Ana Martí: fugaz estrella vespertina

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La musa del pintor Manuel Ocaranza y hermana del poeta José Martí.

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ANA MARTÍ:

FUGAZ ESTRELLA VESPERTINA

MUSAS 1

ADELA H.R.

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Ana Martí: fugaz estrella vespertina es parte de una serie de ensayos: Musas que han inspirado obras de arte de diversa índole. Apareció publicado originalmente en la página web: 13 Lunas en 2013, esta es una edición corregida y aumentada.

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A Maria Elena, mi madre.

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Fue una de las cinco hermanas de José Martí, una de las más queridas a

juzgar por los poemas que le escribió el prócer de la patria cubana: Ana, su

hermanita querida que murió en la ciudad de México, mientras él todavía

andaba en el exilio en España. Cuando Martí llega a la ciudad de México,

allá por el año de 1875, lo reciben con la funesta noticia de la muerte de

Ana. De los pocos datos que se conocen de ella, además de que tenía una

extraordinaria sensibilidad y escribía poemas, es que estaba comprometida

con Manuel Ocaranza, pintor Mexicano que le brindó protección, educación

y amor; de hecho, ese es, al parecer, el único dato relevante de su

biografía, además de ser hermana de José Martí, porque de sus poemas

apenas ha quedado uno dedicado a su madre, rescatado por Olivia

América Cano Castro del ANC, Fondo Donativos y Remisiones, Caja 498,

no. 21, publicado en el libro de su autoría: Leonor y Mariano, padres de

Martí.

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«A mi querida Madre en su día»

¿Qué frases habrá que demostrarte puedanLa intensa emoción del alma mía?Hoy que ilumina de tu aurora el díaEl llano tropical y la arboledaNo puede haber quien en ternura excedaA la dulce expresión de mi alegría.Ruego a Dios que nunca, ¡Oh madre mía!La nube de dolor hiera tu frente.Que siempre pueda yo con alma ardienteApurar em tu alma inmaculadaAlbas de luz y aromas del Oriente.Tu hija, Ana Martí.

Ella tiene todo el carácter de una Musa Divina porque su presencia en

la tierra fue breve e intensa, ya que el viaje a México en abril de 1874, le

signi ficó alejarse del asedio de un joven militar español, apellidado Blanco,

que quería conseguir su amor a como diera lugar, personaje causante de

los celos filiales de José Martí como lo mani fiesta en unos versos que le

escribe durante su exilio:

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Versos de Ana Martí, s/f.

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"Ana mía. -Perdona si mis versos son malos. -Así brotan de mí en este momento. -Yo no corregiría nunca lo que escribiera para ti. -Dime, hermana amada mía, ¿sería capaz Blanco de pensar y amarte así?" en una nota en el poema: Linda hermanita mía, 1868.

Así que Ana Martí murió a los dieciocho años de edad. Ocaranza tenía

33 años cuando ella, en las cartas que le escribe a su hermana Leonor, la

que se quedó en Cuba por estar casada, lo describe como el joven pintor

mexicano que vivía en la misma casa de la familia Mercado, donde llega a

vivir la familia Martí en el centro histórico de la ciudad de México.

“Gracias a un joven pintor que vive en la casa de arriba de la calle de la moneda donde vivimos antes de esta, que se ha hecho muy amigo de nosotras, y nos ha llevado a algunos pueblecitos ya hemos visto a Chapultepec, a Tumba Arriba, a Tubacaya, y a San Angel, y en cada punto nos hemos pasado un día entero menos en Tubacaya que lo hemos visto nada mas que de pasada."

(Se ha dejado en los fragmentos de las cartas de Ana la transcripción del texto sin corregir los detalles que son corregibles.)

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Ana Martí

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La amistad que une a Manuel Ocaranza y José Martí se funda en el

amor que le tienen ambos a Ana. Cuando Martí llega al estudio de

Ocaranza un día de febrero de 1875, en compañía de Manuel Mercado (el

amigo de la mano franca que siempre socorrió, en la medida de sus

posibilidades, a la familia Martí), el pintor mexicano estaba trabajando en

un cuadro donde Martí reconoció en el acto la figura esbelta y amada de su

hermana Ana; ella en ese momento ya estaba muerta, ambos luchaban

contra el olvido de la muerte para recordarla siempre, uno pintándola y el

otro poetizándola.

En Versos sencillos, fragmento del poema VI hay una referencia de

esa obra de Manuel Ocaranza, novio de Ana, que alguna vez contempló el

poeta cubano:

"Que lleve más, llevaréLa copia que hizo el pintorDe la hermana que adoré."

¿Cuál era el cuadro que Manuel Ocaranza pintaba y que vió José

Martí?

Lo único cierto que se puede saber es que no es El amor del colibrí ni

La flor muerta (o La flor marchita o El lirio roto, nombres usados en algunos

catálogos de arte, al referirme a esta obra uso la catalogación del MUNAL,

lugar que la resguarda) como Justino Fernández presupone en su ensayo:

José Martí como crítico de arte donde señala:

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La flor muerta, 1868.

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"Al llegar a México (1875) hizo amistad también, no sólo con don Manuel Mercado, sino con el que pudo haber sido cuñado de Martí, el pintor Manuel Ocaranza, quien dejó el recuerdo de aquella posible relación en su precioso cuadro La Flor marchita inspirado sin duda por la muerte de su novia, Ana Martí."

Sin duda que no es así, si revisamos la fecha de tal cuadro La flor

muerta es del año de 1868 y fue presentado en la exposición de la Escuela

Nacional de Bellas Artes en 1869, junto con El amor del Colibrí, pintado en

ese mismo año de la exposición, así que no es Ana Martí la representada

en el cuadro de Ocaranza, ya que ella en esa época de creación de La flor

muerta (o marchita) contaba apenas con 13 años de edad y estaba en

Cuba, mientras el pintor en ese mismo año tenía 28 años y vivía en

México.

Otra referencia que se tiene del cuadro que pintó Ocaranza de Ana es

en las cartas antes mencionadas que le envía a su hermana Leonor en

Cuba.

“Tu no sabes que desde que estamos en Mejico estoy hecha una pintora, ya hace un mes que el joven que te digo que se llama Manuel Ocaranza se comprometió en enseñarme a dibujar, y ya hago cabezas que dice que están bastante bien, a ver si cuando aprenda un poco, te retrato a Alfredo al oleo como me ha retratado Ocaranza a mi en un cuadro de dos varas y me ha tomado la medida para hacerlo de mismísimo alto, este cuadro se llama la Estrella de la tarde, -y dice que lo hace para

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mandarlo a una exposición de Filadel fia, yo he tenido que estar dos horas cada día sentada en una silla con la cabeza inclinada a el cielo para que pudiera dibujar la cabeza, suerte que no fueron nada mas que dos días."

¿Será ese cuadro que Ana menciona en su carta con el título: Estrella

de la tarde, el mismo retrato de ella que se encuentra actualmente en el

Museo Martí de la Habana Cuba, como relata Fernando Covián Mendoza

en su artículo: Retrato de Melchor Ocampo por Ocaranza en la revista

Identidad, Suplemento Universitario de Ciencia, Arte y Cultura? Es

probable que sea el mismo, en toda la información que he recabado hasta

el momento parece que nada más hubo un retrato de ella pintado por

Ocaranza.

¿Cómo es que llegó el retrato pictórico de la Musa de Ocaranza a

Cuba? ¿Se lo llevó la familia Martí en su regreso a la Habana? ¿La petición

de Martí a su fiel amigo Manuel Mercado fue llevada a cabo y se lo hizo

llegar a Martí de algún modo?

"¿Qué habrá sido, Mercado, de aquél bosquejo de cuerpo entero de mi hermana Ana que una vez vi en su cuarto (de Ocaranza)? ¿A qué manos irá a dar si no es a las de usted, en que sea tan bien estimado como en las mías? Dígame qué es del cuadro, y si podría yo tenerlo. ¡Qué regalo para mis ojos si pudiera yo ver constantemente ante ellos aquella esbelta y amante figura! Me parecería que entraba en posesión de gran riqueza." De carta a Manuel Mercado, Nueva York, 11 de agosto de 1882.

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María Salustiana Martí y Pérez (Ana), 1856-1875.

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La inquietud de José Martí por saber dónde estaría ese retrato de su

hermana Ana es porque en 1882 muere Manuel Ocaranza, creador del

símil de la imagen que Martí tanto añoraba, y porque en una carta que

Martí le envió a Manuel Mercado desde Guatemala un 8 de marzo

de 1878 comentó: "Le cedo para siempre el retrato de Ana (a Ocaranza),

porque creo que merece tenerlo”; pero muerto el pintor, era justo su deseo

de tener la imagen pictórica de su hermana amada, la muerte de Ana fue

causada por el clima de la ciudad de México y vivir en ésta en

condiciones adversas.

Mariana Salustiana "Ana" Matilde Marti Pérez, nacida en la Habana,

Cuba el 8 de junio de 1856, murió en la ciudad de México a consecuencia

de una afección orgánica del corazón el 5 de enero de 1875 (Registro Civil,

L. 115, f. 25, n. 81).

Muerte que fue incluso motivo de nota periodística, La Iberia en su

edición correspondiente al 7 de enero de 1875 narraba el fallecimiento de

“la hija mayor” de la familia pobre para la cual había, en días anteriores,

abierto una suscripción para juntar algo de dinero y ayudarles, al parecer,

la ayuda llegó tarde para esa familia de exiliados cubanos que estaba

pasando por un momento de crisis muy grave pues el padre con su eximio

trabajo de sastre no alcanzaba a sostener a su familia. De tal manera, para

el día 19 de enero de 1875 se había juntado la cantidad de 72,50 pesos

mexicanos, además de que la familia Mercado cedía unos de los lotes que

poseía en el cementerio para que los restos de Ana Martí no fueran a

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Autorretrato de Manuel Ocaranza, 1862.

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terminar en la fosa común. Sí, esa familia era la familia de José Martí que había

llegado a residir en esta ciudad para encontrarse con su hijo José, que al llegar

de España y saber la funesta noticia escribió un poema más para Ana.

“¡Decidme cómo ha muerto;Decid cómo logró morir sin verme;Y -puesto que es verdad que lejos duerme,Decidme cómo estoy aquí despierto!”

Escribió José Martí en "Mis padres duermen" poema que publica en la

sección Variedades de la Revista Universal de México el 7 de marzo de

ese triste año para él y para Manuel Ocaranza el "casi-viudo" de Ana ya

que como ella misma escribió en una carta a su hermana Leonor:

"Yo no vuelvo mas a la Habana aquí me he de casar, cuando encuentres alguna amiga y te pregunte cuando vamos le dices que solo de paseo ire yo pero no ha quedarme." Carta que rubricaba el mismo Manuel al poner de su mano lo siguiente: "Queridísima hermana Leonor con toda la efusión de su alma la saluda fraternalmente su nuevo hermano Manuel Ocaranza."

Proféticas fueron las palabras de Ana, pero su matrimonio no fue con

Ocaranza, sino con la muerte. Y Manuel quedó hermanado con la familia

Martí gracias a la amistad que se estableció entre él y José Julián.

La muerte de Ana es lo que termina uniendo al poeta y al pintor en su

desgracia, pues ambos andan de viaje por Europa cuando ella fallece, qué

situación más triste para ambos que se unen para recordar un ser tan

especial para ellos.

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Retrato de José Martí, México, 1875.

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Por supuesto, poeta que era, Martí dejó por escrito una muerte más

poética que la simple enfermedad.

“...después de visitar su tumba, en un arranque de familiaridad íntima, apuntó: «Ana, alrededor de quien se veía una claridad de estrella, se ha ido al cielo y yace en pobre sepultura en el cementerio de Campo Florido [...]. Falleció de desconsuelo y de perdido amor». Murió por el retraso de su novio, Manuel Ocaranza, en regresar desde Europa, donde estudiaba pintura con los maestros consagrados”, detalla Rubén Pérez en: José Martí: el poeta armado.

De lo poquito que se sabe de la personalidad de la Musa de Ocaranza

es que estaba dotada de las más encomiables prendas y de una extrema

sensibilidad, sensibilidad que él percibió y fue uno de los lazos de unión

entre ellos al establecerse la relación alumna-maestro, pues hay dos

referencias al respecto entre las cartas y los recuerdos que dejó Ana Martí

por su breve estancia en este mundo.

Escribe Ana en una de las cartas a Leonor:

Dice Ocaranza que yo he de pintar un cuadro para la exposición del año que viene que ha de haber en la academia, y que ha de ser un cesto de frutas de todas clases y además dos o tres cuadros más, con que Dios sabe si de aquí alla estaremos aquí, si así fuera me aplicaré para hacerlo."

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Leonor Petrona Martí y Pérez (Chata), 1854-1900.

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Nydia Sarabia en su ensayo: Ocaranza en la pupila artística de Martí,

publicado en la revista Revolución y Cultura, nos revela un detalle

importante:

"parece que Ana tomaba clases de pintura con Ocaranza, pues existe una foto original de ella, que se había tomado en La Habana, y donde aparece la siguiente dedicatoria: 'Para mi mejor amigo y maestro M. E. Ocaranza. Su discípula. Ana Martí'.”

Así resulta que Ocaranza no sólo perdió a un amor, sino que también

perdió a una discípula, a una colega que nos hubiera sorprendido al

superar al maestro, tal vez... perdimos a una pintora.

El que se quedó más solo fue Martí sin la hermana que le inspiraba

versos y sin el amigo con el que conversaba durante largas caminatas en

la alameda de la ciudad de México o en Chapultepec.

En una carta a Manuel Mercado del 30 de agosto de 1883, aún tenía la

añoranza y el deseo de tener la efigie pictórica de su amada hermana: “No

me ha querido mandar ningún esbozo de Ocaranza para mi cuarto de

invierno: --¡Bien pudiera, con estos que van y vienen, y lo quieren a U.

tanto: ni olvide aquel retrato de Ana!--”

Con lo que se quedó Martí es con un pequeño cuadro de un paisaje de

Chapultepec que llevó consigo durante sus viajes, pintado por Manuel

Ocaranza. En una carta a Manuel Mercado, Nueva York, 11 de agosto de

1882, escribió:

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“¡Con qué triste ternura miro ahora aquel bosquejo suyo del bosque de Chapultepec, que ha ido pasando por unas cuantas tierras mi fidelidad, y el mérito del más original, atrevido y elegante de los pintores mexicanos!”

Al morir Ocaranza, Martí escribe un poema: Flor de Hielo al saber del

deceso del amigo increpa a la muerte por su terrible y voraz hambre que

todo lo devora.

“¡Hora tremenda y criminal, oh Muerte,Aquella en que en tu seno generosoEl hambre ardió, y en el ilustre amigoSeca posaste la tajante mano!”

Pero el último homenaje que le hace a la hermana y al amigo muertos

es una novela titulada: Una amistad funesta que actualmente circula bajo el

nombre de Lucía Jerez que es el nombre del personaje femenino principal,

es un homenaje póstumo a estos dos amantes: Ana Martí y Manuel

Ocaranza donde ella: Ana, en toda su claridad de estrella y Musa, es una

pintora realizada para la posteridad.

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Fuentes en la red internet:

Antología de ensayos martistas

CLACSO

Cuando Martí se enamoró de Uruapan

Desde Cuba hasta México

Familiares de José Martí

Iconografía martiana

José Martí, el poeta armado

Leonor y Mariano, padres de Martí

Lucía Jerez, homenaje póstu mo a dos amantes

Mini biografías

Poesías completas de José Martí

Port al mi Martí

Versos sencillos

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Ediciones Chorcha Chillys Willys

Musas 1México, D. F.

2015

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