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  • CAHIERS DTUDES HISPANIQUES MDIVALES, no 37, 2014, p. 215-232

    Siete arcos, siete infantes. Leyendas en torno al origen de las galeras porticadas romnicas

    Jos ngel esteras MartnezJosemi lorenzo arribas

    Proyecto Cultural Soria Romnica*,Fundacin Duques de Soria

    resuMenLos Siete Infantes de Lara han unido sus destinos al Romnico en la memoria popular en Omeaca (Soria), tradicin que recoge Menndez Pidal en 1896, vinculando a ellos el nmero de arcos abiertos en su galera porticada. Del mismo modo se repite el nexo en la ermita segoviana de Nuestra Seora de las Vegas (Requijada, Santiuste de Pedraza). No sabemos cul fue a ciencia cierta el origen de las galeras porticadas romnicas, pero sus precedentes se hunden en una tradicin bien antigua, seguramente vinculada a los usos constructivos mediterrneos, modelo potenciado por la inluencia musulmana. En este texto se deiende que los siete arcos no se corresponden con ningn modelo arquetpico de las galeras porticadas romnicas ni atiende a cuestiones simblicas que la crtica ha ido difundiendo, a juicio del autor, errneamente.Palabras clave: Romnico, prticos, simbologa, Omeaca, Soria, tradicin oral

    rsuMLe destin des Sept Infants de Lara a t associ lArt roman dans la mmoire collective dOmeaca (Soria, Espagne). Daprs une tradition orale recueillie par lrudit Ramn

    * El Proyecto Cultural Soria Romnica es un plan de conservacin, difusin y divulgacin del Romnico de la provincia de Soria que se desarrolla entre 2007 y 2012. La Junta de Castilla y Len promueve y inancia este proyecto, gestionado por la Fundacin Duques de Soria, con la colaboracin del Obispado de Osma-Soria, en virtud del convenio irmado por las tres ins-tituciones. Ms informacin en www.soriaromanica.es.

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  • 216 JOS NGEL ESTERAS MARTNEZ, JOSEMI LORENZO ARRIBAS

    Menndez Pidal en 1896, les Infants gardent une relation avec les sept arcades de la galerie romane de lglise de ce village. Cela se retrouve galement dans lermitage de Notre Dame de las Vegas Requijada (Sgovie, Espagne). Lorigine des galeries romanes reste encore inconnue. Toutefois, leurs prcdents senracinent dans une tradition trs ancienne, probablement lie aux usages de la construction mditerranenne, inluence par les modles musulmans. Dans ce texte, on dfend lide que les sept arcades ne correspondent aucun modle archtypique des galeries romanes, tout en faisant abstraction des aspects symboliques dvelopps par la critique de manire errone daprs lauteur.

    Mots cls: Art roman, portiques, symbolique, Omeaca, Soria, tradition orale

    Los dos grupos de infantes ms clebres de la Edad Media castellana son los de Salas y los de Carrin. Por unas u otras circunstancias, ambos han unido sus destinos al Romnico de la provincia de Soria en la memoria popular, aunque no sea un tema en el que se haya abundado, por ms que se viene recordando desde antiguo1. Los ltimos, que no trataremos aqu, por las airmaciones que sitan el emplazamiento del Robredo de Corpes en el trmino de Castillejo de Robledo. Los primeros, por su vinculacin a la localidad de Omeaca. Si bien hay una amplia bibliografa relativa a los Siete Infantes de Salas relacionada con disciplinas como la literatura y la historia, poco hay escrito desde la historia del Arte, o casi ms desde la historia de las Mentalidades, tema al que dedicamos esta intervencin.

    Galeras porticadas romnicas de siete arcos

    Cuando en 1924 se termina, despus de tres aos de obras, la neorro-mnica galera porticada de la parroquia Ntra. Sra. de la Asuncin, en Quintana Redonda (Soria), iglesia destruida en su totalidad en 1918 por un incendio, dicha galera se hace constar de siete arcos, con la seguridad de que as se reproduca el modelo por antonomasia de una galera porti-cada propia del Romnico puro. En la Justiicacin del estilo adoptado, el arquitecto roncals Eduardo Gambra y Sanz, que en 1917 haba cons-truido el ediicio de La Gran Pea en la Gran Va madrilea, expone:

    Porque la razn corrientemente innovadora de que los modernos materiales y sistemas de construccin deben responder a nuevas formas arquitectnicas, no puede tener gran valor tratndose de un templo como ste de carcter rural donde los materiales y sistemas de construccin no han tenido variaciones esenciales, no hemos dudado en acudir, para la composicin del ediicio a los

    1. As como el itinerario cidiano atraviesa la provincia por su parte Sur, su parte Norte la cruza el itinerario de los Infantes de Lara (Blas taracena aGuirre, Soria. Gua artstica de la ciudad y su provincia, Soria: Imprenta E. Las Heras, 1928, p. 30). Jos Luis senra Gabriel y Galn, La escultura romnica y sus problemas de interpretacin: el llamado sepulcro de Mudarra procedente del monasterio de San Pedro de Arlanza, Archivo Espaol de Arte, 72 (285), 1999, p. 25-38.

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  • ORIGEN DE LAS GALERAS PORTICADAS ROMNICAS 217

    estilos clsicos cristianos y entre ellos, hemos desde luego preferido el deno-minado neo-romnico, como ms adecuado al caso presente [] dicho estilo romnico cabe adecuadamente en una regin donde se conservan interesantes ejemplares del mismo; procede construir en este sencilla comarca con arreglo al romnico tradicional2.

    No era la primera vez que se haca neorromnico porticado en la pro-vincia de Soria. Unos cuatrocientos aos antes se construy la iglesia parro-quial de Santa Mara la Mayor en Pealba de San Esteban, y se la dot de un prtico simtrico y pretendidamente arquetpico, de arco de ingreso ms tres arcos a cada lado. Es poco lo que se sabe de la construccin de este elemento estructural, pero la consulta a los libros de fbrica nos per-mite airmar que se debi construir a principios del siglo xvi, puesto que parece que se produce un pago a unos canteros en 1515 por la obra del portal, lo que coincide con las caractersticas estilsticas que muestra3.

    2. Fechado en 12 de agosto de 1919 y reproducido en: Celestino zaMora raMos, Memo-rias, Soria: Ochoa Impresores, 2008, p. 86-87.

    3. Desgraciadamente el Libro de Carta Cuenta e Inventarios de la parroquia que contiene infor-macin entre los aos 1512 y 1637 ha perdido los primeros folios, y la noticia citada se conserva fragmentariamente. En el margen del folio 5ro, lo nico que se conserva de este, todava puede

    Ilustracin 1. Quintana Redonda. Galera neorromnica de la iglesia de Nuestra Seora de la Asuncin (1924)

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  • 218 JOS NGEL ESTERAS MARTNEZ, JOSEMI LORENZO ARRIBAS

    Dicho arquetipo se quiso ver en el Romnico soriano en las emble-mticas galeras porticadas de las iglesias de San Miguel (San Esteban de Gormaz, la primera datada del Romnico castellano) y San Pedro (Cara-cena), y se legitim por va legendaria, haciendo participar a los Infantes de Lara en papel protagonista del hallazgo de esa disposicin tipolgica, o al menos as lo quiso la tradicin oral.

    Las referencias por va erudita aludan a la signiicacin bblica del nmero siete, que expresa tanto la perfeccin como las siete iglesias del Apocalipsis, explicaciones insuicientes que han permeado a los libros al uso de divulgacin. En realidad, no parece que el nmero de arcos res-

    leerse Canteros y en el asiento: A Sancho Gu [perdido] quantos y [perdido] para el port[per-dido] (Archivo Histrico Diocesano de Osma-Soria, Libro 353/10). La afortunada conserva-cin de este relicto permite fechar la ereccin de la galera. En los aos sucesivos se levantan la sacrista y torre, y el 4 de julio de 1524 se oblig Sancho de Alvarado, habitante en Sancti Esteban de hacer el portal de la iglesia de Ntra. Sra. de Pealba de carpintera por precio de cuanta de 12.000 mrs., en referencia a la cubricin de dicho prtico, que habra de ser, segn el mismo asiento, de cinta y saetino blanco perfectamente labrado (Libro 353/10, folio suelto, vuelto), obra que se acab de pagar a inales de ao (Libro 353/10, s. f., 1524, diciembre, 19). En cualquier caso, no es obra del siglo xiv, como airm Blas taracena, Notas de arquitec-tura romnica. Las galeras porticadas, Boletn de la Biblioteca Menndez Pelayo, 12, 1933, p. 421.

    Ilustracin 2. Pealba de San Esteban. Galera de la iglesia de Santa Mara la Mayor (principios siglo xvi)

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  • ORIGEN DE LAS GALERAS PORTICADAS ROMNICAS 219

    ponda a un solo patrn, sino a una casustica tan variada que no se deja ahormar por modelos nicos, imperando, si acaso, razones simplemente constructivas.

    No sabemos cul fue a ciencia cierta el origen de las galeras porti-cadas romnicas, pero sus precedentes se hunden en una tradicin bien antigua, seguramente vinculada a los usos constructivos mediterrneos, modelo potenciado posteriormente por la inluencia musulmana4. Luego, se quiso ver una inluencia de la miniatura mozrabe y romnica de dis-tintos Beatos5 en el propio tipo de las galeras porticadas romnicas, apro-vechando que en el llamado de El Burgo de Osma (Cabildo de la Catedral de El Burgo de Osma, Soria, Cod. 1, fol. 23 ro)6, terminado en 1086, se presenta una arquera de siete arcos, aspecto que le pareci relevante a don Juan Antonio Gaya Nuo a principios de los aos treinta del siglo pasado7. Tentadora era la posibilidad de vincular esta miniatura con la inaugural galera sanestebea de San Miguel (datada en 1081), si no fuera porque el Beato de El Burgo no se realiz en esta localidad aunque lo atesore desde la Edad Media (parece proceder de las lejanas tierras de Sahagn, Len), y si no fuera porque el motivo de los siete arcos se vena repitiendo ya en Beatos anteriores8.

    4. Jos ngel esteras, Csar Gonzalo, Josemi lorenzo, Claustros y galeras porticadas en el Romnico de Soria, in: Catlogo Las Edades del Hombre. Paisaje interior [Soria. Concatedral de San Pedro] Soria: Gricas Varona, 2009, p. 125-162.

    5. Esta iliacin con respecto a la miniatura mozrabe, por otra parte, fue ya establecida por Blas Taracena en 1933, op. cit., p. 411). El propio Gaya Nuo, investigador de ainado juicio y seguras intuiciones, lo expuso as en un libro fundamental, Teora del Romnico (Madrid: Publica-ciones Espaolas, 1962, p. 160). La bibliografa posterior lo recoge como un axioma: Lo habi-tual es que estas galeras porticadas tengan siete vanos: la puerta de acceso en el centro, enilada con la del templo, y tres arcos a cada lado (Mara de los ngeles De las Heras y nez, La ermita de San Cristbal de Canales de la Sierra, Berceo, 106-107, 1984, p. 47-62, vid. p. 51).

    6. Facsmil Beato de Libana, Expositio im Apocalisim, Valencia: Vicent Garca, 1992, 2 vol. El mismo folio sirvi de frontispicio y marca identiicativa de la exposicin Las Edades del Hombre en su edicin correspondiente a El Burgo de Osma (Soria), en 1997.

    7. El Romnico en la provincia de Soria, Madrid: CSIC, facsmil, 2003. El libro recoge la tesis doctoral de Gaya Nuo, terminada a inales de 1933, defendida en enero de 1934, aunque el libro no viera la luz hasta 1946 por la interrupcin de la Guerra Civil. En sus pginas se dedican planos a las iglesias porticadas de San Esteban de Gormaz (San Miguel, Virgen del Rivero), Castillejo de Robledo, Rejas de San Esteban (San Martn), Tiermes (ermita de Santa Mara), Caracena (San Pedro), Aguilera, as como plantas exclusivamente centradas en las parroquias de Berzosa, Andaluz, Villasayas y Omeaca. Un total de once plantas dibujadas, fotograiadas y otras ms descritas. Esta monografa ofreca, para aquellas fechas, la ms com-pleta galera de galeras romnicas reunidas por aquel entonces, suponiendo, posiblemente, la primera llamada de atencin con cierta sistematizacin sobre su importancia en el conjunto patrimonial romnico de la Pennsula Ibrica.

    8. Como en el Beato de San Milln, en cuya Explanatio in Danielem de Hieronymus Stridonius se ve una arquera que representa a las siete iglesias de la Antigedad, ilustrando el encargo al evangelista Juan para que escriba la revelacin (RAH, Cd. 33, fol. 20 vo. Elisa ruiz Garca, Catlogo de la Seccin de Cdices, Madrid: Real Academia de la Historia, 1997, p. 235). Este Beato

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  • 220 JOS NGEL ESTERAS MARTNEZ, JOSEMI LORENZO ARRIBAS

    Ilustracin 3. Cabildo Catedral de El Burgo Osma, Cod. 1, f. 23 ro.

    Los Siete Infantes de Lara y las galeras romnicas

    Es Menndez Pidal quien recoge en 1896, que sepamos por primera vez por escrito, no una, sino varias tradiciones locales vinculadas con los siete infantes de Lara en la zona oriental soriana, y concretamente en Ome-aca. All, a decir del sabio, cercados por los musulmanes, adems del almuerzo que los Infantes de Lara hicieron en la Sierra que ahora se llama as, del Almuerzo (donde dejaron huellas en las piedras con sus tenedores y cucharas...9), los siete jvenes bajaron al pueblo y, queriendo entrar pre-

    es datable a inales del siglo x o comienzos del xi (Soledad silva versteGui, Los Beatos en La Rioja, Prncipe de Viana, 55 [202], 1994, p. 261).

    9. Fotografas de dicha piedra en Revista de Soria, 4, 1994, p. 20 y 26. Estudio en Jos Alberto bacHiller Gil, Aportacin al estudio del arte rupestre postpaleoltico: la piedra de los siete infantes de Lara (Cortos-Soria), Celtiberia, 54 (98), 2004, p. 285-297, donde se sita correctamente la localizacin de la piedra en trmino de Cortos (pedana de Arancn) y se concluye con la imposibilidad de aproximacin cronolgica veraz de estas cazoletas incisas, que la leyenda popular quiso que fueran los platos y cucharas de los Infantes, puesto que estas manifestaciones se extienden desde el Eneoltico a la poca medieval y falta contexto arqueolgico en que insertar tales incisiones. Tambin se ha especulado con los siete arcos concntricos que muestra la singular estela rectangular de Narros (Soria) en una de sus caras (Antonio ruiz, La Sierra de los 7 Infantes, Revista de Soria, 4, 1994, p. 25), aunque no parece que haya nada que pueda vincular dicho motivo con la leyenda de los de Lara. La tradicin oral burgalesa contina relacionando a los Infantes con piedras signiicativas de los alrede-

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  • ORIGEN DE LAS GALERAS PORTICADAS ROMNICAS 221

    cipitadamente en misa, los siete a la vez, se abrieron otras tantas puertas en la iglesia, que hoy todava se ven, aunque tapiadas, previa aparicin mariana de por medio. [T]odo lo o contar a varias personas, entre ellas Juan Moreno de Valdegea y Pedro Delgado de Cortos10.

    Poco despus, en 1900 Gerardo Escudero pone en boca de un natural de Cortos el siguiente relato, segn se lo oy contar:

    dores de Barbadillo del Mercado en las leyendas siguientes: Las hazaas de los infantes de Lara, Informante: JGP; Las piedras de los infantes de Lara Informante: Juan Garca Pea; y nuevamente aparece el siete como nmero mgico en una tradicin recogida oralmente en 1997 en Bar-badillo del Mercado (Burgos): Aqu haba unas piedras grandes en una inca. Dice que las haban tirao los infantes desde su castillo de Lara, pero no vea qu grandes eran. Haba siete piedras blancas, que dicen que las haban tirao jugando a los bolos los infantes (Las piedras de los infantes de Lara, Informante: Juliana Pea de Domingo). Las tres referencias se recogen en Elas rubio, Jos Manuel PeDrosa y Csar-Javier Palacios, Hroes, santos, moros y brujas (Leyendas picas, histricas y mgicas de la tradicin oral de Burgos). Potica, comparatismo y etnotextos, Burgos: Tentenublo, 2001.

    10. Ramn MennDez PiDal, La Leyenda de los Infantes de Lara, Madrid: Imprenta Hijos de Jos M. Ducazcal, 1896, p. 196-197. Cita en p. 196, n. 3.

    Ilustracin 4. Omeaca. Iglesia de Nuestra Seora de la Concepcin. Se aprecia cmo est en el aire una faceta del doble salmer occidental, que ya no recibe al ltimo arco que tuvo la galera por este lado. Fotografa de Juan Cabr (c. 1916).

    Instituto de Patrimonio Cultural de Espaa (IPCE), Fondo Cabr 5069.

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  • 222 JOS NGEL ESTERAS MARTNEZ, JOSEMI LORENZO ARRIBAS

    Opinan mis convecinos continu el aldeano que los Infantes debieron asistir a misa porque se abrieron ocho puertas en la iglesia de Omeaca para que entrase por la central la Virgen y por las restantes los siete de Lara, y en prueba de ello se pueden ver an los arcos aunque ya estn tapiados a cal y canto, pero lo que s nos dijeron nuestros padres es que aqu fueron muertos y que por estos sitios se han encontrado huesos que deben ser los de ellos11.

    Aade un dato interesante, y es la presencia de ocho arcos, contando el de acceso, en el frente de la galera. Sera que todava permanecera en pie dicho octavo arco, o al menos la memoria del mismo? Desde entonces, es un hecho comn en la bibliografa local recoger esa vinculacin, y ha garantizado su supervivencia12.

    No haba de acabar ah el vnculo de los de Lara con las galeras rom-nicas, puesto que, siempre segn la tradicin, se hace reposar sus cuerpos (que no sus cabezas) en el prtico de la iglesia de San Milln de Suso (San Milln de la Cogolla, La Rioja), cuestin esta que, por sus caractersticas distintas, no analizaremos en estas pginas.

    Todava en 1980, Jos Mara de Areilza airma en una tercera del diario ABC que se recitaba en Omeaca esta letra:

    A daros gracias vinieron los Siete Infantes de Lara y encontraron, cosa rara que siete puertas se abrieron13.

    La misma leyenda parece asociarse tambin a la ermita segoviana de Nuestra Seora de las Vegas en Requijada (Santiuste de Pedraza), ediicio que dispone de galera romnica de siete arcos ms otro de acceso en su frente, lugar del presunto bautizo de los Infantes14, segn la tradicin local,

    11. Leyenda de Los Infantes de Lara. Historia y tradicin , La regin soriana, Soria: Tipografa de P. Rioja, 1900, (relato extrado de http://www.sorianos.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=1347&Itemid=1, aunque no hemos podido localizar la fuente exacta. Gerardo Escudero Lacusant era el propietario de dicho peridico). Aurelio Espinosa volvera dos dcadas despus a recoger leyendas de labios de una informante de Contreras, localidad a poco ms de diez kilmetros de Salas, publicando un artculo sobre los Infantes de Lara con dos versiones de la leyenda, pero sin alusin a galeras porticadas (Sobre la Leyenda de los Infantes de Lara, Romanic Review, 12, 1921, p. 135-145). Es de notar que, salvo en la tradicin de Omeaca y alrededores, no hay alusin a este asunto en el resto de provincias vinculadas de un modo u otro a los Infantes.

    12. Gervasio Manrique, Soria. La ciudad del alto Duero, leyendas y tradiciones de su provincia, Madrid: Tipografa de Martn, 1926, p. 82 (la leyenda en p. 73-84; romances en p. 84-94). Blas Tara-cena lo apunta solamente en el citado artculo de 1933: Omeaca, donde la tradicin une el simbolismo de sus siete arcos a la gesta de los siete Infantes de Lara (op. cit., p. 416), exten-dindose ms en Carta Arqueolgica de Espaa. Soria, Madrid: CSIC, 1941, p. 49.

    13. ABC, 10/09/1980, p. 3. Artculo reproducido tambin en Los Siete Infantes, Revista de Soria, 4, 1994, p. 19-22.

    14. De igual modo que se crea que los Infantes de Lara murieron en el valle de Araviana, al pie del Moncayo, muy cerca de Cueva de greda (G. Manrique, op. cit., p. 84).

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  • ORIGEN DE LAS GALERAS PORTICADAS ROMNICAS 223

    y donde tambin se vincula el nmero de arcos con los de Lara, segn las investigaciones de Toms Calleja, que busca en pagos segovianos el lugar de la mtica batalla15.

    Ms all de la leyenda, Juan Antonio Gaya Nuo airma que [a]parte del inters legendario que Omeaca ofrece en relacin con la tradi-cin de que los siete infantes de Lara pasaron sus siete huecos [por la galera y la iliacin silense de su decoracin] hay que pensar en una repoblacin de su tierra por elemento de la ribera en el siglo xii, muy avanzado, fecha a que debe pertenecer el monumento16.

    Por la galera no parece que exista tal relacin, ya que como ms tarde se dir no tuvo siete arcos en un principio, por lo que el modelo pudo pro-venir de cualquier parte donde hubiese tales prticos.

    Ms all de la leyenda y ms all de la localizacin del lugar de la muerte de los clebres Infantes17, aadimos nosotros, nos interesa ver cmo por va popular se ha vinculado a los de Lara al origen de un arquetipo de galera porticada romnica que, como veremos tras una pequea digre-sin, insistimos que no es tal.

    15. Pablo Martn Cantalejo (con entrevista a Toms Calleja): La iglesia de Las Vegas y los Siete Infantes de Lara, ABC (20/04/1974), p. 131. Toms calleJa GuiJarro, La arqueologa, la historia y la leyenda en torno a Las Vegas de Pedraza, Estudios Segovianos, 49, 1965, especial-mente p. 54-60. En este mismo artculo se especulaba con el protagonismo de los Infantes en unas pinturas que entonces asomaban bajo capas de revocos posteriores, lo que no se ha mos-trado cierto, o con unas cabezas labradas en la pila bautismal (p. 22 y 54, n. 1).

    16. J. A. Gaya nuo, op. cit., p. 250, e ilustr. no 256 (lm. XCV). El clich es de Carrascosa, cuyo estudio realiz el mayor nmero de fotografas conservadas de la provincia en el segundo tercio del siglo xx. Blas Taracena airmar con respecto a la singular galera de Andaluz (Soria): conserva las columnas enanas y proporcionadas luces de los arcos de la comarca de San Esteban, pero [] evoluciona hacia un mayor nmero de elementos y abandona el simblico nmero de siete (art. cit., p. 417).

    17. Tambin se ha explorado el vnculo de ciertos pagos segovianos con el solar original de los Infantes a partir de la toponimia, aunque es discusin que queda fuera del objeto que aqu tratamos (Marqus De lozoya, La iglesia de Nuestra Seora de las Vegas de Pedraza y el romance de los Siete Infantes de Lara, Boletn de la Real Academia de la Historia, 153, 1963, p. 7-17. Tambin se trata de este asunto ampliamente en T. calleJa GuiJarro, op. cit.). Final-mente, se ha vinculado sin fundamento la leyenda de los Infantes con otras derivaciones eru-ditas que se han apuntado a partir de la primitiva vinculacin, como con la iglesia de San Juan de greda (en Arteguas http://www.arteguias.com/romanico_agreda.htm se dice que: Los soportes son tres pares de columnas de capiteles de voluminosa talla que muestran arpas, per-sonajes humanos que podran reproducir dos de los episodios ms importantes de la leyenda de los siete infantes de Lara, palmetas, etc.), e incluso se hace presentes a los Infantes en la legen-daria batalla de Vado de Cascajar, origen de otra leyenda (relacionada con Fernn Gonzlez) que nada tiene que ver con los Infantes (G. Manrique, op. cit., p. 158).

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  • 224 JOS NGEL ESTERAS MARTNEZ, JOSEMI LORENZO ARRIBAS

    Ilustracin 5. Omeaca. Iglesia de Nuestra Seora de la Concepcin, con galera porticada parcialmente cegada. Fotografa de Carrascosa (c. 1930). AHPSo, fot. 1382.

    Metrologa y simbolismo numrico en la arquitectura

    Los estudios compositivos y dimensionales de los ediicios, a los que se con-sagra la metrologa, han de realizarse, para obtener resultados a tener ver-daderamente en cuenta, conforme a los cnones mtricos vigentes en el momento de su construccin. De ese modo y para el caso de los templos romnicos, se deben conocer las relaciones mensurales precisas empleadas en periodo medieval, bien diferentes a las imperfectas medidas que con los cnones actuales (y con el sistema mtrico decimal) resultan del levan-tamiento de estos ediicios. Esas cifras precisas contaban en su interre-lacin con un sentido proporcional intencionado, y aunque incierto, en algunos casos cabe la posibilidad de que lo hubieran tenido igualmente en el plano simblico, aspecto que nunca ha dejado de dar pbulo a la ima-ginacin humana postmedieval para elucubraciones18. La hipottica bs-

    18. No slo entre la historiografa nacional. Tambin otros investigadores extranjeros se han dejado seducir por complejas y antieconmicas explicaciones simblicas de las galeras por-ticadas: Franoise ruel, Le concept dentre dans larchitecture religeuse du Moyen-ge, Mlanges de la Casa de Velzquez, 16, 1980, p. 97-112; Mickey abel, Within, Around, Between: Micro Pilgrimage and the Archivolted Portal, Hispanic Research Journal, 10 (5), 2009, p. 385-416; ms interesante, porque aborda la cuestin del uso a lo largo del tiempo: Dave Postles, Micro-spaces: church porches in pre-modern England, Journal of Historical Geography, 33, 2007, p. 749-769.

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  • ORIGEN DE LAS GALERAS PORTICADAS ROMNICAS 225

    queda de la plasmacin de ese simbolismo al erigir los templos parecera lgico que incluyera del mismo modo en ese caso a la deinicin num-rica de las seriaciones de arcos que componan las galeras porticadas en poca romnica. Y sera esta la plasmacin simblica ms fcilmente per-ceptible y perdurable a los cambios habidos en las reglas y unidades de medida: siete arcos siempre fueron y sern siete arcos por mucho que ya no midamos en pies y lo hagamos en metros. El iltro decimonnico por el que ha pasado todo lo medieval, o quizs algn otro anterior, a buen seguro no podan dejar pasar esa oportunidad de crear una imagen onrica de estas seriaciones tan al alcance de cualquier perceptor. En el origen de la tradicin ms tarde convertida en canon, que dara carta de naturaleza habitual a los siete arcos como serie deinidora de la composicin original de estas arqueras se encuentran la leyenda y el smbolo, como ha quedado ya expuesto. Para las relaciones dimensionales y de proporcin de los tem-plos (segn sus trazas originalmente medievales) queda abierta a la libre interpretacin la bsqueda de simbolismos a partir de unas cifras enteras y precisas. Pero para la bsqueda del simbolismo del siete en el Rom-nico porticado, la realidad y la investigacin minuciosa del posible origen y de la evolucin sufrida por lo conservado hasta nuestros das, resultan suicientes para su desmentido. Siempre queda abierta la opcin para la vida imaginacin humana de buscar nuevos simbolismos a este respecto, si bien la heterogeneidad de los ejemplos que nos han sido legados pro-mete poner ciertamente difcil este libre ejercicio.

    Los resultados de un minucioso y detallado anlisis del Romnico por-ticado hispano, as como el de la evolucin constructiva de muchos de sus ejemplares conservados, desmienten ese supuesto sentido original, dado que los ejemplos que cumplen este tipo son escasos, si bien curiosamente parece que este esquema tomara verdadera carta de naturaleza en periodos posteriores al medieval, en los que la tradicin y la leyenda se difundiran. Es en esos periodos posteriores en los que s parecen encontrarse ms ejem-plos que cumplen ese modelo arquitectnico, en el marco de su traslacin temporal y estilstica, pareciendo tomarse los siete arcos como referente compositivo de nuevos ejemplares, algo bastante claro en la provincia de Soria con los ejemplos aludidos al principio de las respectivas galeras de las parroquias de Pealba de San Esteban (s. xvi) y ms modernamente Quintana Redonda (s. xx). En el primer caso, la dependencia adminis-trativa de San Esteban de Gormaz, con sus galeras porticadas de San Miguel y el Rivero, y la presencia de alarifes sanestebeos pudo motivar seguir el ejemplo en la iglesia renacentista, pues los siete arcos responden ms a la voluntad de que fuera dicho nmero, ya que espacio haba, de haberse querido, para incluir alguno ms, pero se decidi monumenta-lizar ms el arco de ingreso y dejar a cada extremo de cierre del prtico

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  • 226 JOS NGEL ESTERAS MARTNEZ, JOSEMI LORENZO ARRIBAS

    sendos machones. En el segundo, la extraa proporcin entre el tamao de las dovelas, las sobredimensionadas chambranas, y el porte macroce-flico de sus capiteles (siguiendo el canon de los sanestebeos), hace del nmero siete un guarismo realmente buscado.

    El mencionado anlisis ha obtenido como resultado en primera instancia un largo centenar de ejemplares de galeras porticadas conservadas en la actualidad de iliacin romnica en la mitad septentrional de la Pennsula Ibrica. Teniendo en cuenta las evidencias signiicadas de algunas otras perdidas o desvirtuadas hasta llegar a nuestros das, el recuento asciende a ms de ciento treinta galeras. No parece descabellado por otro lado pensar que de muchas que hubieron de existir no nos hayan llegado evi-dencias de ningn tipo, y que el nmero deinitivo sera pues signiicativa-mente mayor, dados los variados signiicados funcionales y simblicos de estos espacios, y los avances en este sentido que el Proyecto Cultural Soria Romnica ha realizado, as como otros hallazgos arqueolgicos19.

    19. J. . esteras, C. Gonzalo, J. lorenzo, art. cit.

    Ilustracin 6. San Esteban de Gormaz. Iglesia de San Miguel (con galera porticada fechada en 1081)

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  • ORIGEN DE LAS GALERAS PORTICADAS ROMNICAS 227

    La arqueologa contra el siete

    De las galeras conservadas, escasos son los ejemplos de los que se pueda aseverar la continuidad iel en la actualidad a su traza original: mutila-ciones, remontes, modiicaciones y prdidas constituyen la tnica general de la evolucin constructiva sufrida por buena parte de ellas. El estudio pormenorizado de las mismas, y los resultados obtenidos de los trabajos arqueolgicos desarrolladas en torno a las mismas o a los ediicios a los que acompaan, estn contribuyendo en algunos casos a clariicar ese pano-rama enmaraado por el quehacer constructivo y reparador de tantos siglos, que diiculta en ocasiones la interpretacin de los trazados ori-ginales de estos pequeos claustros. Y de todo ello podemos extraer en relacin al tema que nos ocupa, que a pesar de lo asentado de las tradi-ciones culta y popular descritas que asocian el Romnico porticado con el nmero siete en relacin a la secuencia de sus vanos, el nmero de ejem-plares que a da de hoy cumplen este supuesto canon, o que soslayando las transformaciones histricas parecera que pudieran haberlo cumplido en origen, es meramente simblico y signiicativamente pequeo respecto a la totalidad. Por contra, cabe destacar cmo varios ejemplares que en estos das cumplen el manido esquema de los siete arcos, y que en ocasiones han sido considerados como referente para ese supuesto modelo ideal, a resultas de los mismos anlisis citados puede concluirse que en origen no respondan al mismo, y que las transformaciones histricas habidas en este caso han jugado a favor del mito (ver ilustracin 7).

    Se debe destacar que el alto grado de transformacin sufrido por la inmensa mayora de ejemplos conservados de galeras porticadas rom-nicas, parece poner en mayor grado de entredicho aqullos que actualmente cumplen el modelo de los siete arcos y que han servido como justiica-cin de la leyenda (San Pedro de Caracena), que a los que no cumplin-dolo hoy fueran susceptibles de haberlo seguido antes de sufrir cambios signiicativos en su trazado. As, los descubrimientos al hilo de las investiga-ciones desarrolladas en este campo en los ltimos aos conirman ese alto grado de transformacin, y abren la puerta a la existencia en origen de un mayor nmero de ejemplares de galeras de las hasta ahora supuestas que rompen el esquema previsto de galera porticada romnica de siete vanos o de panda nica, lo cual redunda en la desvirtualizacin de ese modelo romnico de leyenda para estos claustros parroquiales.

    As, dos excavaciones arqueolgicas desarrolladas en la dcada de los ochenta del pasado siglo xx han venido a desmentir la adscripcin al modelo ideal de los siete vanos de dos de las galeras de referencia para la ejem-pliicacin de esta leyenda, y por tanto a desvirtuar en mayor medida si cabe la vigencia de este patrn. Por un lado, la iglesia de la Concepcin de

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  • 228 JOS NGEL ESTERAS MARTNEZ, JOSEMI LORENZO ARRIBAS

    Nuestra Seora de Omeaca, que como ya ha quedado relejado mantiene asociados segn la tradicin este nmero de vanos al apresurado acerca-miento de los Siete Infantes de Lara al templo para seguir una celebracin litrgica, muestra actualmente, y lo haca a principios del pasado siglo a tenor de las fotografas conservadas, evidencias claras de que la arquera debi de tener mayor longitud y nmero de vanos en su extremo occi-dental. Este hecho se vio conirmado con los resultados de la excavacin arqueolgica que con motivo de una intervencin acometida en el templo tuvo lugar en el ao 1983. En su trazado actual la galera en este extremo supera en longitud a la nave, produciendo una curiosa imagen, no habi-tual, que invita adems a pensar en los avatares que debi de sufrir este templo, acortado en al menos una ocasin respecto de su galera, o incluso en la posibilidad de que la galera en origen envolviera igualmente al edi-icio por su costado oeste.

    El otro ejemplo singular y simblico dentro del Romnico porticado soriano que ha visto en las ltimas dcadas cmo las evidencias han des-ligado su traza original del modelo supuestamente uniforme y tradicional

    Ilustracin 7. Caracena. Iglesia de San Pedro. Galera romnica porticada tal como se concibi en origen

    (arco de acceso y ocho arcos ms, cuatro a cada lado).Imagen sobredibujada por Luis Miguel Sanz, delineante e infgrafo

    del Proyecto Cultural Soria Romnica

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  • ORIGEN DE LAS GALERAS PORTICADAS ROMNICAS 229

    de siete vanos, lo constituye la galera de la iglesia de San Pedro en la localidad de Caracena. Al igual que en el caso de Omeaca, el inal de la arquera del templo en su extremo oeste ofreca el aspecto de haber que-rido continuar la serie de arcos, no ofreciendo un remate inal de la serie en el apoyo del supuesto ltimo vano. La primera excavacin arqueol-gica que tuvo lugar en ese mbito del ediicio, en el marco de unas actua-ciones en el ao 1986, concluy que la galera continuaba con al menos dos arcos ms, y se deshaca la magia del nmero siete. Recientemente, en el marco del Proyecto Cultural Soria Romnica, una segunda excavacin en este mbito propuesta al objeto de ampliar algunos resultados parciales obtenidos en aquella primera prospeccin y ampliada hacia el costado oeste de la propia nave del templo, ha concluido adems que la galera en origen contaba nicamente con la panda sur actual (no era de las que forman una L), y que su exceso de longitud respecto a la nave de la iglesia responda al acortamiento de esta en periodo postmedieval20. Recortada

    20. El proyecto de la obra y su ejecucin parece desarrollarse entre 1590 y 1642. As, por ejemplo, tras gestiones administrativas y reparos puntuales compareci el 25 de febrero de 1619 el maestro de cantera Fernando de la Riba airmando que vista la iglesia de San Pedro de esta dicha villa y en ella tiene dos esquinas de una pared que estn muy abiertas y se van a caer, y la iglesia est con peligro de que se hundi[e]ran, y si se hunden costar ms de mil

    Ilustracin 8. Omeaca. Hastial occidental y arranque de muro romnico posteriormente acortado. Al fondo, el cierre de la galera, tambin mutilada

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  • 230 JOS NGEL ESTERAS MARTNEZ, JOSEMI LORENZO ARRIBAS

    Ilustracin 9. Omeaca. Salmeres dobles de la galera romnica, pensados para recibir los arranques de arcos a ambos lados, con la proyeccin del arco que se elimin.

    Imagen sobredibujada por Luis Miguel Sanz, delineante e infgrafo del Proyecto Cultural Soria Romnica

    la nave, se procedi en igual medida con la galera, o con los restos de su posible derrumbe, eliminando dos (o tres) arcos de la misma, que que-daba as alineada en su costado oeste con la iglesia. La limpieza del resul-tado de esta nueva composicin arquitectnica, a diferencia de lo que

    ducados porque se hundir la carpintera y tejado, y si ahora se repara, se podr reparar con ochocientos reales (Archivo Histrico Diocesano de Osma-Soria, Libro 109/15, fol. 105 ro). Unos aos ms tarde: Se les paga en cuenta 3.000 mrs. de los caminos que hizo a Sigenza y otras partes sobre la obra de la iglesia y a pedir a Su Ilustrsima y al seor marqus que ayu-dasen a la iglesia; Se le pasan en cuenta 4.438 mrs. que pag a los oiciales que apoyaron la iglesia, y de las vigas y cuartones que se trajeron y vino que se gast con ellos, y aunque montaba ms, su merced lo pareci en esto, atento const que cuando se hizo el dicho apoyo fue cuando no fue de provecho porque se cay luego la iglesia, Se le pasan en cuenta 82 reales que ha pagado a los vizcanos de deshacer la iglesia (1632, mayo, 7. Ibd., s. f.); Se le reciben en cuenta 39.913 mrs. que ha gastado con asistencia del cura de la dicha iglesia con licencia y mandatos del Tribunal que asisti en la obra de la iglesia de paredes y maderaje y tejado, as de piedra, cal, arena, madera, clavazn, peones y oiciales que la hicieron, como pareci por cartas de pago de tres oiciales y memorial jurado de cosas menudas que mostr el dicho mayordomo (1639, octubre, 21. Ibd., s. f.). Con las reformas de la nave, y su acorta-miento, se producira el de la galera, aunque no se especiique en la documentacin. La inter-vencin realizada entre diciembre de 2009 y mayo de 2010 la realiz Areco S. L. Arqueologa, bajo la direccin tcnica del Proyecto Cultural Soria Romnica (Informe de la excavacin arqueolgica al oeste de la iglesia de San Pedro en Caracena, Soria).

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  • ORIGEN DE LAS GALERAS PORTICADAS ROMNICAS 231

    en su momento ocurri con la galera de la descrita iglesia de Omeaca, no pareca ofrecer dudas para los forjadores de la mencionada tradicin, para incluir a este bello ejemplar del Romnico castellano en la lista de los ediicios cannicos del estilo. No fueron siete el nmero de arcos ori-ginales, como tampoco fueron siete los Infantes21.

    Los estudios recientes han venido a desmentir estos extremos para ambos templos, pero no por ello dejan de constituir ambos destacados referentes de este periodo histrico en la provincia de Soria.

    Conclusin

    Comprobamos cmo fallan las explicaciones tradicionales, tanto por va oral como erudita, que pretenden encontrar una hiptesis constructiva uni-versal, en este caso para las galeras porticadas, y se certiica una vez ms cmo cada ediicio es nico y no se ahorman tan fcilmente sus elementos estructurales a un paradigma simblico-mtico que simpliica la explica-cin desde el punto de vista de la historia del Arte a costa de restarle la

    21. Julio escalona MonGe, pica, crnicas y genealogas. En torno a la historicidad de la Leyenda de los infantes de Lara, Cahiers de linguistique hispanique mdivale, 23, 2000, p. 127-128, n. 36.

    Ilustracin 10. Caracena. Planta de la iglesia de San Pedro, con las trazas (en discontinuo grueso) del cierre de galera y hastial occidental, segn las catas arqueolgicas al oeste del ediicio reali-

    zadas en las intervenciones de 1986 y 2010.Ilustracin realizada por Csar Gonzalo, arquelogo del Proyecto, a partir de la informacin

    extrada del Informe de Areco S. L. Arqueologa, citado supra.

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  • 232 JOS NGEL ESTERAS MARTNEZ, JOSEMI LORENZO ARRIBAS

    complejidad habitual de su biografa. Mltiples factores intervienen a la hora de deinir un tipo y establecer una tipologa, a veces tantos que inva-lidan la posibilidad de esta segunda.

    Esta relexin que cruza la cultura popular, la literatura ms o menos erudita y la pura leyenda puede servir para esbozar tambin una ltima hiptesis, que es el origen relativamente reciente de la leyenda de la aper-tura de los arcos por los Infantes, tanto en el caso soriano como en el sego-viano. Ello es as porque en ningn lugar de la literatura medieval que recoge la tradicin de los de Lara se hace referencia a prtico alguno. Tampoco se alude en las obras que posteriormente recrean el asunto (como Juan de la Cueva o Mira de Amescua), piezas teatrales que gus-taban de incluir elementos fantsticos y populares recogidos de la tradi-cin22. Por ello, apuntamos a la expansin de la leyenda vinculada a las galeras porticadas a tiempos no tan lejanos (siglo xviii?), dado el silencio de las fuentes anteriores.

    La relacin entre siete arcos y Siete Infantes vale para el campo de la cultura popular, pero no para establecer iliaciones constructivas ni para inferir del nmero de arcos elementos cronotipologizables. Al igual que las galeras porticadas de las iglesias de Omeaca y Las Vegas (o San Miguel y el Rivero en San Esteban de Gormaz, y tantsimas otras) se abrieron, posteriormente se cegaron y tabicaron, y recientemente se vol-vieron a reabrir y dejar difanas. Unas se recortaron, otras se reconstru-yeron se alteraron todas. Como cambia el conocimiento en torno a los Siete Infantes, abriendo y cerrando vas de investigacin, ensayando teo-ras, comprobndolas y falsndolas. Entender un ediicio exige dejar a un lado lo que hemos aprendido a travs de la historiografa, un desaprendi-zaje que hemos ido haciendo segn intervenamos en ellos, abandonando teoras unicausales. Es todo ms complejo. Quiz con los propios Infantes de Lara ocurra lo mismo.

    22. Antonio Mira De aMescua, La gran tragedia de los Siete Infantes de Lara, en lenguaje antiguo, en Flor de las comedias de Espaa de diferentes autores. Quinta parte. Barcelona, 1616, fol. 53-80 vo. En esta obra, la nica referencia al nmero siete es la siguiente, sin vinculacin alguna con arcos ni galeras: Que porque mis ijos cuente / y los plaa cada un da / sus homes a mis ventanas / las siete piedras me tiran (fol. 75 ro); Rinaldo FrolDi, Juan de la Cueva y su Tragedia de los siete Infantes de Lara, Revista de literatura, 72 (144), 2010, p. 325-339.

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