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  • 7/25/2019 Altar y trono

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    Fue un espectculo fasci-nante, el pasado mes de ju-nio, el de ese desfile pbli-co de obispos y grey fiel

    en defensa de la familia. Con untrasfondo adecuado de catedralesy uniformes clsicos, habra validocomo espectculo para turistas ocomo clase con power-point so-bre el tema Altar y Trono; peroahora, adems, el Altar y Trononos llega del tnel del tiempo nocomo la dominacin de siempre,sino como oposicin, u opus-icin. Y eso le da a la cosa todo sumorbo; no es normal ver de nuevoal Cid Campeador arrastrando suBabieca por la Castellana.

    A m adems, como filsofo, meha causado una emocin especialver restaurada al fin, en plenapostmodernidad, la gran metafsi-ca clsica. Porque homosexualpues de la defensa (es decir, delataque) contra tales familias setrataba se ha convertido en el ex-ponente nico de esa metafsicaque pareca definitivamente di-suelta. Se es homosexual como elalma es inmortal o los cuerpos ce-lestes aristotlicos son incorrupti-

    bles. Como si no supiramos lomuy liada, diversa y perversa quees la misma heterosexualidad,lo poco definitoria que resulta, encuanto se conoce un poco la vida,y lo intrincada que est tambincon la homosexualidad.

    Pero bueno, esto tampoco esque sea tan importante. La Iglesiaya los mataba por el pecado ne-fando sin cuidarse de las ontolo-gas modernas; ontologas por lodems tan al uso que los mismosperseguidos recurren a amparar-se en abstractos derechos consti-tucionales y buscan la institucin,o que hace falta una ley para quea alguien se le reconozca el Dere-cho (en singular, sin ese) a ser,

    simplemente porque es uno denosotros, hijo, hermano, que tra-baja y convive con todos. Y, porel lado opuesto, la misma digni-dad personal exige declararsehomo en cuerpo y alma, pbli-

    ca y, para el que quiera, exclusi-vamente.

    La Espaa siniestra de Solanase haba modernizado a lo Bushcon el espectro del terrorismo, yainternacional. Su salida a la callese daba un tono tico, aunque so-

    nara claramente a venganza y odiopor lo recurrente que se haba de-clarado en su da sin derecho aexistir. Tambin el PSOE lo habareducido al eje del mal. Ningunareflexin sobre nuestra poltica ex-terior desde el referndum de laOTAN; ninguna sobre lo que su-pone ir declarando judicialmentea media sociedad vasca parte deETA y a otra parte sospechosa deconnivencia. Ahora, que la reali-dad va imponiendo un cambio derumbo en ste y otros puntos, re-sulta que Zapatero ni siquiera pue-de contar con los suyos.

    Pero hete aqu que aparece elAltar y Trono por las calles. Y lamugre del pasado rezuma abier-tamente sin posibilidad de camu-flaje. Hay quien ha dicho que lasltimas iniciativas legislativas enmateria de divorcio y matrimoniohomosexual nos devuelven en elmundo el orgullo de ser espao-les. Quienes hemos visto algo deestas manifestaciones con sus in-sultos soeces y sus emblemas na-cional-catlicos no estamos nadaorgullosos. Este pas an es libreprovisionalmente... y en parte.

    En las bases del especfico fas-cismo espaol se remueven losimaginarios; y a base de ellos susdirigentes repiten a gran escalala distraccin y atizan el odio.Meten miedo, se ciscan en unademocracia que ellos pero tam-bin los dirigentes progresistashan hecho miserable. Al cambio

    de imaginario poltico que traeZapatero, como una especie deKennedy ibrico, responden conel exacerbamiento de un imagi-nario atvico al que se le ha deja-do seguir en la sombra. Espaasupura; le hace falta.

    38 // DEBATE Diagonal // Del 7 de al 20 de julio de 2005

    DEBATE // LA DERECHASALE A LA CALLE

    Las ltimas movilizaciones masivas protagoniza-das por la derechona, en las que ha demostra-do su capacidad de convocatoria y respaldosocial, recuerdan a los movimientos sociales

    transformadores que no pueden mirar para otrolado ante los fenmenos de masas iniciados enanteriores legislaturas. Aportamos aqu dos refle-xiones al respecto.

    Altar y TronoJOS M RIPALDA

    Filsofo

    Hace ya casi 70 aos quela derecha espaolistatom una decisin his-trica, adoptar una sola

    cara pblica a la que denominar-an Movimiento Nacional. El de-creto de Unificacin de abril de1937 por el que naca la FalangeEspaola Tradicionalista y de lasJONS daba con dos de las clavesde poder del sistema poltico fran-quista: el partido nico y la di-

    mensin de movimiento moral.Estas seas de identidad se pre-sentaran como base del caudillis-mo de Franco. El partido nico, co-mo herramienta de control macro-poltico y de liderato unipersonal,se definira como la gua espiritualde la nueva era del conservaduris-mo social. Por otro lado, la dimen-sin de movimiento, donde la de-mostracin pblica, la simbologay, so bre to do, el cuidad o y la de-fensa de un proyecto moral micro-poltico estaran encargados de do-tar de contexto ideolgico a estanueva sociedad nacida de la gue-rra y la represin.

    Muchas son las cosas que hancambiado en la derechona, sobretodo desde que el proyecto fran-quista quedase indisociablementeunido al del capitalismo interna-cional. Y muchas son las crisis queha tenido que afrontar en su cami-no de reconversin desde la Tran-sicin hasta nuestros das. Pero es-tas dos claves asentadas por Fran-co han estado en la base de cadarefundacin exitosa.

    Ahora mismo , la derecha espa-ola est en un proceso de recom-posicin de enormes proporciones.Las manifestaciones realizadas enlos ltimos das, entre las que se in-cluyen las del Foro por la Familia,los Archivos de Salamanca o las dela defensa de la asignatura de reli-gin, persiguen un doble propsito.En un lado, reforzar y redefinir sinfisuras las estructuras de partidonico de la derecha que tan bue-nos resultados ha dado electoral-mente y, por otro lado, revitalizar

    la base e infraestructura de un mo-vimiento moral conservador quedesde abajo y con claras dimensio-nes de movimiento social afronte elcombate por la hegemona culturalde la derecha catlica, patriarcal ycapitalista.

    En ese sentido se debe afrontareste campo de batalla. De nada sir-ve hacer simples guerras de cifrasen las manifestaciones o achicarlos fantasmas, el Foro Conserva-dor Mundial tuvo lugar en la ree-leccin de Bush y los funerales deJuan Pablo II. El PP, como entidadde coordinacin poltica a escalaestatal de esta realidad, ha abiertoel proceso de refundacin de unaderecha depredadora que, como

    en la guerra civil, sepa encontrarun lder solvente, una estructurade partido slida y un movimientosociopoltico conservadurista quedesde las Confederaciones Padres

    de Alumnos catlicas hasta algu-nas asociaciones de vctimas delterrorismo reconstruyan el ordendesptico desbaratado coyuntural-mente tras la guerra y el 13-M. Conesta estrategia afrontan la comple-ja labor de hom ogenei zar y con-trolar la diversidad que imponenmillones de personas a travs demigraciones, opciones sexuales eitinerarios de vida. Se entiende asque la comunidad nacional, el ca-tolicismo y la familia tradicionaldeben acompaar al sano nego-cio de ganar dinero.

    Por esta razn, el reto actual esdoblemente complejo para los mo-vimientos sociales. No slo les co-rresponde el papel de luchar des-de las catacumbas de la contrahe-gemona cultural ante una derechaespoleada por su retroceso electo-ral, sino que tienen la compleja mi-sin de sacurdirse el rol de opi-nin pblica y reapropiarse del

    debate poltico ms all de los con-sensos tan oportunistas como inte-ligentes que est manejando Za-patero al tomar lo que habla la de-recha como constante espejo don-de mirarse.

    PABLO CARMONA PASCUALHistoriador

    Cuando la

    derecha habla

    De qu sirve la guerrade cifras, el ForoConservador Mundialya tuvo lugar en lareeleccin de Bush y losfunerales de J. Pablo II

    En las bases delfascismo espaol seremueven losimaginarios; y a base deellos sus dirigentesatizan el odio

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