Acumulación por desposesión
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Acumulación por Desposesión: La Mina de Oro
Pueblo Viejo de Barrick y Goldcorp en la
República Dominicana
Cotuí. Sánchez Ramírez, República Dominicana
Abril 2012
El proyecto minero Pueblo Viejo de las compañías canadienses Barrick
y Goldcorp, cual se estima empezará a producir en julio del 2012, es considerado “la mayor inversión extranjera hecha en República
Dominicana (RD), de 3,500 millones de dólares.” (1)
Mientras los sectores financieros del país lo consideran una bendición económica, las poblaciones locales, ambientalistas, y grupos
progresistas, se oponen al proyecto industrial debido a los daños sociales que ya ha causado al igual que la posibilidad de desatar un
desastre ambiental irreversible en la isla caribeña de Española.
Durante el mes de abril, 2012, MiMundo.org documentó el impacto
que Pueblo Viejo ha tenido a nivel local y nacional. Utilizando Google
Earth, MiMundo.org preparó este mapa de la región identificando las comunidades afectadas, el área ocupada por el dique de colas El
Llagal, al igual que otros puntos de referencia que serán citados durante el fotorreportaje.
Nota: Los puntos cardinales en el mapa se localizan: Norte a Sur de
izquierda a derecha, y Oriente a Occidente de arriba abajo.
Pueblo Viejo: De Rosario Mining a Barrick-Goldcorp
“
La primera concesión comercial para la explotación de Pueblo Viejo la
obtuvo la New York and Honduras Rosario Mining Company en 1972.
Le permitía explotar a cielo abierto oro, plata, zinc y cobre de 752 hectáreas cercanas a la ciudad de Cotuí.” La subsidiaria local, Rosario
Dominicana S. A. explotó Pueblo Viejo de 1975 a 1999. “Se puede considerar que las operaciones de la Rosario Dominicana fueron
desastrosas en términos ambientales, sociales y financieros. Al menos cuatro ríos de la zona se contaminaron con DAM [Drenaje
Ácido Minero] y con descargas de las presas de colas, una de las cuales se desbordó en 1979 durante el huracán David, y más de 600
familias fueron desplazadas.” (2)
Foto: El proyecto Pueblo Viejo visto dirección noreste desde el Cerro del Chivo.
“Además, el interés de la empresa por hacer beneficios a corto plazo llevó a una falta de planificación estratégica, centrándose en la
extracción de la capa superior de los óxidos, que constituían solo una pequeña parte de las reservas minerales. Cuando los óxidos
superiores se agotaron, la compañía se vio sin la tecnología para
explotar el resto de los minerales, los sulfuros. Incapaz de hacer la inversión de capital y desfavorecida por el bajo precio de los metales
preciosos, la mina cerró permanentemente en 1999, dejando un desastre ambiental cuyo costo de reparación fue estimado entre 100
y 200 millones de dólares en 2001.” (3)
Foto: El tajo a cielo abierto, en su mayoría como lo dejó la Rosario
Dominicana. Vista norte desde el Cerro del Chivo.
Sin llevar a cabo ningún tipo de reparación ambiental, la compañía
canadiense Placer Dome es otorgada una nueva licencia para explotar Pueblo Viejo en 2003. Tres años más tarde, la minera más grande del
mundo, la canadiense Barrick Gold, adquiere a Placer Dome. Durante ese mismo año, en el 2006, la tercera compañía minera en el mundo,
y también canadiense, Goldcorp, adquiere el 40 por ciento de Pueblo Viejo. Barrick se mantiene como única operadora del proyecto a
través de su subsidiaria local Pueblo Viejo Dominicana Corporation (PVDC). “Al pasar a manos de la Barrick, el proyecto tomó un mayor
alcance y de una inversión de 336 millones de dólares prevista por Placer Dome pasó a una aproximada de 3.5 mil millones de dólares.”
(4)
Foto: Tanques para el proceso de Carbón en Lixiviación (CIL, en inglés) donde los metales son separados de la roca utilizando cianuro.
Vista al oriente desde el Cerro del Chivo.
Natalio Gálvez Santo, 17, de La Cerca, monta su caballo sobre el
Cerro del Chivo. Mirando al sur-sureste desde el Cerro del Chivo, el inmenso dique de colas El Llagal se encuentra casi completo
bordeado al norte por la carretera número 17.
Acechados: La comunidad de La Cerca
Por generaciones, las comunidades de La Cerca y Las Lagunas han
crecido al borde de la carretera número 17 que conecta Maimón y Cotuí. Hoy, las dos comunidades se encuentran sofocadas por el tajo
principal de Pueblo Viejo al norte, y por el dique de colas El Llagal al
sur.
Foto: Esta imagen es de sur a norte desde el punto denominado Vista 2 en el mapa. La sección oriental de La Cerca se ve claramente
debajo del tajo principal y el complejo industrial.
Una opuesta vista de norte a sur, mirando desde el Cerro del Chivo,
demuestra aún más la vulnerable posición de la sección oriental de la comunidad de La Cerca debido a su cercanía al dique de colas El
Llagal. “Ya en mayo de 2011 decenas de familias de comunidades aledañas y miles de trabajadores de PVDC tuvieron que ser
desalojados temporalmente ante el riesgo de colapso de la presa [El Llagal] debido a la cantidad récord de lluvias que registró el lugar. En
ese caso el riesgo era que el agua de la presa barriera poblados y
sembradíos, pero una vez la presa se llene con los relaves y efluentes de la mina, serían sustancias tóxicas las que estarían en riesgo de
desbordarse.” (5)
Los comunitarios de La Cerca temen seriamente perder sus
territorios, ya sea por un accidente industrial o por el acecho
territorial que ejerce la mina de Pueblo Viejo contra las comunidades colindantes con el proyecto.
Las comunidades locales, con casi 30 años de experiencias negativas y conflictivas en cuanto a los procesos extractivos debido al caso de
la Rosario Dominicana, están muy conscientes de que esta nueva
reactivación megaminera no les resolverá sus necesidades primordiales. “Después de 24 años de operación minera, 5.5 millones
de onzas (Moz) de oro y 24.4 Moz de plata producida, la pobreza y el
desempleo siguen siendo altos en las comunidades de los alrededores, muchas de las cuales carecen de agua potable, energía
eléctrica y sistemas de alcantarillado, y tienen bajos niveles de alfabetización.” (6)
Foto: Niño en el sector oriental de La Cerca.
Rosamaría Belén, residente de la sección oriental de La Cerca, carga
una cubeta con agua llenada en un pozo comunitario.
Residente del sector oriental de La Cerca recoge ropa seca de un
techo de lámina.
Vista desde un techo de la sección oriental de La Cerca y con el dique de colas El Llagal al fondo.
A pesar de las constantes explosiones, excavaciones y maquinaria en
uso, los residentes de La Cerca se niegan a vender sus territorios.
Juliana Guzman, referente comunitario en La Cerca, declara: “Mi familia ya fue desalojada una vez [durante la época de la Rosario
Dominicana], cuando yo era más joven. Aquella comunidad ya ni existe. Soy demasiado grande para volver a mudarme. Esta es mi
tierra, y aquí me quedaré.”
Antia Ferrera Lasala, de La Cerca, limpia arroz, el grano básico del país.
Las familias de Cotuí dependen principalmente de la producción de
cacao. Históricamente, los árboles de las comunidades aledañas a
Pueblo Viejo han sido altamente fértiles ya que producen mazorcas
de cacao todo el año.
Juan Toribio (izquierda) y Ludovino Fernández, residentes de La
Cerca y miembros de la Asociación de Productores de Cacao del Departamento de Sánchez Ramírez en Cotuí, reclaman que la
producción de cacao ha disminuido continuamente en los últimos
años por contaminación de la mina.
Ludovino Fernández levanta mazorcas de cacao podridas. Comunitarios de La Cerca aseguran que la cosecha de cacao se ha
reducido constantemente en los últimos años debido a la contaminación causada por excesos de polvo que crea el proyecto
Pueblo Viejo situado al otro lado del cerro.
Como suele ocurrir en comunidades colindantes a proyectos industriales mineros en todo el mundo, las constantes detonaciones,
perforaciones de túneles, e incesante tráfico pesado, causan fisuras y rajaduras en las estructuras comunitarias.
Una severa rajada divide el muro central de la pequeña casa de
Tomasina Dislagómez en la sección occidental de La Cerca.
La sede de la Asociación de Productores de Cacao de la Provincia Sánchez Ramírez, Cotuí, ha sufrido serios daños.
Conflictos Intra-comunitarios: Aldea Las Lagunas
Al igual que La Cerca, la comunidad de Las Lagunas se encuentra en las orillas de la carretera 17, sitiada por el complejo principal de
Pueblo Viejo al norte y el dique de colas El Llagal al sur. El nombre de
la comunidad, que se dividió de La Cerca hace unas décadas, proviene de su proximidad a los antiguos diques de colas, o lagunas
tóxicas, que dejó Rosario Dominicana.
Foto: Antiguos diques de colas de la Rosario Dominicana. Vista al Oriente desde el Cerro del Chivo.
Gonzalo Yepes Martínez, de Las Lagunas, y miembro de la Asociación de Productores de Cacao, se opone al proyecto minero ya que teme
por la salud de su familia y el bienestar económico y general de la región. Según Yepes Martínez, la docena de familias que viven en la
comunidad de Las Lagunas son todos familiares. Sin embargo, se han creado serios conflictos comunitarios, y por ende familiares, ya que
algunos trabajan para PVDC o se benefician mínimamente por comedores que han establecido para los trabajadores de la mina.
Debido a las dificultades, Yepes Martínez se ha trasladado a vivir en
Cotuí.
Una comunitaria de Las Lagunas cuelga ropa a orillas de la carretera.
La construcción de El Llagal se lleva a cabo tan solo a unos 200
metros por detrás de las casas. Muchas estructuras en Las Lagunas han sido dañadas, pero acceso a fotografiar es restringido.
Mentiras y Conflictos de Tierra: La Comunidad de El Nuevo Llagal
La construcción del dique del colas El Llagal requirió el
reasentamiento de cientos de familias que habitaban las antiguas comunidades de El Llagal, Fátima y Los Cacaos. La nueva comunidad,
una urbanización llamada El Nuevo Llagal, fue creada a 9 km de
distancia en las afueras de la ciudad de Maimón.
José Agustín Gálvez, Presidente del Comité de Vecinos del Nuevo Llagal, declara: “Hemos tenido serios problemas con la Barrick desde
que nos desalojaron en el 2008 de nuestras comunidades. Nos prometieron trabajos y tierra, incluso terrenos con árboles de cacao,
¡pero no han cumplido nada! Aquí parece más bonito, pero la realidad es que ahora no tenemos empleo ni tierra que trabajar. Estamos
desesperados. ¿Que podemos hacer para sobrevivir?”
Comunitarios del Nuevo Llagal también se encuentran sumamente disgustados ya que se vieron forzados a vender tus tareas (medida
equivalente a 628.86 metros cuadrados) al gobierno dominicano por
RD $8,600 (o US $200). Mientras este último le vendió los mismos terrenos a la Barrick por US $28,000. (7)
Genaro Aquino Correa, alcalde del Nuevo Llagal, comenta: “Nuestra lucha es clara: queremos que la compañía cumpla con sus promesas.
Queremos que nos pague lo que nos debe y que nos de tierra igual de buena que la que teníamos. Esa fue su promesa.”
Por medio de marchas y denuncias, la comunidad de El Nuevo Llagal
ha sido la que más ha levantado la voz contra Barrick, Goldcorp y PVDC. Debido a su resistencia, la comunidad ha sido blanco de
represión. Desde fines de abril, 2012, una brigada militar altamente armada ha ocupado el centro comunitario del Nuevo Llagal, lo que se
analiza como una clara intimidación que además limita que los
comunitarios se reúnan. (8)
Impacto Regional y Nacional de Pueblo Viejo
Quince kilómetros al norte de la mina, cerca del parque central de la
ciudad de Cotuí, un graffiti firmado por el Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO), lee: “No Barrick.”
Un claro argumento a nivel nacional contra el proyecto Pueblo Viejo
se basa en su proximidad a la colosal presa de Hatillo. Con un área de 22 km cuadrados, la presa es una de las más importantes fuentes
de agua dulce para el país. La presa es vital en la irrigación de los
extensos arrozales del Valle del Cibao, grano básico de consumo en el país, al igual que otros cultivos de consumo nacional y de
exportación.
El impresionante Río Yuna alimenta la Presa de Hatillo entre las ciudades de Maimón y Cotuí. Considerado el río más caudaloso de la
isla, el Yuna mide 120 km de largo y sale nuevamente de la presa de Hatillo hacia el fértil Valle del Cibao Oriental.
Un accidente industrial o derrame en el dique de colas El Llagal,
contaminaría rápidamente el Yuna, causando un desastre ambiental en gran parte del país imposible de controlar. (9)
“La compañía asegura que se rige por los más altos estándares de
seguridad, pero experiencias pasadas muestran que los fallos en presas de colas ocurren en países con mayor tradición de
organización, disciplina y monitoreo que República Dominicana, y en compañías mineras que también aseguran seguir las mejores
prácticas. Más aún, al menos un ingeniero dominicano ha dado declaraciones públicas de que la presa de El Llagal tiene graves fallas
técnicas.” (10)
Foto: Panorama del dique de colas El Llagal desde Vista 2.
Vendedores de fruta en Cotuí compran piñas provenientes de las
comunidades vecinas del proyecto Pueblo Viejo.
Domingo Abreu, director de la Asamblea Nacional Ambiental (ANA), da una charla en una escuela de Cotuí sobre los riesgos de la
industria minera a cielo abierto.
La diapositiva declara: “No al Cianuro, No al Suicidio.” A pesar de vivir en Santo Domingo, Abreu y colaboradores del ANA proveen
charlas constantemente en todo el país sobre los impactos de la
minería.
El conocido empresario Ignacio Joga llevó una campaña Presidencial
para los comicios de mayo 2012 bajo una consigna anti-minera: “El Pueblo Demanda: Fuera Barrick Gold!” A pesar de que su postulación
para Presidente con el Partido de los Dominicanos (PDD) fracasó, la plataforma anti-minera demuestra que el tema es uno que atrae
atención a nivel nacional.
Otro graffiti en Cotuí lee: “No Barrick Gold!”
Desposesión, Acumulación, y Resistencia
“Al centro de las actividades de la industria minera está la desposesión. Al igual que otras industrias en el sector de los recursos
naturales, las inversiones mineras en la mayoría de los casos simplemente no pueden proceder sin que una comunidad – a menudo
indígena – sea despojada de su tierra, sus recursos naturales y su forma de vida.” (11)
Foto: Pedro Ignacio Guzman, vecino de La Cerca, mira el dique de
colas El Llagal desde Vista 2.
“La minería de oro en particular suele tener mayor impacto ambiental
que cualquier otro tipo de minería, y las compañías mineras de oro
cargan con una penosa trayectoria de contaminación y destrucción de reservas naturales en sus operaciones alrededor del mundo.” (12)
Foto: Odalisi Toribio, 19, de La Cerca, con su bebé Marisol de 3
meses.
“Ya que solo un 11 por ciento del oro [a nivel mundial] se usa con
fines industriales, el resto siento utilizado para joyería o inversiones, la minería de oro puede considerarse como una actividad
innecesaria.” (13)
Foto: Apolinar Guzman (izquierda), productor de cacao de La Cerca,
desayuna en casa de su cuñada Mercedes Suárez Gálvez.
“Alrededor de 100 millones de personas han sido expulsadas de sus
tierras en los últimos cien años debido a proyectos mineros, a menudo recibiendo compensaciones mínimas o siendo sujetos de
violencia.” (14)
Foto: Flora Ovalle, residente en la sección oriental de La Cerca, recoge ropa frente a su casa.
“’Hacia un mejor equilibrio’, el reporte final de la Revisión de Industrias Extractivas (una evaluación independiente llevada a cabo
por el Banco Mundial en 2001) reconoció que, contrario a los argumentos del Banco Mundial, con frecuencia la inversión en el
sector minero ha constituido una mayor amenaza para los pobres y el medio ambiente, y ha estado asociada a violaciones de derechos
humanos y conflictos civiles.” (15)
Foto: Marcelino Gálvez Suárez, 17, se para frente a su casa en La
Cerca.
“El presente proyecto minero de Pueblo Viejo responde a las necesidades del capitalismo transnacional, encarnado en las
corporaciones multinacionales, y puede ser entendido como un
ejemplo de la permanente acumulación por desposesión, según lo entiende David Harvey, que caracteriza el desarrollo capitalista.” (16)
Foto: Casa en la sección oriental de La Cerca adornada con una bandera de la República Dominicana y parte del Llagal al fondo.
“Solo la lucha de las masas de pobres, trabajadores y pueblos
indígenas de América Latina detendrán las prácticas predatorias de las compañías mineras canadienses.” (34)
Foto: Pedro Ignacio Guzman (al centro con camisa roja) coordina la construcción de una nueva casa en la sección oriental de La Cerca. A
pesar del evidente acecho territorial por la compañía canadiense, los residentes de La Cerca continúan resistiendo el despojo al continuar
con sus vidas diarias, incluyendo la construcción de nuevas casas. “Esta es nuestra tierra, y aquí nos quedaremos” dice Guzman.
Juan Toribio Marte, 49, de La Cerca, ayuda trenzar el cabello de su hija Maribel. Toribio Marte trabajó para la sección de Renovación
Ambiental de PVDC del 2005 al 2011. “Después de trabajar varios años en la mina,” declara Toribio Marte, “vi que vale más luchar por
la comunidad que darles servicio a ellos que son extranjeros. No quiero que nada le pase a mi familia ni a los vecinos, que no sufran
enfermedades. Es un gran peligro lo que hacen ellos allá arriba.”
Ludovino Fernández, de La Cerca, declara: “Un hombre hambriento, desesperado, es una fiera. Aquí, la gente se va a levantar.”
Este fotorreportaje fue realizado con el apoyo de Mining Watch Canada, Protest
Barrick, y Derechos en Acción (Rights Action).
El colectivo Salva Tierra, la Asamblea Nacional Ambiental (ANA), y varios
estudiantes de laUASD en Cotuí, colaboraron con importante información y apoyo
logístico en el país.
English version click here.
1 Rodríguez Grullón, Virginia Antares. Tras el Oro de Pueblo Viejo: Del Colonialismo
al Neoliberalismo. Un análisis crítico del mayor proyecto minero dominicano.
Academia de Ciencias de República Dominicana, 2012. P. 15.
2 Ibid. P. 27.
3 Ibid. Pp. 27-8.
4 Ibid. P. 28.
5 Ibid. P. 38.
6 Ibid. P. 27.
7 Díaz, Wellington. “Campesinos de Cotuí vuelven a reclamar pago tierras donde
funciona Barrick.” Hoy. Diciembre 6, 2011.
http://www.hoy.com.do/el-pais/2011/12/6/404778/Campesinos-de-Cotui-vuelven-
a-reclamar-pago-tierras-donde-funciona-Barrick
8 http://www.accionverde.com/2012/04/24/militares-ocupan-local-comunal-en-el-
nuevo-llagal/http://www.accionverde.com/2012/04/24/militares-ocupan-local-
comunal-en-el-nuevo-llagal/
9 Op. Cit. Rodríguez Grullón. P. 10.
10 Ibid. Pp. 37-8.
11 Gordon, Todd, & Webber, Jeffrey. “Imperialism and Resistance: Canadian mining
companies in Latin America”. Third World Quarterly. Vol 29. 2008. Pp. 67-8.
12 Op. Cit. Rodríguez Grullón. P. 15.
13 Ibid. P. 16.
14 Madeley, John. Big Business, Poor Peoples: The Impact of Transnational
Corporations on the World's Poor. Zed Books; Londres. 1999.
15 Op. Cit. Rodríguez Grullón. P. 21.
16 Ibid. P. 16.
17 Op. Cit. Gordon & Webber. P. 64.