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microscopía -el psicoanálisis entre los intersticios de la cultura- Boletín mensual - Biblioteca Freudiana de La Plata - Publicación gratuita Año 18 - Noviembre de 2020 - Número 199 www.aplp.org.ar ÍNDICE - Un decir que no quede olvidado detrás del dicho- Leticia García.p.4 - De la letra a lalengua. Daniela Gaviot. p.6 - El tiempo que falta para desanudar. Gabriela Terré. p.9 - Casos Clínicos. Carolina Sanguinetti. p. 10 - Sujeto cartesiano.Síntoma de la ciencia. Ezequiel Rueda. p. 11 INSTITUTO PRAGMA -Enseñanzas e Investigación en psicoanálisis- Seminario Anual. Lacan: Del inconsciente al ser diciente Responsable: Enrique Acuña Adjunta: Inés García Urcola Miércoles 4. 20hs Docente: Inés García Urcola Comenta: Enrique Acuña Miércoles 18. 20 hs Docente: Enrique Acuña Grupos de investigación Infancias y sexualidad femenina Responsable: Patricia Iribarren Adjunta: Mariángeles Alonso miércoles 18. 18.30 hs Psicoanálisis y anti-filosofía Responsable: Ezequiel Rueda Adjunta: Soledad Jurao lunes 23. 19 hs. Una hystoria del psicoanálisis Responsable: Sebastián Ferrante Adjunta: Gabriela Terré lunes 16. 18.30 hs Casos clínicos: del conflicto a la solución Responsable: Ana Gutierrez Adjunta: Carolina Sanguinetti viernes 13sd. 18 hs. Psicoanálisis y política Responsable: Inés García Urcola Adjunta: Marcela Reichert martes 24. 19 hs. Conceptos fundamentales Responsable: Leticia García Adjunta: Milena Nucciarone miércoles 11. 11 hs. Consumos y discurso capitalista. La política del psicoanálisis Responsable: Daniela Ward Adjunta: Guillerma Chañi martes 10. 19 hs INSCRIPCIONES: Sede: calle 49 Nº 462 - La Plata Tel: 0221 421-4533 www.aplp.org.ar [email protected] AGENDA NOVIEMBRE NUEVA SERIE! VIRTUAL NUEVA SERIE! VIRTUAL VIº Coloquio del Instituto Pragma-APLP El después: lo dicho, el decir y el futuro-anterior El título de este coloquio, propuesto por el Director de Ense- ñanzas Enrique Acuña, surge del trabajo realizado a lo largo del año en el Seminario anual “Lacan: del inconsciente al ser diciente”(1). Un recorrido que partió del inconsciente freudiano como hipótesis legítima (Unbewust) para arribar al “ser diciente” (parlêtre) lacaniano. El “después” del título conlleva por un lado el límite del reco- rrido realizado, y por otro trata de un después en el recorrido de un análisis. Es también metáfora del hecho social después de este tiempo de discontinuidad que provoca el distanciamiento social de la Pandemia al que oponemos el Inconsciente (léase Pandem Incc). Eso introduce otra continuidad: el tiempo de un futuro-anterior que se escribe en la conjugación de un “habrá sido siendo”. Para Lacan, el inconsciente fue primero historia -recordada, censurada u olvidada-, y sobre esas conjeturas de las lagunas del pasado se edificaba el deseo como apuesta para un des- pués, que se llamó futuro-anterior. Entre los dichos y el decir siempre está la interpretación que sitúa allí al sujeto por retroac- ción, siempre evanescente, pulsátil. Al final, se tratará de “des- pertar de la pesadilla de la historia”: entonces, “después” de los acontecimientos colectivos, los reajustes y las reinvenciones, todo parece retroceder frente al goce localizado en el cuerpo que ahora estaría hecho de puro lenguaje, aunque no-todo sig- nificante.

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microscopía-el psicoanálisis entre los intersticios de la cultura-

Boletín mensual - Biblioteca Freudiana de La Plata - Publicación gratuitaAño 18 - Noviembre de 2020 - Número 199

www.aplp.org.ar

ÍNDICE- Un decir que no quede olvidado detrás del dicho- Leticia García.p.4- De la letra a lalengua. Daniela Gaviot. p.6- El tiempo que falta para desanudar. Gabriela Terré. p.9- Casos Clínicos. Carolina Sanguinetti. p. 10- Sujeto cartesiano.Síntoma de la ciencia. Ezequiel Rueda. p. 11

INSTITUTO PRAGMA-Enseñanzas

e Investigaciónen psicoanálisis-

Seminario Anual. Lacan:Del inconsciente al ser diciente

Responsable: Enrique AcuñaAdjunta: Inés García Urcola

Miércoles 4. 20hs Docente: Inés García Urcola

Comenta: Enrique Acuña

Miércoles 18. 20 hsDocente: Enrique Acuña

Grupos de investigaciónInfancias y sexualidad femeninaResponsable: Patricia IribarrenAdjunta: Mariángeles Alonso

miércoles 18. 18.30 hs

Psicoanálisis y anti-filosofíaResponsable: Ezequiel Rueda

Adjunta: Soledad Juraolunes 23. 19 hs.

Una hystoria del psicoanálisisResponsable: Sebastián Ferrante

Adjunta: Gabriela Terrélunes 16. 18.30 hs

Casos clínicos: del conflicto a la solución

Responsable: Ana GutierrezAdjunta: Carolina Sanguinetti

viernes 13sd. 18 hs.

Psicoanálisis y políticaResponsable: Inés García Urcola

Adjunta: Marcela Reichertmartes 24. 19 hs.

Conceptos fundamentalesResponsable: Leticia GarcíaAdjunta: Milena Nucciarone

miércoles 11. 11 hs.

Consumos y discurso capitalista. La política del psicoanálisisResponsable: Daniela Ward

Adjunta: Guillerma Chañimartes 10. 19 hs

INSCRIPCIONES:Sede: calle 49 Nº 462 - La Plata

Tel: 0221 421-4533www.aplp.org.ar

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AGENDA NOVIEMBRE

NUEVA SERIE! VIRTUAL

NUEVA SERIE! VIRTUAL

VIº Coloquio del Instituto Pragma-APLPEl después: lo dicho, el decir y

el futuro-anterior El título de este coloquio, propuesto por el Director de Ense-ñanzas Enrique Acuña, surge del trabajo realizado a lo largo del año en el Seminario anual “Lacan: del inconsciente al ser diciente”(1). Un recorrido que partió del inconsciente freudiano como hipótesis legítima (Unbewust) para arribar al “ser diciente” (parlêtre) lacaniano.

El “después” del título conlleva por un lado el límite del reco-rrido realizado, y por otro trata de un después en el recorrido de un análisis. Es también metáfora del hecho social después de este tiempo de discontinuidad que provoca el distanciamiento social de la Pandemia al que oponemos el Inconsciente (léase Pandem Incc). Eso introduce otra continuidad: el tiempo de un futuro-anterior que se escribe en la conjugación de un “habrá sido siendo”.

Para Lacan, el inconsciente fue primero historia -recordada, censurada u olvidada-, y sobre esas conjeturas de las lagunas del pasado se edificaba el deseo como apuesta para un des-pués, que se llamó futuro-anterior. Entre los dichos y el decir siempre está la interpretación que sitúa allí al sujeto por retroac-ción, siempre evanescente, pulsátil. Al final, se tratará de “des-pertar de la pesadilla de la historia”: entonces, “después” de los acontecimientos colectivos, los reajustes y las reinvenciones, todo parece retroceder frente al goce localizado en el cuerpo que ahora estaría hecho de puro lenguaje, aunque no-todo sig-nificante.

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Un sujeto del inconsciente implica una estructura agujereada por la imposibilidad de decirlo todo por lo irreductible de un resto que insiste. Compromete además detenernos en el “inconsciente pulsional” y definir una práctica marcada por lo real que, en consecuencia, respeta el silencio porque supone un “inconsciente intérprete” que dicta el montaje futuro a partir del deseo que habita entre la posición del inconsciente y la presencia del analista.

El síntoma como ficción verdadera, en su presentación, como mezcla de una verdad mentiro-sa, orientará en un análisis por lo real en juego, a partir de los dichos que adquieren un giro en el decir, produciendo la entrada en una experiencia donde un vacío, silencio que resuena y puede ser dicho, precipitando el ordenamiento de las contingencias pasadas y dándoles el sentido de las necesidades por venir. La equivalencia lacaniana entre inconsciente y pulsión se explica en el origen común (real) que es el efecto de las palabras en el cuerpo (lalengua).

Con Lacan constatamos un “inconsciente de goce”, donde el cuerpo como instrumento, define el “ser diciente” que exige esta práctica en el sentido de lo real que es el psicoanálisis.” Si el inconsciente está estructurado como un lenguaje, entonces se trata de términos y relaciones, como Deseo de la madre haciendo operar la Metáfora paterna. Es así que la “verdadera mujer” se mide por su distancia subjetiva de la posición de la madre. O las místicas que con sus jacu-latorias atestiguan sobre el goce Otro que no es el fálico.

Cuando Lacan propone detenerse en el decir del analizante, desplaza la pregunta por la ver-dad de los dichos, hacia una pregunta por la causa: ¿por qué lo dice?. ¿Por qué lo dice en vez de callarse?, como invita Wittgenstein al afirmar “de lo que no se sabe mejor no hablar”. En reverso, el psicoanálisis supone un “esfuerzo de poesía” que reenvía a una causa que se liga al goce y a lo real como imposible de decir. Se trata de suspender la pregunta por la verdad que pone en primer plano para cada proposición, cada dicho, el hecho que “eso” juega en el equívoco de lalengua desde la resonancia de la interpretación al acto como sonido en el silencio.

Se trata de un “después” en relación a algunos términos ligados al inconsciente freudiano y el nuestro, con el “ser diciente” (parlêtre) forjado por Lacan desde sus referencias.-

Redacción: Inés García Urcola. Con aportes de Leticia García, Sebastian Ferrante, Patricia Iribarren, Ezequiel Rueda, Ana Gutierrez y Daniela Ward. (Responsables de los Grupos de In-vestigación del Instituto Pragma).-

Ejes: - El decir y lo dicho.

- La interpretación y el acto.

- Letra, inconsciente, síntoma.

- Lalengua, parlêtre, sinthome.

Bibliografía inicial: (1)- disponible en: https://seminarioenriqueacuna.wordpress.com/2020/01/29/lacan-delinconsciente-al-ser-diciente/

-Freud, Sigmund: “Lo inconsciente”, en Obras Completas, Amorrortu editores, Volumen XIV.

-Lacan, Jacques: “Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis”, en Escritos 1, siglo veintiuno edi-tores.

“Posición del inconsciente”, en Escritos 2, siglo veintiuno editores.

“Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, en Escritos 2, siglo veintiuno editores.

El Seminario Libro XI, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, editorial Paidós.

El Seminario Libro XVII, El revés del psicoanálisis, editorial Paidós.

El Seminario Libro XX, Aún, editorial Paidós.

“El atolondradicho”, en Otros Escritos, editorial Paidós.

-Ducrot, Oswald: El decir y lo dicho, Colección Edicial Universidad.(disponible en biblioteca).-

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Un decir que no quede olvidado detrás del dichoLeticia García

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“creo que…”, “soñé que…”, “pienso…” no se tratará de la verdad de sus enunciados-, sino por el ¿por qué lo dice?, ¿por qué lo dice en vez de callarse? Cuando el analista lanza esta pregunta apunta a algo que está por fuera de los dichos, pregunta por la causa de los di-chos. Una causa que concibe perteneciendo al registro de lo real, ligada al goce del sujeto y a lo imposible que en este escrito lo enuncia como “no hay proporción sexual”.

Pero insistamos, la posibilidad de hallar este decir como beneficio de un análisis se sostie-ne en lo que Lacan llama un “segundo decir” (la interpretación del analista), que no están menos establecidos por el hecho de que lo de-jen a él también olvidado. Es la idea de que la interpretación es la causa desapercibida, olvi-dada del final del análisis. Sabemos que exis-ten tanto las interpretaciones memorables e inolvidables, como las que caen bajo el olvido. Podemos plantear que un análisis se termina cuando el decir deja de quedar olvidado.

Y en relación al decir del analista Lacan lo ca-lifica de apofántico, no tanto porque la inter-pretación sea una proposición asertiva (que asevera algo), sino como decía anteriormen-te, por tener la cualidad de “hacer aparecer” algo nuevo que no es del orden de una signi-ficación, sino del objeto. Es un decir singular que toca el cuerpo y deja un vacío que permite el resonar, la vibración del goce en el cuerpo pero de otro modo que no sea el sufrimiento.

¿Qué tipo de dichos, del lado del analista, pueden satisfacer este decir interpretativo? En las clases anteriores de nuestro Seminario se fueron tomando las distintas intervenciones interpretativas que Lacan propuso a lo largo de su enseñanza: el corte que impide el cierre de la significación, lo que genera perplejidad y hace emerger el sin sentido. La interpretación como corte de la cadena significante que cor-ta la cadena de sentido, permitiendo que surja uno nuevo.

- La alusión (interpretación que se comparte con la psicosis) que hace aparecer algo que no está en los dichos.

-La cita y el enigma: la cita del enunciado que obliga a un enigma de la enunciación.

Podemos decir que la característica que tie-nen en común estas formas de la interpreta-ción es la de que sus dichos no dicen nada. Es un silencio a nivel del decir que no implica que el analista se quede callado.

Otra forma de este “segundo decir”, que “reve-la” y hace aparecer algo nuevo, es por la vía del equívoco. Y en el escrito El atolondradicho Lacan propone tres formas de equívoco: - el ligado a la homofonía, que implica los sonidos y se juega a nivel del habla, de lo que se es-cucha, no del lenguaje en términos lingüísti-cos de sistema. Estas intervenciones atacan las consistencias de las significaciones, lo que divide al sujeto y permite hacerle notar que es más hablado que hablante (más poema que poeta). Hay un saber que opera sin sujeto. Un segundo tipo de equívoco lo ubica a nivel de la gramática, esto sí es a nivel del lenguaje. La gramática evidencia la elección del sujeto y está presente en el “que se diga”. Y un tercer tipo, el equívoco lógico: que evidencia los im-pases del discurso que valen como lo real pre-sente en lo simbólico, eso indecible que está causando y ordenando los dichos.

Para terminar, retomemos nuestra cita inicial “Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se oye”. En el recorrido de un análisis se tratará entonces de hacer existir un decir, sacándolo del olvido, un decir singular a cada analizante. Resto que no es enunciado ni enunciación, que ex-siste a los dichos y es va-cío. Vacío que queda después de la operación analítica vuelta réson(5)/corazón del ser-di-ciente que permite nuevos goces-resonados sobre un cuerpo.

Notas:

1) Lacan, J.: “El atolondradicho” en Otros Escritos, Bs As, Paidós, 2012. Pág. 473

2) Acuña E.: Intervención realizada en la clase de Carolina Sanguinetti del 23 de septiembre de 2020. (Circulación interna)

3) Lacan, J.: “El atolondradicho” en Otros Escritos, Bs As, Paidós, 2012. Pág. 474

4) Ibid, pág 4765) Réson: invención neológica de Francis

Ponge que Lacan menciona en un pie de página agregado a “Función y campo de la palabra y el lenguaje” a trece años de la publicación del Escrito. Esta grafía ubica la homofonía entre réson, derivado del verbo résonner [resonar] y raison [razón].

Bibliografía:

- Soler, C.: El decir del analista, Eolia-Paidós, Bs.AS., 1995.

- Acuña, E.: “Que se diga. Hacia un nuevo silen-cio” en Resonancia y silencio. Psicoanálsis y otras poéticas, Edulp, La Plata, 2009.

La clase del 7 de octubre estuvo a cargo de quien escribe con el comentario de Daniela Gaviot y la intervención final de Enrique Acuña. La cita elegida en esta oportunidad pertenece al escrito lacaniano “El atolondradicho” y fue propuesta en la intervención final de la clase anterior: “Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se oye. Este enunciado, que parece de aserción por producirse de una forma universal, es de hecho modal, existencial como tal: el subjuntivo con el que se modula su sujeto lo testimonia.”(1) Cita que pone en tensión la lógica proposicional y la lingüística modal, con las referencias al decir y los dichos. Para realizar su comentario partí de la referencia al libro de Oswald Ducrot El decir y lo dicho.

Ducrot, estudioso de la semántica y continuador de los trabajos de Benveniste, distingue entre la lengua como sistema de códigos –la estructura-, del habla como uso de esa lengua en un contex-to dado, subrayando que la significación de los dichos de alguien son siempre inseparables del contexto que los determina y modifica. En todo discurso reconoce los enunciados -serie de pa-labras efectivamente producida por alguien-, de la enunciación -modo de aparición de la subjeti-vidad en el enunciado-. Esta diferencia interesa al psicoanálisis en tanto la enunciación, con sus modalizaciones que funcionan de índices, per-mite ubicar la posición de un sujeto en relación a sus dichos y a su deseo inconsciente.

Pero en “El atolondradicho” Lacan está interesa-do en el decir que se encuentra más allá de las modalizaciones de los enunciados o dichos. El decir está más allá de los dichos proferidos por alguien, es lo que muestra el enunciado, lo que señala y que se deduce de él sin ser proferido. El decir, no se oye como dicho.

Podemos encontrar en este libro de Ducrot una distinción entre la enunciación que conduce al problema de la referencia (en tanto hay modali-zadores que no fijan bien la referencia, por ejem-plo si digo: “Ciertos partidos políticos son finan-ciados por bancos internacionales”. ¿A cuáles me refiero?), del decir que conduce al tema de la alusión (lo que se alude con un enunciado “x”) presente en todo dicho proferido. Estos términos son tomados por Lacan a lo largo de su ense-ñanza interesado en marcar el valor de vacío de la referencia de los enunciados en un análisis.

Sobre este punto Enrique Acuña, en su comen-tario en la clase anterior, recordaba que la dis-tinción entre Sinn y Bedeutung en Frege, mal traducida como sentido y significación cuando se trata de sentido y referencia en términos lin-güísticos, es tomada por Lacan para ubicar un nuevo referente propio de un análisis. No se tra-tará de sentido y significación, decía Enrique, como tradujeron por ejemplo en la Significación del falo porque entonces el falo pasa a tener significación, tiene un referente absolutamente proposicional otra vez. “Toda la clave del psi-coanálisis es que cuando alguien viene con una proposición en la demanda, con una demanda de decir, los analistas no caigan en la trampa de darle un referente, una significación. Sin saber, o sabiéndolo, que lo único que hacen es fortale-cer la significación ¿de qué?, del fantasma. Las psicoterapias consolidan el fantasma. Porque al-guien viene y, en lugar de encontrarse con un re-ferente vacío, se encuentra con que el terapeuta le da la significación del fantasma.”(2)

Retomando el escrito de Lacan, si le quitamos a nuestra cita su modalización nos queda “El decir queda olvidado detrás del dicho.”(3) Y es a ese decir olvidado por el analizante al que apunta la interpretación analítica. Se tratará a lo largo de un análisis de extraer ese decir del olvido.

Entonces, hay dos formas de decir en el análisis: el decir del analizante que está primero y que se identifica como la demanda del analizante y el decir del analista, o como lo llama Lacan acá un “segundo decir”, que es la interpretación y que tiene un valor apofántico en tanto hace aparecer algo que no estaba.

“Es así como el dicho no anda sin decir. Pero si el dicho se postula siempre como verdad, así sea sin pasar nunca de un mediodicho (tal me expreso yo), el decir sólo se acopla allí por ex–sistirle, o sea por no ser de la dichomansión (dit-mension) de la verdad.”(4) El decir ex-siste, está por fuera de los dichos del analizante, pero a la vez funciona como lo que permite hablar de “todos sus dichos”, los reúne en un todo válido para ese sujeto -aclaremos, un todo abierto e in-completo-, posible de ser recortado al final de un análisis. Esto no es sin la interpretación analíti-ca.

En relación al decir del analizante la pregunta que propone Lacan ya no es por la verdad de sus dichos -por ejemplo cuando alguien dice:

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En esta oportunidad para la clase del Semina-rio anual del Instituto PRAGMA, las frases se-leccionadas para la disciplina del comentario fueron las siguientes:

“Lalengua sirve para otras cosas muy diferen-tes de la comunicación. Nos lo ha mostrado la experiencia del inconsciente, en cuanto está hecha de lalengua, esa lalengua que escribo en una sola palabra, como saben para desig-nar lo que es el asunto de cada quien, lalengua llamada, y no en balde materna.

(…)

Si dije que el lenguaje es aquello que está es-tructurado, es seguro porque el lenguaje, en primer lugar, no existe. El lenguaje es lo que procura saber respecto de la función de lalen-gua.”

Lacan, Seminario 20

De este modo, quien suscribe apuntó a poder diferenciar la fórmula lacaniana de inicios de su enseñanza: “el inconsciente estructurado como un lenguaje” del concepto de lalengua, escrito en una sola palabra, elaboración de La-can de los años ‘70, que se sitúa a la altura de su Seminario 20. Siguiendo la lectura de “Fun-ción y campo de la palabra y del lenguaje…” de 1953 mostré cómo lalengua se opone tanto a la idea que allí introduce de estructura en-tendida como elementos discernibles que se articulan y encadenan en un sistema a partir de una oposición binaria mínima de un signifi-cante S1 que se define en su oposición a otro significante S2; así como se opone a la idea de la palabra intersubjetiva que se dirige al Otro. Lalengua como un S1 aislado se separa de ambas ideas, tanto de la del inconsciente estructurado como de la palabra como men-saje, inscripta en un circuito de la pregunta y la respuesta como la presenta en “Función y campo…”, donde lo que se busca en la pala-bra es la respuesta del Otro y lo que constituye al sujeto es su pregunta. Lalengua no comuni-ca, no está en el eje simbólico.

Por otro lado, en el escrito “La instancia de la letra…” de 1957 de Lacan se puede rastrear en su noción de la letra un antecedente de lalengua. Allí, presenta a la letra ligada a los fonemas de la lengua que Lacan lee en Jak-obson, quien los define como el conjunto de rasgos distintivos de un sonido. Lacan homo-loga el sistema fonemático con el conjunto de caracteres de la imprenta, refiriéndose a esas letras de molde de metal que se usan en la imprenta para hablar de la letra como la es-tructura localizada, material del significante; explica esa estructura fonemática como lite-rante, literal que no remite al significado. La letra presentifica lo que separa el significante del significado, no es el significante que se es-cucha ni el significado que se lee e interpreta sino ese resto ilegible que fija un goce en el cuerpo. Miller en El lenguaje, aparato de goce en el capítulo “Lo escrito en la palabra” se sirve de Michel Leiris, escritor francés del siglo XX, puntualmente toma el primer tomo de su auto-biografía titulada Tachaduras de 1948 donde el autor da cuenta de la génesis de su propia lengua y de sus recuerdos infantiles ligados al lenguaje. Se trata de alguien que escribe muy cerca de lalengua y de allí extrae los juegos con las diferencias fonemáticas, las asonan-cias, los enlaces entre la música y la palabra, los malentendidos de la audición, es decir lle-va a la escritura una lengua que se pretende iniciática, en términos de Lacan, lalengua ma-terna.

Por su parte, Inés García Urcola citó a Miller en su curso La fuga del sentido donde plantea que Lacan para poder explicar lalengua apela a la poesía moderna y a la escuela surrealista que le sirven de contrapeso a la lingüística y sus reglas en torno al sentido, a la semánti-ca. Allí se ocupa de la escritura de dos surrea-listas, Michel Leiris y Breton quienes apuntan a una renovación del léxico sosteniendo una ideología de la liberación de las palabras, de las palabras como significaciones estableci-das; liberación del diccionario, de la etimología y de la sintaxis, tomando la palabra como ma-

De la letra a lalengua (*)

Daniela Gaviot

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teria. En este sentido, el surrealismo consien-te a una especie de Aleph 0 del sentido que pasa por la reducción del farrago etimológico, un Aleph 0 como un conjunto donde aparecen sentidos nuevos en relación a las asonancias que Lacan liga a lalengua.

La intervención de Enrique Acuña subrayó la diferencia entre esos S1 del inicio de un análi-sis que llaman a otros significantes de los del final de la experiencia. En ese punto, ese en-jambre de S1, lalengua, como ese asunto más propio de cada quien hacia el final se puede definir como una jaculatoria, es decir, un sig-nificante que se lanza y que funciona solo. De este modo, ese S1 al comienzo que llama al inconsciente para ser interpretado; al final es eso que se soporta.

En este punto, se refirió a su libro Resonan-cia y silencio donde en el Prefacio analiza la frase de Lacan de El Atolondradicho: “Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha”. Que se diga, es el acto de habla; queda olvidado tras lo que se dice es el decir olvidado que la enunciación obliga a hacer aparecer a quién habla ahí. Y, en lo que se escucha no es eso que alguien en su acto de habla está pronunciando, sino que se refiere a aquella palabra francesa, jouis-sens que Oscar Masotta en el texto Televisión de

Jacques Lacan traduce por gozo-sentido. En el interior de la palabra francesa hay un oui, un «si» escondido y la versión española literal sería: audio (si) gozo sentido, donde alguien al escucharse hace surgir este «si», que es un consentimiento de la separación de la solda-dura alienante entre sonido y sentido.

Enrique Acuña dirá que en este Seminario 20 Lacan habla de un nuevo amor, el amor a la-lengua, al Uno, que suelda de nuevo el sentido con el sonido, pero es un sentido de acuerdo a las profundidades del gusto de cada quien, de acuerdo a su fantasma. Ese S1, ese so-nido del que se goza y que se aísla hacia el final de la experiencia vendrá a suplir la no re-lación sexual, la no proporción entre los sexos. Entre un sujeto y su pareja, entre un sujeto y su profesión, entre la madre y el hijo, hay el Uno, el goce a esa frase de la infancia que se convierte en una elucubración del saber sobre lalengua. Por último, nombra a alguien más cercano a nuestra lengua, a Oliverio Girondo quien goza de lalengua a través del poema, goza del sonido de las palabras no del sentido. Sin embargo, un fin de análisis no es volverse poeta sino cada uno un artesano, alguien que sabe arreglárselas con su lalengua.

(*)Comentario de la clase del 21-10 del seminario Anual

Biblioteca Freudiana 98 Asociación de Psicoanálisis de La Plata

STAFF

Asesora: Leticia García

Consejo Editorial: Inés García Urcola (responsable)- Ezequiel Rueda -Fernando De La Fuente - Guillerma Chañi- Mariángeles Alonso

Enviar correspondencia a: microscopí[email protected]

En esta oportunidad el eje de la investiga-ción consiste en tomar con particular detalle el concepto de tiempo en psicoanálisis, ligado al tiempo en la hystoria, el tiempo del incons-ciente y su articulación con lo real. Veremos cómo tanto Lacan como Miller lo problemati-zan, planteando incluso una oposición hacia el final articulado a la presencia del cuerpo como acontecimiento.

El acontecimiento del cuerpo actúa como una marca en la temporalidad que trastoca los re-gistros simbólico/imaginarios.

En este sentido, partimos del análisis de una expresión de J.A.Miller,”Se trata de despertar de la pesadilla de la historia” que la extrae del Ulises de J.Joyce. La metáfora que introdu-ce Miller explica que la empresa literaria de Joyce apunta a ese despertar de la historia que nos adormece .Joice quería anular lo que en la literatura se pretende como calidad del relato. Escapar de la historia del relato y de la historia a secas, creando un modo de tiempo que permita anular la oposición entre pasado y presente.

Ulises es un escrito que retoma una construc-ción histórica, pero pone siempre en el mismo plano temporal acontecimientos ocurridos en fechas y momentos muy diferentes.

Eric Laurent a su vez propone como punto de inicio a tal noción, la referencia al concepto del Nombre del padre en Lacan, como un ele-mento ordenador que articula distintas cade-nas significantes pero no respeta una suce-sión sino que responde a otra lógica. Es una idea atomista donde librarse de la historia, implica librarse fundamentalmente de la histo-ria del relato .En la experiencia del análisis se produce una operación en esta línea, librarse de una sucesión para acercarse a un opera-dor, un elemento que funciona como eje en la sucesión.

A partir del Seminario 17 Lacan va a proponer un giro en su noción de pensamiento clásica muy ligada a lo simbólico/imaginario para de-cir que lo que resulta perturbador del registro de lo imaginario es el cuerpo. Comienza a es-tablecer una disyunción entre lo que se refiere a un acontecimiento histórico y a un aconteci-miento del cuerpo.

En este punto otra pista importante para con-tinuar la investigación implica separar la rela-ción con la historia, de la relación con el tiem-po. Hay una cara política de la historia la del lazo social que está abierto a todas la elucu-braciones significantes pero en términos ana-líticos propiamente dichos hay una relación al tiempo que es contraria al tiempo histórico.

Salirse de la historia es salir de esa perspec-tiva, una que confunde historia y tiempo para entrar en una perspectiva nueva del tiempo que no es la eternidad, que se refiere al tiem-po que falta para desenredar un nudo. Lacan en este sentido plantea la existencia de un Otro esencial: la relación al cuerpo. Librar-se del tiempo histórico permite pensar en un tiempo topológico que nos conduce al tiempo que hace falta para deshacerse de los embro-llos que se producen entre cuerpo e imagen.

De modo que la propuesta Lacaniana de no entrar en la pesadilla de la historia sino des-pertarse de ella, es mantenerse en la dimen-sión del decir y del cuerpo. Es allí donde ope-ra el psicoanálisis.

Grupo de investigación: Una hystoria del psicoanálisis El tiempo que falta para desanudar

Gabriela Terré

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A lo largo de este año 2020 en el marco de la propuesta de Enseñanza e Investigación del Instituto Pragma la instancia de los grupos de investigación se adecuó al desafío de seguir investigando en tiempo de pandemia. Poder construir y sostener por intermedio de una plataforma virtual un soporte para la reunión de intereses en torno a una temática común: Casos clínicos en psicoanálisis, era algo a ve-rificar. Hoy, acercándonos al final del año - no así de la pandemia - podemos extraer algunas consecuencias.

Si bien las vicisitudes de la conexión virtual di-ficultan la fluidez que puede darse en una con-versación, la reunión en pequeña escala don-de el “muteo” general no es condición, nos permitió corroborar algo que también se pone a prueba en una sesión analítica; que pre-sencia no puede confundirse con corporeidad. Asimismo, que la pantalla no es en sí misma un impedimento al momento de reunir-nos bajo el interés por la investigación. Efectos, hay.

Aquello que pudo haberse “interrumpido”, por el propio efecto temporal que presentificó la pandemia - irrupción de la interrupción y do-minio de la incertidumbre - ; bajo la insistencia de la reunión pudo continuar.

Propusimos - de entrada - empezar por el prin-cipio, sabiendo que principio no solo remite al inicio de algo sino también a lo que orienta una práctica. En este caso se trató del concepto de construcción sobre el que se vertebraron la mayoría de las lecturas realizadas.

Partimos de la construcción freudiana y la fun-ción de los historiales en la doctrina, para ir hacia el caso analítico como pragmática de la cura, donde es lo particular del caso lo que pro-mueve la elaboración de la práctica. Así como fuera planteado en el argumento del Grupo, el artículo de Enrique Acuña “ La construcción entre lo universal y lo particular” nos sirvió de “programa”, debido a que recorre los ejes de

investigación propuestos (La construcción del caso; Lo universal, lo particular y lo singular; El relato, el saber textual del inconsciente; El caso como exemplum).

En los sucesivos encuentros seguimos dete-nidamente los comentarios por parte de los integrantes del grupo acerca del libro de Enric Berenguer ¿Cómo se construye un caso? Allí encontramos una indicación precisa concor-dante con el nombre del Grupo Casos clíni-cos: del conflicto a la solución. “Para Lacan un elemento motor de la cura es el mantenimien-to del saber como supuesto, pero también los límites de estructura del saber. Es decir, el psicoanálisis no puede ser identificado con un saber que está previamente ya todo ahí, sino que aparece en el dispositivo como el soporte de una función, de un saber del inconsciente”. Se trata de poder tener en cuenta en un caso – desde el inicio - cierta anticipación del fin, anticipar en la lógica del caso algo que se re-vela con mayor claridad en un fin de análisis; lo que de solución encierra el conflicto.

Variada ha sido la bibliografía que recorrimos (Introducción al Método Psicoanalítico de J-A Miller, El caso del malestar a la mentira de Eric Laurent, Freud y la captación de la angustia por el síntoma, Enrique Acuña). Más, la que resta todavía junto a las enseñanzas de tra-mos clínicos. La pregunta por la relación entre los acontecimientos sociales y las categorías clínicas insiste. De cada reunión podremos mencionar consecuencias, dependiendo de la lectura realizada, las novedades “encon-tradas” y los interrogantes derivados. Excede el propósito de este comentario describirlas. Más bien me interesa resaltar la experiencia del trabajo de grupo, el entusiasmo renovado, la función de reunión a pesar de la coyuntura y un “después”(*) hacia dónde seguir. *En alusión al próximo VII Coloquio del Instituto Pragma El después: futuro anterior a realizarse el miércoles 2 de diciembre de 2020.

Grupo de investigación: Casos clínicos. Carolina Sanguinetti

“Hay cosas que deben ser dichas más de una vez, y que nunca pueden ser dichas

suficientes veces”S. Freud. “Moisés y la religión monoteísta” (pag. 101)

En las últimas reuniones del Grupo de Inves-tigación: Psicoanálisis y Anti-filosofía con-tinuamos con la propuesta antifilosófica de dejarnos atravesar por el campo de la filoso-fía, convocar a esta tradición de pensamiento para situar los impasses de este discurso y las consecuencias de ello en la experiencia ana-lítica. Avanzamos en el camino de esclarecer-nos la, no sólo influencia, sino la fundamental determinación de la obra de René Descartes para la constitución del psicoanálisis. Para ello orientamos ese abordaje con lo propuesto por Bernard Baas y Amand Zaloszyc en el libro Descartes y los fundamentos del Psicoanálisis (Editorial Atuel).

De este texto se desprenden dos vías cla-ras de acceso a la compleja relación entre Descartes y el psicoanálisis: por una lado, la constitución del sujeto de la ciencia el cual, tal como lo expresa Lacan en el ´66, es el mis-mo que el del psicoanálisis y; por otro lado, el lugar del Otro en tanto garante del saber que se le impone a Descartes al momento de elaborar los fundamentos del pensamiento y la subjetividad moderna, tema que nos remite a un problema netamente clínico como es el de la transferencia y, en particular, la posición del inconsciente relativa al lugar en el que se ubique la presencia del analista.

Por el lado del sujeto cartesiano los autores sitúan algunas coordenadas para su caracte-rización: el cogito se erige como fundamento del saber, el cual se orienta por la búsqueda de un conocimiento verdadero que permita el acceso a una certeza basal para la construc-ción de ese saber, dejando atrás el lugar de la persuasión escolástica. Ello, mas la exigencia de demostración, estructurada por una cade-na (diacronía o linealidad) de conocimientos conforman la mathesis universalis o condicio-nes de inteligibilidad de lo real que Descartes inaugura y con ello al sujeto que lleva a cabo esa operación de la razón: el ego moderno.

A lo largo de los capítulos se desarrolla el pro-cedimiento cartesiano para llegar a la certe-za del cogito, procedimiento que se define, no sólo por el ejercicio de la duda sino por la concatenación de pensamientos (silogismos) que posibiliten independizarse de premisas ad

hoc. Es aquí donde se señala el impasse al que llega Descartes, donde podemos ejercer la acción antifilosófica, dado que al momento de rescatar ideas claras y distintas para cons-truir un nuevo saber no puede prescindir de la idea de un Dios bueno que no engañe, por lo tanto, no alcanza con la potencia racional del cogito el cual es descompletado al recaer en la necesidad lógica de un elemento exterior que oficie de garante para la consistencia de un conjunto de enunciados. El tratamiento que Descartes haga con esa garantía va a definir el rasgo de la ciencia moderna: la omisión de este componente de creencia que implica la referencia a lo “patológico” del deseo del cien-tífico pero que, a su vez, posibilita la liberación de la cadena deductiva. Según los autores, aquí estaría en juego la forclusión que Lacan denuncia, y cuyos retornos en lo real son los que el psicoanálisis hace su objeto.

A esta idea de síntoma de la ciencia cartesiana llegamos complementando la lectura con dos referencias primarias: el Discurso del método de Descartes y algunos capítulos del Semina-rio 11 de Jacques Lacan. Fue a partir de este seminario que abrimos nuestra investigación hacia el problema del concepto de transferen-cia que se pone en juego en la experiencia analítica ya que allí Lacan vuelve a denunciar la posición de los psicoanalistas postfreudia-nos, quienes recaen en la misma operación cartesiana de suturar al sujeto en el momento que se posicionan como Otro completo que guiará al analizante hacia ese ideal que el Yo del analista representa y del cual se buscará lograr la identificación. Lacan denunciará que en esta conjunción del deseo del analista y el deseo del sujeto se recae en el amor de trans-ferencia que oficia de obstáculo a la vía del deseo que el psicoanálisis tiene como orienta-ción en la cura.

Para ahondar en esta vertiente del cruce en-tre psicoanálisis y filosofía trabajaremos en la próxima reunión los capítulos del Seminario 11 titulados “De la interpretación a la transferen-cia” y “En ti más que tú”, junto con el texto de Enrique Acuña “Transferencia y ciencia” publi-cado en la Revista Anamorfosis N°1.

Grupo de Investigación: Psicoanálisis y Anti-filosofía SUJETO CARTESIANO. SINTOMA DE LA CIENCIA

Ezequiel Rueda

10 Asociación de Psicoanálisis de La Plata Biblioteca Freudiana 11

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EDITORIAL• ¿Post-Inconsciente?

Enrique Acuña

SÍNTOMASDossier: Pandem incc.• Huésped

Pablo Sauce

• El Covid 19 y su sombraAlejandro Sosa Dias

• Breves notas…Mandy Toro Andara

• El paraíso perdido que puede ser gananciaFátima Alemán

• El simulacro bélico ante la pandemiaHéctor García de Frutos

• ¿Sopa de qué? Disputas por el sentidoJulia Pernía

• “Somos parte de la naturaleza” –Conversación con el cacique guaraní Eliseo Sosa–

• AmazoniaKati Alvarez

DOMINANCIAS• ¿Qué sujeto en la urgencia?

Miedo – angustia – traumaInés García Urcola

• Lo específico del dispositivo UrgenciasAna Gutiérrez

• ¡La Corona que nos faltaba! –Reportaje a Mara Vacchetta en diario ABC–

• Urgencia, tiempo, sujetoSebastián Ferrante

• Sobre el tratamiento y el final de la urgencia subjetivaGenaro Riera Hunter

CAUSAS• ¿Qué se deja enseñar Jacques Lacan

por la literatura?Verónica Ortiz

• Extrañezas –Macedonio, Borges–Christian Gómez

• Repetición en Kierkegaard y LacanFrancisco Tavaglione

• ¿A quién le sirve un poema? Del sujeto y el límite a lo homogéneoCarla Pohl

• El inconsciente, un escritor de palabras oídasSoledad Jurao

UNIVERSALES• Las pasiones razonadas

Leticia García

• Del sujeto como intervalo –entre lo real y eldeseo, la angustia–Daniela Ward

• Odio y violencia en el malestar actualFernando Kluge

• En el cursus de la angustia: el dueloDaniela Gaviot

• El ex-lugar feliz: del diván al SUM de la terrazaAlan P. Gueret

• Entre lo verdadero y lo falso, la experiencia analíticaGuillerma Chañi

PLUS• Territorialidad, ciudadanía y civilización

Carlos Eduardo Brañez Cortez

• Ex-somatización cibernética: un nuevopharmakonLeonardo Vera

• La solución en el olvido de LeonardoMilena Nucciarone

• Boletín RING! -el despertar de cada uno enRed AAPP – Nº17

• NOMBRES del psicoanálisis (A.P.M.)• Microscopia -Instituto PRAGMA-APLP• Efecto Sujeto: Pandemia Inconsciente

IVº Jornada Red AAPP

Edición Nº 10 • Octubre de 2020 •

Analytica del SurPsicoanálisis y Crítica

analyticadelsur.com.arPublicación de la Red de Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas - A.A.P.P. - Director: Enrique Acuña