Alfonso Reyes y Manuel Bandeira: una amistad mexicano-brasileña

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Alfonso Reyes y Manuel Bandeira: Una amistad mexicano-brasileña Author(s): Fred P. Ellison Reviewed work(s): Source: Hispania, Vol. 70, No. 3 (Sep., 1987), pp. 487-493 Published by: American Association of Teachers of Spanish and Portuguese Stable URL: http://www.jstor.org/stable/343401 . Accessed: 03/04/2012 17:44 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. American Association of Teachers of Spanish and Portuguese is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Hispania. http://www.jstor.org

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Ellison, Fred.

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  • Alfonso Reyes y Manuel Bandeira: Una amistad mexicano-brasileaAuthor(s): Fred P. EllisonReviewed work(s):Source: Hispania, Vol. 70, No. 3 (Sep., 1987), pp. 487-493Published by: American Association of Teachers of Spanish and PortugueseStable URL: http://www.jstor.org/stable/343401 .Accessed: 03/04/2012 17:44

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  • Fred P. Ellison, The University of Texas at Austin

    Alfonso Reyes y Manuel Bandeira: Una amistad mexicano-brasilenia

    Alfonso Reyes, durante los seis afios (1930-1936) que pas6 en el Brasil como emba- jador de M6xico en aquel pais, lleg6 a conocer y fue amigo personal de un buen ndimero de escritores importantes de la 6poca. En la ma- yoria de los casos, trab6 amistad con ellos a trav6s de la revista Monterrey: Correo Litera- rio, que fue distribuido a nivel internacional, altamente valorado, y del cual se publicaron en Rio de Janeiro trece nuimeros (uno mis, finalmente, en Buenos Aires). En estudios recientes he tratado de mostrar hasta qu6 punto Reyes participaba en la vida literaria del Brasil. Si bien es cierto que su influencia en los escritores brasilefios fue relativamente limitada, por el contrario, sus esfuerzos por hacer mais apreciada la cultura brasilefia en general fueron notables y sin paralelo entre los otros intelectuales hispano-americanos in- teresados en el Brasil. Y como vemos en sus poesias, cuentos y muchos ensayos escritos durante este periodo, la experiencia brasilefia ha dejado en 61 una marca profunda.

    Si me preguntaran cuail escritor brasilefio, entre los muchos que conoci6, tenia mayores afinidades espirituales con Alfonso Reyes, tendria que nombrar a Manuel Bandeira, que durante casi treinta afios fue amigo dedicado de Reyes. En lo fisico, no eran nada semejan- tes- todo lo contrario: al mexicano robusto y dinimico, le gustaban los deportes y el mundo de puertas afuera mientras que el bra- silefio era mucho menos activo y por muchos afios tenia salud precaria. Pero como vere- mos en este breve estudio de la amistad entre los dos escritores, en parte basado en la co- rrespondencia que se guarda en la Capilla Alfonsina en Mexico,' tenian ambos verdade- ras afinidades intelectuales y rasgos de cardic- ter en comuin.

    Nacido en Recife, en 1886, y tres afios mayor que su amigo mexicano, Manuel Ban- deira compartia, evidentemente, con Reyes ciertas influencias generacionales. Por ejem- plo, como poetas e intelectuales, se nutrian de similares raices culturales europeas. Es curioso que, aunque nunca se conocieron alli, ambos viajaron a Europa durante el afio 1913. Bandeira fue a curarse de tuberculosis en un sanatorio de Suiza, donde por casualidad trab6 amistad importante con otro enfermo, quien mis tarde seria el famoso poeta surrea- lista franc6s que se firmaba Paul Eluard (Ba- ciu 11). En cambio, don Alfonso sali6 de M6- xico tal vez como forma de protesta y para consolarse de las trigicas circunstancias de la muerte de su padre, el General Bernardo Reyes, a la cabeza de sus tropas, frente a la Puerta Mariana, del Palacio Nacional (Alicia Reyes 54-5). Aunque Bandeira habia regre- sado al Brasil al estallar la Primera Guerra Mundial, don Alfonso se qued6 en Europa, trabajando primero como periodista e inves- tigador literario y mis tarde como oficial permanente del Servicio Diplomaitico de Me- xico, y ejerciendo altos cargos en Madrid y en Paris.

    Al igual que la mayor parte de los hombres de letras latinoamericanas de la 6poca, Reyes y Manuel Bandeira admiraban mucho a Fran- cia. Como poetas, cada uno habia comenzado bajo la influencia de los parnasianos y, mis tarde, habia continuado con la de los simbo- listas. Tenian tambi6n en comin a Ruben Da- rio, que tal vez nos sirva como una especie de clave para entender mejor las afinidades que compartian. Bastante conocido es el inte- r6s de Alfonso Reyes (tambi6n el de su padre antes de el) en la poesia del nicaragtiense- un interns compartido por Bandeira, sin

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    duda. Una vez Bandeira tentaba aclarar para sus coterrineos el concepto del modernismo hispanoamericano, y recurri6 a un notable paralelismo entre hispano-americanos y bra- silefios: '"A poesia de Dario e seus epigonos corresponde proximamente no Brasil a dos poetas que, aparecidos no intervalo dos dois movimentos, devem tanto ao parnasianismo quanto ao simbolismo, com a predominancia deste ou daquele elemento" (Apresentaado 126-27). Los principales poetas brasilefios mencionados por 61 como representantes de este grupo pre-modernista o pre-vanguar- dista son: Alvaro Moreyra, Ronald de Car- valho, Felipe d'Oliveira, Ribeiro Couto, Tasso da Silveira y Murilo Aradijo- y no dejamos de observar que Bandeira incluye tambi6n su propio nombre en la lista (127)." Es intere- sante notar que Reyes, cuando conoci6 a Ban- deira a comienzos del decenio de treinta en Rio, al mismo tiempo lleg6 a conocer a la ma- yor parte de estos mismos poetas, algunos de los cuales ya habian participado en la famosa Semana de Arte Moderno, del vanguardismo o "modernismo" brasilefio en Sio Paulo, en 1922. Aunque Bandeira no habia asistido a la estruendosa "Semana," sus poemas se recita- ron alli en una de las sesiones y demostraban una evoluci6n hacia el vanguardismo. De igual manera, no seria exagerado decir que Alfonso Reyes como poeta habia llegado a una etapa que pudieramos llamar vanguardista, sobre todo durante su residencia en Paris y Madrid, al conocer y convivir con varios escritores del vanguardismo europeo.3

    Desde el primer momento de su Ilegada a Rio de Janeiro, en abril de 1930,4 don Alfonso declar6 su intenci6n de Ilegar a conocer a los individuos y grupos "que Ilevan la voz can- tante" en los circulos literarios. Uno de 6stos, probablemente el poeta mis admirado de aquellos tiempos, era Manuel Bandeira. ?Y c6mo fue que conoci6 a Alfonso Reyes? Lo que sabemos es que Bandeira habia recibido los primeros ndimeros de Monterrey: Correo Literario publicado por Reyes en Rio y que el brasilefio los habia pasado al escritor Ri- beiro Couto, en aquel entonces diplomitico del Brasil en Francia (Ellison, "Reyes e Ri- beiro Couto" 135). Reyes tambidn le habia mandado libros suyos a Bandeira en Rio, en- tre otros Testimonio de Juan Pe,'a y La Saeta, como consta en la primera carta de Bandeira a don Alfonso- la inica comunicaci6n que tenemos entre ellos durante los seis afios que

    Reyes estuvo en Rio- que Ileva fecha del 26 de octubre de 1931 y refleja algo sobre c6mo llegarian a conocerse en persona. Por su valor intrinseco, la cito entera: Caro amigo e poeta: Sou agora um prisioneiro diirio da United Press, onde trabalho de 7 as 12 da noite. E como a minha saide 6 muito precaria, tenho que passar os dias em completo repouso para poder aguentar o servigo nocturno. Eis a razao por que, a meu muito pesar, nao pude acudir ao seu amAvel convite. A solucao "mais elegante" 6 marcar- mos um encontro na cidade entre seis e seis e meia em qualquer dia de semana. Ou entdo o amigo me dari uma telefonada e vird at6 aqui durante o dia: sei que e muita ousadia pedir-lhe este inc6modo. Mas se ndo o mereio, merece-o a vista que se tem das janelas do meu quarto: uma maravilha sobre a entrada da barra e no primeiro piano um "grouillement" de vidinha pobre de lavadeiras, quintais, galinheiros, mamoeiros "funcioni- rios pdiblicos" como disse o Paulo Silveira, sem esquecer o mais interessante que 6 um trecho de paisagem eviden- temente errada. Sou eu que ihe digo agora: Venga, mi amigo!... Fiquei encantado com La Saeta! Muito obriga- do!

    Um afectuoso abrago, Manuel Bandeira

    Recordando c6mo le gustaba a Reyes explorar la ciudad, coronada por el espl6ndido barrio montafioso de Santa Teresa, no podemos me- nos que imaginar a don Alfonso aceptando la invitaci6n y subiendo, tal vez por el pequefio tranvia que pasa por alli, para visitar al poeta enfermo.

    Aunque no hay en el archivo de la Capilla Alfonsina, en M6xico, otra correspondencia entre Reyes y Bandeira con fecha antes de 1947, existe alli bastante evidencia de otra indole, principalmente en el diario inedito y en el album de recortes, tocantes a la amistad y la interacci6n profesional de los dos poetas amigos, durante el periodo de casi cinco afios restantes de la permanencia del embajador mexicano en Rio. De los albores de su amis- tad y hasta la muerte de Reyes, en 1959, cambiaron sus libros constantemente-des- pues del fallecimiento del brasilefio, en 1968, se descubri6 que, contando tanto sus propias adquisiciones como los libros cordialmente dedicados a l por Reyes, Bandeira poseia un total de veintitin libros de su amigo mexi- cano, todos guardados actualmente en el ar- chivo de la Academia Brasileira de Letras. No debemos pasar por alto el hecho de que su amistad se basaba en los libros, en la poe- sia, en los ensayos de critica literaria y, claro en el cambio de ideas acerca de 6stos.

    Una noticia del periodico "O Estado de Minas" (Belo Horizonte), con fecha del 15 de

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    junio de 1933, confirm6 que Reyes contribuy6 con un articulo, en espafiol, titulado "Aduana linguistica" a una revista nueva, Literatura, dirigida por Bandeira, Saboia de Medeiros y Augusto Frederico Schmidt, como consta en el Album de recortes de la Capilla. Indican otro fuerte inter6s que los dos amigos tenian en comin, los recortes, incluso fotografias, de peri6dicos cariocas de la 6poca que mues- tran a Reyes y Bandeira juntos asistiendo a exposiciones de arte en Rio. El diario in6dito de don Alfonso informa que, en compafiia de otros, los dos amigos iban tanto al teatro como a banquetes, como vemos en una foto- grafia de un grupo distinguido celebrando un premio internacional al pintor Candido Porti- nari- es frecuente el caso de que Alfonso Reyes sea el tinico extranjero presente (Bento 139).

    Tambi6n indica el diario in6dito que Ban- deira figuraba entre grupos de escritores con- vidados a almuerzos o fiestas en la Embajada, situada en la calle colonial de Laranjeiras, en aquel entonces distinguida por sus residen- cias diplomiticas, y que, en la actualidad, es lamentable que sea s6lo una via de mucho trinsito y contaminaci6n. En cartas posterio- res a don Alfonso el poeta brasilefio no deja de mencionar la casa de Laranjeiras, palacete del siglo diez y nueve, ahora substituida por una escuela pdblica. La Embajada fue el esce- nario de los capitulos fascinantes de la Histo- ria natural das Laranjeiras (1930-1936), de Reyes. Tambi6n hay motivos para creer que Reyes y Bandeira, de vez en cuando, se en- contraban en Petr6polis, lugar de recreo en la sierra cerca de la capital de entonces.

    Sobre esa 6poca de la amistad con Reyes, Bandeira ha publicado una cr6nica llena de simpatia y discreci6n aludiendo a los diversos placeres bohemios en un restaurante carioca frecuentado por poetas como 61 y donde, en cierta ocasi6n, habia visto a don Alfonso (Poe- sia e prosa 2: 377-78). El titulo "Tempo dos Reis" es un equivoco basado en el nombre del mexicano y el de un restaurante carioca de aquella 6poca, Reis- el cual ya no existe. Era una humilde "casa de pasto, cujo grosso da freguesia era de motoristas e carroceiros, a que vieram, com o tempo e nio sei como, juntar-se jornalistas, escritores, artistas ou simples bodmios" (2: 378-79). Concluye su cr6nica, notable por su evocaci6n de la bohe- mia de la d6cada de 1920 en Rio de Janeiro, con la nota siguiente: "O Reis, onde is vezes

    se tinha surpresa de encontrar uma grande figura, como Alfonso Reyes, Embaixador de M6xico, que ali recebeu a homenagem de um jantar oferecido por poetas e jornalistas, era limp issimo: basta dizer que saiu sempre com honra das "batidas" dos comandos de Capri- glioni" (2: 378)- otro juego de palabras: ima- gen b6lica en base de las palabras "comandos" y "batida," siendo 6sta una famosa bebida con ron de aquel entonces y ain de hoy.

    En visperas de su traslado a Buenos Aires, hay una entrada lac6nica en el diario in6dito, con fecha del 21 de mayo de 1936, en el que dice don Alfonso: "En el Jockey, Hip6dromo, Macedo Soares, a la 1 p.m., nos ofrece hoy domingo banquete despedida 70 cubiertos, concurrieron ministros gabinete, altos fun- cionarios gobierno, representantes eminen- tes sociedad, arte, intelectualidad brasile- fios." Seguro que no hay nada rutinario en este gran almuerzo ofrecido por el Ministro de Relaciones Extranjeras, Macedo Soares, en el Jockey Club, con su local espectacular dominando la Laguna Rodrigo de Freitas y, en su ribera, la famosa pista con sus caballos de carrera. Debido a un pequefio poema de cinco estrofas titulado "Rond6 dos Cavalinhos" (1: 261) de Manuel Bandeira, este banquete de despedida a Reyes es recordado adn hoy por muchos brasilefios, y no s61o por las ge- neraciones mis viejas: Os cavalinhos correndo, E n6s, caval6es, comendo... Tua beleza, Esmeralda, Acabou me enloquecendo. Os cavalinhos correndo, E n6s, caval6es, comendo... O sol tdo claro

    i fora, E em minhalma-anoitecendo! Os cavalinhos correndo, E n6s, caval6es, comendo... Alfonso Reyes partindo, E tanta gente ficando... Os cavalinhos correndo, E n6s, caval6es, comendo... A ItAlia falando grosso, A Europa se avacalhando... Os cavalinhos correndo, E n6s, cavaloes, comendo... O Brasil politicando, Nossa! A poesia morrendo... O sol tao claro hi fora, O sol tio claro, Esmeralda, E em minhalma ... anoitecendo!

    Este poema todavia se estudia y se analiza; en verdad tiene una considerable bibliografia propia (1: 261).6 Los versos de Bandeira con-

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    trastan los "cavalinhos," vistos en la pista con perspectiva lejana, con los "caval6es" meta- f6ricos reunidos para el banquete-aun con el sol carioca afuera, en el alma del poeta anochece: Alfonso Reyes se marcha. Segiin Buarque de Holanda Ferreira, el critico Otto Maria Carpeaux cree que el poema trata real- mente de la muerte: "Esconde-se atrais do simbolo da despedida dum amigo, nos genin- dios suspensos para o infinito" (Seleta 239). Bandeira escribi6 parte del poema durante el almuerzo. Prudente de Morais Neto re- cuerda que el poeta le mostr6 el primer dis- tico rimado, tal vez porque Bandeira sabia que "Pru," gran aficionado de las carreras, habia sacrificado su tarde en el hip6dromo por lealtad a su amigo Alfonso Reyes (Campos 1: 1171).

    Otro acontecimiento notable que vincul6 para siempre a Bandeira y Reyes tuvo lugar en un sal6n de banquetes en Rio precisa- mente un mes mis tarde, el 21 de junio de 1936, cuando treinta y tres intelectuales pro- minentes, muchos de ellos tambien buenos amigos de don Alfonso - por ejemplo, Mairio de Andrade, Alvaro Moreyra, Augusto Frede- rico Schmidt, Afonso Arinos de Melo Franco, Pedro Dantas (Prudente de Morais Neto), Ribeiro Couto, Tristdo de Athayde (Alceu Amoroso Lima), Gilberto Freyre y el pintor Portinari se reunieron para prestar homenaje a Manuel Bandeira en la ocasi6n de su quin- cuag6simo aniversario. Transcribimos el "Acto de Presencia" de Reyes para aquella ocasi6n, el cual fue publicado junto con otras colaboraciones en el magnifico y muy buscado libro Homenagem a Manuel Bandeira.6 Cuando se es un poeta de la sensibilidad de Manuel Bandeira, considero que el Ilegar a los cincuenta afios, mis o menos ileso, por estos tiempos que corren, es un verdadero rasgo de heroicidad. Porque yo no creo que un hombre de su inteligencia, cuya obra se funda en las evidencias humanas mis inmediatas, participe de esa vanidad pueril que muchos comparten, al figurarse que vivimos en la mejor epoca de la historia s61o por el hecho de que las mfquinas hayan comenzado a devorarnos. Cierto es que nos sirve de conforto [sic] el asistir a la aurora, aunque sea tormentosa, de una nueva era. Pero vivir, y hasta dejarse vivir, es ahora cosa muy seria. "Sucede que me canso de ser hombre," suspira el poeta Neruda. Yo espero que nuestro joven, dulce y ardiente cincuent6n no se canse nunca, y me uno desde lejos a sus amigos para aplaudir su madurez y para desear que nos siga dando muchos versos como los que ha hecho hasta ahora (49). Este era un acontecimiento cultural de bas- tante importancia, aunque Bandeira, ir6nica-

    mente, lo llamara una especie de "In Memo- riam avant la lettre" (Andorinha 32). El hecho de que Reyes fuera el finico no brasilefio re- presentado en la "Festschrift" constituye mis evidencia de lo relativamente integrado que estaba, despues de seis afios, en la vida cul- tural del Brasil de aquel entonces.

    Dos afios despu6s de su salida de Rio, don Alfonso volveria alli en cumplimiento de una misi6n especial de su gobierno respecto al petr6leo. Aunque se qued6 mis de seis meses hacia fines de 1938, no tengo noticias de que se encontrara con Manuel Bandeira, que por aquella 6poca habia sido nombrado Profesor de Literatura en el Colegio Pedro II. En 1943 se le nombr6 Profesor de Literatura Hispano- americana en la entonces Facultad Nacional de Filosofia, mis tarde Universidad Federal de Rio de Janeiro. Es posible (y es lo proba- ble) que don Alfonso contribuyera significati- vamente a la nueva especializaci6n del poeta brasilefio. El bi6grafo de Bandeira, Stefan Baciu, llam6 a Bandeira el hispanista mis distinguido del Brasil y el mentor de la pri- mera generaci6n de especialistas en el campo de letras hispano-americanas (15-17). Sin duda Bandeira consultaba, de vez en cuando, al mexicano acerca de la America hispana. Hay una cr6nica muy amena de Bandeira que trata de Reyes y de Pedro Henriquez Urefia la cual se public6 poco despu6s de la muerte de 6ste, en 1946: Eu tinha procurado o saudoso embaixador mexicano para que ele me auxiliasse numa definidio do verso que pre- cisava para as minhas No6des de Hist6ria das Literaturas. Alfonso Reyes ouviu a minha consulta e, sem dizer pala- vra, foi a uma estante e retirou de lA uma brochura... "Aqui tem voc? a uiltima palavra sobre o assunto." Era o ensaio de Pedro Henriquez-Urefia (2: 295-97). Es mis, como vemos en la correspondencia, Bandeira le escribi6 varias veces a Reyes, en M6xico, haci6ndole consultas bibliogrificas relativas a sus proyectos literarios hispano- americanos o, como se ve en el siguiente extracto de una carta de Rio de Janeiro con fecha de 13 de junio de 1951, pididndole libros: Quero pedir-lhe um favor: veja se obtem que o Carlos Pellicer e o Salvador Novo me mandem os seus poemas; diga-lhes que todos os anos, na minha classe de Litera- turas Hispano-americanas da Faculdade de Filosofia, re- pito para os meus alunos a Suite Brasileira (as meninas acham muita graga nas "palmeras desnudas que andan de compras en la Rua Ouvidor")7 e os versos do Amigo Ido. /P/ Nesta descomedida "nuestra America" sem inter- cimbio todo professor de Literaturas Hispano-america- nas se sente na mesma situaio de Montalvo em Ipiales: sin libros, sefior, sin libros para lecionar a sua mat~ria...

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    Houve tempo em que dei para frequentar as embaixadas s6 para conseguir livros. Durante cinco anos pedi, ro- guei, supliquei ao embaixador de Cuba, o Gabriel Landa, e a simpatia em pessoa, que me arranjasse o Cecilia Vald6s e o Juan Criollo. Afinal quem mos arranjou nao foi ele nem nenhum ibero-americano: foi um americano- zinho de Boston, que andou aqui com uma bolsa de estudos! N6s, hispano-americanos, nao queremos nada com hispano-americanos. Ah Marti, grande Marti! Um

    abraqo muito saudoso de Manuel Bandeira

    Despues de 1945, y hasta la muerte de Reyes en 1959, hay catorce cartas (siete de Bandeira a Reyes, siete de Reyes a Bandeira) en los archivos de la Capilla Alfonsina, en M6xico. Con excepci6n de la primera carta del brasi- lefio, de 1931, nos han obligado las limitacio- nes de espacio a prescindir de gran parte del contenido de estas cartas. Sin embargo, la- mentariamos tener que omitir una que refiere un acontecimiento de 1932 que gan6 nuevos amigos para Alfonso Reyes en Rio de Janeiro. Ese afio, durante la insurrecci6n del estado de Sao Paulo contra el gobierno federal, el poeta paulista Felipe d'Oliveira, participante activo de aquella rebeli6n, y por esta raz6n perseguido por el gobierno, encontr6 refugio en la Embajada mexicana bajo la protecci6n de Alfonso Reyes. Por dicho gesto, Reyes fue distinguido por los amigos de Felipe d'Oli- veira, quienes le eligieron socio honorable de la Sociedad Felipe d'Oliveira, que se estable- ci6 en 1933 a raiz de la muerte del poeta en un accidente de autom6vil ocurrido en Fran- cia." En la siguiente carta de Rio con fecha de 5 de septiembre de 1947, se menciona al poeta Augusto Frederico Schmidt, tambien amigo de Reyes: Meu caro amigo e mestre Alfonso, Ontem a Sociedade Felipe d'Oliveira se reuniu para ren- der a sua homenagem ao Bodet e demais membros da embaixada mexicana a Conferencia Pan-Americana. A saudaqao foi pronunciada pelo nosso Schmidt, o qual dedicou os filtimos periodos ao enaltecimento do ex- embaixador, cuja casa em Laranjeiras foi, em certo mo- mento dificil, e perigoso, o refiigio seguro de Felipe e em todos os dias era um remanso tao acolhedor para os amigos brasileiros do M6xico. Em todos os presentes sentiu-se a grande saudade de Don Alfonso, e eu repito para mim mesmo o meu rond6 de despedida (lembra-se? "Alfonso Reyes partindo e tanta gente ficando...") /P/ Por Bodet e Gorostiza (que poeta e que homem encan- tador, tno simples, tio modesto!) mando-lhe um grande abrago, fazendo votos pela sua saude e por nosso possivel encontro no futuro...

    Otra carta de Bandeira en Rio, con fecha del 12 de julio de 1948, es, a mi juicio, de mucho interns. Se refiere al hecho de que tanto Re- yes como Bandeira publicaron independiente-

    mente y sin conocimiento del otro, y en el mismo afio de 1948, dos libros de poesia, bastante diferentes en forma pero notable- mente semejantes en espiritu. El volumen de Reyes se titula Cortesia (1909-1947) y el de Manuel Bandeira, Mafud do malungo. " Re- yes primero le habia mandado su Cortesia a Bandeira, luego vino la respuesta de su ami- go, agradeci6ndole y transmiti6ndole noticias de Mafud do malungo: Meu caro Alfonso Reyes, Fiquei encantado com o livro em que voce tao finamente reabilita o "mester de cortesia." Lisonjeado tamb6m por ver incluidos nele, ao lado de tanta coisa deliciosa, os meus pobres versos. /P/ E que bonita coincidkncia! Tive- mos ao mesmo tempo a mesma iddia, pois acabo de receber de Barcelona os meus poemas de circunstincia impressos por Joao Cabral de Mello Neto... "MafuA" 6 o nome que dao aqui a essas feirinhas de divers6es onde hi de tudo: mafuA e misturada de muitas coisas, o mesmo que gaveta de sapateiro. "Malungo" 6 companheiro, ca- marada...

    "Os meus pobres versos" citados en esta carta se refieren al ya mencionado "Rond6 dos Cavalinhos" junto con otro "rond6" me- nos conocido, el "Rond6 do Palace Hotel." Ambos figuran en una secci6n de Cortesia reservada para poemas inspirados por Reyes (258-59). Interesantisima es la inclusi6n del "Rond6 do Palace Hotel" porque nos permite identificar el "alguem que nio est"i presente/ No hall do Palace" con el mismo Alfonso Re- yes. De otra manera, tal vez no lo hubieramos sabido. He aqui el poema, que nos parece sumamente carnavalesco y que invoca, indi- rectamente, aquella veta bohemia de Reyes a la que Bandeira habia aludido muy discreta- mente en su articulo, ya mencionado, "Tempo dos Reis":' o No hall do Palace o pintor Cicero Dias entre o Pao De Agiucar e um caixao de enterro (E um rei andr6gino que enterram?) Toca um jazz de pandeiro com a mao Que o Blaise Cendrars perdeu na guerra. Deus do c6u, que alucinacao! HA uma criatura tao bonita Que ate os olhos parecem nus: Nossa Senhora da Prostituigdo! -"Gargom, cinco martinis!" Os Adolescentes cheiram 6ter No hall do Palace. Aqui ningudm di atenglo aos pr~stitos (Passa um clangor de clubes 1h fora): Aqui danga-se, canta-se, fala-se E bebe-se incessantemente Para esquecer a dor daquilo Por algu~m que nio esti presente No hall do Palace.

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    Porque los dos han coincidido, durante la vida, en bastantes otros respectos, no debe sorprendernos demasiado el que coincidieran en producir estas dos obras tan admirables, que entrafian el mismo calor humano, la misma risa, el mismo espiritu juguet6n, la misma "carnavalizaci6n" (si cabe la palabra) que sin duda armoniza con las inclinaciones vanguardistas de ambos.

    La primera edici6n de Mafud do malungo fue impresa a mano y distribuida sin encua- dernaci6n, como nos dice Bandeira en la carta citada. No hay referencia a Reyes en esta primera y rarisima edici6n, que ademris ha- bria llegado al amigo don Alfonso con este dedicatorio aut6grafo:

    A Alfonso Reyes No es Pegaso, sino un matungo

    El caballo de mi poesia Simple homenaje del malungo

    Al maestro de Cortesia.

    En la muy ampliada segunda edici6n de Mafud do malungo (1955) se incluyeron varias dedi- catorias, incluso 6sta que acabamos de citar (95). Ademis, como epigrafe, se sirvi6 Ban- deira de las propias palabras de Alfonso Re- yes, en la introducci6n (7-8) a Cortesia (1909- 1947): Hoy se ha perdido la buena costumbre, tan conveniente a la higiene mental, de tomar en serio--o mejor en broma-los versos sociales, de album, de cortesia. /P/ Desde ahora te digo que quien s61o canta en do de pecho no sabe cantar; que quien s61o trata en versos para las cosas sublimes no vive la verdadera vida de la poesia y las letras.

    La correspondencia entre los dos hombres de letras continuaria hasta poco antes de la muerte del mexicano, en 1959. Las cartas de Bandeira debian serle especialmente gratas, en la d6cada de los cincuenta, cuando iban arreciando las enfermedades de don Alfonso. En 1956, para el Libro Jubilar de Alfonso Re- yes, contribuy6 Bandeira un "Acto de Presen- cia," en portugu6s pero con titulo en espafiol, que no dejaba de recordar que en 1936, como ya vimos, Reyes bajo ese mismo titulo le ha- bia saludado a Manuel Bandeira, ensalzando su "heroicidad" al llegar a los cincuenta afios: Pois bem, que direi eu agora de Don [sic] Alfonso, que, em tempos certamente piores, porque at6micos, se apro- xima dos setenta, e com Trombose e tudo? Isto sim que 6 "acto de verdadera heroicidad." /P/ Eu nao poderia faltar, nesta homenagem, para dizer as saudades que nos deixou esse homem, que nio foi s6 entre n6s brasi- leiros um embaixador do M6xico, mas embaixador das mais altas culturas do passado, mediato ou imediato- da Gr6cia de Pdricles e da Espanha do Siglo de Oro, da

    Alemanha de Goethe e da Franga de Mallarm6. /P/ At6 hoje nada nos consolou de sua partida. Nem mesmo a delicia daqueles Romances del Rio de Enero, os mais belos versos que ji inspirou a nenhum poeta o paisagem de nosso Rio (75). Bandeira ya habia alcanzado los setenta afios cuando escribi6 estas lineas. Su demostra- ci6n de solidaridad tanto como las cartas cor- diales de aquel periodo le eran preciosas a don Alfonso, quien, en una carta de Mexico con fecha de 11 de febrero de 1957, le agra- dece su "presencia": iCon cuinta emoci6n! iCon cuinta gratitud! iQu6 nece- sidad de tenerlo a mi lado y abrazarlo estrecha y larga- mente! iCuinta saudade de su compafiia, cuinto anhelo de volver a Rio! iGracias, mi fraternal y querido Manuel! Soy todo suyo.

    Alfonso Reyes"

    H e aqui entonces una pequefia selecci6n de los documentos que constituyen la historia de la amistad de dos hombres de le- tras (sobre todo, poetas) de gran estatura, quienes no s61lo eran semejantes en su forma- ci6n intelectual sino tambien en otros mu- chos sentidos, espiritus afines. El inter6s de Reyes por el Brasil y la curiosidad de Ban- deira por lo hispanoamericano son otros mo- tivos de su aproximaci6n, la cual, como hemos tratado de mostrar, se revelaba mediante muchas formas de interacci6n cordial y profe- sional. Finalmente, porque es imposible esta- blecer el grado exacto de las influencias reci- procas, en este caso de dos escritores de gran creatividad, ?qu6 diremos de la conver- gencia de sus vidas y de sus obras? Tal vez nada mejor que recordar los dos libros simb6- licos, Cortesia de Alfonso Reyes y Mafud do Malungo de Manuel Bandeira, y repetir lo que habia dicho el brasilefio: "iQue bonita coincidencia!"

    NOTAS 'Quisiera darle las gracias a la Prof. Alicia Reyes,

    Directora del Centro de Estudios Literarios Alfonso Re- yes, Capilla Alfonsina, M6xico, D.E, por su cooperaci6n constante, primero, en dejarme ver el diario in6dito y otra documentaci6n de su abuelo, y segundo, en cuanto a la obtenci6n de copias de la correspondencia entre Alfonso Reyes en M6xico (con dos excepciones, en 1931, cuando Reyes estaba en el Brasil) y Manuel Bandeira, siempre en Rio de Janeiro. Cada carta citada serA indi- cada en el texto por su fecha. En M6xico hay 14 cartas y una tarjeta postal, o sean 10 comunicaciones de Ban- deira a Reyes y 5 copias en papel carb6n de cartas de Reyes a Bandeira. Hay 2 cartas mis de Reyes a Bandeira que no se encuentran en M6xico. V6ase nota 11.

    TPara mis informaci6n sobre este paralelo, v6ase mi

  • ALFONSO REYES Y MANUEL BANDEIRA 493

    articulo "Ruben Dario y Manuel Bandeira" 33. "Sobre este periodo constiltese el estudio de Paulette

    Patout de la correspondencia de Reyes y Valery Larbaud 23; habla de la importancia del libro de cuentos, Piano oblicuo, que Reyes escribi6 por 1910-1914 y public6 en Madrid en 1920; en ciertos respectos anticipaba al Surrealismo.

    4V6ase la carta de Reyes a Ronald de Carvalho con fecha de 7 de junio de 1930, citada en mi articulo "Alfonso Reyes, Monterrey e os escritores brasileiros do dechnio de 1930" (8).

    "Para esta bibliografia v6ase Aur6lio Buarque de Ho- landa Ferreira, Seleta em prosa e versos (239) y Territ6rio lirico (70); tambien Paulo Mendes Campos, "Reportagem literaria," en Bandeira, Poesia e prosa 1: (1171).

    "Sobre el homenaje vease tambien la cr6nica de Ma- nuel Bandeira, con fecha 17 de enero de 1937, republ. enAndorinha, andorinha 32-4. Entre los contribuyentes, eran notables amigos de Reyes: Mario de Andrade, Mu- rilo Mendes, Alvaro Moreyra, Augusto Frederico Schmidt, Afonso Arinos de Melo Franco, Prudente de Morais Neto, Ribeiro Couto, Alceu Amoroso Lima, Gil- berto Freyre, Cindido Portinari, Jorge de Lima. Carlos Drummond de Andrade tambien contribuy6 al volumen, pero 61 me dijo en 1983 que no habia conocido a Reyes personalmente aunque habia escrito una cr6nica sobre uno de sus libros.

    7"Suite brasileira" de Carlos Pellicer se encuentra en Material poetico (1918-1961) [77-82].

    "V6ase datos biograficos sobre el poeta en In Memo- riam Felipe d'Oliveira (266; 123-29); interesante es el testimonio del politico Joao Neves, sobre Felipe d'Olivei- ra, especialmente donde se habla del "asilo cavalheiresco da embaixada do Mexico" (125).

    "La primera ed. de Mafuda do malungo fue impresa a mano por el distinguido poeta Joao Cabral y distribuida por Bandeira fuera de comercio. Una serie de cartas de Bandeira a Joao Cabral de Melo Neto documenta algunas etapas de la edici6n, en Poesia e prosa 2: 1436-42, 1446. Otro gran poeta, Carlos Drummond de Andrade, en un articulo sobre Mafud republ. en Poesia e prosa 1: 449-53, dice que se hicieron solo 110 ejemplares.

    '""Rond6 do Palace Hotel" se cita de Estrela da vida inteira: poesias reunidas (150).

    "Por acaso la referencia a la contribuci6n de Bandeira qued6 omitida del Indice del tomo, hecho lamentado por Reyes en una carta del 19 de marzo de 1957 a Bandeira. Agradezco a mi amigo el bibli6grafo Plinio Doyle, orga- nizador del Archivo Literario de la Casa Rui Barbosa, en Rio, y a la bibliotecaria y sociolinguista Sra. Eliane Vasconcellos Leitao, el haberme ayudado a ver esta carta y otra de Reyes a Bandeira, cuando estuve en Rio en 1983. Copias de las cartas faltaban a la Capilla Alfonsina.

    OBRAS CITADAS Baciu, Stefan, Manuel Bandeira de corpo inteiro. Col.

    Docs. Bras. 122. Rio de Janeiro: Livr. Jos6 Olympio, 1966.

    Bandeira, Manuel. Andorinha, andorinha. Rio de Janei- ro: Livr. Jose Olympio, 1966.

    Apresentagdo da poesia brasileira. 3a. ed. Rio de Janeiro: Casa do Estudante do Brasil, 1957.

    Estrela da vida inteira: poesias reuni- das. Rio de Janeiro: Livr. Jose Olympio, 1966.

    Homenagem aManuel Bandeira. Rio de Janeiro: Oficinas tipogrificas "J. do Comercio" 1936.

    .Mafud do malungo: versos de circuns- tdncia. Nova ed. aumentada. Rio de Janeiro: Livr. Sao Jose, 1954.

    Poesia e prosa. 2 v. Rio de Janeiro: Aguilar, 1958.

    Bento, Ant6nio. Portinari. Trad. ingl. Rio de Janeiro: Banco Crefisul/Leo Christiano Ed., 1982.

    Ferreira, Aurliio Buarque de Holanda. Seleta em prosa e verso. Org. P. Ronai. Rio de Janeiro: Inst. Nac. do Livro, 1979.

    Territ6rio lirico. Rio de Janeiro: O Cruzeiro, 1958.

    Campos, Paulo Mendes, "Reportagem literaria," en Ma- nuel Bandeira. Poesia e prosa 1: 1159-75.

    Ellison, Fred P. '"Alfonso Reyes e Ribeiro Couto: uma correspondancia cordial." Miscelanea de estudos literd- rios: homenagem a Afrdnio Coutinho. Rio de Janeiro: Pallas/Pro-Mem6ria, 1984. 133-40.

    ."Alfonso Reyes, Monterrey e os escri- tores brasileiros da d6cada de 30." Suplemento literdrio do Minas Gerais 981 (20 de julho de 1985): 8-9.

    "Los Amigos brasileifos de Alfonso Reyes." Boletin de la CapillaAlfonsina 21 (1971): 8-15.

    "Ruben Dario y Manuel Bandeira: paralelo entre dos poetas." Specialia (Carbondale, Ill.) 2 (1970): 33-5.

    Oliveira Felipe d'. In Memoriam Felipe d'Oliveira. Rio de Janeiro: Ed. Soc. E d'Oliveira, 1933.

    Patout, Paulette. Introduction et notes. Valery Larbaud/ Alfonso Reyes: correspondence, 1923-1952. Paris: Libr. M. Didier, 1972.

    Pellicer, Carlos. Material poetico (1918-1961). 2a. ed. M6xico: Universidad Aut6noma de Mexico, 1962: 77- 82.

    Reyes, Alfonso. Cortesia (1909-1947). Mexico: Ed. Cul- tura, 1948; incl. en Obras completas, X. Mexico: Fondo de Cultura Econ6mica, 1959.

    Reyes, Alicia. Genio y figura de Alfonso Reyes. Buenos Aires: Ed. Universitaria, 1976.

    Article Contentsp. [487]p. 488p. 489p. 490p. 491p. 492p. 493

    Issue Table of ContentsHispania, Vol. 70, No. 3 (Sep., 1987), pp. 422-710+i-lviFront Matter [pp. 531-704]Hieronymous Bosch y el Otoo de la Edad Media [pp. 422-430]Antonio Gala's El cementerio de los pjaros and the Problem of Freedom [pp. 431-436]Communication and the "Poet Figures": The Essence of the Dramatic Works of Pedro Salinas [pp. 437-446]Lorquian Reflections: "Romance del emplazado" [pp. 447-456]The Concept of "the People" in El Periquillo Sarniento [pp. 457-467]Pedro Pramo: The Reader's Journey through the Text [pp. 468-474]Ortega y Gasset in Argentina: The Exasperating Colony [pp. 475-486]Alfonso Reyes y Manuel Bandeira: Una amistad mexicano-brasilea [pp. 487-493]ReviewsPeninsular LiteratureReview: untitled [pp. 494-495]Review: untitled [pp. 495-496]Review: untitled [pp. 496-497]Review: untitled [pp. 497-498]Review: untitled [pp. 498-499]Review: untitled [pp. 499-500]Review: untitled [pp. 500-501]Review: untitled [pp. 501-502]Review: untitled [pp. 502-504]Review: untitled [pp. 504-505]Review: untitled [pp. 505-507]Review: untitled [p. 507]Review: untitled [pp. 507-509]Review: untitled [pp. 509-510]Review: untitled [p. 510]

    Latin American LiteratureReview: untitled [p. 511]Review: untitled [pp. 511-512]Review: untitled [p. 513]Review: untitled [pp. 513-515]Review: untitled [pp. 515-516]Review: untitled [pp. 516-517]Review: untitled [pp. 517-518]Review: untitled [pp. 518-519]Review: untitled [pp. 519-520]Review: untitled [pp. 520-521]Review: untitled [pp. 521-522]Review: untitled [pp. 522-523]Review: untitled [pp. 523-525]Review: untitled [p. 525]Review: untitled [pp. 525-526]

    Pedagogy, Linguistics, TextsReview: untitled [pp. 526-528]Review: untitled [p. 528]Review: untitled [pp. 528-529]Review: untitled [pp. 529-530]

    Books Received [p. 530]Letter to the EditorHomenaje a Garca Lorca: ms informacin [p. 532]

    EditorialNuevas secciones [p. 532]

    The President's Corner [pp. 533-534]Professional News [pp. 534-541]The Hispanic and Luso-Brazilian World [pp. 542-561]Chapter News [pp. 561-568]The 1987 National Spanish Examination [pp. 568-587]Preliminary Directory Materials [pp. 588-605]Official Announcements [pp. 606-622]1986-1987 AATSP Medal Awards [pp. 623-624]Theoretical LinguisticsAn Acoustic Study on the Differences of Contrastive Emphasis between Native and Non-Native Spanish Speakers [pp. 627-633]Sequence of Tenses and the Subjunctive, Again [pp. 634-642]

    Applied Linguistics[Introduction] [p. 643]The Relationship between a Communicative Competence Oriented Dictation and ACTFL's Oral Proficiency Interview [pp. 643-649]Why Johnny Can't Acquire Spanish [pp. 650-654]

    Pedagogy: Elementary SchoolsChildren's Books from Cuba: Dull and Dogmatic [pp. 655-657]Teaching for Oral Proficiency at the Elementary School Level [pp. 658-663]Opening a Window on the World [pp. 664-665]

    Pedagogy: Secondary SchoolsCommunication Is More Than Just Talk [pp. 666-668]The Language Learner: Improving Attitudes toward Language Learning [pp. 669-670]Ideas: Composition: Clues to Creativity [pp. 671-672]

    Pedagogy: Colleges and UniversitiesEspaol comercial para estudiantes posgraduados [pp. 673-678]Strategies for Including Afro-Latin American Culture in the Intermediate Spanish Class [pp. 679-683]Puns in Spanish Advertising: An Americanized Cultural "Ad"-dition to the Spanish Language Classroom [pp. 684-690]

    International HispanismLa Socit des Hispanistes Franais [pp. 691-693]

    Audio-Visual Instructional MediaReview: untitled [pp. 694-695]Review: untitled [p. 695]Review: untitled [pp. 695-696]

    Computers in Research and Teaching[Introduction] [p. 697]Instructions for Using the A. A. T. S. P. Electronic Bulletin Board [pp. 698-700]Generating Review Exercises with the Word Processor [pp. 705-707]Software ReviewsReview: untitled [p. 708]Review: untitled [pp. 708-710]

    Back Matter [pp. i-lvi]