ALES EN LA TRAQICIQN PO ULAR GRIEGA -...

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Erytheia 14 (1993) ALES EN LA TRAQICIQN PO ULAR GRIEGA Acercarse al folclore, al mundo de las tradiciones y de las costumbres de una región es siempre muy agradable y más si es un país como Grecia, en donde, a través de la tradición oral, se ha conseguido conservar el mundo impresionante de la antigüedad, rejuvenecido por su extraordinaria adaptación a cada época. Efectivamente, estudiando los cuentos y las leyendas neogriegas nos quedamos estupefactos ante la sorprendente pervivencia de los mitos homéricos u órficos, de la idea de la muerte o de la vida que puede encontrar cualquier estudioso en el inmenso campo de investigaciones de este ámbito. Una cosa que hay que subrayar de manera especial es el papel que ha tenido sobre la vida del pueblo griego la poesía. En efecto, el pueblo griego desde Homero hasta hoy mismo ha amado la poesía y especialmente la canción. La mayoría de los ideales que dan valor y sentido a la vida, a veces unidos a ciertos acontecimientos y a veces a ciertas personas históricas o míticas, se han convertido en canciones. Y a esla canción el alma popular confió una parte importante de su herencia ancestral de mitos, de leyendas y de narraciones. Cualquier estudioso con una cierta preparación en filología clásica, en temas de religión griega clásica, trabajando sobre los distintos campos del folclore griego está en condiciones de encontrar y seguir a través de las obras orales la ininterrumpida marcha histórica del pueblo griego, desde el auge de los tiempos minoicos hasta hoy. Así que cuando uno se acerca a cualquier cuento de animales no es posible separarlo de la antigua tradición de obras con argumento de animales que desde la antigüedad ha sido un tema tan querido como habitual en muchos escritores. Sólo la elaboración del tema varía según las épocas, adoptando a veces un simple carácter narralivo y a veces un carácter alegórico o científico. La Antigüedad clásica nos ha legado la Pa~paxopvopaxia, los mitos de Esopo y otras obras. Los Alejandrinos nos d.jan la famosa obra "@vo~oXó yos" (Tratado sobre la Naturaleza) escrita probablemente en Alejandría en el s.lI d.C. en la que se describen las características de las plantas, de las piedras preciosas y sobre todo de los animales con su carácter fuertemente alegórico, que simboliza las creencias religiosas y las virtudes cristianas. Hay que señalar que esta obra ha tenido un puesto destacado entre

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Erytheia 14 (1993)

ALES EN LA TRAQICIQN PO ULAR GRIEGA

Acercarse al folclore, al mundo de las tradiciones y de las costumbres de una región es siempre muy agradable y más si es un país como Grecia, en donde, a través de la tradición oral, se ha conseguido conservar el mundo impresionante de la antigüedad, rejuvenecido por su extraordinaria adaptación a cada época.

Efectivamente, estudiando los cuentos y las leyendas neogriegas nos quedamos estupefactos ante la sorprendente pervivencia de los mitos homéricos u órficos, de la idea de la muerte o de la vida que puede encontrar cualquier estudioso en el inmenso campo de investigaciones de este ámbito.

Una cosa que hay que subrayar de manera especial es el papel que ha tenido sobre la vida del pueblo griego la poesía. En efecto, el pueblo griego desde Homero hasta hoy mismo ha amado la poesía y especialmente la canción.

La mayoría de los ideales que dan valor y sentido a la vida, a veces unidos a ciertos acontecimientos y a veces a ciertas personas históricas o míticas, se han convertido en canciones. Y a esla canción el alma popular confió una parte importante de su herencia ancestral de mitos, de leyendas y de narraciones. Cualquier estudioso con una cierta preparación en filología clásica, en temas de religión griega clásica, trabajando sobre los distintos campos del folclore griego está en condiciones de encontrar y seguir a través de las obras orales la ininterrumpida marcha histórica del pueblo griego, desde el auge de los tiempos minoicos hasta hoy.

Así que cuando uno se acerca a cualquier cuento de animales no es posible separarlo de la antigua tradición de obras con argumento de animales que desde la antigüedad ha sido un tema tan querido como habitual en muchos escritores. Sólo la elaboración del tema varía según las épocas, adoptando a veces un simple carácter narralivo y a veces un carácter alegórico o científico.

La Antigüedad clásica nos ha legado la Pa~paxopvopaxia, los mitos de Esopo y otras obras. Los Alejandrinos nos d.jan la famosa obra "@vo~oXó yos" (Tratado sobre la Naturaleza) escrita probablemente en Alejandría en el s.lI d.C. en la que se describen las características de las plantas, de las piedras preciosas y sobre todo de los animales con su carácter fuertemente alegórico, que simboliza las creencias religiosas y las virtudes cristianas. Hay que señalar que esta obra ha tenido un puesto destacado entre

las ciencias esotéricas y fue muy popular, como demuestran sus numerosísimos imitadores en Grecia y otros países.

Durante la época bizantina, en la que los eruditos mostraron una extrema fidelidad a los originales clásicos, en lo referente a textos literarios de divulgación, en cambio, los escritores se sintieron más libres y sobre temas y motivos clásicos recrearon nuevas obras.

De esta manera los mitos de Esopo se trasformaron en novelas. El texto más antiguo del Esopo bizantino debe ser del s.11 d.C. Es conocido

como manuscrito G y proviene probablemente de un ámbito hostil a la cultura griega y, de hecho, se aleja de la imagen que la tradición lielenística había forjado del famoso esclavo frigio. En el sJV, un círculo pagano que no apreciaba nada la "Vita Vulgata" del manuscrito G, hizo una nueva composición de dicha obra conocida como manuscrito W, que buscó la versión y la tradición clásica de los mitos.

Se ha comprobado que muchos escritores se han ocupado de los llamados mitos de Esopo y que cada uno ha presentado su propia selección.

Además, como obras de Esopo, los bizantinos transmiten también selecciones de refranes y máximas que se conservan en varios manuscritos.

Entre otras obras que llegaron hasta Bizancio durante la Edad Media se halla el "@uo~oMyoc", que ejerció una gran influencia sobre todos los libros aparecidos en Grecia, en Europa Occidental (Bestsaria) y en los demás países.

La traducción latina, de la cual provienen la traducción alemana y las románicas, es del s.V, mientras que la armenia y georgiana son posteriores. Sólo la versión rumana y la eslava parecen venir directamente del texto bizantino.

En los últimos siglos de Bizancio la literatura popular contiene una serie de obras en verso que se inspiran en el mundo de los animales y de las plantas. Pero ahora, estas obras no tienen ningún matiz alegórico ni religioso. En ellas las características de los animales y de las plantas están tratadas de manera satírica y divertida sin dejar de tener por ello un cierto aspecto científico. De hecho han sido escritos como manuales populares de zoología de fácil y agradable lectura.

De las obras que se refieren al mundo de los nimales, la más antigua es la llamada "TIovhoXóyoc" (Tratado de las Aves). El águila, rey de las aves, prepara la boda de su hijo e invita a todas las aves. Al principio comen, beben y se divierten pero al animarse demasiado se olvidan de las exigencias del protocolo que existía entre ellos y empiezan a pelearse sobre las eternas diferencias.

Un total de catorce parejas de pájaros se pelean de la peor manera, p.ej. la cigüeña contra el cisne, la perdiz contra el murciélago, etc. El águila interviene cuando la disputa llega a su momento álgido para dar fin a la pelea con la amenaza de echar sobre ellos al halcón y al cuervo. Aterrorizados, los pájaros se tranquilizan y la boda termina y se marchan reconciliados.

Animales en la tradición popular griega

Hay otra versión, según la cual el rey, junto con las aves más fuertes, ataca a las más débiles que huyen y así sigue la eterna enemistad entre las distintas familias de aves.

El "TIouXoXóyos" contiene multitud de observaciones ornitológicas populares que es tí ir^ tomadas de las tradiciones del pueblo griego. Tenemos la oportunidad de subrayar la similitud impresionante que existe entre las tradiciones, las leyendas y los conceptos sobre estos pájaros desde la antigüedad hasta hoy.

Es interesante ver unos e.jemplos de esta obra para poder medir esta continuidad.

Por ejemplo, cuando se cita la gaviota, aparte de describirla, añade unos datos sobre un mito relativo a esta ave. Según esta leyenda la gaviota va de costa a costa recogiendo viejos clavos para poder devolver el dinero prestado. En este punto coincide con un cuento popular de Tesalia que dice:

"La Zarza (2) f!droc) se unió con el Murcielago ($ N u x ~ c p i 8 a ) y la Gaviota (O Aápoc o I'Xápos) y pusieron un coincrcio. La Zarza no tenía un capital que aporiar, pero tenía un abrigo de piel de gran valor. La Gaviota, por la misma razón, aportó todas las cosas de melal que tenía en su casa; el Murciélago fue el único que aportó dinero que le prestaron unos usureros. Fueron a un sitio lejano y compraron mercancías de todas clases. Después fletaron un barco y empezaron el vhje de vuelta. A causa de una tormenla el barco naufragó.

Los protagoriistas se tiraron al mar; no se ahogaron pero salieron del agua con aspecto diferente. La gaviota se trarrsfornió en pájaro y desde entonces da vueltas por los mares buscando sus objetos de metal. No puede olvidarlos porque eran de gran valor.

La zarza se hizo arbusto con muchos pinchos y se instaló en los caminos. Cuando pasa alguien cerca lo pincha para ver si lleva su abrigo de piel.

En cuanto al murciélago se transformó en algo que vuela y se esconde en sitios ocultos y sin luz, por temor a que lo encuentren los prestamistas y le reclamen el dinero.

Este cuento tan popular hasta hoy en Tesalia, debe provenir de otro paralelo de Esopo.

En esta obra la gaviota se caracteriza también por su glotonería. Esto se conocía desde la antigüedad y por eso los antiguos dieron como símbolo a Heracles una gaviota, dada la glotonería del héroe. También en Aristófanes, en la "Aves", el poeta compara a Cleón con la gaviota.

Otro ejemplo muy rico en significados es la perdiz. En la obra entre otras cosas, el murciélago acusa a la perdiz de "sangrienta". Efectivamente, desde la antigüedad hasta hoy, existen mitos y leyendas que unen a la perdiz con asesinatos.

De acuerdo con una tradición antigua, Perdiz era hermana del famoso arquitecto Dédalo y tenía un hijo llamado Calon, o Talon o Pérdice. Dédalo

P. Stavrianopulu

que fue profesor de su sobrino sintió celos del arte de éste y por temor a que Ic sobrepasara, lo tiró por la Acrópolis. Atenea lo transformó en avc, con el nombre de perdi~. En el momento en que Dédalo, despues de la caída de Icaro, estaba ocupado con el entierro de su hijo, la perdiz, escondida entre arbustos, batió sus alas y cantando mostró su alegría por el fin trágico de Icaro. De esta manera se vengó de Dédalo. "

La conexión de la perdiz con asesinatos la encontramos en un acontecimiento que cuentan los cronógrafos bizantinos, Genesios y Theofaries.: "El Cesar Vardas junto con su sobrino el Emperador habían preparado en el 866 d.C. una expedición para liberar Creta de los árabes. Pero la expedición no se realizó porque Vardas fue asesinado.

El asesinato fue anunciado al propio Vardas por fenóinenos naturales (seísmo), por saicños y otros presagios. Entre estos, se menciona un manto que le envió su hermana Teodora antes del asesinato. En este manto había perdices bordadas, ya que Teodora quiso avisar así a su hermano sobre la conjuración organizada contra él. En esta tradición vernos que la perdiz está considerada como püjaro de mal augurio.

La ~nisma consideración tiene la perdiz en una tradición de Capadocia que se conserva en dos versiones griegas y una turca.

Según una de las versiones griegas , Cristo, cuando los judíos lo perseguían para crucificarlo, se escondió en una zarm En esta zarza estaban escondidas tina perdiz y una paloma que, al ver a Cristo, se asustaron y se marcharon. Poco despues, comprendieron que la persona que se había escondido en la zarza era alguien perseguido. La paloma propuso a la perdiz volver a la zarza y esconder a aquella persona con sus alas. La perdiz no aceptó y la paloma sola volvió y escondió a Cristo. Por el contrario, la perdiz fue a posarse sobre una roca y desde allí empezó a gritar "vato", "vato", "vato" (zarza, zarza, zarm) en el momento en que pasaban los judíos, delatando así el lugar en donde estaba Cristo. Cristo maldijo a la perdiz por la traición y enseña a los hombres la forma de cazarla.

La perdiz en la obra bizantina contesta a las acusaciones del murciélago y dice que sus patas no están ensangrentadas sino que lleva calcetines de color escarlata y además habla con orgullo de sus "labios" rojos y de sus ojos maquillados, diciendo que no está vestida corno una prostituta, sino como una noble y cuando canta por la mañana no llama a sus amantes, sino que canta a la aurora. Insiste en su instinto maternal, que por cierto es proverbial, diciendo que tenía veinte polluelos, pero que le mataron doce y por esto les aconseja a los restantes que no se alejen de ella.

La belleza de esta ave ha captado el alma popular. En griego moderno hay muchos adjetivos intraducibles a un español correcto cuyo primer componente es precisamente la palabra perdiz. P.ej. n t p S ~ ~ o p á ~ a , que tiene ojos tan bonitos como la perdiz, - r r~pS~~óo~q€Q, que tiene el pecho tan bonito como la perdiz y ntp6~~olraroÚoa, que camina tan bien como la perdiz.

Animales en la tradición popular griega

Además el amor por sus hijos se ha quedado proverbial, como hemos dicho, y se encuentra tanto en la poesía popular como'en la docta.

Un ultimo ejemplo será el del murciélago, que el poeta describe con interés como tantas otras aves. Desde Esopo resalta el doble carácter de este animal. Según Esopo, un día lo cogió un gato y el murciélago le suplicó que no lo comiera porque no era ratón sino ave.

Otro día lo cogió otro gato que odiaba a los pá.jaros y le rogó que no lo comiera porque rio era ave sino ratón.

Una tradición popular muy extendida en Grecia cuenta lo siguiente: "El murciélago era un hermoso y orgulloso ratón. Entró en una iglesia, robó un trozo de pan bendito y se lo comió. Entonces Dios, para castigarlo, le dio alas para volar pcro le quitó la luz del día y le dejó sólo la noche".

Otra tradición cuenta: "H murciélago era antes ratón. Un día, al entrar en una iglesia, encontró un trozo de pan bendito caido en el suelo. No sólo no lo comió, sino que con veneración lo guardó. Dios por csta devoción le dio alas para llevar el pan bendito a lo más alto de los cielos".

En la obra "lIovXoXóyoc" se explica el por qué el murciélago tiene el dorso negro y el pecho blanco. El murciélago trabajaba con un herrero y a causa de la humareda su espalda se puso negra. Pero su vestido se estropeó por delante, y , como rio tenía otro, lo remendó con un trozo de tela blanca".

Aparte de esta obra existe otra llamada "At+yr)or) TWV T E T P ~ I T ~ ~ W V

[Gtuv" (Narración de los cuadrúpedos), en la que describe la reunión de animales cuadrúpedos bajo la presidencia del león y del elefante. Los ministros son el leopardo y el pardo.

El objetivo de esta reunión era cómo conseguir la paz en el reino de los animales. Todos los cuadrúpedos habían sido invitados por los heraldos reales, el gato y el ratón. Al principio hay una cierta reserva, los animales temen por su vida y por eso mandan al burro y al caballo como representantes. Todos juran reconciliación y amistad. La gran reunión empieza; el león abre la sesión e invita a cada uno de los animales a expresar sus quejas contra los demás, pero también a contestar a las quejas de los otros. De este modo se produce una terrible confusión. Las acusaciones van en aumento hasta que el rey León se conmueve tanto por la enemistad que existe entre los animales que pone fin a la reconciliación y declara una guerra general. Las consecuencias son una auténtica matanza.

Se ha conservado también otra obra más corta sobre animales con el título Cvvaeapíov roU ripqpívov yaoápov.

La historia es la siguiente: un pobre y exhausto burro un día escapa y goza de su libertad. Pronto lo encuentran el zorro y el lobo que lo quieren matar y repartirlo.

El burro los avisa de que su dueño, junto con sus perros de caza, está por ahí y que por lo tanto están en peligro; ellos, sin embargo, no tienen miedo. El zorro propone un plan para que vayan los tres como peregrinos a los Santos

P. Stavrianopulu

Lugares, a recoger limosnas y de allí en adelante hacer cada uno su vida. Se suben a una barca, el capitán es el lobo, el zorro está al timón y el pobre burro está encargado de los remos. En un momento el zorro empieza a contar que había tenido un terrible sueño sobre una tempestad que los arrastraría a un terrible peligro. Dice que sería mejor que todos se confiesen. Primero se confiesa el lobo y el zorro le perdona sus pecados. Luego se confiesa el zorro, se ürrepiente y promete irse a un convento. Así lo perdonan. Le toca el turno al burro que dice que lo único que recuerda es haber comido un día una hoja de lechuga en el jardín, por lo cual su dueño le había pegado a conciencia. El lobo y el zorro deciden que por esto, según las leyes, se le deben cortar las dos patas delanteras y sacarle un ojo. El burro piensa cómo podrá escapar y les dice que una de las patas de atrás tiene cualidades mágicas y que puede transmitírselas a otro antes de morir. Quien consiga este poder podrá ver y oir lo que se dice a miles de kilómetros y enfrentarse por tanto a cualquier enemigo. El lobo y el zorro demuestran un vivo interés y empieza la ceremonia. El burro le ordena al lobo ponerse de rodillas y rezar tres horas enteras en la popa del barco, al final le da una patada y el lobo cae al agua. El zorro le sigue muerto de miedo. El burro se salva y, desde entonces, se llamará Nicos (Victorioso).

El argumento de esta obra se conserva como tradición oral en Eubea y Gortina.

De todos modos las caracteritaciones de los animales y el motivo popular de la confesión son elementos que se encuentran también en Europa Occidental.

Otra obra es especial para los peces: " ' O 'O$apoXóyos" (Tratado de los peces). Aquí hay también una reunión de todas las familias de peces bajo la presidencia de la ballena. Un pez está acusado de traición y el rey lo condena a que le corten una parte de la barba y además lo maldice.

Existe también otra obra corta, de origen cretense, sobre la amistad de los gatos y los ratones que fueron engañados por aquellos y en un momento de alegria fueron encerrados en un horno y allí encontraron la muerte.

Después de la caída del Imperio Bizantino en manos de los turcos, la tradición se conservó sólo oralmente.

L,as historias de los animales siguen atrayendo el alma popular que les añade a veces nuevos elementos, de acuerdo con el concreto entorno geográfico.

Además es interesante el análisis lingüistico de cada cuento, según la región, que realza el valor literario que presentan estas obras populares.

Desde el siglo pasado en el que el profesor N. Politis fundó la cátedra de Aaoypa<Pía en la Universidad de Atenas, los estudiosos han recogido y estudiado numerosisimos cuentos populares. Actualmente las distintas Universidades, así como la sección de folclore de la Academia de Atenas

Animales en la tizldición popular griega

siguen el ejemplo de N. Politis para preservar los tesoros de este patrimonio cultural.

De este rico repertorio sobre cuentos de animales y siguiendo la tradición, que he tratado de resumir anteriormente, escogí los siguientes:

El gallo prior (Este cuento existe en numerosas versiones de diferentes localidades de

Grecia, desde el Norte hasta Chipre y 'rrebizonde. El motivo en el sistema de Aarne-Thompson es el número 61A: Fox as Confessor y 227 Geese and Fox).

Erase una vez un gallo que removiendo la tierra, encontró un libro donde estaba escrito lo siguiente: "El gallo prior debe ir de peregrino a los Santos Lugares". Creyó que se refería a él mismo y marchó camino del Santo Sepulcro.

En el camino, se encuentra con la gallina, que le dice: - " iBuenos días, Sr. Gallo! i,A donde vas?". - "Voy al Santo Sepulcro", respondió el gallo. - ¿Por qué no me llevas a mí contigo?, le preguntó la gallina. El gallo sacó el libro para ver si este caso estaba anotado y leyó:

"Gallo Prior gallina Abadesa"

- Pues sí, ven tú también, señora abadesa, al Santo Sepulcro, le dijo el gallo.

Caminando se encuentran con el pato que les dice. - "¡Buenos días!, ¿a dónde va esta querida pareja'?". - "Vamos al Santo Sepulcro", contesta el gallo. - ¿,Por qué no me lleváis a mí también con vosotros? Pregunta el pato. - Vamos a ver lo que dice el libro:

"Gallo Prior, gallina Abadesa Pato Cruzado"

- Ven tú también, porque aquí está bien escrito. Le dice el gallo. Siguiendo el camino los tres se encuentran con la oca que les dice: - "iBuerios días!, ¿a dónde vais? - Vamos a venerar el Santo Sepulcro y a bautizarnos en el río Jordán, le

contesta el gallo. - ¿Puedo ir yo con vosotros también? Les pregunta la oca.

P . Stavrianopulu

- Un momento, que vea lo que dice el libro. Entonces el gallo lee:

"Gallo Prior, gallina Abadesa Palo Cruzado oca Obispo"

Así que los peregrinos son ya cuatro y siguen su camino. Entonces los ve desde un árbol una urraca y les dice:

- "iBuenos días!, ¿a dónde vais'? - Vamos al Santo Sepulcro, contesta el gallo. - ¿Puedo ir yo también con vosotros? Pregunta la urraca. - Espera que lea primero cl libro. Lee entonces el gallo:

"Gallo Prior, gallina Abadesa Pato Cruzado oca Obispo urraca Monja"

- Ven con nosotros, le dice el gallo. Y los cinco siguen su camino charlando alegremente. Entonces se

encuentran con el zorro que les dice: - ¿,A dónde vais, hemanos, tan alegremente? - Vamos al Santo Sepulcro. - ¿Me lleváis con vosotros? pregunta el zorro. - Pues si lo dice el libro, sí, dice el gallo. Abre el libro y lee:

"Gallo Prior, gallina Abadesa Pato Cruzado oca Obispo urraca Monja zorro Confesor"

- Pues habla de ti, ven para que nos confieses, le dice el gallo. Siguieron los seis el camino y el zorro empezó a darles piadosas lecciones,

asumiendo su papel de confesor.

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Poco tiempo después se encontraron con un gorrión que estaba posado sobre un &-bol y les dijo:

- ¡Hola, hola! - Que la paz sea contigo, dice el zorro. - ¿A dónde vais todos juntos? - Vamos a convertimos en peregrinos, contestó el zorro. - ¿Y no queréis que vaya yo también con vosotros? preguntó de nuevo el

pájaro. - Que lea el prior su libro, y si te menciona vendrás tarnbikn. (¿Crees tú que

me atragantaré yo contigo? pensó el zorro). Entonces el gallo leyó el libro:

"Gallo Prior, gallina Abadesa Pato Cruzado oca Obispo urraca Monja zorro Confesor gorrión Monje Novicio"

- De ti también habla, grita el zorro. Ven, ven. Así los peregrinos se convierten en siete. Al acercarse a las tierras del Santo Sepulcro les dijo el zorro: - ¡Hermanos e hijos míos!, al acercarnos a estas santas tierras debéis

confesaros para ir limpios al Santo Sepulcro. Si alguno de vosotros me oculta un pecado, lo enviaré directamente al Hades insaciable (su tripa) Ven tú primero, gallo Prior, confiesa tus crímenes.

Va pues primero el Prior y el zorro lo lleva detrás de un arbusto. El gallo confiesa sus pecados.

- Lo que estás diciendo no es nada. Estás ocultando un pecado muy grave, dijo el zorro. ¿No eres tú el que se despierta dos o tres horas antes de amanecer y empieza a gritar cocorico, cocorico y despiertas a todo el mundo?

Dicho esto, el confesor abrió su boca y mandó al Hades al pecador gallo junto con sus plumas.

Cuando sintió hambre llamó a la Abadesa. - Ven tú, señora Abadesa. Veamos, ¿qué pecados cometiste?. Va la gallina, dice sus faltas y al final le cuenta que alguna vez rompió un

huevo y se lo coniió. - Esto no es nada. ¿Tienes otra cosa qué confesar? le pregunta el santo

confesor. -No, no tengo, contestó la Abadesa.

-- ¿Cómo que no tienes? Dijo el confesor con ira. Cuando llamas ca, ca, ca, ca sin haber puesto el huevo y tu ama corre a cogerlo y se encuentra con que sólo has ensuciado el nido, ¿esto no es un pecado?

De esla manera, la pobre fue a encontrarse con el Prior. El confesor Ilamó al pato. Apareció el pato con gran devoción y empezó a contar sus crímenes al

confesor, por orden, uno tras otro. Y le dijo: Estos son mis crímenes y tienes que dame la absolución. - iOh, el gran pecador pide la absolución! dijo con rabia el confesor. Dime,

cuando nacen tus hijos, ¿por qué los dejas Huérfanos y sin protección y dime por qué enloqueces a la gente con tus gritos? ¿No es esto pecado? ;Ve tú también al infierno!

Y así el zorro confesor mandó el pato al Hades insaciable, y llamó acto seguido a la oca Obispo.

Esta aparece majestuosa jactándose de que no tenía pecados. - ¿Ah, sí? ¿Con que no tienes pecados? le dijo iracundo el confesor. ¿Acaso

no eres tú la que enturbias las aguas del río y por ello no pueden beber los pobres corderitos?

La oca no supo qué decir y así fue a encontrar a los otros peregrinos en cl Hades tenebroso.

Entonces apareció la urraca, contó sus crímenes hasta que dijo quc no tenía más.

- ¿Cómo que no tienes más?, le preguntó, furioso, el confesor. $ 4 0 eres tú la que te subes al árbol y empiezas a gritar y las mujeres creen

que les vienen huéspedes y se ponen a arreglar la casa, y tú te ríes de ellas? Al decir esto el confesor extendió la mano para coger a la urraca y

comérsela, pero ella se echó a volar, se posó sobre un árbol y escapó del Hades insaciable.

Finalmente el confesor Ilamó al pajarillo. - Ven tú también a confesarle. Se acerca el pajarillo, hace una reverencia y dice d zorro: - Primero, deja que bese tu lengua y después me confesaré. Así el zorro abrió la boca para comer al gorrión, sin que se hubiera

confesado, pero el pájaro lo ensució en la boca, y se marchó volando. El zorro, fuera de sí, se marchó a buscar a otros para confesar.

E1 zorro monje (Es una versión del mismo cuento).

Erase un zorro que no tenía qué comer. Entonces fingió que quería ir a un convento para hacerse monje.

En el camino se encuentra con un gallo que le pregunta:

Animales en h tradición popular griega

- ¿Adónde vas? - Al convento, responde. A partir de ahora no comeré jamás ni carne, ni

aceite, sino sólo pan duro y cebollas. - ¿Puedo ir contigo? Pregunta el gallo. .- Claro que sí. Y así el gallo fue con el zorro. Más adelante se encontraron con unas

palomas, y estas al verlo echaron a volar. El zorro entonces les dice: "No os vayaís. Ya no soy como antes. Ahora voy a1 convento y no como ni

carne, ni aceite, sino sólo pan duro y cebollas. El palomo grande ie dice: - ¿Puedo ir yo tanibién con vosotros? - Claro que sí, contestó el zorro. Y así van los tres. Más adelante se encuentran con unos gorriones que al

ver al zorro se fueron volando. De nuevo el zorro les explicó que no tenían por qué tener miedo ya que iba

al convento. Entonces el mayor de los gorriones le preguntó si podía ir él también, a lo

que el zorro dijo que sí. Después de caminar bastante, llegaron a una cueva y ciitonces les dijo el

zorro. "Entrad, tenernos que confesarnos, porque hemos de cruzar mares y ríos y

Dios sabe si llegaremos vivos al convento. Ven, gallo, le confesaré. - ¿Qué he hecho yo?, dice el gallo. - ¿,Qué lie hecho yo? ¿Tú no cantas en plena noche y despiertas a las

parejas? y, a veces, cantas más temprano y engafias a los campesinos que salen al camino pronto y los matan los ladrones?

Asi que el Lorro comió al gallo. - Ven tú ahora, palonio, dijo el zorro.

¿Qué mal he hecho yo? preguntó el palomo. - LNO eres tú el que come granos de trigo cuando la gente siembra y la dejas

sin nada? U comió también al palomo. Después el zorro llamó al gorrión. - ¿Pero, qué mal he hecho yo? protesta el gorrión. - ¿,Qué mal? $40 eres tú el que robó la corona del rey y la llevas puesta? - No, y te traeré testigos. - Bien, trAelos. El gorrión se posa sobre un árbol y en este momento ve a un cazador y le

dice. No me mates y saldrás ganando. Ven, te enseñaré dónde está escondido el

zorro. Junto con el cazador va a la cueva.

- Zorro, ven que te traigo los testigos, dijo el gorrión. - U ¿por qué no entran ellos también aquí? - No quieren, sal tú. El cazador apuntó a la entrada de la cueva y al salir el zorro le disphuó. Mientras el zorro agonizaba dijo al gorrión: ¡Vaya con tus testigos, amigo!

(Cuento del tipo 9 según Aa.-Th. Se encuentra en versiones sobre todo cn el Peloponeso, Cefalonia y en Atica).

Erase una vez un lobo que tomó como aparcero a un zorro para sembrar junios. Sembraron y llego el tiempo de la siega, hacía nmcho calor y al zorro no le gustaba nada segar en plena canícula.

Entonces dice el zorro: - Oye, compadre, vete tú a regar, eres más habilidoso, yo voy a sostener

aquella roca para que no caiga sobre nosotros. ien, haz cómo mejor puedas -le dice el lobo.

El zorro se sentó a la sombra de la roca mientras que el tonto del lobo segaba.

Cuando terminaron de trillar, pusicron por separado el grano y la paja. Entonces le dice el zorro al lobo:

- Compadre, ¿prefieres que yo co,ja la paja que es niuclza y tíl el grano que es poco o yo el grano quc es poco y tú la paja que es mucha?

- Mejor que coja yo la paja que cs mucba -dijo el lobo. - Muy bien, compadre. No te quejarás, te he dejado elegir. iAh!, adiós

compadrc, que lo conias bien, hasta el año que viene. Así cl astuto zorro se quedó con el grano y el lobo tonto se quedó cori la

paja.

El zorro y la cigüePaa (Cuento del tipo nQ 60, según el sistema de Aa.-Th. Versión de la isla de

Lesbos de la fábula de Esopo. Existen otras versiones en Chipre y en Calabrid.

Una vez la cigüeña. invitó al zorro a comer. Cogió un cántaro lleno de leche, lo puso sobre una piedra, metió dentro el pico y se puso a beber.

Cuando sacaba fuera el pico para respirar, el zorro le lamía la leche que le goteaba del pico.

Cuando terminó de beber la cigüeña dijo al zorro: "¿Has bebido bastante leche, compadre? ¿Estás satisfecho?

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- ¡Cómo no!. He bebido mucho y estoy muy satisfecho. Te invito yo a comer mañana.

Se pusieron de acuerdo y al día siguiente se encontraron temprano en una ladera. El zorro trajo un cántaro de leche. Fue hacia una roca, rompe el cántaro y la leche se derrama. El zorro empezó a lamer la leche pero la cigüeña chocaba con su pico en la roca sin conseguir beber nada.

El zorro después le preguntó: - Comadre, ¿has bebido bastante leche? ¿Estás satisfecha? - ¡Ay, compadre!, ya sé por qué la has armado. Entonces el zorro contestó. - Comadre, de la manera que has vendido, has comprado.

iente y el zorro (Este cuenlo de Lesbos corresponde al tipo n"54 y 155 de Aa.-Th.

Existen versiones de este cuento en Asia Menor, 'Tracia y Calabria).

Erase una ve7 un hombre pobre que regresaba de ~ L I campo. En el camino se encontró con dos niños que querían matar una pequeña

serpiente. Dio a los niño9 una moneda, cogió la serpiente, la llevó a su casa y le dijo a su mujer:

- Hoy, he realizado una buena acción. Salvé a esta pequeña serpiente de unos niños que querían matarla. Trae aqui la caja donde metes tus pañuelos pasa ponerla dentro.

1,a puso allí y todas las mañanas, al levantarse, le daba de comer a la serpiente. Esta iba creciendo de tal manera que apenas cabía en la caja ya.

Un día nuestro hombre fue, como de costumbre, a darle de comer pero la serpiente se enroscó en torno a su cuello e intentaba ahogarlo. El pobre hombre llorando le decía:

"Pero, ¿qué es esto? ¿Yo te salvé y tú quieres estrangularme? Al ver que la situación iba empeorando le propuso a la serpiente: "Vámonos a los tribunales y que se haga lo que decidan los jueces". La serpiente aceptó y se fueron a buscar un juez. Anduvieron mucho y por

fin encontraron un rebaño de ovejas. "Venid a juzgarnos" -dijo el hombre. $ k h - e qué?, preguntaron las ovejas. - Mirad, dijo el hombre. A esta serpiente la encontré cuando era pequeña y

la salvé de la muerte que unos niños querían darle. La recogí, le di de comer y ahora quiere matarme.

- Tiene que estrangulaste, dijeron las ovejas. A nosotras tambiCn los hombres nos tienen para parir corderitos que matan después, beben nuestra leche, cogen nuestra lana y al final nos matan y nos comen.

iAh! dijo el hombre. Vámonos a otro juez.

P. Stavrianopulu

Después se encontraron con un rebaño de bueyes a los cuales le pidieron lo mismo que a las ovejas.

- Debe ahogarte, dijeron los bueyes. Porque los hombres nos ponéis en el yugo y además nos matáis y nos coméis.

- iAh! dijo el hombre. Ya está bien, vámonos a otro juez. A continuación, se encontraron con un zorro y el hombre le pidió su juicio,

le explicó el caso y haciéndolc señas le dio a entender que si lo salvaba de la serpiente le regalaría gallinas. El astuto zorro lo entendió enseguida y le dijo:

- Tú, hombre, dices que esta serpiente tan grande estaba dentro de la caja que tienes en tus manos. Pero esto es imposible. iNunca creeré que pueda &ber aquí!

U le dijo a la serpiente: "Suelta el cuello del hombre, entra para ver si cabes y daré entonces mi opinión.

Efectivamente la serpiente entró en la caja pero dejó su cabeza fuera. - 'Tu cabeza dentro, gritó el zorro. La serpiente puso tambiéu su cabeza dentro de la caja y el hombre,

rápidamente, le puso encima la tapadera. - Pues ahora, dijo el zorro al hombre, ya que te salvé, vete a traerme lo

prometido. - No te prcocupes, le di.jo el hombre. Por lo que me hiciste le traeré una

gallina con sus polluelos. El hombre se fue a su casa. - iEh, mujer!, el zorro me salvó y hay que llevarle la gallina con los

polluelos. - No te preocupes, marido mío. Siéntate t ú a descansar y yo cogeré la

gallina y la pondré dentro del saco. La mujer coge un saco y pone dentro a la perra con SUS perritos. Bajó el hombre y creyendo que llevaba la gallina y los polluelos, coge el

saco y lo lleva al zorro. El Torro le dijo: "Abre el saco y yo cogeré los pollos". El hombre abrió el saco, saltó de su interior la perra, cogió la cola del zorro

y se la cortó. El zorro desapareció corriendo y sin cola. Después de correr bastante, volvió atrás y viendo que nadie lo perseguía se

subió a un puente y lloriqueando se quejaba: ¡Ay zorro, zorro!, tu padre no era j u e ~ , tu madre tampoco; tu abuelo

tampoco era fiscal, quién te metío a ti a hacer de j u e ~ ?

Animales en la tradición popular griega

El cangrejo y la serpiente (Cuento de Mégara, versión de la fábula de Esopo).

Erase una vez una serpiente que bajó a la costa y allí se encontró con un cangrejo y le dijo:

- Compadre, quiero hacerme amigo de algún animal de mar; así bajaré de vez en cuando al mar para comer algún pescadito y que él cuando quiera pueda venir a mi casa a comer alguna hortaliza tierna. ¿Qué dices? ¿Quieres ser mi compadre'?

El cangrejo, después de pensarlo bien, dijo: - Bien, de acuerdo. Entonces se estrecharon las manos y en seguida se sentaron para comer. El

cangrejo le trajo mariscos y algas. Cuando se acabó la comida, la serpiente estaba muy alegre y sin parar

abrazaba al cangrejo. Al pobre cangrejo le daba vergüenza pero le decía: - Me aprietas mucho, compadre. - Pero te quiero mucho, compadre, le decía la serpiente. Y al momento, lo mismo. - ¡Compadre mío! Y lo apretaba cada vez más la serpiente. - Me aprietas mucho y me ahogarás. Protestaba el cangrejo. - ¡Es que no puedo contenerme, compadre, es que te quiero tanto! - Y yo también, contestaba el cangrejo, pero se daba cuenta de que la cosa

no iba bien, porque la serpiente seguía apretándolo. La serpiente volvió a apretarlo tanto que el cangrejo, desesperado, le puso

las pinzas en el cuello; lo soltó, y se desenroscó. Entonces le dijo el cangrejo a la serpiente:

- ¡Así está bien! No lo que hacías, ¡apretar para matasme!

(Este pequeño cuento es de la isla de Naxos y es del tipo no 113b de Aa.- Th. Existe otra versión de la isla de Quíos).

Erase un gato que fue a hablar con un ratón para proponerle hacerse compadres para que el gato de este modo no lo comiera.

Este ratón se lo dijo a los demás y así se hizo. Una noche los ratones tenían una fiesta y el gato les rogó que bailaran,

pero, al verlos a todos en fila, se turbó, olvidó los vínculos nuevos y ya estaba a punto de lanzarse contra los ratones cuando uno de ellos lo vio y se dio cuenta al instante de lo que pasaba.

Dirigía e1 baile un ratón que tenía la cola cortada. El otro ratón empezó entonces a cantar diciendo:

P. Stavrianopulu

"-U tú, ratón sin cola lleva el baile hacia el agujero porque nuestro compadre, el gato, tiene la vista puesta en nosotros".

Y los pobres ratones, todos, corrieron hacia el agujero y nunca más se presentaron delante del gato.

El gato de la anciaria (Cuento de Trebizonte del tipo 103 de Aa.-Th. Existen otras versiones en

Samos y Tracia).

Erase una vez una anciana que tenía un gato. La anciana preparaba su yogur y el gato iba a escondidas y se lo comía.

Un día, la anciana preparó de nuevo el yogur y se escondió para ver quién se lo comía. Entonces vio a su gato comerlo. Cogió un palo, le dio una paliza y lo echó de casa.

El gato se fue al bosque llorarido y gritando. Lo oyó un zorro que se le acercó y le preguntó: - ¿Qué te ha pasado? por qué lloras? Y el gato le contestó: - Me pasó esto y esto. El zorro le dijo a continuación: "Ven, nos haremos compañeros. ¿Tú me puedes salvar de mis enemigos? - Claro que sí, dijo el gato. El zorro junto con el gato se fue a ver su madriguera y después se marchó

para traer cacahuetes para la cena. Pero al volver, cerca de su madriguera apareció un oso, uno de los enemigos del zorro, y le dijo:

- Ya está, ahora te voy a comer. - Hermano, dijo el zorro, me van a comer, corre, corre. En ese momento el gato empezó a maullar fuertemente y retumbó toda la

cueva. El oso al oír este horrible ruido se asustó y se escapó lo más deprisa que pudo.

En su huida el oso encontró un jabalí y le dijo: "El zorro tiene un compañero tan salvaje que me iba a comer". Entonces le dijo el jabalí: - Ya verás, voy a ir yo y verás lo que pasa. En ese momento el zorro volvía a salir para recoger castañas y al ver al

jabalí se asustó y gritó. "Hermano, corre, quieren comerme".

Animales en la tradición popular griega

Maulló otra vez el gato salvajemente, la cueva resonó, el jabalí se asustó y escapó.

Encuentra al oso y le dice: "Tenías razón". Lo oye el lobo y él también quiere intervenir con valentía para acabar con el

monstruo. En ese momento el zorro había ido a por nísperos y al volver le dice el lobo: "Te comeré ahora mismo. El zorro empezó a gritar y maulló de nuevo el gato. La cueva retumbó y el

lobo aterrorizado se fue corriendo. Se encontró con el oso y el jabalí y les dijo:

"Teníais razón, si no me hubiera escapado corriendo, no me quedaría ni un hueso".

Se sentaron para pensar de qué manera podrían averiguar qué pasaba. Decidieron organirar una comida en memoria de las almas de los cornpañcros muertos e invitar también al zorro y a su compañero y así ver quién era.

El lobo se fue al rebaño, mató un cordero y lo trajo. El oso fue a buscar leña y el jabalí se fue a un molino a conseguir pan.

Una vez preparada la comida, el lobo va y llama al zorro y a su compañero. En el camino el gato saltaba y cogía pájaros y los comía. El lobo al ver esto sc va por delante y les dice a sus amigos: "Vienen, pero el compañero del zorro es terrible. ¡Coge los pájaros en el

airc! ". Entonces el lobo coge un trozo de pan y un trozo de cordero y desaparece. El jabalí va a escondersc en la ceniza, y el oso se sube a un árbol. Llegan el zorro y el gato y no ven a nadie. El gato se acerca a las cenizas, estornuda y entonces el jabalí se asusta y

escapa. Pero también el gato se asusta y sube al árbol. E,l oso se espanta, se cae del árbol y se mata. Es así cómo el zorro y el gato se quedaron solos y comieron tranquilos el

cordero asado.

(Cuento de Chipre con versiones en Argos, Calcídica y Acarnania).

Un día una zorra salió de su madriguera y disfrutaba del sol. Su madriguera estaba debajo de la montaña. Soplaba un aire muy frío.

Poco después llegaron sus zorritos y se sentaron a su lado. Sentados todos así, transcurrió toda la mañana y se acercaba el mediodía. La zorra no se movía.

Un zorrito le dice:

- ¿Qué estamos haciendo aquí, mamá? - Nos estamos calentando, le contestó la zorra. - Y, ¿dónde está el fuego? - ¿No lo ves? Sobre aquella montaña, enfrente. El zorrito no dijo nada. Poco después se puso a gritar: - ¡Mamá, mamá, agua, mamá! - ¿Qué te pasa? ¿Por qué quieres agua? - ¡Mamá, agua! ¡Me estoy quemando! - ¿De qué te quemas, hijo mío? - De una chispa. Saltó de aquel fuego que está allí enfrente, donde me

enseñaste, y me quemó la oreja. - Bravo, hijo mío, le dice la zorra. Ahora me doy cuenta que eres listo y

que ya puedes vivir solo. Tienen razón los que dicen "la zorra tiene diez años, pero el zorrito once".

El gato, el león y el hombre (Cuento de Tracia del tipo 157A+151 de Aa.-Th., con versiones en Pontos,

Samos, Skiros, Cefalonia y Chipre)

Erase una vez un gato que salió a dar una vuelta por la montaña. De repente ve a un león.

El gato, al ver al león, se apartó con miedo y esperaba a ver lo que haría el león. Este se acercó, lo olió y después le dijo:

- Tú pareces también de nuestra raza, pero eres muy pequeño. Y el gato le contestó: - Si tú vivieras con el hombre, también serías pequeño. - Y, ¿por qué?, preguntó el león. ¿Qué es el hombre? ¿Es tan grande y tan

salvaje'? ¿Dónde está? Quiero verlo. El gato le dijo entonces: - Ven conmigo y te lo enseñaré. El león le acompañó y se encontraron con un leñador. El gato dijo al león: - Mira, éste es el hombre. Se acercaron y el león saludó al hombre y le preguntó: - ¿Tú eres el hombre? - Sí, le contestó el hombre. - Me enteré de que eres muy fuerte y vengo para luchar contigo. - Muy bien, contestó el hombre. Pero, primero, ayúdame a cortar esta

madera a medio cortar y después lucharemos. - De acuerdo. - Pon tus patas aquí, en la ranura de la madera para partirla. El león puso

sus patas delanteras en la ranura y el hombre con la ayuda de dos maderos se

Animales en la tradición popular griega

las apretó fuertemente. Después cogió un palo y empezó a darle una tremenda paliza.

Cuando el pobre león se liberó, se echó al suelo medio muerto. El hombre cogió su madera y se alejó. Entonces salió el gato que se había escondido y dijo al león: - ¿Qué te ha parecido el hombre? - Si yo estuviera en tu lugar aún me hubiera hecho más pequeño.

El viejo leñador y el león (Cuento de Chipre del tipo 159B según el sistema de Aa.-Th. Se encuentra

en varias versiones del Peloponeso, Eubea y Pontos).

Erase una vez un hombre mayor con muchos niños. Todos los días cogía su burro e iba al bosque para cortar leña. Trabajaba todo lo que podía. Un día aparece ante él un león y le dice:

- Siéntate a descansar, anciano, y yo cortaré la leña para ti. Después la cargarás en tu burro, irás a venderla y así podrás comprar algo para que puedan comer tus hijos. U así fue. El anciano se sentó para descansar, el león le cortó la leña, cargó el burro y

el anciano se fue al pueblo a venderla. Unos días después el anciano volvió al bosque y el león le dijo: -Trae todos los días tu burro y yo lo cargaré de leña. Así pasó. Un día hacía un calor tremendo y el león se cansó corlando leña y

dijo al hombre: - Anciano, siéntate a la sombra de aquel olivo donde hay frescor y vendré

yo también a descansar poniendo mi cabeza sobre tus rodillas. Efectivamente, el león puso su cabeza sobre las rodillas del anciano y le

preguntó: - ¿Soy guapo, verdad? - Sí, lo eres, hijo mío. - ¿Soy valiente? - ¡Lo eres, león mío, lo eres! - ¿Soy joven? - Claro que sí. - ¿Ves qué joven gallardo soy? ¡Lo tengo todo! - Sí, efectivamente, lo tienes todo. ¡Sólo que tu aliento huele mal! El león se levantó bruscamente, cargó la leña al burro y dijo al viejo: - Ven ahora, coge tu hacha y dame un golpe en la nuca. - Nunca te haré tal cosa, hijo mío, a ti que me has hecho tanto bien. - Pero yo así lo quiero, dijo el león, y el viejo se vio obligado a darle un

golpe, pero se lo dio en los dedos para hacerle el menor daño posible.

Todos los días el anciano seguía yendo al bosque y el león, aunque herido, seguía cortándole leña.

Pasó cierto tiempo y el león un día le dice al viejo: - Mira a ver qué te parece mi herida. - Gracias a Dios, ya se curó completamente, le contestó el viejo. - Mi herida se curó, pero tus palabras de que huele mi aliento se quedaron

dentro de mi corazón, y esta herida se queda. Vete y no vuelvas más, porque de lo contrario te comeré.

Por esto se dice: "La puñalada se cup, pero la mala palabra dura".

1 buey y el burro (Cuento del tipo 207A de Aa.-Th. en una versión de Merambelo, Creta.

Existen distintas versiones en otras regiones de Creta, Así como en Quíos, Asia Menor, Lesbos y Cefalonia).

Una vez un buey y un burro estaban hablando dentro de un establo. Uno preguntaba al otro cómo lo pasaba.

- iEh, buey! ¿Qué tal la vida? - Qué quieres que te diga, burro. Ya estoy harto de esta vida. Todo el día

nie atormentan picándome cuando estoy arando. - ¿Quieres que te diga cómo escapar? - Sí, te estaré agradecido toda la vida. - Finge que estás enfermo. El buey siguió el consejo del burro. Por la noche le ponen paja y no come.

Le ponen agua y no bebe. - Madre mía, dicen sus amos. Nuestro buey está enfermo. ¿Qué vamos a

hacer? Tenemos que uncir el burro al arado. Así que cogieron al burro y todo el día le golpeaban y no le dejaron

tranquilo ni un momento. Vuelve tarde el burro, muerto de cansancio. Le pregunta el buey: - ¿Qué tal, burro? - ¡Muy bien! Pero, ¿sabes lo que oí decir al amo? - ¿,Qué? - Oí que te van a matar antes de que mueras. El buey al oir esto se puso bien, comió y bebió, y al día siguiente se fue a

aras. Así el burro se escapó del arado.

Animales el1 lu trurlición popular griega

Los músicos (Cuento de Sarnos del tipo Aa.-Th. 130. Existen diferentes versiones en

Quíos, Ccfalonia, Pontos, Peloponeso y Epiro).

iJna vez un labrador tenía un burro. El burro era ya muy viejo y el labrador lo ató lejos de la casa para que se muriera.

Por allí pasó también un cazador que tenía un perro, pero como era viejo y no cazaba como antes, no lo quería rnás.

El perro se quedó mirando al burro y le preguntó: - ¿Qué estás haciendo aquí? - Mi amo me ha atado aqui para que muera, porque soy viejo. - A mí también me echa mi amo porque no veo bien. - Entonces, ¿por qué no te unes conmigo y nos hacemos músicos? - De acuerdo, dijo el perro. Entonces cl burro cortó la cuerda que le ataba al árbol y se fneron juntos. Más tarde se encontraron con un gato que lloraba y con un pañuelo secaba

sus lágrimas. - ¿Por qué lloras? - Porque estoy viejo, no veo a los ratones y mi ama rne echó de casa. - Ven con nosotros, vamos a hacernos músicos. - De acuerdo. En el camino el perro dice al burro: - j Ay de mi, ya no puedo andar niás! El burro le dice: - No te preocupes. Sube sobre mí. Subió también el gato y siguieron el camino hasta que llegaron a una casa

de campo. Sobre un &bol un gallo gritaba y le pregunta el burro: - ¿Por qué gritas? - ¡Ay de mi! Mis amos tienen huéspedes y me matarán. - Ven con nosotros, vamos a ser músicos. Salta enseguida el gallo sobre el burro y siguiendo su camino llegaron a un

bosque. Pero era ya tarde, casi de noche. Entonces le dicen al gato: - Súbete a un árbol alto y mira si se ve aiguna luz alrededor. El gato subió a un árbol y vio una luz en el bosque. Allí había una choza y

en la choza había una banda de ladrones. En el momento en que los ladrones sacaban la cacerola del fuego, el burro metió la cabeza por la ventana y empezó a rebuznar, el perro a ladrar, el gato a maullar y el gallo a cantar.

Los ladrones se quedaron estupefactos. Creyeron que se trataba de espíritus y se fueron. Entonces entraron en la choza el burro y su pandilla y se lo pasaron maravillosamente bien coniiendo y bebiendo. Una vez comidos, el burro salió fuera y se tumbó en el suelo contento, el perro se quedó en la entrada, el gato cerca de la chimenea y el gallo subió a una rama cerca de la choza.

Ya de noche, cuando nuestros músicos estaban dormidos, dice un ladrón: - ¿Quién es el valiente que se acerca a ver qué pasa en la cho~a? - Yo, dice uno. Entonces éste se acerca y entra. El perro que estaba en la

puerta no le molestó. Se acercó a la chimenea donde vio que aíln había un poco de fuego, pero el gato saltó sobre su rostro, arañándole. Cuando intentaba salir le cage el perro. Fuera, el burro empieza a darle paradas, mientras el gallo chillaba desde el al bol: " i Al ladrón! j Al ladrón! "

Finalmente el ladrón escapa y cuenta a sus compañeros: - Era horrible. Me acerco a la chimenea y Lana bruja me ataca tratando de

sacarme los ojos. Salgo y otra nie coge por los pies. Fuera, otra me apalea mientras otra gritaba: " i Al ladrón, cogedle! "

Los ladrones no volvieron más a la choza, mientras los músicos vivían felices y comían perdices.

(Cuento de Chipre del tipo Aa.-Th. 221, que se presenta en otras versiones en Samos y el Peloponeso).

Una vez se reunieron los pájaros para elegir rey. Cada uno tenía su opinión y no se ponían de acuerdo. Entonces salió de una valla un pájaro troglodita que dijo:

- Yo no quiero ninguno de estos pájaros que habéis nombrado. Nadie merece ser rey.

- ¿,A quién quieres tú? le preguntaron los demás. - A mí me tenéis que elegir como rey, soy el mejor. - ¿Tú nos podrías proteger de las grandes aves que nos persiguen'? le

preguntan. - LCónio no podré? Si no, no os diría que me eligierais. Los demas pájaros

aceptaron y le eligieron rey. Pocos días después apareció en el cielo una gran ave. Al verla los demás

pájaros fueron a llamar a su rey porque estaban muy asustados. - ¡Por el amor de Dios, corre, estamos en peligro! - ¿Qué pasa? - les dice. - 1Jna gran ave está volando y nos comerá a todos. - ¿Cuán grande es? - i Grande, muy grande! - ¿Es más grande que esto? - les dijo y desplegó una de sus alas para

mostrar su tamaño. - iMucho más grande! - gritaron. - ¿,Más que eso? -y desplegó las dos alas. - Mucho más, mucho más, gritaron. jMírala, se acerca!

Animales en la tradición popular griega

El troglodita al ver el ave se asustó y corriendo se escondió en un arbusto, gritando a los dcinás:

- Escondeos deprisa donde podáis. ¡No puedo hacer nada!

Ea Bechuza y la (Cuento de Chipre del tipo Aa.-Th. 247. Versiones populares procedentes

de la correspondicntc fábula de Esopo se encuentran en Lesbos, el Peloponeso y en casi toda Grecia).

171-1 día se reunieron todos los pájaros y acordaron mandar a sus hijos a la escuela. Encontraron un maestro y le encomendaron la enseñanza de sus hijos. Y abrieron una escuela.

1Jn día algunos alumnos no sabían la lección y el maestro los castigó sin comer al mediodía. Entre los alumnos estaba el hijo de la lechuza. Esta, al ver que los otros niños volvían a sus casas a comer y el suyo no, cogió comida y se acercó a la escuela para dársela a su hijo.

En el camino se encuentra con la perdiz. El hijo de ésta también estaba castigado. Como la perdiz iba muy apurada de tiempo le dijo a la lechuza:

- Vecina, por favor, ¿podrías llevar a mi hijo también su comida, porque tengo mucho que hacer?

- Con mucho gusto, contestó la lechuza, pero no conozco a tu hijo. - iOh, es muy fácil! iMi hijo es el más hermoso de la escuela! -le contestó.

La lecliuza se fue a la escuela. Rogó al maestro que le permitiera dar de comer a su hijo y después le pidió que le dejara ver a todos los niños. Miró bien para encontrar al hijo de la perdiz pero no lo distinguió. Se fue a casa de la perdiz y le devolvió la comida.

- ¡LO siento! ¡Miré con mucha atención a todos los niños pero no encontré al tuyo, porque en la escuela no hay niño más guapo que el mío!

a abubilla y la urraca (Cuento popular de Chipre, paralelo a una fábula de Esopo que se conserva

también en una versión de Trebizonte).

Un día la urraca, posada sobre un árbol, miraba con envidia a las palomas que bajaban de su nido a un patio y comían maíz.

Día tras día veía lo bien que vivían las palomas y estaba furiosa. Cerca de ella, sobre un árbol estaba sentada una abubilla. Viendo que su vecina la urraca se estaba quejando, la aconsejó, diciéndole que la solución era muy fácil.

- ¿Cómo? -le preguntó la urraca.

- Mira -le dijo la abubilla. Como ves, las palomas son blancas. No tienes más que ponerte tú también blanca, te mezclas con las palomas y lo pasarás tan bien como ellas.

- ¡Qué bien tener tan buenos vecinos! Voy a hacer como dices. Entonces se va directanlente a un río. Se moja y, como cerca de aquel río

había un molino, entra después por la venlana y se mete dentro de ia harina, saliendo completamente blanca. Vuela hasta el patio de las palomas y se junta con ellas, y durante muchos días comía bicri y agradecía a Dios por haba encontrado a la abubilla.

1Jn día el amo de la casa del patio trajo unos huéspedes y dijo a su mu,jei que preparara un alrnucrso, matando unos pichones.

La señora escogió los mayores y entre éstos se encontraba nucstra urraca. Al cogerla para degollarla la urraca empezó a gritar y por sus gritos Ia señiora comprendió que no era una paloma. Furiosa lc arrancó todas las plumas y la echó al campo.

La urraca aturdida se quedó tirada en el sudo hasta que volvió en sí y se dijo que niás valia que le faltara tan buena vida.

La abubilla, que la estaba mirando, le dijo: - ¡Ya veo, vecina, que llevas una gran vida! - Quítate de mi vista, tú y tus consejos, le gritó la urraca. jDate por contenta

de que no puedo volar, si no ya verias lo que te hacia! Desde entonces la urraca cs enemiga de la abubilla. Nada nrás verla grlta y

llama a todos los pájaros para atacarla. Pero la abubilla lo sabe y desaparece como el viento.

gorrión, la goloan (Cuento de Cbiprc)

Una golondrina construyó su nido en cl balcón de una casa. Debajo de las tejas, al borde del tejado, estaba el nido de un gorrión.

Un día soplaba un viento frío y empezó a llover. La golondrina no encontraba nada para comer.

En los cimientos de la casa tenía la hormiga un hormiguero. La golondrina fue a vcrla y le pidió un poco de comida, prometiéndole quc se la devolvería doble cuando el tiempo mejorara. La hormiga cuando oyó "doble" se la dio en seguida, porque era muy avara.

13 gorrión seguía toda esta conversación desde su nido, pero no decía nada, En el verano las golondrinas se multiplicaban y la hormiga se alegraba al

ver que sus deudores se fortalecían. Esperaba que se le devolviera la deuda, pero como había niños pequeños no decía nada todavía. Hasta que un día, nada más crecer los polluelos, las golondrinas se levantaron al amanecer y se fueron.

La hormiga sale de su nido, mira hacia arriba ... y no ve en ningún lado a sus deudores. Mientras pensaba a dónde podían haberse ido, oye a sus vecinos los gorriones.

- ¿Te has enterado? -dijo la hembra al macho. - ¿De qué? - Nuestros vecinos, estos extranjeros que vivían en el balcón, se fueron.

&Sabes hacia dónde? - Sí, se fueron al lugar de donde habían venido. Les oí prepararse muy

temprano -contestó el gorrión rnacho. Al oir esto, la hormiga le dice: - Oye, vecino. Desde luego no has hecho bien. ¿Lo sabías y no me lo

dijiste? Pobre de mí, estoy en la ruina. ¡Les presté un montón de comida y no me lo devolvieron ni exacto, ni doble!

- ¡Te está bien empleado! -le dijo el gorrión. Esto pasa a los avaros. Hace unos días yo te pedí prestado unos granos de trigo y te negaste. En cambio, a la golondrina se lo diste en seguida porque te prometió el doble. Tengo que darte un consejo: más vale que tengas relaciones con uno de tu país que con un extranjero.

De ahí salió el refrán que dice: "Cuida siempre al gorrión que es del lugar y no a la golondrina que está de paso".

(Cuento de Naxos del tipo Aa. 'rh. 150. Existen versiones en Zante, Fatmoi, Epiro y Tracia).

Erase una vez un aiiciaiio y una anciana que tenían un hijo que estaba estudiando. Eran muy pobres. El anciano era pescador y con lo que ganaba vivían. Pero murió y el niño tuvo que abandonar la escuela.

Un día dijo el niño que quería seguir el oficio de su padre. La madre le dijo: - Pero yo quiero que estudies. No te quiero ver de pescador. El hijo insistió tanto que la madre se vio obligada a darle todos los útiles de

pesca de su padre, y el niño se fue a pescar. Echó el anzuelo y pronto sacó un pececito. Entonces éste le dijo:

- ¿,Qué vas a iacar comiéndome? Soy tan pequeño que no tengo más que huesos. Déjame crecer y podrás volver a pescarme.

- ¿Y cómo te encontraré de nuevo? - Me llamarás por mi nombre. - ¿Cómo te llamas? - Me llaman Nu (= mente, cabeza) El niño tiró de nuevo el pez al inar. Echó de nuevo el anzuelo y cogió el

mismo pez, pero no se dio cuenta de ello. El pez le dijo lo mismo y el nifío contestó:

P. Stavrianopulu

- iAh, no! Acabo de coger otro pez y lo dejé escapar. - Déjame a mi también y más tarde vienes y me coges. - ¿Y cómo te encontraré? - Me llamarás por mi nombre, me llamo Gnosi (= conocimiento). Así que el niño lo tiró al mar y por tercera vez con el anzuelo sacó el mismo

pez. Pensó que esta vez tendría que llevar algo a su madre para que preparase comida, pero el pez le dice:

- Déjame crecer; en ocho días seré mayor y vienes entonces a cogeme. - ¿Cómo te encontraré? - Me llamarás por mi nombre. Me llamo Suvli (= pincho). Y el niño echó de nuevo el pez al mar. Volvió a su casa y lo contó todo a su

madre. Ocho días ~nás tarde volvió al mar y con todas sus Iuerzas erripezó a gritas: - jNu, Nu, Nu! Y del fondo del mas oye: - jSi tuvieras nu (=cabeza), no me hubieras dejado escapar! Después llama: - iGnosi, Gnosi, Gnosi! Y oye: - ¡Si tuvieras gnosi (-conocimiento), no me hubieras dejado escapar! Y de nuevo grita: - iSuvli, Suvli, Suvli! - ¡Que en tu nariz se pinche! Y así el niño entendió que le habían engañado y desdc entonces no se dejó

engañar nunca más.

Aparte de este pequeño repertorio de cuentos populares estrictamente de animales, hay muchísimos otros cuentos donde intervienen animales o hablan de metamorfosis de hombres en animales por medio de un poder mágico; hombres que vuelven a su estado humano una vez han desaparecido los encantos.

Pero un aspecto muy popular del significado alegórico de la presencia de animales se ve en los refranes que representan de manera breve un mito interno. Por ejemplo, en el refrán "El burro llamó al gallo cabezón": En esta frase tenemos el mito popular según el cual un burro paciendo está molesto por los gritos del gallo y lo llama cabezón. En este mito encontramos la moraleja de que uno con grandes defectos no puede criticar a otro por algo de menos importancia.

La observación aristotélica "~i) ~ ~ a p á S ~ i - y p a ~ a t oi púBoi ~ i ) Kpo~ov SELKVÚOUOL" tuvo y tiene su vigencia en el lenguaje popular. Por otro lado Antti Aarne y Stith Thompson en "The Types of the Folktale" (Helsinki, 1964) observan el intercambio entre mito y refrán. Y, en efecto, los pueblos

A~limales en la tradición popular griega

encuentran en esta expresión abreviada de los mitos la ayuda más directa y niás lacónica en unos momentos puntuales.

Los refranes sobre animales también resumen un cuento de manera más viva y epigráfica y por eso son tan ampliamente utilizados en la vida cotidiana. De manera paradigmática citaré algunos:

- "¿Qué busca el zorro en el bazar?" (Significa que los astutos no se mezclan en empresas peligrosas).

- "No hay ni gato ni ningún desperdicio" ("Todo está en orden" y "No hay ni ganancias ni pérdidas").

- "El zorro tiene cien años y el zorrito ciento diez" (Significa la audacia y la insolencia de los jóvenes frente a los mayores).

.- "La tortuga llama a su hijo ángel" (Igual que en el cuento de la lechuza y la perdiz, para los padres, su hijo es lo mejor).

- "Vo7 angelical en boca de asno" (Se dice de las personas bruscas o vulgares que fingen ser educadas para conseguir algo). - "Nunca calumnies a un caballo que no has montado" (Aconseja no calumniar a personas que uno no conoce o basándose en informaciones ajenas).

- "La oveja está acostumbrada a que le quiten la lana" (Se dice de las pcrsonas que cstán acostumbradas a la desgracia o a ser explotadas).

- "El Torso en su fantasía cocina gallos" (Se dice cuando imaginamos las cosas que necesitamos).

- "Dos burros disputaban en un establo ajeno" (Se dice cuando nos peleamos por asuntos ajenos).

- "De estar montado en un caballo pasó a estarlo sobre un burro" (Se dice de alguien que baja de categoria).

- "Si quitas al oso la cadena, sabrás si es salvaje o no" (Sólo dando a alguien su libertad entenderás su carácter).

- "Lo que no alcanza el zorro, lo desprecia" (Se dice de las justificaciones por algo que no somos capaces de hacer).

- "Han puesto al lobo a guardar las ovejas" (Se dice de la persona que no es apta, e incluso inconveniente, para un puesto).

- "En ausencia del gato bailan los ratones" (Cuando falta el jefe, los subordinados hacen lo que quieren).

- "El lobo en su vecindario no roba ovejas" (Se dice de los que se comportan con aparente corrección ante gente que les conoce).

- "'Todos los cerdos tienen el misino hocico" (Todas las personas malvadas tienen el mismo comportamiento).

- "Más vale atar un burro que buscarlo" (Más vale prevenir que curar). - "Si el burro no da patadas no le quitan la carga" (Sólo la protesta tiene

resultado). - "A alguien le regalaban un busro y le examinaba los dientes" (Se dice

cuando nos regalan algo y encima tenemos exigencias).

- "¿Vuela el burro? - ¡Vuela!" (Se dice cuando alguien esta obligado a aceptar cualquier cosa sin poder poner objeciones).

- "El lobo al envejecer se convierte en la irrisión de los perros" (Se dice de alguien importante o fuerte quc, al envejecer, pierde la estima de todos).

- "El camello no ve su joroba, ve la del vecino" (Se dice de las pcrsonas que no ven sus propios defectos, sino sólo los de los demás).

- "Unos son los ojos de la liebre y otros los de la lechuza" (Ciiando comparamos cosas desiguales).

- "Aunque la liebre se esconda, se Ie ven las orejas" (Pese a hg i r , en algún momento se ve nuestro carácter).

- "Teníamos un perro y ayudaba a1 lobo" (Se dice cuando amigos de confianza nos traicionan).

- "Caballos verdes" (Se dice de cosas absurdas e imposibles). - "Cuando veas huellas de lobo, guarda tus ovejas" (Siempre hay cosas que

nos advierten de algo malo). .- "El zorro cuando tiene hambre hace reverencias" (Se dice de los astutos

quc sólo cuando necesitan algo vienen a pedirlo humildemente). - "Aunque el lobo envejezca y cambie su pelaje, no cambia su opinión ni su

cabeza" (Se dice de algunas personas que no cambian o no maduran ni en la vejez).

- "El ratón no cabía en su agujero y trajo una calabaza" (Se djce de los pobres que sin pensar hacen muchísimos gastos).

- "Un burro de oro, siempre es burro" (Se dice para resaltar que el aspecto exterior no lo es todo para el hombre. Lo esencial es su carácter).

- "Quien con perros duerme, despierta con piojos" (Se dice de las consecuencias de las malas compañías).

- "Quien juega con un burro, recibirá patadas" (Se dice de alguien que mezclándose con asuntos de poca categoría acaba perdiendo).

La lista de estos refranes puede ser interminable. Todos tienen la misma característica: es decir, la intención didáctica y paradigmática. Se puede además resaltar un matiz irónico y divertido, a pesar de su espíritu profundamente filosófico.

En otro campo de creación popular, como lo es el de las canciones populares, a menudo ciertos animales tienen un papel importante. Los pájaros, por ejemplo, tienen un papel simbólico tan significativo como antiguo. En la canción popular griega el pájaro es un medio poético muy corriente y aparece cuando se va a descubrir o decir algo importante. El hombre desde la antiguedad ha envidiado dos cualidades del pájaro: poder moverse rápidamente y volar. Por eso el pájaro está estrechamente vinculado con la naturaleza y su sabiduría. Por eso también en la antiguedad las aves eran medios de presagio. En el romance del "Hermano muerto", por ejemplo,

Animales en la tradición popular griega

los pájaros con habla humana advierten a la protagonista de que su hermano, que la lleva a casa, es un fantasma. Y también en otro romance, "El puente de Arta", el pájaro se convierte en el mensajero de la Naturaleza que transmite la terrible orden del sacrificio de la mujer. Otras veces el poeta anónimo utiliza al pájaro como medio rápido y seguro de mandar mensajes.El pájaro lleva mensajes no sólo entre los vivos, sino también desde el Hades.

Y como representante de la Madre Naturaleza aparece ante el hombre desamparado y le da apoyo y consuelo.

Otro animal que aparece con mucha frecuencia en las canciones populares griegas es el caballo, uno de los más antiguos y más queridos compañeros del hombre. Lo venios en los caballos de Aquiles en Homero; pero también en el ciclo medieval de Acritas, el caballo no es un animal corriente. sino un animal con personalidad y casi del mismo valor que el hombre. Es el compañero del héroc, el amigo más fiel, que le acompaña en todas las circunstancias de la vida. El caballo en Acritas es casi la prolongación de la propia existencia del héroe.

Como hemos visto, los animales han poblado la imaginación del hombre iguaI que su propia vida.

El poeta, anónimo o no, actuando scgún la ley primitiva de la analogía, ha creado paralelismos y ha encontrado similitudes. De este modo una idea abstracta toma cuerpo a través de seres de la naturaleza que son familiares o queridos al hombre. Los animales son ejemplos de esta transí'onnación donde se aprecia la intensidad y brillo dc la naturaleza de la vida y toda la fuerza de la realidad a través del desarrollo de un mito con los animales como protagonistas. Todas las circunstancias de la vida pueden verse en algún mito. Todo lo que nos dejó Esopo, basado seguramente él también en anteriores experiencias humanas, está siempre vigente a pesar de cualquier cambio social. El zorro, el camello, el lobo, el burro y tantos y tantos animales han permanecido a través de los siglos como personajes más interesantes y más duraderos que muchos poderosos del mundo.

El mito es fruto de la mente humana no tanto individual y docta como de una mente popular y colectiva que sabe pensar paralelamente con la Naturaleza. El hombre sencillo observa a los animales con diversión y cariño y adopta sus cualidades para enseñar a su prójimo. Las circunstancias humanas las expresa al principio enteras y hace los mitos. Después las expresa de manera más breve con un espíritu más práctico en refranes. Pero siempre, a lo largo de todos los siglos, el papel de los animales en el mito sigue siendo social y espiritual, dando al hombre la oportunidad de poder reaccionar y filosofar.

El extraordinario secreto de estas obras es que han enseñado a la vez que han divertido. Utilizando sólo la palabra, a través de imágenes vivas y

multicolores, han reflejado la vida y la cultura dc cada época con un increible valor diacrónico y a la vez sincrónico.

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