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ALMOGAREN REVISTA DEL CENTRO TEoLoGlco DE LAS 1. .-.. JUNIO 1991 No 7 Algunas consideraciones sobre Ilustración e Iglesia en el siglo XVIII m por RAMoN EcHARREN YsTuRIz La huella de Duque Cornejo en Gran Canaria m por GRAclELA GARcIA sANTANA Siglo XVIII: Recurso de fuerza en Canarias m por JUAN ARTILES SANCHEZ Religiosidad y creencias religiosas en Canarias y América durante el I siglo XVIII: las continuas influencias por MANUEL HERNANDEZ GONZALEZ m Lectores de libros prohibidos en Canarias a fines del siglo XVllI por SANTIAGO DE LUXAN MELENDEZ Expediente incoado por la Inquisición con motivo de la publicación de la Novena a la Virgen del Pino de Diego Alvarez de Silva, año 1755 por JOSE MIGUEL ALZOLA GONZALEZ

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Revista del Instituto Superiro de Teología de las Islas Canarias Gran Canaria Almogaren 7, Junio 1991

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ALMOGAREN REVISTA DEL CENTRO TEoLoGlco DE LAS 1 . .-.. JUNIO 1991 No 7

Algunas consideraciones sobre Ilustración e Iglesia en el siglo XVIII m por R A M o N EcHARREN Y s T u R I z

La huella de Duque Cornejo en Gran Canaria m por GRAclELA GARcIA sANTANA

Siglo XVIII: Recurso de fuerza en Canarias m por JUAN ARTILES SANCHEZ

Religiosidad y creencias religiosas en Canarias y América durante el I siglo XVIII: las continuas influencias

por MANUEL HERNANDEZ GONZALEZ

m Lectores de libros prohibidos en Canarias a fines del siglo XVllI por SANTIAGO DE LUXAN MELENDEZ

Expediente incoado por la Inquisición con motivo de la publicación de la Novena a la Virgen del Pino de Diego Alvarez de Silva, año 1755 por JOSE MIGUEL ALZOLA GONZALEZ

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ALMOGAREN Revista del Centro Teológico de Las Palmas

NO 7

JUNIO 1991

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Edita: Centro Teológico de Las Palmas

Director: Felipe Bermudez Suárer

Secretaria: M! Teresa F. Figares de Damas

Consejo de Redacción: José Dominguez Pérer

Isidoro Sánchez López A. Seralin Hernánder Rodriguez

José Lavandera Lóper

José Luis Guerra de Armas

Andrés Macias García José Alonso Morales

Administración: Publicaciones del CET

López Botas, 8

35001 - Las Palmas de Gran Canaria

Teléfono: (928) 31 99 24

Diseño cubierta: Elias Zait León

Javier Alzugaray Garcia

Imprime: Imprenta Pkrez Galdós

Urb. El Cebadal

C / . Profesor Lozano, 25 35008 Las Palmas

Dep. Legal G.C. 451-1988

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S U M A R I O

ESTUDIOS

Expediente incoado por la Inquisición con motivo de la publica- ción de la Novena a la Virgen de1 Pino de Diego Alvarez de Silva, año 1755 por JOSE MIGUEL ALZOLA GONZALEZ .................. 11

Viera y Clavija, clérigo ilustrado por YOLANDA ARENCIBIA .... 25

Lectores de libros prohibidos en Canarias a fines del siglo XVIII por SANTIAGO DE LUXAN MELENDEZ ................................ 37

Algunas consideraciones sobre Ilustración e Iglesia en e1 siglo XVIII por RAMON ECHARREN YSTURIZ ....................................... 53

Religiosidad y creencias religiosas en Canarias y América durante el siglo XVIII: las continuas influencias por MANUEL HERNANDEZ GONZALEZ ................................................................... 67

Un caso de censura inquisitorial de las Bellas Artes en Canarias a finales del antiguo régimen por MARIA DE LQS REYES HERNAN- DEZ SOCORRO ................................................................ 77

La Virgen de Candelaria y el Cabildo de Tenerife: apuntes en torno a una confrontación sesgada por JOSE JUAN SUAREZ ACOSTA Y LUIS GONZALEZ DUQUE .................................................. 87

La huella de Duque Cornejo en Gran Canaria por GRACIELA GARCIA SANTANA ........................................................ 101

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Siglo XVIII: Recurso de fuerza en Canarias por JUAN ARTILES

Algunos aspectos artísticos dela Villa de Teguise en el siglo XVIII por JOSE CONCEPCION RODRIGUEZ ...................................

La llegada del Neoclásico a Canarias y sus manifestaciones en la Arquitectura Lignaria por OFELIA SANABRIA DIAZ .

DOCUMENTOS

Informe de los profesores de "Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Gregoriana a una pastoral inédita de Mons. Pildain

El testamento del beneficiado de Betancuaria D. Esteban Gonzá- lez de Socueva y la Fundación de un Convento Dominico en Fuerteventura .................................................................

CRONICAS

La consagración en los Instituto Seculares por ESTANISLAA GODOY ........................................................................ GARCIA

El Centro Teológico y la guerra del Golfo por MARIA TERESA F. FIGARES .......................................................................

A Manuel Alemán: in memoriam por FELIPE BERMUDEZ SUAREZ

RECENSIONES .............................................................

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EDITORIAL

A punto de salir este número de nuestra revista, la muerte prematura se ha llevado a un amigo entrañable: Manuel Alemán. Rector del Seminario diocesano en aquellos ilusionantes tiempos de aplicación primera del Vaticano 11; Doctor en Teología y profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas; Doctor en Psicologia, pensador de lo canario y maestro en la búsqueda de lo que nos identifica como pueblo; Canónigo de la Catedral y Consiliario diocesano de la JEC (Juventud Estudiante Cristiana), en dificil equilibrio de fidelidades; Director del Departamento de Psicología de la joven Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; Director de la Escuela Universitaria de Trabajo Social; profesor de nuestro Centro Teológico ... En este tiempo y en esta tierra insular, Manuel Alemán ha sido un hombre clave en la apasionante aventura, siempre nueva, del diálogo fe-cultura, del Evangelio y los hombres y mujeres de hoy. Descanse en paz, junto al Padre. Y que nosotros sepamos recoger su legado.

ALMOGAREN inicia su cuarto año de andadura, precisamente por estos caminos abiertos del diálogo fe-cultura. Una vez más, el lector se encuentra con un número casi monográfico de Historia de la Iglesia en Canarias. Ante todo, porque el Departamento de Historia de la Iglesia sigue siendo uno de los más fecundos en cuanto a producción intelectual, bajo la dirección eficaz del profesor Lavandera. En segundo lugar, nos parecía una pena grande el que no se publicaran los trabajos de las 111 Jornadas de Historia, después de haber intentado, llamando a tantas puertas de instituciones públicas, la publicación de tan valioso material en un volumen especifico. Ni el Cabildo Insular, ni el Gobierno canario respondieron a nuestra súplica, realizada por los cauces establecidos democráticamente, sin buscar ningún tipo de privilegios o tratos de favor.

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A este respec~o, desde ALMOGAHEN pedimos que se revise la política ~ul tura! de nuestras corporacioiies insular y autonómica, pues tenemos la impresión de que no se apoyan suficientemente iniciativas culturales que podrian siiponcr una verdadera contribución a la cultura canaria. Viendo lo que sucede n otras islas y en otras comunidades autónomas del Estado español, nos desconcierta tropezarrios tan a menudo con este proceder tan poco clarividente, por 110 usar otros calificativos.

Estas son, pues, las razones de que nos hayamos decidido a ofrecer las ponencias y comunicaciones de lar, mencioiiadas Jornadas en este número. Agradecemos a todos los participantes su autorización para esta publicación, lamentando no poder ofrecer finalmente otras cuyos manuscritos no tuvimos a tiempo. En este senlido, faltan las eminentes contribuciones del Dr. Jesús Hernández Perera y de D. Damián Iguacen Borau. En especial, nos hubiera gustado publicar el trabajo de D. Damián, como homenaje de gratitud por su servicio pastoral al frente de la Diócesis de Tenerife en los últimos años. De todas formas, ALMOGAREN agradece al bueno de D. Damián su ministerio y sus desvelos por nuestras islas queridas y por todo lo nuestro. Nos gustaria que D. Damián permaneciera aún con nosotros por muchos años.

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ALMOGAREN. 7. (91) P g ~ r I I - 24. O CENTROTEOLOCICO DE LAS PALMAS

EXPEDIENTE INCOADO POR LA INOUlSlClON CON MOTIVO DE LA PUBLICACION DE LA NOVENA A LA VIRGEN DEL PINO DE DlEGO ALVAREZ DE SILVA,

AÑO 1755

JOSE MIGUEL ALZOLA GONZALEZ CORRESPONDIENTE DE LAS REALES ACADEMIAS DE LA

HISTORIA Y DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO.

Mi intervención de esta tarde va a versar sobre el expediente incoado por la Inquisición con motivo de la publicación de una novena a la Virgen del Pino, escrita por el prebendado Diego Alvarez de Silva.

Este texto piadoso, muy significativo, refleja el rumbo que seguía el culto a las imágenes, y concretamente a la del Pino, en la décimoctava centuria.

Ya veremos que a Alvarez de Silva no se le puede considerar un heterodoxo por el hecho de que el Santo Tribunal prohibiera su libro. Por el contrario, fue un virtuoso canónigo, que se excedió al expresar sus fervores a la Virgen venerada en Teror.

Pudo más en él la piadosa tradición de su hallazgo que la recta doctrina de la Iglesia sobre cuál debe ser el culto a las imágenes. Entonces y ahora son muchos los fieles que, de buena fe, se propasan en estas muestras cultuales.

No conozco sino dos novenas dedicadas a la advocación de la Virgen del Pino, y ambas del siglo XVIII.

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De la primera, impresa en Santa Cruz de Tenerife en 1755, fue autor don Diego Alvarez de Silva; y la segunda, aparecida en Madrid veintisiete años más tarde, la escribió don Fernando Hernández Zumbado.

Los dos autores fueron prebendados de la Santa IgIesia Catedral de Canarias, y se da la circunstancia de que Hernández Zumbado sucedió a Alvarez de Silva en el disfrute de la misma canonjía, la &e llevaba aneja la cátedra de Gramática.

En esta ocasión me voy a ocupar de forma preferente, pero no exclusiva, de la primera de las novenas, por dos razones: por ser muy poco conocida y porque fue prohibida por el Tribunal de la Inquisición quien, además, ordenó que se recogieran todos los ejemplares que de ella se hallaran, lo que ha motivado su rareza.

Al parecer, publicada la novena de Alvarez de Silva, un sacerdote se apresuró a denunciarla a la Inquisición por estimar que existían en su texto expresiones y frases hereticas. El expediente incoado con tal motivo se conserva en el Archivo Histórico Nacional, (legajo 4.482, no 20). Consta de diecisiete folios y a ellos está unido un ejemplar de la novena, el único del que hasta ahora se tiene noticia.

Al publicar don Agustín Millares Carlo, en 1932, la primera edición de su Biobibliografia de Escritores Canarios no la cita al reseñar los escritos de Diego Alvarez de Silva. Entonces no la conocía.

Años más tarde, 1964, Antonio Vizcaya Cárpenter la incorpora a s u obra Tjpografia Canaria, porque tal novena había sido impresa en Santa Cruz de Tenerife en 1755. A Vizcaya Cárpenter le llegó la información a través de León Carbonero, que la menciona en el Indice de libros prohibidos por el Santo Oficio de la Inquisición española, (Madrid, 1873), apareciendo también citada en el Catálogo abreviado de papeles de la Inquisicfón, de Paz y Mella.

Con estos antecedentes decidimos en el Museo Canai-io solicitar del Archivo Hi;.:rico "Jacinnal iin rnicrofilm del expediente inqrii~itorial, y 2 ? u vista pudo ya el doctor Millares Carlo incluir el breve folleto en la segunda edición de su Biobibliografia.. .

Como el tema del Pino siempre me ha interesado muchísimo y sobre él he publicado algunas cosas, decidí positivar la película, lo que me ha permitido hacer hoy, cómodamente, este análisis de su contenido.

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DON DIEGO ALVAREZ DE SILVA

Antes de glosar el expediente parece de rigor que presentemos al desafortunado -y bien i n t enc ionado autor del piadoso texto puesto en entredicho.

Nació don Diego en Las Palmas el 15 de septiembre de 1687. Tras seguir estudios eclesiásticos, el Cabildo Catedral le nombró, de forma interina, cuaiido sólo tenía veintiséis años, sustituto de la cátedra de Gramática. Esta prebenda la obtendría en propiedad cuatro años más tarde, en 1717. Falleció muy anciano, a los ochenta y cuatro años, y en la partida de defunción se hace constar que fue enterrado en la Catedral.

Dio pruebas de ser un mariólogo apasionado, más apasionado que reflexivo, con dedicación preferente a propagar la devoción y el culto a la Virgen del Pino, al servicio de la cual puso su pluma y su elocuente palabra. Una y otra -pluma y palabra- eran de un acusado barroquismo, tan retorcido, a veces, como las columnas geminadas del retablo principal del santuario de Teror.

Fruto generoso de su ferviente marianismo fueron:

a) La novena ya mencionada, sobre la que volveré seguidamente

b) Innumerables sermones de exaltación a la Virgen del Pino, algunos de ellos impresos, como el titulado: Salutifera sombra del mistico Pino: Maria, nuestra reina purjsima y soberana señora.

c) Y por último, la más extensa de sus obras que lleva por título Descripción de las fiestas de la dedicación del magnifico templo de1 Pino de Terol; siendo obispo de estas islas el Iltmo. señor don Francisco Xavier Delgado y Venegas.

Una copia de este manuscrito, que consta de trescieritas páginas, se conserva en el archivo del Museo Canario. En esta voluminosa crónica de aquel suceso se describe el nuevo templo y se narran las vicisitudes de la solemne inauguración detallando, día por día, los actos celebrados, las piezas de fuego que se quemaron, el texto de los sermones predicados, los convites ofrecidos y un extenso poema en honor a la Virgen del Pino. Son tantas las cosas que cuenta el prebendado Alvarez de Silva que no creo que se le quedara absolutamente nada en el tintero.

Como detalle muy significativo de la desbordante elocuencia de Alvarez de Silva y de su total falta de sentido del tiempo, les diré que el panegírico pronunciado por él en el gran día de la bendición de la iglesia nueva de Teror duró una hora y media.

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EL SIGLO XVIII Y LA EXPANSION DEL CULTO A LA VIRGEN DEL PINO

Al haber sido en la decin~octava centuria cuando el culto a la Virgen del Pino llegó a su mayoría de edad, adquiriendo un esplendor hasta entonces desconocido, parece oportuno que señalemos algunos ejemplos de cómo era y hasta dónde llegaba la devoción de los grancanarios a su Virgen.

Para empezar, en 1761 se iniciaron las obras del actual templo, que finalizarían seis años más tarde. Entonces se saltó de la pequeña y ruinosa iglesia pueblerina al hermoso santuario de planta y alzado basilical que todos admiramos.

El culto se magnificó en el siglo XVIII con la creación de una colegiata o cuerpo de capellanes que participaría en las celebraciones y en el rezo y canto de las Horas canónicas. Teror era entonces como una minicatedral.

Para decorar el interior del templo se encargaron magníficos retablos y se esculpieron nuevas imágenes. Sólo Luján Pérez modeló cuatro, y otras fueron encargadas a Sevilla y Génova.

Para revestir la imagen de la Virgen hubo donaciones de túnicas y mantos de valiosos tejidos, como el llamado delospinos, regalo del obispo fray Joaquín Herrera.

Las hermosas andas de plata se estrenaron en 1767 y a ellas se sumaron frontales, custodias, vasos sagrados, etc., que todo era poco para sostener las cotas alcanzadas por el culto.

Artistas de la valía de Manuel Salvador Carmona, Simón de Brieva, José Rodríguez de la Oliva, Cristóbal Afonso y otros muchos llevaron a la estampa o al lienzo la venerada efigie.

Veintiuna vez, a lo largo del siglo XVIII, fue traída a Las Palmas, en rogativas, la imagen de la Virgen del Pino. Ante las sequías, las guerras o las epidemias era forzosa la visita de la Señora a la ciudad. La Inquisición de Canarias, en carta a la Suprema, le decía: El pueblo ignorante cree que el remedio de todas las necesidades es la Virgen del Pino, que puede más que Dios, y que no trayéndola no hay remedio para sus miserias. (L: carta, de 19 de septiembre de 1788, se guarda en el archivo del Museo Canario).

Otra muestra la hallamos en la relación de milagros obrados por intercesión de la Virgen, y que se describen en un manuscrito que obra en el

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EXPEDIENTE INCOADO PORL4 INOLI>I IOi<O\ i l O T l i U OL L i I 'LHLII K i l i OL L $ \O l t \ i i I i i l K 4 C i O C I i'ill IIL U ii.. i < i l 7. 15

archivo parroquia1 de la villa. Pues bien, la nómina de milagros del siglo XVIll es más generosa que la de otras centurias.

Como consecuencia de aquel creciente fervor mariano se producían en el culto a la Virgen peligrosas desviaciones que rozaban, en algunos casos, la idolatría. Un ejemplo lo tenemos en la postura adoptada por alguno5 sacerdoks de incensar tres veces a la imagen de la Virgen del Pino, como si se tratara del Santísimo Sacramento; y la de llevar el bonete en la niano durante la procesión, igual que en el día de Corpus Christi.

Este clima de exultante marianismo era el adecuado para que germinaran y se desarrollaran con lozanía especies como la novena y los sermones de Diego Alvarez de Silva.

LA NOVENA DE ALVAREZ DE SILVA

Como es habitual en esta clase de publicaciones piadosas, se trata de un pequeño folleto, de doce centímetros de altura, que consta de siete hojas sin numerar, (en las que aparecen las licencias y aprobaciones), y de dieciséis páginas más numeradas, conteniendo los ejercicios del novenario.

El nombre de Diego Alvarez de Silva no aparece ni en la portada ni en el interior del librito. Se dice que ha sido escrito por un humilde esclavo y capellán de la Señora, natural de la ciudad del Real de Las Palmas de Gran Canaria. Por ser una publicación de carácter anónimo ya era suficiente para despertar sospechas en los recelosos inquisidores. Sin embargo, todos conocían en los medios eclesiásticos quién era su autor, y le elogian sin nombrarle, como hacen los encargados de dar las aprobaciones y licencias preceptivas.

En las páginas preliminares de la novena figuran los juicios de dos ilustres franciscanos: fray Luis González de Almeida y fray Blas de Medina. Ambos eran lectores jubilados, examinadores sinodales y excustodios de la Provincia de San Diego de Canarias.

El primero de ellos expresa su gran deseo de que se abrevie la impresión por el fruto que se debe esperar. Y por lo que respecta a la falta del nombre del autor en la portada cita, de forma literal, la regla décima del Expurgatorio, en la que se dice: Porque consta que muchos hombres doctos y santos, para que la República Cristiana se aprovechase de sus trabajos, han sacado a luz libros muy útiles, callando sus propios nombres, por huir la vanidad o pol- otras razones cristianas, es declaración que por esta regla solamente se prohiben los

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Iibro,s que contienen mala doctrina o dudosa en la fe, o perniciosa a las buena, costumbres.. .

El P. fray Blas de Medina, por su parte, no encuentra razónpara calificar o reprender obra de tan gravisimas y devotisimas cláusulas, efecto del afecto y amorosa sabiduría de su autor. Y añade: conózcale muclio por experiencia y por nombre, aunque aqui oculte el que tiene ... Y continúa: Tan viva es la historia que teje en los dias de la novena, que no sólo tiene muchos días de vida, sino que también en mi vida vive y en todos los de mi Pati-ia. A la sonibra de aquel feliz tronco nacieron conmigo los afectos a mi Santisima Paisana taumaturga. Y concluye con estas palabras: Soy de dictamen que uo se prive al mundo del beneficio de esta impresión, pues nada conti-adire, iii tlesdice para dejar conseguir la licencia que pretende.. .

EL DENUNCIANTE Y LA DENUNCIA

La novena de la Virgen del Pino salió de los tórculos con todas las bendiciones canónicas necesarias y la licencia de la Autoridad Civil, que enionces recaia en la persona de don Juan de Urbina, Comandante General de las Islas Canarias y Presidente de la Audiencia.

Pero alguien no estuvo de acuerdo con el texto de la novena y se creyó en la obligación de delatarla al Santo Oficio. El denunciante sc llamaba don Alonso Falcón de Alarcón. Nacido de noble familia en Telde, el 1 I de enero de 1695, había seguido la carrera eclesiástica, doctorándose en sazrada Teologia. Fue primero párroco del Sagrario y más tarde Magistral de La Catedral de Canarias, compañero, por tanto, de Alvarez de Silva, ya que ambos tomaban asiento en los mismos escaños capitulares.

Los dos eran eminentes oradores sagrados y quizá a causa de esta común dedicación surgieran entre ellos recelos y diferencias, que agrandaron ante los ojos de don Alonso los errores aparecidos en el texto de la novena.

La denuncia se formula el 15 de marzo de 1756. La fundamenta el doctor Falcón con innumerables citas del Concilio de Trento, de las Sagradas Escrituras, de los Santos Padres y de eminentes tratadistas. No me es posible incorporar a este trabajo el extenso alegato, con todo su aparato doctrinal, y me concretaré a hacer sólo un apretado resumen, transcribiendo únicamente algunos de los párrafos que a juicio del denunciante inciden en error o desembocan, lisa y llanamente, en el campo de la idolatría.

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EXPEDIENTE I N C O A W POR 1.A INQUISICIOU COh i l O T 1 0 D t L i PLt lL ICI I IO\ DE L l h O i E i 4 8 L a i lR ( ,E \ DEL PI\O DL O \.S \<O 1'5: 17

Tan espinoso asunto les resultó harto incómodo a los señores inquisidores canarios, les quemaba en las manos. Entonces procuraron quitárselo de encima remitiéndolo a la Suprema. Las razones invocadas fueron éstas:

a) No la hemos dado a calificar porque no hay en esta ciudad más que un calificador, con pruebas quenada puede trabajarpor sus continuos achaques; y no teniendo otros, que dos interinos, los contemplamos preocupados ... (Carta de 8-IV-1756, fol. 5 r).

b) La segunda razón esgrimida es aún de más peso. Los inquisidores insulares dicen a la Suprema que aunque la novena no está firmada, es público aquí su autor: don Diego Alvarez de Silva, prebendado de esta Santa Iglesia y sujeto provecto, muy capaz y bien quisto en su Cabildo y en lodas las islas, y muy afecto a este Tribunal, donde predica todos los años. Y actualmente está practicando las más oficiosas diligencias para que se efectúe la fábrica de las Casas de Penitencia; y hacemos juicio que la prohibición a nuestro nombre podrá perjudicar tan util expediente, en que hemos dado con provecho los primeros pasos. (Carta de 5-11-1757, fol. 3 r . ) .

Lo que deseaba la Inquisición canaria era que la prohibición partiera de Madrid y no de Las Palmas, y lo consiguieron. La novena fue incluida en un Edicto general, y así las buenas, las cordialisimas relaciones del Santo Oficio insular con Alvarez de Silva no sufrieron menoscabo.

Expondré ahora, de forma sucinta, los motivos en que se apoya la denuncia. El Magistral comienza diciendo que tres cosas declara el Santo Concilio de Trento en relación con las imágenes, que son:

Primero: No debemos creer que haya en las imágenes alguna divinidad o virtud.

Segundo: Que a ellas no le hemos de pedir cosa alguna

Tercero: Que en ellas no hemos de fijar o poner nuestra confianza.

Y pasa seguidamente a analizar aquellos párrafos del texto de la novena en los que, a su juicio, se conculcan tales mandatos; los ejemplos son numerosos, pero citaré sólo algunos:

Ejemplo : Alcánzame liberalisima dispensadora de la divina gracia, que subiendo mis humildes votos por esta escala del Pino, imagen tuya, al Supremo Señor que la corona, descienda al Jacob dormido de mi pecho sobre la piedra de su obstinada dureza, etc.

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Comentario : Luego Dios corona la imagen del Pino ... Atribuye y

concede asistencia de divinidad a la imagen ....

Ejemplo : Soberana Emperatriz de la Gloria, que con singular maravilla gústate estar oculta en un Pino de Canaria, que elegiste para trono de tu grandeza, hasta que a la venida de los hijos de la Fe te manifestate y descubriste ...

Ejemplo : ... Pues tu aparición en un pino, misteriosa y claramente nos explica que, como pueblo que honraste con tu hermosísima presencia, quisiste como Pino radicar tu devoción en Canaria.. .

Ejemplo : Bien muestras, Madre y Señora, ser el especial refugio nuestro, apareciéndote en Canaria en un Pino ...

Ejemplo : Cándida inmaculada paloma, del más remontado vuelo, que en pino tan elevado tuvistepor largo ignorado tiempo tu nido, en cuyas ramas permaneciite -como te adoramos- intacta eilesa, sin que procelosos huracanes, sol, lluvia ni escarcha lastiniasen tu celestial hermosura, ...

Comentario : En todas estas cláusu1as queda patente ... que dirige su locución a lo que apareció y estuvo oc~rlto en el pino; a lo que se conservó en dicho pino intacto, sin que maltratasen su hermosura huracanes, etc.; a lo que honra a Canaria con su hermosísima presencia; a esto es a lo que dirige su locución, a esto es lo que pide y ruega ... y esto no es otra cosa que la estatua, la imagen del Pino ... Luego, con la imagen es de quien y con quien habla y tiene civil y doméstica conversación, con lo que queda manifiesto

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FXPEDIENTE IU~A.DO POR L A I ~ O U I S I C ~ O ~ C O ~ i l o r io ot ~i v t u ~ i i !(o\ iii I \ i i i i t \ i i i i i i n i n r i i i I.\O iir i \ \ . \.;o N-.; 19

que la juzga ... la hace y cree animada y partícipe de sentidos ... Es digno que se note la expresidn que hace al folio 3: "gústate estar oculta...", con lo que atribuye acción inmanente a dicha imagen, porque ésta es la que estuvo oculta. Es asi que dicha acción no puede tener ni convenirle "per se" a ningún artefacto, por ser cosa inanimada ..., luego cree que hay en dicha imagen algún espíritu que la rige y anima, por cuya creencia pasa a comunicar con ella como si fuera supuesto intelectual ...

Ejemplo : Eterno Dios Omnipotente, atendida la humilde súplica con que clamamos a las puertas de vuestra grande misericordia, en esta devota novena, consagrada a honra y gloria de vuestra Madre Santísima, por medio de esta su niilagrosa imagen del Pino, nuestra especial protectora.. .

Comentario : El mismo autor coiifiesa, en la cláusula última, que la imagen del Pino es la especialprotectora; luego a la imagen es a quien pide, suplica y ruega, y en la imagen es en quien tiene puesta y colocada su confianza, con lo que queda manifiesta la clara oposición de dicha cláusula con la que define el Santo Concilio ... En suma, lo que mi cortedad alcanza de esta novena es que en ella se supone, y prácticamente se siente, que en dicha imagen del Pino asiste alguna divinidad.. . que dicha imagen está animada y goza de sentidos, o que la Virgen Santisima la habita, o se le ha introducido e incorporado ... eri todo lo que coincide con el error de los gentiles.. . ... Encuentro que las referidas cláusulas son escandalosas y perniciosas, por la grande ocasión ;peligro que, de suyo, tienen para dar y causar ruina espiritual en el pueblo cristiano sobre el culto y modo con que se han de tratar y adorar las imágenes.. . ... Daño [que] es muy de temer resulte de esta novena; lo uno, por e1 especial afecto y devoción con que concurre a la referida imagen del Pino; lo otro, porque permanentemente se les propina este veneno y se les

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JOSE MIGUEL ALLOLA OONZALEZ

introduce todos los días por los ojos; ... y finalmente, porque no sólo se ha esparcido dicha novena en estas islas de Canaria, sino que hasta las Indias Occidentales, a la Provincia de Caracas, según me he informado ....

Finalmente, delato dicha novena porque juzgo que se halla prohibida [entre otras] en la regla dieciséis del Expurgatorio, [que se refiere] a todo lo que tuviere olor o sabor de idolatría y paganismo, y en dicha novena se hallan algunas cláusulas que huelen, saben, se rozan, abrigan, coinciden y favorecen los errores de la idolatría.. .

Este fue, en términos muy resumidos, el informe-denuncia del Magistral don Alonso Falcón de Alarcón. En él se examinaron con lupa el fondo y la forma de la novena de Alvarez de Silva.

LA NOVENA DE DON FERNANDO HERNADEZ ZUMBADO

Pasaré ahora a referirme, con mucha más brevedad, a la novena del prebendado Hernández Zumbado. Tendrían que transcurrir veintisiete años desde que se produjo el enfrentamiento, la querella teológica entre Alvarez de Silva y el Magistral Falcón de Alarcón, y que ambos protagonistas fallecieran, para que otro canónigo de la Catedral se decidiera a publicar una nueva novena a la Virgen del Pino. Nació don Fernando en Las Palmas en 1747. Dentro de la Iglesia canaria desempeñó un papel destacado, porque formó parte de la minoría ilustrada que abogaba por su renovación. Fue colaborador de los obispos Tavira y Verdugo y amigo de José de Viera y Clavijo.

Su novena aparece editada en Madrid, en 1782, por Blas Román, el mismo impresor al que había encomendado el Arcediano de Fuerteventura la publicación de sus Noticias ... El librito va ilustrado con uno de los grabados más bellos que existen de la Virgen del Pino y del que es autor Simón de Brieva. De este grabado ya me ocupé extensamente hace bastantes años. Sólo señalaré ahora que la imagen recogida en esta plancha está representada en el pino, y sin los ornamentos sobrepuestos que ocultan la delicada belleza de la escultura. No olvidemos que Hernández Zumbado fue un hombre de la Ilustración y como tal repudiaba los artificios barrocos con los que se revestían las imágenes.

La característica más sobresaliente del texto de esta novena es que sólo nombra a la Virgen del Pino en una ocasión, en la oración para todos los días; luego, en el resto de las breves meditaciones contempla las virtudes excelsas

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EXPEDltNTLINCObOOPORLA INQUI ICIOU CON MOTIVO DE L ? Y L B L l i \ I U \ !)E L i lOilil > L i YIRGEY DEL PihO DE D i 5 i h i i i i i 21

de María y su permanente intercesión, pero situándolas en un campo amplísimo. No particulariza, no regionaliza, no dirige preces y súplicas, de forma particular, a la Virgen del Pino, que fue lo que hizo Alvarez de Silva.

El párrafo que dedica a la Virgen del Pino carece de rebuscamientos, se aparta de cualquier recurso literario, es de una sencillez ejemplar, elocuente dentro de su parvedad:

Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso, la encontraron en la eminencia de un Pino, rodeada de tres hermosos dragos, de cuyos ramos se formaba una especie de nicho; que una lápida muy tersa le servía de peana, y que del tronco de aquel árbol nacia una fuente perenne de aguas medicinales. Pero si la veneramos, no es por estos respectos, sino porque excita en nosotros la memoria de la más Santa de vuestras criaturas, y nos recuerda el ejemplo de su virtudes para imitarlas, y la eficacia de su intercesión para invocarla con confianza ...

Es muy significativo que el librito de Alvarez de Silva se titule Novena a la milagrosa y devota imagen de Nuestra Señora del Pino y que, en cambio, el de Hernández Zumbado lleve por rótulo Novena en obsequio y culto de María Santísima, Madre de Dios y Señora nuestra, cuya sagrada imagen, con el titulo de Nuesira Seijora del Pino, etc. Por lo tanto, ya desde las mismas portadas quedan claras las posturas de ambos autores, y los caminos divergentes que van a seguir. El primero habla de "milagrosa imagen"; el segundo, de "sagrada imagen".

Estas son las dos novenas dieciochescas a la Virgen del Pino: una, desbordante de fervores; la otra, ajustada en su prosa y honda en su doctrina. Las dos rebosan amor a María, y se pueden considerar como las gemas más hermosas del joyero inmaterial de nuestra Patrona.

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,OSE MIGUEL ALZOLA GONZALE7.

F U E N T E S

ARCHIVOS:

ARCHIVO HISTORICO NACIONAL: Inquisición.

ARCHIVO DEL MUSEO CANARIO: Fondos Inquisición, luan Padilla y G. Chil y Naranjo.

ARCHIVO PARROQUIAL DE TEROR.

BIBLIOGRAFIA:

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ALVAREZ DE SILVA, DIEGO: Descripción de las fjestas de la dedicación del rnagnifico templo del Pino de Teror ... (Copia manuscrita de Juan Padilla. Archivo del Museo Canario).

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CARZOLA LEON SANTIAGO y QUINTANA MARRERO INGNACIO: La Virgen del Pino en la historia de Gran Canaria. (Las Palmas, 1971).

GARClA ORTEGA, JOSE: Historia del culto a la venerada imagen de Nuestra Señora del Pino.. . (Santa Cruz de Tenerife, 1936).

HERNANDEZ ZUMBADO, FERNANDO: Novena en obsequio y culto de María Santísima, Madre de Dios y Señora nuestra, cuya sagrada imagen, con el cítulo de Nuesrra Señora del Pino, se venera en ia iglesia parroquia1 del lugar de Teror. (Madrid, 1782).

MILLARES CARLO, AGUSTIN: Biobibliografia de escritores canarios (siglos XVI, XVII y XVIII). (Primera edición, Madrid, 1932. Segunda edición, Las Palmas, 1975 y siguientes).

VIZCAYA CARPENTER, ANTONIO: Tipografía Canaria. (Santa Cruz de Tenerife, 1964).

José Miguel Alzola González

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e %o NOVENA, a, A LA MILAGROSA, Y DL + * VOTA IMGEN DE %* * e N.S.^DEL PINO, *

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Portada de la novena de Diego Alvarez de Silva

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La novena de Fernando Hsrnánder Zumbado y el grabado de Sirnón de Brieva que rii ella aparece.

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ALMOGAREN. 7. (911 Págs. 25 35. O CENTRO TEOLOGlCO D E LAS PALM.4S

VIERA Y CLAVIJO, CLERIGO ILUSTRADO

YOLANDA ARENCIBIA DOCTORA EN FILOLOGIA

UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE G.C.

El siglo XVIII, desde nuestra actual perspectiva, se muestra como pilar básico de la revolución política, social, económica y artística que caracteriza a la Edad Moderna y que constituye la esencia de la Contemporánea.

Si en las primeras décadas del siglo ya se perciben aires de inquietud que permiten adivinar nuevos caminos a la luz de la fe en el progreso y de la convicción del papel decisivo que las ideas han de jugar como instrumento pedagógico transformador de la sociedad, segun avanza el mismo, estos focos iniciales van corporeizándose en realidades culturales con nombre propio hoy consagrados por la tradición. Son estos nombres: Despotismo ilustrado, en el campo politico; Neoclasicismo, en el estético; Ilustración, en el campo del pensamiento.

La Ilustración debe tal nombre a su finalidad declarada de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón y, efectivamente, se ha convertido en la base caracterizadora de la filosofía del siglo, firmemente asentada en dos principios filosóficos muy del momento: el racionalismo y el empirismo; es decir, razón y experimentación aunadas.

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26 YO1 ANDA AKLNCIEIA

La Ilustración española en comparación con la extranjera es, lo sabemos todos, tardía, breve y moderada. Tardía porque, a pesar de que va preparándose en los años precedentes no sin resistencia"', no logra tomar cuerpo, y aún con timidez, hasta la mitad del siglo para adquirir carta de mayoría de edad coincidiendo con el reinado de Carlos 111. Es breve porque los aires revolucionarios extremos que llegan de Francia despiertan recelos, temores; aconsejan cautela y precaución. Es moderada porque, aun los más sobresalientes de nuestros ilustrados, son siempre respetuosos con los principios esenciales de la autoridad política (la Monarquía) y de la eclesiástica (la Iglesia tradicional). Bien es verdad que la mayoría de estos ilustrados son eclesiásticos y que el poder disuasorio del Tribunal del Santo Oficio es contundente y eficaz; pero, pese a todo, nuestros ilustrados, nuestros clérigos ilustrados también, remueven los obstáculos que, ligados a la religiosidad tradicional, se oponen al progreso de la ciencia y al bienestar general; hacen causa común contra la presión inquisitorial, contra el predominio de una enseñanza escolástica mimética y obscurecedora, contra la superstición, contra la acumulación de riquezas por el clero ... Y comienzan a promover la reforma de la política educativa; y la de la administración del estado. Y se esfuerzan en fomentar el desarrollo de la industria y la agricultura con la consiguiente y novedosa valoración del trabajo personal. Un conglomerado, en fin, de nuevas reformas que caminan hacia la secularización de la cultura y hacia la amplitud libertadora de las conciencias. En ellas algo tuvo que ver la actitud proclive de la dinastía borbónica que supo favorecer el acusado aunque incipiente desarrollo económico del país mediante una administración centralista, a la francesa, que, si bien no dejó de tener el lado negativo que todo centralismo conlleva, fue eficaz para la implantación de las nuevas ideas y para el fortalecimiento de la dinastía despótica e ilustrada (entendiendo estos términos en el sentido que el setecientos les da).

El siglo XVIII canario puede quedar encuadrado dentro de los parámetros generales trazados para el resto de España, siempre con la salvedad que supone el hecho diferencial de su extrema lejanía de la metrópoli española que se traduce en escasos contactos con la Península y en estrecha dependencia del exterior, especialmente de Inglaterra y su comercio. Esta circunstancia va a propiciar el que sus puertos sean receptores directos de las nuevas ideas que aporta Inglaterra o Francia, asimiladas rápidamente por una selecta minoría ilustrada

de sus manifestaciones caracteristicas: pensemos, para solo citar algún ~jempla, en la actitud inconformista de un Quevedo o en la sociedad que refleja la novela picaresca del XVII.

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no sin el recelo y hasta el ataque de los tribunales censores de la época, especialmente sensibilizados y celosos.

En las Canarias del XVIII se viven situaciones críticas de diferentes procedencias (crisis agraria y comercial; consecuencias del regalismo borbónico; exceso de poder de un clero muy numeroso, improductivo y, en general, mal formado y por tanto mal formador ...). Esta situación provocó la asunción por parte de las clases dominantes de la necesidad de una renovación profunda tanto de las estructuras productivas isleñas como del nivel cultural de todos los estamentos. En esta nueva actitud las Luces de la Ilustración hallaron caldo de cultivo bien abonado y fueron incentivo de gran trascendencia"'.

En la Iglesia dieciochesca canaria penetrarán, también, las Luces de la Ilustración a través de muchos de sus clérigos que tratarán, como lo hará Viera, de aunar Razón y Fe en pro de un catolicismo proyectado hacia una nueva sociedad que se asienta en valores que no son los tradicionales y que comienza a considerar como virtudes deseables el afán de producción, el trabajo y demás factores que tiendan a mejorar el nivel de vida. El catolicismo ilustrado canario tropezó con el problema adicional (aunque no privativo de las islas) del bajo nivel cultural de los clérigos en cuyas manos descansaba todo tipo de enseñanza; fue problema preocupante en extremo que supieron ver los prelados de la época y que halla su primera satisfacción con la creación del Seminario Conciliar en tiempos del Obispo Cervera, ya en 1777. Este Seminario, que nace con aires modernos, va desarrollándose bajo el impulso de los Obispos Joaquín de Herrera y Antonio Tavira, principalmente, y llegó a convertirse en el Centro educativo fundamental del Archipiélago desempeñando las fuiiciones que hubieran correspondido a la Universidad ['l.

Los contextos generales anteriormente esbozados pueden sernos útiles, creo, para enmarcar convenientemente la figura de D. José de Viera y Clavijo, el más representativo de nuestros ilustrados y, a la vez, el más destacado de los clérigos que en las islas se sintieron alumbrados -y aun deslumbrados- por las Luces dieciochescas.

(2) Para esta vertiente del tema hay amplia bibliografía. Puede verse como resumen el estudio de M. HERNANDEZ GONZALEZ La Ilosrración, en Historia Popular de Caiiarias. Centro de la Cultura Popular, 1988.

(3) Ibidem, cap. 6. Para la situación de la Iglesia, sobre iodo en la segunda imitad del siglo y especialmente tras la creación del Seminario, vease Uii Se:nNinrio de so si~fo: ei~ri-c ia Inquisición y las Luces, de JOSE ANTONIO INFANTES FLORIDO, Obispo de Canarias, El Museo Canario, 1977.

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El Viera y Clavijo Ilustrado despertó pronto. Seguramente de manera inconsciente y paulatina en los años primeros de su residencia en el Puerto de La Cruz. Nos es fácil hoy imaginar el asombro complacido de nuestro entonces joven protagonista en aquel ambiente variado y cosmopolita. Allí tuvo ocasión de disfrutar directamente de una de las mercancías que aquel puerto traficaba: los libros, a los que tempranamente se aficionó y que condicionarán su trayectoria personal futura, según él mismo expresa en sus Memorias:

"Sintióse desde luego estimulado de una feliz aplicación a la If!ctura, y no había clase de libros, fuesen devotos o profanos, de historias o novelas, de instrucción o diversión, en prosa o en verso, en octavo o en folio, en que no hallase pasto una curiosidad vaga, sin gusto, juicio, ni elección. Pero esta curiosidad no era estéril, y se puede atribuir a cierta necesidad deproducir, e1 esfuerzo de aquellas obras precoces, que casi desde su infancia tuvo la travesura de componer" '"'.

En los primeros años de nuestro personaje no podemos dejar de citar al maestro Feijóo, que fue, para el joven aprendiz de ilustrado que aún era Viera, algo más que un ejemplo magistral; fue "una ráfaga de feliz claridad (...) que llegó de improviso a alumbrarle en medio de la noche" de los "miserables" estudios de "filosofía peripatética y teología escolástica" que cursaba y que lo puso en disposición de "vivir el siglo de las luces en que muchos no viven"

Ha despertado ya el Viera y Clavijo ilustrado. Y hace suyo el espíritu del Siglo de tal modo que, en palabras de D. Simón Benitez, "si acompañamos a nuestro autor en su labor intelectual -científica, histórica y literaria- habremos recorrido enteramente el siglo XVIII europeo" '"'.

También es precoz el Viera y Clavijo clérigo: recibe órdenes menores en 1750, a los dieciocho años, en la misma época en que "abría los ojos a la filosofía y a la crítica demoledora del racionalismo" en palabras del profesor Cioranescu, quien apunta cierta contradicción entre ambas realidades. Contradicción que el mismo Cioranescu se apresura a explicar (nos parece que

(4) Memorias que con relación a su vida literaria escribió don José de Viera y Clavija, arcediano deFuerteventura ... Apendice al Diccionario de Historia natural de las Islas Canarias. Cito par la edición de M. ALVAR, Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, 1982; pág. LIX.

( 5 ) Memorias ... Ed. cit., pig. LX. (6) SIMON BENITEZ PADILLA, La obra cientifica de Viera y Clavijo, separata de la Historia

de Canarias, de VIERA Y CLAVIJO, Coya ediciones, Sta. Cruz de Tecierife, 1952, p4g. 544.

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V I E R A Y CLAVIIO. CLLRIGU ZI.USIK.I»O 29

sin demasiada convicción) en reflexión subsiguiente reconocieiido no hallar motivos para dudar de la sinceridad vocacional de Viera, aún cuando fue siempre "un cura filósofo" sospechoso e incómodo para la Inquisición porque se muestra poco proclive a obedecer a ciegas y sí muy amante de lecturas prohibidas, aunque el Tribunal no halle más indicios de culpabilidad en él que mostrar una religiosidad diferente de la tradicional -interiorizada y hasta racionalizada en lo posible-, "poco respetuoso para con la literatura milagrera (no para con el milagro), para con la credulidad ciega (no para con la fe), para con el tribunal de la Inquisición (no para con la autoridad de la iglesia.)" "'.

Pero no pretendamos separar en Viera y Clavijo al Clerigo del Ilustrado. Ambas realidades conforman su personalidad en amalgamada simbiosis, nada novedosa, por otra parte, en el Siglo de las Luces. Y ambas se traducen en actividades que conviven en su bio-bibliografía en estrecho contacio nada perturbador.

Cuando Viera y Clavijo traslada su residencia a La Laguna, en 1756, ya había recibido órdenes mayores y despuntaba como predicador. Allí ejerce de ilustrado "a la page" en la tertulia del marqués de Villanueva del Prado, D. Tomás de Nava y Grimón, donde su elocuencia, su gracia y su atractiva personalidad, lo convierten en centro de disertaciones y de diversiones, en recopilador de Actas que difunden "varias noticias instructivas sobre historia natural, física y literat~ra"'~', en redactor de entretenidas Gacetas (las Gacetas de Daute), y en autor de "travesuras ingeniosas" '"1 como el Poema de los Vasconautas, o el Elogio del Barón de Pun. Allí, en la enciclopédica biblioteca del Marqués, estudia, analiza, indaga ... ; se inicia en la investigación histórica y concibe la idea de su futura Historia de Canarias, seguramente al calor de la afición de un tertuliante destacado, D. Fernando de la Guerra, luego marqués de S. Andrés. Allí apunta también su faceta filosófico-científica en la Carta filosófica sobre la aurora boreal y en el tratado El Herodes de las niñas: las viruelas. Pero en los mismos años laguneros actúa, también, en su calidad de clérigo, como secretario de la Junta de La Laguna y consecuentemente redacta las Actas de las congregaciones y conferencias del clero de La Laguna, sobre casos de conciencia, sagrados ritos y ceremonias. Además, como importante contribución a la mejor formación de los jóvenes clérigos, traduce el Traité de la Doctrine Chretienne et orthodoxe, de Dupin (París, 1703), con un -

(7) En "Introducción" a su edición Noticias dela Historia general de las Islas Canarias, Goya ediciones, Sta. Cruz de Tenerife, 1967, (6: ed.), pág. XXIV.

(8) Memorias ..., pág. LX. (9) Memorias ..., pág. LXII.

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importante prólogo, reflejo de sus inquietudes sobre la enseñanza ""'. Mientras, desempeña las funciones normales de eclesiástico y destaca como sermoneador de maneras algo atildadas que merece de sus enemigos el sobrenombre burlón de "el abate Viera" y la acusación de decir misas con ademanes de un Arlequín.

1770 supone un importante cambio en la vida de nuestro personaje al trasladarse a Madrid, como preceptor del joven marqués del Viso; supone también el inicio de una fructífera etapa que se prolongará durante catorce años. Alli se muestra como un dómine cortesano de cuidadas maneras y de elegante presencia que se acomoda fácilmente al boato de la casa y que sabe hkcerse apreciar en los medios cultos por sus cualidades de literato y sabio. Pero allí también sabe cumplir perfectamente sus tareas de instructor, traduciendo del francés para su alumno tratados de lógica, de ética, de historia ... como lo hicieran Bossuet y Fenelon, mientras trabaja denodadamente en la redacción de la Historia cuyo primer tomo se publicará en 1772, en 1773 el segundo y en 1776 el tercero. El tomo cuarto verá la luz en 1783 ya en vísperas del regreso a su tierra.

La movilidad de los personajes de la Corte dará ocasión a nuestro acomodado clérigo para conocer distintas tierras de España y para exponer sus habilidades literarias en un género muy del gusto ilustrado: los libros de viajes, afición que tendrá ocasión de cultivar en los años sucesivos con moti\,o de nuevos viajes, esta vez al extranjero: Franciaen 1777, Italia y Centroeuropa al año siguiente. Es fácil suponer la complacencia de nuestro ilustrado en estas salidas de España que colmarán su natural curiosidad, que le permitirán lucir su vestimenta "de abate a la francesa con coleta y rabat""", que le pondrán en contacto directo con la lengua y la cultura galas que tanto admiraba, y que le proporcionará conocimientos muy provechosos, como los derivados de distintos cursos de Física, de Historia natural, de Química y de Mineralogia que tiene ocasión de seguir en París y que aumentarán su ya antigua afición por las ciencias experimentales. Aquí tuvo la suerte de coincidir con D. Antonio José de Cabanillas, que llegará a ser un ilustre botánico y con quien sostendrá nutrida correspondencia en adelante. Cioranescu en la "lntroduccióii" que realiza a la edición de las cartas de ambos ilustrados"" destaca la importancia de esta relación no sólo como fuente de conocimiento sobre "la vida privada, los estudios y trabajos, el carácter y la personalidad de uno de los más ilustres -

(10) Véase Monseiior INFANTES FLORIDO. ob. cit., págs. 22-33. (11) Diario del viaje a Europa. Cito por S. BENITEZ PADILLA, ob. cit . , pág. 47, (12) Aula de Cultura de Tenerife, 1881.

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científicos del Siglo de las luces", sino como curiosa y aleccionadora introducción al estudio de la sociedad ilustrada y afrancesada de principios del XVIII.

De vuelta a Madrid, Viera y Clavijo se convertirá en divulgador de los saberes adquiridos, bien en sesiones cortesanas dedicadas a distinguidos aficionados, bien en composiciones poético-científicas (como el tratado de química en octavas reales Los aires fixos), bien en el gabinete particular que logra instalar en el palacio de su amigo el marqués de Santa Cruz. Pero Viera tiene siempre tiempo para escribir; y es ahora cuando recibe un premio de la Academia por su Elogio de Felipe V, rey de España m a g n í f i c o texto que tuvo la alegría de ver traducido al francés- y también cuando produjo un tratado de contenido eclesiástico lleno de erudición, anécdotas y citas que lleva por título el Hyeroteo o tratado de los antiguos honores y dereclios del presbirerado, para que no faltara una muestra del Viera clérigo en los años madrileños, del cual por otra parte se conservan algunos sermones en estilo oratorio contundente, lleno de emotividad y de apasionamiento. Aún en Madrid, en 1783, ve premiado por la Academia, de nuevo, uno de sus más bellos textos: el Elogio de don Alonso Tostado, obispo de Avila.

En 1784 se instala, ya definitivamente, en Las Palmas de Gran Canaria en su calidad de arcediano de Fuerteventura, cargo que había logrado dos años antes. Fue triste la despedida de sus amigos madrileños y alegre el recibimiento de sus hermanos en la isla. No está demasiado claro para sus biógrafos los verdaderos motivos de su decisión. ¿Desengaño de la corte? ¿Simple deseo de una vida descansada con los suyos, como él mismo dice? ¿Y por qué no buscar un acomodo digno eri La Laguna, donde tantos amigos tenia? Su amigo don Fernando de Guerra se queja de esta decisión en carta dolorida y le expone su intención de apoyar la creación de un nuevo obispado en la ciudad tineifeña, del cual él sería el primer obispo, idea que Viera se apresura a desechar.

En su nuevo destino, la actividad de Viera es enorme en calidad y en cantidad. Como eclesiástico revisa el estatuto capitular del cabildo catedral, realiza una relación de sus actas y un inventario del archivo catedralicio; describe el templo catedral en bello texto, escribe himnos y sermones panegiricos entre los que destaca la oración fúnebre con motivo de la muerte de Carlos 111, "el más cálido y más intelectualmente apasionado elogio del difunto rey" en palabras de Joaquín Blanco "'1. Como profesor dirige el colegio de San

(13) Cito par Carlos 111 y Las Islas Canarias de ANTONIO M. GONZALEZ PADRON, Reai Sociedad Económica de Amigos del País, Las Palmas de Gran Canaria, 1988. pág. 130. En este libro se reproduce el texto de la Oracion fUnebre en edición facsimilai. En edicion modernizada aparece en el Lomo Homenaje a Carlos 111, Instituto de Estudias Canarios, La Laguna, Tenerife, 1988, con introducción y notar de A. ROhilEU PAI.AZUELOS. Ambos textos parten de la impresian realizada por MIGUEL ANGEL BAZZANTI, La Laguna, 1970.

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32 Y O I A N D A i\KLN< ! U ! - \

Marcial "para mozos de coro de la santa Iglesia Catedral de Canaria" cuyos estatutos y plan redacta. Como literato escribe, entre otras composiciones, el poema en octavas El nuevo Can mayor o constelación canaria (conjunto de elogios a trece canarios ilustres) y traduce importantes obras del francés: poemas, ensayos, teatro trágico ... entre ellas La Heriade de Voltaire, demostrando una vez más su constante admiración por lo galo y por su egregio representante "4'. Como científico ve colmada sus aficiones en su propio "gabinetito de Historia Natural del pais, mis máquinas fisico-químicas, mis libros y mis ocupaciones eclesiásticas, después de haber fabricado y dispuesto un cuarto muy hermoso y alegre, que pudiera parecer bien en Francia o en Italia"f15' y redacta numerosos "papeles" de divulgación especializada al calor de la Sociedad Económica de Amigos del País de esta ciudad. Pertenece a esta etapa de Las Palmas una de las obras más importantes del autor, su ingente Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, donde se muestra como verdadero científico que compendia saberes extraidos de la investigación, comprobados científicamente de la realidad y presentados de manera directa con un sé, conozco, he comprobado como ha indicado el profesor Alvar en el prólogo a su magnífica edición de la obra u6'. Como hombre, estos años últimos le aportan relajada tranquilidad para sus devociones y para sus deseadas, a veces, indolencias (").

Hemos recorrido hitos principales de la biobibliografia de Viera y Clavijo. Añadamos ahora algunas pinceladas resaltadoras de su personalidad.

Rememorábamos hace un momento las palabras del propio Viera cuando indicaba su innata "curiosidad lectora" atribuida - d e c í a "a cierta necesidad de producir". Estos dos rasgos de sus años tempranos que el autor reconoce desde la atalaya de la senectud en que redacta las Memorias, "curiosidad y necesidad de producir", -ambos inherentes al ilustrado- serán los más característicos de su biografía; porque no otra cosa que el ejercicio de indagar

(14) Véase en torno al tema el interesante trabajo del profesor CIORANESCU Viera y Clavija y la cultura francesa, en Estudios de literatura comparada, La Laguna, 1954.

(15) Carta al Marqués de Santa Cruz. Cita por ROMEU PALAZUELOS, Biografia de Viera y Clavjjo a través de sus obras, Aula de Cultura de Tenerife, 1981, pág. 91.

(16) Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, 1982. (17) "...V. le preguntará últimamente y le dirá qué hago, en qué meocupo, enque meencanto.

Y le responderá que en nada ( . ) que sigo el mismo plan de vida que nos proponíamos en Madrid, esto es, de quietud, silencio, indolencia y filosofia, que, exceptuando esto último, dicen que es por esencia la vida del canónigo". Carta a D. Alonso de Nava, de 28 de noviembre de 1781. Cito por ROMEU PALAZUELOS, ob. cit., pág. 89.

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para producir llena sus años desde la precoz redacción de la Vida del noticioso Jorge Sargo cuando -según confesión p r o p i a contaba sólo catorce años, hasta los últimos escritos: Papel sobre fumigaciones, de 1912, un año antes de morir, tal vez el último de sus escritos.

Anotémoslo: una novela y una obra de divulgación cientifica abren y cierran su obra. Son reflejo sintomático y condensado de sus vocaciones: creación literaria sin otra intención que el divertimento literario mismo; afán didáctico inherente a su condición de clérigo ilustrado; inclinación cientifica personal asentada en las bases del racionalismo experimentado que la Ilustración exigía.

Recordemos una creación de nuestro autor en que se aúnan sabiamente las tres facetas anteriormente apuntadas: Las bodas de las plantas, soberbio poema en cuarenta y siete octavas reales y canto único. En él la base cientifica cimenta el riguroso contenido, la intención docente añade estructuracióri y tono eficaces, y la envoltura literaria aporta gracia poética para aligerar el didactismo y la sustancia textual. En el desarrollo temático de la composición, las relaciones reproductoras de las plantas están indicadas en claro paralelismo con las humanas, expresadas siempre con una atractiva mezcla de realismo y delicadeza. En su estructura poética, el texto descansa en una amplia prosopopeya mediante la cual la flor se muestra como novia recata y ansiosa a la ver, que, a un tiempo, cela y abre las dulzuras destinadas al feliz Himeneo. Como muestra, sólo una octava:

No lo dudéis: la flor es una boda. El cáliz es el tálamo y el lecho; Los pétalos, lúcidos y de moda, Son las cortinas, que el capullo han hecho, Y el gran misterio encubren; la aula toda Se perfuma de olores hasta el techo; Y el néctar, que la abeja allí codicia, Es el pan de la boda, y la delicia.

La figura literaria que descansa en la base de este poema supera al poema en sí para alcanzar también a la dedicatoria que de él hace el autor. Lo dedica a un feliz matrimonio de nombres bien floridos (don Pedro de la Huerta el marido, doña Rosa, su mujer, Jacinto el hijo), dueños de una finca en San José de la Vega. En la configuración literaria de la dedicatoria u n soneto- la ternura y la amistad se arropan en el fino humor que brinda la coincidencia

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de nombres y tema para trazar la bella imagen poética de un edénico paraíso hecho realidad terrena:

Ved aquí un paraíso sin serpiente Donde no hay fruta al gusto prohibida, Donde todo árbol es árbol de vida Su Adán agricultor, su Eva inocente;

Sus cherubines, sin espada ardiente; Llaman a cuantos el placer convida A una tierra, que riega dividida En cuatro arroyos la perenne fuente.

Eran en otra edad estos recintos, Por falta de benéficos sudores,

De espinas y de abrojos laberintos;

Pero le han hecho ya sus poseedores, Huerta con Rosas Huerta con Jacintos Vara de San Joséph llena de flores.

Hemos hablado de ternura, de amistad, de sentido del humor ... lemas que conducen a la faceta humana de nuestro personaje. ¿Cómo era el hombre Viera? Nos ha sido pintado como pensador vitalista, a veces eufórico, a veces desengañado. Como analizador de la realidad con sonrisa escéptica, la mayoría de las veces. Se ha destacado la altivez y el desdén con que parece contemplarse desde el clásico retrato que de él nos ha legado Carnicero. Se ha destacado su tendencia a la cómoda tranquilidad, a la "modorra" isleña aparsimoniada, al lujo, a la buena mesa. Se le ha comparado risica y psicológicamente coi1 Voltaire: cuerpo enjuto y febril; temperamento débil y enfermizo ... ras:os éstos que aparecen condensados en las estrofas del retrato literario que, en forma de soneto, le hizo el poeta Verdugo:

Este clérigo inquieto y cortesano que traduce a Voltaire y a Cristo reza tiene en su enjuto rostro la firmeza y la astucia de un viejo castellano.

No aspira a ser obispo; si arcediano; cimenta en el estudio su grandeza buscando la verdad y la belleza ... Es poeta, filósofo y cristiano.

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Espíritu insaciable y luininoso, sondea en el pasado, y victorioso nos lega de Canarias la alta Historia;

en ella, cada página admirable es un recio sillar, firme, inmutable, para el gran monumento de su gloria

Podríamos apuntar nuevas pinceladas al retrato: el gran sentido de la amistad y de la gratitud que parece demostrar la nutrida correspondencia que Viera sostiene con deudos, con amigos, con benefactores, con maestros; su propensión hacia las pequeñas vanidades personales; su gusto por detalles de moda femenina y masculina; su atención galante hacia las damas reflejada en diversas composiciones entre las que destaca el soneto dedicado a la joven marquesa del Viso ("O del Danubio ninfa bella y rara, /Copia, erividia y honor de sus pensiles, / m a y o te adora y tus diez y ocho abriles ' hoy corona coi1 rosas de tu cara (. . .)".

Como escritor, destaca en Viera la extraordinaria maestría de su pluma, en la que las cualidades básicas de corrección y exactitud iio Ic irnpiden ser sabiamente amoldable a los diferentes registros que el tema requiera: así su estilo será brillante en textos como el Elogio de Don Alonso el Tosiado, estructurado, siguiendo los dictados que la retórica-clásica exige, y no exento de emoción encomiástica y emulativa hacia el destinatario; y será eficazmente didáctico, riguroso, y preciso en el Diccionario de Histoi-ia natui-al; y en la Historia de Canarias, añadirá a las cualidades anteriores la retlexión personal directa surgida al hilo de los Iiechos que han conforrnado la realidad de las islas; y su estilo se revestirá de soltura y gracia en las cartas a familiares y ainigos: y sabrá, además, ser burlón y Iúdico en las coplillas dedicadas al clima de La Laguna.

Fue Viera y Clavijo, un hombre de su siglo que creyó firmemente en loi ideales que la Ilustración proponia, que los vivió profundamente, y que en ellos enmarcó su vivir personal, su vocación profesional y su ingente y variadisirria obra.

Yolanda Arencibia

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ALMOGAREN. 1. (U11 P4gr 31 - IL (0 CENTRO TEOLOGlCO DE LAS PALMAS

LECTORES DE LIBROS PROHIBIDOS EN CANARIAS A FINES DEL SIGLO XVlll

SANTIAGO DE LUXAN MELENDEZ DOCTOR EN HISTORIA

UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

1. INTRODUCCION; INQUISICION Y LUCES

La colección Bute de documentos de la Inquisición de Canarias "1, conservada en el Museo Canario de Las Palmas, reúne entre sus volúmenes uno rotulado "Licencias para leer libros prohibidos 1766-1818" "1, en el que se encuentra agrupada documentación de gran interés para la historia del libro en general (3, y de la censura en particular. El mundo de la censura inquisitorial en cuyo marco se encuadra nuestro trabajo, cuenta con estudios ya clásicos como el de M. Defourneaux '4, o, saliéndonos del marco estrictamente inquisitorial, el de L. Domergue sobre la época de Carlos 111'5', por no referirnos a obras de carácter más general como las de Sarrailh o

Edimburg and London, 1903, 2". (2) Museo Canario (MC), Inquisición (Inq.) Bute, v. XXXlIl 2 serie. (3) U n reciente estado de la cuestión sobre la historia del libro en España puede encontrarse

en F. LOPEZ "Estado actual de la historia del libro en España" en Libros, libreros y lectores número rnanoeráfico de los Anales de la Universidad de Alicante (1984). UD. 9-22. Y el Coloquio celebrado en la Casa Velárquez de Madrid, "Livre et l e i i ü ~ i en ~ s p a g n e et Fiance sous 1'Ancien Régirne", Paris (1981).

(4) Inquisición y Censura de libros en la España del siglo XVIII , Madrid, 1973. ( 5 ) Censure et Lumieres dans L'Espagne de Charles 111, Paris, 1982.

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HerrI6'. Por otro lado, aunque desde una perspectiva muy concreta, nuestro campo de visión incide en una problemática que cuenta con buenos y recientes estudios para Canarias. Efectivamente, el empeño de modernización del Catolicismo Ilustrado, o si se prefiere eclesiástico, del archipiélago puede seguirse, sobre todo, en los trabajos de Monseilor Infantes Florido "1. La Itiquisición de Canarias tuvo que hacer frente, desde mediados del siglo XVIII, al impulso reformista propiciado desde el poder central:

"Al mismo tiempo, el deseo de leer ganaba terreno. La difusión de la lectura delibros prohibidos o sospechosos, ya en privado o en corro, en tertulias o bibliotecas de eclesiásticos o conventos era un hecho consumado. La Inquiición tuvo un trabajo infatigable, comunicando a la Suprema sus temores y amargos encuentros.. . "

No tenemos más que repasar la agenda inquisitorial, su correspondencia. procesos, etc., para comprobar su acción -si se quiere modesta- encaminada a través del entramado de comisarios, familiares, calificadores, etc., a censurar lo que se leía. Es de sobra conocida la vigilancia, e incluso la apertura de procesos a que se ven sometidos los Viera, Marqués de Villanueva del Prado, San Andrés, etc., que incluso ven recogidas en el índice algunas de sus propias obras. Pero la confiscacióii de publicaciones prohibidas no acaba ahí, y a los índices de 1747 y 1790 '9, veremos añadirse la persecución de las obras y folletos que inundan las islas en el momento del llamado pánico de Floridablanca. Entonces, el tribunal de Canarias se encargo de movilizar todos sus efectivos para

"Recoger y remitir a este Sto Offo. todo impreso, que desembarque en sus respectivos puertos, relativo directa, o indii-ectamente contra la subordinación, vasallage, obediencia y reverencia a Nro. Venerado Monarca y al Vaticano de Jxptro. practicando igual diligencia aun con los manuscritos qe se exparzan: por ser semejantes ideas antievangélicas, y expresamente contra las doctrinas de los St6s Apóstoles Pedro y Pablo: los quales impresos

( 6 ) La España Ilostrada d e la segunda mitad del sirlo XVIII (Madrid, 1974) y E.~paña y la revolución del sido XV111 (Madrid, 1964).

(7) Un Seminario de su siglo, m r i e la Inquisición y las 1i~ce.y (Las Pahnas, 1977) y Crisis religiosa e Ilusriación. Un horizonte derde la hiblioleca de Tavira: vei~raiial sobre la M m i a Canaria del siglo X V I l l (Las Palmas, 1985).

(8) INFANTES, Un Seminario .., pp. 19. (9) DEFOURNEALX, pp. 75 y ss.

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LECTORES DE ILIBROS PROHIUIOOS LN I A N A R I i \ S ,A I I V E S DEL SICi l .C \i ill 39

y manuscritos reservareis en los archivos del secreto, I-eniitiendo razón y lista de ellos al Consejo..."'"".

Además de los procesos por lecturas prohibidas antes mencionados, tienen interés para nuestro estudio los que el tribunal de Canarias abrió a los presbíteros Agustín Ricardo Madaán en 1768"". Antonio Torres, entre 1780-1782"21 y, un poco antes, a Fray Antonio Raymon, entre 1778-1779"". Conviene que tengamos presente que a los delitos de lecturas prohibidas se añadían, casi siempre, y en lugar más importante, los de proposiciones, porque los delatores e inquisidores juzgaban con cierta razón que las teorías difundidas de palabra tenían su origen en autores de libros peligrosos"*).

La prohibición de las obras se hacia pública mediante la fijación de los correspondientes edictos en los recintos eclesiásticos del archipiélago. Una parte voluminosa de la documentación inquisitorial consiste precisamente en la recepción de los edictos que todos los años debían llegar de Madrid, dándose cuenta 31 acusar recibo de cómo se leyeron y fijaron en los recintos sacros'"'. Desde Las Palmas se ordenaba a los distintos comisarios que remitiesen listas de los libros y publicaciones recogidas, con expresión exacta de su edición y demás datos, enviándose un ejemplar de las mismas y procediéndose a la destrucción de lo demás('6'. En ocasiones los dictados del tribunal superior se referían solo al secuestro de obras determinadas, como el de las Láminas y libros del Monte Santo de Granada(':), o los "Sucesos memorables de Robespierre", publicado en Francia en castellano, o la historia de la caída del Imperio Romano de Gibbon, etc. "8'.

La supervisión de la Inquisición se refería también al comercio de libros entre las islas y la península, e incluso a los personales que traían consigo los

-

MC, Inqu., Bute, v. XXXVlll 2 serie: Copia de la carta del Consejo a la Inquisición de Canaria, Madrid, 35-1X-1789. Con la carta se adjuntaba la R.O. de 21-1X-1789, camunicada alinquisidor General por el Conde de Floridablanca. Yngon de Can/año de 1768/El Sr. 1~iquisidorI;iscal c o ~ l i a Dn Aguslin Madán Racionero de la Sta. Iglesia Carhedral de Canaria por proposiciones y tener libros prohibidos. MC, Inq., Bute, v. XXXIV, 2 serie f f . 30-95. El Señor Inqor. Fiscal contra D. Antonio Torres Preibo. Secretario del Reído. Obispo Do. Fr. Joaqoin de Heirera poiproposiciones. Idem, v. XXXl 1 scric f f . 82-217. El Señor Unqqoi. Fkcal/contra ,'el Pe. Fr. Antonio Raimoii (Alias el/Pinrado) lector de P r h a del Convro. de San/Agustin de esta Ciudad/ sobre Proposiciones. Idem, v. XXXVl 2 serie. L. ROMERGUE, "Los lectores de libros prohibidos en los últimos tiempos de la lnquisicion (1770-1808)" en J. PEREZ VILLANUEVA, La Inquisición española. Nueva visión, nitevos horizonles. Madrid, 1980, p. 609.

(15) AHN de Madrid, Inquisición leg. 2.388. (16) Idem, leg. 2.389-12. Carta del Tribunal de Canarias u la Suprerna de 18-XIb1785 (17) Idem, les. 2.388. Carta de 28-XL-1777. (18) Idem, leg. 2.391. Carta del 16-V1~1806.

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funcionarios, como por ejemplo "La Memoria de los libros que en dos cofres, solicita llevar para su uso" el Teniente Coronel D. Bartolomé Benitez de Ponte y Casabuena, Juez Superintendente de Indias en Canarias, que antes de partir de Madrid, presenta instancia para no ser molestado por sus libros en el trayecto"9'. Un caso parecido seria el de D. Nicolás González Sopranis, vecino de Sta. Cruz de Tenerife, a quién se remite un cajón de libros desde Madrid""'; o el del beneficiado de la parroquia1 de Los Remedios de La Laguna D. Fco. María Saviñón que había comprado libros en la corte por medio de un representante, lo que solía ser habitual '2').

No vamos a referirnos, en nuestra aportación a estas Jornadas, a esos lectores imprudentes que, sobre todo en la época de bonanza inquisitorial del reinado de Carlos 111, desafían al Santo Oficio, sino a aquellos que obtienen permiso del tribunal para proceder a la lectura de obras incluidas en el índice. Es nuestro objetivo verificar a nivel regional, en la medida de lo posible, si por esta vía se produjo un acercamiento entre la Inquisición y las Luces, o si solamente se abrió, muy a pesar suyo, un flanco en sus defensas, como a mayor escala señaló Defourneaux.

"En conjunto, parece que el Santo Oficio se muestra bastante amplio en la concesión de las licencias, y es indudable que este sistema de dispensas abrió una brecha bastante grande en el dique que pretendía levantar contra la iiifiltración de ideas sospechosas procedentes de países extranjeros" 122'.

11. LECTORES AUTORIZADOS POR EL SANTO OFICIO PARA 1,EER OBRAS PROHIBIDAS EN CANARIAS 1763-1818

Contamos con una muestra de la tramitación de 52 licencias, que cubririan casi todo el reinado de Carlos 111, el de Carlos IV, y el tramo final de la vida del tribunal tras la Guerra de la Independencia.

1. Distribución de las licencias por décadas y por reinados. Cuadro 1

(19) Idern, Madrid, 24~Vll-1802. (20) Idern, Madrid, 8-XI-1802. (21) Idem, de 1803. (22) DEFOURNEAUX, bo. cit., pp. 69-70

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LECTORES UE LIBROS PROHlHlDOS EN CANARIAS A I INLS ULL SIGLO XV l l l 41

La distribución por reinados arroja un claro balance favorable a la época de Carlos 111, en la que parece que la Inquisición vería frenada, o al menos moderada, su actividad, llegándose incluso a pensar en su desaparición. No se observa, sin embargo, un reflujo en los primeros años del reinado de Carlos IV, cuando el temor a la Revolución Francesa induciría a esperar una cautela mayor a la hora de conceder dispensas.

Total reinado de Carlos 111 ............... Total reinado de Carlos IV ............... Total reinado de Fernando VI1 ..........

2. Categorías socioprofesionales. Cuadro 2.

30 14 8

CLERO 1 SECULAR CLERO

REGULAR AUDIENCIA l OTROS 1

El análisis de los grupos socioprofesionales que tienen en Canarias licencias de lectura, arroja un saldo favorabilísimo al clero, en especial al secular. La lectura complementaria de la localización geográfica de los que aspiran o alcanzan una licencia, nos ayuda claramente a situar los datos. Anotamos que por procedencia geográfica 38 licencias serían para Las Palmas, 10 para Tenerife, 2 para la Gomera y 1 para La Palma. Parece claro, pues, que el núcleo principal de los lectores autorizados pertenecería a la élite del clero secular -como a escala general hay una coincidencia entre educación y pertenencia a la minoría dirigente de la Iglesia'"'- es decir, canónigos y prebendados de la Catedral, presbíteros que tienen responsabilidades al servicio de los obispos o que ejercen la docencia en el recientemente inaugurado Seminario Conciliar.

Totales .......... .l 23

(23) W.J. CALLAHAN, Iglesia, poder y sociedad en Espada, 1750-1874. Madrid, 1989, pp. 20 y SS.

10 11 8

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Lo mismo puede decirse de los regulares, entre los que ericontramos 5 franciscanos, 4 dominicos y 1 agustino, repartidos entre los conventos de Las Palmas (7) y Tenerife (3). El que podríamos denominar clero parroquial, y por tanto darle un acento rural, solo obtendría dos licencias, en las personas del titular de Vallehermoso y del vicario de la parroquia matriz, ambos de La Gomera. La presencia en Las Palmas del Obispo y sus familiares, de la Catedral, del Seminario Conciliar, es determinante para explicar este número de aspirantes a la dispensa. Del mismo modo, es de capital importancia que radique en esta ciudad la Audiencia, pues el grupo de regentes y oidores de la misma, los letrados del Antiguo Régimen, ocupa el segundo lugar entre los autorizados. Quizá debamos añadir que este grupo alcanza su mayor presencia en el siglo XIX, cuando la vida de la Inquisición se apaga definitivamente. En el apartado otros, incluimos dos médicos (ambos de origen extranjero), dos militares, La Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, y algún miembro conspicuo de la élite agraria ilustrada, asistente fijo a la famosa tertulia de Nava.

3. El alto nivel de instrucción del clero objeto de las licencias

No debe olvidarse, como escribiamos más arriba, que la élite eclesiástica disfrutaba normalmente de un alto nivel de instrucción. De este modo, entre los miembros del cabildo catedralicio -de los que 14 obtuvieron licencia- encontramos a titulados superiores de las Universidades españolas. D. Estanislao de Lugo, tesorero de la Catedral, había sido colegial más de siete años en Santa Catalina Mártir de los verdes de Alcalá de Henares, por cuya Universidad obtuvo el grado de licenciado en Derecho Canónico. D. Lorenzo de Lugo, su hermano, fue colegial de la Purisima Concepción de Sevilla, donde recibió el grado de doctor en Teología("). Más extensa es la biografía académica de D. Agustin Ricardo Madán que fuera racionero de la Catedral. Tomó el titulo de bachiller en Cánones por la Universidad de Oviedo, doctoróse en la misma especialidad por la de Avila, ganando en 1768 la cátedra de Hebreo de los Reales Estudios de Madrid'"). De D. Bartolomé Casabuena sabemos que fue opositor a la canongia doctoral y a la cátedra de Derecho Civil por la Universidad de Salamanca.

(24) MC, Inq., Bute, u. XXXlll 2 serie, ff. 9-11. (25) La fuente principal para esta biografia es la Relación de los titiiios, méritos, y exeicicios

literarios del doctor Don Agustin Madán, Ca~óliigo de la Iglesia Ciiiedial de Canarias y opositor a Canongias de oficio que se encuentra en la Biblioteca Universitaria de La Laguna (cit. por MILLARES CARLO, A., y HERNANDEZ SUAREZ, h1. Biobiblioralij de escritores canarios (siglos XVI, XVl l y XVIII), 1987, pp. 131-135. Y en AHN, Iiiq., Icg. 2.389-10.

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LLCTOKtS DE LIBROS FROHIBID<> il\ I , \ Y . I K I I\ I i I h L I I>II SIGLO Y Y l l l 43

"En la que presidió actos maiores y menores en ambos dros haviendo cursado catorce años en estas facultades y la de the010gía"i~~~.

Del prior y dignidad de la Catedral D. Domingo Alfaro Franchy se encargó de dejarnos cumplida noticia su coetáneo Viera y Clavijo -que curiosamente no figura entre los aspirantes a licencia- en la "Biblioteca de Autores Canarios", consignándolo como autor de un poema latino dedicado a la victoria sobre Nelson, en Tenerifeu71. No es necesario que resaltemos la figura del entonces prebendado de la catedral D. Manuel Verdugo Alviturría, poseedor de una importante bibliotecai2", estudiante en las Universidades de Alcalá y Valladolid, doctorado por la de Valencia y, como Madán, profesor en la Corte durante algún tiemp~'~"'. Igualmente fue universitario el magistral de la catedral, más tarde Obispo de Arequipa, D. Luis de la Encina, licenciado y doctor en teología por la Universidad de 0suna"O'. Tenía también el grado de doctor el prebendado D. Francisco Ignacio Fierro o", mientras que había estudiado en las facultades de teología y filosofía D. Josef Martínez Fuentes '32'. Era teólogo por la Universidad de Valencia el Rector del Seminario y prebendado D. Antonio María de Lugo, al que Tavira escogería como presidente de las Conferencias morales

"Inteligente e inquieto, vigilado por la Inquisición, del que decía ser tan dado a opiniones modernas y espíritu de novedad que todo lo que no se conforma con su opinión le parece barbarie""".

Eran asimismo doctores, D. José de Ycaza y Cabrejas, canónigo magistral, estudiante de teología en Alcalá, doctorado en Valencia y dedicado después a la investigación del Griego en los Reales Estudios de San Isidro""',

(26) MC, Inq., Bute, v. XXXIII 2 serie, ff. 1-4. (27) Noticias de la Histona de Canarias, Madrid, 1978, t . 11, p. 400

r l . , 11 Jni .l.~:ik: .i:ri;.ii., ..r.i.'i 1 tII.RI\:\NI>I/ 51 \liCZ. \ I ' ' 1 ' I , . . : I i . : . l ~ . I u. ~i.~j: . ..<r r . ."

. A 1 1 \ l < l I I . ! . 1 . 1 J . . 1 . . ,.. I I ' , l i . . .. i \

(30) Idem, p. 49. (31) MC, Inq., Bute, v. XXXlll 2 serie, f f . 45-46. (32) Idem, f f . 71-74. (33) Carta de la Inquisición de Canaria de 12-IX-1793, cil., por INFANTES, U n Scrninario ...,

p. 108. Para los estudios vide Catálogo de Prebendados de la Sta. I~lesia Catedral de Canarias, pa. Dn. Santiago Franco Eduardo dc Villarreal. 1797. hlC, copia de 1932, f f . 30-30 v .

(34) MC, Inq., Bute, v. XXXIII 2 serie, fr. 93-94

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44 SANTIAGO DE LU\i\N \IFI FNI>L/

y D. Domingo Albertos, este último en leyes por Osuna. Finalmente D. Domingo García Abreu había sido colegial y catedrático del Seminario Conciliar Q51.

Si analizamos el resto del clero secular, encontramos al célebre secretario del Obispo Fray Joaquín de Herrera, Antonio Torres y a D. Vicente Ramirer, colegial y teólogo por el Seminario Conciliar y graduado en la Universidad de Almagr~(~" . También en las inmediaciones de los obispos, al Dr. D. Domingo Westerling del Castillo, al cura del Sagrario, D. Pablo José de Silva, opositor a la magistral de la Catedral, y al catedrático de Lugares teológicos del Seminario D. Santiago Bencomo, que más tarde formaría parte del propio Se salen sin embargo de este perfil de eclesiásticos de ciudad, juristas o teólogos relativamente jóvenes, los párrocos de la Gomera. El primero de ellos, Antonio J. Manrique de Lara es descrito por los jueces de la Inquisición, Alarilla y Sáinz de Escalera, al presentar su petición de licencia a la Suprema como

"sacerdote de vida reglada, de más de 60 años de edad, y 20 de exercicio de cura, y de bastanteinstrucción, como lo ha demostrado en las oposiciones que ha hecho a curatos y en la última que acaba de hacer al Beneficio Curado de dicha Isla su Patria. Por cuyas razones no creemos le sirba de perjuicio espiritual la lectura de libros prohibidos"

También será positivo el informe dado a D. Diego Fernández de Acwedo, del que se destacan su buena vida, instrucción y avanzada edad n91.

Finalmente, debemos casi repetir las mismas notas en cuanto al nivel de instrucción del clero regular. Entre los franciscanos, reciben permiso el general de la provincia de Canarias Fray Antonio de Elvira y Fray Domingo Gordillo, lector de Prima del Convento de San Francicsco, ambos ligados como calificadores al Santo Oficio. El segundo de ellos acabará por regentar una cátedra del Seminario Conciliar, según leemos en la correspondencia inquisitorial, cuando el tribunal pretendió que se le retirase la licencia

"Particularmente e1 padre Gordillo, que con la protección de dicho Torres ha conseguido dejar su convento y pasar de asiento a habitar

(35) Idem, f . 106. (36) Sobre Torres, INFANTES, Un Seminario ..., p. 47 y SS. De Ramirez vide Catálogo de

prebendados ..., f . 50. (37) VIERA, ob. cit., t . 11, p. 402 e INFANTES, Un Seminario ..., pp. 50-51. (38) MC, Inq., Bute, v . XXXllI 2 serie, f . 52. (39) Idern, f f . 56-59.

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LECTORES DE LIBROS PROHIIIIUO5 E N I . \M I \K I , I \ .A FINES DEL SIGLO XVII I 45

y enseñar Teologia Dogmática en el dicho Seminario Conciliar de esta ciudad. .." '401.

La nómina de los predicadores contempla a dos profesores de teología de su colegio de La Laguna (Fray Josep Ryan y Fray Domingo Hernández Romero), así como al lector de Prima y Prior del Convento y Estudio General de San Pedro Mártir de Las Palmas, Fray Luis Vázquez de Figueroa, que acabará integrándose en el aparato inquisitorial como secretario. Por último, debemos citar al profesor del Convento de San Agustin de Las Palmas y , sobre todo, primer bibliotecario del Seminario, cuyos roces con la Inquisición fueron constantes, Fray Antonio Raymon que era bachiller por la Universidad de Granada (411.

4. Edad de los que reciben dispensas

Un dato que suele figurar en el informe de solicitud de licencia, tramitado por el tribunal de Las Palmas, junto a los estudios o nivel cultural que justifican la petición, es la edad de los candidatos. Con los datos que contamos, en su mayoria del grupo eclesiástico, podemos trazar un retrato de lector de una relativa madurez, comprendido entre los 3 1 años de Madán y los 45 de Raymon, dejando fuera a los curas gomeros ya citados. El perfil por tanto del lector autorizado diferiría en esto bastante, del lector clandestino peninsular, que según las conclusiones de L. Domergue, apenas rebasaría la veintena de años '"1.

5. Relaciones con el Santo Oficio

Creemos que una información de enorme interés sería poder establecer el tipo de relación que mantenían con la Inquisición de Canarias, las personas que recibieron permiso de lectura. Si nos interrogamos por los que tenían una vinculación institucional, bien porque fueron comisarios, calificadores, o simplemente familiares del mismo, nos encontramos con un grupo de escasa relevancia. D. Nicolás Massieu Van Dale, maestro calificado del Santo Oficio y familiar del mismo, que era Teniente Coronel de infanteria y Regidor perpetuo de La Palma, donde tenía su residencia(a31. Los franciscanos Gordillo y Elvira, que ejercían de calificadores hasta caer en desgracia, como ya hemos

(40) Carta de la Inquisición de Canaria de 18-X-1781. INFANTES, Un Seminario ..., p. 52. (41) Idern, D. 46. Sobre su labor como bibliotecario vide Crisis reliaiosa ..., DD. 41-43.

~ ~

(42) ' ' ~ e c t o ~ e s de libros ..., pp. 605-606. (43) MC, Inq., Bute, v. XXXllI 2 serie, f f . 15-17. Aparece catalogado por MR. ALONSO,

La Literatura en Canarias (del sido XVI al XIX)" como autor de ooesia de circunstancias dentro de la estética n e a c l á s i c a ( ~ 1 ~ ~ ~ ~ ~ ~ TORRES, ob. cit.; t. IV, p. 289)

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46 SANTIAGO DE L L X A N b l i L C N O E i

indicado ("L El segundo hará constar expresamente esta vinculación para justificar su solicitud de licencia

"...Que como consta al mismo tribunal, le está sirviendo desde el año sesenta. Y que desea tener licencia de leer libros prohibidos, cuya lección se le hace casi precisa pa calificar las doctrinas, proposiciones, libros que se le manda rever, y lo más que continuamente ocurre en servicio del Santo Tribunal" ' * 5 ' .

Sin ir más lejos, en 1768, se le requirió para reconocer la biblioteca de Madán; en 1778 actuó en el proceso contra Raymon, y en 1781, lo hizo en el de Torres.

Eran también calificadores, Fierro, Vázquez de Figueroa, y Silva. Este último cura del Sagrario que por falta de calificadores estaba desempeiiando el cargo para la Inquisición'""' En resumen 6 de las 52 licencias se tramitaron para personas estrechamente vinculadas con el tribunal: 1 familar. y 5 calificadores.

El análisis anterior nos aleja, en principio, de poder considerar que las licencias se obtendrían por el hecho de militar en el bando inquisitorial, especialmente entre los eclesiásticos. ¿Tuvieron autorizaciones de lectura personas enfrentadas directa o indirectamente con el Santo oficio? Desde luego, en estas circunstancias hubo un grupo bastante mayor que el anterior. El perfil del lector autorizado tendría por tanto un componente no desdeñable de lector, a la vez, clandestino. Debe considerarse además, que por el procedimiento de concesión de la dispensa y por la actuación del tribunal, puede verse en Canarias una actitud mucho más defensiva contra las malas lecturas y sus propagadores que por parte del tribunal de la Corte.

Entre los que tuvieron malos encuentros con la censura inquisitorial podemos citar, en primer lugar, a D. Agustin Ricardo Madán, acusado por el licenciado Cevallos

"Por proposiciones; leer y retener libros prohibidos sabiendo que lo estaban, y por haber ocultado uno, cuyos echos y dichos, le constituyen vehementer y sospechoso de la fe" '48'.

(44) Vide proceso contra Torres citado en la nata 12. (45) MC, Inq., Bute v. XXXIll 2 serie, ff. 22-24. (46) Idem, f . 92. (47) Después de este proceso seria transladado a Llerena. AHN, Inq., leg. 2.388: Carta de Agustin

Zevallos y La Riva y Alfonso Molina a la Suprema agradeciendo el traslado del primera. (48) Idem supra 1 1 .

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LECTORES DE LlBROS PROHIBlOClS EU CANARIAS .A i I X E i UEL SIGLO X V l l l 47

El fiscal se mostró excesivamente riguroso en este caso, pidiendo la prisión en cárceles secretas del acusado hasta la sumaria definitiva. Por el también duro inquisidor D. Juan Martínez Nubla la), desfilarían basta 12 testigos. Se requería su biblioteca, se leerían las conclusiones y, finalmente, el proceso seria suspendido, amonestándose severamente al acusado. El tribunal de Canarias habría cedido, contra su voluntad, ante el criterio más comprensivo del Supremo, como pone de manifiesto la siguiente carta

"...nos ha parecido representar a V.S.I. el grave daño que en el día trabe a los cathólicos la facilidad de este suxeto y otros semejantes que anhelando ser reputados por hombres eruditos, siembran inconsideradamente proposiciones y doctrinas mal entendidas, nada conformes a la pureza de nuestra sagrada religión y corren entre los incautos sin embarazo por la autoridad intrínseca de los proferentes y con especial complazencia de los muchos que van y vienen a estas islas; para V.S.I. se sirva determinar en la materia lo que crea más ~onveniente""~).

Más arriba dejamos constancia de cómo los frailes Fray Antonio de Elvira y Fray Domingo Gordillo, habian perdido el apoyo de la Inquisición, abriéndoseles una sumaria en 1781 Tuvo, igualmente, problemas el secretario de la Comandancia General D. Salvador Clavijo, llamado a declarar ante el comisario de La Laguna Fray Juan Diaz Gómez, acusado de haber leído a P a ~ c a l ( ~ ~ ) . Sufrió la censura de la Inquisición D. Manuel Verdugo, calificado por Millares Torres como un firme adversario suyo(s". Hemos ya mencionado a D. Antonio Torres, cuyo proceso acabaría como el de Madán en amonestación. El Dr. Fierro se vio envuelto en.juicio de faltas de respeto y consideración al tribunal'54). Entre los más sonados estuvo, desde luego, el de Raymon, del que un testigo relató ante el tribunal que había dicho

Fue transladado del Tribunal de Canarias por R.C. de 9-Vlll-1778, después del enfrentamiento con el cabildo catedralicio. Vi de A. MILLARES TORRES, Historia de la Inquisicidii en las islas Canarias, Las Palmas, 1874. Y S. PADRON ACOSTA, "El deán Jerónimo de Róa" en Revista de Historia, La Laguna, XVI (19501, p. 185. MILLARES CARLO, ob. cit., p. 134. La carta que reproducen de los inquisidares Martinez y Cevallos es de 16-IX-1768. Cartas de la Inquisición de Canarias de 1-Vll-1782. INFANTES, Un Seminario .., p. 53. INFANTES, Crisis religiosa ..., pp. 38-39. Historia General ..., t. IV, p. 94. En 1784, fue censurado un memorial escrito por él y Viera contra la Inquisición . AHN, I n q , leg. 2.389-12. AHN, Inq., leg. 3.735 n 41; se le abri6 sumaria en 1773.

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"Que como el supiera que los libros eran buenos, y no contenían cosa mala, aunqe estubieran recogidos por este tribl, no por eso dexaria de leerlos.. . "

Afirmación que el agustino matizaría en su audiencia, aunque la respuesta a los jueces no deja de ser una muestra clara de cuál seria la actitud del clero ilustrado de las islas ante los libros

"Que es cierto, que como los libros sean buenos, y sepa que no tienen cosa mala los lee y ha leydo sin afanarse, ni andar pesquizando como otros importunamente rneláncolicos sobre si el libro está o no está expurgado, buscando tropiezos donde no los hay, y que en este sentido es en el que puede que baya dicho qe los lee aunque esten prohividos, esto es aunque esten prohividos sin el saverlo, pues de hecho há leydo alguno aunque estava prohivido quando el lo leya, pero sin haver entendido semejante prohivizn, ni poder sospecharla de sus doctrinas, y aunque conoce después de estas experiencias que debe usar demas circunspección que la que tenia, quando careciendo de libros, leya en Thenerife los que se le presentaban, con todo el se explicaba assi para confundir la preocupación en que están muchisimos, de que todo lo que está escrito en franzés, u otro Ydioma estrangero, es heregía, sospechoso de ella 6 que no se puede leer sin tener en la mano Yndice, o preguntar a todos si está prohivido.. . " ""'.

Como en los casos anteriores, la causa acabaría siendo suspendida, recibiendo el agustino una fuerte reprimenda. Debemos señalar después el caso de D. Antonio Maria de Lugo, a quién en el obispado de Tavira se le formó expediente"". A D. Santiago Bencomo, que solicitó una primera licencia en 1781, teniendo que esperar, por la oposición de la Inquisición de Canarias, diez años más. Se le acusaba de leer en sus clases el libro, reputado de jansenista, de Op~traet('~1. Finalmente, de un modo indirecto se vieron con la Inquisición D. Luis de la Encina, cuando el conflicto de Torres, y el Marqués de Villanueva del Prado, que tuvo que someterse al control del Santo Oficio, a fin de heredar la biblioteca de su padre, el fundador de la tertulia de Nava.

(55) Proceso contra Rayman, idem supra 13 (56) Idem, ff. 225-226. (57) INFANTES, Un Seminario ..., D. 108. (58) Idem, p . 51. (59) Se encuentra esta lista en el MC que es la que utiliza INFANTES (Crisis religiosa ..., pp.

44-46). Para describir la biblioteca del Marques. Y en el AHN, Inq., leg. 2.389-12.

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LECTORES DE LIBROS PKOII INI I><I I I N i ,\h,\KIi\S -\ FINFI DEL SlG l<> XVl l l 49

6. Alcance de las licencias

Como en el resto del territorio nacional'60), los permisos de Canarias no respondían todos al mismo modelo. Una gran mayoría (42 de 52), tienen carácter general. De ellos, 38 lo serían con "la excepción regular", es decir, las obras de Maquiavelo, los libros de astrología, etc. Solamente en un caso hemos encontrado entre los exceptuados las obras del Marqués de San Andrés'"'. 4 licencias se concederían con carácter absoluto, incluyendo incluso los que no podían leer los que tenían dispensa general. Tuvieron esta distinción en la última etapa: Fray Domingo Hernández Romero, de la O. de predicadores, lector de teología del Colegio de La Laguna, en 1794; D. Pedro José Bencomo, hermano del confesor de Fernando VII, beneficiado y rector de la parroquia1 de Los Remedios de La Laguna, en 1815; D. Francisco Mier de Terán, Auditor de Guerra de Marina y Subdecano de la Audiencia, al que en 1818 se le amplió la que tenía, dándole alcance pleno; la última de ellas la detentó el Regente de la Audiencia, D. Juan Nicolás de Undabeytia, que la manifestó ante el tribunal de Canarias el 4-VI-1819 i62).

Una pequeña parte de nuestra lista tuvo carácter particular. Se obtenían para tener a mano alguna obra en especial, se referían a un determinado tipo de literatura (como las obras científicas), o tenían un contenido estrictamente profesional.

El presbítero D. Agustin Ricardo Madán obtuvo autorización en 1764 para leer la obra caiióiiica de Van Espen, del que tenía en su librería particular una edición de Lovaina de 1753 '63). Pero el futuro catedrático de Hebreo disponía de otras obras incluidas en el índice que le acarrearían, pocos años después, el proceso a que ya nos referimos. En el mismo, uno de los testigos declaró que poseía otras prohibidas, como las de Gibert, la Historia de Canarias de Glas, Las Cartas provinciales de un arzobispo de Francia, o los "Errores de Voltaire" de las que le había dado noticia el propio prebendado. Y añadió

"Que le oyeron muchas veces lo que a su presencia leía en Jorge Glas, y vieron a D. Esteban Blanco de nación irlandesa, residelite en esta ciudad, y al presente en Tenerife enseñar a dho. Dn Agutin a traducir dicha historia" 1 6 4 .

-- (60) Sobre el roced di mienta de concesión de licencias vide: DEFOURNEAUX. ob. cit., PP. 67

~ ~

Y SS.

(61) A D. Salvador Clavijo, MC, Inq. Bute, v . XXXlll 2 serie, f f . 26-27. (62) Idem, f f . 82, 99 v 101 y 103 i, - 104. (63) Idem supra 11. Lista de la bibliorcca ordenada por el P. Elvira, cn la que figuraba con niimero 6. (64) Idcrn, f f . 34-35.

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Madán ganaría, sin embargo, la mano a los fiscales de la Inqusición al conseguir que Madrid, en pleno proceso, le firmase una licencia de carácter general [65' , muy mal acogida por sus acusadores, que inútilmente intentaron retenerla junto a parte de su librería.

Tuvieron también licencias especificas el médico de los cabildos eclesiástico y secular de Gran Canaria, D. Pedro Mackintosh, D. Nicolás Massieu y D. Juan Pereyra Pacheco, vecino éste último de La Laguna. Podían leer la versión novelesca del Antiguo y Nuevo Testamento, salida de la pluma del jesuita francés P. Berruyer, "La Historia del Pueblo de Dios"'66'. Como todas las licencias, se concedían con la debida reserva para que no pudieran leerlos otras personas y que por fallecimiento fuesen entregadas al ministro o tribunal más cercano. En el caso del médico, tenemos la constancia de que al fallecimiento en 1791, su licencia fue devuelta al tribunal de Canarias'"'.

Otros dos presbíteros, Martinez Fuentes y D. Luis de La Encina, fueron poseedores de licencias particulares. Como Madán, el futuro Obispo de Arequipa podía leer a Van Espen, aunque su permiso incluía también la biblia en francés y latín del P . Carriexer (68'. A Martinez Fuentes, que ocupaba la ración de latinidad, se le dió autorización de más largo alcance, pues se trataba de poder leer obras de filosofía, teología e historia eclesiástica, respondiendo a su petición de

"que se halla con el deseo para su mayor instrucción deleer algunos libros qe aunque estan prohibidos por los Catálogos del Sto Offo contienen mucha erudición que puede serle muy útjl..."'69'.

Un caso especial fue el certificado presentado por D. Antonio Josep Eduardo, secretario de la Económica de La Laguna, de la licencia que a dicha entidad había otorgado, casi desde su fundación, el Obispo Beltrán de 1777

"La Sociedad Económica representó la necesidad de que sus individuos tengan el uso de los libros prohividos por e1 Santo Oficio que tratan de Agricultura, Industria, Oficios, Artes, Economía, Politica y Comercio, para qe instruidos radicalmente en ellos puedan desempeñar los asuntos en qe entiende, en adelantamiento y utilidad de1 común de la Nación Española en estos ramos..."'70'.

(65) Memorial de Madán de 16-VI-1768. La licencia tenia fecha de 20-V-1768. (66) DEFOURNEAUX, ab. cit., pp. 151-152. (67) MC, Inq. Bute, v. XXXlll 2 serie f . 5 . (68) Idem, f . 42. (69) Idem, ff. 71-74. (70) Idem, ff. 37-38.

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La dispensa del Inquisidor General sólo ponía como condición que las obras tuviesen una vigilancia adecuada en habitación independiente, con llave, cuya custodia se reservaria el presidente de la Sociedad. Debemos anotar también, la licencia concedida al médico de Cámara del Obispo, D. Juan Batista Bandini, de nacionalidad genovesa, para el libre uso de las obras de medicina y cirugía. En su memorial al tribunal de Canarias, solicitando un dictamen favorable, exponía la conveniencia de la misma

"qe necesitando pa mi adelantamto en las Ciencias y con particularidad en las ramas propias de mi profesión leer y retener.. . """.

También siguiendo el procedimiento habitual, tuvo que responder a los jueces canarios, sobre los libros prohibidos que en aquel momento tenia en su poder. Resultando que solamente contaba con uno: "Les études de la nature" de Bernardino Saint PierreU2'. Un caso de licencia particular, que refleja el nivel del clero ilustrado de las islas, puede ser la solicitada por el franciscano Fray Miguel Pérez para leer libros en inglés y francés con el fin de poder colaborar en la conversión de los extranjeros que nos visitan

"Que con la ocasión de tener alguna intelixa en el Ydioma Ynglés, y haver tanta escasez de Eccos. en estas Yslas que puedan acompañarle en esto, se ofrece aveces contestar con algunos de dha Nación que tratan de su Conversión a ntra Cathólica Religión: Y para poder contestarles con más acierto y provecho convendria estar en sus mismos principios para mejor combatirlos: por lo que suplica a VExa le quiera conzeder la gracia de poder leer libros prohividos en dho Ydioma, y también en el francés si fuere necesario ... """.

7. Licencias concedidas y denegadas: el papel de la Inquisición de Canarias.

La intervención del tribunal de Las Palmas en la concesión de las licencias puede resumirse en dos aspectos: de un lado, la promoción desde las islas de la tramitación de las mismas, informando positiva o negativamente las instancias dirigidas por los interesados a Madrid; de otro, la autorización de uso o pase de las qlie concedía directamente Madrid. Este último aspecto tuvo su desarrollo a partir de 1771 ('4), cuando el Inquisidor General ordenó que el disfrute de las dispensas quedase supeditado a su presentación en el tribunal más cercano -

(71) f f . 96-99. (72) Idem. (73) Idem, f . 47. (74) DEFOURNEUX, bo. cit., p i s . 68

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52 SANTIAGO UL LUYAN MELLNOCY

a la residencia del autorizado. La mayoría de las concedidas en la época que nos ocupa caen dentro de este modelo.

El procedimiento seguido para obtener el permiso no siempre se realizó sin problemas: unas veces, porque la licencia no era concedida por la Suprema, otras porque el tribunal local decidía retenerlas, o, finalmente, por las dificultades que se presentaban para revalidar una autorización procedente de un breve pontificio. Fueron sin embargo, gran mayoría las que se alcanzaron con normalidad.

Entre las problemáticas cabe mencionar los atípicos casos de los doctores Westerling del Castillo y Silva, que, pese a ser muy bien informados por el tribunal, no obtuvieron resultado positivo en Madrid u5'. A los Madán, Raymon y Santiago Bencomo, inútilmente intentó la inquisición canaria suspenderles o, al menos, retrasarles la licencia.

Como colofón presentamos un cuadro de la concesión de licencias que pone de manifiesto el predominio de las tramitadas directamente por Madrid, de modo absoluto para los funcionarios de la Audiencia, mientras que una parte de las del clero se iniciarían desde Canarias.

Licencias concedidas y problemáticas. Cuadro 3

1. Licencias concedidas

No concedidas por la Suprema .................. 2 1 Reíenidas en Canarias ............................. 3 1

1763-1770 ........ 1771-1780 ........ 1781-1788 ........ 1789-1800 ........ 1801-1808 ........ 1814-1820 ........ Totales ...........

.............. ( Procedentes de Breves Pontificios 4 3 1 Santiago de Luxán Meléndez

2. Licencias problemáticas

DESDE CANARIAS

4 5 4 2 - -

17

(75) MC. Inq. Bute, v . XXXIII 2 serie, f . SS y 92

DESDE MADRID

2 7 5 6 2 8

30

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ALMOOAREN. 7. (91) Plg, 53 66. L CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE ILUSTRACION E IGLESIA EN EL SIGLO XVlll

PRESENTACION DE LAS JORNADAS DE HISTORIA DE LA IGLESIA EN CANARIAS. SIGLO XVlll

RAMON ECHARREN YSTURIZ OBISPO DE CANARIAS

Excmos. Señores. Queridos amigos todos:

Me ha correspondido el honor de ofrecerles a Vds. la Introducción a estas 111 Jornadas de Historia de la Iglesia en Canarias que, con tanto acierto, organizan el Departamento de Historia de la Iglesia en Canarias del Centro Teológico de Las Palmas y la División de Geografía e Historia del Colegio Universitario o de la Universidad de Las Palmas de.Gran Canaria, bajo el patrocinio, tan de agradecer, de la Presidencia del Excmo. Gobierno de Canarias y del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria.

El tema que me han ofrecido "Algunas consideraciones sobre Ilustración e Iglesia en el siglo XVIII", es un tema apasionante. Lo es desde el punto de vista de la Historia de la Iglesia y lo es desde una perspectiva sociológica.

Pero ni mi limitada preparación, ni la poca disponibilidad de tiempo, ni el hecho de que mi intervención no deba salirse de los limites de una presentación, me permiten otra tarea que no sea la de apuntar algunos rasgos, algunas consideraciones como bien han titulado los organizadores, de lo que sería un precioso y largo tema a estudiar, a investigar con calma y a exponer con precisibn en una no corta ponencia.

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Pienso que hoy todos estamos de acuerdo que la Ilustración representa la aparición de lo que, tal vez con una cierta simplicidad (no por ello desechable), hoy llamamos modernidad.

Todos sabemos, además, que lo que es eclosión cultural que tiene su expresión más llamativa en la Revolución Francesa, se prepara durante el tiempo que va desde el Renacimiento hasta el setecientos. Todos sabemos, también, que hoy se habla de postmodernidad, como si estuviéramos dejando atrás lo que ha sido uno de los fenómenos socio-culturales que más profundamente han conmovido hasta sus cimientos mismos, nuestras sociedades y nuestras culturas.

No deseo entrar en lo que seria también un tema precioso y tentador para una investigación: el análisis y la reflexión de la postmodernidad en orden a definirla bien como el principio de una nueva era o, por el contrario, a considerarla más bien como un producto más, tal vez el último en el tiempo, de los valores radicales que nacieron con la Ilustración misma, debiendo situar por tanto la postmodernidad dentro de la onda del pensamiento que se inició en el siglo XVIII, una onda cultural que, en consecuencia, tendríamos que considerar como todavía no del todo superada.

En todo caso no puedo menos que decir que tratar del tema de la

Ilustración y, más en concreto, de la Ilustración en Canarias es un tema apasionante y necesario. Apasionante por lo que supone en la todavia corta historia de la humanidad. Necesario porque difícilmente se pueden comprender muchos de los fenómenos humanos y sociales que hoy vivimos sin una referencia a la Ilustración.

Cuando un cristiano -y éste es mi caso- tiene que hablar de la Ilustración y de la Iglesia, inmediatamente se hace la famosa pregunta kantiana: ¿qué es -o qué fue- la Ilustración?

No es fácil dar una respuesta. La Ilustración no sólo fue una época histórica sino que representó una forma de vida.

Pero también el cristiano se hace una segunda pregunta: ¿de qué Iglesia hablamos? &Cuál es la Iglesia que se relacionó con la Ilustración? ¿La Iglesia con mayúscula? ¿La Iglesia de Francia, o de Alemania, o de España? ¿La Iglesia del inicio de la Ilustración o la Iglesia que, sin duda, evoluciona durante su transcurso, o la Iglesia del Vaticano 1, o la Iglesia del Vaticano II?

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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE 11 L S T K A I I U N i liii E\>.\ LN t L Si<;, O X i i l l 55

Quede claro que no hablo de la Iglesia en su fundamental e inmutable aspecto de Misterio del Cuerpo del Señor. Hablo de la Iglesia en su componente humano, en su aspecto de interlocutor con el mundo, con las culturas variantes y en ellas inserta, con las sociedades cambiantes en las que también se inserta. No hablo del Mensaje del Señor que fundamenta la Iglesia y que, como Depósito de la Revelación, es inmutable, sino de lo que en la Iglesia existe de avance continuo por la senda de la penitencia y de la renovación (Cf. L.G. 8) y que supone como ha dicho el Concilio, enriquecerse de la cultura y enriquecer las culturas (L.G.).

Quiero expresar, una vez más, con estas dos preguntas que el tema es complejo y que no es posible desarrollarlo, con un mínimo de rigor científico, en el breve espacio de esta intervención.

Efectivamente la Ilustración se presenta como un periodo de la historia occidental enclavado en el marco más amplio de la modernidad, o más en concreto, se puede decir que con ese término aludimos al siglo XVIII, también llamado "Siglo de las Luces", o "de la Razón", o "época de la filosofía". Según los expertos de la materia, dos fechas significativas delimitarán el "Siglo de la Luces": la revolución liberal inglesa de 1688, a la que sucede el Edicto de Tolerancia de 1689, y la Revolución Francesa de 1789"'. Pero sin olvidar que el siglo XVIII engendra un ámbito cultural que trasciende ampliamente sus fronteras y que, con diferentes medios de expresión, permanece vivo en nuestros dias

No puede desconocerse el contencioso que se produjo entre Ilustración e Iglesia. Y ello a pesar que no fueron pocos los cristianos y hasta los eclesiásticos que se alinearon en la Ilustración, o que incluso apoyaron -al menos inicialmente- lo que fue uno de los productos más significativos de la misma, es decir, la Revolución Francesa. No tener en cuenta este hecho es desfigurar la historia, simplificarla hasta caer en pura demagogia.

El choque largo y profundo de la Ilustración con la Iglesia y de la Iglesia con la Ilustración, tuvo sus raices más hondas no tanto en los tristes acontecimientos de persecuciones y de condenas, cuanto en el transfondo filosófico de la Ilustración con sus consecuencias en la moral y en la teología, sin que con ello neguemos que también por parte de la Teología en aquel momento vigente no hubiera elementos de dudoso origen evangélico que daban

(1) E. CASSIRER; G. GUSDORF; P. NAZARD, A. POMEU ... (2) Cf. ADELA CORTINA, Reto y ambigüedades de ia Iluslración en Actas del 111 Simposio

de Teologia Histórica. Valencia, 1984.

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56 RAMON ECHARREN YSTURIZ

lugar a radicales intransigencias y a la imposibilidad de un diálogo si no cordial -era tal vez imposible- sí al menos respetuoso y humanista en el mejor sentido religioso y profano de este término.

Ello nos indica que más que hablar de "Ilustración e Iglesia", debamos hablar de Teologia y Filosofía, o, si se quiere, del bagaje fiolosófico-teológico- ético de la Ilustración y sus consecuencias en la Teología y en la Moral de la Iglesia, o en sus relaciones con la Teologia y Moral de la Iglesia 0).

No creo que sea discutible que la raíz de toda actitud ilustrada se encuentre en la oposición al oscurantismo ... El objetivo de los ilustrados no será otro que encender la luz en las dimensiones humanas sumidas todavia en la oscuridad. Ello supone que la luz se ha encontrado en otro lugar: concretamente en el progreso de las ciencias de la naturaleza que contrasta violentamente con el cansino paso de aquellos saberes que se ocupan directamente de la conducta humana, y tienen, por tanto, repercusiones en la vida individual y social.

Frente a las ciencias de La naturaleza y su avance firme y seguro, la Ilustración considera que la filosofía, la moral, la religión, la economía, el arte, la política y la historia están muy lejos de su objetivo que no es otro que la felicidad humana.

Pero ¿cómo han conseguido progresar las ciencias de la naturaleza?: asumiendo como criterio de certeza ante la verdad de un juicio una fuerza común a todos los hombres llamada "razón". Esta es la justificación de que se considere necesario aplicar también esta facultad al ámbito de las actividades dominado todavia por la autoridad y por la tradición como criterios de asentimiento, ante la verdad de un juicio. Por ello no hay progreso en el ámbito de la acción, y la felicidad aparece inaccesible.

Efectivamente, según los ilustrados, la autoridad y la tradición se mantienen como irrecusables en las ciencias humanas logrando que los enunciados y mandatos que sobre ellas descansan constituyan auténticos dogmas, no puedan ser jamás discutidos, de forma que las autoridades po!iticas y religiosas se valgan de ellas para organizar la convivencia a la par que se constituyen también en el instrumento preferido de fanáticos e intolerantes.

(3) Sigo fundamentalmente el estudio de ADELA CORTINA antes citado por considerarlo el trabaja más serio y correcto que se ha elaborado sobre el tema. Can él, empleo las aportaciones de ARSENIO GlNZO en La Ilusrracion Francesa. Entre Voltaire y Rousseau. Cincel. Madrid, 1985, Diccionario de Filosofia de ABBASMANO. Fondo de Cultura Económica, 2' Ed. México 1974, Diccionario de Filosofia de BRUGGER, Herder, 2' Ed. Barcelona, 1965.

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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE li LSTllACION E I ILE5 lA EN EL SIGLO XVl l l 57

Es preciso recordar aquí que el siglo XVIII -y ello constituye una clave para entender la Ilustración y sus consecuencias en todos los campos- tiene profundamente impresa la huella de las guerras de religión, de las monarquías absolutas, de los pactos religioso-políticos. Igualmente conserva el regusto amargo de la superstición y de la intolerancia. De ahí que se sienta, aunque las masas lo desconozcan, la urgencia de extender a la vida filosófica, moral, religiosa y política, la luz de la razón para destruir para siempre los dogmas y sus funestas consecuencias prácticas. Todo cuanto pretenda aspirar a un respeto sincero que la razón sólo concede a quien ha podido sostener libre y público examen, debe someterse a su crítica(4).

Es fácil darse cuenta que, en este sentido, la actitud ilustrada perdura en nuestros dias en todas aquellas corrientes de pensamiento que fundamentan su claridad en las ciencias poniendo éstas en el lugar de la razón tal como lo hacia la Ilustración.

De esta manera, para los ilustrados, los contenidos de la religión (o de cualquier otro saber) sólo podrán aprobar el examen racional si se someten con éxito al doble canon de la universalidad (es decir, que todo hombre pueda comprenderlos y aceptarlos) y de los hechos (es decir, que sean necesarios para comprender un hecho). En caso contrario, nos encontramos ante el dogma y la superstición, puesto que la razón ilustrada es la facultad de lo universal que se ve urgido a criticar los ámbitos todavía inaccesibles, utilizando siempre los hechos como piedra de toque.

Sin embargo, conviene advertir con Haberma~ '~) , que la oposición entre razón y dogmatismo no se entiende de un modo positivista o decisionista. La Ilustración del siglo XVIII identifica "razón" y "opción por la razón", porque entiende a la razón como ya interesada en su propia tarea que es la liberación.

Siempre a juicio de Habermas, la Ilustración del siglo XVIlI supone una transformación en las relaciones entre teoría y praxis. En la tradición de la "gran filosofía", la teoría se ocupaba de la esencia humana y, por tanto, bosquejaba el marco para la realización de la vida feliz, posible por la praxis. Pero ello ahora cambia: en vez de enfrentarse con la esencia humana, la teoría tiene que habérselas con el género humano que se produce a sí mismo progresivamente a través de la praxis. Su esencia no le viene dada por naturaleza, sino que es su destino a realizar a través de la historia. De ahí que la realización de la vida

(4) KANT, Crítica de la Razón. A X11. ( 5 ) HABERMAS, Dogmatismo, Razón y Decisión en Teoría y Praxis. Ensayos de Filosofia

Sonal. Buenos Aires, 1966.

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58 RAMON ECHARREN YhTURI7

feliz se distienda a lo largo de la historia universal. La praxis racional se entenderá ahora -como es lógico- como liberación frente a un forzamiento o una violencia exteriormente impuesta; la teoría deviene esclarecimiento guiado por el interés liberador. La razón ilustrada no es, pues, aséptica: en su propia estructura contiene un interés liberador, que confía en satisfacer progresivamente en el transcurso de la historia mediante su actividad propia, es decir, mediante la reflexión.

Este interés liberador en aquella época todavía era un concepto ambivalente: servia en ocasiones para conectar con la trascendencia, puesto que sólo Dios puede consumar la liberación total. Sin embargo, se va bosquejando también la posibilidad de una historia secular en la que el hombre tome las riendas de su propia salvación. De esta manera, la esperanza cristiana en el cumplimiento de la promesa salvifica se convertirá en esperanza humana en el cumplimiento secular de la emancipación.

Si me permiten un inciso, aquí cabría señalar el hecho de que ciertas corrientes teológicas actuales que identifican, sin más, historia e historia de la salvación o que señalan acriticamente los signos de los tiempos como revelación de Dios o como expresión del Reino de Dios, no pasan de ser un calco de aquel pensamiento del siglo XVIII, por muy progresistas y modernos que quieran autodefinirse.

Para los ilustrados, la razón es autónoma: tiene sus propias leyes. La afirmación no permite que se cuestione ni siquiera la posibilidad de que los prejuicios formen parte de la estructura misma de la razón o de que ésta pueda encontrarse determinada o condicionada al menos por elementos externos a ella, bien sea en el mismo individuo, bien sea en su contexto social. Las "circunstancias" de las que hablaría décadas después Otega y Gasset para definir al hombre, no tienen cabida alguna en una razón absolutamente libre y autónoma.

La naturaleza de la razón parece, pues, rechazar toda religión revelada. ¿Qué suerte puede depararle a la Religión una razón que pretende desenvolverse "sin la gnia de nadie, sin la guia de otro"? ¿No consiste el acto de fe, dentro de la revelación, en un acto de confianza racional en la guía de otro? Una razón crítica debe considerar dogmática (y, por tanto, inaceptable) la aceptación de la guia de otro, el acto de confianza en que consiste el acto de fe. Una razón interesada en la liberación de la infelicidad, que proyecta sus planes en la historia, ha secularizado el esquema cristiano de la historia de la salvación y no precisa una ayuda sobrenatural para realizar el Reino de Dios en la tierra.

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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE ILUSTRiACION C 1ü1 LSiA LN EL SiCLO X V l l l 59

Una razón que sólo reconoce como experiencia humana (no meramente individual) la experiencia de lo universal y necesario, repudia por irracional, por inhumana, una revelación que se produce en el tiempo y para la que no cabe un asentimiento necesario, sino individual, contingente, a través del acto de fe. Una razón autónoma debería ver en el Dios revelado únicamente un competidor. ¿Exige, por tanto, el progreso en la Ilustración eliminar al Dios de Jesucristo? ¿Fue éste el resultado de la Ilustración?

Ciertamente que se dieron respuestas afirmativas en el marco de la Ilustración del XVIII tanto en Inglaterra, como en Francia y Alemania: el ideal de autonomía se plasma en el materialismo y en el ateísmo (casos de Lamettrie, O'Holbach, Helvetius, Sade o Mandeville). Sin embargo, no proceden de las figuras más relevantes ni constituyen la actitud más coherente con los planteamientos característicos de la Ilustración. Tal vez Hume represente una excepción en este sentido, puesto que reduce la religión a sentimientos patológicos en los "Diálogos sobre la Religión Natural" y en la "Historia Natural de la Religión". Sin embargo es preciso señalar que el espíritu ilustrado de Hume se reduce casi exclusivamente a esta critica de la Religión. Su desconfianza en la razón y su conservadurismo político le alejaron pronto de la actitud ilustrada.

La actitud general de la época frente al tema religioso no es de rechazo frívolo, cientificista o libertino. Más bien, en su conjunto, es la actitud cautelosa de quienes al comprobar las consecuencias prácticas de la religión en un pasado reciente (alianza con el poder, fanatismo, guerras religiosas ... ) intentan examinar cuidadosamente qué se puede aceptar en ella porque contribuye al progreso humano y qué se debe repudiar como fuente de infelicidad. El único canon que se ha revelado progresista es la razón: a él tendrán que someterse tanto los contenidos de la religión revelada, como los de la teología filosófica. La religión revelada es un hecho, en cuanto que se acepta mayoritariamente en Occidente, respetable, por tanto, como tal hecho; sometida a la prueba de la universalidad, dará como resultado algo nuevo: la religión natural.

Por su parte, la teología llamada racional, que forma parte de la metafísica, tiene que demostrar que verdaderamente puede seguir llamándose racional con todo derecho. En este caso el resultado del test es diferente para dos vertientes humanas: a nivel teórico, el deísmo y el agnosticismo son las únicas respuestas viables; pero para dirigir nuestras acciones, es decir, a nivel práctico, es razonable afirmar que Dios existe, e incluso determinar en cierto modo su esencia.

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La clave religiosa y teológica de la Ilustración la encontraremos en la idea moral del Padre de todos los hombres. Si en verdad poco (deismo) o nada (agnosticismo) podemos decir de Dios a nivel teórico y, sin embargo, la razón no acepta el desembarazarse de su idea, ello se debe a la influencia positiva que puede tener en la realización moral de los hombres. La religión y la teologia están al servicio del progreso moral de la humanidad: situarlo en otro contexto significa privarlas de todo sentido. De ahi que, tanto la religión natural como la teologia moral (las nuevas ofertas de la Ilustración), tengan su fundamento en el valor que la idea de Dios supone para la moral. Sin embargo, la evolución de cada una de esas ofertas será muy diferente: mientras que la religión natural terminará reduciéndose a moral, ya que de ella cobra todo su sentido, la teologia moral puede seguir manteniendo la necesidad de que Dios existe. La razón es muy simple: Dios tiene que existir para que se destruya un absurdo lógico- humano, lógico-moral: que los hombres buenos, como muestra la experiencia no reciban más pago que la desgracia, y sin embargo, los malvados gocen de la felicidad, un argumento, por lo demás, de claras resonancias bíblicas o reveladas. La experiencia de esta contradicción (que hizo gritar tantas veces al justo del Antiguo Testamento) es la que exige para los ilustrados que exista un Dios para que el mundo moral humano no se vea abocado al absurdo. Asi lo ha vivido la humanidad, ciertamente. Pero los filósofos no han sabido traducir argumentativamente su vivencia.

Mucho antes de que los hombres echaran de menos a un Dios para justificar el orden lógico-formal; mucho antes de que lo necesitaran para dar razón al orden natural, precisaban de un Dios para poder confiar, para poder esperar que exista un orden moral. Sólo si existe Dios, los hombres buenos pueden proseguir, confiada y esperanzadamente, su tarea de realizar la bondad porque existe un Dios bueno que reparará el sufrimiento del justo y pondrá fin a la satisfacción del malvado. Dios es la respuesta a la contradicción del mundo humano.

Sin embargo, este nuevo argumento, que a la vez nos descubre la esencia moral de Dios, su interés por la virtud, no demuestra para todos los hombres que Dios exista. Y éste ha sido uno de los errores de la teologia teórica: buscar un argumento tan implacable como los que se desprenden de un enuiiciado analitico o como los que proceden de la experiencia del objeto. La proposición "Dios existe" se apoya en bases racionales ya que es razonable esperar un orden del mundo y no un caos ético. Pero sólo tiene fuerza probativa para aquellos a los que interesa que exista ese orden moral. El malvado ni siquiera se pregunta por la existencia de Dios ya que no lo desea. Solamente para los que se interesan

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por la virtud y para los que se comprometen a realizarla en el mundo buscando su felicidad y la de los demás hombres, es moralmente absurdo que Dios no exista.

A este nuevo tipo de asentimiento, propio del que está interesado por la virtud y comprometido con ella, Russeau llama "creencia" y Kant denomina "la moral pura", apoyada sobre el firme cimiento de la razón moral.

Pero lo que los ilustrados no comprendieron fue que la conclusión de su prueba no era "Dios existe" sino "yo quiero que exista un Dios que dé razón de mi esperanza".

¿Cuáles fueron, pues, los retos de la Ilustración a la Religión Revelada? ¿Dónde se encuentran las raíces de ese contencioso que surgió con profunda virulencia entre la Iglesia y la Ilustración?

Veamos ante todo las críticas que la Iglesia y toda religión con afán de verdad debían asumir seriamente a partir de la Ilustración. A continuación examinaremos las críticas que, partiendo de la Ilustración, desvirtuaban tanto a la Iglesia como a toda religión revelada, hasta eliminarlas.

Recordemos en primer lugar que el desafío ilustrado no era ni positivista ni cientifista. El espíritu ilustrado no descalifica a la religión por no ocuparse de hechos positivos, ni la repudia por no reunir los requisitos de una ciencia empírica. La religión y la teología, como soportes de la Iglesia, son modos legítimos de saber acerca de la realidad; sobre todo son modos legítimos de dirigir la conducta, con tal que se sometan a la crítica racional.

La clave del reto ilustrado, además, que incluso explica sus extralimitacioues, es la amarga experiencia, no de la existencia de dogmas en la Religión y en la Iglesia, sino la amarga experiencia del dogmatismo. El "no razones y obedece" trae consecuencias funestas para la vida humana. Los poderes religiosos y políticos se valen de una religión no dogmática sino dogmatizada, para someter a sus súbditos con el aval divino. Las supersticiones impiden la vida feliz o alienan al hombre; el fanatismo crea división y guerras; la intolerancia oprime a quienes carecen de poder y los hombres pueden llegar a creer agradar a Dios mediante cultos, ritos e incluso mediante la tortura y el asesinato (los ilustrados no sabían, tal vez, que tanto los profetas como el Señor ya habían condenado tales cosas...).

La Ilustración supone, pues, originaria y fundamentalmente, un reto, no a las verdades dogmáticas y reveladas, sino al dogmatismo, porque conduce a la inmoralidad en la vida individual y colectiva.

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La Ilustración supone, por último, un reto, más o menos sistemáticamente expresado, a la teología teórica sobre todo en su vertiente esencial.

Sin embargo, si bien la percepción de estas deficiencias es sumamente lúcida, también es cierto que la solución que ofrece la Ilustración resulta más discutible: el deseo de la purificación de la religión y de la Iglesia, conduce a la Ilustración, a través del único criterio de asentimiento que consideran válido, es decir, a través de la razón, a desafíos que desembocan en la reducción de la Religión a la moral ilustrada.. .

El primer desafío se dirige contra la interpretación de la Biblia realizada por el Magisterio de la Iglesia, interpretación que ha de ser repudiada por dogmática, ya que se deja la razón en manos de una autoridad refrendada por la tradición. Sólo el exegeta puede leer legítimamente la Biblia.

Como es lógico, la Iglesia no podía aceptar un camino tan individualista que rompía toda la Revelación del Señor sobre la comunitariedad de la fe, sobre la dimensión comunitaria de la fe, sobre su eclesialidad. Por otra parte, la Iglesia había vivido ya -y estaba viviendo- el drama de su división causada por el Cisma de Occidente y, dentro de ese drama, el tema del "libre examen" o "libre interpretación" de la Escritura.

A ello hay que añadir que la Ilustración ponía en entredicho, a la larga tal vez, el carácter histórico de la revelación e, incluso, de la religión misma, y, en consecuencia, de la Iglesia. Y ello no sólo por parte de materialistas y ateos, sino también por parte de cuantos intentaban salvar la idea de Dios por su valor moral. Para los ilustrados, la revelación positiva se produce en la infancia moral de los hombres como una ayuda extraordinaria, pero no tiene más misión ni más valor que apresurar el conocimiento moral que, de todos modos, se habría producido. Creer en la persona de Cristo es un acto subjetivo, incomunicable. La fe en la persona histórica es superflua ya, en el grado de desarrollo moral alcanzado por la humanidad.

Era lógico, pues, que la Iglesia preguntara a los ilustrados: jcuál es la garantía de que estos mandatos morales procedan de Dios? ¿Qué falta hace ya la religión, si la única función que tenía que cumplir, la de contribuir positivamente al progreso moral de los hombres, es ya perfectamente realizada por la razón moral?

El optimismo racional de la Ilustración, en lo referente a la razón moral, no podía ser compartido por una Iglesia que conservaba, incluso en su memoria histórica respecto a su propia vida, el recuerdo de tantos y tantos fracasos

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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE ILUSTKACION L I ILES lA EN EL SIGLO X V l i l 63

morales y el recuerdo de tantos y tantos hombres y mujeres capaces de una inmensa bondad y de una ilimitada solidaridad desde intuiciones carismáticas y desde lecturas del Evangelio que les habían llevado a una profunda (y poco acorde consonancia con la razón) experiencia de la persona del Señor. La Iglesia, tal vez en una terminología nada moderna, tal vez con posturas en no pocos casos nada fundamentadas en una sabiduría racional, supo intuir lo que la Ilustración y su visión de la Religión, tenían de reduccionistas. No en balde ya en sus primeros siglos había tenido la experiencia de competir con la sabiduría de los griegos desde un tener que aparecer como locos o como necios, hasta dar la vida en el martirio.

Debemos concluir. Nadie niega las grandes aportaciones que la Ilustración ofreció al hombre. Pero hay que decir que si la religión, tal como era mayoritariamente vivida en el Siglo de las Luces, no parecía cumplir la misión de hacer a los hombres buenos y felices, tampoco lo logró la razón ilustrada. Visceralmente volcada contra el dogmatismo (inconsciente de que no se dejaba regir realmente por la razón...), no supo ponderar sus propias fuerzas, no supo reconocer sus limites en el ataque a la religión y a la Iglesia. Y fue precisamente el progreso de la reflexión, que ella misma preconizó, quien descubrió las tremendas insuficiencias de la Ilustración.

Al pretender ser autónoma a fuer de abstracta y al servirse de si misma sin tutela de otro, siguiendo sus propias leyes, prescindió de los intereses vitales entrañados en la trama misma de la razón (Vitalismo), ignoró el inconsciente psíquico (Psicología Profunda), ignoró también la estructura económica (Critica de las Ideologías) y la estructura social (Sociología), así como la dotación genética (Sociobiología).

La raz(5n ilustrada se creyó crítica porque intentó liberarse de los prejuicios (tradición y autoridad), pero esta pretensión constituye, según la hermenéutica, uno de los mayores prejuicios, porque los "juicios previos" pertenecen a la estructura misma de una razón finita.

La razón ilustrada se creyó universal porque prescindió de las diferencias y de la historia: apostando por la humanidad universal, ignoró las diferencias reales que nos obligan a llegar a lo universal a través de lo particular. Apostando por el progreso de lo que ya está en germen desde el comienzo, y para lo que el tiempo no es sino ocasión de desarrollo, eliminó la posibilidad de encontrar alguna experiencia nueva en la historia que le sirviera a ella misma de cr í t i~a '~ ' .

(6) Cf. SCMILEBEECKX, Jesús. La Historia de un Vivienre. Cristiandad. Madrid.

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En la segunda mitad del siglo XIX, al convertirse la ciencia en fuerza productiva de una sociedad industrial, el término "razón" se quiebra en parcelas detentadas por el positivismo, el historicismo y el pragmatismo. Su mismo intento de justificar la totalidad de lo real se interpreta como dogmático y la razón se ve rebajada al rango de "racionalidad" o, más bien, de "racionalidades" ('1, incapaces de instaurar un orden moral universal, en el que poder racionalmente esperar.

La Revolución Francesa fue la expresión social de la Ilustración. Allí aparecieron los conflictos y contradicciones incubadas por el pensamiento moderno de Europa. La lucha del pensamiento, de la razón, contra el dogmatismo y la tradición, con la guillotina como medio, creó dogmas y autoridades bajo cuyas consignas todavía vivimos.

Hegel dijo que "el principio de la Ilustración es la soberanía de la razón, la exclusión de toda autoridad". Pero la razón, constituida en juez superior de todo, desencadenó ideologías y dictaduras basta empequeñecer el mundo del pensamiento a racionalidades cada vez más estrechas, excluyentes y contradictorias, todas ellas afanadas en aplicar la piqueta de la critica a todo edificio cultural y social que no se ajustaba a la "razón" preestablecida. En ese proceso de demolición el último reducto fue el refugio en "la cosa" que constituida fuera del ámbito de lo humano, ahorraba la pregunta por el hombre, aunque lo sometía al terrible proceso de "cosificación".

Se ha dicho que la "razón del mundo no es el mundo de la razón". La Ilustración, no obstante, pensó que había que encerrarse en el mundo de la razón y abandonar el hogar de la cultura tradicional formado también por mitos y religiones. El mundo racional convertido en dueño y señor, desprecia cuanto ignora y no tardó en despreciar al hombre mismo porque no tenia cabida en sus propios conceptos.

La pregunta sobre "cuál es la verdad del hombre", fue sustituida por la de "cuál es la verdad de la razón". Así la razón acabó por refugiarse en la naturaleza; en ese mundo frío de humanidad y lleno de utilidades, triunfó en el desarrollo de la técnica, dando lugar al cansancio de la razón y a la proliferación de sustitutivos como el irracionalismo, el sensismo, el materialismo y cosas semejantes.

La dialéctica de la Ilustración -dicen Adorno y Horkheimer- consiste en que derrumbó mitos y creó otros nuevos.

(7) HABERMAS, op. cit

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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE ILUSrKAClON F lIl ESIA EN E L SIGI 0 X Y I I I 65

La Iglesia sufrió. Sufrió mucho con la Ilustración. Tal vez también hizo sufrir. Pero la Iglesia, acaso de una manera lenta y pausada, aprendió mucho de la Ilustración. Lo hizo, a veces, al verse obligada a una reflexión, a una oración y a una lectura de la Palabra inéditas en su vida, a causa de los retos de la Ilustración. Lo hizo en otras ocasiones, a través de creyentes que asumían lo que pensaban eran grandes valores que provenían de la Ilustración. Lo hizo también en el fragor de un antagonismo al que se veía sometida tal vez sin quererlo ni buscarlo.

El escribir la historia pormenorizada de las relaciones de la Iglesia y la Ilustración es una asignatura pendiente: habría que investigar innumerables episodios, infinitas anécdotas, infinidad de hechos, multitud de escritos; habría que realizar una inmensa tarea interdisciplinar que, a mi modo de ver, está pendiente. Es un campo en el que todavía se emplean demasiados tópicos; en el que se hacen demasiadas simplificaciones; en el que existen demasiados prejuicios

Soy consciente de que no he expuesto el tema desde una perspectiva histórica. He expuesto "ideas". Pero también es cierto que las ideas no sólo surcan la historia sino que también la hacen. Tal vez desde esta óptica, esta presentación que me han pedido que les ofrezca sirva de algo.

Canarias, encrucijada de Europa y América, fue sin duda un mundo cuyas "antenas" culturales supieron percibir y recibir las ondas de la Ilustración. No es difícil descubrir todavía hoy la huella de la Ilustración en nuestra vida canaria, en su pensamiento colectivo, en sus rasgos culturales más específicos. Pero hablar de ello es tarea de Vds., los que participan en estas 111 Jornadas de Historia de la Iglesia en Canarias.

No quiero acabar sin decir que algunos creyentes sonreirán hoy satisfechos ante el fracaso de la razón ilustrada. Y lo achacarán, gozosos, a su orgullo, a su afán prometeico. "Le está bien empleado -pensa rán por querer usurpar en la historia el lugar de Dios". Posiblemente tengan razón. Es cierto que el pecado de los ilustrados consistió en no reconocer verdaderamente los límites de la razón y en no recurrir, cuando es razonable, a la ayuda de otro. Pero a un buen cristiano no le debe alegrar el abismo nuevamente abierto entre racionalidades y fe religiosa. No nos debe alegrar la ruptura entre la vida pública, desesperanzada, estratégica, carente de ideales morales, y una fe incomunicable, privada o privatizada y dogmatizada. No nos debe llenar de gozo el que se afirme -

(8) I.N.C.I.S.,La Reconciliacióri Culluislde Eiiro~ia, F~indamenlodela Par. Valcncia 1986.

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que se comportan irracionalmente los que ante la injusticia, el dolor y la muerte, ante el absurdo humano, desean ardientemente que exista un Dios 1 9 ) .

Ramón Echarren Ystúriz

(9) A. CORTINA, op. cit.

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RELIGIOSIDAD Y CREENCIAS RELIGIOSAS EN CANARIAS Y AMERICA DURANTE EL SIGLO

XVIII: LAS CONTINUAS INFLUENCIAS

MANUEL HERNANDEZ GONZALEZ DOCTOR EN HISTORIA

UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA

1. LA PROYECCION DE LA RELIGIOSIDAD AMERICANA EN CANARIAS.

Durante el siglo XVIII, aunque este hecho no es lineal en todas las islas, asistimos a un proceso de intensificación de la emigración canaria hacia América. Aunque un porcentaje de esos emigrantes nunca volverán -nos referimos fundamentalmente a la migración de características familiares que, impulsada por la Corona y con el beneplácito de las élites sociales canarias, se ha venido en llamar tributo de sangre y que fue destinada a zonas escas~mente pobladas y que la Monarquía no quería perder- sin embargo, unida íntimamente al comercio de las islas con Indias, se desarrolló una emigración que en no pocos casos retornaba y que estaba compuesta fundamentalmente por varones. Esa migración, que recreó uno de los mitos más extendidos en la sociedad canaria, el del indiano, se tradujo en una notable influencia americana en las islas en todos los renglones de la sociedad incluido el religioso, como tendremos ocasión de ver a continuación.

A pesar de las repercusiones negativas que tuvo la Desamortización, con la irremediable pérdida de numerosas obras de orfebrería que habían sido donadas a los numerosos conventos que poblaban la geografía insular, podemos

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hoy considerar el legado americano conservado en las islas como uno de los más impresionantes del Estado español. Ello se explica por el considerable auge alcanzado por la importación de obras de platería americanas, especialmente en el siglo XVIII.

La orfebreria importada desde las Indias tiene una finalidad fundamentalmente religiosa. En una sociedad caracterizada por el protagonismo que las manifestaciones religiosas gozan en la comunidad, el indiano utiliza los valores y las fórmulas religiosas como una forma de ascender socialmente dentro de una comunidad en la que cuando partió hacia tierras americanas se le consideraba miembro de los estamentos menos privilegiados de la sociedad. No es por tanto casual que uno de los vehículos de penetración religiosa de las concepciones de la fe que nos vienen de América tengan como portavoz y exponente a la figura del indiano. Francisco Jiménez, natural de Buenavista (Tenerife), tras haber pasado 43 años en México, trajo en el barco de regreso Las siguientes piezas de plata: un frontal, 6 candelabros, 2 ciriales, 8 varas de palio, 2 arañitas, 1 cruz de manga, 1 campanilla, 2 coronas de espinas, 2 atriles, 1 palabrero, 1 cruz de altar, 8 candelabros pequeños, una zetra con su hisopo, un guión con su cruz y cañones de la vara, un par de vinajeras con su platillo, 1 custodia y clavazón para las alhajas "1. Ante esta ostentación de la riqueza acumulada tras sus años de estancia en Indias, ¿qué podían pensar sus contemporáneos, que la veían relucir día tras día en su parroquia como símbolo de magnificencia y de esplendor, de este personaje, plasmada en el altar mayor de la iglesia en la que recibió las aguas del bautismo?

El indiano se convierte en el difusor de una sacralización de la riqueza que viene a reforzar la teatralidad de la fe. Esa ostentación de lustre y riqueza que la plata delata encuentra en la filigrana su expresión técnica preferida. El arte expresa el sentimiento religioso de sus artistas y donantes y, a tono con él, la filigrana corresponde en su apogeo a la grandilocuencia, la suntuosidad y la teatralidad de la concepción religiosa del devoto. La orfebreria fue llevada en las islas a tal extremo de complicación y efectismo en su realización en el siglo XVIII que sólo puede interpretarse desde esa perspectiva. Mientras que en la Península decae desde la etapa de los Austrias e incluso en la misma Sevilla se considera despreciable toda obra de ese género, en la Canarias del siglo XVlll que conoce el auge de la emigración indiana, como en América, encontramos su etapa dorada.

(1) MORALES PADRON, F. , El comercio canario-americano (Sizlos XVI, XVII y XVIII). Sevilla, 1955.

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RELIG10510AO Y CREENCIAS RELIGIOSAS EN CANARIAS i AIIERICA DURhhTt EL i lGLO Y Y l l i : LAS CONTINUAS INFLUEXCIIS 69

El paralelismo entre las islas Canarias y América en todos los planos es indudable. En el terreno religioso son tierras en las que se encuentra la Iglesia con un pueblo por evangelizar y tienen que conformarse en sus creencias religiosas con una mentalidad necesariamente diferente a la peninsular, constituida a lo largo de siglos y de distintas civilizaciones. Pero asimismo las islas desde el mismo momento de la conquista están estrechamente relacionadas con América, reciben un continuo aporte e influencia cultural. Por todas estas razones el proceso de las creencias religiosas presenta notables semejanzas e interrelaciones. La orfebrería, como una expresión de la fe dirigida hacia el creyente, muestra abiertamente esas similitudes. Con una formación y desarrollo en el que influyen más las pautas del misionero que las del artista cultivado, en las Indias se complacen los talleres populares en labrar piezas de técnica del gusto hispano-mudéjar, cuya magnificencia barroquizante y detallista se identifica plenamente con los parámetros de una religiosidad teatral que exalta, desde una fe vivencial, el lujo y el boato que ejemplifican en las islas la grandeza de alma y el afán de preeminencia social de los indianos. ¿Qué incitación recibirían si no los icodenses con la contemplación de la pieza de filigrana mayor del mundo, la cruz de San Marcos, de 1'80 metros de altura y de 47 kilos de peso donada por el obispo electo de La Habana, Nicolás Estévez Borges 'a?

Las Vírgenes son las imágenes predilectas en las dedicatorias de los indianos. Uno de los ejemplos más significativos es el de la Virgen de la Esperanza de la Guancha, en cuya diadema la musa popular expuso una sentida súplica, expresiva de la afectividad emocional y de exigencia religiosa que muestra la generosidad autocomplaciente del donante:

Esta corona os dedica la madre que me crió, que la devolváis, suplica, la vista que ella perdió '3.

La Virgen de las Nieves de La Palma con su frontal de plata donado por Juan Torres de Ayala en 1740'", fue una de las Vírgenes que más recibió donaciones indianas, pero sin duda fue la Virgen de Candelaria la patrona insular que más recibió. Rodríguez Moure nos dejó una muestra del numeroso patrimonio que la Patrona de Canarias acumuló durante el Antiguo Régimen"). Y es que se puede constatar una relación directa entre emigración

(2) HERNANDEZ PERERA, J., Orfebreda de Canarias. Madrid, 1955, pág. 177. (3) Ibidem, op. cit., pág. 178. (4) Ibidem, op. cit., pág. 198. (5) RODRIGUEZ MOURE, J . , Historia dela devocidn del pueblo canario a Nuestra Señora

de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife, 1913.

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y riqueza de obras de platería. No es casual que sea Tacoronte la población isleña que conserva más plata de procedencia indiana, como es expresiva la monumental lámpara de plata donada en 1738 por Andrés Alvarez al Cristo de Tacoronte, acompañada asimismo de 400 pesos fuertes "para imponerlos en finca segura y con sus réditos se comprase el aceite para encender dicha lámpara para siempre jamás" @).

Casi no hay iglesia en las islas que no pueda mostrar una cruz de manos o un atril de carey y nácar, como el cofre de la iglesia parroquia1 de San Lorenzo en Gran Canaria, que nos demuestra las riquezas alcanzadas por estas manufacturas indianas ('1. Estas producciones proporcionaron un sello peculiar al arte isleño que forma parte esencial de la cultura material y espiritual del Antiguo Régimen con su característico derroche de metal y sus peculiares matices barrocos, en claro contrapunto con nuestra secular escasez de recursos minerales y de moneda.

Ese esplendor y derroche testimonial de opulencia no es sólo visible en el plano religioso en la plata, aunque es su simbología más preciara, sino también en la abundancia de esculturas americanas que nos permite apreciar los múltiples aspectos trascendentales que conforman la fe de los isleños y que encuentran en el siglo XVIII su etapa más floreciente, precisamente en la época que asistimos a la aportación más numerosa de tallas indianas, uno de cuyos más espléndidos testimonios es la Virgen de las Angustias de lcod donada por Marcos Torres, que alcanzó una considerable fortuna con sus actividades comerciales en México, en cuya ermita nos dejó un exponente de esa religiosidad teatral y grandilocuente en el gigantesco caimán que pende de su artesonado tal y como si fuese un trofeo dedicado a la Virgen por los propietarios de la ermita@'.

La concepción religiosa que el indiano trae de América a Canarias no difiere sustancialmente en su afán de preeminencia de los grupos sociales rectores de la sociedad, a los que trata de imitar, pero con su carácter de movilización social, en muchos aspectos se constituye como la única vía que los sectores sociales inferiores de la sociedad tienen para escalar dentro de la pirámide social. En los pueblos de menor entidad paulatinamente se convierten en las élites sociales y se puede decir que la expresión artística y religiosa de las pequeñas parroquias prácticamente está condicionada por los legados de los emigrantes.

(6) HERNANDEZ PERERA, J., op. cit., pp. 182-183. (7) Ibídem, op. cit., pp. 204-205. (8) MARTINEZ DE LA PERA, D., Escultoras americanas en Canarias. 11 Coloquio de Historia

canario-americana. Las Palmas, 1977. Toma 11, pág. 485.

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RELIGIOSIDAD Y CREENCIAS RELIGIOSAS EN CAhAXIAS \ ,AilERICA DURANTE EL SIGLO XYlll LAS C O M l X U A S INFLUEhCIkS 71

Como refleja el licenciado Ocampo, en Tacoronte, no se puede realizar ninguna obra en la iglesia porque "con la guerra hay dos años que no viene un cuarto de Indias" (9'.

En algunas ceremonias y creencias religiosas canarias se puede apreciar también la huella de la influencia americana en la teatralidad y la humanización barroca de su concepción religiosa y festiva. Nos referimos por una parte a la representación humana de la Santísima Trinidad, rasgo perseguido por la Iglesia y que muestra similares connotaciones tanto en Indias como en Canarias, difundido en las islas en su plasmación pictórica y en la imaginación popular a través de los numerosos cuadros de Virgenes con que contamos procedentes de Indias. Ese es por ejemplo el caso del cuadro de Nuestra Señora de Guadalupe conservado en la parroquia de Santa Catalina de Tacoronte, que recoge en su parte alta la representación de la Santísima Trinidad con triple figura humana. Esa humanización de Dios que caracterizó la fe sencilla fue algo caracteristico de las concepciones religiosas de los canarios, pese a las prohibiciones de los obispos ilustrados y que se puede apreciar en las numerosas pinturas que todavia hoy subsisten con tal representación humana, a pesar de la destrucción de numerosas de ellas ejecutada en la centuria ilustrada [lo'.

La segunda de estas manifestaciones es la de los Cristos destinados a una ceremonia de gran teatralidad, el Descendimiento. Se conservan en Canarias Cristos del siglo XVIII esculpidos en México con la técnica escultórica tradicional de los indios tarascos que consistía en el modelado de figuras mediante una pasta de maíz y goma. Estos Cristos eran de tamaño natural, con la cabeza y extremidades talladas en madera y con el cuerpo hueco ejecutado con la citada técnica que trae consigo el que sean de poco peso. Con un sencillo mecanismo a la altura de los hombros mueven los brazos, por lo que servían para tal ceremonia("). El arraigo que esta técnica popular de escultura tuvo en las islas, sirvió con su escenificacióu para impactar dentro de su concepción festiva a los fieles en una dimensión teatral de este acto religioso de la Semana Santa que, por su carácter opuesto a una concepción rigorista de la fe, fue prohibido por los obispos ilustrados del siglo XVIII.

(9) Reproducido en CASAS OTERO, J., Estudio histórico-artístico de Tacoronte. Tenerife, 1987, pág. 194.

(10) Ibidem, op. cit., pág. 79. Sobre el tema, véase HERNANDEZ GONZALEZ, M., La religiosidad popular en Tenerife durante el sido XVIII. Fiestas y Creencias. Tenerife, 1989.

(11) MARTINEZ DE LA PENA, D., Esculturas ypinturas americanas en Canarias. Dentro de Canarias y América, libro dirigido por FRANCISCO MORALES PADRON. Madrid, 1988, pág. 213.

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En definitiva, la profusión de obras y elementos indianos tiende a reforzar y consolidar una concepción de la fe teatral y grandilocuente en la que priman los ropajes, el boato y los lujos como motivadores e impulsores de las creencias de los isleños. Los indianos, al querer sobresalir sobre la generalidad, estimulan y hacen suyo ese carácter religioso reforzándolo aún más con esas obras de arte americanas que beben de esa sencillez y humanidad del modelo de fe dominante en Indias. Y de igual manera los escultores, pintores y orfebres isleños difunden en los templos esa concepción vivencial de la fe que tan hondo ha calado en los creyentes canarios y que explica el arraigo que el barroqiiismo y la filigrana alcanzaron en el archipiélago durante el siglo XVIII.

El retablo es la plasmación escénica en el templo de esa concepción de la fe que privilegia la monumentalidad y la magnificencia de las esculturas en las que depositan los creyentes sus esperanzas y anhelos. Si en los techos de las iglesias canarias calaron los decorados pictóricos portugueses, por la concepción de la fe que preconizaban y que permitían sustituir en la imaginación popular la cúpula que era inaccesible para las parroquias isleñas por el alto coste que conllevaba en su realización, en el retablo canario está presente la huella indiana. La fachada de la iglesia parroquia1 de Pájara en Fnerteventura, con sus soles, serpientes que se muerden la cola, emplumadas cabezas de indios y otros símbolos de sabor americano, obra donada por un canario que había sido contador de la renta de tabaco en México, nos muestra esa proyección de la fe y la imaginación isleña hacia esa mítica americana que también está presente en nuestra orfebreria, en nuestras gárgolas y en nuestros retablos. No sólo retablos enteros, como el de la Virgen de la Soledad del convento agustino de Tacoronte o el retablo de Montemayor, hoy depositado en la parroquia de Nuestra Señora de Francia del Puerto de la Cruz, provienen de Indias, sino que la profusión de elementos tropicales en los retablos ha llevado a denominar al barroco isleño como un barroco de retorno, de la emigración, por la notable influencia indiana que se desprende del mismo "3.

Tal huella nos dejó la emigración a América que dio pie a la realización de exvotos y continuas súplicas al Altísimo o a sus intercesores por los peligros que devenian de la travesía marítima hacia el Nuevo Mundo. Son numerosos los exvotos marinos que se pintaron en acción de gracias por el auxilio divino ante los avatares de la mar, siendo los mejor conservados los del Santuario de Nuestra Señora de las Nieves en la isla de La Palma. Tan profunda huella vivencial dejó en el ánimo de los isleños las travesías hacia Indias que, como - (12) TRUJILLO RODRIGUEZ, A,, Elementos decorativos indianos en el retablo canario.

11 Coloquio de Historia canario-americana. Las Palmas, 1979. Tomo 11.

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RELlGlOSlDAD Y CREENCIAS RLLlGlOSAS EN CANARIAS Y AMERICA DURANTE EL SIGLO XYIII: LAS CONTINUAS INFLUENCIAS 73

recoge Bethencourt Alfonso, hasta mediados del siglo XIX, "los buques que salían para América dejaban en los pueblos de donde embarcaba gente, un verdadero duelo, vistiendo las familias de luto y las campanas doblando como en día de los finados. El luto no se lo quitaban las familias de los individuos hasta no tener noticias. Tal era la seguridad en los viajes, donde perecían con frecuencia ahogados, o morían o enfermaban de hambre '"1.

En definitiva, las ideas y las creencias religiosas canarias se hallan impresas por una marcada influencia americana hasta el punto de difuminarse por las semejanzas y concomitancias que presentan los hábitos y actitudes socio- culturales de unas islas y un continente incorporados a las corrientes culturales e ideológicas occidentales en un mismo período histórico y que permanecieron estrechamente ligados por ese fuerte nexo que fue la emigración y los contactos comerciales.

2. LA PROYECCION DE LA RELIGIOSIDAD CANARIA EN AMERICA: EL CULTO A LA CANDELARIA.

Un rasgo característico de las diferentes comunidades isleñas establecidas en América es su identificación religiosa en torno al culto de la Candelaria. Es significativo apreciar que la definición religiosa de los isleños se unifique en torno a su proyección en una parroquia dedicada al culto de la Virgen de la Candelaria. Las motivaciones de este hecho pueden ser de diversa naturaleza. Por una parte ser la Virgen más difundida por toda la geografía insular, ligada estrechamente a su aparición a los primitivos habitantes de las islas, hasta el punto de ser considerada la Patrona del archipiélago. Y por otra, el enorme peso específico de los tinerfeños dentro de la emigración canaria.

Podemos apreciar a lo largo de todas las regiones americanas a las que los canarios emigraron la pervivencia del culto a la Candelaria que ellos forjaron cuando fundaron esas poblaciones. El propio Felipe IV en 1675 concedió el permiso para pedir limosna para la Candelaria en toda la América Española (l41.

Dentro de la difusión del culto a la Candelaria en América se pueden distinguir dos tipos de fenómenos estrechamente ligados a la forma en que aconteció esa emigración. Por una parte la fundación de pueblos como resultado

(13) BETHENCOURT ALFONSO, J., Costumbres populares canarias de nacimiento, mat,-imonio y muerte. Introducción de MANUEL A. FARIÑA GONZALEZ. Tenerife, 1985.

(14) RODRIGUEZ MOURE, J., op. cit., pág. 195.

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de la política poblacionista de la Corona de determinados territorios que podía perder si no colonizaba, trajo consigo la formación de municipios constituidos por pobladores isleños. Ese fue el caso de San Carlos de Tenerife en las proximidades de Santo Domingo, que fue municipio hasta 1911. Fundada en el último tercio del siglo XVII "'1, su población se desarrolló en torno a la parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, cuya imagen fue traída de Canarias conservándose hasta la actualidad. Tal configuración tuvo que esa población hasta bien entrado el siglo XX era conocida por el pueblo de los isleños, nombre con que se denominaba a los canarios en América, definición ciertamente bien contradictoria en una isla, pero que define, hasta con ciertas connotaciones y ribetes racistas en oposición a los negros, la población de esa procedencia.

Este tipo de emigración se difundió fundamentalmente en el Caribe. Además de la fuerte migración isleña a la actual República Dominicana, Puerto Rico, Cuba y Venezuela fueron los lugares donde esta migración fue mayoritaria. Pero además debe hacerse referencia a Luisiana, donde todavía hoy se conserva la isla de Candelaria como testimonio perenne de esa devoción, Uruguay, San Antonio de Texas, Florida y la Costa de los Mosquitos en Centroamérica.

En Puerto Rico todavía hoy la pervivencia del culto a la Candelaria es un hecho característico de diferentes comunidades de la isla. En Coamo se practica la costumbre de encender las candelarias para proteger las casas del fuego, porque según una creencia muy generalizada en el país, quien no prende una fogata en las inmediaciones de su casa el día de la Purificación, o quema al menos algunos papeles en la cocina, puede ver su morada envuelta en llamas durante el curso del año. En el pasado eran numerosas las fogatas que se encendían el 2 de febrero, e incluso se quemaba un muñeco de paja. La estrecha relación entre la Candelaria y las fiestas carnavalescas que hemos estudiado en Canarias se da también en Puerto Rico. Todavía en 1890 en esa localidad se celebran las fiestas de San Blas y la Candelaria con comparsas de

La profusión de ese culto, conjuntamente con su difusión en las parroquias de que es patrona se puede apreciar también en la imaginería popular, de la que la Candelaria es uno de sus exponentes más característicos.

El segundo fenómeno es la difusión y el patronazgo de la Candelaria dentro de la emigración isleña cuando ésta se desarrolla de forma "espontánea",

(15) UTRERA, C., Santo Domingo. Dilucidaciones históricas. Santo Domingo, 1978. Tomo 1, pág. 316.

(16) VIDAL, T., San Blas en la tradición puertorriqueña. San luan de Puerto Rico, 1986.

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RELIG10S1010 Y CREENCIAS RELlFiOSAS ih. CANARIAS I. \hlERICR DIiK,%NTE EL SIGLO XY i l l LAS CONTINGAS INFLUENCIAS 75

no debida a la política poblacionista de la Corona. Surge a raíz de la notable emigración clandestina que se establece fundamentalmente en Cuba, Venezuela y el Yucatán mexicano. El caso más señalado en este sentido es la parroquia de la Candelaria de Caracas. Creada como ermita por un grupo de canarios en 1696 y convertida treinta años más tarde en parroquia, constituye un certero exponente de unificación simbólica de los isleños en torno a su parroquia. Tan marcada es la identificación en la capital venezolana de la Candelaria con la emigración canaria que todavía hoy el ámbito que cubre sigue siendo conocido por el ocupado por los emigrantes procedentes de las islas. Los isleños, como símbolo de su devoción predilecta, daban culto a su Patrona, se integraban en su cofradía y le daban donativos para el realce de su culto y fiestas como un exponente referencia1 de su identidad personificada en el marco de su parroquia de adopción y en el culto a su Patrona insular. Tan extendido fue el culto a la Candelaria en Venezuela que aun hoy se puede hallar a lo largo de todo el territorio de ese país, como una exacta correlación del influjo de la emigración isleña en el devenir histórico venezolano.

Manuel Hernández González

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ALMOGAREN. 7. (91) M8s. 77 - 85. O CENTRO TEOLOGlCO DE LAS PALM4S

UN CASO DE CENSURA INOUlSlTORlAL DE LAS BELLAS ARTES EN CANARIAS A FINALES DEL

ANTIGUO REGIMEN

MARIA DE LOS REYES HERNANDEZ SOCORRO DOCTORA E N HISTORIA DEL ARTE

UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS

El proceso de censura inquisitorial que vamos a analizar sobre una representación pictórica de la Santísima Trinidad tiene lugar en el año 1795, a fines por lo tanto del Antiguo Régimen y cuando ya la Inquisición está próxima a extinguirse. Sucedió en la isla de La Palma, y, en concreto, en su capital Santa Cruz. Nos parece un documento interesante dado que hay escasez de este tipo de censuras frente a la notable documentación que existe relativa a libros prohibidos.

Como esobvio, la temática religiosa ocupa un porcentaje superior a otros géneros en la pintura canaria del siglo XVIII. Se trata de una producción pictórica basada en la tradición religiosa, auspiciada por los ideales contrarreformistas y potenciada por los eclesiásticos 0). La garantía de la pureza de las representaciones artísticas era observada por el Santo Oficio, ubicado en Las Palmas de Gran Canaria"' junto con la jerarquía eclesiástica -

( 1 ) RODRIGUEZ GONZALEZ, MARGARITA, La pintura en Canarias duranteelsiglo XVIII, Las Palmas, 1986.

(2) Idem, Pintura e Inquisición en Canarias en Coloquios de Iconografia. Fundación Universitaria Española, Madrid, mayo de 1988 (en prensa).

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78 MARIA DE LOS REYES H E R N A N U ~ L TOCORRO

que en una línea de moderación se preocupó de limar lo más posible las supersticiones y milagros que la tradición popular ligaba a las imágenes de la Virgen o de los santo^'^). Piénsese por ejemplo en las imágenes de la Virgen de la Peña, de Candelaria, del Pino, etc ...

La vigilancia inquisitorial se dirigía especialmente a los puertos, donde entraba en colisión con la Administración de Aduanas. Efectivamente, a los comerciantes, especialmente de los puertos de Tenerife, no les interesaba el registro de sus géneros, puesto que por esa via pasaban con facilidad productos de contrabando. Naturalmente por este camino entraron los libros y , en nuestro caso concreto, las producciones artísticas heterodoxas. A modo de ejemplo, podemos citar la carta que los Inquisidores de Canarias, en esta época que abordamos Cándido Toribio de Alarilla y Francisco Javier Sáinz de Escalera, dirigieron a la Suprema el 4 de diciembre de 1789, año de la Revolución Francesa:

"Lo cierto es que los comerciantes tienen un gran interés en que los Ministros del Sto. Offo. no registren sus géneros por qe. de este modo no se descubran los contrabandos que introducen de géneros de algodones y otros prohibidos qe. con facilidad pasan por los guardas y subalternos de Aduanas. Estas Yslas, y principalmente la de Tenerife donde están los Puertos de Santa Cruz y La Orotava, hacen la mayor parte de su comercio con los Yngjeses, Olandeses y Franceses, y en uno y en otro Puerto hay establecidos muchos =

de estas naciones, principalmente en La Orotava que la suelen llamar una colonia de Londres y por esta razón el Tral. ha tenido Spre. mucho cuidado con estos puertos y de este modo ha recogido infinitos libros, papeles, estampas y otras cosas irrisorias de Ntra. Sagda. Religión que han procurado introducir de varios modos en fardos, pipas y aún en papeles sueltos cubiertos con géneros ... "!41.

Otro ejemplo concreto de este problema podría ser la queja del Comisario del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, de 5 de julio de 1788, en la que expresaba tener noticia de haber llegado a aquella Real Aduana algunas esculturas de América y que se despachaban sin darle cuenta, a pesar de que algunas "venían muy ridículas". La Inquisición abriria el correspondiente expediente"'. -

(3) Vide INFANTES FLORIDO, JOSE ANTONIO, Un seminario de su siglo: entre ia Inquisición y las Luces, Las Palmas, 1977.

(4) ARCHIVO DEL MUSEO CANARIO (AMC), INQUISICION, Col. Bute, vol. XXVlll 2" serie ff . 54-55.

(5) Idem, f . 44.

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U N CASO DE CENSURA INOUISITORIAL DE LAS i i i L l i \ % K l i \ L\ L.<\ i K i U A FINALES DEL ANTIGUO REGIMEN 79

En el Setecientos llegaban, pues, cuadros y esculturas de América, entre otras cosas, al Archipiélago, de las que habría que destacar para el caso de la pintura de La Trinidad que nos ocupa en el presente trabajo, las obras pictóricas de este mismo tema iconográfico procedentes de Méjico

11. LA REPRESENTACION ICONOGRAFICA DE LA SANTISIMA TRINIDAD: LA INFLUENCIA DE AMERICA

El dogma de la Trinidad hay que situarlo en el Nuevo Testamento, en el momento del Bautismo de Cristo en el Jordán, cuando aparecen identificadas las tres personas divinas que supusieron la configuración de cada una de ellas. El Padre empezó a representarse como una mano que bajaba de entre las nubes, para pasar más tarde a representarse de busto y finalmente de cuerpo entero. La segunda persona se representaría con forma humana aludiendo a su labor redentora, y el Espíritu Santo adquiriría forma de paloma. Esta sería pues la plasmación plástica ortodoxa de configuración de la Trinidad. Hay que tener en cuenta la dificultad que suponía para los artistas representar este dogma: Dios a la vez triple y uno, problema que se les planteaba también a los teólogos, como a San Agustín. Recuérdese, al respecto, el episodio del obispo de Hipona con el niño de la concha al borde del mar.

Las representaciones que el arte cristiano ha hecho de la Trinidad atienden a dos modalidades:

1. Aquellas que utilizan símbolos geométricos, como pueden ser, entre otros, el triángulo equilátero inscrito en un círculo, o los tres círculos concéntricos que dan una idea aproximada de la unidad de igualdad de las tres personas divinas.

2. Las representaciones antropomórficas, que son las que nos interesan en esta comunicación y que significan la representación o configuración de la Trinidad mediante tres varones iguales o desiguales, entronizados o de pie, situándose normalmente el Dios Padre en el centro, a la derecha el Hijo y a la izquierda el Espíritu Santo. Esta modalidad de figuración humana de las tres personas divinas se desarrolló en determinados lugares y en concreto, por lo que nos interesa para Canarias, en Méjico, quizás como modo de hacer más comprensible a los indígenas, por parte de los evangelizadores cristianos, el significado del dogma de la Trinidad. La legitimidad de este tipo de

(6) RODRlGUEZ GONZALEZ, M., La pintura en Canarias ... p. 16

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representación, donde lo más llamativo es que el Espíritu Santo cobre forma humana, se apoyaba en un pasaje bíblico del Antiguo Testamento (Génesis), que narra el momento en que se le aparecen a Abrahán tres ángeles iguales y de la misma edad, cuando se encontraba bajo la encina de Mamré, a los que prepara una comida, y le anuncian que va a tener un hijo pese a su avanzada edad. El Patriarca se dirige a ellos como si fuesen una única persona, llamándole Señor o Yahvé. Este pasaje ha sido interpretado por San Agustín o San Gregorio como un antecedente de la Trinidad. San Agustin dice: tres vidit, unum adoravit. Esta es la fórmula como aparece simbolizada la Trinidad en el arte bizantino, por ejemplo en un mosaico de San Vital de Rávena del siglo VI, como los tres ángeles que se le aparecieron a Abrahán.

EL arte occidental ha representado también antropomórficamente la Trinidad, de modo individual o formando parte de un conjunto, atendiendo a tres fórmulas diferentes:

1. La Trinidad tricéfala: es decir, una única figura humana con tres c a b e z a s .

2. La Trinidad representada de forma horizontal: cada persona una al lado de la otra, figuradas de modo idéntico, o bien diferentes las tres, o el Padre y el Hijo iguales y el Espíritu Santo en forma de paloma.

3 . La Trinidad representada de forma vertical: llamándose también a esta modalidad el "Trono de Gracia". Dios Padre sentado en su trono, como signo de la gracia redentora, presenta a su hijo crucificado, mientras que la paloma que alude al Espíritu Santo se encuentra situada generalmente entre las dos primeras personas 1').

En Nueva España, el tema de la Trinidad reviste las siguientes modificaciones que reseñaremos a continuación, siguiendo a Consuelo Maquivar, por las influencias que van a tener esos modelos iconográficos en los cuadros de Canarias sobre la misma temática.

1. Como tres varones físicamente iguales identificados cada uno por su símbolo correspondiente: el sol para el Padre, puesto que es la fuerza que da la vida. El cordero para el Hijo, en recuerdo del sacrificio. Y la paloma para el Espíritu Santo. La vestimenta de sus ropajes también es diferente para cada una de las divinas personas. El Padre lleva ropaje blanco, el Hijo viste de azul, que se refiere a su ministerio en la tierra, y el Espíritu Santo de rojo aludiendo al amor y a las lenguas de fuego en el momento en que se apareció a los apóstoles en el cenáculo.

(7) REAU, LOUIS, Iconographie de I'Art Chretien, París, 1957, vol. 11, pp. 14-26

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CN CASO DE CENSURA INQUISITORIAL DE LAS BELLAS A R T L E N C4NARIiIS A FINA< ES DEL 4NTICUO REülhlEN 81

2. Como tres varones de edades diferentes y con los atributos descritos: , el Padre aparece como un anciano de cabellos y barbas blancos; Dios hijo, como es habitual mostrar a Cristo, y el Espíritu Santo más joven que éste último.

3 . Como tres varones idénticamente tratados y sin ningún símbolo que los identifique @'.

Habría que plantearse, pues, si el hecho de representar de forma humana al Padre y al Espíritu Santo es o no considerado herético. En las manifestaciones novohispanas parece ser que no debían considerarse como tales debido a la "vigilancia que ejercían las autoridades eclesiásticas y civiles sobre el quehacer artístico ..." (Y'. Además, hay que considerar el hecho de que algunas fuesen colocadas en lugares importantes dentro de los recintos sacros como es el caso del lienzo de Francisco Martínez ubicado en el baptisterio de la iglesia de Tepeji del Río en Méjico En Canarias, el tema iconográfico de la Trinidad antropomorfa, introducido como ya hemos indicado por influencia americana, parece ser que fue considerado herético -al menos en determinados casos- como demuestra el proceso que vamos a relatar a continuación de una obra colocada en la parroquia1 de Santa Cruz de La Palma en 1795, o el auto del Santo Oficio de 1786 que ordenaba "quemar o enterrar" dos cuadros que decoraban los retablos de las iglesias de los conventos de San Agustín y San Francisco de la localidad tinerfeña de Los Realejos "'1.

111. EL "REPARO" PRODUCIDO POR UNA REPRESENTACION DE LA SANTISIMA TRINIDAD EN LA ISLA DE LA PALMA EN EL ANO 1795

Describiremos el proceso(12), que transcurre de febrero a junio de 1795, de modo resumido, atendiendo a los siguientes apartados:

(8) MAQUIVAR, CONSUELO, Las representaciones hereticas de la Santisima Trinidad durante la Colonia en Cuadernos de Arte Colonial, Museo de América, Madrid, no 4, 1988, pp. 121.125.

(9) Idem, p. 124. (10) Idem, p. 125. (11) RODRIGUEZ CONZALEZ, M., La pintura en Canarias ... pp. 75-76 y de la misma autora,

"Pintura e Inquisición...". Asimismo, FRAGA GONZALEZ, MARIA DEL CARMEN, Nueva relación de pinturas mexicanas en Canarias en V Coloquio de Hisrona Canario Americana (19821, Las Palmas, 1985, T. 1, 2' parte, pp. 896-897.

(12) AMC INQ, BUTE, 1985, vol. XXVlII 2' serie, AD 1787-1817: expediente sobre Una pintura de la Ssma. Trinjdad, que se puso en la Iglesia Parroquia1 de la ciudad de La Palma. Año 1795, ff. 77-91",

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MARCA DE LOS REYES HERNANDEZ SOCORRO

A.- La denuncia.

B.- La reacción del comisario del Santo Oficio en La Palma, Manuel Volcán de Medina.

C.- El Tribunal de Canarias entra en acción.

A,- La denuncia.

Los días 5 y 8 del mes de febrero de 1795, Pedro de Toledo denuncia por escrito en forma de dos "esquelas" o cartas, al Comisario del Santo Oficio en La Palma, Manuel Volcán de Medina (que lo sería hasta la extinción del Tribunal y que era hermano del prebendado de la Catedral Pedro Volcán), la colocación de una pintura de la Santísima Trinidad, anónima, que se había colgado en la parroquia de Santa Cruz de La Palma (suponemos que debe tratarse de San Salvador). La obra se situó en dicha iglesia con motivo de la bajada quinquenal de la Virgen de las Nieves, y formaba parte de una Coronación de la Virgen. En el momento en que la pintura era instalada en el recinto sacro, Pedro de Toledo que se encontraba entre los observadores de dicha acción, indicó que podría ser considerada herética, debiendo por lo tanto retirarse de la iglesia, lo que mandó ejecutar a los estudiantes o minoristas que estaban arreglando el altar, el alguacil del Santo Oficio Juan Nepomuceno Massieu de Sotomayor. En las misivas enviadas a Volcán, Toledo argumentaba que no era ortodoxa la representación antropomorfa de la Santísima Trinidad en forma de tres jóvenes iguales con sus correspondientes símbolos: el del centro con un sol en el acto de coronar a la Virgen, el de la derecha con un cordero, y el de la izquierda con una paloma que casi no se percibía. En la primera carta -la del 5 de febrero- le cita, como argumento que justifica su postura de tratarse de una obra prohibida, la Constitución 145 de Benedicto XlV, obra que aunque la buscó en los conventos de la isla no la había hallado. La cita por lo tanto la hacía de memoria: "Spiritus Sancti Imagines sub humana forma damnatur et prohibetur" '13'.

Para Pedro de Toledo la correcta representación gráfica de la Trinidad sólo debía obedecer al momento evangélico del bautizo de Cristo en las aguas del Jordán. De ahí que, amparándose en la Constitución del referido Papa, el Espíritu Santo no debía figurarse más que en forma de paloma. La carta iba dirigida al comisario inquisitorial porque la gente rumoreaba que para Manuel Volcán no existía prohibición alguna para representar de modo humano a las tres personas divinas.

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UN CASO DE CENSURA lNQUlSlTORlAL DE LAS BELLAS ARTES EN CANARIAS ,+ FINALES DEL ANTIGUO REGIMEN 83

En una segunda carta fechada el 8 de febrero, Toledo argumenta de modo más contundente su postura citando al propio Benedicto XIV, al canonista y religioso franciscano Lucio Ferraris, personaje de mediados del XVIII, provincial de su Orden y consultor del Santo Oficio; al italiano, también canonista, Francisco Antonio Bagnudelle-Basso, igualmente del Setecientos; al jesuita austríaco Ignacio Reiffenstuell, que indica que es erróneo pintar a Dios en figura humana, que se puede pintar al Padre en la misma, y que al Espíritu Santo debe figurársele como una paloma. Por último, hace alusión a la Pastoral publicada en este mismo sentido por el obispo de Lugo -el catalán Francisco Armanyá y Font (1718.1803)- en la que escribe acerca del culto a las sagradas imágenes.

B.- Reacción del Comisario de La Palma, Manuel Volcán de Medina

El representante del Santo Oficio en la isla palmera contesta a las cartas de Pedro de Toledo el 11 de febrero del referido año rebatiéndole sus argumentos. Le indica que ha mandado pedir los libros de los autores citados por el denunciante y, una vez leídos los pasajes que aludían a la Santísima Trinidad, llegaba a la conclusión de que no prohibian la representación humana del Espíritu Santo, salvo cuando éste aparecía figurado aisladamente de las otras dos personas. Para Volcán, Benedicto XIV escribe que es opinable, o se disputa, si es o no lícito el dar forma humana a las tres manifestaciones de Dios conjuntamente, pero no lo prohibe expresamente. Comenta también que para el teólogo Reiffenstuell, el Espíritu Santo debe de pintarse en forma de paloma que "es el común sentir" de todos, pero tampoco expresa la prohibición antropomórfica. En cuanto a que el obispo Armanyá descalifique este tipo de pinturas en su diócesis, manifiesta que de la misma manera podían hacerlo en la diócesis de Canarias, si lo estimaban conveniente, el señor Tavira y el Tribunal de la Inquisición. Su conclusión a través de lo expuesto es que la obra no debe prohibirse, no encontrándose además incluida en el índice expurgatorio.

Tres días más tarde, el 14 de febrero, el propio Comisario Volcán de Medina envía al Tribunal de Canarias las dos misivas de Toledo asi como su propia contestación, expresando al Santo Oficio que la pintura se ha retirado sin su consentimiento, y que el Tribunal debe determinar qué ha de hacerse respecto al problema que se ha suscitado.

Por su parte, el Alguacil Mayor de La Palma, D. Juan Massieu, comunica también por escrito a los inquisidores de Canarias, el día 19 de febrero, la justificación de su acción de haber ordenado quitar el cuadro, expresando que

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84 MARCA DE LOS REYES HERNANDEZ SOCORRO

lo habia notificado al Sr. Volcán, quien en un primer momento estuvo de acuerdo con su postura, aunque posteriormente decidió consultar esta cuestión con su amigo el notario D. Antonio de Salazar, a resultas de lo cual decidió que el asunto merecía recabar la opinión de algunos teólogos. De dicha indagación resultó que la obra no debía ser prohibida, llegándose a saber incluso que habia otra similar en la isla de La Palma.

Iniciado ya el mes de marzo, Pedro de Toledo, no conforme con los argumentos en pro de la obra pictórica del Comisario Volcán, decide dirigirse directamente al Inquisidor fiscal Sáinz de Escalera, describiéndole la disputa generada en la isla entre los partidarios de una y otra postura. Entre los que se encontraban a favor de la ortodoxia de la representación figuraba el Padre dominico Fray Francisco Pkrez: "quien predicando sobre la Fe el martes de carnestolendas nos llamase tontos, críticos ignorantes que se atrevian a tomar en boca este sagrado misterio con tales expresiones, gritos y palmadas, que fue preciso que un inmenso concurso fixase su atención en nosotros"('4). La carta iba acompañada de una serie de reflexiones en apoyo de que la obra pictórica fuese reprobada, fundamentándose en una lectura más profunda de la citada Constitución benedictina, de la que se deducía que era sacrílego e injurioso a la Divina Naturaleza el intentar representarla con figuras y colores. A continuación planteaba al Tribunal unas valoraciones históricas sobre el dogma de la Trinidad, expresando incluso el apoyo de la autoridad de Tavira:

"Ultimamente este pensamiento está confirmado con el juicio del Prelado grande en todo que Dios nos ha dado, y nos conserbe, a quien caracterizan su profunda sabiduría e ilustrado zelo por la pureza de la Religióm, y de su culto, y se tiene noticia que está pronto a dar las más estrechas órdenes para impedir semejantes abusos, como perjudiciales a la Iglesia" '").

C. E1 Tribunal de Canarias entra en acción

La toma de postura de la Inquisición de Canarias fue la siguiente: los días 9 y 17 de marzo envió toda la documentación del proceso a los calificadores D. Esteban Fernández Salazar (natural de El Hierro, racionero y canónigo de la Catedral, catedrático de Teologia moral del Seminario Conciliar, secretario de estudios de dicho centro, así como teólogo graduado por la Universidad de Almagro y examinador sinodal del obispado), y a D. Pablo José de Silva,

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UN ¿ASO DE CENSURA INQUISITORIAL DE LAS BLLL.kS ARTES EN CANARIAS A FIYALES DEL AhTIGUO REGIMEU 85

cura del Sagrario. El dictamen de los citados ministros indicaba que la obra debia prohibirse aunque la Iglesia no hubiese hecho aún expresa prohibición o reprobación de este tipo de pinturas, pero que para evitar las consecuencias que pudieran resultar de su aprobación:

" ... impuesta la flaqueza e ignorancia que reyna comummte. en la mayor parte de los Fieles siendo por otra parte mui conducente pa. quitar a los Enemigos de la Religión todo motivo de guerra y de calumnia contra la Iglesia por la tolerancia de un culto que no es necesario pa. la piedad y edificación del Pueblo Christiano" u"'.

Finalmente, el 2 de junio de 1795, el licenciado D. Cándido Toribio de Alarilla, visto el expediente y la censura de los calificadores, levantó auto ordenando que la pintura debia de recogerse si se había colgado en la parroquia, y en caso contrario, no debia colocarse (").

IV. iEXISTEN OTRAS PINTURAS DE LA SANTISIMA TRINIDAD CON ESTA PRESENTACION ANTROPOMORFICA EN CANARIAS?

A pesar de que desapareciesen por orden inquisitorial de sus respectivas iglesias las pinturas de la Santísima Trinidad de Santa Cruz de La Palma y de Los Realejos, que comentábamos con anterioridad, existen en nuestras islas obras antropomórficas de este mismo tema. En Las Palmas podemos contemplar en la Casa de Colón una tela de la Coronación de la Virgen, obra de un pintor mejicano de la segunda mitad del XVIII, José de Páez, fechada en 1756. Presenta a las tres personas divinas de la misma forma, con mantos de distintos colores, situando tan sólo el simbolo correspondiente a la persona que alude al Espíritu Santo. Debajo de la Purísima aparecen San Juan y la Magdalena. En Tenerife encontramos también sendas representaciones de la Trinidad de forma humanizada en el almizate de la Concepción de Santa Cruz, obra de un anónimo artista del Setecientos, y en un cobre de procedencia mejicana de la iglesia de Santa Catalina de Tacoronte, con el tema de la Virgen de Guadalupe, que presenta en la parte superior a la Trinidad con el mismo esquema iconográfico, obra que la Doctora Fraga atribuye al pintor de Méjico ya citado (la>.

María de los Reyes Hernández Socorro

(16) Idem, f. 91 v. (17) Ibidem. (18) FRAGA GONZALEZ, M.C., Nueva relación ..., pp. 896-897.

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LA VIRGEN DE CANDELARIA Y EL CABILDO DE TENERIFE:

APUNTES EN TORNO A UNA CONFRONTACION SESGADA.

JOSE JUAN SUAREZ ACOSTA Y

LUIS GONZALEZ DUQUE LICENCIADOS EN GEOGRAFIA E HISTORIA

1. INTRODUCCION

La presente comunicación, que hemos realizado para estas Terceras Jornadas de la Historia de la Iglesia en Canarias, parte de un tema ampliamente estudiado. Y de ahí, quizás, pudiera parecer que venga el primer problema. Pero en el estudio de la realidad histórica nunca se puede decir que se haya llegado al techo de la verdad objetiva. Consideramos, por ello, que es bueno y hasta necesario reflexionar sobre lo ya escrito, repasar la historia desde otros enfoques a los ya utilizados. Ello lleva aparejado, pensamos, un enriquecimiento del debate y, en definitiva, un avance en el conocimiento de nuestro pasado.

"La Virgen de Candelaria y el Cabildo de Tenerife, una confrontación sesgada". Y es que el tema en cuestión se ha abordado desde el punto de las actuaciones del Cabildo. Optica parcial que arroja la documentación del Archivo Municipal de La Laguna y mediante la que se pretende dar un toque de atención

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88 JOSE JUAN SUAREL ,\COSTA I LUIS CONLALEZ OUQUE

sobre la importancia de las fuentes no eclesiásticas para el estudio del fenómeno religioso en Canarias, en todas sus vertientes "'.

11. UN CONFLICTO SECULAR

Las relaciones entre el Cabildo de Tenerife y los dirigentes espirituales del Convento Dominico de Candelaria fueron, a lo largo de toda su historia, permanentes. Muchas veces de seria y hasta fraterna cordialidad, y otras en donde las manifestaciones de acritud, por unos motivos u otros, llegaron a cotas si no de abierta confrontación, sí de sesgados y sutiles enfrentamientos dialécticos.

Si hacemos un somero repaso histórico de estas relaciones, tendríamos que empezar necesariamente por el establecimiento de la Orden en el lugar donde muchos años antes, según cuenta la leyenda, dos pastores de Güímar encontraron a la "extranjera", en la playa de Chimisay.

Así, a raíz de la elección por parte del entonces Prelado de Canarias, Don Luis Cabeza de Vaca, a favor de los religiosos de Santo Domingo (1530) para que éstos fueran los encargados de la custodia del Santuario de Candelaria, surge el primer conflicto y la primera intervención del poder civil. La oposición suscitada entre el clero secular, especialmente los de la Parroquia de la Concepción en La Laguna, ante este otorgamiento, lleva al Cabildo, reunido en la Ermita de San Miguel, a decantarse a favor de los Dominicos y, en virtud de sus facultades, a donarles por Data de 4 de Diciembre de 1534 los terrenos y la ermita del lugar de Candelaria, cuya confirmación real llegaría un año después 12).

Continuará el siglo XVI con intentos desesperados de diversos poderes y personas por obtener prerrogativas sobre la Imagen. El clero secular por hacerse con la tutela de la devoción mariana, los naturales de Candelaria por el privilegio de llevar las andas en las procesiones frente a los señores del Cabildo y estos últimos por arrogarse preeminencias frente a los Dominicos, constante fuente de recelos, sobre todo por las traídas de la Virgen a la ciudad en rogativas durante las épocas de sequía y otras calamidades.

(1) Veáse SUAREZ ACOSTA, J . y GONZALEZ DUQUE, L., Aproximación a las fuentes no eclesiásticas para el estudio del Obispado de Tenerife a mediados del siglo XI,Y y La supresión de la Diócesis de Tenerife a trav& de los expedientes civiles del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna en II Jornadas de Historia de la Iglesia en Canarias. Las Palmas, 1988.

(2) A.H.M.L.L., Oficio único, Actas, libro 1, fol. 265.

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LA VERGEN DE CANDELAKlA Y EL CABILDO DE TENERlFE 89

En la centuria siguiente los acuerdos del Cabildo relacionados directamente con la preocupación de éste por la preservación de su patronato sobre el culto y el santuario candelarino aumentan. El 28 de Noviembre de 1608 se acordó el acrecentamiento de su Convento c31, lo que se confirma el 2 de Diciembre del mismo año mediante el documento elaborado por los capitulares Cristóbal Trujillo y Luis Fiesco (".

Por esos mismos años, la amenaza de ataques por parte de una armada argelina, que ponía en peligro la existencia del Convento y la vida de sus servidores, apremia al Cabildo a reunirse en varias sesiones y acordar el traslado de la Imagen al Convento Dominico de La Lagunal5'.

A su vez, Fray Bernardo Herrera, provincial de la Orden, insta "a quitar donde esta el Convento, por no ser parte segura y correr notorio peligro de ser saqueado por los moros" (0. El lugar propuesto para su reubicación era La Fuente de los Berros y Gavilán, para lo cual señaló el Gobernador 150 ducados al año para su fábrica 1').

A lo largo de este siglo se repiten los traslados de la Imagen a la ciudad y se discute continuamente una nueva localización para la misma. Los años de 1620, 1625, 1650, 1668 y 1677 son testigos de estos hechos. Mención especial merece el año de 1668 en que, reunido el Consejo en sesión extraordinaria, se habla sobre las diversas alternativas para el asentamiento definitivo del Convento en el interior de la isla CS). La mayoría de los regidores votaron la propuesta del lugar conocido por el nombre de La Paz, sobre el Puerto de La Cruz, pero la población lagunera forma intensos tumultos ante la noticia, impidiendo tal posibilidad y restituyéndose la Virgen a su primitivo solar.

El Siglo de las Luces, que nos ocupa en esta comunicación, se inició con inequívocas señales de lo que acontecería en su ocaso. Sucesos luctuosos jalonaron la historia del Convento en esta centuria.

El 3 de Febrero de 1705, estando el Cabildo en el lugar de Candelaria con motivo de la celebración de sus fiestas, fuertes temblores de tierra, ocasionados por la erupción del volcán de.Güímar, hacen renacer el viejo debate sobre la conveniencia o no del traslado del Sant~ar io '~ ' . Sin embargo, a pesar

A.H.M.L.L., Oficio 2, Actas, libro 6, fol. 83. A.H.M.L.L., Oficio 2, Actas, libra 6, fol. 87. A.H.M.L.L., Oficio 2, Actas, libro 8, fols. 110-111 vto. A.H.M.L.L., Oficio 2, Actas, libro 8, fol. 113. A.H.M.L.L., Oficio 2, Actas, libro 8, fol. 117. A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, 9. A.H.M.L.L., Sección 1, P-1, 12.

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90 JOSE JUAN SUAREL A L O I l A L b 1 5 LONLAI EZ UUOUL

de este suceso, en los años siguientes se asiste al apogeo del culto y el templo es remozado y llega a su perfección "recibiendo la plenitud de toda su grandeza con la consagración que de el hizo en 28 de Diciembre de 1739, D. Domingo Pantaleón Alvarez de Abreu, Arzobispo de Santo Domingo" "O).

111. RENACER DE LAS CENIZAS

Este hecho marcó el inicio de una verdadera tela de araña, tejida con los informes, peticiones al rey, reuniones capitulares y choques repetidos entre los diversos poderes representados en la isla a lo largo de casi 6 años. El problema fundamental tras el incendio era la reedificación o no del Convento y, si ello era factible, cuál seria el lugar más idóneo para llevarla a cabo. Las primeras actas del Cabildo tras el suceso son de 16 y 18 de Febrero y reflejan la disponibilidad de éste a que la Imagen sea trasladada al Convento Doniinico de La Laguna, lo que no contaba con el beneplácito de los religiosos de Candelaria, que veian en ello un posible freno a la pronta reedificación del Santuario 1").

El 21 del mismo mes, el Cabildo, frente a esta negativa, decide elevar un informe reservado al Rey ('a, detenido en última instancia por el reconocimiento de los frailes sobre la primacía decisoria del Cabildo como representante del patronato real. Los regidores recompensaron este gesto olvidando, por el momento, la idea del traslado "3.

Mientras tanto, los religiosos aprovecharon la visita a la isla del arquitecto Diego Nicolás Eduardo y le pidieron asesoramiento sobre el emplazamiento ideal para la nueva obra que tenían en mente. A ello contestó Eduardo ponderando el traslado al Cerro de La Magdalena, porque su terreno permitía una cimentación más adecuada que el solar precedente '14).

A la posición de cierta ambigüedad del Cabildo se sumó la inspección que en aquellos momentos realizaba el comandante de ingenieros Don Luis Marqueli por orden de Carlos V. Esta provocó en Octubre de 1790 que se informara al Provincial de la Orden, Fray Juan de Sosa, que debían tener en

RODRIGUEZ MOURE, JOSE, Historia de la devoción del pueblo canario a Nfra. Sra. de Candelaria, (La Laguna, 1911) en Historia de la Religión en Canarias de DACIO V. DARIAS PADRON. Ed. Cervames, S/C. de Tenerife, 1957, págs. 359-363. A.H.M.L.L., Oficio 2, Actas, libro 28, fols. 155-156. A.H.M.L.L., Oficio 2, Actas, libro 28, fol. 156 vto. A.H.M.L.L., Oficio 2, Actas, libra 28, fol. 160 vto. A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, 10, fols 25-26.Z

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cuenta al erigir el nuevo convento que éste no embarazase la línea de fuego

de la fortaleza de San Pedro, anexa al Santuario y construida expresamente para defender al mismo. Las cortapisas de los militares venían apoyadas por

una serie de Reales Ordenes que prohibían el establecimiento de edificios civiles dentro de los limites de una distancia convenida alrededor de cualquier posición

militar í"'.

A pesar de ello y sorprendentemente, un mes después, el Cabildo accedió

a la pretensión de los frailes de erigir dos cuartos para alojamiento de los mismos

en el arrasado solar, habilitando, debajo de uno de ellos, un oratorio público donde colocar la estatua de la Virgen. Idea sugerida y apoyada por el Provincial

en una carta a los regidores, en la cual se expresaba, además, que la construcción

del nuevo templo quedaba pendiente hasta que fueran aprobados sus planos

por la Real Academia de San Fernando, como era preceptivo. Sin embargo,

no se mencionaban los inconvenientes que la negativa militar oponía a su

consecución.

A partir de este momento se observa un vacío documental que nos atrevemos a achacar a un cierto estancamiento del problema, motivado por

el freno que las Reales Ordenes sobre edificaciones militares dictaban al

respecto ('Q. En este lapsus de algo más de tres años, solamente hemos encontrado alguna que otra petición de los dominicos al Cabildo con el deseo

de buscar una solución rápida a un problema que estaba mermando tanto la

continuidad del culto como el número de frailes que podían permanecer en

Candelaria.

El 27 de Noviembre de 1794 se reunió el Cabildo para analizar un informe,

elevado por el Prior del extinto convento, en el que se especificaban varias

razones por las cuales el antiguo solar de la fábrica no incumplia las ordenanzas militares y achacaba la oposición a un error del ingeniero militar, que invitado

a reconocer la zona no lo había hecho. El Prior solicitaba, de paso, el apoyo

del pleno para suplicar el Comandante General, Don Antonio Gutiérrez, que reactivara las investigaciones conducentes a la obtención de un permiso para

la reedificación (").

(15) A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, lo, fols. 10 y 5 5 . (16) A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, 10, fol. 2 vto. (17) A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, 10, fols. 4-14,

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92 JOSE JUAN SUAREZ ACOSTA Y LUIS CONLALEL DUQUE

IV. LA SOLICITUD DEL PRIOR

La exposición de Fray Andrés Méndez Carrillo, natural de la isla de La Palma, representa, a nuestro entender, la visión de un hombre que nada entre dos aguas: demostraba su conocimiento de temas comunes a las mentes más abiertas de la época, pero, al mismo tiempo, aparece anclado en posicionamientos opuestos a aquellos. La pormenorización del análisis, su erudición histórica y su ciertamente sutil pero mordaz critica a algunos valores advenedizos, reafirman su marcada personalidad a lo largo de la carta.

El informe, bastante extenso, se estructura en dos partes diferenciadas. Una primera, descriptiva, está encaminada a convencer al Cabildo de haber sido ellos mismos los defensores históricos del mantenimiento del Convento en el solar de Candelaria, lo que se intenta sustentar con reiteradas citas de antiguas sesiones capitulares que daban fe de ello, aunque soslayando cautelosamente toda mención a las fricciones que desde los primeros días se sucedían entre ambos.

La segunda parte del escrito, más original, explica las razones por las cuales eran factibles los deseos de los frailes.

En primer lugar, el secular abandono de los fieles, sobre lo cual escribe (181:

"Predicarnos todos los Domingos de Madrugada a un numeroso gentío, que bajan de las sierras, que no oyen en todo ef año otra palabra divina".

Más adelante, y en el mismo tono, presenta a los frailes de Candelaria como los artífices de los avances materiales y espirituales de la isla:

"Nos podemos llamar los perpetuos confesores de todas las las islas y de muchos extrangeros, no pasandose mes sin que aparezcan algunos que salen de sus tierras con solo este fin".

Seguidamente introduce un aspecto fundamental para la permanencia del convento en aquel lugar: el derecho jurídico de propiedad sobre las tierras donde estaban los edificios antes del incendio. Se basaba para ello en la data otorgada por el Cabildo en 1534 y adornaban su defensa unas frases que son un ejemplo más del conocimiento que sobre los sucesos del momento tenía el

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LA VIRGEN DE CANDELARIA Y EL CABlLDO DE TENERIFE 93

Prior, al tiempo que no dejaba de destilar una cierta ironía en sus palabras, dirigidas a un auditorio que gustaba de la novedad, especialmente la francesa:

"Es muy sagrado el derecho de propiedad: a menos que no se intente adoptarlas reglas del govierno Frances, que rige en el dia".

Arremete después contra aquellos que han obstaculizado las obras con la excusa de impedir el fuego a la batería de San Pedro y alude a los militares que en tiempos anteriores habían ordenado su construcción:

"iCreerían estos grandes y piadosos señores cuando usaban con nosotros de tantas bondades que aquellas mismas obras que mandaban hacer para perpetuar y asegurar nuestro Conbento del Barranco y delos Piratas habían de ser en algun tiempo embarazoso para su reedificación?".

La unidad del altar y el trono no podía estar ausente en su discurso, acusación velada a ciertos grupos por su exceso de celo regalista y manifiesto de que los dominicos han sido y serán los más fieles vasallos del rey:

"Si no pelean en campaña mantienen la quietud de los pueblos y ruegan a Dios por la felicidad de la Monarquía y gritan sin cesar contra el Jacobinismo, lo que quizá les habrá conciliado el odio de los impios".

A estos aspectos se unían los de tipo económico, uno de los frenos más importantes para el Cabildo a la hora de acometer la empresa de la reconstrucción como más adelante se verá. La austeridad económica es, en palabras del Prior, una de las bases de la Orden y además el Santuario no necesita de grandes dispendios:

"Que hay bastante sitio para hacerlo segun nuestros cortos fondos, (que no son otros que la Piedad de los fieles pobres, que los ricos nunca dan...)".

Las palabras de la última línea aparecen tachadas en la copia de la carta que se halla en el expediente del Cabildo que hemos utilizado, sin que hayamos podido saber cuál fue la causa de tal acto y si es coetáneo al proceso o se hizo posteriormente.

La intuición es otro de los componentes de la súplica del Prior, no exenta como se puede observar de duras alusiones a los regidores del Cabildo. Sorprenden las palabras de Fray Andrés Méndez cuando habla de lo absurdo

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94 JOSE JUAN SUAKEL ACUSTA Y LUIS UONZALEL DUOUE

de un ataque enemigo a las playas de Candelaria, si éstos quisieran tomar el puerto de Santa Cruz:

"Cuando nuestros enemigos lo intentasen (que no lo permita Dios) ellos lo harán derechamente por Santa Cruz, sin tener miedo a sus castillos y murallas ".

Sentencia premonitoria de los sucesos que pocos años más tarde protagonizaría Nelson en su frustrado intento de atacar dicho puerto.

Todo este derroche argumenta1 lo completa con una exposición de las posibilidades reales de ubicación del convento en su antiguo solar. Sus conocimientos en el campo de las artes son evidentes y afirma que es el realizador de los planos del nuevo edificio, aseveración no sustentada por las investigaciones de los historiadores posteriores a Rodriguez Moure.

V. LA ACTUACION DEL CABILDO

La carta que firmaran el Prior y los frailes de la congregación parece ser que corrió aparejada a una petición cursada al Monarca en Octubre del mismo atio y cuya respuesta recibió, el 9 de Julio de 1795, el Comandante General, como suprema autoridad real en las islas. En dicha contestación se ordenaba reunir todas las opiniones y noticias tocantes a la reedificación en el antiguo emplazamiento. Ello ponía en suspenso la ratificación que el Cabildo había dado al informe de los religiosos y que sólo estaba pendiente de la decisión del citado Comandante General"9). A su vez, se reavivaron las polémicas en el seno de la corporación lagunera, ya que algunos regidores se inclinaban por la idea ya antigua de trasladar la fábrica a otra zona de la isla. Dicha corporación optó por encargar informes a varios de sus miembros con el fin de cumplir el real deseo y elaborar, al mismo tiempo, un proyecto que acabara con la larga y desesperante situación tanto del culto como de sus servidores.

Los regidores Juan Tabares de Roo y Juan Próspero de Torres Chirino elaboraron sendos planes sobre la viabilidad del trazado por los dominicos; pero la falta de claridad y escasa profundización de análisis así como la disparidad de opiniones, obligaron al Cabildo a solicitar del Personero General un nuevo dictamen.

(19) A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, 10, fols. 15-17 vto.

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LA VIRGEN DE CANDE I.AKI.\ > EL I R N I L O 0 DE TENERlFE 95

El informe de Torres Chirino (20), fechado en 28 de Julio de 1795, defendía en esencia las pretensiones del Prior frente a la negativa del ingeniero de fortificaciones. Entre los argumentos esgrimidos por el regidor, el primero se refería a la edificación misma de la batería como salvaguarda del Santuario y a la distancia de 14 varas que había entre los dos edificios "por los puntos más cercanos de sus respectivas circunferencias" ("1. A ello se añadía la localización de la fortaleza en un ángulo saliente del terreno que evitaba que la línea de fuego afectara a la morada de los frailes.

Amén de ello, la batería, en su papel de defensa costera, era inoperante a los ojos de Torres Chirino y Méndez Carrillo por estar asentada bajo el Cerro de la Magdalena, desde donde el enemigo, si desembarcaba por las playas de La Viuda y La Marina, podía hostigar e inutilizar a la misma.

Por estas razones el regidor pedía que fuese el castillo lo que se trasladara para situarlo sobre el Cerro de la Magdalena, de manera que pudiese cubrir no sólo la playa donde se ubicaba el convento sino las otras dos circundantes al paraje en cuestión. Este traslado, apuntaba Torres Chirino, sería poco costoso por la escasa envergadura de la construcción:

"Reducido a 16 varas en quadro con 6 de alto y tres únicas piezas de artillería del calibre de a 10, y de a 12, y a la distancia de 1771 pasos hacia el norte por lo largo de la playa se haya la fortaleza de Santhiago mas ventajosamente situada, construida con más solidez y coronada de más artillería cuya obra mandó hacer el actual Exc. Comandante, persuadido a caso de las mismas razones que tuvieron sus antecesores los Sres. Bernardy y Heredia, quienes, conceptuando de poco util por su localización la batería de San Pedro rehusaron gravar la Real Hacienda con los gastos de su reparación".

Finalizaba el informe evaluando el alto coste que supondría para la Hacienda el tener que indemnizar a los frailes, como propietarios que eran de la data del terreno, si se optaba por el traslado del convento.

Tabares de Roo, el segundo de los informadores, creía, por el contrario, que se debían afincar a los frailes y a la ermita en otro lugar, y enumeraba para ello los enormes problemas de todo tipo que acarreaba la permanencia del Santuario en su antiguo sitio. El risco que se erguía a espaldas del mismo, -

(20) A.H.M.L.L., Sección 1 , P-11, 10, fols. 18-21 (21) A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, lo, fol. 20.

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96 JOSE JUAN SUAREZ ACOSTA Y LULS GONLAIEL DUQUE

permanente amenaza por los desprendimientos de rocas que ya habían destruido parte de sus habitaciones en épocas pasadas, el barranco que anegaba con sus avenidas la iglesia, y el mar, que en ocasiones había entrado por la portería, se sumaban periódicamente al constante efecto del salitre, que carcomía las pinturas y las alhajas, y al viento, que llenaba de arena los claustros y las habitaciones [2".

A los efectos naturales se añadía el peligro de las incursiones corsarias, razón esta que ya había hecho concebir la idea del traslado desde fechas tan tempranas como la de 1620. Aunque dejando al Cabildo la elección última de una solución satisfactoria, Tabares de Roo pedía ante todo que el proyecto de nueva ubicación se hiciese a conciencia, no sólo con el señalamiento de un lugar adecuado que eliminara los inconvenientes antedichos, sino también según unos planos arquitectónicos que cumplieran con las normas estilisticas marcadas por la Real Academia de San Fernando. Quería evitar, así, la falta de conjunción entre la iglesia y el resto de las habitaciones, que presentaba la antigua edificación.

En la concepción de todas estas propuestas, habia ayudado al regidor el M.R.P. Mtro. Fra. Juan de Sosa, cuya carta se incluyó en el expediente que se estaba formando. Dicho padre, Provincial de la Orden, argumentaba que en 1789, tras la quema del convento, el lugar había sido reconocido por Diego Nicolás Eduardo, el cual, como ya se ha dicho anteriormente, opinaba que el levantamiento de la nueva obra sobre sus ruinas era inadecuado y que el lugar más conveniente era el Cerro de La Magdalena, idea que habia apoyado poco después el Obispado (23).

Por lo que respecta al encargo hecho al Síndico Personero General, Bartolomé Agustín González de Mesa, éste elaboró varios informes antes de que el Cabildo ratificara sus propuestas y las elevara al Comandante General. El Síndico Personero, sin aceptar plenamente las opciones dictaminadas con anterioridad, abogaba por el traslado de la Santa Imagen y de sus cuidadores a la casa que la Orden tenía en la ciudad, aunque sugería que esta decisión fuese tomada en cabildo general de toda la isla, a lo que se negaron los regidores argumentando la premura que corría solucionar el tema. González de Mesa resumía su propuesta en las palabras siguentes:

"La diversidad de dictámenes de los mismos religiosos, las razones que mutuamente se oponen, la cortedad de fondos (que los del

(22) A.H.M.L.L., Sección 1 , P-11, 10, fols. 22-24. (23) A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, 10, fols. 25-26.

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LA VIRGEN DE CANDELARIA Y EL CABILDO DE TENERIFE 97

convento de Candelaria confiesan en su representación a los folios 11 y 13) y la pobreza de las islas, son circunstancias que hacen casi imposible el efecto de la fábrica, sea en uno u otro de los sitios elegidos. En el interin, las estrechez a que aquellos padres se hallan reducidos, no les permite celebrar el culto divino con toda la pompa y magestad les es debida (como lo conocen aquellos religiosos en su citada representación a Fo. 9), ni vivir con la comodidad y decencia que corresponde. Por otra parte el convento de esta ciudad se halla deteriorado, como a V.S. consta, sus facultades son igualmente escasas, y aun cuando las de uno u otro, fuesen suficientes, los montes, en la decadencia en que están, no podrían dar la madera necesaria. La falta de Ministros, aún para lo muy preciso, en ambos conventos, como en los demás de la provincia es notorio y por lo mismo, la reunión propuesta, proporcionaría el cabal desempeño de las respectivas obligaciones y la reedificación de este en La Laguna, dificultosa por otros medios, y V.S. ahorraría mucha parte de lo que invierte en la función de Candelaria para atender a varias necesidades públicas, bien urgentes"(24'.

VI. LA INTERVENCION REAL

En sesión de 27 de Agosto, la corporación acordaba la restauración de la Iglesia que se hallaba en el Convento Dominico de La Laguna, para depositar la Virgen de Candelaria. La elección se realizó no sólo con los argumentos esgrimidos por el Síndico personero, sino también teniendo en cuenta algunas peticiones de traslado hechas por la Orden, en siglos anteriores, y que, según el Cabildo, avalaban enteramente lo que se disponían a realizar. Además se valoró la opinión del cura párroco de Candelaria, Agustin Tomás de Torres, que en una carta fechada 6 años atrás, en los meses posteriores al incendio, hacia un resumen de lo acaecido la noche del infortunado suceso. En dicha carta se comentaba que, al ofrecerse el párroco a depositar la imagen en su iglesia y cuando se efectuaba el traslado, el P. Fr. José Villavicencio ordenó que se condujera a la cueva de San Blas. Lo mismo ocurriría al día siguiente con algunas de las estatuas y objetos que las mujeres del pueblo habían logrado rescatar y llevar a la parroquia.

(24) A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, 10, fols. 27-28 uta. y 31-32.

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98 JOSE JUAN SUAREL ACOSIA Y L U I S C O N L A L E L DUQUE

Los motivos de la extraña conducta los explicaba el sacerdote en los últimos párrafos de la carta:

"Es muy cierto que entre nosotros ha habido ciertas diferencias y discordias provenidas de la defensa en el derecho parroquia1 por razón de entierros, y no ser posible querer concurrir a esta parroquia en varias ocasiones que se les ha conbidado a cantar misa, Bestuarios ni administración de sacramentos, y aun escusandose de auxiliar a los moribundos quando los han llamado, todo lo cual practican en otras partes los religiosos por indisposición, y suplicas de los párrocos como yo lo he hecho con estos, y precisamente en dos ocasiones salir de este lugar, he pedido un religioso que quedase hecho cargo de esta parroquia y me ha respuesto el P. Prior, no tiene religiosos aun para lo preciso de su Convento. Otras multiplicadas diferencias se han ofrecido que no me son posibles manifestar a Vuestras Señorías ... " '25'.

Dice Rodriguez Moure, en su trabajo, que el acuerdo del Cabildo fue mal recibido por los pueblos y que en Junio de 1795 se conseguía, por una Real Cédula, que el ramo militar no embarazase la reedificación del Convento sobre sus calcinados cimientos y que su traslado a otro lugar lo acordaran entre los regidores y los frailes '"6' Sin embargo, la fecha del acuerdo citado es de Agosto de ese año, lo que expresa también dicho historiador, de lo que se deduce que la fecha de la Real Cédula puede ser errónea, producto de una errata en el libro o una confusión de Rodriguez Moure.

Basamos esta hipótesis en la información que nos ofrecen los folios que siguen al acuerdo en el expediente del Cabildo. En ellos se encuentra una carta del Comandante General a los regidores, de 23 de Junio de 1796, en la cual se reproduce la respuesta enviada por el Exmo. Sr. D. Miguel José de Azanza desde la Corte en Mayo del mismo año. En ella indicaba que se había dado cuenta a su majestad del oficio mandado en Febrero por el Comandante General, con los resultados de la encuesta que comentábamos en el apartado anterior. La resolución de Carlos IV concuerda con.10 expresado por nuestro autor, pero en un año posterior, o sea de 1796 '27'.

(25) A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, 10, fols. 33-34. (26) RODRIGUEZ MOURE, JOSE, p. cit., páp. 362. El autor, así misma, confunde la opinión

del regidor TORRES CHlRlNO en el várrafo anterior. Le achaca la idea del traslado del ~an tua r i o al Cerro de la Magdalena. &ando aauel lo aue oedía era la ubicación en dicho - lugar de la batería.

(27) A.H.M.L.L., Sección 1, P-11, 10, fol. 38

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LA VIRGEN DE CANDLLhRlA Y EL CABll DO DE TENERlFE 99

A la carta del General Gutiérrez, vista en cabildo de 30 de ~ulio,'se unió otra misiva en el mismo mes, con la que finaliza el expediente, enviada a los regidores por Fr. Andrés Méndez Carrillo. En éste se expresa a la corporación la resolución del Rey y el deseo de los frailes de comenzar las obras en su antigua ubicación. Se habla igualmente de que esta decisión la había tomado la comunidad en su conjunto, frente a las disensiones anteriores, y que la había apoyado asimismo el Provincial, antaño defensor del traslado del culto a La Laguna. Se informa además que los planos han sido aprobados por la Real Academia, con lo que se cumplen todos los requisitos que hasta el momento impedían la reconstrucción. Sin embargo no se hace alusión a uno de los problemas básicos debatidos en las sesiones del Cabildo, la cuestión monetaria.

VII. A MODO DE CONCLUSION

Efectivamente, la obra se llevó a cabo entre los años de 1796 y 1808. En 1826 un temporal arrasó de nuevo el Santuario y precipitó la Imagen al mar, de donde nunca pudo ser recuperada. Se cumplían así, irónicamente, los cálculos de aquellos, que como Tabares de Roo, ya habían predicho los riesgos naturales a los que se exponían las edificaciones, de permanecer en aquellos parajes. La polémica del traslado siguió vigente hasta la década de los años treinta de este siglo cuando se Ilevó a cabo la ubicación y fábrica definitiva.

El Patronato de La Virgen de Candelaria nunca estuvo exento de conflictos. El de su traslado es uno más en el entresijo de intereses enfrentados que nacieron con su creación en el siglo XVI. El fervor por unaimagen envuelta en una leyenda tan sugerente como era la de su hallazgo, los numerosos milagros que sus cronistas recogieron y que extendieron su culto a las Indias, hacían que su custodia fuera motivo de orgullo para quienes la detentaban y, en cierta manera, reconocimiento de su poder e influencia en una sociedad tan devota como la canaria en el Antiguo Régimen. De ahí, las continuas disputas conocidas genéricamente como "pleitos de silla", de los cuales los ocasionados por el Patronato, cuya autoridad era bastante confusa a tenor de la documentación consultada, no eran de los menores, como hemos querido mostrar en este trabajo.

Aunque estos contenciosos sobre la Imagen de Candelaria necesitarían de un estudio en profundidad y de una revisión de lo ya escrito, no queríamos pasar la ocasión de reseñar uno de los sucesos más significativos de su historia en el siglo XVIII, como lo fue el de su quema y posterior reconstrucción. A

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nuestro parecer, la importancia del hecho radica en los años en que ocurre, de 1789 a 1796. Fechas en que se asiste a los sucesos de la Revolución Francesa y el reinado de Carlos IV. Años en los que la Ilustración, en España y también en Canarias, pierde el impulso del reinado anterior, se retrae ante la evolución en Francia y se desmembra, con el cambio generacional, en grupos de distinto signo, algunos de los cuales serán los protagonistas de las Cortes de 1812 y del nacimiento del liberalismo.

Algo de esto se entrevee en el expediente, especialmente en el informe del Prior y s t~s ataques soterrados a los aires nuevos que trae la Revolución, los cuales parecen llegar a las islas con cierta facilidad y permisividad. También se observan las directrices de la política regalista, que no sólo hacen difícil la tarea a los frailes sino que ponen en evidencia los conflictos entre el poder local, el Cabildo y el real, el Comandante General, moneda corriente de este siglo.

Sin embargo de todo ello, los mismos problemas de competencia no fueron ajenos al tumultuoso siglo XIX; el problema del traslado de la Imagen o las ingerencias del Cabildo, como sustentador económico del culto, tienen un amplio muestrario en los fondos del Archivo Municipal de La Laguna.

José Juan Suárez Acosta y Luis González Duque

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ALMOCAREN. 7. (91) Phgs 101 110. O CENTRO TEOLOClCO DE LAS PALMAS

LA HUELLA DE DUQUE CORNEJO EN GRAN CANARIA

GRACIELA GARCIA SANTANA LICENCIADA E N HISTORIA DEL ARTE

Se hacen necesarias unas líneas para conocer y mejor comprender la obra y la trascendencia de ésta, del que estamos seguros es figura indiscutible de nuestra historia del arte.

Pedro Duque Cornejo fue arquitecto, escultor, pintor, grabador y

dibujante. Nació en la ciudad de Sevilla el 14 de agosto de 1678. Su padre, José Felipe Duque Cornejo fue un mediocre imaginero, pero estaba casado con la pintora Francisca Roldán Villavicencio, hija de D. Pedro Roldán, artista destacadisimo y uno de los más importantes del pleno barroquismo sevillano. Este imaginero, Pedro Roldán, había tenido una descendencia numerosa que prácticamente estaba vinculada de lleno con el mundo del arte. Destacando especialmente su hija Luisa Ignacia Roldán, llamada "la roldana", esciiltora de cámara de Carlos 11 y de Felipe V.

En general, el ambiente que rodeó al niño Duque Cornejo fue muy fecundo en lo que a aportaciones artísticas se refiere. Creció entre gubias y cinceles, y sin embargo, él se va a destacar expresivamente sobre todos, convirtiéndose en el directo heredero de Pedro Roldán.

Su vida transcurrió entre las ciudades de Sevilla, Granada, Córdoba y

escasamente Madrid. La mayoría de los historiadores del arte no han dudado en calificar su obra como el puente y el lazo de unión entre las dos esciielas

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andaluzas, la oriental granadina y la occidental sevillana. No olvidemos que Pedro Cornejo, como se le llamaba en su época, conoció muchas fuentes. Primeramente, como ya mencionamos, su abuelo D. Pedro. También aprendió de cerca de Jerónimo Blabás, muy prestigioso en su tiempo, al que ayudó en varios retablos y del que sin ninguna duda heredó su modernidad en la composición. Pero también tomó apuntes de Hurtado Izquierdo y, antes que todos estos, del flamenco José de Arce. Debemos imaginarlo tratando con los escultores de las ciudades por donde pasaba. Posiblemente conoció, al menos en dibujos, las obras de Bernini por las Colecciones Realcs.

Podría definirsele como un hombre de buena y cultivada formación, que recogió todo este mundo que le rodeaba inspirándole un arte muy propio exclusivo y personal. Llegó a ser el escultor de cirnara de la reina Isabel de Farnesio. Su producción ha sido generosa, aunque aqui por razones de tiempo sólo vamos a mencionar las más destacadas.

Nombrar primeramente su producción granadina, iniciandose en 1716, con prácticamente lo único que queda: El Retablo de la Virgen de la Antigua de la Catedral de Granada, obra que encargó el arzobispo D. Martin de Azcargorta. Se trataba de hacer un conjunto retablislico para una virgen gótica alemana que los RR.CC. habían llevado a esa ciudad. Lo primero que se planteó Duque Cornejo fue cómo encajar esta imagen perteneciente al mundo medieval dentro de un marco completamente barroco y, aunque pueda dar la impresión de que la imagen con su estilirada y esbelta línea se pierde en el bullicio retablístico, en realidad no ocurre así. El efecto de treatralidad es patente. Se ponen de manifiesto muchos de los elementos que seguiremos viendo continuamente en Cornejo, como es el empleo numeroso de la escultura, pero apréciese aqui que buena escultura, pues tanto San Cecilio, San Gregorio Bético, como los arcángeles, tienen una extraordinaria calidad. Destacan tambiin las típicas volutas, las colgaduras que también veremos numerosas veces en Cornejo y que posiblemente son un elemento heredado del arte de Hurtado Izquierdo.

Pasan los años y en 1731 encontramos a nuestro artista trabajando en tierras hispalenses en uno de los más complejos conjuntos retablisticos barrocos: la Iglesia del noviciado de la Compañia de Jesús dedicado a San Luis de los Franceses en Sevilla. Comprende cuatro retablos importantes: El Retab!o del oratorio delos novicios, presenta claras analogias con el retablo de la Catedral de Granada, pero también sus correspondientes diferencias, ya que pertenecen a momentos evolutivos distintos. La segunda pieza de este conjunto es el Gran Retablo Mayor, donde Cornejo consigue desintegrarlo tectónicamente ante una decoración totalmente dispersa de elementos decorativos.

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Los otros dos retablos, el de San Luis Gonzaga y el de San Esranblao de Kotska, son menores y siguen la línea general, destacándose especialmente el último donde el maestro se puede decir que consigue fundir la arquitectura, con la escultura y la pintura.

Otro retablo de la provincia es el importante de Umbrere, que, por cierto, no ejecutó Cornejo sino Felipe Fernández del Castillo.

Por último, en Sevilla, es meritorio destacar el Retablo de la Virgen de la Antigua de la Catedral y los colaterales de1 Sagrario. Novedad de éstos es el material, el mármol, donde Duque Cornejo no supo mostrar la maestría y el particularisimo estilo que da a sus retablos lignarios. Tengamos en cuenta que, en concreto, en este retablo se limitó a concluir la obra que pertenecia a finales del siglo XVII.

Y queda mencionar otra gran ciudad andaluza donde Cornejo dejó una de sus más estimadas obras, Córdoba y su Sillería del Coro de la Catedral. En esta ciudad murió el artista en 1757, dos semanas antes de la solemne inauguración de la sillería.

Su influencia ha sido estimable, no sólo por el resto de España, especialmente Andalucía, sino también en América. Nosotros mencioiiamos que Canarias fue un punto de encuentro para su arte. De él se ha dicho, y opinamos que acertadamente, que su gran influencia no fue el tipo de retablos, ni su organización, sino concretamente sus detalles y, de forma clara, el tratamiento en las estatuas de bulto. De entre los artistas que han seguido su linea más directamente podemos mencionar a Blas Moreno, Antonio Primo, Sánchez Cañadas, Alonso Gómez de Sandoval, etc ...

Y ya entrando de lleno en la aportación que este escultor hizo a la isla de Gran Canaria tenemos que mencionar primeramente la imagen de SAN FRANCISCO DE BORJA E N LA IGLESIA DE LA COMPAÑIA DE JESUS DE LAS PALMAS.

Se trata de una escultura de madera policromada. Se encuentra situada en lo alto del Retablo Mayor de la iglesia de los jesuitas de Las Palnias. Es la única obra segura que tenemos basta el momento del escultor. Existe un documento que confirma plenamente su autoria. Se trata de una copia, que se halla en el Colegio de San Ignacio de Loyola de Las Palmas, del libro de Mathias Pedro Sáncbez Bernalt sobre la "Semi-Historia de las fundaciones de la Compañia de Jesús en las Islas Canarias" y cuyo original se encuentra en el "British Museum" de Londres. En dicho libro podemos leer la siguiente

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documentación en el folio 149v: "Al llegar a Canarias le tenia (...) aquel Deán una hermosa Estatua del Sn. Borja que el mismo Deán avia pagado con 200 pesos al famoso Estatuario de Sevilla Cornejo, haviendo corrido con este empeño el P. Juan de Harana gran devoto del Santo. Salio perfecta y muy bien estofada. Como el santo es el titular de nuestra Iglesia Canaria (la nueva) fue preciso saliese bien avultada la Estatua para que a su tiempo ocupase (...) en el trono principal del futuro Retablo del Altar Mayor y mientras se hacia la Iglesia dispuso el Dn. un pequeno atajadizo en el Patio del Colegio donde se colocó en un Altar interino. Allí concurría mucha Gente el Día del Santo a hacer oración y oir misas. La estatua es digna de verse" "1.

Como podemos ver, la documentación que forma parte del diario del dicho deán, no sólo nos da el nombre del maestro escultor y que no hay razones para dudar que no sea correcto, sino también lo que se pagó por dicha obra.

El deán mencionado no es otro que D. Bartolomé Benítez de Lugo, que quizás no fue un hombre demasiado querido en la ciudad de Las Palmas, posiblemente por su cargo de Inquisidor 0'.

En el año 1728 tomó posesión del nombramiento de Deán del Cabildo Catedralicio de Canarias. Después de estar algunos años en La Orotava regresa a Gran Canaria en 1732 y ya estaba la imagen de San Francisco en ella. Aquí es donde cogemos el hilo de la narración de Sánchez Bernalt. Sabemos entonces que es posible que la imagen se encargase sobre el año de 1728; y también conocemos que el escultor Cornejo estuvo dedicado al gran conjunio de retablos jesuíticos de San Luis de los Franceses de Sevilla desde 1731, así que estaba metido de lleno en este ambiente de la Compañía cuando realiza la obra. También Bernalt en su diario nos da otras noticias provechosas y es que el P. Juan de Harana fue el que llevó a cabo las gestiones en Sevilla. Este hombre era jesuita, así que podemos imaginarlo hablando con el escultor asiduamente sobre el encargo de Canarias.

Según el P. Julián Escribano Garrido, autor de la tesis "Los jesuitas en Canarias. 1566-1767", "La imagen del santo fue recibida con gran aceptación de la población" 1"'.

(1) SANCHEZ BERNALT, MATHIAS PEDRO, Semi-Hisioiia de la fuiidación dela Compsfiia de Jesús en las Islas Canarias. De la Librería del Sr. Marqués de Loreto. Departameriia M.S.S. Biirish Moseorn, fol. 149 v. Biblioteca del Colegio de San Igiiacio de Loyola de Las Palmas.

(2 ) ESCRIBANO GARRIDO, JULIAN, Los jesuiras eii Caiiaiizis. 1566~1767. Ed. Biblioicca Teológica Granadina 22. Facultad de Teología de Granada. (Colaboración econámica de la Comunidad Autónoma de Canarias). 1987, pég. 372.

(3) Ibídem, pig. 370.

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LA HUELLA DE DUQUE CORNEIO EN GRAN C<N\,ARI\ 105

Y sobre la iglesia que iba a llevar su advocación, se sabe que el obispo asturiano fray Valentín de Morán la impulsó e inauguró, aunque ya el Deán Benítez de Lugo habia aportado 1 .O00 pesos para la obra. Teníamos noticias de esto por José de Viera y Clavijo que en su "Historia de Canarias" narra que: "Eligióse para titular de la nueva iglesia a San Francisco de Borja, cuya prócer habia costeado el mismo deán Benitez a la cual dejó por heredera de sus bienes (créditos por la mayor parte) en fuerza de testamento bajo de cuya voluntad falleció en 25 de marzo de 1732 habiendo hecho los votos de la Compañía y mandado se le enterrase en el colegio con la sotana de jesuita" '4).

Una vez conocidos estos datos preliminares de la obra, pasamos a su estudio en sí.

La imagen aparece vestida con sotana, faja negra y cuellos doblados, como corresponde a su Congregación. Desde la altura en que se distingue la imagen, se puede observar un gran juego y movimiento de paños negros que ondean y revolotean y que resaltan vivamente por el fondo dorado que le acompaña. Siempre ha existido en Cornejo una sabia intencionalidad de compaginar a los santos con el fondo. Lo cierto es que el escultor no estuvo aquí para comprobar dónde y cómo quedaría su obra, pero acaso sí lo conociese por algún dibujo o tuviese idea de cómo iba a ser el resultado. Tengamos en cuenta que fue propio de la mentalidad dieciochesca conseguir la integración de la obra de arte en su propio sentido espiritual. Sin embargo, suponemos que dada la monumentalidad e importancia de la obra, se tuviese idea de concebir un retablo de calidad, un retablo muy barroco; y quizás estuviese ya esbozado. Pero lo único cierto es que, durante todo el siglo XVIII, la imagen estuvo sola junto a un gran crucifijo que presidía el A l t a Y hay que esperar hasta el año de 1862 para ver un auténtico retablo en la iglesia. Este ya trasnochado conjunto lo realizó D. Aurelio Carmona López 'm. Por un lado, la imagen de Cornejo parece que no encaja perfectamente con el resto, pero tampoco dudamos que le da la armonía que requería. No son estas imágenes propias para contemplarlas solas y desglosadas del conjunto.

El artista se esmeró en el tratamiento de los ropajes. En la talla podemos distinguir cierta dureza en los paños que, además, se aumenta considerablemente ante la tonalidad negra que domina. Capa y sotana forman un violento remolino de telas que se abren en tajas profundas y agudas aristas. Sin embargo, la

(4) VIERA Y CLAVIJO, JOSE, Noticias de la Historia General de las Islas Canarias. Tomo 11. Ed. Goya. Santa Cruz de Tenerife, 1982, págs. 819-820.

( 5 ) ESCRIBANO GARRIDO, JULIAN, op. cit., pág. 383. (6) Ibidem, pág. 393.

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suavidad, el dinamismo y el casi sentido pictórico, la embargan por completo, consiguiendo una grave y dramática expresión dentro de la luminosidad y aire etéreo que respira ...

En toda esta agitación podemos imaginar un cuerpo robusto. La misma pierna izquierda que adelanta, lo delata. A la altura de los brazos es donde el movimiento se hace más cortante y la gubia se hunde profunda. La propia posición del brazo derecho de San Francisco, marca en cierto sentido la tendencia diagonal que domina en las obras de Cornejo.

El santo aparece mirando la calavera que sostiene con la mano izquierda. La derecha La vuelve hacia sí, para apoyarla sobre el pecho. Un gran maestro, como Cornejo, es capaz de trabajar con esa suave cstilización, a la vcr que consigue garra y fuerza. Manos nudosas y alargadas, llenas de personalidad, tanto la que marca una suave manera, como la que agarra con fuerza el cráneo.

El santo está extasiado, la mirada perdida, la boca entreabierta, que nos trae como un recuerdo las imágenes abrumadas de Berruguete. El rostro, bien trabajado, expresa el auténtico goce divino místico, que no se trataba sólo de verlo, como en una ocasión expresó el profesor Martin González, sino de hacerlo sentir.

Evidentemente se trata de una de las joyas escultóricas de nuestro patrimonio artístico.

Vamos a pasar ahora al estudio de otra de las obras más relevantes de la isla: Se trata de la INMACULADA CONCEPCION EN LA IGLESIA DE SAN TELMO DE LAS PALMAS.

Esta Virgen Inmaculada, de madera policromada y de 1.60 cm. de alto, se encuentra presidiendo el retablo central.

Desde que el Marqués de Lozoya atribuyó esta insigne talla al andaluz Alonso Cano, se mantuvo dicha autoría hasta que los últimos trabajos han considerado que tal atribución es errónea. No parece encajar con la técnica del maestro granadino y la forrna en huso no es suficiente, pues como ya explicaremos, también esta línea la siguieron en ocasiones los maestros dieciochescos. Se puede decir con seguridad que está bastante más cerca de las maneras de los artistas del siglo XVIII, especialmente de Pedro Duque Cornejo que es actualmente a quién se pretende catalogar la obra. No existe, hasra ahora, documentación que confirme esta autoría y la incógnita que durante mucho tiempo ha mantenido esta imagen, en cierto modo continúa. Sabemos muy poco

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LA H U E L L A DE DUQUL COK\*LIO LN i i ~ , \ h c.\\.\iiin 107

documentalmente, pero desde luego ésta no era la primera imagen de la Concepción que poseía el convento porque a dicha advocación se le dedican misas desde 1654").

Tengamos en cuenta que a finales del primer tercio del XVIII llega a Las Palmas la imagen de San Francisco de Borja; bien podía haberse corrido la voz sobre la belleza y calidad de la talla sevillana y, considerando que el convento de San Telmo era rico y muy pudiente, con toda seguridad podían permitirse la compra de una escultura del prestigioso maestro.

Observemos, por ejemplo, el parecido que tiene la imagen con otra Inmaculada, en este caso la de la Iglesia del Santo Angel en la ciudad hispalense. La sevillana muestra una voladura en los paños más trabajada. Esta imagen pertenece al año de 1743 y es co,mprensible que, con el paso de los años, el escultor haya ido dando más vida y movimiento a sus obras. Comentario por otra parte que firma D. Diego Angulo Iñiguez al decir que los ropajes adquieren una personalidad que nunca han tenido, que sus formas se hinchan, que sus plegados se multiplican y se arremolinan como impulsados por un veridaval cuya fuerza crece a medida que avanzan los años y el escultor, por tanto, atiende más al movimiento del paño mismo que a subrayar con él las formas de la figura humana'8). Dentro de la línea que conocemos del maestro, observamos los grandes pliegues tratados con profunda gubia, marcando un fuerte claroscuro. La misma línea diagonal en el manto acostumbrada, destacando especialmente en el remate de éste hacia los lados.

Sin embargo, la imagen canaria muestra también esos cortes de gubia profundos y el claroscuro esmeradamente cuidado. Forma también un gran movimiento de telas que tiende hacia los lados, pero no tan abieitos, sino mucho más concentrados. Es esta especial disposición la que llamó la atención por la forma de huso, pero debemos tener en cuenta que el arte dc Cornejo cn sus primeras aportaciones es una muestra de la influencia de la escuela seviilana, tanto de José de Arce, como del propio Alonso Cano. Concretamente D. José Hernández Diaz, cuando trata de los paños de Duque Cornejo, comenta acerca de esto que las fórmulas que utiliza el nieto de Roldán arrancan del propio Cano i9). Ejemplo de lo que venimos diciendo sería la imagen de la Gran

(7) ARCHIVO HISTORICO NACIONAL. Sección "Clero". Libio de Protocolo.! del Convenio de la Concepción de las Bemardas de Las Palmas, 2.487 s / n .

(8) ANCULO INIGUEZ, DIEGO, Hisloria deiarie. Torna 11. Ed. Raycar, S.A. Madrid, 1980, p á g . 322.

(9) HERNANDEZ DIAZ, JOSE, La cscultiri aiidaluza del si.cl0 XVll Siimrna Aili\ . (Hiiioiia General del Arte). Tamo XYVI. Ei I F\~i;i\:v Cnlpa. U. Madrid, 1982, p á g . 141

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Madre dela lglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Sevilla, fechada en 1721, donde aparece claramente la silueta en forma de huso.

Volviendo a nuestra imagen canaria observamos cómo se asemeja a la del Santo Angel en postura. La forma de tratar el cuello del vestido se corresponde rio sólo entre estas dos, sino en general con las imágenes marianas de Cornejo. La Virgen es casi una niña y también se asemeja mucho la disposición del cabello en largos mechones ondulados. Las cabezas de los angelitos tienen una disposición parecida, lo que une más ese acercamiento.

Sin embargo, no podemos ser tan dogmáticos y afirmar que la Virgen pertenece a la mano de Duque Cornejo. Seria un auténtico hallazgo para la Historia del Arte de Canarias que apareciera un documento sobre el autor de dicha obra; pero de lo que si estamos seguros es de que indudablemente pertenece al circulo del maestro sevillano.

Además de esta obra, pretendemos adentrarnos en un terreno no tan firme, pero si lleno de sugerentes evocaciones del maestro. Nos referimos en este caso a las imágenes de la INMACULADA CONCEPCION DE LA SACRISTIA DE LA CATEDRAL Y A L 4 INMACULADA CONCEPCION D E LA ERMITA D E LA ATALAYA DE SANTA BRIGlDA DE LA FAMILIA QUEVEDO NAVARRO.

Ambas imágenes tienen puntos de unión entre sí, pero también diferencias. Lo mismo que ocurre al compararlas con la Inmaculada de la Iglesia de San Telmo. No tenemos documentación de ninguna. Lo único que conocemos es que la Inmaculada de la familia Quevedo Navarro llegó entre 1733, (fecha de fundación de la ermita de la Atalaya) y 1766 (que pertenecía al inventario realizado con motivo de la visita del Sr. Obispo Francisco Delgado y Venegas, en donde esta imagen aparece relacionada) ""'.

De estas esculturas lo que creemos es que pertenecen al circulo del imaginero Duque Cornejo. Ambas tallas tienen el mismo tratamiento del paño. La Inmaculada de la Sacristia lleva los paños volados, abiertos y opulentos, la gubia profunda en grandes tajos, la marcada diagonal, el juego de contraposición vertical de la túnica, el rostro aniñado y melancólico, los angelitos de cara regordeta de la base ... Exactamente lo mismo podría referirse a la Inmaculada de la Atalaya de Santa Brígida, donde la imagen se caracteriza -

(10) SUAREZ QUEVEDO, DIEGO, Ermila de Ntia. Sra. de la Concepción y de San Francisco de Paula. La Orolava desanta B>igida. (Gran Canaria), Ed. Ariuaria de Estudios Atlinticos. N! 33. Palronato "Casa de Colón". Madrid - Las Palmas, 1987, pág. 60b.

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por su gran dinamismo y tratamiento en los volúmenes, tanto en la agitación de los paños rematados en banderola, como en !a manera de marcar las líneas diagonales, que ya hemos mencionado. Concretamente el manto, muy amplio y recogido por ambos brazos, muestra las voladuras nerviosas y agitadas de las maneras del maestro Cornejo, a la vez que se encaja con ese aire delicado y femenil.

Sin embargo, ya hemos mencionado que no todo es tan paralelo; mientras que la Inmaculada de la Sacristía se define por sus pliegues más menudos y cerrados, la Virgen de la Atalaya muestra los paños mas abiertos y anchos; y mientras en la Virgen de la Catedral la imagen lleva un manto de amplísima tela, la otra luce sin tanta ampulosidad.

En los rostros, las imágenes tienen las características comunes de ser caras infantiles, vírgenes muy niñas, de finos rasgos, posiblemente aludiendo a la juventud y pureza de María ... y que es una nota conocida del escultor.

Es posible, en consecuencia, que por una u otra mano, ambas imágenes sean ejemplo de la huella de este gran escultor, del que sólo nos ha llegado, que se sepa, una obra documentada. Su importancia, su influencia y su propio estilo, han alcanzado las maneras de muchos artistas de su época ...

Pero aparte de estas dos consideraciones de excelente calidad e importancia, también podemos nombrar otras obras, no de la mano del escultor, ni siquiera de su círculo, pero sí hay que decir, de su profunda huella y de su ámbito de influencia.

Mencionamos al caso la pequeña INMACULADA CONCEPCION DE LA IGLESIA DE SAN ANDRES D E BAÑADEROS de indudable tono popular, especialmente destacable en el rostro, pero con un trabajo y calidad en los paños meritorios, mostrándonos el vuelo y libertad que la gubia ha sabido darles. Esta imagen, ya de finales del siglo XVIII, pertenecía a la fami!ia de D. Lorenzo Casabuena. Realmente es una pieza muy original y no se ven muchas con su estilo en la isla. Creemos que este revuelo de paños nos acerca, en cierta medida, al mundo sevillano y a los seguidores de Cornejo. La obra es posible que sea de un maestro modesto y no muy dotado, pero lo que es seguro es que observa y copia los modelos que florecían en e! segundo tercio del siglo XVIII sevillano, sin hacer alusión exclusiva a Duque Cornejo. Pero no queremos destacar la obra en su calidad en sí, sino el estilo que ha heredado.

Lo que hemos pretendido en esta intervención es ver la evolución de un estilo. Desde que contemplamos sus impresionantes retablos andaluces, obra

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de la mano directa del escultor, hasta la obra segura en Gran Canaria, el San Francisco de Borja; de ésta, a unas pocas imágenes de la isla de clara procedencia andaluza y que recogen en sus formas el estilo y manera del imaginero, adjudicándolas por tanto a su circulo; y ya finalmente, la obra local, sin grandes pretensiones pero que refleja una intencionalidad y unos conocimientos del autor que nos traen 21 recuerdo del mencionado hombre que marcó época en su Sevilla del XVIII.

Hay otras obras dignas de estudio y que seria una fortuna para la Historia del Arte Canario conocer el nombre del autor. Pero la estela del imaginero no sólo quedcí en Gran Canaria, sino que es de todos conocido que alcanzó la vecina Tenerife, como la imagen de Santa Catalina de la parroquia de Tacoronte, entre otras.

Finalizamos esta comunicación considerando que su influencia es a todas luces muy considerable y su estilo alcanza a diversos artistas que conocieron su obia y no aólo en la propia Sevilla, sino en otros lugares a donde llegaban. Pero queda todavía trabajo por estudiar y valorar ...

Graciela Garcia Santana

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ALMOOAREN. 7. (91) Pags 111 121. O CENTRO TEOLOGlCO DE LAS PALMAS

SIGLO XVIII: "RECURSO DE FUERZA" EN CANARIAS

J U A N ARTILES SANCHEZ LICENCIADO E N DERECHO CIVIL Y CANONICO

PROFESOR DEL CET

Cuando el Director del Departamento de Historia de la Iglesia en el Centro Teológico de Las Palmas me indicó si quería participar con una ponencia en las 111 Jornadas de la Historia de la Iglesia en Canarias, le sugerí, entre otros temas, éste: SIGLO XVIII: RECURSO DE FUERZA EN CANARIAS. Fenómeno poco estudiado por los historiadores canarios, y aún menos analizado por nuestros juristas isleños. Y no deja de ser un lugar histórico, que, por su carácter jurídico, se convierte en un espacio rico en datos para nuestra historia de Canarias. Aunque parezca extraño, las actas de los procesos recogen la cultura de nuestro pueblo, su carácter y forma de vida, su filosofía y sus creencias.

Hemos de distinguir bien entre el recurso de fuerza y el recurso al brazo secular. Este supone la invocación del auxilio de la potestad laica, cualquiera que ella sea, para lograr el cumplimiento de una decisión de la Autoridad Eclesiástica. Y aquél, o "recurso de fuerza", consiste en la demanda de la potestad laica, cualquiera que ella sea, para impedir el ejercicio de la jurisdicción eclesiástica.

La Iglesia ha venido condenando estos recursos desde hace mucho tiempo. Martín V en la Constitución Apostólica "Ad Reprimendas", de 1 P de Febrero de 1498, dice textualmente:

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"Sane, sicut displicenter accepimus, nonnulle diversorum regnorum, et terrarum iudices, aliique officiales laici, et laicales personae, iurisdictionem in temporalibus exercentes, exercerique facientes, non attendentes, quod laici in Clericos, et ecclesiasticas personas, et illorum bona, nulla sit attributa potestas"fl'.

Esta misma condenación la hace el Papa Pío IX, en la Constitución "Apostolicae Sedis", de 12 de Octubre de 1869, estableciendo excomunión latae sententiae, speciali modo Romano Pontifici reservata:

"Impedientes directe ve1 indirecte exercitium iurisdictionis ecclesiasticae sive interni sive externi fori et ad hoc recurrentes ad forum saeculare" cz).

Normativa que se recogió más tarde en el Código de Derecho Canónico del 17:

"Se castiga con excomunión latae sententiae reservada de un modo especial a la Sede Apostólica: IP a los que dan leyes, mandatos o decretos contra la libertad o contra los derechos de la Iglesia; 2 P a los que directa o indirectamente impiden el ejercicio de la jurisdicción eclesiástica, sea del fuero interno o del externo, recurriendo para esto a cualquier potestad laical" "1.

Los recursos de fuerza no existen en la actualidad y, por esta razón, el Código Canónico vigente no los contempla en sus cánones.

Ante esta condena tan clara por parte de la Iglesia, ¿cómo es posible que se haya venido legitimando en España, Estado confesional católico, e incluso se haya recogido en la Ley de enjuiciamiento civil, arts. 125-152, que contemplaban los "Recursos de Fuerza en conocer"? ¿Habrá sido tal vez uno de los privilegios incluidos en el Patronato Regio?

Q Fue el Concordato entre la Santa Sede y España, de 27 de Agosto de 1953, el instrumento jurídico que suprimió dicho Recurso de Fuerza. En su art. 16,3, establece: "contra la sentencia de estos Tribunales (de la Iglesia) no procederá recurso alguno ante las Autoridades civiles". -

(1) GASPARRI, C.I.C. Fantes, vol. l P , pág. 59. (2) GASPARRI, C.I.C. Fontes, vol. 111, pág. 25. (3) C . I . C . d e I 1 . 9 1 7 , ~ . 2 . 3 3 4 .

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LA AUDIENCIA PUBLICA DEL OBISPADO DE CANARIAS

El siglo XVIl fue para Canarias un despertar cultural y , más que un despertar, fue un nacer singular en todos los ámbitos del saber. Fue en esta época cuando se abrió nuestro Seminario Conciliar, se creó la Universidad de La Laguna y empezó el Colegio de San Marcial en Las Palmas.

Y en lo artístico, se termina y completa la Catedral de Canarias, incluida su fachada del éste; y nuestro imaginero Luján Pérez convierte nuestras iglesias en museos con sus imágenes barrocas; y el archivo catedralicio llena sus armarios con las composiciones de los maestros de capilla de la Catedral.

Las ponencias que se han venido presentando en el transcurso de estas Jornadas, y la exposición artística, abierta en las dependencias de la Catedral, con su variado lenguaje escultórico, pictórico y de orfebrería, son una prueba de que el Siglo XVIII fue para Canarias un auténtico despertar hacia horizontes nuevos de cultura y de progreso. En toda esta revolución fue decisiva la intervención del Cabildo Catedral.

Y en lo jurídico hubo un hecho trascendente: El 2 de Enero de 1780 el Obispo Fray Joaquín de Herrera instituía la Audiencia Publica del Obispado de Canarias. En la exposición de motivos del Decreto de Constitucióri, el Prelado señala varios:

1P) Porque pertenece a su "munus" episcopal": una de las principales obligaciones de los Obispos cs la de hacer justicia entre los que litigan: pues el mayor bien del pueblo cristiano es mantener la caridad y unió11 de corazones, evitar la7 contiendas, los fraudes, y tantos niales que nacen de los litigios".

2:) Porque ha sido una praxis de la Iglesia administrar justicia: "se hizo preciso por la condición de los tiempos que el juicio verbal, y la composición amistosa, con que se juzgara las causas en la Iglesia, haya venido a ser una contestación segliii la forma y trámite dela jurisprudencia, y que se ventilasen en un orden judicial que adoptó la Iglesia, y no sólo las que conoce por gratitud delos Principes, sino también las que por su iiaruraleza le competen".

3:) Porque lo exigen las circunstancias de estas islas: "Y en este nuestro Obispado, dice, es rnocho niayoi- la autoridad y

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necesidad; pues separado en siete islar y alzona de ellas con notable distancia dela Capital, y no haber en ésta comodidades

para los forasteros, son inconvenientes, que hacen muy dificil

y costosa la prosecución de las causas seguidas personalmente

po r los interesados. Además de que la pobreza de las Islas iio

sufre las demoras en los pleitos, ni largos I~rigios, sin 81-ave desfalco de lo necesario" 'al,

En esta Audiencia Pública se conocieron no solo causas espirituales y

mixtas, sino incluso causas temporales, como la seguida por Dña. María Pulido

contra el Capitán D. Antonio Henriquez; demandaba que se le restituyeran

los frutos de los bienes "quedados por .fin y muerte de D. Salvador de

Quintana 1''.

Los recursos de Fuerza presentados en esta Audiencia fueron 63, entre

1780 y 1800, seguidos ante la Audiencia Real; y varios más ante el Consejo

de S.M. el Rey. Y actuaron de jueces en este mismo espacio de tiempo, en la Audiencia Pública del Obispado, los Sres. Doctores D. José Massieu, D. Manuel

Verdugo, D. Ignacio López Anzón y D. Miguel Mariano de Toledo.

Pienso que la importancia de la constitución de este Tribunal Eclesiástico

fue mucho más allá de los motivos expuestos por Fray Joaquín Herrera. Tiene

una lectura escondida detrás de sus letras que nos habla de un inicio de

independencia entre la Iglesia y el Estado. La sumisión a otros Tribunales distintos de los propios supone pérdida de autonoinia. De aqui que los Monarcas

de los Estados Modernos, entre otras cosas, lo primero que hicieron fue someter

a Tribunales especiales de su jurisdicción, a los Príncipes y a los Señores. Enrique VI1 de Inglaterra instituye con este fin la "Cámara Estrellada" y el "Tribunal

Imperial de Justicia" en Alemania. Estos Monarcas eran conscientes de que

mientras ellos no tuvieran la última palabra en el conocimiento de las causas,

no podrían llamarse "Soberanos". Y lo mismo pensaba la Iglesia. Su

independencia sólo existiría, cuando ella misma tuviera la última palabra en

el conocimiento de las causas espirituales y mixtas.

(4) ARCHIVO DIOCESANO: Eiección y ordcnaiiza de iii Aiidieiitia Púbijca del Obispo de Canarias.

( 5 ) ARCHIVO DIOCESANO: E.~prdie,irer varios, siglo XVIII.

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S ~ G L O XVIII: ~'KELUKSO DE ~ U E R L A - EN CANARIAS 115

FUNDAMENTOS DE DERECHO ALEGADOS

Fue en los fundamentos y doctrina legal alegados, donde se presentan intentos de cambios socio-políticos; y, en este caso, en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. La filosofía política de los Estados Modernos no admitía que hubiera realidades sujetas a fueros privilegiados. "El Príncipe" de Maquiavelo y el "Leviatan" de Thomas Hobbes fueron "palabra de Dios" para los monarcas absolutistas. Pero la Ilustración fue todo un movimiento revolucionario, y no un sistema filosófico, que llevó la crisis incluso a las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Crisis que se recoge, pues, en los fundamentos de derecho invocados por los interesados en los Recursos de Fuerza. En unos aparece la defensa conservadora en pro de la sumisión de la Iglesia al Estado; en otros aparecen avances de la doctrina más progresista, en pro de una independencia entre la Iglesia y la comunidad política.

POSTURAS CONSERVADORAS

Entre otros hemos escogido el Recurso de Fuerza interpuesto por Fray José Escobar, Lector jubilado, y "súbdito de esta Provincia Franciscana de S. Diego de estas islas, residente por ahora en la inmunidad de la parroquia de Ntra. Sra. de la Concepción de la Villa de La Orotava, Isla de Tenerife".

"La causa se dice criminal", suscitada de oficio entre Fray José Escobar por su Provincial "sobre excesos que le han atribuido de discolo y pertubador de la paz". Se le condena a "salir prontamente para el convento del lugar de Garachico donde permaneció a la orden de su Providente in capite, bajo la pena ordinaria de la santa obediencia" 1"'.

Y añade la demanda en cuestión: "a menos de verificarse a pocos pasos la conclusión de sus días por las enfermedades habituales de que se hallaba poseído'' 1').

El Padre Escobar quiso apelar ante su "Generalísimo", pero no se le admitió la apelación. Ante esta negativa se "retiró a la inmunidad de dicha parroquia". El Padre Provincial solicita del Vicario de aquel Partido para que se le extradite por "díscolo y alborotador, en la elección del Prelado". El Vicario no accede a la petición del Padre Provincial. Recurre, pues, al "Rvdo. in Christo

(6) ARCHIVO DIOCESANO: Legajo que conriene varios Recuraos de Fuerza. (7) ARCHIVO DIOCESANO: Legajo que contiene varios Recursos de Fuerza, pag. 31

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Padre Obispo de quien consiguió la orden para la extracción de lo que apetecía, "viniendo" a declararle por público excomulgado. El religioso, ante estas "angustias y violencias", no encontró "otro arbitrio que el de acudir al recurso de la Real Protección". Hasta aquí los hechos de la presente causa.

Y en el cuerpo de la demanda el Padre Escobar manifiesta que "este es un recurso tan laudable, como preciso y justo". Lo fundamenta en la siguiente doctrina:

1P) Es conforme, dice, "a la disciplina, a la sociedad, a la inteligencia más genuina de la Ley del Reyno y a todo lo dispuesto por uno y otro derecho".

2P) Invoca el respeto a los Derechos Humanos porque se trata de conflictos entre un Proviiicial y "sus súbditos i~ligiosos", que son "sus hermanos y iio esclavos"; y, aunque fueran, no se le puede negar el derecho a la "devida audiencia para el descargo de cualquier culpa". Lo contrario pugnaría "contra las reglas de la humanidad y demás establecimientos de derecho".

3P) Ahora el religioso fundamenta el derecho al recurso de firerza alegando que los religiosos "son vasallos" y por ello "están bajo la protección del Monarca".

4.") El Padre Escobar recurrepara legitimar este recurso de firerza al instituto jurídico del "agravio comparativo" entre clérigos seculares y religiosos: "las impresiones que se mueven por los jueces Eclesiásticos seculares contra sus clér~gos de que les asiste el remedio y el recurso de protección y fuerza".

5.") Y en réplica a la razón alegada por "los Pi-elados Regulares y sus Provinciales" de que "sus súbditos están sujetos a la obediencia de lo que le fuese mandado a ellos", dice: "i Y quién dejará de conocer que esa es una realidad que en sí embebe mucho discernimiento, ), que no puede ser tan absoluta, que abandone todas las reglas de la justicia y sus legales determinaciones prevenidas"?, y añade: "ningúii súbdito puede ser obligado a cumplir lo que le mandare su Prelado Superior, que fuere opuesto a las buenas costumbres, a la religión carólica y a todo lo que previene las leyes así canónicas como del Reyno".

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SIGLO X V I I I : "RECURSO DE FUERZA" EN CANARIAS 117

6:) En la demanda se reconoce también la competencia de los Tribunales del Estado para conocer y definirse en las causas espirituales y mixtas. Se dice que las Audiencias y Chancillerías, sobre todo si son Tribunales de Provincias Ultramarinas, son competentes para conocerla causa en cuestión. Recuerda que "en lo antiguo estaban reservados al Supremo Coilsejo los Recursos de Fuerza en asuntos de visita y corrección". Y, aunque el presente recurso no es de "visita y corrección", pero si lo fuera, hoy "a mejor luz, e inteligencia de los A.A. modernos que han escrito en e1 Reyno está llano en el paso para la admisión a su Tribunal de Provincia Ultramar". Prueba de ello, dice, es la praxis seguida: "a consecuencia de varios ordenamientos de S.M. y su Supremo Consejo comunicados modernamente a esta Real Audiencia aún para los recursos de fuerza, y protección de religiosos en los casos de visitas y correcciones, fueron despachadas acordadas en este Tribunal con audiencia del Sr. Fiscal de S.M. contra el Provincial de la religión Dominicana en el año pasado"@).

Este Recurso de Fuerza acepta la sumisión de la Iglesia a la potestad del Monarca, porque es éste quien ha de tener la última palabra en materias que son exclusivas de la Iglesia; y la razón invocada es la de ser vasallo del Rey, soberano en todos los campos: temporal e incluso religioso; aunque el Padre Escobar hubiera preferido el recurso al "Generalisimo" (Padre General de la Orden).

POSTURA PROGRESISTA

Esta aparece más bien en los Recursos de Fuerza ante el Consejo Supremo y ante S.M. Estos recursos son por causas de "visitas", títulos y protocolos. Casi siempre interviene, como parte, el Cabildo Catedral. La postura del Cabildo, en estos casos, ha sido progresista. Defiende la independencia entre la Iglesia y el Estado.

No aparece en el Archivo Catedralicio copia de tales procesos, pero sí encontramos algunas de las alegaciones presentadas, e incluso publicadas. Nos fijamos en la relacionada con el litigio entre el Cabildo Catedral y la Audiencia

(8) ARCHIVO DIOCESANO: Legajo que contiene varios Recursos de Fuerza, pags. 32-33.

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Real. Esta exigía que "el Cabildo Catedral saliera a recibirla y despedirla por dos canónigos a la puerta de la iglesia y darles el agua bendita". Y "en cuanto a la venia de los predicadores se observe que no estando presente el Obispo no se haga reverencia ni venia, si no es sólo al Altar Mayor, expresando ser conforme a lo que se observa y estila en las Audiencias de Castilla" ly'.

En este trabajo, interesante, se defiende la independencia de la Iglesia de la potestad laica1 para juzgar a los clérigos, alegando las siguientes razones:

1:) Acusa defectosprocesales ya quela Cédula Real fue expedida "sin conocimiento de causa y sin haber oído a la Iglesia sus razones ".

2 3 Pero el Cabildo Catedral niega competencia a la potestad secular para conocer en las causas de los eclesiásticos. En cualquier caso seria necesario también "justificación en la materia, y otra en las circunstancias".

3P) "Una opinión fue que los eclesiásticos por ningún modo ni pretexto están obligados a las Leyes, Estatutos o resoluciones de la potestad secular".

4:) El Cabildo no ignora que este parecer suyo no es compartido por todos los Autores. "Hubo otra opinión en esta materia: "Los Eclesiásticos son de este cuerpo civil o fictos verdaderos miembros excluida la coacción, están obligados en conciencia a la observación de la Ley Civil". "En esta sentencia confieren uniformidadlos Teólogos y los Canonistas". No obstante, el alegato capitular precisa que Suárez afirma que esta opinión es aceptable siempre que la Ley, Estatutos o resolución no vayan dirigidos "en particular a los eclesiásticos".

5 3 La potestad secular necesita también "justificación en la materia". En este caso "falta de justificación en la materia", apelando a fa costu~nbre respetada por los Emperadores Arcadio y Honorio, mandadas respetar por los Señores Reyes". "El Culto Divino y decencia de la Iglesia" escapan de la jurisdicción del Monarca. Podría el Rey tener jurisdicción sobre los eclesiásticos, si se discurren los términos de las Audiencias de las Indias, porque en ellas se le considera a S.M.

(9) ARCHIVO CATEDRALICIO: Legajo 15.

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con diversa postestad: pues los prjvjlegjos y coiiceijone,~ apostólicas les ha dado el gobierno espiritual y constituido Delegado Apostólico ""'.

Esta misma postura progresista mantuvo el Cabildo Catedral en el caso de Sor Antonia de San Vicente, religiosa de Santa Clara.

Sor Antonia fue "acusada y procesada criminalmente por su Prelado regular con toda la formalidad de derecho, por los horrendos delitos que se le imputaban, de que por más de un año o cerca de dos estuvo ... violando la clausura ... siguiéndose de ello la fecundidad y el parto: presa y encarcelada por esta causa desde enero de 1783 en la que llaman Casa de Disciplina. Tratada allí sin humanidad, proveida de malos alimentos, cargada de injurias y cerciorada por su misma Abadesa se queja que se le iba a condenar a una cárcel perpetua ... tomó la natural resolución de facilitar su salida en la noche del 16 a 17 de marzo de este año, y venir a las puertas de esta Santa Iglesia y valerse de su inmunidad y reclamar la protección del Cabildo, Prelado Diocesano Sede vacante".

El Cabildo la recogió inmediatamente; y después de habérsele examinado sobre los motivos de su salida, la hizo conducir en depósito, y sin perjuicio de la inmunidad del asilo, al Monasterio de Religiosas Descalzas de esta dicha Ciudad, encargando a la Abadesa que la atendiera con caridad, y al Vicario Capitular que diese curso a las diligencias conforme al Derecho".

En esto el Vicario Provincial Franciscano pidc la pronta 1-e\lilucióii de la monja a su Monasterio, "alegando su independiente y privativa jurisdicción para conocer indistintamente de todas sus causas". El Cabildo desestima la petición del Provincial, y éste recurre al Gobernador del Consejo, quien anuncia que "el Cabildo perturba la jurisdicción del Superior Regular ... y manda que prontamente sea trasladada a él, desde el depósito en que se halla".

EI Cabildo Catedral se persona en el recurso, encargando al canónigo D. Nicolás Viera y Clavijo la defensa de la competencia del Cabildo para conocer la causa. El canónigo Viera y Clavijo fundamenta su escrito en las siguientes razones.

1:) Corresponde a la jurisdicción Episcopal, conio delegado de la Silla Apostólica. Y en este sentido, se dirige al Gobernador del Consejo en estos términos: "mejor que ctro cualquier

(10) ARCHIVO CATEDRAL: Legajo, 17.

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literato sabe el Iltmo. Sr. Gobernador del Consejo, que el Concilio de Trento sesión 25 de Reguláribus cap. 5:; la Bula "lnscrutabili" de Gregorio XV de 9 de Febrero de 1612; la Congregación de intérpretes del Concilio, los más insignes canonistas, y entre ellos niuchos Franciscanos ... todos atribuyen solis Episcopis, como delegados de la Silla Apostólica, el conocimiento independiente de la causa de violación de la clausura de Monasterios exentos".

El Cabildo confiesa que el Monarca carece de competencia en esta materia en concreto, y reconoce al Sumo Pontífice como Jefe Supi-emo de la Iglesia. La Potestas Sacra aparece independiente de la Potestad Civil.

2:) El Capitular Viera y Clavijo erosiona ademds la soberanía del Monarca, cuando alega que por encima del Rey está el Derecho natural: "Cuando se libra alguna provisión, o cédula Real contra Derecho, dice, o en perjuicio de tercero debe obedecerse y no cumplirse, "porq~ie" todo acto en qur sc co~l ravie~ie a los preceptos del Derecho Natural, es inaplicable". Y afiade más adelante: "el Juez Supremo puede en algunos casos especiales dispensar las formalidades de derscho, proceder de plano, mirada sobre la verdad esto se entiende de aquellas que nacen del Derecho escrito, y no de las que tienen origen del Natural" "".

Ciertamente la Soberanía del Monarca defendida hasta entonces, deja de ser soberana porque debe someterse al Derecho Natural e ir reduciéndose a lo temporal.

El Cabildo Catedral, consecuente con su postura progresista, en momento alguno usó del Recurso de Fuerza. Acudió al Rey contra retolucioner de la Audiencia Real, como en el caso de los Beneficiados de Telde, año 1787, en la causa "de la llave del Sagrario", año 1792; o en cl conflicto entre el Regente y el Cabildo Catedral año 1782 y en otros casos más, pero nunca en contra de una sentencia Eclesiástica.

Se iniciaba así en las Islas Canarias un impulso "revolucionario" en las relaciones Iglesia y Estado, en busca de una independencia entre la "Potestas

( 1 1) ARCHIVO CATEDRALICIO: Legajo, 16.

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Sacra" y la Comunidad Política, que habrán de proporcionarse mutua ayuda porque ambas potestades están "al servicio de la vocación personal y social del hombre", del ciudadano, del fiel.

Juan Artiles Sánchez

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ALMOCAREN. 7. (91) %s. 121 - 131. @ CENTRO TEOLOClCO DE LAS P A l ~ M h S

ALGUNOS ASPECTOS ARTISTICOS DE LA VILLA DE TEGUISE EN EL SIGLO XVlll

JOSE CONCEPCION RODRIGUEZ LICENCIADO EN GEOGRAFIA E HISTORIA

La isla de Lanzarote tuvo por principal centro de decisión a la Villa de Teguise hasta fines del siglo XVIII"', momento en que pierde la capitalidad administrativa en favor del Puerto de Arrecife, localidad esta que obtiene, a su vez, el rango de parroquia para San Ginés. La ubicación de la primitiva capital queda explicada, de una parte, por la existencia de un núcleo indígena en su lugar de erección; de otra, por ser aquél un paraje situado al abrigo de los ataques foráneos, especialmente de los de procedencia norleafricana, ciertamente feroces, pues lograron arrasar la Villa en más de una ocasión, aún a pesar de la fortaleza de Guanapay.

Era el comercio de cereales la principal actividad económica de la isla que tratamos -se ha hablado frecuentemente para ésta y su vecina Fuerteventura de graneros de sus hermanas más pobladas-, y a clichos productos se suma, a fines de la centuria que estudiamos, la producción de barrilla, introducida en la isla desde mediados del siglo, género este que proporcionó pingües beneficios a las principales familias que a eilc producto se dedicabanI2). Tales actividades eran dirigidas clesde la Villa capital Iiasta que Arrecife tomó el relevo. Es por ello que en aquel lugar tenia su resideticia gran -

(1) MILLARES CANTERO, A,, Arrecife, el puerro de la haiirllzi. Bolclin Mi l l a i cs Cai-lo, nl; 111, 5-VI-1982, pág. 77.

( 2 ) CONCEPClON RODRIGUEZ, J . , Esculriiras de Feiiiaiidu Esli.ve7 eii Laiii;iiolc. 11 Jornadas de Historia de Lanrarolc y Fuerte\eiitili:i. En pi-enia.

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parte de las familias pudientes de la isla, de modo que la Villa sera la zona de mayor población al menos hasta mediados del siglo XIX. Quedaban tras ella en este aspecto otros núcleos que igualmente constituian parroquia, como Haría y Yaiza -la primera desligada de Ntra. Sra. de Guadalupe desde 1631, la segunda ya en el tercer decenio del Setecientos-, así como otras localidades de menor rango y entidad demográfica y parajes de importantes haciendas (San Bartolomé, Tinajo, Tías, Los Valles, Mala, Teseguite, La Vegueta, etc.).

La importancia socio-económica y religiosa de Teguise queda reflejada en la construcción de importantes edificios religiosos y civiles -son los primeros los que ahora traemos a colación-, recintos éstos que sufren la presencia de las hordas norteafricanas ya citadas, la última entre las más importantes acaecida en 1618. Es, pues, tras esta pacificación, cuando se perfilan definitivamente las principales fábricas sacras de la Villa, de modo que cuando nos adentramos en la centuria siguiente, tales edificios quedarán ya prácticamente definidos.

Contaba Teguise a fines del Setecientos con varios edificios religiosos, a saber: la parroquia1 matriz de Guadualupe, el convento de Miraflores, la iglesia de la Vera Cruz de Cristo y el cenobio de San Juan de Dio5 y San Francisco de Paula, orden de Predicadores, asi como parte de estancias sacras anexas a otras civiles, como lo son el oratorio de la prisión y la capilla del Hospital del Espíritu Santo. Tales construcciones surgen con anterioridad a 1700, a excepción del convento dominico y el Hospital. Trataremos aquí, de cualquier manera, aquellos que aún permanecen en pie, de forma que comenzamos con la iglesia parroquial.

a) Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe

La iglesia matriz de Ntra. Sra. de Guadalupe tiene sus orígenes en la primera mitad del siglo XV. Sufrió los embates de las hordas del vecino continente especialmente en 1569 y 1618. Objeto de percance en la primera de las fechas fue la propia imagen titular del templo, que fue llevada a aquella5 tierras y devuelta a la isla después de una restauración en Sevilla "1. Tras el segundo ataque citado, último realmente notable de tal procedencia, comenzará la configuración definitiva de tal recinto en su estructura arquitectónica, gracias a limosnas del vecindario y de algunos prelados, entre ellos cl propio obispo

(3) FRAGA GONZALEZ, C . , Esculturas de la V i een de Guadalope en Canarias. Tallas sevillanas y americanas. Anuario de Estudios Americanas, lomo XXXVI I , 1983, pág. 700-701.

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ALGUNOS ASPECTOS AKIISTICOS DE LA YliiA DE TEGUISE EN EL SIGLO XVi l l 125

Ximénez'41. Así pues, capillas que se habían elevado en el siglo XVI, como es el caso de la de Ntra. Sra. de la Concepción -de ella fue patrono en el Quinie~itos Luis de Aday cS1-, serán reedificadas en la centuria siguiente, continuando este linaje en la posesión de ella en los siglos posteriores, como queda demostrado por la afirmación que hace Diego de Aday en 1707 de que sus abuelos Domingo Diaz y Margarita Ruiz de Aday habían sido patronos de tal capilla. Contó ésta con dos cuadros en el siglo XVIII, uno de San Miguel Arcángel, patrono de la Villa, y el otro de San Cayetano (@. El último de los retablos que lució el recinto fue el donado por el beneficiado don Domingo Camacho, según sabemos por inventario de 1791 ('1.

En el tránsito entre los siglos XVII y XVIII seria elevada en esta parroquial la sala de San Agustin, obra pía del también beneficiado y Vicario don Diego Laguna -del linaje Ayala-, quien falleció en el Puerto de la Cruz en 171 1. Dicho clérigo, que instituyó igualmente la procesión del Santo, había fundado igualmente, si bien en el Seiscientos, las ermitas de la Caridad en la Geria y los Desposorios de la Virgen en su cortijo de San José, esta última hoy de~aparecida'~'. Perteneciente quizá a la capilla en cuestión es la talla de un santo de la advocación titular que hoy encontramos en la iglesia, y que conseguiría librarse de las llamas de 1909; su factura corresponde con la época de fundación del señor Laguna. Don Diego había regalado igualmente a la iglesia de su beneficio un Niño Jesús, que se encontraba en el facistol del coro c9).

De pleno Setecientos es el recinto de San José, obra financiada por el beneficiado Rector de la parroquial, don Antonio de Torres Rivera, según nos consta por su testamento de 1797''01, capilla que, por otro lado, no estaba aún finalizada en el momento de estas últimas voluntades, pues su mentor afirma que se le entierre en ella si estuviera terminada, y, si no, en la de la Concepción del mismo edificio. Declara don Antonio poseer la imagen que debía presidir su obra pía, y asimismo haber hecho escritura de imposición y obligación en -

(4) BONNET, B., Notas sobre algunos templos e imágenes sagradas de Lanzarote y Fuerteventura. Revista de Historia, nP 59, 1942, pág. 184.

(5) VARIOS, Nobiliario de Canarias. La Laguna, J . Régulo Editores, 1952, 1954, 1959, tomo 111, pag. 606-607.

16) ARCHIVO PARROOUIAL DE TEGUISE, Inventario de 1764. (7) A.P.T., Inventario de 1791. (8) CONCEPCION RODRIGUEZ, J.,El beneficiado don Diego Laguna: su importancia para

el legado cultural y artistico en Canarias. 1V Jornadas de Estudio sobre Lanzarote y ~uer?eventura. En prensa

(9) Vide nota 6. (10) ARCHIVO HlSTORlCO PROVINCIAL DE GRAN CANARIA, P.*. 2.906, 5-111-1797,

cuad. 5.

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8 de octubre de 1792, en la que llama al goce y posesión de los bienes a su sobrino, el subteniente don Bartolomé de Torres. Era el beneficiado Torres nacido y vecino de la Villa, hijo de José de Torres, natural de la Matanza en Tenerife, y de Candelaria Rivera, quien vio la luz en Masdache, Lanzarote. Encontramos al clérigo con frecuencia en la documentación de notarías de la última década del siglo XVIII en relación con actividades de compra-venta de terrenos en su isla natal"" , y sabemos asimismo que poseía iina casa en Carita Cruz de Tenerife, a juzgar por el testamento del tallista Sebastian Fernández Méndez, natural de dicho puerto, otorgado en 1772. La capilla que ahora tratamos contó igualmente con una imagen de la Virgen de las Nieves, según nos consta por documento de Vicente Cabrera, quien testa a fines de la centuria il21,

Una de las salas de mayor ornato en la sede de Guadalupc fue la de la Virgen de la Merced, cuya titular en las últimas décadas del siglo quedaba personificada en una pieza de talla de origen sevillano1"' según el rclalo del padre fray Juan de Medinilla, imagen que fue donada a esta sede por el obispo Morán, quien presidió la cátedra canariense entre 1751 y 1761, tras lo cual se retiró al convento avilés de la Merced, donde fallece en 1766"". Uno y otro personajes, Morán y Medinilla, eran hermanos mercedarios, lo que explica su relación e interés por la pieza. Esta queda reflejada en el inventario de la parroquia de 1791 "'1. El recinto quedaba ornado igualmeiiie con iciidas imágenes de San Gonzalo obispo, ya en ella desdc 17641"', y de San Pasctial Bailón, citada en inventario del año 91 del siglo.

La sala de San Marcial, cuya fundación desconocemos, poseía una talla del patrono, donación del también sacerdote don Antonio Correa".'.

La parroquia contaba asimismo con otros recintos, como lo son los de Santa Ana, SanPedro Apóstol, San Miguel, los Dolores y u11 altar de Animas, fundaciones del siglo XVIII -salvo las de San Pedro y Dolores-, cuyo origen desconocemos. Las de San Ana y el Arcángel -ésta fundación de Pedro Cabrera e Inés Verde-, eran presididas por lienzos, a juzgar por los inventarios. -

(11) A.H.F.C., Protocolosnotariales2.906, MATIAS RANCEL, 6~V~1797, rol. 434~435; 2.906, fol. 431-433; 2.868, ANTONIO DE LA CUEVA, fol. 571-572.

(12) A.H.P.C.C., P.". 2.888, ANTONIO JOSE HERVAS, ciiad. 29. (13) ALZOLA, J.M., El manuscrito de fray loaii de Medinilla. Universidad de 1.a ILagiina,

Secretariado de Publicaciones, 1970, Homenaje a Elias Scrra Rarals, pis . 163. (14) VIERA Y CLAVIJO, J., Historia decanarias. toma 11, edicioiiei Goya. 1982, pAgi 370 y 595. 115) Vide nota 7. i16j Vide nota 6 . (17) ldem supra.

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+\CGL,NOS ASPECTOS A K I I S I ~ C C I ~ UE 11, ~ I I I I\ IUF ~ i i , ~ l l i i ~h i t \l<,i o \ \ I I I 127

El presbiterio, lo mismo que el resto de la iglesia, ha perdido su primitivo retablo, de modo que la imagen titular queda hoy ubicada en una estructura neogótica. La arquitectura lígnea que dio cobijo a la talla de Guadalupe debió ser de principios del Setecientos, y sabemos que fue dorada y pintada por el artista orotavense Cristóbal Hernánder de Quintana en 1707, habiendo quedado constancia de su presencia en la isla en el mes de septiembre de aquel año"". Por relación del menaje del templo en 1764 sabemos igualmente que doña María de las Nieves, vecina de Lanzarote, envió de5de La Habana una media luna para la imagen titular""'. Era la donante natural de la isla de Madeira, zona de la que procedía una importante colonia asentada en la isla conejera ya desde el siglo XVIII.

En el coro quedaban situados cuatro lienzos de obispos, el de García Ximénez, donación del ya citado don Diego Laguna, el de Ruiz Simón, que dio el beneficiado Diego Betancor, el correspondiente al Señor Conejero, y el que representa a don Juan Francisco Guillen, donación que fue del presbítero Matias de Abreu, todos ellos presa del incendio de 1909.

b) El Convento de Miraflores.

Este cenobio remonta su origen fundacional al siglo XVI, y fue gracia de don Gonzalo Argote de Molina, quien siguió la voluntad de su suegro, el señor de la isla don Sancho de Herrera':"'. El edificio, hoy a dos naves, queda definitivamente estructurado a fines del Seiscientos, especialmente tras el ince~dio de 1658. Del siglo que centra estas jornadas seria el paramento de la espadaña, costeado por los vecinos, según reza la losa en cantería clara que aparece en lo alto, si bien la fecha exacta de construcción e n caso de que hubiese estado reflejada en tal estela-, no podemos leerla.

Con respecto al ornato de sus capillas, ya elevadas coi1 anterioridad a 1700, destacar, para la del Carmen, la adquisición en Italia, en 1773, de una talla de la Virgen titular, cuyo costo fue de 300 reales, pieza ésta que pasó eri 1875 a la parroquia1 del lugar, de modo que, según Lorenzo Betancort, perecería en el incendio del siglo siguiente. El esquema compositivo de la talla que hoy preside la nave de la Epístola en la parroquia de Guadalupe, sigue, sin embargo, la factura de la imagen genovesa, siéndonos desconocidos si se trata de la misma

(18) CONCEPCION RODRIGUEZ, J . , El beneficiado ... (19) Vide nora 6 . (20) BETANCOR, L., De micaria. El convento de la A4adre de Dios de Miraflores, dc Tc,uiiise.

Revista de Histoiia, La Laguna, nP 3 (1924). pkgr 83-86,

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obra, convenientemente restaurada tras el percance, u otra nueva, realizada a imitación de aquella"". El recinto que albergó la pieza contó igualmente col1 una pintura de la misma advocación, y fue sede, con anterioridad a 1729, de una cofradía que llegó a extinguirse, de modo que en la citada fecha el Padre General de Descalzos y Descalzas de Ntra. Sra. del Carmen da facultad para reiniciar la dicha ~of rad ía '~" . Fue mayordomo de ésta eii 1754 don Maieo Monforte, administrador de la Real Renta del Tabaco, quieii en 27 de junio recibe doce sepulcros ubicados ante el altar, tomando en igual momento posesión de otro doña Antonia Molero 12", nieta de Ignacio, asimismo encargado de la citada renta y donante, en 1738, de un cuadro de Aniiiias al cenobio (14).

A fines del siglo XVll se levanta la sala de San Pedro de Alcántara, cuyo concierto de construcción nos informa sobre los materiales empleados comúnmente en las capillas del templo. En 1688 los fundadores piden sitio para hacer capilla de la advocación citada, "la qual quieren haser a su costa a la mano derecha del altar mayor"'"), lo que se les concede dos meses mas tarde, en agosto de 1688. En el concierto entre Sindico y fundadores se observa:

"...haciendole sus paredes de piedra y cal con arco a la capilla mayor y otro que sale del crussero de dha capilla a la de nra. sra. de Consepn contigua a la que se nos ha de xasser de madera de tea segun las demas obra de madera que se hissiese en las demas capillas de dho convento y en ladrillada de ladr-illo y cubierta de texa segun hissieron en dho. convento las demas fabricas de su genero" c 2 @ .

El santo titular sabemos que era de bulto, según inventario de 1829, y es, sin duda, el que hoy encontramos en la iglesia parroquial.

Las demás salas anejas de la iglesia conventual remontan sus orígenes, como se dijo, al siglo XVII, de modo que bien poco podemos decir de ellas con respecto a la centuria que estudiamos. Son éstas las de la Concepción, a la que corresponde el retablo en cantería que hoy podemos contemplar, fundación que fue de Antonio de Sosa, según su testamento de 1625; se rehizo tal capilla al menos en tres ocasiones durante el Seiscientos, y fue patrono de

(21) ldem supra. (22) A.H.P.G.C., Sección Conventos, leg. 44, fols. 48 a 59. (23) ldem supra. (24) TARQUIS, P . , Archivo de su nombre en el Departamento de Hisroria del Arce, Uniwriidad

de La Laguna. (25) A.H.P.G.C. , Sección Convenios, leg. 45, 12-VI-1688, fal. 92. (26) ldem supra, fol. 96. Era sindico a la w,ón don rrancibco Sanr

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ALGUNOS ASPEC~OS A K I I S T I C O T UL I , \ ~ I I I \ 11, I L C ~ W \ I i N ii lo \ \ I I I J 29

ella en el tránsito entre este siglo y el siguiente don Ignacio Pérez de Aday, miembro destacado de este linaje, ya citado al hablar de la mayordomh del recinto con igual titularidad en la iglesia de Guadalupe"~'. La sala albergaba en el siglo XVIII a la santa titular, de caiidelero, y eii nichos laterales u11 San José de bulto a un lado y Santa Rita de Cassia en el otro. Poseía igualmente un cuadro de Santa Lucía y un púlpito, a juzgar por el inventario que se hace a principios del siglo XIX para toda la iglesia"".

La capilla de San José fue fundación del escribano Juaii José de Hoyos en la segunda mitad del siglo XVII. Igualmente de esta centuria son la de la Soledad y la del Apóstol Pedro, (la primera tenia en el siglo XVIII una imagen de vestir, y la otra de bulto). La que presidía San Antonio de Padua, en la cabecera de la Epístola, tiene su fundación en la primera mitad del Seiscientos, y su retablo, de principios de la centuria que estudiamos"", alberga en sendos lienzos a los santos Antonio Abad y Francisco de Paula. Del lado de la El~istola continúan otras capillas, como la de Nuestro Señor del Huerto -su imagen era de rueca-, así como los altares de Ntra. Sra. de Belén, lienzo que quedaba enmarcado en un nicho de cantería, y de San Buenaventura. De todo lo relatado para esta nave de la derecha sólo queda hoy el retablo que preside San Antonio, aunque en el intercolumnio que queda frente a la primitiva capilla de la Concepción, la estructura del paramento refleja la existencia allí de uria arquitectura en madera, q u i d la que diera cobijo a la Virgen dc la Soledad. Por otro lado, si paso al exterior, podemos observar en el muro de la segunda capilla -la más extensa-, un ligero abombamiento, resultado de la presencia en esta zona, y bajo la ventana, de un nicho, probablemente el del Señor del Huerto, labrado con seguridad en el siglo XVII.

En 22 de diciembre de 1700, don Mateo Rodrigliez declara tenei dado "para hacer un altar a su costa, y colocar en él un cuadro de Ntra. Sra. dc Candelaria", ara e imagen que no aparecen reflejados en el inventario ya citado de principios del siglo XIX, de lo que inferimos que se extinguió, o bien no se llevó a cabo

De los altares de San Diego y la Concepción en el claustro, así como dc la capilla de la Venerable Orden Tercera, nada podernos aportar en relación

(27) ldem supra, fol. 249-250, testamento original ante Juan Gon~álcr Scptiivcda, 24-11L1701; copia dc 21-V~1708 por el mismo escribano.

(28) ldem supra, les. 47-2. (29) TRUJlLLO RODRIGUEL, A , , El ielablo baroco en Caliailas. Excmo. Cabildo Insular

de Gran Canaria, 1977, tomo 1, p i s . 94. (30) A.H.P.C.C., Seccion Convenios, les. 4 7 ~ 3 . fol. hYv , ferrarncriio ai i le Juaii Coiizilci

Senúlveda.

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con la centuria objeto de estudio en estas jornadas. Lo mismo afirmanlos con respecto a la capilla de la Buena Muerte, en la Portería, de la que no poseemos otro dato que una memoria de misas de 1771 " ' l .

c) El Convento de Santo Domingo

El cenobio de San Juan de Dios y San Francisco de Paula ve la luz a principios de la centuria que tratamos, si bien su historia se remonta a 1698, cuando el capitán Gaspar Rodriguez Carrasco, vecino de la Villa, cede unas casas de su propiedad para instalar un hospital, qug había de ser servido por los hermanos de San Juan de Dios. Estos, empero, rechazaron tal ofrecimiento por encontrarse el lugar de fundación alejado de su sede andaluza. La llegada de algunos dominicos a la isla hace cambiar la opinión del Señor Carrasco, quien otorga instrumento público de fundación en 4 de agosto de 171 1 de un cenobio de la regla de predicadores. Su templo podria haber comenzado a elevarse en 1715, y sirvió de parámetro para su construcción el vecino de Miraflores, como queda reflejado en la repetición de algunos elementos mudéjares en uno y otro ('a.

La documentación notarial consultada nos muestra al fundador como persona de renombre en la isla y uno de los principales potentados de la Villa en la época("]. Fue asimismo este capitán quien erige la habitacinn oratoria de la prisión de Teguise, dedicada igualniente a San Francisco de Paula, con la pretensión de que no faltase a los encarcelados el consuelo d i v i n ~ ' ~ " .

El edificio que ahora tratamos, al presente en restauración, es de dos naves. Su estructura interna y la renovación citada -el revoque c a l i ~ o de la fachada ha sido levantado-, permiten precisar su evolución arquitectónica. La primera fábrica habría sido la del Evangelio, como indica la profesora Fraga, lo que queda demostrado por la presencia de una armadura ochavada y la techumbre en jaldetas de la nave -la principal se cierra con un entramado de cáñamo enjalbegado-, posterior, pues, a la cubrición de aquella'?". Luego se elevaría el buque principal, rematado, como el otro, a dos aguas. A juzgar

(31) ldem supra, leg. 45, fol. 72. Original ante Agustin Cayetano Barreto, copia de Luis Gaicia del Castillo.

(32) FRAGA GONZALEZ, C., La aiqciitectura rnudcjar en Caiiaiio.7. Aula de Cultura de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1977, pág. 139.

(331 A.H.P.G.C., P.". 2.790, Juan Bueno Hernándcz, fols 497-502. (341 BOSCH MILLARES, J., El Hospiral del Espiiitu SaJiio dr la ida de l~arizarute. Rriiria

del Museo Canario, Las Palmas de Gran Canaria, numero\ 85-88, 1983, pág. 56. (35) FRAGA GONZALEZ, C., op. cit., pag. 138.

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ALGUNOS ASPECTOS ARTISTICOS DE I A VIL I i\ I > t I i C i l i l 1:N 1 1 S1<1I O \VI11 131

por la ordenación de la piedra esquinera y el mampuesto, el remate curviline'o que hoy despliega la fachada principal se confeccionó en fecha más tardía - siempre en el siglo XVIIIL, pues su culminación primitiva seria en ángulo obtuso, acorde, de este modo, con su cubierta a dos aguas. Entre uno y otro momentos debió alzarse el paramento del campanario, en cantería negra. Fuera ya del Setecientos tendría comienzo el recinto -hoy sin c u b r i i qiie podemos ver del costado de la Epístola.

El retablo que en la actualidad preside el conjunto corresponde al tránsito entre la centuria que aquí se trata y el siglo XIX, pieza por lo demás acorde con las disposiciones de la Real Academia de San Fernando en orden a la erradicación de aquellas arquitecturas lignarias, malqueridas por el bullente neoclásico 0"'.

Poseía este templo como capilla destacada la de San José, de ubicación incierta, de la que es patrona en 1795 Josefa de Fleitas, según su testamento de esta fecha"''. Esta misma señora había fundado en la ],arroq?iial dc San Bartolomé, junto con Juan Perdomo y Francisco Luzardo, la capilla de Animas. Otro recinto importante fue el dedicado a Ntra. Sra. del Rosario, advocación frecuente en los cenobios dominicos. Tenemos constancia de su existencia ya desde 1746, fecha en la que declara sus últimas voluntades el capitán y teniente Juan Matías Cabrera, quien pide ser sepultado en tal sala, como miembro que es de la Hermandad del Rosario y de la del Sanrisimo Sacramento l'". La imagen titular, sin embargo, aparece hasta la fecha de la restauración citada más arriba, en el nicho central del retablo mayor.

Lucía la iglesia conventual asimismo el retablo del Gran Poder de Dios, pieza recogida por el profesor Trujillo en su obra sobre los retablos barrocos en Canarias. Apunta el citado profesor que aquella obra pudo haberse realizado a principios del Setecientos o bien a fines del siglo anterior. El nicho cenlral del primer cuerpo lo ocupa la advocación que da nombre al conjunto; en el segundo, los espacios laterales quedan ocupados por los lienzos en los que creemos ver a San Francisco de Borja, a la izquierda, y San Francisco Javier, en el costado opuesto. Así pues, dos Santos de la Orden de la Compañia de Jesús. Ambas telas serían donadas por el beneficiado de la isla don Andrés

(36) TRUIILLO RODRIGUEZ, A., op. cit., pág. 207-208, ramo II. (37) A.H.P.G.C., P.". 2.868, Antonio de la Cucva Zaldivar, fo l r 551-568. El ieslamcnta de

redactó el 17 de agosto. (38) A.H.P.G.C., Sección Convenlos, leg. 44, Tals. 153~158. Copia deCristóbal Diar, 28-IX-1763.

Original de 4-X11~1746 ante Fernando Alvaicr.

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132 JOSE CONCL12CION KODKI< i I . I /

Antonio de Castro, aunque el apellido no es fácilmente legible"J1.

Tenemos noticia documental, asimismo, de la existencia en la iglesia conventual de una capilla dedicada al Señor de la Columiia -la imagen titular debe ser la que hoy se halla en la iglesia parroquial-. En 23 de julio de 1795, Cayetano Alvarez declaraba en testamento querer ser enterrado en el recinto de este nombre, ubicado en la iglesia de la orden dominica, por ser especial devoto de tal adv~cación '~" ' . Carecemos, empero, de cualquier olio da[o al respecto.

Existía también en el edificio que tratamos un altar de San Vicente Ferrer, presidido por una imagen de talla. Esta fue realizada poor Fray Marcos Guillén, bajo encargo de Fray Juan de Rivas, y fue bendecida por el obispo Conejero en 1716'41'.

Poco más puede comentarse de este cenobio, aparte del valioso sagrario- manifestador, de las últimas décadas de la ~en tur ia l '~ ' , pues algunas dc sus imágenes han quedado hoy desperdigadas.

d) Iglesia de la Vera Cruz.

El templo de la Vera Cruz de Cristo estaba ya construido en el Seiscientos, de modo que en la década de los setenta de dicho siglo estaba aún en proceso de edificación'"). Es ésta una construcción de nave única, presidida ya d e ~ d c aquella centuria por un Cristo de cabello natural, del que por referencia gentilmente cedida sabemos que había llegado de Portugal "4 y que obtiivo albergue en la capilla de San Miguel de la parroquia mientras se acababa su definitivo recinto. Los lienzos que adornan las paredes de la zona del presbiterio no corresponden a la obra primitiva, siendo el de los Desposorios el que prcsidió la ermita del cortijo de San José ya citada. Nada mas comentamos sobre este edificio, pues carecemos de noticia alguna sobre él en relación con el siglo XVIII.

-

(39) Bien pudiera no ser el apellido Castro, sino Correa, con lo cual veiidria a ser este señor el mismo que donó la talla de San Marcial a la parroquia1 de Guadalupe. Vide notas 17 y 1 h.

(40) A.H.P.C.C., P.". 2.868, Antonio de la Cueva Zaldivar, fols. 481-482. (41) CALERO RUIZ, C., La esciiltura barroca en Canarias. Publicaciones Cicntificas del Excmo.

Cabildo Insular de Tenerife, Santa Cruz de Teiierife, pág. 278. (42) TRUJILLO .., "p. cit., tomo 1, pág. 192. (43) A.H.P.G.C., P.n.2.759, testamento de Juan Cutiérrcz Mrlián, 16-111-1673, ante Suaii .losé

de Hoyos, iols. 378-392. (44) Agradecemos la reierencia al re5pecto de don Saritia;~ Cazarla Lcóo.

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AI.CUNOS ASPECTOS ARTISTICOI l > i L . \ \ II i ,\ 1>1 1 1 < , L 1 ' 1 1 \ 1 1 ' i l < , l 0 \ \ I I 133

CONCLUSIONES

Como conclusiones de la presente comunicación, destacamos que los edificios que hemos tratado quedan prácticamente configurados en el siglo XVII, de modo que las reformas y añadidos del Setecientos son de escasa relevancia, resaltando a lo sumo los cambios que se relacionan con la i-el~osición del menaje. Ello es lógico si atendemos a que, coino se ha afirmado, tales recintos estaban básicamente definidos cuando arribaron al siglo siguiente. Por otro lado, la centuria objeto de estudio en estas Jornadas presupone una crisis para la isla, especialmente en su segundo tercio, con las consiguientes penurias, hambrunas y emigración, lo que quedaría reflejado en la ralentización de patronazgos, donaciones, etc.

Con respecto a la parroquial matriz, destacar que las fundaciones y

legados que se observan en el siglo XVIII tienen por principales sujetos a clérigos, especialmente beneficiados de la citada parroquial, personas estas que muestran así su deseo de ornar el recinto de su beneficio. Bien diferente es el caso del cenobio de Miraflores, para el que destacamos, dentro de los escasos cambios del siglo XVIII, las obras pías de encargantes no religiosos, lo mismo que había ocurrido en el Seiscientos. Escasa relevancia tienen, por último, las fundaciones que suceden en el convento de Santo Domingo, pues, conlo se ha advertido, éste se funda en una centuria de grandes penurias, aparie de la competencia que suponen al respecto las otras dos edificaciones mentadas.

José Concepción Rodriguez

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ALMOCAREN. 7. (91) PBsi 235 - 153. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PhLMnS

LA LLEGADA DEL NEOCLASICO A CANARIAS Y SUS MANIFESTACIONES EN LA ARQUITECTURA

- LlGNARlA

OFELIA SANABRIA DIAZ LICENCIADA EN HISTORIA DEL ARTE

El objetivo de este trabajo consiste en estudiar y dar a conocer el desarrollo que en el Neoclasicismo tuvo la arquitectura lignaria, en cuanto a los retablos. Nos hemos ceñido al ámbito de Gran Canaria, porque sin duda en esta isla adquiere una mayor importancia, debido al papel que juegan artistas como Diego Nicolás Eduardo o José Luján Pérez, además del interés que presenta la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria como ejemplo irradiador del nuevo estilo.

A la hora de tratar del estilo Neoclásico en el Archipiélago, podemos destacar su cosmopolitismo, pues llega a Gran Canaria al mismo tiempo que se desarrolla en otros lugares de Europa, aunque en estas islas terminara adaptándose a las circunstancias ambientales, 'por ejemplo en cuanto a los materiales.

Mientras el "retablismo" coincidió en el Barroco con una época de prosperidad para Gran Canaria, en el caso del Neoclasicismo hubo de enfrentarse con etapas de crisis económica.

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PAUTAS CLASICISTAS EN LA ARQUITECTURA Y SU REFLEJO EN EL RETABLO

La introducción del neoclasicismo se hace a través de la renovada construcción de la catedral de Las Palmas, que ha estado parada hasta la llegada de Diego Nicolás Eduardo, el cual le imprime un nuevo estilo.

Como reflejo de esta edificación se irán creando otras nuevas en las pautas imperantes, aunque esto no es óbice para que artistas como Luján Pérez, por citar algunos, impriman un sello tardo-barroco a las obras realizadas en arquitectura lignaria con la utilización de avolutados roleos, decoración vegetal en las columnas, etc ...

A la hora de construir un retablo los elementos van a cambiar mucho con respecto a la época anterior. Van a desaparecer las columnas salomónicas y el estipite, predominando las de fuste liso con capiteles, sobre todo de orden corintio contemplándose también el orden jónico en piezas más sencillas.

En las columnas y pilastras la única decoración que predomina será la formada por las estrías, junto con motivos vegetales, animalisticos, florales, etc ..., que aparecían ya en la decoración barroca. Se ornamentan asimismo frisos y frontones, muy sobriamente y de modo simétrico, predominando el motivo de las gotas, que no se usarán sólo en el orden dórico; pocas veces aparecerán bajo los triglifos. El remate del retablo se efectúa por medio de frontones, casi siempre triangulares, apareciendo también el semicircular, decorado o sin decorar.

Casi siempre serán retablos de un solo cuerpo, por ser menos costosos, mostrando un nicho central con arco de medio punto, a veces abovedado, que podrá tener algún detalle o carecer de él. En conjunto y con respecto a la arquitectura lignaria de la época baqoca, nos encontramos frente a unas realizaciones más sobrias.

Un ejemplo de transición al neoclásico lo encontramos en el retablo mayor de la parroquia1 de Guía, donde Luján Pérez utiliza en el primer cuerpo decoración floral en el fuste de las columnas, alejándose de lo que encontramos en fecha más tardía. Es preciso tener en cuenta que éste fue ejecutado en una fecha tan temprana como 1799, sin embargo ya en 1809, en el retablo de Ntra. Sra. de la Soledad de la iglesia de San Francisco de Asís de Las Palmas, el mismo autor se muestra más cercano a la nueva corriente, pero sin llegar a ser puramente neoclásico, lo que no ocurrirá en las construcciones que efectúa

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LA LLEGADA DEL NEOCLASICO A CAN4RlA5 Y SUS Iilr\NIFE5TACIONES EN 1,) i\RQUITECTURA 1.ICNAKIA 137

para el templo catedralicio, donde se nos muestra con toda su pureza neoclásica, seguramente por el recuerdo de su predecesor Diego Nicolás Eduardo.

ORDENANZAS

En 1752 se crea la Real Academia de San Fernando de Madrid con el deseo de ir contra los excesos del periodo anterior. Se quiere así tener un control más riguroso en las artes y promover a través de él la nueva corriente nacida en Europa. el neoclasicismo.

Por Real Orden de 23 de octubre de 1777 se mandó que no se ejecutasen obras públicas sin la previa consulta de sus dibujos a la Real Academia de San Fernando, adjuntando una explicación por escrito de los proyectos, con esto se quiere evitar que se "malgasten caudales en obras públicas que debiendo servir de ornato y de modelo, existen sólo como monumento de deformidad, de ignorancia y de mal gusto...". Se desea conseguir que mediante su control se ejecuten los trabajos bajo un mismo patrón neoclásico.

Un mes después aparece la Orden "Sobre el modo de ejecutar las obras ocurrentes en todas las iglesias y sus altares" advirtiendo la necesidad de poner fin a los incendios que han ocurrido en distintos templos. Se quiere que no se usen maderas, sobre todo en los retablos y adornos de los altares, ya que, según se declara, "no hay ciudad en el reino en cuya cercanía no abunden los mármoles y otras piedras adecuadas. Con esto se quiere evitar los incendios y que no se usen los dorados pues "están expuestos a ennegrecerse, y a afearse en breve tiempo". La alternativa que se da es que se hagan los retablos de estuco, pues son "menos costosos y además no producen incendios".

Esta orden será transmitida a los Prelados para que se encarguen, además de todo lo anterior, de enviar los planos de cualquier obra que se deseara hacer a la Real Academia de San Fernando.

Esta orden la refrenda en 1791 Carlos IV y será comunicada al Arzobispo de Toledo por el conde de Floridablanca ( ' 1 "...para que de ningún modo permita hacer retablo alguno en los templos ... sino de piedra o estuco y que cuando por algún motivo se intente hacerlo de madera se haga presente a su majestad para obtener la licencia, precedida por los informes del motivo...".

(1) TRUJILLO RODRIGUEZ, Alfonso, El retablo barroco en Canarias. Las Palmas de Gran Canaria, 1977, Tomo 11, pág. 207.

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El 25 de noviembre de 1777, fecha de la publicación de la circular expedida a obispos, caballeros y prelados, se manda al obispo de la Diócesis de Canarias una carta escrita por el conde de Floridablanca desde El Escorial. La misiva llega a Las Palmas en febrero de 1778, año clave ya que en este momento se introduce en el archipiélago los nuevos reglamentos del arte, desde allí se expanden a toda la Diócesis.

Por parte del obispo de Canarias hay una comunicación al Vicario de Santa Cruz de Tenerife, con fecha 14 de mayo de 1787 i21, en la que le manifiesta la orden del Rey, transmitida por el conde de Floridablanca, referente a la observación hecha al estatuto 33 de la Academia de San Fernando y acerca de los requisitos para los titulos y nombramientos de arquitectos y maestros de obras. Esta se comunica a los tribunales así como Cabildos eclesiásticos y seculares el 28 de febrero de 1787, y desde Las Palmas pasa a Santa Cruz de Tenerife.

En dicha orden se manda que ningún tribunal, ciudad, villa, ni cuerpo pueda conceder título de arquitecto ni de maestro de obra, ni nombrar para dirigir los trabajos al que no se haya sometido al examen de la Real Academia de San Fernando o de San Carlos, quedando abolidos los privilegios que capacitaban a algunos pueblos para dar títulos de arquitecto o maestro mayor de las capitales y Cabildos eclesiásticos, recordando que se deben presentar los diseños de retablos y demás obras de templos, además de los concernientes a cualquier edificio que se quiera construir o retocar.

Cuando llega Diego Nicolás Eduardo a Las Palmas se comienzan de nuevo los trabajos en la catedral, pero ante la precisión de esos mandatos, el Cabildo escribe al conde de Floridablanca, exponiendo que por distintas razones se encuentra en la catedral de Las Palmas un arquitecto sin titulo, refiriéndose a Diego Nicolás Eduardo. El Cabildo en 1783 ya había redactado un carta, indicando que las obras se habian emprendido de nuevo en 1781 y que se habían detenido a causa de la llegada de esta orden.

La fábrica catedral no tenia asignado salario para un arquitecto de profesión, por otra parte si se intentaba traer alguno de España, retardarían las obras. Por consiguiente, se solicita que actúe como tal del raciouero Eduardo, pues, además de mostrar cualidades en el plano que en su día proyectó contaba con la circunstancia de que sus diseños fueron revisados por Ventura Rodriguez, quien los aprobó.

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LA LLEGADA DEL NEOCLASICO A CANARIAS Y Sti \I.<lrll L? I \C IONt l i l i LA ARQUITECTURA I . IUNARI\ 139

LOS ARTISTAS

En los retablos del periodo neoclásico en la isla de Gran Canaria no vamos a hallar una homogeneidad, ni cronológica ni formalmente. Tampoco la hubo en la arquitectura de templos y edificios civiles. En esta época hay algunos, como el que hiciera Luján Pérez para el altar mayor de la parroquia1 de Guía en una fecha tan temprana como 1799, donde el artista va a usar elementos persistentes del pasado barroco.

Pero también en fecha tan avanzada como 1880 existen otros retablos en el templo de Santiago de Gáldar que se acercan a las pautas clasicistas, que ya no son tan nuevas, dada la cronología, pero que el eclecticismo de la época permite, destacando elementos estilisticos dispares entre si.

En cuanto al cumplimiento de las reales órdenes dudamos mucho de que las trazas de retablos se mandaran a la Real Academia de San Fernando, sobre todo desde las distintas poblaciones de la isla; por otra parte, todos los ejecutados en la isla son hechos en madera. Por tanto, sino fueron olvidados, no se intentaron llevar a cabo por la escasez de medios existentes aquí.

Puesto importante dentro de la arquitectura de esta época lo ocuparon los tabernáculos, hechos para albergar el sagrario principal de la iglesia. De estos ejemplos tenemos pocos. Hubo un proyecto para la catedral, que si se hubiese ejecutado, habrían resultado ser un buen ejemplo de creación neoclásica. Otro lo encontramos en Gáldar, el cual dentro de su sobriedad da suntuosidad a la capilla mayor. Fueron pocos los conjuntos que se llevaron a cabo quizá por ser un arte donde había pocos entendidos, pero, a pesar de esto, forman parte de la arquitectura neoclásica en el Archipiélago Canario "'.

Como consecuencia de todo esto, debemos decir que el retablo de esta época fue lo que podríamos llamar una "arquitectura marginada", ya que a la hora de construirlo se preocuparon ante todo del ornato del templo o de que una imagen tuviera un altar más o menos decente, sin tener en cuenta otras circunstancias. Esto motivará que en la segunda mitad del siglo XIX se abandonen las pautas puristas del primer neoclasicismo para llegar finalmente a un ecleticismo donde no faltan elementos dispares.

(3) HERNANDEZ PERERA, Jesús, Tabernáculos noeclásicos de Tenerife y Giaii Canaria. "Estudias Canarios". Instituto de Estudios Canarias, La Laguna (Tenerife), vol. XI (1965-1968), pig. 45.

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USO DE LA MADERA Y DE LA PINTURA

Pese a la prohibición dictada en 1777 por Carlos 111, referente a que no

se hicieran retablos de madera, en Gran Canaria se van a servir de este material.

Particularmente se empleó el pinsapo, del que muy a menudo se mandaban

a traer partidas de Tenerife. Otro tipo en el cedro y el viiiátigo, pero se usaron

sobre todo para trabajos nobles, como los tabernáculos y en las esculturas.

No hemos encontrado referencia al uso de ninguna otra.

Predomina el uso de la madera, pero también se trajeron de Génova

conjuntos de mármol, material al que no tenían acceso por lo costoso, pues

la única cantera de mármol que existía era la de Jinámar y su acarreo no salía

rentable, era mejor hacerlo de tipo lígneo.

El retablo se policromaba para no dejar al descubierto la madera. En

un primer momento se intenta imitar el mármol. Sabemos que existieron retablos

con estas características, como por ejemplo el de Agüimes, decimos existieron

porque fueron pintados y barnizados posteriormente con un colorido ajeno

totalmente al que tuvieron en un principio.

Con la imitación del jaspeado lo que quisieron fue "ennoblecer" el pobre

soporte con el que estaban hechos, pero no pasó de ser una triste imitación,

y además muy deficiente. Cuando no se usaba este último procedimiento se

acudía a dorar el retablo y a hacer un uso no muy mesurado del color.

Solían dorarse sobre todo los capiteles, el arco del nicho y parte del

frontón. Se combina además con colores cálidos como el rojo, el verde, el

marrón, que a veces llegan a quitar belleza al efecto final.

Los encargados de estas labores van a ser pintores sobre todo. Un artista

conocido en este momento es José Osavarry Acosta I4J, que colabora con el

escultor Luján Perez en el policromado y dorado de sus obras hasta la muerte

de éste, incluso tomará parte en los distintos diseños arquitectónicos que

realizó í5 ' .

(4) ALLOZA MORENO, Manuel Angel, La pintura del siglo XIX en Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 1981.

(5) Idem., pig. 217.

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LAS OBRAS DE DIEGO NICOLAS EDUARDO Y SU REFLEJO EN LA PRODUCCION DE JOSE LUJAN PEREZ

Sin duda el neoclasicismo se inicia en la catedral grancanaria a través del clérigo Uiego Nicolás Eduardo y su discípulo José Luján Pérez, la nota común entre ambos artistas es la formación tardía que tuvieron, ya que el primero contaba más de cuarenta años y según dice estaba formándose en las actividades de la cons t ru~ción~~J; lo mismo ocurre con Luján el cual empezará a tomar contacto con lo que significa una enseñanza académica a partir de 1787, fecha en la que Eduardo es nombrado director de la Escuela de Dibujo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

La catedral de Sana Ana de Las Palmas se hallaba sin terminar a la llegada del canónigo Eduardo a la ciudad, pero, gracias a la decisión del obispo fray Joaquin de Herrera de seguir con las obras''', contamos hoy con obras suyas en las islas. Los trabajos que le encomendaron a su llegada fueron:

a) Todas las dependencias de la cabecera, con sacristía nueva, sala del tesoro ...

b) Conclusión del interior del templo, a1 cual le faltaban el crucero con su cúpula, la capilla mayor, con las de la Epístola y del Evangelio o de la Virgen de la Antigua.

C) Fachada principal, dando a la plaza de Santa Ana, derruyendo la fachada del siglo XVI.

d) Levantar la parroquia de Sagrano Catedral lal .

Se empezó por la primera y segunda parte, y por la cabecera, el resto lo haría más tarde, al haber muerto Diego Nicolás Eduardo, Luján Pérez, teniendo los planos del maestro delante.

A la Academia de Dibujo que fundó la Real Sociedad Económica de Amigos del País acudirá José Luján Pérez para perfeccionarse tras una posible enseñanza con el pintor Cristóbal AfonsoIgJ. Junto a Eduardo va a aprender

(6) TARQUIS RODRIGUEZ, Pedro, Diccionario de arquitectos, alarifes y canteros del siglo XIXque han trabajado en las Islas Canarias. "Anuario de Estudios Atlánticos", Madrid- Las Palmas, no 12 (1966), pág. 411, no 13 (1967). pág. 449.

. no 26, Las Palmas, 1981, pág. 16

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el trazado arquitectónico y las reglas maestras de la construcción de edificios, según las directrices de la Real Academia de San Fernando, lo que había hecho de Diego Nicolás un ferviente admirador y seguidor del neoclasicismo. A la muerte de éste su lugar lo ocupará el discípulo y el Cabildo catedral lo nombrará director de las obras del templo mayor "O1.

La factible influencia de uno sobre el otro se percibe en múltiples detalles. Así en el testero del fondo de las naves de la Epístola y del Evangelio se abren dos puertas neoclásicas, que bien podrían haber servido como modelos de retablos, pues poseen una estructura muy sencilla, la cual será muy usada a la hora de elaborar trazas de este género: elementos verticales coronados por un frontón semicircular. Luján Pérez tuvo delante estos ejemplos y a la hora de elaborar las diferentes obras para el recinto siguió, si no en su totalidad, el esquema constructivo empleado por el anterior arquitecto.

Asimismo, Don Enrique Marco Dorta"" publicó un dibujo que pudo haber sido un proyecto de retablo elaborado por Diego Nicolás Eduardo para el presbiterio de la catedral, aunque no llegó a ejecutarse, el cual, según apuntó, "parece haber sido proyectado para el presbiterio de un templo, a juzgar por las dos puertas del cuerpo bajo, que no se justifican sino como accesos a la sacristía que estuviera situada a sus espaldas. Consta de tres cuerpos, con columnas corintias y entablementos, reduciéndose el último a la anchura de la calle central y ligándose a las laterales por medio de unas aletas o contrafuertes. Los marcos de las entrecalles y del cuerpo superior, indican que tendría pinturas ..." ("1.

Pues bien, años más tardes Luján Pérez trabajará en el retablo de la parroquia1 de Guía. Si nos fijamos en el segundo cuerpo de este retablo vemos cómo sigue el mismo esquema sustituyendo lo que serían las columnas del proyecto de Diego Nicolás Eduardo, por pilastras estriadas. El resto tiene igual esquema; frontón curvo y aletas a ambos lados.

El retablo de la iglesia del convento franciscano de Las Palmas también tiene similitudes con este dibujo: lo que sería el ático presenta igual estructura del nicho central y aletas con igual frontón semicircular. El proyecto de su maestro consta de dos cuerpos y ático, Luján Pérez suprime un cuerpo, pero sigue el mismo esquema, ya que coloca un nicho central de dimensiones mayores

(101 Idem. , ~ ~ , - ~~~

(1 1) MARCO DORTA, Enrique, Planos y dibujos del archivo de la Catedral de Las Palmas. El Museo Canaria, Las Palmas, 1964, pág. 48.

(12) 1bidem.

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respecto a los laterales, que a diferencia del dibujo, el cual hubo de ser adaptado a un presbitero, lo puso como dos nichos de menor tamaño, colocando asimismo sendas estructuras geométricas en la parte superior.

A pesar de haber estado aprendiendo con Diego Nicolás Eduardo las nuevas fórmulas neoclásicas y tener sus planos delante al continuar las obras no finalizadas de su maestro, Luján se muestra en la escultura más barroco que en la arquitectura, ocurriendo lo mismo en los referentes a la arquitectura lignaria, donde no asimilará por completo las nuevas fórmulas imperantes en el momento. Pero en Luján Pérez pudo influir también la contemplación de los conjuntos pétreos importados de Italia, de los que trataremos a continuación.

RETABLOS MARMOREOS TRAIDOS DE GENOVA

Los retablos marmóreos que se encuentran en la catedral de Las Palmas, son los únicos existentes en la isla. Seguramente la causa de esto se ha'l i a en que, siendo la población donde se aglutinaban la aristocracia y la burguesía del momento, viera incrementado su patrimonio artístico debido quizá al afán de figurar que tenían las diferentes familias donde enterrarse, cosa que no encontramos en las diferentes parroquias de Gran Canaria, lo que no indica que en éstas no se hiciesen donativos; se hacían pero eran siempre mucho más modestos.

Retablo de Santa Teresa

Este conjunto fue costeado en su totalidad por Don Domingo Bignony y Logman, arcedanio de la isla de Tenerife. En cuanto a este apellido, poco corriente en Canarias, es preciso decir que en el siglo XVIl la presencia de genoveses en Tenerife es abundante. Con los Logman, de origen alemán, enlaza a mediados del siglo XVIII don Nicolás Bignony y Dognino, noble patricio de Génova, que tenia casa en la capital de aquella isla "". Don Domingo, nacido en el Puerto de la Cruz, era hijo de don Nicolás Bignony y doña María Logman, natural de Santa Cruz. Algunos clérigos de estas familias se convierten en mecenas de realizaciones artísticas, debiendo tenerse en cuenta que la mayoria de los encargos hasta bien entrado el siglo XIX en Canarias, provienen de la -

(13) HERNANDEZ PERERA, Jesús, Esculturas genovesas eii Tmerife. "Anuario dc Estudios Atlánticos". Madrid-Las Palmas, 1964, pág. 17.

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Iglesia a través del Cabildo catedralicio, órdenes religiosas y beneficiado^"^' como ocurre con los dos hermanos D. Ignacio y D. Rodrigo Logman, sacerdotes adscritos a la parroquia tinerfeña de Ntra. Sra. de la Concepción en el siglo XVIII ("1.

Por consiguiente, observamos que Bignony, al encargar el retablo de Santa Teresa para la Catedral grancanaria, lo lleva a cabo en Génova, siguiendo una tradición familiar corroborando el hecho de que a un primer ciclo de importaciones artísticas de Flandes especialmente, a parte de las obras traídas de suelo hispano, se da paso a otro nuevo, marcado por la abundancia de esculturas adquiridas en Liguria u6).

En la "Gazeta de Madrid" del año 1776 entre otras noticias aparece la del nombramiento de D. Domingo Antonio Bignony y Logman como canónigo magistral de la catedral de Las Palmas. En 1782 se le escoge para sustituir al canónigo Ramos, a cuyo cargo renuncia"".

En una reunión del Cabildo catedralicio en 1791, D. Domingo Bignony manifiesta que hacía mucho tiempo que había pensado poner en la Santa Iglesia Catedral un altar decente con una imagen de Santa Teresa de Jesús "y que habiendo últimamente proporción, había mandado por uno y otro a Génova, lo cual le había venido y tenía en su casa ..."

El altar se alza hoy en la nave de la Epístola, es de mármol y jaspe, prolongándose en un retablo de columnas de los mismos materiales; le costó al donante más de lo que pensaba y lo cedió en su totalidad a la catedral. Tiene un solo cuerpo, presidido por la imagen de la titular, que se encuentra en el único nicho existente con arco de medio punto, decorado con borlas en su parte superior. Sendas columnas con capiteles corintios dan suntuosidad a esta pieza. En su parte inferior, a modo de sagrario, se dispone un conjunto compuesto de Crucifijo y cabezas de querubines, que contribuyen a dar cierto movimiento a esta parte. En el entablamiento el friso es muy simple al no tener decoración alguna, dando paso a la estructura que imprime un dinamismo, el frontón semicircular que lo remata.

(14) FRAGA GONZALEZ, Maria del Carmen, La aristocracia y la burguesia canarias ante el arte. Importaciones artisticas. I V Coloquio de Historia social de Canarias. "Anuario de la U.N.E.D., Las Palmas de Gran Canaria, n o 5 (1979), pág. 168.

(15) RODRIGUEZ GONZALEZ, Margarita, Panorama arfistico de Tenerife en el siglo XVIII. Santa Cruz de Tenerife a través de las escribanias. Aula de Cultura de Tenerife, Sta. Cruz de Tenerife, 1983, págs. 127, 155 y 175.

(16) FRAGA GONZALEZ, Maria del Carmen, ob. cit 117) A c A c no 51 17x7 \ - . , . - . - . . . . - . , . . .., . .- (18) Ibidem, no 57, 1791.

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I .A LLEGADA DEL NEOCLASICO 4 CANARIAS Y SUS hlANIFESThCIONES E N LA iARQUlrLCTUKA ILIUNZRIA 145

Todo él, incluyendo imágenes fue traído de Génova y, por solicitud del comitente, fue emplazado en la capilla de San Pedro, donde se encuentra un cuadro de la santa de Avila. En este sentido, el Cabildo dio permiso al vicedirector del colegio de San Marcial, don Agustín Cabral, para que asistiera al trabajo de instalación del retablo y altar "por estar instruido por el capitán que lo trajo en el modo de dicha colocación" c i 9 ) .

A la hora de ubicar el conjunto en dicha capilla, como quería Bignony, se discute acerca de las condiciones de iluminación, puesto que el recinto era demasiado oscuro. Se piensa ponerlo en la capilla de los "Sambenitos", llegándose al final a una conclusión: que se ponga donde sea y se pueda, pero cuidado que no padezca detrimento cuando se quiera quitar por si acaso, al concluir la obra de la iglesia, se crea conveniente instalarlo en otro sitio. Bignony, después de haber examinado el templo, opta por el emplazamiento en la capilla de San Pedro.

Aparte de lo que se trajo de Génova, Bignony mandó hacer para la capilla cálices, vinajera, candeleros de plata, casullas de todos los colores y albas, con lo cual, sumado a lo que anteriormente había donado, culminaba la voluntad que había expresado desde su acceso a la catedral.

De 1792 existe un inventario presentado al cabildo por Bignony acerca de los ornamentos y demás alhajas que había regalado para el altar de la santa. Cita una figura ebúrnea de Cristo que se halla en el mismo altar, en una urna marmórea con cristal, escultura que ha sido quitada de allí por miedo a un robo; también cita un buen número de piezas de orfebrería, vestimenta sacerdotal y objetos de culto.

En Julio de 1796, quizá sintiéndose enfermo y deseando ver a su familia por última vez, Bignony pide permiso con el fin de "pasar a la isla de Tenerife para asuntos de su casa" l2O1. El Cabildo no duda en concederle esta petición, dándole los seis meses permitidos, si concluidos éstos necesitase de más tiempo, "no dexara de prorrogarle la licencia en consideración a su mérito y servicios" '"1. Don Domingo Bignony y Logman muere en Las Palmas en la mañana del 29 de marzo de 1799 "a las seis poco más o menos".

El Deán dio aviso al Cabildo, que se encontraba reunido, para leer su testamento, acordando que se le haga un funeral con toda pompa y aparato -

(19) Ibídem. (20) A.C.A.C., no 60, 1796 (21) Ibidem.

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de estilo. Se dispone su sepultura en la capilla de San Pedro frente al Crucifijo del altar, tal como pide en sus últimas voluntades.

Después de su fallecimiento, se acuerda que el altar se mude a la capilla de Ntra. Sra. de la Antigua y que se levante en donde está el de madera que sirve actualmente de albergue a Ntra. Sra. de la Antigua.

Retablo de San Gregorio

El patronato de la capilla de San Gregorio lo ostentaba, antes de comprar el nuevo retablo, don Pedro Manrique de Lara y del Castillo, miembro de una distinguida familia de la capital. Anteriormente en dicha capilla se encontraba una talla de San Cayetano, que posteriormente fue sustituida por una de San Gregorio al colocar el nuevo altar.

Por un acta capitular de 1791, sabemos que la imagen de San Cayetano incomodaba a la hora de decir misa por la peana tan grande que tenia, de modo que se corta ésta y se acuerda que el señor Villarreal diga al patrono de dicha capilla, don Pedro Manrique de Lara, que cuando necesite'el altar limpio y arreglado avise a la iglesia.

Dos años después, conforme van avanzando las obras de la catedral, el Cabildo nota las faltas de varias capillas y altares, encargándole también al mismo Villarreal que estudie y examine lo que exige reforma dentro de aquellos "haciéndolo con la economía posible y según haya comodidad" 1""' Asimismo se le ruega que insinúe a don Pedro las faltas que se noten en su recinto para que procure arreglarlas.

En 1795 el Cabildo se halla ocupado todavía en reformar y ornamentar las distintas capillas; para colocar en la de San Gregorio y en las otras, alfombras junto a los altares, manda recado al Teniente Coronel don Tomás Eduardo, para que vea si en Tenerife se halla algún género que sirva a este fin.

En 1802 está en venta un retablo de jaspe en Las Palmas. Los arcedianos Toledo y Briñes son los encargados de examinarlo y de informar al Cabildo, después de haber consultado con Luján Pérez, del estado en que se halla y de lo que piden por él, para ver si se puede colocar en algún lado de la iglesia. Tras el informe favorable se habla con Manrique para inclinarle a que lo compre, para que su capilla guarde la misma suntuosidad que la de Nrra. Sra.

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LA ILI~ECADA DEL NEOCLASICO A CrlN?Rl,Al i i L S >14\11iSl \C IO&L\ LN L \ !tKQUITF<TCll.i 1 l i i l \AR l , \ 147

de la Antigua, su colateral (recordemos al respecto que todavía no se había cambiado el retablo de Santa Teresa al sitio que ocupa ahora).

Informado don Pedro Manrique, contestó que no sólo estaba dispuesto a pagar los trescientos pesos que pedían por el retablo, sino que también daría cien pesos más para los gastos de colocación en el testero de su capilla, con lo que esperaba conseguir que se conservara siempre la bóveda de su familia, que estaba en dicha capilla. El Cabildo aceptó este ruego, incluso dio orden a la junta de la obra para que en la composición que se hiciera "se cuide de dexar intacta la boveda del patrono para el libre uso del enterramiento de su familia.. ." 123.

Pensando colocar el nuevo retablo, miran a ver si deberían cerrar los arcos de la capilla de San Gregorio y por supuesto el de Ntra. Sra. de la Antigua, su colateral, pues, en vez de ser una sola capilla, resultarían dos. Quieren también quitar las gradas de los diferentes retablos, las pequeñas sacristias que estaban debajo de los altares; o sea, hacer toda una serie de reformas. Pero en vez de eliminar las gradas, con el fin de dejar en las diferentes capillas una altura similar, lo que se hace es subir un poco más la capilla de Santa Catalina y de San Gregorio, "como parece haberlo indicado el antiguo arquitecto que fabricó la parte vieja de la iglesia" e"'.

Después de colocado el retablo, que es idéntico al de Santa Teresa, es preciso ornamentar la capilla y de esto se ocupa también el patrono. Muerto don Pedro sus sucesores siguen con el patronazgo.

Como sabemos, tanto el retablo de Santa Teresa como el de San Gregorio fueron traídos de Génova. El primero de ellos costó 600 pesos, incluido el altar, y el último salió por 300 pesos. La diferencia existente entre uno y otro sc debe a que uno fue traido directamente de Génova y el otro se compró en la misma ciudad cuando el vendedor seguramente tendría interés en contar con el dinero. Posiblemente si el retablo de San Gregorio se hubiera comprado aquí, el Cabildo no hubiera gastado el dinero importándolo de Liguria, ya que, a la hora de hacer los distintos altares, en fechas más tardias, se recurrirá a la madera, por ser material más barato.

Si este retablo se encuentra hoy en el templo, es debido a que existían personas que estaban dispuestas a costearlo, con el fin de que su nombre quedara de por vida y, a la vez, por la devoción que sentían por uno y otro santo.

(23) A.C.A.C., n o 62, 1802 (24) Idem, no 61, 1801.

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148 OFELIA SANABRIA DlAZ

En cuanto a los posibles artistas que pudieron elaborar éstos, e1 Dr. Hernández Perera'2" apunta que la mayor parte de los talleres ligures aparecen adscritos a familias de escultores que durante generaciones mantienen constante dedicación a la talla de mármol. Entre estas dinastías genovesas la que más precozmente se relaciona con España es la de los Gazzini o Gaggini.

El Neoclásico contó con arquitectos pertenecientes a esta familia como Giacomo María, cuya cronologia abarca desde 1754-1812, y el "cavaliere" Giuseppe Gaggini 1791-1867, cuyo arte llegaría hasta Canarias mediante otras piezas. Nos inclinamos más por el primero, ya que el retablo de la santa se trajo en 1791, fecha que se inscribe en la producción de Giacomo María, quien muere en 1812, lo que permite atribuirle el retablo gemelo de San Gregorio, que es de 1802, cuando el artista tenia una edad avanzada, pero los dos conjuntos son idénticos y es muy seguro que salieran de la mano del mismo autor.

Estilisticamente ambos demuestran, por otra parte, la mano de un hombre formado en el Barroco aunque introducido en el neoclasicismo; detalles como los querubines, o el movimiento curvo de algunas zonas, así lo avalan.

JOSE LUJAN PEREZ Y SUS REALIZACIONES EN LA ARQUITECTURA LIGNARIA

Luján Pérez en la Catedral de Las Palmas

Luján Pérez se hace cargo de las obras de la catedral en 1798, al morir Diego Nicolás Eduardo. En 1802 se le pide su opinión sobre un retablo que se está vendiendo en la ciudad, ya que el Cabildo desea comprar uno.

Terminado el nuevo crucero de la catedral, el Cabildo encarga a Luján dos diseños de retablos con su correspondiente escala, "debiendo ser su ornato sobresaliente al de los demás"(26), ya que ésta es la parte principal después del altar mayor y ha de estar acorde con la suntuosidad de éste.

En los altares proyectados se quieren poner las imágenes de San José y la de Ntra. Sra. de la Antigua, que más tarde hará Luján. Presentó terminada su traza el 20 de octubre de ese mismo año, considerándose el resultado de buen gusto y proporcionado a las dimensiones de las capillas colaterales y -

(25) HERNANDEZ PERERA, Jesús, ob. cit., pig. 4 (26) A.C.A.C., no 61, 1801.

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testero. Por consiguiente, se aprueba el diseño y se manda que se guarde en secretaria para hacer su encargo cuando haya oportunidad, ordenándose al deán Toledo que gratifique al autor por su trabajo "por cuenta del ha de haber de la fabrica catedral en el Hacimiento de La Palma" '27J.

El proyecto de Luján Pérez no se llegó a ejecutar, convirtiéndose en un retablo-hornacina integrado en el paramento de cada uno de los recintos. El retablo de Ntra. Sra. de la Antigua se pintó y doró antes que el de San José, y un miembro del Cabildo, encontrándolo muy diferentes al de su colateral, se ofreció a costear el trabajo de su propio bolsillo. Actualmente tanto la capilla de Ntra. Sra. de la Antigua como la de San José presenta sendos conjuntos lignarios formados por elementos arquitectónicos que enmarcan las respectivas imágenes de los titulares.

El esquema de ambos es el siguiente: A partir del altar se desarrolla un primer cuerpo con sendos mensuloues, los cuales parecen sostener la hornacina, encuadrada por sendas jambas estriadas que se continúan en la parte superior, por el ligerísimo arco rebajado. Entre éste y el medio punto de nicho, molduras doradas rodean superficies jaspeadas, sin que falte la figuración de un pino, alusivo a la patrona de la isla, y de las azucenas simbólicas de San José, según se trate de uno u otro personaje sacro el titular.

Luján Pérez en la parroquia1 de Guia

Las formas neoclásicas aparecen por primera vez en Guia en la fachada de la parroquial de esta villa, arribando de la mano de su hijo natal José Luján Pérez, pero no será un neoclasicismo tan depurado como encontraremos años más tarde en otras obras de este artista.

Terminado el templo a mediados del siglo XVIII, se procede a la realización de la fachada principal. Se apunta que Luján Pérez fue su artífice, pero sobre esto no se conoce documentación alguna que lo verifique, pues lo que se sabe ha sido transmitido por tradición oral; resulta difícil pensar que por esta época, cuando Luján apenas había alcanzado el cuarto de siglo de vida, se ocupara de una obra de tal envergadura'"'. Si no estaba capacitado para dirigir la fábrica por ese entonces, no resulta ilógico pensar que, al menos, el diseño del frontis sea suyo, como así lo cree don Pedro González Sosa'").

(27) Ibidem. (28) MORENO MOLINA, José Fernando, Elretablo deSta. Maria de Cuia. Rva. "Aguayra",

Las Palmas, 1983, pág. 17.

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El retablo mayor

La primera referencia que encontramos de la que podria ser la obra hecha por Luján Pérez para el altar mayor de la parroquial, es de 1793 ['O'. En un inventario redactado en esta época aparece una referencia a "un retablo sin dorar" (311. Todavía no se había efectuado el segundo cuerpo, que será realizado años niás tarde por este artista.

Esta labor de Luján entrará dentro del embellecimiento y ornato a que estaba sometido el templo, pues en 1790 se paga por un frontal con jaspes y dorados para el altar mayor (12) y podemos pensar que desearon levantar un retablo que estuviera acorde con esa parte. ya que es la principal. A Luján se le podía haber encomendado esta tarea, aunque una vez hecha pudiera haber dejado el conjunto con el primer cuerpo, c en san do quizá agregarle un segundo cuando tuviese tiempo, ya que en torno a esta fecha de 1793 tenemos noticias de que termina la figura del Cristo de la Sala Capitular sita en la Catedral de Las Palmas.

No conocemos la fecha en que Luján ejecutó el segundo cuerpo, pero una vez terminada aquella escultura pudo muy bien haber pasado a su ciudad natal. La datación estaría, por consiguiente, entre 1793 y 1799. El primer año por ser cuando termina la imagen, y el segundo porque corresponde con la terminación del libro de fábrica donde encontramos que se le pagan veinticinco pesos por componer el segundo cuerpo. Don Pedro González Sosa piensa que el retablo o bien no tenia el segundo cuerpo o lo compuso Luján Pérez, creyendo por más cierto lo segundo; haciendo más tarde, en 181 1, el Cristo que había de colocarse aquí(]').

Una vez que termina Luján Pérez su trabajo, hay que colocarlo y pintarlo. Para este fin el artista cuenta con la ayuda de José Yánez O'" y Alonso Merino(Is'. El primero será el encargado de pintarlo, ya que era docto en este oficio, de modo que en Agaete también ejecutará obras y se le nombrará como pintor(I6'. Del dorado no sabemos quién se encargaría, pero se mandan desde

(30) A.P.G.: Libro de Cuentas n o 3, años 1772-1810, sin faliar Ibidem. Idem, Libro de Cuentas, 1790, sin foliar. El froiital con jaspes y dorados para el altar mayor importó doscientos veinte reales, sin contar dieciseis pcso que dieron de limosna. GONZALEZ SOSA, Pedro, Noticias hisróilcas de la ~ai-iuqiiia de Snnia Maria de Guia "Falange", 4 de abril de 1956. A.P.G., Libro de Cuentas, años 1730-1799, sin loliar. Se le paga lase Yaner doscientos sesenta y dos pesos cinco reales, por colorear el rctabla. ldern, Libro de Cuentas, años 1730-1799, sin foliar. Alonso Merino recibe treinta reales par componer ocho gafas (ganchos) del retablo mayor. A.P. Agaete, Libro de Cuentas 1755~1918, sin foliar.

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L \ LLEGADA DEL NEOCLASICO h CANARIAS 1 SUS \I,\NII t i l , i i l O \ L S EFi I Z $IIUUITE<.TL.R\ IIUN*KI\ 151

Cádiz cien libras de oro para tal fino7) apuntando don Pedro González Sosa que los librillos de oro para dorar este retablo los mandó desde la Habana, de cuya Catedral era canónigo, el hijo de Guía don Pedro José Gordillo y Ramos, "no debieron ser suficientes estos porque en estas cuentas dicen: "por cien libros de oro para ayudar al dorado del retablo mayor", pueden ser estos los libros que se mandasen de Cádiz

Si nos fijamos en el retablo vemos que ambos cuerpos son diferentes en cuanto a estilo. Para comprender esto hay que tener en cuenta varias circunstancias. Don José Miguel Alzola piensa que entre 1787 y 1792 pudo haber estado Luján en la Península, gracias a la beca que le concedió el rey, y para esta afirmación se basa en un manuscrito de Alvarez Rixo que dice " ... este señalado artista fue uno de los jóvenes isleños que por disposición del rey Carlos 111, salieron de esta isla pensionados por su Majestad a aprender fuera..."""'.

Nosotros acotaremos los años que transcurren desde 1787 hasta 1790, porque en 1790 se encuentra trabajando en la parroquia de San Lorenzo y desconocemos cuánto tiempo estuvo; además en 1786 sale la orden de Carlos 111 referente a los arquitectos, pudiendo ser que deseando tener una formación más sólida y un título expedido por una entidad como la Academia de San Fernando, después de haber estado en la "Escuela Gratuita de Dibujo", aprendiendo con Diego Nicolás Eduardo, viera la oportunidad y se fuera a la Península.

Por tanto, después de haberse formado en las doctrinas neoclásicas, volvería a Guía para hacer el segundo cuerpo del retablo, con un resultado que se ve a la vista.

Es un retablo de dos cuerpos. En el cuerpo inferior Luján se nos muestra de una época barroco-tardía, ya que le coloca a los fustes de las columnas decoración vegetal en su parte inferior, ornato éste que se aleja de la sobriedad decorativa del período neoclásico; utiliza también en el cuerpo inferior decoración de "candelieri". El segundo cuerpo, como hemos comentado ya, se acerca a lo que puede ser un clasicismo más puro, de líneas rectas, cuyo único movimiento se lo da el frontón semicircular que lo corona. Todo el conjunto es de madera policromada en tonos marfil y dorado en algunas de sus partes.

(37) TEJERA Y QUESADA, SanLiaga, Los grandes escultores. Estudio hisióiico-cririco~ biográfico de losé Luján Pérez, narural de la ciudad de G u i a Santa C ~ U L de Tencrife, 1850, pág. 147.

(38) GONZALEZ SOSA, Pedro, ob. cit. (39) ALZOLA GONZALEZ, José Miguel, ob. cit., pág. 21.

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Luján Pérez aquí no prescinde de las formas barrocas, a pesar de su adhesión a las neoclásicas en el avolutamiento de los arbotantes y el arqueamiento del entablamiento '"o'.

CONCLUSIONES

1.- El Neoclasicismo va a llegar a Gran Canaria por tres vías:

a) Con Diego Nicolás Eduardo, pues no podemos olvidar la importancia de este arquitecto en la introducción de dicha corriente en la isla, en una fecha tan temprana como la década de 1770.

b) A través de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, por donde los "intelectuales" de la época, es decir los Ilustrados, plasmaron sus deseos de introducir formas arlisticas de mayor austeridad. Una gran labor efectuada por dicha sociedad será la creación de la Escuela de Dibujo, a cuyo frente estará el arquitecto Diego Nicolás Eduardo.

c) Mediante las Reales Ordenes, inducidas desde la Real Academia de San Fernando, aunque como procedimiento, no tendrá tanto peso como las anteriores, ya que si en un primer momento son acatadas, se olvidarán pronto, debido a diferentes factores entre los que son decisivos los geográficos.

2.- El Archipiélago Canario en principio no estaba en una situación favorable a la hora de la introducción del nuevo estilo, pues cuando se expiden las Reales Ordenes relativas a las pautas clasicistas no se tuvo en cuenta que se trataba de islas y, por lo tanto, el que se exigiera el título de arquitecto por la Real Academia de San Fernando cortaba muchas aspiraciones; lo mismo debe afirmarse respecto a la orden prohibiendo retablos de madera sino de mármol. A pesar de ello, se aceptaron las fórmulas neoclásicas, aplicándolas a las posibilidades de los artifices y los materiales, de ahí la proliferación de retablos lígneos efectuados por carpinteros y policromados por pintores que tratan de imitar el jaspeado.

(40) TRUIILLO RODRLGUEZ, Alfonso, E1 retablo barroco en Canarias. Las Palmas de Gran Canaria, 1977. Tomo 1, pág. 209.

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LA LLEGADA OELNEOCWSICO A CANARIAS Y 5US hlANliESThC1ONES EN L A ARQUllECTURA ILICNARIZ 153

3.- A la hora de tratar del estilo neoclásico en el Archipiélago, podemos destacar su cosmopolitismo, pues llega a Gran Canaria al mismo tiempo que se desarrolla en otros lugares de España, aunque en estas islas terminará adaptándose a las circunstancias ambientales, por ejemplo en cuanto a los materiales.

Ofelia Sanabria Diaz

-

A.C.A.C. = Archivo Catedral, Acta Capitular. A.P.G. = Archivo parroquia1 de Guia.

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ALMOGAREN. 7. (91) PBgr 157 - 160. O CENTRO TEOLOCICO DE LAS PALMAS

INFORME DE LOS PROFESORES DEL "INSTITUTO DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD

GREGORIANA", A UNA PASTORAL INEDITA DE MONS. PlLDAlN

COMENTARIO:

JOSE LAVANDERA LOPEZ PROFESOR DE HISTORIA DE LA IGLESIA EN EL CET

Una de las pastorales más conflictivas de Mons. Pildain fue la publicada

en Noviembre de 1954 y que lleva por titulo: "El sistema Sindical vigente en

España ¿está o no conforme con la doctrina social de la Iglesia?". Las reacciones

en los medios oficiales fueron inmediatas. El Gobierno protestó ante el Vaticano

y el Vaticano indicó a Mons. Pildain a través de la Nunciatura que en adelante

al publicar pastorales que afectaran directamente a la situación religiosa y social

de toda la Nación debia consultar previamente con el Cardenal Primado.

No obstante y en linea con su talante, la preocupación social de Mons.

Pildain no disminuyó y el año 1958 redactó otra pastoral, cuyo texto no hemos

localizado todavía y que posiblemente se encuentre en el Archivo del Cardenal

Pla y Daniel, a quien fue enviada. Esta pastoral ya define total y claramente

su pensamiento y la titula: "El sistema sindical vigente en España no está

concorde con la doctrina de la Iglesia".

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158 JOSE LAVANDERA LOI~EL

Uno de los principales factores que jugó como elemento decisivo en la resolución de Mons. Pildain para confeccionar su pastoral, fue la consulta efectuada a los profesores de Sociología de la Universidad Gregoriana de Roma a quienes envió copia de la misma. La carta, enviada al profesor Goenaga, contenía una recomendación particular en la que rogaba expresamente que se sometiera a criterio del prestigioso profesor Gundlach.

Como preámbulo de esa carta pastoral, la cual confiamos recuperar en algún momento, publicamos la respuesta enviada a Mons. Pildain por los profesores de la Universidad Gregoriana y que aparece firmada, después de algunas frases en vascuence, por el profesor Goenaga:

"Pontifia Universidad Gregoriana. Piazza della Pilotta, 4. ROMA (204) 26-4-1955.

Ilmo. Sr. Obispo.

Honradísimo con sus dos cartas. Y o hubiera contestado a V.E. a vuelta de correo, pero he tenido que esperar hasta hoy porque mi buen vecino, el P. Gundlach, atareado con mi1 cosas, no ha podido enterarse del contenido de las dos misivas.

Ambos, más los demás colegas del Instituto de Ciencias Sociales, estamos de acuerdo en que todo está "plenamente concorde con la Doctrina Social de la Iglesia". Y no podía ser de otro modo tratándose de V.E.

No hemos tenido que hacer "una crítica profundamente descarnada"; no era necesaria, dada la evidencia de lo expuesto en esas páginas. Asi que nada de "carpetazos" ni "cesto de papeles" ni "compromisos". Por encima de todo la verdad y el bien de las almas. El P. Gundlach me decia hoy: es una doctrina sana y claramente expuesta; "lo extraño" es que los demás obispos no digan nada. Ya le he dicho por qué no es tan extraño.

Como sabe sin duda V.E., la autoridad del P. Gundlach es muy grande en estos asuntos; puesto que ha intervenido directisimamente en todas las manifestaciones sociales del Pontífice reinante. E1 articulo de "Mundo Social" me parece tanto más eficaz cuanto que el P. Gundlacli lo escribió sin intenciones polémicas, ya que al redactarlo ignoraba en absoluto los affaires de ahí. Al enterarme yo de que había escrito un artículo a petición del director de "Periodica" se lo pedí para que contemporáneamente saliera en "Mundo Social", cuyo director me había encargado le buscara algunas colaboraciones; accedió el buen P. Gundlach, lo copié con fuertes dudas de que ciertos párrafos

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INFORME DE LOS PROFESORES DEL "INSIITUIO Ut C I L \ C <i W c i b I ~ L I lli I i Lh I \ iRS lU \D URLCiORIAN.\. 159

pasaran por la censura, y lo envié a Zaragoza donde lo tradujeron, pusieron algunos epígrafes y lo publicaron íntegramente (con gran sorpresa mía). Por informes que tengo de San Sebastián y Madrid y Barcelona, el artículo ha sido interpretado como una deliberada intervención en la polémica, pel-o la verdad pura es la expuesta.

Un profesor del Seminario de Barcelona me envía una larga nota sobre todo ese asunto, y después de exponer todos los "sofismas" y "confusionismos" del P. Brugarola, escribe: "Los efectos de toda esta historia pueden ser nefastos. Los obreros no tienen simpatía por el actual sindicato. Está desprestigiado, creen que de nada sirve, es un tinglado más del régimen. Pues calcúlese el efecto que puede producir presentar los sindicatos como conformes con la doctrina social católica. Que esto lo digan los dirigentes, pase, pero que lo diga un religioso es de efectos desastrosos. Creo que dicho Padre vive en la luna, trata solamente con las jerarquías sindicales y no tiene información de los hechos, ni creo que se dé cuenta de la transcendencia de su actitud ... Quien tuviese autoridad debería imponer silencio al P. Brugarola, y así evitaríamos esta desorientación tremenda que reina en los que se dedican al apostolado social. No sé si me equivoco, pero creo que el artículo del P. Gundlach en "Mundo Social" quiere ser una indirecta refutación de la posición del P. Brugarola. La Acción Social Patronal de Madrid ha hecho copias del artículo del P. Gundlach y10 ha enviado a sus miembros de toda España junto con su Boletín poniendo de manifiesto la personalidad y autoridad del P. Gundlach. Pero ¿no podría hacerse algo más directo? Piense que los apóstoles sociales en España no saben dónde agarrarse ante e1 silencio casi absoluto o las alabanzas, frente a los tremendosproblemas sociales de España. Cuanto hagan por ayudarle será de un gran valor".

En la revista de los Jesuitas milaneses "Aggiornamenti Sociali" (que publicó la pastoral) veo en el último número de Abril un "precisiamo": "Ci fu riferito che, in seguitto a la diffusione data in Spagna e all'estero alla pastorale di S.E. il Vescovo delle Canarie, il P.M. BRUGAROLA, s.;. dil-ettamenteposto in causa dalla pastorale stessa, in una nuova conferenza tenlita a Segovia il 12 febbrario u.s., su1 tema "della cattolicitá dle sindicalirmo spagnolo", respingeva alcuna conseguenze di ordinegenerale, che S.E. Mons. Pildain aveva creduto di poter tirare della sua conferenza che egli aveva tenuto per I'inaugurazione dei corsi dell'lstituto Sociale "Leone XZII" de Madrid. Y entre las publicaciones recibidas por la revista pone: "M. BRUGAROLA S . J . Della Cattolicitá del sindicalismo spagnolo. Traduzione a cura di "informazione spagnola", Roma 1955, pp. 28". En efecto en la Embajada publicaron una

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160 JOSE LAVANDERA LOPEL

traducción de la dicha conferencia; además entre los españoles de Roma difundieron profusamente e1 texto castellano.

Para terminar, y respondiendo a la primera carta de V.E., m e parece que los textos pontificios se refieren a todos los sindicatos, sean horizontales o verticales; la frase "libera eorum collegia" esta bien traducida por "sindicato libre".

Sabrá V.E. que este año e1 "primero de Mayo" romano va a ser muy "cristiano". Hay una gran concentración de obreros católicos (ACLI); tendrán Misa por la mañana en la Piazza de1 Popolo (con intervención de Scelba); por la tarde en P.S. Pietro, después de un desfile por las calles de la Ciudad, se presentarán ante el Papa, quien les dirigirá un discurso.

V.E. estará informadísimo de todo lo del excelente P. Leturia; agradeció el saludo de V.E.- Conservó una gran serenidad hasta el último momento; siguió la recomendación del alma, santiguándose, etc., aunque no podía hablar.- Los funerales muy solemnes y devotos, en S. Ignazio con la presencia de todos los alumnos y de muchos representantes. Cantó magníficamente (gregoriano) el coro del colegio francés, alternando con el público.- Ha dejado un gran vacío en la Facultad de Historia; los trabajos que tenía entre mano los llevará adelante el P. Batllori.

Eta gaurkoz besterik ez. Uíen arte. Eta ia Ienbailen irakurtzen degun zure eskutitz argi ori.

Besando su anillo pastoral, afmo. in Domino".

Firma y rúbrica de J. Goenaga, S.J.

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ALZ-IOGAREN. 7. (91) PAgi 161 - 164. O CENTRO TEOLOClCO DE LAS P4LMAS

EL TESTAMENTO DEL BENEFICIADO DE BETANCURIA DN. ESTEBAN GONZALEZ DE

SOCUEVA Y LA FUNDACION DE UN CONVENTO DOMINICO EN FUERTEVENTURA.

COMENTARIO:

JOSE LAVANDERA LOPEZ PROFESOR DE HISTORIA DE LA IGLESIA EN EL CET

Dn. Esteban González de Socueva nació en Betancuria hacia la segunda mitad del siglo XVIII y murió en la misma localidad en los meses que transcurren de Febrero a Mayo de 1748. Ocupó exactamente el periodo en que se ausentó, definitivamente el señor territorial (1675) y el poder social y político, al amparo de la Corona, fue tomando carta definitiva de asiento en un reducido sector de la población al cual no fue en absoluto ajeno la parte más sobresaliente del clero.

Efectivamente el status familiar del Beneficiado González de Socueva nos lo presenta ligado a este alto sector social. Era hijo de D. Francisco González de Socueva, Regidor, Alguacil Mayor y también Sargento Mayor de la Isla, además de Juez de Ausencias. Por parte de su madre Dña. Luisa de Trujillo era nieto de un personaje de tan conocido rol social como el Sargento Mayor Dn. Sebastián Trujillo y fue sobrino y primo respectivamente de los Coroneles D. Pedro y D. José Sánchez Dumpiérrez. Estas circunstancias familiares de D. Esteban González de Socueva posibilitaron en buena parte que llegase a

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162 JOSE LAVANOERA I O I ~ E L

ostentar los siguientes cargos: Beneficiado rector de la parroquia matriz de Betancuria, Vicario en la Isla de Fuerteventura, Examinador sinodal, Comisario de los tribunales de la Inquisición y Cruzada.

Su testamento fue otorgado en 20 de Febrero de 1748 ante Nicolás Gerónimo García Leal, escribano público y del cabildo. Fueron nombrados sus albaceas el Alférez D. José de Zerpa Guevara y el presbítero D. José Antonio Cabrera, ambos familiares suyos, a los que también se otorgaban poderes para dar por cerrado el testamento.

De gran interés se nos revela una de sus disposiciones intermedias, expresando su voluntad sobre la fundación de un convento dominico y las razones que le asistían para ello: la ayuda en el ministerio pastoral y la creación de un competente centro de enseñanza para la Isla. El intento no tuvo el menor éxito. Quedan por averigurar las razones. No parece que las dificultades provinieran de los bienes dotacionales pues se le asignan convenientemente casas y tierras. Quizá emanaran de problemas administrativos de la misma Orden. De lo que no cabe dudar es del elogio que merece la certera visión de los problemas pastorales y sociales (en el aspecto educativo), que animó, la por otra parte generosa disposición testamentaria, del Beneficiado betancuriano D. Esteban González de Socueva. Dicha disposición que figura desde el folio 14v. al 16v., es textualmente como sigue:

"ltem declaro que la larga experiencia de más de setenta años de edad, y de más de cuarenta y cuatro de Beneficiado servidor y propietario de esta Isla y Vicario de ella, e1 práctico conocimiento en que me han puesto estos exercicios de sus habitadores, la fatalidad de los años y varios sucesos que se han ofrecido en ellos, como también las obligaciones en que por lo mismo me hayo constituido, y concurren en mi para mirar en lo presente como en lo de adelante su mayor bien espiritual, destinando a este fin lo que más pueda de mis bienes a la mayor honra y gloria de Dios Nuestro Señor, su Madre Santísima y santos.

Me han puesto en vivos deseos de que funde en la Villa de esta Isla un Convento de la Orden de Predicadores de Ntro. Padre Santo Domingo, hospicio o casa en que desde luego vengan a vivir cinco religiosos de dicha Orden. El uno sujeto de literatura para las dificultades que puedan ofrecerse, otro predicador; de tal manera quepueda hacer misión para la Isla todos los años. Otros dos idóneos para leer gramática y escuela, y un herniano lego que les sirva.

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A cuyo pensamiento me ha movido la falta de hombres doctos y de consejo de toda la Isla y los pocos operarios que hay en ella. Para que tengan los fieles misas en las Ermitas de los campos, pues algunos estan dependiendo de la providencia que dejó en su Santa y General Visita el Iltmo. Sr. Obispo D. Juan Francisco Guillén para que algunos de los sacerdotes puedan decir dos en todos los días de fiesta en dos de dichas Ermitas.

Que tenga esta feligresía quien les predique la divina palabra y enseñe como han de amar a Dios Ntro. Sr. y dejar de ofenderle, pues en todos los lugares de ella cuando más se predica es en el dia del Santo que celebra el lugar, cuyo dia los más de aquellos vecinos ocupados con lo material de la fiesta quizá ni oirán el sermón (que las más de las veces es panegírico), y por lo mismo estan todo el año sin aquel común aprovechamiento espiritual que necesitan para salvarse.

Que haya donde puntual y perfectamente puedan aprender los jóvenes a leer, escribir y principios de latinidad, pues esta falta es motivo de no aplicarse muchos, por lo gravoso que les es la costa y expensas de mantenerse fuera de esta Isla a este fin. Y asimismo para que ayuden a los párrocos de ella en la administración de los santos sacramentos y demás bienes espirituales, que dan motivo a nuevas fundaciones, como a ayudar los religiosos de mi seráfico padre S. Francisco, pues aunque me dicen que dichos religiosos pi-etenden en esto algún privilegio a que según hago memoria yo habré concu~rido atendidas las referidas razones y otras que los reverendisimos tendrán presentes.

Formo dictamen ser esta última determinación y volu~itad inia muy del agrado y servicio de Dios Ntr. Sr. Y que las limosnas que se dieren por los fieles no les hará falta porque la misma divina Magestad les proveerá a unos y otros religiosos; además de que desde luego doy y señalo para que vivan dichos cinco religiosos las casas que tengo en la plaza de esta Villa para que las dispongan en forma de convento, ospicio, o como más bien visto les fiiere al referido intento mio. Las cuales estan dispuestas y son capaces, aún sin más fábrica, de vivir más religiosos.

Como asimismo les doy para fundo y congrua manutención de dicho convento y ospicio la hacienda que tengo donde dicen Baldecerezo, que es de mucha estimación y se compone de viña, árboles, agua, tanques, casas, y demás que se incluye, desde la pared que divide esta hacienda del cercado que tengo inmediato a ella y llaman de Guerrero, hasta donde fenece dicha cerca que dicen agua de palomas; sin entrar en esto el otro cercado de pan sembrar que alli tengo con mis primos, nietos del Sargento Mayor D. Sebastián Trujillo, nuestro

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164 JOSE LAVANDERA LOPEZ

abuelo. Cuya referida hacienda valemuchos reales y depresentepuede redituar anualmente más de ochenta ducados, y en poco tiempo y a muy poca costa más de duplicado.

Cuya donación hago sólo en el caso de tener efecto, como no lo dudo, la referida fundación. Que ha de ser con las circunstancias en esta cláusula expresas, y con la pensión de que se me ha de hacer en dicho convento o ospicio por dichos religiosos perpetuamente por cada un año por mi alma, las de mis padres hermanos y abuelos y demás que según mi buena intención deben ser incluidos, un Oficio de difuntos con Vigilia, Misa Cantada y responso, en e1 dia en que fuerela dedicación del citado convento y ospitalidad, y que la acción, derecho o título de honor quepor tal razón de fundadorprimero debia yo tener, ceda y recaiga en el Capitán D. Ginés de Cabrera y de sus hijos y de D. Sebastiana Josefa, mis sobrinos; y a su falta eri los del Capitán D. Juan Pedro de Goyas y D. Agustina Umpiérrez, asimismo mis sobrinos, y a falta de unos y otros en el pariente más cercano mio; y con la advertencia de que entienda lo mismo y con las mismas circunstancias con la religión de Ntro. Padre S. Agustín, en el caso de no conformarse en venir a fundar aceptando mi buen deseo la dicha de Ntro. Padre Santo Domingo; que asi es mi voluntad".

N.B. El testamento del Beneficiado González de Socueva se encuentra en el Archivo Histórico Diocesano, en un legajo de varios.

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LA CONSAGRACION EN LOS INSTITUTOS SECULARES

25 AROS DE LAS CATEQUISTAS DE LA VIRGEN DEL PINO

Al celebrar los 25 años de la Aprobación canónica del Instituto Secular Catequistas de la Virgen del Pino, nos sentimos en la obligación de dar a conocer, a través de estas páginas, la identidad y naturaleza de los Institutos Seculares.

Hablamos de una realidad poco conocida aún, y con futuro esperanzador, en la Iglesia y en el mundo: los Institutos Seculares.

Creemos necesario destacar unos rasgos fundamentales que clarifiquen su esencia: datos tomados del Magisterio de la Iglesia y vividos en la experiencia diaria de miles de cristianos consagrados en el mundo, diseminados por toda la tierra, mezclados entre los demás hombres en las condiciones ordinarias de la vida y en las variadas circunstancias familiares, profesionales, sociales, políticas, pastorales ...

Este nuevo estilo de vivir radicalmente el seguimiento de Cristo, en el mundo y desde él, son las Instituciones Seculares.

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HACIENDO HISTORIA

Desde los albores de la Iglesia, el Evangelio ha sido luz y llamada a una nueva forma de vivir. Algunos reaccionan muy pronto y deciden comprometerse seriamente en el seguimiento de Cristo.

San Francisco de Asís, en el siglo XIII, fundó la tercera orden franciscana para personas de cualquier edad y condición que, sin olvidar sus deberes familiares y sociales, desean seguir un camino evangélico.

En el siglo XIV en Brescia, Angela de Mérici está profundamente preocupada por la descristianización de la época. Reúne algunas jóvenes que forma y crea para ellas unas normas, adaptadas al ambiente en su vida familiar y social. Estas jóvenes consagradas realizan su vocación de ser lo que más tarde Pablo VI dirá: "fermento en la masa". Es, sin duda, la primera fundación de un Instituto Secular.

Pedro de Cloriviére intuye una nueva forma de vida consagrada: la de los que se comprometen a seguir los consejos evangélicos en el mundo y al servicio de sus hermanos.

A finales del siglo XIX nacen diversos grupos que quieren vivir el Evangelio en su integridad, pero conviviendo con sus hermanos en la sociedad. Su preocupación por insertarse en el mundo es tal, que su mayor deseo es que nada, en su forma de vivir, los diferencie de los demás.

Crece el número de estos grupos y desean ser reconocidos oficialmente por la Iglesia. Por iniciativa del P. Gemelli, 25 fundadores se reúnen en Suiza en el año 1938 y redactan una memoria que transmiten al Papa Pío XI. Este asienta las bases teológicas de una forma de vida consagrada: para vivir íntegramente el Evangelio no se necesita ni claustro, ni siquiera la vida de comunidad, puede vivirse en el mundo y desde dentro del mundo.

En febrero de 1947 el Papa Pío XII reconoce oficialmente a los Institutos Seculares con la aprobación del decreto PROVIDA MATER ECCLESIA.

Un aiio después, el mismo Papa, agradecido a la bondad divina, se felicita y felicita a los II.SS. por la nueva vocación, que será de poderosa ayuda para la Iglesia, en el documento pontificio motu propio PRIMO FELICITER.

Un acontecimiento importante, el Concilio Vaticano 11 donde ya se habla de los II.SS. en el documento PERFECTAE CARITATIS, 11 y en AD GENTES, 40.

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LA CONSAGRACION EN I.OS INSTITUTOS SE< G L A K E I 169

El Papa Pablo VI es un entusiasta animador que acoge, apoya, orienta a los II.SS. En el Encuentro Internacional del año 1970, va perfilando en sus palabras los criterios teológicos, espirituales, define su esencia, determina su ser eclesial.

Los institutos del mundo se agrupan y constituyen la CONFERENCIA MUNDIAL DE INSTITUTOS SECULARES (C.M.I.S.). A ella pertenecen 135 institutos y se celebra cada cuatro años en Roma.

A nivel nacional surgió la CONFERENCIA ESPAROLA DE INSTITUTOS SECULARES (C.E.D.I.S.) cuyos estatutos fueron aprobados por la Santa Sede, en decreto del 8 de abril de 1978.

Otro paso importante y el más reciente es el reconocimiento de los II.SS. en el nuevo CODIGO DE DERECHO CANONICO como "forma de vida consagrada secular, que favorece el conocimiento en su esencia como realidad teológica, canónica y existenciai", que valora esta nueva forma de consagración en el mundo para que los miembros de dichos institutos sean laboratorio experimental de nuevas formas de vida y de servicio a la Iglesia, para transformar el mundo desde dentro.

Su existencia teologal es: "Ser consagrado y estar en el mundo"

Con absoluta disponibilidad al Espíritu se sienten movidos a vivir una consagración a Dios en el mundo; y como testigos de Cristo para la transformación del mundo desde dentro, pretenden impregnar de responsabilidades cristianas todas las actividades cotidianas.

Su existencia teologal se apoya en aspectos fundamentales de su fisonomía en aparente contradicción: su secularidad y consagración.

Los institutos se presentan como un reto de signo valiente entre la Iglesia y el mundo, como un testimonio profético para "ser modelo de incansable impulso de la nueva relación que la Iglesia trata de encarnar en el mundo".

"Si nos preguntamos cuál ha sido el alma de todo instituto secular, lo que ha inspirado su nacimiento y desarrollo, debemos responder: Ha sido el ansia profunda de una síntesis, ha sido el anhelo de la afirmación simultánea de dos características: a) la plena consagración de la vida según los consejos evangélicos, y b) la plena responsabilidad de una presencia y de una acción transformadora en el interior del mundo, para modelarlo, perfeccionarlo y santificarlo". "Ninguno de los dos aspectos de vuestra fisonomía espiritual

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170 ESTANISLAA CODOY GARCIA

puede puede ser valorado a costa del otro. Ambos con coesenciales". Estas afirmaciones de Pablo VI plasman precisamente la entraña de un carisma propio: La secularidad consagrada.

Esto nos lleva a comprender la secularidad como una actitud, una toma de conciencia de ser el mundo, el lugar propio de responsabilidad cristiana y de compromiso de los valores seculares, una realidad teológica, un modo de ser Iglesia.

En estos institutos, los consejos evangélicos interpretados a la luz de la consagración secular, adquieren nuevos matices y significados.

De acuerdo con el Código de Derecho Canónico, la índole secular se entiende como situación pero también en su aspecto teológico y dinámico, en el sentido indicado en la EVANGELll NUNTIANDI, es decir, "el poner en práctica todas las posibilidades cristianas y evangélicas escondidas, pero a su vez presentes y activas en las cosas del mundo".

Son vivos en la medida en que participan de la historia del hombre y testimonian ante los hombres de hoy el amor paternal de Dios revelado por Jesucristo en el Espíritu Santo.

Es lo intimo de vuestros corazones donde el mundo es consagrado a Dios. (Lumeu Gentium, 34).

"Vuestra vida garantiza así, que la intensa y directa relación con el mundo, no se convierta en mundanidad o naturalismo, sino que es expresión del amor y de la misión de Cristo. Vuestra vida es fecunda para el mundo, más que por las obras externas, por el amor a Cristo que os impulsa al don total de vosotros mismos; don del que hay que dar testimonio en las circunstancias ordinarias de la vida" Pablo VI, 20-2-72.

La fusión de la consagración y del compromiso secular en una misma vocación confiere a ambos elementos una nota original.

La consagración secular tiene como objetivo el apostolado: "Tiendan ellos principalmente a la total dedicación de sí mismos a Dios por la caridad perfecta, y mantengan su carácter propio y peculiar, es decir, secular, a fin de que puedan cumplir eficazmente y por donde quiera el apostolado en el mundo y desde el mundo" (Perfectae caritatis).

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LA CONSACKAC~ON EN LOS INSTITUTOS SECULARES 171

El deber de los institutos es formar la conciencia de sus rniembros con madurez y apertura que les impulse a prepararse con celo para la profesión elegida, con el fin de afrontar después, con competencia y espíritu de desprendimiento evangélico, el peso y las alegrías de las responsabilidades sociales hacia las que les oriente la providencia.

Seguir a Cristo

Ese seguimiento radical a Jesucristo les hace ser, también, seguidores del Absoluto y de la esperanza. Se entregan íntegramente a Dios y a los hombres, son en el mundo los que transforman las estructuras en el espíritu de las Bienaventuranzas y son constructores de la paz.

"Vuestra castidad dice al mundo: que se puede amar con el desinterés y la perennidad que brotan del corazón de Dios y que es posible dedicarse a todos sin atarse a nadie, preocupados sobre todo por los más abandonados.

Vuestra pobreza dice al mundo: que se puede vivir entre los bienes temporales y que se pueden utilizar los medios de civilización y del progreso, sin hacerse esclavo de ninguno de ellos.

Vuestra obediencia dice al mundo: que se puede ser feliz sin encerrarse en una cómoda elección personal, permaneciendo enteramente disponibles a la voluntad de Dios, como aparece en la vida cotidiana y en los signos de los tiempos" Pablo VI.

Siempre se ha puesto de manifiesto la importancia que se da a la oración, a la vida sacramental, a la ayuda fraterna entre los miembros, realizada de modos diferentes y con medios adecuados al estilo de vida, tantas veces en dispersión.

Se intenta lograr una integración de oración y vida, una coherencia de palabra y obra, una espiritualidad que contribuya a unificar a la persona, porque:

"Para e1 que se ha consagrado en un instituto secular, la vida espiritual consiste en saber asumir la profesión, las relaciones sociales, el medio de vida, etc ..., como formas particulares de colaboración a la llegada del Reino de los Cielos y en saber imponerse tiempos de pausa para entrar en contacto directo con Dios, para darle gracias". (Cardenal Pironio).

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Una espiritualidad que tiene a MARIA como ejemplo. Ella totalmente consagrada al Señor por la pobreza, virginidad y obediencia al Padre, vivió en el mundo plenamente inserta en la historia de su pueblo, compartiendo su espera y su esperanza, viviendo su pobreza y anhelando su liberación.

La consagración secular se hace efectiva dentro de la diversidad que los caracteriza; se abarca prácticamente todos los campos de la sociedad.

El estilo de vida de sus miembros puede ser individual, en la propia familia o en grupo constituido con miembros del mismo instituto. Una persona con vocación de consagración secular, tiene una amplia posibilidad de escoger aquella espiritualidad, aquel género de vida, aquel modo de trabajo, aquel tipo de irradiación que le permita y facilite dar respuesta a la llamada de Dios de la forma más adecuada, según sus inquietudes.

Sois una ala avanzada en la Iglesia y en el mundo

Se os confía esta estupenda misión: "Ser modelo de arrojo incansable en las nuevas relaciones que la Iglesia trata de encarnar en el mundo y al servicio del mismo".

Respondemos con una presencia en los distintos grupos y actividades apostólicas, en el servicio a la comunidad, en la catequesis, etc. Esta presencia tal vez pase desapercibida, pero allí donde haya un vacío se encuentra un miembro de un instituto secular.

Asumimos el ser Iglesia haciéndonos eco de estas palabras "...Vivir la alegría de ser Iglesia hoy, en este momento privilegiado de la historia, con un modo original y específico de responder a la llamada divina. Ser plenamente Iglesia de modo nuevo en profunda comunión con los pastores y participando fraternalmente de la misión evangelizadora de todo el pueblo de Dios...".

El modo de ser Iglesia y de anunciar la salvación en el mundo y desde el mundo, es estar en él como lugar propio de responsabilidad cristiana, comprometidos en el área de los valores seculares.

Los institutos seculares están constituidos por laicos, hombres y mujeres, y sacerdotes, como consta en los documentos del Concilio Vaticano 11. (Perfectae caritatis, 11).

La secularidad subsiste no sólo en los laicos, sino también en los sacerdotes, por motivo de las relaciones esenciales que unen su ministerio con el orden temporal.

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LA CONSACRAC~ON E N LOS INSTITUTCIS SLC L,LARES 173

"Exhorto a todos los miembros, sacerdotes y laicos, a perseverar en la búsqueda de una mayor comprensión de las realidades y de los valores temporales en relación con la misma evangelización: al sacerdote, para tornarse más atento a la situación de los laicos, y para llevar al presbiterio diocesano, no solamente una experiencia de vida de acuerdo con los consejos evangélicos y con una ayuda comunitaria, sino también una posibilidad exacta de la relación de la Iglesia con el mundo". (Juan Pablo 11, 2-8-1980).

Mirando al maíiana

En un discurso pronunciado en Roma en mayo del 86 el Santo Padre dice:

"...En estemomento es obligado conocer esta vocación, tan actual y tan urgente, de personas que se consagran a Dios practicando los consejos evangélicos y con tal consagración especial se esfuerzan en impregnar toda la vida y todas sus actividades creando en sí mismas una total disponibilidad a la voluntad del Padre y trabajando para cambiar el mundo desde dentro".

A la luz de estas palabras, podemos afirmar que los Institutos Seculares, aún cuando su historia es corta, han ido creciendo con fuerza y tesón, animados por la fuerza del Espiritu.

De los 135 citados, uno de ellos es el de Catequistas de la Virgen del Pino. Este instituto nació en Las Palmas de Gran Canaria el año 1951 y fue aprobado por la Iglesia el 11 de Febrero de 1966.

Fue fundado por Carmen González Roca, canaria.

A esta gran mujer los canarios le debemos el agradecimiento de haber dejado una huella firme de su paso por la tierra. Ella tuvo el valor y la fuerza para llevar adelante, con la ayuda del Señor, una Obra de Dios y para la Iglesia. Un instituto con un carisma nacido desde el propio corazón de Cristo: la catequesis en todas sus formas y a toda clase de personas, edad y condición. Eso sí, con preferencia a los más pobres.

Queremos vivir en el mundo: a) para hacerlo más próximo a Dios y santificarlo; b) para llenarlo en todas sus manifestaciones del Espíritu Santo; c) para comunicar el Reino de Dios y extenderlo entre los hombres.

Deseamos que nuestra vida sea un continuo apostolado, haciendo nuestras las palabras de Cristo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. Mc 16, 15.

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174 ESTANISLAA CODOY C A K C ~ A

Vivimos dando testimonio de nuestra vida consagrada en las profesiones y apostolados con una doble modalidad de vida: a) Miembros de vida fraterna, que viven en los distintos Centros de la Institución; b) Miembros que viven con su familia o solos.

Con el correr del tiempo, no sin luces y sombras, este instituto ha ido creciendo y extendiéndose por las islas y la península. En la isla de Gran Canaria hay dos Centros: en Las Palmas (c/. Espíritu Santo, 19), donde está ubicado el Centro General; y en Vecindario. En Teuerife en San Bartolomé (Tejina); en La Palma (El Paso) y en Salamanca. Hubo una experiencia en Venezuela que, aunque se dejó, no hemos perdido la esperanza de volver.

Este año 1991, es muy importante en la historia de nuestro Instituto ya que se cumplen las BODAS de PLATA de la APROBACION CANONICA. Un año que no queremos pase desapercibido, como los demás; pues las Obras de Dios han de manifestarse al mundo, porque para él las suscita Dios.

Aunque la celebración oficial fuera el 11 de febrero, nos hemos propuesto vivir un año de Acción de Gracias por este gran regalo que Dios ha concedido a todos los canarios y de los que espera el apoyo y el cariño para la potenciación de este instituto.

Desde estas páginas agradecemos a todos la presencia en la celebración a la vez que pedimos oraciones para que haya un florecimiento de nuevas vocaciones en la Iglesia de Cristo y a nuestro instituto pudiendo así dar respuesta a las necesidades urgentes de la catequesis hoy.

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LA CONSAIRACION E N LOS INSTITUTOS SECULARES 175

BIBLIOGRAFIA

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ESCOLANO GEA, Jasé, Fermento en la masa. Institutos Seculares. Ed. PPC. Madrid, 1096.

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Estanislaa Godoy García

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ALMOGAREN. 7. 191) P i g r 177 180. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

EL CENTRO TEOLOGICO Y L A GUERRA DEL GOLFO

M A R l A TERESA F. FIGARES SECRETARIA DEL CET

Víspera del ultimátum de EE.UU. a Sadam Hussein. Hay tensión y miedo entre la gente. No se habla de otra cosa: unos no pueden creer que sea verdad la amenaza de guerra, otros ya han comenzado a vivir la ansiedad ante una irreparable guerra mundial.

Y en esos momentos, -¿como refugio? ¿como último recurso?- un grupo de cristianos lanza la idea de convocar a toda la gente de buena voluntad a una Jornada de reflexión y oración por la Paz.

Ante la inminencia del peligro se borran todas las fronteras entre creyentes, agnósticos y no-creyentes; entre cristianos, musulmanes, hindúes y judíos. Y todas las confesiones responden a la llamada del Centro Teológico de Las Palmas que es quien convoca.

En un impresionante silencio empiezan a acudir personas de toda edad y condición, y a apretarse codo con codo en el patio del Centro, adornado con sencillos carteles blancos y verdes en los que estaba escrita la palabra PAZ en cuantos idiomas alcanzamos a encontrar.

Mientras los grandes -Bush y Hussein- tomaban el nombre de Dios en vano y se jactaban de tenerlo de su parte, a estilo del fariseo de la parábola, la gente sencilla del pueblo, como un innumerable publicano, se refugiaba en el Dios clemente suplicándole misericordia y pidiéndole perdón, consciente de

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su complicidad con la injusticia de nuestro mundo, de su dejación en la responsabilidad común de no haber construido una auténtica Paz basada en la justicia y haciendo memoria de tantas otras guerras que actualmente enfrentan hermanos contra hermanos en nuestro planeta.

Fueron reflexiones hechas en voz alta por representantes de diferentes confesiones, lecturas de salmos, recitados del Corán, sencillas expresiones de sentimientos a veces interrumpidas por cantos emocionados tales como "Habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga LIBERTAD!" ...

Participaron: Seppo Makela, Pastor de la Iglesia Luterana Finlandesa; la Pastora de la Iglesia Evangélica Alemana; el Pastor de la Iglesia Evangélica de habla inglesa; Policarpo Delgado, Vicario Episcopal de la Iglesia Católica de Las Palmas; Mohamed Kamal Mustafá, Imán de los Musulmanes de Las Palmas; Conchi Medina, de la Coordinadora de Barrios; Aiia Demetrio, del Achamán (Coordinadora de Grupos, Comunidades y Movimientos cristianos); Arcadio Díaz Tejera, Adjunto del Diputado del Común; y otras personas que intervinieron espontáneamente. Coordinó y presentó e1 acto José Alonso, Profesor del Centro Teológico y Coordinador del Departamento de Filosofía.

Cuando las palabras se quedaron pequeñas, en un silencio impresionante porque éramos multitud, y hermanados por los mismos sentimientos, comenzamos una martha pausada, con velas en las manos y enarbolando los carteles de PAZ como gritos callados, hacia la gran plaza de la Catedral. Conforme íbamos llegando la gente soltaba los carteles en el suelo y colocaba las velas alrededor ... improvisados altares a la PAZ que permanecieron allí toda la noche. Todos cogidos de la mano hicimos un gran círculo y empezamos a cantar con entusiasmo "Escucha, hermano, la canción de la alegría.. . el canto alegre del que espera un nuevo día. Ven, canta, sueña cantando un nuevo sol en que los hombres volverán a ser hermanos...".

Al dispersamos las más de dos mil personas que estuvimos esa noche en la plaza de Santa Ana, se repetía el mismo comentario: "Este ha sido el acto más universal y ecuménico de los organizados por el Centro Teológico. Jamás se había congregado tal cantidad de gente, de tan variadas ideologías y confesiones...". La causa de la PAZ nos había reunido en jornada de reflexión y oración.

La guerra del Golfo se inició en la madrugada del día siguiente. Pero la conciencia de que la PAZ es tarea de todos quedó grabada en nosotros.

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EL CENTRO TEOLOGICO Y LA GUERRA U E I GOLFO 179

A lo largo de esos largos días de informes increíbles de la prensa y la T.V., iniciamos ya esa tarea de ir educando para la Paz. Una ermita cercana al Centro Teológico, cedida por las Religiosas Adoratrices, fue abierta como "Espacio para la Paz" y todas las tardes de 7 a 9 alguno de nosotros preparaba, bien una plegaria, una celebración, un debate, una conferencia o un comentario sobre la guerra y la paz ...

La convocatoria se hizo con el siguiente comunicado:

UN ESPACIO PARA LA PAZ

Ante la grave situación que se vive en el Oriente Medio, donde una guerra injusta y absurda está matando a miles de hermanas y hermanos nuestros y se están produciendo daños ecológicos irreparables, además del abismo de odio y enemistad que originan estos conflictos, el CENTRO TEOLOGICO abre, a partir del miércoles 30 de enero, aniversario de la muerte de Gandhi, un espacio permanente de ORACION Y REFLEXION POR LA PAZ.

En la ermita de las Religiosas Adoratrices de la calle Reyes Católicos, Vegueta, podemos encontrarnos todos los días, de 7 a 9 de la tarde, para orar, reflexionar y dialogar sobre la paz. Habrá lugares para la plegaria silenciosa, actos comunitarios que se anunciarán oportunamente y, asimismo, lugares para coloquios, debates, diálogos, intercambio de informaciones e iniciativas.. . en torno a la guerra y a la paz.

Este espacio está abierto para todos los grupos, comunidades, movimientos, parroquias de la Diócesis que deseen hacer alguna aportación. Y también a todos los hermanos de otras confesiones cristianas y de otras religiones y personas no creyentes que quieran ofrecer cualquier iniciativa en el mismo clima y espíritu que anima esta convocatoria.

El recurso a la oración, en nuestro propósito, incluye el empeño por ir cambiando nuestras actitudes personales y propiciar una transformación de las estructuras sociales, políticas y culturales de nuesti-o mundo, con el deseo de conseguir un orden internacional justo y crear entre todos una verdadera cultura de la paz.

Nos mueve la fe en las posibilidades de bien que hay en la humanidad y nos sostiene la confianza en el Dios Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que desea que la paz brille en nuestra tierra, como fruto de la justicia entre los pueblos. Seguimos apostando por la Ufopia de unos cielos nuevos y una tierra nueva, en la que habite la justicia, la libertad y la fraternidad.

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180 M A M A TERESA F. FICARES

El día 30 de enero se inauguró el "Espacio para la Paz" con una Celebración en la ermita. Se leyeron textos de Gandhi, Martin Luther King y del Evangelio. Hubo cantos, oración, reflexiones, preces espontáneas ...

La ermita se abrió todos los días hasta el viernes 1 de marzo, cuando acabaron las hostilidades y se decretó el alto el fuego. Los actos organizados a lo largo de ese mes lo fueron por los siguientes colectivos: Patoral Juvenil, Religiosas Adoratrices, Secretariado de Cursillos Prematrimoniales, Orden Franciscana Seglar, Seminario, Achamán, HOAC, Comunidades Neocatecumenales, Pastoral Universitaria, Centro Teológico.

A la entrada de la ermita se colocaron octavillas con diferentes oraciones por la paz, cantos, artículos, documentos, etc., que las personas que pasaban por allí cogían para enriquecer su propio pensamiento, para pasar a otros, o para llenar el rato que estaban en la ermita.

Para concluir, el Centro Teológico organizó una Mesa redonda con el título: "¿Se terminó la guerra? ... Reflexiones en torno a las condiciones para la Paz?". La moderación estuvo a cargo del profesor del Centro Teológico, Segundo Díaz Santana. Intervinieron en la Mesa: Isabel Pérer López, Profesora de Historia; Arcadio Díaz Tejera, Adjunto al Diputado del Común; José Joaquín Díaz de Aguilar, magistrado, miembro de Amnesty International; Alfonso O'Shanahan, periodista; Felipe Bermúdez Suárez, Profesor de Teología del CET.

El acto se inició con un concierto de la Coral de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

El Centro Teológico ha participado en estos meses en la "Plataforma canaria por la Paz y contra la guerra" junto a otros colectivos políticos y sociales e instituciones de las islas.

Como memoria indeleble de este pequeño esfuerzo por la PAZ en que ha participado nuestro Centro, además de esta crónica, un grupo de jóvenes y profesores del Centro pintaron en los muros cercanos a la ermita de las Adoratrices un mural por la Paz, donde se lee: "NO HAY GUERRAS JUSTAS. SOLO HAY GUERRAS".

María Teresa F. Fígares

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ALMOGAREN. 7. (91) P6gs I8I 184. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

A MANUEL ALEMAN: IN MEMORIAM'''

FELIPE BERMUDEZ SUAREZ DIRECTOR DEL CET

Manuel Alemán, una de las cosas que nos enseñó fue la revisión de vida: aprender a mirar las cosas que pasan con una mirada profunda; volver a ver, hacer revisión de los acontecimientos y de los hechos cotidianos.

Hoy tenemos una oportunidad para volver a mirar este acontecimiento triste y doloroso de su partida. Por las calles de la ciudad estos días, en las tertulias de amigos, en los encuentros ocasionales ... todos repetimos lo mismo: "iTodavia no nos hacemos a la idea! ¡No acabamos de creerlo, nos parece mentira!" He visto a más de una persona en estos días deambular como perdida, bajo el peso de la nostalgia y con esta pena en el corazón ...

Les invito, amigos, a reflexionar sobre lo sucedido, a profundizar en el significado de la vida y de la muerte de Manolo.

Si la muerte de un amigo, de un compañero de camino, siempre nos hace reflexionar, mucho más cuando, como en este caso, ese amigo ha sido, a la vez, padre en la fe para muchos de nosotros y para todos, estoy seguro, maestro y testigo en muchas cosas importantes.

(*) Homilía en el Funeral de Manuel Alemán, profesor del CET. Iglesia de San Francisco, Las Palmas, 10 de mayo de 1991

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Creo poder hablar en nombre de muchas personas, presentes aquí y ausentes, si digo algo que no se puede decir de todo el mundo: Manolo ha sido para nosotros un padre. Como buenos hijos, nos corresponde ahora recoger su legado, retener su testamento y hacerlo fructificar.

Contemplada la trayectoria de Manolo desde el Evangelio, me recuerda lo que dijo Jesús: "Todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo" (Mt. 13,52); o aquellas otras, cuando habló del "siervo fiel y prudente a quien el Señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo" (Mt. 24,45).

Como formador del seminario, a toda una generación de curas nos condujo por los caminos del Evangelio, nos daba de lo nuevo y de lo viejo, según nos convenía. Difícilmente podría encontrarse en la vida de una persona lo que nosotros encontramos en él: alguien que te acompañó día a día, durante diez o más años, animándote, abriéndote horizontes, corrigiéndote, valorando tus progresos en la oración, en la madurez humana, en la reciedumbre del carácter ... ayudándote, en definitiva, a ser persona, a ser discípulo de Jesucristo.

De esto podríamos hablar mucho. Sólo algunas anécdotas: cada vez que algunos leemos el salmo 15 recordamos aquella charla que nos dio, hace ahora mismo 30 años: "El Señor es el lote de mi heredad; Señor, tú eres mi bien, ningún bien tengo fuera de ti". Manolo nos enseñó a tener un Absoluto en nuestra vida, a entregarle todo nuestro ser, a vivir apasionadamente el Evangelio. O cuando esperábamos durante horas a que nos recibiera en su cuarto, y, al hablar mucho, nosotros le decíamos que había gente fuera esperando y contestaba: "iCada persona es única! ¡Cada persona merece un gran respeto!" De Manolo aprendimos el sentido sagrado de cada persona, el valor de la escucha exquisita y delicada del otro, en lo cual él fue modelo.

Muchos de los que estamos aquí, laicos, sacerdotes o religiosas, tenemos la sensación de que se nos ha ido un padre, el padre en la fe y en el Evangelio. Ese sentimiento nos une hoy estrechamente con Uds. sus hermanas y hermanos, su madre, sus sobriuos y amigos íntimos, su familia de sangre. Todos estamos llorando su pérdida, todos tenemos que asumir su legado espiritiial y responsabilizarnos de él, como su verdadera familia espiritual.

La fe que Manolo nos enseñó, el Evangelio al que nos inició es una fe, es un Evangelio del compromiso. Manolo, con su vida y con su muerte ha

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impactado grandemente a una serie de personas -alg~iiios están incluso aqui- que, aunque no comparten la fe cristiana con nosotros, si comparten el amor a la tierra, el amor a Canarias, la pasión de la canariedad. En esto reconocemos todos en Manolo un maestro y un testigo.

Creo poder hablar en nombre de muchas personas, iprcsc!iics aquí y

ausentes, si digo que en adelante al hablar de canariedad, de ide~itidad canaria' hay que nombrar a Manuel Alemán. No sólo por su libro "Psicologia del hombre canario", sino por toda su vida, sus inquietudes, su pasión y sus rceiios. Manolo no sólo pasará a la historia de las islas por Iiaber teorizado y pensado la canariedad, sino por haberla vivido y sentido apasionadamente.

Si toda la primera etapa de su labor apostólica la dedicó al scmiiiario, a la dirección espiritual, a formar seguidores de Jesucristo, podenlos decir que en la segunda etapa fue el apóstol de lo canario, de lo riiiestro, de la causa de los desheredados y maltratados, en nuestra tierra y en todo el mundo. Entre estas dos etapas, como en todo gran hombre, estuvo la crisis, la incomprensión, la búsqueda en la oscuridad, el exilio ... en definitiva, la cruz.

En estos dias en que la reflexión se ha serenado y podenios ya ipciisar en lo que significó Manolo para nosotros, a mi me quedan esta, dos cosas como su legado espiritual: ha sido padre en la fe para muchos de ~iosotros; ha sido maestro y testigo de canariedad para todos.

Para los que seguimos empeñados en conducir nuestra tierra, nuestra cultura, nuestra identidad por caminos de justicia y de fraternidad; para los que seguimos empeñados en caminar tras las huellas de Jcsús de N:iiarei, viviendo apasionada y comprometidamcilte la fidelidad al absoluto de Dios en el hoy de nuestras islas queridas ... tenemos en Manolo un iestigo y uri maestro.

Que nadie piense que Iie tomado la palabra simplemeiiie para Iiacci u11 elogio fúnebre del amigo que se fue. He acepiado hablar para invitar a ia reflexión y a la oración a una comunidad de fe que se reúne para cclcbrar la Eucaristía.

Todo esto que he dicho puede servir para dos cosas:

1P para dar gracias a Dios. Podeinos dar gracias al Padre, poi-q~ie ii«s sigue ayudando y orientando en eslos tiempos confusos. Nos sigue enviaiido

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184 FELIPE BERMUDEZ SUAREZ

testigos y guías que nos ayudan a caminar. En el día de hoy les invito a dar gracias al Dios de Jesucristo por todo lo que nos ha dado y regalado a través de Manolo Alemán, de su persona, de su vida, de su obra.

2: para pedir al Señor por él y por nosotros. Por él, para que Dios Padre lo acoja en su casa para siempre. El, que es hueno, perdone sus errores, sus deficiencias y pecados. Si hoy suplicamos para Manolo la liberación definitiva de la muerte, no es porque él fuera hueno, sino porque Dios es bueno, misericordioso y clemente. Pedimos para nuestro amigo que, él que tanto amaba el mar, encuentre la paz y felicidad que buscaba, en el océano inmenso de la eternidad.

Pedir, finalmente, por nosotros, para que sepamos acoger su testamento, su legado espiritual y llevarlo adelante. Que se realice su sueño de vernos a muchos de nosotros verdaderos discípulos de Jesucristo Resucitado, vencedor de la muerte en todas sus formas, y de vernos a todos enamorados de nuestra tierra canaria. En una cosa y otra, nuestro amigo nunca quiso ir solo, sino en equipo, en grupo, en comunidad, "en racimo", como él gustaba repetir.

Manolo creo que vivió lo que León Felipe dijo bellamente:

"Voy con las alas tensas y refrenando el vuelo; porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino con todos y a tiempo".

Felipe Bermúdez Suárez

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ALMOCAREN. 7. (91) Paps 187 190. c) CENTRO TEOLOClCO DE LAS PALMAS

BERMUDEZ, FELIPE, Fiesta Canaria. Una inlei-i>~-cini~iúii rr.<>l<í&?ii.a. Publicaciones del Centro Teológico, Las Paiinas, 1991

No exagero nada si afirmo que esta obra pasará a ser un clásico de la literatura antropológica y teológica canaria. La cantidad de datos que posee como la calidad de su interpretación, hacen del libro de Felipe Bermúdez, una aportación sugerente e importante al acervo cultural de nuestras islas.

La obra es el resultado de largos años de estudio, iiivertigai.iijii y "disfrute" de fiestas populares del Archipiélago Canario. Presentada como tesis doctoral en la Facultad de Teología de la Universidad P. Comillas de Madrid, alcanzando el "summa cum laude", la obra se compone de tres partes bien diferenciadas. La primera de ellas contiene una fenonieiiologia de todas las fiestas populares canarias, destacando los criterios de clasificación que propone el autor para establecer una tipologia innovadora; la segunda, entra ya en materia teológica, realizando un ensayo desde la per\pecti\ a lihei-adoi-a o alienadora de las fiestas, introduciendo otros paránietsos iiiiportaiiteb en la interpretación teológica; por último, Felipe Bermúdez, recoge una sei-ie de orientaciones sobre la fiesta popular, de cara a la práctica pastoral y popular.

Es interesante destacar el complemento que, como apéndice, introduce el autor al final de su obra. Se trata de un Catálogo completo de todas las fiestas de las islas, por muncipios y localidades, que sin duda dcspciiari giaii iiiiei-és por ser el primero que con estas características sc realiza cii Canaria,.

La abundante bibliografía en distintos idiomas dan fc dc la profundidad de la investigación. El prólogo de Alfonso Alvarez Bolado, a la sazón Uir ecior de la Tesis que fundamenta esta obra, pone la rúbrica a una labor creativa y

singular que sin duda abrirá nuevos caminos de investigación, siendo a la vez apoyatura imprescindible para los mismos.

En fin, obra agradable de lectura para el profano, con el lenguaje entusiasta y esperanzado que caracteriza a su autor. Obra profunda, de gran calidad investigadora para aquellos que se intereren por cualquier aspecto de

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188 RECENSIONES

la dimensión festiva del pueblo canario, y/o su dimensión teológica. Obra imprescindible para todos aquellos que deseen acercarse a conocer todo lo que concierne a "LA FIESTA CANARIA Y A SU INTERPRETACION TEOLOGICA".

M ? Soledad Collado Miraba1

QUINTANA SANCHEZ, HERACLIO: Comentarios. Las Palmas de Gran Canaria, 1991.

El titulo del libro de Don Heraclio Quintana Sánchez, Comentarios, refleja perfectamente su contenido y su tema. Como dice su autor en la introducción de la obra: Se trata de una selección de los comentarios que, durante la década de los 70, ha realizado en la emisora de Radio Popular de Las Palmas. "Su selección -nos confiesa- ha sido dificil. Pero era necesaria".

Son reflexiones, en voz alta, sobre los más diversos acontecimientos de la vida ciudadana. Es interesante descubrir que, generalmente, estos comentarios parten de una anécdota cualquiera que el P. Heraclio ha sabido captar de su entorno. Y, al hilo de la misma, surge el monólogo, que lo lleva y nos lleva a descubrir ese algo que encierran todos los actos del hombre, ese más allá de sus propias acciones y, a veces, de sus intenciones.

Los elementos más sencillos como una vela, una cacería, una discusión, una fiesta, un encuentro casual, un diálogo apenas escuchado, una alegría, lo llevan irremediablemente a una reflexión, cuyo punto final será una página evangélica que iluminará y dará mayor perspectiva a estos actos tan prosaicos, tan corrientes, tan propios de la vida misma.

Estos comentarios parecen pequeñas luces que alumbran nuestra vida y

que nos ayudan a pensar sobre nosotros, sobre los demás, acerca de los acontecimientos diarios, acerca de Dios.

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Como si de un retablo se tratase, aparecen diversos temas que llevan a pensar en el amor, la caridad, el respeto, la amistad, la palabra de Dios; otras veces es un santo determinado, el que aparece a nuestros ojos, para conocerlo mejor, acercarnos más a él; tampoco faltan los acontecimientos entrañables

. e inolvidables que se dan en toda vida humana: cumpleafios, bodas, primera misa, bodas de Oro Sacerdotales ...

Su estilo sencillo, cercano, interpelante, plástico, propio para ser radiado, no pierde en intensidad y gusto, no deja atrás su viveza y jugosidad al ser trasladado a la letra impresa. Por otra parte, el vocabulario usado es totalmente asequible a todo el mundo, lo que añade mayor aceptación a su lectura. Cada uno de sus "capitulos" es independiente de los demás, pero lo une un hilo invisible: la vida que encierran, la reflexión llevada a la vida. Así podemos recordar: Como un cordero, Marido con detalle, La chica de la Guagua, Adios Pildain, ¿Quién lo ha visto? y un largo etcétera, simpático y con gran fondo.

Comentarios gustará porque está hecho partiendo de lagente y pensando en la gente.

María del Carmen Alemán Hernández

CASTRO MERELLO, AGUSTIN, S. J., Divagaciones Ignacianas. 1491 -1 991. VP Centenario del Nacimiento de San Ignacio de Loyola. Las Palmas de Gran Canaria, 1991.

La lectura de DIVAGACIONES IGNACIANAS nos lleva de manera suave y amena al conocimiento de la figura de San Ignacio, en toda su extensión humana y espiritual. Por otra parte, al ser un libro de corta extensión nos anima a leerlo a pesar del poco tiempo libre con que se suele contar actualmente. Es un libro recientemente editado, cuyo autor es el Padre Agustin Castro Merello, S.J., surge a propósito de unos artículos periodísticos que escribió su autor con motivo del Centenario Ignaciano. Gustaron y se le pidió que los recogiese en un libro y, así, darían lugar a un mayor conocimiento del Fundador de la Compañia de Jesús.

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Se abre la obra con un prólogo del Padre Julián Escribano Garrido, S.J., quien, en pocas líneas, nos sitúa y explica la actuación de los Jesuitas en el Archipiélago.

Luego, a través de su lectura, nos pondremos en contacto con un hombre, llamado Iñigo, que más tarde pasará a llamarse Ignacio y, por último, será conocido universalmente por San Ignacio. El cuerpo del libro está compuesto por dos capítulos. El primero, titulado EL LAICO, nos narra la existencia de Iñigo desde su nacimiento, en 1491, hasta que fue herido, en 1512: Ultimo hijo de una numerosa familia hidalga vasca, muy pronto huérfano de madre, paje en Arévalo, simpático, fácil a la risa, "pendenciero en cosas de armas, honor y mujeres", caballero y soldado. En una segunda parte del mismo capítulo se nos narra el misterio de su amor oculto, pura ilusión, porque la dama era, según confesión de Ignacio, "más qué Condesa, más que Duquesa". También en este capítulo se recoge una serie muy interesante de fotografías donde se reproduce la iconografía ignaciana que existe en las Islas.

HOMBRE NUEVO es el título del capítulo segundo, ahora nos habla de IGNACIO, -su nombre parece encerrar el símbolo de su cambio y conversación-, en sus cortas páginas va emergiendo lentamente el hombre que se convertirá en el Padre Ignacio, tan querido y conocido por sus primeros compaiíeros, que dejan hermoso testimonio de su persona. Termina el capítulo con EL SECRETO, donde se presentan diversas opiniones que han llegado a nosotros sobre San Ignacio, diversas y opuestas. Ciertamente es un ser polifacético, hay que buscar la raíz, el misterio de su personalidad y acaso lo encontramos "en su pasión por la voluntad divina y una vez conocida cumplirla al máximo rendimiento en el amor y en el éxito", "para en todo amar y servir".

A muchos sorprenderán las diversas facetas del carácter del Santo, a quien se le considera con un carácter seco, tipo soldado ... y nos encontramos con una persona sensible, emotiva, cariñosa ...

Se termina el libro con un epílogo que completa la comprensión de la figura de San Ignacio y un apéndice, SAN IGNACIO Y LOS COLEGIOS DE LA COMPAÑIA, donde se explica la razón de su nacimiento y su expansión y cultivo por parte de Ignacio y sus inmediatos sucesores.

DIVAGACIONES IGNACIANAS nos llevará a un mayor y mejor conocimiento del Santo de Loyola, tan poco conocido realmente en su auténtico carácter, personalidad, estilo y entrega a Dios.

M A e l Carmen Alemán Hernández

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CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS AFILIADO A LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS

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