algas en Antofagasta amenaza áreas de refugio de fauna marina · Gaviota y Caleta Errázuriz. En...

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SÁBADO 24 DE JUNIO DE 2017 C 19 NACIONAL El boom de la extracción del huiro se ha apoderado del bor- de costero de Antofagasta, en donde centenares de recolec- tores formales e informales sa- can a diario toneladas de algas ante la demanda del mercado chino, en donde se usan en cosméticos. La normativa vigente solo per- mite recoger las algas que arras- tran las mareas. Sin embargo, in- vestigadores loca- les y pequeños empresarios dedi- cados al rubro sostienen que el “barreteo” de los huirales (cortados de raíz en el fondo marino) amenaza los bancos naturales reconocidos como re- fugios de vertebrados (peces) y de invertebrados bentónicos en sus etapas juveniles (loco, lapa y erizo). Los algueros se distribuyen en sectores como Caleta Manta y Lobo Muerto, por el lado sur, y por el norte en zonas como La Gaviota y Caleta Errázuriz. En este último lugar, ubicado a 40 km al norte de Antofagas- ta, unas 60 personas extraen a diario el recurso marino desde la vecina isla Santa María. De ellos solo 12 están en los regis- tros del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca). En el improvisado campa- mento, cientos de kilos de algas se secan al sol, mientras, a po- cos metros, ocho operarios proce- san el recurso en un molino luego de comprarlo a los recolectores. La cadena continúa en un galpón donde el producto se al- macena en sa- cos. En una bue- na jornada los algueros ganan $300 mil. “Tenemos derechos de ex- tracción y solo podemos sacar algas que flotan, pero los ilega- les ‘barretean’ sin control”, afir- ma Carmen Castillo (52). Según Sernapesca, la cifra de recolectores inscritos asciende a 1.650 personas en la región, aunque no más del 50% están activos. Sin embargo, la Asocia- ción Gremial de Buzos, Pesca- dores y Algueros de Antofagas- ta afirma que hay uno 1.500 re- colectores, y cada uno en pro- medio extrae cinco toneladas mensuales del recurso. Para Carlos Guerra, investi- gador de la U. de Antofagasta, esto “es como la fiebre del oro en California. Son centenares de personas que se van a explo- tar un recurso sin tener con- ciencia de que se está haciendo un gran daño. Se han formado campamentos enormes, con ca- miones y casas. Ahí llegan in- termediarios que compran y se llevan el producto. Todo sin control”, comenta Guerra. En la región, la Subsecretaría de Pesca impulsa el Plan de Ma- nejo de la Pesquería de Algas Pardas, para aportar sustenta- bilidad del recurso, mientras que la U. de Antofagasta desa- rrolla proyectos de repobla- miento en el puerto de Mejillo- nes y en la isla Santa María. En el período 2014-2017, Ser- napesca incautó 76.053 kilos de algas pardas obtenidas de ma- nera irregular, con 267 citacio- nes a los tribunales. SIN CONTROL.— Las algas se acumulan en improvisados campamentos en el borde costero de Antofagasta. Los recolectores entran en botes y los buzos se sumergen para cortarlas de raíz. Un kilo del recurso se vende en $400. Recolectores arman campamentos en el borde costero: Masiva extracción de algas en Antofagasta amenaza áreas de refugio de fauna marina Solo se permite recoger las que arrastran las mareas, pero muchos algueros las cortan de raíz, lo que impacta al ecosistema local. En una jornada pueden obtener $300 mil. CLAUDIO CERDA SANTANDER GLEN ARCOS MOLINA ‘‘ El tema se ha complicado, porque incluso nos han ro- bado las algas que se están secando”. ROSA RUIZ (43), EXTRACTORA INFORMAL DE CALETA ERRÁZURIZ

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SÁBADO 24 DE JUNIO DE 2017 C 19NACIONAL

El boom de la extracción delhuiro se ha apoderado del bor-de costero de Antofagasta, endonde centenares de recolec-tores formales e informales sa-can a diario toneladas de algasante la demanda del mercadochino, en donde se usan encosméticos.

La normativavigente solo per-mite recoger lasalgas que arras-tran las mareas.Sin embargo, in-vestigadores loca-les y pequeñosempresarios dedi-c a d o s a l r u b r osostienen que el“barreteo” de loshuirales (cortadosde raíz en el fondomarino) amenaza los bancosnaturales reconocidos como re-fugios de vertebrados (peces) yde invertebrados bentónicos ensus etapas juveniles (loco, lapay erizo).

Los algueros se distribuyenen sectores como Caleta Mantay Lobo Muerto, por el lado sur,y por el norte en zonas como La

Gaviota y Caleta Errázuriz.En este último lugar, ubicado

a 40 km al norte de Antofagas-ta, unas 60 personas extraen adiario el recurso marino desdela vecina isla Santa María. Deellos solo 12 están en los regis-tros del Servicio Nacional dePesca (Sernapesca).

En el improvisado campa-mento, cientos de kilos de algas

se secan al sol,mientras, a po-cos metros, ochooperarios proce-san el recurso enun molino luegode comprarlo alos recolectores.

L a c a d e n acontinúa en ungalpón donde elproducto se al-macena en sa-cos. En una bue-

na jornada los algueros ganan$300 mil.

“Tenemos derechos de ex-tracción y solo podemos sacaralgas que flotan, pero los ilega-les ‘barretean’ sin control”, afir-ma Carmen Castillo (52).

Según Sernapesca, la cifra derecolectores inscritos asciendea 1.650 personas en la región,

aunque no más del 50% estánactivos. Sin embargo, la Asocia-ción Gremial de Buzos, Pesca-dores y Algueros de Antofagas-ta afirma que hay uno 1.500 re-colectores, y cada uno en pro-medio extrae cinco toneladasmensuales del recurso.

Para Carlos Guerra, investi-gador de la U. de Antofagasta,esto “es como la fiebre del oroen California. Son centenaresde personas que se van a explo-tar un recurso sin tener con-ciencia de que se está haciendoun gran daño. Se han formadocampamentos enormes, con ca-miones y casas. Ahí llegan in-termediarios que compran y sellevan el producto. Todo sincontrol”, comenta Guerra.

En la región, la Subsecretaríade Pesca impulsa el Plan de Ma-nejo de la Pesquería de AlgasPardas, para aportar sustenta-bilidad del recurso, mientrasque la U. de Antofagasta desa-rrolla proyectos de repobla-miento en el puerto de Mejillo-nes y en la isla Santa María.

En el período 2014-2017, Ser-napesca incautó 76.053 kilos dealgas pardas obtenidas de ma-nera irregular, con 267 citacio-nes a los tribunales.

SIN CONTROL.— Las algas se acumulan en improvisados campamentos en el borde costero de Antofagasta. Losrecolectores entran en botes y los buzos se sumergen para cortarlas de raíz. Un kilo del recurso se vende en $400.

Recolectores arman campamentos en el borde costero:

Masiva extracción dealgas en Antofagastaamenaza áreas derefugio de fauna marina

Solo se permite recoger las que arrastran las mareas, peromuchos algueros las cortan de raíz, lo que impacta alecosistema local. En una jornada pueden obtener $300 mil.

CLAUDIO CERDA SANTANDER

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‘‘El tema se hacomplicado, porqueincluso nos han ro-bado las algas que seestán secando”.

ROSA RUIZ (43),EXTRACTORA INFORMAL DE CALETAERRÁZURIZ