AMBIENTE DE ESTUDIO

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Las Recomendaciones para un contexto idoneo de estudio

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2.2 CONDICIONES IDÓNEAS PARA LOGRAR HÁBITOS DE ESTUDIO Objetivo : Identificar, seleccionar y aplicar las condiciones idóneas para lograr nuevos hábitos de estudio. Como se ha visto la concentración depende de muchos factores que entrelazados, pueden producir resultados positivos. He aquí una lista de consejos para acumular puntos positivos para lograrla:

Antes de sentarse a estudiar, se debe observar una serie de circunstancias que a simple vista pueden parecer irrelevantes, sin embargo constituyen una influencia directa en el rendimiento. Nos referimos al entorno, que está constituido por el lugar de estudio y las distintas condiciones del mismo: silencio, limpieza, iluminación, disposición de los materiales, etc.

Organizar adecuadamente el entorno puede influir de manera favorable en los resultados obtenidos. De lo contrario, solo se añadirán más dificultades a las que “naturalmente” podemos encontrar en una sesión de estudio. En primer término, debe procurarse que el lugar de estudio siempre sea el mismo. De ser posible, que se trate de una habitación destinada exclusivamente a ello, al menos aislada del resto de estancias. Si no hay lugar en casa, elija la biblioteca antes que la cocina. La mesa ha de estar limpia y despejada. Es decir, vacía de cualquier objeto que provoque nuestra distracción y con el material necesario al alcance de la mano. La silla debe de ser cómoda, pero no tanto. Estudiar con el tronco estirado y la espalda apoyada en el respaldo a una distancia de alrededor de 30 centímetros del libro o los apuntes es lo más apropiado y ergonómicamente más cómodo. Respecto a los factores ambientales, estudiar con música puede no ser una buena idea. Sobre todo si se trata de canciones estridentes. Lo mismo en cuanto a la televisión. Si le apetece ver la tele, incluya el programa en la sesión de estudios, como un descanso más. Lo ideal es estudiar con luz natural, pues evita el cansancio visual que obliga a interrumpir el estudio antes de lo previsto. Es preciso recordar, en caso de que el estudiante sea diestro, la luz deberá entrar por el extremo izquierdo y viceversa. Si necesita hacerlo por la noche deberá utilizar la luz artificial, pero esta tendrá que ser una luz blanca (flexo) ubicada del lado contrario a la mano con la que se escribe, y otra tenue para iluminar el resto de la estancia. Temperatura adecuada: entre 17 y 20 grados. El frío impide la concentración y el exceso de calor por lo general adormece. Procure ventilar la habitación cada cierto tiempo, haciendo que coincida con los descansos. Es conveniente planificar adecuadamente la sesión de estudio. Es necesario ser realista y flexible a la hora de confeccionar el cuadro horario pero riguroso al aplicarlo. Olvide el teléfono y timbre. Ahora está estudiando. También tener a la vista calendario, plan de trabajo y horario. Procure comenzar por una asignatura que resulte fácil, para luego pasar a las más difíciles y terminar con otras también sencillas.

Para finalizar, es conveniente determinar algunos consejos, por ejemplo, la actitud positiva es lo primero. Podemos tener todo preparado, pero si no tenemos disposición para estudiar, resultará imposible. Si hay asignaturas cuyo estudio se le dificulte, lo mejor es esforzarse de un modo especial. Finalmente obtendrá su recompensa. Reservar un “premio” para el final de la sesión es una excelente idea. No se trata de nada material, sino de concluir con el estudio de aquella materia que te resulte más agradable. La juventud trae consigo aceptables condiciones de salud. Pero ello no significa que se deba olvidar la importancia de las condiciones físicas a la hora de afrontar una sesión de estudio. Tanto el régimen alimenticio como la calidad del descanso influyen de manera directa en el rendimiento de los estudios. No dormir las horas suficientes o llevar adelante una dieta inadecuada reduce las defensas, disminuye la capacidad de concentración y aumenta considerablemente el estrés, ya que no se produce la necesaria recuperación de energía. Observe, pues, las siguientes normas generales de alimentación y descanso. En líneas generales, es importante comer de todo: proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales, vitaminas, etc. Evitar comidas pesadas o mucha cantidad, porque producen somnolencia y pesadez. Lo ideal sería hacer un desayuno fuerte, una comida normal, una merienda regular y una cena suave. La ingesta de alimentos no constituye ninguna carrera. La comida debe ser un momento relajado. Procura masticar bien los alimentos. Cuando se acerca la hora de los exámenes, conviene enriquecer nuestra dieta con: • Fósforo; proporciona mayor energía para el esfuerzo, principalmente intelectual. Se encuentra presente en: • Mariscos y moluscos • Pescado azul • Quesos • Legumbres • Frutos secos

Calcio: relaja el sistema muscular y favorece las conexiones nerviosas. • Leche • Yogur • Quesos • Hortalizas (acelga, berro, col, repollo) • Legumbres • Frutas frescas (higo, kiwi, naranja) • Vitaminas: • Vitamina A: hortalizas de hoja verde oscura, zanahoria, calabaza, mango, huevos, hígado, espinacas, manzanas y melocotones. • Vitamina B: guisantes, cereales, carne, pescado y huevos. • Vitamina C: frutas y la mayoría de las hortalizas, incluidas las patatas. Para mantener la mente despejada, se recomienda dormir un mínimo de ocho horas. De lo contrario, al día siguiente el cuerpo pasará factura. Habrá que tener como prioridad el fijar y respetar un horario para acostarse y levantarse. Aun cuando llega el tiempo de descanso oficial, o bien cuando después de un día ajetreado se ha dormido hasta tarde; todo es cuestión de hábitos.

La cama no debe ser excesivamente blanda ni dura. Un baño de agua tibia antes de acostarse a dormir ayuda a la relajación. Una cena muy abundante impedirá conciliar el sueño con facilidad. La música sinfónica o muy suave invita a un descanso completo. Al llevar los problemas a la cama, es muy seguro que el descanso no será satisfactorio. En caso de que dormir se haya convertido en un problema de difícil solución, se recomienda aplicar las siguientes técnicas de relajación y respiración, también útiles en los momentos previos a una sesión de estudio.