CAPITULO X

Antigua, Guatemala, 1930-1936: Casa Popenoe

En las postrimerfas de los aiios veinte, mientras vivian en el tibio clima de Tela, Honduras, Wilson y Dorothy solfan visitar las zonas altas y templadas de Guatemala, para disfrutar de un refrescante cambio de temperatura. Se sentfan irresistiblemente atraidos por Antigua; ambos se enamoraron de la ruinosa ciudad y comenzaron a buscar una casa para com prar y restaurar. Despues de mirar quince o veinte casas, encontraron 10 que buscaban en la primera avenida que, en los viejos tiempos, se denominaba Calle de la Nobleza; ahi las casas de los afortunados solfan flanquear ambos lados de la calle. Compraron la propiedad en 1929, por el bajo precio de dos mil d6lares, con im puestos an uales de cuatro d6lares con ochenta y cinco centavos.

En su folleto titulado, La Casa del Oidor, Wilson describi6 las condiciones y caracteristicas de la casa:

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Wilson Popenoe

Cuando la compramos en 1929 a don Ciriaco Peralta,

estaba practicamente en la ruina; la mayor parte del

techo se habfa cafdo, solo quedaba una puerta en toda la

casa, los corredores habfan desaparecido completamen­

te y los pisos enladrillados estaban destruidos, excepto

una pequena area en la sala. Para restaurarla compramos

puertas y llamadores de casas viejas de Antigua; las her­

mosas balconerfas y la puerta grande que da a la sala

[ueron copiadas de otras casas hermosas de ese periodo;

el techo tuvo que ser reconstruido completamente, as!

como reemplazado to do el enladrillado del pi so. Nos

impresiono enterarnos que, en el trabajo original del

cielo raso, no utilizaron clavos, sino que ataron las vigas

utilizando tiras de cuero crudo.

Los desechos provocados por el terremoto de 1773 habian sido esparcidos en el atrio y eljardin. Un alto cipres capuchino, plantado cerca de 1865, dominaba las ruinas y, en anos recientes, la casa habia llegado a conocerse como La Casa del Capuchino, debido a este alto y prominente arbol.

En 1930 la United Fruit Company traslad6 a Wilson ala ciudad de Guatemala, para organizar el Servicio Tecnico de Cooperaci6n Agricola, cuyo objetivo era introducir nuevos cultivos a Guatemala. Dorothyy eI comenzaron de inmedia­to la reconstrucci6n de la casa que, en el siglo XVII fue llamada La Casa del Oidor. Wilson siempre Ie concedi6la iniciativa a Dorothy respecto a este ambicioso proyecto. La casa habia sido construida cerca de 1634 por Don Luis de las Infantas y Mendoza, un acaudalado doctor en Derecho, graduado en la famosa universidad espanola de Salamanca, que habia realizado su practica legal en Sevilla. Con su

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Antigua, Guatemala, en 1839. (Dellibro de John Lloyd Stephens, Incidentes de Viaje por Centro America, Chiapas y Yucatan, con i1ustraciones de Fre­derick Catherwood, Londres, 1854).

joven esposa y seis sirvien tes, don Luis llego de Espana a Santiago de los Caballeros de Guatemala (ahora llamada Antigua) para asumir la importante y lucrativa posicion de Oidor, (Juez de Letras) de la Real Audiencia, (Corte Supre­ma Real) que tenia jurisdiccion sobre la Capitania General de Guatemala, incluyendo el estado mexicano de Chiapas y la mayor parte de la region ahora conocida como Centro America; es decir, Guatemala, Honduras, EI Salvador, Nica­ragua, Costa Rica y parte de Panama. La posicion de Oidor en Guatemala, significola bonanza para Don Luis por unos cuantos anos, ya que era altamente remunerada, debido a: los cuantiosos sobornos que recibia. Despues que una persona era encontrada culpable por otrosjueces, el Oidor era quien imponia la pen a 0 la multa. Thomas Gage, un

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Wilson Popenoe

eseri tor bri tanieo y fraile dominieo, que vivio en An tigua en 1630, conoeio a Don Luis de las Infantas y Mendoza. Gage, ineansable edtico de las deshonestidades de las autorida­des espaiiolas en el Nuevo Mundo, meneiono los tratos fi­nancieros de Don Luis en su clasieo, El Inglis A mericano ... 0

un nuevo reconocimiento de las Indias Occidentales:

La pension que el Rey Ie otorga a todo juez de Ietras

es de 4000 ducados al ano ... sin embargo, 10 que Iogran

a traves de sobornos y triquinuelas es mucho mas y he

escuchado que elJuez Don Luis de las Infantas dijo que,

a pesar de que una posicion deJuez en Mexico y Lima es

mas honorable, ninguna es mas rentable que en Guate­

mala.

Influenciado por sus antecedentes en Sevilla y sin medir los gastos, Don Luis construyo una easa ostentosa que lucia la arquitectura de la Espana Mora. Tres siglos mas tarde y, aunque en pobres condiciones, los hermosos arcos de piedra de la casa, la remanente y maciza puerta de eedro y los bellamente tallados llamadores, eran ejemplo de la influeneia mora en Sevilla, Cordoba y Granada. Los moros, siendo musulmanes, tenian prohibido el uso de diseiios floridos. Por 10 tanto los earpinteros y albaiiiIes se restrin­gian a los patrones geometricos.

Don Luis cometio el error de entrar en desaeuerdo con el Gobernador de Guatemala y eso Ie costa su trabajo. Lo obligaron a asumir una posicion de menor rango en Mexi­co, en 1640, como asesor de impuestos en un nivel mas bajo y se dice que murio en la pobreza. La Casa del Oidor paso por varias manos, aparen temen te oeasionandole mala suer­te finaneiera a sus propietarios. Por ejemplo, en 1738,

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'Crealo 0 no por Ripley ' , . " ",4" " ". 0<',

UNA IIONTAAA QUE AHOO6 UNA CIUDAD ANTIGUA, EN GUATEMALA (UNA CIUDAD FLORECIENTE QUE TENIA UNIVERSIDADES ANTES DE LA FUNDACI6N DE CHICAGO) FUE ARRASADA POR EL MONTE AGUA, QUE ESTALLC VOLCANOO SU CRATER LLENO DE AGUA SOBRE LA CIUDAD,

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.... ~ ..•. -~, -.:-..... .:...-- JOn«, 1929.

INDiGENA GJATSMLTECO LLEV6S06AE sus ESPALDAS UNACAAGA DE

100LBS, DE CEAAMICA,

POA 150 t.AUAS,PAAA

VENDEALA P0A3

OOLAAES

(Derechos Reservados de Ripley Entertainment Inc, 1995. Marca registrada par Ripley Entertaiment Inc,)

perteneci6 a una familia de apellido Herrera quienes, co­mo muestra de generosidad y fervor religioso, prometieron contribuir con cuatrocientos pesos al cercano monasterio de Santo Domingo. Esta promesa se volvi6 contraprodu­cen te ya que, cuando los Herrera sufrieron reveses financie­ros y no pudieron pagar al monasterio, este los demand6. La corte orden6 que la casa fuera vendida en 1755. Fue

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Patio principal de la Casa del Oidor antes de su reconstrucci6n, Antigua, Guatemala, 1929. Esta se convirti6 en la Cas a Popenoe. (Cortesfa de Hugh Popenoe).

com prada a un precio relativamente bajo por el Capitan de la Guardia, Diego de Guerra. Despues de pagar los gastos legales y de la corte, no qued6 nada para la familia Herrera, quienes sin un centavo en la bolsa, fueron expulsados de la casa.

Para en tonces, San tiago de los Caballeros de Guatemala era una capital en crecimiento, menor en importancia en el Nuevo Mundo, solamente a la capital de Mexico y a Lima, Peru. Tenia una catedral grandiosa, un palacio para la capitania general, cerca de ochenta edificios para iglesias, numerosos monasterios, edificios publicos y casas construi­das de concreto, m uchas de elIas con cielo raso y paredes de tres 0 cuatro pies de grosor. Aqui estaba ubicada la Univer-

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Jorge M. Benitez. Un excelente horticultor, que par mas de cincuenta anos fue un leal companero y amigo de Wilson Popenoe. Estuvo a cargo de la re­construcci6n de la Casa Popenoe en Antigua, Guatemala, desde 1930 a 1935. (Cortesia dellnstituto Hunt para la Documentaci6n Botanica de la Universidad Carnegie Mellon, Pittsburgh, Pensilvania).

sidad de San Carlos, el centro de ensenanza mas grande de Centro America. Antigua era una ciudad pintoresca en don de la forma de vida colonial espanola floreda y la poblaci6n habia aumentado a cincuenta mil habitantes.

EI 29 de julio de 1773 a las 3:30 de la tarde, un intenso temblor sacudi6la capital de Guatemala. Como es usual en

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un area proclive a los terremotos, todo el mundo corrio hacia las calles; habian estado experimentando muchos temblores en los meses recientes. Despues de unos diez min utos de calma, el mas viol en to y temerario terremoto de su historia sacudiola ciudad. La tierra se barnboleaba tan violentarnente, que muchas personas, gritandovictimas del panico, no podian siquiera mantenerse en pie. En dos minutos casi todos los edificios de la ciudad se derrumba­ron y no quedaron mas que mon tanas de mortero y ladrillos destruidos mas alla de 10 recuperable. AI cabo de un os dias, la atmosfera se volvio pestilente ya que los cuerpos de animales y seres humanos descom puestos con taminaban el aire. Sobrecogidos por el desastre, los ciudadanos de San­tiago solicitaron al Rey de Espana que les otorgara el permiso de mover la capital ala ciudad de Guatemala, que es un area menos sujeta a los terremotos frecuentes. El Rey dio su consentimiento no de muy buena gana y, en 1777, la capital fue traslanada al Valle de las Vacas, a unos 42 ki­lometros al este de Antigua. Virtualmente abandonada, Santiago llego a conocerse como Antigua; es decir: la ciu­dad vieja. Todos los antigiienos que consideraban tener los medios se traladaron a la nueva capital, Ciudad de Guate­mala, dejando tras de si la destruida Antigua, para que descansara en paz a la som bra de sus volcanes. A las iglesias, edificios de gobierno y casas en ruinas, les removieron to­dos sus muebles valiosos, que fueron cargados a lomo de mula 0 de indios para transportarlos a la nueva ciudad. La gente pobre, mas que todo indigenas, se quedaron en Antigua, refugiandose en las ruinas abandonadas, una de las cUales fue la Casa del Oidor. El hijo del capitan Guerra, posteriormente, vendiola propiedad, que paso por varias

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Patio interior de Casa Popenoe despues de la reconstrucci6n. Las casas elegantes ten fan exteriores muy sencillos y patios interiores y jardines encantadores. Esta era una caracterfstica de la influencia mora, muy notable en la arquitectura colonial de Antigua. (Cortes fa de Nixon Smiley) .

otras manos hasta que, ciento cincuenta anos mas tarde, la compraron Wilson y Dorothy Popenoe.

En 1932, trasladaron a Wilson de nuevo a Tela y la res­tauracion de la Casa Popenoe (como ahora se Ie conoce) con tin uo bajo la supervision de su leal y com peten te asocia­do horticola,Jorge Benitez, a quien Wilson frecuentemen-

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te se referia como su "hombre viernes ecuatoriano". Se hizo un gran esfuerzo para que en la casa recobraran vida las caracteristicas coloniales del pasado. Los maestros de obra a cargo de las reparaciones se llamaban Arturo San tis, de profesion albaiiil y Julio Gomez, carpintero. A Santis Ie pagaron ochenta y cinco centavos diarios durante varios aiios, al cabo de los cuales se Ie incremento su salario a un dolar y veinticinco centavos por dia. Cuando Wilson Ie pregunto aSantis si estabamejorahoraque Ie habian hecho el aumento, el albaiiil replico: "Es cierto que ahora gano mas dinero, pero cuando ganaba ochenta y cinco centavos al dia podia comprar catorce tortillas por un centavo y hoy solo puedo comprar cuatro por un centavo. Asi que como usted vera, no estoy mejor".

A finales de 1932 y poco tiempo antes de su muerte, Dorothy Popenoe escribio un folleto fascinante titulado Santiago de los Caballeros de Guatemala, con ilustraciones hechas por ella misma. Fue publicado postumamente en la imprenta de la Universidad de Harvard en 1933; en este breve y bien escrito trabajo, describio brillantemente la conquista de Guatemala y la historia de Antigua, incluyen­do a sus habitan tes, iglesias, terremotos y numerosas ruinas.

En 1936 la restauracion de la Casa Popenoe estaba por finalizar y el escritor Luis Adamic, muy conocido por su libro, El Regreso del Nativo, visito Antigua y se quedo donde Wilson Popenoe durante cuatro semanas. Posteriormente escribio, La Casa en Antigua, que fue publicado en 1937 por Harper y Brothers. Ellibro de Adamic, dedicado a la me­moria de Dorothy Popenoe capto el espiritu que imperaba durante la restauracion de la casa, al tiempo que describio la historia romantica de la Casa del Oidor durante sus tres siglos de vida. Su libro fue muy leido en los Estados Unidos

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Dorothy Hughes Popenoe fue una talentosa artista, asi como una arqueologa. Este es uno de sus dibujos de Antigua. (Reimpreso con permiso de los editores de Santiago de los Caballeros de Guatemala. Hecho por Dorothy Hughes Popenoe, Cambridge, Massachusetts Imprenta de la Universidad de Harvard, Derechos reservados © 1933 por el Presidente y Custodios de la Universidad de Harvard).

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Louis Adamic, autor dellibro La Casa en Antigua, junto a Wilson Popenoe en la Casa Popenoe, 1936. (Cortesfa de Hugh Popenoe).

y muchos turistas que visitaban Guatemala quisieron ir a Antigua para conocer la Casa Popenoe. Prepararon un

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Dormitorio principal de Casa Popenoe. (Cortesia del Instituto Hunt para la Documentaci6n Botanica de la Universidad Carnegie MeHon, Pittsburgh, Pensilvania).

plan, por cierto sin ventajas financieras para Wilson, de modo que hubiera un guia que acompanara a los turistas hacia la casa don de Maria, la venerable ama de llaves in­digena de Wilson, les mostraba el interior. Por 10 tanto, la casa no solamente se convirti6 en una atracci6n turistica popular, sino que en un enlace cultural con el pasado co­lonial de Antigua.

Wilson insisti6 en mantener toda la casa tal como habia sido durante el siglo XVIII: sin telefono, sin electricidad, en fin, sin ningun contacto con el mundo moderno. Su escri­torio favorito de caoba habia sido construido en el ano 1700. Una noche, hace cincuenta anos, mientras era hues­ped en la Casa Popenoe, este autor descubri6 su mistica colonial. Acababamos de llegar, avanzada la noche, des-

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pues de visitar una plantaci6n de cinchona y, debido a que yo no habia estado antes en la casa, Wilson, a la luz de un candelabro, me mostr6 la valiosa coleccion de muebles antigiieiios autenticos que incluia mesas, sillas, cofres, ban­cas, gabinetes y camas. La mayor parte estaban hechos de cedro espaiiol, que despide un aroma unico, como a cosa antigua. Los retratos que adornaban las paredes, vagamen­te visibles por la oscuridad, mostraban a muchos espaiioles notables que habian formado parte de la colonizaci6n de Guatemala. Algunos eran soldados, otros poetas, maestros, sacerdotes y monjas. El humo de tres siglos estaba todavia pegado a las paredes de la cocina y Maria 10 acrecentaba mientras asaba nuestra cena sobre carbon, el mismo com­bustible que se habia usado, en esa misma estufa, desde tiempos coloniales. A pesar de que estabamos en 1940, la casa pare cia vivir en 1773.

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