Año XV – N° 44 – 27 de Septiembre del 2015 EL...

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DOMINGO EL Año XV – N° 44 – 27 de Septiembre del 2015 día del Señor «¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!». (San Agustín de Hipona) Señor, dame la fuerza para vencer las tentaciones que se me presen- tan. Quiero seguirte, quiero serte fiel, quiero tener el valor de seguirte sin mirar atrás. Momento personal «”¿Estás celoso de mí?” ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor». Las palabras de Moisés que nos transmi- te la narración de la primera lectura nos ayudan a reflexionar sobre la necesaria magnanimidad que hemos de vivir los hombres en relación con Dios. El cristiano tiene que salir del amor propio, de la tentación de querer exclusividades, y ha de hacerse capaz de acoger a otros, de alegrarse siempre con el bien del hermano y, sobre todo, ha de disfrutar cuando otros se integran al plan salvador de Dios aunque sea por caminos diversos a los convencionales. Dios es libre de actuar como Él ve conveniente; no tiene por qué cumplir nuestros pla- nes. ¡Todo lo contrario! Somos nosotros quienes hemos de acoger sus planes aún si estos escapan a lo ya establecido. La magnanimidad divina contras- ta con la mezquindad humana. Los hombres tenemos tenden- cia a la mezquindad, a querer las cosas en exclusividad, inclu- so los dones de Dios. Josué, ayudante de Moisés, se incomoda porque dos ancianos que no acudie- ron a la cita en la que se comunicaría el espíritu de Moisés profetizaban. En el evangelio es Juan quien cuenta a Jesús que han querido impedir que uno que expulsaba demonios en nombre de Jesús continuase esa tarea. Nos ilusiona ser parte de un grupo de privilegiados que tiene para sí los dones de Dios. Moisés y luego Jesús indican otra ruta: la de la acogida y apertura universal. Debe- ría alegrarnos que todos profeticen, que todos luchen contra el mal. El cristiano ha de aprender la apertura para reconocer en otros la acción de Dios. Es verdad que hay cauces establecidos, in- equívocos, seguros, mediante los cuales Dios obra y comu- nica su vida y salvación. Pero eso no significa que Él pudiera manifestarse también de otro modo. Lo importante es saber discernir. Y al mismo tiempo ser nosotros muy auténticos en el seguimien- to del Señor, siendo capaces de quitar todo aquello que adulte- ra la fidelidad cristiana. Cortar, arrancar todo aquello que nos impide un seguimiento fiel es una tarea importante del discí- pulo de Cristo. El Señor nos con- ceda una exquisita fidelidad a Él, un seguimiento exento de ataduras inconvenientes y una gran generosidad. Pbro. Pedro Hidalgo Díaz «La admiración por la persona de Jesús, su llamada y su mirada de amor buscan suscitar una respuesta consciente y libre desde lo más íntimo del corazón del discípulo, una adhesión de toda su persona al saber que Cristo lo llama por su nombre». (Aparecida N° 136) Domingo XXVI del Tiempo Ordinario Ciclo B ACOGER A TODOS

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DOMINGOEL

Año XV – N° 44 – 27 de Septiembre del 2015

día del Señor

«¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!».

(San Agustín de Hipona)

Señor, dame la fuerza para vencer las tentaciones que se me presen-tan. Quiero seguirte, quiero serte fiel, quiero tener el valor de seguirte sin mirar atrás.

Momento personal

«”¿Estás celoso de mí?” ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor». Las palabras de Moisés que nos transmi-te la narración de la primera lectura nos ayudan a reflexionar sobre la necesaria magnanimidad que hemos de vivir los hombres en relación con Dios. El cristiano tiene que salir del amor propio, de la tentación de querer exclusividades, y ha de hacerse capaz de acoger a otros, de alegrarse siempre con el bien del hermano y, sobre todo, ha de disfrutar cuando otros se integran al plan salvador de Dios aunque sea por caminos diversos a los convencionales.

Dios es libre de actuar como Él ve conveniente; no tiene por qué cumplir nuestros pla-nes. ¡Todo lo contrario! Somos nosotros quienes hemos de acoger sus planes aún si estos escapan a lo ya establecido. La magnanimidad divina contras-ta con la mezquindad humana. Los hombres tenemos tenden-cia a la mezquindad, a querer las cosas en exclusividad, inclu-so los dones de Dios. Josué, ayudante de Moisés, se incomoda porque dos ancianos que no acudie-ron a la cita en la que se comunicaría el espíritu de Moisés profetizaban. En el evangelio es Juan

quien cuenta a Jesús que han querido impedir que uno que expulsaba demonios en nombre de Jesús continuase esa tarea. Nos ilusiona ser parte de un grupo de privilegiados que tiene para sí los dones de Dios. Moisés y luego Jesús indican otra ruta: la de la acogida y apertura universal. Debe-ría alegrarnos que todos profeticen, que todos luchen contra el mal. El cristiano ha de aprender la apertura para reconocer en otros la acción de Dios. Es verdad que hay cauces establecidos, in-

equívocos, seguros, mediante los cuales Dios obra y comu-nica su vida y salvación. Pero eso no significa que Él pudiera manifestarse también de otro modo. Lo importante es saber discernir.

Y al mismo tiempo ser nosotros muy auténticos en el seguimien-to del Señor, siendo capaces de quitar todo aquello que adulte-ra la fidelidad cristiana. Cortar, arrancar todo aquello que nos impide un seguimiento fiel es una tarea importante del discí-pulo de Cristo. El Señor nos con-

ceda una exquisita fidelidad a Él, un seguimiento exento de ataduras inconvenientes y una gran generosidad.

Pbro. Pedro Hidalgo Díaz

«La admiración por la persona de Jesús, su llamada y su mirada de amor buscan suscitar una respuesta consciente y libre desde lo más íntimo del corazón del discípulo, una adhesión de toda su persona al saber que Cristo lo llama por su nombre».

(Aparecida N° 136)

Domingo XXVI del Tiempo Ordinario

Ciclo B

ACOGER A TODOS

XXVI Tiempo Ordinario - Ciclo B - Color: Blanco

Hermanos y hermanas: ¿Cuántas cosas decidimos cada día? Todas son importantes, porque en algunas de ellas, se juega la vida, se define nuestro amor; se expresa nuestra libertad, o se compromete nuestra fidelidad. Para ser fieles a Dios, para seguir a Jesús, lo debemos decidir personalmente y ser coherentes con la decisión tomada. Por eso debemos decir: Señor, dame tu gracia para ser fiel a mi condición de cristiano. Ayúdame a dar una respuesta generosa a tu proyecto sobre mí.

I. RITO DE ENTRADA

Antífona de entrada Dan 3,31.29.30.43.42Lo que has hecho con nosotros, Señor, es un castigo merecido, porque hemos pecado con-tra ti y no pusimos por obra lo que nos habías mandado; pero da gloria a tu nombre y tráta-nos según tu abundante misericordia.

Acto penitencialS. Por nuestros partidismos y divisiones;Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.S. Por nuestros celos y envidias;Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad.S. Por nuestras incomprensiones e intolerancias; Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.

GLORIA

Oración colecta Oh Dios, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia, derra-ma incesantemente sobre nosotros tu gracia, para que, deseando lo que nos prometes, con-sigamos los bienes del cielo. Por nuestro Se-ñor Jesucristo.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

1a lecturaLa acción de Dios no se encuadra en nuestros lí-mites y exclusivismos, él tiene corazón grande y siempre va más allá de nuestras miradas y objeti-vos, siempre cortos.

Lectura del libro de los Números 11, 25-29

En aquellos días, el Señor bajó en la nube y habló con Moisés; tomó par-te del espíritu que había en él y se

lo dio a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar ense-guida. Habían quedado en el campamento dos hombres del grupo, llamados Eldad y Medad, habían sido escogidos entre los setenta, pero no habían acudido a la tienda. Sin embargo el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron

a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento». Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: «Señor mío, Moisés, prohíbeselo». Moisés le respondió: «¿Estás celoso de mí? ¡Oja-lá todo el pueblo del Señor fuera profeta y re-cibiera el espíritu del Señor!». Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal (18)R. Los mandatos del Señor alegran el corazón.– La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. / R. – La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verda-deros y enteramente justos. / R. – Aunque tu siervo vigila para guardarlos con cuidado, ¿quién conoce sus faltas? Absuélve-me de lo que se me oculta. / R.– Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine: así quedaré libre e inocen-te del gran pecado. / R.

2a lecturaEl apóstol Santiago denuncia nuestras actitudes e intentos de buscar en la religión, sólo un escape y tranquilidad frente a nuestras injusticias y egoís-mos que no construyen un mundo nuevo.

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 1-6

Ustedes los ricos, lloren y laménten-se ante las desgracias que se les ave-cinan. Sus riquezas están podridas y

sus vestidos están apolillados. Su oro y su plata están enmohecidos y ese moho será una prue-ba contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego. ¡Han amontonado riqueza, precisa-mente ahora, en el tiempo final! El salario que no les dieron a los obreros que han cosechado sus campos está clamando contra ustedes; y el clamor de los que cosecharon ha llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Ustedes han vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Engordando como reses para el día de la matanza. Han condenado y matado a los inocentes sin que ellos opusieran resistencia.Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio cf. Jn 17, 17b. a

Aleluya, aleluya. Tu palabra, Señor, es verdad; conságranos en la verdad. R. Aleluya.

EvangelioLa mirada de Jesús frente a nuestra realidad, con sus luchas y guerras que sólo buscan poder y éxi-to aparente, se plantea como salvación para todo hombre y mujer que está en busca de humanidad y realización profunda.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47- 48

R. Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que ex-pulsaba demonios en tu nombre, y se

lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros». Jesús respondió: «No se lo impidan, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a nuestro favor. Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua, por ser uste-des de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le en-cajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córta-tela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apa-ga». Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Profesión de feCreo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la de-recha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comu-nión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Plegaria universalPadre de todos los hombres y creador nuestro, tú acoges a todo aquel que hace tu voluntad, así pues te pedimos:R. ¡Señor, ilumina nuestra vida!- Por el Papa, los obispos y las personas con-

XXVI Tiempo Ordinario - Ciclo B - Color: Blanco

a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento». Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: «Señor mío, Moisés, prohíbeselo». Moisés le respondió: «¿Estás celoso de mí? ¡Oja-lá todo el pueblo del Señor fuera profeta y re-cibiera el espíritu del Señor!». Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal (18)R. Los mandatos del Señor alegran el corazón.– La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. / R. – La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verda-deros y enteramente justos. / R. – Aunque tu siervo vigila para guardarlos con cuidado, ¿quién conoce sus faltas? Absuélve-me de lo que se me oculta. / R.– Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine: así quedaré libre e inocen-te del gran pecado. / R.

2a lecturaEl apóstol Santiago denuncia nuestras actitudes e intentos de buscar en la religión, sólo un escape y tranquilidad frente a nuestras injusticias y egoís-mos que no construyen un mundo nuevo.

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 1-6

Ustedes los ricos, lloren y laménten-se ante las desgracias que se les ave-cinan. Sus riquezas están podridas y

sus vestidos están apolillados. Su oro y su plata están enmohecidos y ese moho será una prue-ba contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego. ¡Han amontonado riqueza, precisa-mente ahora, en el tiempo final! El salario que no les dieron a los obreros que han cosechado sus campos está clamando contra ustedes; y el clamor de los que cosecharon ha llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Ustedes han vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Engordando como reses para el día de la matanza. Han condenado y matado a los inocentes sin que ellos opusieran resistencia.Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio cf. Jn 17, 17b. a

Aleluya, aleluya. Tu palabra, Señor, es verdad; conságranos en la verdad. R. Aleluya.

EvangelioLa mirada de Jesús frente a nuestra realidad, con sus luchas y guerras que sólo buscan poder y éxi-to aparente, se plantea como salvación para todo hombre y mujer que está en busca de humanidad y realización profunda.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47- 48

R. Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que ex-pulsaba demonios en tu nombre, y se

lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros». Jesús respondió: «No se lo impidan, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a nuestro favor. Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua, por ser uste-des de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le en-cajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córta-tela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apa-ga». Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Profesión de feCreo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la de-recha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comu-nión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Plegaria universalPadre de todos los hombres y creador nuestro, tú acoges a todo aquel que hace tu voluntad, así pues te pedimos:R. ¡Señor, ilumina nuestra vida!- Por el Papa, los obispos y las personas con-

sagradas que trabajan en tu viña; para que el Señor les ayude y acompañe todos los días de su vida en la labor de construir y extender el Reino. Roguemos al Señor./R.-Por aquellos que no han recibido la Buena Noticia; para que haya alguien cercano que los instruya. Roguemos al Señor./R.-Por todas las personas que se alejaron de la Pa-labra de Dios; para que reencuentren el camino a la casa del Padre. Roguemos al Señor./R.-Por todos los aquí reunidos; para que, como nos pide Pablo, llevemos una vida digna del Evangelio de Cristo. Roguemos al Señor./R.

(Pueden añadirse peticiones particulares)

Padre todopoderoso, concédenos por tu infinita bondad todo aquello que te hemos presentado, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Oración sobre las ofrendas Dios de misericordia, que nuestra oblación te sea grata y abra para nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo nuestro Señor.

Antífona de comunión Sal (118),49-50Recuerda la palabra que diste a tu siervo, Se-ñor, de la que hiciste mi esperanza. Este es mi consuelo en la aflicción.

Oración después de la comunión Que esta eucaristía, Señor, renueve nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que participemos de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte hemos anunciado y compartido. Por Jesucristo nuestro Señor.

LA PALABRA en la semana

XXVI Tiempo Ordinario - 2° del salterio

28 L San Wenceslao, martir (ML) - Za 8, 1-8; Sal (101), 16-21.29. 22-23; Lc 9, 46-50.

29 M SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL (F) - Dn 7, 9-10. 13-14(o bien: Apo 12, 7-12); Sal (137), 1-5; Jn 1, 47-51

30 M San Jerónimo (MO) - Ne 2; 1-8; Sal (136), 1-6; Lc 9, 57-62

01 J Santa Teresa del Niño Jesús (MO) - Ne 8, 1-4a. 5-6 7b-12; Sal 8, 1-4a; Lc 10, 1-12

02 V Santos Ángeles Custodios (MO) - Ba 1, 15-22; Sal (78), 1-5. 8-9; Mt 18, 1-5. 10

03 S Santa María en sábado (ML) - Ba 4, 5-12. 27-29; Sal (68), 33-37; Lc 10, 17-24

el DOMINGO - Director: P. Luis Neira R. ssp. Coordinación: Milagro Bronttis de Quispe. Con licencia eclesiástica / Marc. reg. Resol. Indecopi N° 006852-1999, Certif. N° 0055702Edita: SAN PABLO, Av. Armendáriz 527 - MIRAFLORES. Lima (Perú) / Telfax: (01) 446 0017 / [email protected] Redacción: Pbro. Antonio Díaz M., igs.; Pbro. Pedro Hidalgo Díaz; Diagramación: Bruno Cárdenas SalazarImprime: Editorial Roel S.A.C. / Para envíos y suscripciones: [email protected] / Telfax: (01) 446 0017

• Los textos litúrgicos corresponden a los aprobados por la Conferencia Episcopal Peruana. / Este subsidio no sustituye el uso de los Libros Litúrgicos.

www.sanpabloperu.com.pe

Historia:

La Biblia siempre ha estado en la historia de la Igle-sia, a través de la liturgia y de la oración de manera muy especial a través de la Lectio divina.La Lectio divina es un método de lectura orante de la Palabra que se fue forjando a través de los siglos, ya Orígenes –Padre de la Iglesia–, en el siglo II usó esta expresión para referirse a la lectura y medita-ción de la Biblia. A mediados del siglo XII en la vida monástica junto con el rezo del Oficio Divino se empezó a leer y meditar las Sagradas Escrituras de una manera estructurada llegando a tener cuatro pasos:

┼ Lectio: (lectura del texto bíblico) ┼ Meditatio: (meditación a partir del texto bíblico) ┼ Oratio: (oración a partir de lo metidado) ┼ Contemplatio: (contemplación de Dios en mi vida a partir del texto bíblico)

¿Cómo oraban con la Lectio divina?

El método de la Lectio Divina está estructurada como una escalera que tiene como último paso el encuentro místico con Dios. De esta manera los monjes alternaban la oración de alabanza con el Ofi-cio Divino junto con la lectura orante de la Biblia a través de la Lectio Divina.

La Lectio Divina hoy:

En la actualidad los laicos, por su estilo de vida en la cual están inmersos en las diversas actividades (tra-bajo, política, economía, etc.), también pueden hacer uso de la Lectio Divina siguiendo estos cuatro pasos.

LA BIBLIA

IV

El mensaje de Dios..

Leer

interpela la vida..

Meditar

suscita la oración...

Orar

Inspira vida en la Palabra y nos invita a la conversión

Contemplar

En Latinoamérica se propone un quinto pasó que es la actio (actuar) que es el compromiso en el mundo a partir de la meditación de la palabra de Dios. La Lectio Divina sirve para leer y tener un conocimiento intelectual de la Biblia, y para poder hacer propio el mensaje de la Biblia para ser buena tierra que al es-cuchar la Palabra de Dios, la guardemos en nuestro corazón y demos abundante fruto (cf Lc 8,15).Es recomendable hacer Lectio Divina de manera per-sonal y también de forma comunitaria, con la fami-lia, en la catequesis, en los grupos de oración, etc. La Lectio Divina no reemplaza otras formas de oración o de devoción sino que complementa y fortalece nuestra vida espiritual. Es bueno que un animador bíblico pueda dirigir la Lectio Divina, compartiendo su experiencia con la Palabra de Dios.Algunos recomiendan realizar la Lectio siguien-do las lecturas del calendario litúrgico otros reco-miendan seguir nuestro propio orden según nuestras necesidades personales o de la comunidad donde se realiza la Lectio; lo importante es desarrollar el hábito de la Lectura y escucha de la Palabra de Dios dando una respuesta frente a ella, de esta manera nuestra vida espiritual se fortalecerá.

Colaboración: Luis Breña SolanoEquipo Animador SOBICAIN

CÓMO LEER LA BIBLIA: LECTIO DIVINA

Los pasos de la Lectio Divina

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