Anoche

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Anoche Lariel El ruido era ensordecedor: los golpes y chirridos metálicos de los frenos y los vagones, el eco amortiguado de la megafonía, las risas, gritos y parloteos de toda la gente que se agitaba alrededor; la cabeza le daba vueltas con ese ruido que le atacaba los oídos y se estrellaba dentro de su cráneo, pero no le importaba. Le gustaba el ajetreo que la rodeaba: le resultaba real, la hacía sentirse real. Inmersa aunque sólo fuera un momento en la vida de otras personas —observando a la gente que se despedía, compraba periódicos, reía y cotilleaba bebiendo tazas de mal café de la estación— sentía que por fin estaba viviendo en lugar de dejar su vida en suspenso como lo había hecho durante los últimos tres meses. Sin darse cuenta —y no lo podría haber evitado aunque lo hubiera intentado— sonrió de oreja a oreja mientras la expectación que había ido en aumento todo el día en su interior se hinchaba y amenazaba con estallar. En el andén de la estación, Charlie observó a los amantes que se besaban, los maridos que agitaban la mano y las novias que lloraban. Sin dejar de sonreír, absorbió toda la emoción que vibraba a su alrededor y la guardó para cuando llegara su momento. Lo cual —comprobó el reloj— debería suceder dentro de nada. Las cuatro y diez. Se pasó los dedos con impaciencia por el pelo negro como el carbón y observó el andén, rezando todo el tiempo. —Vamos... vamos... ya son y diez... ¿dónde estás, cariño? Se oyó un silbido estridente y el tren expreso traqueteó junto al andén y se detuvo chirriando a pocos metros de distancia. Las puertas se abrieron de golpe y el estrecho andén se llenó inmediatamente de cuerpos que saltaban del tren, lanzaban maletas al suelo y saludaban agitando la mano a sus seres queridos que esperaban, como Charlie, impacientes en el andén. Aprovechando la ventaja de su considerable estatura, se esforzó por atisbar por encima de la gente arremolinada a su alrededor, intentando divisar una familiar cabeza dorada entre la multitud. El corazón le

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Uber Xena y GabAnoche Lariel (xfae): El fantasma de Emily regresa para despedirse de Charlie.

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Anoche

LarielEl ruido era ensordecedor: los golpes y chirridos metlicos de los frenos y los vagones, el eco amortiguado de la megafona, las risas, gritos y parloteos de toda la gente que se agitaba alrededor; la cabeza le daba vueltas con ese ruido que le atacaba los odos y se estrellaba dentro de su crneo, pero no le importaba. Le gustaba el ajetreo que la rodeaba: le resultaba real, la haca sentirse real. Inmersa aunque slo fuera un momento en la vida de otras personas observando a la gente que se despeda, compraba peridicos, rea y cotilleaba bebiendo tazas de mal caf de la estacin senta que por fin estaba viviendo en lugar de dejar su vida en suspenso como lo haba hecho durante los ltimos tres meses. Sin darse cuenta y no lo podra haber evitado aunque lo hubiera intentado sonri de oreja a oreja mientras la expectacin que haba ido en aumento todo el da en su interior se hinchaba y amenazaba con estallar.

En el andn de la estacin, Charlie observ a los amantes que se besaban, los maridos que agitaban la mano y las novias que lloraban. Sin dejar de sonrer, absorbi toda la emocin que vibraba a su alrededor y la guard para cuando llegara su momento. Lo cual comprob el reloj debera suceder dentro de nada. Las cuatro y diez. Se pas los dedos con impaciencia por el pelo negro como el carbn y observ el andn, rezando todo el tiempo.

Vamos... vamos... ya son y diez... dnde ests, cario?

Se oy un silbido estridente y el tren expreso traquete junto al andn y se detuvo chirriando a pocos metros de distancia. Las puertas se abrieron de golpe y el estrecho andn se llen inmediatamente de cuerpos que saltaban del tren, lanzaban maletas al suelo y saludaban agitando la mano a sus seres queridos que esperaban, como Charlie, impacientes en el andn. Aprovechando la ventaja de su considerable estatura, se esforz por atisbar por encima de la gente arremolinada a su alrededor, intentando divisar una familiar cabeza dorada entre la multitud. El corazn le palpitaba de emocin mientras comprobaba el andn. Pero segua sin haber rastro de ella y cuando la multitud empez a disperarse, se acerc deprisa al tren, con el camino cada vez ms despejado a medida que las masas de gente entraban en la estacin y salan a la calle.

Dnde ests, Emily? Deberas estar en este tren... no me digas que lo has perdido! La emocin no tard en convertirse en decepcin y luego en incertidumbre. A lo mejor ha decidido quedarse ms tiempo... a lo mejor se lo est pasando estupendamente con ellos... no quiere volver todava... A lo mejor no soy... Reprimi la idea antes de que pudiera cobrar forma en su mente, sin querer que los susurros negros e insidiosos inundaran sus pensamientos. Dnde ests, cario?

Se oy un golpe sordo al final del andn y una figura delgada sali tropezando del vagn y medio se cay sobre el andn. Charlie sali corriendo inmediatamente hacia all al tiempo que sonaba el silbato y el tren se pona en marcha despacio. La figura se levant tambalendose, se volvi y vio a la mujer alta que corra hacia ella. Se tir a sus brazos abiertos.

Charlie! Se agarr al cuello de Charlie como un nufrago se aferra a un salvavidas. Oh... gracias a Dios que ests aqu!

Emily! Yo tambin te he echado de menos, cario! Charlie dio vueltas con la mujer ms baja entre sus brazos y luego intent apartarla para mirarla, pero ella se solt, hundi la cara en el pecho de Charlie y solt un gemido entrecortado y algo lloroso. Ests bien? Te ha pasado algo?

No. Dos brazos delgados se movieron y cieron con fuerza la cintura de Charlie. Es que te he echado tanto de menos fue la temblorosa respuesta.

Bueno, yo tambin te he echado de menos, pero no estoy hecha un mar de lgrimas! ri la mujer ms alta y deposit un ligero beso en la cabeza rubia; recibi una sonrisa breve y llorosa.

T nunca lloras. Se son con un pauelo mugriento que sac del bolsillo de sus vaqueros. El da que te vea llorar, bueno... Se le arrug la cara mientras intentaba contener las lgrimas que amenazaban con derramarse.

Oye, qu pasa?

Nada, en serio. Es que me alegro tanto de estar aqu contigo. Te he echado tanto de menos.

Ese cabrn de Davies no te habr estado molestando otra vez, verdad? No s por qu no le dices que se meta el puetero trabajo por... no merece la pena! El sueldo es un asco, tu jefe es un desgraciado con problemas de actitud y... y tienes que estar fuera demasiado a menudo. Tres meses es mucho tiempo para estar separadas.

Lo s.

Eh, que ahora estamos juntas y eso es lo nico que importa. Vamos a meter tu bolsa en el coche y vmonos a casa.

Se colg la pesada bolsa de viaje del hombro y llev a la mujer ms joven por la estacin hasta el aparcamiento. Cuando tuvo la bolsa guardada y a Emily sentada y con el cinturn de seguridad bien puesto, Charlie arranc el motor y ech una mirada rpida a la rubia sentada a su lado: retorca distrada el pauelo entre los dedos mientras miraba a Charlie fijamente. Volvindose en el asiento con dificultad, Charlie acarici el suave pelo dorado y se enroll los espesos mechones en los dedos, disfrutando de la sensacin sedosa que le acariciaba la piel.

Me alegro de que ests en casa, Emily.

Emily le sonri y Charlie sinti que se le hinchaba el corazn al mirar a su compaera a los ojos. Colocando la mano sobre una suave mejilla, se inclin y la bes ligeramente, cerrando los ojos para saborear los clidos y hmedos labios que tena bajo los suyos y dejando que el tacto y el olor de su amante llenaran sus sentidos e inundaran su ser, llenando el inmenso vaco que haba vuelto con tanta brutalidad en los ltimos tres meses. Se apart de mala gana cuando not que los labios que tena bajo los suyos se abran ligeramente y suspir profundamente.

Bienvenida a casa, preciosa. Dios, cmo te he echado de menos. Tenemos que ver si te conseguimos otro trabajo!

Emily sonri, se reclin en su asiento y cerr los ojos. Estuvo callada durante el trayecto hasta casa y atpicamente inmvil. Normalmente parloteaba sobre todo lo que se le pasaba por la cabeza, compartiendo cotilleos de la gente con la que trabajaba, criticando la forma de conducir de Charlie, cualquier cosa, todo ello acompaado de movimientos inquietos, retorcindose y volvindose en el asiento hasta que a veces Charlie le gritaba que se estuviera quieta y dejara de distraerla. Hoy... nada. Charlie se pas todo el trayecto a casa echndole miradas preocupadas de reojo.

Oye! Advirti un corte en la cabeza de Emily que pareca estar sangrando un poco. Cmo te has hecho eso?

El qu? Los brillantes ojos verdes de Emily se abrieron despacio y se posaron en Charlie.

Ese corte que tienes en la cabeza.

Ah. Me he dado en la cabeza al caerme cuando intentaba salir del tren.

Que te has dado en la cabeza? No recuerdo que te hayas dado en la cabeza.

Creo me golpe con la puerta al salir... por eso me he cado.

Te sangra un poco... le echar un vistazo cuando lleguemos a casa. Te duele la cabeza?

Las mejillas de la mujer, normalmente sonrosadas, estaban mortalmente plidas y tena los labios apretados. Emily se enjug el corte de la sien con el pauelo: aparecieron unos puntos rojos en la tela blanca que se extendieron, dndole aspecto de estar salpicado de pequeas amapolas.

S, un poco.

Charlie suspir profundamente al ver cmo se reclinaba ms en el asiento y se frotaba los ojos, que ya estaban irritados de lgrimas sin derramar. Ech hacia atrs el flequillo rubio y le toc la frente. No tena fiebre: si acaso, estaba un poco demasiado fra. Esta noche voy a estar bien pendiente. Est claro que no se encuentra bien.

Ya casi estamos, amor.

Acarici la frente de la mujer y not que eso pareca tranquilizarla: se le calm la respiracin y volvi a cerrar los ojos. Su mano qued capturada, se uni a la de Emily y descans en el regazo de la mujer ms joven, donde fue estrechada con fuerza durante el resto del trayecto a casa.

Bueno, cmo ha ido? Intentando romper el silencio incmodo que las rodeaba, Charlie confi en el habitual amor de Emily por su trabajo para sacarla de su aparente preocupacin.

Cmo ha ido el qu?

La atpica respuesta breve preocup an ms a Charlie.

Lo que hayas estado haciendo durante estos ltimos tres meses. Nerviosa, sonri a Emily frgilmente.

Ya sabes cmo ha ido. Hemos hablado casi todos los das. Por favor, mira la carretera!

Lo siento. Slo intentaba darte conversacin.

Al ver el dolor en los ojos de su compaera, normalmente poco habladora, y sabiendo lo poco que le gustaba a Charlie hablar mientras conduca, Emily se sinti culpable inmediatamente y acarici la mano que apretaba estrechamente en la suya.

Perdona, nena. No debera haberte gruido... estoy un poco cansada del viaje. Y la verdad es que me duele mucho la cabeza.

No tienes buena cara en absoluto y no pareces t misma. Ests segura de que no hay nada que quieras decirme? Frot vigorosamente el fuerte muslo que tena bajo la mano presa, intentando dar un poco de vitalidad a su compaera, normalmente animada.

No, de verdad. Por favor, no te preocupes tanto. Davies ha sido tan cerdo como siempre. El hotel en el que nos alojbamos era de verdad tan malo como te he dicho... todava tengo las picaduras para demostrarlo... y Davies volvi a intentarlo conmigo, como te cont, pero no creo que vaya a hacerlo de nuevo: amenac con decrselo a su mujer. Y luego la propuesta que presentamos a la junta, toda esa campaa en la que haba estado trabajando los ltimos tres meses, fue rechazada porque un idiota del departamento de Davies no se molest en hacer las averiguaciones como es debido. As que he quedado como una autntica estpida.

Oh, cario, cunto lo siento...

No lo sientas. He aprendido que hay cosas ms importantes en la vida que eso. Como t. T eres lo ms importante de mi vida y no lo olvides nunca, Charlotte Fisher. No puedo creer que haya perdido tanto tiempo... todo el tiempo que hemos pasado separadas en el ltimo ao. Ojal hubiramos podido pasar ms tiempo juntas.

Tenemos todo nuestro futuro juntas. Lo nico que tenemos que hacer es conseguirte un trabajo ms cerca de casa en el que no tengas que viajar por medio mundo y claramente uno en el que no tengas que trabajar para un cabrn repugnante con muy poca esperanza de vida. Como lo coja por banda...

Le echaras una de tus mejores miradas asesinas, probablemente le gruiras o algo as y en trminos generales lo intimidaras como slo t eres capaz de hacerlo. Emily se ri entre dientes y a Charlie se le ilumin la cara al orlo. Era la primera risa que le oa a la rubia, normalmente muy alegre y risuea, desde que se haba cado del tren. A ver si consigo una carcajada de verdad...

Pero qu dices? Dirigi una de sus mejores miradas asesinas a Emily, que se ech a rer de nuevo.

Conmigo ni lo intentes. Soy inmune a tus miradas furibundas. Tengo la mejor proteccin contra ellas.

Y cul es?

Tu amor.

Charlie se ech a rer con ganas, un sonido rico y profundo que llen el coche y arrop clidamente a la mujer menuda que estaba en el asiento a su lado.

Siempre tendrs mi amor, Emily. Pero no me rias por ensayar al menos mis nuevas miradas contigo!

Ah, sa era nueva? Y cul era? La mirada tipo "ardilla atrapada por los faros de un coche"?

As que no te gusta mi nueva mirada? Mmm. Te gustarn ms mis nuevos besos? He estado ensayando... y esperaba ponerlos en prctica esta noche...

Eso me gustara fue la suave y tmida respuesta.

Bien fue la rplica, en un susurro, y las palabras les provocaron escalofros por la espalda a las dos. Eso esperaba.

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Cinco minutos ms y Charlie meti el coche en el camino de entrada, sali y sac la bolsa de Emily del maletero. Emily no se haba movido: segua sentada, con el cinturn puesto y los puos apretados, mirando la casa por el parabrisas. Charlie abri la puerta del pasajero y mir dentro.

Vienes? O quieres que te lleve en brazos? dijo en broma.

Claro que voy. sta es nuestra casa.

S... Charlie frunci el ceo de nuevo cuando la mujer no hizo ademn de salir del coche. Es que ha perdido la memoria? Y si ese golpe en la cabeza ha sido peor de lo que pensaba?

Y no tienes que llevarme en brazos... ya lo hiciste, recuerdas? El martes 13 de abril del ao pasado. Dijiste que casi te haba dado un tirn en la espalda porque pesaba mucho y luego me obligaste a darte un masaje en la espalda. Y luego... Se le puso la voz ronca, cargada otra vez de lgrimas.

As es. Charlie cogi a Emily de la mano, la sac del coche y la llev a casa. La deposit en el sof, puso la tetera al fuego y subi para dejar la bolsa y hurgar en el armarito del cuarto de bao. Al poco haba vuelto con un antisptico, esparadrapo y un pao. Le puso a Emily en la mano dos aspirinas y un vaso de agua.

Hala, tmate esto para la cabeza y djame ver ese corte. Todava sangra un poco.

No, est bien. No me hacen falta. Las aspirinas cayeron sobre la mesa y el agua qued cuidadosamente colocada en el suelo. Fueron recogidas de inmediato y ofrecidas de nuevo.

Tmatelas.

No me hacen falta las malditas pastillas! Empuj bruscamente a Charlie, que se tambale sobre los talones, atnita. Emily volvi a estallar en lgrimas y le ech los brazos al cuello a Charlie. Dios, cunto lo siento! No quera hacer eso!

Abrazando a la mujer, que sollozaba violentamente, Charlie la acun suavemente y le murmur palabras tranquilizadoras hasta que por fin los sollozos fueron apacigundose hasta convertirse en hipos entrecortados.

Bueno, ya basta. Ser mejor que me digas qu est pasando, Emily. Me ests asustando. Cogiendo la cara llorosa entre sus manos morenas, sec delicadamente las lgrimas con los pulgares y bes suavemente el tembloroso labio inferior.

Hazme el amor. Dos ojos verdes suplicantes se clavaron directamente en el pecho de Charlie y le atravesaron los pulmones, dejndola sin aliento. Necesit todo su control para hacer un gesto negativo con la cabeza.

No, quiero que me digas qu est pasando, Emily.

Por favor. Por favor, hazme el amor, Charlie.

Emily... Su tono era una advertencia, mientras los labios de Emily se acercaban y sinti que una mano le acariciaba el pelo negro y ms bien corto. Un brazo le rode la espalda, apretndola con firmeza contra el cuerpo compacto y esbelto de la joven.

Por favor, te necesito. Por favor, haz esto por m, Charlie.

Unos labios suaves se apoderaron de los suyos, chupando delicadamente, provocando y jugando como tantas otras veces antes y con el mismo efecto: Charlie se vena abajo siempre que Emily la besaba, sobre todo si era suave y amorosamente, como ahora... un beso que le llegaba hasta dentro, le arrancaba el corazn del pecho y le arrebataba toda capacidad de raciocinio. Gimi, un ruidito que indicaba su inminente rendicin. La cabeza le daba vueltas y lo nico que senta, saboreaba y oa estaba justo delante de ella. Sus manos se hundieron en el espeso pelo rubio mientras intentaba profundizar el beso y recuperar la iniciativa, y fue recompensada con un gemido y los brazos que las unan estrechamente se cieron con ms fuerza. No tardaron en convertirse en una maraa de lenguas y extremidades; subi las manos hasta la cara de Emily y acarici el pelo suave de sus sienes... vagamente, not una sensacin pegajosa en los dedos y se apart de mala gana para ver qu era. Sangre, que segua saliendo del corte y le haba manchado los dedos de rojo.

Dios, tu cabeza... espera, deja que te cure. Emily apenas se movi mientras le limpiaba, desinfectaba y cubra el corte: no dejaba de mirar a Charlie y de acariciarle la cara, como si intentara grabrsela en la mente, para poder reproducirla ms tarde. Bueno, ya ests.

Gracias. Yo... escucha, siento lo de antes. Me siento un poco tonta... no s qu me ha entrado. Es que estoy tan contenta de estar en casa, contigo, y creo que me he emocionado un poco. No quera asustarte, Charlie. De verdad que estoy bien. En serio.

Seguro? Ya sabes que puedes decirme lo que sea. Slo quiero ayudarte.

Lo s. Y lo haces, siempre lo haces. Cmo te quiero.

Y yo a ti. Oye, he reservado mesa en Remelli para esta noche, pero la verdad es que ahora no me apetece. Qu tal si nos quedamos en casa?

Emily se ri en voz baja, con un leve brillo en los ojos.

Lo que en realidad quieres decir es que no crees que me apetezca a m. Pero me parece bien que nos quedemos... prefiero aprovechar el tiempo que... prefiero pasar el tiempo contigo. Una sonrisa dulce le ilumin la cara y Charlie no pudo resistirse a besar esos labios curvados.

Genial! Entonces voy a preparar algo estupendo para cenar, usando slo mi imaginacin y las sobras de la nevera.

Podemos encargar comida? En la cara de la mujer se dibuj la familiar sonrisa traviesa y Charlie revolvi el pelo rubio antes de entrar majestuosamente en la cocina, dejando atrs a Emily, que de repente se puso pensativa.

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Haba trozos de lechuga lacia esparcidos por la encimera blanca y los tomates derramaban su zumo mientras Charlie cortaba y parta con gran entusiasmo y poca habilidad: su especialidad era la ensalada, a decir verdad lo nico que saba hacer sin quemarlo, petrificarlo o sin encontrar una forma ingeniosa de echarlo a perder por completo. An as, por lo general acababa dando la impresin de que en el cuenco de la ensalada haba explotado una pequea bomba y la cocina tena un aspecto diez veces peor. Y para rematar la cosa, toda esta actividad frentica sola ir acompaada de un canturreo bien alto y desafinado: hoy, Emily pudo disfrutar de los acordes destrozados de Nessun dorma, salpicado de diversos "Ven aqu, pedazo de..." y "Ay! Mi dedo! Malditos cuchillos..."

Con cautela, asom la cabeza por la puerta y contempl el campo de batalla con una ceja en alto.

No me lo digas. Ensalada a la Charlotte?

Qu si no? La asesina de peras se detuvo un momento en el acto de desangrar un tomate y sonri cariosamente a la mujer despeinada que asomaba por la puerta. Vas a entrar o te vas a quedar toda la noche en el umbral?

S, voy a entrar. Si es seguro...

Claro que es seguro... qu insinas? El cuchillo manchado se agit peligrosamente.

No me fo de ti con esas cosas... esta vez ten cuidado. No voy a volver a llevarte al hospital. En serio, eres un desastre con los cuchillos.

Y se me tienen que dar bien los cuchillos... por qu, exactamente? Soy correctora editorial, no chef. Ni soldado. Mi arma es mi spera pluma y mi agudo ingenio... dijo mientras cortaba y aplastaba diversas verduras indefensas, que deban ser sacrificadas por el bien supremo de la ensalada.

Ah, no s. A m tu arsenal me parece de lo ms devastador... El ronroneo repentino detrs de la oreja le dej la espalda hecha gelatina, sensacin que aument mil veces cuando los brazos de Emily le rodearon la cintura. Charlie not el calor corporal de su amante a travs de su fina camisa de algodn y se apret contra el calor; se le escap un ligero gemido al sentir unos labios suaves que le besuqueaban el cuello. Gimi ms alto cuando fueron subiendo despacio hasta apoderarse de un sensible lbulo, movimiento copiado por las manos que subieron por su estmago y se deslizaron por sus costados hasta rozarle los pechos suavemente. El cuchillo cay, las verduras quedaron olvidadas y Emily fue rpidamente abrazada y besada muy a fondo.

Eres... murmur entre besos de pasin, ...una provocadora.

Mmm. Y qu quieres decir con eso? Emily devolvi su atencin al tentador lbulo, mordisquendolo y lamindolo hasta que a Charlie se le aceler an ms la respiracin.

No s.

Cmo va la ensalada? Unas pestaas rubias se agitaron inocentes cuando Emily se apart y se dirigi a la nevera. Sacando una botella de agua mineral, sonri con descaro y alz una ceja provocativa.

Eres... y agit un dedo, ...una provocadora.

Tal vez, pero soy tu provocadora. La provocadora sirvi dos vasos y regres junto a Charlie.

As es. Y no lo olvides.

La sonrisa descarada desapareci; de repente, Emily se puso muy seria.

Nunca te olvidar, Charlie. Siempre te querr... lo sabes, verdad?

Charlie adopt la misma expresin que aquel rostro bello y solemne.

Claro que lo s, cario. Y t sabes que yo tambin te quiero. Siempre te he querido, desde aquel da en que me atropellaste con tu carrito en el supermercado. Vale, casi me rompes la pierna, pero fue el mejor da de mi vida. Volvi a la tabla de cortar, lacerando un pimiento. No s qu habra hecho si no me hubieras encontrado ese da. No s dnde estara sin ti.

De verdad crees eso, Charlie?

Claro, cario! Hizo una pausa, mirando fijamente a los turbios ojos verdes. Cuando me encontraste iba derecha a la nada... t lo sabes. Vamos, el da que te estrellaste conmigo, acababa de dar una paliza a mi jefe y le haba destrozado el despacho. Por no hablar de cmo me dedicaba a ahogar mis penas hasta que ya no saba qu da de la semana era... Mara me dej muy jodida y lo sabes, y slo era la ltima de una larga cadena de relaciones fallidas y oportunidades perdidas. Estaba a punto de perder mi trabajo y Brian iba a llamar a la polica... y luego tuve el juicio...

Emily resopl.

Recuerdo el tintineo de tu carrito, por todas esas botellas de whisky. Y toda esa lasaa congelada... no s...

La alimentacin predilecta de cualquier guionista y correctora editorial fracasada, alcohlica y hecha una mierda cuya novia se acaba de fugar con su hermano y que acaba de ser despedida del trabajo por pegar al jefe. Su tono se volvi triste. Y que tiene que ir a juicio por conducir borracha. Todava me siento tan culpable por eso. Vaya cabrona estpida que era entonces... una cabrona pattica demasiado dbil para superar un da siquiera sin una copa.

Pero ya no eres as, verdad? O sea... ahora eres ms fuerte. En la voz de Emily se oa un ligero tono de splica.

Slo si te tengo cerca.

No digas eso! Eres lo bastante fuerte t sola, sin m.

Charlie dej el cuchillo con cuidado y se volvi para mirar a la mujer: mejillas muy plidas y ojos anormalmente brillantes que la miraban fijamente.

Supongo, pero estoy muy agradecida de no tener que serlo. T me das fuerza, Emily... puedo hacer lo que sea, siempre y cuando te tenga a ti al volver a casa cada noche. Estrechando los ojos al ver que la cabeza rubia haca despacio un gesto negativo, Charlie volvi a abrazar a la mujer. Cario, ests bien? Te duele la cabeza otra vez? No te has tomado las pastillas, s que no te las has tomado...

Dime que eres lo bastante fuerte, Charlie... que podras seguir adelante sin m si tuvieras que hacerlo...

Supongo, pero no querra hacerlo. De qu va todo esto? No estars pensando en dejarme, verdad? dijo en broma, pero el miedo le atenaz el corazn con sus dedos glidos mientras se le llenaba la mente de dudas. La respuesta de Emily son apagada, pues hundi la cabeza en el hombro de Charlie y se apret ms entre sus brazos.

Jams querra dejarte, amor. Siempre estar aqu.

Bien. Charlie solt un pequeo suspiro de alivio. Venga, vamos a aliar y adecentar esta ensalada. Seguro que tienes hambre. Normalmente ests...

No tengo hambre, pero come t. Yo te hago compaa, si no te importa. Su cabeza segua pegada a su nuevo lugar de descanso, apoyada en un pecho suave y firme.

Que no tienes hambre? Desde cundo? Si ests cansada, por qu no te vas a la cama o te das un bao o algo? As te sentirs mejor... vamos, yo subo dentro de nada.

No, no pasa nada. Quiero quedarme aqu contigo. Te he echado de menos mientras he estado fuera y ahora quiero pasar contigo todo el tiempo posible. No quiero perderte de vista.

Bueno, vale, pero dado donde tienes ahora la cara, no me parece a m que ests usando mucho la vista!

La cabeza se alz por fin y, para alivio de Charlie, en la cara alegre haba una sonrisa pcara.

Ah, no s yo. Tena un buen espectculo donde estaba. Pero date prisa con esa ensalada... mirar est bien, pero tocar est mucho mejor.

Charlie suspir profundamente en broma, hizo cosquillas en las costillas que tena bajo las manos y persigui a la risuea Emily fuera de la cocina.

Eres una provocadora!

La ensalada qued intacta.

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Charlie cay sobre las almohadas empapadas en sudor, jadeando y temblando, incapaz de hacer otra cosa ms que quedarse ah tumbada, tratar de meter aire en su cuerpo e intentar rodear con unos brazos flojos como fideos hervidos a Emily, que estaba desplomada sobre su pecho. Poco a poco, sinti que recuperaba la razn y las fuerzas y apret el cuerpo de Emily contra el suyo, queriendo prolongar la sensacin satinada de piel acalorada y hmeda contra piel.

Dios jade por fin, cuando estuvo segura de que poda hablar con coherencia. Eres... ha sido... Not que Emily se mova encima de ella y que hunda la cara entre sus pechos; poco a poco, fue notando una ligera humedad caliente en la piel y capt un sollozo ahogado. Levant la cabeza de Emily y vio las mejillas redondas relucientes de lgrimas mientras la mujer lloraba en silencio. Oye... ests llorando?

Medio sonri y se pas una mano por la cara.

Ya sabes que a veces lloro cuando hacemos el amor.

S, pero normalmente chillas a la vez y yo acabo con dolor de cabeza. No lloras as, amor... y ni siquiera has...

Lo s... quera hacerte feliz.

Y lo haces. Y ahora me puedes hacer ms feliz dicindome qu es lo que te tiene tan preocupada hoy. Sabes que no lo voy a dejar.

Emily se alz y se sent a horcajadas sobre el largo cuerpo que tena debajo; se frot los ojos y asinti, agachando la cabeza para evitar la exigencia silenciosa que proceda de los ojos de su amante. Se qued largo rato en silencio, acariciando distrada el costado de la mujer que tena debajo, y luego empez a hablar con tono apagado.

Cuando estaba fuera, hubo un accidente. Una mujer se mat en la carretera y fue horrible. Era como... La voz le tembl y luego se le quebr speramente. Era de mi edad y... supongo que es una tontera, pero me ha hecho pensar.

Oh, cario... no me extraa que ests tan alterada...

Podramos morir, sin ms... y no tendramos forma de despedirnos siquiera ni nada.

Pero no hemos muerto... estamos aqu las dos, amor. Estamos bien, sanas y aqu. Charlie tir de la mujer, volvi a acunar su cabeza sobre su pecho y la abraz con fuerza.

S, aqu... estamos aqu las dos, verdad?

S... La cara se alz y Charlie se inclin para darle un beso largo, dulce y tranquilizador. sa es una prueba... est claro que las dos estamos aqu. Por qu hablas as? Por favor, djalo.

No puedo dejarte, Charlie. No soporto la idea de pasar lo que venga despus sin ti. Tengo tanto miedo.

De morir? Por qu dices estas cosas? No me irs a dejar?

No, de dejarte atrs. Todos tenemos que morir... eso lo acepto. Pero tengo tanto miedo de lo que te pueda pasar a ti cuando me tenga que ir. Siempre has dicho que t me necesitas ms que yo a ti. La mejilla hmeda de Emily se apret contra la de Charlie al echarle los brazos al cuello y estrecharla con fuerza, con tanta fuerza que Charlie apenas poda respirar.

S que te necesito, cario. Pero no quiero tener esta conversacin... ni siquiera quiero pensar en ello.

No! Quiero hablar de esto... para m es importante, Charlie. Necesito saber...

No!!

Cogi una sbana y se envolvi en ella al salir de debajo de Emily y casi corri al cuarto de bao. Cerr la puerta de golpe y se mir en el espejo. La cara que la miraba era tan conocida y detestada como siempre: pelo oscuro alrededor de una cara morena, con ojos azules que destacaban gracias a unos pmulos altos y unas cejas bien perfiladas. Te va a dejar. Est hablando de dejarte... le dijo la imagen oscura del espejo, atormentndola con visiones de lo que sera su vida. Y puedes echarle la culpa? Por qu se iba a quedar contigo?

Se toc la cara, palpando las finas arrugas que le salan de los ojos, la pequea cicatriz del labio donde un puetazo afortunado haba superado sus defensas, la lnea que tena marcada en la frente de tanto fruncir el ceo. Su mente se inund de fragmentos de recuerdos, pedazos rotos de imgenes: su puo volando hacia la cara de Brian, partindole el labio; el desprecio de los ojos de Mara mientras otra botella vaca se estampaba contra la pared; el terror de la cara de Andy Thompson cuando su coche se subi a la acera y el ruido horrible de su cuerpo al estrellarse contra su parabrisas... cada astilla afilada estaba clavada para siempre en su mente, retorcindose y movindose con saa hasta que la infeccin le sala a chorros de las heridas y le invada el cuerpo.

No, no era de extraar que Emily quisiera irse. Era veneno, sencilla y llanamente. Envenenaba todo lo bueno que haba en su vida.

Y Emily era lo mejor de su vida.

Te va a dejar. Y no la culpo. No es ms que lo que te mereces. Siempre ha sido demasiado buena para ti le dijo a la mujer del espejo.

No soy demasiado buena para ti. No pienses esas cosas de ti misma.

Charlie tom aire y casi tropez al volverse hacia la voz dulce y baja que siempre acallaba los crueles murmullos de su mente.

Ojal no pensases esas cosas de ti misma. Eres tan autodestructiva, Charlie. Se te aprieta un poco un botn y ya te hundes otra vez, verdad?

No s a qu te refieres... gru como respuesta, recorriendo la habitacin con los ojos, atormentada como un animal al percibir una trampa.

Es mucho ms fcil, verdad? Odiarte, echarte a ti misma la culpa... as no tienes que enfrentarte a ello. Siempre te refugias en el pasado: como antes han ocurrido cosas malas, volvern a ocurrir. No es as? Es mucho ms fcil creer eso, porque as no tienes que intentar hacer nada al respecto. As que huyes o te escondes en el fondo de una botella.

Un resoplido brusco fue la respuesta inmediata, seguido rpidamente de las cnicas palabras escupidas por encima del hombro mientras apartaba a la mujer ms baja que estaba en la puerta y volva al dormitorio:

Si siempre te esperas lo peor, nunca te quedas decepcionada.

Y por eso ahora te esperas lo peor: que te voy a dejar. Bueno, y si fuera as? Qu haras entonces? Una mirada hosca fue la nica respuesta. Te vendras abajo, Charlie? Te encontrara echando las tripas como sola? Tendra que buscarte en el culo de un vaso de Jack Daniels?

Ya que pareces saber tanto al respecto, dmelo t! Aferrada al poste de madera del pie de la cama, Charlie se volvi de espaldas. Emily vio los hombros cados y la cabeza gacha que luchaban con el peso de la culpa.

Te conozco, Charlie... mejor de lo que te conoces t a ti misma. S que eres mejor de lo que imaginas y s que eres ms fuerte. Puedes enfrentarte a cualquier cosa que te depare la vida, Charlie, y podras vencerlo, pero te lo impides a ti misma porque se te ha metido la estpida idea en esa cabeza tan dura que tienes de que eres una fracasada dbil e intil! Y no s qu hacer para ayudarte a que te des cuenta de que no eres as! Se hizo un silencio hosco en la habitacin, con un ambiente tan espeso y tangible como el humo. Emily tom aliento de nuevo, preparndose para el ataque que esperaba. Crea que ya habamos superado todo esto. Sabes cmo me siento al ver que renuncias a ti misma tan fcilmente?

Qu?

Me duele, Charlie. Que seas capaz de renunciar a nosotras tan deprisa.

Jams renunciara a nosotras! T eres la que habla de marcharse! Dos vvidos ojos azules la dejaron clavada en el sitio y Emily sinti que el aire de la habitacin se volva opresivo. Y por qu demonios estamos hablando de m? T has empezado con todo esto!

Yo nunca renunciara a nosotras, Charlie, y jams renunciara a ti. No te lo he demostrado ya?

La sonrisa dulce y esperanzada le rompi el corazn a Charlie, se introdujo entre sus costillas y arrop su corazn doliente y Charlie sinti un cosquilleo en los dedos al rozar ligeramente la clida y sedosa piel cuando pas la mano por una mejilla y acarici una nariz pequea con un bultito a un lado: la nica seal visible que quedaba de una nariz rota nueve meses antes, tras su ltima borrachera. Entonces haba jurado que si Emily se quedaba con ella, dejara la bebida y se recuperara, se convertira en una persona digna de alguien como Emily. Y lo haba hecho. Fue dursimo, imposible a veces, cuando la sed le atacaba el cuerpo y la haca gritar o cuando las dudas oscuras de medianoche la atormentaban, riendo y susurrando en su mente. Pero Emily crea en ella y se mantuvo a su lado, y al final lo consigui.

Le devolvi la sonrisa, con los ojos inundados de alivio.

Lo s. Lo siento. Te quiero, Emily.

Cree en m, Charlie. Recuerda, siempre estar aqu cuando me necesites. Pero cree tambin en ti. Yo no puedo hacerlo por ti.

Charlie agarr y estrech a la rubia entre sus brazos. Junt los labios con los de Emily y la bes ligeramente.

Qu hara yo sin ti? murmur y luego acarici los labios de Emily con la punta de la lengua y suspir cuando not que se movan. Se besaron profundamente, despacio, y sus manos se movieron libremente mientras el beso se alargaba y las sensaciones se intensificaban: el tacto, el olor y el sonido eran lo nico que exista mientras su mundo se reduca a dedos, labios y lengua. Con brusquedad, Emily fue empujando a Charlie hacia la cama an caliente.

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Sinti un movimiento a su lado y el cuerpo clido que haba estado all acurrucado se levant y baj las escaleras. Charlie se quej un poco, protestando cuando el fro repentino le dio en el costado, y agarr la sbana errante y se tap con ella. Poco despus, el cuerpo clido haba vuelto y estaba echado a su lado; ronrone y se arrim ms a la fuente de calor... y grit apartndose a toda prisa cuando su trasero entr en contacto con... una sustancia helada. Unas risitas malvadas acompaaron la torpe huida de Charlie.

Pero qu demonios...? Charlie mir enfadada a la pequea rubia mientras sta lama encantada una cucharada de helado, con un brillo perverso en los ojos y una sonrisa malvola en la cara. Rezongando, se limpi el helado.

Ooh! Estaba guardando eso para ms tarde... se oy vagamente alrededor de otra cucharada de helado. Quieres un poco?

No, gracias. Qu haces comiendo helado a las... qu? A la una de la maana?

Tena hambre. Seguro que no quieres? Es de galleta... venga, nena... abre bien... La cuchara bien colmada acab en la boca de Charlie, perdi el contenido y regres rpidamente al bote, donde recogi otro montn y se dirigi a la boca ansiosa de Emily.

Agg! farfull Charlie alrededor del bocado glido. Demasiado temprano...

Qu va! fue la respuesta con la boca llena. Nada como el presente. Poder comer helado es uno de los placeres de la vida...

Que te lo echen por el cuerpo a la una de la maana te aseguro que no...

Se oy una ligera exclamacin ahogada.

Oye, qu buena idea. Pero cmo no se nos ha ocurrido antes! Vamos a...

No! Ni hablar, Emily! Vamos a dormir... me has dejado agotada y necesito dormir. Y no creas que no me doy cuenta de que no te he hecho el amor en toda la noche... Estoy recuperando fuerzas y luego te toca a ti!

Jooo, vamos, Charlie! No estoy cansada y quiero quedarme levantada y charlar. sta es una hora de la noche estupenda... tan tranquila y apacible, con el mundo baado por la luz de la luna. Es esa hora mgica en que el mundo est suspendido entre el sueo y la vigilia, entre el da y la noche... al borde de la muerte y a punto de renacer. Es mgico, Charlie.

En su rostro apareci una expresin melanclica; distrada, acarici el cuerpo de Charlie iluminado por la luna, trazando dibujos por sus contornos mientras la dbil luz azul plateada de la luna le tea el pelo de negro azulado y pintaba sombras danzantes por sus pechos y su tripa. Charlie se estremeci y se acerc ligeramente a las tenues caricias; Emily sonri, maliciosamente, y en esa sonrisa, Charlie vio su vida al desnudo: las promesas, el pasado, las penas, las alegras, el futuro... todo en forma de una menuda rubia que tena la sonrisa ms dulce y devastadora del mundo y el corazn ms grande y generoso que haba conocido en su vida. Charlie se enamor de ella otra vez. Atrap la mano errante y le dio un beso en la palma.

Deja que te haga el amor susurr contra los dedos apoyados en su boca.

Recuerdas la primera vez que hicimos el amor? Los dedos acariciaron sus labios suavemente y sus clidas yemas trazaron dibujos delicados sobre la piel rosa.

El 3 de febrero, hacia las 8 de la tarde.

Recuerdas la hora?? Los dedos se detuvieron.

Recuerdo cmo me senta. El corazn me dej de latir y el universo entero se redujo a dos puntos de brillante luz verde. Distrada, acarici las cejas por encima de esos dos puntos. Cre que haba muerto, por un momento, hasta que me trajiste de vuelta. Nunca me haba sentido as. S que parece un tpico, pero te juro que es cierto.

Por qu no me lo has dicho nunca? Los hermosos ojos verdes de Emily relucan; dos tmidos ojos azules parpadearon y se escabulleron mientras una sonrisa irnica curvaba las comisuras de la boca de Charlie.

Ya sabes que no soy muy dada a decir cosas poticas, Emily. Simplemente digo lo que siento, sin ms. No se me da muy bien eso de los detalles romnticos... espero habrtelo demostrado de otras formas. Deja que te lo demuestre ahora... Los labios rosas se metieron dentro uno de los dedos inmviles; Emily abri mucho los ojos cuando la lengua de Charlie la acarici de arriba abajo y se le entrecort y aceler la respiracin al notar la succin sensual a la que estaba siendo sometido su dedo. Con un esfuerzo, sac el dedo hmedo y se puso las manos a la espalda, sonriendo ante la evidente decepcin que se vea en la cara de Charlie.

Recuerdas los buenos momentos, Charlie?

Ah, s... hay tantos. Ms de los que jams pens que pudiera haber en mi vida. Qu suerte tuve aquel da, en el supermercado...

Cul ha sido el mejor momento, Charlie? Para ti?

Cmo elijo? Cada da contigo es el mejor momento, cario... cmo, de verdad quieres que elija? Vale... mmm... pues entonces yo dira que... s, el da que nos conocimos. Estabas tan mona, all tratando de meter todas aquellas botellas...

Y lasaas congeladas...

S, y yo all tirada hecha polvo debajo del carrito, toda cubierta de lasaa congelada. Y recuerdo que incluso en ese momento pens: "Guau! Qu buena est!"... Ay! Y estaba tan enfadada y me senta tan cortada y me estaba preparando para una buena pelea... porque ese da me quera pelear... y entonces me sacaste de ah, me levantaste y me miraste con esos ojos y cuando sonreste... pues ya... adis muy buenas.

Emily le ech otra de esas sonrisas.

Y t... qu graciosa estabas cuando me preguntaste si quera tomar un caf. Toda tmida... Emily se parti de risa sobre el pecho de Charlie al recordar a la mujer alta y morena con la lasaa en una mano y el whisky en la otra, torciendo el pie mientras carraspeaba y sudaba intentando hacerle la pregunta. Mmm... Agrav la voz con aire teatral e hizo una imitacin muy mala de Charlie. Ahhh... eehh... te gustara... o sea... caf... tal vez...? Me pareci la cosa ms graciosa que haba visto en mi vida y luego, cuando simplemente me cogiste de la mano y me arrastraste hasta la cafetera, pens de verdad que estaba en peligro. Pens que te haba dejado medio lela por el golpe y que acababas de recuperar el sentido!

Supongo que en cierto modo, as fue. Pero no estaba acostumbrada a que a la gente le diera un ataque de risa cuando les invitaba a tomar algo. Y te voy a decir una cosa... ese caf no estaba asqueroso?

Las dos se partieron de risa. Emily se recuper la primera y se tumb encima de Charlie, disfrutando al notar que la risa de su amante sacuda el cuerpo de las dos.

Cul ha sido el peor momento, Charlie?

Qu? Por qu quieres recordar esas cosas?

Porque tambin forman parte de la vida que hemos compartido. Son ladrillos de este edificio, lo mismo que los buenos momentos. As que... cul ha sido el peor momento para ti?

No hace falta que lo preguntes. El da que te pegu. Charlie se volvi e intent huir a su escondrijo preferido, pero una mano firme en el hombro y un peso muerto sobre el estmago la detuvieron.

Hblame de ello. Un gesto negativo fue la nica respuesta. S por qu lo hiciste y te he perdonado... sabes que lo he hecho. S que fue ms la bebida que t.

Tal vez, pero la bebida saca a la luz lo que hay ah... debajo. Y eso es lo que me da miedo... Tengo tanto miedo de volver a hacerlo algn da.

Lo s.

Cuando Charlie not las caricias sobre su mejilla y oy la aceptacin en la voz de su compaera, se le llenaron los ojos de lgrimas. Dios, qu he hecho para merecer una amiga como t? Sabes quin soy y lo que he hecho y lo que soy capaz de hacer y sin embargo, me quieres igual.

Cmo superaste eso, Charlie?

T hiciste que lo superramos, no yo...

Eso no es cierto. Cmo lo superaste? Dmelo.

No lo s...

T eres la que dej de beber. Cmo lo hiciste? La voz de Emily era insistente, seria.

No quera volver a hacerte dao. Quera ser alguien de quien te pudieras sentir orgullosa. No una vieja borracha incapaz de controlar su genio... una fracasada sin control sobre su propia vida. Ahora unas lgrimas lentas y enormes caan de sus ojos firmemente cerrados y se le entrecortaba la voz. Senta vergenza y no quera que t sintieras eso por m.

Hubo un momento en que estuviste a punto de huir de todo. Qu te detuvo?

Cuntas veces haba huido ya? Hu de Mara... no tuvo la fuerza suficiente para ayudarme, y estaba huyendo de mi trabajo. Por fin me di cuenta de que la bebida era otra forma de huida y me hart de huir. Quera hacerlo, pero me di cuenta de que siempre acabara aqu, en el mismo sitio. Sola, en soledad, odindome a m misma y al mundo por lo que haba llegado a ser. Supongo que todava quiero huir... pero al menos ahora slo es hasta el bao... Sonri con tristeza y sorbi. El trayecto que llevaba de la cama al bao estaba bien gastado. Haba un acuerdo tcito entre las dos de que cuando Charlie pona pies en polvorosa hacia esa puerta, tena media hora para ocuparse del demonio que tuviera en el hombro en ese momento y luego entraba Emily. Esa regla se haba roto antes por primera vez, cuando Emily la haba seguido.

As que te hartaste de huir, amor?

De eso se trataba: o segua haciendo lo de siempre y me mataba a base de huir o me paraba y haca algo al respecto. Eleg la vida. Una vida contigo.

Pensabas que lo conseguiras?

No! Muchas veces... no sabes lo cerca que estuve de... hubo veces en que podra haber matado por una copa, veces en que senta que me iba a explotar la cabeza si no hua. Me senta como si me estuvieran enterrando viva... Algunas de las cosas que dije, en aquellos momentos... t sabes que no las deca en serio.

Lo s.

Charlie tir de la otra mujer y la tumb a su lado y apoy la cabeza en un cmodo hombro. Emily la rode con los brazos y acarici la espalda morena de la mujer de ms edad con caricias largas y lentas, calmando y reconfortando a su amante, normalmente estoica, que se estremeca por los sollozos.

No era yo... era el veneno de mi mente que iba saliendo. De verdad que no creo que hubiera podido pasar por todo eso si t no hubieras estado ah para darme fuerzas.

No necesitas mi fuerza, Charlie. Tienes tu propia fuerza... ojal te dieses cuenta. Podras haber empezado a beber en cualquier momento y yo no habra podido impedrtelo. Fuiste t la que tuvo fuerza suficiente para no hacerlo.

S, pero slo gracias a ti...

Emily apenas logr or las palabras apagadas porque salieron mezcladas con besos en su cuello.

Pero as y todo, lo hiciste, no te das cuenta? T lo hiciste. No yo. Puede que yo te diera el incentivo, pero t tuviste la fuerza interna necesaria para superar todo aquello. Y mira cmo ests hoy: un buen trabajo, tu carrera vuelve a estar en marcha y hace siglos que no pruebas una gota. Ni peleas ni viajes al hospital para que te cosan. Ha sido cosa tuya, Charlie. Por favor, cree en ti misma.

Por qu tengo que hacerlo si te tengo a ti para hacerlo por m?

De repente, Emily se incorpor y hundi la cara en las manos.

Porque puede que no siempre est aqu para hacerlo por ti! Y no quiero que te hagas pedazos... no soportara la idea de que volvieras a estar as. Los pequeos hombros se estremecieron y Charlie la rode con los brazos y la apret contra su pecho, donde acun a la mujer menuda y le susurr naderas hasta que Emily se hubo calmado un poco.

Amor, s que lo de esa chica que se ha matado te ha afectado mucho, es evidente, pero de verdad, no te dejes llevar de esta manera. Crees que no me preocupa la posibilidad de perderte o que no me pregunto qu pasara si me sucede algo a m? No podemos pasarnos la vida preocupadas por estas cosas... nos volveramos locas.

Pero y si ocurre? Y si esa chica hubiera sido yo? Qu estaras haciendo ahora mismo? Emily se volvi y mir a Charlie con ojos suplicantes. Charlie suspir incmoda y la estrech con ms fuerza. Qu diablos le pasa esta noche? A este paso no voy a dormir nunca y no quiero pensar en esto. Pero se lo preguntaba Emily, la mujer que amaba ms que a nada, de modo que tom aliento entrecortadamente y se lanz.

Llorar. Mucho. Y sentirme... bueno, no s si sentira nada. Y desear que no fuera cierto. Y enfadarme contigo, por dejarme. Y seguir sin querer creerlo. Y sentirme intil, por no estar contigo cuando ms me necesitabas y desear poder verte una ltima vez. Slo una ltima vez.

Y si pudieras verme esa ltima vez, Charlie... sabiendo que nunca volveras a verme en esta vida... qu me diras?

Te dira lo mucho que te quiero y lo agradecida que te estar siempre por darme esperanza y lograr que me diera cuenta de que poda ser el tipo de persona que siempre he querido ser. Que has trado luz, amor y alegra a mi vida y que siempre te recordar. Y que te echar de menos... todos los das, y que estar esperando hasta el da que me muera para poder verte otra vez y tocarte y or tu voz diciendo mi nombre y sentir tus brazos clidos y firmes a mi alrededor. Para poder besarte y sentir cmo te pegas a m y orte gemir mientras te hago el amor. Te dira, "Gracias y te amo, ahora y siempre".

Y yo te dira lo mucho que te quiero y que mereces la pena. Y que creo en ti y que querra que fueras feliz y siguieras adelante con tu vida y que me recordaras y todo lo que hemos sido la una para la otra. Una mejilla llena de lgrimas se junt con otra mejilla llena de lgrimas; las dos lloraron abrazadas y Charlie se aferr con fuerza al cuerpo clido y vivo de la mujer que posea su corazn. Y te dira que siempre que me necesitaras, all estara. Busca en tu interior, Charlie, y all estar. Siempre... recurdalo! Te amo... Dios, no te imaginas cunto! Hazme el amor, Charlie... por favor. Te necesito ahora...

Las lgrimas y las suaves caricias dieron paso a los gemidos, los abrazos y los besos mientras las dos se movan juntas, despacio al principio; los besos prolongados se convirtieron en exploraciones apasionadas, los cuerpos agitados y estremecidos se enredaron y baaron en la luz lechosa de la luna mientras las dos suban poco a poco hacia la cumbre, por primera y ensima vez.

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El estridente timbre del telfono sac a Charlie a regaadientes de un profundo sueo.

Em... Em, telfono...

Distrada palp el espacio vaco que haba a su lado y se arrastr por la cama y sali dando tumbos de la habitacin, baj las escaleras y lleg al recibidor. Dios, pero qu hora es? Jess, si slo son las 6:30 de la maana. Em debe de estar en el bao. Qu diablos hace ah a estas horas? Por fortuna, los estridentes timbrazos cesaron cuando se puso el telfono entre la barbilla y el hombro, frotndose los ojos vigorosamente al tiempo que deca soolienta:

Diga?

Ah... buenos das, hablo con Charlotte Fisher? Los tonos corteses de la autoridad le pusieron en marcha el cerebro, obligndola a su pesar a despertarse ms.

S... soy yo...

Seorita Fisher, llamo del hospital del condado de Kingston. Soy el doctor Hawes. Lamento molestarla a estas horas, pero tengo que hablar con usted urgentemente. Se trata de la seorita Emily Gardner.

Emily? Qu... qu pasa con ella? Espere, voy a llamarla... Se volvi y grit por las escaleras... y slo oy silencio.

Seorita Fisher, me temo que tengo malas noticias sobre la seorita Gardner. Tengo entendido que consta usted como pariente ms cercana... es eso cierto?

Pariente ms... supongo. Es mi compaera. Vivimos juntas. Los ojos soolientos se iban despertando rpidamente.

Ah, mmm... ya. Siento mucho tener que decrselo, pero me temo que ha habido un accidente... en el que se ha visto implicada la seorita Gardner. Ocurri antes de ayer, pero hemos tardado un poco en identificarla. No llevaba documentacin encima.

Pero de qu habla? Lo siento, pero creo que se ha equivocado de persona...

No hay ningn error, seorita Fisher. La seorita Gardner tuvo un accidente de coche... fue atropellada por un conductor borracho. Sufri una grave lesin cerebral y ha estado dos das en coma. Acabamos de localizar su habitacin de hotel y hemos encontrado los detalles sobre usted... siento muchsimo que no hayamos podido ponernos antes en contacto con usted.

Escuche, se trata de una broma de mal gusto? Porque si lo es, no me hace gracia. Ahora cuelgue y busque a otra persona con la que...

No es ninguna broma, seorita Fisher. La seorita Gardner no ha recuperado la consciencia y ha muerto hace poco ms de dos horas. Lo siento mucho.

Cuelgue el puto telfono ahora mismo... no estoy dispuesta a seguir escuchando! Loco de...

Seorita Fisher, por favor, le aseguro que no es ninguna broma. Siento muchsimo ser el que se lo diga, pero quera que lo supiera antes de que llegue la polica... van a seguir el caso. Lamento mucho su prdida. Por favor, si necesita ms informacin o quiere hablar de cmo organizar las cosas... por favor, llmenos. Una vez ms, le doy mi ms sentido psame por su prdida.

Se oy un leve clic y la voz del otro lado desapareci. Charlie se qued mirando el telfono atnita y confusa durante largo rato, intentando poner sus ideas en orden, antes de volver a dejarlo en su sitio.

Qu demonios ha sido eso? Pero qu gente ms cabrona hay suelta!

Oye, Emily! No te vas a creer lo que acaba de decirme un loco de mierda...

Subi corriendo las escaleras y entr en el dormitorio. Las sbanas seguan revueltas y el olor de su amor todava se perciba en el aire, un perfume embriagador del que Charlie saba que nunca se podra hartar. All no haba seales de Emily y tampoco en el bao. Recorri la casita, pero no haba seales de la mujer ms baja. De nuevo en el dormitorio, totalmente perdida y confusa, se sent en la cama y not el colchn todava caliente en la zona donde haba estado echada Emily.

Cario? Dnde ests?

No hubo respuesta.

Emily?

Sigui sin haber respuesta.

Emily! Me ests asustando!

No hubo respuesta. Por su mente pasaron imgenes revueltas: el corte que tena Emily en la cabeza, los gemidos y quejidos que haba soltado anoche cuando hacan el amor, la sensacin de unas manos pequeas deslizndose por su espalda y sus pechos; y por encima de todo aquello, las palabras del mdico se repetan en su cabeza como un disco rayado. ...Ha muerto hace poco ms de dos horas...

Justo cuando haban hecho el amor por ltima vez. Emily se ech a llorar como un beb, se aferr a ella como si le fuera la vida en ello y cuando los enormes estremecimientos que le sacudan el cuerpo se hubieron calmado, susurr al odo de Charlie:

Acurdate de m, Charlie. Te amo. Siempre estar aqu cuando me necesites.

De la garganta encogida de Charlie brot un sollozo ahogado, cuando esas ltimas palabras se enterraron en su memoria y la agona de la prdida empez a abrirse paso en su corazn.

Alguien llam a la puerta con fuertes golpes. No hizo caso y se qued mirando aturdida el hueco que haba dejado la cabeza de Emily en la almohada; despacio, alarg un dedo y toc un pelo rubio que haba en ella. Los golpes en la puerta se repitieron, ms fuertes.

Seorita Fisher? Somos de la polica. Por favor, abra la puerta... tenemos que hablar con usted.

Cario? Te necesito ahora. Por favor, vuelve conmigo.

El pelo se movi ligeramente en la almohada mientras las palabras de Charlie resonaban por la habitacin vaca. Hubo ms golpes en la puerta, ms fuertes e insistentes.

Se levant, baj las escaleras y lleg a la puerta. Al abrirla, sinti la brisa del amanecer agitndole el pelo como una mano acaricindoselo y un beso en la mejilla. Las palabras de Emily volvieron a atravesarle la mente. Busca en tu interior y all estar. Tienes fuerza suficiente para hacer frente a esto. Te quiero, cario.

Se ech a un lado e hizo un gesto a los dos agentes para que pasaran y al cerrar la puerta tras ellos, sinti que el viento le acariciaba los labios. Se volvi, irgui los hombros y se prepar para enfrentarse a la siguiente y ms difcil fase de su vida.

FIN