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Espacios Públicos Universidad Autónoma del Estado de México [email protected] ISSN (Versión impresa): 1665-8140 MÉXICO 2007 Gonzalo Alejandre Ramos LA SOCIOLOGÍA EN LA MODERNIDAD: UNA METODOLOGÍA COMPROMETIDA Espacios Públicos, año/vol. 10, número 020 Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México pp. 257-268 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México http://redalyc.uaemex.mx

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  • Espacios PblicosUniversidad Autnoma del Estado de [email protected] ISSN (Versin impresa): 1665-8140MXICO

    2007 Gonzalo Alejandre Ramos

    LA SOCIOLOGA EN LA MODERNIDAD: UNA METODOLOGA COMPROMETIDA Espacios Pblicos, ao/vol. 10, nmero 020 Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    Toluca, Mxico pp. 257-268

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

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    Graciela Baca Zapata

    Fecha de recepcin: 8 de marzo de 2007Fecha de aprobacin: 12 de abril de 2007

    Gonzalo Alejandre Ramos*

    RESUMEN

    En el presente ensayo se expone una tesis sobre el papel de la Sociolo-ga, la cual corre paralela al llamado proyecto de la modernidad. Perola Sociologa no slo es una ciencia moderna, sino que funge comomodelo de metodologa general sugerente para ordenar y guiar a lasociedad en el mundo moderno. No obstante los mltiples fenmenossociales contemporneos le abren la posibilidad de erigirse en una cien-cia social ms independiente.

    PALABRAS CLAVE: Sociologa, modernizacin, teora, ilustracin, razn.

    ABSTRACT

    In this essay we explain a thesis about the paper of the Sociology, itselfrunning in the same direction at the plan of modernity. But the Sociologyis not alone one modern science, its assume the function of generalmethodology model suggestive for to order and guide to the society inthe modern world. But the multiple hinder social phenomenons of todayand open the possibility of building in social science more independent.

    KEY WORDS: Sociology, modernize, theory, reason.

    La sociologa en la modernidad:una metodologa comprometida

    * Doctor en Sociologa, profesor de tiempo completo en el Centro Universitario UAEM Zumpango.Actualmente coordina la licenciatura de sociologa y es lder del Cuerpo Acadmico Actores, sujetos yprocesos sociales ante la modernizacin, las reas de estudio e investigacin son los actores y los sujetossociales ante el proceso de modernizacin, as como la formacin sociolgica y las sociologas de la educa-cin y del trabajo.

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    La sociologa en la modernidad:una metodologa comprometida

    SOCIOLOGA Y UNIVERSALIDADMODERNA: UNA METODOLOGA

    El estudio de la sociedad se convirti en unanecesidad ineludible a partir de la aparicinhistrica del fenmeno de la modernidadindustrial,1 sta, en su forma ms ambicio-sa, fue la afirmacin de que el hombre es loque hace (Touraine, 1992: 9). El conceptouniversalista de hombre fue el fundamentode gran parte de las ciencias sociales y lashumanidades que se desarrollaran a partirde la Ilustracin y sus mltiples universa-les. La Sociologa tiene sus orgenes en lasbases conceptuales universalistas, sin em-bargo, tales abstracciones en un mundo envertiginosa transformacin material no po-dan dar cuenta de las acciones de los indi-viduos particulares o reales: hombres ymujeres comunes que poco a poco e inevi-tablemente ya no tienen cabida en el idealilustrado, en la palabra que nombra loconceptualmente perfecto, pero ya irreal.

    A partir del fenmeno de la modernidademergen nuevas expresiones sociales, lascuales se veran matizadas por la sociedadindustrial del siglo XVIII, a partir de esemomento cobraron carta de naturalizaciny significaron toda una variedad de conduc-tas y de relaciones en comparacin con lasformas preexistentes de accin y organiza-cin social premodernas.

    La modernidad como fenmeno productorde bienes materiales, desde ese momento,fue la nueva expresin histrica general delser y del hacer de los individuos y de lascolectividades que posaban sus plantas so-bre la tierra; a partir de entonces se eviden-ci un cambio social general del mundo

    occidental de magnitud indita. Tal cambioprovoc la emergencia de la sociologa comola ciencia social que se abocara al ya paraentonces necesario estudio de los hechos yfenmenos sociales provocados o derivadosde esta nueva forma de hacer y de ser. Apartir de entonces se torn relevante estu-diar y analizar lo social como objeto de es-tudio fundamental con una visin de futu-ro, que encarara los obstculos y lasdificultades de la adecuacin de lo que pue-de considerarse como el proyecto de la mo-dernidad, el cual implicara las capacida-des y potencialidades de accin y reaccinsocial de los individuos constituidos en so-ciedad. De esta manera, se evidenci que elestudio de lo social sera el termmetro quemedira los efectos de la accin social comoalgo desde entonces inherente a la moderni-dad; por lo que la Sociologa se encontraradesde entonces indisolublemente ligada aldestino de la sociedad moderna.

    La realidad histrico-social moderna gene-r una dinmica social indita y es precisa-mente ah donde surge esta ciencia socialcon pretensiones que van ms all del tiem-po fijo y del espacio histrico concreto. Asel conocimiento de lo social iniciara desdeentonces su labor de teorizacin social conpretensiones de universalizacin que reve-laran su origen ilustrado muy a pesar deque sus modelos de inspiracin originariaestuviesen limitados a realidades socialesconcretas; sus pretensiones tericas hundie-ron sus races en el universalismo ilustradoal igual que todas las otras ciencias y saberesque surgieron, o se relacionaron con lamodernidad. Sus principales creadores sehan nutrido e inspirado en las realidades

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    sociales particulares como la sociedad ale-mana, la francesa, la inglesa etc., a lo queDurkheim denomina los tipos sociales(Durkheim, 1986: 126).

    As, lo moderno no slo es un concepto ge-neral caracterstico de los principios ilus-trados, sino que es principalmente el marcohistrico y cultural sobre el que se han con-formado las realidades concretas y las so-ciedades tambin concretas que han servi-do de modelos emergidos del letargoideolgico medieval, como entidades vivasen un tiempo concreto; stas son realidadesque han inspirado las teorizaciones en lasciencias sociales y se han proyectado conpretensiones de generalizacin de lo socialuniversal.

    No obstante la tendencia a la universali-zacin como la fuente original que subor-dina y somete a la particularidad, en lamayora de las construcciones tericashechas por la sociologa, se observa unaproyeccin de lo real concreto como parti-cularidad hacia lo ideal, lo abstracto y logeneral, como un elemental procedimientometodolgico en la modernidad. Esto es,que lo universal puede surgir de lo parti-cular en tanto modelo. As lo moderno pri-vilegia lo real concreto y lo proyecta comomodelo de generalizacin, lo que en lapraxis social y econmica de las socieda-des capitalistas modernas se convertira enla ms recurrente abstraccin discursiva yprototpica para la constitucin y concep-tualizacin de las nuevas realidades parti-culares subdesarrolladas, esto es comoun modelo subordinante de las nuevas so-ciedades o sociedades tardas, las cualescada vez aparecen menos relevantes, en tan-

    to constituciones tardas y subordinadas aun mundo estandarizado por los modelosde la primaca universalizante y construc-tora del modelo lineal de progreso, el quese ha convertido en el modelo hegemnicoen el mundo moderno.

    De esta manera, la modernidad se ha con-vertido en una forma de proceder y de or-denar todo el mundo, o mejor dicho, en lanica y hegemnica forma de orden; elloimplica evidentemente una formametodolgica, un procedimiento, o el cuasinico procedimiento dominante para orde-nar y producir el progreso moderno comoun valor general. Es tambin la moderni-dad una dinmica social, no slo la creado-ra del mtodo y de los procedimientosmetodolgicos en las ciencias modernas yen las profesiones, sino tambin de lossaberes dignos de ser sabidos.

    As pues, la sociologa en la modernidad seha erigido como la ciencia social que estu-dia y analiza a la sociedad moderna, y a lavez produce una metodologa enfilada ha-cia el progreso o hacia el cambio social,hacia el conocimiento que supuestamentelo hace posible. De esta manera la sociolo-ga y su mtodo surgen ligados a una din-mica social occidental y, desde ah puedeninterpretar y observar otras sociedades di-ferentes como las orientales. As la ideaoccidental de modernidad se confunde conuna concepcin puramente endgena de lamodernizacin (Touraine 1992: 18), o sea,con una forma de alienacin universaliza-da, que despliega una accin compulsivaen la direccin del progreso y la transfor-macin moderna del mundo mediante ac-ciones calificadas de racionales, raciona-

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    lidad instrumental donde el concepto deracionalidad se considera ms universal,un imperativo ligado a la obtencin positi-vista del mximo beneficio.

    En estricto sentido, desde el paradigma dela modernidad se establece el punto de re-ferencia, con el cual se funda la base paracrear las nuevas generalidades abstractasmediante las teoras. De esta manera la so-ciologa como ciencia moderna queda cons-tituida originalmente por el proceso hist-rico de la modernidad ilustrada, hegemnicae inspirada en tipos sociales universaliza-dos. Es entonces una fusin, por un lado,de una forma histrica concreta de socie-dades particulares modernas como la ale-mana, la francesa o la inglesa, donde cadauna de ellas intenta constituirse en la reali-dad y por otro el enfoque de cientificidad,el que, por cierto no puede fcilmente des-prenderse de las races ilustradas; lo quenos hace pensar en la utopa de la separa-cin del individuo o el hombre y sus crea-ciones como cosas aparte o independientesde su subjetividad, de donde se deriva laidea pretendidamente apabullante de que entoda construccin cientfica, la objetividades fundamental e ineludible.

    El concepto gramsciano de hegemona,nos da idea de lo vano que resulta querernombrar a la generalidad social a partirde particularidades concretas, an de lasmodernas y de nuevo cuo; no obstanteser la modernidad, la poca en que pode-mos considerar a las sociedades maduras yser, adems, la poca en la que las particu-laridades sociales son las nicas realidadesconcretas que se comportan mediante ac-ciones concretas, es la poca donde predo-

    mina lo que es vigilado de cerca por el de-ber ser metdico.

    El conocimiento en general en los tiempos dela modernidad no autoriza la recurrencia ageneralidades abstractas a partir de cuales-quier modelo de realidad particular concreta,y menos si se trata de las nuevas realidadesque se incorporan a la prctica y realidadhegemnica, en tanto que son casos de reali-dad subordinada, y por tal, casos menos re-presentativos de la vida moderna.

    La modernidad desde su nacimiento comodijera Marx nace con una contradiccin, laque contiene el germen de su transforma-cin y muerte; los universales como susfundamentos epistemolgicos chocan conlos particulares, pues son las realidadesparticulares donde se ordenan simblica-mente las relaciones sociales prototpicasde la modernidad, los primeros aluden aldeber ser mientras los segundos al ser,a lo que es, a las realidades tal cual soncomo un producto de la dinmica social yde la accin colectiva.

    La modernidad puede considerarse comoun punto referencial decisivo en la medi-da que inaugura un nuevo tipo de socie-dad, una sociedad que se fundamenta enla accin de los individuos, una accinguiada por la razn y por la pertinenciade la convivencia social. La modernidaddebe definirse entonces en el nivel de lopoltico (Mouffe, 1990: 87), este es unideal implcito en la propia Ilustracin porlo que la Sociologa lleva tambin impl-cito el procedimiento poltico como im-plemento metodolgico mediado por larazn implcita en la relacin social delos individuos.

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    LA RAZN Y FILOSOFA MODERNAS

    La razn como razn ilustrada, es induda-blemente un universal ms, el cual se con-sider en ese momento como el gran descu-brimiento de la poca moderna, se erigicomo el fundamento paradigmtico para laconstruccin metodolgica que explicara lasacciones de los individuos; adems esta ra-zn dara pie a mltiples reflexiones filos-ficas y teorizaciones sociales despus de laRevolucin Francesa. Los filsofos alema-nes como Hegel, consideraron que tal revo-lucin significaba una enseanza de la pri-maca de la razn y de las ideas, por lascuales se debera regir y guiar la humani-dad; Hegel relacion su concepto de razncon la Revolucin Francesa, adems de re-lacionar la razn con la filosofa de la his-toria al afirmar que nunca desde que el solha estado en el firmamento y los planetashan dado vueltas a su alrededor, haba sidopercibido que la existencia del hombre secentra en su cabeza, es decir, en el pensa-miento, por cuya inspiracin construye elhombre el mundo y la realidadTodos losseres pensantes comparten el jbilo de estapoca (Marcuse, 1986: 11-12). Kant porsu parte enjuici a la razn, como raznilustrada, la cuestion tanto en su rigidezcomo en su practicidad mediante su Crti-ca de la razn pura, su Crtica de la raznprctica y su Crtica del juicio (Hassner,1997: 549). Kant propone una razn me-nos rgida, ms humana, considera que ennombre de la razn no se debe hacer la gue-rra ni la revolucin, su concepcin ordena-dora de la sociedad es pacifista. Hacia 1795concibi su Proyecto filosfico de paz per-petua (Touchard, 1987:337).

    Por otro lado, surgira la idea de la razncomo una razn conservadora que aterri-zara en el positivismo comtiano; la So-ciologa tuvo su origen en ese positivis-mo y, a travs de su influencia, sedesarroll en una ciencia emprica inde-pendiente (Marcase, 1986:19-20) a la quese exigi que toda experiencia tendra quepasar por la criba de la razn; con lo quecapitulaba el pensamiento, no obstanteque la razn poda poseer connotacionesdiferentes, tanto desde la posicin con-servadora como de la liberal, lo que dioorigen a una propuesta de creacin de larazn prctica ad hoc con la modernidad;una razn instrumental enraizada ms enla realidad cotidiana que en las ideas ylos conceptos, una razn que se concebi-ra como medio y no como fin alienante yprefigurado, esta razn se convertira enla nueva gua universal del hacer huma-no moderno, en su gua metodolgica yen la gran verdad inmutable de los ne-gocios y el mercantilismo.

    Desde el punto de vista de la herencia de lafilosfica kantiana y de la razn ilustrada,como la razn de la supremaca del saber orazn pura, segn Kant, sta es una raznque cre, se apoy y justific en lo colecti-vo; concepto con un matiz ms poltico equi-parable al de democracia que presenta gran-des ambivalencias y dificultades para sudefinicin precisa y denotativa; estos con-ceptos generalmente no se definen, simple-mente se dan por existentes, por verdade-ros, al ser nombrados e invocados desde elliberalismo, accin que tiene el efecto qui-z no intencional de ocultar ms que de es-clarecer (Moulain, 1984: 314).

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    La sociologa en la modernidad:una metodologa comprometida

    As, un componente de la Ilustracin comoel Liberalismo y su forzada derivacin endemocracia, devienen de los fundamentosde la razn instrumentalizada, los cuales yase han convertido en dos tradiciones quecomo ha mostrado Macperson, vinieron aarticularse en el siglo XIX (Mouffe, 1990:86) y que no estn por ello en modo algunonecesariamente relacionados entre s; sualusin indiferenciada en el discurso de lamodernidad los ha estatuido y convertidoen estrategias que por aludidas repetidamen-te se han considerado como aspectosprototpicos de la modernidad en cualquiertiempo posterior y desde otros enfoques yperspectivas tericos. Este hecho ha gene-rado efectos polticos que se encaminan apreservar los principales signos y mecanis-mos de la dominacin, como una domina-cin de clase social, la cual finalmente esabanderada por un Estado en el que se cris-taliza el orden social aludido por el discursode la democracia y por la ideologa liberal.

    La posible alternativa de la razn, que fuerala razn prctica kantiana como una raznno condicionada, es la que considera al hom-bre y su dignidad humana como el ncleopara el logro de la paz social y la felicidadhumana; ya pueden esperar pacientementeaqu en la tierra el advenimiento de la paz(Hassner, 1997: 549-550); no obstante, talespera no es en calidad de mientras, sinoque ha generado una situacin histrica per-manente, que ha derivado en una elabora-cin funcional hacia la modernidad, una mo-dernidad que no acaba, que no se concluyey que contradictoriamente ya es obsoleta,pero que deja vigente su metodologa de pro-greso como modelo prototpico.

    MODERNIDAD, ACCIN COLECTIVAY TEORA SOCIAL

    Si la Sociologa surgi inmersa en el com-promiso de tratar de explicar la sociedadoccidental cuando sta se torn moderna, einici el proceso de cambio ytrasformaciones vertiginosas como un pro-ceso nunca antes visto a travs de la indus-trializacin, no es que la sociologa quedeatrapada ah, como tampoco la sociedadoccidental permanece inalterada y sin mo-vimiento como algo en abstracto, la socie-dad occidental no es un concepto monoltico,es ante todo un despliegue de realidad so-cial constante que mediante procesos hist-ricos produce realidades socialesdiversificadas y concretas.

    La Sociologa y la sociedad se desenvuel-ven en los campos concretos derivados dela accin social moderna como algo mlti-ple, esto es, en y mediante la dinmica so-cial. La sociedad occidental se ha caracte-rizado histricamente, no precisamente porser pasiva, quieta y subordinada, en ella hapredominado el sentimiento y predisposicinde rebelda y de cuestionamiento a casi cual-quier forma de autoridad y de poder y a suspretensiones de legitimacin, esto quieredecir que en la sociedad occidental ha habi-do un proceso de racionalizacin permanen-te, sobre todo expresado mediante los gran-des movimientos sociales y colectivos quecuestionan cualesquier tipo de orden socialo de reglas enmarcadas en una racionali-dad de poder, la cual tiene pretensiones depermanencia y de verdad absoluta y paratodos los tiempos. De hecho, esta caracte-rstica ha sido fuente importante de lateorizacin en sociologa, adems fuente de

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    diversas explicaciones y modelos de orga-nizacin social y de modelos de construc-cin cientfica.

    La Sociologa toma como modelo para susexplicaciones cientficas a las acciones so-ciales, de las cuales esta disciplina ha deri-vado los anlisis sobre identidades socia-les y sobre las acciones colectivas entre losindividuos de una sociedad. La Sociologase ha preguntado qu es lo que ocasiona quelos individuos emprendan en determinadascircunstancias ciertos tipos de acciones demanera conjunta, que compartan un inte-rs. Qu es lo que ocasiona que un indivi-duo se una a una accin colectiva, cmo esque se da la conexin entre la decisin indi-vidual y la colectiva (Tilly, 1991: 150), ac-ciones que en ocasiones pretenden estable-cer un paradigma organizacional y deaccin, un procedimiento general que apun-ta hacia el cambio de un orden social.

    La historia de la ciencia se ha visto influidapor una serie de corrientes de pensamiento,lo que ha dado origen tambin a una seriede construcciones tericas muy diferencia-das unas de otras; podemos mencionar alllamado individualismo como la fuente ori-ginaria de las acciones colectivas en lascuales participan los individuos a partir desus proyecciones e intereses personales, estacorriente de pensamiento ha pretendido es-tablecer un paradigma interpretativo y ex-plicativo de las acciones colectivas y en ellase han posicionado grandes cientficos comoPopper y Watkins o conservadores comoHayek, quienes ponen en duda los funda-mentos de lo social y de acciones colecti-vas, las que son reducidas a las simplesexpresiones del inters de cada individuo

    (Lukes, 1975: 137-150) a tal corriente depensamiento la han denominado individua-lismo metodolgico en la idea de propo-nerlo como una forma de explicacin de larealidad histrica de las acciones colecti-vas, con ello niegan la posibilidad de quetales acciones tengan un fundamento slidoen lo social.

    Al respecto, el decano del Grupo Michigan,Charles Tilly, ha intentado resarcir dbil-mente la teora del individualismometodolgico aduciendo problemas de iso-morfismo que separa a la teora de la evi-dencia, con lo que sugiere que el individua-lismo metodolgico que ha perdido terrenorespecto del desarrollo de otras teoras, creeque es necesario reconsiderar algunas de suspremisas fundamentales, entre las que des-taca una inadecuacin de los modelos ex-plicativos de la Sociologa en relacin conrelacin la accin colectiva; l afirma queexiste una fractura en los modelos explica-tivos disponibles que obliga a los analistasa dar un salto desde la observacin de lasdisposiciones de los individuos, hasta lasdisposiciones de los grupos, sin ofrecer nin-gn mecanismo que conecte causalmenteambos extremos (Moscoso, 1992: 81-82).

    Tilly afirma que la teora queda por detrsde los datos disponibles y ubica a las prin-cipales dificultades en 1) Lagunas en losmodelos disponibles; 2) Empleo de mode-los de un solo actor; 3) Uso de modelosestticos; 4) nfasis en las justificacionescausales de la conducta ms que en lasintencionales. Para demostrar sus objecio-nes a estos modelos generales que causanexplicaciones perniciosas analiza accionescolectivas en concreto, tanto de manera con-

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    tinua como discontinua, para lo cualejemplifica con movimientos sociales his-tricos dados en distintos tiempos (Tilly,1991: 149-178).

    Habr que considerar que tanto la Sociolo-ga como los modelos de organizacin so-cial y los de la accin colectiva que aludena una forma de cultura occidental son unlegado de la Ilustracin y su consecuentemodernidad como forma de accin concre-ta, lo que ha dado origen en el campo de laciencia social a las distintas teorizacionessobre la sociedad; evidentemente los mode-los explicativos han causado contraposicio-nes tericas y metodolgicas, pero la reali-dad concreta construida en la mayora delas veces sin previa teora en cuanto a loshechos histricos trascendentales, tampocoha logrado eliminar las ambigedades te-ricas, la Sociologa no es la excepcin .

    Podemos afirmar que ni la Revolucin Fran-cesa como una expresin ideolgico-polti-ca con sus principios fundamentales que haninfluido a todo el mundo moderno, aun consus excesos de rigurosidad y esquizofrenia;ni la revolucin de octubre en Rusia ni elnazismo alemn o el franquismo espaol ytodas sus consecuencias, en cuanto a lasacciones colectivas derivadas de ellos; ni elconservadurismo, el liberalismo o el comu-nismo como corrientes ideolgicas del si-glo XX, han logrado constituirse en la fr-mula nica que permita eliminarambigedades y diferenciaciones tericas;ni establecer un tipo de orden social, un tipoidneo de Estado o un tipo nico de proce-dimiento metodolgico para conocer y ana-lizar lo social. De hecho, no se ha logradoexplicar la contradiccin metodolgica en-

    tre lo individual y lo social, stos son defi-nidos de facto como contraposiciones demanera excluyente y temas recurrentes dela sociedad moderna.

    Gran parte de los socilogos desde Tnnies,Weber o Simmel por ejemplo, han propues-to dos modelos para el estudio de lo socialmoderno que puede sintetizarse en los tiposdel Gesellschaft y el Gemeinschaft, el pri-mero puede entenderse como un individua-lismo el segundo como una frmula ms decooperacin entre individuos. Tnnies, porejemplo, da ms nfasis a la relacin de tipoGesellschaft, que tiene lugar cuando hay unintercambio voluntario entre las partes y seproducen obligaciones normativas limita-das. Su origen radica en la bsqueda delpropio inters y se caracteriza por un altogrado de individualismo e impersonalidad.Al contrario, la relacin de tipoGemeinschaft es ms intensa y fuerte y pue-de denominarse de tipo no racional, est msbien basada en consideraciones de tipo afec-tivo, emocional o tradicional; muy contra-riamente de la Gesellschaft que tiene unacarga ms racional que se basa en el clcu-lo racional (Moscoso, 1992: 122).

    En un parangn semejante en cuanto aclasificacin de lo social, ya lo encontra-mos en las posiciones tericas previas a laRevolucin Francesa, como sera el caso deMontesquieu y de Rousseau, ubicados enla corriente del iusnaturalismo. TantoRousseau como Montesquieu concibierona la comunidad como una fuerza realmenteexistente y capaz de generar un cambio, elcual se dara orientado por el modelo ilus-trado, que surgiera por la percepcin de lacrisis de la poca previa y que estaba dan-

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    do nacimiento a una nueva poca de des-pertar al conocimiento de las propias fa-cultades y capacidades humanas concebi-das desde la Ilustracin; pero cabepreguntarnos si dichas capacidades sonatributo individual o colectivo?

    En el caso de Monstesquieu, ste fundamen-ta sus argumentos bsicamente en su escri-to principal que es El espritu de las leyes,obra en la cual expone que los hombres sedeben sujetar a las leyes como cosa emergidade la propia razn humana, define a las le-yes en el sentido ms alto, como las rela-ciones necesarias que se derivan de la natu-raleza de las cosas. Las leyes son relaciones(Lowenthal, 1993: 487); aqu Montesquieuno apoya la corriente de pensamiento quefortalece al individuo, ni su inters centra-do en las acciones o relaciones individua-les, sino en las leyes que son un productode un orden natural.

    Rousseau emprende un ataque contra laIlustracin y para ello comienza su plan-teamiento iusnaturalista con El contratosocial, documento en el que expone su ideams apegada al individualismo, ello se dejaver en la primera frase de su libro El hom-bre naci libre y por doquier est en ca-denas, Rousseau reconoce por principio decuentas que los individuos tienen un estatusnatural que antecede a la sociedad civil,su planteamiento est centrado en el indi-viduo y sus razones e intereses (Bloom,1993: 529-537).

    La Ilustracin fue evidentemente una ac-cin colectiva que tuvo como fundamentoel idealismo, pero fue la base de sucesivasacciones, entre ellas la de mayor relevancia

    fue la Revolucin Francesa, primera accinrevolucionaria paradigmtica que ha sidoel referente principal de la historia occiden-tal y ha influido de manera decisiva en losmodelos de organizacin y de reproduccindel mundo moderno contemporneo.

    Para la Sociologa el problema cientfico ymetodolgico es un problema permanenteque se enfrenta al reto de aclarar si la So-ciologa es el estudio de las relaciones delos individuos a travs de formas efectivasde comunicacin entre stos, o es el estudiode la accin social como una capacidad ens misma, como un espritu colectivo(Lhumann, 1998: 12-15).

    Desde una concepcin sociolgica menosortodoxa, se concibe que la Sociologa nonecesariamente contrapone de manera ex-cluyente e irreconciliable al individuo conlo social, Bourdieu expone que es el am-biente externo contenido en los campus querodea al individuo, el que es introyectado oabsorbido por ste, de tal manera que sefusionan produciendo el habitus. PeroLahire en su Teora del habitus (1998), ydespus en Lhomme Pluriel afirmara quelas relaciones entre individuos es el campusdonde existe un contexto que puede confor-mar nuevos habitus, sugiere no undeterminismo rgido, sino una posibilidadde cambio y transformacin, donde el indi-viduo es una forma plegada de lo social, elque histricamente tiene la vocacin de des-pliegue, accin de la que va conformndo-se lo social. As pues lo social no es ni es-trictamente lo individual ni lo social por smismo, tal y como se construyen estos con-ceptos inducidos por la herencia devenidade la Ilustracin.

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    De esta manera nos enfrentamos a un nuevoconcepto, una prefiguracin paradigmticaen torno al concepto de individuo y de socie-dad, en la que el individuo no es entendidode manera distinta o contraria a lo social,sino que es lo social potencial en la medidaque en l se encuentra lo social de forma ple-gada. As se infiere que el estudio de la so-ciedad puede tambin hacerse desde el es-tudio de los individuos de manera particular,ya que stos no son en ningn grado extra-os a lo social.

    Pareciera ser que un obstculo epistemolgicoen cuanto a la conceptualizacin de los acto-res y de los sujetos sociales, es que stos sonmatizados conceptualmente por las abstrac-ciones inherentes a la Ilustracin, conceptosque refieren los universales, los que no sonmotivo de revisin, son, en s, verdades queno ha sido necesario revisar o poner en tela dejuicio

    es indispensable desarrollar una teora delsujeto en cuanto a agente descentrado ydestotalizado, un sujeto construido en elpunto de interseccin de una multiplicidadde posiciones-sujeto. Ello implica una po-sicin revolucionaria, una posicin radicalen la forma de conceptualizacin de los ac-tores y de los sujetos que pone en tela dejuicio el universalismo de la Ilustracin,pues toda afirmacin de universalidad es-conde un repudio o nace a contrario a loparticular, de un rechazo a la particulari-dad (Mouffe, 1990: 89).

    A MANERA DE CONCLUSIN

    Con el advenimiento de la modernidad sehan producido germinalmente toda una se-rie de condiciones que haran cada vez ms

    recurrente en el mbito del anlisis social ypoltico la sospecha de una realidad com-pleja y mltiple, la que cada vez da mayo-res visos de pretender expresarse.

    La Ilustracin con sus conceptos universa-les, dominantes o cuasi nicos, ha desple-gado histricamente una funcin de oculta-miento de la realidad real generada por unamodernidad guiada por la idea de progreso,la cual requiri de la ciencia moderna e ilus-trada el apoyo necesario para su desarro-llo. La Sociologa que naciera en ese ambien-te regido por las ideas de direcciona- lidadpositivista de ese mundo moderno, hoy se vefuertemente transformada a la par de la trans-formacin de la sociedad industrializada ytecnologizada, la Sociologa que empieza adescubrir lo oculto que subyace en los concep-tos universales, los nuevos actores y sujetossociales ya no encuentran representatividad enlos conceptos como, por ejemplo, de hom-bre, ya que ste no se encuentra en ningnlado fsicamente, adems de que slo hacealusin a una generalidad abstracta y, hoyse viven los tiempos y las acciones concre-tas de los sujetos y actores concretos, hechoque ha generado la ineficacia en el uso de laideologa como forma de control y de ordensocial y poltico.

    La sociedad contempornea se mueve en laoperancia de un instrumental ms tcnicoque no puede privilegiar el control social ypoltico, de hecho se observa un rebasamien-to de las formas tradicionales de control yde orden social y poltico, lo que estaradando cuenta de que las mentalidades quebuscan el orden, el control y la dominacinsocial no han cambiado a pesar de que lasociedad ya marcha en otros ritmos y por

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    Gonzalo Alejandre Ramos

    senderos ms mecanizados que requieren deun instrumental y de replanteamientos acor-des a las nuevas necesidades. La tentacinpor el poder obnubila la razn y por ende laprctica poltica.

    El mundo moderno contemporneo es pro-tagonizado por una sociedad ms abierta ydesordenada en cuanto a fines yprospectivas de tipo ideolgico, sus necesi-dades son ms inmediatistas. Ante tal fen-meno, la Sociologa que tuvo como base losrecursos ideolgicos para la construccinde teoras y de posiciones metodolgicaspara el estudio, anlisis y orientacin de losocial, hoy atestigua la emergencia de unasociedad complejizada que ha incrementadoel recurso de la ciencia aplicada y la tecno-loga, hecho que est trastocando las for-mas tradicionales de accin y reaccin delos individuos y de las colectividades.

    El positivismo comtiano y la sociedad quele diera origen, hoy se ha complejizado yest rompiendo con las camisas de fuerzaque representan los modelos de orden pol-tico, social e incluso cientfico; hay puesrevoluciones en la ciencia como dira Khun.Los tiempos del neoliberalismo presuponenun orden ms plural, como reaccin a laavasalladora tendencia homogeneizadoradel mundo actual a partir de la tcnica y lamedicin de los diversos fenmenos socia-les y, contrariamente, se observan crecien-tes expresiones de una pluralidad culturalderivada de las pretensiones fallidas de do-minacin y de control por parte del Estadoy su clase poltica.

    La sociedad moderna como escenario y pro-ducto de la accin social devenida en rela-ciones sociales contemporneas est desbor-

    dando la capacidad de control tanto del pa-radigma ilustrado como del utilitarismo.

    Hoy la sociologa moderna tiene la oportu-nidad de revolucionar, de emanciparse delcompromiso explicativo y precautorio, pro-ducto de los miedos del progreso y el cam-bio social positivista. La modernidad ha in-augurado el mundo de la complejidad y dela pluralidad, este hecho pone a las cien-cias, en general, en una posibilidad noutilitaria de los resultados cientficos. Porsu parte, la Sociologa se allega la posibili-dad de ser realmente moderna al enfrentarla dualidad individuo colectividad y sobretodo con una menor carga de compromisode ser la conciencia tutelar que marca elcamino a recorrer por las sociedades, puesstas son hoy mltiples y variadas con todoy la pretendida homogeneizacin del mun-do contemporneo, hoy ya no existe un slomodelo prototpico de sociedad, al menosya no hay razn para afirmarlo, la diversi-dad es fundante de la complejidad socialcontempornea, ello es posible en la medi-da en que hoy el mundo observa una crisisde los modelos sociales.

    Hoy da asistimos a la emergencia de unasociologa ms libre de compromisos conel Estado y con la tica cvica. Durantemucho tiempo la sociologa difcilmentepoda desprenderse de sus obligaciones,tena que observar las disfunciones socia-les y cuando algo no funciona bien, la pre-gunta viene directa hacia la sociologa yhacia los socilogos y stos se han culpadode mltiple maneras: Qu hemos hecho mal,qu se ha salido de control, qu no se haprevisto. Pero gracias a la pluralidad delmundo contemporneo, hoy nos estamos

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    La sociologa en la modernidad:una metodologa comprometida

    liberando de la Sociologa como camisa defuerza, como ciencia de compromiso social.

    La crisis de la sociedad trae consigo la cri-sis de los modelos de las ciencias, esta cri-sis ser finalmente positiva, tanto para lasciencias sociales en general como para lasllamadas ciencias naturales. Pero con estarevolucin la ms beneficiada resultar serla Sociologa, pues su objeto de estudio,impuesto desde la modernidad, poco a pocola est liberando de sus ataduras que no lahan dejado definirse y rehacer su objeto deestudio de manera ms autnoma.

    NOTAS1 Si bien la modernidad surge como una reno-

    vacin de las ideas y de las prcticas subor-dinadas pertenecientes a un orden social es-tructurado hacia el siglo XVI, desde la lgicadel poder tradicional en el que la iglesiacristiana ocupaba el lugar preponderante;tal cambio o renovacin iniciado con lasformas de pensar, empez a dar frutos en elplano material a partir de la industrializa-cin del mundo occidental como una ex-presin concreta de la autonoma del pen-samiento, el que deriv hacia los productosen el orden material, al producir bienes parala vida terrenal.

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