Algunas reflexiones sobre los enfoques político-ideológicos en América Latina, y en particular en...

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Cartelera Social Carta abierta de Germán Cabrera Traversoni desde Venezuela Informaciones preliminares La carta que se transcribe más abajo, está firmada por Germán Cabrera Traversoni, quien actualmente reside en Venezuela, y quien se presenta como ex miembro de la Dirección Nacional de Izquierda Democrática, y como actual miembro de la Fundación Espacio Abierto. La aludida nota se explica por sí sola, así que de inmediato pasaremos a transcribirla, para inmediatamente después insertar un escrito-ensayo también del mismo autor, también de Germán Cabrera, y que tiene por título “Revolución, fantasía, y realidad”. A lo último, hacia el final, insertaremos unos breves comentarios personales. Texto de la carta firmada por Germán Cabrera Traversoni y dirigida a José Mujica Querido Pepe: Como recordarás yo también fui militante del MLN – Tupamaros, organización a la que me integré en octubre de 1969. En aquel entonces yo tenía ¡19 años! y pensaba, honestamente, como tantos otros, que cambiaríamos el mundo y terminaríamos con la injusticia mediante el único método posible para acelerar el proceso, la lucha armada. Mi visión acerca de la democracia representativa en general y de la del Uruguay en particular era de desprecio absoluto. La “Democracia Burguesa” era un escollo más en el camino, y debíamos socavar sus bases y radicalizar sus contradicciones para desestabilizarla, y de esta forma facilitar el rápido ascenso de un Gobierno “revolucionario”, que ese sí se encargaría de construir una sociedad justa. La Revolución Cubana, la muerte del Ché, la Teoría del Foco, los movimientos guerrilleros latinoamericanos, y las lecturas superficiales de los textos del Marxismo- Leninismo, fueron mi seguro soporte ideológico, y 1 / 41 – Autor: Juan Carlos Anselmi Elissalde Digimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios

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Por cierto el electorado en Latinoamérica va madurando, y de la simple adhesión por sentimiento se va pasando a un apoyo ya más razonado. En el documento adjunto precisamente se hace un análisis bastante detallado sobre esta temática, profundizando en las viejas concepciones de izquierda y derecha.

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  • 1. Cartelera Social Carta abierta de Germn Cabrera Traversoni desde Venezuela Informaciones preliminares La carta que se transcribe ms abajo, est firmada por Germn Cabrera Traversoni, quien actualmente reside en Venezuela, y quien se presenta como ex miembro de la Direccin Nacional de Izquierda Democrtica, y como actual miembro de la Fundacin Espacio Abierto. La aludida nota se explica por s sola, as que de inmediato pasaremos a transcribirla, para inmediatamente despus insertar un escrito-ensayo tambin del mismo autor, tambin de Germn Cabrera, y que tiene por ttulo Revolucin, fantasa, y realidad. A lo ltimo, hacia el final, insertaremos unos breves comentarios personales. Texto de la carta firmada por Germn Cabrera Traversoni y dirigida a Jos Mujica Querido Pepe: Como recordars yo tambin fui militante del MLN Tupamaros, organizacin a la que me integr en octubre de 1969. En aquel entonces yo tena 19 aos! y pensaba, honestamente, como tantos otros, que cambiaramos el mundo y terminaramos con la injusticia mediante el nico mtodo posible para acelerar el proceso, la lucha armada. Mi visin acerca de la democracia representativa en general y de la del Uruguay en particular era de desprecio absoluto. La Democracia Burguesa era un escollo ms en el camino, y debamos socavar sus bases y radicalizar sus contradicciones para desestabilizarla, y de esta forma facilitar el rpido ascenso de un Gobierno revolucionario, que ese s se encargara de construir una sociedad justa. La Revolucin Cubana, la muerte del Ch, la Teora del Foco, los movimientos guerrilleros latinoamericanos, y las lecturas superficiales de los textos del Marxismo- Leninismo, fueron mi seguro soporte ideolgico, y con mucha generosidad, miedo, y entusiasmo, me integr al aparato militar de la columna 15. El 2 de julio de 1971 ca preso en un allanamiento de mi propia casa, y poco despus llegu al Penal de Punta Carretas, con 21 aos de edad. All tuve la oportunidad de conocer a toda la plana mayor del MLN, y de entre todos ellos sent una especial afinidad contigo. Eras maduro, mesurado, experimentado, respetuoso de los dems, humilde, autntico, y te transformaste para m en una especie de padre en la prisin, con 1 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios

2. quien hablaba largamente mientras caminbamos en el fro invernal del Corredor 23. No dejaba de sorprenderme que me trataras como a un igual, y llegaste a presentarme ante los dems como un futuro dirigente del MLN.Luego trabajamos en la fuga del penal (El Abuso como le llambamos), cort paredes con una rienda de alambre, y estbamos siempre al tanto del progreso del tnel por el que al fin se fugaron 111 compaeros.El destino hizo que un cambio de guardia me impidiera unirme a la fuga. Quien se fue en mi lugar, el To Quique, muri en un enfrentamiento pocos das despus. A partir de all fui designado como integrante de la Direccin del Movimiento Tupamaro dentro del Penal. Poco tiempo despus, junto con otros, volviste a caer preso, y retomamos el trabajo poltico, ahora compartiendo en aquella pequea Direccin que fue para m una gran escuela. Sal del Penal creo que en marzo del 72, y fui retenido por Medidas de Seguridad en el Campo de Punta de Rieles, y all te vi brevemente meses despus en un descuido de la guardia, y a partir de ese momento la vida nos llev por distintos rumbos. Sal en libertad a mediados de 1973 y me exil en Venezuela, pas en el que nac hijo de padres uruguayos. T quedaste como rehn de la dictadura en las peores condiciones imaginables, pero sobreviviste. En el ao 1985, una vez terminada la dictadura, visit Uruguay y fui a verte a tu chacra en las afueras de Montevideo, y esa fue la ltima vez que conversamos. Ayer triunfaste en las elecciones presidenciales uruguayas y vas al balotaje o segunda vuelta, donde es muy posible (por lo que veo desde lejos), que triunfars dentro de una estructura democrtica que s respetas y reconoces, y que te lo ha permitido con total transparencia. Por esa razn escribo esta carta, y voy a cometer la imprudencia de darte, humildemente, algunas sugerencias, NO DE LO QUE DEBES HACER, ya que conocindote a ti, a tu trayectoria, y a tu madurez, estoy seguro lo sabes, sino de lo que considero que NO DEBES HACER en la bsqueda de una sociedad ms justa y democrtica, incluyente, productiva, y de cara al futuro. Estas sugerencias por cierto no son una sucesin de ideas planteadas aleatoria o subjetivamente, sino que se basan en la experiencia de una persona que lleva ms de treinta y seis aos viviendo en Venezuela, que piensa ha madurado humana y polticamente, y que le ha tocado vivir, junto a todo este pueblo, once aos de un Gobierno pretendidamente revolucionario orientado por Hugo Chvez. A quienes asumimos durante tanto tiempo La Revolucin como objetivo de vida, y nos ha tocado vivir en carne propia la experiencia del socialismo bolivariano, no nos queda otra opcin que alertar sobre el desastre que ha polarizado y desintegrado2 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 3. salvajemente a este pobre pas caribeo, cometiendo desde las estructuras del Estado todos los errores y abusos posibles, siempre al filo de la navaja. Por lo tanto mis recomendaciones son las que enumero a continuacin. (1) NO CAER EN LA TENTACIN de asumir la Metodologa Bolivariana para la consolidacin del poder, que se inicia con una Constituyente entusiasmante, y termina arrasando esa misma Constitucin con triquiuelas leguleyas a conveniencia del Gobierno, apropindose de todos los poderes del Estado, irrespetando todas las normas republicanas, y transformndose en una autocracia disfrazada de democracia for export. (2) NO DEJARSE SEDUCIR por el apoyo internacionalista y desinteresado de la Revolucin Bolivariana y su reparto de los petrodlares, fondos que se les esquilman a los venezolanos. Dicho apoyo termina inmiscuyendo a nuestro Presidente en todos los asuntos internos de las naciones vecinas, para provecho de s mismo y de su afn de poder ilimitado y perpetuo. (3) NO ASUSTAR a ningn sector de la poblacin con discursos amenazantes y altisonantes, que generan paranoia, inseguridad, recelo, y que profundizan la polarizacin. (4) NO UTILIZAR EL RESENTIMIENTO SOCIAL como arma poltica de corte radical. (5) NO PROFUNDIZAR EL ENFRENTAMIENTO CLASISTA como forma trivial de pescar en ro revuelto. (6) NO DESCALIFICAR, insultar, o humillar, al disidente u oponente. No calificar de fascista, pitiyanky, golpista, reaccionario, cobarde, tarado, y dems, a todos aquellos que disientan con la poltica oficial. (7) NO MINIMIZAR ni ridiculizar los logros que, dentro del marco democrtico y pacfico, tenga la oposicin. (8) NO INVENTAR ACTOS DE MASAS oficiales, paralelos o simultneos a los actos o manifestaciones de la oposicin, como forma casi segura de crear enfrentamientos y de amedrentar. (9) NO CONSIDERAR NINGN ESPACIO PBLICO como territorio liberado, donde slo pueden realizarse actividades pro gubernamentales, y donde ser prohibido realizar actos de la oposicin. (10) NO UTILIZAR nunca las instancias oficiales ni las dependencias del Estado, civiles y militares, como centros de propaganda poltica del Gobierno, y menos en perodos pre-electorales. (11) NO UTILIZAR LOS DINEROS PBLICOS para financiar todas las campaas polticas del Gobierno de manera abusiva, ni para la compra de los millones de3 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 4. uniformes mencionados en el punto 12, incluyendo las gorras y franelas con consignas partidistas. (12) NO UNIFORMAR A LOS EMPLEADOS PBLICOS, desde los barrenderos y chferes, hasta la alta gerencia de las Empresas del Estado, con los colores distintivos del Partido de Gobierno. (13) NO PINTAR CON LOS COLORES DEL PARTIDO DE GOBIERNO los bienes muebles e inmuebles del Estado, los logotipos oficiales, los vehculos colectivos, los postes y las barandas, ni poner consignas polticas gigantes en las fachadas de cuanta empresa estatal existe. (14) NO POLITIZAR Y MENOS PARTIDIZAR A LAS FUERZAS ARMADAS NACIONALES en su conjunto, ni obligar a sus miembros a emitir saludos parcializados en actos y paradas, ni pasar a retiro a todo aquel oficial que disienta. (15) NO OBLIGAR a los empleados pblicos a asistir uniformados a los actos polticos del Gobierno, ni transportarlos en autobuses donde se pasa lista bajo amenaza de despido. (16) NO INCLUIR EN LAS PLANILLAS de quienes buscan trabajo en organismos pblicos, la pregunta de si est de acuerdo con el Presidente y sus polticas de Estado, condicionando a la repuesta el otorgamiento del puesto. (17) NO HACER LISTAS con los datos de los ciudadanos que hayan firmado cualquier documento pblico, o participado en cualquier Referndum, en contra de las polticas de Gobierno, para luego utilizarlas en contra de esos mismos ciudadanos, negndoles beneficios de cualquier ndole, y acceso a fuentes de trabajo en las instancias del Estado. (18) NO CREAR SINDICATOS OFICIALISTAS pagados con fondos del Estado, y paralelos a los elegidos por la base, en aquellos sitios donde el Gobierno no puede ganar. (19) NO CREAR UNIVERSIDADES PARALELAS de pensamiento nico, cuando no se logra el apoyo estudiantil al proceso. (20) NO CREAR MILICIAS ARMADAS a la orden de la Presidencia, como brazo armado del Partido de Gobierno y al servicio de la ideologa oficial. (21) NO PERMITIR EL FUNCIONAMIENTO DE GRUPOS CIVILES ARMADOS, para agredir a los sectores de la oposicin, argumentando luego que son incontrolables o que se escapan de las manos al Gobierno. (22) NO CREAR GRUPOS GUERRILLEROS pro Gobierno, que impunemente acten dentro del territorio nacional. (23) NO PERMITIR QUE GRUPOS ARMADOS EXTRANJEROS acten de la misma forma que los referidos en el punto anterior.4 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 5. (24) NO UTILIZAR EL COBRO DE IMPUESTOS, como arma de presin contra empresas que sean propiedad de ciudadanos opuestos al Gobierno. (25) NO UTILIZAR AL PODER JUDICIAL para amedrentar a los ciudadanos ni para hacer distingos obvios en el trato entre los favorables al Gobierno y los que se le oponen. No aplicar las leyes con peso desmesurado hacia estos ltimos, y con total benevolencia hacia los primeros. (26) NO TERMINAR CON LA NECESARIA INDEPENDENCIA de los Poderes Pblicos (Judicial, Moral, Asamblea Nacional), para en su lugar crear organismos genuflexos al Poder Ejecutivo. (27) NO TERGIVERSAR LOS HECHOS POLTICOS pasados y actuales, creando una historia oficial manipulada y falsa. (28) NO CONSIDERAR QUE LA HISTORIA comienza con el nuevo Gobierno, y que todo lo anterior es deleznable, destruible, y posible de ocultamiento. (29) NO ENGAAR AL PUEBLO con promesas infinitas de cosas que vendrn y que nunca llegan, y no realizar mejoras e inversiones en los Servicios Pblicos esenciales solamente en pocas pre-electorales. (30) NO UTILIZAR LA MENTIRA reiterada como poltica de Estado, ni aprovechar la ignorancia popular en cuestiones tericas o tcnicas, para as manipular la opinin pblica. (31) NO MANIPULAR LA EDUCACIN para all imponer el pensamiento nico disfrazado de pensamiento crtico, educando a los nios y jvenes segn los criterios ideolgicos del Gobierno, dentro de una mitologa militarista y con efemrides golpistas. (32) NO PERMITIR TODOS LOS ACTOS DE CORRUPCIN a los miembros y amigos del Gobierno, acusando de corruptos a los oponentes aunque ellos no lo sean. (33) NO ESTRUCTURAR UN PODER ELECTORAL parcializado, con mayora oficial, para as manipular leyes y fechas para beneficio del Ejecutivo. (34) NO ABANDONAR SERVICIOS PRIMORDIALES del Estado, utilizando los recursos econmicos en regalos a los gobiernos de otros pases sobre los cuales se quiere influir. Por ejemplo, no construir hospitales en el extranjero cuando en los nacionales el pueblo muere en medio de la desatencin y la falta de insumos, ni tampoco regalar ambulancias mientras los venezolanos ms pobres transportan a sus heridos o enfermos en taxi. (35) NO CERRAR LA INVERSIN ni la investigacin en las principales empresas productivas del Estado, para destinar esos fondos a cuanta idea improvisada se le ocurra a la Presidencia, o para ampliar sus medios de influencia.5 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 6. (36) NO AMENAZAR con despido inmediato o encarcelar a los sindicalistas y obreros que se opongan a los sindicatos oficiales o voten en contra de ellos, o simplemente sean testigos en las mesas electorales sindicales representando a grupos adversos al Gobierno. (37) NO DESPEDIR EN MASA y sin reconocerles ningn derecho ni pago alguno, a aquellos empleados pblicos que realicen paros o huelgas en oposicin a polticas del Estado. (38) NO DESPEDIR DE SUS CARGOS ni detener las investigaciones de aquellos cientficos empleados del Estado que no comulguen con el Gobierno, o cuyas investigaciones el Presidente considere innecesarias para el pueblo. (39) NO QUITARLE LOS PEQUEOS SUBSIDIOS del Estado a los grupos teatrales que no expresen a cabalidad el realismo socialista del siglo XXI, o que tengan posturas crticas. E dem con las fundaciones. (40) NO REDUCIRLE los presupuestos docentes y de investigacin a los centros universitarios estatales donde el Gobierno no logre calar polticamente. (41) NO UBICAR EN LOS CARGOS directivos o gerenciales del Estado, a personas ineptas o mal preparadas, por el solo hecho de ser consecuentes u obsecuentes con las polticas del Gobierno y por ende no negarle esos mismos cargos a personas preparadas, responsables, pero crticas. (42) NO CLAUSURAR NINGN MEDIO DE COMUNICACIN por no comulgar con las polticas de Estado, no asumir las crticas al proceso poltico emprendido por el Gobierno como agresiones merecedoras de cualquier retaliacin. (43) NO CONSTRUIR UN IMPERIO COMUNICACIONAL de radio, prensa, y televisin, con fondos del Estado y al servicio exclusivo del Gobierno y su ideologa, excluyendo de all cualquier disenso. No utilizar los medios de comunicacin del Estado al servicio exclusivo de la parcialidad poltica gobernante. (44) NO UTILIZAR LAS CADENAS PRESIDENCIALES de radio y televisin como forma permanente de abusiva propaganda poltica, y de descalificacin del oponente. (45) NO DEJAR QUE COLAPSEN las carreteras, los puentes, el servicio elctrico y de agua potable, los hospitales, la construccin de viviendas, la produccin de alimentos, mientras el pas se desangra en medio de la corrupcin, la ineficiencia, la improvisacin, y la regaladera al exterior. (46) NO ESQUILMARLE AL OPONENTE contra toda norma constitucional los espacios polticos ganados mediante el voto popular, no cambiar las normas en medio del partido o del juego. Por ejemplo no quitarle los locales y los recursos econmicos, las armas de la polica, la autoridad sobre carreteras y hospitales, a los Alcaldes o Gobernadores de la oposicin elegidos por el pueblo. 6 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 7. (47) NO CONSIDERAR PUEBLO O SOBERANO solamente a aquellos que apoyan las polticas oficiales. (48) NO ALIARSE POLITICAMENTE con cualquier dictadorzuelo o autcrata perpetuado en el poder, por el solo hecho de considerarlo antiimperialista. (49) NO CONSIDERAR BURGUESES U OLIGARCAS a las clases medias ni a los sectores pudientes que se oponen al Gobierno, mientras se considera compaero u aliado a los ricos que se pliegan al proceso y lucran con los dineros del Estado. (50) NO CONSIDERARSE CONTINUAMENTE vctima potencial de magnicidio, y atribuirle a la oposicin democrtica intenciones violentas, mientras las bandas armadas del Gobierno agreden en las manifestaciones a los periodistas, y le caen a plomo y gases lacrimgenos a la gente comn, an ante las cmaras de los medios de comunicacin. (51) NO AMENAZAR SISTEMTICAMENTE CON EXPROPIACIONES O CONFISCACIONES de empresas, o de tierras, como mtodo de amedrentamiento poltico, obviando cualquier tipo de consideracin tcnica. (52) NO EXPROPIAR O CONFISCAR por consideraciones meramente polticas, a empresas y tierras en plena produccin, mientras se fracasa totalmente en el funcionamiento de las empresas y en la produccin de las tierras del Estado, o en las que anteriormente fueron expropiadas. (53) NO PERMITIR LAS OCUPACIONES ANRQUICAS de tierras privadas como caricatura de una reforma agraria, ni la ocupacin forzosa de casas y edificios como poltica de viviendas, para suplir la desidia en las polticas de construccin. (54) NO INTENTAR TRANSFORMAR LA ECONOMA en un capitalismo de Estado disfrazado de Revolucin, aduendose de algunos medios de produccin as como de empresas de distribucin y servicios, como mtodo de abaratar costos, y en teora, hacer as productos o servicios ms accesibles al pueblo. (55) NO ASFIXIAR Y QUEBRAR a la empresa privada, en lugar de normar racionalmente sus derechos y deberes. No pretender que produzcan por debajo de sus costos de produccin. (56) NO CREAR NUEVOS MINISTERIOS hasta el infinito, para que se encarguen de problemas puntuales o cotidianos que la ineficiencia y la desidia no permite resolver por las vas idneas. (57) NO ABANDONAR A LA POBLACIN en las manos de la violencia del hampa, de la extorsin, el secuestro, los robos y los asaltos, los asesinatos y las violaciones. Eso genera sentimientos de indefensin y rabia a todo el pas, sin distingos sociales. En fin, querido amigo, la lista podra ser mucho ms larga, pero no quiero abusar de tu paciencia.7 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi Elissalde Digimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 8. Me despido con un fuerte abrazo fraterno, y te deseo mucha suerte, muchsima suerte y sensatez. Y firma Germn Cabrera Traversoni, artista plstico, profesor de arte e-mail: [email protected] Octubre 26 de 2009 Revolucin, fantasa, y realidad (marzo de 2009, revisado junio de 2009) En el presente ensayo pretendo desarrollar una aproximacin a la estructura de pensamiento y de razonamiento poltico de la izquierda radical y revolucionaria, y de las acciones derivadas de su visin del mundo. Es importante destacar que fui en mi juventud partcipe de esos razonamientos, e integr las filas del aparato militar del MLN-TUPAMAROS uruguayo. Ingres a la organizacin en octubre de 1969, actuando en la guerrilla urbana hasta el 2 de julio de 1971, cuando ca preso. Luego de dos aos de crcel emigr a mi tierra natal, Venezuela.Entiendo que este somero anlisis puede ser til para ayudarnos a interpretar el fenmeno de la Revolucin Venezolana y de su influencia en Amrica Latina, y para ubicarnos en las perspectivas de lo que vendr o podra venir. Parte de este trabajo, (la caracterizacin y descripcin del Gobierno de Hugo Chvez), est dirigido a informar a los ciudadanos de otros pases sobre lo que sucede en Venezuela. (1) SOBRE INSURGENCIAS Y OTRAS YERBAS A manera de introduccin, y siendo un poco esquemticos (a veces las limitaciones propias y del lenguaje nos obligan a ello), podramos catalogar las reacciones populares violentas ante el Estado con diversos trminos segn sus diferentes caractersticas. Podemos llamar Levantamiento Popular a un movimiento social espontneo, y provocado generalmente por hechos fortuitos o coyunturales considerados injustos por el pueblo. Si bien en su inicio pueden ser azuzados por algn sector poltico, estos movimientos toman su camino propio, sin direccin clara, como un alud de nieve. Saqueos, agresiones, robos, manifestaciones, protestas, catarsis colectiva violenta, y generalmente un desenlace breve. El levantamiento o alzamiento popular puede fungir como ensayo o prueba para posteriores acciones polticamente dirigidas con anticipacin y premeditacin. Una Rebelin Popular implica, en mi criterio, planificacin y direccin poltica con antelacin. Se busca desestabilizar un Gobierno con objetivos muy claros y concretos, que generalmente consisten en la sustitucin de aquel por otro Gobierno y por otra forma de gobernar, que los rebeldes pueden considerar ms justa o conveniente. Este tipo de acciones buscan a menudo el apoyo de sectores de las Fuerzas Armadas, para as hacer ms eficaz el movimiento y ms rpido el desenlace.8 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 9. La Insurgencia se refiere, a menudo, a movimientos de tipo militar, aunque estos puedan tener apoyo popular y puedan ser acompaados, a veces, por levantamientos y protestas generalizadas. Similares caractersticas tienen los trminos rebelin militar y levantamiento militar, que se inician como acciones de desacato dentro de las Fuerzas Armadas con objetivos diversos, desde una protesta por situaciones coyunturales, hasta el intento definitivo de derrocar gobiernos. En Amrica Latina estamos bien acostumbrados a or frecuentemente estos trminos en boca de militares, como eufemismos elegantes para disfrazar intentos de Golpe de Estado. Insurgimos el 27 de febrero, frase muy usada por los compaeros de intentona de Chvez, que suena ms polticamente correcto que intentamos dar un Golpe de Estado, ya que ese trmino se le endilga a las intentonas de derecha. Insurgentes ms no golpistas, porque nos decimos de izquierda. Pero en definitiva, dentro de los regmenes democrticos, si queremos ser justos, los intentos de toma del poder mediante la accin violenta de las FFAA deben ser entendidos y nombrados como Golpe de Estado, vengan de la derecha o de la izquierda. Solamente las dictaduras, los regmenes de fuerza que cierren todas las salidas democrticas, deberan ser, a mi criterio, enfrentados de manera lcita con la fuerza militar y/o con la violencia popular. Rebelin, Alzamiento, Levantamiento, Insurgencia, Subversin, Golpe de Estado, y otras denominaciones, ilustran entonces, diferentes y variadas formas complejas de intervencin, que actan a veces en solitario, y a veces combinadas, enfrentando a los pueblos o las Fuerzas Armadas contra la propia estructura del Estado. En su mayora estos movimientos buscan simplemente la toma del poder, para as provocar un cambio en la forma de gobernar, aunque, como veremos ms adelante, pueden ser tiles a otros objetivos ms profundos o ms espurios. (2) REVOLUCIN Se ha utilizado repetidamente durante todo el siglo XX el trmino revolucin, para referirse al tipo de fenmenos polticos nombrados anteriormente, y enmascarar el qutate t para ponerme yo o las dictaduras. Ahora bien, una real Revolucin es un proceso profundo que, ms que sustituir un Gobierno por otro, sacude un sistema poltico-econmico-social, y subvierte el estado de las cosas para lograr un orden nuevo. Es como una mutacin en el desarrollo de una sociedad, un corte abrupto en el hilo de la historia, un cambio cualitativo, un corta caminos, un ahorra tiempo en la lucha de algunos hacia una sociedad diferente a la anterior. Llevar adelante un cambio tan radical como ste implica al menos tres etapas fundamentales. A. La toma del poder; B. La consolidacin del poder;9 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 10. C. La construccin de una nueva estructura de sociedad. Como vemos esto significa, en primera instancia, que un grupo de personas deciden, sin tomar en cuenta al resto de la poblacin (mayoritaria o no), hacerse con el poder para imponer su modelo social y su forma de pensar. Por lo tanto para consolidar ese poder obtenido (segunda etapa), los revolucionarios debern enfrentar el descontento o la oposicin del resto de la sociedad que no est de acuerdo con su proyecto. Solamente una vez superando ese escollo, La Revolucin podr comenzar en su titnica tarea de construir el nuevo orden social. El descontento o desacuerdo con este tipo de procesos puede tener diverso origen, por ejemplo el contenido de las propuestas revolucionarias, o la forma en que ellas quieren llevarse adelante, o ambos aspectos simultneamente, etctera. Depender este descontento, de la forma en que cada individuo se relacione con la sociedad desde el punto de vista cultural, y tambin desde la perspectiva econmica, filosfica, y poltica de cada cual. El abanico de razones para enfrentarse con los procesos revolucionarios puede ser casi infinito, y no necesariamente estar basado en la defensa de intereses egostas. Cada Revolucin tendr sus mtodos y sus tiempos, y las etapas B y C pueden solaparse la una con la otra, dependiendo de la correlacin de fuerzas entre los sectores enfrentados, as como los intereses tcticos de los revolucionarios. Dicha correlacin podramos medirla en apoyo popular, en habilidades polticas, en paciencia, en voluntad e inteligencia, en relaciones internacionales. Ello siempre y cuando no se desemboque en una ruptura completa y total de las reglas del juego democrtico. Pues a partir de all se instalan la incertidumbre, la violencia, y el caos. (3) LA REVOLUCIN SOCIALISTA Hemos hablado hasta ahora del concepto revolucin de manera general. Vamos a referirnos ahora a La Revolucin Socialista a la que en adelante llamaremos a veces La Revolucin. Si bien esta aclaratoria semntica puede parecer innecesaria, la considero importante ya que para el creyente revolucionario latinoamericano, la Revolucin es nica y con caractersticas especiales a las que nos referiremos. A los elementos descriptos anteriormente, La Revolucin agrega un bagaje de valores morales entre los que se destacan como ms importantes, la justicia, la igualdad, y un respaldo terico ideolgico de base marxista, que tiene variantes segn las corrientes pragmticas en que se inspire, leninismo, maoismo, trostkismo, anarquismo, etctera. Influida por la experiencia de la Revolucin Rusa, de la Revolucin China, y luego impulsada por la experiencia cubana, La Revolucin cautiv a mucha gente y a ms de tres generaciones, como la salida deseable y posible a la injusticia social, y se rode de un aura romntica y heroica, que influy enormemente en la visin poltica del latinoamericano.10 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi Elissalde Digimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 11. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, y desde la consolidacin de la URSS como potencia a la sombra de la guerra fra, Amrica Latina fue apetecida por la izquierda para consolidar su influencia, y fue defendida y protegida por EEUU como su patio trasero, con frecuencia poniendo y quitando gobiernos y dictaduras con cierta impunidad. El mundo, dividido en dos reas de influencia, se vio presionado por un juego de ajedrez brutal, en el que ambos contendores intentaban introducir sus piezas en el terreno del otro. En esa poca, casi todos los jvenes militantes de la izquierda revolucionaria, tuvimos de alguna manera nuestra pasanta en un Partido Comunista de corte pro-sovitico. Durante los aos sesenta, el surgimiento sorpresivo de la Revolucin Cubana con un discurso fidelista casi indito, y con la romntica figura del Ch Guevara, plante la lucha revolucionaria bajo una nueva ptica, priorizando la lucha armada como metodologa. Mientras tanto el mayo francs de 1968, la guerra de Viet Nam, el movimiento contestatario norteamericano y europeo, el poder negro, la crisis de los misiles, el movimiento hippie, y la msica electrnica, entre otros elementos de influencia, sembraron en los jvenes, utopas y rabias y descontentos, que fueron campo frtil para la bsqueda de salidas revolucionarias y violentas. Las izquierdas fuera del poder lograron singularmente gran influencia en el continente, y los Partidos Comunista pro soviticos que durante muchos aos dominaron el sindicalismo marxista, recibieron gran apoyo electoral de la gente de izquierda, pero tuvieron que enfrentar divisiones internas, as como el surgimiento en su seno de disidencias radicales que eligieron el camino de la lucha armada, en nombre de los desposedos, y bajo la premisa o el paradigma de que a un rico no se le puede quitar lo que tiene por las buenas. La muerte del Ch Guevara, la ilusin del hombre nuevo, los manuales de marxismo elemental, la aventura del Granma, la nueva Teora del Foco de Regis Debray, y las canciones de protesta, fueron suficiente base emotiva y terica para la creacin de los grupos guerrilleros que se regaron por casi todo el continente. Hacer La Revolucin era el objetivo primordial, y la panacea para todos los males sociales, y la lucha armada era el mtodo de moda para lograrlo. El cortoplacismo estaba a la orden del da, muchos queran imitar a Fidel Castro o al Che Guevara o a Camilo Cienfuegos o a Marulanda, y tener la propia Sierra Maestra o la propia selva colombiana en el propio suelo. Ese era el contexto. Esa era la idea. En pocos aos las acciones armadas sacudieron Amrica Latina, despertando lo ms terrible de las sociedades de la poca, y la repuesta oficial en muchos casos fue la tortura, las desapariciones, los escuadrones de la muerte, y las dictaduras militares de derecha.11 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 12. Algunos de estos movimientos guerrilleros actuaron contra dictaduras oprobiosas y criminales (comunes para la poca en Amrica Latina), como forma totalmente lcita de rebelda. Pero otros grupos armados lo hicieron contra sociedades democrticas, desestabilizndolas tan profundamente que ellas terminaron cediendo ante golpes militares de derecha. Es ms, la desestabilizacin se transform en un objetivo para lograr las condiciones objetivas y subjetivas para La Revolucin. Era la teora del cuanto peor mejor. Agudizar las contradicciones era el lema prevalerte, que llev a sociedades bastante equilibradas y ordenadas al desastre. Entonces, una dictadura o una invasin gringa era deseable para transformar la lucha en una guerra de liberacin como la argelina o la cubana, que hiciera despertar al pueblo adormecido. No estoy afirmando que esas sociedades democrticas que se vieron enfrentadas al fenmeno de la lucha armada fueran perfectas ni mucho menos, pues la pobreza y la inequidad han sido caractersticas en una mayora de pases. Pero bueno, esas sociedades al menos contaban con gobiernos elegidos por el pueblo bajo normas relativamente justas, estructuras democrticas institucionales bastante slidas y funcionales, independencia de poderes, y una larga tradicin de libertad, como era el caso de Uruguay. Qu aport a esos pases el intento de imponer La Revolucin? Nada positivo, slo desasosiego, violencia, dogmatismo, presos, vctimas, y rencores. Era ms fcil y atractivo (al principio) tomar un arma y arriesgar la vida, que dedicar esa misma vida a un trabajo poltico-social transformador. La lucha armada y las consignas huecas son ms romnticas y adrenalnicas que la accin poltico-social ordenada y creadora, aunque en el fondo su sustento histrico y filosfico sea infinitamente pobre, o se sustituya por un dogmatismo maniqueo y simpln. En fin, hubo mucha entrega, mucho sacrificio, mucho herosmo, e incluso mucho amor y romanticismo, pero en su nombre se cometieron todo tipo de disparates, y al final fuimos derrotados, encarcelados, desaparecidos, torturados, asesinados, exiliados, desplazados, confinados. Una generacin de gente valiosa en una buena proporcin con la vida destrozada, y antiguas democracias imperfectas pagando el precio de las dictaduras. (4) LOS REVOLUCIONARIOS Para quienes tuvimos la suerte de sobrevivir el tiempo pas, y con la madurez nos enteramos (o por fin quisimos enterarnos y abrir los ojos) de los horrores del Stalinismo, de las incongruencias de la Revolucin Cultural China, de la cada del Muro de Berln, y por su parte la Revolucin Cubana se transform de panacea en12 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 13. pequea dictadura fascistoide. Y el herosmo y romanticismo sandinista deriv en otra excluyente administracin de cpula que posteriormente fue derrotada. Paralelamente fuimos testigos de los horrores del Kmer Rojo de Camboya, intentando con su genocidio recomenzar la historia desde cero, y tambin tomamos conciencia del delirio de Sendero Luminoso, con su amputador maosmo trasnochado, de la transformacin de las FARC colombiana en narco-guerrila, de los problemas de frica debatindose entre enfrentamientos tribales, golpes, y revoluciones; y mucho nos sorprendimos con el xito de la conciliacin moderada de Mandela en Sudfrica. Todos fuimos envejeciendo, tuvimos hijos, trabajamos, produjimos bienes y dirigimos emprendimientos, experimentamos la infinita diversidad de experiencias que da la vida, acertamos y erramos, y algunos maduramos polticamente convencindonos de que no hay verdades absolutas, modificando nuestra forma de pensar y de ver el mundo, sacudiendo los esquemas y el maniquesmo violento. La religin marxista leninista infiltr todos nuestros pensamientos y actos por ms de veinte aos, en muchos sustituyendo nuestro raciocinio por la fe y la seguridad en los aciertos del dogma. En lo personal ese parto fue largo y difcil, ya que significa el cuestionamiento de una anterior forma de vivir y de sentir, y la sustitucin de una concepcin emotiva y parcializada de la poltica y de la historia, por una concepcin mucho ms racional y mucho ms equilibrada y coherente. El resultado final concluyente fue declararme librepensador, un trmino que si bien decimonnico, ilustra mi nueva forma de pensar y actuar en libertad, segn criterios personales estructurados en torno a mi experiencia. En todo caso, orientados segn mi parecer y sin mirar a los lados. Pero lamentablemente para todos, muchos siguen pensando igual que antes, como si el tiempo y la historia no hubiesen transcurrido, aferrados a su forma de ver el mundo, a lo que yo llamo la propia cosmogona revolucionaria. Una cosmogona construida a travs de los aos con hilos invisibles compartidos que les relacionan con el pasado, con el recuerdo de lo que fue, con el rencor, con la crcel y la tortura, con el herosmo de algunos y con los compaeros muertos, con las canciones de protesta, con la romntica Revolucin Cubana de los inicios, con la sonrisa el Ch Guevara muerto mirando al infinito, con las ideas de los aos sesenta y setenta. Pero por sobre todo con conceptos absolutos incuestionables basados en presupuestos, con dudas imposibles, con razonamientos estticos no sujetos a crtica, y con afirmaciones inamovibles e incuestionables. Es el pensamiento quieto y la fidelidad a las ideas, la base de los conceptos ms reaccionarios de la llamada izquierda poltica. Hay que ser fiel a las ideas de la juventud para toda la vida, como si el cerebro no se nutriese de la experiencia personal, del aprendizaje, de los cambios en la historia, de la ciencia, de la tecnologa, de la innovacin, y del pensamiento creativo. Y tambin de la propia madurez. 13 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 14. Creo que si hay algo que debemos mantener es la fidelidad a los principios, a la honestidad, al afn de justicia y libertad, a la bsqueda de la paz y de la equidad entre los seres humanos, a la construccin de una sociedad y un mundo mucho mejores. Ya no creo en revoluciones, y menos en lo que antes he llamado La Revolucin, y asumo (oh pecado!) que soy profundamente reformista y evolucionista. Creo que las sociedades poseen mecanismos naturales para superarse a s mismas mediante la evolucin de sus estructuras. Me parece terrible someterlas a la arbitrariedad, a la violencia y los traumas, a una loca aventura revolucionaria, en teora buscando un bienestar que perfectamente se puede lograr por mtodos pacficos e inteligentes, aunque tal vez ellos puedan dar resultados ms lentos de lo que desearamos. La Revolucin Francesa, si bien quebr la sociedad monrquica y declar los Derechos del Hombre y el Ciudadano, termin tragndose en el terror a sus propios mentores, y deriv en el Imperio de Napolen y su delirio militarista. La Revolucin Rusa, despus de setenta aos de represin, oscurantismo, ineficacia, y genocidio, se desmoron como un castillo de arena, y la URSS, atomizada y empobrecida, deriv en las terribles guerras locales de las que fuimos y somos testigos, as como en el Putinismo. China tuvo que pasar por los horrores y las humillaciones de la Revolucin Cultural, para transformarse al fin en un hbrido perverso donde conviven lo peor del autoritarismo con el capitalismo ms salvaje. La Revolucin Cubana, despus de encarnar la esperanza latinoamericana, se ha transformado en una pobre dictadura unipersonal que, escudada detrs de Patria o Muerte venceremos y detrs de su antiimperialismo eterno a flor de piel, no ha logrado despus de cincuenta aos, cubrir las necesidades elementales de vivienda y alimentacin de su pueblo, sometindolo al poder absoluto y discrecional de una administracin de cpula. La Revolucin Sandinista, despus de una lucha pica, fracas con un Gobierno excluyente la primera vez, y ahora, aliada con la derecha rancia, intenta sobrevivir con las ddivas de los petrodlares que Chvez le escamotea a su propio pueblo. En fin Dnde estn las experiencias positivas e innovadoras de La Revolucin? Cul es la sociedad modelo que se ha obtenido a travs de la lucha armada revolucionaria? En qu experiencia de eficacia, equidad, libertad, justicia, y real progreso revolucionario, podramos inspirarnos? Obviamente en ninguna, pues todas las experiencias surgidas de revoluciones han fracasado. Pero sin embargo, se mantiene la ilusin de la izquierda ms terca, de construir el Socialismo del siglo XXI sobre bases irreales, sobres bases ahistoricas. El asunto es mantener la cosmogona revolucionaria por encima de la realidad y la sensatez, mantener vivo el lenguaje revolucionario, y sobre todo su vocabulario. Construir una revolucin verbal y romntica, por encima del fracaso de las revoluciones reales. 14 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 15. La Revolucin, en lugar de herramienta para el cambio, se ha transformado en un objetivo en s misma, an por encima de los intereses del pueblo. Ser revolucionario es algo para toda la vida, no importan los fracasos, no importan las derrotas, no importa la experiencia que nos indique que ese no es el camino, y que debemos buscar otra alternativa. Ser revolucionario es un sentimiento por encima de la racionalidad. Y los que no son revolucionarios o discrepan, son objeto del ms puro desprecio, descalificados y odiados, y tildados de reaccionarios. Mi madre, Blanca Traversoni, profesora de historia y de arte, respondi as a una pregunta ma que le formul en el ao 1966: Si quieres trabaja con los comunistas, pero nunca te afilies al partido, porque si no, cuando te vayas, van a decir que eres de la CIA. En ese entonces tena diecisis aos. Cuando ese sentimiento descalificador llega a las cpulas, se traduce en una actitud de Ejrcito de Ocupacin. El YO revolucionario es dueo de la verdad adems de la justicia y de la historia (aunque en realidad los sucesos reales demuestren lo contrario). El Yo revolucionario quiere el bien de los dems, la justicia y la igualdad, y la nica forma de lograrlo es mediante La Revolucin. La conclusin es excluyente de otras posibilidades. Quien no piense as ser declarado fascista o facho, golpista, agente norteamericano, Pitiyanki, reaccionario, oligarca, traidor a la patria, amn de los trminos peyorativos que sobre la marcha se le vayan ocurriendo al mximo y nico lder que siempre florece en estos procesos. De hecho, en Venezuela, aparentemente cinco millones de electores son oligarcas y traidores. Otra caracterstica de La Revolucin es que realmente se toma su tiempo. El tiempo revolucionario para llegar al Nirvana de la perfeccin social, obviamente es muy elstico. Mao deca que nadie conocera al verdadero comunismo hasta dentro de cinco mil aos. Chvez habla ahora de veinte, treinta, cuarenta, doscientos aos, segn su humor. Fidel se ha perpetuado cincuenta aos, montado sobre promesas y consignas, y corriendo la arruga de objetivos no logrados hacia un futuro incierto que algn da llegar. Las carencias materiales, el hasto existencial, y la ausencia de libertad, no importan mucho pues cuando La Revolucin se instala, el pueblo debe aprender a esperar hasta la eternidad. (5) TOMA Y CONSOLIDACIN DEL PODER Como lo decamos anteriormente, la izquierda revolucionaria latinoamericana intent repetidamente el asalto al poder mediante la lucha armada durante los aos sesenta y setenta. Fueron ms los fracasos que los xitos, y sin duda muy alto el costo en sufrimientos y en vidas. Pero esto provoc una revisin metodolgica. El asunto planteado era cmo poder acceder al poder sin necesariamente enfrentar a las FFAA. Por supuesto que entonces el mtodo electoral no figuraba en sus planes, ya que esta metodologa siempre fue catalogada de reformista, y por lo tanto intransitable. 15 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 16. La Revolucin siempre consider a los ejrcitos tradicionales como clasistas y defensores de la burguesa, prcticamente como el brazo armado de la oligarqua, y en algunas circunstancias esa afirmacin se basaba en hechos reales. Con notoriedad existan, de hecho, regmenes autoritarios con fachada democrtica, sostenidos por una oligarqua primitiva y voraz. Pero en forma simplista La Revolucin hizo extensiva esta idea a todo ejrcito perteneciente a democracias consolidadas, y catalogadas con bastante desprecio de democracias burguesas. As que la forma ms sencilla de doblegar esos ejrcitos sera infiltrndolos, ideologizando hacia la izquierda al menos a algunos de sus componentes. El Per de Velazco Alvarado fue un intento. Y ahora le ha tocado el turno a Venezuela. As surge en los aos ochenta un pequeo grupo de oficiales de rango medio, revolucionarios, y organizados en torno a una ideologa confusa y primitiva denominada Bolivariana, una especie de Cambalache en la que se mezclan influencias tan dispares como la de un marxismo elemental, el pensamiento de Douglas Bravo, la Bandera Roja, y tambin las ideas del argentino antisemita Humberto Ceresole muy amigo de los fascistas Carapintadas. Y obviamente tampoco podan faltar all los pensamientos de un Simn Bolvar acartonado y apartado de su contexto histrico. Este movimiento fue, desde un principio, conspirativo y golpista, y se planteaba el asalto al poder mediante un Golpe de Estado en un pas con una democracia consolidada durante cincuenta aos. Nadie que haya vivido en Venezuela durante los ltimos treinta aos puede dudar de los defectos de la democracia petrolera de entonces: pobreza, inequidad, corrupcin, y por cierto tambin descomposicin e ineficiencia de los partidos polticos tradicionales. Pero la estructura democrtica en lo bsico funcionaba, con independencia de poderes, alternabilidad de gobiernos, convivencia nacional, y se avanzaba por encima de los errores hacia la descentralizacin y la modernizacin. Venezuela era un pas complicado y lleno de problemas, pero de cara al futuro. Sobre el diagnstico de su enfermedad, todos estbamos ms o menos de acuerdo, las discrepancias llegaran con las medicinas y el tratamiento que deban ser aplicados. El Movimiento Bolivariano dio dos Golpes de Estado sangrientos y en ambos fracas. No olvidemos, ese fue el inicio. Esas derrotas desmoronaron el glorioso movimiento que salvara al pas de las garras de la corrupcin. Pero dej la semilla meditica de un teniente coronel de paracaidistas que por televisin despreocupadamente afirm: Por ahora no hemos podido obtener el poder. Despus del primer golpe, Hugo Chvez es detenido y pasa dos aos en prisin, de donde sale indultado por el Presidente Caldera.16 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 17. Una vez en la calle, se dedica a recorrer el pas anunciando nuevos alzamientos militares, y declarndose partidario de la abstencin electoral, ya que, sostiene, las elecciones son un fraude del sistema. Influido por polticos sagaces que se unen a su movimiento, adopta el segundo giro estratgico importante que lo pondr en el ascenso al Poder, presentndose a elecciones. Va montado sobre la ola golpista, su aura romntica de militar rebelde, con una boina roja, y su anterior afirmacin por ahora. Plante desde el principio una campaa dual, violenta y descalificadora, cuando por un lado prometa frer en aceite las cabezas de los polticos, y a la vez conciliadora y paternalmente, cuando por otro lado prometa justicia e inclusin. Cabalgaba sobre el concepto de la antipoltica y el antipartidismo, sembrados durante aos por algunos sectores pluri-ideolgicos en el pas. Sorprenda ver lo fcil que calaba en diferentes estratos sociales, y entonces fue apoyado por la Iglesia, por sectores de la burguesa, por importantes medios de comunicacin, y comenz a hipnotizar a las clases ms desposedas, vidas de un militar macho y autoritario, que pusiera orden en esta vaina. Fue la misma democracia burguesa que hoy da l ataca, quien, tras ganar las elecciones, le entreg el poder con total transparencia y sin abusos. El primer objetivo revolucionario, la toma del poder, haba sido logrado por una va inesperada. Para el revolucionario, el Estado Democrtico moderno as como la Democracia Representativa son los enemigos, y como expresin poltica del capitalismo deben ser radicalmente destruidos. La otra etapa de La Revolucin, consolidacin del poder, implica copar todos los espacios democrticos y alterar su estructura y funcionamiento, para as, sobre los restos, construir una nueva y mejor sociedad, casi perfecta, remozada, renovada, ideal, la Sociedad Socialista. La Revolucin parasita la estructura social nutrindose de ella, para por fin destruirla. Profundizar La Revolucin, radicalizar el proceso, significan lisa y llanamente apurar la destruccin de la sociedad capitalista y democrtica, para implantar lo antes posible el orden socialista. Por supuesto que la palabra socialismo utilizada por el Chavismo, nada tiene que ver con el verdadero socialismo democrtico aplicado con xito y con enorme eficacia en algunos pases. Tomemos como ejemplo a los Pases Escandinavos, que en sesenta aos, desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy da, con toda evidencia se han puesto a la cabeza de Europa, con un sistema capitalista mesurado, una democracia estricta, una justicia social profunda, un fuerte espritu de trabajo, una fuerte apuesta a la educacin, y una enorme eficiencia producto de la continuidad de objetivos planteados estratgicamente por sucesivos gobiernos socialdemcratas. 17 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 18. No es esa una sociedad deseable? No es el bienestar del ser humano lo que buscbamos quienes alguna vez luchamos sinceramente en las filas de La Revolucin? Inclusin social y poltica, justicia, alimentacin, vivienda, educacin, seguridad, ocio creativo, felicidad Acaso esos no fueron siempre nuestros principales objetivos? No es por ello que debemos seguir luchando y luchando? Pero se necesita un proceso revolucionario para eso? Lamentablemente para nosotros la respuesta del revolucionario convencido es un muy fuerte y convencido SI, l siempre necesitar hacer La Revolucin, porque ha asumido esa accin como el significado profundo de su vida. l vive por y para un mito, el mito del nico proceso que crear un hombre nuevo sobre el cadver del hombre viejo, y la sociedad nueva y perfecta sobre el cadver de la sociedad vieja e injusta. No importa el tiempo que eso lleve, no importa la angustia ni el sufrimiento de un pas entero, no importan, en definitiva, los intereses del pueblo, porque por encima del propio pueblo est La Revolucin. No importa ni siquiera la experiencia histrica plagada de fracasos, y tampoco importa que Cuba, nuestra experiencia ms cercana, se haya transformado en una caricatura trgica de s misma, con un pueblo cansado, sentado en los bordes de la acera, mirando pasar la historia, o esperando, cuando ms, que mueran los lderes para entonces s empezar de nuevo. En su afn de romper con la relacin de explotacin entre la burguesa y el proletariado, el revolucionario crear una nueva sociedad donde la casta en el poder se aduear de todo, hasta de la vida del ciudadano. Dentro de La Revolucin todo, fuera de La Revolucin nada. Estamos pues en Venezuela, en la segunda etapa de La Revolucin. Recordemos que Lenin hablaba de la Dictadura del Proletariado como etapa de dominio sobre los poderes burgueses y en el perodo de transicin hacia el Socialismo. En teora, en esta etapa debe mandar El Pueblo, quien se transforma en dictador. Ahora bien, nuestra experiencia venezolana nos indica que El Pueblo es otra abstraccin, ya que proletario que est contra el Gobierno es contrarrevolucionario y nefasto, y por su parte burgus que se pliega al proceso pasa a ser bendecido como aliado y empresario de La Revolucin. En definitiva, podemos afirmar que en Venezuela para ser considerado Pueblo hay que apoyar a Chvez: Pueblo es todo aqul que est conmigo, y lo dems es mierda. As que esta etapa, como dijimos anteriormente, no debe tener lmite de tiempo. Tampoco su lder debe estar constreido por fastidiosos perodos presidenciales, pues el objetivo es mantenerse eternamente en el poder, como nica garanta de que La Revolucin pueda llegar a feliz trmino. En ese camino, el Presidente acaba de triunfar, con todo el abuso de poder imaginable, en un Referndum para una reforma constitucional, que pretende terminar con la propia alternabilidad,18 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 19. perpetuando el estatus quo hasta que sea necesario, como el propio Hugo Chvez dice. La Revolucin debe tener un control absoluto sobre el Estado, y a eso metdicamente se ha abocado desde sus inicios. El Poder Electoral est integrado por cuatro miembros oficialistas y uno de oposicin, e increblemente, en la propia juramentacin de los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, stos gritaron de pie: Uh, Ah, Chvez no se va. El Defensor del Pueblo, El Fiscal General de la Repblica, y el Contralor General, son todos ellos obsecuentes militantes oficialistas. La Asamblea Nacional tiene aplastante mayora del Gobierno por errores abstencionistas de la oposicin. Todos los Poderes que en una democracia real deben ser independientes, son aqu genuflexos al Ejecutivo, y todo el Ejecutivo se mantiene a la espera de las rdenes del Presidente, y se expresa a travs de una terminologa agresiva bien orquestada. La autocracia es absoluta: La Patria soy Yo. Se obliga a todos los empleados pblicos o contratados por el Estado a vestirse de rojo, utilizando franelas y gorras con consignas revolucionarias, y todos deben asistir a cada uno de los actos de calle que sean oficiales, a donde se les traslada en autobuses desde todo el pas, y se les pasa lista bajo amenaza de despido. Igual amenaza se utiliza para los miembros de las Misiones Populares y sus familias, que reciben becas de diferente ndole. Se juega con el secreto al voto dejando colar que el Gobierno puede enterarse por quien vot cada ciudadano, y tomar las medidas del caso. En cada acto electoral se cubren de propaganda oficialista todas las dependencias del Estado, tanto civiles como militares, y se utilizan todos los vehculos oficiales para el traslado de militantes y para hacer propaganda. Se utiliza la Lista de Tascn (Diputado oficialista que se encarg de la tarea), para privar de todo beneficio y trabajo con el Estado a cualquier ciudadano que, en ejercicio de sus derechos democrticos, haya firmado el Referndum o cualquier otro documento en contra de La Revolucin o de El Supremo, utilizando para obtener esos datos los listados oficiales del Consejo Nacional Electoral. Se prohbe a cualquier empresa relacionada con el Estado de una u otra forma, a contratar a alguno de los veinte mil empleados de la petrolera PDVSA despedidos durante el paro nacional. Se obliga a los militares a gritar como saludo Patria y Socialismo, o Muerte, y se utiliza al Ejrcito y la Guardia Nacional para agredir a los manifestantes de oposicin, defender a los oficialistas, y hacerse la vista gorda ante cualquier agresin a los demcratas. El mismo criterio ideologizante y parcializado quiere utilizarse en la educacin, cosa que an La Revolucin no ha logrado plenamente.19 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi Elissalde Digimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 20. La venezolana es la nica Revolucin que pierde repetidamente las elecciones en todas las universidades nacionales, tanto privadas como pblicas, as que se trata de una Revolucin sin estudiantes, los cuales se han transformado en una de las principales fuerzas de oposicin al abuso y la exclusin. El Gobierno trata de resolver el problema inventando nuevas Universidades paralelas como La Bolivariana, donde con nfasis se catequiza a los estudiantes en el dogma revolucionario.La creacin de estructuras paralelas a las del Estado en aquellos puntos donde le convenga al Gobierno, es otra caracterstica de este rgimen mientras se afianzan en el poder. En paralelo a las Fuerzas Armadas se ha creado La Milicia Popular, como un brazo armado a la orden del Presidente, quien desconfa de todos y de todo. Se promueven sindicatos paralelos oficialistas, as como organizaciones paralelas de profesionales, de la clase media positiva, de industriales, de comerciantes, etctera. En todas las reas donde el Gobierno no logra triunfar democrticamente, paga para crear una estructura paralela que se le opone. El colmo del absurdo, es que existe en Venezuela una guerrilla oficialista fuera de control del Gobierno, el Frente Bolivariano de Liberacin, que acta y secuestra impunemente en el interior del pas, sin que nadie la reprima. Tambin se utilizan grupos de choque urbanos armados y apoyados a cara descubierta por dirigentes del chavismo, que hipcritamente tambin se mantienen fuera de control, pues se le escapan de las manos al Gobierno. Esta modalidad de aparatos represivos paralelos a los estatales es muy til a la hora de deslindarse hipcritamente de sus acciones, y muy prctica a la hora de reprimir sin responsabilidad gubernamental. Ellos atacan a periodistas en la calle, o realizan atentados a personas y grupos polticos declarados objetivos militares, y expresan en los medios que hay que matar al enemigo. Ellos utilizan bombas lacrimgenas y armas del parque estatal. Y cuando conviene electoralmente, el mandams arregla para poner presos a los revoltosos frente a la televisin, y nada ms sucede, y no se habla ms del asunto. Esos grupos han ocasionado decenas de muertos, han sido filmados y fotografiados disparando con pistolas y revlveres a personas desarmadas, y estn plenamente identificados, e inslitamente an estn libres. Y aquellos que son detenidos salen en libertad de inmediato por rdenes de arriba, y para colmo, y para ignominia, algunos han sido condecorados como Defensores de La Revolucin en actos pblicos. Mientras tanto, los opositores presos languidecen en las crceles durante aos, sin pruebas y sin juicio, por artimaas leguleyas que postergan sus audiencias hasta el20 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 21. infinito, como en el cuento del gallo peln, y cuando se les juzga, se les descarga todo el peso de la venganza ideolgica, como para que los dems se vean en ese espejo. Paralelamente, un descuido total hacia la seguridad del ciudadano ha provocado el desborde absoluto del hampa que ya ha cobrado ms de cien mil muertos (s, cien mil muertos), en lo que va de este Gobierno. Pero no importa, esos son resabios de la sociedad burguesa con los que hay que cargar, como rmoras adheridas al casco, hasta que algn da por fin podamos extirparlos, y por ahora, al que no le guste, que se vaya del pas. El Presidente carga con una extraa mezcla de poder absoluto y sentimiento de indefensin. Esto ltimo es lo que yo llamo el sndrome de minora o de oposicin, tan anclado en la psiquis de la izquierda que se mantiene an en el poder y les hace hablar permanentemente de magnicidio, de complot, de Golpe de Estado, de emboscadas, protegindose perpetuamente detrs de anillos de seguridad cubanos y tambin detrs de carros blindados, mientras que son los suyos quienes atacan de manera impune y salvaje a todo disidente. Hugo Chvez utiliza las cadenas presidenciales y todos los actos oficiales para la propaganda poltica. El Poder Electoral mira para otro lado mientras se abusa inmisericordemente del espectador o del oyente durante horas y horas. Todos los canales de TV y emisoras de radio (oficiales y comunitarias), que en su mayora son de orientacin oficialista, funcionan con el nico y excluyente objetivo de hacer propaganda a favor de La Revolucin. No hay medida, no hay balance. Y para colmo de hipocresa en este surrealismo obsceno, el Gobierno afirma que hay desbalance propagandstico a favor de la oposicin! Ya se ha cerrado al canal de TV ms antiguo del pas, y ahora se busca la forma de cerrar el nico canal informativo realmente crtico al Gobierno, aunque plural en su cobertura. Dentro de este contexto de control total y de arbitrariedad, La Revolucin plantea una Democracia Referendaria a la que pueda manejar a su antojo, en una desmesura de la cual parece que muchos extranjeros ni se enteran. Vamos de eleccin en eleccin, y no hay tiempo para gobernar, pues la atencin de los problemas reales y cotidianos del pueblo vendr mucho ms adelante, cuando se construya la sociedad justa y socialista, y cuando el poder se encuentre afianzado. Se crean los Consejos Comunales en sustitucin obligada de las Asociaciones de Vecinos que funcionaban en gobiernos anteriores, y como polea de transmisin entre el pueblo y las autoridades cercanas, para la mejor resolucin de los problemas cotidianos. Pero a este mecanismo se le da de inmediato contenido ideolgico, pretendiendo que funcionen como engranajes de La Revolucin, mediante la presin econmica y la aprobacin o desaprobacin de proyectos tales como asfaltado, o construccin de cloacas, etctera. Se pretende, en teora, crear una Democracia Participativa y Protagnica, pero el ciudadano puede participar y ser protagonista mientras est de acuerdo con el proceso, y en realidad el asunto termina entonces resumindose polticamente en que el supremo lder le participa al ciudadano lo 21 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 22. que debe hacer, y los consejos comunales terminan siendo arrastrados a los actos oficiales como se hace con los empleados pblicos. En paralelo se da a la gente caramelitos circunstanciales, a travs de planes de nombres rimbombantes y corto alcance, misiones educativas tipo comida rpida, y regalos, muchos regalos, para que todos se mantengan pasivos a la espera de la felicidad por venir, esperanzados y sumisos. Para el chavismo no hay matices entre quienes se oponen a su proyecto, pues todos los opositores son fascistas, golpistas, y pitiyanquis, desde la extrema derecha y la centroderecha, hasta la centroizquierda y la izquierda radical ubicadas fuera del proceso. Corresponde destacar que toda la izquierda histrica de Venezuela est en la oposicin a este Gobierno, salvo el minsculo Partido Comunista que tom aires nuevos en la alianza con Chvez, y que hoy se humilla para mantener su identidad. La Revolucin ataca y descalifica a todos los opositores por igual. Cualquier disidente que surja dentro del Gobierno, es inmediatamente expulsado y pasado a las listas del enemigo. La descalificacin automtica del oponente, por cierto ayuda a que no se piense, evita el anlisis y el cuestionamiento, y as el descalificador queda en paz. No hay discusin, no hay anlisis poltico en las filas de La Revolucin, slo la espera eterna y sumisa, a las rdenes y a los caprichos del autcrata. La Revolucin no tiene ni bolas ni ovarios ante el lder, pues es eunuca, y por lo tanto se transforma en unipersonal, y todo el mundo es prescindible salvo El Supremo. Se establece una relacin religiosa entre el Predicador y sus fieles, entre el Rey y sus sbditos. No hay racionalidad, ni verdad, ni evidencia que importe, cuando el amor al lder domina, y cuando ste sabe manipular ese sentimiento. La sociedad venezolana se ha dividido verticalmente en dos mitades irreconciliables, provocado por el fenmeno no visto antes del chavismo, y durante lo que debera ser la etapa madura de la democracia. El mismo Presidente afirmaba hace pocos das despus del referndum del 15 febrero 2009, y ante las sugerencias de dilogo de algunos de sus partidarios, que no tender puentes con la oligarqua, y al enemigo no le daremos ni siquiera cacao. Desgraciadamente esa es la mentalidad. Las victorias electorales de la oposicin, lejos de aceptarse como parte de un juego democrtico vlido, son vistas como amenazas al desarrollo de La Revolucin, ya que significan un retroceso en la etapa de consolidacin del poder. As de simple se razona. Por lo tanto no debe sorprendernos, que no sean respetadas y que se aprueben por ley, a travs de una Asamblea Nacional obsecuente, asuntos antes rechazados por el pueblo en Referndum, como por ejemplo la reeleccin indefinida. Tambin es normal y aceptable para un revolucionario, que a los nuevos 22 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 23. Gobernadores de Estado y a los nuevos Alcaldes que ganaron limpiamente elecciones an en contra del abuso ms desmedido del Estado, se les vacen las arcas antes de que asuman su cargo, quitndole tambin competencia en canchas deportivas, hospitales, maquinaria de asfaltado, etctera, y tambin desarmando a la polica y llevndose las patrullas a otra parte, as como las ambulancias y los camiones, etctera. Los revolucionarios disfrutan y se llenan de gozo, cuando el Presidente, con su gracia habitual y su pintoresca forma de hablar, se expresa diciendo: All les queda su carapacho, y vamos a ver como hacen para gobernar. Esta forma mediocre y chabacana de llevar adelante un pas, llega al ridculo cuando el propio Gobierno entorpece los planes de mejora en el flujo del trnsito si esas acciones son planificadas por esos Gobernadores o Alcaldes de oposicin, ubicando en las autopistas camiones que simulan estar averiados, o apresurndose a lavar y pintar las paredes de un tnel abandonado por aos, cuando la autoridad del otro bando anuncia que lo har. Ms difcil que enfrentar una dictadura donde las cosas se llaman por su nombre, es enfrentar esta especie de democracia malandreada, hipcrita y abusiva, que utiliza la mentira y las apariencias formales como principales armas polticas, caminando en el filo de la navaja en su imagen exportada, y actuando como un ejrcito de ocupacin pero hacia adentro de fronteras. Como un pueblo del lejano oeste de pelcula de Hollywood, La Revolucin venezolana es una fachada de cartn sostenida por detrs por palitos. Y para que se lo crean los ingenuos y los indiferentes (que an quedan muchos), quienes por comodidad o conveniencia filtran en su cerebro cualquier duda que los perturbe, y se aferran a vocablos y etiquetas polticamente correctos, como por ejemplo antiimperialismo, antiglobalizacin, neoliberalismo, capitalismo salvaje, y otras expresiones de similar estirpe que en la mayora de los casos no tienen una definicin muy precisa. Muchos disculpan (y es una forma neo-colonial de razonamiento) los excesos del chavismo o de algn otro proceso revolucionario, atribuyendo el origen de los desvos a un problema cultural, o como una caracterstica propia de la idiosincrasia tropical, del nuevo Buen Salvaje, pero claro, en las propias democracias imperfectas no soportaran ni la centsima parte de los abusos cotidianos a que nos vemos sometidos los venezolanos da a da en esta revolucin bonita y caribea. Las autocracias y las dictaduras pueden ser justificadas, por algunos, desde lejos, pero el asunto es soportarlas en su propia tierra. Y hoy da podra agregar que las revoluciones son atractivas desde afuera, pero que es casi imposible soportarlas desde adentro, salvo que se baje la cabeza y con fuerza se apoye el proceso sin expresar ninguna crtica. La Revolucin venezolana hizo suya, en sus inicios, la bandera del antipartidismo y la antipoltica. Luego rpidamente se declar enemiga del bipartidismo que alternaba sus gobiernos, y ahora se ha transformado en la defensora del monopartidismo fundando en el Partido Socialista Unido de Venezuela, que monopoliza la militancia revolucionaria, obligando a los partidos de la alianza a23 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 24. desaparecer o extinguirse, para que as sus miembros se integren al partido nico, pues al que no se una al PSUV lo aniquilar polticamente, espet el Lder. Monopartido y monoliderazgo, son la cspide de la estructura poltica de la democracia participativa en este proceso venezolano, donde adems el Estado y el Partido son la misma cosa. (6) EL FASCISMO DE IZQUIERDA Todos estos elementos descritos a partir de nuestras experiencias cotidianas bajo la administracin revolucionaria de Hugo Chvez, nos llevan a definirla como un fascismo de izquierda. El fascismo no es propiedad slo de la derecha, tambin lo es de la izquierda revolucionaria, pues el fascismo no es realmente una ideologa, es una forma de ver el mundo y de gobernar, creando su propia mitologa, su propia cosmogona, su propio lenguaje, su propia iconografa. En la historia del arte, el Realismo Socialista ruso y el Realismo Nazi alemn fueron casi idnticos estticamente. Ambos, producto de la concepcin del arte al servicio del Estado y del pueblo, deban ilustrar la historia oficial y representar al hombre nuevo. Hombres nuevos fieles a Stalin y a La Revolucin, o fieles al ideal racial dell Fhrer, los unos con la hoz y el martillo en la mano, y los otros con el guila del Tercer Reich en el hombro. Los artistas de vanguardia, en esa poca tan frtil del arte europeo, obviamente en su mayora debieron emigrar para nutrir otras tierras, y los nazis organizaron una exposicin itinerante que mostraba el arte degenerado cubista, constructivista, o expresionista. La expresin artstica, en los procesos polticos que pretenden cambiar las sociedades de raz, paradjicamente, es la ms conservadora y retardataria de la historia. El fascismo crea su propia pica histrica, modificando a su antojo los hechos cotidianos a fuerza de repetir mentiras, y sacando de contexto a los padres de la patria, para utilizar sus frases y sus pensamientos segn el inters circunstancial. Tambin el fascismo desentierra personajes de la historia, a quienes viste con nuevos ropajes ideolgicos. El fascismo se viste de banderas, las existentes y las nuevas, de smbolos, de marchas militares, de mitinees, de discursos y consignas vacas y efectistas. El fascismo uniforma a los ciudadanos de gris, de rojo, de negro, y les ensea a pensar, hablar, y actuar, a imagen y semejanza del lder. El fascismo se arma hasta los dientes, pero sus lderes tienen miedo hasta de su propia sombra. El fascismo se viste de un herosmo de opereta, amenaza, vocifera, y cuando llega el momento, aniquila. El fascismo es mesinico, establece un vnculo religioso entre las masas y el lder, no acepta disidencias ni cuestionamientos, y utiliza la obediencia militar como relacin vertical de los jefes con el pueblo. 24 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 25. En nombre de los desposedos, de la humanidad, y de la Patria, el fascismo y su dogmatismo llevan a los hombres a odiarse y a matarse. Y el fascista de La Revolucin descalifica a los demcratas llamndolos fascistas. En el terreno social y econmico, si bien la administracin revolucionaria venezolana puso sobre la mesa el tema de la pobreza y le otorg consciencia de s mismo al pobre, ha pasado diez aos improvisando medidas de emergencia en correlacin con sus intereses electorales, sin modificar las estructuras y las problemticas de fondo. Ya, que como vimos, el objetivo principal es la perpetuacin de La Revolucin y de su lder (que para el caso son la misma cosa), no se han planificado estratgicamente medidas eficaces para extirpar la pobreza y la exclusin, sino que se han implantado medidas efectistas segn necesidades coyunturales. Las Misiones, nombre que engloba todo aquel plan que se le ocurra al Presidente, nacieron en un momento de baja popularidad, por consejo del Gobierno de Cuba para enfrentar el Referndum Revocatorio, y se han basado en la ddiva por medio de todo tipo de becas anrquicamente repartidas, as como en el ofrecimiento de la posibilidad de transformarse en un profesional o un tcnico, condensando estudios de psima calidad en un mnimo de aos. El sistema nacional de salud ha sido abandonado, los hospitales carecen de los mnimos insumos, y los mdicos residentes cobran salarios de hambre. All son los pacientes que deben pagar sus propias medicinas y tratamientos. La Revolucin cre un aparato paralelo de salud basado en primer trmino en la Misin Barrio Adentro, estructurada (de forma similar a gobiernos anteriores) en mdulos de atencin primaria dentro de las barriadas populares, pero en lugar de contratar personal mdico nacional, se importaron, mediante acuerdo bilateral, mdicos cubanos de baja calificacin, que se intercambiaron por petrleo. Y de paso, esos mdicos ayudan en el trabajo ideolgico. Este enfoque, que medianamente funcion en algunos aspectos, hoy da ha sido prcticamente abandonado. Cierto, ahora se han creado Centros de Diagnstico Integral, mejor dotados pero insuficientes, mientras que todas las dependencias del Estado contratan los seguros de salud para sus empleados en las clnicas privadas, las que no dan abasto ya que el Sistema Nacional de Salud, con todos sus hospitales, se encuentra en total abandono. La Revolucin ha construido menos viviendas que cualquiera de los gobiernos democrticos anteriores, y la metodologa de invadir anrquicamente urbanizaciones populares en construccin, desnuda a unos para vestir a otros. Tambin se invaden edificios en reparacin o en venta, los que despus se negocian o se transforman en megaranchos en el propio casco urbano. Por lo tanto la absoluta ineficacia en la construccin de viviendas, se cubre con patente de corso a los invasores. 25 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 26. Lo mismo sucede con las tierras, los grupos de campesinos (o con disfraz de tales) afectos al Gobierno, invaden tierras ociosas rurales y urbanas, y sin ms ni ms all se instalan, sin ningn tipo de planificacin. Pero tambin se invaden tierras productivas que en poco tiempo se transforman en un yermo, o que pronto se expropian y se entregan a personas que de inmediato las venden, o las intercambian en una especie de mercado negro revolucionario basado en la desidia, en la falta de planificacin, en la desesperanza. La reforma agraria se transforma en ocupaciones arbitrarias improvisadas, en saqueos militares retaliativos de haciendas en plena produccin, donde entre los soldados y los invasores se comen hasta la ltima vaquita, y donde se destruyen o se descuidan los cultivos. Hay dos cosas en que el proceso ha sido eficaz, en la reestructuracin del aparato impositivo (ya que le aporta ms dinero para gastar), y en la modernizacin del sistema de cedulacin (ya que le abre la posibilidad de ms votos en los sectores populares, y a la vez le permite manipular su base de datos para asuntos electorales). En Venezuela todo se improvisa, al Presidente se le ocurre que hay que hacer gallineros verticales en las azoteas para cubrir la necesidad de pollos, y al fin el pragmatismo derrochador los termina importando de Brasil. Despus se le ocurre hacer sembrados hidropnicos en los jardines de las plazas y avenidas, ejemplo de tierras ociosas que el pueblo debe aprovechar, y se ve por unos das a algunos ilusos sembrando tomates entre el humo de los autobuses y las motos. Ms tarde se decide que las cooperativas son el futuro de la economa, y se pone a la petrolera PDVSA a sacar toneladas de billetes para financiarlas. Se fundan 250.000 cooperativas y en cosa de pocos meses quiebran 235.000, y el dinero aportado simplemente desaparece. Luego el Presidente descubre que las cooperativas no son viables ya que alientan el afn de lucro y el capitalismo, y se prohbe que se sigan apoyando para crear los grupos de economa endgena. De inmediato se da un golpe de timn, y se crean las comunas. Despus expropia cuanta pequea empresa est a punto de quebrar, para transformarlas en Empresas Socialistas. Inauguradas con bombos y platillos por televisin, posteriormente son olvidadas, y duran ellas lo que canta un gallo. Al contrario que el Rey Midas, La Revolucin transforma en polvo todo lo que toca, pues han quebrado hasta las empresas del aluminio y del hierro, y la petrolera estatal est al borde del colapso por falta de reinversin y de investigacin, y por financiar cuanta locura se le ocurra al Mesas, acumulando as una deuda delirante. La Revolucin confisc mediante artimaas legales el canal de televisin ms antiguo y de mayor audiencia del pas (RCTV), expropiando todos sus equipos a nivel nacional. Se iba a transformar ese canal (que por supuesto tena una posicin crtica 26 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 27. al Gobierno) en un canal de servicio social. Dos aos despus est prcticamente quebrado, pocos lo ven, y trasmite puros enlatados extranjeros de tercera categora. La industria privada agoniza, arrinconada por regulaciones de precios que a veces le obligan a vender sus productos por debajo de los costos de produccin, mientras se importa alegremente la carne, la leche, el pollo, el azcar, y el arroz, en medio de una corrupcin tan feroz, que hace ver como nios de pecho a los corruptos de gobiernos anteriores. Una nueva casta poltica y econmica crece a la sombra de La Revolucin (nada nuevo por cierto), y las Misiones y cuanto nuevo proyecto delirante se inventa, funcionan como cajas negras, sin control administrativo, y segn los criterios individuales de los camaradas a cargo. En toda esta guachafita fenomenal, La Revolucin ha derrochado en diez aos la increble cifra de novecientos mil millones de dlares estadounidenses, sin haber construido ninguna obra de infraestructura importante, abandonando a la buena de Dios la infraestructura nacional preexistente, y comprando con sus generosas ddivas los favores de pases aliados al proyecto revolucionario latinoamericano. En Caracas muere cada fin de semana un promedio de cincuenta personas por violencia callejera, asaltos y robos. El sicariato (inexistente antes) reina en el pas, y las crceles son un infierno dantesco donde los presos se matan con granadas introducidas por la misma Guardia. Cualquier ciudadano, de cualquier nivel social, teme ser vctima de secuestro, ya que hay mercado y secuestradores para todos. En fin, un panorama desolador para un pobre pas petrolero al que lo nico que le va quedando es petrleo, una gran rabia, y un gran hasto. (7) CONCLUSIONES A lo largo de este trabajo hemos categorizado y descrito las fantasas y las realidades especficas de La Revolucin y de los revolucionarios latinoamericanos, y hemos intentado describir el proceso venezolano. Pecando de tocar temticas en las que no soy especialista ni mucho menos, a continuacin me atrevo a aventurar algunas conclusiones generales. Pese al descalabro, la ineficacia, y el despelote trgico del proceso venezolano, podemos afirmar sin duda que estamos ante otro ejemplo de La Revolucin Socialista. En realidad se puede afirmar que ese despelote es una caracterstica inherente a La Revolucin, el cual no le ha permitido en ningn caso histrico del siglo XX pasar de la segunda etapa, o sea de la consolidacin del poder, a la tercera etapa, o sea la construccin de la sociedad casi perfecta que tanto se anhela. Lo nico que ha logrado La Revolucin es desbaratar un sistema de produccin relativamente eficaz para sustituirlo por otro inviable, condenando las sociedades a la miseria y a la desesperanza. Pero La Revolucin sigue insistiendo, ya que cree que por fin inventar el paraguas o el truco salvador, y para ello debemos prepararnos. 27 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi Elissalde Digimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 28. El futuro de nuestra sociedad depender de los factores que se enumeran. (a) De la eficacia o ineficacia con que el Gobierno pueda llevar adelante la sustitucin del aparato productivo capitalista por el aparato productivo estatal y centralizado de tipo socialista. En Venezuela ya se est hablando explcitamente de apropiarse de los medios de produccin. Ciertamente esto a la vez depender de la capacidad productiva que el Gobierno logre mantener an con costos irreales, y de la fuerza y entereza que despliegue durante esa etapa de transicin, sin crear desabastecimiento profundo, y eventualmente recurriendo a las importaciones compensadas con petrleo. Y en el terreno poltico tambin depender del nivel de aceptacin popular que logre mantener durante la crisis que este proceso producir, y de que la crisis no se le vaya de las manos, transformndose en un factor de ira popular. Cierto, el Gobierno intentar mantener su fachada democrtica mientras le sea posible, y obviamente recurrir a la represin cuando lo considere necesario, ya que su tendencia es hacia la radicalizacin. Cambiar de actitud o revisar, segn su lgica, significara pactar con el enemigo o caer en actitudes reformistas, lo que terminara con la verdadera esencia de La Revolucin, o en todo caso la atrasara inevitablemente. Llegado el caso y por razones tcticas, el Gobierno (sobre todo si est con el agua al cuello), decidir tal vez dialogar con unos y otros, para ganar tiempo, para correr la arruga. (b) De la capacidad de respuesta que pueda desarrollar la sociedad democrtica venezolana, ante la crisis y los abusos que seguramente la implantacin de estos planes van a producir. Eso implica, fundamentalmente, la capacidad de crear un frente unido con poltica y candidaturas unitarias que se encuentren por encima de los intereses grupales o personales, y tambin la capacidad de organizarse para todos los eventos electorales, la capacidad de responder en la calle cuando sea necesario, la capacidad de informar convenientemente al mundo, y la capacidad para llevar adelante de una vez por todas un trabajo poltico serio en los sectores populares. Los liderazgos surgirn o se destacarn sobre la marcha. Cualquier intento de dilogo que el Gobierno quisiese llevar a cabo por las razones que fuera, obviamente deben ser aceptados, pues los intransigentes no podemos ser quienes nos oponemos a La Revolucin. Cualquier otra salida que ilusos se puedan plantear, y me refiero a salidas no democrticas, ayudaran a atornillar an ms a La Revolucin. Seguramente el Gobierno desarrollar polticas de provocacin, para inducir as algn error opositor que le permita salirse por la tangente, con medidas dictatoriales ms o menos adornadas como respuesta. De eso ya tenemos experiencia. 28 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi Elissalde Digimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 29. La participacin sigue siendo la mejor arma de la oposicin, y la abstencin el peor enemigo. La Revolucin est apurada, y eso juega contra ella misma. Chvez aceler el Referndum antes de que llegue el impacto de la crisis que los precios petroleros y el proceso de transicin van a producir. Pienso que la incapacidad organizativa y la forma unipersonal de gobernar continuarn atentando contra cualquier medida, y dificultarn o impedirn un desarrollo eficaz de los planes revolucionarios. La transicin obligada hacia otro sistema econmico, aparte de ser un disparate, requiere de una estrategia bien montada y de pasos tcticos bien precisos, cosa que este Gobierno no est en capacidad de desarrollar, para alivio de quienes an conservamos la cordura. Lo antedicho no quiere decir que no se siga intentando un cambio brusco. Recordemos que La Revolucin slo se ve a s misma como futuro, y que la tozudez histrica es una de sus caractersticas. Paralelamente, en el terreno poltico, el chavismo ir desarrollando otros frentes, de manera de obligar a diversificar las respuestas del oponente y como provocacin, sobre todo en temas sensibles como la educacin, los medios de comunicacin, y la propiedad privada. Todas las reformas constitucionales que el pueblo ya neg mediante referndum intentarn ser impuestas por otras vas.La Revolucin buscar nuestro cansancio y nuestra entrega. Menuda tarea nos ha tocado enfrentar. Adems de todo lo expresado, es muy importante mencionar que el Proyecto Bolivariano es un proyecto internacional. Por muy anacrnico que nos parezca el crear muchos Viet Nam, esa sigue siendo la meta de esta revolucin. Solamente que ahora los petrodlares venezolanos nutren a grupos radicales para el ascenso al poder mediante procesos electorales, y hacia una eventual consolidacin definitiva de La Revolucin. El modelo chavista intenta ser exportado, como se export en los aos sesenta la Teora del Foco y la Revolucin Cubana. Para nuestro Presidente es mucho ms importante consolidar regmenes similares al suyo y bajo su influencia en otros pases, que resolverle los problemas a su pueblo, y ello basndose en la premisa de que una Revolucin solitaria no puede triunfar. Esa prioridad se transformar en exigencias que La Revolucin venezolana se ver obligada a cumplir. Queda en manos de los pases latinoamericanos ponerle coto a los intereses neo-imperialistas de La Revolucin venezolana. 29 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi ElissaldeDigimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 30. En fin, podramos seguir, ya que el material que tenemos es mucho, pero no queremos abusar de la buena voluntad del lector. A los amigos en todo el mundo, gracias, reflexionen por s mismos, y no nos dejen solos. Germn Cabrera Traversoni, artista plstico, profesor de arte e-mail: [email protected] 5 de marzo de 2009, revisado junio de 2009 Eplogo Muy bien, si el lector ha sido consecuente, habr ledo los dos escritos de Germn Cabrera Traversoni, as que se habr ido formando una idea sobre lo que pasa en Venezuela, en opinin del citado autor. En lo personal opino que Cabrera Traversoni es honesto en sus comentarios y sus reflexiones, as que inevitablemente hago comparaciones entre el caso Venezuela y el caso Uruguay y el caso de otras estructuras institucionales latinoamericanas. Cierto, muy cierto, los pases son diferentes, las idiosincrasias son diferentes, los lderes son diferentes. De todas formas, bien pueden sealarse ciertas similitudes y ciertos paralelismos. Obviamente tanto Hugo Chvez como Jos Mujica son personajes controvertidos, que generan tanto adhesiones como rechazos, y que naturalmente inducen posiciones muy polarizadas dentro de sus respectivos pases, y eso es malo, y eso es muy malo. Partidarios y opositores de esos dos lderes a todas luces se han radicalizado, y naturalmente se enfrentan con fuerza. Un Presidente debe ser una persona conciliadora, articuladora, tolerante, tranquila, con gran intuicin para la negociacin, y obviamente los dos lderes recin mencionados no tienen estas caractersticas. Por otra parte, leyendo los escritos de Germn Cabrera Traversoni, quien ms quien menos creo debera concluir que ejercer las armas no es un buen mtodo de cambio de una estructura social, porque el sacrificio en vidas, el desorden, y la destruccin, superan en mucho los eventuales beneficios que se podran obtener una vez que se tome el poder y de que la situacin se estabilice. No se puede convencer con amenazas, con ddivas, o incluso provocando temor. Por lo tanto, de plano debera rechazarse cualquier solucin o cualquier movimiento que admita como viable a la lucha armada. Y con desconfianza deberan mirarse a aquellas personas que en algn momento de su vida participaron activamente en alguna lucha armada, como combatientes o desde la propaganda, en su propio pas o en tierras lejanas, especialmente si esas personas no hicieron un buen examen de conciencia, y no repudiaron clara y pblicamente su antigua forma de pensar y de actuar. Y tambin y en el plano poltico, Cabrera Traversoni parece querer sealar su actual postura meditada y madura, en el sentido que es la socialdemocracia de inspiracin30 / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi Elissalde Digimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios 31. europea el sistema poltico que parece adaptarse mejor a las necesidades de este siglo XXI, tanto en lo que se refiere a las necesarias reformas, como en lo que se refiere a las inquietudes sociales, y como en lo relativo a una posicin articuladora, moderada, orientada al dilogo y a la elaboracin de posiciones de consenso. Mucho conviene consolidar lo bueno que se haya podido lograr, mejorarlo an ms en lo que se pueda, y sobre esta base avanzar hacia la modernidad, el progreso, la racionalidad, la equidad de oportunidades. Por lo dems, prefiero que sea el lector que reflexione y opine por s mismo. Las cartas estn a la vista. Ahora toca el turno a los jugadores, para que podamos ver el resultado de la partida. Gracias por visitar el presente documento web Para ampliar las temticas aqu tratadas, y para complementar conocimientos con otros tpicos relacionados, se sugiere acceder a los espacios web cuyas direcciones electrnicas se indican a continuacin: http://dinerotelematico.blogcindario.com/ y http://sociedadtelematica.blogspot.com/ y http://monetarismo.ngblogs.com.uy/Se puede solicitar copia digital gratuita de todas las publicaciones Digimundo, a la direccin de correo electrnico que se indica seguidamente: [email protected] / 31 Autor: Juan Carlos Anselmi Elissalde Digimundo al servicio de la comunidad, Digimundo atendiendo necesidades de los usuarios