Antonio Gramsci y la Revolución Cultural

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Gramsci, marxista, dirigente del Partido Comunista Italiano, presenta su estrategia para la toma del poder por medios «pacíficos»: ideológicos, culturales, control de universidades, colegios, prensa; destruir la Iglesia, ejército, intelectuales. La finalidad, la misma que Marx, Engels, Lenin, Mao: la sociedad comunista.

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Alfredo Sáenz, S. J.

Asociación Pro Cultura Occidental, A.C.Guadalajara, Jalisco, México

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Primera edición, octubre 1987, Corporación de Abogados Católicos

Segunda edición, marzo 1988, Corporación de Abogados Católicos

Tercera edición, marzo 1989, Corporación de Abogados Católicos

Cuarta edición, septiembre 1990, Corporación de Abogados Católicos

Quinta edición, julio 1997, Ediciones Gladius

Sexta edición, octubre 2000, Ediciones Gladius

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Antonio Gramsci

Antonio Gramsci nació en Cerdeña, en 1891, en el seno de una fa-milia pequeño-burguesa. La familia Gramsci, padre, madre y seis her-manos, vivió en la penuria económica, cosa que marcó a Antonio para

siempre.De físico débil, sin embargo su inteligencia era bien despierta desde

chico, desde joven, robusta, como lo demostrará SU producción literaria,a la que luego naturalmente aludiremos.

Terminados sus estudios secundarios, allí en la isla de Cerdeña, zonahumilde, se inscribió en la Universidad de Turín, donde tuvo ocasiónde conocer a Palmiro Togliatti, quien sería el gran dirigente del PartidoComunista Italiano después de la Segunda Guerra Mundial.

Al tiempo que transcurre su vida en la Universidad, se va formandouna mentalidad revolucionaria. Poco a poco Italia se estaba industria-lizando. Milán se iba convirtiendo en un gran centro industrial y desde1899 funcionaba en Turín la fabrica Fiat, constituyéndose dicha ciudaden el centro del naciente proletariado organizado, el proletariado ita-liano.

En 1914, el año del comienzo de la Primera Guerra Mundial, seinscribe Gramsci en el Partido Socialista, comenzando entonces su laborperiodística. Escribe diversos artículos, a lo largo de dos o tres años.Sin embargo, se siente incómodo en el Partido Socialista. Por aquelentonces, la vida política italiana se desarrollaba en tomo a dos grandesPartidos, el de los liberales y el de los socialistas históricos, como se losllamaba, pero estos dos Partidos eran dos Partidos agotados, decrépitos.Precisamente en 1919 aparecieron dos nuevos Partidos, más juveni-les, con más empuje. El primero fue el de Don Luigi Sturzo, el PartitoPopolare Italiano, futura Democracia Cristiana, donde por primera vezdesde la unidad de Italia, numerosos católicos, aunque no todos, porcierto, entraron en la vida política del país. Gramsci nunca perdería devista esto que él denominaría el "catolicismo político". El segundo

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movimiento que apareció rejuveneciendo la vida política italiana fueel Fascismo, ya que, también en 1919, Mussolini creó los primeros Fascidi Combattimento con la intención de instaurar en el país lo que él11 b " d "ama a un nuevo or en .

Frente a los dos viejos Partidos agotados -liberales y socialistas- yaestos dos Partidos nuevos, el Partido Popular y el Fascismo, Gramscifue perdiendo confianza en el socialismo histórico y así, hacia fines de1920, firmó un manifiesto que recoge las ideas de una fracción disidentedel Partido Socialista, la fracción comunista. y de este modo nace elPartido Comunista Italiano, el 21 de enero de 1921, siendo Gramscimiembro del Comité Central y, al mismo tiempo, director de su periódi-00, fOrdine Nuovo, que desde entonces se convirtió en diario.

En 1922 Gramsci es elegido como delegado italiano en el TercerCongreso del Komintern que se celebra en Moscú, y allí tiene ocasiónde conocer muy íntimamente a Lenin, que contaba a la sazón 54 años,si bien ya estaba, en ese momento, gravemente enfermo, tras un primerataque de parálisis, y asimismo presenció, a raíz precisamente de estaenfermedad de Lenin, el ascenso político de Stalin al poder, designadoen 1922. Trató también con Trotsky, el victorioso jefe del Ejército Rojo.hí que tuvo contacto con los grandes dirigentes del comunismo.

Gramsci se encuentra cómodo en Rusia; ahí vive años, y duranteese lapso, en 1922, conoce a Julia Schucht, una concertista de origenalemán, con la cual se casa. Entonces él pasa a ser el hombre de con-fianza de la URSS para pergeñar la estrategia comunista en Italia.

Con la intención de trabajar en esta Internacional Comunista quese está consolidando, en 1923 Gramsci se traslada a Viena, que era uncentro importante.

En 1924 vuelve a Italia porque hay elecciones, elecciones generales,en las cuales el Fascismo obtiene mayoría, siendo elegido diputado porel Partido Comunista Italiano. Tenía por aquel entonces 33 años. Allí,en la Cámara, se muestra como un hombre inteligente, mantiene deba-tes, especialmente con los fascistas, e incluso con el mismo Mussolini,que a veces asistía alas reuniones de la Cámara, ya quien nunca dejaríade admirar por sus cualidades de gobernante y su estrategia política.

Poco a poco Gramsci se fue dando cuenta de que su situación en laItalia fascista se hacía cada vez más comprometida, y entonces despachóa su mujer a Rusia, mientras él se disponía a afrontar las consecuenciasde sus actividades revolucionarias.

En 1926 Gramsci es detenido, acusado de incitación alodio de cla-ses, de instigación a la guerra civil y otros cargos. Dos años después escondenado a 20 años de cárcel. Recluido en la celda en 1929 comienza

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serían luego publicadas bajo el nombre de Lettere dal Carcere, cartasde la cárcel. Así que tiene esas dos obras: Quademi del Carcere y Letteredal Carcere.

Su labor intelectual más importante se encuentra en los Quaderni,que pasaron a ser un documento central para el pensamiento y la estra-tegia política del Partido Comunista Italiano. T ras la Segunda GuerraMundial, un grupo de comunistas italianos dirigidos por Togliatti, secre-tario del Partido, se abocó a la sistematización temática de los 50 Cua-dernos, es decir, ordenó los diversos temas, la familia, la propiedad, lareligión, etc., en seis volúmenes publicados entre 1948 y 1951 por edito-rial Einaudi. Luego se publicó otra gran edición, en 1975, preparadapor el Instituto Grarnsciano, dependiente del Partido Comunista, estavez siguiendo el orden cronológico, no el temático.

Las primeras ediciones en castellano aparecieron en Argentina, noen España ni en ningún otro país de habla hispana, sino entre nosotros,por obra de la editorial Lautaro, de Buenos Aires, editorial de filiacióncomunista. En 1950 aparecieron las Cartas desde la Cárcel, en 1952Literatura y vida nacional, etc. Bajo distintos nombres fueron juntandoartículos diversos de los cuadernos de la cárcel.

La obra de Grarnsci no reviste sólo un interés teórico, cual si lo estu-diáramos como a un filósofo, dentro de la historia de la filosofía. Másallá de un sistema terminado, que no lo tiene, 0 de un recetario político,que en vano buscaríamos en sus escritos, Grarnsci ofrece una reflexiónaguda sobre las posibilidades ínsitas en el marxismo, pero en el interiorde una sociedad latina, europea, occidental.

Para el comunismo italiano su obra representa el modo de introducirel materialismo histórico en la vida de un país marcado por una profun-da tradición cultural. Y en este sentido algunos consideran a Grarnscicomo el traductor al italiano de Lenin, el teórico de la revolución culturalen Occidente. Es quizás el suyo el único intento marxista de plantearglobalmente y, según creo, con mucha inteligencia, la cuestión del trán-sito hacia el socialismo en una sociedad de formación occidental. Dehecho, el fenómeno del "eurocomunismo", del que empezó a hablarsea mediados de la década del 70, es un producto típicamente grarnscia-no. Fue Grarnsci quien ideó el ítalo-comunismo, es decir, la estrategiapara la conquista del poder por parte del Partido en los países latinos,donde era absolutamente imposible aplicar la letra o los textos de Marx,ni la estrategia leninista.

T ras este breve resumen de la vida de Grarnsci y recensión de susescritos, adentrémonos ahora en su pensamiento.

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-expresión, calificativo al que con frecuencia recurre Gramsci-, comen-zado a fines del siglo XVIII y albores del XIX.

F1 nuevo principio, el principio moderno, irrumpió en Alemania -es-cribe Gramsci- como espíritu y concepto, mientras que en Francia sedesplegó como realidad efectiva. F1 alemán puso la idea, el francés laacción política. Hay, entonces, una complementación de estas dos acti-vidades, la actividad política francesa y la actividad filosófica alemana,la cual ha sido -dice Gramsci- recogida por los teóricos de la filosofíade la praxis.

Lo que debe quedar bien en claro es que la filosofía de la praxis hanacido de estos padres. Pero si quisiéramos ser más completos y abarcarel entero pensamiento gramsciano en este tema de la genealogía delmarxismo, podríamos decir que son tres los padres, ya que, además deAlemania y Francia, hemos de agregar a Inglaterra, con su nueva con-cepción de la economía. La filosofía de la praxis, según Gramsci, hanacido de la cultura representada por la filosofía clásica alemana, porla literatura y práctica política francesas, y por la economía liberal inglesa.

Ac:,í que las fuentes son tres: la economía liberal inglesa, la filosofíaidealista alemana y la política y literatura francesas. En el origen de lafilosofía de la praxis se encuentran, pues, estos tres movimientos cultu-rales. No que Gramsci afirme que cada uno de dichos movimientoshaya contribuido a elaborar, respectivamente, la economía, la filosofíay la política de la filosofía de la praxis, sino que la filosofía de la praxislogró absorber sistemáticamente los tres movimientos, o sea, la enteracultura de la primera mitad del siglo XIX, a tal punto que, en la síntesisnueva, cualquiera sea el momento en el cual se la examine, momentoeconómico, momento teórico o momento político, se encuentra, comomomento preparatorio, uno de aquellos tres movimientos.

El momento sintético unitario, Gramsci cree poder identificarlo enel nuevo concepto de inmanencia, que para mí es el término clave dela concepción gramsciana del marxismo. Como saben, la inmanenciaes lo contrario de la trascendencia, del hombre que está de paso en latierra hacia un más allá, hacia una tierra nueva, un cielo, etc.; la inma-nencia es la actitud del hombre que decide instalarse acá, in-manere,permanecer-en, del hombre del paraíso en la tierra, que diría Marx.

Para Gramsci la síntesis de la economía inglesa, la filosofía alemanay la política francesa es la inmanencia. Tal es el denominador común,la inmanencia, que partiendo de su forma especulativa, ofrecida por lafilosofía clásica alemana, se tradujo a una forma historicista con la ayudade la economía liberal inglesa y de la política francesa. Agudamenteseñala cómo aun los nuevos cánones introducidos por la ciencia econó-

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mica inglesa, no tienen tan sólo un valor puramente instrumental sinotambién un significado de innovación filosófica: el "horno oeconornicus"que inventa Inglaterra es un hombre inmanente, es un hombre para latierra; ese horno oeconornicus tiene valor gnoseológico, implica unanueva concepción del mundo. Será, pues, preciso investigar cómo lafilosofía de la praxis ha logrado exprear, de manera contundente, apartir de aquellas tres corrientes, la idea de inmanencia, depurada detodo resto de trascendencia y de teología.

B gran proyecto del liberalismo está, para Grarnsci, en el origen delmarxismo, si bien en él muere, desaparece. "Las afirmaciones dellibe-ralismo -escribe- son ideas-Iírnite que, una vez reconocidas como racio-nalmente necesarias, se convierten en ideas-fuerza, se han realizadoen el Estado burgués, han servido para suscitar la antítesis de ese Estadoen el proletariado y luego se han desgastado. Universales para la bur-guesía, no lo son suficientemente para el proletariado. Para la burguesíaeran ideas-Iírnite, para el proletariado son ideas-mínimo. )I; en efecto,el entero programa liberal se ha convertido en programa mínimo delPartido Socialista." Al burgués de la revolución francesa lo sucede elproletario del marxismo.

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