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Historia del Sistema de Ciencia y Tecnica en Argentina

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LA POLTICA DE CIENCIA Y TECNOLOGA EN ARGENTINA (1983-2008)

La poltica de ciencia y tecnologa en Argentina desde la recuperacin de la democracia (1983-2009)Mario Albornoz(Ariel Gordon((No es posible interpretar lo acontecido con la poltica cientfica y tecnolgica en Argentina a partir de 1983 sin tomar en cuenta los efectos devastadores de los siete aos previos, de dictadura militar y terrorismo de Estado, como as tambin un largo perodo anterior, que haba implicado una sucesin de aos turbulentos, con gobiernos civiles dbiles y gobiernos militares que, sin bien no alcanzaron los niveles de criminalidad del ciclo 1976-1983, impactaron con fuerza en la matriz cultural de los intelectuales argentinos. As por ejemplo, el efecto simblico de la ocupacin policial de la Universidad de Buenos Aires en 1966 alcanz una significacin perdurable, pese a haberse saldado sin vctimas mortales y a que su efecto en trminos de emigracin fue numricamente poco significativo, aunque cualitativamente s fuera importante en varias disciplinas. Hoy todava la noche de los bastones largos es un smbolo vigente que evoca represin, avasallamiento universitario y antagonismo del poder poltico golpista con los cientficos e intelectuales.La forma en que una sociedad procesa traumas de semejante envergadura es en gran medida dependiente de factores culturales, contextuales econmicos e institucionales entre otros- y de naturaleza poltica, en donde la profundidad de los conflictos y la capacidad (o la incapacidad) de articular acuerdos resulta ser un factor determinante. La historia argentina de las ltimas dcadas, plagada de rupturas traumticas, ha sido reconstruida en el imaginario colectivo mediante una serie de estereotipos o clichs que permiten la identificacin colectiva sobre ciertos hechos pero ocultan otros. As, hay un estereotipo de los gobiernos represivos que omite las complicidades, del mismo modo que un estereotipo de la Guerra de Malvinas omite las muchedumbres dando su apoyo a la aventura blica. En el plano de la ciencia y la tecnologa, el estereotipo de que los gobiernos militares fueron anticientficos remite a la intervencin de las universidades pero omite que la inversin en ciencia y tecnologa fue relativamente alta y que se dio gran impulso a la investigacin en temas nucleares y espaciales, como consecuencia de lo cual el sedimento de capacidad en fsica y en ciertas tecnologas complejas constituye hoy un activo del cual la ciencia argentina se enorgullece, sin cuestionar mucho su origen.

La Argentina no emerge de una crisis. Transita en un estado de crisis recurrente en el que perodos muy traumticos son sucedidos por otros de reacomodamiento de los actores polticos y sociales que no alcanzan a estabilizarse. Ms de veinte aos de democracia despus de la ltima dictadura militar han estado jalonados por episodios de hiperinflacin y devaluaciones dramticas, la cada de un gobierno en medio de una grave perturbacin social y otras conmociones semejantes, en un contexto de distribucin regresiva del ingreso, deterioro del empleo y marginalizacin creciente de una gran parte de la poblacin. Para completar un cuadro de rasgos esquizoides, peridicamente la economa reflota (antes de volverse a hundir) y el pas es capaz de alcanzar tasas elevadsimas de crecimiento que no se sostienen en el tiempo. Es como si el pas hubiera sido el inventor del desarrollo insostenible. 1. Enfoque para abordar treinta aos de polticas

Un escenario tan inestable como el descripto repercute necesariamente en todos los planos de la actividad social y el de la poltica cientfica y tecnolgica no es una excepcin. De un modo anlogo al de una economa que puede levantarse peridicamente porque est apoyada en una riqueza bsica de recursos naturales, la ciencia argentina cuenta con un fondo bsico de profesionales formados en una tradicin educativa y cultural que alcanz resonantes xitos en el pasado. Persecuciones por causa de las ideas, perodos de emigracin por causa de la crisis econmica, desaliento por la escasa inversin en investigacin y una cierta tendencia a fabulaciones ideolgicas por parte de quienes deban tomar las decisiones polticas en determinado momentos no han impedido que la ciencia argentina resurja una y otra vez, aunque los indicadores comparativos acusen signos de fatiga. En trminos generales, la comprensin de lo ocurrido en los ltimos aos en materia de polticas de ciencia y tecnologa puede ser alcanzada en un escenario configurado por varios ejes que tienen que ver, o con dimensiones de anlisis, o con las trayectorias de los diversos actores involucrados, en el contexto lbil del inestable proceso poltico del pas. En trminos generales, el anlisis que sigue tomar en cuenta varios aspectos contextuales e ideolgicos, as como otros especficos del mbito de la investigacin cientfica y tecnolgica.1.1. Aspectos contextualesEn el plano de las polticas pblicas, particularmente aquellas que en mayor medida definen el papel del Estado, Argentina vivi en las ltimas tres dcadas una sucesin de cambios de rumbo, desde un intento de retorno a polticas desarrollistas en un contexto adverso debido a una opresiva deuda externa, seguidas por la desregulacin propia del pensamiento neoliberal, la aplicacin indiscriminada del recetario surgido del denominado Consenso de Washington y ms recientemente una nueva etapa de polticas con mayor protagonismo estatal, aunque en general de corto plazo, en un contexto internacional que por primera vez en todo el perodo se volvi favorable, pese a la crisis financiera que sorprendi al mundo en 2008.

En el plano de la actividad productiva, el escenario dominante ha sido muy dependiente de los altibajos en el plano poltico, con algunas tendencias tales como la del escaso dinamismo innovador, las dificultades de acceso al crdito y la transnacionalizacin creciente de algunas de las empresas ms dinmicas, incluso en el marco de las economas regionales. La estructura econmica argentina registr en treinta aos (19752005) una disminucin del peso relativo de las manufacturas, frente a un crecimiento del sector pblico y la agricultura (BID, 2010). El resultado de ello ha sido un comportamiento poco innovador de la industria argentina. Con todo, se trata de un escenario que no carece de contrastes, en el que determinados sectores se vieron favorecidos por los precios internacionales de las commodities y por haber aprovechado ventanas de oportunidad abiertas a la modernizacin tecnolgica. Determinados cultivos (principalmente la soja) se apoyaron en desarrollos biotecnolgicos y ciertas agroindustrias tuvieron comportamientos altamente innovadores generando entornos de progreso tecnolgico, como en el caso de la maquinaria agrcola.En el plano de la cultura poltica, el panorama estuvo caracterizado tambin por rasgos de inestabilidad y por la dificultad para alcanzar consensos, en una sucesin mal articulada de gobiernos radicales y peronistas, as como algunos experimentos hbridos. Un rasgo negativo de la cultura poltica argentina es la escasa propensin al dilogo constructivo, por lo cual frecuentemente la escena del debate pblico se puebla de interlocutores ms interesados en deslegitimarse recprocamente que en alcanzar acuerdos bsicos duraderos. Pareciera haber una cierta fascinacin por las victorias prricas o las derrotas heroicas alrededor de temas cuyo repentino dramatismo es poco comprensible desde una perspectiva de largo plazo. Otro rasgo de la cultura Argentina es el de una modernidad residual, derivada en parte del auge econmico vivido por el pas como resultado del xito del modelo agroexportador de las primeras dcadas del siglo veinte, as como del desarrollo de una amplia clase media que tuvo acceso a la universidad como instrumento de movilidad social. Residual, porque parte de esta modernidad alimenta el mito del pasado glorioso, ms vinculado a la melancola que al estmulo. Mucho se ha escrito acerca de una modernizacin no del todo sostenida, carente de sustento econmico a largo plazo, a falta de un desarrollo industrial de proporciones semejantes. El resultado en materia de ciencia se expresa, entre otros aspectos, en una perplejidad acerca del reconocimiento internacional que la investigacin argentina supo alcanzar y su posterior decadencia en trminos comparativos, no ya con el mundo ms desarrollado, sino con otros pases de Amrica Latina.1.2. Aspectos constitutivos del sistema cientfico y tecnolgico

El sistema institucional de la ciencia y la tecnologa vigente en el momento del retorno a la democracia haba sido desarrollado a partir de mediados de los aos cincuenta, aunque hunda sus races en dcadas anteriores, todava hoy menos estudiadas. Aunque inicialmente la institucin ms importante -el CONICET- tuviera como propsito ayudar a consolidar la investigacin en los mbitos universitarios, garantizando la dedicacin exclusiva, como consecuencia de la historia poltica previa al retorno de la democracia se fue distanciando de ellas generando tensiones en el seno de las propias universidades entre aquellos grupos reconocidos por el CONICET como institutos de direccin compartida, y el resto de la comunidad acadmica.El panorama de capacidades en las diferentes disciplinas reconoca tambin rasgos heredados de los perodos de gobiernos dictatoriales, con reas muy afectadas por las polticas represivas, como en el caso de las ciencias sociales, y otras que fueron favorecidas por ajustarse a las prioridades polticas de aquellos gobiernos.Dos rasgos ms deben ser apuntados y sern objeto de desarrollo en el texto: por un lado, durante todo el perodo los niveles de inversin en I+D fueron constantemente bajos y no experimentaron mejoras sustanciales a lo largo de los ltimos aos; por otro lado, tambin como tendencia constante, se registr una escasa demanda de conocimiento por parte del sector productivo. Si bien estos dos pueden ser considerados como caractersticos de casi todos los pases latinoamericanos, la serie de datos histricos disponibles muestran el retroceso relativo de la Argentina en el escenario regional. 1.2. 3. La configuracin de la escenaLos vaivenes de la poltica cientfica y tecnolgica en Argentina durante las ltimas dcadas son explicables como el resultado de configuraciones cambiantes de actores, capaces de generar diferentes alianzas y confrontaciones en los inestables escenarios de la poltica y la economa. Esto se tradujo en distintos estilos de poltica cientfica y tecnolgica a lo largo del perodo, impulsados, de una parte, por una comunidad cientfica fragmentada por las confrontaciones polticas e institucionales, que a veces mostr cierto aislamiento asociable con estrategias de supervivencia y, de otra, por quienes desde una perspectiva econmica ensayaron polticas orientadas hacia el impulso de la innovacin, aunque no siempre haya quedado claro qu significaba tal concepto en un pas de las caractersticas culturales, polticas y econmicas de la Argentina. Tambin son identificables en la configuracin de actores el conjunto de aquellos que podran ser denominados como modernizadores, propensos a impulsar nuevas ingenieras institucionales.Este enfoque sigue en parte el anlisis de las cuatro culturas tpicas que algunos autores identifican en la formulacin de la poltica cientfica (Elzinga y Jamison, 1996):a) Cultura burocrtica: encarnada en el aparato del estado, que procura administrar y organizar la ciencia para disponerla al servicio de la poltica.

b) Cultura acadmica: encarnada en la comunidad cientfica, que busca preservar los valores y la autonoma tradicionales de la ciencia frente a otros intereses.

c) Cultura econmica: encarnada en los empresarios y los responsables de la poltica econmica, que se interesa por las aplicaciones tecnolgicas de la ciencia, orientadas hacia innovaciones rentables.

d) Cultura cvica: encarnada en los movimientos sociales tales como el feminismo, el ecologismo, y los defensores de los derechos humanos, que presta atencin a las repercusiones sociales de la ciencia (Elzinga y Jamison, 1996).Las primeras tres culturas son fcilmente identificables en Argentina y sus confrontaciones han animado la escena de la poltica cientfica y tecnolgica durante el perodo considerado, aunque con algunos rasgos peculiares locales. El ms importante de ellos ha sido, probablemente, la ausencia de los empresarios como demandantes de conocimientos, lo que se ha traducido adems en una escasa inversin en I+D, de su parte. La consecuencia de una poltica de innovacin con escasos innovadores dej un espacio abierto a la cultura burocrtica impulsada desde el gobierno por funcionarios que han tratado de generar innovaciones y asociaciones creativas en donde espontneamente no existan. La cultura cvica no ha sido una gran protagonista de la escena de la poltica cientfica argentina, aunque la situacin est cambiando: las encuestas de percepcin social ms recientes muestran una opinin pblica informada y con determinadas opiniones firmes. Algunos acontecimientos, como la instalacin de una planta productora de pasta de papel en la costa del ro Uruguay, en el pas vecino, frente a la ciudad argentina de Gualeguaych y la posible contaminacin que de ella se derivara ha colocado el discurso cientfico y tecnolgico en una posicin de arbitraje del conflicto poltico, lo cual es una novedad de interesantes aristas.

Otros autores identifican diferentes aproximaciones que se diferencian por los actores, intereses y valores en juego, en un ejercicio que tiene afinidades con el que se intenta en este trabajo. La tipologa propuesta por Sarewitz (1996) describe algunas aproximaciones en trminos muy apropiados para dar cuenta de la realidad argentina. Entre ellas identifica la ideologa de la ciencia autnoma, que garantiza a los cientficos ser reconocidos como la nica autoridad para definir qu proyectos deben ser apoyados. Otra aproximacin, a la que describe como intereses y economa incorporados a la ciencia puede ser considerada como representativa de las reformas institucionales que se pusieron en prctica en los ltimos aos de la dcada pasada. Finalmente, identifica una aproximacin a la que denomina ciencia, tica y democracia participativa, que integra la poltica cientfica en el marco de las preocupaciones ticas propias de los procesos democrticos. Esta requiere instituciones que faciliten la participacin pblica en la poltica de ciencia y tecnologa (Sarewitz 1996). Esta aproximacin es semejante a la cultura cvica antes enunciada. A los signos alentadores antes mencionados se puede agregar que hay una demanda creciente de atencin a la brecha social por parte de la poltica cientfica y tecnolgica. La legitimidad social de la inversin en ciencia y tecnologa en un pas con fuertes inequidades requiere nuevos principios ticos que los ciudadanos parecen estar dispuestos a exigir. 2. Mimetismo y desarrollo

Para describir la evolucin del sistema cientfico y tecnolgico argentino, desde el punto de vista de su desarrollo institucional, es til recuperar la categora de mimetismo. Los tericos del desarrollo a finales de los aos sesenta ya discutan acerca de lo mimtico como uno de los rasgos esenciales del subdesarrollo. El carcter mimtico se refiere, por una parte, a patrones culturales, a un cierto efecto de la difusin de conocimientos y perfiles educativos, as como al supuesto de que, siendo el subdesarrollo tan slo una etapa, el camino para salir de l pasa por acelerarlas, imitando el modo de hacer de los pases ms desarrollados. Lo mimtico, en este sentido, no sera igual a aprender de las experiencias de otros. Lo mimtico sera aplicar irreflexivamente soluciones a problemas que no se han presentado. Lo mimtico, fundamentalmente, expresa desconexin de las polticas con demandas sociales o con conflictos de intereses cuya magnitud justifica su inclusin en la agenda de la poltica. En otras palabras, el carcter mimtico de las polticas de ciencia y tecnologa pone de manifiesto su escasa importancia en el conjunto de las polticas del Estado. En relacin con el debate conceptual sobre los procesos de desarrollo, ya en los aos sesenta uno de los aspectos nodales a dilucidar era el de las similitudes y diferencias de los procesos de desarrollo, con una tensin polar entre lo evolutivo (rasgos comunes) y lo idiosincrsico, prevaleciendo la opinin crtica de que ni el subdesarrollo era una etapa del desarrollo, ni todos los subdesarrollos eran iguales. Sunkel y Paz (1970) abogaban por la necesidad de interpretar la realidad latinoamericana precisando las diferencias estructurales que se manifiestan entre los distintos pases del rea y an entre regiones de un mismo pas. La visin de estos autores antagonizaba con las concepciones del desarrollo comprendido como el cambio polar de un tipo de sociedad a otra, en un contexto donde el cambio social era concebido como una sucesin de etapas, ya sea del desarrollo, de la revolucin, o de la modernizacin (Garretn, 2001).

El efecto mimtico, como rasgo, explica gran parte del proceso de conformacin de las instituciones cientficas latinoamericanas y, particularmente, las argentinas. Oscar Varsavsky (1969) realizaba un cuestionamiento ms radical que se tradujo en la distincin entre la ciencia importada, copiada o generada localmente en funcin de demandas sociales y el modelo de pas que a cada una de ellas corresponda. No cualquier estilo cientfico es compatible con cualquier estilo de sociedad, afirmaba Varsavsky.

En otro contexto geogrfico, Joseph Ben David (1969) denunciaba la creencia errnea de que los usos de la ciencia son transferibles de un pas a otro, en la misma forma que su contenido. Por el contrario, sealaba, los usos dependen de mecanismos sociales complejos que raramente se comprenden y, por lo comn, no se consideran en los procesos de difusin e imitacin. Por eso enfatizaba que en materia de poltica cientfica es imposible establecer normas universales.

Francisco Surez (1973) caracterizaba el sistema cientfico de este pas como "exogenerado y endodirigido, haciendo centro en su carcter imitativo y endogmico. En relacin con los patrones culturales y educativos, Surez pona el nfasis en los modos imitativos de surgimiento de las profesiones y Jorge Graciarena (1967) haca una tipologa basada en la calidad de la formacin recibida, por una parte, y la relevancia de tal formacin para las necesidades de la sociedad. La hiptesis subyacente, en ambos casos, era que las profesiones tienden a desarrollarse segn un proceso de difusin que parte de los pases desarrollados hacia los subdesarrollados, de acuerdo con el efecto fascinante o demostrativo, sin relacin con la autntica necesidad (Surez, 1973).

En Argentina, como en la mayor parte de los pases de Amrica Latina, el impulso a la poltica cientfica ha sido descripto como un proceso caracterizado por la transferencia de modelos institucionales (Oteiza, 1992). Las formas institucionales e instrumentales de la poltica cientfica tendieron a replicarse mimticamente, siendo frecuentemente imitadas de un pas a otro. La accin de organismos internacionales, como la UNESCO y la OEA fue muy importante en la difusin de los modelos institucionales. Ambas cumplieron un papel generador de ideas semejante, en cierto modo, al de la OCDE de cara a los industrializados. Casi todos los pases acomodaron a un tiempo sus estructuras para dar impulso a la poltica cientfica, siguiendo las tendencias dominantes que eran difundidas en la regin por algunos organismos internacionales. Prueba de ello es que entre 1967 y 1970, seis pases latinoamericanos crearon consejos de ciencia y tecnologa, con diseos y funciones muy similares.

En algunos pases ya existan organismos de apoyo a la investigacin cientfica que se fusionaron en el nuevo organismo o, como en el caso de Argentina, se procur que ambos organismos -CONACYT y CONICET- ajustaran su funcionamiento para convivir en el sistema. En este caso, el resultado despus de un tiempo fue la mutacin del CONACYT en Secretara de Ciencia y Tecnologa y, ltimamente, despus de algunos avatares, en Ministerio de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva.

En las dcadas ms recientes, el carcter imitativo ha perdido casi toda su espontaneidad y se ha convertido en un proceso de homogeneizacin con pautas normalizadas, en el que los organismos de crdito internacionales han desempeado un papel muy importante.La irrupcin de la innovacin tuvo en gran medida las caractersticas de otro impulso mimtico. Lo menos que puede decirse de ella es que se trat de la aplicacin no siempre crtica de modelos que interpretan realidades de otros contextos. A modo de ejemplo, a finales de 1996 el gobierno argentino comenz la elaboracin del Plan Nacional Plurianual 1999 2001. La primera lnea del texto enuncia: El desarrollo y fortalecimiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnologa e Innovacin (en adelante Sistema Nacional de Innovacin o SNI). Dicho de otro modo, la operacin fundamental parece haber consistido en denominar de un modo nuevo al viejo sistema de ciencia y tecnologa.

Las polticas de innovacin fueron adoptadas en Argentina, como en muchos pases de Amrica Latina, en un contexto de gran carencia de empresarios innovadores. Por otra parte, existen pocos casos de innovaciones radicales tecnolgicamente avanzadas en Amrica Latina, siendo as que la mayora de sus empresas realizan innovaciones menores o adaptativas. La conducta tecnolgica de gran parte de ellas quedara ms bien comprendida en un concepto ms difuso de modernizacin tecnolgica. Ahora bien, si los tiempos aconsejaban prestar atencin a las empresas y promover su espritu innovador, resulta llamativo que se haya asociado la innovacin a las polticas de ciencia y tecnologa y no ms bien a las polticas industriales.

El rumbo del pensamiento intelectual no es necesariamente el mismo de los hechos polticos, econmicos y sociales: a veces el pensamiento sostiene y orienta, pero otras veces analiza crticamente. La pintura impresionista de la trayectoria del sistema y su encarnacin en diferentes culturas debe reconocer tambin la existencia de los que provisionalmente podramos considerar una reaccin anti-mimtica. Como contracara del proceso por el cual las instituciones de la ciencia se conformaban siguiendo un patrn imitativo, surgieron tambin voces crticas que buscaban un camino propio para los pases de la regin. Muchos de los temas que componen hoy la agenda de la poltica cientfica y tecnolgica estaban ya en la agenda de los aos sesenta en adelante. La inexistencia o la extrema fragilidad de vnculos e influencias recprocas entre el estado, la sociedad y la comunidad cientfica de los pases de Amrica Latina fueron percibidas por Jorge Sabato, quien propuso estrategias integradoras de los diversos actores; particularmente, el gobierno, el sector productivo y las instituciones cientficas y acadmicas. Su contribucin ms famosa fue la del tringulo de las interacciones, antecedente no siempre reconocido del modelo actual de la triple hlice (Etzkowitz y Leydesdorff, 1998, 2000), que se basaba en la conviccin de que existen condicionamientos estructurales que limitan las posibilidades de lograr una infraestructura cientfica y tcnica propia, atenta a los problemas del pas, capaz de ir sustituyendo la importacin de tecnologas extranjeras.

El valor estratgico de la tecnologa y de la I+D fue tambin parte de la agenda. El valor estratgico de la tecnologa fue rpidamente reconocido como uno de los ncleos de la problemtica de la dependencia y un disparador de polticas destinadas a garantizar la provisin de este insumo central. Para ello recomendaba la implementacin de programas cuyo objetivo fuera la "creacin, propagacin y aplicacin de conocimientos cientficos", junto a otras medidas destinadas a abrir el paquete de la tecnologa para comprar mejor cuando fuera necesario hacerlo y para reconocer aquellos conocimientos generados por la experiencia de la prctica productiva e incorporarlos en la cultura industrial local.Un autor uruguayo, Mximo Halty (1986), con una importante trayectoria de gestor tecnolgico en la OEA, afirmaba en un sentido similar al de Sabato que una poltica para el desarrollo tecnolgico tiene dos componentes: la promocin de la capacidad nacional para la produccin, diseminacin y aplicacin de tecnologas, y la orientacin y el control selectivo de la transferencia de tecnologa.Al igual que Sabato, reconoca que en la regin exista poca presin inicial para innovar, lo que daba lugar lo que llamaba los crculos viciosos del subdesarrollo, es decir, la falta de demanda de cambio tcnico, la falta de oferta interna de conocimientos tcnicos, la mayor orientacin hacia la tecnologa extranjera para satisfacer los aumentos de la demanda, la marginalizacin del sistema de ciencia y tecnologa nacional y la falta de oferta interna adecuada.

En contraposicin, una estrategia de desarrollo tecnolgico debera establecer un proceso equilibrado y convertir los crculos viciosos de subdesarrollo tecnolgico en espirales virtuosas, tales como: la mayor demanda de cambio tcnico, la creciente oferta efectiva de tecnologa nacional y el aumento de la demanda de tecnologas nacionales y extranjeras (Halty, 1986).

Durante el perodo considerado en este informe, muchas de estas ideas han vuelto a tener vigencia, pese a que algunos enfoques pueden parecer extemporneos si se los compara con el devenir actual del proceso econmico. Su influencia, sin embargo, ha estado frecuentemente limitada al discurso, ya que la prctica de la poltica cientfica y tecnolgica ha solido transcurrir ms prxima a las alternativas de la cambiante relacin actoral y quedado sujeta a aquel conjunto de polticas ms potentes, a las que Amlcar Herrera identificaba como polticas implcitas y les daba el valor de las verdaderas polticas

El pensamiento desarrollista no se limit al debate de ideas. En la Argentina, antes de la creacin del Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tecnolgicas (CONICET) en 1958, fueron creadas dos instituciones para la transferencia del conocimiento al sector productivo a instancias de la recomendacin de Ral Prebisch, por entonces Secretario Ejecutivo de la CEPAL, quien recomendaba al gobierno de la poca: "Las medidas inmediatas son apremiantes. En primer lugar, hay que dar fuerte incentivo a la produccin agropecuaria... Al incentivo de mejores precios, hay que agregar la construccin de silos, y la formacin de un Instituto que difunda rpidamente las buenas prcticas ya probadas en el pas y las vigentes en pases extranjeros de similares condiciones" (Prebisch, 1955). Al ao siguiente, en 1956, siguiendo esta recomendacin, se creaba el Instituto Nacional de Tecnologa Agropecuaria (INTA) y un ao ms tarde el Instituto Nacional de Tecnologa Industrial, siguiendo un formato similar.

3. Perodos de la historia reciente

Se esboza a continuacin una periodizacin de la poltica de ciencia y tecnologa implementada en Argentina desde la recuperacin de la democracia en 1983 hasta la actualidad. Como toda periodizacin, sus criterios bsicos tienen una alta dosis de subjetividad, aunque el hecho de que hayan sido elaborados teniendo en cuenta los momentos polticos, los desarrollos institucionales, el desempeo de los actores y el despliegue de instrumentos utilizados en su implementacin, confiere al relato cierto valor explicativo. Los perodos considerados son:1. Reconstruccin democrtica (1983 1989)2. Dos caras del Peronismo en el gobierno (1989 1999)

3. El desconcierto como poltica (1999 2001)4. Crisis y recuperacin (2002 hasta el presente)A grandes rasgos los perodos mencionados se dividen en dos bloques: el perodo de gobierno radical y los perodos de gobierno peronista, con un interregno de dos aos en el que un frente con propuestas integradoras se desgran aceleradamente en un fracaso poltico despus de haber ensayado para el sector algunas polticas mal concertadas con la comunidad cientfica.

El primero es el que comenz con el gobierno de la UCR de Ral Alfonsn en1983 y termin con el final del mismo en 1989. Este perodo puede ser considerado como la reconstruccin democrtica, puesto que los ejes rectores de la poltica en el perodo fueron la democratizacin de las instituciones del sector en un contexto caracterizado por la misma tnica en la vida pblica del pas.La poltica cientfica vinculada al proceso de democratizacin impulsada por el gobierno radical estuvo guiada por la lgica, los actores, los conflictos y la asignacin de prioridades que haban articulado al sector en el cuarto de siglo anterior a la recuperacin de la democracia en 1983. El equipo de gestin encabezado por Manuel Sadosky estaba compuesto por investigadores ligados al movimiento reformista que haban sido empujados al exilio por la intervencin militar de las universidades en 1966.El segundo perodo comenz con la gestin de las nuevas autoridades del sector designadas por el Gobierno de Carlos Menem en 1989. Dentro de la poltica de este gobierno peronista es posible distinguir, a su vez, dos etapas distintas y contradictorias. La primera, a la que es posible caracterizar como de reaccin tradicionalista, transcurri entre 1989 y 1995. Esta etapa estuvo marcada por la designacin, al frente de las principales instituciones del sector, de investigadores que haban desempeado funciones similares durante las intervenciones militares previas a 1983. Algunos de estos nuevos funcionarios eran conocidos por sus posiciones ideolgicas ultraderechistas. Esta etapa se prolong hasta 1996. A partir de entonces se abri la segunda etapa. El sincretismo ideolgico que caracteriz al gobierno de Carlos Menem, as como su proximidad al pensamiento de los organismos internacionales de crdito, permitieron un vuelco hacia polticas con mayor homologacin internacional, bajo la impronta de la innovacin y el modelo del sistema nacional de innovacin. Estas reformas se produjeron en el contexto de las reformas estructurales neoliberales y la denominada Segunda Generacin de Reformas del Estado. Se redise el entramado institucional del sector, crendose nuevas instituciones y redefinindose las competencias de las existentes. Las reformas se sucedieron en un contexto de confrontacin poltica entre las autoridades gubernamentales y los investigadores de las universidades nacionales, que vean en las reformas un avance sobre la autonoma de las mismas y un retraimiento del Estado de sus competencias en la ejecucin de las actividades cientficas y tecnolgicas.El perodo de desconcierto que caracteriz al gobierno de la Alianza (1999-2001) se combin en el plano de la poltica cientfica y tecnolgica con una arrogancia que produjo gran irritacin en la comunidad cientfica. Despus de un nuevo interregno el gobierno interino de Eduardo Duhalde- en el que la crisis econmica remiti, aunque no en igual medida la crisis social, se adoptaron varias medidas en el mbito de la poltica cientfica y tecnolgica que calmaron las aguas agitadas de la comunidad cientfica. La ms significativa fue el acierto en la designacin al frente del CONICET de un investigador ampliamente reconocido, quien fue capaz de dar nuevos aires al organismo a lo largo de los seis aos que dur su gestin.

El perodo que se extiende desde 2002 hasta el presente puede a su vez ser dividido en dos etapas. En la primera de ellas, durante el gobierno de Nstor Kirchner, el mximo organismo del sector era el Ministerio de Educacin, Ciencia y Tecnologa, del que pas a depender la Secretara de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva. Esta ltima puso el nfasis en la planificacin a medio y largo plazo, lo cual no dejaba de mostrar un curioso optimismo en un pas tan expuesto a las mutaciones abruptas y muchas veces inesperadas. Durante esta gestin se lograron varias metas, como el relanzamiento del CONICET, a la vez que comenz una etapa de modesta expansin presupuestaria aunque de fuerte incorporacin de investigadores y becarios en el CONICET y las universidades, en el contexto de la recuperacin y expansin econmica experimentada por el pas durante el lustro 2003-2008.El gobierno de Cristina Fernndez de Kirchner trajo como novedad la creacin del Ministerio de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva, separado del Ministerio de Educacin, del cual depende la Secretara de Polticas Universitarias.4. Recuperacin democrtica (1983-1989)Con la asuncin de Ral Alfonsn a la Presidencia de la Nacin comenz uno de los perodos de gobiernos constitucionales ms largos de la historia argentina. La recuperacin del orden institucional dio comienzo a un proceso de intervencin, normalizacin y democratizacin de las distintas instituciones del sector. El nuevo gobierno transform la Subsecretara de Ciencia y Tcnica del rgimen militar, que se encontraba bajo la rbita de la Secretara de Planeamiento de la Presidencia, en la Secretara de Ciencia y Tecnologa (SECYT) como dependencia del Ministerio de Educacin y Justicia. Las universidades nacionales y el CONICET fueron intervenidos, con la intencin de normalizarlos. Esta paradjica intervencin para la normalizacin se explica por la ilegitimidad bsica de las autoridades acadmicas y cientficas surgidas del gobierno militar. Uno de los objetivos bsicos que el gobierno de Alfonsn se propuso alcanzar fue la recuperacin de la vida institucional. Con este propsito, se nombr al destacado matemtico Manuel Sadosky al frente de la SECYT, lo que llev a la conduccin del sistema cientfico a muchos de los investigadores reformistas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA que haban sido expulsados en 1966 luego de la denominada noche de los bastones largos.

La gestin del primer gobierno democrtico estuvo constreida por fuertes restricciones presupuestarias que se tradujeron en el congelamiento del presupuesto en el sector durante el perodo. Sin embargo, la gestin tuvo rasgos fuertes, caracterizados por el intento de perfilar reas de atencin prioritaria. Entre las inicialmente seleccionadas se encontraban la electrnica, la biotecnologa, la fiebre aftosa, el mal de Chagas, la micotoxinas y los complejos agroindustriales (SECYT, 1989). En cuanto a las polticas impulsadas por la SECYT, en 1984 se cre el Programa Argentino-Brasileo de Integracin (PABI), en lnea con la poltica de alcanzar la autonoma tecnolgica en reas consideradas clave, como la informtica y la biotecnologa. En 1986 comenz a funcionar la Escuela Superior Latinoamericana de Informtica (ESLAI), un ambicioso programa de formacin de posgrado en informtica que sera desactivado por el prximo gobierno. En consideracin de la importancia estratgica asignada a la investigacin en biotecnologa para el desarrollo de la regin, en 1987 se puso en funciones el Centro Argentino Brasileo de Biotecnologa (CABBIO), un emprendimiento conjunto de ambos pases que contina en funcionamiento luego de dos dcadas. La Argentina haba sufrido una importante emigracin de cientficos e intelectuales que fueron obligados a exiliarse por motivos polticos. La SECYT y el CONICET emprendieron algunas acciones destinadas a fomentar el retorno y la vinculacin con investigadores emigrados. Se puso en funcionamiento el Programa Patrimonio Cientfico Argentino en el Exterior, que impulsaba la visita de cientficos argentinos residentes en el exterior del pas por perodos no menores de dos semanas, para dictar cursos y seminarios, colaborar en el montaje de laboratorios de investigacin, la realizacin de investigaciones conjuntas con cientficos residentes en el pas, entre otros. Sin embargo, estas acciones fueron dbiles y de limitados alcances, en gran medida porque ciertos sectores de la comunidad cientfica vean con malos ojos que se otorgaran ayudas especiales a quienes haban emigrado. La SECYT y el CONICET evaluaron que no era recomendable propiciar un retorno masivo (Leiva, 2005).El CONICET, que fue transferido a la rbita de la SECYT, haba experimentado un proceso de fuerte aumento de la cantidad de institutos de investigacin durante el proceso militar, como expresin de la transferencia de capacidades de investigacin desde las universidades hacia l. El CONICET contaba en 1983 con 116 institutos y 7 centros regionales. Uno de los objetivos prioritarios de la nueva gestin fue la reconstruccin de los vnculos con las universidades y la reincorporacin de los investigadores exiliados por razones polticas. En palabras del entonces Presidente del CONICET: En primer lugar se derogaron todas las disposiciones que establecan controles polticos o ideolgicos a travs de informes de los servicios de inteligencia. Estos controles haban sido impuestos merced a un decreto de la dictadura de Ongana. Por otra parte, se propici la reincorporacin de investigadores que haban sido cesanteados o prescindidos por motivos ideolgicos y se cre un programa temporario de Becas de Actualizacin que acogi a quienes se vieron obligados a interrumpir su carrera, o su formacin, en investigacin por causas polticas durante la dictadura militar. Unas 160 personas pudieron beneficiarse de este rgimen especial por lapsos de hasta dos aos (Abeledo, 2007). Asimismo, se promovi la incorporacin de investigadores de las ciencias sociales que haban sido marginados durante el rgimen militar. Estas incorporaciones ampliaron el campo de actividades del Consejo. La nueva gestin del CONICET elimin el sistema de financiamiento de subsidios de investigacin a travs de directores de institutos y estableci un sistema de subsidios a proyectos otorgados a travs de convocatorias pblicas. Estas medidas buscaban reconstruir el sistema de promocin que sufra fuertes acusaciones de fraude y corrupcin durante la intervencin del perodo militar. En este sentido, se realizaron investigaciones, sumarios y acciones legales tendientes a esclarecer las irregularidades en el manejo de fondos a travs de algunas fundaciones privadas durante la dictadura militar. Estas medidas recibieron un fuerte respaldo de lo sectores ms jvenes y dinmicos de la comunidad cientfica del CONICET, as como un general respaldo de una sociedad en proceso de democratizacin.Uno de los elementos ms fuerte del diagnstico en que se apoy la nueva gestin del CONICET fue la caracterizacin que se haca de la Carrera del Investigador Cientfico (CIC), con rasgos muy negativos. Este escalafn, frreamente estructurado en niveles a los que se accede de acuerdo a procedimientos pautados rgidamente, tiene en su concepcin muchas similitudes con otros escalafones igualmente cerrados y jerrquicos como, por ejemplo, el de las fuerzas armadas. Un escalafn paralelo, la Carrera del Personal de Apoyo tiene rasgos afines con la de suboficial en los organismos militares. La CIC era vista, adems como un obstculo para la mejor integracin de los grupos del CONICET en las universidades. Para dar una solucin innovadora a este problema, se comenz a implementar el Sistema de Apoyo para Investigadores Universitarios (SAPIU), cuyo objetivo era otorgar un incentivo econmico a la actividad de los docentes con dedicacin exclusiva en las universidades nacionales que, o bien fueran miembros de la Carrera de Investigador, o bien aunque no lo fueran realizaran investigaciones afines a las promovidas por el CONICET. La comunidad cientfica se dividi frente a esta poltica: el SAPIU recibi apoyos, particularmente en las universidades, pero tambin fue objeto de resistencia activa no slo por los grupos ms conservadores, sino tambin por muchos investigadores ideolgicamente afines con el gobierno radical. Fue evidente que el espritu de cuerpo prim en una medida visible sobre una intervencin poltica no surgida desde el seno de la propia comunidad, ms all de los propsitos democratizadores que la animaban. En otros mbitos de la poltica cientfica y tecnolgica se tomaron medidas con el objetivo de vincular la actividad de investigacin con el sector productivo, crendose en 1984 el rea de Transferencia de Tecnologa, y en 1985 la Oficina de Transferencia de Tecnologa dentro de ella. En 1986 se cre la Comisin Asesora de Desarrollo Tecnolgico, integrada por investigadores, funcionarios del Estado y empresarios, con el objetivo de asesor al Director en la promocin de la inversin de riesgo dentro del sector productivo. Por ltimo, en 1987 se reglament la actividad de consultoras para investigadores y tcnicos del CONICET.

En otros organismos del sistema cientfico y tecnolgico se vivi el mismo proceso de normalizacin institucional. En el INTA, la principal institucin de transferencia de tecnologa al sector productivo del pas fueron designadas nuevas autoridades a la vez que comenz un proceso de reordenamiento de la institucin. Por otra parte, el gobierno democrtico desplaz al Vicealmirante Ing. Castro Madero de la conduccin de la CNEA. Castro Madero haba estado a cargo de la conduccin de la CNEA durante la ltima dictadura militar, y haba sido responsable de un ambicioso plan de desarrollo nuclear. Comenz a operar la Central de Embalse de Ro Tercero, la segunda central nuclear del pas. Se anunci el proyecto de un reactor nuclear de diseo local de caractersticas novedosas: el CAREM. El proyecto sera interrumpido por falta de apoyo presupuestario.La poltica universitaria fue uno de los ejes centrales del gobierno de Ral Alfonsn. Intervenidas y golpeadas durante la dictadura militar, las universidades enfrentaban adicionalmente, al comienzo de la democracia, un problema indito: el de dar respuesta al aluvin de demanda de estudios profesionales por parte de quienes no pudieron acceder a ellos durante la etapa represiva. En el plano de la poltica universitaria, la gestin del gobierno de Ral Alfonsn estuvo orientada a la normalizacin de las universidades, la recuperacin del autogobierno en un marco de absoluto respeto a la autonoma universitaria- y a la recuperacin del rol de las universidades como instituciones capaces de dar respuesta a la demanda masiva de formacin profesional, como elemento clave de la movilidad social. Tambin se plasmaron algunas condiciones bsicas que hicieron posible impulsar a las universidades a ocupar un lugar de protagonismo en la investigacin cientfica y tecnolgica, as como en la transferencia de conocimientos a las empresas y otros actores del entorno social.En trminos de las culturas tpicas definidas por Elzinga y Jamison (1996), el perodo que acabbamos de describir se caracteriza por las polticas tendientes a la reconstruccin de la cultura acadmica, marcada por los valores cientficos de apertura, pluralismo y autonoma acadmica, en el contexto de un ethos social de recuperacin de la vida democrtica.

5. Dos caras del peronismo (19891999)

Al gobierno radical, arrastrado por una crisis econmica y poltica que se tradujo en un perodo de hiperinflacin, le sucedi el primero de varios gobiernos genricamente peronistas. En 1989 accedi al poder Carlos Menem con una propuesta que combinaba elementos de populismo de cuo tpicamente peronista, con polticas que en el campo de la economa y de las relaciones internacionales respondan al Consenso de Washington y se alineaban en relaciones carnales con los Estados Unidos. La llegada al gobierno de Carlos Menem se produjo de manera anticipada, debido a la renuncia de Ral Alfonsn a la presidencia en un contexto de crisis econmica con hiperinflacin.El nuevo gobierno emprendi un drstico programa de reformas estructurales, que incluy la liberalizacin de los mercados de productos y factores, la apertura comercial y la privatizacin de las principales empresas pblicas. En 1991 comenz la implementacin del plan de convertibilidad, que fij la paridad cambiaria entre el peso y el dlar, con el objetivo de contener la inflacin. Se eliminaron las clusulas del compre nacional en las empresas de servicios pblicos, a la vez que comenz un proceso de reconversin de algunos sectores del aparato productivo, que si bien dio lugar a un aumento de la productividad del trabajo, ste estuvo ligado a la incorporacin de bienes de capital importados y a la racionalizacin de los planteles laborales, dando lugar a un fuerte aumento del desempleo estructural. Asimismo, este proceso afect las capacidades de generacin de conocimiento endgeno por parte de las firmas (Kosacoff, 1994) (Bonvecchi y Porta, 2003).

La poltica de ciencia y tecnologa del gobierno de Menem reflej las dos facetas que caracterizaron a su gobierno, en fases sucesivas: primero el tradicionalismo de derechas y luego la modernizacin ajustada a ideas de poca: competencia, transparencia, innovacin. Es as que la poltica de este gobierno puede ser comprendida segn dos etapas distintas. La primera la reaccin tradicionalista- transcurri entre 1989 y 1996, en tanto que la segunda la modernizacin tecnocrtica- lo hizo entre 1996 y 1999. a) Reaccin tradicionalistaEn el primer perodo, la poltica cientfica estuvo orientada por una agenda que combinaba las tendencias aislacionistas del CONICET, el recelo al progresismo cientfico, la restauracin de todo aquello que haba sido removido por el gobierno radical y la recuperacin de las que fueran prioridades militares, todo ello con un aura nacionalista muy a tono con el ala derecha o ms tradicional del peronismo. En cambio a partir de 1995 comenz la implementacin de un programa de reformas tambin hbridas, que combinaban una recuperacin de la capacidad de intervencin poltica por parte del gobierno, con un recetario inspirado en la agenda de los organismos internacionales de crdito (BID y Banco Mundial) que otorgaron el financiamiento necesario para llevarla a la prctica.Durante el primer perodo volvieron a ocupar un lugar destacado en la conduccin de las instituciones cientficas algunos investigadores que haban estado ligados a las intervenciones en tiempos de las dictaduras militares y que haban sido desplazados de las mismas durante la gestin de Manuel Sadosky. Esto dio lugar al inicio de un perodo de conflictos en el seno de las instituciones cientficas. El neurocirujano Ral Matera fue nombrado a cargo de la SECYT, quien design nuevas autoridades al frente del CONICET. Uno de aquellos nuevos funcionarios sostuvo pblicamente su intencin de separar al CONICET de la investigacin en las universidades, en lnea con la poltica seguida durante las dictaduras militares y en contraposicin a la poltica de reconstruccin del vnculo entre el Consejo y las universidades llevadas a cabo durante la gestin del gobierno radical. Esta situacin llev al desplazamiento de las autoridades del CONICET y a la intervencin del organismo, cuya Presidencia retuvo para s el propio Secretario de Ciencia y Tecnologa. Un problema ms bsico subyaca a tal decisin y derivaba del hecho de que el CONICET, al disfrutar de autonoma y poseer presupuesto propio, era histricamente poco dcil a las polticas emanadas de una Secretara carente de la herramienta presupuestaria para garantizarlas. Este problema no se haba presentado en la etapa del gobierno radical debido a que el equipo de gobierno en ambas instituciones estaba muy cohesionado, tanto desde la perspectiva poltica, como desde su trayectoria cientfica. Matera, al asumir personalmente la conduccin de ambas instituciones, trat de darle una solucin sui generis al problema. Las nuevas autoridades de ciencia y tecnologa desmantelaron algunas de las iniciativas ms importantes llevadas a cabo durante la gestin anterior, tales como el Programa SAPIU de apoyo a los investigadores en las universidades y la Escuela Latinoamericana de Informtica (ESLAI). Se anunci la creacin de un plan de vinculacin con cientficos en el exterior (PROCITEX), el cual decay a partir de 1994 por restricciones presupuestarias. Por causa del fallecimiento de Ral Matera, en 1994 fue designado el tambin mdico Domingo Liotta. En 1995 se anunci la creacin de un mega-proyecto denominado Ciudad Internacional de la Ciencia y la industria (CICI). El proyecto fue abandonado luego de recibir fuertes crticas de la comunidad cientfica. En cuanto a la promocin de la innovacin tecnolgica, se tomaron medidas novedosas en el plano legislativo. El 28 de septiembre de 1990 se aprob la Ley 23.877 Promocin y Fomento de la Innovacin Tecnolgica -, que no sera sancionada hasta 1992 por el decreto 508/92. La ley gener una innovacin institucional al crear la figura de las unidades de vinculacin tecnolgica (UVT). Estas fueron definidas como entes no estatales constituidos para la identificacin, seleccin y formulacin de proyectos de I+D, transmisin de tecnologa y asistencia tcnica. No necesariamente deban estar relacionadas con un organismo pblico y estaban organizadas bajo la forma jurdica de una sociedad comercial o una asociacin civil. Se otorg a la SECYT la facultad de autorizar su funcionamiento. En 1993 comenz la implementacin del Programa de Modernizacin Tecnolgica (PMT) cofinanciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Desde 1993 hasta 1997, cuando con la creacin de la Agencia el programa fue incorporado por este organismo, el mismo haba sido administrado en base a dos subprogramas: el de innovacin tecnolgica, que oper en el mbito de la SECYT y el CONICET, y el Fondo Tecnolgico Argentino (FONTAR) que fue gestionado desde el Ministerio de Economa.

El estilo de gobierno de un peronismo autoritario se llevaba mal con la autonoma de los organismos. As, el INTA, que gozaba de una autonoma semejante a la del CONICET y dispona de recursos propios, derivados de fuente impositiva, fue transferido en 1991 a la rbita de la Secretara de Agricultura. Esta reasignacin supuso el cambio de la entidad legal del organismo, que pas a depender de dicha secretara, y perdi la autarqua financiera y el presupuesto propio. El presupuesto del INTA, que por su Ley orgnica estaba ligado al cobro de un determinado porcentaje del valor de las importaciones, haba sido una de las garantas de su financiamiento. La subordinacin del INTA a la Secretara de Agricultura gener muchas resistencias en el sector.

Investigacin espacial y nuclear

Las prioridades temticas de los gobiernos militares fueron histricamente asumidas como propias por los sectores ms nacionalistas del espectro poltico argentino. Fue esta perspectiva subyacente la que confiri nuevo inters a las investigaciones espaciales y a la energa nuclear. La investigacin espacial fue una de las primeras reas donde el gobierno de Menem realiz reformas organizativas e institucionales. En este sentido, el rgano encargado de la poltica espacial present una continuidad a travs de los dos sub-periodos que distinguimos dentro del gobierno peronista, que la distingue de otras dependencias con competencias en actividades cientficas y tecnolgicas, que sufrieron en mayor medida los avatares de los cambios de rumbo. Puede parecer una curiosidad que en tal contexto de resurgimiento nacionalista fuera el gobierno de Carlos Menem el que resolviera dar por terminado un proyecto muy avanzado de desarrollo de un misil de mediano alcance el Cndor II- aunque la explicacin surge de una de las prioridades ms importantes de su gobierno: el acercamiento a los Estados Unidos.En 1991 se cre la Comisin Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) a travs del Decreto N 995/91, como ente civil dependiendo de la Presidencia de la Nacin. La CONAE se cre sobre la base de la Comisin Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), creada en 1961. En 1993 se fijaron a travs del Decreto 765/93 las competencias de cada rgano de conduccin de la CONAE. En su artculo 8, el Decreto serva tambin para disponer el fin del misil: todos los elementos, partes y componentes del misil Cndor II, en todas sus versiones y etapas de desarrollo, que existan a la fecha, sern desactivados, desmantelados, reconvertidos y/o inutilizados segn sus posibilidades de uso en aplicaciones y destinos pacficos, de manera de efectivizar en forma fehaciente y definitiva la cancelacin completa e irreversible del proyecto respectivo.Con ello daba por terminada un emprendimiento que, si en lo poltico haba sido oscuro, en lo tecnolgico reflejaba una capacidad avanzada. En efecto, el gobierno militar haba impulsado el desarrollo de un misil de mediano alcance: el Cndor II, un misil de dos etapas, de diecisis metros de largo, con un sistema de control de todo el vector, con un paquete sensor de control de altitud y con un sistema de control de velocidad final; todo ello controlado por tres computadoras integradas e intercomunicadas entre si. La construccin del Cndor II comenz en 1979 en Falda del Carmen en unas instalaciones dependientes de la entonces Comisin Nacional de Investigaciones Espaciales. Ya desde el gobierno de Ral Alfonsn se registraron presiones de los Estados Unidos para discontinuar el misil, pero fue durante la gestin de Carlos Menem que la desactivacin se puso en prctica.

En 1993 el gobierno argentino decidi enviar la mayora de los componentes Cndor II a los Estados Unidos, para su destruccin total. Esto se llev a cabo mediante la intermediacin de Espaa, que colabor el desmantelamiento del proyecto y ofici como punto de triangulacin en el envo de los componentes del misil a los EEUU para su destruccin total.

La I+D en el rea nuclear haba contado con un importante apoyo durante la ltima dictadura militar, en contraste con el desmantelamiento de la investigacin universitaria producido en aquella poca. La poltica cientfica durante el primer gobierno democrtico fue inercial, la Comisin Nacional de Energa Atmica (CNEA) continu operando segn sus propios lineamientos, en un contexto de restriccin presupuestaria tanto por la crisis econmica como por el hecho que la poltica nuclear no tena el mismo nivel de prioridad en democracia. La gestin del gobierno menemista durante el primer perodo responda, como sealamos anteriormente, a una agenda tradicional en ciencia y tecnologa, donde la actividad nuclear recuperaba, al menos a nivel discursivo, un papel gravitante.b) Modernizacin burocrtica

Llamamos a esta etapa de modernizacin burocrtica, en el sentido de la cultura burocrtica mencionada en el apartado 1.3, como un proceso encarnado en el aparato del estado, que procura administrar y organizar la ciencia para disponerla al servicio de la poltica. Esta definicin evoca a Max Weber (1996), quien conceba a la burocracia como la forma ms racional de ejercer el poder, definindola como un sistema objetivo de administracin y de gestin que est dotado de reglas tcnicas y procedimientos formales y se orienta a la optimizacin de las actividades sobre la base de una divisin del trabajo establecida segn criterios objetivos. Esta visin ideal de la burocracia como un instrumento al servicio de fines prcticos contrasta, sin embargo, con la evidencia histrica de que frecuentemente el medio se convierte en un fin y que los procesos de burocratizacin, lejos de eliminar las situaciones de ineficiencia o conflictividad, las producen y acentan. Las polticas de ciencia, tecnologa y educacin superior implementadas en Argentina en la ltima dcada del siglo veinte encajan perfectamente en una aproximacin conceptual de este tipo, ya que quienes las concibieron y pusieron en prctica no eran, en su mayora, ni investigadores ni docentes universitarios, o por lo menos no encarnaban los puntos de vista prevalecientes en ambos grupos. Como antecedente (y de algn modo, como una primera etapa de las reformas del sistema de ciencia y tecnologa que se llevaron a cabo a partir de 1996) es necesario mencionar las polticas de reforma de la educacin superior llevadas a cabo a partir de 1993, en el contexto de una tendencia poltica orientada a transformar el contrato social entre las universidades y el Estado en Latinoamrica (Brunner, 1994). En 1993 se cre a travs del Decreto 506/93 la Secretara de Polticas Universitarias (SPU). Llegaba a la conduccin de esta secretara el mismo equipo caracterizado por un enfoque tecnocrtico que habra de impulsar un par de aos despus la reforma del sistema de ciencia y tecnologa. La creacin de la SPU fue pensada como un primer paso hacia la reformulacin del vnculo entre las universidades nacionales y el gobierno, asignndole a ste mayor capacidad de intervencin. Con esta lgica, la autonoma universitaria fue puesta en cuestin, lo que dio origen a un estado de confrontacin con las universidades ms importantes, en las cuales el radicalismo tena una gran influencia. As, la poltica universitaria no surgi de un acuerdo entre las diferentes fuerzas polticas, sino que qued inscripta en la confrontacin entre peronistas y radicales. De hecho, los primeros movimientos destinados a modificar la correlacin de fuerzas en el plano universitario haban comenzado ya desde el primer da del gobierno de Menem, con la creacin de nuevas universidades nacionales; la mayor parte de ellas en el conurbano bonaerense. Las nuevas universidades fueron creadas con la justificacin de que ayudaran a descomprimir la presin de la matricula sobre la UBA, a la vez que exploraban modelos organizativos relativamente novedosos. Estas acciones, sin embargo, carecieron de coordinacin y no formaron parte de ningn rediseo del sistema universitario. Por esta razn, cada una de ellas adopt un modelo diferente, en una gama que iba desde la oferta profesional masiva para satisfacer una demanda local, hasta la excelencia cientfica, gracias a la atraccin de grupos de investigacin de reconocido nivel, tentados por la ventaja comparativa de disponer de infraestructuras ms adecuadas y recursos ms abundantes. La UBA, no obstante, continu aumentando su tamao sin notar la competencia de las nuevas casa de estudio.En 1993 se estableci a travs del Decreto 2427 el Programa de Incentivos a Docentes Investigadores en el mbito de la SPU, cuyo objetivo era estimular la investigacin en las universidades pblicas por medio de la asignacin de un plus salarial a los docentes que acreditaran la realizacin de investigaciones, ya que, segn estudios previos, slo el 15% de los docentes universitarios podan ser considerados adems como investigadores. Se inaugur as el primer procedimiento de asignacin salarial por mecanismos competitivos, dando lugar a una diferenciacin salarial entre los docentes y promoviendo as la segmentacin y la diferenciacin en el medio acadmico. Los efectos de la aplicacin de este programa han sido desde sus comienzos motivo de controversia. Por otra parte, si bien el programa recibi una importante aceptacin entre docentes investigadores, ha recibido objeciones que abarcan tanto a los principios mismos del programa- el pago por desempeo a una categora particular de docentes- hasta problemas de diseo e implementacin. Estos ltimos relacionados con la falta de estabilidad del programa por parte de las propias autoridades de la Secretara de Polticas Universitarias, lo que se manifest en cambios en los manuales de procedimiento, y en los montos y cronogramas de pago. A esto podramos agregar el hecho que se aplic en un contexto de restriccin presupuestaria, lo que origin que fuera asumido por algunos sectores como un aumento salarial encubierto (Albornoz et al., 2004).En 1995 se dieron los pasos ms importantes orientados a aumentar la capacidad del gobierno para aplicar polticas destinadas a lograr modificaciones en las instituciones de educacin superior. El hito ms destacado fue la sancin de la Ley 24.521 de Educacin Superior (LES). La LES introdujo cambios en pos de la diferenciacin institucional, el reconocimiento de la heterogeneidad del sistema, habilit a las universidades pblicas a cobrar aranceles (facultad no aceptada ni ejercida a posteriori por stas) y avanz hacia la creacin de un mercado acadmico diferenciado. La aprobacin de la LES estableci un marco que se propona dar sustento a una serie de polticas con las que se pretenda modificar el modo de control ejercido hasta entonces por el gobierno sobre las universidades y otras instituciones de educacin superior al introducir la evaluacin como nuevo eje de la poltica universitaria. En otro plano, tambin tuvo su importancia prctica la obtencin de un prstamo del Banco Mundial para la puesta en marcha de un Programa de Reforma de la Educacin Superior (PRES).La novedad institucional ms importante establecida por la LES fue la creacin de la Comisin Nacional de Evaluacin y Acreditacin Universitaria (CONEAU) como un organismo descentralizado en la jurisdiccin del Ministerio de Educacin. La CONEAU, que comenz a funcionar en 1996 es, desde entonces, el nico organismo pblico de evaluacin y acreditacin universitaria. Su misin institucional fue definida como asegurar y mejorar la calidad de las carreras e instituciones universitarias que operan en el sistema universitario argentino por medio de actividades de evaluacin y acreditacin de la calidad de la educacin universitaria.Como antecedente, a finales de 1994 el Ministerio de Educacin haba creado la Comisin de Acreditacin de Posgrados (CAP). Este organismo realiz durante 1995 una convocatoria a la acreditacin voluntaria de maestras y doctorados acadmicos. Ms de 300 carreras de posgrado ofrecidas por universidades pblicas y privadas respondieron a aquella convocatoria. La CAP dictamin sobre su acreditacin, con resultados positivos en aproximadamente dos terceras partes de las solicitudes y clasific los programas acreditados segn la calidad en tres categoras. Creada la CONEAU, el Ministerio le transfiri sta los procedimientos de acreditacin, dando por terminadas las funciones de la CAP.

Las actividades de la CAP fueron financiadas por el PRES. Este programa cont con un financiamiento total de 270 millones de dlares, de los cuales 165 millones fueron aportados por el Banco Mundial. Resulta particularmente relevante la intervencin del Banco Mundial, ya que se trat del primer programa de este organismo para la reforma de la educacin superior en la regin. El programa persigui cinco objetivos centrales:

1. Reformar y ordenar el marco legal de la educacin superior.2. Introducir incentivos para el mejoramiento de la calidad de la educacin superior y de la asignacin de recursos.3. Dar mayor transparencia a la gestin mejorando la informacin.4. Modificar la distribucin de los recursos presupuestarios.5. Fortalecer la capacidad de conduccin y programacin de la SPU.Con el propsito de alcanzar estos objetivos, el PRES desarroll una serie de programas, entre los que se destac el Fondo para el Mejoramiento de la Calidad (FOMEC) como instrumento para la asignacin de recursos por mecanismos competitivos.En julio de 1996 el equipo tcnico que haba impulsado la reforma de la educacin superior asumi la conduccin de la Secretara de Ciencia y Tecnologa (SECYT) y comenz un plan destinado a extender sus propsitos reformistas a las instituciones de ciencia y tecnologa. Las transformaciones ensayadas se concentraron en el entramado institucional y en un intento de modificar la lgica de funcionamiento de las instituciones. El programa de reformas estuvo estructurado en torno a tres grandes ejes:

a) Concentracin de las funciones de formulacin de polticas, programacin y planificacin en la SECYT. Se sancion una nueva estructura institucional para la SECYT y se puso en marcha la formulacin de un plan plurianual de ciencia, tecnologa e innovacin.b) Creacin de la Agencia Nacional de Promocin Cientfica y Tecnolgica (ANPCYT) para realizar acciones de promocin mediante la distribucin de recursos para financiar proyectos de investigacin y de actualizacin tecnolgica de las empresas. En el primer aspecto, la Agencia desplazaba al CONICET, al que se le objetaban criterios endogmicos para resolver la asignacin de recursos.c) Mejora de la coordinacin interministerial en actividades de ciencia y tecnologa, y de la coordinacin interinstitucional hacia dentro de los organismos del sector. Se crearon el Gabinete Cientfico-Tecnolgico (GACTEC), en el mbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros, como rgano de coordinacin interministerial, y la Comisin de Gestin Interinstitucional de Ciencia y Tecnologa, como instancia de coordinacin entre los distintos organismos Cientfico Tecnolgicos (OCT).La creacin del GACTEC en el mbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros, a travs del Decreto 1273/96, constituy una innovacin institucional. El Gabinete estaba integrado por el Jefe de Gabinete de Ministros, el Secretario de Ciencia y Tecnologa, el Ministro de Defensa, el Ministro de Economa y Obras y Servicios Pblicos, el Ministro de Educacin; el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, el Ministro de Salud y Accin Social, y la Secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Presidencia de la Nacin. La Presidencia le corresponda al Jefe de Gabinete de Ministros, y la Secretara Ejecutiva estaba a cargo del titular de la cartera de ciencia y tecnologa. El GACTEC, cuya creacin fue refrendada y justada en su composicin y funciones por la Ley 25.467 de Ciencia, Tecnologa e Innovacin, sancionada y promulgada en 2001, tiene por funcin decidir acerca de las polticas, prioridades y asignacin de los recursos presupuestarios del rea de ciencia y tecnologa del sector pblico nacional. Sin embargo, el Gabinete Cientfico y Tecnolgico ha sido convocado en escasas ocasiones a lo largo de los aos, por lo que esta iniciativa ha quedado reducida a una innovacin en el organigrama institucional, ms que convertirse en una instancia de articulacin y coordinacin con incidencia substantiva. Otra innovacin institucional fue la creacin en 1997 del Consejo Federal de Ciencia y Tecnologa (COFECYT), a travs del Decreto 1113/97, con la funcin de articular las polticas de ciencia y tecnologa con las autoridades en la materia de las 23 provincias y de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires.

La novedad de mayor trascendencia fue la creacin de la Agencia Nacional de Promocin Cientfica y Tecnolgica (ANPCYT) a travs del Decreto 1660/96. El propsito de la creacin de la Agencia fue separar las funciones de promocin y ejecucin de las actividades cientficas y tecnolgicas, a travs de la concentracin en un organismo de los distintos instrumentos promocionales y de financiacin que se encontraban dispersos en distintas jurisdicciones. El diseo de la Agencia estuvo inspirado en la National Science Foundation, considerada como un modelo flexible, dotado de gran capacidad de financiamiento. Este cambio de enfoque en el campo de las polticas pblicas para la ciencia y la tecnologa es, sin dudas, indisociable de los cambios que se produjeron, tanto en la escena internacional, como en la propia percepcin de algunos actores pertenecientes a la sociedad local (Albornoz 2007). La Agencia fue creada como un organismo desconcentrado, dependiente de la SECYT. Su misin ha sido promover las actividades de ciencia, tecnologa e innovacin, canalizando los recursos econmicos necesarios para tal fin y administrando tanto medios ya existentes, como as tambin nuevos mecanismos creados para la promocin y el fomento del rea. Los dos principales instrumentos de los que se dot inicialmente a la Agencia fueron el Fondo Tecnolgico Argentino (FONTAR) y el Fondo para la Investigacin Cientfica y Tecnolgica (FONCYT), a los que con los aos se agregaron otros. El FONCYT y el FONTAR a su vez cuentan con distintos instrumentos de promocin y financiamiento de las actividades de ciencia, tecnologa e innovacin. El objetivo del FONCYT fue establecido como la promocin de la generacin de conocimiento por parte de grupos de investigacin cientfica y tecnolgica cuyas actividades se desarrollaran en instituciones pblicas y privadas sin fines de lucro, mediante el otorgamiento de subsidios a proyectos que cumplieran con ciertas condiciones de calidad y pertinencia. Inicialmente, el FONCYT cont con dos modalidades: una destinada a la investigacin pura y aplicada, cuyos resultados son a priori publicables en revistas de circulacin abierta; la otra, destinada a investigacin precompetitiva de inters empresario. El objetivo del FONTAR, en cambio, fue establecido en orden a la financiacin de proyectos cuya finalidad fuera la innovacin y la modernizacin tecnolgica en el sector privado. Para ello, reuni los distintos instrumentos que con tal propsito estaban dispersos en distintas reas gubernamentales, tales como la Ley N 23.877 de Promocin y Fomento de la Innovacin Tecnolgica y el Programa BID de Modernizacin Tecnolgica (PMT-I).La nueva gestin public las Bases para una Poltica de Ciencia y Tecnologa. Este trabajo fue el antecedente que dio lugar a la presentacin del Plan Nacional Plurianual de Ciencia y Tecnologa 1998-2000 en octubre de 1997, el cual fue presentado por las autoridades como un instrumento ordenador, articulador y de programacin de los distintos esfuerzos nacionales y regionales en ciencia, tecnologa e innovacin.

El Plan se basaba en un severo diagnstico de los organismos pblicos de ciencia y tecnologa, pero no escatimaba crticas a los escasos esfuerzos del sector privado en la materia. Se destacaba la baja inversin del sector privado en ciencia y tecnologa, a pesar de haber registrado cierto aumento a partir de 1992, aunque se reconoca la falta de informacin fidedigna en la materia. Afirmaba que los esfuerzos del sector empresas son, en general, de corto plazo, no incluyen actividades sistemticas de investigacin y desarrollo y no se vinculan con las instituciones pblicas de Ciencia y Tecnologa ni se desarrollan en redes en las que participan activamente los proveedores, usuarios y clientes. Por ende, estn lejos de tener la envergadura requerida para los desafos que supone la construccin de una sociedad basada en el conocimiento. Pese a sus buenas intenciones, el plan pecaba de cierto voluntarismo ingenuo al que ya se ha hecho mencin en el apartado 2, ya que declaraba creado el sistema nacional de innovacin por el slo hecho de su enunciacin.El CONICET como adversarioDesde la perspectiva poltica instalada en 1996 en el gobierno de la ciencia y la tecnologa, el CONICET apareca como el adversario con el cual era preciso confrontar. Por una parte, al tratarse de un organismo descentralizado, con presupuesto propio, su grado de sujecin a las polticas establecidas desde la SECYT era cuando menos flexible. Ya Matera haba vislumbrado tal fenmeno, lo que lo haba llevado a ocupar la conduccin de ambos organismos en forma simultnea. Por otra parte, el CONICET era asumido por la comunidad cientfica como propio en la medida que expresaba el sentir comn de los investigadores, o al menos de sus cpulas, en su proceso de toma de decisiones. Se trataba, sin dudas, de un desafo poltico importante.

En el marco de las reformas de las instituciones pblicas del sector, se intervino el CONICET. Comenz as un dificultoso proceso de reforma del organismo. Se sancionaron varios decretos que establecieron nuevas reglas para el funcionamiento institucional y una nueva estructura organizativa. Luego de la intervencin, se designaron nuevas autoridades en la institucin. Sin embargo, la gestin del nuevo Presidente del CONICET estuvo marcada por conflictos polticos con el Secretario de Ciencia y Tecnologa y termin con la renuncia del primero en Septiembre de 1998. El CONICET atraves un perodo de crisis poltica marcado por la oposicin de sectores de la comunidad cientfica a la poltica llevada a cabo por el gobierno. Algunos de estos sectores vean no sin razn- en la creacin de la Agencia una amenaza para el CONICET, a la vez que entendan que ella representaba un retraimiento del Estado en su apoyo a la investigacin cientfica en organismos pblicos. Sin embargo, el realismo de quienes diseaban las polticas pblicas del sector hizo que la sangre no llegara al ro y, una vez alcanzados otros objetivos, se dej al CONICET subsistir con sus funciones, aunque con sus recursos disminuidos.Investigacin nuclear

En 1994 el proceso de reforma neoliberal que ya afectaba a varias reas del Estado alcanz a la actividad nuclear. La Comisin Nacional de Energa Atmica (CNEA) fue reformada, reorganizndose sus actividades y modificndose sus competencias. En lnea con el proceso de reforma del Estado de corte neoliberal segn el cual se privatizaron y descentralizaron distintas reas del Estado a la vez que se crearon nuevos organismos de regulacin para estos nuevos mercados, se privatizaron parte de las competencias de la CNEA. Se constituy Nucleoelctrica Argentina S.A. a travs del Decreto 1540/94, a la vez que se cre el Ente Nacional Regulador Nuclear.

En 1996, en el marco de la reforma de las instituciones del sector de ciencia y tecnologa, se transfiri la CNEA a la jurisdiccin de la Secretara de Ciencia y Tecnologa del Ministerio de Cultura y Educacin, y se aprob una nueva estructura organizativa. En 1997 se sancion la Ley Nacional de la Actividad Nuclear N 24.804, se trat de la primera ley de regulacin integral de la actividad nuclear. En 1998 se dio una contramarcha con respecto a la reforma llevada a cabo en 1996 y se dispuso la reinsercin de la CNEA en el mbito de la Presidencia de la Nacin, alegndose el carcter estratgico de la actividad de la CNEA en virtud de la Ley Nacional de la Actividad Nuclear. Asimismo, se sancion el Rgimen de Gestin de Residuos Radiactivos (Ley 25.018). Finalmente, en el contexto de desindustrializacin imperante, se suspendi la produccin de uranio nacional debido a la falta de rentabilidad econmica de la actividad.

Investigacin espacial

En 1994 se promulg el Plan Espacial Nacional "Argentina en el Espacio, 1995-2006" a travs del Decreto 2076/94. Una de las premisas del Plan era la afirmacin de la condicin de Pas Espacial de la Argentina, lo que de acuerdo al mismo implicaba hacer un uso creciente de los productos derivados de la ciencia y tecnologa espaciales, como consumidor activo de los mismos. El Plan se centraba en la generacin de Ciclos de Informacin Espacial Completos, para diferentes actividades socioeconmicas. Ms tarde, en 1996, en el marco de la reforma del sector de ciencia y tecnologa, se estableci el paso de la CONAE a la rbita del Ministerio de Relaciones Exteriores, y se aprob una nueva estructura interna del organismo. El 4 de noviembre de este ao se puso en rbita el Satlite de Aplicaciones Cientficas SAC-B, el primer satlite desarrollado y construido ntegramente en la Argentina. En 1997 se aprob el Plan Espacial Nacional "Argentina en el Espacio, 1997-2008", como primer revisin del plan 1995-2006. El Plan incluy la incorporacin del rubro Medios de Acceso al Espacio y Servicios de Lanzamiento, segn la instruccin que el Poder Ejecutivo dio a la CONAE a travs del Decreto N176/97. El 3 de Diciembre de 1998 se lanz el satlite SAC-A. Se celebr un Acuerdo Marco de Cooperacin en Aplicaciones Pacficas de Ciencia y Tecnologa Espaciales con Brasil, sancionado en la Ley 24.925.

Cultura burocrtica y cultura econmica

La etapa de modernizacin analizada puede ser interpretada bajo la clave de un avance, en el campo de la poltica cientfica y tecnolgica, de la cultura burocrtica y de la cultura econmica. La imbricacin de ambas culturas viene dada por el hecho que se intent implantar desde la conduccin poltica del Estado una cultura econmica all donde no la haba, en un pas donde las empresas no suelen ser fuertes demandadoras de conocimiento y en un perodo en el que los incentivos macroeconmicos llevaban a que las empresas que modernizaban sus mecanismos de produccin lo hacan ms por la importacin de tecnologa llave en mano, que por la demanda de desarrollos tecnolgicos locales. En tal sentido, se impulsaron medidas tendientes a gestionar los organismos pblicos con criterios de gestin empresarial, del mismo modo que se intent alinear a las polticas de ciencia y tecnologa segn el objetivo final de la innovacin. No obstante, se adopt acrticamente el concepto de la innovacin, sin comprender aparentemente de forma cabal qu significa la innovacin en un pas de ingreso intermedio como la Argentina, con fuertes heterogeneidades estructurales. Las reformas implementadas fueron inicialmente resistidas por la comunidad cientfica, al encontrar en ellas un avance por sobre su cultura de autonoma acadmica, aunque con el correr del tiempo muchas de ellas se incorporaron definitivamente al paisaje institucional.6. El desconcierto como poltica (1999-2001)En 1999, luego de una dcada de gestin menemista, asumi el gobierno una coalicin bajo la frmula Fernando De la Ra Carlos lvarez, formada por una alianza entre la Unin Cvica Radical (UCR) y el FREPASO, partido que a su vez era una coalicin de agrupaciones polticas de centro izquierda e impronta peronista. El breve gobierno de la Alianza estuvo marcado por una tensin entre las promesas electorales y las expectativas generadas en la ciudadana respecto a una mayor redistribucin del ingreso, mayor empleo y menor corrupcin, y la imposibilidad de la coalicin gobernante de tomar la iniciativa poltica para cambiar el rumbo en estas cuestiones. El resultado fue el desconcierto convertido en dato poltico.

Sobre el final de la dcada, las tensiones acumuladas en torno al plan de convertibilidad, la recesin econmica comenzada en 1998 y profundizada por la devaluacin brasilea de 1999, as como el peso de los servicios de una deuda externa en constante crecimiento, marcaban el escenario en el que se tena que desenvolver el nuevo gobierno. En este contexto, el gobierno impuls polticas pro-cclicas de ajuste fiscal que profundizaron el ciclo recesivo. Los presupuestos universitarios y de los institutos pblicos de investigacin se vieron afectados por estos recortes.

En cuanto a las instituciones encargadas de la conduccin poltica del sistema de ciencia y tecnologa, las nuevas autoridades dispusieron el traspaso de la SECYT a la rbita de la Secretara General de la Presidencia de la Nacin, la que pas a denominarse Secretara de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva, siguiendo la retrica de la poca. Al frente de la SECYT fue designado Dante Caputo, un poltico de alto perfil en el anterior gobierno radical, lo que fue interpretado como una jerarquizacin de la problemtica de la ciencia y la tecnologa. Durante los primeros das de la gestin pareci confirmarse aquella impresin inicial, dado que hubo un intento de que la totalidad de los organismos de ciencia y tecnologa pasaran a depender de la Secretara. Los mecanismos de defensa del sistema fueron, sin embargo, ms eficaces. La CONAE logr subsistir como organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores. El INTA y el INTI permanecieron en la esfera de las secretaras correspondientes. nicamente en la CNEA el nuevo Secretario aument su mbito de influencia. Probablemente uno de los hechos ms relevantes del perodo haya sido el contrato celebrado en enero de 2000 entre la empresa INVAP S.E. y la Organizacin Australiana de Ciencia y Tecnologa Nuclear (ANSTO) para la construccin de un reactor de investigacin y produccin OPAL, de 20 MW, un hecho que tuvo ms que ver con las capacidades acumuladas por la CNEA e INVAP que con polticas especficas desarrolladas para el sector por la nueva gestin.La gestin, sin embargo, adquiri algunos contornos muy conflictivos, derivados de la falta de rumbos definidos y de un estilo arrogante que no facilit el dilogo con los investigadores. Estos, por su parte, pronto creyeron percibir cierto menosprecio por parte de las nuevas autoridades. La tensin se hizo manifiesta cuando el discurso gubernamental dej traslucir una peculiar lectura de la globalizacin combinada con una fascinacin por las TIC, como contracara de una opinin poco favorable acerca de las limitadas capacidades del sistema local de I+D. Ms an, ciertos elementos del diagnstico, en el sentido de que Internet producira una irreversible obsolescencia de las instituciones de investigacin locales, profundizaron el enfrentamiento con el CONICET hasta extremos que suscitaron una autntica rebelin de los menospreciados investigadores. Todo ello habra de terminar con la renuncia del Secretario Caputo, a comienzos de 2001, alegando falta de respaldo oficial a un plan de reestructuracin del rea.

Probablemente el elemento ms significativo a ser destacado de la poltica en ciencia y tecnologa llevada a cabo durante el gobierno de la Alianza fue la sancin de la Ley 25.467 de Ciencia, Tecnologa e Innovacin, impulsada por Adriana Puiggrs, quien sucedi a Dante Caputo al frente de la Secretara. La ley orden el conjunto de reglamentaciones que regan al sector. Entre otras disposiciones, estableci la creacin del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnologa (CICYT). El impacto de la Ley fue ms importante en cuanto al reordenamiento de la legislacin y las reglamentaciones del sector que en trminos de su impacto concreto sobre los actores pblicos y privados del sistema. En efecto, la ley fue sancionada en los ltimos meses del gobierno de De la Ra, en medio de una profunda crisis econmica y social que derivara pocos meses despus en una de las ms graves crisis polticas e institucionales de la historia reciente de Argentina.

El cambio de Secretario no logr revertir la crisis institucional que vena afectando al CONICET a lo largo de la ltima dcada. El Presidente designado a comienzos de la gestin de la Alianza -Pablo Jacovkis- dur en su cargo de menos de un ao, cuando renunci por diferencias con la conduccin poltica de la Secretara en relacin a los recursos disponibles para el organismo. El investigador Andrs Carrasco, quien fuera nombrado en su reemplazo en el marco de pocos candidatos dispuestos a hacerse cargo- exacerb an ms los conflictos internos.

La confrontacin poltica entre los Presidentes del CONICET y los Secretarios de turno marcaron, como ha sido sealado, la agitada vida institucional del Consejo durante la dcada transcurrida desde el retorno de la democracia. Estos conflictos estuvieron marcados por la restriccin presupuestaria constante y los diversos programas de reforma, ms atentos a criterios tecnocrticos de eficiencia que a la dinmica propia del sector. En este sentido es sintomtico que en poco ms de una dcada se hayan sucedido diez presidentes distintos al frente del CONICET. En diciembre de 2001 Fernando De la Ra present su renuncia a la Presidencia, en medio de un estallido social sin precedentes, enmarcado en una severa situacin econmica.7. Crisis y recuperacin (2002 hasta el presente)La crisis econmica, financiera, social, poltica e institucional que sacudi al pas se prolong durante 2001 y 2002 y dej como corolario la cesacin del pago de deuda soberana ms grande de la historia, un cambio profundo del tipo de cambio y de la moneda en la que estaban denominados los contratos, lo que produjo una profunda reasignacin de recursos entre sectores. El gobierno de transicin del senador Eduardo Duhalde (2002-2003) surgido por la aplicacin de la Ley de Acefala- y posteriormente el de Nstor Kirchner supusieron el triunfo de un ala peronista ms vinculada a los factores de poder tradicionales en este partido, como los sindicatos y un sector de la burguesa industrial.Desde 2002 comenz una paulatina recuperacin econmica que alivi las cuentas pblicas. La recuperacin de las exportaciones, sostenida por el aumento de los precios de los commodities agrcolas y la ventaja de precios comparativos que produjo la devaluacin, as como la suspensin del pago de los servicios de la deuda y su posterior renegociacin permitieron recuperar las finanzas pblicas. El nuevo esquema econmico que comenz con el Gobierno de Eduardo Duhalde y fuera continuado por el gobierno de Nstor Kirchner estuvo marcado por la recuperacin de la produccin para el mercado interno asociada a una mayor tasa de empleo. En el plano de la poltica cientfica y tecnolgica, la crisis de 2001-2002 trajo aparejada una fuerte restriccin la inversin en I+D, que cay a los niveles ms bajo de la poca reciente.

Durante la Presidencia de Eduardo Duhalde se design como Secretario de Ciencia, Tecnologa e Innovacin a Julio Luna, un investigador del CONICET con formacin de ingeniero. Por primera vez desde la finalizacin del gobierno radical se produjo una reconciliacin total entre la SECYT, el CONICET y, en otro plano, las universidades. Despus de realizar consultas, el gobierno design al frente del CONICET a Eduardo Charreau, un investigador de gran trayectoria, reconocido por sus cualidades cientficas y de gestin de organismos de I+D. Este gesto fue muy bien recibido por la comunidad cientfica. El nuevo Presidente completara su mandato en 2008 despus de una gestin que cosech un beneplcito general.A partir de 2002 comenz tambin un proceso de recuperacin institucional y crecimiento presupuestario del INTA. La autonoma operativa y financiera del Instituto fue restituida en 2002, cuando se estableci el presupuesto ligado al cobro del 0,5% del valor CIF de las importaciones, lo que permiti un importante crecimiento presupuestario. Esta estabilidad institucional y financiera permiti que hacia fines de 2004 el INTA lanzara el Plan Estratgico Institucional 2005-2015 (PEI), en el que se establecieron tres objetivos generales: competitividad, salud ambiental y equidad social. El lanzamiento del PEI 2005-2015 busc dotar al accionar del instituto de una mayor coherencia interna.En 2003, con la asuncin de Nstor Kirchner al gobierno asumi un nuevo equipo la conduccin de la SECYT. La gestin de Tulio del Bono como nuevo Secretario mostr un talante dialoguista y aport como novedad el propsito de retomar la elaboracin de planes estratgicos de medio y largo plazo. Sin embargo, a pesar de que los resultados logrados fueron en general positivos, un sector de la comunidad cientfica demand en forma progresiva un mayor protagonismo que alcanzara, cuatro aos despus, con la transformacin de la Secretara en Ministerio y su insercin en muchas de sus posiciones clave.

Durante este perodo, la inversin en I+D continu la tendencia de recuperacin, despus de la crisis, pero no pudo alejarse de su horizonte histrico. El grfico 1 presenta los valores de la inversin en I+D, tanto en porcentaje del PBI, como en dlares corrientes medidos segn la paridad del poder de compra (PPC). Es posible observar que luego de que la inversin en I+D cayera al 0,39% del PBI en 2002, comenz un paulatino proceso de recuperacin hasta alcanzar en 2004 los valores de gasto previos a la crisis y a partir de all aumentar hasta alcanzar el 0,52% del PBI en 2008. Si se analiza la inversin medida en dlares corrientes PPC tambin se aprecia que la misma cay en 2002 a los niveles histricos ms bajos de la serie y que a partir de entonces comenz un proceso de recuperacin que es an ms marcado que cuando es medido como porcentaje del PBI.Grfico 1

Fuente: RICYT (2010) URL: www.ricyt.org

La inversin en I+D de 2008 medida en dlares corrientes PPC fue 157% superior a la de 2002, mientras que si se la mide como porcentaje del PBI el aumento fue del 34%. Esta diferencia en las tasas de crecimiento de la inversin en I+D segn se la mida en trminos absolutos o relativos al tamao de la economa parece mostrar que el aumento obedece en mayor medida a un perodo de expansin econmica que a la asignacin de mayor prioridad a la ciencia y la tecnologa por parte de los agentes pblicos y privados. De hecho, la inversin en I+D como porcentaje del PBI de 2008 es 15% superior al de 1999. En todo caso, estas cifras se alejaban del objetivo de alcanzar el umbral del 1% del PBI en inversin en I+D, un objetivo recurrentemente fijado en los planes de distintos gobiernos sin que su logro nunca se hubiera alcanzado, lo que seala las dificultades para sostener y aumentar la inversin pblica en esta rea, y ms an, las serias dificultades para impulsar la inversin del sector privado.

En cuanto a la poltica de ciencia y tecnologa, la SECYT encarg al Observatorio de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva la elaboracin de las Bases para un Plan Estratgico de Mediano Plazo en Ciencia, Tecnologa e Innovacin. Las Bases fueron presentadas como un ejercicio de prospectiva, en el sentido de impulsar una mirada estratgica capaz de sustentar consensos en el largo plazo. Fue el producto de un trabajo participativo que involucr a diversos actores del sistema. Empresarios de diversas industrias y ramas, investigadores, funcionarios de distintas instancias de gobierno y expertos dieron su opinin sobre las fortalezas y debilidades de las actividades de ciencia y tecnologa en cada una de sus reas de incumbencia. Se trazaron distintos escenarios, a la vez que se establecieron metas tanto cuantitativas como cualitativas. Los objetivos estratgicos fijados fueron los siguientes: Objetivo Estratgico 1

Orientacin de la I+D hacia un mayor conocimiento de los problemas de la sociedad, la mejora de la calidad de vida y el desarrollo social

Objetivo Estratgico 2

Creacin y aplicacin de conocimiento para la explotacin responsable de los recursos naturales, protegiendo el ambiente.

Objetivo Estratgico 3

Fortalecimiento de la innovacin, la modernizacin tecnolgica y la vinculacin tecnolgica en la produccin industrial y agropecuaria.

Objetivo Estratgico 4

Aumenta de la base cientfica y de la capacidad tecnolgica

Del objetivo estratgico 4 se desprendieron metas cuantitativas, planes horizontales y criterios de reforma funcional del sistema. Se estableci el objetivo de alcanzar las siguientes metas cuantitativas en el transcurso de los siguientes diez aos como condicin necesaria para el logro de las metas cualitativas:

a) La inversin total del pas en I+D alcanzar el 1% del PBI.

b) La inversin privada en I+D equiparar la inversin pblica.

c) El nmero de investigadores y tecnlogos equivaldr a un 3% de la PEA.

d) Las diecinueve provincias que en ese momento concentraban alrededor del 20% de los recursos de I+D duplicarn su participacin en el total.

Si el objetivo de aumentar la inversin en I+D, tanto publica como privada no se ha cumplido, en cambio s se avanz considerablemente en lo que se refiere al nmero de investigadores y tecnlogos. Los clculos que sustentaban el plan estimaban una cifra anual de mil quinientos becarios y un ingreso anual de quinientos nuevos investigadores al CONICET. Por cuarto ao consecutivo,