Agradecimiento especial a sther Dita Kohn de Cohen · Tus dedos rasguñando la madera, rasguñando...

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Agradecimiento especial a Esther Dita Kohn de Cohen

Transcript of Agradecimiento especial a sther Dita Kohn de Cohen · Tus dedos rasguñando la madera, rasguñando...

Dedicada a: Sonia Murillo­Martin, siempre, por todo; Doris Berlín, por la vida que me regaló; Yamelis Figueredo y Elly Messmer, porque creyeron en mí cuando ni siquiera yo creía en mí ; Rubén Rega, por sus críticas y acertadas sugerencias; Fanny Arjona, por su amorosa comprensión. A Joan Baez y Oriana Fallaci, por su inspiración. A las víctimas de las dictaduras, democráticas dictatoriales, revoluciones, de derecha, izquierda, centro…

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Créditos Sandra Rosalinda Serfaty Dunia Fedra López Realización escenografía Ramón Pérez Pina Telón Jesús Barrios Asistente dirección Carlos Ramírez Canciones Eladia Blàzquez y María Elena Walsh Musicalización Eduardo Bolívar Prensa Yajaira Nuñez Escenografía y vestuario Carmen García Vilar Coreografías Luz Urdaneta Iluminación Carolina Puig Producción Artística María Eugenia Romero

Carolina Puig Dirección Aníbal Grunn Idea y Producción General Benjamín Cohen

Puerta Abierta al Mar en: Latin American Theatre Review/ Kansas University

Universidad de Stanford/ California Lecturas dramatizadas en California (USA)

Prensa Videos

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Argentina, aproximadamente 1990. La sala de una casa vieja. Es un lugar cálido,

con pocos elementos. Un ventanal, una lámpara de pie, un perchero, un sofá.

Es el final de la tarde de un día de invierno.

Sandra, exiliada argentina de unos cuarenta años, llega a la casa de Dunia, amiga

de la infancia de la misma edad, después de más de diez años de ausencia.

Las dos están vestidas informalmente, notándose por su forma de vestir que son

dos profesionales modernas y exitosas.

Sandra y Dunia mantendrán siempre un estricto control de sus emociones: temen

desbordarse. Pueden alzar la voz pero no gritar reír con verdadera alegría pero no

a carcajada suelta: emocionarse hasta las lágrimas pero no llorar con desespero.

Nunca pierden la compostura.

Lo que ellas temen manifestar con palabras lo expresan a través de la danza: una

danza moderna, y a la vez antigua, como sus conflictos.

La tercera protagonista de esta obra son las canciones, que son parte fundamental

del texto y no pueden ser cambiadas por ninguna otra.

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El escenario está en penumbras. Se escucha a Susana Rinaldi cantar “Porque vas a venir”, de Carmen Guzmán y Mandy, hasta el momento en que los personajes hablan. Dunia entra por el lateral derecho, emocionada, nerviosa. Se sienta, se para, va de un lado al otro. Está muy contenta. Apenas puede contener la risa. Por el lateral izquierdo hace su aparición Sandra. Está nerviosa y emocionado, pero sus movimientos son lentos y controlados. Se detiene al llegar al ventanal, que se ilumina tenuemente con una luz cálida. Mira hacia el interior pero no ve a nadie: Dunia ha salido de escena en ese momento. Avanza hacia el proscenio. Dunia entra y no la ve. Va hacia el proscenio. Hasta que se indique lo contrario, Sandra y Dunia actuarán como si estuvieran en un sueño. No se mirarán ni tocarán nunca. Cuando hablan, es como si hablaran consigo mismas.

SUSANA RINALDI “Porque vas a venir, mi casa vieja, inaugura una flor en cada reja. Porque vas a llegar, después de tanto, se confunden en mí, risas y llantos. Sé que vas a venir, no lo dijiste, pero vas a llegar, una mañana. Hay un canto en mi voz, ya no estoy triste, y entra un rayo de sol por mi ventana. Porque vas a llegar, de un largo viaje, es distinto el color, otro el paisaje. Todo tiene otra luz, tiene otro modo, porque vas a llegar después de todo. Porque vas a venir, desde tan lejos, hoy he vuelto a mirarme en el espejo. Y cómo me verán, me preguntaba, los ojos de ese hoy que yo esperaba.

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Porque vas a venir, mi casa vieja, inaugura una flor en cada reja. Porque vas a llegar, es que te espero porque vos me querés y yo te quiero. Porque vas a llegar, es que te espero, porque vos lo querés, y yo lo quiero.”

SANDRA (Como si estuviera sola, sin reparar en Dunia) Y entonces pensé, ¿habrá cambiado mucho? ¿habré cambiado tanto? DUNIA (En la misma actitud de Sandra) Yo esperaba impaciente. Me miraba en los espejos y me preguntaba con qué mirada verías a estas arrugas que tomaron mis ojos sin los tuyos. ¿Me reconocerías en estas canas que no te conté? SANDRA La calle de tu casa parecía la misma. El naranjo en la esquina del verdulero, las baldosas aún rotas en el almacén de Don Giuseppe, la magnolia que nunca quiso dar flor. Pero sobre todo el olor del naranjo que siempre anunciaba la cercanía de tu casa. Todo parecía igual. DUNIA Tu voz en el teléfono, alegre y burlona, otra vez acá y no allá, la misma voz de siempre y te lo juro, tuve ganas de comerme el auricular para comerme tu voz para que nunca más te fueras. SANDRA (Le da la espalda) Lo confieso: tuve miedo. El timbre estaba ahí, chiquitito y lustroso. Parece un pezón, pensé, un pezón que invita al erotismo, pero no, ese timbre­pezoncito me invitaba al pasado y yo decía: lo toco, no lo toco. Alargaba un dedo y lo acariciaba lentamente, sin presionarlo, no vaya a ser que se excite y suene. Mi dedo te recobraba en mi memoria.

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DUNIA (Le da la espalda) Yo te miraba a través del ojo de la puerta, ¿a cuál de las dos veía? Los años pasaban por el ojo de vidrio, no me dejaban verte. SANDRA (Avanza lentamente de espaldas hacia Dunia) Mi dedo seguía en el timbre. Una puerta tosía débilmente y yo la escuchaba. El pezoncito que gime no iba a tener que ser tocado. Traspasé el umbral y apoyé mi pecho, mi cuerpo todo, sobre la puerta. DUNIA (Avanza lentamente de espaldas hacia Sandra) Yo te vi y pegué mi cuerpo en el exacto lugar en donde vos habías puesto el tuyo. Una puerta nos separaba y una puerta nos unía. Yo me estaba ahogando y pensé: no hay orilla cerca ni bañero en la cercanía. SANDRA Tu respiración en mi oreja me asfixiaba, no me dejaba pensar. Yo enloquecía, yo desvanecía. DUNIA El aire de tu boca me daba calor y yo me iba llenando de dulzuras viejas. El aire de tu boca me quemaba, yo era un bonzo. SANDRA (Se para muy cerca de la espalda de Dunia, sin tocarla) Tus dedos rasguñando la madera, rasguñando y gimiendo como una gata vagabunda a punto de parir recuerdos muertos. DUNIA Sentí que te deslizabas por la puerta hasta llegar al suelo y te alcancé para que no te golpearas. SANDRA Tu espalda se clavaba en la mía, me atravesaba. Yo sufría, yo gozaba. DUNIA Vos llorabas, vos que nunca llorabas, con un llanto que no te conocía.

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SANDRA Vos llorabas y tenían tus lágrimas el mismo dolor que recordaba siempre. DUNIA Te escuché decir: al fin has vuelto. SANDRA Y te escuché contestar: al fin he regresado. Susana Rinaldi canta “El corazón al sur” de Eladia Blázquez. Sandra y Dunia se miran por primera vez, todavía extrañas, y bailan un tango mezcla de coreografía clásica con moderna. Al principio bailan manteniendo la distancia de dos personas que no se conocen; a medida que el tango avanza entran en confianza.

SUSANA RINALDI “Nací en un barrio donde el lujo fue un albur, por eso tengo el corazón mirando al sur. Mi viejo fue una abeja en la colmena, las manos limpias, el alma buena... Y en esa infancia, la templanza me forjó, después la vida mil caminos me tendió, y supe del magnate y del tahúr, por eso tengo el corazón mirando al sur. Mi barrio fue una planta de jazmín, la sombra de mi vieja en el jardín, la dulce fiesta de las cosas más sencillas y la paz en la gramilla de cara al sol.

Mi barrio fue mi gente que no está, las cosas que ya nunca volverán, si desde el día en que me fui con la emoción y con la luz ¡yo sé que tengo el corazón mirando al sur!

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La geografía de mi barrio llevo en mí, será por eso que del todo no me fui, la esquina, el almacén, el piberío los reconozco...son algo mío... Ahora sé que la distancia no es real y me descubro en ese punto cardinal, volviendo a la niñez desde la luz, teniendo siempre el corazón mirando al sur.”

SANDRA Las veces que Miri lloró cantando esta canción. Claro, desde Venezuela “sur” significaba Argentina. (Pausa. Sonríe) Nos sentábamos en un café en Sabana Grande y nos poníamos a recordar. “¿Te acordás de tal calle?” ¡Por supuesto! Y vos, ¿te acordás de aquella esquina, de aquel aroma, de aquella luz esa mañana? (Pausa) Inevitablemente surgía el tema de las comidas... ¡los sandwichs de miga! ¿Vos podés creer que en Venezuela no hay sandwichs de miga? Ahora que el tiempo pasó, pienso que hay pocas cosas tan tontas como extrañar una comida, pero entonces... (Pausa) Y así, entre recuerdo y recuerdo, la mesa se nos iba llenando de gente, gente que sabía que Miri cantaba, aficionada no más, y entonces... ¿qué le pedían? DUNIA Miri cantaba, los ojos se le iban llenando de lágrimas y al final, casi como si lo tuviera preparado, como si fuera una actuación, con la última frase... una lágrima caía. SANDRA (Gratamente sorprendida) Tenés buena memoria. DUNIA ¡Las veces que me lo contaste por carta! Si parecía que los viernes por la noche, la única cosa que vos tenía para hacer era ir a Sabana Grande a escuchar a Miri cantar... (Tararea “El corazón al sur”)

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SANDRA Y a recordar. Y... yo también lloraba, ¿sabés? Porque cuando te arrancan de tu tierra y te dejan sin raíces en el aire en una tierra ajena, ¿qué otra cosa podés hacer sino llorar? Quedan un instante en silencio. DUNIA (Está emocionada pero trata de disimular) ¿Y qué fue de la vida de Miri? SANDRA (Sonríe con ternura) Se pasó todo el exilio llorando porque no soportaba la lejanía. Cuando todo acabó tuvo miedo de volver... como yo... y ahí está, todavía en Caracas, cantando el mismo tango, diciendo: “El próximo mes me regreso para siempre”. Y el próximo mes no llega nunca. DUNIA Extraña paradoja. Ustedes añorando un país que nosotros queríamos abandonar, cualquier país era mejor que este. No te imaginás la envidia, sana pero envidia al fin, que me daba cada vez que recibía una carta tuya y estabas en México, en Londres, en Nueva York... Porque nosotros estábamos... bueno, como estamos ahora, lejos del mundo. SANDRA Y yo te envidiaba cuando en tus cartas me hablabas de tus paseos por la ciudad... por mi ciudad. reducida a ser un mapa pegado en el corcho de mi cocina. DUNIA Pero cuando vivías acá... ¡qué feo te parecía todo! No hacías más que criticar ¿te acordás? No había país peor que este. SANDRA (Burlándose con cariño) Ni mejor. Porque nosotros o somos los peores o los mejores, pero iguales... ¡jamás! Porque eso de ser como los latinoamericanos... ¡por favor! Nosotros somos europeos... ¿o éramos? Desde que era chiquita y como una letanía escuché esa frase, como si el ser europeos nos hiciera especiales y mejores.

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DUNIA Es verdad. Después puteábamos contra el tano, la gallega, el ruso, el franchute. ¡Pero cómo nos gustaba ser europeos! SANDRA Hasta que llegó la guerra de las Malvinas. Debe haber sido duro despertar un día y de repente... ¡horror! ¡ser latinoamericanos! DUNIA Imaginate, si Victoria Ocampo decía que en París éramos exiliados argentinos y en Buenos Aires exiliados europeos. Pero la guerra nos puso en nuestro verdadero sitio geográfico. SANDRA Ojalá que no necesitemos de otra guerra para aprender lo que nos falta. (Pausa larga) Y bien, parece que voy a ser condenada ahora. DUNIA Vos siempre tan fantasiosa. SANDRA No, es verdad. Condenada porque no viví el horror completo. Porque vengo de un país que baila al compás de las olas y mientras baila ríe, ríe aunque haya problemas, pero ríe porque el invierno no llega nunca, el sol no se va jamás. ¿Y quién puede imaginar que se sufre en un lugar así? ¡Alegría, alegría parecen gritar las palmeras mecidas por el viento! DUNIA ¿Será alegría esto que siento al mirarte? SANDRA El dolor y la alegría a veces se parecen.

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DUNIA Tantas veces me pregunté por qué yo y no vos. También los familiares, supongo, se preguntaban lo mismo. La duda de si habíamos delatado o no, nos enterró para siempre. Tanta tierra y ningún cadáver. SANDRA Yo nunca dudé de vos. DUNIA Nos querían vivos pero impolutos. (Pausa). Y acá estoy ahora, tan viva para el mundo pero tan muerta para mis entrañas. SANDRA (Con mucha ternura) ¿Muerta? Dame tus manos, a ver... (Se las agarra y las huele delicadamente) Hummmm... huelen a pan recién hecho. (Las acaricia). Manos delicadas, suaves, calientes, demasiado calientes para una muerta diría yo. Manos de tierra, nunca de cal. (Dunia retira sus manos bruscamente). Y tus ojos brillan. DUNIA Brillan de tanto ver lo que quieren olvidar. SANDRA Si yo fuera hada... (Pausa. Alegre). Y entonces serás como el Ave Fénix, pura pluma y fuego. DUNIA (Conmovida, casi sin poder creer lo que escucha) Fuego que crece sin llamas, pluma que vuela sin alas. El fuego crece en la pluma, la pluma vuela en su llama. Sueña que sueña la llama, que ya es pájaro y que vuela. Sueña que vuela por ríos, vuela que sueña por mares. SANDRA Mece que se mece un niño amamantado con llamas. El niño que es pura agua, el fuego que es pura lágrima.

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DUNIA Pura lágrima que ríe correteando entre las llamas. La risa no tiene dientes, la llama no tiene alma. SANDRA Alma que corre tras la luna mientras las piedras persiguiendo al río andan. La luna no quiere alma y el alma que se desangra. DUNIA Desangrándose está el alma en la punta de una estrella. La luna le guiña un ojo, el alma le guiña un beso. SANDRA Le guiña un beso el alma y la luna se desploma. El alma no ve en la noche, la luna no ve sin alma. DUNIA La luna se está escapando y el alma se va con ella. La noche quedó sin luna, el mundo quedó sin alma. SANDRA Pero no vos. DUNIA Pensé que no lo recordarías. SANDRA Sería como haberme olvidado de mí.

Dunia, melancólica, se acerca al ventanal con pasos lentos, pesados. Todo se está poniendo oscuro. Una extraña calma parece haber paralizado la escena. Desde muy lejos se escucha un suave murmullo de pájaros acomodándose en sus nidos. Dunia aspira profunda y lentamente, como si todo, cualquier gesto, le

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costara enormemente. Sandra parece haber perdido toda su vitalidad y su aplomo. El presente ha caído sobre ellas.

DUNIA Vos eras el alma. SANDRA Y vos el cuerpo. Así que ahora estamos completas. DUNIA Completas. ¿De verdad lo creés? Somos un pájaro al que le han arrancado las alas. No más cielo ni nubes para él. Pura tierra y fango en donde hundir la cabeza hasta morir. SANDRA (Trata de animarla) ¿Será el invierno el que te pone así? ¿O será tu nacionalidad? (Bromeando) ¡Haga patria! No permita jamás que el optimismo la desvíe de su camino patriótico. Quéjese por todo y todo el tiempo. Y no lo olvide: ¡la tragedia primero, el drama después! ¿O estarás así también cuando la primavera llegue? DUNIA (Seca) ¿Estarás acá? SANDRA (Tierna) Estaré si estás. DUNIA No más juego de palabras, Sandra. SANDRA No se puede hablar de partir cuando no se ha terminado de llegar. Enciende la lámpara, por favor. Nunca has visto bien de noche.

Dunia lo hace. Quedan las dos paradas a ambos lados de la lámpara, iluminados tan sólo por su haz de luz.

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SANDRA Se ve linda la sala con esta luz. Es una lámpara que no te conocía, y sabe alumbrar. Ni encandila por mucha luz, ni enceguece por poca. Me gusta. Si las personas pudiéramos tener esa mesura. DUNIA (Irónica) La casa ha cambiado un poco. Como todo. SANDRA Parece que algo te doliera mucho. DUNIA Duele vivir, morir también duele. (Pausa) Te ves tan fuerte, segura. Dura. Un volcán. Que puede escupirle lava a quien quiera, pero al que nadie puede escupirle nada. SANDRA Los volcanes son muy débiles. Cuando escupen tiemblan, no de rabia sino de dolor. DUNIA ¿Y qué hago yo con esta nostalgia de lo que fue y ya no es? ¿Cómo le explico a mi corazón que los años no pueden pasar sino arrastrando todo a su paso? SANDRA Como un río furioso que se ufana en cambiar las piedras de lugar. DUNIA Para mi desconcierto, el paisaje ha cambiado de colores. SANDRA Yo también tengo nostalgia. DUNIA Parece que sólo yo recordara, que el pasado fuera sólo mío.

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Sandra va hacia el perchero y saca de su cartera una petaca de Ron Pampero. Se la muestra a Dunia. DUNIA (Sorprendida) ¿Y eso? SANDRA Ron. DUNIA ¿Rhum? SANDRA Ron. Ron venezolano. (Le enseña la marca) Lee. DUNIA (Sin entender) Pampero. SANDRA ¿Sabés por qué tomo ron Pampero y no de otra marca? Porque me trae recuerdos. DUNIA ¿No será del viento, no? Porque mirá que tener nostalgia de un viento... ¡sería el colmo! (Burlona) Aunque tratándose de vos... SANDRA (Divertida) Frío, frío, frío... ¡se heló! Tiene usted una segunda oportunidad para ganarse un traguito de ron, ideal para calentar almas enfriadas por lejanos recuerdos. ¡Apueste, apueste! Que el que no apuesta no gana. DUNIA (Divertida) Pam... pero. (Pausa) Pampero (Pausa) ¡Pero claro! A la pampa, pampero viene de pampa. ¡La famosa pampa argentina, che!

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SANDRA Tibio... no está mal. DUNIA Dame una ayudita por lo menos. SANDRA Está bien, pero sólo una. ¿Quién anda sobre la pampa? DUNIA (Pausita) ¡Vacas! (Pega un salto contenta) ¡Vacas! ¡Pagando, che, pagando! SANDRA (Divertida) ¡Mirá que sos boba! ¡Vacas! Solamente a vos se te puede ocurrir que yo tuviera nostalgia de las vacas. ¡Bochada mijita! Ron Pampero me hace acordar a... a... DUNIA (Intrigada) ¿A qué? Decilo de una vez por todas. SANDRA (Jugando) El río, el sauce llorón, un sol que rajaba la tierra... DUNIA (Alegre) Y vos y yo, trencitas en el pelo, leyendo las aventuras de... ¡Patoruzito y su fiel caballo Pamperito, señoras y señores! (Burlándose con cariño). Si es para morirse... ¡de la risa! Una mujer de tu edad, ¿no te da vergüenza?, teniendo nostalgia de historietas infantiles. SANDRA (Siguiendo el juego, dramatizando) ¡Diez años sin leer sus aventuras! ¿Cómo puede sobrevivir? No pude. Por eso bebía, para olvidar mientras recordaba. Sandra sirve ron en la tapa de la botella y se la pasa a Dunia, que la agarra como si fuera una delicada copa y bebe con elegancia, actuando la escena. Carraspea un poco: el ron puro quema la garganta. Le devuelve la tapa a Sandra, que se

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sirve y bebe imitando la actitud de su amiga pero no carraspea: ella sabe tomar ron. Sandra da por concluida la celebración y va hacia el perchero. Dunia la sigue en actitud de detective de historietas, tratando de pisar sobre sus pisadas. Sandra guarda la petaca en su cartera y se voltea bruscamente, chocando con Dunia que no pudo detenerse a tiempo. Se miran con alegría, como si por fin se hubieran reconocido y caen en un abrazo tímido. Después se estrechan fuertemente. DUNIA (Emocionada, se separa un poco para mirarla a los ojos sin dejar de abrazarla) No has cambiado, qué increíble. ¡El mismo optimismo de siempre! Si existiera un único puente por donde cruzar y hubiera sido destruido, vos dirías: lo voy a cruzar. Y no sé cómo, pero lo harías. SANDRA (Sonríe con melancolía) Eso era antes, ¿sabés? Ahora, quién sabe. DUNIA Yo sé. SANDRA No, no sabés. DUNIA ¿Qué sucede? SANDRA He cambiado. DUNIA Sinónimo de que estás viva. Porque los únicos que no pueden cambiar son los muertos. SANDRA (Sonríe) He envejecido.

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DUNIA (Sorprendida) Algunas canas por acá y por allá, sí. (Se las agarra). ¿Arrugas? Dentro de los ojos, tal vez. (Se los toca) Hay una acá, sí, pequeñita, en la comisura de los labios (La recorre lentamente con un dedo) Pero vejez, lo que se dice vejez, ¿dónde Sandra? SANDRA En el alma.

Dunia la mira como si de repente no la conociera. Sandra va hacia el ventanal y se para del lado de afuera, iluminada por un cenital.

DUNIA (Yendo hacia el ventanal) Aquel desesperante día en que te fuiste descubrí que eras parte de mí. No de mi vida, eso ya lo sabía, sino de mí. Quedé mutilada, un ciempiés con cincuenta patas. Tuve que aprender a vivir sin vos y sin mí. (Se detiene frente al ventanal, del lado de adentro) SANDRA (Mirándola a través del ventanal) Cierto es que quedé con las otras cincuenta patas, cincuenta patas que nunca pudieron tocar el suelo. DUNIA (La mira a través del ventanal) Siempre me costó diferenciar a la una de la otra. Nunca supe cuál de las dos quedó viva. Y siempre pensé que cuando regresaras, me devolverías la parte de mí que me pertenecía. La que te llevaste tal vez sin saber. Pero ahora volvés y no querés darme nada. Mis ojos están vacíos y yo tengo que seguir mirando. SANDRA Tus ojos están vacíos y yo tengo que seguir mirándolos. También los míos han sido arrancados de sus órbitas. También yo fui mutilada. Pero yo no te robé tu esencia, vos no me quitaste el alma. Y qué dolor no hallarme en lo que tu boca dice. Tu boca que siempre decía como la mía decía tu boca. Pero querida, no hay nada que pueda ser devuelto porque nada me llevé. La mitad de mí que eras vos nunca despertó en Caracas.

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DUNIA (Apoya suavemente las manos abiertas sobre el ventanal) La mitad de mí que eras vos que era yo... ¿dónde despertaba? Levantarme con tu cuerpo y caminar con el mío. Lavar mi cara y secar la tuya. Qué dolor tan grande no hallarte en ninguna parte y que estuvieras en todas. SANDRA (Apoya las manos en el ventanal sobre las manos de Dunia) La mañana despertaba desnuda entre mis sábanas y yo le preguntaba cómo hacía para amanecer sin vos. Ella contestaba que no te conocía. ¿No me conocés a mí? La mañana bajaba los ojos y callaba. DUNIA Vos eras el aire, yo los pulmones. Yo me moría, vos no sabías. SANDRA Yo sí sabía, también moría. Morir y seguir viviendo, he ahí el infierno.

Sandra se aleja del ventanal y recorre la sala buscando algo.

SANDRA ¿Dónde están? DUNIA No están. SANDRA ¿Y eso? DUNIA ¿De verdad querías que estuvieran? SANDRA ¿Cómo no voy a tener ganas de ver a Fernando y a tu hijo?

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DUNIA Como nunca le escribiste... SANDRA Centenares de cartas recibí y ninguna tenía su remitente. DUNIA Se sentía culpable. SANDRA Le pudo haber pasado a cualquiera. Es más, ¿sabés cuánta gente conocí en el exilio a la que le pasó lo mismo? ¡Cómo iba a saber Fernando que estábamos escondidas ahí! ¡Justamente ahí! DUNIA En realidad... era yo la que no quería que estuvieran. SANDRA Ah, picarona, el mismo truco de siempre. DUNIA No todos los días una se reencuentra con la amiga de la infancia... de la adolescencia... la que supo de tu primer novio... tu primer beso... (Dramática in crescendo)... con la mujer que fue secuestrada junto con vos... la que te oyó gritar... la que te curó como pudo las heridas... la que te vio perder todo el orgullo... toda la dignidad... todo... SANDRA (Protectora) Yo tampoco estaba en mejores condiciones, yo...

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DUNIA (Interrumpiéndola, tierna) ¿Vos? Vos estabas formidable. A vos te rompían la boca y entonces hacías música con las manos; te rompían las manos y usabas los pies; te rompían los pies y ya la boca había sanado un poco y entonces nos cantabas bajito, muy bajito, para que ellos no oyeran ¿te acordás? (Canta en tono de voz muy bajo “Canción de Caminantes” de María Elena Walsh)

“(...) porque esperando solas poco se alcanza, valen más dos temores que una esperanza.”

SANDRA (Canta bajito, casi recitando)

“Dame la mano y vamos ya, dame la mano y vamos ya”

DUNIA

“Animo nos daremos a cada paso, animo compartiendo la sed y el vaso.”

SANDRA

“Animo que aunque hayamos envejecido, siempre el dolor parece recién nacido.”

DUNIA (Con cierta esperanza)

“Dame la mano..” SANDRA (Con mucha esperanza)

“...y vamos ya” SANDRA Y DUNIA (Cantan emocionadas pero sin desbordarse)

“Dame la mano y vamos ya, dame la mano y vamos ya”.

SUSANA RINALDI “Porque la vida es poca, la muerte mucha. Porque no hay guerra pero sigue la lucha.

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Siempre nos separaron los que dominan, pero sabemos que hoy eso se termina. Dame la mano y vamos ya.”

DUNIA Entonces, por unos instantes, creíamos estar en un campo de flores, y volvíamos a creer en el ser humano, porque si vos en medio de todo el horror podías cantarnos de esa manera, entonces todo no estaba perdido. SANDRA Nos creíamos tan heroicas y ellos nos demostraron que éramos tan... ¿cómo decirlo sin herir a nadie? DUNIA (Dura) Basta. SANDRA (Dura) Basta, sí. DUNIA (Incapaz de abandonar los recuerdos) Pero nosotras no “cantamos”. 1

SANDRA (Irónica) Ni otras ni otros. Qué dignas somos ¿verdad? Podemos mirarle los ojos a este país y escupirle su cobardía. Nos estaban asesinando y este pueblo... no oía. ¡Lindo pueblo carajo! Y vos y yo sólo cantamos “Canción de Caminantes”, fijate vos. Pero decíme Dunia, ¿a quién le importa eso ahora? ¿a quién? DUNIA Nada volvió a ser igual desde aquel día.

1 Cantar: delatar

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SANDRA Y Maren asesinada. DUNIA Cuando Fernando salió de la cárcel se escondió en sus heridas. Pero las mías seguían abiertas. Cuando yo hablaba de amor no hablaba de olvido. Qué difícil es olvidar cuando la cicatriz recuerda. Cambio de luces. Sandra comienza a recordar como si estuviera en trance.

SANDRA Maren está sentada frente a mí y sus rodillas desnudas rozan las mías. Maravillosa sensación el contacto de dos pieles heridas. Puedo sentir el suave gesto con el que lentamente se levanta la venda de los ojos y mi gesto la iguala. Tengo miedo y ganas de ver. Y he aquí sus ojos. Sus bellos ojos grandes, más grandes aún por el horror con que me miran. Y ahí, exactamente ahí, en el medio de sus pupilas dilatadas y enrojecidas, veo a los míos mirándola exactamente con el mismo horror. Veo también que ni sus ojos ni los míos son ya los mismos. Veo un silencio. Veo luego la ternura y las manos de Maren bajando lentamente por mi nariz rota, llegando a mi labio partido, entreteniéndose en la sangre aún fresca de mis dientes, yo estoy llorando, y entonces alguien susurra: ¡pasos! Y volvemos a las sombras.

Se produce un silencio cargado de emoción.

DUNIA ¡Cómo duele tu ausencia, Maren, ay, cómo duele! Pero asesino es asesino y no hay amnistía que pueda blanquear su crimen. (Pausa larga) Los recuerdos unen, pero a veces también separan. SANDRA Como una puerta abierta al mar. Te da la playa al tiempo que te quita la casa.

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Se escuchan los acordes de un can­can. Sandra y Dunia se miran cómplices, recuperando el buen humor y la adolescencia.

SANDRA Y DUNIA (Cantan y bailan) “Somos chicas petiteras, flacas y fuleras del 73, usamos medias amarillas, zapatos con hebillas y hablamos en inglés, ¡oh yes!” 2

Somos chicas guerrilleras, flacas y cancheras del 73. Usamos ametralladoras, bombas con siliconas y hablamos en soviet, ¡oh niet! DUNIA ¡Treinta amonestaciones por apología de la subversión! Justamente a nosotras, que éramos de lo más papafritas en aquella época. SANDRA ¡No tanto! ¿Acaso no nos conocíamos el “Diario del Che” casi de memoria? DUNIA Yo creo que aunque vos y yo no teníamos nada de guerrilleras, esas amonestaciones nos perjudicaron. Digo... por lo que pasó después. SANDRA Es que ellos se agarraban de cualquier cosa para convertirte en enemiga. DUNIA ¿Te acordás cuando desapareció la piba del quinto A? SANDRA ¿Cómo olvidarlo? Llegamos un día a la escuela, preguntamos por ella y la preceptora, en voz muy baja, nos dijo que la habían metido presa: “por algo será” concluyó en tono condenatorio.

2 Canción anónima que se cantaba en los años 70 del siglo XX

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DUNIA A los días preguntamos por mengano... y la preceptora: “por algo será”. SANDRA A mí lo que me cuesta entender es nuestra actitud, porque en vez de protestar, de ir a buscarlos, seguimos yendo a la escuela como si esas desapariciones no tuvieran nada que ver con nosotras. DUNIA Están presos, eso nos decían. Y ante cada nueva desaparición: “por algo será”. SANDRA ¡Por algo será! Debería estar escrito en el escudo nacional como emblema. (Queda pensativa. De pronto sonríe contenta) ¿Sabés de que me estoy acordando? De una tarde que fuimos al Parque Pereyra... ¿sabés de qué estoy hablando? DUNIA (Con voz de misterio) Era un secreto. SANDRA Estábamos sentadas en el pasto, rodeando al líder del grupo, un muchacho un poco más grande que nosotras, ¿cuántos años tendría? DUNIA Y, unos veintidós tal vez. SANDRA Él tocaba la guitarra y cantaba. Todos cantaban. Sólo nosotras no sabíamos la letra. DUNIA Pero la aprendimos rápido.

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SANDRA (Divertida, canta con la música de “Duerme Negrito”) “Duerme, duerme my baby, que your mother está en la Bolsa, my baby” DUNIA (Alegre, canta) “Te va a traer codornices para ti, te va a traer carne de cerdo para ti, te va a traer un escaletric para ti, te va a traer muchas cosas para ti”. SANDRA Y DUNIA (Cantan divertidas) “Y si baby no se duerme viene el comunismo...¡y zas! le confisca los juguetes, chacapumba, chacapumba, chacapumba, pum” 3

DUNIA Y mientras cantábamos tan aleccionadora canción, ¡oh! ¿qué vimos? Un policía a caballo que venía en dirección a nosotras y entonces... SANDRA Raudamente... DUNIA Para nuestra sorpresa... SANDRA Sin darnos cuenta de lo que estaba sucediendo... DUNIA El muchacho de la guitarra… SANDRA Y el coro, esto es muy importante, el coro...

3 Anónimo: lo cantaban algunos jóvenes guerrilleros

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DUNIA Dejó de cantar. Unas gotitas de sudor caían por su frente. SANDRA Hacía calor... DUNIA No era el calor, boluda, era la situación. SANDRA Ah, claro, la situación. Pero estaba por llegar el verano, también hacía calor. DUNIA Empuñó la guitarra y mirando con ojos firmes al policía que ya casi nos pisaba los talones... SANDRA Abrió la boca y... SANDRA Y DUNIA (Cantan divertidas “La felicidad” de Palito Ortega) “La felicidad ja ja ja de sentir amor oh oh oh hoy hace cantar ah ah ah a mi corazón oh oh oh” DUNIA ¡El policía pasó de largo y ni nos miró! SANDRA ¡Pero buen susto nos dimos! Creo que fue ahí cuando abandoné toda idea romántica respecto al Che y decidí volverme pacifista como mi gurú... ¡Joan Báez! (Se ríe) ¡Qué coctelera teníamos en la cabeza! DUNIA Y... éramos fiel reflejo de la sociedad, porque decime, ¿quién entendía lo que estaba pasando? Si aquello parecía un sainete.

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SANDRA (Jugando) ¡El Prostíbulo! DUNIA (Siguiendo el juego) ¡Excelente título! Un quilombo con gerencia tripartita: un viejo administrador general, una gerente de cantos y afines y el infaltable portero servicial. 4

SANDRA Cuando alguien no les gustaba, el portero gritaba: ¡A, A, A! DUNIA Y como por arte de brujo... esa persona desaparecía. SANDRA Rondaban el local, pretendiendo quedarse con su administración... (Muy irónica)... amorosos jóvenes imberbes , idealistas perros ... (Con dolor). Qué rojas se 5 6

volvieron nuestras calles. DUNIA “Argentina Potencia” . Y sí, las bombas tenían mucha potencia. Destrozaban todo, 7

incluidos nuestros sueños. SANDRA Y la historia se repitió. Es lo que pasa cuando los pueblos no tienen memoria. Se escucha un suave tañir de campanadas de iglesia.

DUNIA “Ella” también quiere olvidar lo que hizo.

4 El General Perón, Isabel Martínez de Perón y José López Rega, fundador de Las Tres A: Alianza Anticomunista Argentina 5 Imberbes: así llamó Perón a la organización guerrillera peronista Montoneros. 6 Perros: nombre popular de la organización guerrillera ERP. 7 Eslogan del peronismo en 1973.

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El tañir se vuelve violento, casi asesino.

SANDRA Yo creo que las chicas y los chicos de hoy no entienden nada de lo que dijimos. DUNIA (Simpática) ¡Que pregunten! ¿Para qué estamos los mayores? (Pausa). Yo creo que no lo sabíamos, pero éramos felices entonces. Éramos jóvenes, no nos dábamos cuenta de todo. SANDRA Qué tiempos aquellos. DUNIA Qué tiempos.

Susana Rinaldi canta “El 45” de María Elena Walsh. Sandra y Dunia bailan.

SUSANA RINALDI “Te acordás, hermana, qué tiempos aquellos... la vida nos daba la misma lección, en la primavera del 45 tenías quince años lo mismo que yo. Te acordás, hermana, de aquellos cadetes... el primer bolero y el té en el Galeón, cuando los domingos la lluvia traía la voz de Bing Crosby y un verso de amor. Te acordás de la Plaza de Mayo cuando el que te dije salía al balcón... tanto cambió todo que el sol de la infancia de golpe y porrazo se nos alunó.

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Te acordás, hermana, qué tiempos de seca... cuando un pobre peso daba el estirón y al pagarnos toda una edad de rabonas valía más vida que un millón de hoy. Te acordás, hermana, que desde muy lejos un olor a espanto nos enloqueció.... era de Hiroshima donde tantas chicas tenían quince años como vos y yo. Te acordás que más tarde la vida vino en tacos altos y nos separó... ya no compartimos el mismo tranvía, sólo nos reúne la buena de Dios.”

Sandra y Dunia, que han bailado como dos buenas amigas, se separan bruscamente, como si una fuerza extraña y poderosa las arrancara a la una de la otra, enfrentándolas.

DUNIA Exilio. Terrible castigo al que nos condenaron. Exiliada vos en lejanas tierras, exiliada yo en las nuestras. SANDRA Pero era tu pueblo el que despertaba con vos. Tu mismo acento, las mismas comidas y la misma gente. DUNIA Parecía la misma pero no lo era. La gente con miedo se convierte en otra. SANDRA Vos y yo tuvimos miedo.

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DUNIA ¿Y? SANDRA No cambiamos por eso. DUNIA ¿No cambiamos? SANDRA (Sorprendida) ¿Lo hicimos? DUNIA La amnesia era la única forma de sobrevivir sin traicionar. No recordar ningún número, ninguna dirección, ningún nombre. Y sin embargo, recordar todos los besos, todas las sonrisas, todos los abrazos. SANDRA ¿Fueron días...? ¿O semanas? DUNIA Fue demasiado.

Quedan en silencio.

SANDRA Todavía no puedo entender que después dijeran que no sabían nada. DUNIA El miedo es un sentimiento tan humano como el amor. SANDRA Me gustaría tener tu amplitud, pero no la tengo. Porque... ¿qué pensaron cuando dejaron de ver a la vecina, al panadero, al médico?

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DUNIA Quizá que no querían ser los próximos. SANDRA Las Madres tampoco querían serlo. 8

DUNIA Lo sé. Pero si vivir cuesta, sobrevivir exigió habilidades que nunca imaginamos que podíamos tener. SANDRA ¿Será por eso que las Madres les molestan tanto? ¿Porque les recuerdan su complicidad? DUNIA Tuvieron miedo, se equivocaron, ¿vos nunca te equivocás? SANDRA ¡Pero si lo terrible no es equivocarse! Lo terrible es no reconocer el error. DUNIA ¡Qué fácil se ve todo desde afuera! SANDRA Hay un país que tiene las manos manchadas de sangre y dice que el crimen lo cometieron otros. DUNIA (Dura) También las tuyas, también las mías. SANDRA (Dura) Nosotras fuimos víctimas. Se es cómplice o se es víctima, no se puede ser las dos cosas al mismo tiempo.

8 Madres de Plaza de Mayo: pedían por la aparición con vida de sus hijas e hijos detenidos­desaparecidos.

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DUNIA Y ya ves, así fue: víctimas porque tuvieron miedo y cómplices por lo mismo. SANDRA Treinta mil personas. La población de un pueblo pequeño. De repente desaparecen y nadie, absolutamente nadie, se da cuenta de nada. Nadie pregunta qué pasó. Dejaron de verlas de un día para otro y se comportaron como si en realidad nunca hubieran existido. DUNIA Existieron y todavía nos duelen mucho. Pero El Proceso acabó. ¡Acabó! 9

¿Entendés? SANDRA ¡¿El Proceso?! Yo creo que por ahí comienza todo ¿sabés? Por empezar a llamar a las cosas por su nombre: dictadura. ¿O hasta eso olvidaron? DUNIA Vos también olvidaste. Tanto, que ahora regresás pretendiendo hacernos creer que éramos diferentes. Pero siempre fuimos iguales. Es tu mirada la que cambió. Tus ojos que han visto mundo ya no reconocen al pueblo en donde aprendieron a mirar. SANDRA ¿Es que no te das cuenta? ¡No se puede construir un país sobre los cimientos de treinta mil desaparecidos! DUNIA (Irónica) ¡Claro que se puede! ¿Acaso no se levantó Alemania sobre los hornos crematorios? SANDRA Sí, y así están ahora.

9 “El Proceso”: nombre que la Junta Militar le dio a la dictadura de 1976­1983

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DUNIA Vos no estabas acá. SANDRA ¿Y eso no me da derecho a opinar? DUNIA Eso te obliga, por lo menos, a una cierta humildad. A que te bajés de tu pedestal de exiliada que ha recorrido mundo... SANDRA (La interrumpe muy molesta) ¡Denunciando la dictadura! DUNIA (Irónica) Pero París no era menos linda por eso ¿verdad? Que te bajés de tu pedestal y nos mirés de igual a igual. Quizá entonces descubras cosas muy simples y sencillas en nuestros ojos: el pueblo que siempre fuimos. Una verdad que tal vez no querés ver, porque apunta a tu ausencia. SANDRA ¿Es que ahora al exilio se le llama ausencia? DUNIA ¡Basta de juegos de palabras! ¡Te guste o no, un exilio es una ausencia! ¡Y los que nos quedamos no tenemos la culpa de eso! SANDRA (Dolida) ¿Qué te molesta tanto? DUNIA Que ustedes llegan, nos apuntan con su dedo índice internacional y nos acusan: ¿por qué permitieron que pasara todo esto? Pero yo pregunto, Sandra, humildemente pregunto: ¿dónde estaban ustedes cuando esto sucedía? Lejos. SANDRA No por decisión propia.

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DUNIA En Europa, en Estados Unidos, en el Caribe... ¡Ustedes estaban libres en el mundo libre! SANDRA Exiliada... por si no lo recuerdas. DUNIA ¡Pero sin miedo! SANDRA ¿Pero que creés que fue el exilio? ¿Vacaciones en el Caribe en un hotel cinco estrellas? No, querida, no. Parafraseando a Borges te diré que no nos unía el amor sino el espanto... sería por eso que nos queríamos tan mal. Y la dictadura extendió sus tentáculos, el miedo no nos abandonó jamás. DUNIA Pero fuimos nosotros los que la enfrentamos en las calles para que vos pudieras volver. ¡A acusarnos por un olvido que no es más que cansancio! SANDRA ¡Un cansancio que nos pone en peligro! ¿No te das cuenta de que la “Obediencia Debida”, “Punto Final” y el “Indulto” nos ponen en peligro? ¡Hagan lo que 10

hagan ellos saben que siempre quedarán impunes! DUNIA ¡Pero completamente desprestigiados! ¡No vuelven más porque la gente no los quiere! SANDRA ¡Hasta que olviden! Y no hay nada más fácil de olvidar que lo que no se quiere recordar.

10 Leyes dictadas por Alfonsín para impedir el juicio a los militares acusados de violación a los derechos humanos. El Indulto fue otorgado por Menem en 1989.

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DUNIA Acabás de llegar. No se conoce la realidad con una sola mirada. Cuando se ha visto mucho se termina por no distinguir nada. Quedan en silencio, enfrentadas en la mirada.

DUNIA (Con cansancio) Se trataba de cerrar heridas, ¿no lo podés entender? No podíamos seguir desangrándonos. SANDRA Pero ninguna herida se cierra sin antes curarla y mucho menos si está infectada. Y ahí está el virus, creciendo en la impunidad, alimentándose de nuestro olvido. DUNIA Ese virus está cercado por el desprestigio. Esa es nuestra vacuna y la crearon ellos mismos: su desprestigio. No podrás atormentarme, Sandra, sé que mi hijo puede dormir tranquilo: el pasado no vuelve. SANDRA (Desesperada) ¿Cómo, Dunia, cómo puede dormir tranquilo? Si ahí están ellos, sentados a nuestro lado en el teatro, caminando junto a nosotros, con la frente bien alta, orgullosos de lo que hicieron. ¿Cómo? ¡Si el desprestigio lo cargan en sus chaquetas como medallas de honor! ¿Cómo si nunca se arrepintieron ni pidieron perdón? (Casi en un grito) ¡¿Cómo?! DUNIA (Desesperada) ¡Porque no los queremos! SANDRA (Despectiva) ¡Como si simplemente bastara con no querer! ¡Había que salir a la calle a gritar NO! En la dictadura no salieron porque tuvieron miedo... ¿y en la democracia? 11

¿Por qué no salieron? ¡Ni para salvar ni para castigar! ¡Nunca salieron!

11 NO: eslogan de los organismos de derechos humanos que se oponían al Indulto dictado por Menem que liberó a los jerarcas de la dictadura (1976­1983)

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DUNIA (Desesperada) ¡Basta Sandra! ¡No soy la responsable de que estén libres! SANDRA (Con cansancio y dolor) Lo sé, Dunia, lo sé. Perdóname. No sos vos. Es la mayoría del pueblo argentino. Quedan en silencio, sin mirarse.

DUNIA Nunca pensé que nos pasaría esto. Creí que simplemente bastaba un puente de cartas para evitar que la grieta se abriera. SANDRA Y ahora nos escuchamos y nos damos cuenta de que no, no bastaba. DUNIA Te veo en la orilla de enfrente y no puedo creerlo. ¿En qué momento pasó esto? ¿Cómo no nos dimos cuenta antes? Y acá estamos ahora, tratando de unir los pedazos sin poder evitar lastimarnos en el intento. SANDRA Una siente que se muere cuando se va del país, ¿sabés? De nostalgia, de dolor, de patria. Pero el país no se muere porque una se vaya, sigue creciendo. Y si una se queda con las raíces en el aire, no crece. Y cuando regresás, el país te mira desde arriba y te dice: y bueno, ¿qué te pasó a vos que te quedaste enana? DUNIA Tener las raíces en tierra no significó necesariamente haber crecido. Como un árbol que quiere extender las ramas y al que le tabican el aire, así crecimos nosotros: deformes. SANDRA Se volvieron implacables.

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DUNIA ¿Qué nos reprochan? ¿Haber cuidado la casa mientras ustedes estaban lejos? SANDRA No. Lo que me duele es que ahora ustedes se sienten dueños de la casa y nos tratan como a inquilinos sin derechos. DUNIA (Con ternura) La casa es tuya. SANDRA No la reconozco. En su lugar hay una grieta. Me asomo y veo a mi infancia, a mi adolescencia, navegando en aguas turbulentas pero conocidas. Llego al presente y el presente es un paisaje que no conozco. DUNIA Es que hubo una tormenta muy grande y no todos los árboles quedaron en su sitio. Muchos fueron arrancados de raíz, otros quedaron quebrados. Pero vos y yo sobrevivimos. Fuimos más fuertes que el más fuerte de todos los huracanes. El viento sopló despiadadamente y el paisaje cambió, por eso no lo reconocés. Pero vos y yo sobrevivimos. Y acá estamos, vivas a pesar de todo. Susana Rinaldi canta “A pesar de todo” de Eladia Blázquez. Sandra y Dunia van hacia el ventanal.

SUSANA RINALDI “A pesar de todo, me trae cada día, la loca esperanza, la absurda alegría. A pesar de todo, de todas las cosas, me brota la vida, me crecen las rosas.”

DUNIA (En el ventanal, mirando hacia afuera) Está amaneciendo.

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SANDRA (Se para detrás de ella, mirando hacia afuera) Sí, “amanece, siempre amanece”. 12

SUSANA RINALDI “A pesar de todo me llueven luceros, invento un idioma diciendo... ¡Te quiero! Un sueño me acuna y yo me acomodo, mi almohada de luna, a pesar de todo.”

DUNIA (Con ternura) ¿A ver cómo andamos de la memoria? ¿Te acordás qué hacíamos cuando estudiábamos hasta el amanecer? SANDRA (Con ternura) Poníamos un tanguito, claro.

SUSANA RINALDI ”A pesar de todo, la vida que es dura, también es milagro, también aventura. A pesar de todo irás adelante, la fe en el camino será tu constante.”

DUNIA La Tana por supuesto. 13

12 Escrito en una cárcel argentina durante la dictadura 13 La Tana: apodo cariñoso de Susana Rinaldi .

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SUSANA RINALDI “A pesar de todo, dejándola abierta, verás que se cuela el sol por tu puerta. No hay mejor motivo si encuentras el modo, que sentirte vivo, a pesar de todo.

A pesar de todo, estoy aquí puesta, los pájaros sueltos y el alma de fiesta. A pesar de todo me besa tu risa, y el duende y el ángel del vino y la brisa”.

SANDRA Prendíamos la cocina, poníamos la pava en el fuego... DUNIA ¿Y...? SANDRA Preparábamos el mate. Sin facturas, porque la panadería todavía estaba cerrada. DUNIA No se puede perder la tradición. SANDRA No se puede, no.

Comienzan a preparar el mate. Están cansadas pero con esperanza

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SUSANA RINALDI “A pesar de todo, el pan y la casa, los chicos que crecen jugando en la plaza. A pesar de todo la vida ¡Que hermosa!, siempre y sobre todo de todas las cosas.

A pesar de todo dejándola abierta, verás que se cuela el sol por tu puerta. No hay mejor motivo si encuentras el modo que sentirte vivo, a pesar de todo”.

TELÓN

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