Anibal Quijano - Dependencia, Cambio Social y Urbanización en Latinoamérica

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Dependencia y cambio social.

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  • * Este artculo fue publicado originalmente en Revis-ta Mexicana de Sociologa (Mxico: Instituto de Inves-tigaciones Sociales - UNAM) Ao 30, Vol. XXX, N 3: 525-570, jul.-sept., 1968.

    Dependencia, cambio social y urbanizacin en Latinoamrica*

    El proceso actual de urbanizacin en Lati-noamrica consiste en la expansin y la modificacin de los sectores urbanos ya exis-tentes en la sociedad, como cuya consecuencia tienden a alterarse las relaciones urbano-rura-les dentro de ella, condicionando y estimulan-do cambios correspondientes en los propios sectores rurales.

    Estas tendencias no se producen solamen-te en el orden ecolgico-demogrfico, sino en cada uno de los varios rdenes institucio-nales en que puede ser analizada la estruc-tura total de la sociedad, v. gr., econmico, ecolgico-demogrfico, social, cultural y po-ltico. Esto es, se trata de un fenmeno mul-tidimensional que es una de las expresiones

    mayores del proceso general de cambio de nuestras sociedades1.

    Los diversos rdenes institucionales bsicos, analticamente discernibles en la sociedad, guar-dan entre s y con la sociedad global una relacin de estrecha interdependencia; pero al mismo tiempo, disponen de una relativa autonoma de existencia y de cambio. Es decir, los procesos de cambio que afectan la entera estructura de la sociedad y que, por lo tanto, transcurren por cada uno de sus rdenes institucionales, pueden

    1 Sobre la justificacin y desarrollo de este enfoque, vase: Quijano, Anbal 1967 Urbanizacin de la socie-dad en Latinoamrica (Santiago de Chile: Divisin de Asuntos Sociales de la CEPAL) agosto; y Quijano, An-bal 1967 Urbanizacin y tendencias de cambio en la sociedad rural (Santiago de Chile: Divisin de Asuntos Sociales, CEPAL) abril, presentado en el Seminario sobre la Urbanizacin en Latinoamrica, organizado por el Centro Interdisciplinario de Desarrollo Urbano (CIDU) en Santiago de Chile.

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    realizarse en niveles distintos y con caractersti-cas propias en cada orden, en dependencia del modo y de las circunstancias concretas en que se produce la necesaria interdependencia entre los rdenes y entre ellos y la sociedad global.

    Es desde este punto de vista que tiene senti-do sostener que el proceso general de urbani-zacin de la sociedad en Latinoamrica tiene que ser estudiado necesariamente como un proceso conjunto, que como tal, es condicio-nado por la situacin histrica de la sociedad global en cada pas y, en el conjunto de ellos, en la regin, pero quebrado en dimensiones espe-cificas cuyas mutuas articulaciones deben ser establecidas sistemticamente, al mismo tiem-po que sus desniveles y caractersticas propias.

    Esto es, si lo que se busca no es nicamen-te estudiar alguna de sus manifestaciones ms concretas, sino tambin cmo y por qu ocu-rre el proceso conjunto y cul es su lugar y su significado en el proceso general de cambio de nuestras sociedades, l no puede ser reducido a ninguna de sus dimensiones por separado, ni slo a fenmenos que se desarrollan dentro del sector estrictamente urbano, desmembrado de sus relaciones de interdependencia con el ru-ral. En fin, el conjunto no puede ser entendido fuera del marco histrico que condiciona la si-tuacin de la sociedad global.

    En relacin con todo eso, en general, la in-vestigacin de la urbanizacin de la sociedad en Latinoamrica tropieza aun con dos dificul-tades importantes. De un lado, aunque se re-conoce el carcter multidimensional del pro-ceso, no es claro cmo se articulan las varias dimensiones posibles entre s y con la sociedad global, y el escollo suele conducir a privilegiar la dimensin ecolgico-demogrfica, sin duda porque sta es la de ms impositiva presencia. De otro lado, se investiga el fenmeno como si ocurriera en sociedades aisladas o autno-mas, a pesar de que las sociedades naciona-les latinoamericanas son constitutivamente dependientes y, en consecuencia, su legalidad histrica es dependiente. O, en otras palabras, la racionalidad de sus procesos histricos de cambio no puede ser establecida al margen de la dependencia.

    En lo que sigue, el propsito principal es ex-plorar la asociacin entre el proceso de depen-dencia y el de urbanizacin en Latinoamrica.

    Dependencia y sociedad en Latinoamrica

    Las sociedades nacionales latinoamericanas con la reciente excepcin de Cuba pertene-

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    cen, individualmente y en conjunto, al siste-ma de relaciones de interdependencia forma-do por los pases capitalistas y, dentro de l, ocupan una situacin de dependencia. Desde el punto de vista de nuestras sociedades, se trata ante todo de un sistema de relaciones de dependencia.

    Este sistema de relaciones de dependencia, en interaccin con las singularidades de la matriz histrico-social de cada una de nues-tras sociedades nacionales, constituye uno de los ncleos de factores determinantes de las tendencias bsicas de existencia y de cambio de ellas. No es posible, en consecuencia, ex-plicar adecuadamente el proceso conjunto de cambio en Latinoamrica, ni ninguna de sus di-mensiones significativas, al margen de esta si-tuacin histrica. El proceso de urbanizacin en particular no puede ser explicado, vlida-mente, sino como parte de la ms amplia pro-blemtica de la sociologa de la dependencia latinoamericana.

    Al parecer, la minimizacin, y con frecuen-cia la simple omisin, de este problema en las investigaciones, resulta en parte de una inade-cuada conceptualizacin del fenmeno.

    As, en la generalidad de los estudios sobre los problemas del subdesarrollo latinoameri-cano, la dependencia suele aparecer como un

    conjunto de factores externos, o de obst-culos externos. En esta imagen est implicado que esta relacin se establece entre sociedades de desigual nivel de poder econmico, pero, en el fondo, autnomas; esto es, como un conjun-to de obstculos que determinadas sociedades oponen desde fuera a otras ms dbiles que, por ello, no son capaces de vencer esas difi-cultades. Las repercusiones de esta situacin sobre el comportamiento de las sociedades d-biles consistiran, en tal caso, en los acomoda-mientos necesarios al de las sociedades domi-nantes. Por otra parte, una tal concepcin de la dependencia presupone, tambin, que se trata de acciones unilaterales que sociedades de ma-yor poder ejercen contra otras de menor poder. En cuyo caso, la relacin enfrenta los intereses de todos los grupos sociales de una sociedad dominante contra los intereses de todos los grupos sociales de una sociedad dependiente.

    Sin embargo, considerada la dependencia como un conjunto de factores externos que traban el desarrollo de una sociedad, o como un conjunto de acciones unilaterales de las so-ciedades poderosas contra las dbiles, slo es una parte de la realidad. As, por ejemplo, en el caso de las actuales relaciones entre Cuba y Estados Unidos, el bloqueo econmico im-puesto unilateralmente a Cuba es, sin duda, un

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    obstculo de gran importancia a su desarrollo, lo que no obstante, no convierte a ese pas en dependiente de los Estados Unidos. Y, obvia-mente, eso es posible porque aqu, realmente, se enfrentan los intereses de los grupos domi-nantes de un pas con los intereses nacionales defendidos por el poder dominante en el otro.

    Es decir, siempre que se enfrentan los inte-reses dominantes de sociedades de desigual poder, la situacin que se produce es conflic-tiva y puede, eventualmente, llevar a la depen-dencia; pero ella misma no constituye una si-tuacin de dependencia.

    En consecuencia, las relaciones de depen-dencia aparecen slo cuando las sociedades implicadas forman parte de una misma unidad estructural de interdependencia, dentro de la cual un sector es dominante sobre los dems, lo que constituye uno de los rasgos definitorios del sistema de produccin y de mercado del capitalismo actual. Es decir, la dependencia no enfrenta el conjunto de intereses sociales bsicos de la sociedad dominada con los de la sociedad dominante. Por el contrario, presu-pone una correspondencia bsica de intereses entre los grupos dominantes de ambos niveles de la relacin, sin que eso excluya fricciones eventuales por la tasa de participacin en los beneficios del sistema. En otros trminos, los

    intereses dominantes dentro de las sociedades dependientes corresponden a los intereses del sistema total de relaciones de dependencia y del sistema de produccin y de mercado, en su conjunto.

    Desde este punto de vista, la dependencia es un sistema particular de interdependencia en el universo capitalista, dentro del cual un sec-tor es dominante sobre los dems. Para que eso sea posible, la correspondencia bsica entre los intereses dominantes en ambos sectores es sine qua non. No se trata, pues, de un conjunto de acciones unilaterales de determinados pa-ses poderosos contra otros dbiles y, por eso, de factores externos.

    Dentro de este marco genrico, las relacio-nes de dependencia en el capitalismo contem-porneo asumen muchas modalidades. Las sociedades nacionales latinoamericanas son dependientes, como lo son hoy da la mayora de las asiticas, africanas y algunas de las euro-peas. Sin embargo, no se trata en cada caso de relaciones idnticas de dependencia.

    La construccin de la problemtica general de la dependencia est todava por hacer, y nin-guna tipologa de la dependencia existe actual-mente para servir de marco de referencia al es-tudio de la situacin latinoamericana. Tampo-co es ste el lugar para intentar su elaboracin.

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    No obstante, es indispensable sealar bre-vemente algunas de las caractersticas que otorgan especificidad innegable al sistema de relaciones de dependencia dentro de las cuales existen nuestras sociedades latinoamericanas, con la excepcin de Cuba.

    En primer lugar, a diferencia de la mayor par-te de las sociedades dependientes dentro del capitalismo actual, las formaciones histrico-sociales que dieron origen a las actuales socie-dades nacionales de la regin, se constituyeron como tales, ab initio, como parte del proceso de formacin y desarrollo del sistema capitalis-ta de dependencia, en su perodo colonialista. Es decir, nuestras sociedades originaron con su nacimiento sus relaciones de dependencia.

    La dependencia, por lo tanto, es un elemen-to constitutivo de las sociedades nacionales latinoamericanas. De manera diferente, otras sociedades como la hind o la china pre re-volucionaria, en un nivel, o Japn, en otro, entraron en relaciones de dependencia como sociedades ya constituidas y mantuvieron su carcter de tales a lo largo de todo el proce-so. No puede decirse lo mismo, por ejemplo, de las sociedades azteca e incaica, que fueron totalmente desintegradas como formaciones histrico-sociales, aunque su poblacin y nu-merosos elementos aislados, y aun ncleos es-

    tructurados de ellos, entraron a formar parte integrante de las sociedades que luego se de-sarrollaron en su territorio.

    Aunque la emancipacin signific induda-blemente un punto de ruptura que permiti la emergencia de las actuales nacionalidades, no supuso, sin embargo, la cancelacin de la de-pendencia, sino su modificacin. Ms todava, el propio proceso de descolonizacin fue, en gran medida, parte del proceso de transforma-cin del sistema de produccin y de mercado del capitalismo, y dentro del cual y por lo cual, se produjeron desplazamientos intermetropo-litanos de poder y, en consecuencia, altera-ciones sustantivas en el sistema de relaciones de dependencia. La dependencia colonialista dio paso a la dependencia imperialista. La pri-mera dio origen a las formaciones histricas de capitalismo colonial latinoamericano; la segunda, a su constitucin como sociedades nacionales dependientes dentro del sistema capitalista industrial.

    De ese modo, la dependencia de las socie-dades nacionales latinoamericanas no reside nicamente en la subordinacin econmica a los intereses que dominan en las sociedades metropolitanas y, por eso, en la totalidad del sistema capitalista, aunque ese sea el elemen-to ms visible y decisivo. Mucho ms que eso,

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    se trata de una dependencia histrica que afecta a todos los dems rdenes institucio-nales y al entero proceso histrico de nues-tras sociedades.

    Esta dependencia histrica de nuestras so-ciedades radica en el hecho de que, mientras sean integrantes del sistema, las tendencias fundamentales que adopta la estructura inter-na de poder en aqullas, as como los intereses sociales concretos que dominan en esa estruc-tura, estn subordinadas, en cada momento, a las tendencias que orientan las relaciones con los intereses dominantes en las sociedades metropolitanas. A cada perodo de cambio en el carcter concreto de estas relaciones, co-rresponden igualmente cambios en el carcter concreto de la estructura de poder en nuestras sociedades, adecuado a los requerimientos im-plicados en esas relaciones.

    Ciertamente, no se trata de una relacin uni-lateral y mecnica entre ambos procesos. Se trata de una relacin de interdependencia, des-de que los cambios que ocurren en el carcter concreto de la estructura de poder en nuestras sociedades afectan tambin las formas espe-cficas en que se encarnan las relaciones con los intereses metropolitanos. Pero en tanto no haya cambiado la naturaleza histrica misma de esa estructura de poder, aquellos cambios

    no son capaces de alterar ni el sentido ni la na-turaleza de esas relaciones.

    De all se deriva, pues, que las relaciones de subordinacin econmica que nuestras sociedades mantienen con los intereses me-tropolitanos, no se asientan solamente en el poder de estos para imponerlas, sino, sobre todo, en el carcter dependiente de la propia estructura de poder imperante en nuestras sociedades. O, en otros trminos, en la ade-cuacin de esa estructura y de sus intereses dominantes, a los intereses dominantes en las relaciones con las metrpolis y con el conjunto entero del sistema de dependencia, en su capacidad para servir a la continuidad de este sistema.

    Desde este punto de vista, el concepto de dependencia histrica tiene que ser elaborado y comprendido en dos dimensiones capitales:

    1. El carcter subordinado del lugar que nues-tras sociedades ocupan en las relaciones con los intereses metropolitanos, los modos concretos de articulacin con ellos y sus tendencias de cambio y de expresin con-creta, en cada momento.

    2. El carcter subordinado de las tendencias, que adopta la estructura de poder interna de nuestras sociedades, al carcter concreto de

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    sus intereses dominantes y del modo como se articulan entre s, respecto de las tenden-cias que adoptan nuestras relaciones con los intereses metropolitanos en cada momento.

    Lo que es especfico de la dependencia latinoa-mericana es que ninguna de ambas dimensio-nes puede ser comprendida o explicada sin la otra, y sobre todo, que el proceso histrico glo-bal de cada una de nuestras sociedades y del conjunto de ellas, depende del proceso histri-co de sus relaciones con los intereses dominan-tes en las sociedades metropolitanas.

    De ese modo puede tambin entenderse por qu la autonoma nacional de cualquiera de nuestras sociedades nacionales, dentro del sistema universal de interdependencia que se desarrolla, no puede ser ganada sin una modi-ficacin radical de la estructura de poder que sirve a la dependencia en las relaciones con las metrpolis y que es condicionada por esas re-laciones, a menos que los intereses metropoli-tanos hoy da dominantes hayan desaparecido o se hayan debilitado totalmente, en cuyo caso el sistema actual de dependencia habra tam-bin desaparecido.

    Como no es esta la ocasin de desplegar, ni siquiera en un esquema apretado e insuficiente, un recuento del proceso histrico latinoameri-

    cano en el contexto del proceso de dependen-cia, ser no obstante conveniente una mnima ilustracin exploratoria, confrontando dos mo-mentos del proceso de dependencia y sus impli-caciones en la sociedad latinoamericana.

    1. En el perodo poscolonial, los requerimien-tos especficos de la economa metropolitana, inglesa sobre todo, en el perodo que corre en-tre la emancipacin y gran parte del siglo XIX, implicaban principalmente relaciones econ-micas financiero-comerciales con las socieda-des nacionales latinoamericanas que emergan. Esas relaciones se basaban en la compra de productos extractivos y la venta de productos industriales de la poca, y fundaron por consi-guiente una divisin de la produccin interna-cional entre pases y reas agro-extractivas y pases industriales.

    Ese tipo de relacin signific dos cosas para las sociedades latinoamericanas, desde el pun-to de vista de la dependencia:

    a. el control de sus recursos productivos inter-nos por los grupos dominantes latinoame-ricanos, y una posicin subordinada en el mercado internacional, es decir en sus rela-ciones econmicas con los intereses metro-politanos dominantes en ese perodo;

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    b. el predominio total de los sectores agro-extractivos en la estructura de produccin latinoamericana.

    Por lo tanto, el carcter concreto de la clase do-minante en la sociedad latinoamericana tena que ser, necesariamente, el de una burguesa terrateniente en lo fundamental, en tanto que su fuente principal de poder econmico-social era el control de los medios de produccin agropecuaria. Los grupos dominantes dentro de esa clase tenan tambin que ser aquellos ms ventajosamente ligados a las relaciones econmicas con las metrpolis, tanto en la exportacin agro-extractiva como en el con-trol del comercio de productos industriales de importacin. El rgimen poltico asociado a tal estructura de poder econmico-social fue, co-rrespondientemente, el de una oligarqua, con un tipo de Estado burgus-oligrquico. Desde el punto de vista poltico, la clase dominante era una burguesa oligrquica.

    2. En la actualidad, las relaciones econmicas entre nuestras sociedades y los nuevos centros metropolitanos dominantes, suponen requeri-mientos concretos mucho ms amplios y diver-sificados. Junto a las relaciones financiero-mer-cantiles, las relaciones actuales se caracterizan

    tambin por la expansin del control directo metropolitano, bajo mltiples modalidades, de todos los sectores de produccin y de actividad econmica en general, con un creciente nfa-sis en el control de los sectores urbanos e in-dustriales de la estructura econmica. En tales condiciones, ni el rgimen econmico-social, ni el rgimen poltico correspondiente podran ser los mismos de antes. Las nuevas tendencias concretas en las relaciones econmicas con los intereses metropolitanos dominantes, implican dos cosas:

    a. la creciente disminucin del control de sus recursos productivos internos para los gru-pos dominantes latinoamericanos, y una acentuacin de su posicin subordinada en las relaciones de mercado con los grupos metropolitanos;

    b. la tendencia al predominio de los nuevos sectores de produccin y de actividad eco-nmica en muchos pases y la tendencia al desarrollo de ellos en la matriz anterior, en los otros pases. Y de otro lado, junto a los sectores agro-extractivos, la creciente dependencia tecnolgica de los sectores urbano-industriales, pasa a ser tambin uno de los ejes de las relaciones econmicas con los intereses metropolitanos.

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    En este contexto, el carcter concreto de la clase dominante en la sociedad latinoamerica-na, se ha tambin complejizado y diversificado necesariamente, en tanto que sus fuentes de poder se han ampliado y diversificado en la estructura interna de la sociedad. Pasa as, a constituirse en una burguesa terrateniente-minero-mercantil-financiero-industrial, al mismo tiempo, donde cada uno de sus grupos constitutivos est interconectado con cada uno de los otros, en cada uno de los sectores de actividad econmica.

    Una tal estructura de actividad econmica, diversificando la divisin social del trabajo, contribuye tambin a diversificar y a ampliar el nmero y niveles de roles-estatus en la socie-dad. La estratificacin de poder social incluye a nuevos grupos y modifica a los anteriores. Las clases media y obrera constituyen hasta aqu los nuevos grupos ms importantes, mientras los grupos marginalizados comienzan a obtener una significacin econmico-social creciente.

    El rgimen poltico asociado a esa estruc-tura de poder econmico-social, no podra ser sino solamente una oligarqua, definida como la hegemona de los miembros de la clase econmico-socialmente dominante o de indivi-duos procedentes de otras clases, pero al ser-vicio directo de la dominante, en el control y

    la posesin de los principales roles-estatus en el orden poltico institucionalizado. El Estado, as, no puede ser ms solamente oligrquico-burgus, ni la clase dominante caracterizarse solamente como oligrquica, desde el punto de vista poltico.

    La propia estructura institucional del Estado se ha tambin ensanchado y diversificado, al paso de las crecientes necesidades nuevas de administracin de una estructura econmico-social ms compleja, y al paso en que las re-laciones de poder poltico entre las diversas clases existentes o en curso de formacin se han ido tambin diversificando y matizando de nuevos elementos, y de nuevos mecanismos de dominacin y de conflictos polticos.

    De all que, en la actualidad, sea posible re-gistrar la acentuacin de la crisis de la hege-mona oligrquica en el Estado, en una doble manera: paso en que las relaciones de poder poltico entre las diversas clases dominantes, en la medida en que ninguno de ellos se asienta sobre fuentes de poder dominantes sobre las dems, en una matriz econmica flexible y con-tradictoria en la cual ninguno de los recursos de produccin y los correspondientes secto-res de actividad econmica dominan sobre los dems, pero sobre todo, cuyas relaciones eco-nmicas con los grupos metropolitanos domi-

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    nantes, sirven cambiantemente a los diversos grupos de la clase dominante que compiten por la hegemona interna de la clase; de otro lado, una crisis de la hegemona de la clase dominan-te, en su conjunto, en sus relaciones de poder poltico con las otras clases existentes ya o en curso de formacin, sin que, sin embargo, estas otras clases hayan ya conseguido articular de modo pleno y efectivo sus aspiraciones organi-zadas al poder en la sociedad.

    De all, igualmente, que en algunos de los pases ms importantes de la regin, esta crisis de la hegemona oligrquica en el Estado, haya conducido a intentos de recomposicin hege-mnica sobre otras bases, mientras los crecien-tes reclamos de poder de las clases dominadas comienza a poner en cuestin la naturaleza burguesa misma del Estado, superponiendo la crisis de hegemona oligrquica con la crisis del Estado burgus como tal.

    Esta breve comparacin entre ambas situa-ciones histricas dentro del proceso de depen-dencia muestra con suficiente vigor, de modo concreto, que lo que ocurre en el seno mismo de nuestras sociedades est permanentemente subordinado a lo que ocurre en nuestras rela-ciones con los intereses metropolitanos domi-nantes, en cada momento. Por consecuencia, el doble carcter de la dependencia de las so-

    ciedades latinoamericanas y el valor del con-cepto de dependencia histrica, para guiar la investigacin y la comprensin de nuestra cambiante realidad.

    En tales condiciones, la problemtica total del desarrollo histrico de nuestras socieda-des est afectada radicalmente por el hecho de la dependencia. Esto no es un dato exter-no de referencia, sino un elemento funda-mental en la explicacin de nuestra historia: no se trata de sociedades con una legalidad histrica autnoma, que, como consecuencia de una posterior sujecin a la dominacin externa, son forzadas a reajustarse en su comportamiento a las exigencias de los do-minadores; por el contrario, la legalidad total de estas sociedades es dependiente y su com-portamiento no es un sometimiento a una im-posicin externa sino una correspondencia interna a las leyes generales del sistema de dominacin en su conjunto, pero especifica-das por mltiples elementos de intermedia-cin y singularizacin.

    Esto significa que los cambios que tienen lugar en el sistema conjunto de dependencia, condicionan los que ocurren en la sociedad dependiente de la misma manera como los cambios as producidos en ella inducen alte-raciones en las modalidades concretas de las

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    relaciones de dependencia en cada momento. Desde este punto de vista, un proceso histrico de tanta importancia como la expansin y cam-bio de las formas urbanas de existencia social que agitan hoy da a la totalidad de estos pa-ses, no puede ser ajeno a los condicionamien-tos implicados en la situacin de dependencia.

    En lo que sigue, se intenta destacar ciertas lneas bsicas de esa asociacin entre los cam-bios del sistema de dependencia y la historia de la urbanizacin poscolonial en Latinoamrica, enfatizando lo que tiene lugar en el contexto actual de la situacin.

    Dependencia y urbanizacin poscolonial en Latinoamrica

    La tesis central del enfoque sostiene que la ur-banizacin en Latinoamrica es un proceso de-pendiente. Esto es, que sus tendencias y carac-tersticas sobresalientes estn regidas por las del proceso de las relaciones de dependencia de nuestras sociedades. Sin embargo, importa insistir en que no se trata de una mera vincu-lacin mecnica y unidireccional en la medi-da en que las singularidades y especificidades de la matriz histrico-social de cada una de nuestras sociedades actan permanentemen-

    te como un sistema de intermediacin entre ambos procesos, y que, de las modificaciones producidas por la urbanizacin, se derivan tambin efectos de cambio en las relaciones mismas de dependencia, de modo que el siste-ma de dependencia como tal se modifica tam-bin sobre la base de los cambios en el seno de las sociedades dependientes.

    El carcter, en ltima instancia, dependiente del proceso de urbanizacin en Latinoamrica, puede mostrarse principalmente en torno de dos de sus aspectos:

    1. Los cambios en el perfil de la red urbana v. gr., la distribucin de las localidades urba-nas y su fluctuacin en el territorio en cada uno de los perodos destacados de modifica-cin del sistema de dependencia.

    2. Los cambios en el contenido de la sociedad urbana que habita esa red ecolgico-demo-grfica, en cada uno de tales perodos.

    Desde luego, ambos aspectos estn vincula-dos por relaciones de interdependencia, lo que no supone que estas sean de tipo siste-mtico. El anlisis trata de mantener tanto la autonoma como la vinculacin entre am-bos, pero enfatizando a cada uno de ellos por separado.

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    Los cambios en el perfil de la red urbana Como se sabe, el ingreso de este territorio y de las poblaciones que lo habitaban entonces al sistema de dependencia colonial ibrico signi-fic, al mismo tiempo, su ingreso en el sistema de produccin y de mercado del capitalismo en pleno proceso de expansin bajo su forma mercantilista, a cuyo desarrollo la dependen-cia colonial contribuy en forma destacada.

    Los cambios en el sistema de dependencia originados en los desplazamientos intermetro-politanos de poder en Europa, a medida que el capitalismo se expanda y se consolidaban y modificaban sus formas de produccin hasta convertirse en capitalismo industrial, determi-naron en cada perodo cambios en el sistema de dominacin en las colonias y desplaza-mientos decisivos en la articulacin de cada una de las reas colonizadas en las relaciones de dependencia.

    Tanto desde el punto de vista del conjunto de los actuales pases de la regin como del de cada uno de ellos en particular, la historia del proceso de urbanizacin no ha dejado de estar, en nin-gn momento, condicionada por esos cambios.

    A pesar de que la urbanizacin tena ya una historia relativamente larga y rica en este terri-torio desde antes de la colonizacin, es indu-

    dable que el inicio de su proceso efectivo de expansin y hegemona, que hoy cristaliza defi-nitivamente, se produce por la incorporacin al mundo capitalista y la imposicin de patrones de urbanismo y de urbanizacin derivados de la expansin y consolidacin del sistema capi-talista europeo.

    Sobre la base de la previa existencia de so-ciedades indgenas desarrolladas y de fuentes de produccin de metales en determinadas areas, principalmente, aunque probablemen-te las circunstancias mismas del proceso de colonizacin tuvieron buena parte en ello, du-rante los dos primeros siglos de la dependen-cia colonial fueron esas reas las que queda-ron ms directa y estrechamente vinculadas al sistema colonial y, a travs de este, al merca-do europeo metropolitano. Como consecuen-cia, esas areas se convirtieron en los focos principales del desarrollo del capitalismo co-lonial americano y, en tal virtud, concentraron los focos principales del desarrollo urbano de ese perodo.

    As en los siglos XVI y XVII la red urbana co-lonial se extenda ante todo a lo largo de Mxi-co, Guatemala, la hoya del Pacifico sudamerica-no y en las zonas metalferas andinas, mientras que en la banda atlntica el desarrollo urbano era relativamente dbil comparativamente.

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    No es necesario aqu insistir mucho en los factores del monopolio comercial y la ruta de distribucin de las mercaderas que ingresaban y salan del territorio colonial, y que fueron determinantes de la distribucin de los princi-pales centros de desarrollo comercial urbano de ese perodo, porque esos hechos son bien conocidos. Mientras las metrpolis ibricas, y Espaa en especial, ocupaban posiciones dominantes en el sistema de poder interme-tropolitano en Europa, las relaciones de de-pendencia de las colonias americanas con el sector metropolitano capitalista se realizaban exclusivamente a travs del sistema colonial, a su vez parte integrante del sistema capitalista en su conjunto. Y mientras esas circunstancias permanecieron, las tendencias de distribucin de los principales focos de desarrollo del ca-pitalismo colonial y de su correspondiente red de desarrollo urbano, que condicionaba esas circunstancias, permanecieron tambin.

    Sin embargo, a medida que el sistema capi-talista metropolitano se fortaleca y modificaba las formas concretas de su estructura de pro-duccin y de mercado, el sistema de poder in-termetropolitano fue alterndose intensamen-te desplazando las posiciones de predominio econmico-poltico de manos de Espaa a las de Inglaterra, Francia y los Pases Bajos. A eso

    contribuyeron una serie de circunstancias his-tricas bien conocidas, y de manera especial, las que caracterizaban el proceso interno den-tro de las metrpolis coloniales ibricas que fueron pasando en el curso del siglo XVIII a una posicin subordinada y finalmente a una condicin de dependencia y de subdesarrollo2.

    Las modificaciones en las formas concretas de produccin y en la estructura de mercado del capitalismo metropolitano, que pas del mercantilismo metropolitano al industrialismo entre los siglos XVI-XVIII, y los desplazamien-tos de poder intermetropolitano que de all se derivaron, determinaron de manera necesaria cambios decisivos en la articulacin misma del sistema de dependencia colonial y en el papel de intermediacin que desempeaba entre el capitalismo colonial americano y el capitalis-mo metropolitano europeo.

    La larga disputa por el poder poltico metro-politano entre Espaa e Inglaterra, especial-mente, fundada tambin en la disputa por el

    2 Esos efectos fueron an ms pronunciados en el caso de Portugal, probablemente como resultado de su ms larga y profunda sujecin poltica a partir del siglo XVII cuando cay bajo la dominacin de Espaa en el mismo momento en que el desarrollo capitalista se estancaba en este pas.

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    control del mercado colonial americano, ya du-rante el siglo XVII haba comenzado a deterio-rar seriamente la coherencia de la organizacin administrativa colonial y, sobre todo, la rigidez del control peninsular sobre el desarrollo del comercio colonial. Las incursiones de pirate-ra primero, y ms tarde el desarrollo del con-trabando en gran escala a favor del creciente dominio ingls sobre la navegacin comercial, fueron determinando progresivamente la difi-cultad de mantener las rutas de trfico comer-cial colonial anteriores y abriendo paso al de-sarrollo de las rutas atlnticas. Como resultado de eso, las areas coloniales situadas en esta zona iniciaron su proceso de desarrollo comer-cial colonial y ms tarde su desarrollo poltico, dentro del sistema de articulacin poltico-ad-ministrativo colonial.

    Todo este proceso va a acelerarse en el si-glo XVIII, especialmente a partir de la Paz de Utrecht en 1713, en que Espaa fue obligada a ceder a Inglaterra un conjunto de mecanismos de participacin en el mercado colonial ame-ricano, como el navo de permiso y el navo de registro, mecanismos limitados si se los considera desde el punto de vista formal, pero que sus beneficiarios supieron utilizar profun-damente para desarrollar una poltica de con-trabando comercial que muy pronto constituy

    una doble economa, sobre todo en las colonias del Cono Sur.

    El desarrollo econmico de las colonias atlnticas determin en el siglo XVIII altera-ciones profundas en el sistema administrativo colonial, por la creacin del virreinato del Ro de la Plata; pero, fundamentalmente, alter todo el sistema de distribucin del comercio en las colonias sudamericanas. La ruta de Buenos Aires fue rpidamente convirtindo-se en la ruta central, en contra de la ruta de Panam-Lima.

    El siglo XVIII est marcado por la lucha en-tre los grupos econmicos dominantes de la banda del Pacifico, especialmente de la bur-guesa criolla de Lima, y los nuevos grupos emergentes en la banda del Atlntico. Y las nuevas condiciones del sistema capitalista metropolitano, la creciente hegemona inglesa dentro de l, la creciente debilidad econmico-poltica de las metrpolis ibricas, hicieron in-evitable la derrota de los grupos dominantes de la banda del Pacifico, que controlaba Lima en el sector sudamericano3.

    3 Vase: Cspedes del Castillo, Guillermo 1947 Lima y Buenos Aires. Repercusiones econmicas y polticas de la creacin del virreinato del Plata (Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-Americanos).

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    Como resultado de todo este largo y com-plejo proceso, que slo esquemticamente se presenta aqu, en la banda atlntica surameri-cana los principales centros de las relaciones comerciales con Europa se desarrollaron rpi-damente como centros urbanos importantes. Adems, en parte como consecuencia de la es-casa significacin de las poblaciones indgenas en regiones como la del Plata, no se haba cons-tituido un estrato terrateniente seorialista de poder y rasgos equivalentes al que exista en la zona andina, lo que, sumado a la economa ganadero-comercial de la regin en ese pero-do, permiti una ms profunda y consisten-te interiorizacin de formas ms definidas de relaciones capitalistas entre los grupos que se formaban en la sociedad en comparacin con las sociedades del Pacifico andino, por ejem-plo, en las cuales, no obstante, el capitalismo colonial haba tenido sus principales centros en el perodo que terminaba.

    De ese modo, en las reas coloniales de la banda del Plata, sobre todo, en el curso de las ltimas dcadas del siglo XVIII, el proceso de urbanizacin de la sociedad parta de un nivel mayor de modernizacin en los trminos de la poca, en tanto que las sociedades urbanas de mayor tradicin en los principales centros del poder colonial, en el marco del estanca-

    miento econmico comercial y productivo, retenan y sin duda encontraban las impregna-ciones seorialistas de sus grupos dominantes y el carcter patrimonialista de sus organiza-ciones polticas.

    Es sobre ese nuevo punto de partida de la sociedad urbana comercial en la zona atlnti-ca, que se insertar la posterior influencia de la migracin europea.

    As, pues, en el mismo perodo en que co-mienza el proceso de debilitamiento del sis-tema colonial de dependencia capitalista en Amrica Latina, en la segunda mitad del siglo XVII, la red del coloniaje tiende a cambiar de fi-sonoma y la sociedad urbana tiende a cambiar su carcter concreto. Los principales focos de desarrollo urbano de los siglos XVI-XVIII han comenzado a estancarse y a ser desplazados a un lugar menos importante en favor de los nuevos, como tendencia, y en estos ltimos la sociedad urbana emergente tiene un carcter predominantemente comercial y burgus, ms definido que en los anteriores.

    Al desintegrarse el sistema colonial, como parte de las transformaciones ya sealadas en el sector metropolitano y de sus repercusiones en las sociedades coloniales, las tendencias anotadas cobran todo su pleno desarrollo. A favor de la posicin hegemnica de Inglaterra

  • 90 Anbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

    en el mercado capitalista y con las condicio-nes tecnolgicas imperantes entonces en el sistema de comunicacin y de transporte que serva a ese mercado, al terminar la coloniza-cin ibrica y establecerse un nuevo sistema de dependencia de las ex colonias con las metr-polis europeas, las reas latinoamericanas in-corporadas de modo ms inmediato y en mayor profundidad a ese nuevo sistema van a ser, pre-cisamente, las de la banda atlntica en general.

    Las relaciones de dependencia que emer-gen con la descolonizacin son fundamental-mente relaciones comerciales y financieras, y ellas afectaron de muy desigual manera a los pases que se constituyeron en el curso de la descolonizacin.

    Mientras los pases del Pacifico, sobre todo del Pacifico andino, quedaron colocados en relaciones relativamente segmentarias con los pases metropolitanos europeos, los del Atln-tico fueron incorporados de manera ms direc-ta y consistente.

    En esas condiciones, el desarrollo del ca-pitalismo comercial y del capitalismo agrope-cuario vinculado a l, se realiz en los pa-ses atlnticos o en las reas ya previamente desarrolladas all a lo largo del siglo XVIII y en las zonas relativamente bien conectadas a esas rutas de trfico comercial, como Chile.

    Entre tanto, se estanc en pases como los del rea andina, en los cuales la produccin de metales haba desaparecido casi totalmen-te hacia el final del siglo XVII, anulando en ese momento las posibilidades de desarrollo de las reas metalferas y de sus respectivos centros urbanos, como Potos, Huamanga, Huancavelica, y slo haban quedado en pro-ceso de desarrollo decreciente los centros urbanos de la costa y las capitales adminis-trativas virreinales.

    Como consecuencia, mientras los pases directamente incorporados a la dependencia comercial y financiera bajo la hegemona ingle-sa, y en segundo lugar de la francesa, pudieron continuar desarrollndose como capitalismo comercial-agropecuario dependiente, en los otros se inici un largo proceso de casi com-pleta agrarizacin y estancamiento de la eco-noma, lo que permiti el reforzamiento de los elementos seorialistas de origen colonial y la acentuacin de las dificultades del desarro-llo poltico en el cuadro del Estado burgus oligrquico en que se encarn aqu el modelo burgus-liberal metropolitano.

    Eso, en ltima instancia, responde por la mayor duracin del proceso de formacin de un efectivo sistema de articulacin poltica y de integracin nacional en estos pases, duran-

  • Dependencia, cambio social y urbanizacin en Latinoamrica 91

    te las dcadas inmediatamente posteriores a la cancelacin de la Colonia4.

    En estos ltimos pases, el proceso de urbanizacin se estanc, en general; slo sus sectores relativamente incorporados de modo directo a las relaciones comerciales de dependencia, pudieron mantenerse en relati-vo pero dbil crecimiento. As, en el Per por ejemplo, mientras que durante los dos prime-ros siglos de la colonia todas las principales ciudades estaban en la sierra, con excepcin de Lima, posteriormente, como consecuencia del estancamiento del capitalismo comercial-minero y de la agrarizacin de su econo-ma, parte de los centros urbanos de la sie-rra desaparecieron como focos activos y se mantuvieron slo aquellos que servan como residenciales de la clase terrateniente pro-vinciana y no tenan actividad productiva ni movimiento comercial importantes. Al mismo

    4 Pinsese, por ejemplo, en los procesos polticos tan distintos de Chile y Per, en el siglo XIX sobre todo; la oligarqua minero-terrateniente de Chile pudo conseguir muy rpidamente el pleno control del Estado, a diferencia de la peruana, no obstante que esta era ms amplia y aparentemente ms poderosa, pero fundada en una economa agrcola estancada y desarticulada nacionalmente, desde fines del siglo XVIII hasta la segunda mitad del siglo XIX.

    tiempo, el proceso de urbanizacin en la cos-ta, bien que debilitado y precario, comenz a tomar la delantera y la red urbana del pas co-menz a cambiar su fisonoma.

    Este es, en trminos generales, el proceso que explica la profunda alteracin del perfil urbano de Latinoamrica entre el perodo co-lonial y el perodo siguiente. Mxico, Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, principalmente, pu-dieron mantener su desarrollo capitalista de-pendiente, y la importancia de sus relaciones de dependencia comercial fortaleci la urba-nizacin de su poblacin, mientras el proceso inverso tena lugar en los dems pases.

    Al pasar la hegemona metropolitana dentro del sistema capitalista a manos de los Estados Unidos a partir de la Primera Guerra Mundial, las nuevas exigencias de la produccin indus-trial norteamericana expandieron las relacio-nes de dependencia y las modificaron en sus formas concretas. Sobre la dependencia co-mercial y financiera, se aadi la dependencia a base de inversiones directas y en enclaves en muchos de nuestros pases. Pero operando sobre la matriz resultante del proceso anterior, slo desarrollaron al mximo el esquema y las tendencias ya prevalecientes de constitucin de la red urbana en la regin en su conjunto y en cada uno de los pases.

  • 92 Anbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

    Cuando llega el perodo de la gran crisis de los aos treinta, los pases que haban sido ms estrechamente integrados a las relaciones co-merciales y financieras de dependencia tenan, ya por eso, una importante poblacin urbana, socializada en los patrones de consumo de los productos de la industria metropolitana; pero, al mismo tiempo, tenan ya entre sus grupos de poder econmico dominante los sectores con los recursos y la aptitud necesarias para pro-mover la inevitable sustitucin de importacio-nes y un sistema poltico-institucional capaz de estimularla v canalizarla.

    En cambio en los pases que, como los del rea andina, haban sido menos consistente-mente articulados a la dependencia poscolonial financiero-mercantil y slo recientemente co-menzaban a ser afectados por la dependencia in-dustrial, el proceso de urbanizacin poscolonial fue reducido, su mercado industrial limitado por tanto, y sus grupos dominantes carecan de los recursos y la aptitud para montar empresas industriales, del mismo modo como su aparato poltico de dominacin no tena las posibilida-des institucionales de hacerse cargo de la tarea.

    El resultado histrico conocido es que el proceso de industrializacin sustitutiva en es-cala importante se inici primero en Mxico, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay y, como con-

    secuencia, el proceso de expansin y modifica-cin de los sectores urbanos de la sociedad fue tambin en esos pases ms intenso y amplio respecto de los dems pases.

    Sin duda otros factores histricos, la enor-me inmigracin europea a Argentina, Uruguay y, en menor medida, a Brasil y Chile, contribu-yeron notablemente a este proceso; pero, sin duda tambin, no fue por azar que fueron pre-cisamente estos pases los que recibieron ms que otros esos contingentes migratorios. Eran estos los pases ms en contacto con Europa y los ms modernizados, esto es, europeizados, lo que era el signo de la modernizacin en ese momento. Eso fue una consecuencia de su ms directa y estrecha articulacin con las metr-polis europeas, desde fines del siglo XVIII.

    En otros trminos, al deteriorarse las relacio-nes de dependencia entre los pases metropoli-tanos y los latinoamericanos, en los aos trein-ta, un grupo de pases estaba en condiciones de utilizar esta coyuntura para intentar un de-sarrollo industrial propio, aunque siempre dbil y precario, en la medida en que la dependencia no fue liquidada. Por otro lado, los dems pa-ses no tenan esas condiciones; los efectos de la crisis en ellos fueron muy distintos y slo sir-vieron para acentuar an ms la dependencia. Pero en ninguno de los casos la dependencia

  • Dependencia, cambio social y urbanizacin en Latinoamrica 93

    estuvo ausente en el condicionamiento de sus posibilidades, en cualquier sentido.

    El proceso de sustitucin de importaciones de productos de consumo, que se desarroll en esos pases, naturalmente dio como resultado el ensanchamiento de los sectores urbanos de la economa, su modificacin y la alteracin de las relaciones urbano-rurales en todos los rdenes, dentro de la sociedad. Al proceso de expansin urbana iniciado en las postrimeras del siglo XVIII, se aadi as un nuevo factor de grandes consecuencias.

    De este modo, el proceso de urbanizacin poscolonial de esos pases no fue, de ningn modo, autnomo. Fue, al contrario, condicio-nado en todo momento por el modo particular de insercin de esos pases en las cambiantes formas del sistema de relaciones de dependen-cia con el resto del mundo capitalista.

    De la misma manera, el dbil desarrollo de la expansin urbana en los pases restantes, que no obstante fueron los centros del desarrollo urbano del perodo colonial, est vinculado de manera directa a todos los vaivenes de sus rela-ciones particulares de dependencia. No fue por casualidad que unos pases en lugar de otros, y unas zonas dentro de cada pas, tuvieran las condiciones para desarrollarse o no, en general y en el proceso de urbanizacin en particular.

    No fue por azar que en los pases de la banda atlntica sudamericana la urbanizacin se con-centrara primordialmente en puertos (Buenos Aires, Ro de Janeiro), que por lo general cum-plan adems funciones poltico-administrativas en la colonia, o en las ciudades capitales bien conectadas con la ruta atlntica (Santiago).

    En otras palabras, las tendencias especficas que tomaba el desarrollo urbano dentro de la regin y dentro de cada pas, la concentracin regional de la urbanizacin en especial, fueron en todos los casos condicionadas por las rela-ciones de dependencia, de la misma manera que en la actualidad.

    El proceso actual de urbanizacin y los cambios en las relaciones de dependencia

    De modo general, las relaciones actuales de dependencia se caracterizan por los siguientes elementos:

    i) La expansin y la acentuacin, implicada en el hecho de que las inversiones directas y el control financiero y crediticio no estn ms re-ducidas, como hasta hace unos aos, principal-mente a los sectores primarios de la economa

  • 94 Anbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

    dependiente, sino que tienden crecientemente a poner mayor nfasis en los sectores secunda-rios y terciarios, sin que eso suponga el aban-dono de los sectores anteriores5.

    Sobre esa base, adems, las relaciones de dependencia no son ya slo econmico-polti-cas, sino que cubren todos los otros rdenes institucionales bsicos de la sociedad depen-diente, y dentro de estos, sobre todo el orden cultural y psicosocial. Aunque nunca estuvo, naturalmente, ausente la influencia cultural, en la actualidad parece crecer una tendencia a la sistematizacin de esa influencia sobre la vida cultural en general y, particularmente, sobre los sistemas educativos institucionalizados.

    De esa manera, las relaciones de dependen-cia no solamente se han expandido en la eco-noma, sino en todos los otros rdenes de la sociedad, y se acentan y se hacen ms com-plejas, modificndose por lo tanto en sus for-mas concretas.

    ii) La estructuracin continental de la depen-dencia. Aunque probablemente este elemento est an en proceso de desarrollo y de configu-

    5 Vase, por ejemplo: Financiamiento externo de Amrica Latina (Nueva York: Naciones Unidas, 1966) Cuadros 15 y 179.

    racin, frente al panorama actual podra pen-sarse que, mientras en perodos anteriores las relaciones de dependencia se realizaban slo o bsicamente entre la o las metrpolis y cada pas latinoamericano dependiente, en la actua-lidad, sin que eso haya terminado, se desarrolla un esfuerzo de los grupos dominantes metro-politanos y dependientes para coordinar y es-tructurar a nivel continental las relaciones de dependencia, desde luego con los desniveles y las formas particulares con que se debe operar en cada pas por separado6.

    En cierta medida, el hecho de que se de-sarrollen al mismo tiempo los esfuerzos de integracin regional y subregional y la acen-tuacin del control por redes de monopolios internacionales, sobre el proceso en curso de industrializacin y de ampliacin del mercado regional interno, pareciera revelar tambin la existencia de una asociacin entre ambos fen-menos. Esto es, que los afanes de integracin

    6 Esta tendencia corresponde, probablemente, a la emergencia cada vez ms visible de lo que podra nombrarse como un imperialismo internacional mono-polista, bajo la hegemona norteamericana, que va de-sarrollndose por encima de los intereses particulares o nacionales de los grupos dominantes de cada pas metropolitano y que tiende a expresar los intereses ge-nerales del sistema de dependencia.

  • Dependencia, cambio social y urbanizacin en Latinoamrica 95

    regional, y su reciente apoyo por los pases metropolitanos, en parte estn vinculados a la tendencia de estructuracin de las relaciones de dependencia de Latinoamrica a nivel conti-nental, sin que tendencias de integracin de los aparatos poltico-represivos estn ausentes de este cuadro7.

    En fin, las relaciones de dependencia tien-den a expandirse, acentuarse y hacerse ms co-herentes y sistemticas y a modificar, a travs de todo eso, sus formas concretas de funciona-miento. De la misma manera como en los pe-rodos anteriores de nuestra historia cada una de las tendencias importantes de cambio en las relaciones de dependencia, de la articulacin de cada uno de los pases dentro de este cam-biante sistema, produjo cambios fundamenta-les en el proceso de urbanizacin, en la actua-lidad este proceso est tambin condicionado por las tendencias concretas que siguen las relaciones de dependencia, tanto desde el pun-to de vista del conjunto de pases de la regin como de cada uno de ellos por separado. Aqu se tratar de mostrar en sus lneas gruesas la interdependencia entre ambos fenmenos.

    7 Estas observaciones no involucran, desde luego, a los esfuerzos de integracin latinoamericana derivados, precisamente, de la lucha contra la dependencia.

    La expansin y la modificacin de las relaciones de dependencia y la expansin y modificacin de la urbanizacin en la regin

    Desniveladamente entre los pases y grupos de pases, en funcin tanto de la matriz histrico-social con que cada pas ingresa en el perodo actual como de las exigencias de las economas metropolitanas, el hecho es que las relaciones econmicas de dependencia se estn expan-diendo, acentuando y modificando dentro de cada pas y en toda la regin.

    Esta expansin significa, en lo fundamen-tal, que junto a las relaciones comerciales y financieras de dependencia y al control por inversiones directas en los sectores primarios de la economa, se desarrolla actualmente la inversin en los sectores secundarios y ter-ciarios, tanto en los pases que antes cumplie-ron el proceso de sustitucin de importacio-nes de bienes de consumo como en los que lo inician recientemente8.

    8 Algunos de los pases ms industrializados de Am-rica Latina, bien que dependientes, tuvieron antes la posibilidad de mayor control interno de sus recursos principales y de su desarrollo industrial, lo que permiti cierto margen nacional a una burguesa que como en

  • 96 Anbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

    Como consecuencia de esas nuevas orienta-ciones de las relaciones econmicas de depen-dencia, la estructura econmica de cada uno de los pases, como del conjunto de ellos en la regin, tiende a modificarse correspondien-temente, revelando claramente su carcter in-trnsecamente dependiente. Tales cambios im-plican, bsicamente, lo siguiente: a) la expan-sin de la actividad comercial, la introduccin y diversificacin de la produccin industrial y de los servicios en todos los pases, cuales-quiera que sean las desigualdades de ritmo y de intensidad del proceso entre los pases; b) la ampliacin y la intensificacin de la partici-pacin de nuestras sociedades en la produc-cin industrial internacional, adems, de su propio crecimiento industrial interno; c) la expansin y diversificacin de la produccin industrial ya no est ms concentrada nica-

    Brasil tent inclusive un populismo nacionalista. Sin embargo, hoy da se admite que los sectores decisivos de la economa brasilea, sobre todo industrial, estn bajo el control del capitalismo internacional. Eso liqui-da las bases econmicas del nacionalismo burgus en ese pas, y el margen nacional de la burguesa, que pasa a ser ahora una burguesa dependiente; al mismo ttulo que las burguesas de pases como Per, por ejemplo, que recientemente inician la industrializacin sustituti-va e intermedia.

    mente en unos pocos pases de la regin, sino que tiende a generalizarse a todos ellos, aun-que desniveladamente. Mientras los pases de mayor tradicin industrial sobrepasan la eta-pa sustitutiva de importaciones de bienes de consumo y se orientan a la industrializacin de bienes intermedios de capital y de bienes de capital bsicos, en los dems la etapa sustitu-tiva comienza y, en algunos de ellos, se super-pone ya con la fase de produccin de bienes de capital intermedios.

    Todo ese proceso puede ser adecuadamen-te descrito como un proceso de urbanizacin de la economa, en tanto que implica el creci-miento y la modificacin de los sectores urba-nos de la estructura econmica de la sociedad, que tiene lugar en diversos niveles y en ritmos desiguales en todos los pases de la regin, como consecuencia de las nuevas tendencias concretas que orientan la expansin y cambio de las relaciones econmicas de dependencia. Los desniveles y diferencias del proceso entre los pases de la regin, corresponden tanto a los modos concretos con que la nueva dependencia se establece en cada uno, como a las singulari-dades de la matriz histrico-social con que cada pas ingresa en este contexto de cambio.

    Por otro lado, el desarrollo tecnolgico de los medios de comunicacin y de transporte

  • Dependencia, cambio social y urbanizacin en Latinoamrica 97

    contemporneos, que sirven a la nueva estruc-tura econmica emergente y a sus necesidades de ampliacin e interiorizacin del mercado en cada pas, as como a la expansin de la par-ticipacin de estas sociedades en el mercado industrial internacional, contribuyen a que los cambios en los sectores urbanos de la sociedad tiendan a ser ms profundos y rpidos, al mis-mo tiempo que a la difusin de muchos de sus elementos sobre el conjunto entero de la socie-dad. Esto es, hacia los propios sectores rurales y semiurbanos.

    El proceso de urbanizacin de la estructura econmica, regida sobre todo por la expansin de la produccin industrial interna y de la parti-cipacin en el mercado industrial internacional que alimenta la expansin del comercio y de los servicios, trae como resultado la alteracin de las relaciones econmicas urbano-rurales en la sociedad, tanto desde el punto de vista nacional como regional latinoamericano, a lo largo de una tendencia de penetracin del mer-cado de productos urbanos en el campo, cuya amplitud vara de pas a pas y de zona a zona dentro de cada pas, en relacin a la importan-cia de la produccin industrial interna princi-palmente. En el proceso, los propios sectores rurales de la economa tienden a cambiar, ine-vitablemente, tanto reajustndose a las exigen-

    cias y condiciones de los sectores urbanos de la estructura econmica, como, en gran parte, siguiendo un curso de ms o menos rpida des-integracin de sus formas tradicionales.

    Aunque combinados con circunstancias histricas particulares que lo especifican, es fundamentalmente como consecuencia de es-tos cambios en la estructura econmica, deri-vados de los cambios en el sistema de depen-dencia, que tiene lugar el proceso de cambio ecolgico-demogrfico de nuestras socieda-des, expresado principalmente por el aumento relativo de la poblacin urbana y del nmero y tamao de las localidades urbanas, particu-larmente de las grandes ciudades, de manera generalizada en la regin. Esto es, a la gene-ralizacin del proceso de urbanizacin de la economa a todos los pases latinoamericanos, desniveladamente entre ellos, corresponde la generalizacin de la urbanizacin ecolgico-demogrfica en la regin.

    No solamente ambos procesos especficos ocurren al mismo tiempo en su magnitud ac-tual, particularmente a partir de los aos fina-les de la ltima guerra mundial, sino que sus tendencias son comunes y en ello se revela su asociacin entraable, permitiendo observar que se trata de dimensiones particulares de un mismo proceso conjunto, que puede deno-

  • 98 Anbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

    minarse como urbanizacin de la sociedad, junto a otras dimensiones que corresponden a las formas que cobra el proceso en las otras dimensiones de la sociedad.

    En efecto, cuando se examinan las tenden-cias que sigue el proceso de urbanizacin de la economa latinoamericana, no es difcil verifi-car que aparece concentrado en ciertas zonas de la regin entera y en ciertas zonas dentro de cada pas separadamente considerado. Y tales reas, o son aquellas ms efectivamente articu-ladas a los centros metropolitanos, o son aqu-llas ms inmediata y eficazmente conectadas con las primeras dentro del contexto nacional y regional global. Y, notablemente, las primeras son siempre las de mayor desarrollo y ocupan una posicin hegemnica en el mbito interno de cada pas.

    Y, de otro lado, observando las tendencias que sigue el crecimiento relativo de la po-blacin urbana y el desarrollo ecolgico de sus principales ncleos de concentracin, se comprueba en seguida que estos elementos aparecen concentrados en las reas de mayor grado de urbanizacin econmica. As, urbani-zacin econmica y urbanizacin ecolgico-demogrfica en Latinoamrica, son procesos interdependientes, regidos por los mismos factores matrices. Significativamente, los des-

    plazamientos de hegemona econmica entre ciudades de un pas han implicado, tambin, cambios correspondientes en las tendencias de concentracin de la poblacin urbana del pas entre esas ciudades. De igual manera, el robustecimiento de la hegemona econmica de una ciudad en un pas conlleva, normal-mente, al fortalecimiento de su predominio demogrfico-ecolgico, generando el fenme-no denominado de primaca urbana9. San Pablo respecto de Ro de Janeiro, o Guayaquil respecto de Quito, ejemplifican el primer caso, y Lima el segundo.

    Ciertos investigadores del fenmeno de primaca urbana en el mundo subdesarro-

    9 El concepto de ciudad primada fue elaborado por Mark Jefferson (The Law of Primate Cities en Geographical Review, 29 de abril de 1939, pp. 226-32), como contraste con el de sistema de ciudades que se supone tpico de pases industrializados y en que la re-lacin demogrfica entre ciudades seguira la Ley de Paretto, o sea que la ms grande es el doble de grande que la segunda en tamao. Sin embargo, el concepto ha sido innovado bastante desde entonces hasta definir el dominio que una ciudad que sobrepasa varias veces el tamao de la segunda en un pas, ejerce en todos los rdenes de la vida de una sociedad subdesarrollada. Vanse sobre esto, por ejemplo, los estudios aparecidos en Economic Development and Cultural Change, Vol. III, abril de 1965.

  • Dependencia, cambio social y urbanizacin en Latinoamrica 99

    llado10 han llegado a la conclusin de que el proceso econmico no tiene relacin signifi-cativa con el problema y que, quizs el tama-o de la poblacin total del pas constituira el factor decisivo o ms importante. Sin em-bargo, para Latinoamrica por lo menos, el tipo de proceso econmico (la desigual con-centracin de la expansin y diversificacin de los sectores urbanos de la economa entre ciudades y regiones de un pas), condicio-nado por la forma particular de articulacin geogrfico-econmica del pas a las relacio-nes con los centros metropolitanos, parece explicar ms adecuadamente la condicin primada de ciertas regiones y/o ciudades y el desarrollo de un colonialismo interno que reproduce, de cierta manera, la estructura de dominacin entre sectores de desigual desa-rrollo en el sistema de dependencia capitalis-ta en su conjunto.

    10 Vase, por ejemplo: Mehta, Surinder 1964 Some demographic and economic correlates of primate cities; a case for reevaluation en Demography, Vol. 1, N 1: 136-148.

    Industrializacin y urbanizacin en Latinoamrica

    Se sostiene habitualmente que la expansin ecolgico-demogrfica urbana en las socieda-des subdesarrolladas antecede a la industriali-zacin o transcurre en gran parte al margen de esta, mientras que en las sociedades desarrolla-das de hoy sucedi a la inversa.

    Como no es siempre claro lo que se implica bajo el trmino de urbanizacin en la vasta li-teratura comprometida con esa tesis, conviene descartar un riesgo mayor antes de examinar lo que ella aporta a nuestro conocimiento del proceso aqu y ahora. Si lo que se trata de decir es que el proceso de aparicin y desarrollo de sectores urbanos de vida en la sociedad lo que supone la aparicin y crecimiento de ciuda-des en los pases actualmente desarrollados fue el resultado de la industrializacin, la tesis sera absurda y slo podra existir por la mala memoria histrica de los investigadores.

    En efecto, el proceso de formacin y ex-pansin de las ciudades del actual mundo in-dustrial, comenz mucho antes del proceso de industrializacin. El renacimiento urbano eu-ropeo, en particular, fue el resultado del rena-cimiento del comercio y de la expansin de una economa de mercado en el seno de la sociedad

  • 100 Anbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

    feudal en declinacin. La red urbana europea se fue formando, precisamente, siguiendo las principales rutas del trfico mercantil y fue despus que una extensa red urbana funciona-ba ya en Europa Occidental que la produccin manufacturera primero y la industria fabril despus, se desarrollaron. La aparicin de la industria fabril expandi y modific drstica-mente la economa urbana y determin, a su vez, la expansin y modificacin igualmente profunda de la ecologa y la demografa urba-nas. Al paso que se iban desarrollando las gran-des concentraciones comerciales y posterior-mente industriales, se desarrollaron tambin las grandes concentraciones urbanas en las mismas ciudades. Seria, pues, ridculo otorgar a la industrializacin la maternidad absoluta de la urbanizacin en tanto que hecho ecolgico-demogrfico en el mundo desarrollado de la actualidad. Eso no impide que se hayan forma-do sociedades urbanas partiendo directamente de la industrializacin, si con ello se piensa en ciudades como Chicago o Detroit, por ejemplo.

    Esa norma general del proceso no ha dejado de actuar tambin en Latinoamrica. Las redes urbanas de estos pases en la poca colonial, fueron el resultado de una poltica deliberada de colonizacin y organizacin de la adminis-tracin colonial, sobre todo en el sector his-

    pano, y, por otra parte, de la ubicacin de las fuentes de produccin metalfera en lo que se refiere a su fundacin. Pero los avatares de su crecimiento, de los cambios de sus ncleos principales, fueron el resultado de la forma en que fueron afectadas por las fluctuaciones de las tendencias de la economa urbana colonial, condicionadas por las modificaciones en las relaciones de dependencia colonial y poscolo-nial. De todos modos, el desarrollo de la red ur-bana latinoamericana reconoce orgenes ante-riores a la industrializacin. Esto es, tampoco en el rea latinoamericana del subdesarrollo la urbanizacin as concebida es el resultado de la industrializacin.

    Todo eso permite inferir que la tesis se re-fiere especficamente a un momento en que la poblacin urbana es ya predominante, o tiende a serlo rpidamente, en una determinada socie-dad. Aqu la tesis es indudablemente correcta en lo que se refiere al proceso cumplido o en curso en los pases desarrollados. Para los pa-ses subdesarrollados en general y para el rea latinoamericana en especial, slo es parcial-mente cierta y, con tal restriccin, slo de un cierto modo. La adhesin acrtica a ella por in-vestigadores de dentro y de fuera de la regin, parecera residir en un modo ahistrico de per-cepcin y de razonamiento de la realidad; esto

  • Dependencia, cambio social y urbanizacin en Latinoamrica 101

    es, de las dificultades de encuadrar un proceso en el marco de un contexto histrico determi-nado, y de explorar las implicaciones del con-texto sobre las formas concretas del proceso.

    En efecto, en las sociedades ahora desarro-lladas, el proceso de predominio de los secto-res urbanos en la sociedad, en cada una de sus dimensiones de anlisis y sobre todo en la di-mensin ecolgico-demogrfica, fue un proce-so conjunto con el proceso de predominio de la produccin industrial-urbana en la estructura de la economa. La sociedad se urbanizaba al paso que se industrializaba, y el ritmo de am-bos procesos no fue muy desigual. En cambio, en las sociedades subdesarrolladas de hoy, por tanto en Latinoamrica, la expansin ecolgi-co-demogrfica urbana y aun otras dimensio-nes del proceso de urbanizacin, van muy lejos delante del desarrollo de la produccin indus-trial interna de esos pases. Aparentemente, pues, la urbanizacin de la sociedad en Am-rica Latina o antecede a la industrializacin u ocurre al margen de esta.

    Sin embargo, el problema es harto ms com-plejo que lo que esa consideracin sugiere. De un lado, las actuales sociedades subdesarrolla-das son coetneas de las sociedades industria-lizadas y esta es la medida de su subdesarrollo; por el contrario, las sociedades desarrolladas

    hoy, porque son industrializadas, no fueron nunca subdesarrolladas porque la industrializa-cin emergi con ellas. Adems, su retraso en el desarrollo industrial deriva de su condicin de dependencia de las actuales sociedades in-dustrializadas a lo largo de todo el proceso de industrializacin contemporneo y slo las que lograron romper esta sujecin han podido salir del subdesarrollo o estn en curso de hacerlo. Es decir, no solamente son coetneas de las so-ciedades industrializadas, sino, fundamental-mente, son dependientes de ellas y participan en esos trminos y en esas condiciones de la produccin internacional industrial en las so-ciedades metropolitanas11.

    En otros trminos, las sociedades subdesa-rrolladas de la actualidad no estn fuera del universo industrial contemporneo, sino que, por su condicin dependiente, participan sin producirlos de los bienes del mercado indus-trial internacional. En cualquiera de las socie-dades subdesarrolladas, importantes sectores de su vida estn profundamente marcados por esta participacin en la industria metropoli-

    11 Acerca de esta problemtica pueden verse algunas ideas adelantadas en Quijano, Anbal 1966 El proceso de urbanizacin en Latinoamrica (Santiago de Chile: CEPAL) mayo, mimeo.

  • 102 Anbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

    tana, y las relaciones tpicas de dependencia capitalista en Latinoamrica, hasta hace pocos aos, correspondan a la divisin de trabajo im-puesta por las metrpolis entre los producto-res de materias primas y los de productos urba-no-industriales. La creciente ampliacin de las relaciones comerciales entre ambos sectores, para los subdesarrollados signific y significa la ampliacin constante de sus importaciones de productos industriales de los pases indus-trializados, esto es, desarrollados.

    EL proceso de expansin y modificacin de los ncleos urbanos de poblamiento, en los pases latinoamericanos no puede ser, en este sentido, considerado como anterior a la indus-trializacin de su sociedad, en la medida en que los grandes centros urbanos generados por la expansin de las relaciones comerciales de de-pendencia, implicaban creciente participacin de sus habitantes en la produccin industrial de fuera. No fue, precisamente, sta la base y el criterio de calificacin de lo que se denomina sustitucin de importaciones?

    El proceso de industrializacin de la sociedad y de la cultura urbana latinoamericana sigue siendo, en conjunto, mucho ms un fenmeno de participacin en el mercado industrial inter-nacional, que uno de desarrollo de su produc-cin industrial interna y de participacin en ella.

    El contexto histrico en el cual se desen-vuelve la tendencia actual de predominio de las poblaciones urbanas en la poblacin total de muestras sociedades latinoamericanas, es pues, radicalmente distinto de aquel en el cual se inscribi el proceso de urbanizacin de las sociedades hoy da desarrolladas o industriali-zadas. Por lo mismo, no tiene sentido enjuiciar y explicar el proceso aqu y ahora, con los su-puestos y los enfoques de anlisis que permi-ten explicar el proceso anterior en otro mar-co histrico. Desde este punto de vista no es correcto decir que la actual urbanizacin de la poblacin latinoamericana, y en general en el mundo subdesarrollado, sea anterior o margi-nal a la industrializacin.

    En segundo trmino, cualquier recuento histrico del proceso poscolonial de urbaniza-cin en estos pases, en tanto que tendencia al predominio demogrfico urbano y a generaliza-cin de formas urbanas en cada uno de los r-denes institucionales de la sociedad, no puede dejar de mostrar que ha tenido, gruesamente, dos grandes perodos desde el punto de vista de la regin en su totalidad:

    1. Su concentracin en ciertos pases, y en ciertas reas dentro de ellos, precisamente en los mismos pases y reas donde primero

  • Dependencia, cambio social y urbanizacin en Latinoamrica 103

    se desarroll el proceso de industrializacin sustitutiva: Mxico, Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, principalmente.

    2. Su generalizacin actual a los dems pases en la medida en que cada uno de estos in-gresa ahora en la era de la industrializacin, sobre cuya base los sectores urbanos de la economa tienden a hacerse predominantes en el conjunto de la economa nacional.

    Eso revela que la participacin en la produc-cin industrial metropolitana no ha sido sufi-ciente para desarrollar la tendencia de predo-minio urbano en la sociedad en Latinoamrica, y que slo en el momento en que se introduce y se expande la produccin industrial interna en estos pases, la urbanizacin de la economa puede ser lo suficientemente amplia y profun-da como para alterar las relaciones econmi-cas urbano-rurales y para intensificar el proce-so de cambio de las relaciones ecolgico-de-mogrficas urbano-rurales en la sociedad, en favor de lo urbano. Otra vez, aqu se observa que de ningn modo tiene sentido sostener la disociacin entre el proceso de industrializa-cin y el de urbanizacin.

    Para sociedades con una rica y prolongada historia urbana como son las de Latinoamri-ca, la expansin de la produccin industrial

    interna, y de la participacin en el mercado industrial internacional, operan como motores de expansin y de cambio de la economa ur-bana, y a travs de eso, condicionan el cambio de las relaciones urbano-rurales en todos los rdenes o dimensiones de la estructura to-tal de la sociedad. Todo eso, no obstante, no implica desconocer que entre el proceso de urbanizacin de la economa, regida por la in-dustrializacin, y el proceso de urbanizacin ecolgico-demogrfico, marcado por el rpido crecimiento de la poblacin y las localidades urbanas y su tendencia al predominio en la so-ciedad, existe un ostensible desnivel y que el ltimo sobrepasa al primero, en una medida probablemente mayor que en el perodo de la urbanizacin de las actuales sociedades desa-rrolladas, aunque tambin esto debe ser objeto de escrupulosa verificacin.

    Pero en lugar de negar la asociacin entre industrializacin y urbanizacin en Latinoa-mrica, sugiere una interpretacin alternativa: que otros factores histricos por establecer en la investigacin, estn operando sobre el pro-ceso ecolgico-demogrfico como tal, adems de los cambios que la expansin industrial apa-reja. En otros trminos, que si bien factores comunes rigen el proceso de urbanizacin de la economa y el de urbanizacin ecolgico-

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    demogrfico en nuestras sociedades, cada uno de estos procesos cuenta tambin con factores privativos, en la medida en que, no obstante la necesaria interdependencia entre cada uno de los rdenes o dimensiones de toda sociedad global, cada uno de ellos dispone al mismo tiempo de una esfera de relativa autonoma.

    Lo que importa, en consecuencia, es intentar establecer las condiciones histricas concretas y los factores especficos que enmarcan y ali-mentan el modo particular de asociacin entre estas dos dimensiones decisivas del proceso de urbanizacin contemporneo en Amrica Latina. Como se ver ms adelante, el carc-ter dependiente de nuestras sociedades y, ante todo, de su economa, parece ser el principal elemento responsable.

    Ya se ha visto cmo, y por qu condiciones, determinados pases de la regin tuvieron la posibilidad de tener un proceso de urbaniza-cin ms fuerte y ms rpido que otros, en las condiciones anteriores de la dependencia, que en trminos generales, termina en los aos de la Segunda Guerra Mundial.

    Eso, sin embargo, no supuso que en los otros pases el proceso de urbanizacin permanecie-ra simplemente estancado o inexistente. Por el contrario, la constante ampliacin de las relaciones econmicas de dependencia, la in-

    troduccin en unos pases de enclaves agra-rios y de otros minero-petroleros, adems, y la expansin de las relaciones comerciales de dependencia, contribuyeron a ir ensanchando progresivamente los sectores urbanos de la economa de esos pases, alterando lentamen-te, molecularmente, las relaciones econmicas urbano-rurales e interregionales, y desatando necesariamente tendencias de crecimiento de-mogrfico y ecolgico urbano, sin llegar a las tasas de los pases del otro grupo.

    De otro lado, la ampliacin de las actividades administrativas del Estado, junto con aquellos factores, permiti que las principales ciudades-centros de la estructura poltico-administrativa fueran creciendo lentamente, mientras su eco-noma se iba tambin expandiendo a ritmo difi-cultoso y lento, y diversificndose a nivel muy incipiente pero real.

    Al mismo tiempo, las fluctuaciones de los precios de ciertos productos primarios en el mercado internacional, bajo el control de los grupos metropolitanos de poder econmico en funcin de sus exigencias cambiantes de pro-duccin, permitieron que la articulacin de las diferentes zonas de cada pas y de la regin en su conjunto se fuera alternando y determinan-do que las regiones ms directa e inmediata-mente integradas en las relaciones comerciales

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    y productivas de dependencia, fueran ganando en desarrollo econmico y modernizacin de su aparato productivo y de su posicin dentro de la estructura geoeconmica nacional y con-tinental. En unos casos, las regiones costeras y en otros, ciertas zonas del interior donde exis-tan los recursos naturales que servan a las ne-cesidades de las economas metropolitanas y del mercado internacional, fueron as desarro-llndose progresivamente en trminos de urba-nizacin y desplazando a un segundo nivel a las otras regiones. De ese modo, algunas capitales poltico-administrativas fueron desplazadas de su posicin predominante en la vida econmi-ca y urbana de los pases, tanto en aquellos que haban cumplido o cumplan el proceso de sus-titucin de importaciones, como en aquellos donde el proceso se iniciaba apenas de modo muy incipiente. Tal es, por ejemplo, el caso de Brasil y de Ecuador, en ambos extremos.

    Es decir, de nuevo, los cambios en la arti-culacin de las diversas zonas de cada pas en el sistema de dependencia, determinaron la posicin econmica y urbana de esas zonas, contribuyendo decisivamente a la alteracin del perfil urbano nacional y regional, de la misma manera como los cambios en los aos siguientes a la descolonizacin produjeron efectos equivalentes.

    Los cambios en el sistema de relaciones de dependencia no incluyen, por lo tanto, sola-mente los cambios en la orientacin de las in-versiones y en las modalidades concretas de in-fluencia y/o control comercial-financiero, sino tambin en relacin a todo eso, los cambios en la articulacin concreta de cada pas y de cada zona dentro de cada pas, a las relaciones eco-nmicas de dependencia.

    Es de la forma en que se combinan estos dos elementos del sistema de dependencia que se derivan, en lo fundamental, las tendencias es-pecificas que, en cada pas, sigue el proceso de urbanizacin de la economa y de urbanizacin ecolgico-demogrfica en las sociedades lati-noamericanas dependientes, tanto en lo que se refiere al perfil de sus redes urbanas, como en lo que concierne al tipo de sociedad urbana que se desarrolla.

    Por una parte, de la forma en que articu-la cada una de las zonas dentro de un pas al sistema de dependencia en que participa este, depende la mayor o menor concentracin en ellas del proceso de expansin y de modifica-cin de los sectores urbanos de la economa del pas. Por otra parte, la amplitud, el nivel y los impactos de este proceso de urbanizacin econmica en el resto de la sociedad en su conjunto y en cada uno de sus rdenes estruc-

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    turales, dependen de las formas especficas con que en cada pas se presenta el fenmeno de expansin y modificacin de las relaciones econmicas de dependencia.

    En trminos concretos, las tendencias de concentracin regional del proceso de desa-rrollo o de modernizacin y de la economa urbana, la formacin de ciudades primadas o de regiones urbanas que tienen funcin metro-politana en el mbito interno de una sociedad dependiente, son el resultado del modo y grado de articulacin de las diversas zonas en las re-laciones econmicas de dependencia. Pero el tipo de economa y de sociedad urbana que se desarrolla en estas zonas, es el resultado de la forma en que opera sobre ellas la urbanizacin de la economa regida por la dependencia.

    En la actualidad, cualquiera que sea el pas en que se piense dentro de Latinoamrica, lo que es evidente es que el proceso de urbaniza-cin en todos los rdenes aparece y se desa-rrolla de manera concentrada en ciertas reas, mientras el proceso es lento e incipiente o an en retroceso en otras reas. Esto no cambia si se trata de los pases que concentraron en la ur-banizacin de la regin en el perodo anterior, o si se trata de los pases que en la actualidad ingresan en la aceleracin del proceso. Esta tendencia ha creado un desnivelamiento entre

    las zonas de cada pas y entre todos ellos, que en algunos casos tiene una protuberancia ex-cepcional, como en el caso de Lima (Per) por ejemplo, que parece ser uno de los dos casos mayores de primaca urbana nacional en todo el mundo subdesarrollado12.

    Lo que caracteriza a todas estas reas que hoy concentran el proceso de urbanizacin, sea en trminos de ciudad o en trminos de una regin entera dentro de un pas, es el hecho de que, en todos los casos, funcionan como autn-ticas cabeceras de puente de las relaciones de dependencia de su pas con las metrpolis ex-ternas, y como focos de concentracin de esas relaciones y de sus grupos de poder correspon-dientes, en todos los rdenes.

    Respecto del tipo de economa y de sociedad urbana que se desarrolla en estas zonas y de sus impactos sobre las relaciones con las dems zo-nas, de las relaciones urbano-rurales que se ge-neran y cambian en el proceso y de los cambios en la propia sociedad rural que se producen en correspondencia con aquellos, los condiciona-

    12 Vanse: Hoselitz, Bert 1955 Generative and Para-sitic Cities en Economic Development and Cultural Change, N III: 81-136; y Herrick, Bruce 1965 Urban Migration and Economic Development in Chile (Mas-sachusetts: M.I.T. Press) pp. 27-28.

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    mientos de la dependencia son igualmente de-cisivos, como se muestra en seguida.

    La industrializacin dependiente y sus efectos sobre la urbanizacin

    Las modificaciones en los sectores urbanos de la economa de los pases como Argentina, Brasil, Mxico, Uruguay, Chile, implicadas en el proceso de industrializacin sustitutiva de bienes de consumo, en combinacin con la in-mediata dependencia cultural de los ncleos urbanos respecto de los pases metropolita-nos de Europa y de los Estados Unidos, no produjeron solamente la expansin y la modi-ficacin de la economa urbana, concentrada en ciertas reas, sino tambin la expansin ecolgico-demogrfica urbana; pero, al mis-mo tiempo, el desarrollo de estos procesos se realiz dentro de los moldes derivados de los pases metropolitanos o dominantes, en el ni-vel en que eso poda llevarse a cabo en pases dependientes. Es decir, estos procesos signi-ficaron una determinada modernizacin de la economa, de la sociedad y de la cultura urbanas en tales pases, en relacin a la que exista en los dems o en ellos mismos en el perodo colonial.

    Lo que caracteriz, en primer lugar, el proce-so de industrializacin sustitutiva de bienes de consumo en esos pases, fue el hecho de que se realiz en las condiciones de aflojamiento y de-terioro de las relaciones econmicas de depen-dencia, sea derivada de las crisis financieras de los aos treinta, sea como ruptura incompleta de esas relaciones o de logro de un margen grande de autonoma, por vas revolucionarias (Mxico). En segundo lugar, que fue llevado a cabo por empresarios nacionales, principal-mente, con capitales nacionales, con una tec-nologa de nivel relativamente bajo, con formas de organizacin empresarial cuasi-familiar o familiar, y por eso, marcadas por relaciones de trabajo de origen paternalstico.

    Esos rasgos del proceso suponan, de una parte, una relativa autonoma dentro de la cual los intereses nacionales lase los in-tereses de los grupos dominantes nacionales eran predominantes, sin por eso alcanzar a desligarse del sistema global de relaciones de dependencia.

    Por otra parte, el relativamente bajo nivel de la tecnologa empleada y las formas cuasi-fami-liares de organizacin empresarial, permitan una oferta de trabajo relativamente amplia, de modo que la poblacin que poco a poco iba mi-grando a los centros urbanos industriales, tena

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    la posibilidad de incorporarse a la estructura de roles y de posiciones que emergan con la industrializacin. Desde este punto de vista, el crecimiento de la produccin industrial y el crecimiento urbano demogrfico podran mar-char de manera no muy desnivelada, y, adems, la expansin industrial urbana constitua un canal bastante efectivo de integracin de la so-ciedad, en el sentido en que tena la capacidad de incorporar mayor cantidad de poblacin a los patrones dominantes del sistema.

    Si a todo ello se aaden los otros elementos que hacan parte del contexto histrico, sobre todo las caractersticas tecnolgicas del sis-tema de comunicaciones y de transporte, la eficacia y la amplitud relativamente limitadas de los medios de comunicacin de masas en comparacin con los actuales, y la incorpora-cin a varios de estos pases de contingentes migratorios europeos que imponan o difun-dan valores y normas ya surgidos en Europa bajo la influencia de la industrializacin por ejemplo, las normas en relacin al tamao fa-miliar se tienen algunos de los elementos b-sicos de juicio para explicar por qu, mientras se desarrollaban ncleos de vida urbana rela-tivamente moderna, esto es, ms prximo al modelo dominante de las sociedades urbanas metropolitanas, tena que ser lento y segmenta-

    rio el proceso de difusin de lo urbano sobre el resto de la poblacin, y ser lento el proceso de alteracin de las relaciones urbano-rurales en todos los rdenes estructurales de la sociedad, por ejemplo en pases como Brasil.

    Esto es, la expansin y la modificacin de los sectores econmicos, sociales y culturales urbanos de la sociedad no implicaba en ese momento efectos de la misma magnitud que hoy da sobre las relaciones urbano-rurales, en la medida en que los sectores rurales no po-dran ser impactados tan inmediata y decisiva-mente, y conducidos a una tendencia de des-articulacin. Desde luego, el desnivelamiento entre el desarrollo urbano y el rural estaba necesariamente inserto en las condiciones en que el proceso de desarrollo urbano se realiza-ba, pero el campo, no obstante ser penetrado y condicionado en general en su existencia, poda disponer de una esfera de relativa auto-noma en el nivel de la vida cotidiana y de las situaciones inmediatas.

    En estas condiciones, la poblacin rural misma no reciba demasiado directa y drsti-camente la influencia urbana, no era atrada hacia lo la urbano en forma generalizada, y las bases de la economa y de la sociedad rural cambiaban con lentitud y, en consecuencia, la poblacin implicada no estaba siendo lanzada

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    de esa estructura y empujada a la migracin en forma masiva.

    Sin embargo, en la medida en que la desni-velacin era creciente, en esas condiciones, estaba tambin crendose la matriz necesaria para que esos fenmenos se produjeran ms tarde con todos sus efectos. Los patrones de fecundidad y de natalidad rurales se mantuvie-ron, mientras los avances mdicos y sanitarios permitan la erradicacin de endemias y epi-demias a nivel nacional. El nivel tecnolgico y la estructura de propiedad y de tenencia de la tierra que caracterizaban las zonas rurales ms dbilmente articuladas con la economa urbana en su forma directa permanecieron y, en gran parte, sin duda empeoraron.

    En el momento en que determinados facto-res de innovacin tecnolgica y de modifica-cin de la propia sociedad urbana aparecen, los elementos de la situacin anterior se harn sentir con toda su violencia.

    Ahora bien, las condiciones en que se desa-rrolla el proceso equivalente en los pases que no hicieron antes la sustitucin de importacio-nes, es totalmente distinta. Y, al mismo tiempo, las condiciones en que se desarrolla la indus-trializacin en los pases que la iniciaron antes, son tambin muy distintas que en el perodo de su iniciacin.

    En primer lugar, el proceso de desarrollo de la sustitucin de importaciones de con-sumo, que comienza en la mayora de los de-ms pases a partir, sobre todo, de la Segunda Guerra Mundial, se lleva a cabo no en un mo-mento de aflojamiento de las relaciones eco-nmicas de dependencia, sino en el momento de su acentuacin y como consecuencia de su expansin y de la modificacin de su orienta-cin concreta.

    Mientras que en el primer grupo de pases, la industrializacin de productos de consumo se realiz con capitales y empresas nacionales, la que se efecta ahora en los dems pases tiene lugar bajo el control directo de los grupos de po-der econmico metropolitano. Este proceso se lleva a cabo, sea porque los grupos extranjeros aprovechan la mnima base existente ya en de-terminadas ramas de la produccin industrial, pasando a controlarla por medio del crdito, del financiamiento o de la compra de acciones dominantes, sea por la introduccin de nuevas ramas de produccin no existentes previamen-te, o por el desplazamiento de los grupos nacio-nales existentes por el desarrollo de empresas paralelas que prontamente se aduean del mer-cado. Este proceso implica, necesariamente en las circunstancias actuales, los siguientes fen-menos, entre los ms importantes:

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    1. El carcter monopolstico de la organiza-cin de la produccin y del mercado en tanto que los grupos inversionistas extran-jeros pertenecen normalmente a redes de monopolios internacionales.

    2. La imposibilidad de control del proceso por los grupos nacionales, que ingresan en este proceso como socios dependientes.

    3. La sustitucin de empresas familiares, or-ganizadas de manera poco racionalizada y burocratizada, por formas de organizacin empresarial de alto nivel de racionalizacin y burocratizacin, que en consecuenc