico y cuencos carenados se encuentran en los niveles fundacio-nales, pero los vasos bícromos se fechan a partir del s. VII a.C., en la fase que Gómez Toscano (2004: 88 y 91) llama “Bícroma Orientalizante Occidental”. El aspecto del vaso de Carmona difiere del de las producciones locales documentadas en el siglo VII a.C. (urnas tipo Cruz del Negro y grandes píthoi) y no descartamos que se trate de una importación.

14. Módulo de los ladrillos: 35x38x8-10 cm. 15. Las formas de una y otra clase pueden encontrarse tanto en contextos del siglo VIII como de la primera mitad del VII a.C. La representación esquemática

de aves pintada sobre el hombro de un vaso bicónico hecho a mano (Inventario 144-191), tiene paralelos en la misma Carmona (Amores 1995: fig. 2:1) y en otros yacimientos del Bajo Guadalquivir en contextos que se han considerado pre fenicios (Murillo 1994: 129-130; González, Barrionuevo y Aguilar 1995: 219 y lám. 1: 8), que no es este caso, pero parece seguro que esta moda de decorar la cerámica con motivos geométricos estrechamente emparentados con corrientes estilísticas de amplia difusión en el ámbito griego, llega a Occidente coincidiendo con el inicio del comercio fenicio orga-nizado en el que participan gentes y centros de producción de cerámica de todo el Mediterráneo (Amores 1995: 165 y nota 17). Los últimos hallazgos de Huelva permiten datar las primeras importaciones geométricas eubeo-cicládicas y áticas en las primeras décadas del siglo VIII a.C. (González de Canales, Serrano y Llompart 2004: 197), pero en El Carambolo, como ya se había visto (Amores 1995: 167) y han confirmado las excavaciones recientes (Fernández Flores y Rodríguez Azogue 2005a: 129 y 136), la cerámica pintada geométrica es más abundante durante el siglo VII a.C.

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16. Es éste un hecho relativamente frecuente en todo el ámbito de expansión colonial fenicia, bien documentado, por ejemplo, en Huelva (Fernández Jurado y García Sanz 2001: 168) y en Cartago (Niemeyer y Docter 1998: 68).

17. Con todo, no son muros exteriores lo cual significa que las habitaciones excavadas formaban parte de uno o más edificios de planta y dimensiones mayores.

18. Los ladrillos de adobe se disponían a soga, uno por hilada, unidos con arcilla de parecido o distinto color. Finalmente, los paramentos se revocaron con una capa de arcilla y, como los suelos, se pintaron con una lechada arcillosa de color rojo aplicada sobre otra previa de cal. De la misma forma se enlucieron también los zócalos de piedra que quedaban a la vista y los bancos de tierra compactada que se adosaban a los muros en algunas de las habitaciones. Cada nuevo pavimento asentaba sobre una capa de nivelación que iba recreciendo la cota del suelo. La diferencia de nivel entre el piso de las estancias más antiguas y el de las más recientes es, aproximadamente, de 40 cm.

19. Entresacamos estos datos del estudio faunístico realizado por A. Morales, E. Roselló, V. Vázquez y L. Llorente. 20. Las fechas de mediados del siglo VI a.C., que se propusieron para el final de aquél ámbito 6 (Belén y otros 1997: 187), no se contradicen con las que

pueden asignarse a las piezas antes descritas y a otros materiales, la mayoría ollas de cocina, que seguramente formaban parte también del menaje de este ámbito 2. Por esas fechas, la cerámica a mano era todavía abundante y las vasijas que se usaban para almacenaje y cocina tardarían todavía en ser substituidas por productos hechos a torno. Las ollas decoradas con impresiones de dedos o con incisiones, como las que encontramos fragmentadas en esta habitación, son abundantes, por citar algún ejemplo, en la fase III de la secuencia del Cabezo de San Pedro, que fue llevada por los excavadores hasta el primer cuarto o mediados del siglo VI a.C. (Blázquez y otros 1979: 177), aunque otros investigadores adelantan su final al 600 a.C. (Fernández Jurado 1988-1989: 264), y en la misma Carmona otro conjunto de piezas semejantes hallado en 1987 en la cercana Plazuela del Higueral, fue datado asimismo en el siglo VI a.C. (Gil, Gómez y Rodríguez 1987: 582). En cuanto a la cerámica bruñida, con y sin decoración, su significativa representación en los niveles más tardíos de la Fase III de Setefilla, fechados en la primera mitad del VI a.C., es suficientemente expresiva de la aceptación que esta vajilla tradicional tenía aún por entonces en esta región del Guadalquivir (Aubet y otros 1983: 90-10). Las formas semiesféricas con bordes engrosados en el interior, sin carena, como la fuente que recuperamos aquí (Inventario 48a-324), se consideran tardías en la evolución tipológica de esta clase cerámica, no anteriores al siglo VII a.C. (Ruiz Mata 1995: fig. 19, A: 8 y 9), pero pueden encontrarse en contextos más antiguos. Como decíamos antes, en Carmona hay precedentes del VIII a.C. (Jiménez Hernández 2004: fig. 14:1) y detectamos un ejemplar del mismo tipo en el conjunto recuperado en la marisma de Huelva, para el cual se estiman fechas anteriores al 770 a.C. (González de Canales, Serrano y Llompart 2004: lám. XXIII: 12). Sin embargo, son más frecuentes después y están bien representadas en los repertorios del final del Orientalizante, como comprobamos en Setefilla (Aubet y otros 1983: fig. 34: 167, 169, 176) y en el Cabezo de San Pedro (Blázquez y otros 1979: fig. 48: 500 y 501) Fernández Jurado (1988-1989: 228) señala que las cazuelas carenadas se van substituyendo en Huelva por las de casquete en esfera a partir, aproximadamente, de mediados del VII .a.C., pero el proceso fue lento

21. Un vaso de cuello alto acampanado cuyos fragmentos recuperamos en una capa de nivelación que corresponde a la primera remodelación del edificio, tiene buenos paralelos en algunas sepulturas de la necrópolis de Setefilla (Aubet 1975: figs. 19: 1; 31: 5; 43:1 y 46: 1, entre otras) y en el estrato X de la secuencia de su poblado (Aubet y otros 1983: 88 y 100, y fig. 33: 161). Este último no contiene cerámica a torno, pero se fecha igual que las tumbas, que sí tienen, en el siglo VII a.C. Pellicer documentó la misma forma aquí en Carmona en el estrato IV del Picacho, que fechó en la primera mitad del VIII a.C. (Pellicer y Amores 1985: figs. 47: 11 y 48: 1) y en el nivel inferior del Macareno a fines del VIII a.C. (Pellicer, Escacena y Bendala 1983: fig. 74: 356). En el siglo VIII se datan también ejemplares semejantes hallados en el túmulo 1 de la necrópolis de Las Cumbres, vinculada a la colonia fenicia del Castillo de Doña Blanca (Ruiz Mata 1995: 277). En resumen, es un vaso que estuvo en uso durante más de cien años y, por lo tanto, no nos ayuda a fijar con exactitud un momento ante quem para la construcción del edificio, aunque nos inclina-mos por fechas de la primera mitad del siglo VII a.C. para esta primera reforma. De ser correctas estas apreciaciones, habría que situar el origen del complejo al menos a principios del siglo VII a.C.

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EVIDENCIAS FUNERARIAS DE LA EDAD DEL BRONCE EN CARMONA: I.A.P. EN EL SOLAR Nº 1 DE LA CALLE TORRE DEL ORO

JUAN MANUEL ROMÁN RODRíGUEZ (1)

Resumen: Se exponen a continuación los resultados de la Exca-vación Arqueológica Preventiva realizada en el solar º 1 de la calle Torre del Oro, Carmona (Sevilla). Durante la excavación pudo do-cumentarse una secuencia estratigráfica que arranca desde la mi-tad de la Edad del Bronce y llega hasta la actualidad con escasas interrupciones. Entre los restos exhumados destaca el hallazgo de una tumba de la Edad del Bronce y la superposición de hasta cinco edificaciones distintas: una turdetana, tres romanas, dos de ellas de época republicana y otra imperial, y, por último, otra de época mo-derna que se mantuvo en uso hasta su reciente demolición. Tam-bién se han documentado niveles de época tartésica y medieval.

Abstract: The findings of the Preventive Archaeological Excava-tion in site nº 1 of Torre del Oro Street, Carmona (Seville) are shown in this paper. During the excavation process a stratigraphic secuence which started at the middle of the Bronze Age and comes up with few interruptions to nowadays was documented. A tomb from the Bronze Age and five different building levels (one is Tur-tedan, three are Roman, two of them are from Republic Times and the other one is from Imperial Times, and finally, the last one is from Modern Times and it was used until the recent demolition) stand out from the archaeological remains. Levels from Tartesic and Medieval Times have been documented too.

LOCALIZACIÓN

El solar nº 1 de la calle Torre del Oro se localiza intramuros, en el sec-tor occidental del casco antiguo de Carmona y en el límite entre las co-llaciones históricas de San Blas y San Bartolomé. El inmueble presenta su fachada principal hacia el oeste, a la calle Torre del Oro, y una salida trasera, al este, a la Plaza de Juan Caballero, compartiendo medianería en sus lados norte y sur. El solar tiene una superficie de 218 m2.

Identificación Catastral: Parcela:13, Manzana:66.08.2. Coordenadas de localización espacial (obtenidas a partir del plano

catastral):X: 266.663Y: 4.150.862R: 7 m.

MOTIVO DE LA INTERVENCIÓN

La propuesta arquitectónica planteaba en el solar la construcción de un edificio de nueva planta destinado a albergar cuatro vivien-das unifamiliares, con un semisótano para aparcamientos. Según la sección aportada por la dirección técnica, sería necesario un rebaje uniforme del terreno de 2,50 metros de profundidad.

La Carta de Riesgo de Carmona (2) propone para las obras que puedan alterar o destruir el sustrato arqueológico en esta zona, la realización de excavaciones arqueológicas en grado II.

EQUIPO Y FINANCIACIÓN

La mano de obra y el arqueólogo fueron contratados por el Ayuntamiento de Carmona a través de los fondos AEPSA. El material fungible fue financiado igualmente por el Ayuntamien-to de Carmona.

Durante la intervención arqueológica se localizó una tumba de la Edad del Bronce. El estudio antropológico de los restos óseos, fue rea-lizado por la arqueóloga y antropóloga Inmaculada López Flores (3), siendo financiado por el Grupo de Investigación HUM-650 de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, coordinado por María Belén de Amos (4).

Se recogieron algunas muestras de tierra para la realización de un es-

tudio polínico, que fue realizado por Jose Luis Ubera y Yolanda Llergo (5), y que se adjunta en la Memoria Final de la Excavación (6). Dicho estudio polínico fue financiado por el Ayuntamiento de Carmona, a través de los presupuestos del Museo de la Ciudad.

Un conjunto amplio de piezas recuperadas, principalmente ce-rámicas, durante la excavación y pertenecientes a distintos perío-dos históricos fueron restauradas por Celia Márquez Góncer (7). Los trabajos de restauración de materiales fueron financiados por el Museo de la Ciudad de Carmona, y en la Memoria Final de la Excavación se incluye el informe de los mismos.

En varias de las fases de los trabajos de campo participaron estu-diantes en prácticas y becarios tanto de la Universidad de Sevilla como de la Universidad Pablo de Olavide (8).

Durante el primer mes de la excavación, (agosto de 2004) los

alumnos del curso “Prácticas arqueológicas de campo”, orga-nizado por la Universidad Pablo de Olavide y el Museo de la Ciudad de Carmona, realizaron las prácticas de campo bajo la supervisión de Trinidad Gómez Saucedo y Juan Manuel Román Rodríguez (9).

CONTEXTO HISTÓRICO DEL INMUEBLE

La calle Torre del Oro parte de la Puerta de Sevilla y con orien-tación suroeste-noreste sigue el trazado de la muralla hasta al-canzar la Bohiguilla. La manzana en la que se inserta este solar debió crecer junto al baldío de respeto de la cerca, ocupado des-pués por viviendas adosadas al mismo muro. El barrio de San Bartolomé se sitúa, por tanto, en el límite noroeste de la ciudad amurallada, que se desborda a partir de la anulación del muro como elemento defensivo en el siglo XVI. La forma urbana de este sector está totalmente determinada por la presencia de la cerca, que genera una serie de alineaciones tanto fuera como dentro del recinto defendido.

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Figura 1. Plano de localización urbana y cuadrículas en el solar

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En esta zona se localiza el límite del poblamiento con carácter urba-no más antiguo de Carmona. Las excavaciones efectuadas hasta el día de hoy han permitido constatar la presencia de un asentamiento ur-bano tartésico en la zona norte de la ciudad, mientras que en el resto de la meseta que ocupa Carmona se registra un poblamiento disperso en cabañas de planta circular. El poblado turdetano se expandió hacia el sur y hacia el este, y la primitiva implantación romana se superpuso a este poblado de la segunda Edad del Hierro. En la etapa imperial el área urbana se extiende hasta ocupar todo el actual recinto intra-muros, aunque si bien se venía pensando que en esta zona la trama es deudora de la ciudad protohistórica, recientes excavaciones, incluida la que nos ocupa, parecen indicar que las orientaciones altoimperiales son idénticas a las documentadas en el resto de la ciudad.

En el sector en que se sitúa el solar se han efectuado diversas intervenciones arqueológicas. En el inmueble adyacente –Plaza de Juan Caballero nº2 (10)- se llevaron a cabo excavaciones en 1999 que permitieron registrar ambientes domésticos de época al-toimperial. Resultado semejante dieron los cortes abiertos en 2003 (11) en la calle Sancho Ibáñez nº 5, algo más al suroeste del solar del presente proyecto. Mediante distintas vigilancias efectuadas en los alrededores, se han podido reconocer rellenos prerromanos sin estructuras asociadas, aunque en Juan Carrera 6 (12) si se docu-mentaron muros pertenecientes a viviendas de los siglos III-II a.C. Algo más al suroeste se realizaron excavaciones en el solar nº 2 de la calle Fernán Caballero (13) y en el antiguo Casino (14) que die-ron como resultado la documentación de estructuras relacionadas con el foro romano.

METODOLOGíA

Previamente a la intervención se recopilaron los datos bibliográfi-cos, topográficos y urbanísticos vinculados a la evolución histórica del solar, de este en particular y de la zona en que se sitúa en ge-neral. Con especial interés se revisaron los datos obtenidos en las excavaciones realizadas en los solares nº 2 de la plaza de Juan Caba-llero, nº 5 de Sancho Ibáñez, nº 6 de Juan Carrera, nº 2 de Fernán Caballero (15) y en el solar del antiguo Casino (16).

En principio, se plantearon dos cortes de 7 x 5 metros en la zona

central del solar, dejando entre ambos un testigo de 3 m. Estos cor-tes, denominados cuadrículas A (al norte) y B (al sur), se plantearon con una orientación de 20º en sus lados menores. Una vez agota-da la estratigrafía en ambas cuadrículas (la roca base se encontraba aproximadamente a 3 m de profundidad) se procedió a la excava-ción del testigo central, quedando entonces una cuadrícula de 7 x 13 metros. Este testigo, de 7 x 3 metros de superficie, se denominó cuadrícula C y fue excavado igualmente hasta agotar la estratigrafía. Finalmente el área total excavada presentaba una superficie de 91 metros cuadrados, alcanzándose, en su mayor parte, la profundidad de la roca base.

En los trabajos de excavación e interpretación se han utilizado los principios del método Harris (17). Los datos extraídos durante la intervención se recogieron en fichas de excavación (FEX/v87) (18), diseñadas por Ricardo Lineros para tal efecto, y que tienen como principal ventaja la objetivización de los conceptos descriptivos que permiten poner en relación unas unidades de estratificación con otras, además de su inclusión en un sistema general de registro destinado a la conservación y tratamiento de la información arqueológica.

El Punto 0 general de la excavación se situó a 240,14 metros so-bre el nivel del mar, teniendo como referencia las cotas del plano catastral. Las orientaciones tanto de los cortes como de las estruc-turas han sido tomadas con respecto al norte magnético. La plani-metría, tanto de perfiles, plantas y secciones fue levantada a escala 1:20 y 1:10 en campo, y posteriormente escaneada y digitalizada en formato autocad. Las plantas han sido representadas tanto a nivel general como por fases históricas, incluyéndose la Planimetría com-pleta en la Memoria Final de la Excavación (19). Los trabajos de dibujo, delineación, fotografía y topografía han sido realizados por el autor de este artículo. El dibujo de los materiales asociados a la tumba de la Edad del Bronce ha sido elaborado por Elisabet Conlin por encargo del grupo de investigación HUM-650 de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.

ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA

Se describirá a continuación la secuencia estratigráfica por perío-dos históricos, comenzando por los de mayor antigüedad, y divi-diéndose estos en los casos en los que exista más de una fase. En este apartado se hace referencia a las unidades estratigráficas de cada contexto, aunque posteriormente se adjunta un capítulo con la des-cripción individualizada de cada una.

La roca base se encuentra en este punto a unos tres metros de pro-fundidad con respecto a la superficie de suelo actual, presentando una suave pendiente en sentido nordeste-suroeste.

Edad del BronceUU.EE.-124, 125, 126, 127, 128, 195, 233

La secuencia estratigráfica arranca con varias UU.EE. fechadas du-rante la Edad del Bronce, y que se superponen directamente a la roca base. Dos de estas unidades de estratificación corresponden a capas de sedimentos (UU.EE.-195, en la zona oeste de la cuadrícula B, y 233, en la esquina suroeste de la cuadrícula A) de escasa potencia y depositadas directamente sobre el alcor. Estas capas contenían asociadas numerosos fragmentos de cerámica a mano que en muchos casos se encontraban decorados con la técnica de “boquique”. Entre los materiales de la capa UE-233 se localizó una punta de flecha tipo palmela (R-326) completa (pieza que ha sido restaurada), que parece encontrarse descontextuali-zada en este nivel.

Lámina I. Cuadrículas A y B durante la excavación.

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En la esquina sureste de la cuadrícula A se localizó una tumba que ha sido fechada durante la mitad de la Edad del Bronce (1700-1500 a.C.), y que contenía los restos óseos de dos individuos y algunas piezas del ajuar funerario. El sepelio fue realizado en el interior de una fosa (UE-128) excavada directamente sobre la roca base, y que presenta planta de tendencia ovalada, escasa profundidad y orienta-

ción en sentido este-oeste. En el interior de la fosa se encontraban los esqueletos completos de dos individuos femeninos adultos, uno de ellos con los huesos en conexión anatómica (UE-126) y el otro (UE-127) con los huesos inconexos y reubicados en el extremo oes-te de la fosa. Este hecho indicaría que hubo una reutilización de la tumba, en un momento en el que el primer cuerpo que la ocupó se había descompuesto totalmente, ya que no se observaba ningún signo de articulación entre los huesos, que, por otro lado, según su disposición, parece que fueron colocados con cierto orden. Una vez reubicados en una esquina los restos óseos del primer cadáver, se dispuso un segundo cuerpo en posición decúbito lateral derecho con las articulaciones flexionadas y encogidas en postura fetal. El cuerpo se encontraba con los pies hacia el este, la cabeza al oeste y el rostro mirando al sur.

El estado de conservación de los huesos era relativamente bueno, aunque para su extracción fue necesario el engasado de determina-das zonas como la pelvis, escápula y el cráneo, que se encontraban agrietadas por la presión del sedimento. Se ha realizado un estudio antropológico (20) de los restos óseos por Inmaculada López que se adjunta en la Memoria Final de la Excavación, del que se desprende que los esqueletos pertenecen a dos individuos femeninos, el que se encuentra en conexión anatómica de una edad aproximada de veinte años y el otro de unos cincuenta. Determinados huesos presentan pa-tologías y alteraciones que se detallan en el informe antropológico.

Lámina II. Tumba de la Edad de Bronce.

Figura 2. Planta de la tumba.

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La tumba debió tener algún tipo de cubierta que mantuvo du-rante un tiempo su interior en hueco, ya que se observan algunos movimientos postdeposicionales en determinados huesos (mandí-bula, falanges, escafoides...) del individuo completo. Por otro lado, el traslado y reubicación de los huesos del primer individuo no habría sido posible, al menos en el relativo buen estado de conser-vación en el que se encontraron, en el caso de haberse encontra-do cubiertos de tierra. Posteriormente a la deposición del segundo cuerpo el interior de la fosa se fue colmatando con un sedimento (UE-124) fino y arenoso, posiblemente generado por filtraciones desde la cubierta. La pérdida de las piezas, que podrían haber sido losas alcorizas, que techaban la tumba debió producirse en época turdetana, pues justo encima de la misma se detecta una interfacie sobre la que se levantó el edificio turdetano, y que pudo ser la causa de la pérdida de la estructura, cuando la tumba ya se encontraba totalmente colmatada de sedimentos.

En el enterramiento se hallaron varios objetos (UE-125) relacionados con el ritual funerario y como elementos de ajuar. En el extremo oriental de la fosa, a los pies del esqueleto en conexión anatómica, se encontraron tres recipientes completos de cerámica fabricada a mano. Uno de ellos era una vasija globular (R-313) en forma de botella, similar a otras locali-zadas en contextos funerarios de esta cronología en Carmona (21). A su lado apareció una fuente de sección hemiesférica (R-314), y en su inte-rior un vaso (R-315) con una marcada acanaladura en la zona superior y con un acabado bruñido de buena calidad. Dentro de este último vaso se recuperó una cuenta de collar elaborada sobre una concha de caracola marina. En otras zonas de la tumba se localizaron: un punzón de bronce (R-324), una lámina denticulada de silex y una concha de vieira o ve-nera colocada, con la cara interna hacia arriba, justo delante del rostro del individuo en conexión anatómica. Además se recogieron algunos huesos de fauna, incluidas tres pequeñas vértebras en conexión anató-mica, que podrían haber sido parte de ofrendas de comida asociadas al ritual funerario. Todas las piezas fueron trianguladas y referenciadas en el plano de detalle a escala 1:10 de la tumba.

Figura 3. Ajuar funerario.

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Pese a que en la mayor parte de la superficie excavada se alcanzó la roca base, no se localizaron más tumbas que la anteriormente descrita. Si bien en esta área de Carmona no se habían encontrado con anterioridad tumbas de esta época, creemos, según el compor-tamiento registrado en otras zonas de la ciudad donde han apare-cido evidencias funerarias de este período, que no debe tratarse de un enterramiento aislado y que posiblemente existan otros en las proximidades.

Época TartésicaUU.EE.-176, 177, 178, 192, 193, 194, 259

Si bien, esta área queda algo más al suroeste del núcleo urbano principal de época tartésica, no resulta extraño la aparición aquí de niveles que evidencien el uso de la zona durante esta época, aunque no con la misma intensidad que en el núcleo principal.

Las unidades de estratificación de época tartésica localizadas en la excavación se encuentran muy arrasadas por la remoción del terreno en épocas posteriores, especialmente durante el pe-ríodo turdetano. Aún así se han identificado en la cuadrícula B una acumulación de piedras (UE-176), principalmente alcorizas, algunas de gran tamaño, y cantos rodados, que podrían corres-ponder a la hilada inferior de un muro que discurre en sentido este-oeste, aunque se encuentra muy arrasado. Entre los mam-puestos se encontraban una laja de piedra alcoriza y parte de un molino barquiforme. También se han documentado, en la cua-drícula B, varias capas de sedimento arcilloso (UU.EE.-177, 178, 192, 194) (que en principio parece que pudieron generarse por la descomposición de ladrillos de adobes), y una fosa (UE-193) de tendencia circular y sección en U, excavada sobre la roca base y que se pierde bajo el perfil septentrional de la cuadrícula. En la cuadrícula A se localizó otra capa de sedimento (UE-259) tartési-ca, de color amarillo y textura arcillosa, depositada directamente sobre la roca base.

El material asociado a estos niveles tartésicos no es muy abun-dante, predominando el de tipo cerámico, tanto fabricado a mano como a torno. Entre la cerámica torneada se recuperaron fragmentos de cerámica gris, lucernas, ánforas y cerámica con decoración pintada y motivos figurativos de tipo Orientalizante. Entre la cerámica fabricada a mano se encontraron fragmentos con decoración de retícula bruñida, incisa y pintada de tipo Ca-rambolo o Guadalquivir I. Todas las unidades de estratificación de este período han sido fechadas entre los siglos VII y VI a.C.

Época TurdetanaUU.EE.- 112, 113, 114, 115, 120, 121, 122, 123, 138, 150, 151,

153, 153b, 154, 172, 173, 174, 175, 179, 180, 181, 182, 183, 184, 187, 187b, 188, 189, 190, 191, 196, 226, 227, 228, 229, 230, 256, 257, 258, 270

La mayor parte de las unidades de estratificación adscritas al pe-ríodo turdetano se encuentran asociadas a un edificio localizado parcialmente en las tres cuadrículas, y cuya construcción fechamos entre fines del siglos IV a. C. y principios del siglo III a.C. Di-cha edificación, que interpretamos de funcionalidad doméstica, se caracteriza por presentar varias estancias de planta rectangular estrecha y muy alargada, similares a otras documentadas con ante-rioridad en Carmona (22).

Ha sido posible excavar parte de hasta cuatro habitaciones, de las cuales sólo una se ha exhumado casi por completo, presentando unas dimensiones totales de 6,80 metros de largo por 2,40 metros de ancho. Estas crujías se disponen con una orientación de 30º y su complementario, y se encuentran delimitadas por potentes muros de mampostería que funcionarían tanto de cimiento como de zócalo, y sobre los que descansarían alzados de ladrillos de adobe, según se desprende del elevado contenido en adobes presente en las capas de derrumbe asociadas el edificio. Los muros (UU.EE.-112, 153, 153b, 154, 175 y 184) fueron levantados sobre zanjas de cimentación (de sección en U) o rebajes del terreno (UU.EE.-123 y 189) y en su ma-yoría descansan directamente sobre la roca base. Para su construcción se empleó piedra alcoriza de pequeño y mediano tamaño, trabada con tierra y arcilla, disponiéndose las de mayor tamaño en las caras y las menores para rellenar los espacios interiores. El grosor medio de los paramentos es de 60 cm., con una altura conservada variable, y, como ya se ha apuntado, se disponen con una orientación de 30º y su complementario. Sólo en un caso (UE-175) se ha conservado parte del alzado de ladrillos de adobe que se dispondría sobre estos zócalos-cimientos de mampostería. Si bien, no se ha conservado la longitud completa de ninguno de estos ladrillos de adobe, si conocemos su anchura (60 cm.) y su grosor (12 cm.).

Una vez construidos los muros se rellenó el espacio sobrante de las zanjas de cimentación con capas de sedimento (UU.EE.-113, 120, 122, 179, 187, 188, 191, 226, 227, 258) que en algunos casos sirvieron además para nivelar y preparar el terreno previamente a la construcción de los pavimentos.

Los suelos (UU.EE.-115, 121, 172, 174, 180, 183, 186, 190) fueron fabricados superponiendo capas de arcilla de color rojo y en algunos ca-sos de cal, con grosores que oscilan dependiendo de las estancias, y que podrían ser indicativo de un mayor uso o perduración de las mismas. En la habitación más meridional se observa como en un determinado mo-mento se recreció el nivel de suelo original (UU.EE.-174 y 183), deposi-tándose encima una capa de relleno (UU.EE.- 173 y 181) y construyén-dose sobre ésta un nuevo pavimento (UU.EE.-172 y 180). Si bien estos suelos de arcilla suelen presentar una superficie relativamente plana, en las zonas donde se adosan a los muros tienden a subir un poco en forma de plano inclinado. También, se documentó parcialmente un suelo de piedras alcorizas (UE-270) en la esquina noroeste de la cuadrícula, que podría estar asociado a un espacio exterior, un pavimento de tierra api-sonada (UE-257) en la estancia central, y otro suelo (UE-121) de arcilla apisonada, muy arrasado, en la esquina sureste de la cuadrícula A.

De interés resultó el hallazgo del esqueleto completo (UE-229) de un neonato humano depositado en el interior de una fosa (UE-230) de pequeño tamaño. Esta fosa había sido abierta sobre la esquina su-reste del pavimento (UE-257) de la estancia documentada en la zona central de la excavación. La disposición en la que se encuentran los restos óseos parece indicar que el cuerpo fue arrojado directamente en la fosa sin ningún tipo de preparación o colocación intencional, y fue cubierto a continuación con una capa de tierra (UE-228). El esqueleto se encontraba decúbito prono, con la mitad inferior de las piernas casi en vertical pues quedaron apoyadas sobre el lateral de la fosa. El tronco torcido hacia el lado izquierdo y los brazos extendi-dos, el izquierdo sobre la cabeza y el derecho bajo el cuerpo. Según la longitud femoral parece que el neonato tendría una edad aproximada de entre 9 y 10 meses lunares. En la esquina opuesta (noroeste) de la habitación, se localizaron los huesos de otro neonato de similares características, aunque en este caso el enterramiento había sido, en su

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Figura 4. Planta base turdetana.

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mayor parte, arrasado por el pozo ciego medieval UE-87, por lo que no fue posible determinar su disposición exacta.

En otras excavaciones hechas con anterioridad en Carmona, ya habían sido documentados enterramientos de neonatos bajo los ni-veles de suelo de las casas, como las realizadas en la Plazuela Juan Facúndez nº 3 (23) o en la calle Vigas nº 2 (24) e incluso como sa-crificios fundacionales en el horreum (25) localizado bajo el Colegio de San Blas, pero todos asociados a contextos claramente romanos, siendo esta la primera vez que se encuentran en niveles de época turdetana.

También se excavaron una serie de capas de sedimentos (UU.EE.- 137, 138, 150, 152, 228, 256), de cronología turdetana, asociadas tanto a actividades constructivas relacionadas con el edificio como a los niveles de abandono y derrumbe del mismo. La mayor parte de estas capas presentan una textura arenosa y una coloración ro-jiza, conteniendo asociado un volumen considerable de materiales, principalmente cerámicas. Entre el repertorio cerámico predomina la vajilla torneada y decorada con pintura roja, de la cuál se recupe-raron algunas piezas semicompletas. Es una de las capas asociadas a la construcción del edificio se encontró un fragmento de una copa ática de barniz negro, material poco frecuente en general en los con-textos turdetanos de Carmona. Además se recogieron algunas piezas metálicas como una posible azada y un hacha de hierro, y fragmentos de bronce y plomo. El volumen de huesos de fauna es, en general, escaso en estos contextos, en parte debido a que en su mayor parte se generaron durante procesos constructivos y de derrumbe.

Según los materiales asociados a los rellenos de derrumbe y la estratigrafía que se le superpone, parece que el edificio debió ser abandonado en la segunda mitad del siglo III a.C.

Época Romana RepublicanaUU.EE.-72, 77, 79, 84, 85, 77, 79, 90, 90b, 96, 98, 99, 100,

101, 102, 104, 105, 106, 107, 108, 116, 117, 118, 119, 130, 130b, 131, 133, 134, 135, 136, 137, 139, 140, 141, 142, 143, 144, 145, 146, 147, 148, 149, 159, 161, 162, 169, 170, 171, 203, 216, 219, 220, 221, 222, 223, 224, 225, 231, 232, 234, 235, 252, 253, 255, 260, 261, 262, 263, 264, 265, 266, 267, 268, 269

A los niveles de abandono del edificio turdetano se le superponen directamente los de época romana republicana. Estos pueden divi-dirse en tres fases: la más antigua generada por actividades de expo-lio del material constructivo de la fase turdetana, correspondiendo las otras dos a sendos edificios superpuestos y a sus respectivos ni-veles de abandono.

Habría que indicar que la mayor parte de las unidades de estrati-ficación romanas republicanas documentadas durante la interven-ción se localizan en las cuadrículas A y C, pues, coincidiendo con el límite oeste del corte B, se ha identificado un rebaje del terreno, realizado en época imperial para aterrazamiento, que arrasó en esta zona casi por completo la estratificación republicana.

•FasedeExpolio:La más antigua de estas fases republicanas, como ya se ha dicho, se relaciona con actividades de extracción del material constructivo del edificio turdetano. Se han identificado varias zanjas (UU.EE.-149, 232, 235, 261) que coinciden en su trazado con algunos de los muros de mampostería turdetanos, y

que provocaron su destrucción parcial o total. Estas trincheras de expolio, que presentan en su mayor parte planta de tendencia rectangular y sección en U, fueron abiertas entre fines del siglo III a.C. y principios del II a.C., se concentran principalmente en la zona oeste (Cuadrículas A y C) del área excavada.

Las capas de sedimento (UU.EE.-148, 231, 234, 262) que colma-taron estas zanjas presentan en general una textura arenosa y color marrón, conteniendo una elevada proporción de pequeñas piedras alcorizas y restos de adobe. Entre los materiales asociados a estas capas predominaban las cerámicas de tradición turdetana, aunque también se localizó algún fragmento de vajilla campaniense.

•PrimerEdificioRepublicano. Tras la fase de expolio anterior, se allanó el terreno (UU.EE.-224, 267) y se levantó una primera edi-ficación, que identificamos de carácter doméstico, de la que sólo se ha documentado una parte en la zona oeste de la cuadrícula A. Del edificio, cuya construcción y uso hemos fechado durante el siglo II a.C., se han excavado algunos muros (UU.EE.-143, 265) de mampostería, de 60 cm. de anchura, dispuestos con una orien-tación de 60º y su complementario. Los paramentos conforman una nave rectangular y alargada, de la que fue posible documentar una longitud máxima de 4,80 m, por una anchura total de 2,50 m. En la zona central de la nave se localizó un muro de ladrillos de adobe (UE-141), muy arrasado, que compartimentaría el es-pacio interior en dos estancias distintas. En la parte central del paramento, que cerraría la estructura por su lado septentrional, se había reservado un espacio, de 80 cm. de largo, en el que el muro sólo se encontraba al nivel de cimentación, quedando los laterales bien careados, y que debe corresponder al vano de una puerta. Los muros fueron levantados directamente sobre la superficie del rebaje (UU.EE.-224, 267) para el allanamiento del terreno, de-positándose posteriormente sobre ellos capas de tierra para nivelar (UU.EE.-225, 255a) y pavimentar (UU.EE.-145, 255, 266) las estancias, por lo que no existen, asociadas a estos muros, zanjas de cimentación.

Aunque no se conservaban evidencias, ya que el edificio que se le superpone se construyó casi directamente sobre éste, es bastante probable, más teniendo en cuenta el contenido de las capas de sedimentos asociadas a los niveles de derrumbe, que sobre estos zócalos de mampostería se levantasen alzados de adobes. En la esquina suroeste de la cuadrícula A, sobre la cara sur del muro UE-265, se identificó un hogar (UE-263), fabricado con cantos rodados y arcilla, y un espacio reservado (UE-264) con adobes donde se recuperaron, semicompletos, aunque muy fragmenta-dos, dos vasos cerámicos: una marmita de cocina y un vaso de almacenamiento con decoración pintada a bandas. Sobre el pa-vimento (UE-145) de una de las estancias se localizó, también casi completo, un vaso cerámico (R-311) de cuerpo cilíndrico, similar a un kalathos, y decoración a bandas. La mayoría de las cerámicas asociadas a esta fase son de tradición turdetana aunque, en menor número, también se localizan fragmentos de cerámica Campaniense, de Paredes finas y tipo Kuass.

Las capas de relleno (UU.EE.-102, 104, 142, 147, 220, 252) aso-ciadas a los niveles de abandono del edificio presentan una alta concentración de carbones y cenizas, aunque sobre las estructuras no se aprecian señales producidas por fuego. Los muros conservan un escaso alzado, ya que el rebaje del terreno (UE-253), realizado para la construcción del edificio que se le superpone, las desmon-tó casi a nivel de pavimento, al igual que a los rellenos generados durante la fase de abandono.

•SegundoEdificioRepublicano.El edificio republicano más re-

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Figura 5. Planta del primer edificio republicano.

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ciente, fechado en el siglo I a.C. y que también consideramos de carácter doméstico, se localiza como el anterior en el área oeste de la excavación, principalmente en la cuadrícula A. Aunque, al igual que el precedente, presenta un alto grado de arrasamiento, ha sido posible documentar parte de su planta, de la que se han identificado parcialmente hasta tres estancias.

Previamente a la construcción de esta edificación se realizó un re-baje (UE-253) uniforme del terreno, hasta una cota cercana al ni-vel de pavimento del edificio anterior, lo que provocó en gran par-te su arrasamiento. Los muros, al igual que en la fase precedente, fueron levantados sobre la superficie del rebaje, depositándose pos-teriormente capas de tierra apisonada (UU.EE.-130, 130b) para nivelación e incluso para pavimentar, y dejando soterrado parte de los paramentos que a ese nivel actuarían como cimentación.

Las habitaciones se encuentran delimitadas al este por un muro de mampostería (UE-98) de 50 cm. de anchura, que discurre con una orientación de 50º, similar a la de la fase previa (60º). Entre los mampuestos que conforman este paramento se identificó un fragmento de tégula, material que generalmente no se documenta en los contextos romanos de Carmona hasta finales del período republicano. El extremo occidental de este muro había sido sec-cionado por la fosa séptica medieval UE-87. Tras la fosa ante-rior, la continuación del paramento (UE-84) hacia el suroeste se encontraba desplazada unos centímetros, si bien la orientación, dimensiones y técnica constructiva eran idénticas.

Algo más al oeste se excavaron dos muros (UU.EE.-101, 119) que discurrían de forma perpendicular a los anteriores y que com-partimentarían el espacio interior del edificio, delimitando par-cialmente hasta tres estancias. Estos muros interiores, de 35 cm. de anchura, se construyeron levantando un pequeño zócalo de mampostería, de unos 20 cm. de altura, que posteriormente que-daron soterrados bajo el nivel de pavimento, haciendo entonces las veces de cimentación. Sobre estos zócalos-cimientos, ya a nivel de superficie, se conservaban parte de los alzados realizados con ladrillos de adobe. Estos ladrillos fueron fabricados empleando arcilla de color amarillo con abundantes nódulos de cal. Al ser co-locados en el muro se trabaron con arcilla de color gris con la que también se regularizó las caras del paramento para su posterior enlucido. Los ladrillos presentaban un módulo aproximado de 45x34x10 cm., y fueron dispuestos a soga. Finalmente las paredes fueron revestidas con un fino enlucido de cal, sin que se aprecien restos de pigmentos sobre su superficie.

Las habitaciones se encontraban pavimentadas con simples capas de tierra apisonada (UU.EE.-131, 133), aunque en la estancia más septentrional se documentó un suelo de cantos rodados (UE-108) que presentaba un alto grado de arrasamiento.

El muro de mampostería (UU.EE.-84, 98) que cierra las estancias por el este, debió ser también el límite oriental del edificio, pues no se ha identificado ninguna evidencia de continuidad del mismo a ese lado. Además, en esta zona se han documentado numerosas capas de relleno que presentan una alta concentración de arena lavada gene-rada por escorrentías y abundante material muy rodado, fenómeno que no ocurre en el interior de las estancias y que podría ser indicio de una zona exterior. Por otro lado, y como se ha dicho más arriba, coincidiendo con el límite meridional de la cuadrícula B, los niveles republicanos se encontraban arrasados por el aterrazamiento del te-rreno en época imperial.

Una vez abandonada la edificación comenzó el proceso de derrumbe

de las estructuras, que fechamos entre finales del siglo I a.C. y princi-pios del siglo I d.C., que generó capas de sedimento que contenían asociadas gran cantidad de material constructivo, principalmente fragmentos de adobes y mampostería. En algún caso, se depositó directamente sobre el suelo una capa de cenizas, aunque, al igual que ocurría en la fase anterior, no hay ningún indicio de incendio sobre las estructuras conservadas. De interés resulta el hallazgo en la esqui-na noroeste de la cuadrícula A de un muro de adobes (posiblemente parte del alzado del UE-101, localizado justo al lado y con el que comparte características) desplomado de una pieza (UE-250) sobre el nivel de pavimento quedando además claramente reflejado en el perfil septentrional de la cuadrícula. Generalmente la mayor parte de los derrumbes de muros de adobes documentados en Carmona hasta ahora se produjeron de forma relativamente lenta, disgregán-dose primero los enlucidos y después los ladrillos que cayeron de forma más o menos fragmentada. Sin embargo, en este caso parece que el desplome de buena parte del muro se produjo de forma muy rápida, aunque más difícil resulta precisar si en ello hubo intenciona-lidad o bien el muro cayó de forma más o menos accidental. En todo caso, este derrumbe marca el abandono definitivo de la vivienda y sobre sus escombros se levantará el edificio de época altoimperial.

Los materiales asociados, tanto al edificio como a las capas de de-rrumbe y uso del mismo, es muy abundante, especialmente el de tipo cerámico. Sobre los niveles de pavimento se localizaron algunas piezas in situ, como un lebrillo completo (R-312), con decoración de cuatro retículas pintadas en rojo en su interior. Esta pieza se encontraba semienterrada en el suelo de la estancia más meridional, quedando sólo el borde sobresaliente de la rasante del pavimento. En este rincón, se encontró además parte de una marmita de cocina y de un vaso de Paredes finas. Sobre el suelo de la estancia más septentrional se localizó un vaso de Paredes finas completo (R-322) (Variante de la forma Mayet 3) cuyo borde se encontraba encajado en el interior de un cuenco de borde entran-te, (R-323) como si éste hubiese servido de tapadera de aquel. En estos niveles también se recuperaron semicompletos una copa de cerámica campaniense (R-316) (tipo Lamb. 1/f2320 de campa-niense B de Cales). y una copa/salero de tipo Kuass (R-318).

En la zona oriental de la excavación, coincidiendo con la cuadrí-cula B, los niveles de esta fase sólo se conservaron de forma muy parcial, debido tanto al rebaje del terreno en época imperial, como a la presencia de varias fosas sépticas modernas y contemporáneas, que arrasaron gran parte de la estratigrafía previa. Entre los restos conservados se ha identificado, aunque muy parcialmente; una fosa (UE-171) abierta sobre los niveles turdetanos y colmatada por la capa de relleno UE-170, la interfacie UE-160, el muro de mampostería UE-161, apenas conservado en la esquina nordeste de la cuadrícula, y las capas de relleno UU. EE.-162 y 169.

Excavada sobre los niveles de derrumbe republicanos y previa-mente a la construcción del edificio imperial, se localizó, en la zona central-oeste de la cuadrícula A, una pequeña fosa ovalada (UE-117) y revestida de arcilla en cuyo interior se había realizado al menos una combustión. La capa de relleno (UE-116) que la colmataba contenía principalmente restos de carbones y cenizas. Este tipo de fosas, que quizás correspondan a simples hogares, han sido también documentadas en niveles republicanos al menos en las excavaciones realizadas en el solar adyacente de Plaza de Juan Caballero nº 2 (donde se localizaron hasta cinco) (26), en la calle San Teodomiro nº 51 (27) y Diego Navarro nº 1 (28).

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1010

Época Romana ImperialUU.EE.-28, 29, 35, 36, 36, 38, 39, 40, 43, 44, 45, 46, 47, 48,

70b, 78, 80, 81, 82, 83, 88, 89, 91, 92, 93, 103, 109, 110, 111, 132, 157, 158, 204, 204a, 205, 212, 212a, 213, 214, 215

Sobre los niveles de derrumbe de la última edificación del período republicano se construyó un edificio, durante el siglo I d.C., que in-terpretamos de carácter doméstico. Al igual que en los casos anteriores las estructuras presentan un alto grado de arrasamiento (especialmen-te en la zona occidental de la excavación donde sólo se conservan a nivel de cimentación), aunque ha sido posible documentar gran parte de la planta de la vivienda en las tres cuadrículas. Por proximidad, orientación, cotas, cronología, materiales y técnicas constructivas es bastante probable que las estructuras de época romana imperial exhu-madas en el solar contiguo al este, en la Plaza de Juan Caballero (29), correspondan al mismo edificio que hemos excavado ahora.

Previamente a la construcción del edificio se realizó un rebaje del terreno (UE-253), documentado en la zona oriental del área excavada, con la finalidad de aterrazar y posiblemente adecuar la ladera natural para la construcción a distintos niveles de la nueva edificación. Este rebaje, casi coincidente con el límite oeste de la cuadrícula B, provocó la destrucción de la mayor parte de los niveles republicanos en esta zona, como también se detectaba en la excavación de la calle Juan Caballero, donde apenas se habían conservado evidencias de este pe-ríodo. La diferencia del nivel de suelo romano imperial a un lado y otro de este desmonte es de algo más de un metro. La orientación del “desnivel” o frente de la “terraza” es la misma que la del edificio: 20º, y sobre el mismo se construyó una cimentación muy potente (UE-45) que actuaría tanto para sustentar uno de los muros del edificio como de muro de contención lateral de la terraza.

Al oeste de la línea que marca el aterrazamiento del terreno las es-tructuras relacionadas con el edificio presentan un alto grado de des-trucción, pues el nivel de suelo romano se encuentra muy próximo a la cota de superficie actual y sobre ellas han incidido numerosas fosas, zanjas y rebajes de épocas posteriores. Esto provocó que las estructuras se conserven en su mayor parte a nivel de cimentación y que los pa-vimentos se hayan perdido casi totalmente. Sin embargo, en la zona oeste de la cuadrícula A, coincidiendo con la zona central del perfil occidental, se había conservado in situ, un fragmento de pavimento de opus signinum (UE-82) que, si bien se encontraba muy deteriora-do, es suficiente para proporcionar la cota de suelo al norte del aterra-zamiento. El resto de las estructuras documentadas eran una cloaca y varias cimentaciones, parte de las cuales se habían reaprovechado para calzar los cimientos de la vivienda de época moderna, que discurrían con idéntica orientación a las altoimperiales.

La cloaca (UU.EE.-91, 92) se localiza en la zona sur de la cuadrícula A, y fue construida sobre una zanja (UE-111) de sección en U, usan-do tégulas para el fondo, mampostería y ladrillos para los muretes late-rales y lajas alcorizas para la cubierta. Esta canalización se dispone con una orientación de 20º presentando pendiente en sentido sur-norte, y debe corresponder a un desagüe interior de la vivienda que buscaría la red de alcantarillado general. Esta atarjea se encontraba colmatada por capas de tierra (UU.EE.- 93, 110) que fueron acumulándose hasta la total inutilización de la infraestructura. Entre el escaso material asocia-do a estas capas se encontraba un fragmento de cerámica africana de borde ahumado que fecharía el abandono de la cloaca entre los siglos II y III d.C, fecha, por otro lado, coincidente con la del abanono-derrumbe de la edificación.

Del edificio imperial se han identificado parcialmente hasta cinco es-tancias, de las cuáles al menos dos se encontraban pavimentadas con capas de opus signinum. Las habitaciones presentaban planta rectan-gular, variando las dimensiones entre unas y otras y sin que haya sido posible excavar ninguna por completo. Dichas estancias se encontraban delimitadas por potentes cimientos (UU.EE.-44, 45, 47, 80, 81, 83, 204, 205, 214) de mampostería encajados en zanjas de fundación (UU.EE.-46, 109, 132, 158, 212, 215) de sección en U. Para la construcción de estos paramentos se empleó piedra alcoriza de pequeño y mediano tamaño, alternándose en ocasiones con sillares y sillarejos, sobre todo en los puntos donde debió existir algún vano para una puerta o esquina. La anchura de estos muros es de 55 cm. y las zanjas de fundación son poco más anchas que éstos, rellenándose el espacio entre ambos con capas de tierra (UU.EE.-48, 88, 103, 202, 213, 254). En el caso del paramen-to (UE-45) que se dispuso sobre la pared lateral del aterrazamiento y que por tanto también actuaba como muro de contención, presenta-ba una anchura de 80 cm. y fue construido empleando piedra alcoriza de pequeño tamaño muy bien trabada con arcilla. Este cimiento es el único que conserva parte de su alzado, por encima de la cota de suelo. Este alzado, al menos en la zona inferior, fue construido con sillarejos y sillares (UU.EE.-38, 39), presentando estos últimos unas dimensio-nes de 110x55x55 cm. Este último paramento delimitaría por el sur, la mayor de las estancias documentadas del edificio, que presenta una superficie máxima excavada de 5,50 por 3,90 y se pierde bajo los perfiles norte y este. La cimentación que cierra la estancia por el sur, presenta en la zona central una especie de plataforma rectangular (UE-47) cuya funcionalidad desconocemos. El pavimento de esta habitación (UU.EE.-35, 36, 37), fabricado con una capa de opus signinum dispuesta sobre una cama de mampostería, al encontrarse a mayor profundidad que el resto, se había conservado relativamente bien, aunque había sido arrasado en algunos puntos por la excavación de varios pozos ciegos medievales y modernos (UU.EE.-6, 32, 34, 42). Sobre el nivel de suelo de la estancia anterior se depositaron algunas capas de sedimentos (UU.EE.-29, 28, 40) correspondientes a los niveles de derrumbe del edifi-cio. Estos rellenos presentan una coloración amarillenta y anaranjada, y una textura arcillosa, conteniendo asociados numerosos fragmentos de tegulas, ímbrices, argamasa y enlucidos. Según las características de estas capas de derrumbe parece que el alzado de los muros debió de estar construido con ladrillos de adobe o tapial, dispuestos sobre zócalos de sillares y sillarejos, que a su vez se superponen a las cimentaciones de mampostería. El material cerámico en estas capas no es muy abundante, aunque el recuperado, entre el que se encuentra un fragmento de terra sigillata clara A, podría datar el proceso de abandono-derrumbe de la edificación entre los siglos II y III d. C.

Bajo el actual muro medianero sur del inmueble se conserva un pozo

de agua para el uso compartido de las dos viviendas, lo que, por otro lado, parece confirmar el proceso de segregación ya intuido por el ado-samiento del muro medianero sobre el de la fachada principal al oeste. Tras una observación del interior del mismo (desde el exterior, dado que la estrechez del brocal y su profundidad hacían impracticable la bajada a su interior) pudo constatarse la presencia de galerías a determinada pro-fundidad y restos de revestimiento de opus signinum sobre las paredes. Se trata, de una cisterna subterránea romana, con sección de T invertida, que en algún momento fue transformada en pozo de agua perforándola en su centro hasta alcanzar el nivel freático. Estos fenómenos, tanto la transformación de cisternas romanas en pozos de agua, como su situación bajo muros medianeros para uso compartido, lo que sugiere un proceso de segregación de un inmueble teniendo el pozo de agua como elemento importante de referencia, se documentan frecuentamente en Carmona.

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Figura 6. Planta del edificio altoimperial.

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1012

Época MedievalUU.EE.-18, 19, 22, 23, 24, 26, 27, 32, 33, 34, 41, 42, 75, 76,

86, 87, 94, 95, 206, 207, 208, 209, 210, 211, 218

Todas las unidades estratigráficas medievales, documentadas duran-te la excavación, corresponden a fosas sépticas y las capas de vertidos que las colmatan, además de alguna capa de relleno (UE-22) locali-zada en la cuadrícula B. La ausencia de otro tipo de estructuras tanto emergentes como subyacentes o de los niveles de suelo medievales es una constante en la mayor parte de las excavaciones de Carmona. Si bien este fenómeno ha sido a veces justificado en base a una posi-ble perpetuación del urbanismo, e incluso de los edificios medievales hasta la actualidad, cada vez parece más claro que en algún momen-to durante el período moderno se realizaron rebajes del terreno que arrasaron casi en su totalidad los niveles medievales e incluso los de la Antigüedad Tardía. En algunas zonas de Carmona, estos rebajes habrían afectado a áreas bastante amplias e incluso manzanas com-pletas, como podrían haber sido los casos de determinadas partes de los barrios de San Blas (30) o de Santiago (31). En otras zonas, estos rebajes parecen estar relacionados con la construcción del edificio de época moderna que ocupó el solar (32). En todo caso, parece que en torno al siglo XVI, momento en el que se construye buena parte de las edificaciones conservadas del casco antiguo de Carmona, se realizan grandes desmontes del terreno. Esto podría justificarse por cuestiones de índole urbanística, adecuación de las laderas o incluso como consecuencia de otros factores como el Terremoto de Carmona en 1504 que arrasó buena parte del caserío. Aún así, no parece pro-bable que estos grandes desmontes del terreno fuesen simultáneos en toda la ciudad y tampoco parece haber constancia de ellos en los Archivos Municipales. En el caso del solar que nos ocupa, la cons-trucción del edificio moderno se ha fechado durante el siglo XVII, sin que quede claro si el rebaje del terreno que arrasaría los niveles medievales se realizó en algún momento anterior, o bien se encuentra relacionado con la construcción del mismo.

La mayor parte de los pozos ciegos (UU.EE.-24, 27, 33, 34, 76, 95, 208, 211, 218) y rellenos medievales (UU.EE.-19, 22, 23, 26, 75, 86, 94, 207, 209) han sido fechados durante el período islámico y más concretamente entre los siglos X y XIII, aunque también se han registrado algunos de época cristiana (UU.EE.-18, 32, 41, 42). Estos pozos se distribuyen de forma aparentemente aleatoria por todo el área excavada, siendo variable su tamaño y profundidad, que en algunos casos alcanza la roca base arrasando buena parte de la estratigrafía previa. Sin embargo, se observa un alineamiento, en sentido este-oeste, de cuatro de los pozos ciegos islámicos (UU.EE.-34, 87, 95, 208), que por otro lado, presentan similares carac-terísticas y dimensiones.

En la mayoría de los casos estas infraestructuras presentan planta de tendencia circular y sección acampanada o, en menor medida, cilíndrica, con fosa simple y sin rosca asociada. En ningún caso se ha conservado las superficies desde la que fueron excavadas estas fosas sépticas, posiblemente arrasadas por el rebaje moderno. En el caso del pozo ciego UE-211, localizado en la zona central-sur de la cuadrícula C, se construyó una rosca de mampostería que en su mitad oriental reaprovechó uno de los sillares romanos (UE-39) ahuecando su interior en forma semicircular.

Las capas de sedimentos que colmatan estos pozos son en general de color grisáceo o negro, con textura arenosa y abundante propor-

ción de materia orgánica, si bien, en el interior de una misma poza pueden existir rellenos de distinta naturaleza, correspondientes a diferentes tipos de vertidos. En general estos vertidos parecen estar asociados a actividades de carácter doméstico, y en ellos se encuen-tran gran cantidad de cerámica y restos óseos de fauna consumida. En algunos casos también se depositaron capas de escombros posi-blemente procedentes de reparaciones y que contienen abundantes elementos de tipo constructivo, principalmente fragmentos de teja, ladrillo y mampuestos.

La mayor parte del material recogido en el interior de estas pozas corresponde a cerámicas, de las que se han recuperado numerosas piezas semicompletas como candiles (en su mayoría de piquera), jofainas, ollas, cántaros, lebrillos, cazuelas, etc. Entre este repertorio cerámico destaca el hallazgo de escudillas y jofainas, con cubiertas blancas estanniferas, sobre la que se aplica decoración epigráfica en manganeso (restauradas: R-320, R-321). También se recuperó una jarra de cerámica común, que en su mitad superior presentaba trazos de manganeso aparentemente epigráficos. Los restos óseos de fauna consumida son también muy abundantes, especialmente los de ovicápridos y bóvidos, así como la malacofauna tanto ma-rina como terrestre. El material metálico está menos representan-do, destacando el hallazgo de una punta de lanza tubular de hierro (R-325) de gran tamaño.

Lámina III. Aspecto final de las cuadrículas A, B y C.

Del interior de estas fosas sépticas medievales, también se han recupe-rado gran cantidad de fragmentos de mármol procedentes de la remo-ción de los niveles romanos previos. Sin embargo, la escasa presencia de mármoles en los niveles romanos documentados en esta excavación, podría hacer pensar que la mayoría de estos fragmentos marmóreos provengan del Foro que se localizaría a escasos cien metros del solar. La mayoría de estos mármoles son trozos informes, esquirlas o restos de talla, pero también se han encontrado parte de cornisas decoradas y otros materiales arquitectónicos, e incluso parte de un elemento es-cultórico que corresponde a la representación de un ave. Esta última pieza, según las huellas de uso que presenta, debió ser reutilizada en época islámica como machacadera o moleta. Tras consultar sobre el origen de estos mármoles a Manuel Ruiz Caro (reconocido cantero de Gilena al que agradecemos su información) parece que la mayor parte de los mismos proceden de betas localizadas en la Sierra de Huelva, y más concretamente de la zona de Fuenteheridos y Almadén.

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Del período medieval cristiano sólo se han localizado parcialmen-te dos fosas sépticas: una de pequeño tamaño localizada en la zona central de la cuadrícula B (UU.EE-41, 42) y otra en la zona meri-dional de las cuadrículas B y C (UU.EE.-18, 32).

Época ModernaUU.EE.-13, 14, 15, 16, 25, 30, 31, 53, 54, 55, 56, 57, 61, 62,

63, 65, 65a, 66, 67, 68, 69, 71, 71a, 73, 74165, 166, 167, 168, 200, 201

En época moderna se construye el edificio que ocupaba el solar hasta su reciente demolición, encontrándose la mayor parte de las unidades estratigráficas de este período relacionadas con el mismo y las activi-dades que en él se generaron. El hallazgo de dos monedas, acuñadas durante el reinado de Felipe IV, en el relleno (UE-53) de uno de los muros de cimentación fecharía la construcción como mínimo en la primera mitad del siglo XVII, fecha, por otro lado, no contradictoria con el resto de materiales asociados a las cimentaciones.

Las crujías del edificio moderno, cuya fachada se abre a la calle Torre del Oro, se articulaban en torno a un patio central ubi-cado en la zona suroeste del solar. Las cimentaciones documen-tadas corresponden a varios de los muros de las crujías al norte del patio principal, distinguiéndose hasta tres estancias dispues-tas perpendicularmente a este. La zona oriental del inmueble sirvió como patio-corral trasero de la vivienda, concentrándose allí la mayor parte de las fosas sépticas de esta época, hasta que a mediados del siglo XX esta superficie sería también ocupada totalmente con fines habitacionales.

En algún momento no determinado entre época moderna y con-temporánea el edificio sufriría la segregación de parte de su lado meridional, según se observa en el adosamiento del muro media-nero sur sobre el de fachada. Esta división dejaría un pozo de agua (antigua cisterna romana) bajo la medianera y abierto a los dos la-dos para disfrute de ambas viviendas. La orientación predominante de los muros del edificio moderno (20º) es idéntica a la de la fase romana imperial, superponiéndose incluso algunos de los cimien-tos modernos, a los de época romana.

Los muros de cimentación (UU.EE.-15, 55, 63, 66) del edificio moderno fueron construidos sobre zanjas (UU.EE.-16, 57, 69, 74) de sección en U empleando mampostería, trabada con tierra o ar-gamasa, y material de acarreo, como algunos sillares que provienen de la remoción de los niveles romanos. El espacio sobrante entre las zanjas y los muros de cimentación fue rellenado con capas de tierra (UU.EE.-13, 14, 53, 54, 56, 67, 68, 73), que contienen materiales en su mayor parte de tipo constructivo, aunque también aparecen cerámicas y en el caso de la capa UE-53 dos monedas de Felipe IV.

Si bien, han quedado pocos indicios de las solerías originales de la vivienda, se detecta con claridad la existencia de al menos dos fases de distintas de suelo, la más antigua del momento de la construcción del edificio, y la segunda, del siglo XX, relacio-nada con la reforma realizada sobre el inmueble. En la zona del

patio interior de la vivienda, el pavimento se realizó con cantos rodados (UU.EE.-61, 62) y fragmentos de ladrillo. En algunas de las zonas de habitación se ha documentado una capa de cal (UE-165) que parece corresponder bien a un suelo de este ma-terial o a la cama de una solería de ladrillo, que sería extraída durante la reforma del siglo XX, depositándose después un re-lleno de nivelación (UE-164) y construyéndose encima el nuevo pavimento (UE-163).

Los pozos ciegos modernos se localizan en la zona sur del so-

lar, coincidiendo con el antiguo corral de la vivienda. Se docu-mentan dos (UU.EE.-6, 31) de tipología simple, con fosa de sección cilíndrica o acampanada, y otro (UE-10) de sección cilíndrica y rosca de mampostería asociada (UE-17). De las ca-pas de relleno (UU.EE.-4, 9, 30) que colmataban el interior de estas fosas sépticas se han recuperado una elevada cantidad de materiales, principalmente cerámicas, muchas de las cuales se encuentran completas o semicompletas; como escudillas, pla-tos, bacines, cántaros o lebrillos. También son muy numerosos en estos rellenos los huesos de fauna consumida y de material constructivo.

Época ContemporáneaUU.EE.-1, 2, 3, 5, 5a, 7, 8, 11, 12, 20, 21, 50, 51, 52, 58, 59,

60, 163

Las unidades de estratificación contemporáneas corresponden en su mayor parte a la edificación de la zona trasera de la vivienda (antiguo corral), a la renovación del pavimento y a la construcción de un alcantarillado que desagua en la red general de la calle Torre del Oro. Estas obras fueron realizadas durante la segunda mitad del siglo XX, y previamente a las mismas, también de época contempo-ránea, sólo se documenta un pozo ciego en la zona este del solar.

Los nuevos cimientos localizados en la zona oriental del in-mueble se construyeron con un derretido de cal, cantos rodados y cascotes (UE-11), de gran resistencia y similar al hormigón, depositado sobre zanjas de fundación de sección en U (UE-12) y profundidad variable. Para el alcantarillado (UE-56) se em-plearon tubos cerámicos de gran tamaño y vidriados en el inte-rior, documentándose, en algunos de los registros, la utilización de ladrillos de “gafas”. Estas tuberías presentan inclinación en sentido este-oeste, buscando la red general en la calle Torre del Oro. Sobre los pavimentos modernos, que en algunos casos fue-ron previamente retirados, se depositó una capa de relleno para nivelación (UE-164) sobre la que se construyó una nueva solería (UE-163) de losas hidráulicas.

En la zona central-norte de la cuadrícula B se localizó una fosa séptica (UE-5a) de planta circular y sección cilíndrica, sobre cu-yas paredes interiores se había construido una rosca cilíndrica de mampostería, cerrada en la zona superior por una falsa bóveda de ladrillos (UE-5). El interior de esta fosa séptica se encontraba col-matada por la capa de relleno UE-3,que contenía gran cantidad de materiales.

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Figura 7. Planta del edificio altoimperial.

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DESCRIPCIÓN DE LAS UNIDADESESTRATIGRÁFICAS

Se describirán a continuación las unidades estratigráficas docu-mentadas durante la excavación. Se hace referencia en cada una a la cuadrícula en la que se localizó, el número de sector asignado en campo, la profundidad máxima y mínima, la cronología, su des-cripción y sus relaciones estratigráficas. En este último apartado se representan con el signo < las unidades posteriores a la descrita con la que existe contacto, con el signo > las unidades anteriores y con el signo = a las relacionadas.

Por cuestiones de espacio, se ha eliminado la descripción de las uni-dades de estratificación de época moderna y contemporánea, que se encuentran recogidas en la Memoria Final de la Excavación.

Unidad de estratificación horizontal positiva 18

CD: BSECTOR: 18PF. Inicial-final. 192-340CRONOLOGíA: medieval (S. XIV-XV). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa UE-32,

localizada en la esquina noroeste de la cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color gris oscuro, con abun-dante materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular presentado una resistencia baja a su excavación. La capa contiene una cantidad relativamente elevada de materiales asociados principalmente de tipo cerámico, restos óseos de fau-na y material constructivo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 1, 2, 11, 12, 9, 10, 17, > 32, 23.

Unidad de estratificación horizontal positiva 19

CD: BSECTOR: 19PF. Inicial-final. 248-415CRONOLOGíA: medieval islámica (siglo XI). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa séptica

UE-34, localizada en la zona central-sur de la cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición no homogénea. La tierra es de color marrón, con abundante materia orgánica asociada, textura arenosa y estruc-tura granular. La capa, que presenta una resistencia media a su excavación, se compone de distintos vertidos depositados en sentido este-oeste. Entre estos vertidos se observa algunos con alto contenido en carbones, otros de tipo constructivo y otros orgánicos, además aparecen capas que por sus características de-ben provenir de distintos desprendimientos de los niveles cor-tados por la fosa acampanada de la poza. La capa contiene una cantidad muy elevada de materiales asociados principalmente de tipo cerámico, restos óseos de fauna y material constructivo. Entre la cerámica destaca la presencia de algunos fragmentos vidriados en blanco con epigrafía decorativa en manganeso (R-327) y algún candil de piquera completo. También es lla-mativo el alto nivel de fragmentos de mármol aparecidos, y que posiblemente provengan del cercano foro romano.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 11,1 2, 22, 33, > 34, 40, 37, 157, 158, 159, 160, 162, 28, 29, 35, 43, 150, 158.

Unidad de estratificación horizontal positiva 22

CD: BSECTOR: 22PF. Inicial-final. 156-288CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos XII-XIII). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que se superpone al rebaje

UE-33, localizada en la zona central-sur de la cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color gris, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una proporción relativamente alta de materiales, principalmente cerámicos y de tipo constructivo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 1, 2, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 30, 31, > 19, 28, 29, 33, 34, 35, 44, 40.

Unidad de estratificación horizontal positiva 23

CD: BSECTOR: 23PF. Inicial-final. 289-320CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos XII-XIII). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa séptica

UE-24, localizada en la zona oeste de la cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y compo-sición poco homogénea. La tierra es de color gris, con abun-dante materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia baja a su excavación, conteniendo asociada una proporción relativamente escasa de materiales, principalmente cerámicos y de tipo constructivo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 9, 10, 11, 12, 17, 18, 32, > 24, 45.

Unidad de estratificación horizontal negativa 24

CD: BSECTOR: 24PF. Inicial-final. 239-320CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos XII-XIII).DESCRIPCIÓN: pozo ciego documentado parcialmente en la es-

quina noroeste de la cuadrícula. Se encuentra en gran parte arra-sado por fosas y zanjas posteriores. En profundidad la fosa alcanza las estructuras romanas UU.EE-45 y 39, sin llegar a destruirlas posiblemente por su consistencia.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 9, 10, 11, 12, 23, > 39, 45.

Unidad de estratificación horizontal positiva 26

CD: BSECTOR: 26PF. Inicial-final. 215-258CRONOLOGíA: medieval islámica (XI-XII). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa séptica UE-

27, localizada en la zona central-norte de la cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color negro, con abundante ma-teria orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia baja a su excavación, conteniendo asociada una proporción relativamente alta de materiales, princi-

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palmente cerámicos y de tipo constructivo, destacando también una elevadísima concentración de conchas de caracoles terrestres de tamaño medio procedentes de consumo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 14, 15, 16, 20, 21, 165, > 27, 35, 38, 39.

Unidad de estratificación horizontal negativa 27

CD: BSECTOR: 27PF. Inicial-final. 215-258CRONOLOGíA: medieval islámica (XI-XII).DESCRIPCIÓN: poza séptica documentada en la zona central-

norte de la cuadrícula. Presenta planta de tendencia circular y sección en U, encontrándose colmatada por la capa UE-26. Este pozo ciego arrasó parte los niveles romanos (UU.EE-38, 35, 45).

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 14, 15, 16, 20, 21, 26, > 35, 38, 39.

Unidad de estratificación horizontal positiva 28

CD: BSECTOR: 28PF. Inicial-final. 210-256CRONOLOGíA: romana imperial (S.s II-III d.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno generada durante la fase de aban-

dono-derrumbe del edificio romano imperial. Esta capa se super-pone a la UE-29 que a su vez se depositó directamente sobre el pa-vimento. Esta última, según los materiales, parece estar asociada al derrumbe de la cubierta, mientras que la UE-28 contiene más restos procedentes de los muros. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición homogénea. La tie-rra es de color naranja, textura arcillosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una proporción relativamente alta de materiales, prin-cipalmente de tipo constructivo con numerosos fragmentos de argamasa, adobe, cal y en menor medida tégulas e ímbrices.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 19, 20, 21, 22, 33, 34, 41, 42, > 29, 35.

Unidad de estratificación horizontal positiva 29

CD: BSECTOR: 29PF. Inicial-final. 254-266CRONOLOGíA: romana imperial (Siglos II-III d.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno generada durante la fase de aban-

dono-derrumbe del edificio romano imperial. Esta capa, que se deposita directamente al pavimento de opus signinum UE-35, esta generada por el derrumbe de la cubierta de la edificación. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composi-ción poco homogénea. La tierra es de color amarillo, textura arci-llosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una proporción relativa-mente alta de materiales, principalmente de tipo constructivo con presencia de numerosos fragmentos de tégulas e ímbrices, además de restos de argamasa, adobe y cerámica.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 19, 21, 22, 28, 33, 34, 41, 42, > 35, = 40.

Unidad de estratificación vertical negativa 32

CD: BSECTOR: 32PF. Inicial-final. 164-266CRONOLOGíA: medieval (S. XIV-XV).DESCRIPCIÓN: poza séptica documentada parcialmente en la

zona noroeste de la cuadrícula. Presenta planta de tendencia cir-cular y sección en U, encontrándose colmatada por la capa UE-18.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 10, 11, 12, 17, 18, 20, 21, > 23, 24, 28, 29, 35.

Unidad de estratificación vertical negativa 33

CD: BSECTOR: 33PF. Inicial-final. 248-284CRONOLOGíA: medieval islámica (Siglos XII-XIII).DESCRIPCIÓN: rebaje del terreno registrado en la zona sur de la cua-

drícula. Este rebaje, que presenta una superficie bastante plana, arrasó en gran medida los niveles previos, con especial incidencia sobre los de cronología romana. Sobre su superficie se depositó la capa UE-22.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 7, 8, 9, 10, 22, 30, 31, > 19, 28, 29, 34, 35, 40, = 168.

Unidad de estratificación vertical negativa 34

CD: BSECTOR: 34PF. Inicial-final. 248-415CRONOLOGíA: medieval islámica (siglo XII).DESCRIPCIÓN: poza séptica documentada parcialmente en la zona

central-sur de la cuadrícula. Presenta planta de tendencia circular, con un diámetro máximo de 2,80 m y 1,60 m de profundidad, y sección acampanada. Se encuentra colmatada por la capa UE-19.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 11, 12, 22, 33, > 28, 29, 35, 37, 40, 43, 150, 155, 156, 157, 158, 159...

Unidad de estratificación horizontal positiva 35

CD: BSECTOR: 35PF. Inicial-final. 268-275CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d. C.) DESCRIPCIÓN: pavimento de opus signinum localizado en la zona

central de la cuadrícula. Se trata del suelo de la estancia delimitada por los muros UU.EE-38, 39, 44, 45, encontrándose en gran parte arrasado por fosas posteriores. Para la construcción del pavimento se depositó previamente una cama de piedras alcorizas de pequeño tamaño (UE-43). El signinum presenta un grosor medio de entre 4 y 5 cm.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 19, 20, 21, 22, 26, 27, 29, 33, 34, 42, > 38, 43, = 36, 37.

Unidad de estratificación horizontal positiva 36

CD: BSECTOR: 36PF. Inicial-final. 266-269

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CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d. C.) DESCRIPCIÓN: pavimento de opus signinum localizado en la

zona central-este de la cuadrícula. Se trata del suelo de la estancia delimitada por los muros UU.EE-38, 39, 44, 45, encontrándose en gran parte arrasado por fosas posteriores. Para la construcción del pavimento se depositó previamente una cama de piedras al-corizas de pequeño tamaño (UE-157). El signinum presenta un grosor medio de entre 4 y 5 cm.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 7, 8, 25, 168, > 157, = 35, 37.

Unidad de estratificación horizontal positiva 37

CD: BSECTOR: 36PF. Inicial-final. 269-271CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d. C.) DESCRIPCIÓN: pavimento de opus signinum localizado en la es-

quina sureste de la cuadrícula. Se trata del suelo de la estancia de-limitada por los muros UU.EE-38, 39, 44, 45, encontrándose en gran parte arrasado por fosas posteriores. Para la construcción del pavimento se depositó previamente una cama de piedras alcorizas de pequeño tamaño (UE-157). El signinum presenta un grosor medio de entre 4 y 5 cm.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 7, 8, 19, 40, > 157, = 35, 36.

Unidad de estratificación vertical positiva 38

CD: BSECTOR: 38PF. Inicial-final. 214-270CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d.C.).DESCRIPCIÓN: muro localizado en la esquina nordeste de la

cuadrícula, perteneciente al edificio altoimperial, delimitaría la estancia pavimentada con Opus signinum por el norte. El muro, que presenta una orientación de 20º, se superpone a la zapata de cimentación UE-45 algo más ancha que este. La longitud docu-mentada de la estructura es de 1,65 m, por 0,55 m de anchura. Su técnica constructiva emplea sillares, piedra trabajada y ladrillo, algo más al oeste se conserva otro sillar (UE-39) que sería parte de la continuación de la estructura. Posiblemente, y según los mate-riales asociados al derrumbe, la parte conservada del muro parece corresponder con un zócalo inferior sobre el que se dispondría un alzado de tapial o adobes. Sobre la cara sur del muro se adosa el pavimento de signinum 36, conservándose además algún frag-mento mínimo de enlucido in situ.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 13, 14, 15, 26, 27, 35, 36, > 45, = 39.

Unidad de estratificación vertical positiva 39

CD: BSECTOR: 39PF. Inicial-final. 218-268CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d.C.).DESCRIPCIÓN: sillar localizado en la zona central-norte de la

cuadrícula, continuación al oeste del muro UE-38, delimitaría la estancia pavimentada con opus signinum por el norte. El muro, que presenta una orientación de 20º, se superpone a la zapata de

cimentación UE-45 algo más ancha que este. El sillar presenta una longitud de 1,20 m por 0,55 m de anchura, y tiene una per-foración semicircular en su lado norte, que si bien se encuentra centrada en el sillar, debe corresponder a un rebaje posterior a época romana. Posiblemente, y según los materiales asociados al derrumbe, la parte conservada del muro parece corresponder con un zócalo inferior sobre el que se dispondría un alzado de tapial o adobes.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 11, 12, 20, 21, 26, 27, > 45, = 38.

Unidad de estratificación horizontal positiva 40

CD: BSECTOR: 40PF. Inicial-final. 254-271CRONOLOGíA: romana imperial (S.s II-III d.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno generada durante la fase de

abandono-derrumbe del edificio romano imperial. Esta capa, que se deposita directamente al pavimento de Opus signinum UE-37, esta generada por el derrumbe de la cubierta de la edificación. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color amarillo, tex-tura arcillosa y estructura granular, presentando una resistencia media a su excavación. La capa contiene asociada una proporción relativamente alta de materiales, principalmente de tipo construc-tivo con presencia de numerosos fragmentos de tégulas e ímbri-ces, además de restos de argamasa, ladrillos, laterculum, adobe y cerámica. Entre la cerámica se encuentra algunos fragmentos de ánforas y pondus.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 7, 8, 19, 34, > 37, = 29.

Unidad de estratificación horizontal positiva 41

CD: BSECTOR: 41PF. Inicial-final. 269-299CRONOLOGíA: medieval cristiana (siglos XIV-XV). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa UE-42, lo-

calizada en la zona central de la cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco ho-mogénea. La tierra es de color naranja, textura arcillosa y estruc-tura granular. La capa presenta una resistencia media a su excava-ción, conteniendo asociada una proporción media de materiales, principalmente cerámicos y de tipo constructivo. Las caracterís-ticas de la capa son similares a las de los rellenos romanos a los que corta, también aparecen cerámicas de esa cronología junto a las medievales.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, > 28, 29, 35, 42.

Unidad de estratificación vertical negativa 42

CD: BSECTOR: 42PF. Inicial-final. 269-299CRONOLOGíA: medieval cristiana (siglos XIV-XV).DESCRIPCIÓN: fosa documentada parcialmente en la zona cen-

tral de la cuadrícula. Presenta planta de tendencia circular, aunque se encuentra muy destruida por fosas posteriores. Se encuentra colmatada por la capa UE-41.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 41, > 28, 29, 35.

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Unidad de estratificación horizontal positiva 43

CD: BSECTOR: 43PF. Inicial-final. 275-280CRONOLOGíA: romana imperial (Siglo I d.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno depositada sobre la interfacie

UE-158 para nivelar el terreno previamente a la construcción del pavimento de opus signinum UE-35. La capa es de origen y formación artificial e intencional, deposición rápida y compo-sición poco homogénea. La tierra, alberiza, es de color amari-llo, textura arcillosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-alta a su excavación, conteniendo asociada una proporción relativamente baja de materiales principalmen-te piedras alcorizas de pequeño tamaño y algún fragmento de cerámica campaniense.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 19, 21, 27, 33, 34, 35, 42, > 38, 39, = 157.

Unidad de estratificación vertical positiva 44

CD: BSECTOR: 44PF. Inicial-final. 268-340CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d.C.).DESCRIPCIÓN: cimentación perteneciente al edificio altoim-

perial, sobre el que descansaría el muro de cierre oeste de la estancia pavimentada con opus signinum (UU.EE-35, 36, 37). El cimiento se construyó sobre la zanja UE-158, empleándose piedra alcoriza de pequeño tamaño muy bien trabada con ar-cilla. El paramento, que discurre con una orientación de 290º, presenta una anchura de 0,90 m por una sección longitudinal documentada de 5 m. En su extremo norte se traba perpendi-cularmente con el cimiento UE-45.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 9, 10, 30, 31, 43, 47,> 150, = 45.

Unidad de estratificación vertical positiva 45

CD: BSECTOR: 45PF. Inicial-final. 274-291CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d.C.).DESCRIPCIÓN: cimentación perteneciente al edificio altoimpe-

rial, sobre el que descansaría el muro (UU.EE-38, 39) de cierre norte de la estancia pavimentada con opus signinum (UU.EE-35, 36, 37). El cimiento se construyó sobre la zanja UE-46, ajustándose casi completamente a esta, empleándose piedra alcoriza de pequeño tamaño muy bien trabada con arcilla. El paramento, que discurre con una orientación de 20º, presenta una anchura de 0,90 m por una sección longitudinal documentada de 6,20 m. En su extremo oeste se traba perpendicularmente con el cimiento UE-44.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 13, 16, 23, 24, 27, 38, 39, 47, > 154, 46, 152, = 44.

Unidad de estratificación vertical negativa 46

CD: BSECTOR: 46PF. Inicial-final. 274-291

CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d.C.).DESCRIPCIÓN: zanja de fundación del cimiento UE-45. Presenta

planta rectangular, y sección en U. Discurre con una orientación de 20º. El cimiento se ajusta bastante a la anchura de la zanja.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 45, > 152, = 215.

Unidad de estratificación vertical positiva 47

CD: BSECTOR: 47PF. Inicial-final. 275-330CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d.C.).DESCRIPCIÓN: cimentación perteneciente al edificio altoim-

perial, localizada en la zona oeste de la cuadrícula y super-puesta transversalmente al cimiento UE-44, sobre la zanja de fundación UE-48. Se compone de una especie de plataforma rectangular inferior, fabricada con mampostería, sobre la que descansa un muro, muy arrasado, de casi un metro de grosor. La estructura discurre con una orientación de 20º, conservando una sección longitudinal de 3,30 m.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 9, 10, 30, 31, 34, > 44, 45, 48, 150, 154.

Unidad de estratificación vertical negativa 48

CD: BSECTOR: 48PF. Inicial-final. 281-330CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d.C.).DESCRIPCIÓN: zanja de fundación del cimiento UE-47. Pre-

senta planta rectangular, y sección en U. Discurre con una orientación de 20º. El cimiento se ajusta casi totalmente a la anchura de la zanja.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 34, 47, > 150, 151, 154.

Unidad de estratificación horizontal positiva 64

CD: ASECTOR: 64PF. Inicial-final. 171-186CRONOLOGíA: romana imperial (siglos. II-III d. C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno documentada en la zona nordeste

de la cuadrícula, superpuesta a la cara oriental del muro UE-81. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y compo-sición poco homogénea. La tierra es de color amarilla, textura are-nosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una proporción media de ma-teriales, entre los de tipo cerámico habría que destacar la presencia de terra sigillata clara de tipo A.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 63, 67, 69, > 78, 81, 88, 89.

Unidad de estratificación horizontal positiva 72

CD: ASECTOR: 72PF. Inicial-final. 179-260CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona central-sur

de la cuadrícula, depositada entre las fases de abandono-derrumbe de las estructuras republicanas y previamente a la construcción del

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1019

edificio altoimperial. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, conteniendo una elevada proporción de materia orgánica y de arena lavada generada por aportes pluviales, textu-ra arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia baja a su excavación, conteniendo asociada una proporción media de materiales entre los que se encuentran fragmentos de cerámicas campanienses y de paredes finas, además de una copa semicompleta (R-316) de tipo Kouass.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 56, 68, 70, 71, 73, 74, 80, 94, 95, 109, > 96, 107, = 77.

Unidad de estratificación horizontal positiva 75

CD: ASECTOR: 75PF. Inicial-final. 161-420CRONOLOGíA: medieval islámica (S. s. X-XI). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa séptica UE-

76, localizada en la zona suroeste de la cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color gris con abundante pro-porción de materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una muy alta proporción de materiales principalmente de tipo cerámico, constructivo (principalmente fragmentos de tejas, ladrillos y piedras alcorizas) y huesos de fau-na consumida. Entre el material cerámico aparecen varios candiles decorados a la cuerda seca y numerosas piezas vidriadas. También se recuperó casi completa una punta de lanza de hierro (R-325). En la zona inferior del pozo, que llegaba a cortar parcialmente la tumba del Bronce, se concentraban una gran cantidad de piedras alcorizas, algunas de gran tamaño. También se recogieron nume-rosos materiales descontextualizados como mármoles, losas de calzada romanas o fragmentos de terra sigillata.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 54, 57, 58, 59, 60, 62, > 76, 77, 91, 92, 96, 102, 104, 123, 124, 127, 128.

Unidad de estratificación vertical negativa 76

CD: ASECTOR: 76PF. Inicial-final. 161-420CRONOLOGíA: medieval islámica (S. s. X-XI).DESCRIPCIÓN: fosa séptica de gran tamaño localizada en la zona

suroeste de la cuadrícula. En la zona más superficial la fosa pre-senta una planta más irregular, aunque de tendencia circular, y de mayor superficie. El resto de la fosa es de planta circular y sección cilíndrica, alcanzando la cota de la roca base aunque sin llegar a perforarla. En la zona más baja la excavación del pozo ciego llega a tocar parcialmente la tumba de la Edad del Bronce.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 54, 57, 58, 59, 60, 62, 75, > 76, 77, 96, 102, 104, 123, 124, 127, 128.

Unidad de estratificación horizontal positiva 77

CD: ASECTOR: 77PF. Inicial-final. 219-236CRONOLOGíA: romana republicana (S. I. a. C.).

DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona central-sur de la cuadrícula, depositada entre las fases de abandono-derrumbe de las estructuras republicanas y previamente a la construcción del edificio altoimperial. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, conteniendo una elevada proporción de arena lavada generada por aportes pluviales, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-baja a su exca-vación, conteniendo asociada una proporción alta de materiales, principalmente cerámicas que en algunos casos se encuentra par-cialmente fracturada in situ. Entre el repertorio cerámico recu-perado se encuentran fragmentos de cerámicas campanienses, de paredes finas, pintadas de tradición turdetana, ánforas y de tipo Kouass entre las que se recuperó un cuenco casi completo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 80, 109, > 96, 102, = 72

Unidad de estratificación horizontal positiva 78

CD: ASECTOR: 78PF. Inicial-final. 169-175CRONOLOGíA: romana imperial (Siglos I-II d. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona nordeste de la

cuadrícula, depositada sobre la cara este del muro-cimiento UE-81. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y com-posición poco homogénea. La tierra es de color gris, conteniendo una elevada proporción de materia orgánica, principalmente carbones, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-baja a su excavación, conteniendo asociada una proporción baja de materiales entre los que se encuentran cerámicas sigillatas de procedencia itálica e imitaciones de tipo Peñaflor.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 64, 67, 69, 86, 87, > 79, 81, 85, 88.

Unidad de estratificación horizontal positiva 79

CD: ASECTOR: 79PF. Inicial-final. 186-208CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la esquina nordeste

de la cuadrícula, depositada entre las fases de abandono-derrumbe de las estructuras republicanas y previamente a la construcción del edificio altoimperial. La capa es de origen y formación artifi-cial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, conteniendo pequeñas capas de arena lava-da generada por aportes pluviales, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-baja a su excava-ción, conteniendo asociada una proporción media de materiales, principalmente de tipo cerámico, entre el que se encuentra algún fragmento de campaniense y de paredes finas.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 67, 69, 78, 88, 89, > 85, 90, 99, 101, 250.

Unidad de estratificación vertical positiva 80

CD: ASECTOR: 80PF. Inicial-final. 171-246

Page 189: ANUARIO ARQUEOLÓGICO DE SEVILLA 2004 (PARTE II).pdf

1020

CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d. C.). DESCRIPCIÓN: muro de cimentación localizado en la zona cen-

tral-sur de la cuadrícula perteneciente al edificio altoimperial. Se encuentra seccionado en su extremo septentrional por el pozo ciego islámico UE-87, continuando algo más al norte pero denominán-dose entonces UE-81. El muro se construyó sobre la zanja de fun-dación UE-109, siguiendo su trazado una orientación de 290º, su anchura es de 0,55 m por una longitud máxima documentada de 1,95 m. Su técnica constructiva emplea sillares alternados con tra-mos de mampostería. En el extremo sur se documentan dos sillares superpuestos coincidiendo con el paso transversal de la canaliza-ción UUEE-91-92. El resto de la estructura se construye emplean-do mampostería de piedra alcoriza de mediano y pequeño tamaño, bien trabada con arcilla. No se han conservado niveles de pavimen-to asociados al cimiento, pues estos se encontrarían arrasados según la cota a la que aparece el fragmento documentado en la zona norte (UE-82), que prácticamente coincide con el nivel de suelo actual. El cimiento moderno UE-55 de la vivienda que ocupaba el solar hasta su reciente demolición, descansaba en parte de su trazado so-bre este muro romano, hecho que también se documenta en otras estructuras documentadas durante la intervención.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 54, 55, 56, 57, 63, 73, 77, 96, 109, > 91, 92, 72, = 81.

Unidad de estratificación vertical positiva 81

CD: ASECTOR: 81PF. Inicial-final. 149-184CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d. C.). DESCRIPCIÓN: muro de cimentación localizado en la zona cen-

tral-norte de la cuadrícula perteneciente al edificio altoimperial. Se encuentra seccionado en su extremo meridional por el pozo ciego islámico UE-87, continuando algo más al sur pero denomi-nándose entonces UE-80. El muro se construyó sobre la zanja de fundación UE-89, siguiendo su trazado una orientación de 290º, su anchura es de 0,55 m por una longitud máxima documentada de 1,20 m. Su técnica constructiva emplea sillares alternados con tramos de mampostería. En el extremo norte se documentan el principio de un sillar que se pierde bajo el perfil. El resto de la es-tructura se construye empleando mampostería de piedra alcoriza de mediano y pequeño tamaño, bien trabada con arcilla. Sobre su cara oeste se ha conservado parte de un pavimento de opus signi-num (UE-82), que prácticamente coincide con el nivel de suelo actual. Sobre la cara este de la estructura no aparecen niveles que puedan ser interpretados como pavimentos.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 55, 56, 64, 65, 78, 88, 103, > 89, 90, 90b, 119, = 80.

Unidad de estratificación horizontal positiva 82

CD: ASECTOR: 82PF. Inicial-final. 149-158CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d. C.). DESCRIPCIÓN: pavimento de opus signinum documentado muy

parcialmente en la zona central-norte de la cuadrícula. Se encuen-tra adosado a la cara oeste del muro UE-81, aunque la superficie documentada es muy escasa al encontrarse muy arrasado por fosas y zanjas posteriores, además de localizarse prácticamente a nivel

de superficie actual. El pavimento se construyó sobre una capa de nivelación previa (UE-78b), y una cama de pequeñas piedras alcorizas, presentando este un grosor medio de unos 4 cm. Sobre este suelo descansa en parte el cimiento moderno UE-55.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 54, 55, 57, 60, > 78b, 81.

Unidad de estratificación vertical positiva 83

CD: ASECTOR: 83PF. Inicial-final. 160-246CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d. C.). DESCRIPCIÓN: muro de cimentación localizado en la esquina

noroeste de la cuadrícula perteneciente al edificio altoimperial. Se encuentra seccionado en su extremo meridional por el pozo ciego islámico UE-76. El muro se construyó sobre la zanja de fundación UE-132, siguiendo su trazado una orientación de 290º, su anchu-ra es de 0,70 m por una longitud máxima documentada de 1,88 m. Su técnica constructiva emplea sillares alternados con tramos de mampostería. En el extremo norte se documentan el principio de un sillar que se pierde bajo el perfil. El resto de la estructura se construye empleando mampostería de piedra alcoriza de mediano y pequeño tamaño, bien trabada con arcilla.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, > 84, 97, 118, 132.

Unidad de estratificación vertical positiva 84

CD: ASECTOR: 84PF. Inicial-final. 198-250CRONOLOGíA: romana republicana (Siglo I. a. C.). DESCRIPCIÓN: muro de localizado en la zona central-oeste de la

cuadrícula perteneciente a la segunda fase edilicia republicana. Se trata de un zócalo de mampostería sobre el que descansaría un al-zado de ladrillos de adobe, que no se ha conservado. Se encuentra seccionado en su extremo oriental por el pozo ciego islámico UE-87, continuando algo más al este pero denominándose entonces UE-98, que aunque no es exacto con este en la alineación de su trazado corresponde a la continuación del mismo. El muro sigue en su trazado una orientación de 50º, presentando una anchura es de 0,50 m por una longitud máxima documentada de 2,20 m. Su técnica constructiva emplea piedras alcorizas de pequeño y mediano tamaño trabadas con arcilla. Sobre su cara norte se adosa perpendicularmente el muro de adobes UE-119.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 83, 97, 118, 119, 130b, 133, 134, > 147, = 98.

Unidad de estratificación horizontal positiva 85

CD: ASECTOR: 85PF. Inicial-final. 179-188CRONOLOGíA: romana republicana (Siglo I. a. C.). DESCRIPCIÓN: pequeño cúmulo de piedras alcorizas deposita-

das con cierta horizontalidad localizado en la esquina nordeste de la cuadrícula. No es posible, debido a su grado de arrasamiento, determinar si se trata de parte de un pavimento muy perdido o bien simplemente de una pequeña acumulación de piedras.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 78, 79, 86, 87, > 90.

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1021

Unidad de estratificación horizontal positiva 86

CD: ASECTOR: 86PF. Inicial-final. 161-420CRONOLOGíA: medieval islámica (S. s. XII-XIII). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa séptica UE-

87, localizada en la zona central-norte de la cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composi-ción poco homogénea. La tierra es de color gris oscuro con abun-dante proporción de materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una muy alta proporción de materiales principalmente de tipo cerámico, óseo y constructivo. Entre el material cerámico aparecen algunos candiles de pique-ra decorados a la cuerda seca y numerosas piezas vidriadas, entre las que se encuentran cazuelas de costillas, redomas y una jofaina blanca con decoración epigráfica. Entre la cerámica sin vidriar se recogieron gran parte de una tinaja y tres cántaros casi com-pletos. Destaca la presencia de una jarra de cerámica común que presentaba epigrafía con trazo oscuro en la zona superior y que actualmente se encuentra en proceso de restauración. También se recuperaron huesos trabajados y numerosos huesos de fauna consumida. La mayor parte del material constructivo corresponde a fragmentos de tejas y en menor medida de ladrillos, también se recogieron fragmentos de cornisas de mármol romanas.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 35, 36, 63, 67, 68, 69, 70, 56, > 87, 80, 84, 90, 98, 101, 100, 106, 107, 112, 136, 137, 138, 141, 142, 144, 145, 260.

Unidad de estratificación vertical negativa 87

CD: ASECTOR: 87PF. Inicial-final. 196-440CRONOLOGíA: medieval islámica (S. s. XI-XII).DESCRIPCIÓN: fosa séptica de gran tamaño localizada en la zona

central-norte de la cuadrícula. La fosa presenta planta circular, con un diámetro máximo de 2,80 m., y sección acampanada, alcanzan-do en profundidad la roca base y perforándola unos 20 cm.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 35, 36, 63, 67, 68, 69, 70, 56, 86, > 80, 84, 90, 98, 101, 100, 106, 107, 112, 136, 137, 138, 141, 142, 144, 145, 260.

Unidad de estratificación horizontal positiva 88

CD: ASECTOR: 88PF. Inicial-final. 156-184CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d. C.) DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata el espacio existente

entre la cara este del cimiento UE-81 y la zanja de fundación UE-89. La capa es de origen y formación artificial e intencional, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-alta a su excavación, conteniendo asociada una proporción muy baja de materiales, entre los que se encuentra algún fragmento de cerámica campaniense.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 56, 64, > 78, 81, 89, = 103.

Unidad de estratificación vertical negativa 89

CD: ASECTOR: 89PF. Inicial-final. 156-184CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d.C.).DESCRIPCIÓN: zanja de fundación del cimiento UE-81 loca-

lizado en la zona central-norte de la cuadrícula. Presenta planta de tendencia rectangular y sección en U, discurriendo con una orientación aproximada de 290º.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 56, 64, 81, 86, 87, 88, > 78, 90, 90b, 119, = 109.

Unidad de estratificación horizontal positiva 90

CD: ASECTOR: 90PF. Inicial-final. 184-225CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona nordes-

te de la cuadrícula, durante las fases de abandono-derrumbe de las estructuras republicanas y previamente a la construcción del edificio altoimperial. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo aso-ciada una proporción media de materiales, principalmente de tipo cerámico, con presencia de fragmentos campanienses y abundan-tes restos de adobes y enlucidos procedentes del derrumbe del segundo edificio republicano.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 67, 69, 79, 85, 86, 87, > 99, 100, 101, 119, = 90b.

Unidad de estratificación horizontal positiva 90B

CD: ASECTOR: 90 BPF. Inicial-final. 159-198CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona noroeste de

la cuadrícula, depositada durante las fases de abandono-derrumbe de las estructuras republicanas y previamente a la construcción del edificio altoimperial. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo aso-ciada una proporción media de materiales, principalmente de tipo cerámico, con presencia de fragmentos campanienses y abundan-tes restos de adobes y enlucidos procedentes del derrumbe del se-gundo edificio republicano. Se trata de la misma capa que UE-90 pero cortada por el cimiento imperial UE-81.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 59, 60, 78b, 81, 103, > 118, 119, = 90.

Unidad de estratificación vertical positiva 91

CD: ASECTOR: 91PF. Inicial-final. 195-211CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d. C.).

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1022

DESCRIPCIÓN: cloaca localizada en la zona central sur de la cua-drícula, que atraviesa transversalmente bajo el cimiento UE-80. De su trazado se conservan aproximadamente 1,40 m. Su técnica cons-tructiva emplea tégulas consecutivas para el suelo del caño, Sobre los resaltes laterales se levantan sendos muretes de mampostería de pequeño tamaño y ladrillos, sobre los que descansará, losas planas de piedra alcoriza, de las que sólo se conservaba una in situ, que harán las veces de cubierta. El caño resultante presenta una anchura de unos 30 cm por una altura de unos 15 cm. La orientación de la canalización es de 20º, con pendiente hacia el este. Algo más al este se conserva parte de la misma cloaca (UE-92) que fue seccionada por la poza séptica islámica UE-95. El interior del caño se encon-traba colmatado por la capa UE-110, fechado entre los siglos II y III d. C., cronología por tanto también de la pérdida de uso de la infraestructura.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 55, 56, 94, 95, > 80, 109, 254, = 92.

Unidad de estratificación vertical positiva 92

CD: ASECTOR: 92PF. Inicial-final. 218-230CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d. C.). DESCRIPCIÓN: cloaca localizada en la esquina sureste de la cuadrí-

cula, continuación de la UE-91. De su trazado se conservan aproxi-madamente 1,60 m. Su técnica constructiva emplea tégulas conse-cutivas para el suelo del caño, Sobre los resaltes laterales se levantan sendos muretes de mampostería de pequeño tamaño, fragmentos de cerámica y ladrillos, sobre los que descansará, losas planas de piedra alcoriza. El caño resultante presenta una anchura de unos 30 cm por una altura de unos 15 cm. La orientación de la canalización es de 20º, con pendiente hacia el este, asentándose en parte sobre el muro republicano UE-98. Algo más al oeste se conserva parte de la misma cloaca (UE-91) que fue seccionada por la poza séptica islámica UE-95. El interior del caño se encontraba colmatado por la capa UE-93, fechado entre los siglos II y III d. C., cronología por tanto también de la pérdida de uso de la infraestructura.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 73, 74, 93, 94, 95, > 96, 98, 107, 111, = 91.

Unidad de estratificación horizontal positiva 93

CD: ASECTOR: 93.PF. Inicial-final. 215-222CRONOLOGíA: romana imperial (S .s. II-III d. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata el interior de la cloa-

ca UE-92, muy perdida por la apertura de la zanja de cimentación moderna UE-74, por lo que el volumen de sedimento conservado es muy escaso. La capa es de origen y formación artificial, deposi-ción rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color amarillo, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una proporción muy baja de materiales.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 74, 73, 94, 95, > 92, = 110.

Unidad de estratificación horizontal positiva 94

CD: ASECTOR: 94PF. Inicial-final. 198-318CRONOLOGíA: medieval islámica (Siglo XI). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa séptica UE-

95, localizada en la zona central-sur de la cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color marrón oscuro con abun-dante proporción de materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una alta proporción de ma-teriales; principalmente de tipo cerámico, óseo (entre el que se encuentra alguna pieza decorada) y constructivo. Entre el material cerámico aparecen algunos candiles piquera y numerosas piezas vidriadas, entre las que destacan dos jofainas completas con de-coración epigráfica (R-320, R-321). La mayor parte del material constructivo corresponde a fragmentos de tejas y en menor me-dida de ladrillos.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 66, 73, 74, > 72, 80, 91, 92, 93, 95, 96, 109, 110, 260.

Unidad de estratificación vertical negativa 95

CD: ASECTOR: 95PF. Inicial-final. 198-318CRONOLOGíA: medieval islámica (S. s. XI).DESCRIPCIÓN: fosa séptica localizada parcialmente, aproxima-

damente la mitad de su superficie, en la zona sur de la cuadrícula. La fosa presenta planta circular, con un diámetro máximo docu-mentado de unos 2 m, y sección acampanada.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 66, 73, 74, 94, > 72, 80, 91, 92, 93, 96, 109, 110, 260

Unidad de estratificación horizontal positiva 96

CD: ASECTOR: 96PF. Inicial-final. 238-244CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona central-sur de

la cuadrícula, depositada durante las fases de abandono-derrumbe de las estructuras republicanas y previamente a la construcción del edificio altoimperial. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color gris, con abundante proporción de materia orgánica, textu-ra arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-baja a su excavación, conteniendo asociada una proporción muy alta de materiales, principalmente de tipo cerámico, con pre-sencia de fragmentos campanienses. Se trata de la misma capa que UE-97.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 72, 73, 74, 80, 94, 95, 109, > 98, 107, = 97.

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1023

Unidad de estratificación horizontal positiva 97

CD: ASECTOR: 97PF. Inicial-final. 236-243CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la esquina suroeste

de la cuadrícula, depositada durante las fases de abandono-de-rrumbe de las estructuras republicanas y previamente a la cons-trucción del edificio altoimperial. Se trata de la continuación de la capa UE-96. La capa es de origen y formación artificial, de-posición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color gris, con abundante proporción de materia orgánica, textu-ra arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-baja a su excavación, conteniendo asociada una proporción muy alta de materiales, principalmente de tipo cerámico, con pre-sencia de fragmentos campanienses y de paredes finas.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 77, 80, 91, 109, > 105, = 96.

Unidad de estratificación vertical positiva 98

CD: ASECTOR: 98PF. Inicial-final. 196-234CRONOLOGíA: romana republicana (S. I. a. C.). DESCRIPCIÓN: muro localizado en la zona nordeste de la cuadrícu-

la perteneciente a la segunda fase edilicia republicana. Se trata de un zócalo de mampostería sobre el que descansaría un alzado de ladrillos de adobe, que no se ha conservado y al que se adosaría perpendicu-larmente el muro de adobes UE-101. Se encuentra seccionado en su extremo occidental por el pozo ciego islámico UE-87, continuando algo más al oeste pero denominándose entonces UE-84, que aunque no es exacto con este en la alineación de su trazado corresponde a la continuación del mismo. El muro discurre con una orientación de 50º, presentando una anchura es de 0,50 m por una longitud máxima documentada de 3,20 m. Su técnica constructiva emplea piedras alco-rizas de pequeño y mediano tamaño trabadas con arcilla y fragmentos cerámicos.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 72, 80, 86, 87, 92, 106, 109, 111, > 104, = 84.

Unidad de estratificación horizontal positiva 99

CD: ASECTOR: 99PF. Inicial-final. 201-252CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno de escasa potencia localizada en la

esquina nordeste de la cuadrícula, depositada durante las fases de abandono-derrumbe de las estructuras republicanas de la segunda fase edilicia. La capa se superpone directamente al pavimento UE-108 y a la cara este del muro UE-101, y sobre esta se desplomará parte del alzado del muro de adobes UE-101 (capa UE-250). La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y com-posición poco homogénea. La tierra es de color amarilla, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia alta. La capa contiene asociada una escasa proporción de materiales.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 67, 69, 71, 71a, 99, 106, 250, > 101, 107, 108.

Unidad de estratificación horizontal positiva 100

CD: ASECTOR: 100PF. Inicial-final. 195-245CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona norte de la cua-

drícula, depositada durante las fases de abandono-derrumbe de las es-tructuras republicanas de la segunda fase edilicia. La capa se superpone directamente al pavimento UE-131, entre los muros UU.EE. 101 y 119. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color amarilla, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia alta. La capa con-tiene asociada una escasa proporción de materiales, que en su mayor parte de tipo cerámico, con presencia de campanienses y ánforas.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 67, 69, 88, 89, 90, > 101, 131, 135, 119, 129.

Unidad de estratificación vertical positiva 101

CD: ASECTOR: 101PF. Inicial-final. 199-263CRONOLOGíA: romana republicana (S. I. a. C.). DESCRIPCIÓN: muro localizado en la zona nordeste de la cuadrícu-

la perteneciente a la segunda fase edilicia republicana. La estructura consta de un pequeño zócalo de mampostería, de unos 20 cm de al-tura y construido directamente sobre la interfacie UE-253, quedaría soterrado por debajo del nivel de suelo tras la deposición de la capa de nivelación UE-130. Sobre el zócalo de mampostería descansaría un alzado de ladrillos de adobes dispuestos a soga. Los ladrillos, fabrica-dos con arcilla de color amarilla, presentan un módulo de 50x35x11 cm, se encuentran trabados con arcilla de color gris y ocasionalmente algún fragmento de cerámica. Esta misma arcilla reviste las caras del paramento siendo enlucidas posteriormente con una capa de cal. El muro que discurre con una orientación de 320º presenta una sección transversal de 0,35 m por una longitud documentada de 1,45 m. Por su trazado este paramento debió adosarse perpendicularmente al muro de mampostería UE-98, quizás, teniendo en cuenta la diferencia entre sus técnicas constructivas, este último pudo ser un muro medianero o de fachada mientras que el UE-101 parece ser, al igual que el UE-119 que discurre paralelo algo más al oeste, una estructura de comparti-mentación interior.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 67, 69, 90, 99, 100, 108, > 142, 253.

Unidad de estratificación horizontal positiva 102

CD: ASECTOR: 102PF. Inicial-final. 246-294CRONOLOGíA: romana republicana (Siglos II-I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno de escasa potencia localizada en

la zona suroeste de la cuadrícula, depositada durante las fases de abandono-derrumbe de las estructuras republicanas de la primera fase edilicia. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una resistencia media a su excavación. La capa presenta asociada una alta densidad de ma-teriales, principalmente cerámicas entre las que predominan las de

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tradición turdetana. También se recuperan un porcentaje relativa-mente alto de cerámicas campanienses, así como algún fragmento de paredes finas y un cuenco de borde entrante completo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 97, 105, > 98, 104, 106.

Unidad de estratificación horizontal positiva 103

CD: ASECTOR: 103PF. Inicial-final. 156-184CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata el espacio existente entre

la cara oeste del muro UE-81 y la fosa de fundación UE-89. La capa es de origen y formación artificial e intencional, deposición rápida y composición no homogénea. La tierra es de color amarillo, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, sin contener prácticamente materiales asociados.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 54, 55, 57, 82, > 81, 89, 119.

Unidad de estratificación horizontal positiva 104

CD: ASECTOR: 104PF. Inicial-final. 280-327CRONOLOGíA: romana republicana (S. II a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno de localizada en la zona suroes-

te de la cuadrícula, depositada previamente a la construcción del primer edificio republicano. Sobre la superficie superior de esta capa se construye el muro UE-98 perteneciente a la segunda fase constructiva republicana. La capa es de origen y formación ar-tificial, deposición rápida y composición homogénea. La tierra es de color rojo, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media. La capa contiene asociada una muy elevada proporción de materiales, principalmente cerámicas y fragmentos de ánforas de tradición turdetana, destacando la presencia de un plato completo (R-319) con decoración pintada a bandas, aun-que también se recuperan algunos fragmentos de campanienses y paredes finas.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 102, 105, 106, > 112, 113.

Unidad de estratificación horizontal positiva 105

CD: ASECTOR: 105PF. Inicial-final. 242-273CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona suroeste de la

cuadrícula. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color gris con abundantes carbones y cenizas, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociados principalmente materiales cerámicos y constructivos.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 97, > 102.

Unidad de estratificación horizontal positiva 106

CD: ASECTOR: 106PF. Inicial-final. 206-249

CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la esquina sureste

de la cuadrícula y generada durante los procesos de abandono y derrumbe de la segunda fase constructiva republicana. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color amarillo, textura areno-sa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-alta a su excavación, presentando asociada una alta densidad de fragmentos de adobe procedentes del derrumbe de los muros. Entre el material cerámico destaca el hallazgo de un vaso com-pleto (R-322) de paredes finas encajado en un cuenco de borde entrante (R-323), también se recuperó una moneda que por su módulo debe ser un “as”, aunque ilegible debido a su mal estado de conservación.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 68, 70, 71, 71a, 73, 74, 86, 87, > 98, 99, 108.

Unidad de estratificación horizontal negativa 107

CD: ASECTOR: 107PF. Inicial-final. 248-250CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a.C.)DESCRIPCIÓN: superficie superior del pavimento UE-108.RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 63, 67, 68, 69, 70, 71, 86,

87, 99, 100, 106. > 108.

Unidad de estratificación horizontal positiva 108

CD: ASECTOR: 108PF. Inicial-final. 250-254CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: pavimento de arcilla y cantos rodados que sola-

ría la estancia más oriental del edificio republicano más reciente. Los cantos no presentan continuidad en toda la superficie de la habitación, por lo que es posible que parte de los mismos fuesen extraídos antes del derrumbe de la edificación.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 63, 67, 68, 69, 70, 71, 86, 87, 99, 100, 106, 107, > 139, 152.

Unidad de estratificación vertical negativa 109

CD: ASECTOR: 109PF. Inicial-final. 175-251CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d.C.).DESCRIPCIÓN: zanja de fundación del cimiento UE-80 localiza-

do en la zona central de la cuadrícula. Presenta planta de tenden-cia rectangular y sección en U, discurriendo con una orientación aproximada de 290º. Perpendicularmente a esta se abre la zanja UE-111 para la construcción de la cloaca UE-91.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 55, 56, 80, 91, 94, 95, > 72, 77, 97, 98, = 89.

Unidad de estratificación horizontal positiva 110

CD: ASECTOR: 110PF. Inicial-final. 202-211

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CRONOLOGíA: romana imperial (S. s. II-III d. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata el interior de la

cloaca altoimperial UE-91, marcando el final de su uso. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color amarillo, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, presentando asociada una escasa proporción de mate-riales, entre los que se encuentran un fragmento de una cazuela de borde ahumado.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 55, 56, 94, 95, > 91, 93.

Unidad de estratificación vertical negativa 111

CD: ASECTOR: 111PF. Inicial-final. 198-218CRONOLOGíA: romana imperial (S. I. d.C.).DESCRIPCIÓN: zanja abierta para la construcción de la cloaca

UUEE-92/91. Presenta planta de tendencia rectangular y sección en U, discurriendo con una orientación aproximada de 20º. La apertura de esta zanja coincidió con la del cimiento UE-109, a la que atraviesa perpendicularmente.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 91, 92, 94, 95, > 72, 96, 98, 109.

Unidad de estratificación vertical positiva 112

CD: ASECTOR: 112PF. Inicial-final. 298-426CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.). DESCRIPCIÓN: muro localizado en la zona suroeste de la cua-

drícula y construido directamente sobre la roca base. La técnica constructiva de la estructura emplea piedra alcoriza de mediano tamaño para las caras y de pequeño tamaño para el relleno anterior y para trabar las primeras. En su extremo septentrional el muro presenta esquina hacia el este, aunque el trazado en esa dirección fue casi completamente arrasado por el pozo ciego UE-87. La an-chura del paramento es de 65 cm, conservando una altura de 1,20 m. Sobre su cara oeste se adosa el pavimento UE-115, y sobre su cara este la capa de tierra UE-257, que actuaría igualmente como suelo. Esta estructura actuaría tanto de cimentación como de zó-calo, y posiblemente sobre esta descansaría un alzado de ladrillos de adobe.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 104, 113, 114, 115, 120, 122, 86, 87, 256, 257, 258, > 123, 128.

Unidad de estratificación horizontal positiva 113

CD: ASECTOR: 113PF. Inicial-final. 342-364CRONOLOGíA: turdetana (Siglo III a.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno depositada sobre el pavimento

UE-115 y la cara oeste del muro UE-112. Este relleno se generó durante la fase de abandono-derrumbe de la edificación turdeta-na, conteniendo una alta densidad de fragmentos de adobe. La capa es de origen y formación artificial, deposición rápida y com-posición homogénea. La tierra es de color rojo, textura arenosa y estructura granular, con una resistencia media a su excavación. La

capa presenta asociada una alta densidad de material, principal-mente de tipo cerámico, predominando las cerámicas con decora-ción pintada, y siendo también elevado el porcentaje de cerámicas grises, fragmentos de ánforas y a mano.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 104, > 112, 114, 115.

Unidad de estratificación horizontal negativa 114

CD: ASECTOR: 114PF. Inicial-final. 353-364CRONOLOGíA: turdetana (Siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: superficie superior del pavimento UE-115, pre-

senta cierta inclinación en sentido este-oeste.RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 113, > 112, 115.

Unidad de estratificación horizontal positiva 115

CD: ASECTOR: 115PF. Inicial-final. 353-364CRONOLOGíA: turdetana (Siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: pavimento de arcilla roja adosado a la cara oeste

del muro UE-112. Presenta un grosor muy pequeño, en torno a 1 cm., y gran cantidad de pérdidas en su superficie. Este suelo tiene una ligera inclinación en sentido este-oeste.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 113, 114, > 112, 120.

Unidad de estratificación horizontal positiva 116

CD: ASECTOR: 116PF. Inicial-final. 201-224CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: relleno que colmata el interior de la fosa UE-

117, localizada en la zona central-norte de la cuadrícula. Esta capa, compuesta en su mayor parte por carbones y cenizas, se generó como resultado de al menos una combustión en el interior de la fosa. El origen y formación de la capa son artificiales, la de-posición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color gris oscuro, con abundante proporción de materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-baja a su excavación, sin contener asociados otros materiales que los carbones.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 54, 57, > 117, 118, 119.

Unidad de estratificación vertical negativa 117

CD: ASECTOR: 117PF. Inicial-final. 201-224CRONOLOGíA: romana republicana (Siglo I a.C.).DESCRIPCIÓN: fosa de pequeño tamaño localizada en la zona

central-norte de la cuadrícula, abierta sobre los niveles de derrum-be de la segunda fase edilicia republicana y previamente a la fase altoimperial. Presenta planta rectangular con los extremos ova-lados, y unas dimensiones de 75 cm de largo, 30 cm de ancho y una profundidad de 24 cm. Las paredes se encuentran revocadas con arcilla, presentando signos de oxidación producidas por la

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realización de al menos una combustión en el interior. El relleno que colmata la fosa, UE-116, se compone casi exclusivamente de carbones y cenizas, generados por la realización de fuego en su interior. Posiblemente se trata de algún tipo de hogar, habiéndose documentado fosas de idéntica morfología al menos en niveles republicanos-turdetanos de las excavaciones realizadas en los sola-res nº 51 de la calle San Teodomiro, en el contiguo de la Plazuela Juan Carrera y en el nº 1 de la calle Diego Navarro.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 53, 54, 57, 116, > 118, 119.

Unidad de estratificación horizontal positiva 118

CD: ASECTOR: 118PF. Inicial-final. 150-230CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona central-norte

de la cuadrícula y generada durante la fase de abandono-derrumbe del edificio republicano más reciente. La capa se depositó sobre el pavimento UE-133 y la cara oeste del muro UE-119, encontrándose en parte cortada por la fosa de la tubería contemporánea UE-58. Las filtraciones generadas por esta tubería mancharon de verde la zona de la capa que se encontraba bajo esta. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arcillosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, contenien-do asociada gran cantidad de material constructivo, especialmente fragmentos de adobe. Entre el material cerámico habría que destacar el hallazgo de varias piezas completas fracturadas in situ sobre el pavi-mento UE-133. Estas piezas son cerámicas comunes, de paredes finas y un lebrillo decorado con retículas pintadas (R-312) en su interior que se encontraba semienterrado bajo el nivel de suelo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 59, 60, 82, 81, 89, 103, > 84, 119, = 100.

Unidad de estratificación vertical positiva 119

CD: ASECTOR: 119PF. Inicial-final. 196-264CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a.C.). DESCRIPCIÓN: muro localizado en la zona central-norte de la

cuadrícula y perteneciente al edificio republicano más reciente. Se trata de un paramento de compartimentación interior parale-lo al UE-101. Su técnica constructiva emplea piedra alcoriza de pequeño tamaño para crear un zócalo inferior, de unos 30 cm de altura, que quedaría posteriormente soterrado bajo los niveles de suelo, sin zanja de fundación. Sobre este zócalo inferior se levantó un alzado de ladrillos de adobe, del cual se conservan hasta tres hiladas con una altura total de 30 cm, que fue revocado en sus caras con arcilla sobre la que se aplicó posteriormente un enlucido de cal. Los ladrillos, de color amarillento, presentan unas dimen-siones de 35 cm de anchura por 8 cm de altura, sin que se pueda documentar en ningún caso su longitud. El muro, orientado a 320º, tiene una anchura de 0,37 m por una longitud documen-tada de 1,64 m.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 81, 116, 117, 118, 113, 129, 133, 134, 130b, 100, 131, 130, 135, > 84, 147.

Unidad de estratificación horizontal positiva 120

CD: ASECTOR: 120PF. Inicial-final. 350-402CRONOLOGíA: turdetana (Siglo III a.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la esquina suroeste de la

cuadrícula, y depositada para nivelación sobre la cara oeste del muro UE-112 previamente a la construcción del pavimento UE-115. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, la de-posición rápida y composición homogénea. La tierra es de color rojo, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una escasa proporción media de materiales, principalmente cerámicas y restos óseos de fauna consumida.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 113, 114, 115, > 112, 122.

Unidad de estratificación horizontal positiva 121

CD: ASECTOR: 121PF. Inicial-final. 322-329CRONOLOGíA: turdetana (Siglo III a.C.). DESCRIPCIÓN: capa de arcilla quemada de escasa potencia lo-

calizada en la esquina suroeste de la cuadrícula. Posiblemente se trate de un pavimento muy arrasado y asociado al muro UE-112, aunque no llegan a tener contacto entre ambos. El origen y for-mación de la capa son artificiales e intencionales, la deposición rápida y composición homogénea. La tierra es de color negro, textura arcillosa y estructura en bloques. La capa presenta una resistencia media-alta a su excavación, y no contiene materiales asociados.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 104, > 113.

Unidad de estratificación horizontal positiva 122

CD: ASECTOR: 122PF. Inicial-final. 373-428CRONOLOGíA: turdetana (Siglo III a.C.). DESCRIPCIÓN: relleno localizado en la esquina suroeste de la cua-

drícula y depositada directamente sobre la interfacie UE-123 y la cara oeste del muro UE-112. Esta capa, al igual que la UE-120 depositada a continuación, parece tener una finalidad constructiva para nivelación directamente sobre el alcor y la tumba del Bronce. El origen y formación de la capa es artificial e intencional, la de-posición rápida y composición homogénea. La tierra es de color rojo, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociada una baja proporción de materiales, que en su mayor parte de tipo cerámico.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 120, > 112, 123, 124, 127.

Unidad de estratificación vertical negativa 123

CD: ASECTOR: 123PF. Inicial-final. 418-426CRONOLOGíA: turdetana (Siglo III a.C.).

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DESCRIPCIÓN: rebaje del terreno realizado previamente a la construcción del edificio turdetano y que alcanzó la cota del alcor, profundizando más en las zonas donde luego se levantarán los muros. Posiblemente durante la realización de este rebaje se arrasó la cubierta y parte de la tumba de la edad del Bronce.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 112, 122, > 124, 125, 127.

Unidad de estratificación horizontal positiva 124

CD: ASECTOR: 124PF. Inicial-final. 422-445CRONOLOGíA: Bronce Medio. DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata el interior de la

tumba localizada en la esquina suroeste de la cuadrícula. Este re-lleno, compuesto por arena fina, se generó por la filtración de sedimentos en el interior de la fosa cuando ésta se encontraba ta-pada por una cubierta, posiblemente de losas de piedra. El origen de la capa es natural, su formación artificial, la deposición lenta y composición muy homogénea. La tierra es de color marrón-rojiza, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociados escasos materiales.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 122, 123, > 125, 126, 127, 128.

Unidad de estratificación vertical positiva 125

CD: ASECTOR: 125PF. Inicial-final. 423-446CRONOLOGíA: Bronce Medio.DESCRIPCIÓN: ajuar de la tumba localizada en la esquina suroes-

te de la cuadrícula. Se compone de tres vasos cerámicos colocados a los pies del individuo con el esqueleto en conexión anatómica, en el extremo sur de la tumba. Estas vasijas, fabricadas a mano, son: una botella (R-313) de cuerpo globular y cuello corto, un vaso (R-315) de cuerpo esférico con una acanaladura cerca del borde y una fuente (R-314) hemiesférica de gran tamaño con un mamelón semiperforado en el borde. Repartidos por el resto de la tumba, y triangulados en la planimetría, se encontraron un pun-zón de bronce (R-324), una lámina de silex con un lateral den-ticulado localizada bajo el cráneo, una concha de vieira colocada horizontalmente delante de la cara y varios huesos de fauna, entre los que había tres vértebras de un mamífero de pequeño tamaño en conexión anatómica y algunos huesos de aves. En el interior de la fuente se recuperó una cuenta de collar elaborada a partir de una concha de caracola marina. Todo el sedimento que se encon-traba en el interior de los vasos así como el que rellenaba la vieira ha sido almacenado individualmente, junto con otras muestras de tierra de la tumba, para su posterior análisis.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 122, 123, 124, > 128, 126.

Unidad de estratificación horizontal positiva 126

CD: ASECTOR: 126PF. Inicial-final. 426-439CRONOLOGíA: Bronce Medio.

DESCRIPCIÓN: esqueleto humano completo de un individuo adulto femenino dispuesto decúbito lateral derecho en el interior de la fosa UE-128. Se encuentra encogido en postura fetal, con las extremidades inferiores y superiores flexionadas, y orientado en sentido oeste (cabeza)-este (pies) mirando el rostro hacia el sur. Se observan movimientos postdeposicionales en algunos huesos (mandíbula, falanges, costillas), lo que parece indicar que la tum-ba se encontró tapada con algún tipo de cubierta y que la capa de sedimento que la colmataba (UE-124) se fue depositando, posteriormente a la descomposición del cuerpo, por filtraciones. El estado de conservación de los restos óseos era relativamente bueno, salvo en algunas zonas como la cadera y homóplatos que presentaba algunas fracturas. El estudio antropológico de estos huesos ha sido realizado por Inmaculada López y se adjunta en la memoria científica de la excavación.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 124, 125, >127, 128.

Unidad de estratificación horizontal positiva 127

CD: ASECTOR: 127PF. Inicial-final. 423-459CRONOLOGíA: Bronce Medio. DESCRIPCIÓN: acumulación de huesos humanos localizada en

el extremo noroeste de la tumba. Estos huesos pertenecieron a un único individuo femenino de edad avanzada y que debió ocupar la tumba en un primer momento. Cuando la fosa se reutilizó, este primer cuerpo, ya totalmente descompuesto, pues no se observan huesos en conexión anatómica, fue retirado, recolocándose con cierto cuidado los huesos en un extremo de la tumba. Si bien no parece que estos restos óseos se dispusieran de una forma es-pecial, si se observa como algunos huesos largos aparecen colo-cados en paralelo. Esta actuación en la tumba permite afirmar, además de la composición del sedimento que la colmataba y de los movimientos postdeposicionales en el otro esqueleto, que ésta se encontraba tapada por algún tipo de cubierta (arrasada posi-blemente en época turdetana) que dejaba el interior de la fosa en hueco. Algunos de los huesos, como el cráneo, se encontraban parcialmente afectados por la excavación de la fosa séptica de épo-ca islámica UE-76.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 124, 126, 75, 76, > 128.

Unidad de estratificación vertical negativa 128

CD: ASECTOR: 128PF. Inicial-final. 415-445CRONOLOGíA: Bronce Medio. DESCRIPCIÓN: fosa excavada en el alcor para la construcción de

una tumba. Presenta planta de tendencia rectangular y sección en U, con los extremos ovalados y paredes irregulares. Sus dimensiones son de 1,80 m de longitud, 1 m de anchura y 0,30 m de profundidad. Esta fosa, que debió encontrarse tapada con una cubierta, se encuen-tra parcialmente afectada en su extremo noroeste por la fosa séptica medieval UE-75 y por el rebaje de época turdetana UE-123.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 122, 123, 124, 125, 126, 127.

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Unidad de estratificación horizontal positiva 129

CD: ASECTOR: 129PF. Inicial-final. 235-248CRONOLOGíA: romana republicana (S. I a.C.). DESCRIPCIÓN: capa de cenizas de escasa potencia depositada sobre

el nivel de suelo (UE-131) de la estancia delimitada por los muros UUEE-101 y 119. La deposición de esta capa se produjo durante la fase de abandono de la edificación y previamente a su derrumbe. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y composición homogénea. La tierra es de color gris, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia baja a su excava-ción, sin contener prácticamente materiales asociados.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 100, 130, > 101, 119, 131, 135.

Unidad de estratificación horizontal positiva 130

CD: ASECTOR: 130PF. Inicial-final. 248-269CRONOLOGíA: romana republicana (Siglo I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada entre los muros UUEE-

101 y 119 para nivelación del terreno previamente a la deposición de la capa de pavimento UE-131. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, la deposición rápida y com-posición homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-alta a su excavación, conteniendo asociados materiales principalmente de tipo constructivo (adobes, cal, mampuestos).

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 131, > 101, 119, 142, 141, = 130b.

Unidad de estratificación horizontal positiva 130B

CD: ASECTOR: 130bPF. Inicial-final. 248-263CRONOLOGíA: romana republicana (Siglo I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno depositada sobre la cara oeste

del muro UE-119, para nivelación previamente a la capa de pavi-mento UE-133. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, la deposición rápida y composición homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media-alta a su excavación, conte-niendo asociados materiales principalmente de tipo constructivo (adobes, cal, mampuestos).

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 133, > 147, 119, = 130.

Unidad de estratificación horizontal positiva 131

CD: ASECTOR: 131PF. Inicial-final. 243-250CRONOLOGíA: romana republicana (Siglo I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de arcilla apisonada, de escaso grosor (unos 3

cm), depositada como pavimento en la estancia delimitada por los muros UUEE-101 y 119. El origen y formación de la capa son ar-tificiales e intencionales, la deposición rápida y composición homo-génea. La tierra es de color gris, textura arcillosa y estructura en blo-

ques. La capa presenta una resistencia media-alta a su excavación. RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 100, 132, 135, > 101, 119, 130.

Unidad de estratificación vertical negativa 132

CD: ASECTOR: 132PF. Inicial-final. 181-248CRONOLOGíA: romana imperial (S. I d.C.). DESCRIPCIÓN: zanja de fundación del cimiento UE-83 locali-

zado en la esquina noroeste de la cuadrícula. Presenta una orien-tación de 290º, planta rectangular y sección en U. La anchura de la zanja es poco mayor que la del cimiento.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 58, 59, 60, 83, > 118, 133, 134.

Unidad de estratificación horizontal positiva 133

CD: ASECTOR: 133PF. Inicial-final. 236-245CRONOLOGíA: romana republicana (Siglo I a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de arcilla apisonada, de escaso grosor

(unos 5 cm), depositada como pavimento en la estancia de-limitada al este por el muro UE-119. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, la deposición rápida y composición homogénea. La tierra es de color gris, textura arcillosa y estructura en bloques. La capa presenta una resis-tencia media-alta a su excavación.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 83, 118, 132, 134, > 119, 130b.

Unidad de estratificación horizontal negativa 134

CD: ASECTOR: 134PF. Inicial-final. 234-240CRONOLOGíA: romana republicana. DESCRIPCIÓN: superficie superior del pavimento de arcilla api-

sonada UE-133. Si bien es relativamente plana, en la zona de con-tacto con el muro UE-119 presenta cierta inclinación ascendente en dirección hacia los pavimentos.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 118, > 119, 132, 133.

Unidad de estratificación horizontal negativa 135

CD: ASECTOR: 135PF. Inicial-final. 236-246CRONOLOGíA: romana republicana. DESCRIPCIÓN: superficie superior del pavimento de arcilla api-

sonada UE-131. RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 100, 129, > 101, 119, 131.

Unidad de estratificación horizontal positiva 136

CD: ASECTOR: 136PF. Inicial-final. 320-379CRONOLOGíA: romana republicana (Siglo II a.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno, de escaso grosor, localizada

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1029

en la zona norte de la cuadrícula, presenta un ligero buza-miento en sentido noreste-sudoeste. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y composición homogénea. La tierra es de color marrón rojizo, textura areno-sa y estructura granular. La capa presenta una resistencia me-dia a su excavación, conteniendo asociados una gran cantidad de materiales principalmente de tipo cerámico, destacando una alta concentración de fragmentos de ánforas, y en menor medida restos óseos de fauna consumida. La mayor parte de estas cerámicas son de tradición turdetana, aunque también se localizan algunos fragmentos campanienses y de lucernas de tradición helenística.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 148, 149, 260, > 137.

Unidad de estratificación horizontal positiva 137

CD: ASECTOR: 137PF. Inicial-final. 350-395CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona norte de

la cuadrícula, presenta un ligero buzamiento en sentido noreste-sudoeste. El origen y formación de la capa son artificiales, la de-posición rápida y composición homogénea. La tierra es de color gris rojizo, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociados una gran cantidad de materiales, principalmente de tipo cerámico y restos óseos de fauna consumida.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 136, 148, 149, > 138.

Unidad de estratificación horizontal positiva 138

CD: ASECTOR: 138PF. Inicial-final. 377-420CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona norte de la

cuadrícula y depositada directamente sobre el alcor, presentan-do un ligero buzamiento en sentido noreste-sudoeste. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y com-posición homogénea. La tierra es de color rojo, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta una resistencia media a su excavación, conteniendo asociados materiales principalmente de tipo cerámico.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 137, > 148, 149.

Unidad de estratificación horizontal positiva 139

CD: ASECTOR: 139PF. Inicial-final. 249-261CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona noreste de

la cuadrícula, y depositada sobre la cara este del muro UE-101. Este relleno sirvió para nivelar el terreno previamente a la depo-sición de la capa-pavimento UE-108, perteneciente a la estancia más oriental del segundo edificio de época republicana. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, la deposi-ción rápida y composición poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. La capa presenta

una resistencia media a su excavación, conteniendo asociados ma-teriales principalmente de tipo constructivo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 108, > 101, 142, 253.

Unidad de estratificación horizontal negativa 140

CD: ASECTOR: 140PF. Inicial-final. 275-278CRONOLOGíA: romana republicana ( siglo II a.C.). DESCRIPCIÓN: superficie superior del pavimento de arcilla api-

sonada UE-145. RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 142, > 141, 145.

Unidad de estratificación vertical positiva 141

CD: ASECTOR: 141PF. Inicial-final. 263-299CRONOLOGíA: romana republicana (II a.C.). DESCRIPCIÓN: muro de ladrillos de adobe localizado parcial-

mente en la zona central-norte de la cuadrícula y perteneciente a la primera fase edilicia de época republicana. Este paramento es-taría destinado a la compartimentación interior del edificio, sien-do los muros de fachada (UE-143) de mampostería y mucho más potentes. Se documenta una longitud máxima en su trazado, que tiene una orientación de 238º, de 80 cm, quedando su extremo sur arrasado por el pozo ciego medieval UE-87. El muro, realizado exclusivamente con ladrillos de adobe de los que se conservan hasta cuatro superpuestos, presenta una anchura de 36 cm por un alzado conservado de 38 cm. Los ladrillos, fabricados con arcilla marrón con abundantes nódulos alcorizos, presentan un módulo aproxi-mado de 35 cm de anchura,, 9 cm de altura y 39 cm de longitud. Los adobes se encuentran trabados con arcilla, siendo la llaga muy estrecha.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 86, 87, 105, 142, 144, 145, 146, 147, 253, > 102.

Unidad de estratificación horizontal positiva 142

CD: ASECTOR: 142PF. Inicial-final. 263-274CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a.C.). DESCRIPCIÓN: capa de relleno depositada sobre el pavimento

UE-145 durante el proceso de abandono-derrumbe de la prime-ra edificación de la fase republicana. El origen y formación de la capa son artificiales, la deposición rápida y composición no homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y es-tructura granular. La capa presenta una resistencia muy baja a su excavación, conteniendo asociada una escasa proporción de ma-teriales. Entre las cerámicas recuperadas se encontró un kalathos (R-311) completo, con decoración pintada a bandas.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 130, 253, > 140, 141, 145.

Unidad de estratificación vertical positiva 143

CD: ASECTOR: 143PF. Inicial-final. 246-324

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1030

CRONOLOGíA: romana republicana (Siglo II a. C.). DESCRIPCIÓN: muro de mampostería, documentado en la zona

oriental de la cuadrícula, perteneciente al primer edificio de épo-ca republicana. Se trata de un muro, de 2.40 m de longitud, que discurre en sentido norte-sur, trabándose perpendicularmente en la cara oeste de sus extremos con los dos que cerrarían la estancia por el norte y el sur. Estos otros dos muros se documentan muy parcialmente, ya que el situado al sur se encuentra en gran parte de su trazado arrasado por la fosa séptica medieval UE-87, conser-vándose sólo unos 80 cm de longitud, y teniendo su continuación algo más al oeste (UE-265), y el localizado al norte discurre en su mayor parte bajo el perfil de la cuadrícula. En todo caso los muros documentados parecen delimitar una estancia de planta rectangu-lar y alargada. En el centro de esta estancia se localizó un muro de ladrillos de adobe (UE-141) que la compartimentaría en dos, dejando al este una habitación de planta casi cuadrada, con 2,40 m de lado. El muro UE-143 delimitaría esta estancia por su lado oriental, presentando además en su centro un vano de 0.84 m de anchura para la ubicación de una puerta. Este vano se abre sobre la primera hilada de mampuestos, conformándose en las siguientes los laterales de la puerta. Para la construcción de este paramento se em-plearon piedras alcorizas de mediano y gran tamaño, trabadas con tierra. Por lo general se emplean las piedras mayores para conformar las caras y las más menudas para rellenar el interior. Los muros se levantaron sobre el rebaje del terreno UE-224, que era casi plano, y posteriormente se cubriría con tierra parte de los laterales de las estructuras hasta la cota donde funcionarían como cimientos. El muro UE-143 discurre con una orientación de 150º y los trabados en sus extremos a 60º, presentando todos una anchura de 0.60 m. La cota superior de estos zócalos, posiblemente a partir de donde descansarían los alzados de ladrillos de adobe, se encuentra arrasada por el rebaje UE-253, realizado previamente a la construcción del segundo edificio de la fase republicana que se le superpone.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 86, 87, 102, 108, 139, 144, 145, 223, 225, 252, 253, > 136, 224, 260, 262, = 265.

Unidad de estratificación horizontal positiva 144

CD: ASECTOR: 144PF. Inicial-final. 277-301CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno depositada para nivelación sobre

la cara este del muro UE-141, perteneciente al primer edificio de época republicana. Sobre este relleno se depositará posteriormente el pavimento UE-145. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es ho-mogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. Su consistencia es media. La capa presenta escaso material asociado, principalmente algunas piedras alcorizas, restos de adobes y fragmentos cerámicos en su mayoría de tradición turdetana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 145, > 141, 143, 224, 260.

Unidad de estratificación horizontal positiva 145

CD: A SECTOR: 145PF. Inicial-final. 274-278CRONOLOGíA: romana republicana.DESCRIPCIÓN: pavimento de arcilla apisonada depositado sobre

la cara este del muro UE-141. Presenta un grosor medio de unos 2 cm. El origen y formación de la capa son artificiales e intenciona-les, la deposición rápida y su composición homogénea. La arcilla es de color marrón, textura arcillosa y estructura en bloques. Pre-senta una resistencia media-alta a su excavación.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 140,142, > 141, 143, 144, 260.

Unidad de estratificación horizontal positiva 146

CD: ASECTOR: 146PF. Inicial-final. 273-276CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a.C.).DESCRIPCIÓN: pavimento de arcilla apisonada depositado sobre

la cara oeste del muro UE-141, perteneciente al primer edificio de época republicana. Presenta un grosor medio de unos 2 cm. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, la deposición rápida y su composición homogénea. La arcilla es de color marrón, textura arcillosa y estructura en bloques. Presenta una resistencia media-alta a su excavación.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 147, >105, 141.

Unidad de estratificación horizontal positiva 147

CD: ASECTOR: 147PF. Inicial-final. 259-278CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno generada durante la fase de aban-

dono-derrumbe de las estructuras correspondientes a la primera fase constructiva republicana, sobre la cara oeste del muro UE-141 y el pavimento UE-146. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y es-tructura granular. Su consistencia es media. La capa presenta una elevada proporción de material asociado, principalmente piedras alcorizas, restos de adobes y argamasa y fragmentos cerámicos en su mayoría de tradición turdetana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 253, 130B, 119, > 141, 146.

Unidad de estratificación horizontal positiva 148

CD: ASECTOR: 148PF. Inicial-final. 281-418CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa UE-149.

El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. Su con-sistencia es media-alta. La capa presenta una baja proporción de materiales, que en su mayoría corresponden a cerámicas de tradición turdetana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 105, > 260, 144, 136, 137

Unidad de estratificación vertical negativa 149

CD: ASECTOR: 149PF. Inicial-final. 298-418

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1031

CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: fosa localizada parcialmente en la zona central-

norte de la cuadrícula. Presenta sección de tendencia rectangular y sección en U, alcanzando en profundidad casi la cota del alcor. Aunque la superficie documentada es escasa parece seguir una orientación aproximada de unos 320º, coincidiendo con el traza-do del muro turdetano UE-112 hacia el norte, donde la estructu-ra se encuentra casi totalmente arrasada, lo que hace suponer que se tratase de una trinchera de expolio de material constructivo. La fosa será colmatada de forma rápida por la capa de relleno UE-148.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 148, > 260, 136, 137, 138, 112.

Unidad de estratificación horizontal positiva 150

CD: BSECTOR: 150PF. Inicial-final. 282-329CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona suroeste de

la cuadrícula. Su formación se origina durante los procesos de abandono-derrumbe de las estructuras turdetanas relacionadas con los muros UU.EE-154 y 184, y sobre el pavimento UE-180, que marcaría la última fase constructiva del período turdetano documentada en el corte. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es homo-génea. La tierra es de color naranja, textura arenosa y estructura granular. Su consistencia es media. La capa presenta un contenido bajo de material asociado, principalmente piedras alcorizas, restos de adobes y fragmentos cerámicos entre los que se encuentra la mitad de un plato con decoración pintada a bandas.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 19, 34, 43, 44, 46, 47, 48, 158, > 154, 184, 179, 180, = 151.

Unidad de estratificación horizontal positiva 151

CD: BSECTOR: 151PF. Inicial-final. 283-325CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona central de

la cuadrícula, sobre la cara sur del muro UE-154/175 y el pavi-mento UE-172. Su formación se origina durante los procesos de abandono-derrumbe de las estructuras turdetanas relacionadas con los muros UU.EE-154/175 y 184, y sobre el pavimento UU.EE-172/180, que marcaría la última fase constructiva documentada del período turdetano en el corte. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es homo-génea. La tierra es de color naranja, textura arenosa y estructura granular. Su consistencia es media. La capa presenta un contenido medio de material asociado, principalmente piedras alcorizas, restos de adobes y fragmentos cerámicos en su mayoría torneados.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 4, 19, 34, 47, 48, 150, 157, 170, 171 > 172, 175, 180, = 150.

Unidad de estratificación horizontal positiva 152

CD: BSECTOR: 152PF. Inicial-final. 290-320

CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno depositada sobre la cara norte del

muro UU.EE-154/175 y seccionada en gran parte por la cimenta-ción romana UU.EE-45/46. Su formación se origina durante los procesos de abandono-derrumbe de las estructuras turdetanas rela-cionadas con los muros UU.EE-154/175. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra es de color naranja, textura arenosa y estructu-ra granular. Su consistencia es media. La capa presenta un contenido medio de material asociado, principalmente piedras alcorizas, restos de adobes y fragmentos cerámicos en su mayoría torneados.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 46, 45, 6, 4, > 153, 154, 175.

Unidad de estratificación vertical positiva 153

CD: BSECTOR: 153PF. Inicial-final. 289-351CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: muro de mampostería localizado parcialmente en

la zona central-norte de la cuadrícula, muy afectado por UU.EE verticales negativas posteriores. El paramento se traba perpendi-cularmente en su extremo sur con el UE-154, perteneciente a la misma fase edilicia. Su técnica constructiva emplea piedra alcoriza de mediano y pequeño tamaño, trabada con ripio y tierra. Presenta planta rectangular con una orientación de unos 295º, una anchura de 0.60 m y una longitud documentada de 0.54 m.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 45, 46, 152, = 154

Unidad de estratificación vertical positiva 154

CD: BSECTOR: 154PF. Inicial-final. 281-363CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: muro de mampostería localizado que discurre en

sentido este-oeste a lo largo de toda la zona central de la cuadrícula. Se trata de un zócalo-cimiento sobre el que descansaría un alzado de ladrillos de adobe (UE-175). La estructura presenta mayor altura en la zona oeste, quizás porque en parte funcione también como muro de aterrazamiento o contención en la ladera sobre la que se asienta. El paramento se traba perpendicularmente en la cara norte de su extremo oeste con el UE-153 y en la cara sur de su extremo oeste con el UE-184, pertenecientes ambos a la misma fase edilicia. Estos muros podrían delimitar parcialmente hasta cuatro ámbitos o estancias diferenciadas de las que sólo ha podido ser relativamen-te bien documentada la situada al sureste. La técnica constructiva emplea piedra alcoriza de mediano y pequeño tamaño, trabada con ripio y tierra, y relativamente bien careada, empleándose piedras mayores para las caras y de menor tamaño para rellenar el interior. Presenta planta rectangular con una orientación de 25º, una anchu-ra de 0.60 m y una longitud documentada de 7 m.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 45, 44, 46, 47, 48, 152, 151, 179, 180, 182, 183, 34, 19, 174, 175, 155, >150, 176, 177, = 153, 184.

Unidad de estratificación horizontal positiva 155

CD: BSECTOR: 155

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1032

PF. Inicial-final. 338-433CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno depositada sobre la cara sur del

muro UE-154 para preparación/nivelación del terreno previa-mente a la construcción de los pavimentos UU.EE-172/180. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tie-rra es de color rojo, con cierta proporción de materia orgánica asociada, textura arenosa y estructura granular. Su consistencia es media. La capa presenta un contenido bajo de material asociado, principalmente piedras alcorizas y fragmentos cerámicos en su mayoría torneados.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 19, 34, 162, 170, 171, 174, > 154, 156, 185.

Unidad de estratificación horizontal positiva 156

CD: BSECTOR: 156PF. Inicial-final. 378-462CRONOLOGíA: turdetana (IV a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona sur de la

cuadrícula, sobre los niveles tartésicos UU.EE-176, 177, 178 y el alcor. Su formación podría haberse originado por procesos antró-picos de deposición de sedimentos sobre la vaguada, de hecho el relleno presenta cierto buzamiento hacia el suroeste al igual que la ladera sobre la que se sitúa. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es homogé-nea. La tierra es de color rojo, textura arenosa y estructura granu-lar. Su consistencia es media. La capa presenta un contenido me-dio de material asociado, principalmente piedras alcorizas, restos de adobes y fragmentos cerámicos. Con respecto al repertorio ce-rámico habría que destacar que esta es la unidad de estratificación turdetana que mayor porcentaje presenta de cerámicas fabricadas a mano. Entre otras piezas se recuperó una fusayola completa.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 19, 34, 154, 155, 185, > 168, 176, 177, 178.

Unidad de estratificación horizontal positiva 157

CD: BSECTOR: 157PF. Inicial-final. 272-289CRONOLOGíA: romana imperial, (siglo. I d. C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno para nivelación localizada bajo el

pavimento de opus signinum en la zona sureste de la cuadrícula. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su de-posición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color amarilla, textura arenosa y estructura granular. Su consis-tencia es media. La capa presenta un contenido muy bajo de mate-rial asociado, principalmente piedras alcorizas de pequeño tamaño.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 4, 19, 34, 25, 36, 37 > 158, 161, 159, 169 = 43.

Unidad de estratificación vertical negativa 158

CD: BSECTOR: 158PF. Inicial-final. 282-291CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d.C.).

DESCRIPCIÓN: rebaje del terreno realizado para nivelar y aterra-zar el terreno previamente a la construcción del edificio altoimpe-rial. El desmonte se registra desde la cara sur del muro UU.EE-44, 45, 39 y 38. El aterrazamiento se realiza siguiendo el sentido de la pendiente natural de la vaguada, siguiendo un corte aproximado de unos 20º y una profundidad media de 1,30 m. Durante la ejecución del rebaje se abren también algunas de las zanjas de fundación de los cimientos de la edificación.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 4, 19, 34, 43, 44, 157, > 150, 151, 154, 159, 161, 169.

Unidad de estratificación horizontal positiva 159CD: BSECTOR: 159PF. Inicial-final. 284-318CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a. C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno documentada parcialmente en la

esquina sureste de la cuadrícula. Aunque la superficie documenta-da es muy escasa, parece tratarse de un nivel de abandono-derrum-be sobre la cara oeste del muro UE-161 y el pavimento UE-160. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. Su consistencia es media. La capa presenta un contenido bajo de material asociado, principalmente restos de adobe y fragmentos cerámicos.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 4, 19, 34, 157, 158, > 160, 161.

Unidad de estratificación horizontal positiva 160

CD: BSECTOR: 160PF. Inicial-final. 315-318CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a. C.).DESCRIPCIÓN: Pavimento de arcilla apisonada documentado

muy parcialmente en la esquina sureste de la cuadrícula. Se trata de un nivel de suelo, que se encuentra quemado, asociado al muro UE-161, muy arrasado por UU.EE verticales negativas posterio-res. El origen y formación de la capa son artificiales e intenciona-les, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra es de color marrón oscura, textura arcillosa y estructura en bloques. Su consistencia es media-alta. Presenta un grosor medio de entre 2 y 3 cm.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 4, 19, 34, 159 > 161, 162.

Unidad de estratificación vertical positiva 161

CD: BSECTOR: 161PF. Inicial-final. 286-324CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a.C.)DESCRIPCIÓN: muro de mampostería localizado muy parcial-

mente en la esquina sureste de la cuadrícula, muy afectado por UU.EE verticales negativas posteriores. Sólo conserva una hila-da de piedras, pudiendo encontrarse relacionado con el muro de adobes UE-169, documentado también muy parcialmente. Pre-senta planta rectangular con una orientación aproximada de unos 20º, una anchura de 0.39 m documentada por una longitud de 0.58 m.

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1033

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 157, 158, 159, 160, 169, > 162

Unidad de estratificación horizontal positiva 162

CD: BSECTOR: 162PF. Inicial-final. 317-341CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno documentada en la esquina su-

reste de la cuadrícula, se encuentra colmatando la zona superior de la fosa UE-171, sobre la capa de relleno UE-170, que colmata-ría la zona inferior. El origen y formación de la capa son artificia-les, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular. Su consistencia es media-baja. La capa presenta un contenido bajo de material asociado, principalmente piedras alcorizas de pequeño tamaño, fragmentos de adobe y cerámicas que en su mayoría son de tradición turdetana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 4, 19, 34, 160, 161, > 155, 170, 171.

Unidad de estratificación vertical positiva 169

CD: BSECTOR: 169PF. Inicial-final. 279-301CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a.C.).DESCRIPCIÓN: muro de adobes localizado muy parcialmente en

la zona sur bajo el perfil este, con el que coincide en parte de su tra-zado, por lo que sólo es posible documentar una superficie mínima del mismo. Por otro lado se encuentra bajo el rebaje altoimperial UE-158, que arrasó gran parte de su alzado, y bajo el pavimento de opus signinum UE-36. El muro fue construido con ladrillos de adobe amarillo trabados con arcilla gris, de idénticas características a los documentados en los paramentos de la segunda fase construc-tiva republicana documentada en la cuadrícula A. También, y al igual que aquellos, se encuentra enlucido por una capa de cal de la que sólo se pudo documentar una mínima parte.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 157, 158, > 162, 161, 170

Unidad de estratificación horizontal positiva 170

CD: BSECTOR: 170PF. Inicial-final. 296-358CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa UE-171, docu-

mentada parcialmente en la esquina sureste de la cuadrícula. Aun-que la superficie documentada es muy escasa, podría tratarse del relleno de una zanja de cimentación de un muro que se pierde bajo el perfil oriental con similar orientación. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color verdoso, tex-tura arenosa y estructura granular. Su consistencia es media. La capa presenta un contenido alto de material asociado, principalmente de tipo constructivo (piedras y restos de adobe). Las cerámicas, poco abundantes en esta capa, son en su mayoría de tradición turdetana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 158, 169, 162, 161, > 171, 172, 161, 173, 174, 175, 155, 156, 181, 189, 179, 155, =162.

Unidad de estratificación vertical negativa 171

CD: BSECTOR: 171PF. Inicial-final. 294-362CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a.C.).DESCRIPCIÓN: fosa localizada parcialmente en la esquina sureste

de la cuadrícula, por lo que apenas puede documentarse su forma, aunque aparentemente presenta sección en U. Posiblemente se trate de la fosa de fundación del cimiento UE-169, y su excavación supu-so el arrasamiento de parte de los niveles turdetanos previos.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 170, 162, > 172, 173, 174, 175, 187, 189, 155.

Unidad de estratificación horizontal positiva 172

CD: BSECTOR: 172PF. Inicial-final. 314-322CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: Pavimento de arcilla roja documentado muy par-

cialmente bajo la zona central del perfil este de la cuadrícula. Este suelo se adosa a la cara sur del muro UU. EE.154-175, siendo un recrecido del pavimento original UE-174, sobre el que se depositó una capa de relleno para nivelación (UE-173) previamente a la construcción del nuevo pavimento UE-172. Se encuentra muy arrasado por UU. EE. verticales negativas posteriores de distin-tas épocas, conservándose parte de la continuación del mismo (UE-180) en la zona suroeste de la cuadrícula. El pavimento, que presenta un grosor medio de unos cuatro centímetros, se cons-truyó con finas capas de arcilla roja muy depurada que se fueron superponiendo por continuas reparaciones a lo largo del tiempo en que este suelo estuvo en uso. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue lenta y su com-posición es muy homogénea. La tierra es de color rojo, textura arcillosa y estructura en bloques, con una consistencia media-alta. El volumen de material asociado a esta capa es muy escaso.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 151, 170, 171, 34, 25, > 173, 175, = 180.

Unidad de estratificación horizontal positiva 173

CD: BSECTOR: 173PF. Inicial-final. 320-337CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno para nivelación depositada sobre

el pavimento UE-174 previamente a la construcción del UE-172. Se encuentra muy arrasado por UU. EE. verticales negativas pos-teriores de distintas épocas, conservándose parte de la continua-ción del mismo (UE-181) en la zona suroeste de la cuadrícula. La capa, que presenta un grosor medio de unos 20 cm, tiene un origen y formación artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra es de color ma-rrón, textura arcillosa y estructura granular, con una consistencia media-alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 170, 171, 172, 25, 34 > 174, 175, = 181.

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Unidad de estratificación horizontal positiva 174

CD: BSECTOR: 173PF. Inicial-final. 320-337CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: Pavimento de arcilla roja documentado muy

parcialmente bajo la zona central del perfil este de la cuadrícula. Este suelo se adosa a la cara sur del muro UU. EE.154-175, siendo el primer pavimento asociado a este lado del muro, pues en una segunda fase se recrecerá el nivel con la capa de nivelación UE-172 y el nuevo pavimento UE-171. Se encuentra muy arrasado por UU. EE. verticales negativas posteriores de distintas épocas, conservándose parte de la continuación del mismo (UE-181) en la zona suroeste de la cuadrícula. El pavimento, que presenta un grosor medio de unos cuatro centímetros, se construyó con finas capas de arcilla roja muy depurada que se fueron superponiendo por continuas reparaciones a lo largo del tiempo en que este suelo estuvo en uso. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue lenta y su composición es muy homogénea. La tierra es de color rojo, textura arcillosa y estructu-ra en bloques, con una consistencia media-alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 6, 170, 171, 173, 34, 25, > 154, 155, 175, = 183.

Unidad de estratificación vertical positiva 175

CD: BSECTOR: 175PF. Inicial-final. 298-343CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: alzado de ladrillos de adobe que se superpone al

zócalo-cimiento de mampostería UE-154. Sólo se conserva una par-te de esta construcción en el lado este de la cuadrícula, habiéndose perdido, debido a zanjas y pozos posteriores, el resto del alzado de adobes que se superpondría al zócalo de mampostería. Por tanto se trata de un muro con una fábrica mixta: un muro de cimentación realizado con piedras alcorizas sobre el que justo a la cota donde empieza el nivel de suelo (marcado por el pavimento UE-174) se levantaría el alzado de adobes. De los adobes, fabricados con arcilla marrón, se conservan en el extremo oriental del muro hasta tres hiladas superpuestas, aunque no es posible saber la longitud de los ladrillos, si pudo obtenerse su altura: 10 cm, y su anchura: 58 cm. Del alzado sólo se conservaba una sección longitudinal de 0.28 m por una anchura de 0.58 m, presentando la misma orientación que el zócalo: 25º. Sobre su lado sur se le adosan los pavimentos UU. EE 172 y 174.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 170, 171, 172. 173, 174, 151, 162, 188, 191.

Unidad de estratificación vertical positiva 176

CD: BSECTOR: 176PF. Inicial-final. 369-444CRONOLOGíA: tartésica (siglos VII-VI a. C.).DESCRIPCIÓN: Estructura documentada en la esquina sureste

de la cuadrícula. Se trata de una acumulación de cantos rodados y piedras alcorizas de mediano y gran tamaño depositadas direc-tamente sobre la capa UE-178, y arrasada en la parte superior

por zanjas y fosas posteriores. Las piedras no presentan una dis-posición ni alineación muy cuidada, por lo que no queda claro si se trata de un muro o de su arranque, o incluso el derrumbe de alguna estructura. En el lado oriental la hilada conservada podría ser el arranque de un muro, con una orientación de unos 300º, mientras que el lado occidental parece un derrumbe o desmon-te del mismo, aunque según lo conservado no queda claramente definido. Entre los mampuestos se encontraban un molino bar-quiforme, una laja de piedra alcoriza y algunos fragmentos de ce-rámica a mano.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 189, 287, 177, 156, 19, 34, > 178.

Unidad de estratificación horizontal positiva 177

CD: BSECTOR: 177PF. Inicial-final. 394-420CRONOLOGíA: tartésica (siglos VII-VI a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno documentada en la zona sures-

te de la cuadrícula. Se superpone a la estructura UE-176 y a la capa UE-178. La capa tiene un origen y formación artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color gris verdoso, textura arcillosa y estructura en blo-ques, con una consistencia media-alta. Entre el material cerámico asociado a esta capa se recuperaron parte de una lucerna fenicia de dos picos, la base y parte del cuerpo de una copa de cerámica gris, fragmentos de barniz rojo y cerámica a mano.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 19, 34, 154, 155, 156, 189, 188, 192, 193, > 176, 178.

Unidad de estratificación horizontal positiva 178

CD: BSECTOR: 178PF. Inicial-final. 416-446CRONOLOGíA: tartésica (siglos VII-VI a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno documentada en la zona sureste

de la cuadrícula y depositada directamente sobre la roca base. A esta capa se le superpone la estructura UE-176 y el relleno UE-177. La capa tiene un origen y formación artificiales, su deposi-ción fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color gris rojizo, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media. Entre el material cerámico asociado a esta capa se recuperaron cerámicas de barniz rojo. Entre las cerámicas fabricadas a mano se encontraban fragmentos con decoración a la almagra y un fragmento con decoración pintada tipo Carambolo o Guadalquivir I..

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 176, 177, 154, 156.

Unidad de estratificación horizontal positiva 179

CD: BSECTOR: 179PF. Inicial-final. 329-360CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno documentada en la zona suroeste

de la cuadrícula. Se superpone al muro UE-184, aunque la su-perficie conservada de la misma es escasa debido principalmente a la excavación de la zanja de fundación romana UE-158. Parece

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tratarse de una capa de relleno generada durante la fase de aban-dono en esa parte del edificio turdetano. La capa tiene un origen y formación artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 30, 31, 44, 150, 158, > 184.

Unidad de estratificación horizontal positiva 180

CD: BSECTOR: 180PF. Inicial-final. 324-336CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: Pavimento de arcilla roja documentado parcial-

mente en la zona suroeste de la cuadrícula. Este suelo se adosa a la cara oriental del muro UE.184 y a la meridional del UE-154, siendo el segundo nivel de pavimento de la estancia delimitada por estos muros, pues se superpone al suelo UE-183 y a la capa de nivelación depositada sobre este. El pavimento se encuentra muy arrasado por zanjas y fosas posteriores, aunque parte del mismo se registra también en la zona este de la cuadrícula (UE-172). La parte más al sur del suelo presenta un rehundimiento semicir-cular, aunque seccionado a la mitad por el pozo ciego UE-34 . Desconocemos la funcionalidad de este rehundimiento, que por otro lado no presenta señales de combustión y recuerda a una especie de pileta. El pavimento, que presenta un grosor medio de unos tres centímetros, se construyó con finas capas de arcilla roja muy depurada que se fueron superponiendo por continuas reparaciones a lo largo del tiempo en que este suelo estuvo en uso. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue lenta y su composición es muy homogénea. La tierra es de color rojo, textura arcillosa y estructura en bloques, con una consistencia media-alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 19, 34, 182, 150, > 154, 181, 184.

Unidad de estratificación horizontal positiva 181

CD: BSECTOR: 181PF. Inicial-final. 328-344CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno para nivelación depositada sobre

el pavimento UE-183 previamente a la construcción del UE-180, en la zona suroeste de la cuadrícula. Se encuentra muy arrasado por UU. EE. verticales negativas posteriores de distintas épocas, conservándose parte de la continuación del mismo relleno (UE-173), aunque de distinta composición, en la zona este de la cua-drícula. La capa, que presenta un grosor medio de unos 15 cm, tiene un origen y formación artificiales e intencionales, su deposi-ción fue rápida y su composición es muy homogénea. La tierra es de color amarillo, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 19, 34, 180, > 183, 184, = 173.

Unidad de estratificación horizontal negativa 182

CD: BSECTOR: 182PF. Inicial-final. 325-334

CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: interfacie, superficie superior del pavimento

UE-180. Presenta cierta inclinación en sentido oeste-este.RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 19, 34, 150, > 180, 184.

Unidad de estratificación horizontal positiva 183

CD: BSECTOR: 183PF. Inicial-final. 338-346CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: Pavimento de arcilla roja documentado parcial-

mente en la zona suroeste de la cuadrícula. Este suelo se adosa a la cara oriental del muro UE.184 y a la meridional del UE-154, siendo el primer pavimento de la estancia delimitada por estos muros. Posteriormente sobre su superficie se depositará la capa de nivelación UE-181, para la construcción de un nuevo suelo (UE-180). El pavimento se encuentra muy arrasado por zanjas y fo-sas posteriores, aunque parte del mismo se registra también en la zona este de la cuadrícula (UE-174). El pavimento, que presenta un grosor medio de unos tres centímetros, se construyó con finas capas de arcilla roja muy depurada que se fueron superponiendo por continuas reparaciones a lo largo del tiempo en que este suelo estuvo en uso. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue lenta y su composición es muy homogénea. La tierra es de color rojo, textura arcillosa y estructu-ra en bloques, con una consistencia media-alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 19, 34, 181, > 154, 184, 187.

Unidad de estratificación vertical positiva 184

CD: BSECTOR: 184PF. Inicial-final. 318-450CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: muro-cimiento de mampostería localizado en la

zona este de la cuadrícula y perteneciente al edificio de la fase turdetana. Se conserva, muy homogéneamente justo hasta la cota de suelo, por lo que es posible que directamente encima de la superficie conservada se levantase un alzado de ladrillos de adobe como pudo constatarse sobre el muro UE-154 con el que se tra-ba perpendicularmente. Este paramento se levantó sobre la zanja de fundación UE-189, asentándose directamente sobre la roca base, como ocurre con la mayoría de los cimientos del edificio turdetano. La fábrica de la estructura emplea piedras alcorizas de mediano y pequeño tamaño, dejándose las mayores para las caras y rellenándose el interior con las más pequeñas y tierra. El muro presenta una longitud documentada de 2.70 m por una anchura de 0.60 m y un alzado de 1.40 m, discurriendo en sentido norte-sur con una orientación de 294º. En su extremo septentrional se traba perpendicularmente al muro UE-154 y sobre su cara orien-tal se adosan los pavimentos UU. EE. 180 y 183.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 179, 180, 181, 182, 183, 187, > 189, = 154.

Unidad de estratificación horizontal positiva 185

CD: BSECTOR: 185PF. Inicial-final. 418-436

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CRONOLOGíA: turdetana (siglo IV a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno documentada en la zona central-

sur de la cuadrícula y depositada previamente a la construcción del edificio turdetano. Se encuentra entre las capas UE-155 y UE-156, presentando al igual que estas, buzamiento hacia el oeste y escasa densidad de materiales asociados. La capa tiene un origen y formación artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arcillosa y estructura granular, con una consistencia media-alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 155, 187, 189, > 156.

Unidad de estratificación horizontal positiva 186

CD: BSECTOR: 186PF. Inicial-final. 335-339CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: Pavimento de arcilla roja y cal documentado par-

cialmente en la zona norte de la cuadrícula. Este suelo se adosa a la cara meridional del muro UE.154 y a la occidental del UE-153, siendo el único pavimento de la estancia delimitada por estos muros. El pavimento, que presenta un grosor medio de unos dos centímetros, se construyó con finas capas de arcilla roja muy depu-rada y cal que se fueron superponiendo por continuas reparaciones a lo largo del tiempo en que este suelo estuvo en uso. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue lenta y su composición es muy homogénea. La tierra es de color rojo, textura arcillosa y estructura en bloques, con una consistencia media-alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 45, 46,152, 219, > 153, 154, 187, 257.

Unidad de estratificación horizontal positiva 187

CD: BSECTOR: 187, 187B.PF. Inicial-final. 335-438CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata el espacio sobrante

entre las zanjas de fundación y los cimientos UU. EE. 154 y 184 por su lado sur y este. Además con esta capa se nivela y prepara el terreno para la construcción de los pavimentos de arcilla. Este relle-no de cimentación se deposita durante el mismo momento que los UU. EE. 188 y 258 que tienen la misma finalidad en otras cimen-taciones del edificio. La capa tiene un origen y formación artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color rojizo, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media. La capa contiene asociada una alta densidad de carbones y numerosos fragmentos de ánforas, siendo escasa la proporción de huesos de fauna.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 34, 19, 170, 171, 174, 183, 186, > 153, 155, 156, 184, 185, 186, = 188, 258.

Unidad de estratificación horizontal positiva 188

CD: BSECTOR: 188PF. Inicial-final. 342-379CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata el espacio sobran-

te entre las zanjas de fundación y los cimientos UU. EE. 153 y 154 por sus lados norte y este. Además con esta capa se nivela y prepara el terreno para la construcción de los pavimentos de arcilla. Este relleno de cimentación se deposita durante el mismo momento que los UU. EE. 187 y 258 que tienen la misma fina-lidad en otras cimentaciones del edificio. La capa tiene un origen y formación artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color rojizo, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media. La capa contiene asociada una alta densidad de carbones.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 170, 171, 174, 191, 196, > 153, 154, 155, 177, = 187, 258.

Unidad de estratificación vertical negativa 189

CD: BSECTOR: 189PF. Inicial-final. 344-450CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: Rebaje del terreno realizado previamente a la

construcción del edificio turdetano en la zona norte (en zona sur mismo rebaje es la UE-123). Se trata de un rebaje plano excepto en las zonas donde se construirán los cimientos UU. EE- 153, 154 y 184, en las que se profundiza en forma de zanjas de sección en U que en algunos casos alcanzan la roca base.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 19, 34, 153, 154, 170, 171, 188, 187, > 155, 156, 177, 185, 192, 193, =123.

Unidad de estratificación horizontal positiva 190

CD: BSECTOR: 190PF. Inicial-final. 317-322CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: Pavimento de arcilla roja documentado parcial-

mente en la esquina noreste de la cuadrícula. Este suelo pavimen-taría la estancia delimitada por los muros UE-154/175 (al sur) y UE-153/196 (al oeste). Se encuentra muy afectado por zanjas y fosas posteriores, y su continuación hacia el norte se ha perdido completamente en la cuadrícula C. El pavimento, que presenta un grosor medio de unos diez centímetros, se construyó con finas capas de arcilla roja muy depurada que se fueron superponiendo por continuas reparaciones a lo largo del tiempo en que este suelo estuvo en uso. Este es el pavimento de arcilla de mayor grosor de todos los documentados en el edificio turdetano, lo que podría sugerir un mayor uso y por tanto más reparaciones. Este suelo se encuentra a una cota ligeramente superior que los documentados al sur del muro UE-154/175, lo que podría indicar un aterraza-miento de los niveles de suelo a la pendiente de la vaguada natural donde se construye el edificio. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue lenta y su com-posición es muy homogénea. La tierra es de color rojo, textura ar-cillosa y estructura en bloques, con una consistencia media-alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 45, 46, > 153, 175, 191.

Unidad de estratificación horizontal positiva 191

CD: BSECTOR: 191PF. Inicial-final. 319-336

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CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno para nivelación depositada pre-

viamente a la construcción del pavimento UE-190 en la esquina nordeste de la cuadrícula. Se encuentra muy arrasada por UU. EE. verticales negativas posteriores de distintas épocas. La capa, que presenta un grosor medio de unos 20 cm, tiene un origen y formación artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra es de color marrón, tex-tura arenosa y estructura granular, con una consistencia media.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 45, 46, 190, > 153, 175, 187.

Unidad de estratificación horizontal positiva 192

CD: BSECTOR: 192PF. Inicial-final. 382-446CRONOLOGíA: tartésica (siglos VII-VI a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno que colmata la fosa UE-193 lo-

calizada en la esquina nordeste de la cuadrícula y abierta sobre la roca base. En la zona inferior de la fosa, en contacto directo con el alcor se encontraron numerosas piedras alcorizas de pequeño tamaño, posiblemente por la disgregación de la superficie de la roca. La capa tiene un origen y formación artificiales, su deposi-ción fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. El material cerámico asociado a esta capa es escaso aunque se recuperan cerámicas a mano y otras torneadas, algunas de las cuales presentan decoración pintada con motivos orientalizantes.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 156, 187, 189, > 177, 193.

Unidad de estratificación vertical negativa 193

CD: BSECTOR: 193PF. Inicial-final. 381-446CRONOLOGíA: tartésica (siglos VII-VI a.C.).DESCRIPCIÓN: fosa excavada sobre la roca base y localizada en

la esquina nordeste de la cuadrícula. Se documenta muy parcial-mente pues se pierde bajo los perfiles este y norte, aunque parece presentar planta circular y sección en U. Esta fosa, de funciona-lidad indeterminada se encuentra colmatada por la capa de sedi-mento UE-192.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 155, 156, 192, > 177.

Unidad de estratificación horizontal positiva 194

CD: BSECTOR: 194PF. Inicial-final. 396-443CRONOLOGíA: tartésica (siglos VII a.C.).DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona central de

la cuadrícula, depositada directamente sobre el alcor y la capa del Bronce UE-195. La capa, que presenta cierto buzamiento hacia el suroeste, se compone casi exclusivamente de arcilla de color amarillo muy homogénea, y podría haberse generado por el de-rrumbe de alguna construcción de adobes. Este relleno tiene con-tinuidad en la cuadrícula A (UE-259). La capa tiene un origen y formación artificiales, su deposición fue rápida y su composición

es muy homogénea. La tierra es de color amarillo, textura arci-llosa y estructura granular, con una consistencia media-alta. El material cerámico asociado a esta capa es escaso, estando todos los fragmentos fabricados a mano, y presentando algunos ejemplares decoración de retícula bruñida.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 156, 189, 258, > 195, = 259.

Unidad de estratificación horizontal positiva 195

CD: BSECTOR: 195PF. Inicial-final. 404-438CRONOLOGíA: Bronce Medio.DESCRIPCIÓN: capa de relleno localizada en la zona central de

la cuadrícula, y depositada directamente sobre el alcor. Se trata de la unidad de estratificación más antigua de las registradas en esta cuadrícula, presentando una potencia de entre 30 y 40 cm. La capa tiene un origen y formación artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra es de color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consisten-cia media-baja. Los materiales asociados a esta capa son fragmen-tos cerámicos, huesos y piedra trabajada. Entre las cerámicas se han recuperado un alto porcentaje de fragmentos decorados con la técnica de boquique.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 194, 156, 177.

Unidad de estratificación vertical positiva 196

CD: BSECTOR: 196PF. Inicial-final. 301-338CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: murete de ladrillos de adobe documentado muy

parcialmente en la esquina nordeste de la cuadrícula y pertene-ciente al edificio de la fase turdetana. Se encuentra muy arrasado por fosas y zanjas posteriores, especialmente las UU.EE.-6 y 46. El murete se adosa en paralelo sobre la cara oriental del muro de mampostería UE-154, por lo que probablemente, y aunque apenas se conserve su trazado (unos 20 cm), se trate de un banco adosado a este paramento. Los ladrillos de adobe, que se dispu-sieron a soga, conservándose en altura algo más de tres hiladas, presentan un módulo documentado de unos 35 cm de anchura por unos 10 cm de altura y se encuentran trabados con arcilla de un color similar (marrón oscuro) al utilizado para la fabricación de los ladrillos.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 4, 6, 45, 46, 190, 191, > 153, 188.

Unidad de estratificación horizontal positiva 202

CD: CSECTOR: 202PF. Inicial-final. 205-248CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno que colmata el espacio existente

entre la zanja de fundación UE-212 y los cimientos UU. EE.- 45, 204 y 205. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color amarillo, textura arenosa y es-

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1038

tructura granular, con una consistencia media-alta.RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 200, 201, 207, 208, > 204,

205, 212, 216 y 217.

Unidad de estratificación horizontal positiva 203

CD: A y CSECTOR: 203PF. Inicial-final. 190-241CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno documentada en la esquina su-

reste de la cuadrícula A y en la nordeste de la C. Se encuentra muy afectada por zanjas y fosas posteriores sobre todo imperiales y medievales. Se trata de un relleno generado durante la fase de abandono-derrumbe del segundo edificio republicano. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposi-ción fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color verde, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia baja. La capa presenta asociada una alta densidad de fragmentos cerámicos, muchos de los cuales parecen fragmen-tados in situ. La mayor parte de estos fragmentos pertenecen a ánforas y lebrillos de borde estrangulado, además de cerámicas campanienses.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 90, 94, 254, 204, 111, 92, > 98, 220, 253, = 217.

Unidad de estratificación vertical positiva 204

CD: CSECTOR: 204PF. Inicial-final. 166-241CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d. C.).DESCRIPCIÓN: muro de cimentación del edificio altoimperial, que

en sentido este-oeste discurre por toda la zona norte de la cuadrícula. Para su construcción se excavó previamente la zanja de fundación UE-212, a la cual se ajusta bastante la estructura. Su fábrica emplea piedras alcorizas de mediano y pequeño tamaño, lajas alcorizas, frag-mentos de tégulas, cantos rodados (sobre todo en la base), sillarejos y sillares, trabados con tierra. En la zona más próxima al cimiento UE-81, de la misma construcción aunque transversal y separado de este en lo que parece ser un vano bajo el que discurre la cloaca UE-92, se dispuso un sillar en vertical posiblemente para el apoyo del lateral de una puerta. El extremo oeste del paramento se encuentra arrasado por la fosa séptica medieval UE-76, continuando a unos 2 m (UE-204A) en la zona del perfil oeste. En la cara sur de su extremo oeste el cimiento se traba perpendicularmente con el UE-205. El muro presenta una sección transversal de 0.55 m por una longitud docu-mentada de 4.80, discurriendo con una orientación de 20º.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 90, 94, 202, 207, 208, 254, > 203, 212, 220, = 204A, 205.

Unidad de estratificación vertical positiva 204a

CD: CSECTOR: 204 APF. Inicial-final. 215-263CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d. C.).DESCRIPCIÓN: muro documentado muy parcialmente bajo el perfil

oeste de la cuadrícula. Se trata de la continuación occidental del muro UE-204, tras la zona arrasada por el pozo ciego islámico UE-76.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 18, 32, 23, 24, 75, 76, > 206A, 105, = 204.

Unidad de estratificación vertical positiva 205

CD: CSECTOR: 205PF. Inicial-final. 196-234CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d. C.).DESCRIPCIÓN: muro de cimentación del edificio altoimperial,

que en sentido norte-sur discurre por la zona central de la cuadrí-cula. Su fábrica emplea piedras alcorizas de mediano y pequeño tamaño, fragmentos de tégula y cantos rodados trabados con tie-rra. Su extremo norte se traba perpendicularmente con el cimien-to UE-204 y su extremo sur se encuentra arrasado por el pozo ciego UE-211. Sobre este paramento se calzó en parte y con la misma orientación uno de los cimientos del edificio moderno.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 90, 94, 202, 207, 208, 254, > 203, 212, 220, = 204A, 205.

Unidad de estratificación horizontal positiva 206

CD: CSECTOR: 206PF. Inicial-final. 229-288CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos X-XI).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno que colmata la fosa séptica UE-218

localizada en la zona central-este de la cuadrícula. La capa está com-puesta por tongadas alternas de tierra amarilla, posiblemente proce-dente de la remoción de los niveles romanos, y de tierra negra más orgánica y propias del relleno de un pozo ciego. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es no homogénea. La tierra tiene color amarillo y negro, textura are-nosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. El mate-rial asociado a esta capa corresponde principalmente a restos óseos de fauna consumida y cerámicas, entre las que se recuperó algún candil de piquera.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 209, 211, > 204, 205, 212.

Unidad de estratificación horizontal positiva 207

CD: CSECTOR: 207PF. Inicial-final. 254-310CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos XI-XII).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno que colmata la fosa séptica UE-

208 localizada en la zona central-este de la cuadrícula. Al igual que ocurría con la UE-206, la capa está compuesta por tonga-das alternas de tierra amarilla, posiblemente procedente de la re-moción de los niveles romanos, y de tierra negra más orgánica y propias del relleno de un pozo ciego. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es no homogénea. La tierra tiene color amarillo y negro, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. El material asociado a esta capa corresponde principalmente a restos óseos de fauna consumida y alguna aguja de hueso y cerámicas, entre las que se recuperó algún candil de piquera.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 26, 27, > 45, 202, 204, 208, 212, 213, 215, 216, 217.

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1039

Unidad de estratificación vertical negativa 208

CD: CSECTOR: 208PF. Inicial-final. 254-310CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos XI-XII).DESCRIPCIÓN: fosa séptica documentada en la zona central-este

de la cuadrícula. Presenta planta circular sección acampanada y un diámetro máximo documentado de 2.50 m.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 26, 27, 207, > 45, 202, 204, 205, 208, 213, 214, 215, 216, 217.

Unidad de estratificación horizontal positiva 209

CD: CSECTOR: 209PF. Inicial-final. 224-261CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos XI-XII).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno que colmata el espacio existente

entre la fosa séptica UE-211 y la rosca de mampostería UE-210, localizadas en la zona central-sur de la cuadrícula. El origen y for-mación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color gris, textura arenosa y estructura granular, con una consis-tencia media-baja. El volumen de material asociado a esta capa es escaso, correspondiendo en su mayoría a huesos de fauna consu-mida y a cerámicas.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 26, 27, 54, 55, 57, 59, 60, > 39, 205, 206, 210, 211, 218.

Unidad de estratificación vertical positiva 210

CD: CSECTOR: 210PF. Inicial-final. 218-260CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos XI-XII).DESCRIPCIÓN: rosca de mampostería, localizada en la zona

central-sur de la cuadrícula, destinada a funcionar como pozo ciego. La estructura tiene forma de medio círculo, ya que el otro medio se encuentra tallado (UE-211) en un sillar del muro romano UE-39. Para la construcción de la rosca se emplearon piedras alcorizas de mediano y pequeño tamaño trabadas con tierra. La estructura alcanzaría escasa profundidad, unos 40 cm conservados.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 26, 27, 54, 55, 57, 59, 60, 209, > 39, 205, 206, 211, 218.

Unidad de estratificación vertical negativa 211

CD: CSECTOR: 211PF. Inicial-final. 215-256CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos XI-XII).DESCRIPCIÓN: fosa séptica de pequeñas dimensiones localizada

en la zona central-sur de la cuadrícula. Presenta planta circular, con un diámetro aproximado de 1.20 m, y sección en U. La ex-cavación de esta fosa afectó a los muros romanos UU. EE.- 39 y 205, que fueron reaprovechados cuando se construyó la rosca UE-210. En el caso del UE-39 se rebajó, en forma de medio círculo, una de las caras de un sillar, fabricándose el otro medio círculo

con la rosca de mampostería (UE-210). El espacio sobrante entre la rosca y la fosa se rellenó con la capa UE-209.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 18, 32, 54, 57, 59, 60, > 39, 205, 206, 218.

Unidad de estratificación vertical negativa 212

CD: CSECTOR: 212 y 212A.PF. Inicial-final. 198-276CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d.C.).DESCRIPCIÓN: zanja de fundación del cimiento UE-204.

Presenta planta rectangular, poco más ancha que el muro y sección en U. El espacio sobrante entre la zanja y la cara sur del muro fue rellenado con la capa UE-202 y el de la cara norte con la capa UE-254. Algo más al oeste, tras la fosa del pozo ciego UE-75, se conserva una mínima parte de la prolongación de la zanja (UE-212A).

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 94, 95, 202, 203, 204, 205, 207, 254, > 102, 216, 217, 220.

Unidad de estratificación horizontal positiva 213

CD: CSECTOR: 213PF. Inicial-final. 224-301CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona sureste de la

cuadrícula, que colmata el espacio existente entre la zanja de funda-ción UE-215 y los cimientos UU. EE.- 45 y 214. El origen y for-mación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color naranja, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. Presenta un escaso volumen de material asociado, entre el que se encuentra algún fragmento de cerámica campaniense.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 207, 208, 26, 27, > 214, 215, 216, 217.

Unidad de estratificación vertical positiva 214

CD: CSECTOR: 214PF. Inicial-final. 219-270CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d. C.).DESCRIPCIÓN: muro de cimentación, localizado en la esquina

sureste de la cuadrícula y perteneciente al edificio altoimperial. Presenta planta en L, trabándose su extremo sur con el cimien-to UE-45, y encontrándose el extremo occidental arrasado por la fosa séptica medieval UE-208. Su lado mayor presenta una orientación de 110º, documentándose una sección longitudinal de 1,10 m por una anchura de 0.55 m. El lado corto presenta una orientación de 20º, conservándose tan solo unos 0.30 m de lon-gitud por 0.55 m de anchura. Para su construcción se emplearon piedras alcorizas de pequeño y mediano tamaño y algunos cantos rodados, trabándose el conjunto con tierra.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 207, 208, 213, > 215, 216, 217, = 45.

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1040

Unidad de estratificación vertical negativa 215

CD: CSECTOR: 215PF. Inicial-final. 220-305CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d.C.).DESCRIPCIÓN: zanja de fundación de los cimientos UU. EE.-45

y 214, localizados en la esquina sureste de la cuadrícula. Presenta planta rectangular, poco más ancha que el muro y sección en U. El espacio sobrante entre la zanja y la cara sur del muro fue relle-nado con la capa UE-213.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 26, 27, 45, 207, 208, 213, 214, > 216, 217, 220, 221, = 46.

Unidad de estratificación horizontal positiva 216

CD: CSECTOR: 216PF. Inicial-final. 205-232CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno localizada en la zona este de

la cuadrícula y muy afectada por la excavación de zanjas y fosas posteriores. Esta capa se generó durante la fase de abandono del segundo edificio de época republicana. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color verde, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 26, 27, 200, 201, 202, 207, 208, 212, 213, 215, > 217.

Unidad de estratificación horizontal positiva 217

CD: CSECTOR: 217PF. Inicial-final. 215-263CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno localizada en la zona este de

la cuadrícula y muy afectada por la excavación de zanjas y fosas posteriores. Esta capa se generó durante la fase de abandono del segundo edificio de época republicana. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. Asociados a esta capa se recuperaron fragmentos de cerámica campaniense y de paredes finas, aunque la mayor parte del material correspondía a piezas de tradición turdetana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 26, 27, 200, 201, 202, 207, 208, 212, 213, 215, 216, 221, 222, > 220.

Unidad de estratificación vertical negativa 218

CD: CSECTOR: 211PF. Inicial-final. 215-256CRONOLOGíA: medieval islámica (siglos X-XI).DESCRIPCIÓN: fosa séptica localizada en la zona oeste de la cua-

drícula. Presenta planta circular, con un diámetro aproximado de 1.80 m, y sección en U. Se encuentra en parte arrasada por la excavación de otras fosas sépticas medievales posteriores.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 18, 32, 75, 76, 206, 209, > 204, 205, 254.

Unidad de estratificación horizontal positiva 219

CD: CSECTOR: 219PF. Inicial-final. 280-291CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno localizada en la zona central-

oeste de la cuadrícula y muy afectada por la excavación de zan-jas y fosas posteriores. Esta capa se generó durante la fase de abandono del primer edificio de época republicana. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color ama-rillo, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. Asociados a esta capa se recuperaron fragmentos de cerámica campaniense y de paredes finas, aunque la mayor parte del material correspondía a piezas de tradición turdetana. También se recuperó un borde descontextualizado de cerámica ática de barniz negro.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 18, 32, 75, 76, 102, 205, 206, 207, 208, 209, 211, > 104, 234, 235.

Unidad de estratificación horizontal positiva 220

CD: CSECTOR: 220PF. Inicial-final. 258-284CRONOLOGíA: romana republicana (siglos II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno localizada en la zona este de la

cuadrícula y depositada sobre el pavimento (UE-223) pertene-ciente al primer edificio de época republicana. Se trata de una capa generada durante el proceso de abandono-derrumbe de la edificación, siendo la misma que la UE-252, localizada algo más al norte. El origen y formación de la capa son artificiales, su depo-sición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media. Asociada a esta capa se recuperaron fragmen-tos de cerámica campaniense y de paredes finas, aunque la mayor parte del material correspondía a piezas de tradición turdetana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 202, 203, 204, 208, 212, 213, 215, 217, 221, 222, > 223, = 252.

Unidad de estratificación horizontal positiva 221

CD: CSECTOR: 221PF. Inicial-final. 240-312CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona este de la

cuadrícula, que colmata la fosa UE-222. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 26, 27, 213, 214, 215, > 190, 217, 220, 222, 223, 225.

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1041

Unidad de estratificación vertical negativa 222

CD: CSECTOR: 222PF. Inicial-final. 240-312CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a. C.).DESCRIPCIÓN: fosa de funcionalidad indeterminada localizada

parcialmente en la zona este de la cuadrícula. Presenta planta de tendencia circular y sección en U. Se encuentra en parte arrasada por la excavación de las zanjas de cimentación del edificio impe-rial. A su vez esta fosa, que se encuentra colmatada por la capa UE-221, arrasó parte de los niveles turdetanos y de la primera fase republicana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 26, 27, 213, 214, 215, 221, > 153, 190, 217, 220, 223, 224, 225.

Unidad de estratificación horizontal positiva 223

CD: A y CSECTOR: 223PF. Inicial-final. 280-296CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Pavimento de tierra compactada, localizado en

la zona oriental de las cuadrículas A y C, asociado a la zona exte-rior al edificio republicano más antiguo. Para su construcción se depositó una capa de tierra, de unos 15 cm de espesor, sobre otra capa previa de nivelación-preparación (UE-225) y sobre el lado sur del muro UE-143. Posteriormente la capa fue compactada. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra tiene color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 94, 95, 102, 207, 208, 220, 221, 222, > 104, 143, 225.

Unidad de estratificación vertical negativa 224

CD: A y CSECTOR: 224PF. Inicial-final. 296-315CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: rebaje del terreno para nivelación realizado pre-

viamente a la construcción del primer edificio republicano. La superficie creada por este rebaje es muy plana, salvo en las zonas donde se construirán los muros de cimentación, donde profundi-za algunos centímetros más.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 94, 95, 143, 221, 222, 225, > 104, 190, 261, 262, = 267.

Unidad de estratificación horizontal positiva 225

CD: A y CSECTOR: 225PF. Inicial-final. 295-324CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona oriental de

las cuadrículas, que fue depositada sobre la interfacie UE-224 y la cara sur del muro UE-143, durante la construcción del primer edificio republicano. Con esta capa se prepara el terreno para el pavimento UE-223 y se cubre parte del zócalo UE-143, donde

funcionaría como cimentación. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su com-posición es homogénea. La tierra tiene color marrón, textura are-nosa y estructura granular, con una consistencia media-alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 94, 95, 102, 207, 208, 220, 221, 222, 223, > 104, 143, 190, 261, 262, 265.

Unidad de estratificación horizontal positiva 226

CD: A y CSECTOR: 226PF. Inicial-final. 308-382CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona oriental

de las cuadrículas, que fue depositada para nivelar el terreno pre-viamente a la construcción del pavimento UE-190, perteneciente al edificio turdetano. Esta capa se superpone a la UE-227, con la que comparte funcionalidad, y a la cara este del muro UE-153, hasta alcanzar la cota donde dejaría de funcionar como cimenta-ción. El origen y formación de la capa son artificiales e intencio-nales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra tiene color rojo, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media. La capa presenta asociada una alta densidad de material cerámico turdetano y en menor medida de piezas hechas a mano.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 104, 190, 224, 225, 261, 262, > 123, 153, 227.

Unidad de estratificación horizontal positiva 227

CD: A y CSECTOR: 227PF. Inicial-final. 358-421CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona oriental

de las cuadrículas, que fue depositada sobre la interfacie UE-123, directamente en la roca base, y la cara meridional del muro UE-153. Con esta capa y la UE-226 que se le superpone, se prepara el terreno para la construcción del pavimento UE-190 y se tapa la parte del muro UE-153 que funcionará como cimentación. Todas estas unidades pertenecen a la fase constructiva del edificio turde-tano. El origen y formación de la capa son artificiales e intencio-nales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra tiene color rojo, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-alta. La capa presenta asociada menor densidad de material cerámico que la UE-226.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 226, 261, 262, > 123, 153.

Unidad de estratificación horizontal positiva 228

CD: CSECTOR: 228 (enterramiento neonato)PF. Inicial-final. 357-369CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona central de

la cuadrícula, que colmata la fosa (UE-230) donde se localizaba el esqueleto completo de un neonato (UE-229). El origen y for-mación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia baja.

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1042

Entre el escaso material asociado a esta capa, donde predominan las cerámicas turdetanas, se localizó un pondus semicompleto. La ausencia de movimientos postdeposicionales en los huesos parece indicar que esta capa fue depositada inmediatamente después de la deposición del cuerpo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 234, 235, > 187, 229, 230, 257.

Unidad de estratificación horizontal positiva 229

CD: CSECTOR: 229 (enterramiento neonato)PF. Inicial-final. 357-369CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: esqueleto completo de un neonato, de aproxi-

madamente 9 meses lunares de edad, depositado en el interior de una fosa (UE-230) de pequeño tamaño. El cuerpo presentaba posición decúbito prono muy forzada, pues las zona inferior de las piernas, desde las tibias y peronés, habían quedado en posición vertical al estar apoyadas sobre la pared de la fosa. El tronco se encontraba bastante flexionado y girado hacia la izquierda con respecto a las piernas, con una orientación relativa de unos 48º, quedando la cabeza hacia el oeste. Por otro lado el brazo derecho se encuentra cruzado y semiflexionado por encima de la cabeza, mientras que el izquierdo se encuentra extendido bajo el tronco. Todo esto hace pensar que el cuerpo fue arrojado directamente al interior de la fosa, sin ningún tipo de preparación ni de ritual funerario. No se aprecian movimientos postdeposicionales, salvo los propios generados por la descomposición de la materia orgá-nica de determinadas zonas como el interior del cráneo, lo que sugiere que el cuerpo sería inmediatamente tapado con la capa de sedimentos UE-228. El enterramiento se realizó durante la fase de construcción del edificio turdetano, aunque no queda claro si se trata de un enterramiento fundacional. A unos dos metros al sur y aproximadamente a la misma cota, se localizaron varios huesos de otro neonato, aunque en este caso la excavación de la fosa séptica medieval UE-87 lo había arrasado en su mayor parte, por lo que no fue posible documentar su posición ni ubicación exacta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 228, 234, 235, > 187, 230.

Unidad de estratificación vertical negativa 230

CD: CSECTOR: 230 (enterramiento neonato)PF. Inicial-final. 357-369CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: fosa de pequeño tamaño localizada en la zona

central de la cuadrícula y en cuyo interior se encontró el esqueleto humano UE-229. La fosa presenta planta de tendencia circular, con un diámetro aproximado de unos 40 cm, y sección en U. Esta fosa se abre sobre una de las capas de nivelación (UE-257) asociada a la construcción del edificio turdetano y previamente al pavimento UE-186, lo que sugiere que el enterramiento se realizó durante el proceso constructivo de la edificación. Una vez depo-sitado el cuerpo del neonato la fosa fue inmediatamente rellenada con la capa UE-228.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 186, 228, 229, 234, 235, > 187, 257.

Unidad de estratificación horizontal positiva 231

CD: CSECTOR: 231PF. Inicial-final. 289-409CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona central-

oeste de la cuadrícula, que colmata la zanja o trinchera de expo-lio UE-232. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón-amarillento, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media. Esta capa contiene asociada escasos materiales, principalmente cerámicas de tradición turde-tana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 102, 260, 267, 269, > 104, 112, 113, 114, 115, 120, 121, 122, 136, 137, 138, 232, 260.

Unidad de estratificación vertical negativa 232

CD: A SECTOR: 232PF. Inicial-final. 289-409CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: zanja localizada en la zona oeste de la cuadrícula.

Presenta planta de tendencia rectangular, con una anchura media de unos 70 cm, y sección en U, discurriendo con una orientación aproximada de 20º. Se trata, al igual que las UU. EE.-149, 235 y 261, de una trinchera de expolio de material constructivo abierta sobre los muros de mampostería turdetanos. En este caso el muro turdetano fue completamente arrasado, quedando sólo su arran-que perpendicular desde el extremo norte del muro UE-112.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 102, 231, 260, 267, 269, > 104, 112, 113, 114, 115, 121, 122, 136, 137, 138, 260.

Unidad de estratificación horizontal positiva 233

CD: ASECTOR: 233PF. Inicial-final. 412-433CRONOLOGíA: Bronce.DESCRIPCIÓN: Capa de relleno de escasa potencia localizada

en la esquina noroeste de la cuadrícula, y depositada directa-mente sobre la roca base. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón oscuro, textura areno-sa y estructura granular, con una consistencia media. Esta capa contiene asociada una escasa cantidad de materiales, lo que unido a su situación estratigráfica (directamente sobre la roca por lo que resulta difícil su adscripción cronológica. Entre estos materiales destaca la presencia de una punta de flecha comple-ta en bronce (R-326) tipo Palmela. Si bien esta pieza podría sugerir una cronología de finales de la Edad del Bronce, el re-pertorio cerámico, todo elaborado a mano, parece ser algo más reciente. Entre estas cerámicas se encuentran bordes de cuencos engrosados al interior, de ollas con el labio indicado, cazuelas de carenas redondeadas, bases planas, mamelones y piezas de paredes finas. Buena parte de estas cerámicas presentan la su-perficie bruñida. También se recuperó un hacha completa en granito pulimentado. En general, y hasta un estudio detallado

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del material, el aspecto tipológico de este exiguo repertorio ce-rámico, pese a la punta Palmela que aquí debe encontrarse des-contextualizada, parece corresponder a algún momento dentro de la edad del Bronce, posiblemente además ya bien avanzado este período.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 123, 138.

Unidad de estratificación horizontal positiva 234

CD: A y CSECTOR: 234PF. Inicial-final. 375-394CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona central-

oeste de las cuadrículas, que colmata la zanja de expolio UE-235, sobre el muro turdetano UE-112. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. La capa pre-senta asociada un volumen medio-bajo de materiales asociados, siendo estos en su mayor parte de tipo cerámico. Estas cerámi-cas son en su mayoría de tradición turdetana, sin que se recupere ningún fragmento que pueda adscribirse claramente al período romano republicano. No obstante, la cronología de esta capa se le asigna a partir de su posición estratigráfica.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 206, 218, 225, > 112, 115, 186, 219, 235, 257.

Unidad de estratificación vertical negativa 235

CD: B y C SECTOR: 234PF. Inicial-final. 375-394CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: zanja localizada en la zona central-oeste de las

cuadrículas, coincidiendo con el trazado del muro turdetano UE-112. Se trata de una trinchera de expolio de material constructi-vo, abierta durante principios del período republicano sobre el mencionado muro. Esta zanja se abre durante el mismo proceso y con la misma finalidad que las UU. EE.-232, 261 y 149. Pre-senta planta de tendencia rectangular, con una anchura media de unos 80 cm, y sección en U, discurriendo con una orientación aproximada de 110º. En este caso el muro turdetano fue sólo par-cialmente arrasado en la zona superior, teniendo la zanja mayor incidencia en el extremo meridional del paramento.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 206, 218, 225, 234, > 112, 115, 186, 219, 257.

Unidad de estratificación horizontal positiva 250

CD: ASECTOR: 250PF. Inicial-final. 203-241CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la esquina nor-

deste de la cuadrícula, generada por el desplome de parte del al-zado del muro de adobes UE-101 hacia el este. Se trata pues de una capa asociada a los niveles de derrumbe del segundo edificio de época romana republicana. La capa está compuesta exclusiva-mente por el muro que se desplomó de una pieza, observándose

claramente los ladrillos de adobe en posición casi vertical. Este derrumbe se produjo cuando ya había comenzado el proceso de abandono del edificio, pues no se deposita directamente sobre el pavimento asociado, sino sobre la capa UE-99 que se le superpo-ne. Esta última capa presenta escasa potencia, unos 10 cm, por lo que posiblemente el proceso de abandono no se encontraba muy avanzado. El hecho de que el muro se desplomara de una pieza, y no disgregándose como generalmente suele ocurrir con los pa-ramentos fabricados con ladrillos de adobe, sugiere un proceso de derrumbe rápido y quizás intencionado. Los ladrillos fueron realizados con arcilla, relativamente depurada, de color amarillo que contiene abundantes nódulos de cal. Estos presentan un mó-dulo de 50x35x11 cm, encontrándose unidos con arcilla de color gris. El muro desplomado, en posición casi horizontal, tiene una longitud conservada de unos 2.60 m. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es muy homogénea. La tierra tiene color amarillo, textura arcillosa y estructura en bloques, con una consistencia alta.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 71, 71a, 79, > 99, 101.

Unidad de estratificación horizontal positiva 252

CD: A y CSECTOR: 252PF. Inicial-final. 375-394CRONOLOGíA: romana republicana (siglos II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona este de

las cuadrículas, generada durante los procesos de abandono y de-rrumbe del primer edificio republicano. La capa se depositó sobre el pavimento UE-223 y sobre la cara sur del muro UE-143. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consis-tencia media-baja. La capa presenta asociada un volumen medio-bajo de materiales asociados, siendo estos en su mayor parte de tipo cerámico. Estas cerámicas son en su mayoría de tradición turdetana, y sólo se recuperó un fragmento campaniense.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 94, 95, 98, 107, 253, > 143, 223, = 102.

Unidad de estratificación vertical negativa 253

CD: A y C SECTOR: 253PF. Inicial-final. 254-271CRONOLOGíA: romana republicana (siglo I a. C.).DESCRIPCIÓN: rebaje del terreno realizado previamente a la

construcción al segundo edificio de la fase republicana. Con este desmonte, que presenta una superficie bastante plana, se prepara el terreno para la construcción del edificio.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 94, 95, 98, 108, 130b, > 104, 139, 142, 141, 143, 147, 252.

Unidad de estratificación horizontal positiva 254

CD: A y CSECTOR: 254PF. Inicial-final. 215-276CRONOLOGíA: romana imperial (siglo I d. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona central

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sur y norte respectivamente de las cuadrículas, depositada sobre la cara septentrional del muro-cimiento UE-204 y bajo la cloaca UE-91. Se trata pues de una capa que por un lado colmata el es-pacio sobrante entre el cimiento y la zanja de fundación y por otro sirve de asiento a la canalización realizada durante el mismo pro-ceso constructivo. La capa presenta en gran parte una coloración verdosa posiblemente por filtraciones desde la cloaca. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color verde, textura arcillosa y estructura granular, con una con-sistencia media-alta. La capa contiene asociada un volumen alto de materiales, siendo estos en su mayor parte de tipo cerámico. Estas cerámicas son en su mayoría de tradición turdetana, aunque también se recuperaron algunos fragmentos de campanienses, pa-redes finas y kouass.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 91, 94, 95, > 102, 204, 212, = 202.

Unidad de estratificación horizontal positiva 255

CD: A SECTOR: 255PF. Inicial-final. 278-321CRONOLOGíA: romana republicana (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona central-

norte de la cuadrícula, para nivelación perteneciente a la fase constructiva del primer edificio de la fase republicana. Esta capa fue depositada sobre la interfacie UE-267 y los muros UU. EE. 141 y 265, hasta donde estos funcionaron como cimentaciones. La capa tiene una potencia media de unos 30 cm y sobre su super-ficie superior, bastante plana, se construyó el pavimento UE-146. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón, textura arenosa y estructura granu-lar, con una consistencia media. La capa contiene asociada un volumen alto de materiales, siendo estos en su mayor parte de tipo cerámico. Estas cerámicas son en su mayoría de tradición turdetana, aunque también se recuperaron algunos fragmentos de campanienses, paredes finas y kouass. Entre el material recuperado se encuentra un cuenco de borde entrante completo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 86, 87, 146, > 141, 148, 265, 267.

Unidad de estratificación horizontal positiva 256

CD: A y CSECTOR: 256PF. Inicial-final.316-352CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona central de

las cuadrículas, generada durante la fase de abandono-derrumbe del edificio turdetano. Esta capa se depositó sobre el pavimento UE-186, la capa de nivelación U.E.-257, la cara oeste del muro UE-153 y la cara este del UE-112. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra tiene color rojo, textura arenosa y estruc-tura granular, con una consistencia media-baja. La capa contiene asociada un volumen alto de materiales, siendo estos en su mayor parte de tipo cerámico y óseo.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 86, 87, 104, > 112, 153, 257.

Unidad de estratificación horizontal positiva 257

CD: A y CSECTOR: 257PF. Inicial-final.342-373CRONOLOGíA: turdetana (siglos IV-III a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de tierra compactada, localizada en la zona

central norte y sur respectivamente de las cuadrículas, depositada como pavimento en la estancia delimitada por los muros UU. EE.-112, 153 y 154. En la zona sur de la estancia sobre esta capa se conservaba parcialmente el pavimento de arcilla roja UE-186, aunque no queda claro si este pavimento de arcilla pertenece a una reforma posterior o bien al mismo momento constructivo depositándose la capa UE-257 previamente para nivelación y en-contrándose el resto del pavimento de arcilla hacia el norte total-mente perdido. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra tiene color rojo, textura arenosa y estruc-tura granular, con una consistencia media-alta. Entre el material asociado a esta capa se encuentran varios huesos pertenecientes a un neonato humano, que posiblemente pertenezcan a un enterra-miento similar al UE-229 localizado también bajo el pavimento de esta estancia. En este caso el posible enterramiento se encon-traba muy arrasado por la fosa séptica UE-87, por lo que sólo se localizaron varios huesos. El resto de material asociado a esta capa es en su mayor parte cerámico y en menor proporción restos óseos de fauna consumida. Entre las cerámicas mayoritariamente tor-neadas y de perfiles turdetanos destaca una relativamente elevada proporción de cerámicas fabricadas a mano.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 186, 256, > 112, 153, 258.

Unidad de estratificación horizontal positiva 258

CD: A y CSECTOR: 258PF. Inicial-final. 373-386CRONOLOGíA: turdetana (siglos IV-III a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de tierra, localizada en la zona central

norte y sur respectivamente de las cuadrículas, depositada sobre los muros UU. EE- 112, 153 y 154 y la superficie del rebaje UE-123 directamente sobre la roca base. Con esta capa se ni-vela el terreno como preparación previa a las capas-pavimentos UU. EE- 186 y 257, y se cubre parte de los muros-zócalos de mampostería que funcionarán hasta esa cota como cimientos soterrados. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es ho-mogénea. La tierra tiene color rojo, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. Entre el material asociado a esta capa se encuentra, además de una proporción moderada de cerámicas turdetanas y huesos, un fragmento de asa de una copa ática de barniz negro.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 257, > 112, 123, 153, 259, = 187.

Unidad de estratificación horizontal positiva 259

CD: A y CSECTOR: 259PF. Inicial-final. 405-434CRONOLOGíA: tartésica (siglos VII-VI a. C.).

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DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona central norte y sur respectivamente de las cuadrículas, depositada direc-tamente sobre la roca base. Aunque se encuentra muy arrasada, principalmente por el rebaje turdetano UE-123, por sus caracte-rísticas parece corresponder a una capa de derrumbe o abandono de alguna estructura construida con adobes. Esta capa tiene con-tinuidad en la cuadrícula A (UE-194). El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es muy homogénea. La tierra tiene color amarillo, textura arcillosa y estructura granular, con una consistencia alta. La mayor parte del material asociado a esta capa es de tipo cerámico, con una repre-sentación moderada de huesos de fauna. Entre las cerámicas son mayoritarias las fabricadas a mano, entre las que se encuentran algunas decoradas con retículas bruñidas y pintadas tipo Caram-bolo. Entre el material cerámico torneado se recuperaron algunos fragmentos de barniz rojo y cerámicas grises, así como un frag-mento con decoración pintada orientalizante.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 123, 187, 258, = 194.

Unidad de estratificación horizontal positiva 260

CD: A SECTOR: 260PF. Inicial-final. 298-361CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona norte de la

cuadrícula, depositada directamente sobre los niveles de derrumbe del edificio turdetano y previamente a la apertura de las trincheras de expolio romanas. El origen y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color marrón, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. El material asociado a esta capa es ma-yoritariamente de tipo cerámico y óseo. Entre las cerámicas, que casi en su totalidad son de tradición turdetana, se recuperó un fragmento de cerámica de paredes finas y otro ático de barniz negro.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 86, 87, 141, 143, 144, 148, 149, 231, 232, 260, 267, > 136.

Unidad de estratificación vertical negativa 261

CD: A SECTOR: 261PF. Inicial-final. 310-384CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: trinchera de expolio de material constructivo

localizada en la zona este de la cuadrícula, abierta sobre el muro de mampostería turdetano UE-153. La zanja presenta el mismo trazado que el paramento turdetano que se encuentra en buena parte arrasado por la misma.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 224, 225, 262, > 137, 138, 153, 226, 227.

Unidad de estratificación horizontal positiva 262

CD: A SECTOR: 262PF. Inicial-final. 310-384CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de relleno, localizada en la zona este de la

cuadrícula, que colmata la trinchera de expolio UE-261. El origen

y formación de la capa son artificiales, su deposición fue rápida y su composición es poco homogénea. La tierra tiene color gris-ver-doso, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia media-baja. El material asociado a esta capa es mayoritariamente de tipo cerámico y óseo. Entre las cerámicas, que casi en su to-talidad son de tradición turdetana, se recuperó un fragmento de cerámica campaniense y un cuenco completo de borde entrante.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 86, 87, 141, 143, 144, 148, 149, 231, 232, 260, 267, > 136.

Unidad de estratificación horizontal positiva 263

CD: A SECTOR: 263PF. Inicial-final. 275-280CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: hogar localizado en la esquina noroeste de la cua-

drícula y asociado al primer edificio de época republicana. Este ho-gar se adosa al muro UE-265, y para su construcción se dispusieron en horizontal y trabados con arcilla cantos rodados, alguna piedra alcoriza y fragmentos de cerámica pertenecientes a cuencos y ánfo-ras. La superficie superior de la estructura se encuentra quemada. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es no homogénea. La tierra tiene color gris, textura arcillosa y estructura granular, con una con-sistencia media.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 147, > 264, 265, 266, 267.

Unidad de estratificación vertical positiva 264

CD: A SECTOR: 264PF. Inicial-final. 279-284CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: estructura de adobes localizada al sur del muro

UE-265 y junto al hogar UE-263. Si bien la estructura se encuen-tra muy arrasada parece tratarse de un banco o apoyo de arcilla, sobre el que se encontraba una olla de cerámica fracturada in situ. La estructura, de planta rectangular, tiene una anchura de 0.60 m y una longitud de 1.20 m.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 102, 263, > 266, 267.

Unidad de estratificación vertical positiva 265

CD: A SECTOR: 265PF. Inicial-final. 276-298CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: muro de mampostería localizado en la esquina

noroeste de la cuadrícula y perteneciente al primer edificio de época romana republicana. Se trata de la continuación del muro UE-143, aunque separados por el pozo ciego medieval UE-87. Para la construcción de este paramento se emplearon piedras al-corizas de mediano y gran tamaño, trabadas con tierra. Por lo general se emplean las piedras mayores para conformar las caras y las más menudas y tierra para rellenar el interior. El muro discurre con una orientación de 150º, presentando una anchura de 0.60 m. Posiblemente sobre la cota superior de este zócalo de mampos-tería descansaría un alzado de ladrillos de adobe.

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RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 146, 147, 255, 260, 263, 266, 268, > 148, 267, = 143.

Unidad de estratificación horizontal positiva 266

CD: A SECTOR: 262PF. Inicial-final. 310-384CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Capa de tierra compactada, localizada en la zona

norte de la cuadrícula, que actuaría como pavimento de la estan-cia delimitada por los muros UU. EE.- 265 y 269. El origen y formación de la capa son artificiales e intencionales, su deposición fue rápida y su composición es homogénea. La tierra tiene color gris, textura arenosa y estructura granular, con una consistencia alta. La capa contiene abundantes carbones y presenta un grosor medio aproximado de unos 5 cm.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 147, 263, 264, 268, > 260, 265, 267, 269.

Unidad de estratificación vertical negativa 267

CD: A SECTOR: 267PF. Inicial-final. 296-309CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Rebaje del terreno uniforme realizado previa-

mente a la construcción del primer edificio de época romana re-publicana. Presenta una superficie bastante plana.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 255, 260, 265, 266, 269, > 231, 232, 260, = 224.

Unidad de estratificación horizontal negativa 268

CD: A SECTOR: 268PF. Inicial-final. 283-286CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: Superficie superior del pavimento UE-266.RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 147, > 263, 264,

265, 266, 269.

Unidad de estratificación vertical positiva 269

CD: A SECTOR: 269PF. Inicial-final. 273-294CRONOLOGíA: Romano republicano (siglo II a. C.).DESCRIPCIÓN: muro de mampostería localizado muy parcial-

mente bajo la zona central del perfil oeste y perteneciente al primer edificio de época romana republicana. El paramento se encuentra bastante arrasado por el pozo ciego UE-76. El muro discurre con una orientación de 150º y es paralelo al UE-265, cerrando por el norte la estancia delimitada por ambos paramentos. Para su construcción se emplearon piedras alcorizas de mediano y gran tamaño, trabadas con tierra. Por lo general se emplean las piedras mayores para conformar las caras y las más menudas y tierra para rellenar el interior. Del muro se ha documentado una longitud máxima de 40 cm por una anchura parcial, ya que discurre bajo el perfil, de 35 cm, aunque probablemente su anchura sea de unos

60 cm al igual que el resto de los muros de esta fase. RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 147, 260, 266, 268,

> 231, 232, 267.

Unidad de estratificación vertical positiva 270

CD: A SECTOR: 270PF. Inicial-final. -CRONOLOGíA: turdetana (siglo III a. C.).DESCRIPCIÓN: cúmulo de piedras alcorizas dispuestas horizon-

talmente sobre la roca base. Se documenta muy parcialmente en la esquina nordeste de la cuadrícula, encontrándose parcialmente arrasado por el pozo ciego islámico UE-76. Posiblemente se trate de algún tipo de pavimento o de preparación del terreno rela-cionado con el edificio turdetano, aunque la pequeña superficie documentada dificulta su interpretación.

RELACIÓN ESTRATIGRÁFICA: < 75, 76, 138, 137.

CONCLUSIONES

La secuencia estratigráfica registrada durante esta intervención permite ampliar los conocimientos sobre la dinámica histórica de esta zona concreta y de Carmona en general. Dicha secuencia co-mienza durante la Edad del Bronce y, con pocas interrupciones, llega hasta la actualidad.

En este punto de la ciudad, la roca base se encuentra a unos tres metros de profundidad con respecto a la cota de superficie actual, presentando una suave pendiente en sentido noroeste-sureste. Di-rectamente depositadas sobre la roca se han documentado una serie de capas de sedimentos sin estructuras asociadas, como ocurre en buena parte de las secuencias del Bronce excavadas en Carmona. Entre las cerámicas de estos contextos, toda fabricada a mano, se encontraron numerosos fragmentos con decoración de boquique. Sin relación estratigráfica directa con las capas anteriores, se locali-zó una tumba, también datada en la Edad del Bronce, que contenía los esqueletos de dos individuos femeninos y elementos de ajuar. Aunque se han excavado tumbas de esta época en otras zonas de Carmona(33), no se esperaban en este punto. Si bien, hasta el mo-mento sólo se ha localizado un enterramiento, es probable que no se trate de una tumba aislada, y que existan más en los alrededores. El ajuar que contenía el enterramiento no permite precisar con de-masiada exactitud su cronología, aunque podría encuadrarse entre finales del Bronce Inicial y principios del Bronce Medio. Tumbas de similares características, ritual, y ajuar, han sido excavadas re-cientemente en el término municipal de Salteras(34) (Sevilla) y los análisis de Carbono 14 ofrecen unas fechas calibradas que oscilan entre finales del III milenio y fines del primer cuarto del II milenio (35).

Las estructuras y capas de sedimentos exhumados confirmarían que la zona excavada estuvo también ocupada entre los siglos VII y VI a.C., aunque con menor intensidad que en el cercano barrio de San Blas, donde se localiza el núcleo urbano principal de época tartésica.

Sobre los niveles anteriores, se levantó, en época turdetana, un edi-ficio que ha sido registrado en la mayor parte de área excavada. Su construcción se fecha entre finales del siglo IV a.C. y su abandono

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entre mediados y fines del siglo III a.C. Las estancias eran estrechas y alargadas y se encontraban delimitadas por potentes muros de mampostería que sustentarían alzados de ladrillos de adobe. Estos muros presentan una orientación de 30º y su complementario. La forma, tamaño y disposición de las estancias es muy similar a las del edificio de la misma época documentado durante las excavaciones en el solar nº 20 de la calle Diego Navarro (36), localizado algo más al norte. El diseño estrecho y alargado de las habitaciones podría estar pensado para facilitar la construcción de sus cubiertas. Bajo el suelo de una de las estancias, se exhumaron los enterramientos de dos neonatos. Aunque en Carmona se han registrado enterramien-tos similares en viviendas de época romana(37), es la primera vez que se asocian a un edificio turdetano.

Sobre las capas de escombros que se generaron tras los procesos de abandono y derrumbe del edificio anterior, se abrieron varias zanjas cuyos trazados coinciden con los muros turdetanos. Estas trincheras resultaron del expolio parcial o total de las piedras de los muros. Las cerámicas asociadas a las capas de sedimentos que colmataron estas zanjas son de tradición turdetana, aunque también se recuperaron algunos fragmentos de cerámica campaniense, que permiten fechar estos procesos de expolio en la primera mitad del siglo II a.C.

Durante el siglo II a.C., una vez colmatadas las zanjas anteriores y allanado el terreno, se construyó un nuevo edificio que interpretamos de carácter doméstico. La construcción presenta potentes muros de mampostería, orientados a 60º y su complementario, y pavimen-tos de tierra apisonada. El edificio, documentado parcialmente en la zona occidental del área excavada, constaba de una nave alargada compartimentada en dos por un muro de ladrillos de adobe. Sobre su fachada septentrional se abría una de las puertas de acceso, y en el extremo contrario se localizó un hogar y un espacio reservado para la colocación de recipientes. Esta construcción fue abandonada entre fines del siglo II a.C. y principios del siglo I a.C.

Sobre la edificación anterior se construye, durante el siglo I a.C., otra que interpretamos asimismo de carácter doméstico y cuyas es-tructuras también se registraron en la zona occidental del área exca-vada. Se han identificado hasta tres estancias paralelas, delimitadas por muros de mampostería, orientados a 50º y su complementa-rio, y separadas entre sí por muros más estrechos construidos con ladrillos de adobe. Los muros que cierran el edificio por su lado oriental corresponden a los de su fachada por ese lado. Los tabiques interiores de adobe descansan sobre ligeras zapatas de mampostería y se encuentran enlucidos con cal. Los pavimentos de las estancias fueron realizados con tierra apisonada o con cantos rodados. El edificio fue abandonado entre fines del siglo I a.C. y principios del siglo I d.C. Según las características que presentan las capas de escombros parece que el proceso de derrumbe fue relativamente rápido y quizás intencionado.

En torno a la mitad del siglo I d.C. se levantó un nuevo edificio que consideramos de carácter doméstico y que ha sido documenta-do parcialmente en la mayor parte del área excavada. Previamente a su construcción se procedió a la preparación del terreno por medio de un rebaje, que alcanzó mayor profundidad en la zona oriental. Posiblemente para salvar la pendiente natural, se aterrazó el terreno quedando un desnivel o corte vertical de aproximadamente un me-tro de profundidad. Por tanto, el edificio altoimperial se construyó a dos alturas, quedando los suelos de su lado oeste un metro por encima de los orientales. Este rebaje provocó la destrucción de gran

parte de la estratigrafía romana republicana y turdetana, sobre todo en el lado donde alcanzó mayor profundidad. Sobre la superficie del desmonte del terreno se abrieron profundas zanjas, en cuyo in-terior se levantaron potentes cimentaciones de mampostería. Tanto los cimientos como el frente o escalón resultante del rebaje se orien-taron a 20º, y su complementario en el caso de los muros. Las cotas de suelo del edificio se encuentran próximas a las actuales, especial-mente en la zona occidental, por lo que las estructuras presentan un alto grado de destrucción debido a la incidencia de numerosas zanjas, rebajes y fosas realizados en épocas posteriores. Las estructu-ras mejor conservadas son las del lado oriental, pues se encontraban a mayor profundidad, aunque, en general, la mayor parte de los pa-vimentos y de los alzados de los muros se encontraban destruidos. Ha sido posible delimitar parte de las estancias que conformarían la edificación, aunque sólo en dos casos fue posible verificar que se encontraron pavimentadas con capas de opus signinum. También se han registrado dos infraestructuras pertenecientes al edificio: una atarjea y una cisterna subterránea, esta última convertida y reutili-zada hasta la actualidad como pozo de agua.

Con respecto a cuestiones de índole urbanística resulta de interés observar que las estructuras de las fases turdetana y romana imperial presenten una orientación muy similar (30º y 20º), mientras que las dos intermedias, republicanas, se encuentran orientadas más en sentido nordeste-suroeste (50º y 60º). Hasta hace poco se pensaba que la expansión urbanística de carácter ortogonal registrada en la Carmo de los siglos I y II d.C., afectó principalmente a las zonas sur y este de la meseta, las cuales se encontrarían en esos momentos semidespobladas, y que el primitivo núcleo de San Blas mantuvo la su anterior fisonomía. Sin embargo, recientes excavaciones, como las realizadas en la calle Diego Navarro 1(38) o en este mismo so-lar, parecen confirmar que las orientaciones predominantes de las estructuras y las calles altoimperiales de San Blas son idénticas a las registradas en la zonas de nueva expansión (en torno a 0º y 20º). Por tanto, parece probable que entre los siglos I y II d.C. existiera un urbanismo hipodámico en la mayor parte de la ciudad(39).

Las unidades estratigráficas medievales, tanto islámicas como cris-tianas, documentadas durante la excavación corresponden a fosas sépticas y las capas de vertidos que las colmatan, además de algu-na capa de relleno. La ausencia de otro tipo de estructuras, tanto emergentes como subyacentes o de los niveles de suelo medievales es una constante en la mayor parte de Carmona. Ello se ha expli-cado como prueba de una posible perpetuación del urbanismo e incluso de los edificios medievales hasta la actualidad. Sin embargo, según los datos obtenidos en las constantes excavaciones, se puede aventurar que durante el período moderno se realizaron numerosos rebajes del terreno, que arrasarían la mayor parte de la estratigrafía medieval. En algunas zonas, como en los barrios de San Blas(40) o de Santiago(41), estos rebajes parecen haber afectado a áreas bas-tante amplias e incluso manzanas completas. En otros puntos, se relacionan con la construcción del edificio que ocuparía el solar(42). En todo caso, en torno al siglo XVI se realizan numerosos desmon-tes y rebajes del terreno, previos a la construcción de los edificios que hoy conforman la mayor parte del casco antiguo de la ciudad. Cuestiones de índole urbanística, la adecuación de las laderas o in-cluso otros factores como el terremoto de 1504 que arrasó buena parte del caserío, podrían justificar estos rebajes. En todo caso, no parece probable que los desmontes del terreno fuesen simultáneos en toda la ciudad. Tampoco hay constancia de ellos, que se sepa, en los Archivos Municipales. En el solar que nos ocupa, la construc-

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Figura 8. Perfiles.

Figura 9. Perfiles.

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NOTAS

1. Arqueólogo del Servicio Municipal de Arqueología de Carmona y miembro del Grupo de Investigación HUM-650, de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.

2. Anglada Curado, Rocío; Jiménez Hernández, Alejandro; Lineros Romero, Ricardo; Rodríguez Rodríguez, Isabel; La Carta de Riesgo de Carmona.en CAREL, Carmona vol.1 , 2003. Delegación de Cultura, Ayuntamiento de Carmona.

3. López Flores, Inmaculada: Informe antropológico de los restos exhumados en la Intervención Arqueológica Preventiva realizada en c/ Torre del Oro nº 1, de Carmona (Sevilla). Inédito, incluido en la Memoria Final de la Excavación.

4. Profesora titular del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla.5. Facultad de Biología Vegetal de la Universidad de Córdoba. 6. Román Rodríguez, Juan Manuel; Memoria Final de la Excavación Arqueológica Preventiva realizada en el solar nº 1 de la calle Torre del Oro, Carmona

(Sevilla).2007. Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 7. Licenciada en Bellas Artes y Restauradora.8. El autor agradece a todos ellos su participación en los trabajos, especialmente a Juan Antonio Sánchez Román, David Ruíz García, Rafael Domínguez

Valencia, Gertrudis Hidalgo Morgado, Susana Román Jiménez y Pilar Grandes del Rio.9. Arqueólogos del Servicio Municipal de Arqueología Urbana de Carmona.10. Román Rodríguez, Juan Manuel; Excavación arqueológica de Urgencia en el solar nº 2 de la Plaza de Juan Caballero, Carmona (Sevilla). Memoria

Preliminar, Carmona 1999. Inédito.11. Gómez Saucedo, Trinidad; Excavación arqueológica de Urgencia en el solar nº 5 de la calle Sancho Ibáñez, Carmona (Sevilla). Memoria Preliminar,

Carmona 2003. Inédito.12. Anglada Curado, Rocío; Excavación arqueológica de Urgencia en el solar nº 6 de la calle Juan Carrera, Carmona (Sevilla). Memoria Preliminar, Carmona

1998. Inédito13. Anglada Curado, Rocío; Excavación arqueológica de Urgencia en el solar nº 4 de la calle Fernán Caballero, Carmona (Sevilla). Memoria Preliminar,

Carmona 1996. Inédito14. Lineros Romero, Ricardo; Domínguez, Francisco; Excavaciones arqueológicas de urgencia en Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Anda-

lucía 1985/III.15. Anglada Curado, Rocío; Excavación arqueológica de Urgencia en el solar nº 4 de la calle Fernán Caballero, Carmona (Sevilla). Memoria Preliminar,

Carmona 1996. Inédito16. Lineros Romero, Ricardo; Domínguez, Francisco; Excavaciones arqueológicas de urgencia en Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Anda-

lucía 1985/III.17. Harris, E. C.; Principios de Estratigrafía Arqueológica. Londres 1989. En Crítica (Barcelona). 18. Belén Deamos, María; Lineros Romero, Ricardo; 15 años de arqueología en Carmona. En Actas del II Congreso de Historia de Carmona: Carmona

Romana. 1999. Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Carmona.19. Román Rodríguez, Juan Manuel; Memoria Final de la Excavación Arqueológica Preventiva realizada en el solar nº 1 de la calle Torre del Oro, Carmona

(Sevilla).2007. Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.20. López Flores, Inmaculada; Informe antropológico de los restos exhumados en la Intervención Arqueológica Preventiva realizada en c/ Torre del Oro nº 1 de

Carmona (Sevilla). Inédito. Se adjunta completo como anexo en la presente memoria.21. Vasijas similares se han encontrado en tumbas de la Edad del Bronce localizadas en la calle General Freire (Anglada Curado, Rocío, Jiménez Her-

nández, Alejandro, Rodríguez Rodríguez, Isabel; Excavaciones en la calle General Freire nº 12, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 1998) y de Plazuela Santiago 5-7 de Carmona (Gómez Saucedo, Trinidad; Excavaciones Arqueológicas en los solares nº 5 y 7 de la Plazuela de Santiago, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2000.

22. Unas estancias similares fueron documentadas en el solar nº 20 de la calle Diego Navarro. En: Román Rodríguez, Juan Manuel, y Belén Deamos, María; Fenicios en Carmona: novedades arqueológicas. En Actas del V Congreso de Historia de Carmona, Carmona Protohistórica. (Carmona,

ción del edificio se ha fechado durante el siglo XVII, sin que quede claro si el rebaje del terreno se realizó en algún momento anterior o se encuentra directamente relacionado con la construcción del mismo.

El edificio que ocupó el solar hasta su reciente demolición, data del siglo XVII. Esta vivienda se articulaba en torno a un patio cen-tral, localizado en la zona occidental del inmueble; en el extremo oriental, se abría un corral trasero. De edificio se han excavado ci-mentaciones, solerías y fosas sépticas. éstas últimas se concentran

en la zona este del inmueble, coincidiendo con el patio trasero. En algún momento, parece que también durante época moderna, parte del lado meridional del edificio fue segregado, funcionando hasta la actualidad como una vivienda independiente (nº 3 de la calle Torre del Oro). Durante la segunda mitad del siglo XX, el edificio sufriría una reforma que afectó a sus infraestructuras de saneamiento y solerías. En esta reforma también se ocupó, con fines habitacionales, la antigua zona trasera del corral, conservándose así hasta su reciente demolición.

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2007). Román Rodríguez, Juan Manuel, Vázquez Paz, Jacobo; Carmona tartésica: Excavaciones arqueológicas de Urgencia en el solar nº 20 de la calle Diego Navarro de Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2006.

23. Román Rodríguez, Juan Manuel; Rodríguez Rodríguez, Isabel; Excavación Arqueológica Preventiva en el solar nº 3 de la Plazuela de Juan Facúndez, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2005, en prensa.

24. Román Rodríguez, Juan Manuel; Conlin Hayes, Elisabet; Excavaciones Arqueológicas de Urgencia en el solar nº 2 de la calle Vigas, Carmona, (Sevilla). Memoria Preliminar,1998, Inédito.

25. Román Rodríguez, Juan Manuel; El almacenamiento de grano en Carmona: El horreum de San Blas. En actas del II Congreso de Historia de Carmona: Carmona romana. Carmona 2001.

Anglada Curado, Rocío, Román Rodríguez, Juan Manuel; Excavaciones Arqueológicas de Urgencia en el Colegio de San Blas, Carmona (Sevilla).En Anuario Arqueológico de Andalucía 1998.

26. Román Rodríguez, Juan Manuel; Memoria Preliminar de las Excavaciones Arqueológicas de Urgencia realizadas en el solar nº 2 de la Plazuela de Juan Caballero, Carmona (Sevilla). 2000. Inédito.

27. Román Rodríguez, Juan Manuel; Vázquez Paz, Jacobo; Estructuras prerromanas en el barrio de San Blas: I.A.U. en el solarnº 51 de la calle San Teodomiro de Carmona (Sevilla). Anuario Arqueológico de Andalucía 2003.

28. Angalda Curado, Rocío; Román Rodríguez, Juan Manuel; Lineros Romero, Ricardo; Memoria Final de las excavaciones arqueológicas Preventivas realizadas en el solar nº 1 de la calle Diego Navarro, Carmona (Sevilla). Carmona 2007.

29. Román Rodríguez, Juan Manuel; Memoria Preliminar de las Excavaciones Arqueológicas de Urgencia realizadas en el solar nº 2 de la Plazuela de Juan Caballero, Carmona (Sevilla). 2000. Inédito

30. Román Rodríguez, Juan Manuel, y Belén Deamos, María; Fenicios en Carmona: novedades arqueológicas. En Actas del V Congreso de Historia de Car-mona, Carmona Protohistórica. (Carmona, 2007). Román Rodríguez, Juan Manuel, Vázquez Paz, Jacobo, Lineros Romero, Ricardo; Excavaciones arqueológicas de Urgencia en el solar nº 20 de la calle Diego Navarro de Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2006.

Anglada Curado, Rocío, Román Rodríguez, Juan Manuel, Lineros Romero, Ricardo; Excavación Arqueológica Preventiva en el solar nº 1 de la calle Diego Navarro, Carmona (Sevilla). Memoria. Carmona 2007. Inédito.

31. Román Rodríguez, Juan Manuel, Conlin Hayes, Elisabet; Excavaciones de Urgencia en la calle Dolores Quintanilla nº 6, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 1997.

Román Rodríguez, Juan Manuel, Vázquez Paz, Jacobo; Excavaciones arqueológicas en el solar nº 2 de la calle Calatrava, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2002.

Román Rodríguez, Juan Manuel, Conlin Hayes, Elisabet; Nuevas aportaciones al poblado calcolítico de Carmona: I.A.U. en el solar nº 4 de la calle Calatrava, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2002.

32. Román Rodríguez, Juan Manuel; Enterramientos islámicos en Carmona; I.A.U. en el solar nº 2 de la calle Sor Ángela de la Cruz, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2002.

33. Vasijas similares se han encontrado en tumbas de la Edad del Bronce localizadas en la calle General Freire (Anglada Curado, Rocío, Jiménez Her-nández, Alejandro, Rodríguez Rodríguez, Isabel; Excavaciones en la calle General Freire nº 12, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 1998) y de Plazuela Santiago 5-7 de Carmona (Gómez Saucedo, Trinidad; Excavaciones Arqueológicas en los solares nº 5 y 7 de la Plazuela de Santiago, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2000.

34. Vázquez Paz, Jacobo; Control de los movimientos de tierras en el coto minero de cobre Las Cruces. Sevilla 2007.35. Hunt Ortiz, Mark A.; Vazquez Paz, Jacobo; García Rivero, Daniel; Pecero Espín, Juan C.; Dataciones radiocarbónicas de las necrópolis de la Edad de

Bronce , SE-B y Jardín de Alá (Términos municipales de Salteras y Gerena, Sevilla). En Actas del VII congreso ibérico de Arqueometría. Madrid, 2008

36. Román Rodríguez, Juan Manuel y Belén Deamos, María; Fencicios en Carmona: Novedades Arqueológicas. En Actas del V Congreso de Historia de Carmona; El nacimiento de la ciudad: La Carmona Protohistórica. Carmona 2007. Pg-479-510.

37. Román Rodríguez, Juan Manuel; Rodríguez Rodríguez, Isabel; Excavación Arqueológica Preventiva en el solar nº 3 de la Plazuela de Juan Facúndez, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2005, en prensa.

Román Rodríguez, Juan Manuel; Conlin Hayes, Elisabet; Excavaciones Arqueológicas de Urgencia en el solar nº 2 de la calle Vigas, Carmona, (Sevilla). Memoria Preliminar,1998, Inédito.

Román Rodríguez, Juan Manuel; El almacenamiento de grano en Carmona: El horreum de San Blas. En actas del II Congreso de Historia de Car-mona: Carmona romana. Carmona 2001.

Anglada Curado, Rocío, Román Rodríguez, Juan Manuel; Excavaciones Arqueológicas de Urgencia en el Colegio de San Blas, Carmona (Sevilla).En Anuario Arqueológico de Andalucía 1998.

38. Anglada Curado, Rocío, Lineros Romero, Ricardo, Román Rodríguez, Juan Manuel; Excavación Arqueológica Preventiva en el solar nº 1 de la calle Diego Navarro, Carmona (Sevilla). Memoria Final. 2007.

39. Lineros Romero, Ricardo; Urbanismo romano de Carmona I. En CAREL vol.3, Revista de Estudios locales de Carmona, (2005).40. Estos rebajes han sido documentados en las excavaciones realizadas en los solares nº 1 y 20 de la calle Diego navarro y en las excavaciones en la Casa

del marqués de Saltillo.41. Estos rebajes han sido documentados en las excavaciones realizadas en los solares nº 2 y 4 de la calle Calatrava, y en los nº 6 y 12 de la calle Dolores

Quintanilla.42. Román Rodríguez, Juan Manuel; Enterramientos islámicos en Carmona: Excavaciones Arqueológicas de Urgencia en el solar nº 2 de la calle Sor Ángela de

la Cruz, Carmona (Sevilla). En Anuario Arqueológico de Andalucía 2003.

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ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PUNTUAL ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS EMERGENTES Y SONDEOS ARQUEOLÓGICOS: APOYO AL PROYECTO DE RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA DE SAN EUSTAQUIO SANLÚCAR LA MAYOR (SEVILLA)

JOSé ANTONIO VALIENTE DE SANTIS

Resumen: Nuestra intervención estuvo motivada por la restaura-ción de la Iglesia de San Eustaquio en Sanlúcar la Mayor. Este es un edificio singular que nunca había recibido estudio arqueológico y nuestro objetivo principal que perseguíamos, era completar la in-formación histórica y arqueológica de la evolución arquitectónica de la iglesia.

Abstract: Our intervention was motivated by the restoration of the Church of San Eustaquio in Sanlúcar la Mayor. This is a singu-lar building that never had received archaeological study and our primary target that we persecuted, was to complete the historical and archaeological information of the architectonic evolution of the church.

INTRODUCCIÓN

El motivo de plantear esta Actividad Arqueológica, fue el de apo-yar al proyecto de restauración de la iglesia de San Eustaquio en Sanlúcar la Mayor, Sevilla, que estaba llevando a cabo la Escuela Taller “Iglesia de San Eustaquio II”.

Ante lo inédito de estos trabajos, el objetivo principal que perse-guíamos era completar la información histórica y arqueológica de la evolución arquitectónica de la iglesia de San Eustaquio, mediante el estudio de sus restos conservados y aportar nuevos da-tos derivados de los sondeos. Así, nos propusimos con esta inter-vención los siguientes puntos:

1. Obtener una secuencia estratigráfica y por tanto cronológica de las diferentes fases históricas constructivas, que se documentasen en el inmueble y en el solar que ocupa, agotando el registro ar-queológico del mismo.

2. Documentar los diferentes espacios constructivos, tanto en plan-ta como en alzado, así como el estudio de la evolución de su en-torno más inmediato y en relación con la evolución urbanística del solar respecto a la trama urbana circundante y su relación con el resto de la ciudad.

3. Análisis de los usos históricos a nivel diacrónico y sincrónico de los paramentos.

4. Relacionar las secuencias parciales y sus estructuras asociadas con otros elementos del entorno, tratando de corroborar hipótesis y/o formular principios de actuación para intervenciones futuras.

5. Sacar a la luz estructuras paramentales ocultas.6. Definir indicios de primera ocupación del solar y su marco

cronológico.7. Estudio y análisis del registro artefactual arqueológico, corre-

lacionado con las distintas fases constructivas y niveles sedi-mentológicos, para llegar a dilucidar su valoración cronológica y cultural.

8. Detectar y documentar, si es posible, la probable ubicación del área de necrópolis asociada a la iglesia, así como su cronología.

Ficha técnica de la Intervención ArqueológicaArqueólogo Director: José Antonio Valiente De SantisEquipo de Peonaje: Escuela Taller “Iglesia de San Eustaquio II”.Duración de la Intervención:Del 12 de julio al 15 de agosto de 2004: 1ª fase de excavación arqueológica.Del 27 de septiembre al 25 de octubre de 2004: 2ª fase de exca-vación arqueológica. Del 25 de octubre al 15 de diciembre de 2004: fase de seguimiento de obras de restauración, a cargo de la Escuela Taller “Iglesia de San Eustaquio II”.Del 25 de enero al 20 de abril de 2005: fase de estudio de materiales.

PLANTEAMIENTO DE LA INTERVENCIÓN

En cuanto a la planificación del trabajo, hemos desarrollado una serie de tareas a la hora de dilucidar la proyección histórico-arqueo-lógica del edificio:

a) picado de los muros en su cara exterior eliminando el zócalo de chino tirado, hasta llegar a la fábrica original, al igual que los enlucidos abozados del resto del paramento para su posterior re-posición.

b) desarrollo de la Excavación propiamente dicha.c) estudio de algunos elementos arquitectónicos y ornamentales en

el interior y exterior del edificio.

ANÁLISIS DE UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS

Se han excavado un total de 49.14 m2 repartidos en tres cortes que se describen a continuación:

•sondeo a, localizado también en la fachada norte, a lo largo de esta en dirección este oeste. Fig. 01

Se planteó en paralelo y justo bajo el muro de la iglesia, de forma rectangular en su inicio, con unas dimensiones aproximadas de 11 X 2,50 m. y un área de 22, 54 m2. Tiene dos sectores diferenciados desde un primer momento: sector oeste que correspondería a la parte alta de la plaza y el sector este que correspondería al acerado inferior.

Este corte nos permitió conocer la relación entre el edificio original y los añadidos posteriores que envuelven el ábside, se pretendió encontrar la torre originaria, que según las crónicas estaba hecha con fábrica de hormigón romano y que se derrum-bó, dando pie a la construcción de una nueva que corresponde con la actual.

A él pertenecen las unidades estratigráficas enumeradas de la 01 a la 42.

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Se procedió al levantamiento de los suelos, e inmediatamente nos aparecen las fosas de las tumbas de la zona denominada “La Truji-lla”, que según los datos históricos con los que contábamos, estaba destinada a enterramientos.

En este corte se han documentado seis tumbas con siete individuos, las unidades que pertenecen a contextos de uso funerario, son:

Tumba 1: U.E. 4/7/32, Tumba 2: U.E. 6/23/33, Tumba 3: U.E. 12/34, Tumba 4: U.E. 14/35/39, Tumba 5: U.E. 29/36/41, Tumba 6: U.E. 26/40/37.

En referencia a las cronologías de estos individuos oscila entre los siglos XVI y XVIII.

Aparece también la zapata (UE 16) del edificio anexo, sobre relle-no de fosa de cimentación (UE 27). Todo ello de factura reciente, actualmente el edificio es sede del Consejo de Hermandades de Sanlúcar. El material cerámico de estas unidades, nos enmarca estos edificios en un periodo histórico entorno a los siglos XVIII y XIX.

Respecto de la cimentación de la iglesia la definimos con las uni-dades U.E. 18/21/30, vemos como esta se realizó hacia los siglos XVI a XVIII, realizada a base de ladrillos de taco de 29x14 cm. Dispuestos en aparejo irregular de tongadas de soga y tizón, llegan-do a alcanzar unos 97 cm. de profundidad hasta llegar a clavarse en la tierra natural U.E. 42.

•sondeo b, ubicado en la fachada norte, delante de la puerta. (Fig. 2).

Se planteó en paralelo y justo bajo el muro de la iglesia, de for-ma rectangular en su inicio, con unas dimensiones aproximadas de 4.10 X 2,40 m. y un área de 9,84 m2.

Se abrió a los pies de la “Puerta de Las Trujillas” portada existente en el lateral norte de la iglesia. Este corte nos permitió conocer el origen de la misma, si era original o no y la posible existencia de restos que nos pudieran confirmar la preexistencia de algún edificio previo al que hoy estudiamos.

A él pertenecen las unidades estratigráficas enumeradas de la 101 a la 131.

Las unidades de relleno 103/106/109/110 y 111, nos marcan una horquilla cronológica que abarca desde periodos contemporáneos, hasta los siglos XV y XVI.

Respecto de la cimentación de la iglesia la definimos con las unidades U.E. 108/104/120/129/130, vemos cómo esta se rea-lizó hacia los siglos XVI a XVIII, realizada a base de ladrillos de taco de 29x14 cm. Dispuestos en aparejo irregular de tongadas de soga y tizón, llegando a alcanzar unos 97 cm. de profundidad hasta llegar a clavarse en la tierra natural U.E. 131. La zapata en este punto hace un doble estrechamiento, desde la base hacia la mitad mantiene una dimensión que se va estrechando a medi-da que se alza y al llegar a cota de solería se vuelve a estrechar, dando paso a las dimensiones de los muros, que será entorno al metro.

Figura 1.

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1053

En este punto, debemos mencionar como se refleja en el apartado gráfico, el recrecimiento que ha tenido la solería de la calle y a la vez el acceso a la iglesia de alrededor 50 cm, obligando a la construc-ción de un peldañeado nuevo más alto.

En este corte se han documentado tres tumbas y un osario con restos de varios individuos, las unidades que pertenecen a contextos de uso funerario, son:

Tumba 1: U.E. 113/121/125, Tumba 2: U.E. 115/122/126, Tumba 3: U.E. 116/123/127, Osario: U.E. 114.

Se concentra el osario, debajo de la tumba 1 pero en realidad todo por todo el corte encontramos dispersión de huesos sin forma, lo que nos indica una reutilización masiva de esta zona como lugar de enterramientos, aproximadamente desde la fundación de la iglesia hasta el siglo XVIII.

•sondeo c, se ubica en la fachada oeste entre la portada principal y la torre. (Fig. 3)

Se abrió al dar por finalizados los otros dos anteriores, se ubicó en la fachada principal entre la Puerta del Perdón y la Torre Campana-rio edificada en el Siglo XVIII, tras demoler la otra que se mantenía en estado ruinoso.

El motivo de abrir este corte era comprobar la originalidad de la portada y sus posibles remodelaciones. Al igual que estudiar como se relacionaba el cuerpo del campanario con el edificio.

Con unas dimensiones aproximadas de 4X3 m. y un área de 12 m2.

A él pertenecen las unidades estratigráficas enumeradas de la 200 a la 218.

Inmediatamente nos aparece la cimentación de la Torre U.E. 202 y los primeros niveles de relleno U.E.203 y 215 en los cuales y ante la experiencia de los otros cortes anteriores, nos aparecerán los res-tos funerarios uno encima de otro.

Respecto de la cimentación de la iglesia la definimos con las uni-dades U.E. 209 y 217, vemos como esta se realizó hacia los siglos XVI a XVIII, realizada a base de ladrillos de taco de 29x14 cm. Dispuestos en aparejo irregular de tongadas de soga y tizón, llegan-do a alcanzar unos 91 cm. de profundidad hasta llegar a clavarse en la tierra natural.

En este corte se han documentado diez tumbas con unos doce individuos, la mayoría son niños y neonatos de muy corta edad y escasa conservación de los restos óseos. Los enterramientos se orientan todos en dirección este – oeste. Las unidades que pertene-cen a contextos de uso funerario, son:

Tumba 1: U.E. 204/219, Tumba 2: U.E. 205/220, Tumba 3: U.E. 206/221. Tumba 4: U.E. 207/222/223, Tumba 5: U.E. 208/224, Tumba 6: U.E. 210/225, Tumba 7: U.E. 211/226/227, Tumba 8: U.E. 212/228, Tumba 9: U.E. 232/229, Tumba 10: U.E. 214/230, Tumba 11: U.E. 216/231.

En referencia a las cronologías de estos individuos oscila entre los siglos XVI y XVIII.

•sondeo d, estaba proyectada su ejecución en la fachada sur del edificio delante de la puerta de acceso por ese lado.

Sus dimensiones serían de 4,35 X 3,50 m. Este último, por mo-tivos ajenos a esta dirección y consensuado en este respecto con el arqueólogo Inspector, no se ejecutó su excavación arqueológica.

Figura 2.

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METODOLOGíA DE LA INTERVENCIÓNLas numerosas remociones de infraestructuras y paramentos, así

como las demoliciones, reconstrucciones y reaprovechamientos, expresan la necesidad de contar con unos métodos y técnicas de trabajo arqueológico capaces de solucionar esta problemática, reba-sando de esta manera el simple hecho de rescatar objetos de interés arqueológico e histórico, para crear mediante un sistema de registro e interpretación, una visión lo más aproximada posible a la realidad histórica que aconteció en el espacio concreto del edificio objeto de estudio.

Esta estrategia de trabajo pasa, fundamentalmente, por las pro-puestas metodológicas desarrolladas por E.C. Harris (1), adaptadas específicamente más tarde por A. Carandini (2).

Por lo que respecta al sistema de registro, hemos utilizado fi-chas de campo, dos en total, adaptadas a nuestras necesidades de documentación:

•laprimerarecogiótodalainformaciónconcernienteacadauni-dad estratigráfica: ubicación, relación estratigráfica con las unida-

Figura 3.

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des inmediatas, descripción física, descripción estructural y técni-ca, material arqueológico asociado, etc.

•lasegundareflejalosdatosrelativosalmaterialarqueológicoapa-recido durante la excavación, especialmente el cerámico, relacio-nando éste con la unidad donde se halle, todo lo cual nos facilita obtener un detallado catálogo del material debidamente clasifica-do, descrito y dibujado.

DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA Y ESTILíSTICA DEL EDIFICIO

La iglesia de San Eustaquio se enclava estilísticamente dentro del mudéjar sevillano. Se trata de una iglesia de tres naves, la central más ancha y alta que las laterales. Las naves se separan median-te pilares de sección cruciforme sobre los que se apoyan los arcos apuntados.

Las dimensiones de la iglesia son de 23,15 metros en la fachada de los pies, y de 18 metros por la parte de la cabecera. Esta diferencia se debe a la construcción de la Capilla del Sagrario, probablemente del siglo XVIII. De largo la iglesia mide 36,75 metros. Las naves la-terales tienen un ancho de 4,30 metros mientras que la central es de 9,40 metros (3). Destacar que el espectador al entrar en el edificio, nota un desnivel desde los pies hacia el altar mayor, posiblemente realizado adrede escenificando la ascensión espiritual y la suprema-cía de Dios sobre los mortales.

Su fábrica se pensaba que era de ladrillo al completo enlucido por mortero de cal y luego encalado, salvo las portadas que irían decoradas con colores aplicados directamente sobre el ladrillo, pero no es así, tras la intervención arqueológica hemos observado que de fábrica de ladrillo son tan sólo las portadas y los zócalos de los para-mentos y las esquinas de estos en toda su altura, el resto de los pa-ramentos está realizado a base de cajones de tapial de dimensiones irregulares, los cuales se rematan con un enlucido de mortero de cal muy deteriorado y encima cubierto con capas de cal, costumbre que posiblemente se aplique desde las épocas de las pestes, que en este municipio hicieron diezmar considerablemente a la población dejándola en una ocasión en quinientos habitantes.

El ábside es poligonal y se cubre con bóveda sexpartita al interior, cuyas nervaduras deben de estar realizadas en fábrica de ladrillo y policromada hasta la base. Tras una inspección en el presbiterio he-mos descubierto que dicha policromía existe, si bien bajo las innu-merables capas de cal que la cubren, son como pinturas al fresco de colores azules y marrones. Por la parte de detrás del retablo mayor, se aprecia como las nervaduras están policromadas visiblemente y entre ellas hay paños de yeserías también policromadas, al estilo de los que quedan en la iglesia de San Pedro. La escalinata de acceso al altar mayor está decorada con azulejos de cuerda seca del siglo XV y de arista del S.XVIII.

Al exterior aparece rematado con almenas y con gruesos contra-fuertes en cada ángulo del polígono. Además se observa un ventanal ojival, con arquivoltas, bífido, de estilo gótico, y un óculo polilobu-lado en la parte superior. También adosado al ábside se encuentra un pequeño torreoncillo que da acceso a la cubierta de este y que posiblemente sea parte de la torre antigua, en un dintel de esta es-calera se encuentra la lápida fundacional ya descrita. Los primeros datos que conocemos sobre la historia del ábside son del S. XVIII

y son debidos a las obligatorias reformas que se deben realizar por las humedades provenientes de las cubiertas. Estos datos proceden de archivos religiosos.

Tras nuestro examen del interior del edificio, debemos mencionar además, que todas las paredes estaban decoradas con pinturas mu-rales, de las cuales se pueden observar escudos de armas que supo-nemos de las familias benefactoras de la iglesia de San Eustaquio, son posiblemente del S. XVIII por la estética. Otros elementos a resaltar son las pilas de agua bendita que se adosan a los pilares que separan las naves y que son dos mitades de dos pilas de abluciones islámicas con inscripciones en sus bordes, están encastrados a la pared y bajo ellos ahí dos pilaritos actualmente encalados pero que en su momento estaban policromados de azul añil.

Fachada Oeste o de los pies

Esta portada, también conocida como Puerta del Perdón, parece el resultado de recortar en líneas rectas, lo que en un principio fue un arco de herradura apuntado, igual que el arco que lo inscribe. Se remata con una cornisa, que se une a la fachada del edificio en forma de rampa a un agua, que sólo se rompe en el centro y en los extremos por el hecho de situar en ellos unos pequeños pilaritos sobre los que se ubican unas agujas cerámicas. De esta manera, la portada se separa de la línea de fachada, lo que hace a muchos au-tores suponer que la portada que vemos actualmente esconde detrás de ella la portada más primitiva, de la que formaría parte el arco de herradura ya descrito.

La portada estuvo decorada con tonos ocres y caldera, que poste-riormente se retiraron dejando el ladrillo visto, como está actual-mente, para darle una estética más mudéjar. Otro hallazgo realizado en el transcurso del seguimiento de las obras es la aparición en la cornisa que remata la portada de dibujos de grecas y bandas de colores almagra, negro y ocres, se encontraban tapados por capas de cal y se conservaban en buen estado, pero a falta de fondos y aconsejados por un restaurador de pinturas murales, se han dejado tapados por otra capa de cal que lo ayuda a conservar hasta que se restauren las pinturas.

En cuanto al resto de la fachada resaltar un óculo encima de la portada y una ventana de arco ojival hacia la derecha, la cual hubo de tener una paralela al otro lado de la portada hoy perdida tras la construcción de la torre en el S.XVIII. De estos elementos resaltar que estaban pintados en color amarillo albero y que en esta fase se ha eliminado y se han dejado en color almagra que sería el pri-mitivo. Otro hallazgo fue la aparición en la esquina derecha de la fachada de una columna de mármol con basa y capitel de sillarejo de piedra alberiza, este elemento se ha dejado descubierto en esta fase de obras.

Fachada Sur o de la Epístola

La portada queda en la línea de la fachada y queda además apa-rentemente desplazada tras la construcción de la capilla dedicada a Nuestra Señora de Fuentes Claras, de finales del XVIII.

Resulta una portada realizada en ladrillo y compuesta por un al-fiz que enmarca el conjunto compuesto por dos arcos uno dentro de otro. De tal manera que el alfiz está rehundido de la línea de

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fachada, es muy esbelto y está decorado con ladrillos moldurados con forma de puntas de diamante. Inmediatamente aparece un arco lobulado, cuyos lóbulos sólo aparecen señalados por el cambio cromático que marca la argamasa de los lóbulos de la arcada y el ladrillo del resto de la portada. Hay que resaltar que las comisuras o dentados en la unión de cada lóbulo aquí están taponados. En la clave del arco aparece un sillarejo cortado a la medida. Dentro de este aparece otro arco apuntado que en un principio debió ser de herradura, al igual que en las otras portadas.

Esta portada al igual que las otras debió estar policromada, si bien su eliminación en reformas posteriores, fue bastante exhaustiva y no se conservan huellas apenas.

Como elemento decorativo de la fachada tan sólo se encuentra un pequeño óculo.

Durante los trabajos de restauración en esta fachada tuvimos la suerte de apreciar dos hallazgos inéditos, el primero fue la aparición en la esquina derecha de la fachada de otra columna con basa y capitel de piedra alberiza igual que en la fachada del Perdón. Y el segundo fue la aparición de un reloj de sol con su policromía entre la portada y la esquina derecha. Ambos hallazgos se han quedado visibles.

Fachada Norte o del Evangelio o Puerta de Las Trujillas

La portada está compuesta por un alfiz pronunciado que enmarca el resto del conjunto compuesto por dos arcos uno lobulado que enmarca a uno que debió de ser de herradura y que fue posterior-mente rebajado creando un arco apuntado.

Está realizada en ladrillos, que debieron estar policromados en almagra, como las otras portadas y que por el mismo motivo no nos ha llegado la policromía.

Hay que resaltar que tras la Intervención Arqueológica, podemos decir que en principio la portada parece originaria y que salvo el recorte del arco de herradura y la eliminación de la policromía se mantiene tal y como se diseñó en un principio. Debemos destacar que la solería del interior del edificio se ha elevado alrededor de unos 0,50 metros sobre la cota originaria, ya que el escalón último de acceso a esta portada se ve que es un añadido posterior a su construcción.

Como motivo ornamental de esta fachada destacar la existencia de un óculo siguiendo el esquema de las demás fachadas.

La torre actual, está situada a los pies de la iglesia, en su lado izquierdo, es de forma cuadrangular y realizada en ladrillo, tiene dos cuerpos y está rematada con un chapitel decorado con azulejos azules y blancos, según proyecto de Pedro de Silva de la segunda mitad del siglo XVIII. En su exterior estuvo decorada con grecas y roleos que aunque muy gastados en su policromía, se pueden observar aún, son detalles de estilo barroco.

En esta restauración se ha rescatado el peldañeado de acceso de la torre y los mamperlanes de madera, también se ha arreglado la cubierta que da acceso al campanario y se ha encalado todo su in-terior. Las caras exteriores de la torre se restaurarán en próximas campañas.

NOTAS

1. E.C. Harris, Principios de estratigrafía arqueológica. Barcelona, 1991.2. A.Carandini, Storie dalla Terra. Manuale dello scavo archeologico, Bari, 1981.3. Mediciones realizadas por D. Fernando Vázquez para el proyecto de la Escuela Taller “Iglesia de San Eustaquio II”.

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Figura 4.

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Lámina I. Corte A Vista General. Se aprecia el suelo u.e.8.

Lámina II. Corte A. Tumba 6.

Lámina III. Corte A u.e. 35 y zanja de cimentación de la iglesia.

Lámina IV. Corte B. Tumba 1.

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Lámina V. Corte B. Vista General tras haberse levantado todos los enterramientos.

Lámina VI. Corte B. Detalle de Zapata de la Iglesia y cimentación sobre suelo natural y recrecido del peldañeado.

Lámina VII. Corte C. Tumba 1 y cimentación de la Torre

Lámina VIII. Vista General tras haberse levantado los dos niveles de enterramientos.

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PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA DEL TRAZADO DEL GASODUCTO ENTRE LOS SONDEOS MARISMAS C-5 Y MARISMAS C-7 (T.M. DE PILAS) Y LA CERCA-1 (T.M. DE AZNALCÁZAR) SEVILLA

JUANA CALLE PARDO

El Proyecto de Obra Civil GASODUCTO MARISMAS C-5 y MARISMAS C-7 en Pilas, y LA CERCA-1 en Aznalcázar, tiene como objeto el trazado y conexión de dichos pozos mediante un ga-soducto que canalice el gas.

La traza del gasoducto cuenta con una longitud total de 4.319 me-tros lineales, de los cuales 2276 metros discurren por el término mu-nicipal de Pilas, 2.042 metros entre los términos de Pilas y Aznalcá-zar. El gasoducto se emplaza sobre terrenos rústicos.

La composición de los terrenos es uniforme, responden a depósitos aluviales pertenecientes al Cuaternario-Plioceno, con la presencia a lo largo del trazado de arenas muy finas de tonalidad clara a rojiza con escasa arcilla. De relieve alomado, en la actualidad se presentan rotura-dos con cultivos de cereal y olivar con riego por goteo y otros frutales. Discurriendo el trazado entre arroyos, siendo el más importante el

Alcarayón el cual es tributario del río Guadiamar, afluente por la margen derecha del río Guadalquivir.

El presente estudio ha consistido en una prospección arqueológica superficial del trazado del gasoducto sobre una franja de 20 metros repartidos a ambos lados del eje, con el objeto de evaluar, delimitar y verificar el posible grado de afección a algún yacimiento arqueológico, elemento etnográfico o arquitectónico en las zonas a modificar por las obras, con el objeto de aplicar las oportunas medidas correctoras.

A lo largo del trazado prospectado se han constatado restos arqueo-lógicos superficiales en la parcela 34 del polígono 17 de Rústica de Pi-las, con restos constructivos (tegulas, opus caementicium, ladrillos etc.) y fragmentos cerámicos (t. Sigillata) de época romana, que correspon-den con el yacimiento incluido en la carta arqueológica con el código 41/075/0029 y denominación “CORTIJO DE JABACO”.

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INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA DE APOYO A LA REHABILITA-CIÓN DE LA PUERTA DE LA PESCADERÍA (AZNALCÁZAR, SEVILLA). PRIMERA FASE DE INVESTIGACIÓN

MARCO ANTONIO GAVIRA BERDUGO

Resumen: En el presente artículo exponemos los resultados preli-minares obtenidos tras la primera fase de intervención sobre el edi-ficio conocido como “Puerta de la pescadería” (Aznalcázar, Sevilla). Por medio de la metodología del estudio paramental hemos preten-dido estudiar el edificio desde una perspectiva diacrónica estable-ciendo una completa secuencia arquitectónica desde su fundación en época almohade hasta la actualidad, de cara a su restauración y rehabilitación.

Abstract: In this article we expose the preliminary results ob-tained after the first phase of intervention on the building known as “Puerta de la Pescadería” (Aznalcázar, Seville). Through the par-

amental studio methodology we tried to investigate the building from a diachronic perspective establishing a complete architectural sequence since its founding in Almohad period to the present, for its restoration and rehabilitation.

Résumé: Cet article présente les résultats préliminaires obtenus après la première phase d’intervention sur le bâtiment connu sous le nom de “Puerta de la Pescadería” (Aznalcázar, Séville). Grâce à la méthodologie d’enquête paramental nous avons essayé d’étudier la construction d’un perspective diachronique instituant une séquence architectonic complète depuis sa fondation en époque almohade à la présente, pour sa restauration et la réhabilitation.

Figura 1.

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INTRODUCCIÓN

Esta Intervención Arqueológica Puntual es previa y subsidiaria de un proyecto básico de rehabilitación desarrollado por los arqui-tectos Dª. Manuela Pérez Romero y D. Jesús Ávila Martínez, por encargo de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de An-dalucía. Dicho proyecto responde a su vez a la petición del Excmo. Ayuntamiento de Aznalcázar (Sevilla) motivada por las pésimas condiciones de conservación en las que se encontraba el edificio tras su abandono por parte de la Guardia Civil.

El inmueble objeto de nuestro estudio es conocido popularmente como Arquillo de la Pescadería o Puerta del Arquillo y se encuentra ubicado en el extremo occidental del casco histórico de la localidad de Aznalcázar (Fig. 1). Inserto en el cinturón murario de origen is-lámico que delimita dicho sector, a los pies de la mota denominada del Alcázar, en la estribación occidental del promontorio sobre el que se extiende la población, domina desde su posición el valle del río Guadiamar y la vecina localidad de Pilas.

Queda delimitado al norte por las actuales dependencias del puesto de la Guardia Civil, -formando parte de la misma parcela urbana- y la plaza de la Iglesia de S. Pablo. Al este, las calles S. Pablo y del Alcázar. Al sureste se encuentra la ya citada mota del Alcázar y al oeste, tras una serie de fincas urbanas particulares, la

cuenca o depresión del río Guadiamar. El conjunto formado por nuestro edificio y la cerca islámica gozan de la declaración BIC (RI-I-0008110).

DESCRIPCIÓN Y ZONIFICACIÓN DEL INMUEBLE

Nuestro edificio forma parte de un conjunto arquitectónico cuyo propietario titular es el Excmo. Ayto. de Aznalcázar, habiendo sido cedido en uso a la benemérita institución desde 1914 (1). Se levan-ta sobre un plano de topografía irregular entre las líneas de nivel 55,00 y 60,00 msnm. Este complejo lo conforman las siguientes edificaciones (Fig. 2): Edificio Principal (EP) situado en el frente suroccidental del solar. Consta de dos plantas y cubierta de teja a dos aguas; Edificio Anexo 1 (EA1) adosado a la fachada oriental del EP, consta de una sola planta con vestíbulo y fachada hacia el este, quedando cubierto por tejado a dos aguas; Edificio Anexo 2 (EA2), adosado al anterior por su flanco norte, tiene dos plantas y es cubierto por la prolongación de la vertiente norte de la cubierta del EA1; Edificio Norte o Puesto de Guardia Civil, que se levanta exento sobre el frente nororiental de la parcela. La finca se articula en torno a un Patio central desde el que se puede acceder a todas las edificaciones antes vistas. De todos estos ámbitos sólo quedan implicados en el proyecto de rehabilitación los situados al sur del patio (Fig. 3) puesto que el Edificio Norte sigue ocupado por la Guardia Civil.

Figura 2. Ubicación del edificio. Planta general y alzados.

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Edificio Principal. De planta cuadrangular y orientación E-W, ocupa un área de 195 m2. En cuanto a su distribución podemos distinguir entre dos plantas:

Planta Baja

De menor área interior que la planta superior debido al grosor de sus paredes, diferenciamos cuatro hábitat independientes y de diversa funcionalidad. De este a oeste:

-Planta Baja Oriental (PB o Caballerizas). Se accede desde el patio interior a través de un vano abierto sobre el muro. Con un área total de 38,3 m2 es dividida por una pared maestra, según el eje longitudinal del edificio, en dos crujías cubiertas por sendas bóvedas de medio cañón re-bajado y comunicadas entre sí por dos vanos abiertos sobre dicha pared. En la Crujía sur, de mayor perímetro, se abre una ventana que asoma a la fachada meridional y presenta una solería de ladrillos a 57,37 msnm. La Crujía norte está pavimentada con un derretido de cemento a 57,86 msnm. Ambas estancias presentan una serie de revocos y encalados parie-tales siendo el más superficial de cal blanca. Además, sobre el paramento occidental (Par. C) se apreciaba la existencia de una puerta de fábrica de ladrillo, actualmente tapiada, con marcados rasgos islámicos.

Figura 3. Plantas baja y alta. Estructuras almohades (sombreado claro) y del pósito (sombreado oscuro).

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•Tránsito 1. Espacio existente entre la portada islámica que se distingue en el interior de la PB y la que podemos observar en el Pasaje que cruza el edificio de norte a sur (Lám. I).

•Pasaje abierto al tráfico rodado que cruza nuestro edificio de nor-te a sur a nivel de calle (Lám. 2). Presenta en su desarrollo longi-tudinal tres arcos de medio punto, dos bóvedas de medio cañón y otra rebajada (la más septentrional).

•Cárcel, en el extremo occidental de esta planta baja. Consta de dos estancias idénticas de unos 7 m2 cada una, divididas por un muro que presenta la misma orientación que la pared maestra de la PB. Posee una solería de losa hidráulica a 57,06 msnm. y un fal-so techo de caña y escayola. Destaca la diferencia de grosor de los muros N, W y S con respecto al oriental y al que divide el ámbito en dos. Los acabados parietales son de mortero de cal y cemento en algunos casos, bajo capas de cal y pintura plástica.

Planta Alta

•PósitooplantaaltadelEP. Sus muros cierran un área interior de 150 m2. Como en la planta baja, queda dividida en dos cru-jías -norte y sur- por medio de una línea de seis pilares de plan-ta cuadrangular que soportan cinco arcos de medio punto que funcionan como lomo de la armadura que cubre el edificio a dos vertientes. Originalmente diáfano, su espacio se encuentra actualmente dividido en habitaciones por medio de tabiques, cubiertas con un falso techo de caña y escayola y pavimentado con losas de terrazo a 63,30 msnm.

Edificio Anexo 1. Adosado al frente oriental del EP, queda divi-dido en dos crujías:

•LaprincipalymásespaciosaquellamaremosEA1, tiene un área de 41 m2 cubierta por una armadura de pares de madera sobre parhilera de viga de hierro.

•Vestíbulo. De planta alargada y 14,1 m2. Actualmente está co-municado con la estancia anterior por una puerta abierta ex pro-fesso sobre el muro medianero. Queda cubierto por una azotea sin acceso.

Sendas crujías están pavimentadas con la misma solería de terrazo a una cota homogénea de 62,78 msnm.

Edificio Anexo 2. Con una superficie de 21,6 m2, posee dos plantas y es cubierto por la prolongación del maderamen del EA1. Presenta la misma solería de terrazo a 62,08 msnm y sirve actualmente de paso entre el patio y los EP y EA1, a través de una escalera.

Pie de amigo. Construcción de fábrica de ladrillo de 7,40 m. de alto por 3,85 m. de longitud y 0,85 m. de espesor. Se apoya sobre la fachada norte del EP en su extremo más oriental.

ANTECEDENTES HISTORIOGRÁFICOS

Nuestro punto de partida a la hora de abordar el estudio de este singular edificio fue el Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla (2). En esta obra, por lo que se refiere a la Puerta del Arquillo de Aznalcázar, sus autores identifican una serie de fases constructivas “claramente identificables” basado so-bre todo en criterios puramente estilísticos y de la historia del Arte:

•Fase Romana. Es la fase fundacional del edificio y se corres-pondería con una de las puertas de acceso a la antigua Olontigi, citada por Plinio y acuñada en los hallazgos numismáticos de la zona (OLONT, OLVNT, LONT, OL). Según los autores del Catálogo “La puerta ofrece en su trazado general las caracte-rísticas romanas, teniendo sus dos entradas, exterior e interior, en el mismo eje y formadas por arcos de medio punto unidos por bóvedas de cañón seguido. A la izquierda de la entrada hay un macizo o saliente que debió pertenecer a una torre de flan-queo”. Este eje se correspondería con el actual Pasaje abierto al tráfico y la Torre es la que se adosa al edificio a la izquierda del vano sur de dicho pasaje (Lám. III).

Lámina I. Vano interior del Tránsito 1 de la torre-puerta.

Lámina II. Vista intramuros del Tránsito 2 de la torre-puerta.

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• Fase islámica. Con la dominación musulmana, esta puerta se va a dotar de un nuevo planteamiento estructural más acorde con la nueva realidad cultural. “[Dentro del Pasaje, en su frente oriental, se abrió] ... un arco de ojiva túmida de tipo almohade (Lám. I), con su arrabaa y en las impostas los característicos modillones cor-dobeses (...) para acomodar la puerta romana al peculiar sistema árabe de entrada acodada; también pertenece a la reforma musul-mana el último arco, hacia el interior de la villa, que es también de ojiva túmida”. A pesar de esto no queda clara la estructura y orientación de la puerta en época islámica.

• Fase del Pósito. Sólo se cita que allí fue ubicado el pósito de la villa sin concretar nada más.

•Fase de acuartelamiento. En el momento de la publicación del Catálogo el edificio estaba siendo utilizado en parte como Cuartel de la Guardia Civil y como Matadero municipal.

PLANTEAMIENTO DE LA ACTIVIDAD YMETODOLOGíA

El propósito de esta intervención fue un primer acercamiento al edificio en su conjunto con el fin de conocer y documentar sus características arquitectónicas, establecer una evolución diacrónica de las mismas y comprobar el grado de afección que suponen estas fases con respecto a la estructura original.

Dada la complejidad y dimensiones que presenta el inmueble y los condicionantes propios de toda intervención arqueológica como son el tiempo y el presupuesto, la estrategia de actuación adoptada por esta dirección se ha basado en una selección exhaustiva de los ámbitos o áreas a estudiar con metodología arqueológica con el fin de racionalizar en la medida de lo posible nuestras limitaciones.

La metodología desarrollada ha consistido en un estudio para-mental de ciertos muros en planta baja y alta, complementada por la ejecución de una serie de catas sobre la solería en la planta alta. En otros casos se han efectuado pequeñas actuaciones sobre para-mentos destinadas a solventar cuestiones puntuales que ayudarían a obtener una imagen global del edificio en cuanto a su fábrica y cronología, sin tener que intervenir sistemáticamente en toda su superficie. Según este planteamiento se ejecutaron las siguientes actuaciones:

• Estudio Paramental. (Fig. 3) Fueron picados y documentados con metodología arqueológica los cuatro paramentos interiores que delimitan la PB o Caballerizas (Paramentos C, D, E y F), las dos caras de la pared maestra que divide esa estancia en dos crujías (Paramentos G y H), así como sendos lados de la pared que es medianera entre el Edificio Principal del Pósito y el EA1 en planta alta (Paramentos A y B).

• Realización de Catas en planta alta. (Fig. 3) Excavadas con me-todología arqueológica, debemos diferenciar en cuanto a los obje-tivos entre: Cata I ubicada en la estancia conocida como Vestíbu-lo. Su finalidad es la documentación y caracterización del terreno subyacente que provoca el desnivel existente entre el EA1 y la cota de calle inmediatamente exterior. Las Catas II-V se realizan en el ámbito del Pósito como apoyo a los estudios paramentales con el fin de documentar las fases constructivas del mismo, su relación con las estructuras anteriores (fase islámica) y con las posteriores (EA1 y EA2).

RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN

FASE I. Fundación islámica

Las estructuras de clara factura islámica se sitúan en la planta baja y se caracterizan por conformar muros de gran espesor –más de 2,00 m.- con fábricas de tapial o ladrillo. A continuación las anali-zaremos individualmente (Fig. 3).

1. Fachada Norte del EP a nivel de planta baja. Se trata de una pared de 19,50 m. de longitud y un espesor mínimo de 2,20 m. Su fábrica es de tapial cuyas agujas presentan una distribución aproximada y variable de 0,80-0,90 m. en horizontal y 0,80-0,85 m. en vertical. El material es bastante consistente aunque por cau-sa del tiempo y el abandono ha perdido gran cantidad de masa en su paramento sur sobretodo. Mientras que en su extremo oriental, a la altura del pie de amigo, presenta un quiebro en dirección sur, nada sabemos de lo que ocurría en el extremo opuesto (3). Por lo que se refiere al tramo coincidente con el Pasaje, o como hemos denominado Tránsito 2, desconocemos su fábrica que bien podría ser de ladrillo en el caso de que este vano hubiera sido abierto ex professo sobre el paramento islámico.

2. Paramento E. Es el que cierra por el este la estancia PB o Caballe-rizas. Este paño tiene una longitud de 10,50 m. y un espesor de 2,20 m. tal y como pudimos comprobar en las catas II, III y IV (Fig. 3). Su fábrica es de tapial cuyas agujas se distribuyen a razón de 0,80 m. en horizontal y 0,80-0,90 m. en vertical. Queda delimitado en su extremo sur por un pilar de ladrillos de pasta rojiza tomados con mortero de cal muy pura y compacta. Desconocemos su desarrollo a partir de aquí aunque proponemos un quiebro al este, hacia el frag-mento de tapial que pudimos documentar en la Cata I (UE-116) sobre el que descansa el muro achaflanado del Vestíbulo.

3. Pared que cierra por el W la Cárcel. Se trata de un paño de ta-pial de 9,90 m. de longitud y 1,85 m. de espesor. Podemos supo-ner que ha perdido gran cantidad de masa por su cara occidental, puesto que por aquí presenta un forro de ladrillos de época mo-derna. Este muro se adosa o traba con el tramo 1 perpendicular, visto anteriormente. Además presenta una puerta abierta en época reciente y que rompe funcionalmente la estructura.

4. Fachada meridional del EP en planta baja. Nos referimos al tramo coincidente con el gran arco de medio punto. Se trata de un paño de 12,40 m. de longitud por 2,25 m. de espesor que

Lámina III. Vista de la fachada sur del edificio objeto de estudio.

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conforma con el anterior un ángulo recto. Es roto por la construc-ción de ese gran arco que debemos ubicar cronológicamente en el momento de la construcción del Pósito y la apertura al tránsito de este Pasaje (4).

5. Pared medianera entre el Pasaje y la estancia PB o Caballeri-zas. Este paño mide 8,10 m de longitud y 2,60 de espesor. Aun-que externamente domine claramente la fábrica de ladrillo (28 x 14 x 4,5 cm.), no podemos asegurar que ocurra lo mismo en su interior, pudiendo presentar un núcleo de tapial. Por lo que respecta a su desarrollo vertical desconocemos la cota de arranque –por debajo de la solería actual de la estancia PB- mientras que sabemos que su cota superior no supera los 63,02 msnm., como pudimos comprobar en la Cata V, fruto del desmoche y sanea-miento para la instalación del pavimento del Pósito en la planta alta (Fig. 4).

Interpretación. Las fábricas y elementos constructivos identifica-dos como almohades, conforman un recinto de planta cuadrangular adosado o más bien encastrado (5) al paramento exterior de la cerca

medieval que rodea el antiguo caserío de la ciudad de Aznalcázar. Podemos diferenciar así entre dos elementos defensivos diferentes, conjugados de manera eficaz para facilitar la protección de uno de los accesos más importantes de la medina islámica.

1. Por una parte, identificamos las estructuras 1 y 2 vistas en la fig. 3 como parte de la cerca medieval, ambas fabricadas en tapial y con un espesor de 2,20 m. Desconocemos su altura total por no haber sido intervenido el subsuelo del inmueble, aunque sí sabemos que se encuentran desmochados a una cota absoluta de 63,00 msnm. Conforman sendos paños un ángulo de 90º, rompiendo de forma drástica la uniformidad que caracteriza nuestra cerca. ésta se conser-va parcialmente a lo largo del parcelario local quedando fosilizado su trazado en los polígonos 19-36230, 20-36232, 21-37240 y el entor-no de la Iglesia y Plaza de S. Pablo. El espacio que encierra tiene una planta más o menos alargada con orientación NE-SW, coincidiendo con la zona más elevada del enclave (Fig. 5). El material constructivo básico es el tapial, lo cual explicaría el pésimo estado de conserva-ción del recinto en general. Por lo que se refiere a los elementos de

Figura 4. Estudio del Paramento C de fachada exterior de la torre-puerta.

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flanqueo, sólo se conserva una torre de planta cuadrangular y 5 m de longitud (Polígono 20, parcelas 09 y 10) adosada a un paño de 17 m, además de nuestra puerta del arquillo.

2. La única puerta de ingreso a la ciudad conservada, o al menos constatada, es la que conforman las estructuras 3, 4 y 5 de nuestro edificio (Fig. 2). Adosadas al paramento sur del muro 1, conforman un recinto de planta cuadrangular, cuyas dimensiones interiores son de 5,25 x 7,50 m. Su fábrica es de tapial (2,20 m. de espesor) excepto la pared oriental donde domina el ladrillo (2,60 m.). Este espacio es concebido como una gran torre de flanqueo que inte-gra un acceso. éste se resuelve por medio de dos vanos abiertos ex professo, uno sobre la estructura 5 y otro sobre la 1. El primero o Tránsito 1 presenta una doble fachada, interior y exterior (Lám. I y Fig. 4, respectivamente) de idénticas características, consistiendo su esquema compositivo (6) en un arco de herradura con clave de cantería (UE-C09) enmarcado por un alfiz (UE-C10); la imposta, ocupada por sendos modillones de cantería (UUEE-C07 y C08), descansa sobre dos mochetas (UUEE-C05 y C06) cuyo arranque queda por debajo de la rasante actual. Entre las dos fachadas queda un habitáculo cubierto por bóveda de medio cañón en cuyo inte-rior batían las dos hojas de un portón de madera, cuyas quicialeras altas (dos fragmentos de columnas de mármol blanco perforadas y empotradas tras el arco C09) permanecen instaladas sobre la fa-chada exterior. Toda la fachada es cubierta por un morterillo de cal fina y color anaranjado (UE C-12) que rellena los tendeles y llagas de la fábrica original, proporcionándole una superficie homogénea y lisa. Sobre esta superficie, aún fresca, se practicaron hendiduras o vitolas siguiendo los tendeles o llagas horizontales. Con esta técnica se marca también el despiece del dovelaje del arco de herradura.

El segundo vano o Tránsito 2, transitable en la actualidad, pre-senta notables variaciones con respecto a su estado original. A pe-sar de esto, existen ciertos indicios que nos hacen pensar en un esquema estilístico parecido al anterior. Por un lado, presentan las mismas dimensiones –la luz que abren las puertas 1 y 2 es de 2,80

m. Se hace igualmente patente la presencia de piezas de cantería –dos quicialeras altas, actualmente inutilizadas (ver Lám. II. So-bre el primer arco). Además, a pesar de las refacciones posteriores, se vislumbra la presencia de sendos pares de mochetas que, como en el caso anterior, encierran un espacio sobre el que podían reple-garse las hojas abiertas de otro portón de madera (7).

Se trata pues de una puerta de ingreso del tipo Torre-puerta de eje acodado con doble quiebro, primero a la izquierda y luego a la derecha (Fig. 5). El acceso a su interior se produciría desde el llamado Tránsito 1, de fachada perpendicular al lienzo de muralla, obligando a cualquiera que pretende su ingreso a mostrar su lado derecho desprotegido (8). Como vemos en la ilustración, para po-der acceder al interior de esta fortaleza debía salvarse esta primera puerta que se encuentra defendida por tres de sus cuatro flancos posibles –flanco N defendido desde el muro 1, flanco E desde el 2 y flanco W defendido desde la propia fachada de la puerta. Sal-vado este primer tránsito se accedía al interior de la torre-puerta. Con motivo de la construcción del pósito en la planta superior no conservamos indicios de la existencia de cuerpos superiores ni de cubierta –es probable la existencia de un segundo cuerpo- pudien-do haber estado al aire libre a modo de patio (9). Después de otro quiebro hacia la derecha se atraviesa el tránsito 2, alcanzando así el interior de la ciudad.

Es concebida esta puerta como un elemento importante de flan-queo que protege el punto más expuesto de una cerca, los accesos. En el caso de la Puerta del Arquillo cabe destacar una peculiaridad y es su ubicación inmediata frente a un quiebro en ángulo recto de la muralla, proporcionando a su acceso una mayor dificultad y protección -esta misma circunstancia arquitectónica se da en la Puerta del Buey de la ciudad de Niebla.

Tanto la cerca como su monumental puerta otorgan al empla-zamiento de hasna-l-qasr “Palacio del Fuerte” un notable valor estratégico y defensivo. Asomada a la cuenca del Guadiamar, con-trola el vado de dicho río y defiende una de las más importantes rutas de acceso a la cora hispalense desde la comarca del Aljarafe.

Figura 5. Planteamiento funcional de la puerta del arquillo.

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FASE II. Amortización de la función poliorcética de la puerta islámica

Este momento histórico queda representado por una unidad es-tratigráfica negativa denominada UEI D-03 documentada sobre el paramento D (Fig. 3). Se trata de una serie de seis agujeros practi-cados sobre el muro de tapial a una altura 3,04 m. por encima del pavimento actual y con una separación de 1,20 m. Debieron albergar la instalación de seis alfardas o pares que soportaban una cubierta a una vertiente. Esta edificación, ahora desaparecida, entra en conflicto con la necesidad de mantener libre de construcción el entorno inme-diato a las construcciones defensivas de una ciudad, suponiendo así la devaluación o amortización de su función original.

FASE III. Fundación del Pósito

A lo largo del s. XVIII nuestro edificio va a ser objeto de una im-portante intervención arquitectónica que transformará por comple-to la fisonomía de la torre-puerta islámica. Estas actuaciones (Fig. 3) tienen una doble intención: la reforma del sistema de acceso a la ciudad y la construcción de un nuevo edificio dedicado al almace-namiento del grano. Consisten en:

Planta Baja

A nivel de planta baja se aprovecharán las estructuras preexistentes de origen islámico y se realizarán las siguientes reformas.

•ConstruccióndelParamento F o muro que cierra la estancia PB por el sur. Es una potente fábrica de ladrillos de 1,20 m. de espesor que se eleva a +7,75 m. sobre la cota de calle. Se adosa por sus dos extremos a las estructuras islámicas y presenta una puerta abierta ex professo, actualmente ventana, que debió servir de entrada a estas nuevas dependencias de planta baja. Por lo que respecta al aparejo, consiste en una alternancia de hiladas de ladrillos a soga y a tizón tomados con mortero de cal y arena de consistencia media.

•ConstruccióndelaParedMaestraAxial(ParamentosGyH). Levantado el muro anteriormente visto, se obtiene una estancia de grandes dimensiones (15,75 x 7,00 m.) cuyo principal problema es el modo de cubrición. Para solventar este inconveniente se construye una pared que divide la estancia en dos mitades transversalmente. De esta forma se obtienen dos crujías que serán cubiertas por sendas bóvedas de medio cañón, con la misma orientación que la citada pared. Ambas estancias serán comunicadas por medio de una puerta dintelada abierta ex professo sobre nuestra pared (UE-G02=H03) y situada frente a la documentada en el Paramento F.

El desarrollo longitudinal de esta pared de este a oeste es el siguiente: trabándose al paramento más oriental de la planta baja (estructura 2 islámica), divide la estancia PB o de caballerizas en dos habitaciones y se adosa a la fachada islámica (Paramento C) vista anteriormente; a partir de aquí, a modo de zócalo, continúa por el interior del lla-mado Tránsito 1 hasta el Pasaje donde se transforma en un arco de medio punto (Arco 2 en fig. 3); finalmente, en la Cárcel recupera su forma mural dividiendo la estancia en dos habitaciones comunica-das por una puerta abierta ex professo.

•CegamientodelTránsito1. Este antiguo acceso de origen islá-mico queda anulado por sendas tapias que taponan los dos arcos de herradura, interior (Lám. I) y exterior.

•AperturadelPasaje.A pesar de haber perdido su función defensiva, el arquillo siguió conservando el carácter de lugar de paso sustituyen-

do el antiguo recorrido en recodo por otro longitudinal, uniendo las calles Baños y Arquillo. Posee dos vanos de acceso de distintas dimensiones y composición. El septentrional parece aprovechar el anterior acceso islámico denominado Tránsito 2 (Lám. II); el me-ridional (Lám. III) se abre sobre el paño de tapial o (estructura 4) y se levanta en fábrica de ladrillo a modo de gran arco triunfal. La cubierta del Pasaje se resuelve por medio de dos bóvedas paralelas de rosca de ladrillo que se apean sobre el arco 2 (pared maestra axial) de la misma forma que en la estancia PB o Caballerizas.

•Cárcel. La apertura del Pasaje deja en el extremo occidental del edificio un hábitat cubierto de idéntica manera y que hemos de-nominado Cárcel.

•Piedeamigo.(UE.A-08enlafig.4) Con el fin de reforzar la planta alta en su esquina NE se construye este elemento estructu-ral con fábrica de ladrillo y silueta de formas cóncavas y convexas, propia del estilo barroco.

•Torre. (Lám.III) Aunque historiográficamente se ha considerado como parte del sistema defensivo de la puerta islámica (HERNÁN-DEZ DíAZ et alii, 1939) existen indicios suficientes para ubicar su construcción en esta fase fundacional del pósito (10). Por una lado, sus dimensiones en planta son muy reducidas para tratarse de una to-rre de flanqueo. Además, su fábrica mixta de ladrillos en las esquinas y núcleo de tapial, tampoco coincide con las técnicas constructivas que caracterizan la arquitectura defensiva de la localidad (11). Finalmen-te, no es usual en los sistemas defensivos la construcción de una torre adosada a otra torre. Como vimos anteriormente, nuestro edificio en sí es un elemento de flanqueo. Además del tipo de aparejo, debemos resaltar la presencia de una cenefa o friso pintado de color rojo bajo el coronamiento de tejas y que imita una hilada de sillares -técnica decorativa muy característica del barroco dieciochesco.

Planta Alta

Sobre la planta baja se construye un nuevo edificio dedicado al Pósito Municipal (Fig. 3). Sus dimensiones interiores son de 17,25 x 9,00 m., dando un área de 155 m2. Queda definido por cuatro paredes de 0,60 m. de espesor, de fábrica mixta de ladrillo y tapial muy pobre. El edificio queda dividido en dos crujías a través de una arcada longitudinal formada por cinco arcos de medio punto sobre seis pilares de planta cuadrangular y vértices achaflanados en su de-sarrollo vertical. Este elemento constructivo, de fábrica de ladrillo, monta sobre la pared maestra axial que vimos en la planta baja y sostiene una cubierta a dos aguas de teja morisca sobre maderamen toscamente labrado y en muy mal estado.

La fachada principal del Pósito queda ubicada en el frente orien-tal -Paramentos A y B o caras E y W del muro respectivamente. Sobre ésta (v. Fig. 6), asomada a la crujía meridional, se abre un vano o puerta con jambas (UE-A11), arco dintelado (UE-A12) y umbral a sardinel (UE-A10) de ladrillos de taco que debió ser el acceso original de esta edificación, actualmente cegado y parcial-mente cubierto por el encuentro con la pared que cierra por el sur el EA1 (v. Fig. 3, planta alta)

En cuanto al pavimento original del Pósito pudimos documentar en las Catas IV y V (UUEE-407 y 511 respectivamente) un primer suelo de cal con la superficie alisada. En la cata V, esta unidad se ado-saba al pilar por debajo del arranque de la moldura achaflanada de sus vértices, mientras que la solería posterior (UE. 508), más elevada, ya ocultaba esta moldura típicamente barroca (v. Cata V en fig. 4).

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Interpretación

Amortizada ya su función defensiva, la antigua puerta medieval contrasta con las nuevas tendencias racionalistas en materia de ur-banismo, propias del periodo de la ilustración española. A pesar de que continúa conservando la función original de paso o tránsito, su distribución interna “en recodo”, así como la estrechez de sus vanos, hacía imposible y dificultoso el trajín diario en uno de los accesos más importantes de la ciudad. En este contexto se abre el Pasaje que comunica las actuales calles Baños y Arquillo, con una disposición longitudinal y directa, aprovechando una de las puertas originales (Tránsito 2).

Por otra parte, sobre las estructuras preexistentes y aprove-chando la propia configuración orográfica del terreno se cons-

truye el edificio del Pósito municipal, otorgándole al enclave su aspecto actual. Consiste básicamente en una gran nave rectan-gular cubierta a dos aguas, con la fachada principal en su lado oriental. Como podemos ver en la fig. 3 esta nueva edificación se asienta sobre la antigua construcción islámica, desmochada a una altura homogénea, así como sobre otros elementos de nueva factura que además vienen a redistribuir el espacio en la planta baja.

A lo largo de su existencia, este edificio se ve afectado por una serie de fases constructivas identificables en el muro de fachada oriental y que tienen que ver con sucesivas reformas interiores. Lo que caracteriza a esta primera fase fundacional es la ubicación de su acceso o Puerta 1 del Pósito, abierta a la crujía meridional (Fig. 6), así como su pavimento de cal (12).

Figura 6. Estudio del Paramento A de fachada exterior del pósito.

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FASE IV. Segunda Puerta del Pósito

A nivel de planta alta documentamos una serie de reformas que afectarán a la fachada y pavimento del edificio del pósito en los siguientes términos:

•Fachada (Fig. 6). Con motivo de la aparición de ciertas patologías en el extremo sur de la fachada principal, fruto de un leve des-plazamiento de la estructura, este paramento será objeto de una importante obra de consolidación y reestructuración que consis-tió en la sustitución de la fábrica de tapial por ladrillo (UE-A20); el cegamiento del vano de la Puerta 1 usando como material la-drillos y losas claramente reutilizadas (UE-A18); construcción ex professo sobre dicho cegamiento de un óculo u ojo de buey (UE-A19); construcción ex professo de una puerta (Puerta 2) sobre la nueva fábrica de ladrillos de la fachada, abierta a la crujía norte. ésta, de planta abocinada hacia el interior, es rematada por un arco escarzano de rosca de ladrillos (UE-A24).

•Solería del Pósito (Fig. 5-6). La nueva solería adscrita a esta fase ha sido documentada en las Catas IV y V (UUEE-403 y 508 res-pectivamente). Son losas de barro cocido de módulo 27 x 27 x 3

cm., dispuestas en damero con orientación diagonal a las paredes del edificio, a una cota de 63,27 msnm. El conjunto queda rema-tado por una cenefa perimetral que se adosa a los cuatro lados del edificio (v. Fig. 2). La relación estratigráfica de esta solería con respecto a las puertas 1 y 2 es evidente. Para el primer caso, en la Cata IV pudimos comprobar cómo nuestra solería se adosa al paramento de fachada y al cegamiento de la Puerta 1 en forma de cenefa, confirmando el cierre definitivo del vano. Por otra parte, en los aledaños de la Puerta 2, a pesar de su mal estado de con-servación, vemos cómo la disposición en damero cruza el vano a modo de umbral, quedando perfectamente integrado el conjunto puerta-solería en un mismo esquema compositivo (Fig. 7).

Interpretación

En un momento indeterminado entre fines del s. XVIII y princi-pios del XIX tienen lugar estas reformas que afectan sobre todo a la fachada del pósito. La puerta de acceso original es sustituida por otra, abierta ahora a la crujía norte. Además, el pavimento anterior de cal alisada es sustituido por una solería en damero que se integra perfectamente con el umbral de la nueva puerta 2.

Figura 7. Fases documentadas en la fachada del pósito.

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FASE V. Puerta 3 del Pósito

Sólo documentamos esta fase en la fachada del Pósito (Fig. 6) y se limita a una reforma sobre la Puerta 2 consistente en la reducción de la luz del vano así como de su altura. Para ello se construye un arco rebajado de dos hiladas de ladrillos en horizontal (UE-A29) que apoya sobre una nueva mocheta (UE-A28) con la que se reduce la luz de la puerta.

FASE VI. Construcción de Edificios Anexos. Puerta 4 y Pasillo distribuidor

Esta última fase, fechada hacia principios del s. XX se ca-racteriza por la construcción de los edificios anexos 1 y 2, así como la división interna de toda la planta alta en habitaciones por medio de tabiques de ladrillos de taco, articuladas por un pasillo distribuidor cuya implantación obliga a la apertura de otro vano sobre el muro de fachada original (UE-A36 en Fig. 6). Este hecho supuso la amortización definitiva del edificio del pósito como granero para desempeñar una función eminen-temente habitacional, relacionada con su ocupación por parte de la Guardia Civil (13), cuyo puesto de guardia permanecerá operativo hasta la década de los 90.

CONCLUSIONES FINALES

Podemos establecer las siguientes conclusiones generales:

1. Constatamos el origen islámico, más concretamente almohade, de la llamada Puerta del Arquillo. Se trataría de un elemento defensivo del tipo torre-puerta de acceso en eje acodado cuya tipología ha sido sobradamente documentada en numerosos ejemplos de la arquitec-tura andalusí. Esta edificación estaría relacionada funcional y crono-lógicamente con la cerca islámica, también de fábrica almohade, así como con la cercana mota del Alcázar. Descartamos definitivamente su origen romano, al menos en lo que se refiere a sus alzados.

2. La mayor parte de su aspecto actual, así como el sistema de puerta de acceso directo, se debe a la gran reforma que supuso la construcción del pósito municipal hacia mediados del s. XVIII.

3. La última gran actuación sobre el inmueble tiene lugar a principios del s. XX con la construcción de los edificios anexos, con motivo de la instalación del puesto de la Guardia Civil.

Como intervención de apoyo a la restauración de un edificio de mar-cado interés histórico y patrimonial, planteamos una serie de directri-ces generales que consideramos necesarias de cara a futuras actuaciones de restauración, rehabilitación y puesta en valor del citado BIC. éstas deberán orientarse a una perfecta comprensión del inmueble como el resultado final de una evolución arquitectónica que comprende tres fa-ses o usos fundamentales: elemento defensivo y de ingreso a la ciudad islámica; obra municipal dedicada al almacenamiento de grano y acuar-telamiento militar. Para ello se deberán resaltar los elementos y valores característicos de cada fase, sin perjuicio de unas sobre otras.

NOTAS

1. Circunstancia formalizada legalmente en 22 de Junio de 1927 por documento público. Actas Capitulares del AHA.2. HERNÁNDEZ DíAZ, J., SANCHO CORBACHO, A. Y COLLANTES DE TERÁN, F., Catálogo Arqueológico y artístico de la Provincia de Sevilla,

vol. I. Sevilla. Diputación Provincial de Sevilla. 1939.3. Parece plausible que tomase una dirección N al encuentro del escarpe o acantilado que se asoma al cauce del río Guadiamar.4. Esta versión ha sido confirmada por la información obtenida de algunos vecinos que recuerdan cómo, durante unas obras municipales sobre el pavi-

mento de la calzada, pudieron ver la continuidad del muro de tapial en el umbral del gran arco, bajo el adoquinado actual.5. Como se puede observar en la fig. 4, la UE-C02 representa un cajón de tapial que se integra en la fábrica de ladrillo procedente del paramento perpen-

dicular D, encadenando sendas estructuras. Lo mismo ocurre en el segundo paramento pero en sentido contrario: pequeños tomos de ladrillos se integran en el paño de tapial.

6. Para la descripción del esquema compositivo de nuestra puerta utilizaremos como ejemplo la fachada documentada en el paramento C, por ser la más representativa y mejor conservada.

7. Con los indicios aquí expuestos no podemos asegurar más que hipotéticamente una apertura ex professo de este vano sobre el potente muro islámico, pero sí parece clara una relación de anterioridad con respecto a la creación del Pasaje, cuyo trazado se adaptaría a esta realidad preexistente, tal y como se observa en la fig 3.

8. VITRUBIO, MARCO LUCIO: “Diez libros de arquitectura. Libro I”. Traducción de Agustín Blázquez. Barcelona, 1953.9. Esta es la forma más extendida para este tipo de construcciones. Así ocurre en Marchena (Puerta de Morón), Niebla (Puerta del Buey),...10. Por ciertas referencias orales, podría haber servido de contrapeso para una prensa de molino aceitero.11. MESA ROMERO, M.: “Actuación arqueológica de urgencia en la c/ Miguel de Cervantes (Aznalcázar, Sevilla). AAA, 1996. La única torre conser-

vada es de mayores dimensiones e íntegramente de tapial.12. Este tipo de pavimentos es característico en edificaciones destinadas al almacenamiento del grano, tales como los “soberaos” de las viviendas popu-

lares. 13. Un documento de las AACC del AHA, fechado en 22 de Junio de 1927, viene a legalizar la cesión del uso de nuestro inmueble que este ayuntamiento

hizo en 1914 a favor de la Guardia Civil.

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BIBLIOGRAFÍA

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HERNÁNDEZ DíAZ, J., SANCHO CORBACHO, A. Y COLLANTES DE TERÁN, F., Catálogo Arqueológico y artístico de la Provin-cia de Sevilla, vol. I. Sevilla. Diputación Provincial de Sevilla. 1939.

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TORRES BALBÁS, L., “Las puertas en recodo en la arquitectura militar hispano-musulmana”. Crónica arqueológica de la España musul-mana XLVII. Al-Andalus, nº 25. Madrid. Instituto Miguel Asín. 1960.

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ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN CALLE RELATOR, 11-13 DE SEVILLA

MARGARITA TOSCANO SAN GIL

Resumen: La localización y limpieza de un conjunto de unidades constructivas, correspondientes a edificaciones contemporáneas y mo-dernas permiten conocer la secuencia de poblamiento de este sector urbano. Una alineación de ladrillos junto al perfil septentrional de la franja norte puede ser interpretada como vestigio de una edificación del tránsito entre la Edad Media y la Edad Moderna.

Résumé: L’emplacement et la propreté d’une approche constructive des unités, correspondant à moderne et contemporain de bâtiments pour permettre à la séquence de règlement de cette zone urbaine. Une ligne de briques le long du profil de la partie nord peut être interprété comme un vestige d’une construction de trafic entre le Moyen-Age et l’ère moderne.

Abstract: The location and cleanliness of a constructive set of units, corresponding to modern and contemporary buildings to enable the sequence of settlement of this urban area. A line of bricks along the northern profile of the northern part can be interpreted as a vestige of a construction traffic between the Middle Ages and the Modern Age.

CONTENIDO

1. Causas que motivaron la actividad arqueológica y objetivos de la misma.

2. Datos referentes a los inmuebles sobre los que se ha desarrollado la actividad arqueológica.

3. Evaluación del resultado de la actividad arqueológica.4. Enumeración de la seriación estratigráfica resultante y las estruc-

turas arqueológicas registradas.5. Inventario y catalogación de los materiales arqueológicos.6. Interpretación histórica de los resultados.7. Documentación gráfica.

Causas que motivaron la actividad arqueológica y objetivos de la misma

La Intervención Arqueológica Preventiva se ha desarrollado en el sector I del Conjunto Histórico de Sevilla, denominado “San Gil-Alameda”, al que corresponden unas normas específicas de planea-miento y cautelas arqueológicas que deben ser consideradas como el marco inicial de referencia que determina los objetivos y metodología aplicables.

La Normativa de Ordenanzas del Análisis Técnico elaborada por la Sección Técnica del Servicio de Licencias Urbanísticas para los inmue-

bles 11 y 13 de la calle Relator, informa que “Examinado el Proyecto Básico de Reforma General presentado con nº de visado del C.O.A.S. 8906/02 T-01, se observa que en aplicación de la Normativa de Pro-tección del Patrimonio Arqueológico la parcela objeto de estudio pre-senta cautela arqueológica con un grado de protección II”.

Este grado de protección implica, en función del art. 102.2 de las Ordenanzas del planeamiento de desarrollo, que para parcelas con más de 400 m2 se realizarán sondeos estratigráficos que afectarán a un mínimo de 76 m2. Por tanto, y teniendo en cuenta que la superficie afectada por el sótano para aparcamientos es de 510,07 m2 y siendo de aplicación las condiciones de la zona donde se en-cuentra la superficie afectada por intervención arqueológica será de un mínimo de 76 m2.

Los objetivos perseguidos han sido los de análisis de la secuencia estratigráfica en una superficie suficientemente representativa para su correlación con otras secuencias del sector y su inserción en el panora-ma histórico general del urbanismo sevillano.

Datos referentes a los inmuebles sobre los que se ha desarrollado la actividad arqueológica

Los dos inmuebles objetos de la actividad arqueológica preventiva se encuentran en la acera izquierda de la calle Relator de Sevilla y se identifican con los números 11 y 13 de la citada calle en la presente ordenación catastral (Figura 1).

La Intervención Arqueológica Preventiva realizada en los solares 11 y 13 de la calle Relator en los que se han solicitados obras de reforma general de los edificios para viviendas, garaje y local co-mercial ha estado determinada por el Planeamiento de aplicación del Plan General de Ordenación Urbana, aprobado definitiva-mente el 29 de diciembre de 1987 (B.O.J.A. nº 1 de 5 de enero de 1988 y B.O.P. nº 29 de 5 de febrero de 1988) y posteriores Modi-ficaciones Puntuales del Plan General de Ordenación, aprobadas definitivamente el 31 de marzo de 1995 y el 25 de noviembre de 1999, respectivamente.

Las determinaciones del planeamiento indican la clasificación del suelo como urbano. El planeamiento de desarrollo se refiere al Ca-tálogo de Protección del Sector 1 del Conjunto Histórico: “San Gil-Alameda”, aprobado definitivamente el 30 de enero de 2003. Clasificación: Centro Histórico. Nivel de protección: D – protec-ción parcial en grado 2. Cautela arqueológica: Grado II.

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Figura 1. Situación de la parcela en calle Abades 13 con salida a calle Aire 4.

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Evaluación del resultado de la actividad arqueológica

El resultado de la actividad arqueológica ha sido la localización y limpieza de un conjunto de unidades constructivas, correspondientes en su mayor parte a las edificaciones contemporáneas y modernas, que permiten cumplir el objetivo de conocer la secuencia de pobla-miento de este sector urbano.

Se ha efectuado la excavación de la zona proyectada y se ha alcanzado el afloramiento del nivel freático a 4,35 mts. de cota absoluta, lo que coincide con lo observado en otras excavaciones del sector, constatán-dose que en su mayor parte, el registro arqueológico está constituido por niveles de origen aluvial, que son totalmente estériles desde la cota absoluta de 5 mts.

No se ha producido ninguna alteración notable del proyecto, ni ha sido necesario adoptar medida alguna de preservación de restos de especial interés.

Enumeración de la seriación estratigráfica resultante y las es-tructuras arqueológicas registradas

La excavación arqueológica se ha efectuado entre los días 30 de ju-nio a 13 de julio de 2004, de acuerdo con el proyecto aprobado por Resolución de la Dirección General de Bienes Culturales de 12 de febrero de 2004.

A la vista del estado del solar, tras la ejecución del derribo, se decidió proceder previamente a la retirada de la solería y las cimentaciones correspondientes a una industria de panadería, construida entre 1940 y 1950, que había sido efectuada mediante un recrecido de 1 m. de altura para el alojamiento de la red de desagüe y la elevación de los asientos correspondientes a los hornos y maquinaria de dicha indus-tria. Esta tarea se efectuó entre los días 19 al 29 de junio, con el uso de martillos neumáticos y una máquina retroexcavadora, debido a la especial dureza de dichas cimentaciones.

A continuación, el día 30 de junio, se procedió al replanteo de la zona de excavación constituida por una franja en forma de L, de 3 mts. de anchura y 14 mts. de longitud en cada uno de sus brazos, cuyo vérti-ce se encuentra en el punto de coordenadas UTM 235200/4143720 desde el que parte un brazo hacia el sur y otro hacia el este para abarcar la extensión prevista de 75 mts. cuadrados (Figura 2).

La cota inicial de la excavación estaba situada a 7 mts. de cota abso-luta, sensiblemente idéntica a la cota de acerado que sirve de referencia para la profundidad general de excavación, prevista entre 3,35 y 3,10 mts. de cota absoluta.

Se dividió esta zona en tres cuadros de 3 x 3 mts. (Este, Noroeste y Sur), situados en el vértice y los dos extremos de la L, con 9 mts. cua-drados de extensión en cada uno, restando dos franjas (Norte y Oeste) entre los cuadros, con 24 mts. cuadrados de extensión en cada franja.

Se procedió en primer lugar a la apertura de los tres cuadros con los siguientes resultados.

CUADRO ESTE (E) (Figura 3)

Se retiró un nivel superficial revuelto de 20 cms. de potencia, a partir del cual se aprecia la aparición de una alineación de ladrillos en dirección NNW-SSE. Se siguió rebajando hasta 80 cms. de pro-fundidad, un nivel constituido por tierra suelta y escombros entre los que aparecen ladrillos de 14 x 28 x 4,5 cms., abundantes huesos de bóvidos y ovicápridos, ostiones y cerámica muy rodada entre la que predominan las piezas de cerámica común de mesa de pasta amari-llenta y cerámica bañada en vedrío estannífero con decoración azul cobalto. La alineación de ladrillos corresponde a la parte superior de la cimentación de un muro de ladrillos de pie y medio de anchura (45 cms.) formado por hiladas contrapeadas de dos franjas de ladrillos, una a soga y otra a tizón. Esta cimentación está inclinada en su parte superior hacia el Este y conserva en el punto más elevado ocho hiladas de ladrillo, sin que se aprecie ningún indicio de pavimento, que debió encontrarse a una altura superior.

Seguidamente se prosiguió excavando sólo en la parte occidental del cuadro. Entre –0,80 y –1,20 mts. de profundidad, la tierra es más oscura y compacta, de matriz arcillosa y con escasa cerámica de tipos melados con chorreones de manganeso.

Entre –1,20 y –2,10 mts. de profundidad prosigue el terreno arcillo-so con muy escasa cerámica, registrándose a –2,10 mts. un fragmento de tégula y otros dos posibles fragmentos de dolia romanos. Seguida-mente, y hasta 2,65 mts. el terreno es arcilloso y totalmente estéril, iniciándose a esta profundidad la aparición del nivel freático, lo que corresponde a una cota absoluta de 2,65 mts. sobre el nivel del mar.

CUADRO NOROESTE (NW) (Figura 4)

Los niveles superficiales y hasta 0,80 mts. de profundidad son de abun-dante escombro; en la parte oriental el escombro está muy suelto y con-tiene una considerable cantidad de huesos y caracoles, así como cerámica de mesa de paredes finas y barro amarillento, muy fragmentadas.

En este nivel aparecen los restos de una cimentación de ladrillo de la que sólo se conserva una longitud de unos 80 cms. en dos hiladas junto al perfil occidental.

Entre –0,80 y –1,70 mts. continua el relleno de escombros con ma-yor abundancia de fragmentos de tejas, ladrillos y lebrillos vidriados en verde. Junto al perfil Norte y a –1,55 mts. de profundidad se aprecia una hilada circular de ladrillos, de unos 2 mts. de diámetro, de los que se conserva en el cuadro la mitad de su extensión y que corresponden a la parte central de la rosca de un pozo negro, cuya parte superior ha desaparecido. Junto al perfil oriental y asentada a –1,70 mts. de profundidad hay una tinaja casi completa y colocada con la boca hacia abajo, que ocupa el fondo de la zona rellena de basura detectada desde el inicio del cuadro.

A partir de – 1,70 mts. de profundidad el terreno es arcilloso y casi estéril. Se profundizó en la parte Sur del cuadro hasta – 2,65 mts. de profundidad, alcanzando el nivel freático en terreno arcilloso aluvial; los restos de cerámica son muy escasos entre – 1,70 mts. y 2,10 mts. y desaparecen desde esta cota hasta la máxima profundidad alcanzada.

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Figura 2. Localización del área de excavación.

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Figura 3. Excavación del cuadro este.

CUADRO SUR (S) (Figura 5)

En la parte superior existían aún cimentaciones recientes y conduc-ciones de desagüe de la industria de panadería moderna, que se reti-raron con martillos neumáticos. En la zona no alterada y hasta – 80 cms. de profundidad hay tierra oscura con fragmentos grandes de le-brillos, tejas y cerámica común.

En la parte meridional aparece a – 0,90 mts. una cimentación de la-drillo de pie y medio de anchura, formada por seis hiladas de ladrillos contrapeados, cuyas dos hiladas inferiores sobresalen cinco centíme-tros. Esta cimentación corresponde con la alineación del cuerpo de edificación más cercano a la fachada, que separaba a ésta de la zona trasera, que perteneció a la vivienda nº 17 de la c/ Relator hasta su adquisición para construir la industria de panadería. E

En la zona oriental del cuadro se rebajó hasta – 1,75 mts. de profun-didad en terreno arcilloso estéril.

Figura 4. Excavación del cuadro noroeste.

Figura 5. Excavación del cuadro sur.

FRANJA NORTE (N) (Figura 6)

Se ha excavado todo el nivel superficial de escombros, hasta 0,75 mts. de profundidad. En la zona occidental aparece una cimentación moderna de la panadería. En la parte central y a ras de la superficie, se conserva una franja de pavimentación, en dirección norte-sur, for-mada por fragmentos de ladrillo clavados en vertical; el pavimento se organizaba mediante un aspa formada por dos hiladas paralelas de ladrillos, que dividían el espacio en cuatro triángulos.

A lo largo del perfil Norte se aprecia una alineación discontinua de ladrillos que parte a 1 m. del perfil occidental del cuadro Este, donde se conserva una hilera perpendicular de ladrillos hacia el Sur y lleha hasta el cuadro NW, donde debió ser destruido por la construcción del pozo negro. Este muro fue cubierto por el pavimento de ladrillos clavados y ofrece restos de enlucido que marcan la existencia de un pavimento a 30 cms. de profundidad.

Al Oeste del pavimento de ladrillos clavados y a 20 cms. de profun-didad hay un pequeño resto de cimentación de 1,20 mts. de longitud, formado por dos filas de ladrillo paralelas con relleno interior de tro-zos de ladrillo.

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Figura 6. Excavación de la franja norte. Figura 7. Excavación de la franja oeste.

Figura 8. Construcciones industriales contemporáneas.

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FRANJA OESTE (W) (Figura 7)

Se rebajó hasta –0,80 cms. de profundidad.

En la zona Norte y en la occidental se mantienen cimentaciones modernas, así como una conducción de desagüe en la parte sur, en dirección norte-sur, que corresponde a lo ya observado en el cuadro sur. En el ángulo sudoeste se pudo profundizar hasta 30 cms., donde aparece una canalización formada por tejas vanas cubiertas por dos hiladas de ladrillos.

En la zona central, a 70 cms. de profundidad, aparece la cimenta-ción de ladrillo de un muro de pie y medio de ancho, de la que sólo se conserva la hilada inferior, en dirección NNW-SSE.

Se profundizó en una zanja perpendicular a este cimiento, hasta -1.20 mts. en terreno arcilloso que se hace prácticamente estéril.

SERIACIÓN ESTRATIGRÁFICA RESULTANTE

El conjunto de los resultados obtenidos en la excavación de los cua-dros y franjas enumerados permite diferenciar la siguiente sucesión de edificaciones:

Construcciones industriales contemporáneas. (Figura 8)

Está formada por un conjunto de cimentaciones de fábrica de aglo-merado de ladrillo con abundante mortero muy rico en cal y de gran dureza, en el que se encuentran algunos anclajes de hierro; son es-tructuras de profundidades y gruesos muy variables, de acuerdo con

la función que desempeñaban en la Panadería Portillo, construida en la década 1940-1950. La realización de estas estructuras supuso la eli-minación de todos los pavimentos de edificios anteriores y la reforma o renovación de las conducciones de desagüe; en algunos casos, las ci-mentaciones han alcanzado los niveles de arcillas aluviales que fueron extraídas y utilizadas como relleno.

Construcciones de la Edad Moderna. (Figura 9)

Corresponden a cimentaciones muy fragmentadas y alteradas por remociones más recientes, que permiten identificar el muro de ce-rramiento de la parcela originaria, medianero con la zona interior de manzana, que era huerta o corral abierto a mediados del siglo XX y, que de acuerdo con los datos obtenidos, estuvo también edi-ficada con muros de consistencia y orientación similares a los del inmueble que hace de fachada. Sólo se ha detectado un resto de pavimentación, de carácter rústico y se puede asociar a esta fase un pozo negro, que se hundió sin estar colmatado y cuyos materia-les debieron ser amortizados, empleándose posteriormente la zona como vertedero de basuras domésticas.

Construcciones tardomedievales. (Figura 10)

Una alineación discontinua de ladrillos localizada junto al perfil sep-tentrional de la franja norte, puede ser interpretada, por su profundi-dad y apariencia, como vestigio de una edificación del tránsito entre la Edad Media y la Edad Moderna, aunque de escasa consistencia y sin materiales asociados en suficiente número como para hacer pensar en una ocupación dilatada.

Figura 9. Edificaciones de Edad Moderna

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SERIACIÓN ESTRATIGRÁFICA. (Figura 11)

El perfil Este-Oeste del sector septentrional es el que resulta más claro a la hora de observar la secuencia de niveles arqueológicos. Sólo hay tres estructuras esenciales de deposición.

1. Escombros recientes. Localizados desde la zona superficial hasta unos 30 a 50 cms. de profundidad, con materiales muy moder-nos, consecuencia de las obras de edificación de la industria de pa-nadería contemporánea y de un considerable número de reformas que han debido producirse en sus infraestructuras.

2. Tierra con escombros. Un nivel de carácter deposicional antrópi-co, constituido por tierra arcillosa mezclada con materiales cons-tructivos y cerámicos de los siglos XVI al XVIII. Se dan múltiples irregularidades por la intrusión de bolsadas de residuos domés-ticos; debió formarse esencialmente a fines del siglo XVI por el efecto de nivelación y ocupación estable de los terrenos más cer-canos a la Laguna de la Feria, desecada y convertida en Alameda, y en él se alojaron las cimentaciones del nivel de construcciones modernas.

3. Rellenos aluviales. Sus zonas más elevadas se encuentran en la cota absoluta de 6,50 mts. y son muy pobres en cerámicas, ex-

Figura 10. Edificaciones tardomedievales

Figura 11. Seriación estratigráfica resultante.

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clusivamente de estilo mudéjar en la parte superior y con algún material romano hacia la cota absoluta de 5 mts. para hacerse estériles desde ahí hasta la cota absoluta de 4,35 mts, en la que se produce la afloración del nivel freático.

Interpretación de los resultados

Los inmuebles 11 y 13 de la calle Relator se encuentran situados en el sector norte de la ciudad de Sevilla, en una zona intermedia entre el barrio de La Feria y la Alameda de Hércules.

El Barrio de La Feria se encuentra en la parte norte del Casco Histó-rico de Sevilla y tiene como eje principal la calle de este nombre que

forma un eje norte sur, desde la muralla de la ciudad hasta la plaza delantera de la Parroquia de San Juan de la Palma. Este barrio es un área integrada en la ciudad en el siglo XII, a partir de la ampliación del recinto amurallado y tiene su vértice norte en la antigua puerta de Bib-Arragel, o “puerta de las inundaciones”, con la que se cerró defi-nitivamente el cauce antiguo del río y se dio lugar a la formación de la Laguna de la Feria, sobre la que se instaló en el siglo XVI la actual Alameda de Hércules. El trazado general de sus calles se basa en una retícula ortogonal, normal con la orientación de la Calle de la Feria y La Alameda. La zona en la que se encuentran los inmuebles corres-ponde a la antigua collación y actual Parroquia de Omnium Sancto-rum. La proximidad con la antigua Laguna de la Feria ha sido el factor determinante en el desarrollo y urbanización del barrio. (Figura 12)

Figura 12. Situación de los inmuebles en el Barrio de la Feria.

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En la Antigüedad, todo este sector correspondía a la margen izquier-da del primitivo cauce del río Guadalquivir, fuera del cerco amuralla-do romano. El cauce oriental del río, tras cuya obstrucción se formó de la Laguna de la Feria, debió existir hasta la época visigoda, y no hay constancia documental de su posible perduración en época musulma-na . Hasta el momento no se conoce la existencia de estructuras de habitación en este sector de la ciudad antes de época bajomedieval.

El tránsito del uso agrícola de la zona a la urbanización completa del espacio que actualmente comprende el barrio de La Feria debió producirse paulatinamente desde fines de la época musulmana has-ta el periodo cristiano bajomedieval. En el Repartimiento cristiano, buena parte de las parcelas se adjudicaron a órdenes religiosas que tuvieron aquí conventos de considerable extensión, desaparecidos a lo largo del siglo XIX.

La insalubridad provocada por la cercanía de la laguna y el continuo riesgo de inundaciones hicieron necesario su saneamiento, efectuado por el asistente de la ciudad don Francisco Zapata Cisneros, Conde de Barajas, en 1574 y completado en 1764 por el asistente Larrumbe2 con lo que se obtuvo la habitabilidad definitiva del barrio, aunque las inundaciones han seguido ocupando el antiguo cauce del río hasta nuestros días.

En 1585 se trasladó desde las inmediaciones de la iglesia de San Gil a la esquina con la Alameda de la acera meridional de la calle Relator, el

Convento de la Encarnación de Belén, de monjas carmelitas calzadas, que se mantuvo allí hasta la exclaustración de 1837, en que hubieron de trasladarse al convento de Santa Ana en la calle del mismo nombre, al otro lado de La Alameda3.

Este convento ocupó la zona en la que había existido una antigua capilla de la Virgen de Belén, conservada por los barqueros sevillanos, lo que es un indicio muy significativo de la pervivencia de los usos vinculados a la economía fluvial en esta zona, aún después de la inte-rrupción del cauce.

Tras la desamortización el edificio del convento se destinó a casa de vecinos y en 1869 se produjo su venta, que acarreó la demolición y transformación en edificios de viviendas. En el plano topográfico de Sevilla mandado levantar por el asistente don Pablo de Olavide en 1771 aparece la calle rotulada con el antiguo nombre de Honda y el Convento como edificio más destacado de la zona (Figura 13).

La denominación de la calle ha sido la misma que en la actualidad desde el año 1483 en el que ya se conoce un documento que se refiere al “Pilar del Relator” en la esquina de la calle de La Feria, lo que señala que debía vivir en este cruce algún personaje dedicado al oficio de relator de autos ante los tribunales4. Sin embargo, esta denominación ha servido alternativamente para distintos sectores de la calle, y du-rante el siglo XVII y el XVIII se conoció como Calle Honda la parte comprendida entre Feria y La Alameda, debido a la fuerte pendiente que se conservaba hacia la antigua laguna desecada.

Debido a esta inclinación fue la ruta elegida para realizar en el siglo XVI la acometida de aguas desde la Fuente del Arzobispo has-ta La Alameda, lo que debió suponer una remoción notable del terreno inmediato.

En la actualidad, la ocupación y función social del barrio es, esen-cialmente, residencial y de nivel económico bajo, que se está trans-formando en la actualidad por la edificación de nuevos inmuebles de mayor nivel económico. En cualquier caso, los inmuebles objetos de la intervención corresponden a un mediano nivel constructivo, por ser la calle Relator una de las de mayor anchura que comunica la calle de La Feria y La Alameda y de las que tiene, en consecuencia, mayor uso por el tráfico rodado y mejores posibilidades comerciales.

La documentación arqueológica de la zona inmediata a los inmue-bles en los que se ha realizado la intervención es escasa, por la poca significación de la zona desde el punto de vista constructivo durante casi todo el siglo XX, y no hay noticias de hallazgos ni referencias a trabajos anteriores a la pasada década en la que se ha iniciado una recuperación parcial del sector.

En la manzana situada al norte de la correspondiente a los inmuebles objeto de este Proyecto y en zona más alejada de La Laguna y, por tanto, menos afectada por el régimen fluvial en la Edad Antigua y por las riadas desde época almohade, se han documentado los niveles na-turales a una profundidad de -1,7 m. desde la cota de la calle, que co-rresponde a unos 5,3 m., de cota absoluta y debe ser muy similar a la del solar actual; entre éste nivel y la cota absoluta 1,7 m., se observan niveles de formación aluvial entre los que se encuentran materiales ro-manos de construcción y cerámicas de transporte y almacenamiento, que se consideran arrastradas por las riadas y no depósitos humanos directos . La primera presencia humana se detecta en la remoción y

Figura 13. Situación de los inmuebles en el plano de Olavide de 1771.

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NOTAS

1. RAMÓN CORZO SÁNCHEZ, “Sobre la topografía de Hispalis”, Boletín de Bellas Artes, XXV, 1997, p. 193-210.2. F. AGUILAR PIÑAL, Historia de Sevilla. Siglo XVIII, Sevilla, 1982. p. 90.3. Mª LUISA FRAGA IRIBARNE, Conventos femeninos desaparecidos. Sevilla-siglo XIX., Sevilla, 1993, p. 79 ss.4. Diccionario histórico de las calles de Sevilla, Sevilla, 1993, vol. II, p. 254 ss.5. ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES y ARACELI RODRíGUEZ AZOGUE, “Intervención arqueológica de urgencia en calle Peral 18-20 y Faustino

Álvarez 21, Sevilla”, AAA, 1997, III, p. 492 ss.6. ELENA VERA CRUZ e INMACULADA CARRASCO LÓPEZ, “Intervención arqueológica de urgencia en un inmueble sito en calles Torres,

Escuderos y Parras, Sevilla”, AAA, 1996, p. 463 ss.7. ARACELI RODRíGUEZ AZOGUE y ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES, “Intervención arqueológica en calle Parras 18-20 de Sevilla”, AAA,

2000, III, 2, p. 992 ss.8. ALICIA LEÓN GÓMEZ y ENRIQUE PRADAS REINA, “Informe de la intervención arqueológica en solar sito en calle Relator 85, Sevilla”, AAA,

1997, III, p. 5039. INMACULADA CARRASCO GÓMEZ y ELENA VERA CRUZ, “Intervención arqueológica de urgencia en calle Relator 92, Sevilla”, AAA, 1999,

III,2, p. 751 ss.

formación de depósitos de desechos domésticos en esa cota de 5,3 m., en época almohade. Sobre este nivel, entre 5, 3 m. y 6, 8 m. se observan los restos de edificaciones que se iniciaron en el siglo XVI y fueron muy alteradas por las riadas modernas, hasta el siglo XIX en el que se construyeron las instalaciones de Tintorería Larios.

Algo más al nordeste, en la zona inmediata al convento de San Ba-silio, la ocupación no se inició hasta el siglo XIV y con estructuras de poca densidad; las excavaciones efectuadas permiten documentar un uso agrícola y explotación ganadera, marginal de la función urbana y doméstica de toda el área . En las proximidades, se ha efectuado una intervención reciente que señala el inicio de la ocupación humana en la zona durante el siglo XIII, y la urbanización progresiva del sector, que no se llega a consolidar plenamente hasta la Edad Moderna .

Cerca del extremo oriental de la calle se documentan sólo niveles contemporáneos en una pequeña excavación, sobre un relleno muy irregular . En la parte final de la misma calle, junto al eje formado por

la calle San Luis, se ha localizado una edificación de época romana, que se inició en el siglo II d.C. y continuó en uso hasta época visi-goda, a la que siguieron edificaciones islámicas y mudéjares, con la misma orientación actual, lo que demuestra la antigüedad del trazado de los caminos que se han convertido posteriormente en calles, lo que puede ser también el caso de la calle Feria; la cota de las edificaciones romanas inmediatas a la calle San Luis, es levemente superior a la cota actual del terreno en los inmuebles objetos de la intervención, lo que puede indicar que esa sería la cota a salvo de riadas en la Antigüedad, ya que no se han documentado aún rellenos aluviales medievales o modernos.

El resultado de la intervención permite confirmar las líneas gene-rales de la secuencia urbanística reseñada, con una ocupación inicial tardomedieval sobre zonas en las que se habían producido depósitos aluviales. La ocupación en la Edad Moderna ha sido por construccio-nes irregulares de carácter marginal y sin ordenación precisa hasta la edificación de carácter industrial contemporánea.

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CAMPAñAS ARQUEOLÓGICAS 2002-2004 EN EL ALCÁZAR DE SEVILLA. EL PATIO DE LAS DONCELLAS

MIGUEL ÁNGEL TABALES RODRíGUEZ

Abstract: The archaeological investigations undertaken by the Patronage of the Real Alcázar with the purpose of recovering the former garden of the palace of Pedro I have supposed a significant advance in the knowledge of the preceding Islamic palaces, solv-ing incognito relative to their architectonic evolution and defini-tive amortization in 1356. Nevertheless, one of the contributions of greater interest from the patrimonial point of view has been the understanding of tie aspects with the morphology, operation and successive transformations of the mudéjar original courtyard.

Resumen: Las investigaciones arqueológicas emprendidas por el Patronato del Real Alcázar con el fin de recuperar el ajardinamiento primitivo del palacio de Pedro I han supuesto un avance significativo en el conocimiento de los palacios islámicos precedentes, resolvien-do incógnitas relativas a su evolución arquitectónica y amortización definitiva en 1356. Sin embargo, una de las aportaciones de mayor interés desde el punto de vista patrimonial ha sido la comprensión de aspectos vinculados con la morfología, funcionamiento y trans-formaciones sucesivas del patio mudéjar original.(lámina I)

EL HALLAZGO

Los primeros restos de andenes, piletas, arriates y estanque fueron localizados en el cuadrante suroeste del patio durante las excava-ciones arqueológicas correspondientes a la Campaña de 2002 del Proyecto de Investigación del Patronato(1). La calidad de los restos (Tabales 2003 b: 6) motivó un debate patrimonial que condujo a la elaboración de un proyecto de recuperación (2) cuya primera acti-vidad consistió en la excavación arqueológica del resto del espacio, materializándose ésta a lo largo del año 2004 y desarrollándose en cuatro fases (figura 1):

- El patio se dividió en cuatro cuadrantes. La primera fase consistió en el desmonte del pavimento y fuente de mármol actual, clasi-ficado, numeración de los mármoles y almacenaje. La fuente fue trasladada al Jardín Inglés donde fue repuesta, estando hoy en uso.

- En el extremo Noroeste del estanque central se practicaron sen-dos sondeos en el pavimento moderno para comprobar la cota original y posible conservación del pavimento primitivo así como dilucidar la forma exacta de las dos piletas laterales, alteradas tras la ampliación de la alberca.

- La tercera actuación supuso la excavación de los rellenos que ocul-taban artificialmente el jardín mudéjar (un metro de espesor en los arriates, y 0’70 mts. en el estanque central).

- Por último se excavaron detenidamente tres sondeos de 4 x 4 mts en cada uno de ellos (SE X-XI y XII).Los sondeos practicados bajo el nivel del jardín mudéjar fueron tapados previo análisis y protección de las estructuras islámicas localizadas.

Tras la excavación se iniciaron las tareas de restauración de las es-tructuras y recubrimientos, así como las labores de ajardinamiento y formalización de las instalaciones destinadas a su puesta en valor.

LOS EDIFICIOS ISLÁMICOS PREVIOS

Las dos campañas arqueológicas realizadas han permitido com-prender los procesos de transformación del espacio ocupado pos-teriormente por el palacio del Rey Pedro I desde el período omeya hasta 1356, año del inicio de las obras. Se resumen en el cuadro siguiente:

PROCESOS IDENTIFICACIÓN FASES UNIDADES COTAS CRONOLOGíA

XI

REFORMAS CONTEMPORÁNEAS DEL

PATIO DE LAS DONCELLAS

2. 3er. Sistema hidráulico para fuente 1185/1190 9.35CONTEMPORÁNEA

SS. XVIII-XX1. 2º sistema hidráulico para fuente. 1189 9.25

X

REFORMAS RENACENTISTAS DEL

PATIO

3. Pavimentación general ------ 9.71MODERNA1540-15842. Fuente 1ª. Sistema hidráulico. 1182 9.71

1. Andamiaje galería superior. 1126 9.569.16

IX

PRIMERAS REFORMAS DEL JARDíN DE LAS

DONCELLAS

3. Reforma estanque (segunda pintura) 1130 9.61

CASTELLANAFIN. XIV-XV2. Colmatación arriates. 1129 9.65

1. Asiento estanque 1304 ---

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VIIICONSTRUCCIÓN

PALACIO DE PEDRO I

6. Terminación patio, pintura, pavimento. 1187/1131 9.61

8.93

CASTELLANA1356- IN. XV

5. Sustitución sistema hidráulico. 1186/1183 9.62

4. Andenes y sistema hidráulico

1200/1133/ 1132/1204/ 1192/1228/ 1197/1198/ 1199 9.61

3. Cimientos estanque central 1261/1140 8.37

2. Cimientos perimetrales 1141/1262 8.30

1. Rellenos preparación 1112/1113/ 1114/1116/ 1117/1138/ 1207/1209/ 1208 8.32

VII

REFORMAS CASTELLANAS EN

PALACIOS ALMOHADES

3. Nuevas conducciones 1299/1270/ 1194/1268// 1269/1263/ 1258/1259

7.418.27

CASTELLANA1248-13562. Destrucción parcial 1254 8.30

1. Construcción pórtico 1257/1203 7.86

VIGRAN

REURBANIZACIÓN ALMOHADE

3. Construcción palacios1120/1121/ 1119/1115/ 1135/1136/ 1148/1150/

1184/1210/ 1193

7.708.85

ALMOHADE11502. Construcción muralla

tercer recinto Alcázar 915/909/1122/1124/850 6.469.55

1. Amortización barrio abadí 1154/1224/ 1212/1213/ 1266 7.547.74

V BARRIO ABBADí

3. Reformas 1218/1230/ 1236/1235 7.94

ABBADí½ S. XI

2. Construcción edificios

1163/1164/ 1165/1159/ 1162/1155/ 1160/1291/ 1288/1269/ 1277/1278/ 1281/1289/ 1214/1232/ 1233/1234/ 1219/1215/

1220/1252

7.147.71

1. Preparación del terreno 1273/1286/ 1161/1157 6.287.70

IV SEDIMENTOS 1. Destrucción hornos

1242/1241/ 1224/1237/ 1239/1244/ 1245/1291/ 1169/1170/ 1172/1177/

1178/1181/ 1168

5.99689

TARDOCALIFALIN. S. XI

III ALFAR 1. Hornos y almacenes 1173/1174/ 1175/1176/ 1287/1238/ 1243

6.286.74

TARDOCALIFALIN. XI

II SEDIMENTOS 1. Fosa 1296/1298/ 1292/1295 6.28 TARDOCALIFALIN. XI

I EDIFICIO OMEYA2. Construcción 1293/1294 6.37 OMEYA

SS. IX-X1. Aterrazamiento 1297/1301 4.805.16

Gráfico 1. Secuencia estratigráfica general.

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Reconstrucción Geoarqueológica (3)

Las condiciones de estabilidad sedimentaria que favorecieron la ocupación de determinados ámbitos de la llanura aluvial a cotas de +2 / +4 m en época imperial, desaparecen con el declive de la do-minación romana. Son numerosos los registros revisados en los que se comprueba que, por encima de esta referencia y enterrando en ocasiones estructuras ocupacionales imperiales, se instalan nuevos depósitos aluviales que, según los casos, alcanzan cotas aproximadas entre +5 y +7 m. Se trata de sedimentos masivos de limos y arcillas que incorporan a muro restos constructivos y cerámicos de crono-logía tardorromana (siglo V d.C.), apareciendo su cierre asociado de forma generalizada a la presencia de estructuras de los siglos XIII y posteriores. En el ámbito del Tagarete también se detecta esta fase de reactivación fluvial tardorromana-altomedieval; si bien, teniendo en cuenta que en el Prado de San Sebastián las cotas de sus depósitos correlativos se quedan por debajo de +5,5 m (Borja, 2007), cabe pensar que aquí podría haber presentado una menor incidencia hidrodinámica.

En el recinto del Alcázar, tras la ocupacional imperial, se detecta un período de abandono de los edificios, describiéndose la presen-cia de restos del derrumbe de los mismos en el Patio de Banderas, donde aparecen embalados o colmatados por sedimentos finos por encima de los +6 m. En el Patio de las Doncellas, este incremento de los eventos aluviales se detecta especialmente en torno al siglo XI, momento durante el cual aparecen depósitos limosos que, prác-ticamente ausentes de material arqueológico, sepultan estructuras de hornos y pozos de esa época, siendo sellados a su vez por nuevas estructuras de idéntica cronología.

La superficie elaborada a partir de los sedimentos acumulados durante dicha fase de aluvionamiento presenta, en determinados sectores de la llanura, rasgos de una edafización incipiente. La pre-sencia de fluvisoles intercalados en el registro de la Vega se interpreta como una interrupción en el proceso general de agradación de la misma, constituyendo una discontinuidad edafo-sedimentaria que, asociada a unas cotas que fluctúan entre +5 y +7 m, supone, ade-más, un episodio definitivo en la configuración de la ciudad, tanto desde el punto de vista urbanístico como en lo que atañe a sus relaciones con la dinámica del Guadalquivir.

Los numerosos registros geoarqueológicos analizados en el centro y el occidente del casco histórico de Sevilla, así como en la margen derecha de la depresión del Tagarete, permiten tomar en conside-ración el hecho de que estos fluvisoles deben estar desarrollándose en la llanura aluvial con anterioridad al siglo XII, no siendo hasta el XV cuando queda constancia fehaciente de un cambio en el régi-men de estabilidad hidrodinámica (y climática ?) que los mantuvo activos hasta ese momento. Esta fase de estabilidad coincide, en lo que se refiere a las últimas fluctuaciones del nivel de base de la desembocadura del Guadalquivir, con unas bajas posiciones del mismo, las cuales empiezan a recuperarse a partir del siglo XIV. Estabilidad sedimentaria y desarrollo edáfico se ven igualmente fa-vorecidos, además de por estas bajas posiciones del nivel de base, por unas condiciones climáticas caracterizadas por un cierto incre-mento de las temperaturas en un contexto de relativa humedad. Se trata del episodio denominado como el Pequeño Óptimo Climático, el cual viene siendo datado en gran parte del ámbito europeo entre los siglos XI y XIV.

Coincidiendo con este período de estabilidad y de baja incidencia del régimen de inundaciones fluviales, la ciudad medieval amplía sus límites superando de forma definitiva la marca imperial e incor-porando al nuevo recinto Almohade la parte de la llanura aluvial por donde se había desplazado el Guadalquivir desde época romana hasta entonces, esto es: la franja occidental del actual casco histó-rico. Un análisis espacial conjunto de la evolución del meandro urbano del Guadalquivir y de la estructura urbanística general de este casco antiguo permite apreciar cómo la cerca árabe se adapta, a grandes rasgos, tanto al meandro urbano del colector principal como al área de influencia aluvial del Tagarete.

Todo ello concuerda, en relación al área del Alcázar, con el he-cho de que sea precisamente en el siglo X- XI, cuando comience a detectarse un nuevo avance de la urbanización hacia el sector sur de la ciudad; área que, por otra parte, ya había estado ocupado por edificios, calles y otras infraestructuras de época imperial, los cuales se vieron afectados por la reactivación fluvial del tránsito romano-medieval (vid. supra). La revisión del registro geoarqueo-lógico del Patio de las Doncellas pone en evidencia la existencia de un complejo período de avances y retrocesos de este nuevo ciclo de urbanización sobre la llanura aluvial, la cual no termina de ser definitiva hasta el siglo XI, como asimismo se aprecia algo más al sur, en las recientes excavaciones de la calle San Fernando (Hunt, 2004). El registro de esta última localización también evidencia que el recinto Almohade supuso un cierto retranqueo del frente urbani-zado previamente, ya que los cimientos de la muralla cortan niveles de ocupación anterior.

El tránsito a la Edad Moderna y a los últimos siglos de la evolución de la vega urbana de Sevilla coincide con una última fase de agrada-ción aluvial, siendo los sectores extramuros más cercanos a la posi-ción del cauce del Guadalquivir los que registraron las mayores tasas de sedimentación, gracias, entre otros aspectos, al efecto pantalla que ejercía la muralla Almohade sobre el hábitat circunscrito a la misma.

Durante esta última fase, los registros de intramuros –entre los que debemos incluir los del Alcázar sevillano– sólo recogen apor-tes fluviales con ocasión de las grandes riadas documentadas para estas épocas (Borja Palomo; Ortiz de Zúñiga…). Por lo que serán las grandes operaciones de reforma y readaptación de antiguas es-tancias, zonas ajardinadas, etc. las que induzcan los cambios más importantes en el registro del Alcázar hasta el siglo XX.

Primeros niveles islámicos. Un edificio omeya. SS. IX-X

Durante el mes de Julio de 2004 se alcanzaron puntualmente los 4’30 mts. snm en el sector noreste del patio (SE XI). A esta profun-didad, más de cinco metros bajo el pavimento del Palacio, existían depósitos antrópicos con abundante material romano altoimperial, tardío e islámico, fruto de la preparación del terreno para la cons-trucción de un edificio cuya orientación es cardinal, siguiendo el esquema urbanístico romano en el sector meridional de la ciudad 4. Dada la inmediatez del alfar localizado en el mismo lugar en 2002 (los hornos están a 8 mts. al Sur de dicho muro) se trataría de una edificación perteneciente al mismo centro de producción en sus primeras fases, durante el califato omeya.(figura 2)

Lo cierto es que el hallazgo de niveles islámicos a esta cota refuerza la hipótesis, mantenida desde la primera campaña, de una potente

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actividad industrial extramuros previa a la urbanización de la zona en la segunda mitad del siglo XI. (figura 3)

Alfar tardocalifal y taifa inicial. Siglo XI

En la campaña anterior se reconocieron varios hornos en el sector suroccidental del patio. Ahora, estudiado el resto de este espacio, se han localizado estructuras de mampostería que parecen abrazar, al menos por el Norte y el Este, a las cámaras de cocción. Especular sobre la vinculación de estas estancias con los hornos resulta obliga-do dada la contigüidad, su misma cota y su aparente complemen-tariedad (los hornos necesitan dependencias de almacenamiento y manipulación). Sin embargo, en el interior de estas dependencias no se han localizado restos vinculables a un alfar (tampoco a otra actividad). El único suelo rescatado, situado a la profundidad de 6’89 mts. snm es de cal apisonada sobre un preparado de dess. Los muros son de 0’52 mts. de espesor y siguen por tanto la tradición omeya tal vez fundada en la métrica rassassí. Su mampostería de acarreo con tendencia a la horizontalidad, su falta de cimentación, su mortero de barro sin cal, indican además de la cronología consa-bida, la existencia de un espacio de ocupación de una única planta, pero eso sí, preparada con un buen pavimento. Debe comprenderse que en el siglo X y XI un pavimento de cal preparada no es propio de un almacén, por lo que debemos ser prudentes a la hora de esta-blecer filiaciones y dejar la puerta abierta a la existencia dentro de este panorama periurbano de comienzos del milenio, de edificacio-nes de diferente uso, manifestando un panorama en cualquiera de los casos muy irregular en términos de urbanismo. (figura 4)

De ser cierta la vinculación de los restos citados con la alfare-ría tardocalifal localizada en la campaña previa, existirían tres fases constructivas de la misma a lo largo de las décadas finales del siglo X y las primeras del XI, cada una de las cuales supuso la preparación del terreno previo arrasamiento hasta cimientos del edificio previo. Dicha actividad provocó en esta zona limítrofe con el río una subi-da de nivel de dos metros en menos de un siglo

El trasfondo de lo expuesto es muy superior al que parece si se hace una lectura rápida de los párrafos anteriores. Podría resultar poco importante la presencia o no de un alfar en el siglo X o en el XI en este lugar, o que a esa cota en el entorno aparezca un urbanis-mo romano bien definido, o que la orientación de los muros sea la previa a las reformas almohades, etc...Pero no puede escapársenos un hecho trascendente: ¿Cómo es posible que un alcázar recién le-vantado, con una monumentalidad y factura poco habitual en la época, situado extramuros junto al puerto, pudiera convivir con una industria que ocuparía todo el espacio adyacente?

En fin, no es que pueda descartarse un abigarramiento urbano de ese tipo en la Sevilla tardocalifal, pero es una idea no demasiado fácil de defender. Por el contrario sí es más lógico un panorama en el que la ciudad, aún sin alcázar, ubica junto al río Tagarete, junto a su desembocadura, una industria, un barrio, un cementerio, etc...

Destrucción, abandono e inundación del alfar. S. XI

En la campaña anterior se observaron deposiciones fluviales cuya magnitud excedía la de una simple inundación al ser responsables no sólo de la desaparición de las cámaras, sino de una subida considerable de nivel del terreno. Dichas deposiciones están presentes en el resto

del patio, si bien, junto a los muros se aprecia un cierto buzamiento general hacia su centro cuya explicación se nos escapa. Tal vez una ex-plicación razonable sería que tras el abandono causado por las últimas inundaciones y las posteriores deposiciones de limo, se iría formando un panorama de basurero con montones de tierra y cenizas.

Los materiales cerámicos de esos niveles se encuadran en el siglo XI y entre ellos abundan no sólo las piezas de alfar como birlos y atifles procedentes de la fase previa, sino piezas de todo uso y fun-ción junto a restos óseos, que delatan una función acumulativa de desperdicios urbanos diversos. En otras palabras, pienso que es po-sible que tras la destrucción del alfar, y antes de la urbanización del sector, éste estuviera abandonado durante algunas décadas en las que el terreno siguió subiendo de nivel gracias al vertido de detritos procedentes de la ciudad o de la cercana zona portuaria. Ibn Abdún a inicios del XII describe el sector meridional de Sevilla como la Pradera de la Mary al Fidda, reivindicando su uso como cementerio para aliviar la superpoblación de los ya existentes. Esto indica una inexistencia de uso que coincide con el panorama de escombreras y basureros expuesto (IBN JALDUN).

En este contexto debemos introducir una discusión de notable interés para la comprensión de los usos de este sector periurbano en el siglo previo a la gran urbanización abbadí de la segunda mitad del siglo XI.

En el sondeo SE XI, en el ámbito de la unidad 1256 fue localiza-da una pieza de mármol de pequeñas dimensiones pero de cierto valor científico. Es un fragmento de lápida funeraria que formaba parte del basamento de una de las mochetas de la vivienda abbadí-almorávide situada sobre los rellenos que estamos comentando. Se trata de una pieza de acarreo cuya procedencia desconocemos pero cuyo significado afecta directamente a la interpretación histórico-urbana. Enmarcada por una cenefa trenzada se distribuyen cuatro líneas epigráficas incompletas en caligrafía mozárabe.

La Transcripción es:

“TV....REGALII....IVLIIBISQI...(XT)REM...”

El único paralelo documentado en Sevilla es una lápida del Museo Arqueológico Provincial fechada hacia 1020, procedente de Córdo-ba y perteneciente a la Colección Gestoso.

El lector comprenderá el extraordinario valor de una pieza funera-ria mozárabe, en esta zona de Sevilla, cercana en el tiempo al cam-bio de milenio y formando parte de una construcción que supone la urbanización definitiva del sector.

En efecto, una lápida de dimensiones tan reducidas, que forma parte de una construcción hecha con piezas menudas de acarreo procedentes de las inmediaciones, “debe” proceder igualmente de las inmediaciones. Es una pieza no valorada en absoluto por el constructor, que la usa junto a un trozo de ladrillo, porque la tiene a mano y es plana. Ahora bien, ¿Qué hace una lápida funeraria mozárabe tal vez del siglo XI es esta zona de Sevilla?

Debemos tener en cuenta que los mozárabes permanecieron en Sevilla hasta mediados del siglo XII, momento en el que según Ibn Abdún estaban mal vistos por los almorávides y también por la

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población sevillana, habiendo constituido hasta el siglo X tal vez el mayor contingente demográfico de la ciudad. Por otro lado antes de la construcción del alcázar existía una iglesia bajo el patio de Banderas (Bendala y Negueruela 1980: 335) y como es sabido los cristianos mozárabes se enterraban en sus parroquias o en sus inme-diaciones. Si a esto se suma la especulación referente a una posible datación del primer alcázar ya en el siglo XI y no en el X como hasta ahora se creía, la conclusión es cuando menos llamativa:

“Es posible que la Iglesia localizada extramuros bajo el Patio de Ban-deras, identificada por muchos como la Basílica de San Vicente desde el siglo IV d.C. perdurara hasta el siglo XI, siendo eliminada directamen-te para levantar el alcázar de Ibn Abbad”

Edificio taifa-almorávide. Siglo XI-XII

En las décadas centrales del siglo XI los terrenos a occidente del al-cázar comienzan a estabilizarse mediante un programa de nivelación que supone una subida de cotas superior al metro y medio antes de iniciarse la urbanización del sector. Los primeros suelos abbadíes de los palacios descubiertos bajo la Montería están a la cota 8’96 snm, los excavados bajo las Doncellas a 7’75 y los del Príncipe so-bre 7’25; en el Archivo de Indias los edificios taifas localizados por F. Pozo se sitúan a 7’60 snm. Cada uno de ellos fue levantado de modo independiente, con condicionantes y orientaciones distintas, lo que nos permite deducir que no existió un diseño preconcebido del urbanismo, al contrario que en el período almohade.

En esta campaña fueron localizadas estructuras contiguas a las localizadas en el sector Suroccidental (Tabales 2003 b:6) pertene-cientes al mismo edificio abbadí, junto a los restos de un inmueble diferente; entre ambos se localizó un espacio triangular que absor-bía sus diferentes orientaciones y recogía los desagües del interior. Se trata de una posible calle en sentido Oeste – Este que coincidiría a grandes rasgos con la cota 7’25 snm hacia el centro de lo que hoy es Patio de las Doncellas.

Las estructuras y pavimentos de la casa situada al sur son similares a las ya avanzadas en 2002; es decir, suelos de cal apisonada, muros de ladrillo de un pie (módulo fino), orientación similar a la del actual palacio (en contraste con la posterior almohade), idénticas cotas en torno a los 7’40 mts. snm, etc... (lámina II) En la zona de la casa excavada ahora se suceden tres pequeños tabiques pertene-cientes a un posible poyo de cocina. (figura 5)

Por el contrario, el edificio localizado al otro lado de la calle, del que se conservan apenas los cimientos y unos centímetros de alza-do, aunque participa de las mismas cotas y cronología, muestra ca-racterísticas constructivas y una orientación diferente (figura 6). La fachada, situada al sur, no es recta; existe un quiebro que coincide con uno de los accesos hacia el interior y que divide dos estancias constituidas por muros de diferente factura. El ámbito situado al Oeste dispone de una fachada y muros interiores de 0’45, de tres hojas a base de mampuestos menudos, sillarejos y sillares reutili-zados tomados con barro y núcleo irregular. Por el contrario, el situado al Este dispone de muros de 0’60 y 0’50, también de tres hojas pero con piezas mejor seleccionadas entre las que abunda el material de acarreo y ladrillos de un pie de módulo fino. En ambos casos hay una mal lograda tendencia a la horizontalidad y en gene-ral predomina el material de dimensiones menudas.

Las fábricas citadas son similares a las de otros edificios islámi-cos coetáneos del entorno y del mismo alcázar. Así, los muros de mampostería, con piezas mayores en los extremos y cascotes me-nores internos, recuerdan mucho a los detectados bajo el patio de Banderas en 1999, o el excavado al Norte del Patio de la Montería. Las fábricas mixtas por su parte, recuerdan al testero meridional del gran Palacio Almohade del Crucero, situado bajo el Palacio Góti-co, descubierto durante las excavaciones de 1998 y aún visible en la escalera del sótano alfonsí (2003 a: 132)(5). Estos muros son diferentes de los del edificio contiguo, en el Patio de la Montería, que venimos denominando de Al Mutamid por la inscripción en él rescatada y que son coetáneos tanto en su construcción como en su drástica eliminación, sin reaprovechamiento alguno por los almohades. Se trata en ese caso de muros de ladrillos de un pie homogéneos que si bien siguen tomados con barro, representan un salto cualitativo respecto a la irregularidad de los primeros. (Tabales 2000 a:13)

En el edificio abbadí rescatado bajo el Patio de las Doncellas exis-ten dos accesos que coinciden precisamente con las diferentes fábri-cas, lo cual nos lleva a pensar en la existencia de dos casas distintas (figura 7). El acceso de la occidental es de 1’60 mts., bastante ancho para dos hojas de 0’80 engastadas en ejes rotatorios emplazados en resaltes de ladrillo. Daba paso mediante un escalón a un pasillo de la misma luz bajo el cual se ubicaba una atarjea que evacuaba a la calle. Al Oeste se abría una habitación de 2’20 mts de lado en una de cuyas esquinas, la que daba a la calle, se ubicaba una pequeña letrina de ladrillos. A la casa vecina se accedía desde un portón de similar luz, del que se conserva la cazoleta del eje rotatorio de una de las hojas; daba paso a una estancia de idéntica luz que la anterior, 2’20 mts. (lámina III)

En definitiva, debajo del patio de las Doncellas, se localizan al me-nos tres edificios coetáneos pero de diferente calidad y orientación. Entre ellos una posible calle parece marcar un eje radial respec-to al alcázar abbadí (probablemente recién levantado) (lámina 4). Esos edificios, junto con el localizado bajo el Patio de la Montería en 1997, la catedral y en el Archivo de Indias(6), constituirían un arrabal extramuros aparentemente mal organizado y formado por viviendas construidas de manera espontánea. Se situaría según Ibn Abdun junto al cementerio de al-Yabbana junto al alcázar, entre la muralla urbana y el puerto, llegando a ocupar la zona que en 1172 sería expropiada para levantar la mezquita aljama del califa Abu Yaqub Yusuf (7). Se trata del denominado barrio de Ibn Jaldun lo-calizado en las excavaciones de la “Acera de Levante” (Tabales et alii 2001: 115) y bajo los pilares de la catedral (Jiménez Sancho, 2002 a: 892) y la Puerta del Perdón (Jiménez Sancho, 2002 b: 901). Este arrabal fue eliminado gradualmente entre 1150 y 1172 de sur a norte a medida que avanzaban las obras del nuevo alcázar y de la mezquita (figura 8).

El análisis de las muestras polínicas tomadas en el Patio de las Doncellas permite observar el tránsito en el espacio desde la desapa-rición de los alfares a mediados de siglo XI hasta la plena ocupación del barrio abbadí-almorávide hasta mediados del siglo XII8. Tene-mos recogidos dos horizontes ambientales diferentes para ambos casos. Así, los rellenos que amortizan los hornos tras su destrucción contienen un espectro polínico propio de pastizales, recuperándose las gramíneas silvestres y llantenes. Tras la urbanización del sector los pólenes presentes en los niveles fundacionales delatan un medio

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en el que aparecen especies típicas del bosque mediterráneo, auque también aparecen especies utilizadas con una función ornamental, tales como nogales, avellanos y mirtos. Pero es el estrato herbáceo el dominante, destacando las gramíneas compuestas junto a las silves-tres, que delatan la existencia en el entorno inmediato de pastizales. En este contexto se aprecia la presencia de plantas nitrófilas que indican una clara influencia antrópica. La humedad del terreno se hace patente mediante la aparición de ranúnculos junto a helechos, juncos, castañuelas y algas, dentro de un estrato acuoso.

Las muestras tomadas en el interior de la atarjea de una de las viviendas bajo el patio de las Doncellas muestran ya un cambio muy evidente en la vegetación, compuesta ahora por un alto com-ponente arbóreo, que predomina frente al herbáceo, destacando las encinas, los olivos, enebros y pinos, junto a arbustos como tomi-llos, brezos y mentas. Las herbáceas dominantes son los cenizos, las zanahorias silvestres y algunas gramíneas. Se trata en general de un ambiente antropizado dentro de un terreno con abundante bosque mediterráneo. Dentro de una letrina de la casa las muestras vuelven a indicar la presencia de gramíneas compuestas y nitratos en un contexto de bosque mediterráneo.

La conclusión es clara, pues en los momentos previos a la cons-trucción del barrio, a mediados del siglo XI, se aprecia una coexis-tencia de actividad ganadera en un medio muy cercano a la rivera dentro de un medio arbóreo mediterráneo generoso, mientras que al iniciarse la urbanización del sector en la segunda mitad del XI e inicios del XII, se definirá un ambiente muy diverso en el que convivirán a la vez los árboles ornamentales y algunos arbustos que pueden indicar la presencia en los espacios interiores de un tipo incipiente de ajardinamiento no demasiado complejo; y esto junto a zonas de pasto muy cercanas al río. El paisaje concuerda con lo que las estructuras y el urbanismo parecen indicar, que no es otra cosa que la cercanía de un barrio recién construido a un río tal vez más cercano al alcázar que en la actualidad y en cualquier caso mu-cho más influyente. Junto al barrio zonas de pasto que evidencian una actividad ganadera no demasiado desarrollada pero presente, y sobre todo, con una cercanía al bosque no humanizado impensable tan solo un siglo después

Palacios almohades. Segunda mitad del siglo XII

El barrio extramuros descrito tuvo una vida corta pues tras la lle-gada de los conquistadores almohades fue literalmente arrasado y sustituido por una nueva urbanización regular perteneciente tras su amurallamiento al nuevo alcázar.(Tabales 2002 b: 265)

Una interpretación posible para la citada operación podría en-contrarse en las circunstancias que rodearon a la ciudad durante los primeros momentos de presencia almohade. Según Ibn Idari, Abd al Mummin, conquistador de Sevilla en 1147, reforzó la ciudad con un contingente militar formado por dos hermanos del Mahdi Ibn Tumart cobijándoles junto al “barrio del cementerio” (Hawmat al-Yabbana) próximos al alcázar, donde residían los jeques almo-hades y el responsable del gobierno “Majzan” de modo que todos los mogrebíes estuvieran cerca. Pronto provocaron inicialmente el recelo de sus habitantes y posteriormente el rechazo más hostil ante la “depredación” a la que fueron sometidas las casas prestadas o compartidas a tal fin:

“No cuidaron sus alojamientos, comenzaron a quemar sus techos, a convertir sus casas en cuadras …pues eran mala gente, por lo que al poco los edificios estaban estropeados, alargándose las ma-nos de sus secuaces contra los andalusíes próximos a ellos, que de ellos huían…sin que Abd al Mumin supiera nada hasta que se le comunicó”(9)

Ante la protesta ciudadana, el gobernante decidió levantar una nueva alcazaba amurallada en la cual instalar a sus tropas. Esto su-cedió en torno a 1150, época en la que se justificarían los niveles relacionados con la erección de nuestra muralla. En el interior de este recinto se levantó un complejo palatino castral en el que los edificios se ubicaron ordenadamente pero apiñados, sin apenas di-ferencias jerárquicas aparentes. (figura 9)

El uso de dichos palacios varió sin duda durante los dos siglos pos-teriores; de hecho la arqueología demuestra un proceso constante de transformación regido por los mismos principios de atomiza-ción de los espacios y de simplificación de los patios ajardinados. En algún caso las transformaciones fueron más drásticas, como en la casa excavada al sur del Patio de las Doncellas, en la que se edifi-caron nuevas galerías al simplificarse el espacio de su patio debido a la afección de las obras del palacio alfonsí del caracol en el siglo XIII. El gran palacio de Pedro I acabó definitivamente en 1356 con una buena parte de este barrio. El resto aún perdura en gran parte, al menos en lo sustancial, bajo los recubrimientos y ornatos de las denominadas casas del Asistente y de la Contratación.(figura 10)

La campaña de este año ha contribuido a mejorar nuestro cono-cimiento de la planta de los inmuebles almohades situados junto al alcázar abbadí (recintos I y II), así como de las reformas emprendi-das en ellos con anterioridad a su desmonte en 1356.

La cuestión planteada tras la excavación de 2002 en el patio con-sistía en si el espacio triangular que los edificios almohades situados bajo la Montería y el palacio mudéjar iban dejando al Este, junto a la muralla occidental del alcázar abbadí, fueron utilizados como corrales de servicio o zonas de actividad secundaria. Se recordará que dicha irregularidad formal era el fruto de la adecuación de di-chos palacios a un eje diferente al marcado por el alcázar antiguo (Tabales 2001 b: 7).

Pues bien, ha quedado demostrado que en el citado espacio trian-gular, bajo el Palacio de Pedro I se edifica otro palacio independien-te regido por los mismos principios de orientación que los demás (los situados bajo la Montería, Príncipe, Asistente, Contratación y Doncellas occidental). Dicho inmueble se organiza del mismo modo, es decir, crujías alargadas con luces menores de tres metros en torno a un patio central cuyo lado Este y su crujía contigua se adecuarían a la muralla del alcázar.

En síntesis, en lugar de corrales u otras dependencias, cosa que vemos en el palacio de la Montería, los almohades aprovechan el es-pacio para construir otro edificio. La irregularidad de su planta no hace más que valorar la rigidez y organización de un diseño castral cuyo eje director es distinto al que por lógica debiera imperar, que no es otro que el de la muralla occidental del alcázar.

En total, bajo el Palacio de Pedro I, y por tanto destruidos por completo por él, se ubicaban cinco edificios diferentes.

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Palacio 1. Al Sureste del Palacio de Pedro I. Situado en el ángulo formado por la muralla occidental del segundo recinto del alcázar (abbadí) y el lienzo meridional de la muralla del tercer recinto de origen almohade.

Palacio 2. Al Sur del Palacio de Pedro I. Localizado en 2002 en el sector suroeste del Patio de las Doncellas. Se organiza en torno a un patio cuyo centro se situaba bajo la galería occidental del patio.

Palacio 3. Al Suroeste del Palacio de Pedro I. Situado fundamen-talmente bajo la mitad Sur del Patio del Príncipe. Se localizó en la campaña de 2000. Se distribuía bajo el Patio del príncipe y el sector occidental del Palacio de Pedro I. Su centro estaría bajo la galería del Príncipe. Lindaba con el palacio 2 mediante el gran eje Norte Sur, que servía de eje central de la ampliación almohade, ubicado bajo el Salón de Embajadores,

Palacio 4. Al Noroeste del Palacio de Pedro I. Situado al sur del de la Montería. Separados ambos por una medianera en la que se abrían originalmente puertas de comunicación. La campaña de 1997 demostró que se organizaría en torno a un patio cuyo centro se situaría en el sector del vestíbulo y acceso a los Baños del Palacio de Pedro I.

Palacio 5. Al Noreste del Palacio de Pedro I. De reducidas dimen-siones, es el único que mantenía una orientación regida por la muralla del alcázar. Sus restos se excavaron en 1997 (Corte I de la Montería)

A esta relación se debe añadir el Palacio de la Montería (Tabales 2001 a: 224) situado al Norte del Palacio de Pedro I, y colindante por tanto con los citados palacios 4 y 5. Los palacios de la Contra-tación y del Asistente formarían parte también del sistema introdu-cido por los almohades en el interior del tercer recinto.(figura 11)

Todos están organizados según el mismo patrón arquitectónico. Así, sus plantas se organizan en torno a patios rectangulares junto a los cuales se desarrollan cuatro crujías alargadas de luces cercanas a los tres metros con alcobas en los extremos separadas por arcos apoyados en pilares. Sólo los patios de la Montería y del Príncipe (nº 3), además del de la Contratación, nos aportan información so-bre sus ajardinamientos, siendo todos ellos hundidos respecto a los andenes normales. En el de la Contratación existen claros indicios de ajardinamiento anterior al actual de crucero pero siempre con la existencia de arriates hundidos y piletas enfrentadas como base del esquema (Vigil Escalera 1992: 44). Los dos casos restantes son similares en cuanto al ajardinamiento deprimido cruzado mediante andenes también rehundidos y, al menos en la Montería, con an-denes cruzados sin piletas de ningún tipo. El conocimiento arqueo-lógico de los patios de los cuatro palacios restantes afectados por la obra del palacio mudéjar es insuficiente aún y no nos permite otra cosa que hipotetizar soluciones parecidas dadas la similitud formal, funcional y material de los inmuebles.

La comunicación entre los distintos núcleos habitacionales no se conoce al completo pero sí hay evidencias que aportan algo de luz y que indican entre otras cuestiones que un buen número de ellos no sólo compartían medianera sino también aperturas originales en las mismas lo que permitía el tránsito directo; es el caso del palacio de la Montería y el nº 4, comunicados mediante una puerta estrecha. Entre el nº 1 y el 2 una medianera similar separaba ambos núcleos pero no hemos podido localizar paso alguno. El caso del de la Mon-tería es especial pues allí sucede algo parecido a lo que detectamos

en los edificios almohades del Patio de Banderas (2002 f: 61); un pasillo estrecho y alargado separa físicamente los edificios conti-guos (Contratación y Asistente) remarcando la importancia del eje Norte Sur que articula toda la operación y se convierte a su vez en eje exterior de distribución al permitir seguramente el tránsito a todos los edificios adyacentes(10).

En síntesis, podría decirse que gran parte de los edificios de esta tercera alcazaba estaban comunicados entre sí, estando separados al menos en dos bloques, a Oriente y Occidente del estrecho adarve situado bajo el actual pasaje de Antón Sánchez en el Patio de la Montería.

De las puertas interiores puede afirmarse que no sobrepasaban los dos codos mammuníes, a excepción de la de la crujía occidental del patio de la Montería donde una bífora asentaba su columna central (perdida) sobre un capitel califal invertido que le servía de apoyo.

Para acceder a todo este conjunto cercado (que sepamos compues-to por ocho palacios) debía salvarse la Gran Portada Monumental del León, todavía en pie aunque muy alterada por las actuaciones realizadas por Pedro I para agilizar el tránsito hacia el palacio mu-déjar (Tabales 2002 d: 195)(11).

Para poder levantar este conjunto, además de construir una cerca de tapial, se derribó el barrio abbadí formado un siglo antes a nivel de cimientos. El terreno fue compactado previa extracción de los materiales reutilizables de tal modo que el desnivel existente entre los distintos edificios previos fue ahora matizado y, aunque en la parte meridional todavía los pavimentos eran algo más bajos, el as-pecto general debía resultar bastante homogéneo. La construcción almohade inició ya intramuros la tendencia a nivelar continuada por todos sus sucesores hasta nuestros días.

El resultado general debió ser muy homogéneo a juzgar por las similares dimensiones de cada uno de ellos y por los materiales em-pleados en su construcción. Es probable que la Casa de la Contra-tación perteneciese inicialmente a alguno de los jefes militares para los que fue concebido el nuevo recinto, pero su espectacular patio no sería muy diferente ni mayor que el descubierto bajo el Patio de la Montería, igualmente deprimido y con andenes de crucero pero sin piletas ni estanques. El resto debieron ser muy similares en el lujo y terminación; en cualquier caso se trataba de edificios anexos al palacio principal, situado en el segundo recinto, bajo el actual palacio gótico del Caracol. El primitivo alcázar, recinto primero, acogería núcleos como el palacio del Yeso, reformados desde el siglo XI, y tal vez la primitiva mezquita, los baños, y demás dependencias militares y palatinas.

En general se usaron muros de ladrillo de pie y medio de espesor sin apenas cimentación, en ningún caso con zapatas, y de dos pies para las medianeras. De ese modo se organizaron estancias alarga-das de unos 5-6 codos de luz en cuyos extremos se resaltaban las alcobas mediante pilares y arcos. Es probable que en alzado dichos muros fueran completados con cajones de tapial e incluso en algún caso se levantaron paredes con dicha técnica desde cimientos(12). Los escasos recubrimientos localizados son enfoscados de cal de es-casa calidad, probablemente ya cristianos (no olvidemos que estas casas se habitaron tras la conquista durante cien años antes de su eliminación). Es posible que originalmente la mayor parte sino to-

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dos dispusiera de zócalos con lacería a la almagra cuyos fragmentos aparecen en los rellenos posteriores a su eliminación. Tal vez algu-nos pórticos mantuvieran arquerías enyesadas como en la Contra-tación, pero no hemos tenido la fortuna de rescatar ninguna de época almohade. Los pavimentos recuperados responden a técnicas distintas; así, en una de las estancias del palacio nº 1, se disponía un suelo de dess a la almagra mientras que en la Montería se echaron suelos de losas rectangulares (de 0’16 x 0’21 x0’02 mts) dispuestas a hueso helicoidalmente. En otras estancias se colocaron losas a la palma de un pie con juntas de cal. No se apreciaron alizares ni restos de cerámica vidriada in situ.

Respecto a las Instalaciones debemos apuntar algunas evidencias de interés:

La red de alcantarillado no ha sido localizada en todos los edi-ficios; sin embargo sí se detectó la presencia de un gran colector abovedado con ladrillos (excavaciones de 1997 en la base de la torre suroccidental del alcázar primitivo), el cual procedía de las letrinas del Palacio del Yeso, para, atravesando el Palacio de la Montería, di-rigirse hacia el de la Contratación. Suponemos que esta alcantarilla (de 1’5 mts de altura) recogería las aguas sucias de los principales edificios de esta zona para conducirlas hacia el Guadalquivir por el lado Oeste. Por su parte los palacios 1 y 2, situados bajo el posterior patio de las Doncellas conducía sus atarjeas hacia un colector algo menor dirigido hacia el Sureste, tal vez para enlazar con la alcanta-rilla principal detectada en el pasillo de los Baños de Doña María de Padilla en 1999 (SE VII) y que evacuaba hacia el Tagarete. En definitiva, aparentemente se aprovecharon las dos vaguadas natu-rales, a Oeste (Guadalquivir) y al Sur (Tagarete) para desaguar las aguas fecales de los distintos inmuebles.

Sólo se localizaron letrinas de este momento en el Palacio de la Montería, y en ese caso (SE II-1998), la plataforma de losas con usillo central, situada en uno de los ángulos del patio, daba paso a una pronunciada atarjea que desaguaba en una profunda fosa sép-tica individual. Entendemos que desde las cocinas y otras letrinas mayores (como las del Palacio del Yeso) sí se abrirían desagües diri-gidos hacia dichos colectores.

El abastecimiento de agua se garantizaba desde alguna noria o toma situada en un punto indeterminado en dirección hacia el Pa-lacio de la Contratación; así lo demuestran las conducciones de plomo que alimentaban la fuente central del palacio almohade de la Montería, localizadas bajo los andenes normales y el andén Norte del crucero. No se han rescatado evidencias similares en el resto de los núcleos palatinos hallados; sin embargo este dato viene a apoyar la cronología establecida para este tercer recinto en la década de los cincuenta del siglo XII ya que es a partir de 1172 cuando la cons-trucción del acueducto de los caños de Carmona y su derivación hacia el alcázar permita el abastecimiento desde el sector opuesto al citado.

Una organización como la detectada en el interior del tercer re-cinto del alcázar no tiene paralelos conocidos en al-Andalus si ex-ceptuamos la planificación de Medinat Al Zahra dos siglos antes. Con toda claridad se trató de una fundación diseñada sobre plano siguiendo un esquema racional conforme modelos clásicos o per-sas (Jiménez, P. y Navarro, J. 2001, 75). Las fundaciones islámicas orientales de nueva planta como Amman, Anyar, Aqaba, Qasar al-

Hayr, Tuba, etc... se rigen por principios ortogonales que a veces como en Anyar son prácticamente romanos al incorporar un cardo y un decumano. La misma Bagdad se organiza radialmente dentro de un plano circular.

Sin embargo, incluso en aquellas ciudades que como Murcia fue-ron levantadas ex nuovo con una planificación predeterminada se advierte con el tiempo una transformación en madinas irregulares con adarves y callejones intrincados como fruto de la saturación y de la concepción intimista de la vivienda musulmana.

No es este el caso que comentamos, al pertenecer las casas del recinto tercero durante los dos siglos en que permanecieron en pie, a personajes de la corte o de la familia real y no verse sometidas por tanto a la presión demográfica constatada en la madina durante toda la Baja Edad Media.

De aquella urbanización hoy sólo se conservan parcialmente los palacios de la Contratación y del Asistente; el resto desapareció bajo los cimientos del Palacio Mudéjar de Pedro I. Es difícil precisar en los dos casos citados el esquema original almohade y su delimita-ción exacta pues han sido reconvertidos y alterados en su orna-mentación. En el caso del Palacio del Asistente la Galería de Antón Sánchez, construida en 1588 cercenó su mitad oriental, mientras que en el de la Contratación se reformaron sus galerías para incor-porar nuevas plantas. Sí se conservaron sus respectivos patios, muy reformados durante el período bajomedieval (13).

Los estudios paleobotánicos emprendidos por Gómez y Ubera evidencian durante el período almohade la transformación radical del sector sur de Sevilla, ajustando su urbanismo a los márgenes flu-viales e incluso acomodándolos parcialmente según las necesidades defensivas. Las zonas que ante habían estado ocupadas por vivien-das o por pastizales comenzarán ahora a edificarse previo aterraza-miento y acomodo del terreno, reduciéndose considerablemente las zonas vacías o jardines. En este contexto, bajo el patio de las Don-cellas, pudieron ser analizados dos niveles vinculados a las obras del edificio almohade identificado como nº 1, perteneciente al tercer recinto almohade y fechado relativamente a inicios de la segunda mitad del siglo XII. Se trata de terrenos de preparación previos a la construcción del inmueble por lo que reflejan un ambiente anterior al inicio de las grandes obras, que en este sector no dejarían de suce-derse durante dos siglos. Se aprecian en dichos niveles un aumento de gramíneas silvestres que propicia un ambiente vegetal propio de un pastizal donde la nitrófila es ocasionada por el abandono, lo que lleva a la instalación de especies como compuestas y jaramagos, desapareciendo la vegetación de zonas inundadas.

OBRAS CASTELLANAS ENTRE 1248 Y 1356

La llegada de los castellanos al alcázar en 1248 tras el largo asedio de Fernando III supuso un cambio de manos sin paliativos. En el resto de la ciudad las capitulaciones reconocen las posesiones de sus habitantes, al menos hasta la revuelta mudéjar, pero el alcá-zar, como es lógico, pasaría directamente a control de la corona castellana. Los diversos recintos que configuraban la compleja red militar organizada por los almohades serían acondicionados para acomodar al monarca y a sus colaboradores más allegados, lo cual repercutiría inmediatamente en la fisonomía de las edificaciones islámicas.

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Es sabido que durante los decenios siguientes se fue levantando el gran palacio gótico del Crucero (o del Caracol) sobre los restos de lo que fuera el núcleo almohade más importante. En campañas anteriores se han aportado los informes relativos a dicho proceso de superposición; en ellos se especifica la división interna fundamental del edificio islámico a la par que se establecen las pautas construc-tivas del proceso, caracterizado por la eliminación de una parte del antiguo patio del Crucero y el soterramiento ordenado y posterior aterrazamiento del extremo meridional (Tabales 2002 c: 61). Di-cha implantación aún puede apreciarse en la actualidad en todo su esplendor bien es cierto que matizada en su comprensión por las obras barrocas emprendidas en el sector del patio tras el terremoto de 1755. Todo el recinto segundo, ampliado bajo el dominio abba-dí, fue por tanto alterado por dicha empresa aunque conservando parte del jardín almohade.

Pero ¿Cuales fueron las pautas de ocupación del resto del conjun-to palatino tras la conquista?

Por fortuna tanto las excavaciones del patio de la Montería como las del patio de las Doncellas, ambos eliminados en 1356 para le-vantar el Palacio Mudéjar, arrojan alguna luz al respecto. En ellos se advierten alteraciones que reflejan plenamente la mentalidad y necesidades de los nuevos ocupantes. Lo cierto es que en la Mon-tería algunas estancias del palacio almohade se compartimentan para generar nuevas habitaciones pavimentadas ahora con losas ce-rámicas a la palma. Los zócalos de lacería desaparecen sustituidos por simples enfoscados de cal mientras que en el patio los andenes de crucero se ensanchan en el centro mediante una plataforma de ladrillos que acogerá un pozo que sustituye al antiguo surtidor. Se trata de pequeñas reformas pero muy significativas ya que sin duda se traducen en una simplificación estética del edificio.

En el Patio de las Doncellas la campaña de 2004 ha permitido po-ner en evidencia la intencionalidad, necesidades y condicionantes de los castellanos del primer siglo posterior a la conquista.

En general las edificaciones almohades ubicadas en el interior del tercer recinto del alcázar van a conservarse tras la toma de la ciudad. Gran parte de esas casas, en concreto las situadas al Oeste del citado recinto aún permanecen hoy día en pie, si bien muy transformadas, pero otras, los citados palacios 1 al 5, situados bajo lo que luego serían Montería y Palacio de Pedro I, serían eliminados en 1356.

Lo primero que se aprecia si cotejamos un plano del palacio al-fonsí del Caracol, antes citado, es que no se adapta con exactitud al extremo meridional del recinto fortificado, sino que añade una gran estancia, la Capilla, hacia el Oeste, trascendiendo la muralla abbadí, que queda ahora embutida en el interior del edificio gótico. Con esta operación los dos recintos (II y III) del antiguo alcázar islámico perderán su carácter independiente y gracias a ella una buena parte de los edificios de este tercer recinto permanecerá en pie una centuria más.

La Capilla del palacio gótico se construye en el espacio oriental del palacio almohade nº 2 del tercer recinto, localizado en los son-deos SE X y SE XI/XII.. Esto supone la eliminación de la crujía contigua a la muralla y de la parte anexa del patio. Sin embargo, el resto de la casa almohade permanece en pie junto a las espaldas de la capilla. En otras palabras, se elimina lo imprescindible para no desaprovechar espacio habitable.(figura 12)

En la citada casa nº 2 se plantean las reformas oportunas para ha-bilitar la vivienda tras la ablación de su mitad oriental. Se manten-drán las crujías y la división funcional, cambiando de pavimentos, y sobre todo, transformando lo que quedaba de patio. El nuevo patio estará dotado de una galería perimetral de la que se han recupera-do tres pilares rectangulares de ladrillo que suponíamos soportaban arcos que no se han conservado. El patio almohade daba paso por tanto a un patio mudéjar porticado al menos en dos de sus lados. (lámina V)

Se habilita ahora un sistema de atarjeas de gran sección que pe-netra bajo el edificio desde distintos puntos buscando el centro del patio, situado bajo la Capilla gótica, donde tal vez existiera un co-lector principal que derivaría las aguas hacia el Tagarete a través de la muralla. Algo muy similar se vio en el sondeo SE VII, situado bajo el palacio gótico, donde pudo excavarse una gran alcantarilla abovedada que evacuaba los desechos del segundo recinto hacia el Sur, “atravesando la muralla de tapial”.

Las obras del palacio de Pedro I en 1356 supusieron la destrucción de todo este sector y sobre todo su aterrazamiento previa recupera-ción del material reutilizable, lo que supuso un grado de deterioro muy superior al de cualquier obra en el entorno urbano. Queda pues poco margen para el análisis de los cien años de ocupación cas-tellana, máxime cuando en amplias zonas los mismos edificios al-mohades que les sirvieron de base se conservan sólo en cimientos.

Sintetizando intenciones y pautas podría aventurarse lo siguiente:

•Lasgrandesoperacionesconstructivastraslaconquistaseconcen-tran en la sustitución del palacio principal por un nuevo edificio gótico al gusto de la época: el palacio alfonsí del Crucero.

•Estagranobrarepercutiráenelconjuntoalmohadepreviosóloen lo imprescindible para asegurar la construcción de las cuatro crujías y escaleras de caracol que configuran su planta.

•ElpalacioalfonsítrasciendeloslímitesprimitivohaciaelNorte,donde levanta una galería a costa del patio de crucero, y hacia el Oeste, donde dispone la Capilla a costa de gran parte del patio de uno de los palacios del recinto tercero.

•Elrestodelalcázarpermanecerásinalteracionesestructuralesco-nocidas hasta el siglo XIV.

•Latransformacióndelosedificiosalmohadesenesaépocapasapor la compartimentación de las estancias alargadas, cambios or-namentales y arreglos en los patios.

•Esprobablequeelrangodelosnuevoshabitantesfuerasimilaraldelos de época almohade, posiblemente militares de alta graduación, funcionarios de prestigio, etc... pero se observa cierto deterioro de la calidad estética de las viviendas como consecuencia del traspaso de manos a gentes con “distinta” concepción de la vivienda.

En otros lugares de la ciudad y de al-Andalus las viviendas mu-sulmanas, abiertas hacia el patio central y cerradas al exterior fue-ron ocupando los patios o suprimiéndolos generando un parcela-rio de propiedades alargadas con o sin corral trasero pero abiertas en cualquier caso hacia la calle mediante nuevos y mayores vanos. Aquí, que sepamos, los patios se mantuvieron como en otros mu-chos lugares, al no existir calles desde la que iluminar unas fachadas inexistentes, pero se agotaron todas las posibilidades de comparti-mentación de las alhanías perimetrales, desproveyéndose al patio de su carácter ajardinado.

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Génesis del Patio de las Doncellas

No está dentro de los objetivos de este artículo la descripción esti-lística del Palacio de Pedro I ni su análisis arquitectónico, estudiados con anterioridad y popularizados por autores como Guerrero Lovillo (1974), Ana Marín (1990) o Rafael Cómez (1996), entre otros. En su lugar analizaremos las evidencias arqueológicas recuperadas en su patio principal y a través de ellas compondremos una propuesta cen-trada primero en la definición de su ejecución y luego en la interpre-tación de su paulatina transformación y desaparición.

El Palacio fue levantado entre 1356 y 1366 por decisión del rey castellano con la participación de constructores y alarifes proceden-tes de Toledo, Sevilla y Granada, que supieron darle un acabado original para la época, sobre todo estético. Los trabajos nunca se dieron por concluidos, ni en lo relativo a las estructuras ni en lo ornamental, detectándose obras tan significativas como la de la Cú-pula del Salón de Embajadores en pleno siglo XV, o la de la planta superior durante los reinados de los Reyes Católicos o el emperador Carlos. Fue ésta una obra emprendida por una dinastía plenamente involucrada con una ciudad como Sevilla, en la que se sintió cómo-da y a la que contribuyó a potenciar (Cómez 1996: 49). La elimina-ción de Pedro I y la entronización de los Trastamaras supusieron un relativo alejamiento cuyo reflejo se hace patente en la ralentización de las obras desde 1369; finalmente, desde inicios del siglo XVI, se aceleraron las reformas dentro de un nuevo contexto de revitaliza-ción de la ciudad por parte de los monarcas.(figura 13)

La mayor parte de las incógnitas sobre la construcción de un edifi-cio como éste, emblemático para la época desde tantas perspectivas, han sido clarificadas tras las últimas campañas arqueológicas. Es cierto que el resultado final y sobre todo, el proceso de recupera-ción del patio de las Doncellas, prevalece sobre consideraciones téc-nicas de cualquier tipo, pero también es cierto que su implantación ha motivado controversias en la historiografía que parecen haberse resuelto y que pasamos a exponer. (láminas VI-VII)

Derribo y explanación

En trabajos anteriores se presentaron aproximaciones al proceso de preparación del terreno para levantar el palacio mudéjar. En ellos, gracias a las excavaciones en el Patio de la Montería (1997), Patio del Príncipe (2000) y Doncellas (2002), se advirtieron evi-dencias relativas al aterrazamiento sufrido por este sector tras el des-monte de las edificaciones islámicas previas (Tabales 2002 b). Fue aquella una operación limpia y drástica ya que fueron eliminados todos los edificios almohades levantados al occidente del antiguo alcázar sin reaprovechar ninguna estructura, excepción hecha de la muralla de tapial construida a mediados del siglo XII, localizada al Sur de dicho espacio, que fue demolida sólo en su alzado, pero que permaneció en pie bajo la superficie (cuatro metros de altura) con una doble función; por un lado serviría de pantalla de contención a los terrenos artificiales dispuestos para aterrazar el solar, y por otro, serviría de paramento de una galería semisubterranea situada tras ella utilizada como sótano del nuevo palacio a la vez que garantiza-ba una transición original entre la nueva edificación y los jardines, separados por casi tres metros de desnivel.

En las excavaciones recién practicadas en el resto del patio de las Doncellas se han localizado nuevas pruebas de esta operación. Se confirma lo publicado pero se advierten algunas novedades (figuras 14-15-16)

La primera es la constatación del derribo de los edificios anterio-

res hasta nivel de pavimentos o incluso por debajo; se extrajeron prácticamente todos los materiales de construcción, probablemente para su reutilización posterior. El hecho es que no se localizan es-combros ni apisonados del terreno como resultado del derribo. Al contrario, los rellenos que se emplean en la nivelación y que cubren los restos almohades son rellenos selectivos compuestos por tierras ordenadas y escogidas. Esta evidencia no es más que un reflejo de lo excepcional de la obra del nuevo palacio ya que lo habitual en esa época hubiera sido aprovechar los escombros para aterrazar antes de proceder a construir, cosa que sucede en el alcázar en los períodos previos y posteriores.

Lo anterior justifica la inexistencia de restos fragmentados de yeserías, pinturas murales, pavimentos, ladrillos, tapiales, mam-puestos provenientes del antiguo complejo almohade. En la zona central del patio se advierten, no obstante, una serie de huecos con-secutivos de no demasiada profundidad rompiendo las estructuras previas en los que se acumulaban algunos escombros, a mi juicio sobrantes tras la obra de explanación superior. La composición de estos basureros, mediante cascotes de todo tipo, carecía no obstante de piezas completas o claras procedentes del citado desmonte. Tal vez se arrojara allí “en una zona sobre la que no iría peso alguno” lo que sobró del proceso de acarreo. Luego veremos como esta deci-sión favoreció la aparición de asientos diferenciales en el estanque central del futuro jardín mudéjar.

Otra novedad es la que confirma la existencia de dos niveles de aterrazamiento en la zona del patio previa a la construcción del pa-lacio. Mientras en el resto del edificio (hasta la muralla) el desnivel de un metro existente entre el palacio almohade de la Montería y los situados junto a la muralla se salva mediante una cuña con distintas tongadas apisonadas, en el patio el desmonte no viene acompañado de un aterrazamiento similar sino que se mantiene aproximada-mente la cota almohade para poder levantar sobre ella los andenes y estanques. Es una operación de aprovechamiento similar, salvando la escala, a la que dos siglos antes se produjo en el palacio del cruce-ro (del Caracol). La consecuencia es que se mantuvo un gran hueco de un metro de profundidad donde luego se labraría el patio. Para que esto fuera posible debieron construirse al menos dos pantallas situadas en los límites Norte y Oeste del Patio, sobre las cuales apo-yara el aterrazamiento. Tal vez, la del lado Norte no fuera otra cosa que el muro medianero de uno de los palacios almohades localiza-dos bajo la fachada principal del palacio mudéjar. Debe recordarse, que existía un desnivel natural de algo menos de un metro entre los palacios islámicos situados dentro del tercer recinto del alcázar, lo que se traduce en que mientras en el extremo norte del palacio de Pedro I, los suelos almohades están apenas unos centímetros bajo sus muros, en los arriates del patio de las Doncellas, situados más de un metro bajo la cota del resto del palacio, los suelos islámicos están a flor de piel. Existiría ya desde época islámica por tanto, un muro que justificara no sólo el cambio de palacio sino de cota. Creemos que se situaba bajo la denominada Cámara del Rey.

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Cimentación

La excavación de los sondeos SE IX-X-XI y XII refleja la existen-cia de dos procesos diferentes en la construcción de los cimientos de los elementos del patio mudéjar:

Zapata de hormigón corrida como base del andén perimetral y de las dos albercas laterales así como de sus interiores. Está compuesta por un hormigón de cal muy compacto con cascotes latericios. Se dispone sobre el terreno mediante una zanja en forma de “U” que penetra un metro y medio bajo la fábrica, sobresaliendo de ella en algo menos de un codo (unos 40 ctms)

Zapata corrida de hormigón bajo los andenes del estanque lon-gitudinal y su interior. Su composición es de hormigón con abun-dante cal y cascotes cerámicos. Aunque consistente, su dureza es ostensiblemente inferior a la anterior; la cantidad de cal menor, y los áridos menos rígidos. La profundidad es también inferior, no sobrepasando los 70 ctms, siendo su anchura aproximadamente de un pie (30 ctms).

Ambas cimentaciones están separadas, habiéndose excavado sus zanjas en el terreno de manera diferenciada. Su composición es di-ferente, siendo la perimetral más consistente, a la par que profunda, que la del estanque central. Los terrenos sobre los que se asientan son también distintos. Así, los que sirven de base al cimiento pe-rimetral son consistentes y asentados, y son el fruto de la superpo-sición de edificios previos (tres desde los siglos X al XII), mientras que el substrato del estanque está constituido por los ya citados basureros y escombreras fruto del acondicionamiento previo del terreno, sumamente dúctiles e irregulares.

La existencia de estas escombreras bajo el estanque provocó una considerable debilidad a dicho elemento localizándose un hueco de dos centímetros bajo la zapata como resultado del asiento del terreno. Dicho descuelgue motivó la aparición a su vez de asien-tos diferenciales cuya manifestación más elocuente son las grietas horizontales visibles aún hoy en las paredes del estanque. Curiosa-mente los asientos y grietas, producidos antes del enterramiento del jardín, no incidieron en la desaparición del estanque sino en el relleno artificial de los arriates, que fueron sacrificados para que aquel funcionara durante más tiempo.

Tal vez lo más interesante de estas evidencias radique en la posi-bilidad de que la diferencia “y desunión” de los cimientos del es-tanque central por un lado y del andén y albercas laterales por otro pueda ser interpretada como un indicio de un cambio de opinión en la ejecución del diseño original. ¿Es posible que en origen sólo se concibieran dos albercas laterales, unidas tal vez por una pequeña acequia central al mismo nivel que el resto del jardín? ¿Es posible que luego dicha acequia cambiara de dimensión y se convirtiera en un estanque único? En realidad los antecedentes locales (palacio abbadí del Patio de la Montería (Tabales 2001 a: 224), tal vez el de la Contratación (Vigil 1992, 44), los de Mañara (Ojeda et alii 1993: 137), etc...) apuntan en esa dirección.

Sea cierta o no esta hipótesis, parece evidente, en cualquier caso, que la operación constructiva posterior fue unitaria; es decir, por muy diferentes que sean los cimientos, las estructuras latericias que conforman andenes, albercas y estanque son monofásicas y no exis-ten indicios de fases de construcción diferentes en su ejecución.

Al contrario, la claridad en las adarajas de las juntas muestra una operación predefinida y homogénea.

Construcción de andenes y estanques

Es sin duda la operación constructiva más señalada de la primera fase de obras del Palacio. Se recurrió a expertos en la manipulación, corte y puesta en obra del ladrillo a juzgar por la elegancia y finura del resultado. Sobre su origen poco podemos apuntar salvo algunas im-presiones personales revisables en cualquier momento. Parece eviden-te que el desarrollo local de labra ornamental con ladrillos resaltando arcos entrelazados parte de la segunda mitad del siglo XII en Sevilla, tras la construcción del alminar de su mezquita aljama (1184-1198). Dada la pervivencia e incluso mejora de dicho oficio en el mudéjar sevillano (torres e iglesias mudéjares) no sería descabellado atribuir la construcción del patio a mudéjares locales. En el mismo alcázar, en las portadas almohades del Patio del León se conserva una labor similar aunque con arcos de herradura. (lámina VIII)

Es razonable que el Rey Pedro recurriera como núcleo básico de la erección del palacio a los alarifes y albañiles locales, recurriendo a especialistas foráneos para labores puntuales como la de las puertas. Téngase en cuenta el rango de la ciudad y el número de especialistas en construcción presumible en la que de facto era capital del reino. Siendo realistas esta opción es la más lógica. Pero, sabiendo que se recurrió a artistas toledanos y granadinos para otras tareas, porqué no pensar que también fuera esta una labor encargada a ellos. En el mudéjar toledano los entrelazados con arcos ciegos de medio punto son comunes, sobre todo en torres campanario, por lo que no sería muy descabellado su presencia en Sevilla para tales menesteres.

Fuera quien fuere el autor de dicha maravilla lo cierto es que su maestría es innegable. No hay un solo indicio de discontinuidad en la fábrica, siendo difícilmente reconocibles los taponamientos de las alberquillas laterales, realizadas a mi juicio por él mismo; los enjarjes en las esquinas siguen la regla de la adaraja a la perfección, el ladrillo empleado (de 14 x 28 x 4 ctms.) es específico de la obra (módulo mayoritario sevillano almohade y mudéjar), no detectán-dose intrusiones ni reutilizaciones. Igual buena factura es la que se advierte en las llagas y listeles, no sólo compuestos por un mortero de cal excelente, sino también reglados y nivelados con exquisita homogeneidad métrica. Las piezas empleadas en los arcos resalta-dos son piezas de ladrillo completas que penetran en el interior del muro en la mayor parte de su volumen, el grueso de la obra emplea hiladas a soga y tizón. En definitiva, técnica excelente......pero inacabada.

Ornamentación

En efecto el esquema de los arcos entrelazados, terminados en todo el patio, se completaba con un lazo latericio sobre la clave de cada arco en cuyo interior se colocaba un azulejo monócromo redondo y vidriado alternando los colores verde y negro (y tal vez blanco) de manera similar a como aparecen en los arcos citados de la puerta del León (lámina 9). El lazo se conformaba mediante dos piezas de ladrillo a los que luego se les daba la forma redondeada antes de estucar y avitolar el roleo. Sobre el lazo se disponía una verdugada corrida de ladrillos resaltados que servía para nivelar la fábrica antes de colocar el pavimento superior.

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Pues bien, dicho esquema aparece completo en el límite oriental del arriate norte. En el resto, hay zonas donde los ladrillos del lazo aún no han sido redondeados; en otras es el círculo central el que está redondeado para recibir el azulejo, pero aún no se ha tallado el roleo; y en otros aparecen cuñas cónicas de ladrillo sustituyendo al azulejo. Todo ello demuestra que en el aspecto ornamental la obra no fue completada y que precisamente se dio por concluida, o pasó a otra fase mientras se trabajaba en dicha coronación de los arcos.

Los arriates recibieron, antes de su cegamiento, una capa de cal, algo más espesa que un enjalbegado que ocultaba la fábrica aunque la insinuaba, y permitía la ejecución de una incisión con vitola que remarcaba los lazos del arco y del azulejillo de la clave. De nuevo aquí se advierte el carácter inconcluso de la obra pues sólo en algu-nos lugares el citado trazo se había realizado.

En principio (Tabales 2003 b: 6) se pensó en un período en el que las alberquillas laterales convivieron con el estanque central tal vez separadas por sendos tabiques o mediante puentes. Era presumible que tras el cegamiento de las albercas y la consecuente ampliación del estanque central (ya único) dichas alberquillas delataran en sus para-mentos los restos de antiguas pinturas murales. La realidad ha sido otra, insospechada, como tantas otras cosas en el patio. Tras desmon-tar el taponamiento se observó que las alberquillas laterales nunca habían existido como tal, ya que aunque fueron labrados sus andenes y perímetro, nunca llegó a levantarse una separación con el estanque central, ni tampoco se pavimentaron, ni se enlucieron. En definitiva, fueron cegadas para ampliar el estanque poco después de haberse de-finido, a mi juicio por la misma mano que levantó el patio.

El resultado de semejante cambio en el programa no fue otro que el de la construcción de un estanque central mayor con un nuevo sistema hidráulico y probablemente incompatible con los arriates laterales deprimidos. Por ello, sólo existe un pavimento en el es-tanque, el único construido, compuesto de losas a la palma con llaga amplia y con una potente cimentación a base de tongadas niveladas de ladrillo y argamasa de cal espesa y muy consistente. En las paredes interiores del estanque se dispuso una única pintura mural de lacería mudéjar a la almagra sobre fondo blanco; se utilizó para ello un estuco muy fino sobre el que se esgrafió el esquema geométrico que le sirvió de base en la mejor tradición almohade. El motivo parece representar una composición de estrellas de ocho puntas muy similar al empleado en los paños de alicatado que ro-dean las galerías del patio (lámina 10). Nada indica que existiera con anterioridad otro estuco y tanto la disposición estratigráfica como el motivo se encuadran perfectamente en el período de la construcción (mediados del siglo XIV).

Con posterioridad, tal vez a mediados del siglo XVI, la pintura fue sustituida por otra en la que se representan ondas azules super-puestas para lo cual se realizó un preparado con golpes de piqueta para recibir el nuevo estuco, algo más tosco que el anterior. Así permaneció en uso hasta su enterramiento en 1583.(lámina 11)

El jardín

Paralizadas las labores de albañilería, estanque y jardines podían reconocerse conformando un patio, sin duda muy diferente al que los alarifes diseñaron.

Formalmente, el patio se organizaría como un rectángulo de 21 x 15 mts. flanqueado por cuatro galerías de siete y cinco arcos, solu-ción circunscrita en la arquitectura andalusí al Patio de los Leones de la Alhambra además del nuestro. Estaba presidido por un gran estanque longitudinal situado en su centro e inscrito entre los arcos centrales de los lados menores; se trataba pues de una alberca de 13’5 mts. de longitud por 1’98 mts de anchura flanqueada por sendas alberquillas o pilas menores rectangulares situadas a los pies de los arcos principales. Sus paredes sostenían a su vez andenes de 0’92 mts. de anchura que permitían el tránsito al mismo nivel que las galerías perimetrales y el resto de dependencias del alcázar. En conjunto, andenes y alberca componían una plataforma de cuatro metros de espesor elevada sobre el nivel del jardín, deprimido casi un metro respecto al suelo general.

Esta idea original fue alterada durante la construcción del estanque central de modo que “nunca” llegaron a convivir el estanque central y las piletas laterales. Los análisis efectuados durante esta campaña demuestran que el estanque fue ampliado hasta el límite del patio a costa del cegamiento de las piletas y que dicho cegamiento se reali-zó con anterioridad a su pavimentación y ornamentación.

En el interior de los arriates laterales apenas había profundidad para disponer de unos centímetros de tierra vegetal para el cultivo floral. Es probable que llegara a plantarse algún cítrico, a juzgar por los dos huecos detectados en la mitad oeste del arriate sur, pero tras las excavaciones de 2004 queda descartada esta posibilidad en el resto. Lo cierto es que la gran cantidad de hormigón dispuesta para sellar las escombreras de la obra y reforzar los cimientos de andenes y estanque no facilitaba precisamente un drenaje adecuado para el jardín, lo cual podría estar relacionado con la decisión (muy temprana) de anularlo.

El jardín, organizado por tanto como un gran estanque flanquea-do por dos arriates deprimidos en los que se dispondría la vegeta-ción, es posible que funcionara provisionalmente mientras la obra general del palacio iba tomando cuerpo. Sin embargo era evidente que debían realizarse cambios drásticos si querían solucionarse las carencias puestas en evidencia a las primeras de cambio.

Gran parte de la responsabilidad de la inoperancia del modelo se debe a mi juicio al mal funcionamiento del sistema hidráulico del que ahora hablaremos. También debe considerarse el efecto extraño producido por los restos de las dos piletas laterales, ya anuladas, pero aún conservadas parcialmente en los dos extremos.

En definitiva, el carácter provisional del primer jardín mudéjar es más que evidente, si bien los cambios destinados a solucionar los errores dejaron mucho que desear, siendo los causantes a la postre de su desaparición definitiva.

Sistema hidráulico original

El sistema empleado para mantener el estanque con agua y a la vez garantizar el riego del jardín es un reflejo claro de la intención del diseñador, transmisor de los conocimientos andalusíes ancestrales y acorde con la idea del rey Pedro de recrear un palacio islámico con el agua y la vegetación como argumento central. Las transforma-ciones que sufrió durante la Baja Edad Media son un exponente igualmente claro del cambio de mentalidad imperante en la Sevilla de los Trastamaras.

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En principio la toma de agua debió proceder del Sector Septentrio-nal, probablemente desde alguna noria situada en las inmediaciones de la Casa de la Contratación. Excavaciones en el Patio de la Monte-ría apuntan en ese orden; sólo más tarde, tras la construcción del es-tanque de Mercurio en el siglo XVI cambiaría el sentido. Ignoramos si existiría alguna conexión con la Torre del Enlace (o del Agua) desde la que se repartía agua al alcázar a través de varias atarjeas al menos desde la Baja Edad Media. En cualquier caso el estanque se llenaría desde arriba a juzgar por la ausencia de huellas de lo contrario

Es posible que existiera una fuente surtidor situada o en la galería superior Oriental o en la Occidental, desde la cual mediante un canalillo superficial se alimentara el estanque a través de un caño situado en el borde. La segunda ubicación, parecería la más elegan-te, y aunque la pendiente del suelo es hacia el Oeste, sería lógico imaginar una taza-surtidor en el centro del Salón de Embajadores del mismo modo que sucede en el Salón de la Justicia y en el Palacio del Yeso, por ceñirnos al alcázar.

La evacuación del agua se garantizaba mediante ocho sumideros diseñados simétricamente, cuatro en cada muro del estanque. De ellos sólo se conservan los atanores y la preinstalación, así como un único sumidero construido, situado en el extremo occidental del pavimento. Está constituido por una pieza cerámica troncocóni-ca de 20 ctms de profundidad flanqueada por alizares verdes muy estrechos. Se entiende que aunque no llegaron a funcionar todos los sumideros éstos hubieran garantizado el riego por inundación esporádica de los arriates laterales.

Sorprendentemente no se previó la evacuación ocasional de aguas excedentes mediante algún aliviadero situado en los arriates. Existe un hueco en el jardín Norte inscrito en uno de los arcos labrados (tercer arco oeste) que podría haber asumido dicha función, pero eso sólo garantizaría la evacuación en dicho ámbito ya que no existe nada parecido en el lado Sur. Si tenemos en cuenta la proporción de argamasa de cimientos, refuerzos y sellados, existente bajo los arriates sorprende la imprevisión ya que es evidente que tras una fuerte tem-poral, tan frecuentes en Sevilla, la inundación estaba garantizada.

No parece que llegara a funcionar dicho diseño; de hecho, in-cluso uno de los atanores para el riego (el situado en el extremo oeste del jardín Norte) se encuentra desplazado dos arcos delatando una orden improvisada de cambio de ubicación transmitida a los alarifes mientras terminaban la labra de los arcos y andenes. Está claro que antes de haber finalizado la contrata de albañilería ya se habían detectado posibles fallos en el diseño, tal vez a consecuencia de una inundación durante los años que duró la obra, y se tomaron decisiones sobre la marcha que a la postre supusieron la supresión drástica del sistema.

Ningún atanor de los ocho llegó a funcionar. El pavimento del estanque, que es el original, sólo dispuso de un imbornal desconec-tado incluso del atanor previamente desplazado del lado Oeste. El resultado por tanto no puede ser más elocuente:

El primer sistema hidráulico, al igual que lo que sucediera con el primer modelo de estanque y pilas, fue sustituido antes de ponerse en uso por lo que puede afirmarse que nunca existió un riego por inundación de los jardines, al menos tras la construcción del pavi-mento del estanque.

TRANSFORMACIONES DEL PATIO

En el caso del Patio de las Doncellas los datos reunidos durante las excavaciones de 2002 y los primeros meses de 2004 aportaron evi-dencias que permitieron establecer una secuencia razonable y lógica de transformación del espacio. Sin embargo la excavación del sector occidental del arriate Norte puso en nuestras manos toda una serie de evidencias que han permitido comprender de manera irrefutable los motivos de aquella transformación, y sobre todo, sus cronologías.

Puede afirmarse, como dijimos antes, que el patio tal y como fue-ra diseñado por Pedro I no llegó a entrar en funcionamiento. Es probable que incluso este primer diseño inacabado no fuese más que una readaptación de una primera idea, todavía presente cuan-do se labró el cimiento perimetral de andenes y piletas laterales. En cualquier caso, las transformaciones fueron constantes desde los primeros momentos hasta el año 1583, momento en el que se selló el estanque central.

En general, en el orden y en el fin, dicha evolución coincide con lo publicado hasta el momento (Tabales 2003 b: 6); no obstante los nuevos hallazgos alteran la cronología de los primeros pasos. Según nuestros conocimientos actuales la evolución constructiva del Patio de las Doncellas es el que sigue:

•ProyectoOriginalyPrimerasobras.1356.•Primercambioenelprograma.Ungranestanqueydospiletas.

1356•Segundocambio.Sólounestanqueyriegoporinundación.1356-

1366.•Tercercambioyprincipal.Sustitucióndelsistemahidráulico.Fi-

nes del XIV.•Cuartocambio.Cegamientodelosarriates.FinesdelXIV-inicios

del XV.•Eliminación.Enterramientoypavimentación.1583-1584.•Cambiosdesistemahidráulico.SigloXVIII-XX.

a. Proyecto Original y Primeras obras. 1356.

Es el momento de la ejecución de los cimientos perimetrales de los andenes y las dos piletas laterales. Se trata de una obra corrida y ho-mogénea. Nuestras dudas sobre si en estos momentos está presente el estanque central se fundamentan en la ausencia de conexión y diferencias de calidad y profundidad entre los dos cimientos. La presencia de grandes rellenos mal asentados en el centro del patio refuerza esta hipótesis ya que parecen desestimar antes de la obra la presencia de una estructura superior posterior.

En el caso de que el esquema original se hubiera completado no existiría un estanque central y en su lugar una pequeña acequia o andén hubieran servido para compartimentar, tal vez en crucero, un espacio central deprimido y amplio. Los paralelos son múltiples y aunque a menor escala están presentes en nuestra ciudad y en el mismo alcázar (palacio abbadí del Patio de la Montería, tal vez el de la Contratación (según una de las hipótesis de Vigil), los de Mañara, etc...)

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b. Primer cambio en el programa. Un gran estanque y dos pi-letas. 1356

Es sin duda inmediato al anterior (si es que aquel existió) y con-sistiría en los primeros momentos en la excavación corrida del ci-miento del estanque central, consistente en una zanja de 4’60 mts. de anchura por 0’70 mts. de profundidad, rellena de hormigón compacto aunque de menor consistencia que la del perímetro.

Preparadas las cimentaciones se inició la construcción de las es-tructuras del estanque central, piletas laterales y andén perimetral. Fue una operación en la que fueron levantados dichos elementos al unísono, sin que se aprecien jornadas o cambios de alarife. No se contempló en ese momento el cierre de las piletas laterales y su separación respecto al estanque principal, seguramente por ser esa una labor menos delicada que la de la labra de los arcos en relieve entrelazados, o quizá porque se pensara en colocar puentes de se-paración. Tal vez se pensara dejar esas tareas para contratas menos especializadas. Lo cierto es que en el lugar en el que contactan pi-letas y estanque la fábrica es homogénea, produciéndose la vuelta necesaria para generar momentáneamente un único estanque corri-do en forma de “H”.

c. Segundo cambio. Sólo un estanque y riego por inundación. 1356-1366

Como vimos atrás la labor de ornamentación de los arcos no fue rematada. Es cierto que se dieron los primeros pasos para ello al colocarse algún azulejo sobre la clave de dos arcos en el arriate Nor-te, y que en otras zonas ya se habían redondeado los ladrillos que flanquearían la cerámica y se había procedido a un encalado final que incluía el remarque avitolado del entrelazado, pero la práctica totalidad de arcos quedó sin azulejos y sin preacondicionado.

En estos momentos debió resolverse el sistema de alimentación de los estanques, como vimos arriba, que probablemente incluiría alguna taza surtidor en el Salón de Embajadores. También enton-ces se colocó la preinstalación para el riego por inundación de los jardines laterales consistente en ocho canalizaciones de atanores que atravesaban los muros del estanque y las dos piletas. En esos momentos aún no se había colocado pavimento alguno por lo que tampoco se labraron los ocho sumideros correspondientes; sin em-bargo sucedió algo que motivó una alteración en la disposición de uno de los conductos (el noroeste) ya que éste se colocó en el tercer arco de la pileta lateral y no en el primero como correspondía a la exquisita simetría manifestada por los restantes. Está claro que los albañiles recibieron instrucciones destinadas a prever una evacua-ción de agua diferente a la diseñada en ese extremo. (lámina XII)

Es entonces cuando de nuevo se altera el esquema inicial deci-diéndose el taponamiento de las piletas laterales para conseguir un estanque único central mayor. Ya se comentó que el aparejo y ma-terial así como la técnica empleada es la misma en este cegamiento que en los muros que conformaron el perímetro de los estanques por lo que parece lógico atribuir al mismo proceso de obras dicha operación que, lejos de ser superflua, significó a la postre la elimi-nación de los arriates laterales.

d. Tercer cambio y principal. Sustitución del sistema hidráuli-co. Fines del XIV- Inicios del XV

En esos momentos de la obra el estanque único en forma de H se había convertido en un único estanque longitudinal y rectangular en cuyos extremos el andén se engrosaba de un modo atípico como resultado del cegamiento de las piletas. Aún no se había colocado su pavimento cuando de nuevo, o como consecuencia de una única decisión, se desestimó el empleo del riego por inundación siendo sustituido por un sistema más racional aunque menos estético.

En efecto, el pavimento de losas a la palma del estanque se echa en esos momentos con una pendiente de cinco ctms. hacia el Oes-te, y en ese extremo se labra un único sumidero, constituido por un atanor conectado a una vasija cerámica enmarcada por alizares verdes, que, salvando el cegamiento de la pileta lateral (que rompe), se integra en una atarjea con una bóveda latericia en voladizo con tres verdugadas por aproximación integrada en uno de los arcos del andén lateral Norte. Se trata de un conducto integrado a su vez en una plataforma oblicua dispuesta sobre el nivel del jardín. Duran-te un tiempo dicho esperpento constructivo debió convivir con el jardín deprimido a juzgar por el enjalbegado de su muro externo. (lámina XIII)

No me cabe duda de que incluso dicha atarjea y su plataforma, que ocultaban los arcos recién labrados de ese sector fue construida por el mismo alarife autor del entrelazado; la técnica y el material empleados delatan esa adscripción. No es difícil imaginar el más que probable sentimiento de desazón de un alarife que tras haber empleado su tiempo en tal labor de filigrana se viera obligado a tapar parte de su obra afeando su cabecera sólo para evacuar agua, contemplando además como la gran acequia construida con ocho conductos para el riego quedaba obviada. Cualquiera podría apre-ciar por entonces que los arriates estaban condenados a ser tapados. Los tiempos cambiaban, la dinastía también, y el alejamiento del impulso que motivó la creación del palacio islamizado era notorio.

Por entonces la alberca debió ornamentarse con una lacería estre-llada a la almagra sobre estuco blanco. En los extremos, un total de ocho vasijas embutidas en el muro desde que se cegaran las piletas, garantizaba el anidamiento de especies acuáticas (peces, anguilas..) que servirían para dar vistosidad a la par que para limpiar la ver-dina. Se activó entonces el sistema hidráulico, con alimentación única superior, un único sumidero en el extremo Oeste y atarjea de evacuación atravesando el jardín.

Tal vez entonces los arriates se ajardinaran y aunque no hay hue-llas de especies de ese momento, es posible que se plantara algún cítrico en el lado Sur. No obstante la superficialidad de los res-tos almohades y su concentración hacen difícil su convivencia con alcorques, que presuponíamos pero que no hemos localizado. En cualquier caso el grado de terminación del jardín no tendría punto de comparación con lo que se tendría en mente al inicio de las obras, y esto, a mi juicio.....sólo tiene sentido tras la muerte del rey Pedro y el cambio de dinastía.

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e. Cuarto cambio. Cegamiento de los arriates. Fines del XIV- Inicios del XV

Con todo lo dicho se advierte un panorama desolador si se tiene en cuenta la ambición del primer esfuerzo constructivo. Un estan-que central conviviendo con dos jardines laterales deprimidos mal ajardinados y toscamente cercenados en su ornamentación preci-samente en el frontal más emblemático, el que daba al Salón de Embajadores.

Se explica fácilmente que ante dicha perspectiva se hiciera pre-sente la idea de enterrar los jardines, creándose un patio mayor y transitable surcado por un gran estanque central abierto ahora en el suelo. En anteriores trabajos especulábamos con la atribución de dicha decisión al período inicial del siglo XVI, entroncándola con las operaciones de renovación justificadas ante la boda de Carlos V en 1526 o durante la construcción de la galería superior poco después. No desestimamos aún hoy tal cronología pero tras excavar por completo el relleno de tierra compactada utilizado para cegar los dos jardines (unos 200 mts cúbicos) no se han localizado mate-riales cerámicos posteriores al siglo XIV.

Ignoramos que tipo de pavimento convivió con la alberca hasta su definitiva desaparición en 1583 y si por el contrario existió algún ajardinamiento; no quedaron huellas tras la pavimentación general a la que fue sometido tras dicha fecha. Sabemos, que en el extre-mo Sureste se colocó un rebosadero a nivel superior compuesto por atanores finos que evacuaba hacia la zona de los jardines. Es posible que esta operación tenga relación con las reparaciones de cañerías constatadas en el siglo XVI. La evacuación general perma-neció siendo la antigua, situada en el extremo noroeste, conectada a su vez con la del vecino Patio de las Muñecas, ambos en obras por entonces.

En 1560 se llevaron a cabo intervenciones en las cañerías y so-lerías. Se aconsejó respecto a las primeras que se “repararan todas las que venían desde el aljibe de los jardines a las pilas del patio de las Doncellas y de las Muñecas”; y en cuanto a los suelos debían “arre-glarse todos los del patio principal, corredores y piezas bajas del palacio, tanto con losas de mármol los que así fueran como de ladrillos y azulejos y todas las pilas y alberca” (Marín 1990: 210).

En una carta al rey firmada en 1567 por los maestros mayores Juan Fernández y Juan de Simancas y el veedor Alonso de Rojas, se aconseja “arreglar las pilas y estanques del (patio) y las cañerías de las fuentes”. (Marín 1990: 217)

Si tales operaciones se enmarcan además en un proceso de obras que afectaba al patio y sus estancias contiguas cabe pensar que las pinturas de ondas de la alberca sustituirían ahora a las deterioradas lacerías mudéjares.

f. Eliminación. Enterramiento y pavimentación. 1583-1584

La idea de enlosar definitivamente el patio debe atribuirse a los maestros mayores y veedores Antón Sánchez Hurtado, Martín In-fante y Francisco Jiménez. En 1581 según carta enviada a Felipe II por Don Enrique de Guzmán, se indica que “se iba resolando de

losas el patio y portadas del cuarto real que estaba todo muy dañado y al carecer de corriente donde pudiese desaguar las aguas que en el caían se maltrataban las paredes de este cuarto y las propias losas que estaban muy negras, y el patio sucio y feo y aora quedara todo con muy buen parecer” (Marín 1990: 218) Esta obra se inició con canteros a jornal aunque fue rematada por Juan Bautista de Zumárraga. En 1581 surtió de 100 varas de losas el marmolero Diego Hernández por 56.000 maravedíes. En 1582 hizo lo propio con 164 varas de losas portuguesas el marmolero Juan de Cafranca. En 1583 continuó el solado con 707 losas blancas y negras de “media vara de quadro” por valor de 66.104 maravedíes. Quedaron pues pavimentadas las galerías con losas blancas y el patio con blancas y negras. En ese mismo año se realizaron otros encargos de losas en bruto portugue-sas de Ançon y de Espera en Cádiz, labrándose en el mismo alcázar. Las obras concluyeron en 1584 con la limpieza de una gran fuente con cuatro escudos y la colocación de un pedestal nuevo a cargo de Zumárraga por mediación del maestro mayor de la Lonja Juan de Minjares. (figura 17)

g. Cambios de sistema hidráulico. Siglo XVIII-XX

Es más que probable a juzgar por el dato citado que antes de 1583 existiera la fuente de los “Cuatro Escudos”, que ahora se repara. Eso justificaría la cita en la que se especifica la existencia de “pilas” en el patio; tal vez el estanque central se dividiera en dos en algún momento indeterminado para centrar dicho surtidor.

La excavación recién practicada refleja cambios en el sistema de alimentación y evacuación del surtidor central, localizándose tres conductos de atanores diferentes encargados de proporcionar agua, siempre desde el lado Norte (dos desde el Cuarto Real) o Noreste (uno desde el pasillo de acceso) (lámina XIV). La evacuación delata un cambio de destino pues hay dos conductos hacia el Sur que atraviesan la Capilla de Carlos V, mientras que un último, apro-vechando la comunicación antigua con el patio de las Muñecas, se dirige hacia el noroeste. En definitiva, tres sistemas diferentes empleados al menos para otras tantas fuentes (que sepamos, tras la desaparición de la fuente de los Cuatro Escudos se colocaron otras dos; una hasta los años ochenta del siglo XX y otra, desde entonces hasta 2004).(figura 18)

ANALíTICAS

Se han estudiado los materiales cerámicos procedentes de las dos campañas de excavación en el Patio. De ellas destaca el estudio de materiales cerámicos realizados por Rosario Huarte y Pilar Lafuen-te, objeto de una monografía actualmente en edición. Igualmente deben destacarse los estudios de materiales constructivos realizados por Dolores Robador, quien ha investigado la superposición de en-lucidos en la alberca, o los de Javier Alejandre sobre los morteros y cimentaciones del patio mudéjar; Amparo Graciani, relativos al proceso constructivo; Francisco Borja y Mª Ángeles Barral sobre el proceso de transformación geoarqueológica, y los de J. Luis Ube-ra relativos a la paleobilología de los sedimentos islámicos. Todos estos estudios, documentados en la Memoria Científica de la Inter-vención, entregada en 2006, se encuentran en fase de publicación monográfica a cargo de la Junta de Andalucía y el Patronato del Alcázar.

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CONCLUSIÓN

Es probable que en un futuro tal vez no muy lejano aparezcan descripciones relativas al patio de las Doncellas coetáneas a su naci-miento y transformación entre 1356 y 1584. Sin duda completarán lo que hasta el momento la arqueología ha podido interpretar y es probable que se explique entonces alguna de las decisiones que hoy sorprenden.

No obstante la secuencia de transformaciones y los evidentes cam-bios de formato y sistema tomados sobre la marcha son lo suficien-temente elocuentes como para poder arriesgar una interpretación razonable. (figura 19)

Guerrero Lovillo (1974: 93), entre otros, y sobre todo Rafael Có-mez (1996:49 y sigs.) interpretaron el Palacio de Pedro I como un primer intento de la Monarquía Castellana de promocionarse me-diante la construcción de un verdadero palacio en el que mostrar todo el poderío y sofisticación de una dinastía, ya asentada sobre un territorio conquistado y relativamente asegurado tras la Batalla del Estrecho. Dicha intención, cien años después de la conquista, se traduce según Cómez en un abandono del rigor gótico caracterís-tico de las edificaciones alfonsíes levantadas en la anterior centuria, exponente claro de una época de imposición y de conquista. Ahora la corriente mudéjar comienza a revitalizar la ciudad, dotada de nuevos contingentes de andalusíes procedentes del campo y de las ciudades conquistadas por Alfonso XI, y dentro de este ambiente el palacio se erige como faro sincrético en el que el monarca preten-de dejar claro que asume la tradición islámica en lo formal como referencia ineludible de un poder que puede permitirse el lujo de dar asilo al mismísimo Muhamad V de Granada o de insistir para que Ibn Jaldún permaneciese en Sevilla bajo su protección recu-perando incluso las propiedades de su familia, expropiadas tras la conquista.

Es esta una actitud comprensible en alguien que abandonando el escenario castellano mesetario, decide como ya hicieran Fernando III, Alfonso X o Alfonso XI, dirigir su mirada hacia el territorio donde los almohades habían erigido verdaderos emporios cuya ri-queza, populosidad y vitalidad, empequeñecían a la mayor de las ciudades del reino. La ciudad de Sevilla funcionaba como capital de facto durante la época de Pedro I y su urbanismo, como el de Córdoba o Jerez, causaría una vez asentada la conquista, cierto em-brujo que a día de hoy y a ojos de cualquier occidental no se ha perdido del todo.

No debe extrañar por tanto que el Patio de las Doncellas, junto con el Gran Mexuar, se erigieran en exponente claro de una estética islámica simbiótica en la que se entrelazaban tradiciones artesanales distintas recurriéndose incluso a soluciones omeyas abandonadas siglos antes. El monarca quería demostrar su reconocimiento hacia la arquitectura envolvente de la nueva Castilla a la par que provocar el asombro de sus visitantes europeos.

En fin, sin entrar en detalles, lo cierto es que el patio se enmarca plenamente en la concepción islámica del espacio abierto y ajardi-nado como centro de distribución del resto de habitaciones. Centro hermoso y aromático en el que el agua rompe amablemente el si-lencio imperante en un ámbito discreto y poco transitado. Es aquí donde puede apreciarse el conflicto entre la función necesaria y exi-gible a un palacio castellano y el concepto islámico de la privacidad.

En el resto de la edificación los usos cristianos podían acomodarse a unas dependencias que aunque regidas por principios espaciales ex-traños sí reflejaban amplitudes superiores a las de cualquier palacio musulmán, al menos en las zonas cerradas.

Una corte como la castellana necesitaba una amplitud de espacios y cercanía al rey infinitamente superior a la de cualquier monarca islámico. El número de asuntos a tratar directamente y la nueva suntuosidad de la dinastía necesitaban de un patio y no de un jar-dín con arriates y estanques. Aún así, el Patio de las doncellas logró sobrevivir doscientos años aunque de manera parcial hasta su defi-nitivo ensamblaje con las necesidades reales. Fue este un sobrevivir duro en el que poco a poco el esquema original fue retrocediendo y alejándose cada vez más hasta una desaparición que debe mucho también al cambio dinástico instaurado tras la muerte de Pedro I en 1369.

En efecto, si por algo destaca la dinastía Trastamara, desde la cita-da fecha hasta el reinado de Isabel I, en lo relativo a Sevilla es por su evidente abandono. La ciudad seguirá creciendo y destacando en el contexto del reino pero verá ralentizadas las obras en el alcázar, que nunca volverán a ser tan suntuosas como en tiempos anteriores. Tal vez un rey como Enrique II identificase a las claras la ciudad y el palacio mudéjar con su antecesor eliminado y esto no debe ser fácil cuando lo que tu oponente ha creado destaca tan brillantemente. Tal vez sea esta una especulación gratuita, pero los retoques y el evi-dente afeamiento, incluido el enterramiento definitivo de la labor de lacería de los jardines, parecen datar de ese período.

Nuestro Jardín se convirtió por tanto en el patio que en realidad necesitaba una corte cristiana, y lo hizo lentamente a lo largo de doscientos años en los que además se sustituyeron los pilares de ladrillo por mármoles italianos y se levantó una galería renacentista superior. En el interior, como ya dijimos, los cambios fueron míni-mos...no eran necesarios.

Durante dos siglos pasó de organizarse como una acequia orna-mental flanqueada por dos piletas que separaba dos jardines de-primidos, a eliminar dichos jardines y constituirse al modo grana-dino mediante un estanque único centrado. Con el tiempo dicho estanque retocado y tal vez dividido por una fuente central acabó desapareciendo para dar paso a la gran plaza marmórea que hemos podido disfrutar hasta el presente.

Sin duda un aspecto esencial es la comprensión del modelo ori-ginal elegido por los alarifes del “Sultán Don Bidru” para su patio ajardinado. Y lo es más teniendo en cuenta las aportaciones de la arqueología urbana reciente en Sevilla, tanto por la ampliación en el número y tipo de patios islámicos y mudéjares localizados, como por el ajuste de las cronologías de muchos de los ya conocidos.

Si nuestra observación sobre la diferencia de cimientos es cierta, el modelo inicial (nunca construido) sería el de dos piletas o albercas de cabecera enfrentadas sobre un gran jardín deprimido, tal vez surcado por andenes bajos en crucero o longitudinales en los que se centraría tal vez un pequeño surtidor bajo. Dichas alberquillas me-nores de cabecera ya existieron en patios de crucero desde el siglo IX en el palacio de Balkuwara de Samarra, en Irán, erigido por el califa Al Mutawakil hacia 849; en él Torres Balbás ve el origen del modelo en el que se complementan albercas, pilas de fuentes, sur-

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tidores y jardines. Uno de sus cuatro patios dispone de dos albercas semejantes enfrentadas. Según Marçais en Occidente este tipo de soluciones tiene un origen en los tapices y miniaturas iraníes, ex-pandiéndose en lo arquitectónico por occidente a partir de la época almorávide a fines del XI al mismo tiempo que el mocárabe o la cursiva (Torres Balbas 1981:300-323).

Se trata de patios con una planta rectangular muy marcada en los que debieron coexistir sendos pórticos enfrentados, solución ya observada en palacios como los de Qsr al Sirin, de origen persa sasánida. Posteriormente sería incorporada a la arquitectura abbasí (Castillo de Ujaydir en el 628), de donde pasaría a Egipto y luego a Al Andalus.(Manzano 1995: 315-352)

Observamos esta presencia también en el gran Patio del Salón Oc-cidental y en el del Salón Rico de Medinat al Zahra, en el siglo X, en el palacio almorávide de Marrakech, localizado bajo la Qutubi-ya, levantado por Alí Ibn Yusuf en 1131. En él se aprecia una única alberca con andenes cruzados pero a juzgar por la planta podría haber tenido otra similar enfrentada, tal vez no construida. Proba-blemente también fue similar el patio de la Aljafería de Zaragoza, así como el palacio mardanasí del Castillejo de Monteagudo, obra de Ibn Sad Ibn Mardanís hacia 1172, ya abandonado en el siglo XIII. Sería este último bastante similar al tener unas dimensiones parecidas (33 x 18 mts), andenes de 1’20 mts alzados un metro sobre el jardín, dos albercas enfrentadas, etc...

En el alcázar castellano de Córdoba, levantado en 1328, apre-ciamos una configuración muy parecida, con dimensiones de 24 x 37 mts, dos albercas enfrentadas aunque diferentes (5’70 x 3’30 mts y 5’30 x 4’50 mts). También hay similitudes con la misma casa de Contratación de Sevilla, según una de las hipótesis de Vi-gil (1999:32), y tal vez como antecedente del patio de los Leones de Granada, levantado por Muhamad V con posterioridad y de dimensiones similares: 28’50 x 15’70, galerías perimetrales en su contorno, dos templetes enfrentados que parecen recuerdo de dos albercas, etc...

Aquí como en todo, debemos ser cautelosos debido a que en la mayoría de los lugares mencionados no han existido excavaciones arqueológicas que daten correctamente cada una de las partes de dichos patios y ajusten por tanto evoluciones correctas. Ignoramos el formato original de Monteagudo o Contratación o el mismo Pa-tio de los Leones con lo que sólo podemos especular y aplicar lo observado en el Patio de las Doncellas donde a falta de un modelo se desarrollaron tres distintos sin contar con la más que probable primera intención.

En el Patio de las Doncellas, sea como fuere, no llegó nunca a materializarse dicho esquema ya que con independencia de la dife-rencia en los cimientos, la construcción de la estructura ajardinada incorporó definitivamente un estanque central uniendo las dos pi-letas laterales y separando el jardín en dos arriates deprimidos bien definidos. A la postre tampoco este formato, como ya vimos, llegó

a funcionar pues las piletas laterales fueron cegadas antes de que se ultimase el sistema hidráulico efectivo.

Sorprende esta tipología de patio ajardinado por carecer de para-lelos completos; en los distintos patios islámicos y mudéjares del al-cázar advertimos no obstante elementos que luego serán integrados en el patio de las Doncellas. La idea de jardín deprimido, además de en numerosos palacios islámicos andalusíes, está presente en el alcázar abbadí (Patio de la Montería), y en varios patios almohades (Tabales 2002 d: 195) como el de la Montería y el Príncipe, así como en el de la Contratación (Manzano 1995: 315) y por su-puesto, el más importante de todos, el del Caracol, hundido cuatro metros bajo la rasante de las galerías perimetrales.

La idea de estanque central resaltado y flanqueado por andenes también está presente en dicho palacio del Caracol desde el reinado de Alfonso X o tal vez desde antes (Manzano 1995)

Por otro lado, la decoración arquitectónica de los andenes es algo únicamente presente hasta la fecha en la fase almohade del patio de crucero de la Contratación, no habiéndose encontrado nada pare-cido hasta el momento., si exceptuamos la alberca de la Huerta de María Sánchez en Córdoba (Pavón 1999: 200). Pensamos que po-dría haber otros ejemplares soterrados bajo patios de crucero o de alberca central, dado los casos de alberca central con pavimentos a nivel en lugares como la Granada nazarí. En las Doncellas los arcos entrelazados definen un relieve suave y elegante que contrasta con el volumen, profundidad y doble vuelta con arcos a montacaballo presentes en la casa de la Contratación.

En el resto de Al Andalus es frecuente desde el califato la exis-tencia de patios ajardinados con alberca pero suelen ser de crucero cuando la forma es rectangular. Sólo en aquellos patios menores o de tendencia cuadrangular la división del jardín es bipartita; es algo que vemos desde la casa de la Alberquilla en Medinat al Zahra, o en los patios taifas de la Montería y la casa almohade de Mañara de Sevilla.

Los ejemplos más claros en cuanto a la organización del jardín son nazaritas, observándose dos casos muy parecidos en Granada: el palacio de los Abencerrajes de la Alambra y la Casa de los Girones y el Palacio de Darabenaz, los tres encuadrados por Orihuela dentro del grupo “Patios con dos pórticos y alberca” (Orihuela, 1995:230). Otros ámbitos de la Alhambra como el patio de los Arrayanes, el Generalife o el Convento de San Francisco disponen de una alberca central o ría muy alargada y centrada dentro del área ajardinada, pero suelen disponer de andenes menores de crucero o como en los Arrayanes, de arriates muy estrechos. En alguno de los tres casos citados en los que la alberca central está centrada Orihuela plantea la posibilidad de que los laterales hubieran dispuesto originalmente de arriates deprimidos ajardinados y que en un momento indeter-minado se rellenaran, como de hecho sucedió aquí al poco de su construcción.

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ELEMENTO PARALELOS

Alberca central Granada: Arrayanes, Abencerrajes, Girones, Darabenaz (nazaritas, s. XIV-XV)

Albercas de cabecera Balkuwara (s. IX), Meminat al Zahra (s.X), Castillejo (s. XII), Patio Contratación de Sevilla (s. XII), Alcázar nuevo de Córdoba (s. XIII)

Andenes con alberca Patio Contratación de Sevilla (s. XII)

Arriates deprimidos Sevilla: Caracol, Montería, Príncipe, Contratación, Mañara, etc...(s. XII)Córdoba: Alcázar nuevo (s. XIII)

Arriates deprimidos y ornamentales Patio Contratación de Sevilla (s. XII)

Pintura en alberca Montería (s. XI), Patio Contratación de Sevilla (s. XII)

Arcos de medio punto entrelazados Córdoba califal s. X (Mezquita), mudéjar toledano (ss. XII-XV), mudéjar aragonés (ss. XIII-XV).

Paralelos (esquema)

Nuestro patio, una vez cegados los arriates, permaneció durante un amplio período conformado mediante un gran estanque central alargado, tal como hoy vemos en el Generalife y en otros ejemplos nazaríes. Su rápida evolución, los cambios de sistema hidráulico y su adecuación a las nuevas necesidades nos permiten especular so-bre un desarrollo general en este tipo de patios andalusíes. Así, los modelos más antiguos, basados en los modelos orientales, parecen estar presentes en Medina Azahara a inicios del siglo X. Aquí se advierten dos subtipos que tendrán una notable repercusión pos-terior: por un lado el patio de crucero con jardín deprimido flan-queado por dos piletas de cabecera, y por otro, el de pileta única de cabecera y andén o tapia central separando dos arriates simétricos (modelo de la casa de la Alberquilla).

En el período postcalifal y taifa ambos modelos tienen su refle-jo en palacios como el Castillejo de Monteagudo, para el primer tipo, y los palacios sevillanos de Mañara, o el de época taifa bajo la Montería del Alcázar (ambos del segundo tipo). En el período norteafricano (siglos XII y XIII) veremos desarrollarse sobre todo el primer modelo, bien en la vertiente de jardín deprimido con andenes normales cruzados (almohade de la Montería), bien en la vertiente de estanque central longitudinal (posible palacio almoha-de del Caracol). El segundo tipo, más simple seguiría funcionando en el ámbito doméstico hasta bien avanzada la Edad Media.

En el período nazarí y en la Castilla mudéjar los modelos se com-plicaron pero siempre bajo la primera premisa, es decir, amplios patios organizados de manera simétrica, ya fuera de Crucero con andenes deprimidos y pilas laterales (Leones de la Alhambra), ya fuera con pilas de cabecera y estanque cruciforme con cuarteles de-primidos (Palacio de la Contratación), o bien con estanque único longitudinal y dos arriates deprimidos (Palacio Gótico del Alcázar y Patio de las Doncellas).

En general la tendencia durante el período islámico será la de am-pliar la presencia del agua estancada en detrimento del ajardina-miento, que pasará de ser el argumento básico en la época omeya, a ser incluso suprimido en el período mudéjar o cuando menos elevado a nivel de los andenes perimetrales, cosa que acabará ocu-rriendo definitivamente durante la Edad Moderna en todos ellos, excepción hecha que sepamos del palacio del Caracol de Sevilla, que por su espectacularidad se mantuvo hasta 1775.

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NOTAS

1. Investigaciones promovidas por el Patronato del Real Alcázar de Sevilla y autorizadas por la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía; dirigidas por Miguel Ángel Tabales desde 1997. Excavaciones realizadas por el equipo formado por Rosario Huarte, Pablo Oliva, Álvaro Jiménez y Luis Alberto Núñez. Este artículo reproduce íntegramente los contenidos publicados en la Revista del Patronato del Alcázar de Sevilla “Apuntes del Alcázar” nº 6, 2005, añadiendo una selección de analíticas sintetizadas.

2. Proyecto dirigido por Don Antonio Almagro Gorbea y financiado por el Patronato del Real Alcázar de Sevilla.3. Trabajo resumido de F.J. Borja y M.A. Barral, en la Memoria Científica del Patio de Las Doncellas, 2006.4. Edificio con fundamentos de mampostería irregular tomada con barro, dispuesta sobre la fosa sin resaltes ni zapata. El alzado se compone de piezas

de acarreo procedentes de edificios anteriores, seguramente romanos (tégulas, ladrillos besales fragmentados, pequeños mampuestos, un sillar, etc..); es pues un muro de técnica mixta encuadrable en origen dentro de la tradición local tardoromana y bizantina, asumida durante el período omeya en Al Andalus

5. Muros similares han salido en el Archivo de Indias también abbadíes y en otros lugares de la Sevilla islámica (C/Imperial) en (Tabales 2000 b: 1077).6. Información que agradecemos a Don Florentino Pozo, director de las Investigaciones (en prensa) realizadas en el Archivo de Indias entre 2001 y

20037. Este caso responde al modelo de agrupación espontánea habitual en tejidos urbanos en formación (Jiménez, P. y Navarro, J. 2001: 79).8. Gómez y Ubera (2005). “Análisis polínicos en el Patio de las Doncellas”. en Memoria Científica Cuarta Campaña; Analíticas del Patio de las Doncellas.

Análisis arqueológico del alcázar de Sevilla 2000-2005.9. En Ibn Idari: Al Bayan Al-Mugrib, Ed Kattani et alii. Dar al-Garb al-islami, 1985, V, 39.10. Barajamos la posibilidad de que dichos pasillos, inferiores a un metro, estuvieran diseñados con la finalidad de facilitar la evacuación de las aguas

hacia el exterior.11. Durante la siguiente campaña arqueológica (prevista para 2005) pretendemos excavar dicho acceso para completar la planta del principal castillete

defensivo interior del alcázar; hoy día no obstante gracias a las campañas anteriores sabemos que los dos arcos laterales aún en pié en la denomi-nada muralla del León/Montería facilitaban el acceso, en el caso del oriental, al Palacio de la Montería, mediante una amplia puerta en su crujía Norte, y en el caso del occidental al citado adarve y al palacio de la Contratación, mediante una puerta abierta en una de las torres intermedias

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12. El ladrillo básico era de 0’14 x 0’28 x 0’04 mts, componiendo aparejos irregulares aunque tendentes a la soga y tizón y las llagas y listeles habitual-mente anchos con no muy buenos morteros de cal.

13. Y a ese respecto debemos comentar la hipótesis, mantenida por los restauradores de la Contratación Manzano y Vigil Escalera, del origen abbadí de sus estructuras y de la posterior conformación del crucero en época almohade. Creemos que, descartado el origen abbadí, la fase almohade del patio podría perfectamente avanzar hacia algún momento posterior.

Figura 1. Patio de las Doncellas. Áreas de excavación. Campañas 2002 y 2004.(sectores)

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Figura 2. Perfil Sur del arriate meridional del Patio. (SE10-PF-S-G)

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Figura 3. Sondeos SE-XI/XII. Perfil Norte. (SE11-12-PL1)

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Figura 4. El alcázar y su entorno. Nivel tardocalifal (s. XI inicial). (ALCÁ-ZAR CALIFAL)

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Figura 5. Sondeo SE-X. Planta niveles abbadíes (s. XI).(SE10-PL3)

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Figura 6. Sondeos SE-XI/XII. Planta de niveles abbadíes (s. XI). (SE11-12-PL2)

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Figura 7. Patio de las doncellas. Nivel abbadí-almorávide (s. XI- ½ s. XII).(EXCAV-ABBADI)

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Figura 8. El alcázar y su entorno. época abbadí-almorávide.(s. XI-1/2 s. XII).(alcazar abbadí)

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Figura 9. Patio de las doncellas. Nivel almohade (ss. XII).(EXCAV-almohade)

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Figura 10. El alcázar almohade. (palacios almohades)

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Figura 11. Palacios almohades del tercer recinto. Hacia 1152. (Palacios evo 1)

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Figura 12. Adaptaciones cristianas tras la construcción del palacio alfonsí (mediados del s. XIII- inicios del s. XIV). (Palacios-evo-2)

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Figura 13. Incorporación del Palacio de Pedro I hacia 1356. (palacios-evo-2?)

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Figura 14. Superposición del Palacio de Pedro I sobre los edificios islámicos precedentes. (superpos-mudejar)

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Figura 15. Patio de las Doncellas. Planta de superposición de estructuras (Siglos X al XIV).

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Figura 16. Palacio de Pedro I. Sección general Norte-Sur. Fases de ocupa-ción. (perfil-gral)

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Figura 17. Evolución del Patio de las Doncellas. Proceso constructivo. (evo-patio-pl)

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Figura 18. Evolución del sistema hidráulico. (hidraulico)

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Figura 19. Hipótesis de evolución del Patio de las Doncellas (1356-1584). (iso-evo-2004)

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Lámina I. El Patio de las Doncellas tras su excavación. Septiembre 2004. Lámina II. SE X. Restos de uno de los edificios abbadíes. Obsérvense el pavimento de cal y los tabiques bajo el suelo almohade a la almagra corta-do a su vez por la zanja de cimentación del andén perimetral del patio de Pedro I.

Lámina III. SE XI-XII. Restos de edificios de época abbadí bajo las canali-zaciones y cimentaciones mudéjares.

Lámina IV. SE XII. Desagüe de una de las casas abbadíes hacia la hipotética calle, en primer término. Todo ello bajo la cimentación del andén septen-trional del jardín mudéjar.

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Lámina V. SE X. Pilar de ladrillos mudéjar sobre pavimento almohade a la almagra. Al fondo, la cimentación del estanque del patio de Pedro I sobre las estructuras previas.

Lámina VI. Detalle del parterre septentrional del patio mudéjar tras su excavación en Abril de 2004.

Lámina VII. Vista general del Patio de las Doncellas tras la excavación de los rellenos que cegaban arriates y estanque (Abril 2004)

Lámina VIII. Detalle del entrelazado de los arcos

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Lámina IX. Detalle de azulejo circular verde dentro del lazo superpuesto a uno de los arcos en relieve

Lámina X. Decoración parietal mudéjar del estanque. Aparece bajo el en-lucido de ondas definitivo.

Lámina XI. Decoración de ondas dispuesta sobre la antigua ornamenta-ción mudéjar. Perduró hasta 1583.

Lámina XII. Uno de los conductos de irrigación dispuestos durante las obras iniciales. Está anulado por el pavimento del estanque central; no entró nunca en funcionamiento.

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Lámina XIII. Canalización de desagüe perteneciente al estanque mudéjar. Solución definitiva que sustituyó al sistema de irrigación por inundación original.

Lámina XIV. Detalle de los distintos atanores y tuberías de desagüe de las distintas fuentes que han ido sucediéndose entre 1584 y 1994.

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PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA ZONA CENTRAL-SUR DEL TÉRMINO MUNICIPAL MAIRENA DEL ALJARAFE (SEVILLA): EL YACIMIENTO DE ÉPOCA ROMANA DE EL JARDINILLO

MARK A. HUNT ORTIZTOMÁS CORDERO RUIZ

Resumen: Se ha realizado una prospección arqueológica en un área de unas 39 hectáreas en el término municipal de Mairena del Aljarafe (Sevilla). Como resultado se puede destacar la documen-tación de un nuevo yacimiento de época romana (siglos I-V/VI d.C.), que ha sido denominado El Jardinillo. También se detectó una tumba datable en torno al siglo IV, probablemente de una ne-crópolis asociada al asentamiento de El Jardinillo.

Por otra parte, se ha descartado la existencia del yacimiento “Pa-lomares del Río” en el área de prospección.

Abstract: An archaeological survey has been carried out in an area of approximately 39 hectares in the municipality of Mairena del Aljarafe (Sevilla). As one of the main results, the documentation of a new Roman site (1st.-5th./6th.centuries A.D.), named El Jardi-nillo, can be pointed out. Also a Roman grave was detected, dated to the 4th. century A.D., probably forming part of a necropolis associated with the El Jardinillo settlement. On the other hand, the existente of the “Palomares del Río” site in the surveyed area has been discarded.

INTRODUCCIÓN

La empresa Inmobiliaria Betancor, S.A., Promociones y Cons-trucciones, como propietaria mayoritaria, ha sido la promotora del Plan Parcial en el área sobre la que se ha actuado, clasificado como suelo urbanizable en el nuevo P.G.O.U. del municipio de Maire-na del Aljarafe (provincia de Sevilla). El plan urbanístico diseñado planteaba la construcción de viviendas unifamiliares y de todas las infraestructuras y dotaciones necesarias para la urbanización gene-ral del espacio.

En aplicación de la normativa vigente, como medio para evaluar la afección que pudiera tener en el Patrimonio Arqueológico las futuras obras de urbanización en el ámbito de desarrollo del Plan Parcial, la Inmobiliaria Betancor, S.A., nos encargó la realización de la intervención arqueológica, que se llevó a cabo mediante prospec-ción arqueológica superficial y prospección geofísica.

El Proyecto, con carácter de urgencia, en la “Zona Central-Sur del término municipal de Mairena del Aljarafe, Sevilla. Área del Posi-ble yacimiento arqueológico “Palomares del Río (Código 41-059-0001)” se presentó con fecha 16 de junio de 2003, autorizándose mediante resolución de la Dirección General de Bienes Culturales con fecha 7 de agosto de 2003. Los trabajos de campo se iniciaron el día 25 de agosto y se dieron por finalizados el día 22 de enero de 2004.

Figura 1. Plano 1: Situación del área de Prospección Arqueológica en el T. M. de Mairena del Aljarafe (Sevilla) (Base: Mapa Topográfico de Andalucía 1:10.000)

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LOCALIZACIÓN DEL ÁREA DE INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA

El área abarcada por la Prospección Arqueológica Superficial se localiza exclusivamente en el término municipal de Mairena del Aljarafe -provincia de Sevilla- (Figura 1), situándose en la parte central del extremo Sur del término municipal, limitando al Sur con el término municipal de Palomares del Río, población situada a escasa distancia, al S-SO.

El área objeto de Prospección Arqueológica Superficial tiene una

longitud máxima de Norte a Sur de 1.100 m., con una anchura máxima Este-Oeste de 600 m., y una superficie total de aproxima-damente 39 hectáreas.

En el momento de realizar la prospección el terreno se encontraba improductivo. Aunque tradicionalmente había estado sembrado de olivos, hace unas décadas los árboles fueron arrancados para dedi-car el terreno al cultivo de cereales, por lo que se encontraba sin vegetación arbórea. La visibilidad fue buena y en algunas parcelas óptima. La topografía del terreno, compuesto de margas miocenas con suelo algo desarrollado en algunas zonas, se caracterizaba por la existencia de una elevación en la parte Norte a cota absoluta de 64 m., cuya ladera baja hacia el Sur hasta alcanzar la cota absoluta aproximada de 32 m. A mitad de la ladera se encontraba una pe-queña zona amesetada, con cota absoluta aproximada de 56 m., en la que, como se verá en detalle más adelante, la información admi-nistrativa localizaba el yacimiento denominado “Palomares del Río” (código 41-059-0001; coordenadas UTM: X:761100 Y:4136000).

Así, en general, el terreno corresponde a ladera en suave declive hacia el Sur y Sur-Este, salvo la zona de máxima altura del cerro y

la correspondiente a la reducida zona amesetada en la que supues-tamente se localizaba el yacimiento arqueológico.ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS E HISTÓRICOS

Como se acaba de hacer mención, según los datos aportados por la Consejería de Cultura, en el ámbito territorial del Plan Parcial se encontraba incluido el yacimiento arqueológico denominado “Palomares del Río”, designado en el Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía (IAPH, Consejería de Cultura, Jun-ta de Andalucía) con el código 41-059-0001, correspondiente al yacimiento 0634 del Catálogo de Yacimientos Arqueológicos de la Provincia de Sevilla (Delegación de Sevilla, Consejería de Cultura, Junta de Andalucía) (Figura 2).

Este yacimiento, en ambos inventarios, estaba situado espacial-mente mediante una única coordenada de localización, sin haber-se establecido su posible extensión y límites. Tanto en el Catálogo como en el Inventario se indicaba que recogían los datos de la carta arqueológica, con los resultados inéditos, realizada en 1980 (Esca-cena Carrasco, J.L. 1980 Contribución a la carta arqueológica del Guadalquivir. Los rebordes ribereños del Aljarafe y Los Alcores. Inédito.).

Siguiendo las indicaciones de la Delegación de Sevilla de la Con-sejería de Cultura de la Junta de Andalucía, en el nuevo Plan de Ordenación Urbana del Municipio de Mairena del Aljarafe se ha-bían establecido medidas concretas de protección del Patrimonio Arqueológico. Respecto al yacimiento “Palomares del Río” (deno-minado Y-1 en el P.G.O.U.), quedaba especificado que el ámbito de aplicación sería el descrito por un círculo de 250 m de diámetro trazado desde el centro de la referencia gráfica recogida en el Plano de Ordenación nº 8 bajo el título Y-1 Palomares del Río.

Figura 2. Plano 2: Localización supuesta, en el T. M. de Mairena del Al-jarafe, del yacimiento Palomares del Río” (código: 41-059-0001) (Escala 1:50.000).

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Por otra parte, respecto al yacimiento se indicaba que se debería realizar un estudio previo para verificar la existencia y determinar la importancia del yacimiento, que sirviera de base para elaborar las medidas de protección arqueológicas adecuadas. En función de los resultados, correspondería a la Consejería de Cultura establecer, en su caso, las medidas cautelares al desarrollo de la obra civil de urbanización de este suelo.

Los datos concretos sobre posibles yacimientos que pudieran ver-se afectados en el área del Plan Parcial, extraídos de los inventarios oficiales ya citados, eran muy escasos: el denominado Palomares del Río (t.m. Mairena del Aljarafe, Sevilla) correspondería a un asenta-miento romano, considerado como destruido en gran parte y des-crito como de escasas dimensiones y sólo evidenciado por la presen-cia de algunos restos cerámicos en superficie, sin presentar restos de construcción. Adicionalmente, en los dos inventarios referidos se indicaba que “las características que presenta el lugar ofrecen muchas posibilidades de que éstas pueden existir en el subsuelo”.

Por otra parte, las fuentes bibliográficas consultadas, que se han considerado como las que han proporcionado los datos primarios del yacimiento (y que aparecen referenciadas también en los dos in-ventarios referidos) en realidad se refieren a la cercana población de Palomares del Río (según refiere Cean Bermúdez en 1832), que es donde se encontró una inscripción romana, recogida por Hübner.

Así, en base a la documentación existente y como consideración general inicial de base para el planteamiento de los trabajos de pros-pección, se pudo concluir que en el área de estudio se encontraba localizado el yacimiento Palomares del Río, definido (por escasos fragmentos cerámicos superficiales que no permiten mayor preci-sión cronológica), como asentamiento de época romana de escasas dimensiones, sin estructuras constructivas visibles y prácticamente destruido. Las posibles dimensiones del yacimiento, por la escasez de los hallazgos superficiales, tampoco pudo ser establecida. Resul-taba sorprendente la posibilidad que se planteaba en la documen-tación oficial de la existencia de restos arqueológicos en el subsuelo del área del yacimiento; una posibilidad que sería aplicable a todos los yacimientos arqueológicos detectados superficialmente. Así, esa afirmación se consideró como de carácter general y sin mucha base, ya que la propia naturaleza del terreno, su situación en zona erosi-va, y también el uso agrícola que había tenido (olivos, que fueron arrancados, y cereales) arqueológicamente deberían corresponderse, en caso de existir estructuras edilicias o un asentamiento extenso, con otro tipo y volumen de restos superficiales.

De cualquier forma, aún sin olvidar que otro tipo de explicaciones podrían ser aplicables a la presencia “a priori” de escasos restos de época romana en la superficie del área (incluyendo el transporte erosivo), la posibilidad de la existencia de esos posibles restos no se

descartó y, por lo tanto, el diseño metodológico del proyecto fue realizado contemplando esa posibilidad.

OBJETIVOS Y METODOLOGíA

En función de los antecedentes y datos expuestos y las prescrip-ciones normativas, los objetivos de esta prospección arqueológica superficial fueron, fundamentalmente, los siguientes:

-Localización, estudio y delimitación de posibles yacimientos ar-queológicos en el área de afección del proyecto de construcción de este sector del término municipal de Mairena del Aljarafe, in-cluyendo el denominado “Palomares del Río”, situado a priori y según los inventarios de la Consejería de Cultura, en el área de afección.

-Caracterización básica de los posibles yacimientos identificados: adscripción cronológica-cultural, funcionalidad, y tipología.

-Identificación y evaluación de las posibles afecciones de las obras en el posible patrimonio arqueológico que fuera identificado y, en su caso, propuesta de medidas correctoras.

Para la consecución de esos objetivos se planteó una metodolo-gía concreta que como primera acción, además de la recopilación de los datos histórico/arqueológicos, confeccionó el levantamiento topográfico de toda la zona afectada, geo-referenciada y a escala apropiada (1/2.000) (Figura 3). La calidad de la planimetría obte-nida y los errores detectados en el GPS utilizado -GARMIN GPS 12- hizo que se prescindiera de su uso. Con esta base planimétrica, el área de actuación fue dividida en 4 partes, denominadas Sectores A, B, C y D (Figura 3). Los Sectores que también se subdividieron utilizando parcelaciones internas -denominadas parcelas, que apa-recen en la planimetría numeradas e inscritas en un círculo- (Figura 3), fueron prospectados individualmente, por medio de batidas con una separación media de 10 m. entre prospectores. En las zonas en las que se documentó registro arqueológico se redujo la separación entre prospectores a 5 m. El material arqueológico documentado en la prospección fue estudiado “in situ”, no recogiéndose ninguno de los fragmentos aparecidos.

Además, se establecieron 3 áreas de prospección intensiva, que serán explicadas en el contexto de cada uno de los sectores en que se ubicaban (Sectores A, B y C) (Figura 3). La delimitación de estas 3 áreas de prospección intensiva, al ser también utilizadas como referencia para las prospecciones geofísicas, fueron materialmente señaladas en el terreno mediante cuadrículas de 10 m de lado con estacas de madera en sus vértices (para no interferir en la realización de la prospección geofísica).

Además, se constató la existencia de un perfil expuesto (de po-tencia diversa) a lo largo del límite Este del área de prospección en los Sectores C y D, producido por el rebaje de cota de la carretera SE-655. Este perfil fue revisado (en ambos lados de la carretera) a lo largo de todo su recorrido.

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Figura 3. Plano 3: Planta Topográfica del área de Prospección Arqueológi-ca: Sectores, Parcelas y Zonas. Áreas Cuadriculadas de Prospección Geofí-sica (Escala original 1:2.000).

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EQUIPO ARQUEOLÓGICO

La prospección arqueológica superficial ha sido realizada por los arqueólogos Mark A. Hunt Ortiz (CSIC, Madrid), como director, y D. Tomás Cordero Ruiz (CSIC, Mérida), acompañados ocasio-nalmente por el arqueólogo Elías López-Romero González de la Aleja (CSIC, Madrid). El arqueólogo Jacobo Vázquez Paz realizó el estudio y la adscripción cronológica precisa de los elementos cerá-micos de época romana documentados durante la prospección.

El arqueólogo David Jordan (Terra Nova Ltd.) fue contratado para la realización de prospecciones geofísicas en dos áreas del ám-bito de actuación, una de ellas en el área de supuesta ubicación del yacimiento de Palomares del Río (Sector A, Prospección Geofísica Zona A). La otra, por razones comparativas y topográficas, en la zona de mayor elevación del área (Sector B, Prospección Geofísica Zona B) (Jordan, 2004) (Figura 3). Además, se realizo una prospec-ción geofísica de carácter eléctrico en el nuevo yacimiento detecta-do, una vez que fue delimitado (Sector C. Parcela 4)(Figura 3). Esta prospección se realizó por el geólogo José María Martín mediante el Earth-Resistivity-Meter “Palsi”, cedido por la Universidad Pablo de Olavide.

RESULTADOS DE LA PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA SUPERFICIAL

Una vez realizada la prospección arqueológica superficial, los re-sultados fueron los que se exponen a continuación, ordenados por Sectores, e incluyéndose los datos referidos a los perfiles de la carre-tera SE-655 (Figura 3).

Sector A: Este sector, con visibilidad buena (Lámina 1) presen-tó una densidad muy baja de restos arqueológicos, similar (como se verá más adelante), al Sector B. Globalmente, el elementos casi único presente fue el cerámico, sin existir concentraciones que pu-dieran hacer pensar en la posibilidad de la existencia de algún tipo de yacimiento arqueológico en este Sector A.

Dentro del registro cerámico, aunque constituido fundamental-mente por galbos rodados amorfos que no permitían ningún tipo de adscripción cronológica precisa, se documentaron elementos de distinta cronología. Por un lado de épocas Contemporánea y Mo-derna, caben destacarse los fragmentos de cerámica industrial “tipo Pickman”, lebrillos vidriados en verde y algún fragmento de ladrillo y teja y vidrio reciente. Restos cerámicos de esta cronología se docu-mentaron, escasos, dispersos y aislados, en todo el Sector A.

Lámina I. Sectores A y B. Vista GeneralDe adscripción romana, sin presentar concentración y con una

aparición de carácter anecdótico, se documentaron muy escasos fragmentos de tegula y ladrillo de módulo romano; en todo el Sec-tor se documentaron 3 fragmentos de terra sigillata (TS), uno de ellos minúsculo, muy fragmentados y rodados.

Dos de esos fragmentos se localizaron en el camino que existe a unos 200 m al Oeste de la Zona A (Figura 3) y su estudio permitió la siguiente clasificación (Beltrán, 1990):

Precisamente esa es una zona sometida a una más fuerte erosión y de “acumulación” relativa de elementos por la acción de las aguas que bajan desde la vaguada N. de esa misma Zona A.

En esa zona final de la vaguada (que no presentaba vegetación desa-rrollada por la acción erosiva de las aguas), junto a los dos fragmen-tos de TS antes descritos también se documentaron, acompañados por cerámica y otros restos de época Moderna y Contemporánea, los únicos elementos líticos registrados durante la prospección. Estos elementos líticos fueron los siguientes: un núcleo de cuarcita (PM-3), un denticulado (PM-4) y una lasca (PM-5) (resto de talla).

El núcleo de cuarcita conservaba parte del cortex (descortica-do no completo) y fracturas concoideas en varias facies para la extracción de lascas. Conservaba el plano de percusión (Merino, 1994). El elemento lítico denticulado, de forma rectangular, co-rrespondía a una pieza o elemento para hoz, que se montaban en serie con uno de sus lados largos con el dorso retocado y el otro cortante denticulado. Una característica de estos elementos es el “lustre de cereal” que suelen conservar, que se extiende en el plano útil del ventral (Merino, 1994). El otro elemento lítico correspondía a una lasca.

El otro fragmento registrado en el Sector A de TS fue el siguiente: (PM-6) Fondo de TS Hispánica, siglo I-II d-C. (Beltrán, 1990). Se localizó 100 m al NE de la Zona A.

En la zona cuadriculada (5.400 m2 ) (Figura 3) correspondiente a la supuesta localización del yacimiento arqueológico denomina-do Palomares del Río se prospectaron minuciosamente todas las

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cuadrículas, documentándose todos los elementos arqueológicos que se detectaron. La densidad resultó muy baja: en los 5.400 m2 la densidad resultó de 0.004 elementos por m2. El escaso regis-tro arqueológico se caracterizó por la presencia exclusiva (aparte de cartuchos de balas de caza) de restos cerámicos, sin presencia de elementos constructivos. Ese registro cerámico se componía de fragmentos amorfos, muy rodados y sin poder ser adscritos crono-lógicamente con precisión, aunque corresponderían fundamental-mente a época Moderna (fragmentos vidriados melados de cocina, cerámica vidriada blanca).

Un único fragmento de posible regula sería el elemento exclusivo de posible adscripción Romana, muy deteriorado y sin conservar la parte engrosada.

En la zona de cuadriculación de 5.400 m2 correspondiente a la supuesta localización del yacimiento “Palomares del Río”, denomi-nada Prospección Geofísica. Zona A (Figura 3) se llevó a cabo la prospección geofísica por David Jordan (Terra Nova Ltd.), median-te magnetometría (gradiómetro de flujo Geoscan FM18), comple-mentada por la prospección de conductividad eléctrica (sistema tipo EM38) (Lámina II), sin que se detectara ninguna anomalía que pudiera relacionarse con posibles restos arqueológicos subya-centes (Jordan, 2004).

Lámina II. Sector A, Zona A. Prospección Geofísica

Sector B: En el Sector B el registro arqueológico resultó muy si-milar, en cuanto a características y densidad de restos arqueológi-cos, al Sector A. Igualmente a lo referido respecto a aquel, en el Sector B el elemento arqueológico casi exclusivo fue el cerámico; de la dispersión que mostró y sus características se puede deducir la ausencia de yacimientos arqueológico en este Sector B.

La única diferencia destacable del Sector B es la mayor concentra-ción, aunque baja, de elementos cerámicos en la zona NE., corres-pondiente a la parcela 9 (Figura 3).

La cronología de todos los elementos cerámicos se situaría entre los siglos XVIII y XIX d.C., estando caracterizado por la presencia de los que denominamos “industrial tipo Pickman”, y cerámica de Triana con decoración polícroma, (Pleguezuelo, 1996). La existen-cia en el momento de realizar la prospección de un pozo con caseta

asociada, de cierta importancia, y la proximidad de viviendas, ex-plicarían esa concentración relativa de cerámica.

También en el Sector B se delimitó y cuadriculó físicamente, en cuadrículas de 10x10 m, un área de planta rectangular de 60x90 m (5.400 m2), denominada Prospección Geofísica, Zona B (Figura 3), situada en la parte más elevada del Sector B, y también de toda el área de estudio. Se prospectaron de manera intensiva las cuadrícu-las, documentándose todos los elementos arqueológicos en super-ficie. La densidad en esta zona también resultó muy baja, aunque más elevada que en la zona A, con una media de 0.02 elementos arqueológicos por m2, sin presentar ninguna clase de concentra-ción. El registro arqueológico se caracterizó por la presencia ex-clusiva (aparte de restos de cartuchos de caza) de restos cerámicos, sin restos de carácter constructivo. La mayor parte de la cerámica correspondía a galbos amorfos, aunque se podían distinguir algunas formas de época Moderna/Contemporánea: escudilla, lebrillo, teja, vidriados melados en pasta roja de cocina…

La prospección geofísica llevada a cabo por David Jordan (Terra Nova, Ltd.), también eléctrica y magnética, no detectó ningún tipo de anomalía relacionable con posibles restos arqueológicos subya-centes (Jordan, 2004).

Sector C: El Sector C ofreció resultados diversos en las diferentes parcelas (parcelas 4, 5 y 6) que lo componían (Figura 3).

En las parcelas 5 y 6 se documentó una presencia muy escasa de restos arqueológicos, fundamentalmente cerámica, muy fragmen-tada, predominando la polícroma vidriada y la cerámica industrial tipo Pickman, fechables en los siglos XVIII y XIX d.C. No se de-tectaron elementos constructivos ni de ninguna otra clase de época romana, circunstancia destacable respecto a la parcela 5, a la que su reciente arado en el momento de la prospección confería una visibilidad óptima (Lámina III).

Lámina III. Sector C. Parcela 5. Vista General

Por otra parte, en la parcela 4 se documentó una concentración considerable de restos arqueológicos. En la zona cuadriculada de 2.430 m2 (Figura 3) que se señalizó en el terreno, la prospección in-tensiva que se realizó mostró una máxima densidad en el cuadrícula E-3, con 1.5 elementos arqueológicos por m2 (Lámina IV).

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Lámina IV. Sector C. Parcela 4. Vista General

Esa densidad, dentro de la zona cuadriculada, iba paulatinamente decreciendo hacia el N, estableciéndose una densidad en la cuadrí-cula E-1, de 0.28 elementos/ m2.

El registro arqueológico de la zona cuadriculada se caracterizó por la presencia de abundantes elementos de carácter constructivo de época romana: fragmentos de tegulae con perfiles de distinto tipo, e ímbrices (con grosor en torno a los 6 cm.), algunos bastante bien conservados. Más escasos resultaron los fragmentos cerámicos co-rrespondientes a recipiente grandes, dolia y anforae, y también se detectaron algunos fragmentos de terra sigillata (TS). Además, se documentaron varios fragmentos de opus signinum (cal y fragmen-tos cerámicos fragmentados, alguno presentando superficie plana). La TS y otro tipo de cerámica documentada que ha permitido dar precisión cronológica al yacimiento quedan expuestas en la siguien-te relación, con su tipología y adscripción cronológica, siendo el predominio de TS Clara, aunque también están representadas la TS Itálica, la TS Sudgálica y la TS Hispánica:

Por la cronología que aporta el registro cerámico, se podría inferir

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que se trata de un yacimiento con una ocupación prolongada du-rante la época romana, desde el siglo I d.C. a los siglos IV-VI d.C. Sin embargo, el hiatus que parece darse en torno al siglo II avan-zado/siglo III d.C. permite proponer una secuencia de ocupación interrumpida en ese periodo. Así, se podría haber dado una primera fase de ocupación que se iniciaría en la primera mitad del siglo I d.C. y que continuaría hasta mediados del siglo II. Una segunda ocupación se podría haber producido entre los siglos IV y VI d.C.

La dispersión de los restos, la abundancia de elementos constructi-vos, junto con la presencia (aunque escasa) de contenedores (dolia) y recipientes de transporte (anforae), hace deducir que se trataría de un tipo de explotación agraria, ya sea con ocupación unifásica o bifásica, tipo villa.

La presencia de fragmentos de opus signinum, junto con la posi-ción del yacimiento, en ladera, permite sugerir la existencia de un sistema de carácter hidráulico, ya que ese tipo de obra constructiva se asocia típicamente a construcciones relacionadas con el uso del agua (Roldán Gómez, 1993).

La delimitación del yacimiento se ha realizado en función de la dispersión superficial de los restos, junto con otros datos obtenidos sobre el terreno, por ejemplo, la existencia de una perforación de

más de 1 m. de profundidad, con la tierra extraída amontonada inmediatamente al SO de la cuadrícula A-4, que fue revisado y que no presentó restos arqueológicos. La prospección geofísica de carácter eléctrico que se desarrolló en el área de cuadriculación no ofreció resultados concluyentes respecto a la definición de estructu-ras subyacentes (Lámina V).

Figura 4. Plano 4: Planta Topográfica del área de Prospección Arqueoló-gica: Delimitación del yacimiento arqueológico El Jardinillo y zonas pro-puestas de Cautela Arqueológica (Escala original 1:2.000).

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Lámina V. Sector C. Parcela 4. Prospección Geofísica

Este yacimiento arqueológico de época romana ha sido denomi-nado El Jardinillo. En la delimitación propuesta, ocuparía un área poligonal de algo menos de una hectárea (ca. 9.000 m2), definido por las siguientes coordenadas UTM, referidas al uso 29 (Figura 4):

Cabría pensar en la posibilidad de un simple error cartográfico de localización del yacimiento ya citado denominado “Palomares del Río”, y que su situación correcta fuera en la que se ha localizado el yacimiento que hemos denominado El Jardinillo. Sin embargo, la descripción de la topografía y de los restos arqueológicos encontra-dos en el yacimiento “Palomares del Río” no coincide en absoluto con las características y restos documentados en el yacimiento El Jardinillo. Así, se ha considerado que habría que tratar El Jardinillo como un yacimiento arqueológico de nueva identificación.

Sector D: En el Sector D (Figura 3), en superficie predominaba los restos de escombros actuales, sin que se documentasen restos arqueológicos en superficie. Sin embargo, en el perfil de la carretera SE-655, en el lugar que se denominó Zona C (Figura 3), en el pun-to kilométrico 2’900, se documentó, seccionada, una especie de foso en la marga terciaria, rellena por arcilla roja (Lámina VI).

Lámina VI. Sector D. Zona C. Vista del perfil de la carretera SE-655

En la superficie expuesta, que correspondería al relleno interior parece que formado por procesos erosivos naturales, se documenta-ron fragmentos de cerámica de época romana, con signos de roda-do. Uno de los fragmentos correspondía aun fragmento de desecho (“moco”) amorfo de alfar, con su característico vidriado. Los otros fragmentos documentados fueron los siguientes:

Aquí, aunque la adscripción cronológica del fragmento de posible imitación no es muy seguro, se presenta de nuevo la segregación cronológica del registro cerámico en dos momentos diferenciados, coincidentes con las fases de ocupación propuestas para el yaci-miento arqueológico de El Jardinillo, descubierto en el Sector C durante esta prospección arqueológica.

Perfil de la Carretera SE-655: Al Este del Sector C, parcela 5, en el perfil E. de la carretera SE-655 (es decir, el perfil más lejano al área de prospección y, estrictamente, no incluido en ella), en el punto kilométrico 3’120 se documentó un enterramiento, sec-cionado y expuesto en la denominada Zona D en la planimetría (Figuras 3 y 4).

Se trata de una inhumación con cubierta por medio de tegulae, que se apoyarían originariamente de manera longitudinal a la fosa excavada. Es decir, se trataría de un tipo de inhumación de las de-nominadas de “fosa cubierta de tégulas a dos aguas” (Bejarano Oso-rio, 1996).

Llamó la atención la profundidad a la que documentó la tumba, a 2.5 m bajo la superficie actual (Lámina VII).

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Lámina VII. Zona D. Vista del perfil de la carretera SE-655 con la inhu-mación seccionada.

La presión de la tierra que la cubría ha hecho que las tégulas caigan

hacia adentro, presentando la disposición con que apareció, que no se corresponde con la original. Esa presión también ha comprimido el espacio del propio enterramiento, que actualmente no supera los 10 cms. de potencia en su parte central. Así, bajo las tégulas se do-cumentó una estrecha zona de contenido de coloración y caracte-rísticas muy diferenciadas a las margas amarillentas circundantes; se trata de una tierra marrón muy oscura, que contiene en su sección visible algunos grumos diminutos de carbón y algunas esquirlas de hueso (Figura 5). El espacio de la estructura de inhumación ex-puesta es de 130 cm. y correspondería a la sección transversal de la tumba, originariamente con cubierta de tegulae a dos aguas y con orientación Este a Oeste, típica de momentos romanos avanzados y en relación con la extensión de cristianismo.