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8 de agosto de 2016

DOCUMENTO EJECUTIVO SOBRE LA RELACIÓN MÉXICO-ESTADOS UNIDOS PARA LA VISITA

DE LA EMBAJADORA ROBERTA S. JACOBSON AL SENADO DE LA REPÚBLICA

Introducción La relación entre México y Estados Unidos es quizás la más compleja entre cualesquiera dos países en el mundo. El volumen de su intercambio comercial, los millones de mexicanos y mexicano-estadounidenses que viven en aquél país y los millones de estadounidenses que visitan cada año México como turistas, y la consecuente integración entre ambas sociedades y economías vuelven a esta relación prioritaria tanto para Washington como para la Ciudad de México. Habiendo superado conflictos en las relaciones bilaterales durante el siglo XIX y hasta la segunda década del XX, México y Estados Unidos han avanzado considerablemente en el proceso de dejar atrás cierta desconfianza mutua y, en contraste, buscar trabajar de forma conjunta en la consecución de los intereses comunes a ambos países. Si bien a partir de la Segunda Guerra Mundial la relación con Estados Unidos fue siempre cordial, es hasta el fin de la Guerra Fría y la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que ambos países deciden volcarse a buscar desarrollar todo el potencial de la relación norteamericana. A partir de entonces, se han desarrollado diversas iniciativas – principal, pero no exclusivamente en el ámbito comercial – para enfrentar los problemas comunes a ambos países, que van desde la Iniciativa Mérida para el combate al narcotráfico, hasta el Comité de Cooperación Regulatoria (CCR), que busca la homologación en la materia. Adicionalmente, y también a raíz del TLCAN, se estableció un canal trilateral que incorpora a Canadá, cuyo objetivo es profundizar los vínculos construidos por dicho tratado. Con todo, la actual coyuntura electoral en Estados Unidos plantea grandes desafíos para el futuro de una relación, si bien estrecha, todavía por debajo de su potencial. La retórica agresiva del candidato del Partido Republicano, Donald Trump, contra México y los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos podría tener efectos nocivos en la relación bilateral, aún en caso de que no gane la elección presidencial del 8 de noviembre próximo. En ese contexto, urge a México hacer ver a los estadounidenses la dependencia mutua de ambos países, y cómo no sólo México necesita a Estados Unidos, sino que Estados Unidos también necesita de México para garantizar sus intereses nacionales. A fin de aprovechar la visita de la Embajadora Roberta Jacobson al Senado de la República para tal efecto, el presente documento ejecutivo incorpora de forma sucinta los principales aspectos de la relación entre México y Estados Unidos, resaltando sus alcances y límites actuales, y delineando los grandes desafíos a futuro.

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Reseña histórica de la relación México-Estados Unidos Escapa al objetivo de este documento revisar a detalle la historia de la relación entre México y Estados Unidos desde su establecimiento como naciones independientes. Para comprender el estado actual de la relación, se considera que basta con reseñar someramente los aspectos más relevantes de los intercambios mexicano-estadounidenses a partir de la década de los cuarenta del siglo pasado,1 cuando Estados Unidos cesa su política de abierta intervención en los asuntos mexicanos después de la expropiación petrolera de 1938, y la relación asume un tono más cordial y orientado hacia la cooperación, en buena medida gracias a la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual el entonces Presidente Manuel Ávila Camacho alineó a México incondicionalmente con el bando aliado. El intenso comercio bilateral durante los años de la guerra, la puesta en marcha del Programa Bracero para que trabajadores mexicanos atendieran la reducida oferta de mano de obra en Estados Unidos como consecuencia del esfuerzo bélico, y un nuevo incremento en la inversión extranjera norteamericana en nuestro país, llevaron a muchos analistas a hablar de una “relación especial” entre México y Estados Unidos durante la década de los cuarenta. Esa percepción se mantuvo durante buena parte de la década de los cincuenta. Y es que, ya en un contexto de Guerra Fría, Estados Unidos asumió una actitud intervencionista en América Latina, identificando a los diversos movimientos nacionalistas de la época con el comunismo soviético y actuando en consecuencia (e.g., Guatemala2). Sin embargo, ni las discrepancias de México con estas acciones estadounidenses ni el discurso nacionalista revolucionario llevaron a algún rompimiento abierto entre México y Washington.3 En última instancia, a pesar de algunas coincidencias, el término de “limitada concordia”4 de Cosío Villegas parece más atinado para describir la relación mexicano-estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial. Acaso el ejemplo más claro de ello es la política mexicana frente a la Revolución cubana, que exitosamente logró un equilibrio benéfico para nuestro país al evitar un antagonismo o rompimiento con Washington, al mismo tiempo que defendió sus principios de política internacional oponiéndose a la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA). Durante la Guerra Fría, otros episodios como la ruptura de relaciones de México con el gobierno dictatorial de Augusto Pinochet en Chile, y las discrepancias en la aproximación a las guerras civiles centroamericanas durante la década de los ochenta, mostraron que Estados Unidos y México tenían diferencias considerables en materia de política exterior, aún sin llegar a causas de ruptura para la relación bilateral en su conjunto.

1 Una relación detallada de la relación bilateral en este periodo se puede encontrar en Josefina Zoraida Vázquez y Lorenzo Meyer, México frente a Estados Unidos. Un ensayo histórico, 1776-2000, México, Fondo de Cultura Económica, pp. 177-239. 2 Sobre el caso cubano, conviene recordar que la Revolución encabezada por Fidel Castro era en primera instancia nacionalista y anti-imperialista, y que asumió su carácter marxista-leninista ya en el poder y frente a las constantes amenazas de Washington por derrocarla. 3 Josefina Zoraida Vázquez y Lorenzo Meyer, op. cit., pp. 180-181. 4 Daniel Cosío Villegas citado en Ibid., p. 200.

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Con el fin de la Guerra Fría, nuevos temas comenzaron a acaparar la atención de la relación mexicano-estadounidense, especialmente la migración y el tráfico de drogas. Sin embargo, el parteaguas para el vínculo entre ambos países y que algunos señalaron como el inicio de una nueva “relación especial”, fue la negociación y suscripción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994. Este instrumento marcó el punto culminante del cambio de modelo económico que México comenzó a poner en marcha desde mediados de la década de los ochenta, enfocado en el desarrollo guiado por las exportaciones. Dada la estrecha integración que ya existía en algunos sectores económicos entre México y Estados Unidos, el TLCAN aspiró a relanzar la relación bilateral a partir de la estrecha coincidencia entre los intereses económicos de ambos países, y también de Canadá. Más adelante, se revisarán algunas de las principales implicaciones del TLCAN para la relación en la actualidad.

La política exterior del Presidente Obama y la relación con México De acuerdo con un análisis realizado por este Centro de Estudios5 sobre el artículo publicado por The Atlantic donde se presenta la Doctrina del Presidente Obama y donde se plasma la política exterior del mandatario estadounidense, para el Presidente Obama, otros países deben asumir su responsabilidad en lugar de esperar que Estados Unidos siempre tome la iniciativa para resolver problemas internacionales. Asimismo, es importante señalar que dicho artículo recalca que para el Presidente estadounidense existen cuatro grandes teorías de política exterior: aislacionismo, realismo, intervencionismo liberal (que en Estados Unidos se entiende como progresista) e internacionalismo, destacando que Barack Obama se define como un internacionalista idealista, constantemente defendiendo la promoción de valores democráticos. La política exterior de la administración Obama se ha enfrentado a momentos definitorios, especialmente en Oriente Medio, como lo fue el uso de armas químicas en contra de la población civil por parte del Presidente de Siria, Bashar al Ásad en 2013, acontecimiento que rebasó la denominada línea roja trazada por Obama y momento en el que el mandatario estadounidense dio la espalda a la agenda predominante en Washington. En este sentido, se percibe la sustitución de una retórica militar por la diplomacia y la negociación, elementos escenciales que Obama ha mantenido en las relaciones internacionales durante su administración. A pesar de la necesidad de hacer frente a diversas problemáticas de Oriente Medio, la política exterior de Obama se ha enfocado en establecer una estrategia para el denominado Pivote Asiático con el fin de contrarrestar la influencia china, resaltando que desde su perspectiva, es “más temible una China debilitada y amenazada, que una exitosa y con crecimiento”. El mandatario estadounidense estima que si China mantiene su “crecimiento pacífico” será un socio para Estados Unidos; mientras que si falla en sus compromisos nacionales e internacionales y ve el mundo “solo en términos de esferas de influencia regional” habrá un potencial de conflicto entre ambos países.

5 Véase Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, “La Doctrina Obama”, Nota de coyuntura, México, Senado de la

República, 27 de mayo de 2016. Consultado el 4 de agosto de 2016 en: http://centrogilbertobosques.senado.gob.mx/docs/NI_270516_Doctrina_Obama.pdf

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Cabe mencionar que uno de los principales temas en la agenda del Presidente de Estados Unidos es el cambio climático, ya que consiera el calentamiento global como una “potencial amenaza existencial” para todo el mundo. En este sentido, vale la pena hacer mención a la pasada Cumbre de Líderes de América del Norte celebrada en Canadá, donde Obama, junto con Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá, y el Presidente Enrique Peña Nieto, emitieron la Declaración de Líderes de América del Norte6 sobre la Alianza del Clima, Energía limpia y Medio ambiente donde se destacan importantes compromisos como producir al menos la mitad de la electricidad de la región por medio de energías limpias y el trabajo en conjunto que las 3 naciones deberán realizar para lograr que Norteamérica se convierta en una región líder para hacer frente al cambio climático. Resalta que nuestro país no se encuentra posicionado en un lugar prioritario de la visión estratégica sobre política exterior de la administración Obama, sin embargo hay que recordar una serie de iniciativas que han impulsado la relación bilateral durante los últimos años, tal como el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN); el Foro Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación (FOBESSI); y el Consejo México-Estados Unidos para el Emprendimiento y la Innovación (MUSEIC). El Diálogo Económico de Alto Nivel se establece en mayo de 2013 con el objetivo de promover la competitividad de la región y crear una visión estratégica integral para los vínculos comerciales existentes entre ambos países. El DEAN está constituido por funcionarios a nivel Secretario, con la participación de las dependencias correspondientes de ambos gobiernos, y sesiona de forma anual. Las Secretarías de Relaciones Exteriores, Hacienda y Crédito Público, y Economía son las responsables de coordinar las actividades de la parte mexicana. Este mecanismo ha producido importantes logros en cuestiones relacionadas con el emprendimiento, la promoción de inversiones, el transporte y las telecomunicaciones. Hasta el momento, se han celebrado tres reuniones: la primera en septiembre de 2013 en México, la segunda en enero de 2015 en Washington, D.C., y por último, una en febrero de 2016 en la Ciudad de México. Durante dichas reuniones se ha impulsado el desarrollo de las telecomunicaciones, algunas iniciativas de sustentabilidad y se creó un mecanismo de coordinación para priorizar proyectos de infraestructura fronteriza.7 Por otra parte, en mayo de 2013, los Presidentes Peña Nieto y Obama acordaron impulsar la cooperación en educación mediante el establecimiento del FOBESSI, el cual establece una visión compartida sobre cuestiones educativas. Un año después de dicho acuerdo – en mayo de 2014-, el entonces Secretario de Relaciones Exteriores de México, José Antonio Meade, y

6 Un análisis detallado de la Cumbre de Líderes de América del Norte se puede encontrar las siguiente notas de coyuntura del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques: “La octava Cumbre de Líderes de América del Norte: antecedentes, expectativas y escenario regional”, México, Senado de la República, 20 de junio de 2016. Consultada el 5 de agosto de 2016 en: http://centrogilbertobosques.senado.gob.mx/docs/200616_Cumbre_A_norte.pdf; y “Resultados de la octava Cumbre de Líderes de América del Norte y de la visita de Estado del Presidente Peña Nieto a Canadá”, México, Senado de la República, 8 de julio de 2016. Consultado el 5 de agosto de 2016 en: http://centrogilbertobosques.senado.gob.mx/docs/080716_CLAN.pdf 7 “Diálogo Económico de Alto Nivel”. Secretaría de Relaciones Exteriores. Consultado el 4 de agosto de 2016 en: http://mex-eua.sre.gob.mx/index.php/dialogo-politico/188-dialogo-economico-de-alto-nivel

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el actual Secretario de Estado de EEUU, John Kerry, participaron en el lanzamiento del foro en la Ciudad de México.8 El MUSEIC se encuentra encabezado por el Instituto Nacional del Emprendedor de México y por el Departamento de Estado de Estados Unidos, y busca crear un entorno económico que genere apertura, innovación y cooperación para los países de Norteamérica. El Consejo, establecido en 2013, se integra por 24 líderes en el área de emprendimiento de alto impacto, (12 de cada país), e incluye representantes del gobierno, academia, organizaciones no gubernamentales, sector privado, entre otros. Este Consejo tiene dentro de su misión estimular el emprendimiento innovador y el emprendimiento femenino, apoyar a emprendedores de pequeñas y medianas empresas (PyMEs), impulsar mejores prácticas en el desarrollo de clústeres regionales de innovación, entre otras cosas.9

Cooperación e integración económica y comercial: dos décadas del TLCAN y los

desafíos a futuro con el TPP10 Como ya se adelantó, a partir de la entrada en vigor del TLCAN, la integración económica regional se convirtió en uno de los temas prioritarios de la relación bilateral, y uno en el cual se han hecho los avances más importantes. Conviene recordar que, después de una década de libre comercio en América del Norte, los flujos comerciales entre México y Estados Unidos habían aumentado en 227% en comparación con 1994. En 2014, veinte años después de la entrada en vigor del instrumento el comercio bilateral sumó 513 mil millones de dólares, lo que significa un incremento de poco menos del 500% con respecto a la misma cifra en el año de entrada en vigor del tratado.11 Con altibajos en 2001 – año en que China ingresó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) – y 2009 – como consecuencia de la crisis financiera global, el TLCAN fue sumamente exitoso en su objetivo de potenciar el comercio entre México y Estados Unidos. Ahora bien, la liberalización del movimiento de bienes y capitales a través de las fronteras norteamericanas no sólo provocó un incremento en el volumen de productos comerciados sino que también se ha traducido en importantes modificaciones hacia la regionalización en la planta productiva de los tres países. En sectores como el automotriz, el proceso de elaboración de un automóvil – desde la etapa de investigación y desarrollo hasta su entrega en las agencias de ventas – pasa por México, Estados Unidos y Canadá. En su obra La idea de América del Norte, el Dr. Robert Pastor hace notar que el ensamblaje de un automóvil conlleva al menos siete

8 “Foro Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación”. Secretaría de Relaciones Exteriores. Consultado el 4 de agosto de 2016 en: http://mex-eua.sre.gob.mx/index.php/foro-bilateral-sobre-educacion-superior-innovacion-e-investigacion 9 “El Consejo México-Estados Unidos para el Emprendimiento y la Innovación (MUSEIC)”. U.S. Department of State. Consultado el 4 de agosto de 2016 en: http://www.state.gov/documents/organization/221459.pdf 10 Salvo que se especifique lo contrario, las cifras y datos que se mencionen en este aparatado provienen del documento del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, “La integración comercial de América del Norte más allá del TLCAN”, Documento de análisis, México, Senado de la República, noviembre de 2014. Disponible en: http://centrogilbertobosques.senado.gob.mx/docs/Doc_Analisis_Nov2014.pdf 11 Secretaría de Economía, “Balanza comercial de México con Estados Unidos”, México, agosto de 2016. Consultado el 5 de agosto de 2016 en: http://187.191.71.239/sic_php/pages/estadisticas/mexico/G8bc_e.html

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cruces fronterizos dentro de la región norteamericana.12 En el mismo sentido, actualmente se sabe que de cada dólar que Estados Unidos importa de México, el 40% es valor agregado estadounidense, lo que significa una estrecha integración de los procesos industriales de producción. Ahora bien, a pesar de estas realidades, diversos analistas han insistido en la urgencia de modernizar la frontera entre México y Estados Unidos a fin de potenciar aún más la integración económica y comercial binacional. Por un lado, la insuficiente coordinación entre las agencias aduaneras y de gestión fronteriza de ambos países y la limitada capacidad de la infraestructura; y por otro, la política de seguridad implementada por Estados Unidos a partir de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, representan desde hace muchos años incrementos en los costos de transporte de muchos de los bienes que se comercian. Específicamente, las complicaciones administrativas que los transportistas mexicanos enfrentan para acceder a las carreteras estadounidenses, la falta de coherencia regulatoria, y el número insuficiente de carriles para el cruce de los crecientes flujos de camiones de carga, limitan la maximización de los beneficios del comercio bilateral. Iniciativas como la construcción del cruce fronterizo Mesa de Otay II, el establecimiento de un puente peatonal binacional en el Aeropuerto Internacional de Tijuana y la apertura de los primeros centros de prerregistro aduanero mexicanos en territorio estadounidense son señales alentadoras que podrían agilizar el comercio entre ambos países, con los consecuentes beneficios tanto para productores como para consumidores en ambos lados de la frontera. Finalmente, en el ámbito económico y comercial de la relación entre México y Estados Unidos debe hablarse del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que los gobiernos de los tres países signatarios del TLCAN aseguran que fungirá como una modernización y actualización de los términos del instrumento norteamericano, revigorizando los intercambios comerciales y la integración productiva. Ahora bien, es cierto que el acuerdo transpacífico significará una actualización de aspectos como las reglas de origen, las tasas arancelarias vigentes y los estándares legislativos en una gama de temas que va desde derechos laborales, medidas de protección al ambiente y combate a la corrupción. Sin embargo, algunos de los aspectos que aquí se han resaltado (e.g. la urgente modernización de la infraestructura fronteriza) son temas que escapan al TPP y que deberán abordarse en un esquema bilateral. En última instancia, la prosperidad compartida entre México y Estados Unidos podrá verse impulsada por el nuevo acuerdo comercial, pero requerirá de trabajo paralelo bilateral para maximizar los beneficios de ese impulso.

Migración transnacional y seguridad La frontera entre México y Estados Unidos abarca cerca de 3,185 km, por lo que es inegable reconocer que la fuerte dinámica entre las comunidades fronterizas conlleva asuntos económicos, migratorios y de seguridad que influyen en el día a día de estas sociedades. A pesar de la constante promesa electoral por parte del candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump, de construir un muro a lo largo de la frontera sur y obligar a que

12 Robert Pastor, La idea de América del Norte, México, Miguel Ángel Porrúa/ITAM, 2012, s.p.

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México acate los costos del mismo, diversas figuras de la política estadounidense han manifestado su negativa hacia esta propuesta. Durante un panel organizado el pasado mes marzo por el Brookings Institution intitulado “A complex reality: Security, trade, and the U.S.-Mexico border” el Congresista Will Hurd (Partido Republicano) describió el muro fronterizo como una de las maneras más costosas y menos eficientes para reforzar la seguridad en la frontera, enfatizando que se requiere incrementar el número de agentes fronterizos, realizar mejoras en los puertos de entrada y llevar a cabo operaciones de inteligencia que ayuden a combatir a las organizaciones del crimen organizado. Por su parte, el Congresista Beto O'Rourke (Partido Demócrata) recordó que El Paso, Texas y San Diego, California se encuentran entre las 10 ciudades más seguras de los Estados Unidos. Estas declaraciones respaldan los argumentos de analistas que continúan promoviendo la importancia de la relación entre ambos países. Un ejemplo de esto para nuestro país se observa con las estimaciones que señalan que México recibe alrededor de $24 mil millones de dólares en remesas por parte de connacionales que se encuentran en Estados Unidos. La migración de nacionales mexicanos hacia el vecino del norte es tan importante que México cuenta con el mayor porcentaje de población registrada como “nacida en el extranjero” en Estados Unidos, ya que 28% del total de ésta población proviene de nuestro país.13 Si bien la cuestión migratoria es un asunto clave en la relación bilateral, es importante destacar que la evolución de los flujos migratorios entre México y Estados Unidos ha presenciado un importante cambio en los últimos años. Cifras publicadas por el centro de investigaciones Pew Research, establecen que durante el periodo del año fiscal 2015 (FY2015) la Patrulla Fronteriza realizó un total de 188,122 aprehensiones de inmigrantes mexicanos en territorio estadounidense, una disminuación e 18% en comparación con el 2014, y subraya que éste ha sido el número más bajo de aprehensiones desde 1969 (159,376). Esta baja se debe fundamentalmente a que los inmigrantes mexicanos están reunificándose con sus familiares, teniendo que entre 2009 a 2014 aproximadamente 1 millón de mexicanos dejaron los Estados Unidos para regresar a México; mientras que las cifras – durante el mismo periodo- establecen que 870,000 personas dejaron México para habitar en EEUU. Otra de las razones se debe a la lenta recuperación de la economía estadounidense después de la crisis económica de 2008. A su vez, expertos señalan que una aplicación más estricta de las leyes migratorias en la frontera ha contribuido a esta baja. Cabe mencionar que actualmente expertos señalan que la tendencia migratoria en Estados Unidos es clara, ya que desde la década pasada la inmigración proveniente de China e India ha ido aumentando constantemente, mientras que la de México ha disminuido drásticamente. No hay que dejar de recordar la actual crisis de refugiados centroamericanos que transitan por nuestro país para llegar a los Estados Unidos, la cual ha impulsado la cooperación entre ambos paises con el fin de reducir el impacto de este fenómeno. Se estima que el año pasado, aproximadamente 400,000 migrantes indocumentados provenientes de Honduras, El Salvador

13 Cifras del 2013.

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y Guatemala transitaron por México, especialmente menores de edad no acompañados, y destacando que el número de detenciones de niños y adolecentes migrantes en nuestro país se ha triplicado de 4,000 en 2011 a 35,000 en 2015. Como parte de los esfuerzos para hacer frente al problema migratorio, en 2011, México aprobó la Ley de Migración para garantizar el tratamiento humano a aquellos migrantes que transitan por nuestro país. Por otra parte, en Estados Unidos se realizaron importantes esfuerzos en materia migratoria en los últimos años, especialmente en 2013 cuando el Grupo de los Ocho14 -un grupo bipartidista del Senado- introdujo un proyecto de ley intitulado “Border Security, Economic Opportunity, and Immigration Modernization Act” (S.774) que buscaba actualizar el fallido sistema migratorio del país, incluyendo diversas disposiciones que cubrían cuestiones de seguridad fronteriza y otorgaba una vía para la ciudadanía a los 11.7 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula habitan actualmente en los Estados Unidos. La versión enmedada de dicha iniciativa fue aprobada por el Senado con 68 votos a favor y 32 en contra; sin embargo, quedó estancada al ser turnada a la Cámara de Representantes, la cual cuenta con mayoría republicana. Ante este fracaso legislativo, la administración del Presidente Obama impulsó una serie de acciones ejecutivas15, iniciando en 2012 cuando el Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés-) presentó el programa de Acción Diferida16 para los llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) el cual buscaba otorgar alivio a aquellos inmigrantes indocumentados que ingresaron al país sin culpa propia siendo menores de edad. Posteriormente, en 2014, se expandieron ciertas disposiciones del programa DACA (DACA+) y se presentó el programa de Acción Diferida para Responsabilidad de los Padres (DAPA, por sus siglas en inglés), un nuevo programa de acción diferida enfocado en otorgar alivio a padres que sean inmigrantes indocumentados y tengan uno o más hijos que sean ciudadanos estadounidenses o bien tengan residencia legal. Estos programas (DACA+ y DAPA) 17 fueron bloqueados por una corte de distrito, gracias a una demanda presentada por el gobierno del estado de Texas, junto con otros 25 estados de la Unión americana.

No obstante, ante el actual ciclo electoral, importantes figuras políticas se han manifestado a favor de continuar el debate migratorio. El Senador republicano John McCain manifestó la posibilidad de reanudar las discusiones sobre una reforma migratoria, y la propia candidata a la presidencia por el Partido Demócrata, Hillary Clinton, expresó su intención de mantener los programas de acción diferida introducidos por la administración de Obama, así como impulsar una reforma migratoria integral.

14 Charles Schumer (D-NY), John McCain (R-AZ), Richard Durbin (D-IL), Lindsey Graham (R-SC), Robert Menendez (D-NJ),

Marco Rubio (R-FL), Michael Bennet (D-CO), y Jeff Flake (R-AZ) 15 Mecanismo comúnmente utilizado por el ejecutivo con el fin de impulsar políticas públicas sin que sean turnadas a revisión

de las cámaras legislativas. 16 La acción diferida es una especie de alivio que no confiere estatus migratorio16 permanente, sino que otorga un estatus de “legalmente presente”, en este caso por un periodo de 2 años y sus beneficiarios pueden obtener autorización para buscar empleo. 17 Véase Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, “Programas de acción diferida en materia migratoria”, Nota de coyuntura, México, Senado de la República, 1 de junio de 2016. Consultado el 5 de agosto de 2016 en: http://centrogilbertobosques.senado.gob.mx/docs/010616_DAPA_DACA.pdf

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En cuestiones de seguridad, EEUU y México firmaron la Iniciativa Mérida en 2008, donde se estableció que el Congreso estadounidense asignaría un presupuesto de aproximadamente $2,5 mil millones de dólares para diversos programas en México, monto del cual $1,3 mil millones de dólares serían asignados para el entrenamiento de fuerzas de seguridad locales, así como para equipo y asistencia técnica. Por su parte, México se comprometió a invertir cerca de $79 mil millones de dólares en recursos que impulsarían la seguridad nacional.18 Cabe señalar, que bajo esta iniciativa, el 15% de los fondos destinados para México están sujetos a reportes emitidos por el Departamento de Estado donde deben presentar los avances que nuestro país haya realizado en cuestiones de derechos humanos. Por esta razón, desde el año pasado (2015), EEUU retuvo fondos por primera vez desde 2008; mientras que en el presente año, el gobierno estadounidense anunció que retendría $5 millones de dólares debido a diversas inquietudes por cuestiones de derechos humanos. Ante esto, la Canciller Claudia Ruiz Massieu, calificó este recorte como “insignificante” y señaló que el gobierno mexicano no respaldaría calificaciones unilaterales.

El enfoque norteamericano Aunque el objetivo central de este documento es presentar un panorama general de la relación entre México y Estados Unidos exclusivamente – de ahí que la sección sobre el TLCAN apenas mencionara a Canadá – se consideró necesario dedicar un apartado a las relaciones norteamericanas, pues no sólo forman parte importante de la agenda bilateral entre México y Estados Unidos, sino que también pueden representar un canal de comunicación alternativo para avanzar en los temas más álgidos de la agenda recíproca. A fin de ejemplificar este punto, vale la pena tomar el caso de la controversia comercial entre México y Estados Unidos con motivo del requisito de etiquetado de país de origen (COOL, por sus siglas en inglés) en los productos cárnicos exigido por las autoridades sanitarias de Estados Unidos. En opinión de México, dicho requisito contravenía las reglas del TLCAN y de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en cuanto al trato nacional que debía darse a todos los productos importados. Canadá compartía esa opinión, de modo que cuando llevó el caso ante el mecanismo de solución de controversias de la OMC, México se adhirió a la reclamación.19 Más allá del fallo favorable a los reclamantes, el caso de una muestra de cómo Canadá y México pueden trabajar de forma conjunta e incrementar su capacidad negociadora frente a Estados Unidos. De hecho, ante la retórica y propuestas contra México y los mexicanos del candidato del Partido Republicano Donald Trump, hace unos meses el Secretario de

18 Seelke, Claire & Flinkea, Kristen. “U.S.-Mexican Security Cooperation: The Mérida Initiative and Beyond”. Congressional

Research Service. 22 de febrero de 2016. Consultado el 3 de agosto de 2016 en: https://goo.gl/jE0dgL

19 Un resumen detallado de los procedimientos en el marco de esta reclamación ante el órgano de solución de controversias de la OMC puede encontrarse en World Trade Organization, “United States - Certain Country of Origin Labelling (COOL) Requirement”, 2016. Consultado el 5 de agosto de 2016 en: https://www.wto.org/english/tratop_e/dispu_e/cases_e/ds384_e.htm

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Hacienda Luis Videgaray sugirió que la relación con Canadá puede ser un importante canal para que México impulse sus intereses nacionales frente a Estados Unidos.20 Con respecto a los temas que los tres países de América del Norte pueden impulsar de forma conjunta, un reporte de 2014 del Council on Foreign Relations destaca tres: interdependencia energética; competitividad económica; y seguridad compartida.21 Sobre el primero, el centro de estudios estadounidense recomienda la construcción de una estrategia energética regional basada en la ampliación de la infraestructura energética, garantizar la seguridad del abasto de energía en la región y armonizar políticas de conservación del medio ambiente. En materia económica, insta explícitamente al gobierno estadounidense a incluir a Canadá y México en las negociaciones del Acuerdo Trasatlántico de Inversión y Comercio que actualmente negocian EEUU y la Unión Europea. Y finalmente, en cuanto a la seguridad compartida, el referido reporte sugiere la profundización de la Iniciativa Mérida para combatir a los grupos criminales transnacionales, y el establecimiento de un mecanismo trilateral – similar al Plan Colombia – de asistencia a los gobiernos de Centroamérica. Como se mencionó anteriormente, el 29 de junio pasado, los Presidentes Barack Obama y Enrique Peña Nieto se reunieron con el Primer Ministro Justin Trudeau cuando éste fue el anfitrión de la octava Cumbre de Líderes de América del Norte en la capital canadiense. En dicho encuentro, los mandatarios de los tres países suscribieron importantes acuerdos en materia de combate al cambio climático, competitividad y comercio, seguridad y defensa, y asuntos regionales y globales. Específicamente, destacó el compromiso de conseguir que el 50% de la energía eléctrica norteamericana en 2025 sea producida mediante el uso de fuentes limpias. A pesar de que fue este el acuerdo más llamativo de la Cumbre de Ottawa, una revisión minuciosa de los trabajos revela que hay una amplia gama de programas de acción concretos en muy diversas materias, lo que muestra el potencial de trilateralizar algunos temas de la agenda.

Relaciones parlamentarias A pesar de que la Constitución otorga al Senado de la República diversas facultades en materia de política exterior, ha sido el fenómeno de la mundialización el que ha motivado al Congreso de la Unión en su conjunto a participar cada vez más activamente en el plano internacional. Una de las principales que tiene el Poder Legislativo para entablar vínculos entre nuestras fronteras y llevar a cabo tareas de diplomacia parlamentaria son las reuniones interparlamentarias. Y en ese sentido, el Congreso de la Unión siempre ha tenido claro que la relación con Estados Unidos es la más importante para México. En 1961, el legislativo mexicano celebró la primera reunión interparlamentaria de su historia, precisamente con Estados Unidos. A partir de entonces, los congresos de ambos países han celebrado 51 reuniones interparlamentarias, por medio de las cuales se han intercambiado experiencias y se ha fomentado el diálogo directo entre legisladores mexicanos y estadounidenses.

20 Notimex, “Si ganara Trump, México se acercaría a Canadá: Videgaray”, Milenio, 16 de junio de 2016. Consultado el 5 de agosto de 2016 en: http://www.milenio.com/internacional/Videgaray-triunfo_de_Trump_estrecharia_lazos_Canada-Mexico-gira_de_trabajo_Canada_0_757124306.html 21 Véase David H. Petraeus, Robert B. Zoellick y Shannon K. O’Neil, North America. Time for a New Focus, Washington, Council on Foreign Relations, Independent Task Force Report No. 71, noviembre de 2014.

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Ahora bien, es importante señalar que, a partir de 2013 y a propuesta de los congresistas estadounidenses, las reuniones interparlamentarias México-Estados Unidos cambiarían su formato, pasando a ser dos encuentros separados: una reunión entre diputados mexicanos y representantes estadounidenses; y otra entre senadores de ambos países. Dicho nuevo formato solo ha sido puesto en práctica en una ocasión, precisamente en 2013; a partir de entonces, no se ha vuelto a celebrar una reunion interparlamentaria entre ambos paises. Esto llama la atención si se considera que, entre 1961 y 2011, la Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos se celebró anualmente y sin interrupción (con la sola excepción de 1993). Por tanto, el restablecimiento del mecanismo es la prioridad en este ámbito de la relación.

El proceso electoral 2016 en Estados Unidos Si bien se trata de un tema de política interna para Estados Unidos, el carácter inédito de este proceso electoral así como sus potenciales implicaciones para el escenario internacional, y para México en particular, obligan a que toda discusión sobre la relación México-Estados Unidos incorpore el factor de la sucesión presidencial de 2016. Este proceso, como se sabe, ha estado marcado por la incursión del empresario Donald Trump, candidato del Partido Republicano a la Presidencia, y quien ha basado su campaña en posiciones controversiales en temas como el combate al terrorismo y el comercio internacional, así como por declaraciones negativas hacia varios grupos sociales y minorías étnicas, incluyendo los inmigrantes mexicanos en su país. De hecho, en el discurso de junio de 2015 en el que anunció su intención de contender por la candidatura presidencial republicana, el magnate señaló que “México no enviaba [a Estados Unidos] a lo mejor de su gente, sino a violadores y delincuentes”.22 A partir de entonces, el empresario neoyorquino recibió diversas críticas de parte de amplios sectores de la clase política estadounidense, incluso dentro del propio Partido Republicano. Sin embargo, durante la temporada de primarias y asambleas electorales que celebran los partidos para la elección de sus respectivos candidatos, Donald Trump consiguió sin problemas derrotar a los más de diez aspirantes que comenzaron la carrera por la nominación del Partido Republicano. De acuerdo con varios analistas, el perfil anti-establishment de Donald Trump y sus constantes críticas a la clase política tradicional le han ganado el respaldo de amplios grupos de votantes que no se sienten representados por las elites políticas de ambos partidos. En última instancia, a pesar de no contar con el respaldo de figuras como el ex candidato presidencial Mitt Romney o los ex Presidentes Bush (George H.W. y George W.), el empresario consiguió asegurar la nominación del Partido Republicano durante la Convención Nacional, que tuvo lugar entre el 18 y el 21 de julio pasados. Es importante también recordar que el proceso de selección de candidato presidencial tampoco fue convencional en el caso del Partido Demócrata. La irrupción del Senador Bernie Sanders, quien abogó por una “revolución política” en contra de lo que él ha llamado “el 1% [de la población, i.e., los multimillonarios], generó simpatía en los sectores más jóvenes, quienes comparten con los simpatizantes de Donald Trump su desencanto con la clase política

22 Jake Miller, “Donald Trump defends calling Mexican immigrants ‘rapists’”, CBS News, 2 de julio de 2016. Consultado el 5 de agosto de 2016 en: http://www.cbsnews.com/news/election-2016-donald-trump-defends-calling-mexican-immigrants-rapists/

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tradicional. Al final, y aunque en un proceso mucho más largo de lo que los analistas habían previsto, la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton se alzó con la nominación demócrata durante la Convención Nacional de este partido, que tuvo lugar entre el 25 y el 28 de julio pasados. Al día de hoy, con las candidaturas oficializadas de Donald Trump y Hillary Clinton, todas las encuestas otorgan la ventaja a la ex Primera Dama sobre el aspirante republicano. De acuerdo con el promedio calculado por el portal de noticias Real Clear Politics, Hillary Clinton cuenta con un 47.3% de la intención de voto frente a un 40.5% de Donald Trump.23 Ahora bien, la elección presidencial en Estados Unidos no se decide por el voto popular sino por medio de los votos electorales, distribuidos entre los estados de la Unión de forma proporcional según su población, y que se asignan de conformidad con el principio de “el ganador se lleva todo” (i.e., el candidato que gana en el voto popular en cada estado se queda con todos los votos electorales con los que cuenta ese estado). En términos de votos electorales, las predicciones más recientes otorgan a Hillary Clinton 233 votos electorales prácticamente asegurados, frente a 154 para Donald Trump, al tiempo que 151 todavía estarían en juego (para ganar la elección presidencial se requieren 270 votos electorales).24 Una vez que ambos partidos han oficializado a sus candidatos y aprobado sus plataformas ideológicas, conviene revisar los aspectos centrales de estas últimas para esbozar algunas de las implicaciones que su puesta en práctica podría tener para México.25 En el caso del Partido Republicano, algunos de los aspectos más destacados de su plataforma, por sus posibles consecuencias internacionales, son:

Fortalecer la infraestructura de vigilancia fronteriza para evitar la entrada de inmigrantes no autorizados a Estados Unidos, por medio tanto de más acciones del Departamento de Seguridad Interna (DHS) como de la construcción de un muro en la frontera con México. En el mismo sentido, de llegar a ser Presidente, Donald Trump ha propuesto la deportación de los inmigrantes no autorizados y la cancelación de las acciones ejecutivas implementadas por el Presidente Obama en materia migratoria.

Renegociar los términos de la relación comercial de Estados Unidos con varios de sus socios. Específicamente, el magnate ha puesto hincapié en la importancia que otorga a una posible renegociación del TLCAN, ya que en su opinión ha sido un acuerdo nocivo para la industrias y los trabajadores estadounidenses.

Replantear el papel de Estados Unidos en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pues desde el punto de vista de Donald Trump, otros miembros de la alianza

23 Real Clear Politics, “RCP Poll Average”, 5 de agosto de 2016. Consultado en la misma fecha en: http://www.realclearpolitics.com 24 Real Clear Politics, “Battle for the White House: Electoral Map”, 5 de agosto de 2016. Consultado en la misma fecha en: http://www.realclearpolitics.com/epolls/2016/president/2016_elections_electoral_college_map.html 25 Un análisis detallado de cada una de las plataformas puede encontrarse en las siguientes notas de coyuntura del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques: “Resultados de la Convención Nacional Republicana e implicaciones de la plataforma 2016 de ese partido para México”, México, Senado de la República, 22 de julio de 2016. Consultado el 5 de agosto de 2016 en: http://centrogilbertobosques.senado.gob.mx/docs/NC_CONVENCION_REPUBLICANA_.pdf; y “Resultados de la Convención Nacional Demócrata e implicaciones de la plataforma 2016 de ese partido para México”, México, Senado de la República, 29 de julio de 2016. Consultado el 5 de agosto de 2016 en: http://centrogilbertobosques.senado.gob.mx/docs/290716_CND_2016.pdf

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atlántica no han contribuido con lo que les corresponde como parte de esa alianza, al tiempo que Estados Unidos es el país que más aporta.

Reformar el esquema jurídico para la negociación y suscripción de tratados y acuerdos internacionales. En este respecto conviene destacar que, para el Partido Republicano, los acuerdos suscritos por el Ejecutivo – sin aprobación del Senado – serán considerados nulos en caso de que su candidato gane la Presidencia. La consecuencia más importante de ello sería el desconocimiento por parte de un hipotético gobierno de Trump del acuerdo sobre el programa nuclear iraní.

En contraparte, algunas de las propuestas más importantes en la plataforma del Partido Demócrata son:

Reformar el sistema migratorio estadounidense de forma integral, con el espíritu y mantenimiento de las acciones ejecutivas impulsadas por el Presidente Obama – los programas de acción diferida contra inmigrantes no autorizados como DACA y DAPA- y oponiéndose a la propuesta del muro fronterizo enarbolada por el Partido Republicano. Igualmente, se propone hacer frente a la ola de violencia en Centroamérica, reconociéndola como causa principal del incremento de inmigrantes no autorizados en Estados Unidos.

Apoyo a los acuerdos de libre comercio al tiempo que se pronuncian por presionar con mayor fuerza en favor de una homologación internacional en materia de regulaciones laborales y ambientales a fin de que el libre comercio sea también justo.

En materia de seguridad pública, se propone la eliminación de la mariguana de la lista de sustancias contemplada en la Ley de Sustancias Controladas y dar prioridad a la prevención y al tratamiento de las adicciones, en lugar de enfocarse en combatir la oferta por medio de la fuerza pública. Destaca también la propuesta de una reforma al sistema de justicia criminal que incluya la abolición de la pena de muerte.

En oposición a la propuesta del Partido Republicano, el Demócrata aboga por una mayor presencia en Europa, participación en la OTAN, e incremento del apoyo a aliados de la zona como Ucrania y Turquía.

En materia de energía y cambio climático, se refrenda el compromiso que ha mostrado el Presidente Obama en el tema y se aboga por el cumplimiento de los compromisos del Acuerdo de París sobre Cambio Climático. Específicamente, reiteran el rechazo a la construcción del oleoducto Keystone XL, que estaba previsto para conectar a Estados Unidos y Canadá, a lo que el actual mandatario se opuso.

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