América Latina y El Nuevo Orden Internacional.

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INTRODUCCION Con la caída del muro de Berlín y el desmantelamiento de la ex-Unión Soviética y los “socialismos históricos”, la última moda en el mundo económico y la academia es hablar del neoliberalismo y la economía de mercado libre. Contrario al entendimiento de este modelo cuando fue concebido en Europa durante el siglo diecinueve, el neoliberalismo actual y sus políticas librecambistas no buscan reproducir ese viejo sistema, sino que por el contrario, es algo que se engendra dentro de lo que se denomina el “nuevo orden internacional”. El capitalismo mundial, especialmente el de las sociedades ricas e industrializadas del Norte, están optimistas y hablan acerca de la democratización, transición y oportunidades de crecimiento, especialmente en regiones como Asia y América Latina. Países como Taiwán, Singapur, Costa Rica, Chile se presentan al resto del mundo como modelos los cuales han logrado combinar exitosamente un liberalismo económico junto a una democracia política. 2 De esta manera, el Tercer Mundo es invitado a seguir dichos modelos para alcanzar una casi instantánea modernidad que les permita eliminar sus subdesarrollos crónicos. Este optimismo, sin embargo, se contradice con la realidad del llamado Tercer Mundo, en donde la desnutrición y la mortalidad infantil, el hambre, la pobreza y la cesantía han aumentado dramáticamente durante las décadas finales del siglo veinte. Mucho se ha escrito acerca de las fallas de los “socialismos históricos”, pero muy pocos se atreven a comentar hoy día acerca de las fallas del “capitalismo desarrollista” tal como se practica en las regiones del Sur. 3 En el pasado, antes de la crisis final del socialismo histórico el modelo capitalista fue promovido como una forma de desarrollo en el Tercer Mundo, a través de la promoción de un AMERICA LATINA Y EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL Jorge Gilbert Ceballos Adiós muro de Berlín. Bienvenido nuevo shopping mall de Berlín. El presente trabajo fue publicado en el libro Alternativas de izquierda al neoliberalismo, por el FMI-CEA, Madrid, Espana, en 1996. También apareció en la Revista de Sociologí a, publicada por la Escuela de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, # 11-12, 1997-1998. CEME - Centro de Estudios Miguel Enríquez - Archivo Chile

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América Latina y su posición en el Nuevo Orden Internacional.

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  • INTRODUCCION

    Con la cada del muro de Berln y eldesmantelamiento de la ex-Unin Sovitica y lossocialismos histricos, la ltima moda en elmundo econmico y la academia es hablar delneoliberalismo y la economa de mercado libre.Contrario al entendimiento de este modelocuando fue concebido en Europa durante el siglodiecinueve, el neoliberalismo actual y suspolticas librecambistas no buscan reproducirese viejo sistema, sino que por el contrario, esalgo que se engendra dentro de lo que sedenomina el nuevo orden internacional.

    El capitalismo mundial, especialmente el delas sociedades ricas e industrializadas del Norte,estn optimistas y hablan acerca de lademocratizacin, transicin y oportunidades de

    crecimiento, especialmente en regiones comoAsia y Amrica Latina. Pases como Taiwn,Singapur, Costa Rica, Chile se presentan al restodel mundo como modelos los cuales han logradocombinar exitosamente un liberalismoeconmico junto a una democracia poltica.2 Deesta manera, el Tercer Mundo es invitado aseguir dichos modelos para alcanzar una casiinstantnea modernidad que les permita eliminarsus subdesarrollos crnicos.

    Este optimismo, sin embargo, se contradicecon la realidad del llamado Tercer Mundo, endonde la desnutricin y la mortalidad infantil, elhambre, la pobreza y la cesanta han aumentadodramticamente durante las dcadas finales delsiglo veinte. Mucho se ha escrito acerca de lasfallas de los socialismos histricos, pero muypocos se atreven a comentar hoy da acerca delas fallas del capitalismo desarrollista tal comose practica en las regiones del Sur.3

    En el pasado, antes de la crisis final delsocialismo histrico el modelo capitalista fuepromovido como una forma de desarrollo en elTercer Mundo, a travs de la promocin de un

    AMERICA LATINA Y EL NUEVO ORDEN

    INTERNACIONAL

    Jorge Gilbert Ceballos

    Adis muro de Berln. Bienvenido nuevo shopping mall de Berln.

    El presente trabajo fue publicado en el libro Alternativasde izquierda al neoliberalismo, por el FMI-CEA, Madrid,Espana, en 1996. Tambin apareci en la Revista deSociologa, publicada por la Escuela de Sociologa,Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile,# 11-12, 1997-1998.

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    FernandoArchivo Chile palida

  • Estado al servicio de toda la nacin para eliminarla desigualdad y la pobreza de la poblacin. Apesar que este capitalismo desarrollista nuncalogr sus metas, sin embargo fue definido yorganizado alrededor de dichos objetivos.

    La percepcin de la realidad del Tercer Mundopor parte de los pases ricos e industrializadosdel Norte se basan en anlisis simplistas loscuales la mayora de las veces slo intentanjustificar el control y dominacin de laseconomas del Sur de acuerdo a sus propiosintereses. As, estos anlisis intentan explicarun conjunto de elementos objetivos diferentes einterconectados entre s, como a la vez,prescribir como soluciones ciertos tipos dedemocracias protegidas y restringidas, cuyasmetas finales son: reduccin de la tasa deendeudamiento externo, control de la inflacin,disminucin de los gastos pblicos combinadoscon elecciones formales junto a la aplicacin depolticas de privatizacin. Estas son en general,las frmulas promovidas por el Fondo MonetarioInternacional (FMI), el Banco Interamericano deDesarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) juntoa otras agencias crediticias internacionales paraalcanzar las ansiadas metas de la modernizaciny el desarrollo de Amrica Latina y otras regionesdel planeta.4

    Estudios acerca de la modernizacin y delas denominadas teoras desarrollistascomenzaron a popularizarse a partir de ladcada de los sesenta, existiendo hoy da unaabundante bibliografa al respecto.5 Losprogramas desarrollistas elaborados por laComisin Econmica Para Amrica Latina(CEPAL) durante la administracin delPresidente John Kennedy constituyen un buenreflejo de los intentos de transformacin deAmrica Latina.

    Para el observador casual, a partir de laltima dcada del siglo veinte varias regionesde Asia, Africa y Amrica Latina puedenaparecer como sociedades modernas ydemocrticas, pero sobretodo, abiertas al

    comercio internacional. Sin embargo, esta ligeraimpresin requiere de un anlisis ms detalladopara entender como el modelo neoliberal operadentro en el nuevo orden internacionalcontrolado por un grupo de corporacionesmultinacionales. Cmo es posible entender laeconoma de libre mercado y el neoliberalismocuando las corporaciones transnacionales consu control centralizado del dinero, susregulaciones de precios y ganancias, y sussistemas centralizados de administracindominan la economa mundial? Antes de discutirestas y otras impor tantes cuestiones,observemos el contexto del nuevo ordeninternacional.

    EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

    Durante los ltimos aos el mundo ha cambiadodrsticamente. La gran confrontacin entrecapitalismo y socialismo, la cual empez en 1917con la Revolucin Rusa, y continu a travs dela Guerra Fra despus de la Segunda GuerraMundial hasta la dcada de los ochenta, terminen 1989 con la cada del muro de Berln. Elprolongado y profundo conflicto que dividi almundo oriental y occidental, no existe ms.

    Dentro de este contexto, sin embargo, elmundo se aproxima al siglo veintiuno con unanueva crisis y confrontacin; esta vez, entre elNorte y el Sur o entre las sociedades ricas eindustrializadas del Norte en contra de lassociedades pobres y subdesarrolladas del Sur;o sea entre el Primero y el Tercer Mundo.Algunos ejemplos significativos de esta situacinson las invasiones de Granada y Panam, losconflictos en Centro Amrica durante los ochentay parte de los noventa, la guerra en contra deIrak, el bloqueo a Cuba, Libia y Vietnam, lassituaciones de Hait y Somalia, etc. En estecontexto no estamos hablando ms acerca delTercer Mundo, sino que del ltimo mundo, elmundo de los marginalizados y condenados dela tierra.

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  • Los nuevos polos: el norte y el sur

    A partir del trmino de los socialismos histricosse observa un mundo con una alta concentracinde capitales en las manos de unas pocasnaciones del Nor te congregadas en eldenominado Grupo de los Siete: Alemania,Canad, Estados Unidos, Francia, Inglaterra,Italia y Japn. Estos siete pases, con unapoblacin de 800 millones de habitantes, o seael 20% de la poblacin mundial, controlan al restodel mundo, es decir, 4.000 millones de habitanteso el 80 % de las personas que habitan en Africa,Asia Amrica Latina y El Caribe.Econmicamente hablando, el Norte con 20%de la poblacin mundial reciben 82.7% de lariqueza mundial mientras que el Sur tiene sloacceso al 17.3 % de las misma (Richard: 1993:34). En 1960, el 20% de la poblacin mundialms pudiente tenan ingresos 30 veces ms altosque el 20% ms pobre; en 1990 estos niveleseran 60 veces ms altos. En la nacionessubdesarrolladas los sectores ms r icosconcentran entre el 10 y 15 % de sus poblacioneslos cuales controlan la casi totalidad de laeconoma y recursos naturales. En AmricaLAtina, el 10% de la poblacin controla el 95%de la tierra arable (Castro: 1993: 15).

    El mismo 20% de los habitantes mspudientes del planeta que habitan en el PrimerMundo controlan 81.2% del comercio mundial,80.6% de las inversiones internas, 94.6% detodos los prstamos y el 80.5 % de lasinversiones mundiales. Del mismo modo, el 25%de la poblacin que habitan en los pases ricose industrializados consumen 70% de la energamundial, 75% de los metales, 80% de lasmaderas y 60% de los alimentos del planeta(Ibd.). De esta manera, el actual ordeninternacional no puede existir sin reproducir ladesigualdad social. Si el resto de los habitantesdel planeta consumieran con los mismos nivelesen que lo hacen los pases ms poderosos ydesarrollados del Norte, ste simplementeagotara todos sus recursos y no podramos

    existir. As, para mantener la actual estructuramundial ha emergido una elite internacional quecontrola la economa y las finanzas a nivelmundial, el poder militar, la cultura y los mediosde comunicaciones de masas. Este ordeninternacional es mantenido a un costo de U$ 900mil millones destinados a equipos militares porparte de las naciones ricas del planeta (Richard:1993: 34).

    Debido a que la amenaza roja delcomunismo se la llev el viento y para legitimizara este nuevo orden internacional, se intentaideologizar la nueva confrontacin regionalpresentando al Sur como el nuevo enemigo delNorte. En esta visin, se utilizan elementos talescomo la existencia de poderosos y peligrososproductores de drogas y narcotraficantes,inestabilidad poltica, terrorismo, crisis yconflictos regionales que producen una fuerteinmigracin ilegal, junto a una alarmantedestruccin ecolgica, todos productos del Sury los cuales ponen en serio peligro la existenciamisma de los pases del Norte. A pesar queesta es una antigua confrontacin entre ambasregiones, actualmente ha alcanzado una nuevaetapa presentando caracteres cualitativos muydiferentes a los del pasado. Cualquier violacinde las leyes internacionales, similar a todos otrostipos de violaciones, encuentran justificacionesdentro del nuevo orden internacional. As, lasistemtica y creciente confrontacin Norte-Surse justifica ideolgicamente por medio delneoliberalismo econmico y elneoconservadurismo religioso, los cualescontribuye a reproducir un nuevo modeloneocolonial en el Tercer Mundo.

    Riqueza, Poblacin y Pobreza

    La concentracin y centralizacin de capitaleses posible debido a que las naciones ricas eindustrializadas del Norte han acumuladotecnologas avanzadas lo que les permitendepender cada vez menos del uso intensivo derecursos naturales y laborales. Debido a que el

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  • Tercer Mundo ha sido tradicionalmente productorde materias primas y un mercado atractivo paraadquirir mano de obra barata, la distancia entreel Nor te y el Sur ha aumentadoconsiderablemente. Durante los ltimos 30 aospor ejemplo, los japoneses han sido capases dereducir la cantidad de materias primas utilizadasen estos productos en un 33% (Gorostiaga:1993). Como resultado, los precios reales delas 30 materias primas principales utilizadas enla produccin de ciertos artculos, las cuales seexportan desde el sur, han cado drsticamente.

    Durante las dcadas pasadas, laseconomas del Tercer Mundo han experimentadoun dramtico proceso de decapitalizacin, endonde el crecimiento del producto domsticobruto ha declinado drsticamente, de un 6.1%anual en el perodo 1961 y 1973, a un 2.8% entre1983 y 1990. Lo mismo puede observarse conrespecto al ingreso per capita, el cual cay deun 3.3% entre 1961 y 1970 a un 0.1% en elperodo 1980 y 1990 (Castro: 1993: 14).

    El creciente debilitamiento de laseconomas de Africa, Asia, Amrica Latina y elCaribe nos lleva a preguntarnos si es que elNorte o el Primer Mundo an necesitan al Sur oal Tercer Mundo. En la medida que hoy dapodemos observar la tendencia de que lasmaterias primas producidas en el Sur estnsiendo reemplazadas por sintticos indican quelas fuerzas productivas ocupadas en dichosprocesos laborales se han convertido en unelemento sobrante. Las materias primas de laregin continan siendo extradas, pero esimposible ocupar toda la fuerza laboral disponibleen dichos procesos extractivos.

    Esta situacin lleva a una restructuracindel Tercer Mundo. Hoy da, a diferencia de loque ocurra un siglo atrs, la mayora de lapoblacin del Tercer Mundo es algo innecesariode acuerdo a las perspectivas econmicas delPrimer Mundo. Lo que an est demanda sonlos ocanos, los espacios areos, los recursostursticos, la energa natural y los ambientesnaturales del Tercer Mundo, aunque slo sea

    para utilizarlos como vertederos de residuostxicos industriales, qumicos o atmicos. Sinembargo, estas posibilidades estn totalmentesujetas al control econmico, tecnolgico y militarde los pases del Primer Mundo.

    Por estas razones el Norte no se ha retiradodel Sur, prefiriendo presentarla como una regincon un alto excedente de poblacin, es decirsuperpoblada. Dicha sobrepoblacin, contrarioa lo que suceda en el pasado, es mirada comouna amenaza ms que como un potenciallaboral favorable de ser utilizado e inclusoexplotado para producir. Mientras la tasa decrecimiento de la poblacin en los pases delPrimer Mundo entre 1960 y 1990 fue de un 0.8%anual, en los pases del Tercer Mundo alcanzun promedio de 2.3% en el mismo perodo. Apartir de 1990 hasta el ao 2000 se estima queesta tasa aumentar un 2% en lo pasessubdesarrollados comparada a un 0.5% en lospases altamente industrializados. De continuaresta tendencia el 90% del crecimiento de lapoblacin mundial ocurrir, entonces, en lospases del Tercer Mundo (Ibd: 16).

    As, el desarrollo tecnolgico y la estructuradel capitalismo moderno ya no permiten laexplotacin de la poblacin excedenteconcentrada en el hemisferio Sur. Por lo tanto,una poblacin que no puede ser explotada pasaa ser considerada como algo innecesario, intil,incluso, como algo no debera ni existir. Sinembargo, an est ah y el nuevo capitalismotendr nada que ver con ella.

    En este contexto, incluso el concepto mismode explotacin est cambiando. La definicinclsica del concepto de explotacin se refiere auna fuerza laboral disponible utilizadaefectivamente en la produccin, en donde elproducto del trabajo es apropiada por elcapitalista. Esta fue la tesis fundamentaldesarrollada por Karl Marx durante el siglo 19,expresada a travs del concepto de plusvala.

    El brasilero Ruy Mauro Marini (1974), unosde los fundadores de la teora de la dependencia,expandi la dimensin de este concepto dentro

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  • del contexto de Amrica Latina refirindose a lasuperexplotacin del trabajo. Marini demostrque la fuerza laboral latinoamericana estabaexpuesta a un sistema ms intenso deexplotacin al reducirse la parte del trabajo socialnecesario cancelado a los trabajadores por losempresarios. Jaime Osorio (1979) basado enlas formulaciones de Marini estudi los efectosde la superexplotacin del trabajo en Mxico,mientras que Andr Gunther Frank, otro pionerode los estudios de la dependencia, lo hizoextensivo al Tercer Mundo.

    Hoy da, sin embargo, la situacin es talque la poblacin del Tercer Mundo no puede serutilizada en su totalidad para la produccincapitalista, como tampoco existen las intensioneso las posibilidades de hacerlo en el futuro. As,entonces, un mundo est emergiendo en dondeel ser explotado, e incluso superexplotado,resulta un privilegio. Mientras ms innecesariase considera a la poblacin laboral de unasociedad la nocin de explotacin ysuperexplotacin adquieren una cada vez menorsignificacin e importancia, incluso en laconciencia misma de los trabajadores. En efecto,los trabajadores tienden a sentirse menosexplotados cuando entienden que son msprivilegiados que aquellos considerado comoinnecesarios o superfluos en el procesoproductivo. Este ejrcito de mano de obradispensable no pueden ir a la huelga, tampocotienen ninguna capacidad negociadora, y susamenazas no tienen significado alguno.

    El Primer Mundo necesita a las nacionesdel Tercer Mundo, pero no a sus poblaciones.Este fenmeno coincide con latransnacionalizacin de los sistemas deproduccin, financiamiento y mercado, loscuales, por primera vez, permiten la creacin deun mercado global. En 1990, la Naciones Unidasestimaban que existan 1.200 millones depersonas viviendo bajo los nivel de pobreza enel Tercer Mundo. Por ejemplo, la tasa deexportacin de Amrica Latina en el mercadomundial cay de un 12.4% en 1980, a un 3.9%

    en 1990 (Glyn y Sutcliffe: 1992: 90). Lasinversiones extranjeras declinaron de un 12.3%a un 5.8% entre 1980 y 1989. Como resultado,el nmero de personas que viven en la pobrezaen Amrica Latina ha aumentado de 112 a 184millones solamente en una dcada; esto es, el44% del total de la poblacin (Gorostiaga: 1993:23).

    La participacin de Asia en el mercadomundial fue 13.1% en 1950, aument a 17.8%en 1980 para volver a declinar a un 14.0%nuevamente en 1990. El caso de Africa es msimpresionante. En 1950 alcanz un 5,2%, en1980 cay a 4,7%, alcanzado un 1,9% solamenteen 1990 (Glyn y Sutcliffe: 1993: 91). El efectode esta situacin a nivel mundial es desastrosolo cual contribuir a aumentar la deferencia queexiste entre el Norte y el Sur.

    CAMBIOS MUNDIALES AL FINAL DELSIGLO

    Una variedad de acontecimientosinternacionales ocurridos a finales de siglo veintehan influenciado drsticamente el nuevo ordenmundial. Estos cambios, sin lugar a dudas,tendrn un tremendo impacto en las estructurassocio-polticas y econmicas del Tercer Mundo,sus poblaciones y medio ambientes. Entre lasms significativas podramos mencionar lassiguientes: desintegracin del bloque socialista,la alianza europea, el bloque del Pacfico, y eldeclinamiento de la economa de los EstadosUnidos. Analicemos estos elementos en msdetalle.

    Desintegracin del bloque socialista

    Este evento mundial ha tenido una dramticarepercusin a nivel internacional, abriendo comoconsecuencia una nueva etapa histrica en lasrelaciones mundiales. Sin lugar a dudas, enAmrica Latina siempre existi una prudentecautela por parte de muchos sectores de laizquierda y otros con respecto al mundo

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  • socialista europeo, entendido como unaalternativa al sistema poltico y econmico delcapitalismo. Muchos intelectuales e inclusopolticos progresistas de la regin insistieron enque los pases de la Europa oriental nuncadesarrollaron un verdadero socialismo. Ms an,se argumentaba que dichas naciones habanalcanzado el status de socialista por decreto yno a travs de procesos revolucionarios, llegandoincluso a formar una alianza defensiva militardespus de la Segunda Guerra Mundial, duranteel perodo de la Guerra Fra, con la UninSovitica a la cabeza.6 En ese sentido,dogmatismo y modelos copiados del bloqueoriental afectaron a los Partidos Comunistas dela izquierda Latino Americana y del TercerMundo.

    Sin embargo, el colapso del bloque orientalen Europa y de la Unin ha tenido gravesimplicaciones para una gran cantidad de pasesdel Tercer Mundo, especialmente aquellos quedesafiaban el enorme poder y control ejercidopor el Norte. Por una parte, priv a muchasnaciones de recibir apoyo econmico, tcnico ymilitar por parte del bloque oriental, en donde elcaso de Cuba, Mozambique, Nicaragua (hastaantes de 1990) y Vietnam (hasta 1995)constituyen un buen ejemplo de esta situacin.Del mismo modo, la presencia sovitica a nivelmundial contribuy a limitar y a oponerse a losintentos imperialistas de los Estado Unidos enel Tercer Mundo y aunque de una manera msaparente que real, la Unin Sovitica constituyun constante desafo a las polticasintervencionistas nor teamericanas. Asentonces, el bloque socialista con todas suslimitaciones sirvi como una muralla decontencin que permiti alcanzar un balancegeopoltico y como un factor de apoyo pararealizar cambios importantes en el Sur. Elcolapso del bloque oriental, sin embargo, dejalas puertas abiertas para desarrollar nuevosmodelos polticos e ideolgicos en el TercerMundo, de acuerdo a sus culturas, valores ynecesidades especficas.7

    La unificacin europea

    El fin del siglo nos deja con una nueva Europaunificada ideolgica, poltica y econmicamente,un proceso el cual se desarroll en menos demedio siglo. Esta alianza rene a enemigosirreconciliables del pasado, tales como Alemania,Italia y Espaa por un lado, junto al resto de lasnaciones europeas. Cualquiera que hubieransido los problemas, la Unin Europea continamovindose en aras de la consolidacin ysolidificacin de dicha alianza poltica yeconmica. De esta manera, las bases para lacreacin de un Estado federal supra-nacionalque asuma la responsabilidad de implementaruna gran cantidad de actividades, incluyendoasuntos polticos claves, polticas externas, ydefensa, continan consolidndoseaceleradamente. Las doce naciones envueltasen esta alianza visualizan al mercado europeo,formado por varios millones de consumidores,como un lugar estratgico para detener eldesafo internacional representado por Japn ylos Estados Unidos.

    En efecto, una Europa unida podra llegara convertirse, junto al Japn, en un centromundial comercial y financiero. Esta situacinha comenzado a crearle algunos problemas ala hegemona mundial ejercida hace ya un ratopor los Estados Unidos, pudiendo inclusollevarnos a una nueva esfera de influencia anivel mundial. Este es el desafo enfrentado porla Administracin del Partido Democrticoencabezada por el Presidente Bill Clinton, paraevitar futuras consecuencias problemticas parala economa de los Estados Unidos.Potencialmente, esta situacin podra abrir lasposibilidades para Amrica Latina y otrasnaciones del Sur para tomar ventajas de ladeclinacin del poder econmiconorteamericano para sus propios beneficios, atravs de tratados comerciales y otros arreglosfinancieros.

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  • Emergencia del bloque de lacuenca del Pacfico

    Sin lugar a dudas que a finales del siglo veinteel sureste asitico y la regin de la cuenca delPacfico han emergido como poderosos centroscomerciales y productivos, alrededor del podereconmico del Japn. En una extensin menor,tambin ha emergido la asociacin de losllamados Nuevos Pases Industrializados delAsia del este, incluyendo la Asociacin deNaciones del Sureste Asitico (ASEAN).8

    Sin embargo, Japn an no sido capaz deresolver problemas polticos y de seguridad enla regin para jugar un rol correspondiente a supodero econmico. Estos asuntos no resueltoshan impedido que Japn consolide un visible ycohesivo bloque similar a la Unidad Europea oal NAFTA (Nor th American Free TradeAgreement).

    La ASEAN y otras alianzas econmicas dela regin incluyen a aquellos pases con altastasas de crecimiento bajo la hegemona delJapn, formando el rea econmica msprspera a nivel mundial. En ese sentido, estaregin se ha transformado en una zona de vitalimpor tancia y atencin por par te de losjaponeses. Durante la dcada de los ochenta,casi el 70% de la ayuda oficial para programasde desarrollo proporcionada por el gobierno delJapn fue dirigida hacia los pases asiticos, un15% al Africa, y solamente un 10% a AmricaLatina. Del mismo modo, un gran cantidad delas exportaciones japonesas, cerca del 30%, secanalizan hacia los pases asiticos (Itoh: 1992:207).

    A pesar de la invasin y ocupacin niponadurante la Segunda Guerra Mundial y su visinimperial con respecto al Asia en el pasado,elementos comunes tales como religin y cultura,junto a fuertes sentimientos antimperialistas encontra del mundo occidental, proporcionan aJapn un ambiente favorable para llevar a caboesta alianza econmica. El elevado rendimientoeconmico de la economa nipona constituyen,

    al mismo tiempo, un poderoso imn paracimentar esta poderosa alianza entre lasnaciones de las regiones asiticas. As, en lamedida que el Mercado Comn Europeo y elNAFTA se extienden y fortalecen, el Japnnecesita la alianza econmica con Asia comouna forma de escapar del aislamiento ycompetencia por parte del resto de sus rivaleseuropeos y norteamericanos. Dentro de estecontexto cabe preguntarse si algunas reas delTercer Mundo, y en nuestro caso, de AmricaLatina pueden beneficiarse de estas actividadescomerciales.

    Japn es una nacin pragmtica. Desdeel final de la Guerra Mundial, esta nacin adoptla posicin de trabajar asociado con los Estadosms que como un pas lder independiente. Estaestrategia econmica ha probado trabajarexitosamente y por lo tanto no tienen razonespara cambiarla por el momento. Desde estaperspectiva, a pesar que los japoneses no sonBlancos ni mucho menos cristianos, la dinmicadel Grupo de los Siete tiende a atraer este pasdentro de la rbita del Norte. Al mismo tiempo,el Japn est consciente del control y de losintereses geopolticos de los Estados Unidos enAmrica Latina y otras regiones del TercerMundo y no tiene, por el momento, ningn intersen antagonizar a los norteamericanos. En esesentido, la distancia entre el Norte y el Sur seacrecienta.

    El declinamiento del podereconmico de los U.S.

    Al mismo tiempo que el Presidente George Bushproclamaba el triunfo del nuevo orden mundialdespus de la cada del muro de Berln laeconoma de su pas estaba siendo afectada poruna severa recesin. El problema principalconsiste en que los Estados Unidos ha sidoincapaz de controlar su dficit fiscal y comercialmientras que, al mismo tiempo, se encuentraatrapado en un enorme gasto militar.

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  • El dficit financiero, el cual ha tenido unprofundo impacto en el pas, ha generado unenorme endeudamiento de su economa. Elperidico Financial Times del 10 de Julio de1991, indicaba que la deuda pblica habaalcanzado la astronmica suma de 300 milmillones de dlares a finales de 1989. El dolar,una moneda tradicionalmente utilizada comofuente de reserva internacional, ha perdidogradualmente su status preferencial cayendo deun 78.4% al comienzo de 1973, a un 56% afinales de 1990. Durante el mismo perodo, porel contrario, la participacin del marco alemnaument de un 5.5 % a un 19.7%, mientras quela del yen japons aument de cero a 9.1% (Glyn& Sutclife: 1992: 91).

    Por otra parte, los Estados Unidos hanperdido su competitividad tecnolgica yproductividad debilitando las posibilidades demantener su hegemona mundial a menos quecontine utilizando su poderoso aparato militare ideolgico. En efecto, dicha hegemona ha sidoposible a travs de invertir 300 mil millones dedlares al ao en armamentos y a su capacidadde controlar dos tercios de los medios decomunicaciones de masas del planeta. Sinembargo, debido a la aguda crisis econmicaque atraviesa este pas, la administracin delPresidente Clinton se vio forzada a reconsiderarsus polticas internacionales y dominio militar,llevndolo gradualmente a abandonar parte desu modelo neo-imperialista. Lo mismo puedeobservarse en la instituciones financieras en lascuales los Estados Unidos han ganadohegemona econmica tales como el BancoInteramericano de Desarrollo, el Banco Mundial,el GATT, y la Organizacin para la CooperacinEconmica y Desarrollo. Esta no es una decisinvoluntaria y los Estados Unidos est anintentando mantener su posicin dominante, lacual se encuentra actualmente desafiada por susaliados, y a la vez, competidores europeos yjaponeses.

    El sistema de explotacin impuesto en elTercer Mundo tambin se ha expandido al Primer

    Mundo, afectando a los Estados Unidos mismoscomo al resto de las regiones del Nor te,incluyendo ahora a Europa del este. Actualmenteno existe un sistema explotativo diferente paralos Estados Unidos y el resto de las Amricas yel Caribe. La bsqueda de mano de obra barata,materias primas y mercados ha sobrepasado lasfronteras internacionales. Hace ya un rato quela industrias norteamericanas comenzaron a sertransferidas hacia Amrica Latina y otrasregiones provocando despidos masivos y unaalta cesanta entre su poblacin, la cual tambinha sufrido la eliminacin de servicios socialestanto a nivel estatal como federal, y en donde lapobreza se expande a travs de toda la nacin.Durante los ltimos 15 aos, el ingreso del 5%de los sectores ms pudientes de este pas haaumentado 50 veces, mientras que las entradasdel 60% de los sectores ms bajo de la poblacinhan visto sus ingresos reducidossignificativamente. Actualmente, uno de cadacinco nios vive en los niveles de pobreza(Burbach: 1992: 240). Del mismo modo, es muyfrecuente encontrar hoy da en las entradas delos modernos shopping centers o malls de losEstados Unidos, a grupos de individuos conletreros solicitando trabajo a cambio de alimentos(work for food).9

    Sin lugar a dudas, el nuevo ordeneconmico mundial est afectado severamentea la economa de los Estados Unidos. A pesarde que no es aventurado afirmar que una nuevaetapa histrica se ha iniciado no slo por elcolapso del socialismo histrico y la UninSovitica, el futuro no se ve muy promisorio parael Sur y para un amplio sector de la poblacinde los Estados Unidos y Canad.

    EL MODELO NEO LIBERAL

    El modelo neoliberal actual promueve,fundamentalmente, la total liber tad demovimientos de capitales, bienes y servicios,junto a una amplia apertura de las economasde las naciones y relaciones de competencia en

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  • el mercado mundial, dentro de una absolutaindependencia. En contraste, la fuerza laborales la nica mercanca que no posee libertad demercado, existiendo constantes presiones porparte del Estado para reducir su valor y costo.Dichas medidas pueden incluir desde medidaslegales, pasando por la represin de losmovimientos laborales, coaptacin de lossindicatos y organizaciones de los trabajadoresy sus lderes.

    El neoliberalismo promueve enrgicamentela eliminacin de las funciones reguladoras delaparato Estado, junto a la desnacionalizacin yprivatizacin de sus bienes y servicios. En otraspalabras, en vez de utilizar al Estado, tal comoocurra en el pasado, este modelo econmicopromueve que sea el mercado el encargado dedeterminar el crecimiento de la produccin,distribucin, renovacin tecnolgica, e incluso,las necesidades sociales. Aqu, el problemaprincipal es que una vez que se reduce y debilitael rol del Estado, se disminuye la capacidad dela economa nacional para detener y confrontarlas presiones financieras externas. Ms an, elEstado es el nico mecanismo que existe en unanacin que puede crear las instancias necesariaspara suavizar los efectos de las presiones, lascrisis internacionales y otros problemassimilares.

    Para aliviar las consecuencias socialesnegativas del modelo neoliberal, los promotoresde este sistema econmico han eliminado ciertosespacios tales como la negociacin colectiva delos conflictos laborales, favorecido el crecimientode la economa informal, y la puesta en marchade algunos programas de asistencia social, lascuales tienen un efecto ms propagandstico quereales, tales como la extensin de pagos decesanta y bienestar social (en el caso de lasnaciones desarrolladas) y la creacin programasde empleo mnimo, en el caso de algunos pasesde Amrica Latina.

    El discurso neoliberal acenta la ideologaque pregona la incapacidad del Estado comoadministrador y empresario, junto a una seriede nociones, interpretaciones, y principiosesgrimidos para promosionar dicho modeloeconmico. Entre estas nociones y principioselevados a la categora de dogmas universalespor parte de los neoliberales, se puedenmencionar la competencia, una fuerte disciplinalaboral, pragmatismo, y el reemplazo de lasagrupaciones sociales de masas por grupospequeos o individuos, como los agentesintermediarios e interlocutores principales en lasociedad.

    Los proponentes del neoliberalismotambin enfatizan que la reorganizacin de laeconoma mundial de acuerdo a los nuevosintereses y necesidades del capitalismo y lascorporaciones multinacionales, son el resultadode la evolucin histrica de las sociedades. Msimportante, esta evolucin histrica se presentacomo un proceso al cual todas naciones tienenque unirse inevitablemente. De este modo, estalgica se utiliza para justificar ladesnacionalizacin de los Estados de AmricaLatina como parte del costo que la regin debepagar para integrarse al nuevo orden econmicomundial. Repitamos, lo anterior se refuerza conla cada del bloque socialista y eldesmantelamiento de la Unin Sovitica.

    Finalmente, de acuerdo al modeloneoliberal, el concepto de soberana, desarrollo,justicia social y democracia, tambin han sidoredefinidos. Desarrollo, por ejemplo, se describecomo una meta que todos los pases puedenalcanzar si estos se unen al proceso neoliberal,el cual se presenta como una etapa que requieretiempo y sacrifico. As, la justicia social sedefine como una funcin de las oportunidadescreadas por el esfuerzo individual de laspersonas, mientras que la democracia es unvalor universal sin un contenido de clase ocalificaciones polticas de izquierda y derecha.

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  • EL MODELO NEOLIBERALLATINOAMERICANO

    La implementacin de los modelos neoliberalesen Amrica Latina muestran tres etapas muyclaras. El primer perodo, iniciado cerca de losfinales de la dcada de los sesenta, cuando laseconomas de la regin haba promovido laimplementacin de los procesos desarrollistasde industr ializacin, basados en unproteccionismo de Estado. A pesar que algunosneoliberales durante ese perodo no formularonpolticas bien pensadas y racionales, losprecursores de este modelo criticaron laapertura de las economas de Amrica Latina.Al mismo tiempo, sus proponentes sostenan quela estagnacin que afectaba la industrializacinde cier tos pases era el resultado de laineficiencia, principalmente del Estado, el cualse ha caracterizado histricamente por ser unpsimo administrador. Los neoliberales atribuanbsicamente esta falta de eficiencia por partedel Estado a la carencia de competencia externa,y en donde la inflacin se atribua a los esfuerzosde los gobiernos regionales para estimular elempleo y el crecimiento econmico.10 Amediados de los setenta, la tendencia para abrirlas economas regionales a los inversiones ycrditos extranjeros se acentuaron. El modelodel economista Milton Friedman junto a susseguidores, ms conocidos como los Chicagoboys y sus polticas neoliberales, comenzaron apredominar en Amrica Latina.

    Durante la segunda etapa, este modeloneoliberal se aplic en una forma radical envarios pases. Sin embargo, como unaprecondicin a su aplicacin, fue necesario llevara cabo una serie de golpes de estadosorientados a la instalacin de dictaduras militarespara que se hicieran cargo del Estado (Vasconi:1974). Este fue el caso de Brasil en 1964 y 1968,Argentina en 1966, Chile en 1973, Argentina yUruguay en 1976. En pases como Chile, porejemplo, la economa se abri totalmente a loscapitales y servicios extranjeros. El rol del

    Estado, entendido como un regulador econmicoy benefactor social , tal como ocurra en elpasado, fue rpidamente eliminado.11

    Al final del perodo de los regmenesmilitares que controlaron la regin entre 1964 y1990, los nuevos gobiernos civiles queasumieron se encontraron totalmente atrapadospor una enorme deuda externa. Los gobiernosdel Cono Sur intentaron aplicar algunos frmulassocial-demcratas como modelo econmico,desarrolladas por Comisin Econmica paraAmrica Latina, ms conocida como la CEPAL,en parte porque el neoliberalismo estabademasiado asociado con los militares, perotambin, debido al temor de que los efectosnegativos de este modelo econmico podranafectar sus pretensiones electorales. A estodebemos agregarle, el temor de algunas de lasnuevas autoridades civiles de poder sobrevivircon sus frgiles gobiernos democrticos debidoa la continua presin de los militares y susasociados, el gran capital nacional y extranjero.

    La transicin de los regmenes militares aregmenes electorales civiles se asocirpidamente con democratizacin. La realidad,sin embargo, vino a demostrar que esto fue sloun cambio de rgimen que no alter o desafi elpoder de las instituciones ms crticas del Estadotales como las Fuerzas Armadas, los serviciosde inteligencia, los servicios civiles, los bancoscentrales y el poder judicial. Tambin se hizoevidente que mientras los militares habanretornado el gobierno a los civiles, las fuerzasarmadas retenan un significativo poder de vetosobre el proceso de redemocratizacin. Loscrmenes de lesa majestad, la violacin de losderechos humanos, la situacin de los miles dedesaparecidos y asesinados por las militares, lacorrupcin y otros hechos importantes fueronsilenciados y cubiertos por la impunidad. Lasnuevas autoridades civiles elegidas decidieronabandonar estas controversiales materias,concentrndose en la proteccin y promocindel modelo neoliberal puesto en prctica por lasfuerzas armadas.

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  • La tercera etapa del modelo neoliberal sedesarroll con la crisis ocurrida durante ladcada del ochenta, cuando la profundizacinde la deuda externa forz a muchos pases dela regin a abandonar sus experimentos socialdemcratas. Al respecto, dos elementos puedensealarse para explicar esta tendencia. Enprimer lugar, los gobiernos civiles no pudieroncrear un modelo que les permitiera esparciradecuadamente el creciente costo de los ajusteseconmicos. En segundo lugar, los pases deAmrica Latina experimentaron un enormepresin en sus economas por parte del capitalextranjero, a travs de la deuda externa. Comoresultado, al final de los ochenta y comienzo delos noventa, el modelo neoliberal se consoliden Amrica Latina. De acuerdo a Petras yMorley (1992: 13), durante este perodo elProducto Domstico Bruto cay ms de un 8%.Pases como Argentina, Bolivia, Per yVenezuela, por su parte, experimentaron cadasentre un 24 y un 26 % (Ibd).

    El origen de la crisis de la dcada de losochenta que permiti la consolidacin del modeloneoliberal en Amrica Latina requiere algunaatencin. A partir de los cincuenta hasta losochenta, la masiva afluencia de capital extranjerotransnacional produjo un crecimiento promedioanual de 5% (Snchez-Otero: 1993: 19). Comoresultado de esta expansin econmicadependiente, las economas de Amrica Latinase insertaron dentro del marco general delcapitalismo imperante en esa poca y lasindustrias de la regin y sus modelos desubstitucin de importaciones perdieron sucarcter nacional. Ciertas reas del sectoragrario tambin se adecuaron para alcanzar elmercado internacional, pero lo ms importantefue que los sectores ms crticos de laseconomas regionales pasaron a ser controladastotalmente por capitales extranjeros,produciendo una casi total subordinacin enreas como las ciencias y la tecnologa.

    La resistencia interna por parte de algunossectores y gobiernos nacionalistas y populistas

    bajo el liderazgo de la burguesa industriallos cuales se haban originado durante lasprimeras dcadas del siglo diecinueve,fracasaron en sus intentos de proteger susproyectos econmicos. Dichos modelos fueron,entonces, rpidamente dejados de por lado y laburguesa abandon sus esfuerzos originales deresistencia para terminar finalmente unindosea los inversionistas extranjeros y convertirse ensus asociados menores.

    Los gobiernos de Amrica Latina y elCaribe comenzaron entonces a solicitar crditosextranjeros, los cuales, a partir de los setentaestuvieron rpidamente disponibles para palearlos efectos negativos de esta nuevasubordinacin al capital internacional. Por mediode estos crditos extranjeros, los gobiernos dela regin intentaron resolver el problema deldeterioro de los trminos comerciales, elsobreprecio del valor del dlar, la fuga decapitales, la carencia de ingresos para financiarlas necesidades bsicas del Estado y otrosefectos de la transnacionalizacin. Lasinyecciones de dinero obtenido a travs deprstamos en el extranjero significaron quevarios gobiernos pudieron continuar apoyandosus complejos industr iales y suscorrespondientes modelos de sustitucin deimportaciones por un rato, aunque igualmenteterminaron atrapados por las agencias crediticiasy el capital forneo. Sin embargo, loscomplicados y perniciosos mecanismos de ladeuda externa vinieron a agravar esta crisis alfinal de los setenta, continuando durante losochenta.12

    Concluyendo, el nuevo orden econmicomundial, bajo la hegemona del Grupo de losSiete, ha acrecentado la crisis no slo enAmrica Latina sino que, tambin, en el TercerMundo a travs de imponer a las nacionesdeudoras del Sur la implementacin de ajusteeconmicos extremadamente pesados yonerosos para sus poblaciones. Dichas medidasdraconianas por parte del Norte tienen comofuncin principal asegurar la cancelacin de la

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  • enorme deuda externa acumulada por el Sur.Sin embargo, esta estrategia tambin apunta aapoderarse de los abundantes recursosnaturales, bienes y servicios del Tercer Mundoen compensacin por la reduccin de susdeudas externas, especialmente cuando cadavez es ms evidente para el Primer Mundo laimposibilidad real que las empobrecidas ysubdesarrolladas naciones del Sur enfrentanpara continuar canalizando sus capitales lquidoshacia el Norte.

    CONSECUENCIAS DEL NEOLIBERALISMO

    Los efectos del neoliberalismo en la mayora delos pases de Amrica Latina ha sido, sin lugar adudas, desastrosos, cuyas caractersticaprincipales se expresan a travs de laprivatizacin y el control extranjero de suseconomas. En efecto, la regin se encuentraen medio de un profundo y acelerado procesode restructuracin econmica y apropiacin desus sistemas productivos. En Mxico, porejemplo, de 1050 empresas estatales en 1983,nicamente 285 permanecan como tales en1990 (Teichman: 1993). Al trmino del perodopresidencial de Salinas de Gortari en 1994,Mxico conservaba prcticamente ningunaindustria estatal significativa. Un poco ms tarde,el gobierno mexicano complet el proceso dereprivatizacin de todos los bancosnacionalizados en 1982.

    Tan pronto el Presidente Salinas de Gortaritom el poder, su gobierno comenz a abrirrpidamente la economa de su pas a losinversionistas extranjeros. En mayo de 1989,las leyes mexicanas fueron modificadas parapermitir la operacin de corporaciones forneosy la entrada de capitales internacionales en lasreas controladas por el Estado. En junio delmismo ao 1989, el Presidente Salinas deGortari inici conversaciones informales con elPresidente George Bush y el Primer Ministrocanadiense Bryan Malroney para establecer un

    tratado de libre comercio. Mientras el gobiernomexicano ofreca abolir prcticamente la mayorade sus tarifas aduaneras y restricciones para losinversionistas extranjeros, al mismo tiempo sepreparaba para vender el poderoso sector decomunicaciones controlado por el Estado,Telfonos de Mxico, junto a un paquete de otrasempresas pblicas. La intencin del gobiernoera recolectar 20 mil millones de dlares a labrevedad posible (Lederma: 1990: 1).

    El caso de Argentina tambin essignificativo. A mitad del ao 1989, el gobiernojusticialista del Presidente Nemen, unsocialdemcrata convertido al neoliberalismo, seembarc en un agresivo plan de privatizacin ymedidas de austeridad orientados a renovar laeconoma de su pas. Durante ese perodo,importantes industrias estatales en el rea delas comunicaciones y el transporte fueronvendidas a corporaciones multinacionaleseuropeas y norteamericanas. Del mismo modo,60% de la poderosa compaa estatal de telfonofue adquirida por dos consorcios, uno europeoy el otro de los Estados Unidos. De acuerdo aPetras y Morley (1992: 54), de un total de 2.3millones de obreros en Argentina, un milln deellos perdieron sus empleos entre los meses deoctubre de 1989 y octubre de 1990.

    De acuerdo a los estndares utilizados enlos pases desarrollados, las industr iascaracterizadas por una baja productividad ytecnologa anticuada en manos de pequeos ymedianos propietarios, han sido eliminadas y susproductos reemplazados por ar tculosimportados.

    La rpida apertura de las economasregionales al capital extranjero responden a lasnecesidades inmediatas de generar ingresospara servir su enorme deuda externa. Sinembargo, esta situacin ha significadoprcticamente desmantelar el Estado, lo cual,junto a las privatizacin de las empresasestatales y los drsticos cortes al presupuestode la nacin, han originado un alarmante

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  • incremento de la cesanta y un alarmantecrecimiento de los niveles de pobrezas de unamanera nunca antes observados en ese pas.

    Chile, uno de los ms orgullosos ejemplosdel modelo neoliberal, en 1969, es decir cuatroaos antes del golpe militar que derrocara alPresidente Salvador Allende, 28,5% de lapoblacin viva en la pobreza. En 1979, despusde seis aos de gobierno militar, el nivel depobreza haba aumentado a 36%, llegando a42% en 1989 (Ruiz Tagle: 1991: 46).

    En Costa Rica, el porcentaje de la poblacinque vive bajo los lmites de pobreza, tambin haaumentado dramticamente en slo cinco aos:desde un 18,6% en 1987 a 24.4% en 1991. Delmismo modo se estima que alrededor del 37%de los trabajadores reciban salarios inferioresal mnimo requerido por la ley (Inforpress: 1992:6).

    En el caso de Mxico, la tasa de cesantaes de alrededor del 20% mientras que elsubempleo es casi el doble (Escobar: 1991: 9).El crecimiento del sector informal de la economaindividuos subempleados y pequeasempresas creci un 80% durante la dcadade los ochenta, lo que constituye un indicadorsignificativo de la inestabilidad que caracterizael modelo neoliberal mexicano y su inhabilidadpara crear empleos suficientes.

    En Nicaragua, despus de los dos aos deestabilizacin y ajustes estructurales quesiguieron a la derrota electoral de los sandinista1990-1992 53.000 nicaraguenses perdieronsus trabajos, afectando fundamentalmente alsector productivo en comparacin con aquellosque laboraban en los sector servicios y comercio.La recesin en la produccin signific la prdidade otros 36.000 empleos en los grandescomplejos agrcolas e industriales y de lasempresas de la construccin. El sector msafectado por los ajustes econmico del nuevomodelo neoliberal fue el manufacturero en dondeun tercio de los trabajadores fueron despedidosdurante este perodo 16.000 obreros (Envo:Marzo de 1993: 19-20).

    La Iglesia latinoamericana tambin hadecidido hacerse presente en el debate acercadel neoliberalismo y sus efectos en la poblacin.El Obispo de Chimbote, Per, Luis ArmandoBambarn, en un mitin del Consejo EpiscopalLatinoamericano (CELAM) sostena que en supas la privatizacin de las compaas pblicasy la reduccin de la oportunidad se tradujeronen despido masivo de 500.000 empleados. Msan, de acuerdo al prelado, slo el 7% de lapoblacin laboral recibe un salario justo, debidoa que el neoliberalismo est slo preocupadode la eficiencia, haciendo al xito econmico msimportante que los seres humanos, y en dondeel pueblo paga por sus errores (L. P.: 8 de abrilde 1993; p. 1).

    El Arzobispo de Cali, Colombia, PedroRubiano, agregaba a lo sostenido por el ObispoBambarn que el neoliberalismo latinoamericanoha permeado todos los pases como resultadode una realidad comn. A pesar que este modelotiene algunos aspectos positivos, los costossociales son muy altos, incluyendo la tremendaseparacin entre pobres y ricos, la cual en vezde disminuir est siendo cada vez ms amplia(Ibd.).

    La preocupacin de los obispos parece sercorrecta. De acuerdo a la CEPAL, en 1990aproximadamente 44% de la poblacin deAmrica Latina 183 millones de personasvivan dentro de lo que se designa como losniveles de pobreza. Esta cifra representa unaumento de 112 millones de habitantes conrespecto al ao 1970. Aproximadamente la mitadde este grupo, es decir 88 millones delatinoamericanos fueron sealados por elinforme estar viviendo incluso bajo dichos nivelesmnimos de pobreza indigentes.

    EL NUEVO ORDEN MUNDIAL Y ELNEOCOLONIALISMO

    Como resultado del modelo neoliberal, losgobiernos de Amrica Latina han sidovir tualmente forzados a abandonar sus

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  • esfuerzos para alcanzar plena soberananacional y un verdadero desarrollo econmico.A partir de la independencia, nunca antes laspolticas gubernamentales de la regin fueroncontroladas y manejadas tan directamente poragencias extranjeras como los son hoy da, atravs del BID, el Banco Mundial y otrasorganizaciones crediticias internacionales. Enese sentido, el neoliberalismo se ha convertidoen sinnimo de neocolonialismo tanto enAmrica Latina como en el Caribe, cuyos nicosbeneficiarios han sido las corporacionestransnacionales y sus aliados regionales: ungrupo reducido de las clases dominantes decada uno de esos pases.

    Polticas con respecto a ajustesestructurales han sido masivamente adoptadaspor los nuevos regmenes electorales deAmrica Latina y del Caribe. En gran medida,estas polticas han sido el resultado de severaspresiones por parte de agencias crediticiasextranjeras, las cuales han jugado un importanterol en las procesos internos de los pases de laregin. Estas agencias que incluyen al BID, alBanco Mundial, al Fondo MonetarioInternacional, el Chemical Bank, estn todasconectadas con gobiernos, bancos privados ygrupos que actan como intermediarios delNorte,13 las cuales ejercen un enorme controlde las economas y gobiernos de los pases deAmrica Latina y el Caribe. La mayora de dichaspolticas precluden a los organismos nacionales,una situacin que reduce las posibilidades deautodeterminacin, legitimidad de los regmenespolticos y autonoma para desarrollar e imponersus propias opciones.14

    Muy pocos disputarn que la legitimacindomstica de un gobierno y sus autoridadesoficiales, programas polticos, e institucionespblicas se encuentran generalmente limitadasa menos que ese gobierno pueda mejorar losniveles de servicios que proporciona a susciudadanos. Este no es el caso de lassociedades de Amrica Latina las cuales nadapueden hacer por sus ciudadanos cuando

    cuentan con reducidos ingresos y unsubdesarrollo crnico. La aplicacin de polticasque contemplan ajustes estructuralesintolerables tales como reduccin de impuestosa las corporaciones, reduccin de la barrerasproteccionistas, eliminacin de subsidios yprivatizacin de las empresas pblicas,especialmente las ms rentables, conducen ala transferencia y acumulacin de riquezas enlas manos de una pequea lite domstica y susasociados internacionales.

    En Chile, por ejemplo, la tasa de ingresodel 20% ms rico de la poblacin en 1969 era44.5%, comparado con 7.6% del 20% ms pobrede los chilenos. En 1988, el radio entre ambossectores sociales de este pas fue de 54.6% y4.4%, respectivamente (Ruiz Tagle: 1992: 46).Entre 1982 y 1989, la remisin de utilidades ypagos de intereses a las corporacionesmultinacionales y bancos en este perodototalizaron 281,5 mil millones de dlares.

    De acuerdo al Times of the Americas (10de enero de 1990, p. 3), una vez deducidos losnuevos prstamos e inversiones, Amrica Latinacontinua siendo un exportador neto de capitales.los que estiman en 200 mil millones de dlares.En este sentido, la intensidad de las presionesexternas y apoyo a este modelo econmicoaumentan mientras que, al mismo tiempo, sereduce el apoyo interno de la economa, unasituacin que se traduce en cor tes ydebilitamiento de la educacin, programas desalud, bienestar social y servicios pblicos.Como resultado se produce una crecientealienacin de los sectores populares, originandodescontento y mobilizaciones sociales las cualesabren las puer tas a nuevas estrategiasdisidentes para resistir dichas medidas. De estamanera, la credibilidad de las estructuraspolticas y sus autoridades comienzan a serseveramente cuestionadas a pesar de losesfuerzo de la prensa oficialista para continuarpromoviendo el modelo neoliberal. Lo anteriorse refuerza a travs de las discrepancias queemergen entre la retrica de la legitimacin de

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  • los regmenes locales y la implementacin delos programas polticos y econmicos de laslites locales.

    Confrontados con los desafos al mitopoltico del neoliberalismo de la regin y lacreciente oposicin popular de los sectores mspostergados, las clases dominantes debenrecurrir al viejo truco de la represin. Sinembargo, entre ms dependiente se transformaun Estado del uso de la fuerza, ms se debilitaen trminos polticos y econmicos. A pesar deesta antigua verdad, para mantener la estabilidadsocioeconmica en los pases de Amrica Latinaes necesario imponer la inestabilidad poltica,una situacin que deslegitima a los denominadosgobiernos democrticos elegidos despus delretorno de los militares a sus cuarteles. Estotambin viene a demostrar que lademocratizacin poltica y socio-econmica nopueden reconciliarse dentro del desarrollodependiente expresado a travs de la polticade los ajustes estructurales aplicados enAmrica Latina y el Caribe.

    Esta realidad fuerza a los gobiernosregionales a enfrentar severas contradiccionesrespecto a la bonanza neoliberal y los efectosen sus poblaciones respectivas. En primer lugar,cuestiona la nocin de que los profundoscambios sociales que se originan en la sociedadpueden ser arbitrados y resueltos a travs delos mecanismos propuesto por las democraciaselectoralistas en sociedades dependientes ysubdesarrolladas. En segundo lugar, la idea deque el Estado es un mecanismo neutro en lasociedad, cuyas situaciones y demandasconflictivas pueden ser arbitradas, pierdencredibilidad entre las clases sociales que formandichas sociedades.15 En ese sentido, como untercer aspecto, la creencia de que los cambiosde la actual estructura socio-econmica de lassociedades de Amrica Latina pueden lograrsesin alterar el rol del Estado, se convierte en unamateria altamente cuestionable. Finalmente, elmodelo neoliberal implantado en Amrica Latinay el Caribe constituye un serio desafo a la nocin

    de que un Estado nacional es el encargado delbien comn de la nacin demostrando, por elcontrario, que estos operan como mecanismosque mantienen la naturaleza dependiente y elsubdesarrollo de esas naciones, una situacinque slo beneficia al gran capital nacional yextranjero.

    El sector informal

    El neoliberalismo produce neo-marginalidad,eufemsticamente designado como el sectorinformal de la economa, compuesto porvendedores callejeros de diferentes artculos,incluyendo jugos y comidas, lustrabotas,cuidadores de automviles, acarreadores debultos, msicos y artistas callejeros, etc. Enrealidad, este sector de la economa es uno delos efectos ms prominente y pernicioso delmodelo neoliberal tanto en sus dimensioneshumanas como econmicas, polticas eideolgicas. Dentro de esta reconceptualizacinneoliberal de la marginalidad las solucionesprivadas y familiares han venido a reemplazar alas sociales, dando lugar a una variedad de tiposde economas mezcladas y diferenciadasinternamente en Amrica Latina y el Caribe.Estas formas de economas informales hanadoptado diversas caractersticas dependiendofundamentalmente de las necesidades y nivelde oportunidades para los habitantes en susrespectivas localidades.

    Una de las modalidades adoptada por estossectores se refleja en el explosivo desarrollo demicroempresas que trabajan con los grandesconglomerados o prestan servicios al sectorindustrial en reas tales como la informacin, lapublicidad, mercado, seguridad, reparaciones ymantenimiento y limpieza. Los propietarios deestas pequeas empresas a menudo seencuentran en los lmites mismo de los nivelesde pobreza, en donde los trabajadoresasalariados de las mismas reciben ingresos quebordean los mrgenes de subsistencia mnimos,sin beneficios sociales, ni seguridad laboral.

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  • En el caso de Chile, por ejemplo, el sectorinformal emplea actualmente el 45% de la fuerzade trabajo (Van Hemeyrick: 1992: 154). El pagode bajos salarios tambin han forzado el ingresode las mujeres a las diversas fuentes productivasbajo condiciones de superexplotacin, las cualesen 1976, constituan el 27.6% de la poblacinlaboral del pas, aumentando al 34.6 en 1989.La mayora de estas mujeres trabajan en lossectores ms desorganizados de la economa yque al mismo tiempo pagan los salarios msbajos. El 25% de estas mujeres, por ejemplo,se desempean como sirvientas domsticas. Delmismo modo, las nuevas oportunidades deempleos temporales en la agricultura sonllenadas con mujeres las cuales trabajan durantelos perodos de cosechas y recoleccin de frutas,contratadas por salarios mnimos y conprohibicin absoluta de organizarse paranegociar sus condiciones laborales y valor deltrabajo.16

    En Costa Rica, ciertas fuentes indican queentre 1980 y 1990 la expansin del sectorinformal de la fuerza de trabajo urbano aumentdel 14 al 22% (Latin America Weekly Report:Octubre 29, 1992). Despus de mantenerseprcticamente constante, alrededor de 17%entre 1980 y 1986, la categora empleado porcuenta propia dio un salto alcanzado un 22,9%en 1987 y un 24,8% en 1991. Sin embargo, el53% de esos trabajadores independientes seubicaban bajo los niveles mnimos de pobrezaen 1991, mientras que slo el 39,8% de lostrabajadores asalariados de ese pas escapabande esa clasificacin (CEPAS: 41-49).

    En Mxico, la economa informal creci un80% durante la dcada de los ochenta (Escobar:1991: 9). A travs de los parques industriales,crditos y facilidades administrativas, el gobiernode ese pas promovi entre los comerciantesmarginales y los empresarios informales aintegrar sus actividades con las grandescorporaciones multinacionales, especialmente atravs del sistema de las maquiladoras.

    El modelo neoliberal tambin ha creado untipo de economa popular traducida en lacreacin de pequeos talleres, negociosfamiliares, industrias caseras, o pequeosnegocios, con tres o cuatro asociados, talescomo pequeas amasanderas, cocineras,artesanas, tiendas y almacenes pequeos,restaurantes, caf, bares, etc. Este tipo deactividades econmicas operan alrededor de undueo de casa, frecuentemente con lacolaboracin de la familia. Dependiendo de susresultados operacionales, estos pequeosnegocios pueden llegar a transformarse enmicroempresas, crear unos pocos trabajos ms,y producir algunas utilidades para los municipios,estados o provincias, via impuestos.

    Otra expresin econmica desarrollada apartir del neoliberalismo es la formacin deorganizaciones populares econmicasconsistentes en grupos pequeos en un barrio,grupo vecinal u organizacin que recurren aformas colectivas para resolver las necesidadesy problemas sociales, econmicos, legales yculturales ms inmediatos. As, es posibleobservar la masificacin de ollas comunes,comedores populares, formacin de cooperativapara comprar o vender alimentos, cooperativasde artesanos, clnicas legales, etc, para resolverlos problemas de los sectores ms postergadosde la poblacin. Otras iniciativas han consistidoen programas de entrenamiento auspiciados pororganizaciones de iglesias y agencias nogubernamentales (NGOs.) como, por ejemplo,grupos de salud, comits de construccin deviviendas, comits de obreros cesantes, etc.

    Las iniciativas individuales denominadascomo informales incluyen actividades tales comovendedores callejeros, servicios domsticos limpiadores de ventanas, jardineros, aseadoresde casas, recolectores de basuras, msicoscallejeros, cuidadores de automviles, y muchosotros tipos de oficios similares. Estas actividadessirven para complementar algunos vacos delmercado, aunque, sin embargo, la mayora de

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  • las veces son el resultado de la increblecreatividad de los sectores empobrecidos paraoriginar actividades laborales que les permitangenerar ingresos para sobrevivir y subsistir.Algunas veces, estas actividades empresarialespopulares pueden operar vinculadas a empresasformales e incluso corporaciones, cumpliendofunciones auxiliares que dichas empresas noquieren llevar a cabo para de, esta forma, eludirel pago de beneficios legales a sus trabajadorese impuestos a las municipalidades o gobiernos.Esta frmula constituye otra forma de acceso amano de obra barata y un mecanismo paraestimular e incrementar la tasa de ganancia porparte de las grandes empresas.

    Otras iniciativas de sobrevivencia tambinhan sido desarrolladas por ciertos sectores dela poblacin para palear los efectos del modeloneoliberal. Estas incluyen varan desdesubsidios estatales a los indigentes hasta pedirlimosnas en las calles. Como resultado, lossectores ms empobrecidos cuentan con muypocas oportunidades econmicos debiendo, porlo tanto conformarse con sobrevivirforzadamente dentro de espacios muyreducidos, incluyendo acciones delictivas comohurtos, e incluso acciones violentas tales comoasaltos y robos a mano armada. Las actividadesque se realizan fuera de la ley han aumentadonotoriamente, especialmente alrededor de loscentros urbanos ms densamente poblados deAmrica Latina y el Caribe. Las zonasmarginales de estas regiones se hantransformado en lugares con altas tasa decriminalidad, niveles de violencia y actividadesilegales debido a la cesanta, empobrecimientoy miseria de amplios segmento de suspoblaciones. Entre ellas podemos sealar laprostitucin de mujeres, hombres y nios,secuestros, ventas de nios, de rganos, trficoy venta de drogas, robos de casas, automvilesy otros.

    La respuesta a las acciones delictuales delos sectores ms empobrecidos ha sidorepresin y brutalidad por par te de las

    autoridades de gobierno y las agenciascrediticias internacionales. Grandes cantidadesde recursos econmicos han sido asignados alentrenamiento y modernizacin de lasnumerosas fuerzas policiales para detener elcrimen en vez de concentrase en la creacin decentros productivos y programas capases degenerar recursos econmicos y empleos paralos ejrcitos de cesantes que asolan la regin.

    Desarticulacin de lostrabajadores, rearticulacin de las lites

    Una caracterstica notoria del neoliberalismo essu alarmante tendencia a restringir cada vez losempleos permanentes y la seguridad laboral. Deeste modo, el sector informal se transforma enla ruta abierta no slo para compensar elcreciente desempleo, sino que, a la vez, paraobstruir los esfuerzos de los trabajadores aresistir este tipo de poltica y a forzarlos a buscarsoluciones individuales. Como resultado de laspolticas aplicadas por los regmenesneoliberales de Amrica Latina y del Caribe lasbases sociales y econmicas de los sectoreslaborales se han debilitado enormemente.

    La ideologa neoliberal sostiene que todaslas personas en la sociedad son iguales, endonde la competencia individual permite triunfaren cualquiera de sus niveles. En ese sentido,esta interpretacin ideolgica es un esfuerzoconsiente a limitar los mecanismos denegociacin colectiva de los sindicatos yfederaciones laborales. Por esta razn, elneoliberalismo se opone a la sindicalizacin delos trabajadores o la limita al mximo para evitarconflictos laborales y otros mecanismos depresin utilizados para defender los intereses,derechos y conquistas de los sectoresasalariados, lo que permite crear un ambientefavorable para las inversiones del gran capitalnacional e internacional. En consecuencia,dentro de este modelo, los trabajadores seencuentran muy dbilmente representados adiferencia de las slidas organizaciones y

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  • movimientos histricamente desarrollados yobservados en el pasado. Sin lugar a dudas,las organizaciones laborales han experimentadoun significativo debilitamiento y fragmentacincomo resultado de las acciones de los gobiernosmilitares que predominaron en la regin entre1964 y 1990, luego de sufrir una severa derrotaen manos de las fuerzas armadas del continentey la administracin de los Estados Unidos.Cdigos laborales y constituciones polticasaprobadas como resultado de los gobiernoscastrenses sin la participacin de los sectoreslaborales, prcticamente han paralizado lasposibilidades de los trabajadores a negociar y adefender sus derechos y oportunidades.

    Las consecuencias de la derrota militar delmovimiento obrero por parte de las fuerzasarmadas ha sido dramtico, especialmente enalgunos pases del Cono Sur. Chile, por ejemplo,un pas caracterizado por una histrica tradicinlaboral, constituye un caso muy significativo. Enefecto, el nmero de trabajadores sindicalizados,que en 1972 correspondan al 41% de la fuerzalaboral del pas, durante los primeros aos de ladcada de los ochenta no alcanzaban a ms del13% (Ruiz-Tagle: 1985). Hasta el ao 1973,cuando el golpe militar encabezado por elgeneral Pinochet derrocara al presidenteconstitucional, Salvador Allende, exista una solaCentral Unica de Trabajadores (CUT), la cualrepresentaba a casi todos los trabajadores delpas. Actualmente existen nueve centrales queincluyen 34 confederaciones y 25 federaciones,siendo la Confederacin Unida de Trabajadoresla ms numerosa. A pesar que esta organizacintiene las misma siglas que la otrora poderosaCUT, sta no es ms que un fantasma delpoderoso pasado laboral chileno. La actual CUTagrupa a no ms de 411.000 miembros,representando cerca del 17% de los trabajadoresorganizados y solamente al 4% de la fuerzalaboral del pas17 (Letelier, 12 de octubre de1990).

    Tambin existen muchas otras alarmantesconsecuencias bien conocidas y visibles del

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    neoliberalismo, tales como la reaparicin deenfermedades y epidemias erradicadas en elpasado, como el caso del clera, tuberculosis,poliomielitis, etc., junto a los alarmantes ndicesde criminalidad y trfico de drogas yamencionados. Del mismo modo, es posibleobservar cada vez ms nios en las callesdedicados a cualquier tipo de actividades,incluyendo la delincuencia y la prostitucin,ancianos y jubilados carentes de todo tipo derecursos para sobrevivir, una crecienteproletarizacin de las clases medias o pequeaburguesa, movimientos y concentraciones depoblaciones en sectores urbanos, incluyendo lainmigracin masiva e ilegal hacia el Norte.

    Neoliberalismo, el Tercer Mundo y el MedioAmbiente

    Durante las ltimas dcadas, el tema del medioambiente se ha transformado en un tpico degran preocupacin en los pases industrializadosdel Norte. Los habitantes de esos pases hancomenzado a mostrar una crecientepreocupacin y conciencia acerca del ambienteecolgico, a pesar de que mucho del daoambiental al planeta ha alcanzado nivelesprcticamente imposible de remediar. A travsde tomar ventajas de los drsticos cambiosexperimentados en la balanza de las fuerzaseconmicas y polticas mundiales, las nacionesmas poderosas e industrializadas proclaman entodas direcciones la naturaleza e impacto globalde los problemas que afectan al medio ambientey sus repercusiones. Las evaluaciones delproblema ambientales llevadas a cabo por partede las naciones desarrolladas del Norte, sinembargo, las eximen de sus propiasresponsabilidades y por el contrario, sealan alos pases subdesarrollados y empobrecidos delSur como los responsables directos del deterioroecolgico que afecta al planeta. Esta situacin,similarmente a las frmulas econmicas, seutiliza para imponer drsticos ajustes y medidasen las regiones del Tercer Mundo. De esta

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  • manera, por medio de la internalizacin de losproblemas ambientales, la preocupacin ymovimiento ecolgico es transformado en unelemento del nuevo orden mundial.

    Sin pretender negar la importancia de queel problema ambiental es catico en las regionesdel Sur, no es justo acusar a dichas nacionespor el dao de sus ecosistemas, tal como losugieren algunos medioambientalistas ygobiernos de los pases industrializados delNorte. Organizadas como colonias en un pasadono lejano, y como naciones dependientes hoyda, estas regiones constituyen una baseimportante para la aplicacin de polticasneocoloniales, incluyendo las polticasneoliberales actuales que producen nuevasformas de preservar el subdesarrollo y pobrezahistrica del Tercer Mundo.

    Mientras se culpa al Sur del deterioro delmedio ambiente, el Norte, con solamente el 20%de la poblacin mundial consume dos tercios detodos los metales y tres cuartos de los recursosenergticos que se producen en nuestro planeta.Para alcanzar los actuales niveles de vida yconsumo de los pases ricos e industrializados,el Norte ha contaminado el aire y saturado laatmsfera con gases, alterando incluso lascondiciones climticas de las diferentes regiones.Los bosques estn desapareciendo y losdesiertos extendindose aceleradamente. Enese sentido, es evidente que las patronesconsumeristas de las naciones desarrolladasconstituyen, sin lugar a dudas, la amenaza mayorde los ecosistemas mundiales.

    Los pobres del Sur, histricamente privadosdel consumo de productos bsicos, incluyendoalimentos, necesitan entonces tomar lo quepuedan encontrar en sus medioambientesnaturales para sobrevivir, incluso, al costo dedestruirlos. La conducta consumerista del Nortey las necesidades de sobrevivencia de laspoblaciones del Sur son, entonces, sistemaseconmicos ambientalmente insostenibles. Deeste modo, las preocupaciones ambientales delos pases industrializados son totalmente

    diferente de aquellas de las nacionessubdesarrolladas del Tercer Mundo. En otraspalabras, mientras las preocupacin central delNorte es la calidad de vida de la poblacin, elproblema en el Sur es la vida misma: alimentos,agua potable, vivienda, salud, educacin,empleos, etc.

    En este contexto vale entoncespreguntarse: Cmo pueden millones deindividuos preocuparse del medio ambientecuando sus vidas se consumen en unadesesperada y angustiante batalla por sobrevivirbajo las ms angustiantes condiciones demiseria y pobreza?

    El debate internacional acerca delmedioambiente ha generado el concepto dedesarrollo sostenible, entendido como unaforma de iniciativa que permita satisfacer lasnecesidades actuales de la poblacin sincomprometer las de las generaciones futuras. Osea, este tipo de desarrollo aspira a una etapasuperior de evolucin del medioambiente queasegure condiciones humanas mas equitativaspara los habitantes del planeta.

    Este concepto ubica correctamente a laecologa en el contexto global de nuestrasociedad y se concentra en la necesidad deoriginar acciones a nivel mundial para protegerlasa fuentes de vida para las generacionesvenideras. En este contexto, tanto la pobrezacomo el crecimiento demogrfico sonidentificados apropiadamente como algunos delos aspectos fundamentales de este modelo dedesarrollo sostenible, en donde tanto la ecologay el desarrollo son entendidos como elementosinterconectados entre si y no como algoirrecociliable como ha ocurrido tradicionalmente.

    Sin embargo, la tesis del desarrollosostenible contiene algunas contradicciones ylimitaciones que requieren ser sealadas dentrode este nuevo ordenamiento mundial. Una deellas consiste en que este modelo identifica alas disparidades econmicas y sociales queafectan actualmente al Tercer Mundo, pero noreconoce los mecanismos histricos que

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  • generaron dichas desigualdades. Una correctay honesta interpretacin de las problemassociales que afectan al planeta deberareconocer que el proceso de subdesarrollo, quepor mas de cinco siglos ha afectado a los pasesdel Tercer Mundo, es el resultado directo de laexplotacin y el pillaje por parte de las nacionesms avanzadas del Nor te. Actualmente,medidas tales como la divisin internacional deltrabajo que crean y perpetan la deuda externa,el proteccionismo, el comercio desigual, la fugade capitales, emigraciones masivas, etc., son lasconsecuencias del dao ecolgico.

    Otra limitacin de esta tesis es entender eldesarrollo sostenible, como una frmula endonde la conservacin ecolgica, la igualdadsocial y los mejoramientos econmicos de lapoblacin, junto a las fuerzas del mercado,pueden trabajar armnicamente. Bajo estamodelo, el desarrollo sostenible se transformaen una utopa, dando la impresin de que todoslos sectores de la sociedad se encuentran todosigualmente comprometidos en la proteccin delmedio ambiente y la eliminacin de la pobrezamundial. Desde esta perspectiva, conceptostales como mercado verde y la aldea globalhan sido ampliamente difundidos y promovidosalrededor del mundo acadmico y poltico delPrimer Mundo.18

    Esta situacin nos lleva hacia otra severacontradiccin. De acuerdo a esta interpretacinneoliberal, las mismas corporacionesmultinacionales de los pases industrializadosque han sido los agentes ms activos deldeterioro ecolgico y ambiental en el TercerMundo, deberan estar a cargo de la transicinhacia un desarrollo ambiental afluente, limpio yjusto.

    No existen dudas al respecto que en labsqueda de soluciones comunes para lograrresultados exitosos con respecto al desarrolloambiental del los pases atrasados se requieredel apoyo internacional. Sin embargo, estecompromiso internacional se desvanece almomento de la transferencia de recurso

    financieros, regulaciones tecnolgicas ycomerciales. Este es el momento en que lateora liberal del mercado perfecto elaboradodurante la dcada de los ochenta adquiere unaimportante dimensin en el debate mundialacerca del medioambiente. La resurreccin dela filosofa del libre juego del mercado como unasolucin infalible para resolver la crisiseconmica que afecta al mundo ha sidofuertemente promovida por los nuevos sectoresfinancieros del industrializado Norte.

    La creciente influencia de las polticasneoliberales no slo estn provocando impactosconsiderablemente negativos en las estructurassocio-politicas y econmicas del Tercer Mundo,sino que, adems, a sus ambientes ecolgicos,como resultado de las medidas restrictivasmonetaristas y el enfoque privatizador elaboradopor el Fondo Monetario Internacional para lasnaciones deudoras. Algunas de estasrecomendaciones reducen la participacin delEstado al mnimo y fuerzan a introducirprofundos cortes en los gastos pblicos. Deesta manera, los presupuestos destinados a laconservacin ambiental, entre otros, son unosde los primeros items suprimidos en losprogramas de recuperacin y austeridadeconmica impuestos por dichas agenciascrediticias internacionales. Ms importante,como resultado directo del esfuerzo paraalcanzar un equilibrio en la balanza de pago loantes posible, las naciones deudoras sonforzadas a aumentar la afluencia de sus recursosnaturales hacia el Primer Mundo viaexportaciones, ignorando totalmente su impactoecolgico.19

    Como resultado, los ajustes neoliberales enlas economas del Tercer Mundo no slo sonresponsable por la creciente desigualdad ypobreza de esas naciones sino que, tambin,tienen un enorme costo y efecto ecolgico yambiental. En consecuencia, las frmulasneoliberales constituyen la causa directa de lascondiciones del subdesarrollo que afecta adichas regiones y del dao ecolgico que ha

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  • caracterizado al Tercer Mundo desde elmomento mismo de su insercin en el sistemacapitalista mundial.

    MIRANDO HACIA EL FUTURO

    Decidir en favor del desarrollo y el medioambiente, es decir, inclinarse por suconservacin y mejoramiento, necesariamentesignifica introducir drsticos cambios los antesposible. Como primera medida, las sociedadesaltamente industrializadas del Norte, como losgrupos sociales con ingresos econmicoselevados en el Sur, necesitan cambiar suscostumbres abiertamente derrochadoras yconsumeristas. El modelo econmico basadoen el principio de la ganancia, que enfatiza elconsumerismo ostentoso y que promueve elbienestar individual en vez del colectivo, esincompatible con las preocupaciones yproblemas ecolgicos que preocupan a nuestrassociedades. Por ejemplo, el 76% de todas lascarretas que existen para la circulacin devehculos en el mundo se encuentran en lospases altamente industrializados. Sin lugar adudas, este tipo de cultura debe ser reemplazadapor un estilo de vida que conduzca a unautilizacin ms racional de los recursos naturalesy del medioambiente, sin sacrificar los nivelesmateriales existentes.

    Una segunda medida consiste en introducircambios radicales en las condicionessocioeconmicas del Tercer Mundo paraerradicar las oprobiosas condiciones de miseriaque afectan a sus poblaciones. Estos cambiosrequieren drsticas transformaciones del sistemade relaciones internacionales actuales como, ala vez, de sus estructuras sociales y econmicas.En otras palabras, este es un desafo al modeloneoliberal y a la economa de libre mercado quepromueven la pobreza, el hambre,enfermedades, poblaciones sobrante e ignoranteen la mayora de las naciones subdesarrolladasdel Sur.

    Obviamente, esta etapa requiere que todaslas naciones del planeta, en todos sus niveles,adquieran una conciencia generalizada acercade las condiciones en que se debate el TercerMundo, que a la vez, constituyen la fuente deorigen de los innumerables problemasambientales y ecolgicos. Esta concienciapodra llegar a generar un nuevo modelo polticobasado en una verdadera cooperacininternacional para confrontar la crisis ecolgica,entendida de esta manera.

    La cada del socialismo histrico en laEuropa del este y el desmantelamiento de la exUnin Sovitica puso trmino a los temorespolticos y militares por parte de las grandespotencias del Norte. Sin embargo, la cantidadde dinero que contina gastndose innecesariamente en armamentos, es anmuy alta, sobrepasando los 800 mil millones dedlares al ao. Las naciones subdesarrolladasdel Sur, por su parte, contribuyen a esta carreraarmamentista con 120 mil millones dlaresanualmente. As, como primera medida, resultacrucial entonces terminar con este intil derrochede recursos para la destruccin y exterminacinde la humanidad y la naturaleza, reorientndolos,por el contrario, a la preservacin y desarrollode la vida humana y del planeta.

    Insistamos una vez ms que, tanto elproblema del subdesarrollo como el delmedioambiente no pueden ser resueltos enformas separadas, tal como lo sugiere el nuevoorden internacional. La solucin debe considerarun plan en donde tanto el medioambiente comoel desarrollo econmico reconcilien lasnecesidades de los pases pobres del Tercermundo y sus ecosistemas. Debido a que lasvctimas histricas de las consecuencias delsubdesarrollo han sido los habitantes de esasregiones resulta indispensable crear, entonces,un foro permanente en el Sur para la protecciny diversificacin biolgica junto a acceso a undesarrollo bio-tecnolgico.

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  • Tal como se discutiera en la conferenciamundial acerca del medioambiente celebrada enBrasil, en junio de 1992, este forum deberaconsiderar el desarrollo de varios mecanismospara discutir, analizar, evaluar, formular, proponery ejecutar simultneamente mecanismos yfrmulas tanto para el desarrollo como lapreservacin ambiental. Algunos de loselementos a ser considerados, discutidos yanalizados, deberan incluir, por ejemplo,aspectos tales como si es posible o no encontraruna solucin a los desastrosos efectos de laimpagable deuda externa que est aniquilandoa las economas del Tercer Mundo, haciendo eldesarrollo econmico, poltico y social imposibleen esas regiones.

    Es posible formular tratados comercialesinternacionales y polticas de mercados queincluyan los puntos de vistas y las necesidadesde las naciones productoras del Sur? Seencuentran los pases del Norte preparados acompetir sobre bases de equidad, sin imponerbarreras protecionista y el sistema de cuotas alas naciones del Sur? Est el Norte dispuestoa no continuar utilizando los alimentos y lasmedicinas como armas polticas para imponersus propias frmulas a aquellas naciones quedemandan el derecho internacional deautodeterminacin y no intervencin, tal comoocurre con Cuba?

    Estas no son las nicas interrogantes queconciernen al Tercer Mundo y muyespecialmente a Amrica Latina. Es posibleformular un sistema legal comn para laproteccin de los recursos genricos queincluyan procedimientos para asegurar unacompensacin justa y adecuada a las nacionesdel Sur por el acceso a sus ricos recursosnaturales? Es posible implementarmecanismos comunes para facilitar acceso a labiotecnologa utilizando materiales genricos,tanto en el Norte como en el Sur?

    Por otra parte, tambin existen algunaspreocupaciones concernientes a las poblacionesmismas. Es posible llegar a un acuerdo sobre

    proyectos y polticas que aseguren las culturas,lenguas, estilos de vida y tradiciones de lospueblos indgenas junto al rico conocimiento queposeen acerca de como vincularadecuadamente a los seres humanos con elmedioambiente? Es posible crear mecanismosde defensa comn para proteger el resultado delas investigaciones realizadas en el TercerMundo?

    Finalmente, y quizs ms importante, noest de ms plantearse la siguiente pregunta:Es posible desarrollar una conciencia poltica,econmica y ecolgica en la poblacin de lospases industrializados del Primer Mundo, paraque trabajen conjuntamente con los pueblos delTercer Mundo, para atacar y erradicar todos losproblemas discutidos hasta aqu?

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  • NOTAS

    1 Director del Center for Latin AmericanStudies en la ciudad de Olympia, Washington yprofesor de Estudios Latinoamericanos en elEvergreen State College.2

    Ver Jonathan Kandell, Prosperity Bornof Pain, The New York Time Magazine, July 7,1991, pp. 15-16. Citado por Jorge Neff enDemocratic Transition and the Entrenchment ofAuthoritarian Capitalism in Chile, Paperpresentado en The Rocky Mountain Conferenceof Latin American Studies, Vancouver, B.C.celebrada entre el 31 de Marzo y el 3 de abrilde 1993.3

    El trmino Sur se refieregeogrficamente a todas las naciones deAmrica Latina y el Caribe, Asia y Africa. Delmismo modo, el Norte comprende a los centrosde poder que constituidos por los pasesaltamente industrializados y las clases polticasque los gobiernan tales como Estados Unidos,Europa y Japn.4

    Contradictoriamente, al final del sigloveinte, cuando el triunfo del capitalismo ha sidoanunciado a travs de todo el mundo, el BancoMundial public su Informe sobre el desarrollomundial 1990, en el cual enfatiza la pobrezacomo uno de los problemas ms grande de ladcada. De acuerdo al Banco Mundial milmillones de personas a travs del mundo vivencon un ingreso anual equivalente a 370 dlares.5

    Algunos de estos estudios son: OsvaldoSunkel, National Development Policy andExternal Dependence in Latin America, Journalof Development Studies, (1969-1970); alsoTransnational Capital and Nationaldesintegration in Latin America, Social andEconomic Studies, (marzo 1993); Anbal Pinto,Notas sobre desarollo, subdesarrollo ydependencia, El Trimestre Econmico, Volumen39 (2), # 154 (abril-junio 1972); Ral Prebish,International Trade and Payments in an Era ofCoexistence, American Economic Review,

    (XLIX, 1959).6

    Una buena indicacin de esta situacinson los escritos del Che Guevara y susplanteamientos acerca de los incentivos moralesversus incentivos materiales, Sobre sacrificio ydedicacin, contenidos en el libro Venceremos:Escritos y Discursos del Che Guevara. La obrautilizada en este trabajo corresponde a la versininglesa, editada por John Gerassi, The MacmillanCompany, New York, 1968. Este escrito es unode los primeros intentos de definir al hombre y ala mujer socialista en el contexto de Cuba, comoa la vez, imponer los incentivos morales sobrelos econmicos a travs de una tpica polticaeconmica estatal. Tambin, ver el famosodiscurso Sobre el sistema presupuestario definanciamiento, en donde el Che Guevaradiscute las diferencias entre el sistemaeconmico sovitico (basado en incentivosmateriales) y el sistema cubano que el Checonsideraba ms apropiada, es decir, un modelobasado en incentivos morales (Op. cit. pp. 292-316). Finalmente, ver la respuesta del CheGuevara a Charles Bettelheim tituladaPlanificacin socialista, en el mismo trabajocitado. En esta polmica, El Che Guevaracriticaba los postulados socialistas ortodoxos deBettelheim aplicados en la Unin Sovitica,basados en la definicin capitalista del valor. ElChe rechazaba esta definicin al mismo tiempoque intentaba demostrar que tal sistema deplanificacin sistema de financiamientoautnomo se derivaba de una falta de fe en elhombre y la mujer socialista (Op. cit.. pp. 401-409).7

    La denominada Guerra del Golfo de1991 en contra de Irak es un buen ejemplo delnuevo orden mundial. Desde los primerosinicios del conflicto fue muy claro que los EstadosUnidos y sus aliados europeos utilizaran lafuerza militar en vez de la negociacin poltica odiplomtica en contra del gobierno de SadamHusseim. Ms importante, esta accin militarpor parte de las naciones poderosas intentabademostrar al resto de los pases del Tercer

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  • Mundo lo que les podra ocurrir a los queintentaran desafiar sus intereses y planes. Lossoviticos, a travs del gobierno de Gorbachov,optaron esta vez por sumarse a la decisin delas Naciones Unidas y no vetar la alternativamilitar.8

    Esta asociacin est formada porMalasia, Tailandia, Indonesia, Brunei, Singapury las Filipinas.9

    En diciembre de 1991, la General Motorsanunci que procedera a clausurar 21 plantasy a despedir a 74.000 trabajadores comoresultado de una prdida de 4,5 mil millones dedlares durante ese ao. En ese mismo perodo,50.000 empleos fueron eliminados en elmunicipio de los Angeles, haciendo que la tasade desempleo aumentara de 6,1% a 9,3%(Milliband y Panitch: 1992:7).

    En octubre de 1991, el nmero denorteamericanos recibiendo ayuda a travs deprogramas alimenticios (Food Stamps)alcanzaban a 24 millones de personas, es decir,el 9,6% de la poblacin. Once meses antes, lasmismas estadsticas indicaban que solamente3,2 millones de individuos estaban acogidos aeste plan de ayuda alimenticia.10

    Estas aberturas en las economasLatinoamericanas no fueron aplicadas a todoslos pases de la regin. En efecto, el desarrollodel proceso de industrializacin sigui diferentesprocesos en el continente. Pases tales comoArgentina, Brasil, Colombia, Chile, Uruguay yMxico comenzaron dicho proceso a finales delsiglo diecinueve como resultado de diferentessituaciones. Durante los perodos que van entrelas dos Guerras Mundiales, este proceso deindustrializacin se intensific en los seis pasesmencionados bajo el alero del Estado, financiadocon capitales nacionales. Otro grupo denaciones, Per y Venezuela, promovieron elproceso industrial despus de la SegundaGuerra Mundial, pero bajo la iniciativa directadel capital extranjero. Las nacionescentroamericanas, Ecuador, Paraguay y Boliviaen Sud Amrica, slo comenzaron la

    industrializacin a partir de los sesenta, tambinbajo el control directo del capital extranjero,promovido por los gobiernos locales y la Alianzapara el Progreso del Presidente Kennedy. Paramayor detalles de los procesos deindustrializacin en Amrica Latina ver el trabajode Vania Bambirra, El capitalismo dependientelatinoamericano, (Siglo XXI: Mxico: 1973).11

    Para un anlisis ms detallado delEstado Militar, ver el trabajo de Toms A. Vasconi,Gran capital y militarizacin en Amrica Latina,(Mxico: Editorial ERA, 1978)12

    Acerca de los mecanismos que generanla deuda externa ver el captulo III de nuestrotrabajo The Bridge Between Canada and LatinAmerica (con Mario Lee). Tambin Lacancelacin de la deuda externa y el nuevo ordeneconmico, de Fidel Castro, publicado en laHabana en 1985.13

    Para una discusin acerca de losvnculos de los grupos internos y externos queafectan las polticas de desarrollo y los procesosde Amrica Latina, ver el trabajo de DouglasChalmers. Developing in the Periphery: ExternalFactors in Latin American Politics, en Power andSocial Control: Social Structures and theirTransformation, editado por Tom Burns andWalter Buckley en 1976.14

    El Banco Interamericano de Desarrollo(BID), por ejemplo, es una organizacinfinanciera internacional ubicada en WashingtonD.C. desde 1959. El BID cuenta con 28 pasesmiembros del hemisferio occidental y 17 fuerade la regin. En todos sus aos de operacin,el BID ha proporcionado 159 mil millones dedlares en prstamos a diferentes proyectos delTercer Mundo. Este organismo cuenta conoficinas regionales en Amrica Latina y el Caribepara relacionarse con las autoridades locales ysupervisar las frmulas y proyectos patrocinadospor el BID.15

    Esta formulacin poltica del Estado noes algo original en Amrica Latina. En el pasado,la nocin de un Estado ubicado sobre las clasessociales en la sociedad, cuyo rol es actuar como

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  • mediador entre los diferentes sectores socialesfue utilizado durante los regmenes populistasde Argentina (Rosas y luego Pern), JanioCuadros y Getulio Vargas en Brasil, PedroAguirre Cerda y Juan Antonio Ros en Chile. Estaforma de Estado corresponde a la nocinbonapar tista del mismo, analizadaextensi