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ANDRÉS ELOY BLANCO: I En el proceso de formación de la Literatura infantil venezolana, la in- serción de la poesía de Andrés Eloy Blanco fue espontánea desde el mo- mento en que empezó a cobrar espa- cio en el panorama de la literatura na- cional e, incluso, en otros escenarios. Si su palabra se instauró con un esti- lo predominante popular era lógico que debía llegar al niño. En este últi- mo, tendría una receptividad determi- nada más por el didactismo y por el aprendizaje memorístico —con el fin de recitarlo- que por el efecto estético que pudiese generar. No estamos en con- tra de este equívoco, puesto que cier- tamente hoy sería un logro si a los ni- ños se les permitiera un acercamien- to a la poesía y a la literatura en ge- neral por lo menos de esa manera. Ocurre que en la comunicación del niño con la obra poética de Andrés Eloy Blanco ha privado la noción del poeta que cantó al pueblo y el carác- ter didáctico de su palabra. No refu- tamos este enfoque. Sería una absur- da pretensión, puesto que buena par- te de su obra está saturada de la pala- bra ejemplar, edificante y reafir- madora de un sentimiento nacional que aparentemente no acaba de sur- gir. Es indudable, pues, que su poesía ha simpatizado con el público infantil y juvenil. Y para ello debemos recono- cer que el poeta en ningún momento se planteó dirigir su voz expresamen- te al joven lector. Esto nos demuestra una vez más que la poesía no requiere de clasificaciones que establezcan la edad a la cual debe destinarse. En este sentido, la Literatura Infantil tiene una conformación amplia y extraña y, por eso mismo, más rica, aspecto que deben considerar los teóricos quienes todavía discuten el hecho de que mu- chos textos sin ser escritos intencionalmente para los niños si- guen representando sus lecturas pre- feridas. No dudamos que algunos poemas de Andrés Eloy Blanco han ganado terreno en el mundo infantil con más facilidad. Entre ellos, "Palabreo de la loca Luz Caraballo" que figuró con más frecuencia en los actos culturales es- colares. Sin embargo, los más conoci- dos apenas conforman una mínima parte de todos los que merecen ser leí- dos por los niños. Una detenida revi- sión de su obra nos llevaría a admitir que lo infantil parece ser inherente a su poesía porque en ella opera la pa- labra de un niño que juega constante- mente a construir un país y un mun- do nuevo; espacios regidos por las le- yes del imaginario de donde no esca- pan los valores del hombre. II Si el lenguaje poético es una in- fracción, desde la forma hasta la vi- sión misma del poeta respecto a lo cir- cundante, ya por ese simple hecho podríamos inferir que tiene como alia- do al niño. El es tan infractor como el poeta. Tiene una libertad natural que lo conduce a transgredir, a cambiar lo normal, lo estatuido, para establecer un orden y leyes temporales que para él son válidas No obstante, la infracción de la palabra poética es insuficiente para ganar al público infantil como lector. Existen en la mayoría de los textos poéticos que han aceptado los niños ciertas constantes, a partir de las cua- les se puede determinar que sólo la acertada e inteligente utilización del lenguaje artístico crea su pertinencia para ubicarlo como Literatura infan- til. Al respecto, Griselda Navas ha se- ñalado que "el valor literario de un tex- to es condición indispensable para ser reconocido como tal por la Cultura (la crítica), la literatura infantil no esca- pa, ni debe escapar hoy a esta exigen- cia". Y la intención de destinar o no la creación poética a los niños no es garantía para que la reciban si no cumple mínimamente con los rasgos estéticos que han expuesto algunos es- critores como Beatriz Mendoza Sagarzazu: "una poesía de metáforas. De relámpagos. De lenguaje, de len- guaje sencillo y sobrio, profundo, lle- no de gracia, con un ligero toque de ternura a veces. Un lenguaje rico, lúdico, rítmico. Poesía y música..."(en Literatura para niños y jóvenes). Estos elementos, en cierta forma, caracterizan la obra poética de Andrés Eloy Blanco. Sólo que son posibles a través de un estilo clásico que actual- mente ha perdido relevancia, dando paso a una expresión poética menos ceñida a cánones literarios. Sin em- bargo, la rima, como elemento tradi- cional, sigue constituyendo uno de los recursos que capta la atención del niño, porque la alternancia de sonidos parecidos al final de las palabras pro- pician un efecto musical que estimula su percepción auditiva. Para Juan Carlos Merlo cuando se "trata de re- crear la palabra en la poesía, esto ha- brá de hacerse tratando de exaltar los valores fónicos del verso: las rimas, los acentos, las medidas, las sonoridades que los acerquen al plano auditivo de la canción, para que envuelvan su es- píritu en alas del ritmo total de lapoe- Si bien es cierto que el niño se inclina más por la rima, tampoco de- bemos negarle un acercamiento a la poesía de verso libre, pues con ello aprendería a experimentar la musicalidad y el ritmo interior de un poema que no se enmarca en moldes tradicionales. De cualquier modo, el niño responde más a lo lúdico del len- guaje y la poesía del autor que nos ocupa propone en cada lectura un jue- go con la palabra. III Entre los libros que conforman su creación poética, Giraluna (1955),

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ANDRÉS ELOY BLANCO:

I

En el proceso de formación de laLiteratura infantil venezolana, la in-serción de la poesía de Andrés EloyBlanco fue espontánea desde el mo-mento en que empezó a cobrar espa-cio en el panorama de la literatura na-cional e, incluso, en otros escenarios.Si su palabra se instauró con un esti-lo predominante popular era lógicoque debía llegar al niño. En este últi-mo, tendría una receptividad determi-nada más por el didactismo y por elaprendizaje memorístico —con el fin derecitarlo- que por el efecto estético quepudiese generar. No estamos en con-tra de este equívoco, puesto que cier-tamente hoy sería un logro si a los ni-ños se les permitiera un acercamien-to a la poesía y a la literatura en ge-neral por lo menos de esa manera.

Ocurre que en la comunicacióndel niño con la obra poética de AndrésEloy Blanco ha privado la noción delpoeta que cantó al pueblo y el carác-ter didáctico de su palabra. No refu-tamos este enfoque. Sería una absur-da pretensión, puesto que buena par-te de su obra está saturada de la pala-bra ejemplar, edificante y reafir-madora de un sentimiento nacionalque aparentemente no acaba de sur-gir. Es indudable, pues, que su poesíaha simpatizado con el público infantily juvenil. Y para ello debemos recono-cer que el poeta en ningún momentose planteó dirigir su voz expresamen-te al joven lector. Esto nos demuestrauna vez más que la poesía no requierede clasificaciones que establezcan laedad a la cual debe destinarse. En estesentido, la Literatura Infantil tieneuna conformación amplia y extraña y,por eso mismo, más rica, aspecto quedeben considerar los teóricos quienestodavía discuten el hecho de que mu-chos textos sin ser escritosintencionalmente para los niños si-guen representando sus lecturas pre-feridas.

No dudamos que algunos poemasde Andrés Eloy Blanco han ganadoterreno en el mundo infantil con másfacilidad. Entre ellos, "Palabreo de laloca Luz Caraballo" que figuró con másfrecuencia en los actos culturales es-colares. Sin embargo, los más conoci-dos apenas conforman una mínimaparte de todos los que merecen ser leí-dos por los niños. Una detenida revi-sión de su obra nos llevaría a admitirque lo infantil parece ser inherente asu poesía porque en ella opera la pa-labra de un niño que juega constante-mente a construir un país y un mun-do nuevo; espacios regidos por las le-yes del imaginario de donde no esca-pan los valores del hombre.

II

Si el lenguaje poético es una in-fracción, desde la forma hasta la vi-sión misma del poeta respecto a lo cir-cundante, ya por ese simple hechopodríamos inferir que tiene como alia-do al niño. El es tan infractor como elpoeta. Tiene una libertad natural quelo conduce a transgredir, a cambiar lonormal, lo estatuido, para establecerun orden y leyes temporales que paraél son válidas

No obstante, la infracción de lapalabra poética es insuficiente paraganar al público infantil como lector.Existen en la mayoría de los textospoéticos que han aceptado los niñosciertas constantes, a partir de las cua-les se puede determinar que sólo laacertada e inteligente utilización dellenguaje artístico crea su pertinenciapara ubicarlo como Literatura infan-til. Al respecto, Griselda Navas ha se-ñalado que "el valor literario de un tex-to es condición indispensable para serreconocido como tal por la Cultura (lacrítica), la literatura infantil no esca-pa, ni debe escapar hoy a esta exigen-cia". Y la intención de destinar o nola creación poética a los niños no esgarantía para que la reciban si no

cumple mínimamente con los rasgosestéticos que han expuesto algunos es-critores como Beatriz MendozaSagarzazu: "una poesía de metáforas.De relámpagos. De lenguaje, de len-guaje sencillo y sobrio, profundo, lle-no de gracia, con un ligero toque deternura a veces. Un lenguaje rico,lúdico, rítmico. Poesía y música..."(enLiteratura para niños y jóvenes).

Estos elementos, en cierta forma,caracterizan la obra poética de AndrésEloy Blanco. Sólo que son posibles através de un estilo clásico que actual-mente ha perdido relevancia, dandopaso a una expresión poética menosceñida a cánones literarios. Sin em-bargo, la rima, como elemento tradi-cional, sigue constituyendo uno de losrecursos que capta la atención delniño, porque la alternancia de sonidosparecidos al final de las palabras pro-pician un efecto musical que estimulasu percepción auditiva. Para JuanCarlos Merlo cuando se "trata de re-crear la palabra en la poesía, esto ha-brá de hacerse tratando de exaltar losvalores fónicos del verso: las rimas, losacentos, las medidas, las sonoridadesque los acerquen al plano auditivo dela canción, para que envuelvan su es-píritu en alas del ritmo total de lapoe-

Si bien es cierto que el niño seinclina más por la rima, tampoco de-bemos negarle un acercamiento a lapoesía de verso libre, pues con elloaprendería a experimentar lamusicalidad y el ritmo interior de unpoema que no se enmarca en moldestradicionales. De cualquier modo, elniño responde más a lo lúdico del len-guaje y la poesía del autor que nosocupa propone en cada lectura un jue-go con la palabra.

III

Entre los libros que conformansu creación poética, Giraluna (1955),

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UNA LECTURA DEL POEMA

indudablemente, concentra una at-mósfera más sutil. La palabra se tor-na liviana cuando traza los mundosinteriores y redibuja lo inmediato, locotidiano, asignándoles tonos y soni-dos distintos. Este poemario ofreceotras posibilidades de mirar lo queexiste. A lo largo de sus páginas seplasma una voz sosegada que habladel mundo con la seguridad de que nolo está descubriendo; más bien juegaa cambiar esa imagen que ya conoce-y que probablemente aún no com-prende- atribuyéndole múltiples for-mas. De allí que sus poemas se con-creten en una entidad autónoma porcuanto representan un momento de lavida del poeta. Octavio Paz ha dichoque "dentro de la producción de cadapoeta, cada obra es también única, ais-lada e irreductible".

Giraluna es única desde sunombre mítico. No fue inventada poruna mirada distinta, pero sí por unamás acompasada que las anteriores;una mirada un tanto optimista y en-vuelta, en cierta forma, por la ternu-ra de un hombre que regresa constan-temente a la niñez por medio de la pa-labra.

Por momentos, el estilo discur-sivo en algunos poemas alude a unacierta estructura narrativa en dondela palabra parece seguir el curso nor-mal de una trama y, por último, undesenlace. Esto es evidente cuando lavoz poética asume el riesgo de contarla historia de "El pescador de anclas"y comienza en una forma verbal co-mún en cualquier relato: /Era un pes-cador que había/ navegado tantosmares I que ya tenía redonda el alma,de tantos viajes/ (...) IY así fue sem-brando anclas I en todo fondo de mar, Ia estribor de un "hasta luego"/ y ababor de un "¿volverás"/. La historiaen el poema sigue una linealidad tem-poral porque el pescador envejece yemprende el regreso hacia sí mismopara esperar la muerte: ly ahora, vie-

ja la nave, I viejo, viejo el pescador,!iba pescando sus anclas y cosechandosu adiós I . Las repeticiones de pala-bras y el empleo del gerundio creanun efecto lúdico que invade las pági-nas y dejan entrever un tono más tra-vieso e inquieto.

Lo mismo sucede con el poema"Giraluna canta a la patria". El poetarecrea la historia de "Blancanieves"escrita o recopilada por los hermanosGuillermo (1786-1859)y Jacobo (1785-1863; Grimm en el siglo XLX. Una lec-tura más detenida nos permite esta-blecer una correspondencia entre losrasgos que definen al personaje feme-nino del cuento y la imagen de la pa-tria, afectada por los acontecimientospolíticos, sociales y económicos.

Se trata de un poema irónico que,en este sentido, tiene una singular se-mejanza con la historia original. Lavoz poética consigue reactivar -aunquede manera inconsciente- la carga iró-nica y perversa que despliegan loscuentos populares europeos como esel caso de "Blancanieves".

La versión del poema comienzacuando Giraluna cuenta que la reinaintentó quebrar la acertada y justa vozdel espejo: I La reina rompió el espe-jo I y no valió de nada; I en vez delespejo grande I mil espejitos queda-ban. I Fue como romper un vaso I yquedar mil gotas de agua. I A partirde ese momento sucede algo curioso:los enanos —que no soportan el dimi-nutivo en el poema- también se mul-tiplican como las voces del espejo yBlancanieves se les hace inalcanzable.Pero al final, ella une los trozos y re-construye la nueva imagen que refle-jará el espejo: con el "millón de ena-nos" hace un millón de hombres altos:"un millón de frentes limpias".

El modo de versificar, el ponde-rado uso de los diminutivos y la en-tretejida construcción de las imágenes

matizan un lenguaje delicado que nopor ello deja de criticar y denunciar: /Se pobló de hombres pequeños I el hon-do país fantástico I. Desde una pers-pectiva de la Literatura infantil, lomás interesante es la referencia inme-diata, el diálogo espontáneo que esta-blecerán los niños con la historia ori-ginal, la actitud crítica que les puedadesarrollar y, por supuesto, el goce es-tético que ello les genere.

Valga la ocasión para destacar-haciendo un alto en este breve paseopor Giraluna- otro rasgo intertextualcon el poema "Caperuza" (1919) per-teneciente al poemario Tierras queme oyeron (1920).

Andrés Eloy Blanco igualmenterecrea el cuento de la "Caperucita roja"escrito por Charles Perrault (1628-1703) en el siglo XVII, quien en suversión original narra el infortunio deuna "joven" que no escuchó consejos yfue devorada por un lobo. Si recorda-mos su profundo y picaro contenido,Caperucita es una "joven" quecoquetamente anda por el bosque asabiendas de que abundan esos lobosbípedos; a veces peligrosos cuando sondominados por los instintos, a vecesinocentes cuando razonan demasiado.

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INFANTIL EN "GIRALUNA"

"Caperuza" parece reafirmar elverdadero significado de la historiaarreglada por los Grimm con fines ab-solutamente pedagógicos y moralistas.En el poema se evoca la figura de unniño que soñaba y sufría porCaperucita cuando la abuela contabala historia: I Dijo la abuela: "El cuen-to y a termina, hijos míos; I aquella no-che un lobo no volvió a la manada... IDormid". I Todos durmieron; sólo misdesvarios I quedaron compungidos enla noche angustiada I . El lenguaje,desde esa tonalidad irónica, deja mos-trar un viso humorístico y lujuriosocuando la voz poética remite a la Ca-peruza del Carnaval, la del siglo XX,la que espanta a los lobos y sólo losreduce a puro pensamiento: I Ahora,en el desfile que ante mis ojos cruza, Ipasa, llena de flores, la nueva Cape-ruza, I y un pensamiento lobo me aca-ricia los dientes... I

Desde luego, en este poema ellenguaje carece un tanto de la ternu-ra, pero no de la sencillez. Sin embar-go, las lecturas que de él pudieran ha-cer los niños y jóvenes estarían orien-tadas a la patentización del diálogoque comunica a estas dos "Caperuzas".

Otros poemas transparentan ununiverso más infantil; "Giraluna duer-me al niño". Una hermosa canción decuna no para invocar el sueño, sinomás bien para alejarlo: /No te duer-mas, niño, I que dormir es feo; I todo,todo, todo I se te pone negro. Se cantaa la vigilia, se reclama su dominio enun niño que despierto revive las cosasa su paso, cuando las ve y cuando lasnombra. En él, los sonidos son la con-creción del canto como lo es el versode la poesía. Así se reafirma, una vezmás, el vínculo de estas formas expre-sivas. José Gorostiza nos dice que "laafinidad entre poesía y canto es unaafinidad congénita".

En Giraluna hasta los poemasamorosos transmiten el fresco juego de

la palabra. Nada mejor para estimu-lar y satisfacer las necesidades delpequeño lector: su disposición naturalpara imaginar, su agudeza auditivapara la variedad de sonidos, así comopara la rima, la musicalidad y el rit-mo. Excelentes elementos para acti-var la expresión gestual y vocal y, porsupuesto, para la aprehensión de unaidea del amor que poco a poco se iráfortaleciendo.

En "Giraluna y la novia" el mozoy la doncella juegan al amor:/Ella jugóde altar y él de altarero!. Aún cuandose trata de un amor donde la pasión yel placer también hacen su juego, ellono impide que el niño lector perciba labelleza de las imágenes y lamusicalidad que este poema contiene.Aquí el amor no se despoja de la pure-za.

IV

En Giraluna el poeta juega do-ble: al hombre que habla al niño y alniño que habla al hombre. Esto sepuede apreciar en "Canto a los hijos",un llamado a crear conciencia y sensi-bilidad en el hijo, donde el poeta ex-presa su concepción sobre la infancia,su visión de la niñez.

Ciertamente, el concepto digno yamplio de lo niño es lo que constituyeel elemento o la condición fundamen-tal para que exista y se reafirme laLiteratura infantil. El paso del tiem-po y los mecanismos de transforma-ción en las sociedades han cambiadola mentalidad del niño, y por ser laprimera víctima en la ineludible vo-rágine del consumismo, le han creadonecesidades y gustos inútiles. Pero, ensu esencia, el niño es único y perenne:es el mismo que llora y ríe desde siem-pre. Así, pues, debería ser de profun-da y verdadera la concepción que elescritor posea de él. Lo que varía es laforma de concretar en el discurso lite-rario el niño que se piensa.

Desde "Pórtico" asistimos a lapalabra que dibuja la esencia de dosmñosjaquél hice de chispa y éste depensamiento/. A lo largo del canto si-gue el trazo de la palabra, un viaje queadvierte, edifica y educa. En ese or-den, el poeta exalta y defiende la vidadel niño, así como los derechos queposee y el espacio que se merece:

Son los niños del mundo, todo el queríe y llora

el derecho a la vida, la dignidad delsueño,

la bondad que anticipa su vozgobernadora;

mis hijos, paz del triste, grandeza delpequeño,

la fe que pide sitio, la voz que pidecancha,

la humanidad que cuelga de susmanos sin mancha

el alma innumerable de la lira sindueño.

El "Canto a los hijos" es un poe-ma excepcional e irrepetible que re-úne no sólo la voz de un hombre quedio el justo valor a la niñez, sino queconstituye el eco de las voces de hom-bres y mujeres que comulgaron en laspalabras del poeta, los que han hechode la poesía, la vena mayor que nutreel discurso en la Literatura infantil,un verdadero culto a la infancia.

Los poemas que se han citado enestas líneas apenas forman una peque-ña parte de los que creemos contienenun lenguaje todavía vigente, que acti-va la imaginación del niño y lo sensi-biliza.

La voz poética de Andrés EloyBlanco en un momento dado reclamóla participación tanto del niño comola del joven. Sin embargo, sabemosque actualmente eso es imposible. Asícomo parte de su obra quedó anclada

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..MURMURA LA FUENTE

en una época, también las exigenciasde éstos en tanto lectores se tornanmayores, ahora que son partícipes deun mundo de imágenes que redimen-sionan y deforman a cada instante larealidad para construir otras igual-mente cambiantes. Realidades queasombran con una intensidad y unaviolencia que al parecer la literaturano puede superar. Y en este sentidodebemos admitir que no bastan la sen-cillez de las palabras y la ternura queencierran los poemas de Andrés EloyBlanco. Es obvio, entonces, que la di-námica del lenguaje es otra en cadaépoca y, por lo mismo, seguros esta-mos de que "la poesía cambia, pero noprogresa ni decae. Decaen las socieda-des" (Paz, 1973).

Sólo una parte de su obra puedeseguir trascendiendo en los niños yjóvenes. Para ello es imprescindible lalabor del crítico, del investigador y delmismo escritor de Literatura infantil,quienes pueden hacer selecciones desus poemas atendiendo a criterios pro-piamente estéticos. Es propicia la oca-sión para recordar unas palabras delpoeta griego Yorgos Seferis: "...unpoe-ta que dura no habla (ni guarda si-lencio) siempre de la misma manera.Para eso es necesario el crítico" . Unaaseveración que debería impulsar elrescate de algunos poetas del sigloXIX, quienes legaron una producciónliteraria con un valor para serreactivado por la lectura del niño y deljoven de hoy.

Por último, sólo resta decir quela poesía de Andrés Eloy Blanco -so-bre todo la de Giraluna- realmenteha contribuido el enriquecimiento dela Literatura infantil venezolana por-que en ella se plasmó la visión que elpoeta tuvo acerca de la infancia. El"Canto a los hijos" figura -ya lo dije-ron sus contemporáneos como RómuloGallegos- como el poema más logradoen donde se vierte el sentir de un hom-bre que amó a todos los niños desde

Ramelis Velásquez

sus propios hijos. Sin duda, es un poe-ma que siempre deberíamos leer por-que nos recuerda los derechos natu-rales del niño.

BibliografíaBLANCO, Andrés Eloy (1960). Tierrasque me oyeron. Caracas: Editorial Cor-dillera.

(1960). Giraluna.Caracas: Editorial Cordillera.GOROSTIZA, José. Poesía. México:Fondo de Cultura Económica. (1985)MERLO, Juan Carlos. La Literaturainfantil y su problemática. Buenos Ai-res: Editorial Ateneo. (1980)NAVAS, Griselda. Introducción a laliteratura infantil: Fundamentaciónteórico-crítica. Caracas: UPEL. (1980).PAZ, Octavio. El arco y la lira. Méxi-co: Fondo de Cultura Económica.(1973).SEFERIS, Yorgos. Diálogo sobre lapoesía y otros ensayos. Barcelona: Edi-ciones Júcar. (1989).UNA. Literatura para niños y jóvenes.Caracas. (1994).

Vosotros, cuchillos cortantesde rezo, de blasfemia, de rezo,que sois misilencio.

Vosotras, mis rectas,vosotras, mis palabrasestropeándose conmigo.

Y tú:tú, tú, túmi diariamente vejadoverdadero y más verdadero ulteriorde las rosas:

Cuánto, oh cuántomundo. Cuantoscaminos.

Muleta tú, equilibrio. Nosotros...

Cantaremos la canción infantil, ésa,escuchas, ésacon los hom, con los bres, con los

hombres, sí ésacon el zarzal y con

el par de ojos que estaba dispuestoahí como

lágrima -y-lágrima

Paul Celan