ABRIL - JUNIO 2020Año 47 / Nº 541

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ABRIL - JUNIO 2020 Año 47 / Nº 541 ¡ TODOS ESTUDIAMOS !

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ABRIL - JUNIO 2020

Año 47 / Nº 541

¡TODOSESTUDIAMOS!

DIRECTORA GENERAL: Lydia Salas

EDITORA: Obdalis Cabrera

2 E D I T O R I A L

DISEÑO GRÁFICO: LDGRAF

FOTO PORTADA: Martín Del Alcázar

PORTADA: Martín Del Alcázar

PÁGINA GRUPO FUTURO: Zaphit Várgas

FotografíaS: Visión Soka, Seikyo Shimbun, y miembros del interior

ENVíOS AL interior: Luis A. Del Alcázar

MONTAJE E IMPRESIÓN: LD Producciones Gráficas

Se autoriza la reproducción total o parcial del material aquí piblicado, siempre y cuando se mencione la fuente.

En esta edición...MENSAJE DEL PRESIDENTE IKEDA: CONSTRUIR LA NUEVA ERA ................................................................. 3

MENSAJE DE LA SEÑORA KANEKO IKEDA PARA LA DJF Y LA DF ................................................................ 4

ENSAYO: LA SOKA GAKKAI, UNA ORGANIZACIÓN CIMENTADA EN EL ESTUDIO DEL BUDISMO ....... 6

ARTICULO: DESPLEGAR LA SABIDURIA DEL BUDISMO EN LA SOCIEDAD .................................................... 12

RESEÑA: 3 DE MAYO, 60°ANIVERSARIO DE LA ASUNCIÓN DE DAISAKU IKEDA

A LA PRESIDENCIA DE LA SOKA GAKKAI ...................................................................................................................... 14

EXPERIENCIA DE LA DJF: FORTALENCIENDO MI FE - KARINA GONZÁLEZ. ................................................ 20

EXPERIENCIA SGI: ASUMIR LA PLENA RESPONSABILIDAD DE MI FELICIDAD ......................................... 22

EDITORIAL DE DAISAKU IKEDA: ESTUDIAR CON ORGULLO LAS ENSEÑANZAS DEL DAISHONIN ... 24

TEMA PARA REUNIÓN DE DIÁLOGO ABRIL ................................................................................................................. 25

TEMA PARA REUNIÓN DE DIÁLOGO MAYO................................................................................................................. 26

TEMA PARA REUNIÓN DE DIÁLOGO JUNIO ................................................................................................................. 27

ARTICULO: EL INVIERNO SIEMPRE SE CONVIERTE EN PRIMAVERA .............................................................. 28

GRUPO FUTURO ..................................................................................................... 29

RESEÑA: LO SIGUIERON DOS, TRES Y CIEN MÁS ..................................................................................................... 30

RESEÑA: SE CUMPLEN 47 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA SGI DE VENEZUELA ...................................... 31

HECHO EL DEPÓSITO DE LEY. DEPÓSITO LEGAL PP 197302DF338Dirección: 4ta. Avenida con 4ta. Transversal, Quinta SGIV Los Palos Grandes. Caracas 1062Teléfonos: (+58 212) 285.88.05 - 286.74.08 Fax: (+58 212) 285.01.06Sitio Web: www.sgiv.org

Contactos:Secretaría SGIV: [email protected]. de Estudio: [email protected]. de Publicaciones: [email protected]. de Relaciones Públicas: [email protected]

Una publicación mensual de la Soka Gakkai Internacional de VenezuelaPOR LA PAZ, LA CULTURA Y LA EDUCACIÓN

Obdalis Cabrera Editora

La doctrina budista esclarece el verdadero significado de la exis-tencia humana, por lo tanto, al es-tudiarla nos provee de una gran filosofía que nos permite enfren-tar con sabiduría y fortaleza las

dificultades y los sufrimientos de la vida. Cuanto más profunda y fuerte sea nuestra comprensión de los plan-teamientos budistas más se fortalecerá nuestra fe y po-dremos llevar una vida creadora de valor.

En este segundo trimestre, el tema de nuestro Seikyo Criollo es el tercer punto de las cinco directri-

ces de lucha de la SGIV de este año: Todos estudiamos. ¿Y para qué todos estudiamos?

Estudiamos para profundizar nuestra convicción de que to-dos somos budas y tenemos la sabiduría para ver la realidad tal cual es, para así comprender el por qué suceden las cosas. Estu-diamos para enfrentar todas las dificultades y retos de la vida con determinación y gran convicción.

Estudiamos para experimentar los beneficios de esta maravi-llosa práctica y así alentar y hablarles a otros de budismo.

Vivir como un practicante budistaSi en cambio, como practicantes del budismo Nichiren no es-

tudiamos, en épocas de dificultades se mostrarán todas nuestras debilidades.

Nuestro mentor Ikeda, en su disertación sobre la carta de Nichiren El infierno es la Tierra de la Luz Tranquila, nos dice:

El propósito de estudiar los escritos del Daishonin no sólo es comprender su espíritu y profundizar la propia fe; además, al incorporar los profundos principios budistas, podemos adquirir la sólida convicción de que la esperanza y la paz residen en nuestro propio corazón, y trabajar denodadamente por la felicidad propia y ajena. Esto también nos proporciona el valor para enfrentar las dificultades, tomando ejemplo del Daishonin, quien triunfó sobre enormes obstáculos y pruebas. He aquí la clave del estudio práctico budista: un estudio que pueda aplicarse a la vida cotidiana. Siempre tengamos esto presente.

Una de las formas de “incorporar los profundos principios budistas” en nuestras vidas y aplicarlo en nuestra cotidianidad, es tomando cualquier frase de uno de los escritos de Nichiren y grabarlo en nuestras vidas. Al esforzarnos por enfocar nuestro daimoku en esa frase y hacer el esfuerzo de ponerla en práctica en los momentos que enfrentamos dificultades, comenzamos a vivir y a experimentar el resultado práctico de estudiar el budismo, es decir, comenzamos a vivir como verdaderos practicantes budistas.

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Iluminar los lugares de nuestra misión con la luz de los tesoros del maestro y los discípulos

Ha llegado otro 2 de abril, aniver-sario de la muerte de mi maestro

Josei Toda, nuevamente coronado por las magníficas flores de cerezo que él tanto amaba.

Esta es una fecha enaltecida por el ju-ramento del maestro y el discípulo. Ya que los mentores y los sucesores están unidos eternamente en un lazo que trasciende la vida y la muerte, es una ocasión propicia para rendir homenaje al presidente Toda y renovar juntos nuestra promesa de lo-grar el kosen-rufu y el ideal de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra».

Mi mentor y yo siempre hemos vivido con estas palabras de Nichiren Daishonin grabadas en el corazón: «Cuando el cielo se despeja, la tierra se ilumina. Del mis-mo modo, cuando uno conoce el Sutra del loto, comprende el significado de todas las cuestiones mundanas».1

Nuestra misión como Bodisatvas de la Tierra es enfrentar valientemente los de-safíos que se presentan en el mundo e ilu-minar la vida de los que sufren y padecen con la gran luz del budismo del sol.

En su celda de la cárcel, perseguido por sus creencias durante la Segunda Guerra Mundial, el maestro Toda tomó concien-cia de su noble identidad como Bodisatva de la Tierra. Cuando el conflicto bélico ter-minó, se puso de pie por propia decisión y, superando todos los obstáculos y funcio-nes destructivas, construyó una inmen-sa red de personas dedicadas al logro del kosen-rufu mediante la propagación be-nevolente, tal como enseñó el Daishonin.

Y nosotros, habiendo asumido su mis-mo deseo de erradicar el sufrimiento y la aflicción de nuestro mundo, no vamos a

retroceder ni un solo paso en nuestra lu-cha. Estamos absolutamente comprome-tidos con la tarea de abrir el grandioso camino de la revolución humana como medio para transformar el destino de la humanidad.

Desde lo más hondo de mi corazón, quiero hacer llegar mi infinito agrade-cimiento a los médicos, enfermeros y personal sanitario, y a cada persona que, con noble sentido de propósito, está tra-bajando infatigablemente para salvar vidas y apoyar al prójimo, en la grave crisis que ha instaurado la pandemia del coronavirus.

Estoy orando para que nuestra filoso-fía de «convertir el veneno en remedio», tan revitalizante y dadora de esperanza, siga fortaleciendo a nuestra indómita red de ciudadanos globales que jamás se per-miten ser vencidos.

Asimismo, me da una indescripti-ble tranquilidad ver que los jóvenes de la Soka se han levantado a batallar contra el reto que representa el enemigo invisi-ble del coronavirus. Armados de una sóli-da unión para crear valor, están haciendo gala de sabiduría y de una lúcida visión, enriquecidas por su profunda empatía y perseverancia.

Quiero dedicar a nuestra juventud es-tas palabras del científico francés Louis Pasteur (1822-1895), pionero de la in-vestigación microbiológica: «Los grandes sufrimientos pueden dar lugar a grandes pensamientos y a grandes acciones».2

En la misma parcela en que, hace va-rias décadas, se consideró construir la sede central de la organización, ahora acaba-mos de concluir las obras de un magnífico

nuevo edificio, el Centro de Recepción Luz de los Tesoros de la Soka. Embargado de gratitud a todos los que participaron en la construcción, días atrás (el 24 de marzo) tomé una fotografía de este nuevo edificio bajo el cielo azul iluminado por el sol.

En el Sutra del loto, a la Deidad del Sol se la conoce como «Fulgor de Joya»,3 nombre que se escribe con los mismos ideogramas chinos que «Luz de los Te-soros». Para explicar que estas deidades guardianas —que en verdad son funcio-nes protectoras del universo— sin falta protegerán a quienes tengan firme fe en la Ley Mística, el Daishonin declara: «[U]tilice la estrategia del Sutra del loto antes que ninguna otra».4

Estoy orando y esperando con enorme expectación por el día en que los miem-bros de todo el Japón y del mundo, con sus rostros sonrientes e iluminados de alegría triunfal, puedan reunirse en el nuevo Cen-tro de Recepción Luz de los Tesoros de la Soka, un «castillo del sol» que simboliza la buena fortuna y los beneficios.

¡Hoy, una vez más, irradiemos con va-lentía la luz de los tesoros del maestro y los discípulos —el corazón indómito de los reyes leones— para alumbrar los lugares donde hemos jurado cumplir nuestra mi-sión!

(Traducción del artículo publicado el 2 de abril de 2020 en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai).

Notes1 El objeto de devoción para observar la vida, en Los

escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 397.

2 Pasteur, Louis: Oeuvres de Pasteur (Obras de Pasteur), vol. 7, ed. fr. Pasteur Vallery-Radot, París: Libraires de l’Académie de Médecine, 1939, pág. 310.

3 El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 1, pág. 4.

4 La estrategia del «Sutra del loto», en END, pág. 1046.

Palabras de aliento del Presidente de la SGI

CONSTRUIR LA NUEVA ERA

4 M E N S A J E D E K A N E K O I K E D A

Me siento realmente afortunada de poder dedicar mi vida y mi trabajo al kosen- rufu año tras año al lado de ustedes, las integrantes de nuestra familia Soka en todo el orbe, y de crear juntas maravillosos recuerdos de nuestra «existencia en este mundo humano».1

Es una alegría informarles que el presi-dente Ikeda, quien acaba de cumplir

noventa y dos años a principios de este año, se encuentra bien de salud y con ex-celente ánimo.

Mi esposo, en su adolescencia y juven-tud, vivió aquejado por la enfermedad. Desde que asumió la tercera presidencia de la Soka Gakkai a los treinta y dos años (el 3 de mayo de 1960), hemos celebrado cada cumpleaños suyo profundamente agrade-cidos de que hubiera sobrevivido un año más, para continuar su labor en bien del

kosen-rufu. Hoy, sesenta años después, sigue marchando a la vanguardia con el fin de asegurar la eterna transmisión de la Ley. Todo esto se debe al gran beneficio de prolongar la vida mediante la fe en la Ley Mística. Y, más que nada, a las since-ras oraciones de los miembros de todo el mundo. Es algo de lo que siempre habla-mos en nuestra familia y que motiva nues-tra inmensa gratitud.

Cada vez que leo el Seikyo Shimbun, siento un agradecimiento infinito por quienes, cada mañana, reparten el diario, cuyas páginas abundan en fotos y artícu-los que testimonian el desarrollo dinámico del kosen-rufu mundial.

Esto, a mi esposo y a mí, nos colma de felicidad. En muchas ocasiones, a lo largo de los años, él ha escrito palabras de alien-to sobre las páginas del diario y se las ha obsequiado a los miembros.

Hace una década, sobre una plana que describía la confianza que nuestro movi-miento estaba adquiriendo en la sociedad, escribió y me regaló estos versos:

«La mejor organización del mundo para establecer el kosen-rufu y la paz.¡Qué tremenda victoria!¡Sé que nuestro maestro, Toda Sensei, estaría radiante de felicidad!»

Cuando visitamos el magnífico Centro Mundial Seikyo, inaugurado el año pasado, varias veces él comentó cuánto hubiese querido que el señor Toda estuviese allí para verlo.

En la base del altar budista instalado en la nueva sala principal del Gojonzon, llamada Salón Genron, se guardaron pie-dras de países de todo el orbe. Y también se preservaron ejemplares de diarios y re-vistas publicados por las organizaciones de la SGI del mundo. Mientras estábamos allí, mi esposo y yo oramos para que el luminoso mensaje de la Soka Gakkai por el kosen-rufu —es decir, la paz mundial— brille intensamente desde este grandioso baluarte de la pluma.

A fines del año pasado, recibimos la noticia de que las obras de mi esposo pu-blicadas en el exterior y traducidas a cua-

Mensaje de la señora Kaneko Ikeda para la DJF y la DF

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renta y ocho idiomas ya superan las dos mil. Tenemos una enorme deuda de agra-decimiento con quienes han trabajado sin escatimar esfuerzos en la traducción, edi-ción e impresión de estos títulos.

En su novela La nueva revolución hu-mana, mi esposo narra el valioso papel que desempeñaron los miembros del Rei-no Unido en su diálogo con el historiador británico Arnold J. Toynbee (1889-1975), quienes, por ejemplo, se ocuparon de transcribir cada una de las sesiones de diá-logo grabadas en cintas magnetofónicas. Con gran felicidad, leí un informe reciente de una líder de la SGI de Europa, donde dice que su gran orgullo es haber sido parte de esa historia.

En vísperas de celebrar el 45.o aniver-sario de la publicación de ese diálogo, Elige la vida, nuestros ciudadanos globales de la Soka están llevando a cabo los «diálo-gos por la paz para unir a la humanidad» que fueron el deseo del doctor Toynbee y la misión que él le confió a mi marido.

Nuestras voces que entonan Nam Mio-jo Rengue Kio vigorosamente y transmiten el budismo a la gente con sinceridad están creando un interminable oleaje de paz y de felicidad.

En una carta dirigida a la monja laica Sennichi, quien alentaba y protegía sin cesar a sus camaradas de fe en las in-hóspitas condiciones de la isla de Sado, Nichiren Daishonin le escribe: «La mujer que abraza al rey león del Sutra del loto jamás teme a ninguna de las bestias del infierno ni de los reinos de las entidades hambrientas o los animales».2 Le prome-te que la mujer que cree en la Ley Mística, así como todos sus familiares y seres que-ridos, jamás serán infelices, por muchas dificultades que surjan. Y le enseña a tener fe invencible frente a cualquier desafío.

Tener una fe invencible comienza por entonar Nam Miojo Rengue Kio, por orar al Gojonzon con absoluta sinceridad y con-vicción, decididas a atravesar todos los obstáculos de manera infalible.

La práctica de Nam Miojo Rengue Kio imbuida de un profundo juramento gene-ra el coraje de remontar las olas más terri-bles de la adversidad. Produce la sabiduría de convertir el veneno en remedio, y de mover todas las cosas en dirección positi-va, hacia una vibrante creación de valor. Y activa en nuestro interior una fuerza exu-berante, que nos permite alentar a nues-tros amigos que sufren y hacer posible la

felicidad, para nosotros y para los demás.Esta es la saga triunfal de la revolu-

ción humana y de transformar el karma en misión.

En estos momentos, la División Feme-nina del Japón está haciendo foco en las mujeres menores de cincuenta años como protagonistas en la construcción de la nueva época, a quienes se ha denominado Generación Joven Lirio Blanco.3

Este es un importante período en la vida de la mujer, cuando se concentran muchos de sus mayores cambios y de-safíos. A lo largo de todos estos años, mi esposo ha apoyado decididamente a las mujeres de esta generación, con su aliento más sincero.

El 25 de enero de 1962 fue el día del fa-llo judicial que puso fin al proceso relacio-nado con el incidente de Osaka.4 Después de cuatro años y medio, mi esposo fue so-breseído de todos los cargos. Al volver a la sede central de la Soka Gakkai de Kan-sai, fue directo hacia la sala del Gojonzon junto con los miembros que habían com-partido sus luchas y sus alegrías. Allí, vio a una joven señora de la División Femenina de Kansai que, aun batallando contra su propia enfermedad, también había orado fervorosamente por la victoria del juicio. «¡Ahora todo está bien!», le dijo y le pidió que ella se sentara al frente a dirigir la re-citación del daimoku.

Todos oraron por su recuperación y por la victoria resonante de los miembros, en su lucha por la justicia y la felicidad.

Poco después, esta joven señora se curó, dando una espléndida prueba real del principio de que «Mio significa “revi-vir”».5 Hoy, cincuenta y ocho años des-pués, sigue participando enérgicamente en las actividades de la Soka Gakkai y es un inspirador ejemplo para todos.

El corazón de la familia Soka es ateso-rar a cada individuo y forjar el potencial de los jóvenes, mientras avanzamos en ar-monía y con actitud positiva por el gran camino que nos conducirá al logro del ko-sen-rufu, que es la paz y la felicidad para todo el género humano.

En las reuniones de gonguio de Año Nuevo celebradas este año en todo el Ja-pón, se mostró un vídeo muy alentador donde los camaradas de los Estados Uni-dos, la India y Europa, muy felices, avan-

zaban y cantaban juntos. El Seikyo Shim-bun también publica a diario fotos de miembros sonrientes de diversos países.

Hoy, como destacan amigos y personas lúcidas en todas partes, no hay lugar del mundo donde no brillen los rostros son-rientes de los miembros de la SGI.

Las sonrisas cálidas de nuestros com-pañeros, verdaderos faros de esperanza, muestran que todos pueden revelar la no-bleza y el brillo de la budeidad, cada uno a su propio modo.

En este «Año del avance y de los va-lores humanos», usemos la voz más que nunca para alentar a los demás y crear un jardín cada vez más exuberante de son-rientes «flores humanas», todas únicas y hermosas. Iluminemos el camino hacia un futuro de paz, donde las personas puedan vivir en armonía.

Sepan que estoy orando sinceramen-te por la salud, la seguridad y la dicha de todas las miembros de la División Juvenil Femenina y de la División Femenina, que brillan como radiantes soles del kosen- rufu en los lugares donde han elegido cumplir su juramento.

Kaneko IkedaTitular honoraria de la División Femenina de la SGI

Notas1 Preguntas y respuestas referidas a abrazar el «Sutra

del loto», en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 68.

2 El tambor en el Portal del Trueno, en END, pág. 993.

3 En la reunión de la sede central para responsables de la Soka Gakkai celebrada el 18 de noviembre de 2019, la líder de la División Femenina anunció que sus integrantes de hasta cincuenta años se denominarían Generación Joven Lirio Blanco. El «lirio blanco» es uno de los símbolos de la División Femenina. En conjunción con esta novedad, el grupo de Jóvenes Madres del Japón se ha disuelto y ha quedado incorporado al nuevo grupo más amplio.

4 Incidente de Osaka: Episodio en el cual el presidente de la SGI, por entonces jefe de plantel de la División de Jóvenes, fue arrestado e injustamente acusado de violar la ley electoral en Osaka, en 1957, durante unas elecciones para legisladores municipales. El juicio, que duró casi cinco años, terminó con la absolución total del presidente Ikeda, quien fue sobreseído de todos los cargos.

5 El daimoku del «Sutra del loto», en END, pág. 156.

6 E N S A Y O

A continuación se presentan extractos de las disertaciones del presidente de la Soka Gakkai Internacional, Daisaku Ikeda, de la serie ILUMINANDO EL MUNDO CON EL BUDISMO DEL SOL publicadas en la edición de junio y julio de 2016 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.

La espina dorsal de la Soka Gakkai —la organización que está abriendo

fronteras en la lucha de ideas que es el kosen-rufu— yace en que su firme base está constituida por los escritos de Nichi-ren Daishonin.

En el primer número del Kachi Sozo (La creación de valor), boletín de la Soka Kyoiku Gakkai —precursora de la Soka Gakkai—, nuestro presidente fundador Tsunesaburo Makiguchi declaró que «la esencia suprema del budismo» se encon-traba en «mostrar una forma de vida de su-

premo valor que aspire a una felicidad in-superable», y que el «propósito de la Soka Kyoiku Gakkai era manifestar, estudiar y mostrar a los otros, en nuestra vida y a tra-vés de ella, el camino que conduce a crear ese valor supremo».

A tono con esto, en su editorial para el primer número del Daibyakurenge, el señor Toda afirmaba: «La religión es un principio que debe ponerse en práctica en la vida y existir en un contexto cotidiano». En otras palabras, la fe en la Ley Mística es una forma de vida que da valor a nues-tra existencia, y la esencia de esa correla-ción entre el budismo y nuestra vida es la práctica basada en los escritos de Nichiren Daishonin.

El señor Toda procuró forjar practi-cantes genuinos del budismo Nichiren que tuvieran «el corazón de un león rey».

Basarnos en los escritos del Daishonin no quiere decir, simplemente, que venere-mos sus textos como escrituras sagradas. Tampoco es disertar sobre ellos o interpre-tarlos, ni recurrir a ellos en busca de con-suelo. El buda Sakyamuni enseñó que de-bíamos basar nuestra vida en la Ley. No-

sotros tomamos como cimiento de nuestra existencia la Ley correcta y las enseñanzas de Nichiren Daishonin. Enfocamos nues-tra fe en el Gojonzon y nos esforzamos por internalizar los escritos del Daishonin, considerando que esa es la forma de triun-far y liberarnos de una vida consumida por el sufrimiento.

Nikko Shonin, el sucesor y discípulo directo del Daishonin, solemnemente in-vita a los practicantes de la Ley Mística a «grabar los escritos del Daishonin en su vida».1 De esta manera, podemos triunfar decididamente en la vida, con sus comple-jos desafíos, en nuestro esfuerzo por lo-grar el kosen-rufu.

En la historia de la Soka Gakkai, mis amados compañeros de Kansai, unidos es-piritualmente a mí, lograron una victoria sin precedentes en la campaña de Osaka2 de 1956, porque se basaron en los escritos del Daishonin en todas sus actividades.

¿Cómo podemos lograr lo imposible? Oré y pensé profundamente para encon-trar la respuesta. Y, en este proceso, hubo un pasaje particular que grabé en mi vida.

La Soka Gakkai, una organización cimentada

en el estudio del budismo

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Si en cada instante vital condensamos el esfuerzo equivalente a millones de kalpas [en nuestra práctica para nosotros mismos y para los demás] a cada momento surgirán en nosotros los tres cuerpos del Buda,3 de los cuales estamos eternamente dotados. Entonar Nam Miojo Rengue Kio es esa práctica “diligente”.4

Seis décadas de legado triunfal basadas en los escritos del Daishonin

[S]i las enseñanzas del budismo son verdaderas, eso significa que un solo ins-tante vital en el cual nos esforzamos junto con nuestro mentor por el kosen-rufu in-faliblemente manifestará la fuerza de la Budeidad. En la campaña de Osaka, yo lo di todo, me esforcé al máximo; mi com-promiso fue absoluto. Mientras brindaba mi vida sin escatimar esfuerzos, decidido a no ser derrotado en esa campaña crucial que me había encomendado mi maestro, comprendí que el Sutra del loto exponía la filosofía del liderazgo más excelsa. Nichi-ren Daishonin escribe: «En la batalla, un general es como el alma de sus soldados»5 y «Si el gobernante de una ciudad amura-llada no flaquea, los que custodian la for-taleza se mantendrán firmes».6

Tomando como brújula infalible la filosofía del liderazgo del Sutra del loto, buscamos guiar a nuestros preciados ca-maradas en nuestra lucha conjunta, con la mejor estrategia y la mejor acción basadas en la Ley Mística.

Estoy seguro de que por eso, en la cam-paña de Osaka de 1956, pudimos despertar y aunar el poder latente de los Bodisatvas de la Tierra, superar una tras otra las di-ficultades que iban surgiendo en nuestro camino y abrir rutas hacia la victoria.

Empezar cada día leyendo los escritos del Daishonin

[E]n ese avance basado en las ense-ñanzas del Daishonin, otro pasaje que es-tudiábamos a menudo y que nos recordá-bamos unos a otros era la siguiente frase de La estrategia del «Sutra del loto»:

[U]tilice la estrategia del Sutra del loto antes que ninguna otra. «Del mismo modo, todos los que os dirijan su malicia o enemistad serán aplastados».7 Estas palabras de oro [del Sutra del loto] jamás resultarán ser falsas. La estrategia y el dominio de la esgrima, esencialmente, derivan de la Ley Mística. Tenga una profunda fe; los cobardes no obtienen respuesta a ninguna de sus oraciones.8

El Daishonin se había enterado de que Shijo Kingo9 había salido ileso de un ata-que de sus enemigos. Así pues, lo elogió por su habitual «prudencia», su «coraje» y su «firme fe en el Sutra del loto». En sínte-sis, le dijo: «[U]tilice la estrategia del Sutra del loto antes que ninguna otra».10

La fe es la base de todas las cosas. Como nos recuerda el Daishonin: «[L]o im-portante es el corazón».11 Si consideramos que vivimos en una época oscura como el Último Día de la Ley, y que estamos bre-gando por avanzar en una sociedad con-fusa, todas nuestras acciones y estrategias necesitan fundamentarse en la fe en la Ley Mística.

Esto no quiere decir que hay que orar y nada más. Precisamente porque estamos practicando el budismo Nichiren, tenemos que estar atentos y triunfar en los difíciles retos de la sociedad. La «estrategia del Su-tra del loto» es lo que nos permite lograrlo. Estamos aprendiendo y profundizando la esencia de la «fe para la victoria absoluta» en las batallas que libramos en la vida real y en las actividades por el kosen-rufu.

[…]Así, con su esfuerzo por transmitir

nuestro mensaje y su decisión de luchar al máximo, los miembros del cabildo Osaka lograron el resultado imborrable de su-mar a la Soka Gakkai 11.111 nuevas fa-milias en un solo mes, en mayo de 1956. Esa marca histórica fue la victoria de to-dos nuestros compañeros de Kansai; entre ellos, los de la prefectura de Hyogo (cuya capital es Kobe), que trabajaron juntos con la unión de «distintas personas con un mismo propósito».

El budismo Nichiren es una religión para el kosen-rufu; en otras palabras, su propósito es la difusión universal de la Ley Mística. En el centro de la fe de todos los miembros de Gakkai existe su activa con-ciencia y su convicción de ser Bodisatvas de la Tierra.

8 E N S A Y O

Hay otro escrito del Daishonin que los miembros y yo grabamos en el corazón en un momento decisivo de la campaña de Osaka, cuando habíamos llegado al punto crítico de nuestros esfuerzos, en el ascenso hacia nuestro noble objetivo. Me refiero a Respuesta a Yasaburo.

Debe tener una férrea determinación. No se apegue a su feudo; no piense en su esposa ni en sus hijos. Y no dependa de los demás ni albergue inquietudes. Simplemente decídase. Observe lo que ha ocurrido este año en el mundo, como si fuera un espejo. Usted ha sobrevivido hasta hoy, siendo que tantos han perdido la vida, para poder hoy enfrentar este asunto. Es aquí donde cruzará el río Uji; es aquí donde vadeará el Seta.12 Y de ello dependerá que usted adquiera honor o que deshonre su nombre. A esto se hace alusión cuando se afirma que es difícil nacer como ser humano, y que es difícil creer en el Sutra del loto.13

La determinación de «poder enfrentar ahora este asunto»

Una vez que decidimos afrontar un desafío, debemos abordarlo con la deter-minación de triunfar. A la hora de con-frontar un oponente, es fácil ser vencidos por nuestra propia debilidad de espíritu. El primer paso es superar las funciones ne-gativas que hay en nuestro interior. Pero, al mismo tiempo, una cosa es la valentía y otra cosa es la temeridad. El verdadero valor consiste en encarar la realidad de frente. Esa es la manera de ver con clari-dad qué necesitamos hacer.

[…] En nuestro trabajo por promover el

kosen-rufu también hay momentos crucia-les que determinan el triunfo o la derrota.

Cuando cité las palabras «Usted ha so-brevivido hasta hoy [...] para poder hoy enfrentar este asunto»,14 el corazón de nuestros miembros de la familia Soka en Kansai se encendió de valor, al compren-der que el sentido de todos sus esfuerzos hasta ese momento era que pudiesen lo-grar la victoria decisiva en el desafío que teníamos por delante.

¡Qué afortunados somos de partici-par en una contienda en la cual nos po-demos brindar por entero, sin guardar-nos nada! Todas las personas, en su vida

individual, se ven expuestas a diversos problemas y retos. El esfuerzo de hacer la revolución humana no está, de ningu-na manera, separado de la lucha por el kosen-rufu.

Nos esforzamos por triunfar en cada una de esas luchas junto a nuestros ca-maradas de fe y a la Soka Gakkai, consa-grando los preciados momentos de nues-tra vida al budismo y a la sociedad. Esos esfuerzos nos permiten cultivar un estado de vida de felicidad inamovible en nuestro interior, mientras ayudamos a otras per-sonas a hacer lo mismo, y dedicar nues-tra existencia a crear un mundo pacífico mediante los principios humanísticos del budismo Nichiren.

Habiendo logrado un triunfo decisi-vo gracias a nuestra lucha conjunta, en la cual compartimos dichas y pesares, los miembros de Kansai y yo obtuvimos una victoria histórica protagonizada por el pueblo que sorprendió a todo el Japón. En verdad, hicimos realidad lo que todos ha-bían considerado imposible.

Ese momento, además, fue el inicio de la victoria que cada miembro concre-tó en su revolución humana personal, en una gesta que, también, significó lograr lo aparentemente imposible.

Demostramos, a la vista de todos, la fuerza realmente poderosa del pueblo uni-do en la lucha conjunta de maestro y dis-cípulo, y dedicado al kosen-rufu.

El espíritu esencial de nuestra «Kan-sai Siempre Victoriosa» ha sido heredado por los miembros que están expandiendo nuestro movimiento por el kosen-rufu mundial en todo el orbe.

Inspirarnos con el rugido de victoria absoluta del Daishonin

La «estrategia del Sutra del loto» para lograr la victoria absoluta es basarnos en los escritos del Daishonin. Este es el gran camino de la inseparabilidad entre el maes-tro y los discípulos, donde marchamos a la carga haciendo resonar en lo profundo de nuestra vida las palabras del Daishonin, potentes como un rugido de león.

El número cada vez mayor de personas que basan su vida en los escritos del Dais-honin en todo el mundo representa la ex-pansión sustancial del humanismo budista.

Siendo personas que practicamos el bu-dismo Nichiren, consagrémonos a poner de manifiesto el potencial ilimitado de nuestra vida. Escribamos una brillante historia de victorias personales y de profundo com-promiso con nuestra noble misión.

Hoy, en el Japón y en el mundo, co-mienza a resonar una jubilosa canción de triunfo humano. ¡Hagamos que brille el amanecer de una nueva era de esperanza, proclamando orgullosamente la filosofía y los ideales de la Soka!

El gran escritor ruso León Tolstoi (1828-1920), cuyas obras he leído ávida-mente en mi juventud, comentó con pers-picacia: «La vida de un hombre queda de-terminada por sus pensamientos».15

En opinión del autor, así como «de una bellota crece un roble gigante», también el pensamiento tiene un enor-me poder que «determina cada elección

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individual en millones de personas».16

«Nuestra maldad o bondad —decía— dependen de lo que pensemos».17 Por eso debemos prestar suma atención a la filo-sofía que guía nuestra forma de pensar y nuestra vida.

Para nosotros, esto significa basarnos en la Ley Mística. Adoptar como cimiento la enseñanza budista suprema nos permi-te triunfar en la vida. Impulsados por las «dos ruedas» de la práctica y el estudio, po-demos desafiarnos y avanzar siempre con fe firme. El estudio orientado a la práctica es la tradición de la Soka Gakkai; para no-sotros, la fe significa basarnos en el Gos-ho, los escritos de Nichiren Daishonin.

Las disertaciones sobre el Gosho de Kawagoe, Saitama

Los muchos escritos que es-tudiamos en Kawagoe inspiraron a los miembros a desarrollar su fe y a ponerse en acción como pioneros del kosen-rufu. En esta entrega, voy a centrarme en dos de ellos, específicamente: Respuesta a la monja laica Nichigon y Carta desde Sado.

He colocado ante el Sutra del loto [es decir, ante el Gojonzon] su solicitud fechada el octavo día del undécimo mes [8 de noviembre], tercer año de Koan (1280), donde usted [la monja laica Nichigon] expresaba su oración, junto con las ofrendas de mil monedas y una túnica sin forrar confeccionada con hilado de fibras de corteza. Ya he trasmitido dicha oración a las deidades del Sol y de la Luna, así que, ahora, no es necesario que siga conjeturando cómo saldrán las cosas. Que su oración sea o no sea respondida dependerá de su fe; [si ello no ocurre], de ninguna manera deberá culparme a mí. Cuando el agua es transparente, refleja la Luna. Cuando sopla el viento, se agitan los árboles. Nuestra mente es como el agua. La fe débil recuerda el agua turbia, mientras que la fe intrépida es como el agua límpida. Comprenda que los árboles son como los principios [del budismo], y el viento que los sacude, como la recitación del sutra [del loto].

«De ninguna manera deberá culparme a mí»

La monja laica Nichigon era una se-guidora del Daishonin de fe firme y cons-tante. Ella le había enviado, junto con diversas ofrendas, una petición en la cual solicitaba una oración. Debe de haber te-nido un deseo muy ardiente que ansiaba lograr, y por eso lo asentó en forma escrita y se lo envió al Daishonin.

El Daishonin le dice que ha puesto su petición ante el Gojonzon y que ha orado por ella. Pero agrega: «Que su oración sea o no sea respondida dependerá de su fe; [si ello no ocurre], de ninguna manera deberá culparme a mí».19

Esta es una enseñanza muy importante sobre la actitud que debemos tener en la fe y con respecto a las oraciones.

El Gojonzon posee, de manera infinita e inconmensurable, las fuerzas del Buda y de la Ley. Pero lo que cuenta es nuestra postura de fe, que incluye las fuerzas de la fe y de la práctica. Eso es lo que permite manifestar, concretamente, el poder ilimi-tado de la Ley Mística, la ley fundamental que permea el universo, dar pruebas vi-

sibles de sus beneficios y corporizarla en nuestra vida.

La fe en el budismo Nichiren no es pasiva ni dependiente, ni busca la feli-cidad por gracia de alguna fuerza divina o sobrenatural. A la inversa, su propósi-to yace en despertar nuestra propia na-turaleza de Buda inherente, más que en invocar un poder externo que resuelva las cosas por nosotros. Como afirma el Daishonin: «[S]i piensa que la Ley está fuera de usted, no está abrazando la Ley Mística, sino una enseñanza inferior».20 Todo queda determinado por nuestra propia fe.

«[L]o importante es el corazón»,21 re-calca el Daishonin. Por eso es fundamen-tal tener una fe autónoma.

Es tal como enseña el Daishonin: «[L]o único que determinará todas estas cosas es su fe. Una espada es inútil en manos de un cobarde. La poderosa espada del Sutra del loto debe ser blandida por alguien valiente en la fe. Quien así lo haga será invencible como un demonio armado con una vara de hierro».22 En el budismo Nichiren, la base de todas las cosas es ponernos de pie con fe valiente.

10 E N S A Y O

Todo comienza por la oración

En Respuesta a la monja laica Nichi-gon, el Daishonin traza una analogía entre el poder del Gojonzon y la luna; compara la fe débil con el agua estancada que no refleja la luna, y la fe pura o valiente con el agua limpia que muestra la imagen del astro como un espejo.

Además, compara los principios del budismo con los árboles, y la práctica de recitar el Sutra del loto con el viento que mece las ramas. Entonar Nam-myoho-renge-kyo al Gojonzon por la felicidad de uno y de los demás, y esforzarnos basados en los escritos del Daishonin nos permiti-rán marchar hacia una vida triunfal, rebo-sante de beneficios, en la cual sea posible cumplir todas las aspiraciones. Esto con-cuerda enteramente con las palabras del Daishonin que dicen: «Si uno puede con-mover al buda Sakyamuni, señor de las enseñanzas, ¿hay forma de que los árboles y la hierba no respondan?».23

Todo comienza por la oración. Sea cual fuere la época, en cualquier situación, avancemos siempre con actitud positiva, partiendo de una potente oración imbuida de fe pura y valiente, y haciendo daimoku con el juramento de lograr el kosen-rufu. Esta es la esencia de la «fe para la victoria absoluta».

Construir en cada región una red de valores humanos

Estudiar el Gosho constituye un entre-namiento que forja y desarrolla valores humanos capaces. En el Gosho palpita la gran fuerza vital del Daishonin, quien lu-chó con todo su ser como devoto del Su-tra del loto. En las disertaciones sobre sus escritos, tanto el que expone como el que escucha toman contacto con el estado de vida monumental del Daishonin, majes-tuoso como un león. Es inevitable que se produzca, también en ellos, una elevación espiritual. Precisamente por eso la Soka Gakkai considera las sesiones de estudio sobre el Gosho como importantes foros y espacios de capacitación para el desarro-llo de valores.

Además de estas personas, hubo otras que aparentaron creer en mí, pero comenzaron a dudar cuando vieron que yo era perseguido; no sólo han abandonado el Sutra del loto, sino que incluso se creen lo bastante sabias para aleccionarme. Lo lamentable es que esta gente perversa deberá sufrir en el infierno Avichi [del sufrimiento incesante] aún más tiempo que los creyentes del Nembutsu. Un asura sostenía que el Buda sólo había enseñado dieciocho elementos, mientras que él exponía diecinueve. Los maestros no budistas alegaban que el Buda ofrecía sólo un camino hacia la iluminación, cuando ellos tenían noventa y cinco.25 De la misma forma, los discípulos renegados dicen: «Aunque el sacerdote Nichiren es nuestro maestro, actúa con excesiva vehemencia. Nosotros difundiremos el Sutra del loto de una manera menos agresiva». Cuando hablan así son tan ridículos como una luciérnaga que se ríe del sol y de la luna, o como un hormiguero que se mofa del monte Hua,26 como las fuentes y arroyos que desdeñan a los ríos y océanos, o como una urraca que se burla del ave fénix.27

Los mentores y discípulos de la Soka: un cónclave de reyes leones

Estos pasajes constituyen la parte final de Carta desde Sado.

La medida de nuestro compromiso con la verdad y la justicia es la forma en que respondemos ante la adversidad. Cuando surgen dificultades, los practicantes de fe auténtica se diferencian de los que solo llevan el nombre de discípulos.

Cuando el Daishonin fue exiliado a la isla de Sado —algo que en esa época era una gravísima persecución—, algunos de sus discípulos se permitieron dudar de él y abandonar sus enseñanzas. Otros, creyén-dose más sabios que él, incluso llegaron a decir que el Daishonin estaba equivocado. Este tipo de reacciones, en palabras del Daishonin, eran algo «lamentable».28

El señor Toda me contó que nuestro presidente fundador, Tsunesaburo Maki-guchi, a menudo citaba esta parte de Carta desde Sado. Había discípulos que critica-ban al Daishonin diciendo: «Aunque el sacerdote Nichiren es nuestro maestro, actúa con excesiva vehemencia. Nosotros difundiremos el Sutra del loto de una ma-nera menos agresiva».29 El Daishonin con-sideraba que esa conducta era «ridícula» y que había que reírse de ella.30

El señor Makiguchi solía decir: «No hay honor más grande que ser despreciado por los necios». Y exhortaba a sus discípu-los: «¡Prefiero un solo león antes que mil corderos!»

El señor Toda, convencido de que «un león no busca compañía», se levantó solo para cumplir el juramento de propagar la Ley Mística y lanzó una lucha sin prece-dentes en pos del kosen-rufu.

Los mentores y discípulos de la Soka son un cónclave de leones reyes. Respon-diendo con una carcajada a las críticas injustas, hemos avanzando con audacia y vitalidad, armados del «corazón de un león rey», haciendo gala de un corazón brillante y poderoso como el sol naciente.

No creo exagerar diciendo que Car-ta desde Sado está escrito para la Soka Gakkai. En la medida en que aplicamos sus verdades a nuestra vida, podemos res-ponder sin temor a las críticas e insultos derivados de la ignorancia. Por nuestra parte, estamos viviendo de manera ad-mirable, dedicados al kosen-rufu, de una manera que merecería los mayores elogios del Daishonin.

El mundo de la lucha conjunta de

maestro y discípulo, basado en el Gosho,

es tan ancho y profundo como el

océano; tan elevado y extenso como el firmamento.

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Hagamos que resuene el canto triunfal de nuestra lucha conjunta

El mundo de la lucha conjunta de maes-tro y discípulo, basado en el Gosho, es tan ancho y profundo como el océano; tan ele-vado y extenso como el firmamento.

El budismo Nichiren es un reservorio de sabiduría ilimitada que está abriendo puer-tas a la revolución espiritual del siglo xxi.

Cuando avanzamos intrépidamente, poniendo en práctica esta gran filosofía de vida, podemos cambiar los cimientos espirituales que sustentan la sociedad. Por eso necesitamos mantener vivo en nuestro corazón el espíritu de la lucha conjunta mientras seguimos trabajando con miras a esta transformación decisiva y fundamen-tal. Hoy, el budismo del sol está disipando la penumbra del Último Día de la Ley; está iluminando la sociedad a medida que su luz se extiende más y más por el mundo.

¡Es momento de avanzar! ¡Los leones no temen a nada! ¡Sigamos marchando a paso firme por nuestro camino, sin nada que lamentar! ¡Maestro y discípulo unidos en un mismo rugido de león, convencidos de la victoria de nuestro movimiento, escri-bamos una saga de nobles triunfos y haga-mos que resuene en cada rincón la canción victoriosa de nuestra lucha conjunta!

7 Véase El Sutra del loto, cap. 23, pág. 284.8 END, pág. 1046.9 Shijo Kingo (c. 1230-1300): Uno de los principales

seguidores de Nichiren Daishonin, oriundo de Kamakura. Fue un samurái vasallo del clan Ema, que guardaba parentesco con el clan gobernante Hojo. Asimismo, Kingo era versado en medicina y en artes marciales. Se presume que se convirtió a las enseñanzas de Nichiren Daishonin alrededor de 1256.

10 END, pág. 1046.11 Ib.12 El río Uji es el tramo medio del río Seta, que

nace en el extremo sur del lago Biwa; recorre la prefectura de Kioto y, al final, desemboca en la bahía de Osaka. En la Antigüedad, representaba la línea defensiva sudeste de Kioto, la capital, y fue centro de famosas batallas. Debido a su importancia estratégica, cruzar el río Uji determinaba la victoria o derrota de las tropas. Seta, área frente a la naciente lacustre de este lago, era otro punto de defensa estratégico. De este modo, «cruzar el río Uji» y «vadear el Seta» tienen el mismo significado: triunfar en forma decisiva.

13 END, pág. 870.14 END, pág. 870.15 tolstoy, León: The Pathway of Life (El sendero de

la vida), trad. al inglés por Archibald J. Wolfe, Nueva York: International Book Publishing Company, 1919, pág. 79.

16 Ib., págs. 81-82.17 Ib., pág. 83.18 Respuesta a la monja laica Nichigon es un texto

Notas1 El artículo 11 de los Veintiséis artículos de

advertencia de Nikko señala: «Los seguidores de esta escuela deben grabar los escritos del Daishonin en su vida». Véase Gosho zenshu, pág. 1618.

2 Campaña de Osaka: En mayo de 1956, los miembros de Kansai, unidos en torno al joven Daisaku Ikeda, quien había sido enviado a ese lugar por el presidente Toda para servirles de apoyo, lograron el ingreso de 11 111 nuevas familias a la Soka Gakkai, como practicantes del budismo de Nichiren Daishonin. En las elecciones legislativas realizadas dos meses más tarde, el candidato apoyado por la Soka Gakkai en Kansai obtuvo un escaño en el Senado, hazaña considerada irrealizable por todos, en aquel momento.

3 Los tres cuerpos se refieren al cuerpo del Dharma, al cuerpo de la recompensa y al cuerpo manifiesto. El cuerpo del Dharma es la verdad o Ley fundamental con respecto a la cual está iluminado un buda. El cuerpo de la recompensa es la sabiduría necesaria para percibir la Ley. Y el cuerpo manifiesto es la conducta compasiva que llevan a cabo los budas para guiar a las personas a la felicidad.

4 The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 214.

5 END, pág. 644.6 The Writings of Nichiren Daishonin, Tokio:

Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 668. La cita, originalmente, pertenece al octavo volumen de una obra de T’ien-t’ai titulada Gran concentración e introspección.

fechado el 29 de noviembre de 1280 y escrito en el monte Minobu. La monja laica Nichigon —nombre budista conferido por el propio Daishonin— había recibido el Gohonzon en abril de ese mismo año. Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 1125.

19 Ib.20 END, pág. 3.21 Ib., pág. 1046.22 Ib., pág. 433.23 The Writings of Nichiren Daishonin (WND), Tokio:

Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 811.24 Dieciocho elementos: Concepto integral formado

por tres categorías interrelacionadas: los seis órganos sensoriales (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente), los seis objetos que ellos perciben y las seis conciencias o funciones perceptivas de dichos órganos con respecto a los objetos.

25 Basado en un pasaje del Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría. El término «noventa y cinco» probablemente pueda atribuirse a las noventa y cinco escuelas no budistas que había en los tiempos de Shakyamuni.

26 Monte Hua: Una de las cinco montañas sagradas de la China.

27 END, págs. 324-325.28 Ib., pág. 32429 Ib.30 Véase Ib., pág. 325.

12 A R T I C U L O

Desplegar la sabiduría del budismo

en la sociedad

A continuación se presentan extractos del libro de Daisaku Ikeda, “Develando los misterios del nacimiento y la muerte” y de los artículos de la “Sabiduría para ser feliz y crear la paz” parte 3, publicados en la edición de mayo 2016 y diciembre de 2017 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.

Basados en ello, debemos enfrentar la perspectiva de que el Japón y el resto del mundo continúen siendo propensos a ta-les tragedias.

Sobre el karma y las enfermedades

El concepto del karma no se desarro-lló para que las personas nos resignemos a sufrir con impotencia. Cuando uno com-prende correctamente esta noción, reco-noce de manera inmediata que es respon-sable de los problemas que enfrenta en la vida y que debe empeñarse en superarlos. Este reconocimiento abre las puertas de la verdadera libertad. En el caso de las enfer-medades kármicas, además de buscar un mejor médico o cambiar nuestro enfoque, debemos tratar de erradicar el karma ne-gativo que constituye la raíz de la dolen-cia, pues de este modo la enfermedad des-aparecerá.

Las descripciones de las diversas enfermedades kármicas han cambia-do con el tiempo, y seguirán haciéndolo por fuerza. Por ejemplo, en tiempos de Sakyamuni, la lepra constituía una en-fermedad kármica, porque en ese enton-ces era incurable; las víctimas no sólo su-frían de un tormento físico —como la des-figuración y la muerte— sino de conside-rable angustia psicológica, a causa de la repugnancia que inspiraban y del aisla-miento que les imponía la sociedad. Hoy, sin embargo, la lepra se puede controlar;

los que la padecen pueden tener una vida relativamente normal. Muchas otras en-fermedades, como la tuberculosis, han podido erradicarse en gran medida gra-cias a la medicina moderna. Pero sigue habiendo patologías incurables, además de otros males nuevos, como el sida, que se suman a los ya conocidos. Algunos son producto del desarrollo social, y otros, incluso, surgen como consecuencia del mismísimo tratamiento médico.

Tal vez la ciencia médica nunca logre eliminar por completo la totalidad de las enfermedades. Algunas seguirán repre-sentando un misterio, y es probable que la humanidad deba lidiar siempre con el miedo a la muerte y con dolencias impo-sibles de curar. Sea como fuere, desde el punto de vista secular, las dolencias kár-micas constituyenun enigma inevitable. La práctica budista, que busca activar nuestra fuerza vital interior en el nivel más esencial, brinda una clave para su-perar las seis clases de enfermedad y, en particular, las de origen kármico, porque genera cambios en el terreno del karma.

Es habitual que las personas que vi-ven en un mismo período histórico, en una misma comunidad o que integren una clase social homogénea experimenten problemas similares. Cuando esto ocurre, hablamos de un “karma colectivo”. Si un grupo o nación comparte creencias comu-nes, pero erradas, los efectos negativos se harán sentir sobre el conjunto de los habi-

¿Qué activa las guerras y las otras amenazas a la supervivencia humana? ¿Cuáles son sus causas?

Nichiren Daishonin cita un tratado bu-dista que dice: «Como el odio cobra inten-sidad, se producen luchas armadas [gue-rra]. Como la codicia cobra intensidad, crece el hambre. Como la estupidez cobra intensidad, estallan epidemias. Y como ocurren las tres calamidades, los deseos mundanos se tornan más fuertes y las fal-sas nociones prevalecen cada vez más».1

En otras palabras, en el nivel más esen-cial, el caos de la guerra, el hambre y las epidemias deriva de las ilusiones que nu-blan nuestra vida, y de los tres venenos del odio, la codicia y la estupidez.2

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tantes. Las epidemias, por ejemplo, suelen ser causadas por costumbres y nociones equivocadas con respecto a la alimenta-ción, los cuidados sanitarios y otro tipo de prácticas.

¿Qué acciones debemos hacer para vencer todas estas amenazas a la supervivencia humana?

El budismo reconoce la naturaleza co-lectiva de estos dilemas, pero afirma que el remedio de todos los problemas comien-za por un cambio individual en la menta-lidad, y en las acciones que emprende el sujeto basado en esta transformación in-terior. Cuando una persona toma concien-cia del poder ilimitado que lleva consigo, puede ejercer una influencia cada vez ma-yor en su entorno e inspirar un cambio en la actitud de sus congéneres, capaz de pro-ducir una transformación en el destino de toda la humanidad.

La paz perdurable no es algo que se pueda lograr solo a través de medidas po-líticas y económicas. Hay que eliminar las impurezas de los tres venenos, que deben verse como una enfermedad inherente a la vida. En otras palabras, el camino seguro hacia la paz duradera es la purificación y la transformación de la vida humana en el nivel individual. Esto es lo que enseña el budismo y es el corazón de nuestra prácti-ca budista. Estoy firmemente convencido de que es el mejor remedio para curar de raíz los males espirituales que afligen a la humanidad y a la sociedad.

Mi maestro Josei Toda dijo: «Uno de los fundamentos del budismo es no infli-gir daño a nadie y ayudar a todos a elimi-nar el sufrimiento. Otra es dar felicidad a todas las personas. Esta es la raíz del amor compasivo del buda».3 Cuando se olvidan estos propósitos fundamentales, el budis-mo pierde su esencia y su razón de ser.

Además, el maestro Toda señaló:

[La misión de los miembros de la Soka Gakkai como emisarios del Buda] es hacer que la condición de vida de todos los individuos se eleve y manifieste la Budeidad; en otras palabras, elevar la condición humana de todos a su máxima expresión posible. ¿Cómo podemos

lograrlo? Es una pregunta muy difícil de responder. Pero a menos que encontremos la respuesta, será imposible establecer la verdadera felicidad en nuestro planeta. Si la humanidad logra manifestar el estado de vida de la Budeidad, si las personas activan las cualidades más sublimes de la condición humana, erradicaremos el hambre y las guerras, las epidemias y la pobreza. Ayudar a todos a ser budas —es decir, a expresar lo más elevado de su condición humana— es llevar a cabo «la tarea de El Que Así Llega».4

La sabia proposición del señor Toda era que la clave para resolver los numero-sos problemas del mundo actual era «ele-var la condición de vida de toda la huma-nidad». Su visión se extiende a la realidad de hoy.

Mientras el estado de vida colectivo siga anclado en los instintos animales de los seis caminos,5 todas las políticas y pla-nes terminarán conduciendo a una direc-ción equivocada.

El deseo más profundo de mi mentor era erradicar el sufrimiento y la aflicción del mundo. Creía que la manera de ha-cer eso era ayudar a todas las personas a ser budas y a revelar lo más elevado de su condición humana. Decía que esa era nuestra misión como miembros de la Soka Gakkai.

De tal manera, sigamos inspirán-donos en la convicción del señor Toda y, a la par de fortalecer nuestras bases, avancemos juntos hacia el objetivo esencial de guiar a la iluminación a toda la humanidad.

Edificar una sociedad próspera y pacífica

En su tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, presentado al gobernante del país, Nichiren Daishonin lamenta que la población tenga que vivir a merced de sufrimientos interminables, a raíz de los desastres naturales, el hambre y las epi-demias. En esta obra, declara que la única manera de aliviar ese sufrimiento es abra-zar una sólida filosofía de respeto a la dig-nidad de la vida.

Mientras las guerras y los desastres naturales convulsionen la tierra, será im-posible que la población sea feliz. No es cuestión de esforzarnos solo por nuestro propio bienestar. La felicidad verdadera solo puede lograrse si oramos por una so-

ciedad pacífica y próspera, y trabajando para hacerla realidad.

El ser humano es la base de las socie-dades y naciones; y la conducta humana se modela a partir de las ideas, los princi-pios filosóficos y las creencias religiosas.

El estado de una sociedad, en gran me-dida, depende de los valores y metas que orienten la vida de sus integrantes. Por eso es tan importante que cada persona po-sea una sólida filosofía de vida. Así pues, nuestro movimiento por el kosen-rufu es una lucha por lograr el ideal de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra».

Declara el Daishonin: «En última ins-tancia, los desastres continuarán sin tre-gua, a menos que logremos demostrar la supremacía de esta enseñanza [de Nam Miojo Rengue Kio]».6

El foco del budismo está en la victoria. La paz y la prosperidad, en sentido genui-no, solo se pueden lograr cuando florecen principios rectos y cuando prevalecen lo correcto y lo justo.

El Daishonin escribe: «La persona de sabiduría no es la que practica el budismo alejada de los asuntos mundanos, sino, antes bien, la que comprende cabalmente los principios con los que el mundo se go-bierna».7

Estamos comprometidos a desplegar la sabiduría del budismo en la sociedad y, de esa manera, contribuir positivamente al mundo de hoy. Esa es la forma de hacer brillar el budismo como una auténtica re-ligión viva.

Notes1 T’ien-t’ai: Palabras y frases del «Sutra del loto».

Citado en Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 33.

2 Tres venenos, u odio, codicia y estupidez: Males fundamentales inherentes a la vida, que dan origen al sufrimiento humano. En el célebre Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, de Nagarjuna, se considera que los tres venenos son la fuente de todas las ilusiones y deseos mundanos. Se los llama así porque contaminan la vida de la gente y le impiden inclinar su mente y sus sentimientos hacia la bondad.

3 Toda, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1992, vol. 1, pág. 27.

4 Véase El Sutra del loto, cap. 10, pág. 162. La cita es de Toda, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1992, vol. 1, págs. 305-306.

5 Seis caminos: También, «seis caminos de la existencia». En el sistema de los diez estados, son los seis más bajos, que van desde el infierno hasta el éxtasis.

6 Ib., pág. 1160.

7 Ib., pág. 1167.

14 R E S E Ñ A

El 3 de mayo de 1960 […] asumí como tercer presidente, para trabajar en nombre de ustedes, para trabajar por los miembros de Gakkai y por el kosen-rufu.

Esa fecha marca nuestro punto de partida y, también, el día en que hacemos nuestra declaración de victoria total. Es el magno aniversario para celebrar nuestros esfuerzos e iniciar una época dorada de triunfo y gloria espiritual supremos.

Cuando asumí la tercera pre-sidencia de la Soka

Gakkai, grabé hondamente en mi alma el juramento que Nichiren Daishonin expre-sa en La apertura de los ojos: «Declararé lo siguiente: que las deidades me aban-donen; que todas las persecuciones se abatan sobre mí. Así y todo, daré mi vida por la Ley».1 Ese día, en mi diario, escri-bí lo siguiente: «Comenzaré la batalla de toda mi existencia por la propagación de la Ley, trascendiendo la vida y la muerte». Este pasaje de La apertura de los ojos con-densaba mi propio juramento al asumir la conducción de la Soka Gakkai. Y, en los […] años transcurridos desde entonces, ni una sola vez se alejó de mi corazón.

3 de mayo60º Aniversario DE LA ASUNCIÓN DE DAISAKU IKEDA A LA PRESIDENCIA DE LA SOKA GAKKAI.

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El preludio a mi designación como tercer Presidente

Cuando murió el señor Toda, hice todo lo que estaba a mi alcance para apoyar al director general Koizumi y conducir a Gakkai hacia la unión y el avance, pero muchos dijeron que la Soka Gakkai se «desintegraría».

A comienzos de 1960, en una fría ma-ñana de invierno, apareció de repente en mi casa ¨[el señor Koizumi], Sorprendido, lo invité a entrar.

Con expresión decidida, suplicó: «Por favor, por favor, acepte ser el tercer presi-dente de la Soka Gakkai. Es el deseo uná-nime de todos los directores.

«El siguiente presidente debe ser la persona que trabajó más intensamente al lado del señor Toda. Además, él nos decía con frecuencia: ‘Daisaku será el próximo presidente’. Prometo apoyarlo no impor-ta lo que ocurra, de modo que, por favor, acepte, en bien de Gakkai, por el kosen-rufu y por el presidente Toda.

Y continuó: «Koji Harashima [uno de los directores de la Soka Gakkai] quería acompañarme, pero pensé que sería mejor venir solo. Me dijo que hiciera todo lo que estuviera a mi alcance y que aguardaría con ansiedad que le llevara buenas noti-cias». No agregó más, y se fue.

[Ese mismo año] cuando se aproxima-ba la tercera conmemoración (segundo aniversario) del fallecimiento del señor Toda, el 2 de abril, los directores, condu-cidos por el señor Koizumi, actuaron para que asumiera como tercer presidente. El 30 de marzo por la tarde, en la sala de re-cepción de la sede central, el director ge-neral me pidió formalmente que aceptara la presidencia.

«Si las cosas continúan como están, Gakkai no se desarrollará —dijo—. El pe-dido de que usted asuma la presidencia ha ido creciendo en toda la organización. Me gustaría mucho verlo asumir como nuevo presidente en la reunión general del 3 de mayo.» Su sincero propósito era dolorosa-mente claro para mí, pero, a riesgo de pa-recer egoísta, rehusé.

Yo tenía sólo 32 años. Era demasia-do joven para esa posición. El señor Toda había asumido ese cargo después de la

séptima conmemoración (sexto aniver-sario) de la muerte del primer presidente Tsunesaburo Makiguchi. Quería esperar, al menos, hasta después del séptimo ser-vicio conmemorativo para el señor Toda. Además, estaba acusado en el juicio re-lacionado con el incidente de Osaka. Si, después de convertirme en presidente, por alguna razón era hallado culpable, daña-ría a Gakkai. Había decidido no aceptar hasta que hubiera probado mi inocencia. (La batalla legal concluyó el 25 de enero de 1962, cuando Daisaku Ikeda fue sobre-seído de todos los cargos)

La desilusión oscureció el semblante del director general Koizumi, pero era evi-dente que no se daba por vencido.

Luego de ese encuentro, en una reu-nión especialmente convocada para el 9 de abril, los directores resolvieron pedir-me que aceptara la presidencia; era una decisión formal de la junta, pero una vez más, cortésmente, decliné ese honor. Mi salud era precaria; de hecho, el médico me había dicho, hacía mucho, que sería afor-tunado si vivía hasta los 30 años. Ese día escribí en mi diario: «¿No hay nadie que pueda reemplazarme y tomar el liderazgo que tanto pesa sobre mi agotado cuerpo?»3

El 11 de abril, se convocó a una reu-nión de emergencia de la junta directiva en la sala de conferencias de la sede cen-tral, a la que asistí. Me pidieron en forma unánime que me convirtiera en presiden-te. Fue muy duro para mí, pero no pude acceder. Al día siguiente, y nuevamente el 13, representantes de los directores se pu-sieron en contacto conmigo, pero yo per-manecí inflexible.

El jueves 14 de abril, la persistente llu-via de la mañana cesó y el cielo empezó a despejarse. El director general Koizu-mi y los tres directores —Koji Harashima, Takehisa Tsuji y Yasu Kashiwabara— me esperaban nuevamente en el salón princi-pal. El director general me instó fervien-temente; el tono de su voz mostraba que no aceptaría un «no» por respuesta. «Su rechazo a la presidencia sólo retrasará el kosen-rufu. El señor Toda nos dijo que si apoyábamos al tercer presidente con todas

nuestras fuerzas y dedicábamos nuestras vidas a trabajar junto con él, lograríamos el kosen-rufu sin falta.» Y enfatizó: «De-bido al sincero deseo de realizar el kosen-rufu, todos nuestros líderes quieren que usted sea el presidente. Por favor, acepte».

Ya no tenía opción. «Si todos sienten así, entonces...»

No terminé la frase; el director general Koizumi saltó: «¿Acepta! Muchísimas gra-cias». Se inclinó profundamente. Eran las 10.10 de la mañana.

Los retratos de los señores Makiguchi y Toda contemplaban la escena. Uno de los directores salió presuroso. Afuera, es-tallaron vítores que se extendieron como una ola. Con lágrimas en los ojos, el señor Koizumi tomó mi mano y la estrechó con fuerza; la asió y no la soltó.

Cada año, cuando nos aproxima-mos a las semanas que van del 2 de abril (aniversario de la muerte de mi maestro Josei Toda) al 3 de mayo (aniversario de mi asunción como tercer presidente de la Soka Gakkai), mi corazón se estremece re-afirmando el compromiso de levantarme asumiendo todo y actuar como prolonga-ción de mi mentor.

Sean en épocas tranquilas o convul-sionadas, el 3 de mayo es, para mí, un punto de partida, el día en que renuevo mi determinación como discípulo insepara-ble del señor Toda en la extensa travesía por el kosen-rufu.

Siempre llevo al señor Toda en mi co-razón. De la vida de este supremo león rey, extraigo, en forma continua, un torrente de valor y de sabiduría.

Como el mentor triunfa con la valentía de un león rey, el discípulo se pone de pie con la misma postura.

Como el mentor actúa con la energía de un león rey, el discípulo se pone en ac-ción con la misma potencia.

Como el mentor lanza el indómito bra-mido de un león rey, el discípulo también profiere el mismo rugido.

Cuando el maestro y el discípulo están unidos en su compromiso con el kosen-ru-fu, la vida de ambos exhibe la Budeidad de los reyes leones.

16 R E S E Ñ A

“Hazte cargo de todo, después de que yo muera”; este deseo final de mi maestro nunca se apartó de mi mente.

Cuando el señor Toda se convirtió en el segundo presidente de la Soka Gakkai, el 3 de mayo de 1951, proclamó que lo-graría la cantidad de setecientas cincuenta mil familias miembros. En ese entonces, la organización contaba sólo tres mil. [E]sa fuerza de setecientas cincuenta mil fami-lias era una meta que el señor Toda se ha-bía jurado lograr, sin falta, como cimiento eterno para el kosen-rufu en el Japón, yo […] sin esperar, me lancé a una lucha re-suelta, decidido a crear una ola de propa-gación...

En enero de 1952, me nombraron in-tegrante del grupo directivo del cabildo Kamata, a los 24 años. [E]n el mes de fe-brero, Kamata marcó un récord de pro-pagación: ingresaron más de doscientas nuevas familias. Esa fue la «contienda de febrero», el catalizador que provocó el monumental esfuerzo para lograr la meta del señor Toda de setecientas cincuenta mil familias.

Asimismo, en mayo de 1956, el señor Toda me envió a Osaka para servirle de apoyo a los miembros de Kansai y logra-mos en un mes el ingreso de 11.111 nue-vas familias a la Soka Gakkai.

En diciembre del año anterior a su muerte, apenas logrado su objetivo de se-tecientas cincuenta mil familias, me dijo: «¡Nuestra próxima meta es dos millones!». Luego, a comienzos del año siguiente, un día antes de su cumpleaños [11 de febre-ro], la cifra había crecido: «Daisaku ¿crees que puedes lograr tres millones de familias en los próximos siete años?» «Sí», respon-dí sin dudar, «Lo haré. ¡Me siento aún más decidido!».

De acuerdo con el deseo de mi mentor, al convertirme en el tercer presidente de la Soka Gakkai, abrí la puerta del kosen-rufu mundial y, en noviembre de 1962, llegué a la meta de tres millones de familias. En ese momento, elevé la mira hacia un logro aún más alto: «¡La próxima vez, seis millo-nes de familias!». Cuatro años después, en 1966, también concreté ese objetivo.

Recuerdo que poco después de con-cluida la histórica ceremonia del 16 de marzo de 1958, en la cual los jóvenes habíamos tomado la posta del kosen-rufu con gallardía, Josei Toda, el segun-do presidente de la Soka Gakkai, me dijo: “¡Cómo me gustaría ir por todo el Japón en las andas que ustedes construyeron para mí!”.

En otra ocasión, me contó que había soñado que viajaba a México y me dijo: “Daisaku, el mundo es tu escenario. Sal al mundo. Hazlo por mí”.

Al término de la guerra, en un esfuer-zo por brindar orientación a los miembros, había llegado a recorrer veintiuna prefec-turas del Japón. Y yo seguí sus pasos con mucho empeño; fui de un extremo a otro, con el afán de concretar su sueño de atra-vesar todo el archipiélago. Incluso llegué a la isla de Okinawa, que por entonces se encontraba aún bajo la administración de los Estados Unidos.

Recuerdo que completé mi recorrido por las cuarenta y siete prefecturas que conformaban el país, incluyendo la aus-tral Okinawa, en el séptimo año de haber asumido la presidencia de la Soka Gakkai.

Luego, el 2 de octubre de 1960, em-prendí mi primer viaje al exterior llevando la foto de mi maestro en el bolsillo interior de mi traje.

Viajé desde el Japón hacia América del Norte y del Sur; fue mi primera travesía para propagar las enseñanzas del budis-mo Nichiren en todo el mundo. En enero de 1961, estuve en Hong Kong, la India y otros destinos de Asia. En octubre, viajé a Europa e inicié así un oleaje de progreso en dirección al kosen-rufu mundial.

El joven Daisaku Ikeda, con 28 años, inscribe las palabras “Lucha Valiente” para los miembros durante la histórica Campaña de Osaka, en el Centro Principal de la Soka Gakkai de Kansai. (mayo de 1956)

Julio de 1956

17A B R - J U N 2 0 2 0

El 16 de noviembre de 1950 […] almor-zando en una cafetería universitaria cerca de las oficinas de la compañía en Nishi-Kanda, Tokio, Toda propuso:

—[F]undemos una universidad. La Universidad Soka.

“En bien del futuro de la humanidad, tengo que crear la Universidad Soka. Pero tal vez no me sea posible lograrlo durante mi existencia. Si así fuera, cuento contigo. ¡Hagamos de ella la mejor universidad del mundo!”

En setiembre de 1954, al pasar por el área de Hachioji, el señor Toda me dijo:

—Aquí me gustaría construir algún día nuestra fortaleza de la educación creadora de valor.

El 22 de enero de 1955, cuando Toda estaba visitando la prefectura de Kochi con Shin’ichi, en respuesta a la pregunta de un miembro acerca de si Gakkai tenía planes para abrir una escuela, dijo:

—Lo estoy pensando para un futuro no lejano. ¡Será un sistema unificado de escuelas, que se extenderá desde el jardín de infantes hasta la universidad, y haré de ellas las mejores del Japón!

Pero falleció en 1958, antes de poder realizarlo.

El establecimiento de este sistema edu-cativo ha sido el sueño tanto de Makiguchi como de Toda, y yo estaba absolutamente decidido a llevar a cabo esta gran empresa.

Universidad Soka, Hachioji, Japón.

Fundé el sistema que se lo conoce como «educación Soka», formada por jar-dines de infantes, escuelas primarias y se-cundarias de ciclo básico y superior, uni-versidades y escuelas de posgrado. Entre ellas se cuentan la Escuela Soka de Segun-da Enseñanza Básica y Superior de Tokio (inaugurada en 1968) en Kodaira, Tokio; la Universidad Soka (fundada en 1971) en Hachioji, Tokio; y la Escuelas Soka de Segunda Enseñanza Básica y Superior de Kansai (establecida en 1973, como Escue-la Secundaria Soka de Señoritas), en Ka-tano, Osaka. En 2001, se inauguró la Uni-versidad Soka de los Estados Unidos, en Orange County, California.

El 2 de abril de 1971, día de la funda-ción de la Universidad Soka, dije:

¡Sensei! Su largamente acariciado sueño de la Universidad Soka finalmente se ha hecho realidad. Acaba de finalizar la ceremonia de inauguración, y las voces llenas de esperanza de los nuevos estudiantes han comenzado a retumbar de un extremo al otro del campus”. En su mente, vio a su maestro sonriendo satisfecho con un gesto de asentimiento.

El 24 de agosto de 1950, el señor Toda y yo caminamos hacia el Parque de Hi-biya, mientras bordeábamos el foso del Palacio Imperial, el señor Toda me dijo: “Son tiempos en que (en el país) impera la libertad de expresión. Una organización que posee su propio diario cuenta con un capital valiosísimo. Gakkai debería tener un periódico. Daisaku, por favor, ponte a trabajar en ello”.

Así fue concebido el Seikyo Shimbun; a partir de esa conversación manteni-da con mi maestro, en épocas de máxima adversidad.

El Seikyo Shimbun que fundamos des-de las bases el presidente Toda y yo, hoy es un monumental bastión de la verdad y la justicia. Esto me hace inimaginablemente dichoso.

Nuevo centro del Seikyo Shimbun en Shinanomachi, Tokio, Japón.

18 R E S E Ñ A

Mi maestro, Josei Toda, había publica-do, en el otoño de 1954, en la revista de es-tudio de la Soka Gakkai, Daibyakurenge, el ensayo titulado “¡Jóvenes, sean patrio-tas!”. En su mensaje, clamaba: “¡Joven, levántate solo! Sin falta, te seguirá un se-gundo y luego un tercero. Una vez que se hayan reunido cien mil patriotas, enton-ces, tan seguro como que el Sol”.

En ese tiempo, yo, que era responsable máximo de la División Juvenil Masculina, juré a mi maestro en mi interior: “¡Sin fal-ta reuniré a esos cien mil jóvenes! ¡Verá que lo lograremos!”.

El 5 de noviembre de 1961 se celebró la convención de los “cien mil jóvenes patriotas”, la Décima Reunión General de la División Juvenil Masculina, que res-plandecerá eternamente en los anales del kosen-rufu.

El 8 de setiembre de 1957, el señor Toda dio a conocer su «Proclama para la abolición de las armas nucleares» que marcaría el inicio y la idea fundamental de todo el movimiento de paz de la Soka Gakkai.

En esta declaración, basado en el prin-cipio budista sobre la dignidad y el carác-ter sagrado de la vida, identificó las armas nucleares como una creación diabólica que amenazaba con privar a toda la hu-manidad de su derecho inalienable a la vida; más aún, señaló que el uso de estas armas constituía el mal absoluto.

A partir de 1983, comencé a escribir una propuesta anual de paz cada 26 de enero, en el aniversario de la fundación de la SGI, para conmemorar su día y en 1996, fundé el Instituto Toda para la Paz (cuya denominación inicial fue Instituto Toda de Investigaciones sobre Estrategias y Paz Global), con el fin de expandir el legado de enseñanzas y principios establecidos por el señor Toda.

En su prefacio a la edición del Nichiren Daishonin Gosho Zenshu (Recopilación de escritos de Nichiren Daishonin) de la Soka Gakkai, el señor Toda escribió: “Mi más ferviente y perdurable anhelo es que este valioso texto sea difundido en Asia y en el mundo entero”. Hoy, de acuerdo con ese deseo, los escritos del Daishonin están siendo traducidos a muchos idiomas alre-dedor del globo.

El Gosho es el núcleo que une a los miembros de la SGI

El señor Toda dijo que a medida que avanzara el kosen-rufu, surgirían nume-rosos valores humanos que desempeñarán importantes funciones en diversos cam-pos de la sociedad. Además, esperaba que, algún día, la organización llegara a ser un

pilar fundamental para el florecimiento de la paz y la cultura en bien de toda la hu-manidad. Con ese fin, insistía en que debía constituirse como un inmenso movimien-to educativo, que pudiera formar personas excelentes, capaces de cumplir esa misión.

Para hacer realidad esa visión de mi maestro, he creado numerosos grupos o departamentos especializados; entre ellos, los de educadores, científicos y académi-cos, artistas, escritores y autores, y miem-bros con experiencia o intereses interna-cionales, así como también de médicos y de profesionales de la salud.

El arte debe ser asequible a toda clase de personas. El señor Makiguchi recalcó la importancia de la belleza como valor, pues consideraba que estaba al alcance de todos los seres humanos y conducía a la felicidad. Esta es la razón por la cual fundé los Museos de Bellas Artes Fuji, la Asocia-ción de Conciertos Min-On y otras institu-ciones culturales.

El 27 de enero de 1962 inauguré el Ins-tituto de Ciencia Oriental (luego conocido como Instituto de Filosofía Oriental). Ese centro de investigación fue el resultado de una idea concebida y propuesta durante una visita que realicé a los países asiáticos, el año anterior. Su función sería promover la investigación de la herencia cultural de Asia y recopilar material académico sobre el pensamiento y la filosofía orientales.

Museo de Bellas Artes Fuji.

Asociación de Conciertos Min-On.

19A B R - J U N 2 0 2 0

El señor Toda en un seminario de es-tudio de la División de Jóvenes, enunció su visión de la ciudadanía mundial y re-calcó que todos éramos una sola familia humana.

En el trasfondo dolorosamente trági-co de la guerra de Corea, ponderó hasta el desvelo cómo poner fin a los sufrimientos de los pueblos de Asia y del mundo, con la vista posada en la propagación de la Ley Mística y en la construcción de un futuro de convivencia pacífica para toda la hu-manidad.

En el año 1968, no había relaciones di-plomáticas entre la República Popular de la China y el Japón, de modo que técni-camente ambos países se hallaban toda-vía en estado de guerra. El 8 de setiembre presenté una propuesta para la normaliza-ción de los vínculos entre ambas naciones. Esta propuesta ayudó a establecer el mar-co previo a las negociaciones que condu-jeron a la regularización de los vínculos diplomáticos en 1972 y a la firma de un Tratado de Paz y de Amistad en 1978.

Una noche, aproximadamente un mes después (marzo de 1954), mientras acom-pañaba al señor Toda en el automóvil, me dijo: “Daisaku, recuerda bien lo que te digo. La tercera generación es la decisiva. ¡Es la que tiene el papel crucial!”. Esto su-cedió poco antes de que yo fuera nombra-do responsable del grupo directivo de la División de Jóvenes.

Desde el comienzo de su presidencia, el señor Toda había anunciado con eviden-te seguridad que el tercer presidente de la Soka Gakkai surgiría de la División Juvenil.

Que un movimiento u organización perdure a través del tiempo o acabe siendo solo un fenómeno transitorio, depende de las primeras generaciones de sus líderes. Puede decirse que la continuidad de una corriente se define en tres generaciones

El tercer presidente debe avanzar re-sueltamente con la juventud. Debe ser ca-paz de atraer y activar la pasión, la fuer-za y la sabiduría de los jóvenes. Esta fue la profunda orientación del señor Toda, quien siempre amó y confió en la juventud y buscó forjarla.

Cuando inicié mi labor como tercer presidente, avancé con el firme propósito de construir una Soka Gakkai centrada en los jóvenes, una organización eternamen-te juvenil. Mi único anhelo ha sido dar for-ma a la visión de mi mentor y cumplir mi misión por el kosen-rufu.

Continuar luchando por el kosen-rufu.

El primer presidente de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, dio su vida por las convicciones que albergaba. Su sucesor, el señor Toda, también ofren-dó su vida por el kosen-rufu. Y como discípulo, yo me levanté con la firme de-terminación de consagrarme [a la misma causa]. Esa era la única manera de saldar la enorme deuda de gratitud que tenía con mi mentor.

Aquel soleado 3 de mayo de 1960, inicié mi gran lucha como tercer presi-dente. Tal como lo hicieron mis prede-cesores, decidí entregar mi vida por los miembros y por el kosen-rufu. Esta he-rencia de abnegación es la línea vital del principio de unidad de mentor y discí-pulo, del cual depende la perpetuación del verdadero espíritu del budismo de Nichiren Daishonin.

El 3 de mayo es invencible, incon-movible aun para las olas embraveci-das. Es un momento lleno de júbilo y de esperanza. Es el día en el cual nuestros amigos alrededor del mundo se regoci-jan, celebran, y profundizan su deter-minación de continuar luchando por el kosen-rufu.

Fuentes• Artículo traducido de la edición de febrero de

2015 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.

• Artículo traducido de la edición del 29 de marzo de 2000 del Seikyo Shimbun, el periódico de la Soka Gakkai.

• Artículos publicados en las ediciones del 11 de noviembre de 2001, 29 de agosto de 2002, 26 de abril de 2003 y 29 de abril de 2003 del Seikyo Shimbun, el periódico de la Soka Gakkai.

• La tortuga tuerta y el tronco flotante, publicado en la edición de abril de 2014 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.

• Fundamentos del budismo Nichiren para la nueva era del kosen-rufu mundial —Parte 3: El kosen-rufu mundial y la Soka Gakkai—Capítulo 2.

• Nueva Revolución Humana Vol. 6, capitulo I, Tierra de los Tesoros 1.

• Nueva Revolución Humana Vol. 15, capitulo II, Universidad Soka 1.

Notes1 END, págs. 296-297.

2 Ikeda, Daisaku: A Youthful Diary: One Man’s Journey from the Begining of Faith to Worlwide Leadership for Peace (Un diario juvenil: La travesía de un hombre desde los albores de la fe hasta el liderazgo de la paz mundial), Santa Monica, California: World Tribune Press, 2000, pág. 502.

3 daIsaku Ikeda, Diario juvenil: La jornada de un hombre desde los comienzos de la fe hasta el liderazgo mundial por la paz. (Santa Mónica, CA: World Tribune Press, 2000), pág. 498.

“Aquel soleado 3 de Mayo de 1960, inicié mi gran lucha como tercer presidente.”

20 E X P E R I E N C I A D J F

Actualmente tengo 11 años de práctica y la salud siempre ha sido un reto para mí, he pasado por diversas situaciones de salud desde hace varios años que incluyen operaciones, hospitalizaciones, entre otros, pero con la práctica estoy determinada a convertirme en una persona saludable, a transformar de raíz mi karma de enfermedades y convertirlo en misión.

Desde hace varios años llevaba tomando hormonas por

una condición de ovario multifolicular, sin embargo, una ginecóloga, me sugiere suspender el tratamiento porque a la larga puede traer repercusiones en otras áreas. Desde la suspensión del mismo, en julio del 2018, tuve un desequilibrio hormonal muy fuerte.

Me mandaron a hacer evaluaciones hormonales y una resonancia de útero y me detectan que tenía un tumor en la hipófisis secretor de prolactina. Cuando obtengo los resultados, me prescriben un medicamento específico para erradicar el

tumor, el cual no se encontraba en el país y sólo algunas personas lo vendían por internet teniendo un costo sumamente elevado y el doctor me dice que posible-mente debía tomarlo de por vida.

En ese momento sentí mucha preocu-pación, pero inspirada por una experien-cia de fe de una señora que transformó una enfermedad incurable, me determi-né a que yo tendría mi propia prueba real en esta área, para inspirar a los demás y transformar de raíz mi karma de enfer-medad.

Me reté el 2 de enero de 2019 a hacer 5 horas de daimoku y me apoyé en leer el gosho y las orientaciones de mi mentor de vida, Daisaku Ikeda, quien me ha inspira-do porque también ha podido transformar su karma de salud.

La primera orientación que leí y me fortaleció fue la siguiente:

“Todo comienza con la oración[...]. La oración es el coraje de perseverar. Es la lucha por superar nuestra propia debilidad y la falta de confianza en sí mismos. Es el acto de grabar en lo más hondo de nuestro ser la convicción de que todo puede cambiarse, sin falta. La oración es la vía para destruir los miedos. Es la forma de desterrar la tristeza, y de encender una luz de esperanza. Es la revolución donde reescribimos el guion de nuestro destino [...] ¡Crean en ustedes mismos! ¡No se desvaloricen! ¡Restarnos valor es lo opuesto al budismo, porque denigra el estado de Buda que llevamos en nuestro interior!” (diciembre de 2004).

Esta orientación y el daimoku me llevó a sentir confianza de que podía transfor-mar esta situación a través de manifestar mi budeidad y confiar en que iba a con-tactar con las mejores circunstancias del medio ambiente.

Fortaleciendo mi fe

Karina Noreica González Ruiz, Asistente Nacional de la División Juvenil Femenina de la SGIV

21A B R - J U N 2 0 2 0

Averigüé del medicamento en Colom-bia con un familiar, pero era sumamente costoso, luego averigüé con mi tutora en Ecuador y allí era más asequible. Luego de conversar con ella mi tutora me envió cinco (5) cajas del medicamento con un compañero que venía a Venezuela la se-mana siguiente e incluso me lo llevó di-rectamente al lugar de trabajo.

Dicho medicamento se toma sola-mente dos vees por semana, porque pro-duce muchos efectos adversos, leyendo el prospecto del medicamento se sugiere iniciar con la mitad de la dosis así que lla-mé al doctor, y me corroboró que era lo adecuado por un mes.

Ese día hice tres horas de daimoku y me inspiré en una orientación del presi-dente Ikeda: “La Ley permite extraer el poder interior ilimitado para resolver todos los sufrimientos en el nivel más esencial. Buda es aquel que, basado en esta Ley ha adquirido la suprema sabidu-ría para poner fin al sufrimiento y cons-truir una felicidad inamovible” (Diserta-ción sobre El logro de la budeidad en esta existencia).

Conté con el aliento de mi madre y el apoyo de mi pareja porque este proceso me generaba mucho temor. Ese día y el si-guiente no tuve efectos adversos fuertes, sin embargo, la semana posterior tuve una baja de tensión fuerte, pero en ese mo-mento estuve protegida y en las mejores condiciones y a partir de allí estuve muy atenta de llevar lo necesario en mi cartera y estar consciente de mi cuerpo con res-pecto a ese síntoma.

Me determiné a transformar de raíz esta enfermedad, a atesorar mi cuerpo y mi salud, lo cual no fue un proceso fá-cil. Tuve días de tristeza, de angustia, de duda y de miedo, sin embargo, haciendo daimoku, leyendo las cartas de Nichiren, apoyando en las actividades, la visita o cualquier escenario que me brinda la SGIV para expandir mi vida y cumplir mi misión, me permitió fortalecerme y salir de mi pequeño yo y desarrollar más con-

fianza en mí proceso de vida. El apoyo de mis compañeros de fe también fue clave.

En abril de 2019 me determiné a rea-lizar conversatorios sobre budismo a mis vecinos, apoyada por mi corresponsable de la División de Caballeros del Área de ese momento, también conté con el apoyo de mi madre y mi pareja. Este nuevo es-cenario me permitió expandir mi vida y apoyar a más personas en mi comunidad y posteriormente con el nombramiento de asistente nacional consolidé aún más mi compromiso por cumplir mi misión en toda Venezuela, con alegría y enten-diendo que estoy consolidando las bases para una felicidad eterna. Esta orienta-ción me inspira al respecto: “La felicidad de una mujer no se define en su juventud. Esta es la etapa de desafío y capacitación para trazar los cimientos de una dicha que perdure toda la vida. Por eso no pierdan la calma”. (Joyas del corazón, 8 de enero).

Continuando con el proceso de salud, el tratamiento se había terminado y mi tutora volvió a enviarme tres cajas del medicamen-to, pero yo seguía con el descontrol hormo-nal. En julio de 2019 me hice nuevamente exámenes hormonales, los cuales arrojaron un valor de prolactina dentro de los límites normales, lo cual fue un gran avance, sin embargo, aún seguía la amenorrea. Poste-riormente, el doctor me indicó tomar otro medicamento, que tampoco estaba en el país, sin embargo, contacté su máxima hu-manidad e incluso me regaló el tratamiento de ese mes. Al final, después de más de un año, mi problema hormonal se comenzó a estabilizar y actualmente, la condición de ovario multifolicular la he ido superando.

Con respecto al tumor hipofisario, me dicen que debía seguir tomando el medi-camento de por vida y quizás hacerme una radiografía a los dos años. Algo en mí no creyó en esa idea y decidí ir a un endocri-no y este me dio una orden para hacerme una nueva resonancia.

En base a los resultados de la resonan-cia y los hormonales, desapareció el tumor hipofisario con el medicamento.

Fui al médico y me corroboró dicho resultado, ausencia de tumor. Indudable-mente toda esta experiencia me ha trans-formado internamente y debo mi gratitud a mi práctica, a mi familia, a la Gakkai y a mi tutora quien me estuvo enviando el tratamiento desde el exterior.

En septiembre de 2019, una prima a quien le había hablado de la práctica hace varios años, pero quien empezó a prac-ticar de forma asidua en abril, recibió Gojonzon después de ver una gran prueba real en su vida, lo cual fue una gran vic-toria en mi vida y me permitió saldar mi deuda de gratitud con mi familia paterna pues se llevó un Gojonzon al hogar de mi infancia.

Con respecto a los conversatorios en mi hogar, se lograron realizar cinco (5) conversatorios, donde once vecinos cono-cieron de la práctica y actualmente dos (2) de ellos han manifestado su deseo de prac-ticar y de ingresar a la SGIV.

Sigo con el deseo de seguir cumplien-do mi misión en mi familia, mi comunidad y todo el país.

Karina al lado de su prima (al centro) el día de la recepción de su Gpjonzon y la responsable del Grupo Losada (derecha),

Karina realizó varios conversatorios de Budismo en su hogar. Hoy, al menos dos de sus vecinos están practicando en los Grupos cercanos.

22 E X P E R I E N C I A S G I

Kathy Vichakchon DiFrancesco explica cómo empezar por cambiar ella misma fue la clave para transformar la relación con su madre y crear una familia unida.

Mis padres se conocieron en Nueva York después de que ambos emi-

grasen de Tailandia, y yo nací y crecí en el distrito de Queens en Nueva York. Cuando empecé la escuela primaria, mi padre ya se había marchado de casa y desde ese mo-mento rara vez lo volví a encontrar.

A lo largo de los años, mi madre se volvió a casar varias veces, y fui testigo de sus relaciones poco saludables y rabia incontenible. Como hija única, a menu-do era blanco de su cólera. Aún recuerdo aquellos días en los que mi madre violen-tamente hacía trizas nuestra casa o me golpeaba.

Creciendo en un ambiente tan caótico, desconocía lo que era una relación sana. Generalmente buscaba la aprobación de los demás y me veía en relaciones code-pendientes en las que desempeñaba el pa-pel de víctima.

Encuentro con el budismo Nichiren

A los 30, ya estaba divorciada y cuida-ba de mi madre viuda y depresiva, quien había venido a vivir conmigo después de que su tercer marido falleciera. En 2005, recurrí a mi plan de pensiones y me tras-ladé a Denver para comenzar una nueva vida por mi cuenta.

Lo irónico de mi situación era que no había escapado de mis problemas. Me encontraba en un nuevo entorno, pero seguía sufriendo y, para enfrentar mi si-tuación, empecé a depender de las drogas. Cuando mis amigos organizaron una in-tervención telefónica, supe que tenía que poner orden en mi vida.

En 2009, iba conduciendo y pasé por delante de un centro budista. Decidí entrar y, en seguida, los miembros de la SGI me dieron la bienvenida y se tomaron el tiem-po de explicarme sobre el budismo. Por primera vez, todo tenía sentido. Sin nin-guna duda, decidí unirme a la SGI.

Las cosas comienzan a cambiar

Mi vida empezó a mejorar lentamente. Había conseguido un empleo estable y me estaba destacando en el trabajo. Conocí a un hombre maravilloso y me mudé a Da-

llas para comenzar una nueva vida con él. Nos casamos en 2010.

Sin embargo, cuando pasé a formar parte de la familia, se “abrió la caja de Pandora” y pude ver las cosas que no que-ría enfrentar. Mi marido tenía tres hijos de su anterior matrimonio, y él y su ex mujer no se llevaban bien. Inmediatamente em-pecé a dudar de mi papel en la familia y luchaba contra sentimientos de inutilidad. De nuevo, volvía a sentirme una víctima.

Sabía que debía fortalecer el cen-tro de mi vida. Empecé a entonar Nam Miojo Rengue Kio para lograr una familia armoniosa y a esforzarme en transformar mi vida. Comprendí que no estaba asu-miendo la plena responsabilidad de mi vida y, como resultado, sufría en cada as-pecto de mi vida. Comencé a orar para ser valiente y encarar todo de frente.

El presidente de la SGI Daisaku Ike-da escribe:

“¿Cómo podemos lograr la armonía familiar, que representa la paz mundial en miniatura?

“En primer lugar, uno mismo debe ser una presencia brillante y luminosa en su familia, y extender a cada uno de sus integrantes la luz de su amor y de su bondad.

Asumir la plena responsabilidad de mi felicidadKathy Vichakchon DiFrancesco, Estados Unidos

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“En segundo lugar, es importante respetarse unos a otros, reconociendo que los lazos familiares entre padres e hijos, o entre cónyuges, son vínculos kármicos que se extienden a las tres existencias del pasado, presente y futuro.

“En tercer lugar, debemos hacer una aportación positiva a la sociedad y trabajar para forjar sucesores que contribuyan de la misma manera”.

Reparando las relaciones

Oré para que sucedieran dos cosas: (1) que se reparase la relación con mi madre; y (2) que mis hijastros, su madre, mi ma-rido y yo nos uniésemos como familia y transformáramos tantos años de rabia y amargura.

Ambas cosas por las que oraba pare-cían imposibles.

La relación con mi madre era tensa y me sentía desconectada. Basada en las orientaciones del presidente Ikeda, decidí dejar de echarle la culpa a ella y ser yo el sol resplandeciente en nuestra relación. Con respecto a mi propia familia, determi-né que mis hijastros no sufrieran a causa de la desunión entre los padres y que tu-viéramos una familia armoniosa.

Primero, tuve que enfrentar y transfor-mar la inseguridad, la rabia y la falta de autoestima que tenía desde pequeña. Cada vez que tenía sentimientos negativos, ora-ba para enfrentar mi debilidad valiente-mente y conquistarla. Pronto, mis juicios y críticas se convirtieron en una profunda comprensión por el sufrimiento de mi ma-dre. Me di cuenta de que su ira derivaba de su propio sufrimiento, y no del deseo de hacerme daño.

Un día, reuní el coraje para llamar a mi madre y decirle por primera vez que la quería. Deseaba decirle lo mucho que la apreciaba aún si ella no me correspon-

Kathy con su familia (de izquierda a derecha), marido, Paul, e hijos, Michael, Matthew y Daniel.

diera, aun estando aterrada por lo que pu-diera responderme, pero, para mi sorpresa, ella también me dijo que me quería. Desde entonces nos hemos esforzado en recons-truir nuestra relación, y ahora la invito a Dallas para que pase tiempo con mi fami-lia. Para su 70 cumpleaños el año pasado, la llevé a Las Vegas. Fue nuestro primer viaje de madre e hija. Nuestra relación se ha transformado completamente. Empecé también a preguntar a mis hijastros cómo estaba su madre y la llamaba y enviaba mensajes para prestarle mi apoyo, aunque nunca recibía respuesta. Ellos me trans-mitieron que creían que los padres divor-ciados jamás se podrían llevar bien, y no podían entender por qué yo lo intentaba.

A comienzos de este año, mi marido y yo estábamos en un evento de atletismo de uno de nuestros hijos, y su madre tam-bién estaba presente. Se abrió conmigo sobre su lucha personal y se disculpó por no responder a mis mensajes y llamadas. Me agradeció por ayudarle en cuidar a sus hijos y me dijo que me apreciaba. Recien-temente, nuestro hijo menor pronunció un discurso en la cena de graduación de su hermano sobre lo feliz que estaba por habernos unido como familia. ¡Yo estaba maravillada! Nos habíamos convertido en la familia que antes creía imposible.

La clave para la transformación

Pude aprender que mi propio cambio es la clave para transformarlo todo. Mis relaciones cambiaron cuando decidí to-mar plena responsabilidad de todo en mi vida, a no ser más víctima de mis circuns-tancias y manifestar amor compasivo para uno y para los demás.

Aún tengo mucho trabajo por hacer, pero estaré eternamente agradecida a esta práctica que me ha empoderado para transformar mi karma. Como responsable de mi organización budista local, ¡estoy determinada a forjar valores humanos que contribuyan a la mejora del mundo y quiero introducir a muchas personas a esta práctica empoderadora para que ellos también puedan transformar sus vidas!

Adaptado de la entrega de septiembre 2019 de Living Buddhism, SGI-USA.

24 E D I T O R I A L D E D A I S A K U I K E D A

El conocimiento es luz... Esta es una convicción que hemos heredado del fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, quien no cesó de estudiar ávidamente ni siquiera en prisión, donde finalmente murió como prisionero de conciencia.

Estudiar el budismo de Nichi-ren Daishonin, que es

el budismo del sol, nos brinda una luz in-finita, intensa y cálida, cuya potencia nos cuesta imaginar.

En una de sus cartas, el Daishonin elogia a la monja laica Myoho, quien le había formulado una pregunta sobre el Sutra del loto en un período en que se ha-llaba cuidando a un familiar gravemente enfermo. En relación con esto, escribe: «El hecho de que usted quiera saber sobre el Sutra del loto y pregunte por su signifi-cado es una extraordinaria causa de bue-na fortuna».1 Quien tiene el espíritu de se-guir estudiando las enseñanzas budistas, aun en situaciones difíciles y adversas, genera una tremenda buena fortuna y una esperanza sin límites.

El Daishonin escribe, asimismo, que «todos los seres de los diez estados pueden manifestar la Budeidad, cada uno con la forma física que posee».2 Cualquier perso-na, sean cuales fueren sus circunstancias, puede activar el brillante estado interior de su budeidad, con la fuerza de ento-nar Nam Miojo Rengue Kio. El Daishonin compara esto con «la luz de una antorcha en un sitio que ha estado a oscuras durante

cien, mil o diez mil años».3 El movimiento de estudio budista de la Soka Gakkai ha permitido a un sinfín de gente sincera y común iluminar su vida y la de otros con la «antorcha» de la Ley Mística.

Muchos de nuestros pioneros, a causa de la guerra, se vieron privados de opor-tunidades educativas o solo pudieron asistir brevemente a la escuela. Pero a partir de estudiar los escritos del Daisho-nin y de ponerlos en práctica en su reali-dad cotidiana, vivieron dignificados por el orgullo de aprender y por la alegría de la revolución humana. Llegaron a ser ex-pertos en el estudio budista y ayudaron a forjar a muchos Bodisatvas de la Tierra de gran capacidad.

Esta pura corriente de empodera-miento, sustentada en el estudio del pen-samiento budista con una profundidad y una amplitud sin precedentes, hoy se ha convertido en un anchuroso río de edu-cación para la paz que explora la filosofía del respeto a la dignidad de la vida y enri-quece la existencia del pueblo en todo el mundo.

Hoy, en más de treinta países del con-tinente africano se está impartiendo el Programa panafricano de estudio y de evaluación sobre el budismo. Cuando los miembros terminan sus exámenes —mu-chos de ellos, habiendo superado difíciles circunstancias personales— lucen en el rostro una sonrisa de victoria. ¡Son perso-nas realmente nobles e inspiradoras!

En cada lugar, nuestros compañeros se esfuerzan en «los dos caminos de la prácti-ca y el estudio»,4 mientras profundizan su juramento como Bodisatvas de la Tierra y avanzan por la ruta del kosen-rufu mun-dial, desplegando la unión de «distintas personas con un mismo propósito».

Nichiren Daishonin escribe: «El mara-villoso medio para poner fin, de verdad, a los obstáculos físicos y espirituales de los seres humanos no es otro que Nam Miojo Rengue Kio».5 Precisamente porque nues-tro mundo abunda en «obstáculos físicos y espirituales», basémonos en los escritos de Nichiren Daishonin y esforcémonos más aún por transmitir la Ley Mística con co-razón valiente y sincero.

«Todos los fenómenos que existen son manifestaciones de la Ley budista»,6 afir-ma el Daishonin. Por ende, brillemos con una postura amplia y abierta hacia el co-nocimiento, y trabajemos para asegurar que la sabiduría y el intelecto sean utiliza-dos para la felicidad humana y para la paz del mundo.

El budismo es la luzque convierte el veneno en medicina.Intrépidos campeones de la sabiduría,¡sigan estudiando y triunfen en cada circunstancia!

(Traducción del artículo publicado en la edición de abril de 2020 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai).

Notas1 La única frase esencial, en Los escritos de Nichiren

Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 966.

2 Véase ib., pág. 967.

3 Ib.

4 El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en END, pág. 408.

5 El maravilloso medio para superar los obstáculos, en END, pág. 884.

6 The Writings of Nichiren Daishonin (WND), vol. 2, Tokio: Soka Gakkai, 2006, pág. 844.

ESTUDIAR CON ORGULLO LAS ENSEÑANZAS DEL DAISHONINY EXPERIMENTAR LA ALEGRíA DE LA REVOLUCIÓN HUMANA

Miembros de Altos Mirandinos.

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ABRIL

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La sabiduría del budismo es el camino directo a la felicidad.

En otra carta, dirigida al sacerdote lai-co Soya, Nichiren Daishonin escri-

be: «[L]as entidades hambrientas perciben el río Ganges como fuego, y los seres hu-manos, como agua; a su vez, las deidades celestiales lo ven como amrita. Aunque el agua es la misma, tiene una apariencia distinta según la retribución kármica ori-ginada en el pasado».1

El mundo se presenta de distinta for-ma a la gente, según su estado de vida. Por ende, la forma en que un buda perci-be y experimenta el mundo es diferente de la de otros seres con un estado de vida más bajo.

Sin embargo, aunque parezca que so-mos personas comunes, no iluminadas, expuestas a padecer un sinfín de proble-mas y desafíos, cuando activamos nues-tra naturaleza de Buda intrínseca, pode-mos transformar por completo el estado de aflicción en el cual nos encontramos. A esto se denomina «percibir el verdadero aspecto de la realidad».2

Cuando examinamos el mundo con esta profunda sabiduría, llegamos a re-conocer que todos los seres poseen la naturaleza de Buda. También compren-demos la naturaleza verdadera de todos los fenómenos; es decir, vemos las cosas tal como realmente son. Entonar Nam Miojo Rengue Kio nos permite poner en juego la sabiduría de buda para transfor-mar positivamente cualquier sufrimiento

o problema, de acuerdo con el principio de «transformar el veneno en remedio». Así, finalmente entendemos que todo posee significado y que, en el mundo del budismo, nada carece de sentido. Pode-mos reflexionar con agradecimiento y decir, por ejemplo: «¡Nunca hice tanto daimoku como cuando me enfermé!»; «¡Cuánto crecí y elevé mi vida luchando contra esa situación extrema!».

Aun cuando debamos afrontar algo que, a los ojos de todo el mundo, es un tre-mendo obstáculo kármico, cuando lo ve-mos con los ojos de la Budeidad podemos distinguir las espléndidas y nuevas cum-bres que nos esperan del otro lado. Cam-biar nuestra mirada de las cosas —es de-cir, cambiar la mentalidad o actitud— nos permite ver todos los problemas y dificul-tades como el combustible de nuestra re-volución humana. Quien se ve a sí mismo como protagonista de una excitante aven-tura de transformación interior puede adornar su vida de felicidad y de victoria.

Por tal motivo, es importante seguir entonando Nam Miojo Rengue Kio cuan-do estamos felices y cuando nos afecta la tristeza, sin jamás apartar nuestra vida del Gojonzon. Esta oración seria, pura y deci-dida nos permite desplegar la sabiduría de buda y convertir el mundo de sufrimien-to en el escenario de nuestra misión para ayudar a todos los demás a ser felices, y en una tierra de tesoros rebosante de alegría.

El Daishonin escribe: «Cuando venera-mos el Miojo Rengue Kio [Ley Mística] in-herente a nuestra propia vida como objeto de devoción, la entonación de Nam Miojo

Rengue Kio hace surgir y despliega nues-tra naturaleza de Buda interior. A esto se refiere el término “Buda”».3 El señor Toda decía acerca de este fragmento:

La vida de quienes entonan Nam Miojo Rengue Kio al Gojonzon [el objeto de respeto o devoción fundamental] es, en sí misma, un objeto de respeto fundamental. Está claro. Por eso el Daishonin dice que entonar Nam Miojo Rengue Kio es, en sí, abrazar y practicar la Ley Mística.

Seguir haciendo daimoku y esforzán-donos con bravura, sin permitir que nos aplasten las adversidades más insidiosas... Esto es, en sí, una increíble victoria y re-presenta el espíritu indómito de los budas.

Serie de disertaciones del Presidente de la SGI. ILUMINANDO EL MUNDO CON EL BUDISMO DEL SOL. Folleto de la SGIV Fe, práctica y estudio: Los fundamentos del budismo Nichiren – Entrega 19.

Notes1 END, pág. 509.

2 Percibir el verdadero aspecto de la realidad: En otras palabras, ver las cosas tal como son. El Sutra del loto señala: «El Que Así Llega [el Buda] percibe el verdadero aspecto de los tres mundos exactamente como es». El Sutra del loto, cap. 16, pág. 225. El Buda, al percibir claramente la realidad del mundo en que vivimos y al comprender la verdadera naturaleza de todos los fenómenos, imparte la sabiduría de su iluminación para liberar a todas las personas del sufrimiento.

3 END, pág. 929.

La sabiduría de ver las cosas tal como realmente son

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MAY

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¿Cuál es el propósito de la religión? Conducir a la felicidad propia y de los demás, a la felicidad de todo el pueblo, y al establecimiento de la paz mundial.

Para lograr ese cometido, cada per-sona debe fortalecerse y ser

más sabia. Esa fue la convicción inamo-vible del maestro Tsunesaburo Makiguchi, fundador de la Soka Gakkai.

¿Qué es el bien? ¿Cuál es el camino co-rrecto en la vida? Son preguntas universa-les que han interesado al ser humano des-de tiempos inmemoriales.

El señor Makiguchi buscó —y encontró— en el budismo del Sol, y en los escritos de Nichiren Daishonin, una filosofía sólida que reafirmaba la dignidad de la vida y guiaba sabiamente a las personas en dirección a las respuestas.

El 18 de noviembre es el día fundacio-nal de la Soka Gakkai (1930). Asimismo, es la fecha en la cual murió el señor Ma-kiguchi en la cárcel, como mártir de con-ciencia (1944). Hasta su último instante, se negó a ser vencido por la represión del gobierno militarista del Japón y mantuvo su compromiso con la causa de ayudar a las personas a construir una felicidad ge-nuina.

Cuando lo encarcelaron, lo primero que hizo fue pedir un ejemplar del Gos-ho, los escritos de Nichiren Daishonin.

Aunque las durísimas condiciones pe-nitenciarias extremadamente duras y la comida insuficiente mellaron la salud del anciano señor Makiguchi, su espíritu de búsqueda siguió intacto, siempre ardien-te hasta el final.

En cartas enviadas a su familia desde la cárcel, leemos: «La fe es lo más importante»;1 «Estoy completamente con-centrado en la fe»;2 y «Lo que estoy so-portando no es nada comparado con las dificultades que afrontó el Daishonin en Sado».3 En sus palabras, palpita el orgullo de vivir basado en la fe y en las enseñan-zas del Daishonin, sin escatimar la vida.

Su discípulo Josei Toda, puesto en prisión al mismo tiempo que él, también perseveró con determinación inaltera-ble. Siguió leyendo el Gosho y el Sutra del loto, y entonando Nam Miojo Rengue Kio con fervor, entregado a una profunda contemplación que, finalmente, lo condu-jo a comprender la verdad de que el buda es la vida, y a asumir su identidad como Bodisatva de la Tierra.

Estos dos grandes maestros lucharon resueltamente contra la naturaleza diabó-lica de la autoridad, aspirando a la felici-dad humana y a la paz. Aun en una celda, ambos se esforzaron solemne e intrépida-mente en «los dos caminos de la práctica y el estudio».4

Esta dedicación abnegada a propa-gar la Ley, a trabajar sin desmayo por el kosen-rufu — algo que heredé de ambos — constituye la esencia de la relación de maestro y discípulo que unió como

un hilo conductor a los tres presidentes fundadores de la Soka Gakkai.

Para el señor Makiguchi y el señor Toda, leer los escritos del Daishonin fue una parte indisoluble de su lucha sincera por manifestar en sí mismos el estado ilu-minado de la Budeidad. En la Soka Gakkai de hoy, pervive intacta esta postura de lle-var a la práctica y grabar en el corazón los escritos del Daishonin para trasladarlos a la propia conducta.

Nuestra organización ha creado un in-menso movimiento filosófico basado en el libre albedrío y en la motivación interna de cada uno de sus miembros. Es un movi-miento que invita a las personas comunes a estudiar el budismo, transmitirlo a otros y ejercitarlo en forma personal.

Esta «universidad sin muros» donde la gente se desarrolla y se entrena median-te la práctica y el estudio del budismo hoy está presente y en expansión en todo el mundo.

Serie de disertaciones del Presidente de la SGI. ILUMINANDO EL MUNDO CON EL BUDISMO DEL SOL. Folleto de la SGIV Fe, práctica y estudio: Los fundamentos del budismo Nichiren – Entrega 19.

Notes1 MakIguchI, Tsunesaburo: Makiguchi Tsunesaburo

Zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), Tokio: Daisanbunmei-sha, 1987, vol. 10, pág. 278.

2 Ib., pág. 276.

3 Ib., pág. 282.

4 Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 408.

El estudio del budismo en la Soka Gakkai existe para elevar el estado de vida de la gente

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JUNIO

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La acción del Buda tiene como objeto el bienestar de la gente y la paz. Su propósito es la felicidad de las personas, es decir, la liberación de todo sufrimiento para la humanidad.

La fe es la base primordial que nos permite sostener esta tarea del

Buda, la que a su vez es afianzada me-diante el estudio. Por lo dicho se infie-re que no puede haber fe donde no hay proceso de profundización en el cono-cimiento del Budismo, y que el conoci-miento de la filosofía budista es una ver-tiente de la cual emana la fe.

De joven, solía registrar en mi diario las frases del Gosho que más me conmo-vían, algo que, con el transcurrir del tiem-po, se convirtió en un hábito. Cuando va-mos al Gosho impulsados por un ardiente afán de aprender para transmitir la Ley a las demás personas, podemos encontrar-nos allí con el espíritu de Nichiren Dais-honin. Una fría noche de otoño de 1950, escribí en mi diario una decisión: “La lu-cha se intensifica cada día. [...] La única opción es seguir adelante abrigando el

deseo de triunfar. Pues éste es el único camino. El trabajo es importante, pero no debo descuidar el estudio del Gosho”1.

Uno no puede considerarse un autén-tico y fervoroso seguidor del Budismo mientras no tenga un cabal conocimiento de la filosofía budista.

Sólo cuando se tiene la fuerza mo-triz de la fe y las alas del estudio, se logra conmover el corazón de cientos de miles de personas y tener el poder de conven-

cimiento para incentivarlas a que profun-dicen el estudio. Debemos convertirnos en esta clase de adalides del kosen-rufu. Ya que sólo así veremos propagar la Ley Mística.

El Budismo de Nichiren Daishonin que proclama la dignidad suprema de la vida humana declarando que “nuestra vida es en sí la Torre del Tesoro y el Buda mismo”2 constituye, sin duda, una guía fundamen-tal que conduce a la paz, y a la eliminación de los males que padece la sociedad con-temporánea.

La Soka Gakkai deberá retornar siem-pre al Gosho, el “sutra del Último Día de la Ley” (…), ya que en él resplandece la grandiosa vida de Nichiren Daishonin, quien enfrentó toda clase de persecucio-nes y obstáculos para abrir el camino del kosen-rufu de los diez mil años y más del Último Día de la Ley.

Además, nos da la profunda y aguda visión que permite conocer lo que hay de-trás del esquema invariable de una socie-dad en la cual los individuos que esgrimen la justicia son perseguidos y calumniados.

El único modo de desarrollar la condi-ción de un buda de la “verdadera entidad de todos los fenómenos”, es decir, de ma-nifestar el estado sublime de la Budeidad sin apartarnos de nuestra condición de persona común, es “leer” con nuestra vida los escritos del Daishonin y hacer que ellos sean parte esencial de nuestro ser.

La alegría de estudiar nos permite ad-quirir la convicción inamovible de la fe. Y esa convicción es lo que nos hace rebosar coraje para que hablemos de Budismo con los demás.

El origen del Budismo se remonta a las conversaciones que mantuvo Sakya-muni con su amigo, a quien le transmitió

su convicción sobre la Ley a la cual había despertado. Efectivamente, desde sus ini-cios, el diálogo cumplió un papel funda-mental.

Incluso, podemos decir que el Gosho de Nichiren Daishonin es la cristalización de un apasionado afán de diálogo. (…) Mu-chos de los escritos del Daishonin adoptan el estilo de un diálogo en el cual una inter-pelación va seguida de una réplica.

El inquebrantable afán de diálogo, ba-sado en los dos caminos de la práctica y el estudio, representa una tradición inalte-rable dentro de la Soka Gakkai. Estudiar, dialogar y volver a estudiar. En este pro-ceso dinámico, impulsado por el espíritu de búsqueda, yace la auténtica senda de la práctica budista.

El presidente Toda dijo una vez: “Co-miencen a estudiar las filosofías más ele-vadas. Si profundizan el Gosho, llegarán a comprender todo lo demás”.

Jóvenes imbuidos del espíritu de bús-queda, compañeros miembros llenos de gloria: ¡es ahora cuando deben consagrar-se al estudio, éste es el momento en que deben alzar la voz como jamás lo han he-cho. ¡Con el Gosho, la “enseñanza (sutra) de la humanidad”, en sus manos, irrum-pan en el nuevo escenario de la historia! ¡Todo sea por el mañana esperanzador de la humanidad entera! ¡Todo sea para ilu-minar al planeta Tierra con la fina luz del humanismo!

Artículo adaptado de la Serie de ensayos del presidente de la SGI Ikeda. Reflexiones sobre La nueva revolución humana publicado en la edición del 19 de octubre de 2001 del Seikyo Shimbun

Notes1 Véase IKEDA, Daisaku: Diario Juvenil: La jornada

de un hombre desde el inicio de la fe al liderazgo mundial por la paz, Santa Monica, CA, World Tribune Press, 2000, págs. 54-55.

2 Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 30. Traducción corregida, en base a WND, pág. 299.

La alegría de estudiar Budismo

28 A R T I C U L O

Los inviernos en el norte del Japón son largos e implacables. Pero incluso mientras soplan los vientos fríos, las plantas conservan pacientemente su fuerza vital y esperan el momento de dar nuevos brotes verdes y tiernos.

Por mucho que duren los inviernos

de la adversidad y de los contratiempos, nuestros miembros sin falta puedan sor-tearlos y florecer espléndidamente, y transmitan el mensaje esperanzador que dice: «Los que creen en el Sutra del loto parecen vivir en invierno, pero el invierno siempre se convierte en primavera».1

Nuestros compañeros que con espíritu valiente e invencible han probado que «el invierno siempre se convierte en primave-ra» son como hermosos cerezos que crecen en la montaña de la Soka, envueltos en la luz de la felicidad y adornados de flores.

Nichiren Daishonin escribe: «Hay algo extraordinario en [...] la forma en que el verano, el otoño, el invierno y la primave-ra se suceden unos a otros. También ocu-rre algo inusitado cuando una persona co-mún logra la Budeidad. En ese momento, invariablemente aparecen los tres obstá-culos y los cuatro demonios; pero cuando

ello sucede, los sabios se regocijan, mien-tras que los necios se echan atrás».2

No tengamos miedo a los cambios. Sigamos, todos y cada uno de nosotros, creando valor como personas de bravura y de sabiduría.

En el Japón y en el mundo, la profe-sión médica y la sociedad en general están dedicando ingentes esfuerzos a detener la expansión del coronavirus (COVID-19). Estoy infinitamente agradecido a los in-contables individuos que trabajan sin des-canso, noche y día, en diversos frentes de esta lucha. Asimismo, estoy orando con fervor, desde lo más profundo de mi co-razón, para que esta amenaza cese cuanto antes y se restablezca la normalidad y la seguridad.

El eminente historiador británico Ar-nold J. Toynbee (1889-1975) dijo que quienes viven en épocas de crisis deben ser los pioneros de una era mejor, enfoca-dos en hallar soluciones positivas que den paso a un período de avance.3

Estoy seguro de que nuestros valientes jóvenes Bodisatvas de la Tierra se unirán a sus amigos del mundo y trabajarán juntos con fortaleza, sabiduría y optimismo para crear una época mejor.

Una vez más, grabemos en nuestra vida el famoso pasaje de La apertura de

los ojos que tantas veces cité con nues-tros miembros de Tohoku, de Hokkaido y del mundo: «Aunque mis discípulos y yo encontremos toda clase de dificultades, si no albergamos dudas en nuestro corazón manifestaremos la Budeidad en forma na-tural».4

Los maestros y discípulos de la Soka, forjados en la lucha contra «toda clase de dificultades», nunca hemos olvidado es-tas palabras en los momentos cruciales y siempre hemos perseverado en el avance. Por eso, hemos podido manifestar nuestra budeidad «en forma natural».

¡Superando con espíritu triunfal cada adversidad que surja en nuestro camino, difundamos en el mundo un movimiento cada vez más potente que libere el estado de vida de la budeidad, que es la expresión más elevada de toda la humanidad!

(Extractos del ensayo de Daisaku Ikeda, publicado el 11 de marzo de 2020 en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai)

Notas1 El invierno siempre se convierte en primavera, en

END, pág. 561.

2 Los tres obstáculos y los cuatro demonios, en END, pág. 668.

3 Véase toynbee, Arnold J.: Democracy in the Atomic Age: The Dyason Lectures 1956, Melbourne: Oxford University Press, 1957, pág. 16.

4 La apertura de los ojos, en END, pág. 300.

El invierno siempre se convierte en primavera

Miembros y amigos de la división juvenil del Grupo El Caribe

30 R E S E Ñ A

En la historia de la Soka Gakkai hay fechas muy importantes que marcan un hito y son relevantes para el movimiento del kosen-rufu, por ejemplo, un 14 de abril de 1960 en Japón, nuestro mentor Ikeda aceptó asumir la presidencia a la Soka Gakkai y el 3 de mayo se realizó la ceremonia de asunción.

Causalmente un 14 de abril, pero de1973, se establece formalmente la Soka Gakkai

Internacional de Venezuela y allí comien-za la lucha por el avance del kosen-rufu en Venezuela. Desde ese día hasta hoy, han transcurrido cuarenta y siete años.

La marea del kosen rufu de Venezuela empezó con ese pequeño paso, pero una gran causa, emprendido por un puñado de creyentes que asumieron con seriedad su tarea y ha ido avanzando todos estos años, por todos aquellos que seguimos con el deseo de cumplir nuestra misión como bodisatvas de la tierra y así continuamos el camino marcado por los tres presidentes de la Soka Gakkai.

Este camino siempre continuará basa-do en los principios y el amor compasivo propios del budismo de Nichiren Daisho-nin, el cual nació hace 767 años. Ikeda sensei, en una de sus disertaciones nos comparte el espíritu y la determinación que prevalecieron en el Daishonin, el día que entonó por primera vez Nam Miojo Rengue Kio:

Eso ocurrió el 28 de abril de 1253, fecha en que decidió establecer su enseñanza para aliviar el sufrimiento de todas las personas. Consciente del gran hostigamiento que ello traería aparejado, declaró: «[S]i no digo lo que debo, estaré actuando sin benevolencia». Más adelante, explica:

Si en esta existencia actual, por miedo a perder la vida, no digo lo que debo, ¿en qué otra existencia futura podré lograr la Budeidad? ¿En qué existencia futura podré

dar la salvación a mis padres y a mi maestro? Con pensamientos como estos en primer plano, decidí que debía empezar por decir lo que debía». De esa forma inició su gran lucha verbal para guiar a la felicidad a toda la gente y establecer la paz del género humano.

Como herederos directos de su espíritu fundacional, los maestros y discípulos de la Soka hemos dialogado resueltamente en bien del kosen-rufu, con el objetivo de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra».

Cuando Nichiren Daishonin proclamó su enseñanza por primera vez, lo hizo frente a un pequeño grupo de personas. Nuestras reuniones de diálogo, donde nos encontramos a conversar sobre el budismo Nichiren en pequeños grupos, mantienen esta tradición del Daishonin. Allí, con el mismo corazón que él,

expandimos constantemente la esfera del diálogo budista por la paz y la felicidad, para poder saldar nuestra deuda de gratitud, dar verdaderos beneficios a nuestros padres, entablar lazos de amistad y solidaridad, y guiar al mayor número posible de personas hacia el camino de la Budeidad.

La Soka Gakkai ha heredado directa-mente este espíritu de Nichiren Daishonin y ha venido esforzándose por concretar la paz mundial y la felicidad de todas las personas. Hoy, nuestra organización se ha establecido en 192 países y territorios del mundo haciéndose realidad las siguientes palabras del Daishonin:

Al principio, sólo Nichiren recitó Nam Miojo Rengue Kio, pero luego lo siguieron dos, tres y cien más, que lo entonaron y enseñaron a otros. Así, de este mismo modo, se llevará a cabo la propagación en el futuro. ¿Acaso no es lo que significa «irrumpir de la tierra»? (El verdadero aspecto de todos los fenómenos, END 40, pag. 406)

Lo siguieron dos, tres y cien más…

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A continuación, extractos de las entrevistas realizadas por el Seikyo Criollo a los tres directores generales que ha tenido la SGIV. Estas entrevistas se publicaron completas en ocasión del 40° aniversario de la SGIV en 2013.

Seikyo Criollo: ¿Cómo inició su práctica?

EDUARDO YOJI NOSE: Mi prima tuvo un niño que sufrió meningitis con consecuencias severas en su cerebro. Ella sufría mucho por eso y llegó a querer suicidarse jun-to al niño. Le hablaron del Budismo de Nichiren Daishonin y de la Soka Gakkai y decidió practicarlo. Luego de un tiem-po de hacer gonguio y daimoku, el niño que había perdido el habla por la enfer-medad, comenzó a repetir el gonguio en el jardín de infancia, esto fue la prueba para ella.

Con este beneficio, mi prima com-partió la práctica conmigo y yo dije “no pierdo nada probando”, así que empecé a practicar. El 29 de enero de 1959 recibí Gojonzon, tenía 17 años de edad. Yo es-tudiaba en otra ciudad, así que cuando re-gresé de vacaciones les hablé del budismo a mis padres, hermanas, tíos y tías, y todos recibieron Gojonzon. En total, logré que ingresaran a la Soka Gakkai como a 30 familias. Fuimos los pioneros en el pueblo donde vivíamos.

RAMÓN E. REGALADO: Lo conocí través de mi cuñada Maritza Barrios. Ella le informó a mi esposa Celina, que en una casa cerca-na donde vivían en el sector El Caribe, se hacían reuniones todos los sábados don-de concurrían muchos jóvenes y un señor japonés quien dirigía esas reuniones. Era en la casa del señor Salvador Valero y su esposa. “¿Por qué no nos acercamos?”, le dije a mi esposa Celina, por curiosidad. Entramos a la reunión, y nos sorprendió la cantidad de jóvenes que había. Pero nos llamó poderosamente la atención que el señor Nose estaba orando delante de un

altar. […] Viendo la actitud del señor Nose, tan concentrado, tan erguido pensé: “Este señor si sabe lo que está haciendo. Los jó-venes quizás no se percaten bien, pero el señor Nose si sabe correctamente lo que él está haciendo”.

Seguimos asistiendo a las reuniones, en casa de la familia Valero, y en casa de Yoji Nose y su esposa, en San José. Y nos fuimos introduciendo poco a poco hasta que llegó el momento de recibir el Gojon-zon el 28 de mayo 1973.

LYDIA SALAS: Empecé a practicar en febre-ro del año 75 y recibí Gojonzon [el] 24 de agosto. Me habló del Budismo, Sandra Lasser. Yo estaba trabajando en una em-presa que tuvo que agrupar a 125 guías o personas bilingües para atender una conferencia y dentro de ese grupo esta-ba Sandra Laser […]. Sandra decía que yo trabajaba demasiado y era verdad. Yo no tenía familia aquí en Venezuela, entonces me dedicaba todo el tiempo a trabajar. Y cuando ella me vio, dijo: “esta muchacha trabaja demasiado. Parece una esclava. Yo le voy hablar de Budismo”. Entonces, me habló de Nam Miojo Rengue Kio.

Yo les tuve que hablar [a mis herma-nas] inmediatamente de la práctica y les dejé anotado Nam Miojo Rengue Kio; te-níamos poco tiempo practicando. En di-ciembre empezaron todos a practicar y recibir Gojonzon. Mi mamá se regresó a Colombia, ella recibió su Gojonzon y se lo llevó a Colombia.

SC: ¿Qué pasó el 14 de abril de 1973?

EYN: Se planificó una primera visita del di-rector de la SGI de Estados Unidos a Ve-nezuela, en representación del presidente Ikeda, así que organizamos una reunión ge-neral en el Salón Venezuela del Hotel Ávila. Ahí reunimos como 200 personas, la ma-yoría invitados, familiares y amigos de los miembros y nuevos practicantes de ese mo-mento y ese día lo establecimos como la fun-dación de la SGI de Venezuela. Ese día, yo fui nombrado como primer director general del Cabildo Venezuela (equivalente a una Zona actualmente). Se crearon dos Distritos (Sectores), Freddy Leiser como responsable en uno y Salvador Valero en el otro.

Después de ese 14 de abril fui invitado a participar en una actividad mensual en Estados Unidos, entonces yo aprovechaba cada viaje y traía 10, 20 o a veces 50 Go-jonzon a Venezuela. Allá me preguntaban cómo entregábamos tanto Gojonzon. En diciembre de ese año (1973), ya se habían entregado alrededor de 200 Gojonzon. Todo esto como resultado de tener reunión todos los días.

RER: Nos invitaron a la reunión donde se iba a oficializar la organización. Eso fue en el Hotel Ávila. Allí estuvimos presentes con muchos otros invitados. Fue una re-unión extraordinaria, Celina y yo queda-mos más entusiasmados con todo lo que se explicó en esa reunión. [...] Y continuamos hasta que recibimos el Gojonzon.

Se cumplen 47 años de la Fundación de la SGI de Venezuela

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