Amor, humildad,

oración …

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Pensamientos del Santo Hermano

Miguel , Del l ibro:

“Con los pies torcidos por e l camino recto”.

“Muchos ya somos huérfanos en éste mundo;

pero nuestro Padre está en el c ie lo , desde donde nos contempla con

ternura, ¡Cuán claramente vemos que no es la

t ierra, nuestra patr ia! . . .Hemos de f i jar nuestras miradas y

nuestros deseos en esa verdadera Patria que nunca se ha de de jar y

donde no habrá ni dolores , ni lágr imas, ni muerte”

“¡Viva la Cruz!;No podemos sacudirla de los

hombres, s ino es plantándola en el corazón …

Un día crucif icado, ¿no vale por ventura un año

empleado en otros e jerc ic ios de virtud?”

“La soberbia no construye s ino torres de Babel ;

la humildad es quién labra monumentos eternos.

En el orden mismo de la naturaleza, todo ensanche va precedido de una

especie de apocamiento y humil lación;

el águila se pasa en la roca nativa y se abate en el la como para empujarse a volar

por los c ie los; e l grano de c imiente se anonada para

producir luego las r iquezas de las ubérr imas espigas”.

Ved aquí pues como la humil lación abnegada es la obrera escondida de la

verdadera Gloria, porque obra en que pone e l hombre por

c imiento, Dios se complace en levantarla

y marcarla con el se l lo de su soberana grandeza” …

“Sembremos, sembremos Avemarías,

para que cambiadas en rosas, adornemos con ellas,

una corona para nuestra Amada Madre”

“ Ella es después de su Hijo Santísimo, e l océano más insondable de la grandeza y

mister ios hasta para las intel igencias angél icas, se vuelve accesible al entendimiento al corazón del más pequeño de sus hi jos así como la luna baña con su plácida luz no sólo las plateadas

crestas de nuestros gigantes andinos, s ino también las l infas cr istal inas del humilde

arroyuelo que corre por e l val le . ¡Dichosos los jóvenes que escogen por primer

objeto de su amor a María! ¡Dichosos los poetas que cantan las bondades y

excelencias de María!”

“Todo lo espero, de mi Dulce Madre María.

Por eso le pido s in vaci laciones, las gracias Divinas de que es

Tesorera, los efectos de la Miser icordia que

se desbordan de su corazón virginal

y los favores temporales que sabe Ella derramar a manos l lenas

sobre sus hi jos” .

“La oración es cual potente foco de luz que nos refle ja, en

su verdadera naturaleza, los esplendores de la virtud, la

fealdad del pecado, la vanidad de lo transitorio, e l valor de las cosas eternas.Es para e l alma una guía que

no se puede jamás abandonar”.

En la oración el alma contempla, admira, adora las perfecciones divinas. De ésta

contemplación saca consecuencias prácticas para su

vida espir itual .

“La oración nos introduce en e l arsenal de las armas

espir ituales , de que debe estar provista e l

alma para guerrear contra los enemigos interiores y exter iores

…”

“Multipl iquemos jaculatorias:

son como carbones encendidos que mantienen

vivo en nuestra alma el fuego del amor divino,

at izado ya por la Sagrada Comunión”

“Cal lar para oír las hablas de Dios ,

y hablar con Dios , pr ivarse de cualquier mirada curiosa para

atraer las miradas benévolas de Jesús y de María,

viene a ser como el ABC de la vida espir itual .”

“Una carta leída, un paso dado en casa,

si se hacen con espíritu de oración, es decir bajo la mirada de Dios,

y sólo por su amor, nos acarrean haces de méritos para

el cielo”.

“Por muy ocupado que esté , acogeré y graciosamente a cuantos acudan a mí …

Como si fuesen Nuestro Señor mismo

o su Santís ima Madre.

“No molesta la Regla, s ino para enderezar, ni hiere s ino

para curar . La Regla es e l rodrigón que

sostiene e l arbusto, e l freno que dir ige y modera e l trote del corcel ,

la fuerza que violenta e l arco para dar a la f lecha más pujanza

y rapidez”

“La mayor merced que puede hacer Dios a un rel igioso,

afirma, es concederle la perseverancia f inal en su santa vocación y hacerle morir revestido del

santo hábito”.

“Una habitación, unos l ibros y la capil la cerquita, es decir ,

La fel ic idad al alcance de la mano”.

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