A Rq Moche Huaca

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Proyecto Arqueológico Huacas del Sol y de la Luna S. Uceda, E. Mujica, R. Morales / editores Investigaciones en la Huaca de la Luna 1996 Facultad de Ciencias Sociales Universidad Nacional de La Libertad - Trujillo

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Proyecto ArqueológicoHuacas del Sol y de la Luna

S. Uceda, E. Mujica, R. Morales / editores

Investigaciones en laHuaca de la Luna 1996

Facultad de Ciencias SocialesUniversidad Nacional de La Libertad - Trujillo

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Proyecto ArqueológicoHuacas del Sol y de la Luna

Investigaciones en laHuaca de la Luna 1996

S. Uceda, E. Mujica, R. Moraleseditores

Facultad de Ciencias SocialesUniversidad Nacional de La Libertad - Trujillo

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© Facultad de Ciencias SocialesUniversidad Nacional de La Libertad - Trujillo

Primera Edición: Lima, 1998

Diagramación: GenesYs G R A P H I C SDiseño de Carátula: Fernando Landaluce

Foto de carátulaVista general del muro con serpientes en relieve, conjunto arquitectónico 18,

al pie de la Plataforma I de la Huaca de la Luna

AUTORIDADES UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

Dr. Guillermo Gil MalcaRector

Ms. Eduardo Achútegui GiraldoDecano Ciencias Sociales

PROYECTO ARQUEOLÓGICO HUACAS DEL SOL Y DE LA LUNA

Dr. Santiago Uceda CastilloCo-director

Lic. Ricardo Morales GamarraCo-director

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SACRIFICIOS HUMANOS,DESMEMBRAMIENTOS Y

MODIFICACIONES CULTURALES ENRESTOS OSTEOLÓGICOS: EVIDENCIAS DE

LAS TEMPORADAS DE INVESTIGACIÓN1995-96 EN HUACA DE LA LUNA

John W. Verano

INTRODUCCIÓN

Este informe presenta el resultado preliminar delos análisis que venimos realizando en restoshumanos recuperados de tres contextos diferentesde la Huaca de la Luna. El primero y más grande delos grupos proviene de las excavaciones dirigidaspor Steve Bourget en la Plaza 3A durante 1995 y 1996(Bourget 1997; y también Bourget en estevolumen). El segundo grupo fue recuperado de laPlaza 3C durante las excavaciones de 1996(Orbegozo, en este volumen). Finalmente, sepresenta el análisis de dos cráneos humanosmodificados hallados en el conjunto arquitectónico8 del sector urbano del sitio (Tello, en este volumen).Estos grupos de restos humanos se describen enconjunto, debido a que los tres parecen estarasociados a actividades de captura y sacrificio deprisioneros en la Huaca de la Luna.

OBJETIVOS DEL ESTUDIO

Los principales objetivos de los análisis fueron:(1) determinar las características demográficas delos esqueletos, como edad y sexo; (2) definir lascaracterísticas físicas y biológicas de la muestra, comoestatura en vida, morfología y robustez; (3) evaluar lasalud general de los individuos, según las evidenciashalladas de patología ósea y dental; (4) identificarlesiones traumáticas potencialmente relacionadas a lacausa y manera de muerte; y (5) identificarindicadores de procesos tafonómicos, tales comoexposición superficial, actividad de carnívoros ocarroñeros, o cualquier evidencia de desmembra-miento intencional u otra modificación de los restos.

PROCEDIMIENTOS DELABORATORIO

Una vez extraídos del campo, los restos óseosfueron limpiados con pequeñas brochas suaves ypinceles para remover la arena y/o sedimentosadheridos. Se aplicó consolidantes sólo enespecímenes particularmente frágiles, quedando losdemás disponibles para su datación por radiocarbono,o análisis de isótopos estables y elementos traza.

Los restos fueron inventariados, examinadosvisualmente y medidos para estimar las estaturas.Igualmente, se recogieron datos básicos acerca de larobustez y morfología esqueléticas. Algunoselementos seleccionados fueron fotografiados,dibujados y/o radiografiados. La edad y el sexofueron determinados según los métodos descritospor Bass (1987) y Ubelaker (1989). Para larecolección de datos se siguió las recomendacionesde Buikstra y Ubelaker (1994).

RESTOS ÓSEOS DE LA PLAZA 3A

Hallazgos Generales

Los restos óseos hallados en la Plaza 3A seclasifican en cuatro categorías básicas: (1) esquele-tos completos y articulados; (2) esqueletosparciales, cuando les falta el cráneo, o al menos unode los miembros; (3) miembros aislados: manos,pies u otras agrupaciones de elementos articulados;y (4) huesos aislados. Los esqueletos completosfueron relativamente raros en comparación a los

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esqueletos parciales, grupos de huesos o elementosaislados, los cuales fueron más comunes. La altafrecuencia de desarticulación complica la estimacióndel número total de individuos presentes. Aunque elanálisis prosigue, los resultados preliminaressugieren que por lo menos se trata de 60 individuos.

Condición de los Restos

La preservación de estos restos óseos varía entrebuena y excelente. Parte del material es frágil, peroen general está bien preservado, permitiendoobservar detalladamente marcas de corte, fracturasy/o otras patologías. La condición de las superficiesexternas de los huesos varía substancialmente y

aparentemente refleja la cantidad de tiempo quecada espécimen estuvo expuesto a la intemperieantes de ser cubierto por la tierra o la arena. Mientrasque algunos huesos muestran gran decoloración,evidencia de su exposición a la intemperie y a la luzdel sol, otros presentan poca evidencia deexposición superficial. El determinar las relacionesentre los patrones de intemperización y la posiciónestratigráfica de los esqueletos es uno de losobjetivos de los análisis aún en curso.

Ninguno de los huesos presenta evidencias dedaño producido por carnívoros, lo cual indica queperros u otros animales semejantes no tuvieronacceso a estos restos. Sin embargo, ya que la Plaza 3Ase encuentra al aire libre, buitres, moscas necrófagasy otros carroñeros aéreos podrían haber accedidofácilmente a los cadáveres humanos, siempre quesus actividades no hubiesen sido evitadas de algunamanera activa. El buitre negro, Coragyps atratus,podría haber sido uno de aquellos carroñeros, talcomo podrían haberlo sido varias especies demoscas sarcófagas (Rea 1986, Faulkner 1986). Sehan hallado pupas de mosca en el depósito de laPlaza 3A, aunque sólo en pequeña cantidad. Estoprobablemente se explica tanto por las condicio-nes de preservación como por el hecho que laplaza estuvo expuesta frecuentemente a fuerteviento, el cual podría haber removido tales restos.Desafortunadamente, los buitres parecen no dejarmarcas en los huesos, por lo que su presencia nopuede ser confirmada osteológicamente; sinembargo, es bien conocida su representaciónfrecuente en escenas de sacrificio y castigo de laiconografía Moche (Donnan 1978, Hocquenghem1978, Rea 1986).

Características Demográficas de laMuestra

Todos los restos óseos de la Plaza 3A, para loscuales se pudo identificar características de sexo,son masculinos (cráneos, principales huesos largos,huesos pélvicos, etc.). En cuanto a la edad quetuvieron al morir, todos caen dentro de la categoríade adolescente, adulto joven y adulto medio. No hayrestos de mujeres, niños, ni tampoco de adultomayor (sobre 45 años). La edad media de la muestraes de 23 años (rango: 15 a 39 años), según loscriterios esqueléticos y dentales, como calcificacióny erupción dental, unión epifisiaria, morfología de lasínfisis púbica y de la superficie auricular, cierre delas suturas endo y ectocraneales, y cambiosdegenerativos del esqueleto. De acuerdo a lahomogeneidad de estas características demográfi-cas, se puede afirmar que se trata de un grupoaltamente seleccionado.

Fig. 149. Fracturas soldadas, cúbito y radio del ladoizquierdo. ARP-II, Individuo I.

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Características Físicas

En términos de morfología esquelética general,se puede afirmar que este grupo estuvo conformadopor individuos que, en vida, fueron robustos yfísicamente activos, aunque no notablemente másaltos que adultos masculinos de otras muestrasMoche (ver cuadro 10). Es notoria la ausenciageneral de signos de anemias crónicas (hiperostosisporótica y cribra orbitalia) u otros indicadores demala salud infantil (ej. hipoplasias del esmalte). Sinembargo, son muy frecuentes las evidencias detrauma previo (Fig. 149). Se observó fracturascuradas de costillas, huesos largos y fracturasdeprimidas de cráneo en 18 individuos. Muchas deestas lesiones, especialmente aquellas de cráneo yen ciertos huesos largos, sugieren fuertemente unorigen por trauma interpersonal más que accidental.

Aunque los índices de fracturas por cada hueso eindividuo aún no han sido calculados, experiencias

con otros cementerios Moche (Verano 1994, 1997)permiten afirmar que en este caso la proporción defracturas curadas es inusualmente alta, y que comogrupo, los individuos de la Plaza 3A tuvieron unavida particularmente activa y violenta. Más aún, almomento de morir, al menos 11 individuos teníanlesiones en proceso de curación (ej. fracturas decostillas, escápula, huesos largos y los márgenes dela apertura nasal) (Fig. 150).

El examen de dichas lesiones sugiere diferentestiempos de curación: desde algunas semanas hastaaproximadamente cerca de un mes. Se plantea lahipótesis que éstas representan lesiones ocurridasdurante el combate, o luego de la captura de estosindividuos. Estas lesiones en proceso de curaciónson importantes porque sugieren que hubo unperíodo entre la captura de algunos prisioneros enla Huaca de la Luna y su sacrificio final.

Lesiones Perimortem

Las lesiones perimortem son generalmentedefinidas como aquellas que ocurren en o alrededordel momento de la muerte, cuando el hueso estáfresco y flexible (Turner 1983). Las dos lesiones másfrecuentes de este tipo en la Plaza 3A, son: (1) marcasde corte sobre las vértebras cervicales y (2) fracturascraneales. Aunque con menor frecuencia, tambiénse vio marcas de corte en algunos cráneos, huesoslargos y falanges.

Estas marcas son más comunes sobre la segunday tercera vértebras cervicales (también se ven en laprimera, cuarta, y sétima). El 75% de los individuoshallados con la columna cervical completa tienenentre una y nueve marcas de corte, localizadas sobrela cara anterior de los cuerpos vertebrales yfrecuentemente también sobre las apófisis transversas(Fig. 151). Las marcas dejadas en el hueso parecenreflejar degollamiento más que decapitación de lavíctima, dado que en muchos casos se observó estasmarcas asociadas a cráneos y columnas vertebralesaún perfectamente articuladas. También contribuyeel hecho que las marcas son siempre anteriores y/o

Fig. 150. Fractura del cúbito izquierdo en proceso deformación del callo óseo. HG96-102

MUESTRA Nº PROMEDIO RANGO

Plaza 3A 29 156.4 150.5 - 163.8

Pacatnamú 53 157.6 148.2 - 168.7

Complejo "El Brujo" 9 159.9 152.7 - 166.3

Cuadro 10. Comparación de estatura (cm.) de individuos dela Plaza 3B con muestras comparativas Moche.

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laterales y jamás comprometen las articulacionesintervertebrales, o las apófisis espinosas, tal comoocurre en casos de decapitamiento (Verano 1986;Plaza 3C, abajo).

Las fracturas craneales fueron generalmentemuy grandes, con desprendimiento de una buenaporción de la bóveda craneana (Fig. 152). Lamayoría de ellas parece ser producto de un golpedado con un objeto romo, aunque en algunoscasos, los márgenes de las áreas fracturadassugieren el uso de objetos con punta, como elcaso de la maza con cabeza en forma de estrella.Basado en el examen preliminar de los cráneos ysus patrones de fractura, no es claro si estosgolpes ocurrieron en el momento de la muerte otiempo después, luego de la descomposición delos tejidos blandos. La morfología de estaslesiones resulta ambigua.

Aparte de las fracturas craneales y de las marcas decorte en la columna cervical, otras evidencias detrauma perimortem fueron más raras. Como semencionó antes, algunos cráneos mostraron marcasde corte (Fig. 153), y muy pocos huesos postcranealesmostraron alguna. Esto es intrigante, ya que seencontró un gran número de restos desarticulados enla Plaza 3A. Esto sugiere que la desarticulaciónobservada representa un proceso natural en ladescomposición de los cuerpos: una posibledisturbación por parte de los buitres, o unamanipulación de los cadáveres parcialmente descom-puestos por humanos, o una combinación de estosprocesos. No existe evidencia osteológica decercenamiento intencional de cabezas o miembros.

Interpretación

Las excavaciones de la Plaza 3A realizadas durante lastemporadas 1995 y 1996 recuperaron los restos de al

menos 60 adolescentes y adultos jóvenes masculinos.Su perfil demográfico sugiere que estos son los restos deprisioneros seleccionados para ser sacrificados. Lapresencia de numerosas heridas curadas sugieretambién que este grupo tuvo una violenta historiaprevia. La presencia de fracturas en proceso de curaciónal tiempo de la muerte indica, además, que estosindividuos fueron sacrificados poco tiempo después deuna confrontación física en la cual habrían sidocapturados. Las fracturas en proceso de curación de losmárgenes de la apertura nasal, observada en dosindividuos, pueden ser comparadas con la iconografíaMoche, en donde el prisionero vencido aparece siendogolpeado en la nariz hasta sangrar (Fig. 154). Lacomposición y características físicas de los grupos de laPlaza 3A, así como los tipos de fracturas perimortemobservadas en sus esqueletos conforman un paralelis-mo fiel con las escenas de captura y sacrificio deprisioneros de la iconografía Moche.

Hasta la fecha el más cercano paralelismoarqueológico con el depósito de la Plaza 3A es unafosa común con restos de 14 adolescentes y jóvenesadultos en el sitio de Pacatnamú, valle deJequetepeque. La fosa común de Jequetepeque, lacual también se interpretó como un sacrificio deprisioneros, es posterior a los depósitos de la Plaza3A en alrededor de quinientos años. Sin embargo,presenta similitudes en cuanto a los tipos de fracturapresentes y al tipo de tratamiento dado a las víctimas(Verano 1986, 1995). Paralelismos con otros sitiosMoche son escasos. Algunos esqueletos parcialmen-te desarticulados, interpretados como sacrificios,fueron encontrados durante las excavaciones delaño 1993 realizadas en la plaza en frente de lafachada principal de la Huaca Cao Viejo en elComplejo �El Brujo�, valle de Chicama (Franco,Gálvez y Vásquez 1995; Verano y Anderson 1997).

Fig. 152. Fractura del cráneo sin evidencia de reacción ósea.ARP-II, Cráneo XI.

Fig. 151. Ejemplos de cortes en vertebras cervicales enindividuos de la Plaza 3A.

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Aunque la iconografía de los relieves policromos dela Huaca Cao Viejo muestra claramente el sacrificiode prisioneros, aún faltan descubrir evidenciasosteológicas de los mismos, a una escala tal vezcomo la vista en la Huaca de la Luna.

RESTOS HUMANOS DE LA PLAZA 3C

Durante 1996, las excavaciones en pequeñasunidades de la Plaza 3C recuperaron restoshumanos incompletos y parcialmente articulados(Orbegoso, en este volumen). Casi todos ellostienen la particularidad de mostrar marcas de cortesugerentes de desmembramiento y descarnamientointencional. Hubo una intención de descarnar loscuerpos, más allá de la desarticulación, ya que sehallaron marcas de corte sobre áreas de inserciónmuscular. Estos hallazgos, aunque limitados,brindan evidencia nueva e importante que sugiereque algunas de las víctimas sacrificiales en la Huacade la Luna recibieron un tratamiento más complejoque el normalmente encontrado en los restoshumanos depositados en la Plaza 3A.

Aunque la muestra es pequeña (restos parciales desiete individuos), los restos esqueléticos de la Plaza3C muestran edad y sexo similares a los de la Plaza 3A(adolescentes y hombres adultos). Dada la proximi-dad de ambas plazas, es ciertamente posible que los

restos de la Plaza 3C derivasen del sitio sacrificial de laPlaza 3A. A continuación se presenta resúmenesindividuales de los restos humanos de la Plaza 3C.

Entierro 1

Es el esqueleto parcial (tronco, huesos del brazoderecho y de los miembros inferiores) de un adultojoven de sexo masculino. Las fotos de campo muestranque ambas piernas estuvieron en hiperflexión a nivelde las rodillas. Esto sugiere que las piernas fueronamarradas, o que sus tendones, ligamentos y músculosfueron seccionados en el momento del entierro.

El estado de conservación de los huesos esbastante bueno, aunque algunos muestran evidenciade haber estado expuestos al medio ambientedespués de la descomposición de los tejidos blandos.

Inventario de Huesos

• Columna vertebral (completa, con excepciónde las vértebras cervicales C1-2)

• Costillas (fragmentos de cabezas y cuellos de15 costillas)

• Hueso coxal (completo)• Húmero, radio, y cúbito del lado derecho� Fémures, tibias, rótulas, y peronés

Huellas de corte

Son visibles en casi todos los huesos, incluyendola columna vertebral, las costillas, y los huesos largos(Fig. 155). Algunas se pueden relacionar a la causade muerte, otras con desarticulación, y otras condescarnamiento.

Fig. 154. Sangrando un prisonero vencido (según Donnan1985. 78).

Fig. 153. Cortes en la boveda craneana. Cráneo HG96-53.

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Columna Vertebral y Caja Torácica

La tercera y cuarta vértebras cervicales muestranhuellas de corte en la superficie anterior del cuerpo.Su ubicación y orientación es muy similar a lo yaobservado en las víctimas de ARP-II y sugiere que elindividuo fue degollado. La tercera vértebra tambiénpresenta cortes en las partes superiores de las apófisistransversas, signo de decapitación. Igualmente,fueron encontradas en las apófisis espinosas de lasvértebras dorsales y lumbares, y en los cuellos decuatro costillas. La ubicación de estos cortes sugiere ladisección de los músculos espinales posteriores.

Huesos Largos y Hueso Coxal

De manera semejante también se observaronhuellas de corte en el húmero (tuberosidaddeltoidea y porción distal de la diáfisis) y cúbitoderechos (epífisis proximal), en ambos fémures,tibias y peronés (en varias partes de las diáfisis).

También hay cortes en ambos huesos iliacos, y en larama isquiopúbica del hueso coxal derecho.

Fracturas

Todas las costillas están fracturadas en la regióndel cuello.

Interpretación

El hallazgo de estas fracturas y cortes indican queel cuerpo del Entierro 1 fue parcialmentedesarticulado y descarnado antes de su entierro en elPlaza 3C. Los cortes en la cara anterior del cuerpo deC3 son muy similares a los encontrados en las víctimasdegolladas del ARP II. Esto posiblemente indica quese trata de un sacrificio que después sufrió un procesomás elaborado de desarticulación y descarnamiento,previo a su entierro final en el Plaza 3C.

Entierro 2

Las fotos de campo muestran una pelvis y cuatrovértebras lumbares en posición anatómica, acompa-ñadas por huesos dispersos: un radio, varias costillasy vértebras aisladas. El examen del material en ellaboratorio documentó la presencia de lossiguientes elementos:

• Un hueso coxal derecho casi completo,fracturado y con evidencia de haber estadoexpuesto por mucho tiempo a la intemperie,perteneciente a un adolescente de sexomasculino.

• Un radio izquierdo con ambas epífisisfusionadas.

• 6 fragmentos de costillas.• 2 vértebras lumbares provenientes de

diferentes individuos.• 5 vértebras dorsales.• 2 vértebras cervicales.

Hay huellas de corte en el radio (diáfisis,superficie ventral), en el hueso coxal (encima de latuberosidad isquiática, superficie ventral de la ramaisquiopúbica), dos de las vértebras dorsales y unade las lumbares (apófisis transversa y espinosa). Elnúmero mínimo de individuos a los quepertenecerían estas vértebras es tres.

También hay huellas de corte en la pelvis que seencontró articulada; por encima y por detrás de lastuberosidades isquiáticas, en los márgenes de losacetábulos, y en las superficies mediales de loshuesos iliacos. Una vez más, el hallazgo de huellas decorte indica desarticulación y descarnamiento.

Fig. 155. Plaza 3C, Entierro 1. Las flechas indican marcas decorte.

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Entierro 3

A juzgar por las fotos de campo, el Entierro 3 nofue sino otro grupo de huesos desordenados. En ellaboratorio fue posible ordenar el material comoperteneciente a por lo menos 3 individuos. Loshuesos largos y las pelvis de dos de ellos estánprácticamente completos; además de un cráneo,siendo nombrados como Esqueleto 1 y Esqueleto 2.Un peroné, mas la porción distal de una tibia, fueronseparados como un tercer individuo, por ser elprimero muy largo y la segunda muy grande paraencajar en alguno de los esqueletos anteriores.

Esqueleto 1

Corresponde a un varón, de una edad estimada de30-35 años, mayor y menos robusto que el Esqueleto 2.Su cráneo, aunque fragmentado, está relativamentecompleto, así como su mandíbula. Claramente carecede deformación, pero su fragmentación impide hacermediciones. Hay marcas de cortes en la parte izquierdadel cuerpo mandibular; en la escápula, clavícula, fémury peroné izquierdos; en los huesos pélvicos y en laparte proximal del húmero derecho.

Esqueleto 2

Fue ordenado por ser más joven (18-21 años) yrobusto que el Esqueleto 1. No se halló cráneo nimandíbula para este individuo.

Tiene múltiples marcas de corte en la clavícula(cara superior de la diáfisis), húmero (terciosproximal y distal, caras anterior y posterior), cúbito(diáfisis, mitad proximal), fémur (diáfisis y metáfisisproximal; ver Fig. 154), tibia y peroné izquierdos;varias áreas del húmero derecho, L5, sacro, ambosradios (extremos distales) y huesos pélvicos.

Vértebras y Costillas

Las vértebras no pudieron ser asignadas conseguridad a ninguno de estos individuos. Estas fueron:

Lumbares: diez vértebras para los tres individuos(dos adultos, un adolescente). Cinco de ellasarticulan bien y forman un buen conjunto. Dos delas restantes articulan bien entre sí. Ninguna articulabien con el sacro del Esqueleto 2 ó el L5 sacralizadodel Esqueleto 1. Se observa marcas de corte en lasláminas de una de ellas.

Torácicas: un total de 29. Las marcas de corte soncomunes en las láminas y las apófisis transversas.

Cervicales: trece en total. Siete articulan bien yforman un conjunto (incluyendo el C2 malformadoque se describe luego); y uno segundo, de C4 a C7,que aparentemente articula bien. Esto deja dosvértebras, C3 y C6, que deben pertenecer a un tercerindividuo. No se observó marcas de corte enninguna. El atlas del primer conjunto no articulaadecuadamente con el cóndilo occipital izquierdodel cráneo del Esqueleto 1, y es demasiado grande yviejo para el Esqueleto 2, de tal modo que debepertenecer al tercer individuo, sino a algún otro.

Costillas: cinco (o fragmentos) tuvieron marcasde corte, siete mostraron una fractura perimortemdefinida, usualmente en el cuello o cerca de latuberosidad; y una en el cuerpo. De manerainteresante, los once fragmentos cuya posiciónanatómica puede ser determinada, fueron izquier-dos. Cuenta total cabezas/cuellos: 17.

Huesos Aislados del Tercer Individuo

La porción distal de una tibia derecha y unperoné izquierdo completo, demasiado grandespara pertenecer a los esqueletos 1 ó 2. La tibia estárota y muestra áreas de fractura comminuta querecuerda a las lesiones por compresión. Este es elúnico hueso del Entierro 3 que muestra este tipo defractura. El peroné muestra algunas marcas decorte en el cuerpo.

Conclusiones

Los restos humanos hallados en la Plaza 3C, tantodesarticulados como parcialmente articulados, pare-cen representar, por lo menos, a siete individuos loscuales fueron descarnados y desarticulados, y cuyosrestos fueron depositados en varios lugares de la Plaza.Sólo una porción pequeña de la plaza 3C fue excavadadurante 1996, y mayores excavaciones son necesariaspara entender mejor el patrón y composición de losrestos humanos dentro de esta área.

CRÁNEOS HUMANOSMODIFICADOS DEL CONJUNTO

ARQUITECTÓNICO 8

En julio de 1996, dos cráneos modificados fueronhallados durante las excavaciones del complejo dehabitaciones denominado conjunto arquitectónico8, aproximadamente a 100 m. al oeste de la Huaca dela Luna. La unidad arquitectónica en la cual loscráneos fueron hallados fue una estructuraresidencial de forma cuadrangular, localizada en elcentro del conjunto arquitectónico 8 (Tello, en este

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volumen). Los cráneos fueron localizados en unode los cinco nichos construidos en la pared surdel recinto. Los nichos son cuadrangulares, deaproximadamente 60 cm. de lado, y con accesodesde la parte superior. Cuatro de ellosestuvieron llenos sólo con arena eólica, mientrasque el nicho con los cráneos lo estuvo por arcillacompacta, la cual contenía además fragmentosde cerámica (Fig. 156), de huesos animales y decarbón. También se halló una escápula decamélido. La naturaleza del relleno del nicho(fragmentos de cerámica y desperdicios domésti-cos) y la carencia de cualquier cuidado aparenteen la colocación de los cráneos, sugiere que ellosfueron simplemente abandonados y cubiertos.

Los nichos descansan bajo un suelo intactocorrespondiente a la tercera fase de construccióndel conjunto arquitectónico 8.

Cráneo 1

Consiste mayormente de los huesos del ladoizquierdo de la bóveda (frontal, parietal, temporal,occipital), de la cara (maxilar y malar), y la mayorparte de la mandíbula (Figs. 157 y 158). El maxilartiene todavía dos dientes en sus alvéolos: el canino yel primer molar. Un incisivo central inferior fuehallado puesto en el alvéolo correspondiente alprimer premolar izquierdo. Todos los demásalvéolos están llenos de tierra, lo cual indica unapérdida postmortem.

La mitad izquierda de la mandíbula estácompleta a excepción de una rotura menor de laapófisis cononoides y del cóndilo. Cerca de untercio de la rama horizontal derecha estáconservada, siendo la rotura posterior alsegundo molar. Los siguientes dientes estánpresentes en sus respectivos alvéolos: al ladoizquierdo el canino (falta la mitad de la corona,rotura antigua), P

3-4, M

2; al lado derecho el I

1

(sólo la raíz, rotura antigua), P3 (sólo la raíz,

rotura antigua), P4, M

1-2. El primer molar

izquierdo fue perdido antemortem, por lo que sualvéolo fue totalmente reabsorbido. Un tercermolar superior izquierdo fue hallado ocupandoel alvéolo del tercer molar inferior izquierdo. Susraíces habían sido modificadas (ver abajo), parapermitirles entrar en tal alvéolo.

Edad y Sexo

A juzgar por la morfología de los alvéolos de losterceros molares izquierdos, superior e inferior,todos los demás dientes permanentes habíanerupcionado y estaban en oclusión al momento de lamuerte. El único tercer molar superior, si en verdadpertenece al mismo individuo (ver abajo), muestraredondeamiento y desgaste de sus cúspides, lo cualindica que estuvo en oclusión durante algún tiempoantes de ocurrir la muerte. Los dientes quepermanecieron en posición anatómica muestran eldesgaste correspondiente a un adulto joven(aproximadamente 20 a 35 años), basado en las tasasde atrición observadas en otras muestras esqueléticasMoche. El cierre de las suturas craneales es difícil deevaluar, dada la naturaleza fragmentaria del mismo,pero porciones visibles de la sutura coronal nomuestran obliteración interna ni externa. Lamorfología del mentón y el tamaño de la apófisismastoides izquierda sugieren fuertemente unindividuo de sexo masculino.

Fig. 156. Cerámica diagnóstica asociada con los cráneos deconjunto arquitectónico 8.

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Modificación Perimortem

Las modificaciones del Cráneo 1 incluyen laremoción de una parte de la bóveda, la perforación deorificios a través de la mandíbula y del huesotemporal, afilamiento de las raíces dentarias y marcasde corte indicativas de descarnamiento intencional.

La parte superior de la bóveda craneal presenta ungran defecto oval, de aproximadamente 103 mm. dediámetro máximo a nivel de la tabla externa (Fig. 157).Este defecto tiene bordes biselados, de modo que eldiámetro máximo es de 94 mm. a nivel de la tablainterna. Aunque los rebordes laterales incompletosimpiden la medición de su diámetro coronal, loobservable permite plantear que el diámetro a este nivelfue ligeramente inferior al ántero-posterior. El huesoparece haber sido seccionado mediante repetidasincisiones hechas usando un instrumento afilado.Numerosas líneas de raspado se observan inmediata-mente alrededor del borde de la apertura, sobre la tablaexterna. Aunque este defecto es similar a las aperturaspor trepanación observadas en cráneos procedentes devarios sitios de los Andes centrales y del sur, así como deotros lugares del Viejo Mundo (p. ej. Lisowski 1967), uneventual caso de cirugía en un paciente vivo es pocoprobable es este caso, ya que no existe evidencia de queesta práctica quirúrgica hubiese sido practicada por losMoche u otra cultura Precolombina de la costa norte delPerú (Verano y Williams 1992).

Orificios Perforados

La mandíbula tiene dos orificios perforados através de la rama ascendente izquierda, por debajode la escotadura mandibular, y otro más justo por

debajo del cóndilo. Los tres orificios midenaproximadamente 4 mm. de diámetro máximo yparecen haber sido hechos desde el exterior, ya quesu forma cónica presenta el diámetro mayor a nivelde la superficie lateral o externa de la ramamandibular (Fig. 159). Otros dos orificios fueronperforados verticalmente a través del procesocigomático del hueso temporal izquierdo. Así, lamandíbula fue probablemente unida al cráneomediante una cuerda pasada a través de ellos. Unorificio perforado a nivel de la apófisis mastoideaizquierda, parece relacionarse más a la colocación dealgún ornamento para la oreja, que a lo anterior.Aunque el hueso temporal y rama mandibularascendente derechos no se han preservado,presumiblemente también estuvieron perforados.

Modificación de las Raíces Dentales

Las raíces de cuatro dientes muestran cortes oafilamiento, hechos tal vez para que pudiesenentrar a los alvéolos vacíos de piezas perdidas

Fig. 158. Zona urbana Moche, conjunto arquitectónico 8, fotocráneo 1.

Fig. 159. Foto mandíbula de cráneo 1, con orificios.

Fig. 157. Zona urbana Moche, conjunto arquitectónico 8,cráneo 1.

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premortem (Fig. 160). Dos de éstos (un incisivocentral inferior y un tercer molar superior,mencionados antes), fueron hallados en alvéolos alos cuales claramente no corresponden; dos otrosmolares fueron hallados sueltos en la matriz detierra. Todos éstos muestran un grado de atriciónoclusal similar al observado en los siete dientes quepermanecieron unidos a sus alvéolos. Parece serque estos dientes modificados provienen delmismo individuo, aunque también lo podrían serde algunos otros de edad similar.

Marcas de Corte

Se ven nueve marcas sobre los rebordes nasal yalveolar del maxilar izquierdo, y dos más sobre lacara lateral del malar izquierdo (Fig. 157). Lamandíbula tiene cuatro marcas de corte en el bordeposterior de la rama ascendente izquierda ynumerosas pequeñas marcas de corte y raspaduraalrededor de las espinas mentonianas y de la fosadigástrica, en la superficie posterior del cuerpomandibular. Estas marcas parecen reflejar undescarnamiento intencional, y son importantes, yaque indican que estas acciones se realizaron sobreuna cabeza y no sobre un cráneo solo.

Cráneo 2

Aunque carece de mandíbula, en algunosaspectos este cráneo es más completo que elprecedente (Figs. 161 y 162). La mayor parte delos huesos de la bóveda (frontal, parietales,porción escamosa del occipital, y el temporalderecho) están preservados, además delbasioccipital, la porción distal del basisfenoides yel cóndilo occipital izquierdo. El hueso temporalderecho, reconstruido a partir de muchas piezas,no presenta perforaciones. El temporal izquier-do está menos completo, pero su procesocigomático está suficientemente preservado paraafirmar que éste carecía de perforaciones. Loshuesos de la cara están fragmentados, aexcepción de los maxilares y los malares, a loscuales les falta sólo algunos componentes muydelgados como los rebordes nasales y el área dela mejilla. Los siguientes dientes están presentesen sus alvéolos: canino, M1 y M2 izquierdos y losmolares derechos. Todos los demás alvéolosestán vacíos y no muestran reabsorción alveolar,

Fig. 162. Zona urbana Moche, conjunto arquitectónico 8, fotocráneo 2.

Fig. 160. Foto de dientes con raíces modificadas; cráneo 1.

Fig. 161. Zona urbana Moche, conjunto arquitectónico 8,cráneo 2.

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índice de su pérdida postmortem (Fig. 163). Elúnico diente hallado suelto fue el tercer molarderecho, el cual no presenta modificaciones.

Edad y Sexo

La sincondrosis esfeno-occipital (sutura basilar)está obliterada, lo cual sugiere una edad de al menos20 años (McKern 1970). La atrición oclusal de losmolares superiores, similar a la observada en elCráneo 1, sugiere una edad aproximada al momentode la muerte de 20 a 30 años (Fig. 163). Los tamañosde la mastoides derecha, procesos cigomáticos yprominencia glabelar sugieren que este fue unindividuo de sexo masculino.

Modificación Postmortem

Las evidencias de modificación postmortemen este cráneo se limita a la remoción de unaporción de la bóveda craneana mas la presenciade marcas de corte sobre varios huesos. Eldiámetro máximo estimado de la apertura es 80mm. (Fig. 161). Tal como el caso del Cráneo 1, elborde de la apertura es biselada hacia adentro, yparece haber sido hecha por raspado repetidocon un objeto afilado (Fig. 164).

Marcas de corte sugiriendo descarnamientoestán presentes en la porción escamosa del huesooccipital, en el parietal derecho junto a la líneatemporal, en el maxilar y a lo largo del margenorbital del malar izquierdo. La parte preservada dela base de cráneo no muestra evidencia de daño(marcas de corte o fracturas), a diferencia de lascabezas trofeo Nasca (costa sur del Perú), las

cuales invariablemente presentan daño de susbases (Verano 1995).

INTERPRETACIÓN

Este es el primer informe de cráneosintencionalmente modificados de la costa norte delPerú, y la primera asociación de tales prácticas conlos Moche, aunque ya se conocían sus vasijascerámicas en forma de cráneo (Fig. 165). La funciónprecisa de éstas se desconoce, pero claramentefueron recipientes para contener sólidos o líquidos.Los ejemplos conocidos carecen de un buencontexto arqueológico, pero posiblemente provie-nen de tumbas excavadas.

Para que un cráneo cumpliese una funciónsemejante a estas vasijas, tendría que habérselesellado todos sus orificios y fisuras; o colocadoalguna forma de recipiente en su interior (sea decerámica, metal o un mate). Aunque se preservó muypoco de las fosas craneales, no hay evidencia desellado foraminal ni de recipiente alguno ofragmento de él, en ninguno de estos cráneos. Sedebe tener presente, sin embargo, que lapreservación de restos orgánicos es generalmentepobre en Moche, y que mates o sellantes orgánicospodrían haberse descompuesto. Los mates fueronutilizados con gran frecuencia por los Moche comoplatos y tazas, pero han quedado pobrementerepresentados en el registro arqueológico (Donnan1995: 143-146).

Cráneos como Vaso Ceremonial

El uso de cráneos humanos como vasosceremoniales no es ajeno a los Andes. Uno de ellosperteneció al Inca Atahualpa y fue descrito en untestimonio del siglo XVI:

Fig. 163. Foto paladar del cráneo 2. La atrición oclusal de losmolares superiores sugieren una edad aproximada almomento de la muerte de 20 a 30 años.

Fig. 164. Líneas de raspado, en el borde anterior de laapertura en cráneo 2, que sugieren descarnamiento.

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�Una de las posesiones favoritas deAtahualpa fue la cabeza de Atoc, uno de losgenerales de Huáscar. Cristóbal de Mena vioesta �cabeza con su piel, carne seca y cabello.Sus dientes estaban cerrados y sostenían unpico de plata. En la parte alta de la cabeza sehabía colocado un recipiente de oro.Atahualpa lo utilizaba para beber cuando sele recordaba de las guerras sostenidas contraél por su hermano� (Hemming 1970: 54).

Aunque no tenemos testimonios semejantes, esposible que estos cráneos modificados Moche hayancumplido una función similar. Las marcas de corteson importantes como índice de descarnamiento,pues ello significa que los Cráneos 1 y 2 fueronhechos a partir de cabezas descarnadas y no a partirde cráneos ya secos. El hecho que éstospertenecieran a dos hombres adultos es tambiénsignificativo, ya que el Plaza 3A contiene los restosesqueléticos de docenas de adolescentes y hombresadultos, aproximadamente a 150 m. del conjuntoarquitectónico 8. La relación temporal exacta entrelos sacrificios y estos cráneos modificados no ha sidoaún establecida, pero es posible que ellos pudiesenhaber sido obtenidos de este u otro contextosacrificial Moche.

Decapitación y Cabezas Trofeo

La decapitación, usualmente a manos depersonajes sobrenaturales, es un tema relativamen-te común en la iconografía Moche (p. ej. Moser1974; Donnan 1978, Figs. 106, 151, 152 y 205), yparece tener profundas raíces en la tradiciónartística de la costa norte del Perú (Cordy-Collins1992). Los artistas Moche también representaroncabezas aisladas en escenas de sacrificio deprisioneros. Algunas veces las cabezas sonmostradas como elementos aislados, o colocadassobre postes (Benson 1972, Figs. 5 - 16); en otroscasos tienen una soga pasada a través de la boca,aparentemente para permitir su transporte o el seratadas a otro objeto (Fig. 166).

El registro iconográfico, ahora con el apoyo deevidencia osteológica, indica que las cabezas ycráneos humanos fueron manipulados de diferen-tes maneras por los Moche. Las diferenciasmencionadas entre la preparación de amboscráneos sugiere que también una variabilidad enestos tratamientos. Por ejemplo, el Cráneo 2 notiene mandíbula. Aunque podría haber estadopresente anteriormente, la ausencia de orificiosperforados en los arcos cigomáticos sugiere quepodría haber estado unida de una maneradiferente que en el caso del Cráneo 1. El Cráneo 2tampoco presenta perforación de la mastoides.

Estas diferencias pueden simplemente reflejarpreferencias individuales dadas por la personaque preparó los cráneos. También podría indicarun tratamiento diferencial según la diferentejerarquía de las víctimas.

Cabezas Trofeo de la Costa Sur.

Aunque las cabezas trofeo son comunes en laiconografía de muchas sociedades andinas,ejemplos reales de cabezas cortadas y cráneosmodificados son relativamente escasos en elregistro arqueológico. Una excepción notable sonlas cabezas trofeo de las culturas Paracas y Nasca,de la costa sur del Perú, de las cuales se conocemás de un centenar (Baraybar 1987, Verano 1995).El método de preparación de las cabezas trofeoNasca y Paracas fue bastante diferente, puesinvolucró la remoción del cerebro a través de labase del cráneo y perforación del hueso frontalpara colocar una cuerda a manera de asa (Baraybar1987, Verano 1995). Las cabezas fueronmomificadas, y los mejores ejemplares aúnconservan piel, cabello y cuerdas. Las cabezastrofeo Nasca y Paracas carecen de apertura grandeen la bóveda craneana, por lo que no podríanhaber servido de vasijas para beber. Son, por lotanto, muy diferentes en preparación y probablefunción, de los cráneos modificados Moche.

Fig. 165. Ceramio Moche en forma de cráneo con apertura en laparte superior (cortesía del National Museum of Natural History,Smithsonian Institution). Compárese con los cráneos encontradosen el conjunto arquietectónico 8 de la zona urbana.

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Importancia de los Cráneos del conjunto

arquitectónico 8

Los cráneos descritos en este informe sonimportantes por varias razones. Son los primerosejemplos de cráneos artificialmente modificadosdescritos para la costa norte del Perú, y los primerosque muestran un paralelo real con las cerámicasMoche en forma de vasos en forma de cráneo. Lasmarcas de corte de los cráneos indican que ellosfueron preparados a partir de cabezas descarnadas yno de cráneos secos. Su descubrimiento en Moche,cerca del sitio sacrificial de la Huaca de la Luna, y elhecho que ambos cráneos parezcan ser de hombresjóvenes, sugiere que fueron trofeos de guerra ocabezas tomadas de prisioneros sacrificados. Estoscráneos parecen representar una forma de vasotrofeo conocida anteriormente sólo a partir de lasrepresentaciones de la cerámica Moche.

CONCLUSIONES GENERALES

Las evidencias recuperadas de la Plaza 3A y losresultados preliminares de las excavacioneslimitadas de la Plaza 3C, sugieren que actividadesrelacionadas a la captura y sacrificio de prisioneroscumplieron un rol importante en prácticas ritualesdesarrolladas en la Huaca de la Luna. La Plaza 3C enparticular, sugiere mayor complejidad que lapreviamente sospechada a partir de los datos de laPlaza 3A. La evidencia de descarnamiento de losrestos de la Plaza 3C trae consigo la posibilidad decanibalismo ritual en la Huaca de la Luna. Unpatrón similar de marcas de corte ha sido registradoen Tlatelolco, México, por Carmen Pijoan ycolaboradores (Pijoan et al. 1995), quienesinterpretan sus datos como evidencia de canibalis-mo ritual, una actividad descrita también enfuentes etnohistóricas de México. Es tal vezprematuro establecer tal conclusión para losMoche en base al limitado material osteológicoexcavado en la Plaza 3C, en 1996. Claramente senecesita más excavación para definir mejor elcontexto y su contenido.

Los dos cráneos modificados del conjuntoarquitectónico 8 añaden nuevos datos a nuestrosconocimientos previos acerca de las colecciones y lacuración de los trofeos humanos en el Perú (Verano1995). Tomados en conjunto, los materiales osteológicosrecuperados de diferentes contextos de la Huaca de laLuna proporcionan evidencia física importante de lasconductas rituales Moche previamente sólo conocidasa través de representaciones artísticas.

AGRADECIMIENTOS

Quisiera agradecer sinceramente la colaboraciónde las Srtas. Florencia Bracamonte G. y de Laurel S.Anderson en la recolección de datos y análisis de losmateriales de la Plaza 3A, al Dr. Guido P. Lombardipor la traducción de este informe, y a GustavoGerardo Pérez Honorio y Carlos Ayesta por losdibujos del material óseo y de la cerámica. Asímismo, agradezco el gentil apoyo brindado por ladirección y el personal del Museo Arqueológico de laUniversidad Nacional de Trujillo, por el apoyologístico y el ambiente de laboratorio facilitados.Esta investigación fue financiada por el comité debecas para investigaciones de verano de la TulaneUniversity (1995), una beca de enseñanza Fullbright(1996), y fondos para la investigación profesoral deverano del Centro de Estudios Latinoamericanos dela Tulane University (1997).

Fig. 166. Cabezas aisladas (detalles de Donnan 1978).