ACERO · en diálogo con la arquitectura, ... Silencio (2012) • Acero patinado y acero inoxidable...

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ACERO

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ACERO

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Santiago, Chile

Octubre 2012

MUESTRA ESCULTÓRICA EN ACERO

DE ARTISTAS CHILENOS

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MUESTRA ESCULTÓRICA EN ACERO

DE ARTISTAS CHILENOS

Santiago, Chile

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Hoy nos congregamos en torno al acero en su forma más pura: la artística, en este país de esbelta figura geográfica que es Chile, flanqueado al oeste por el profundo Océano

Pacífico y atravesado por la Cordillera de los Andes.

Chile, largo y estrecho, se estira entre el desierto y los hielos, pasando por valles y ríos, quebradas, lagos, bosques, islas, ventiscas y canales, extendiéndose hasta La Patagonia, el último trozo de tierra en el que termina el Continente, en la región más austral de América; dichas características lo convierten en una obra de arte en sí mismo.

Y de este paisaje multifacético y variado, que asombra a propios y extraños, han surgido importantes artistas que se han aventurado a crear utilizando como materia prima el acero, al que han seleccionado por su alta resistencia, su elasticidad, soldabilidad, ductilidad y porque se puede perforar, cortar y aún así, seguir manteniendo su eficacia.

Poco a poco los escultores han ido descubriendo las virtudes del acero, haciendo aleaciones especiales con cromo, níquel y aluminio para convertirlo en inoxidable, con el fin de dotar a sus obras de un mayor margen de duración. Los resultados han sido espectaculares.

En Fundación Villacero nos sentimos muy satisfechos de esta edición número 53 de nuestro ya tradicional congreso, porque es distinta: casi todas las obras que la integran, han sido creadas por mujeres, cuya sensibilidad y manera particular de mirar al mundo, se proyecta en cada una de ellas. Pareciera que la mujer, diseñada para concebir, abraza el arte de manera distinta, transformándolo en piezas únicas que transmiten y despiertan en el espectador, una emoción perturbadora. Tanto es lo que dicen.

Admiraremos las piezas a partir del plano desplegado de Verónica Astaburuaga, quien al unir el metal con la madera, creó el nombre “fusión matérica”; su obra tiene una connotación geométrica que la artista vincula a un elemento sagrado. También comprobaremos la intrépida evolución artística de Francisca Cerda hacia el uso del color en sus creaciones de distintos formatos, la mayoría monumentales, que ornamentan importantes sitios públicos e instituciones en Chile y el extranjero.

Trataremos de descifrar los mensajes ocultos que las esculturas de María de los Ángeles Cornejo guardan para nosotros, con la presencia siempre sólida y confiable del acero. Luego pasaremos a las piezas de Patricia Del Canto, maestra formadora de muchos nuevos escultores chilenos y artista para quien la “espacialidad y el volumen” son dos factores importantísimos en este arte; tal vez por ello utiliza en su obra los espejos.

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Proseguiremos con la obra de Carlos González, (el único hombre en esta exposición en homenaje al género), determinada por volúmenes minimalistas donde la pulcra manualidad del escultor se manifiesta de una forma sinuosa y sutil, en la que pretende desarrollar la parte plástica de la forma, más que un tema específico. Sus torsos son ya clásicos.

Nos sumergiremos en el inmaculado acero inoxidable del arte de Griselda López, para quien representa un gran reto manipular el metal, formarlo, domarlo, hasta “sacar” la pieza.

Luego veremos las obras de Tatiana Núñez, una enamorada del acero, quien trabaja la idea de una escultura en diálogo con la arquitectura, más allá del concepto de una pieza montada sobre una base, lista para ser contemplada.

Nos asombraremos con la mente matemática de Lorena Olivares, quien juega con la idea de los opuestos como principio universal; siguiendo una línea abstracta combina originales formas con materiales naturales y piezas de metal. Comprobaremos, una vez más, la riqueza infinita de las cualidades del acero que Paula Rubio descubre en cada una de sus piezas, llevando al límite el tratamiento de la superficie, hasta volverlo casi un pliego repleto de símbolos ancestrales.

Continuaremos con Paola Vezzani, cuya temática abarca lo figurativo y simbólico, animales y figuras zoomorfas que buscan traspasar el sentido carnal hacia el misterio de la prolongación de la vida y la espiritualidad.

Quiero agradecer a Don Roberto de Andraca, Presidente de la comisión organizadora (Chile) y al Ing. Raúl Gutiérrez Muguerza, presidente de ALACERO (Asociación Latinoamericana del Acero), por su entusiasmo, solidaridad y apoyo.

Como Presidente de Fundación Villacero, me siento afortunado de presentar esta muestra, que nos hace recordar, en conjunto, que el acero, además de sus propiedades industriales, es un metal sensible y obediente a la mano del artista, que con talento, emoción y disciplina, le transfiere un hálito de vida, para beneplácito de sus observadores.

JULIO C. VILLARREAL GUAJARDOPresidente Fundación Villacero

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La pieza de acero más antigua que conocemos fue creada hace 4,000 años, y desde entonces, el acero llegó para quedarse en nuestras vidas. Su resistencia, durabilidad,

versatilidad y capacidad de reciclado lo han convertido en un material indispensable para el desarrollo de la sociedad moderna. Día con día somos testigos de la infinita variedad de formas y usos que tiene el acero, pero hoy, en el marco del Quincuagésimo Tercer Congreso Alacero, nos detendremos por un momento a contemplar su belleza en forma de arte.

Es para mi un placer compartir con ustedes la celebración de la Séptima Edición de la Muestra Escultórica del Acero en Chile, tierra de fuego y hielo, de agua y arena, en donde convergen los más asombrosos paisajes naturales que han sido inspiración de grandes artistas latinoamericanos, entre los que se encuentran los diez escultores chilenos que han dado vida a las obras que conforman esta muestra artística.

Quiero extender un reconocimiento a Don Roberto de Andraca, presidente de la comisión organizadora en Chile y al Sr. Julio Villarreal Guajardo, presidente de la Fundación Villacero, por darnos la oportunidad de disfrutar una vez más, de la fusión del acero en arte.

RAÚL GUTIÉRREZ MUGUERZAPresidente Alacero

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Verónica Astaburuaga

Germen (1998) • Acero-tubular • 900 x 500 x 350 cm (maqueta) E.1/10.

Torsos (1998) • Tubos Acero / Cortes galletera-soldadura al arco-Patinas quimicas • 50 x 11 cm Ø.

Santiago, Chile. 1954. Estudió Licenciatura en Arte con Mención en Escultura en la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile; ha trabajado como docente durante gran parte de su vida profesional y participado en más de 15 encuentros tanto nacionales como internacionales de Escultura en Madera.También ha fungido como Presidenta y miembro del Directorio de SOECH (Sociedad de Escultores de Chile) desde su fundación y como Directora para Chile de AIESM (Asociación Internacional de Eventos de Escultura Monumental). En el 2000 creó el Espacio Interactivo Concha & Toro.

EXPOSICIONES (selección):

2012 Alacero 53 – Santiago, Chile.2011 La Mujer en la Escultura Chilena.2009 Fusión Matérica – Galería Artespacio.2007 Palacio la Moneda Santiago, Chile.2004 Signos en la Materia – Universidad de Concepción.2003 Gesto en la Materia – Galería Cecilia Palma. 2002 El Acero en la Escultura – CTC.2001 La Madera en la Escultura – CTC.1996 50 años de Escultura Chilena – Estación Mapocho.1995 Taller Puertas Adentro – Parque las Esculturas.1993 Escultura Pequeño Formato – Parque las Esculturas.1991 Tiempos de Arte – Instituto Cultural Las Condes.1987 Participación 3ª Bienal de Arte Valparaíso.1986 Trece Esculturas – Escuela de Arquitectura UC.

PREMIOS (Selección)

2009 Primer Premio Concurso Medalla Bi-centenario Chile.2007 Mural EMARESA.2004 Primer Premio Memorial MAPU – Villa Grimaldi.2001 Escultura Esfera Cósmica – Edificio ESO European Southern

Observatory – Santiago.1999 Primer Premio Estación FFCC – Caldera Rieles – Homenaje

a Ferrocarriles.1998 Primer Premio Concurso FAO Germen – Edificio FAO-

PNUD – Santiago.1997 FONDART – Arte en la Ruta – LANZAS – Homenaje a

Arauco – VIII Región. 1996 Naturaleza urbana – Santiago.1994 Seleccionada de Bienal de Diseño Industrial Mesaraña –

Bélgica.1992 Máscara reclinada – Juzgado de Letras – San Bernardo. Escultura Geisha – Hall Acceso Clínica Avansalud.

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Francisca Cerda

Colina Roja (2012) • Acero • 60 x 20 x 6 cm.

Alada Blanca (2012) • Acero • 33 x 63 x 12 cm.

Nace en Santiago, Chile. Es Licenciada en Artes Plásticas con Mención en Escultura de la Facultad de Artes, Universidad de Chile; hizo sus estudios de postgrado con beca del British Council de Londres, Inglaterra. Ha participado en más de 100 exposiciones colectivas en Chile, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Además, tiene 28 obras en espacios públicos. Ha sido profesora de Escultura en la Universidad de Chile y en la Universidad Metropolitana en Santiago Chile. Desde el 2004 es Académica de Número de la Academia Chilena de Bellas Artes.

EXPOSICIONES (Selección):

2012 Alacero 53 – Santiago, Chile. Blanco, Rojo, Negro – Galería Artespacio, Santiago, Chile.2009 La Estrategia de la Forma – Museo MARCO, Monterrey,

México.2009 Orígenes – Galería Artespacio, Santiago, Chile.2007 ILAFA 48 – Cartagena de Indias, Colombia.2005 Seis Escultoras - Museo de Bellas Artes – Santiago, Chile.2004 Arte chileno traspasando fronteras – Galería Klovicevi Dvori –

Zagreb, Croacia.1997 Vientos del Sur - Upplands Vasby Konsthall, Suecia. Escultura Pequeño Formato – Exposición itinerante por Europa.1996 El arte chileno en Cuba – Museo de la Revolución – La Habana,

Cuba.1995 Seis Vías en la Escultura – Museo Bellas Artes – Santiago, Chile1984 Galería Félix – Caracas, Venezuela.1979 Washington World Gallery – Washington D.C. 1978 Las formas humanas, cinco artistas – IMF, Washington D.C.

PREMIOS (Selección):

2010 La Pensadora – Calle La Pastora – Las Condes, Santiago, Chile.2009 Ovalo-Ojo - Municipalidad de Las Condes, Santiago, Chile.2008 Primer premio Concurso Homenaje a Andronico Luksic –

Antofagasta, Chile.2005 Circulo Vital – Edificio Security, Santiago, Chile.2003 Las Manos – Parque Universidad de Talca, Chile.2001 Paz – Mall Vespucio, Santiago, Chile.1998 Homenaje a Marcela Paz – Vitacura, Santiago, Chile.1994 Primer premio Concurso Padre Hurtado, erigida en Tumba –

Santiago, Chile.1994 Primer Premio Concurso Monumento Don Jorge Alessandri

Rodríguez, emplazada en la Plaza de la Constitución – Santiago, Chile.

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14Sin título (2012) • Acero soldado • 35 x 26 x 23 cm.

Sin título (2012) • Acero soldado • 20 x 110 x 3 cm.

María de los Ángeles Cornejo

Santiago, Chile. 1974. Estudia Licenciatura en Artes con mención en Escultura en la Universidad de Chile, en donde trabaja como académica desde el año 2005 hasta la fecha, en los talleres de volumen y escultura. En 2012 obtiene el grado de Magíster en Proyecto Urbano en la Universidad Católica de Chile.

EXPOSICIONES (Selección):

2012 Alacero 53 – Santiago, Chile.2011 Tercer paisaje – Galería Balmaceda, Chile.2010 Lugar ausente – Local 2702 – Estación de Trabajo, Universidad Arcis, Chile.2007 La escultura es lo central – Universidad Central, Chile.2005 Escultura pequeño formato – Universidad de Talca, Chile.2004 Generación del Siglo XXI – Sala Amigos del Arte, Chile.2003 Atealcubo – Sala Juan Egenau, Chile. Becados – Sala Amigos del Arte, Chile.2002 Piel artificial – Centro Cultural Matucana 100, Chile.2001 Arte hoy – Sala Amigos del Arte, Chile.2000 Kent explora escultura – Edificio Birmann, Chile.1999 Sobre el fin – Sala Juan Egenau, Chile. Pintura y escultura joven – Galería Antesala, Chile. Primer Simposio de Escultura – Museo Nacional de Bellas Artes,

Chile.1996 Salón anual de alumnos – Museo de Arte Contemporáneo, Chile.

PREMIOS (Selección):

2010 Beca FONDART, área Becas y Pasantías.2009 Beca Magíster en proyecto urbano – Facultad de Arquitectura y

Urbanismo, Universidad Católica de Chile.2006 Proyecto ganador en Segundo Concurso de Creación DAV –

Universidad de Chile.2005 Proyecto ganador en Primer Concurso de Creación DAV – Universidad

de Chile.2003 Premio Municipalidad de Valparaíso, Concurso Arte y Poesía Joven

de la Universidad de Valparaíso. Beca Amigos del Arte, Chile.2001 Beca FONDART, Chile.2000 Becada en la Primera Escuela Interamericana de Estudios Avanzados de Estética e Historia del Arte, Paraguay.

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Patricia Del Canto

Templo (2011) • Acero, espejo • 205 x 60 x 40 cm.

Silencio (2012) • Acero patinado y acero inoxidable • 60 x 20 x 22 cm

Nació en Santiago, Chile, donde reside y trabaja. Estudió y se graduó de Artífice en la Facultad de Bellas Artes. Es profesora de Escultura del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile. Desde 1977 a la fecha ha participado en numerosas exposiciones en salas, museos y parques de Chile y el extranjero. Su obra se encuentra entre otros lugares en: museos, campus universitarios y parques de esculturas en Chile, República Dominicana, Corea, Estados Unidos, Suecia, Rusia y China.

EXPOSICIONES (Selección)

2012 Alacero 53 – Santiago, Chile. 2010 XV Simposio Internacional de Escultura – Valdivia, Chile. 2009 2nd International Sculptures Sculpture Symposium – Penza,

Rusia. 2008 Situs Poesis – Frontis Museo Nacional de Bellas Artes –

Santiago, Chile. 2006 Simposio Tierra, Música y Poesía – Camagüey, Cuba. 2005 Summer Biennial Industry and Nature in Contemporary Art –

Lulea, Suecia. 2004 Centenario Pablo Neruda – Centro Cultural Estación

Mapocho – Santiago, Chile. 2003 8th International Shoebox Sculpture Exhibition – University of

Hawaii Art Gallery – Honolulu, Hawaii. USA. 2002 In Illud Tempus – Hall central Museo Nacional de Bellas Artes

– Santiago, Chile. 2000 Paisaje Materia Espacio – Parque I. Municipalidad de Macul –

Santiago, Chile.

PREMIOS (Selección)

2011 Primer Lugar en 6° Encuentro Internacional de Escultores – Llanquihue, Chile.

2009 Premio: Mujer, Generación Siglo XXI – Universidad de Chile – Santiago, Chile.

2007 Premio Concurso de Creación Proyecto: Situs Poesis – Vicerrectoría de Investigación – Universidad de Chile.

2005 Proyecto de Creación Inter – Extra Muros Departamento de Investigación, Universidad de Chile.2004 Premio Concurso de Escultura: Plazas culturales, I. Munici-

palidad de Coquimbo – IV Región, Chile. 1997 Premio Concurso FONDART Proyecto: Cosmo sistema en

tres dimensiones – Ministerio de Educación – Santiago, Chile. 1996 Primer Premio Monumento a las Ciencias, Alejandro Lipchutz

– I. Municipalidad de La Reina, Santiago, Chile. 1993 Premio Concurso FONDART Proyecto: Escultura Sistema –

Sinergia Constructiva – Ministerio de Educación – Santiago, Chile.1987 Premio Crítica de Arte de Valparaíso – V Región, Chile.

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Carlos González

Sin título (2008) • Acero • 21 x 24,5 x 13 cm.

Sin titulo (2011) • Acero y bronce • 78 x 53 x 15 cm.

Nace el 29 de enero de 1961 en Santiago, Chile, estudia y se gradúa de Licenciado en Artes Plásticas con Mención en Escultura, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile en el año de 1984. Continuó su formación en forma autodidacta y en el taller de Sergio Soza.

EXPOSICIONES (Selección):

2009 Esculturas en la Moneda – Palacio de la Moneda.2002 Galería Cecilia Palma El Acero en la Escultura – Fundación Telefónica, Santiago.2000 Centro de Extensión, U.C.1998 Pequeño Formato – Galería de Arte Plaza Aníbal Pinto –

Santiago. Arca – Museo de Arte Contemporáneo – Santiago.1996 Galería Praxis – Santiago.1993 Exposición Anual de Arte Moderno – Chiloé, Chile.1990 Museo Abierto – Museo Nacional de Bellas Artes – Santiago 1983 Provincia Señalada – Galería Sur.1981 Bienal de Arte Joven – Universidad Católica de Chile.

PREMIOS (Selección)

Aunque el artista ha recibido varios premios y reconocimientos por su trabajo, prefiere señalar la bibliografía en la que han aparecido textos y fotografías de su obra.

Biblioteca y Centro de InformaciónArchivo Documental del Artista Carlos González.

2002 Sala de Arte Fundación Telefónica – El Acero en la Escultura Chilena. Texto de Daniela Rosenfeld G. Santiago.

Municipalidad de Santiago – Esculturas en la Plaza de Armas. Santiago.

2001 MAM Chiloe Boletin N° 11, Año XIII – XIII Muestra Anual. Chiloé.

2000 Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile – Textos Arthur Andersen, Pablo Rivera y otros. Carlos González, esculturas. Santiago.

1999 Galería Antesala – Catálogo Nº1. Santiago.1998 Galeria de Arte Plaza Aníbal Pinto – Pequeño Formato. Texto

de Justo Pastor Mellado, Santiago.1998 Museo de Arte Contemporáneo – Universidad de Chile. Arca.

Taller San Ignacio. Santiago: Arthur Andersen – Langton Clarke.

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Venue (2011) • Acero soldado • 27 x 20 x 7 cm.

Seducción (2012) • Acero soldado • 67 x 97 x 25 cm

Gricelda López

Originaria de Santiago, Chile. Hizo sus estudios superiores en la Universidad de Chile entre 1990 y 1993, licenciándose en artes con mención en Artes Plásticas. Durante su formación universitaria fue ayudante de las Cátedras de Volumen y Escultura y Forja.Desde 1997 tiene su residencia en la ciudad de La Serena, donde trabaja en sus creaciones y que a partir de 2005 lleva a simposios y encuentros de escultores a distintos lugares del país y al extranjero.Es miembro de la Sociedad de Escultores de Chile.

EXPOSICIONES (Selección):

2012 Alacero 53 – Santiago, Chile. Setenta y cinco mujeres en la escultórica Nacional – Colectiva

– Viña del Mar, Chile.2011 Setenta y cinco mujeres en la escultórica Nacional – Colectiva

– Centro Cultural de Providencia, Santiago, Chile.2010 Bienal de escultura de Guadalajara, México.2009 La fuerza del acero – Galería Carmen Codoceo – La Serena,

Chile.2008 Escultura central – Colectiva – Universidad Central, Santiago,

Chile.2007 Libre Tránsito – Museo Histórico Presidente Gabriel González Videla – La Serena, Chile.2005 Concurso Internacional de Arte Urbano, ArtFest 05 – World

Trade Center Ciudad de México.2004 Exposición escultórica al aire libre – Muestra Permanente en Espacio Público – La Serena, Chile.

PREMIOS (Selección):

2008 Tercer lugar Concurso Nacional de Escultura: 50 años del acero – Concepción, Chile.

Primer lugar Simposio Internacional de Escultura Marta Colvin Andrade – Chillán, Chile.

2007 Primer lugar Concurso Escultura para Liceo El Ingenio de Ovalle, Ministerio de Obras Públicas, Ovalle, Chile.

Ganadora del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (FONDART Regional), con el proyecto Una escultura para la Comuna de Canela, Chile.

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Tatiana Núñez

Nido (2012) • Alambre de acero oxidado • 40 x 60 x 60 cm.

Iglú (2012) • Barras de acero inoxidable y lamina de acero • 45 x 60 x 60 cm.

Santiago, Chile, 1976. Después de estudiar dos años Diseño Industrial y Orfebrería inicia en 1997 sus estudios como Licenciada en Artes en la Universidad de Chile.En 2011 obtiene el grado de Magíster en Proyecto Urbano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Universidad Católica de Chile, con la tesis: Arte en la ciudad… ¿Una pregunta de espacio público. Aproximaciones desde el arte para entender modos de intervención urbana en el espacio de la ciudad contemporánea.Actualmente se desempeña como docente de Escultura y Taller de Lenguaje Visual, en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

EXPOSICIONES (Selección):

2012 Alacero 53 – Santiago, Chile.2011 Viaje / Reise – Galería Raum Kalk – Colonia, Alemania.2010 XVII Bienal de Arquitectura – Exhibición propuesta Memorial

27f – Museo Histórico Militar, Santiago.2009 Espacio compartido – Galería Balmaceda Arte Joven, Santiago.2008 Tierra – Exposición organizada por la Soech y Dibam –

Biblioteca de Santiago.2007 La escultura es lo central – Exposición de escultores Soech en

el Campus Vicente Kovacevic de la Universidad Central.2005 Urban nonurban – Primer Workshop Asian Art Camp orga-

nizado por la Universidad de La Salle-Sia College of the Art, Singapur.

2004 Arte y poesía joven – Exposición Sala El Farol de la Universidad de Valparaíso.

Pablo Neruda, la infancia del poeta – Metro Estación Quinta Normal, Santiago.

2002 Muestra lo que tienes – Exposición de ayudantes del Departa-mento de Plástica de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Sala Juan Egenau, Santiago.

2000 Vanguardias 2000 – Exposición de jóvenes escultores de la Universidad de Chile, Galería Bosque Nativo, Puerto Montt.

1999 Esculturas en La Casona – Encuentro de escultores menores de Treinta - Casona del Cabildo, La Reina, Santiago.

1998 Primer Simposio de Escultura – Facultad de Arte de la Universidad de Chile – Museo Nacional de Bellas Artes.

PREMIOS (Selección):

2010 Seleccionada concurso Cabeza de ratón – Museo de Artes Visuales MAVI.

2008 Invitación y participación en el Concurso de Arte convocado por el MOP para el espacio público Casino Ross – Pichilemu, Región de O´Higgins.

2004 Mención Honrosa Concurso Arte y Poesía Joven – Universidad de Valparaíso.

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Punto de Vista (2012) • Acero y aluminio fundido • 39 x 47 x 16 cm • Edición 1/3.

Protección (2012) • Acero, cerámica gres, piedra de cobre • 30 x 34 x 10.5 cm • Edición 1/3.

Lorena Olivares

Santiago, Chile, 1973. Entre 1991 y 1995 estudió en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile donde se graduó como escultora. Ha participado en innumerables exposiciones y varias de sus obras de gran formato se encuentran emplazadas en espacios públicos de distintas ciudades de Chile. Actualmente vive y trabaja en El Manzano, sector cordillerano de Santiago.

EXPOSICIONES (Selección):

2012 Alacero 53 – Santiago, Chile.2011 Mujeres en la escultura chilena – Parque de las Esculturas.2009 Premio Naitun – Fundación Pablo Neruda, Isla Negra.2007 Metales – Biblioteca de Santiago.2004 Es-Cultura V Versión – Palacio de La Moneda, Santiago.2003 Juguete de artista II – Galería Cecilia Palma, Santiago.2002 El acero en la escultura chilena – Sala de Arte Fundación

Telefónica, Santiago.1999 XXI Concurso Nacional de Arte Joven – Universidad de

Valparaíso.1998 Campo Negativo – Parque de las Esculturas, Santiago. Primer Simposio Escultura Facultad de Artes Universidad de

Chile – Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago. Nueve críticos, dieciocho artistas – Galería Praxis, Santiago.1997 Nopaisaje – Noarquitectura – Centro Experimental Perrera

Arte, Santiago.1996 Tres dimensiones – Casa de la Cultura de San Bernardo.

PREMIOS (Selección):

2011 Primer Premio Escultura – Premio Provincial de Artes Visuales, Provincia de El Maipo, Chile. Segundo Premio VI Encuentro Internacional de Escultura – Llanquihue, Chile.2010 Primer premio Concurso Nacional de Escultura Acceso Norte

a Llanquihue, Región de los Lagos, Hile.2008 Primer Premio Concurso de Arte Público – Liceo C-45,

Perquenco, Región de la Araucanía, Ministerio de Obras Públicas, Chile.

2002 Proyecto Escultura Borde Urbano – La Pintana, Beca Fondart. Primer Premio Concurso Mural Cincuentenario – Facultad Ingeniería Forestal, Universidad de Chile.2000 Proyecto Acción Dos Colectivo Escultórico Urbano – Beca

FONDART.1999 Proyecto Colectivo Escultórico Urbano – Beca FONDART.1996 Primer Premio Concurso de Escultura Octubre, mes de la

calidad – Ministerio de Economía.1995 Beca Amigos del Arte – Corporación Amigos del Arte.

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Paula Rubio

Origami portico (2012) • Acero soldado y patinado • 65 x 45 x 10 cm.

Origami empaquetado (2012) • Acero patinado doblado y curbado • 64 x 64 x 20 cm.

Nace y vive en Santiago, Chile. Cursó sus primeros años de estudio en la Universidad Católica para luego trasladarse a la Universidad de Chile, terminando su licenciatura en artes plásticas con mención en escultura, de donde egresa el año 1990.Actualmente trabaja en su taller de escultura desarrollando su obra para proyectos o exposiciones tanto en Chile como en el extranjero. Se desempeña también como directora de la Asociación de Escultores de Chile, SOECH.

EXPOSICIONES (Selección):

2012 Alacero 53 – Santiago, Chile.2011 Proyecto Mail Art – Vanabbemuseum – Exposición Museo de

Abbe en Eindhoven, Holanda.2010 Exposición y lanzamiento de libro 50 Escultores en Chile –

Santiago, Chile.2009 Asociación Terra Dell´ Arte – Selección oficial exposición Identidades y contextos – La Habana, Cuba.2006 Proyecto Ars Latina, Arte Contemporáneo – Tolentino, Italia.2005 Bienal Internacional de Arte Contemporáneo – Rumania.2004 Muestra envío arte chileno Chilean Art Crossing Borders –

Croacia, Rumania, República Checa, Polonia y Turquía.2000 Exhibición individual - Galería Cecilia Palma. Esculturas en metal.1999 Exhibición individual – Galería Posada del Corregidor. 1992 Exhibición colectiva de la Universidad de Chile – Museo de

Arte Moderno de Cuenca, Ecuador.1991 Muestra colectiva artistas chilenos y argentinos – Centro

Cultural Recoleta – Buenos Aires, Argentina.1989 Plaza Mulato Gil de Castro- Muestra Congreso de Escultores

de Chile.

PREMIOS (Selección):

2007 Colección Internacional Fundación Unión Latina – La Paz, Bolivia.

2005 Primer lugar Bienal Internacional de Arte Contemporáneo Arad – Rumania. Categoría Escultura

2004 Adjudicación Beca Nacional FONDART, (Fondos de la Cultura y las Artes).

2002 Segundo lugar concurso Diseño Escultórico – Galería La Sala. Primer lugar concurso de escultura Banco del Estado.2000 Adjudicación Beca Nacional FONDART, (Fondos de la Cultura

y las Artes).1998 Primer premio concurso Muro de los nombres – Parque Por la

Paz. Ministerio de Obras Públicas de Chile.1997 Segundo lugar concurso Plaza del agua, Torres EMOS – Ministerio de Obras Públicas de Chile.1987 Selección para la colección de esculturas Ladeco Airlines.

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Coigüe (2008) • Acero • 198 x 90 x 40 cm.

Caída (2012) • De la serie Arboles de Memoria • Acero • 176 x 46 x 48 cm.

Paola Vezzani

Punta Arenas, Chile. 1968. Estudió Licenciatura en Arte cursando después un Postítulo en la Universidad Católica de Chile y estudios de especialización en la Universidad Politécnica de Valencia en el año 2004.Ha trabajado como académica en Santiago de Chile y durante un año en Estados Unidos (Kenyon College, 2005-2006). Fue seleccionada como artista en residencia para viajar a Francia en 1998 y luego a Estados Unidos en 2003. Invitada a Canadá en 2004, conduce un taller y expone en Ottawa. Colabora con equipos de científicos y académicos en torno a temas de ética ambiental. Desde 2010 es Directora Regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, institución del Estado de Chile.

EXPOSICIONES (Selección):

2012 Alacero 53 – Santiago, Chile.2011 Pabellón de italianos por el mundo – Pabellón Italiano, Bienal

de Venezia, Italia. Nuestro Sur: Exhibición de artes visuales – Centro Cultural Embajada de Chile en Buenos Aires, Argentina.2010 Latitud 54º 55´59” S – Museo Regional de Magallanes, Punta

Arenas.2008 Illaia, más al Sur – Exposición individual – Galería Patricia

Ready, Santiago, Chile.2007 Bienal Fin del Mundo – Representante de Chile, Ushuaia,

Argentina.2004 Crossing Borders – Exposición itinerante de arte contem-

poráneo chileno en Europa – Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

2002 En tránsito – Exposición individual – Galería Artespacio, Santiago, Chile.

PREMIOS (Selección):

2009 Proyecto Fondo Nacional de Desarrollo Regional de Cultura, Otorgado a la Institución Ignazio Sibillo para realizar cuatro

obras de Paola Vezzani para la exposición internacional Latitud 54º 55´59” S junto a los artistas Claudia Esslinger (EEUU) y José Mansilla Miranda (Chile-Canadá).

2003 Proyecto FONDART Regional, Ilustre Municipalidad de Río Verde, Región de Magallanes y Antártica Chilena. Escultura gran formato emplazada frente al canal Fitz Roy.

2002 Primer premio Concurso de la Galería La Sala, para el Colegio La Maissonete, obra de gran formato en acero a emplazarse en una plaza pública de la comuna de Vitacura.

1997 Primer premio Concurso Escultura Joven Chilenger – Grupo escultórico en acero emplazado en el Parque San Borja,

Santiago, Chile.

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ENTREVISTASMe es muy grato presentar las siguientes diez entrevistas realizadas a los artistas chilenos del acero, nueve escultoras y un escultor que participan en la muestra Alacero 53.

Disfrútenlas, seguramente aprenderemos mucho de su talento.

Guillermo Mac Lean

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VERÓNICA ASTABURUAGALa V no es de Verónica: la V es de “Volcán en actividad”. Sí, la Verónica es un volcán en actividad. Se mueve de aquí para allá, no para nunca y habla con las manos. Nos encontramos en su estudio en Santiago, lleno de maravillosas piezas que distribuidas como están en ese espacio, hacen que se parezca más a un laberinto con piso de madera. Desde allí nos fuimos a su casa enclavada en la Cordillera de Los Andes, casi suspendida de las nubes. Su marido es un audaz. Un audaz de la arquitectura y también de la vida con semejante mujer de copiloto. Para llegar al taller, que está “más abajo” de la casa, hay que tener cierto equilibrio…el camino es empinado y resbaladizo. Un taller enorme. Allí cocina sus piezas la Verónica. Allí la miro fijo y le suelto la primera pregunta.

GM: Cuéntame ¿cómo empezó todo esto? ¿De dónde viene? O sea, ¿por qué esa manualidad? ¿Existe algún referente histórico en tu familia, alguien que haya sido artista, carpintero, dentista, que haya trabajado con las manos o eres un meteorito que cayó del cielo?

VA: No tanto como un meteorito…En mi familia se ha dado la costumbre

de amaestrear cosas; tuve un abuelo que pintaba muy bien, mi mamá estudió arte, pero luego se dedicó a criar a los hijos y entonces lo abandonó. Poseía demasiado talento, sobre todo para el dibujo. Estudié en la Universidad Católica. Me decidí por escultura sin haberme equivocado, creo yo, pero siempre me he dado cuenta, desde afuera, digamos, que cercaba la gráfica. Mi primera experiencia de trabajo — después de haber criado a mis hijos — fue un encargo que me hicieron en la maestranza y era hacer un Cristo, el que te mostré; ahí hice contacto con las maquinarias para transformar el metal en cortes plegados, incluso trabajé con incisiones sobre el metal con la máquina y fue increíble, estuve como tres años en eso. Aprendí todo el manejo e hice muchas obras de fierro.

Después no paré más, te puedo decir que lo que yo sé, lo aprendí en las calles, en los talleres de mis amigos escultores, tomando información; tenía ganas de fundir, me explicaron, y llegué a un lugar muy interesante dónde hacerlo, que no es una fundición artística, sino industrial porque me gusta mucho el taller, tener la oportunidad de poder usar todo lo que existe, transformarlo. Mira, en la maestranza, que es donde se hacían ferrocarriles, terminé haciendo de todo, tenía a todos los maestros ahí, corté, plegué, trabajé con páginas, con este negro que se usa para, vaya, grandes, pintura, de todo, en la maestranza tuve la facilidad de poder meterme a fondo en una tremenda industria.

GM: Ahora, dime, ¿te acuerdas de tu primera pieza, la primera que hiciste que te conmovió, y dijiste de aquí soy yo?

VA: Mira, cuando yo era niña, hice esto (muestra una pieza); tenía 10 años o menos. Era un juego que tuve. Siempre guardo el recuerdo de haber hecho cosas desde que nací.

GM: ¡Qué increíble, genial!

VA: Y lo otro interesante que se ve en este trabajo de forma intuitiva total, es que el desarrollo de mi obra partió cuando yo me titulé de estudiar todo lo que es geometría; me metí profundamente en la geometría, analicé completo el desarrollo de los polígonos regulares a partir del plano desplegado. Entonces, aparecen en todas mis obras, que es corte y pliegue, corte y pliegue, una cosa muy sencilla, el ángulo, la matemática, después ya incursioné en otro mundo que es la fundición, pero igual trabajé el abatimiento, el desplazamiento, y después empecé con los dibujos, algo más suelta dentro de la escultura porque estos proyectos grandes son de mucho estudio, proporción, ingeniería; todo el punto de que se sostenga la propuesta gracias a la geometría es eso, tiene que estar sostenido, dije, separa la maqueta, separa la escultura, no he tenido problema desde tener que transformar el diseño por asunto de estructura, y después bueno, me involucré como te digo con algo más liberal, más suelto.

GM: ¿Tienes algún ídolo dentro de la escultura?

VA: No es por nada pero Anthony Caro; considero que es súper interesante el hecho de haber roto digamos el pinto, de bajar con la obra al piso. Además ¡la manera de componer!, si tú piensas todo lo que es en acero, realmente, los trabajos en este metal son trabajos de construcción, de suma de piezas, de estar uniendo.

Me emociona también Brancusi; el desarrollo de mi obra ha sido bien

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interesante por el encuentro con estos artistas. En un simposio en el sur de Chile, tomé una madera y la tracé y me la talló un asistente, yo había dicho: “Esta línea para acá, esta línea para allá” y aparece una pieza que corresponde a una de las columnas de Brancusi: ¡la columna infinita! Era muy joven y bastante ignorante. (Risas).

GM: ¿Qué te parece esta idea de que ALACERO y una fundación mexicana le hagan una exposición a nueve mujeres y un hombre que trabajan el mismo medio?

VA: Lo de las nueve mujeres me parece mejor todavía. Acá en Chile — no sé si te lo han comentado —, hicimos el año pasado una tremenda exposición de la mujer en la escultura chilena; hay toda una investigación que se realizó al respecto, y que demostró que es algo que se repite desde sus orígenes: hay muchas mujeres en la escultura.

GM: Sí, al terminar la exposición en Brasil el año pasado me dije: “Quiero montar algo diferente en Chile, y pensé, bueno, vamos a hacer un homenaje al género”. Y de pronto vengo y me sorprende la cantidad de mujeres escultoras.

VA: Somos guerreras. A esta exposición la encuentro súper interesante. Yo creo que en este mundo si no es futbol, política, farándula, no hay más y el arte es algo que concierne al espíritu, cosa que se ha ido perdiendo; así que la considero muy ecológica para el ser humano, observar la propuesta diferente de la gente, entonces pues… encuentro este proyecto genial.

GM: ¿Tu herramienta favorita? ¿La que te llevarías a otra dimensión?

VA: Las manos, definitivamente.

GM: ¿Heridas de guerra? ¿Físicas? ¿Emocionales? Por ejemplo, cuando no te aceptan una pieza…

VA: Físicas no, emocionales, sí. De repente hay que aceptar que a veces transcurren tiempos largos de silencio y eso a uno lo pone nervioso, porque se está acostumbrado a trabajar con la materia, produciendo. Es difícil entrar en ese silencio que no es de hacer, si no de pensar, y que te caiga el minuto justo. Estoy en eso, tengo un abanico de cosas qué hacer y no sé por dónde empezar y quiero comenzar ya por alguna de ellas.

GM: ¿Tienes hijos? ¿Alguno de ellos siguió tu camino?

VA: Tengo tres hijos. Todos, no específicamente en el mismo camino, pero sí en el mundo del arte. La mayor es fotógrafa, Licenciada en Artes por la universidad; el segundo estudió teatro y formó una compañía de cámara negra. Es mi brazo derecho en múltiples cosas, me ayuda mucho; en mis matrices, es muy científico, muy pulcro. Y el tercero es músico, está estudiando composición en música, es muy bueno, toca guitarra, muy

lindo. Sí, con todo el nervio de lo que significa, creo que somos los privilegiados del futuro, justamente lo que te comentaba antes, de alimentar al espíritu que está tan abandonado.

GM: ¿Cómo ves el panorama en Chile, crees que hay una corriente de escultores jóvenes que se han inclinado hacia el trabajo de la escultura, digamos en metal o está ganando la pintura? ¿Cómo percibes el momento?

VA: Bueno, dentro de la escultura apareció lo que es la propuesta con materiales efímeros —gente joven— porque hay muchas escuelas que se enfocaron a eso, ya que todas las materias tradicionales del metal, son técnicas u oficios que te enseñan en la Universidad, ahora me parece complicado que se haya perdido la escuela, la formación de hacerlo oficio. El asunto se ha orientado mucho en pedirles a los jóvenes que tengan toda una propuesta de fundamentos detrás de su obra que para mi gusto, no corresponde. Eso se da con el tiempo, la madurez se da con el tiempo, no con otra cosa.

Entonces claro, hay de todo, obviamente hay gente que está trabajando con los materiales clásicos, el fierro, la madera, la fundición; pero hay muchas propuestas efímeras que no carecen de valor para mi gusto de ninguna manera, son otras cosas, son contemporáneas, me parece

que yo creo en los materiales tradicionales… Pero como decía también Isamu Noguchi: “Que estaba muy complicado porque iba a dejar mucha basura en el planeta.” (Risas).

GM: Si alguien viene y te dice: “Verónica, quiero una escultura de doce metros.” ¿Donde la pondrías? ¿Cuál sería ese lugar?

VA: Es delicado porque realmente estás imponiendo una forma al paisaje.

GM: ¿En la cordillera? ¿En el desierto? (Como lo hace Paola, que mete una obra allá en el fin del Continente y se me hace algo increíblemente poético que nadie la vea).

VA: Puede ser… Fíjate, de hecho yo he creado cosas que he colocado dentro de la ciudad, yo creo que combinan mejor con la arquitectura, las calles, el tráfico sobre todo si piensas en una de doce metros o si tiene que ser de metal, de acero; no me imagino una en otro material, pero considero que se hace mejor la analogía en la ciudad.

GM: ¿Y frente al mar?

VA: Sí, mi lugar preferido sería frente al mar.

GM: Fabuloso, muchas gracias. Nos vemos en ALACERO 53

VA: Gracias a vos. La verdad que ha sido un inmenso placer conocerte, Mac.

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FRANCISCA CERDADe vuelta con Francisca en las faldas de la cordillera de Los Andes el 11 de mayo del 2012. Es una entrañable amiga de ALACERO y de la Fundación VILLACERO. Ya estuvo en algunos proyectos (Museo de Arte Moderno de Cartagena, MARCO –Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, México) con nosotros y nos da muchísimo gusto que haya aceptado esta invitación para exponer en ALACERO 53. En la sala de su casa, donde el silencio es el primer actor, le pregunto:

GM: Francisca eres una… (no voy a decir vieja), antigua amiga del acero (risas), entonces no podemos volver a dar información sobre tu trayectoria porque ya te conocen. Han pasado dos años (2009) desde que supimos de

ti, con un proyecto de ALACERO y la Fundación y veo que evolucionas, y eso me parece maravilloso. Vamos a hablar de esa evolución, de lo que estás haciendo ahora y luego me vas a contar un poco acerca de cual es tu percepción de esta exposición que vamos a hacer aquí en Chile.

FC: Con respecto a mi obra, a esa evolución a la que te refieres, hace mucho tiempo tenía ganas de explorar con el color, de hecho, yo estuve en Londres con una beca en el 91 y lo que vi como propuesta, era el color en la escultura, entonces estuve trabajando bastante allá todo el año, pero sentí que era sumamente difícil meterle color a la escultura, sin que la forma chocara o desapareciera o tuviera un encontrón con el color. Siempre sentía que de alguna manera, el color mataba un poco la forma. Entonces —fue algo paulatino — todo ese trabajo que hice, se quedó allí, esperando su momento ya que en esa época no logré sentir una unión del color con las formas y es algo que se me quedó dando vueltas y que algún día tenía que hacer click: que las formas se unieran al color.

GM: Y eso hizo click ahora…

FC: Sí. Pero el cuento era esta forma como redonda que envuelve y gira; empecé a trabajar formas dentro de este óvolo y viendo las posibilidades de esta figura. Y me gustó mucho trabajarla y encontré que el color se unía y respondía a las formas. Fue así como hice dos esculturas para la exposición del año 2009 y de ahí en adelante, seguí. No solamente trabajé con el óvolo, sino que me metí con el triángulo y el rectángulo, e hice una exposición en abril del 2012 que se llamaba Rojo, Negro y Blanco: son puras esculturas pintadas en rojo, negro y blanco. Quedé muy contenta con la exposición, en realidad tenía una unidad muy bonita, muy bella. También produje esculturas chicas, de 60 centímetros hasta 2.20 metros que es la más grande. Creo que el color ya en la naturaleza se ve maravilloso, el contraste con los verdes o el celeste del cielo. He quedado muy satisfecha con este trabajo escultórico de colores y de alguna manera voy a seguir, en este momento estoy bastante cansada, porque después de una exposición como que se va la vida…(Ríe). Entonces en realidad he gozado porque he podido ir a la playa, camino, leo, tejo, estoy como más relajada.

GM: ¡Hermoso este oasis que tienes aquí! Cuéntame, ¿que te parece esta exposición? ¡Nueve mujeres guerreras y un hombre, en Chile!

FC: Bueno, no sé si los demás hombres estarán muy contentos por no estar representados. (Ríe). A mí siempre me ha asombrado la cantidad de mujeres que hay aquí en Chile que trabajan la escultura, eso no se ve en otros países. Y yo creo que algo tiene que ver con la cordillera, con esa fuerza, esos volúmenes a los que estamos acostumbrados, entonces cualquier cosa que hacemos es pequeña al lado de la cordillera, cualquier cosa parece chica, porque es tan fuerte y tiene esa energía como de empuje: la cordillera sale y brota visualmente.

Porque yo recuerdo de niña, ya yendo de viaje hacia el Norte, me entusiasmaba con todas las formas que veía en los cerros, eran siempre figuras, como animales, era muy bonito, sigue siendo bonito, pero yo de chica, como que siempre sentí esa cosa de ir viendo formas, tanto en la cordillera como en las nubes, que son muy lindas.

Entonces yo creo que hay algo de eso, que las mujeres aquí tenemos una fuerza especial y contamos también con muchas mujeres escultoras

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ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

que han sido maestras nuestras, que de alguna manera nos dieron ese impulso, como la Marta Colven, la Lili…, ha sido fantástico.

GM: ¿Cómo ves a las nuevas generaciones chilenas de artistas? ¿Cuál es la tendencia? ¿Tenemos esperanza de que haya más escultores?

FC: Siempre hay ciertas modas, pero a la larga todas pasan y yo creo que en este momento hay todavía mucha moda de las instalaciones, de lo conceptual, pero dentro de esto también los jóvenes trabajan las formas y las esculturas, aunque en un contexto más de instalación. Algunos siguen trabajando las mismas formas, pero otros lo hacen con el concepto que se mueve dentro de un espacio, en ese sentido es diferente o son varios jóvenes que cuentan una historia. Pero yo creo que la escultura sigue; ser pintor es mucho más fácil que ser escultor. (Risas).

GM: Claro. Bueno, entonces tenemos esperanza de que por lo menos con el ejemplo que van a poner ustedes con esta exposición, muchas niñas que están estudiando ahora puedan… decir “¡Nueve mujeres! Espero en el futuro ser como alguna de ellas”.

FC: Por supuesto, obviamente eso incentiva y le da más valor y más esperanza a las mujeres de seguir trabajando.

GM: Por eso es un homenaje esta exposición, al género. Francisca, muchas gracias. Nos vemos en ALACERO 53.

FC: ¡Claro! Nos encontramos allá.

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MARÍA DE LOS ÁNGELES CORNEJOA María la entrevisté en el medio de un caos. Su casa estaba llena de cajas de mudanza. En un principio pensé que era la que más obra exportaba desde Chile, pero no: se había cambiado de domicilio días antes. Lo primero que me dijo fue: ¿Y usted no se quiere quedar a vivir en Chile? Aún trato de dilucidar el sentido de su pregunta. Simpática, de sonrisa afable, María me mira fijo al preguntarle:

GM: ¿Cómo empezó todo, cuéntame, como empezó tu relación con la escultura, el acero, de dónde viene, estudiaste, eres autodidacta, tienes algún tío que fue zapatero, que trabaja con las manos? Cuéntame tu historia.

MA: No, no tengo a nadie, ningún familiar ni alguien que sea artista, pero de alguna manera, como que en mi casa siempre se hizo todo, desde las cortinas hasta arreglar el calefón, entonces quizás, por ahí viene como la

inquietud de empezar a hacer cosas. Estudié arte en la Chile, y llegué a la escultura.

GM: ¿Qué es “la Chile”?

MA: Es la Universidad de Chile, y llegué a la escultura casi de manera lógica, como que no hubo mucho planteamiento entre medios porque nosotros en primer año somos plan común, todos llevamos lo mismo y después elegimos la especialidad, podía ser pintura, dibujo, escultura... Y era como obvio, era lógico, no había un desafío por desarrollar, se fue dando todo muy natural, no fue un conflicto, fue muy derechito el camino.

GM: Y ¿con qué empezaste? ¿Con acero? ¿Cerámica?

MA: Nunca trabajé cerámica, pero en periodos de escuela, uno trabaja con muchos materiales, casi todos, digamos; prueba de todo un poco, la piedra, el acero, hasta materiales que son más experimentales y después he desarrollado proyectos en distintos materiales, pero siempre depende un poco del proyecto.

GM: ¿Donde naciste, aquí?

MA: Sí, aquí en Santiago.

GM: ¿Cómo se les dice a los oriundos de aquí?

MA: Santiaguinos.

GM: ¿O sea que te comiste todos los terremotos desde que naciste?

MA: Todos, ¡oye! ¿Desde que yo nací? (Risas) ¡Son sólo dos! Jajajaja…

GM: Tu primera pieza en acero, ¿te acuerdas de ella, la tienes, la vendiste, te la robaron?

MA: Nunca he vendido una pieza, la única que he vendido y que no fue directamente una venta, sino un trabajo que me pidieron para un remate que se iba a hacer para la reconstrucción de una sala de música en una escuela en Valparaíso. Yo la mandé pensando que jamás en la vida se iba a rematar y se remató.

GM: Pero tu primera pieza, ¿te acuerdas?

MA: En acero, sí, yo creo que fue uno de los trabajos que hice en forja, y que de hecho los tengo, son pequeñitos, pero sí, los conservo.

GM: ¿Cómo se llaman?

MA: No me acuerdo, eran ejercicios de taller, pero fueron las primeras piezas que trabajé harto tiempo en forja. Hice varias, ese fue como mi primer acercamiento y ya después fueron cosas más grandes, eran de acero soldado y de mayor tamaño, producían un dialogo más corporal, o más relacionado con los espacios, los lugares…

GM: ¿Tu primera exposición?

MA: Estaba estudiando y se hizo un salón de estudiantes, éramos de arte contemporáneo; esa fue mi primera exposición y participé con una pieza de acero con piedra.

GM: Y de dónde viene esto de trabajar con las manos, ¿no hay nadie en tu familia que sea artista? ¿Entonces? ¿Eres un meteorito…?

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ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

MA: Sí, soy un meteorito. (Risas).

GM: ¿Qué te parece esta historia de ALACERO y que una fundación mexicana te haya invitado a participar en esta primera exposición que hacemos de género? Por lo general hacemos exposiciones donde son ocho hombres y tres mujeres o seis hombres y cuatro mujeres, pero ahora, se nos ocurrió la idea de que sean todas mujeres. Es intencional, salvo un hombre que es Carlos González. ¿Qué te parece la idea?

MA: El hecho de poder producir algo en ciertos contextos determinados, me parece interesante porque es un desafío. Generalmente cuando uno produce un proyecto pone los límites, pero cuando te dan una tarea y te dicen: “Hay que hacer esto y el otro”, surgen ciertas condicionantes que hay que resolver, siempre va a ser más apremiante porque uno puede hacer muchas cosas. Trabajar en este contexto con tanta gente más, bueno…es genial.

GM: Metales… o sea, acero, ¿qué tipo utilizas? ¿Inoxidable, al carbón? ¿Lo trabajas directo, lo mandas hacer, maqueteas?

MA: Maqueteo todo. Cualquier cosa, yo lo maqueteo, es un momento preciso donde uno piensa, reflexiona y finalmente estudia algo, claro después termino haciéndolo en el material definitivo, en este caso el acero, pero la maqueta es fundamental, si no… me pierdo en el mundo.

GM: ¿Y el dibujo?

MA: No, no dibujo.

GM: ¿Vas directo a la maqueta, no haces croquis?

MA: No, siempre maqueta, quizás es una cosa de formación, quizás aprendí así en la escuela pero siempre directo a la maqueta, no paso por

el dibujo ni nada parecido, y de la maqueta paso a lo definitivo que es el acero, la verdad que ahora no lo hago, lo mando hacer porque tengo una persona que lo hace muy bien y funciona perfecto; es un especialista en el tema, yo aprendí en la escuela casi todo, pero no soy una especialista.

GM: ¿Cuál fue el momento —no te digo revelador— en el que te decidiste por el acero?

MA: Como te decía, yo creo que todos los materiales tienen características distintas. Hacer algo en madera por ejemplo…no debemos hacerlo en acero, ni en cartón, tienen un significado distinto, un uso distinto, un contexto distinto y el caso del acero te permite muchas cosas, como durabilidad absoluta, la consistencia, trabajar algo más simple, más sencillo, soldado y te permite ir directo a algo. Tengo la sensación de que tiene una presencia que no la tiene otro material; se para frente al lugar o frente a la personas de otra manera, es mucho más solvente, pero claro, también insisto… creo que depende del proyecto, porque hay algunos en que uno quiere trabajar diferentes cosas, y no alcanza con el acero.

GM: ¿Ídolos dentro de la escultura? ¿Brancusi? ¿Caro? ¿Alguien que te haya volado la cabeza?

MA: Me gusta la inglesa Rachel Whiteread.

GM: ¿Y chilenos? ¿Algún referente que tengas? Digo, Sergio Castillo. ¿Algún contemporáneo que te haya dado algo?

MA: No, me formé con Patricia Del Canto, ella fue profesora mía y revisando su obra, quizás hay muchas cosas que inconscientemente tomé de su trabajo, pero no es que yo la reconozca como un referente, creo que sus trabajos y los míos son muy distintos, pero sí, ahora veo que coinciden en varios aspectos.

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GM: ¿Cómo ves el tema de la escultura en Chile? Porque a mí me sorprendió cuando surgió la idea de hacer una exposición de homenaje al género, y me pregunté si lograría juntar a nueve mujeres escultoras chilenas, y me sorprendió que no haya solamente nueve, sino que muchísimas más, porque por ejemplo en México, si quiero hacer una exposición de nueve, ¡no encuentro ni a tres! ¿A qué se debe que aquí en Chile haya tantas?

MA: No sé, es un problema, no sé. (Risas).

GM: ¿Será que la mujer chilena es muy guerrera, es dura?

MA: Mmmhhhh, es más dura que otras, no sé… tal vez los terremotos hayan influido; en general en la universidad veía que hay más mujeres que estudian arte que hombres, y eso es una cosa todavía un poquito medio machista, claro, pero que se dediquen al acero como un tema en específico es otra cosa.

GM: ¿Cómo ves el movimiento de la juventud en la escultura, es decir, crees que hay más escultores que hace 30 años o cómo lo ves? ¿Lo ves apagado? ¿Hay más pintores que escultores?

MA: Siempre hay más pintores, pero yo creo que la escultura como generación es más nueva, siento que está en una etapa de cambio, está evolucionando y de alguna manera se encuentra como bordeando sus propios límites. Está como ahí, ya no se hace lo mismo que se hacía 30 años atrás, por lo menos acá y creo que estamos en un periodo de bisagra, que está tratando de traspasar a otro lugar, no sé si abandonará finalmente la escultura o seguirá en los bordes, yo creo que va a continuar la escultura, sólo que se amplía un poco la mirada, el límite o los cuestionamientos, puede ser también que haya un trabajo conceptual. Pero yo creo que se están poniendo en tela de juicio ciertas cosas que estaban súper asumidas en cuanto a la escultura, como los formatos o que barren el plingo… cosas así, y muchas más como los materiales o la idea. Creo que está en un periodo de cambio completamente, como tratando de probar cuáles son sus límites, hasta donde puede llegar.

GM: ¿Cuántas exposiciones tienes? ¿Las puedes contar? ¿Diez?

MA: Veinte, serán.

GM: De todas ellas, ¿cuál es la que más te marcó? ¿En la que más libertad te dieron? ¿La que te gustaría volver a repetir?

MA: Puede ser la más reciente, la del año pasado en Bernacea, que me gustó mucho, quizás también porque tuve un periodo en que estuve haciendo magisterio, entonces hubo un tiempo de no suficiente producción de obra, estaba un poco parada, mucha cosa intelectual, y de repente hice otra exposición. Volví a construir, volví al tema de la escultura, y los trabajos que hice ahí me gustaron mucho, me dejaron muy satisfecha.

GM: ¿Por qué?

MA: Uno, porque la convocatoria que se hizo para esa exposición tenía que ver con el lugar, con el contexto, era todo Santiago poniente, el paisaje es un tema que a mí me gusta mucho, eso por ese lado y luego porque las piezas que hice también reafirmaban un poco lo que yo ya venía trabajando, eran unas cosas que realmente aparecen y desaparecen al mismo tiempo, que logran incorporarse a un lugar de tal manera que pareciera que siempre estuvieron un poco ahí. Y hacen además un juego con el exterior, con lo que pasaba afuera, un elemento medio abandonado en tanto lugar, como en desuso…

GM: ¿Usas algún tipo de herramienta? Te digo, más bien porque la pregunta es ¿cuál es tu herramienta preferida?, si es que usas…

MA: Yo creo que por la manera en que yo trabajo —y en verdad que como objeto le tengo cariño— que de hecho anda perdido dentro de las cajas, pero es mi favorito. Tiene que ser el que tiene la mancha para reconocerlo, y me hace falta siempre, siempre lo necesito para todo, desde la cosa más doméstica hasta la más sofisticada. Es el tick tock. Es el que corta, construye y abre todo…(Risas).

GM: Muchas gracias María, nos vemos en ALACERO 53.

MA: Sí señor. Y dígame… ¿No se quiere quedar a vivir en Chile?Jajajajaja.

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ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

PATRICIA DEL CANTOLa mañana en que me tocó entrevistar a Patricia, estaba soleada y fría en Santiago. Me citó en la universidad. Nos encontramos en el estacionamiento y de allí la seguí en mi carro hasta su casa. El impacto es grande: esculturas casi en la calle. Piezas que se desparraman por el jardín y lo “guían” a uno hacia la entrada. Ya en el living, el color lo invade todo. El color de la madera tallada, el de las piezas de cerámica, el color del acero. Enmarcados por una ventana por donde entraba una luz bellísima filtrándose entre las plantas, le disparo la primera pregunta a esta MAESTRA de la escultura en Chile.

GM: Tu historia como escultora es larga, pero necesito saber cómo empezó todo. ¿De dónde viene? ¿Qué referentes hubo? O sea, ¿eres un meteorito dentro de tu familia o tuviste…influencias? ¿Tu mamá bordaba? ¿Tu papá era carpintero, zapatero? ¡Cuéntame! Queremos conocerte desde chiquita.

PDC: No tengo antecedentes familiares directos dentro del arte. Ni mi papá, ni mi mamá, ni mi abuelo tuvieron que ver con mi profesión de escultora. Hay otra vertiente que es la cuestión académica, las clases y el tema de la universidad. Toda mi vida, desde que empiezo a funcionar como ser humano, de los 20 años en adelante, está presente el asunto de la universidad, primero como estudiante, después como ayudante de taller y finalmente como profesora, formadora… Y la otra vertiente —que es la misma en el fondo— es la escultura, porque eso es lo que avalan mis clases, si no estoy creando esculturas, no podría explicarlo ni proyectarlo a los alumnos. Un escultor teórico no puede ser.

Mi hermana estudió diseño y de ahí me interesó lo que ella hacía, pero sus trabajos eran bidimensionales y yo, inicialmente, como todos los niños que salen del colegio a los 16 años, tenía los talentos muy difusos, me interesaba la biología, me gustaba dibujar, pintar y un poco todo lo que se hace en la escuela. Jamás pensé en que iba a ser escultora, creo que ni conocía lo que significaba, a lo mejor nunca había escuchado la palabra escultura. Pensaba ser arquitecto. Imaginé que podía ingresar a arquitectura, pero se precisaba en esa época la prueba de aptitud que incluía destrezas en matemáticas que yo no tenía, por lo que no me fue bien. Entonces me pregunté: ¿qué busco? Bellas Artes era para mí una cuestión esotérica, para mi familia igual… (Risas).

GM: Así era…en aquellas épocas.

PDC: Ingresé a la escuela y al poco tiempo, me fui a los talleres de arquitectura y ahí me di cuenta de los planos, la geometría, y de que las maquetas me parecían súper entretenidas. Pero… el dibujo geométrico entonces no era computacional, no existía nada, ¡era ciencia ficción total! Pensar en que alguna vez podrías hacer en la computadora un modelo, era ciencia ficción, había que hacer todo a mano y rápido y perfecto y dije, “No, esto no es para mí”. El primer taller de greda, de cerámica, me encantó. Ahí estaba el taller de cerámica, que era volumen y además el tema del color; me gustó la química que se generaba, porque había que mezclar el estaño con el óxido de cromo y después ponerle óxido, cobalto y otras cosas, carbonato de no sé qué y aparecían unos colores maravillosos que se aplicaban en volumen y los podías integrar a la pasta misma que estabas modelando. Entonces todos esos experimentos me gustaban mucho y me quedé con el tema de la cerámica, y de ahí, naturalmente, de a poco, porque después me empecé a aburrir de hacer formas que podía realizar en diseño, formas funcionales, pero también podía diseñar formas que no lo fueran y empecé a comprobar qué era lo que más me gustaba de esta otra vertiente de formas no funcionales que no servían para nada, pero a las que podías aplicarles color y las mismas técnicas como para hacer objetos funcionales, como una taza o un cenicero, que en esa época se usaban mucho. Ahora ya nadie diseña un cenicero, en todos los talleres había ese diseño… Bueno…

Y como te digo, de ahí de a poco fui derivando sola a ir haciendo formas ya cada vez menos funcionales, menos cerámica y ya definitivamente escultura y de ahí decidí: ¡Ya el acero! y caí, descubrí el acero y maravilloso porque empecé el volumen matérico, sí, pero como que me empezó a gustar mucho más la cosa lineal, estructural, entonces a construir claro, ir

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armando espacialmente, las dimensiones eran las que tú quisieras, porque además… de 6 metros y la plancha y vamos cortándole, y de repente de una plancha de 2 por 1 puedes hacer un planchón enorme, el espacio, todo eso me encantó.

GM: ¿Tú te acuerdas de la primera escultura que hiciste que la consideraste como algo sorprendente?

PDC: ¿En escultura en acero?

GM: Sí y que te haya llenado de satisfacción. ¿La tienes, la conservas, la vendiste, te la robaron?

PDC: La primera pieza en acero… Partí haciendo las bases y de ahí se convirtieron. Sí, es una de las primeras que vimos allá en el taller desde que empecé de cero…. Yo diría que ésa es de las primeras que hice en acero, claro, lineal, y con esta forma todavía modelada en aluminio, la fundí yo. Porque también trabajé muchas con otras técnicas de la fundición, la escultura, y el bronce, pero cuando rematé en el acero, las bases empezaron a adquirir presencia por sí solas, porque ya no eran un soporte, sino que eran con sus perfiles y al unirlos… De repente el aire y el espacio de abajo le da otra forma, más volumétrica, como que me empezó a pesar mucho más lo que pasaba abajo. Eso fue una cosa como muy natural y me di cuenta que era mucho más atractivo lo que estaba pasando en las bases, se supone que lo interesante tenía que pasar arriba porque la

escultura está arriba, entonces me empezó a gustar, y esto ya adquirió vida propia, base y escultura.

GM: ¿Le pones nombres a tus piezas?

PDC: Sí, de la que te hablé, aquella… La primera se llamaba Semilla. Está en el taller y es como una mano que tiene una especie de semilla; fue un homenaje a Pablo Neruda.

GM: ¿Tu herramienta preferida, la que te llevarías a otra dimensión, si nos pudiéramos llevar algo?

PDC: Depende, si es para el acero, sí, la angular. La soldadora no porque no me gusta soldar, si puedo evitarlo, lo evito.

GM: ¡Que tremendo! Pensar que a Griselda le encanta soldar.

PDC: ¡Sí, a Griselda le encanta!

GM: ¡Compite con ella misma!

PDC: Griselda fue alumna mía y la Lorena también, la Coca, ¡casi todas! ¡Y Carlitos también!

GM: ¿Qué te parece esta historia de la exposición? Hemos invitado a nueve

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mujeres chilenas escultoras y para mí es una cosa sorprendente encontrar tantas mujeres escultoras aquí en Chile. ¿Que opinas que una fundación mexicana venga a armarles una exposición a ustedes con hermosos catálogos en sociedad con la asociación de acereros y productores? ¿Qué te parece este suceso? No es la primera vez que hacemos algo masivo en Chile. Lo hicimos en el 2006 cuando invitamos a Sergio Castillo y luego nos llevamos a Pancha a Colombia y después a México. Cuéntame ¿qué opinas de todo esto?

PDC: Yo creo que se juntaron los astros, parece, no tengo idea de qué paso, pero es muy bueno. Lo encuentro como muy simbólico, se reúne esta cantidad de mujeres acá en Chile y deciden ustedes, privilegiar un poco el género con las escultoras, y que sea la primera vez que se hace algo masivo en Chile, porque siempre habían participado 2 ó 3 chilenos dentro de y ahora todos chilenos y nueve a uno de mujeres, o sea diez. Es como mágico, es algo muy de apertura, muy adulto, es algo que no se encuentra normalmente.

GM: ¡Es que aquí las mujeres son guerreras! Algo tiene que ver la cordillera… Me estoy encontrando con un puñado de guerreras. ¡Es fantástico!

PDC: Yo encuentro que es maravilloso el hecho de que hayan decidido hacer la exposición aquí en Chile con esta cantidad de mujeres, ya que normalmente, son mucho más los hombres que las mujeres.

GM: Escultura de acero es sinónimo de trabajo de hombre, por ser un trabajo duro, pero vamos a demostrar lo contrario. ¿Tienes hijos?

PDC: Sí, tengo dos hijas, cuatro nietos y dos en camino.

GM: ¿Alguno de ellos ha seguido tu camino?

PDC: Mi hija mayor: estudia paisajismo. Está también el tema del arte. Y la que le sigue es diseñadora gráfica. De los nietos no sé todavía.

GM: Heridas físicas y de las otras –que son las peores como cuando mandas algo y no lo aceptan — ¿has tenido?

PDC: Físicas, ¡claro! Una vez estuve al límite, la moledora me llegó a dos milímetros de la aorta…

GM: Conozco ese sentimiento de terror…

PDC: Cuando soldaba también estuve ciega un tiempo.

GM: ¡Jajaja! Yo la primera vez que soldé, ¡lo hice en shorts y sin careta! ¡Imagínate! En fin…Cuéntame, tú que eres academicista, ¿cómo está el tema de la escultura en Chile? ¿Las nuevas generaciones se inclinan hacia otras disciplinas en lugar de la escultura por ese facilismo del aire acondicionado? ¿Hay alumnos tuyos que estén apasionadamente enamorados del trabajo duro del acero? o ¿son los menos?

PDC: Sí, hay de todo, escultores jóvenes —casi niños— que le dan duro

y están aquellos cuyo trabajo es súper potente, pero también pasa con la pintura.

GM: En tu trayectoria dentro de la academia…¿has visto picos o descensos en el interés de los chavitos por la escultura?

PDC: Sí, por mucho tiempo la escultura estuvo muerta. Los pocos que se iban a escultura eran muy débiles, como que con mucha reflexión, mucho proyecto pero poca práctica, poca ejecución.

GM: ¿Y eso en qué momento se dio de la historia?

PDC: He notado un repunte de hace dos años a la fecha, pero hace ocho, diez o doce años era casi nulo el interés por la escultura; ahora como que de nuevo ha habido un repunte.

GM: ¿Hay esperanzas de que en cinco años tengamos aún mejores escultores jóvenes?

PDC: Yo creo que sí, ojalá que no se diluyan. Es natural, son más inmediatistas, la escultura es lenta y pesada: entonces debes tener un fuego interior que te sostenga porque todo el medio, el material, todo ese peso, esa resistencia que hay y que a pesar de todo tienes que enfrentar y todavía ir más allá para crear, es cosa seria, y estos cabrones son mas bien light, pero hay una esperanza. (Risas).

GM: Bueno, ¡nos vemos en ALACERO 53!

PDC: ¡Genial!

ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

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CARLOS GONZÁLEZCarlos es el único hombre entre nueve mujeres en esta exposición. Como lo supuse, es un ser humano muy especial. No cualquiera acepta estar en tan significativa inferioridad de condiciones con relación al género. A Carlos no le preocupa, al contrario, está feliz de que así sea. Nos encontramos en la entrada de su casa ya al atardecer, casi cerrando el día, y al abrir la puerta, venía acompañado de su perro. Ya en la sala, sentados a la mesa y después de mirarnos un buen rato a los ojos, le disparo la primera pregunta.

GM: Me vas a tener que decir, a ver, ¿cómo empezó todo, Carlos, de dónde viene, por qué la escultura, estudiaste, no estudiaste, tienes algún pariente que haya trabajado con las manos, vienes de una familia de artistas, de artesanos, cómo nace esto, a qué edad y porqué y dónde? A ver, cuéntame.

CG: No tengo parientes, ni historial de familia vinculados al arte, aunque me parece que mi abuela materna hacía ropa.

GM: O sea que era buena con las manos.

CG: Era sastre.

GM: Entonces podemos decir que no eres un meteorito… (Risas).

CG: Aparte de eso, en mi familia, por la parte de mi padre y de mi madre son de origen muy humilde, no tuvieron estudios formales, ni llegaron a la universidad nunca, de hecho, me parece que yo soy el primero en la historia familiar en entrar a la universidad. En secundaria mi profesora de

artes plásticas se me acercó, detectó algún talento y me aconsejó perseverar en eso y bueno… Aquí estoy.

GM: ¿Te acuerdas cómo se llama?

CG: No me acuerdo de su nombre y justamente como ella, el profesor jefe de mi curso también se interesó en mí y empezó a iniciarme en la literatura y nos hicimos amigos. Al salir del colegio y entrar en la universidad a estudiar Arte, por varios años seguí reuniéndome con mi profesor. Aquí en Chile hay un primer año común, o había en esa época, en que estudias todas las disciplinas y en el segundo tienes que elegir una especialidad. A mí me iba bien en pintura y en escultura no me resultaba mucho, tenía pésimas notas. Mi profesora era Patricia del Canto y (risas) me iba muy mal (risas), era mi peor nota, pero al momento de decidir la especialidad, elegí escultura, no sé, sería por el desafío, no era muy consciente de mejorar (risas)… Pero escogí escultura en ese momento al entrar a segundo año; había pasado todo el verano como en duda y claramente pintura era lo que me daba mejores resultados, pero bueno, me decidí por escultura y después con el tiempo empecé a pensar en volumen; ahora si me piden que pinte algo, me resulta imposible.

GM: Yo creo que la mejor nota te la dio Sergio Castillo al haber puesto tu nombre en la lista que le pedí una vez… en escultura.

CG: Yo no conocí cercanamente a Sergio Castillo, nos presentaron alguna vez y nos saludábamos cuando nos encontrábamos en algún evento pero no éramos amigos, él nunca me habló de mi trabajo y tampoco yo a él del suyo, entonces es un honor que me haya incluido.

GM: Él era una gran persona, un gran tipo; él debe de sentirse ahora donde esté, feliz de la vida que estemos aquí juntos los dos, porque fue un as bajo la manga, que tenía guardado por ahí, y es un gesto maravilloso. Entonces mira que nota te sacaste en escultura. (Risas). Porque podría haber recomendado a muchos, sin embargo, la lista es pequeña, muy corta. ¿Te acuerdas de la primera escultura que hiciste?

CG: La primera escultura… Déjame hacer memoria.

GM: Ya sea de lo que sea, piedra, etc…

CG: La primera que considero “escultura”, porque en primer y segundo año eran ejercicios impuestos por el profesor y el sistema de formación en tercer año, siendo alumno de Don Juan Egenau, era distinto porque había libertad artística, fue una abstracción de torso masculino como desde la mitad del torso y hombros, cabeza, algo muy simple y con un cuello largo y la cabeza, no, era con el cuello, con un corte en el cuello y la cabeza inclinada como un árbol que cae hacia un lado.

GM: ¿Como si le hubieran dadon un machetazo?

CG: Claro, y eso fue en aluminio fundido porque Egenau ocupaba esa técnica, estábamos en dictadura en Chile…

GM: ¿No vinieron a buscarte por haber hecho eso?

CG: No, hice una serie de tres, mis tres primeras esculturas fueron la misma imagen de un torso masculino muy sintético, muy estilizado y el primero era ese con un corte en el cuello y la cabeza cayendo; el otro era

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con la cabeza completamente inclinada hacia adelante, como en estado depresivo y el tercero no me acuerdo ahora, me parece que estaba muy erguido y tenía como algunos tajos en el pecho, algunos cortes.

GM: ¿En su momento era una imagen visual muy impactante, no?

CG: Era el comienzo de los 80´s con una dictadura muy fuerte.

GM: Por eso te digo que era un mensaje muy fuerte el que estabas dando…

CG: Y el inicio de las manifestaciones sociales también contra la dictadura, que empezaron en esos años, las primeras protestas, y había mucho temor y represión, entonces esas fueron mis primeras esculturas y luego hice algunas otras…

GM: ¿Le pusiste algún nombre?

CG: No, no pongo nombres porque el título que le pones a una pieza condiciona mucho la dirección hacia la que puede ir como escultura, si le pongo un título, la mando a un lado. En cambio, si la dejo sin título, el espectador la interpreta y la lleva hacia donde a él le parezca. Entonces no pongo títulos por eso. Después, hice algunas esculturas… aquí estaba empezando mi último año en la escuela, comenzó a pesar mucho el conceptualismo, entonces hice algunas piezas con latón. Influencia de imagen pop, y con un entorno como de pequeña instalación en que la escultura era una parte del trabajo, además de eso, aquí no había un medio en donde mostrar esas cosas; uno se lo mostraba a los amigos, había un parque de pequeñas salas a las que iban artistas, nada más que no había un público de arte, mas que estudiantes de arte, o artistas profesores, entonces, esas cosas hice siendo estudiante. Después cuando presenté mi tesis y me titulé, me fui a Barcelona por un año y siempre, por cómo eran las cosas, aquí en Chile con respecto al arte, no había mercado, no veía un futuro posible de vivir de hacer esculturas, entonces al volver de España, tenía las esculturas que había hecho siendo estudiante y un día aparece un amigo que ha ayudado a muchos artistas en Chile, Ernesto Muñoz, y él me llevó a un lugar donde un señor que hacía remates de pinturas y coleccionaba. Él me compró una de las esculturas que había hecho en la escuela, entonces al tiempo le llevé otra (risas) y un día se me acabaron y me vi obligado a hacer otras (risas) y empecé a hacer esculturas y le seguí haciendo, así estoy vendiendo…y vivo.

GM: Dime, Carlos, ¿tu formación es académica?

CG: Sí.

GM: Entonces, ¿cuando ya te reencontraste con la escultura, tenías algún ídolo, algún referente, dentro de la escultura contemporánea o antigua o mundial?

CG: No, no tengo, no miro mucho a otros artistas, para mí la escultura es algo muy personal y no he necesitado un estímulo externo, ahora inevitablemente, siendo estudiante tuve que ver fotos de lo que se hacía en otras partes en los 60´s, 70´s, historias del siglo 20, estaba obligado a ver. Pero un referente, no.

GM: Me gusta Brancusi o me gusta Caro ¿no?

CG: A quien agradezco mucho es a mi profesor Juan Egenau, que me enseñó una técnica que él usaba en aluminio y que yo he podido aplicar a muchos materiales.

GM: Ahí es a donde iba la próxima pregunta. ¿Por qué los metales, por qué no la pierda o la madera?

CG: Es por algo muy simple. En la Universidad de Chile, te tocaba, como te mencioné, el primer año que era común; el segundo de escultura, en donde te enseñaban a hacer figuras humanas en arcilla y después en yeso; pero en tercer año, entrabas a materiales definitivos y había tres profesores y cada uno ocupaba un material en su trabajo, y tú elegías con quien ibas a tomar el curso y aprendías eso. El maestro te enseñaba su material, entonces seguías con él en cuarto año. Si querías aprender otro material, había que intentar volver atrás a hacer tercer año otra vez, cosa que académicamente, no se podía, entonces uno tenía que elegir y tener muy claro lo que quería.

GM: ¿Fue una elección más bien condicionada?

ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

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CG: Yo no elegí, el destino me puso el metal enfrente.

GM: Es lo mejor, a veces es lo mejor. ¿Qué herramientas te llevarías a otra dimensión si te pudieras llevar algo?

CG: ¿A otra dimensión?

GM: Sí, o en otras palabras, ¿qué herramientas te gustaría que te pusieran en el cajón? Yo tengo un mazo, que fue mi primer mazo, que está en una mesa en mi casa. Y es el mazo con el que empecé y me lo quiero llevar… (Risas).

CG: Mi herramienta es el cartonero. Viene una hoja larga entonces (el cutter); yo uso la hoja toda entera afuera y agarro un bloque de polestireno… ¡me permite hacer curvas!

GM: Oye Carlos, ¿qué te parece esta historia, de que ALACERO y una fundación mexicana te haya invitado y sobre todo que seas el único entre las nueve musas? (Risas).

CG: ¿No hay más hombres? (Risas).

GM: El otro que había, se infartó: Salineros.

CG: ¿Se infartó? Él ha estado muy sobre-exigido, ha tenido éxito exhibiendo y además es académico, aquí la mayoría de los artistas en Chile viven de hacer clases en universidad, entonces, además de que estás empeñado en hacer tu obra, el ritmo es muy fuerte. Yo no hago docencias, solamente hago mis esculturas, tranquilo en casa.

GM: ¡Te quedaste solo con nueve mujeres! (Carcajadas…).

CG: ¡Todas para mí!

GM: Todas para ti. Y todas están encantadas de que sea Carlos. Cuando les pregunté a ellas: — ¿Carlos no se va a querer rajar? — Me contestaron: — ¡Claro que no! ¡Es una grandísima persona! — Dime… ¿Qué te parece esta exposición, este proyecto?

CG: Tú me llamaste en el primer contacto, para informarme que había sido mencionado en una lista por Sergio Castillo, entonces y después de eso, me dijiste que el motivo de la llamada era que las personas mencionadas iban a ser invitadas a este evento escultórico, entonces, me impresionó mucho en el momento, el que Don Sergio hubiera pensado en mí. Es un honor, en verdad, que el haya puesto atención en mi trabajo, y me haya anotado en su lista, es un verdadero honor.

GM: Qué lindo ¿no?

CG: Eso es lo mejor de todo y luego el que ustedes desde México estén organizando esto, siguiendo la lista de Don Sergio, es un honor adicional, es perfecto.

GM: Te quedaste como que.. ¿Como así? (Risas).

CG: Hay escultores, yo tengo muchos amigos escultores que no están en esa lista. (Risas).

GM: Hay que tomarlo así: es un regalo del destino. Y lo increíble es que la di a conocer después de que se murió, porque ese era el trato. El trato era que yo, cuando le dije “Hazme una lista” él me comentó que… “Si no, todos los que no pongo en la lista van a venir a mi estudio a reclamarme”. Fue inteligente, ¿te das cuenta? Dime… ¿Te ha mordido alguna vez la escultura?

CG: ¿Heridas? Sí tengo heridas, aquí tengo una cortada de once puntos, quemaduras al pasar el esmeril y a veces agarra la ropa. Que heridas hay, las hay.

GM: ¿Y de las otras heridas Carlos? Las más terribles, por ejemplo, las que duelen más que un corte, que son esas provocadas al presentarte a un concurso, y no, o que una galería te baje de una exposición, que te digan: sí te voy a exponer y luego vas, mandas todo y te dicen no te voy a poner, esas que son las más terribles.

CG: Eso no me ha pasado. Lo de que una galería me baje de algo no me pasó nunca, porque no he querido exponer mucho, en mi currículum hay muy pocas exposiciones individuales. He participado en muchas

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ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

exposiciones colectivas pero en individuales tengo muy pocas y no me gusta exponer individualmente, porque es un esfuerzo enorme y yo vivo de hacer mis esculturas y venderlas, entonces estar un año haciendo sin vender es muy difícil, por eso he expuesto solamente cuando ha aparecido alguna empresa ofreciéndome financiar una exposición mía y eso ha pasado como dos o tres veces en mi vida solamente.

GM: ¿Alguna empresa acerera?

CG: No. Hice una exposición en el 2000 en la Universidad Católica en que el financiamiento me lo propuso una firma, una empresa internacional de auditorías y manejo de platas, Arthur Andersen, que luego tuvo un traspié en su matriz en Estados Unidos y se fue abajo. Ellos me propusieron financiar algo y yo elegí el material que podía usar. Utilicé planchas de acero y oxicorte, y construi dibujos geométricos a mano alzada en el espacio y el resultado fue muy bueno, pero ahí, el material lo elegí yo, la firma que financiaba ponía el dinero, no ponía condiciones, nunca se me ha acercado ninguna empresa acerera. Algunos años después, no recuerdo la fecha, hice una exposición de una, eran como cincuenta y algo de piezas de hierro fundido, pero eso me lo financió un particular.

GM: ¿Las vendiste todas?

CG: No, no vendí, regalé porque lamentablemente, el fierro aquí no se paga. Entonces, fui regalando a los amigos, piezas, pero a mí me encantó esa exposición, y las piezas las hice con poliestireno al que le di textura rugosa, y luego al fundir en fierro a la tierra la textura es muy bonita, es como un acero erosionado por el mar. Hice una pátina con agua oxigenada industrial que quedaba con color naranja, muy bonito. Esas forman parte de mi experiencia con el acero.

GM: Dime una cosa, ¿cómo está para tu gusto, la escultura aquí en Chile? ¿Crees que hay una tendencia joven, crees que ha disminuido desde la época en que tú empezaste, los estudiantes se inclinan por materiales más amables, como la ves desde tu punto de vista?

CG: Yo soy bastante ermitaño, estoy muy encerrado y veo poco lo que se hace, pero la mayoría de los escultores que aparecen en los diarios y

revistas anunciando algo son amigos míos. No he visto una generación nueva de escultores, hay esta industria en Chile y medios alternativos de los que pueden disponer; hay hartos jóvenes usando tecnología moderna y hasta hace un tiempo se veía instalación, se usaba un poco, ahora no. La electrónica se ve mucho más en artistas jóvenes y escultura a la manera antigua de rayar piedra o madera o fundir, veo que está un poco en extinción eso.

GM: Sí, porque solamente es para los guerreros. (Risas).

CG: La vida es fácil para los chicos ahora, hay muchas herramientas…

GM: ¿Quién va a agarrar un mazo? Agarras mejor el twitter y pasas a la historia por quince minutos, es el sistema de desecho. Hay un pajarito, el chorlito, ¿nunca tu mamá te dijo que tenías cabeza de chorlito? ¿Sabes el porqué? Porque el pájaro chorlito no tiene estómago, come y caga, come y caga todo el tiempo.

CG: ¿No procesa?

GM: No procesa nada y sobrevive con los nutrientes que se le quedan pegados en ese tubito de comer y cagar. Por eso la mamá te decía eso, porque no te quedaba nada. Entonces estamos en una sociedad como el sistema del chorlito, donde la televisión y los medios estos son más de transición, no hay nada con una real sustancia. Bueno, volviendo al tema. ¿Sueñas mucho cuando duermes? Digo, con la escultura.

CG: Sueño con hacer buenas esculturas. Es un desafío el vender esculturas, el vivir de la escultura, pero hay otro mayor que es muy personal, es hacer una escultura nueva de vez en cuando e irme superando a mí mismo. Es fácil resolver el punto anterior vendiendo y repitiéndose uno mismo, hay piezas exitosas y hacer parecidas a esa y seguir vendiendo pero el desafío, el que puede quitarme el sueño es el de la auto exigencia de dar un paso más allá.

GM: Genial, nos vemos en ALACERO 53, Carlos. ¡Gracias!

CG: Gracias a ti, Mac.

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GRISELDA LÓPEZCuando Griselda me pasó su dirección, estando yo en México, ni idea tenía que La Serena estaba a casi una hora de avión desde Santiago. Es un lugar hermoso. Su playa se parece mucho a la conformacion de las playas de la Riviera Francesa. La invité a comer a un restaurante especializado en “locos”. Luego de la comida, afuera, de espaldas al mar y con bastante viento, le disparé la primera pregunta el 10 de mayo, día de la Madre en México.

GM: Me tienes que contar Griselda, porque por algo vine hasta acá. (Risas). ¿Cómo empezó todo esto, lo tuyo de dónde viene, tienes algún referente en tu familia que haya trabajado con las manos, algún zapatero, tu mamá bordaba? Cuéntame un poquito de tu historia, desde que eras muy chiquita, de cuando supiste que ibas a hacer lo que eres hoy.

GL: Con el arte netamente en la familia no…

GM: ¿Eres un meteorito?

GL: Jajajaja. ¡Más o menos! Lo más cercano al tema es que mi papá era carpintero. Yo viví con él con los formones, me metía a su taller y él enseñándome, pero era poco común que una niña estuviera metida entre los palos, era raro. A mí nunca me gustó bordar, por ejemplo, si tomo una aguja… no puedo, y mi mamá me hacía los bordados, aunque claro, sé bordar, pero no me gusta. A pesar de que me crié entre la madera, no me atrae tanto como el metal.

GM: Es que eres una guerrera. Para trabajar el acero hay que ser guerrero.

GL: Yo siempre. A uno le tiene que gustar mucho. Uno está muy solo, es de mucho esfuerzo, hay que luchar contra el metal, es tremendo. Yo le digo a alguien, si no te gusta pero así apasionadamente, no lo sigas, no lo toques, no debes tocarlo porque viene la frustración.

GM: Entonces ¿cómo empezaste?

GL: Estaba siempre mirando a mi papá, tratando de aprender cómo armaba los muebles, me encantaba lo que él hacía, yo de repente martillaba, pero me gustaba verlo, ir al taller… Era muy apasionado conversar con él. Después ingresé a la universidad pero yo no quería estudiar escultura, yo prefería pintura porque era el boom y después del primer año, me di cuenta que la escultura era para mí, era lo que me atraía. La pintura me dejó de gustar porque cuando entré a la clase tenía que hacer paisaje y nunca entendí lo que me pidieron y fue mi peor nota, y dije, pues NO, yo dije no y me quedé con la escultura. Entré a primero con ella, donde estábamos agrupados todos los que entraban en carrera, yo caí en el curso de escultura y terminé ahí. Yo la elegí a ella como profesión.

GM: En esa época ¿tenías algún referente por el que te inclinabas, un Giacometti?

GL: Nada, yo era ignorante. Primero quería estudiar historia y no, el puntaje no me dio para historia. Tenía a mi hijo y yo le enseñaba historia y era un pendejito así, y yo le hablaba de historia y andaba transmitiendo cosas de historia y después, bueno, yo quería estudiar arte y nada pensaba, nada analizaba. Cuando entré a escultura, Félix Maruenda, —no sé si tú lo ubicas— llegó a la escuela a la clase de forja y ahí ya enloquecí con el metal. Y me dije: “Éste es mi medio ahora”.

GM: ¿Te acuerdas de tu primera pieza que hiciste? ¿La vendiste, regalaste, la perdiste, la robaron?

GL: Se llama Traslación y es la partida…

GM: ¿De qué año?

GL: 2004. No es tan antigua. Para mí ahí empecé, porque yo salí de la universidad, entré en depresión y desaparecí como por ocho años, y cuando reaparecí, retomo mi arte con ella. Entonces ahí volqué toda mi energía y decidí: “Aquí renazco y es con ésta”. Entonces es la que más quiero y más valoro.

GM: ¿Tu primera exposición?

GL: En 1994. Fue una exposición que promocionó la Paty del Canto, que era para los de cuarto año de universidad y la hicimos en el Centro Cultural de Providencia y fue así como rimbombante porque estaba de aniversario, entonces fue como a todo dar, además que era la primera vez y se montó en un lugar donde nunca había entrado gente que no fuera consagrada, entonces tenía una doble connotación, era espectacular y llegó mucha gente, llegó la prensa, la radio y me entrevistaron. Estábamos como en la gloria, después de eso, yo asistí a otra exposición y ¡no fue nadie! Nos llevaron para el norte a El Salvador, con CODELCO y cuando vamos a la inauguración, no había nadie.

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GM: ¡Qué genial!

GL: Era el contraste, ahí aterrizamos. Yo personalmente juraba que todas las inauguraciones eran como la primera y fue como decir, eh… (risas): ahora hay que empezar a trabajar, fue como muy grandioso pero, ahí uno empieza a entender el ritmo de cómo son las cosas.

GM: ¿Tienes hijos?

GL: Sí, tengo tres.

GM: ¿Alguno de ellos ha agarrado un mazo, un cutter?

GL: El cartonero (cutter, tick tack).

GM: ¿Crees que alguno siga tu camino?

GL: No, mi hijo mayor no, su medio es la música. Y al otro le gusta dibujar, pero está estudiando antropología.

GM: O sea que ¿a quién le vas a dejar toda tu experiencia? ¿Al viento?

GL: ¡A la gente que ve mis esculturas! (Risas).

GM: Dime qué te parece que ALACERO y una fundación mexicana armen algo así, que te inviten y se haga lo que supuestamente se va a hacer.

GL: Para mí, espectacular. Pensar que haya gente, una institución que quiera acoger y promover el arte y a artistas que a veces somos de más bajo perfil, que no tenemos siempre la posibilidad de estar mostrándonos, para mí es muy importante dar ese paso, me lo tomo con calma. (Risas). Quiero hacer alguna obra que a mí me satisfaga mucho.

GM: ¿Por qué La Serena? ¡Está haciendo frío!

GL: Yo no soy de acá. Salió un trabajo bueno para mi esposo y tomamos la decisión familiar de venirnos a La Serena. Claro que yo venía súper… cómo le dicen, allá era primavera siempre. Aquí no pasa nada, casi siempre está nublado…Pero no sé por qué nos hemos ido quedando y quedando…

GM: ¡Bueno pero hasta aquí te vine a buscar! (Risas).

GL: ¡Sí! Desde acá me muevo y hago todo.

GM: Veo piedras por todos lados, se me hace muy loco de que no… nunca hayas agarrado una piedra, un cincel y un mazo. Lo tuyo es más bien por adición por lo que veo, no la extracción.

GL: Pero sí he hecho piedra. El año pasado hice un granito grande en Estados Unidos. La persona que me invitó, él sabía que yo no sé nada de piedra, yo soy de puro acero y me llama con ese antecedente, que vaya a conocer lo que es la piedra y me encantó, sí que me gustó mucho. Se pone tan resistente como el acero. (Risas).

GM: ¡Te saca más músculo que el acero!

GL: Sí.

GM: Dime, ¿cómo ves el tema de la escultura en Chile? Tú crees que las nuevas generaciones se vayan por la escultura, o se van por el facilismo de la pintura, la comodidad. ¿Qué piensas? Los de nuestra generación seguimos pegados al trabajo duro.

GL: A mí me da la sensación, bueno, históricamente, siempre se han inclinado más a la pintura, o sea, la pintura tiene el primer lugar. Cuando yo entré a escultura, éramos tres alumnas y en pintura estaba el resto y en fotografía eran dos. El grueso en pintura porque siempre, bueno, es como la moda, es mucho más fácil, los materiales para la escultura son muy caros —el acero— aunque con la madera es diferente, encuentras un tronco y lo transformas en algo. Pero el metal, cuesta mucho. Y en sí, es como más difícil transformarlo.

GM: ¿Tú crees que hay menos escultoras que cuando empezaste a estudiar?

GL: Me enteré que vino como un boom, la Paty tenía muchas alumnas, no sé si más mujeres, no tengo idea, pero pienso que no es una disciplina que atrae a mucha gente. En general no la atrae.

GM: ¿Hay montañas por aquí?

GL: Sí, aquí hay de todo.

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GM: Fíjate que una de las teorías, bueno no teorías, pero una de las cosas que estaba pensando anoche es porqué hay tantas mujeres escultoras en Chile… y me dije: “Es que tienen el referente de la cordillera y todos esos planos y profundidades, bueno, es más lógico que haya más escultores donde hay ese tipo de geografía en lugar de una planicie”.

GL: Acá tenemos el mar. Físicamente siempre estamos mirando hacia él.

GM: ¿El color?

GL: A mí me cuesta, pero tengo obras pintadas, en China pinté una de rojo y tengo dos azul oscuro, digamos como el océano (risas). Pero me ha costado, por obligación casi del clima las dos primeras que son azules y bueno, en China, quise pintar con más soltura.

GM: ¿Cuál es tu herramienta favorita?

GL: Mi soldadora (risas). Es que yo cuando estoy con el fuego, mi mente….vuela. El juego que yo hago, es tratar de hacer el cordón más largo.

GM: ¿Heridas? Físicas, mentales, etc… Hay otras mucho peores, que son cuando mandas una pieza y te la devuelven y te dicen: “No, no estamos interesados”.

GL: No me ha pasado, pero siempre tengo conciencia de eso. Y heridas físicas con la escultura, sabes que no, yo con el metal soy súper precavida, estoy al pendiente, respeto mucho la herramienta. Pero sí, trabajando en madera, aquí en la rodilla, me agarró.

GM: La felicidad es la pérdida del miedo.

GL: Pero no es miedo, yo no le tengo miedo a la herramienta.

GM: Ahí voy, porque me preguntan: — ¿No te da miedo andar en la moto? ¡Es peligroso! — Y les contesto: —No, lo que pasa es que el miedo lo tienes que dejar en tu casa, pero sí tienes que tener temor, porque el temor provoca respeto.

GL: A eso me refiero. Cuando te digo que respeto la herramienta y no me las doy de soberbia; o sea no, ¡fuera el miedo! Nunca me ha pasado nada. Pero te repito que sí, cuando estuve trabajando con madera, me chupó aquí. (Señala su rodilla).

GM: ¿Acero inoxidable, al carbón, grueso, delgado?

GL: Trabajo la lámina de tres milímetros. Fui a México a mi primer simposio y era con acero inoxidable. Fue en Chiapas y era la primera vez en que hacía una obra en acero inoxidable; como que es inmaculado. Ahora estoy en esas, haciendo una pieza… lo agarro, lo manipulo, no sé qué va a pasar.

GM: Más esfuerzo físico. Sobre todo al pulirse, te vas a volver loca. Griselda, fue un gusto venir a verte a La Serena. Nos vemos en ALACERO 53.

GL: Sí, nos vemos. ¿Me van a mandar el pasaje, verdad? (Risas).

GM: ¡Por supuesto!

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ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

TATIANA NÚÑEZTatiana me recibió en su casa un día de lluvia en Santiago. Lo primero que hizo fue mostrarme su taller lleno de maquetitas con proyectos de esculturas que espero, un día se hagan realidad. Su imagen no es la de una escultora, más bien es la de una ingeniera en programacion de “software”. Me dejo llevar de la mano por su sonrisa amplia y sincera y le hago las primeras preguntas.

GM: Tatiana, cuéntame ¿cómo empezó todo esto? ¿Por qué la escultura? ¿Por qué no otra disciplina del arte? ¿De dónde viene? ¿Tienes algún referente generacional en tu familia? ¿Algún carpintero? ¿Algún dentista? ¿Alguien que trabaje con las manos?

TN: De familia…nadie cercano que trabaje en el mundo del arte, ni artesanos. Mi papá trabajó en un banco y mi mamá también, nada que ver.

Tenía una tía que intentó por los años 40´s y 50´s, siendo mujer, meterse a la escuela de Bellas Artes, pero su papá no la dejó. Siempre nos visitaba y cuando yo era chica y hasta los 15 años, todos los lunes iba a tomar el té a mi casa y le gustaba mucho dibujar. Con ella tuve conversaciones de vocación, de cómo encontrar algo relacionado al arte. Siempre me gustó construir cosas, lo típico, o sea, por lo menos yo, cuando era chica y nos juntábamos con mis primas, empezába a hacer construcciones con los co-jines. Luego, salí del colegio e ingresé a la universidad a estudiar diseño in-dustrial (estuve dos o tres años) pero no me gustó porque era demasiado

funcional. Paralelamente a eso, tomé clases de joyería, — como siempre buscando esta “cosa”…—, y alguna vez me plantee estudiar arquitectura. El tema siempre estuvo rondando en mi cabeza y ya en el curso de orfe-brería, un profesor de la Universidad de Chile de la escuela de arte, me invitó a ir a visitarla y me empezó a entusiasmar desde el primer día. Me retiré del diseño y bueno, postulé y quede en arte. En primer año la Patri-cia del Canto me dio clases y me di cuenta de que en realidad la orfebrería era algo más micro en tamaño. Podía abarcar mucho más con la escultura.

GM: ¿Y el encuentro con el acero?

TN: El encuentro con el acero vino con los primeros ejercicios que hicimos en escultura, trabajamos primero madera en un simposio, expusimos en el Museo de Bellas Artes y luego teníamos que hacer trabajos con la modelo. Empecé a soldar y a trabajar y a modelar a fondo el acero y me interesó mucho porque es un material que tiene múltiples posibilidades. Puede llegar a ser súper maleable con el calor y súper estructurado y rígido soldándolo o trabajándolo.

GM: ¿Y tu primera escultura? ¿La tienes guardada? ¿La vendiste? ¿Te la robaron? La primera y que te dijiste, “Wow, yo soy de aquí, esto es lo que quiero hacer en mi vida”. ¿Qué era?

TN: Creo que fue uno de los ejercicios con la modelo. No era en acero. La doné a la casa que mis padres tenían en la playa y se quedó ahí porque vendieron la casa ¡con todo y escultura!

GM: ¿Y la de acero?

TN: Hay una a la que le tengo mucho cariño, que la hice hace diez años y se la vendí al papá de una amiga y también la puso en la playa. En la entrada con un arco. Se llamaba Salvar una luz que es como un término arquitectónico, cuando uno une dos distancias. Era un arco que tenía una pieza de aluminio fundido.

GM: Como referente en esa época de estudiante, ¿quién te sorprendió? ¿Giacometti, Caro, Brancusi? ¿Te gustaba ver o no?

TN: Sí, pero a mí el que me voló la cabeza fue Richard Serra. Sus piezas en acero, me parecen alucinantes. Lo que logró en el Guggenheim de Bilbao es impresionante. Las vi en vivo y en directo, me quedé con la boca abierta, me dieron ganas de llorar.

GM: Esa la subvencionó la empresa Arcelor-Mittal.

TN: ¿Sí? Mira, cuando lo descubrí a Serra en la universidad –y a sus textos – me fascinó esa corporalidad pesada, dura, pero a la vez como que juega con la gravedad, además eso es lo que me llama la atención, poder recorrer la escultura…vivirla.

GM: ¿Has tenido heridas de guerra, digo de todo tipo, físicas, mentales o de ego, ésas en que te presentas a algún concurso y no te seleccionan?

TN: Cuando tuve que empezar a subsistir y a mantenerme y me encuentro con la realidad, estuve mucho tiempo sin hacer esculturas de gran formato. Trabajaba hartos materiales y en ese momento empecé a hacer

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cajas como composiciones y eso me mantuvo pensando en el espacio, en la composición, en la escultura y después de ese período, retomé la escultura, pero fueron varios años en los que no tuve mucho éxito, ésa fue mi herida. Y heridas físicas, bueno, oxidando una pieza por poco me quemo un ojo. ¡No veía! Casi pierdo la vista con todo el vapor del ácido muriático. Recuerdo estar en la universidad, salí a hacer unas compras y no veía nada, todo era blanco. ¡Por nada y me quedo ciega!

GM: ¿Tu herramienta favorita Tatiana? ¿Alguna que te gustaría llevar a otra dimensión y que sería como tu compañera de viaje?

TN: Humm…Muy difícil, no sé. ¡La alicate!, con ella se puede hacer de todo. (Risas).

GM: ¿Qué pasó por tu cabeza cuando te dijeron que ibas a participar con otras mujeres en esta exposición, en este homenaje al género?

TN: Me parece fantástico que seamos la mayoría mujeres. (Risas). ¡No, no tengo nada contra el hombre! Sabes que son pocas las veces en que las mujeres tienen una exposición juntas, que se reúnen puras mujeres o la mayoría mujeres.

GM: A mí me sorprendió el hecho de encontrar tantas escultoras. ¿Y qué me dices de que venga ALACERO y una Fundación mexicana a armarles una exposición aquí en Santiago?

TN: Me parece un excelente desafío, siempre hacer una escultura es un reto enorme, como que uno se tiene que plantear…cómo trabajar con esa materialidad.

GM: ¿Por qué la escultura y no otra disciplina del arte? ¿La pintura? ¿La música?

TN: Por el espacio, el trabajar “en” el espacio es como modelarlo (una constructora espacial), así es.

GM: Yo te lo pregunto, porque me he encontrado con muchas guerreras aquí en Chile, mujeres guerreras que trabajan el acero. Yo sé lo que es el acero, le conozco todas las vueltas y bueno, son guerreras ustedes… pero

¿por qué son tan guerreras? ¿A qué ameritan el ser tan guerreras y que trabajen el acero como en ningún otro país de Sudamérica? ¿Tú crees que tenga que ver el entorno, la majestuosidad de la cordillera, las piedras, el paisaje?

TN: Sí, puede ser el paisaje. Aunque no lo sé. Yo creo que acá en Chile tiene mucha fuerza esa herencia mapuche. Esa concepción de una mujer como obligada a la tierra y más poderosa.

GM: Bien, me gustaron tus palabras.

TN: Porque bueno, el acero es un material con sus complicaciones… el peso, por ejemplo, pero sé de su desafío y lo encuentro bonito.

GM: Yo creo que tu eres la más joven de todas las expositaras ¿no?

TN: ¡No te engañes! (Risas). Puede ser que sí, soy un poco menor.

GM: Tú eres la más chiquita de todas (yo creo), entonces, tú formas parte de una nueva generación de escultoras y te quería preguntar, ¿cómo ves el panorama? O sea, ¿tú crees, que hay una curva ascendente de nuevas escultoras en tu generación?

TN: A ver, de escultores sí, absolutamente, hay una vuelta al origen, a la disciplina madre, a la escultura, mucho interés por aprender técnicas, por desarrollar y en el fondo también tensionar lo que fue tan conceptual, eso que estuvo de moda, tensionarlo con ese oficio. A mí me parece que es lo interesante de seguir en una disciplina pero igual no cerrarse a la historia del arte.

GM: Bien…¿Tus sueños? ¿Tus sueños con relación a la escultura? ¿Meter un monumental de 20 metros arriba del edificio…tal vez?

TN: Creo que encontrarme, seguir trabajando una línea, una idea y seguir encontrándole esa cosa poética (emocionándome).

GM: Bueno pues, nos vemos en ALACERO 53.

TN: ¡Claro, maravilloso! ¡Muchas gracias!

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ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

LORENA OLIVARESEl Cajón del Maipo se encuentra a una hora y media de Santiago. Es un lugar maravilloso enclavado entre la cordillera de Los Andes y allí decidió Lorena asentarse para desarrollar su arte, en El Manzano, por eso en la mesa de la cocina de su casa me estaba esperando una tarta de manzana que degusté con tres porciones. Es una receta Mapuche. Con ese manjar en mi mano, le pregunto:

GM: ¿Cuál es el nombre de la tarta?

LO: Kuchena.

GM: Cuéntame, ¿cómo empezó todo esto, tienes en tu familia algún referente artista, alguno fue zapatero, carpintero, alguien bordaba? ¿De

dónde viene esta manualidad, el trabajo con tus manos y por qué la escultura y el acero y esa entrega que tienes en tu vida hacia la construcción espacial?

LO: Yo identifico como dos cosas: una, mi familia en general, mi abuelo, por ejemplo, fue muy inquieto, siempre aprendiendo cosas nuevas con las manos, mi papá igual, mi abuela incluso, hacía muebles, agarraba martillo, clavos y los armaba y mi mamá también muy en el hacer. Y por otro lado, cuando yo era chica, viví unos años en Los Andes, que era una ciudad que queda bastante cerca de Santiago y esa casa era otro mundo porque era muy antigua, de adobe de esas grandes, así de teja y tenía un terreno enorme y ahí funcionaba una planta recuperadora de estaño. Entonces en mi casa, en mi patio, estaba una fundición, había cerros de chatarra, donde yo iba a jugar con mi hermano, por eso mis imágenes de esa época son estos cerros de color óxido y encontraba latitas redondas, cuadradaditas y todos esos eran mis juguetes. Me iba a la fundición y les pedía a los maestros que me regalaran todos los choreados de estaño, tenían una forma maravillosa, y también había un taller de carpintería ahí así que iba y le pedía a los maestros que me regalaran los rulos, yo le decía los rulos al aserrín que queda después de agujerar la madera, entonces todo eso estuvo tan cercando que para mí fue, yo creo, el inicio de mi interés por estos materiales. Siempre me gustó mucho el hacer, siempre estaba coleccionando y armando cosas, me encantaba dibujar y pintar, esas eran mis entretenciones.

GM: Y luego el salto, porque eres académica. ¿Sí? Salto a la universidad.

LO: Claro, yo desde muy chica, supe que el arte era lo mío. Lo tuve bastante claro, en alguna época pensé en arquitectura por ser algo más práctico para sobrevivir, pero la verdad que el arte me colmó.

GM: ¿En qué año entraste a la universidad?

LO: En el noventa y uno. Yo salí del colegio con diecisiete años y entré al tiro a la universidad, no lo dudé ni un instante.

GM: O sea ¿te metiste en una carrera de la vida con absoluta libertad?

LO: Sí.

GM: Después de que Chile estaba, o estuvo tanto tiempo bajo un régimen duro, supongo que entonces tú buscabas algo que te diera toda la libertad para ejercer una expresión…

LO: Yo en ese sentido me siento increíble porque yo he vivido mi vida sin ningún trauma, sin ningún obstáculo.

GM: ¿Cuál fue tu primera pieza, no la de la escuela, sino tu primera pieza que dijiste, ¡Wow!?

LO: Lo que pasa es que yo entré a la universidad pensando en pintura.Estaba segura que era lo mío, pero llegué a la escuela y por primera vez tuve un taller de volumen con la Paty del Canto y me empecé a dar cuenta que era mucho más entretenido, me planteaba desafíos mayores y al final del primer año, la Paty me dijo: — Tú vas a tomar escultura, ¿cierto? — Lo

dudé, porque yo siempre pensé en la pintura y al final dije, nooo, lo mío es la escultura… y por ahí me fui y no he parado más.

GM: Te acuerdas de la primera pieza que hiciste, la primera, no de estudio, la primera que tuviste en tus manos.

LO: Sí, me acuerdo cuando ya empecé a hacer obras para mi título, mi propuesta personal fue una pieza que es como la primera que me hizo sentir satisfecha: de madera, con durmientes y acero, era una mezcla y era como un estallido y estaban estos fragmentos de madera con acero que se apoyaban en una base muy fuerte de durmiente.

GM: ¿Y dónde está esa pieza?

LO: ¡La vendí al poco tiempo! (Risas). No soy muy aprensiva con las piezas, yo no tengo tantas, pero sí me preocupo en tener fotos de todo lo que hago.

GM: ¿Tenías algún referente en esa época de estudio, admirabas a alguien? Giacometti, Caro…

LO: La verdad es que nunca tuve muchos referentes en la figuración, sino más bien en la abstracción. En esa primera época me acuerdo que me llamó mucho la atención Richard Serra, para mí fue increíble. Cómo hacer una obra tan simple con una geometría tan simple, un pequeño gesto y lograr como un espacio, abrir un espacio tan grande y además de que significaba toda una experiencia, no era solamente la escultura como forma sino la experiencia en torno a ese espacio.

GM: Sí, te metes y caminas dentro de ellas.

LO: Claro, sí.

GM: Es una cosa impresionante.

LO: ¡Es llevar la escultura al máximo!

GM: ¿Tienes hijos?

LO: Sí, tengo una hija.

GM: ¿Crees que seguirá tu camino?

LO: No es que no quiera o quiera; veo que ella tiene muchas aptitudes creativas y todo pero la verdad que yo la dejo en libertad para que elija.

GM: ¿Alguna herida de tipo física o las otras que son peores, cuando te rechazan un proyecto?

LO: Bueno, es parte de esto y de la vida también, muchas veces he trabajado mucho tiempo dedicándome a un proyecto y después no resulta pero yo creo que es un reto. Ahí está el desafío. Y heridas físicas, bueno, sí, anécdotas, ya sabes.

Una vez estaba puliendo con un esmeril un pedazo de fierro en verano, con mucho calor, entonces yo con la bolera, y estaba puliendo y puliendo,

y se empieza a sentir calientito y veo ¡fuego!, me estaba incendiando. Pero por suerte nada serio, nunca he tenido ningún accidente serio.

GM: ¿Tu primera exposición?

LO: Fue al poco tiempo de salir de la escuela, justamente con mi proyecto de título…

GM: ¿Y qué presentaste? ¿Fueron muchas obras?

LO: Sí, fueron hartas obras pequeñas porque fue como una serie que hice de tamaño maqueta y trabajé las combinaciones posibles pensando en las tres dimensiones, pero además de las tres dimensiones, ¿cuál sería su opuesto? Mirándolas desde el otro punto de vista: así como existe el número 0, existe el menos UNO, ¿cómo serían las tres dimensiones desde esa lógica, no elevación, no ancho, no largo? ¿Cómo sería eso? Entonces hice combinaciones de dos dimensiones en este campo abierto de seis dimensiones por ejemplo, combinando ancho con no alto y salieron formas bien interesantes.

GM: Sí, es la anti tridimensionalidad. ¿Y cómo te fue?

LO: Me sentí bien, pero la obra fue un poco incomprendida, no se entendió mucho, bueno… por la gente en general; pero como fue mi proyecto título, fue bastante bien evaluado el resultado por mis profesores.

GM: ¿Qué piensas de este proyecto, nueve mujeres y un hombre, ALACERO y de una fundación mexicana que viene a Chile conjuntamente con esta organización de empresarios del acero, a hacerles una exposición?

LO: Lo encuentro súper entretenido.

GM: Cuando te invitamos, ¿qué sentiste, ¿qué dijiste?

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LO: Pienso que es genial porque en el fondo es como aceptar dos mundos que aparentemente están tan distantes y yo en la vida, fue por ahí, por esa apertura de aceptar entramarnos, porque creo que a través de eso podemos mejorar el mundo finalmente.

GM: Una asociación, claro. Me dices que conoces a muchas de las escultoras. Yo no conozco a todas personalmente, eres la cuarta que entrevisto. Pero dime, ¿tú crees que va a ser una buena exposición?

LO: Absolutamente.

GM: He visto las obras de todos para hacer la selección y demás, pero a nivel humano, ¿crees que es un grupo homogéneo compacto?

LO: Sí, nos conocemos, o sea somos de distintas generaciones, pero nos conocemos desde hace tiempo.

GM: ¿A qué crees que se deba que Chile es uno de los países que más mujeres escultoras tiene? ¿A las montañas? ¿A la cordillera, tal vez? ¿A esas profundidades de campo que hay, esos planos?

LO: Yo creo que tiene que ver definitivamente con la geografía, porque esta geografía exige un temple…

GM: Sí, ¡porque son todas guerreras!

LO: Sí, sí, no es algo nuevo, es algo que viene con la historia de la cultura chilena, o sea las precursoras son mujeres, raro.

GM: ¡Qué notable!

LO: Rebeca Marte, Martha Colvin, Eli Garafori, que acaba de morir hace poco.

GM: Sí, a mí me sorprendió. Bueno, nos vemos en octubre en ALACERO 53 y muchas gracias por recibirme en tu casa.

LO: Gracias a ti, ¡un honor!

GM: Otra cosa, ¿le pones nombres a las piezas?

LO: Sí.

GM: Cuéntame, por qué.

LO: Porque como nosotros tenemos nombres, las obras merecen un nombre, además yo creo que el nombre ayuda a que el público, la gente, tenga una puerta de entrada al mundo, a los símbolos, al lenguaje, al mensaje que está ahí, entonces por qué no ponerles algún nombre.

GM: ¿Ha habido dentro de tu trayectoria, una línea que te lleve al encuentro con algo allá muy lejos… un objetivo o has dado vuelcos?

LO: Mira, diría que yo trabajo diversos materiales, no soy de una sola cosa, me gusta mucho mezclar, me gusta esa dualidad entre la rigidez del acero, por ejemplo, esa cosa geométrica, limpia, perfecta, y lo que es más orgánico, más vivo, la madera, la cerámica… Pero la verdad es que no, no he tenido un vuelco. Siempre he ido por una línea apuntando a donde mismo, me gusta mucho la geometría, las formas simples, limpias. Independiente del material.

GM: ¿Herramienta preferida? ¿El cartonero? (Risas).

LO: No, es el esmeril. Todo lo que hago con el esmeril, es tan versátil. De hecho de la cantidad de máquinas que tengo, los esmeriles son lo que más he tenido que renovar. El esmeril porque me sirve para la madera, el aluminio, el fierro…

GM: Gracias, Lorena…muchas gracias.

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PAULA RUBIOLa mañana en que fui a entrevistar a Paula a su casa-taller ubicado en una esquina del barrio de Nuñoa, había un camión estacionado afuera y tres operarios esperando conmigo: abrieron la puerta al pulsar yo el timbre. Se me hizo raro. Al salir a recibirnos (Violeta y Ernesto se nos vinieron encima, —sus perros—) me di cuenta que su obra se “mueve”. Los hombres venían a recoger unas piezas para llevarlas a una galería. Maravillosos los ojos de Paula. Muy bueno el té “home-made” que me ofrecieron, y que aceleró mi corazón. En la mesa del comedor, le lanzo la primera pregunta.

GM: Cuéntanos ¿cómo empezó todo esto? ¿De dónde viene? ¿Cuál es tu historia con el acero?

PR: Viene desde que soy pequeña se podría decir, cuando comencé con el dibujo, que para mí ha sido como la base en la escultura; yo nunca me vi muy interesada por temas como color, o luz-sombra, que era más del mundo bidimensional. Yo empecé con el dibujo desde muy pequeña y era lo que a mí me interesaba, así que inmediatamente tomé la licenciatura en

la Universidad de Chile. O sea, la verdad es que empecé en la Universidad Católica, y me cambié porque ésta no ofrecía una buena especialidad en la mención de escultura y la Universidad de Chile tenía una tradición fuertísima y muy sólida en escultura con el maestro Juan Egenau, un escultor muy conocido acá. De ahí egresé con la mención en escultura y la verdad es que me incliné por el acero (no absolutamente) pero ese material me interesó mucho por el peso, que es, por cierto, muy distinto al del aluminio. Tuve una atracción muy fuerte por el acero, por su potencia visual y peso físico.

GM: ¿Cuál fue tu primera pieza en acero? ¿La perdiste? ¿Te la robaron?

PR: ¿En acero? Mi primera pieza en acero —si mal no recuerdo— fue una que fundí, estoy casi segura, sí, fue una fundición grande.

GM: ¿Te acuerdas cómo se llamaba? ¿Le pones nombres a las piezas?

PR: No recuerdo. Fue una pieza muy interesante que, como te explico, nació de modelar una especie de costra de roca, una isla politencial. Modelé toda la roca muy orgánicamente, rasgándola y se originó como una especie de meteorito, una cáscara de meteorito como de un metro y medio de diámetro.

A partir de esa cáscara orgánica, creo una plantilla muy mecánica en cartón y a esa plantilla la pico dentro de este cuerpo muy orgánico, la ubico de cierta manera para que exprese lo que quiero lograr y la corto, muy perfectamente y eso es lo que mando a fundir en fierro.

GM: ¿Tuvo nombre?

PR: No me acuerdo. (Risas). La hice para una galería aquí en Santiago, una galería comercial y la vendí, asombrosamente la vendí. Eso fue el año 99, incluso un poco antes, 97 ó 98.

GM: ¿Tu primera exposición?

PR: Mi primera fue en el tercer año de la Universidad, participé en una exposición colectiva con mis compañeros en una galería bien interesante —en la época de la dictadura—; estaba en un pequeño enclave, una galería de arte un poco más libre e hicimos esa exposición y fue una muy buena experiencia y luego, a partir de eso, me pidieron una individual. Era un espacio reducido pero muy interesante, conceptualmente muy bien manejado y ahí fue mi primera individual. Expuse piezas de fundición, no en acero solamente, algunas obras eran en aluminio. Pero yo comencé con el acero en fundición y no es que luego me haya trasladado al material en frío, sino que ha sido siempre intermitente en la fundición. Últimamente ha derivado en las piezas que te mostré, los origamis. Me tiene muy capturada el fierro en frío. Puedo obtener con él esa parte industrial… y llegar al extremo con mis esculturas, esa es mi búsqueda, bueno, no es que lo sea, sino que finalmente intento llevar al extremo los volúmenes. Trato de romper con cierta formalidad.

GM: ¿Hay algún referente con relación al arte en tu familia?

PR: La verdad es que no, tengo un tío que es muy bueno para el dibujo, mi hermano era muy bueno también en esto, parece que hay una cierta herencia con el dibujo que para mí está muy ligado a la escultura, por ser blanco y negro, pero fíjate que nada, no…en escultura, no. Mi trabajo ha resultado de descubrir y ver escultores que me interesaban.

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ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

GM: Dime, ¿qué te parece la historia de esta exposición, que te den la mano, que te invitemos con 9 colegas, qué te parece que aparezca ALACERO y una fundación mexicana a armarles una expo a los chilenos?

PR: ¡Me parece realmente notable! Pero mira, al principio me llamó por teléfono Carlos González, quien es mi amigo, fue muy divertido lo que te voy a contar. Me dijo: —Oye, me contactaron unos mexicanos para una exposición— y me relató todo el asunto y yo pensé: “Aaah qué interesante. ¡Que envidia!” Le comenté: — No lo puedo creer, es fantástico—. A los pocos días, me llega tu mail, me dije: —¡Wooowwwww, yo también estoy!—. Fue increíble, muy divertido eso que me pasó con Carlos, además que lo encuentro muy, no sé cómo explicarlo. Creo que para escultores que trabajan el acero, es fabuloso poder compartir con gente que hace acero, de verdad. Es una hermandad positiva, yo la veo por todos lados porque para el industrial del acero —considero — debe ser muy satisfactorio ver su material convertido en arte. En este caso, con esta exposicion se da una reciprocidad muy importante y una comunión artística muy bonita.

GM: Aquí en Chile, ¿alguna vez has sido contactada por alguna empresa acerera?

PR: No de ellos hacia mí, pero sí yo le presenté un proyecto a Gerdau —con el tema del reciclaje que es algo que me interesa—, y estoy preparando una exposición en la galería Reddit, para dentro de dos años y estoy viendo la forma de porder lograr financiamiento ya que es una obra grande, una instalación.

GM: ¿Tu herramienta preferida, la que te llevarías a otra dimensión si es que existiera?

PR: Yo creo que una compactadora de acero; sí, poder modelar en frío una plancha de acero gruesa es muy alucinante. Trabajé una vez con una en Valdivia, en los astilleros de barcos y fue increíble. Yo era muy joven,

pero quedé prendida de aquello, es tener la posibilidad de hacer algo industrial a una escala gigantesca.

GM: ¿Heridas? ¿Psicológicas, físicas? ¿Te pasa factura el acero?

PR: Sí, he tenido mis traumas… Yo creo que a ti te ha pasado también.

GM: Dime, ¿cómo ves la escultura de género en Chile?

PR: Acá hay muchas mujeres guerreras. Con muchas tetas, creo que tiene que ver con un Chile cordillerano, de mucha relación con la piedra, las aristas, la fuerza de la cordillera.

GM: Tienen referentes de volúmenes (muy fuertes) a diferencia de la planicie…

PR: Es muy distinto si ves el paisaje precordillerano nortino, en el que hay una extensión de planicie fantástica. Imagínate para una escultora; y un fondo que sigue siendo un paisaje cordillerano muy vigoroso, tal vez no muy alto pero con esa potencia que tiene la roca, la arista. ¡Es muy intenso!

Yo creo que en Chile tiene que ver mucho una cuestión energética que es innegable; de aquí han salido grandes mujeres en la poesía y en la escultura: Rebeca Matti, la Colvin, la Lili Garay, gente de nivel internacional y sigue sucediendo, la razón no se sabe… Probablemente sea su privilegiada situación geográfica.

GM: Ultima pegunta… ¿Si tuvieras que dejarle a alguien, lo que tú has acumulado como experiencia, a quien se lo dejarías?

PR: Yo creo que tal vez a mis ayudantes, comparto mucho con ellos, les he aprendido y ellos han aprendido de mí, tenemos una muy buena relación.

GM: Bueno, entonces nos vemos en Alacero 53.

PR: ¡Por supuesto!

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PAOLA VEZZANIViajar hasta Punta Arenas fue toda una experiencia. Es lo más al Sur que he estado. Horas de vuelo (como hacerlo desde México D.F. a Bogotá), cambio de avión y aterrizaje dentro de un atardecer indescriptible por su belleza. El estrecho de Magallanes, la luz maravillosa, el frío, la lluvia, los locos y el congrio. Hasta allá se le ocurrió volver a vivir a Paola. Digo “volver” porque ella nació allí, pero estuvo un tiempo en Santiago y la vida la regresó. Me citó en su taller: increíble y lleno de objetos encontrados a la orilla del estrecho. Una dura de verdad la Paola. Con la lluvia afuera, le digo a la grabadora:

GM: Estamos aquí en el principio del mundo, en Punta Arenas el 13 de mayo, una fecha muy profunda… Con Paula Vezzani y ella me va a contar cómo empezó todo, de dónde viene esto. ¿Desde chiquita, algún referente, algún meteorito cargado de arte, abuelo carpintero, tía que bordaba?

PV: De la familia, primero en la casa, mi padre fue muy aficionado al arte en general, era abogado, escritor y pintor. Él vino de Santiago como juez en el año 1944 a Punta Arenas y en el 54 se casó con mi madre y bueno yo nací en el 68. Mi padre era como mi abuelo, una especie de padre-abuelo, no era el padre con el que yo podía jugar, era un padre que me enseñaba y me mostraba libros, y yo antes de saber leer ya reconocía pinturas de Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel y soñaba con el Renacimiento. Yo miraba el mundo como de los grandes géneros muy estimulada por mi

padre y por otro lado, la hermana de mi madre, mi tía Nieves. Ella pintaba los domingos y los fines de semana y me enseñó de pequeña. Pintar con ella, hacer manualidades —lo que fuera—, salir a buscar cosas a la calle, conchitas, caracolas… Se forjan en mí dos cosas: la relación muy fuerte con la naturaleza y la afición de recoger cosas, no generar, sino encontrar y armar y después reconstruir. Busco muchas cosas y después mezclo sobre el elemento; siempre soñé con ser artista aunque nunca pensé que fuera a lograrlo, pensé que era para genios y yo nunca fui genio. (Risas).

GM: ¡Eso no lo tienes que decir tú!

PV: Quería estudiar arquitectura o cualquier otra cosa porque no me atrevía a estudiar arte, que era lo que me gustaba, pero al final entré el primer año a universidad y nunca me fui de la escuela de arte. Terminé de estudiar y seguí como profesora ya que me gusta mucho enseñar también, el área de la docencia y bueno, en el momento en que me tocó, después de diecisiete años de vivir en Santiago a donde fui a estudiar, volver a Punta Arenas fue muy extraño porque el mundo académico también lo amaba muchísimo y acá no hay escuela de arte. Y también llegué acá sin taller, ni trabajo, era una situación precaria en mi vida, pero encontré otro mundo que tenía perdido, era el mundo de las caminatas, de recoger cosas, siempre había soñado con esos palos que yo veía de niña y ahora mira el taller, lleno de palos, lleno de piedras, de esas con las que hacía patitos. Ésas cosas de la playa, pero eran las que quería, y saber en qué playa estaban las piedras planas, en cuál estaban las blancas…

En fin, ese tipo de cosas acá pudieron nacer y la conexión con la tierra se da en este lugar con mucha naturalidad, entonces tengo esas y la relación también, si bien es cierto no sólo con artistas, porque cuando vives en un mundo académico empiezas a interactuar con artistas o gente de teatro o música y se repiten demasiado las mismas cosas y te empiezas a inventar cuentos tú solo. En realidad, lo que a mí me gusta es esa relación con otras disciplinas, entonces acá la tengo, salgo al terreno incluso con arqueólogos o científicos, ya no aprendo sólo a través de un libro sino de la experiencia de vivir y asimilar lo que nos rodea de otra manera. Es ahí donde empiezan a aparecer cosas que siempre habían estado en mí o esta búsqueda de mi niñez con el campo. Me iba mucho a la estancia de la familia de mi madre y nació esta relación con la tierra, las ovejas, los animales, pero desde una mirada de la ciencia o la arqueología, que dicho sea de paso, también era otra de las pasiones de mi tía.

GM: Además de esa experiencia temprana, fuiste a estudiar o sea que eres académica.

PV: Sí, estudié arte en esa época en la Universidad Católica de Santiago donde existían especialidades que ahora ya no hay. Entonces tomé dibujo como especialidad y también escultura.

GM: ¿A cuál reconoces como tu pieza primigenia, la que te provocó una profunda emoción de hacerla; te acuerdas, la tienes, te la robaron, la vendiste, la perdiste?

PV: Lo más curioso es que las piezas que más he querido, que más han gustado, las he perdido; una me la robaron de la primera exposición, lo cual es muy raro: que alguien se quiera robar una escultura, era muy difícil y había guardias, ¡no lo podía creer! Ésa era como una especie de barquito ola, muy redondita, muy femenina, esa me gustaba mucho en

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ENTREVISTAS / Guillermo Mac Lean / ALACERO 53 / Santiago, Chile. 2012

ese momento y después otra pieza que nunca fui a recuperarla, que era también como una especie de entre barco, barco-canoa, muy alargado y con mucho ritmo, con unas maderitas muy delgadas y que tal vez, todavía esté en la Fundación Pablo Neruda, en Isla Negra.

GM: Y a esa que te robaron, ¿le habías puesto nombre?

PV: Era parte de una serie de la exposición Navegaciones y siempre les pongo nombre así de fantasía y además sobrenombre, como el nombre lógico y el de fantasía (risas) pero esa no tenía uno en especial.

GM: Y entonces la manualidad, tu capacidad para transformar cosas en objetos u objetos en cosas, o cosas en escultura, ¿viene de dónde?

PV: Ni idea.

GM: Yo tengo un punto de referencia, porque mi papá era dentista, tenía un tallercito donde hacía todas las dentaduras, entonces, digo, bueno… de ahí la manualidad; la escritura viene de mi mamá porque mi abuelo era poeta, entonces, por ahí va, pero ¿en el caso tuyo?

PV: En el caso mío, es el campo y es el hecho de que “a la niñita hay que entretenerla”, pero en realidad me divertía sola y siempre encontraba qué hacer, y ese qué hacer era, “Uyyy voy a hacer un pajarito”, entonces cómo le hago, busco unas plumitas, voy al baño por algodón y acá tengo ramitas y si no tenía goma o pegamento, me las ingeniaba. Siempre estaba haciendo cosas con las manos y no necesariamente que me llevara un kit de manualidad y un librito sino que me inventaba cosas, entonces nunca fui la niñita que dijera: “Estoy aburrida,” o “Ya me quiero ir”, siempre tuve algo que hacer.

GM: ¿Tienes hijos?

PV: Tengo dos hijos.

GM: Y alguno de ellos… ¿quiere quedarse con esto? ¿Agarrar el soplete?

PV: No sé si agarrar el soplete; la mayor que tiene 17 quiere estudiar literatura y ella sí es minuciosa, es muy delicada, tiene una gran habilidad manual y es muy artista.

GM: ¿Qué te parece esta historia de exposicion de nueve mujeres chilenas que trabajan el acero y un hombre?

PV: Primero fue una tremenda sorpresa, y luego, en lo que respecta a mi país y a las mujeres, ya hace rato nos conocemos, nos ubicamos, nos

hemos topado en muchas cosas, incluso algunas estudiamos juntas, y bueno, qué bonito, y cómo se da, con las escuelas de arte, claro, hay más mujeres, pero que optan por algo que es tradicionalmente de hombres, más fuerte, porque hay un peso físico, hay un esfuerzo, las herramientas. A mí me toca mucho trabajar con maestros de construcción o que sé yo y me miran con cara de sorpresa. El otro día fui a cortar un pedazo de acero, y tuve que decirle a uno de los operadores “No, pásame la pulidora, esto se hace así y así.” (Risas).

Entonces es una cosa bonita, en un país que tuvimos una presidenta mujer, pero… sigue siendo muy machista aún.

GM: ¿Tu herramienta favorita?

PV: Todavía la antorcha (el soplete).

GM: Yo tengo los míos, los que ya entraron a la etapa de jubilación, los tengo en la mesa de mi casa en la sala, ahí están los dos, con nombres todos.

PV: ¿Con nombres, les pones nombres a tus sopletes?

GM: ¡Sí, claro!

PV: Cuando me compré el plasma, gocé muchísimo por la facilidad que se da en el corte, pero la antorcha con su fuego tiene otra cosa…

GM: Para mí el plasma es tonto, porque te hace lo que le pides. Es la diferencia que hay entre el mazo y el martillo neumático. Al plasma hay que inclinarlo tantito para cortar, o sea lo hace con un ángulo y es por ello que siempre se sabe cual es el frente y el revés en una pieza. En el caso del soplete, lo pules de los dos lados y a menos que alguien vea el milímetro que quedó, a la pieza la ves igual por los dos lados y con el plasma no.

PV: Y otra cosa que me gusta también es la rebaba que deja el soplete…

GM: El estar ahí y ver si explota todo… ¿o no? ¡Es como cortar frente al volcán! (Risas). Bueno, sigamos… ¿heridas de guerra? No heridas físicas sino las otras, como cuando presentas una pieza a un concurso y te la rechazan, o como los manuscritos que mandas a la editorial y al tiempo te dicen que no están interesados.

PV: De esas tengo muchas…

GM: ¿O sea que estás cauterizada?

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PV: Sí, fue muy loco porque hubo un periodo en el que yo no lo podía creer, y me preguntaba, “¿Será verdad o no?” Porque al primer concurso que me presenté, lo gané con una escultura que está puesta en una plaza en Santiago, y ¡wow, gané un concurso! Nunca fui la mejor alumna en la escuela ni mucho menos. El que tenía confianza en mí, mucha, era Sergio Castillo, quien fue jurado en ese concurso, pero Ricardo Neza, que era mi maestro, fue quien me empujó realmente a poder creerme esto de ser artista porque había pasado por la escuela muchos años y había hecho un montón de clases y siempre estaba ahí, porque sentía que no tenía talento, que no tenía nada que aportar y él una vez me dijo: — Tú eres artista — y me lo recalcó, y eso me hizo el switch, porque pensé: “Si él lo cree, un gran maestro, un gran artista, una persona a quien admiro profundamente, bueno vamos para adelante”.

GM: Solemos caer en esos deslices, cuando todo el mundo te dice, “Qué bonito, qué bonito” y uno se dice “No es tan bonito, no es tan bonito”, es ese flagelo…

PV: Y hay que aceptar que a veces es una lección y otras no.

GM: Claro, así es.

PV: Para finalizar la historia, porque no terminé aún de contarte, gané ese primer concurso, y participé con un equipo y ganamos otro, y empezó una seguidilla de éxitos profesionales que bueno, en la escuela me posicionaron muy bien y cuando me vine a Punta Arenas empecé a postular una cosa, y no, y otra cosa, y no, otra cosa, y no. Entonces fueron como seis proyectos al hilo, de distintos fondos concursables de diversas cosas o concursos de escultura o proyectos FONDART o lo que sea que no gané. Eso fue tremendo porque… bueno, se acabó la racha de la buena suerte y ésta es la realidad, pero no solamente eso, sino que es

difícil porque todas las exposiciones individuales que había tenido hasta llegar acá a Punta Arenas, habían sido financiadas con algún tipo de fondo concursable, en parte o completas pero siempre con algún tipo de ayuda y además trabajaba en la escuela, lo que me permitía tener un sueldo, que lo destinaba completamente a la escultura. Pero acá, no tenía trabajo, no había sueldo y tenía una exposición y ¿qué hacer? sin apoyo de ningún tipo? ¡Ups! Pero lo logré.

GM: Por último… ¿Referentes? ¿Brancusi, Giacometti, Castillo? ¿O no miras a los “otros”?

PV: Sí miro, y admiro a una gran cantidad de personas, me gustan muchas cosas distintas, de diferentes ámbitos; a algunos los siento relacionados con mi obra. Otros nada que ver, tal vez el que pueda mencionarte es Giuseppe Penan que tiene una relación con la materialidad, con las cosas, pero posee una potencia metafórica muy grande y yo diría también en este cuestionar, una relación con la naturaleza, la naturaleza y el ser humano… ¿Cómo vivimos en? y ¿vivimos en y no en contra de? Entonces es como ser parte de la naturaleza y no como algo que está lejano, eso es lo que me interesa mucho, parecido a lo que pasa con las obras de Andy Warhol, que también me gusta mucho y hay otro inglés que se llama Stubbing, y en Chile tenemos muy buenos artistas, Francisco Gazitúa, para mí es un tremendo referente, un gran maestro y su hermana, que parece que es por familia, Tere Gazitúa. Me gusta mucho el trabajo de Aura Castro, después hay una persona que es contemporánea mía, una escultora de apellido Ramírez, me gusta muchísimo su obra también.

GM: ¡Belleza! ¡Nos vemos en ALACERO 53!

PV: ¡Por supuesto!

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Impreso en Colombia por: Panamericana Formas e Impresos, S. A.

© Muestra Escultórica Alacero 2012

Guillermo Mac LeanDirector

Miguel Plancarte CanalesAsistente

Beatriz Cárdenas CárdenasAsesoría

Mauro MachucaSupervisión de diseño

Sinuhé MachucaMariana A. Machuca

Asistentes

Sandra López RuízSupervisión de impresión

Guillermo Mac LeanFotografías escultores

Fotografía de obra

Editado por

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Catalina De la Cruz (Verónica Astaburuaga) Alejandro Hoppe (Francisca Cerda) María de los Ángeles Cornejo (María de los Ángeles Cornejo) Patricia del Canto (Patricia Del Canto) Quetzal Sáez (Carlos González) Camila Cabrera Vargas Gricelda López (Gricelda López) Tatiana Núñez (Tatiana Núñez) Leopoldo Martinez G. (Lorena Olivares) Kena Lorenzini (Paula Rubio) Vicente González Mimica (Paola Vezzani)

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