Actividad 1 practica1 barrios cristian

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“AGUSTÍN: NUESTRO AMIGO” El amor es aquello que más necesita el hombre. Cualquier persona, sea quien sea, de la condición que sea, necesita recibir estos de cariño, una palabra agradable, una sonrisa, una palabra de aliento... y de apoyo. Sin amor, nadie es capaz de vivir feliz. Sin amor, todo e vuelve oscuro, difícil y problemático. Con razón decía San Agustín que amar y ser amado era lo que más deseaba en este mundo. Por ese motivo, ninguna enfermedad hay más grave que la de no sentirse querido, lo primero que debemos a cada persona es amor y cariño, incluso a los que no nos caen bien... El amor debe estar presente en todos los acontecimientos de nuestra ida y debe ser la raíz de todas nuestras motivaciones. Como bien decía San Agustín: «Si haces la paz, hazla por amor. Si te lamentas, laméntate por amar. Si corriges, corrige por amor... Procura que el amor eche raíces en tu alma. De esa raíz solo puede nacer el bien.» ( San Agustín, comentario al evangelio de San Juan. 7,8) Examínate por dentro, no por fuera. Dios mira al corazón de cada persona. Mira tú también al tuyo y júzgate; juzga si la raíz de tus obras es el amor, porque eso es lo único que les da valor ante los ojos de Dios. BIOGRAFÍA DE SAN AGUSTÍN I.- Primeros años 13 de noviembre del año 354. Aurelio Agustín nace en Tagaste. Este pequeño pueblo está situado al Norte de Africa y hoy se le conoce por Souk-Ahras. Patricio, su padre, desea que comience a estudiar cuanto antes. A su sufrida madre, Mónica, sin embargo, le interesa que conozca la fe cristiana. II.- Agustín Estudiante Hasta los once años Agustín permanece en Tagaste y asiste a la escuela del pueblo. El escaso interés que demuestra por ir a la escuela y el temor al castigo se entrelazan con su forma de ser alegre. En estos años todos le consideran un niño revoltoso y travieso. -"No voy a ser menos que mis amigos"- piensa Agustín. Su padre emplea su dinero de pequeño propietario para que se traslade a Madaura, ciudad situada a unos 28 km. y complete allí sus estudios. En esta ciudad el estudio le resulta un poco más tolerable. Eso sí, aborrece el griego, pero lee a escritores latinos como Cicerón. Sus problemas comienzan a los 15 años. Ha terminado la segunda etapa de estudios en Madaura y regresa a Tagaste. Patricio y Mónica desean que siga estudiando y con sus ahorros y la ayuda de un amigo rico del pueblo le envían a Cartago a terminar su preparación. Algo más alejado de sus padres -196 km.- Agustín comienza a vivir y disfrutar. Sus preocupaciones son el teatro, los baños y el sexo. Al cumplir los 17 años ya comparte su vida con una chica de su edad. Fruto de estas relaciones será su hijo Adeodato. No obstante, él espera colocarse pronto como profesor para estabilizar estas relaciones. Pero este mismo año, 371, muere su padre. Ante este acontecimiento el muchacho apasionado comienza a ser consciente del gran sacrificio que han realizado sus padres para que él se construya un futuro. Muchos empiezan a considerarle "un joven prodigio". Lo cierto es que su manera de ser y sus lecturas le van configurando como una persona inteligente e inquieta. También entra a formar parte de una secta: los Maniqueos. III.- Agustín Profesor Agustín regresa a su pueblo como profesor de Gramática a los 19 años. Es un buen profesor y también un excelente Maniqueo. Tagaste le queda pequeño y cuando muere un amigo suyo se marcha de nuevo a Cartago a enseñar Retórica, ya que no puede soportar la pena de su ausencia. Le acompañan algunos de sus alumnos de Tagaste. En estos años sigue leyendo mucho. También escribe poesía y en varios certámenes consigue algunos premios. Aunque solo tiene 26 años, publica su primer libro. El año 383 Agustín decide ir a Roma. Busca alumnos más formales y también desea ganar más dinero. Pero, sobre todo, su aspiración es triunfar en la Capital del Imperio. Allí consigue abrir una escuela. Pero, al año siguiente marcha a Milán. Ha ganado por oposición y con alguna influencia de los Maniqueos, la cátedra de Retórica de esta ciudad. Mónica, su madre, va con él. Desea que su hijo se convierta al cristianismo. IV.- Agustín Amigo En Milán el "profesor africano" comienza a visitar asiduamente la Catedral atraído por la fama del Obispo Ambrosio que es un gran orador. Pero las palabras de Ambrosio día tras día van resquebrajando su inquietud constante en busca de la verdad. Por éste y otros factores, se encuentra en esta disposición cuando se entrevista con Simpliciano, Ponticiano y otros cristianos que han dejado todo por seguir a Dios. Y será una meditación constante, la paz de un jardín y unas palabras de la Biblia ("No en comilonas ni en borracheras... sino revestíos de Nuestro Señor Jesucristo" Rom 13, 13) quienes le den otro empujón, y éste ya definitivo para convertirse en un hombre nuevo. "Brilló en mí como una luz de serenidad", escribirá en sus Confesiones. Tiene 32 años. Su ideal va a ser a partir de ahora conocer a Dios para amarle. Continúa dando clases pero ya ha decidido abandonar la enseñanza. Y así lo hará al finalizar el curso. Inmediatamente se retira con sus amigos a una finca que les han dejado en Casiciaco. Y en este lugar de descanso reflexiona, escribe y comparte con sus amigos la preparación para el bautismo. Todos conviven como si fueran una sola persona que está orientando sus pasos hacia Dios. Al llegar la Pascua de este mismo año, 387, Agustín recibe el bautismo de manos de Ambrosio. V.- Agustín Monje Muy pronto Agustín siente deseos de volver a su patria. Embarca. Pero incluso la espera en el puerto de Ostia, cerca de Roma, se le hace insufrible. Además, su madre -la mujer de su conversión- muere allí. Ahogado por el dolor se dirige a Roma y se dedica a visitar monasterios de monjes ya que él mismo tiene decidido fundar alguno. Por fin llega a Tagaste. Lo primero que hace es repartir su herencia entre los necesitados y funda un monasterio donde va a convivir con los amigos que le han acompañado. Ahora su único plan de vida es la oración y la convivencia con los monjes. Sin embargo pronto pasará a ser el consejero de todo el pueblo. Recibirá cartas de Italia, España, Africa,... Todos desean recibir su consejo. Este mismo año, 388, sufre la muerte de su hijo que vivía con él. VI.- Agustín Obispo Pasan tres años. Agustín realiza un viaje a Hipona con intención de visitar a un amigo y traerlo a su monasterio. Pero es él quien se queda allí ante la petición de Valerio -el obispo- y la gente del pueblo. Desde este momento su actividad cambia. Comienza a predicar y administrar sacramentos. Incluso dedica un tiempo a la preparación y adaptación de sus conocimientos a estas nuevas tareas. Pero necesita monjes amigos junto a sí y decide fundar otro monasterio en un jardín que le deja el obispo. Valerio le consagra obispo auxiliar por temor a que se lo lleven a otro lugar y Agustín comienza a llamarse "de Hipona". Un año después será obispo de la ciudad a los 42 años. VII.- Agustín Fundador Ahora tiene que desempeñar todo tipo de trabajos: juez, limosnero, consejero,... Pero su actividad como fundador de nuevas comunidades no decrece. Ve con alegría cómo a sus mejores monjes, Alipio, Evodio, Posidio y Bonifacio se llevan obispos a otras ciudades africanas. Viaja, lee, escribe. Hacia el año 398 aparecen "Las Confesiones", dos años después comienza el "Tratado sobre la Trinidad", en el 413 inicia la "Ciudad de Dios. Se enfrenta también en una polémica seria con Donato y los donatistas defendiendo que Cristo es el autor de los Sacramentos y no depende su eficacia de la santidad del sacerdote que los administra. Así ocupa 35 años de su vida. VIII.- Agustín Santo Pero a los 76 años, cuando Genserico cerca Hipona, Agustín deja sus libros y sus discusiones en favor de la fe para retirarse a la Paz de Dios. Es el 28 de agosto del año 430. Agustín, rodeado de amigos, entrega su vida a su mejor Amigo: Dios.

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“AGUSTÍN: NUESTRO AMIGO” El amor es aquello que más necesita el hombre. Cualquier persona, sea quien sea, de la condición que sea, necesita recibir estos de cariño, una palabra agradable, una sonrisa, una palabra de aliento... y de apoyo. Sin amor, nadie es capaz de vivir feliz. Sin amor, todo e vuelve oscuro, difícil y problemático. Con razón decía San Agustín que amar y ser amado era lo que más deseaba en este mundo. Por ese motivo, ninguna enfermedad hay más grave que la de no sentirse querido, lo primero que debemos a cada persona es amor y cariño, incluso a los que no nos caen bien... El amor debe estar presente en todos los acontecimientos de nuestra ida y debe ser la raíz de todas nuestras motivaciones. Como bien decía San Agustín: «Si haces la paz, hazla por amor. Si te lamentas, laméntate por amar. Si corriges, corrige por amor... Procura que el amor eche raíces en tu alma. De esa raíz solo puede nacer el bien.» ( San Agustín, comentario al evangelio de San Juan. 7,8) Examínate por dentro, no por fuera. Dios mira al corazón de cada persona. Mira tú también al tuyo y júzgate; juzga si la raíz de tus obras es el amor, porque eso es lo único que les da valor ante los ojos de Dios. BIOGRAFÍA DE SAN AGUSTÍN I.- Primeros años 13 de noviembre del año 354. Aurelio Agustín nace en Tagaste. Este pequeño pueblo está situado al Norte de Africa y hoy se le conoce por Souk-Ahras. Patricio, su padre, desea que comience a estudiar cuanto antes. A su sufrida madre, Mónica, sin embargo, le interesa que conozca la fe cristiana. II.- Agustín Estudiante Hasta los once años Agustín permanece en Tagaste y asiste a la escuela del pueblo. El escaso interés que demuestra por ir a la escuela y el temor al castigo se entrelazan con su forma de ser alegre. En estos años todos le consideran un niño revoltoso y travieso. -"No voy a ser menos que mis amigos"- piensa Agustín. Su padre emplea su dinero de pequeño propietario para que se traslade a Madaura, ciudad situada a unos 28 km. y complete allí sus estudios. En esta ciudad el estudio le resulta un poco más tolerable. Eso sí, aborrece el griego, pero lee a escritores latinos como Cicerón. Sus problemas comienzan a los 15 años. Ha terminado la segunda etapa de estudios en Madaura y regresa a Tagaste. Patricio y Mónica desean que siga estudiando y con sus ahorros y la ayuda de un amigo rico del pueblo le envían a Cartago a terminar su preparación. Algo más alejado de sus padres -196 km.- Agustín comienza a vivir y disfrutar. Sus preocupaciones son el teatro, los baños y el sexo. Al cumplir los 17 años ya comparte su vida con una chica de su edad. Fruto de estas relaciones será su hijo Adeodato. No obstante, él espera colocarse pronto como profesor para estabilizar estas relaciones. Pero este mismo año, 371, muere su padre. Ante este acontecimiento el muchacho apasionado comienza a ser consciente del gran sacrificio que han realizado sus padres para que él se construya un futuro. Muchos empiezan a considerarle "un joven prodigio". Lo cierto es que su manera de ser y sus lecturas le van configurando como una persona inteligente e inquieta. También entra a formar parte de una secta: los Maniqueos. III.- Agustín Profesor Agustín regresa a su pueblo como profesor de Gramática a los 19 años. Es un buen profesor y también un excelente Maniqueo. Tagaste le queda pequeño y cuando muere un amigo suyo se marcha de nuevo a Cartago a enseñar Retórica, ya que no puede soportar la pena de su ausencia. Le acompañan algunos de sus alumnos de Tagaste. En estos años sigue leyendo mucho. También escribe poesía y en varios certámenes consigue algunos premios. Aunque solo tiene 26 años, publica su primer libro. El año 383 Agustín decide ir a Roma. Busca alumnos más formales y también desea ganar más dinero. Pero, sobre todo, su aspiración es triunfar en la Capital del Imperio. Allí consigue abrir una escuela. Pero, al año siguiente marcha a Milán. Ha ganado por oposición y con alguna influencia de los Maniqueos, la cátedra de Retórica de esta ciudad. Mónica, su madre, va con él. Desea que su hijo se convierta al cristianismo.

IV.- Agustín Amigo En Milán el "profesor africano" comienza a visitar asiduamente la Catedral atraído por la fama del Obispo Ambrosio que es un gran orador. Pero las palabras de Ambrosio día tras día van resquebrajando su inquietud constante en busca de la verdad. Por éste y otros factores, se encuentra en esta disposición cuando se entrevista con Simpliciano, Ponticiano y otros cristianos que han dejado todo por seguir a Dios. Y será una meditación constante, la paz de un jardín y unas palabras de la Biblia ("No en comilonas ni en borracheras... sino revestíos de Nuestro Señor Jesucristo" Rom 13, 13) quienes le den otro empujón, y éste ya definitivo para convertirse en un hombre nuevo. "Brilló en mí como una luz de serenidad", escribirá en sus Confesiones. Tiene 32 años. Su ideal va a ser a partir de ahora conocer a Dios para amarle. Continúa dando clases pero ya ha decidido abandonar la enseñanza. Y así lo hará al finalizar el curso. Inmediatamente se retira con sus amigos a una finca que les han dejado en Casiciaco. Y en este lugar de descanso reflexiona, escribe y comparte con sus amigos la preparación para el bautismo. Todos conviven como si fueran una sola persona que está orientando sus pasos hacia Dios. Al llegar la Pascua de este mismo año, 387, Agustín recibe el bautismo de manos de Ambrosio. V.- Agustín Monje Muy pronto Agustín siente deseos de volver a su patria. Embarca. Pero incluso la espera en el puerto de Ostia, cerca de Roma, se le hace insufrible. Además, su madre -la mujer de su conversión- muere allí. Ahogado por el dolor se dirige a Roma y se dedica a visitar monasterios de monjes ya que él mismo tiene decidido fundar alguno. Por fin llega a Tagaste. Lo primero que hace es repartir su herencia entre los necesitados y funda un monasterio donde va a convivir con los amigos que le han acompañado. Ahora su único plan de vida es la oración y la convivencia con los monjes. Sin embargo pronto pasará a ser el consejero de todo el pueblo. Recibirá cartas de Italia, España, Africa,... Todos desean recibir su consejo. Este mismo año, 388, sufre la muerte de su hijo que vivía con él. VI.- Agustín Obispo Pasan tres años. Agustín realiza un viaje a Hipona con intención de visitar a un amigo y traerlo a su monasterio. Pero es él quien se queda allí ante la petición de Valerio -el obispo- y la gente del pueblo. Desde este momento su actividad cambia. Comienza a predicar y administrar sacramentos. Incluso dedica un tiempo a la preparación y adaptación de sus conocimientos a estas nuevas tareas. Pero necesita monjes amigos junto a sí y decide fundar otro monasterio en un jardín que le deja el obispo. Valerio le consagra obispo auxiliar por temor a que se lo lleven a otro lugar y Agustín comienza a llamarse "de Hipona". Un año después será obispo de la ciudad a los 42 años. VII.- Agustín Fundador Ahora tiene que desempeñar todo tipo de trabajos: juez, limosnero, consejero,... Pero su actividad como fundador de nuevas comunidades no decrece. Ve con alegría cómo a sus mejores monjes, Alipio, Evodio, Posidio y Bonifacio se llevan obispos a otras ciudades africanas. Viaja, lee, escribe. Hacia el año 398 aparecen "Las Confesiones", dos años después comienza el "Tratado sobre la Trinidad", en el 413 inicia la "Ciudad de Dios. Se enfrenta también en una polémica seria con Donato y los donatistas defendiendo que Cristo es el autor de los Sacramentos y no depende su eficacia de la santidad del sacerdote que los administra. Así ocupa 35 años de su vida. VIII.- Agustín Santo Pero a los 76 años, cuando Genserico cerca Hipona, Agustín deja sus libros y sus discusiones en favor de la fe para retirarse a la Paz de Dios. Es el 28 de agosto del año 430. Agustín, rodeado de amigos, entrega su vida a su mejor Amigo: Dios.

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ESPIRITUALIDAD AGUSTINIANA

Volver al interior, volver al corazón, entrar dentro de si mismo ...

llamado constante de Agostino

para que seas verdaderamente humano, para no empobrecerte, ni engañarte y de ese modo poder encontrar la verdad que da sentido a tu vida.

QUÉ ES LA INTERIORIDAD?

Un camino, proceso de conversión

una auténtica experiencia de nosotros mismos Búsqueda de la verdad

Entrar en las profundidades de nuestro corazón nos permite vivir con:

AUTENTICIDAD

Ser consciente de quiénes somos

donde nos encontramos hacia donde quiero encaminar mi vida

SENTIDO DE LA VIDA

Madurez en las propias opciones Ser más críticos ante las propuestas de la sociedad

Ver la propia vida con los ojos de Dios

APERTURA

Crecer en la humildad, en la aceptación del otro Impide que nos encerremos en nosotros mismos

Crea disponibilidad para salir de nosotros mismos

La interioridad es necesaria para ser auténticos, actuar libremente y no vivr vacios ni ser manipulados

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La vida comunitaria es el aspecto que caracteriza la espiritualidad agustiniana

Su pilar fundamental. El modelo

La primitiva comunidad de Jerusalén de los Hechos de los Apóstoles 4,32 Todos formaban una sola alma y um solo corazón Todo era común entre ellos

y se les daba a cada uno según sus necesidades COMUNIÓN DE BIENES

EN QUÉ CONSISTE LA VIDA COMUNITARIA AGUSTINIANA? Prática del mandamiento del amor a Dios y al prójimo

Cultivo de relaciones interpesonales

Poner en común la fe, la esperanza, los afectos, los ideales, los sentimientos, los pensamientos, las actividades, las responsabilidades, las limitaciones, las fallas, los pecados, etc.

ESTA PROPOSTA DE VIDA SUPONE:

Estar abiertos a los otros Sentido de pertenencia

Aceptación Confianza y apoyo

Sensibilidad y preocupación por el Otro

PARA CONSTRUIR LA COMUNIDAD ES NECESARIO:

El diálogo - comunicación: vivir juntos significa conversar juntos El amor /caridad. Desde el momento em que comienzas a amar, Dios vive em vos.

Humildad que supera todo egoísmo y nos abre a los demás La amistad

AMOR POR LA IGLESIA

Agustín descubrirá progresivamente y aceptará generosamente el compromisso por el servicio a la Iglesia

No se puede anteponer los propios intereseres o la simple tranquilidad personal a las necesidades de la Iglesia

DISPONIBILIDAD PARA El SERVICIO Siguiendo las huellas de Agustín, la Comunidad Agustiniana

Sirve a la Iglesia como señal de unidad.

Sirve mostrando uma particular devoción y fidelidad a los Sumos Pontífices y dedicándose con esmero al cultivo de las artes y

ciencias humanas.

Sirve con zelo según las urgencias de la Iglesia local y universal.

El religioso Agustino, como también la propia comunidad agustiniana, es, según el modelo de Agustín, um hijo ejemplar de la Iglecia, y por eso, debe ''sentir'' com la Iglesia y estar dispuesto para socorrerla em sus necesidades como a una madre (cf. Comentário Salmos

132). Qué hacen, específicamente, los agustinos?

Entre las Ordenes religiosas algunas se dedican a la misión o a la educación, etc. A qué se dedican los Agustinos? Los agustinos, como todas las Ordenes de Fraternidad Apostólica, no tienen una actividad específica y única.

No es una actividad la que nos caracteriza, sino un estilo de vida. Todo y cualquier apostolado es consonante con los Agustinos, desde que sea realizado agustinianamente, esto es, desde que respete los

valores fundamentales de la vida agustiniana, (interioridad, comunidad según el estilo de Agustín).

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DECÁLOGO DEL MONITOR CRISTIANO-AGUSTINIANO

1) Ten confianza pues es el Señor quien te dice: No temas que yo te he elegido, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío. Si pasas por aguas profundas yo estoy contigo, si cruzas grandes ríos no te anegarán. Si pasas por el fuego no te quemarás, ni las llamas te consumirán. Porque yo soy tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. Eres precioso a mis ojos, eres estimado, yo te amo. No temas que yo estoy contigo. (Is. 43, 1-5) Medita detenidamente estas palabras. Grábalas en tu corazón. Tú no eres uno más para Dios. Eres tú... El Señor ha venido a tu orilla, sonriendo; y mirándote a los ojos ha dicho tu nombre. El es quien sale a tu encuentro, establece un "pacto" de amistad contigo para enseñarte a amar, a ser radicalmente solidario con todos los hombres y, sobre todo, con los más necesitados, con los más pobres de la tierra. 2) Carga con tu cruz. La cruz que hay en tu vida... La cruz de los demás. El camino que abre la tarea de educar exige solidaridad radical contigo mismo y con los hermanos. Piensa que no podrás formar a los demás si no buscas respuestas adecuadas a tus heridas y las heridas de tus hermanos. 3) Conócete. Acepta con paz tus limitaciones y confía. Deja a un lado tus temores, tus miedos, tus desconfianzas e inseguridades... "Descalza tu vida" de todo lo que sea egoísmo. Deja tus mediocridades, tu deseo de comodidad, tu preocupación por no complicarte excesivamente la vida. "Descalza tu vida" y ten un corazón simple como un niño, grande y fuerte como de madre, un corazón que acoge y que a todos se entrega. "Descalza tu vida". El camino de la educación exige purificación constante. Que puedas mirarlo todo con ojos limpios. Sólo con ellos verás a Dios y el verdadero rostro de los hermanos. Busca y ama la sencillez, la simplicidad y la transparencia. Renuncia a las dobles intenciones, a la doble vida. Aprende a mirar a los ojos, "cara a cara". "Descalza tu vida" para poder ser sensible. Aprende a vivir desde los pequeños detalles. Sensibilidad para descubrir las pequeñas manifestaciones de amor, de generosidad, de libertad... pero, también de egoísmo, de dolor, de esclavitud... Aprende a traducir los pequeños detalles en llamadas al compromiso y a la entrega. 4) Libera tu vida de todo lo que sea desamor, crítica destructiva, discordia, división... vive la verdad del amor y nunca pongas limite a tu entrega. La vocación de educador exige "alma de pobre" para reconocer en todos al hermano que necesita ser amado. Capacidad constante de perdón, búsqueda constante de justicia, verdad y paz. 5) Vive reconciliado. Busca la paz interior. Haz oración. Recuerda siempre que el Señor camina contigo. El es tu fuerza, el motivo de tu confianza. Detrás de cada problema, de cada diálogo, de cada dificultad propia o ajena, encontrarás, si te paras a mirar, el rostro atento de Jesús que te dice: "No temas, soy yo, estoy contigo". Sé exigente contigo mismo pero también debes aprender a perdonarte, aceptar tu cansancio y tus caídas. Es importante que vivas siempre reconciliado contigo mismo. Y vive la reconciliación con los demás. Que todos puedan encontrar en ti la mano amiga que hace más llevadero el camino de la vida. Que tus palabras sean siempre de aliento y de amistad. Renuncia a las palabras duras e hirientes. No juzgues, no midas, nunca dejes a nadie por imposible, nunca creas que conoces demasiado a las personas que Dios pone en tus manos. No podrás mirar a Dios si no puedes mirar con amor a tus hermanos. No podrás escuchar a Dios, si no los escuchas a ellos. No podrás vivir en comunión con Dios si no estás en comunión con todos

6) Ama la naturaleza. El sol, el aire, los árboles, la tierra... Son obras del Señor. Descubre su mano y su presencia en la creación. Vive reconciliado con la tierra y así encontrarás en ella un motivo para alabar al Creador en todas sus criaturas. El amor a la naturaleza te llevará a vivir en la sencillez y en la simplicidad de un espíritu abierto, amplio y acogedor. Ama también el expresivo silencio de la naturaleza, aprende su belleza y recrea en tu vida su serenidad para que puedas renovar constantemente tu diálogo con Dios y con los hermanos. 7) No vivas ni distraído, ni disperso. Ten los ojos siempre abiertos para descubrir en tu vida la presencia de Dios y de los hermanos. Vive atento para descubrir los pasos del Señor en tu historia personal. El está presente en todo, sale a tu encuentro constantemente. El siempre está. Procura que tu vida no esté invadida por el desasosiego y las prisas. No dejes que las preocupaciones arraiguen en ti y lleguen a angustiarte. Que la confianza en Dios, que todo lo puede, te dé siempre paz. 8) Que tu corazón sea hospitalario Recuerda constantemente aquellas palabras del Evangelio de Juan: "Amaos mutuamente porque el amor viene de Dios y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios." (1 Jn 4, 7). Abre tu vida a todos, sé fuente de gracia, generosidad, amor y entrega. Y permite que los demás se abran a ti, Que te sientan compañero de camino, dispuesto siempre a la confidencia, a la escucha serena. a la palabra tranquila. Que tu vida sea remanso de Paz. 9) Y abre tu vida a Jesús de Nazaret, el Cristo. El es el camino, la verdad y la vida. El te enseñará el camino que debes ofrecer a aquellos que El te entrega. El te enseñará la verdad que debes mostrar a aquellos que El te invita a cuidar. El te enseñará la vida que debes regalar a aquellos que El te permite recrear. El es el único maestro, el único educador. Déjate enseñar. Asimila su pedagogía: su hablar, su mirar, su escuchar, su responder, su ser y su estar. Que su sabiduría guíe siempre tus pasos, tus decisiones, tus palabras, tu quehacer. Aprende de María que supo "guardar sus palabras en su corazón" y acompañarle en su vida hasta la "hora" final. Así serás siempre fuente de vida verdadera para todos aquellos que El te permite educar.

10) Deja que Dios penetre todos los rincones de tu vida. Permite que su luz y su presencia invadan tu vida. Esfuérzate por hacer las cosas bien, por poner atención en todo, por vivir todo el día con esperanza y descubrirás una oración pura, simple, integrada en la vida y con fuerza para integrar los diversos quehaceres diarios. Para que esta oración pueda llegar a los demás no es necesario que hables de ella. Ya se descubrirá en tu alegría comunicativa. En tu cordialidad. En tu buen humor. La oración que nace de la vida abre las puertas a la oración de "escucha atenta" de la voluntad de Dios. Busca, por ello, una fidelidad constante, creciente y plena de amor. No permitas que las pequeñas infidelidades de tu vida difuminen tu sincero deseo de vida plena de sentido y de donación.

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“CONSEJOS PARA EN ANIMADOR CRISTIANO AGUSTINIANO” - 1º Animará la conversación, pero no será protagonista ni centro. Respeta a las personas y consigue que participen. 2º Trata de unir, buscando los puntos comunes. Acepta las diferencias de opinión, pero concilia siempre a las personas. 3º Crea un tono general de buen humor y de optimismo, para que todos estén a gusto y hablen con naturalidad. 4º Consigue que le acepten por su bondad y por sus razones, pero nunca por sus imposiciones o autoritarismo. 5º Evita dar lecciones desde un plano superior. Será el más sencillo de todos y no herirá a nadie. 6º Da igual trato a todos y valora en justicia los aciertos de cada uno, pero sobre todo los de los más retraídos. 7º Mantiene el diálogo en un clima de espontaneidad y libertad, pero dentro del tema propio y según los objetivos de la reunión. Vela por la puntualidad. 8º Si aparecen tensiones, procura suavizarlas y que no dejen huella. Y cuando alguien obstaculiza el diálogo, habla con él a solas, si es preciso. 9º Ordena las intervenciones, haciendo conversación común y procurando que se avance en las ideas hasta acabar el tema propuesto. 10 Opina como los demás, pero no habla demasiado, recuerda que el mayor animador es quien mejor disimula que es tal y, sin embargo, el grupo marcha y está satisfecho. NORMAS Y CONSEJOS PARA EL GRUPO QUE DIALOGA 1º Respetar las diferencias y opiniones de cada uno, sin reírse de nadie ni comentar por lo bajo. 2º Proceder con buena educación: ponderar aciertos, reconocer errores propios, agradecer atenciones… 3º Aceptarse todos y querer a cada uno como es, con sus defectos y cualidades. Todos tenemos algo bueno y a todos nos unen muchas cosas comunes. 4º Olvidarse en la reunión de las famas, los prejuicios. Todos merecemos confianza. 5º Animar y arropar a todos, y más todavía a los que encuentran alguna dificultad en expresarse. Pero no coaccionarles. 6º Saber escucharse. Cuando alguien habla, pensar en lo que dice, y no en cómo se le puede contradecir. 7º Evitar la violencia verbal. No acaparar la conversación, ni hablar a gritos, ni todos a la vez, ni en tono de mandón. 8º Colaborar a la alegría común. No desanimarse ni ser pesimistas si no van bien las cosas del grupo. Darse siempre nuevos ánimos. 9º No airear ni pisar la intimidad de nadie. Ser discretos y prudentes en el grupo y fuera de él. No hablar mal de los ausentes. 10 Pensar que la verdad está muy repartida entre todos. Estas más dispuestos a aprender que a enseñar. No hacerse el listo. Es más importante la sencillez y bondad que el saber.