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Núm. 3/87 HD
LA NECROSISPANCREATICA
VIRALDE LAS TRUCHAS
DE PISCIFACTORIAM.a DEL CARMEN BLANCO CACHAFEIRODoctora en Veterinaria. Especialista en patología de lospeces
A/imentos piscícolas C/PASA-Madrid
MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION
LA NECROSIS PANCREATICA VIRAL DE LASTRUCHAS DE PISCIFACTORIA
La apertura en España de gran número de explotaciones
industriales de salmónidos en los últimos años, unida al aumentodel tráfico de peces vivos sin ningún tipo de control sanitario y
a importaciones masivas de huevos embrionados sin las exigen-
cias sanitarias correspondientes, ha hecho que estén presentes en
nuestro país la mayor parte de las enfermedades conocidas que
afectan a estas poblaciones piscícolas. Por otra parte, la caren-
cia de una infraestructura sanitaria básica, tanto a nivel de
técnicos de campo como de laboratorio, junto con la falta de
legislación adecuada, han contribuido a esta deteriorada situa-ción, que, de seguir así, puede colocar a este sector nacionalproductivo en serias dificultades.
Enfermedades de las truchas en España
La septicemia hemorrágica bacteriana y la forunculosis sonlas enfermedades de los salmónidos que con mayor frecuencia seobservan en nuestro país, sobre todo en aquellas épocas del añoen que se presentan condiciones ambientales adversas. Loscambios bruscos en la temperatura diaria del agua, los arrastresde los ríos después de las lluvias, las temperaturas altas yespecialmente los errores de manejo (altas densidades de pecesen los estanques, falta de oxígeno disponible necesario, sobreali-mentación, etc.) se encuentran entre las causas predisponentes.Ambas enfermedades son aparatosas, capaces de producir gran-des pérdidas, pero controlables si se realiza en el laboratorio sudiagnóstico precoz aislando e indentificando los gérmenes bacte-rianos causales. La iniciación de los tratamientos oportunos y la
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puesta en marcha de medidas extremas de manejo consiguen,
por lo general, regularizar la situación sanitaria.
Estas enfermedades, periódicamente, repetitivas en la mayorparte de las instalaciones, especialmente en las que utilizanaguas de río, han llegado a ser bien conocidas por el piscicultor.Muchos de ellos son conscientes de este peligro, y con ciertapráctica sanitaria, adquirida después de varios años, consigueneliminar parcialmente sus efectos.
Otras enfermedades, como las producidas por hongos, tienentambién indudable importancia, pues su presencia reduce elcrecimiento de los peces y los coloca en situación precaria, peroson subsanables cuando se pone esmero en la cría y se toman lasmedidas preventivas oportunas.
Las enfermedades parasitarias no tienen, en nuestra opinión,
gran importancia económica, pues su incidencia es escasa en
aquellas explotaciones donde se realiza ]a cría de forma contro-lada, con alimentación artificial y aplicando periódicamente
tratamientos preventivos externos, como es habitual en piscicul-
tura.
En este rápido comentario dedicado a las enfermedades que
pueden afectar a las truchas en las piscifactorías españolas,
quedan por citar las enfermedades víricas específicas, cuyaincidencia en la trucha arco iris en régimen industrial reviste
especial importancia. Esta importancia se debe a que no existenen la actualidad tratamientos contra tales enfermedades que
alivien la situación sanitaria o que disminuyan las pérdidaseconómicas que originan, las cuales pueden llegar a obligar a los
industriales afectados a abandonar esta actividad. Los agentes
víricos capaces de originar tales desastres económicos tienenuna gran capacidad infectocontagiosa y, por estar la mayor
parte de estas instalaciones alimentadas con aguas públicas,procedentes de los rios y ser vertidas posteriormente al cauce, la
posibilidad de infección de las truchas salvajes o de otrasexplotaciones situadas aguas abajo e incluso aguas arriba, es
muy alta. Por tanto, la difusión de 1a enfermedad desde lapiscifactoría enferma a toda la cuenca es muy probable, exten-
diéndose este problema sanitario en el caso de que realicentransportes de peces vivos enfermos a otras cuencas.
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La lucha en nuestro país contra las enfermedades víricas debeser preventiva; por tanto, para Ilevarla a cabo, es necesarioconocer las peculiaridades de estas enfermedades, las caracterís-ticas ^^biológicas de los agentes causales, su capacidad infecto-contagiosa, las vías de propagación, etc.
En esta publicación se trata en cbncreto de la necrosis
pancreática vira] (IPN), quedando la septicemia hemorrágica
viral (SHV) para una próxima publicación en esta misma serie.
No obstante, conviene señalar ahora que entre ambas enferme-
dades víricas existe una notable diferencia desde un punto de
vista ecpnómico. En efecto, la necrosis pancreática viral produ-
ce gra^ndes pérdidas en el alevinaje, y da lugar a un retrasonotable en el crecimiento de los peces que han sobrevivido, pero
permite un funcionamiento «casi normal» de la explotación,mientras que la septicemia hemorrágica viral obliga a una
interrupción temporal de la actividad, lo que exige la eliminaciónde todos los peces, el desecado y la desinfección de la instala-
ción, así como de la cuenca donde se encuentra ubicada y delresto de las instalaciones si las hubiera.
NECROSIS PANCREATICA VIRAL (Infectious PancreaticNecrosis, IPN)
Es una enfermedad infectocontagiosa de curso clínico agudoque ataca a los alevines de salmónidos en régimen de cría
industrial. Causa una gran mortalidad en las formas juveniles yclaras manifestaciones digestivas con alteraciones de la nata-ción.
El agente causal es un virus ARN, del que existen tres gruposserológicos (Okamoto et al. 1983). El grupo I, americano, llama-do VR 299, el grupo II, europeo, conocido como virus tipo Sp,y el grupo III, danés, conocido como virus Ab.
El virus vive y se reproduce en el interior de las células, en lostejidos de los peces vivos infectados, pudiéndose observar suexistencia con el microscopio electrónico. Las dos cepas VR 299y Sp pueden causar gran mortalidad en los alevines, mientrasque si se trata de la cepa Ab, esta mortalidad es mucho menor.
Aunque esta enfermedad la padecen únicamente los alevines
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Cuadro 1. Formas de transmisión de la enfermedad.
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Transmisión
Portadores sanos
Contaminación delmedio ambiente
Vertical:óvulos infectadoslíquido seminal infectado
Cuadro 2. Presencia del virus dentro del organismo.
Papel de losportadores
/
/
\
Durante largo tiempo
Localización en riñón anterior, cerebro, bazo,
órganos sexuales
Excreción del virus por heces
PreCsencia de anticuerpos inconstante
de salmónidos en régimen industrial, es necesario decir que
aquellos alevines que sobreviven a la fase aguda portan el virus
durante toda la vida, pudiéndose confirmar su presencia enmuchos órganos, particularmente en riñón y órganos reproduc-
tores. Cuando estos alevines que han logrado sobrevivir a la fase
aguda llegat^ al estado adulto no muestran signos especiales deenfermedad, aunque en régimen industrial se observa claramente
una disminución de la capacidad de crecimiento, como respues-ta a las graves lesiones que ha dejado la enfermedad en órganos
vitales durante el período agudo. El pez en este estadio actúa
como reservorio del virus y, por tanto, es portador y disemina-
dor de la enfermedad. Este hecho es de extraordinaria importan-cia a la hora de estudiar la transmisión de la enfermedad. Estos
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Cuadro 3. Resistencia del virus.
MEDIO AMBIENTE agua 50-350 días
ácido > 2,0pH
básico sensible
DESECACION hasta 6 sernanas
UV - atta
cloro libre <40 ppm, 30'ANTISEPTICOS
iodóforos 1F 3[> ^^^^^^^I
' 'calor 60° C, 30'
peces supervivientes infectados eliminan partículas víricas, através de las heces, orina, productos sexuales, etc., que contami-
nan el agua y propagan de forma continua la enfermedad. La
puerta de entrada puede ser por vía branquial o digestiva.
El problema se complica todavía porque este virus tiene una
gran resistencia fuera de los medios en que habitualmente vive.
Normalmente, los virus, para mantenerse vivos y reproducirse,
necesitan células vivas, pero cuando son eliminados al exteriorse destruyen en poco tiempo. Sin embargo, cl virus de la necrosis
pancreática mucstra especial resistencia, que le permite no sólo
supervivir, sino mantener su capacidad contagiosa fuera de su
medio natural, lo que hace que esta enfermedad sea de las másdificiles de erradicar dentro de la patología de los salmónidos.
Los virus que los peces infectados eliminan en el agua pueden
permanecer vivos, con capacidad de infección, durante variassemanas (hasta 350 días, según algunos autores), tiempo sufi-
ciente para que aparezcan sus efectos muchos kilómetros aguas
abajo. Estos peces infectados, mantenidos en la piscifactoría,son fuente de contagio seguro para las nuevas incubaciones que
se realicen, ya que las partículas víricas eliminadas pueden ir
incorporadas en el agua, en los utensilios de trabajo, en lasbotas, etc. Por tanto, cuando se trabaja en estas condiciones es
imprescindible mantener la sala de incubación totalmente aisla-
da profilácticamente del resto de la instalación, con accesos
controlados, esmerándose en impedir posibles contaminaciones.
Después de cada incubación y alevinaje es absolutamente nece-
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sario realizar una desinfección de esta sala de incubación y delos útiles correspondientes, que no se debe limitar al merovaciado de las pilas, porque este virus es extraordinariamenteresistente a la desecación.
Cuadro 4. Tiempo necesario aproximado para que cl 99,9 por 100 de los virus de la necrosis
pancreática queden inactivados cuando se encucntran en las siguientes condiciones.
Situación Tiempo
Agua dulce a 20°C más de 12 semana^
Agua salada a 20°C más de 6 mescsTrucha muerta a 4°C (en glicerol) más de 2 años
Trucha muerta a-20°C más de 2 años
Desecación a 4°C I semanaIodóforo Wescondyne a 35 mg/1. inactivación en 5 min.Cloro en solución a 40 mg/l. inactivación en 30 min.Formalina al 2% menos de 5 min.
Segŭ n Vestergaard-Jorgcnsen (1974)
La forma de contaminación comentada se conoce comotransmisión horizontal de la enfermedad, que es la forma másfrecuente, aun en las instalaciones de buen nivel sanitario.
Ultimamente, numerosas investigaciones han demostrado que
no solamente se encuentran virus de la necrosis pancreática enlos salmónidos adultos que han sobrevivido a la enfermedad oque se han infectado en fase adulta, sino también en otras
especies de peces no salmónidos que pueblan habitualmente losríos, los cuales no manifiestan signos de enfermedad, pero se
supone que al ser reservorio de virus pueden actuar comopotenciales transmisores a otras especies sensibles.
Especies sensibles a la enfermedad
Las especies de salmónidos en las que se ha constatado lapresencia de la enfermedad y que pueden actuar a su vez comotransmisores son: Salvelinus fontinalis, Salmo gairdneri, Salmoclarki, Salmo trutta y Salmo salar.
Las especies de salmónidos en donde se ha comprobadoinfección natural, pero sin que se observen signos clínicos de
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Fig. I.-Es requisiro imprescindible yuc los hucvos embrionados que se incuben estén exentosde nccrosis pancreática viral.
enfermedad, son: Salvelinus alpinus, Salvelinus pluvius, On-corrhynchus kisuch y Hucho hucho.
Finalmente, las especies de peces no pertenecientes a lossalmónidos donde se han aislado virus de IPN son: Cyprinuscarpio, Rutilus rutilt^s, Cobio gobio, Esor lucius, Barbus bar-bus, Abramis brama, Carassius carassius, Perca fluviatilis,
Larnpetra fluviatilis, Carassius auratus y Anguilla anguilla.
No hay constancia de que los salmónidos que sufren estaenfermedad en las explotaciones industriales la padezcan enlibertad, pero quizá este desconocimiento se deba a la dificultadque conlleva realizar tales investigaciones.
Otra forma de transmisión de extraordinaria importancia esla llamada vertical, es decir, la realizada en el momento de la
fecundación a través de los productos sexuales de los reproduc-tores que supervivieron a la enfermedad o que se infectaron en
edad adulta. El alevín que procede del huevo embrionario seencuentra congénitamente infectado porque sus progenitores
transmiten el virus. Este es un hecho ya conocido desde 1957.
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Las últimas publicaciones indican la sospecha de que el virus lotransmite únicamente el espermatozoide. Con respccto al huevoembrionado formado en estas condiciones, se cree, de acuerdocon las investigaciones rcalizadas, que sólo uno de cada mil estáinfectado, por lo que hoy en día se aconseja, cuando se pretendadeterminar la presencia del virus dc la necrosis pancreática enlos huevos, tomar una muestra que incluya al menos el ] 0 por] 00 del total del lote en estudio.
Esta peculiar transmisión de tipo vertical es de fatalcs conse-cuencias y debido a ello los organismos estatales sanitariosexigen quc los huevos embrionados adquiridos por las explota-ciones industriales estén exentos de esta enfermedad, no sólo porlos trastornos que van a originar en la instalación, sino por lagran diseminación del virus que se hace al medio natural. Portanto, los huevos destinados a incubación deben proceder decentros de absoluta garantía e ir acompañados del certificadocorrespondiente, emitido y avalado por las autoridades sanita-rias de cada país, de acuerdo con las normas internacionales quemás adelante sc indican.
Actualmente, la mayor parte de los huevos embrionados que
se incuban en las explotaciones industriales españolas procedendel mercado internacional. Sería muy interesante que se inicia
ran en España explotaciones con estos fines, pero es necesariodecir que, además de conocer muy bien la dificil tecnología
biológica y atender a los aspectos económicos que conlleva esta
actividad, hay que tener presente la necesidad de cumplir con las
recomendaciones internacionales existentes para de esta formapoder garantizar sus productos.
La ausencia del virus de la necrosis pancreática viral en una
explotación destinada a la producción de huevos para la venta
es el primer objetivo que tiene que conseguir el productor. Talpretensión es difícil, indudablemente, y prueba de ello son las
exigencias internacionales para la ubicación y control de estas
instalaciones, pero no imposible, pues hay ya muchas instalacio-nes en cl mundo que cumplen estos requisitos. Pretensión del
industrial es conseguir estos fines y obligación de la Administra-ción demostrar sanitariamente su legalidad.
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La Orden de 24 de enero de 1974, publicada en el «B. O. E.»de 31 de enero de 1974, en el Art. 12 dice: «Sólo podrán expediro vender huevos para incubaciones, semen y peces con destinoa la cría o reproducción, aquellos centros de piscicultura expre-samente autorizados por ICONA, una vez comprobado suestado sanitario y las condiciones zootécnicas de los animales,comprobación que será realizada por los Servicios Técnicos delICONA, siempre que se considere precisa.»
En lo que respecta a la labor inspectora en estas instalaciones,y más concretamente al muestreo para análisis de laboratorio,aun sin haber sospecha clínica de enfermedad, la FAO reco-mienda lo siguiente:
- El volumen mínimo de muestras recogidas para estudiar
en el laboratorio durante el primero y segundo año de
inspección, antes de autorizar la venta de huevos embrio-
nados, será de cuarenta peces dos veces al año, y en años
consecutivos la muestra se reducirá a veinte peces con la
misma frecuencia de muestreo.
- Los establecimientos a los cuales les está permitida laventa de huevos embrionados al mercado internacionaldeben de esiar catalogados en explotaciones CPF y CDF,las cuales deben reunir las siguientes especificaciones:
Cuadro 5
Clasificación de las explotaciones según su estado sanitario
Categoría Presencia Presencia del Presencia Ambiente Producción
del estable- clinica de organismo de in(ectado destinada
cimiento enfermedad patógeno anticuerpos
CPF - - - - Comercio internacional. Reproducción, producción de hue-
CDF - - - +_ Comercio internacional. Reproducción, producción de hue-vos.
SDF ± ± Reproducción, repoblación deaguas libres, consumo o ela-boración.
MD - +_ ± ± Consumo inmediato y zonas in-fectadas.
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Síntomas de la enfermedad
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son muy típi-cas. Generalmente, sin ninguna causa justificada aparente, sepresenta de un día para otro una discreta mortalidad en una ovarias pilas de alevinaje, mostrando la población buen estadogeneral. Es precisamente en los alevines de mayor tamaño endonde se observa mayor número de bajas, que, como se hadicho, afecta más a unas pilas que a otras. En días sucesivos lamortalidad va aumentando en forma alarmante.
Observando con atención durante varios minutos el compor-tamiento del lote de alevines enfermos, se advierte que algunosse separan bruscamente del grupo, dejándose arrastrar por lacorriente. En seguida hacen esfuerzos por remontarla, nadandosobre el lado o sobre el dorso. Otras veces nadan con movimien-tos de rotación, sobre el eje horizontal del cuerpo.
Algunos de los alevines enfermos pueden permanecer en elfondo inmóviles, o buscando los espacios con poca corriente,para morir más tarde. Otros nadan en superficie, haciendo girosllegan hasta la parrilla de separación, en la que se apoyan yparten de nuevo de manera rápida y desordenada. La agoníapuede durar varias horas.
El examen externo muestra una marcada distensión abdomi-nal, branquias bien coloreadas y ausencia de hemorragias.
Aunque hay referencias bibliográficas sobre la presencia dealevines con ojos muy salientes, por nuestra parte no las hemosobservado en ningún caso.
El estómago está vacío de alimento, pero aparece enorme-mente dilatado, porque contiene mucus y gas en su interior.
No hay ascitis ni inflamación intestinal.El resto de la población muestra una cierta avidez por la
comida, como si su situación fuera normal. Los alevines muer-tos se acumulan a lo largo del fondo del estanque, lo que es muytípico de la necrosis pancreática viral, pero también en la parrilladistal, dejándose arrastrar por la corriente de agua. La mortali-dad va en aumento progresivamente. El piscicultor se esmera y,a pesar de tener controlados todos los aspectos ambientales, lasbajas continúan, por lo que dada la situación, y como último
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recurso, comienza a sospechar de la calidad del pienso suminis-trado como posible causante de tal desastre. A1 cabo de uncierto número de días, y después de haberse alcanzado un gradode mortalidad acumulativa más o menos importante, la curva debajas diarias desciende de un día para otro, sin haberse observa-do justificación para ello. En algtmos casos, el piscicultor hacambiado de proveedor de piensos, por lo que se acentúantodavía más las sospechas de que fuera el alimento la causa delproblema. Cuando los alevines han alcanzado ya una determi-nada edad, es decir, ha pasado un cierto tiempo desde el iniciode la enfermedad, la mortalidad desaparece de la misma formamisteriosa en que comenzó.
El tiempo de duración de la enfermedad es de cuatro-cincosemanas, contadas desde que se inician las primeras mortalida-des hasta su desaparición. Pero si los peces se encuentran dentrode las veinte semanas de vida, pueden sufrir nuevos brotes deenfermedad, especialmente si las c^,ndiciones ambientales sonadversas.
La severidad y mortalidad acumulativa por infección delvirus de la necrosis pancreática, en las salas de alevinaje de laspiscifactorías industriales, varía considerablemente, desde cifras
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Fig. 2. Estanque de alevines afectos de necrosis pancr^á[ica viral.
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natación con rotación sobre eleJe horizontal
distenslón del ebdomen
Fig. 3.-Sintomatología dpica de la necrosis pancrcática viral.
tan altas como del 90 por 100 o más hasta ser casi insignificante. Otras veces, a pesar de haberse demostrado mediante análisisde laboratorio la presencia de virus de la necrosis pancreática enlos alevines, no se observan signos clínicos ni mortalidad en lapoblación.
Circunstancias que influyen en la presentación de laenfermedad
Se acepta generalmente que la virulencia del virus de lanecrosis pancreática en salmónidos infectados depende de lacombinación de una serie de factores, en relación con la especiede pez criado, con el virus y con el medio ambiente.
Especie. Tal como se ha dicho anteriormente, no todas lasespecies de salmónidos padecen la enfermedad, y dentro de lasque la sufren, la susceptibilidad varía de unas a otras. Salvelinusfontirtalis y Salmo gairdneri, por este orden, son las mássensibles, seguidas de Salmo trutta y Salrno salar.
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Fig. 4.-Alevines afecta-dos de necrosis pancreáti-
ca viral.
Edad. Se conoce desde hace muchos años la influencia de laedad del pez en los efectos de la necrosis pancreática viral. Con
excepción de casos raros, en los que la infección se ha declarado
en peces adultos, la susceptibilidad de la trucha decrece con la
edad, aceptándose generalmente que la resistencia a la enferme-
dad se alcanza entre los cinco y seis meses. Peces de edadessuperiores a los que se les ha infectado, incluso por vía intraperi-
toneal, no muestran signos de la enfermedad.Investigaciones de laboratorio dirigidas a conocer la resisten-
cia a la infección en relación con la edad, llevadas a cabo con
Salvelinus fontinalis por Frantsi y Savan (1971), demostraron
una mortalidad acumulativa de un 85 por 100 en truchas de unmes de edad, un 73 por 100 con dos meses, 45 por 100 con
cuatro meses y ninguna mortalidad con peces de seis meses.Más recientemente, Dorson y Torchy (1981) han señalado que
la mortalidad acumulada en truchas de una o dos semanas de
edad infectadas puede ser del 70 por 100, y decrece a cero en
peces infectados que tengan veinte semanas de vida. Las conclu-
siones de los investigadores, utilizando el criterio de mortalidad,
es que la receptividad de la trucha arco iris a la enfermedaddesaparece cuando los animales tienen quince o veinte semanas
de edad.Factores ambientales. El hecho apuntado, de que se haya
encontrado el virus de la necrosis pancreática en poblaciones de
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alevines clínicamente sanos, sin la consiguiente sintomatología,coincide con que estos peces no están sometidos a estrés. Lamala calidad del agua, las densidades altas, los errores demanejo, etc., son causas de estrés, que actúan como descncade-nantes de la enfermedad cuando ésta se encuentra en estadolatentc, al deprimir los mecanismos naturales de defensa de ]ospeces.
Sc ha observado que cuando se disminuye la densidad dealevines enfermos en los estanques, la mortalidad disminuye, yque, por el contrario, el estrés inducido por mala calidad deagua, manejo defectuoso, transporte deficiente, etc., exacerba lamortalidad en peces enfermos o incluso hace que se manifiesteen los mcramente portadores.
Temperatura del agua. Las respuestas fisiológicas de lospeces y la puesta en marcha de mecanismos de defensa frente alas enfermedades, dependen en gran manera de la temperaturade su cuerpo, la cual varía según la temperatura del medio. Elvirus dc la necrosis pancrcática, como todos los patógenos queactúan sobre los seres vivos, necesita un grado óptimo detemperatura para hacer notar sus efectos sobre el hospedador.Se han rcalizado numerosas experiencias con el fin de establecerel grado de mortalidad acumulativa en peces infectados mante-nidos a distintas tcmperaturas. Dorson y Torchy (1981) mantu-vieron peces enfermos a] 0° C y posteriormentc los cambiarona 16° C, observándose que tres días después la mortalidaddisminuía, pero cuando estos peces se ponían nuevamente a
Cuadro 6. Factores condicionantes en ]a presencia de necrosis pancreática viral.
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] 0° C la mortalidad comenzaba a ser alta otra vez. Este fenóme-no está en relación con la edad, considerando a ésta en elconcepto de suma acumulativa de grados día, porque cuantosmás grados día tengan los peces, mayor es su edad y, por tanto,menor la susceptibilidad a padecer ]a enfermedad.
EI mecanismo por el que se incrementa la resistencia al virusde la necrosis pancreática a altas temperaturas es desconocido,aunque se ha comprobado que la producción de interferón yanticuerpos en la trucha arco iris aumenta cuando la tcmpcratu-ra es más elevada.
Factores relativos a/ virus. Diversas comunicaciones científi-
cas aseguran que el serotipo Sp europeo es capaz de producirmayor mortalidad que las cepas de scrotipo Ab. Sin embargo, es
necesario determinar también otros factores en estas pruebasexperimentales, como es la concentración de partículas víricas
en el agua, pues se comprende fácilmente que la morbilidad será
mayor en aquellas poblaciones que estén contaminadas masiva-mente.
Lesiones. Las lesiones histológicas más importantes se obser-van en el páncreas. En los salmónidos este órgano se encuentradifuso y disperso en cl mesentcrio, a lo largo del tracto digestivoy especialmente entre los ciegos pilóricos. En estado normal, lascélulas pancreáticas producen abundante secreción y son ricasen plasma celular teñible con colorantes básicos.
En los casos agudos de necrosis pancreática viral, la estructu-
ra del páncreas está muy desfigurada. Sólo quedan zonas ocupa-
das por restos celulares y granos de secreción mezclados con
células inflamatorias, hematíes, diversos tipos de células sin
estructura o fragmentadas.
La mayor parte del tejido glandular ha sufrido una necrosis,lesión a la que se debe el nombre de la enfermedad. Por tanto,su estructura está sumamente alterada.
El tejido conjuntivo que lo envuelve sufre igualmente unaextensa necrosis.
Las lesiones musculares consisten en homogeneización enalgunos haces de fibras musculares sustituidas por una masatransparente de aspecto vítreo que aparece, en menor o mayor
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número, entre las fibras normales. Se observa también pérdidade consistencia de las miofibrillas.
Diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad puede ser de presunción,mediante la observación de las manifestaciones que padecen lospeces, o de certeza, en el caso de que resulten positivas lascorrespondientes pruebas de laboratorio.
El diagnóstico clínico requiere indudablemente una ciertaexperiencia por parte del técnico, ya que en la patología de lospeces, las manifestaciones clínicas son muy comunes a grannúmero de enfermedades, sobre todo para personas no dedica-das profesionalmente a este cometido. La valoración del comien-zo brusco de la enfermedad, la mortalidad acumulada hasta elmomento, el comportamiento de los peces, la inspección corpo-ral, etc., son signos que, analizados debidamente, deben servirpara el diagnóstico. Las preguntas dirigidas a conocer la proce-dencia de los huevos embrionados utilizados, la existencia demortalidad en incubaciones previas (más de 15-20 por 100 del
Cuadro 7. Frccucncia de portadores de necrosís pancrcática viral en muestras de salmónidoscontaminados.
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total), la existencia de peces adultos contaminados en la instala-ción, la procedencia de las aguas, las medidas de higiene, etc.,son conocimientos que ayudan al diagnóstico. En estos casos,clínicamente convincentes, creemos que no es necesario enviarmuestras al laboratorio, pues el mismo curso de la enfermedad,que afecta exclusivamente a alevines, con el cese de la mortali-dad pasado el tiempo de susceptibilidad, y con manifestacionessemejantes en incubaciones anteriores, son pruebas diagnósti-cas.
Los hechos son distintos cuando se presenta una mortalidad^mportante de alevines en instalaciones en las que hasta elmomento no se había observado algo parecido. La utilización dehuevos embrionados certificados por autoridades sanitarias,caudales de agua controlados sanitariamente, etc., son medidasprofilácticas que deben tenerse en cuenta. Sin embargo, si lasintomatología es compatible con la que generalmente muestrala necrosis pancreática viral, el diagnóstico debe ser confirmadomediante pruebas de laboratorio.
La recogida de muestras ha de realizarla personas que conoz-
can esta problemática, y en aquellos casos en que se pretenda
legalizar oficialmente la situación sanitaria de la explotación
debe ser efectuada por las autoridades sanitarias certificadoras.Si es posible, deben enviarse alevines preferentemente vivos, con
signos claros de enfermedad y en número de 40 a 60. En
^quellos casos en que la lejanía no permita esta posibilidad, lasmuestras deben enviarse en un pequeño recipiente con glicerina
y agua destilada al 50 por 100.
En algunos casos, y aunque el cuadro clínico resultase típica-
mente positivo, los resultados de laboratorio han dado negati-vos. En estos casos, es necesario volver a insistir con nuevos
envíos, pues la inactivación parcial del virus en el medio envia-
do, debida a calentamíento, escasa concentración vírica de los
individuos analizados, defectos inhabituales de técnica, etc., pue-
den contribuir a esta disparidad de resultados. Si !a clínica noofrece dudas de enfermedad, los 3nálisis de laboratorio deben
repetirse cuantas veces sean ^^^ccsarios, hasta llegar a obtener
un diagnóstico positivo, norma general en cualquier sector sani-
tario.
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Algunos piscicultores desconfian de los diagnósticos clínicosde la necrosis pancreática viral simplemente porque la mortali-dad acumulada en los alevines sometidos a diagnóstico esdistinta o menor a la tenida en otras ocasiones o incluso porquese presenta en otro estadio de edad, dentro de los cinco o seismeses. Como se ha visto anteriormente, la mortalidad y momen-to de presentación se encuentra condicionada por varios facto-res, lo que hace que existan diversas modalidades de incidencia,pero todas ellas con un sustrato básico semejante.
Es bastante frecuente en situaciones de alta mortalidad, sincausa justificada aparente, que el piscicultor desconfie de lacalidad del pienso compuesto. Como norma, hay que pensar queninguna fábrica de piensos compuestos desea correr el riesgo deelaborar un alimento capaz de producir mortalidad en los peces.En todo caso, las diferencias de calidad en los piensos prepara-dos para peces podrán hacer que el índice de transformación sea
t-AERO^ONAS H.^S.
2 -HECROSIS PANCREATICA VtRAL
3^ SEPTICEMlA HEntORRAGICA VIRAL
a-Y18R10515
Fig. $. -Incidencia de la necrosis pancreática viral en las dis[in[as regiones españolas.
-zo-
mejor o peor, según la composición del alimento y el manejo quese haga de él, pero nunca harán que se convierta en causa demortalidad. No obstante, tal como se ha dicho anteriormente,hay que tener en cuenta a la hora de valorar la calidad de lospiensos en lotes de alevines supervivientes a la enfermedad quenunca proporcionarán rendimientos semejantes a los que seobtengan con lotes indemnes debido a las graves lesiones resi-duales sufridas durante la fase aguda de la enfermedad.
Las pérdidas económicas originadas por la necrosis pancreá-tica viral no son de extraordinaria importancia para la marcha
general de una explotación, pero sí producen gran trastorno al
no poderse cumplir los programas de producción previamente
establecidos por parte del piscicultor. Ello hace que se realicencompras de nuevos alevines en el exterior, lo que sitúa a la
explotación en extraordinario riesgo sanitario. Estos alevines
pueden ser supervivientes de necrosis pancreática viral y, por
tanto, portadores de enfermedad. El proveedor debe ofrecergarantías sanitarias suficientes como para demostrar que los
alevines no son portadores de virus de esta enfermedad y que elmedio de transporte a utilizar ha sido debidamente desinfectadopreviamente.
Publicacinnes Agrariaz
Prxluerasy Alirnentarias
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Se autoriza la reproducción íntegra de esta publicación mencionando su origen: aHojasDivulgadoras del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación».
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