América Latina Las Respuestas Nacionales a Los Desafíos Mundiales

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  • Amrica latina: las respuestas nacionales alos desafos mundiales

    Simn Schwartzman

    'Globalizacin', la palabra que identifica el tercer milenio, no esnada nuevo para las universidades latinoamericanas. Las primerasinstituciones acadmicas de la regin fueron establecidas en el siglo XVIpor la Iglesia Catlica. Los Estados nacionales creados luego de losmovimientos de independencia de comienzos del siglo Xrx intentaroncopiar las entonces modernas instituciones educativas francesas orien-tadas hacia lo tcnico. En las ltimas dcadas, las universidades conprogramas de investigacin y las escuelas de posgrado americanas sehan convertido en el modelo a seguir. Hoy en da, sin embargo, el antiguopatrn de adopcin y copia de modelos extranjeros se ha transformadoen slo una pequea parte de una tendencia mucho ms amplia deintegracin internacional, que tiene como una de sus consecuencias unaserie de caractersticas, problemas y preocupaciones que afectan demanera similar a la mayora de los sistemas de educacin superior, sibien producen respuestas diferentes y a menudo contradictorias.

    Educacin superior masiva

    En Amrica latina, como en otros lugares, la educacin superiormasiva se desarroll en la dcada del 60 y en los ltimos aos no comoun proyecto deliberado de los gobiernos y de las administracionesuniversitarias sino como consecuencia de los cambios sociales, econ-micos y culturales en gran escala que se han dado ms all de todocontrol.l De diferentes maneras en diferentes pases, una combina-

    1. Para una visin general de la educacin superior latinoamerican"ty .., agenda

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  • SnuN ScuwnnrzMAN

    cin de fuerzas dirigi el enorme aumento en la demanda de educacinsuperior: la concentracin de poblaciones en grandes ciudades, elingreso de las mujeres al mercado laboral, la expansin gradual de laeducacin bsica y secundaria, l desarrollo de la cultura juvenil, elmovimiento de adultos para adquirir nuevas calificaciones, certifica-ciones y oportunidades de trabajo, las nuevas capacidades requeridaspor la industria y los senicios modernos y la expansin del Estado debienestar y los senicios pblicos. Por ejemplo, en 1990 la inscripcinen la educacin superior haba alcanzado el elevado nmero del 40 porciento en la Argentina, el 33 por ciento en Per, el 26 por ciento enCosta Rica y el 20 por ciento en Cuba. En esos pases y en otros comoMxico (con una tasa de matriculacin del 14 por ciento), las univer-sidades pblicas nacionales abrieron sus puertas a casi todos losaspirantes, llegando as a estar entre las instituciones de educacinsuperior ms grandes del mundo. En otros lugares, como Brasil,Colombia y Chile, las universidades pblicas y las ms tradicionalesresistieron la embestida, tratando de mantener sus tradiciones y susreas de competencia. Se desarroll entonccs una nueva serie deinstituciones de educacin superior, mayormente como emprendi-mientos privados, a veces a nivel provincial y local. El nmero deinscripciones no creci tanto

    -11 por ciento en Brasil, 14 ,2 por cientoen Colombia y 20 por ciento en Chile-. Estas cif'ras son asimismo unreflejo del tamao relativo de los centros urbanos y de las nuevasclases rnedias en cada pas. Las situaciones rnixtas tienen lugar entodas partes. Instituciones de elite han abierto cursos sobre temas mspopulares para estudiantes menos calificados; la admisin abierta alas universidades cre y mantuvo ncleos de competencia y exceleniay, dsu vez, surgi un grupo pequeo y bien preparado de institucionesprivadas para satisfacer a los hijos de las elitcs.

    poltica, vase Jos Joaqun Brunner (coord.), Jorge Balin ct a.l., Educacin. superioren Amrica latina: u.na, agenda para el ao 2000. Proyecl.o dc poltica.s cotnparadas d.eeducacin superior, Bogot, Universidad Nacional de Colombia, 1995; vase tambinIa publicacin especial de Educacin Su.perior,25, L, 1993, sobre Amrica latina (edi-tada por Jos Joaqun Brunner y Simn Schwartzman); y Sirnn Schwartzman, An-rLc'a latina: uniuersid.ades en transicin,Washington, Organization ofAmerican States,19 96.

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    Aunlce tarr\A: -r-

    Cambio institucional

    La necesidad Ctestudiantes en el espaspecto ms evidenteadaptar las instituciornuevo de grupos socitradiciones culturalescreciente presencia ecdesde los aos de la indbuscado en Francia losdos, incluidas las insnmuchas explicacionestradiciones eran m s aquiz, era la retrica reuna nacin modernamodelo tentador cua-n(estaba tan pobremeni{

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    A.uRrcn tarINA: rs RnspuEsrAs NAcToNALES A LOs t)lrs^'ros MLTNDTALEs

    Cambio institucional y diferenciacin

    La necesidad de dar cabida a un nmero cada rru, rrr"yo" d"-lestudiantes en el espacio de una universidad tradicional es slo el faspecto ms evidente de un problema mucho ms profundo: cmo Iadaptar las instituciones tradicionales a un conjunto completamentenuevo de grupos sociales, funciones y demandas. A pesar de lastradiciones culturales provenientes de la pennsula ibrica y de lacreciente presencia econmica de Gran Bretaa en Amrica latinadesde los aos de la independencia, los polticos latinoamericanos hanbuscado en Francia los modelos institucionales para los nuevos Est_ados,[email protected] explicaciones de este hecho: la cultura anglosajona y sustradiciones eran ms ajenas y su idioma ms rcmoto. Ms apropiada,quiz, era la retrica revolucionaria y el esfu erzofrancs por construiruna nacin moderna a travs del fortalecimiento del Estado, unmodelo tentador cuando la sociedad civil era tan dbil y la economaestaba tan pobremente desarrollada como en Amrica latina.

    Las nuevas instituciones pblicas de educacin superior debanformar a los abogados, ingenieros, oficiales militares y doctores enmedicina que construyeran las nuevas nacioncs, y los estudiantes deestas instituciones no esperaban menos de sus carreras. La educacingeneral deba ser provista, en el primer perodo, generalmente por laIglesia, y la formacin profesional y prctica de las masas tena lugaren el trabajo, eventualmente. La educacin superior estaba reservadaa las nuevas profesiones y los nuevos graduados deban llegar a ser laintelligentsia de sus sociedades. Esto explica la larga tradicin depoltica estudiantil en Amrica latina, as como la habitual negligen-cia de las universidades por el saber cientfico y la experiencia tcnica,con las usuales y notables excepciones.

    Este orden es desafiado actualmente desde todos lados. Desdeabajo, grandes nmeros de aspirantes esperan obtener el mismoacceso a posiciones prestigrosas y remuneraciones que las antiguaselites, pero estn dispuestos a contentarse con competencias recono-cidas y una credencial vlida en el mercado de trabajo. Desde arriba,una nueva, peeuea pero clamorosa generacin de acadmicos forma-dos en el extranjero y de consejeros internacionales apelan a lainvestigacin cientfica y a las proezas tcnicas avnzadas, sin las

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  • Sttr,tu ScnmnrzMAN

    cuales la modernizacin y el desarrollo econmico no se materiali za-rn. Y, desde todos lados, emergen nuevas formas de hacer polticayde ganar poder que no respetan las credenciales de status de la viejaelite, en un mercado competitivo en el cual la academia tradicional ylos ttulos de familia no cuentan igual que en el pasado.

    Las viejas universidades tuvieron que cambiar y, de hecho, eslo que han estado haciendo en las ltimas dcadas, aunque de maneraerrtica la mayor parte del tiempo. Los pases que haban mantenidoprotegidas sus universidades pblicas permitieron el desarrollo deuna nueva serie de instituciones de educacin superior, copiando comopudieran los modelos establecidos, pero ofreciendo cursos vesperti-nos, no exigiendo mucho en trminos de trabajos y cobrando a losestudiantes lo que pudieran pagar. Los pases que optaron por elacceso irrestricto para todos los estudiantes se acostumbraron aenormes proporciones de permanencia de estudiantes y de abandonodurante el primer ao, y todos desarrollaron programas de "posgrado"para reforzar la seleccin de sus elites y responder a la demanda deinvestigacin y becas.

    Educacin de posgrado e investigacn

    Preservar, e incluso reforzar,los antiguos centros de calidad yexcelencia era, probablemente, la parte ms fcil, aunque no dej detener problemas. Siempre es ms fcil, y mucho ms econmico, tomara cargo a un selecto grupo de estudiantes y a sus profesores que cambiarlos grandes sistemas de educacin superior como un todo o adaptarlos'a ru1 conjunto de clientes extendido y altamente diferenciado.

    No es casual que lo que se llama "graduate" [de gradoJ enEstados Unidos, se llama en Amrica latina y Europa "posgrado", yque aquello que se llama "de grado" en estas regiones se llame"Lndergradu,ate" [por debaj o del grado] en Estados Unidos.Undergraduate, educacin de college, tal como se concibe en EstadosUnidos y el Reino Unido, siempre se entendi como parte de laeducacin secundaria en el continente europeo y en Amrica latina. Laeducacin de "posgrado" nunca se ubic en instituciones especi alza-das, con programas de cursos y "escuelas de graduados", una inven-cin reconocidamente norteamericana. Brasil es probablemente el

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    Aunlca r.ATniA: rAi

    nico pas de Amrica ,

    estilo norteamericsrr o rdes, Ios cuales fueron restablecidos en las mej

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    Aunlca I"ATINA: IAs REspuEsrAS NACIoNALES A Los ut,:snpfos MUNDIALES

    nico pas de Amrica latina que fue ms lejos en la introduccin delestilo norteamericano de programas de posgrado en sus universida-des, los cuales fueron debidamente registrados como "posgrados" yestablecidos en las mejores instituciones pblicas del pas.

    Estos programas cumplen al menos tres funciones .Laprimeraes la sealada: ofrecer un lugar para la educacin en la investigacinavartzada y el saber. Existen varios programas de este tipo de buenacalidad, especialmente en algunas de las universidades federales (enRo de Janeiro y Minas Gerais) y en la mayora de las universidadespblicas mantenidas por el Estado de So Paulo (las universidades deSo Paulo y Campinas). Emplean a la mayora de los investigadoresactivos de Brasil en todos los campos. La segunda es proveer certifi-caciones y educacin permanente al personal acadmico de las univer-sidades pblicas. En Brasil, como en cantidad de otros pases, scomenz a requerir a los acadmicos certificaciones que ellos noposean. Los pases no podan brindar suficiente personal para respon-der a los nuevos parmetros. Las intenciones eran buenas, pero lasconsecuencias fueron a menudo problemticas. En Brasil, los progra-mas de posgrado se han multiplicado por cientos desde los aos 7 O,lamayora de ellos ofrecen grados de master y "especialista" que sonaceptados como los que siguen al mejor. Aun as, hoy en da, slo el 16por ciento de las facultades en Brasil ofrecen programas de doctorado-concentrados en pocos lugares como, por ejemplo, las universidadesdel Estado de So Paulo- si se compara con el25 por ciento con masters,el 36 por ciento con algn tipo de diploma de especializacin y el 22 porciento con simplemente un diploma de grado. La tercera funcin de losnuevos programas de posgrado es brirtdar formacin avartzada e incre-mentar las credenciales de algunos estudiantes cn un mercado amplia-do. Para los abogados, economistas, ingenieros, administradores, doc-tores en medicina y otros que persiguen grados ms altos con esepropsito en mente, los requerimientos en investigacin de los progra-mas de posgrado son un obstculo, por lo cual abandonan frecuentemen-te los programas y dejan de lado sus compromisos acadmicos cuandomejora su situacin laboral. IJna razn ltima muy importante paraincorporarse a la educacin de posgrado es posponer el ingreso almercado de trabajo. En Brasil, este fenmeno se ha sostenido gracias ala existencia de un amplio sistema de becas estudiantiles para unaporcin significativa de estudiantes graduados. I

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  • Srrvrx SclnvnrzMnN

    Para controlar la calidad de la educacin de posgrado, elMinisterio de Educacin brasileo mantienc un elaborado y bienreputado sistema de evaluacin de estos programas por el examen delos pares. Los datos correspondientes al perodo 1996-1997 muestranla existencia de 1 .293 programas, la mitad de los cuales provee gradosdoctorales. En una escala de evaluacin de uno a siete, donde seissignifica alta calidad, y siete corresponde a parmetros internaciona-les de calidad, el 83,1 por ciento recibi entrc tres y cinco, el 9,5 porciento tuvo seis o siete y el 7 ,4 por ciento no alcanz ms que trespuntos.

    Educacin de grado

    La combinacin de mayores inscripciones y la importacin delmodelo estadounidense de educacin de posgrado transformaron ydegradaron amplios sectores de la educacin superior de posgradoexistentes en Amrica latina a una suerte de nivel de grado. Esto raravez se hizo intencionalmente, aunque la reforma universitaria de1968 cre efectivamente algo llamado "cursos bsicos", que debandurar uno o dos aos como preparacin para grados profesionales yque fracasaron prcticamente en todos lados. Con la cultura juvenil enexpansin, la mayora de los estudiantes de dicciocho aos no sabencmo elegir una profesin. Con todo, la idea segn la cual deberantrabajar en una formacin general durante algunos aos despus dela escuela secundaria es bastante ajena a la tradicin latinoamerica-D&, a pesar de que no exista nada similar a los parmetros europebsde buena calidad o educacin secundaria de tipo college.

    Adems de la educacin general, los programas de grado nece-sitan brindar entrenamiento profesional, educacin de maestro yeducacin permanente durante toda la vida. Los jvenes de dieciochoaos que provienen de escuelas secundarias accptables y que apuntana carreras universitarias de grado largas son una minora dentro dela amplia poblacin estudiantil que comprendc a estudiantes mayo-res. estudiantes que regressr, aquellos que estn en la mitad de lacarrera y aquellos que carecen del entrenamiento necesario paraingresar a un programa de nivel acadmico. En la prctica, una ampliaporcin de la nueva demanda de educacin supcrior tomaba la forma

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    Alrnrce L.\Ti\.i

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    Finanzas

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    Auruce LATINA: I,e,s REspuEsrAS NAC:IoNALEs A [,o.s rltsnros MUNDIALEs

    de cursos nocturnos y programas de cuatro aos en reas comoadministracin, economa, contabilidad y derecho, que rara vezllevana una posicin profesional real (s1,0 un pequco porcentaje de losestudiantes con diplomas en derecho en Brasil cfcctivamente aspirana y aprueban los exmenes de abogaca). Estos programas proveen, encambio, una credencial que sus graduados pucden mostrar cuandobuscan trabajos y, D el mejor de los casos, algn conocimiento bsicogeneral y capacidades que pueden ser de valor prctico para losgraduados. LJn caso especial es la formacin de nraestros en educacinbsica y secundaria, carreras de bajo prestigio y bajo salario, general-mente elegidas slo por la ausencia de otras oportunidades.

    Los sistemas modernos de educacin supcrior masiva deberanser capaces de diferenciar entre estos grupos y sus exigencias, yproveer cada uno el entrenamiento necesario compatible con sushabilidades, aspiraciones y necesidades. Muy poco es lo que se hahecho en Amrica latina y, probablemente, s poco realista esperar unemprendimiento tan vasto por parte de las burocracias centrales

    -quesiguen en pie en la mayora de los pases de la regin- al intentarencauzar sus sistemas de educacin superior en alguna direccin.

    Finanzas

    Lo ms que pueden hacer los gobiernos es administrar loslimitados recursos de que disponr, dados los costos crecientes de laeducacin superior en un contexto de fuerte competencia sobre losfondos pblicos y la poderosa necesidad de equilibrar los presupuestospblicos. El aumento del gasto pblico en educacin superior, que tuvolugar casi en todas partes, no fue simplementc una consecuencia delcrecimiento de las matrculas. El personal dc las viejas facultadesconstaba de abogados, mdicos e ingenieros que obtenan la mayorparte de sus ingresos de su trabajo como profesionales. El aumento enlos gastos estaba destinado a pagar los salarios del gran nmero deempleados acadmicos y no acadmicos de dedicacin exclusiva queconforman el personal de las nuevas instituciones. En las universida-des pblicas, estos empleados reciben a menudo los beneficios de losempleados de la administracin pblica y estn protegidos de losdespidos, tienen promociones aseguradas sobre la base de la antigue-

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  • Snvrn ScumntzMAN

    dad y generosos beneficios de retiro. Estos altos costos, combinadoscon la selectividad acadmica y la ineficiencia en la adjudicacin derecursos, pueden llevar a un gasto per cpita muy alto. En 1990, Brasilgast aproximadamente nueve mil dlares por ao por estudiante eninstituciones federales; comparado con los aproximadamente 1.500dlares en Chile, Costa Rica y Vene zuela; alrededor de mil dlares enla Argentina, Colombia, Honduras, Mxico y Urugudy, y cerca dequinientos dlares o menos en Bolivia, Cuba, Ecuador, Hait, Nicara-gua, Paraguay y Peni. Estas cifras son imprecisas, dado que no estclara la definicin de "estudiante" y los costos pueden incluir cosastales como beneficios de retiro y hospitales escuela. Las cifras enalgunos casos pueden reflejar las leyes y beneficios de los que gozarllos empleados pblicos ms que la calidad de educacin superior dadapor cada pas.

    Pero el gasto pblico es slo una parte de la historia. Laestimacin para 1998 indicaba que Brasil gastara alrededor de 14 milmillones de dlares por ao en educacin superior, seis mil millonesde dlares provenientes del gobierno central para 350 mil estudiantesen universidades federales, cinco mil millones de dlares provenien-tes de los gobiernos estatales para los 250 mil estudiantes en institu-ciones estatales, y alrededor de tres mil millones de dlares enderechos de matrcula pagados por el 1,2 milln de estudiantes eninstituciones privadas. Brasil obviamente necesita aumentar la ma-trcula de educacin superior a niveles semejantes a aquellos de otrospases en la regin y en el mundo, pero es poco probable que se asignenniveles mucho mayores de apoyo pblico. Otros pases latinoamerica-nos tampoco tienen muchas posibilidades de aumentar sus gastos a utrnivel siquiera parecido a los niveles per cpita de Brasil en el futuroprximo.

    Las medidas posibles consisten en usar los recursos pblicos demanera ms eficiente, incorporando ms estudiantes sin aumentarlos fondos, ampliar la parte del sector privado en el financiamiento dela educacin superior, arancelar la ense artza en las institucionespblicas (por ejemplo, el caso de Chile y algunas partes de la Argen-tina, pero sigue siendo un tema tab en Brasil) y aumentar el costo dela matrcula en todas partes. Los costos de matrcula pueden reducirla demanda pero, tambin, pueden crear desigualdades sociales, quedeben ser compensadas tanto por un sistema de becas basado en la

    Aunlce Lnrn,: u

    necesidad, as como Iproblemas de financilatina no consisten sitrsino, en gran medida. edisponible.

    Reforma instituciona

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    AunRrcn LertNn: LAS RESpUESTAS NACIoNALES A t,os nnsnRos MLINDIALES

    necesidad, as como por crditos destinados a los estudiantes. Losproblemas de financiamiento de la educacin superior en Amricalatina no consisten simplemente en un problema de recursos limitadossino, D gran medida, en una cuestin de cmo usar mejor lo que ya estdisponible.

    Reforma institucional

    Para dar un mejor uso al dinero y proveer a los estudiantes delo que necesitan, son necesarias profundas reformas institucionales.La mayor parte de los gobiernos de la regin las han intentado, peroencontraron siempre una fuerte resistencia y diferentes niveles dexito. Existe un creciente consenso acerca de lo que debe hacerse. Eldinero pblico para las universidades pblicas debe ser acordado deacuerdo con criterios de ejecucin claros y contracntrega de productos,no simplemente de acuerdo con tendencias histricas o influenciaspolticas. De manera ms amplia, un sistema dc coordinacin basadoen la autoridad burocrtica del Estado necesita dejar lugar a unobasado ms en los mercados competitivos, Do simplemente mercadosde compradores y vendedores de productos educativos en el sectorprivado sino de proveedores y usuarios de productos acadmicos yeducativos de buena calidad. En las disputas ideolgicas que rodeanla reforma de la educacin superior, este alegato por una regulacinbasada ms en el mercado que en la burocracia suele ser ridiculizadacomo "privatizacin". Sin embargo, el sector pblico puede ser yprobablemente seguir siendo un proveedor lave de fondos para laeducacin superior, deber cambiar su manera de actuar, desde laadministracin burocr tca a la creacin de mecanismos que promue-van la competencia en calidad y desempeo entre las instituciones.

    En el tercer ngulo del bien conocido "tringulo de coordina-cin" de Burton Clark, adems del gobierno y el mercado, la oligarquatambin tiene un rol que jugar en el nuevo contexto. Las cmodascondiciones, gracias a las cuales prestigiosos profesores y acadmicossolan tomar la mayora de las decisiones relativas a su trabajo sin darexplicacin, no puede mantenerse una vez quc los sistemas se hanvuelto tan complejos y diferenciados, con tantos intereses y objetivosen conflicto. Las nociones difusas de prestigio, competencia y calidad

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  • SnrlN Sc:rrwnnrzMAN

    deben ser reemplazadas, o al menos complemcntadas, con informa-cin ms precisa proveniente de tests bien conceptuados, medidas dedesempeo y anlisis estadsticos. Aun as, sicrnpre ser necesaria laautoridad profesional y acadmica. En todas partes se establecencomits de evaluacin y acreditacin, ee crean rangos, concedenrecursos y evalan programas ya existentes

    .y nuevos. Estudiosos yprofesores de prestigio son los nicos que cucntan con la suficientelegitimidad como para establecer las reglas dc los nuevos "mercadosacadmicos" y para actuar como contrapeso de las tendencias burocr-ticas y centralizadoras de los gobiernos.

    Las reformas al nivel de la coordinacin deben seguirse decambios en el aspecto institucional. Las decisiones que deben tomarlas administraciones universitarias en este nucvo contexto de compe-tencia intensa, tareas complejas y escasos recursos son muy diferentesy mucho ms difciles que las del pasado, cuando lo nico que haba quedecidir era quin enseara qu en cada semestre y quin participaraen las variadas comisiones acadmicas. La mayora de las institucio-nes pblicas de educacin superior en Amricr latina, sin embargo,funcionan an como en los ltimos das, con dccisiones tomadas luegclde largas reuniones acadmicas y sin ayuda de administradoresprofesionales y personal. El nuevo contexto rcquiere mayor poder yautoridad para la administracin central, la supcrvisin externa y unmejor sistema para tomar decisiones difciles sobre el personal, losprogramas acadmicos ylas polticas de matriculacin. Todava quedapor recorrer un largo camino en esta direccin, especialmente en lasinstituciones pblicas, dada la necesidad de cambiar las reglas relati-vas a la administracin pblica y de cambiar tambin el poder relativode los diferentes grupos dentro de las instituciones.

    Los nuevos desafos

    Los temas sealados antes -acerca dc la educacin superior

    masiva, la educacin de grado y de posgrado, c[ financiamiento y lareforma institucional- han estado en la agcnda de la educacinsuperior latinoamericana desde hace muchos aos, y todava faltamucho para resolverlos en la mayora de los lugares. La principalraznde esta lenta marcha son los altos costos polticos de la reforma.

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    AuaRrce Lnrrx,:

    Los estudiantes, doracerca de la complejia menudo unabuenasienten que podranlleven a una evaluaeclase, o de si un esttdinero se emplea crapoyaran estas refcms calificados, lashijos, las personas Ims prcticas parahacer un rnejor uso drel cambio estn dispinstituciones de educces de manifestar c(xNo es sorprendente cla educacin superioregmenes autoritarines de educacin supdad, caractersticas cy Brasil, los regmenhaban dejado los rinstitucion ales efectinentes autoritarios d

    Si bien es probnuevos desafios que Iimportante es probablmericanas estn perddiplomas y credenciaguay slo tena una upudieran competir cootras instituciones -presin de la comperprovinciales tardarorftanza por las grandCiudad de Mxico. Ifuertes universidadees vasta y el gobierno:

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    Irr e jucacin superiorc.i tlnanciamiento y lasnoa de la educacinF ai.r.s. r' todava faltai luEares . La principaltrlirtrcos de la reforma.

    Aunntca LnttNa: LAS RIIspuESTAS NACIoNALUS A t.o.s t)t,;snt'los Ivtt-JNDIALDS

    Los estudiantes, docentes y administrativos no conocen demasiadoacerca de la complejidad del cambio en la educacin superior y tienena menudo una buena raznpara desconfiar de sus gobiernos. Ms an,sienten que podran estar directamente afectados por reformas quelleven a una evaluacin ms cercana de la actividad de un profesor enclase, o de si un estudiante est realmente aprendiendo o no, o si eldinero se emplea con prudencia. Muchos scctores de la sociedadapoyaran estas reformas: los empleadores quc esperan empleadosms calificados, las familias que buscan buenas escuelas para sushijos, las personas menos privilegiadas que buscan oportunidadesms prcticas para estudiar, los gobiernos quc necesitan cortar ohacer un rnejor uso de sus recursos. Pero estos potenciales apoyos parael cambio estn dispersos, mientras que los opositores dentro de lasinstituciones de educacin superior estn bien organizados, son capa-ces de manifestar contra el gobierno y acceden fiicilmente a la prensa.No es sorprendente que algunas de las mayorcs transformaciones enla educacin superior en Amrica latina fueran llevadas a cabo porregmenes autoritarios. Sin embargo, para prosperar, las institucio-nes de educacin superior requieren comprorniso personal y legitimi-dad, caractersticas de las sociedades libres y dcrnocrticas. En Chiley Brasil,los regmenes democrticos trataron dc construir sobre lo quehaban dejado los regmenes militares en cl sentido de mejorasinstitucionales efectivas, al tiempo que se desprcndan de los compo-nentes autoritarios de los aos precedentes.

    Si bien es probable que la reforma sea lcnta y errtica, existennuevos desafos que pueden incrementar el ritnro del cambio. El msimportante es probablemente el hecho de qe las universidades latinoa-mericanas estn perdiendo gradualmente su monopolio para entregardiplomas y credenciales profesionales. Hasta hace poco tiempo, IJru-guay slo tena una universidad y la idea de quc instituciones privadaspudieran competir con ella era inconcebible. Hoy en da estn surgiendootras instituciones y la Universidad de la Repblica est sintiendo lapresin de la competencia. En la Argentina y Mxico, las universidadesprovinciales tardaron en aparecer y siempre fuoron vistas con descon-fi,anza por las grandes universidades nacionalcs de Buenos Aires yCiudad de Mxico. Incluso en Brasil, con un arnplio sector privado yfuertes universidades catlicas, la desconfianzahacia el sector privadoes vasta y el gobierno mantiene el derecho de decidir quin puede y quin

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  • SruN ScuwentzMAN

    no puede ensear, qu debe ensearse (aunque en trminos muygenerales) y si los programas acadmicos especficos responden a losparmetros definidos por las autoridades ministeriales. Este poder desupervisin est justifrcado por la necesidad de controlar la calidad dela ens e,anza y proteger a los estudiantes y al pblico, pero con el efectosecundario de restringir la competencia en sectores ms regulados delmercado de trabajo y frenar la creatividad y la innovacin.

    Lo que queda de este poder monoplico o cuasi monoplicoparece erosionarse rpidamente. El mercado de trabajo est reducien-do su confiarrza en las credenciales educacionales y requiriendo mscompetencia y habilidades, e pueden ser provistas no slo porinstituciones educativas formales yprogramas formales sino tambinpor un sinnmero de nuevos empresarios que estn descubriendo lasnuevas posibilidades de la "industria de la educacin". Las institucio-nes educativas en eI Reino Unido, Estados Unidos y otros pases estncomenzando a establecer alianzas, sociedades y franquicias en dife-rentes partes del mundo, incluso Latinoamrica. La educacin adistancia est todava en sus primeras etapas, pero tiene el potencialde hacer estragos contra las barreras nacionales y regronales. Lamovilidad internacional de los estudiantes, que hasta hace pocotiempo se limitaba a los alumnos de posgrado, provee una opcin a loscostos en aumento de la educacin privada nacionales para estudian-tes de grado en los sectores de mayores ingresos.

    En este escenario, las instituciones que dependen de un flujocontinuo de dinero pblico, de estudiantes complacientes y de unsostn monoplico del mercado educativo estn condenadas a desapa-recer o deteriorarse, perdiendo a su mejor plantel profesional yacadmico. Las instituciones de educacin superior de Amrica latinafinalmente estn tomando conciencia de esta nueva situacin ycomenzando a ajustarse a ella, ms que meramente esperar cambiosamplios en el sistema. En consecuencia, hay buenas razones paratener esperanzas.

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    Problemas unvJapn en u

    "Las institucione,histricas comunes )' enafirma el captulo tDr;personas compromeridaplenamente de acuerdo ,declaraciones oficial e

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    segn el cual ciertas cuela educacin superior enpor muchos de los encanen mi opinin, los proble:japonesa provienen decompartidas con la acadrque se enfrenta la sociermente japoneses y slo prAs, los temas tratados eficialmente mundiales. rJapn pueden ser bastarlugar en los pases occidrlas mismas races v si rinaciones.

    Desde mi punto cirprodujeron estas diferenmas que parecen ser uniidefinitivamente necesalcomo un anlisis socioecrelativas a la educacin-verdaderamente nacion