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Ramón Jáuregui (coord.) América Latina, España y la RSE: Contexto, perspectivas y propuestas Documento de Trabajo nº 21

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Ramón Jáuregui (coord.)

América Latina, España y la RSE:Contexto, perspectivas y propuestas

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Documento deTrabajo nº 21

DT21

CeALCI – Fundación [email protected]

www.fundacioncarolina.es

El Centro de Estudios para América Latina y la Coope-ración Internacional (CeALCI) se crea, en noviembre de2004, con la voluntad de promover la investigación y eldebate en torno a la realidad de los países en desarrolloen general, y de América Latina en particular, y parapotenciar los estudios y propuestas sobre la mejor manerade enfrentar los problemas que aquejan a estos países.

Bajo la denominación «Documentos de Trabajo» se publicanresultados de los proyectos de investigación realizados ypromovidos por el CeALCI. Además pueden ser incluidosen esta serie aquellos estudios que, previa aceptación porel Consejo Editorial, reúnan unos requisitos de calidadestablecidos y coincidan con los objetivos de la FundaciónCarolina y su Centro de Estudios.

Portada DT 21 20/2/08 07:36 Página 1

AMÉRICA LATINA, ESPAÑA Y LA RSE

Contexto, perspectivas y propuestas

Ramón Jáuregui (coord.)

Rosa CondeKemel George González

Fernando CepedaGermán G. Valdés

Paulina BeatoEva Ramos

Antonio VivesJaime Abello

Denise O’BrienJorge Blázquez

Estos materiales están pensados para que tengan lamayor difusión posible y que, de esa forma, contribuyanal conocimiento y al intercambio de ideas. Se autoriza,por tanto, su reproducción, siempre que se cite la fuentey se realice sin ánimo de lucro.

Los trabajos son responsabilidad de los autores y sucontenido no representa necesariamente la opinión dela Fundación Carolina o de su Consejo Editorial.

Están disponibles en la siguiente dirección:http://www.fundacioncarolina.es

Primera edición, marzo de 2008© Fundación Carolina - CeALCI

Guzmán el Bueno, 133 - 5.º dcha.Edificio Britannia. 28003 [email protected]

© de los autoresDiseño de la cubierta: Alfonso GamoFoto de la cubierta: Reto FetzDERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY

Impreso y hecho en EspañaPrinted and made in SpainISSN: 1885-866-XDepósito legal: M-9.952-2008Fotocomposición e impresión: EFCA, S.A.Parque Industrial «Las Monjas»28850 Torrejón de Ardoz (Madrid)Impreso en papel reciclado

PRESENTACIÓN, Rosa Conde .................................................................................. VII

PRIMERA PARTE

AMÉRICA LATINA: EL CONTEXTO POLITÍCO

1. EL NUEVO MAPA POLÍTICO DE AMÉRICA LATINA, Kemel George González 3

2. LA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA, Fernando Cepeda .......................... 13

SEGUNDA PARTE

RSE: PERSPECTIVAS SECTORIALES

3. RESPONSABILIDAD SOCIAL Y RELACIONES LABORALES EN LAS EM-PRESAS, Germán G. Valdés ............................................................................ 25

4. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA EN LA ACTIVIDAD COTI-DIANA DE LAS EMPRESAS, Paulina Beato .................................................... 39

5. EL PAPEL DE LAS EMPRESAS EN LA LUCHA INTERNACIONAL CONTRALA CORRUPCIÓN, Eva Ramos ......................................................................... 47

TERCERA PARTE

LA RSE EN AMÉRICA LATINA

6. EL PAPEL DE LA RSE EN AMÉRICA LATINA: ¿DIFERENTE AL DE EUROPA?,Antonio Vives ................................................................................................... 63

7. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL Y LOS MEDIOS DE CO-MUNICACIÓN EN AMÉRICA LATINA, Jaime Abello...................................... 79

8. LAS REDES DE RSE DEL PACTO MUNDIAL EN AMÉRICA LATINA, DeniseO’Brien .............................................................................................................. 89

ÍNDICE

V

CUARTA PARTE

EL ESTADO Y LA RSE. APORTACIONES DESDE ESPAÑA

9. POLÍTICAS PÚBLICAS DE FOMENTO DE LA RSE, Ramón Jáuregui ............ 97

10. PERSPECTIVAS DEL GOBIERNO ESPAÑOL SOBRE LA RESPONSABILI-DAD SOCIAL EMPRESARIAL EN LATINOAMÉRICA, Jorge Blázquez ........... 109

ANEXO: DOCUMENTO DE CONCLUSIONES DEL TALLER DE RSE: BUENASPRÁCTICAS Y DIÁLOGO ABIERTO ENTRE LAS EMPRESAS DEL PA-TRONATO DE LA FUNDACIÓN CAROLINA. Cartagena de Indias, 7, 8y 9 de junio de 2006.................................................................................... 113

Índice

VI

En el año 2005 la Fundación Carolinapuso en marcha su Programa de Res-ponsabilidad Social de las Empresas(RSE), con la viva intención de profundi-zar en las mejores prácticas de la RSE ypromover el debate en España y enAmérica Latina sobre los modos de am-pliar la contribución del sector privadoal desarrollo. Como ejemplo singular dealianza público-privada que opera en elmarco de la política exterior y de coope-ración española, y al formar parte de suPatronato veintiséis empresas con im-portante presencia en América Latina, laFundación se encuentra en una posiciónprivilegiada para propiciar el intercam-bio de experiencias en el ámbito de laRSE, la transparencia informativa y eldiálogo abierto en la materia entre laAdministración, las organizaciones em-presariales, el tercer sector y las admi-nistraciones locales de los países en queoperan las empresas españolas con im-plantación internacional.

La iniciativa que desde ese año 2005asume la Fundación Carolina se encua-dra en el Plan Director de la Coopera-ción Española 2005-2008, cuyas directri-ces son —junto con las de la políticaexterior— el referente de todas las ac-tuaciones de la Fundación, y en el que laRSE y la promoción de alianzas público-privadas se expresan como ámbitos deactuación de la cooperación y espaciosen los que es precisa una creciente coor-dinación entre las actuaciones del sec-tor público y el sector privado con pre-

sencia en los países en desarrollo, muyen especial en América Latina. La cre-ciente demanda de una mayor coordi-nación entre las actuaciones privadas ypúblicas a favor del desarrollo de lossectores sociales más desfavorecidos,por parte tanto del Gobierno españolcomo de numerosas empresas privadascon fuerte presencia internacional, hanconstituido el principal motivo para ani-mar la participación de la Fundación Ca-rolina en los debates y trabajos en mar-cha para promover la RSE.

Después de varias reuniones con repre-sentantes de las empresas de nuestroPatronato, la Fundación decidió organi-zar en Cartagena de Indias, entre los días7 y 9 del mes de julio de 2006, el PrimerTaller de RSE: Buenas Prácticas y Diálo-go Abierto entre las Empresas del Patro-nato, bajo la dirección de Ramón Jáure-gui y cuyos resultados se presentan eneste número de la colección Documen-tos de Trabajo. El intercambio de pro-puestas y visiones sobre el tema tratadoque se produjo entonces dio lugar a in-tensas discusiones a lo largo de los últi-mos meses acerca de las mejores prácti-cas a llevarse adelante de cara al futuro.

Confiamos por ello en que puedan serde interés para todos aquellos que, biendesde la práctica diaria en el marco deuna organización compleja, como lo sonlas organizaciones empresariales o laadministración, o bien desde mediosacadémicos o sociales —organizaciones

PRESENTACIÓN

Rosa Conde *

* Directora de la Fundación Carolina España.

VII

de consumidores, ONG— tengan unaimplicación directa en la promoción deldesarrollo a través de la RSE. Las políti-cas de responsabilidad social afortuna-damente ya están lejos de ser una modapasajera, y han pasado a ser parte inte-grante de la cultura organizativa empre-sarial, pues suponen una poderosa pa-lanca de cambio social y un mecanismoefectivo para hacer frente, con éxito, alos desafíos de la globalización y de lamejora de los impactos sociales de laactuación de las empresas.

Es cierto que las estrategias de RSE co-rresponden y competen de manera par-ticular y autónoma a cada empresa que,en función del sector concreto de su ac-tividad y del particular contexto o con-textos en los que opera, plantea sus es-trategias en la materia. Sin embargo,consideramos que no es menos ciertoque, dada la profundidad de la penetra-ción de las empresas españolas enAmérica Latina, su influencia económi-ca y social, y la importancia de su papelen la configuración de la imagen de Es-paña en la región, es importante buscarlugares de encuentro que, como el man-tenido en Cartagena de Indias, favorez-can una reflexión compartida sobre losresultados de las diversas políticas par-ticulares de RSE y, también, sobre lasnuevas iniciativas que están en la agen-da de las empresas.

Por otra parte, desde la Fundación Caro-lina, somos conscientes de que en lassociedades latinoamericanas existe unapercepción unitaria, y no siempre com-

placiente, acerca de la presencia y ac-tuación española en sus sociedades, loque constituye una motivación adicio-nal para promover una mejor coordina-ción sobre el terreno en las actuacionesque se lleven a cabo. El acento especialen la responsabilidad social no es sólouna apuesta para mejorar el desempeñode las compañías, sino que también tie-ne importantes implicaciones en térmi-nos de imagen y reconocimiento de laaportación española al desarrollo de laregión, en ocasiones insuficientementereconocida.

El momento que vive América Latina essin duda, interesante. La región estáatravesando un ciclo en el que se hanproducido cambios políticos de impor-tancia, como consecuencia de eleccio-nes democráticas libres y limpias, y, portanto, con legitimidad política y social.Un ciclo que, además, ha venido acom-pañado por una bonanza económica,fruto tanto de factores exógenos comode la acertada actuación de los gobier-nos de la región, con excelentes equi-pos y que ponen en práctica políticaseconómicas y sociales cada vez másresponsables. No obstante, y desde elpunto de vista social, la situación nodeja de ser preocupante en la medida enque sigue persistiendo la pobreza y enparticular una muy desigual distribu-ción de la riqueza que dificulta mejoresy más sólidos ritmos de crecimientoeconómico y permite que persistan pro-blemas sociales que exigen solucionesinmediatas. En este contexto, se hacenecesario apostar de manera inequívo-

Rosa Conde

VIII

ca por políticas de cohesión social y deintegración y concertación regionalcomo vías de superación de situacionesque pueden causar la desafección de laciudadanía con sus instituciones.

La inversión de las empresas españolascontinuará siendo un factor clave parasostener el crecimiento económico deAmérica Latina en los próximos años y,en la medida en que operan en sectoresclave como las comunicaciones, elagua, la energía, las infraestructuras olos servicios financieros, sus actuacio-nes en materia de responsabilidad so-cial serán también especialmente rele-vantes. Hoy América Latina se estáconvirtiendo en referente importante enmateria de RSE para muchos estudiososy de ahí precisamente, que eligiéramoscelebrar en Cartagena de Indias nuestrotaller y contáramos entre nuestros invi-tados con expertos latinoamericanosque nos han manifestado sus visiones,propuestas y opiniones, brindado expe-riencias y expresado sus demandas yexpectativas sobre un futuro del que to-dos somos parte.

Como se puso de manifiesto en el Taller,que las empresas españolas apuestenpor la responsabilidad social no es unaobligación moral, sino una necesidad en

la medida en que les abre las puertaspara llevar a cabo una importante y ne-cesaria colaboración con las autorida-des y otros agentes sociales de cadapaís, así como con la política de coope-ración al desarrollo que está llevando acabo el Gobierno español. La profundi-zación de las políticas de RSE es tam-bién el primer paso para en el futuro for-jar alianzas público-privadas de las que,como ya he señalado, la Fundación Ca-rolina es un ejemplo exitoso.

EI Taller dio como resultado final un Do-cumento de Conclusiones, consensua-do por todos los asistentes que, junto altexto de las ponencias desarrolladas alo largo de tres días, se incluye en el tex-to que ahora presentamos. EI Documen-to pone de manifiesto la voluntad de se-guir avanzando juntos en la puesta enmarcha de las mejores prácticas de res-ponsabilidad social empresarial y laconvicción de que la inversión social esnecesaria para conseguir una mayorproximidad con los ciudadanos y paracompetir con éxito en un mercado cadavez más competitivo.

En esta tarea, las empresas que formanparte de nuestro Patronato saben quesiempre contarán con el apoyo y estí-mulo de la Fundación Carolina.

Presentación

IX

PRIMERA PARTE

AMÉRICA LATINA: EL CONTEXTO POLÍTICO

En aquel imperio, el Arte de la Carto-grafía logró tal Perfección que elmapa de una sola Provincia ocupabatoda una Ciudad, y el mapa del impe-rio, toda una Provincia. Con el tiempo,esos Mapas Desmesurados no satisfi-cieron y los Colegios de Cartógrafoslevantaron un Mapa del Imperio, quetenía el tamaño del Imperio y coinci-día puntualmente con él 1.

J. L. BORGES

Es extremadamente difícil hacer unmapa político de América Latina, puesno contamos con los cartógrafos de lametáfora de Borges. Se corre el riesgode presentar una versión a escala, re-ducida, deformada y unilateral. Nos re-ferimos concretamente, a aquella vi-sión que se limita a plantear que, conexcepción de algunos gobiernos, Amé-rica Latina se desplaza a la izquierda ygobierna mayoritariamente en nuestrocontinente, beneficiada por el movi-miento del péndulo que oscila de dere-cha a izquierda.

Es indudable que la década ha vividograndes acontecimientos políticos yeconómicos. Por ejemplo, nueve presi-dentes democráticamente electos o susrespectivos sucesores constitucionalesno lograron terminar el período de sumandato, mientras que las clases políti-cas tradicionales han sido desplazadasen varios países 2. Los acuerdos comer-

ciales bilaterales y multilaterales están ala orden del día, con la iniciativa de al-gunos gobiernos de pactar tratados conlos Estados Unidos y otros, estimuladospor la importante penetración de multi-nacionales de origen europeo y asiático,principalmente con España, Francia yChina. También la integración regionalse ha agitado por la toma de distanciade varios gobiernos frente a EstadosUnidos.

Es claro para nosotros que hay un fenó-meno que ha incidido en darle forma almapa político actual de América Latina,que es el acceso al poder del Estado, pormedios democráticos, de movimientospolíticos de origen popular, considera-dos de izquierda o socialistas, que histó-ricamente han sido excluidos del ejerci-cio del poder político.

Acceso al poder del Estado por mediosdemocráticos significa que partidos,movimientos o líderes con trayectoriasocialista o de izquierda son electos porel voto popular mayoritario siguiendolas reglas de juego de la institucionali-dad vigente, y se erigen como Presiden-tes y Jefes de Estado de sus países. Esteproceso, que fue una excepción en ladécada pasada, se nos señala como laregla en la década actual.

Y en verdad, la evidencia parece confir-marlo. Los hechos más sobresalientes

1. EL NUEVO MAPA POLÍTICO DE AMÉRICA LATINA

Kemel George González *

* Director del Centro de Desarrollo Tecnológico de Cartagena de Indias, Colombia.1 J. L. Borges, «Del Rigor en la Ciencia», Obras Completas, tomo II, EMECÉ Editores, 1974, p. 225.2 Informe Latinobarómetro 2005, 1995-2005.

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lo constituyen: Brasil, con Luis IgnacioLula Da Silva; Chile, con Michelle Bache-llet; Uruguay con Tabaré Vásquez Ro-sas; Bolivia con Juan Evo MoralesAyma. Varios analistas amplían este es-pectro a fenómenos afines y agreganArgentina, con Néstor Kirchner y desdehace tres días, a Perú, con Alan García.Esta ligereza en calificar de triunfos dela izquierda a los gobiernos de Argenti-na y Perú llega hasta extremos de afir-marse que el Presidente de Venezuela,Hugo Rafael Chávez Frías, un típico go-bierno populista e intervencionista, diri-ge a la izquierda latinoamericana.

Comencemos por aclarar que el triunfode Alan García, más que reafirmar elgiro a la izquierda, lo desvirtúa, pues se-gún todos los pronósticos, dado queAlan García había llevado a su país alcaos económico y él mismo terminó asi-lado en Colombia, la votación mayorita-ria debió inclinarse al candidato detransformación radical de la izquierda,Ollanta Humala, y no fue así.

También el caso de Colombia requiereuna aclaración. Algunos grupos hancalificado el gobierno de Álvaro UribeVélez de extrema derecha y de excep-ción a la regla. Los mismos analistas sehan adelantado a pronosticar que losrecientes resultados electorales mues-tran que también aquí en nuestro paísel proceso que se mueve de derecha aizquierda ha anunciado su visita pen-dular. Nosotros discrepamos de esteenfoque. Álvaro Uribe Vélez ha sido re-electo, por primera vez en la historia de

Colombia, con el 62% de la votación to-tal, que es un respaldo mayor que elque recibió hace cuatro años, cuandofue electo Presidente por primera vez.Y es precisamente durante su gobiernoque la izquierda (que en anteriores go-biernos estuvo al borde del exterminio)ha estado más fuerte que nunca, lo queindica que el calificativo de centro-de-recha es más adecuado a la situacióncolombiana.

I. CENTROAMÉRICA NO SIGUE LA REGLA

Habrá que recomendarles a estos ana-listas que deberían corregir en estemapa político de América Latina la si-tuación de Centroamérica. El país demayor peso social y territorial es Méxi-co. Un triunfo electoral de Andrés Ma-nuel López Obrador en las eleccionespresidenciales del próximo 2 de julio da-ría la razón al giro a la izquierda. Untriunfo de Felipe Calderón, del partidode gobierno, los conduciría a afirmarque la tendencia comienza a revertirse.Además, los gobiernos de Nicaragua,Guatemala y Honduras, del nicaragüen-se Enrique Bolaños, el guatemaltecoÓscar Berger y el hondureño RicardoMaduro, de un perfil intensamente em-presarial, en casi nada se reflejan en elnuevo mapa político y contrastan conlos triunfos electorales del FMLN de ElSalvador y el gobierno sandinista en Ni-caragua, de la década anterior. Lo curio-so es que algunos de estos gobiernosdesempeñan tareas que no han estado

Kemel George González

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en sus programas. Son «Gobiernos dederecha con tareas de izquierda» comocalifica Joaquín Villalobos, el ex líderguerrillero del FMLN, al nuevo gobiernode Antonio Saca González del partido detradición derechista ARENA, en El Sal-vador, que recientemente ha ganadopor cuarta elección consecutiva 3.

II. HAY MÁS DE DOS FACTORES

Es obvio y visible que varios líderes re-conocidos de izquierda están gobernan-do y que esto incide en la configuraciónpolítica de la región. Además de este fac-tor, es necesario distinguir un segundoelemento, que para nosotros es el decisi-vo en darle forma al mapa político: lamaduración de la democracia —lleva-mos veinticinco años en ella— su exten-sión a toda América Latina —exceptoCuba— y la profundización de la crisis,reflejada en la extremada pobreza y ladesigualdad social. Es un grave errorteórico y estratégico identificar este fe-nómeno dominante en el continente conla existencia de gobiernos de izquierda,porque esta fatal combinación de demo-cracia y pobreza extrema produce insos-tenibilidad, desestabilización e incerti-dumbre política a cualquier gobierno, deizquierda, de derecha o denomínesecomo sea.

El tercer elemento que casi nadie tieneen cuenta para los análisis políticos es

la penetración de las nuevas tecnolo-gías de información y comunicación ennuestro continente y el impacto queellas están produciendo en la participa-ción ciudadana, en la toma de decisio-nes y en general, en la cultura democrá-tica, principalmente entre las capas másjóvenes. Más adelante tendremos opor-tunidad de hacer una referencia a esteaspecto poco estimado.

Vamos ahora a dar un vistazo a cadauno de estos tres factores que, en unacombinación excepcional, dan forma almapa que delimita la geografía políticade América Latina.

III. EL NUEVO CURSO POLÍTICO

Nosotros proponemos el ejemplo deBrasil y de su Presidente actual como elprototipo para analizar el origen delnuevo curso político de los aconteci-mientos que están llamando la atenciónde América Latina, por las siguientesconsideraciones: primero, la candidatu-ra de Luis Ignacio Lula Da Silva se origi-na en un partido de la clase trabajadora;segundo, proviene de ocupar altos car-gos en el sindicalismo; tercero, la ideo-logía dominante en su movimiento es elsocialismo; cuarto: su popularidad pro-viene de una fuerte oposición a la dicta-dura militar, que al final fue derrotada;quinto: es erigido Presidente de manerademocrática, por el voto popular mayo-

El nuevo mapa político de América Latina

3 Diario La Prensa, sábado 3 de junio de 2006.

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ritario. Esto es lo que podríamos califi-car de modelo químicamente puro departido de izquierdas en el poder.

Haré una rápida semblanza de las ca-racterísticas del proceso brasileño. Des-de 1978, Lula se hace conocer como ca-beza del movimiento sindical que selevanta en total beligerancia frente a ladictadura castrense, encabezada por elgeneral Ernesto Geisel. En 1980, al am-paro de la disposición legal que extin-gue el bipartidismo y abre las puertas almultipartidismo, Lula, apoyado en elmovimiento sindical y en políticos e in-telectuales de izquierda, fundan el Parti-do de los Trabajadores (PT). Luego, sefunda la Central Unitaria de Trabajado-res CUT. Desde 1989, Lula es candidatoen las primeras elecciones presidencia-les directas en tres décadas. Despuésde tres derrotas consecutivas, en di-ciembre de 2001, Lula lanza su precan-didatura presidencial y pone en marchauna estrategia electoral renovada, don-de modifica desde el programa políticohasta su aspecto personal. En octubrede 2002, Lula es electo Presidente deBrasil. Siguiendo a Weber, Lula consi-guió lo posible, intentando lo imposi-ble, una y otra vez.

Dejando de lado aspectos coyuntura-les como los graves cargos de corrup-ción contra algunos sectores de supartido, nosotros calificamos comomodelo de gobierno de izquierda el deLula. ¿Qué hace este gobierno? Es muyrespetuoso con sus vecinos. Paga pun-tualmente la deuda externa. Lleva una

política económica pragmática y mo-derada. Gobierna en coalición. No pa-trocina movilizaciones populares radi-cales ni le cede a las presiones de suspartidarios de la izquierda. O sea: esun «gobierno de izquierda con tareasde derecha».

La diferencia entre el gobierno de Brasil yel de Venezuela es dramática: Hugo Chá-vez no tiene origen político en un partidosocialista, no tiene tradición sindical, noha sido perseguido por el régimen y, porel contrario, como teniente coronel, diri-gió dos golpes de Estado que le dieronuna gran popularidad y lo catapultaron ala Presidencia de Venezuela.

En Chile y Uruguay la situación es bas-tante similar a la de Brasil. Michelle Ba-chelet es dirigente del Partido Socialistade Chile y víctima de la dictadura de Pi-nochet. En el golpe de 1973 asistió en di-recto, desde la azotea de la Facultad deMedicina, al bombardeo aéreo del Pa-lacio de la Moneda, donde Allende per-dió la vida. Su padre, Alberto Arturo Ba-chelet, general de brigada de la FuerzaAérea fue confinado en la Academia deGuerra Aérea, donde sus propios subal-ternos, a los que no podía ver el rostropor hallarse encapuchado, le infligieronbrutales vejaciones. Murió de un infarto.La Concertación, el frente político con elque Michelle Bachelet ganó la Presiden-cia de la República, es una coalición decentro-izquierda.

En Uruguay, el bipartidismo tradicionalconstituido por el Partido Colorado y el

Kemel George González

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Partido Nacional, también llamado Blan-co, gobernaron durante 170 años. Aligual que Lula, Tabaré Vásquez Rosaspertenece a una familia de clase trabaja-dora y activa en las luchas sindicales ypolíticas. Durante más de 20 años hasido dirigente del Partido Socialista Uru-guayo y es otra víctima de la dictadura.Aunque varias veces fueron mayoríaelectoral no pudieron gobernar porquele aplicaron la Ley de Lemas, hasta octu-bre del 2004, cuando ganó la Presidenciade la República. Ha incorporado a su go-bierno a dirigentes de todos los colorespolíticos y es igual de pragmático queLula y que Bachelet.

Quisiéramos hacer una consideracióncon el gobierno de Evo Morales Ayma.Efectivamente, de pura cepa aymara, latradición de Evo Morales es la de diri-gente de izquierda y de ideología socia-lista. Toda su vida ha luchado en defen-sa de los cultivadores de la hoja de cocade cuya organización ha sido jefe sindi-cal. Ha llegado a la presidencia de Boli-via más por la profunda crisis económi-ca, social e histórica de ese país quecomo producto de la política electoralde su partido, el Movimiento al Socialis-mo MAS.

Estos cuatro gobiernos son lo más cer-cano a lo que podemos calificar comogobiernos de centro-izquierda.

En su momento Norberto Bobbio pre-sentó un cuadro que permite compren-

der el entretejido político y partidario deEuropa, donde clasifica en cuatro gran-des grupos las tendencias políticas.Obligados por la circunstancia de haceruna clasificación, nosotros nos arriesga-mos a caracterizar en tres y no cuatrolas tendencias políticas fundamentalesque imprimen su movimiento en Améri-ca Latina: El centro-izquierda, el centro-derecha... y el terrorismo de extrema iz-quierda y extrema derecha, del cual lasFARC y el paramilitarismo en Colombia,que se han convertido ambos en un cár-tel del narcotráfico, son el ejemplo másevidente y repudiable.

IV. DEMOCRACIA Y POBREZA

No hay malestar con la democracia,pero hay malestar en la democracia. Ypara resolverlo es indispensable ha-cer uso del instrumento más preciadoque ella nos brinda: la libertad 4.

La democracia es por primera vez enAmérica Latina la forma generalizadade gobierno en el poder. Su grado demadurez indica el que podamos exhi-bir, por más de dos décadas, gobier-nos democráticos y, en algún nivel,prensa libre, protección de los dere-chos humanos, poder judicial indepen-diente, congreso autónomo, eleccio-nes trasparentes. Es una madurezpoco profunda, porque más de la mi-tad de los latinoamericanos están dis-

El nuevo mapa político de América Latina

4 Informe PNUD.

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puestos a sacrificar un gobierno demo-crático por un progreso real socioeco-nómico 5. Como bien dice el Informe deExpertos del PNUD, no hay malestarcon la democracia, sino en la democra-cia. Malestar por la carencia de em-pleo, los bajos ingresos, los malos ser-vicios públicos, la alta corrupción, laimpunidad, lo que genera en muchoscasos las vías alternativas, la expecta-tiva hacia el populismo autoritario, odirectamente las acciones de violenciaextrema.

V. EL MAPA POLÍTICO DOS DÉCADAS ATRÁS

La historia de los miedos, los asesina-tos, las desapariciones, las torturas ydel silencio aplastante de la falta de li-bertad 6.

No es el momento de detenernos en elgolpe de Estado contra Haya de la Torreen las elecciones peruanas de 1962 o elgolpe militar que derrocó al presidentebrasileño Joáo Goulart en 1964, con laactiva participación norteamericana,pero sí llamar la atención de que fueronlos militares brasileños los que convir-tieron la llamada lucha preventiva contrala subversión en uno de los principalesmóviles de las intervenciones militares 7.

Tampoco viene al caso mostrar las si-tuaciones atípicas, como los golpes im-pulsados por Juan Velasco Alvarado enPerú en 1968, y Juan José Torres en Bo-livia, en 1970, o el gobierno del generalOmar Torrijos en Panamá cuyos objeti-vos castrenses se vincularon a plantea-mientos reformistas y nacionalistas.

De lo que se trata es de recordar que lademocracia no es consustancial a la so-ciedad en que vivimos y que no convie-ne borrar del imaginario colectivo la eta-pa en la que los golpes militares sehicieron algo corriente. En 1971 se insta-la en Bolivia la dictadura de Hugo Ban-zer. En 1973 se oficializa en Uruguay ladictadura militar que se venía implan-tando progresivamente desde 1968. Enese mismo año de 1973 se produce elgolpe militar de Pinochet en Chile, queproduce un baño de sangre del cual esasociedad aun no se ha repuesto. En 1976la dictadura de Videla, en Argentina, ini-cia un verdadero régimen de terror. Secalcula en 30.000 el número de asesina-dos y desaparecidos. Entre tanto, Perú yEcuador atraviesan por diversas dictadu-ras militares, y en América Central, don-de el poder ha estado frecuentemente enmanos de las fuerzas armadas, variosregímenes se hacen escandalosos anteel mundo por los baños de sangre queprovocan, como la dictadura de Somozaen Nicaragua, las de Molina y Romero en

Kemel George González

5 La Democracia en América Latina, Informe de Expertos, Programa de las Naciones Unidas para el De-sarrollo, PNUD.6 Ibid.7 América: militarismo y democracia, http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/contextos/3327.htm.

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El Salvador, y las de Romeo Lucas y RíosMontt en Guatemala. El cuerpo doctrinales la Doctrina de la Seguridad Nacional,que es uno de los orígenes del terroris-mo actual de izquierda y derecha que vi-ven nuestras naciones.

Las únicas honrosas excepciones a losregímenes militares son Colombia, Ve-nezuela y México que logran mantenergobiernos civiles, aunque se entregandecisiones fundamentales sobre el ma-nejo del conflicto social a las fuerzas ar-madas.

En los años ochenta se inicia el retornoa la democracia en América Latina. Seabre el reto de reconstruir la Constitu-ción, las instituciones legislativas y ju-diciales disueltas; recomponer los parti-dos políticos, proteger los derechoshumanos de la impunidad, contra la co-rrupción y la mala administración delos gobiernos. El retorno a la democra-cia es simultáneamente, el retorno alcírculo vicioso de la pobreza extrema yla más extrema desigualdad. Cualquie-ra puede preguntarse consternado:¿cómo es posible que la democracia,que es una palabra sinónimo de igual-dad, conviva con la más alta desigual-dad del planeta?

La adopción de los Objetivos de Desa-rrollo del Milenio, extraídos de la De-claración del Milenio, fue un aconteci-miento fundamental en la historia de las

Naciones Unidas. Constituyó una pro-mesa sin precedentes de los dirigentesmundiales de abordar, de una sola vez,la paz, la seguridad, el desarrollo, losderechos humanos y las libertades fun-damentales 8. El primero de los ocho ob-jetivos es la reducción a la mitad, de lapobreza extrema a más tardar en 2015.

Aunque 2006 fue el cuarto año de creci-miento consecutivo de la región por en-cima de 4%, el 40% de la población viveen condiciones de pobreza y de ellos,16% vive en la indigencia 9.

El Presidente del Banco Mundial, PaulWolfowitz, admitió recientemente queexiste «mucha preocupación» y «muchadesilusión» por la lentitud en la reduc-ción de la pobreza en América Latina. Loque quiere decir que la meta de reduc-ción de la pobreza está fracasando. Lapobreza extrema en el mundo siguesiendo una realidad cotidiana para másde 1.000 millones de seres humanosque subsisten con menos de 1 dólar pordía. En América Latina 123 millones depersonas viven con menos de dos dóla-res por día, según las cifras del organis-mo mundial. Luis Alberto Moreno, pre-sidente del BID, recientemente hadeclarado que en América Latina, el70% de la gente —unos 360 millones depersonas— tiene un poder adquisitivoinferior a los 300 dólares mensuales. Alverificarse el progreso logrado en laconsecución de los Objetivos de De-

El nuevo mapa político de América Latina

8 Kofi A. Annan, Secretario General de la ONU.9 Inés Bustillo, Directora de la CEPAL en Washington.

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sarrollo del Milenio, se encuentra queestamos con mayor democracia y máspobres que antes.

Este es el balance postdictadura: Demo-cracia y pobreza son el activo y el pasivode nuestra región. Este patrimonio quehoy poseemos encierra el más grandedesafío que tenemos por delante: rom-per el círculo vicioso y construir el círcu-lo virtuoso: a mayor democracia, mayorriqueza y menor desigualdad.

VI. LA INFORMACIÓN Y LA FORMACIÓN HUMANA

Llama la atención la inexistencia de estefactor en los análisis, como si solo per-teneciera al anecdotario de las salas deinternet. Las nuevas tecnologías de in-formación y comunicación han penetra-do en nuestro continente y el impactoque ellas producen es que surge unanueva cultura propia de la democraciaciudadana. Esto incide en la participa-ción ciudadana, en la toma de decisio-nes al momento de votar, y en general,en la cultura democrática.

Nos referimos concretamente al cam-bio de paradigmas que ha producido laintroducción de la televisión por cabley por satélite, la interconexión por re-des en las universidades y en los orga-nismos del Estado, la introducción dela telefonía móvil o celulares, el creci-miento exponencial de internet, deluso de los computadores personales y

los multimedia. Millones y millones decapas sociales de todos los estratos,sin distinción, se informan día y nochede la vida del mundo y de cómo vivenlos otros. Millones tienen acceso a unainformación distinta de los canales ofi-ciales y perciben de otra forma el poderde la cultura que tienen, aunque su re-cursos económicos sean escasos. Esexagerado decir que hemos entrado enla sociedad del conocimiento, pero po-demos afirmar que estamos en unaetapa embrionaria en la que la gente almenos exige calidad de vida y un me-jor trato.

Hay que acelerar la distribución de dosrecursos fundamentales: el acceso a laeducación que se desee, y el acceso ala financiación que se requiera, en am-bos casos, con la participación activa eirreemplazable de los beneficiarios. Enel aspecto educativo, el empleo de lastecnologías de información y comuni-cación puede ser invaluable para darel salto cuantitativo y cualitativo en elproceso de enseñanza-aprendizaje paragrupos numerosos. Proveer financia-ción para pequeñas y medianas em-presas es un proceso que pasa por laformación y la calificación. Hay queeducar para eliminar paradigmas per-niciosos, para disciplinarse, para in-teractuar mejor en comunidad, paraaprender a trabajar asociadamente, paradesarrollar actividades productivas,para cimentar el talante empresarial. Elacceso a financiación tiene como pre-rrequisitos el entrenamiento para ad-ministrar, la práctica del ahorro, la res-

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ponsabilidad solidaria por los créditos,la habilidad para identificar nichos deoportunidades y la posibilidad de aso-ciarse empresarialmente con otros seg-mentos, exitosos de la sociedad. Estoes lo que hemos denominado la inno-vación social.

Quiero terminar con algo que ojalá noles parezca prosaico: la riqueza materialno es sinónimo de felicidad. La tarea deerradicar la pobreza y acrecentar la ri-queza tiene que acompañar otra rique-za que no es material, sino incluyente:la tarea de estrechar los vínculos fami-liares, el respeto por las ideas ajenas,principalmente, las ideas religiosas, lasolidaridad y la lealtad, el apego a losvalores y a las raíces culturales, el apre-cio por el trabajo honesto y la convic-ción de que los dineros del Estado sonsagrados.

Estas riquezas se encuentran con fre-cuencia en comunidades demostrada-mente felices, y no sería atrevido pensarque son como un prerrequisito para dis-frutar de los bienes materiales. La gente,es también riqueza. La riqueza materialno es sinónimo de felicidad. Si esto fue-ra cierto, las poblaciones que disfrutande los mayores índices de necesidadesmateriales satisfechas serían las más fe-lices. Sin embargo, hay indicios de queesto no es siempre así y por el contrario,países que se han visto atosigados porcarencias materiales y por dificultadesdurante largo tiempo manifiestan ser fe-lices y optimistas. Colombia es uno deellos.

VII. CONCLUSIONES

1. El aspecto decisivo del mapa políti-co de América Latina es la etapa de-mocrática que vivimos. Consolidarla democracia no conlleva ningunaamenaza para los demócratas. Nohay nadie que seriamente crea en laopción de un Golpe de Estado triun-fante ni hay nadie que seriamentecrea en revoluciones socialistas.

2. No hay que temer los cambios en lademocracia, producto de los des-contentos en la democracia. Lasresponsabilidades sociales debenadaptarse a los cambios, para pro-ducir una democracia incluyente,con acceso a la educación, la salud,la seguridad social y la elevación dela calidad de vida de las mayorías.

3. Al delimitar las responsabilidadessociales, no debe pesar la conside-ración de que los respectivos go-biernos son de izquierda o de dere-cha, siempre que sean gobiernosdemocráticamente electos que con-templan en sus planes erradicar lacorrupción, la pobreza y desigual-dades extremas. La única amenazareal es el terrorismo de izquierda yde derecha.

4. Hay que estimular los procesos deintegración subregional, autócto-nos e innovadores, los tratados delibre comercio, bilaterales y multila-terales, promoviendo la soluciónamistosa de los conflictos y recha-zando toda interferencia de unosgobiernos en la decisión soberanade los otros.

El nuevo mapa político de América Latina

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5. Hay que romper el círculo viciosode la democracia que produce ex-trema pobreza y desigualdad yconstruir el círculo virtuoso: a ma-yor democracia, mayor riqueza ymenor desigualdad.

FUENTES Y REFERENCIAS

La estadística contenida en nuestro do-cumento, el informe sobre dictadurasmilitares y los perfiles biográficos sontomados, en su orden, de las siguientesreferencias:

—Informe Latinobarómetro 2005.

—1995-2005, Diez Años de Opinión Pública,176.554 entrevistas, 10 mediciones en 18países, www.Latinobarometro.Org.

—La Democracia en América Latina, Informede Expertos, Programa de las NacionesUnidas para el Desarrollo, PNUD.

—América: militarismo y democracia, http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/contextos/3327.htm.

—Fundación CIDOB, http://www.cidob.org/bios/.

Kemel George González

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Mi agradecimiento especial para RosaConde por esta amable invitación. Lapresentación anterior me exime de ha-cer referencias más puntuales a la situa-ción de los diferentes países de AméricaLatina. Tan sólo me voy a permitir unasconsideraciones generales que, me pa-rece, son pertinentes para entender laactual situación latinoamericana.

De entrada, quiero precisar que no com-parto la afirmación un tanto vaga quedice que América Latina está virandohacia la izquierda. De la misma maneraque René Rémond habla de las dere-chas, creo que es indispensable hablarde las izquierdas. O sea, es indispensa-ble utilizar el plural. Y así nos acercamosmejor a la realidad. Tenemos una varie-dad de izquierdas que gobiernan en laAmérica Latina. Van desde la existenteen Chile (que no creo que asuste a nadiey que, por el contrario, es envidiada aunpor los países más conservadores) has-ta el régimen que está construyendoEvo Morales en nombre de una mayoríaque busca una reivindicación histórica.Y entre estos dos hay toda una gama dematices.

El régimen de Hugo Chávez es otracosa. Él está haciendo una revolución.Inédita. A su manera. Y nadie está en ca-pacidad de señalar cuáles son sus prin-cipales lineamientos hacia el futuro. Éles el sucesor de Fidel Castro en AméricaLatina. Pero las diferencias son enor-mes. La revolución castrista correspon-

dió a un patrón predecible. La bolivaria-na de Chávez no tanto.

Apreciar los matices en el análisis de losdistintos tipos de gobiernos existentesen la región es de la esencia. Las simpli-ficaciones no ayudan. Por el contrario,contribuyen a generar distorsiones y,así, errores que pueden resultar muycostosos.

En el pasado hubo otra suerte de simpli-ficaciones. Y en algún momento fue unanalista francés el que habló de que ha-bía veintiuna Américas. Es que resultamuy difícil comparar a México con Ar-gentina, o a Colombia con Bolivia, o aVenezuela con Ecuador. Ya esa claridadla habían tenido viajeros europeos quellegaron hasta Colombia por ejemplo.

El ex Vicepresidente de Colombia, Gus-tavo Bell Lemos, en un capítulo sobre«El vigor cultural de Colombia y sus re-giones», que forma parte del libro queedité recientemente titulado Fortalezasde Colombia, recuerda cómo un viajerosueco anotó que si su permanencia entierras colombianas se hubiera limitadoa las ciudades costeras de Cartagenay Santa Marta se habría formado unaopinión torcida e injusta sobre el país ysus habitantes «porque no creo —escri-bió Carl August Gosselman en su cróni-ca Viaje por Colombia 1825-1826— queexista un lugar más diferente entre susprovincias cordilleranas y las costeñas,en toda esta zona. Era ese interés el que

2. LA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA

Fernando Cepeda *

* Facultad de Administración, Universidad de los Andes (Colombia).

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me hacía observar esa Nación tan bella,con una naturaleza tan rica y variada».Algo similar registró el británico Chris-topher Isherwood, en su diario titulado:El cóndor y la vacas, al llegar a la saba-na de Bogotá: «Es de hecho, todo unpequeño país completo tal y cual desdela zona templada. Si uno se quedaraaquí por un buen tiempo, probablemen-te la costa tropical de Colombia empe-zaría a parecer tan remota como el PoloNorte».

Un distinguido latinoamericanista, elProfesor Frank Tannenbaum, en 1964escribió un documento dirigido a quie-nes querían seguir sus pasos en el cono-cimiento de esta parte del mundo. Paraeste Profesor de Columbia University, elnombre de Latinoamérica era engañosoporque daba a entender una noción deuniformidad y similitud que contrastabacon una realidad bien diferente. Esa rea-lidad la expresaba así:

Los contrastes ente Argentina y Perú sonmayores que aquellos que existen entre Ita-lia y Alemania o los que hay entre dos paíseseuropeos cualesquiera. Chile es notable-mente diferente del Perú pero Colombiatambién lo es con respecto a ellos; Venezue-la es diferente de cualquier país, bien sea dela costa este u oeste. Esto es igualmente ver-dadero para el Ecuador y Bolivia. Brasil, consus grandes y agudas diferencias regiona-les, es por sí solo un universo. Y estas pecu-liaridades en el estilo nacional son ciertaspara Uruguay y Paraguay. A pesar de mu-chas similitudes en la experiencia histórica,no existen dos países en Sur América quesean suficientemente parecidos como para

que alguien asuma que habiendo conocidouno puede hablar con confianza acerca de suvecino.

Tannenbaum no estaba hablando de geo-grafía o de paisaje. Se refería a la políti-ca, a la sociedad, a las tradiciones, a lacultura. Todavía resuena en mis oídos eleco de las palabras de Gabriel GarcíaMárquez cuando recibió en 1982, en Es-tocolmo, el Premio Nobel de Literatura:«no es difícil entender que los talentosracionales de este lado del mundo, exta-siados en la contemplación de sus pro-pias culturas, se hayan quedado sin unmétodo válido para interpretarnos. (...)La interpretación de nuestra realidadcon esquemas ajenos solo contribuye ahacernos cada vez más desconocidos,cada vez menos libres, cada vez más so-litarios».

Hechas estas observaciones, es conve-niente examinar el nuevo modelo políti-co que como respuesta al nuevo mode-lo económico se ha venido instaurandoentre nosotros. Estos modelos recono-cen la relevancia de la globalización. En-tienden que el capitalismo ganó la con-frontación Este-Oeste. Y que por fin elcapitalismo pudo moverse a sus anchaspor el mundo. Y que al hacerlo así intro-dujo nuevos conceptos sobre la nocióndel Estado, la de Gobierno, la de socie-dad civil y la de ciudadanía. No es elcaso de elaborar estos conceptos asírenovados. Es suficiente decir que hoyhablamos de Gobernabilidad Democrá-tica y no de Gobierno, como lo hicimossiempre. La teoría de Gobernabilidad in-

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corpora las nociones arriba menciona-das en un contexto globalizado. Y es asícómo una institución como la del servi-cio público que siempre se entendiócomo parte esencial de la razón de serde la tarea gubernamental, hoy ha en-trado a formar parte de aquellas empre-sas más codiciadas por el capitalismointernacional. Los servicios públicos es-tán en buena parte privatizados y no porello han perdido su vocación de aten-ción a los intereses de la comunidad. Eldesafío para la empresa privada ha sidoel de prestar estos servicios al público yen general con mayor eficiencia en con-traste con lo que venía ocurriendo cuan-do éstos se encontraban bajo el controlgubernamental. Este único cambio re-vela la dimensión de la transformaciónque ha experimentado la relación Esta-do-Empresa-Sociedad.

Hoy se especula sobre lo que debe ser laresponsabilidad social empresarial. Esel tema que nos convoca. Asumir tareasque fueron de la esencia del gobiernoen el modelo político ya superado aca-rrea, por su puesto, responsabilidadesque desbordan la misión tradicional deuna empresa. La prestación de un servi-cio público implica servir al público yaquí ya entra un elemento de generosi-dad, de ir más allá del deber que es loque le da sentido a esta doctrina de laresponsabilidad social empresarial. Enestos días estoy tratando de llevar unospasos más allá esta doctrina. Busco vin-cular el esfuerzo de la empresa privadacon la tarea de construir GobernabilidadDemocrática. Es algo que va más allá de

la responsabilidad social empresarial yque tiene particular pertinencia en lospaíses en desarrollo y, quizás, aun ma-yor, mucho mayor, en los países que su-fren la presencia de grupos armados ile-gales, como es el caso de Colombia.

La idea del movimiento libre de capitalesinternacionales, de bienes, productos yservicios y, por supuesto, la idea de lasprivatizaciones y del poder regulatoriopasaron a ser factores centrales de la glo-balización y de la Gobernabilidad Demo-crática. Las privatizaciones dieron lugar aunas oportunidades enormes que bene-ficiaron a empresas transnacionales oglobales y eso es lo que explica la pre-sencia de ustedes en América Latina.Este modelo económico requería un mo-delo político diferente. ¿Por qué? Porque,obviamente, para decirlo brutalmente,las privatizaciones privaban al Estado y alos gobiernos tradicionales de una de susprincipales funciones. Función principalen el Estado y gobiernos tradicionaleseran la de prestar los servicios públicos yentendíamos como dogma que serviciopúblico quería decir servicio prestadopor el Estado, público, no por los priva-dos. Hoy lo entendemos de otra manera:entendemos que es para el gran público,para las grandes masas, pero que lopresta el sector empresarial, fundamen-talmente el sector empresarial que tieneun alcance global. Ese Estado y gobierno(distinguiendo expresamente entre lasdos nociones), perdieron esa actividad.

Eso se hacía antes con préstamos inter-nacionales, era el papel del Banco Mun-

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dial, del Banco Interamericano, de laCorporación Andina de Fomento (CAF),en ocasiones, de la Agencia Internacio-nal para el Desarrollo (AID) de los Esta-dos Unidos. Una de las grandes tareasde los gobiernos era, precisamente,conseguir esos préstamos para ofreceresos servicios y había unas empresas,normalmente descentralizadas, a nivelnacional, regional y municipal, que losgestionaban. Uno supone que este mo-delo se acabó o casi se acabó totalmen-te. Eso crea un nuevo Estado y un nuevoGobierno, crea lo que se denomina elnuevo modelo político, que es el Mode-lo de Gobernabilidad Democrática.

¿Qué es el Estado? Para entenderloanalizaremos el caso de Colombia quebien podría extrapolarse a otros paísesde Latinoamérica. El Estado en Colom-bia, actualmente, es el que proporcionaunas reglas de juego, para que, dentrode la globalización, los actores interna-cionales y nacionales, jueguen en igual-dad de condiciones. Por eso hay unagestión de la política macroeconómica,en relación a la inflación, los flujos de di-nero, la tasa de cambio, etcétera, en de-finitiva, las variables macroeconómicasprincipales, gestionadas por una juntaindependiente, preferiblemente de ex-pertos reconocidos, que no están some-tidos ni a las presiones del Gobierno, nia los vaivenes del Gobierno. Por eso tie-nen un periodo de ejercicio de ochoaños que desborda a los gobiernos y és-tos no pueden manipularlos. La inde-pendencia y autonomía del Banco Cen-tral es la esencia en este modelo. Lo

mismo diríamos de las comisiones re-gulatorias que tienen que ver con laprestación de los servicios públicos: lade energía y gas, la de servicios públi-cos, la de comunicaciones, etc., que seespera sean despolitizadas, profesiona-les, y se comporten al regular los servi-cios públicos, como lo hace el BancoCentral cuando regula las variables ma-croeconómicas. Eso es el Estado. Haymás elementos del Estado, por supues-to, pero que sirvan estos ejemplos paraseñalar su naturaleza que desborda lavolatilidad de los gobiernos de turno.

¿Qué es el Gobierno? El Gobierno esel que asume, como resultado de losprocesos electorales, unos programas,unas acciones que no inciden en las va-riables macroeconómicas o en las re-glas del juego fundamentales. Es decir,y retomando al caso de Colombia, elGobierno reelegido no puede incidir enlas políticas macroeconómicas. Es deese tamaño. Así cuando el Gobierno haintentado decirle al Banco Central: «Ne-cesito dos mil quinientos millones dedólares de las reservas, porque quierofomentar más las políticas sociales», elBanco le responde: «Pero señor, quietoahí». Esta es la autonomía del Banco, elGobierno no puede disponer de las re-servas a su antojo. Y por tanto el papelde los gobiernos hoy es administrar es-tas políticas públicas coyunturales.

Y, naturalmente, dentro del modelo hayotros protagonistas. Por eso la goberna-bilidad no la da solo el Gobierno. La go-bernabilidad es el Estado, es el Gobier-

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no, más otro protagonista múltiple quees la sociedad civil. Una sociedad civilorganizada: la sociedad civil internacio-nal, porque el contexto del que estamoshablando es globalizado, y una socie-dad civil nacional. Y esa sociedad civilglobalizada o internacional es uno delos protagonistas de la GobernabilidadDemocrática y no puede renunciar a esepapel. Si ese papel de la sociedad civilse cumple en una forma asimétrica ocu-rren problemas de gobernabilidad muycomplicados. Sólo pensemos en el casode Bolivia. Bolivia es un caso extremo,un ejemplo muy claro para explicar quéle ocurre a un país cuando hay más so-ciedad civil que Estado y que Gobierno.El problema de Bolivia es que la convir-tieron en un laboratorio de la sociedadinternacional. La sociedad internacionaltuvo y tiene en Bolivia una influenciadescomunal, desde los años ochentacuando entró en una profunda crisis.Hubo un gran interés en ayudar a salir aBolivia de la crisis. Es más, uno de losmodelos que le presentan a uno sobrelas realizaciones políticas de Bolivia esla Ley de Participación que es la esenciade la sociedad civil y de la Gobernabili-dad Democrática. Y, entonces, en Boli-via como resultado de la acción, de laUnión Europea, de los países nórdicos,de Canadá, etc., se ayudó mucho a orga-nizar a los indígenas, a formar lideraz-gos, a construir visiones de país, etc.Y así en muchos sectores de la vida boli-viana. A tal punto, que esa sociedad civildesbordó al Gobierno y desbordó al Es-tado. Así como un déficit de participa-ción de la sociedad civil genera proble-

mas de gobernabilidad, de la mismamanera, un superávit de la participaciónde algunos sectores de la sociedad civilgenera problemas dramáticos en unasociedad, al desbordar Gobierno y Esta-do, creando unos problemas de gober-nabilidad descomunales.

Por ello, se pasó a plantear el tema deconstrucción de ciudadanía, porque malpuede haber sociedad civil si no hay ciu-dadanía. El tema de construcción de ciu-dadanía se volvió muy importante en elvocabulario político y en el debate ideo-lógico en América Latina. Y aquí es don-de entran los empresarios. Hoy se hablade una «ciudadanía corporativa». Losempresarios como tales tienen una ciu-dadanía adicional a su ciudadanía indi-vidual, adicional a lo que personalmen-te puedan hacer. Por ejemplo, porqueson millonarios, como el caso de CarlosSlim, mencionado por la Sra. Conde,quien donó a Ciudad de México 450 mi-llones de dólares para restaurar su patri-monio histórico. Y es algo que tiene mu-cho que ver con la gobernabilidad. ¿Enqué sentido? Pues con la autoestima deun país. Y la autoestima de un país tienemucho que ver con sus tradiciones his-tóricas, con su pasado, con su cultura, yes fundamental en la gobernabilidad deun país. Pero esa es la acción de un indi-viduo, millonario, multimillonario, perocomo empresario, como corporación,tiene otros deberes. Y por eso se hablade ciudadanía corporativa.

Entonces, es aquí donde los empresa-rios, como corporaciones, deben tener lo

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que a mí me gusta llamar un interés des-interesado por el contexto, llamémosleasí, en el que están trabajando, llámesemunicipio, llámese región, llámese país,llámese continente. Los empresarios tie-nen que mostrar que ostentan de verdadauténticamente, generosamente, si es elcaso, un interés desinteresado. Porqueclaro, lo característico de los empresa-rios es que tienen intereses que son legí-timos y respetables. ¡Pero ese es su ofi-cio! Su oficio es ganar dinero para suempresa, para sus accionistas. Su oficioes generar empleo. Y hay quienes dicen:«Pare ahí, no sigan. No tienen por quéhacer nada más. Lo otro es el problemade los individuos». Hay una corriente depensamiento que dice: «No señor, ahí nose detienen las tareas de una corpora-ción, de una empresa». Las empresas tie-nen una ciudadanía corporativa quedebe traducirse en la búsqueda de un in-terés desinteresado, o sea, de atendera situaciones, a problemas, a opcionesque mejoren la Gobernabilidad Demo-crática, hablando de política, o que mejo-ren la sociedad. Pero es que mejorar lasociedad desde el punto que se tome, esmejorar la Gobernabilidad Democrática.Ese es un punto central.

Si miramos otras dimensiones de lo queestá pasando en América Latina, el noentender el concepto de GobernabilidadDemocrática hace por ejemplo que losciudadanos en Ecuador, los ciudadanosen Bolivia, los ciudadanos en Perú veana los gobiernos como ineptos, incapa-ces, indiferentes, lejanos, despectivos,desconsiderados. ¿Por qué? Porque es-

taban acostumbrados a un modelo eco-nómico y a un modelo político en loscuales el Gobierno hacía lo que hacenlas empresas privadas y, en concreto,las aquí presentes que forman parte delPatronato de la Fundación Carolina. En-tonces, claro, el ciudadano esperaba delGobierno la luz eléctrica, el agua, querecogiera la basura, que prestara el ser-vicio de teléfonos, etc., y, además, losmás pobres, esperaban que ese serviciolo prestaran con precios subsidiados,cuando no gratuitos. Así, uno de losproblemas que tuvieron los españolesque administran la empresa de energíaeléctrica en esta ciudad, en Cartagena,fue que buena parte del servicio deenergía eléctrica para los más pobresera prestado gratuitamente, porque ha-bía sido instalado de forma clandestinay de contrabando. Y cuando fueron aponer contadores el caos fue tremendoy las revueltas sociales casi terminancon ellos.

El ciudadano común no entiende que elEstado ya no preste ese servicio. No im-porta que lo preste una compañía espa-ñola, francesa, argentina, chilena, el ciu-dadano común sigue creyendo que es elEstado. Que lleve ese nombre, que hayunos chilenos que trabajan... eso es otrotema, pero el ciudadano dice: «a mí elEstado me responde, a mí el Estado meda agua, teléfono o lo que sea». Y el Es-tado dice: «Yo no tengo nada que vercon eso, usted pague». Es una cosa muydifícil. Y eso se ha ido creando en los paí-ses, por razones de pobreza y otras difi-cultades, y porque hay una sociedad ci-

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vil a esos niveles organizada y activa, yse crea una confrontación que expresa,si ustedes quieren, la alienación. Esta sematerializa cuando la gente dice: «El Es-tado, el Gobierno, no está haciendonada para nosotros». Entre otras razo-nes porque se tiene todavía la noción pa-ternalista que lo espera todo del Estado,todo del Gobierno. Y el nuevo modelono es así. Lo mismo pasa en el tema edu-cativo, lo mismo pasa en el tema de sa-lud y con el resto de sectores representa-tivos de «bienes o servicios públicos».

Aquí hay un cambio radical que crea es-tas tensiones, en buena parte, en esospaíses porque no se entiende el modelo.Los partidos políticos no lo explicanporque ellos mismos no lo entienden yclaro se van produciendo estas tensio-nes. El caso de Perú, es casi paradigmá-tico. Perú, por supuesto, que tiene hoyuna economía mucho mejor que la co-lombiana en términos de crecimiento,es posible que esté creciendo al dobleque Colombia, pero su Presidente tieneun índice bajo de confianza o credibili-dad, y el colombiano tiene más del 70%.Y eso es debido al divorcio entre econo-mía y política. ¿Y cómo se supera estetema? Pues con una conexión, que algu-nos dicen que es populista, basada en elestablecimiento de lo que los america-nos, los anglosajoes, llaman un bond,un nexo, un vínculo, un amarre con laciudadanía, directo, personal y que laciudadanía percibe como comprometi-do, como dedicado, como generoso.Por eso, cuando ustedes ven las encues-tas en Colombia, miran las encuestas

que hicieron durante el año del procesoelectoral observan que los números delpresidente Uribe se mantienen siempre:credibilidad más de un 70%; apoyo asus programas, 64% para arriba; inten-ción de voto, 57%. Y eso no varió duran-te un año, pase lo que pase, bueno omalo. Y esto es debido al bond, al víncu-lo personal entre el Presidente y la ma-yoría de los ciudadanos que lo percibecomo un gobernante que está totalmen-te entregado día y noche a tratar de re-solver los problemas del país. Lo que esclaro, lo fundamental, es la percepciónde que este gobernante más no puedehacer. Y por eso no lo toca nadie. Dicen:es el efecto teflón. Este cuento del efec-to teflón es una manera de no pensar.«Ya sabes, el efecto teflón». «¿Y quehace el efecto teflón?». «Pues no sé, elefecto teflón es que no le pasa nada».

No señor, hay una explicación. Y la ex-plicación es esa a mi manera de ver. Noes que haya reducido los índices de vio-lencia, que sí lo ha logrado; no es quelos colombianos se sientan más segu-ros, que sí lo están; no es que la econo-mía haya funcionado, que haya aumen-tado el empleo; que realmente se haincrementado. Pero, créanme, que loque está en el fondo es ese vínculo, esebond, entre el presidente Uribe y la ciu-dadanía. Es eso. Y tienen la prueba irre-futable de este fenómeno excepcional, yes que un Presidente en Colombia seareelegido en medio de tantas dificulta-des. Porque no es que él pueda alegarque ya resolvió los problemas. Por fa-vor, él no lo alega.

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Para concluir desearía indicarles los queme parecen factores nuevos que estánincidiendo en lo que está pasando enAmérica Latina.

1. Para mí un factor nuevo es Chávez,por supuesto. No se recuerda en la his-toria de América Latina y, mucho me-nos, en la época reciente, que hubierahabido una persona con una vocaciónque podemos catalogar como imperial,frente a Sudamérica, con una vocaciónde influencia, de dejar un sello. Y que tu-viera, primero, esa vocación y luego to-dos los recursos económicos para mate-rializarla. Eso no existe, porque FidelCastro pudo tener esa ambición, perocon azúcar a 3 centavos, pues es muy di-fícil. De manera que esto es un fenóme-no muy nuevo y muy diferente.

2. Otro factor nuevo, el papel de Chi-na. Algunos mencionan el de India. Escada día mayor, más significativo. Asíde pasada, mencionemos: está contem-plando la construcción de tres mega-puertos en el Pacífico, uno en Centroa-mérica, otro en Tacna, Perú, el otro seestá decidiendo. Está apoyando proyec-tos energéticos y de recursos mineros ynaturales de gran envergadura. Y asípodríamos enumerar otras acciones yproyectos significativos.

3. Tercero, sin China no se concebiríalo de Evo Morales. Las decisiones queha tomado en recursos naturales, sin lapresencia de China no se entenderían.No porque China —y quiero que esoquede bien claro— esté buscando jugar

un papel político en América Latina. No.Y en Estados Unidos ya lo tienen claro:todos los altos funcionarios del Departa-mento de Estado han viajado por turnosa China para establecer cuál es el papelque China está jugando a nivel global.Y lo que está claro, es que China está in-teresada por ahora, en negocios, intere-sada en obtener los recursos que nece-sita para su desarrollo, en hacer lo quesea necesario para eso, sin que ello ten-ga implicaciones políticas frente a Esta-dos Unidos, que se entiende tiene en La-tinoamérica su estatus de influencia.Evo Morales habla de China como sualiado ideológico, su aliado estratégico.China le dijo: «Nosotros le ayudamoscon su problema energético». Esto esun factor totalmente nuevo. Lo que estáocurriendo en materia de importacio-nes, de exportaciones, lo que está ocu-rriendo en materia de infraestructuras.

4. Otro elemento nuevo en el tema deAmérica Latina: el de la energía. Este esun tema central, hasta tal punto que elMinisterio de Energía en todos los paí-ses va adquiriendo una dimensión inter-nacional inusitada. La política exterioren América Latina y, por supuesto, bue-na parte de su política doméstica, estágirando en torno a los temas de energía.¿Acaso otra cuestión de naturaleza in-terméstica? De manera que aquí hayun tema clave. Y valga como ejemplo lareciente reunión en República Domini-cana del Presidente mexicano, el colom-biano y los centroamericanos, para dis-cutir la construcción de una refinería,que vale más de seis mil quinientos mi-

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llones de dólares, que sería la obra másgrande después del Canal de Panamá.Les da a ustedes una idea de qué es loque está pasando. Chávez no fue invita-do. Y hay otros proyectos igualmentedescomunales que pueden considerar-se utópicos, pero que están ahí. En Cen-troamérica no se había hablado de esojamás. Hoy este es el tema que permeatodo.

5. Otro tema es el de las remesas delos emigrantes. Y que bien podemosdesglosarlo en dos: emigrantes y reme-sas. El tema de los emigrantes, pode-mos plantearlo analizando la página delWashington Post del 18 de mayo de2006. Se ve arriba el desierto, entre Mé-xico y Estados Unidos, y una parte máso menos boscosa, que son los sitios pordonde los mexicanos pasan a los Esta-dos Unidos. Y abajo, tenemos la foto-grafía de algo extraño que es la cons-trucción de una represa en China paracontrolar el río Yangtsé. Se trata de evi-tar los desastres que produce ese ríopara ahora con una represa aprovechartodo tipo de oportunidades agrícolas yenergéticas. Entonces uno dice: «Mirecómo es el mundo: Arriba está EstadosUnidos, discutiendo si construye unmuro de 580 km, con todo tipo de ayu-das electrónicas del más diverso orden.Y aquí abajo usted tiene a China comu-

nista que construyó un muro, una mura-lla hace más de 2.000 años, con el mis-mo propósito, pero que ahora lo queconstruye son represas».

El mundo al revés, pero ¿qué es esto?Ahora Estados Unidos construye murosy China construye represas eléctricas.La página me parece tan reveladora delo que está pasando en el mundo y,particularmente, en América Latina. Eltema de migraciones hoy está ligado ala redención 1. Ello significa que no sola-mente hay millones de personas queencuentran oportunidades fuera de suspaíses, que eso es ya redentor, sino queademás son personas que envían dine-ro a sus países. Y no cualquier dinero.Porque son los pobres, los que no en-cuentran oportunidades en su país, losque ayudan a los pobres de su país y asu propio país. Que América Latina reci-ba cuarenta mil millones de dólares enremesas, eso tiene un significado des-comunal. No lo hubiéramos podido con-seguir, por ejemplo, de la cooperaciónde la comunidad internacional conAmérica Latina. No hubiera llegado ja-más a esa cifra, por generosos que hu-bieran decidido ser. Cuarenta mil millo-nes de dólares anuales, distribuidos enpequeños giros de no más de 300 dóla-res que llegan donde tienen que llegar.Distribución del ingreso genial; ningún

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1 Según el Diccionario de la RAE: Acto de redimir: 1. tr. Rescatar o sacar de esclavitud al cautivo medianteprecio. U. t. c. prnl. 2. tr. Comprar de nuevo algo que se había vendido, poseído o tenido por alguna razón otítulo. 3. tr. Dicho de quien cancela su derecho o de quien consigue la liberación: Dejar libre algo hipoteca-do, empeñado o sujeto a otro gravamen. 4. tr. Librar de una obligación o extinguirla. U. t. c. prnl. 5. tr. Po-ner término a algún vejamen, dolor, penuria u otra adversidad o molestia. U. t. c. prnl.

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economista había encontrado el meca-nismo. Llegan donde tienen que llegarpara lo que tiene que ser, el mercado,pagar unos gastos de salud y, eventual-mente, una vivienda. Y que, luego, no setienen que repagar, y no causan intere-ses. Fíjense ustedes, ayer en primerapágina anunciaban los periódicos co-lombianos (jamás se ha sacado un titu-lar así sobre las remesas, porque eso esde los pobres), que el nuevo Presidentecolombiano —reelegido— lanzará unprograma que se llama «Banco de Opor-tunidades», en el cual comprometeráocho mil millones de dólares, para ata-car la pobreza. Es el doble de lo que reci-be Colombia por remesas.

6. Para concluir, añado a los factoresanteriores una última circunstancia. Almismo tiempo que se están producien-do, particularmente en América del Sur,

fenómenos de desintegración de losmecanismos de integración, de la Co-munidad Andina de Naciones, CAN; delG-3 México, Venezuela y Colombia; delMERCOSUR (se dice que está práctica-mente paralizado), etc., que el concep-to del ALCA se disuelve en tratados delibre comercio que se hacen individual-mente o regionales; que al mismo tiem-po que hay ese fenómeno de desinte-gración, lo que los datos muestran esque cada día es mayor la integraciónreal y bilateral entre los países, mayorintegración entre Colombia y Venezuela,pese a todas las tensiones; mayor inte-gración entre Colombia y Ecuador, a pe-sar de tener unas relaciones diplomáti-cas tensas. Y así, país por país, lo que seaprecia, es mayor interacción, mayor in-volucramiento. Y ustedes pueden decir,«por supuesto, señor, y si hay eso, haymayores tensiones». Y es cierto.

Fernando Cepeda

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SEGUNDA PARTE

RSE: PERSPECTIVAS SECTORIALES

La empresa es una comunidad de se-res humanos integrados por un pro-pósito productivo común, que procuraconjuntamente y con responsabilidad,satisfacer con calidad necesidades in-dividuales y sociales, teniendo comobase de su acción la confianza, latransparencia, el respeto, el buen tratoy la construcción participativa.

JULIO CÉSAR CARRILLO GUARÍN

I. INTRODUCCIÓN

Dentro de un esquema económico queal inicio del siglo XXI incluye dentro desus principales características, una to-davía más creciente incidencia de la ini-ciativa particular en la creación de em-presas como focos de producción y losefectos de una ruptura de las fronterasentre países como expresión de la glo-balización que, a la vez, debilita la aso-ciación del núcleo productivo con un de-terminado territorio nacional, resultainsoslayable la capacidad de determina-ción que alcanzan esas empresas dentrode los derroteros de los conglomeradossociales y por ello surge de ella un altonivel de responsabilidad sobre el deve-nir de los mismos. Su presente y su fu-turo resultan, por tal circunstancia, ata-dos a la influencia que esas empresastengan sobre el modo de vida que asu-ma la sociedad en la que proyectan susproductos y la presentación de los mis-mos, por lo que no pueden adoptar una

actitud de indiferencia en relación con lacalidad de vida de quienes, por muchasrazones, como usuarios, como vincula-dos, como trabajadores, convierten aesa empresa en el eje o en un partícipe,de su vida ordinaria.

Aunque bien puede decirse que desdesiempre estuvo presente ese nexo entrela actividad de una empresa y el devenirde la comunidad dentro de la cual desa-rrollará sus actividades, en épocas ante-riores, por la estrecha vinculación entrela idiosincrasia de una y de otra y el me-nor grado de conciencia sobre la proble-mática ambiental, que para entonces nohabía alcanzado los alarmantes nivelesde deterioro que hoy aterran a las socie-dades y a sus gobernantes, no aparecíacomo imperiosa la necesidad de diseñarpolíticas de apoyo a las comunidades ya los integrantes de ellas, como sí resul-ta evidente en la actualidad.

Por eso, si bien y de acuerdo con los li-neamientos que ha acogido la OIT, laresponsabilidad social de las empresasse conoce como «la integración volunta-ria, por parte de las empresas, de laspreocupaciones sociales y medio am-bientales en sus operaciones comercia-les y sus relaciones con sus interlocuto-res», por la relación antes aludida, bienpuede pensarse en que esa voluntarie-dad debe ser comprendida desde elpunto de vista de la ausencia de norma-tividad formal al respecto, pero no signi-fica que no medie un elemento de com-

3. RESPONSABILIDAD SOCIAL Y RELACIONES LABORALES EN LAS EMPRESAS

Germán G. Valdés *

* Ex magistrado de la Corte Suprema de Colombia y profesor de la Universidad del Rosario.

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promiso moral y de respeto por las con-diciones de vida de los integrantes de lacomunidad en cuyo entorno se desarro-lla la actividad productiva que es inhe-rente a la naturaleza de una empresa.

II. UNA ACOTACIÓN HISTÓRICA SOBRE COLOMBIA

Aunque desde finales del siglo XIX, el ge-neral Rafael Uribe Uribe dejó constanciaen sus intervenciones sociales y políti-cas de su preocupación por las condi-ciones de los trabajadores dentro del in-cipiente mundo de la producción de eseentonces en Colombia, solo en 1915 yluego de su muerte, pudo alcanzar con-creción en el texto de una ley, una desus preocupaciones centrada en lascondiciones de seguridad y de salubri-dad en que los operarios debían prestarsus servicios, convenidos dentro delmarco de una relación laboral.

Fue una expresión insular que rompió lapasividad social de la época alimentadapor el pensamiento conservador de losgobernantes de entonces, que solo a fi-nales de la segunda década del siglo na-ciente, ante la presión de los aconteci-mientos universales que fueron dandosólida personería a los temas laborales,alcanzó las justas repercusiones cuandocon el quiebre de la hegemonía conser-vadora comenzaron a tener resonancialos proyectos de contenido social quemás adelante se traducirían en una suce-sión de leyes y decretos, que colocaron

a Colombia en un puesto de privilegiodentro del conglomerado latinoameri-cano, en tales materias.

Expresión de ello fueron los decretos2.350 de 1944, la ley 6ª de 1945, la ley 90ªde 1946 y el Código Sustantivo del Tra-bajo, entre otros, con los cuales se con-cibieron figuras jurídicas de adecuadocorte tutelar respecto de los derechosvitales de los trabajadores y el sistemade seguridad social que habría de com-plementar la legislación laboral dentrode la noción de configurar un estado ge-neral de cosas que materializaran la ga-rantía de una vida digna, en los térmi-nos en que para ese entonces se pensóen la reforma constitucional de 1936 y,muchos años después, se recogió en lanueva Constitución de 1991.

Para conjugar esa proyección tuitiva delpensamiento de esos años, con la impo-sibilidad de implementar física y econó-micamente la estructura de la seguridadsocial en forma inmediata, se acudió alos empleadores para convertirlos, nopor la vía de la voluntariedad es cierto,en garantes de muchos cubrimientosrespecto de los riesgos que se aglutinanen la imposibilidad de ejecutar una acti-vidad productiva que permita acceder alos recursos necesarios para atender losrequerimientos vitales, personales y fa-miliares.

Así fue como ante los riesgos de salud,comunes o profesionales, de vejez y dedesempleo, se ubicó en cabeza de losempleadores la responsabilidad de las

Germán G. Valdés

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prestaciones correspondientes por me-dio de los auxilios pertinentes para elprimer conjunto de contingencias, de lapensión de jubilación y del auxilio de ce-santía, todos adjudicados como respon-sabilidad con carácter provisional y entanto se asumiera el riesgo correspon-diente por el sistema de seguridad so-cial ideado en 1946.

Se concretó de esa manera una expre-sión de responsabilidad empresarial,dentro de unas condiciones ajustadas ala época, respecto de algunas de las ex-presiones de necesidad de un segmen-to de la población, aunque es necesa-rio decirlo, no era el más desprotegidocomo quiera que de todos modos susintegrantes contaban con el respaldo delingreso económico derivado de la cir-cunstancia de tener un contrato de tra-bajo.

Como ya se dijo, esas expresiones desolidaridad social no estuvieron enmar-cadas dentro del criterio de voluntarie-dad pues nacieron de la ley, aunque conun concepto de precariedad en su du-ración, sin embargo, con el tiempo ycomo una consecuencia de la tardanzacon que se implementaron las estructu-ras de la seguridad social, esos meca-nismos de protección social fueron pa-sando dentro de las empresas a sermateria de negociación por la vía delconflicto colectivo y, con ello, muchasterminaron aceptando el asumir múl-tiples expresiones de proyección so-cial en las convenciones colectivas quesuscribieron. Sin embargo, no fue una

constante que los sindicatos asumieranun sentido altruista y por eso, esas ex-presiones ordinariamente no llegaron arebasar los linderos de los contratos detrabajo de los propios trabajadores y,en muchos casos, se concentraron enprivilegios solamente para los directi-vos sindicales, con lo que se obtuvo unresultado perverso como es el de crearimportantes distancias económicas en-tre unos y otros de los pertenecientes auna misma clase social, la de los trabaja-dores, dentro de la que indudablemen-te se encuentran los desempleados queno cuenten con nada diferente a su ca-pacidad para trabajar, como medio paraatender sus necesidades esenciales.

III. A MODO DE ILUSTRACIÓN SOBRE LASITUACIÓN LABORAL EN COLOMBIA

Sin la pretensión de ser exhaustivos,pues para ello se requeriría una exten-sión inmensamente mayor, vale la penarecordar que la colombiana es una so-ciedad que se caracteriza por una clasesocial alta reducida en número perosólida en capacidad económica, una cla-se emergente que la complementa encuanto a la titularidad de unas condicio-nes de vida decorosas y con la cual sepuede totalizar cerca de un 10%, unaclase media decreciente en volumen yen medios económicos que lucha pormejorar sus condiciones de conoci-miento y educación como herramientasde potencial ascenso, y una inmensamayoría que se debate dentro de las ca-

Responsabilidad social y relaciones laborales en las empresas

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tegorías de pobreza, pobreza absoluta eindigencia, que en su conjunto se apro-ximan al 80% de la población.

De la clase trabajadora, inmensamentemayoritaria pero de la cual solo una por-ción relativamente pequeña cuenta conun empleo formal y en condiciones deingresos dignos, la mayor parte se de-bate dentro de las condiciones de des-empleo, empleo informal, subempleo ytrabajo marginal, todas las cuales regis-tran básicamente dentro de las estadís-ticas de necesidades pero no como ele-mentos de aporte o de construcciónsocial para la comunidad general.

Del conjunto de los anteriores los quecuentan con empleo, que con optimis-mo se pueden ubicar en la mitad de loque representa en sí la clase trabajadoracomo aquella que, como antes se seña-ló, sólo cuenta con su capacidad de la-borar para enfrentarse a las exigenciasde la vida, únicamente algo menos del5% se encuentra vinculado a un sindica-to, lo que significa que la representativi-dad social de estos sea muy limitada,aunque políticamente cuenten con unaincidencia que los hace aparecer conuna mayor incidencia de la que real-mente tienen desde el punto de vistanumérico, a lo cual es pertinente agre-gar que la participación de los sindicali-zados en la vida del sindicato y en la fija-ción de los derroteros para el mismo, esprácticamente inexistente, lo cual con-duce a concluir que las determinacioneshistóricamente se han concentrado engrupos privilegiados, dentro de los cua-

les la mayoría han sido a la vez los prin-cipales destinatarios de las llamadasconquistas laborales.

Es decir, hay una escisión profunda en-tre la dirigencia sindical y la base traba-jadora y, todavía es mayor entre aquéllay la clase trabajadora no sindicalizada,pero aún más, respecto de quienes seencuentran marginados de la posibili-dad de trabajar como consecuencia dela incapacidad del Estado de generar lasoportunidades suficientes para lograrun empleo.

IV. SIGNIFICADO DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Dentro del marco anterior, que si bien seha referido a Colombia no es muy dis-tante al de la gran mayoría de los paíseslatinoamericanos, muchos de los cualesmuestran condiciones más difíciles y enocasiones dramáticas, y tampoco es es-tadísticamente ajeno a las realidades enotras latitudes, incluyendo al Viejo Mun-do, la responsabilidad de las empresasen los devenires sociales, aunque seasuma dentro de un esquema de volun-tariedad, como realmente debe ser dadoque ello supone la creación de un impor-tante nivel de conciencia en cuanto a laincidencia del sector en los aconteceressociales, no debe ubicarse simplementedentro las categorías humanas de bon-dad o de altruismo, sin desecharlas na-turalmente pues algunas expresiones

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pueden calar bien dentro de ellas, sinotambién dentro del rango del deber mo-ral, adicionado con un adecuado ele-mento de prudencia, frente a la poten-cialidad de una efervescencia socialalimentada por la acumulación de nece-sidades básicas desbordadas y por unalimitada capacidad de orientación porparte de la dirigencia social.

La noción de plusvalía, aunque no iden-tificada técnicamente ni dentro de suconcepción filosófica, se encuentra en-tronizada dentro del esquema mental delas mayorías necesitadas, sea por per-cepción directa o inyectada por el opor-tunismo de algunos falsos profetas, loque hace que para esas mayorías la tra-ducción inmediata del fenómeno econó-mico se ubica en el campo de la explota-ción, lo cual a su vez, se convierte ensensaciones adversas para todo cuantorepresente la titularidad del capital aje-no y las posibilidades inaccesibles.

Corolario de lo anterior es tener comoimperativo el de generar un entornoamable, comprensivo, confiado y con-fiable, inicialmente al interior de la pro-pia empresa, pero también dentro delmedio social al cual pertenecen sus tra-bajadores, particularmente en aquelloscasos en los que la actividad empresa-rial se desarrolla en un espacio geográ-fico en el que la actividad de la empresainyecta una fuerte influencia dentro delas preocupaciones y actividades de lacomunidad, a la cual, por lo demás, per-tenece un número importante de susempleados.

V. LA RSE Y LAS RELACIONESLABORALES

La proyección de las empresas en elcampo de las relaciones laborales debeconcebirse en dos planos, el individual yel colectivo, bajo el entendido de que enningún caso son excluyentes y natural-mente comprendiendo en ambos planosel conjunto familiar de los empleados.

Naturalmente, no es posible concebiruna política de acción a nivel colectivoque no parta de las consideraciones par-ticulares de los individuos que confor-man esa colectividad, sea que ella se en-cuentre estructurada por integrantes deun sindicato o por personas que en ejer-cicio real de su libertad de asociaciónsindical hayan preferido marginarse detoda organización sindical.

Por eso la división mencionada debe en-tenderse prevista para el efecto operati-vo mas no como una diferenciación deorden conceptual, pues ella no es posi-ble, dado que en todo caso el núcleo decualquier acción necesariamente debeser el hombre.

V.1. En el campo de las relacionescolectivas

Posiblemente no es una constante en to-dos los países pero sí es frecuente enmuchos de los que guardan coinciden-cias laborales y sociales con las condi-ciones de Colombia en lo atinente a lapresencia y proyección de los sindicatos,

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lo cual significa una limitada representa-ción legítima frente a la clase trabajado-ra, un reducido marco de participacióndemocrática al interior de la organiza-ción, una supremacía notoria de un limi-tado conjunto de dirigentes, una divisiónen el movimiento sindical, en su formamotivado por divergencias filosóficaspero en su esencia engendrado por inte-reses particulares y por apetitos buro-cráticos y una influencia importante enel ámbito político nacional, despropor-cionada a su representatividad social.

Dentro de esas condiciones, las accio-nes que se puedan desarrollar bien pue-den ubicarse en estos aspectos:

1. La negociación colectiva: En mu-chas de las empresas que cuentancon sindicatos al interior de las mis-mas, el proceso de negociación co-lectiva ha alcanzado un número deaños importante, en cuyo transcur-so los beneficios resultantes de ellase han ubicado en un nivel alto, apartir del cual las mejoras adiciona-les pueden resultar superfluas paralos potenciales favorecidos y en ex-ceso gravosas para la empresa.En tales eventos, bien puede pen-sarse en proponer al sindicato la li-mitación de los convenios en cuan-to a los beneficios individuales delos afiliados, a cambio de la crea-ción de puestos de trabajo nuevos,dentro del entendido de ser el em-pleo el mayor beneficio para la cla-se trabajadora, aunque los nuevosempleados no cuenten con los mis-

mos privilegios que los actuales tra-bajadores. La posible afectación delderecho a la igualdad debería sermateria de precisión en cuanto aque se trata de contingentes o gru-pos de trabajadores que simple-mente ingresan con posterioridadal convenio colectivo en el cual esviable precisar que tales personasno contarán con privilegio algunoadicional a los puramente legales.

2. Los acuerdos marco: Por fuera de laformalidad y del efecto jurídico dela negociación colectiva se puedenestablecer acuerdo básicos en losque medie la participación del sindi-cato como receptor de propuestasprovenientes de sus afiliados y decomunicador de las mismas, a lavez que de presentador de propues-tas y de estudios sobre programasde interés colectivo extralaboral, sinque ello implique compromiso denegociación ni elemento coercitivoque pueda ser ejercido por el sindi-cato o por autoridad estatal alguna,dado que la propia convicción deservicio funge de garante en cuantoal compromiso de la empresa.

3. Responsabilidad de los sindicatos:Las organizaciones sindicales de-ben asumir una actitud de compro-miso con los proyectos de conteni-do social de la empresa aunqueellos no representen beneficios in-dividuales ni repercusiones econó-micas para el propio sindicato, aligual que deben servir de elementocomunicador o de resonancia de lasiniciativas del empleador, en rela-

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ción con sus propios afiliados. Elloimplica una especial apertura dialo-gal que posiblemente, por lo menosen muchos de los países latinoame-ricanos, no tendrá fácil acogida dadala orientación de antagonistas, node cogestores, que se ha involucra-do históricamente dentro de la es-tructura de pensamiento de muchasde las organizaciones de los traba-jadores.

V.2. En el campo de las relacionesindividuales

El objetivo fundamental de unas accionesorientadas al trabajador individualmenteconsiderado es brindarle un elementoeficaz de contribución a la consecuciónde su propósito vital y, además, integrar-lo a la noción de su trabajo como la he-rramienta indispensable para alcanzarlo,para lo cual sienta que la empresa es su«socio» o compañero indispensable.

El trabajador debe encontrar en la em-presa a su mejor aliado y sentirse con-vencido de pertenecer a ella como apo-yo esencial en la consecución de losfines de la misma. Se trata de una inte-gración de contenido humano, vital, so-cial, pero también empresarial, de afec-to y de convicción, para lo cual esimportante pensar en estos estadios:

1. Formación y educación: Es induda-ble que en la medida en que hayauna mejor capacidad de compren-

sión sobre las líneas de acción de laempresa, más sencillo va a ser ob-tener el compromiso de los trabaja-dores con la causa de aquélla, porlo que es fundamental dirigir accio-nes en procura de ese objetivo, tan-to en lo puramente interno del indi-viduo, en lo tocante con sus valoresy en la escala de sus prioridades,como en lo educativo general y, asímismo, dentro del campo de las ca-racterísticas propias de su trabajo.Es importante para un trabajadorcomprender el contexto dentro delcual fluye su accionar personal y la-boral, como medio para que ante síasuma un nivel mayor de compro-miso y de convicción sobre la im-portancia de sus tareas.

2. Noción clara de derechos funda-mentales y respeto de los mismos:Ese proceso formativo preferible-mente debe incluir una clara infor-mación sobre los que realmenteson o tienen la condición de dere-chos fundamentales, no sólo parafacilitar en los trabajadores la dis-tinción correspondiente, sino paraubicarlos dentro de los campos enlos cuales puedan exigir el respetode los mismos, no sólo al interior dela comunidad laboral sino en suvida como ciudadano e integrantede una comunidad mayor.Una adecuada información sobre loque realmente configura un dere-cho fundamental y cuándo merecela protección de figuras especiales,algunas de contenido judicial, comoson las acciones especiales de am-

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paro o de tutela, puede tener unapositiva repercusión que se mate-rialice en la disminución de quejas yacciones como las señaladas, quefrecuentemente son utilizadas sinfundamento y sin que medie en rea-lidad un derecho o prerrogativa quetenga la calificación de fundamen-tal.En el caso de Colombia, aunque ensentido estricto no correspondena la misma materia, tiene relevan-cia la expedición de la ley sobre elacoso laboral como instrumentode garantía en cuanto al respeto dela individualidad del trabajadorpor parte de su empleador y delas demás personas que compo-nen su entorno laboral. Es ciertoque no es un estatuto cuyo dise-ño se pueda considerar modelo,pero denota un interés por prote-ger al trabajador frente a deter-minadas conductas lesivas de suinterioridad y que afectan su des-empeño laboral.

3. Defensa ante la dependencia: Escu-char al trabajador cuando ha incu-rrido en una conducta impropia ose le ha atribuido una falta laboral,no sólo por medio de las diligen-cias formales de descargos, sinoen un diálogo personal. Esta ac-ción puede brindar mejores ele-mentos de juicio en cuanto a la me-dida que se deba adoptar, que nodebe ser necesariamente laboral ydisciplinaria, pues puede tener uncontenido humano de apoyo, me-jor si se encauza por medio de pro-

fesionales en el apoyo psicológicoo social.

4. Control de las expresiones de acosolaboral: Como arriba se mencionó,un fenómeno que posiblemente seha expresado desde mucho tiempoatrás en el mundo laboral, pero quesólo de unos veinte o treinta añoshacia acá ha capturado una mayoratención, inicialmente de los psicó-logos, luego de los abogados y aho-ra de los Estados, es el de las pre-siones de distinta índole, física ypsíquica, que se ejercen en el entor-no laboral con diferentes efectosnegativos en el desempeño de lostrabajadores y en el detrimento dela estabilidad del individuo, es elque se ha dado en llamar el acosolaboral.Por encima de las reglamentacio-nes que los Estados puedan intro-ducir en torno de esta temática, elmensaje fundamental que fluye depensar sobre ella, es el de la nece-sidad de procurar unas relacionesde profundo respeto entre todoslos integrantes de una sociedad,cualquiera sea el marco de des-arrollo de la misma, pero en elcaso concreto, la que se conformaen el medio empresarial que nosólo cobija la relación entre el em-pleador y el empleado, sino entrelos compañeros de trabajo en losdistintos niveles jerárquicos, e in-clusive con las personas que labo-ran en la órbita de la actividad de laempresa aunque no pertenezcandirectamente a ella, como es el

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caso de los contratistas, proveedo-res y clientes.La idea es ir más allá de lo que laspropias disposiciones legales deter-minen, en procura de un ambientede trabajo en el que el respeto recí-proco constituya la constante.

5. Los estatutos de compromiso insti-tucional: Se trata del establecimien-to de códigos de conducta, de com-portamiento general, de ética, depolíticas empresariales, por mediode los cuales la empresa declareante sus trabajadores cuáles son lasconductas generales, dentro deellas las sociales, con las cuales secompromete integralmente, no sóloen cuanto al cumplimiento que ellamisma brinde sino también, en lorelativo a las exigencias que va ha-cer a sus trabajadores en procurade comprometerlos con los mismosobjetivos sociales.

Se ha presentado una resistencia de lossindicatos frente a estos estatutos porcuanto consideran que son mecanismospor los cuales se introducen nuevasobligaciones a los trabajadores en for-ma unilateral y, por tanto en visión deellos, gravosa y aflictiva para los emple-ados, por lo que puede ser importanteadelantar, en forma paralela, una acciónde convencimiento en el sentido de des-tacar que no se trata de implementarobligaciones laborales adicionales, sinode fomentar un compromiso del indivi-duo como ciudadano, en relación con suentorno inmediato y con la comunidaden general.

VI. ACCIONES DE LA EMPRESA EN EJECUCIÓN DE SURESPONSABILIDAD SOCIAL

Son muchísimos los campos de acciónque se pueden materializar con el pro-pósito de cumplir el cometido de unaproyección social en la actividad empre-sarial, muchos de los cuales tienen co-nexión con los aspectos que se han se-ñalado anteriormente como conductopara lograr un sentido verdaderamentesocial en el desarrollo de una actividadempresarial.

— Relaciones laborales en términos decreativa humanidad. Toda personatiene características positivas cuyodesarrollo debe constituirse en unpropósito de la empresa y cuya pro-yección al interior de la misma debegenerar efectos positivos dentro delconjunto del conglomerado. La mi-sión sería desarrollarlas, facilitarque haya conciencia de ellas y pro-yectarlas dentro de las actividadesconjuntas.

— La salud como elemento de comuni-cación y de productividad. Es claroque el empleador no es el responsa-ble de la salud del trabajador, puesello corresponde a la seguridad so-cial, trátese de novedades de origencomún o profesional, salvo en los ca-sos en los que el descuido o la incu-ria permiten configurar un caso deculpa «patronal» en los que es claroque la causa de la situación no es elentorno extralaboral del empleadoni su contexto laboral.

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Pero lo anterior no significa que la em-presa asuma una marginación total res-pecto de las afectaciones que pueda su-frir su servidor, así ellas queden cubiertaspor las entidades de la seguridad social,respecto de las cuales es un mecanismode supervisión que puede coadyuvar enla gestión de obtención por los subalter-nos, del mejor nivel de atención médicao paramédica.

— El tema de la seguridad y la salud enel empleo. Aunque naturalmenteconstituye un deber de la empresamantener las mejores condicionesde salud en el empleo y los más ade-cuados mecanismos para garantizarla seguridad en la ejecución de las la-bores por parte del empleado, esasfunciones bien pueden complemen-tarse con otras que no tienen origenlegal y pueden ser asumidas volun-tariamente.

Tal es el caso de la receptividad frente alas observaciones en relación con lascondiciones dentro de las cuales se ofre-ce la atención a los trabajadores por partede las entidades del sistema de seguridadsocial encargadas de la atención de laseventualidades de salud. Sencillamentela calidad en la prestación de los serviciospor parte de las entidades encargadas debrindar los elementos de salud, así noesté dentro del marco de las obligacioneslegales del empleador, no puede ser indi-ferente a la empresa, si se parte del pos-tulado de su injerencia necesaria en lasmejores condiciones de desarrollo de laactividad materia del servicio.

Cualquier reclamación u observación deltrabajador, posiblemente tendrá unosmejores elementos de análisis por partede esas entidades, si en su respaldo seencuentra la asistencia de su empleador.

Como es natural, dentro de este con-cepto se encuentra el prestar la empre-sa el mejor esfuerzo por unas óptimascondiciones de seguridad en el trabajo,avanzando más allá de las exigenciasbásicas y ocupándose de situacionesespeciales, pero no ajenas al giro ordi-nario de la actividad empresarial, comopuede ser el caso, que solo se mencio-na como un ejemplo circunstancial, delos aspectos de dependencia respectode los sistemas electrónicos y de la cap-tura permanente de la atención y de lasproyecciones que tiende a producirsecomo consecuencia de las opcionesque brinda internet, que de alguna ma-nera acerca al usuario del mismo a ex-presiones de autismo.

— Como un elemento estrechamenterelacionado con el anterior se en-cuentra la implementación de me-canismos de socialización, tanto alinterior de las actividades de la em-presa como en su entorno externo,lo cual impone pensar en la realiza-ción de actividades extralaborales,de diversa factura y contenido, comolas de orden cultural y las de carácterdeportivo. Eventos competitivos yde positiva confrontación constitu-yen una herramienta en este sentidoque genera elementos de interrela-ción de gran capacidad de estímulo.

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— Las actividades que se programen yadelanten por parte de la empresa,en lo posible deben considerar el en-torno social y humano de sus traba-jadores y, así mismo, procurar la in-tegración de las personas que porfuera de la actividad laboral confor-man el mundo cotidiano del trabaja-dor. Se entiende la dimensión queello puede involucrar cuando se tratade un conjunto de trabajadores per-tenecientes a diferentes segmentossociales, pero se propone como op-ción en la medida en que la empresadesarrolle su actividad centrada enun espacio físico y territorial especí-fico.

— Dentro del contexto de las normasinternacionales de trabajo, unascuentan con el respaldo del elemen-to coercitivo que les brinda la regla-mentación general de la OIT, perootras, como es el caso de las reco-mendaciones, tan sólo tienen la con-dición de tales, lo cual no inhabilitasu contenido como un elementopara ser considerado como positivoy bien puede analizarse la posibili-dad de su implementación en formavoluntaria, en cuanto brinde un ele-mento positivo dentro de las condi-ciones de la empresa.

— Quizás uno de los elementos de ma-yor importancia se encuentra en lasacciones en favor de la ecología, tan-to en relación con el control de lasafectaciones que puedan surgir de laactividad inherente a la empresa enconcreto, como las que tienen unaconnotación general, de preserva-

ción de la naturaleza y de defensadel medio ambiente, por ejemplo, enrelación con la contaminación en to-das sus expresiones: ambiental, so-nora, visual...

Este es un campo en el que la acción delEstado, en muchos casos, se ha vistominimizada por las restricciones presu-puestales y la presencia de exigenciasque tienen la apariencia de mayor ur-gencia, cuando la realidad es que la úni-ca urgencia real es la del respeto por lasleyes naturales.

Inclusive se puede pensar, dado que enello la actividad de la empresa entra acomplementar y en ocasiones a suplir,las obligaciones estatales, en un meca-nismo de compensación tributaria quepermita aliviar los compromisos de esteorden mediante la compensación con ladestinación de los recursos a estos finesde preservación ecológica. Algo similar,pero con mayor estímulo, al tratamientoque en muchos países se da a los gastosde publicidad que se aceptan como unmecanismo de atenuación de las conse-cuencias impositivas.

— En el contexto de una acción conjun-ta, es importante pensar en actuarcoordinadamente con los centroseducativos y, en general de forma-ción, con énfasis en las universida-des, para apoyar económicamenteprogramas en los cuales se haga én-fasis en el contenido social de lasprofesiones, para obtener que quie-nes las cursan adquieran dentro de

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su proceso formativo, la capacidadde proyectarse con tal contenido.La gestión de contenido social conquienes están en proceso de forma-ción, puede generar un efecto multi-plicador de gran importancia en elpropósito de generalizar tal estructu-ra de pensamiento.

— El estímulo hacia el ahorro, comouna disciplina personal pero adicio-nalmente, como elemento de com-plementación en el futuro de los me-dios que facilite una pensión, es otroespacio dentro del cual se puedeadelantar una positiva acción em-presarial. Ese estímulo puede estaroriginado en la invitación a dedicarsumas para el ahorro que sean mul-tiplicadas por los aportes que direc-tamente haga la empresa.Inclusive, dentro de un esquema so-metido a un diseño adecuado, sepuede implementar un mecanismopara que los recursos provenientesde ese ahorro, o parte de ellos, nopueda ser retirado por el trabajadoren un tiempo y que puedan ser utili-zados por la propia empresa en pro-gramas destinados a mejorar la pro-yección social de la misma, con locual se obtiene un doble sentido so-cial.

— Es muy importante la proyección delas actividades y compromisos deorden social hacia los terceros queconforman el entorno empresarial,como los contratistas, clientes, pro-veedores, porque el mejor efectocuando de la implementación deunas conductas positivas se trata, es

la generalización de las mismas paraque se conviertan en actitudes natu-rales y espontáneas para los trabaja-dores, y ello encuentre resonanciapara sus nuevas conductas en loscomportamientos de quienes for-man parte de su trabajo.

VII. CONCLUSIÓN

El profesor Alfonso Llano Cifuentes ensu escrito titulado La persona humanaen la empresa de fin de siglo (México,1997), dentro del énfasis que hace en laimportancia del individuo como elemen-to fundamental en todo propósito em-presarial, enriquece sus planteamientoscon algunas frases que encuadran biendentro del contexto del mensaje que sedesea involucrar en el presente estudio,de las cuales es pertinente transcribir lassiguientes:

La empresa arranca del fondo de las per-sonas, responde al estilo de vida dequienes la crean, es el reflejo del carác-ter de los que la llevan a cabo, florece apartir del modo de ser de quienes lasconducen, es el fruto del espíritu, empu-je y ánimo de los que la dirigen, y res-ponde al meollo existencial de sus hom-bres. [...] Una empresa —la que sea—que no tenga como misión el desarrollode las personas —de las personas que lacomponen o de las personas a las quesirve— no puede recibir el calificativo degrande, por sorprendentes que sean susproductos y llamativas sus realizaciones.

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El corolario de lo expuesto parece natu-ral: en la condición privilegiada de lasempresas, como gestoras de recursoseconómicos, con una posición domi-nante en el estadio financiero de las so-ciedades y como motor prioritario en lagestación de trabajo, que es la herra-mienta básica destinada a permitir a losintegrantes de una sociedad la genera-ción de recursos que, a su vez, les facili-ten la atención de sus exigencias vitales,su responsabilidad frente al adecuadofuncionamiento de una sociedad, es evi-dente.

La empresa constituye el eje de la vidade la mayoría de las personas, al menosde aquellas que se encuentran en pro-ceso de resolver su propia exigencia vi-tal, por lo cual su compromiso con lamisión de permitirles ser, no solo traba-jadores o piezas de un engranaje eco-nómico, sino verdaderamente indivi-duos con la potencialidad de unosvalores sociales, es mayúsculo y en talmedida debe responder al reto que es

hacer de la empresa el más sólido sus-tento de una sociedad armónica y ci-mentada en valores altruistas.

Este es un pensamiento que en sentidoestricto no es nuevo y por ello vale lapena recordar el siguiente aparte toma-do de la Declaración de ResponsabilidadSocial de la Libre Empresa, de 24 de fe-brero de 1964, traído a colación por elprofesor Roberto Rosero en el libro Loque importa es el hombre, publicado porla editorial Tercer Mundo en 1968 comoparte de la colección «El dedo en la heri-da», en su momento dirigida por quienahora como Presidente, orienta la acciónde la Fundación Carolina Colombia:

LA EMPRESA, organización económica crea-da por la libre iniciativa, constituye una co-munidad de personas e intereses que, al per-seguir objetivos económicos específicosforja ideas y actitudes, crea oportunidadesde progreso, fuentes de trabajo y de seguri-dad social, y es con los demás sectores so-ciales, solidariamente responsable del de-sarrollo de la Nación.

Responsabilidad social y relaciones laborales en las empresas

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I. PANORAMA GENERAL Y DEFINICIONES

Esta intervención trata de responder alas dos preguntas siguientes: ¿Qué sig-nifica la responsabilidad social corpora-tiva en el quehacer diario de la empre-sa? ¿Qué espera la sociedad de unaempresa socialmente responsable en suquehacer diario? La intervención tienedos sesgos. Un sesgo es su enfoqueeconómico que hace surgir la responsa-bilidad social corporativa de los fallosde las economías de mercado lo que ge-nera dificultades para que los perjuiciosde una actividad recaigan sobre quienlos provoca. Esta intervención insiste,quizás demasiado, en el papel de la res-ponsabilidad social corporativa en evi-tar daños y conflictos. Y este es el otrosesgo.

Kofi Annan, Secretario General de lasNaciones Unidas, en 1999 definió la res-ponsabilidad social corporativa como«la adopción de principios y valorescompartidos que dan un rostro humanoal mercado mundial» y luego añade«promoviendo la construcción de lospilares social y ambiental necesariospara mantener la nueva economía glo-bal». Otra definición que se utiliza mu-cho es la del World Business Council,que dice que es un «compromiso de lasempresas de contribuir al desarrolloeconómico sostenible». Estas dos pri-meras definiciones, siendo interesantesyo creo que ponen demasiado énfasisen la bondad de las empresas y poco

énfasis en la actividad diaria de las em-presas.

El Libro Verde de la Unión Europea,2001, define la Responsabilidad Socialcorporativa como «integración volun-taria, por parte de las empresas, de laspreocupaciones sociales y medioam-bientales en sus operaciones comercia-les y las relaciones con sus interlocu-tores». Esta definición ya integra tresideas: voluntariedad, preocupacionessociales y la actividad cotidiana de laempresa. La definición de Corporate So-cial Responsibility Europe (CSR Europe)completa la anterior. Para esta institu-ción, «la responsabilidad social corpo-rativa es entendida como la expresióndel compromiso de una empresa con lasociedad y con la aceptación de su pa-pel en ella. Y esto incluye el pleno cum-plimiento de la ley y la realización delas acciones adicionales que la ley nopuede prever, para que la empresa, asabiendas, no haga daño a la sociedad.Y además para ser efectivo y visible,este compromiso debe estar respalda-do por recursos, liderazgo y ser mesu-rable».

La entidad Fundación Empresa y So-ciedad que es socio, el socio españolde CSR Europe, puntualiza que la res-ponsabilidad social es mucho más queuna colección de prácticas específicaso iniciativas ocasionales motivadaspor razones de marketing, relacionespúblicas u otros beneficios para la em-

4. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA EN LA ACTIVIDAD COTIDIANA DE LA EMPRESA

Paulina Beato *

* Asesora económica, Secretaría General Iberoamericana.

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presa y que debe ser vista como unaserie completa de políticas, prácticas yprogramas que están integradas en to-das las operaciones y políticas de laempresa.

En definitiva, la responsabilidad socialcorporativa en la actividad cotidiana dela empresa exige un conjunto de políti-cas y prácticas que: a) apliquen a todasy cada una de todas las operaciones yactividades de la empresa; b) respetanestrictamente, no solamente de palabra,sino el espíritu y la letra de la legislacióndel país; c) corrigen y, en su caso, elimi-nan los efectos externos dañinos para lasociedad derivados de la actividad de lasociedad; d) mitigan los resultados nojustos o socialmente inaceptables, aun-que quizás legales, derivados de su acti-vidad; e) están respaldadas por recursosy liderazgo y su cumplimiento es con-trolado y medido.

Las empresas que tienen un departa-mento de responsabilidad social corpo-rativa, que hacen buenas obras, que ha-cen informes de responsabilidad socialcorporativa, pero que en sus políticas yen sus prácticas no incorporan los prin-cipios de responsabilidad social corpo-rativa no son socialmente responsables.Por ejemplo, empresas que realizan pa-gos por asistencia técnica a sus casasmatrices que no están ni justificados porlos servicios que reciben o que no tienenpreciso de mercado, no son empresassocialmente responsables por grandeque sea el departamento de responsabi-lidad social corporativa. Tampoco lo son

aquellas empresas que cobran a sus fi-liales tipos de interés por encima de losprecios de mercado o empresas que ha-cen discriminación específica entre lostrabajadores de países de origen y lostrabajadores locales. Si una empresapermite este tipo de prácticas no es res-ponsable socialmente. Por tanto, la tareade los responsables de los departamen-tos de responsabilidad social corpora-tiva es hacer llegar estos principios alconjunto de prácticas y políticas de laempresa.

II. EFECTOS EXTERNOS Y RESULTADOSSOCIALMENTE ACEPTABLES

La actividad cotidiana de las empresases la que genera la mayoría de los cos-tes y conflictos sociales en una empre-sa. De ahí la necesidad de asegurar queestas actividades se realicen de acuer-do con los principios de responsabili-dad social con los que la empresa estácomprometida. Por ejemplo, ¿cuál es elprecio a que se deben comprar las ma-terias primas en ausencia de un merca-do transparente? ¿Puede una empresaresponsable comprar a proveedoresque no tienen protección social parasus trabajadores? ¿Cuál es el salariomínimo de los trabajadores en Viet-nam? ¿Cómo se puede determinar esesalario?

El daño de la empresa a la sociedad ysus conflictos con ella no surgen de ac-tividades esporádicas, ni intento de

Paulina Beato

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hacer bien a la sociedad, surgen de laactividad cotidiana, y tienen su origenen los fallos de los mercados y en lapercepción de injusticias por parte dela sociedad provocada por la diferen-cia entre costes y beneficios privados ycostes y beneficios sociales. El conflic-to se desarrolla y no se resuelve por laausencia de una regulación apropiada.En unos casos la regulación no existe,pero podría existir: Por ejemplo, la re-gulación que prohíbe el trabajo infantil.En otros, la regulación existe, pero seevita con fórmulas poco ortodoxas y enotros la regulación no es viable o efi-ciente. Por ejemplo, imagínense queante la dificultad de que el mercado fijeel precio de las materias primas hubieraun gobierno que determine que todoslos precios voluntariamente pactados

deben ser supervisados por la autori-dad económica.

La responsabilidad social corporativaaparece como un compromiso de laempresa con la sociedad por la que lacompañía acepta una responsabilidadmayor y más amplia de la responsabili-dad que le asigna el mercado y mayor ymás amplia responsabilidad de la quele asigna el marco legal. Pero ello, nosignifica ignorar o abandonar las res-ponsabilidades derivadas del mercadoy el marco regulatorio. Gráficamente, laresponsabilidad social corporativa esun filtro adicional a los filtros del mer-cado y los filtros legales para que losefectos negativos de la actividad de laempresa se mitiguen y corrigen paraevitar daño y conflicto social.

La responsabilidad social corporativa en la actividad cotidiana de la empresa

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La actividad cotidiana de la empresa ge-nera dos tipos de problemas: los conflic-tos distributivos entre empresa y socie-dad y costes externos a la actividad delas empresas. ¿Quién atiende estos pro-blemas? El mercado los atiende en algu-nos casos, la regulación los atiende enotros. Donde no hay mercado ni regula-ción, los atiende la empresa con un com-promiso con la sociedad. Insisto en estetema porque muchas empresas que tie-nen departamentos de responsabilidadsocial corporativa, e incluso aceptan uncompromiso con la sociedad, que no vi-gilan que las políticas de la empresasean coherentes con los principios y aveces tratan de sustituir los filtros delmercado y de la regulación legal.

III. LA RESPONSABILIDAD SOCIALEN LAS POLÍTICAS EMPRESARIALES

La articulación de responsabilidad so-cial corporativa en la actividad cotidianade la empresa demanda una expresiónformal de la voluntad política del Conse-jo de Administración y de la Direcciónque cuenta con la aceptación de los ac-cionistas, por la cual, la empresa:

a) Acepta determinados principios deresponsabilidad social corporativa.

b) Se compromete a que todas lasactividades políticas y prácticas dela empresa respeten dichos princi-pios.

c) Establece mecanismos para aplicarlos principios de responsabilidad

social corporativa a cada una de lasfases de la actividad empresarial.

d) Asigna los recursos humanos, ma-teriales y económicos necesariospara su aplicación.

e) Dota de una posición jerárquicaadecuada a la unidad encargada degarantizar la aplicación de los prin-cipios a todas las políticas, progra-mas y prácticas.

En relación con los principios de unaempresa socialmente responsable cabedestacar lo siguiente. El primer principioes el respeto con pulcritud del marco le-gal. Aunque todas las empresas mani-fiestan que aceptan este principio, algu-nas prácticas empresariales son pococoherentes con tal principio. Por ejem-plo, no se promueve entre los emplea-dos el cumplimiento de las obligacionesfiscales, se realizan «pagos en especie»que lindan los límites de la legislaciónfiscal, se tienen proveedores que no pa-gan la seguridad social de sus emplea-dos, etc. El segundo compromiso sedebe referir a minimizar los efectos ex-ternos negativos de la actividad de laempresa. Este principio significa el com-promiso de hacer análisis de impactoambiental de cualquier proyecto conriesgos. El tercer principio se refiere alcompromiso de la empresa de mitigarlos resultados injustos sobre la sociedadderivados de la actividad de la empre-sas. Ello significa la implantación de me-canismos para detectar situaciones lega-les, pero injustas y para compensar a losque pierden por el quehacer de la em-presa. El cuarto principio comúnmente

Paulina Beato

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aceptado por empresas responsables esla incorporación de prácticas internacio-nales en el quehacer empresarial.

Una vez que la empresa ha decidido losprincipios con los que se comprome-te, debe hacer un documento explícitoincluyendo una breve descripción decómo los mismos se van a aplicar a laempresa en su conjunto. La responsabi-lidad social corporativa es una tarea detoda la empresa, no es una tarea de undepartamento. El control de la actuaciónresponsable corresponde a los máxi-mos responsables de la empresa me-diante el análisis de la información rele-vante en los comités de dirección. Elpapel del departamento especializadoen responsabilidad social corporativa esinstrumentar sistemas para llevar todaslas actuaciones de la empresa a la apli-cación efectiva de los principios. Perotal aplicación corresponde a toda la em-presa.

IV. LA RESPONSABILIDAD SOCIALCORPORATIVA EN ENTORNOSREGULADOS

La responsabilidad social corporativa enlos servicios públicos regulados tieneunas características especiales porquela mayoría de los servicios públicos seofrecen en régimen de monopolio o casimonopolio y por tanto no existe controlde mercado por el lado de la venta delproducto. A veces el monopolista es elúnico demandante de determinados pro-

ductos y por tanto tiene capacidad paracontrolar a los proveedores y trabajosespecializados. En este contexto el regu-lador normalmente fija los precios y lascantidades que el servicio público debeofertar. La cuestión es dilucidar cuálesson los costes que el regulador va a con-siderar relevantes para la determinaciónde los precios.

La sostenibilidad económica de la em-presa exige que el regulador incluya enel cálculo de los preciso del servicio loscostes asociados a las actuaciones res-ponsables. El conflicto surge porque elregulador sólo tiene incentivos, y a ve-ces sólo está autorizado para reconocerlos costos asociados a exigencias lega-les. Pero además, el regulador tendríadificultades para analizar la eficiencia ynecesidad de los costos asociados a laresponsabilidad social corporativa. Miti-gar el conflicto potencial entre sosteni-bilidad económica y responsabilidad so-cial en entornos de precios reguladosrequiere que la empresa suministre alregulador una información transparentesobre los programas de responsabilidadsocial corporativa. También requierecalcular el coste de las actividades deresponsabilidad social corporativa en lavida cotidiana. Asimismo, hay que con-vencer al regulador de que tales costesno incluyen despilfarros puesto que lastarifas tienen que ser pagadas por todoslos usuarios y tiene que haber una acep-tación social de las mismas.

Una empresa en el entorno de preciosregulados debe investigar y en su caso

La responsabilidad social corporativa en la actividad cotidiana de la empresa

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acordar el tratamiento regulatorio de lasactividades que le exige su compromi-so con la sociedad de evitar daños yconflictos distributivos. Porque el olvidode esta tarea puede tener unos costesenormes para la empresa ya que puedeafrontar la opción de no cumplir con susobligaciones de empresa socialmenteresponsable en cuyo caso pierde su re-putación, o los hace y no se los pagan,en cuyo caso pone en peligro la sosteni-bilidad de la empresa.

V. CONSIDERACIONES FINALES

La primera consideración se refiere a lainconsistencia entre lo que piensan yhacen los consumidores. El 58% de losconsumidores dice que las empresasle dan poca atención a la responsabili-dad social corporativa en relación a loque deberían. Pero luego, solamente el20% de ellos han dejado de comprar aempresas socialmente irresponsables.O sea que el 80% sigue comprando aempresas abusivas. Estas cifras llevana solicitar a los consumidores que ejer-zan su capacidad de control y dejen decomprar a las empresas irresponsa-bles.

Segunda, las encuestas muestran quelas empresas cuidan dos aspectos: laformalización de sus proveedores y elimpacto sobre medio ambiente. Estasencuestas no distinguen entre dentro yfuera de sus países y yo se lo expongocomo dato puramente estadístico.

Tercera, la responsabilidad social cor-porativa es tanto más necesaria cuantopeor sea el mercado y cuanto más dé-bil sea el Estado. Porque cuanto peorsea el mercado, hay más fallos del mer-cado y hay más conflictos distributivos.O sea que por la parte de arriba, peormercado, más necesidad de responsa-bilidad social corporativa. Por la partede abajo, si el Estado es fuerte, puedecompensar los fallos del mercado, pue-de compensar los conflictos distributi-vos, a través de la protección social, ypuede exigir el cumplimiento de lasnormas. Pero si el Estado es débil, hayque compensarlo con responsabilidadsocial corporativa.

Cuarto, las empresas transnacionalespueden y deben ser responsables so-cialmente en todos los países dondedesarrollan su actividad, porque real-mente no es posible ser responsable atrocitos, hay que ser responsable hori-zontalmente y espacialmente.

Quinto, las empresas que se mueven enentornos de precios regulados tienenque analizar el marco regulatorio te-niendo en cuenta los costes derivadosde ser empresas socialmente responsa-bles. Aunque la responsabilidad socialcorporativa es una aceptación volunta-ria de ciertas reglas de comportamiento,la sociedad puede en un momento de-terminado hacer que esas reglas seanexigibles legalmente. Pero además, pue-de incluso pedir responsabilidades porcomportamientos irresponsables del pa-sado.

Paulina Beato

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Sexta, la responsabilidad social corpo-rativa, en realidad, es un contrato implí-cito entre la sociedad y la empresa, porel cual la sociedad acepta el statu quo,si, y sólo si, la empresa no lo explota en

perjuicio de la sociedad. Y este es elcompromiso de las empresas social-mente responsables: jamás explotar niel mercado ni la legalidad en perjuiciode la sociedad.

La responsabilidad social corporativa en la actividad cotidiana de la empresa

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La corrupción no sólo es un problemaque deban resolver los países en de-sarrollo. A los países desarrolladosles cabe una gran responsabilidad. Dehecho, lamentablemente, son dos o,con frecuencia, más partes las que es-tán involucradas en toda transaccióncorrupta, y muchas veces quienes pa-gan el soborno suelen ser de paísesdesarrollados. Por ello, deben hacermás por vigilar esas conductas.

PAUL WOLFOWITZ

[Buen gobierno y desarrollo: El momento de actuar,

Jakarta, Indonesia, 11 de abril de 2006.]

I. LA CORRUPCIÓN, OBSTÁCULO PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL

En el seno de las organizaciones multi-laterales se discute desde hace añossobre la naturaleza de la corrupción,sobre sus efectos perversos sobre eldesarrollo, y sobre la viabilidad de lasdiversas propuestas para su preven-ción. Al debate llegan los cálculos so-bre sus costes reales (según el BancoMundial, los actos de corrupción equi-valen al 5% del PIB mundial) y sobre laforma en que la corrupción afecta, mo-difica y pervierte la asignación de re-cursos multiplicando las ineficienciasen las economías, principalmente enlas más débiles.

El Informe sobre el desarrollo mundial2004 «Hacer que los servicios funcionenpara los pobres» menciona una vez másque la corrupción es un factor importan-te que inhibe la lucha contra la pobreza.La corrupción limita el desarrollo al des-virtuar el imperio de la ley y debilitar lasbases institucionales de las que depen-de el crecimiento económico. Perjudicaa los pobres porque distrae serviciospúblicos de quienes más los necesitan yfrena el crecimiento del sector privado.A menudo, los servicios básicos talescomo el abastecimiento de agua y elec-tricidad, el saneamiento, la salud y laeducación no satisfacen las necesidadesde los pobres por problemas de acceso,calidad y asequibilidad. En la mayoríade los casos, detrás de esas deficienciasse ocultan problemas más profundos derendición de cuentas, por parte de la ad-ministración pública pero también porparte de las empresas.

I.1. La conexión entre corrupcióny responsabilidad social

Una de las principales novedades en elámbito de responsabilidad social em-presarial, en el que se enmarca esta pre-sentación, radica en el creciente interésprestado a la prevención de la corrup-ción desde las propias empresas. Enenero de 2004 el Foro de Davos creó lainiciativa PACI (Partnering Against Co-rruption Initiative) con el fin de compro-

5. EL PAPEL DE LAS EMPRESAS EN LA LUCHA INTERNACIONALCONTRA LA CORRUPCIÓN

Eva Ramos *

* Directora del Programa Responsabilidad Social Empresarial. Fundación Ecología y Desarrollo([email protected]).

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meter a las empresas de forma oficialcon la aplicación de políticas de integri-dad corporativa. Hasta la fecha lo hansuscrito 62 grandes compañías; entreellas no se encuentra ninguna empresaespañola. También en 2004, el PactoMundial de Naciones Unidas añadió alos 9 principios existentes un décimoprincipio contra la corrupción: «Los ne-gocios deberán actuar en contra de lacorrupción en todas sus formas, inclu-yendo la extorsión y el soborno».

En España, la formalización de políticas yprácticas anticorrupción por parte de lasempresas se encuentra todavía en unafase incipiente. Para conocer el nivel dedesarrollo de este tipo de iniciativas,desde la Fundación Ecología y Desarrolloy la Fundación Carolina nos propusimoshacer una radiografía de la situación yanalizar una muestra de 35 empresasconstituida por las compañías cotizadaspresentes en el índice bursátil IBEX 35.El resultado de esta investigación cons-tituye el informe Negocios limpios, de-sarrollo global: el rol de las empresas enla lucha internacional contra la corrup-ción cuyas conclusiones presentaré acontinuación.

Antes quisiera expresar mi profundoagradecimiento a la Fundación Caroli-na por hacer posible este informe apo-yando por segundo año consecutivonuestro Programa de sensibilización yprevención de la corrupción para las

empresas españolas con intereses enAmérica Latina enmarcado dentro delPrograma de Responsabilidad SocialEmpresarial que desde 1999 impulsa laFundación Ecología y Desarrollo.

La primera pregunta a la que quisieraresponder esta tarde es: ¿Cuál es la co-nexión entre corrupción y responsabili-dad social? Si entendemos la responsa-bilidad social a la manera de BernardoKilksberg 1, como «la participación activade la empresa en la resolución de pro-blemas colectivos», y yo añadiría, «a tra-vés del control del impacto económico,social y ambiental de sus actividades»,entonces, uno de los grandes problemascolectivos en América Latina es la pobre-za seguido por, posiblemente, la corrup-ción. Lo que nos lleva al círculo viciosopobreza-corrupción-pobreza. La corrup-ción es un obstáculo para el desarrolloeconómico y social y por tanto es una delas causas de la pobreza, ¿por qué? por-que distorsiona la asignación de recur-sos y las prioridades sectoriales. En mu-chas ocasiones se invierte en grandesproyectos de infraestructura que a vecesno son prioritarios en lugar de invertir ensalud, educación y servicios sociales, demayor impacto contra la pobreza. Tam-bién se disminuye la recaudación impo-sitiva y se reduce la habilidad del Estadopara ofrecer servicios básicos. Ademásla corrupción agrega al menos un 10% alos costes de hacer negocios y atentacontra la libre competencia.

Eva Ramos

1 Coordinador General de la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Ética y Desarrollo del Banco Inter-americano de Desarrollo.

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Por tanto, la lucha contra la corrupciónes una medida efectiva de combatir lapobreza, en especial en los países don-de la corrupción es el principal obstácu-lo para el desarrollo económico y social.

I.2. La corrupción afectaa personas con nombresy apellidos

Antes de hablar sobre qué podemos ha-cer desde las empresas para luchar con-tra ella me gustaría señalar que la co-rrupción afecta a personas con nombresy apellidos y me gustaría hacerlo a tra-vés de una persona que tuve la oportu-nidad de conocer hace un mes: Alberti-na López.

Albertina López es guatemalteca, tiene46 años, ocho hijos y subsiste gracias ala venta de artesanía de barro. Vive enun barrio llamado Chinautla, ubicado a15 km de la capital, y apenas disfrutade servicios básicos. No tiene asisten-cia sanitaria, educación, alcantarillado,sus calles no están asfaltadas, además,su vivienda corre el peligro de derrum-barse porque están extrayendo arenapara construir en la ciudad de Guate-mala 2 y no tiene agua potable, lo que

llama la atención, porque vive cerca deun río.

El río Las Vacas, que se ve desde la casade Albertina López, es una cloaca y unode los más contaminados del país por-que recibe el 70% de las aguas residua-les de Guatemala. El río emana un olorpestilente y está cargado de mineralespesados que originan enfermedadesque, en ocasiones, son mortales. Aun-que los vecinos han solicitado a lasautoridades que coloquen tubos paradrenajes, sus demandas no han sido to-davía atendidas, a pesar de que algunasde las colonias hace más de 30 años quefueron fundadas.

Los motivos son varios. Por un lado, losediles dicen que no tienen fondos pararealizar este trabajo 3. Por otro lado, ladebilidad del marco regulatorio, puestoen evidencia por la ausencia de una Leyde Aguas y de una instancia reguladoraque coordine los esfuerzos realizados eneste campo, hace que la legislación estédispersa en muchas instituciones guber-namentales y que no exista una adecua-da coordinación, carencias que se mani-fiestan en la deficiente planificación ybaja eficiencia en la ejecución de proyec-tos 4. Es necesario señalar también que,

El papel de las empresas en la lucha internacional contra la corrupción

2 A. Ramírez (2006): «Viviendas podrían venirse a pique: A poco tiempo de que entre el invierno formal-mente, pobladores de Chinautla comienzan a temer posibles deslaves», Prensa Libre, 7 de mayo de 2006,Guatemala.3 F. López (2005): «Ciudad contaminada por aguas servidas: Los más de 10 ríos de aguas negras que reco-rren la capital dejan a su paso, además de malos olores, grandes cantidades de basura», Prensa Libre,27 de marzo de 2005, Guatemala.4 B. E. Oliva y J. F. Pérez (2006): La contaminación del agua y su impacto en la salud en Guatemala, Univer-sidad de San Carlos de Guatemala, Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia.

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a pesar de que existe un Reglamento deDescarga de Aguas Residuales que obli-ga a las empresas a purificar sus aguasnegras antes de verterlas a los acuíferos,el Ministerio de Ambiente ha suspendi-do tres veces su entrada en vigor desdeque fue publicado en febrero de 2005 5.

Pero sobre todo, ¿cuál es el problema?El problema es la corrupción. Ver el ríoLas Vacas me llevó a querer saber por-qué Albertina López vivía en esas con-diciones, busqué en la prensa local yencontré la información que ya he men-cionado y un artículo en el que una pe-riodista guatemalteca describía las im-presiones de alguien que había visitadoel río recientemente 6:

No hace mucho alguien me contaba que visitóel río Las Vacas, una de las principales fuentesde agua de la ciudad capital. Es fácil imaginarcuál sería su sorpresa al encontrarse con lacorriente espesa y pestilente de lodo, presu-miblemente producto de los desagües y delos residuos industriales, en lugar del aguatransparente que cualquiera identifica con laque usa para cocinar o bañarse. Pero esa es solo una parte de la tragediaque acecha a los guatemaltecos. Porqueademás de un futuro sin agua potable —yprobablemente sin agua del todo— tambiénles espera un dramático cambio climático yuna acelerada desertificación, como conse-cuencia de la pérdida de la cubierta forestalde Petén, una de las únicas regiones verdesque iban quedando en el país.

Lo que es aún más lamentable, es que lasautoridades no hacen proyecciones porqueha sido tal la negligencia de que han hechogala durante décadas, que seguramente seavergüenzan de decirle al pueblo cuál es elverdadero estado de su patrimonio natural,aquel patrimonio que alguna vez fue ejem-plo en América Latina.

El problema, otra vez, es la corrupción consu inevitable cauda. De esa corrupción impa-rable salen las licencias para deforestar, losamplios permisos para que las compañíaspetroleras exploren a su gusto en áreas pro-tegidas, la negativa a impulsar programasde recuperación de las cuencas acuíferas, laceguera absoluta para ver lo que funciona-rios de quinta categoría hacen en el interiordel país, robándose el poco dinero que llegaa las municipalidades para proyectos de de-sarrollo industrial.

Desafortunadamente, esta situación serepite no sólo en Chinautla, no sólo enGuatemala, sino en muchos otros luga-res, incluyendo España, como lo demues-tra el gran número de casos de corrup-ción que han salido a la luz en los últimosaños, ligados al sector inmobiliario.

I.3. El círculo vicioso corrupción-pobreza ¿podemos romperlo?

Si bien hasta hace unos años la discu-sión sobre la prevención de la corrup-

Eva Ramos

5 A. Ramírez (2006): «Paran norma de aguas residuales: Reglamento debería haber entrado en vigorayer», Prensa Libre, 2 de marzo de 2006, Guatemala.6 C. Vásquez (2003): «El Quinto Patio. La Tierra y sus habitantes: El Día de la Tierra fue una lección de reali-dad: incendios, deforestación y lagos agonizantes», Prensa Libre, 26 de abril de 2003, Guatemala.

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ción se ha centrado en el ámbito políti-co, el foco se está moviendo al ámbitoempresarial subrayando que es una la-cra que debe ser también erradicadadesde el ámbito empresarial. Tenemosel poder de contribuir a romper el círcu-lo corrupción-pobreza América Latina,¿por qué? Porque España es el segundoinversor en la región después de Esta-dos Unidos y ello supone que el papelque asuman las empresas españolas enla lucha internacional contra la corrup-ción es trascendental para el desarrollode América Latina y la reducción de lapobreza. Pero, ¿qué necesitamos paraconseguir romper el círculo?

Necesitamos saber —es decir, informa-ción sobre lo que hay que hacer, tantopara prevenir la corrupción como paracontrolarla en caso de que se produz-ca— y para ello necesitamos prescripto-res, es decir, organizaciones que nos re-comienden las mejores prácticas.

Pero también necesitamos querer, esdecir, necesitamos una escala de valo-res en la que prime la integridad, y nece-sitamos modelos a los que imitar.

Pero, sobre todo, necesitamos poderhacerlo, porque no basta saber que lacorrupción es un problema y querer ac-tuar para erradicarla, sino que es pre-ciso tener acceso a oportunidades deacción a un coste asequible. La corrup-ción atenta contra la libre competenciay realmente es muy difícil cambiar las

reglas del juego si el coste es perderoportunidades comerciales.

II. NEGOCIOS LIMPIOS, DESARROLLO GLOBAL, EL ROL DE LAS EMPRESAS EN LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN

Desde la Fundación Ecología y Desarro-llo hemos empezado a abordar el trián-gulo saber, querer y poder, mediante laelaboración del informe Negocios lim-pios, desarrollo global. El factor de lasempresas en la lucha contra la corrup-ción, que puede ser descargado desdela web de la Fundación 7.

El objetivo de este informe es contribuira la reflexión por parte de las empresasespañolas en torno al papel que pue-den jugar en evitar la corrupción. Paraello hemos querido establecer una baseconceptual sobre el fenómeno de la co-rrupción, dar a conocer qué iniciativasexisten surgidas desde el ámbito guber-namental, empresarial y de la sociedadcivil para prevenir y controlar la corrup-ción, y describir la situación de las em-presas españolas del IBEX 35 en cuantoa la implantación de prácticas antico-rrupción. Pero sobre todo lo que busca-mos con este informe, igual que hemoshecho durante todo el tiempo que lleva-mos trabajando desde la FundaciónEcología y Desarrollo creando y difun-diendo información sobre responsabili-

El papel de las empresas en la lucha internacional contra la corrupción

7 http://www.ecodes.org/documentos/archivo/Neg_Limpios-Inf2006.pdf.

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dad social, es incitar a una reflexión so-bre en qué mundo queremos vivir y quées lo que estamos haciendo cada uno denosotros para conseguirlo.

Para ello el informe Negocios limpios,desarrollo global se divide en dos sec-ciones. La primera pretende clarificarconceptos: qué es la corrupción, quéinstrumentos jurídicos y autorregulato-rios existen. La segunda pretende dar aconocer la realidad: cómo están las em-presas españolas trabajando en estecampo. En un futuro deseamos tam-bién promover el cambio, no sólo seña-lando que existe un largo camino querecorrer, sino ofreciendo a las empre-sas herramientas para recorrer ese ca-mino. Para ello, estamos comparandolas mejores prácticas prescritas poraquellas organizaciones que están tra-bajando en la lucha contra la corrup-ción para identificar qué elementos seconsideran clave en un sistema de inte-gridad corporativa.

II.1. El concepto de corrupción

Lo primero que hay que clarificar es elpropio concepto de corrupción. La se-mana pasada en un taller que organiza-mos en Madrid con las empresas delIBEX 35 cuyas prácticas anticorrupciónhan sido analizadas en el informe seexpresó la duda sobre cómo debe defi-nirse la corrupción, cuál es su alcance.Transferencia Internacional proponecomo definición la siguiente: «El maluso del poder encaminado para obte-

ner beneficios privados». La definiciónes innovadora desde el punto de vistade que es inclusiva, no hace referenciaa si el mal uso del poder se efectúa des-de un sector u otro sino que, al no serespecífica, no sólo incluye el mal usodel poder público, como se ha hechotradicionalmente, sino también el maluso del poder por parte del sector pri-vado.

Lo segundo que conviene clarificar esqué tipo de corrupción es más frecuentey en qué ámbito se produce. La mayoríade los análisis consultados muestranque la forma de corrupción más comúnes el soborno y el ámbito más frecuente,las adquisiciones y licitaciones públicas.

II.2. Los instrumentosinternacionales para lucharcontra la corrupción

Existen dos tipos de instrumentos paraluchar contra la corrupción: jurídicos yde autorregulación. Los jurídicos seríancompromisos asumidos por los esta-dos, que deben ser transpuestos a laslegislaciones nacionales y obligatoria-mente asumidos por las empresas ensus operaciones tanto nacionales comointernacionales. Pero también hay ins-trumentos de autorregulación, que pue-den ser voluntariamente asumidos porlas empresas para prevenir y controlarla corrupción en sus operaciones nacio-nales e internacionales, que provienentanto del sector empresarial como desectores de la sociedad civil.

Eva Ramos

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En cuanto a los instrumentos jurídicos,el año pasado estuvo marcado por laaprobación de la Convención de Nacio-nes Unidas Contra La Corrupción, nove-doso por dos motivos: primero por tra-tarse del primer instrumento jurídicoglobal en la materia, ya que hasta en-tonces no existía un instrumento queobligase a todos los países (que lo ha-yan ratificado) y segundo, porque tipifi-ca la corrupción en el sector privado yya no sólo en el sector público. Españafue el único país de los 15 miembros dela Unión Europea que no la firmó du-rante la conferencia de Mérida en la quese lanzó públicamente, aunque sí la fir-mó en 2005 y actualmente está pen-diente de ratificarla en el Parlamento.Tan pronto como sea ratificada las em-presas tendrán que asumir los princi-pios de la convención que afecten alsector privado.

Otros instrumentos jurídicos destaca-bles son el Convenio de la OCDE contrael Soborno Internacional que fue hechopúblico en 1999 y los instrumentos delConsejo de Europa. Dos de estos ins-trumentos son convenciones (la Con-vención de 1997 del Consejo de Europasobre el Derecho Penal contra la Co-rrupción, y la Convención del Consejode Europa sobre el Derecho Civil contrala Corrupción), y el tercero son princi-pios sin fuerza de ley (los veinte princi-pios directores del Consejo de Europapara combatir la corrupción).

En cuanto a los instrumentos de autorre-gulación, entre los más importantes es-

tán por orden cronológico: las Reglas deConducta y Recomendaciones para com-batir la extorsión y el soborno de la Cá-mara de Comercio Internacional de 1977;los Pactos de Integridad en la contrata-ción pública planteados por Transparen-cia Internacional en los años noventa, losPrincipios Empresariales para contrarres-tar el soborno propuestos también porTransparencia Internacional en 2002, losPrincipios Empresariales contra el Sobor-no de la Partnering Against CorruptionInitiative publicados en 2004 y el 10º prin-cipio anticorrupción del Pacto Mundial,publicado el mismo año.

La corrupción no sólo es un problemade tipo moral sino también de caráctercomercial originado por la competenciadesleal, ya que aquellas empresas quejuegan limpio pueden quedarse fuerade juego y perder oportunidades de ne-gocio. Por ello, la cooperación es nece-saria para asegurar que las reglas deljuego sean las mismas para todos y quetodos respeten los acuerdos pactados.Se trata de una variante del dilema delprisionero ¿es más beneficioso jugarlimpio o no hacerlo? Es evidente que co-laborar es la mejor estrategia para quetodos ganen, pero sólo si todos colabo-ran. De ahí la importancia de estableceracuerdos sectoriales que comprometana todas las empresas de un sector a ac-tuar con transparencia en las licitacio-nes públicas.

Uno de los instrumentos de autorregula-ción más eficaces para asegurar la trans-parencia de los procesos de contratación

El papel de las empresas en la lucha internacional contra la corrupción

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pública son los Pactos de Integridad pro-movidos por Transparencia Internacio-nal. Se trata de pactos entre las empre-sas y los funcionarios participantes enuna licitación pública para que se apli-quen principios de transparencia en lasdistintas fases de contratación y se ase-gure con ello la libre competencia. Estospactos han sido promovidos, por ejem-plo, por el capítulo argentino de Transpa-rencia Internacional, «Poder Ciudadano»,para su aplicación en el sector de los tu-bosistemas (sistemas de conducción deagua a través de tuberías). En diciembrede 2005 nueve empresas de tuberías, fir-maron el primer «Acuerdo Integral deTransparencia» suscrito en ese país paraluchar contra la corrupción en el sectorde conducción de agua.

II.3. La situación de España

Antes de analizar la situación de las em-presas del IBEX 35, el informe Negocioslimpios, desarrollo global trata de res-ponder a la pregunta: ¿Cuán preparadaestá España para cooperar internacional-mente en la lucha contra la corrupción?

Para realizar esta valoración, el informefija la situación de nuestro país en losrankings internacionales de transparen-cia, tomando dos de estos índices que

miden la gobernabilidad y la percepciónsobre la corrupción en un conjunto depaíses, respectivamente. En el indicadorde gobernabilidad (2004), que elabora elBanco Mundial, que incluye un índice decontrol de la corrupción, en una esca-la de 1 a 100, España ocupa el primerpuesto entre los países de Iberoaméricacon una puntuación de 89. El segundo,Chile con 88 puntos. El decimonoveno,Paraguay, con 12 puntos. En el índice depercepción de la corrupción (2005) queelabora Transparencia Internacional, enuna escala de 1 a 10, de nuevo Chile yEspaña disfrutan el primer puesto, con 7puntos, y Paraguay vuelve ocupar el úl-timo puesto con 2 puntos.

También se fija en la valoración de Es-paña en los informes que analizan lasmedidas adoptadas por los países euro-peos o de la OCDE para la aplicación delos instrumentos jurídicos existentescontra la corrupción. El último informedel Grupo de Estados Europeos contrala Corrupción (Grupo Greco) 8 realizadoen 2005 indica que el sistema legal es-pañol no reconoce la responsabilidadpenal de las personas jurídicas sobreactos de corrupción, solo reconocela responsabilidad civil. Por otro lado,el Informe Transparencia Internacional2005 de seguimiento del Convenio Anti-soborno de la OCDE que analiza 24 paí-

Eva Ramos

8 El Consejo de Europa creó un mecanismo voluntario de revisión mutua para vigilar la implementaciónde sus convenciones y principios anticorrupción en sus 42 países miembros, incluyendo a Estados Uni-dos. El mecanismo, denominado Grupo de Estados Europeos contra la Corrupción o Grupo Greco(http://www.coe.int/t/dg1/greco), es una iniciativa voluntaria establecida en 1999 para coordinar actuacio-nes encaminadas a la evaluación periódica de la situación de sus países miembros, para después aportarrecomendaciones con el fin de controlar la corrupción.

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ses indica que España está entre losonce países cuyos gobiernos no hanrealizado ninguna investigación sobrecorrupción internacional; está entre los12 que necesitan mejorar el programacorporativo de denuncia antisoborno;también está entre los 12 que necesi-tan una mayor sensibilización públicasobre el tema; está entre los 14 paísesque necesitan aumentar la protección alos denunciantes dentro de las empre-sas, y entre los 16 países que necesitanaumentar la aplicación de sistemas dedenuncia anónima.

Tomando en cuenta ambos indicadores,la conclusión no es muy halagüeña paraEspaña ya que aunque ocupa el primerlugar en los rankings internacionales detransparencia en los países iberoameri-canos, los análisis que comparan la apli-cación de los instrumentos jurídicosexistentes contra la corrupción en lospaíses europeos o de la OCDE muestranque nuestro país no está suficientemen-te preparado a nivel institucional paraluchar contra la corrupción.

II.4. La realidad de las empresasespañolas

Una de las principales novedades en elámbito de la lucha contra la corrupciónes el creciente interés prestado por par-te del sector empresarial a los sistemasde integridad corporativa, motivado porel aumento de las demandas de trans-parencia e integridad por parte de losaccionistas y de otros grupos de interés

tras los fiascos de Enron, Worldcom yParmalat.

El informe Negocios limpios, desarrolloglobal trata de responder a la pregunta:¿Cómo están respondiendo las empre-sas españolas a estas demandas? Paraello ofrece un análisis de las políticas yprácticas formales que están adoptandolas empresas del IBEX 35 para preveniry controlar la corrupción.

Valga señalar que lo que hemos tratadode medir en el informe Negocios limpios,desarrollo global es la existencia de prác-ticas de formalización de políticas comu-nicadas públicamente, y no la calidad desu implantación. Es evidente que las polí-ticas precisan ser efectivamente imple-mentadas para ser eficaces y su existen-cia puede ser tan sólo un indicador de uncambio formal, pero no en el fondo, delas prácticas de gestión empresarial. Nopor ello el impacto de la existencia de sis-temas formales debe ser minusvaloradoya que suponen el primer paso que debede dar una empresa que desee participarmás activamente en la lucha anticorrup-ción. Su existencia es un indicador deque la dirección es consciente de quedebe de tomar medidas al respecto y deque se ha iniciado un diálogo sobre estetema dentro de la empresa.

La metodología empleada ha sido la re-copilación y análisis de información so-bre las empresas del IBEX 35 obteni-da de fuentes secundarias en junio de2005, principalmente información públi-ca procedente de las web, de sus me-

El papel de las empresas en la lucha internacional contra la corrupción

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morias de sostenibilidad y de sus códi-gos de conducta. El criterio utilizadopara determinar qué empresas tenían ono tenían políticas y sistemas antico-rrupción ha sido valorar la existencia oinexistencia de los elementos conside-rados esenciales para asegurar la cali-dad de las políticas y sistemas antico-rrupción.

Al analizar las políticas, se considerabaque una política era de calidad cuandoprohibía explícitamente los sobornos,restringía los regalos, los pagos de fa-cilitación, prohibía la financiación departidos políticos, o bien establecía unapolítica de transparencia en la que se in-dicaba a qué partido se estaba finan-ciando. Y en cuanto a su alcance, debíareferirse no sólo a recibir sino tambiéndar —ya que hay muchas empresas queen sus códigos de conducta prohíbenrecibir sobornos, pero no dicen nadarespecto a darlos—, debía alcanzar a to-dos los empleados y a todos los gruposde interés de la empresa.

El análisis de las políticas muestran lossiguientes resultados:

De las 35 empresas que cotizan en elIBEX, el 71% están adheridas al PactoMundial (que incluye un décimo princi-pio sobre prevención de la corrupción),pero todavía hay un 29% que no lo es-tán. El 43% de las empresas del IBEX 35tienen una política clara en el ámbito desoborno y corrupción, el 14% tiene unapolítica básica y todavía hay un 43% queno tiene ninguna política, al menos co-municada al público.

Al analizar los sistemas anticorrupciónexistentes, se consideraba que eran decalidad cuando (i) existía un departa-mento o una unidad responsable delcontrol de la política anticorrupción yde su implantación; (ii) se disponía deun programa de formación de emplea-dos —ya que, aunque exista una políti-ca los empleados no saben cómo seaplica ni tienen ningún tipo de incenti-vo para aplicarla, por ello posiblemen-te nunca la aplicarán—; (iii) existíanmecanismos para la denuncia anóni-ma; (iv) existían garantías de no repre-salia contra el denunciante, y (v) lasempresas hacían un seguimiento delos resultados alcanzados en la lucha

Eva Ramos

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El primer indicador es la existencia de una unidad responsable de los temas de co-rrupción y soborno. El 43% de las empresas del IBEX tiene una unidad responsable yel 57% carece de ella. Pero si hacemos la medición únicamente sobre las 20 empre-sas que tienen alguna política anticorrupción, el 75% sí tiene una unidad responsabley el 25% carece de ella.

El segundo indicador es la formación. Más del 80% de las empresas del IBEX no tie-nen ningún tipo de programa de formación, mientras que de las 20 empresas que tie-nen alguna política anticorrupción, el 35% tiene un programa de formación y el 65%carece de él.

El papel de las empresas en la lucha internacional contra la corrupción

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contra la corrupción y publicaban in-formación sobre su desempeño, porejemplo a través de su memoria desostenibilidad.

El análisis de los sistemas se ha reali-zado a un doble nivel, por un lado seha medido el porcentaje de empresasque disponían de los elementos men-

cionados sobre el número total de em-presas que cotizan en el IBEX 35 y porotro lado se ha medido el mismo por-centaje, únicamente sobre las 20 em-presas que tienen alguna política anti-corrupción.

El análisis de los sistemas de gestiónmuestra los siguientes resultados:

El tercer indicador es la existencia de mecanismos para la denuncia anónima. El 40%de las empresas del IBEX 35 tiene mecanismos de este tipo, pero el 60% carece de él.Si analizamos únicamente las empresas que tienen algún tipo de política, el 70% tie-ne mecanismos para denuncia anónima y el 30% carece de él.

El cuarto indicador se refiere a que se indique explícitamente que existen garantíasde no represalia contra los denunciantes. El 11% de las empresas del IBEX 35 tieneeste tipo de aseguramiento y el 89% carece de él.

El quinto indicador se refiere a la existencia de informes de seguimiento. El 20% delas empresas del IBEX 35 realizan algún tipo de seguimiento y lo publican pero el80% restante no hace seguimiento o al menos no lo publica.

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Como conclusión de este análisis, másdel 50% de las empresas del IBEX 35 ca-recen de los elementos mínimos nece-sarios para prevenir y controlar la co-rrupción de forma adecuada, lo quedemuestra que hay un largo camino querecorrer para las empresas españolasen este ámbito. Al fin y al cabo las em-presas del IBEX 35 son la punta del ice-berg, las empresas más grandes, lasque posiblemente tengan los sistemasde gestión más avanzados en general,con lo cual si extrapolamos los resulta-dos al conjunto de empresas españolases más que probable que una gran ma-yoría todavía no haya abordado desdeun punto de vista formal la prevención ycontrol de la corrupción.

Por ello el informe pretende dar mayorvisibilidad a aquellas empresas que yaestán formalizando y aplicando políticasy sistemas anticorrupción, y también,animar a aquellas que todavía no lo es-tán haciendo a que lo hagan. Para ellopodrían adoptar tres tipos de medidas:

1. Diseñar e implantar políticas y prác-ticas de prevención y control de la

corrupción como parte de un siste-ma de integridad corporativa.

2. Aplicar los mismos estándares detransparencia y lucha contra la co-rrupción en sus operaciones nacio-nales e internacionales.

3. Establecer alianzas con los actoresimplicados en la prevención y con-trol de la corrupción: gobiernos,instituciones multilaterales, aso-ciaciones empresariales y ONG es-pecializadas. En muchos países esposible que, incluso las empresasque lleven largo tiempo operan-do, no sepan muy bien cómo abor-dar un tema tan espinoso como lacorrupción, pero seguro que hayasociaciones locales con las que esposible colaborar para buscar so-luciones al problema de la corrup-ción, un problema no sólo moral,no sólo comercial, sino tambiénvital ya que las oportunidades desalir de la pobreza de millonesde personas depende de que sea-mos capaces de erradicar la corrup-ción, en los países en desarrollo,pero también en los países desa-rrollados.

El papel de las empresas en la lucha internacional contra la corrupción

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TERCERA PARTE

LA RSE EN AMÉRICA LATINA

INTRODUCCIÓN

Este artículo presenta una discusión so-bre el papel de la responsabilidad socialde la empresa (RSE) en países en vías dedesarrollo en contraste con el papel deesa responsabilidad en países más de-sarrollados. La pregunta que se tratade responder es, expresada en formamuy sucinta: ¿Debe ser la estrategia deresponsabilidad empresarial la mismacuando la empresa opera en mercadosdesarrollados que cuando opera en paí-ses en desarrollo? O, dicho de otra ma-nera: ¿Es diferente el nivel de responsa-bilidad de la empresa dependiendo delgrado de desarrollo del país?

Parte del contenido de este artículo yaha sido cubierto en los artículos que lopreceden en este volumen. Sin embar-go, no debe verse como repetición sinocomo una perspectiva de la problemá-tica desde el punto de vista de Améri-ca Latina, vista desde el otro lado delAtlántico. Esto es como el caso del pro-fesor veterano y el profesor novato.Cuando el profesor novato llega a la uni-versidad, le pregunta al profesor vete-rano, «Profesor, he notado que ustedsiempre hace las mismas preguntas enel examen final. ¿Cómo se las arreglapara hacer siempre las mismas pregun-tas?». Y el profesor veterano, responde:«Muy sencillo, ¡cambio las respues-tas!». Verán que mis respuestas puedenser diferentes porque la perspectiva esdiferente y creo que esta perspectiva,

desde América Latina, puede aportarmucho a guiar el comportamiento de laempresa española cuando opera fuerade casa.

Antes de analizar el papel que la RSE tie-ne en América Latina, haremos un breverepaso sobre la evolución de la respon-sabilidad en esa región y de cuáles sonlas características del entorno que con-dicionan el comportamiento de la em-presa y que dan lugar a las diferenciasentre la responsabilidad empresarial enAmérica Latina y en Europa. Cubrire-mos cuáles son los impulsores de la res-ponsabilidad social en países en vías dedesarrollo, o sea ¿a qué estímulos reac-ciona la empresa?, para luego llegar alpunto central que es el papel que tienela responsabilidad social en AméricaLatina, concluyendo con algunas brevesimplicaciones para la empresa espa-ñola.

I. LA RSE EN AMÉRICA LATINA

La situación en América Latina viene deuna tradición donde domina la filantró-pica. La empresa en América Latina secaracteriza por una tradición de pequeñay mediana empresa familiar, con influen-cia de inmigrantes europeos, en particu-lar italianos, españoles y portugueses.Estos nuevos empresarios trajeron unaconciencia social relativamente natural,por el hecho de haber tenido que emi-

6. EL PAPEL DE LA RSE EN AMÉRICA LATINA: ¿DIFERENTE AL DE EUROPA?

Antonio Vives *

* Director General Adjunto de Desarrollo Sostenible. Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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grar de su país, y son capaces de apre-ciar mucho más las oportunidades queda el tener empleo, o la oportunidad departicipar en la vida económica. El énfa-sis se centra principalmente en contribu-ciones a la comunidad, al sentirse identi-ficados, y mantener buenas condicioneslaborales con los empleados, algunos delos cuales son parte de la familia.

A pesar de la evolución del tejido em-presarial, nos encontramos con que elmercado de la responsabilidad socialcorporativa está todavía poco desarro-llado en América Latina (más adelantenos referiremos a lo que queremos de-cir por «mercado» y quiénes son losparticipantes de ese «mercado»). Nonos referimos al mercado en el cualoperan las empresas, que sí es un mer-cado eficiente, competitivo y relativa-mente desarrollado. Nos referimos a lascondiciones que se dan para incentivar(o desincentivar) a los actores o partesinteresadas en la responsabilidad em-presarial. Ese mercado poco desarrolla-do limita la generalización de comporta-mientos responsables.

A efectos de entender el desarrollo de laresponsabilidad empresarial debemosrecordar que en América Latina el 99,8%de las empresas son micro, pequeñas ymedianas empresas. Solamente el 0,2%de las empresas son grandes. Cuandoqueremos hablar bien de la empresa deAmérica Latina encontramos 10, 15 o 20casos muy paradigmáticos y los trata-

mos como si fueran la norma. Lamenta-blemente no es así, estos casos son laexcepción, no la norma. Son muy pocaslas empresas de las que podríamos de-cir que la responsabilidad social empre-sarial está inmersa en sus estrategias.Y en las que sí lo está, muy probable-mente sean grandes empresas, en parti-cular las multinacionales que están su-jetas a los impactos de la globalización.La filantropía, que no es responsabili-dad corporativa, continúa siendo la mo-dalidad dominante. En algunos casos seacercan un poco a la RSE a través deuna filantropía más estratégica.

Sin embargo, en los últimos 15 años hahabido muchísimo progreso. El BancoInteramericano de Desarrollo, junto conIKEI, una firma consultora vasca, realizóuna encuesta en mil trescientas peque-ñas y medianas empresas en Améri-ca Latina 1 y encontramos un elevadonúmero de actividades que pueden ca-talogarse como de responsabilidad em-presarial, aunque muchas veces lasempresas ni siquiera conozcan el con-cepto. Es una extensión de la filantropíay una reacción natural a las presionesdel entorno (actuaciones sobre la co-munidad y el medio ambiente) o comoresultado de prácticas gerenciales efi-cientes (con los recursos humanos, elconsumo de recursos, reciclaje, etc.).

En términos de promedios ponderadosdel nivel de actividad de responsabili-dad social en cada una de las dimensio-

Antonio Vives

1 Disponible en www.csramericas.org.

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nes (interna, externa y medio ambiente)el país con mayor nivel de responsabili-dad empresarial en las PyMES es Chile,seguido de Argentina y México. Sor-prendentemente Brasil aparece comoun país de menor actividad responsableen la pequeña y mediana empresa, a pe-sar de que la evidencia demuestra queBrasil es el país con mayor actividad deresponsabilidad social empresarial engrandes empresas.

A pesar del retraso relativo, la actividadde América Latina es febril. En cada unode los países de América Latina hay unaasociación empresarial que promueve laresponsabilidad social y hay asociacio-nes continentales, como es el caso deForo Empresa, que agrupa a todas lasasociaciones empresariales que se dedi-can a la promoción de la RSE, incluyen-do Canadá y Estados Unidos y en ciertaforma similar al CSR Europe. Hay un cre-ciente interés de la sociedad civil y seestá superando la filantropía tradicionalde las grandes empresas, pero todavíafalta mucho por hacer. En una clasifica-ción muy intuitiva podríamos decir queen una escala de 1 a 100 América Latinatenga una calificación de 5, comparadocon el país más avanzado del mundo enestos aspectos, el Reino Unido, que ten-dría alrededor de 25 sobre 100. EstadosUnidos y España tendrían una califica-ción similar de 15, aun con estilos muydiferentes. Vale decir que por el hechode que existan 5, 10 o 50 empresas alta-mente responsables, no significa quepodamos generalizar la responsabilidada la totalidad de las empresas.

II. CONDICIONANTES DE LA RSE

La situación de la RSE tanto en AméricaLatina como en Europa o cualquier otraregión del mundo, está determinada porel entorno en que opera la empresa. Hayuna serie de condiciones con influen-cia determinante en el comportamientoempresarial. Pasaremos revista a estoscondicionantes en las dos regiones paraentender las diferencias en lo que pode-mos considerar responsabilidad de laempresa en cada caso. También vere-mos el papel que esa responsabilidadpuede y debe cumplir en cada caso. Loharemos a través de un análisis de lascaracterísticas generales de cada regiónque puede influenciar el comportamien-to empresarial. Para que ello sea posi-ble, lamentablemente tendremos quecaer en algunas generalizaciones que ellector tiene todo el derecho de cuestio-nar. Recordarnos que todas las generali-zaciones son falsas (¡incluyendo estageneralización!). Lo importante es si es-tas abstracciones nos permiten hacer elanálisis. Si el lector quiere hacer un aná-lisis más riguroso o más adecuado a unpaís en particular tendrá la metodologíapara hacerlo. En este sentido, seguimosun poco la pauta sentada por RamónJáuregui cuando presenta una tipologíade modelos de RSE, un modelo anglo-sajón o sajón, un modelo alemán, unmodelo francés, etc. No obstante auncuando se compare en el ámbito regio-nal, Europa con América Latina, hay di-ferencias, aun cuando sólo sea entre eldenominador común de Europa y el de-nominador común de América Latina. El

El papel de la RSE en América Latina: ¿diferente al de Europa?

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análisis de las diferencias en cada paísen particular sería más deseable, perotambién menos generalizable.

Para entender el papel que la responsa-bilidad debe jugar, podemos analizaruna lista de características de cada re-gión. Al principio nos va a parecer unalista larga y tediosa, pero es clave paraentender el papel que juega la RSE enAmérica Latina. Reiteramos que son ge-neralizaciones, pero que creemos útiles.

Las siguientes tablas presentan los prin-cipales condicionantes (para compren-der mejor el contraste deben leerse enparalelo, uno de Europa y el correspon-diente en América Latina). De su análisisse puede deducir que algunas activida-des de RSE que pueden ser considera-das importantes en Europa pueden serlomenos en América Latina y viceversa.

En Europa las economías son maduras,en América Latina, emergentes. En Euro-pa, intensivas en consumo, necesitanahorrar, necesitan reciclar, tienen pocoterritorio (la totalidad de los miembrosde la Unión Europea caben en Brasil ysobra) y tienen dependencia de mate-rias primas. En cambio en América Lati-na hay amplio territorio con la conse-cuente dispersión. En América Latinacon riqueza en recursos naturales haymenos necesidad de conservar. En Euro-pa se tienen políticas supranacionales, anivel europeo y bastante bien estableci-das, en los campos de salud, bienestar,medio ambiente, prácticas laborales,etc. Se puede hablar de directrices de

medio ambiente y de directrices labora-les europeas. En América Latina hay po-líticas inestables y en el caso de políti-cas de sostenibilidad, son pobres olimitadas.

En todos los países de Europa tienen pre-sión hacia el buen gobierno corporativo.En América Latina lamentablemente laineficiencia es tolerada, se ha aprendidoa vivir con ella, a coexistir con esa inefi-ciencia y aun cuando Europa no estáexenta de corrupción, en América Lati-na, lamentablemente, está más genera-lizada.

En Europa se percibe una gran influenciade las partes interesadas (stakeholders),en contraste, en América Latina hay ungran subdesarrollo de esas partes intere-sadas. En Europa se compite entre paí-ses para subir el listón, en América Lati-na cada uno va por su cuenta.

En Europa tienen una buena infraestruc-tura, no es un factor limitante, en Améri-ca Latina hay ya bastante con la preocu-pación de resolver problemas. En Europase presiona a los gobiernos para demos-trar y forzar la sostenibilidad. En AméricaLatina la sostenibilidad no es un lujo,pero tampoco es una prioridad.

En Europa se ve la globalización más omenos de manera natural, en AméricaLatina hay muchos sectores que todavíamiran sólo hacia dentro. En Europa hayaltos ingresos, en América Latina la des-igualdad es un gran problema. Y aquíhay un condicionante muy claro sobre

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El papel de la RSE en América Latina: ¿diferente al de Europa?

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Condicionantes de la RSE en Europa

• Economías maduras• Intensivas en consumo, necesidad de ahorro, reciclaje• Poco territorio, dependencia de materias primas de otros• Políticas regionales (salud, bienestar, medio ambiente, laboral, etc.)• Presión al buen gobierno• Influencia de las partes interesadas• «Competencia» entre países• Buena infraestructura, no es un limitante• Presión a gobiernos para demostrar y forzar sostenibilidad• Globalización natural• Altos ingresos• Sector privado creíble• Recursos humanos capacitados• Promoción RSE en el ámbito de Europa • Países en Anexo I firmantes del Protocolo de Kyoto • Servicios públicos relativamente amplios y eficientes• Larga historia de estabilidad política y económica• Empresa cerca del gobierno

Condicionantes de la RSE en América Latina

• Economías emergentes• Tratando de sobrevivir• Amplio territorio, menos necesidad de conservar• Políticas inestables, y en sostenibilidad, pobres o limitadas• Ineficiencia es tolerada, corrupción existe• Subdesarrollo de partes interesadas (stakeholders) en la RSE• Cada uno por su cuenta• Bastante preocupación hay con resolver problemas cotidianos• Sostenibilidad no es un lujo, pero no es prioridad• Aislamiento de algunos sectores, mirando hacia adentro• Desigualdad en la población es un problema (condiciona tipo de consumo)• Desconfianza de casi todos• Arar con los bueyes que se tienen• Institucionalidad de la RSE es incipiente• No restricciones a la emisión de gases de efecto invernadero• Fallo del gobierno en la provisión de servicios• Sólo recientemente se está logrando estabilidad• Empresa dentro del gobierno

la diferencia en el papel que debe jugarla responsabilidad social. La desigual-dad es un problema, y resolverlo, auncuando no le competa a la empresa, sídebe ser su preocupación y debe condi-cionar sus actuaciones.

En Europa tienen recursos humanos ca-pacitados, en América Latina todavía esuna asignatura pendiente y hay quearar con los bueyes que se tienen. EnEuropa hay promoción de la responsa-bilidad social a nivel paneuropeo. EnAmérica Latina la institucionalidad estodavía muy incipiente. Europa ratificóel Protocolo de Kyoto y tiene la obliga-ción de reducir la emisión de gases deefecto invernadero, preocupándose dela contaminación ambiental. En Améri-ca Latina no hay restricciones... porahora. Preocupa el hecho de poder ven-der a los países europeos créditos a tra-vés del mecanismo de desarrollo lim-pio del Protocolo de Kyoto. En general,la contaminación en América Latinano tiene tantas restricciones como enEuropa, aunque es motivo de preocu-pación, especialmente en grandes ciu-dades.

Los servicios públicos en Europa son re-lativamente amplios y eficientes, peroen América Latina hay un fallo del Esta-do en la provisión de los servicios, queen algunos casos es también sumamen-te crítico y que también condiciona laactuación de la empresa. En algunos ca-sos se piensa que la empresa tiene laresponsabilidad de resolver este fallo yaunque estrictamente hablando no es

responsabilidad de la empresa, se pue-de ver forzada a buscar la solución.

La empresa en Europa está «cerca» delgobierno. En algunos países de AméricaLatina la empresa está «dentro» del go-bierno

III. COMPARACIÓN DE LA RSE ENTRE EUROPA Y AMÉRICA LATINA

No tenemos conocimiento de estudiosdonde se comparen las acciones de RSEentre Europa y América Latina. Sin em-bargo, la encuesta citada anteriormentesobre la situación de la RSE en las pe-queñas y medias empresas (PyMES) enAmérica Latina puede servir, aunquecon limitaciones, para hacer algunascomparaciones. La encuesta fue realiza-da con una parte del cuestionario quecontiene preguntas semejantes y fue di-señado por el mismo equipo que llevó acabo la encuesta sobre la situación de laRSE en las PyMES de Europa. Si bien lasPyMES no son indicativas de las prácti-cas de la gran empresa, la comparaciónpuede dar luces sobre el papel diferenteque pueden jugar las actividades res-ponsables de las empresas. La encuestacubrió actividades de responsabilidadinterna, vale decir sobre el personal, go-bierno corporativo, proveedores, el con-sumo de recursos (agua, electricidad,reciclaje, subproductos, etc.), activida-des de responsabilidad externa (hacia lacomunidad) y actividades de responsa-bilidad medioambiental.

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De los resultados de esta comparaciónse observa que hay más actividad deresponsabilidad social corporativa exter-na en las PyMES de América Latina queen Europa. Sin entrar en detalles, pode-mos por ejemplo analizar las razonespor las cuales la empresa es responsa-ble. En España las principales razonesaducidas para ser socialmente responsa-ble con la comunidad, son, mayoritaria-mente, de tipo ético-religioso. Tambiénen América Latina son la principal razónpara ser responsable ante la comunidad,pero con menor intensidad que en Espa-ña. En América Latina la presión de lacomunidad es un poco mayor, probable-mente porque hay una mayor identifica-ción de las comunidades con la mismaempresa. Las presiones de los emplea-dos, socios y clientes juegan un papel unpoco más relevante en América Latinaque en España, aunque en general lasrazones no son muy distintas.

En cuanto a las actividades de apoyo, enAmérica Latina se enfatiza mucho másel apoyo a la educación y a colectivosdesfavorecidos, como discapacitados,las poblaciones indígenas o afrodescen-dientes. Ello puede explicarse por loscondicionantes que mencionábamosanteriormente: porque las necesidadessociales y ambientales son más eviden-tes y es necesario cubrir deficiencias enla actuación del sector público. En Euro-pa las empresas PyMES dedican mu-chos más recursos a actividades depor-tivas, en ambos casos se dedican más omenos los mismos recursos en salud,cultura y medioambiente. En cuanto a la

forma, en América Latina se hace mu-cho más vía donaciones directas, y conmás participación de empleados y ge-rentes, y menos vía patrocinio, que es elesquema más favorecido en Europa.

En términos de las actividades medio-ambientales estos resultados no sonperfectamente comparables, ya que notenemos resultados estadísticos. Sin em-bargo, de un análisis cualitativo sabemosque las razones para ser responsable conel medio ambiente son algo diferentes.En América Latina y en Europa se hacepara mejorar los resultados económicos.En América Latina se hace, en cierta me-dida, por motivos éticos y también parallegar a cumplir la ley. En Europa se hacemás por motivos de mayor eficiencia ymejora de imagen. Con esto no quieredecir que en Europa no se hace paracumplir con la legislación vigente, sinoque en América Latina se hace porque laley lo pide, y menos por convencimiento.En América Latina hay que forzar la acti-vidad medioambiental, a través de legis-lación. Eso también nos da algún indica-dor para el diseño de política pública. Enalgunos casos no hace falta tener una po-lítica pública, porque el comportamientoes espontáneo, pero en otras hay queforzar ese comportamiento.

Las principales razones por las cualesno se realizan prácticas de responsabili-dad social en las PyMES son: en Europapor falta de tiempo, en América Latinapor falta de recursos y por falta de cono-cimiento de los beneficios que la res-ponsabilidad puede traer.

El papel de la RSE en América Latina: ¿diferente al de Europa?

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IV. EL MERCADO DE LA RSE

Para poder apreciar la intensidad de lasactividades de responsabilidad corpo-rativa en un país o en una región, esconveniente estudiar cómo opera el«mercado» de la RSE, cómo operan losimpulsores de esa responsabilidad. Elanálisis de los condicionantes descritosanteriormente y del mercado de la RSEen el país respectivo permitirá determi-nar el papel que debe jugar la RSE y laposibilidad de que lo juegue así comosu intensidad.

En la tabla siguiente postulamos losdiez componentes de ese mercado, losdiez impulsores de la responsabilidadsocial corporativa.

En la medida que estos impulsores es-tén desarrollados en el país, la respon-sabilidad de la empresa tenderá a sermayor. Por ejemplo, si las leyes ambien-tales y laborales son deficientes o no seaplican; si la sociedad civil no presiona

a los sectores públicos y privados; si losmercados financieros no exigen respon-sabilidad antes y después de prestar oinvertir; si los compradores y consumi-dores no son educados en estos temaso no tienen información sobre la res-ponsabilidad de las empresas o, aún sa-biendo, no actúan sobre esa informa-ción; si los medios de comunicaciónno diseminan información sobre elcomportamiento de las empresas; si nohay o están poco desarrolladas las insti-tuciones que supervisan y verifican elcomportamiento de las empresas; si losempleados son indiferentes al compor-tamiento de su empresa (especialmenteante las pocas opciones de empleo al-ternativo); si el sector privado es tan po-deroso que puede controlar al Estado ypuede evitar controles; si la empresa noestá expuesta a las presiones de la com-petencia y a los mercados que exigenresponsabilidad; si los ejecutivos no es-tán comprometidos, entonces es muypoco probable que haya empresas res-ponsables.

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10 impulsores del mercado de la RSE

• Aplicación de leyes y regulaciones• Sociedad civil activa• Mercados financieros desarrollados• Compradores y consumidores «educados»• Medios de comunicación activistas• Instituciones que supervisan y reportan comportamiento• Empleados activistas• Estructura del sector privado («captura» del Estado por el sector privado)• Exposición a la competencia y globalización• Ejecutivos comprometidos a la acción

Si comparamos Europa con América La-tina, vemos que, en general, el mercadode la RSE y sus impulsores están muchomás desarrollados en Europa. Esto tieneimportantes implicaciones para el com-portamiento de una empresa que operaen ambos mercados y sobre el papel quela RSE puede jugar. Como los impulso-res ejercerán diferentes niveles de pre-sión en las dos regiones, la empresa re-accionará de una forma diferente y susactividades de RSE están, en mayor omenor grado, determinadas por estaspresiones. Si bien la RSE en una empre-sa en América Latina debería jugar unpapel específico, este papel se puede vermodificado por la presencia o ausenciade estos impulsores. Por ejemplo, sibien la empresa considera de importan-cia apoyar el desarrollo comunitario,puede llegar a ignorarlo ante la ausenciade una comunidad organizada.

V. PAPEL DE LA RESPONSABILIDADSOCIAL CORPORATIVA EN AMÉRICA LATINA

¿Se puede hablar de que la RSE tiene unpapel que jugar en América Latina?¿Será que la responsabilidad social sólojuega un papel en el ámbito de la em-presa? ¿O será que la responsabilidadsocial de una empresa debe enfocarsede acuerdo a la idiosincrasia de cadapaís? ¿Será que lo que es «responsabili-dad» de la empresa en un contexto, nolo es en otro? ¿Es posible «colectivizar»el enfoque empresarial en cada país?

No hay, o no debería haber, mucha dis-cusión en torno a que las actividades dela RSE pueden ser usadas por cada em-presa para apoyar los objetivos de suestrategia. Lo que sí es objeto de discu-sión es sobre si se puede generalizar elconcepto de responsabilidad. De lo di-cho hasta ahora debe quedar claro quela responsabilidad depende de los con-dicionantes, mencionados al principio,en cada uno de los países y que es im-posible generalizar el concepto de res-ponsabilidad social corporativa.

Podemos preguntarnos ahora si el enfo-que asistencialista que se observa enmuchas empresas de América Latina esel resultado de la tradición filantrópica oes más bien el resultado de una necesi-dad. En países desarrollados, este enfo-que asistencialista no es una necesidad,si existe es posiblemente un vestigio deépocas pasadas cuando el país estabaen niveles más bajos de desarrollo. Sinembargo, en países en vías de desarro-llo ese enfoque asistencialista puede seruna necesidad para cubrir un fallo, unadeficiencia del entorno o una deficienciadel Estado.

Por ejemplo, ¿debe la empresa construirinfraestructura en la comunidad?, ¿eseso parte de su responsabilidad? La res-puesta en un país desarrollado es casicon seguridad que no. En países en víasde desarrollo la respuesta en principioes también que no, pero debe ser mati-zada por las circunstancias. En un paísen vías de desarrollo la empresa debetener una concepción más integral, una

El papel de la RSE en América Latina: ¿diferente al de Europa?

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visión de mucho más largo plazo que laque se tiene en un país relativamentemás desarrollado. En países en vías dedesarrollo la responsabilidad social cor-porativa puede ser un instrumento dedesarrollo de la sociedad, puede ser uninstrumento de cohesión social y de es-tabilidad política. La reacción negativade segmentos de la sociedad hacia elsector privado, en particular hacia em-presas extranjeras, tiene relación conque la oligarquía empresarial se ha olvi-dado de que necesitaba operar en unasociedad exitosa y que no podía permi-tirse el lujo de segmentar el mercado,ocuparse de una parte y desentendersepor completo de la problemática del res-to. La empresa debe darse cuenta deque no vive en un vacío, la empresa vivedentro de la sociedad. Si bien es ciertoque trabaja sólo con un porcentaje re-ducido de la población, puede afectarbuena parte del entorno en el cual ope-ra, razón por la cual el papel de la res-ponsabilidad social corporativa pasa aser mucho más importante.

Cuando se habla de responsabilidad¿nos referimos a ser responsable de re-solver los problemas de la sociedad? La-mentablemente, los que atacan el con-cepto de RSE lo entienden así y cuandola revista The Economist sacó el suple-mento especial en el mes de febrero de2006 atacando a diestro y siniestro laresponsabilidad social, lo que atacabaes el concepto de responsabilidad comosinónimo de ser responsable de resol-ver los problemas de la sociedad. Sibien es cierto que en un país desarrolla-

do (principal mercado de The Econo-mist) el desarrollo económico y socialno es responsabilidad de la empresa,correspondiendo al sector público y ala sociedad civil, en un país en víasde desarrollo, puede sí ser responsabili-dad de la empresa, en mayor o menorgrado.

Un ejemplo interesante lo constituye elcaso de una empresa que incluye comoparte de su responsabilidad social laeducación primaria en la comunidaddonde tiene una de sus plantas, en unlugar apartado del país. ¿Es responsabi-lidad de la empresa atender la educa-ción primaria de la comunidad en la cualopera? La respuesta a primera vista po-dría ser que no, que le compete al go-bierno. Pero un análisis un poco másdetallado de la problemática revela quea medida que se van yendo los trabaja-dores, ya sea por emigración o por reti-ro, la empresa tiene dificultades para re-emplazarlos ante la escasez de personalcapacitado. Una empresa con visión delargo plazo observa que no sólo debeentrenar a los trabajadores actualessino que debe preparar a la comunidadpara suministrarle potenciales futurostrabajadores. La pregunta es: ¿es el en-trenamiento de los potenciales futurostrabajadores responsabilidad de la em-presa? De nuevo, en el mundo desarro-llado, muy probablemente no. En paísesen vías de desarrollo, posiblemente sí.Este ejemplo muestra cómo esa respon-sabilidad de resolver un problema de lasociedad puede ser parte de la estrate-gia de la empresa y ser justificable inclu-

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so desde el punto de vista financiero,manteniendo una visión de largo plazo.

Hay casos menos claros, como por ejem-plo una empresa petrolera en un paíslatinoamericano que considera que esparte de su responsabilidad empresa-rial el mejoramiento del sistema judiciala través del entrenamiento de jueces. Sibien es cierto que estas actividadespueden mejorar la seguridad jurídicadel país, lo cual beneficiará, eventual-mente a la empresa, el nexo con lasactividades de la empresa es muchomás tenue y difícilmente sostenible enel largo plazo. Es más, podría acusárse-le de tratar de influenciar la justicia a sufavor.

Estos dos ejemplos muestran de unamanera muy simplificada el papel de laresponsabilidad de la empresa en paí-ses en vías de desarrollo. También ilus-tran los potenciales peligros de exce-derse en sus responsabilidades ya seainmiscuyéndose en actividades que nole competen ya sea creando dependen-cia de sus actividades de apoyo al de-sarrollo. Esto podría ser el caso de laempresa, relativamente poderosa en lacomunidad local, que se ve forzada a to-mar la decisión de suministrar serviciosque el gobierno local no puede, o noquiere proveer, como por ejemplo aguapotable y electricidad. Esta actuacióntiene el riesgo de crear dependencia porparte de la comunidad de la sociedad dela empresa, dándole incentivos inco-rrectos al gobierno, facilitando la eva-sión de sus responsabilidades. Además,

de ahí a la acusación de controlar el go-bierno local hay un pequeño paso.

Lo que es responsabilidad de la empre-sa depende del contexto en el que seopera. No hay unas respuestas inequí-vocas. Por ejemplo ¿es responsabilidadde la empresa la seguridad en la comu-nidad? En principio, no. Pero, ¿y si tratade un grupo de hoteles en una comuni-dad que vive del turismo extranjero? Siel gobierno local falla, puede no quedar-le más remedio a las empresas que asu-mir al menos parte de esa responsabili-dad, situación demasiado común enpaíses en vías de desarrollo.

Donde no hay discusión es, indepen-dientemente del grado de desarrollo delpaís en el que opera, en la responsabili-dad sobre los impactos que las activida-des empresariales causan en la socie-dad y el medio ambiente. La empresano puede evadir su responsabilidad porlas consecuencias de sus acciones, yasean en el corto o en el largo plazo, yasean medibles o no. No podemos adop-tar la posición miope y extrema de quesi no es medible, o no se ve, ¡no existe!

El papel de la responsabilidad social enAmérica Latina pasa por entender queen esa región hay un mayor aprecio dela sociedad por mejoras básicas en el ni-vel de vida, cosas que a primera vistapodrían no parecer responsabilidad dela empresa. Son de alta prioridad temasde salud, educación, infraestructurasbásicas. Obviamente, para ser conside-rado como responsabilidad debe esta-

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blecerse un nexo tangible o intangiblecon las actividades de la empresa, a cor-to o a largo plazo.

Del mismo modo en América Latina seaprecian mucho más la estabilidad y losbeneficios laborales. Se aprecian mu-cho más que en Europa el voluntariadocorporativo, sobre todo, el voluntariadoejecutivo. Hay que mojarse. No sola-mente hay que gestionar la empresasino que también se aprecia muchocuando el ejecutivo se involucra en lacomunidad, aprovechando los conoci-mientos y el acceso a tecnología quepueda aportar a la mejora de las condi-ciones de vida.

Se aprecian mucho más que en Europalos esfuerzos por la inclusión social,porque como se señalaba al principio enlos condicionantes de la responsabili-dad social, hay un problema de cohe-sión social, hay un problema de discri-minación de ciertos grupos vulnerables,que se aprecia mucho menos en Euro-pa. Se está empezando a apreciar unpoco en España en virtud del gran flujode inmigración que se ha producido enlos últimos años y empieza a ser un fac-tor de preocupación. Como ejemplo deeste cambio en la sociedad, algunas ins-tituciones financieras, creando progra-mas especiales para inmigrantes, sa-biendo que tienen cierta dificultad deacceso a servicios financieros: Una res-ponsabilidad y un buen negocio.

Y en América Latina, no sorprendente-mente, hay menos preocupación por el

medio ambiente. En el caso del buengobierno corporativo es un tema apre-ciado, pero a un nivel mucho menor quelos demás problemas mencionados an-teriormente y definitivamente menosque en Europa. También hay menos pre-ocupación por los reportes empresaria-les, en gran medida porque hay pocasempresas cuyas operaciones se venafectadas por los mercados internacio-nales, que demandan ese tipo de res-ponsabilidad.

En resumen, si bien el concepto de res-ponsabilidad empresarial varía segúnel contexto y es de esperar una amplia-ción del ámbito de actuación de la em-presa en países en vías de desarrollo,hay que diferenciar entre responsabili-dad y asistencialismo. Hay que tenermucho cuidado de no crear dependen-cia de la empresa, porque cuando laempresa se vea obligada a dejar de«prestar esos servicios adicionales» de-jará un gran vacío. Debe ejercerse laresponsabilidad «responsablemente».Hay que evitar la impresión de que seestá sustituyendo al Estado. Y por últi-mo hay que tener mucho cuidado y es-cuchar a la sociedad y al gobierno, quesientan que son tenidos en cuenta. Nose debe ejercer la responsabilidad conarrogancia, que a veces es la imagenque algunas empresas multinacionalesproyectan, con o sin razón, porque yase sabe el valor del conocimiento local:nadie conoce mejor un país, sus proble-mas y el mejor modo de solucionarloque el propio país, otra cosa es quepueda por sí solo.

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VI. IMPLICACIONES PARA LA EMPRESAESPAÑOLA OPERANDO EN PAÍSESEN VÍAS DE DESARROLLO

Para concluir, comentaremos sobre lasimplicaciones de esta responsabilidad di-ferencial para la empresa española. De ladiscusión precedente se puede concluirque el comportamiento de la empresa enpaíses en vías de desarrollo no puede serel mismo que el comportamiento que setiene en España. Pero ello no quiere de-cir, como lamentablemente algunos lointerpretan, que se deban bajar los están-dares y que dado que el «mercado de laRSE» que mencionábamos anteriormen-te está menos desarrollado, la empresapuede ser menos responsable que en elpaís de origen. Todo lo contrario. La em-presa puede tener responsabilidadesampliadas en función de la falta de im-pulsores y de un «mercado de la RSE»,en particular del sector público.

Lo que se ha discutido hasta ahora esaun más crucial para la empresa espa-ñola operando en América Latina quepara la misma empresa local y que paralas de otros países, por varias razones:

1. Tipo de empresas. Las empresasespañolas que operan en AméricaLatina, en particular las más visi-bles, operan en servicios públicos,ya sean servicios de infraestructuraso servicios financieros. En ambos ca-sos, los impactos de sus actividadesalcanzan a buena parte de la pobla-ción. En el caso de servicios de in-fraestructura, son sectores con alta

sensibilidad política y que en mu-chos casos eran prestados antes porempresas públicas, no acostumbra-das a recuperar la totalidad de loscostes y a que algunos serviciosson considerados un «derecho» dela población. Por diversas razonesde carácter político o económico, laparticipación extranjera en estos sec-tores se ha visto desacreditada,poniendo aún mayor presión al com-portamiento responsable de las em-presas que todavía operan en la re-gión. Adicionalmente, son sectoresdonde la recuperación de las inver-siones ocurre en el largo plazo y porello la responsabilidad empresarialdebe verse en ese mismo contexto.En el caso de los servicios financie-ros, también son susceptibles a lasinterferencias políticas, aunque enmucho menor grado. La poblaciónsiempre ha considerado éste comoun servicio de tipo privado, y siendoa su vez acreedor y deudor, tiene me-nos expectativas de que se ejecutenactividades de apoyo al desarrollofuera de su ámbito directo de acción.

2. Percepción de «reconquista».La empresa española desembarcóen América Latina en masa, congrandes inversiones en la gran ma-yoría de los países, particularmenteen los años noventa, coincidiendocon el boom económico de España.El desembarco fue percibido pormuchos como el inicio de la «recon-quista» de América. Para algunosempresarios su éxito en España erareciente y consideraron una exce-

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lente oportunidad de aplicar esoséxitos en mercados donde teníanno sólo la ventaja comparativa delidioma y la cultura, sino mercadoscon un desarrollo menor. Algunosexhibieron el comportamiento del«nuevo rico». Esto trajo como con-secuencia que el comportamientode algunos inversores fuera percibi-do como el de los nuevos conquis-tadores a la búsqueda de El Doradosin importar a qué precio se pagaralocalmente, y que dio lugar a movi-mientos de rechazo. Este rechazofue más fuerte con empresas espa-ñolas que con empresas de otrospaíses, por ejemplo las de origensajón. La responsabilidad de la em-presa española debe incluir el acer-camiento al país de acogida, un es-fuerzo por conocer y respetar a suscontrapartes nacionales, el hechode tener una lengua común da porsentado que nos conocemos, y noes así. Además, se requieren esfuer-zos adicionales para contrarrestaresta percepción negativa, porque eldaño que te hace alguien cultural-mente cercano parece que duelemás. En el caso de la empresa espa-ñola parece indiscutible que la «res-ponsabilidad» es mayor que en elpaís de origen y mayor que la deempresas extranjeras de otros paí-ses operando en la región, por razo-nes reales o culturales.

3. Éramos iguales. No hay peor astillaque la del mismo palo. No nos olvide-mos que hasta los años sesenta algu-nos países de América Latina tenían

un mayor desarrollo relativo que Es-paña. La emigración era de Españahacia América y las remesas iban deAmérica a España. Con la aperturaeconómica de España y el ingreso ala Unión Europea, el desarrollo de Es-paña fue acelerado, convirtiéndoseen la novena economía mundial. Sinembargo, América Latina se ha que-dado atrás en casi todas las medidasde desarrollo económico y social. Elvecino (España) ha prosperado y to-davía hay cierto resentimiento con eléxito relativo. En consecuencia, elcomportamiento de la empresa espa-ñola debe ser aún más responsable.

Estos factores hacen que la empresaespañola operando en América Latinadeba ser sumamente cuidadosa con susactividades y con la imagen que proyec-ta en la comunidad. Debe tener una es-trategia de responsabilidad que tome encuenta los factores discutidos anterior-mente. Si bien esta percepción afecta alas empresas de manera desigual, hayelementos comunes que deben ser con-trarrestados con una estrategia de co-municación. En este caso el Gobierno deEspaña tiene un importante papel quejugar en el desarrollo de una visión y es-trategia colectivas en actividades por elbien común de la empresa española.

VII. EN RESUMEN

La empresa tiene una responsabilidadindependientemente de donde opere,

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que es la de asumir la responsabilidadpor los efectos que sus actividades cau-san sobre la sociedad y sobre el medioambiente, en el corto y en el largo plazo,tangibles e intangibles y tomar las medi-das compensatorias o mitigatorias nece-sarias. Pero tiene además una responsa-bilidad que depende del contexto en queopera, una responsabilidad de contribuiral desarrollo económico de los paísesmenos desarrollados, mas allá del sim-ple resultado de sus actividades cotidia-nas, como pagar impuestos, crear em-pleos y producir bienes y servicios quedemanda la sociedad. Esa responsabili-

dad es función del grado de desarrollode la comunidad o país en el que opera ydel grado de desarrollo de los actoresque afectan la responsabilidad empresa-rial. En el caso de la empresa española yhablando de su presencia en Latinoamé-rica además de unirse los factores quetienen que ver con el nivel de desarrollodel país que acoge la inversión hay quetener en cuenta los factores históricos yculturales que, dependiendo de cómo seutilicen y se perciban unen o separan.Entendamos esto y hagamos de la RSEde la empresa española en Latinoaméri-ca un buen negocio para todos.

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Ante todo quiero agradecer la oportuni-dad que me da la Fundación Carolina decompartir con tan selecto grupo de eje-cutivos dedicados a llevar los temas deresponsabilidad social empresarial ensus empresas, unas reflexiones que pro-vienen ante todo de un trabajo continuoy sistemático por más de una década conperiodistas y medios de comunicaciónde todos los países de América Latina.

La práctica de la responsabilidad socialse caracteriza por una preocupación porla calidad ética en las relaciones de lasempresas con sus colaboradores, clien-tes, proveedores, comunidad, poder pú-blico y medio ambiente. Pero es unapráctica que también se preocupa y demanera fundamental, por la comunica-ción. No es de extrañar que los departa-mentos de responsabilidad corporativaestén frecuentemente adscritos a lasáreas de comunicación e imagen, unode cuyos objetivos esenciales es la pro-tección, valoración y promoción delnombre de la empresa y de sus marcas,en un contexto de globalización en elque se multiplican los riesgos reputacio-nales.

La dimensión comunicacional de la res-ponsabilidad social empresarial da lu-gar a diversas posiciones. Hay quienes,por ejemplo, prefieren la comunicacióndirecta, evitar los medios y manejar unbajo perfil para sus proyectos. Otros tie-nen la pretensión bien intencionada deque los medios le sirvan de vehículos

neutrales para la difusión y generaciónde notas positivas, como lo proponecon cierto candor el más reciente y com-pleto informe de un grupo formado porlas más importantes fundaciones de mipaís, publicado en marzo de 2006 con eltítulo de «Aportes y desafíos de la res-ponsabilidad social empresarial en Co-lombia», el cual menciona los mediossólo para recomendar que hagan partede un programa conjunto de incentivosque permita visibilidad sin costo paralas empresas socialmente responsablesy que adelante campañas educativaspara formar a consumidores responsa-bles. Otros reconocen sin ambages queel periodista es el enemigo, como lo hi-cieron un grupo de ejecutivos argenti-nos en una «Jornada sobre Comunica-ción y RSE» celebrada en la Universidadde Palermo, en Buenos Aires, hace añoy medio, al advertir que la actitud de losmedios es de «desconfianza, escepticis-mo y sospecha» y que esto está «aten-tando contra el periodismo en temas deRSE». Tal vez les faltó sinceridad parareconocer que desconfianza es segura-mente lo mismo que ellos sienten res-pecto a los periodistas.

La Presidenta de la Fundación Prohuma-na, Soledad Teixidó, se ha quejado, a suvez, de que: «en Chile existe una tensiónentre los medios de comunicación demasas y el mundo empresarial, la quese ve reflejada en las constantes decla-raciones por parte de las empresas acer-ca de la nula cobertura que le dan a sus

7. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN AMÉRICA LATINA

Jaime Abello *

* Director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).

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acciones de RSC, en pos de no realizarlepublicidad a la empresa».

Las contradicciones entre comunica-ción corporativa y comunicación me-diática, en torno a la cobertura periodís-tica en estos temas, no son exclusivasde la parte sur de América. La revistaBusiness Ethics organizó en abril delaño pasado, en Nueva York, un encuen-tro con el sugerente título de «Escánda-los corporativos: responsabilidad socialcorporativa y medios. ¿A quién debe-mos creer?». En ese foro se dio a cono-cer una encuesta, según la cual tres decada cinco profesionales que siguen decerca la responsabilidad social empre-sarial dicen que los medios están ha-ciendo una cobertura «pobre» de estostemas. Cuatro de cada cinco opinaronque los periodistas de economía hacen«demasiado foco en el seguimiento dia-rio del valor de las acciones y en los re-sultados trimestrales de ganancias». Eleditor de la sección económica de TheNew York Times, Larry Ingrassia, se de-fendió en el mismo debate. Dijo: «¿Porqué The New York Times no edita másnoticias positivas sobre la Responsabi-lidad Social Empresarial? Porque el roldel Times es ser como un perro guar-dián, y no comportarse como una po-rrista que alienta». Según él, su diariocontribuye con el desarrollo de la éticaen los negocios, pero no escribiendonoticias positivas, sino poniendo elfoco de atención en las actividadescuestionables. «Pienso que a veces he-mos exagerado (...), pero me debo pre-guntar: ¿quién obliga a los medios a ser

un perro guardián de la ética empresa-rial? Mi respuesta es: si no somos no-sotros, ¿quién será? Existe una gigan-tesca industria dedicada a hacer que losnegocios tengan una buena imagen.Gastan cientos de millones de dólarespara diseminar sus mensajes».

Es cierto que hay un conflicto latente en-tre los objetivos y la lógica de operacióndel periodismo y los del marketing, altiempo que existe una peculiar depen-dencia entre medios y anunciantes.También es cierto que un reto cotidianode los periodistas es preservar el enfo-que ético de la información. De otra par-te, la preocupación por la calidad éticase necesita también para las prácticascomunicacionales de los mensajes em-presariales y particularmente en la ma-teria de responsabilidad social empre-sarial, tanto como en cualquier otrodominio de los negocios, tal como loplantea uno de los objetivos de este ta-ller, que es fomentar la transparencia in-formativa en asuntos de responsabili-dad social empresarial por parte deempresas españolas en sus actividadesen América Latina.

Sin embargo, sería simplista extrapolarla postura ética del editor económico deThe New York Times cuyos conceptos seemiten en el contexto de la economía demercado más sofisticada del mundo, alámbito de esta región, que por su eleva-da desigualdad en la distribución de in-gresos es la más rezagada en términosde equidad en el mundo, a la vez quepresenta un promedio de pobreza que

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supera el 40%. Simplemente, en Améri-ca Latina, los medios, los periodistas yla sociedad entera no se pueden dar ellujo de ignorar que, sin que el Estado re-nuncie a sus responsabilidades básicas,necesitamos valorar y apoyar el com-promiso y aporte de empresas social-mente responsables, como uno de losnuevos componentes de la estrategia dedesarrollo económico y social.

Los desafíos del crecimiento y la equi-dad, del combate a la corrupción, laviolencia y la impunidad, exigen a losmedios latinoamericanos una respon-sabilidad especial, en función de su ca-pacidad de liderazgo en la sociedad, ypor lo tanto, un tratamiento cuidadosoal papel que la empresa privada y las or-ganizaciones de la sociedad civil pue-dan jugar al lado del Estado en la bús-queda de soluciones a las crecientesdemandas sociales de América Latina.

El Banco Mundial publicó en 2002 un li-bro titulado The Right to Tell, sobre elpapel de los medios de comunicaciónmasiva en el desarrollo económico, conaportes de investigadores que incluíanlos premios Nobel de Economía JosephStiglitz y Amartya Senn. Allí se sostienecon el apoyo de abundante evidenciaempírica, que, como proveedores im-portantes de información a la sociedad,los medios tienen más probabilidad deincidir en promover un mejor desempe-ño económico, en la medida en quepuedan satisfacer tres condiciones: quesean independientes, que proporcioneninformación de buena calidad y que ten-

gan un amplio alcance, con lo que estánen capacidad de reducir la asimetría na-tural de información entre quienes de-tentan el poder y los ciudadanos, y entrelos agentes privados de economía y losconsumidores.

¿Están cumpliendo ese papel los me-dios en América Latina? ¿Qué hacerpara avanzar productivamente en las re-laciones entre empresas con proyectosde responsabilidad social y los sectoresde medios y periodistas de América La-tina? Para tratar de aproximarnos a unaposible respuesta, es necesario aterrizaren la realidad…

Lo primero que conviene decir es queen esta región, como en el resto delmundo, los medios de comunicación yparticularmente los periódicos, tanto lascorporaciones como empresas familia-res tradicionales, atraviesan una épocade incertidumbre. Las reglas del juegoestán cambiando y no sabemos real-mente hacia dónde vamos, ni cuál es elfuturo que le espera a lo que hemos co-nocido hasta ahora como periodismo.

El surgimiento de internet ha sido unode los elementos fundamental en loscambios que vivimos, porque está tras-tornando las reglas de juego de la prác-tica y la economía del periodismo, mi-nando poco a poco la lógica tradicionalde operación y las bases económicasdel periodismo de calidad que todavíaes el orgullo de los grandes periódicosmetropolitanos y algunas cadenas deradio y televisión. En la era de la globali-

La responsabilidad social empresarial y los medios de comunicación en América Latina

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zación, con una creciente conectividad,que en América Latina llega primero alas élites ilustradas de todas las clasessociales (ese 8% que escoge a los perió-dicos como fuente principal de informa-ción, frente al 50% que opta por la tele-visión comercial), internet se consolidacomo medio de comunicación totalizan-te e infinitamente plural, que absorbecomo fuentes a los otros medios, paradistribuir digitalmente noticias, opinio-nes y toda clase de información con for-midable versatilidad, a través de múlti-ples canales, algunos de ellos masivos ypopulares en el continente, como el te-léfono móvil.

Un fenómeno característico de estostiempos es el progresivo replantea-miento de la relación entre los medios ysus audiencias. Los lectores son cadavez más desconfiados. Con todas las po-sibilidades de acceso directo a los másdiversos flujos de información, que per-miten comparar versiones, los públicosse hacen cada vez más exigentes e into-lerantes ante la sospecha de arrogancia,parcialidad o falla humana, que es tanfrecuente en un oficio esencialmente fa-lible como el periodismo diario. Cadavez hay menos margen para la prepo-tencia —o creatividad, según como semire— del periodista que lo que no sabelo inventa. Los que eran receptores yano se limitan a recibir información, laquieren producir y ya lo está haciendo, através de comunidades en red y herra-mientas tecnológicas nuevas, dando lu-gar a un campo nuevo que ya tienenombre, el periodismo ciudadano. Cada

vez más lo que recibe es porque se habuscado: el cliente va por lo que quierea la hora que quiere, porque la informa-ción es la respuesta a una demanda. Es-tamos pasando de un periodismo demonólogo a un periodismo que esen-cialmente es un diálogo, el resultado deuna interacción, dentro de la cual cuentano sólo el periodista, sino los algorit-mos que programan en los servidoreslos flujos automáticos de noticias.

El periodista es cada vez menos el me-diador privilegiado y a veces arbitrarioentre lo público y la ciudadanía, mien-tras la batalla mediática se está sofisti-cando: los poderes políticos, guberna-mentales, empresariales y los grupos depresión no son ya meras fuentes de losreporteros sino productores directos deinformación, tienen sus propias páginasweb y equipos completos de comuni-cadores buscando persuadir o imponersu versión. Comunicación estratégica,news management o manejo de me-dios, son la cara decente de una volun-tad de control que suena a premoderna,pero que todavía se ejerce de maneradescarada en muchas partes de estecontinente, con artimañas tales como laasignación de licencias de radio y televi-sión a familiares y amigos políticos, ladefensa de posiciones monopólicas degrandes cadenas, el otorgamiento con-dicionado de contratos de publicidad, elcierre de fuentes y de acceso a la infor-mación, los regalos a los reporteros, lacreación de medios-basura para atacarla reputación de periodistas y medios, elacoso judicial, las amenazas y hasta la

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violencia, por citar unos ejemplos clási-cos de todos los días.

América Latina sigue siendo peligrosapara quienes tratan de hacer un perio-dismo como debe ser, especialmente silo intentan en las provincias, por fuerade las capitales políticas y económicas,y sin la sombra protectora de grandesempresas periodísticas. Según Reporte-ros sin Fronteras en el continente fueronasesinados siete periodistas en 2005, ycinco han perdido la vida en el ejerciciode su profesión en lo que va corrido deeste año. La mayoría de los crímenespermanecen impunes y son corrienteslas agresiones y los casos de presionesy censura a los medios de comunica-ción, con la complicidad ocasional delas autoridades gubernamentales y judi-ciales locales. Los políticos corruptos ylas mafias del crimen organizado sonlos enemigos más feroces de los perio-distas. Narcotraficantes, paramilitares yautoridades regionales corruptas estándetrás de crímenes, agresiones y ame-nazas a periodistas en México, Colom-bia, Perú y Brasil, particularmente en lasregiones periféricas y fronterizas.

Sin embargo, aumenta la demanda de lasociedad civil y de los sistemas políticospor la responsabilidad de medios y pe-riodistas. Estos reclamos han servidopara justificar iniciativas hostiles de re-gulación estatal que amenazan la liber-tad de prensa, como es el caso de las le-yes sobre contenidos adoptadas enVenezuela y que ya se están discutiendoen Bolivia. Por supuesto que el poder se

aprovecha de las debilidades de la pren-sa para desprestigiarla, y que conceptosnobles como la responsabilidad social ola protección de la sociedad contra el te-rrorismo se convierten en pretextos a losque recurren quienes tratan de acallar alos periodistas. Es de lamentar que nocontemos en la mayoría de nuestros paí-ses con aparatos judiciales independien-tes, serios y confiables para castigar losabusos de los periodistas, y en todo casonuestros gobiernos carecen de la efi-ciencia, por no hablar de la autoridadmoral, para instaurar esquemas de regu-lación y control administrativo a los me-dios. Lo cierto es que las amenazas a lalibertad de prensa o los logros en la lu-cha contra la corrupción —que los hay—no parecen ser suficiente argumentohoy en día para asegurar en nuestras de-mocracias tropicales la solidaridad y res-peto social a medios y periodistas. Elgran público sigue conectado a los me-dios, especialmente los contenidos deentretenimiento de las cadenas comer-ciales de televisión, pero la credibilidadde los contenidos periodísticos está mi-nada por la desconfianza.

El caso es que en América Latina losmedios de comunicación son percibidosmás como instancias de poder que deservicio a los ciudadanos. Es significati-vo encontrar en el ya citado informe delPrograma de las Naciones Unidas parael Desarrollo- PNUD, «La Democracia enAmérica Latina: Hacia una democraciade ciudadanas y ciudadanos», que alcontestar una pregunta sobre quiénesejercen el poder, el 65% de los encuesta-

La responsabilidad social empresarial y los medios de comunicación en América Latina

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dos identificaron a la prensa como unode los poderes fácticos, detrás del po-der económico privado, que fue escogi-do por casi el 80% de los consultados,mientras los poderes públicos no pa-saron del 50%. Los medios son frecuen-temente percibidos como un poder sincontrol, que va más allá de informar,que sirve a intereses particulares y queha llegado a sustituir a los jueces y lospartidos: Forman la opinión pública,descalifican a las personas, determinanlas encuestas, y en consecuencia sonlos que más influyen en la gobernabili-dad, dijeron los políticos encuestados.En este mismo Informe se expresa queel problema es que si bien la democra-cia se ha extendido ampliamente enAmérica Latina, sus raíces no son pro-fundas, al punto que la proporción de la-tinoamericanos dispuestos a sacrificarla democracia, y con ella la libertad deprensa, en aras de un progreso econó-mico real supera el 50%.

Según datos del Latinobarómetro elapoyo a la democracia se ha balanceadoen la década 1995-2005 entre un máxi-mo de 63% y un mínimo de 48% de apo-yo, con la mayoría de los años fluctuan-do por encima del 50%. En los últimostres años ese apoyo se ha estancado enel 53%. Gran parte del estancamiento deese indicador se atribuye a la represen-tación de la democracia. La televisión ylos medios han contribuido a la banaliza-ción de la competencia política, al des-prestigio de los partidos y al desinterésde las masas en la política. La propiedadde los medios, la agenda noticiosa que

refleja más las estructuras de poder quelos acontecimientos diarios, el partidis-mo que las personas identifican en losmedios, así como la pérdida de confian-za en ellos a lo largo del proceso de tran-sición democrática son algunos de lostemas relacionados con los medios queinfluyen de manera significativa en laforma en cómo los ciudadanos ven lapolítica. Pero los medios también hansalido perdiendo, como se observa en eldescenso de la confianza en la televisióna lo largo de una década de encuestas.

Una característica típica, especialmenteen la televisión comercial, tan procliveal sensacionalismo y el info-entreteni-miento, es la concentración de la pro-piedad. El Instituto Prensa y Sociedadadelanta desde hace cuatro años una in-vestigación dirigida por los expertos ar-gentinos Guillermo Mastrini y MartínBecerra que arroja para esta región losindicadores de concentración más altosdel mundo, después de dos décadas enlas que los gobiernos liberalizaron, des-regularon y privatizaron el sector de losmedios, permitieron la incorporación decapitales externos, el cruce de capitalesde una industria a otra y profundizaronla erosión de la intervención estatal enel control de estas actividades. Cuatrograndes grupos de Argentina, Brasil,México y Venezuela cubren casi todoslos productos de las industrias cultura-les, dominan los mercados nacionales,son jugadores de peso en el mercadoregional, y su comportamiento tieneuna lógica semejante a la que observanlos principales actores corporativos de

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este sector a escala global. Son gruposmultimedia con ramificaciones a otrasactividades, como telecomunicaciones;informática o industria gráfica, perotambién a otras ramas de la industria yel comercio. Así mismo, estos grandesgrupos regionales tienen negocios cru-zados entre sí, a la vez que hacen y des-hacen alianzas internacionales con losactores con mayor peso en el mercadoplanetario, como ocurre con sus inver-siones en televisión satelital directa y entelefonía. En cada país el primer opera-dor tiende a tener una cuota de mercadosuperior al 40%. En el caso de Colombia,por citar un ejemplo, dos grandes cade-nas controlan casi el 90% de la audien-cia e inversión publicitaria en televisión.

No es fácil la práctica de un oficio de ide-ales democráticos en una región en laque la democracia se vive con un perma-nente sentido de riesgo. La sostenibili-dad de un sistema saludable de mediosen este contexto depende no sólo de laexistencia y cumplimiento de las garan-tías legales y constitucionales de liber-tad de expresión, sino también de lograrla calidad en las prácticas periodísticas,que haya múltiples fuentes informativasy que éstas no estén concentradas, quelos medios sean independientes, lo querequiere negocios bien manejados quepermitan la independencia editorial yque se cuente con instituciones y pro-yectos que apoyen a periodistas y me-dios independientes.

En la perspectiva de nuestra fundación,la primera responsabilidad de medios

de periodismo en la democracia se plan-tea en esos campos de la independen-cia, la calidad y el pluralismo. A nuestromodo de ver la mejor defensa no es in-vocar el mantra de la intocabilidad de laprensa, sino comprometernos con unaética del profesionalismo. Se trata de unreto complejo alrededor del cual con-vergen los intereses de las empresas decomunicación que aspiran a conservarla credibilidad y agregar valor a su pro-ducto, los intereses de los periodistaspor dignificar la práctica de su oficio, ylos del público por realizar de maneraefectiva el derecho ciudadano a la infor-mación.

El desarrollo profesional de los periodis-tas y la búsqueda de la calidad de lasprácticas periodísticas, son precisamen-te la razón de ser de la Fundación NuevoPeriodismo Iberoamericano. El modelopedagógico que hemos experimentadose inspira en una visión de nuestro fun-dador y Presidente, Gabriel García Már-quez: un método de talleres, en los quereporteros y editores jóvenes y de me-dia carrera practican con supuestos derealidad y discuten la carpintería del ofi-cio con veteranos del periodismo, enjornadas laboriosas y exigentes pero te-ñidas por el espíritu amable de la tertu-lia de colegas, poco parecidas a las cla-ses formales de la Universidad.

Desde abril de 1995 hasta abril de esteaño, cerca de 3.700 reporteros y edito-res de todos los países de América Lati-na y el Caribe —e inclusive latinos deEstados Unidos—, han participado en

La responsabilidad social empresarial y los medios de comunicación en América Latina

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más de 200 talleres y seminarios organi-zados por la Fundación en 37 ciudadesdel continente, la mitad de ellos ennuestra sede del centro amurallado deCartagena de Indias. El programa anualde talleres y seminarios, nuestro eje mi-sional, es posible gracias a apoyos yalianzas con empresas, instituciones yorganismos intergubernamentales, asícomo la entusiasta dedicación de ungrupo de los mejores periodistas deAmérica Latina, Estados Unidos y Euro-pa, que suspenden su trabajo habitualpara compartir un tiempo valioso consus colegas de América Latina, con loscuales permanecemos en contacto a tra-vés de una red que llega a 38.000 per-sonas.

Al arribar a la primera década de opera-ciones, hemos reflexionado con nues-tros maestros sobre el futuro del perio-dismo y el papel que le correspondejugar a nuestra fundación. En esa visiónde futuro hemos reafirmado nuestrocompromiso, ante todo, con la ética pe-riodística. Estamos convencidos de lavigencia, tanto ahora como para lospróximos años, de los valores que fun-damentan las reglas básicas de estetrabajo. Es decir, promover una éticaprofesional que busque la verdad, el ri-gor en la elaboración de la informa-ción, independencia respecto de los po-deres políticos, económicos y de lasfuentes, responsabilidad hacia las per-sonas. Debo realzar que hay un enormeinterés en las cuestiones de ética en losprofesionales del periodismo de todoslos países de América Latina. Por algo

el consultorio ético en línea que está acargo del experto Javier Darío Restrepoes el servicio que más demanda tieneen nuestro sitio de internet.

En consonancia con lo anterior, cree-mos también que un aspecto crucial dela identidad del periodismo, que sedebe estimular, es que su misión es ser-vir al pueblo sobre la base de un idealdemocrático, para poner sobre el tapeteinformación relevante para la ciudada-nía, servir de foro de debate de lo públi-co y hacer un periodismo socialmenteresponsable, útil y relevante para cadaaudiencia específica. Encontramos quehay un enorme interés en los periodis-tas latinoamericanos por la cobertura delos temas sociales.

Lamentablemente, la vocación y senti-do de misión que tratamos de inculcar alos periodistas no se compadece la ma-yoría de las veces con la realidad de lasempresas en que trabajan. Los tallerestienen un efecto y es que hacen que elperiodista llegue con ímpetu a las salasde redacción, pues el taller los excita,los vuelve más críticos y llegan con ga-nas de cambiar las cosas. A los maes-tros y a mí nos ha tocado escuchar enlos talleres los desahogos de miles deperiodistas de todos los medios y paí-ses, muchos de ellos talentosos, todosbien intencionados. Muchos, la mayo-ría, se quejan de sus jefes y editores. Elllamado que hemos hecho en variasocasiones a los líderes de las empresasperiodísticas, es que ganarían mucho sisitúan en un lugar más alto de sus prio-

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ridades el aprovechamiento del capitalintelectual y el entusiasmo de sus pe-riodistas. Para ello deben escucharlos,respetar su dignidad, comprender sunecesidad de autonomía e incentivarmediante oportunidades de formacióny capacitación continuas. La noción dedignidad se extiende a la remunera-ción, porque si bien la plata no es lo quemueve o retiene a los buenos periodis-tas, los malos salarios y la carencia depresupuesto para salir por las noticiassí son un camino seguro para el mal pe-riodismo y la corrupción. Los periodis-tas, como trabajadores intelectuales dementalidad independiente, requieren,para dar lo mejor de sí mismos, de unambiente empresarial y de un contextosocial en el que se respire con libertad yse busque la transparencia que hoy re-clamamos a todo tipo de organizacio-nes públicas y privadas. Ese es precisa-mente una de las debilidades que hayque señalar.

Para terminar, observamos que en losmedios de América Latina crece poco apoco la información sobre responsabili-dad social de las empresas, aunque lacobertura todavía incurre en problemasde superficialidad y bajo tenor crítico,como lo revela un estudio de este añosobre el caso de Brasil, el país más des-tacado en esta materia, preparado por elInstituto Ethos y la Agencia de Noticiasde Derechos de la Infancia, ANDI. Sinembargo, como bien lo señala el brasi-lero Geraldo Vieira Filho, miembro delConsejo Rector de nuestra fundación,«hay otro lado de la misma moneda, so-

bre el cual vale la pena reflexionar, y esla responsabilidad social de los propiosmedios de comunicación, en cuantoempresas».

Vieira resalta que en las últimas déca-das, con mayor o menor intensidad, to-dos los poderes o instancias de poderpasaron a ser monitoreados por organi-zaciones independientes de la sociedadcivil, pero las empresas de comunica-ción latinoamericanas han avanzadopoco en la agenda de la transparenciainterna y la responsabilidad social, conexcepción de casos de proyectos de ac-ción social, como los de educación y re-laciones con la comunidad, además delcompromiso público con los libros deestilo y unos pocos Defensores del Lec-tor o del Televidente. En esta línea de re-flexión surgen preguntas respecto de silos medios han pensado en otros temasque tienen que ver con responsabilidadsocial, como por ejemplo, ¿qué tan am-bientalmente correctos son los fabrican-tes de papel que utilizan los periódicos?,¿cuál es la calidad de las tintas que utili-zan y cómo pueden afectar a los usua-rios?, ¿respetan los anunciantes de losmedios los principios legales mínimosde no utilización de mano de obra infan-til, por ejemplo?, ¿invierten los mediosen la formación de recursos humanos?,¿cumplen estrictamente la legislaciónlaboral con sus empleados?, ¿están bieniluminadas y acondicionadas las salasde redacción?, ¿hay canales de quejas ydiálogo institucionalizados con los lec-tores, que no se limiten a la sección deCartas del Lector, tipo siglo XIX o a decir-

La responsabilidad social empresarial y los medios de comunicación en América Latina

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le a quienes estén descontentos quecada uno escoge simplemente cambian-do de canal o comprando otro perió-dico?, ¿publican las empresas de co-municación balances sociales?, ¿dan aconocer su facturación o la composiciónde su propiedad?

Quedan formuladas una serie de pre-guntas y problemas que muestran lacomplejidad del tema. ¿Qué se puedehacer? Me parece que estamos ante unreto de largo plazo, que requiere diver-sas acciones de persuasión, organiza-ción y educación. Creo que hay que tra-bajar en promover alianzas e iniciativasde apoyo en materia de formación y ca-pacitación, a partir de respetar y com-prender la diferencia de aproximacioneséticas y lógicas de operación de los pe-riodistas de los medios y los comunica-dores de las empresas. Hay que apoyarla formación de periodistas, no sólo entemas de responsabilidad social, sino

también, y simplemente, para hacer buenperiodismo. Es indispensable involucrara los directivos y propietarios de los me-dios, y qué duda cabe de que este pro-ceso no será rápido o de corto plazo.Pero lo que se haga por acompañar alsector empresarial de los medios de co-municación para que incorpore a supráctica de negocios principios y pro-yectos de responsabilidad social empre-sarial es algo que sin duda le interesa atodos, algo que va a revertir en la cali-dad del servicio periodístico y por tantoen la calidad de sus relaciones con la so-ciedad, así como en la posibilidad deque los temas de responsabilidad socialempresarial tengan una mayor cabida yun mejor tratamiento en la agenda denuestros medios. En fin, en una ciuda-danía corporativa que también hacemucha falta en el campo de los mediosde comunicación para impulsar los te-mas de autorregulación responsable deque tanto se ha hablado.

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La mayoría de la gente no aprecia cómoel trabajo de Naciones Unidas impactaen su vida cotidiana. Cuando escribesuna carta tradicional, no un e-mail, estacarta pasa por todo un sistema que esgenerado por Naciones Unidas. Cuandoviajas en avión, los controles de tráficoque nos permiten llegar a nuestros des-tinos también son generados por lasNaciones Unidas. Puedo continuar dán-doles ejemplos de toda una infraestruc-tura invisible que nosotros hoy en díano pensamos, que son creadas por or-ganizaciones internacionales que for-man parte de Naciones Unidas. Perono era fácil para las Naciones Unidas.Era muy complicado. En las NacionesUnidas, con la llegada de Kofi Annan, laorganización empezó a entender las di-ferentes alternativas que hoy nos plan-teamos en esta cita. Annan fue el pri-mero en comprender la fuerza de lasempresas y creó el Pacto Mundial paraimplicar al sector privado en la consecu-ción de los objetivos de las NacionesUnidas.

El Pacto Mundial es un sistema de auto-rregulación, no un código. NacionesUnidas no tiene un mandato, no tiene laposibilidad física y práctica de crear unsistema de leyes internacionales paralas empresas. Esto no es lo que quere-mos hacer. No es ésta la base del GlobalCompact. Es, sobre todo, un sistema deautogestión y es un sistema que quieretraer al mundo empresarial los valoresuniversales de las Naciones Unidas. Un

sistema en el que no hemos inventadonada de nuevo. Tenemos diez principiossobre los derechos humanos, estánda-res laborales, la protección del medioambiente, y la lucha contra la corrup-ción. Todos estos temas estaban ya entratados internacionales que han sidonegociados, y ratificados después, porlos gobiernos. Por tanto, no hay nada denuevo en el Global Compact puesto quelos principios están basados en conven-ciones internacionales que están vigen-tes. Los gobiernos negocian las conven-ciones internacionales pero en últimainstancia son las empresas las que de-ben realizar las acciones para que poda-mos llegar a los objetivos de estas con-venciones. Por tanto el Global Compactcumple el papel de ayudar a que los idea-les y los objetivos vayan de la mano, ydonde las acciones de los gobiernosprecisan del acompañamiento de lasempresas para conseguirlos.

Pero es muy importante saber que elPacto Mundial es más que una respon-sabilidad social. Es una iniciativa quecompendia todos los objetivos univer-sales de las Naciones Unidas. La señoraRosa Conde, la Directora de la Funda-ción Carolina, habló de la diferencia en-tre la carrera política y la carrera empre-sarial. Es muy importante pensar sobreeste problema porque la solución no esmuy simple. Nosotros pensamos quesabemos hoy en día, cuál es la respon-sabilidad de los gobiernos y cuál es laresponsabilidad de las empresas. Pero

8. LAS REDES DE RSE DEL PACTO MUNDIAL EN AMÉRICA LATINA

Denise O’Brien *

* Subdirectora ejecutiva, Pacto Mundial de Naciones Unidas.

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hay multitud de ONG que dicen a la em-presa: «Ustedes tienen que hacer más.Ustedes tienen que ocuparse de la edu-cación, ocuparse de la salud, ustedestienen que dotar de los servicios públi-cos, especialmente en este mundo pos-terior a la privatización».

Pero estas organizaciones civiles tam-bién están cometiendo un error si quie-ren devolver a las empresas la respon-sabilidad del gobierno. La discusión deesta mañana sobre la privatización deservicios públicos tocó un poco estetema, porque estamos quitándole al go-bierno la responsabilidad pública y en-tregando estas responsabilidades públi-cas a una empresa. Pero la compañíaestá formada completamente diferentea un gobierno. No existe la rendición decuentas públicas. No existe un sistemapúblico y oficial para dar cuenta deaquellos aspectos no financieros comoel impacto en el medio ambiente o enlas comunidades. Pienso que en estemundo, post-Washington Consensus,estamos en una situación muy difícil,donde las empresas no saben qué ha-cer, porque las demandas les están lle-gando de todas partes.

Esta mañana se ha hablado de Chile, delasesinato de Allende. Este asesinato fueun acto que tuvo implicados a compa-ñías americanas, vosotros conocéis his-torias de repúblicas bananeras, en mu-chos países de la América Central, y elpapel de las empresas en estos contex-tos, contra los que nosotros luchába-mos cuando éramos jóvenes —ustedes

recuerdan bien este tiempo—. Nosotrosluchábamos contra la situación, dondehabía empresas que cambiaban los go-biernos porque el gobierno no hacía lapolítica que la empresa quería. Y ahoratenemos la situación inversa. Ahora lasociedad civil está diciendo a la compa-ñía: «Usted tiene que tener responsabili-dades públicas». Es muy peligroso estemomento, pienso que todos tenemosque trabajar juntos, para tener mejoresideas, para no perder el concepto delservicio público y no sustituir ese con-cepto por una responsabilidad empre-sarial. Por eso este movimiento de laresponsabilidad social empresarial esun movimiento joven. Ahora bien, debe-mos tener mucho cuidado para que noterminemos por anular el concepto de laresponsabilidad pública. Tenemos queestar seguros de que la ResponsabilidadSocial puede ser un complemento a laresponsabilidad social del sector públi-co y no un sustituto.

El Global Compact está siempre muycerca de los objetivos de las NacionesUnidas y de los Objetivos de Desarrollodel Milenio (ODM). Los ODM son unavez más una convención consensuadapor gobiernos. Estos objetivos que sonnegociados por los gobiernos no pue-den ser alcanzados solamente por losgobiernos y necesitamos también ac-ciones del sector privado. Es muy im-portante el papel de las empresas parallegar a los acuerdos que fueron nego-ciados por los gobiernos. Y cuando ha-blo de empresas hablo de un espectromucho más grande de la sociedad civil

Denise O’Brien

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que comprende diversos grupos quetienen que trabajar juntos para llegar aestos objetivos. Todos los sectores, elsector privado, la sociedad civil y lossindicatos tienen que trabajar juntosporque ningún sector puede llegar aesos objetivos solo.

El tema que debía plantearles a ustedesera sobre el Pacto Mundial y AméricaLatina, pero cuando escuché toda la dis-cusión de esta mañana, pensé que eraimportante abordar algunos de los te-mas que fueron apenas mencionadosen el coloquio.

El Pacto Mundial funciona como una redglobal con sedes o puntos locales, encasi todos los países latinoamericanos.Estas organizaciones nacionales tienencomo objetivo crear programas, estruc-turas en sus propios países. Ellas sonlas que tienen el mejor conocimiento delos problemas o prioridades de su paísdonde el modelo de alianza que propo-ne el Pacto Mundial puede tener másimpacto.

Como pueden imaginar, en Nueva Yorknosotros estamos muy lejos del día adía de la realidad. Tenemos una serie denegociaciones que producen decisionesy objetivos, pero para que todo estopueda llegar a las personas que lo nece-sitan, necesitamos de acciones quesean nacionales, o incluso más que na-cionales, de acciones que sean locales.Por eso creamos estas redes nacionalespara que todo no nazca de un intento dela sede central de Nueva York, sino que

haya acciones reales necesarias para lospaíses que deben responder a los pro-blemas locales de estos países.

Este año hemos empezado también unaagrupación de las redes nacionales (intoregional networks). El primer encuentroregional tuvo lugar en Panamá y se reu-nieron por vez primera todas las redesnacionales de Latinoamérica.

Tenemos muchas acciones acordadasentre las diversas redes y por eso pode-mos decir que por primera vez vamos atener una acción realmente latinoameri-cana del Pacto Mundial. Estas son algu-nas de las decisiones que se presenta-ron a la red de América Latina:

1. Un nuevo sitio web en español yportugués (Pactoglobal.org).

2. Formular una Misión Latinoameri-cana, dentro de la Misión Generaldel Pacto Global, incluyendo facto-res económicos, sociales y políticosespecíficos a la región.

3. Participación en la IV ConferenciaLatinoamericana de RSE del BancoInteramericano de Desarrollo en Ba-hía el próximo diciembre, «UnaAlianza Latinoamericana de las re-des nacionales do Pacto Global conlas empresas multinacionales», conprogramas específicos para cadapaís.

4. Presentación conjunta al Forum deRedes Locales en Barcelona.

5. II Reunión de Redes Latinoamerica-nas en Sao Paulo, mayo de 2007,conjuntamente con la Reunión Lati-

Las redes de RSE del Pacto Mundial en América Latina

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noamericana de Puntos Focales deParteneriado del sistema de NN UU.

6. Teleconferencias mensuales con elGCO.

7. Parteneriado creciente con Foro Em-presa.

El Pacto Global está en una posiciónmuy interesante, especialmente en La-tinoamérica, ya que puede hacer unaacción donde dos tipos de actores, lasempresas nacionales y las empresasmultinacionales se encuentren. Es unespacio económico y político que existeen todos los países y localidades y elGlobal Compact como una organiza-ción de Naciones Unidas, por iniciativade Kofi Annan, puede tener acción eneste intercambio exactamente dondelas multinacionales y las compañías ylos conceptos nacionales se encuen-tren.

Para terminar me gustaría hablar unpoco de los planteamientos de JorgeBlázquez. Habló esta mañana de la ideade crear un documento sobre la res-ponsabilidad social de empresas de Es-paña en América Latina. Pienso que erauna idea muy buena, porque, como vi-mos también esta mañana, nosotros,todos los que trabajamos en el contex-to de América Latina, pero especial-mente las empresas que vienen de Es-paña tienen un bagaje, un pasado queestá implicado en las acciones que tie-nen hoy. Esta mañana se habló del con-cepto de nuevos conquistadores, quequieran o no quieran, ustedes son losherederos de las consecuencias de las

políticas del Consenso de Washington.Quieran o no quieran las compañíasmultinacionales hoy están en este con-texto. Es algo con lo que ustedes tienenque vivir y pienso que por esta circuns-tancia hablamos esta mañana tambiénde los problemas de China, que estáentrando en el contexto de América La-tina y está cambiando mucho el rol delas compañías y la política económicadel continente.

Se habló también del papel de los Esta-dos Unidos y del sentimiento anti-ame-ricano que está empezando ahora y queeste movimiento anti-americano puedefácilmente transformarse en un movi-miento anti-extranjero, anti-globaliza-ción. Esto es una realidad que todas lascompañías viven. En esta realidad, undocumento, no sé exactamente cómo,tal vez una publicación, que hable de lasiniciativas de las empresas españolasen América Latina puede ser muy opor-tuno. Las compañías españolas han he-cho muchas cosas en América Latina ycreo que es necesario intentar presentaresto de una forma que las personaspuedan leer fácilmente y comprendermejor. El nuevo populismo que empiezaen América Latina es un factor nuevo,en un continente que ya tiene bien esta-blecidos partidos y gobiernos de centro-izquierda. Ello ocurre al mismo tiempoque a nivel internacional se apreciansignos de antiglobalización y demandasde proteccionismo. Por todas estas ra-zones, un documento, una iniciativa quepuede hacerse por las empresas de Es-paña, tal vez con la Fundación Carolina,

Denise O’Brien

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tal vez con otra organización, que puedademostrar los factores positivos seríade mucha ayuda. Incluso esta publica-ción podría explorar las cuestiones so-

bre cómo pueden complementarse me-jor la responsabilidad social empresa-rial y la responsabilidad social del sectorpúblico.

Las redes de RSE del Pacto Mundial en América Latina

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CUARTA PARTE

EL ESTADO Y LA RSE. APORTACIONES DESDE ESPAÑA

En primer lugar quiero hacer unas pre-vias observaciones sobre cómo veo yo,en este momento, el proceso de RSE, engeneral, no solamente en España sinoen todo el mundo. Unas breves pincela-das sobre las políticas públicas que envarios países de Europa se están practi-cando y lo que me parece más intere-sante de mi presencia hoy aquí, aporta-ros lo que considero que pueden ser laslíneas de tendencias sobre las políticaspúblicas en España.

Empezaré por decir algo que yo creoque constituye ya, entre nosotros, unaidea que me parece ya incontrovertible,afortunadamente. Y es que toda esta re-flexión que viene sucediendo en el mun-do, prácticamente en los comienzos deeste nuevo siglo, es un movimiento pro-fundo. Es un movimiento de largo al-cance y yo creo que tiene una base es-tructural sobre la concepción, sobre elser y la naturaleza de la empresa y susfines en la nueva sociedad. Yo creo queesa es una primera afirmación, muy im-portante que hay que reiterar, contra lasinterpretaciones más o menos frívolasde la RSE, colocándola en el terreno dela simple gestión empresarial o en lossimples aledaños de la imagen corpora-tiva o de la vieja filantropía empresarial.Muy por encima de todo eso, realmentelo que se viene apreciando, y esta es laprimera afirmación, es que estamosante un tema de largo alcance, que va atransformar profundamente el ser de la

empresa, la naturaleza de su función enrelación con la sociedad.

En segundo lugar, otra afirmación queme parece importante. La RSE no es unmodelo final, nadie puede hacernos unafotografía, ni siquiera ideal de lo quedebe de ser la RSE. Es un camino, es unproceso, seguramente muy largo, y des-de luego, adaptado a las circunstanciasde cada empresa. Se puede generalizar,como por ejemplo se ha hecho esta ma-ñana en una de las intervenciones queme ha parecido, por cierto muy oportu-na, la de Paulina Beato, y se pueden esta-blecer políticas concretas para determi-nados sectores de actividad económica,determinadas empresas, pero realmenteestamos hablando de un camino, de unproceso, en el que cada uno va exploran-do su evolución hacia esa actitud, haciaesa tendencia y a esa aspiración de exce-lencia, de relación de la empresa con susstakeholders.

En tercer lugar me gustaría destacar queno es la RSE un camino en una sola di-rección. Juan José Barrera lo ha dichocasi puntualmente en su presentación,haciendo referencia al debate europeo.Yo creo que es muy importante señalarque la RSE es un camino de doble senti-do. No es solamente el listado de exi-gencias de la sociedad a las empresas,sino que también cabe contemplar lademanda por parte de estas a las institu-ciones, a la sociedad en la que operan,

9. POLÍTICAS PÚBLICAS DE FORMENTO DE LA RSE

Ramón Jáuregui *

* Director del Taller sobre RSE organizado por la Fundación Carolina en Cartagena de Indias. Diputado delGrupo Socialista del Parlamento español.

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de un hábitat jurídico y político, de or-den, de estabilidad, de reconocimiento,de legitimación, en el cual la empresa sesiente mejor percibida, más legitimaday encuentra en una sociedad que la aco-ge, de la que sus ciudadanos se sientenincluso orgullosos, encuentra ese doblemarco de referencia en el que debería-mos de situar las derivadas de la RSE,para las empresas, de éstas para con lasociedad, o de la sociedad para conellas.

En cuarto y último lugar como observa-ciones previas, claro, es evidente, habla-mos de una práctica voluntaria. Pero noes menos evidente que concebimos laRSE, como algo imprescindible en elnuevo siglo. La perspectiva pública pre-tende que las empresas participen en lasuperación de los impactos que estasprovocan en el hábitat, en el medio am-biente, en el desarrollo sostenible o enlas realidades sociolaborales que produ-cen. Porque es evidente que las empre-sas cada vez impactan más, y son ellaslas que conforman, casi mucho más quelos propios estados, o sus políticas, loshábitats resultantes. Eso es cada vezmás evidente. Y por tanto hay una nece-sidad que la política pública demanda delas empresas para que filtren, para quereduzcan sus impactos o sencillamente,para que participen en la construcciónde una sociedad articulada, cohesiona-da, sostenible, porque es una responsa-bilidad que también tienen ellas.

Pero también desde el punto de vista in-dividual de cada una de las empresas.

La RSE es una necesidad, las empresastienen que ser responsables para sercompetitivas y aquí es donde la con-vergencia, sobre la base de que es vo-luntaria, nos plantea el debate de quépolíticas hacemos o en qué medida laintervención pública tiene que producir-se, si partimos de la base de que es uninterés común, bueno para la sociedad ybueno para ellas. Si es bueno para to-dos, ¿cómo interviene el Estado?, ¿cuá-les son las políticas públicas que lo fa-vorecen? Aquí es donde se inscribe lareflexión sobre las políticas públicas enrelación con la RSE, mucho más que enesa reflexión absolutamente maniqueay, digamos, simplificadora, de que «Bue-no, como se trata de una actividad vo-luntaria... el Estado sobra».

Pues bien, todos los países práctica-mente desde principios de este siglo yya desde finales del pasado, vienen ha-ciendo políticas de RSE. Siguiendo unestudio que ha hecho la Fundación ESA-DE sobre esta materia, he recogido enel documento que os he aportado algu-nos rasgos fundamentales de los cuatrograndes modelos, lo que llamaríamoscuatro categorías de políticas públicasen esta materia.

De una parte el llamado modelo de par-tenariado, muy propio de los países nór-dicos, Dinamarca, Suecia, Finlandia, ytambién Países Bajos. De otra parte, elmodelo británico-irlandés. De otra par-te, el modelo de centro Europa: Alema-nia y Francia, fundamentalmente, y deotra, los países latinos. En esos cuatro

Ramón Jáuregui

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grupos, cabe hablar de políticas públi-cas diferentes. Yo no me voy a deteneren exceso, para, como he dicho al prin-cipio, no ocupar demasiado el tiempo,teniendo en cuenta que, además, en eldocumento que os he aportado, se des-criben, grosso modo, cuáles son los per-files de estas políticas.

En una sociedad como la nórdica, en laque las empresas tienen una antiquísi-ma experiencia de gestión ambiental,más la tradición histórica de negocia-ción entre las empresas y sus represen-tantes, incluido un contexto de enormelegitimación social que estas empresastienen en esos países, han favorecidouna política de RSE más avanzada, muyde partenariado, muy de construcciónconjunta con ellas, con las empresas, dequé es lo que tenemos que hacer. Se de-riva también de la cultura por la que laempresa forma parte de la sociedad deuna manera muy natural, y de esa cultu-ra tan corresponsable que existe enesos países, ya sea con la política fiscal,ya sea con el sentido mismo de la em-presa, en cuanto que tiene que producirriqueza y generar empleo y cohesión so-cial, de una manera muy natural. Es enese contexto que esos países se adelan-tan a todos los demás. Prácticamente ellibro verde de la UE de 2000 tiene unaprimera traslación en políticas públicas,en estos países, mucho antes que enotros.

De ahí surgen instituciones tan impor-tantes como el Copenhague Centre, quetodo el mundo recuerda, en las cuales,

digamos, ese partenariado se producede una manera muy natural, entre em-presas y administración pública, enesos dos planos de favorecimiento delas políticas de desarrollo sostenible yde políticas de cohesión social, o delplano interno, que llamamos, de la res-ponsabilidad social. A destacar tambiénla importancia que da Suecia a esta ma-teria, a sus empresas multinacionales.Realmente Suecia se plantea que susempresas sean sus embajadas, sean susembajadores. Empresas que cumplenrigurosamente los derechos humanos, yque son un ejemplo de respeto me-dioambiental, son las que caracterizan aun país y Suecia presenta una imagenen una combinación de política exteriorabsolutamente ligada en esta materiacon sus empresas principales. En fin,podríamos luego rascar un poco, si estoes tan perfecto como dicen. Porquesiempre comentamos que en España,pues Ikea o Tetrapak por poner unosejemplos de empresas caracterizadaspor su comportamiento responsable enmateria medioambiental, quizás no losean tanto, sobre todo la primera, en susrelaciones laborales con sus emplea-dos. Pero, con todo, Suecia ha acabadoconstruyendo una imagen y un compro-miso que está diseñado entre el Ministe-rio de Asuntos Exteriores y sus multina-cionales y su proyección exterior, estáen gran parte sustentada en esas ideas.

Noruega, acaba de tomar una decisión,seguramente todavía no la conocéis,porque la leí yo ayer justamente en elperiódico, por medio de la cual el comi-

Políticas públicas de fomento de la RSE

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té ético que determina dónde van susinversiones sociales, sus inversiones fi-nancieras, las de organismos públicos.Tienen un comité ético que está elabo-rando informes rigurosos sobre las em-presas a las cuales van sus dineros pú-blicos, y este comité ético acaba devetar a dos empresas. Y han dicho, Free-port, una empresa minera norteame-ricana, que es la que tiene todas lasminas de cobre en el mundo, práctica-mente es un monopolio, y Wall Mart, laempresa de los supermercados, hansido vetadas por el comité ético. Eso loacaba de decir el comité ético noruego ypor supuesto, a esas empresas el dineronoruego ya no va. Esto es una políticaen esta materia de inversiones social-mente responsables, absolutamente co-herente y congruente con lo que es laimplicación de la administración públi-ca, en el manejo de los fondos de sus in-versiones públicas. En España tenemoscantidad de fondos financieros, públi-cos, fondos de pensiones. Y no hay unaregulación de inversión socialmenteresponsable de esos fondos.

Bueno, en el modelo británico no medetengo demasiado. Como se sabe, tie-ne una mayor implicación lo que llama-ríamos la comunidad local. En el ReinoUnido, la empresa está en la colabora-ción con todo lo que significa el comba-te a la exclusión social, los problemasde fracaso escolar en esos entornos...Pero lo que más interesa destacar delReino Unido es que es el único país queha institucionalizado una política deRSE desde un alto cargo gubernamen-

tal. Es el nombramiento del Minister forCSR, que es el Secretario de Estado parala RSE, creado en el gobierno británicocon una función de alto responsable po-lítico que a su vez gestiona y coordinalas políticas en todo el gobierno y en to-das las administraciones públicas.

Hay un marco legal y una política de ob-jetivos, también, y por tanto hay unaagenda, como antes reclamaba JuanJosé Barrera. No se trata de hacer nin-guna ley, se trata de hacer una agendade políticas en las que se integren, porejemplo, los instrumentos fiscales, eltrabajo de partenariado, los sistemas detransparencia y de reporting, en fin, milproblemas que están acompañando aldebate de la RSE y que todos conocéis yque no tienen por qué implicar estricta-mente una ley, sino una agenda de ac-tuaciones públicas.

Entre los modelos centroeuropeos, a míme interesa destacar Francia más queningún otro. Tanto en Francia, como enAlemania, la empresa responsable sur-ge, no tanto de lo que hemos comenta-do antes en los países nórdicos, ni en elReino Unido, sino de lo que se llama unconcepto cultural de ciudadanía corpo-rativa. La empresa es ciudadanía y portanto tiene responsabilidades en cuan-to tal. Y de ahí se derivan posicionesque van construyendo en estos países,Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Aus-tria, etcétera, una política que tiene dosexponentes. Francia por su tendencianormativa, es decir, muy propio de Fran-cia por su tendencia a regular mediante

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leyes casi todo, y la experiencia de losotros países en donde está mucho másligada a lo que llamaríamos el volunta-riado. En Francia la política de RSE hasido concebida bajo tres grandes ele-mentos, a) la RSE forma parte de la polí-tica social, b) constituye uno de los ins-trumentos de la acción empresarial enel marco de una política de desarrollosostenible y c) se incorpora a la políticafrancesa con un marcado carácter nor-mativo, como ya he dicho antes. Estoestá en Francia dirigido sustancialmentepor las políticas de medio ambiente, dehecho es la Secretaría de Estado de De-sarrollo Sostenible la que lo regula, aun-que admite que una parcela de los as-pectos sociales de la RSE sean dirigidospor el Ministerio de Empleo. Hay unafractura, por así decirlo, compartimentalde esta materia.

Francia ha hecho mucha legislación obien directa, o indirectamente relaciona-da con la RSE. Por ejemplo, una ley paralos fondos de ahorro personal, una leyque establece por tanto los mecanismosde inversión socialmente responsableen el ahorro personal. Otra ley obligan-do a determinadas empresas a publicarinformes de sostenibilidad, esto está es-tablecido por ley en Francia, cosa que enotras partes, va, por una tendencia vo-luntaria, a generalizarse. Hay un proyec-to que regula un código para la contrata-ción pública y los criterios de desarrollosostenible. Es decir, se están evaluandolos puntos, valga la expresión, por me-dio de los cuales se premia a todas lasempresas que participan en concursos

públicos y que practican políticas dedesarrollo sostenible. Hay otra ley paralas inversiones socialmente responsa-bles, en relación con el desarrollo soste-nible. La hay también para los fondos dela seguridad social. En fin, en Franciahay muchas leyes. ¿Tiene más expan-sión la RSE en Francia por tener más le-yes que en otros países? Tengo que decirque no. En general no está demostradoque la normativa tan exhaustiva para fo-mentar o para exigir estas materias, enmuchos planos diferentes, esté produ-ciendo grandes resultados, aunque sinduda, en algunos aspectos sí puede pro-ducirlos.

En Alemania no ha tenido esta cuestiónel debate que quizás cabía esperar de unpaís tan avanzado como es Alemania.En gran parte, porque llevan diez añospeleándose por sostener el estado delbienestar y allí lo que les importa escómo salir de la crisis en la que han es-tado y cómo adaptar ese estado delbienestar a la realidad. Todo ese temade la RSE les ha llegado como a una em-presa en crisis, como algo, digamos,complementario, bastante superfluo.Hay muchos premios, hay políticas enlos lander, bastante importantes, perono cabe decir que haya en Alemania, di-gamos, unas características especialesni de estructuras, ni de aplicación nor-mativa, ni de agenda concreta para eldesarrollo de la RSE.

Vamos a llegar a España, donde yo mequiero centrar, para terminar. Nosotrostenemos aquí desde hace ya algunos

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años, cinco grandes líneas de reflexión,en el terreno público. Dejo lo privado,porque lo privado está aquí representa-do por las mejores y más importantesempresas, aunque conviene recordarque hay otros muchos foros, debates,cátedras de investigación, publicacio-nes...

España está haciendo un trabajo yo creoque bastante interesante de desarrollode la RSE en el terreno privado y en elpúblico no está mal. Tenemos cincograndes líneas de aporte a la materia.De una parte, el Foro Social, que presideel Ministerio de Trabajo, que va a termi-nar prácticamente su gestión este mis-mo año. De otra parte hay un compro-miso entre Comisiones Obreras, UGT yCEOE para abordar la RSE en el diálogosocial. Todavía no ha comenzado esedebate, es verdad que han tenido otrasurgencias, pero hay que reconocer queno ha habido aportación ninguna desdeel diálogo social a la RSE. La subcomi-sión parlamentaria que termina sus tra-bajos este mismo mes de junio, y que vaa hacer un libro blanco sobre el que lue-go hablaré, porque gran parte de misaportaciones vienen de ahí. En cuartolugar, había una iniciativa parcial en ma-teria de RSE que es la elaboración porparte de un comité de sabios, del Códi-go de Buen Gobierno y Transparencia,que ya se ha hecho y creo que se ha he-cho un muy buen trabajo con la publica-ción del Código Conthe y por último eneste mismo capítulo de lo público hayque señalar la variedad, la diversidad delas políticas públicas iniciadas en varias

Comunidades Autónomas y en algunasinstituciones locales, que también, porejemplo el Ayuntamiento de Barcelo-na, están trabajando muy bien en esteterreno.

¿Hacia dónde camina la política públicade la RSE en España? Me he marcado 20líneas de reflexión que las voy a citarcasi telegráficamente y con esto acabo.Están escritas, por tanto no voy a hacermás que casi citarlas. Nosotros no he-mos definido esa política y yo calculoque al gobierno le va a corresponder ha-cerlo al final de su mandato, pero entodo caso esta es una cuestión que ten-drá que abordar este gobierno, lógica-mente el año que viene y en todo caso,el siguiente, porque los programas delos partidos, etcétera, seguro que van aentrar en esta materia de una manerabastante detenida. De manera que yocreo que sí, que España configurará unapolítica a favor de la RSE. Veamos:

1. Yo no creo que hagamos una ley.Aunque se me ha presentado como elpromotor de una ley, yo siempre he di-cho que aquélla fue una sacudida al de-bate, porque yo no pretendía que elCongreso de los Diputados aprobaseuna ley cuando el debate en España to-davía no se había iniciado. Únicamentepretendía sacudir la cuestión en el terre-no público, y en ese sentido una propo-sición de ley tiene mucha capacidad demovimiento, de producir impulso y de-bate. Yo no creo que hagamos una leyen España. No hay ninguna posición fa-vorable a esto. En el terreno de las con-

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clusiones del libro blanco del grupo par-lamentario, no ha habido ningún grupoque lo haya propuesto, y no estamoscontemplando por tanto ninguna ley es-pecífica para la RSE como una de las pri-meras iniciativas. Pero sí creo que habráuna estructura política en el Gobiernopara el fomento de la RSE. A mí perso-nalmente me parece que el modelo bri-tánico puede ser un modelo aplicable enEspaña, y personalmente defendere-mos —de esto sí se habla en el libroblanco— la posibilidad de que se creeuna estructura política en el Gobiernode España con facultades de interven-ción horizontal en favor de las políticasde RSE.

2. Es posible, y de hecho ya se empie-zan a hacer cosas en el Ministerio deMedio Ambiente, que se adopten medi-das para la inclusión creciente de crite-rios de sostenibilidad medioambientalen las relaciones con las administracio-nes públicas, vía adjudicaciones, com-pras, subvenciones, etc.

3. Yo creo que es muy probable queadoptemos en España un sistema departenariado de parecidas característi-cas al sistema del Copenhaguen Center,es decir, una especie de foro de consultay de seguimiento con los stakeholderssobre las políticas de RSE. Aunque aquíhay un debate sobre si ese foro tiene queser sólo con las empresas o tiene queserlo con todos los stakeholders, ese de-bate es importante. El foro múltiple destakeholders es más representativo peroes menos eficaz. Y un foro con las em-

presas solo puede resultar más prácti-co, en el sentido de que responde a lasnecesidades expresas que ellas puedanplantear, pero también puede ser un fre-no, porque si las empresas vetan losavances en esta materia, pues entoncesese foro puede acabar siendo un freno alas políticas de RSE. Por otra parte, eli-minar la presencia de muchísimas orga-nizaciones que están trabajando en esteterreno muy, muy seriamente, ponga-mos ONG, observatorios, universidades,etc., tampoco me parece demasiado jus-to. Pero este debate está abierto para re-solverlo y creo que un observatorio, unforo, complementario a la acción del Go-bierno, que le aconseje, que le acompa-ñe, se acabará acordando.

4. Pienso que cada vez es más impor-tante en el desarrollo de la RSE la par-ticipación local. Mirando alrededor delmundo las experiencias políticas, se des-cubre que las Comunidades Autónomastienen mucho, mucho que decir. Y de he-cho, no hay ningún problema competen-cial, no hay ninguna cuestión desde elpunto de vista del reparto normativo quenos impida que las Comunidades Autó-nomas participen con una política deproximidad, muy pegada al terreno,muy pegada a las empresas, en la con-creción de sus políticas de fomento. Noolvidemos que las Comunidades Autó-nomas en España tienen mucho poder.Gran parte del sistema de adjudicacio-nes en políticas sanitarias, educativas,compras públicas, etc., son descentrali-zadas. Eso no se hace en España por elGobierno del Estado, lo hacen las Comu-

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nidades Autónomas. De manera quemuchas políticas de fomento van a venirpor ahí y, salvando quizás las políticasfiscales, en donde hay más limitación,desde el punto de vista competencial,cabe contemplar como algo creciente elpapel de las Comunidades Autónomasen el desarrollo de las políticas de RSE.Quizás la estructura política, de la quehablábamos al principio, tenga que co-ordinar esas políticas autonómicas paradarles un poco de sentido o inclusivetenga que establecer con esas Comuni-dades Autónomas las líneas de las polí-ticas públicas que corresponden al Es-tado.

5. En materia de transparencia y buengobierno. El Código Conthe, aunque esun código voluntario, se va a tener queimponer como modelo de transparen-cia, porque quien no lo haga va a sermal visto, y en ese sentido... esto pasacomo con las guías, las guías internacio-nales. Las guías no son normas interna-cionales, tienen una capacidad de in-fluencia mucho menor, pero cuandouna guía comienza a extenderse y suaplicación, todo el mundo lo pone comoreferencia digamos de transparencia, ode buen comportamiento o de lo quefuera acaban provocando un arrastremuy importante y creo que en ese senti-do hay que contemplar la aplicaciónprogresiva del Código Conthe en las in-formaciones de buen gobierno de lasempresas.

6. Lo mismo cabe decir de la elabora-ción de la triple memoria de resultados.

Recuerdo que sobre ese tema, Francialo ha hecho y yo lo propuse en la ley. Enel 2002 planteábamos que esta fuerauna obligación legal: empresa cotizada,triple memoria. Puede ser una norma le-gal. El Presidente de la Bolsa españolase niega a esto porque dice que muchosinversores se irán de la Bolsa española,si establecemos una obligación superiora otras Bolsas europeas y ese es un ele-mento importante. Pero, con todo y entodo caso, yo tengo la impresión de quela expansión de la triple memoria esprácticamente ya imparable.

7. Pienso que las grandes empresassiguen marcando y seguirán marcandoel camino de la aplicación de RSE, espe-cialmente en su capacidad de la trasla-ción de sus criterios de RSE a los prove-edores. Esta mañana lo ha dicho PaulinaBeato. Yo creo que esto será un temacrucial en el debate sobre la expansiónde la RSE a las PyMES. Si no se estable-cen criterios de exigencia de RSE a losproveedores, el 95% del tejido empresa-rial internacional, quedará al margen deeste debate.

8. Pienso que es muy importante el fo-mento de las autorregulaciones sec-toriales. En algunos sectores se estáhaciendo ya, como por ejemplo en elsector textil europeo. A mí me pareceque a las políticas públicas nos va a ayu-dar mucho que las empresas se pongande acuerdo en sus códigos de autorre-gulación RSE y que este diálogo tenga ala Unión Europea como base de expan-sión internacional. Ese camino me pare-

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ce a mí, también, muy, muy importantea desarrollar en los próximos años.

9. Creo que es fundamental el papelde las administraciones locales. Me re-fiero a las administraciones locales, nodesde una perspectiva de políticas defomento, sino en el diálogo multistake-holder. Yo creo que las empresas tienenque establecer de manera privilegiadauna relación muy directa con sus comu-nidades, con sus instituciones locales.Ahí hay toda una problemática que afec-ta a la comunidad local, que les legiti-ma, que les acerca, que les produce unapercepción social muy notable, en fun-ción de cómo desarrollan en su políticade RSE, el diálogo con las autoridadeslocales. Las empresas deben participaren la solución de la problemática socialy ecológica de su entorno.

10. ¿Es previsible una intervenciónnormativa en materia de inversiones so-cialmente responsables? Yo pienso quesí. Aquí cabe hacer cosas. Creo que Es-paña tendría que hacer algo en esta ma-teria, lo han hecho los ingleses, lo hanhecho los franceses, lo han hecho otrospaíses, y, por cierto, en nuestro país elnivel de inversiones socialmente res-ponsables es ínfimo. Es anómalo en re-lación a una población que muestra cri-terios de sensibilidad y de solidaridad enmuchos momentos a lo largo de la vida.Y España no es un país en ese sentido,pues... no sé, no es Estados Unidos, sinembargo tiene muchísimas menos in-versiones socialmente responsables queEstados Unidos, porque hay allí una cul-

tura mucho más expansiva en esa ma-teria.

11. Pienso que hay que contemplar laposibilidad de estímulos fiscales o deprimas en la contratación con las admi-nistraciones públicas a las empresasque incorporen a su gestión criteriosde RSE. CEOE se opone radicalmente aesto, pero nosotros creemos que sí hayrazones para establecer estímulos fisca-les, por ejemplo, la I+D+I, porque esa esuna cuestión vital para la productividadde un país, si un Estado considera queeso debe de ser estimulado, ¿por qué noconsideramos que es bueno para la so-ciedad y para las empresas que haganRSE?, ¿por qué no vamos a estimularlosen esa materia? CEOE se opone porquedice que es una discriminación intole-rable, porque es una política voluntariay es verdad, pero también la investi-gación lo es y sin embargo se prima.Y otras políticas, que también las hay,que están recibiendo primas fiscales.

12. En España no ha funcionado elPunto Nacional de Contacto de la OCDE,yo creo que por desinterés de nuestraadministración, no me importa decirloasí. Y es imprescindible que adquierauna dimensión, especialmente en lo quese refiere a la aplicación de las directri-ces de OCDE a las empresas multinacio-nales.

13. En este mismo terreno, casi vincu-lado al anterior, yo pienso que adquierecada vez más importancia lo que llama-ríamos un suelo de dignidad laboral y

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de derechos humanos en la base delcomportamiento de la empresa en cual-quier lugar del mundo. En ese sentido,es muy importante, al margen de habersuscrito o no Global Compact..., etc., yopienso que las empresas tienen que ha-cer una vigilancia sobre el cumplimien-to de las normas de Naciones Unidas,en materia de derechos humanos, lasconvenciones internacionales de dere-chos humanos, las directrices de OCDE,los convenios de la OIT, y normas inter-nacionales o acuerdos internacionalesmedioambientales. Sobre esa base desuelo mínimo legal, de dignidad laboral,de dignidad humana, etc., se jueganmuchas cosas, se juega mucho. De ma-nera que hay que poner un especial in-terés en la necesidad de que la políticade RSE parta de eso y asegure esoscumplimientos a todas las empresas entodo el mundo.

14. ¿Es previsible alguna intervenciónpública en materia de reporting y verifi-cación de las memorias? Pienso que haydemasiado desorden y demasiada des-igualdad en las informaciones. Yo veocada vez mejor las memorias de mu-chas de las empresas que están aquí,pero me parece que sigue habiendodesigualdad notable en lo que aparececomo sistemas de verificación que pare-cen auditados, que luego no resultan ta-les, etc. Entonces pienso que un acuer-do con las auditoras españolas noestaría mal, para poner un poco de or-den autorregulado, quizás con algunaintervención pública en esa dirección.Con todo, la producción de guías inter-

nacionales de reporting, como las publi-cadas por GRI, ayudan a homologareste importante tema.

15. En materia de acción social, llamola atención sobre la importancia que es-tán adquiriendo, en materia de RSE, laspolíticas que van dirigidas a la inserciónde la discapacidad, a la colaboración delas empresas con la comunidad local enel fracaso escolar o en la inserción delos excluidos. Es un tema en generalcada vez más importante. Yo destacaríaque estas cosas empiezan a resultar cla-ve en la política de corresponsabilidadde la empresa con el entorno social enel que uno está.

16. En materia laboral, dos aspectos:hay un suelo mínimo que cada vez esmás importante. Fundamentalmente, re-ducir la siniestralidad, la calidad y la es-tabilidad en la contratación laboral y laregulación mediante negociación colec-tiva, de las condiciones de trabajo. Esosería, por así decirlo, el suelo mínimo.

17. Y en lo que algunos llamamos losderechos laborales de nueva genera-ción, lo que llamaríamos un derecho la-boral propio de la nueva economía, yodestaco: la conciliación familia-trabajo,igualdad de géneros y formación profe-sional continua, muy vinculada a lo quese llama en Europa, la adaptación alcambio, es decir, «la flexiseguridad».Este gran concepto atraviesa el debateen este momento en Europa, con la ideade que, puesto que las empresas aca-ban imponiendo en sus plantillas y en

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sus relaciones laborales una flexibilidadque el mercado nos exige, tienen quecorresponsabilizarse de antemano conlas derivadas, con las consecuencias, deesa flexibilidad, concretamente con lareinserción laboral o con la capacitacióny la polivalencia profesional de sus em-pleados para una rápida inserción labo-ral en el futuro, ante el cambio que sellama o ante lo que llamaríamos la me-jora de la empleabilidad. Estos elemen-tos, igualdad de géneros, conciliación,formación y mejora de la empleabilidad,son los conceptos más modernos, másnuevos, de lo que viene a ser el futurolaboral en la nueva economía.

18. Importantes también las alianzaspúblico-privadas en la relación con losgrandes problemas. La cumbre de Jo-hannesburgo que ya habla de este temaen el año 2002, sobre aportación de lasempresas al desarrollo sostenible y es-pecialmente a los Objetivos de Desarro-llo del Milenio de las Naciones Unidas,que creo que configuran una oportuni-dad de alianza entre empresas, tercersector fundamentalmente, que es muy,muy muy importante para el futuro.

19. Una referencia a la participaciónde las ONG en muchas de las políticasde acción social. En América Latina em-pieza a ser, por ejemplo, cada vez más

importante. Yo no descartaría que hayanormativas en este terreno en lo que serefiere a las ayudas de créditos FAD, alas intervenciones del CESCE, del ICEX yde COFIDES, en relación con las políti-cas de las empresas que obtienen ayu-das públicas por esos organismos, y sucolaboración con el tercer sector en laspolíticas de acción social.

20. Por último, algo que también meparece fundamental, es que las institu-ciones públicas, las administracionespúblicas, las universidades, los organis-mos autónomos, tienen que dar ejem-plo. Y en esta materia en España hay unretraso absoluto. No me importa deciraquí también que es bastante descora-zonador que hablemos tanto de RSE,algunos, y que muchas empresas priva-das estén haciendo procesos tan intere-santes, y que en la administración públi-ca española la mayor parte de la genteno tenga ni idea de esta materia. Perono son sólo las empresas públicas, sonlas administraciones públicas, los ayun-tamientos, las universidades, las organi-zaciones públicas en general, tienen queser responsables socialmente. Y esto noha hecho más que empezar.

En estas veinte líneas destacaría lo quepuede ser el futuro de las políticas públi-cas de la RSE en nuestro país.

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Las empresas españolas no son actoresmarginales en esta vasta región. Son ju-gadores centrales, tanto desde un puntode vista económico, como desde un pun-to de vista social y político. Las empre-sas españolas han invertido en AméricaLatina más de cien mil millones de dóla-res. Son las primeras inversoras —pornacionalidad— en Sudamérica y las se-gundas en toda Latinoamérica despuésde Estados Unidos. Esto les confiere unpapel fundamental desde el punto devista económico y de la transformaciónde las sociedades latinoamericanas, perotambién influye sobre las relaciones quetiene España con los países del conti-nente. Las empresas, de alguna forma,son la imagen o reflejan la imagen quetienen los latinoamericanos de lo quees hoy España. Lo que los latinoameri-canos piensan del Gobierno español, loque piensan sobre los españoles, lo quepiensan de España pasa por el tamizque implica la presencia de empresasespañolas en esos países.

Las empresas interactúan con la políticaexterior española y viceversa, influyen-do en muchas ocasiones la política delGobierno. Quizás, el mejor ejemplo es loque ha pasado en Bolivia con la nacio-nalización de los hidrocarburos. Comotodos recordamos hubo un fuerte deba-te a nivel nacional sobre este asunto. Dehecho, se llevó a la arena política. Se re-alizaron muchas preguntas en el Parla-mento —incluso al Presidente del Go-bierno— sobre qué estaba haciendo el

Gobierno para proteger a Repsol. El Go-bierno organizó un grupo técnico queviajó a Bolivia y que sigue la negociaciónde Repsol con el Gobierno boliviano. Dealguna forma, lo que pasó en Bolivia conuna empresa española ha influido, encierta manera, la agenda de lo que haceel Gobierno español en ese país.

También —desde el Gobierno— se esconsciente de que sus decisiones, accio-nes y actividades, marcan e influyen so-bre la gestión que tienen las empresasespañolas en América Latina. Uno de losprimeros pasos que el presidente Zapa-tero dio al llegar a la Presidencia del Go-bierno fue el de crear un ObservatorioEmpresarial de Latinoamérica. Este esun foro informal y reservado, donde elGobierno discute con las principales em-presas españolas presentes en Latino-américa sobre temas que afectan tanto alas empresas como al Gobierno. Frutode las discusiones que tienen lugar en elObservatorio, Gobierno y empresas sonconscientes de que la interactuación en-tre ambos es fundamental. El Gobiernoespera de estas empresas que tengan loque podemos llamar «visión de país».Y por «visión de país» se entiende quelas empresas que están en Colombia, enBolivia, en Ecuador o en Argentina tie-nen que ir más allá de lo que es simple-mente el puro beneficio empresarial decorto plazo —algo que es natural y lícitoy que nadie niega— y que se involucrenen el desarrollo a largo plazo de esospaíses y sus sociedades.

10. PERSPECTIVAS DEL GOBIERNO ESPAÑOL SOBRELA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIALEN LATINOAMÉRICA

Jorge Blázquez *

* Vocal Asesor de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno de España.

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Desde el Gobierno se entiende quecuando una empresa se instala en unpaís, en especial, un país de Latinoamé-rica —que es un eje central de la estrate-gia diplomática española— lo hace conla intención de quedarse y contribuir aforjar países prósperos, económica-mente más desarrollados y socialmentemás cohesionados. En otras palabras,se entiende que las empresas españolasestán comprometidas con el desarrollodel territorio donde operan.

El Gobierno, por su parte, también hacelo propio. El Gobierno español tiene aLatinoamérica como uno de los princi-pales destinos de la cooperación, perosobre todo en el ámbito diplomáticoapuesta por reforzar la democracia y tra-baja para que estos países tengan másdesarrollo institucional, mayor estabili-dad legal y más seguridad jurídica. Seestá convencido de que todo esto pro-porciona un marco que favorece la esta-bilidad política y social, en el cual esmás fácil crecer, y que, a la larga, benefi-cia el propio desarrollo empresarial denuestras empresas.

En concreto se dice y ha comentado elprimer orador, que Latinoamérica hadado un giro «a la izquierda». Pero des-de el Gobierno no consideramos evi-dente que Latinoamérica haya «girado ala izquierda», sino que hay una impor-tante demanda social en favor de mayorjusticia social, mayor equidad, mayorigualdad de oportunidades y que encada país esta demanda se plasma enunos movimientos políticos distintos.

En algunos son claramente lo que podía-mos denominar una izquierda, al estiloeuropeo, y en otros de otra clase, conmás o menos componente nacionalista,más o menos componente populista.

En general, las sociedades latinoameri-canas sienten que el entorno económicoque les ha tocado vivir es un entornoeconómico injusto, que produce socie-dades muy desiguales y presionan a losgobiernos para que tomen medidas enun sentido de solucionar estos proble-mas. Pero no solamente presionan a losgobiernos, presionan a los partidos polí-ticos, y —yo creo— que están exigiendotambién un mayor compromiso y unamayor responsabilidad social a las em-presas que están allí.

Ante ello las empresas pueden tomardos actitudes. En primer lugar simple-mente ignorarlo. Y si esto finalmenteocurre, las sociedades van a presionar,vía directa o vía indirecta, para que lasempresas se terminen involucrandomás en el desarrollo de sus sociedades.O bien implicarse de manera proactiva,como lo están haciendo gran parte deellas. Y en este proceso las empresasespañolas tienen un papel, quizás, to-davía más importante. Y voy a dar tresejemplos:

1. El primero es que España, al contra-rio que otros países, tiene un pasado co-lonial y esto nos hace tener una marca-país distintiva. Así, el Gobierno, junto alas empresas, está trabajando con otrosgobiernos latinoamericanos de tú a tú

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demostrando que es falsa la idea de quetodas nuestras empresas son «los nue-vos conquistadores». Esta es una expre-sión que seguro habéis oído, es una ex-presión que tiene una carga peyorativay creo que es una realidad que está ahí yque es una realidad con la que todos te-nemos que lidiar.

2. El segundo hecho es que las empre-sas españolas están en sectores claves,sectores de servicios públicos: el agua,electricidad, telefonía, medios de comu-nicación, sector educativo. Estos secto-res, claramente son sectores a los quese les exige más que a los demás. A es-tos sectores se les exige un mayor com-promiso por el desarrollo de sus so-ciedades. El hecho de que los hogarestengan electricidad o tengan agua sonelementos que vertebran mucho la so-ciedad, más allá del crecimiento o unadistribución del ingreso más equitativa.Y por ello, dados los sectores estratégi-cos que ocupan, las empresas españo-las están involucrándose con más fuer-za en el desarrollo de estas sociedades.

3. Y quizás el tercer elemento que lashace especialmente diferentes a otrotipo de inversiones, es algo que ha men-cionado el profesor Fernando Cepeda:el hecho de que muchas empresas sonel resultado de procesos de privatiza-ción. El momento político y social quese vive actualmente en Latinoamérica secaracteriza por el rechazo de gran partede las políticas que se llevaron a caboen los años noventa marcadas por el li-beralismo —políticas del Consenso de

Washington—, donde uno de los puntosclave era la privatización. Y nos guste ono, las empresas españolas son herede-ras, en parte, de estas políticas y esodebe hacer pensar que son observadasde forma diferente a otro tipo de empre-sas. Quizá este punto haya distorsiona-do parte de las bondades que trajeronlas empresas españolas, en el sentidode que muchos servicios mejoraron ymuchas empresas españolas se mantu-vieron firmes en su apuesta por los paí-ses donde operaban cuando hubo crisiscomo la de Argentina.

El momento político y el momento so-cial que vive la región, sin duda exige alas empresas ser protagonistas del mo-mento. Podríamos pensar en la Respon-sabilidad Social Empresarial (RSE) enLatinoamérica como una «especie degarantía», ya que o bien se llevan a cabolos programas de RSE de una forma ac-tiva y comprometida o las sociedadeslatinoamericanas exigirán a las empre-sas un mayor nivel de compromiso so-cial por otros mecanismos.

En este sentido los responsables de RSEen cada empresa, tienen la misión y eldeber de fomentar estas actividades yde explicar en las matrices y a los accio-nistas que esto debe ser algo más alláde un simple compromiso ético o moral.

Para cerrar mi intervención quiero lan-zar una sugerencia. Durante estos dosúltimos años, el Gobierno español se hareunido periódicamente con las empre-sas españolas presentes en Latinoamé-

Perspectivas del Gobierno español sobre la responsabilidad social empresarial...

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rica, comentándose varias veces el he-cho de que las empresas españolas yallevan a cabo una RSE muy intensa enesos países. El problema es hacer llegaresta realidad a las sociedades latino-americanas. Cada uno, como empresa,actúa por separado, y sería oportunoque elaboraran las empresas españolas

en su conjunto un documento sobre laRSE en América Latina. De hecho, inclu-so para la imagen de España sería posi-tivo. No solamente interesa saber quéproblemas tienen dichas empresas, sinoque también interesa saber qué estánhaciendo por el desarrollo de estas so-ciedades.

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I. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LAS EMPRESAS EN AMÉRICA LATINA: PERSPECTIVAS Y CONSIDERACIONES

La Fundación Carolina tomó en el año 2005 lainiciativa de poner en marcha el Programa deResponsabilidad Social de las Empresas (RSE),aprobado por unanimidad por los miembros desu Patronato. En este año 2006, continuandocon el compromiso de la Fundación Carolina enesa materia, y de acuerdo nuevamente con sumáximo órgano de Gobierno, se ha impulsadola celebración del Taller de RSE: Buenas prácti-cas y diálogo abierto entre las empresas del Pa-tronato, celebrado en Cartagena de Indias, Co-lombia, los días 7, 8 y 9 de junio.

La singularidad del encuentro celebrado en es-tos días reside en que ha supuesto un espaciopionero de diálogo abierto y directo entre espe-cialistas en RSE y los responsables en la mate-ria de las principales empresas españolas conpresencia en América Latina. Con ese espíritu,la Fundación Carolina ha querido propiciar esteintercambio de experiencias, y se ha encargadode la coordinación de este encuentro, que con-sideramos ha sido profundamente fructífero.

Las estrategias de responsabilidad social de lasempresas corresponden y competen de mane-ra particular a cada empresa que, en funcióndel sector económico de actividad y del contex-to político, económico y social en el que opera,plantea su política en la materia.

Por otra parte, dada la profundidad de la penetra-ción económica de las empresas españolas enAmérica Latina, su influencia social y la impor-tancia de la imagen pública de España que trans-miten, parece idónea una reflexión compartidasobre las diversas políticas particulares de RSEen marcha como la mantenida en estos días.Y supondría una enorme riqueza encaminarsehacia algunos criterios básicos que ofrecieran,dentro de su diversidad, rasgos comunes a lasactuaciones de nuestras empresas en la región.

El estudio de aquellos factores que son más ha-bituales dentro de la actuación en materia deRS de las empresas españolas en la región es,por tanto, una de las líneas a explorar en mayorprofundidad desde la Fundación Carolina,siempre al servicio de esas empresas que for-man parte de su Patronato, y de acuerdo consus propios intereses.

La Fundación Carolina mantiene una apuestafirme por vincularse y respaldar a las empre-sas españolas en su política de RSE en Améri-ca Latina. Para avanzar en esta creciente cola-boración, se está tomando en consideración larealización de un informe que recoja las prin-cipales actuaciones en la materia, a fin de te-ner una imagen lo más aproximada posible delas estrategias de RS de las empresas del Pa-tronato de la Fundación Carolina en Latinoa-mérica.

Encuentros como el presente suponen oportu-nidades particularmente idóneas para propiciarun diálogo abierto y en un clima de confianzasobre los temas de común preocupación de lasempresas participantes y la Fundación Caroli-na. Por ello, parece conveniente mantener sucontinuidad, con periodicidad anual o bianual,y dar así la oportunidad de presentar y debatirlos avances, dificultades, dilemas y retos queafrontan nuestras instituciones en el ámbito dela RSE.

II. UN NUEVO TIEMPO EN AMÉRICA LATINA

Aunque resulta difícil caracterizar de una ma-nera inequívoca la realidad presente de Améri-ca Latina, como hemos podido ver en estosdías, sí podemos hablar de la vivencia de unnuevo tiempo para la región. El Secretario Ge-neral Iberoamericano, Enrique V. Iglesias, se hareferido al tiempo actual como económicamen-te brillante, políticamente interesante y social-mente preocupante.

ANEXO: DOCUMENTO DE CONCLUSIONES DEL TALLER DE RSE: BUENAS PRÁCTICAS Y DIÁLOGO ABIERTO ENTRE LASEMPRESAS DEL PATRONATO DE LA FUNDACIÓN CAROLINA. Cartagena de Indias, 7, 8 y 9 de junio de 2006

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Y es cierto que la región está viviendo un ciclode bonanza económica, cuya duración se pre-senta, eso sí, como incierta y sujeta a factoresexógenos a la región, tales como la liquidez in-ternacional o el precio del petróleo.

Asimismo, en América Latina se han produci-do en los últimos años cambios políticos deimportancia, consecuencia del discurrir demo-crático, es decir, de elecciones democráticas li-bres y limpias y, por tanto, cargadas de legiti-midad política y social. Se ha hablado de ungiro a la izquierda en la región, con algunasexcepciones, pero ese diagnóstico no resultadel todo certero. En Centroamérica resultandominantes gobiernos de una orientaciónconservadora y liberal, mientras en Américadel Sur predominan los que van desde la iz-quierda hasta el centro, con un amplio rangode matices y con políticas muy diversas, algu-nas de las cuales han sido calificadas comopopulistas.

Ese giro parece responder a un cansancio de lapolítica tradicional en la región, resultado muyposiblemente del tercer elemento que mencio-naba D. Enrique Iglesias: la preocupante situa-ción social. Así, el telón de fondo común al con-texto regional continúa siendo la persistencia yextensión de la pobreza, la desigual distribu-ción de la riqueza y la gravedad de los proble-mas sociales existentes.

De modo que la inversión —y en particular laque realizan las empresas españolas— conti-nuará siendo un factor clave para sostener elcrecimiento económico en los próximos años,así como para la generación de más empleo yde mayor calidad, elementos imprescindiblespara su desarrollo. El crecimiento de las inver-siones requiere, además, un contexto de segu-ridad jurídica, y debería beneficiarse de la dese-able ampliación de los mercados locales quedebería llegar fruto de los crecientes esfuerzospor la reducción de la pobreza y las desigual-dades.

Un ámbito, el de la reducción de la pobreza y ladesigualdad, en el que los gobiernos de la re-gión tienen un papel crucial y en el que el Go-bierno español, a través principalmente del tra-bajo de la Agencia Española de CooperaciónInternacional —que nos ha brindado una mag-nífica acogida en estos días en su Centro de For-mación— está realizando un esfuerzo sobresa-liente. Ese interés compartido entre actorespúblicos y privados podría dar lugar en el futuroa alianzas público-privadas para el desarrollo.

Pero, además de las trascendentes aportacio-nes por la vía de la inversión y la creación deempleo, la responsabilidad social abre la puer-ta a un papel ampliado de las empresas en eldesarrollo, en el que, como hemos comproba-do, se está trabajando mucho y se continuaráprofundizando en años venideros.

Las empresas españolas instaladas en AméricaLatina han realizado importantes inversionesque les han permitido ocupar un espacio privi-legiado en grandes sectores económicos de laregión, y han mejorado notablemente la calidadde la prestación de servicios básicos a la pobla-ción. Precisamente por ser empresas españo-las, y por tratarse en la mayoría de los casos deservicios básicos para la ciudadanía —banca-rios, energéticos, de comunicación etc.— existeuna especial vigilancia social sobre el quehacerde esas empresas, y resulta particularmente im-portante que su imagen corporativa responda aun verdadero compromiso con esa ciudadaníay con sus intereses colectivos. Muchos de esosservicios llegan hasta sectores socialmente ex-cluidos de la población, lo que requiere de unaespecial sensibilidad por parte de las empresasa la hora de abordar su relación con esos colec-tivos, con frecuencia desde la acción social omedidas indirectas.

Superar desconfianzas y recuperar el prestigiosocial resulta también, pues, un objetivo priori-tario para las empresas. Lo cual ofrece argu-mentos adicionales para un mayor compromi-

Anexo

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so y una más profunda responsabilidad directacon la sociedad latinoamericana.

América Latina es también una prioridad de laacción exterior del Gobierno español. Compar-timos historia, lengua y cultura con AméricaLatina, lo que resulta en una relación especial-mente intensa. Nos unen, además, fenómenosmigratorios recíprocos y masivos —ayer, de es-pañoles que llegaban a América Latina; hoy, delatinoamericanos que llegan a nuestro país—.

En el caso de la reciente migración latinoameri-cana a España, el beneficio mutuo incluye laaportación de los inmigrantes al crecimientoeconómico y a las arcas de la Seguridad Socialen España, y la importante recepción de susahorros por parte de los familiares que no emi-graron, un factor clave de la financiación deldesarrollo hoy en América Latina.

En este contexto, España tiene una gran opor-tunidad de cerrar el círculo de su compromisocon América Latina: el círculo económico, conlas inversiones españolas en América Latina ycon los inmigrantes latinoamericanos en Espa-ña; y el círculo histórico, cultural y social, conlos afectos mutuos que se derivan de una histo-ria común.

III. CONSIDERACIONES FINALES

En relación a todo ello, lo tratado en este Tallery las valiosas aportaciones recibidas, se ha lle-gado a esta serie de consideraciones:

1. El compromiso de las grandes empresasespañolas con América Latina es cada vezmás intenso. Las empresas españolashan conseguido sus posiciones económi-cas en los diversos mercados y países la-tinoamericanos sobre bases legales ytransparentes con fuertes inversiones,asumiendo los riesgos que corresponde.

Su presencia en sectores básicos para lapoblación ha permitido modernizar y dis-tribuir al conjunto de la ciudadanía ele-mentos fundamentales para la vida y parala economía de los países latinoameri-canos.

2. Las empresas españolas en América Lati-na llegaron para quedarse. Mantienen sucompromiso con esos países y con suspoblaciones y, en este sentido, conside-ran del máximo interés su cooperaciónen la consolidación democrática, la mo-dernización administrativa y política y lacreación de riqueza y de capital humanopara combatir la pobreza y la exclusiónsocial.

3. Las empresas españolas en América Lati-na son conscientes del contexto sociopo-lítico en el que desarrollan su actividadeconómica, y quieren insertar su funciónsocial en cada país desarrollando estrate-gias de negocio responsables y sosteni-bles, creando valor, riqueza y empleo alargo plazo.

4. La mayoría de las empresas españolas enAmérica Latina desarrollan políticas deRSE, pero quieren profundizar y mejorarsu compromiso social con los países enlos que operan y con las poblaciones a lasque sirven. Sin embargo, esas políticasdeben ser fruto del esfuerzo individual, esdecir, de una política propia y particularde cada una de las empresas. Cada em-presa debe, pues, realizar en su sector deactividad, y en cada país en el que opera,unas actuaciones en RSE ajustadas a suscircunstancias. Actuaciones que deberánllevarse a cabo siempre con rigor, eficaciay transparencia.La RSE no se concibe como un modelo fi-nalista, sino como un «proceso de mejoracontinua» que integra múltiples planosque se desarrollan a lo largo del tiempo, através de un diálogo con sus grupos deinterés y con la necesaria puesta en prác-tica de iniciativas que responden a un

Anexo

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concepto de competitividad responsabley sostenible.

5. Las grandes empresas son fundamenta-les para el desarrollo económico y el pro-greso social de América Latina. Su papelen la economía de mercado resulta im-prescindible para asegurar el funciona-miento económico, el suministro de pro-ductos, bienes y servicios y la creación deriqueza. La empresa necesita estabilidadpolítica y social, seguridad jurídica y unhorizonte razonable de confianza paraque aumenten su compromiso y sus re-tornos sociales.

6. El esfuerzo en capital humano y social paramejorar la competitividad y para combatirla pobreza es fundamental. La inversiónsocial que se logra con educación, forma-ción complementaria e investigación escondición necesaria para competir en elmercado global. Y para extender la educa-ción, la cultura y la formación profesional.El capital humano de América Latina tienela capacidad de adaptarse, de absorber lacultura empresarial y de aprender con ple-nas posibilidades de competir con cual-quier país del mundo.

7. Asimismo, existe la necesidad de hacerllegar con mayor claridad a la sociedadlas políticas de responsabilidad social delas empresas. Para ello se requiere, poruna parte, un mayor esfuerzo para hacercomprensible el alcance de sus actuacio-nes por parte de las empresas. Y, por otra,la integración en los contenidos formati-vos del ámbito de la comunicación de lasherramientas necesarias para compren-der y analizar este nuevo fenómeno. Elloredundaría en una mejora de las aptitu-des a la hora de captar y transmitir elmensaje en este ámbito, y ello reforzará

implícitamente el derecho de los ciudada-nos a elegir libremente conociendo mejorel trasfondo de las actuaciones empresa-riales.

8. El Gobierno español ha expresado reite-radamente su especial interés en AméricaLatina y su total predisposición a colabo-rar con las empresas españolas no sóloen las relaciones de éstas con los diferen-tes gobiernos, sino también, y muy espe-cialmente, en el ámbito de sus políticasde responsabilidad social. Son múltipleslos cauces a través de los cuales puedenimpulsarse mayores cotas de colabora-ción con el sector privado, y hoy existe lamejor predisposición a ello.

9. Existe una creciente coincidencia en laimportancia del diálogo entre las empre-sas y las autoridades locales. Cada vezmás, la participación de la empresa en lasolución de problemas sociales de la co-munidad constituye una vía de máximointerés en la política de RSE. La inserciónlaboral de la discapacidad, el combate ala exclusión social, la colaboración en lapromoción de nuevos emprendedores yempresas, el asesoramiento a las PyMESy otras iniciativas semejantes, favorecenlas relaciones institucionales y refuerzanel reconocimiento social de las empresas.

10. El referente de los grandes convenios ynormas internacionales en materia de RSEy otros ámbitos próximos —la ConvenciónInternacional de los Derechos Humanos,los convenios de la OIT, las directrices dela OCDE y los acuerdos internacionales so-bre desarrollo humano y protección delmedio ambiente— son guías básicas paracontribuir a orientar las acciones en mate-ria de responsabilidad social de las empre-sas en América Latina.

Anexo

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PRESENTACIÓN

La Fundación Carolina se constituye en octubre del año 2000 como una institución para lapromoción de las relaciones culturales y la cooperación en materia educativa y científicaentre España y los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, así como conotros países con especiales vínculos históricos, culturales o geográficos.

Por su naturaleza, mandato y funciones la Fundación Carolina es una institución única enel sistema español de cooperación al desarrollo, así como en el marco de la ComunidadIberoamericana de Naciones.

ACTIVIDADES

Programa de Formación

Tiene como objeto facilitar la ampliación de estudios en España de titulados universita-rios, profesores, investigadores profesionales iberoamericanos, a través de tres modali-dades de becas:– Postgrado – Doctorado y Estancias Cortas– Formación Permanente

Se convocan anualmente alrededor de 1.500 becas y ayudas.

Programa de Investigación

Se realiza a través del Centro de Estudios para América Latina y la Cooperación Interna-cional (CeALCI) mediante investigaciones directas, una convocatoria anual de Ayudas a laInvestigación y el desarrollo de líneas de investigación concertadas con diferentes cen-tros europeos y latinoamericanos. El Programa se articula en torno a cuatro grandes te-mas: estudios sobre América Latina, relaciones económicas internacionales, políticas pú-blicas y calidad de la ayuda al desarrollo.

Programa Internacional de Visitantes

Se dirige a personas y grupos relevantes y con proyección de futuro en sus respectivospaíses con el fin de conocer la realidad española y establecer contactos con personalida-des e instituciones españolas de su ámbito de interés. Existen programas específicoscomo Becas Líder, Líderes Hispanos de Estados Unidos, Jóvenes Políticos Iberoamerica-nos o Mujeres Líderes Iberoamericanas.

Programa de Responsabilidad Social de las Empresas

Su objetivo es sensibilizar sobre la importancia de establecer mecanismos de concerta-ción en los modelos de gestión e incorporar perspectivas de justicia, igualdad y solidari-dad, para contribuir a un desarrollo sostenible desde el punto de vista económico, socialy medioambiental.

PUBLICACIONES

La Fundación Carolina, a través de su Centro de Estudios para América Latina y la Coo-peración Internacional (CeALCI), ha iniciado una serie de publicaciones que reflejan lasnuevas orientaciones del centro y sus actividades. La Fundación pretende así servir deplataforma de difusión de libros que respondan a los criterios de excelencia y relevanciaque definen las actuaciones del CeALCI.

Libros

Los libros son compilaciones de trabajos o monografías, tanto aquellas que hayan sidoelaboradas con apoyo de la Fundación como aquellas otras que por su interés y concu-rrencia con sus objetivos así se decida. Los criterios de calidad científica de los materia-les y de su coincidencia con las prioridades del Centro son por tanto los que determinanla aceptación de los proyectos. El primer título de esta colección es “Las Cumbres Ibero-americanas (1991-2005). Logros y desafíos”. La obra, elaborada por especialistas espa-ñoles e iberoamericanos bajo la coordinación del profesor Celestino del Arenal, recogela historia, los logros y el futuro de las Cumbres, y ha sido editada en coedición conSiglo XXI de España.

Documentos de Trabajo

Bajo la denominación Documentos de Trabajo se publican los informes finales de losproyectos de investigación así como otros trabajos científicos y/o académicos que sepropongan y se consideren que tienen la suficiente calidad e interés para los objetivosdel Centro.

Con un formato ligero y con carácter divulgativo, son el instrumento que sirve para di-fundir las investigaciones realizadas y promovidas por el CeALCI, específicamente laspropias investigaciones y las resultantes de las ayudas a la investigación. Además, pue-den ser publicados como Documentos de Trabajo todos aquellos estudios que reúnanunos requisitos de calidad establecidos y un formato determinado, previa aceptaciónpor el Consejo de Redacción.

Avances de Investigación (Edición electrónica)

Se editan en formato pdf, para su distribución electrónica y su acceso libre desde laspáginas web, aquellos Avances de Investigación que, a juicio del centro y con el vistobueno del investigador, se considera oportuno con el fin de presentar algunos de los re-sultados iniciales de las investigaciones para su conocimiento por la comunidad científi-ca, de tal forma que el autor o autores puedan tener reacciones y comentarios a sus tra-bajos.

Estos Avances permiten también al CeALCI conocer los logros y dificultades en los pro-yectos de investigación y modificar o reorientar, si fuera necesario, sus objetivos. Enprincipio se consideran susceptibles de edición electrónica en este formato aquellosavances de investigación de proyectos que hayan sido objeto de financiación a través dela Convocatoria de Ayudas a la Investigación, Becas de Estancias Cortas o informes rea-lizados por encargo directo.