Alabemos a María con los himnos de LAUDES ¿A dónde va, cuando se va, la llama? ¿A dónde va,...
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Alabemos a María con los himnos de LAUDES
¿A dónde va, cuando se va, la llama?
¿A dónde va, cuando se va, la rosa?
¿Qué regazo, qué esfera deleitosa,
qué amor de Padre la alza y la reclama?
Esta vez como aquella, aunque distinto;
el Hijo ascendió al Padre en pura flecha.
Hoy va la Madre al Hijo, va derecha
al Uno y Trino, al trono en su recinto.
Por eso el aire, el cielo, rasga, horada,
profundiza en columna que no cesa,
se nos va, se nos pierde, pincelada
de espuma azul en el azul sorpresa.
No se nos pierde, no; se va y se queda.
Coronada de cielos, tierra añora
y baja en descensión de Mediadora,
rampa de amor, dulcísima vereda.
Gerardo Diego
Hoy sube al cielo María,
que Cristo, en honra del suelo,
traslada la casa al cielo,
donde en la tierra vivía.
Levantad al cielo el vuelo,
de Dios lo fuisteis, y Dios
por no estar en él sin vos,
traslada la casa al cielo.
Amor con divino modo
os trasplanta, bella flor,
y, porque prendáis mejor,
os llevan con tierra y todo.
A su Hija abraza el Padre
A su Hijo abraza el Padre, a su Madre el Redentor, y a su esposa coronada el Espíritu de Amor. Amén
La Asunción de María al cielo, aunque no está en el N. Testamento, sí lo estaba desde muy antiguo en el ambiente cristiano.
Por eso se erigieron muchas catedrales en honor de la Asunción de María.
En 1950 el papa Pio XII, atendiendo al clamor pòpular y a la petición de los obispos declaró ser dogma de fe la Asunción de María.
El papa no dice si murió o resucitó, sino “terminado el curso de su vida”.
La Asunción no fue un vuelo por el aire, sino un entrar a participar de una vida plena en Dios en cuerpo y alma.
Para poder ir al cielo con Ella, el evangelio de hoy nos invita a realizar obras de caridad como María al visitar a su prima Isabel.
Nosotros alabamos a Dios y a María con otro poema.
Virgen pura, hoy quiere Dios
que subáis del suelo al Cielo,
pues cuando quisisteis vos,
El bajó del Cielo al suelo.
Si en la tierra daros quiso
Dios del bien que allá tenía,
¿Qué os dará en el paraíso,
Donde todo es alegría?
El amor vuestro y de Dios
hoy se encuentran en el vuelo,
pues por El a Dios vais vos,
y Él a vos vino del Cielo.
El Padre os da la corona,
El Hijo su diestra mano,
y la Tercera Persona
Os da su amor soberano.
Alcanzáis, Virgen, de Dios
premios, honras y consuelo,
y por El sois Cielo vos,
y El por vos hombre en el suelo.
Juan López de Ubeda
Automático
Le rinden honor la
música y la luz,
¿Quién será la mujer que el rey y el labrador invocan en su dolor?
el santo al igual que el pecador.
amando sin milagros, viviendo de su fe,
la esposa siempre alegre de José.
Que la Virgen María nos lleve un día al cielo.
AMEN
