Academia Boletín 43

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ACADEMIA PERUANA DE LA LENGUA B O L E T I N 43 Lima 2007 ISSN 0567-6002

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ACADEMIA PERUANA DE LA LENGUA

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ISSN 0567-6002

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Enero – Junio 2007Lima, Perú

BOLETÍN DE LAACADEMIA PERUANA

DE LA LENGUA

Vol. 43, Nº 43

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Boletín

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BOLETÍN DE LAACADEMIA PERUANA DE LA LENGUA

Lima, 1º semestre de 2007 Vol. 43, Nº 43

Consejo Directivo de la Academia Peruana de la Lengua

Presidente: Marco Martos CarreraVicepresidente: Rodolfo Cerrón-PalominoSecretario: Ismael Pinto VargasCensor: José Agustín de la Puente CandamoTesorero: Ricardo Silva-Santisteban UbillúsBibliotecario: Carlos Eduardo Zavaleta

Académicos de Número

Luis Jaime Cisneros Vizquerra (1965)Estuardo Núñez Hague (1965)Francisco Miró Quesada (1971)Martha Hildebrandt Pérez Treviño (1971)Mario Vargas Llosa (1975)Carlos Germán Belli de la Torre (1980)José Agustín de la Puente (1980)Enrique Carrión Ordóñez (1980)José Luis Rivarola Rubio (1982)Manuel Pantigoso Pecero (1982)Rodolfo Cerrón-Palomino (1991)Jorge Puccinelli Converso (1993)Javier Mariátegui Chiappe (1994)Gustavo Gutiérrez Merino Díaz (1995)Fernando de Trazegnies Granda (1996)Fernando de Szyszlo Valdelomar (1997)José León Herrera (1998)Carlos Eduardo Zavaleta (1999)Marco Martos Carrera (1999)Ricardo González Vigil (2000)Edgardo Rivera Martínez (2000)Ricardo Silva-Santisteban Ubillús (2001)Ismael Pinto Vargas (2004)Eduardo Hopkins Rodríguez (2005)Salomón Lerner Febres (2006)

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Académicos Correspondientes

a) Peruanos:Américo FerrariAlfredo Bryce EcheniqueLuis LoayzaJosé Miguel OviedoFernando Tola MendozaArmando ZubizarretaLuis Enrique LópezRocío CaravedoEugenio Chang RodríguezJulio OrtegaPedro LasarteJuan Carlos Godenzzi

b) Extranjeros:Bernard PortierGünther HaenschAndré CoynéGermán de GrandaReinhold WernerErnest ZiererJames HigginsGiuseppe BelliniMarius SalaWolf OesterreicherJusto Jorge PadrónHumberto López Morales

Académicos Honorarios

Alberto Benavides de la QuintanaJohan Leuridan Huys

Comisión de Gramática

Coordinador Rodolfo Cerrón-PalominoLuis Jaime Cisneros VizquerraJorge Iván Pérez SilvaCarlos Garatea Grau

Comisión de Lexicografía y Ortografía

Coordinador Marco Martos CarreraMartha Hildebrandt Pérez TreviñoCarlos Eduardo ZavaletaLuis Alberto RattoHéctor Velásquez ChafloqueAída Mendoza CubaAna Baldoceda EspinozaMarco A. Ferrell RamírezLuis Andrade CiudadIsabel Wong FupuyOscar Coello CruzGloria Macedo Janto

Suscripciones: Roberto Vergaray Arias

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CONTENIDO

ARTÍCULOS

Luis Jaime Cisneros. Releyendo a Gustave Guillaume 9

Julio Calvo Pérez. Marcas comerciales y proyección lexicográficaen el español del Perú 25

Carlos Arrizabalaga Lizárraga. Americanismos en la Descripcióngeográfica del partido de Piura de José Ignacio de Lecuanda (1793) 51

Marco Martos Carrera. Tradición y modernidad en la poesía deCarlos Germán Belli 89

Alan E. Smith. La palabra genital de Trilce XIII, de César Vallejo 107

NOTAS

Pedro Guibovich Pérez. Guillermo Lohmann Villena enperspectiva histórica 119

Ricardo Silva-Santisteban Ubillús. Manuel González Prada:Escritor de dos mundos 125

Alberto Varillas Montenegro. La fecha de nacimientode Manuel A. Segura 137

Eugenio Chang-Rodríguez. José Juan Arrom (1910-2007):In memoriam 143

BOLETÍN DE LA ACADEMIA PERUANA DE LA LENGUA

B. APL Vol. 43, Nº 43, ISSN: 0567-6002 Enero-Junio 2007

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ONOMÁSTICA ANDINA

Rodolfo Cerrón-Palomino. Yanacona 149

RESEÑA 173

REGISTRO 185

DATOS DE LOS AUTORES 187

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B. APL, 43. 2007 (9-23)

Resumen:Una relectura de Guillaume permite al autor repasar algunas de susconcepciones básicas acerca de la langue, un conjunto de unidades potencialesdel lenguaje y su expresión en el discours. A diferencia de otros pensadores,para Guillaume, afirmar que la lengua es un sistema significa evocar en unmarco estático un fenómeno de naturaleza cinética, mediante el cual, de unestado de reposo inicial se estaría pasando a otro final, el texto, mientras queentre uno y otro está el discours. Guillaume nos dice que la lengua es unsistema de sistemas, con pequeños sistemas ligados por una coherencia interiory, al mismo tiempo, a una ley superior que asegura una coherencia general.

Résumé:Une relecture de Guillaume permet à l’auteur de revoir quelques-unes deses conceptions essentielles à propos de la langue -un ensemble d’unitéspotentielles du langage et son expression dans le discours. Contrairement àd’autres penseurs, pour Guillaume, affirmer que la langue est un systèmesignifie d’évoquer, dans un cadre statique, un phénomène de naturecinétique, grâce auquel l’on passerait d’un état de repos initial à un autrefinal: le texte; alors que, entre l’un et l’autre, se trouve le discours. Guillaume

RELEYENDO A GUSTAVE GUILLAUME

RELISANT GUSTAVE GUILLAUME

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nous dit que la langue est un système de systèmes, avec de petits systèmesliés par une cohérence intérieure et, en même temps, assujettis à une loisupérieure assurant une cohérence générale.

Palabras clave:Gustave Guillaume; langue y discours; cinetismo.

Mots clef:Gustave Guillaume; langue et discours; cinétisme.

Es cosa archisabida que todo lo que podemos actualizar en el planodel discurso está previsto en langue. Guillaume nos propone tener a un ver ennuestro primer plano de consideración. Este ‘ver‘ nos conducirá a unconceptualizar (un grado primero del comprender, digamos un vislumbrar),que nos enfrenta a un ver mental, raíz de todo comprender. Ambos esclarecende modo distinto el objeto de conocimiento y constituyen operacionesexigentes de muy buena observación. Es verdad que ambos tipos deobservación son simultáneos, pero esta simultaneidad supone la posibilidadque tiene el investigador de colocarse en uno de esos puntos de vista: elprimer ver nos esclarece un campo (el comprender inicial), que es elantecedente (y el apoyo) del ver mental, que conduce al comprender 2.

Guillaume define a la langue como un conjunto de unidadespotenciales de lenguaje, que se hallan a permanente disposición del hablante(en quien habitan perdurablemente, a fin de que pueda servirse de ellaspara construir, por su intermedio (…) unidades de efecto no perdurables».Un acto de lenguaje, fruto de esta construcción es, así, real pero efímero.

El cinetismo

Cuando estamos ante un acto de lenguaje, estamos pasando de unestado de reposo inicial (es decir, sin actividad lingüística) a un segundoestado de reposo final (de transactividad lingüística). Como desarrollo entreuno y otro estado de reposo se extiende el discours, como producto del cualqueda el texto para el reposo final. Por eso habla Guillaume, a propósito deldiscours, de un cinetismo de transición, que se ilustra con este gráfico:

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El gráfico podría modificarse, en beneficio de las tesis aristotélicas, yen beneficio del mismo Guillaume. En el estatismo inicial, en pleno dominiode langue, reconociéramos la dgnjmiS de Aristóteles: el lenguaje enmovimiento potencial alerta. En el transcurso de la transición se hallaría laenérgeid, el movimiento lingüístico en plena realización de su función y sudestino. Y en el estatismo final estaría lo dicho, el texto, el érgwn que, comoAristóteles explica en su Physica (cap. 3), no es entelequia. En concreto:langue y discours son conceptos opuestos: el discours es una realidad que tanpronto puede estar ausente como presente; langue, en cambio, tiene presenciacontinua (cuando dormimos, ahí está en pleno reposo). Si el discours es un serconcreto, que no necesita ser analizado para ser observado (los sentidos nosbastan para saberlo presente o ausente), la langue es una entidad abstractaque escapa a toda observación directa. Su presencia permanente estádenunciada implícitamente por la presencia intermitente del discours; sehalla implícita en él, y esta implicancia es obligatoria, no la podemos negar. Siasí no fuera, habría que admitir que inventamos el lenguaje a medida quevamos hablando. Ocurre que no lo inventamos, sino que nacemos insertosen él; nos transmitimos los idiomas y no tenemos modo de rechazar esaherencia.

¿Qué significado podemos derivar de todo esto? Sencillamente, quela langue es anterior a quienes lo poseen y la hablan. Anterior a los usosmomentáneos que hacemos. Oigamos a Roch Valin:

«A la anterioridad diacrónica de la langue frente al discours seañade una anterioridad sincrónica obligada, consecuencia de laprimera. En virtud de ello, en el tiempo operativo (TO) que soporta

LanguedgnjmiS

Estatismoinicial

Acto de lenguaje haciael,

enérgeid

Cinetismo de transición

Discoursérgwn

Estatismofinal

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el acto de lenguaje, la langue es forzosamente preexistente aldiscours» (Introduction, I, 34)

O sea, la langue «es la posibilidad de expresar en lenguaje articuladolo que combinamos momentáneamente». Para Guillaume, la langue esclaramente dgnjmiS y contiene (virtual y provisoriamente) al lenguajeefectivo; el discours es, así, la garantía de la enérgeij. Se trata de unarelación semejante a la existente entre la condición y la consecuencia, o a laexistente entre lo potencial y la articulación del sonido en cadena. Bueno esreparar que la langue no está hecha: siempre la hallamos en plena actividad,en pleno estarse haciendo (modificándose, recreándose). Solamente existe–como afirma Coseriu- como «técnica y modalidad del hombre». Por esoCoseriu afirma que «el hablar es actividad creadora, libre y finalista» (Sistema,norma y habla, 37). Es libre, porque del hablante depende hablar o callar; y esfinalista, porque el hablante decide qué decir, y cómo y cuándo decirlo. Y esactividad creadora «porque los actos de habla son siempre creacionesinéditas». Conviene a Guillaume precisar así la distinción langue-discours:

«La langue existe en nous en permanence; et son existence estindépendante, dans le sujet parlant, de l’usage qu’il en peut faire.Un homme qui parle peu possède en lui la langue au même degréque celui qui parle beaucoup (…) La langue est donc unepossession permanente de la pensée. Non seulement permanente,mais silencieuse (…) La langue habite en nous dans le silence dela pensé» (II, 3)

Y frente a la langue, su idea del discours:

«le discours est une opération momentanée, singulière de l’esprit.Il se produit dans le moment du besoin, et les constructions qu’ilopère actuellement sous formes de phrases obéissant à des règlesde structure, ne durent qu’un instant. De plus c’est par volontéque j´accomplis un acte de discours. La possession de la langueest indépendante à toute volonté» (loc. cit)

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¿Es un sistema la lengua?

Esta pregunta conmovió a los asistentes al Congreso de Lingüística deParís, en 1949. Sigue vigente en los laboratorios de la especialidad y en lascátedras universitarias, y muchas son las maneras de plantear y encarar elasunto que semejante pregunta promueve.

Saussure fue quien, repitiendo ideas de Meillet, propuso en su Coursde linguistique générale (1916) que la lengua era un sistema y que debía serestudiada en sí misma como tal:

«La lengua es un sistema que no conoce más que su orden propioy peculiar»1

La afirmación es tajante, aunque rodeada de reticencias; así, no estotalmente arbitraria y, en tanto que sistema, es algo complejo:

«Una lengua constituye un sistema. Si, como veremos luego, ésteno es el lado por el cual la lengua no es completamente arbitrariay donde impera una razón relativa, también es éste el punto dondese manifiesta la incompetencia de la misma para transformarla.Pues este sistema es un mecanismo complejo, y no se le puedecomprender más que por la reflexión; hasta los que hacen de élun uso cotidiano lo ignoran profundamente» (Curso, I Parte, cap.2, 138)

Pero ha de aclararnos seguidamente que «lo arbitrario del signo noshace comprender mejor por qué el hecho social es el único que puede crearun sistema lingüístico» (ibid, Sgda. Parte, cap. II, 193). Insistirá en que no escompleta la arbitrariedad:

1 Cuando cito en español, lo hago por la ed. de Amado Alonso (Buenos Aires,Losada, 1945). Las citas francesas corresponden a la ed. crítica de Tulio de Mauro(París, Payot, 1975)

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«Todo lo que se refiere a la lengua como sistema, exige, a nuestroentender, ser abordado desde este punto de vista, que apenascuidan los lingüistas: la limitación de lo arbitrario. Es la mejor baseposible. En efecto, todo sistema de la lengua descansa en el principioirracional de lo arbitrario del signo que, aplicado sin restricción,llevaría a la complicación suprema; pero el espíritu consigueintroducir un principio de orden y de regularidad en ciertas partesde la masa de signos, y ese es el papel de lo relativamente motivado.Si el mecanismo de la lengua fuera enteramente racional, lo podríamosestudiar en sí mismo; pero como no es más que una correcciónparcial de un sistema naturalmente caótico, se adopta el punto devista impuesto por la naturaleza misma de la lengua, y estudiamosese mecanismo como una limitación de lo arbitrario» (Curso, IIParte, cap. VI, 221)

¿En qué ha consistido el debate sobre el tema? Se ha observado:

«que si c’est une vérité aperçue de la plupart que la langue est unsystème (…)une représentation des mohines formelsmécaniquement liés, faisait un tout mécanique cohérent, que l’espritemploie à une saisie, qu’il voudrait intégrale du pensable, la preuveque cette vérité requiert (…) n´avait point été produite» 2

Ofrecer esa prueba se propuso Guillaume a lo largo de sus trabajos.Para ello recurrió a la observación, que se reclama, en su primera etapa, deuna visión para comprobar, después de la cual se reflexiona sobre lo visto, a finde realizar una nueva observación indirecta, basada en un esquema razonadoque permite representarse.

«non pas la réalité patente ou expérimentalement,scientifiquement, devenue telle (…) mais, plus profondément,les exigences de théorie auxquelles pour être, une réalité perçue,quelle qu’elle soit, doit satisfaire» (ibid., 221)

2 Gustave Guillaume, Langage et science du langage (Paris, Nizet, 1964, 221) Cuandocito a Guillaume en español, en cualquiera de sus obras, asumo la traducción.

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Meillet había anunciado, antes que Saussure, su célebre advertencia:«Chaque langue forme un système où tout se tient et a un plan d’unemerveilleuse rigueur»3. Guillaume no sólo lo recuerda sino que pone derelieve otra afirmación de Melliet: «La langue a une inmanence et unetrascendance», para proponernos seguidamente una reflexión; si juntamosambas afirmaciones comprobaremos que ambas

«font du langage un système à deux niveaux, à la définitionduquel coopèrent deux systématiques superposées opposables,l’une immanente outrepassée, l’autre transcendante quil’outrepasse, par l´effet d’une impulsion dont, compte tenu de cequi signifie le mot transcendance, on peut vraisemblablementconjecturer qu’elle tend (…) à substituer une qualité moindrelaissée en deçà» (ibid., 222)

La respuesta de Guillaume ante la conjunción de las dos afirmacionesde Meillet es que la lengua «es un sistema de sistemas, un ensamblajesistematizado de sistemas»:

«est un système de systèmes – un assemblage systématisé desystèmes contenants (ayant un contenu propre de positionsintérieures) s’emboîtant les uns dans les autres et qui, inscritschacun dans un plan étendu, le plus étendu de tous était celui del’assemblage qu’en fait la langue, différente entre eux sous toutessortes de rapports, sauf celui de leur forme commune de contenant,laquelle se répète identique à elle-même, et en réalité invariante,du plus étendu au moins étendu, de sorte que celle de plus étendu,la langue, assemblage de tous, serait quelconque au cas où l’onréussirait à voir en traits nets la forme de l’un de ceux, riche oupauvre de substance, qu’elle contienne» (ibid. 223)

Guillaume recurrirá a la categoría gramatical de número para ilustrarsu respuesta a la pregunta planteada. Y ésta es su explicación; por un lado, la

3 A. Meillet, Linguistique historique et linguistique générale. (Paris, Champion, 1948, 1-18)

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categoría de número opone el plural amplio a un singular estrecho; por el otrolado, el singular estrecho, al plural amplio. Y con ánimo de satisfacer a unacondición estructural imperativa en toda lengua.

En un trabajo de 19394 recuerda Guillaume que en ninguna lenguaevolucionada podremos evocar una palabra en función únicamente de sucontenido, sino que, inevitablemente, la evocación va adherida a su forma(sustantivo, adjetivo, verbo, etc.). Así, no hay conejo ni cenicero que seansolamente eso que nombran sino que también son, y a la vez, sustantivos ytodo cuanto -en tanto que sustantivos- se pueda hacer con ellos en el discurso.Ningún hablante puede crear una palabra que no sea al mismo tiempo unaclase del discurso. Hay una relación estrecha e indisoluble entre materia yforma. Afirmar que la lengua es un sistema significa, para Guillaume, evocar«en un marco estático, un fenómeno de naturaleza cinética». Su afirmaciónes tajante al respecto:

«Le vrai est que la langue est, de la périphérie au centre, unsystème intrinsèquement itératif, habile, autant qu’il est besoin, àse répéter mécaniquement au-dedans de lui-même, chacune desrépétitions aussi opérées, dans un mouvement qui est une approchecroissante du centre du système, en traînant la définition d’unecatégorie grammaticale» (238)

¿Cuál es el propósito de tal iteración? ¿Qué busca dentro de sí misma,y qué utilidad puede derivarse de ello? Guillaume tiene una clara y rotundarespuesta:

«Il appartient à la langue d´être une saisie intégrale du pensableen position de matière saisie; ou, pour que cette saisie du pensableà laquelle la langue est vouée ait l’intégralité requise, il est nécessaireque le pensable soit appréhendé sous un nombre suffisant de

4 Discernement et entendement dans les langues (recogido en Langage et science du langage,1964, 87-98)

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rapports; le tout premier de ces rapports -le seul qui connaissentcertains idiomes- étant celui de la divisibilité» (238)

En su milenario designio, la lengua tiende a incrementar de modosuficiente el número de relaciones tras las cuales se manifiesta lo pensable yaspira, por consiguiente, a agregar a tales relaciones (si fuese necesario)nuevos vínculos a las relaciones en proceso, las cuales, «en la medida en quese aproximan al centro de la lengua, constituirán una iteración, cargada desustancia, de una ya establecida relación» (loc. cit). Ciertamente agregadode nuevos vínculos constituye un fenómeno histórico muy lento.

Gramática y sistema

Guillaume nos invita a colocar dentro del campo de la gramáticaparticular muchas situaciones que se creían pertenecer a la gramática general.Por defectos metodológicos de observación, piensa, que se ha incurrido enerror de planteamiento. Por eso su gran consejo:

«Le linguiste doit rester intimement persuadé que le risque, entout état de cause, est grand pour lui, à tout moment, deméconnaître le caractère demeuré particulier de principes qui, àpremière vue, paraissent avoir un caractère de généralité absolue»(I, 28)5

Ofrece Guillaume varios ejemplos. Para empezar, recuerda que ladistinción entre nombre y verbo «partes fundamentales y antitéticas de nuestrodiscurso, -y no del discurso- es una distinción que no está hechagramaticalmente por medio de rasgos morfológicos en todas las lenguas». Poreso le conviene precisar la distinción entre langue y discours:

5 Los textos de Guillaume citados están tomados de Leçons de Linguistique de GustaveGuillaume, (publiées par Roch Valin), Imp. Universidad de Laval, Québec, 11tomos; vol. I, 1971; vol. II, 1972; vol. III, 1973.

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«La langue existe en nous en permanence; et son existence estindépendante, dans le sujet parlant, de l’usage qu’il en peut faire.Un homme qui parle peu possède en lui la langue au même degréque celui qui parle beaucoup (…) La langue est donc quepossession permanente de la pensée. Non seulement permanente,mais silencieuse (…) La langue habite en moi, dans le silence dela pensée» (II, 3)

Y frente a la langue, el discours. El discurso nos ofrece otro aspecto. Setrata, para Guillaume, de una operación momentánea y singular del espíritu.

«Le discours est une opération momentanée, singulière, de l’esprit.Il se produit dans le moment de besoin, et les constructions qu’ilopère, actuellement sous forme de phrases obéissant à des règlesde structure, ne durent qu’un instant. De plus, c’est par volontéque j´accomplis un acte de discours. La possession de la langueest indépendante de toute volonté» (ibid., 3)

Esta distinción comporta para Guillaume «un hecho de gramáticageneral», del que dependen todos los hechos de gramática particular. Yacude Guillaume al ejemplo del artículo, cuya aparición es un hecho degramática particular en algunos idiomas:

«L’article apparaît dans une langue en vertu de la distinction quefait de mieux en mieux l´esprit du nom en puissance, tel qu’ilexiste dans la langue de dehors de tout emploi, et du nom en effettel qu’il se produit et se délimite dans le discours. On a pu définirl’article: le signe de la transition du nom en puissance au nomd’effet» (ibid., 3-4)

Aclara seguidamente que las lenguas en cuyo sistema se ha creado elartículo son aquellas «que han limitado la competencia de la categoría denúmero a la expresión de la discontinuidad, lo que las obligó a crear unacategoría especial: la del artículo, para expresar lo continuo» (ibid.). Estoindica que el surgimiento del artículo (aun cuando responda comoantecedente, a un hecho de gramática general, depende, por otro lado, de

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un hecho gramatical de carácter muy particular, como es «la reducción decompetencia de la categoría gramatical de número». Esto permite afirmar aGuillaume:

«la existencia de hechos de gramática general que convocan aconsecuencias para cuya producción se requieren hechosparticulares y particularizantes» (ibid., 4)

Otros hechos de gramática general quedan de relieve: uno de ellos,de importancia singular:

«C’est que le langage et la langue supposent dans toutes leursparties, et sur tous les plans, une suffisante congruence, unesuffisante convenance d’un fait de parole et d’un fait de pensée.Autrement dit, pour qu’il y ait du langage, et langue sous-jacente,il est nécessaire qu´un accord étroit soit intervenu entre la paroleet la pensée» (ibid., 4-5)

Aclara Guillaume sobre un hecho adjunto de gramática general:nunca asistiremos a que un hecho de parole convenga estrictamente a unhecho de pensamiento. Tras postular que la búsqueda de esta óptimacongruencia constituye el verdadero estímulo de la evolución lingüística,afirma:

«Una lengua supone una concordancia, maravillosamenterealizada, tras miles tentativas, entre los dos sistemas instituidos:de un lado, el sistema fonológico; el otro lado, el sistema psíquico.Y lo que llamamos el genio de la lengua de esta concordancia, esteacuerdo, su grado de éxito. Y hay que repetir, como un principioque nunca debe perderse de vista, que el hecho lingüístico esesencialmente el descubrimiento y el mantenimiento de esteacuerdo, siempre insuficiente, entre ambos sistemas: el exterior,fonológico, (y más generalmente semiológico) y el interior,psíquico» (ibid., 5)

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En gramática (y esto es claro para Guillaume) no debemos ocuparnostanto de las unidades de efecto como de las unidades potenciales. Debemostener presente siempre que:

a) «En las lenguas cuyas palabras ofrecen una morfología incorporadaa la unidad potencial, la distinción de nombre y verbo resulta undistingo primordial, y es una propiedad de la langue reproducidaen el discurso»

b) «En las lenguas de caracteres, como el chino, donde la unidad depuissance es el mismo signo, portador de una única noción, eldistingo morfológico de nombre y verbo no se da en la langue. Y loque asume este distingo opera durante la transición de la langue aldiscours. En la lengua misma nada se da» (ibid., 6)

De esto se desprende que en las lenguas surgidas del indoeuropeo ladistinción entre las partes del discurso (y por lo mismo, la de nombre y verbo),resulta para Guillaume

«un distingo precoz, asegurado de antemano en el plano de lapotencialidad, en tanto que ese distingo resulta tardío en laslenguas de caracteres, y sólo se da en el mismo discours, fuera dela langue, y en el transcurso de su empleo» (ibid., 6-7)

Sí es un sistema

En su clase del 21 de marzo de 1947, Guillaume retoma la viejaafirmación de Meillet y afirma resueltamente:

«Une langue est un système de systèmes. De là vient que chaquesystème que la langue contient, et qui constitue en elle un entier,est assujetti non pas seulement à une loi de cohérence intérieure,relative à sa propre définition, mais encore à une loi, d’essencesupérieure, selon laquelle la cohérence intérieure recherchéedevra s’accorder avec la cohérence générale du systèmed’ensemble» (II, 137)

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En la clase del 18 de abril agudizaba su visión, estableciendodistinciones entre esta doble coherencia:

«l’agencement intérieur d’un système linguistique est assujetti àune double cohérence: une cohérence qu’on pourrait appelercohérence de premier degré, selon laquelle il lui faut ne contenir enlui aucune partie qui ne s’accorde parfaitement avec toutes lesautres et, globalement, avec leur ensemble» (II, 147)

Para Guillaume, está «recíproca relatividad de las partes» garantizala unidad y la cohesión del sistema y le confiere la cualidad de entiersystématique. Frente a esta coherencia de primer grado (en verdad, unacoherencia interior surgida de la aludida relatividad recíproca de las partesconstitutivas), Guillaume opone una coherencia de segundo grado. ¿En quéconsiste esta segunda coherencia? Consiste en que nada existente en unsistema contenido en langue puede hallarse «en desacuerdo con los otrossistemas contenidos y, de un modo general, con el sistema global: «el sistemade sistemas que es la lengua» (II, 147)

Por cierto, esto crea al investigador obligaciones de las que no puededesvincularse. Por eso Guillaume sentencia: en el espíritu del investigadordebe priorizarse durante el estudio del sistema,

«que dicho sistema, por su constitución interior, está expuesto aceder a exigencias, que no son propiamente suyas, pero lo son delsistema global de la lengua» (II, 149)

Pero hay algo más. Al mismo tiempo que el investigador va cediendoa tales exigencias, que no proceden de sí mismo, debe ir cuidando sucoherencia interior:

«C’est à dire se construire d’une manière qui concilie cettecohérence à conserver avec la cohérence inter-systématiqueimposée du dehors» (loc. cit.)

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Plantearse la lengua como sistema traía, como vemos, sus bemoles.En su clase del 7 de junio de 1945, Guillaume evocó algunos momentos de suformación lingüística, cuanto tuvo que seguir la tendencia a centrarse en elsistema en sí mismo, sin atender a antecedente alguno del pasado, y sinadvertir cuánto había en dicho método de excesivo. Interesa rememorar sureflexión: esa reflexión no debe desatenderse al necesario vínculo entresincronía y diacronía. Oigamos sus palabras: acaba de admitir que un sistemaes algo que se basta a sí mismo y que se explica por su propia ley constitutiva;y agrega seguidamente:

«mais la cohérence que s’y marque n’en demeure pas moinsune émanation d’une cohérence différente antérieurementétablie».

Su experiencia es la que lo lleva a profundizar:

«Et mon expérience de ces toutes dernières années est que lareconstitution analytique des systèmes (…) exige, pour êtremenée à bien, que l’on prenne une vue de ce qu’a été latransformation des systèmes sur l’axe des successivités (…). Onvoit par-là que le divorce de la synchronie et de la diachronie estune situation qui ne doit pas, en bonne méthode, se prolongerpuisque l’étude approfondie de ce qui se passe sur l´axe de ladiachronie conduit à y voir des synchronies en formation, dont ilest nécessaire de prendre un profil sur l´axe des états auquel onrapportera historiquement -sur l´axe des successivités- d’autresprofils antécédents ou conséquents» (I, 22)

En su clase del 5 de marzo de 1948 desarrollará Guillaume la idea deque toda lengua es la suma «interiormente sistematizada, de las relacionesque se han instituido en ella entre las aportaciones históricas» (III, 129). Enel transcurso de su exposición, Guillaume arriesga la siguiente interpretaciónde un «estado de sistema»:

«Un système, en forte instante de définition continue, solliciteraavec une force égale, la venue d’accidents propices à

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transformation; et cette sollicitation instante, insistante, aura poureffet sinon expressément de faire naître ces accidents, tout aumoins (…) de faire que chacun de ceux qui passent sera scrutéavec une perspicacité pénétrante…) (III, 131)

El 12 de marzo de ese año 48, Guillaume admite que una lengua es,«en todo momento en su devenir histórico», un determinado orden derelaciones, que son el fruto de «aportaciones históricas conservadas». Y afirmaque una definición de esta naturaleza tiene el mérito de constituir.

un précieux et juste départ entre ce qu’il convient d’attendre dela science historique du langage et ce qu’il convient de ne pasattendre d’elle» (III, 139)

Concluye Guillaume expresando que lo que nunca nos revelará lahistoria del lenguaje (porque es ajeno a su competencia) «c’est ce qui a traitaux rapports institués entre les apports historiques constitutifs» (loc. cit.).

A partir de 1948, se advierte en Guillaume una preocupación crecientepor vincular el sistema de la lengua con la relación entre la estructurasemiológica y la estructura psíquica. Es claro para él que el hablante tomaconciencia de los hechos psíquicos a través de hechos semiológicos. En suma,el sistema es fruto «de la relatividad recíproca de los signos, en virtud del finque les está asignado, que no es otro que el de mostrar el sistema psíquico delque constituyen el lado representativo» (I, 87)

En su clase del 23 de mayo de 1950 establece la diferencia entre la leyque rige la estructura psíquica y la que rige la estructura semiológica. Yexplica cómo el desconocimiento de tal principio ha hecho que el sistema seael significado (IV, 1974, 131-138).

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MARCAS COMERCIALES Y PROYECCIÓNLEXICOGRÁFICA EN EL ESPAÑOL DEL PERÚ*

MARQUES COMMERCIALES ET UNE PROJECTIONLEXICOGRAPHIQUE EN ESPAGNOL DU PERÚ

Julio Calvo PérezUniversitat de València

Resumen:El lenguaje nos sorprende con frecuencia. Una de esas veces es cuando elnombre de un producto, la marca, puesta caprichosa o motivadamente aéste, pasa a nombrar genéricamente al propio producto. Es el caso de Colinos,marca de pasta dentífrica que sirve para identificar el producto sin más,escrita con minúscula: Colinos. El fenómeno contrario es aquel en el que lanominación general en minúscula, caso de libertador, pasa a identificar auno de sus representantes como el más emblemático o prototípico, escritocon mayúscula (El Libertador = Bolívar). Entonces se produce unaantonomasia. En el castellano del Perú son varias las decenas de ejemplos deeste fenómeno que hemos podido recoger para la elaboración de este artículo.

Résumé:Le langage nous surprend fréquemment. L’une de ces fois est quand le nomd’un produit, la marque, mise plus ou moins capricieusement, est utilisée defaçon générique pour nommer le produit proprement dit. C’est le cas deKolinos, marque de la pâte dentifrice qui sert à identifier le produit sans plus,écrite avec minuscule: kolinos. Le phénomène contraire se produit quand lanomination générale en minuscule, cas de libérateur, se met à identifier l’un

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de ses représentants comme le plus emblématique ou proto-typique, écritavec la majuscule (Le Libérateur = Bolívar). Alors, une antonomase seproduit. En espagnol du Pérou, il y a des dizaines d’exemples de ce phénomèneque nous avons pu reprendre pour l’élaboration de cet article.

Palabras clave:Castellano del Perú; marcas comerciales; la antonomasia.

Mots clef:Castillan du Pérou; marques commerciales; l’antonomase

1. Concepto de antonomasia y otros afines

Resulta frecuente encontrar ejemplos semánticos en que el nombrepropio de una ciudad, de un país, de una marca comercial, etc., se transformaen nombre común, con lo que deja de nombrarse un ente particular, quepertenece al mundo enciclopédico, para denominar una entidad general,común, que por antonomasia, pasa a tener «derecho» reconocido en losdiccionarios de lengua. Hay colonia, que nombra a un agua olorosa o a una«cinta de seda, lisa, de dos dedos de ancho poco más o menos» (DRAE, 22ª),o coñac, que es «aguardiente de graduación alcohólica muy elevada»; existesucre, que es el nombre de la moneda de Ecuador, en honor al héroe de laindependencia americana del mismo nombre; se dice un potosí para nombraresa riqueza extraordinaria con que se comparan las célebres minas de platade Bolivia o se afirma que un chihuahua es un perro de cierta raza, pequeñoy sin pelo, cuyo nombre deriva del homónimo estado de México de dondeprocede. Los nombres de esta clase podrían multiplicarse: un oporto, támpax,mi Dulcinea, pisco…1

1 Además, son usuales en cualquier lengua: en inglés jeep (de donde ha pasado alespañol) o Bard (por Shakespeare); en alemán, como zeppelin, universal, o Kärcher,que ha penetrado al francés: «Kärcher es la marca comercial de un aparatoindustrial de alta potencia que se utiliza para limpiar lugares insalubres lanzandoagua a presión y luego aspirándola. En Francia, la palabra karcher -sin diéresis-

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Hemos dicho que la acción generalizante se realiza por antonomasia,la cual es una sinécdoque en que lo particular identificado asume lo generalo viceversa: un judas es un traidor y podría incluso seguir escribiéndose conmayúscula si le diéramos la suficiente relevancia, pero el Apóstol es SanPablo incluso sin haber vivido en coetaneidad con el Salvador (otraantonomasia). De modo que los dos vectores se complementanreferencialmente: dado un nombre propio como Judas se generaliza a unjudas para designar a cualquier traidor o es el nombre general apóstol aquelque emigra a un solo elemento del conjunto que lo es más o menosprotípicamente: el caso de san Pablo.

En el primer caso, toda una serie de características personales eintransferibles de Judas Iscariote quedan borradas –la intensión que locaracterizaba (Calvo Pérez 1990)–, para pasar de inmediato a generalizar elsema más saltante de todos los específicos del personaje, {traición a Cristo};2

con ello, llamar a alguien judas es equiparar esa nota semántica con la personaque jugó un papel tan vergonzante el día de la Santa Cena, sin que quepantenerse en cuenta circunstancias no consideradas esenciales, como la edad dela persona, los rasgos de su cara, el siglo en que vivió o la víctima a quien tuvola vileza de vender. En cambio, y siguiendo la teoría de los prototipos cognitivos(Rosch 1983, Kleiber 1990), sí se conserva en parte el sexo del personaje, ya quemuy pocas veces se diría de una mujer que es un judas o una judas, llegando aaceptarse únicamente en frases como Esa es más falsa que Judas u otras por elestilo en que la transferencia generalizadora aún no es del todo completapuesto que está por producirse la identificación de los personajes.

En el segundo caso, el conjunto de rasgos o semas que definen a unapóstol, su semema (al decir de Pottier 1964), pasa casi en su totalidad también

se ha convertido en sustantivo y ha pasado a significar la acción de limpieza afondo de algo muy sucio [...]. En una de sus célebres salidas de tono, el ministrodel Interior Nicolas Sarkozy dijo que habría que limpiar con karcher los barriosdonde vive la chusma» (www.rebelion.org/noticia.php?id=22784>, 16-11-2005,nota 2).

2 Señalaremos con {…} el sema o unidad mínima de significado, el cual dejará deser unitario cuando haya una separación mediante comas en el interior delespacio entre llaves: {…, …}.

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a un personaje, cuyas notas adventicias llenan el resto de su biografía: {habíanacido en Tarso, se cayó del caballo en una tormenta, camino de Damasco,y estuvo a punto de perecer por ello; se convirtió al cristianismo, escribióvarias cartas o epístolas además de los Hechos de los Apóstoles, fue encarceladopor orden del tribuno Lisias en la fortaleza Antonia, etc.}. Dice el DRAE:

«APÓSTOL. (Del lat. apostOlus, y este del gr. Üðüóôïëïò,enviado). 1. m. Cada uno de los doce principales discípulos deJesucristo, a quienes envió a predicar el Evangelio por todo elmundo. 2. m. U. también referido a San Pablo y a San Bernabé.3. m. San Pablo. ORTOGR. Escr. con may. inicial. 4. m.Predicador, evangelizador. San Francisco Javier es el apóstol de lasIndias. 5. m. Propagador de cualquier género de doctrinaimportante / EL APÓSTOL DE LAS GENTES o EL APÓSTOLDE LOS GENTILES. 1. m. San Pablo.»

El diccionario nos alecciona pronto de qué es ser apóstolprototípicamente hablando: estar en la nómina de los doce. Nos señala quePablo y Bernabé, sin haber sido discípulos directos de Cristo pasan a engrosarla lista de los anteriores, de modo menos característico. En tercer lugar, seobserva cómo uno de estos dos últimos usurpa al conjunto para convertirse ensu principal valedor (acepción 3ª); en esta antonomasia, el nombre sigueescribiéndose con mayúscula para indicar su individualidad no nombrada:porta el artículo determinado como índice de un referente particular tomadoprecozmente en el pensamiento tras el umbral de reconocimiento del entereferido (Guillaume 1919), pero no identifica a posteriori lo nombrado parafijar su referencia sobre los avatares del contexto (Calvo Pérez 1994: § 2.3.1.2).El nombre propio subyace en virtualidad, pero aún no existe como tal,enmascarado en la colectividad de donde emerge; para ello tiene que pasarantes por el sintagma específico El Apóstol de las gentes o el Apóstol de losgentiles, que reducen drásticamente la extensión del conjunto en beneficiode Pablo, el ente único en el que se piensa al nombrar mediante la perífrasis.Por otro lado, el DRAE nos proporciona generalizaciones como la de laacepción 5, en que la ampliación es a la inversa: un conjunto, el de losapóstoles, se ve engrosado como consecuencia de elegir alguno de susprincipales semas {predicador, evangelizador} como representante del total,

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eximiendo al conjunto de otros semas como {en contacto directo con Cristo},etc., pero reteniendo uno fundamental: su aplicación igualmente a {miembroactivo de la religión cristiana}.

En esto consiste el juego psicológico-cognitivo particular por el que secrea la antonomasia: el de por qué entendemos que la Ciudad Eterna esRoma y no otra y también lo contrario, que moca (o moka) es «café de granopequeño y oloroso, procedente Arabia» (donde Moka es la ciudad árabe delmismo nombre de donde tal café procede, aunque no en exclusiva).

1.1. La sinécdoque

Pese a su especificidad, el fenómeno de la antonomasia no es único:la sinécdoque, su antecesora conceptual, consistente en tomar la parte por eltodo o viceversa, el todo por la parte, sin que llegue a reducirse drásticamentea la unidad el conjunto previo, o sea éste producto de una generalizacióndesde un ente único, está directamente emparentado con ella. Veamos unosejemplos:

Flammas cum regia puppis extulerat (Virgilio: Eneida 2, 256): «comola popa real encendiera llamas <para mandar señales>».

En este verso virgiliano la popa de la nave real se tiene por la propianave, en conjunto, y, más aún, esta por los marineros que la mandan. Se tratade una parte por un todo (pars pro toto), sin que llegue a convertirse enunidad mínima. Lo mismo sucede en Dos cabezas de ganado (por «dos reses»)u Odia los uniformes (por «los militares» que los llevan).

Al igual que en la antonomasia existe la posibilidad de la inversiónconceptual: Ganó España (por «el equipo» de España: totus pro parte), cuyaproporción es similar a la que ofrece la antonomasia vossiana,3 en que el

3 De Gerardo Vosio (o Gerardus Johannes Vossius, 1577–1649), el filósofo y retóricoholandés que la definió en el s. XVII.

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nombre propio, en forma de epíteto, asume el conjunto: un Hércules por unhombre muy fuerte, como si solo Hércules perteneciera al conjunto de losseres fuertes; ello frente a la antonomasia natural en que sucede al contrario.

El felino se abalanzó entonces sobre su presa (con sustitución de lapalabra más particular por otra más general, en un contexto en el que se hagareferencia a un subconjunto de los felinos, concretamente al de los tigres;aún sucede a escala mayor en los versos de Calderón, en que el bruto «animalirracional, generalmente cuadrúpedo» evoca por más señas solamente a losfelinos):

Nace el bruto, y con la piel / que dibujan manchas bellas, /apenas signo es de estrellas / -gracias al docto pincel-, / cuandoatrevido y cruel, / la humana necesidad / le enseña a tenercrueldad, / monstruo de su laberinto: / ¿y yo, con mejor instinto,/ tengo menos libertad? (Calderón: La vida es sueño, jornada 1ª,escena 2ª).

A la inversa, también se toma el género por la especie y, por tanto, sesustituye una palabra general por otra más particular:: El pan nuestro de cadadía, dánosle hoy, por el «alimento».

La retórica nos muestra otras muchas modalidades:

Un caballero español nunca miente (singular por el plural: «loscaballeros») / Las aguas de este río bajan sucias (plural por el singular:«el agua»).

Vendió el lienzo de Picasso por un precio astronómico (materia por elobjeto: «el cuadro») / Los muebles están carcomidos (objeto por lamateria: «la madera»).

Aquella belleza andante le subyugó (abstracto por lo concreto: «elhombre guapo») / Ese profesor tiene muy buena cabeza (lo concretopor lo abstracto: «es inteligente»).

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El mensaje de la corona en Navidad (El signo por la cosa: «del rey»)/ Simpatizaba con Buda y Marx al mismo tiempo (La cosa por elsigno: «budismo, marxismo»).4

No son los únicos casos, pero en todos ellos hay una transferenciaíntima, interna, de partes a todos y viceversa.5 Este es antecedente cognitivode la antonomasia.

1.2. La metonimia

Por encima de la antonomasia, a dos pasos de distancia de esta, estáel tropo que domina a los dos ya comentados: me refiero a la metonimia. Dehecho, en ocasiones se habla solo de metonimia, incluyendo en elladirectamente a la sinécdoque. La metonimia, frente a esta última, representa,no obstante, algo externo, aunque también íntimo (pars pro parte) como enestos ejemplos (tomados la mayoría de Romera 2006):

El efecto por la causa: Mi dulce tormento (Arniches: por «mimujer») / La causa por el efecto: Cuando se clavan tus ojos en uninvisible objeto (Bécquer: por «la mirada»).

Lo físico por lo moral: Hay en mis venas gotas de sangre jacobina (A.Machado: «tengo ideas jacobinas») / Lo moral por lo físico: tú eresla sabiduría, tú eres la humildad, tú eres la paciencia (San Francisco:«Alabanza al Dios Altísimo»).6

4 El ejemplo ha sido creado por el autor de este ensayo.5 Sucede de igual modo en los casos en que se habla del intercambio del individuo

por la especie como en El hombre ha ido a la luna (por «los astronautas»), ya queno se refiere a un individuo en concreto, sino a un conjunto de ellos. El fenómenose produce incluso en el caso en que se hubiera tratado de una sola persona(Romera 2006), pues no ha de confundirse un elemento específico de un conjuntocon el conjunto, aunque este sea unitario.

6 Este ejemplo no está tomado de Romera, sino de <www.franciscanos.org/esfa/ald.html>

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La materia por la obra: Fió su vida a un leño (Góngora: «un barco»)/ La obra por la materia: Nuevas canoas movidas desde la raíz a lacopa (por «árboles», de cuyos troncos se harán canoas).7

El continente por contenido: Tomar una copa de vino («con vino»)/ El contenido por el continente: El alacrán le clavó la ponzoña(por «el aguijón»).8

Lo abstracto por lo concreto: Hacéis de la esperanza anatomía (Lopede Vega: «haciendo pleitos, engordáis») / Lo concreto por loabstracto: Respetar las canas («la vejez»)

El autor por la obra: Leyó a Virgilio / La obra por el autor: Este pobreQuijote, muerto en Madrid el 23 de abril de 1616 (por «Cervantes»).9

El lugar de procedencia por el objeto: El burdeos me gusta y el jereztambién / El objeto por el lugar: Cada año hago una excursión a loschacolís y a los quesos idiazábal (por «al País Vasco»).10

La persona por el instrumento que maneja: Es el violín más jovende la orquesta (por «el músico») / El instrumento por la persona: Ypor el camino del Gólgota, la cruz avanza a trompicones (por «Cristo,cargado con la cruz»).11

Hay otros muchos subtipos de los tropos avanzados, aunque aquí heseñalado los principales. Algunos son incluso de relación temporal como Enbreves minutos conectaremos con el palacio presidencial o Tras largas horas deangustia, todo se resolvió a pedir de boca, en que se habla en realidad deespacio de tiempo breve o largo, al margen de su medida exacta.12

7 El ejemplo ha sido creado por el autor de este ensayo.8 El ejemplo está tomado de Alexis Márquez Rodríguez: El Nacional, domingo 16

de julio de 2000.9 El ejemplo ha sido creado por el autor de este ensayo.10 El ejemplo ha sido creado por el autor de este ensayo.11 El ejemplo ha sido creado por el autor de este ensayo.12 Cuando la relación espacial se transforma en relación temporal, se tiene el tropo

llamado metalepsis: pasado por futuro (se toma el antecedente por el consiguiente

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1.3. La metáfora

Finalmente, la metáfora es una relación menos íntima, sea cual sea laforma en que se la interprete (Herrero 2006), ya que es absolutamente externarespecto a sus componentes, y más aún que en los demás tropos precisa delconocimiento del mundo (intra- o extra-textual) para producirse y entenderse.Cuando Lorca dice, ¡Oh, guitarra, corazón malherido por cinco espadas! (Poema:«La guitarra», del libro El poema del cante jondo), está propiciando dosrelaciones: una de presencia, en que dos elementos externos el uno al otro seigualan y donde el segundo sustituye al primero: GUITARRA = CORAZÓN(parecido por la forma), y otra de ausencia, en que un primer elemento,elidido, es evocado por otro externo a él: (DEDOS) = ESPADAS (parecidospor la forma y evocando los sonidos tristes de la guitarra flamenca). Al igualque en los casos anteriores, existe siempre el espín, es decir, la posibilidad decontrarréplica o inversión semántica, ya que podríamos inventar: Corazón,guitarra que rasguea en el interior de mi pecho o bien Dedos metálicos que se meclavan al filo de la batalla (o sea, «bayonetas»).

2. Sobre las marcas comerciales

Las marcas comerciales son nombres propios, generalmenteinventados, relacionados con el inventor del producto, la aplicación quetiene, el fabricante del mismo, etc. Las motivaciones son diversas y lo que sepretende, ante todo, es que ese nombre no exista todavía y que se diferencie,en lo posible, del nombre meramente descriptivo, común, del objeto que loporta. A partir de esta afirmación, nos daremos cuenta de que la únicarelación que cabe, respecto al diccionario de lengua, es la de la antonomasia:como nombre común puede llegar a ser sustituto general de otros nombrespropios del producto. La razón puede estar en muy diversas circunstancias:es el primer nombre de marca en mucho tiempo y los hablantes se acostumbran

como: Acuérdate de lo que me debes, por, «págame la deuda») / futuro por pasado(se toma el consiguiente por el antecedente como: Te prometo que yo no lo hice,por «te aseguro»).

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a él (decir una fanta al nombrar cualquier naranjada, en España), es unproducto de una empresa líder en el ramo (Dame un danone, dicho decualquier yogur) o bien se ha acertado descriptivamente en el contenido, sinexcesiva alienación (maicena como nombre de la harina de maíz, más unsufijo creíble). En otras ocasiones, el resultado puede ser debido a la calidad(película en tecnicolor, de un film en color, en que la técnica juega un papelmuy importante), a una oferta publicitaria acertada (las matildes comoacciones de la Telefónica española13), o al mero azar (rayón, como fibraartificial), etc.

Sea como fuere, el fenómeno es bastante frecuente, en la vía cognitivaarriba analizada, y aunque algunos hablantes consideran que va de capacaída es todavía lo suficientemente productivo como para ocuparse de él.

2.1. Marcas comerciales en el DRAE

El DRAE, sin ir más lejos, recoge los 76 ejemplos siguientes de marcasregistradas hechas sustantivos de lengua:

Aerobús, aspirina, aureomicina, bamba2, bijol, birome, bivirí, buna, celo

2,

celofán, chubesqui, cinemascope, cinerama, claxon, curita, DDT, dedeté, delco,dictáfono, diésel,14 duraluminio, estovaína, faria, ferodo, formalina, formica,fotomatón, freón, futbolín, gillete (o gillette), gramófono, gramola, infografía,invar, jacuzzi, jane,15 klystron, linotipo, lycra, magnetófono, maicena, mecano

1,

mentolato, michelín, nailon, neopreno, nilón, nodo2, pianola, ping-pong, plastilina,

plexiglás, polo1, potito, primus, rayón, rímel, sandino, sintasol, tabasco, támpax,

tartán2, tecnicolor, teflón, teletexto, teletipo, tergal, termo

1, tirita, túrmix, uralita,

vaselina, velcro, verascopio, viyela, zotal.

13 Hace ya más de 80 años que existen, pero su éxito se debe a a un anuncio en TVde José Luis López Vázquez, allá por los años sesenta del siglo pasado.

14 Hace referencia al motor diésel, el cual puede nombrarse en sí mismo sin necesidadde su genérico. Una segunda y una tercera antonomasias se producen en la 2ª y3ª acepciones del DRAE: «Automóvil provisto de motor diésel» y «Gasóleo».

15 Se refiere al agua jane, hipoclorito de sodio diluido, procedente de Uruguay.

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Un análisis superficial de este conjunto nos permite hacer unas cuantasprecisiones:

1) Hay palabras que describen con cierta precisión el objeto referido:aerobús, duraluminio, fotomatón, futbolín, maicena, mecano, mentolato, plexiglás,tecnicolor, teletexto... Es notable la motivación de duraluminio, por ejemplo,donde además de una aleación de aluminio, muy dura, se tiene el nombrede la ciudad, Düren, donde se fabricó por primera vez, según el DRAE. Ya esclásica futbolín, diminutivo de fútbol, de tan gran acierto denominador:mucho mejor que el juego en cancha pequeña denominado futbito, o fulbitopor algunos hablantes con claro desdoro articulatorio. Mentolato16 es dereciente incorporación. Las palabras anteriores son compuestas o derivadas,pero también resultan precisas y de significado transparente algunas simplescomo polo «helado con un palillo hincado en su base» y termo «recipiente dedoble pared para conservar líquidos calientes».

2) Muchas palabras presentan formaciones compuestas inesperadas(plexi-, relacionado con flexible + inglés glass «vidrio»; neopreno, de recienteincorporación, compuesto de neo- «nuevo» y preno, raíz que tiene que vercon muchos compuestos químicos en -eno de los hidrocarburos de dobleenlace, en el que el número de átomos de hidrógeno dobla a los de carbonoy cuyo nombre no comercial es policloropreno, que responde a la fórmula 2-cloro-1,3-butadieno) o derivadas mediante sufijos inusales, propios de ladeformación sugerente de las marcas (maíz + -ena, mentol + -ato, vase(l) +-ina). Lo más común es la formación de acrónimos, compuestos artificialesmixtos con principio de un término y final de otro (como, birome o velcro: elprimero de Bíró, inventor húngaro-argentino y Me(yne), industrial húngaro y

16 Leo en internet: «Finalmente, yo le reservaría masajes incaicos de mentolatowirasacha a la bancada parlamentaria de la Concertación» (El Periodista: Año 2,N.40. Domingo 20 de Julio de 2003), donde se añade: «Si no lo sabes ese ungüentode un bello color verde está compuesto de renaco sacha, ajo sacha, guayaco,suelda con suelda, pulmonaria, belladona y sangre de sagrado. Y sirve para elreumatismo, los calambres, los dolores de espalda y de estómago, la tos, los golpesde aire y las inflamaciones de las amígdalas».Wirasacha es un compuesto quechua (wira «grasa», sacha» «árbol: «árbol de lagrasa»).

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socio del anterior, y el segundo de vel(ours) «terciopelo» y cro(chet)«gancho»)17.

3)Otras palabras provocan extrañeza, la cual se busca en el comerciopara evitar coincidencias con otros nombres: como la reciente túrmix «batidora»(formada por tur-, que indica «giro» y mix-, que sugiere «mezclar»), con suinesperada <x#> o la también nueva jacuzzi «bañera hidromasaje» con susdos <zz> y esa <#j>, pronunciada como /y/, que es una muestra más de lafalta de acomodación ortográfica de ciertos préstamos en el diccionarioacadémico, en que pesa más el respeto al nombre de la marca que las reglas deescritura del español. Lo mismo cabe decir del tubo de microondas, llamadoklystron o de la célebre cuchilla desechable de afeitar, ahora con dos ortografías:gillete o gillette, aunque puestos a ser precisos sería mejor la segunda forma, queresponde sin cambios al nombre del inventor, King C. Gillette.18

4) En el comercio y la industria se hace uso frecuente de las siglas:DDT (escrito necesariamente así) se duplica en el DRAE con la lecturadeletreada dedeté (correspondiente al dicloro-difenil-tricloroetano),19 perose evita en bivirí, seguramente por la popularización de este nombre respectoal esperado ?bividí (< BVD, pronunciado a la manera del inglés americano,conocida marca de camisetas interiores, que debe la sigla a sus tres creadores:Bradley, Voorhees y Day20).

17 Mas complicado es estovaína (de stovaine), palabra formada por un acrónimo, delingl. stove «estufa» como traducción del apellido de E. Fourneau, químico francésque descubrió este analgésico, seguido de la terminación sufijal -(a)ína.

18 Hay inconsistencias ortográficas graves como que se acepte lycra y en cambio sedeseche nylon, del mismo campo semántico además: el de las fibras sintéticas.Para más inri, se aceptan dos ortografías diferentes de la postrera: <nailon> y<nilón>, la última de las cuales correlaciona con un tercer tejido artificial: elrayón (y hasta con el teflón, que en ocasiones se presenta como un materialenrollado con el que aislar conexiones de fontanería -o en honor a los usosperuanos: gasfitería). Este campo semántico ha sido muy productivo como lomuestran los diferentes ejemplos aportados por Hildebrandt (1994): orlón y perlón(que ya cita Casares en su Diccionario ideológico de la lengua española, de 1963),dralón, dacrón (o dracón), polistel , etc.

19 De manera diferente al TNT (no *téneté) que corresponde directamente altrinitrotolueno.

20 Las palabras producto de siglas han sido adoptadas por el español con relativafrecuencia: láser, radar, etc.

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5) Hay un predominio de artefactos y técnicas industriales tales comopiezas de mecánica e industria automovilística (como linotipo y como claxon,delco, ferodo, michelín), productos de la industria del cine y de la informática(cinemascope, cinerama, nodo; infografía), instrumentos musicales (pianola),así como el anticuado gramola (ya periclitado, como otros próximos a él:vitrola, radiola, electrola; Hildebrandt 1994: 157) y otros instrumentos para laaudición con nombres como gramófono, dictáfono y magnetófono (cuyasegunda raíz delata su procedencia);21 teletipo o verascopio (con principio yfinal igualmente reconocibles) u otros más enigmáticos (derivados de nombreso apellidos: chubesqui, etc.).

6) Otros campos frecuentes son los nombres de medicinas (comoaspirina, el célebre ácido acetil-salicílico22, formalina y tirita, conocida tambiéncomo curita, produciéndose una duplicidad), productos químicos (como zotal,nombre de un compuesto de cloro semejante pero no igual al dedeté, de nºregº. 01-20/40-02446; freón y otros), materiales flexibles diversos (celo

2 y celofán,

que no deben confundirse; tergal y viyela; buna y otros) de materialessemirrígidos (sintasol, tartán) y rígidos (formica y uralita), aleaciones (invar),productos alimenticios (como potito, o ingredientes menores como bijol otabasco23), deportes (ping-pong), material escolar (plastilina24), prendas (comobamba25), productos de cosmética e higiene (como rímel sandino26 y támpax),

21 Por cierto, no se ha admitido todavía sonotone, que rivaliza con audífono, nombreculto del aparato que permite oír a los sordos (Aunque no siempre; recuerden elchiste: «Un sordo se encuentra a un amigo y le comenta:–Mira, me he comprado un sonotone que es buenísimo. Voy andando por lapradera y oigo como suena la hierba al pisarla; mi mujer se pone a coser, se le caela aguja... y puedo oírla. El amigo, impresionado, le pregunta:–Oye, ¿y cuánto te ha costado? El sordo le responde: -Ayer a las 11:30 como todaslas noches»).

22 O también aureomicina. No sé por qué no se incorporan otros nombres máspopulares como pantomicina, por ejemplo: después de todo, los usos del lenguajeson imprevisibles y hasta cierto punto caprichosos.

23 Procede del estado mexicano de Tabasco, aunque pueda considerarse tambiéncomo una marca, una vez que el ají se prepara en forma de salsa picante.

24 También la regleta de colores, para el cálculo, proviene de una marca.25 No debe confundirse con el peruanismo bamba «adulterado», un adjetivo con

ribetes de vulgar.26 DRAE: «El Salv. y Hond. Horquilla metálica en forma de U para sujetar el

cabello».

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drogas (faria27) y artículos varios (birome por «bolígrafo» en el Cono Suramericano).28

2.2 Otros nombres comunes sacados de marcascomerciales

Hay otros muchos nombres de marcas en el ámbito hispánico queaún no ha incorporado el DRAE, pese a la mayor preocupación actual de laAcademia Española por el léxico latino-americano. Así, por ejemplo, leemosen internet (<www.clarin.com>, 24-01-2006a) lo siguiente, que copio sincomentarios:

«Y también hesperidina. Hesperidina es de las pocas marcascomerciales incluidas en un diccionario argentino, junto a biromey maizena. Es un aperitivo hecho con naranjas amargas que, en1864, inventó Melville Sewell Bagley, un norteamericano afincadoen la Argentina. Bagley murió en 1880, pero antes fundó unemporio de sabrosas galletitas.

Pedro Luis Barcia señaló que «quien no conoce los hábitos delgauchaje, piensa que tomaban vino tinto recio. Nada de eso: bebían ginebra,caña y hesperidina, como puede apreciarse en los inventarios de boliches».

He aquí, pues, el testimonio, nada desdeñable, sobre el términohesperidina. En otros países latinoamericanos son también abundantes loscasos de marcas comerciales elevados al rango de prototipos. Así de Méxiconos llega la siguiente perla por internet (<forum.wordreference.com>, 19-06 a 29-09-2006b):

27 Aunque sería preferible farias. Siempre hemos oído decir «Se ha fumado unfarias» y frases por el estilo, aunque también se ha popularizado, con cambio degénero y número, como «dame una faria».Farias es «cigarro de hebra, de mala calidad».

28 Podrían añadirse otros muchos ejemplos en España como martini «vermut» oclimalit «ventana de doble cristal» (recogidos por internet), como ketchup, kodak,leacril o pernod, que un diccionario de concepción más abierta que el académico,como es el de Seco, Andrés y Ramos (1999), recoge con profusión.

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«Saben, me estaba preguntando si en otras partes donde el españoles hablado, existen marcas cuya colocación es tal, en el mercado,que la población ha sustituido los nombres de los artículos por eldel nombre de la marca. Por ejemplo en México al lápiz adhesivole llamamos pritt: Pritt es una marca de lápiz adhesivo de tal logro,que ahora toda la gente le llama así. (Es muy raro encontraralguien que no le llame pritt.) Inclusive si vas a la papelería y pidespritt te van a decir: «Tengo de estos tres, ¿cuál quieres?», aunqueninguno de ellos sea pritt, por ser de otras marcas. Lo mismo pasacon el diurex o yiurex, que en verdad es «cinta adhesiva»(adaptado).

La respuesta a esa petición no se hace esperar y son varios losinterlocutores que señalan antonomasias del tipo citado:

–Un internauta español señala:bimbo ’! pan de molde29 tesa film ’! papel celovespino ’! ciclomotor chupa chups ’! caramelo con palo (perono piruleta)cola cao ’! cacao soluble nescafé ’! café soluble

–Una internauta española añade:casera ’! gaseosa támpax ’! tamponesfiso o fixo ’! cinta transparente tippex ’! corrector (en pincel olápiz) 30 que se pega, usada en papelería

29 Este ejemplo también queda transferido desde el castellano de México, de dondeprocede la marca. La panificadora Bimbo comenzó a funcionar el 2 de diciembrede 1945 en una pequeña fábrica de la Ciudad de México, construida en elnúmero 117 de la calle 58 Norte, en la colonia Santa María Insurgentes(<www.grupobimbo.com/admin/content/uploaded/Historia% 20Grupo%20Bimbo.pdf>).

30 A la lista añade polo, por error, puesto que la española incurre en una circularidad:polo es «prenda de punto, hasta la cintura, abotonada en la parte de arriba» y noparece que derive de cómo la llame el modisto Ralph Laurent., sino al revés: queel modisto citado usa el nombre que la lengua le ofrece. La palabra proviene deltibetano pholo «pelota», que da nombre al deporte que se juega con tal camiseta,para denominar la prenda correspondiente. En cambio, cita algunos casos más deinterés como son: aspirina, avecrem, danone, cocacola, cleenex, rotring, starlux,walkman. Y añade: «En mercadotecnia lo llamamos identificación marca-producto».

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Los interlocutores prosiguen y, entre bromas y veras,31 van añadiendonombres más o menos afortunados: albal por «papel de aluminio», selz por«agua carbónica», bilé o bilet por «lápiz de labios» (marca hace mucho tiempodesaparecida), frigidaire por «frigorífico», jello por «gelatina», fab por«detergente», zote por «jabón en pasta», jumbo por «avión grande» y cessnapor «avioneta», además de crayola «crayon, lápiz, tiza»,32 taper o tuper otupervar «recipiente de plástico de cierre hermético», tetrabrik o tetrapak«recipiente de cartón, plastificado en su interior» (griego + inglés)33.

Una mujer argentina interviene en el foro anterior y señala comoantonomasias de marca las siguientes:

paty (masc.) ’!hamburguesa scotch ’!cinta adhesivacurita ’! tirita lactal ’! pan lacteadorimmel ’! delineador liquid paper ’!corrector tipográficobic (fem.) ’!esferográfica o bolígrafo gillette ’!hoja de afeitarcoca ’! gaseosa (soda) geniol ’! aspirina (en desuso).34

Los chilenos añaden:cútex «esmalte de uñas», cachantun «agua mineral»alusa «papel de alumnio» rinso «detergente»

31 Alguien dice en un momento dado: «Bimbo hace tiempo que dejó de ser mariachi»,en vez de decir mexicano: una bonita e improvisada sinécdoque.

32 Marca que es debida a sus inventores, los primos Edwin Binney and C. HaroldSmith.

33 A ellas podríamos añadir las siguientes: Alka-seltzer «aspirina efervescente»,chocomil «chocolate en polvo», picot «sales de uva», halls «pastillas refrescantes»,royal , «harina para hornear», aladino «crema de cacahuete», tortillinas «tortillasde trigo», kótex «toallas femeninas», etc., aunque no siempre se logra ni la mismaextensión ni la misma universalidad. Por un lado, la extensión o fuerza de algunaspalabras es efímera y débil y, por otro, ciertas de ellas se pueden oír tanto enCuba, como Chile, en Argentina como en Guatemala, convertidas en verdaderospanamericanismos.

34 Y hay contertulios que añaden, savora «mostaza», zucarita «copo de maíz»,lays.»papas fritas», etc.

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Un testimonio guatemalteco aporta también su grano de arena: cornflakes «cereal», sabritas «papas fritas» y, por último, una intervinientecolombiana nos recuerda: colgate «pasta dental», como usual en su país.

3. La generalización de marcas comerciales en el Perú

En el español del Perú, existen diversas marcas ya registradas en elmercado internacional, que se han convertido en nombres comunesHildebrandt (1994, s.v. cuáquer), anota las siguientes:

-Grupo de las perfectamente integradas: cuáquer, escóch (o máscultamente scotch).

-Grupo de las muy difundidas: aspirina, vaselina, celofán, claxon, jeep,nylon, dictáfono...

-Grupo de las usuales: sapolio, rímel, glazo, primus, bividí, chicle, termo,terma, frigider (o friyider), pilsen, tubino, róyal, vitrola (y sus variantes), foyeque(o fotingo).

-Grupo de las anticuadas: kódak.-Grupo de las modernas: simoniz, pírex, klínex, kárdex, flit, dunlopillo,

ace, curita. Y táper, fórmica, mapresa, nicovita, vitrovén.-Grupo de las no totalmente integradas: wínchester, timolina, maicena,

dedeté, caterpílar, eterní, IBM, xérox (o seros). A ellas se añaden otras másmodernas como betamax, comodoy, licra, sanforizado.35

35 Hay algunas discrepancias respecto a los usos peninsulares que puede ser útilaclarar:1. De diferente uso. Son inexistentes en España: cuáquer, escóch, sapolio, glazo,primus, bividí, terma, frigider (o friyider), tubino, róyal, vitrola, foyeque (nifotingo), simoniz, pírex, kárdex, dunlopillo, ace, curita, mapresa, nicovita, vitrovén,timolina, eterní, betamax, comodoy, sanforizado. En cambio, son muy usualesmaicena, dedeté,xérox (que ha dado derivados como xerocopiar, xerografiar,etc.). Son poco o casi nada usuales: caterpílar, IBM.2. De diferente significado:róyal (en España Royal no ha trascendido, pese a supopularidad, a la sustitución de marcas y se refiere sobre todo a productoselaborados como natillas, flanes, etc.).3. De diferente pronunciación: flit (en España, flix, flis y fliz), fórmica (en España,formica).4. De diferente ortografía: licra (por lycra).

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3.1. Dirección español-quechua

Calvo Pérez (en pr.) reúne unas pocas entradas en castellano yquechua, en que la marca se ha tomado como generalizador del producto,perdiendo su especificidad y ganando en universalidad. Los ejemplosrecogidos son los siguientes:

ACE ¶ [ind.] (detergente {en polvo}), asi2 (ace). Pron.: /á-se/.

ASPIRINA [med.] (medicamento {popular, analgésico y antipirético}),aspirina.

AVECREM [alim.] (saborizador {en polvo}), avecrem; [gen.], misk»ichaq.BIVIRÍ (bividí) ¶ (m.c.: BVD) [pr.] (camiseta {interior}), bibirí (bibidí).CLÍNES (< kleenex) [ind.] (pañuelo {desechable}), pichakuna (qhuña

pichakuna).COCA COLA [alim.] (bebida {refrescante de cola}), kuka kula (coca cola)COLINOS ¶ (pasta {dental}), kulinus. Ortografía: «Kolynos» (en incluso

«kolynos»)COMBI ¶ (de la casa VW) [transp.] (camioneta {de viajeros, pequeña}),

kunbi.CUÁQUER ¶ [alim.] (avena {machacada, para el consumo humano}),

cuáquer (kuwakir).DANONE [alim.] (yogur), pusqu ñukñu.DEDETÉ [ind.] (insecticida {casero}), diditi.FRIGIDER ¶ (frigorífico, refrigerador), chiriyachina; «fam.», frihidur; [±cant.],

llanllachiqFRUNA ¶ [alim.] (golosina {acaramelada, de frutas, envuelta en papel de

cera}), fruna.GUILLET (gillete, gillette) [ind.] «±cult.» (cuchilla {de afeitar), gilliq.HITACHI (jap.) ¶ [ind.] (radio {transistor}), itachi (hitachi).MAICENA [alim.] (harina {de maíz}), sara haku; «fam.», maysina.NESCAFÉ [alim.] (café {en polvo}), niskaphi (nescafé).RACUMÍN ¶ [ind.] (matarratas {en polvo}), rakumín.PETROMAX ¶ [ind.] (farol {de vidrio, que funciona con gasolina gasoil o

petroleo}), pitrumas.RÍMEL [orn.] (cosmético {para las pestañas}), wiñachina (qhichiqra

wiñachina); «fig.» (ramificador), chaprachina; «fig., fam.»(embetunador), llusikuy.

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ROTRING [ens.] (estilógrafo {de arquitectos y dibujantes}), rotring (rotri).SURGE ¶ [ind.] (cocina {de gas}), surhi.TURMIX [ind.] (batidora), qaywina.36

Se trata de veintitrés entradas, de las cuales once tienen el signo ¶,indicador de peruanismo: ace, bivirí y bividí, colinos, combi, cuáquer, frigider,fruna, hitachi, racumín, petromax y surge. De ellas, una procede de un nombrejaponés, hitachi, y otras son marcas de lengua inglesa (rotring, etc.), francesa(guillet) o española (maicena). La mayoría tienen el rótulo [ind.] industria o[alim.] alimentación, aunque rímel se ha considerado como propio del campode la cosmética ([orn] y rotring del de la enseñanza ([ens.]).37

3.2. Dirección quechua-español

ASI2 [ind.] «fam.» (wiswi hurquna), detergente; ace ¶.

DIDITI [ind.], dedeté; plaguicida.FRUNA [alim.], fruna ¶.ITACHI (hitachi) {[instr.] [comun.]}, hitachi ¶.KUKA KULA [alim.] (coca cola) [líq.], coca cola; [neg.] «vulg.» blanca ¶;

(kukayina), cocaína.NISKAPHI (nescafé) [alim.], nescafé.PITRUMÁS [ind.], farol {de vidrio}, petromax.RAKUMÍN [ind.], matarratas, racumín …rakuminta rantimurankichu, ¿fuiste

[entonces] a comprar el racumín?SINBA {[instr.] [min.]} (tuquna), taladrador, taladradora.

A la vista de las nueve entradas recogidas, se comprueba que ochoson similares a las del español y se puede decir que han penetrado al quechua

36 A este conjunto habría que añadir algunos ejemplos más ofrecidos por internet yque no aparecen, en el momento, en la macroestructura del diccionario (CalvoPérez en pr.): couster «autobús mediano de pasajeros», poliflor «cera al agua» yvinifan «papel translucido para forrar libros y cuadernos.

37 [pr.] prenda tiene su propio campo semántico acotado en el diccionario.

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a través de él. Necesita, no obstante, una investigación aparte la aparición desinba en quechua, no recogida en el lado español, pero de donde es muyprobable que haya pasado al quechua. Se trata de una taladradora empleadaen la minería que, según mis informantes, debe su nombre a la marca defabricación, la cual se extiende a otros países del área como Chile.

3.3. Nuevos nombres de marcas

De los peruanismos antedichos, no han sido recogidos hasta ahora lossiguientes: colinos, combi, fruna, hitachi, petromax, racumín y surge. A ellos hayque añadir también simba, reducido al ámbito altoandino y del lenguaje dela minería. Estas ocho aportaciones suponen lo más significativo de este ensayo.

4. Reflexión final

Si una persona hablara del Descubridor o del Libertador en América,no haría falta mucho más para saber que se está refiriendo a Colón y a Bolívarrespectivamente. La Gran Manzana es principalmente Nueva York, la CiudadCondal es Barcelona, la Casa Blanca es «la residencia oficial y principal lugarde trabajo del Presidente de los Estados Unidos», según reza la definición deWikipedia. La Dama de Hierro aún sigue siendo Margaret Thatcher y todavíala historia recuerda que Atila fue el Azote de Dios etc., etc. Conocer nuestromundo implica saber establecer estas ecuaciones de equivalencia común sinerror, resolviendo semántica y pragmáticamente el discurso en que se insertan.Del mismo modo, conocer a un adonis, admirar a un maquiavelo, odiar a unheliogábalo, ser un casanova o un donjuán, enfrentarse a un sansón o idealizara una mujer diciendo que es nuestra dulcinea, son muestras inequívocastambién de nuestro conocimiento enciclopédico, aplicado ahora a losdiccionarios.

Dicho lo anterior, parece como si no se hubiera avanzadogramaticalmente mucho: el conjunto de antonomasias gira, al parecer, entorno del sustantivo. No obstante, eso es más bien un espejismo. En Comer

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pantagruélicamente hemos caído en el ámbito de un adverbio de modo,derivado de nombre propio, lo mismo que en Fagorizate... y verás qué gusto dacocinar lo estamos ante un verbo38. Por su parte, si recurrimos al epíteto,hacemos tabla rasa de las características intensionales para elegir una comorepresentante universal; es el caso de Incorporado al proceloso mundo de latelefonía, en que entre todas las cualidades aplicables a las compañíastelefónicas, elegimos una –aquí proceloso–, lo que nos evidenciaría queestamos ante un adjetivo antonomástico.39 Y por el contrario, cuando eladjetivo va pospuesto, señalar una nota caracterizadora no es sino unmecanismo reductivo de la referencia inicial: el reloj suizo, la mesa redonda oel alfil blanco. Sin embargo, un poco más lejos, la adjetivación derivada denombre propio ya no ejerce esa misma función diferenciadora solamente,sino que viene a elevar de categoría algo propio e individual para hacerlogeneral y absoluto; es el caso siguiente: una jugada maradoniana es aquellaque hace alguien a imitación del astro argentino, pese a que precisamenteno la realice el mismo deportista, ya para pocos trotes en el popular deportedel fútbol. Estos adjetivos, llamados relacionantes, tienen la capacidad defuncionar del mismo modo antepuestos o pospuestos: una jugada maradoniana= una maradoniana jugada (Calvo Pérez 1985), frente a la opinión de autorescomo Waugh (1976) que opinan que el orden S + A delata, en estos casos,una caracterización del propio autor, sin generalización posible: como si unajugada maradoniana sólo pudiera hacerla Maradona.40

38 Por este solo rasgo no puede definirse una antonomasia. Si parafraseamospantagruélicamente «al modo en que lo hacía Pantagruel» no hay sino constatacióncomparativa. Si elegimos la equivalencia «como un Pantagruel que es», entoncesestamos en el camino correcto. Del mismo modo si «fagorizarse» supone sólocomprarse una cocina Fagor, el vendedor no pretende precisamente que adquiramoscualquier electrodoméstico sin más; entonces no hay antonomasia; ahora bien, siel vendedor pretende eternizar su marca con el derivado verbal, tendría querecurrir a Para fagorizarse, compre Fagor , indicando qué marca se ha de compraral tiempo en que se insiste en que fagorizarse , naturalmente, es «modernizarse,adquirir buenos electrodomésticos», lo que ya implica antonomasia.

39 El elegir la cualidad más representativa no elimina, sino que subraya, laantonomasia: la roja sangre, la pálida luna, la efímera mariposa o el frío ábregonos sitúan ante lo rojo, lo pálido, lo efímero y lo frío de manera prototípica.

40 Obsérvese que no todo orden S + A (adjetivo denominal propio) lleva a laantonomasia: jugadores brasileños indica simplemente que son o proceden deBrasil lo que no implica salto semántico del tipo analizado. Para ese salto es

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Un rasgo a tener en cuenta en el análisis de las antonomasias es elgrado de integración en el conjunto. Así en la afirmación siguiente, en queuna líder de PP, partido conservador español, señala de un compañero suyoque «se convirtió en el «progre» por antonomasia», siendo que todavía esmiembro destacado del citado partido. Se trata de una integración menor,de una valoración relativa que no puede conducir a un consenso general yestá llamada a extinguirse en el conjunto de las antonomasias. No es como elcaso de la Real Academia Española de la Lengua, llamada «Española» porantonomasia, al ser la ser la más antigua y supuestamente la de más prestigiode todo el conjunto académico.41

Otro rasgo a tener en cuenta es ortográfico. ¿Hasta que punto laescritura con mayúscula o minúscula es un indicativo de mayor o menoroportunismo o sugerencia antonomástica? En principio no hay regla fija, sinouna tendencia a la minúscula motivada por su frecuencia o por la estructurasintáctica que ampara el nombre (<web.usal.es>, 02-12-2006c):

En tanto en cuanto aumenta su capacidad para señalar el productoen general y, por tanto, su frecuencia de uso, aumenta también su apariciónen los textos escritos con minúscula (lo que supone que está en vías deconvertirse en un apelativo: lo que la Retórica llamaba antonomasia). El«refresco de cola» por antonomasia es Coca-cola (en el CREA 205 ocurrenciascon minúscula, frente a 36 con mayúscula); el «vermut» por antonomasia esMartini (en el CREA 201 con minúscula, frente a 51 con mayúscula). Elproceso de cambio es más probable cuando se refiere a un invento (velcro) ocuando nos referimos al objeto con un sintagma: la «rosquilla blanda» quizássea en el futuro *donus o el «pañuelo de papel» *clines).42

preciso que se produzca un fenómeno de generalización: ser un Maradona. Y esaes la vía por la que se llega a la antonomasia: pergamino, campana, hamburguesaya no son simplemente algo que tenga que ver con Pérgamo, Campania o Hamburgo,lo mismo que sus derivados apergaminado, campaniforme o hamburguesería.

41 No se trata de un juicio de valor de quien esto escribe. Así parecen sentirloacadémicos de la enjundia de Mario Vargas Llosa, por ejemplo, miembro deambas.

42 Por economía. Sucede así con una expresión como World Wide Web, que daahora www. Como introducción para la búsqueda de documentación, se nombraabreviadamente como la web o, mejor todavía, como la red, traducción del términoque evita el anglicismo y que ha pasado en pocos años a escribirse con minúscula.

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Pese a todo, no debe procederse por intuición a la hora de escribir losnombres de marcas u otras antonomasias, ya que es importante seguir elcriterio que señala la Ortografía académica:

«En general, cuando por antonomasia se emplean apelativos usadosen lugar del nombre propio, como el Mantuano (por Virgilio), el Sabio (porSalomón), el Magnánimo (por el rey Alfonso V) o se designan conceptos ohechos religiosos (la Anunciación, la Revelación, la Reforma)» (3.3.3.b.).

En efecto, si decimos que Aumenta la tensión en el Golfo, sabremosque se trata del golfo de Suez y si hablamos en Perú de la Cordillera y enEspaña del Estrecho, todos sabemos que se trata de los Andes y de Gibraltar,respectivamente, porque se ha producido un proceso final de identificaciónen el contexto apropiado. El citado criterio debería completarse con esteotro: todo nombre propio, escrito con mayúscula, una vez que se haconsolidado como adjetivo sustantivado o nombre común general, deberáescribirse con minúscula. Por ejemplo: Un nerón es un hombre muy cruel, Estegaleno es médico de la Seguridad Social, ¡Ay, barrabás, qué mal te portas! Coneste proceder, quedaría ortográficamente determinada, en ambos casos, laantonomasia final, que se descubriría con solo observar el modo invertido enque se ha escrito la referida palabra. A la marca comercial con mayúscula, lecorrespondería antonomasia de la misma con minúscula. Y eso, sinexcepción.43

43 Dos consejos finales. Uno: no debe confundirse por antonomasia, con reducciónpura a la unidad, haciendo caso omiso de las demás notas caracterizadoras dealgo o alguien, con por excelencia, en que se destaca una nota sobre las demás, perosin excluir estas. Así, si decimos que Carlos Gardel fue cantante de tangos porexcelencia, señalamos una situación próxima a que supondría la antonomasia,pero sin llegar a ella: *El Cantante de Tangos. Segundo: el exceso de antonomasiasy de acrónimos, en una lengua, puede ser índice de desconocimiento de sudiccionario básico, pero también podría constituir una «manipulación manifiesta»a los usuarios de ella, como han señalado algunos autores (Gallud Jardiel, 2005:122).

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AMERICANISMOS EN LA DESCRIPCIÓN GEOGRÁFICADEL PARTIDO DE PIURA DE JOSÉ IGNACIO LECUANDA

(1793)

AMÉRICANISMES DANS LA DESCRIPCIÓN GEOGRÁFICADEL PARTIDO DE PIURA, DE JOSÉ IGNACIO DE

LECUANDA (1793)

Carlos Arrizabalaga LizárragaUniversidad de Piura

B. APL, 43. 2007 (51-88)

A Antonio Mabres

Resumen:El artículo explora el léxico diferencial peruano del siglo XVIII presente enuna relación típica de la Ilustración, que ofrece numerosos términospatrimoniales e indoamericanismos peculiares de diversos orígenes. Se recogenaquí los términos relativos a la fauna de la región norte peruana, caracterizadapor una geografía extrema que presenta numerosas especies endémicas quehan conservado voces autóctonas junto a denominaciones quechuas ymochica y, por supuesto, castellanas, que muestran una especie de estratigrafíaléxica de la historia lingüística de la región.

Résumé:L’article explore le lexique différentiel péruvien du XVIIIème siècle qui seprésente dans un rapport typique de l’Illustration, offrant de nombreux termespatrimoniaux et indoaméricanismes particuliers de diverses origines. Ici on

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CARLOS ARRIZABALAGA LIZÁRRAGA

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retient les mots relatifs à la faune de la région nord-péruvienne, caractériséepar une géographie extrême avec beaucoup d’espèces endémiques qui ontconservé des expressions autochtones à côté de dénominations quechuas etmochicas et, bien sûr, castillanes, montrant une sorte de stratigraphie lexicalede l’histoire linguistique régionale.

Palabras clave:Americanismos; Perú; Ilustración; quechua; mochica; tallán.

Mots clef:Américanismes, Pérou, Illustration, quechua, mochica, tallan.

0. Introducción

Desde que Manuel Alvar se ocupara de los americanismos registrados enla Historia de Bernal Díaz del Castillo (1970) han sido muchos los esfuerzosdirigidos a dilucidar la procedencia y difusión de las peculiaridades léxicasamericanas en las crónicas y otros textos del siglo XVI y, en menor medida, delXVII. También son frecuentes los trabajos dedicados a la aparición deamericanismos en la literatura republicana, especialmente la del siglo XX; enconcreto, los que José María Enguita (1988 y 2001), Cecilia Hare (1989) o MilagrosAleza Izquierdo (1992), llevaron a cabo sobre Vargas Llosa, Manuel Scorza y JoséMaría Arguedas, respectivamente.1 Pocos son los trabajos, en cambio, que se handedicado a ese extenso periodo que sirvió de «puente» entre la incorporación yel uso actual de este vasto léxico, y nuestro trabajo se dedica, precisamente, ainvestigar los americanismos presentes en una serie de descripciones realizadas afines del siglo XVIII en torno a las provincias norteñas del Perú. Creemos necesariobuscar un conocimiento más preciso y claro de la evolución del español americanoa través de textos que revelen su situación en el periodo inmediatamente anterioral «tránsito» hacia la emancipación americana.2

1 Ver Lapesa (1996: 286-189).2 Es el momento final del periodo que Guillermo Guitarte (1983) denominó de

«florecimiento» o consolidación de la sociedad colonial, en el que el españolamericano fue desarrollando sus caracteres esenciales.

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Nuestro análisis no solamente aborda el léxico presente en el corpusseleccionado, sino también constata la presencia o ausencia de los términos(y otros vinculados) en repertorios actuales, para comprobar su vitalidad yposible evolución.

1. Lexicografía regional

En el léxico piurano se encuentran muchas peculiaridades que hanmerecido la dedicación de diversos estudios. Además de los diccionarios deEsteban Puig (1985 y 1995) y de Edmundo Arámbulo Palacios (1995),encontramos las papeletas lexicográficas publicadas por don Carlos RoblesRázuri en el diario El Tiempo de Piura en 1982-84 bajo el título La lengua delos piuranos. No son diccionarios rigurosamente lingüísticos: Robles Rázuri esmás bien costumbrista, Esteban Puig se interesa por el folklore regional, y eltrabajo de Edmundo Arámbulo es más bien enciclopédico. Ambos muestranverdadero interés (más etnográfico que dialectológico) por consignarnumerosos piuranismos léxicos, aunque no lo hacen con un aparatolexicográfico apropiado ni suficiente rigor. Olvidan piuranismos como bodoqueo algarrobina, suelen prestar mayor atención al habla rústica y a términos amenudo anticuados, ninguno anota la categoría verbal ni la morfología delas voces (no se aclara, por ejemplo, si el término tiene género masculino ofemenino), solamente en alguna ocasión se menciona un posible origenetimológico, a veces errado, y no se hace referencia a la vitalidad de lasvoces, no pocas en desuso.3

En un país en el que irrumpió la sociolingüística sin que se hubieradesarrollado propiamente la dialectología, Piura goza de un estatus privilegiadopor la cantidad de trabajos que se le han dedicado. Pedro Benvenutto Murrietapresta notable atención a Piura y seguramente fueron abundantes lasreferencias léxicas que le proporcionara a este respecto Hildebrando Castro

3 Esteban Puig recoge coi, ‘llama’ (BDFP, 77), porque la registra Fernández deOviedo, pero es un indigenismo histórico (más probablemente mochica que tallán),pues las llamas se extinguieron rápidamente en todo el norte peruano.

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Pozo, que lamentablemente quedaron a la espera de un diccionario todavíainédito.4 La primera descripción del dialecto (principalmente del vocabulario)piurano pertenece a Martha Hildebrandt (1949), como un temprano «ensayode dialectología peruana». Fue presentada como tesis doctoral bajo el título:El español de Piura, en San Marcos en 1949.5 Estudia el enclave formado porPiura, Paita y Sullana, sin prestar atención a las provincias serranas. Considera,en general, que Piura es una región «aislada» con un habla dialectal «de tipocastellano», «bastante uniforme», en la que se percibe una «considerableproporción de arcaísmos», y una influencia de las lenguas aborígenes«considerable en el vocabulario» (57). Se trata, en general, de un habla muyconservadora, puesto que observa «rezagos, aunque muy débiles, de voseo».Martha Hildebrandt observaba muy atinadamente que, frente al aislamientoque vive Piura con respecto a Lima, existía un gran intercambio comercialcon Ecuador, del que «se interfiere un intercambio cultural intenso». En1974 un grupo de investigadores del INIDE publicaron otra descripción delhabla piurana tal vez más completa, aunque se basa en un corpus de hablainfantil (Rojas, Minaya, Mendoza y Miranda 1974).

2. La Descripción de Lecuanda

El presente trabajo procura explorar las peculiaridades léxicas queaparecen en la «Descripción geográfica del Partido de Piura, pertenecientea la Intendencia de Truxillo», que publicó el bachiller José Ignacio Lecuandaen el Mercurio Peruano, en julio y agosto de 1793.6 Lecuanda era un funcionario

4 Los materiales lexicográficos de Benvenutto verán la luz probablemente en formatoelectrónico (Vargas 2004).

5 La parte correspondiente al léxico de esta tesis apareció en forma de artículo, enel que hay que lamentar que los términos se consignen en mayúsculas y no seseñale con tilde la acentuación correspondiente (Hildebrandt 1949). El texto dela tesis puede consultarse en la Facultad de Letras de la Universidad de SanMarcos en Lima.

6 Son los números 263 al 270 de los días 11, 18, 21, 25 y 28 de julio, 1 y 4 de agostode 1793, y ocupan en forma discontinua las páginas 167 a 229 del tomo VIII de laedición facsimilar de 1965. Citamos entre paréntesis indicando el número delvolumen y la página. Hemos preferido actualizar la ortografía del nombre propiode este autor, quien suscribió su trabajo rubricando Joseph Ignacio Lequanda.

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español, sobrino del obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón,7 a quien, alparecer, acompañó en su conocida visita pastoral a lo largo del extenso obispadode Trujillo entre 1782 y 1784.8 En la sociedad virreinal fungía como contadorde la Real Aduana y Consultor de la Sociedad Académica de Amantes deLima en el ramo de la Real Hacienda, la misma que editaba desde 1790,precisamente, el Mercurio Peruano. Lecuanda llegaría a publicar 47 notas deinformación sobre variados temas en este periódico en el que, según rezaba el«Prospecto» fundacional, «merecerán un lugar de predilección las noticias deeste Reino», es decir, del Perú (Clement, 1997: 58).

Su descripción contiene numerosos indoamericanismos, junto anombres patrimoniales aplicados a designar plantas y animales muy variados,por lo que recoge abundante información lingüística de gran interés para elestudio del español peruano del siglo XVIII. Principalmente, junto aindigenismos bien conocidos guardan un interés particular ciertos localismosquechuas, y algunos términos presumiblemente tallanes.

Al hablar de lenguas tallanes, nos referimos a las lenguas sechura,colán-catacaos y olmos. En la sierra piurana los incas habían terminado deimponer la lengua quechua (extendida en la región ya desde fines delhorizonte medio, según Torero (1984), aplicando además desplazamientosmasivos en los guayacundos de Ayabaca y Caxas, de etnia jíbara, y losnaturales de Huancabamba,9 en ese mosaico lingüístico (del que hablaba

7 La extensa obra científica preparada por este obispo, que consta de mapas de lasciudades y dibujos de plantas, animales y oficios de su obispado, incluye unconocido vocabulario de las lenguas del obispado (1985, II: 4).

8 Por lo menos se valió de las «preciosas indagaciones» realizadas por el Obispo,según declara en la «Continuación de la Descripción geográfica de la Ciudad yPartido de Truxillo», Mercurio Peruano, 249, 23-V-1793: 53). Martínez Compañónpor esos años había asumido el obispado de Santa Fé de Bogotá.

9 Dice Cieza de León que el Inca «por los Bracamoros entró e bolvió huyendoporque es mala tierra aquella de montaña; en los paltas y en Guancavambo,Caxas, Ayavaca y su comarca tuvo gran trabajo en sojuzgar aquellas naçionesporque son velicosas y robustas y tuvo guerra con ellos más de çinco lunas; mas alfin ellos pidieron la paz y se le dio con las condiciones que a los demás» (1987:163). Salinas de Loyola (1571) tiene gran estima por los naturales de la sierra:«son muy bien agertados y de buen entendimiento y pulicía» (1965, II: 42).Reginaldo de Lizárraga distingue simplemente «los indios de los llanos y de la

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José de Acosta) que componía el Imperio Incaico, cuya política asimilatoriaimpuso el quechua como koiné supranacional,10 tal como describe Agustínde Zárate en una de las informaciones más tempranas sobre la realidadlingüística del norte peruano:11

Divídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a unosllaman yungas, y a otros tallanes y a otros mochicas; en cada provincia aydiferente lenguaje, caso que los principales y gente noble, demás de la lenguapropia de su tierra, saben y hablan entre sí todos una mesma lengua, que esla del Cuzco. (1995: 39)

A la llegada de los españoles el quechua estaba fuertementeimplantado en la sierra y existían bolsas de población mochica, seguramentemitimaes implantados por los incas, en la zona de Huancabamba y Frías,según testimonio de Fernando de la Carrera en 1644 (Mendoza, 1993: 82).Asimismo un contingente de «mitmas huayacuntu» fue enviado a Quito,favoreciendo seguramente la extensión de algunos rasgos de quechua norteño(Espinoza Soriano, 1975; Cerrón-Palomino, 1987: 344)

Lecuanda es un ilustrado que se muestra perfectamente conscientede la compleja realidad lingüística regional. Entre los españoles, el idioma

sierra» (1968: 10). Lecuanda, por su parte, señala: «adonde más se nota estavariedad es entre los de los Valles y los de la Sierra: aquéllos son sumamentecultivados, porque sus pueblos se frequentan mas por los Españoles comerciantes;pero éstos, que carecen de la continua comunicación de ellos, son mas rústicos,y de operaciones más bárbaras y groseras (264: 175). Hocquenghem habla de una«fuerte aculturación andina» (1990: 49) sobre una población nativa deguayacundos, repartidos en tres provincias: calvas, ayabacas y caxas, de la mismaascendencia jíbara que los paltas del sur de Ecuador, y con distinta lengua ycultura que los guancabambas y bracamoros, respectivamente al sur y al orientede los primeros (Hocquenghem 1990).

10 Hernando de Santillán imagina un pasado oscuro, dividido y violento: «antesquellos comenzasen a señorear no había esa orden ni policía (…) y desta causa nohabía comercio ni comunicación alguna entrellos; y en cada valle había su lenguadistinta de la del otro» (1968: 104).

11 Ver Torero (1986) y Cerrón-Palomino (1995 y 2004). Los primeros trabajos sedeben a Zevallos Quiñones (1948), Rivet (1949) y Ramos de Cox (1950).

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general «es el romance», mientras los naturales conservan una sorprendentevariedad «digna de admiración» de idiomas:

Los más de los Pueblos, aunque sean confinantes o cercanos, tienensu diferente lenguage, guturación y distinciones, que aun los que no losentienden, lo conocen al oírles hablar. (264: 175)

El quechua, que se extendía «desde Quito en la línea occidentalhasta la dilatadíssima provincia de Chile», al decir del jesuita José de Acosta(1588), debió ser pronto sustituido por el castellano en la región costera, talvez utilizado sólo por los principales de cada etnia, pues cada una manteníaen el uso familiar, hasta fines del siglo XVIII, la diversidad que tambiéndestacaba Acosta: «apenas hay valle de una cierta extensión que no tengasu propia lengua materna» (Cerrón-Palomino 2005). En cambio, en la sierrase mantuvo con cierta vitalidad el quechua hasta el siglo XIX, aunque en laactualidad subsiste un centenar de quechuablantes en Huarmaca, cuyavariedad parece tener las mismas características del quechua de Ferreñafe.12

Lecuanda, hombre de su época, trata de poner de relieve las riquezasnaturales de la región para así favorecer su prosperidad con las luces delconocimiento. Expone su descripción con un orden completamente racional,comparando frecuentemente las realidades observadas con otras similaresque él conocía de la Península, como cuando habla de «una yerba conocidapor el nombre de Lito, que es la barrila de que en Europa hacen los vidrios»(263: 169), o señala que en los ríos de Piura «no se conocen los barbos, lastruchas, las anguilas y otros peces, que son comunes en los ríos de la península»(267: 201).

12 Datos de Chirinos Soto sobre el censo de 1993 (1998: 479). Rudy Mendoza, apartir de un documento de 1727, postula que serían mitimaes procedentes de lasierra central (1993: 81). Anne Marie Hocquenghem (1990) menciona la presenciade otro grupo de mitimaes procedentes de Zamora en el pueblo de San Franciscode Cumbicus, anexado a la doctrina de Frías, que hablaban el quechua de loscañaris. Espinosa Soriano acaba de publicar un importante documento relativo ala visita de Diego de Pineda a «la provicia de Caxas» en 1557-58 (2006).

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3. Análisis del corpus

En torno al léxico regionalde fauna que recoge Lecuanda ensu descripción de Piura, interesaaveriguar, en la medida de loposible, el origen etimológico de lostérminos y su vitalidad actual, paralo que contamos con el trabajotemprano de Martha Hildebrandt,el vocabulario de las lenguastallanes recogido por JosefinaRamos de Cox (1958),13 así comolos diccionarios arribamencionados y otros repertorios lexicográficos del ámbito nacional yamericano. El texto de Lecuanda manifiesta «un español americano dotadode marcados relieves regionales y socioculturales, con plena personalidadlingüística, por consiguiente, en la etapa final del periodo colonial», comoseñala Juan Antonio Frago (1999: 209). Este nuevo expurgo documentalpuede aportar alguna luz a la historia del español americano incidiendo enun léxico que esconde aún muchos secretos en sus numerosaspeculiaridades.14

No trataremos aquí los diversos topónimos registrados (Morropón,Amotape, Tangarará), que merecen todavía un estudio específico, aunqueno cabe duda de su interés (por ejemplo, cuando menciona la lagunaMamayoco o Guarinja). Nuestra atención se dirige a las numerosasdenominaciones de fauna y flora consignados por Lecuanda, quien se proponede esta manera ayudar a «su mejor cultivo y beneficio» (263: 168).

13 Recopila los pocos términos tallanes documentados por el obispo MartínezCompañón y por Paul Rivet, junto con indigenismos incorporados al españolregional y un buen número de topónimos y antropónimos.

14 Frago señala al final de su trabajo: «Muchísimos más americanismos léxicoscabría consignar aquí» (1999: 239).

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Baste mencionar el empleo de algunosamericanismos de uso general, como maíz(DEA, 386) y mote (DEA, 436): «maíz molidoque llaman mote» (264: 176), o chicha (DEA,183): «nunca carecen de chicha, que es unaagua común fermentada con maíz y miel decaña» (264: 175), respectivamente de laslenguas antillanas, del quechua yprobablemente del cuna panameño. Parece endesuso, según Hildebrandt (EP, 271), elamericanismo casimba: «cuya falta les obliga aformar casimbas, a donde recogen el aguaprecisa para su abasto» (263: 286), de origen

africano en opinión de Esteban Pichardo, que Arona menciona como ‘cisternaa que apelan los industriosos piuranos’.15 Particularmente interesante espotrero ‘finca para la cría de ganado’, americanismo hoy poco usual en elresto del Perú, aunque se consigna todavía como ‘terreno urbano cercado’(DDP, 329; VP, 243), pero usual en la zona serrana de Piura: «tiene extensos yabundantes potreros» (170: 226), aunque no lo mencionen los repertoriosregionales. Un arcaísmo todavía vigente en Piura es arriero «es caudal crecidolo que por esta parte disfrutan aquellos arrieros» (270: 226; DP, 19). No necesitaexplicación periquito: «Hay otros menores de color verde solo, ó con unamanchita amarilla baxa, ó pagiza (sic) en la cabeza, que se parecen a losllamados Periquitos en el Reyno de Santa Fé, é Islas de Barlovento» (266: 193).

No son escasos, realmente, los términos relativos al reino vegetal. Trasmencionar los cultivos «de melones, sandías, calabazas, arbustos de algodón,flores y yerbas» (264: 168), hay una mención de los antillanismos yuca: «buscanpor el olfato unas raíces que llaman yucas de monte» (264: 170), bejuco ytabaco «siendo el bejuco de Guayaquil el mejor de los especificos (sic), aunque

15 Según afirma Juan de Arona (DDP, 125). El término es conocido en las Antillas,Argentina y Perú, según Morínigo: «Excavación en la orilla del mar o márgenesde ríos y arroyos para obtener agua potable por filtración» (DEA, 99). Miguel A.Ugarte Chamorro lo registra como piuranismo (VP, 74), tal como lo recogenHildebrandt (EP, 271), Puig (BDFP, 58) y Arámbulo (DP, 46).

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tambien (sic) ataja, y sana la oja (sic) del Tabaco» (265: 184; DP, 26: bejuco),del azteca camote (270: 228) y cacao (270: 229), y un único término deorigen incierto, probablemente tallán (figura 1): «una yerba conocida por elnombre de Lito, que es la barrila de que en Europa hacen los vidrios» (264:170). Este lito (sesuvium portulacastrum L.) es una hierba silvestre de lafamilia de las aizoáceas, común en el desierto de Sechura (su hábitat seextiende hasta los 1000 msnm) que se aprovechaba antiguamente en lastinas de jabón (T, 25; BDFP, 134). Parece tener uso medicinal (Brack, 1999).También se mencionan los árboles (muy distintos de los europeos) de algarrobo(BDFP, 31; DP, 10): subrayando la «sólida y fuerte madera del Algarrobo»(270: 223), roble, cedro y el guachapelí (270: 223), común en la zona amazónica(VP, 151),16 además del cultivo de la cascarilla (muy usada por sus propiedadesfebrífugas) y el añil (270: 225; DEA, 289). El huachapelí (albizia longepedata)es un árbol silvestre de los bosques secos del noroeste, de la familia de lasmimosáceas. Su madera se utiliza para hacer artesanías. Es muy común enEcuador (Brack, 1999). El término parece ser una variación fonética delazteca: guachipilín (de cuahuitl, árbol, y tzipitl, amarillo), cambio quizás influidopor el quechua: wachay, ‘dar fruto’. Aparece enlas acuarelas de Martínez Compañón (figura 2).Origen incierto tiene yupisín, «especie de engrudode la baina muy jugoso» (268: 208), que se extraedel algarrobo y se espesa con harina de maíz paraobtener un jugo dulce o una mazamorra (EP,270; BDFP, 231; DP, 303: yupicín o llupicín).

Lecuanda recoge otros muchos términosrelativos a árboles y plantas aprovechables, queno comentaremos aquí. También son numerososlos del campo de la vestimenta: mantas, camisas,lonas, bayetas, paños, manfores (¿mantones?),carros de oro (‘tela tornasolada, muy fina, de

16 Mientras que el algarrobo es árbol muy común en Piura (BDFP, 31; DP, 10),cedro, roble son maderas provenientes de la selva amazónica.

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lana’), chamelotes (‘tela gruesa impermeable’, es galicismo de la época), zarazas(‘tela de algodón de vistosos colores de flores, procedente de China’), tafetanes(‘tela delgada de seda, muy tupida’) «dobles y sencillos», anafallas (‘tela dealgodón o de seda’), medias «de hombre y de muger (sic)» (270: 225), redecillas,gorros, pañuelos (piñuela ‘tela o estofa de seda’), espolines (‘cierto género detela de seda’) «de diversos colores» (270: 228) y otros efectos de Castilla.Entre los efectos del país son dignos de mención el quechua anaco («especiede túnicas que usan las Indias en sus trages» (270: 225, DDP, 73) y el antillanotocuyo («mucho lienzo de algodon (sic) de Cuenca y Loja, a que llamanTocuyos» (270: 228), tomado del nombre de una ciudad venezolana (DPer.,517; VP, 268), aunque Juan de Arona lo vinculara al quechua cuyu ‘torcerhilo con las manos’ (DDP, 371). El primero prácticamente es un indigenismohistórico (DEA, 37), mientras que el segundo es común en el Perú, aunqueMorínigo dice que es término anticuado (DEA, 667).

De origen incierto es pita (junto a pitilla), ‘hilo que se obtiene de unaplanta amaridilácea oriunda de México’ (DDP, 323), americanismo que yarecoge Covarrubias en su Tesoro (Lope Blanch, 1977), y es término académicodesde 1773. Morínigo piensa que es término antillano (DEA, 532). En elpuerto comercian suelas, cocos y escobas, además de piñuelas, ‘tela o estofa deseda’ y alfajías (que aparece como alfagías), arabismo meridional mencionadopor Lecuanda (270: 229) con el sentido que se conserva en el oriente peruanode ‘madera para hacer puentes’ (VP, 24), y no en el que registra el DRAE‘madera para puertas, ventanas y techos’ (2001: 103).

4. Americanismos patrimoniales

En verdad son muy numerosos los nombres de animales, sobre todopájaros y peces que recoge Lecuanda. Su curiosidad al respecto no debeextrañarnos: «El bosque seco del noroeste, dice Antonio Brack, es una zonaendémica de 3 mamíferos, 6 aves y 10 reptiles.» Es una de las zonas de mayorendemismo en el mundo, por lo que se explica fácilmente que Lecuanda,como hombre ilustrado de su época, se detuviera a observar su fauna típica.Realmente desde el momento en que llegaron a estas costas, los españoles se

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admiraron de la diversidad biológica de las regiones equinocciales, como semuestra en el testimonio que recoge Fernández de Oviedo:

Hay muchos pavos e tórtolas, e anadones o patos; e muchos ciervos,e ovejas de las grandes e otras menores. Hay tigres; e muchos e buenospescados, e aves de mar. (1959, V: 93)17

Lecuanda principia por describir eltapir: «trataré del llamado Danta por unos,Ante por otros y más comúnmente la GranBestia» (264: 179; DEA, 209; DRAE, 725),especie propia de la región amazónica (VOP,85), conocida comúnmente en el Perú comosachavaca (en la sierra piurana se siguedenominando bestia, aunque los repertorios nolo consignen; mientras que danta es todavíaconocido en Venezuela). El término guaranítapir sería, pues, de reciente introducción enla costa y sierra del Perú, frente a losamericanismos patrimoniales mencionados.Otro término patrimonial es sagino (de zaíno,‘falso, mezquino’, con variación gráfica debida al seseo y consonanteantihiática): «El Sagino, que también se conoce por los nombres Chancho,Paquira y Jabalí, es el animal montaraz (sic) más abundante que tiene estepartido (…). Es su figura como la de un pequeño cerdo» (264: 179). Elamericanismo parece conservarse dentro del Perú sólo en el oriente amazónico(DEA, 609; DPer., 475; VP, 267; VOP, 157).

Parece anticuado el término lucerna, ‘luciérnaga’ (266: 195). De origenincierto es papayago: «Se conocen los Papagayos, especie de Loros, pero deigual variedad y vivos colores que éstos» (266: 191; DEA, 481).

17 Cieza de León abundaba en los mismos términos: «Y por los árboles y florestasandan muchos páxaros de diversas maneras y gran cantidad de palomas, tórtolas,pavas, Faisanes, y algunas perdices, y muchos venados.» (1984: 203).

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Junto a términos comunes: caballos, mulasy burros,18 vemos muchas palabras castellanas quedesignan animales americanos, mamíferos comooso hormiguero (DEA, 463), tigre y león (264: 178;DEA, 364 y 658), chancho y jabalí (264: 179),venado (264: 180; DEA, 700), ardilla (264: 181),gato montés, leopardo (264: 182),19 lobo marino (267:200) y lobitos (267: 201). Entre los crustáceosmenciona langosta: «La langosta es una especiede Camaron (sic); tiene una concha, la que mudacomo las Cucarachas» (267: 201); y consignainsectos como mariposa, araña, abeja y hormiga, la

serpiente coral (265: 184; VOP, 68; BDFP, 80; coralillo en VP, 107) y el camaleón«que muda tantos colores quantos son sus afectos» (265: 183).20 Entre lasaves habla de perdices de dos clases: «grandes en la sierra y menores y raras enla costa» (299: 191): hoy subsiste una sola especie, Crypturellus transfasciatus,endémica (Brack, 1988: 104) , y halcones: «Críanse Alcones (…) su canto esun silvido (sic) como el del Gavilán» (166: 192), además de numerosospeces: bagre («El Vagre es un pez sin escama, de color azul en el lomo, yblanco en la barriga» (266: 196),21 ballena, anchova («Así como en aquellamar se mantienen de la Sardina, en esta del Sur se sustentan de laAnchoba»),22 tintorera, pez espada, pez sierra, golfín (‘delfín’) (266: 197);

18 No consigna el piuranismo piajeno, tal vez creado con posterioridad, aunque nopor composición de pie ajeno, como suele pensarse como etimología popular (Puig,1995: 176; Arámbulo, 1995: 219), sino más probablemente por derivación de piojo.

19 Menciona también los vraposos en masculino (164: 182), remitiendo a la descripciónque había publicado con anterioridad de Trujillo, donde señala que «en la Américallaman comúnmente Zorros « (Mercurio Peruano, 249, 23-V-1793, 52). Estossiguen siendo numerosos en la actualidad, pero parece que tigres y leones pervivensolamente en espacios naturales protegidos de la costa norte.

20 Esteban Puig recoge como denominación regional de serpiente el término dormilona(BDFP, 97).

21 Lenz le suponía un origen antillano, pero Corominas le da un étimo catalán(Morínigo, 1996: 67). Lo recoge Arámbulo (1995: 25) y es voz común en el Oriente(Ugarte, 1997: 42; Tovar, 1966: 43). Al parecer, en el argot o «replana» puedecalificar a la mujer descuidada o fea (Álvarez, 1990: 74).

22 No se menciona, sin embargo, anchoveta, que Arona recogerá en su suplemento(DPP , Supl. IX).

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perico, gallo, jibia (266: 198); pez volador, pámpano (‘pez del mar Caribe’,según Morínigo (DEA, 477)), dorado (266: 199), y róbalo (266: 201). Morínigoconsigna este último en Costa Rica y México como pez de agua dulce, y enChile como pez marino (DEA, 599). La mayoría de términos designan especiessimilares de la Península, salvo pámpano y perico (no aparecen en ningúnrepertorio, aunque mantienen su vitalidad hasta el día de hoy).

En ocasiones la denominación se compone mediante unaespecificación compositiva, como en araña de la seda: «produce este Paísentre sus rarezas la Araña que llaman de la seda, y la da en su capullo, aunmás suave que la de Valencia» (266: 195), y hormiga real: aunque en Piura esrara, en la Montaña es abundante: su picadura es tan activa, que levantauna fiebre recia que dura 24 horas» (266: 195).23

Los animales autóctonos reciben a menudo denominaciones creadaspor derivación de bases castellanas: «El leñatero es un gusano que produceseda (..) abunda más en las montañas» (265: 184), «tienen un moscón, a quellaman el avisador los cazadores» (266: 193), y ovejilla: «la Hormiga Real,que conocen por el nombre de Ovejilla» (266: 195). Es frecuente encontrareste procedimiento en nombres de peces: vínculas «que llegan a tres y quatro

23 En su descripción de Trujillo, además de mencionar que bueyes, carneros,cabras, asnos y caballos se han ido propagando «con abundancia» y se conocen los«Conejos de Castilla». Menciona también el leopardo, el gato montés , el león, eltigre, el oso hormiguero, y hay explicaciones prolijas del animal «conocido enestas Indias por hediondo « (también llamado zorrino, parecido a la mofeta. Eltérmino lo registra Morínigo en Argentina. DEA, 311), del hurón : «El Uron, queabunda en los Valles y la Sierra, es una especie de Zorrillo» (Mercurio Peruano,249, 23-V-1793, 55), del casi fabuloso carbunclo («quadrúpedo, nocturno yadmirable» (Mercurio Peruano, 249, 23-V-1793, 56) y del tejón (Mercurio Peruano,249, 23-V-1793, 59. Morínigo solo lo registra en México (DEA, 649)). En Trujilloobserva también lucernas y diversas aves: bandurria (‘ave acuática del orden delas zancudas’, en Río de la Plata. (DEA, 71), pájaro niño, garza, arrocero, gallineta,pato real, y otros, así como numerosos peces: peje-sapo, corbina (sic), chita,pejerrey, caballito, emperador, y otros. En su descripción de la ciudad y partido deLambayeque menciona también un buen número de peces: tambor, congrio,guitarra, gato, róvalo, raya, sardina, jurel, dorada, rape, puñal, perico, bonito ypescadillo , y los pájaros: zorzal (con la confusión de sibilantes: sorsal) y cernícalo(Mercurio Peruano , 286, 29-IX-1793, 66-68)

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varas de largo» (266: 197); berrugate, «es pez de escama, que crece hasta unatercia» (266: 197); pulgal: tiene una carne delicada», (266: 197); corcovado:«El pez a quien le dan el nombre de Corcobado (sic), tiene una carne muygustosa, cubierto de escama de un color blanco dorado» (266: 198), ypreñadillas, ‘pez de agua dulce’ (267: 201).24 Por composición se crea picogordo: «es volátil que siempre anda en bandadas» (166: 194). Tambiénaparecen algunos términos locales mediante cambios semánticos, como elpájaro llamado predicado, «que en la montaña llaman pincha» (265: 186) olas serpientes «que difieren en la pinta, a que llaman bobas, que ni embistenni su ponzoña es activa».25 Un término patrimonial de origen incierto es elconocido tollo (DRAE, 2189) «parecido al cazon», dice Lecuanda (265:196). La mayor parte de los términos, sin embargo, no aparecen en losrepertorios actuales. Parecen creaciones terminológicas que quedaron endesuso.

5. Indoamericanismos

Son menos numerosos los indigenismos que nombran distintasespecies animales. Se ha mencionado paquira (264: 179), que es con seguridadvariante de báquira, voz caribe que designa al puerco salvaje o pecarí (vozguaraní), que los españoles llamaron saíno, aunque no se registra en el Perúninguno de estos dos términos, sino la forma sagino ya mencionada, salvo enla zona amazónica (pecarí de collar: VOP, 157).26 Podría ser un caso de léxicocultural compartido por las lenguas arahuaco y guaraní, cuya posible relación

24 En la descripción de Lambayeque también recoge nombres de peces creados porestos procedimientos: pexe blanco, azote, negrita, angelota, (Mercurio Peruano,286, 29-IX-1793, 67).

25 Se emplea también en las Antillas: «grandes culebras, de las que llaman bovas»en Pedro de Aguado(1916, I: 780).

26 Morínigo recoge también los términos vaquiro , en Colombia y Venezuela (DEA,698), vaquira en Colombia, v áquira , en Venezuela, y begare (DEA, 497). Fernándezde Oviedo explica: «Muchas e grandes manadas de puercos hay naturales en laTierra Firme; y en Castilla del Oro, en la provincia de Cueva, los llaman chuchee los indios en otras provincias lo llaman báquira « (1959, II: 45)

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o similitud tipológica se ha pretendido probar en más de una ocasión (Tovar,1997: 261-264), que se ha extendido a otras zonas con sus correspondientes

modificaciones fonéticas.

Del quechua parece provenir huangana(figura 6),27 que Lecuanda menciona con la formahaugana, especie de jabalí de mayor tamaño y«de casta diferente a que llaman haugana, elombligo a un lado del espinazo» (264: 179).28 Nolo recogen los repertorios regionales, pero es muycomún en la Amazonía, pues incluso ha producidoel derivado huanganero ‘el experto en la caza dehuanganas’ (VOP, 105; Dper, 278; VP, 162).Morínigo recoge guangana (DEA, 294).

También es quechua taruga (Cervusantisiensis, DEA, 646; DPer., 507; VP, 283): «Las tarugas que son una especiede venados con solo la diferencia que en la cornamenta cría pelos», diceLecuanda.29 Añade que tienen pelaje rojo oscuro y orejas blandas y caídas,son propias de los Andes y «siempre andan en crecido número juntas» (264:180). Esta variedad de venado colorado (Mazama americana) es hoy muyescasa, frente al venado gris (Odocoileus virginianus) que es más abundante(Brack, 1988: 104). Es término conocido en la región andina del Perú, perono en la costa, como ya señala Lecuanda en su descripción de Trujillo: «Seencuentran abundantes los Ciervos, que en estas Indias se llaman Venados»

27 Se registra, según el Vocabulario Políglota, en el quechua de Ancash («wangana,munti kuchi, jabalí»), pero no lo recoge González Holguín ni se registra en losdemás dialectos quechuas.

28 Vitold de Szyszlo distingue en la Amazonía dos clases de jabalíes: «los grandes,llamados huanganas, y los pequeños, llamados sajinos». Sus nombres científicosson Dicotyles labiatus y Dicoteles torquatus. Por otra parte, menciona el tapir(tapirus americanus) y sus dos variedades, una parda y otra rosada: llegan a pesar300 kilos y «es el animal terrestre de mayor tamaño en la selva» (1955: 337-338).En Jaén se le conoce como pinchaque o también gran bestia.

29 En González Holguín: «Taruca. Ciervo con cuernos de aspa» ([1608] 1989: 470).

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(Mercurio Peruano, 249, 23-V-1793, 51). Tampoco recogen el quechuismo losdiccionarios de Puig ni de Arámbulo.30

Particularmente interesante es el caso de pacran: «que es un animalpoco mayor que un gato», vive en cuevas preferentemente en la regiónandina «adonde es abundante este cuadrúpedo, a que llaman Alpachala,que en nuestro idioma significa tigre gallinero» (264: 182; figura 7). El términopacran es de origen incierto, mientras que alpachala es netamente quechua:wallpa, ‘gallina’, y chalay, ‘agarrar’. La traducción que recoge Lecuanda esequívoca, pues no se trata de un felino, sino de un roedor de dientes filudos.El término pacran o mejor pacrán, tiene indudable relación con pacarana(Dinomys branickii), y con paca, como también se conoce el majaz (Coelogenysgregaria), que son roedores carnívoros descritos hoy en la región amazónica.31

Tampoco los recogen los repertorios regionales. Puig recoge la denominaciónquechua (con diminutivo castellano) chucurillo,32 especie de comadreja «dela serranía huancabambina», con cola peluda, color marrón acaramelado. Lacreencia popular dice que sacan la sangre de los cuyes y los matan (BDFP,72). Morínigo recoge paca en la región rioplatense, atribuyéndole un étimoguaraní (DEA, 488), que resulta al menos incierto. Tal vez se pueda explicardesde el quechua pacu, ‘rojizo’, o mejor de pacay ‘esconder’, con sufijonominalizador. El Diccionario académico, de todos modos, da la razón aMorínigo. Tal vez podría ser un caso similar (incluso vinculado al de pecarí)de préstamo cultural. La presencia de dos términos indicaría que una vezque el primer término se hizo opaco (pacrán), se volvió a designar el animalcon el otro, de carácter descriptivo (alpachala), que finalmente será sustituidopor el nombre andino más general, también de origen quechua, aunque alfin derivado con un diminutivo castellano «diferenciador» (chucurillo).

30 Esteban Puig recoge gautupill ‘venado de un solo cuerno’ que parece ser untérmino histórico o incluso mítico: «Los antiguos tallanes lo tenían como dios ytotem». También registra guaucau, ‘venado colorado’ (BDFP, 115).

31 Son términos quechuas paca ‘águila’ y pacapaca ‘lechuza’, que no es desconocidoen la región (BDFP, 164).

32 González Holguín recoge: «Chumpi chucuri o achocalla. Comadreja de colorcastaño. Paccochucuri o acho calla. La comadreja vaya» ([1608] 1989: 118).

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Un término de particular interés escahapicuru: «El Cahapicuru, que traducido delidioma Índico al Castellano, significa animalentre espinas, se cría en las Quebradascalientes» (264: 182). En efecto, se trata deuna especie de puercoespín, y sus espinas son«sus armas ofensivas», pues «las arroja a cincoy seis varas, con tal violencia y repetición, quecuando no maten, hieren, detienen alenemigo», y al mismo tiempo se parece alarmadillo, pues «tiene el de este País unaConcha pequeña de hueso, y muy blanca, cuyadureza es tan grande, que se necesita muchoesfuerzo para romperla» (264: 182). Ladenominación podría ser quechua norteño o yungay (que hoy se conocecomo quechua de Cajamarca- Cañaris), donde kasha es ‘espina’ (Quesada,1976), porque en dialecto sureño ‘espina’ es kiska (Cerrón-Palomino, 1994),y muestra el locativo -pi propio del quechua yungay septentrional y en elquechua ecuatoriano, entre otros (Cerrón-Palomino: 1987: 207).33 Delquechua general proviene churu, ‘caracol’, ‘gusano’, que se ha incorporadoal español andino y amazónico para denominar diversos moluscos, desde eltan limeño choro, o la concha de los mismos (Dper, 203; VP, 96; VOP, 84).34

Sin embargo, en la región amazónica picuru es otro nombre del majaz o agutí(VOP, 24). Podría interpretarse entonces casha-picuru como «roedor conespinas», en concordancia con la traducción de Lecuanda. En las acuarelasde Martínez Compañón lo encontramos como cashapicuru, sin la aspiraciónde la sibilante, que Cerrón-Palomino determina como un rasgo de los dialectosquechuas de la sierra central y de la zona de Ancash, con alguna influencia

33 En el dialecto quechua de Cajamarca-Cañaris kuru puede significar ‘gusano’ y‘serpiente’, y kururakuy quiere decir ‘arrollarse en forma de ovillo o pelota’.(DQCC, 43).

34 En el léxico regional se recogen churo ‘rulo’ y churito ‘caracol’ (BDFP, 74 y 178),además de churuco ‘poto grande’ (DP, 81), y piruro ‘elemento ornamental de laorfebrería cataquense en forma de botón’ (BDFP, 178). También curucho ‘calato(BDFP, 89; VP, 117) o ‘corto’ (DP, 62).

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en el dialecto de Ferreñafe, que normalmente preserva */s/. (1987: 174-175). Aunque los topónimos con velar llegan hasta Cajamarca y Cajabamba,son mucho más frecuentes los que presentan sibilante: Cashapampa(Ancash), Cashapata (Pataz y también en Azuay, Ecuador), Cashaloma yCasamachay (en Ecuador), etc. Así, creemos que la forma cahapicuru querecoge Lecuanda, si no fue error de imprenta o del propio Lecuanda, no debióhaber tenido tanta difusión como la primitiva. El término actual, aunque muypoco usado, cashapululo ‘erizo’, según registra Esteban Puig (BDFP, 58), pareceprovenir del étimo también quechua ruru, ‘grano’, ‘semilla’35 que se podríatraducir por ‘esfera con espinas’. Sería una recomposición léxica casi equivalente.En la región amazónica, al puercoespín se le conoce como casha cushillo (Szyszlo,1955: 343). Puig también recoge cushiro, ‘erizo, animal de monte’, término deorigen desconocido (BDFP, 89).36

En el número 265 del Mercurio Peruano, dedica unas simpáticas líneasa los reptiles de la región, que me parecen particularmente importantes porqueen la anterior descripción de la ciudad y partido de Trujillo concluyó que«nada tienen de particular o de admirable» y juzgó «inútil hablar de ellas».En cambio, en Piura describe un buen número de especies, algunas de lascuales ya mencionamos: el camaleón (Lecuanda lo incluye entre loscuadrúpedos y no con los reptiles), el gusano leñatero y las serpientes coral yboba. Reginaldo de Lizárraga ya había advertido que en la ciudad de Piura«la tierra produce muchas sabandijas sucias, y entre ellas víboras, culebras yarañas» (1968: 10).37 Menciona primero el pacaso, cuya grasa parece tener

35 Así en González Holguín ([1608] 1989: 317). Agradezco al profesor Felipe Huayhuaesta indicación personal. En quechua sureño existe piruru ‘trompo’. En quechuaecuatoriano piruru es ‘tortero, para el huso de hilar (Cordero 2005: 85). En el deCajamarca-Cañaris también es ‘contrapeso de piedra que se coloca en el huso’(DQCC, 73).

36 En su descripción de Trujillo, se registra el quechuismo muca, un tipo de marsupial«conocido por el nombre de Muca, «que se describe como «especie de conejo, aunque (sic) de color diferente, orejas menores y sin cola» (Mercurio Peruano, 249,23-V-1793, 55 y 56). El término con el que se conoce en Piura actualmente esguanchaco (EP, 268), aunque no lo recogen Puig ni Arámbulo. Con este términose conocen, en otras regiones, dos especies de aves.

37 Cieza de León, en cambio, se mostraba erróneamente iluso en estos términos:«Cosa mala, ni serpientes, culebras, lobos no los ay» (1984: 203).

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propiedades medicinales: «El Pacaso es muy parecido a la Iguana en suspropiedades y algo en su figura» (265: 183; EP, 170; T, 26; BDFP, 164; DP, 207;VP, 213; pacazo en DPer, 380). Es término de etimología incierta, también

común del Oriente (VOP, 148).

Entre las serpientes menciona el cumbilulo:«los más notables son las Vivoras llamadas Cumbiluloó Coral, de colores vivas que arrebatan la vista: sonen extremo venenosas» (265: 184; figura 8). Eltérmino indígena parece haber desaparecido,desplazado por el castellano, y solamente lo recogeJosefina Ramos (T, 26). Brack registra dosvariedades de coralillos (Micrururs mertensi y M.tschudii), lo que podría haber motivado laduplicidad de términos. El origen de cumbilulo esdesconocido. Podría provenir también de ruru

‘grano’, ‘semilla’ en una composición similar a la anterior.

Otra serpiente con etimología desconocida: «La conocida por Rafades tan ágil y de veneno tan fuerte, que hace más violento el estrago», noaparece en ningún repertorio. Tal vez podría explicarse como nominalizacióndel adjetivo castellano (arcaico ya en esa época) rafez, ‘vil, bajo, despreciable,de poco valor’. Parecería tener relación con rafari ‘ofidio de piel plomiza ycon la cabeza achatada como la rana’, que se registra en el Oriente (VP, 253).

«La más particular Culebra que se halla en estos Paises (sigueLecuanda), es la llamada Colambo: su cuerpo es tan grueso como largo»(265: 184), afirmación difícil de creer si damos fe a quienes le asignan unalongitud de hasta tres metros. Esta culebra inofensiva y casi doméstica (Puigmenciona que «limpia las chacras de alimañas y sabandijas») es una especiede boa, al parecer también conocida en el oriente del país (T, 26; VOP, 66;BDFP, 77; DP, 51; DPer., 140; VP, 101), aunque Szyszlo la menciona solo comopropia de Tumbes (1955: 108). Martha Hildebrandt menciona que en laregión estaba «casi extinguida» para 1949 (EP, 267), aunque Antonio Bracktodavía menciona dos subespecies de colambo (1988: 108).

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«Hay otras venenosas, sigue Lecuanda, que llaman macanches, grandesde dos varas de largo y de unas pintas coloradas, amarillas y verdes» (265:185). Es la serpiente venenosa más común (Bothrops barnetti), según Brack(1988: 108). Parece coincidencia su similitud con el dialectalismo peninsularmacanche ‘delicado de salud’, que el Diccionario académico consigna en laprovincia de Salamanca. La nuestra aparece en Matalaché de López Albújar(1971: 53): «Entonces yo me senté en un taurete y él, parao y cruzao debrazos, se me puso a mirar como un macanche. Porque los ojos de José Manuelson mismamente que los del macanche cuando los clava en los pajaritos patragárselos.» También en El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría (1997:103): «Una vez me encontraba por Piura en sitio onde había mucha víboramacanche». Y en Taita Yoveraqué de Vegas Seminario: «Y allá el algarroboviejo, en donde encontramos un macanche con tamaña cabeza y lo matamosa palos» (1956: 138). Presenta variabilidad en su género, sin que los repertoriosden una solución al respecto. El término es empleado también, según UgarteChamorro, en el Oriente peruano. Su étimo es desconocido (EP, 269; BDFP,138; DP, 168; VP, 101).38

Finalmente menciona Lecuanda el conocido antillanismo caimán(«los lagartos, a que llaman Caimanes» (265: 200)), en referencia al cocodrilode Tumbes. Este animal, que ahora está en grave peligro de extinción, llamómucho la atención a los cronistas, por su abundancia y porque «cuandoestán cebados y encarnizados en carne humana son muy dañosos», aunque«no pasan del gran río de Motape adelante», dice el dominico Lizárraga(1968: 8). El propio Lecuanda pondera su abundancia «particularmente enel de la Chira» y sus cualidades: «Es muy forzulento en agua y tierra,traicionero, atrevido y astuto» (265: 200).39

38 Resulta aventurado relacionar macanche con el quechua maki ‘mano’ omakinchani ‘golpear en la mano’.

39 Son muy conocidos hoy los términos cololo (onomatopéyico según Hildebrandt)que designa al sapo (EP, 271; BDFP, 78; DP, 52; VP, 102) y jañape ‘lagartijanocturna’ (EP, 271¸ BDFP, 127; DP, 144, VP, 171). Puig registra además gautupilla, culebra identificada por ‘un anillo de color amarillo alrededor del cuello’ (BDFP,110).

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Pasemos ahora a revisar los nombres indígenas de las aves. Piura esuna región con más de un centenar de especies de aves, muchas de ellasendémicas, por lo que no es extraño que nuestro corpus presente aquí muchaspeculiaridades. Pero López, que recorrió estas tierras entre 1540 y 1570, apenasmenciona, respecto a los indios yungas: «Tienen patos y algunas gallinas de latierra», y «solían antiguamente criar perros para comer porque otro ganadono lo hay ni lo puede haber» (1970: 42).

El pájaro carpintero «en idioma índico es conocido por el cargach»(265: 185), dice Lecuanda, sin que podamos saber a qué idioma se refiere. Eltérmino parece de origen amazónico, pues Enrique Tovar lo registra en laforma cárgosh como denominación indígena.40

A continuación menciona «unas pabas llamadas Arunchas y Pihascuya carne es de exquisito gusto» (265: 185). Brack señala dos especiesendémicas: chachalaca y pava de ala blanca, ésta última en peligro de extinciónsin mencionar los anteriores (1988: 104). Son términos de origen desconocidoque no aparecen en ningún repertorio, salvo el término runza o gunza ‘pavade monte con cresta’ que recoge Puig (BDFP, 194), donde observamos aféresispor deglutinación del artículo.41

Americanismo conocido es paují, ave tropical «tiene muchísimasemejanza con el Pabo» (265: 185). El diccionario académico, además dedescribir: «cuerpo robusto, cola larga y cresta de plumas eréctiles hacia delante,coloración negro lustroso con abdomen blanco», señala que paují, y la variantepaujil son voces onomatopéyicas de los países tropicales de América. UgarteChamorro piensa que los nombres de esta elegante gallinácea, muyamenazada porque es comestible, provienen del quechua, extremo que nodescartamos (VP, 225), aunque parece más probable que tenga otro origen y

40 Sería arriesgado vincularlo con karka ‘guano’, término del quechua ancashino,del juninense y del ayacuchano.

41 Es poco probable que tenga relación con ronsapa ‘abejorro’, término propio de laAmazonía (VP, 264; Dper, 470). Podría tenerla con los vocablos regionales urranzao urrunza ‘zorro’, que recogen Puig y Arámbulo (BDFP, 224; DP, 283).

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haya pasado del castellano al quechua (pawkil en dialecto cuzqueño, pawhilen los demás). Se registra en varias crónicas, como en la de Toribio deOrtiguera: «Hay muchas pavas y paujíes y patos» (Pérez-Salazar, 1990: 39),pero el texto que mejor nos esclarece el término está en la Historia de BernabéCobo:

En el reino de Tierra Firme llaman paujia a cierta ave grande, quetambién se halla en las tierras calientes del Perú, y los españoles la nombran‘pava de tierra’ porque se parece a los pavos reales de España, aunque no lehace rueda con ellos, ni sus plumas son de aquel lustre y colores. Hay dos otres especies destas pavas. (1964: 330)

Santamaría pensaba que podía derivar del chaima pauxi,atribuyéndole un origen mejicano. Álvarez Vita recoge paujía y paujil (DPer,402). En el léxico regional contemporáneo, aparece pajuilo ‘ave de corralcon el pescuezo desplumado’ según Puig (BDFP, 165), ‘Ave, generalmentegallo o gallina de determinada raza que tienen el cuello desplumado y rojo’,según Arámbulo (DP, 210). Evidentemente se trata del mismo animal, y eltérmino puede haberse transformado por etimología popular por la influenciade paja.42

Por otra parte, el nombre huerequeque que Lecuanda escribegüerequeque (Burhinus superciliaris), sin duda tiene origen onomatopéyico:«le viene su nombre de que cuando grita o canta se le percibe la voz, quedice güerequeque». Es una especie de avefría, corredora de hábitos nocturnos,muy típica de los algarrobales, sobradamente conocida, aunque no resultahoy tan fácil de encontrar: «lo domestican en las casas, dice Lecuanda, porla utilidad que en él tienen de limpiar los insectos, culebras, cucarachas», ysu descripción es inconfundible: «sus piernas son muy largas y delgadas»(265: 186; güerequeque en DPP, 227; EP, 271; T, 26; huerequeque en BDFP, 123;güerequeque y huerequeque en DP, 123; DEA, 304; figura 9).

42 Se consignan en el Diccionario académico las formas pajuil, pajuila y pajuilla paradesignar este mismo animal en Honduras, Salvador y Costa Rica, lo que apoyaríaun origen no quechua del término.

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También es onomatopéyico, según Lecuanda, el nombre del quinquin(T, 26: quinquen en Ayabaca) o chiroque (Icterus graceannae; conocida hoyen día como chiroca, EP, 268; T, 26; BDFP, 71; DP, 76). Es un ave canora decolor amarillo y alas negras, fácil de domesticar. Por último, el cóndor nonecesita explicaciones. Lecuanda dice que sus plumas servían entonces paraescribir y su estatura «es casi igual a la de una Grulla (sic).» (265:192, DDP,139). Hasta el día de hoy anida en la zona.

Abundan en la región las palomas (Brack distingue cinco especiesdiferentes), «que llaman sus naturales cuculíes», señala Lecuanda (265:193).Es término mochica (DM, 4), aunque no se descarta un origen onomatopéyico:«cuando cantan dan regularmente tres golpes seguidos, pronunciando estavoz», dice Lecuanda, razón por la que suele domesticarse «porque es graciososu canto» (165: 193). Esteban Puig recoge cucula ‘paloma torcaz’ (BDFP, 84),y también Arámbulo, quien explica «Se le llama también cuculí, por loonomatopéyico de su canto» (DP, 58). Martha Hildebrandt había recogidoambas formas como onomatopéyicas (EP, 271).

Llama papagayos a una especie de loros «de vivos colores» y a lospericos típicos de la región: «menores de color verde solo o con una manchitaamarilla baxa o pagixa (sic) en la cabeza» (265: 193). Seguramente se refiereal perico esmeralda (Forpus coelestis), aunque en Piura existen cuatro especiesdistintas de este orden.

Cierto interés tienen los nombres de lasoña (Mimus longicaudatus): «El pájaro llamadoChisco por un nombre, Corregidor por otro yZoña en Piura, es de color ceniciento». Avemuy domesticable, de color gris y «cantomelodioso», que presenta tres subespecies enla zona. Lo había descrito ya con minuciosidadel propio Bernabé Cobo, señalando que «porser este pájaro tan dañoso le han puestonombre de corregidor, a imitación del dañoque algunos corregidores de indios suelen

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hacer en su gobierno» (1964: 322).43 Arámbulo recoge los nombres autóctonos(DP, 76 y 262), mientras que Esteban Puig también menciona el término regidor(BDFP, 190), señalando que chisco es palabra mochica, tal la recoge Middendorfaunque éste la refiera al tordo (BDFP, 71; DM, 7). El término más común en lazona es soña (T, 26; EP, 270; BDFP, 207) con variante gráfica zoña (BDFP, 233).Hildebrandt recoge también el sinómino chauco (EP, 270).44

Un término hoy desconocido es piche, pájaro de color marrón yencarnado, «muy apreciado por su canto» (266: 194; T, 26). El término hoyes prácticamente desconocido en la zona.45 El DRAE lo recoge comomejicanismo de origen maya que designa un ave palmípeda, pero ya lorecoge González Holguín: «Ppichiu. Todo paxaro y la niña del ojo. Ppichiullullana. La añagaça para tomar paxaros, y Pisccu o pichiu. El paxaro, o todaave» ([1608] 1989: 284 y 187). No sería necesario pensar en una falsa regresióndel castellano pichón.46 En las acuarelas de Martínez Compañón aparececomo picha.

43 «El pájaro corregidor es del tamaño de un tordo; de color pardo; el pecho y elvientre ceniciento; la cola y espalda pardas y rayadas de color de gorrión» (1964:322). Pero describe al chisco de Lima y la costa central, algo diferente delnorteño, de color plomo y algo más grande.

44 Existen nombres de aves no consignadas por Lecuanda. Puig registra las avesbichauche ‘gorrión’, cachul y chiroca ‘ave de color amarillo’, cumán, pilco y shulín‘jilguero’ (BDFP, 45, 85, 71, 177 y 204), y Martha Hildebrant recoge guarasingo ysurumbela, además de varias denominaciones del gallinazo: bilinguy, guayiganga,güisco, marota o guaraguáo (EP, 269 y 270). En Puig y Arámbulo, sin embargo seconsigna más adecuadamente guaraguau como ‘gavilán’ BDFP, 112, DP, 121). Estérmino antillano. Son onomatoéyicos los nombres del guacabo (BDFP, 111) y delguicucú (BDFP, 116; DP, 124).

45 Esteban Puig recoge picho ‘’chiquillo vivaracho’ (BDFP, 177). Edmundo Arámbulolo registra en Huancabamba (DP, 221).

46 Lecuanda recoge otros nombres de pájaros. En su descripción de Trujillo registrala voz quechua camanay (Mercurio Peruano, 249, 23-V-1793, 60). En la descripciónde Lambayeque menciona el toropisco «de figura extraordinaria», color negro ycopete de plumas y pico azul, cuyo canto asemeja a un toro, según Lecuanda,aunque tal vez se lo atribuya por etimología popular, porque puede ser quechua:turu, ‘barro’ y picchu ‘pájaro’. Claro quechuismo es sumapischo: «En lenguaquichua le conocen por este nombre, que equivale en castellano a Páxaro hermoso(sic)» (de sumaq ‘hermoso’ y picchu ‘pájaro’. También registra piccho, en Jaén yChachapoyas, donde designa un ave de colores brillantes con plumas rojas en lacabeza, tatau, suysuy, picasar, y vicsilin o quende, que son nombres indígenas

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Hay varias denominaciones de abejas, todas de origen incierto: laschucarumbas (266: 194) viven en los árboles y dan una cera amarilla47 y lasmurrucuyes (266: 195) viven en las paredes y su picadura «causa muchodolor» (quizás del quechua muru, ‘moteado, manchado’). En la Amazoníase registra morocuje que Tovar define: «abeja negra que, en apariencia, carecede aguijón» (VOP, 138; repite VP, 201). Aparece en los repertorios churumbo,pero en Puig significa libélula (BDFP, 74) y en Arámbulo ‘langosta’ (DP, 81).

Otras subespecies, cuya cera, dice Lecuanda, «es mejor y se blanqueacon mayor facilidad, haciéndose de todas las clases un comercio abundante»(266: 195) son mencionadas con los términos hergones, tachungas y nimbuchez(265: 194-195). En Martínez Compañón se mencionan ergón y tachunguna.Esteban Puig recoge el término de abeja ergona, que produce miel de palo(BDFP, 102). Es común también en el Oriente, en las regiones del río Marañón,donde aparece en masculino ergón ‘abeja negra que carece de aguijón’,según Ugarte Chamorro (VP, 136). Los demás términos no aparecen enningún repertorio. Todos parecen de origen incierto.48

Por supuesto que las referencias relativas a abejas que producen mielen árboles de Indias se remiten, por lo menos, hasta Gonzalo Fernández de

del picaflor o colibrí del que «se dice que resucita» (quinde en Puig y ArámbuloPalacios), y el quechuismo yayay-mamay que «traducido a nuesto idiomacastellano significa Padre mío-Madre mía como quando un niño llama a suspadres» (Mercurio Peruano, 286, 29-IX-1793: 63 y 65).

47 Tal vez sea voz quechua. González Holguín registra: «Chucu. Bonete, o sombrerosantiguos», y «Rumppu, rumppu. Cosa rolliza redonda.» ([1608] 1989: 118 y 320).Es menos probable que tenga relación con chukaru ‘salvaje, huraño’ (DQCC, 74).Difícil que se vincule con el mochica chuka ‘pulga’ (DM , 8).

48 Esteban Puig recoge además el término alicuy, ‘animalito largo y negro que viveen el agua emponzoñada’ (BDFP, 31). Ugarte Chamorro consigna el animalejocomo alicuya, en Ancash (VP, 24). Puig también recoge culata, ‘avispa agresoracuya aguijón produce fiebre alta’ (BDFP, 85),pulula ‘avispa de color negro conamarillo’, pichilingüe ‘abeja de campo que elabora cera negra’ (BDFP, 177) ypuluche ‘gusano que daña las plantas, en concreto, a los tubérculos’ (BDFP, 183),además de tuluy ‘tarántula de color negro y venenosa’ (BDFP, 221). Arámbulorecoge pichilingüe (DP, 221), puluche (DP, 231) y alpargate, ‘abeja’ (DP, 12).Martha Hildebrandt había registrado pichilinga pero en la acepción de ‘hormigapequeña cuya picadura es muy dolorosa’, además de satiguay, ‘especie de avispapequeña’ (EP, 270).

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Oviedo: «Hay muchas abejas, que crían en las hoquedades de los árboles, yson pequeñas, del tamaño de las moscas, o poco más», cuya miel «es muybuena y sana, pues es morena, casi como arrope». Cieza de León tambiénobserva en los términos de Santiago de Guayaquil, al sur de Ecuador, que«en las concavidades de los árboles se cría mucha miel singular» (1984: 178).Por su parte Bartolomé Cobo, ya en el XVII, observa que «toda la miel que serecoge en este reino del Perú es silvestre», que no se aprovecha «por laabundancia de azúcar», salvo para medicina «para lo cual nunca falta», yentre todas las variedades de abejas y avispas que producen miel menciona«otras negras del mismo tamaño, las cuales, aunque crían miel, pienso yo queno se distinguen de los moscardones». Entre las «varias especies de abejaspequeñas: blancas o negras y pardas», dice que «hay otras como avispas,pardillas tirando a negras, y bien hechas, que los indios llaman putiguanca; yotra casta dellas, llamadas de los indios guancoyros que son las mayores detodas (1964: 333).49 Las denominaciones que recoge Cobo no soncoincidentes:

Llaman los indios peruanos a la miel mizqui; a la cera, mapa, y a laabeja, pupa (1964: 336)50

Con respecto a los nombres de pescados no hay duda de lapredominancia de los términos patrimoniales, pues Lecuanda menciona muypocos indigenismos. Uno de ellos sería bagre (en el texto vagre) es americanismogeneral ‘pez sin escamas’ (265: 201). Lenz le supone un origen antillano peroCorominas afirma que procede del catalán (DEA, 67). Lecuanda lo ubica enlas costas cerca del agua dulce, pero ahora Arámbulo lo da como pez de río(DP, 25). Otro es churucutula, que «no tiene escama, sólo sí una piel muy

49 Las describe a continuación: «galantemente pintadas de rubio, colorado, amarilloy negro y el cuerpo todo con una manera de vello; son en exceso picantes, deagudos aguijones y tan grandes como moscardones. « Y menciona «otras negrasdel mismo tamaño, las cuales aunque crían miel, pienso yo que no se distinguende los moscardones» (1964: 333). En González Holguín se recoge huanccayru,con las acepciones: «abeja o abejón» (177).

50 También registra que «llaman los indios peruanos a la avispa uruncoy « (1964:332).

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dura» (266: 196). Es de origen incierto (tal vez del quechua churu, ‘caracol,gusano’). Guarda algún interés el término, más transparente, rumichuna «encastellano quiere decir cabeza dura», dice Lecuanda, y explica: «tiene dospiedras en la cabeza de grande utilidad para curar el mal de orina» (266:198). En efecto se trata de un compuesto quechua: rumi ‘piedra y uma‘cabeza’.51 Origen incierto, por fin, tienen pumalan (265: 199) y cascafe (265:201).52 No se recogen en ningún repertorio lexicográfico.53

6. Conclusiones

Lecuanda termina su estudio con una observación que pone demanifiesto su extrañeza ante las peculiaridades naturales de la región: «no seconocen los barbos, las truchas, las anguilas y otros peces que son comunes enlos ríos de la península» (265: 201). Se muestra consciente, pues, de que elnorte peruano configura un espacio geográfico de riqueza y variedadextraordinarias. Esa misma variedad natural explica la presencia de laspeculiaridades léxicas que hemos querido poner de relieve en este trabajo.

Lecuanda no es ningún lexicógrafo ni pretende serlo. Le interesadescribir animales que puedan aportar algún beneficio a la economía local, ysu curiosidad ilustrada le lleva a hablar de los animales más raros, admirablesy menos conocidos (desde su punto de vista eurocéntrico, por supuesto).Además, parte de información indirecta en muchos casos, de las observacionesdel obispo Martínez Compañón fundamentalmente, al que llama «sabio

51 En el oriente peruano se registra rumi-uma (VOP, 176). Es muy común elquechuismo umas o uma, de género masculino, ‘mate de calabaza, en especial elque se usa como cucharón para enfriar la chicha’. Puig erróneamente le asigna unorigen tallán y Arámbulo lo consigna en la forma umás (EP , 270; BDFP, 224; DP,283).

52 En la descripción de Lambayeque, Lecuanda menciona un pez llamado cascate, loque puede indicar una confusión en las grafías por parte de Lecuanda o por partedel impresor (29-IX-1793, 286: 68).

53 En el léxico regional es común el término cachema (EP, 267; BDFP, 49; DP, 37; VP,56). Álvarez Vita lo considera propio de la costa central (Dper, 96).

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especulativo» (249: 58), y de testigos «que son hombres de verdad y rectomanejo» (249: 57). Pero no desdeñamos el valor de su experiencia personal,como «Ministro en estas Caxas de Ral Hacienda» (269: 219), que le ponía enestrecho contacto con la economía local y la vida cotidiana de sus habitantes.

A pesar de que son mayoría las coincidencias, como no podía sermenos, llaman la atención algunas variantes de la descripción de Lecuandacon respecto a las acuarelas de Martínez Compañón que le son casicontemporáneas.54 Ya mencionamos la variante cahapicuru, que en la acuarelase menciona como cashapicuru. Otras variantes son haugana, que en la acuarelaaparece como huangana; aruncha, que en la colección del obispo se denominapava arunche; y quinquin que el acuarelista escribe quienquien. No hay dudaque en haugana descubre un error de Lecuanda o del impresor del Mercurio,mientras que en ese quienquien el acuarelista puede que se tomara la libertadde interpretar la onomatopeya a su gusto. Lecuanda no menciona el nombrede la perdiz ulluctuyu que registra Martínez Compañón, ni otras muchasespecies, por lo que la colección de acuarelas resulta más completa que ladescripción de Lecuanda en muchos casos. Pero tampoco el obispo hacemención de otros como cargach, que registra nuestro funcionario. Por esoambas fuentes son, como observó Juan Antonio Frago (1999),complementarias.

La etimología de muchos términos es incierta, como en los casos depacazo, macanche, colambo, cargach, soña, ergona... Es muy probable que tenganun origen tallán o guayacundo, como lo indicaba Josefina Ramos, pero entodo caso resulta indemostrable y muy riesgoso pretender, con éstos y otroselementos léxicos, el establecimiento de un «vocabulario tallán», en razón alcomplejo «mosaico de lenguas» que existía en la zona antes de la llegada delos españoles y aún más antes de la expansión inca (por ejemplo, chisco, cuculí

54 Con anterioridad, Cosme Bueno había descrito muy someramente las actividadeseconómicas y los principales accidentes geográficos de la provincia de Piura,donde menciona la abundancia «de un árbol llamado Algarrobo, de que haybosques espesos donde se crían muchos animales feroces», y tambien que «en lasplayas del contorno se coge gran cantidad de Tollo, que es el Bacalao común delPerú y Quito» (1951, 55).

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y quizás algún otro podrían ser términos mochicas). Más bien se demuestra laabundancia de quechuismos por encima de los términos presumiblementetallanes y, por demás, el predominio de americanismos de origen castellano.

Algunos casos manifiestan un periodo de bilingüismo o inclusotrilingüismo: el pacran que se conocía como alpachala, las tarugas o venados yla serpiente cumbilulo o coral, o la soña que recibió los nombres de chisco y decorregidor.

La llamativa presencia de quechuismos formados por composición(los únicos términos que consigue traducir «de la lengua índica al idiomacastellano»), provienen del quechua, está indicando, en primer lugar, queesta lengua era «alienígena» en este espacio, pues carecía de términos propiospara designar esos animales y acudía a la composición: alpachala, cashapicuru,rumichuna, etc. Son términos descriptivos que muestran haber sufrido, envarios casos, diversas transformaciones fonéticas o sustituciones léxicas (comoen el caso de pacrán, alpachala y chucurillo). Evidentemente estas creacionesléxicas serían posteriores. El término alpachala al menos, es de época virreinal.

En el caso de cashapicuru, además, no se trata de quechua cuzqueñosino del quechua norteño lo que indica la variedad que se extendió en estaregión (yungay septentrional, según Cerrón-Palomino (1987: 237)), quizásantes de la expansión inca (Cerrón-Palomino, 1987: 342 y 344). Es evidenteque algunos términos descriptivos quechuas, como cashapicuru ‘erizo’, vienena designar aquí cosas que ya tenían nombre en la variedad sureña de esalengua: «Ascanccuy. ‘Gusano peludo espinoso’; Erizo. ‘Ascancuy’.» enGonzález Holgúin ([1608] 1989: 35 y 511).

Muchos de estos términos quechuas (salvo taruga y huangana) no seregistran en ningún diccionario. Son localismos que aparecen con la formaque tenían en el siglo XVIII, lo que puede arrojar luces sobre la expansiónhistórica y la evolución lingüística de esta lengua. Sus modificaciones osustituciones aportan datos materiales de interés para los quechuistas.

En verdad, muchos términos hoy no se recogen en ningún repertoriolo que puede indicar o bien que las especies se extinguieron completamente

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o bien que han cambiado su denominación, hecho que estaría apoyado en elhecho de que no aparecen en los repertorios actuales, por ejemplo, el actualchucurillo parece ser el pacrán o alpachala del que habla Lecuanda. Lucerna,leñatero,55 avisador, pico gordo, cargach, murrucuy, predicado, boba, preñadilla...tampoco salen en los diccionarios consultados, aunque éstos a veces olvidanconsignar términos perfectamente vigentes, como el pez perico que se vendeen los mercados de Paita o de Piura, por lo que deben ser utilizados conciertas precauciones. Se comprueba en cualquier caso la intuición que habíaexpresado Marcos Morínigo en 1964 en relación a que los indigenismos deuso puramente regional debieron ser sensiblemente numerosos a fines delsiglo XVIII, «sobre todo en las regiones donde por la convivencia con el indioel bilingüismo en indios y mestizos y criollos debió ser lo normal» (1964: 222-223). No es tampoco absolutamente seguro que todos esos términos fuerande uso habitual, puesto que no pueden ocultarse en Lecuanda afanespuramente eruditos en el registro terminológico.

Por otra parte, Lecuanda no menciona términos de amplia difusiónactual, generalmente consignados por los repertorios actuales: jañape‘pequeño reptil nocturno’, chuquiaco ‘zorzal’ (probablemente del quechuachuqui, ‘lanza’), que pudo evolucionar (con refuerzo onomatopéyico) achoqueco, nombre con que se denomina un tipo de ave color plomo muycomún; chilalo (también llamado hornero), chigüisa, chiclón (o guardacaballos),etc. En algún caso es posible reconocer que se refiere a ellos con términoscastellanos (los chilalos le parecieron indudablemente perdices). ¿CarecióLecuanda de la información suficiente o bien estos términos no eran conocidosentonces?56

Cuando el término subsiste hasta el día de hoy, interesa poner derelieve que se dan algunas variantes diastráticas: cashapicuru ha sido sustituidopor cashapululo, aruncha se ha tranformado en runza o gunza, aféresis por

55 Arona registra que en el Perú se decía leñatero por leñador, sin referirse alanimalejo (1974: 160)

56 Este caso se vería reforzado si en verdad, como piensa Martha hildebrandt,chilalo es voz onomatopéyica (EP, 271).

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deglutinación del artículo, y cuculí en cucula, probable moción de género concambio acentual añadido.

En varios lugares, se manifiesta la intuición lingüística de Lecuandaasí como su interés por el origen de las palabras, tan propio de su mentalidadilustrada. No parece posible señalar la persona que había proporcionado lastraducciones a nuestro autor. En fin, no siempre las equivalencias resultanacertadas. Sobreentiende que «la lengua índica» es el quechua, aunque alinicio menciona la variedad de sus idiomas originarios. Los nombres tallanespodría haberlos traducido también, pues el tallán y el sechura conservabanaún cierta vitalidad, pero seguramente se trataba de términos designativos yno descriptivos, por lo que resultarían opacos hasta para los mismos hablantesde esas lenguas.

Por fin, no pocos términos, como pacrán, cargach, y ergona, muestranrelaciones culturales con las regiones amazónicas, que el último caso semanifiesta en el mismo texto: «Las hay igualmente en Jaen y en la Montaña;pero no es tan abundante su beneficio por la desidia de sus naturales» (266:195). Podrían deberse a contactos lingüísticos prehispánicos o a difusión léxicallevada a cabo en la época colonial.

Este rico vocabulario nos abre algunos interrogantes y, sobre todo, nospone en contacto con una época de nuestra historia lingüística que,indudablemente, mostraba signos de haber llegado a una gran estabilidad yriqueza. Es el léxico de una región particularmente rica en especies endémicas,de las que no pocas se consideran en peligro de extinción. Quizás dentro dedoscientos años muchos términos todavía vivos resulten entonces tambiéndesconocidos, como lo son ahora muchos que hemos citado.

Quizás en nuestra moderna y confortable vida urbana hayamosperdido, con las palabras, una buena parte de ese amor a la naturaleza tanpropio de Lecuanda y los ilustrados. Esa naturaleza tan asombrosa del norteperuano, escenario hoy de conflictos y luchas, pero todavía un lugar paraencontrar juntos, siquiera después de doscientos años, un ansiado desarrolloeconómico y social en armonía con la defensa responsable del entorno natural.

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TRADICIÓN Y MODERNIDAD EN LA POESÍA DECARLOS GERMÁN BELLI *

TRADITION ET MODERNITE DANS LA POESIE DECARLOS GERMAN BELLI

Marco Martos CarreraAcademia Peruana de la Lengua

Resumen:El texto hace una reflexión general sobre la poesía de Carlos Germán Belli yse detiene en los primeros años de su trabajo poético, aquellos que van desde1958 hasta 1969. Se señala que es en esa época que se define las grandeslíneas de la poesía belliana que atienden tanto a la tradición como a lainnovación. A renglón seguido las cuartillas exploran algunos de los temasque Belli ha desarrollado posteriormente como el interés por el deporte, enparticular el fútbol, y el vínculo amoroso entre el hombre y la mujer.

Résumé:Le texte présente une réflexion générale sur la poésie de Carlos Germán Belliet s’arrête aux premières années de son élaboration poétique, celles quis’écoulent entre 1958 et 1969. Pendant cette époque se définissent les grandeslignes de la poésie de Belli, attentive à la tradition ainsi qu’à l’innovation.Après, les feuillets explorent quelques sujets développés postérieurement par

* Ponencia presentada el 26 de abril de 2007 en el «IV Congreso Internacional dePeruanistas», Santiago de Chile.

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Belli tels que, son intérêt au sport –le football en particulier-, et le lienamoureux entre l’homme et la femme.

Palabras clave:Belli; poesía; tradición; innovación; dolor; esperanza.

Mots clef:Belli, poésie, tradition, innovation, douleur, espoir.

Primera cala

Carlos Germán Belli (1927) es el poeta más traducido y celebrado delas promociones peruanas que se han dado en llamar 45-50. Su producción sevincula en sus comienzos tanto con la tradición que inaugura Rubén Daríoen América como con la revuelta que propició el surrealismo. Esa últimaactitud, practicada con rigor, lo llevó de la escritura automática al humornegro y de allí al punto extremo del sonido gutural que entraña la posibilidadreal de la demolición de la palabra. Esta evolución se da en el lapso aproximadode diez años, puesto que la primera colección de Poemas es de 1958, puedeconsiderarse culminada en el momento de la edición uruguaya de El piesobre el cuello, 1967. Posteriormente, Belli, que no los había abandonadonunca, vuelve a un refocilamiento en los clásicos, se interna en la patria delidioma buscando la sabiduría que dan los siglos de tradición literaria y elimpulso necesario para salir otra vez hacia la tierra de nadie, es decir, hacia laconsecución de un estilo personal incanjeable.

Lo admirable en la obra de Belli es que, con elementos diferentes a losde cualquier otro poeta hispanoamericano contemporáneo, con un léxico y enespecial con una adjetivación que parecen a primera vista pobres, pero con unconocimiento verdaderamente excepcional de la tradición, interioriza su vozen los meandros mismos del idioma. Su poesía parecería muy antigua, vetustaincluso, si no fuera también tan extraña. Y no es solamente una cuestión queatañe al léxico, aunque lo involucra. Si su originalidad reposase solamente enuna cuestión de léxico, la poesía de Belli tendría muchos discípulos siguiendola fórmula tantas veces explicada por la crítica, esa mezcla de arcaísmos y

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neologismos en versos preferentemente endecasílabos o heptasílabos. Laconfusión de muchos estudiosos con Belli tiene que ver verdaderamente coneste asunto de fondo: este léxico y esta sintaxis, verdaderamente nunca vistos,tienen reminiscencias de los clásicos invocados, Góngora, Medrano, Herrera,Carrillo y Sotomayor, pero recuerdan también al lenguaje familiar y al habla dela calle, aunque sin reproducir ninguna habla en particular, casi podría decirseque ni siquiera la del propio poeta. Como en pocas escrituras de poetashispanoamericanos, en Belli hay una persona poética que habla muy diferentede la persona que escribe, aunque, sin duda, en el centro del estro del poetahay un altar, a semejanza del ara de los antiguos romanos, donde se rindehomenaje a los manes, lares y penates de la genealogía familiar, y los propiosmiembros de su tribu actual, la esposa, las hijas, los hermanos, en especialAlfonso, aherrojado al sufrimiento. Y así llegamos a comprobar que hay un airede familia, difícil de precisar para mentes distraídas, entre Carlos Germán Belliy su compañero generacional, diverso de tantas maneras, Jorge Eduardo Eielson,que también rinde culto a su propia atmósfera familiar y que tiene tambiénuna marca escritural cuyos más remotos referentes son griegos y latinos: limpidezen el lenguaje, actitud lírica, inclusive en los textos de predominio narrativo,como ocurre en algunos pasajes de Homero y en la mayor parte de la poesía deVirgilio, y en la prosa de Plinio y de Cicerón, tanto la escrita para su divulgacióncomo en sus cartas privadas, verdadero ejemplo de amor por los suyos.

Este es el contraste que provoca la chispa poética en muchos textosbellianos, la emoción que sacude al lector: forma tomada de los clásicos(endecasílabo, heptasílabo, recursos métricos tradicionales) y un personaje literarioverdaderamente desesperado capaz de saltar toda norma. Con esta señal, conesta cábala podemos avanzar en la comprensión de una porción interesante depoesía belliana. La otra parcela de la poesía de Belli, que ha ido ganando unespacio en el total de su producción de estos últimos años, es una poesía reconciliadacon la vida y en búsqueda permanente de la trascendencia metafísica.

Segunda cala

Sabido es que los escritores en general y los poetas en particularsuelen definir en los primeros años de su actividad literaria las líneas matrices

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de la totalidad de su estro. Belli no es la excepción; antes por el contrario, esuna figura paradigmática de cómo la esencia de su escritura puede hallarseen sus primeros libros que son Poemas (1958), Dentro y fuera (1960), Oh hadacibernética (1962), El pie sobre el cuello (1964), Por el monte abajo (1966), y Ellibro de los nones (1969). Algunos de los poemas emblemáticos de Belli,aquellos que por repetirse una y otra vez en las más variadas antologías, sonlos más conocidos en el ámbito de la poesía escrita en español, pertenecen aesta etapa. Belli, en esos primeros libros, escribe ya una poesía que hemosllamado diacrónica, es decir que recurre a todas las palabras castellanasposibles, las que están en uso y aquellas que han periclitado en la marea delos años; no vacila tampoco en usar formas no consagradas por el diccionario,pero utilizadas por el común de los peruanos en su comunicación diaria. Demodo paradigmático esta mezcla de lenguajes en la retorta de su estro produceel poema Amanuense:

Ya descuajaringándome, ya hipando,hasta las cachas de cansado ya,inmensos bofes todo el día alzandode acá para acullá de bofes voy,fuera cien mil palmos con mi lengua,cayéndome a pedazos tal mis padres,aunque en verdad yo por mi seso raso,y por lonjas y levas y mandones,que a la zaga me van dejando estableya a más hasta el gollete no poder,al pie de mis hijuelas avergonzado,cual un pobre amanuense del Perú.

Este texto pertenece al libro El pie sobre el cuello de 1964. En aquellaocasión la crítica de modo explícito reconoció la calidad de Belli, pero llamóla atención sobre el aparente callejón sin salida de la escritura del poeta.«Belli, más pavor, más asfixia» escribió José Miguel Oviedo, en una frase quenuestra memoria ha conservado todos estos años y que cabe relacionar conotra frase escrita por Mario Vargas Llosa en 1986: «Nadie ha sabido encarnarcon más estrafalaria originalidad que Carlos Germán Belli el destino delpoeta en este momento sombrío en que parece llegar para la poesía la hora de

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la catacumba. Pero, si es capaz de discutir en sus estertores, semejante cantodel cisne, pese a los innumerables síntomas, acaso ella no sea mortal.»1

En aquellos años sesenta del pasado siglo Belli parecía ir acontracorriente de la esperanza revolucionaria que emergía de los poemasde Romualdo o de Heraud. El tiempo ha probado la fineza de su mirada, nopara hacer una poesía de las convicciones revolucionarias de los desheredados,sino para expresar la condición del hombre que sufre arrojado entre las cosas.El pavor y la asfixia de los que hablaba José Miguel Oviedo, no es el pavor yla asfixia de un individuo, sin el de todo un pueblo. Belli no cae seducido porel lenguaje familiar, no usa la lengua de todos los días, sino que consigue unefecto de distanciamiento, como hubiera querido Brecht, justamentemezclando un lenguaje arcaico con uno tan contemporáneo que no seencuentra todavía en los diccionarios. Estamos, por supuesto, lejos de compartirlas aseveraciones sombrías que sostiene Mario Vargas Llosa sobre el porvenirde la poesía, él, por ser un depurado cultivador de la novela, y estar por lotanto muy atento a lo que sucede en el mundo de las grandes editoriales, noestá tan familiarizado con la difusión persistente de la poesía en una cadenainterminable, ahora revitalizada gracias a la red de internet y a la oralidadque está en su raíz y que no ha perdido desde los tiempos míticos de Homero.Probablemente la afirmación de Oviedo se vincula con algo sentido por loslectores tempranos de Belli que pensábamos que su poesía estaba en riesgopermanente del silencio pues después de lo que decía, parecía que no teníamucho que agregar en el futuro. Había mucho error en esa apreciación. Enla biografía temprana de Belli figuran sus padres que eran farmacéuticos. Elpoeta ha recordado que nació en los altos de una botica y que cree entroncarsecon los alquimistas medievales2. Otro poeta célebre, León Felipe, fue tambiénquímico farmacéutico. Si recordamos estos hechos es para vincular de dosmaneras diferentes el mundo de pesas y medidas propios de las farmacias con

1 El texto de Mario Vargas Llosa apareció en el libro Carlos Germán Belli. Antologíacrítica. Selección y notas de John Garganigo. New Hampdhire. Ediciones delNorte. 1988.

2 Bajo el título de «Página autobiográfica» Belli entrega interesantes disquisicionesen Carlos Germán Belli. Antología personal. Lima. Concytec. 1988.

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la poesía. Belli sabía ligar desde el comienzo de su trabajo literario la tradicióncon la innovación. En el poema Amanuense que hemos copiado, el embrujo,la sensación de extrañeza que produce el léxico del poema y lo terrible queva diciendo, esconden algo primordial: el poema parece de verso libre, peroestá medido de la forma más rigurosa, se trata del endecasílabo nacido italianoy bautizado español. Mundo de pesas y medidas, pues, en primer lugar. Peroademás, el mundo de las farmacias y el mundo del hogar paterno son espacioscerrados y relievarlos a finales de los años cincuenta y durante los añossesenta del pasado siglo, si bien de un lado era ir a contracorriente de lapoesía más difundida en hispanoamérica, son los años de triunfo para Neruda,pero también de las apariciones de poetas como Ernesto Cardenal, José CoronelUrtecho, Roberto Fernández Retamar, y en el Perú, años de éxito paraAlejandro Romualdo Valle. La poesía de aquellos vates es la que losnicaragüenses han llamado exteriorista. Pero Belli no es un poeta interioristacomo contraste. Es un poeta de recogidos espacios que responde a unatendencia mundial a través de los siglos. Los grandes poetas de la antigüedad,habían ligado su canto al porvenir de sus comunidades, como Homero, comoVirgilio: otros como Dante habían querido hacer el canto de la humanidad,penetrando en todos los espacios susceptibles de ser cantados, el Paraíso, elEdén, la Tierra y las Cavernas; pero con el paso del tiempo, del mundo de lasepopeyas que llega hasta el siglo XVI, y se prolonga en poemas discursivosque exaltan a la razón y a la justicia en el siglo XVIII, cuyo último representantees en el siglo XIX, Víctor Hugo, cede ante la poesía de espacios más pequeñosque es la de Baudelaire, el padre de la modernidad. Belli pertenece a estaraza de poetas, la que nace de Baudelaire y mira los pequeños espacios y nolos grandes horizontes. ¿Y qué hay en el pequeño espacio de la poesía belliana?Hay mucho, el universo entero a través de las pequeñas formas: la farmaciaes un símbolo del mundo de los afectos, del mundo de la exactitud, delmundo de lo mensurable. La farmacia es, además, símbolo de la ciencia y unvínculo con el mundo medieval amante de la ciencia y de la alquimia quesimboliza a su vez la búsqueda incesante de aquello que juzgamos más valioso.En ese mundo de los pequeños espacios Belli hace algo que no ha hechoningún otro poeta peruano en los últimos siglos: vincular de modo explícito lapoesía con la ciencia a través de su elogio persistente a la cibernética. Hacíamuchos siglos que ciencia y poesía estaban separadas. Verdad que Belli nousa, la poesía, como lo hizo Virgilio, para difundir conceptos científicos. Su

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poesía es la admiración del usuario a la cibernética; además, reabre laposibilidad, que no tiene por qué estar cerrada para siempre, de difusión deconocimientos científicos a través del verso. A algunos les puede parecerextraña esa posibilidad, pero está ahí, intacta, para los poetas del futuro.

En el libro El pie sobre el cuello, figura otro texto que deseamoscomentar brevemente. Se trata de Poema:

Frunce el feto su frentey sus cejas enarca cuando pasadel luminoso vientreal albergue terreno,do se truecan sin tasala luz en niebla, la cisterna en cieno;y abandonar le duele al fin el claustro,en que no rugen ni cierzo ni austro,y verse aun despeñadodesde el más alto risco,cual un feto no amado,por tartamudo o cojo, o manco o bizco.

El poema empieza con una aliteración que ha ganado justa fama enla lengua española, comparable a la célebre de Garcilaso en la Égloga III, soloque el verso del poeta español sostiene un clima de tranquilidad bética: «enel silencio solo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba». Belli, através de los fonemas fricativos sibilantes «f», r» y «s», consigue un clima detensión, aquel del nacimiento. Ese feto que levanta sus cejas cuando nace yal que le duele salir del claustro materno, expresa, una vez más la capacidadde síntesis de la poesía, la posibilidad que tiene de, en pocas palabras, sintetizar,condensar, una de las preocupaciones más grandes del género humano: elnacimiento, el trauma del nacimiento para usar un concepto que debemos aTheodor Reik, uno de los discípulos de primera hora de Sigmund Freud. Elnacimiento es, para los antropólogos, uno de los ritos de pasaje del génerohumano, y los otros ritos generales son la pubertad, el matrimonio y la muerte.Lo que tienen en común estos actos simbólicos para todos los hombres es lamezcla en proporciones variadas de sufrimiento y goce. Por supuesto que un

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niño nace generalmente en medio de grandes expectativas de padres yfamiliares. Pero nace en medio del sufrimiento físico de la madre y del temorde que cualquier dificultad o enfermedad puedan presentarse. Pocas vecesnos ponemos a pensar en lo que piensa o siente ese feto que nace. En principio,dentro del claustro materno estaba mejor, de eso no cabe la menor duda. Elniño viene al mundo con un grito o, como en el poema de Belli, enarcando,levantando las cejas en un movimiento de preocupación pues ingresa a lodesconocido, a lo potencialmente nefasto. Y en esto Belli se emparenta conel pensamiento de Shopenahuer, y con las poéticas de Calderón y de Vallejo.El peor delito del hombre es haber nacido, sostenía Calderón, y Vallejo creíaen Los heraldos negros que había nacido un día que Dios había estadoenfermo, grave. En las cortas líneas que tiene el poema de Belli se poneatención a la posibilidad del ser que nace de tener diferentes defectos físicosque enumera con cuidado: tartamudo, cojo, manco, bizco. Se trata delmundo marginal de los seres humanos que ahora llamamos especiales. Esedespeñar que sufren los niños por sus defectos, nos lleva en primera instanciaal mundo de la antigua Esparta donde efectivamente así ocurría, en unaactividad aprobada por la ciudad estado. Pero tampoco es algo superado porlas civilizaciones posteriores. Ahora mismo en nuestras urbes contemporáneas,en las megápolis del primer mundo, pero también en las grandesaglomeraciones de viviendas en los países en vías de desarrollo, cada díamiles de niños son abandonados por sus defectos físicos. Es un riesgo enormenacer, nos dice Belli, es un trauma, en palabras de Reik. Esta temática persisteen la obra belliana, a pesar del hálito metáfisico de cierta esperanza de susúltimos libros. Trascribimos ahora pasajes del poema Balada del Dios Hefestoel cojo de su libro En las hospitalarias estrofas:

Como me desprecian por ser un cojueloque en la superficie más lisa del mundoanda a trompicones como un viejo abuelo,y en la vergüenza desalado me hundo,pues soy un pelele que a otro hace jocundoal verme sumido en torpes andas,que por tal motivo solo pesar cundo,y los dioses andan siempre en dos zancadas.

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Hefesto, el cojo, simboliza a aquel que sufre, que está lleno de defectosque le hacen la existencia compleja, dura, pero que tiene su yunque fecundo,como el poeta tiene hospitalarias estrofas, donde reina y organiza un mundoindependiente de todo sufrimiento, independiente también de la diatriba yhasta del elogio.

Tercera cala

Como ha señalado la crítica especializada, existen en la poesía deCarlos Germán Belli, distintas líneas temáticas que coexisten, con predominiode una de ellas. El personaje que escribe los poemas iniciales es un individuodesencantado de su sociedad que encuentra en su escritura secreta y marginaly diferente, en el sentido de poco aceptada, un pequeño oasis que hacesoportable la vida. Es una expresión literaria que el sistema apenas tiene encuenta y que fácilmente soslaya. El escritor ha tomado todas las opcionesequivocadas: escribe poesía y dentro de la lírica opta por caminos inholladosque no son aquellos sancionados por el canon literario, sino los que vansaliendo de su propio magín virtuoso. Pero este estro peculiar y único en lapoesía hispanoamericana como bien se sabe ahora, no toca únicamente latecla del sufrimiento, sino que encuentra inéditos caminos de acercamientoa tipos diversos de lectores. Y lo hace de manera insólita, por ejemplo,recurriendo a las bodas literarias entre la pluma y el deporte.

Sabida es la importancia que tiene en el mundo contemporáneo lapráctica de los deportes, y la observación de los deportes, mucho más popularque el mismo ejercicio. Nadie puede dudar de la seriedad con la que elpueblo toma en nuestros países hispanoamericanos al fútbol, deporte que nosllegó desde Inglaterra y que se ha afincado tanto en nuestros países que esdifícil ignorarlo, aunque fuere para denostarlo, como lo hacen algunoscientíficos, humanistas y hasta algunos poetas. Pero existe otra tradición, deaplauso y celebración de esa actividad, en la que se inscribe Carlos GermánBelli que sale de su torre de marfil real o inventada para afincarse en losestadios para ser uno de los entusiastas que corea las hazañas deportivas delos jugadores y que las vuelca a la página en blanco dándoles una vidaliteraria no prevista.

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El primer poeta que cantó al fútbol en América del Sur fue el peruanoJuan Parra del Riego. En su permanencia en Montevideo en los años veintedel pasado siglo, el vate conoció como aficionado, a Eusebio Gradín, afamadofutbolista de esos años y le dedicó el poema Polirrítmico dinámico a Gradín,jugador de fútbol. El texto hizo fortuna y figura en las más serias antologías depoesía peruana. Parra del Riego imaginaba a Gradín ágil, fino, alado, eléctrico,repentino, fulminante y sus disparos que iban a convertirse en goles tenían elgolpe seco de la metralla. Después dos poetas españoles han cantado alfútbol: Rafael Alberti y Miguel Hernández y finalmente, solo para hablar delos más destacados, Carlos Germán Belli. El hecho tiene singular importanciaporque subraya la voluntad del poeta de salirse de lo obvio en poesía. Sabidoes que Umberto Eco clasificó al hombre contemporáneo como apocalíptico ocomo integrado. El primero no cesa de lamentarse por los malos tiempos quese viven, por el retroceso de la cultura frente a formas espúreas o bárbaras.Eco sostiene que la alta cultura contemporánea nos viene del renacimiento,que hay una cultura de difusión que copia a esa forma lograda y que existealgo inédito, que no tiene equivalente en el mundo renacentista y que es lacultura de masas. El sujeto apocalíptico rechaza toda forma que no venga delrenacimiento y el integrado reconoce los aportes de esa cultura reciente ymultitudinaria: la del lector de periódicos, del oyente de la radio, el espectadorde televisión o el aficionado al fútbol. Belli, que ha sido futbolista de barrio ensu juventud y que en su madurez continúa poniendo mucha atención aldeporte, con los recursos de la poesía rinde homenaje a fútbol:

Estadio Vaticano

Los jugadores de fútbola sus camarines vuelvenpaso a paso cabizbajos,trémulos y sollozandopor entre las viejas ruinas de Occidente veneradasy la chusma de poetas tan seguros de sí mismos,levantadores de pesas, diplomados en gimnasios,soberanos del amor, del dinero y la salud,que ferozmente se burlandel sensible futbolista,legislador del planeta

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por mandato de los cielos,pero que pierde la bola cristalina de la suerte,empujada por los austros hacia el arco solitario,cuyos palos de repente en un atril se transformanpara el libro del fornido, más sin alma, ruin poeta,que no vela ningún arcoy si desdeña a quien vivecomo vos a duras penas,guardameta, centrofoward,en este de pan llevar áspero campo del mundo,desde la cuna a la tumba sufriendo calladamentede la vana chusma aquella qué de silbos afrentosospor la súbita derrota de seis goles contra ceroen el preciso momentode pasar del Paraísouna noche de setiembre,al Estadio Vaticano.

El poema combina versos de arte mayor con otros de arte menor;distribuido de una forma que semeja la colocación de los deportistas en elcampo deportivo, se desarrolla trabajando la oposición entre futbolistas yaquellos que los desdeñan entre quienes está «la chusma de poetas». Aunqueel texto no lo dice explícitamente, el zahorí lector puede adivinar quenumerosos pares en el oficio de escribir, diestros en lo suyo menosprecian a losfutbolistas que hacen lo suyo mientas sufren calladamente silbos afrentososde la vana chusma. El texto contrasta un oficio digno, el mismo que el poetapractica, la literatura, venida a menos por una masa de poetas convertida enchusma, igualada a levantadores de pesas, diplomados en gimnasios, con lospropios futbolistas. La manera de trabajar esta oposición, no coloca las bellasletras en oposición a los deportes, sino que distingue a los adoradores de laescritura, vanos en su seguridad, frente a la humildad, el callado sufrimientode los futbolistas que cumplen con su deber y están sometidos, si por algunarazón yerran, a la vindicta pública. Esta página de Belli, inscrita en lo profundode la modernidad, en la sociedad de masas, colocan al poeta como un partidariode la práctica del deporte y de su observación. Pero al mismo tiempo, por unaparadoja que poco se ha observado, vinculan al poeta con lo más clásico que

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podamos imaginar: la Grecia de Pericles. En aquellos años del siglo V antesde Cristo, el pueblo de Atenas entero, unas catorce mil personas se reunía enlos teatros para disfrutar de las tragedias de Esquilo, Sófocles, Eurípides y lascomedias de Aristófanes, pero esa misma masa concurría luego a los estadiosa vitorear a sus atletas en los juegos olímpicos. Es curioso, pero locontemporáneo reproduce lo clásico hasta extremos impensados. Un mismoindividuo, el poeta que pergeña los versos que celebramos, en el silencio desu gabinete, prepara sus endecasílabos, se refocila en la lectura de los clásicosgriegos o castellanos, luego sale a la calle, cumple labores administrativas quele aseguran el pan diario y concurre como otros miles de espectadores a losestadios donde se juega el fútbol, y en los partidos más importantes que sejuegan fuera de su ciudad, prende el televisor para deleitarse con lasevoluciones de los futbolistas.

Otro texto de Belli nos habla también del fútbol:

El guardameta

Por velar el arcodel verde campo del fútbol,por aquel del universosumo ser animado,como los aires, la piedra o las aguas semejante,e inerte, fijo, sin vida, tres palos colocadosen los linderos del orbe por donde se entra o se saleya mañana, tarde, noche, de estación en estación,tú desdeñas fríamente,sin pensar jamás dos veces,el peso del centroforwardque el cielo te reservabapor ser hijo primogénito de la familia terrestrey elaborado en el seno de los gérmenes supremos,con óptimo patrocinio y el mayor de los primores,tal si fueras destinado a vivir eternamente.Y te olvidas por completode ti mismo y de tus deudos,

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que están vivos y no soneste arco que tú vigilas,que nunca ríe y no habla y no se mueve un centímetro,para siempre indiferente a tus mil preocupacionesen torno al balón ferroso de los mal aviesos hados,en tanto ayunan contigo tus deudos en las tribunas,mirándote todos mustioscomo velas noche a nochetu arco más inanimadoque la piedra, el agua o el aire.

El poema, en cierto sentido gemelo del anterior, en cuanto temática,se diferencia mucho de su homólogo. Formalmente es semejante, combinaversos de arte menor con otros de arte mayor y se centra en el fútbol, pero sefocaliza en un individuo, el arquero, llamado guardameta, el más humildede los futbolistas. Los niños, sabido es, prefieren ser centrodelanteros. Soloaquellos que persisten en la práctica del deporte pueden llegar a alcanzar lapericia y el disfrute de otros puestos en el campo. Por cierto hay guardametasque han sido héroes de las canchas como Platko, el húngaro a quien cantóRafael Alberti, como Zamora, a quien apodaban el divino, como Rafael Ascaen el Perú, como Sergio Livinsgtone en Chile. Belli hace una abstracción detodos ellos y canta al guardameta, centrado en su actividad de impedir eltriunfo de los antagonistas, solísimo junto a sus tres palos inanimados, másque la piedra, el agua o el aire. En el gran escenario del campo del fútbol, elguardameta cumple una función ritual, aparentemente pequeña, de sueficacia depende todo el espectáculo. Para él guardar la meta no es undisfrute, es una obligación, un trabajo; el disfrute es para los espectadores,pero no para el que pergeña la pluma. El pendolista Carlos Germán Belli seidentifica con el guardameta y tiene el modesto oficio de cantar en mediode la vorágine de la civilización contemporánea. Si el poema Estadio Vaticanooponía el fútbol con otras actividades, la poesía, pero más exactamente con lasociedad de los poetas chusma, semejante de alguna manera a la sociedadde los levantadores de pesas, el texto El guardameta, si hacemos unacomparación de la poesía con el cine, acerca la cámara, se vuelve minimalista,retrata la soledad de un individuo en medio de un campo de fútbol, enmedio de la masa rugiente de aficionados en las graderías.

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Cuarta cala

Hubo un poeta provenzal que estuvo en el principio de la poesía de sulengua; su fama conmovió a Dante, a Petrarca, a Ezra Pound y de algunamanera su estro está presente en la escritura de todos los adoradores de laforma como base indispensable de toda la actividad literaria. Arnaut Danielentre otras perfecciones literarias es el creador de la sextina, probablementela más compleja de las composiciones literarias en poesía. La sextina, sabidoes, tiene 39 versos, distribuidos en 6 estrofas de 6 versos endecasílabos y unacoda de tres versos de la misma medida. Tiene la particularidad de que laspalabras finales de cada verso, en un orden que estableció Arnaut Daniel, serepiten en las estrofas siguientes y aparecen, dos en cada verso, en el tercetofinal. El poeta, antes de empezar a escribir el texto puede tener una partituracon las palabras elegidas y luego llenar cada uno de los versos. Como puedepercibirse fácilmente, es una hazaña descomunal escribir una sextina quetenga sentido y gracia. Tal vez por eso no tenga mucha fortuna en la poesíacontemporánea, pero sí en los textos de Carlos Germán Belli. De ella hadicho Martín de Riquer que «puede llegar a adquirir un tono obsesionante yfantasioso al presentar ante el lector las mismas palabras bajo aspectos sucesivosy diversos, ondeando y serpenteando a lo largo de 39 versos. En el cultivo dela sextina solo puede salir airoso un gran poeta que sepa imponer su pensamientoa técnica tan rígida y tan artificiosa» (3).

Belli tuvo un primer contacto con la sextina leyendo al poeta españolFernando de Herrera, llamado en su época, el siglo XVI, el divino. Discípuloconfeso de Garcilaso, Herrera, admirador impenitente de la belleza femenina,dedicó todas sus composiciones amorosas a la misma dama; cuando ellafalleció, el vate dejó de escribir. Antes tuvo tiempo de pergeñar cuatro sextinasque han contribuido a cimentar su fama. Otro poeta que cultivó la sextinaen el siglo XVI es Gutierre de Cetina, el magnífico poeta autor del célebrepoema que comienza diciendo «Ojos claros, serenos»; cultivador de la sextina,murió en un duelo en Puebla, México, cuando en una callejuela defendió a

3 La cita la hemos tomado del libro de José Domíguez Caparrós. Diccionario demétrica española. Alianza Editorial. Madrid. 1999 p. 387.

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una dama. De Gutierre de Cetina, Belli ha tomado la doble sextina que hapracticado en más de una ocasión. Pero una vez más, el poeta coloca en unmolde antiguo sentimientos y formas de pensar contemporáneas. Veámosloen la siguiente sextina:

Sextina de Kid y Lulú

Kid el Liliputiense ya no sobrascomerá por primera vez en siglos,cuando aplaque su cavernario hambrecon el condimentado dorso en guisode su Lulú la Belle hasta la muerte,que idolatrara aún antes de la vida.

Las presas más rollizas de la vida,que satisfechos otros como sobrasal desgaire dejaban tras la muerte,Kid por ser en ayunas desde siglosni un trozo dejará de Lulú en guiso,como aplacando a fondo el viejo hambre.

Más horrible de todos es tal hambre,y así no más infiernos fue su vida,al ver a Lulú ayer sabrosa en guisopara el feliz que nunca comió sobras,sino el mejor manjar de cada siglo,partiendo complacido hacia la muerte.

Pues acudir al antro de la muerte,dolido por la sed de amor y el hambre,como la mayor pena es de los siglos,que tal hambre se aplaca presto en vida,cuando los cielos sirven ya no sobras,mas sí todo el maná de Lulú en guiso.

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TRADICIÓN Y MODERNIDAD EN LA POESÍA DE CARLOS GERMÁN BELLI

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Así el cuerpo y el alma ambos en guiso,de su dama llevárselos a la muerte,premio será por sólo comer sobrasacá en la tierra pálido de hambre,y no muerte tendrá sino gran vida,comiendo por los siglos y los siglos.

El cuerpo de Lulú sin par en siglos,será un manjar de dioses cuyo guisohará recordar la terrestre vida,aun en el seno de la negra muerte,que si en el orbe sólo existe hambre,grato es el sueño de mudar las sobras.

Ya no en la vida para Kid las sobras,ni cautivo del hambre, no, en la muerte,que a Lulú en guiso comerá por siglos.

El poema de Kid y Lulú sigue rigurosamente las reglas inventadas porArnaut Daniel. Dentro de ese molde, semejante a las letanías adormecedorasde la religión católica, de lo que habla el texto es la vuelta a algo muyprimitivo: comer lo que se ama. Este poema que sería y es una delicia parapsicoanalistas habla de la oralidad antropofágica que si bien existió siempreen la especie humana, aparece de manera repetitiva en las noticias de losdiarios. Belli, con un humor sarcástico, se refiere a un presente eterno dondeun hombre «come» a una mujer, que es el objeto de su amor. Destruir lo quese ama, tragarlo, es algo con lo que estamos familiarizados, aunque lorechazamos como un retroceso cultural de la especie humana.

Tal vez el texto que mejor habla del propósito literario de Belli es Asirla forma que se va que leemos a continuación, como justo final de estaexposición:

Hay quienes creen en la Divinidad, únicamente ante el pavor ante laposible nada. Igualmente hay quienes adoran la forma artística ante eltemor de que termine por desintegrarse para siempre. Pero en este caso

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MARCO MARTOS CARRERA

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la angustia no es la única causa, sino que a la vez hay una tácitadevoción sensorial, tan antigua como los propios objetos estéticos. Esla fe en la forma, no por el riesgo del vacío, sino por el puro placer dedisfrutarla. Igualmente como cuando se adora a la divinidad por símisma, y aun si no existiera. En realidad, ni espuria, ni imputable abarrocos y parnasianos. No hay que avergonzarse de ella. Obrar asíno es otra cosa que renegar de nuestro continente. Porque los cuerposen que moramos también poseen un contorno, también una estructuradonde se encuentran en perfecto orden y concierto los secretos órganosvitales. Aferrándonos a ella, como nos aferramos a nuestra formacorporal, ante el embate del tiempo, ante la aproximación ineludiblede la muerte.

Lo heredado por Belli de la tradición occidental es la forma y enmuchos sentidos él mismo es un adorador de ese misterio. Lo que nos ofrececuando publica sus versos, es contenido nuevo, vino fresco, en odre antiguoy así, poco a poco, se ha ido convirtiendo en un clásico de la lengua españolacontemporánea y por esa razón lo celebramos aquí, como algo de lo mejorque el Perú puede ofrecer al mundo en literatura.

Lima, abril de 2007

BIBLIOGRAFÍA

BELLI, Carlos Germán. Poemas. Lima. Talleres gráficos Villanueva. 1958.

——— Dentro y fuera. Lima. Ediciones de la Rama Florida. 1960.

——— ¡Oh hada Cibernética!. Lima. Ediciones de la Rama Florida.1961.

——— El pie sobre el cuello. Lima. Ediciones de la Rama Florida.1964.

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TRADICIÓN Y MODERNIDAD EN LA POESÍA DE CARLOS GERMÁN BELLI

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——— Por el monte abajo. Lima. Ediciones de la Rama Florida.1966.

——— El pie sobre el cuello. Montevideo. Editorial Alfa. 1967.(Reúne todos los libros anteriores).

——— Bodas de la pluma y la letra. Madrid. Ediciones Cultura

——— Antología personal. Lima, Concytec. 1988.

——— ¡Salve spes! Lima. Pontificia Universidad Católica del Perú.2000.

——— En las hospitalarias estrofas. Madrid, Péñola Blanca. 2001.

——— Versos reunidos (1970-1982). Lima. Instituto Nacional deCultura. 2005.

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MARCO MARTOS CARRERA

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LA PALABRA GENITAL DE TRILCE XIII, DE CÉSARVALLEJO

LE MOT GÉNITAL DE TRILCE XIII, DE CÉSAR VALLEJO

Alan E. SmithBoston University

Resumen:Trilce XIII manifiesta un lenguaje erótico que invoca a la vez el cuerpo físicoy el alcance simbólico del mismo. En la tradición erótica de la poesía místicay el renacimiento neoplatónico y pitagórico, Vallejo convierte su voz nuevaen tema de su propio decir.

Résumé:Trilce XIII montre un langage érotique invoquant en même temps le corpsphysique ainsi que sa portée symbolique. Dans la tradition érotique de lapoésie mystique et la renaissance néo-platonique et pythagorique, Vallejotransforme sa nouvelle voix en sujet de sa propre parole.

Palabras clave:Vallejo; Cuerpo sexual; Poética; Misticismo; Metapoesía; Neoplatonismo,Pitágoras.

Mots clef:Vallejo, Corps sexuel, Poétique, Mysticisme, Méta-poésie, Néoplatonisme,Pythagore.

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XIIIPienso en tu sexo.Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,ante el ijar maduro del día.Palpo el botón de dicha, está en sazón.Y muere un sentimiento antiguodegenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolíficoy armonioso que el vientre de la Sombra,aunque la Muerte concibe y parede Dios mismo.Oh Conciencia,pienso, sí, en el bruto libreque goza donde quiere, donde puede.

Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.Oh estruendo mudo.

¡Odumodneurtse!

Tal como el poema IX, es éste uno de los poemas en Trilce, el libro mássexual de Vallejo,1 en que el órgano sexual femenino se describe de maneramás explícita. El primer verso es sólo oscuro por el eufemismo. El segundorepite la declaración, una vez, eso sí, «[s]implificado el corazón», procesoque bien podría referirse a la falta de enturbamiento emocional, y también ala profunda y alegre calma del proceso de escritura, no sólo realizado

1 Américo Ferrari nota: «El tema erótico y la presencia de la mujer alcanzan enTrilce el punto culminante. No reaparecerá, más remansado, sino en dos o trespoemas de los escritos en los años de París» (161). Julio Vélez señala que el sexo«aparece con una indudable carga erótica, de manera especial en Trilce» (859).Tace Hedrick coincide: «In Trilce, even if the reference is many times oblique, thepoetic preoccupation with the sexual act is such that it becomes definitive in thecollection» (60). Aunque, como se verá, no puedo estar más en desacuerdo consus siguientes palabras: «The act is no longer symbolic, nor is it allegorical; it nolonger resonates with notions of ‘higher’ feelings, transcendent emotions» (60).

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evidentemente en la factura del poema, sino tema del mismo. En seguida elsexo femenino cobra un alcance simbólico trascendente: «ante el ijar madurodel día» convierte una parte del cuerpo humano en una parte del paisajecósmico. Del latín vulgar, ilieta, que significa bajo vientre, la ijada nosolamente sugiere el órgano sexual, en un inmediato desplazamientometonímico, sino también el verbo ijadear, más comúnmente usado en suforma derivativa, jadear; «respirar anhelosamente por efecto de algún trabajoo ejercicio impetuoso» (DRAE, 1197).

El siguiente verso, en este contexto, parece bastante claro: «Palpo elbotón de dicha, está en sazón.» Palpa el clítoris. Botón de dicha, lugar delplacer, sí, pero también de la palabra, si tomamos en cuenta que el vocablodicha viene de dicta, como nos recuerda Corominas: «suerte feliz,primitivamente significó ‘destino, sino’ en general. Del lat. dicta, ‘cosasdichas’, al cual en el lenguaje vulgar se transmitió el sentido de fatum,‘hado’, propiamente participio de fari, ‘decir, hablar’ pero empleado con elsentido de suerte, destino’, por la creencia pagana de que la suerte individualse debía a unas palabras que pronunciaban los dioses o las Parcas al nacer elniño» (213). A la objeción razonable e inmediata, de si Vallejo pudieraconocer esta y otras etimologías, no hay respuesta categórica. Que pudieraconocerlas siempre puede ser. Pero un poeta genial, creo, puede adivinaretimologías, o, para decirlo de otra manera, el trabajo del inconsciente de ungran artista tiene una capacidad portentosa de asociación, a partir de muydiversas informaciones, y confío en que no sea del todo ocioso señalar talesecos en lo más profundo de nuestra lengua, tratándose de un poeta como elque nos ocupa. Por otra parte, la palabra «dicha» aparece en otro poema conreferencia explícita a la enunciación lingüística e implícita a la vulva:

XLV

[.....]Salgamos siempre. Saboreemosla canción estupenda, la canción dichapor los labios inferiores del deseo.Oh prodigiosa doncellez. [.....]

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Volviendo a Trilce XIII, leemos: «Y muere un sentimiento antiguo /degenerado en seso». Es decir, el corazón está ahora, efectivamente,simplificado, el sentimiento antiguo, simple acto mental, ha muerto. Léasecomo se quiera, lo importante es percibir que ha ocurrido un cambio quedeja atrás la limitada actividad cerebral o racional. En el poema mismoocurre aquí también un cambio: el trance casi traumático de una estrofa, oparte de ella, a otra, el salto sobre el espacio imperturbable.

La segunda estrofa, empieza, pues, con una repetición y unaañadidura: «Pienso en tu sexo, surco más prolífico». La vulva es aquí doscosas más; surco, es decir, tierra, y prolífica, engendradora, que es el significadode genital. De esa manera las dicta del botón de dicha antes palpado, cobransentido como precisamente productos del surco prolífico. Por otra parte, elsurco, que implica arar y cultivo, es compañero del ijar del día: ambaslocuciones acrecientan hasta alcanzar el tamaño de paisaje, es decir de latierra misma, el alcance semántico de este sexo femenino.

«Y armonioso que el vientre de la Sombra.» Añade también dosnuevos atributos: música y muerte (implicada en la sombra, escrita conmayúscula). El vientre de la Sombra es el otro surco en la tierra amante, queel hombre hubiera penetrado una vez con su semilla, pero esta vez con sucuerpo en su muerte. La tumba es boca que come la carne, literalmente,sarcófago.2

Aquí Vallejo se halla ante un oxímoron de enorme fuerza simbólica:el surco es donde se engendra la vida, pero también espacio de la muerte, ydice: «aunque la Muerte concibe y pare de Dios mismo». ¿Qué tumba es

2 Vélez señala que en Los heraldos negros y Trilce «hay una evidente relación entreEros, Thánatos y Cronos. El sexo, la muerte y el tiempo se fusionan en la tumba.Esta simbiosis, de pulsión primitiva, se encuentra en Vallejo desde su primerlibro. Escribe en «Desnudo en barro» que «!La tumba es todavía / un sexo demujer que atrae al hombre!» (861). Estas relaciones, manifestadas desde laantigüedad, y estudiadas por Jung en Símbolos de transformación, fueron notadaspor Carlos Fuentes en la obra de Octavio Paz, [en Casa con dos puertas, México,J. Mortiz, 1970, págs. 175-76] en que «rastrea la relación analógica [...] entre elsexo y la muerte: vagina=útero=tumba [...] (Aronne 36).

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también vientre, sino la de Jesús? Allí va muerto para nacer eternamentevivo, historia importante siempre para Vallejo.3

«Oh Conciencia.Pienso sí, en el bruto libre,que goza donde quiere, donde puede.»

No ha sido tan fácil después de todo, acallar su conciencia (sabemos,por ejemplo, que en estas fechas o poco antes, Vallejo se ha negado a contraermatrimonio con su joven amante, Otilia, que ha quedado embarazada)(Ferrari 264 nota 7). Piensa en el placer animal, sin consecuencia alguna ensu conciencia.

«Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.» De nuevo se acrecientahasta el tamaño de paisaje el órgano sexual femenino, con el flujo , «escándalode miel», que el placer le ha provocado. El anochecer dorado , mielderramada, es la analogía cósmica de ese sexo conmovido. Escándalo,etimológicamente «trampa, u obstáculo para hacer caer» (Corominas, 241),concepto relacionado con la oquedada y el agujero, también implica la voz oincluso el grito público. De hecho, este surco prolífico y armonioso es origende la voz pública, y en ese sentido lugar de la poesía, palabra grande, vertidaen el placer.

El poema termina con otro oxímoron y una ruidosa ausencia deidioma: «Oh estruendomudo / ¡Odumodneurtse!»

Hemos visto antes el oxímoron en este poema, precisamente en laotra gran crisis del mismo: vientre, lugar prolífico y sembrado, pero tambiéntumba, contradicción encarnada en Jesús. Ahora, ¿qué palabra puede ser

3 Enrique Torner propone que «el campo semántico abarcado por el cuerpo reflejala evolución del sentimiento religioso en Vallejo, que empieza con la presentaciónde una cristología personal en Los heraldos negros, fruto de un interés personal porreplantearse su educación católica y de su lucha interna con Dios, y que culminaráen Trilce para pasar finalmente a un materialismo marxista en los Poemas humanos(170), propuesta con la que coincidimos, con la excepción de la caracterizaciónquizás demasiado unitaria que hace de los poemas de París.

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estruendo y a la vez muda, para dar lugar en su inversión palindrómica albalbuceo?

Oxímoron es «que muero porque no muero» de San Juan de la Cruz(«Coplas del alma que pena por ver a Dios, 390)4. En el «Romance sobre elevangelio, ‘In principio erat Verbum’, acerca de la Santísima Trinidad,» delmismo, leemos: «palabras de gran regalo / el Padre al Hijo decía, de tanprofundo deleite, que nadie las entendía» [...] (394). Por otra parte, esteestruendo mudo es eco de la «música callada» de las «Canciones entre elalma y el esposo» (403) (vv. 68-69). Y el esposo dice: «fuiste reparada, dondetu madre fuera violada» (v. 140 p. 405); con lo cual un coito repara el dañocausado por otro. Y en las «Coplas del mismo, hechas sobre un éxtasis deharto contemplación,» leemos en la segunda copla: «[...] era cosa tan secreta,que me quedé balbuciendo, toda sciencia trascendiendo» (411).

Efectivamente, la palabra mística, expresada en imágenes sumamenteeróticas, no puede llegar a Dios, sino en lo que la lengua humana no puededecir, en el balbuceo, expresión del que en paradojas y contradicciones, llegaal verbo como Santo Tomás a Jesús, palpando su dichosa herida, y en estepoema de Vallejo, palpando con su lengua el botón de las palabras dichasentre el estruendo mudo de la miel. Que el poema termine con lacaracterización del cunnilingus culmina la secuencia semántica del mismo.Dos hechos apoyan esta interpretación: El poema es sobre un sexo femeninomuy cerca del hablante, pues lo palpa, y la mención de la miel invoca con sudulzura el sentido gustativo, que reside en la lengua. Así, la cienciatranscendida en el balbuceo final es el sonido precisamente que la boca de lapersona poética gime con esas emes y enes del que está degustando algodelicioso, que le embarga las palabras.

Antes de concluir deberíamos considerar una tercera paradoja, si esel sexo femenino el que exuda la miel escandalosa, si es el surco armonioso,¿qué es precisamente su relación con la lengua implícita del poeta? El sexofemenino, vimos, implica el universo, y ese universo se conmueve con la

4 Y por supuesto, la conocida glosa de su amiga Santa Teresa de Ávila.

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lengua del poeta. Pero al ser surco, ¿de dónde las semillas que han de hacerleprolífico? Las analogías entre lengua y pene son muy antiguas. Ciertamente,Freud las ha notado en el trabajo del sueño (442). Pero escuchemos a LeónHebreo en su delicioso Diálogo de amor, escrito hacia 1460 y traducido ypublicado por el peruano el Inca Garcilaso de la Vega en 1590,5 y re-editadoen la serie, Orígenes de la Novela (Madrid., Bailly-Ballière, 1905-1915 dirigidapor Menéndez Pelayo

Filón dice a Sofía: «El corazón y el cerebro son en el cuerpo como losojos en la cabeza; el hígado y el bazo, como los dos oídos; los riñones ytestículos, como las dos ventanas de la nariz; la verga es proporcionada a lalengua en la manera de la postura y en la figura y en el extenderse y recogersey en estar puesta en medio de todos y en la obra; que así como moviéndosela verga engendra generación corporal, la lengua la engendra espiritual conla locución disciplinal; y hace hijos espirituales, como la verga corporales, y elbeso es común, a entrambos, iniciativa del uno al otro» (59).

De manera que la lengua del poeta es el logos spermaticus, la palabrafecundadora para el surco prolífico.

El ámbito cósmico, el paisaje, análogo al cuerpo humano, que hemosvisto, es también comentado por Sofía: « [...] y yo he entendido siempre queel hombre es simulacro, no solamente del cielo, mas también de todo eluniverso corpóreo e incorpóreo juntamente» (60). Y responde Filón: «Así esverdad, que el hombre es imagen de todo el universo, y por esto los griegos lellaman microcosmos, que quiere decir mundo pequeño» (60).

Sofía se refiere a continuación a «tanta eficacia de amor entre loscuerpos celestiales,» comentando la sinonimia pitagórica-platónica, entrearmonía y amor universales, la armonía que Vallejo aduce como propio delsurco prolífico. Y Filón: «Pitágora dice que, moviéndose los cuerpos celestiales,engendraban excelentes voces correspondientes la una a la otra enconcordancia armoniaca» (66).

5 Traducción del peruano renacentista re-editada en la serie, Orígenes de la Novela(Madrid, Bailly-Ballière, 1905-1915) dirigida por Menéndez Pelayo.

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Finalmente, una última pregunta. En esta visión de analogíaspitagóricas, de eros como, la palabra precisamente que trasciende el seso, laciencia y la inteligibilidad, como boca que produce armoniosamente eseestruendo mudo, ¿No habrá otra relación, incluso más radical, entre el sexofemenino y el poeta, o persona poética masculina? Una posible respuesta lahallamos en el poema IX de Trilce, donde la vulva se invoca de muchasmaneras, empezando con una serie de vs, algunas más significativas por serno normativas en la ortografía española: «Vusco volvvver de golpe el golpe /Sus dos hojas anchas, sus válvula / que se abre en suculenta recepción / demultiplicando a multiplicador, su condición excelente para el placer, / todoavía verdad». El poema termina con estos dos versos que componen unaestrofa: «Y hembra es el alma de la ausente. / Y hembra es el alma mía.»

Bien visto, el palíndromo creado por los dos últimos versos expresan elpalíndromo semántico del poema, en que boca de poeta y sexo femenino seoponen muy cerca e identifican, para decir lo mismo al filo de la dicha.6 Enla tradición erótica de la poesía mística, y la tan antigua tradición de lasanalogías entre la cara, el cuerpo y el cosmos, el estruendo mudo vallejiano esa la vez la más moderna poesía, que rompe las secuencias de la razón paraponer al desnudo y decir las más hondas palpitaciones del inconscienteindividual y colectivo, tomando muy en cuenta la gracia del cuerpo.7

6 Hedrick nota esta relación especular entre el sexo femenino y la boca del poeta enTrilce IX: «The poetic persona laces or braids the hair of these lips with the thirty-two ‘cables’ of his teeth, speaking his poetry literally up against the woman’s sex.The play here is on the formation and issuance of the voice. It is from the lipsthat the voice comes forth; the two lips figured first in the poem are animal,slobbering, female genital lips which themselves do not speak, but which prefigurein their mute physicality the stuttering, material nature of the poetic voice asVallejo obsessively presents it» (61).

7 Estamos en desacuerdo con la conclusión de Hedrick: «Poetry, as Vallejo knows,is not a search for transcendent harmonies. It is an expression of how we are—in the sense of estar rather than ser—in the world. Because of where he sawhimself in the world, Vallejo’s poetic place is one of loss, of destitution» (63).Vallejo está por supuesto en el mundo, cuyos ritmos no se limitan a los del cuerpoy sus palabras, sino que allí, precisamente, se expresan e implican. El lugarpoético de Vallejo no es el de la pérdida y la destitución, sino el del hallazgo y lapertenencia radical. De ahí que no quepa en las definiciones de la vanguardia,que devora.

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BIBLIOGRAFÍA

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COROMIAS, Joan. Breve diccionario etimológico de la lengua castellana.Madrid: Gredos, 1987.

CRUZ, San Juan de la. Vida y Obras. Edición crítica, notas y apéndice deLucinio Ruano. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos,1974.

——— Diccionario de la Lengua Española. Tomo II. Madrid: RealAcademia Española, 1992.

FREUD, Sigmund. The Interpretation of Dreams. Trad. James Strachey.New York: Avon, 1965.

HEBREO, León. Diálogos de amor. Trad. del Inca Gracilaso de la Vega. ObrasCompletas del Inca Gracilaso de la vega. BAE, Vol. 132,a.Madrid: Ediciones Atlas, 1965.

HEDRICK, Tace. «Y hembra es el alma mía: Stumbling Over the FemaleBody in César Vallejo’s Trilce.» The Latin American LiteraryReview 22.43 (January-June 1994): 51-66.

TORNER, Enrique. «La anatomía cristológica en la poesía de César Vallejo.»Texto Crítico Nueva época 3. 4-5 (enero-diciembre 1997):169-77.

VALLEJO, César. Obra poética. Ed. de Américo Ferrari. Madrid, etc.: ALLCAXX, 1996.

VÉLEZ, Julio. «La materia vallejiana: sexo, placer, cópula y familia.» CuadernosHispanoamericanos 456-457 (Junio-julio 1988): 859-70.

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GUILLERMO LOHMANN VILLENA EN PERSPECTIVAHISTÓRICA

Pedro Guibovich PérezPontificia Universidad Católica del Perú

El 14 de julio del 2005, falleció en Lima, su ciudad natal, GuillermoLohmann Villena, sin duda el más prolífico de los historiadores peruanos y elmás importante especialista en la época virreinal –y no colonial, como solíadecir-. Su partida nos sorprendió a todos, porque, para los que lo conocimos,Lohmann era un ejemplo de vitalidad y tesón en el trabajo de investigación,y su figura se había hecho muy habitual en los repositorios documentales ybibliográficos de esta ciudad. No está más entre nosotros, pero queda su obra,y sobre ella trataré en las líneas que siguen.

Después de culminar sus estudios secundarios en el Colegio Alemán,Lohmann ingresó a la Universidad Católica en 1933. Por ese entonces, laUniversidad de San Marcos estaba cerrada por orden del gobierno, de modoque la Universidad Católica se volvió un centro de gran actividad intelectual.Durante aquellos años, gravitaban en el medio académico de la capital dosimportantes figuras de la historiografía nacional: José de la Riva-Agüero yRubén Vargas Ugarte, vinculados ambos también a la casa de estudios de laPlaza Francia. Lohmann siempre profesó una especial admiración por lafigura y obra de Riva-Agüero, de quien se consideraba discípulo. Algunavez, escribió que en las conversaciones con Riva-Agüero había aprendido

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«mucho de aquel pasado peruano que no consta en los documentos y quesolo su memoria prodigiosa había rescatado de recuerdos familiares y de latradición oral suscitada por su inagotable curiosidad». 1

Lohmann admiró de la obra de Riva-Agüero su poder evocador, sucontribución a la formación de la conciencia nacional y su revaloración delperiodo colonial. Pero, sobre todo, admiró su carácter erudito, en particular lamanera de tratar las fuentes históricas. En su obra, Riva-Agüero se revelócomo un auténtico innovador dentro de los estudios históricos en el Perú deinicios del siglo XX, ya que fue el primero en llamar la atención sobre lanecesidad de evaluar las fuentes documentales manuscritas e impresas apartir del establecimiento de su crédito informativo, para luego discriminarsu uso, tareas que «a ninguno de nuestros historiadores se le había ocurrido»,escribió Lohmann.2

Riva-Agüero nunca llegó a sistematizar lo que pensaba acerca de lametodología para escribir Historia, como sí Rubén Vargas Ugarte, catedráticode Historia del Perú en la Universidad Católica y, por tanto, profesor deLohmann. Tanto Riva-Agüero como Vargas Ugarte coincidían en laimportancia del estudio de las fuentes como punto de partida para lacomposición de la Historia. Vargas Ugarte sostuvo en su Historia del Perú(curso universitario), obra publicada por primera vez en 1939, que, «paraadentrarse en las reconditeces del ayer y dar de él una imagen en lo posibleidéntica a la realidad», era preciso hacer una investigación prolija de lasfuentes, de los documentos, operación preliminar e indispensable sin la cualno podía levantarse nada sólido.3 Al reseñar la obra de su maestro, Lohmannescribió que las recomendaciones metodológicas de Vargas Ugarte eran deespecial importancia en el medio historiográfico peruano, «porquedesgraciadamente todavía en nuestro país, existe muy difundido el criterioanticuado y nefasto de los antiguos sistemas para escribir la reconstrucción

1 «Riva-Agüero desde el umbral», Estudios de Historia peruana. La conquista y elvirreynato. Lima: Instituto Riva-Agüero, 1968, p. xvi.

2 Ibídem, p. XVIII.3 Vargas Ugarte, Manual de estudios peruanistas. Lima: Studium, 1951, p. 10.

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del pasado». En tal sentido, censuró que no se practicase «la fiel transcripciónde los textos», como tampoco la valoración de los mismos, o que se dejasen de«cumplir con negligencia los postulados que prescribe la metodología modernapara la cabal realización de las obras sobre Historia».4 Se trataba, pues, de unareacción contra la manera de escribir Historia que por entonces imperaba enel medio académico peruano.

Esta ruptura con el pasado se hace aún más visible en los escritostempranos de Lohmann. Así, en las reseñas que escribió acerca del DiccionarioHistórico-Biográfico de Mendiburu reeditado por Evaristo San Cristóbal,Lohmann – aún un estudiante de la Facultad de Letras de la UniversidadCatólica- corrigió numerosas referencias, complementó la bibliografía eidentificó diversas fuentes documentales. Criticó a San Cristóbal la vaguedade imprecisión de sus anotaciones.5 Lejos de limitarse a los personajes de lacolonia, Lohmann llamó la atención acerca de la importancia de consultarlas fuentes hemerográficas para reconstruir la historia del siglo XIX. «Enespecial –recomendó a San Cristóbal- debería orientar sus búsquedas en losperiódicos y revistas del pasado siglo, en cuyas columnas colaboró lo másselecto de la falange de eruditos historiógrafos, que tuvo el Perú de esosaños».6

La compulsa de las fuentes y la crítica de las mismas es una constanteen la obra de Lohmann. Una y otra vez vuelve sobre la necesidad de haceruna valoración de las fuentes manuscritas e impresas. Auténtico abanderadode la causa de la heurística, no tuvo reparos en poner en tela de juicio la obra

4 Reseña a Rubén Vargas Ugarte, Historia del Perú (curso universitario), Lima, 1939,Revista de la Universidad Católica, VII/8-9, noviembre-diciembre de 1939, p.536.

5 Reseñas a Manuel de Mendiburu, Diccionario Histórico-Biográfico del Perú. T. V. 2a.ed., Lima: Librería e Imprenta Gil, 1932, Revista de la Universidad Católica, 1/5,julio de 1933, pp. 467-469; y Diccionario Histórico-Biográfico del Perú. T. VIII. 2da.ed., Lima: Librería e Imprenta Gil, 1934, Revista de la Universidad Católica, II/9,junio de 1934, pp. 123-125.

6 Reseña a Manuel de Mendiburu, Diccionario Histórico-Biográfico del Perú. T. IX. 2a.ed., Lima: Librería e Imprenta Gil, 1934, Revista de la Universidad Católica, II/11,noviembre de 1934, p. 302.

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de algunos historiadores consagrados, como fue el caso de Raúl PorrasBarrenechea, a quien calificó de «historiador romántico». Lohmann nocuestionaba los aportes de Porras, pero sí su manera de escribir Historia. Demodo similar que los historiadores del siglo XIX, Porras hacía demasiadasconcesiones a la literatura, su prosa es y seguirá siendo cautivadora, pero endetrimento del rigor histórico. Además, con frecuencia, como lo advirtióLohmann, no era muy cuidadoso en registrar las fuentes bibliográficas ydocumentales consultadas para la elaboración de sus textos.7

La necesidad de escribir Historia sustentada en los firmes cimientosde la erudición, es decir, de la crítica heurística, llevó a Lohmann a publicarvaliosos estudios sobre algunas de las más importantes fuentes sobre el periodocolonial. Sería largo comentar sus aportes en este tema. Pero ahora quiero tansolo mencionar uno: su estudio monográfico sobre las relaciones (o memorias)de virreyes.8 Esas eran los informes acerca de su actuación como gobernantesescritos al final de su mandato. Desde que Manuel Atanasio Fuentes iniciarasu publicación a mediados del siglo XIX, las relaciones se convirtieron en laprincipal fuente para reconstruir la labor de los máximos representantes de lacorona. Habían sido muchos los historiadores que las habían empleado en sustrabajos históricos: Sebastián Lorente, Carlos Huyese, Mariano Felipe PazSoldán, Manuel de Mendiburu, José de la Riva-Agüero y Rubén VargasUgarte, entre otros, pero ninguno había evaluado su información. El estudiode Lohmann es un modelo de crítica heurística.

La obra de Lohmann es sólida, rigurosa y erudita, innovadora entemas y metodologías. Es también enorme: 29 libros y opúsculos, 15 edicionesde textos, 320 artículos y centenar y medio de reseñas de libros.9 ¿Cómo pudo

7 «Raúl Porras Barrenechea, historiador romántico», en Homenaje a Raúl PorrasBarrenechea. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1984, p. 148.

8 «Las relaciones de los virreyes del Perú», Anuario de Estudios Americanos, XVI,1959, pp. 315-537.

9 Al respecto, véase Guillermo Lohmann Villena. Miembro honorario del claustro. Discursosy bibliografía. Lima: Universidad del Pacífico, 2004. Contiene una detallada relaciónde los libros, artículos y reseñas publicados por Lohmann entre los años 1935 y2004.

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PEDRO GUIBOVICH PÉREZ

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escribir tanto? La respuesta es doble: de un lado, disciplina de trabajo, y, deotro, «avidez de conocimiento». Por años, a Lohmann no solo lo vimos en labiblioteca del Instituto Riva-Agüero, sino también en la Biblioteca Nacionaly en el Archivo General de la Nación. En este último, era el primero de losinvestigadores en llegar –muy temprano- y no gustaba que lo interrumpiesenmientras leía. Junto con la disciplina por el trabajo archivístico, Lohmannconfesó tener una avidez por el conocimiento, conducta que él mismo definióalguna vez como de «casi enfermiza». Y, en 1991, declaró para un diariosevillano que «la investigación histórica es un vicio que empeora con losaños». Este saludable vicio por el conocimiento lo llevó a escribir sobre elteatro, las artes plásticas y la literatura; virreyes, oidores, regidores, juristas,obispos y escritores; instituciones administrativas y económicas; y la difusiónde ideas políticas y religiosas durante el periodo colonial.

La obra de Lohmann se sustenta en un laborioso trabajo de acopio einterpretación de datos procedentes de fuentes manuscritas e impresas. Susfichas y anotaciones en papeles –muchas veces de pequeño formato, pocasveces grandes- fueron los ladrillos de la misma. Laboriosamente reunidos,esos ladrillos sirvieron para la construcción de su producción historiográfica y,al mismo tiempo, para la renovación de los estudios sobre el Perú de los siglosXVI, XVII y XVIII. Nuestra deuda y gratitud con el colega y amigo ausentees grande.

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GUILLERMO LOHMANN VILLENA EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

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Manuel González Prada nació en Lima en 1844, ciudad en la quetambién murió en 1918. Su obra es renovadora de nuestra literatura tantoen verso como en prosa. González Prada fue un excelente poeta y elverdadero puente que unió lo antiguo y lo moderno. Como poeta es unautor capital de nuestras letras porque puede considerárselo como elverdadero iniciador del modernismo latinoamericano, pero, por desgracia,su obra poética fue de tardía publicación en forma de libros, y muchos deellos, además, en forma póstuma. Sus poemas, entre 1870 y 1900, solo vieronla luz escasamente en publicaciones periódicas de circulación local siexceptuamos el de las antologías de circulación continental. De todas formaspuede verse su evolución desde sus Baladas (al que pertenece Baladasperuanas) que constituyen un intento de adaptar al castellano, mediante eluso de temas vernáculos y europeos, las Balladen alemanas, poesía quedivulgó en magníficas traducciones y que tanta importancia tuvo en suformación literaria. El tono decididamente romántico de Minúsculas (1901),poemas de alquitarada forma, y los ensayos métricos y temáticos de Exóticas(1911) nos liberan definitivamente de la petrificada versificación españolatradicional. González Prada, además, adaptó diversas formas estróficas yafueran francesas, italianas, inglesas y alemanas, con la solvencia que le

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Ricardo Silva-Santisteban UbillúsAcademia Peruana de la Lengua

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daban sus amplios conocimientos de estas lenguas. Sus estudios métricosescritos para su uso personal pueden leerse en su interesante Ortometría(1977). Otra faceta de González Prada como poeta es la del satírico en librostodos ellos de publicación póstuma, con excepción de Presbiterianas (1909)que apareció en forma anónima. En el libro que escribía al momento de sumuerte, Trozos de vida (1933), intenta la expresión de una poesía metafísicade un ateo que se sabe cercano al retorno a la madre naturaleza. Mejor poetacuando descubre su subjetividad, quizá le falté trascendencia en sus grandescuadros descriptivos cuando la forma no llena el vacío de la necesidad interiordel poema.

González Prada, sin embargo, más que como poeta es conocido porsus magistrales ensayos de verbo encendido, preciso y rotundo de sus doslibros en prosa fundamentales: Pájinas libres (1894) y Horas de lucha (1908),a los que deben agregarse varios libros póstumos en los que se recoge su laborperiodística y trabajos de índole varia: Bajo el oprobio (1933), Anarquía (1936),Nuevas páginas libres (1937), Figuras y figurones (1938), Propaganda y ataque(1938), Prosa menuda (1941) y El tonel de Diógenes (1945). Al hablarse delGonzález Prada ensayista es imposible separar al hombre. Proveniente deuna familia aristocrática y religiosa, González Prada se caracteriza por unimplacable enjuiciamiento a la oligarquía peruana y una extrema posiciónanticlerical. Sustentado en ideas positivistas, propenderá hacia la instauraciónde un pensamiento científico que lo lleva a la comprensión de que los humanossolo poseen el breve lapso de su paso sobre la tierra. Es necesario, pues, lograrla justicia social aquí y ahora: «No pedimos la existencia; pero con el hechode vivir, aceptamos la vida. Asceptémosla, pues, sin monopolizarla ni quererlaeternizar en nuestro beneficio exclusivo: nosotros reímos i nos amamos sobrela tumba de nuestros padres; nuestros hijos reirán i se amarán sobre la nuestra»,afirma bellamente en uno de sus ensayos mejores: «La muerte y la vida».

Las ideas políticas de González Prada hunden sus raíces en elpensamiento anarquista que, bien visto, es el modelo más puro e ideal al quepuede aspirar un pensador. Pero González Prada no nos habla de una sociedadutópica, por el contrario, con los pies puestos en tierra, enjuicia y recusa todasnuestras instituciones. La ruptura con el pasado servil y corrupto, contra laimprovisación y la cobardía son las banderas que flamean en los períodos de

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su espléndida prosa y que pueden resumirse en su frase lapidaria de que elPerú es «un organismo enfermo, donde se aplica el dedo brota la pus». Estalucha contra todo y contra todos «en una sociedad asentada en el privilegioy en la explotación del desgraciado y del indio», según afirma AntenorOrrego al comentar la obra de González Prada, lo convierten en un verdaderoMaestro moral y espiritual de la nacionalidad pero también en una figurasolitaria que representa, como bien dice José Carlos Mariátegui, «el primerinstante lúcido de la conciencia del Perú».

La obra en prosa de González Prada está constituida por breves ensayosque le permiten tratar temas diversos que ora pueden ser discursos, como eldedicado a pedir la revancha contra Chile («Discurso en el Politeama») o elque anuncia la revolución de los desposeídos («El intelectual y el obrero»),ora pueden ser estudios históricos («La Revolución Francesa») o literarios(«Victor Hugo», «Renan»), ora breves semblanzas de peruanos ejemplares(«Grau», «Vigil»), ora ácidos ataques a personajes e instituciones (toda lasegunda parte de Horas de lucha), como pueden ser también profundasmeditaciones sobre el lenguaje («Notas acerca del idioma») o sobre el destinodel hombre («La muerte i la vida»). Así como González Prada experimentócon el ritmo y con la métrica en sus poemas, en sus ensayos, obra toda ella demadurez, lleva estos experimentos a la práctica en una lección magistral enque obtiene una nueva prosa moderna y eficaz para la expansión de susideas. La prosa de González-Prada le sirve en forma admirable para los usosexpresivos que quiere darle porque, gracias a su concisión, raras veces sedespeña en lo retórico y, por otra parte, su ritmo busca la naturalidad y lamusicalidad de las frases.

El mayor elogio que puede hacerse de la figura única y ejemplar deGonzález Prada es que el hombre y la obra se proyectan y alcanzan el futuro,tanto en lo ideológico (José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de laTorre) como en lo literario (José María Eguren, Abraham Valdelomar y CésarVallejo). Este carácter seminal engrandece más al hombre y a la obra y hacenecesario un estudio (que no existe a la fecha) integral y desapasionado desu contribución a la literatura peruana.

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Por lo que vengo diciendo, puede deducirse que para mí todo libro deo sobre Manuel González Prada es bien recibido porque considero a esteescritor una parte importante de nuestro mejor legado literario.

Una de las características de la producción literaria de ManuelGonzález Prada es que tenía, como meta de sus aspiraciones, la perfecciónformal, y ésta aparece con todo su esplendor en los cuatro libros que publicóen vida con su nombre Pájinas libres y Horas de lucha, en prosa, y Minúsculasy Exóticas, en verso. Pero, como gran parte de sus coetáneos, muchos de losescritos en prosa de González Prada se escribieron para aparecer tan solo enefímeras publicaciones periódicas, destinados, diríamos, a los sucesos urgentesno a los hechos o temas importantes que tomaron su lugar en sus librosprincipales, Pájinas libres y Horas de lucha. Sin embargo, muchos de estosescritos combativos, satíricos, informativos, etc. merecían conservarse. Por talmotivo, luego de quince años de su muerte, esta abundante labor periodísticacomenzó a ser publicada en forma solvente y cuidadosa en libros editados porsu hijo Alfredo. Todos ellos, sin embargo, aparecieron publicados en elextranjero, en Francia, Argentina y Chile.

Tras la muerte de Alfredo González Prada, Luis Alberto Sáncheztomaría la posta de la antorcha de la difusión de las obras del Maestro. Nadiemejor que él como autor de la biografía más importante de González Prada,de 1930, titulada Don Manuel, y como prologuista de Baladas peruanas, de1935. En 1946, durante una de las breves primaveras democráticas en el Perúdel siglo XX, Sánchez emprendió la publicación de las Obras completas deManuel González Prada, pero éstas solo llegarían al cuarto tomo pues, en1948, Sánchez fue desterrado nuevamente, luego de esos consabidos golpesmilitares que han manchado tantas veces, en forma nefasta, la historia denuestra República.

En la década del 70 se sumaron nuevos aportes. Aparecieron, enprimer lugar, dos libros muy interesantes de Manuel González Prada quehabían permanecido hasta entonces inéditos en manuscrito: Ortometría (1977)y Cantos del otro siglo (1979), cuyas transcripciones deben agradecerse a ladoctora Marlene Polo. Por su parte, Elsa Villanueva de Puccinelli publicó unvolumen titulado Poemas desconocidos recopilado de revistas del siglo XIX,

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que me tocó editar en 1973 en compañía del recordado poeta ArmandoRojas. Ese mismo año Luis Alberto Sánchez publicó un importante volumende Letrillas inéditas.

Finalmente, durante la época en que Luis Alberto Sánchez fueVicepresidente de la República entre 1985 y 1990, se dio tiempo de editar lasesperadas Obras completas de Manuel González Prada en siete tomos en lasEdiciones Copé que auspicia Petróleos del Perú.

En la actualidad, el siglo que quizá menos frecuentan los estudiosos denuestra literatura, es el XIX. Con excepción de Ricardo Palma, las investigacionesescasean. Con toda seguridad, esto se debe, aparte de nuestra consabida desidia,a la carencia de nuevas ediciones de las obras de sus poetas y prosistas. Nisiquiera existen antologías que sirvan, aunque sea parcialmente, de paliativopara acercarse a las obras de los escritores del siglo XIX.

En el Perú tenemos, sin embargo, la suerte que una profesora francesadedique todos sus esfuerzos a estudiar nuestra literatura del siglo XIX: merefiero a Isabelle Tauzin Castellanos. A ella le debemos aportes fundamentalescomo su excelente libro Las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma. Claves deuna coherencia, publicado en 1999 por la Universidad Ricardo Palma. Otrosestudios suyos más antiguos y más recientes amplían esta labor que, por elmomento, se encuentra dispersa en publicaciones periódicas. Entre sucontribuciones bibliográficas destacan: «La narrativa femenina en el Perúantes de la guerra del Pacífico» (1995), «El teatro en Lima entre 1883-1889»(1998), «La vida literaria limeña y el papel de Manuel González Prada entre1885 y 1889» (1998) y «Entre literatura y compromiso: Los amigos de Elena deFernando Casós (1874)» (2001), para solo mencionar algunos importantesestudios que deberán tomar su lugar, seguramente, en lo futuro, en algúnlibro que los recopile y los ordene. Su libro sobre Ricardo Palma le valió sernombrada miembro de número del Instituto Ricardo Palma que auspicia laUniversidad del mismo nombre. Pero, como buena peruanista, Isabelle haincursionado también, apenas el año pasado, en nuestras letras del siglo XX,con un libro ejemplar con título en castellano pero escrito en francés Lecturade ‘Los ríos profundos’ de José María Arguedas. Tengo entendido, sin embargo,que ya se encuentra lista la versión castellana. Ojalá podamos leerlo dentro

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de poco en nuestra lengua porque se trata de un libro lúcido y de unabrillante claridad expositiva.

Nos consta, por otra parte, que Isabelle terminó hace algunos añosuna extensa selección de la obra de Manuel González Prada para lasprestigiosas ediciones de Archivos, que auspicia la UNESCO en París,dedicadas a los grandes clásicos americanos. Isabelle, para la preparación desu edición de Manuel González Prada, ha revisado publicaciones periódicasantiguas, ubicado los textos de las primeras versiones escritas, buscado textosdesconocidos, rastreado artículos firmados con seudónimo y consultado elarchivo sobre Manuel González Prada que conserva nuestra BibliotecaNacional en el fondo donado por Luis Alberto Sánchez. Además, ladedicación de Isabelle a la obra de Manuel González Prada ha ido más alládel simple estudio. Antes de hacerlo ha tenido que fijar los textos de GonzálezPrada rozando, muchas veces, el acto mismo de su creación, y ha alcanzado,de esta forma, la perspectiva más profunda que puede lograr un crítico literarioque realiza tal tipo de trabajo. Nos encontramos en un momento que, comobien afirma Isabelle, debe emprenderse la labor científica en la edición de lostextos del Maestro.

Pero solo una breve parte del vasto trabajo emprendido por IsabelleTauzin sobre Manuel González Prada se ha editado; en primer lugar, losTextos inéditos de Manuel González Prada (2001) que con tanto acierto editóel Fondo Editorial de la Biblioteca Nacional del Perú. Libro por demásinteresante, porque rescata una faceta poco conocida o poco divulgada deManuel González Prada, la del narrador pero al que se añaden tambiéntextos de otra ya conocida: la del satírico que se burla de los políticos peruanos.Es sabido que nuestra zoología política ha sido, y sigue siendo, opulenta enespecímenes del más vario pelaje. En ella, con frecuencia, se hundiríainmisericorde el fino escalpelo de la sátira de Don Manuel. Luego, debemencionarse su edición completa de Baladas por la Pontificia UniversidadCatólica del Perú el 2004, en que, por vez primera, se editó este libro deacuerdo a los designios de su autor.

Pues bien, a todos sus trabajos anteriores sobre Manuel GonzálezPrada y a su esperada edición de sus obras en la Colección Archivos, ahora se

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suma la recopilación de las Actas del Coloquio Internacional que con eltítulo de Manuel González Prada: escritor de dos mundos aparece bajo losauspicios de cuatro editores: la Embajada de Francia, el Instituto Francés deEstudios Andinos, las Presses Universitaires de Bordeaux y la BibliotecaNacional del Perú.

Este es un libro que debe destacarse porque en el Coloquio,desarrollado de manera ejemplar, sobre la obra de Manuel González Pradarealizado en Burdeos en enero del año pasado, se reunieron muchos de losestudiosos más renombrados especialistas en la obra del escritor peruano. Porotra parte, hasta donde se me alcanza, es el primer coloquio internacionalsobre Manuel González Prada que se haya realizado en una Universidadextranjera.

La gran calidad de la prosa y del verso de Manuel González Prada loameritaba pero en este libro no solo se estudia a nuestro autor como literatosino también como un pensador de su tiempo, un ideólogo avanzado ennuestra patria, algunas de sus fuentes y las actitudes culturales de su entorno:es decir, un verdadero prisma en donde su figura se engrandece con el pasode los años. Las Actas del Coloquio, además de las dedicadas a la presentacióny al epílogo se divide en tres partes: El viaje a Francia, El Ideario Pradiano yEl hombre de letras, y en ella puede observarse que la dedicada a la parteideológica duplica a la dedicada al hombre de letras y la dedicada al viaje aFrancia es más o menos un tercio de esta última.

Me ocuparé únicamente de esta última comentando brevementecada una de ellas. Los cuatro trabajos iniciales se encuentran dedicados a supoesía.

El primero de ellos es un trabajo de Karim Benmiloud, joven profesorde la Universidad Michel de Montaigne en Burdeos, que estudia el librosegundo de las Baladas de Manuel González Prada, es decir el libro de poemasmás importante de la literatura peruana del siglo XIX. Esta sección del librose encuentra dedicada a las baladas de tema extranjero. Se caracteriza,como bien dice Karim Benmiloud: «por un notable ensanchamiento delhorizonte poético hacia otros espacios culturales: Francia, España, Italia,

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Grecia, pero también Polonia, Rusia, Japón y los reinos escandinavos o lalegendaria isla de Tule».

Su mayor aporte consiste en tratarse de un estudio original que dacuenta de la forma de composición bifurcadas en esta sección de las Baladasen los dos grandes temas desarrollados por Manuel González Prada: lo trágicoy lo satírico.

El joven profesor sanmarquino Camilo Fernández Cózman, siemprecon su sagaz penetración, estudia la poesía de Manuel González Prada,tomando los extremos, que luego entrelaza, de la teoría y de la praxis.

Gran parte del encanto de la poesía de Manuel González Prada estáaposentada en un profundo conocimiento de las técnicas y recursos deloficio que culminan en la utilización del elemento del ritmo, el único quizásimprescindible en cualquier tipo de poema de cualquier época. Ya se sabeque sin el ritmo el poema simplemente no existe.

Sobre la preciosa, aunque inconclusa, Ortometría de Manuel GonzálezPrada, Camilo Fernández comenta no solo la precisa noción del ritmo quepropugnaba sino que también la contrasta con las de dos de los teóricos delsimbolismo de la época y el estudio del rondel, una de sus formas preferidas.De manera muy didáctica, Camilo Fernández pasa luego al comentario deun rondel y de una espenserina de Minúsculas, libro que lo convertiría en unpoeta inevitable de nuestras letras.

En la siguiente contribución, «Manuel González Prada y Paul Verlaine»,intento desmitificar el encuentro personal de ambos poetas que corre por allíen algunos libros, para centrarme luego en la adaptación de uno de los poemasmás hermosos y musicales de Paul Verlaine: «Coloquio sentimental». En estaadaptación, Manuel González Prada convirtió en parnasiano el sugerente poemasimbolista de Verlaine al adaptarlo a su propia poética.

Américo Ferrari contribuye con una pequeña joya titulada «Humor,mal humor, sátira y poesía burlesca en la obra de Manuel González Prada»que trata sobre su poesía satírica, la mayor parte de ella de publicación póstuma.

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Como bien dice Matthew Hodgart «Contemplar el mundo con unamezcla de risa no es lo más noble ni lo que produce mayor número de obrasde arte excelsas». Es verdad, pero la sátira tiene su lugar bien ganado en lasdistintas tradiciones del mundo y grandes poetas la han ejercido: Arquíloco,Semónides, Catulo, Horacio, Villon, Quevedo, etc. El gran tema de la sátiraes la burla y el escarnio de la pequeñez, la ridiculez de ese pequeño e infladoser llamado hombre.

Aunque según Américo Ferrari la sátira de González Prada seencuentra teñida de mal humor, debo decir en defensa de Don Manuel quea mí, que me disgusta el género, encuentro muchos de sus poemas satíricosfrancamente graciosos y, sobre todo, muy ingeniosos.

La joven profesora Cecilia Moreano de la Pontificia UniversidadCatólica del Perú estudia en el siguiente trabajo la influencia de RicardoPalma y Manuel González Prada en la escritora Clorinda Matto de Turner.

En primer lugar trata su acercamiento a Palma como seguidora delgran tradicionista con sus propias Tradiciones cuzqueñas para pasar luego a lade Don Manuel que la conduce hacia el género mayor de la novela y que secoronaría con la escritura de Aves sin nido, Índole y Herencia.

En este estudio se ofrecen en forma minuciosa los acercamientos deClorinda Matto de Turner a ambos escritores mediante citas informativas delos periódicos y revistas de la época que enriquecen más el trabajo por su granapoyo documental.

El trabajo «La estatua de blancura marmórea: Manuel González Praday el cuento modernista», es un interesante estudio del joven profesor de laPontificia Universidad Católica del Perú Ricardo Sumalavia de uno de losaspectos menos estudiados de Don Manuel: la del narrador.

Ya sabemos que esta faceta suya la ejerció en forma muy discreta ysolo esporádicamente. Por lo demás, su aparición tardía en una colecciónmiscelánea como lo es el libro El tonel de Diógenes, publicado por Luis AlbertoSánchez en 1945, apenas se apuntaba con tres relatos. Hubo que esperar la

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edición de Isabelle Tauzin de los Textos inéditos de Manuel González Prada del2001 para contar con nuevos relatos de Don Manuel.

Ricardo Sumalavia establece, en primer lugar, las características delcuento modernista hispanoamericano de acuerdo a los estudios de IvánSchulman y José Miguel Oviedo y luego escoge para comentar tres ejemplosde los cuentos de Manuel González Prada de las colecciones citadas paraestudiar el acercamiento compositivo de estos cuentos con la poética delcuento modernista hispanoamericano.

El estudio de Isabelle Tauzin «Crítica genética de ‘Notas acerca delidioma’ y un apéndice sobre ‘Nuestros ventrales’», cierra el conjunto dedicadoa la obra literaria de Manuel González Prada.

Sabemos cuánto ha progresado la teoría y la labor filológica durante elsiglo XX con ediciones lo más fieles posibles a los designios de los grandes creadoresde todos los tiempos. Nuevos principios basados sobre todo en la fidelidad de lasobras y nuevos recursos técnicos y científicos para el establecimiento de los textosy las fuentes originales han cambiado muchas veces radicalmente la presentaciónde los textos clásicos y de la literatura moderna.

En el caso de Manuel González Prada la tarea se agiganta por lacontinua evolución de sus textos a través de impresiones, correcciones,adiciones, cambios, nuevas versiones, etc.

Toda la inmensa labor desarrollada por Isabelle Tauzin para su ediciónen la Colección Archivos a lo largo de muchos años, aparece mostrada enesta colaboración al Coloquio con dos breves ejemplos de un texto de Pajinaslibres y otro de Horas de lucha.

En realidad es un aperitivo que anuncia el gran banquete queconstituirá su futura edición de las obras de Manuel González Prada.

La figura de Manuel González Prada, en una sociedad como laperuana, generalmente frívola y superficial, es aceptada a veces aregañadientes porque ni a los hombres, ni a las instituciones, ni a los gremios

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les gusta que les señalen sus defectos. Por otra parte, su pensamiento radicalgoza de la poca simpatía de intelectuales conservadores que han dezplazadosu importancia en manuales y antologías. Don Manuel siempre me ha parecidouna figura extraña y casi extranjera entre sus coétaneos. No estamosacostumbrados en el Perú a la figura de un tribuno que señale nuestrosdefectos; aquí se prefiere al zalamero que practica la facilidad del halago.Existen, por eso, quienes no le perdonan que hace más de un siglo nosenrostrara nuestros defectos y con esa irremplazable frase lapidaria: «el Perúes un organismo enfermo, donde se aplica el dedo brota la pus» condensóuno de los ejemplos más característicos y persistentes de la nacionalidad: lacorrupción. Esta frase para los que nos ha tocado vivir tan de cerca lasconsecuencias de ella, suena tan fresca y tan actual que podría haber sido eltitular de un periódico reciente. Con ese modo simple que a veces tenemoslos peruanos de ver las cosas, se prefiere echar la culpa al acusador de nuestrospropios defectos y a nuestra incapacidad e imposibilidad de corregirnos. Seprefiere, por eso, al satírico que, aun cuando habla en serio, prefiere enmascararcon la risa o la carcajada su atrevimiento de bufón. Las verdades expresadasen forma directa por lo general le duelen mucho a quien las recibe sobre todosi es peruano. Si muchas veces Manuel González Prada puede ser una figuradiscutible, nunca lo fue por su falta de estudio, de meditación o de genuinahonestidad. El día en que seamos capaces de corregir los defectos que ManuelGonzález Prada señaló sobre nuestras frentes, quizá tengamos posibilidadesde sobrevivir.

La labor desinteresada y académicamente ejemplar de una peruanistanotable como Isabelle Tauzin Castellanos nos lo recuerda con la publicaciónde este nuevo e imprescindible libro dedicado a la figura eminente de ManuelGonzález Prada plena de tan ilustres colaboradores y desde ahora volumenindispensable para el conocimiento y la lectura de este gran clásico peruano.

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LA FECHA DE NACIMIENTO DE MANUEL A. SEGURA

Alberto Varillas MontenegroInstituto Riva Agüero

En la biografía de don Manuel Ascensio Segura (1805-1871) aparecenlargos periodos de los cuales nada se sabe. Se ignora, por ejemplo, qué puedehaber hecho y dónde puede haber vivido durante los primeros casi veinteaños de su vida; no hay información alguna sobre las actividades que desarrollódurante los años de la Confederación Perú-bolivina, salvo que había sidodetenido en febrero de 1836, inmediatamente después de la batalla deSocabaya y el fusilamiento del general Salaverry; nadie ha podido dar razónde los motivos que lo indujeron en 1843 a aceptar un cargo de importanciamenor en la por entonces pequeña ciudad de Piura, y la lista podría seguir. YaSánchez había observado la situación en 1947, 1 pero de entonces hasta lafecha poco se ha aclarado.

Uno de los aspectos más curiosos del desconocimiento de la vida deSegura es el de la fecha de su nacimiento, sobre la cual se manejan hoy tres

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1 Luis Alberto Sánchez, El señor Segura, hombre de teatro, passim. (Lima, EditorialP.T.C.M. 1947). En la segunda edición de esta obra (Lima, Universidad NacionalMayor de San Marcos, 1976), Sánchez no proporciona información nueva alrespecto.

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fechas distintas: la primera, proporcionada por Ismael Portal en 1913; lasegunda, declarada por Sánchez en 1948 y la tercera presentada por ManuelZanutelli en el 2006. Conviene analizarlas con detenimiento.

Ismael Portal. En 1913, el periodista Ismael Portal entrevistó a doñaJosefina Segura Viana de Carvajal, hija única del comediógrafo. Comoresultado, Portal publicó en el diario La Prensa 2 un simpático reportaje en elque menciona, como fecha de nacimiento del escritor, la que su hija le habíaproporcionado: el 23 de julio de 1805. esta fecha pasó desapercibida durantemás de treinta años puesto que nadie se preocupó en verificarla.

Luis Alberto Sánchez. En 1929, Luis Alberto Sánchez había decididoredactar la biografía del ilustre comediógrafo, y para ello recibió «… laconstante ayuda del doctor Gonzalo Carvajal y Segura, quien, a su turno, contócon la inapreciable cooperación de su hijo, Gonzalo Carvajal y Abril, fallecidoprematuramente en el mes de octubre de 1947». 3 Es decir, Sánchez contaba conel testimonio del nieto único y el apoyo de un bisnieto de Segura quienes lemostraron el material original que obraba su poder. Cuenta Sánchez que,posteriormente, durante los largos años de destierro que sufriera, el doctorCarvajal y Segura solía remitirle a los diferentes lugares donde residía materialadicional sobre su abuelo, tal como apuntes, datos, copias, informes, etc.Siguiendo con cuidado la redacción de Sánchez, puedo colegir que,aparentemente, mucho del material original fue simplemente mostrado aSánchez, que éste tomó cuidadosa nota del contenido de la documentaciónque tenía a la vista pero que esta importante fuente valiosa para el trabajoque estaba empeñado en realizar, quedó en poder del doctor Carvajal ySegura o de su hijo, Gonzalo Carvajal y Abril.4

2 Una gloria nacional. Manuel Ascensio Segura. [En:] La Prensa. Lima, 9 denoviembre de 1913.

3 Nota final. [En:] Luis Alberto Sánchez, El señor Segura hombre de teatro. Segundaedición. Pág. [237] La Nota final citada lleva como fecha 13 de noviembre de 1947:por razones que se desconocen, la Nota final no se publicó en la primera edición dellibro, que aparece concluido en Magdalena del Mar, Lima, en noviembre de 1947,aunque el colofón indica que se terminó de imprimir el 15 de enero de 1948.

4 En ambas ediciones, Sánchez inicia el capítulo II de su biografía con el siguientetexto: «Manuel Ascensio Segura y Cordero, el chafado cadete (o sargento) nació en Lima

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el 23 de junio de 1805, no en calle principal, sino en una de barrio, la de Mestas, inmediataa la de Doña Elvira, a la de Santa Ana y al Cuartel de Artillería de Santa Catalina.» Yen nota de pie de página, aclara: «Datos verbales de doña Josefina Segura y Viana, hijadel poeta.» La redacción induce a dos errores puesto que ni aparece claro si losdatos verbales corresponden a la fecha de nacimiento o a la calle ni si la informaciónverbal la obtuvo directamente o si se trata de la que doña Josefina proporcionó aIsmael Portal.

5 Manuel Ascensio Segura, Obras completas. Edición introducción y notas deAlberto Varillas Montenegro. (Lima, Escuela Profesional de Ciencias de laComunicación de la Universidad de San Martín de Porres, 2006) pág. 3n.

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En posesión de la información documental que le mostraron y de laque le remitieron los señores Carvajal, Sánchez declara que don ManuelAscensio Segura nació en Lima el 23 de junio de 1805. Y de esa maneraaparece la discrepancia temporal: ¿fue en julio, como indicó Portal despuésde conversar con la hija, o en junio, como acepta Sánchez después de haberentrevistado a nieto y bisnieto, quienes aparentemente contaban conabundantes documentos sobre su abuelo y bisabuelo, respectivamente.

En el año 2006, al editar las Obras completas de Segura, quienescribe estas líneas, después de revisar todos los archivos de partidas debautismo asentadas en Lima a principios del siglo xix (que en la actualidad seencuentran perfectamente ordenados en el Archivo Arzobispal), llegó a laconclusión de que Segura no había sido bautizado en la capital y, luego deponderar las dos fechas propuestas hasta entonces, adhirió a la formulada porPortal, tanto por ser treinta años más antigua cuanto por haber sidoproporcionada por la hija, aunque admitiendo que no se conocíadocumentación alguna que la apoyara y que ninguna de ellas era irrebatible.5

Zanutelli. En el 2006, al preparar una biografía de Segura, ManuelZanutelli, buscando documentación que le permitiera subsanar la inexistenciade la partida de bautismo respectiva, ubicó el expediente judicial deinscripción de partida seguido por Segura ante un Juzgado de PrimeraInstancia de Lima. La solicitud que encabeza el expediente, de 22 de setiembrede 1866, tiene el siguiente texto:

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«Que no encontrándose mi partida de bautismo en los libros de laparroquia en que nací, lo que atribuyo a que habiendo sido mi padre militardebió sentarse la indicada partida en el que llevaba con este objeto el capellándel cuerpo en que servía, porque, como es sabido, en aquellos tiempos erancuras castrenses los capellanes del ejército; y no teniendo noticia de laexistencia de este libro, y siéndome por otra parte indispensable hacer constarque tengo sesenta años cumplidos, puesto que nací el 25 de mayo de 1805,me veo en la precisión de ocurrir a VS., a fin de que se digne mandar por laspersonas que en seguida nombro comparezcan ante este juzgado y prestenlas declaraciones que indico.» 6

Lo cierto es que en la actualidad se cuenta con tres propuestasdistintas, distanciadas entre sí por 60 días: la declarada por el escritor (25 demayo), la referida por su hija (23 de julio) y la informada por su nieto (23 dejunio). El único testimonio con que no se cuenta es el de la viuda delcomediógrafo, doña Josefina Viana de Segura, fallecida en marzo de 1905.

¿Cuándo nació Segura? Es fácil –y sería casi lógico- argüir que, antela declaración del propio Segura que señala haber nacido el 25 de mayo de1805, no cabe comentario adicional alguno. Sin embargo, tratándose de trestestimonios orales quizás convenga ponderar el valor de cada uno.

La fecha proporcionada a Portal por doña Josefina, hija única, debeestar relacionada con el recuerdo de la celebración familiar del natalicio supadre y no puede ser desdeñada con ligereza. Por las mismas razones, lafecha indicada por el nieto único a Sánchez tampoco puede ser desdeñada,así difieran.

¿Y la fecha declarada por Segura? Cuando en 1858 un grupo deescritores y periodistas limeños decide acometer la empresa de publicar elTeatro de Segura, con Prólogo encomendado a Ricardo Palma, junto al

6 Manuel Zanutelli Rosas, Periodistas peruanos del siglo xix. Itinerario biográfico.(Lima, Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación de la Universidad deSan Martín de Porres, 2006). Pág. 336

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ALBERTO VARILLAS MONTENEGRO

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título de cada comedia aparece la fecha en que cada una de ellas se habíaestrenado. Es evidente que fue Segura quien entregó a los editores los originalesde las ocho obras que se publicaron y es lógico suponer que también lesproporcionó la información sobre las fechas en que sus obras habían sidoestrenadas. De las fechas que se recogen, una, la de Un juguete, no esdiscutible pues la obra sube a los escenarios limeños un par de semanas antesde que aparecieran los primeros fascículos del Teatro de Segura. Pero aquíviene lo extraño: cinco de las fechas de estreno de las otras siete obras estánequivocadas (y el error se mantiene en la edición de los Artículos, poesíasy comedias de Segura de 1885).

Si en 1858, cuando contaba con 53 años de edad Segura se equivocade una manera tan gruesa al proporcionar la fecha de estreno de cinco desiete obras suyas, a cuyas primeras funciones sería razonable pensar quehabía asistido, ¿qué razón hay para creer que ochos años más tarde, cuandoya contaba con 61 años, no pudo haberse equivocado al asegurar la fecha desu nacimiento, acto en el cual evidentemente participó, pero de cuya fechano podía estar cierto?

Este es otra de los puntos oscuros en la vida de nuestro escritor, yposiblemente nunca se llegue a aclarar.

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Hace poco falleció el gran escritor cubano José Juan Arrom en sucasa de Massachussets, su última residencia desde que se jubiló de laUniversidad de Yale, tras varias decenas de docencia. Fue miembro fundadorde la Academia Norteamericana de la Lengua Española y miembrocorrespondiente de la Academia Cubana de la Lengua. Su partida enluta alas letras hispánicas.

Este destacado crítico literario nació en Holguín, Cuba, de padremallorquí y madre cubana. Por su talento y dedicación al estudio, su familialo envió a la Universidad de Yale, de donde recibió tres títulos universitariosen letras y varios honores. Por las becas que le otorgaron y los trabajosdesempeñados, fue nombrado Conservador de la Colección Latinoamericanade Yale, tarea que cumplió con gran eficiencia, al mismo tiempo que continuósu labor docente y asesoría de los estudiantes de literatura hispánica. En 1962cesaron sus funciones de Conservador para asumir nuevas responsabilidadescomo orientador principal de estudios hispánicos en Yale. Su jubilaciónprematura de la cátedra no disminuyó el ritmo acelerado del humanista yacucioso investigador de las literaturas y folklore latinoamericanos.

JOSÉ JUAN ARROM (1910-2007): IN MEMORIAM

Eugenio Chang-RodríguezAcademia Norteamericana de la Lengua Española

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EUGENIO CHANG-RODRÍGUEZ

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Sus aportes significativos a la cultura hispanoamericana comienza en1941, en la Revista Bimestre Cubana, con el enjundioso artículo «Primerasmanifestaciones dramáticas en Cuba, 1512-1776». Se encuentran ahí las dosvertientes principales de sus inquietudes investigadoras académicas: el teatro,y las crónicas hispanoamericanas coloniales, a las que tanto contribuyó en lassiguientes décadas. Su primer libro, Estudios de literatura hispanoamericana(La Habana, 1950), expande sus temas predilectos, para incluir a la poesíaafrocubana, a cuya apreciación e interpretación ofrece mucha originalidad.A partir de entonces la Revista Cubana, el Handbook of Latin AmericanStudies y la Revista Iberoamericana periódicamente recogieron valiosos artículossuyos. La Sociedad Económica de Amigos del País publicó en La Habana, en1951, la primera edición de El príncipe jardinero y fingido Cloridiano, comediasin fama del capitán don Santiago de Pita, natural de La Habana, cuyo estudiopreliminar, edición y notas pertenecen a José Juan Arrom. Ofrece despuésmeticulosos artículos, como «Criollo: definición y matices de un concepto»,incluido en la revista norteamericana Hispania (No. 34, 1951, pp.172-176),que el autor de esta breve nota necrológica, incluyó en la sección antológicadel texto universitario de gramática castellana deductivo auspiciado por laModern Language of America, Continuing Spanish (NY,1967), usado pordecenas de miles de universitarios norteamericanos y de la PontificiaUniversidad Católica del Perú. Otros trabajos de Arrom aparecieron tantoen Américas como en Thesaurus, Boletín del Instituto Caro y Cuervo, quetambién dio a la estampa en tres ediciones una de las obras maestras delrecordado cubano: Esquema generacional de las letras hispanoamericanas. Otrasrevistas conocidas también recogieron sus aportaciones eruditas: The Journalof Inter-American Studies. Cuadernos Americanos, Revista del Instituto de CulturaPuertorriqueña y el Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.

Asimismo, Arrom escribió acuciosas páginas sobre folklore: «Mitostaínos en las letras de Cuba, Santo Domingo y México», La Virgen del Cobre:historia, leyenda y símbolo sincrético», y «Presencia del negro en la poesíafolklórica americana». Todas ellas son productos de la armónica fusióninterdisciplinaria de la historia, la literatura y el folklore, disciplinas integrantesde la cultura de la nación continental indoamericana. Sobre la integridad yunicidad de la cultura latinoamericana Arrom editó Certidumbre de América,cuya 2ª ed. publicó Gredos en 1971. Otra grandes aportaciones suyas son: 1)

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Martí and the Problems of Generations», Latin American Literary Review(1.1, 1972, pp. 25-38); 2) «Precursores colonials del cuento hispanoamericano:Fray Martín de Murúa y el idilio indianista», El cuento hispanoamericano antela crítica (Madrid: Editorial Castalia, 1973, pp. 24-36); y Fray Ramón Pané.«Relación acerca de las Antigüedades de los Indios» el primer tratado escrito enAmérica. Nueva versión, con estudio preliminar, notas, mapa y apéndices porJosé Juan Arrom (México: Siglo XXI, 1974). En todos ellos apreciamos lainformación erudita, la evaluación novedosa, el gusto y el calor humano.Con la partida final de José Juan Arrom las letras hispánicas se encuentrande duelo.

JOSÉ JUAN ARROM (1910-2007): IN MEMORIAM

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ONOMÁSTICA ANDINA

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YANACONA

Rodolfo Cerrón-PalominoAcademia Peruana de la Lengua

«[...] y despues para acomodar mejor á la lengua unvocablo tan derramado y largo [como Yanayaco cona]sincoparonlo, quitandole de en medio aquella discionyaco, y ansi los tales seruidores que no estan sugetos ávisita sino que tienen a cargo el ministerio de lashaciendas de los señores son llamados Yanacona [...](énfasis provisto)».

Cabello Valboa ([1586] 1951: cap. 19, 347)

0. La voz yanacona, de origen quechua, es entendida en el Perú bajodos acepciones generales, como ya lo señalaba Juan de Arona (1882: 506): laprimera, circunscrita al léxico institucional incaico, referida a la categoríasocioeconómica prehispánica correspondiente al servicio personal perpetuode un grupo de individuos destinados al inca y del estado; la segunda, comotérmino incorporado al castellano peruano, equivalente a aparcero oarrendatario de un latifundio. A lo largo de la historia el vocablo ha idoadquiriendo otros valores, todos ellos derivados de la idea central deservidumbre y vasallaje que comportaba. En tal sentido, si bien la palabra esrelativamente transparente en cuanto a su significado, no ocurre lo propio enrelación con su significante. Conforme se verá, la etimología formal

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convencional que se le da no está exenta de una serie de problemas deanálisis e interpretación. En las secciones siguientes, luego de esbozar losavatares de su significación, intentaremos dilucidar la génesis formal deltérmino en función de una nueva alternativa de explicación.

1. Evolución semántica. Como palabra que refería a un grupo depersonas dedicadas al servicio personal del poder estatal y religioso incaico<yanacona> o <anacona>1 es voz registrada tempranamente en losdocumentos coloniales. Quienes han estudiado la palabra en tanto instituciónsocioeconómica están de acuerdo en señalar que, en términos generales, laprestación de servicios comprendidos dentro del sistema del yanaconazgotenía un carácter perpetuo, hereditario, y a tiempo completo (cf., entre otros,Murra [1964] 1975, Villar Córdova 1966, Rostworowski 1972, 1977: 35-38,Rowe [1948] 1970, Espinoza 1987: cap. 9, 287-293, Pärsinen 2003: cap. IV, §2), con tareas de tipo agrícola, ganadero y artesanal. Los miembros de dichacategoría, además, podían constituir aillus íntegros, tener su propio curaca, y,en ocasiones, gozar de un estatuto económico privilegiado, pero siempre encalidad de «criados» o «vasallos» del inca. En cuanto a su origen, hayevidencias de su existencia previa a los incas, aun cuando las fuentes señalanque fue Tupa Inca Yupanqui, el gran reformador del imperio, quien la instituyó.

Una vez consumada la conquista española, la institución delyanaconaje fue asimilada dentro del nuevo ordenamiento socioeconómico

1 Ambas formas alternan desde muy temprano en las fuentes coloniales; así, porejemplo, en Betanzos ([1551] 2004), donde encontramos <yanaconas> (cf. op. cit,I, XI, 89) al lado de <anaconas> (op. cit., I, XVIII, 123), con pluralizacióncastellana. Fenómenos de aféresis como el ilustrado por la segunda variante nohan sido infrecuentes en la acomodación de los indigenismos dentro del castellano,pues en los documentos encontramos, entre otros casos seguramente, el delantropónimo <Opangui> por <Yopangui>, el del nombre étnico de los<Amparaes> en lugar de <Yamparaes> (Chuquisaca), y el del topónimo<Chuquiapo> en vez de <Chuquiyapu>, el antiguo nombre de La Paz. Laforma que muestra aféresis ha dado lugar, en más de un caso, a una interpretaciónerrática del significado. Es lo que ocurrirá con <anacona> que, según MaflaBilbao (2003: 144), habría adquirido en el Ecuador «un cambio total en su sentidosemántico (sic)», pues tendría el significado de ‘ponerse la saya’. Nada de eso:ocurre que en el quechua ecuatoriano anaku-na es un verbo derivado de anaku‘saya’, que nada tiene que ver con yanakuna.

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YANACONA

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dispuesto por la corona. Es interesante, a este respecto, contrastar lacaracterización que ofrece el cronista Cabello Valboa del significado delvocablo en tiempos incaicos y en la colonia:

[...] y ansi los tales seruidores que no estan sugetos á visita sinoque tienen a cargo el ministerio de las haciendas de sus señoresson llamados Yanacuna, y de este nombre usamos el día de oy losEspañoles, con aquellos que nos sirven en casa sin ser Jornaleros niMytayos (resaltado nuestro; cf. Cabello [1586] 1951: cap. 19, 347-348).

Pues bien, instalado el poder colonial, la institución degeneró enmanos de los nuevos gobernantes, para convertirse en símbolo de servidumbrepersonal y explotación, desde la perspectiva de los grupos dominantes, perotambién de desintegración como grupo social, aunque de eventual ascensoindividual en la sociedad estamental fuertemente cerrada2. De esta manera,el yanacona asumirá una nueva función dentro del sistema colonial, y elvocablo respectivo se resemantizará en los términos señalados, difundiéndosetemprana y rápidamente en boca de conquistadores y encomenderos, pasandoa formar parte del léxico común y corriente del castellano de América. Losestudios de Manuel Alvar (1972: 299-300), Hugo Mejías (1980: 97) y AlonsoMafla Bilbao (op. cit., 144, 396-397), a la par que ilustran su documentación,dan cuenta del uso y extensión del término más allá del ámbito del antiguoterritorio de los incas3.

En el contexto de la emancipación de la corona española y elconsiguiente advenimiento de los nuevos estados republicanos, el yanaconajepersiste como parte de la herencia colonial y como institución esencial en la

2 Alonso de Ercilla, en nota al Canto III de su obra, a propósito de los yanaconas,dice que son «indios mozos amigos que sirven a los españoles, andan en su traje,i algunos mui bien tratados, que se precian mucho de policia en su vestido [...]»,citado por Lenz ([1905] 1977: 777).

3 Justamente, la amplia documentación colonial del vocablo, con precisionesimportantes que permiten comprender su significado, le hace decir a Araníbar(1989: 874) que conocemos más del [yanacona colonial que del prehispánico.

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estructura de la sociedad agraria peruana, esta vez estrechamente vinculadaal régimen de haciendas y latifundios. Así es como, ya en pleno siglo XX, ensu versión moderna, el yanaconaje, como forma de explotación agraria, esobjeto de disposiciones legales protectoras por parte del estado, y la palabra,desprovista o camuflada de su matiz denigrante de servidumbre, pasa asignificar, sobre todo en el castellano de la costa peruana, «arrendatario deuna parcela de terreno»4. En palabras de Juan de Arona:

hoy damos este nombre en las haciendas de la costa á los indiosserranos que se acomodan en ellas de acuerdo con el dueño, paracultivar una parte del terreno bajo ciertas estipulaciones (cf. op.cit., 506).

La segunda mitad del siglo XX constituye, en el Perú, el fin delrégimen de hacienda imperante hasta entonces, y ello se da a raíz del procesode reforma agraria, que se inicia en 1964 para consolidarse en 1969, duranteel velascato. Dentro de la nueva estructura agraria, las grandes haciendas seconvierten en cooperativas y los yanaconas pasan a ser feudatarios (cf. MatosMar, op. cit., cap. 4). Como ocurre en estos casos, el derrumbe del régimenque le servía de soporte y contexto acarreó la obsolescencia inminente delvocablo, tanto que hoy ya no se lo escucha. Como tampoco se oye el empleodel término con el valor metafórico de ‘colono mental’ que era frecuente enla literatura revolucionaria de mediados del siglo pasado.

2. Etimología formal. En relación con la estructura formal delvocablo, hay acuerdo casi unánime, entre los autores contemporáneos, acercade su constitución, que se analizaría como integrada por la raíz yana ‘criado’seguida de la marca plural –kuna (Middendorf 1890, Lenz, op. cit., Mafla, op.cit.). Esta forma, plural en quechua, habría ingresado al castellano en formainanalizada, de suerte que, en la lengua receptora, podía recibir, sin temor aredundancias, el sufijo plural respectivo: de allí que la documentación colonial

4 Véase también Palma ([1895] 1953: 1406). Para un estudio detallado del sistemadel yanaconaje en el Perú, siguiendo su evolución y transformación a través dela historia, ver el ensayo de Matos Mar (1976: cap. 1), en el que ofrece, además,un estudio de caso muy ilustrativo referido al valle de Chancay.

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esté llena de alusiones a los «indios yanaconas». Así, pues, en opinión deTorero, el vocablo

se tornaría, en boca de hispanos y ladinos, en un términoinanalizable con que se nombraría en singular a cualquier nativopuesto al servicio de los españoles como doméstico, siervo o esclavo(cf. Torero 1974: 182).

La explicación sugerida parece convincente, sobre todo tratándosede la opinión de un especialista en lenguas andinas como lo fue el mencionadolingüista. Sin embargo, conforme veremos, la etimología propuesta tropiezapor lo menos con dos dificultades fundamentales: el supuesto morfema plural–kuna y la raíz yana, es decir los meros componentes de la palabra que venimosexaminando. En las secciones siguientes nos ocuparemos de cada uno detales problemas.

2.1. Sufijo anacrónico. El análisis del sufijo –kuna como índice deplural en el quechua del siglo XVI no es exacto, como lo prueban lasinformaciones gramaticales con que contamos para la época. En efecto,nuestro primer gramático de la lengua, al ocuparse de la «diction o articulodel plural» (cf. Santo Thomas [1560] 1995: cap. II), expresada por <cona>5,si bien le asigna el valor de pluralidad, lo hace con una restricción importante:

5 En relación con la notación de –kuna como <cona>, y en general integrando elvocablo <yanacona>, hay que señalar que ella obedece a la distinta percepciónde la vocal u por parte de los españoles. En realidad, esta vocal tiene, enquechua, un timbre intermedio entre la u y la o castellanas, es decir [υ], que elhispanohablante interpreta preferentemente como o. Ello explica por qué palabrascomo <yanacuna> o <mamacuna> pasaron al castellano como <yanacona> y<mamacona>, respectivamente. Nótese, a este respecto, que los codificadoresdel III Concilio Limense y sus seguidores, entre ellos el Inca Garcilaso, canonizan<cuna> a la par que rechazan <cona>, la forma registrada por el primergramático, suscribiéndola sin embargo cuando se trata de su uso en los préstamostomados del quechua.

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que sólo pluraliza los nombres animados, mas no los inanimados. Pero, demanera más interesante, observa que

allende de su principal significacion [...] paresce que denota enalguna manera, llamar, o pedir atenciõ como (guarmecóna)allende significar en plural las mugeres: paresce que denota loque dezimos en la lengua castellana, Ola, mugeres (cf. op. cit., II,fol. 24).

Por su parte, Gonçález Holguín, el primer gramático del quechuacuzqueño, distingue en la lengua «siete plurales simples», uno de los cuales,y no el más importante, era <cuna>. Lo dice taxativamente, luego deobservar que en verdad el recurso más socorrido en la formación del pluralera la reduplicación. Señala el jesuita cacereño, en efecto, que dichoprocedimiento

es su proprio plural [de la lengua], y no (cuna) y este mismo pluraltienen los pronombres relativos demonstratiuos y primitiuos, pay,cay, chay, chacay, como paypay, ellos, caycay, estos, chaycay [sic],esos, chacaychacay, aq[u]ellos, pipi, quienes, ymayma, q[u]e cosas,maycanmaycã, quales (cf. Gonçález Holguín [1607] 1975: I, 5, §6, p. 9).

Para abundar más sobre el tema, recordemos que una de las«advertencias» con que el Inca Garcilaso quiere introducirnos en su obra, enmateria de lingüística quechua, tiene que ver precisamente con la noción depluralidad en la lengua. Señala entonces el Inca historiador que

[t]ambién se debe advertir que no hay número plural en estegeneral lenguaje, aunque hay partículas que significan pluralidad;sírvense del singular en ambos números (cf. Garcilaso Inca [1609]1943: «Advertencias», p. 10)6.

6 Pruebas de tal uso los da en varios pasajes de su obra, como cuando observa, porejemplo, que «para dezir hijos en plural o en singular, dize el padre churi y lamadre uaua» (op. cit., IV, XII, 201-202).

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Pues bien, si comparamos el uso actual del sufijo –kuna con el quetenía en el siglo XVI no hay duda de que ha sufrido una evolución muyimportante, de tal manera que hoy día, completamente gramaticalizado,sólo indica pluralidad, libre de la restricción señalada por el gramáticosevillano. Es más, los ejemplos de pluralización por reduplicación ofrecidospor el jesuita anconense resultan sencillamente inusitados en la actualidad7.En tal sentido, no es aventurado sostener que el proceso de gramaticalizaciónque afectó al sufijo mencionado, todavía en sus inicios en tiemposprehispánicos, fue acentuándose gracias a la labor codificadora de losgramáticos de la colonia, consolidándose por influencia del castellano.

Una prueba más de que el valor del sufijo evolucionaba la encontramosjustamente a propósito de la palabra que estudiamos. En efecto, es el propioGonçález Holguín, quien, al registrar la entrada <yanacuna> en suVocabvlario, la define como «[l]os criados, o un criado», agregando, paramás precisión, que la expresión <Hucyanacuna> podía emplearse como<huc mamacuna>, es decir «vna de las mamaconas matronas», al igualque <huc padrecuna> podía significar «vn padre» (cf. Gonçález Holguín[1608] 1952: I, 364)8. Los ejemplos son contundentes: los nombres<yanacuna>, <mamacuna>, <padrecuna>, que no significaban pluralnecesariamente, podían ir precedidos del numeral <huc> con valor deartículo indefinido de ‘un’ o ‘una’. Que esto era así nos lo confirma una vezmás el Inca Garcilaso, cuando a propósito de <mamacuna> nos dice queeste nombre

interpretándolo superficialmente, bastaría dezir matrona, empero,para darle toda su significación, quiere dezir mujer que tiene

7 Lo que no significa que el procedimiento haya desaparecido de la lengua, ya que,como lo advertía el propio gramático en su momento, se lo sigue empleando, sobretodo con los «nombres collectiuos, que significan muchedumbre de vn genero»(op. cit., ibidem).

8 Lo dicho por el cacereño es, en verdad, un eco de lo que encontramos en elVocabvlario del Anónimo, del cual se sirve, como de una plantilla, para elaborarel suyo. Dice el jesuita anónimo, a propósito de <yanacuna> «los criados, tomaseen singular, por el criado, como mamacuna», es decir, «las mamaconas matronas,y en singular por cada vna dellas» (cf. Anónimo 1586).

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cuidado de hazer oficio de madre; porque es compuesto de mama,que es madre, y desta partícula cuna, que por sí no significa nada,y en composición significa lo que hemos dicho, sin otras muchassignificaciones, según las diversas composiciones que recibe (op.cit., IV, I, 185).

Queda claro entonces que postular el elemento –kuna como pluralde yana para explicar la etimología de yanacona resulta infundado, sobre todosi la palabra formaba parte del vocabulario común de los quechuahablantesprehispánicos. Debemos sospechar que razones como éstas obligaron a Toreroa silenciar la explicación etimológica que había sugerido previamente, parapostular otra, igualmente errática, según veremos después (cf. § 3).

2.2. Una raíz fantasma. Lo primero que sorprende a quien consultalos diccionarios coloniales del quechua y del aimara es la ausencia de unradical verbal primitivo para ‘ayudar’. En efecto, para ambas lenguas, tanto eljesuita cacereño como su colega anconense proporcionan, como equivalentedel proceso verbal mencionado, el derivado <yana-pa-> (cf. GonçálezHolguín [1608] 1952: II, 427, Bertonio [1612] 1984: I, 83, respectivamente),en el caso del aimara, claramente tomado del quechua. Lo propio diremos denuestro primer gramático quechua, quien, aparte de <yana-pa->,proporciona otro derivado, que al parecer no tuvo mayor fortuna: nos referimosa <yanacya-> «seruir, como sirue el criado», que interpretamos como yana-q-ya- (cf. Santo Thomas [1560b] 1994: II, fol. 140v). Así, pues, que sepamos,no existe un verbo primitivo yana- ‘ayudar, desprovisto de sufijos derivativos,y sí, en cambio, la raíz nominal yana como equivalente de «criado, o moço deseruicio», según glosa del Anónimo y de su seguidor Gonçález Holguín. Ental sentido, tanto Middendorf (op. cit., 108) como Lira ([1941] 1982: 340),que en sus vocabularios dan cabida al verbo yana- con el valor de ‘ayudar’ o‘prestar servicio’, lo hacen de manera artificial, por pura inferencia9. ¿Significaesto que nuestras lenguas mayores no disponían de otros recursos para expresar

9 El quechua registraba, sin embargo, un verbo <yana-> ‘probar’ (cf. Torres Rubio[1619] 1754: 106), que obviamente constituía una raíz diferente, y que, actualmente,no parece tener uso.

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la noción de ‘ayudar’? De ninguna manera, pues tanto el quechua como elaimara hacían uso, para dicho efecto, de sendos sufijos: <-ussi> (es decir–wsi), en el primero, que «en todos los verbos dice ayudar» (cf. GonçálezHolguín [1608] 1952: II, 427); por ejemplo en <huaca-ussi-> ‘ayudar allorar’), y <-khaa> (o sea –xa:), en el segundo, que significaba «ayudartomando parte del trabajo, o todo» (cf. Bertonio, op. cit., I, 83; así en <hacha-khaa-> ‘ayudar a llorar’)10. Como se ve, la estrategia léxica en la formaciónde lexemas no es la única alternativa seguida por las lenguas para expresardeterminadas nociones o procesos, puesto que para ello puede igualmenteecharse mano de otros recursos, como en este caso, de carácter derivativogramatical.

Ahora bien, el registro de yana como sinónimo de ‘criado’ por partede ambas lenguas, sobre cuya base se formó el verbo yana-pa-, no deja de serextraño, toda vez que en el quechua existía la raíz nominal homófona yana‘negro’. Advirtamos, además, que ambas lenguas registraban otro nombrepara ‘criado’: <pachaca>, en quechua (cf. Gonçález Holguín, op. cit., I,363)11, y <supari>, en aimara (cf. Bertonio, op. cit., II191), aunque en esteúltimo caso hacía referencia sólo a la «muger que sirue». Teniendo en cuentaesta situación, resulta curioso que el quechua registrara una misma formapara dos significados ajenos el uno del otro. Siendo así, lo más probable esentonces que yana ‘criado’ sea una palabra intrusa dentro del léxico quechua,por lo que nuestro paso siguiente consistirá en explorar su procedencia. ¿Seráun vocablo tomado de otra lengua, por ejemplo del mochica, como sugeríaJohn Rowe (art. cit., 341)? No lo creemos así, por las razones que expondremosen la sección siguiente.

10 Dicho sea, de paso, que mientras que el sufijo quechua sigue siendo productivo,el correspondiente aimara parece haberse tornado obsoleto ya.

11 Arriaga, el célebre extirpador de idolatrías, lo consigna, sin embargo, como<pachacac> (es decir pacha kaq), con el significado más restringido de «mayordomode las chácaras de las huacas» (cf. Arriaga [1621] 1999: XV, 131).

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3. Formación regresiva. Como se sabe, algunas de las fuentescronísticas registran, al lado de la voz <yanacona>, otro término cuyosignificado vendría a ser equivalente: nos referimos a <yanayaco>. El dato noha pasado inadvertido entre quienes se ocuparon, directamente o al pasar, dela institución referida por el vocablo (cf., por ejemplo, Villar Córdova 1966,Rostworowski 1972, Espinoza Soriano 1987: cap. 9, 287-293, Pärssinen 2003: IV,§ 2). Con excepción de Castro Pozo 1924, citado por Villar Córdova, y MaríaRostworowski, sin embargo, asombra constatar que a nadie pareció llamar laatención el parecido obvio, no ya sólo semántico, sino también formal entre unvocablo y otro. Tan llanos a aceptar cuanta etimologia popular se les ocurriera,sorprende ver que en esta oportunidad nuestros historiadores hayan calladosobre el tema. En lo que sigue buscaremos demostrar precisamente que ambostérminos están vinculados etimológicamente guardando una relación deformación derivativa especial entre sí, la misma que ya fuera entrevista a finesdel siglo XVI por el cronista Cabello Valboa, según se puede leer en el epígrafeque encabeza el presente ensayo.

Pues bien, el pasaje citado del cronista mencionado constituye, comose puede apreciar, una pieza interesante de disquisición etimológica,anunciada ya como parte del título del capítulo 19 de su crónica, en que seocupa de «la derivación de este nombre Yanacona» (p. 346). La reflexiónlingüística deslizada se hace en el contexto de una tradición recogida por elautor que explicaría supuestamente el origen de la institución del yanaconajeen tiempos prehispánicos, concretamente durante el gobierno de Tupac IncaYupanqui. Que sepamos, la leyenda referida ha sido consignada también porotros dos cronistas, a saber Sarmiento de Gamboa ([1572] 1965: cap. 51, 256)y Murúa ([1613] 1987: I, XXVI). La versión ofrecida por el último, másescueta que la de los dos primeros, parece haberse basado en la del segundo,aunque es probable que tanto ésta como la del propio Cabello deriven de laproporcionada en la crónica perdida de Cristóbal de Molina. Como quieraque fuese, la tradición cuenta que Tupac Capac, hermano de Inca Yupanqui,a quien éste había designado «Juez unibersal» (es decir t’uqri) de las provinciasconquistadas, otorgándole una serie de privilegios relativos a su cargo (posesiónde tierras y de gente de servicio), no sólo no se contentó con tales beneficiossino que, cegado por la envidia y las ansias de poder, armó una conspiracióncontra el inca, comprometiendo en dicha conjuración a los jefes locales

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principales, a quienes convenció para que lo apoyaran en su rebelión.Contando con dicho apoyo, Tupac Capac se dirige al Cuzco con el objeto deponer en ejecución su conjura, pero la noticia llega a oídos de Inca Yupanqui,quien, tras mandarlo degollar inmediatamente, se dirige al lugar donde sehabía armado la conspiración. Allí realiza un castigo ejemplar entre losconfabulados, a quienes pasa a cuchillo, en medio de una matanza generalque sólo cesó ante las súplicas de Mama Ocllo, hermana y mujer del inca,quien logró convencerlo para que perdonase la vida de los sobrevivientes,con cargo a que «los aplicasse[n] para el servicio de sus Guacas, ganados ysementeras, y tambien para pagar à muchas obligaciones que estauanpendientes de su misma conciencia» (cf. Cabello, op. cit., 347). En cuanto allugar donde se habría armado la conjuración, y en el que se habría ejecutadoel castigo ejemplar posterior, sería nada menos que el pueblo de <Yanayaco>,en la jurisdicción de Huamanga12, de manera que

porque el lugar donde este general indulto se gano y concedio, sellamase Yanayaco todos los allí perdonados se llamaron de talnombre de manera que fue su nombre de los aplicados para suservicio particular y casero [del inca] Yanayaco cona (énfasisagregado; cf. Cabello, op. cit., 347).

De este modo, según los cronistas citados, se habría institucionalizadoel sistema de yanaconaje en el imperio de los incas. Sin entrar en la discusiónde la verdad histórica subyacente al mito referido, implícitamente consideradocomo dato anecdótico irrelevante por los historiadores, lo que nos interesaver ahora es la etimología propuesta por Cabello Valboa. ¿Hasta qué puntotiene sustento lingüístico la hipótesis del cronista para derivar <yanacona>de <Yanayaco cona>?

Como se dijo, una de las pocas personas que se plantearon esteproblema, una y otra vez, fue María Rostworowski. En efecto, nuestra ilustre

12 El cronista Murúa nos precisa: «delante de Vilcas» (p. 98). Paz Soldán (1877)registra una localidad, concretamente una hacienda, <Yanayacu>, enSocosvinchos, Huamanga. Sin duda estamos ante el mismo referente aproximado.

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historiadora da prueba de ello en las distintas versiones de su conocido ensayosobre las etnias del Valle del Chillón (cf. Rostworowski 1972, 1977: 35-36,1989: 31-32), así como en su estudio sobre el Tahuantinsuyo (cf. Rostworowski1988: cap. IV, 196-197). No contenta con la etimología literal de <Yanayaco>,descompuesta formal y semánticamente en <yana> ‘negro’ y <yacu>‘agua’, descarta la explicación de Cabello Valboa, buscando hacer prevalecerel análisis lingüístico por sobre el dato proporcionado por el cronista. De estamanera, nuestra autora rechaza la motivación histórica del nombre tras sudesglose formal y semántico, no dándole ningún crédito, antes bien tratandode desvirtuarla. Descartada la etimología quechua, prefiere buscarle,apoyándose en una sugerencia hecha por Rowe (art. cit), un origen diferente,en este caso la voz mochica <yanà> (con su forma genitiva <yanângô>),registrada por el gramático de esta lengua (cf. de la Carrera 1644: 144). Lapalabra en cuestión, una vez ingresada al quechua, habría sido objeto de unproceso derivativo complejo, descomponible en: yana «el que sirve, ayuda»,seguida de los sufijos –ya ‘continuativo’ y –ku «dativo, para mí» (cf.Rostworowski 1977: 35). Dicha interpretación, según la historiadora, le habríasido proporcionada por un quechuista aficionado, el doctor José Pérez Villar,a quien le da los créditos respectivos (cf. también Rostworowski 1989: 31).Sin embargo, en Rostworowski (1988: 196), quien le sugiere dicho análisis yano es más el mencionado Pérez Villar sino Alfredo Torero, a quien cita según«comunicación verbal» con el referido lingüista. Asumiendo la autoría deéste13, y conociendo su posición inicial mencionada previamente en § 2, nohay duda de que el propio lingüista no estaba satisfecho de su interpretacióninicial, razón por la cual ensayaría, a instancias de doña María, la alternativaseñalada.

Pues bien, ¿qué podemos decir al respecto? Dejando de lado por elmomento la cuestión del supuesto origen mochica de la raíz del vocablo, lo

13 Lamentablemente la autora no explica el cambio del nombre de la autoría enreferencia, pero todo indica que la fuente de la explicación mencionada proviene,en efecto, del mismo Torero, pues una información gramatical como la manejadadifícilmente pudo provenir de un quechuista aficionado. Por lo demás, descartamosque estemos aquí ante un posible pseudónimo que podría haber empleado ellingüista peruano.

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cierto es que el análisis gramatical aplicado a la palabra en su conjuntoresulta errático, por decir lo menos. En efecto, asumiendo que yana fuerauna raíz nominal, no se entiende cómo podía tomar sufijos derivativos verbalessin que ella se verbalizara previamente; y si pudiera haber sido asimiladacomo raíz verbal (posibilidad más remota aún), resulta demasiado forzado,por no decir ad hoc, admitir que tomara no sólo un derivativo exclusivo delquechua central sino, incluso dentro de éste, de un dialecto que registrase lavariante simplificada –ya del sufijo, que normalmente es –yka. Y una vezdescartado el elemento –ya del parcial -yaku, por no tener sustento gramaticalempírico, no hace falta ya invalidar la identificación del remanente –kucomo el sufijo benefactivo, pues la base a la que éste se agregaría resultainfundada de principio a fin14. Por las razones expuestas, descartamos laalternativa de interpretación sugerida por Torero y apuntalada por MaríaRostworowski.

Conviene, entonces, reconsiderar la etimología propuesta por CabelloValboa. Según ésta, como se dijo (ver epígrafe), el término yanacona sería unproducto haplológico de *yana (yaku)-kuna, donde por lex parsimoniae sehabría suprimido el parcial yaku de la base originaria que, como sabemos, fueun topónimo devenido en gentilicio15. El nuevo significado de ‘gente deservicio’ que adquirió la expresión habría tenido la motivación referida por latradición recogida por los cronistas, por lo que llegar a dicho significado pormedio de la traducción literal del topónimo, como pretendió MaríaRostworowski, era un absurdo. Había, pues, en este caso, que darle crédito ala versión oral de su motivación por metonimia. Que dicho uso —es decir, el

14 Adviértase, además, que la derivación postulada por Torero resulta agramaticalpor doble partida, ya que la forma derivada, para ser empleada como un nombre,habría requerido precisamente de un nominalizador, que en este caso tendríaque haber sido el agentivo –q, de manera de tenerse algo como *yana-ya-ku-q.Admitamos, sin embargo, que en derivaciones semejantes, como en el caso de<haravicu>, tal parece que la marca agentiva podía caer, especialmente enlabios de los españoles.

15 Recordemos que tanto en quechua como en aimara el pase de un topónimo agentilicio se hace de manera automática, sin la intervención de sufijos, a diferenciade lo que ocurre en castellano. De manera que qusqu runa o punu haqi se traducenal castellano como ‘gente cuzqueña’ y ‘gente puneña’, respectivamente.

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de yanayaku como equivalente de ‘criado de servicio’— circulaba en labiosde los propios andinos nos lo atestiguan diversos documentos dados a conocerpor los historiadores (cf., por ejemplo, Pärssinen, op. cit., 146, nota 34). Dehecho, el propio Guaman Poma ([1615] 1987: 288) observa cómo «el sol y lasuacas ydolos [tenían] yndios rrezeruados llamados yana yacu y uayror aclla,las monjas de sus dioses (énfasis agregado)». En tal sentido, la expresión,cuyo referente había devenido en categoría institucional, podía recibir elsufijo –kuna, como lo sugiere Cabello, aunque no necesariamente parasignificar pluralidad, tal como ya fue señalado en § 2.1. Lo que no quita querescatemos plenamente de la interpretación del cronista la hipótesis de laformación regresiva de la base del término, es decir yana. En efecto, comoocurrió con varios topónimos, comenzando por el de Cuzco (cf. Cerrón-Palomino 2006), en el caso que estudiamos, el modificador yana de la frasenominal originaria —es decir yana yaku—, se nuclearizó absorbiendo el sentidoglobal de la frase en su conjunto, para significar por sí solo ‘siervo o criado deservicio’. De esta manera la economía lingüística se daba en los dos planosdel signo: significante y significado. Se incorporaba así un nuevo vocablo a lalengua, formalmente idéntico a otro u otros ya existentes, creando homofonías«peligrosas», que a su turno daría lugar al establecimiento de asociacionessemánticas igualmente dañinas16.

Pues bien, de aceptarse la hipótesis desarrollada hasta aquí, quedaahora claro el carácter exclusivamente nominal y no verbal del nuevo término,de modo que para verbalizarlo en función de una o de las varias tareasefectuadas por su nuevo referente se hacía necesario recurrir al empleo desufijos derivativos propios de la lengua, tal como nos lo atestiguan las primerasfuentes lexicográficas coloniales (ver § 2.2). De todas las formas derivadas, lade yana-pa-, con el repetitivo transitivizador –pa, es la que se universalizó enla lengua, y así la tomó el propio aimara sureño, que a su vez se la pasó alchipaya, donde la encontramos como yanap-z, alternando como nanap-z (cf.

16 De hecho, no han faltado historiadores que hayan relacionado semánticamentela voz yana ‘criado’ con su ahora homófona yana ‘negro’, en vista de que losesclavos traídos por españoles eran negros. Dicha asociación es tal vez laresponsable de que la institución misma del yanakuna haya sido interpretada, poralgunos historiadores, como equivalente de esclavitud.

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Cerrón-Palomino y Ballón Aguirre 2007)17. Sin embargo, tal parece que ellono ocurrió necesariamente en las otras lenguas con las que el quechua entróen contacto.

En efecto, por lo que toca al mochica, la palabra ingresó como <yanà>‘sirviente’ (cf. de la Carrera, op. cit., 144)18, es decir como sustantivo, y nocomo verbo, compitiendo desde entonces con su similar nativo <paræng>.En tal sentido, la sugerencia de Rowe en favor de que el término pudiera serde origen mochica resulta improbable, y, a decir verdad, el propio historiadorno estaba muy convencido de ello (cf. Rowe [1948] 1970: 341). Después detodo, una lengua dominante como el quechua difícilmente podía haberincorporado un término proveniente de otra de menor rango, a menos que elreferente del vocablo respondiera a una categoría conceptual inusitada en elmundo incaico, cosa que no parece haber sido así. De otro lado, la voztambién fue incorporada al aimara central bajo la forma de <yanha> (cf.Belleza 1994: 200), es decir [yaŋa] (con ene velar), y aquí sí estamos ante unproblema, pues no se explica cómo la ene alveolar del quechua en posiciónintervocálica pudo haber sido acomodada en el jacaru-cauqui como enevelar. De hecho, en términos de adaptación fónica, lo natural habría sido elfenómeno contrario: que una ene velar sea asimilada como alveolar. Pero,como en el caso del mochica, la posibilidad de que el quechua haya tomadoprestado el vocablo del aimara central resulta igualmente improbable. En talsentido, ensayamos la siguiente explicación: la fuente del préstamo <yanha>habría sido la forma derivada quechua *yana-q ‘el que ayuda’ (provenientede *yana ka-q ‘el que es yana’), y a partir de ella, la expresión se habríaaimarizado como *yana-q(a). De aquí, la voz se habría sincopado, de acuerdocon las reglas de la propia lengua, para devenir en yanqa; es ésta la forma que,

17 Aparte de las lenguas andinas, la voz también ingresó en el amuesha, como loseñala Adelaar (2007: 295), bajo la forma de yenp.

18 La forma en que de la Carrera la introduce en su tratado sugiere que la voz<yanà> portaba vocal larga final, es decir habría sido [yana:], como ya lo advertíaRowe. Desgraciadamente, los conocimientos que se tienen de la fonología de lalengua son tan limitados que no es posible entrar en detalles como los necesariospara explicar los procesos de adaptación de los préstamos.

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finalmente, habría desembocado en [yaŋqa], y de allí en [yaa], tal comoocurrió con manqha ‘dentro’, que devino en <manha>, o sea [maŋa]19.

4. Apreciación de conjunto. En las secciones precedentes hemosbuscado demostrar que la etimología usualmente propuesta para la vozyanacona (que provendría de *yana ‘criado’ y –kuna ‘plural) peca deanacronismo, desde el momento en que, como se vio, ni existía en el quechuala raíz involucrada ni la terminación significaba pluralidad necesariamente.La documentación lexicográfica colonial en la que busca respaldarse lapresente nota no hace sino corroborar lo señalado.

Descartada dicha hipótesis, nuestra discusión se centró en el examende otra alternativa etimológica que, no obstante haber sido propuestatempranamente (fines del siglo XVI), y salvo algunas excepciones, no parecehaber sido tomada en serio por quienes se ocuparon del vocablo institucionalincaico. La alternativa de interpretación, sugerida explícitamente por elcronista Cabello Valboa, consiste en derivar yanacona a partir de *yana (yaku)-kuna. Formalmente, la expresión se habría sincopado, suprimiéndose elelemento yaku; semánticamente, ella haría alusión a los confabulados deYanayacu que, según la tradición recogida por los cronistas, habrían sidoperdonados por el inca a condición de que pasaran a ser servidores perpetuosde la autoridad soberana y del estado. Como hemos tratado de demostrarlo,la explicación ofrecida por Cabello, una vez sometida a riguroso análisislingüístico, lejos de ser puramente anecdótica, parece justificarse plenamente.En tal sentido, si bien las etimologías con las que los cronistas amenizan devez en cuando sus historias no siempre deben ser tomadas en serio (piénsese,por ejemplo, en las proporcionadas por Murúa; cf. Cerrón-Palomino 2005),en el presente caso creemos estar ante una interpretación etimológicaaltamente plausible.

19 Para complicar el panorama, ocurre sin embargo que el jacaru consigna igualmente<yanha> para ‘negro’. Que en este caso también el modelo quechua pudo habersido *yanaq lo estaría probando el hecho de que no faltan topónimos que tienenesa forma, es decir <Yanaq>, tal como lo hemos estudiado en Cerrón-Palomino(2005: § 1). De esta manera, yanaq ‘negro’ se opondría perfectamente a yuraq‘blanco’.

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Una vez aceptada la etimología propuesta, de origen quechua, quedadescartada cualquier otra sugerencia a favor de una procedencia exógenadel vocablo. De esta manera, en efecto, desechamos las sugerencias hechaspor Rowe y Rostworowski en el sentido de que la voz pudiera provenir delmochica. Todo indica, por el contrario, que fue esta lengua (además deotras) la que la asimiló dentro de su sistema léxico, una vez que ella secondensó, en forma y significado, bajo la textura simplificada de yana.

El vocablo, por lo demás, de cuyo uso ampliamente extendido dancuenta los trabajos lexicográficos modernos citados, parece haber entrado enuna fase de obsolescencia, al haberse quebrado el aparato estructural agrariode corte latifundista que lo nutría. Ello es cierto con respecto a la acepcióngeneral y moderna de la palabra, porque en su sentido de categoríasocioeconómica incaica, más restringido, seguirá vigente como otros tantostérminos propios de la civilización del Tahuantinsuyo.

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YANACONA

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Clorinda Matto de Turner. Aves sin nido. (Novela de 1889; edición crítica deDora Sales Salvador). 2006

En el paisaje de la literatura peruana de la segunda parte del sigloXIX, hoy día va cobrando cada vez más importancia retrospectiva la figurade Clorinda Matto de Turner (Cuzco, 1852 - buenos Aires, 1909), escritoraque destaca por su trabajo a favor de la educación femenina, por haberaparecido en el Índice papal de libros prohibidos a pesar de ser Cristinapracticante y creyente, y por la novela Aves sin nido (1889) que marcó unhito en la literatura latinoamericana de cariz intervencionista y social y queahora aparece por primera vez en el mercado español, en una edición crítica1,con una amplia introducción (incluyendo una cronología de la autora) yuna muy completa bibliografía. La responsable de esta útil contribución a losestudios latinoamericanos es Dora Sales Salvador, de la Universidad JaumeI de Castellón (España), cuyos trabajos anteriores en la misma área incluyenun estudio detallado del también peruano José María Arguedas (de caráctercomparatista y señalando sus parentescos con Vikram Chandra, escritor dela India)2 y una edición crítica de la novela Balún Canán, de la mexicanaRosario Castellanos3. Señalemos que en esta edición de Aves sin nido laeditora ha asegurado la comprensión de las muchas palabras en quechua

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1 Han aparecido varias ediciones críticas en países latinoamericanos.2 Dora Sales Salvador, Puentes sobre el mundo: Cultura, traducción y forma literaria

en las narrativas de transculturación de José María Arguedas y Vikram Chandra,Berna/Nueva York/Frankfurt; Peter Lang, 2004.

3 Rosario Castellanos, Balún Canán (1957), ed. Dora Sales Salvador, Madrid:Cátedra, 2004.

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que aparecen en el texto por la reproducción del glosario original de la propiaClorinda y, para otros términos que no aparecen allí, a través de notas de piecontextualizadas.

Clorinda Matto de Turner nació en Cuzco, en 1852, bajo el nombrede Grimanesa Martina Matto Usandivares. El apodo Clorinda, bajo el cualcompuso sus obras se lo debió a su marido, José Turner, comerciante de origenbritánico con quién se casó en 1871. Su padre, de la clase media-alta, eradueño de una propiedad en la localidad de Puallo Chico (cerca de Coya,departamento de Cuzco), donde su joven hija pasó varias temporadas que lepermitieron, como nos señala Dora Sales, “observar de cerca la vida ycostumbres de los indígenas quechuas” (Introducción, 28), además deaprender su lengua y así convertirse en intelectual bilingüe (hasta el puntode publicar, a partir de 1901, una serie de traducciones de textos bíblicos alquechua)4. En este aspecto, la podemos acercar a escritores posteriores comoCastellanos y Arguedas, ellos también sujetos oriundos de los estratos burguesese hispano-blancos, pero caracterizados por un conocimiento íntimo de lasvidas de los indígenas subalternos y acérrimos defensores de sus derechos ysu dignidad. A la vez, Matto, se irguió desde muy temprano como promotoraactiva de la causa de la mujer peruana y latinoamericana, sea cuál sea suorigen étnica. Luego del fallecimiento del marido en 1881, buscó con éxitovivir una vida autónoma: llegó a ser redactora principal de dos periódicosimportantes, La Bolsa de Arequipa (convirtiéndose en la primera mujer queascendió a tal cargo en toda América Latina - 1883) y luego El Perú Ilustradode Lima (1889). También en la capital, incluso fundó, en 1892, una imprenta,La Equitativa, cuya plantilla se constituía exclusivamente de mujeres. Además,conferenció, tanto en Perú como más tarde en Argentina, sobre temas demujer y literatura, y en este marco cabe subrayar que esta edición de DoraSales incluye, como apéndice ilustrativo, el texto completo de una de dichasconferencias, “Las obreras del pensamiento en la América del Sud” (dictadaen Buenos Aires en 1895).

4 Concretamente, de los cuatro Evangelios más las Actas de los Apóstoles.

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Aves sin nido fue la primera obra de ficción de una autora que hastaentonces se había especializado en textos breves de carácter costumbrista. Lesiguieron dos novelas más, Índole (1891) y Herencia (1893), pero es la primerala que siempre le ha valido la mayor consideración. La recepción de Avesresultó ser, desde el inicio, polémica; si bien por un lado le mereció a la autorauna carta personal de apoyo del entonces Presidente de la República, AndrésAvelino Cáceres, por otro lado la reacción de la jerarquía eclesiástica nopudo ser más negativa. Todo llegó a un punto de crisis en 1890, cuando salió,en El Perú Ilustrado (cuya redactora era Clorinda), “Magdala”, relato delescritor brasileño Henrique Maximiano Coelho Neto, que sugería un posibleenlace no muy platónica entre Jesús y María Magdalena. La iglesia católicaacabó por imponer una serie de represalias contundentes: Matto fueexcomulgada y forzada a dimitirse del puesto de redactora, y, extendiéndosela venganza a su novela que en un principio no tenía que ver con el caso,Aves sin nido fue colocada en el temido Índice de libros prohibidos del Vaticano.Incluso la quemaron en efigie en las calles de Arequipa y Cuzco. Clorindaaguantó en Perú hasta 1895, año en que, después de otro incidente grave (sesaqueó la imprenta de mujeres que llevaba gestionando desde 1892), seexilió a Argentina (fue allí, en Buenos aires, donde terminó sus días), y,siempre creyente, se acercó al culto protestante, llegando a tejer lazos íntimoscon la American Bible Society estadounidense.

¿De qué, entonces, trata esta novela para que haya provocadoreacciones tan extremas? La respuesta se halla sin lugar a dudas en su propioentramado. La historia se ubica principalmente en Killac, pueblo inventadomodelado sin duda según la localidad real de Tinta, en el departamento delCuzco (donde vivió la pareja Turner), y en los últimos capítulos en unaimponente ciudad, que no se nombra pero que es evidentemente Lima. Setrata de una ficción perteneciente al género realista, si no naturalista, quenos cuenta una voz narradora de tercera persona, de tipo omnisciente-didáctico, voz que podemos identificar, a grandes rasgos, con la de la propiaautora. Teniendo en cuenta que se trata de una novela socialmentecomprometida, no es de extrañar el que los personajes se dividan, de unaforma casi maniqueísta, entre “buenos” y “malos”; por un lado, los indígenasvíctimas de la opresión y los blancos liberales que asumen su defensa; porotro, los representantes del poder administrativo y clerical.

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Los agentes principales del entramado son una joven pareja de carizliberal y reformista, don Fernando Marín, gerente de una empresa minera, ysu esposa Lucía, recién llegados al pueblo. Traban amistad con otra pareja delmundo subalterno, los indígenas Juan y Marcela Yupanqui, que viven enuna humilde choza. Esta voluntad de superar las normas sociales les mereceun duro castigo de parte de las autoridades, encabezadas por el gobernador yel cura, quienes montan un asalto por interposición a la casa de los Marín, delcual posteriormente culpan a otro indígena, el campanario Isidro Champí,que acaba en la cárcel. El asalto deja a Juan y Marcela mortalmente heridos,y el matrimonio Marín adopta a sus hijas, las ahora huérfanas Margarita yRosalía, las “aves sin nido” del título. Los Marín siguen viviendo un acosopermanente hasta que deciden marcharse de Killac. Mientras tanto y noobstante, Manuel, un joven idealista que ha crecido en casa del gobernadorcomo su hijo, se enamora de Margarita. Su pasión se ve correspondida, y asíse vislumbra la posibilidad de un mestizaje étnico y cultural que ayudaría asuperar las barreras. Todos se ponen de acuerdo en que la pareja Marínviajará a Lima con sus hijas adoptivas, y que Manuel se unirá pronto con elloscon vistas a concretar su noviazgo con Margarita. El viaje de los Marín secomplica por un dramático descarrilamiento de tren del cual se salvan por unpelo, pero finalmente todos se encuentran con Manuel en un hotel limeño.Es en este momento cuando se produce la cruel revelación que remata lahistoria: se descubre que Manuel es en realidad no el hijo del gobernadorsino el hijo natural de fallecido obispo de Killac, que Margarita es tambiénhija natural del mismo eclesiástico, que el muy respetado obispo había abusadocínicamente de las madres de ambos jóvenes, y que así Margarita se quedará,irremediablemente, como una desamparada “ave sin nido”.

Este entramado, si bien en términos generales se puede caracterizarpor rasgos naturalistas, también tiene ciertas facetas de naturaleza netamentesensacionalista, o incluso, como afirma Dora Sales, “folletinesca”(Introducción, 45). El tema de los abusos clericales recuerda una obra delnaturalismo como O Crime do Padre Amaro del portugués Eca de Queiróz(1875); al tiempo, la presencia del deseo incestuoso involuntario sugiere unparalelismo con la novela de la escritora gallega Emilia Pardo Bazán. Lamadre naturaleza (1887), cuyo desenlace es similar. A pesar delsensacionalismo que se le puede achacar, el final contundente de la novela

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de Clorinda puede ser justificado como dramatizando la dificultad, o casiimposibilidad, de romper las barreras de etnia y clase en una sociedadprofundamente desigual, y eso por muy buenas que sean las intenciones.Otro elemento que ha suscitado dudas por parte de la crítica es el accidentede ferrocarril, visto por algunos como una divagación narrativa que no aportanada a la temática del libro. Por otro lado, dentro de la narrativa realista y/omelodramática se intercalan, de una forma casi continua, comentarios detipo visiblemente didáctico por parte de la narradora/autora, cuya intenciónprogramática queda patente, pues a partir de estos momentos Clorinda dejamuy claras sus ideas sobre reformas como la mejora de la alimentación de lagente trabajadora o la necesidad del matrimonio clerical para coartar losabusos.

A pesar de la furibunda reacción de la jerarquía eclesiástica, la novelade Matto fue bien acogida por la crítica de su época. En la segunda mitad delsiglo XX cayó más bien en la no aceptación, sin duda porque susplanteamientos de reforma social no encajaban muy bien con el discursorevolucionario tan en boga en la América Latina de entonces. Másrecientemente, con el auge de la crítica feminista y los estudios subalternos,el empeño de Matto en pro de los grupos marginados ha suscitado un resurgirde interés por su novela, la cual hoy día se halla incluida con frecuencia enlos programas universitarios de literatura latinoamericana de todo el mundo.Cabe mencionar también un aspecto siempre importante, el de la traducción,concretamente al inglés. Aves sin nido apareció por primera vez en lenguainglesa, en 1904, bajo el título Birds Without a Nest y traducido por “J.G.H”5.No obstante, como nos informa Naomi Lindstrom en su versión revisada deesta traducción (University of Texas Press, 1996), esta primera versión tomómuchas libertades con el texto, por motivos tanto estéticos como ideológicos,suprimiendo pasajes considerados como poco delicados, reorganizando lasecuencia de capítulos y hasta eliminando totalmente el accidente de tren.La traducción se revela aquí como un acto muy ambiguo, por un ladoponiendo a disposición de los no hispanohablantes el mensaje de Clorinda, y

5 Parece que bajo estas siglas se esconde el nombre de J. G. Hudson (Sales,Introducción, 33n).

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por otro lado empañando ese mismo mensaje, sin duda considerado comoexcesivamente radical. Afortunadamente, la labor de Lindstrom ha permitidoque el lector anglófono de nuestros días se pueda acercar a la obra de Mattosin esas distorsiones.

Mientras tanto, los lectores del mundo hispano pueden accederinformados al universo de Clorinda mediante esta primera edición crítica enEspaña que nos ha brindado Dora Sales. El aparato crítico que suministra esmuy abarcativo, conciliando la información factual con un evidente empeñoy empatía, de parte de la editora, con los planteamientos feministas de Matto,e igualmente con su solidaridad con la gente indígena, pues, como ella nosconstata, muy claramente y sin olvidar la matización necesaria; “Feminismoe indigenismo, incipientes, revisables de nuestra actualidad, peroinnegablemente presentes y pioneros, constituyen los dos polaresfundamentales de la novela” (Introducción, 43). En este orden de cosas,Dora Sales subraya varios aspectos de la manera como el texto de Clorindalogra dar voz a la gente subalterna –mujeres y/o indígenas– tradicionalmentecallada. Según la editora, la explotación que padecen Marcela y Juandemuestra con claridad “la totalización del abuso que sufre la culturaindígena” (54). Igualmente, nos hace constar, por un lado, cómo la mujerindígena, en un caso como el de Marcela, “emprendedora pero marginalizada”(54), osa reivindicar y resistir, hasta poder centrar en sí misma la voz de unentero pueblo oprimido; o, por otro lado, en qué medida la amistad entreLucía y Marcela, mujeres de estratos sociales y etnias totalmente diferentes,funciona como presagio de un futuro modelo de solidaridad femenina ycomo instancia ejemplar de lo que las feministas italianas han llamadoaffidamento (relación de confianza y aprendizaje entre mujeres): “Entre dosmujeres que ocupan posiciones sociales tan divergentes se produce unahermandad de género, entre la burguesa y la subalterna... (54-55)”; “Lasororidad y el affidamento...son prácticas de acción e intervención que puedensentar bases para crear redes colaborativas entre mujeres” (56).

Este análisis de la novela de Matto, que Dora Sales nos proponedesde el enfoque de la subalternidad, se halla ampliamente justificado apartir del texto. La validez de sus planteamientos se demuestran, por ejemplo,en el momento en que, después del asalto a su casa que acaba con la vida de

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Juan, es la propia Lucía la que declara: “¡Pobre Juan! ¡pobre Marcela! ahoraque la desventura nos ha hermanado, mis afanes serán para ella, y sus hijas”(Aves sin nido, 150), como también cuando, un poco más tarde, el mismopersonaje afirma a su marido: “Para mí, no se ha extinguido en el Perú esaraza con principios de rectitud y nobleza, que caracterizó a los fundadoresdel imperio conquistado por Pizarro” (153-154). Así, se confirma la lecturaque propone la editora del personaje de Lucía –y a partir de ella, de la propiaautora– como defensora, pese a sus orígenes de clase, tanto de las mujeres deotra clase social, con las cuales se siente hermanada, como de la nobleza de latan minorizada gente autóctona de su país.

Por otro lado, y sin negar de manera alguna el gran valor de losplanteamientos de la editora en los aspectos arriba mencionados, nos parecelícito hacer hincapié en ciertas otras facetas del libro de Matto que no vienenenfatizadas en el aparato crítico de esta edición, y que a pesar de ello puedensurgir como útiles para la mayor comprensión del texto. Nos referimos a lamanera en que Clorinda trata, por un lado, la cultura popular o tradicionalandina, y, por otro y como fuerza contrapuesta a ésta, la tecnología modernao globalizante en sus moldes decimonómicos.

Uno de los rasgos más recurrentes del texto de Matto lo constituye lapresencia persistente, como telón de fondo, de detalles de ambientaciónprocedentes de la cultura artesanal de la gente (más bien indígena) de Perú.De esta forma, podemos destacar, por un lado, cómo en la choza de Marcelaella va tejiendo “un bonito poncho listado con todos los colores que usan losindios mediante la combinación del palo Brasil, la cochinilla, el achiote y lasflores del quico” (110); y, por otro, cómo en la casa burguesa de los Marín hay“un servicio de campo, todo de loza azul con filetes colorados” (109), eincluso cómo Fernando elige como lectura las Tradiciones de Ricardo Palma,libro costumbrista “de relatos muy peruanos (que) me encantan” (257). Estospormenores relativos a la cultura tradicional se aplican tanto a los personajesindígenas como a los blancos, así creando un lazo potencial capaz de superarlas barreras. Este elemento ambiental, conjuntamente con las muchas palabrasquechuas que aparecen en el texto, constituye la cultura popular comoposible fuerza unificadora para la sociedad peruana, y en este sentido sepuede afirmar que en cierto modo Clorinda consigue, así, anticipar algunos

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aspectos del retrato, desde luego mucho más amplio y elocuente, queposteriormente se haría de la cultura popular andina en la obra de José MaríaArguedas.

Otra faceta llamativa de esta novela se constituye por la presencia ensu entramado de la tecnología moderna de la época, representadaemblemáticamente por el ferrocarril. Como subraya Dora Sales, Clorindacreía mucho en la fuerza civilizadora de la cultura y del conocimiento, comofuente de “educación para todo ser humano” (Introducción, 69); en estesentido, notamos, por ejemplo, como Manuel anhela ir a estudiar en “lafamosa Universidad de San Marcos” (Aves sin nido, 186), ese gran ateneolimeño que luce su estatuto de ser la más antigua Universidad de todas lasAméricas. Aquí, podemos añadir a los comentarios de la editora algunareferencia al papel que puede jugar la tecnología dentro del discursoesclarecido de Clorinda, sin duda fiel hija de la Luces. Como hemos vistoarriba, el episodio del viaje del ferrocarril y el descarrilamiento ha sido criticadopor algunos como una mera divagación. En cambio, nos parece válido insistiren el significado que conlleva el tren como emblema de la modernidad: “Desúbito se oye el resoplido de la locomotora, que con su silbato anuncia elprogreso llevado por los rieles” (252). Para Lucía y sus hijas adoptivas, estasensación de lo moderno se duplica, pues de trata de un medio de transportepor el cual “iban a viajar sus promesas de mejor futuro. Así, el accidente queinterviene de sopetón aparece como un golpe muy rudo: “el coche de primera,desabracado por el brequero, fue a encallar en las arenas mojadas de la riberaizquierda del río” (259). No obstante, se debe al error humano, e incluso porparte de unos obreros extranjeros que pueden simbolizar la indiferencia einhumanidad del capital internacional: “Si estos gringos brutos son capacesde llevarnos a los profundos!, dijo uno de los rocamboristas” (264). Podemosconcluir que para Clorinda la tecnología, con todo su potencial libertador,sólo asegurará un mejor porvenir para la gente común si está sujeta a unagestión humana y responsable, así que todo dependerá de la naturaleza ycalidad de las relaciones sociales que la rodean.

Bajo esta óptica y como observación final, podemos sugerir que seabra la discusión hacia el mundo fuera de América Latina, para considerar aClorinda Matto de Turner como una importante pionera en lo que hoy se

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llama la literatura del subalterno. Podría resultar fructífero, por ejemplo,contrastar Aves sin nido con uno de los reconocidos ejemplos de la literaturasocial de habla inglesa de la India, la novela Untouchable (El intocable) deMulk Raj Anand, publicada en 19356. Anand, destacado intelectual hindúy amigo de Gandhi y Orwell, era, como Matto de Turner, un escritor quedefendía con saña a la gente subalterna de un grupo al que no pertenecía, eneste caso los intocables (hoy dalits), los “fuera casta” que se situaban en ellugar más bajo de la pirámide de las castas. El protagonista de la novela,Bakha, es un joven intocable que rechaza la opresión que le impone susociedad y quiere aprender el inglés y educarse (aquí podemos comparar elpapel de la educación en la novela de Matto). Finalmente, Anand acoge enla tecnología (no en los medios de transporte, sino en los sanitarios modernosque pueden sustituir al dalit en su rol tradicional e indigno de limpiador deletrinas) el principio salvador de una modernización que podrá transformarla vida de la gente como Bakha.

Un lapso de casi medio siglo separa la obra de Clorinda de la deAnand, y la publicación de esta última ya dista más de 70 años del día dehoy. No obstante, sigue siendo muchísima la gente del planeta que aúnpadece las lacras de la subalternidad. La novela Aves sin nido, por didácticae incluso melodramática que sea en algunos aspectos, traza, a fin de cuentascon un realismo implacable, tanto la necesidad como la dificultad de unasolidaridad humana que superaría las barreras étnicas, de clase y de géneroen aras de un mejor futuro, para todos y sin excepción. En este sentido, estanueva edición de la obra de Clorinda Matto de Turner que nos brinda DoraSales constituye una valiosa aportación a una lucha que aún está muy lejosde llegar a su fin deseado.

(Christopher Rollason).

6 Mulk Raj Anand. Untouchable (1935). Harmondsworth; Penguin, 1940.

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REGISTRO

- II Curso de Perfeccionamiento Magisterial de Lengua y Literaturapara profesores de nivel escolar. Organizado por la Academia Peruanade la Lengua, el Instituto Cultural Peruano Norteamericano, elMinisterio de Educación y el INICTEL. Realizado del 22 al 26 deenero de 2007 en el Auditorio del INICTEL.

- Participación del académico Marco Martos Carrera y del académicoCarlos Germán Belli en el «XIII Congreso de la Asociación deAcademias de la Lengua Española» realizado en Medellín, Colombiadel 21 al 24 de marzo. En el mencionado congreso se aprobó el textobásico de la Nueva gramática de la lengua española.

- Participación del académico Marco Martos Carrera y del académicoCarlos Germán Belli en el «IV Congreso Internacional de la LenguaEspañola» realizado en Cartagena de Indias, Colombia del 26 al 29de marzo de 2007.

- Elección de los doctores Luis Alberto Varillas como Académico deNúmero y Julio Calvo Pérez como Académico Correspondiente de la

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REGISTRO

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Academia Peruana de la Lengua, en sesión de Asamblea Generalrealizada el 03 de abril de 2007.

- II Congreso Internacional de Lexicología y Lexicografía PedroBenvenutto Murrieta. Realizado los días 18, 19 y 20 de abril de 2007 enel Instituto Raúl Porras Barrenechea. Organizado por la AcademiaPeruana de la Lengua, la Facultad de Letras y Ciencias Humanas dela UNMSM, el Departamento de Humanidades de la PontificiaUniversidad Católica del Perú y la Facultad de Ciencias de laComunicación, Turismo y Psicología de la Universidad de San Martínde Porres.

- Incorporación del Dr. Julio Calvo Pérez como AcadémicoCorrespondiente de la Academia Peruana de la Lengua, ceremoniarealizada el 30 de junio de 2007 en el Palacio de Osambela.

- Homenaje al Dr. Aurelio Miró Quesada Sosa, ceremonia realizada el17 de julio de 2007, organizada por la Academia Peruana de la Lenguay la Academia Nacional de la Historia en la Casa Museo RicardoPalma. Los discursos estuvieron a cargo de los académicos IsmaelPinto Vargas y Oswaldo Holguín Callo.

- Presentación del Diccionario Esencial de la Lengua Española, realizadael 20 de julio de 2007, en la XII Feria Internacional del Libro de Lima.La presentación estuvo a cargo de los académicos, Luis Jaime Cisnerosy Marco Martos Carrera.

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Luis Jaime CisnerosFilólogo y doctor en Letras. Actualmente es profesor de la PontificiaUniversidad Católica del Perú. Miembro de la Academia Peruana de laLengua desde 1965 y Presidente de la Institución durante el periodo 1991-2005. Es miembro del Comité Editor del Boletín de la Academia Peruana dela Lengua y Miembro de la Comisión de Gramática de la Institución. Entresus publicaciones figuran: Estudio y edición de la «Defensa de Damas» (1955),Formas de relieve en el español moderno (1955), El estilo y sus límites (1958),Lengua y estilo (1959) y El Funcionamiento del lenguaje (1991 y 1995).

Julio Calvo PérezCatedrático de Lingüística General de la Universidad de Valencia (España),investigador de la Universidad de San Martín de Porres de Lima (Perú) yProfesor Honorífico de la Universidad Ricardo Palma. En el Perú vienerealizando sistemáticamente investigaciones y publicaciones sobre lenguaquechua (y otras lenguas andinas o amerindias). Ha publicado diversidadde libros y artículos como la Pragmática y Gramática del Quechua Cuzqueño.Destaca también la edición crítica de Ollantay. Es editor, entre otras obras,de Teoría y práctica del contacto: el español de América en el candelero y Contactointerlingüístico e intercultural en el mundo hispano. Tiene en prensa el NuevoDiccionario Español-Quechua / Quechua-Español, elaborado con una originalmetodología pragmática. Es miembro correspondiente de la Academia

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DATOS DE LOS AUTORES

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Peruana de la Lengua, donde está previsto que participe activamente en suDiccionario de Peruanismos.

Carlos Arribazalaga LizárragaDoctor en Lingüística Hispánica por la Universidad de Navarra, España.Profesor de la Universidad de Piura desde 1996. Director del ProgramaAcadémico de Estudios Generales de la Universidad de Piura. Autor dediversos artículos: «Noticias de la desaparición del voseo en la costa norte delPerú (LEA, 23, 2003), «La clerecía de Alexandre» (Rilce, 19, 2003), «RicardoPalma y los barbarismos» (Revista de la Casa Museo Ricardo Palma, 4, 2003),«Ortografía natural o etimológica. El caso de sílabus» (Boletín de la AcademiaPeruana de la Lengua, 40, 2005).

Marco Martos CarreraDirector de la Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional Mayor de SanMarcos, Director de la Unidad de Postgrado de la Facultad de Letras y CienciasHumanas y Presidente de la Academia Peruana de la Lengua. Ha publicadoentre otros los siguientes libros: El mar de las tinieblas (1999), Sílabas de la música(2002), Jaque perpetuo (2003), Dondoneo (2004) y Aunque es de noche (2006).También ha incursionado en el cuento con El monje de Praga (2003).

Christopher RollasonLicenciado en Filología Inglesa en el Trinity College, Cambridge (Inglaterra)(1975). Se doctoró en la Universidad de York (Inglaterra) en 1988. Hoytrabaja como traductor. Antiguo docente de la Universidad de Coimbra(Portugal), ha colaborado en los últimos años con las Universidades de Bologna(Italia), Vigo y Córdoba (España), Caen (Francia), y Surrey (Inglaterra), y,en la India, la Kakatiya University (Warangal), CIEFL (Hyderabad), y laJawaharlal University (JNU), Nueva Delhi, donde fue Profesor Visitante enmarzo de 2006. Es especialista en temas de literatura india de habla inglesa:entre sus publicaciones en dicho ámbito cuenta con artículos sobre SalmanRushdie, Vikram Seth, Vikram Chandra, Amitav Ghosh y Manju Kapur,además de ser el editor lingüístico de la Atlantic Literary Review (Delhi).Ha editado ‘Modern Criticism’ (con Rajeshwar Mittapalli, 2002) y ‘PostcolonialFeminist Writing’ (monógrafico con Dora Sales Salvador, 2003). Es socio deAEDEAN (Asociación Española de Estudios Anglo-Norteamericanos).

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Esta publicación se terminó de imprimir enel mes de octubre de 2007, en los talleres gráficos de

Ediciones Atenea eirl.Hecho el Depósito Legal 95-1356

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