A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

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    D Y

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    189

    1 79

    169

    1

    57

    10 1

    9 3

    7 7

    4 9

    2 1

    J

    7

    Glosario

    ' olC' Ceton: \

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    ) c~tifc) en

    la

    AnllJl.k-Ja..l

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    de

    la cob:ccio

    n

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    I Ah·;wl) C

    Cesión 111~ .\h:uo Ci. ui;la'

    FJ1

    ~1 o

    r

    ~ Dolmen artch1,111Jr1i1.~'VM

    Je ~ " ' \ l b l < f 1 .1 El Oj\) ~ Huracan

    e n . U\cl.

    Capítu

    l

    o

    lX

    .

    El arte y los conocimientos

    Capítulo

    VIII.

    Moralidad

    y

    Capüu

    lo VIL El ciclo de la

    v i

    da

    Capítulo

    VI. El

    pueblo

    del Sol

    Jcnr.;~ ~on«tt1idi>

    Jt

    nu otira ~u rh'h;¡1Jo pnr

    \ . 1 ·

    q

    u . . :

    na:abktt rm as de f'OIKIO)

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    .;

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    l ) C ' I J Q k t o . . .

    pbpn:n.

    public*11m•t. en t o d o o en parte. obra h1cr.vui. ar11s6,;1"\.'1(tllifi,'a." su

    tr. 1 n . - .

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    1

    . ción,

    1~tón CJa:utlán aJ1Íq.ic• fi.PJ,a en

    1,;u,¡}quicr ti

    po de 'OJ'OftC' o comum.;JJ;¡ trJ\b de

    cualqoKT n-1': \110 , '-in la rrc«¡Nl\a 1 u tor i1.1 ' :1vn

    Capítulo V

    .

    Nobles,

    p

    ebeyos y esclavos

    Capitulo I V. La del Nuevo

    Mun

    do

    Capítulo

    E

    l

    país azteca

    CV ')n~ht

    OED l\l

    \T

    LIBRO '

    e\

    rnm..\-cn.

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    f\~lgt"OO

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    n;al fl \lahar

    ~•.\00.\.,,,.W

    d

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    Muy poco tiempo después de su arribo

    en

    1519 a l as

    costas de Veracruz, en Golfo de México, el español

    Hernán Cor

    t

    és oyó

    hab

    lar por vez prime

    r

    a de

    una grandtsi-

    así como de una

    ciudad asentada sobre un

    is

    ote

    e

    n medio de un

    lago,

    co

    nocida como Tenustitlan y gobernadas ambas por

    M11tezw11n.

    Este

    pueb

    o ,

    que

    pasará a la I

    listor

    ia

    co

    n los nomb

    r

    es de az

    t

    eca o

    r nex

    ca,

    dom

    naba buena

    parte

    de Mcsoarnérica y e

    r

    a

    tem

    ido y

    odiado a l mismo

    t

    empo por otros pueblos indígenas vasa-

    llos y enemigos. Ni que

    deci

    r

    tien

    e que el conocimiento de

    ta

    es noticias estimuló

    t

    a

    n

    to

    l

    a curiosidad la codica

    de   español, de tal forma que a partir ti c ese momento l a

    co

    nquista de ese reino y de su capital se

    con

    ver

    t

    i

    r

    á en su

    máximo objetivo, lo que se producirá poco más de dos a

    ñ

    os

    más tarde, gracias en gran medida a l a inest

    imab

    e ayuda

    de un sinnúmero de aliados nativos. Con e

    ll

    o, el 1 3

    d

    e agos-

    to de

    1 52

    1 , se da por f inaizada J a histora del Estado rn exi-

    ca, el último de los grandes Estados indígenas de l Altplano

    mexicano una

    de

    las más

    a lt

    as ma

    n

    ifes

    t

    aciones c

    u

    l

    tura

    les

    de la Amé

    ri

    ca prehispánica.

    La

    az

    teca es la última g

    r

    an civi

    l

    ización de

    Mcsoar

    n rica,

    una gran á

    r

    ea

    cultura

    l de poco más de 1 .

    1 0 0 . 0 0 0

    km

    2

    defini-

    da por los investigadores.para designar u n c o n texto c u ltu ral,

    his

    t

    órico

    y

    geográfico, que se

    ext

    i e n de desd e el

    S

    ur de l os

    Estados Un

    i

    dos

    h

    as

    t

    a

    p

    arte de Costa

    R

    ica.

    es

    t

    e

    á

    r

    ea se

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    A Mnle11n y

    l o d o

    sangre y fuego.

    S

    n e

    mb

    a rgo, nose debeolvidar que e l azte

    -

    ca fue

    ta

    m b

    én un pueblo de co

    ns

    t

    ru

    c t

    o

    r

    es, capaz de

    levan

    -

    tar una de las m

    ayo

    res ci uda

    d

    es de su t empo,

    Te

    noch

    tit

    la

    n

    ,

    en la que resplandecían los m ercados,

    l

    os palacios y

    l

    as

    c a ll

    es

    .

    Y es

    tamb

    én u

    na c u l

    tura que dejó m uestras

    de

    una

    extraordinaria sensibi idad en

    l

    a poesía )' los cantos, de un

    r

    efinamien

    t

    o exquis

    to

    e

    n

    l

    as

    m

    a

    neras

    soca

    les y

    e

    l

    protoco

    -

    lo,

    de un i

    nterés

    i

    nédi

    t

    o

    para

    su é

    p o c a

    en

    l , 1

    educación

    de

    los n iños, ya fueran de cualquiercondición social.

    Recientem ente se pub

    l

    icó en el supeme

    nt

    o dominica

     

    del

    diar

    i

    o

    E l Pa fs

    un repo

    rt

    aje, c o n motivo de la

    exposic

    ón

    e n e l que

    l

    os rn exicas no salían muy bie n parados, til-

    dados por su autor de ser un pueb

    l

    o sanguin

    a

    rio. Cier-

    tamente, es más fácil

    d

    e jarse llevar por l a

    co

    r

    rie

    nte, sobre

    todo

    :,i

    ésta viene ya desde hace varios siglos, que argumen

    -

    tar en su contra. Por nuestra parte, preferimos no juzgar, s

    i

    no

    exponer,

    d

    a

    r a c o

    n

    ocer. Nos quedamos,

    p

    ues, co

    n

    l

    as

    pa

    a-

    bras de Matos Moctezurna, responsabe de las excavaciones

    en Templo Mayor, quien señaló que

    a las culturas hay q 1 1 e

    co  

    o c < ' I '

    c o n 1 1 1 o tiv 1 1 -

    1 1 1 1 a

    No

    se trata d

    e rel

    ativzar has

    ta

    e

    l extrem

    o,

    si

    n

    o de

    s

    aber

    para

    entende

    r . Con esta intenc ió n hemos realzado e   presente

    volumen

    ,

    que espera

    m

    os sea del agrado de todos.

    desarrolló

    un

    patrón

    de

    civilización que fue compartido

    en

    gran medida por toda' Ja, culturas que la poblaron, con rasgos

    básicos como el cultivo del maíz

    ,

    Ja calabaza y el frijol como

    básicos de subsistencia: la utilización de

     

    calendario

    ritual de 260

    días

    ;

    vanos elementos en el campo de la religión,

    co

    m

    o

    deid

    a

    des de

    similar

    funcionalidad

    , autosacrificios

    de

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    250 a.l.

    Sl'

    produce largo

    p

    r

    ocv-

    so que, en

    t é

    rnunos culturales,

    equiva

    e a l , 1 ncoli

    ti/ac

    ó n en

    el Viejo Mundo. Es

    dec

    r; w las bdst•s

    de

    la agricutura, J , 1

    domesticaci

    n de anmales J , 1 crea-

    de poblados

    cstablc-, y ocu

    pados de

    manera permanen-

    te Ciertamente, l,is fechas

    \'.Ui,111

    .,t•gún los autores,

    debendo conjunto ser v is

    t

    o c o m o I Mga evoluci ó n

    v,1

    gestando

    ,1 no

    paralela en todos los lugares. Las civilizaciones mesoameri-

    canas basan su sistema

    cu

    tural en el aprovechamiento de

    El período

    Preclásico

    Aunque

    J , 1

    evolución

    cultural

    de

    l , 1 A mé rica prehsp,ínu: 1

    ,

    1b. in

    : 1

    uno'

    cuarenta m i l

    ano- desde

    la lleg.1tfo

    de

    l , 1 s prime -

    r.i s oleadas rmgratonas procedente- de

    / \si,1,

    lo más destaca-

    do

    desde

    el

    punto de

    vi,t ,1

    cu

    turol sucede en

    un

    lopso

    de

    tiempo relativamente pequeño: entre los ,11\os 1 500 a.C.

    1 500 d

    .

    C, Esto' tres mil Mios dt• evol

    u

    c ó n han ,,ido di\

    i

    di

    do.,

    por

    los t•studiosos

    en

    lrl'' morncnto-. o perfodo-;

    Pn•d,lsni, Cl,bco

    y

    Po,cJ,hini. Dt• cada uno de

    el

    os se

    expondr.i un somero

    rc-u

    rncn

    ,1

    contnuación.

    UN A L A R G A

    ll

    ERF'l/CJ

    A

    U R A L

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    Aproximadam

    ent

    e dura

    nte e

    l

    prime

    r m

    i

    l

    e

    no

    de nu

    es-

    t

    r

    a e ra a l

    g

    un

    as culturas me

    s

    oame ri c

    ana

    s van a alcanzar su

    máxi

    m

    o

    es

    plendor. En

    u

    n

    pr

    oceso general, y

    r

    ec i biendo a

    veces influ

    e

    ncia

    s

    mutuas, cuatrorcgiones

    van a ser

    lo

    s

    focos c

    u

    l

    tur

    a

    l

    es

    principa

    les

    durant

    e

    es

    t

    e

    p

    eríodo. En

    Oaxaca se

    des

    arrollará la civil

    zaci

    ón z

    apot

    eca , con grandes

    E

    l

    p

    e

    ríodo Clásico

    po

    lítica compleja, ca paz de

    mo

    v i

    l

    i zar grandes m

    as

    as de tra-

    ba

    jadore

    s y

    rec sos.

    Pero

    dond

    e

    e

    l pcrfodoPrecla

    s

    ico

    al

    canza

    s

    u esplendor no

    es e n e

    l

    A ltiplano, s ino en la costa del Golfo de M é

    x

    ico. Es en

    este y m

    o

    m

    e

    nto

    dond

    e

    sur

    gen

    much

    as

    de

    las clave

    s

    pos-

    teriores

    d

    e las

    cu

    lturas me

    so

    ame ricana

    s

    . La cu

    l

    tu

    r

    a olmcca,

    q

    u

    e

    aquí se

    d

    esarro

    l

    la

    en

    t

    re

    l

    os

    año

    s

    1500 y 200 a.

    C,

    ha

    si

    do

    definida por mucho

    s autor

    es corn

    o l a

    verdad

    e

    ra

    de M e s o a rn érica,

    aunqu

    e actualmente esta ase

    v

    eración

    tien

    de

    a

    rela

    tiviz

    arse

      sur de

    Y e

    racruz y

    l

    as re

    g

    i

    one

    s

    in

    m ediatas de

    Tabasco y Chiapas

    son la s

    á reas

    e

    n las que se

    d

    esarrolla

    e

    s

    t

    a

    cultura, levant

    and

    o s i

    ti

    os tan imponente s c

    o

    m o La V e

    n

    t

    a,

    T

    res

    Zapo

    tes,

    C

    erro de l as

    M

    esas o San Lorenzo Tenochtitlan. Se

    trata ya

    g

    ra n

    d

    es

    ce

    ntros

    ce

    r

    e

    mon

    i

    ales, s olución

    de c

    onti-

    nuidad e ntre

    l

    a v i

    d

    a a

    l

    deana

    qu

    e ca ra c

    te

    riza e l

    Preclá

    s

    ico y la

    urbana

    qu

    e de fi ne e l

    Clási

    co

    . L

    os antes

    de

    d

    esa

    p

    arece

    r

    c

    o

    mo cultura,

    l

    o

    gra

    n e

    xt

    e

    nde

    r

    s

    u

    influ

    e

    n

    cia

    por

    bu

    ena

    part

    e

    d

    e M e s o a m é ric

    a

    ,

    ll

    egando

    h

    a

    s

    t

    a El S a

    l

    vador

    y

    Cost

    a

    Ri

    ca. A

    ello

    s de

    b

    e e l mérito de ser

    lo

    s primeros

    e

    n mu

    c

    hos aspectos: c

    o

    nstrucció n

    de ce

    ntros

    c

    eremoniales

    de

    p

    ro porc

    on

    es; inve

    n c ió

    n

    d

    e una

    escr itur

    a jeroglífi ca;

    e labo

    ració

    n ca

    lend

    a rio para e

    l

    cómputo de

    l tiempo

    ;

    pr

    áctica

    d

    e l juego

    de

    pelota

    ; creación

    de

    una

    e

    scultura colo

    sa

    l,

    con

    enorme

    s ca

    b

    e

    za

    s

    d

    e hasta

    m

    etros de altura y tone-

    ladas de peso,

    c

    on

    s

    u

    s a

    ltares,

    este

    las y

    r e l ie

    ves,

    s

    us hacha

    s

    cerernon iales, e l

    t

    raba jo

    d

    e l ja

    d

    e . .

    tres recursos alimenticios

    p

    rin

    cipales: maíz, fri

    j

    ol y ca

    l

    abaza.

    ellos, el principal maíz, cuyo cultivo comienza hacia

    el cuarto milenio a.C. Paulatinamente, la agricultu

    r

    a va s u < -

    tituyendo en la dicta a

    l

    o obtenido median

    t

    e

    l

    ,1 caza y l a re -

    colección, incorporándose

    p

    r

    od

    uctos como

    e

    l tomate, el

    chile, etc., cada vez en mayor importancia. Al mismo tiempo

    se descubren

    las aplicaciones otras

    p

    l

    a

    nt

    as, el

    a

    l

    go-

    dón o m 1 1 g 1 1 c y .

    así

    como técnicas

    de man

    ufactur

    a

    cada

    más complejas. como la alfarería o el textil. forma parale-

    la surge la vida sedentaria. Los grupos humanos, a l aprender

    mediante la experiencia

    que

    las cosechas tienen una regul

    a

    -

    ridad en el tiempo, orupan de modo permanen

    t

    e los mis m os

    lugares, levantando aldeas

    y pobl

    ados.

    En este proceso,

    común en

    varios p

    unto

    s

    de

    América, el

    Valle de M é x i c o orupa un lugar destaca

    d

    o.

    L O ' >

    lagos que

    pueblan la región favorecen el asentamiento humano y e

    l

    aprovechamiento agrícola,

    ligando

    a

    l

    as

    p

    oblaciones co

    n

    s

    w

    ,

    orillas. Las aldeas de

    es

    t

    e período debieron ser peque

    ñ

    as,

    a

    l

    bergando no más di dos ce

    n

    tenares de hab

    itan

    tes.

    Su

    s

    casas, di barro,

    madera

    y cañas, no h

    an

    ll

    egado hasta

    nos-

    otros por obvias, pero sí cierta can

    tid

    ad

    d

    e objetos

    di su ajuar, que nos dan

    u

    na idea

    aproxim

    ada de su

    m

    odo

    de

    vida: morteros

    piedras

    de moler, machaca

    d

    ores, bolas

    para golpear, etc. La cerámica de sitios como Zaca

    t

    enco, El

    Arbolillo, Copilco o Tlatilco nos ha dejado numerosas mues

    -

    tras

    de

    figurillas,

    algunas p

    robablemente representan

    do

    a

    divinidades,

    mientras

    q

    u

    e

    ot

    r

    as

    n

    os

    h

    ab

    l

    an

    de

    un

    a

    ciert

    a

    d íferenciación social. En las ya se dejan algunos

    conceptos religiosos que tendrán importancia

    e

    n el

    fu

    turo,

    como el principio dualida

    d  

    que

    t

    endrá su

    re

    flejo muc

    h

    os

    siglos más tarde el

    panteón

    rn exica. En el sitio conocido

    Cu

    i

    cuilco, un lugar al sur de la

    ac

    tua l ciudad de

    M é

    x

    ico, se levanto una

    gr

    an pirámide circular,

    l

    a primera de

    l

    Altiplano cen

    tra

    l ,

    de

    25

    metros de a

    ltura

    y

    135

    d

    e

    diá

    metro

    máximo. erección de

    di

    c

    h

    a

    estru

    c

    tu

    ra, construida

    p

    ara

    fines religiosos, indica

    l

    a

    exist

    e

    n

    cia de una o

    rganiza

    ción

    Lo

    sA

    CltCA~

    IDA\

    CO >TU\IBRE:.

    l\ '. LA Al\llC(EDAD

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    7/99

    E l último

    períod

    o de la preh s pánic a abar-

    ca aproximadamente entre el siglo y los primeros

    a

    ñ os del

    siglo xvt, cuando se produce la llegada de los españoles.

    E

     

    período Po

    scla s i

    co

    matemática reciben un fu erte impulso, en c

    on

    sonancia con l

    a s

    n

    ecesidades

    d

    e la

    s soci

    e

    dad

    es de

    re g

    istrar

    lo s aconte c i

    mientos

    y calcular el tiempo   Al

    multip

    lica

    r

    se las act

    iv

    dades económi-

    cas, los grupos s e diversifican, a ce ntué ndo s c la

    e s

    p e c ia

    li

    zaci

    ó

    n

    laboral : existen sacerdote

    s

    , escr ibas, ceramis ta s, agricu tores,

    g

    u

    e

    r

    re

    r

    os,

    ci

    t

    e.

    El final del período Cás ico es aún

    ho

    y en dfa todo un mis-

    teri

    o,

    espec

    ia

    lment

    e

    por l

    o

    q u e re fi

    ere

    al

    áre

    a may

    a

     

    Entre

    lo

    s

    s 1 g

    l0'. V

    II

    y

    X,

    una a

    un

    a

    se

    va

    produciend

    o el

    derrumbe de l

    a

    s

    grandes zonas

    cultur

    a es que ocuparon e

     

    C lásico   Hacia el

    a ñ o

    6 5 0 Te o tihuac

    an

    es

    abandonada

    , proceso que ocurre entre

    los s iglos V I I I y x para la s ci ud

    ad

    es

    ma

    yas   C

    onoc

    emos con

    gr.rn

    detalle las fechas finale. de muchas de estas c

    i

    uda

    d e s ,

    grac i

    as a

    qu

    e su s gobe

    rn

    an

    t

    es s o l

    í

    an

    erig

    ir es

    t

    ela

    s fechadas :

    la

    ú

    lti

    m

    a

    d

    e

    J ,1 s talladas

    en

    P

    ale

    nque

    tiene

    in

    scrito el 784 ¡ el

    8 0 0 corre s po nde a Copan

    ,

    mie

    ntr

    as que Tikal erige s

    u

    última

    e s

    tel

    a

    e

    n

    86 9

    y

    Uaxac

    tún

    en

    889.

    Conocemos la s fecha

    s, pero

    no muy bien la s c

    au

    sas. Se han apuntado razones de toda

    índo

    le

    :

    po

    líticas, econó

    mi

    cas, re igiosas .. . Probablemente no Sé

    tr

    atara de u

    n

    úni

    co

    fa

    cto

    r, sin

    o

    d

    e

    la

    de

    varios lo

    qu

    e

    p

    rodujo la caí

    da de lo s

    centros cl ásicos. S e a como

    fuere

    ,

    lo

    cierto e s que tras e

     

    de

    rrumb

    e y abandono de Teotihu a ca n la

    cr is is paulatinamente se va propagando hacia el s

    u

    roeste   En

    los centros afectados, no só lo se deja

    n

    de erigir estelas, sino

    qu

    e tambié n

    t>.

    En Teotihuacan, a uno» 50 km ,¡)

    norte de

    la actual C i

    u -

    dad

    de México, encuentran al

    gunos de

    los n•stos

    m,h

    de la América La ciudad

    organizada sobre un largo l'je conocido como Calzada de los

    Muertos. En tomo a éste se levantaron los pnncipales

    cios, tanto de carácter religioso corno residencial y adrninis-

    trativo: las pir.irnide-, del Sol

    y de

    la Luna, la

    Ciudade

    a, el

    templo

    de

    1 . 1 Agricu l tu ra

    ...

    Todav a m

    uch

    os

    de

    l'stos

    m onu-

    mento" no han ido excavado-

    .

    En varios de sus edificios

    fueron reprr-entada-, deidades qui.' luego Sl'r,ín veneradas

    por los aztecas, como Tl é loc, el dios

    di.'

    la lluvia, Quet-

    7 , 1 ) C Ó < J t) , la serpiente emplumada, Chalchiuhtlicue, la diosa

    del

    agua ...

    En sus m e j o r e - , momentos,

    '

    Ieot ihu a ca n

    ll

    ega a

    tener

    unos

    habitantes.

    ~n los e-tudio-o-, tanto en Tectihuac.m como e

    n

    las

    otras área.., citadas se consolidan durante período C l , \ s 1 co

    los rasgos pnncípaíe- qul' definen a las civilizaciones

    mL..,OJ.-

    rnericanas, como urbanismo, la extensió n de la m

    eta

    urgia,

    la produ cción cerámica en m a s a . el desa rrol lo de re d

    e- c o m e r-

    cialL-.

    o

    el

    surg1m

    enlo de

    ciudades-estado, con

    un

    s is tcrna

    de

    gobierno teocrá tico. Parece -er que durante este período

    l'S

    grupo sacerdotal quien detenta la m.lxima cuota de poder en

    los centros urbanos, el responsable de

    rnorual que regula las vidcv

    de

    la

    -. pobl

    aciones

    y de

    estructu-

    los diferentes sistemas

    de que

    son ca

    da

    vez más

    complejos, L o s sacerdote, observan l ,1 naturaleza, miden

    y

    predicen

    lo-,

    fe n

    ó

    m c n o - , de donde deriva una ciencia i nc i-

    piente, más o menos avanzada según los ca-os, que se tradu-

    re en conocimientos astronómico, y calendarícos. E s c r itura y

    Los

    A ZlElAS

    IDA Y C()'.TL \IBRES

    El\ lA A/\11

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    8/99

    sus

    e r a 1 1

    e r n 1 1

    E 1 1 e r a 1 1

    b 1 1 e 1 1 1 1 s ,

    importancia capit al en la

    h i

    storia de l a

    reg

    ión.

    E

    n una p rime-

    ra fase, e l

    puebl

    o

    m

    ás

    impo

    rtante va a

    se

    r

    to l

    teca

    q

    u

    ien

    ,

    desde a ciudad d e

    Tu

    la y mediante re des comerci a les y d e

    b u to,

    dominar

    á buena parte d el A ltiplano

    centra

    l, a l

    g

    unas

    zonas de l

    a

    Huaxteca, El

    B

    ajío, la

    c o s

    ta

    d

    e

     

    Golfo,

    Y u

    catán y

    e

    l

    Soconusco. Pero, con ser impor

    t

    antes su s dom inios políticos,

    mu

    c

    h

    o

    mayo

    r

    r

    esu

    tará su

    in

    f lue

    n

    cia cultural,

    q u

    e

    p

    ue

    de

    r

    as-

    trearse

    hast

    a algunas

    zo

    nas de C e ntr

    oaméric a .

    Desde el

    p unt

    o

    de vista económico, las redes comerciales rocaran zonas ta n

    alejadas entre sí como los actuales estados de Nue

    v

    o

    M

    éxico

    y

    Ari

    zona,

    e

    n

    l

    os

    E s tad

    os Unidos, o

    Cost

    a Rica.

    La c u ltura

    t

    olt eca sirvió de pu

    e

    n

    t

    e

    e

    ntre la teotihuacana

    y

    la azteca   La influenci a y el prestigio de

    es

    ta c

    u

    lt

    u r

    a fu e

    ro

    n

    tan gran des, que muchos de

    L

    os gobernan

    t

    es de los Estad os

    de siglos posterio

    r

    es se recla m a

    r

    án como descendientes de

    los toltecas. Para los

    azt

    ecas, Tula es

    u

    n l

    u

    gar lege

    n

    dario,

    donde

    los

    pa

    l

    acios

    estuv

    i

    eron en

    alg

    ú

    n

    t

    iempo

    r

    e c u

    bie

    rtos

    de oro, plumas d e q uetzal

    y

    tu

    r

    quesas   Posiblemente, cuan-

    do l

    os aztecas se referían a los

    to

    tecas lo

    hada

    n i n

    cl

    u

    yend

    o

    a todas las grandes cu

    l

    turas que habían existido a n tes q ue

    ellos, de las que orgullosamente se decían sus hered

    e

    r

    os  

    Con

    indis

    i

    mul

    ada

    admiració

    n , e x

    p r

    esaban:

    Los AzTECJ\S

    1

    Tradicionalmente se ha considerado que, entre los años 1000

    1 5 2 1

    d.C., las de corte teocrático v sacerdotal

    que prevalecen durante la etapa anterior dejan paso a esta-

    dos fuertemente centralizados y militar

    i

    zados, donde la

    guerra convierte en muchos casos en el pri

    n

    cipal motor

    económico social. Sin embargo, hoy en día se tiende a con-

    siderar este

    punto

    de vista como ciertamente

    simplis

    t

    a, por

    cuanto que ambos rasgos contrapuestos, la religiosidad del

    Clásico v el militarismo del Posclásico, presentes

    en los dos períodos, si bien es cierto que existió un mayor

    énfasis militarista en el Posclásico.

    De modo genérico, el período se caracteriza por la inte-

    gración de nuevas por medio del comercio y la

    conquista, la intensificación de los sistemas

    de

    regadío del

    aprovechamiento de los recursos hidráulicos, el incremento

    consecuente de la producción de alimentos agrícolas, el

    notable aumento de población, la restauración del urbanis-

    mo del Clásico, ahora con ciudades me¡or planificadas

    más monumentales, el uso de la metalurgia orientada a

    fines prácticos, no sólo ornamentales. Como resultado de

    todo esto, surgieron Estados e Imperios que se extendieron

    por regiones amplias ecológicamente muy diversas,

    utili

    -

    zando L a guerra como recurso principal. Los sacerdotes

    siguieron siendo un grupo destacado en el conjunto de

    L

    as

    sociedades, aunque el estamento militar pasa

    el detentar

    ahora el poder político. Además, comerciantes

    ar

    tesanos,

    especialmente los primeros, van

    a

    ocupar un papel relevan-

    te. Finalmente, y como último rasgo general

    a

    todo el perí-

    odo, dado el carácter militarista de las sociedades los dioses

    de la guerra tendrán un papel muy significativo dentro del

    panteón religioso,

    de donde

    se deriva la exigencia de reali-

    zar sacrificios humanos a gran escala.

    En este momento, la región central mexicana va a ocupar

    un papel protagonista para todo el conjunto de Mesoamérica.

    A ella llegan gentes procedentes de la lejana

    y

    árida frontera

    noroeste, un proceso migratorio continuado que tendrá una

    VIDA

    Y

    ('QSTij\lBRE.S E1' LA

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    9/99

    Cier

    tamente,

    la

    cultura

    to l tec a alcanz

     

    un gr an nivel de

    desarrollo. I  a capital. Tula, l . '

    gr ar on dos grupos de gl ' n te ' > c on tr.1dicio111.>s c ul tur J les

    difen:ntlesoamt ri/lado, o d i o s

    dt  

    la m uer l l ' \1 ic t l .in lL' cuh t l i ,

    > <

    '1 i 1 > r

    1k/

    E n

    la h i s tor ia de

    Tulil

    - . . ·

    t · n m · m l 'z d . 1 n e l \ 'l a t o m i ti lo e l

    h i s tór ic o

    J

    pJrll. . , igu.ilt

    ....

    m L ; o r l 'j l 'm p l o < • n c o n t ra m o s l 'n

    la f igur a de Quetzakú.1ll

    ,

    un. i de las m. i ,

    comple j .1 '>

    d t • t o d a

    ML">amt;rica.

    Dios de l i l ' i l rl l" ' de la sabidur ía , ~ím bolo

    dt.'

    la

    c ul tur a to l t l ' Ca , L . , , h i j o d e fl.lixcó.ltl (:'\

    '

    1 1 / ~ ·

    Sc17•1mt1·),

    f"l ' N>naje

    histórico que e,. table(. ' l ' J , 1 c api ta l del nut . ' vo . . _ . . , l a d o t•n Ct•r r o

    d t ' la E. , t r e l la . n iño

    n..'Cibirá

    e l n o m b n ' d e

    Ce

    A c atl

    (I

    -por

    s u n a c i m i e n t o t.'11

    1 . . . , . . . dí.1-

    T opi l t l in . iunque, c omo

    " m b r e d e l d 1 o s a cu y o r u lt o s i rv e .

    /\-.¡_-sin,1do -u p,1d1'1. ' por u n

    us

    urpador, (e

    Ara

    tl

    Quetzalcó

    o t

    l tambíen e l del ca lendario v J , 1

    ,- ,critur ,1.

    B , 1 1 0 e . 1

    p

    1 i . '

    ·

    un c ul to

    b,1-. ,1do t . ' 1 1 ,, K ri

    f inos

    humano-,

    q u t · . , . _ .

    opone por 1

    , 11110

    a J , 1

    lx · m · v o l , 1

    co

    n

    c epc ió n dt•

    l . 1

    s t '

    algún d ía h , 1 b r l . 1 1 1 d e

    volver,

    E s p o s i b l e q u e

    l

    a infl

    u

    cnci.i

    d

    e

    ,. . ,ta

    l

    e y e n d a l l 'ng.1 unas r vpc r c u- ionc - ; inca

    l cu

    lables

    e  

    futu-

    ro pues, cuando

    Hcrná n

    Corté- arribe a l , 1 s

    c osl ,1 '

    orient

    a

    es d

    t•

    M é x i c o e n 1 51 9, M o c t e z u m a pen-..1rá q m • "-'

    tr a

    ta d t• Quv

    t

    1Jlc :óa t l , que por f in ha r

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    10/99.. 1

    La historia azteca e . . ,

    ciertamen

    te corta.

    pueb

    l

    o

    mexi-

    ca

    f

    ue uno di los más avanzados de la América pr ehi spáni -

    ca, aunque su evolución cultural

    fu

    e i ndudablemen

    t

    e breve,

    tru

    n

    cada como

    resultó por

    la

    aparición de

    l

    os

    españo

    l

    es. Los

    aztecas fueron los grandes dominadores de l a regón

    ce

    nt

    ral

    mesoamericana y, a com

    i

    enzos de  

    i.ig

    o

    xvi,

    en el mom ento

    de

    la llegada

    de

    los españoles, se encontraban en p

    ena

    fose

    de expansión y consoidación de

    u

    n gran imperio. Los

    m

    is·

    mos

    conquist

    adores, cuyos conocimientos

    sob

    re

    l

    os

    i

    ndíge-

    arncr

    ca

    n

    o-, se

    redu

    ce

    n hasta

    e

    l mom

    en

    t

    o

    de la llega

    d

    a a

    las costas m exicanas

    ,1 l

    os indios

    t

    a í nos y caribes, pueblos

    cu

    l

    turalmente menos

    avanza

    dos, quedan

    impres

    on ados

    por e

      tamaño y l;i organizació n

    de

    Tcnocht tlan, la

    cap

    tal

    azteca, por

    sus exuberantes

    mercados y

    mag

    n

    íf

    i

    cos palacios,

    por l ,1 magnificencia y el boato de la corte de

    Moct

    ezu

    m

    a,

    por las leyes y costumbres i ndígenas. No

    s

    i n gran asombro,

    ta l como

    deja

    n

    traslu

    cir

    1 >

    L " cró

    n

    icas, los es

    p

    a

    ñ

    o

    l

    es cono-

    cen cómo los comerciante > . aztecas se

    desplazan

    por

    todo e

    l

    pats transportando en

    s

    us caravanas de centenares de por-

    teadores produc

    t

    os exóticos que

    ven

    derán a

    bu

    en precio e n

    los mercados. Saben

    de

    la dilige

    nci~y

    rigor con

    qu

    e los fu n-

    cionarios estata

    l

    es recaudan el

    t

    rib

    uto gracias al c

    u

    al se sos-

    tiene la admnistración del Estado.

    Escuch

    an de boca

    d

    e

    ÁGUILA DE

    V

    ORANDO A LA S E RPIENTE

    hablan de que a finalL'S del siglo X un contingente muy

    nu

    me-

    roso de toltecas, encabezado por Ce Acatl Topiltzin. se trasladó

    a la Costa del Golfo de allí más tarde a la

    península

    del

    Y u c a t é n, donde dan lugar a una cultura mestiza, maya-tolteca,

    que

    supondrá

    el renacer cultural

    de

    la región. A

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    11/99

    Por

    es

    to mi

    s

    mo

    tambié

    n es

    c

    il en te

    nder

    q u

    e, cuando

    los az

    te c

    as co n s igan asentarse

    defini

    tivamente y fundar

    una

    ci

    udad a

    la

    altura

    d

    e

    l

    a

    s

    d

    e

    s

    , sea

    preo

    c

    u

    pac

    i

    ón de

    l

    os

    g

    ob

    ern ant

    es

    reescr

    ibir

    s

    u propio pa

    s

    ado, borrando

    d e

    t

    e

    rminad

    os e p isod io s v isto s como poco h onrosos desde

    su p a rt icular punto de vista y haciendo entro ncar a su p ue-

    blo co

    n

    lo más granado de l

    a

    s

    cu lt

    ur

    a

    s de

    l

    A ltiplano

    rn

    e

    x

    i-

    cano que

    le

    s pre ce

    die

    ron.

    E l

    r

    e lato de los m e x ica a ce

    r

    ca de los primeros

    mom

    en-

    t

    os de su pasado, tal y como lo co

    no c e r n o

    s, fue

    esc

    rito

    m ucho tiempo despu és p or lo s des

    cendien

    tes de qui e n es lo

    protagonizaron. Cierta

    m

    ente,

    resul

    ta muy difícil e s ta

    bl

    ecer

    Al

    11 0 e 1 1

    A .

    ~

    1 :

    s ó

    l

    o

    por

    la

    s

    ciuda

    des del Valle de México como unos

    advenedizos, incu

    lto

    s y de

    extraña

    s

    co s tumb

    re s

    . E s

    ta

    trib

    u

    de -e  térmno equiva

    l

    e al de bárbaros- tienen

    una economía dedicada a

    la

    caza y

    l

    a

    r

    ecolección siendo,

    por

    el lo

    ,

    nómad

    as. Es

    fácil imagi

    na

    r

    e

    l

    co

    n tr

    aste y la i

    m pre-

    sió

    n que p rodu ce su ll egada en

    la

    s pob

    l

    acio nes de

    ciu

    dades

    co

    m

    o

    A

    zc a

    potza

    co o

    C

    u

    l

    h

    ua

    ca

    n

    ,

    que

    s

    e

    sabe

    n

    hered

    e

    r

    as

    de

    un

    a trad

    i

    c

    n cultural

    m i

    l e n a

    r

    ia

    .

    Así, cuando los a

    z

    tecas

    l l egaron a

    l

    V a l l

    e d e M éxico:

    Los

    A

    ZTfC

    A

    S

    El

    pasado de

    l

    os aztecas aparece

    envue

    l

    to en una nebu

    -

    l o s a

    .

    Se desconoce con e x a c t itud de

    dón

    de

    p

    roceden

    y

    se

    punen en duda muchas de las asever

    acio

    n es que ell os m is-

    mos hicieron sobre su propia histona  

    Co

    mo en e l caso de

    tantas otras naciones y

    pueblos

    , mi

    t

    o

    y re a

    lidad

    h istór

    ica se

    en trem ezclan para conformar un r

    ela

    to gusto de los pro-

    tagonistas, que reinventan así su propa

    id

    entidad . En e

     

    caso

    d

    e

    J o,

    aztecas, debemos tener en

    cu

    e

    n

    ta

    qu

    e t

    od

    a

    v

    ía

    a

    comienzos del siglo XJ\.' no son sino un grupo errante, unas

    gentes recién llegadas desde el n orte que s o n v i

    s

    tas

    La historia d

    e

    l os aztecas

    otro- pueblos indíg enas, co n una m ezcla de temor

    y

    admi-

    ració

    n,

    relatos acerca

    d

    e

    l

    os

    t

    e

    m ib

    les

    azte c

    as,

    d

    e su

    fiereza en el co

    mb

    a

    t

    e de las expediciones de co nquis

    t

    a o

    de castigo q ue

    per

    iódicam

    ent

    e ll e v

    a

    n a cabo.

    A

    l ade n trase

    en

    la

    misma

    T e n o c h t i

    tlan, Jo

    ,

    conq

    u

    istadores se

    s

    ie

    n t

    en

    ta

    n

    inundados por

    la

    impresión como asombrados an te lo que

    están contemplando sus

    el

    gus

    t

    o

    po

    r

    e

    l l

    u

    jo

    e

    n

    l

    os ve

    s-

    tido-,

    la

    rigurosa observancia de

    la etiqu

    eta en la mesa,

    el

    minucioso cuidado de lo s jardines ...

    Sin embargo, con ser una de las tres ci v

    ili

    zacio nes de

    l a

    América

    prehivpámca

    más

    desarroll

    adas

    u

    nto con mayas

    e incas=-, los aztecas no fueron re a lmen

    t

    e grandes in ven to-

    res ni creadores de su propia cultura.

    M

    .is bien pueden s e

    r

    definidos como unos h á b i

    l

    es herederos,

    poseedor

    es

    d

    e un

    largo legado cultural de varios de años quc > sabiam en-

    te adaptan a sus necesidades e incorporan a su p ro

    p i

    o a ce r

    -

    vo.

    L , 1

    cultura azteca

    n

    o es

    inn

    ovadora

    e

    n

    mis

    m

    a

    -a

     

    menos no hasta

    la

    llegada de los españoles, pues n un ea

    sabremos qué pod

    r

    ía h aber sucedido de no h aber aparecidc

    éstos=-, sino que

    rep

    resen

    t

    a un resumen y actualización de

    todos los logros culturales que se han ido suced iendo en

    ~lesoamérica

    dur

    ante los

    úl tim

    os nueve mil años.

    VIDA

    Y

    COSTU~ IBRl:S LA At'>TIGUED,\D

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    12/99

    1 1 1 011tes

    diez y y

    repleto de riscos y peñas, c e

    rca

    del m ar o de un

    r

    ío ,

    qu

    zás en

    una is la. Lobos,

    oce

    lotes y serpiente- amarillas, dicen l as

    l e y e n das, acosaban a los hombres e n su queh ace r diario .

    De

    aq

    uel lugar

    te

    n e broso

    sa

    i e

    r

    o n l os

    azt

    ecas en 1 1 1 1

    o 1 1 6 8 , según tas fuen

    te s .

    En bu s c a de m e jo res p osibi li dades

    de

    s

    ubsis

    t

    e

    ncia,

    se

    pu

    s

    i

    eron en marc

    h

    a unos

    d

    i

    ez

    m il

    ,

    h

    o

    m

    bres,

    m

    ujeres niños, probablemente

    aban

    d ona

    nd

    o a los ancianos,

    que podrían entorpecer l a marcha.

    L

    os

    a

    ztecasest

    a

    ba

    n orga

    ni -

    zados en s iete o grupos de p arentesco opca,

    Tacoch ca

    l

    ca,

    Huitz

    nah uaca,

    C í

    hua

    tec

    p aneca, Chalrneca ,

    Tlacatecpancca e Itzqu

    it

    cca

    =-

    ,

    habla

    ban y c o n ocían el

    uso del calendario ritual de cincuenta y d os a ñ o s, emp

    ca

    do

    por

    t

    odas

    l

    as culturas

    mesoamericanas

      No eran, pues, gentes

    del todo inciviliza d

    a s ,

    co m o a lguna vez se h

    a

    dic h o

    .

    D e l msmo

    Aztlan son

    tamb

    én los grup06 q ue les pre c edie ron e n s u ll ega-

    da al

    V a l l e

    de México, a los

    q u

    e se

    encon

    trarán

    ,1

    p a

    r

    tir

    d

    e

    1 2

    1 5, cu a

    n

    do l os

    m e x

    i cas h agan s

    u

    e

    ntr

    ada e

    n

    e l Valle.

    E

    l grupo se pon e en ma

    r

    cha guiad o por e   g

    r

    a n s acer-

    dote

    Hu

    itziltin,

    qui

    en interpreta

    l

    as ó

    rd

    enes

    d el

    d

    i

    os

    trib

    a

    l

    H

    u

    itz i lopochtli

    .

    Ciertamente son un p

    u

    eblo errante, que

    vaga de u n lado para otro buscand o

    co

    mida y u n lu gar

    donde asentarse. La peregrinación d

    u

    ra l

    a

    rgos años y está

    llena de penalidades, subsistiendo gracias a la caza de

    venados, serp

    ie

    ntes,

    co

    n ejos, p á

    j

    a

    r

    os y saband ja s .

    E

    l grupo

    busca un lu gar favorabe

    e

    n el q ue q u

    e

    d

    a

    rse d e fin itiva-

    mente, fértil y con agu a abundante, lo que no resu lta

    f~ c

    il,

    pues a su

    ll

    egada las tier

    r

    as

    e

    n las que van reca

    l

    ando ya

    están ocupad

    a ' > .

    A veces co

    n

    sguen estab

    ece

    rse por l

    a

    rgoi.

    períodos, pero aband onan f inalmente el lugar probab

    le

    -

    mente d

    eb

    do a l agotamie

    nt

    o d e los

    t

    errenos o a la h

    os

    ti

    li

    -

    dad de los vecinos.

    E

    n las cróncas dice

    n

    , si

    n e

    m bargo, q

    u

    e

    era su m ismo dios qu

    ie

    n les orden aba seguir adelante:

    LosAZIECAS

    La primera etapa del pueblo azteca de la que haban las

    crónicas es llamada

    la

    peregnnac ío

    n,

    pues durante ella aban -

    donan su lugar

    de

    origen se encaminan hacia su lugar de

    asentamiento definitivo, en el Valle de México. En estas

    fechas, alrededor de los siglos

    y

    )(

    IJ

    , los aztecas no son el

    único

    grupo

    que deja el árido norte, ya que la caída de Tula

    propicia el que muchos otros

    pobladore

    s de la Chichimeca

    llegu

    e

    n en oleadas al Valle

    de

    México

    , siendo los

    me

    x

    ícas

    los

    úl

    timos en hacerlo.

    Según las fuentes históricas, el lugar de origen de 1 0 6 azte-

    ca:. .c llama Chicomoztoc

    C

    llfi'IUl

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    13/99

    es dec

    ir

    , e

    r

    an u nos i n có m odos

    v e c i

    n o s

    de p roceden cia tan desconocida como s us intencion es.

    En su peregrinaje, el - g rupo pasó por Coatepec p ara

    desde allí dirigirse a Tula y después a

    X a

    ltocan, e n tonces la

    ciudad más

    importan

    te d el Valle de

    M éx

    ico. Los aztecas

    son guiados por cuatro sacerdotes o que p or·

    tan

    l

    a imagen del

    d

    i

    os

    l

    luitzilopochtl

    i.

    Tras pasar

    po

    r

    Tenayuca encamin an sus pasos hacia C

    h

    apu i tep ec, l o q u l'

    sucede entre 1 256 v 1276.

    E l

    grupo está a h ora dirigido por

    un jefe ún i co, Huitz

    il

    ihui

    t

      Las tierras de Cha-

    pultepec son fértiles cuentan con agua abundante, pero su

    dueño, la gran c i udad de Avcapotzalco, n o

    d

    ejaré que los

    mexica

    - se

    ase

    n ten

    e

    n ellas, menos aún con la fama de

    con flictivos, sangu inarios ladrones que a rrastran. En con·

    secuencia, los aztecas son de nuevo a marcharse,

    aunque sóo lo

    h

    a

    r

    án

    t

    ras

    sangrient

    as escaramuzas.

    De C

    h

    ap

    u

    ltepcc

    l

    os aztecas pasaron a

    Culh

    u

    acan,

    ci

    u

    -

    dad heredera de la an

    t

    igua cu

    l t

    ura

    t

    ol

    t

    eca

    y

    centro

    nador de

    l

    a

    regió

    n a

    l

    sur de los lagos. Los

    azt

    ecas

    solicta

    n

    al de   lugar, Coxcotl i , permiso para asentarse en sus

    tierras, Pero

    Coxcot

    l

    i,

    a l iado de la ci udad de Azcapotzaco.

    es advertido de

    l

    a peligrosidad del

    gru

    po

    y

    sólo accede a

    que los mexicas se

    ins

    ta len en un lugar inhóspto

    y

    desérti-

    co, Tizaapan, un pedregal

    infest

    ado de serpie n

    tes

      La res·

    puesta de los aztecas, lejos de

    amedren

    tarse, fue convertir

    e   lugar e n un auténtco campo cu

    t

    vado, no

    1 .i

    n antes des·

    hacerse de las

    serpient

    es por

    e

     

    t

    odo que

    me

    j

    or

    co

    n

    ocía

    n

    :

    comérselas asadas, E l trabajo fue duro, pero poco a p oco

    consiguieron extraer de la t

    ier

    ra l o necesaro para su sus·

    tento, l

    eva

    n

    ta

    r -us casas y

    constr

    u ir

    ob

    ligado

    t

    emplo

    donde adorar al dios Huit

    zi

    lopochtli

    .

    Con e l paso del ti empo e   gru po logra hacerse

    respe

    ta r, o

    temer,

    po

    r la gen

    t

    e de

    Culhuaca

    n , de tal forma

    qu

    e

    cons

    igu en

    el permiso del de I

    n

    ciu dad p

    a

    ra

    e

    n tr ar

    e n

    e l la a comer·

    ciar. Bien sea por miedo, bien por haberse ganad o s u adm ira-

    ción, los

    azt

    ecas arrancan del

    gobernant

    e d e

    Cu

    h u a ca n ,

    LüsAZlE

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    14/99

    Según otra

    v

    e

    rs ió n legendar

    ia

    ,

    e

     

    nopal

    qu

    e v

    ie r

    on l

    o s

    aztc

    -

    cas habl

    a

    c

    r

    e ci do del corazón

    d

    e un

    s

    obrino de H uitz

    l

    opochtli.

    C o p i

    l,

    en fre

    nt

    ado a su tí o

    ,

    a qu ien por su re b

    e l

    d

    í

    a el dios azte -

    ca

    mand

    ó

    a

    se-

    n e

    r

    arro

    j

    ar su

    c

    or

    azón

    a

    l

    l

    a

    g

    o.

    con

    struir l

    a

    ciu

    dad

    en este preciso

    l

    ugar, el acto vendría simbó

    li

    cament

    e

    a

    si

    ¡, ,

    ., ,ificar la

    re u

    nific

    ac i

    ón de l

    o

    s aztecas, antes divi

    d

    do

    s

    . .

    a

    ci

    u

    dad

    qu

    e

    l

    os

    m

    exicas comenzaron p

    ron

    to a

    cons tru

    ir

    re

    cib i ó

    el n

    o

    mbre de Tcnocht

    i

    t

    lan, au

    nque l

    as fuentes no se ponen

    de

    acue

    r

    do a la ho

    r

    a de

    ex

    p i ca r el

    s

    ignifi

    cad

    o del topónimo   Para

    .i

    l

    gu

    n( ,. , , nomb

    re de

    l

    a

    ciu

    dad

    s i

    g

    n ifi

    ca

    /usar

    d

    el op  

    l

    , mi

    e

    n

    -

    tras que para otr

    o

    s r ecibe

    s

    u

    de

    n o

    m

     naci ó n a se

    r

    lu

    g

    a

    r

    donde es

    t

    ab

    l

    ec ió la tribu

    d

    el caudillo

    T

    e

    n o

    cht

    li.

    Sea como fuere, lo ci

    e

    rto

    es

    q

    ue

    e  

    s

    it

    i

    o en

    e

     

    lJUl'

    fue

    a

    sentad

    a

    l

    a

    ci

    u

    dad

    r

    eu

    n

    ía a

    lg

    un

    os c

    ond

    cio

    na

    nt

    es

    favora

    -

    b

    es   E n

    p

    rimer

    lu g

    ar, s e tr a ta

    b

    a de una isla en

    m

    edio

    d

    e un

    l

    ago,

    l

    o

    q

    ue permitía una f á

    ci

    l d

    efens

    a

    ,

    cas

    o de ser

    necesa-

    r

    io, y e   aprovec

    h

    a

    m

    ie

    nt

    o de las

    r

    ibe

    r

    as

    par

    a el cultivo, la

    caza, la pesca

    l

    a

    r

    ecoección de los productos lacustres. En

    segu

    ndo

    t

    é

    r

    mi

    no, el

    i

    s l

    ote te

    n ía

    u

    na

    i

    mpo

    rtan

    cia e

    str

    a

    t

    égi-

    ca, pues se encontraba situado vn un a espec ie de tierra do

    nadie, ,1

    m

    e

    di

    o cam

    i

    no en

    t

    re A

    zcap

    o

    tzal

    co,

    Cul

    huacan

    y

    Texc oc o. En

    futu

    ro

    p

    róximo, deb i

    e

    r

    o

    n pensar los az

    te

    -

    cas,

    p

    odrían

    jug

    ar un papel impo

    r

    tan

    t

    e en la

    p

    olítica re gio -

    n

    al

    d

    e a

    lianz

    as

    ene

    m

    is

    t

    a

    d

    es,

    p

    a

    p

    el

    qu

    e,

    h

    á

    b i

    l

    m

    en

    te

    desempeñad

    o ,

    hab

    ría de redu

    nda

    r en

    s

    u

    p

    r

    op

    o beneficio.

    F

    inalmen

    t

    e, y en

    t

    ro

    n

    cando con

    l

    a leyenda

    q

    ue habla de l a

    re

    uni

    fi cació n

    d

    e los az

    t

    ecas en

    aq

    uel

    sit

    io, en el mismo

    l

    u

    g

    a

    r

    ya habitaba una facción

    esci

    ndida de

    los

    rn

    ex

    i

    cas ,

    l

    o

    s

    t

    lat

    e

    o

    lcas

    , co

    n c

    u

    ya unión la tribu

    r

    esultar

    f

    a

    fortal

    ecda  

    LO )

    az

    te

    cas q

    u

    e en

    1

    325

    f

    undan

    T

    e

    no

    c

    htit l

    an

    y a

    no son

    los

    mi

    s

    m os

    que

    ti

    e

    mpo ,1 tr

    ás sa

    i

    e

    ran d

    e Aztlan. En

    s

    u largo

    pereg

    r

    i

    n

    a

    j

    e por el A ltiplano m

    exican

    o

    h

    an aprendido

    d

    e

    lo

    s

    d

    emás pue

    bo

    s las

    t

    écnicas

    neces

    arias para ex

    tr

    aer

    lo

    s

    fruto

    s

    C 1 1 a 1 1 d o e

    l PÍO a

    l

    o s a

    z

    t

    ecas,

    cab e . : : a ...

    A

    7TFC'AS

    el

    Cerca

    las piedra« i'Ícron

    c o 1 1 1 1 / t • g r f a

    c ó m o >t' erguií11111

    5 0 / 1 r e

    aquel nopal ...

    Muy poco fue lo que tardó

    HuitL

    i

    lopoch

    tli en dar a los

    errantes

    mexicas la serial

    esperada.

    H acia 1325, la fecha m

    ás

    aceptada, estando el gmpo sobre un islote:

    La fundación

    de Tcnochtitlan

    Segun

    el mito,

    Iuitzilopochtli l

    es índica que

    encentra-

    rán un lugar en el que un .íguila, encaramada ,1

    u

    n nopal,

    está devorando una wrpiente, una e-ce

    no

    ahora reproduci-

    d a

    en

    el

    escudo de

    l , 1 República rnevicana,

    sin•it 'l l l i

    g111il.

    1111>'. ' lmré ( ' / r n 1 1 1 1 1 w ..

    Achitometl, autorización pa

    r

    a que su hija contraiga

    m atrim

    o-

    nio con >U dio-, Huitzilopochtli. Probablemente

    Ach

    tometl

    ignoraba cuáles eran lax tradiciones de los q

    u

    e inclu-

    ían el de-ollarniento de la joven en honor del dio A,

    , acu

    -

    dió

    tranquilamente

    como invitado de

    honor

    a la ceremonia.

    Su sorpre-a enojo debieron ser mayúsculos al descubrir,

    horrorizado,

    qm.' quien

    danzaba

    al

    so

    n

    de 1 0 >

    tambores no era

    'u

    hija, -ino

    un

    sacerdote que, conforme a

    l

    a costu mbre, 5C

    había v e - - n d o con

    J , 1

    piel de la m u c h a c h a . Inmediata

    m

    ente 'e

    desataron las ho .. tilidades, de t , 1 1 forma que, en 1323, los azte-

    cas

    deberán

    ponerse

    en

    marcha

    de

    nuevo

    perseguidos

    por los

    furibundos guerrerO >de Culhuacan.

    Por las riberas del lago de Tevcoco, ent

    r

    e tulares y caña-

    verales, el

    grupo

    todavra

    \'agará durante

    ,1 l

    gún

    nernpo, con

    los azteca-, acosados por sus enemigos aunque consolados

    por su dios, quien le .. señala que est.í cerca el

    moment

    o de

    asentarse

    definitivamente:

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    15/99

    Qu

    ed

    a a

    s

    í es

    t

    a bl e cida, como

    proyect

    o de futuro, c

    u

    a l

    habrá de ser la distr

    b

    u

    c ió

    n

    u

    r

    b

    ana de

    Teno

    c

    ht

    itlan, En

    ade

    -

    lante,

    e

    xis tirán cuatro grandes parcialidades o barrio

    s

    , ub

    ca

    -

    d

    os en

    t

    omo

    a

    l

    re

    c into del Templo

    Ma

    y

    or, que ocupa el centro

    de

    man

    e ra no só

    l

    o

    lit

    e

    ra l ,

    s

    in

    o s

    imbólica

      Cada pa

    r

    c ialidad, a

    modo de

    s

    ubdivisión,

    tendr

    á

    s

    us

    d

    ioses,

    su

    s gobernantes,

    s

    u

    adminis

    tra

    c ión y h

    as

    ta su

    di

    str

    bu

    c

    i

    ón de traba

    j

    os

    com

    una

    l

    es

    y b i

    en

    es,

    continuando

    con

    e

    l

    d

    e colaboración y soli-

    daridad grupal que se

    manifiest

    a

    des

    d

    e los primeros

    ti

    empo

    s

    de la pere

    g

    rinación.

    Levan

    tado e

    l

    edificio económico y s

    ocia ,

    con

    la sanción

    d

    e Huitzilopochtl ,

    tan

    sólo

    queda

    elegir a

    un

    gobernan

    t

    e único, capaz de ag

    l

    utinar en su persona la repre-

    s

    en

    t

    aci ón de la comunidad

    .

    y

    e 1 1

    Con el paso

    d

    e

    l

    tiempo

    ,

    lo s azt

    ec

    as

    con

    s

    iguiero

    n levan-

    ta

    r un asentamiento

    d

    e

    finitivo, graci

    as

    al

    esfuerzo de todo

    el

    g

    rupo. D

    es

    d

    e e   primer m

    o

    mento queda

    tambi

    é n e

    s

    ta-

    ble

    c

    id

    o c

    u

    ál habrá de

    se

    r

    l

    a distribuc

    i

    ó n

    d

    e la nueva ci u

    -

    dad

    , tambi

    é

    n

    por indic

    ación

    de

    Hui

    tz

    ilopocht li. Reunido

    e

     

    grupo

    , los

    sa

    cerdotes comunican a l pueb

    l

    o que e l dios les

    ha o

    rd

    enado

    :

    cubr

    i

    én

    do l

    o

    1 1 1 1 a p

    e

    q u

    eñas c o n

    lj ll

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    16/99

    Huit

    zi

    lih

    uitl

    ( 1 3

    91

    - 1 41

    5) orie

    nt

    ó su

    polít

    ca

    d

    e a

    lian

    za

    s

    ,

    al contraro q ue su predecesor , a favor de los

    tepan

    ecas de

    Azca

    p o

    t

    z

    al

    c

    o

    , a

    c

    u

    y

    a

    dominaci

    ó

    n

    c

    ontinuaba

    s

    ujeta

    Te

    -

    n ochtitan

    .

    E

    l

    nu

    evo

    sober

    a no era

    cons

    c

    i

    ente

    d e qu

    e la debi-

    l idad de los m

    e

    x icas no les

    permi

    tía d e momento aspirar a

    l

    a indep en

    de

    ncia , por lo

    qu

    e d e cidió

    granjear

    se e

    l

    favor del

    de

    A

    zc

    apot

    zalc

    o

    , e

    l pod

    e

    ros

    o

    I

    ez

    o

    z

    orno

    c

    pidié

    nd

    ole

    e

    n matrimonio a una de sus

    hijas. Al soberano m

    ex

    ica le

    fu

    e concedida la man o de

    A

    yauhcihuat

    l,

    c

    on lo

    que

    se

    g

    anó a Tezozomo

    c

    y

    lo g

    reducir de paso la carga d e

    tributo

    s, hasta

    e

      punto que

    é

    sta

    se convirtió e n

    u

    n s

    impl

    e símbolo de v asa ll a

    j

    e: cada afio los

    L

    a d

    o

    m

    i

    nación tepaneca

    est

    a

    ba

    e

    mpare ntado.

    Par

    a asentar esta alianza, Acamapichtli

    so

    icitó como

    espos

    a a una

    prin

    ce sa culhua,

    siéndo

    l

    e

    c o

    n

    c e d i-

    da la man o de Ilancucit .

    C

    omo quiera q ue de este matrimo-

    nio no hubo desce

    nd

    encia , cada uno de los nobles mexica

    of

    reció a una de

    su

    s

    hija

    s como

    espos

    a del

    l o

    s

    varios matrimonios que se produjeron nac ieron distintos

    hijos

    ,

    d

    e entre

    qui

    e

    nes

    A

    ca

    mapichtli establ

    e

    ció

    q u

    e, a

    s

    u

    mu

    e

    rt

    e,

    el

    pu

    e

    b l

    o

    d

    e b e

    r

    í

    a

    e le

    g

    ir a su

    su

    c e

    s

    or.

    La

    e le cción,

    h

    acia

    1 3 91 ,

    recayó

    f ina

    lm ente en Huitzi

    li

    hui

    t l quien se

    con

    vertirá en e l

    1 > e g u

    ndo gobernante d e l os

    az

    tecas.

    Lo

    s logros

    que

    se

    a tribuye

    n a Acamapi

    c

    h tli no

    so

    n

    m

    e

    nores   T

    e

    nochtitlan creció

    ~

    e construyeron obras públi-

    cas muy

    n

    ec

    es

    arias, como diques y canales   En

    col

    aboración

    con

    Culhuacan

    ,

    l

    os

    rnexic a

    s

    empr

    e

    ndi

    er

    on

    una

    prov

    e

    c h os

    a

    ca mpaña

    co

    ntra

    X

    oc

    h rn

    i

    lc o . Tamb

    é

    n se

    a

    tribuye a los

    mexicas v arias conquis

    t

    as o expediciones en este período,

    todas

    e

    ll

    as

    e

    n

    e

     

    V all

    e d

    e

    x

    i

    c

    o ,

    p

    robabl

    e

    men

    t

    e bajo

    mando de Azcapot

    z

    alco. P

    e

    ro la decisión más

    tra

    sc

    e

    nden-

    t

    al de Aca mapchtli c

    o

    r

    re

    s

    pond

    e a l s

    i

    s

    t

    e ma de ele cción del

    que, a partir de este momento, será e l

    e

    ctivo.

    L o s A zr rc x s

    Aunque la tribu azteca ya posee su propia ciudad y c ada

    vez más tiene más asegu

    r

    ada su subsis

    t

    encia, está ob li

    ga

    da

    al pago de tributos ,1 Azcapotzalco, la mayor potencia regio-

    nal del momento. Como vasallos, Jos mexicas deben en

    trega

    r

    parte de los bienes

    q

    u

    e

    produ

    cen

    y ,

    lo

    q u

    e es más

    impo

    rtan·

    te, trabajar como mercenarios en las campañas que los gober-

    nantes de Azcapotzalco emprenden co n tra los señoríos

    rivales, cometido en que demuestran

    su.s aptitud

    es

    gue-

    .

    rreras. En 1367 toman parte en conquista y asalto de

    Culhuacan, mientras que sus h ermanos de

    Tlatelo

    lco a

    rr

    eba-

    tarán Tenavuca en 1 3 7 1

    ,1

    la

    ci uda

    d de Texcoco,

    Poco a · poco las débiles chozas que conformaban l a ci u-

    dad se fueron tornando en sólidas const

    ru

    c c io n es de pie·

    dra

    . Respetados

    t

    emidos, pronto empiezan los mex

    i

    cas

    ,1

    manifestar su vieja

    as

    p

    iració

    n

    d

    e

    emparen

    t

    ar

    pon

    e

    r

    se

    a

    l

    a

    altura de los demás p ueblos del Valle, descendien tes de los

    prestigiosos toltecas de Tu la.

    Fi n a

    lmente res

    u

    elven

    p edi

    r a

    Nauhyotl, de Culhuacan , qu e les con ceda e l prv i l e-

    gio de tener su propio solicitud

    q u

    e les 5 e

    r ,1

    conce-

    dida. El cargo recaerá en Acamapichtli

    de

    hijo de un noble mexica y de una princesa culh uacan a.

    La elección Acamapichtli no cayó

    b i

    en en AL-

    capotzalco, pues sig

    n

    ificaba un

    prime

    r paso

    p

    ara

    q

    ue

    Tenochtitlan se alejase de su órbta entrase en la de Culhua-

    can

     

    En represalia. sobre los aztecas recayó una mayor carga

    de impuestos, una provocación evidente para

    fo

    rza

    rl

    es a

    emprender una guerra q ue por fuerza habrían de pe

    r

    der. S in

    embargo, conscientes de su debilidad, los mexicas decidie-

    ron pagar tributo evigido L"-pcrar un momen to más

    oportuno para luchar por su independen cia.

    Acamapic

    h

    t

    l

    i (1372-1391)

    ll

    evó

    a

    c a

    b

    o

    una po

    lítica

    pru

     

    dente diplomatlca.

    P

    or un lado, procuró n o ganarse la

    enemistad de Azcapotzalco mientras que, por o

    t

    ro, intentó

    fort

    ale cer los

    l

    azos con Culhuacan, con cuyos gobernantes

    E

    l

    primer

    tl atoan i : A camapic

    htli

    Al\

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    17/99

    a

    la bella M iy ah u axíhuitl,

    segú

    n las

    c

    rónicas apare

    ci

    én

    d

    ose en

    sus

    s

    ueños. L a ahanze con Cuauhnahuac

    fu

    e muy ben e ficiosa

    par a

    los

    aztec as ,

    pues

    consiguiero

    n asegurarse el

    s u

    min

    i

    stro

    d

    e

    algodón con el que confeccio n

    ar

    sus vestidos, un

    algodó

    n qu

    e

    no podían cultivar por sí mismos a

    l

    es

    t

    ar

    asenta

    d

    os e n

    u

    na

    región fría   El episodio, más allá de

    l

    o anecdó

    ti

    co,

    m

    uestra cuál

    e, el

    esca

    lón que ocupan los e n l a jerarquía

    de

     

    V

    a lle

    de

    México a finales de

    l sigl

    o xrv, dependie

    nt

    es política y econó-

    micam

    en

    te

    de

    las potencias regio

    n

    ales.

    H

    uitzilihuitl mu

    e

    re finalmente en 1415,

    s

    i e

    n

    do elegido

    como s

    uceso

    r su

    hij

    o

    Chimal

    po

    p

    oca

    nieto a

    su

    vez

    de

    l

    d

    e

    Azcapo

    tzalco,

    e

    l

    pod

    eroso

    Tezozomoc. Chimalpopoca (1415-1426) es

    lo un niño

    d

    e

    once o doce años, por lo que con su

    elec

    ción se intentó

    l \ ca 1 1 1 a pidt /1 (1

    . 376 -

    1 3 9 1

    );

    lluitú

    ilrutlf 1 1 . 1 91

    ·

    14  

    7) ; C 1 1 i 1 1 1 a l p o p o c a

    (141

    7-

    1426) ;

    ll426-1440J;

    Mol

    crnlrzo m n (144{ ) ."169); (1469

    ·

      481

    J;

    1 14

    8

    1-1 486);

    Alrut

    zo

    t1f14

    8 v -1 50 2

    )

    ; Motccu/1 ; : ,oma

    X

    oc oyotwr 1 1

    50

    2

    ·1

    5

    20) ;

    (1

    52 0

    -1

    5

    20) ; C 1 1 a 1 1 / 1 t e 1 1 1 o c

    (1

    52 0- 1

    5

    21

    1 .

    L o - i

    so

    b

    erano- m c x i c a

    n

    o-,

    oposición de Ozomatzin, sin embargo, no sirvió de

    nada, por cuanto Huitzilihuitl consiguió seducir finalme

    nt

    e

    ¿ Le [a mi hija  

    [Tenochtitlan] 1 1 1 1

    y

    mexicas debían

    p

    agar dos ocas, algo de pescado y algunas

    ranas y sabandijas de la laguna.

    Las

    b

    u

    enas

    relaciones co

    n

    Azcapotzalco

    diero

    n lu

    gar a

    un largo período de paz y prosperidad. Du

    r

    ante las dos

    décadas siguientes Tenochtitlan pudo continuar creciendo:

    se

    fue cegando

    la laguna,

    ganando terreno para

    casas y cul-

    tivos;

    se

    construyeron aceq

    u

    ias y

    s

    e

    incrementó el tráfico

    comercial con

    las

    poblaciones

    de

    la ribera, lo

    que

    permitió

    disponer de los necesarios materia les de construcción, así

    com

    o establecer relaciones po

    l

    íticas con varias c

    i

    udades,

    gracias

    a la diplomacia o los matrimonio

    s.

    Una de

    relaciones

    , quizás la más importante para los

    rn

    ex ic as , s e

    establecerá

    con un lugar alejado, Cuauhnahuac, la

    actual Cuerna Empujados los aztecas

    por

    la necesidad

    de

    adquirir productos de los que carecen, principalmen

    t

    e el algo-

    dón para fabricarse sus vestidos, enviaron hacia

    allá a

    sus

    embajadores con el encargo de Huitzilihuitl

    de pedir

    en

    m

    atri

    -

    monio a la hermosa Miyahuaxihuitl, hija del gobernan

    t

    e l

    ocal

    ,

    Ozomatzin

      Llegados los emisarios ante Ozomatzin y

    expues

    -

    tos

    sus

    deseos, éste no

    pudo

    reprimir su cólera, pues

    q

    uien

    pretendía a su hija no era otra

    cosa

    , ante

    ojos

    ,

    q

    u

    e el señor

    de un pequeño

    i

    slote miserable y gobernante de un pueblo

    semisalvaje,Ozomatzin, indignad

    o

    por atrevimien

    t

    o

    de

    l

    os

    emisarios, l e o ; espetó :

    Ub\JMBRES

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    18/99

    E s tablecido

    e

    l pacto, que

    h

    abría de

    condena

    r a los per-

    dedores bien a la muerte,

    b

    en a la

    se

    r

    v

    i

    d

    um

    bre,

    p

    r

    onto i,e

    apres

    todo para

    ir

    a la guerra. Contra Maxtla se

    al i aron a Te

    n

    och

    t

    itlan los gobernantes de Cuau

    h

    i

    tlan y

    l ucxotzinco,

    Tecocohuatl

    y

    Tenoce

    llotl,

    res

    p

    ectivam

    ente.

    Tamb

    én fue de

    la

    partida

    N c z a

    h

    u

    alcóyo

    tl

    hijo de

    l

    x

    tl

    ilxochit  

    d

    e Texcoco,

    q u

    ien unos antes

    había sido derrotado por Azcapotzalco.

    Uni

    dos los cuatro

    ejérci

    t

    os,

    partieron

    al asalto

    de

    la t

    c

    m .

    ~ d a Azca

    p otzalco, quien

    resultó derro

    t

    ada para sorpresa de todos. Maxtla se v io ob

    li

    -

    gado a huir

    y

    refugiarse en Coyoacan, su an uguo

    se

    ñor

    ío,

    de

    si

    Tlacaelel es h ijo del lu i

    t

    z

    il

    ihui

    tl

    de

    su

    t

    ercera

    esposa y ,

    p

    or t

    anto,

    so

    b

    ri

    n o

    de l

    tzcoat

    l .

    Tlacaelcl oc

    u

    pa e l cargo de el

    más importante en la

    j

    erarquía poítica de los m exica des-

    pués de

    l

    É l va

    a ser

    el verdader

    o

    motor de

    l asce

    n

    so

    de los mexicas y,

    dur

    a n te sus largos años en e l cargo, Sl'ráel

    creador de

    Esta

    d

    o en

    ade

    ante poderoso v temido

    en

    toda el área.

    Con e   pueblo mexica dividido

    ent

    re los partidarios de

    continuar

    som

    e

    t

    ido

    .,

    a Azcapotzaco

    y

    qu

    ie

    n es desean

    luchar

    por J ,1

    emancipación,

    T

    l

    acacle

    , partidario de

    esta

    úl t ima

    opción, propondrá J

    los

    az

    t

    ecas u n pac

    t

    o trasce

    n

    -

    den tal: si se va a

    ( , 1

    guerra

    y

    se

    sa

    ll' d errotado,

    é

    l y sus par-

    tidarios

    as

    u

    mirán la culpa

    de

    l fracaso, entregá

    n

    dose para

    que se haga con elos lo que se

    qu

    isiera;

    s

    i, por el con

    t

    rar

    o,

    l

    os

    mcx

    cas vendan a

    Azcapotza

    co, qu

    i

    enes se habían

    opu

    es

    t

    o a

    la guerra:

    AZTFCAS

    36

    estrechar la alianza con Azcapotzalco, gracias al pa

    r

    entesco

    que unía

    a ambos gobernantes. Además,

    debi

    eron

    pensar

    los miemb

    r

    os del consejo elector, Tezozomoc era ya muy

    anciano y duraría poco. por lo que el vacío de

    pode

    r

    q

    u e se

    habría

    de producir

    a

    su muerte podría ser aprovechado

    en

    beneficio propio por los mexícas.

    Sea como fuere, la

    designació

    n

    de

    Chimalpopoca fue

    afortunada.

    La protección

    de su abuelo

    se

    tradujo

    en el per-

    miso de Tezozomoc para que los aztecas construyeran un

    acueducto

    con el que suministrar agua a Tenochtitlan desde

    lo'

    manantiales

    de

    Chapultcpec, Además, y lo l1ue e-. más

    ·

    importante, Tenochtitlan pudo participar en la campaña

    que emprendióTezozornoc contra el imperio chichimeca de

    lxtlilxochitl

    de

    rnra

    m•gra),

    campaña

    de

    la

    que se

    obtu-

    \'O un jugoso botín.

    La muerte de Tezozomoc en 1426da lugar a un período

    de

    convulsiones y luchas

    por poder

    no sólo en Azca-

    potzako, sino en todo el Valle. Como sucesor es designado su

    hijo Tayauhtzin, pero su hermano Maxtla --

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    19/99

    de s

    u

    s m

    e

    did

    as

    fu e

    la d e p

    ro

    m o c io n

    ar

    a que

    n

    es

    hiciese

    n

    m

    éri t

    o

    s en

    l

    a gu

    erra

    ,

    es

    tabl

    ec

    ie

    nd

    o c

    ar

    go d e u

    h o m b r e

    raliente,

    de los

    q u

    e se

    n

    ombraron has

    t

    a diecisie

    t

    e.

    E

    n e

    l pla

    n

    o económ

    co, y

    fruto de las c

    o

    nquis

    tas

    milit

    a-

    r

    es de Tc n o chtitlan, Tlacaecl estable ció e l

    r

    eparto de tie rras

    como prima para q u

    ie

    n es

    d

    es

    t

    acaban

    e

    n la luc

    h

    a, una ver.

    separadas

    las

    qu

    e co

    rrespond

    ía n

    a l

    Pero, con todo, la gran

    r

    eforma Tlacaclel se manifes

    -

    tó en

    pla

    n

    o ideol

    ógico y

    relgioso   partir d

    e

    es

    te

    m

    o-

    men

    to

    e l

    d

    i

    os

    Huitz ilo

    p ochtli

    pas

    a a ocu

    p

    ar un

    lu

    gar

    centra l en e l sis tema de creen

    c

    ias d

    e

    los aztecas, asimilado

    a

    un di

    os

    sola

    r  

    Co

    n

    e

    ll o,

    culto a J lu

    i

    t

    z

    l

    opoc

    ht

    i

    se

    con -

    vie

    rt

    e en una cu e s ti

    ó

    n d e

    su

    p

    erviv

    en cia pa

    r

    a

    l

    os mex

    i

    ca-,

    por c

    u

    anto consideraban que e   Quinto Sol o era en la que

    v

    i

    vían d

    eb

    ía te

    rminar de

    forma

    cata

    str

    ó fica

    ,

    ta l y

    co

    m

    o

    lo

    hiciero

    n

    l

    os cu a

    tr

    o a

    nt

    e

    r

    i ores. Para

    evitarl

    o, o a l

    m

    e nos

    atrasa

    r el

    m

    o

    ment

    o,

    l

    o

    "

    az

    t

    ecas

    d

    e

    b

    ía

    n

    rea

    li

    za

    r

    s

    a c

    rificios

    h

    uman

    os, qu

    e ca

    l

    mase

    n

    l

    a

    se

    d

    d

    e

    sa

    n

    g

    re d e

    l a divinida

    d .

    Las víctim as d e estos sacrifi c ios habr

    í

    an de

    se

    r p

    r

    is ione

    r

    os

    de guerra

    ,

    lo que, en d

    e

    finitva, suponía un estímulo para ln

    expa

    n

    sió

    n milit

    ar de lo

    s

    mex

    ica

    y,

    d

    e p

    aso, un exce

    lent

    e

    med io propagandísti cod el pue b lo azteca, un arma psicoló-

    gica

    pues

    ta

    e

    n

    m a

    n os

    d

    e

    un pu

    e

    blo

    ya

    d

    e

    po

    r

    s

    í

    fa moso

    entr

    e sus v e c in os por

    s

    u brut

    a

    lid

    a

    d y

    f ier

    eza. Para h

    onr

    ar a

    I iuitz i lo pochtli se

    man

    dó le

    v

    antar en Tcnoc

    h

    titl an un te m

    -

    plo muc

    h

    o m ás grand

    e qu

    e

    el

    precedente

    ,

    que habr

    ía

    de

    es

    t

    ar

    t

    a m

    b

    i

    é

    n

    d

    e

    di

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    d

    o

    a

    l

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    o

    tr

    a

    d

    e

    idad

    m

    ás im

    po

    rta

    n

    te

    ,

    Tláloc,

    d

    ios

    d

    e   agua   E l edifi c io de l Templo M ayor

    d

    ebía

    re

    p

    resenta

    r

    l

    a

    m ontañ

    a

    Coa

    t

    ep

    ec

    (Montnrin

    l

    a

    serpiente)

    ,

    e  

    lu

    gar

    dond

    e nació Hutzilo

    p

    ochtl

    i.

    Su reci

    nt

    o

    es

    taba

    esp

    e

    ci a lm

    e

    nte diseñado

    p

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    o d e

    r l levar a ca

    b

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    r

    e-

    moni

    as

    m

    ás i

    mportant

    es, q u

    e co

    n

    s

    i

    s

    a

    n en

    dan

    zas

    ritua l

    es,

    ¡u

    ego de pelo ta, sacrificios de pris

    ione

    ros, etc.

    Ta mbi

    én en e

    l plano. id eo

    l

    ógico

    ,

    Tlaca e le l int

    ervino

    para

    rees

    cribir

    l

    a

    id

    e

    ntid

    ad del

    puebl

    o

    m

    e

    x i

    ca, c

    re

    ando una

    visión sobre sf mismos muc

    h

    o más acorde a l papel dorni

    -

    LosA

    Zll:CAS

    El verdadero respcnsable del encumbramiento de los

    mexica al primer plano de los pueblos del Valle de México

    Tlacaelel,

    el segundo

    en la jerarquía política

    del

    Estado

    azteca

    .

    Desde su

    puesto de

    cargo

    que

    desempe-

    ñar,i

    durante lo '>

    gobiernos

    de

    ltzcoatl

    sus su

    cesores,

    M otl'ruhzoma llhuicamina (Sc1io

    r

    q 1 1 t •

    Í los dos grupos soc

    i

    ales

    qut >

    definirán la

    estructura

    social

    de

    los

    mex

    i

    ca

    has

    t

    a

    e

    l

    final

    de

    su., días: los

    pipilti11

    o señores, los 1 1 1 a c d 1 1 1 a l l i 1 1 o

    gente del común

    .

    En lo político, Tlacaelel promueve la

    refo

    rma

    de

    l

    E s

    ta

    d

    o.

    A partir de momento comienza

    ,1 funcio

    n

    ar una especie

    de

    consejo integrado

    por

    cuatro

    principal

    es,

    de

    n o-

    minados

    tlarochca/call

    (el de

    la C 0 $ 1 1

    de

    l os

    dardos), l

    lacalecatl

    (el

    manda a l os e z J 1 1 1 1 1 / 1 1 1 a c a l l (el q 1 1 e

    nrmin

    sacando

    s.m¡.¡n ') l l i l /a11calq11i (guardián In

    c a $ 1 1

    somlmil ) , c u

    yos

    man

    -

    datos tendrian v igencia d

    u

    rante el gobie

    rn

    o d el tkuoan), Otra

    Tlacaeld

    donde es

    nuevamente

    expu

    lsado y

    obliga

    d

    o

    a marchar

    a l

    exilio.

    derrota de Azcapotzalco es un punto de i

    n

    flexión en

    la

    his

    t

    oria del

    Valle v, también,

    en

    la

    de

    l

    os mexicas.

    Ahora

    Tenochtitlan y sus aÚados son los pueblos dominantes, da

    comienzo para los aztecas

    una

    nueva

    é

    poca, en la que, gra·

    cia-

    ,1

    Tlacaelel, se van a

    sentar

    las

    ba-es de un

    Estado h ege-

    mónico que

    ,

    poco a poco, estará en camino de convertir-e

    en un auténtico I mperio

    .

    \IDA Y L"

    A''11G

    Ü

    I

    IJAD

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    20/99

    Los gobernantes de las tres ciudades aliadas, Itzcoat ,

    Nezahualcóyot

    l

    y

    Totoquihuatzin,

    firma

    ron u n acu

    erdo de

    carácter perpetuo que unía para siempre

    e

    l

    dest

    no miltar

    de

    las tres

    pa

    rt

    es.

    E n

    adelan

    t

    e, las

    campañas

    miitares se

    desar

    rollarían conjuntamente,

    establ

    eciéndose que el botín

    y los

    tributos

    que se

    rec

    bieran de los

    pueb

    los sometidos SI

    repartirían en función del poderío

    m

    litar de cada uno de

    los miembros,

    correspo

    n

    diendo l

    a

    parte

    mayor a los más

    fuertes. Así, segun parece, Tenochtitlan Texcoco, recibi-

    rían dos quintas partes cada u n o, siendo e   resto para

    Tlacopan. El acuerdo establecía también

    que

    la dirección

    de

    las operaciones m

    il

    itares recaía en los mexica, quienes te-

    nían la potestad de encabezar un ataque y, por ello, que-

    darse con u n botín mayor . Otras cláusu

    las

    del

    tratado

    estipulaban l

    a

    obli

    gación

    d 1 1 l

    os

    aliados de ayudarse

    mutuamente,ya fuera en el caso de u n

    a t

    aque proven

    i

    ente

    del exterior, ya si sucedía u na catástrofe provocada

    por

    otras causas.

    La Triple Alianza va a suponer para las tres ciudades un

    período de gran

    expans

    ión, de ta l forma que, a la muerte de

    Itzcoatl en 1 440, su hegemonía sobrepasa las fronteras

    na

    tu-

    rales del Valle de México. Tcnochtitlan, Texcoco y Tlacopan

    crecerán y prosperarán gracias a l botín conseguldo y a los

    tributos que reciben de los territorios con quistados.

    A

    I

    tzcoatl

    l

    e

    sucede

    el

    pr

    mero

    de

    los Motecuhzorna

    Moctezurna, quien recibe el sobrenombre de ll

    h u

    icamina.

    Durante su gobierno (1440-1469),no sólo se encargará de

    asentar

    las conquistas realizadas

    por su

    predecesor,

    s i

    no

    que extenderá las fronteras de los aztecas hasta lfmltes

    nunca a ntes vistos en la historia de M e s o a m é rica. El

    pr

    nc-

    pal motor

    de

    esta expansión fue u na serie

    de

    desastres

    naturales y años de m alas cosec

    h

    asrque causaron harnbru-

    nas -com.o la de 1450, que duró cuatro años-- obligaron

    a

    los a

    emprender

    campañas para so

    m eter

    a las

    La Triple Alianza

    Los

    A Z T E ( . A S

    Las reformas

    de

    Tlacaelel fueron surgiendo

    de

    forma

    paralela a los triunfos en la guerra. Tras la caída de

    Azcapotzalco, Tenochtitlan y sus aliados Cuauhitlan y Hue-

    xotzinco, además

    de Nezahualc óyot t ,

    príncipe

    de

    Texcoco

    cuñado de Itzcoatl, forman unacoalición imparable, en la que

    la capital azteca cada vez a tener un papel más importante.

    Entre 1428

    1 4 3 3

    caen Mixcoac, Xochimilco, lztapalapa,

    Teotihuacan, Mizquic, Cuitlahuac ... Especialmente significa-

    tiva ~ la conquista, en 1430,de Coyoacan, feudo del

    Maxtla, quien tiene que refugiarse en Taxco, dejando el cami-

    no libre para que Nez.ahualcóyotl recupere el trono de

    'Iexcoco. Los vientos corren a favor de Tenochtitlan, más aún

    de

    que, hacia

    1433 ,

    forme

    una

    coalición militar con

    las ciudades de Texcoco

    y

    Tlacopan, hoy Tacuba: la Triple

    Alianza.

    Se

    e 1 1

    d1jcnm:

    q u e

    [los

    códices

    que narran

    la historia

    de

    los aztecas].

    [los plebeyos]

    porque

    nante que en ese momento desempeñaban, Por indicación

    de

    Tlacaelel,

    durante

    el reinado

    de

    Itzcoatl fueron destruidos

    los escritos antiguos que hablaban del origen humilde del

    pueblo azteca, haciendo borrar de la memoria colectiva algu-

    nos episodios qul' podían resultar vergonsosos. La manipu-

    lación pretendió hacer emparentar a los aztecas con la

    esplendorosa cultura tolteca, al mismo tiempo

    que

    se

    pro-

    porcionaba a los propios

    m e x i c a una

    base ideológica para

    justificar la conquista de los pueblos vecinos. Finalmente, se

    trataba de reinventar la tradición para justificar la división de

    la sociedad en señores

    y

    v asallos:

  • 8/17/2019 A. Cruz, 2006 - Los Aztecas

    21/99

    quiera

    qu

    e

    l

    os mexicas gus

    taba

    n de l

    egiti

    mar sus acciones

    gu

    err

    eras, para

    emprender

    dicha campaña p

    retexta

    ron qu

    e

    gobernante d e

    T

    la

    t

    elolco

    des

    p reciaba a

    s

    u esposa, de

    o

    ri-

    gen azteca, en

    favo

    r de sus

    c o

    n

    cub

    n as. B

    a j

    o esta excusa se

    escondía, sin embargo, el deseo de

    h

    acerse con el c o

    n

    trol de

    l a

    p

    uj ante ciudad de

    T

    la

    t

    elolco, u

    n

    o de los

    p

    rincipales cen-

    tros comerciales

    de

    la región. La

    gu

    erra

    fu

    e

    rápida,

    fina

    l

    izan-

    do hacia 1 473 no sin

    u

    na tenaz resistencia por pa

    rt

    e

    d

    e los

    t

    l atelolcas, mujeres incl

    u

    i

    das. Su gobernante, M o q u ih u

    ix,

    fue

    asesinado y

    e

    n su l

    ugar Tenocht

    itlan

    imp

    u

    so

    un gobe

    rna

    d

    or

    militar y la obligación ,1 Tlatcl

    o

    lco del pago

    d

    e tributo.

    Otras campañas victoriosas, como la > que se

    ll

    evaron a

    cabo

    contr

    a l os

    rn

    atlatzinca,

    en

    el

    oest

    e. o diversas

    i

    ncu

    rsi

    o-

    nes por Puebla y la Huasteca. se v ieron sin

    e

    mbargo

    empa

    -

    ñadas por la derrota más dolorosa sufrida por os aztecas a

    lo

    la

    rgo

    de

    su corta h istora previa

    a l

    a llegada

    de

    los espa-

    Esta

    derrota

    se

    pro

    d u

    j

    o

    fr

    e

    nt

    e a los bravos

    tarascos

    .

    pueb

    l

    o que había

    l

    ogrado conformar un poderoso re in o

    h acia

    e l

    oeste

    de

    Tenochtit

    l

    an, con

    c a

    p

    it

    al en

    Tzi

    ntzun tzan.

    Tras

    u

    nos años de choques y escaramuzas fron

    t

    erizas, la

    batalla decisiva se produ jo hacia 1 4 7 8 - 1 480 cerca de

    T

    axirnacoyan,

    donde l

    as

    tropas

    aztecas resu

    ltan

    derrota-

    das, entre otras cosas,

    g

    racas a l a super

    i

    oridad tecno

    l

    ógica

    del enemigo, que contaba con armas d e

    cob

    re. A p

    a

    r

    t

    í r de

    ese momento, aztecas

    y

    tarascos

    estarán separados

    p

    or

    una

    nítida línea

    fro

    nte riza, vigi la

    d

    a por

    p

    u

    est

    os defensivos.

    M

    u

    er

    t

    o

    Axayaca

    tl

    en

    1 48

    1

    ,

    l

    e

    s

    u

    s

    ti

    tuye

    e

    n e

     

    tro

    n

    o su

    h er-

    mano Tizoc (El qu e

    se

    d e s a 1 1 g r 1 1 ) ,

    q u

    ien ape

    n

    as gobernara

    duranteseis años. Su gobe

    rn

    o es una de las e

    t

    apas más oscu-

    ras y desconoc

    i

    das de

    la

    h

    i

    s

    t

    oria d e l os

    rnexi

    ca. Se

    especul

    a

    co

    n

    que fue asesinado por los mismos nobes

    qu

    e le

    d

    esg-

    naron,

    d

    isconformes con una política

    q

    u e

    cali

    f icaban

    d

    e

    pusilánime y débi

    l

    , estando más

    in t

    eresado p or l

    a

    vi

    da re

    i-

    giosa y espiritual que por l a acción