¡ALEGRAOS EL SEÑOR ESTÁ CERCA! ¡FELIZ NAVIDAD!€¦ · vosotros, llamados de Jesucristo. A...

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Todos nosotros vinculamos la imagen de la confianza en algo estable, que es compacto y sostiene. Pero lo experiencia de la vida nos dice que no hay nada absolutamente estable a lo que podamos abandonarnos. Con bastante frecuencia se rompe precisamente aquello en lo que habíamos puesto nuestra esperanza pero la confianza está siempre ahí. Hay que comprender que en lo profundo no estamos en peligro. Henri Nouwen escribió: “Allí donde estamos rotos, allí nos abrimos a Dios y a nuestro verdadero yo”. El abrirnos es una realidad pasiva. La vida rompe algo en nosotros y de este modo nos abre. No obstante, solo podemos experimentar como bendición este hecho si tenemos una profunda confianza en Dios, una confianza que nos dice que no nos sucederá nada que pueda hacernos daño definitivamente. Se rompe lo que nos da seguridad, pero también aquello que hemos construido en torno a nosotros para defendernos de ideas nuevas. Cuando se rompe la coraza que nos hemos puesto a nuestro alrededor, algo cobra vida en nosotros. Necesitamos confianza para dejarnos romper y abrir por Dios. Si nos dejamos abrir de este modo puede crecer también la confianza. Sentimos que no podemos aferrarnos a realidades externas. Solo puede sostenernos el fundamento sobre el cual construimos la casa de nuestra vida. Jesús habla de la roca sobre la que la edificamos. Al fin y al cabo, la roca es Él mismo. Si nuestra casa está construida sobre la roca, nada podrá derrumbarla fácilmente. Pero si está edificada sobre la arena de nuestras ilusiones, se derrumbará. Estas ilusiones consisten en expectativas de ser reconocidos y apreciados por todos, en la necesidad de tener éxito siempre. Si nuestras ilusiones se derrumban, la arena sobre la que queríamos edificar nuestra casa vuela por todas partes. Pero, bajo la arena podemos excavar hasta encontrar la roca que sostenga nuestra casa. El derrumbamiento de nuestras ilusiones nos abre a una confianza más profunda porque tenemos nuestros cimientos en el mismo Dios. Anselm Grün, La confianza. Sal Terrae 2009 http://www.sanjoselasmatas.es [email protected] . Signos de esperanza Las Matas. Madrid - Año XVII - nº 1033 22 diciembre 2019 DOMINGO IV DE ADVIENTO Ciclo A Víspera de Ti Alerta está el amor. Yo soy alerta y está alerta la espera y la alegría. Mi casa es temblorosa celosía que en cada sombra ve tu imagen cierta. No tienes que llamar. Estará abierta hasta el amanecer la puerta mía. Tendrás vino de un siglo y pan del día y yo esperaré tras la puerta. Pero ¿no has entrado ya en mi casa y es ya presencia viva lo que espero? Abre tu voz y parte el pan, Amigo, que tanto tu esperanza me rebasa que nada satisface lo que quiero hasta que no vengas a cenar conmigo. Benito Acosta. Antología de poesías. ¡ALEGRAOS... EL SEÑOR ESTÁ CERCA! ¡FELIZ NAVIDAD! Martes, 24: Por la mañana: Visita a los enfermos Martes, 24: Misa del Gallo: 24:00 h. Miércoles, 25: NATIVIDAD DEL SEÑOR Eucaristías: 11:00 y 12:30 h. Domingo, 29: LA SAGRADA FAMILIA Jornada por la familia y la vida. Eucaristías: 11:00 y 12:30h. AVISOS: - PEREGRINACIÓN a TIERRA SANTA: Del 20 al 27 marzo 2020 - EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA “HISTORIA DE LA PARROQUIA”: Admitimos, en préstamo, fotografías que se puedan exponer. - Congreso de laicos «Pueblo de Dios en salida». Madrid, del 14 al 16 de febrero de 2020. Día 23 Juan de Kety, Sira, Antonio de Ta. Ana, Mardonio. Mal 3, 1-4.23-24 Sal 24 Lucas 1, 57-66 Día 24 Luciano, Adela, Delfín, Paula Isabel Cerioli. 2Sam 7, 1-5.8b-12.14a.16 Sal 88 Lucas 1, 67-79 Vespertina: Is 62, 1-5 Sal 88 Hch 13, 16-17.22-25 -25 Mateo 1, 1 FINALIZA EL TIEMPO DE ADVIENTO Medianoche: Is 9, 1-6 Sal 95 Tit 2, 11-14 Lucas 2, 1-14 Día 25 NATIVIDAD DEL SEÑOR. Nª Sra. de Belén. Is 52, 7-10 Sal 97 Heb 1, 1-6 Juan 1, 1-18 Día 26 Esteban, Dionisio, Zoísmo, Marino. Hch 6, 8-10; 7, 54-59 Sal 30 Mateo 10, 17-22 Día 27 Juan, apóstol y evangelista, Fabiola, Geraldo, Godofredo, Teófanes. 1Jn 1, 1-4 Sal 96 Juan 20, 1a. 2-8 Día 28 Los Santos Inocentes, Abel, Gaspar del Búfalo. 1Jn 1, 5-2,2 Sal 123 - Mateo 2, 13-18

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Todos nosotros vinculamos la imagen de la confianza en algo estable, que es compacto y sostiene. Pero lo experiencia de la vida nos dice que no hay nada absolutamente estable a lo que podamos abandonarnos. Con bastante frecuencia se rompe precisamente aquello en lo que habíamos puesto nuestra esperanza pero la confianza está siempre ahí. Hay que comprender que en lo profundo no estamos en peligro.

Henri Nouwen escribió: “Allí donde estamos rotos, allí nos abrimos a Dios y a nuestro verdadero yo”. El abrirnos es una realidad pasiva. La vida rompe algo en nosotros y de este modo nos abre. No obstante, solo podemos experimentar como bendición este hecho si tenemos una profunda confianza en Dios, una confianza que nos dice que no nos sucederá nada que pueda hacernos daño definitivamente.

Se rompe lo que nos da seguridad, pero también aquello que hemos construido en torno a nosotros para defendernos de ideas nuevas. Cuando se rompe la coraza que nos hemos puesto a nuestro alrededor, algo cobra vida en nosotros.

Necesitamos confianza para dejarnos romper y abrir por Dios. Si nos dejamos abrir de este modo puede crecer también la confianza. Sentimos que no podemos aferrarnos a realidades externas.

Solo puede sostenernos el fundamento sobre el cual construimos la casa de nuestra vida. Jesús habla de la roca sobre la que la edificamos. Al fin y al cabo, la roca es Él mismo. Si nuestra casa está construida sobre la roca, nada podrá derrumbarla fácilmente. Pero si está edificada sobre la arena de nuestras ilusiones, se derrumbará.

Estas ilusiones consisten en expectativas de ser reconocidos y apreciados por todos, en la necesidad de tener éxito siempre. Si nuestras ilusiones se derrumban, la arena sobre la que queríamos edificar nuestra casa vuela por todas partes.

Pero, bajo la arena podemos excavar hasta encontrar la roca que sostenga nuestra casa. El derrumbamiento de nuestras ilusiones nos abre a una confianza más profunda porque tenemos nuestros cimientos en el mismo Dios.

Anselm Grün,

La confianza. Sal Terrae 2009

http://www.sanjoselasmatas.es

[email protected] .

Signos de esperanza

Las Matas. Madrid - Año XVII - nº 1033 – 22 diciembre 2019

DOMINGO IV DE ADVIENTO – Ciclo A

Víspera de Ti

Alerta está el amor. Yo soy alerta y está alerta la espera y la alegría.

Mi casa es temblorosa celosía que en cada sombra ve tu imagen cierta.

No tienes que llamar. Estará abierta hasta el amanecer la puerta mía.

Tendrás vino de un siglo y pan del día y yo esperaré tras la puerta.

Pero ¿no has entrado ya en mi casa y es ya presencia viva lo que espero?

Abre tu voz y parte el pan, Amigo, que tanto tu esperanza me rebasa que nada satisface lo que quiero hasta que no vengas a cenar conmigo.

Benito Acosta. Antología de poesías.

¡ALEGRAOS... EL SEÑOR ESTÁ CERCA!

¡FELIZ NAVIDAD!

Martes, 24: Por la mañana: Visita a los enfermos

Martes, 24: Misa del Gallo: 24:00 h.

Miércoles, 25: NATIVIDAD DEL SEÑOR

Eucaristías: 11:00 y 12:30 h.

Domingo, 29: LA SAGRADA FAMILIA

Jornada por la familia y la vida. Eucaristías: 11:00 y 12:30h.

AVISOS:

- PEREGRINACIÓN a TIERRA SANTA: Del 20 al 27 marzo 2020 - EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA “HISTORIA DE LA PARROQUIA”:

Admitimos, en préstamo, fotografías que se puedan exponer. - Congreso de laicos «Pueblo de Dios en salida». Madrid, del 14 al 16 de febrero de 2020.

Día 23 – Juan de Kety, Sira, Antonio de Ta. Ana, Mardonio.

Mal 3, 1-4.23-24 – Sal 24 – Lucas 1, 57-66

Día 24 – Luciano, Adela, Delfín, Paula Isabel Cerioli.

2Sam 7, 1-5.8b-12.14a.16 – Sal 88 – Lucas 1, 67-79 Vespertina: Is 62, 1-5 – Sal 88 – Hch 13, 16-17.22-25 –

-25 Mateo 1, 1

FINALIZA EL TIEMPO DE ADVIENTO

Medianoche: Is 9, 1-6 – Sal 95 – Tit 2, 11-14 – Lucas 2, 1-14 Día 25 – NATIVIDAD DEL SEÑOR. Nª Sra. de Belén.

Is 52, 7-10 – Sal 97 – Heb 1, 1-6 – Juan 1, 1-18 Día 26 – Esteban, Dionisio, Zoísmo, Marino.

Hch 6, 8-10; 7, 54-59 – Sal 30 – Mateo 10, 17-22 Día 27 – Juan, apóstol y evangelista, Fabiola, Geraldo, Godofredo,

Teófanes.

1Jn 1, 1-4 – Sal 96 – Juan 20, 1a. 2-8 Día 28 – Los Santos Inocentes, Abel, Gaspar del Búfalo.

1Jn 1, 5-2,2 – Sal 123 - Mateo 2, 13-18

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«El sueño del que debemos despertar está constituido por la

indiferencia, por la vanidad, por la incapacidad de instaurar

relaciones genuinamente humanas, de hacerse cargo del

hermano solo, abandonado o enfermo». P. Francisco.

Lectura del libro de Isaías 7, 10-14

En aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo: «Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo». Respondió Ajaz: «No lo pido, no quiero tentar al Señor». Entonces dijo Isaías: «Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel». Palabra de Dios.

Salmo responsorial. - Sal 23 R. VA A ENTRAR EL SEÑOR; ÉL ES EL REY DE LA GLORIA.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes; él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. R. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. R. Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Esta es la generación que busca al Señor, que busca su rostro, Dios de Jacob. R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1,1-7

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para el Evangelio de Dios, que fue prometido por sus profetas en las Escrituras Santas y se refiere a su Hijo, nacido de la estirpe de David según la carne, constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santidad por la resurrección de entre los muertos: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido la gracia del apostolado, para suscitar la obediencia de la fe entre todos los gentiles, para gloria de su nombre. Entre ellos os encontráis también vosotros, llamados de Jesucristo. A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados santos, gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Palabra de Dios.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24 La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa: “Dios-con-nosotros”». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer. Palabra del Señor.

En el camino del ADVIENTO, hemos llegado al último domingo. La liturgia nos insiste en la preparación para poder celebrar estas fiestas con verdadero sentido cristiano, abiertos a Dios, que se hace presente en medio de nosotros y a los hermanos, que viven junto a nosotros.

En el relato evangélico se nos ofrece un signo: María espera un hijo por obra del mismo Espíritu. José, descendiente de David, incorpora legalmente a Jesús en la familia de David, según la promesa del profeta. El hombre es invitado a colaborar en el plan salvífico de Dios. José colabora aceptando el misterio y la voluntad de Dios.

Dentro de unos días, celebraremos la Navidad, el nacimiento de Dios que ha querido hacerse hombre. Dios ha querido compartir con nosotros la aventura de la vida, saber por experiencia propia qué es vivir en este mundo, gozar, sufrir y crecer, caminar con nosotros.

La Navidad está tan desfigurada que parece imposible hoy comprender el misterio que encierra. Tal vez hay un camino, pero lo ha de recorrer cada uno; no consiste en entender grandes explicaciones teológicas, sino en vivir una experiencia interior humilde ante Dios. Tenemos el peligro de vivir estas fiestas excesivamente encerrados en nosotros mismos y en el gozo de la intimidad familiar, sin preocuparnos de extender ese gozo a todos nuestros hermanos. Y esto es lo contrario de lo que nos ofrecen estos días tan significativos.

Las grandes experiencias de la vida son un regalo, pero, normalmente, solo las viven quienes están dispuestos a recibirlas. Para vivir la experiencia del Hijo de Dios hecho hombre hay que prepararse por dentro. El evangelista Mateo nos viene a decir que Jesús, el niño que nace en Belén, es el único al que podemos llamar, con toda verdad, “Enmanuel”, que significa “Dios con nosotros”.

¿Cómo puede celebrar este misterio una sociedad que vive prácticamente de espaldas a Dios y que destruye de tantas maneras la dignidad del ser humano?

Encerrados en un mundo creado por nosotros mismos y que no refleja sino nuestras propias contradicciones, ¿quién nos puede decir quiénes somos y qué es lo que realmente queremos?

Necesitamos que Dios nazca de nuevo entre nosotros, que brote con luz nueva en nuestras conciencias, que se abra camino en medio de nuestros conflictos.

Para encontrarnos con ese Dios no hay que ir muy lejos. Basta acercarnos silenciosamente a nosotros mismos. Basta ahondar en nuestros interrogantes y anhelos más profundos. Este es el mensaje de la Navidad: Dios está cerca de ti, donde tú estás. El Dios inaccesible se ha hecho humano y su cercanía nos envuelve. En cada uno de nosotros puede nacer Dios. Descubramos con gozo que “Dios está con nosotros”, intuyendo, desde la fe, que está en el corazón de nuestra existencia y en el fondo de nuestra historia humana, compartiendo nuestros problemas y aspiraciones, conviviendo cada una de nuestras vidas. Este gesto de Dios, que se solidariza con nosotros y comparte nuestra historia, es el que sostiene nuestra esperanza.