805 Las Brujas

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805 Las Brujas Rescatando la experiencia Oscar Castro Ana Cecilia Zabala Gabriel Naya María del Mar González

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805 Las Brujas

SupervisinLic. Cristina lvarez

Lic. Pablo Martinis

ColaboracionesProf. Carlos Correa

Ing. Fernando Martnez

Prof. Edgardo Rodrguez

Agradecimientos

En este final, quisiramos agradecer a todos quienes, desde diferentes lugares, hicieron aportes a este trabajo.

A Mariela Solano; Karen Loureiro; Tania Romano; Lety Legazcue; Carlos Martnez; Nstor Gonzlez; Carlos Gonzlez;

a todos nuestros familiares y amigos, que nos han apoyado durante el proceso

y a Cristina lvarez; Graziella lvarez; Clara Camao; Jorge Camors; Socorro Garca; Luis Parodi; Marita Pedrazzi; Jacinta Silva; Leonardo Clausen; Cristina Mega; Francisco Grebliunas; Alicia Crovetto; Daniel Clausen; Sandra Leopold; Roberto Boy.

Prlogo

Por MARIELA SOLANO

PRLOGO: primera parte de la obra, en la cual se presenta una accin de que es consecuencia lo principal que se desarrolla despus (dicc. Enciclopdico Vergara Barcelona, enero de 1967).

Este libro inicia uno de los prlogos, una de esas ideas geniales, que, de puro capricho, nos enfrentan a una de las facetas, tal vez la ms velada, de la carrera de Educacin Social.

Es un producto indito, por sus creadores, por su futuro.

Fue gestado en las reuniones no acadmicas (de boliche, bah!); que los estudiantes solemos tener luego de clase; reuniones que ponen en entredicho lo sabido, y por esto, nos dejan ese gustito a desafo, a que tal si lo hacemos, che.

El futuro de este libro depender, en gran medida, de la interpretacin que de la historia de nuestra escuela hagamos. Una de las interpretaciones posibles podra relatarse as:

La formacin de personal calificado para tratar con nuestra infancia carenciada fue la (polticamente ms cotizada) piedra angular de la creacin de la Escuela de Funcionarios, desde 1967, con un enfoque pedaggico teraputico; enfoque que propici la profesionalizacin de los funcionarios, el conocimiento y la defensa de los derechos de los nios internados en la institucin.

Y ruptura institucional mediante, nos encontramos en un lago de silencio, de formas mentirosas y fondo de terror. En este lago, estuvimos sumergidos el tiempo suficiente, como para acostumbramos a la idea de que era cierto eso de que la generacin y uso del capital cultural es un peligro, individual y social.

La destruccin generalizada de lo humano llevada a cabo en el proceso cvico-militar (me encanta este eufemismo) no olvid sector alguno, y prioriz la educacin como enemigo.

Prioriz la educacin, pues bien que saban estos sujetos que, quienes piensan, molestan, sobre todo si piensan distinto.

El Consejo del Nio, hoy I.NA.ME., se dedic a sobrevivir, como todos, y la educacin qued para otra ocasin. As fueron cerrando proyectos, disimulando ideas, olvidando gente.

Hoy, entre otros tantos regresos, la Escuela aparece como un pequeo espacio de generacin de material de estudio; integrando teora y prctica educativa. Estos aos de democracia, nos han servido para recuperar ese hermoso ejercicio de pensar, de pensar sabindonos condicionados, pero partcipes de la generacin de nuestro capital cultural.

Una de las bellas historias de nuestra niez, y de los compromisos asumidos para con su desarrollo integral fue la gestada en "Las Brujas". Hasta hoy, la historia de Las Brujas, fue contada y mostrada por varios agentes culturales; pero este es el primer intento de hacerlo desde el punto de vista de la Educacin Social.

Historia que, contada desde los educadores sociales refleja un estilo de ver y analizar la realidad, un estilo que se est formando en su hacer, que est en pleno intento (y algunos logros) de cuestionar al homo sapiens, al ser humano que es su propio lmite como objeto de estudio.

Con este libro comienza la construccin de una historia, de un camino, de una intencin comn; que supone el momento dialctico de la generacin del discurso y prctica de la Educacin Social.

Los autores ponen en juego todos los procesos de interiorizacin y reexteriorizacin -propios y ajenos- que los definen como Educadores Sociales.

Nota al Lector

805 Las Brujas...

Recuerdo de madrugones, viajes, charlas y mate. Un mnibus ms?

Parece importante para la formacin de educadores sociales tener la posibilidad de acceder a materiales que den cuenta de experiencias pedaggicas producidas y desarrolladas en nuestro contexto. Por qu? Porque estudiar sistematizaciones de experiencias particularmente mitificadas en otros contextos puede llevarnos, entre otras cosas, a tener una visin subjetiva de los hechos. La cercana tmporo-espacial con el proyecto Escuela Agraria Las Brujas nos permitir ms fcilmente cotejar el discurso y la prctica educativa.

Puntualmente esta experiencia ha sido bien vista incluso por un pblico que tiende, en general, a asignar una valoracin negativa a todo lo referente al Instituto Nacional del Menor (I.NA.ME.), opinin pblica formada en cierta medida por la visin trasmitida por los medios de comunicacin (recordemos el programa especial de Canal 10 Para creer en Las Brujas, conducido por Mara Ins Obalda, caracterizado por su tinte romntico y vivencial). Coincide esta visin con la realidad de la experiencia? Fue sta la nica experiencia uruguaya que mereci esa positiva difusin? Pretendemos con este trabajo difundir un proyecto realizado en Uruguay, por uruguayos y que por encima de sus objetivos pedaggicos, logr romper con nuestra autoimagen de pas gris, de mediocridad, de chatura.

Tomamos esta experiencia porque, a priori, creemos que posee algo que la distingue del resto y la coloca en el mismo plano de los principales trabajos en minoridad; tiene algo de trasgresin, algo de utopa, algo relacionado a la trasmisin de valores de un hombre libre, cooperativo y democrtico.

Pensando en lo que hace a nuestra prctica educativa nos ubicaremos en un contexto semi-rural, de grandes internados, con una poblacin que, si bien est en el rea de conflicto con la ley, podramos encuadrarla ms en una zona de divorcio familiar que de delincuencia juvenil (o, dicho con otras palabras, es la poblacin menos conflictiva dentro del conflicto). Desde el punto de vista metodolgico aparecen elementos particulares y llamativos, que nos invitan a profundizar, a ver cmo era que lo hacan: talleres cooperativos donde se repartan las ganancias de la produccin, una tendencia al autogobierno que atenta contra los regmenes ms estructurados, donde se piensa y acta por y no con los nios, los educadores viviendo en el proyecto, etc.

Es nuestro objetivo sistematizar los diversos aspectos del proyecto y dejar planteadas interrogantes vlidas acerca del quehacer educativo social.

Inicialmente, intentaremos rastrear sus antecedentes, a partir de la experiencia de la Escuela Profesional Dr. Jos Martiren (1969-1976), tambin dirigida por Leonardo Clausen.

En segunda instancia, pretendemos a grandes rasgos contextualizar la experiencia en el perodo 1985-1997, rastreando el origen de la crisis a partir de mediados de siglo y abarcando aspectos del panorama poltico, econmico y social.

Posteriormente focalizamos el contexto histrico hacia las polticas de infancia en el mbito nacional e internacional que signaron la dcada, junto a un resumen de datos estadsticos que forman un muestreo de la situacin de pobreza e infancia en Uruguay.

Ya entrando en el propio trabajo, realizamos un anlisis focalizado de la institucin I.NA.ME. en ese perodo; para ubicar al lector en el entorno institucional concreto en que se desarroll la experiencia.

En lo medular del trabajo sobre la Escuela Agraria Las Brujas buscamos exponer el proyecto explcito, luego, describir la metodologa a lo largo de los aos y el desarrollo concreto de la experiencia vista desde los diversos enfoques (educandos, educadores, direccin del proyecto, autoridades institucionales y del Centro de Formacin y Estudios del I.NA.ME.).

Por ltimo, tomando los puntos ms interesantes que surgen del rescate de la experiencia, volcamos nuestro enfoque acerca de cuatro temas: relacin del nio con el estudio y el trabajocooperativismo?, el concepto de autoridad y poder intramuros, la organizacin poltica de la experiencia autogobierno?, insercin comunitaria de los jvenes desde el internado.

Para abordar el trabajo combinamos el escaso material de sntesis de las experiencias Martiren-Las Brujas, con entrevistas a los diversos actores involucrados en estas prcticas educativas.

Este trabajo -de carcter reflexivo-investigativo-, tendr nuestro aporte desde una visin fundamentada, de corte terico y especfico de nuestra materia (la Educacin Social).

Esperamos que la sistematizacin d cuenta de los elementos ms significativos del proyecto, estableciendo el sustento terico de la experiencia y retomando los puntos pedaggicos centrales, transformndolo en un material de apoyo para que estos conceptos puedan ser reutilizados, reelaborados y resignificados por nuevas experiencias. Pretendemos, tambin, esclarecer las dificultades institucionales y sociales con las que choc la experiencia.

INDICE

13Antecedentes

La vieja Escuela Martiren13La fundacin13La evolucin del equipo tcnico15El marco referencial16La evolucin de la organizacin interna17Vida cotidiana y modelo familiar18El afuera19Un final apresurado20Contexto histrico22El nacimiento de la crisis22Cuando se empieza a cristalizar el modelo25El proceso hacia El Proceso28El golpe de Estado30La dictadura econmica31La dictadura poltica32La restauracin democrtica34Cronologa nacional38Focalizacin40Situacin de la infancia en Uruguay entre 1985 y 199740El marco legal43La Convencin sobre los Derechos del Nio43La Constitucin de la Repblica43El Cdigo del Nio y el modelo de 193445Los grandes conceptos que vertebran el modelo46Algunos aspectos sobre las polticas de infancia46Una resea histrica de los internados46...y del Consejo del Nio47La crisis del modelo derivado de la proteccin y el control de la minoridad48Marco institucional51El perodo de la esperanza - La etapa inicial (pre-I.NA.ME.)51La Poltica del bombero - Interpelacin a la Dra. Adela Reta54El ajuste - Creacin del I.NA.ME.58Del "laissez faire" al "ne faire rien" - El gobierno blanco63Las coincidencias son negativas - Caractersticas globales de la institucin en el perodo64Las Brujas68El desarrollo de la experiencia68El origen68La Escuela Agraria69El auge social, el quiebre del proyecto y el nuevo programa71El final74Estructura75La eleccin y destitucin de cargos75Asamblea General75El Jurado76Asamblea de Trabajo76Asambleas de Pandilla y de Sector76Sector de Guardia76Jefe de Guardia77La figura de padrino77Elementos institucionales77El perfil de la poblacin objetivo77Relacin con la Escuela de Funcionarios del I.NA.ME. (actualmente C.F.E.I.)77Relacin con el afuera78Elementos msticos79La celebracin de Nochebuena79Las Brujoneadas80Bandera80Despedida80Aspectos pedaggicos80Algunas lneas sobre el mtodo80La lgica dual81Las obligaciones del educando81El Equipo Tcnico82Adaptacin del educando al proyecto82El compromiso de los educadores83El entorno83La historia del recin llegado83La responsabilidad y disciplina84La sexualidad84El dinero en la comunidad85Aspectos culturales85Apoyo escolar interno y escuela interna85Secretara de cultura: la biblioteca, los periodistas y el diario oral.86Los trabajos fuera de los Centros de Inters86El ftbol86Msica, televisin y radio.86Actividades extraordinarias87Campamentos87Los campamentos internos, los asados, etc.87Autoridad y poder (por Gabriel Naya)90Marco terico90Autoridad y poder90Autoridad y autoritarismo90Autoridad y poder en la sociedad actual92Actores de la accin de autoridad94

Las organizaciones95La autoridad dentro de las organizaciones96Los roles institucionales98Autoridad en la relacin educativa98El uso de reglas99Esquema de anlisis101Autoridad organizacional y educativa en Las Brujas105Conclusiones107Organizacin poltica y participacin en la vida cotidiana (por Ana Cecilia Zabala)109Marco terico109Autogestin109Autogestin social109Pedagoga autogestionaria110Otros elementos, una reconceptualizacin111Autoridad111Disciplina111Libertad112La autogestin comunitaria112La anulacin de la individualidad; el colectivismo112Participacin en la vida cotidiana113Un da en la vida de... Las Brujas113Participacin116Estructura117Algunas consideraciones finales118Trabajo vs. educacin? (por Mara del Mar Gonzlez)119A modo de presentacin119El trabajo119Trabajo intelectual y trabajo fsico120Trabajo, aprendizaje y cultura. Relacin dialctica entre ellos122Trabajo como terapia123Comunidad y trabajo124Cooperacin y cooperativismo124La otra obligacin: la escuela126Conclusiones127La formacin, la prctica... y al final? (por Oscar Castro)128La problemtica, la solucin y despus...128El por qu del proceso de medicalizacin128El internado como herramienta privilegiada130Modelos pedaggicos aplicados en los internados130Ubicacin de los internados131La no-internacin132Dos modelos un mismo aislamiento?133Contenidos de la Educacin Social133Una visin de educando como sujeto histrico134El Educador Social y la perspectiva macrosocial de su tarea pedaggica135El conflicto aparente136Cultura y educacin137El elogio a la particularidad139Elementos espirituales de la cultura140Nios, msica y lectura140As esta el mundo amigos140Conclusiones141Posdata142Bibliografa y otras fuentes143Entrevistas149

Antecedentes

Parece fundamental tomar a la experiencia de la Escuela Martiren, como el antecedente ms prximo a Las Brujas no slo porque muchos de los actores se reiteran sino por la similitud existente entre ambas propuestas desde el punto de vista pedaggico.

Por esto -si bien reconocemos en Martiren conceptos pedaggicos dignos de indagar- ahondaremos en el anlisis terico especficamente de Las Brujas.

La vieja Escuela Martiren

La Escuela Profesional Dr. Jos Martiren fue una experiencia considerada nica en Latinoamrica en la dcada del 50. Est ubicada en el departamento de San Jos, a 5km. de la ciudad de Santa Luca.(A fines de la dcada del 60, se trabajaba con una metodologa encasillada en determinados esquemas de disciplina muy severa. La Escuela estaba atendida por 64 funcionarios "con todas las condicionantes tpicas de los empleados pblicos" y, a su vez, con las caractersticas propias de ser funcionario del Consejo del Nio con un perfil de vigilante similar al de algunos funcionarios que actan hoy en el I.NA.ME. Pero, por encima de esta caracterizacin de los trabajadores de la Escuela en este perodo, lo que influy fundamentalmente en la vida interna del hogar fue el rgimen institucional signado por la rigidez disciplinaria y normativa que all se aplicaba.

Se atendan alrededor de 90 muchachos en edad promedio de 15 aos, con todas las problemticas de un internado clsico de adolescentes de la poca. Para trabajar, se separaban en dos grupos por edades; los dormitorios permanecan cerrados durante todo el da, "...los muchachos salan en fila reunidos por una campanita y marchaban con vigilantes a siete u ocho talleres que funcionaban dentro de la Escuela...".

El relacionamiento entre el funcionariado y el grupo de jvenes estaba enmarcado por el "no-dilogo", los educandos no tenan posibilidad de expresarse libremente y las normas estaban dirigidas a la prohibicin o la sancin; la institucin estaba programada para que los funcionarios pensaran "para" y "por" los nios, desde una ptica asistencialista.

Estas caractersticas de la institucin, previo a la puesta en marcha de la nueva propuesta dirigida por Leonardo Clausen, correspondan a las ms generales del Consejo del Nio y a su propia imagen de reservacin de nios.

La fundacin

En el ao 1967, el Consejo Central de Asignaciones Familiares (hoy incorporado al Banco de Previsin Social) dentro del marco de otorgar prestaciones a sus usuarios (los trabajadores y sus familias), crea la Colonia de Vacaciones en Villa Raign, basada en el modelo de los campamentos de la Asociacin Cristiana de Jvenes (A.C.J.), a la que pide asesoramiento. Para tal funcin la A.C.J. designa a Leonardo Clausen, quien inicia las actividades junto a un grupo de colaboradores. El hecho de que un sector de la poblacin usuaria de la Colonia de Vacaciones en ese primer ao fuese del Consejo del Nio gener una visita de la Dra. Adela Reta (en ese entonces Directora del Consejo del Nio) quien se interes por llevar a cabo una experiencia similar en el mbito de la institucin.

A partir de ese inters surge la idea de que la misma se concrete en el Consejo del Nio, dirigida por Leonardo Clausen.

En abril de 1969 Clausen asume la Direccin de la Escuela Martiren, iniciando una experiencia pedaggica que fuera interrumpida abruptamente por el Coronel interventor Arajo Kramer en el ao 1976.

La nueva Escuela Martiren propona otorgar, en gran medida, una cuota de participacin a los jvenes; se trat de una experiencia piloto desarrollada dentro de un marco institucional que, bajo la presidencia de la Dra. Adela Reta, estuvo marcado por reformas y el comienzo de nuevas propuestas.

Es fcil comprender, entonces, que el nuevo equipo de trabajo se encontrara con serias dificultades al llegar al lugar. La implantacin de la propuesta trajo aparejados celos y, en ocasiones, incomprensin y hostilidad; el apoyo incondicional que recibieron en el mbito institucional de la Dra. Reta y el Cdor. Laport (aunque ms no fuera como pao de lgrimas, parafraseando a Jorge Camors) se torn fundamental. Fue tambin trascendental (y decisiva en el plano interno) la definicin de apoyo a la nueva propuesta del administrador Antonio Adot, funcionario de la vieja Escuela, con ms de 35 aos en la institucin, cuya figura tena una particular ascendencia sobre el resto de los trabajadores. Anecdtica es la relacin (casual?) entre la llegada de Makarenko a la Colonia Gorki y de Clausen a Martiren; entre la existencia de un Kalina Ivnovich administrador experiente de Gorki que se alinea al proyecto de Makarenko y un Antonio Adot desde un rol conocedor de los entretelones institucionales.

La primer medida que toma Clausen -que acta como clara bisagra entre una experiencia y otra- es retirar a los funcionarios que tenan contacto directo con los jvenes hacia otras tareas de servicio.

La evolucin del equipo tcnico*Las referencias a un equipo tcnico en el ao 70 eran distintas de lo que pueden ser hoy da; generalmente no haba trabajo en equipo, no haba sistematicidad en las reuniones, y emplear el trmino equipo tcnico en aquel momento era a efectos de plantear que el trabajo era tcnico, era una especie de intento de reivindicacin de la profesionalidad del trabajo. De alguna forma tratar de entender lo que era el Consejo del Nio de la dcada del 60 es algo muy complejo para la situacin actual y de pronto para gente que tiene la visin del I.NA.ME. y del Uruguay de hoy. Era, yo dira, un organismo mucho ms desvalorizado que el I.NA.ME. de hoy, mucho ms asistencial, de alguna forma un reformatorio; tena mucha menos poblacin y un personal escasamente tcnico, la mayora era personal no tcnico.

Al principio el equipo de trabajo estuvo compuesto por Clausen y su esposa, la maestra Cristina Mega, junto a dos siclogos y una asistente social quienes los ayudaron a definir las pautas a seguir en funcin de una investigacin de la Escuela. En un comienzo colabor Aldo Caffaro como Asistente de la Direccin, luego, Jorge Camors como Asistente del Director y Hugo Sorriba como Asistente del Administrador (quien pas luego a ser el Administrador cuando se retir Antonio Adot). Al promediar la experiencia ingresaron Martha Olivera como Sicloga y Silvia Montaez como su asistente. Durante toda la evolucin del equipo tcnico estuvo siempre presente el Dr. Ramn Legnani, quien se incorporara definitivamente al equipo cuando ste adquiri un funcionamiento regular.

Un elemento fundamental y que separara a esta experiencia de la mayora de las implementadas por el Consejo del Nio en la poca, fue el que la mayora de los integrantes del equipo tcnico vivieron en las instalaciones de la Escuela, lo cual les facilitaba el intercambio de experiencias, informacin, puntos de vista, etc. El otro elemento: eran integrantes del equipo tcnico todos los adultos que se identificaran con el proyecto y trabajaran, al menos, en su misma direccin.

El marco referencial

De forma similar a lo planteado para un equipo tcnico, la concepcin de marco terico y herramientas tcnicas que hoy circulan en el corpus de conocimientos de los educadores del I.NA.ME. dista mucho de lo que se poda exigir en aquella etapa. Es por esto que se dificulta el rastreo de los elementos explcitos de contenido del proyecto (partiendo de la inexistencia de un proyecto educativo escrito).

Fueron notables caractersticas de Clausen: actuar en base a su gran intuicin, circular por la Escuela y estar presente en los acontecimientos, no tener un despacho desde donde visualizar y dirigir, sino, trabajar desde el mismo plano que los adolescentes.

La experiencia estaba dirigida ms desde un hacer que desde una reflexin terica. El otorgar un papel prioritario a la generacin de mecanismos de organizacin interna que comprometiera al educando con la comunidad junto a aspectos como la obligatoriedad del trabajo y el estudio, la asuncin de responsabilidades, fueron herramientas centrales del proceso educativo.

Es claro que el modelo no se invent de la nada, la influencia de las experiencias del pedagogo ruso -luego de la Revolucin de Octubre- Antn Makarenko* es notoria. Desde el plano mstico y colectivo hasta el plano de la organizacin y el mtodo, la influencia de la produccin y el estudio, todos son elementos comunes a ambas; pero el gran mrito de quienes llevaron a cabo la experiencia de Martiren fue incorporar esos datos a su estilo, a sus conocimientos y herramientas. No se trat de una adaptacin o una simple extrapolacin, sino, una reutilizacin de lo bueno de los conceptos de Makarenko. Adems, que el contexto del Uruguay a fines de los aos 60 hubiese hecho imposible, an si se hubiese deseado, traspolar ntegra una experiencia rusa; claro ejemplo de esto es la historia de la palabra pandilla en Martiren:

...es interesante, porque Leonardo tambin le hubiera puesto el nombre destacamento y el nombre destacamento tambin viene de Makarenko (...) Y, claro, decir destacamento en el ao 69 era complicado porque ya, obviamente, las acciones del M.L.N. (Movimiento de Liberacin Nacional) y la guerrilla urbana estaban muy desarrolladas en el pas y, por lo tanto, no era lo mejor en el Consejo del Nio del Uruguay del 69, hablar de destacamento. No s bien si Leonardo lo intent, yo creo que se llegaron a llamar destacamento y que despus hubo un cambio de nombre; yo llegu a ver algn papel donde deca destacamento. Y se opt por el trmino pandilla, donde pandilla tiene que ver con algo muy juvenil, delicadamente transgresor, una pandilla le otorga a la pandilla ya cierta posibilidad de transgresin, pero tambin pandilla es una categora de la sicologa, de la sicopatologa, de la pedagoga de fines de la dcada del 60.

La evolucin de la organizacin interna

Para cambiar de un modelo a otro se utiliz la organizacin de la Escuela como la herramienta fundamental. Inicialmente se tuvo que realizar una separacin de edades ya que haba jvenes de ms de 20 aos conviviendo en los dormitorios con otros de 15.

La articulacin entre los procesos individuales y grupales era promovida en cada uno de los jvenes trabajando en conjunto, resolviendo problemas, tratando de construir junto a los adultos el autogobierno* en la Escuela. Parte importante de su implementacin fue la realizacin de Asambleas Generales regulares como mbito poltico de decisin. Al comienzo, la frecuencia de las Asambleas era poco menos que diaria. All se perciba un ambiente cargado de desconfianza, agresividad, desorganizacin; se hablaba de cualquier cosa. Lleg un momento en que aquellas asambleas eran muy desorganizadas, haba que empezar a organizarlas. Buscamos un presidente. Y sali elegido un presidente impositivo, un presidente que se paraba y: 'o te calls la boca o te saco a patadas'".

Posteriormente, a travs de la experiencia y del transcurrir de la prctica, estas instancias se fueron tornando ms operativas, la agresividad se canaliz a travs de mtodos constructivos y la Asamblea lleg a autorregularse.

Siguiendo con el aspecto organizacional, luego de la divisin por edades, se dividi a los jvenes fsicamente en funcin de los cinco dormitorios existentes y cada uno de estos se transform en una pandilla (con un promedio de 30 jvenes por habitacin) dividida en sectores, hacia los que se traslad la experiencia colectiva. En esta direccin se fueron excluyendo los funcionarios del viejo proyecto a tareas reducidas, fuera del entorno de la relacin educativa. Surgieron los lderes de cada dormitorio, se instituy un jefe por pandilla, luego se vio la necesidad de crear un cargo de Jefe Mximo que coordinara la actividad de estos Jefes de Pandilla. Las jefaturas se fueron afirmando en la medida en que se definan mejor los roles; al principio estos cargos eran muy variables. Se cre la Asamblea de Jefes; se estableci un Jurado con cinco miembros, uno por cada pandilla. Este rgano se encargaba de juzgar los hechos, aplicando un criterio muy particular en cuanto a las sanciones: en caso de que los hechos merecieran castigo ste deba estar relacionado con el hecho y tena que tender a reparar el dao causado. Por ltimo, aparece la figura del Jefe de Guardia quien estaba a cargo de la Escuela durante el da, era una autoridad indiscutida, en el momento en que daba una orden, haba que acatarla, luego, durante la Asamblea, se lo poda cuestionar y en caso de que se comprobara que haba actuado mal, era destituido (es singular que, en el momento de ser cuestionada alguna de sus rdenes en la Asamblea, el jefe deba pasar al centro de la misma y sacarse el brazalete que lo identificaba, igualndose al resto). Se establecieron as una gran cantidad de cargos y responsabilidades que todos queran asumir, siendo una herramienta pedaggica bsica que comprometa a los jvenes con la Escuela y su organizacin.

En la dinmica cotidiana se instituy el momento de la bandera como otro mbito de intercambio de toda la comunidad, que Clausen describe as: "Eso fue un poco mi iniciativa. Pusimos un mstil enclenque con una bandera uruguaya y empez algo semi-militar, que llamaron disciplina, pero que empez a surgir solo. Ante la bandera no podamos estar as noms. Entonces se busc una posicin que no queran, tampoco, que fuera rgida; propuse la posicin de atleta, como se hace en las olimpadas. Y nos formamos por dormitorio, alrededor de la bandera. Quin diriga ese rito? Empezaron a turnarse los Jefes Mximos, empez a tallar el Jefe Mximo que pasaba al frente y ya era una figura importante dentro de la Escuela (...) el rito de la bandera en la maana y en la tarde, serva de descarga a nuestras angustias; no era subir la banderita solamente, era encontrarnos en la maana para establecer comunicacin y saber cmo afrontar los distintos problemas que se daban en los talleres, con los empleados en la cocina o en los comedores.".

Vida cotidiana y modelo familiar

La Escuela se transform en la familia de los jvenes; aparecen los roles bsicos de la familia reflejados en los integrantes del equipo de trabajo y entre pares, se reflejan en Clausen y Mega las figuras paternas, en Adot el "abuelo", en otros educadores los "tos", etc. Es significativo el cambio respecto a los ms chicos, que pasaron de ser objeto de abuso a objetivos de proteccin. Esta sustitucin familiar se vea fuertemente reflejada en la cena de Navidad, momento particularmente afectivo en la vida del hogar.

Existan actividades de rutina y actividades particulares, que fueron sufriendo transformaciones en el transcurso de la experiencia. No es nuestra intencin hacer una descripcin exhaustiva de las mismas ni de su evolucin sino, sencillamente, mencionarlas para que el lector tenga una idea de la vida interior de la comunidad.

Dentro del proyecto el joven deba trabajar y estudiar; exista una escuela primaria interna donde los ms rezagados asistan, hasta terminarla. Los que haban completado Primaria tenan la posibilidad de ir al liceo en la ciudad de Santa Luca. La mayora de los muchachos estudiaban en la U.T.U. (aunque inicialmente el estudio lo realizaban dentro del establecimiento, luego se logr modificar el convenio existente para ir a estudiar a la Escuela Industrial de Santa Luca, quedando en el establecimiento los talleres y la produccin asesorados por los docentes de U.T.U.).

SI bien el trabajo siempre estuvo presente en la vida del hogar al principio se encuadraba en tareas de mantenimiento, luego de la modificacin del convenio con la U.T.U. se adquiere un compromiso mucho mayor con la produccin; "Pero ahora con los talleres de carpintera, cestera y herrera, la quinta, el tambo, el chiquero, el gallinero y el apiario en nuestras manos, haba que producir (...) y cuando nos iba bien, los encargados separaban el dinero para reinvertir en los talleres y se distribua el excedente entre los 'trabajadores' proporcionalmente al esfuerzo...".

La dinmica de la Escuela no se reduca al trabajo y estudio, sino, que se trat de complementarlos con actividades de tipo cultural y recreativo que reforzaran la relacin positiva entre el estudiante y la comunidad. Se equip y abri la biblioteca, se dieron talleres de sexualidad, se prepar a los Jefes Mximos respecto a este tema, entre otros. En las vacaciones de setiembre se realizaban las "multicompetencias" que fueron pasando, en el correr de los aos, de actividades fsicas y deportivas (el ftbol inicialmente fue la herramienta privilegiada para el acercamiento de los educadores) hacia otras de corte ms intelectual. En el verano se desarrollaban los campamentos, donde se desintegraba la estructura de pandillas y los muchachos se reunan por inters; estos campamentos fueron mejorando ao tras ao e incluso, en cierta ocasin, la produccin les permiti acampar durante dos meses con 120 jvenes.

El afuera

El proceso pedaggico tena el claro objetivo de integrar a los individuos en la vida social y comunitaria ms all de las fronteras de la institucin, mediante una preparacin de los jvenes, tanto individual como colectiva, enfocada a la participacin y la libertad.

"La primera libertad que exista era para quedarse en la Escuela o bien para irse. En Martiren la 'fuga' se elimin, prcticamente, si bien es una caracterstica inherente a un establecimiento del Consejo del Nio. Algunos de los que se fueron, regresaron, y en ms de una ocasin, la asamblea lleg a la expulsin de algn compaero como punto final de un largo proceso donde se actuaba sobre el individuo sin lograr resultados y provocando en la colectividad una reaccin inevitable y comprensible.

Esta poltica de 'puertas abiertas' tena asimismo, como un elemento, la proyeccin de cada individuo y de la Escuela en su conjunto hacia la vida social que, en nuestro caso, se desarrollaba fundamentalmente en Santa Luca. No queramos ser una isla amurallada (...) Esta poltica de 'puertas abiertas' haca ver a todos los que vivamos en la Escuela que nuestra vida interna era una preparacin para la vida de afuera.".

Prepararse para el afuera signific depender, en gran medida, de las relaciones con Santa Luca -testigo y juez, a la vez, de un proceso muy duro-; quizs tengamos que hablar de uno de los pocos internados que, realmente, intent preparar para el afuera. Y, por supuesto, el resultado de esta integracin tuvo sus puntos positivos y negativos. Hay que decir que los jvenes desarrollaban habilidades de oratoria e integracin dentro de un marco poltico interno que nada tena que ver con lo que se viva en el liceo de Santa Luca; entonces, una actitud y forma de reaccionar que dentro del hogar era aceptada (y hasta bien vista), en el liceo era motivo de sancin. Pes, adems, el estigma Consejo del Nio y la poca poltica del pas, mxime fuera del mbito de la metrpolis. Debe quedar claro que, en todo caso la preparacin para el afuera era un objetivo en s mismo, pero la triple condicin de joven, internado en el Consejo del Nio y participativo en las decisiones, influy de tal forma en el entorno que la aceptacin qued jugada a un plano de alineaciones ideolgicas, en que los sectores progresistas vean con buenos ojos algo que para la mayora del espectro poltico, era conflictivo e inconveniente.

Un final apresurado

...Llamaron a Leonardo a Montevideo (a Presidencia); ya haba cado la Dra. Reta, haba un interventor militar (el Coronel Arajo Kramer); el Coronel Arajo trajo al Teniente Coronel Gonzlez Iglesias. El Teniente Coronel Gonzlez Iglesias mantuvo el uniforme, Arajo no. Arajo visitaba de civil. Nos visit Arajo y Gonzlez Iglesias y (yo no recuerdo), creo que fue por el 75 en que finalmente destituyeron a Reta, a quien ya venan acosando desde el ES.MA.CO. (Estado Mayor Conjunto) con una serie de cosas. Finalmente renuncia o la destituyen. No haba un Directorio, haba una Directora General y, entonces, asume ese interventor a quien, en un primer momento, le decimos que nos visite, que nos conozca (...) Nosotros tuvimos -en el ao 72- un primer problema, porque el OPR33 (que era un grupo de guerrilla urbana) dentro de distintas acciones, haba secuestrado a un hijo de un industrial que tena una fbrica de zapatos (llamada Seral), en Santa Luca. La familia es la familia Molaguero (...) Tuvimos un allanamiento por parte de la Divisin Ejrcito 2 con un despliegue militar importante, camiones del Ejrcito, en un operativo manejado con intercomunicadores y dems (la Escuela es un predio muy grande, son 70 hectreas), con un comando en algn lugar que no vimos, con un Teniente en la casa del Director. A mi me obligaron a quedarme en mi casa (...) nos rodearon los soldados, los soldados tambin rodearon los dormitorios y se escondan detrs de las palmeras apuntando con las armas a los dormitorios, dicindoles a los chicos que no podan salir de los mismos. La hiptesis que ellos manejaban es que dentro de la Escuela Martiren estaba la Crcel del Pueblo donde estaba Molaguero (vinieron con picos y palas para hacer excavaciones). Haba que haber vivido aquella poca para entender lo que hoy da parece algo muy loco (de alguna forma lo era la poca) y comprender tambin cmo se visualizaba desde afuera la experiencia, como para pensar que ah poda haber una Crcel del Pueblo, no s (...)

Ese fue un inconveniente fuerte que tuvimos nosotros (en el 75) de alguna forma pensamos que en cualquier momento la experiencia terminaba, que en lo que era el Uruguay del 75 era impensable, lo esperamos en el 74 pero en tanto Reta permaneca nos daba cierta garanta. Cuando cae Reta era cuestin de esperar el da. Ms all de todo, nosotros generamos, intentamos generar hechos. Yo recuerdo que en noviembre del 75 era la semana de Santa Luca y haba una serie de actividades, festejos y dems. Finalmente hicimos una gran exposicin con toda la produccin de los talleres, Leonardo arm un audiovisual presentando la experiencia, los campamentos y dems. Tenamos a los chiquilines en el gimnasio y ste lleno de la produccin de los talleres: muebles en hierro, muebles en madera, lmparas bajas, altas y dems. Entonces organizamos el corte de cinta en la puerta del gimnasio, apagamos las luces de arriba, prendimos las otras luces, trajimos al interventor militar para que hiciera un discurso y despus recorrimos el gimnasio. En todos los puestos, por talleres, estaban los chicos con vaquero, championes, camisa con charreteras (eran camisas verdes con charreteras, ms all de que en aquel momento era tambin complicado ir a ver y elegir, era lo que conseguimos para los 150). Lo otro que nosotros tambin manejbamos eran gorros, gorros de lana (cada pandilla tena un color) con pompn blanco, los jefes tenan un gorro distinto. El de los Jefes Mximos era azul con una banda blanca en el medio y los gurises se ponan el gorro como los boina verdes, es decir, se lo enganchaban en la charretera. Estaban los gurises en posicin de bandera, formados en todo el gimnasio con un espectculo impactante. Adems la muestra tuvo una circulacin tremenda en el pueblo, mucha gente pas, se vendi mucho pero, obviamente a pesar de eso, igual al ao siguiente se termin la experiencia.

Entonces, en aquel momento llamaron a Leonardo a Presidencia (Leonardo siempre cuenta esto porque l pens que iban a contestar favorablemente a la compra de un tractor), vino pensando que no le haban dado el tractor y escuch por la mampara, que era su destitucin. Me llam; yo ese da estaba en Montevideo. Me llam y me cont lo que le haban dicho. Nos fuimos juntos en el auto para Martiren; nos haban dado ocho das para preparar la mudanza y para trasladarnos a Montevideo lo cual, en ese primer momento, no era una destitucin como empleados pblicos pero, de alguna forma, era liquidar la experiencia. As que, en ocho das, ms que preparar la mudanza, preparamos a los gurises porque lo duro fue eso. (...) Yo de eso no recuerdo mucho o, por algn motivo, no me acuerdo, s que todo el esfuerzo fue para tratar de que los gurises bancaran lo mejor posible, para que no se jodieran la vida.

El proyecto apuntaba a otorgar a los jvenes responsabilidades y depositar en ellos confianza; era una expresin de libertad que les daba la posibilidad de dejar de ser "bichitos" (como ellos se autodefinan). Se articulaba lo colectivo con lo individual permitindole al muchacho formar parte de un grupo de pares en quienes se reflejaba y de los que aprenda, y de un grupo de adultos que siempre estaba all para apoyarlo cuando los necesitaba. Pero tambin se le otorgaba el espacio de intimidad necesario para su desarrollo.

La dictadura provoc un corte abrupto a un marco institucional favorable en el Consejo del Nio y tambin a una experiencia pedaggica que tiene visos de histrica y heroica, la distancia en el tiempo, el carisma de sus protagonistas, la poca (el hombre nuevo de los aos 60, con sus invalorables e imprescindibles utopas), nos deja hoy la nostalgia y la gran incertidumbre de no poder saber hasta dnde se hubiese llegado. Pero este corte tambin la coloca en un sitial de privilegio, dotndola de ese sabor a trasgresin (y si no fue ms es porque no se la dej ser), habra que ver qu otros desenlaces posibles se hubiesen abierto en diferente contexto para saber cmo darle continuidad a una experiencia a tan largo plazo.

...Podramos decir que la experiencia fue posible porque en el Consejo del Nio hubo en ese momento una persona con capacidad tcnica y sensibilidad de espritu; podramos decir que la experiencia fue posible porque hubo un hombre y un pedagogo que con el apoyo de su compaera se volcaron de lleno a la vida con los nios; podramos decir que existi un equipo de tcnicos y personas que se comprometieron con la vida de los jvenes; pero fundamentalmente creemos que la experiencia fue posible por la fuerza y las ganas de vivir que los muchachos de Martiren pusieron de manifiesto permanentemente, y que fue estmulo constante para todos nosotros.

Contexto histrico

Dentro del esquema general de este trabajo la tarea de contextualizar la experiencia de Las Brujas en un marco poltico, econmico y social dado es la base en que se sustentan los posteriores captulos. Es por este motivo que preferimos extendernos y profundizar, detenindonos en aspectos que creemos llevan a una mejor comprensin del momento histrico en que se desarrollaron los hechos.

Dos componentes van a estar presentes en todo el anlisis del perodo que desarrollaremos: en primer lugar, una visin histrica que arranca desde el momento en que consideramos Uruguay entr en una fase de crisis* y, en segundo lugar, una visin del Uruguay inserto en una realidad latinoamericana -de la cual no escap en ningn momento- ligada a la poltica exterior de los Estados Unidos (EE.UU.)** en particular, y a la economa mundial en general.

El nacimiento de la crisis

Si bien podemos marcar el inicio del proceso de globalizacin de la economa mundial a partir de las primeras etapas del capitalismo, aquel tuvo un aceleramiento a fines del siglo XIX con la expansin imperialista de Europa en frica y Asia y de EE.UU. en el Caribe y Amrica Central, y se termin de consolidar en la segunda mitad del siglo XX.

La situacin econmica europea al finalizar la Segunda Guerra Mundial se haba resentido seriamente a consecuencia de la Primera Guerra, la depresin econmica del perodo 1929-1939 y de los ltimos aos de la Segunda Guerra. Las relaciones econmicas entre los pases europeos haban sufrido cambios considerables en que se privilegiaba el proteccionismo, mientras surgan acuerdos bilaterales que restringan el comercio y el crecimiento. La falta de cooperacin internacional y la crisis de la economa mundial, as como la posicin de los Estados Unidos impidieron, una rpida reconstruccin europea.

La escasez de recursos oblig a mantener estos acuerdos entre 1945 y 1947, agravados por la falta de convertibilidad. La ayuda americana se convirti en el factor decisivo para revertir estos procesos ya que, al terminar la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos consolidaron su preponderancia econmica y poltica en el mundo capitalista, necesitando de mercados exteriores para seguir manteniendo el crecimiento de su economa y consolidar, as, su hegemona en el orden econmico y poltico mundial. Frente a los pases europeos su capacidad productiva y su industria se haban mantenido intactas y, de hecho, se haban fortalecido. En Europa se manejaban dos alternativas: la salida a travs del libre comercio (EE.UU.) o de la planificacin socialista (Unin de Repblicas Socialistas Soviticas), dividindose as aquella en oriental y occidental.

La escasez de dlares se haba convertido en uno de los principales problemas en las relaciones econmicas de Europa; Estados Unidos haba concedido ayudas y subvenciones para la rehabilitacin europea durante los primeros aos de la posguerra as como un prstamo, conjunto con Canad, de 5.000 millones de dlares a las arcas de Gran Bretaa. Todo ello gener mayor liquidez.

El primero de enero de 1948 (tras la presin de Estados Unidos para evitar las limitaciones a las importaciones) entraba en vigor el G.A.T.T. (Acuerdo General de Tarifas y Comercio) iniciando un proceso de liberalizacin del comercio y pagos internacionales.

Sin embargo, un acuerdo no sera suficiente, las reservas de dlares en Europa eran cada vez menores y el crdito internacional limitado. Estados Unidos necesitaba un mercado amplio al que exportar su creciente produccin e impedir efectos recesivos en su economa.

Las razones que llevaron a aprobar al Congreso de los Estados Unidos la ayuda americana no eran, en absoluto, desinteresadas; junto con la intencin de defender el crecimiento de su economa exista otra razn ms oculta pero, no por ello, menos importante: el avance del comunismo, notorio en los espacios electorales ganados por socialistas y comunistas en Francia e Italia, y el proceso de las nacionalizaciones laboristas en Gran Bretaa.

"La verdad de la cuestin es que las necesidades de Europa para los tres o cuatro prximos aos son mucho mayores que su actual capacidad de pago; por ello: u obtiene una ayuda sustancial o habr de enfrentarse con un deterioro econmico, social y poltico de caracteres muy graves. Aparte de los efectos desmoralizadores que esto tendra sobre el mundo en su conjunto y de las posibilidades de disturbios ocasionados como consecuencia de la desesperacin de las gentes afectadas, las consecuencias para la economa de EE.UU."

La intencin hegemnica de los EE.UU. hacia el resto de Amrica (particularmente Latinoamrica) tiene sus orgenes en el intento de creacin de la Conferencia Americana con el objetivo de crear un organismo que, desde el punto vista internacional, unificara los procesos de toda Amrica pero que, desde el punto de vista de los EE.UU., efectivamente lograra controlar la poltica de estos pases.

Esto recin se va a concretar despus de la Segunda Guerra con la creacin de la O.E.A. (Organizacin de Estados Americanos), siendo el mecanismo oficial y legtimo desde el punto de vista jurdico internacional para que EE.UU. pueda ejercer un control.

Despus de la guerra, adems de tener un organismo a nivel americano (O.E.A.) y otro a nivel mundial (O.N.U. Organizacin de las Naciones Unidas), se dio un marco muy especial: la Guerra Fra. Dicho marco exigi a los pases alinearse de uno u otro lado marcando un sistema bipolar, con dos pases-eje, EE.UU. y la U.R.S.S., que intervinieron -directa o indirectamente- en las regiones de influencia* operando como lmites y frenando las "transgresiones" al orden, generado por estas potencias "ordenadoras".

La Guerra Fra implic para los pases de Amrica Latina un deterioro de su autonoma poltica y, en ese marco de posguerra y de integracin americana, hubo un hecho que marc un cambio fundamental: la Revolucin Cubana, demostrando a los EE.UU. que su zona de influencia, en trminos geogrficos, dejaba de ser homognea cuando, en 1961, Fidel Castro declaraba que la revolucin era socialista.

Hasta mediados de los aos '50 la estrategia de dominacin de EE.UU. sobre Amrica Latina se basaba en la promocin de la doctrina del "libre mercado" y en el apoyo paralelo a los gobiernos de turno, sin importar que esto implicara apoyar a dictaduras que "aplastasen" a los movimientos populares. Esto se dio a partir de 1947 con el "Tratado de Asistencia Recproca" (T.I.A.R.), con que Washington empieza a apoyar a estas dictaduras, en el marco de la "doctrina de la seguridad nacional", la que pretenda interpretar las movilizaciones sociales como emergentes del conflicto entre la "democracia" y el "comunismo internacional".

Estas movilizaciones y luchas sociales alcanzaban una magnitud tal que llevaron al gobierno norteamericano a cambiar su estrategia de dominacin sobre Amrica Latina, impulsando un programa de reformas que beneficiasen a los sectores ms empobrecidos, tendientes a promover la democracia parlamentaria.

En 1961 el demcrata liberal John F. Kennedy lleg a la presidencia, intentando reforzar este programa, tratando de concertar una alianza con la "centro izquierda" latinoamericana. Las metas del programa de reformas, llamado "Alianza para el Progreso", quedaron plasmadas en la Carta de Punta del Este (concertada por los pases latinoamericanos y los Estados Unidos en la ciudad de Punta del Este, Uruguay, en 1961).

A partir de entonces empieza su aplicacin, con la variante de que el atentado a Kennedy coloc en la presidencia a L.B. Johnson, quien va a imprimir caractersticas menos demcratas al proceso. Entonces, la Alianza para el Progreso, que pretendi ser un instrumento para desarrollar polticas sociales hacia los sectores ms marginados conjuntamente con la seguridad del Estado (lo que no es ms que la defensa hemisfrica aplicada a cada pas, cerrndolo al avance del comunismo a travs del adiestramiento tcnico e ideolgico de sus ejrcitos) se convierte en el eje de la poltica exterior norteamericana para Amrica Latina.

Johnson debe hacer frente a los gastos de la guerra de Vietnam disminuyendo la capacidad de ayuda econmica exterior; la Alianza para el Progreso, de hecho, desapareci. El dinero que se invirti no siempre se aplic a aquello a lo que estaba originalmente destinado y si agregamos, adems, que el efecto cuantitativo de las inversiones extranjeras queda anulado pues el tributo que los pases subdesarrollados, productores de materias primas y de productos agrcolas, deben pagar como compradores de artculos manufacturados es superior al capital que le llega de fuera, nos queda que lo que s lleg fue un fortalecimiento tcnico de los ejrcitos y una instruccin ideolgica muy fuerte que modific a ejrcitos como el uruguayo, de profunda tradicin democrtica hasta la dcada del 60.*

Cuando se empieza a cristalizar el modelo

El paradigma del Estado benefactor, que en Europa se aplicara para la reconstruccin de posguerra, en Uruguay fue aplicado por el neo-batllismo.**Este modelo de Estado se pudo desarrollar en Latinoamrica -incluido nuestro pas- por una condicin muy particular: la bonanza econmica que atravesaba la regin como consecuencia directa de la Segunda Guerra y que provocara una profunda crisis de mercado en los pases beligerantes (exceptuando a EE.UU., como ya mencionado) y que catapulta a la regin como principal proveedor de suministros y la recuperacin, ya consolidada, de la economa estadounidense despus del "trago amargo" que haba significado la crisis de 1929.

Sin embargo, este modelo entra en crisis por diversos factores de ndole externa e interna, evidencindose esto hacia 1959 con la reforma monetaria y cambiaria del Ministro de Hacienda del Consejo Nacional de Gobierno Blanco, Cdor. Juan Eduardo Azzini, dndose entones el primer paso del neoliberalismo uruguayo.***Esta poltica es causa y consecuencia, a la vez, de una situacin de prosperidad econmica que empieza a resquebrajarse. Ya los EE.UU. vislumbraban la etapa de transicin que se operara en la dcada del 60, delineando a travs de los organismos internacionales (donde tena un rol preponderante) las polticas econmicas de los pases latinoamericanos. "La tesis monetarista, asociada a las recomendaciones del F.M.I. (Fondo Monetario Internacional), vinculaban la inflacin al desequilibrio entre la demanda interna, el nivel productivo y la capacidad importadora del pas. La exageracin de la demanda se produca por el mal manejo de variables monetarias (dficit fiscal tipo de cambio, ajustes salariales y crditos)."

Durante la dcada del 60 EE.UU. sinti el impacto de dos hechos que lo llevaron a "apretar" su economa y, en consecuencia, la de sus pases dependientes: en primer lugar, la guerra de Vietnam; en segundo lugar, la reconstruccin europea y, por ltimo, el caso De Gaulle.****EE.UU. asume as la crisis del dlar en plena guerra de Vietnam (donde tiene medio milln de soldados apostados, con todo lo que implicaba, adems, el gasto en armamento, la investigacin cientfica, etc.), agravado por la crisis del petrleo* que traera la dcada del 70. Esto va a marcar para EE.UU. y el mundo occidental un fuerte quiebre de sus economas industriales en las que, bsicamente, el insumo energtico es el petrleo, en su mayora importado. Por lo tanto, el hecho de que a lo largo de los '70 el aumento del petrleo fuera de un 400% implic aumentar los gastos de produccin en forma muy significativa.

Cul va a ser una de las vas para superar esa crisis? Ajustar ms a aquellos pases, o economas, dependientes, para que hagan un mejor cumplimiento en relacin a las obligaciones que tienen, y para que, al mismo tiempo, apliquen un modelo econmico que ajuste la economa global a aquel que EE.UU. pretende.

Paralelamente a esta concepcin, la poltica econmica predominante hasta ese momento empezaba a cambiar, abandonando la idea de Keynes del Estado interventor en la economa, regulador de los salarios, a travs de los que intentaba mantener una demanda estable e incentivar la produccin, dentro del concepto de produccin fordista.

Para esto van a jugar un papel muy importante los organismos internacionales, sobre todo el F.M.I. y el B.I.R.D. (Banco Internacional para la Reconstruccin y el Desarrollo, ms conocido como Banco Mundial).

El F.M.I. es, en s, quien (a travs de sus cartas de intencin) establece las polticas econmicas para los pases dependientes de la institucin financiera, los que, en la dcada del 60, tenan un mayor control norteamericano que en la actualidad. Por lo tanto, en este perodo, EE.UU. es quien tiene el control de esas instituciones, aplicando a sus afiliados lo que la economa norteamericana y desarrollada considera "economa sana".

El problema es que la concepcin del F.M.I. en la dcada del 60 est marcada por el gran tema de la inflacin* (cabe recordar la poltica de congelacin de precios y salarios que aplic el Presidente de la Repblica, Jorge Pacheco, en 1968). En esta ubicacin del paradigma del F.M.I. fue que se liquid la bonanza de la guerra, se acabaron las reservas y el modelo de sustitucin de importaciones.

"Esta teora fue aceptada en casi todas partes del tercer mundo, pero la sustitucin de importaciones aplicada durante los aos 50 y parte de los 60 no prosper en ningn lugar donde se intent: las empresas de negocios cuasi privadas-pblicas operaron a espaldas de sus altas cuotas y aranceles, gozando de subsidios estatales, y no se preocuparon nunca de igualar la eficiencia del mundo desarrollado. A la par, filiales de las multinacionales fueron 'infiltrndose' poco a poco en los mercados nacionales reservados de las economas tercermundistas."

Por lo mismo, se agudiz la dependencia, ya que se pas a una dependencia de capital y tecnolgica, tejiendo un fuerte lazo con la crisis social al generarse ms desempleo, bajas de salario, etc. En Uruguay tuvo su punto mximo en 1968-1969, con todo lo que fuera la movilizacin social, por un lado, la represin por el otro y la alternativa poltica por una va armada. "El encrudecimiento de la poltica gubernamental y la consiguiente posibilidad de un golpe de Estado -trasmitida de boca en boca casi diariamente- vivida como un fruto difcilmente modificable por grupos de izquierda, de acuerdo a Jos Mujica traera como consecuencia la aparicin de pequeos grupos que empezaran a manejarse con una notoria doble disciplina, actitud que, por ejemplo, fue muy clara dentro del partido socialista. Se trataba de quienes, perteneciendo a ese partido, al mismo tiempo se organizaban por fuera de l para crear espacios de resistencia ilegal, que sirvieran para enfrentar adecuadamente el negro futuro que estaban seguros no habra de demorar en llegar. En tanto, la valoracin que esa gente haca era que cada vez se iba ms hacia la derecha, al tiempo que se preguntaba dnde desembocara ese proceso y se contestaba de inmediato que sera en un golpe de Estado; gan terreno la idea de la autodefensa popular, de la necesidad de preparase para resistir."

El proceso hacia El Proceso

La crisis del modelo de sustitucin de importaciones conlleva una crisis institucional que, en virtud de la seguridad hemisfrica planteada por EE.UU., implic un papel protagnico para los ejrcitos: estos empezaron a tomar en sus manos la actividad de garantizar la seguridad nacional y detener el avance del comunismo.

El aparato represivo fue meticulosamente reconstruido a partir del entrenamiento de las fuerzas militares (las misiones norteamericanas), garantizando la concientizacin del Ejrcito como salvador nacional. En plena poltica econmica regresiva, socialmente hablando, el papel represivo se hizo cada vez ms fuerte, apoyado en una doctrina que indicaba lo desfavorable para el gobierno como comunista.

El Ejrcito, primero, se fue encargando de la represin de los grupos armados y, a la misma vez, de la represin social con lo cual, los gobiernos, utilizaban una estrategia de ir militarizando a la sociedad civil, la que tuvo que irse acomodando al cdigo de vida militar, en el marco de las medidas prontas de seguridad.

Esa situacin se deteriora mucho ms a comienzos de la dcada del 70 y, en el caso de Uruguay en particular, cuando el proceso se hace ms definido, porque se pasaba de la militarizacin de la sociedad a la politizacin de las Fuerzas Armadas (FF.AA.). Es muy importante resaltar esto pues, una cosa es que la sociedad civil se tenga que adaptar a la regla militar mientras es sta la que gobierna, y otra, que el aparato militar se politice y se transforme en el aparato de gobierno. Es esto lo que pas en el Ejrcito uruguayo a partir de 1972* y, a partir del 1973 (con los comunicados de febrero), cuando se visualiza claramente que no es J.M. Bordaberry, sino los militares, quienes realmente gobiernan; a diferencia del perodo anterior (pachecato), cuando un comunicado de prensa militar no habra tenido cabida.

Durante el gobierno pachequista, el sector empresarial y el tradicional agropecuario (ms bien, pecuario) van a buscar en el Ejrcito su apoyo, lo cual no era una novedad; es preciso recordar el caso de Chicotazo** en 1958, cuando desde Radio Rural y siendo gobierno con la Unin Blanca Democrtica (tras la "alianza de Herrera"), gritaba a los blancos que gobernaban con l que eran blandos, pidindoles fuerza y que intervinieran para parar el comunismo.

Estos sectores que se ven afectados por la situacin econmica, empiezan a reclamar que disminuya el "reparto", como indicaba Samuel Lichtensztejn. Al mantenerse estancado el sector agroindustrial y el comercio exterior seguir marcando un signo deficitario, agregado a que los elencos polticos, en pos de triunfos electorales, engordaban las filas del funcionariado pblico, se encontraron dos fenmenos antagnicos: por un lado, la tendencia de los capitales a no aplicarse a actividades productivas y, por otro, la presin de distintos sectores (capitalistas privados, el propio Estado y los sindicatos) por recibir esos capitales.

Un claro ejemplo de la lnea poltica represiva que J. Pacheco aplic durante su gobierno se ve reflejado en el siguiente fragmento de uno de sus discursos: "Si una sociedad es amenazada, tiene el deber de responder a la fuerza con la fuerza. Mi gobierno, como representante y defensor de la organizacin jurdica de la sociedad uruguaya, cumplir con su deber de ejercer la autoridad con la dureza y energa que las circunstancias impongan, para garantizar las libertades amenazadas (...) Aplicaremos todo el peso de la ley militar para sancionar a los malos uruguayos y deportaremos de acuerdo con la ley a los agitadores extranjeros".

Posteriormente, J. Mujica iba a resumir la coyuntura desde otra perspectiva: "Pacheco quiso encauzar al pas por la va de un golpe de Estado ms o menos legal pero, no por ello, menos golpe de Estado. Decir que el golpe de Estado se dio cuando irrumpieron las FF.AA. es no querer entender que ya en 1968 haba en el pas un golpe de Estado. Por lo menos haba un desbalance brutal a favor del poder ejecutivo. En una coyuntura muy difcil, de un pas de matriz liberal, Pacheco puso una entonacin que no era propia del Uruguay. No busc la salida negociada, por el contrario, la rehuy y quiso resolverlo todo por el camino del prepo...".

La nica va que se aplic, entonces, para responder a la crisis social sealada, fue la represin, pero dentro del control del sector de la sociedad civil que gobierna. El gran cambio del 72 fue que el aparato represivo controlaba al Estado, dndose la toma de conciencia, en el Ejrcito, de su rol de "imprescindible" para mantener el funcionamiento de aquel. Paradjicamente, en aquel momento, el Ejrcito ya no tena enemigos (porque el M.L.N. se encontraba desarmado, reducido en las crceles o en el exilio) y lo que hizo, entonces, fue asignarse a s mismo la funcin poltica, utilizando para ello a figuras del sistema poltico dispuestas a salir al frente del nuevo gobierno*; la dictadura tuvo como particularidad que el primer militar de carrera que gobern fuera el Tte. Gral. Gregorio lvarez, cuando ya estaba terminando el proceso. Los anteriores fueron civiles, identificados con los partidos tradicionales (Martn Echegoyen y Aparicio Mndez con el Nacional, Alberto Demichelli con el Colorado); a travs de ellos, los militares se politizaron y, a la misma vez, manejaron el sistema poltico.

Cabe preguntarse, entonces, qu inters podran tener los EE.UU. de que se avanzara en un proceso de facto? El de utilizar (como en la primera mitad del siglo) a las dictaduras para aplicar ese modelo que la economa mundial y los EE.UU. estaban requiriendo y al que comnmente llamamos neoliberalismo, pero al hacerlo as se est usando un neologismo ya que es liberalismo puro (el prefijo "neo" se aplica por el corte producido por las polticas keynesianas*); sin embargo la ideologa reinante ha sido la de la Escuela de Chicago, junto a la de la 'Sociedad de Mont Pelerin".

El golpe de Estado

Como el neoliberalismo es un programa regresivo que, adems, deterior las condiciones sociales hizo que aumentara an ms la conflictividad social, y que fue necesario que el control estuviera en manos del aparato represivo; este proceso no fue exclusividad de nuestro pas y a la larga, se termin unificando en toda Latinoamrica.

La apuesta para la sustitucin de un sistema poltico (que viniera) por un orden militar que hiciera bien los deberes fracas, prcticamente, en todos lados; salvo en Chile.

La primera pauta que estas dictaduras deban efectuar consista en privatizar las empresas estatales y bajar la inflacin. Chile se transform en el "milagro chileno", siendo la economa de Amrica Latina que tuvo mayor crecimiento en la dcada del 70 (para el

resto de los pases del continente sta fue una dcada de estancamiento econmico, Uruguay, desde 1950 no va a conocer otra poca de crecimiento hasta la dcada del 80), partiendo de la aplicacin adecuada del modelo, por el carcter especialmente represivo de la dictadura chilena y porque el equipo econmico de Pinochet fue formado por los Chicago Boys. Pero lo que el "milagro chileno" no solucion fue la contradiccin que encontramos en el capitalismo donde, esto es: por una parte, hay crecimiento econmico y, a su vez, un deterioro social; en otras palabras, hay aumento de la riqueza pero hay un gran aumento de la pobreza como contrapartida. Esta contradiccin no es tal, como indica el Prof. Edgardo Rodrguez: "el capital tiende naturalmente a acumularse entonces, obviamente, si se acumula en menos manos, genera mayor pobreza".

En Uruguay, la dictadura no aplic las pautas que fueran asignadas desarrollando, adems, un sentido sdico* que no era, propiamente dicho, lo que a los EE.UU. (representante de la figura democrtica por excelencia) le serva. Apoyar este tipo de gobierno implicaba que su imagen no fuera muy coherente (ms all de que, en todo momento, da la sensacin de que su prepotencia est por encima de la imagen y que est dispuesto a sacrificar sta en defensa de sus sagrados intereses econmicos).

A partir de 1976, al frente del gobierno de EE.UU. estuvo James Carter sucediendo a Gerard Ford (Richard Nixon haba tenido que renunciar por el caso Watergate**) quien mantuvo cierto distanciamiento de los regmenes dictatoriales*** transformndose, en el caso de Chile, en un conflicto directo entre EE.UU. y Chile (un doble conflicto para Carter que, a su vez, se enfrentaba a la C.I.A. y a Henry Kissinger).

En Uruguay, por un lado, se inici un proceso econmico alejado de las pautas el Estado sigui cumpliendo roles de intervencin econmica, no hubo privatizaciones ni desarme, hubo recesin (en lo que era la concepcin avanzada del Estado como protector social o como interventor en una actividad social) pero, en s, los aparatos estatales siguieron existiendo y funcionando.

La dictadura econmica

Este perodo (1973-1984) puede subdividirse en dos etapas: de 1973 a 1980 y de 1980 a 1984 en que la poltica econmica de la dictadura se aleja del modelo de sustitucin de exportaciones tradicionales por las no tradicionales -que la caracteriz desde el 74 al 80- y se vuelca, con ms nitidez, hacia la creacin de la plaza financiera.

La primera etapa indicada tiene su base en el Plan Nacional de Desarrollo presentado por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (O.P.P.) en 1972, que atribua el estancamiento econmico del pas a la falta de adecuacin al marco institucional internacional y a la obstaculizacin que el Estado realizaba a la actividad privada, por su intervencin.

Sus objetivos estaban marcados en una reduccin del papel del Estado, la recuperacin del mercado como el mecanismo de asignacin de recursos, el acrecentamiento de la rentabilidad empresarial y el aumento de las exportaciones.

A partir de ste ltimo objetivo, se gan el nombre de modelo de sustitucin de exportaciones ya que el nfasis estuvo puesto en las exportaciones no tradicionales, las que van a subir de un 38% a un 70% del total.

En esta etapa estn, tambin, las bases que constituyen el piso sobre el cual se edifica la siguiente etapa. A partir de 1976, se produce una importante apertura, se encamina la dolarizacin de la economa, favoreciendo la inversin extranjera y abriendo el pas como plaza financiera internacional. La disminucin de los subsidios a las exportaciones y el desgravamen a las importaciones estaban, conjuntamente, marcando a partir de 1978 el inicio de una nueva etapa. Luego de dos aos, del 1980 a 1982, la plaza financiera entr en crisis (la tablita), producto de que los capitales extranjeros no afluyen al pas, de la fuga de capitales, del creciente endeudamiento y del estancamiento productivo.

Los ltimos aos de la dictadura se van a caracterizar por un crecimiento de enorme magnitud de la deuda externa (requerida para cubrir el dficit fiscal, la compra de carteras, etc.) y por el deterioro de la situacin social y econmica, con un fuerte reflejo en la disminucin del salario real.

La dictadura poltica

Los militares mantuvieron a una elite poltica cmplice en las actividades administrativas; por lo tanto el clientelismo poltico, la utilizacin de los entes pblicos que se vena dando desde aos atrs y el uso de las empresas pblicas como garanta de respaldo popular siguieron vigentes.

En 1976 el presidente Bordaberry es sustituido en su cargo por Alberto Demichelli quien asume tras la crisis de junio de ese ao, firmando los Actos Institucionales N 1 y N 2 que bsicamente, suprimen las elecciones hasta nuevo aviso y crean el Consejo de la Nacin. Demichelli es sustituido en setiembre de ese mismo ao por Aparicio Mndez tras negarse a firmar los nuevos Actos Institucionales en que se obligaba a los partidos polticos a renovar sus planas dirigentes.

La superacin del diferendo -aos ms tarde develado en sus detalles- entre Bordaberry y las FF.AA., adems de suponer el relevo presidencial y la clausura de sus mpetus corporativistas marc el comienzo del intento de construccin de un 'nuevo orden' poltico-institucional. En su discurso los jerarcas de dicho orden insistan en la idea de que este cambio deba ofrecer, como soporte fundamental, la consolidacin y profundizacin del 'ajuste estructural' de la economa iniciado en los aos anteriores."

La concepcin de que, en algn momento, se retomara el control desde los sectores polticos les hizo mantener toda la armazn del Estado, en franca contradiccin con lo que se esperaba hicieran desde el punto de vista econmico: establecer una economa de mercado plenamente liberal, sin intervencin (con la "mano invisible" que pregonaba Adam Smith* y que, sola, lo regulaba).

Hay una forma de pensar, propia del neoliberalismo, que durante el proceso se empieza a internalizar en la poblacin: la idea de que las empresas pblicas son un "gasto" para el pas; anteriormente, este discurso perteneca principalmente a la Federacin Rural y a la Asociacin Rural.

A partir de 1978, y hasta noviembre de 1980, el gobierno dictatorial intenta legitimar su actuacin a travs de una reforma constitucional. Este perodo coincide con la llegada a la Comandancia del Ejrcito del Tte. Gral. Gregorio lvarez. En pleno rgimen, el 30 de noviembre de 1980, el pueblo uruguayo acudi masivamente a las urnas (votaron un 85% de los habilitados) para pronunciarse a favor o en contra de esta reforma.

Esencialmente, el proyecto propona:

Instituir el Consejo de Seguridad Nacional, un rgano militar cuya funcin sera tutelar la democracia.

La posibilidad de realizar allanamientos nocturnos en casas de particulares.

La creacin de un Tribunal Poltico con potestades para destituir autoridades partidarias.

La eliminacin de la inamovilidad de los funcionarios pblicos.

Candidato presidencial nico por partido para las elecciones que se cumpliran en 1981.

El otorgamiento de mayoras parlamentarias al partido triunfador en las elecciones, ms all de los votos obtenidos.

La eliminacin del doble voto simultneo.

El condicionamiento de la reglamentacin del derecho de huelga a la iniciativa del Poder Ejecutivo, previa aprobacin parlamentaria por mayora calificada.

Ms all de la Constitucin en juego y de las posibles interpretaciones sobre sus consecuencias, la disyuntiva que se le plante a los uruguayos fue contundente: S o el No al gobierno de facto.

El resultado de la consulta fue 885.824 (57,9%) votos por el NO y 643.858 (42%) por el SI sorprendiendo, no slo a los gobernantes sino, incluso, a la propia oposicin.

Marcamos, entonces, entre 1980 y 1982 el inicio de un proceso de transicin hacia la democracia donde entraron en juego factores polticos, econmicos, sociales y culturales.

Fue un proceso relativamente extenso y gradual las instancias electorales, el dilogo, la negociacin y la confrontacin, a travs de una importante organizacin y accin popular*, fueron las pautas que lo guiaron.

Luego del plebiscito de 1980 se realiz un estatuto que organizara y regulara la actividad interna de los partidos y para lo cual se previ la realizacin de una nueva consulta electoral: las elecciones internas (de los partidos habilitados por el rgimen).

El triunfo de la oposicin en las elecciones internas partidarias de 1982 se junt a la ya mencionada crisis econmica e implic, para el gobierno militar, el retiro de apoyo de algunos sectores dominantes (principalmente el sector financiero) que se le mantenan aliados.

En la interna militar las cosas tampoco iban demasiado bien. As lo relata Jos Mujica al mencionar el incidente de la reunin de capitanes en el Regimiento 14, que terminara con un irnico acto: dejndole a lvarez un globo del alumbrado para adivinar el futuro (burla por su afirmacin de que la tablita no se rompera). El Goyo ladraba fuerte para afuera pero adentro no morda. Fueron muchos los problemas internos que hubieron en las FF.AA. por cosas que pasaron despus de la ruptura de la tablita

El 27 de noviembre de 1983 Alberto Candeau**proclama desde el Obelisco de Montevideo: El gobierno de facto al que la Repblica fuera sometida hace ms de diez aos se halla hoy agotado y agostado. No responde a ningn sector de la ciudadana y constituye un elemento artificial, incrustado por la fuerza en la vida colectiva.

El Pacto del Club Naval***, ms all de fijar las pautas para el fin de la transicin, no lleg a colmar (suficientemente) las expectativas de la poblacin y, adems, cre una profunda fractura en la oposicin, en tanto se abrieron expectativas respecto a la restauracin del sistema democrtico y esta esperanza se vio empaada por partidos y personas proscritas.

La restauracin democrtica

Con la salida democrtica, en algunos sectores de la poblacin se pens que entre 1973 y 1984 Uruguay haba tenido un parntesis. En 1984 se viene del quiebre de la tablita y de la crisis de la deuda externa (en la actualidad, ya no se habla de crisis de deuda externa). Entonces, se vivi este perodo como un proceso de mejora en las condiciones sociales. No fue el mismo, sin embargo, de la dcada del 60, que fuera colectivo, el de los aos 80 que tuvo un rebrote participativo y sindical, pero donde cada uno empez a hacer la suya. La vuelta a la democracia encontr profundos cambios, referidos al quiebre de la solidaridad. Se instaura una nueva concepcin, ganada en dictadura, en base a la desconfianza (no saber quien es el primero que te denuncia) y el individualismo (beneficios para quien denuncie).

Esto marca para el nuevo Estado uruguayo" una nueva concepcin, un cambio en la poltica social del Estado que se empieza a operar disimuladamente al principio y que, con el gobierno del Dr. Lacalle*, queda definido.

De 1985 a 1989 Uruguay tuvo ciertas discusiones: la parte econmica sigui funcionando con la poltica pautada aos atrs, se sigui con un alto porcentaje de inflacin, hubo ajustes, pero no fueron radicales, el plano principal de la actividad fueron los temas polticos, principalmente en lo que respecta a los presos polticos (amnista general otorgada en marzo de 1985) y las FF.AA. (todava haba figuras militares en el gobierno, como el Ministro de Defensa, Tte. Gral. Medina quien, consultado acerca de los factores de los que dependera que no se volviera a quebrar la democracia respondi: De muchas cosas. En principio, que las FF.AA. interpreten que ha cambiado el momento que se vive, y que los polticos electos a los cargos pblicos se desempeen con probidad, con honestidad y haciendo lo mejor para el pas. Y que las FF.AA., en ltimo trmino, sean respetadas tal como merecen aquellos que se jugaron por el pas, tambin es menester citar su opinin acerca del revisionismo: (...) dejemos que contesten los hechos. Las FF.AA. no van a aceptar manoseos ni cosas que se parezcan. Estn dispuestas a aceptar justicia (sobre algunos de sus integrantes) que se hayan manifestado como deshonestos, que hayan actuado por cuenta propia. Pero los que han actuado en cumplimiento de rdenes y consignas de sus superiores, sos van a merecer nuestro ms amplio respaldo).

Tambin hubo un cambio en las figuras polticas, quienes se incorporaron a la ideologa dominante y hegemnica cambiando el marco referencial: el ala conservadora de los blancos gana fuerza (como ha sido mencionado en la nota de Clara Weisz) hecho que se reflej en el cambio de gobierno de 1989.

Una ideologa se fue consolidando al ir desapareciendo una contrapropuesta tangible, un modelo alternativo, esa otra gran potencia que equilibraba la balanza y que, con los aires reformistas, comenzaba a derrumbarse. Proceso ste que termin con el derrumbe del "socialismo real" en Europa del Este (unificando esos dos mundos antes enfrentados y separados por un "muro ideolgico", que cay con el de Berln) y que dio lugar a lo que se denomin el "fin de las ideologas".

En nuestro pas esto repercuti en el P.C.U. (desde siempre afiliado al oficialismo y a la lnea de Mosc), por lo que una gran fuerza del espectro poltico opositor, -el Frente Amplio- entr en crisis, afectando a toda la izquierda.

Como la dictadura no llev adelante la adecuacin a la economa mundial, cinco aos despus de la restauracin democrtica el gobierno blanco intent reflotar aquella poltica para cumplir, as, con el cometido econmico pautado por el modelo para los pases en vas de desarrollo. Sin embargo el Dr. Lacalle encontr trabas propias de la mentalidad uruguaya; esto no implica, necesariamente, defender al Estado, pero s mantener una oportunidad de trabajo, hallar una salida individual a la crisis a travs de un cargo pblico.

En los 90 ya no hay dos modelos antagnicos, supuestamente hay uno triunfante, el capitalismo; la poltica neoliberal parecera ser la nica viable y posible adems de la ms cmoda e, incluso, la que aporta ms beneficios particulares a quienes timonean el rumbo de la economa. Todos los males estaran ligados al mal funcionamiento del Estado, por lo tanto, para que el gobierno se mantenga en las listas blancas de las instituciones financieras, debe privatizar. El problema es que en Uruguay no se pudo aplicar directamente por el Referndum, por lo que se hizo uso de una segunda va: la de tercerizacin y las concesiones. La legislacin que comenz desde fines del gobierno de Lacalle hasta el actual mantiene esta lnea (dentro de lo legal), fundamentalmente en los rubros que dan ganancias.

El modelo fordista es sustituido por el toyotismo*; es notoria la explotacin del trabajo infantil, se da el concepto de fbricas distribuidas, fbricas en los barcos con mtodo de cama caliente**, etc.

El cambio de todo este marco repercute, directamente, en las polticas sociales porque una cosa es apoyar polticas sociales en el marco de la Guerra Fra y otra, en el contexto globalizado que se empezaba a cristalizar.

Las polticas se aplicaron (al menos para la poblacin no perifrica) para evitar que se generaran bolsones fuera del mercado pues ste necesita que esos individuos se integren; por un lado, si se est fuera est latente la posibilidad de atacar al sistema y por otro, si se est fuera no se integra al mercado como consumidor activo.

Este cambio en el rumbo de las inversiones sociales tiende a modificar las reglas de juego de la sociedad: modifica la forma de vida (erradicacin de asentamientos), la educacin (reforma educativa), el papel del individuo (cambio en la relacin con el Estado, disolucin pasiva de sindicatos, etc.).

Se da algo similar a los populismos latinoamericanos, relacionado a dar y no a ganar derechos que modifiquen las relaciones del sistema. El crecimiento econmico, a pesar de darse en ndices elevados no ha conseguido evitar, ni atenuar, el empeoramiento de las condiciones sociales. Desde la doctrina neoliberal se rechaza la idea del Estado de Bienestar basado en la idea de un Estado fuerte, slo para quebrar el poder de los sindicatos, mejorar las condiciones para la inversin transnacional y reducir significativamente los gastos sociales. Estos factores (de acuerdo al neoliberalismo) aumentan el desempleo, generan un ejrcito de reserva y son factores fundamentales para institucionalizar la incertidumbre y la inseguridad en la poblacin, provocando una aceptacin forzada de las medidas impuestas. La prdida del poder de negociacin de los sindicatos hace que las medidas neoliberales, siendo consideradas impopulares, se mantengan hegemnicas. De esa manera, la existencia de desigualdades sociales no es considerada por los neoliberales como elemento desestabilizador, teniendo en cuenta que su existencia est prevista en ese modelo.

En sntesis, no se puede afirmar que exista un proceso en camino, que valorice la democracia como valor en s...

En las cifras oficiales, este crecimiento implica una mejora en las condiciones de vida pero, en realidad, un estudio ms detallado marca que hay una mejora en la calidad de vida para los sectores de mayor poder adquisitivo. No hay una mejora del sistema hospitalario pblico; quienes usaban este sistema no se han podido pasar al privado. Esto marca que, a nivel macro, se pueden dar cifras que defienden determinada informacin pero que, llevado a lo micro, el anlisis no marca una mejora en quienes ms la necesitan.

Lo macro es la base del sistema de crdito internacional; en educacin se cambi la calidad del aprendizaje por estadsticas y rendimiento. El ndice de repeticin baj con el nuevo sistema, pero las exigencias han bajado y la calidad del cuerpo tcnico tambin (esto s es, directa y linealmente, bajar la calidad del aprendizaje); aparece la necesidad de ser bueno como equivalente a no tener repeticin, pues esto es lo que miden los organismos internacionales que nos dan las pautas, nos hacen las reformas y luego, obviamente, las evalan*.

El cambio en las polticas sociales y la asuncin del modelo liberal imperante como lo vlido a ser aplicado, llev al quiebre definitivo del papel del Estado como componedor de la sociedad y equilibrante en la concentracin riqueza-pobreza; en lugar de esto llegaron las polticas de bombero, que pretendieron evitar la marginacin de los sectores de la sociedad que quedan fuera del Estado. Esto trajo un gran conflicto a causa de la frustracin que gener una movilizacin social distinta a la anterior, pero muy perjudicial desde el punto de vista humano, con un aumento de la delincuencia y una denigracin de los valores y de la dignidad de quin queda fuera del sistema ya que el valor fundamental de este modelo est en el tener.

Los sectores ms altos de la sociedad tienden a encerrarse, a protegerse del resto de la sociedad, que tambin quiere tener (y est siendo estimulado para eso) pero que, en este camino, obtiene por los medios que puede.

Lo fundamental es que la sociedad era la responsable -todos ramos responsables- de estos fenmenos y de los desequilibrios econmico-sociales. Hoy eso no es responsabilidad de nadie, si se es mayor de edad, es responsabilidad del individuo, si se es menor, de la familia*; esto va a darle un papel primordial al I.NA.ME. y al resto de las instituciones relacionadas a la minoridad, en este perodo.

Si el Estado deja de ser responsable (y ste como representante de la sociedad) y la sociedad s es responsable, se plantea un problema filosfico de lgica no formal que nos lleva, indiscutiblemente a una falacia:

Si la sociedad es responsable

Si la sociedad es el Estado

Ergo. el Estado es responsable

(silogismo que entra en contradiccin con la afirmacin de que el Estado no es responsable).

Si la va de accin para regular el desequilibrio de la sociedad es el Estado y, al mismo tiempo, ste se aparta de solucionar (como erradicacin del problema, atacando las causas, no atenuando las consecuencias) esos problemas, genera una mentalidad en que "todos somos responsables" pero nadie "asume las responsabilidades". Se llega al elemento poltico central moderno: el discurso. El discurso puede decir todo lo que se quiera, ni siquiera tiene que ser coherente; las cosas quedan en l y, si el problema vuelve, se cambia el discurso y ah queda nuevamente.

"Se espera que la dinmica de los hechos solucione los problemas y que los actores involucrados se encarguen de hacer el discurso; esta mentalidad, imperante en la sociedad occidental, es el marco para desarrollar la poltica econmica actual, el marco de la impunidad (ante hechos que, hace 30 aos, eran de su responsabilidad), porque al medir el discurso no se evala la accin".

Cronologa nacional

AOURUGUAY

1985El 1 de marzo asume la presidencia de la Repblica el Dr. Julio Mara Sanguinetti (reingresando al pas a su senda democrtica con la propuesta de "cambios en paz"), venciendo a nivel nacional y su Partido Colorado, en 12 de los 19 departamentos del pas. Obtuvo 40% de los votos frente a 34% de los blancos, 21% del Frente Amplio y 2% de la Unin Cvica. Atendiendo una exigencia nacional en el primer mes de gobierno se aprob una amnista por la cual se liber a los presos polticos por sedicin.

Sanguinetti reubic al pas en las relaciones internacionales al apoyar las distintas iniciativas diplomticas a nivel latinoamericano y reiniciar relaciones con Cuba y Nicaragua. Los dos primeros aos de gobierno coincidieron con un a coyuntura econmica internacional favorable, pero luego intensific la poltica neoliberal del perodo dictatorial, muy resistida por la poblacin.

Se inaugura la Universidad Catlica del Uruguay.

1986Presionado por el Presidente y las FF.AA, el Parlamento aprueba en diciembre, con 75% de los votos, una amnista a los militares acusados de violaciones de los Derechos Humanos durante el perodo de facto.

El Senador Germn Arajo es expulsado del Senado en el marco de votacin de aquella ley, acusado de instigar a la violencia contra senadores votantes de dicha ley.

Incendio en el Parque Nacional de Santa Teresa.

Se cierra la Crcel de Punta Carretas tras un intento de fuga de varios reclusos que deriv en dos muertes; todos los presos son trasladados al Penal de Libertad.

1987Juan Pablo II visita Montevideo el 31 de marzo.

Una Comisin de Ciudadanos presenta ms de 500.000 firmas para que la amnista sea sometida a Referndum.

1988El 15 de marzo muere Wilson Ferreira Aldunate.

El 7 de mayo se produce la segunda visita Papal.

Se cierra el Sorocabana en su local tradicional.

Muere Aparicio Mndez, presidente del gobierno de facto.

1989El 16 de abril se lleva a cabo el Referndum de la Ley de Caducidad. La ley fue ratificada por 56% de los votos. Quienes reclamaban el esclarecimiento de los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura obtuvieron 42% de las voluntades.

El 28 de abril muere en Pars el lder del M.L.N. Ral Sendic.

En mayo, el gobierno firma en secreto con el Banco Mundial un compromiso de "ajuste estructural" a cambio del aval para refinanciar la deuda con la banca privada internacional, comprometindose a reducir los gastos de seguridad social, privatizar bancos en quiebra que haban sido absorbidos por el Estado y reformar las empresas pblicas para volverlas rentables y potencialmente privatizables.

Seis meses antes de los comicios, el Partido por el Gobierno del Pueblo, que haba obtenido ms del 40% de los votos del Frente Amplio, se alej de la coalicin.

En las elecciones de noviembre de 1989 el Partido Nacional vence en 17 de los 19 departamentos, obtiene 37% de los votos y lleva a Luis Alberto Lacalle a la presidencia. El Frente Amplio, con Tabar Vzquez, triunfa en Montevideo y la izquierda asume la administracin de la capital por primera vez en la historia del pas. Seis mujeres son elegidas a la Cmara de Diputados y otras siete a la Junta Departamental (legislativo municipal) de la capital. Mediante un plebiscito constitucional los jubilados logran la aprobacin del reajuste de sus pensiones en relacin con los sueldos de funcionarios pblicos, una medida opuesta a lo acordado con el Banco Mundial.

1990El 5 de febrero asume el gobierno municipal capitalino el Dr. Tabar Vzquez.

El 1 de marzo asume como Presidente de la Repblica el Dr. Luis A. Lacalle.

En diciembre Bush visita nuestro pas, siendo la quinta visita de un primer mandatario estadounidense.

El 27 de diciembre muere el Secretario General del P.C.U. Rodney Arismendi.

1991El 31 de enero se cierra el diario El Da.

El 5 de junio muere el Padre Cacho.

En julio el Ministro de Salud Pblica, Dr. Carlos Delpiazzo suprime la campaa del condn.

El 11 de julio deja de operar la compaa de transportes ONDA.

AOURUGUAY

1992Ana Luisa Miller es encontrada muerta el 1 de enero en Solymar.

El 16 de mayo son detenidos 30 sospechosos de integrar la banda terrorista ETA en el restaurante La Trainera.

En octubre se produce una huelga de los futbolistas agremiados en la mutual.

Utilizando un recurso de democracia directa cada vez ms usual, una comisin convocada por el movimiento sindical y de integracin multipartidaria junta las firmas suficientes para plebiscitar una ley de privatizacin de empresas estatales aprobada por el parlamento. En diciembre de 1992, 72% de los ciudadanos logra la derogacin de la ley (aos ms tarde, el embajador norteamericano declarara que este error es la causa de la profunda crisis sufrida por el pas en el ao 2000). De todas maneras, el gobierno sigue intentando privatizar ciertas empresas como la lnea area estatal, la Compaa del Gas y las plantaciones de caa de azcar del norte del pas. La decisin gubernamental provoca marchas de los trabajadores caeros hacia Montevideo y diversas manifestaciones en la capital.

1993El 21 de febrero Pablo Gonlvez es detenido tras ser acusado de mltiples asesinatos.

En mayo se producen, en el norte del pas precipitaciones superando la marca de 400 mm. Como consecuencia son evacuados 4000 habitantes de esa zona del territorio nacional.

El 13 de agosto en un confuso incidente, se incendian los tres pisos superiores del Palacio de la Luz, sede del rgano estatal U.T.E., quemndose valiosa informacin de los archivos, junto con cinco funcionarias de limpieza.

1994En febrero se adjudica la TV Cable para Montevideo.

El 24 de agosto se producen los incidentes en el Hospital Filtro con saldo de un muerto, 35 civiles y 44 funcionarios policiales heridos. Son clausuradas las radios CX36 y CX44 por considerarse que desde sus micrfonos se incit a la violencia.

En las elecciones presidenciales, legislativas y departamentales del 27 de noviembre resulta reelecto por escaso margen Julio Mara Sanguinetti, quien ya fuera presidente luego de la dictadura militar, en el perodo 1985-1989.

El Frente Amplio aumenta considerablemente su caudal electoral y vuelve a ganar la Intendencia Municipal de Montevideo con ms de 43% de los votos. A nivel nacional los resultados muestran un pas dividido en tercios: Partido Colorado, 31,20%, Partido Nacional (Blanco), 30,03%, y Encuentro Progresista, 29,82%.

1995Por primera vez en Uruguay se conforma una coalicin de gobierno entre los dos partidos polticos tradicionales, llevada adelante por los lderes Sanguinetti y Volont.

Uruguay es declarado pas libre de aftosa, sin vacunacin.

En agosto estalla el escndalo Focoex.

El 13 de octubre Uruguay se convirti en el primer pas en recibir oficialmente al presidente cubano Fidel Castro en dos dcadas.

En diciembre el edificio que durante 60 aos haba albergado al Mercado Modelo es devorado por el fuego.

1996El 6 de febrero y en el acto que conmemoraba el XXV aniversario de la fundacin del Frente Amplio, su presidente histrico, Gral.(R) Lber Seregni, renuncia a su cargo en la coalicin de izquierdas.

El 25 de julio el escndalo Focoex se resuelve polticamente en el parlamento con la acusacin al Diputado Leonardo Nicolini, por la comisin de delitos graves.

En agosto mueren dos smbolos de nuestro ftbol: Obdulio Varela (El Negro Jefe) y Jos Sasa (El Pepe).

En agosto tambin se inicia una de las mayores huelgas estudiantiles a raz del modo de imposicin de la reforma educativa; terminara dos meses despus (octubre) con el desalojo de algunos centros de estudio (hasta entonces ocupados) por parte de fuerzas policiales.

El 3 de setiembre muere la Dra. Alba Roballo, fundadora del Frente Amplio y la I.D.I. (Izquierda Democrtica Independiente).

El 8 de diciembre es aprobada mediante un Plebiscito Constitucional la reforma q