ANALISIS DE LA OBRA NO ES OBVIO

En todo emprendimiento exitoso y que involucra al mercado retail, llega ese punto en el cual de un momento a otro la logística se complica, surgen trabas en las importaciones, y el armado del inventario pareciera transformarse en una tarea titánica. A todas estas cuestiones se le suma un problema de base: La imposibilidad de pronosticar las ventas. Las consecuencias de todas las dificultades no tardan en llegar, y las ventas se congelan o descienden.

Goldratt relata la historia de una empresa de artículos textiles para el hogar, que cuenta con varias sucursales y se encuentra en expansión. Los problemas surgen cuando las ventas de la tienda de Paul -el protagonista central-, bajan drásticamente. Ante la incapacidad de pronosticar la demanda futura, los gerentes de piso se quejan porque hay faltantes y los clientes no encuentran lo deseado. Conseguir envíos cruzados es una tarea eterna y burocrática, y los tiempos de espera no satisfacen a los compradores, por lo que se termina perdiendo ventas y acumulando sobrantes.

Paul estudió las reglas de la logística de Hanna’s Shop a la perfección y siempre las ha seguido correctamente. En su tienda se ha esforzado por mantener una exhibición atractiva de los productos, así como buenas ofertas. ¿Qué es lo que falla entonces? En el momento de crisis extrema es cuando las respuestas comienzan a vislumbrarse.

A partir de una inundación imprevista en los depósitos, el protagonista deberá tomar decisiones drásticas que lo encaminarán hacia nuevos descubrimientos, y que tendrán como resultado un éxito firme y próspero tanto para su tienda, como para toda la cadena de productos textiles de Hanna’s Shop.

Uno de los mayores atractivos de la novela radica en el contexto en el cual se presentan los desafíos, en donde el protagonista debe enfrentarse a una estructura conservadora y reacia a abrazar el cambio.

Incluso si una idea es excelente y cuenta con las garantías de éxito asegurado, su implementación es una de las tareas más complejas para cualquier tipo de empresa. Para Goldratt todos tenemos el potencial de cambio, incluso en ambientes donde los directivos apuestan a formulas clásicas y se niegan a los riesgos. Según el autor, la clave para la aceptación radica en las formas de comunicación. A través de los diálogos entre empleados, gerentes y directivos de la empresa, Goldratt comparte su visión de lo que es ser un buen estratega.