Ángel Ganivet - La Secularización de La Religión en El Modernismo

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Ángel Ganivet la secularización de la religión en el modernismo José Paulino Universidad Complutense de Madrid RESUMEN: Cabe considerar a Angel Ganivel como una de los escritores más representativos de la crisis ideológica y nacional de fin de sig/o, a pesar de su temprana muerte. Este artículo abarda desde una perspectiva original el aspecto de la secularización de la religión en el Ja’earium español, en E) porvenir de España y otras abras como ejcmpJo característico de la evolución de la modernidad. Y esto en das aspectos. Uno general es el empleo sistemático del lenguaje religiosa para designar y describir realidades histórico-sociales (aunque ideales). Otra particular y complementario es el recurso al dogma y a la figura artística de la Inmaculada dentro de la tradición popular. Con esto Gavinel, desde su posición de inereencin, reduce la religioso a la secular pera sacraliza a su vez la realidad nacional. SUMlvIARY: Angel Gavinel could be considered one of the masí representative writers on ihe ideological and nalianal crisis of the end af Ihe century. Tbis anide approacbes Ibe topic of ihe secularization of religion in ihe ldearium español in El porvenir de España ñnd olber works fram an original perspeetive. Thc article does this by loaking al Ihe following lwo aspecís. Firstly, ñod generally the syslematic use of religious language lo describe historical and social realities. Sccondly, more spccifically, is the resoorling la dogma and the aríislic figure of Ihe Inmaculada within bbc popular tradition. With Ibis Gavinct, from bis positian of a non believer, reduces the religious la Ibe secular, but makcs sacred, al Ihe same time Ihe reality of Ihe natian. La muerte prematura del escritor y diplomático Angel Ganivel en las aguas del rio Duma. el 29 dc noviembre dc 1898, ha dejado su figura asentada en un territorio de expías-ación más que de conquista de la modernidad que representa la llamada generación del 98 para la literatura y el pensamiento en España. En lodo eftso sc le sitúa así la hicieran Maeztu Eugenia DOs-s y aftas, ya en su misma época cama un precursor’. Ortega Ja emplaza en una supuesta generación dc 1857, junta con Unamuno, aunque sin insistir en las relaciones enIre ambos, lanbo personales frecuentes mientras eran opositores a cáledras en Madrid, como inlelecluales, productivas también a través de la correspondencia que se publicó can el Ululo de E/porvenir de España’ Véanse los estudios de 1. L. Abellán: “La idea de precursor en literatura. Los casos de Ganivel y Unamuno’ Insula 470-471 (1986) p. 6. “Ángel Ganivel como precursor’, cap~ XXVIII del val 5. 1 1, Lo crisis contemporánea (1875-1936) de su Historia critico del Pensamiento español, Madrid 1989. Ahí se repasan las mencioncs de este supuesto carácter. Para una información más complela sobre este apartada, y sobre los demás aspectos que se tratan. Nil Santiáñez-Tió,AngelCanivet: una bibliografia anotada. 1892-1 995. Granada. 1996. En cambio, escribe estas significativas palabras que pueden servir de lema a las presentes pág¡nas: «Cuanto más tiempo pasa más levantada parece la hazaña que estos das hombres y otros dc su generación peninsular cumplieran haciendo universal horizonte de la ‘liii 3 (1998)

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  • ngel Ganivetla secularizacin de la religin en el modernismo

    Jos PaulinoUniversidad Complutense de Madrid

    RESUMEN: Cabe considerar a Angel Ganivel como una de los escritores ms representativosde la crisis ideolgica y nacional de fin de sig/o, a pesar de su temprana muerte. Este artculoabarda desde una perspectiva original el aspecto de la secularizacin de la religin en elJaearium espaol, en E) porvenir de Espaa y otras abras como ejcmpJo caracterstico de laevolucin de la modernidad. Y esto en das aspectos. Uno general es el empleo sistemtico dellenguaje religiosa para designar y describir realidades histrico-sociales (aunque ideales). Otraparticular y complementario es el recurso al dogma y a la figura artstica de la Inmaculadadentro de la tradicin popular. Con esto Gavinel, desde su posicin de inereencin, reduce lareligioso a la secular pera sacraliza a su vez la realidad nacional.SUMlvIARY: Angel Gavinel could be considered one of the mas representative writers on iheideological and nalianal crisis of the end af Ihe century. Tbis anide approacbes Ibe topic ofihesecularization of religion in ihe ldearium espaol in El porvenir de Espaa nd olber worksfram an original perspeetive. Thc article does this by loaking al Ihe following lwo aspecs.Firstly, od generally the syslematic use of religious language lo describe historical and socialrealities. Sccondly, more spccifically, is the resoorling la dogma and the arislic figure of IheInmaculada within bbc popular tradition. With Ibis Gavinct, from bis positian of a non believer,reduces the religious la Ibe secular, but makcs sacred, al Ihe same time Ihe reality of Ihe natian.

    La muerte prematura del escritor y diplomtico Angel Ganivel en las aguas del rioDuma. el 29 dc noviembre dc 1898, ha dejado su figura asentada en un territorio deexpas-acin ms que de conquista de la modernidad que representa la llamadageneracin del 98 para la literatura y el pensamiento en Espaa. En lodo eftso sc lesita as la hicieran Maeztu Eugenia DOs-s y aftas, ya en su misma poca cama unprecursor. Ortega Ja emplaza en una supuesta generacin dc 1857, junta conUnamuno, aunque sin insistir en las relaciones enIre ambos, lanbo personales frecuentesmientras eran opositores a cledras en Madrid, como inlelecluales, productivas tambina travs de la correspondencia que se public can el Ululo de E/porvenir de Espaa

    Vanse los estudios de 1. L. Abelln: La idea de precursor en literatura. Los casosde Ganivel y Unamuno Insula 470-471 (1986) p. 6. ngel Ganivel como precursor, cap~XXVIII del val 5. 1 1, Lo crisis contempornea (1875-1936) de su Historia critico delPensamiento espaol, Madrid 1989. Ah se repasan las mencioncs de este supuesto carcter.Para una informacin ms complela sobre este apartada, y sobre los demsaspectos que se tratan.Nil Santiez-Ti,AngelCanivet: una bibliografia anotada. 1892-1 995. Granada. 1996.

    En cambio, escribe estas significativas palabras que pueden servir de lema a laspresentes pgnas: Cuanto ms tiempo pasa ms levantada parece la hazaa que estos dashombres y otros dc su generacin peninsular cumplieran haciendo universal e horizonte de la

    liii 3 (1998)

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    Sin embargo el carcter intelectualmente inquieta de Ganivel y el rangoindependiente de sus reflexiones, su exclusin dc la vida cotidiana espaola par lastareas diplomticas y el conocimiento directo de los fenmenos culturales europeos desu tiempo sitan al escritor granadino coma un caso peculiar aunque no extraa, en lacorriente cultural contempornea y como un testigo de lensa lucidez, por lo tempranade su maduracin, de la crisis ideolgica y social del fin de sigla, pese a lo breve ysinttica de su obra. Con reconocimiento aada Ortega en el artculo citado que esauniversalizacin del horizonte cultural que can aIras, llev a cabo Ganivel, ya noaument posteriormente de radio en la generacin siguiente porque no haba msradio.

    Cuando hablade crisis pretendo hacerla de manera general abareadora camafenmeno del fin de siglo, objeto de estudio interdisciplinar para evilardeliberadamente el conflicto de las interpretaciones en tamo a las categoras msliterarias, de Modernismo y Generacin del 98, que al parecer y a pesar de lareorienlacin de los ltimos lustros, especialmente en cl campo de las estudioshistrico-criticas literarias est lejos de masIs-as-se resuella y en situacin de reposacama testifican el libra de Jos L. Bernal y cl artculo de Javier Herrera en recientehomenaje a Oanivef.

    Tomamos ahora coma punta de partida la sntesis que Pedro Cereza haenunciado, tambin en un trabajo actual, y que aparece consagrada por estudiosanteriores del propio Cerezo, de Jas L. Abelln etc. Sc traa bsicamente de que canesta crisis de fin de siglo en su versin espaola se ponen a debatesimultneamente cuestiones polarizadas en tamo a la identidad hispnica y a la filosafiay las creencias personales existencialmente consideradas, y que por ello, de no teneren cuenta estrictamente esta dualidad de moda conjunto no puede comprenderse laprafrmnda simbiosis enIre la nueva idea de Espaa y el nuevo ideal de vida4. Y esteplanteamiento me parece especialmente certera al relees- los ensayos de Oaniveh, pueslo breve y sinttico de su produccin aparte de encerrar una tupida red decorrespondencias favorece esta visin del problema de Espaa desde las nuevasonentaciones dcl pensamiento, rechazada el cientifismo y materialismo positivistas sinque se separen ambos ladas del problema.

    La cuestin religiosa est en el centro de los problemas filosficos esllicossociales.., y hacia ese cenbro convergen a desde ese centro parten muchos de losprocesos ntimos de los escritores, proyectados necesariamente en sus abras literarias.En algunas casos, como en Unamuno el aspecto problemtica de la fe se convierte en

    cultura espaola. Prlogo a la edicin de Cartas fin/andesas y Rambres de/ Norte. Madrid1940. Vase: 2. Ortega yGassetEnsayossobre/a generacin del 98 Madrid I981,p. 69.

    Es una discusin cuyo desanollo resulta extrao en el contexto del presente trabajoque busca su punto de acceso en la histrico del pensamiento. Vase Javier Herrero: Ganivet,Precursor de/98. La virgen y la hetaira AngelGonivel. en su centro, Universidad de Navarra1997. pp. 99-119. Jos L. Bernal invento o realidad? La generacin espaola de 1898,Valencia, 1996.

    P. Cerezo Galn 1898: Crisis intelectual y Re-nacimiento cultural, Perspectivasde/98. Un siglo despus, Junta de CastillayLen 1997 p. 94.

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    materia de sus textos (novelas, ensayo, poesia y teatro); en aIras, se plantea encircunstancias vitales de congoja despus de un alejamiento deparada par la educacinlaica (as parece en Machado); finalmente, Juan Ramn Jimnez sustituye cl caucereligioso por el potica en su busca de la Irascendenca y la eternidad identificadas canla Belleza, mediante el lenguaje.

    Pera la religin pertenece tambin a la historia y a la tradicin espaolas. Espreciso atender a aqulla para interpretar stas. As, Azorn aparentementeindiferente comienza su novela La voluntad con un relata de la larga consIruccin deun templo smbolo del eserzo y decaimiento de la fe colectiva. Templo que no hacesino prolongas- otro culto ms antiguo, el de los iberas en el cerro de los Santos, al cual,la multitud acongojada, eternamente ansiosa, acuda con sus ungt.Ientas y sus aceitesolorosas a imploras- consuelo y piedad, como hoy en esta iglesia, por afta multitudlevantada, imploramos nosotros frvidamenle... Y Baroja, en Camino de perfeccin,se detiene a considerar la decadencia obsolescente de una ciudad de mstica convivenciacomo haba sido Toledo.

    Hay que aadir que, en estos autores eminentemente en Unamuno, y tambinen Azarn cl nsbrumenlo adecuado para comprender el ser de Espaa histrico ytratshistrieo y proponer un ideal regenerado es el anlisis e interpretacin de losmitos nacionales. Es decir, de aquellas imgenes sintticas que en una figurarepresentativa, han sido creadas, recogidas y transmitidas por la cultura propia yasimiladas como adecuadas encamaciones de un principia, diffisa a indefiniblecanceptualmente. Asi, Unamuno termina su Del sentimiento trgica de la vida en loshombres y en los pueblos can un captulo dedicada -precisamente a la religin deD. Quijote en la tragicomedia del mundo6.

    Este principio general y no conceptualizable es definida romnticamenle porQanivel coma alma o espritu de la nacin y ms precisamente cama su esprituterritorial al que reiteradamente se refiere en el Idearium espaol y que luego explicaen cuanto puede en El porvenir de Espaa. Poniendo en relacin este trminoprecisamente can la religin, allana: Hay que ir ms hondo y buscar en la realidadmisma el ncleo irreductible [.4 ese ncleo se encuentra en el espritu territorial. Lareligin can ser algo muy hondo, no es lo ms hondo que hay en una nacin... Asque, en el resto del escrita, interpretar la religin en ffincin de ese otro valor aprincipio (ncleo de la realidad) que es el absoluto en su esquema de pensamiento. Y,

    J. Martnez Ruiz. La Voluntad Madrid, 1968, p. 60

    6 Recuerdo solamente algunas lneas: Mas donde acaso hemos de ir a buscar el hroede nuestra pensamiento. no es a ningn filsofo que viviera en carne y hueso sino a un ente deficcin y accin (.,.); es a Don Quijote ...] Y cl quijotismo especulativo o meditativa es, comoel prctico, locura hija de la locura de la cruz [.3 Aparceseme la bilosatia en el alma de mipueblo comola expresin de una tragedia ntima anloga a la tragedia del alma de Don Quijotecorno la expresin de una lucha entre la que el mundo es, segn la razn de la ciencia nos lomuestra, y lo que queremos que sea, segn la fe de nuestra religin nos lo dice Del sentimientotrgico de/a vida. Enlos hombresy en lospueblos Madrid, 1993, pp. 308 y 314.

    Ideariun, espaol. E/porvenir de Espaa, Madrid, 1970. Citamos desde ahora poresta edicin.

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    por tanta, tendr de ella una perspectiva slo histrica, filosfica o sociolgica;secularizar sus significadas al referir los enunciados religiosas a esa otra realidadestrictamente secular y mundana, es decir, geogrfica e histrica.

    A este trmino de espritu que pos- su vaguedad conceptual permite unasobrecarga de idealidad y dinamismo, le corresponde una actitud humana que Ganivetexpresa tambin adecuadamente mediante frmulas religiosas, de fe y esperanza, quele confieren el carcter de equivalente nacional y secular del espritu divina ytrascendente de la religin catlica (nico modelo que Ganivel maneja).

    De este modo y de formamuy profunda y completa, detectamos con claridaden el escritor granadina esa tendencia esencial del proceso ideolgico y cultural de finalde sigla que es la secularizacin de la religin, de acuerdo con la amplia interpretacinapartada por R. Gutirrez Girardot. Y, segn l, son testimonio fehaciente de esta tantolas dudas de quienes frieron creyentes cama las frmulas que adaptan quienes no lofueron y adscriben el cristianismo a un fenmeno esttico, social, histrico, etc, Tal esel caso de Ganivet y, segn se explica en este mismo volumen de 1/u, de Valle-Incln.

    Escribe Gutirrez Girardol:

    Tampoco se trata de convertir este aspecto en un intento derenovar y liberalizar el catolicismo o de comprobar unsincretismo religiosa en ste o aqul. Se Irala de analizar unfenmeno del que son sntomas esas crisis, estas prdidas de fe,estas sincretismos o el espiritualismo de la poca, esto es, elfenmenode la secularizacin5.

    Y aade esta observacin que hemos de tomar como punto de partida y guadcl comentario: Los autores] siguen movindose en el mbito de las imgenes y de lafe perdida. Pero se sirvieran de esas imgenes y nociones para describir fenmenosprofanos.

    El empleo, ms que frecuente de las conceptos religiosas antes mencionadas,y referidos, en el fdeariuw espaol, a la constitucin ideal trascendente a lahistoria de Espaa, nos ofrece ya una primera confirmacin de la realidad de estadescripcin. Veamos ms en pormenor los aspectos particulares de este fenmeno,segn los textos.

    El motiva que centralmente sostiene e informa la pretensin de Ganivel en elldearium espaol se puede formular como la restauracin de la vida espiritual deEspaa. Tratndose de una entidad moral -una nacin compleja y auncontradictoria esta pretensin se remite a una imagen ideal de lo que debe ser ffindadaen los origenes o componentes esenciales dc esa nacin: estoicismo clsica ycristianismo para Espaa. A esa imagen ideal se refiere como el espritu del territorio.Observamos aqu un conjunto de trminos y de enunciados cuyo modelo decomprensin es la doctrina catlica. Pero carece en absoluto de significada religioso,ms all de la meramencin histrica,

    Asi escribe Ganivet en el Idearluin:

    8R. Gutirrez Giradot. ElKIode,nismo, Barcelona, 1 983 p. 26.

    Idem. p. 28.

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    Se habr notado que el motivo cntrico de mis ideas es larestauracin de la vida espiritual dc Espaa [...] Cuando yo hablode restauracin espiritual [..] hablo con la buenafe de un maestrade escuela...>

    Acerca de ese espritu es ms explcito en el comentario de El porvenir deEspaa: ah lo presenta coma equivalente de la propia identidad nacional, que puedeser negada sin embargo. par la accin histrica concreta. As ha ocurrido en el casoespaol. Lo ms permanente de un pas es el espritu del territorio>. Y por ello, loesencial en la Historia es el ligamen de los hechas con el espritu del pas donde hatenido lugar.

    Encontrar la identidad colectiva es reIraerse hacia el interior y restaurar yrestaurarse segn el espritu. Por ello no duda en adaptar una frase agustinianacontextualmente religiosa, por tanto a su ps-opsito: NoIi foros ire. Iii interioreflispaniae habitat venas2. El contexto mismo de la obra nos confirma que estamosante la secularizacin de un modelo religioso: Ganivet acaba de mencionar que se lehaba ocurrido la idea de adaptar el catolicismo a nuestro territorio para ser cristianasespaoles; pera inmediatamente aade que no se trata de crear iglesias disidentes niuna religin nacional. Qu puede ser, entonces ms que una secularizacin nacionalde la religin? Tal parece, en efecto, la nica respuesta, ya que dc manera inequvocatermina su apartado: 4ambin los pueblos tienen sus do~nas, expresiones seculares desu espritu.

    Aparece bastante claramenteque el pensamiento de Qanivel, proyectado sobreel arden histrico social o intelectual dc Espaa se establece desde un paradigmaactivo y coherente de nociones religiosas, conocidas y asimiladas a travs de laeducacin. Y as advertimos tambin cmo sigue utilizando otros conceptos clavesdeeste sistema por eiemplo,fe y testimonio ( martirio).

    Respecto a la fe religiosa, Ganivel la considera un factor de identidad socialy nacional, nunca en su aspecto daynlica de un sistema dc enunciadas o en el aspectopersonal de compromiso vital con el sentido dc tales enunciados. Y, sin embargoemplea la palabrafe para referirse a la relacin del individuo con las ideas (con la questas adquieren una categora independiente e ideal). Escribe en el Ideariwn: Laverdades [.3 que la fe se demuestra en la adhesin serena e inmutable a las ideas, en la

    >Idearium op. cii., y,. 139.

    Idem, pp. 153 y 76, respectivamente.

    Tambin Pedro Cerezo comenta es-e empleo en su articulo citado: en ambos--Ganivet y Unamuno es detectable una terminologa idealista y religiosa con su referenciaa buscar la salud in ineriore ,rfispaniae... Op. c., p. 90. Con esto, en efecto. Ganivet pareceseguir un proceso de secularizacin del cristianismo iniciado por el idealismo alemn y elromanticismo, de donde toma algunos trmtnos esenciales,

    /densp. 136.

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    conviccin de que ellas solas se bastan para vencer cuando debende vences-4,Esto no hace sino confirmar el conocido y reconocido idealismo de (lanivel.

    Pero para ratificar que esa referencia a la fe (no polmica, no combativa, sino honda)no es una frmula trivial, sino dolada de toda su gravedad y significacin, aade: Losgrandes creyentes han sido mrtires; han cado resistiendo, no atacando. Los querecurren a la fuerza para defender sus ideas dan a entender, por esta solo, que no tienenfe ni conviccin.. .~El martirio es cl testimonio.

    La expresin de esta fe se vuelve, finalmente, una proclamacin de esperanza,o tal vez un ejercicio de fidesmo optimista, segn se interprete, ya completamentepersonalizado por parte del autor: Ya tengo fe en el porvenir espiritual de Espaa (p.144). Y as el esquema religioso se aplica de manera completa y sistemtica a unarealidad no religiosa, secular, pero a la vez ideal.

    Deca que el objetiva dcl Idearium parece ser conseguir el triunfo de ese idealdesde el centro interior y dinmico, que es el espritu; es decir, forjar y alumbrar el serpropia de Espaa, despus de su larga historia de prdida y extravio. Pero esto es lomismo que le acune a su personaje, Pedro Mrtir, en El escultor dc su a/rna (dondeproyecta eminentemente Ganivel sus esfuerzas espirituales): Pedro Mrtir intenta laauocreacin a partir de un modelo an no conocida, alumbrado desde su interior, quele lleva a buscar por el mundo (en paralelo con cl caso de Espaa) y que, finalmente,se le revela en el interior de su casa (coma iii interiore Hispan ice) y en la figura de suhija, Alma, transfigurada en la imagen de la Virgen Inmaculada. (El valor representativode la Inmaculada para Espaa ser cl tema de la segundaparte dc este escrito), Ademsde la evidente identidad profunda en el proyecta de ambas obras (reflexin ideolgicao drama simblica como formas literarias elegidas) no debe pasar desapercibido elsignificado de la onomstica del personale, que es, entre otros posibles, la fe mrtir oel testigo de la fe5.

    El discurso del Jdearium termina con una sorprendente acumulacin detrminos religiosos, es decir, de transcripciones canceptualmente seculares de frmulassacras e incluso, devocionales: tendremos pan espiritual para nosotros y para nuestra familia (p. 148). Y toda esto pararenacer y marcar con nuestro sello espiritual una inmensidad de pueblos hennanas

    Iden;,pp. 141-142.

    >3~ Herrero, Angel Ganivet: un iluminado, Madrid, 1966.

    fdem,p. 142.

    O. A. Conradi: El ideal de la indiferencia creadora en ngel Ganivel, Arbor 32

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    El mito sugerido por el lnnina renacer desde la idea previa, ampliamentedesarrollada, de la dispersin y decadencia de Espaa bien puede reconocerse comoequivalente al de resucitar, con lo cual los llamados par Ganivel alcanzarian ese finescatolgica proclamada por el cristianismo. Y Espaa misma, como entidad espiritualen la historia (la materia) vendra a ser el Crista (cuerpo espiritual despus de laresurreccin). Naturalmente, no sostengo que Ganivet afirme esta identidadexplcitamente; probablemente ni siquiera estaba presente en su reflexin. Pera laarticulacin de un pensamiento sobre la falsilla de un dogma y de un lenguaje religiosolleva legtimamente a una identificacin de los elementos de uno y otra sistema ms allde la expresa voluntad textual del escritor.

    Y creo que en el proceso de secularizacin que estamos tratando, dentro de laobra de Ganivel, el tnnino ms general, englobante, que ocupa el lugar equivalente ala divinidad en el mundo religioso, es el de misterio. Claro que este tnnino es tambinreligiosa y equivale precisamente al primer atributo de la divinidad; pero en elIdearan, Ganivet lo aplica al alma del pueblo, al espritu de la nacin, a esa entidadindefinible pero dinmica. Dios y lo divino no tienen lugar en el pensamiento delldearium, que. por el contrario, se abre con el reconocimiento de que se da un misterioen el dogma de la Inmaculada que enlozo con el misterio de nuestra alma nacionaL Elmisterio de la Virgen, desde la doctrina catlica, proviene exclusivamente de supertenencia al mbito de lo divino. Es una criatura elegida por Dios para ser la madrede su Hijo; por consiguiente, preservada de pecado. El misterio del alma nacional deGanivet la constituye igualmente en una entidad sagrada.

    Si lo divino est ausente del modelo de interpretacin del mundo de Ganiver,tampoco Espaa aparece divinizada. Pero es dificil no percibir que el empleo de unlenguaje religiosa, tan propio de una cultura, y tan asentado tradicionalmente, lleva auna sacralizacin inmediata de su objeto. As que la secularizacin retorna en forma desacridizacin de lo secular. Volveremos a mencionar esta reversin al final del texto.

    Hasta aqul he querido describir solamente el modelo religioso latente en ladescripcin que Ganivel realiza de la situacin espaola en su Idearium y mostrar, portanto, que se verifica con gran coherencia ese principio del cambio de registro o deexpresado referencia!, con el abandono de la fe religiosa trascendente para proyectarsesobre otro objeto dc carcter socia-histrica. Al mantener un paradigma de nocionesy trminos genuina y tradicionalmente religiosas para que el discurso quede seriamenteimpostado, nos encontramos con esta secularizacin incompleta de que habla GutirrezGiras-dat?0 Es decir, la modernidad mantiene secularmente los rasgos y categoras dela poca teolgica, aplicadas ahora a la cultura. Por esto mismo, hemos dc dar tambinuna importancia suma al empleo de estas trminos, retrayendo ese moda de hablar deuna trivial consideracin de tpico o dc lenguaje manido, que no tendra entoncesningn valor particular, no seria sigua ni siquiera sntoma. Precisamente en una de lascartas a su amigo Seca de Lucena, recogida en el Epistolario de las Obras Completar,hace Ganivet un ejercicio de interpretacin y un comentario que si entra de lleno en estacategora de aplicacin de un motivo religioso (en este caso, una parbola evanglica)

    ~din Baudelaire, un Huysmans, un Harrs, por no hablax de los autores de lenguaespahola, siguieron movindose en el mbito de las imgenes y nociones de la fe perdida. Perose sirvieron de esas imgenes y nociones para describir fenmenos profanos, El Modernismo,y,. 28.

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    a una suacin no religiosa e, incluso, cotidiana2t. Acerca de la historia del hijoprdigo, comenta que lo mismo es aplicable a la vida espiritual que a la material, a lavida de aqu abajo que a las creencias supramundanas. La diferencia es que lasexpresiones religiosas slo tienen un sentido en el ldearium --y ste no es religioso,mientras en la carta se mantiene abierta la posibilidad de una doble interpretacin enque no se pierde el valor religioso, slo se adopta anlogamente.

    Avanzando un paso ms en esta exposicin, y saliendo ya del mero comentarioal texto, podemos pensar que si los trminos religiosos slo tienen un sentido noreligioso en el Idearwn, es porque Ganivet carece en absoluta, tal como lo reconoceexplcitamente en sus escritos, de cualquier perspectiva de trascendencia divina. As,en la carta XXII afirma sin vacilacin que los dioses son creaciones humanas: Lo reales que toda esa caterva de dioses ha salido de nuestro meollo, unos ms divinos y otrosms humanizados, el ms humano, Jess; y lo real es que nosotros los accidentales aste nos agregamos, por ser el ltimo en el orden del tiempo y en el de la posibilidad.Hoy ya los dioses que nos formamos somos nosotros mismas, coma pensabaFeuerbach. ,,0~ Parece innecesaria cualquier glosa, ante la rotundidad de la afirmacin.Si acaso, notemos que Jess no est friera de la serie, aunque aparezca destacado... Aesta cabe aadir algunos matices y desarrollos complementarios, tomados de airaspasajes. Por ejemplo, la comprensin del catolicismo como fenmeno exclusivamentehistrico y dispuesto, pues, a terminar en un plazo que ya se adivina, unos das a tres

    24siglos, tras el cual no quedar de l ms que el recuerdo histrico

    Es tambin curioso constatar aunque sea marginalrnente que estasjuiciosbrotan al valorar la situacin contempornea de la iglesia catlica. Advierte confusiny deterioro, provocados par la falta de verdadero espritu; y da cuenta de la crisis delmodernismo al comentar la tensin entre los diplomticos o conservadores (inegrados)y una minora radical, entusiasta, incluso intransigente.

    Finalmente, en la carta XXX Ganivet vuelve a manifestar de manera generaly de manera muy personal su increencia. Primero, al repetir, incluso con insistencia, quela vida individual no tiene ningn fin que cumplir (slo cumplimos los fines deconservacin y reproduccin de la especieVt segunda, al reconocer que no haceprofesin de santidad en su conducta, ni siquiera de rectitud, ya que no es cristiano:cuando se es cristiano hay que serlo como San Francisco de Ass06.

    Me parece importante, para el sentido del presente trabao, dejar, pues,una vez

    21 Del mismo moda. podra aadir, que se aplican de modo trivial en la parenesiscatlica situaciones o acontecimientosde la vida cotidiana corno alegorias de lo religioso.

    22 Vase Carta XIX en Obras completas, vol. II. Madrid, 1961, p. 948. Citaremosdesde ahora por esta edicin, excepto el Idear,ma.

    Idem, Pp. 975-976.

    Idem, Cari XXVII, pp, 991-992.

    Idem, CartaXXLpp. IOO9y 1014.

    ide,, 1011.

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    ms, constancia de la increencia reconocida de Ganivet, que podramos considerarincluso indiferencia, radical ante la religin como fenmeno, ms all de suconfiguracin histrica y de su influencia cama acervo formante de la cultura espaola.Si afirma ni t ni ya podemos ver el cielo con los ojos de un mstica (que aquequivale a religioso), tambin escribe que hay un sentimiento ms profundo que elreligioso, que es evolutivo y relativamente nueva: el sentimiento de la Naturaleza,dentro de la que comprendo yo todas los elementas exteriores que han contribuido aformamos...>2 Si su actitud es increyenle y su consideracin de la religin sociolgica,par qu emplea cama hemos descrito esas categarias del cristianismo? Habr queadjudicaras a una razn de tradicin cultural y a que expresan adecuadamente el valarideal y dinmico creador, autacreador de su doctrina.

    Sin embargo, en el minuciosa trabajo de Marie Laffranque se dibuja otraperspectiva que hemos dc tomar en ~uenta. Segn ella, Ganivel, que declaraperdida sufe, no puede sentirse vinculado al proyecta cristiana catlico; pero, idealista yconvencido dc la fuerza impulsora de esa fe, sc adhiere al cristianismo como un valorhumano que propone un modelo de convivencia y de sociedad. En este sentido, Ganivetsiente y piensa desde el cristianismo.

    Si esta Icaria aade un aspecto importante, la hace, as lo crea, para corroborarla tendencia que aqu estamos analizando y describiendo. No la contradice, sino lacampleta. Ganivel sigue dentro dc ese mbito de las ideas e imgenes religiosasheredadas, Pensar desde el cristiarnsmo, sin fe, y ver en l un modelo humana lleva ala secularizacin dc la religin en la teora, en el pensamiento, y a aprovechar, para otrofin, el potencial simblico que las imgenes religiosas populares hayan podidaacumular. Dc nuevo advertimos que cl cristianismo aporta a Ganivet, en su tarea depensar la genuinamente espaol, un modelo general de interpretacin. Pues dificilinentepuede ser descrito can criterios racionales la que no existe y slo aparece como unautopia que trata de leerel pasado en funcin del presente y, sobre todo, del futuro.

    Y de este modo llegamos a aproximamos ms precisamente, en una segundaparte del trabaja, al empleo que hace Ganivet, en su texto, de una imagen tradicional,quizs la ms hndamente arraigada en el arte y la piedad populares: la de la VirgenInmaculada. He tenida de mencionarla ya antes. Pero, desde luego, dada su importancia,merece que se analicen las caracteres con que se presenta, en conexin, adems, camahemos anticipado, can El escultor de su alma. Ya advert que en el Jdearium la mencinde la Inmaculada tienen un poder de representacin colectivo, nacional, mientras queen El escultor se refiere a una proyeccin del espritu individual, el del artista comohroe moderna, inquieta en su movimiento hacia el absoluto, que pretende esculpirseinteriormente, es decir, hacerse su alma. Me parece interesante insistir en esta diferenciade colectivo e individual, porque hace resoltar, parcontraste, lo comn del pensamientoy reafirma la insistencia de Ganivel, entre 1896 y 1895, en esa figura mariana comasntesis y culminacin de su pensamiento.

    Creo que la presencia de sendos prrafos, al comienza exacto y hacia el fin delIdearium, dedicados a la imagen de la Virgen le confiere una gran relevancia, queaumenta todava al ser explicada, con cierta demora, en Elporvenir de Espaa:

    21 Idem, Carta XIX, y,. 949.

  • Jos Paulino 218

    Muchas veces, reflexionando sobre el apasionamiento con queEspaa ha defendido y proclamada el dogma de la ConcepcinInmaculada, se me ha ocurrido pensar que en el fondo de esedogma deba de haber algn misterio que por ocultos caminas seenlazara con el misterio de nuestra alma nacional28.

    As arranca el texto del Jdeariu,n. Y, como ya dije, cl misterio mariano paraGanivet no es el definido por el dogma (pues no tiene una posicin creyente), sino larelacin entre la figura religiosa y el alma de la nacin, que hace de aqulla larepresentacin objetiva, plstica, exterior, de este principia interior y mstico. Y as loconfirma estrictamente en Elporvenr de Espaa al aceptar que la fusin de virginidady concepcin inmaculada bastante evidente en su texto inicial puede parecer unaconfusin. Pera que es as como lo ha sentida el puebla espaol, y, por tanto, su error,silo hubo, fue fecundo, pues expresaba exactamente loque haba querido decir:

    El pueblo espaol ve en ese misterio no slo el de la concepciny el de la virginidad, sino el misterio de toda una vida. Hay undogma escrita inmutable y otro vivo, creado por el genio popular.II Tambin las pueblos tienen sus dogmas, expresiones secularesde su espritu29.

    Para analizar e interpretar esta relacin entre la figura de la Virgen y el almade Espaa ser preciso establecer todava das principios o premisas del pensamiento deGanivct que proyectan luz sobre este fenmeno de la secularizacin de la religin y, portanto, de sus imgenes.

    El primer principia es que Ganivet, en su afirmacin absoluta del idealismo,tiende a despreciar lo camal y material (considerando incluida en este aspecto desde suexperiencia ertica con Amelia y otras mujeres hasta su dieta vegetariana a su flta decalor artificial en una habitacin a seis grados bajo cero). La Inmaculada es para l y,segn l, para cl pueblo espaol la Virgen, es decir, la que est limpia decontaminacin camal y material. En la contraposicin materia/espritu es ste el queconfigura y madela la realidad; pera cama sta es en verdad resistente, la imagenreligiosa, cama figura ideal, viene a resultar un poderoso smbolo que afirma aquellaque no parece alcanzable, que supera el vergonzoso dualismo, en palabras de JavierHerrero. Y tambin es as en el dramaantes citado, El escultor de su alma, pues la hijaque es Alma (el alma) slo alcanza un grado de pureza inmaterial (divinizacin) alquedar virginalmente intacta, libre dcl grosero desea camal de su padre. El mismo

    28 A. Garuivet, Idearum espaol, op. cit., p. 9. Este tema ha sido objeto de variostrabajos y comentarios. Desde luego, en el libro citado de Javier Ben-ero y en su articulo dePJLCE (ver nota 3), aunque desde otra perspectiva. Hay que recordar tambin del mismo: Spainu Virgin: Radical Traditionalism in Angel Oanivet. Homenaje a Juan Lpez Morillas, Madrid,1982. pp 242-256, convergente con este mismo e.studio. Y ms alejado, Maflas Montesluidobro: El dogma de la Inmaculada Concepcin como interpretacin de la mujer en la obra

    (le Ganivet, Duquesne Hispa,uie Review 3,1968, pp. 9-25

    . Ganivet, Idearium espaol. Elpcn-venir de Espaa, op. cii., y,. 156.

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    Herrera escribe, refirindose al personaje de Alma, que esa imagen que es laInmaculada representa la pureza de la Idea, que no debe ser contaminada por lasftidas emanaciones de la carne30.

    Este primer principio, pues, nos habla de un contenido o aspecto semntico dela imagen. Esencialmente significa aquello que representa: la pureza absoluta comodeterminante de la verdad ideal. El segundo, en cambio, nos ofrece la adecuadaperspectiva formal y hermenutica para su interpretacin, dentro de la obra dc Ganivet.Segn l, la funcin de las imgenes religiosas no radica en su identidad como objetasde culta o representacion~ de la fe, sino en su valor social, de presentacin colectivaen el imaginario de urrpueblo. As lo afirma en el texto citado de El porvenir deEspaa: El pueblo espaol ve en este misterio [,..] el misterio de toda una vida. Hayun dogma vivo, creada por el genio popular.

    Pero todava de modo ms general, y no estrictamente referido a estarepresentacin mariana, con un valar terico e interpretativo mayor, encontramos elmismo principio enunciada can claridad en un pasaje de sus cartas. Dice as:

    Yo soyms radical que Renn en este punta, y llega a un trminoapuesto. Se puede negar toda valar positiva a la religin yprotestar contra sus injerencias prcticas, pera admitir ntegra susentida ideal y no retocara con pinceladas criticas3t.

    Parece que esto es exactamente la que hace al emplear de manera tandestacada la referencia a la Inmaculada Concepcin: prescindir del valor positivo, esdecir, del contenida estricto del dogma, tal cama sc enuncia en las frmulas doctrinales,hasta llegar sin rebozo a la (con)fusin de los dogmas, para aceptar sin retoques el valarideal, o sea, sugestivo, inmaterial, emotivo de la imagen, es decir, de la figura, larepresentacin, como smbolo recreada par la conciencia del pueblo y en el cual stese reconoce, no coma en un espejo sino como en una proyeccin indefmible medianteconcepto a trmino verbal adecuado.

    Todo esto equivale a decir que acepta el valor de la imagen religiosa, perasecularizado, y la explica en funcin de este nuevo significado que es su dimensinsocial y nacional. Como complemento que refuerza esta lectura, podemos recordar lasexplicaciones que aade en la carta citada: Jpiter y Venus tienen una significacinideal [.~ 1 sin ser pagana se puede desear una Venus ms perfecta que la clsica, y sinser cristiano se puede aspirar a un Jess ms divino que el que ha formada la tradcian.

    Llegamos con esto a un trmino del camino. La secularizacin religiosacomo expresin de la crisis del pensamiento occidental en la modernidad pareceno slo anunclarse, sino tealizarse con claidad en los textos ms importantes deGanivet. Secularizacin es que las modelos religiosos se empleen sistemticamente paradescribir procesas no religiosas, sino expresamente histrico-sociales. Ahora bien, quvirtualidad podemos encontrar en la imagen de la Virgen para que Ganivet la haya

    Javier Herrero, op. dL, p. 249. Una buena parle del libro, especialmente en susprimeras captulos, est dedicada a desarrollar estas ideas, ya presentes en su articulo previongel Ganivet, humanista y mstico, Revista de Occidente 11(1965) Pp. 342-365.

    ~ Carta II, de 10 de mayo de 1893, Obras completas,op. cii?, y,. 826.

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    tomado de manera particular? Habr que suponer que encierra aspectos que slo ellapuedecontener, al menos, de un modo tan perfecto esttica e imaginariamente.

    Creo que, an provisionalmente, podemos encontrar tres motivas que justificanesta preferenciapor parte del escritor granadino.

    El primero es el ms ifindamental y ya lo he adelantada: la Inmaculada es unaimagen que, en su misma plstica, vinculada a Andaluca por los lienzos de Murillo yotros pintores, en su proximidad femenina y en su ternura, alcanza a expresar la totalespiritualizacin de lo material o la absoluto entraable en lo histrico. El pueblo sevncul al dogma de la Inmaculada porque es una creacin suya (al margen de ladoctrina oficial): en l cifr idealmente su unidad interior, su identidad perdida a causade un devenir histrico equivocado. Este es el carcter que Ganivet atribuye al mismodesarrollo dogmtico:

    que acaso ese dogma era el smbolo, smbolo admirable!, dcnuestra propia vida, en la que, tras larga y penosa labor dematernidad, venimos a hallarnos a la vejez con el esprituvirgen32.

    El segundo motivo se deduce tambin de la pretensin que tiene Ganivet alescribir el Idean,: revisar esa evolucin histrica-cultural de Espaa para explicarcomo se ha desviado, saliendo en su afn conquistador, equivalente a la maternidad, desu propia centro o configuracin ideal. Pero en esto alienta una aspiracin hacia elfuturo, pues la propuesta de Ganivel es una exhortacin, para el regresa a su esprituvirgen. De este modo, la imagen le sirve de visin anticipadora de lo que todava no es;la forma esttica encierra la intuicin del ideal al que se tiende coma impulso, comoautocreacin, tal coma propone en el caso de Pedro Mrtir, el escultor que contemplaa su hij a, su Alma divinizada, y queda entonces inmortalizado asimismo en piedra. Yaqu reside el enlace exacto con el final de la primera parte de este trabajo

    Si la imagen de la Madre Inmaculada representa la desviacinhistrica dc lanacin, la misma como Virgen Inmaculada ser el modelo de un futuro ideal, queanuncia en el Jdeanium. cama la fuerza impulsora est en la constitucin naturaltnica a psquica que las diversos cruces han dado al tipa espaol, tal coma hoy existe,debemos confiar en el porvenir33; y de moda ms expreso y evidente: Yo tengo fe enel porvenir espiritual dc Espaa [.1 Porque en nuestros trabajos tendremos de nuestraparte una fuerza hoy desconocida, que vive en estado latente en nuestra nacin, almodo que en el smil con que comenc este libro vivan en el alma de la mujer casadacontra su gusto y madre fecundisima contra su deseo, los nobles y puros sentimientosde la virginidad4.

    As la imagen es esencial coma smbolo que permite ver y expenmentar nocanceptualmente, en su pura presencia, lo que, par ser fuerza latente, an no existe, yla que en el presente es contradiccin, expresadaen la dualidad de virgen y madre (que

    Ideario, espaol, p. 9

    Idens,p. 146.

    Idem, y,. 144. En este caso, me permito subrayar algunas palabras

  • La religin en el modernismo 221

    contiene otras dualidades: humano/divino, presente/futuro, material/espiritual,histrico/atemporal).

    Esto lo consigue dc manera eminente porque en tal imagen se rene el valordel arte y el de la religin. Ganivel afirma expresamente: La sntesis espiritual de unpas es su arte; y, en general, no aprecia una supremaca de la religin sobre el arte odel arte sobre la ciencia, porque en el fonda, ciencia, arte y religin son la misma cosa:la ciencia interpreta la realidad mediante frmulas, el arte mediante imgenes y lareligin mediante smbolos5. Dejando aparte la ciencia, es evidente que la imagenmariana conjuga la expresin artstica ms elaborada y el simbolismo ms vital. Artey Religin unidos dan la mejor y ms compleja forma de la sntesis espiritual queGanivel queria desarrollar. Y en esta encuentra su fundamento:

    Nuestro espritu es religioso y es artstico, y la religin muchasveces se confunde con el arte. A su vez, el fondo del arte es lareligin en susentido ms elevado, el misticismo36.

    La dualidad de Virgen y Madre permite a Ganivet esa fusin de las dosdimensiones del dogma mariano, el de la concepcin inmaculada (de Maria) y cl de laconcepcin virginal (de Jess), con la proyeccin de su doctrina que vincula el aspectomaternal a la materia, la naturaleza y la historia, y el aspecto virginal al espritu, loinmaterial y puro. Inmediatamente se puede plantear una referencia a la simbologia alobservar que los conceptos estn, en realidad, reproduciendo el doble principio delarquetipo de la mujer en muchas religiones y culturas. Lo que Ganivet estara haciendoes devolver la figura de Mara a su base simblica tradicional y leer desde ah susignificada dentro de su particular sistema interpretativo. Sin entrar a describir esesugestivo territorio, que nos llevara a la revisin del simbolismo cultural, transmitidoen ritas, leyendas e imgenes, dejemos fmalmente y una vez ms constancia de que esaimagen donde lo artstico y religiosa se (can)funden viene a ser la representacinnuminosay sacral de una Espaa ideal. Ms an, la representacin nica de que disponeGanivel. Y, por tanto, su interpretacin socia-histrica de la realidad nacional terminapar encontrar su fuerza en su misterio, y, ms que en los conceptos, seria en el lenguajereligioso (verbal o artstico) donde paradjicamente radicaria la permanente fascinacinde esta interpretacin secular.

    Idem, p. 144. En este caso, me permito subrayar algnas palabras

    Idem, p. 63.