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A B C. SÁBADO 10 DE JUNIO DE 1933. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 29. LA SRTA. H1LDEGART. MUERTA A TIROS POR SU MADRE Antecedentes En la mañana de ayer, próximamente a las ocho, se desarrolló en la calle de Gali- leo, número 57, piso cuarto, un sangriento suceso, del que íué víctima la señorita Hil- degart Rodríguez, que actualmente desem- peñaba la secretaría de la Liga de Reforma Sexual. La señorita Híldegart, que tenía el título de abogado, contaba dieciocho años de edad y vivía con su madre, doña Aurora Rodríguez Caballeira, en la mencionada casa. Según informes particulares, pero que ofi- cialmente no han tenido confirmación, entre madre e hija existían frecuentes disgustos, debidos, ai parecer, a que la madre temía que su hija, por motivos políticos o por otros de índole particular, se separara de ella. Anteanoche, según esta versión, debieron sostener una de sus frecuentes discusiones. Cómo fue descubierto el crimen Prestaba servicios domésticos en la casa de la señorita Hildegart la sirvienta Julia {Jarcia Sanz, la cual ha declarado que a las ocho de la mañana doña Aurora la ordenó que saliera a la calle para pasear a dos perros que tenían en la casa. La muchacha cumplió la orden de la señora y permaneció en la calle bastante tiempo, al cabo ¿el cual regresó a la casa. Al entrar en la vivienda recorrió algu- nas habitaciones de ésta con el fin de buscar un gato que había desaparecido, y al entrar en el cuarto de la señorita Hildegart vio el cuerpo de ésta en la cama bañado en sangre y, al parecer, sin vida. Alarmada Tulia, saiió a la escalera pidiendo auxilio a grandes vo- ces, a las que acudió la portera de la finca. Esta dijo a Julia <me doña Aurora, la madre de la señorita Hildegart. había salido mo- mentos antes a la calle cubierta con un abri- go y portadora de un paquete de ropas. Al salir doña Aurora dijo a la portera que buscara a la sirvienta Julia, que se hallaba en la calle con los perros, y la hiciera subir al piso. Reconocimiento del cadáver. Las heridas A las voces que había dado Julia, acu- dieron inmediatamente, después de la por- tera, varios vecinos, entre ellos un funcio- nario de Policía llamado D. Víctor Gerar- do Sola, el cual empezó a actuar. En segui- da se dio aviso a la clínica establecida en la calle de Fernández de los Ríos, de la cual salió un médico, que reconoció elca- dáver de la señorita Hildegart y certificó la defunción. El cuerpo presentaba tres he- ridas por arma de fuego en el lado dere- cho de la cara y otra en la parte alta del pecho. Se supone que los disparos fueron hechos a bocajarro, a juzgar por los efec- tos de los fogonazos que se observan en el cuerpo de la víctima. En una cama turca que había en la mis- ma habitación, y entre varias ropas, fue encontrado un revólver con cinco cápsulas, cuatro de ellas disparadas, al parecer po- cos momentos antes. Al lugar del suceso acudió el Juzgado de guardia, que era _el número 13, el cual pro- cedió al levantamiento del cadáver e ins- truyó diversas diligencias encaminadas a •descubrir los móviles del crimen. La autora del crimen se presenta en casa del Sr. Botella Asensi Según se desprende de la información practicada,; doña Aurora 4 inmediatamente después de_ cometer el crimen, se puso un abrigo, salió a la calle, habló, como queda dicho, con la portera de la finca, y se di- rigió a casa del diputado Sr. Botella Asen- si, al que hizo un relato de su crimen, y seguramente habrá explicado las causas. El Sr. Botella Asensi, una vez que co- noció lo ocurrido, aconsejó a doña Aurora que se presentara a las autoridades. Doña Aurora entonces, acompañada deü Sr. Bo- tella Asensi, se presentó en el Juzgado de guardia, donde prestó su primera decla- ración. Aunque ésta no se ha hecho pública, se puede afirmar, sin embargo, como conse- cuencia de ciertas determinaciones poste- riores de las autoridades, que doña Aurora manifestó que su hija, ppr consejo de diver- sas personalidades que citó, trataba de aban-, donarla. Estas intenciones de la señorita Hildegart se habían acentuado desde su in- greso en el partido federal, al que se había afiliado _ recientemente, después de separarse del radical-socialista. También habló doña Aurora en sus ma- nifestaciones de las relaciones amorosas de su hija con determinada persona. Estas re- laciones, unidas al deseo de la víctima de separarse de la autora de sus días, son, se- gún parece, las que han originado el su- ceso. Este, a juzgar por las primeras investiga- ciones, se debió desarrollar cuando la vícti- ma se hallaba durmiendo en su lecho. Lá\ autora del crimen quedó detenida en el Juzgado de guardia. Manifestaciones de la madre de la víctima Varios vecinos de la calle de Galileo, nú- mero 57, prestaron ayer declaración ante el Juzgado de guardia, manifestando que hace varios días habían visto cómo doña Auro- ra subía a la azotea de la casa armada de 8, ÍO, 12 HP. Recambios para todas marcas. Fernando el Santo, 24. Región Centro. MATA MOSCAS, POLILLA, CHINCHES, MOSQUITOS. ETC Se devuelve el c!i• ñero, si no mat ASTORIA ESTRENA EL L.UXEJS PRÓXIMO o»n I B F B VELEZ. Es un "film" PARAMOUNT. Hoy y mañana, últimos días de BAIIiAXDO A CIEGAS Oiga, esta noche en el al diio de los tenores RICARDO ÜAYRAL @n del maestro Sorozábal. una pistola, con la que hizo un disparo al aire, y después de comprobar que el arma funcionaba bien se retiró a sus habitaciones. El juez interrogó a doña Aurora sobre este extremo, y la detenida lo ha ratificado, diciendo que, efectivamente, hizo un dispa- ro, pero que en el momento de realizarlo no tenía el revólver con la intención de matar a su hija, sino de quitarse la vida cuando las cosas llegaran a límite, pues no podía hacerse a la idea de que su hija se separara de ella, según le había manifesta- do en diversas ocasiones. La parricida ingresa en la cárcel Una \ez prestada declaración ante el Juz- gado, doña Aurora fue conducida en ua automóvil a la cárcel de mujeres. Al salir dej Juzgado, la parricida lloraba y] se cu- bría la cara con el cuello del abrigo. Las posibles causas del crimen Por versiones recogidas, se sabe que la madre habitaba en la casa con su hija des- de que se construyó aquélla, es decir, des- de hace más de cuatro años, y que ambas hacían una vida ordenada, al parecer con absoluta compenetración, sin que se hubie- ra registrado la menor riña, y apenas si salían de noche, pues cuando lo hacían era para ir a la Casa del Pueblo. La madre mostraba gran cariño por la hija, no existiendo ningún detalle que pu- diera hacer sospechar el trágico suceso des- arrollado en la mañana de ayer; sin em- bargo, hace algunos días se alteraron estas relaciones con disgustos violentos, que obe- decían a que la hija había anunciado a su madre el propósito de separarse, ignorán- dose si esta separación se debía a la pro- paganda política realizada por la señorita Hildegart o por las relaciones amorosas que sostenía con un teniente de alcalde de Bar- celona, a cuyas relaciones se oponía rotun- damente la madre; y otras versiones atri- buyen estos hechos a contrariedades de ín- dole económica. También sospechaba la madre, según parece, que su hija sostuviera, relaciones con otro joven socialista, y que tuviera, asimismo, gran amistad con un es- cultor, que actualmente estaba haciendo un busto a la muchacha, y a quien ésta dedicó en cierta ocasión un elogioso artículo. La diligencia de autopsia se veri- ficará hoy Como el cadáver de la infortunada se- ñorita Hildegart ingresó en el depósito a las once de la mañana de ayer, la diligen- cia de autopsia no tendrá lugar hasta que hayan transcurrido las venticuatro horas, verificándose, por tanto, en la mañana ac hoy, a la hora mencionada. La personalidad de la señorita Hildegart La señorita Hildegart Rodríguez colabo- raba actualmente en el periódico de la no- che La Tierra, y anteriormente lo había hecho en El Socialista, y en ambos pcr'ó- dicos propagaba continuamente sus ideas, • avanzadísimas en todos los órdenes. Figuraba actualmente en el partido fe- deral, y contaba apenas diecinueve años de edad. Exposición /del cadáver y entierro Según nos comunican del Centio Federal fEchegaray, 20), allí será expuesto h.05, a las doce de la mañana, el cadáver de la víc- tima. De r de dicho Centro partirá el entierro, a las seis de la tarde. ABC (Madrid) - 10/06/1933, Página 29 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.

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Aurora Rodreiguez

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  • A B C. SBADO 10 DE JUNIO DE 1933. EDICIN DE LA MAANA. PAG. 29.

    LA SRTA. H1LDEGART.MUERTA A TIROS POR

    SU MADREAntecedentes

    En la maana de ayer, prximamente alas ocho, se desarroll en la calle de Gali-leo, nmero 57, piso cuarto, un sangrientosuceso, del que u vctima la seorita Hil-degart Rodrguez, que actualmente desem-peaba la secretara de la Liga de ReformaSexual.

    La seorita Hldegart, que tena el ttulode abogado, contaba dieciocho aos de edad yviva con su madre, doa Aurora RodrguezCaballeira, en la mencionada casa.

    Segn informes particulares, pero que ofi-cialmente no han tenido confirmacin, entremadre e hija existan frecuentes disgustos,debidos, ai parecer, a que la madre tema quesu hija, por motivos polticos o por otros dendole particular, se separara de ella.

    Anteanoche, segn esta versin, debieronsostener una de sus frecuentes discusiones.

    Cmo fue descubierto el crimenPrestaba servicios domsticos en la casa

    de la seorita Hildegart la sirvienta Julia{Jarcia Sanz, la cual ha declarado que a lasocho de la maana doa Aurora la ordenque saliera a la calle para pasear a dos perrosque tenan en la casa. La muchacha cumplila orden de la seora y permaneci en la callebastante tiempo, al cabo el cual regres a lacasa. Al entrar en la vivienda recorri algu-nas habitaciones de sta con el fin de buscarun gato que haba desaparecido, y al entraren el cuarto de la seorita Hildegart vio elcuerpo de sta en la cama baado en sangrey, al parecer, sin vida. Alarmada Tulia, saiia la escalera pidiendo auxilio a grandes vo-ces, a las que acudi la portera de la finca.Esta dijo a Julia