agosto numero 4

Semana Agustianiana 2011 - Guiones litúrgicos 1

Lunes, día 14: Por los voluntarios «Venid, porque tuve hambre y me disteis de comer… »

Monición de Entrada

Reunidos alrededor de tu mesa, Señor, venimos a saciar nuestra hambre de tu Pa-labra, que es espíritu y vida. Tú nos dices hoy: Venid, vosotros, benditos de mi Padre…, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…, por eso hoy al comenzar esta semana vocacional agustiniana, te presentamos a todos aquellos que ofrecen parte de su tiempo para trabajar por nuestros hermanos, imágenes vivas de tu Hijo, esperando que los protejas en su tarea voluntaria y bendigas cada una de las obras que hacen en tu nombre; te damos gracias porque sigues llamando a hombres y mujeres para anunciar tu Palabra y tu Vida Nueva.

Preces

Sacerdote:

Instruidos por el ejemplo del Señor Jesús, que se entregó en el desierto a la ora-ción, pidamos, queridos hermanos, a Dios nuestro Padre por todos los hombres y por sus necesidades. R/. Señor, escúchanos.

Monitor:

Por la Santa Iglesia de Dios: para que sea fortalecida y purificada en las prácticas cua-resmales y se renueve en el amor a Dios y en el servicio a los hombres. Roguemos al Señor.

Por todas las naciones del mundo y sus habitantes: para que reciban de Dios la paz y la prosperidad temporal. Roguemos al Señor.

Por los que padecen hambre o cualquier necesidad en su cuerpo o están turbados en su espíritu: para que Dios acuda en su socorro. Roguemos al Señor.

Por los creyentes y no creyentes que entregan su vida y sus bienes con gran generosi-dad de ánimo por causas nobles y justas al servicio de los más necesitados: para que no desfallezcan y perseveren en su empeño. Roguemos al Señor.

Por los que se dedican al servicio de los demás, especialmente los que colaboran con los Agustinos Recoletos, entregando parte de sus vidas: para que su generosidad venza siempre al egoísmo y se logre construir un mundo mejor para todos. Rogue-mos al Señor.

Por todos nosotros: para que sepamos ir en busca de los hermanos que nos necesitan y descubrir en ellos el rostro de Dios. Roguemos al Señor.

Sacerdote:

Que tu copiosa bendición descienda, oh Dios, sobre nosotros, para que cuantos te buscamos con sincero corazón nos veamos saciados de tus bienes. Por Jesucristo nuestro señor. Amén.


Oración:

Implícame

Implícame, Jesús, con la causa de los pobres. Implícame con esta causa, que es la tuya. Implícame, complícame, replícame, Implícame a tu manera que sorprende, inquieta e ilusiona. Que no sepa dejar de mirar. Que no sepa dejar de querer. Que no sepa dejar de amar. Complícame la vida, que eso es lo que pasa cuando uno ama. Complícame haciéndome apasionado. Complícame porque las cosas no son fáciles. Complícame porque las lágrimas duelen y el hambre es mala, y los gritos no se pueden apagar. Complícame porque un mundo roto no es un lugar cómodo. Replícame cuando ponga argumentos para escabullirme. No me dejes posponer mi camino Que ya está bien de muchas palabras. Si estoy demasiado centrado en mis problemas, demasiado dedicado a mis actividades, demasiado ocupado en salir yo adelante, Implícame, Señor, y complícame. Amén.

Hermanos de la Sagrada Familia


Martes, día 15: Por las Agustinas Recoletas «Hágase tu voluntad… »

Monición de Entrada Hemos venido a tu presencia para celebrar tus sagrados misterios, recordando las

palabras del salmista, contempladlo y quedaréis radiantes, tal como lo hacen nuestras hermanas Agustinas Recoletas, a quienes has llamado para permanecer ante ti en todo momento, intercediendo por todos nosotros. Ahora nosotros las ponemos ante ti en esta santa misa para que las llenes de tus dones y las proveas de abundantes vocaciones y, al unísono con todas ellas, digamos hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, por-que creemos de todo corazón que cuando uno grita, tú, Señor, lo escuchas y lo libras de sus angustias.

Preces

Sacerdote:

Celebremos, hermanos, la misericordia de Dios, que nos ilumina con la gracia del Espíritu Santo, y pidámosle que su reino resplandezca en nuestra vida con obras de fe y santidad. Respondemos: Escúchanos Padre.

Monitor:

Por la Iglesia, para que Dios todopoderoso y eterno, que nos ha enviado a Cristo Jesús como Pastor de las ovejas y Redentor del mundo, la guarde, proteja y conduzca a su unidad por el amor y la obediencia. Oremos.

Por la paz del mundo, para que los intereses materiales no estén nunca por encima de las esperanzas de los hombres. Oremos.

Por los religiosos y las religiosas de vida contemplativa, especialmente las Agustinas Recoletas, para que con su oración constante en la austeridad y el silencio sean ejemplo atrayente de sabiduría cristiana. Oremos.

Por la juventud, para que siempre haya corazones jóvenes que estén dispuestos a se-guir la llamada de Dios y dedicar su vida al servicio de todos los seres humanos. Oremos.

Por nosotros, para que participemos activamente de la mesa de la Palabra y del Cuerpo de Cristo y vivamos lo que hemos celebrado. Oremos.

Sacerdote:

Señor, Que tú gracia inspire, sostenga y acompañe nuestras obras, para que nues-tro trabajo comience en ti, como en su fuente, y tienda siempre a ti, como a su fin. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Oración

En tus manos me entrego, Señor «En tus manos me entrego, Señor, haz conmigo lo que quieras. Me has hecho para Ti.

No quiero pensar más en mí mismo. Quiero seguirte. ¿Qué quieres que haga? Seguiré tu ca-mino. Sea lo que sea - dolor o alegría - lo quiero hacer.

Te ofrezco los deseos, las debilidades, los planes que me apartan de Ti y me inclinan sobre mí mismo.

Señor, Tú has sido admirable conmigo, durante toda la vida. En adelante no me abandonarás. Lo sé, aunque no tengo derecho ninguno ante Ti.

No me dejes seguir mi camino sin pensar en Ti. Haz que todo lo examine ante Ti, que busque tu voluntad en cada decisión y tu bendición en cada acción. Como el reloj de sol actúa por el sol, así quiero yo moverme por Ti, si Tú quieres llevarme y guiarme.

A Ti me entrego totalmente. Amén». John Henry Newman


Miércoles, día 16: Por los misioneros «Levántate y vete… Sé un signo… »

Monición de Entrada Alrededor de tu altar queremos sentirnos enviados como Jonás, a hablar en tu

nombre, no a una sola nación, sino a todas las naciones, anunciando la conversión del corazón y tus promesas. Por eso nos reunimos para presentarte a los misioneros agusti-nos recoletos, esperando que, con tu inmenso amor, sigas proveyendo a tu Iglesia de vocaciones a la vida misionera, para que todo el mundo escuche tu Evangelio, se con-vierta y crea.

Preces

Sacerdote:

Con fe viva presentemos al Señor nuestra oración, haciéndonos intérpretes del de-seo de justicia y de paz que brota de todos los hombres de buena voluntad. Res-pondemos: Escúchanos, Señor.

Monitor:

Por la Iglesia, para que mantenga vivo el espíritu misionero, de forma que todos los creyentes nos sintamos enviados a anunciar la Buena Noticia a nuestros hermanos los hombres. Oremos.

Por los pastores de la Iglesia, para que fieles a Cristo, sean guías luminosos y portavo-ces de la bondad de Dios. Oremos.

Por los pueblos iluminados por la luz de Cristo que a través de los misioneros agustinos recoletos reciben el evangelio en Brasil, Panamá, Guatemala, China y Sierra Leona. Oremos.

Por la sociedad, para que surjan hombres y mujeres decididos a dedicarse plenamente al anuncio del evangelio, sin temor de demostrar al mundo la Verdad. Oremos.

Por los jóvenes, para que sientan la fortaleza del Señor y no tengan miedo a seguir a Jesús en su propia vocación con radical libertad y absoluta disponibilidad. Oremos.

Por todos nosotros: para que el Señor nos conceda la gracia de darnos y entregar nues-tra vida por el amor a todos, especialmente donde no lo conocen. Oremos.

Sacerdote:

Que la luz de tu verdad, Padre, nos haga avanzar por el camino de la conversión y nos ayude siempre a descubrir y a socorrer a nuestros hermanos más necesita-dos. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


Oración

Señor de la misión

Señor Jesús, Tú me llamaste por mi nombre y me enviaste a trabajar en tu viña. Hazme hermano universal, con corazón abierto a todo el mundo. Enséñame a estar contigo, para ser luego testigo entre los hermanos. Hazme capaz de transmitir la buena nueva del Reino. Hazme valiente frente a la dura realidad y capaz de cualquier esfuerzo por mejorarla. Hazme cada día más consciente de tu mandato misionero. Indícame dónde encontrar a mis hermanos y sugiéreme cómo llegar a su corazón. Enséñame la verdadera pobreza, la experiencia del corazón libre, la relatividad de los medios. Empápame de espíritu misionero, para que me deje llevar por tu Espíritu allá donde hay mayor urgencia del anuncio. Concédeme tu paz, indícame caminos de paz, para que pueda desearla, anunciarla y realizarla siempre. Mantenme unido a ti, inventor y señor de la misión, para que constantemente me entregue a hacer de la humanidad una familia de hermanos. Amén.

Misioneros de San Carlos Scalabrinianos


Jueves, día 17: Por las familias «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá… »

Monición de Entrada Un día más nos congregas en tu amor. Sabemos que nos pides generosidad y cari-

dad para con nuestros hermanos más necesitados. Intentamos atender a tu llamada y compartir los dones que recibimos de ti. En esta eucaristía queremos darte gracias por todas las familias. Te pedimos que su entrega no sea estéril, pues tu Hijo nos ha dicho: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis…, tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Por eso sabemos de corazón que escucharás nuestra oración por todos ellos y seguirás abriendo los corazones de tus hijos a la generosidad.

Preces

Sacerdote:

Unamos nuestro espíritu y nuestras voces para que la oración común llegue, con el grito del pobre, hasta el trono de Dios. Respondemos: Te rogamos, óyenos.

Monitor:

Por nuestras comunidades cristianas: para que sepamos amarnos mutuamente, testi-moniemos la salvación de Jesucristo y seamos una viva imagen de la Iglesia Univer-sal. Roguemos al Señor.

Por las familias: para que Dios Padre pague con amor y abundancia la generosidad de su entrega y escuche las peticiones que, ante sus necesidades, elevan al cielo. Ro-guemos al Señor.

Por los bienhechores y por todos los fieles que se acercan a nuestros ministerios: para que encuentren siempre en Jesucristo un ejemplo de servicio a los hermanos, y la felicidad que buscan y que sólo tú sabes darles. Roguemos al Señor.

Por los hogares cristianos: para que se sientan testigos del Evangelio y fomenten la vo-cación cristiana de sus hijos. Roguemos al Señor.

Por nuestros familiares y amigos que han sido llamados a la eternidad: para que reci-ban de Dios el don de la eterna bienaventuranza. Roguemos al Señor.

Por todos los aquí reunidos: para que seamos responsables de anunciar a Jesucristo y animemos a quienes deciden consagrarse al servicio del Evangelio. Roguemos al Se-ñor.

Sacerdote:

Oh padre, que cuidas de los débiles, dirige tu mirada misericordiosa sobre cuantos esperan tu ayuda y tu perdón para que, recuperando la esperanza por la muerte redentora de tu Hijo, elevemos a ti el canto de agradecimiento y de alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Oración

Señor, atiéndeme

«Ahora, Señor, comprendo la necesidad de volver a Ti; ábreme la puerta, porque estoy llamando; enséñame el camino para llegar hasta Ti. Sólo tengo voluntad; sé que lo caduco y transitorio debe dejarse para ir en pos de lo seguro y eterno. Esto hago, Padre, porque esto sólo sé y todavía no conozco el camino que lleva hasta Ti. Enséñamelo Tú, muéstramelo Tú, dame Tú la fuerza para el viaje. Si con la fe llegan a Ti los que Te buscan, no me niegues la fe; si con la virtud, dame la virtud; si con la ciencia, dame la ciencia. Aumenta en mí la fe, aumenta la esperanza, aumenta la caridad. ¡Oh cuán admirable y singular es tu bondad!».

San Agustín


Viernes, día 18: Por la fraternidad seglar «Escucha mi voz, estén tus oídos atentos… »

Monición de Entrada Unidos en una sola alma y un solo corazón hemos venido a poner nuestra ofrenda

ante tu altar, Señor, con la firme esperanza de que estarán tus oídos atentos a la voz de nuestras súplicas. Te ofrecemos hoy a las fraternidades seglares agustinas recoletas y a los laicos comprometidos; que sus voces suban como incienso ante tu presencia para que sigan dando testimonio de tu amor y tu verdad, siendo signos vivos de fraternidad agus-tiniana. Continúa suscitando en los corazones de tus fieles el deseo de seguirte con ma-yor firmeza y perfección en el amor fraterno.

Preces

Sacerdote:

Pidamos, hermanos, a Dios todopoderoso, que mire con bondad a su pueblo y escu-che la oración de quienes ha llamado al servicio de su Iglesia. Respondemos: Se-ñor, escucha mi voz.

Monitor:

Por la Santa Iglesia de Dios, necesitada de pastores: para que sea alimentada en las comunidades la vocación, como llamada permanente al servicio de los hombres. Oremos.

Por las comunidades cristianas del mundo: para que se sientan llenas de los dones divi-nos y gocen de la plenitud de la redención. Oremos.

Por las personas que trabajan en los diversos ministerios eclesiales: la catequesis, la enseñanza, la predicación, la atención a los pobres, a los enfermos; para que sean testigos cualificados de la fecundidad del Evangelio. Oremos.

Por las Fraternidades Seglares Agustino-Recoletas y los diversos grupos pastorales: para que desde su propio ámbito puedan hacer más fértil la particular llamada que han recibido de Dios en sus vidas y respondan alegremente ante las contrariedades del mundo. Oremos.

Por la humanidad, para que todos reconozcamos la dignidad de todas las personas y respetemos y promovamos su libertad. Oremos.

Por todos nosotros: para que, contemplando a Cristo, obediente al Padre, nos anime-mos en nuestro esfuerzo cuaresmal hacia una vida de mayor energía y plenitud. Oremos

Sacerdote:

Oh Dios, que restableces y amas la inocencia, dirige hacia ti el corazón de tus fie-les y escucha sus oraciones, para que cuantos mortifican su carne con la peni-tencia lleguen a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Oración

¿Me has llamado? Cada noche me pregunto si algún día oiré tu voz... ¿Cómo sabré que eres Tú? No sé si te presentarás como un amigo o si me llevarás contigo a otro lugar. Muchas veces intento poner atención y tratar de escucharte, pero el silencio lo llena todo y sólo oigo esa voz interna que me acompaña cada día. Sé que estoy en el mundo por algo y debo descubrir ese motivo. No es fácil, pero tengo toda una vida por delante. Trato de adivinar qué es lo que quieres de mí, de mi persona. ¿Qué puedo darte yo si tan sólo soy un adolescente que lucha por pequeños ideales? ¿Acaso eres Tú esa voz misteriosa? Se me hace difícil pensar en todo esto, pero no puedo evitar estar un poco asustado respecto a la vida y la muerte. Es como..., como si estuviera solo y perdido en el océano, sin una salida visible, sin un barco amigo. Sólo la esperanza permite que siga en pie, sólo la fe en otra vida me mantiene despierto. No puedo dejarme llevar por el pensamiento de una existencia limitada, mortal: un paseo y... todo se acabó, terminó, como si de un sueño se tratara. ¡No es posible! Me volvería loco creyendo esto. Estaré despierto para lo que quieras, pero siempre tendré la duda de si me llamaste y no oí tu voz.

Autor desconocido


Día 19: Por los agustinos recoletos «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»

Monición de Entrada Celebramos hoy la solemnidad de san José, protector de la Orden de Agustinos

Recoletos. Tengamos presentes a todos los religiosos y novicios agustino recoletos duran-te la celebración y pidámosle a Dios que los mantenga firmes en la fe, anunciando la fidelidad del Señor por todas las edades, viviendo con alegría el camino de su entrega. Oremos con sinceridad de corazón para que los siga alimentando con su Palabra y au-mente las vocaciones a la vida agustino-recoleta.

Preces

Sacerdote:

Oremos, hermanos, a Dios Padre Todopoderoso, en cuyas manos están los destinos del universo, y, por intercesión de San José esposo de María virgen y protector de los Agustinos Recoletos, pidámosle confiadamente que escuche nuestras ora-ciones.

Monitor:

Por la santa Iglesia de Dios, para que transmita con fidelidad el mensaje de Jesús. Ro-guemos al Señor.

Por la Orden de Agustinos Recoletos, que tiene como protector a san José: para que, siguiendo su ejemplo de entrega total y de sumisión a la voluntad del Padre, sepa responder con eficacia a las necesidades espirituales y materiales del rebaño que le ha sido encomendado. Roguemos al Señor.

Por las personas que, siguiendo una espiritualidad agustiniana, viven en la Orden su etapa de formación inicial: para que sepan discernir, como lo hizo San José, entre las cosas superficiales del mundo y la profundidad del amor que brinda Jesús, cuan-do la vida está asociada a Él. Roguemos al Señor.

Por todos los que sufren: para que Dios, consuelo de los afligidos y fuerza de los débi-les, socorra con bondad a cuantos le invocan desde el fondo de su corazón y a cuan-tos están tristes, sufren y luchan. Roguemos al Señor.

Por los jóvenes: para que Dios, por intercesión de San José, infunda en su corazón el deseo ardiente de trabajar por el reino de Dios siguiendo el camino de los consejos evangélicos. Roguemos al Señor.

Por nosotros, llamados por Jesús a vivir según el Evangelio: para que el Espíritu de Cris-to nos ilumine y nos impulse con la diversidad de sus dones. Roguemos al Señor.

Sacerdote:

Escucha, Padre Santo, a tu pueblo con amor y atiende las peticiones de los que ce-lebran hoy tus maravillas al conmemorar al esposo de la madre de tu Unigénito, Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amen.


Oración

En busca de Dios

“¡Te necesito, Señor!, porque sin Ti mi vida se seca. Quiero encontrarte en la oración, en tu presencia inconfundible, durante esos momentos en los que el silencio se sitúa de frente a mí, ante Ti. ¡Quiero buscarte! Quiero encontrarte dando vida a la naturaleza que Tú has creado; en la transparencia del horizonte lejano desde un cerro, y en la profundidad de un bosque que protege con sus hojas los latidos escondidos de todos sus inquilinos. ¡Necesito sentirte alrededor! Quiero encontrarte en tus sacramentos, En el reencuentro con tu perdón, en la escucha de tu palabra, en el misterio de tu cotidiana entrega radical. ¡Necesito sentirte dentro! Quiero encontrarte en el rostro de los hombres y mujeres, en la convivencia con mis hermanos; en la necesidad del pobre y en el amor de mis amigos; en la sonrisa de un niño y en el ruido de la muchedumbre. ¡Tengo que verte! Quiero encontrarte en la pobreza de mi ser, en las capacidades que me has dado, en los deseos y sentimientos que fluyen en mí, en mi trabajo y mi descanso y, un día, en la debilidad de mi vida, cuando me acerque a las puertas del encuentro cara a cara contigo”.

Pierre Teilhard de Chardin


Día 20: II Domingo de Cuaresma «Este es mi Hijo, el amado mi predilecto. Escuchadle»

Monición de entrada En este Segundo Domingo de Cuaresma nos reunimos para celebrar la eucaristía.

Dios nos invita una y otra vez a la conversión y esto lleva consigo bajar de la montaña, pisar tierra, intentar hacer feliz la vida de todos. Hoy es también el ultimo día de la se-mana vocacional. Ojalá seamos capaces de avivar nuestro seguimiento de Jesús y de promover que haya corazones generosos que decidan poner su vida al servicio del Evan-gelio en la Orden de Agustinos Recoletos. Sed bienvenidos.

Preces

Sacerdote:

Dios está presente en nuestra celebración. Después de escuchar nosotros las pala-bras de su Hijo, Él quiere escuchar nuestras peticiones.

Monitor:

Para que la luz y la dicha del evangelio lleguen a todos los hombres. Roguemos al Se-ñor.

Para que la Iglesia no deje de escuchar y predicar las palabras de Jesucristo. Roguemos al Señor.

Para que los responsables del gobierno de las naciones se esfuercen por una transfor-mación del mundo según los designios de Dios. Roguemos al Señor.

Para que los pobres y los que más sufren sean en verdad bienaventurados, y no les falte nuestra ayuda y compañía. Roguemos al Señor.

Para que todos nos esforcemos por compartir y combatir el sufrimiento y la pobreza de los demás. Roguemos al Señor.

Para que los Agustinos Recoletos vivan con fidelidad su consagración y anuncien con su vida el evangelio. Roguemos al Señor.

Para que el mensaje de Jesús interpele los corazones de los bautizados y suscite abun-dantes vocaciones en la Iglesia. Roguemos al Señor.

Para que nosotros mismos nos dejemos transformar en la imagen de Jesucristo y nos sintamos hijos amados de Dios. Roguemos al Señor.

Sacerdote:

Escúchanos, Señor, y concede a todos tus hijos los consuelos y las gracias que nece-sitan. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.


Oración

Oración por las vocaciones Señor, Dios nuestro, haz que el clamor de tu voz llegue a muchos. Que se levanten y vivan unidos a Ti Prepara sus corazones con tu palabra, de modo que se dispongan a evangelizar a los pobres y a cuidar de tu mies abundante Señor, que todos los llamados a la vida agustino recoleta escuchen tu voz y puedan cumplir tu voluntad. Amén

agosto numero 4

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