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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 14/9-III-1996 ¿A qué se debe el «boom» del libro religioso? Ediciones Temporada

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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 14/9-III-1996

¿A qué se debe el «boom»del libro religioso?

Ediciones Temporada

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Etapa II - Número 14

Edita: Fundación «San Agustín». Arzobispado de Madrid.Redacción: Casa de la Familia. Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid.

Télfs.: 365 18 13 - 366 78 64 Fax: 365 11 88Director: Miguel Angel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Antonio Ullate - Redacción: Coro Marín, Jesús Colina (Roma) - Producción: Francisco Flores, José A. de la Fuente - Secretaria de Dirección: Sonsoles de la Vega

Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. - Depósito legal: M-41.048-1995

ΩA

22-23

18-21

En este número

EN PORTADA

El «boom» de la literatura religiosa

MUNDO

El cardenal Ratzinger, en el450 aniversario de la muerte

de Martín Lutero

SANTOS DE AYER Y HOY

Juan de Dios, «si Dios quisiere»

Sumario

la foto 6

criterios 7

usted tiene la palabraCartas al director 10

iglesia en madridPara padres y aprendicesEscribe el obispode Getafe 11-13

testimonio 14

el día del señor 15

raíces

«Quien beba del aguaque yo le dé,no tendrá sed jamás» 16-17

la vida 24-25¡Gracias por la vida!Un testimonio inusual

desde la feCine, vídeo, librosy televisión 26-31

contraportada 32

3-5, 8-9

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La publicación del Catecismode la Iglesia Católica, a fina-les de 1992 supuso, posi-

blemente, el pistoletazo de sali-da de una carrera de alta veloci-dad en la difusión del libro decontenido religioso en España.La edición en castellano de estelibro batió en pocos meses todoslos récords conocidos. Basta con-siderar este dato: en la fecha ac-tual se han difundido cerca dedos millones de ejemplares enlengua castellana.

En mayo de 1993, y en víspe-ras del cuarto viaje de Juan PabloII a España, veía la luz uno delos proyectos editoriales másambiciosos que se han conocidoen el campo del libro religioso:la obra multimedia sobre el pon-

tificado de Juan Pablo II titula-da Del temor a la esperanza, con30.000 ejemplares en su prime-ra edición, compuesta por tresvolúmenes profusamente ilus-trados, dos videos y un disquetecon todos los discursos del Pa-pa. Su presentación en Madridfue un acto sin precedentes en lahistoria del libro religioso en Es-paña. En la mesa redonda del sa-lón de actos de La Unión y el Fe-nix intervinieron los cardenalesLaghi, de la Curia vaticana, yAngel Suquía, de Madrid; Ma-rio Tagliaferri, nuncio de Su San-tidad; Joaquín Navarro-Valls,portavoz del Papa; Gustavo Vi-llapalos, a la sazón Rector Mag-nífico de la Universidad Com-plutense; José María Álvarez delManzano, alcalde de Madrid y

Manuel Capa, abogado y coor-dinador de la obra que se pre-sentaba.

EL PRIMER LIBRO ESCRITOPOR UN PAPA

En octubre de 1994 tenía lugar,en el mismo salón de actos, la pre-sentación del que estaba llamadoa ser —aparte del Evangelio— el«best-seller» más importante dela historia del cristianismo hastanuestros días. Su título, Cruzandoel umbral de la esperanza, guardabaciertas reminiscencias de la obraanterior. Su autor, el propio PapaJuan Pablo II, se convertía así en elprimer Romano Pontífice que pu-blicaba un libro para el gran pú-blico: un hecho sin parangón enla historia. La difusión alcanzada

por este libro supera todo lo quehubieran podido soñar sus edito-res: un millón y medio de ejem-plares en lengua castellana y untotal aproximado de veinte mi-llones, en las diversas lenguas enque se ha publicado.

A partir del éxito alcanzadopor este libro, algunas de lasgrandes editoriales españolas sehan lanzado a publicar títulos ycolecciones dedicadas al libro decontenido religioso. Su aporta-ción al mercado radica princi-palmente en una cuidadosa se-lección de los autores, su poderde marketing y su experiencia enelaborar productos con un espe-cial atractivo. Sin embargo, todosestos elementos, importantes sinduda, no hubieran conducido aléxito editorial de no existir en la

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El «boom» del libro religioso en España

Si durará o no, y cuánto, ya tendremos ocasión de comprobarlo, pero hoy por hoy, es innegable que en España se ha producido un auténtico «boom» del libro sobre temas religiosos

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actual sociedad española un ines-perado interés hacia el libro decontenido religioso. Echemos unrápido vistazo a lo que nos hanpresentado en este campo algu-nas de las grandes editoriales:

APROVECHAMIENTO DEL ÉXITO

Después del éxito sin prece-

dentes de Cruzando el umbral dela esperanza, la editorial Plaza yJanés, que no se había distingui-do precisamente por su afición allibro religioso, publica El hombrede Villa Tevere, de la periodista Pi-lar Urbano, sobre la figura del Be-ato Josemaría Escrivá, que ha al-canzado una gran difusión consiete ediciones hasta la fecha. Pos-

teriormente, la misma editorialpublica Queridísimos jóvenes, unaselección de palabras del Papa ala gente joven en sus años depontificado, que también ha ob-tenido una amplísima difusión.

«TEMAS DE HOY»

El volumen inicial de esta co-lección se enmarca sin duda enel concepto de libro religioso, pe-ro no en el de libro cristiano. Sutítulo: Enseñanzas para una muer-te segura, de Ramiro Calle, posi-blemente el mayor divulgador enEspaña de las técnicas orientalesdel yoga y el zen. El segundo tí-tulo, Si Cristo fuera tu consejero, esun atractivo trabajo del psicólogonorteamericano Chris Turman,protestante evangélico. El tercertítulo de la colección, «Creencias»,Para qué sirve la fe, se enmarca yaplenamente en la literatura cris-tiana de actualidad. Su autor,Santiago Martín, jefe de la sec-ción religiosa del diario ABC, ex-pone con estilo moderno y atrac-

tivo una apologética para el hom-bre y la mujer de hoy, necesita-dos de redescubrir la necesidadde la fe, a la vez que muestra aqué tipo de personas y de socie-dad conduce la negación de Dios.

Dos títulos acaba de aportarEspasa Calpe al «boom» del li-bro religioso: Balduino: el secretode un rey y Hombre y Papa. El pri-mero, escrito por el que fue ín-timo amigo y confesor del rey delos belgas, el cardenal Suenens,nos muestra de forma espléndi-da como este gran rey y grancristiano supo vivir «un caminoespiritual fuera de lo común»que le ha de conducir, si Diosquiere, a los altares. Hombre yPapa, de Pedro Miguel Lamet,que suele escribir sobre temasreligiosos en «Diario 16», es laotra cara. Todos los tópicos conlos que el laicismo beligeranteataca al actual Papa están siste-máticamente reunidos y de nue-vo difundidos en este libro que,a Dios gracias, no es representa-tivo del sentir de la Compañía

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Relación de libros más vendidos en la librería San Pablo de Madrid

El Evangelio. J. A. Martínez Puche. Edibesa. Sí al Tú. Cuaresma y Pascua. R. Prieto Ramiro. Cáritas El Regreso del Hijo Pródigo. Henri. J. M. Nouwwen. P.P.C. Balduino: el secreto del rey. Cardenal Suenens. Espasa Calpe. Espiritualidad para comunión. J. M. Castillo. San Pablo. Camino de sencillez. M. Teresa de Calcuta. Planeta. Mis amigos, los sentidos. Carlos G. Vallés. Sal Terrae. El malestar religiosos de N/ Cult. J. Martin Velasco. San Pablo. Sabiduría del Corazón. M. J. Fdez. Márquez. San Pablo. Tertio Millennio Adveniente. Juan Pablo II. Sígueme. Compañeros en el camino. Dolores Aleixandre. Sal Terrae.

LIBROS RELIGIOSOS MÁS VENDIDOS

El auge del libro religioso se ha dejado sentir tambiénen Italia, país en el que, si bien ha gozado siempre de

buena salud, quedaba relegado a un mundo aparte. El sec-tor editorial católico experimentó el año pasado un incre-mento del 8,5% y facturó la nada desdeñable cifra de 350mil millones de liras, unos 28.500 millones de pesetas. Noes pues de extrañar que algunas grandes editoriales hayancomenzado a lanzarse sin complejos a editar títulos reli-giosos en búsqueda del gran «mercado católico». Monda-dori, al hacerse con los derechos internacionales de Cru-zando el umbral de la esperanza, de Juan Pablo II, dio elgran paso y demostró al mundo entero que existía en élun ámbito de confines aún por explorar. Las editoriales ca-tólicas, por no ser menos, han comenzado a hacer sus pi-nitos en la distribución a gran escala y, en las últimas se-manas, han invadido los supermercados italianos con susproductos.

Prueba también de esta realidad efervescente es la aper-tura, el próximo jueves, del III Salón de la Comunicación Re-ligiosa, en Milán. Nos encontraremos este año, por primeravez, con una exposición internacional en la que estarán pre-sentes editoriales de varios países, japonesas e israelíes en-tre ellas. Uno de los principales atractivos será, sin duda, laconferencia del cardenal Carlo María Martini, el hombre de laIglesia que más libros está vendiendo en el mundo entero.Cuando a Giuliano Vignini, conocido como el «enciclopedis-ta» de los editores italianos le preguntan por el repentino augedel libro religioso, responde: «Un éxito cada vez mayor lo estánteniendo temas como el Jesús histórico, los descubrimientos delos manuscritos de los esenios de Qumrán, los ensayos de es-piritualidad y de oración, la Biblia para los muchachos, las vir-tudes, las otras religiones y las semblanzas de los santos».

J. C.

Libro coral litúrgico. El libro empezó siendo religioso

FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO RELIGIOSO

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de Jesús, cuya fidelidad al Papase expresa en el conocido cuartovoto.

«PLANETA-TESTIMONIO»

La editorial Planeta, sin dudala de mayor difusión en lenguacastellana, no podía faltar a estacita. Ya en el año 1990 había he-cho sus pinitos con algún títulocomo La puerta de la esperanza (encoedición con Rialp), de Olaizolay Vallejo-Nájera, que estuvo enel primer puesto de los libros másvendidos durante muchas sema-nas. Pero le faltaba una colecciónexpresamente dedicada al libroreligioso como la que acaba decrear con «Planeta-Testimonio».Esta colección, que se sitúa ple-namente dentro de la fe católica,se distingue por la excelente se-lección de autores y temas, y porla calidad de su presentación.

El primer título, Camino de sen-cillez, de la Madre Teresa de Cal-cuta, se encuentra, desde pocodespués de su publicación, entre

los libros más vendidos en Espa-ña. Se trata de un prodigio desencillez narrativa y, sobre todo,de un regalo para el espíritu que

nos ha hecho esta “contemplativaen la acción”, como le gusta au-totitularse a la madre Teresa. Yava por la sexta edición. Las biena-

venturanzas, hoy es el segundo tí-tulo publicado en esta colección;tras el prólogo de Julián Marías,cada capítulo, dedicado a unabienaventuranza, corre a cargode una pluma distinta, con nom-bres bien conocidos en el mundocultural español: Chueca Goitia,Torcuato Luca de Tena, Cova-donga O`Shea, Enrique Rojas,Mercedes Salisachs, Iñigo Cavero,José Luis Olaizola y José MaríaGarcía Escudero.

PARA FELICITARNOS

El tercer título, Para encontrar aDios, ha sido obra del abad delmonasterio de Silos, padre Cle-mente de la Serna. Se trata de unaantología de los mejores textosde los escritores cristianos de to-dos los tiempos. En pocas sema-nas se han realizado varias edi-ciones de estos títulos.

Ante tal sucesión de hechos,¿no deberíamos felicitarnos loscatólicos ante el actual auge dellibro religioso con las modernastécnicas de marketing puestas alservicio de su difusión? ¿Servi-rán estos datos para animar amuchos otros empresarios a in-vertir en la difusión de una cul-tura de inspiración cristiana queayude a recomponer el tejidomaltrecho de nuestra sociedadpromocionando los verdaderosvalores humanos y cristianos?

Pedro de la Herrán

/5en portadaNº 14/9-III-1996

No ya el libro religioso, sino incluso la poe-sía mística tiene hoy un público atento y

numeroso. Así lo demuestra el Premio Inter-nacional «Fernando Rielo» de poesía místicaque se otorga cada año, y que en 1996 hacorrespondido a Territorio del Sueño, del po-eta Luis López Anglada (poesía de búsqueday presencia en la claridad o luminosidad dequien se sabe creyente, búsqueda en la sen-cillez, en la cercanía o familiaridad con lo di-vino).

Las otras diez obras finalistas fueron: Víspera encendida, de Sergio Fernán-

dez (España), en su sencillez e ingeniopoético, sabe transmitir delicadeza y fervormísticos.

Peregrino de Croacia, de Ivan Golub(Croacia), poemario entrañablemente reli-gioso que evoca, con la universalidad que leofrece el propio estilo del autor, el llanto es-piritual por la injusticia, por la guerra y el des-tierro, el canto a la libertad, la súplica por sutierra, el valor insustituible de la familia, lapetición vehemente de la paz, y la acción degracias.

La materia luminosa y otros cantos, deMáximo Gómez Rascón (España), evoca unareligiosidad en la que los elementos del mun-do material se contemplan sacralizados.

Razón de mí, de José Luis GonzálezSánchez (España), poemas de bella facturacon el intento de darles un vuelo místico másallá de la razón que presentan los laberin-

tos de la duda, la búsqueda del rostro ama-do, el silencio que retiene la cruz, la sole-dad que hiere, el dolor del amor postrado...

Cántico. Glosas al Cántico espiritual...,de Emiliano Jiménez Hernández (Perú),constituye un esfuerzo magistral de versifi-cación al glosar, en liras bien construidas,el Cántico espiritual, de San Juan de la Cruz.

Cantos de señal y testimonio, de Ma-nuel Pérez Casaux (España), poemario dia-logal donde la creación por la palabra hacedel mundo poesía de Dios y a Dios poesíadel hombre.

Escalando la luz, de Sol Ruiz Lozano(España), escrito con sencillez y acierto, re-fleja, dentro de un excelente virtuosismo delverso y de la imagen estética, un estado uni-tivo con Dios.

Vigilia hacia la luz, de Miguel de San-tiago (España), donde el poeta, haciendosuya la voz de la humanidad, transforma lainquietud, el sufrimiento del ser humano enel optimismo que le proporcionan una fe yuna esperanza salvadoras.

El espejo inicial, de Milton Zárate (Cos-ta Rica): nueva interpretación religiosa delmundo y su historia, llena de transparenciay sencillez.

Vivencias, de Lucía de Gilchrist (Co-lombia): poemario en que la autora expre-sa la espontaneidad de su vivencia religiosacon algunos momentos cumbres del encan-to, la sencillez y la ternura que le proporcio-na la mística presencia de Dios.

PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA MÍSTICA

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La foto hubiera ido como anillo al dedo para el día de reflexión previo a las elecciones; pero quizás venga mejor ahora, a la vistadel resultado, tras el recuento de las urnas. Da bastante que pensar lo ocurrido el 3M y, en cualquier caso, siempre es

momento adecuado para analizar las razones de fondo de eso que la prensa italiana ha definido como «el triunfo envenenadode Aznar». De Italia precisamente llega esta foto con el título «Pensieri e pensierini»; es decir «Pensamiento y

pensamientitos». El crío —se aprende imitando— no iba a ser menos...

6/ la foto Nº 14/9-III-1996

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No es fácil la situación enEspaña tras las pasadaselecciones. Pero esta in-

dudable dificultad es ocasión pa-ra no seguir distraidos y comoaletargados esperando que unavarita mágica resuelva nuestrosproblemas. El resultado electo-ral, si aún existe entre nosotrosun mínimo de respeto por noso-tros mismos, lleva necesaria-mente a afrontar la realidad talcomo es, no tal como la poda-mos imaginar unos u otros. Y larealidad es mucho más que unosproyectos o unos programas; larealidad son las personas que es-tamos llamadas a vivir y convi-vir como tales, en paz y en li-bertad, y con la responsabilidadde construir un futuro digno,justamente, de la persona hu-mana. Y no es fácil construir. Ha-cen falta muchos años para hacerun hombre. Basta un golpe deespada para acabar con él.

En nuestra Patria se han des-truido muchas cosas, y seguirándestruyéndose si la persona hu-

mana, si el bien de la persona hu-mana no ocupa el primer lugarde las preocupaciones de los po-líticos y de todos los ciudadanos.El resultado electoral que se haproducido aleja falsas ilusiones. Yeso no es malo. Nos obliga a tenerlos pies en el suelo. Obliga a bus-car por encima de todo el bien co-mún, sin exluir a nadie. Es horade hacerlo, y no admite demoras.Sin olvidar que sólo el bien co-mún, y no cualquier otro interés,por legítimo que pudiera pare-cer, coincide en realidad con elauténtico bien particular. No so-mos ajenos los unos a los otros.Desde que el Hijo de Dios asu-mió nuestra carne y quiso corrernuestra misma suerte -trayendoal mundo la única esperanza, queno defrauda-, ya no podemos ig-norar que el dolor del otro es do-lor mío, y que el bien del otro esmi propio bien. Sólo una bús-queda así del bien común cons-truye, y el momento presente nosestá diciendo a gritos que es tiem-po de construir.

Será más sincero o menos, más duraderoo menos, pero el fenómeno que se pro-duce en la sociedad española -y, desde

luego, no sólo en la española- de la publica-ción de libros de contenido religioso es un he-cho que nadie puede negar. No sólo la ma-yoría de las editoriales más prestigiosas pro-graman ya entre sus novedades librosreligiosos, sino que crean incluso nuevas co-lecciones específicamente dedicadas a este te-

ma, y, lo que es más esperanzador y signifi-cativo, se consolida poco a poco el fenóme-no paralelo de que algunos de estos libros semantienen, semana tras semana, entre los diezprimeros más vendidos y leídos.

No hacen falta demasiadas argumentacio-nes para comprender qué es lo que de verdadle interesa al ser humano. Siempre, pero acasomucho más en una sociedad como la nuestra,bombardeada por tantos estímulos engañososque defraudan y frustran tantas esperanzas.

Cuando desde interesados ámbitos socia-les se trata de sustituir a los viejos maestros yla perenne sabiduría de los libros por el im-pacto efímero, superficial y manipulado del«lo ha dicho la tele», se explica perfectamen-te que el telespectador que se somete pasiva-mente a lo que le «echen» desde la pantallay que, cada equis minutos, comprueba quele «echan» cosas contradictorias, recurra a lasolidez, al sosiego y a la experiencia activay enriquecedora del libro que llega dentro.

Es muy cierto que para muchos, jóvenesy no tan jóvenes, la libertad consiste muchohoy en saber apagar la tele a tiempo. La res-ponsabilidad de las editoriales es grande ygrave. Naturalmente, en las editoriales desiempre y en las nuevas, no todo vale igual,

ni es oro todo lo que reluce, aunque a vecesse busque más ese relucir rentable, que elauténtico servicio que da al lector la plenitudque éste va buscando, cada vez más im-prescindiblemente. Es necesario saber dis-cernir, y hay una regla de oro: lo que a lasprimeras de cambio se cae de las manos, ohace chirriar el buen sentido de la fe, es me-jor dejarlo, como la tele.

/7criteriosNº 14/9-III-1996

ΩA

Es tiempo de construir

Leer para vivir

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Una de las grandes suer-tes de mi vida –más aúnescribiendo desde Lo-

vaina– es mi relación ya antiguacon Adolphe Gesché, y que fue-ra él quien dirigiera acá mi tesisdoctoral en teología. Quizá porlo vaina que soy.

Durante años, Gesché no fueconsciente de que lo suyo –susmaravillosos artículos– eran unaobra cuajada de futuro. Se pre-guntaba con nerviosismo:«¿Cuándo seré capaz de escri-bir un libro, mi libro?» Ahora,son ya varios los libros en queestá recogiendo sus frutos, an-tiguos y modernos: Dios parapensar... el mal, el hombre, Dios, elcosmos, el destino..., que, agrupa-dos de dos en dos —¿por quésemejante barbaridad edito-rial?— ha comenzado a publi-car en Salamanca Ediciones Sí-gueme, mientras que los bellísi-mos originales franceses estánsiendo publicados en París porLes Éditions du Cerf.

Todos ellos de una bellezaque —quién lo hubiera dicho—sólo el arte parecía capaz de al-canzar: «Poesía, dirá alguno.Quizás (pero ¿por qué no?)» Deuna belleza que, quienes no tie-nen práctica con ella, pensabanvedada a la teología. Error, in-menso error. ¿Cabe algo más be-llo que la teología?, ¿dónde ma-yor belleza que cuando habla-mos en los entornos y en lascercanías de Dios (al menoscuando ese hablar esa tan pas-mosamente bello como el deGesché)? Pero cómo, ¿todavía esusted de los que no se han ente-rado? Corra, por Dios, no pierdamás su tiempo.

Un día se convenció –¡le con-vencimos!– de que su obra esta-ba en buena parte ya escrita, quesólo faltaba dársela al lector demanera ordenada y accesible, yse puso manos a una obra queha dado ya un fruto de algo másde mil páginas.

Así se ha generado una seriede libros, cinco por ahora –pero

serán bastantes más–, en los queDios nos sirve para pensar, paraque, si cabe, pensemos mejor y

más novedosamente, para quepensemos por fin, quizás, sobrelo que nos atenaza el pensa-

miento, sobre lo que no sabemoscómo pensar, qué pensar.

Pues, nos dice Gesché amis-tosamente: Qué de cosas pode-mos pensar mejor desde Dios.No, no lo has leído mal. No senos presenta cómo «pensar aDios» , sino algo mejor, másnuevo y subyugante, pues lateología puede ahora ser cosadiferente, nueva, un lugar depensamiento singular: «Diospara pensar» tantas cosas co-mo las que tenemos que pen-sar.

«Dios para pensar», porqueDios, en bellísima gratuidad, senos revela, se nos da tambiénpara que pensemos, para quepensemos en profundidad –pro-fundidad estética, pues ¿no esel hombre la gloria de Dios (co-mo dijo san Ireneo de maneratan emocionantemente verda-dera)?– una serie de temas quenos causan problemas, más aún,que son problemas decisivos delpensamiento de hoy, y quizásdel de siempre.

¿Pensar desde Dios? ¿Noshabremos de convertir en vi-ce–dioses? Claro que no. Maseso que Dios nos dice de sí y denosotros, puede servirnos tam-bién para pensar. Lejos de serun «estorbo del pensamiento»,desde ahí podemos pensar me-jor. Gesché lo hace, y escribe lamás inteligente y novedosa te-ología, la más tradicional y lamás personal, pura teología pe-ro no sin más «mera teología»imbuída de filosofía, de litera-tura, de arte. Con ella, sin duda,comenzaremos el siglo XXI,también nuestro, si Dios lo quie-re así.

Avezado al mucho trasegarcon libros, e incluso a leerlos, leaseguro que se llenará de gozocon esta lectura teológica (nosiempre elementalmente senci-lla).

Lovaina, 13 de febrero de 1.996

Alfonso Pérez de Laborda

8/ en portada Nº 14/9-III-1996

Teología para comenzar el siglo XX

«ESO QUE DIOS NOS DICE DE SÍ Y DE NOSOTROS,

PUEDE SERVIRNOS TAMBIÉN PARA PENSAR. LEJOS DE SER UN “ESTORBO DEL PENSAMIENTO”,

DESDE AHÍ PODEMOS PENSAR MEJOR»

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Si la religión se expe-rimenta y se presen-ta hoy como un

complejo conglomeradode creencias y de senti-mientos, no es extrañoque su traducción en elmercado de los librostenga también las carac-terísticas de un revoltijo. Deun «convoluto» que diríaGuido Brunner.

Por libro religioso se entiende lomismo los libros sagrados de cual-quier religión, que las obras de los pa-dres de la Iglesia, que determinada litera-tura esotérica u orientalista, que los clásicosde la piedad cristiana, que cualquier tipo demeditación de tipo trascendente. Sin excluirtextos y manuales de magia blanca o negra.Todo vale.

Que semejante magma religioso se hayaconvertido en un «boom» editorial —cosa quehabría que demostrar dejando que pase eltiempo— no es sino un reflejo más de la so-ciedad de consumo que echa sus redes encualquier caladero y que no tiene inconve-niente en dejarlo esquilmado de las especiesque en él vivan y coleen.

Hay un precedente muy cercano en el «bo-om» de canto gregoriano. Un fenómeno su-mamente ambiguo que venturosamente pa-rece en declive y que ha dejado al gregorianoconvertido en musica para «colocarse», enalimento de buscadores de emociones finise-manales, en bandadas de curiososos imper-tinentes que merodean ahora por los monas-terios a ver a qué hora actuan los monjes yque se llevan una decepción si no sale a can-tar el solista.

Es posible que se haya entendido ya, queno soy entusiasta de los «boom» en generaly, por ende, de los editoriales, aunque se ma-nifiesten en el interés por el libro religioso.Entiendo que no son sino estrategias comer-ciales, muy circunstanciales, y que suelen du-rar lo que dure la tensión del momento. Sonfenómenos efímeros dictados por las reglasdel consumismo.

Otra cosa son las editorialesreligiosas en sus diversos ca-tálogos y especialidades. Lashay. Y muchas. Y bien meri-torias. Cultivan con mayor omenor acierto la edición y elmercado del libro religioso yrepresentan una especialidadque tiene tradición suficientey mercado, hoy, más que

abundante. Un ejemplo tomado—con todos los perdones— de mi

misma casa. La BAC ha vendido enmenos de dos años más de cuarenta mil

ejemplares de ¡manuales de teología! de sucolección Sapientia fidei. ¡Ya lo creo que hayinterés por lo religioso!

La novedad está en que las editoriales pun-teras y las grandes superficies han vuelto aho-ra sus ojos al libro religioso de cualquier pe-laje. El pueblo quiere religión, pues allá vareligión de la marca que sea. Y eso por estatemporada. Al año que viene, Dios dirá.

Cierto que los libros religiosos se hacentambién para venderlos y que esa es la cruz delas muchas y buenas editoriales religiosas quehay entre nosotros. Pero mortifica encontrar-se con que los recién llegados al mercado dellibro religioso no hacen remilgos a la hora depromocionar su mercancía. He tenido en mismanos uno de esos libros que no era más queun fraude comercial. Aprovechando la po-pularidad del autor

Está claro que soportamos un «boom» dellibro religioso. Queda por ver que sea un fe-nómeno duradero y, sobre todo, que a sutiempo merezca un juicio positivo.

Joaquín Luis OrtegaDirector de la BAC

/9en portadaNº 14/9-III-1996

El éxito del libro religioso¿Un fenómeno consumista?

«LAS EDITORIALES PUNTERAS

Y LAS GRANDES SUPERFICIES

HAN VUELTO AHORA SUS OJOS

AL LIBRO RELIGIOSO DE CUALQUIER

PELAJE. EL PUEBLO QUIERE RELIGIÓN,PUES ALLÁ VA RELIGIÓN

DE LA MARCA QUE SEA»

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El mal mayor

Esperamos que algún día haya un partido católico y que no le aver-güence proclamarlo. Mañana, nos abstendremos y desde luego ni porlo más remoto se nos ocurrirá votar el mal menor. Parece mentira queusted desconozca la doctrina de la Iglesia y la obligación de votar enconciencia (se entiende, en conciencia rectamente formada).

Naturalmente si muchos pensaran como Dios manda, sí sería po-sible un partido que defienda la Verdad. Pero desgraciadamente mu-chos piensan como su bolsillo, comodidad, apetencias o caprichos, esdecir como usted.

Juan RoblesMaría Pilar Tomeo

Salvador Herrero

Están ustedes en su perfecto derecho de hacer lo que su conciencia lesdicte, pero si quieren evitar el mal menor —cosa que su conciencia no lespermite, y con razón— me gustaría que explicaran cómo su conciencia lespermite contribuir al mal mayor. Menos mal que diez millones de ciuda-danos —de conciencia no rectamentre formada, según ustedes— no seabstuvieron que, si no, a estas horas seguía «gobernándonos» el «bien» delfelipismo.

Sobre la sexualidad

Recientemente, el Consejo Pontificio para la Familia publicó unmanual normativo sobre sexualidad, que ha provocado polémica yfue calificado por los medios de comunicación de restrictivo. Se hacriticado asimismo que sean los célibes los que pretendan gobernar las«cosas del sexo».

No puede decirse que se trata de un manual restrictivo. La IglesiaCatólica es una institución libre. De ella formamos parte voluntaria-mente los cristianos y, por lo tanto, hemos de cumplir sus normas(siempre teniendo en cuenta que la Iglesia es Madre y puede com-prender muchas cosas).

El papel de los padres en la educación sexual de los hijos es esen-cial. ¿Quién puede informar mejor que los propios padres sobre unacuestión tan fundamental? En cualquier caso, los medios de comuni-cación, no; tampoco la calle, y ya no todos los colegios.

Esas indicaciones sobre el sexo son especialmente necesarias enesta sociedad, donde los medios de comunicación pretenden, a todacosta, imponer «su» cultura del sexo. ¿Acaso es más restrictiva la Igle-sia que esa parte de la sociedad que quiere reducir al hombre a unsimple cuerpo?

Mª Begoña de la Torre Combarros. La Coruña.

Francotiradores

Querida Raquel:A propósito de su artículo sobre San Egidio, me he visto en la obli-

gación de romper el silencio que llevo años guardando. Y es que ha ha-bido «barrios emblemáticos» para grupos cristianos que han queridohacer realidad el compromiso que su fe les pedía (y éso nos tenía quemover a todos). Pero los francotiradores no han progresado ni en la an-tigua Yugoslavia. Es algo que hemos sufrido en nuestro barrio de PanBendito. Varios grupos cristianos han pensado montar aquí su laborevangelizadora y promotora. Tienen su derecho, ¡cómo no! Pero, talvez, hayamos logrado más consolarnos a nosotros mismos que llevar

adelante una acción eficaz.Cuando estos jóvenes de San Egidio han tratado de «curar heridas»

de tantos niños, los cristianos que vivimos aquí hemos quedado olien-do a mercromina después de que ellos se iban. Y hemos luchado por cre-ar, puede ser que equivocadamente, un barrio donde se pueda vivircon dignidad. Y no sólo de 4 a 6 de la tarde, sino a las 10 de la noche, alas 12 y a las 3 de la madrugada cuando tratabas de pedir, con la mejormirada posible, un poco de respeto al sueño de los que al día siguientenos tocaba currar. Sí, hemos querido ser plataforma del cambio en elbarrio desde la parroquia. Y nos duele que se maneje la «típica margi-nación» de este barrio, para que vengan a instalarse en cada esquinasalvadores de estos niños.

Julio Yagüe Cantera. Madrid

¿Por qué esta dolida carta nos recuerda tanto a la parábola de los que llegarona la viña a última hora?

«Calle Mayor»

He podido ver, en la 2 de TVE, una película excepcional, dirigida porJuan Antonio Bardem, quien al margen de su ideología, que en el mundodel arte no tiene por qué influir, refleja unos personajes faltos de valoresmorales y religiosos en una pandilla de amigotes irresponsables. Hay unabogado, un editor de un periódico, un bancario, etc., que dicen que se haneducado en colegios de curas y se dedican en su ciudad, simplementepor aburrimiento, a gastar bromas pesadas. La última podía haber sido trá-gica, de haber faltado la religiosidad que emana de la protagonista, quevuelve, con su madre, a su triste vida de solterona. ¿Es preciso matar conun arma? No, las falsedades, los engaños, las hipocresías de algunos pue-den llevar a la destrucción de las personas. Reflexionemos sobre ello.

Carmen León. Madrid

Cultura de la vida

Solamente unas líneas para manifestarle mi felicitación por el ar-tículo «Cultura de la vida, cultura de la muerte. Tú eliges», que apareceen su último número. Expone de un modo sencillo el ambiente de pe-simismo que caracteriza la cultura de la muerte que algunos quierenimponer bajo el pretexto de una mal entendida tolerancia e infunda-do progresismo que tiene un trasfondo egoísta en sus planteamientos.

Da gusto leer artículos que, como éste, abren la puerta a la esperanzade una cultura de la vida que se manifiesta, como dice el autor, enuna simple sonrisa.

Ramón Panadero García-Quismondo. Madrid

Claridad de criterios

Le felicito (y me felicito) por la calidad y el temple de Alfa y Ome-ga. ¡Ya era hora que una publicación inspirada por la jerarquía ecle-siástica tuviese calidad, frescura... y garra! Digo esto último porque lacrítica del libro «Hombre y Papa» supone vivir la fortaleza, virtudque hace falta ejercitar en estos tiempos de componendas y consensos:los católicos tenemos derecho a recibir criterios claros y el comentarioa tal libro es un ejemplo.

Me ha gustado mucho también —considero que era muy necesario,y actual— el artículo de Pedro de la Herrán sobre la salud del Papa.

Repito: ¡Enhorabuena y adelante! Muchos católicos —madrileñosy de otras diócesis— estamos con ustedes...! ¡Y con el Papa!

Pablo Canosa. Madrid

10/ usted tiene la palabra Nº 14/9-III-1996

Cartasal

Director

Aviso: Las cartas remitidas a esta sección deberán ir firmadas ycon el nº de DNI. Su extensión no debe exceder las 20 líneas. Encualquier caso, la redacción se reserva el derecho a su publicación.

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La familia es la escuela de lavida porque educa para lapaternidad y maternidad,

esto es, para entregar la vida. Es-ta paternidad es un don y, poreso, un despojo; los padres em-piezan a no pertenecerse, sonpertenencia de los hijos. No haygrandeza mayor, y saben que loshijos no les pertenecen y que for-marán más tarde otras familias.

Dios, en sus relaciones deamor, nos da las claves de lasnuestras y, además, hace posibleuna aspiración siempre deseadade hacer un mundo de herma-nos, empezando por los hijos deDios.

Cuando los padres educan enla fe y animana los hijos acolaborar condicha gracia,las miradas delos niños y losjóvenes se di-rigen a Cristo,el Hijo, quenos enseña aserlo. En Élaprendemos aescuchar y aobedecer, noshacemos dis-ponibles a loshermanos ynuestra vidase reparte contodo necesitado, sin pensar enuno mismo.Nos instalamos enel corazón bondadoso del Padrey nos preparamos a ser padres.No hay nada tan importante pa-ra unos padres como habituar,día a día, a sus hijos a buscar elquerer de Dios en todo momen-to, ni deber más sagrado que de-mostrarlo con el propio ejemploen la oración, meditando la Pa-labra de Dios, contrastándola engrupos de vida cristiana, pi-diendo consejo. La vida divinase asocia a la humana, y la con-vierte. En la Iglesia encuentranlos buenos padres la horma desu casa, y en sus casas descubrenla comunidad cristiana, la «pri-mera Iglesia». Si alguien, pordesgracia, no ha vivido esta ex-periencia positiva y progresivaen su casa, Dios mismo quiere

enseñársela recuperándole en lafamilia de la Iglesia, y, despuésde vendar su corazón roto, re-generarle y orientarle al amorfecundo y generoso.

Cuando un joven se preguntacómo amar, qué familia formar,su mirada al futuro contiene enla fe una auténtica llamada. Elque nos llamó a la vida nos invi-ta a dar la vida. Sólo Él puede, yademás quiere, orientar nuestraentrega. Todo cristiano entiendesu vida como una llamada y sabeque existe para amar y ha de ha-cerlo como Dios prefiera.Debedescubrirlo en un diálogo deamor. De lo contrario desplaza aDios para ponerse a sí mismo en

el centro.Lamejor ga-rantía paraaprender avivir la fe yel amor eshablar encasa de lallamada deDios connaturali-dad, y orarjuntos paraque Dios lemuestre acada unosu camino,lo cual su-pone vivir

para servir y no para ser servido.Tenemos que invitar a los hijos abuscar sin disimulos la voluntadde Dios y a asumir compromisosgenerosos, a alegrarse en la en-trega, a sentirse afortunadoscuando el Señor invita a una vo-cación consagrada —porque noes un hurto, sino un don para sufelicidad—.

La vocación sacerdotal nacetambién dentro de la familia. Hoyhacen más falta que nunca sacer-dotes; son multitudes quienes pi-den silenciosamente desde su or-fandad el calor del hogar de laIglesia. Pedídselo a Dios en estemes del Día del Seminario. Pero,sobre todo, ofreceros a Él, y de-sead servirle en el mundo.

Francisco José Pérezy Fernández-Golfín,

/11iglesia en madridNº 14/9-III-1996

Para padres y aprendicesPreocupado por la situación actual, y ante la cercanía del «Día del Seminario»,

el obispo de Getafe ha escrito la siguiente reflexióón

«LA MEJOR GARANTÍA PARA

APRENDER A VIVIR LA FE

Y EL AMOR ES HABLAR

EN CASA DE LA LLAMADA

DE DIOS CON NATURALIDAD, Y ORAR JUNTOS PARA QUE

DIOS MUESTRE

A CADA UNO SU CAMINO»

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12/ iglesia en madrid Nº 14/9-III-1996

A NUESTROS LECTORESSi usted quiere ayudar a la Fundación San Agustín en la pu-blicación de Alfa y Omega, y en otros proyectos de la Pro-vincia Eclesiástica de Madrid en medios de comunicación,puede enviar su donativo al Banco Popular Español (Agen-cia nº 52, Plaza de San Miguel nº7) a la Fundación SanAgustín (cuenta nº 0075-0615-57-06001310-97 ).

Monseñor Rouco Varela, arzobispo de Madrid, se reuni-rá el próximo martes, 12 de marzo, con los estudiantes

de la Universidad Autónoma de Madrid. Recientemente lo hahecho con los de la Universidad san Pablo CEU, donde sele preguntó por la misión de los alumnos y de los profeso-res universitarios cristianos. Don Antonio dijo que «el profesorcristiano ha de ser, antes que nada, un buen profesor, ha derelativizar su propia ciencia y su propio discurso, y estaratento a los grandes interrogantes del hombre. Deberá bus-car la conexión entre las grandes cuestiones vitales y la fe,sin miedo a abordarlas y habrá de buscar el bien de losalumnos de modo integral, ayudándoles a crecer como per-sonas».Concluyó afirmando que era muy importante «noperder el poso de vida cristiana previa a la Universidad, cul-tivar la vivencia comunitaria eclesial, así como buscar unmarco universitario de educación y ejercicio de la fe».

El pasado día 5 falleció en Madrid don Luis Maicas Coa-rasa, párroco de San Dámaso y que tuvo cargos de res-

ponsabilidad en la diócesis. En su parroquia, abarrotada defieles, tuvieron lugar sus exequias, presididas por el señor ar-zobispo, acompañado por su obispo auxiliar y el obispo deGetafe. Nos unimos en la oración y la esperanza.

Ayer tuvo lugar en el Auditorio Isabel de Farnesio de Aran-juez, el IV Encuentro Juvenil de la diócesis de Getafe,

presidido por su obispo, don Francisco José Peréz y Fer-nández-Golfín, organizado por la Delegación de Enseñan-za. Participaron más de 400 alumnos de Enseñanzas Mediaspara reflexionar sobre las propuestas de Cristo para la vida,bajo el lema «Y tú... ¿qué valoras?» También es noticia enla diócesis de Getafe la inauguración de una casa de aco-gida a necesitados en la parroquia de Nuestra Señora de laAsunción, que a la vez será punto de referencia y de en-cuentro para todas las iniciativas en favor de los pobres.

Los jóvenes de la Acción Católica General han organiza-do una interesante tanda de conferencias sobre Bioética

en la parroquia de San Jorge (Padre Damián,22), dentrode un ciclo sobre ética profesional. El próximo 22 de marzoa las 20h. la doctora África Sendino, médico adjunto de me-dicina interna en La Paz, hablará sobre ética y SIDA. El 27de marzo a las 20h. el doctor Luis Chivas, ginecólogo delGregorio Marañon, hablará sobre los aspectos médicos y hu-manos de la reproducción humana. Y el 28 de marzo a las21h. el Presidente de la Fundación para la Humanización dela Medicina, el doctor don Vicente Pozuelo Escudero, hablarádel profesional sanitario cristiano.

En la Casa de la Familia (Plaza Conde Barajas,1. Telé-fono: 5483333), don José Martí de la Peña dirigirá una

tanda de Ejercicios del 11 al 14 y del 25 al 29 de marzo, yel padre don Rafael Hernando de Larramendi, del 22 al 24de marzo (de 19 a 21 horas), para universitarios.

El día a día

El señor arzobispo ha escrito una carta pastoral con oca-sión de la Cuaresma, bajo el título de «Convertíos y cre-

ed en el Evangelio», de la que ofreceremos a nuestros lec-tores cumplida información en nuestro próximo número.

FE DE ERRATAS

En nuestro número anterior, el pie de foto del artículo «Unbuen reglamento, con defectos», era incompleto y por ello po-día dar lugar a equívocos. Sin embargo para aclarar estosequívocos es suficiente leer el cuerpo del artículo, donde se es-pecifican los requisitos exigidos a los emigrantes.

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Bullicio. Voces. Caras. Gen-te joven. Sábado 21.30 ho-ras. Si algo se puede decir

de los Kostkas, es que son una co-munidad viva. 70 universitarios y30 estudiantes de enseñanzas me-dias se reúnen cada sábado paracompartir vivencias, orar y cre-cer como cristianos. Los localesde la calle Maldonado, en la pa-rroquia de San Francisco de Bor-ja, de los jesuitas, son su hogar.La CVX «Comunidad de VidaCristiana», (nuevo nombre de lasCongregaciones Marianas) cuen-ta con ocho grupos de universi-tarios. Los bachilleres integranuna precomunidad y los más pe-queños, los «Aguiluchos de San-ta María», que los viernes seadueñan de los locales, son la ba-se de donde nace la comunidad.También están los padres, que seencuentran cada quince días. Entodos los grupos se nota la guíadel padre Javier Ilundáin, y de al-gunos escolares jesuítas.

Los Kostkas se distribuyen encuatro actividades principales:misión, marginación, espiritua-lidad y secretaría. En «misión»atienden a los grupos de Confir-mación, siguen a los Aguiluchos,y todas las acciones de aposto-lado. En «marginación» se orga-niza una gran labor social: fami-lias, hospitales, asilos, deficien-tes, etc... En «espiritualidad» sevela por mantener el alma delgrupo: se organizan los Ejerci-cios Espirituales anuales, los re-tiros mensuales y las celebracio-nes y oraciones semanales. Ensecretaría se lleva la comuniónde bienes, fruto de las cuotas, ytoda la programación de las ac-tividades. La base de la unión yconvivencia de los Kostkas estáen su encuentro semanal de ora-ción en la capilla, en la comuni-cación de experiencias en los

grupos, y en la celebración go-zosa de la Eucaristía.

Empiezan el curso con losEjercicios Espirituales y las con-vivencias de septiembre. En la

fiesta de la Inmaculada los nue-vos congregantes hacen su con-sagración a María. Recaudan fon-dos para la acción social que de-sarrollan durante todo el año, y

dan testimonio de Jesucristo. Enmarzo no faltan a la cita de la Ja-vierada, pues san Francisco Ja-vier, patrono de las misiones, es el modelo de su joven gene-rosidad. Luego viven intensa-mente la Pascua juntos, y en ma-yo dan muestra de la verdad desu lema «A Cristo, por María».En el verano, todo su tiempo esya para los campamentos y loscampos de trabajo.

Bullicio. Voces. Caras. Gentejoven. Sábado 21.30 horas. LosKostkas salen de Misa y se vanjuntos el futbol. Son un grupo deamigos que saben llenar de sen-tido su vida, también su diver-sión, día a día. Da igual verlos re-zar o reirse juntos. Su contagio-sa alegría revela una vida queevangeliza por sí sola.

Virginia Moreno y Belén Caro

/13iglesia en madridNº 14/9-III-1996

JÓVENES EN MADRID CON ESPÍRITU IGNACIANO

Los Kostkas, hoy¿Qué tienen en común un agustino recoleto en Argentina, un concejal del Ayuntamiento de Madrid, varios jesuítas repartidos

por todo el mundo, un párroco en una barriada de Madrid, y un soldado condecorado por salvar la vida de muchos niños enBosnia? Todos ellos, junto a tantos otros hombres y mujeres que dan testimonio de su fe, han pertenecido a uno de los grupos de

jóvenes con más solera y más gancho de Madrid: los Kostkas, que con más de cien años de historia a sus espaldas y bajo ladirección de ilustres jesuítas, como fueron el padre Muzquiz y el padre Almellones, siguen hoy en el más puro espíritu de los

Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola.

«Aguiluchos», en un campamento, 1995

Unas convivencias de Kostkas

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Fue en un verano (poco antes de cumplirlos 18) cuando se me ofreció la posibili-dad de ir a una comunidad de monjes

en el norte de Francia (Taizé). Descubrí y en-contré al Señor. Para mi sorpresa me descu-brí profundamente amada... descubrí que has-ta entonces Él había permanecido allí silen-cioso, esperando pacientemente a que yo,algún día, me diera cuenta de que estaba con-migo. Ese amor, que poco a poco yo sentía ca-da día más, se tornó en enamoramiento... sí, yome sentía enamorada de Jesucristo.

Sorpresa tras sorpresa fue el comienzo: pri-mero descubrir y sentir que alguien me amaba con locura... después comprobar cómo eseamor curaba y limpiaba heridas. Sentir la in-finita misericordia y ternura del Señor, queme ama y me quiere como soy. Que no teníaque ser «perfecta» para acercarme a Él.

Aquella luz que se había encendido podíaser lo más grande que hubiese pasado en mivida. No lo podía dejar escapar... tenía que ali-mentarlo... y ahí estaban la palabra de Dios,la oración. Ahora, con 20 años, y con este pe-queño camino de fe recorrido sigo queriendoseguir las huellas de Jesús.

¡Cuánto cambiaría la vida de los hombres sise descubriesen profundamente amados! Esoes la fe, me ha pasado a mí. Gritaría a los jóvenesque se acercasen al Evangelio... porque en él en-contrarán la fuente de agua viva... ¡Que sí, queDios existe, que está vivo... que late aquí dentrode mi corazón... en el corazón de todo hombre!¿Verdad? Es una historia de amor. Tan verda-dera, tan grande, que desde ahora mi vida nopuede ser más que para Cristo.

Nuria BoladoEstudiante de Biológicas

14/ testimonio Nº 14/9-III-1996

Acaballo entre la esperanza y el desencanto andamos, Se-ñor, la mayoría de los españoles, tras haber votado el pa-

sado 3 de marzo. Muchos, tal vez la mayoría, habían puestoen ello demasiada ilusión –más de la cuenta– y se habían fi-gurado que el voto del 3M iba a ser... pues una especie de es-ponja maravillosa que lo limpiara todo, un sortilegio que arre-glara el patio por arte de birlibirloque, una varita mágica queconvirtiera los círculos en cuadrados y lo negro en blanco, opor lo menos en gris perla... Y, claro, Señor, aparte de quelos milagros «políticos» hay que merecerlos, ni siquiera lamás alta tecnología del momento ha descubierto esa espon-ja fabulosa lavalotodo o esa prodigiosa varita mágica.

Yo quisiera pedirte hoy por todos los españoles, mayoresy más jóvenes –sobre todo por los más jóvenes– que se hansentido desencantados porque estaban y siguen estandohasta el gorro... y anhelaban aire limpio. Lo primero, paraque, efectivamente, y a pesar y por encima de todo, se re-nueve el aire político de esta querida España nuestra; para que

lo que es posible se convierta en real; para que dejemos de la-mentarnos por lo seco que sigue todo y empecemos cadacual a crear oasis en medio del desierto.

Luego, para que todos, jóvenes y mayores, comprendamosde una vez que lo que de veras cambia un país, mucho másque unas elecciones, es la vida de sus ciudadanos gobernadosy gobernantes: una vida honrada, exigente, digna, sin cesionesal mal. Para que sepamos encontrar el diálogo necesario, elcamino del servicio sincero al bien común, y no el atajo facilónde la división y de la intolerancia –por desgracia, tan nuestra–;y, sobre todo, Señor, para que no busquemos a tientas y pordonde no se encuentra más que vaciedad, sino que, en Ti, queeres el Camino y la Verdad y la Vida, acertemos a encontrar laúnica victoria que vence la escuálida lógica del mundo, cuyasmatemáticas no son precisamente las tuyas en las que dos y dospueden ser cincuenta y tres, o cero, depende...

Miguel Angel Velasco

ORACIONES DE ANDAR POR CASA

POR LOS ESPAÑOLES, TRAS EL 3M

Una historia de amor

«La Samaritana en el pozo». Bernat Martorell. Retablo de la Catedral de Barcelona (siglo XV)

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No en vano se cansa Jesús, no en vano se fa-tiga la Fortaleza de Dios;no en vano se can-sa Aquel que nos restablece cuando nos ha-

llamos cansados : no en vano se fatiga Aquel cu-yo abandono nos fatiga y cuya presencia nosfortalece. De todos modos, Jesús se cansa y se sien-ta en el pozo, a la hora sexta. Él se ha fatigado en elviaje por ti. Vemos que Jesús es la fortaleza y le ve-mos débil; le vemos fuerte y le vemos débil. Fuerteporque «en el principio existía el Verbo y el Verbo es-taba junto a Dios y el Verbo era Dios. Él estaba alprincipio en Dios». ¿Quieres ver la fortaleza de es-

te Hijo de Dios? «Todo fue hecho por Él y sin Él na-da se hizo»; todo lo hizo sin cansancio alguno.¿Quién es más fuerte que el que hizo todas las cosassin cansancio alguno? ¿Quieres conocer ahora sudebilidad? «El Verbo se hizo carne y habitó entrenosotros». La fortaleza de Cristo te hizo y su debi-lidad te rehizo. La fortaleza de Cristo ha llamadoa la existencia a lo que no existía; la debilidad deCristo ha impedido que se perdiese lo que ya exis-tía. Con su fortaleza nos creó, con su debilidad nosbuscó…

San Agustín

/15el día del señorNº 14/9-III-1996

Evangeliode mañana

TERCER DOMINGODE CUARESMA

Juan 4, 5-42

En aquel tiempo llegó Je-sús a un pueblo de Sa-

maria llamado Sicar: allí es-taba el manantial de Jacob.Jesús, cansado del camino,estaba allí sentado junto almanantial.Llega una mujer a sacaragua, y Jesús le dice:—Dame de beber.La samaritana le dice:—¿Cómo tú, siendo judío,me pides de beber a mí, quesoy samaritana? (porque losjudíos no se tratan con lossamaritanos).Jesús le contestó: —Si co-nocieras el don de Dios yquién es el que te pide de be-ber, le pedirías tú, y él te da-ría agua viva.La mujer dice: —Señor, si notienes cubo y el pozo es hon-do, ¿de dónde sacas el aguaviva?Jesús le contesta: —El quebebe de esta agua vuelve atener sed; pero el que bebadel agua que yo le daré, nun-ca más tandrá sed.La mujer le dice: —Señor,dame esa agua: así no ten-dré más sed, ni tendré quevenir aquí a sacarla.Él le dice: —Anda, llama a tumarido y vuelve.La mujer le contesta: —Notengo marido.Jesús le dice: —Tienes ra-zón, que no tienes marido:has tenido ya cinco y el deahora no es tu marido. Eneso has dicho la verdad.La mujer le dice: —Señor,veo que tú eres un profeta.Nuestros padres dieron cultoen este monte, y vosotros de-cís que es en Jerusalén.Jesús le dice: —Créeme mu-jer: se acerca la hora, ya es-tá aquí, en que se adorará alPadre en espíritu y verdad.La mujer le dice: —Sé queva a venir el Mesías, el Cris-to; cuando venga él nos lo di-rá todo.Jesús le dice: —Soy yo, elque habla contigo.

Se hizo débil para buscarnos

Era una mujer inteligente,¿cómo es que no enten-

día que él estaba hablando deotro tipo de agua? ¿O acasolo entendía y se defendía dealgo demasiado grande pi-diendo frívolamente un aguaque hiciera innecesario su tra-bajo?

Jesús se decide a llegar alfondo. Cambia de táctica: aban-dona las imágenes y ataca a laconciencia de la mujer. En un gi-ro brusco de la conversación, di-ce: «Vete, llama a tu marido yvuelve acá». Era como sacudir-la por las solapas. Y ella recibióel impacto. Confusa, sonrojadabuscó una respuesta ambiguay evasiva: «No tengo marido».Podía haber respondido: ¿Quiénte manda a ti meterte en mi vi-da? ¿A qué son viene esa pre-gunta? Pero el golpe había sidodemasiado fuerte. Y prefirió unafrase que lo mismo podía decir«no estoy casada» que «no temetas en mi vida privada».

Pero Jesús ha decidido lle-var su ataque hasta el final.Sonríe, pone en sus labiosuna pequeña punta de ironía yresponde: «Bien dices: no ten-go marido, porque has tenidocinco y el que ahora tienes noes tu marido».

La flecha ha dado en elblanco. Pero aún hay más.Con esa lógica ilógica tan pro-pia de las mujeres, su con-versación gira ciento ochentagrados. Jesús ha puesto sualma al desnudo señalandosu llaga y pronto vemos quesu alma, tan baqueteada, es-tá llena de inquietudes reli-giosas. En las anos de Jesús

ha vuelto a ser la niña que eray comienza a hacer pregun-tas de niña.

Jesús ahora, ante aquel al-ma abierta, ya no vacila y con-testa sin rodeos; muestra an-te esta pobre pecadora la au-rora de los nuevos tiempos.

La mujer ahora sí, ahoraintuye el sentido más profun-do de esta respuesta: «Yo sé

—dice— que el Mesías estáa punto de venir y que, cuan-do venga, él nos lo explicarátodo» y Jesús confiesa anteesa mujer, ya claramente: «ElMesías soy yo, el que hablacontigo».

José Luis Martín Descalzo(Vida y misterio de Jesús de Nazaret.

Ed. Sígueme. Salamanca)

«... y me dijo todo lo que yo había hecho»

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16/ raíces Nº 14/9-III-1996

Nunca por menos se re-cibió más! Ése es micaso. Por un trago deagua, la certeza de

haber encontrado al Mesías. Nosé si exageraré, pero desde aque-lla tarde me considero la mujermás afortunada del mundo.

No solía yo ir a por agua ymenos al pozo de Jacob, en Si-car, que quedaba bastante dis-tante de casa. Pero aquella tardeno tuve más remedio. Al llegaral pozo, me encontré con unhombre de buen aspecto senta-do en el brocal. Me pidió agua yen el acento le noté que era gali-leo. Y eso sí que me extrañó, quesiendo Él galileo pidiera agua auna samaritana. Así se lo dije yahí es donde empezó a enredar-se nuestra conversación.

Él me hablaba de un agua yde un pozo que no eran, eviden-temente, los que teníamos de-

lante. O yo no entendía lo queme decía o me esta tomando elpelo. Aseguraba que el que be-biera de su agua no volvería atener sed. ¡Qué más quería yoque tener ese agua para no vol-ver a la fuente! Le pedí, natural-mente, que me diera de aquellaagua maravillosa y entonces dioun giro a la conversación y medijo que fuera a buscar a mi ma-rido y que volviera con él. Eracomo una trampa. Tuve que con-fesarle que había tenido cinco yque actualmente no vivía conninguno de ellos.

En seguida pasé al contraata-que, y como vi que tenía atisbosde profeta, le pregunté si teníanrazón los judíos adorando a Diosen Jerusalén o nosotros, los sa-maritanos, adorándole en el Ga-rizín. Su respuesta me abrió unhorizonte amplísimo. Me dijo quese habían acabado las rivalidades

«Quien beba del agua que Yo

Jesús y la samaritana, junto al pozo. Catacumba ramana de via Latina

Típico pozo palestino

Hoy las raíces son un «manantial» inagotable. El tercer domingo de Cuaresma, con el evangelio de la Samaritana, dirige nuestropensamiento a la Noche de Pascua, la noche por excelencia del Bautismo. Esa sed de plenitud que supo despertar Jesús en lamujer de Samaría, y que todo hombre siente en lo más hondo, nada de este mundo puede saciarla. Sin embargo, un hombresemejante a nosotros, que pide de beber, nos asegura un agua que da la vida eterna. ¿Puede alguien pensar entonces que el

Bautismo es una nadería? ¿Acaso es imaginable una vida auténticamente humana, que responda a esa sed de infinito, sin elagua que Cristo nos da? Leamos. Habla la Samaritana:

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/17raícesNº 14/9-III-1996

y los partidos y que era llegado elmomento de dar culto a Dios enespíritu y en verdad. Estas pala-bras, no sé por qué, me trajeron ala memoria los tiempos del Mesí-as tantas veces comentados en ca-sa y en la sinagoga. Se lo comentétal como lo sentía y entonces mehizo la gran revelación: «El Mesíassoy yo, el que habla contigo».

Como es lógico, nunca jamásse me había ocurrido encontrar-me con el Mesías y menos can-

sado y sediento, sentado en elbrocal de un pozo y, sin embargo,tuve toda la certeza del mundo.¡Sí, era Él! Son esas cosas que nosabes por qué las crees así, peroque te resultan evidentes. No seme ocurrió más que salir co-rriendo a toda prisa hacia el pue-

blo para participar a mis vecinosa quién acababa de conocer en elpozo de Jacob. Vinieron en tro-pel y todavía se entretuvo connosotros en una larga conversa-ción, siendo todo tan agradableque se les invitó a quedarse ennuestro pueblo y aceptó. Dos dí-

as estuvo con nosotros, samari-tanos. Y como todos tuvimosoportunidad de conocerle y decharlar con Él, me decían mis ve-cinos: «Ya no creemos por lo quetú nos contaste, sino que hemoscomprobado que, efectivamen-te, es el Mesías, el salvador delmundo»

Joaquín Luis Ortega(del libro El Mesias y otros)

Yo le dé no tendrá sed jamás»

La tierra samaritana de Sichem, en la antigüedad

La samaritana junto al pozo , Sano di Pietro

«¡SÍ, ERA ÉL!

SON ESAS COSAS

QUE NO SABES

POR QUÉ

LAS CREES ASÍ, PERO QUE TE RESULTAN

EVIDENTES»

«YO NO ENTENDÍA

LO QUE ME DECÍA O ME

ESTA TOMANDO EL PELO.ASEGURABA QUE EL QUE

BEBIERA DE SU AGUA

NO VOLVERÍA

A TENER SED»

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Al final pasó lo que tenía que pasar. Lasfrágiles relaciones entre el Patriarca-do ortodoxo de Moscú y el de Cons-

tantinopla se han roto provocando un cismasin precedentes en la Iglesia ortodoxa. La no-ticia sólo ha sorprendido a los profanos almundo de la ortodoxia. Para Europa orien-tal se trata de la crónica de un cisma anun-ciado. El 23 de febrero pasado, por primeravez en la historia, el patriarca Alexis II deMoscú y de todas las Rusias omitió mencionaral patriarca Bartolomé I en los «dípticos» (el«memento» de los vivos) durante una liturgiasolemne. El mundo ortodoxo asistía así a laruptura oficial y simbólica de la comuniónentre Moscú y el Patriarcado «ecuménico» deConstantinopla que, por tradición, es consi-derado como «primus inter pares» (el prime-ro entre iguales) de las catorce iglesias auto-céfalas que agrupan a unos 200 millones deortodoxos dispersos por el mundo.

¿Cuál es la causa de esta especie de «cis-ma»? El día anterior, la Iglesia ortodoxa deEstonia se había declarado oficialmente au-tónoma bajo la jurisdicción del Patriarcadoecuménico de Constantinopla. Desde que, en1940, Estonia fue anexionada por Stalin, laIglesia local había pasado a depender de la«tutela» del patriarcado de Moscú. Con lacaída de la URSS y la independencia de losPaíses Bálticos, los ortodoxos han decididoque ha llegado la hora de recuperar su auto-nomía. Pero el conflicto de este país báltico,cuya población es de mayoría luterana, tienetambién elementos étnicos y políticos. Moscúecha en cara a Constantinopla el descaro conque ha alentado el proceso desintegrador, nosólo en Estonia, sino en los demás Países Bál-ticos y en Ucrania. El caso de esta última es to-davía mucho más grave. En estos momentosexisten tres jerarquías ortodoxas rivales. Con

sus 7.000 parroquias, Ucrania supone el ba-luarte más importante de la ortodoxia rusa.Dos tercios de las iglesias que permanecie-ron abiertas durante los tiempos de la UniónSoviética estaban en aquel país. Durante esosaños, el 70% de los seminaristas de la Iglesiarusa procedían de Ucrania. Bartolomé I haapoyado sin reservas la autonomía de estaIglesia. Por este motivo Alexis II no se pre-sentó a la reunión de todo el mundo ortodo-xo convocada por el Patriarca de Constanti-nopla en Patmos, en septiembre pasado.

Nos encontramos, por tanto, ante una vie-ja herida. La rivalidad entre Moscú y Cons-tantinopla tiene raíces profundas. Desde queen 1453 Constantinopla cayó en manos de losturcos, Moscú se consideró investida de laresponsabilidad de tutelar la ortodoxia. Conel pasar de los años, el número de fieles deConstantinopla ha disminuido alarmante-mente. En Turquía quedaron menos de 5.000fieles ortodoxos. El resto de la obediencia aeste Patriarcado, cuatro millones y medio defieles, se encuentra en la diáspora, en lospaíses a los que huyeron para escapar del fun-damentalismo islámico. Pero las comunidadesortodoxas en el extranjero, excluidas de todo

este debate, comienzan a acariciar la idea deconvertirse también ellas en autocéfalas. EnEstados Unidos cinco millones de ortodoxosde origen griego, ruso, serbio, húngaro, etc...podrían unirse en un solo Patriarcado. Unadecisión así supondría un golpe mortal parael Patriarcado de Estambul.

En Moscú no es mejor la situación. El co-munismo se cobró la vida de millones de fie-les mártires. Pero la apertura de los archivosde la KGB en 1992 demostró la colaboraciónde parte de la jerarquía rusa de otras Iglesiasortodoxas con el servicio secreto soviético.La noticia minó los cimientos de su autori-dad moral. En estos momentos los ortodo-xos rusos atraviesan un proceso de búsquedade identidad con síntomas contradictorios.El primero es la construcción de la mayor ca-tedral ortodoxa del mundo. Edificada por loszares, dinamitada por Stalin y reconstruidaen tiempos de Yeltsin, la catedral de CristoSalvador, de Moscú, quiere ser el símbolo delrenacimiento espiritual y nacional de Rusia.

¿Cómo ha seguido este divorcio Roma?Juan Pablo II ha hecho del acercamiento cató-lico–ortodoxo una de las prioridades de supontificado para el fin del milenio. El mes dejunio pasado recibió en el Vaticano al Patriar-ca de Constantinopla, Bartolomé, en un gestosignificativo de fraternidad. Las relaciones conMoscú, por el contrario, son muy difíciles.Moscú tiene miedo al crecimiento significativode la Iglesia católica en algunas regiones de laRepública Rusa, y ha criticado duramente lallegada de misioneros católicos y el nombra-miento de obispos. Se esperaba que, en la pró-xima visita de Juan Pablo II a Hungría, quetendrá lugar este año podría celebrarse un en-cuentro con el patriarca de Moscú.

J. C.

18/ mundo Nº 14/9-III-1996

El Patriarca ortodoxo de Moscú, con ungesto histórico sin precedentes, ha

declarado la suspensión de la comunióncon el Patriarcado ecuménico de

Constantinopla. Alexis II, Patriarca detodas las Rusias, no está dispuesto a

perder la obediencia de los fieles de lospaíses de la ex Unión Soviética. «Alfa y

Omega» indaga en las causas que hanoriginado este proceso de desintegraciónque podría tener consecuencias nefastaspara los cristianos de Oriente y para el

proceso ecuménico promovido por elConcilio y por Juan Pablo II.

Ruptura en laIglesia ortodoxa

«AL FINAL PASÓ LO QUE TENÍA QUE

PASAR. LAS FRÁGILES RELACIONES ENTRE

EL PATRIARCADO ORTODOXO DE MOSCÚ

Y EL DE CONSTANTINOPLA SE HAN ROTO

PROVOCANDO UN CISMA SIN

PRECEDENTES EN LA IGLESIA ORTODOXA»

Monasterio de la Santísima Trinidad. Rusia. Siglo XIV

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¿Es realista pensar que la Iglesia católica po-dría levantar la excomunión de Lutero?

El poder jurídico de la Iglesia tiene por ob-jeto, como es obvio, a personas que viven; laexcomunión se extingue con la muerte delexcomulgado. En este sentido la excomuniónquedó sin efecto a la muerte de aquél. Des-pués de la muerte sólo a Dios correspondejuzgar. No es necesario, pues, levantar la ex-comunión de Lutero; hace ya mucho tiempoque dejó de tener vigencia.

Diferente es la cuestión de si las doctrinasde Lutero pueden seguir dividiendo hoy a laIglesia. No sólo existen anatemas por partecatólica contra la doctrina de Lutero, sino queexisten también descalificaciones muy explí-citas contra el catolicismo por parte del re-formador y de sus compañeros que culminanen la frase de Lutero de que hemos quedadodivididos para la eternidad. No es éste el mo-mento de referirnos a las palabras llenas de ra-bia pronunciadas por Lutero, en las que que-dó claro su rechazo de la Iglesia católica: «Ha-bría que hacer prisionero al Papa, a loscardenales y a toda esa canalla que le idolatray santifica; arrastrarlos por blasfemos y luegoarrancarles la lengua de cuajo y colgarlos atodos en fila de la horca». No se pueden re-ducir todas estas confrontaciones a simplesmalentendidos.

La verdadera cuestión, por lo tanto, puedeúnicamente consistir en preguntarnos hastaqué punto hoy es posible superar las actitudesde entonces y alcanzar un consenso que vayamás allá de aquel tiempo. La unidad exigepasos nuevos y no se realiza mediante artifi-cios interpretativos. Si en su día se realizó con

experiencias religiosas contrapuestas, que nopodían hallar espacio en el campo vital de ladoctrina eclesiástica transmitida, tampocohoy la unidad se forja solamente mediantevariopintas discusiones, sino con la fuerza dela experiencia religiosa. La indiferencia es unmedio de unión tan sólo en apariencia.

LAS DIFERENCIAS,

¿Existen aún diferencias? ¿cuáles son?Podemos citar ya puñado de cuestiones

en las que existen desacuerdos: Escritura yTradición, Escritura y autoridad doctrinal dela Iglesia, juntamente con la cuestión del mi-nisterio espiritual, en general, y de la suce-sión apostólica como forma sacramental dela Tradición; el carácter sacrificial de la Euca-ristía y la cuestión de la transustanciación delas especies, así como la presencia continuadadel Señor en las especies y la adoración eu-carística fuera de la Misa (en cambio, sobre

la presencia real de Cristo en la consagraciónhay ya unidad de fondo); el sacramento dela Penitencia; diversa criteriología en el cam-po de la moral cristiana, donde naturalmen-te tiene de nuevo parte decisiva el problemadel magisterio doctrinal, etc... Sin embargo,una serie como ésta de verdades controverti-das determina la pregunta fundamental: ¿to-do esto se funda en una diferencia de fondo y,en caso afirmativo, se la puede definir?

Lutero estaba convencido de que el actode fe descrito por la Tradición católica había si-do incardinado en la Ley, en vez de ser ex-presión del Evangelio. Por lo tanto, el acto defe, a su modo de ver, se había transformadoen su contrario, pues, para él, la fe es la libe-ración de la ley, mientras que en su forma ca-tólica le parecía nuevamente una sumisión a laley. Hoy es corriente decir que ya no existecontraposición en cuanto a la doctrina de lajustificación. Pero desde el momento en queLutero fijó durante toda su vida y con tantainsistencia la diferencia central en la doctrinade la justificación, me parece justo, hoy comoentonces, sospechar que es a partir de ahídonde se puede hallar muy bien la diferenciafundamental. El elemento fundamental –asílo veo yo– es el temor de Dios, que Lutero te-nía clavado hasta la raíz de su ser en el ten-sión entre aspiración divina y conciencia depecado, hasta tal punto, que Dios se le mues-tra bajo la forma de su contrario, como loopuesto a Dios, como demonio, aplicado aaniquilar al hombre. La liberación de esta an-gustia es el verdadero y decisivo problema.

Alfa y Omega

/19mundoNº 14/9-III-1996

450 ANIVERSARIO DE LUTERO

Todavía subsiste el desacuerdo

Con las declaraciones del cardenal Ratzinger sobre la Reforma —recogidas en su libro «Iglesia, ecumenismo y política»—,concluimos el espacio que desde hace tres semanas hemos dedicado al aniversario de la muerte del reformador de Erfurt.

«LA UNIDAD EXIGE PASOS NUEVOS Y NO

SE REALIZA MEDIANTE ARTIFICIOS

INTERPRETATIVOS. LA INDIFERENCIA ES

UN MEDIO DE UNIÓN TAN SÓLO EN

APARIENCIA»

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No soy un científico, perome parece que existe yaun proyecto de vida hu-

mana en el momento en el que elóvulo es fecundado. Y un pro-yecto de vida humana tiene queser respetado». Quien pronunciaestas palabras no es ni un obispo,ni un líder político democristia-no. Son afirmaciones de MassimoD’Alema, secretario del PDS (Par-tido democrático de la izquierdaitaliana), heredero del PCI, el par-tido comunista más influyente enEuropa occidental durante la gue-rra fría. Y sin miedo, añadía: «Ladefensa de la vida es un valor queno divide, sino que une».

La reacción a estas afirmacio-nes de los grupos feministas y dellobby homosexual del partido hasido furibunda. D’Alema ha teni-do que dar un paso atrás paraaclarar que en Italia se celebró ha-ce veinte años un referéndum queaprobó el aborto con el 70% delapoyo popular. Por tanto, para él,el valor de la ley no se pone enduda. Sin embargo, confirma: «Lafamilia como comunión de afec-tos, de lazos de solidaridad es unvalor fundamental. Lo experi-mento a nivel personal». Hay que

ayudar mucho más de lo que seestá haciendo ahora a la mujerque queda embarazada.

Siguiendo la misma línea delsecretario del partido, otro de losexponentes más importantes del

partido «de la encina», GiovanniBerlinguer (un apellido que re-cuerda las glorias del comunismoitaliano), ha afirmado en estosdías: «Es necesaria la prevenciónsecundaria que consiste en favo-

recer la aceptación del nacimien-to a través de la solidaridad y laasistencia; consiste en tratar deevitar que un embarazo no dese-ado o imprevisto termine con elaborto». En pocas palabras, la ley

20/ mundo Nº 14/9-III-1996

¿Considera usted que es bueno el finde la unidad política de los católicos?

No sé si es bueno. Es un hecho. Aho-ra bien, si la unidad que tienen los cató-licos como objeto de su fe se realizaratambién a nivel socio-político, en un lugary un momento dados, esto sería siem-pre para la sociedad humana, cualquieraque sea la postura que uno tenga, unejemplo reconfortante. Unidad en fun-ción de la Iglesia y no del partido políticoo de un bando.

Pero, ¿usted no siente más garan-tías con un «cristiano» en el Gobier-no?

No. El problema es su dedicación sin-cera al bien común y su competencia le-al y adecuada. Puede haber un cristianoque esté totalmente metido en los pro-blemas eclesiásticos, cuya honestidad

natural y cuya competencia puedan dejarque desear. Prefiero que no sea así.

¿No cree que las recientes desven-turas electorales en Polonia e Irlandahan venido por una identificación de laIglesia con funciones políticas?

No creo. La Iglesia no padece jamásderrotas en la propuesta de su contenidooriginal. La Iglesia es el lugar de un Acon-tecimiento de salvación que ningún poderhumano podrá eliminar o alterar sustan-cialmente jamás. Eliot llama a la Iglesia«la extranjera» precisamente por su ca-rácter irreductible a los esquemas del mun-do. Cierto que la Iglesia puede ser casti-gada y golpeada. Pero su fuerza, contra-riamente a cualquier ideología o utopía,consiste en que es un dato imborrable quelleva consigo la pretensión de influir en lahistoria. Quizás lo que está sucediendo

recuerde a los cristianos la necesidad deser fieles a la naturaleza auténtica de laIglesia. Esto, por otra parte, es lo que apa-siona y lo que debería entusiasmar a cual-quier cristiano auténtico: servir en todo loque se hace a la Iglesia y basta. Pero no,no basta. Una cosa hay que exigir del po-lítico que siga siendo honrado: la libertadde expresión y, por consiguiente, de edu-cación para la conciencia religiosa del in-dividuo o del pueblo. Siempre he dicho es-to a los jóvenes: «Pueden hacernos ir des-nudos por las calles, pero están obligadosa dejarnos libertad para expresar y realizarnuestra fe. En caso contrario estarían sen-cillamente en contra de la civilización».

(Fragmento de una entrevista al fundador de Comunión y Liberación,don Luigi Giussani. La Stampa 4-I-96)

Italia: Peppone y la vidaEl secretario del Partido Democrático de la Izquierda italiana (PDS) ha hecho unas declaraciones a favor de la vida que han rotolos esquemas tradicionales de la política italiana. Los postcomunistas han lanzado una estrategia de seducción del voto para las

próximas elecciones, aunque ello implique renunciar a prejuicios históricos.

LIBERTAD PARA EXPRESAR Y REALIZAR NUESTRA FE

Italia, «un país martirizado» se lee en la pared

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La situación política italia-na es mucho más com-

plicada de lo que se puedeexplicar en pocas líneas. Apesar de ello intentamosofrecer un perfil que ayudea interpretarla. El próximodía 21 de abril los ciudada-nos italianos están convo-cados a las urnas para re-novar el Parlamento y, si esposible, para decidir una dis-tribución más estable de lasfuerzas políticas, lo que per-mitiría un gobierno firme.Tradicionalmente, la Repú-blica italiana ha adoptado elsistema proporcional deasignación de escaños, conla necesaria consecuenciade una atomización del Par-lamento. Existía un gran par-tido de izquierda, el Partidocomunista, y otro gran parti-do de centro derecha, la De-mocracia cristiana, junto conun no muy grande partido dederecha, el Movimiento So-cial, un indefinible Partido ra-dical, un Partido liberal, otrorepublicano, otro socialista,otro socialdemocrático y al-gunos representantes departidos nacionalistas. Esafragmentación había hechosiempre imposible un go-bierno monocolor y forzóuna política pactista, siem-pre en equilibrio inestable,

en la que difícilmente se ter-minaban los mandatos decuatro años. Se adoptaronfórmulas de coalición gu-bernativa, más o menoscontra natura (los famosostetrapartido y pentapartido).El escándalo de Tangento-poli (por el pago de comisio-nes ilegales a políticos) pro-dujo un terremoto que ha al-terado radicalmente elpanorama político italiano.No está muy claro qué de-sencadenó el caso —que hadegenerado en verdadero«terrorismo judicial» (bastacon un testimonio para que aun ciudadano le llegue un«aviso de garantía», quepuede llevarle a prisión pre-ventiva)—, sobre todo por-que la existencia de la «mor-dida», que ha salpicado a to-das las fuerzas políticas, eraun secreto a voces desde elnacimiento de la 1ª repúbli-ca.

El efecto inmediato fue ladisolución del partido másafectado, el socialista, y pos-teriormente la fragmentaciónde la Democracia cristiana.El magnate de Finninvest(propietario de Tele 5), Sil-vio Berlusconi, (ex simpati-zante socialista y amigo deCraxi) constituyó el partidoForza Italia, en representa-ción del centro derecha tec-nocrático y encabezó unaalianza electoral (Polo de lalibertad) con la Liga del Nor-te (centro derecha regiona-lista) de Humberto Bossi yla Alianza nacional de Fini,heredera «civilizada» delfascista Movimiento social.La izquierda se «refundó»en un Partido democráticode la izquierda (PDS), naci-da de la unión de los verdesy del antiguo Partido comu-nista. Junto a otros partidosde izquierda y centro iz-quierda forman la coaliciónelectoral del Olivo. Estasnuevas elecciones, ya conel sistema mayoritario co-rregido, favorecerán un equi-librio mayor entre las dosalianzas, que, sin embargo,tienen muchas disensionesinternas.

José Antonio Ullate

/21mundoNº 14/9-III-1996

HABLA EL PAPA

LAPOLÍTICANO ES

UN VALOR ABSOLUTO

Vuestras políticas persona-les o las de vuestro parti-

do —pues la disciplina de par-tido no puede dispensar jamásde actuar personalmente enconciencia— no son un valorabsoluto en vuestra vida, noson la última palabra; más alláestán las opciones personales,está vuestra vida de fe pro-piamente dicha, vuestra per-tenencia a la Iglesia.

LA IGLESIA NO SE IDENTIFICACON NINGÚN PARTIDO POLÍTICO

La Iglesia mantiene suidentidad propia, identidadbasada en las enseñanzas deCristo y no puede confundirsecon ningún partido político.No hay partido político quepueda arrogarse el derecho derepresentarla. Ningún pro-grama político puede procla-mar que contiene todas las ri-quezas del mensaje de la Igle-sia.

EL POLÍTICO CRISTIANO

La tarea específica del po-lítico cristiano es presentar lavisión cristiana del hombre,nuestra esperanza de creyen-tes en la visión del futuro, elmagisterio social de la Iglesiaacuñando por el Evangelio; ypresentar estas cosas con con-vicción, en la controversia in-telectual de hoy día. El políti-co cristiano no puede dejar aun lado su conciencia, forma-da en la fe cristiana y siempreen vías de formación, cuandohay que consultar y decidir.

del aborto no exime al Gobiernode sus responsabilidades. Anteun embarazo no tiene derecho alevantar las manos y gritar: «¡Yome rindo!»

¿Qué está pasando en el paísde don Camilo y Peppone? ¿Seestán convirtiendo los hijos dePalmiro Togliatti y Enrico Berlin-guer al Movimiento para la vida?

Se lo hemos preguntado pre-cisamente a Daniele Nardi, unode los exponentes de dicho Mo-vimiento en Italia. «Indudable-mente —ha dicho— la desapari-ción de la Democracia cristianaha hecho que todos los partidosse pongan a buscar desespera-damente los votos huérfanos delos católicos. Nosotros nos he-mos entrevistado con D’Alemay hemos dado pasos adelante,aunque todavía nos separa la leysobre el aborto. Hace tan sólo dosaños, pensar que el líder del PDSpudiera recibir a una represen-tación del Movimiento para la vidaparecía un disparate. Los políti-cos son así. Con tal de mendigarvotos son capaces de hacer lo quesea necesario. No nos escandali-za el que por este motivo seabran a los valores de la vida; alcontrario, es una oportunidadque tenemos que traducir encompromisos concretos».

¿Qué es lo que une al PDS conel Movimiento para la vida?Laprohibición de experimentar conlos embriones; la convicción deque la vida individual comienzacon la concepción; el rechazo dela distinción entre embrión ypre-embrión con menos de ca-torce días y la necesidad de quese apliquen medidas serias deprevención del aborto, ya sea an-tes o después del embarazo. Porel contrario, ¿qué es lo que les di-vide? La ley vigente sobre elaborto; el concepto de embrión yde concebido como persona y lasconsecuencias que de esto se de-rivan en la legislación; el signifi-cado de las formas de prevencióndel aborto. El PDS sólo piensa enayudar a la madre, mientras quelos pro vida exigen también un in-terés explícito por el niño.

Italia acaba de comenzar lacampaña electoral. El resultadoes incierto. Si por primera vez ensu historia el PDS logra formarun Gobierno, tendrá que demos-trar si estas afirmaciones no eranmás que bravatas electorales oconvicciones de una nueva cul-tura de izquierdas.

Jesús Colina. Roma

Caos a la italiana

Lamberto Dini,

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Hablando a una de susbienhechoras sobre unafamilia pobre que cono-

ció en Córdoba y a la que soco-rrió como pudo, Juan de Dios co-menta con gran dolor: «Tan po-bres y maltratados los vi que mequebraron el corazón». ¡Qué sen-sibilidad tan fina y qué capaci-dad de compadecerse por el su-frimientode los de-más! ¡Québuen ejem-plo huma-no paratantas per-sonas de co-razón nobleque en nues-tra sociedadse muestransensibles ysolidarias conla pobreza yla injusticiaque padecen

los pueblos deltercer mundo y con la pobrezaque también existe en nuestrapropia sociedad!

San Juan de Dios contó inme-diatamente con colaboradoresvoluntarios y con personas quepronto quisieron adherirse a su

modo de vida al servicio de lospobres y de los enfermos. Su pri-mer compañero fue Antón Mar-tín, tan popular en los ámbitosmadrileños. Aunque sin propo-nérselo directamente, pronto seencontró con el regalo de que suscontinuadores habían sido reco-nocidos en 1572 como una Orden

religiosa: la Or-den Hospitala-ria de San Juande Dios, quecontinuaría sumisión de cari-dad hastanuestros días. Hoy, los Her-manos de SanJuan de Dioscuentan enEspaña con43 Centrosasistenciales,con 8.056plazas y

más de 6.000 cola-boradores contratados, junto con1.500 voluntarios. Además de lapresencia ya conocida en hospi-tales médico-quirúrgicos, la Or-den Hospitalaria está presente ennuestro país en siete alberguespara personas sin techo, un cen-tro integral para drogodepen-

22/ santos de ayer y hoy Nº 14/9-III-1996

Juan de Dios, «si Dios quisiere»Juan de Dios, «si Dios quisiere». Con este nombre y con esta humilde actitud recorrió Juan Ciudad las calles de Granada,

en la primera mitad del siglo XVI, recogiendo pobres y enfermos en su hospital y recabando la solidaridad de sus habitantes.Han pasado ya quinientos años desde su nacimiento en tierras de Portugal. El día 8 de marzo fue clausurado en Granada

el quinto Centenario con el honor que su santidad merece. Y fue inaugurada en su memoria, la remodelación de su hospitalgranadino, en presencia de los Reyes de España y del legado Pontificio, cardenal Castillo Lara. Tendrán cabida en este hospital

enfermos crónicos y en situación terminal, niños gravemente discapacitados y personas sin recursos que podrán acudirdiariamente al comedor social.

Juan de Dios fue un gran santo de la Iglesia del siglo XVI yel testimonio de su vida continúa siendo actual en nuestros

tiempos. Fue un hombre tocado fuertemente por la gracia delSeñor, un hombre que no opuso resistencia a la gracia divina.Se empeñó en el generoso cumplimiento de la voluntad deDios en su vida bajo la guía de san Juan de Ávila, su directorespiritual.

Vivió incluso la experiencia de ser tenido por loco e inter-nado por ello en el Hospital Real de Granada, en España.Salió de aquel lugar con el propósito de fundar un hospital, co-mo alternativa a la asistencia que se ofrecía en su época. Enél, los pobres, los enfermos y todos cuantos llegaban a supuerta debían ser tratados con humanidad y sensibilidad y seles ofrecía, al mismo tiempo, la salvación de Jesucristo.

Su apostolado no se limitó sólo a los que acudían a su ca-sa, sino que se extendía a aquellos que encontraba por las ca-lles de la ciudad. Todos se quedaban admirados de sus cua-lidades de pacificador y reconciliador, tanto entre rivales –susdos primeros compañeros fueron dos enemigos que se odia-ban a muerte—, como entre personas que llevaban una vidadeshonesta.

Deseo que el Año Jubilar sea un estímulo para reflexio-nar sobre la vida del santo fundador, y sobre todo, sirva parahacer profundizar la espiritualidad propia de la Orden y de-fender y hacer más fraterna la vida humana, para mejor ser-vir al enfermo, al pobre y al necesitado».

(Del mensaje especial de Juan Pablo II)

UN RECONCILIADOR

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dientes, siete unidades de cuida-dos paliativos —una de ellas in-fantil y otra para enfermos de si-da—, cuatro residencias para an-cianos, seis centros paradisminuidos psíquicos y seis cen-tros de salud mental.

En la Comunidad de Madrid,los Hermanos de San Juan deDios desarrollan su misión cari-tativa en cinco centros: el Hos-pital San Rafael, en el que atien-den a niños y ancianos; el Al-bergue San Juan de Dios, con 230plazas para la atención y rein-serción de personas sin techo; laFundación Instituto San José, pa-ra niños y jóvenes con gravesepilepsias, y para ancianos congraves discapacidades físicas ypsíquicas; la Clínica Nuestra Se-ñora de la Paz, para la atención

de enfermedades mentales agu-das y alcoholismo. Y, finalmente,el Centro de San Juan de Dios,de Ciempozuelos para la aten-ción a enfermos mentales suba-gudos y crónicos, residenciaasistida en psicogeriatría y uni-dad específica para disminuidospsíquicos.

Este es el mejor legado del«bendito Juan de Dios». De estamanera se sigue haciendo acti-vamente presente en el mundode los enfermos y necesitadosmediante sus hijos y los numero-sos colaboradores que participande su carisma y hacen que el Je-sús compasivo y misericordiosodel Evangelio siga estando vivoentre nosotros.

Hermano Ramón Martín

Era el día de San Sebastiánde 1537. Un mercader de

origen portugués tenía, junto ala Puerta Elvira de Granada,su puesto de libros. Era unhombre aventurero que des-de entonces será conocidocomo Juan de Dios. Aquel día,20 de enero, marchó a la er-mita de San Sebastián, a lasafueras de Granada, donde elsanto Maestro Juan de Avilapredicaba el sermón. Aqueldía y aquel lugar, como el ca-mino de Damasco para SanPablo, fueron el punto de en-cuentro de Juan de Dios conJesucristo re-sucitado, quecambió radical-mente su vida.Juan de Diossalió de la er-mita dando vo-ces y actuandocomo un loco;alguien lo llevóal Maestro Avi-la, y de la con-versación ínti-ma de los dosJuanes naceun verdadero«loco de amor»por Cristo.Atrás quedaban cuarenta ydos años incapaces de darlealegría verdadera, y por de-lante sólo trece años, perobien llenos de gozo y fecun-didad.

Juan de Dios, tocado porla gracia, sale de la ermita deSan Sebastián «confesandosus pecados». Siente en sualma la enfermedad que llevaa la muerte ,y quiere la saludy la vida!. En su encuentrocon San Juan de Avila des-cubre dónde está la verda-dera, y experimenta en supropio corazón la salvaciónde Cristo. Ya no quiere otracosa que esa salvación: vi-virla y comunicarla con la pa-sión del amor de Cristo,que«lo provee todo», como élmismo dirá.

Esta percepción de Jesu-cristo como verdadero «re-medio para el hombre»,es elrasgo que yo más destacaríade San Juan de Dios; el se-

gundo rasgo, su mirada nuevasobre toda la realidad, sobrelas personas y sobre las co-sas. Y es que la fe verdaderaen Jesucristo, Redentor delhombre, no puede menos queser fuente de gozo y de espe-ranza. Esta fe es una luz po-derosa que permite ver el des-tino eterno de todo hombre, yla belleza de un mundo queno está llamado a la destruc-ción, sino a transformarse en«los nuevos cielos y la nuevatierra».

No hay acción pastoral enla Iglesia más necesaria hoy

que la de recu-perar en todasu verdad yplenitud la cen-tralidad deCristo, y esa«mirada nue-va» sobre elhombre y sobrelas cosas.Quiera el Se-ñor que la Or-den Hospitala-ria, en este VCentenario deSan Juan deDios, preste ala misión de la

Iglesia esa mirada llena deternura, que convierte en go-zo el más duro de los traba-jos, y en absoluta confianzaen el poder de Cristo la máspobre y frágil de las situacio-nes. Que los queridos Her-manos de San Juan de Diospuedan hoy decir, con la mis-ma sencillez que su Funda-dor, estas palabras suyas:«Como esta casa es general,reciben en ella generalmentede todas las enfermedades ysuerte de gentes, así queaquí hay tullidos, mancos, le-prosos, mudos, locos, paralí-ticos, tiñosos, y otros muyviejos y muy niños, y, sin és-tos, otros muchos peregrinosy viandantes, que aquí seallegan, y les dan fuego yagua, sal y vasijas para gui-sar de comer. Para todo estono hay renta, mas Jesucris-to lo provee todo».

Antonio María Rouco Varela

/23santos de ayer y hoyNº 14/9-III-1996

EL VERDADERO «REMEDIO»PARA EL HAMBRE

JUAN DE DIOS SIGUE ESTANDO

PRESENTE EN EL MUNDO DE LOS ENFERMOS Y NECESITADOS

MEDIANTE SUS HIJOS Y LOS NUMEROSOS COLABORADORES

QUE PARTICIPAN DE SU CARISMA

San Juan de Dios. Copia del retrato de Sánchez Coello

«NO HAY ACCIÓN

PASTORAL EN LA IGLESIA

MÁS NECESARIA HOY

QUE LA DE RECUPERAR

EN TODA SU VERDAD

Y PLENITUD

LA CENTRALIDAD

DE CRISTO»

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Un derroche de imaginación

24/ la vida Nº 14/9-III-1996

Muere el cardenalKrol

Cuando fue elegido PapaJuan Pablo II, no pocos de

los periodistas, sobre todo nor-teamericanos, que siguieron elCónclave, especularon con queel gran valedor de Karol Wojty-la -más aún que el cardenalKöenig- para suceder al PapaLuciani había sido el cardenalJohn Krol, arzobispo de Fila-delfia, hijo de inmigrantes po-lacos y amigo personal del en-tonces arzobispo de Cracovia.Esta gran figura de la Iglesia,sin lugar a dudas uno de losmás influyentes arzobipos nor-teamericanos, ha muerto aho-ra en Filadelfia, a los 85 añosde edad.

32 misionerosasesinadosen 1995

Son noticias que apenas sise publican: tiene más

morbo un accidente en ca-dena en la autopista o unatentado terrorista de tantoscomo vergonzosamente sesiguen produciendo entre no-sotros, el último esta mismasemana; pero el hecho esque nada menos que treintay dos misioneros fueron ase-sinados durante el año pa-sado en el mundo. La vida esel más alto precio que muje-res y hombres de todo elmundo siguen pagando a fi-nales del segundo mileniopor anunciar el Evangelio deJesucristo. En lo que va de1996 ya han sido asesinadasotras dos misioneras, enGhana.

Hay que ver qué derroche de imaginación la de ciertos pu-blicitarios, como los de las dos muestras que presenta-

mos!: para anunciar en una cadena de radio un programa lla-mado «El penalty», la lumbrera de turno se ha exprimido las me-ninges hasta dar con este «hallazgo» de una recién casadaembarazada. Para anunciar un vino, otro genio de la publicidadha sudado tinta china hasta encontrar inspiración nada menosque en la Consagración de la Misa. ¡Qué pena y qué ver-güenza...!

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/25la vidaNº 14/9-III-1996

¡Gracias, porla vida!

Testimonio singular el deestas palabras dirigidas al

Papa, en nombre de un niñoaún por nacer:

«Santo Padre: Yo soy elque ya vive, pero que aún noha nacido. Uno de tantos quenacerán en los próximos nue-ve meses y tan indefenso co-mo los que probablemente se-rán eliminados en el vientrede sus madres.

He venido a darte las gra-cias por todo lo que has he-cho y sigues haciendo por mí;por tus oraciones y tu incan-sable lucha para que yo tam-bién tenga vida y la tenga enabundancia. Gracias por que-rerme tanto. Tú si que hascomprendido bien que yo soyel más pobre de todos los po-bres. El más vulnerable. El in-defenso. Por eso me defien-des tú, en nombre de Jesu-cristo a Quien representas.

Delante de ti quiero decir ami papá y a mi mamá que losquiero muchísimo. Quisieradarles las gracias, ante todo,por quererse tanto. Por esoestoy yo aquí. Gracias tam-bién por cuidarme y por pro-tegerme.

Santo Padre, no quiero de-jar pasar esta oportunidad sindecirte que me pone muy tris-te pensar que miles como yono nacerán. Algunos padres,por temor, por egoísmo eirresponsabilidad, y otros porla angustia provocada por pro-blemas materiales ceden a latentación de pensar que susdificultades se aliviarán si eli-minan al hijo que está por na-cer. Dales valor, esperanza yfuerza de Dios, para que nonos quiten el don de la vidaque Dios nos regaló.

Ahora que te menciono a tiPapa-Dios, quiero pedirte pormi papá y por mi mamá, y portodos los papás y mamás delmundo. Que cese el odio y laviolencia y no haya más niñosabandonados. Prometo echaruna mano cuando nazca».

Con su número 359 y unatirada que, en su totali-

dad, sobrepasa ya los quin-ce millones de ejemplares,la revista «Mensaje del Pa-pa» celebró, el 14 de febre-ro, su 18 aniversario. Du-rante este tiempo, «Mensa-

je del Papa» (C/ Pedro Tei-xeira 8, 28020 Madrid) hasido un gran colaborador ala labor pastoral de los sa-cerdotes. La forma ágil desus páginas y el estilo atrac-tivo en la redacción de suscontenidos despiertan el in-

terés de parroquias de to-das las diócesis y de todoslos niveles de lectores, quecalifican «Mensaje del Pa-pa» como medio de «cono-cer en veinte minutos cuan-to el Papa hace y enseña en30 días»

Gráficos que hablan por sí solos

«Mensaje del Papa» cumple 18 años

Fuente: EDIS (Equipo de InvestigaciónSociológico) CARITAS Madrid

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26/ desde la fe Nº 14/9-III-1996

CINE

Jane Eyre, o la dignidad femeninaSeguramente, no pensaba Franco Zeffire-

lli en la Jornada de la Mujer trabajado-ra cuando rodó esta película que los es-

pectadores tienen oportunidad de ver en loscines durante estos días, pero, sin duda sípensaba, en la maravillosa e intransferibledignidad de toda mujer. Quizás por eso, «Ja-ne Eyre» está resultando uno de los más gran-des éxitos cinematográficos del famoso di-rector italiano.

Unir, en la gran pantalla los nombres deCharlotte Brönte, la inteligente autora del li-bro sobre el que se basa la película, el del pro-pio Zeffirelli y el de la actriz Charlotte Gains-bourg que da vida a la protagonista era todauna garantía de acierto. Ofrece la película eldeslumbrante personaje de una mujer de ha-ce ciento cincuenta años, cuya psicología, al-tísima calidad humana y textura moderna ha-cen de ella un personaje plenamente actual.

No faltará quien arrime el ascua a su sar-dina de un feminismo mal entendido, por sec-tario y miope, pero el más alto valor para-digmático de esta «Jane Eyre», que ya estabaen el libro, ha sido enriquecido y puesto derelieve de manera eficaz gracias al milagrode la luz y del cine: no es otro que la afirma-ción enérgica y convincente del respeto deuna mujer a sí misma y a su irrenunciabledignidad. Que hace siglo y medio se dieran,en la cerrada sociedad de aquel tiempo, estetipo de mujeres que tenían la osadía de ser yde sentirse iguales a los hombres fue lo quesentó las bases de la revolución de la mujerque, indiscutiblemente, ha sido y sigue sien-do la más importante revolución del siglo XXy acaso de otros muchos siglos.

Es, «Jane Eyre» una película cálida, apa-sionada y a la vez divertida, que concita unelogio unánime. No parece una mera casua-lidad que algunas de las palabras de la pro-tagonista sean como un eco de las que JuanPablo II acaba de reiterar respecto a la dig-nidad de la mujer. La historia de esta peque-ña huérfana maltrata-da que, convertida enoscura institutriz, afir-ma su propia persona-lidad y conquista elamor de un hombre te-óricamente inalcanza-ble, es la historia deltriunfo mismo de ladignidad femenina. Loha expresado convin-centemente el propioZeffirelli: «Basta con lacultura plástica; bastacon esas mujeres quevemos hoy en el cine yde las que dentro detres meses no se acor-dará nadie, ¡Ojalá en-

contráramos hoy muchasJane Eyre!»La espléndida fotografíaen color, de David Wat-king, —los detractores deZeffirelli hubieran queri-do que la película fueseen blanco y negro paraironizar sobre «zeffirella-das»— refleja el clima dehúmedo otoño inglés enque se desenvuelve la pe-lícula con un incompara-

ble fulgor expresivo, al que contribuye deci-sivamente la intensa e inmejorable labor in-terpretativa de la protagonista que sabe vi-vir todo dentro de sí y hacer luego que todosalga fuera. El resto del reparto raya a la mis-ma altura.

A juzgar por las primeras reacciones delpúblico, de modo especial del público juvenil,se abre paso, cada vez con más fuerza, unaesperanzadora oleada de aprecio hacia lo másverdadero de los seres humanos.

Alfa y Omega

Cartel de la película «Jane Eyre»; abajo, Franco Zeffirelli

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Los electores tenían de-trás una imponente pi-rámide de corrupciones:

cada mañana, una nueva; ca-da día, un peldaño más en elignominioso proceso. Ante esasituación había un partido (nodoy nombres) responsablepor acción o por omisión. Yotros dos ideológicamenteopuestos entre sí, pero coin-cidentes en denunciar el esta-do de quiebra moral. El no ala corrupción no se tenía queescribir necesariamente convotos de la derecha; podía tam-bién expresarse con votos de la

extrema izquierda. Se daba co-mo segura la victoria de la pri-mera, se esperaba una significa-tiva subida de la segunda fuer-

za y el voto de castigo a la quedesde hacía años lo estaba mere-

ciendo. Lo que en lugar de eso hapasado no necesito contárselo a us-tedes.Que la complicada situación que se

ha producido tenga o no salida, escuestión que no entra en este comen-tario. Ya he dicho que no es un co-

mentario político. Y mi objeto no es elfuturo, sino el pasado. Y preguntarmepor qué ha pasado.

Dejo también fuera el indagar has-ta dónde el voto del miedo ha funcio-nado en sus naturales destinatarios, los

sectores más deprimidos, cultural yeconómicamente, del país. Pre-

fiero fijarme en los que con ple-na deliberación y libertad hanvotado al partido responsable

de la corrupción. Sin ninguna du-da, la inmensa mayoría de ellos son per-sonas decentes. ¿Qué ha sucedido pa-ra que ni siquiera se hayan acogido a lacómoda fórmula de la abstención? Puesque la fidelidad a la ideología ha pre-

valecido sobre los reparos morales.Cierto es que, frecuentemente, con uncomplejo de culpa; ha sido el caso delos que no se han atrevido a declarar aquiénes iban a votar, y con su reticenciahan desequilibrado todos los sondeoselectorales. Pero el hecho es que, en de-finitiva, han votado.

¿No es nuestra obligación –se ha-brán dicho– sostener a los que son «losnuestros», tengan o no tengan razón?Ya se sabe: todo lo que hagan «los nues-tros» es bueno, o disculpable, o venial,así como es malo, imperdonable y gra-ve todo lo que hagan «los otros».

Pero ahí está la gravedad del caso,porque revela una lamentable falta desentido moral en parte de nuestra so-ciedad. ¡Aquellos tiempos de la Repú-blica, en que el escándalo del estraper-lo (visto desde hoy, una futesa) hundióliteralmente al Partido radical! O esasmodernas sociedades democráticas defronteras afuera, donde un solo escán-dalo menor provoca dimisiones, crisisde Gobierno y hasta batacazos electo-rales.

A la luz de lo que ha ocurrido resul-ta profético el documento de la Confe-rencia Episcopal sobre «Moral y socie-dad democrática», que comenté en estasmismas columnas. ¡Cómo no suscribirla necesidad imperiosa de moral quetiene nuestra democracia! Lo que el día3 ha demostrado es que una parte con-siderable de los electores no han senti-do esa necesidad. O, si la sentían, se lahan aguantado. ¿Cuestión de política?digamos, si acaso, que de higiene polí-tica. A esos que digo no les ha impor-tado salir a la calle sin lavarse la cara.Verdad es que otros no le han hecho as-cos al agua ni al jabón. En que su higié-nico ejemplo cunda hay que poner laesperanza.

José María García Escudero

/27desde la feNº 14/9-III-1996

El referéndumde la

corrupciónComo referéndum moral consideró determinado periódico laselecciones. Después de celebradas, merecen que se las conozcacomo el referéndum de la corrupción. No es una calificación

partidista. Ni siquiera es política. Pero es, como espero demostrar,la que les corresponde mejor.

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28/ desde la fe Nº 14/9-III-1996

En sus memorias, Simone de Beavoir re-cuerda su encuentro con Simone Weil.«China acababa de ser devastada por el

hambre; me habían contado que, al conoceresta noticia, ella había llorado. No sé comose entabló la conversación; S. Weil declarócon un tono tajante que sólo una cosa era im-portante en la tierra: la Revolución que daríade comer a todo el mundo. Yo contesté, deforma no menos terminante, que el proble-ma no consistía en proporcionar a los hom-bres esta suerte, sino en encontrar un senti-do a su existencia. Ella me miró de arriba aabajo y me dijo: se nota que no has pasadonunca hambre».

Esta anécdota puede servir de ejemplo pa-ra ilustrar dos mentalidades. La primera, máspropia del feminismo radical de los 50, se sue-le identificar con valores tradicionalmentemasculinos, como el cálculo o la mayor faci-lidad para teorizar o formular pensamientosabstractos. Que S. de Beauvoir encarne estamentalidad masculina no puede extrañar enquien defendió la total equiparación entre lossexos. ¿Varón? ¿Mujer? Para ella se trata depreguntas ya superadas. El sexo no es másque una función que puede intercambiarse avoluntad. Las diferencias son categorías pu-ramente culturales.

La segunda, más propia de lo que se hadado en llamar neofeminismo, viene a acen-tuar aspectos que se han considerado desdesiempre específicamente femeninos. Es unamentalidad que no conoce de conceptos yprincipios generales. Atenta a lo concreto, tie-ne una cierta propensión que la inclina a serescéptica ante cualquier especulación teóri-ca que olvida los individuos.

Feminismo igualitario y feminismo de ladiferencia guardan entre sí una cierta seme-janza. En muchas ocasiones ese deseo deigualdad radical está condicionado por unaespecia de complejo de inferioridad que llevaa fenómenos de mimetismo, por virtud de los

cuales la mujer renuncia a su propio perfil,tomando como ideal de vida el ideal mascu-lino. «Se convence a la mujer de que se laquiere “liberar” y “emancipar”, induciéndo-la a masculinizarse y haciéndola así homo-génea a la cultura de la producción, some-tiéndola al control de la sociedad masculinade los técnicos, de los vendedores y de lospolíticos que buscan beneficio y poder, y todolo organizan, todo lo venden y todo lo ins-trumentalizan para sus fines» (Ratzinger).

Pero no menos esclavizante resulta, en oca-siones, esa pretensión de absolutizar la «di-ferencia». La defensa de un estilo de vida fe-menino intimista, intuitivo y atento a lo con-creto, que parece cuestionar la capacidad de lamujer de trascenderse y asumir responsabi-lidades públicas. Conviene recordar que eltérmino esclavo designa en la Antigüedadprecisamente a aquel hombre a quien sólo sele permite dedicarse a su bien particular yprivado. El peligro aquí está en relegar a lamujer del ámbito del escenario público.

En realidad la dialéctica de estas dos men-talidades siempre ha estado de alguna ma-nera en la historia de la humanidad. «El pen-samiento humano desde que comenzó a filo-sofar ha intentado captar las cosas mediante

una división radical en dos elementos: lo fác-tico —que como tal es lo irrepetible, concretoy casual— y lo necesario universal —cuyauniversalidad lleva aparejado que sea lo abs-tracto, esa ley y ese valor que parten del casosingular para regularlo superándolo—» (VonBalthasar). Frente a la pretensión de buscarconstantes homogéneas en la realidad, siem-pre se ha revelado un pensamiento que rei-vindica que lo real es lo «aquí y ahora» acon-tecido, siempre inencuadrable e irrepetible.

Ulises es el prototipo de viajero. Su periplopersonal se ha transformado en vocablo uni-versal: Odisea. Pero Ulises perdido, retenido,a veces seducido, mantiene la memoria delHogar. Sabe, pues, cual es su destino y haciaél encamina sus pasos. Conoce el punto dellegada y consigue, al fin, abrazar a Penélope.

El Día Internacional de la Mujer parece sermateria reservada exclusivamente a la mu-jer. Quizá sea necesario que Yaveh haga caera la mujer en un profundo sueño. Quizá trasel sopor Penélope sea capaz de captar la tra-gedia del hombre actual y de reconocer el la-mento que en este fin de milenio le dirige Uli-ses: «Se nota que nunca has pasado hambre».

Javier Martín Cavann

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Sí, pero¿dóndeestáPenélope?

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Entre los sacerdotes, unos,reconociendo la menguadel número de confesiones,

la achacan en buena parte al ab-sentismo de sus colegas, que nose sientan en el confesionario. Noles falta razón… Pero hay tam-bién otros —tal vez señalados porlos primeros— que intentan, te-órica y prácticamente, andar nue-vos caminos, más o menos acor-des con la práctica del nuevo Ri-tual de la Penitencia. Tampocoles falta razón… Algunos, por úl-timo, en su empeño de ver todolo humano «en positivo», releganla Confesión —y con ella la con-versión y la penitencia— a un se-gundo plano de la tarea pastoral.Estos últimos, en todo caso, sonlos menos y, teológicamente, losmás desasistidos de razón.

Entre los laicos, hablando só-lo de aquellos que, en una u otramedida, participan de la vidaeclesial, las actitudes y las inter-pretaciones respecto a la Confe-sión vienen a coincidir con las delos sacerdotes, y hasta podría de-cirse: con las de «sus» respecti-vos sacerdotes…

Bien. Así están las cosas den-tro de la Iglesia, dicho todo ellode una manera simplista y comopara andar por casa: la confesiónestá en baja y, al parecer, un poco«demodé». Pero ¿qué pasa fuerade la Iglesia?

Pues fuera de la Iglesia pasaque la «confesión» está de moda,de una moda rabiosa. Aparte delas visitas al psiquiatra, terapias degrupo, etc, hay programas de ra-dio, sobre todo nocturnos, dondese desvelan intimidades y «peca-dos» desde el anonimato y la som-bra… Tertulias y entrevistas en ra-dio y televisión, donde a cara des-cubierta se airean, unas veces concierto prurito de provocación y pe-tulancia, otras con una pretensiónde normalidad, situaciones deopresión y de sufrimiento, histo-rias de desviación y desorden, vi-das truncadas, injusticias irreden-tas, en fin, todo el dolor del mun-do… Incluso hubo un programade televisión, con el título de «Con-fesiones», que presentaba a sus«penitentes» en un remedo de con-fesionario, de donde, después de

confesar sus culpas, salían a la luzdel plató a recibir un puntual be-so de cariño y solidaridad de des-conocidos, o volvían a la tristezade su oscura soledad…

¿Acaso ésto no es signo de quehay conciencia de culpa y nece-sidad de regeneración; experien-cia de la esclavitud del pecado yansia de perdón, de liberación?Tristemente, en el mundo no haypersonas, instituciones, foros, quepuedan otorgar un perdón abso-luto y dador de nueva vida, quepuedan administrar misericordiaabsolutoria y regeneradora. En elmundo, sí, hay ley, pero la ley só-lo arguye de pecado, no salva. Só-lo salva el amor infinito de Dios.

De este amor infinito de Dioses depositaria y administradorala Iglesia. A ella le ha sido con-fiado el ministerio de la reconci-liación de Cristo, el único que li-

bera al hombre del pecado y dela soledad mortal. Su ministerioes algo más que mantener o qui-tar modas, ensayar originalida-des atractivas, hacer concesionessentimentales, hablar solamente«en positivo». Es descender a laverdadera realidad del hombre asolas consigo mismo y con los de-más para elevarlo a su verdaderahumanidad en Dios-amor.

¿Y la confesión? Pues la Con-fesión, retornada a su lugar den-tro del sacramento de la peniten-cia, centrada en la conversión, es-tá y estará de moda siempre.Pues la Iglesia no camina de otromodo que de conversión en con-versión a Cristo, presente en ella—y en el mundo a través deella— hasta el fin de los tiempos.

José María Bravo Navalpotro-Vicario Episcopal

/29desde la feNº 14/9-III-1996

Por ahora se acabó. Ha-blo de esa masa visco-

sa que ha inundado los pe-riódicos y telediarios y pa-redes, en las interminablessemanas de la campañaelectoral.

En sesudos editoriales,en tertulias muy serias, al-gunos de mis más autori-zados colegas han tratadode convencernos a todacosta: «Nada más impor-tante que un debate ados», «la única esperanzaestá en establecer si tienerazón Fulano o Mengano».

Es el «sólo de pan viveel hombre» propio del quetentó a Jesucristo, que haabierto un hueco en el mu-ro del mundo y de su cró-nica, un respiradero por elque nos llega el oxígeno ypor el que podemos atis-bar el Infinito y la Eterni-dad. Ésta es la primera eindispensable «liberación»de la que se derivan todaslas demás.

Porque es «la verdad laque nos hace libres». Deverdad; para quien se to-ma el Evangelio en serio,la escala de valores que enel primer puesto, en el de-cisivo, pone los resultadosde unas elecciones, no esmás que un equívoco ouna mentira. Reconocer suimportancia y necesidad ala vez que su relatividad,es descubrirse, de golpe,hombres libres.

Dicen que la intoleran-cia es la tentación del cre-yente. Me parece que se-mejante peligro sólo ame-naza a quien piensa queno hay nada más allá delresultado de las urnas. Pa-ra ése, todo está de pie, ose cae. El cristiano está so-corrido siempre por la iro-nía benefactora, por esedon divino de la sonrisa in-dulgente que desmitifica ydesarma la lanza que lle-na de sangre la historia.Ahí está el antídoto paratodo fanatismo.

Vittorio Messori

Punto de Vista

ELECCIONES

La Confesión, ¿no está de moda?En medios intraeclesiales, los sacerdotes constatan que hoy, en general, se acude

a la Confesión —no así a la Comunión— con menos frecuencia que antes. ¿Será que la confesión no está de moda?

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30/ desde la fe Nº 14/9-III-1996

Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz en 1986,describe en su libro La Noche la actitud de

algunos judíos ante los recientes atentados:«Muérdete los labios, hermanito… No llores.Guarda tu rabia y tu odio para otro día, paramás tarde. Vendrá ese día, pero ahora no…Espera. Aprieta los dientes y espera».

Esperar, ¿a qué? ¿A otra ofensiva? ¿A laspróximas elecciones? ¿A otro asesinato? ¿Auna revancha en nombre de no sé qué Dios?Existe una palabra mágica de tres letras. Algoasí como ese tercer deseo que, de existir Ala-dino, se lo pediría con toda mi alma. Es unaasignatura que no se enseña en ninguna Uni-versidad. Se llama: Paz.

El último atentado suicida ha enlutado lasaguas del Jordán. El número de víctimas en

menos de una semana supera ya medio cen-tenar. El mundo observa con curiosidad el fe-roz desenlace. Presentimos la contraofensi-va. Las cámaras nos han presentado el es-queleto metálico de un autobús, ambulanciasy rostros judíos. Algunos recogen fragmentoshumanos en bolsas de plástico, mientras losperiodistas contabilizan el número de muer-tos y de heridos.

Parecería que al Tratado de Paz le han da-do ya el jaque mate. Es un problema comple-jo. Porque lo que realmente está en juego noes la creencia o la religión de un pueblo, las tie-rras o límites fronterizos de una nación, sino lapersona humana: la vida de cientos, millaresde hombres y niños. Es la eterna lid del biencontra el mal, de la verdad contra la mentira.

LIBROS

El Jordán, en llamas

GentesJEAN-MARIE DOMENACH: «Pienso que la función de la prensa ha cam-biado mucho, pero no sólo por la prensa en cuanto tal, sino por elresto de los medios de comunicación que forman un mismo sistemacon el poder. Son un poder, pero un poder dentro del poder. El poderpolítico está en el poder de los medios y es casi imposible separarlos:viven en simbiosis».

ALEXANDER SOLZHENITSYN: «El capitalismo es necesario en Rusia,aunque no la basura que genera. Las drogas, la pornografía y un sin-fín más de porquerías no son necesarias en Rusia. Las drogas y su trá-fico están produciendo grandes riquezas entre un sector de ciuda-danos rusos. Las drogas son como el comunismo se daña a muchosen favor de unos pocos. Creo sinceramente que la moral está por en-cima de cualquier sistema político y social».

FERNANDO SANCHEZ DRAGÓ, escritor: «Lo lógico sería que los verdesse opusieran al aborto en nombre, precisamente, de la ecología ymantuvieran a rajatabla su independencia respecto a cualquier opciónideológica, ¿no? Asesinar a los que van a nacer constituye una delas más terribles, temibles y flagrantes transgresiones que cabe in-fligir al orden de la naturaleza».

El alma bella

Hace dos semanas losquioscos se vieron

inundados por las revistasdel corazón, anunciando loscuarenta y cinco años, re-cién cumpliditos, de una delas mujeres más emblemá-ticas del papel couché.

Durante la semana, alpasar junto al puesto deprensa, fisgoneaba sin atre-verme a adquirir un ejemplar.

En una visita a una pelu-quería, ¡por fin, caí en la ten-tación! Con los pelos meti-dos en un ruidoso secador,me dispuse a descubrir lapócima mágica de esta se-ñora que había conseguidollegar a tal edad, sin unaarruga en el rostro y con lacarrocería sin abollar.

«Gimnasia, paddle, te-nis con las amigas y comercon moderación». Un ins-tante de desaliento. Ense-guida proyecté un plan demantenimiento alternativoen mi particular situación.Gimnasia + paddle = hacercamas, poner lavadoras,tender ropa, bañar y cam-biar a bebés y cargar conla cesta de la compra.

Llegué a casa, cuatro dela tarde, y la mesa con lacomida del mediodía, aúnsin quitar. Lavar platos, me-riendas, baños, cenas, bi-berón de Pablo a las doce,¡por fin, a dormir!

¿A qué viene esta «ma-rujil» historia? A recordarque estamos en el ecuadorde la Cuaresma, hora depenitencia, purificación yconversión. Es el momen-to de remozar los descon-chones que se van hacien-do en nuestro interior.

Está bien cuidar el cuer-po; sin embargo, no pode-mos obsesionarnos con elfrasco y echar a perder laesencia. «¿Qué queda detu corazón, para que pue-das amarte a ti mismo?¿qué queda de tu alma,qué de tu mente?» (SanAgustín)

Rosa María Navarro

CONTRAPUNTO

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/31desde la feNº 14/9-III-1996

En Belén ondea la media luna. Peroexisten grupos minoritarios, sectores fun-damentalistas que han descoyuntado lacohesión interna. Son los «kamikazes»de la muerte. Terroristas suicidas.

Es el drama de siglo XX: matar, mu-riendo, para vivir. Extraño enigma. Y to-do este espectáculo, ¿para qué? Lamuerte especialmente cuando es pro-ducto del odio frío y lacerante del hombreproduce rencor e indignación. ¿Cómo esposible matar así? ¿Cómo es posible po-ner fin a la existencia de hombres y mu-jeres? ¿No se cree en todas las religio-nes que en cada hombre hay algo de di-vino? ¿Puede un hombre llamar Padre aun Dios que le manda matar a su her-mano?

Demos cauces a la paz. Las laderasdel Jordán son amplias. Evitemos la gue-rra. Ayudemos al desarme, al diálogo, a lasolidaridad. Esas palabras de uso políti-co que ahora deben recobrar su signifi-cado, tan vacías de contenido. Hay que

sellar una nueva paz. No con sangre ca-liente o firmas extranjeras, sino con loscorazones. La paz nace del amor. El amores orden, es respeto y reconocimientode una dignidad. Las bombas, como lasbalas, matan cuerpos, pero nunca ideas.Palestinos y judíos son personas. Cadauno lleva en sí su designio, una vida porrealizar, un proyecto por cumplir.

Pienso en otro israelita. Creo que vivióhace unos XX siglos. Un hermano de laraza escogida. También el sufrió un aten-tado. Predicó la justicia, el amor y la paz.Pero él no se mordió los labios, no odió asus enemigos. Esa es la diferencia en-tre ser víctimas y mártires.

No sé de qué color son las aguas delJordán. Pero he soñado que todas lasnoches cuando se abre el firmamento,en la suave corriente, se refleja una es-trella de seis puntas y un gajo de luna.Shalom!

Juan Pablo Ledesma

Primero, no es verdad que el resultado de las elecciones generalesrecientemente celebradas en España sea como para que nadie res-ponsable se desaliente; ni muchísimo menos. Habrá desilusionado aquienes esperaban de ellas más de lo que ellas podían dar, pero dar handado mucho de sí: conseguir ganar en número de votos a nada menosque casi un régimen en el poder desde hace catorce años es algo queno sucede a menudo en la escena política internacional. Y aquí haocurrido. No es verdad que la nuestra sea una situación «a la italiana»,casi desesperada. ¡Qué más quisieran en Italia que tener nuestra si-tuación parlamentaria! Con la verdad por delante, sin ocultar nada yponiendo los intereses de todos por encima de los de partido, Aznartiene mucho a su favor. Los españoles no se fían de más rodillos, y ha-cen bien.

Segundo, no es verdad que todo vale en las tácticas y estrategiaselectorales. Eso del recurso al miedo y a los fantasmas de la guerra queparecían relegados al baúl de los malos recuerdos y que ha hecho queen algunos barrios obreros la gente acaparase alimentos porque «vie-ne la derecha», o que alguien simplemente despistado pidiese orien-tación para votar y se le confundiera con un policía o con un contro-lador o espía del PP, sencillamente no es de recibo. Es bochornoso.

Tercero, si es verdad que todos los votos tienen igual valor, esono quiere decir que sean de igual calidad. No es igual un voto a He-rri Batasuna que se aprovecha de la democracia para sus turbios finesque el voto a un partido democrático. Y no quiero generalizar, porquesería injusto decir que a los nueve millones que han vuelto a votar alfelipismo les de igual la corrupción, pero tampoco es igual un voto quebusca acabar con la lacra de la desvergüenza política que el voto delciudadano que vuelve a votar más de lo mismo, por mucho que tra-te de mirar hacia otro lado. Ni es verdad que muchos millones de es-pañoles, después de lo que han votado, tengan derecho a quejarsede la desmoralización que se ha adueñado, por desgracia, de España.Ahora resultará otra vez que, como en las encuestas, se dice, por ver-güenza, que se vota esto, pero en realidad se vota aquello. O, si no, ¿dedónde salen, aparte del voto de los estómagos agradecidos, esos nue-ve millones de «más de lo mismo»?

Cuarto, no es verdad, como no pocos creen, que los pactos y lashipotecas sean algo malo. Siempre que se busque el bien común, sonalgo estupendo que hace pisar tierra y no andar en babias ni en rodi-llos. Cosa diferente es que haya quien quiera confundir pacto, aunquesea a la griega, con chantaje y vuelva ya con la cantinela del «hecho di-ferencial» cosa que, por obvia, nadie sensato va a negar; pero, claro,una cosa es la política y otra la economía y el chollo con el dinero detodos. Con no tolerarlo, todos tan amigos.

Así que, visto lo que hay, lo mejor, además de los 26.000 ciuda-danos vascos que han dejado de votar a ETA, es el aire nuevo y lim-pio -para ciertos males, nada como un cambio de clima- que propicialo que los obispos han dicho al felicitar al señor Aznar, ganador de laselecciones: «que Dios le conceda su luz y su fuerza en el desempeñode las altas responsabilidades que le encomienda el pueblo español,al servicio de la paz, de la justicia, la libertad y el bien común de todoslos ciudadanos». Y lo peor, aparte de los que siguen votando a HB, esque los españoles no hayan castigado como se merece la inmorali-dad y la desvergüenza. Lo que urge es que, de una vez, funcionenlas leyes y los juzgados, hasta que los delincuentes devuelvan lo ro-bado y paguen su delito.

Con lo que no pierdan la esperanza vuesas mercedes... y tenga-mos todos la fiesta en paz.

Gonzalo de Berceo

No es verdad

Así lo vio un dibujante de ABC

Page 32: ¿A qué se debe el «boom» del libro religioso? del cardenal Carlo Mar ía Martini, el hombre de la Iglesia que m á s libros est á vendiendo en el mundo entero. Cuando a Giuliano

Se cuenta que un vecino deGuichen, zapatero paramás señas, y muy hábil,por cierto, en el manejo dela lezna y del bramante,

murió, como es ley natural quetambién mueran los remendo-nes.Y cuando dejó este mundo,liberado de la servidumbre enque lo había tenido su oficio, sepresentó a la puerta del cielo ypidió a san Pedro que le dejaraentrar para hablar con Dios.

El santo Portero le respondió: — Nuestro Señor no está en

este momento; tendrás que es-perar un poco. A Dios no se lepuede interrumpir.

El zapatero, debilitado por lalarga enfermedad que, como atodos los mortales, le había faci-litado el paso de este mundo alotro, se acurrucó sobre una al-fombra, con intención de espe-rar sin prisa. Pero apenas se ha-bía sentado, vio a sus pies unallave de oro, caída sin duda delmanojo de san Pedro.

La cogió y, mirando a su al-rededor, vio una pequeña puer-ta con una cerradura. Se acercó,probó y vio que la llave encon-trada entraba perfectamente.Cuando abrió la puerta, se en-contró en la sala del trono deDios, es decir, en la gran saladonde Nuestro Señor tiene susaudiencias rodeado de ángeles.A ambos lados del trono habíataburetes de plata para los ánge-les que forman el concejo supre-mo de Dios.

Como la sala estaba desierta,el bueno del guichebés tuvo laocurrencia de sentarse por uninstante en el lugar mismo delPadre Eterno. Y sin pensarlo dosveces, así lo hizo.

Apenas se había sentado enel trono, ante sus ojos apareciótodo el planeta de la tierra y viotodas las cosas que pasaban enél. Pero en lo que de manera es-pecial se fijó el zapatero fue enlas lavanderas que estaban la-vando en un arroyo. Vio cómo,después de extender la ropa so-bre las aliagas de un ribazo, sefueron a comer. Pero unos ins-

tantes después —al zapatero leparecía increíble que pudiera vertodo aquello con tanta clari-dad—, un astuto ladrón, que es-taba esperando aquel momento,salió de detrás de unas zarzas,se apoderó de la ropa, la ató conunas retamas y echó a correr conella.

Nuestro Dios interino, escan-dalizado y furioso ante un hurtosemejante, echó rápidamentemano de uno de los taburetes deplata y lo arrojó en dirección alladrón para castigarle como me-recía por su reprobable acción.¡Robar así unas pobres lavande-ras! Pero en aquel momento lepareció oír ruido, y se bajó in-mediatamente del trono divinoy fue a sentarse sobre su alfom-bra. Un instante después llega-ban Dios y sus ángeles y se sen-taban en sus puestos.

El Padre Eterno se dio cuentaen seguida de que faltaba uno delos taburetes, y preguntó a sanPedro qué había hecho con él. Elsanto Portero replicó:

- Absolutamente nada. Yo nolo he tocado. Lo habrá robado elhombre que hay en la puerta yespera poder hablaros.

— Hazlo entrar, dijo el Señor.San Pedro fue en busca del

zapatero y lo llevó ante el tronode Dios.

— ¿Eres tú quien ha cogidoel taburete que había a mi iz-quierda?

— Sí, Señor. Lo he cogido, pe-ro no me he quedado con él. Yono soy ni he sido un ladrón.

— ¿Qué has hecho con él en-tonces?

— Lo he tirado a la cabeza deun ladrón que se llevaba la ropade las lavanderas.

El Padre Eterno rompió a reír.— Entiendo. Eres hombre jus-

ticiero, y te ha sublevado ver unainjusticia. Si yo tuviera que des-calabrar a todos los ladrones omalvados que hay sobre la tie-rra, mucho me temo que, paraello, debía adelantar el fin delmundo.

Leyenda bretona

El zapatero de Guicheno la paciencia de Dios