Ciencias de la Naturaleza en el currículo de Educción Infantil 7 de Noviembre de 2011

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“ANÁLISIS DEL CURRÍCULO OFICIAL DE EDUCACIÓN INFANTIL

DESDE LA DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES”

Introducción

Con esta práctica se pretende que el alumno entre en contacto con los documentos legislativos oficiales, para su conocimiento y posterior indagación sobre el tratamiento que reciben las ciencias en el currículo de Educación Infantil. Es un punto de partida hacia el manejo de la ley educativa que permitirá crear una conciencia crítica sobre el tratamiento que reciben las ciencias en la primera etapa escolar, así como valorar la concreción con que se tratan y su adecuación a las necesidades educativas de la Educación Infantil.

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REFERENCIAS

Para el desarrollo de esta actividad deberán ser analizados diferentes documentos legislativos que se detallan a continuación:

- MEC (2008) “Real Decreto 1630/2006, de 29 de Diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación Infantil”. BOE Nº 4, sábado 4 de Enero de 2007, pp.: 474-482.

- DECRETO 122/2007, de 27 de diciembre, por el que se establece el currículo del segundo ciclo de la Educación Infantil en la Comunidad de Castilla y León.

- ORDEN ECI/3960/2007, de 19 de diciembre, por la que se establece el currículo y se regula la ordenación de la educación infantil.

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NOCIONES BÁSICAS

La palabra ciencia viene del latín “scire” que significa saber.

La Ciencia es un conjunto de conocimientos obtenido a través de un método específico, denominado el "método científico".

La palabra ciencia también hace referencia al método científico en sí mismo.

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El método científico es una manera metódica y controlada de obtener nuevos conocimientos. La exposición de los resultados del método científico incluye una descripción de los métodos de investigación, es decir, explica la forma en que se arribó a ese conocimiento.

Los conocimientos de la ciencia se consideran válidos mientras no sean refutados. Es decir, la ciencia no produce una verdad incuestionable, sino que el resultado de las investigaciones científicas puede ser contrastado y refutado en cualquier momento.

Las principales características que posee la ciencia son las siguientes: - sistemática - acumulativa - metódica - provisional - comprobable - especializada - abierta - producto de una investigación científica

Una ciencia experimental es la que recurre a experimentos o situaciones preescogidas y controladas en las que el resultado bajo esas condiciones no es conocido. La mayoría de ciencias naturales son además ciencias experimentales, aunque la astronomía en general no se considera una ciencia experimental ya que en general no es posible preescoger las condiciones de movimiento de los astros. Muchas ciencias sociales pueden recurrir a experimentos, por ejemplo las ciencias cognitivas y la psicología frecuentemente recurren a sujetos en laboratorio que responden ante situaciones preparadas. Es la ciencia que realiza experimentos con el fin de encontrar razón o cualquier modo de explicar u hallar fenómenos físicos.

Partiendo de la base de que cuando los niños aprenden lo hacen de la siguiente manera: al hacer una observación nuestros sensores (los sentidos) mandan los impulsos originados al córtex cerebral (fina capa de neuronas que recubre el cerebro de los mamíferos y que se formó hace un millón de años) y aquí se crea nuestra imagen del mundo y se hacen las predicciones sobre su

Ciencia es entonces el conocimiento científico que ha sido adquirido sistemáticamente a través de

este proceso científico.

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funcionamiento. Probando nuestras predicciones vamos formando y mejorando nuestro esquema del mundo. El científico, bien porque desea entender un fenómeno aún no explicado, o bien para desarrollar más un determinado proceso, realiza experiencias con el fenómeno estudiado variando de una en una las variables que intervienen hasta inducir una ley que las relaciona. Una conducta similar es la que lleva a cabo el niño para entender su entorno: entrar en contacto con él e ir experimentando las posibilidades que le ofrece partiendo de su curiosidad por los objetos, personas, fenómenos y situaciones que le rodean. Por esta predisposición al conocimiento es por el motivo por el que se ha de aprovechar la permeabilidad propia de la etapa de Ed. Infantil, para incluir la ciencia en el aprendizaje escolar de los niños. Después de todo, los aprendizajes que se interiorizan a edades tempranas sientan las bases para los posteriores y facilitan la adquisición de métodos, actitudes y procedimientos útiles para el resto de la vida.

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ANÁLISIS previo…

Para empezar, una vez leídos los documentos de referencia, se plantea la primera incoherencia educativa: NO existe ninguna definición específica de ciencia, menos aún de ciencias experimentales, sino que la aparición de la palabra “ciencia” señala al propio Ministerio de Educación y Ciencia (MEC).

Para poder ahondar en el problema de la incorporación de la ciencia en la etapa de Educación Infantil, o su escaso tratamiento en este periodo, he realizado una minuciosa investigación sobre el tema, a fin de encontrar la justificación a la falta de protagonismo de tan importante conjuntos de conocimientos que conforman la ciencia.

"La recuperación de una cultura científico técnica debería suministrar los conocimientos que hagan posible la participación activa con sentido crítico, en una sociedad como la actual en la cual el hecho científico está en la base de gran parte de las opciones que la sociedad reclama”

FOUREZ

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Partiré de una reflexión crítica sobre la necesidad de abordar en profundidad la problemática de una educación en ciencias en los primeros años de escolaridad, para ello recurro a presentar diferentes enfoques y concepciones sobre el pensamiento científico de los niños y las niñas. “A pesar del gran esfuerzo realizado por los anglosajones en los años 20 por introducir la enseñanza de las ciencias en la educación infantil, la experiencia y la noción de ciencia que tienen la mayoría de los niños al terminar la primaria es mínima, por no decir nula. Al respecto, los maestros suelen argumentar que pese al gran interés de los niños y las niñas por la ciencia en sus primemos años de escolaridad, éstos se enfrentan a obstáculos como: el entorno familiar, la excesiva carga académica por parte de las instituciones escolares, la falta de preparación docente y muchas veces a la falta de aptitudes por parte de los niños y niñas…” (Davis 1983; Yaguer 1983; Simpson 1994; Hodson 1994). Dado que este problema repercute en la enseñanza investigaciones relacionadas en este campo apuntan a que los niños a medida que van aumentando el grado de escolaridad su interés y actitud hacia las ciencias decrece regular y notoriamente, hasta el punto de llegar a aborrecer las ciencias y decir “es que yo no sirvo para eso” pese a estos datos y muchos otros similares se cree necesario actuar orientado a subsanar algunas de estas heridas a las que se enfrenta la llamada “Ciencia para todos” en la que se hace una declaración general del objetivo de la educación ‘Preparar a las niñas y niños para la sociedad en la que crecen’. Teniendo en cuenta esta premisa y dado que los inventos científicos y tecnológicos avanzan a una velocidad vertiginosa es nuestro deber preparar a nuestros niños para un mundo repleto de ciencia y tecnología; desarrollar en ellos un pensamiento crítico, proporcionándoles la capacidad de decidir qué dirección deberían tomar el desarrollo científico y tecnológico de su país. ----------------------------------------------------------------------------------- LA RELEVANCIA DEL TEMA En las últimas décadas se ha producido una verdadera revolución en las formas de concebir la ciencia, el trabajo científico, la tecnología, entre otros. Hemos asistido también, a una serie de reformas en torno a la educación científica y tecnológica, que dieron origen al nacimiento de la didáctica de las ciencias como una disciplina teóricamente fundamentada, en la que sus campos de conocimiento han sido delimitados, aunque estas posturas han sido ampliamente debatidas, ya se habla hoy de que existe una ciencia de enseñar ciencias (Izquierdo y Sanmartí 2001; Gallego

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Badillo, Gallego Torres y Pérez Miranda 2002).La problemática de la enseñanza de las ciencias ha sido abordada desde distintos frentes, entre los que hemos destacado los siguientes: - LA DECLARACIÓN DE LA CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE CIENCIA PARA EL SIGLO XXI, auspiciada por la UNESCO y el Consejo Internacional para la Ciencia, que expresa en el Preámbulo: “Para que un país tenga la capacidad de abastecer las necesidades básicas de su población, la educación en ciencia y tecnología es una necesidad estratégica. Como parte de esa educación, los estudiantes deben aprender a resolver problemas específicos y a responder a las necesidades de la sociedad utilizando el conocimiento y las habilidades científicas y tecnológicas." Considero que una adecuada educación en ciencia y tecnología de la niñez, tiende a contribuir a la mejora de nuestra comprensión del mundo contemporáneo al estimular la participación de mayores sectores sociales en este proceso que es generador de bienestar y de contribuir a incrementar la calidad de vida. - El crecimiento vertiginoso del conocimiento científico y la adopción masiva de innovaciones tecnológicas ocurridas durante el siglo XX y en particular en los últimos 20 años, y que están perfilando la primera década del siglo XXI y muchos de estos avances han tenido y tienen una fuerte influencia sobre nuestros estilos de vida y nuestro propio bienestar. Estos avances han promovido cambios en la manera de vernos como personas, pensar, de comunicarnos, de trabajar y de un profundo cambio en nuestra ubicación e interacción con la naturaleza.

Los nuevos avances en la ciencia conllevan el desarrollo de nuevas tecnologías.

Se necesita formar personas creativas y capaces de desarrollar nuevas ideas, de

identificar y resolver problemas, personas comprometidas con el destino común de

sus semejantes, interesados en construir, en compartir, en producir y capaces de

adaptarse rápidamente a los cambios.

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La adaptación a los cambios es uno de los aspectos centrales sobre los cuales debiera articularse el proceso de formación desde los primeros estadios de la educación.

Se hace necesario recorrer además nuevos caminos en materia de formación docente enfocada a las nuevas generaciones (niños y niñas) para complementar y enriquecer las experiencias educativas, desarrollando y aprovechando su curiosidad, creatividad, entusiasmo, reconocer y valorar su talento y en última instancia la de contribuir al desarrollo de habilidades científicas y tecnológicas. Objetivos que pueden lograrse mediante la organización de actividades científicas y tecnológicas, en las que los docentes y alumnos participan libre y activamente con el afán de conocer, crear, comunicar y aplicar conocimientos. “Lo importante, entonces, es reconocer que las actividades que el niño emprenda deberán tener un sentido de búsqueda, provocadas por una necesidad” (Claparede, 1973) en cuyo proceso el niño pueda atribuir significados a su acción y pueda modificarlos. Los conocimientos científicos no son espontáneos, se requiere de una instrucción formalizada antes de pasar a ser parte del repertorio conceptual del individuo y se inscriben en una historia del conocimiento científico. Entre los dos y los seis años del niño, su actividad frente al medio que le rodea pone de manifiesto la creatividad, la habilidad para resolver problemas, y aporta datos de la consolidación de muchas de las destrezas que ya se han revelado en los primeros meses del niño como un sujeto que funciona con hipótesis, mientras manipula objetos y resuelve situaciones, que extrae inferencias a partir de la información empírico disponible. Mora Zamora, define el desarrollo del pensamiento científico mediante la superación de obstáculos epistemológicos entre los que menciona: - El obstáculo animista. Los niños tienen la tendencia de explicar ciertos fenómenos o definir ciertos conceptos haciendo analogías con la naturaleza animada. - El obstáculo verbal. Se presenta cuando mediante una sola palabra o una sola imagen se quiere explicar un concepto. Así es como hábitos puramente verbales, se convierten en obstáculos del pensamiento científico. Es imprescindible tener en cuenta que: Los niños y las niñas llegan habiendo construido ideas sobre lo fenómenos naturales y

sociales mucho antes de que se los enseñen en la escuela.

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Los niños al ingresar a la escuela no son tablas rasas sobre las que se inscribirán los nuevos conocimientos.

Estos conocimientos previos están presentes y condicionan las situaciones de aprendizaje. Las ideas de los niños y sus explicaciones acerca de los fenómenos que nos rodean no es algo que debemos tomar a la ligera, ya que no podemos olvidar que no basta con ofrecer oportunidades para la acción efectiva y la mera observación de los fenómenos para garantizar un nuevo aprendizaje aprovechando la curiosidad de los niños, debemos ofrecerles en primer lugar, estrategias que les permitan desarrollar habilidades, actitudes, destrezas que les permitan construir un conocimiento significativo.

En definitiva, nuestra aspiración debe ser: lograr que los niños tengan una imagen adecuada de la ciencia y del trabajo científico que les permita comprender el mundo que les rodea, fomentar la investigación y el desarrollo de competencias científicas, que les genere actitudes e intereses positivos hacia la ciencia y su aprendizaje.

----------------------------------------------------------------------------------- ANÁLISIS DE LAS LEYES EDUCATIVAS Como anticipé al principio de la práctica, las referencias que se hacen a la ciencia en los documentos legislativos, se refieren exclusivamente a las “Ciencias de la Educación”. Este primer hallazgo hace presagiar que, poco o nada, entrará en juego la ciencia en la etapa de Educación Infantil. Sin embargo, es una primera impresión demasiado pesimista y vaga para concluir mi investigación. Después de todo, hay que ser más concienzudos en la búsqueda de evidencias que

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apunten a materia científica pues, sólo estudiando a fondo cada ley se pueden extraer argumentos definitivos y concluyentes sobre el tema. “En la educación infantil tiene especial relevancia el conocimiento y el desenvolvimiento del niño/a en el medio en el que vive. La capacidad de explorar, de actuar en el entorno, de descubrir… son aspectos claves en su desarrollo, de ahí que las Ciencias tengan una presencia reconocida en estos niveles educativos, dentro de un planteamiento lógicamente no disciplinar, sino en diálogo e interacción con otros conocimientos”. “Encuentros de didáctica de las ciencias experimentales”, García Barrós, Susana, Universidad de la Coruña. Es decir, resulta fundamental la relación del niño con el medio y, a su vez, esta interacción con todo lo que le rodea es la que propicia que, desde su nacimiento, el niño esté desarrollando un cierto método científico: observa, manipula y juega con lo que tiene a su alcance pero, al mismo tiempo, su mente empieza a establecer conexiones sobre la información que va atesorando y, posteriormente, ayuda al niño a formular “hipótesis” sobre su medio.

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Esta necesaria y perpetua relación del niño con el medio queda plasmada de manera explícita en la legislación:

“En la interacción con el medio indaga, manipula, explora, investiga e identifica los elementos del medio físico, reconoce las sensaciones que le producen, establece relaciones entre ellos, detecta semejanzas y diferencias, ordena, cuantifica, anticipa los efectos de sus acciones sobre ellos, pasando así de la manipulación a la representación, origen de las incipientes habilidades lógico matemáticas”.

Ahora bien, lo cierto es que se sientan las bases del conocimiento científico: observar, indagar, explorar… etc. pero falta exponer la ciencia como la base de esa relación niño-medio. Es decir, ¿cómo es posible que un documento del Ministerio de Educación y Ciencia no parta de la base de describir la ciencia, de justificar la necesidad de integrarla en el desarrollo del aprendizaje infantil… etc.?

Claramente, se está perdiendo la oportunidad única que ofrece la fase del niño que va desde su nacimiento hasta los 6 años: la facilidad para aprender, la curiosidad, el gusto por lo que le rodea pues todo es NUEVO y MISTERIOSO… Por lo tanto, mi primera evaluación de los documentos es que carecen del ingrediente básico para una educación integral: preparar para la vida y eso, definitivamente, implica que la ciencia y el método científico deben aprenderse desde la niñez para poder comprenderse y aplicarse en el futuro. No se debe esperar a dar importancia a la ciencia cuando sea necesaria para la vida en sociedad, sino cuando se está empezando a experimentar con el mundo, cuando cada cosa es una mágica fantasía a la que hay que dotar de lógica, de sentido, de vida…

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“Las vivencias que tienen en relación con los elementos de la naturaleza y la reflexión guiada sobre ellas, les llevarán, con el apoyo adecuado de la escuela, a la observación de algunos fenómenos, sus manifestaciones y consecuencias, así como a acercarse gradualmente al conocimiento de los seres vivos, de las relaciones que se establecen entre ellos, de sus características y de algunas de sus funciones”. Es una buena aproximación pero, como en el párrafo que analicé anteriormente, no se plantea el conocimiento de fenómenos concretos, no se disponen los contenidos científicos, ni se exponen de manera clara, teniendo en cuenta la madurez de los niños…etc. Da la sensación de que se pretende dar una pincelada educativa sin especificar, ni explicitar (“algunos fenómenos”) sencillamente se espera un “milagro” que haga que todo lo referente a la educación infantil adquiera sentido con la entrada en la escuela pero, ¿no sería más fácil partir de significar cada contenido, toda enseñanza, de reforzar la cualidad innata de los niños de cuestionarse su mundo?

“La importancia de las tecnologías como parte de los elementos del entorno aconseja que niñas y niños identifiquen el papel que éstas tienen en sus vidas, interesándose por su conocimiento e iniciándose en su uso como medio de expresión, comunicación y conocimiento”.

La tecnología ocupa un lugar destacado en nuestras vidas, por lo tanto, no puede dejarse al margen de la educación, ni tampoco de la ciencia. En realidad, muchos avances educativos, así como médicos...etc. Actualmente, se han producido cambios significativos en la forma de estudiar, de investigar, de relacionarnos, gracias a internet muchos de nuestros procedimientos, actitudes… están cambiando radicalmente. De hecho, las investigaciones que realizamos los alumnos suelen apoyarse en la información de la red de redes.

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Aparecen algunos contenidos científicos: los seres vivos y su entorno, descubrir y conocer activamente el medio natural, desarrollando actitudes de curiosidad, respeto y de permanente interés por aprender, adquiriendo habilidades que permitan ampliar su conocimiento y comprensión acerca de los seres vivos y las relaciones dinámicas con el entorno a través de distintas técnicas e instrumentos.

En este caso, como en los descritos con anterioridad, queda patente que no se hace un énfasis especial en la relación científica con el aprendizaje infantil. Más aún, a mi entender, falta establecer conexiones entre los diferentes conceptos que permitan un aprendizaje global, significativo y duradero. Para fundamentar mi reflexión, añado una información que he encontrado mientras me documentaba para este trabajo: “Lo indicado posiblemente responda por una parte a la falta de reconocimiento de la importancia real que tienen las Ciencias en los primeros niveles -¿qué Ciencias pueden aprender los niños a esas edades? ¿merece realmente la pena detenerse en este particular?...-, aunque puede que tenga todavía una influencia mayor el propio interés científico del investigador/a, más centrado en la enseñanza de conocimientos específicos de su especialidad (Química, Física, Biología, Geología) que no encajan en Educación Infantil donde la organización curricular no es disciplinar y, por tanto, las Ciencias son subsidiarias de una visión educativa más global centrada en el desarrollo del niño/a, sus intereses, experiencias, necesidades… y no en la Ciencia” (Kauffman, 1997; 1999). “Urge tener en el punto de mira una concreción de lo que entendemos por formación integral del niño/a menor de 6 años, que sirva de referente para seleccionar los fenómenos de estudio del medio sobre los que las distintas disciplinas mantendrían el diálogo disciplinar. El medio es el que proporciona los materiales y las situaciones que provocan interés y necesidad de aprender en los niños/as “(Cañal, 2006). GARCÍA, S (2008) “La formación del profesorado en Educación Infantil” En definitiva, la ciencia no queda plasmada de forma real en el currículo para esta etapa. Simplemente se bosquejan algunos aspectos que la describen, sin especificar la importancia que ésta tiene en la vida, la necesidad de hacer saber a los niños el valor que posee, de ayudarles a aprender el método científico…etc.

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Si bien es cierto que se plantean fenómenos reales: la naturaleza, los seres vivos, el medio… (son un claro ejemplo), considero que se hace de manera inconexa, el mundo maravilloso en el que vivimos aparece como un TODO INABARCABLE, en el que las diferentes realidades se deben estudiar de forma aislada y esta concepción choca directamente con la idea del aprendizaje integral que se pretende que alcance el niño.

Existe una necesidad imperiosa de favorecer que la ciencia protagonice el aprendizaje de forma constante desde la más tierna infancia pues, la propia ciencia es la que ha ido dando sentido a muchos aspectos de nuestra existencia y, sin ella, perdemos la oportunidad de cuestionarnos los fenómenos, observarlos, evaluarlos y distinguirlos, para analizar y comprender la realidad, el mundo, la vida.

Falta una pequeña “mecha” que permita a los niños jugar con su curiosidad para poner en entredicho la naturaleza. En realidad, el currículo no deja lugar a la imaginación, al simbolismo… Carece de un sentido “salvaje”, que estimule y motive a los niños a trabajar en su intuición, en su complicidad con la ignorancia, en su gusto por lo desconocido. Y, sinceramente, este descuido es imperdonable tratándose de educación.