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    Concurso de ensayo y obra artstica 1910-2010: cien aos derevolucin social en Mxico

    El caciquismo en Mxico desde la Revolucin: algunas reflexiones desde elpresente

    (Mencin honorifica)

    Por Ismael Sols SnchezLicenciado en Sociologa por la Universidad Autnoma Metropolitana-Azcapotzalco

    Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico

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    Resumen

    El presente ensayo trata sobre el papel de los caciques durante la Revolucin Mexicana,

    tanto del periodo armado como durante la institucionalizacin. Se parte de la idea de que

    los caciques, en tanto intermediarios polticos, cuyo ejercicio del poder es esencialmente

    personalista, arbitrario e informal, jugaron un papel sumamente importante en laconstruccin del nuevo Estado posrevolucionario, ya que fueron uno de los principales

    actores articuladores de la cultura regional con el mbito nacional. La principal

    contribucin de este ensayo radica en que, analizando el cacicazgo de la profesora Elba

    Esther Gordillo en el SNTE, se intenta demostrar que la necesidad de la intermediacin

    poltica de los caciques, su capacidad de conseguir orden a travs del consenso y

    coercin, y el apoyo y reconocimiento que stos han conseguido de las elites polticas,

    son algunos factores que explican la continuidad del caciquismo en nuestro pas a

    principios del siglo XXI.

    Sumario

    Introduccin 3

    I. Una aproximacin al fenmeno del caciquismo4

    II. Los motivos de la Revolucin.7

    III. Los movimientos armados. .9

    IV. La institucionalizacin de la Revolucin y el caciquismo12

    V. Cien aos despus la continuidad del caciquismo en elSiglo XXI: el caso de Elba Esther Gordillo Morales en el SNTE.14

    Conclusiones19

    Fuentes consultadas...19

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    El caciquismo en Mxico desde la Revolucin: algunas reflexiones desde elpresente

    Pedro Pramo es un cacique. Eso ni quinse lo quite. Pedro Pramo es un caciquede los que todava abundan en nuestrospases: hombres que adquieren poder

    mediante la acumulacin de bienes ystos, a su vez, les otorgan un grado muyalto grado de impunidad para someter alprjimo e imponer sus propias leyes.

    Juan Rulfo1

    Introduccin

    En el presente ao, con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia y el

    Centenario de la Revolucin, han tenido lugar una serie de debates y reflexiones, tanto en

    el mbito acadmico como en los medios de comunicacin en torno a estos dos hechos

    histricos tan importantes para los mexicanos. Sin embargo, desde mi perspectiva, estasdiscusiones y deliberaciones han excluido en sus anlisis a uno de sus actores centrales:

    los caciques. Tal como seala el historiador Alan Knight, a excepcin de los antroplogos,

    poco inters se ha tenido en el estudio del caciquismo en Mxico, y cuando se analiza a

    ste, se hace con un tono peyorativo. De igual forma, la historiografa actual, seala el

    autor, va en otra direccin: hacia temas ms sociales o culturales que polticos (el

    gnero, la mentalidad, la religin, los ritos, etctera.)2

    Con ello, parece justificado hablar en este ensayo del papel de los caciques en la

    Revolucin de 1910 y su actualidad en el Mxico del Siglo XXI. Debe quedar claro, no

    obstante, que este texto no pretende hacer un anlisis exhaustivo del tema, ya que para

    ello se requiere de un espacio ms amplio. Aqu slo brindo algunas reflexiones a

    propsito de los festejos del Centenario e invito al debate en torno a la continuidad del

    caciquismo en nuestro tiempo.

    .

    El ensayo se encuentra dividido en cinco apartados. En el primero de ellos se busca

    una definicin del fenmeno del caciquismo. En los tres siguientes apartados se analiza el

    papel del caciquismo antes, durante y despus del periodo revolucionario. En el ltimo seexamina brevemente el cacicazgo de la profesora Elba Esther Gordillo en el Sindicato

    Nacional de Trabajadores de la Educacin (SNTE).

    1 J uan Rulfo (2000): Pedro Pramo, cacique en Letras Libres, ao 2000.2 Knight, Alan (2001): La poltica agraria en Mxico desde la Revolucin en Antonio Escobar Ohmstede yTeresa Rojas Rbiela (Coordinadores): Estructuras y formas agrarias en Mxico. Del pasado y del presente,CIESAS, Mxico.

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    I. Una aproximacin al fenmeno del caciquismo.

    Para poder tener un primer acercamiento al fenmeno del caciquismo, en este apartado

    buscaremos definir este fenmeno partiendo de la tipologa de la dominacin elaborada

    por el socilogo alemn Max Weber.

    En la determinacin de los tipos de dominacin,3 Weber considera adecuadodistinguir las clases de dominacin segn sus pretensiones tpicas de legitimidad4

    En la dominacin legal, el fundamento de la legitimidad descansa en la creencia en

    la legalidad de ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por

    esas ordenaciones a ejercer autoridad (autoridad legal). Se obedece un derecho

    pactado u otorgado, es decir, un cosmos de reglas abstractas.

    , es

    decir, haciendo un examen de los motivos que permiten la obediencia de los dominados

    con respecto al que domina.

    La dominacin carismtica se fundamenta en la entrega extraordinaria a la santidad,

    herosmo o ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ella creada o

    reveladas (autoridad carismtica); se obedece a una personalidad por cuya virtud se le

    considera en posesin de fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas [...] como jefe,

    caudillo, lder.

    En la dominacin tradicional, el fundamento de la legitimidad descansa en la

    creencia cotidiana en la santidad de las tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y

    en la legitimidad de los sealados por esa tradicin para ejercer la autoridad (autoridad

    tradicional), es decir, no se obedece a disposiciones estatuidas, sino a la persona

    llamada por la tradicin o por el soberano tradicionalmente determinado. El cuadro

    administrativo de la dominacin patrimonial (tradicional) est formado por funcionarios con

    estrecha dependencia al seor patrimonial: las relaciones del cuadro administrativo para

    con el soberano no se determinan por el deber objetivo del cargo sino por la fidelidad

    persona del servidor. Ms adelante seala Weber: [] la posicin ocupada por el

    funcionario patrimonial es el resultado de su subordinacin puramente personal al seor yel rango de que disfruta frente a sus sbditos es slo la consecuencia de tal reflejo5

    3Para Max Weber, la dominacin es un caso especial de poder; ms adelante afirma que la dominacin es

    la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato determinado contenido entre personas dadas.Vase: Weber, Max (1998): Economa y Sociedad, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, pgs. 43, 170 y695.

    . La

    4Ibd., pg. 170.5Ibd., pg. 776.

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    administracin poltica y en general el ejercicio del poder es propiamente un asunto del

    libre albedro del seor, con lo cual el cargo patrimonial carece ante todo de la distincin

    burocrtica entre la esfera privada y la oficial. Pues la misma administracin poltica es

    considerada una cuestin puramente personal del soberano6

    Desde esta perspectiva conceptual, podramos considerar al caciquismo como untipo particular de dominacin que combina elementos tanto del tipo ideal patrimonial

    (tradicional), burocrtico-legal y carismtico.

    .

    Por un lado, el cacique puede ostentar cargos formales aunque de ninguna manera

    stos determinan al cacicazgo. A pesar de su informalidad y arbitrariedad, el caciquismo

    cada vez ms tiene que convivir con una institucionalidad y una legalidad conforme a los

    principios de centralizacin poltica e institucionalizacin del poder poltico, al menos

    durante el periodo posrevolucionario en Mxico. La formacin del Estado nacional

    posrevolucionario ocasion que los caciques locales y regionales se subordinaran, en

    menor o mayor grado, al poder central encarnado en el presidente de la Repblica, de

    quien desde entonces dependern econmicamente (por medio de la asignacin de

    recursos a las comunidades, regiones u organizaciones) y polticamente (la posibilidad de

    hacer una carrera poltica dentro del partido oficial).

    Partiendo de la dominacin patrimonial (tradicional) de la terminologa weberiana,

    podramos decir que el cacique es un intermediario poltico cuyo ejercicio del poder es

    personalista, informal y arbitrario. Se vale de la ayuda de un grupo de dependientes conquienes entabla relaciones de lealtad y compadrazgo, motivadas la mayora de las veces

    por relaciones clientelares.

    Un cacique bien puede manipular y controlar a todo tipo de instituciones polticas y

    reglamentaciones formales. Por ello, como dice el historiador Alan Knight, puede decirse

    que el caciquismo es un tipo de dominacin racional pero no legal7

    6Ibd., pg. 774.

    . Racional porque

    motivado por el inters de conservar y ampliar su poder en la comunidad u organizacin

    bajo su influencia, de controlar ciertos recursos estratgicos y de monopolizar ciertos

    canales de comunicacin poltica hacia las autoridades superiores, le llevan a entablar

    tipos de relaciones sociales basadas en intereses por motivos racionales, pragmticas.

    7 Vase Knight, Alan (2005): Caciquismo in Twentieth-Century Mexico (nota introductoria) en Knight, Alan yWil Pansters (eds.): Caciquismo in Twentieth-Century Mexico, Institute for the Study of the Americas,University of Oxford, London.

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    Finalmente, el cacique es alguien que ha destacado en la comunidad u organizacin

    donde ejerce el poder, que tiene cierto conocimiento de su medio y de las expectativas de

    la gente bajo su influencia. stas, a su vez, ven al cacique casi siempre como alguien con

    cualidades especiales, que es capaz de resolver ciertos problemas que le afectan tanto

    individualmente como colectivamente. De ah que en muchas ocasiones el cacique tomecasi siempre rasgos carismticos. Seala Weber que la legitimidad de la dominacin

    carismtica descansa en la obediencia a una personalidad por cuya virtud se le considera

    en posesin de fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas... como jefe, caudillo, lder.

    Muchos cacicazgos se han forjado en coyunturas especiales como, por ejemplo, una

    revolucin o una crisis econmica. Durante el cardenismo, por ejemplo, surgieron

    muchos caciques con tintes carismticos, ya que gestionaron con xito el reparto de

    tierras.

    Hasta aqu hemos mencionado algunas caractersticas esenciales del caciquismo, no

    obstante se hace necesario sintetizar todas stas en una definicin un tanto ms precisa:

    El cacique es aquel que dentro de un sistema de relaciones patrn-

    cliente monopoliza la intermediacin poltica entre diferentes culturas

    polticas y de los canales de acceso a cada una de ellas; es una

    forma clsica y persistente de intermediacin poltica en Mxico con

    un papel fundamental en la construccin del Estado nacional

    posrevolucionario, capaz de adaptarse a los cambios de ste y a los

    procesos actuales de modernizacin poltica y econmica. La

    intermediacin poltica est personalizada en el cacique, el cual

    busca controlar recursos estratgicos del medio en el que opera y

    cuyo estilo de mando se caracteriza por el ejercicio del poder

    personalista, informal, autocrtico, muchas veces arbitrario y en

    ocasiones con tintes carismticos. Su ejercicio del poder se apoya en

    redes de parentesco, de dependientes y "golpeadores, por lo que

    ante el cuestionamiento de su autoridad es probable que utilice la

    violencia. Su tarea bsica es el control poltico-ideolgico y

    econmico de aquellos en que recae su influencia, de control y

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    encauzamiento de demandas diversas y, por otro lado, la de

    garantizar la movilizacin de apoyos sociales y polticos8

    En lo que sigue analizaremos en lo que sigue el papel de los caciques en la Revolucin

    de 1910 y, en el ltimo apartado, se indagar la continuidad del caciquismo en nuestros

    das, examinando para ello el surgimiento y consolidacin del cacicazgo de Elba EstherGordillo en el SNTE.

    .

    II. Los motivos de la Revolucin.

    Bajo la proclama de la no reeleccin, en el Plan de Tuxtepec (firmado el 10 de enero de

    1876 en Tuxtepec, Oaxaca) Porfirio Daz desconoci la presidencia de Lerdo de Tejada y

    emprendi una rebelin armada para hacerse del poder, lo cual logr en 1877 despus de

    su triunfo en la batalla de Tecoac. A partir de entonces, y hasta 1911, tuvo lugar lo que se

    llam la paz porfiriana.

    A pesar de la proclama de la no reeleccin, que justific su alzamiento contra

    J urez y Lerdo de Tejada, Porfirio Daz en realidad logr siete veces en la presidencia y

    pudo mantener el poder por cerca de treinta aos. Esto fue posible en gran parte por el

    consenso poltico que consigui y que se tradujo en la estabilidad poltica del rgimen

    porfiriano. El consenso poltico porfirista, como dice Francois-Xavier Guerra, fue posible

    gracias a la capacidad del poltico oaxaqueo de hacerse de una red de relaciones

    personales selladas por la lealtad, principalmente con los hombres fuertes de las

    regiones del pas. Este autor, al comentar la firma del Plan de Tuxtepec, seala lo

    siguiente:

    Nada nuevo excepto la oposicin a un hombre y una coalicin de

    descontentos que encuentran en su adhesin a Daz el medio de

    imponerse a las facciones dominantes en sus Estados, o que siendo

    ya caciques en su Estado, se oponen al que les parece el ms

    8

    Si el lector desea profundizar en el tema, le recomendamos que consulte las siguientes fuentes: Kern,Robert (editor): The caciques: oligarchical politics and the system of caciquismo in the LusoHispanic world,University of New Mexico Press, Albuquerque, 1973; Knight, Alan y Wil Pansters (eds.): Caciquismo inTwentieth-Century Mexico, Institute for the Study of the Americas, University of Oxford, London, 2005;Pansters, Wil (2008): El caciquismo en Mxico. Algunas propuestas conceptuales en Metapololtica,nmero 62, noviembre-diciembre, Mxico; Salmern Castro, Fernando (1984): Caciques: una revisinterica sobre el control poltico local en Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales, ao 30, Mxico;Buve, Raymond (2003): Caciquismo: un principio de ejercicio de poder durante varios siglos en RevistaRelaciones, volumen 24, nmero 96, El Colegio de Michoacn, Mxico; De la Pea, Guillermo (1986): Poderlocal, poder regional: perspectivas socioantropolgicas en J orge Padua y Alain Vanneph (eds.): Poder local,poder regional, COLMEX-CEMCA, Mxico, 1986.

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    semejante a ellos. La originalidad de Daz es que, a pesar de su

    presente desgracia y de carencia de una fuerza militar, ha logrado

    mantener una red de relaciones personales con muchos de estos

    hombres []. No es una de las cualidades menores de Daz el haber

    sabido hacerse de amigos que siempre le seran fieles.

    Ms adelante afirma: [] la victoria de Daz fue, en gran parte, la de una coalicin de

    caciques contra el gobierno federal. Aquellos que se adhirieron lo suficientemente pronto

    al plan de Tuxtepec vieron confirmado con toda naturalidad su poder sobre su Estado

    respectivo9

    Para decirlo pronto: con el asenso de Porfirio Daz al poder, surgieron una nueva

    generacin de caciques regionales que, al guardarle lealtad a ste, podan esperar a

    cambio cierta autonoma de accin en sus respectivas reas de influencia. Es decir, estoscacicazgos tenan una autonoma delegada, gozaban de sus dominios como recompensa

    a los servicios rendidos y porque su situacin local les permita controlar bien el Estado

    .

    10

    Ciertamente, a principios del siglo XX esta situacin no garantizaba la estabilidad

    poltica y social del pas. Uno de los principales motivos de la Revolucin fue acabar con

    los caciques del Porfiriato, que hasta entonces se les puede considerar verdaderamente

    como una plaga. Segn la Enciclopedia Salvat, polticamente, los mexicanos estaban

    fatigados de la inexistencia de derechos cvicos y de la presencia de infinitos caciques en

    todos los rincones del pas, que los explotaban y maltrataban

    .

    Ejemplo de ello son Luis Emeterio Torres en Sonora y Francisco Caedo en Sinaloa.

    11. De igual forma, siguiendo

    a Gilbert M. J oseph, el lema Mueran los caciques, junto con Tierra y libertad y Mxico

    para los mexicanos eran los gritos de guerra centrales de la Revolucin de 191012

    En efecto, muchos campesinos se lanzaron a la revolucin debido a la considerable

    explotacin de que eran objeto; pero tambin se alzaron con el afn de recuperar las

    tierras que haban perdido a manos, muchas de las veces, de poderosos cacicazgos. En

    este orden de ideas, la creciente concentracin de la propiedad agrcola y el continuo

    .

    9 Guerra, Francois-Xavier (1995): Mxico: del Antiguo Rgimen a la Revolucin, Tomo I, Fondo de CulturaEconmica, Mxico, pg.78 y 94.10Ibd., pg. 96.11Historia Universal Salvat, Tomo XVIII, Lima, Per, 2005, pg. 129.12 M. Gilbert (1985): El Caciquismo y la Revolucin: Carrillo Puerto en Yucatn en Brading, D. A(compilador) Caudillos y campesinos en la revolucin Mexicana, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, pg.239.

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    deterioro del nivel de vida popular, eran razones suficientes para que hubiera una

    revolucin13

    En general, la concentracin de la riqueza en pocas manos y el deterioro de las

    condiciones de vida de miles de campesinos y obreros, la estructura de poder basada en

    cacicazgos y la exclusin de las clases medias de las decisiones polticas, fueron motivossuficientes para que tuviera lugar el movimiento sociopoltico y militar que conocemos

    como Revolucin Mexicana.

    .

    III. Los movimientos armados.

    Los obreros fueron uno de los primeros grupos sociales que protestaron ante el status quo

    porfirista. Eso lo demuestra la Huelga de Cananea en Sonora ocurrida en junio de 1906 y

    la Huelga de Ro Blanco en Orizaba, Veracruz, que tuvo lugar el ao siguiente. En ambas

    ocasiones, el general Porfirio Daz apoy a los empresarios y mand al ejrcito para

    liquidar las protestas, lo cual desemboc en la muerte de decenas de obreros.

    A estas protestas les siguieron las crticas al rgimen provenientes de una clase

    media con ideales democrticos y aspiraciones polticas. En este orden de ideas, al tomar

    con optimismo las declaraciones que hizo el general Daz al periodista J ames Creelman

    en 1908, en el sentido de abrir la posibilidad de retirarse del poder14

    Antes de que se celebraran stas, Madero fue encarcelado acusado de incitar al

    pueblo a la rebelin. El 27 de junio de 1910 se reeligi Porfirio Daz y meses despus

    Madero se refugi en Estados Unidos. Ah lanz el Plan de San Luis, que a dems de

    , muchos grupos

    sociales emprendieron la tarea de organizarse polticamente. En este contexto, Francisco

    I. Madero public en 1910 su libro La sucesin presidencial de 1910, en donde establecila necesidad de que Mxico transitara hacia una democracia. Madero tambin se dio a la

    tarea de formar el Partido Nacional Antireeleccionista y emprendi una campaa poltica

    en vsperas de las elecciones presidenciales de 1910.

    13

    Brading, D. A (1985): La poltica nacional y la tradicin populistaen Brading, D. A., op. cit. Un casoejemplar de esta situacin fue el cacicazgo del general Luis Terrazas (1829-1923) en Chihuahua, cuyafortuna comprenda la noventa parte del Estado de Chihuahua y miles de cabezas de ganado. Por ello, secuenta que, cuando se preguntaba si Terrazas era del estado de Chihuahua, la respuesta era rotunda: No,el Estado de Chihuahua es de Terrazas. Vase Historia Ilustrada del Siglo XX, Tomo XVIII, EditorialCumbre, Mxico, 1985, pg. 111.14 En la entrevista, Daz declar lo siguiente: "He esperado pacientemente porque llegue el da en que elpueblo de la Repblica Mexicana est preparado para escoger y cambiar sus gobernantes en cada eleccin,sin peligro de revoluciones armadas, sin lesionar el crdito nacional y sin interferir con el progreso del pas.Creo que, finalmente, ese da ha llegado. No importa lo que al respecto digan mis amigos y partidarios, meretirar cuando termine el presente periodo y no volver a gobernar otra vez.

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    convocar a la lucha armada para el 20 de noviembre de ese ao, propugnaba la

    restitucin de las tierras a los campesinos15

    Sin embargo, a poco tiempo el movimiento zapatista se rebel contra el nuevo

    presidente, despus de que consideraron que no se estaba cumpliendo con los acuerdos

    del Plan de San Luis en cuanto a la restitucin de tierras a los campesinos desposedos.

    No desarmar a los campesinos hasta que sea una realidad la reforma agraria sentenci

    Zapata ante el llamado al desarme de los ejrcitos revolucionarios. En el Plan de Ayala, el

    caudillo del sur ratific lo siguiente:

    . A este llamado respondieron Abraham

    Gonzales, Pascual Orozco y Francisco Villa en el Norte y tiempo despus Emiliano

    Zapata en el sur. Con la toma de Ciudad Jurez (Chihuahua) en 1911 por los rebeldes,

    Porfirio Daz claudic y renunci a la presidencia, con lo que se embarc hacia Europa enese mismo ao. Fue entonces cuando en noviembre de 1911 result electo como

    presidente de la Repblica Francisco I. Madero.

    2. Se desconoce como J efe de la Revolucin al seor Francisco I.

    Madero y como Presidente de la Repblica por las razones que antes

    se expresan, procurndose el derrocamiento de este funcionario.

    6. Como parte adicional del plan que invocamos, hacemos constar:

    que los terrenos, montes y aguas que hayan usurpado los

    hacendados, cientficos o caciques a la sombra de la justicia venal,

    entrarn en posesin de esos bienes inmuebles desde luego, los

    pueblos o ciudadanos que tengan sus ttulos, correspondientes a

    esas propiedades, de las cuales han sido despojados por mala fe de

    nuestros opresores []16

    .

    No obstante, el derrocamiento y muerte de Madero en 1913 no se debi al movimiento

    zapatista sino a un complot encabezado por Victoriano Huerta, quien irnicamente haba

    15 En este plan se especifica que abusando de la Ley de Terrenos Baldos, numerosos propietarios en sumayora indgenas, han sido despojados de sus terrenos, por acuerdo de la Secretara de Fomento, o porfallos de los tribunales de la Repblica. Siendo en toda justicia restituir a sus antiguos poseedores losterrenos de que se les despoj de un modo tan arbitrario, se declaran sujetas a revisin tales disposiciones yfallos y se les exigir a los que los adquirieron de un modo tan inmoral, o a sus herederos, que los restituyana sus primitivos propietarios []. Citado en Silva Herzog, J ess (1969): Breve Historia de la RevolucinMexicana, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.16Historia Universal Salvat, op. cit., p. 122.

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    sido designado como jefe de las fuerzas armadas por el mismo Madero. Despus de la

    muerte de Madero, Huerta asumi el poder.

    En este escenario, Venustiano Carranza se alz contra Huerta; lo mismo hicieron

    lvaro Obregn, Francisco Villa y Pablo Gonzales en el norte y Emiliano Zapata en el sur.

    Finalmente, en 1914 Huerta renunci y se exili. Derrocado el usurpador (tal como lo hacalificado la historia de bronce) las diferencias entre los jefes revolucionarios se hicieron

    evidentes. Despus de la confrontacin armada entre stos, para 1915 se concret el

    predominio carrancista sobre los villistas y zapatistas. Dos aos despus, en febrero de

    1917, el Congreso Constituyente promulg una nueva Constitucin, en la cual se

    consagraron formalmente una serie de derechos sociales vigentes hasta nuestros das.

    La Revolucin Mexicana fue un proceso sociopoltico sumamente complejo, mucho

    ms que lo descrito arriba. Tanto durante la atapa armada como durante la

    institucionalizacin, la Revolucin Mexicana consisti en realidad en la convergencia

    (muchas veces contradictorias entre s) de corrientes polticas y movimientos armados

    locales con distintos proyectos poltico-sociales y liderados por caudillos (muchos de los

    cuales tiempo despus se convirtieron en caciques) que, al poseer una base de apoyo

    social y militar a nivel regional, tenan tambin aspiraciones polticas a nivel nacional. De

    tal forma que, como dice Raymond Buve, en realidad la Revolucin era un proceso muy

    localizado, se inici como un archipilago de revoluciones basadas en agravios locales y

    concretos. En parte estaban capitaneados por caciques que se sintieron amenazados ensu poder y acceso a recursos, en parte por caciques que se rebelaron por defender la

    clientela de sus pueblos. Morelos, Tlaxcala y la Laguna son solo unos ejemplos

    conocidos17

    En ese sentido, los caciques jugaron un papel sumamente importante en el proceso

    revolucionario y en la formacin del nuevo Estado posrevolucionario, en tanto que ellos

    siguieron siendo los principales articuladores de los escenarios regionales con el mbito

    nacional.

    .

    17 Buve, Raymond (2003): Caciquismo, un principio de ejercicio de poder durante varios siglos en RevistaRelaciones, volumen 24, nmero 96, El Colegio de Michoacn, Mxico, pg. 33. Siguiendo a Lorenzo Meyer,una manera de ver a la Revolucin Mexicana es como una serie de biografas de una larga lista decaciques, algunos francamente populares y radicales, como Felipe Carrillo Puerto, Adalberto Tejeda, rsuloGalvn, Primo Tapia o J uan M. Banderas. Otros, los ms en cambio, se inclinaran ms o menos rpidohacia posiciones conservadoras, como Saturnino Cedillo, los hermanos Figueroa, ngel Flores, Ramn F.Iturbe, Maximino vila Camacho, y tantos y tantos otros. Vase: Meyer, Lorenzo (2000): Los caciques:ayer, hoy y maana?, en Revista Letras Libres, nmero 24, Mxico.

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    IV. La institucionalizacin de la Revolucin y el caciquismo.

    En 1920, la decisin de Venustiano Carranza de querer imponer en la presidencia a su

    candidato, Ignacio Bonilla, opacando con ello las pretensiones de lvaro Obregn de

    ocupar el poder presidencial, desemboc finalmente en una revuelta militar encabezadapor este ltimo (Pla de Agua Prieta) misma que culmin con la muerte de Carranza el 21

    de mayo de 1920. En este mismo ao, Obregn sali triunfador en las elecciones, por lo

    que ocup la presidencia hasta 1924.

    Despus, de 1924 a 1928 gobern Plutarco Elas Calles. No obstante, violando el

    principio revolucionario de no reeleccin con el que se alzaron los maderistas contra

    Porfirio Daz, lvaro Obregn se preparaba en esas fechas para regresar al poder. Al salir

    vencedor nuevamente en las elecciones de 1928, Obregn se dispuso a celebrar su

    triunfo en un restaurante de la Ciudad de Mxico, pero ocurre que ah mismo fue

    asesinado. Estos hechos se sangre (la muerte de Carranza y de Obregn) evidenciaban

    el problema de la sucesin presidencial, esto es, el traspaso del poder entre los caudillos

    revolucionarios. Al mismo tiempo, las rivalidades entre los caudillos dificultaban la

    institucionalizacin del poder posrevolucionario.

    Fue entonces cuando Plutarco Elas Calles proclam el fin de la era de los caudillos y

    el inicio de la poca de las instituciones. Se aceleraba el proceso de institucionalizacin

    de la Revolucin Mexicana, dando lugar a una segunda generacin de caciques [que] semont sobre la primera y jug un papel importante en la formacin del Partido Nacional

    Revolucionario y en su consolidacin como Partido de la Revolucin Mexicana y,

    finalmente, como Partido Revolucionario Institucional18

    Efectivamente, en 1928 la alianza que dio forma al partido se

    compona de una red de caciques locales, a los que se les fue

    incorporando los pequeos partidos diseminados por el pas, as

    . En efecto, la fundacin del

    Partido Nacional Revolucionario en 1928 por Calles, implic sobre todo establecer un

    acuerdo entre caciques sobre la necesidad de traspasar el poder presidencial de forma

    pacfica y con ello establecer los mecanismos bsicos para la estabilidad del rgimen

    poltico. En concordancia con esto, Larissa Adler Lomnitz y Frida Gorbach afirman lo

    siguiente:

    18 Meyer, Lorenzo, op. cit.

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    como los lderes y grupos que an mantenan sus cotos de poder

    regional. Se trataba de una confederacin de caciques en la que

    cada uno de sus miembros deba reconocer en el presidente al

    representante del gobierno federal y al rbitro supremo []. La base

    de sustentacin del partido era entonces una imponente pirmide de

    clientelas que comenzaba en la localidad y que terminaba en la

    presidencia19

    .

    Evidentemente, de 1917 a 1940 muchos personajes de la poltica regional haban

    transitado ya de formas caudillistas a poderosos cacicazgos, o bien haban surgido

    nuevos cacicazgos que iban de la mano de la institucionalizacin del poder. Como dice

    Alan Knight, despus de 1920 declin el papel de los caudillos mientras que el del

    cacique, el jefe poltico, operando dentro de un sistema clientelista, lleg a ser ms comny relevante20

    Como se puede observar, la Revolucin no acab con el caciquismo a pesar de que

    uno de sus principales lemas era Mueran los caciques, como se seal al principio. En

    efecto, la Revolucin y el partido poltico que engendr han creado una estructura de

    poder tal que ha permitido, si no la sobrevivencia del caciquismo del tiempo de Porfirio

    Daz, por lo menos el nacimiento de un nuevo estilo de caciquismo, seala Luisa Par

    . Con ello, la pacificacin consisti en cierto sentido en el predominio de

    vigorosos cacicazgos y en cierta medida el nuevo sistema de cacicazgos se consolid

    como una de las principales razones de la estabilidad del rgimen prista.

    21

    19 Lomnitz, Adler Larissa y Frida Gorbach (1998): Entre la continuidad y el cambio: el ritual de la sucesinpresidencial en Revista Mexicana de Sociologa, vol. 60, nmero 3, junio-septiembre, IIS-UNAM, Mxico.

    .

    20 Knight, Alan (2005): Caciquismo in Twentieth-Century Mexico (nota introductoria), op. cit. pg. 12.21 Par, Luisa (1976): Caciquismo y estructura de poder en la Sierra Norte de Puebla en Bartra, Roger et.alt; (1976): Caciquismo y poder poltico en el Mxico rural, IIS-UNAM/Siglo XXI Editores, Mxico, pg. 31.Encontramos casos como el de Felipe Carrillo Puerto en Yucatn, Adalberto Tejeda en Veracruz y PrimoTapia en Michoacn; tambin Saturnino Cedillo en san Luis Potos y los hermanos Figueroa en el Estado deGuerrero. Con la reforma agraria cardenista surgieron innumerables cacicazgos regionales, cuya influencia

    incluso se dej sentir ms all de la presidencia del general Lzaro Crdenas. En el Estado de Puebla, sonejemplares los cacicazgos de Gabriel Barrios Cabrera en la Sierra Norte y el dominio de los vila Camacho(de 1937 hasta principios de los aos setentas). Ntese tambin el poderoso cacicazgo que form GonzaloN. Santos en el Estado de San Luis Potos despus de la cada de Saturnino Cedillo. La lista puede terminarcon un largo etctera, hasta nuestros das, en momentos en los que el caciquismo est ms actualizado quenunca. Vase M. Gilbert (1985): El Caciquismo y la Revolucin, op. cit., p. 275; Zepeda Patterson, J orge(1992): Intermediacin poltica y caciques en Michoacn y Vargas Gonzlez, Pablo Elas (1992): Elcaciquismo, una red de poder poltico regional en la Cinaga de Chpala, 1940-1980, ambos en TapiaSantamara, J ess (ed.): Intermediacin social y procesos polticos en Michoacn, El Colegio de Michoacn,Mxico; Brewster, Keith (2005): Caciquismo in the Sierra Norte de Puebla: the case of Gabriel BarriosCabrera en Knight, Alan y Wil Pansters (eds.): Caciquismo in Twentieth-Century Mexico, op. cit.Tambin

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    Sin embargo, la continuidad del caciquismo en el periodo posrevolucionario no puede

    llevarnos a la conclusin de que ste no sufri ningn cambio y por ello fue similar al

    caciquismo del Porfiriato. En cierto sentido, como seal Pablo Gonzales Casanova,

    estos restos de lo que fue el gran cacique superior a los gobernadores e incluso a los

    presidentes en turno dueo y seor de todo un territorio y el destino de sus habitantes,es cosa del pasado22. En cambio, el caciquismo posrevolucionario guard mayor

    dependencia de los recursos del Estado y cada vez ms la continuidad del mismo

    dependa de la capacidad del cacique de legitimarse hacia arriba, hacia las autoridades

    polticas superiores u otros cacicazgos. En la trama de relaciones patrn-cliente, el

    cacique se vea obligado a garantizar todo tipo de apoyos a la candidatura de otro cacique

    o de algn poltico postulado por el PRI, incluyendo la movilizacin electoral de su

    clientela. A cambio de esto, el cacique poda esperar algunos beneficios como el ascenso

    en su carrera poltica y el otorgamiento de ms recursos estatales23

    .

    V. Cien aos despus la continuidad del caciquismo en el Siglo XXI: el caso deElba Esther Gordillo Morales en el SNTE.

    Los cambios recientes en el rgimen poltico, tendientes a una mayor democratizacin

    poltica, han permitido una mayor fragmentacin poltica de lo que conocamos como el

    poderoso presidencialismo, situacin que ha hecho posible a partir de los aos ochentas

    la consolidacin de un poderoso cacicazgo sindical como es el caso de Elba EstherGordillo en el SNTE. Al mismo tiempo, en el plano regional, al fortalecerse los gobiernos

    estatales, tambin lo hicieron poderosos cacicazgos regionales ligados al sindicato

    magisterial, a los que nosotros llamaremos cacicazgos seccionales del SNTE.

    La historia del SNTE es la historia de los cacicazgos sindicales, pues prcticamente

    a unos aos de haberse fundado este sindicato a mediados de los aos cuarenta,

    surgieron poderosos cacicazgos capaces de controlar al gremio ms all de lo que

    establecen los estatutos sindicales. J ess Robles Martnez y Manuel Snchez Vite

    consulte el trabajo de Pansters, Wil (1998): Poltica y poder en Puebla. Formacin y ocaso del cacicazgoavilacamachista, 1937-1987, FCE/ Benemrita Universidad Autnoma de Puebla, Mxico.22 Gonzlez Casanova, Pablo (1993): La democracia en Mxico, Editorial Era, Mxico, pg. 47 (subrayadomo).23Knight, Alan (2005): Caciquismo in Twentieth, op. cit.

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    ejercieron el poder caciquil de 1949 hasta 1972, es decir, por cerca de 23 aos. El

    cacicazgo de Carlos J onguitud Barrios tuvo una duracin de 17 aos, de 1972 a 198924

    La cada de este ltimo obedeci a su ya ineficiente capacidad de intermediacin

    poltica, por su posicin beligerante hacia el presidente Miguel de la Madrid y despus

    contra Carlos Salinas de Gortari y, en general, por su incapacidad de acomodarse a losnuevos tiempos de la reestructuracin econmica y cambios polticos. En efecto, durante

    los aos setentas y ochentas, periodo caracterizado por la prdida de poder adquisitivo de

    los salarios de los maestros, el cacicazgo jonguitudinista se encontraba con el dilema de

    exigir al gobierno un esquema de aumentos salariales de emergencia o seguir con las

    prcticas corporativas de control de las demandas laborales. Al optar por lo segundo, es

    decir, al apoyar las polticas econmicas gubernamentales de contencin salarial (y al

    fortalecerse el magisterio disidente) la legitimidad de Carlos J onguitud para con las bases

    se encontraba severamente cuestionada.

    .

    Del otro lado, Carlos Salinas saba que era difcil llevar a cabo un proyecto de

    reforma educativa con una dirigencia sindical adicta al nacionalismo revolucionario y

    severamente cuestionada por un movimiento magisterial que cimbraba la Ciudad de

    Mxico a finales de los aos ochentas, movimiento que haba mostrado su apoyo a

    Cuauhtmoc Crdenas en las elecciones presidenciales. Es decir, Carlos J onguitud era

    ya incapaz de movilizar al magisterio a favor del partido y del gobierno, pero adems era

    evidente su incapacidad de contener las movilizaciones de la disidencia sin utilizar laviolencia. De esta forma, el cacicazgo jonguitudinista haba perdido legitimidad en los dos

    niveles de la articulacin poltica. Para entonces se haban reunido ya las condiciones

    necesarias para que el Presidente le retirara su apoyo al cacique magisterial y permitiera

    con ello el surgimiento de un nuevo cacicazgo.

    24 En 1970, Lus Echeverra lvarez lleg a la presidencia de Mxico. Este nuevo presidente emple un

    discurso de apertura democrtica y prometi acabar con los viejos cacicazgos que se haban consolidadodesde el alemanismo, a quienes calific como emisarios del pasado. Esta nueva orientacin polticaafect, sin duda, a la cpula sindical del SNTE. Con ello, en 1972 el presidente Echeverra le retir el apoyoa los entonces caciques del magisterio: Jess Robles Martnez y Manuel Snchez Vite. El 22 de septiembrede 1972, con la aprobacin presidencial (importante en el mantenimiento de un cacicazgo), Carlos J onguitudencabez la toma violenta del edificio social del SNTE en la Ciudad de Mxico y, violando la normaestatutaria, proclam la realizacin del IV Consejo Extraordinario, del cual fueron elegidos Eloy Benavidesen la Secretaria General y l mismo en la importante Comisin Nacional de Vigilancia, aunque de hecho fueJ onguitud quien a partir de entonces ejercera el poder dentro del sindicato. De 1974 a 1977 ocup laSecretaria General del SNTE y partir de este ao fungi como presidente vitalicio, lder moral o asesorpermanente del gremio magisterial, cargos que no estn contemplados en los Estatutos del sindicato.

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    En ese momento, se necesitaba la intermediacin poltica de un cacicazgo ms flexible,

    capaz de ir de la mano de los cambios polticos y econmicos que se venan gestando en

    nuestro pas desde una dcada atrs. Elba Esther Gordillo aprovech muy bien el vaci

    de poder dejado y se adapt a los tiempos del pluralismo partidista y de los procesos

    electorales cada vez ms competitivos. Gordillo, que para entonces haba hecho ya unacarrera poltica y sindical con apoyo de J onguitud y que con suerte se distanci de l

    poco antes de su cada para integrarse al grupo poltico salinista ha logrado controlar al

    gremio de maestros por 21 aos, de 1989 hasta nuestros das25

    La cada de J onguitud y el ascenso de Gordillo se dan en un contexto ms amplio

    de cambios en el rgimen poltico y el Estado mexicanos

    . Ciertamente, el poder de

    su cacicazgo, si se toman en cuenta las circunstancias actuales, no se iguala al de los

    otros que le precedieron.

    26. A su vez, demuestran cun

    importante es el apoyo presidencial para el surgimiento, consolidacin y cada de los

    cacicazgos, al menos de aquellos que ostentan demasiado poder. Tambin comprueban

    que, para explicar la continuidad del caciquismo y su eventual reproduccin, resulta

    necesario estudiar la forma en que las elites polticas ejercen el poder en Mxico, ya que

    el pragmatismo poltico no slo es peculiar de los caciques si no de muchos polticos

    mexicanos.27

    25 Resulta irnico que en 1990 la profesora haya declarado lo siguiente: No queremos que el SindicatoNacional de Trabajadores de la Educacin sea patrimonio de un grupo, ni que existan maximatos, ni que elgobierno del Sindicato sea la administracin de unos cuantos [] Dejmoslo plasmados en los Estatutos,para que nunca ms suceda. Discurso pronunciado en el Primer Congreso Extraordinario celebrado enTepic Nayarit del 20 al 22 de enero de 1990.

    .

    26 La caracterizacin que hace el investigador Wil Pansters sobre los posibles factores que ocasionan lacada de un cacicazgo y surgimiento de otro, describe muy bien la situacin del SNTE a finales del deceniode los aos ochentas y por ello conviene reproducirlo: La mayora de los cacicazgos se desarrollan a partirde serias crisis o situaciones que son caracterizadas por transformacin de un orden poltico,socioeconmico y cultural existente. En una cultura poltica personalista, estas coyunturas crticas proveenun ambiente frtil para lderes ambiciosos. Sus aspiraciones frecuentemente coinciden con los llamados queles hacen diferentes actores sociales y grupos de inters para restablecer un punto de articulacin en un

    panorama cambiante y de desintegracin que crea inseguridades polticas, sociales y econmicas.Remtase a Pansters, G. Pansters (2008): El caciquismo en Mxico, op. cit.27 En su calidad de candidato a la presidencia de Mxico, el actual Presidente de la Repblica, FelipeCaldern Hinojosa, acept la necesidad del apoyo de la profesora Elba Esther Gordillo a su campaapoltica: La verdad es que no niego que sea conveniente que el PAN pueda ser apoyado por el sindicato demaestros que lidera Elba Esther Gordillo, dijo. Ya como presidente, Caldern le dio a Fernando GonzlezSnchez (yerno de la profesora Gordillo) la Subsecretara de Educacin Bsica de la SEP, y a Luis IgnacioSnchez Gmez (persona cercana a la profesora) como titular de la Administracin Federal de ServiciosEducativos en el Distrito Federal. Consltese Entrevista a Felipe Caldern Hinojosa en la revistaGatopardo, numero 64; Hernndez, Mario, Fernando Gonzlez Snchez (yerno de Elba Esther Gordillo,presidenta del SNTE) fue nombrado en la SEP subsecretario de Educacin Bsica, La Crnica, Mircoles

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    Cmo se ha dado el caciquismo sindical en el SNTE? En el sindicato magisterial, los

    cacicazgos sindicales han tenido como fuente de poder el control sobre algo que

    actualmente es muy valioso (si tomamos en cuenta el contexto actual de precarizacin

    del trabajo): la posibilidad de tener un empleo estable como docente, administrativo o

    personal tcnico, la posibilidad de movilidad dentro de la carrera docente, el usufructo detodo tipo de prestaciones y otros beneficios, y la posibilidad de hacer una carrera sindical

    y hasta poltica. Todos estos aspectos de la vida sindical son controlados en menor o

    mayor medida por la estructura de poder caciquil. Adems, el cacicazgo de la profesora

    Elba Esther Gordillo tiene un grado alto de control sobre los recursos provenientes del

    Estado, ya sean aportaciones a fidecomisos, otorgamiento de bienes inmuebles, cuotas

    que pagan los agremiados, etc. Este cacicazgo magisterial posee tambin una

    considerable influencia sobre amplias reas administrativas de la Secretara de Educacin

    Pblica (SEP) y en el diseo e implementacin de polticas pblicas en materia de

    educacin bsica a nivel estatal y federal28

    La profesora es una intermediaria poltica exclusiva; ella ha sido reconocida como

    tal por el Presidente y las autoridades educativas de la SEP

    . A su vez, no puede dejarse de lado la

    capacidad de movilizacin poltico-electoral del gremio a travs del Partido Nueva Alianza

    (PANAL).

    29

    13 de diciembre de 2006 y Avils, Karina Completa equipo la SEP. Gonzlez Snchez, yerno de Gordillo,subsecretario, La jornada, 13 de diciembre de 2006.

    . Obviamente, en tanto

    intermediaria exclusiva, Gordillo no puede permitir que las autoridades de la SEP o el

    gobierno federal negocien directamente con las bases magisteriales cuestionesfundamentales (como los aumentos salriales y la asignacin de plazas) o que stos

    tengan acercamientos con las autoridades mencionadas sin que en ello medie el sindicato

    28 Remtase a Santibez, Lucrecia (2008): Reforma educativa: el papel del SNTE en Revista Mexicana deInvestigacin Educativa, abril-junio, vol. 13, nmero 37.29 En su calidad de intermediaria poltica exclusiva del magisterio, Elba Esther Gordillo ha impedido elsurgimiento de liderazgos alternos al suyo, que pretendan disputarle el monopolio de la representacin delos agremiados y el monopolio que ostenta en la recepcin de los recursos otorgados por el Estado y los

    recursos por concepto de cuotas magisteriales. Algo parecido haba hecho J onguitud cuando bloque en1989 el asenso de Gordillo a la Secretaria General, ya que su liderazgo poltico y sindical empezaban aopacar al propio cacique potosino. De ah que cuando sobreviene un conflicto magisterial, Gordillo siempreprefiere negociar con los disidentes seccin por seccin, negndose a hacerlo con una representacinnacional disidente o con un liderazgo magisterial nacional particular. Otro medio ms formal para eliminar losliderazgos alternos fue empleado en marzo del 2004 con la reforma estatutaria de ese ao. En ella sesuprimieron todos los cargos unipersonales que caracterizaban a las Secretarias de trabajo del CEN y secrearon dos nuevos cargos: la Presidencia y la Secretaria General Ejecutiva, dando a entender que en elmagisterio nacional slo es posible la existencia de dos liderazgos nacionales: Elba Esther Gordillo y sucompadre Rafael Ochoa, respectivamente.

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    y el cacicazgo que lo controla. No slo no permite que las bases gestionen sus demandas

    directamente con las autoridades correspondientes sino que tampoco permite a stas

    acceder directamente a las bases. A su vez, tanto para unos como para otros, la

    intermediacin caciquil se hace necesaria para lograr ciertos beneficios, resolver

    determinados problemas y permitir cierta estabilidad en el sistema de educacin bsicaen Mxico.

    Cabe sealar que dos poderosos cacicazgos seccionales han sobrevivido a la

    cada del entonces cacique magisterial, Carlos J onguitud, y han continuado operando bajo

    el maximato de Elba Esther Gordillo.

    Por un lado encontramos el caso de Liberato Montenegro, cuyo poder sobre la

    Seccin 20 en el Estado de Nayarit se hace evidente hasta nuestros das. En 1974,

    cuando Jonguitud lleg a la Secretaria General del CEN del SNTE, Liberato ocupaba ya la

    Secretaria General seccional y terminada su gestin formal en 1977 se convirti (al igual

    que J onguitud) en el lder moral del magisterio nayarita. El proyecto sindical plural e

    incluyente de Elba Esther Gordillo no roz el cacicazgo de Liberato. Es ms se apoy en

    l, dice el periodista Alberto Aguirre30. Para concertar cualquier trmite o gestionar algn

    apoyo, los maestros adheridos a esta seccin sindical no acuden a las instalaciones de

    las autoridades educativas sino a la casa del cacique nayarita: [] se puede ver la fila de

    maestros que aprietan sus papeles contra su pecho o se abanican con ellos mientras

    esperan su turno para ser atendidos por el maestro o por uno de sus ayudantes queamparados en un permiso cobran sin dar clases31

    Del otro lado encontramos a J uan Nicols Callejas, lder moral del magisterio

    veracruzano. Callejas consolid tambin su cacicazgo durante el jonguitudinismo y

    tambin ha transitado al pluralismo sindical de Elba Esther Gordillo. Durante ms de 30

    aos ha controlado a 30 mil profesores en la seccin 32 de Veracruz.

    .

    Aunque los cacicazgos sindicales como los de J onguitud y ahora el de Elba Esther,

    han sido muy poderosos y han influido considerablemente en la poltica nacional, los

    cacicazgos seccionales han durado ms tiempo, a pesar de que su rango de accin es

    ms limitado. Liberato ha ejercido el poder en la seccin 20 desde 1974 y ha resistido a

    30Vase Aguirre, Alberto, Liberato Montenegro: el maestro de los caciques, La jornada (Masiosare)domingo 24 de enero de 1999.31 www.periodicoexpress.com. (Nota periodstica del 15 de mayo de 2007 titulada: La celebracin delcacique magisterial).

    http://www.periodicoexpress.com/http://www.periodicoexpress.com/http://www.periodicoexpress.com/
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    la cada de J onguitud; Callejas ha hecho lo mismo durante 30 aos. Elba Esther Gordillo

    est al frente del sindicato desde 1989, con un total de 21 aos.

    Conclusiones

    En el presente ensayo llegamos a la conclusin siguiente: los caciques, en tanto

    intermediarios polticos exclusivos (cuyo ejercicio del poder es normalmente arbitrario,

    personalista e informal) jugaron un papel sumamente importante en la lucha armada y en

    la construccin del Estado nacional posrevolucionario. A pesar de que uno de los motivos

    de la Revolucin de 1910 era acabar con el caciquismo, lo cual hizo solamente con los

    cacicazgos del Porfiriato, sin stos difcilmente se podra haber construido un nuevo

    proyecto nacional poltico y social como el que se consolid a partir del cardenismo. Los

    caciques siguieron siendo actores fundamentales y hasta necesarios para la construccin

    del nuevo Estado porque fungieron como articuladores de lo local y lo nacional,

    difundieron las polticas estatales y difundieron el Nacionalismo Revolucionario.

    Ahora bien, no cabe duda que a cien aos de distancia, el caciquismo bien se supo

    acomodar a los cambios polticos y socioeconmicos ocurridos en Mxico desde los aos

    ochentas hasta nuestros das. El caso de Elba Esther Gordillo en el SNTE es

    paradigmtico. Conocedora de la poltica al estilo prista, supo a tiempo distanciarse de

    su forjador (Carlos J onguitud Barrios) para adherirse al grupo poltico en asenso: lossalinistas. Aprovechando el vaco de poder dejado despus de la cada de J onguitud, y

    gracias al apoyo presidencial, Gordillo logr imponerse en la dirigencia nacional del

    sindicato, situacin que le ha permitido desde entonces entablar una serie de alianzas con

    los sucesivos presidentes; stos, a su vez, han avalado la continuidad de su cacicazgo en

    el sindicato magisterial.

    Fuentes consultadas

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