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LIBROS Y NOMBRES DE CASTILLA-LA MANCHA QUINCUAGÉSIMOQUINTA ENTREGA 55. Año III/ 17 de febrero de 2012 José Rivero Serrano Geografía personal Biblioteca de Autores Manchegos, 2012; José Rivero Serrano (Ciudad Real, 1951) es un arquitecto que escribe libros, o un escritor que, por las mañanas, ejerce la arquitectura. Su último libro, Geografía personal (Biblioteca de Autores Manchegos Diputación de Ciudad Real, 2012), pertenece a un género difícil de clasificar: ensayo, dietario (sin fechas), revisión de la civilización …. Podríamos aplicarle el epíteto de „filosofía en fragmentos‟. Rivero se califica a sí mismo, al final del libro como un “curioso moderno”; curiosidad por todo y por todos, alimentada por infinitas lecturas que van de la novela a la estética, del ensayo o la Historia a la crítica cultural. Y Modernidad como opción vital, en tanto que apertura a lo nuevo, sin olvidar un bagaje cultural que arranca de la Ilustración, del racionalismo, para llegar a la postmodernidad más inmediata o actual. El libro podría ser definido, en palabras del autor, como “un tropel de asuntos desconexos y de rara trabazón”. En efecto, Rivero anota en su cuaderno reflexiones y citas sobre infinidad de temas, entre otros: los colores, la imagen, la fotografía, el humo, la luz y la sombra, el Arte, sobre la máquina, las formas de aprendizaje, las viviendas, las poblaciones o los cementerios, la tierra, el suelo, y sobre la Memoria, en muchas de sus manifestaciones, una de ellas, el olvido. Cualquiera de estos asuntos, o muchos otros que aparecen a lo largo del libro, surgen al hilo de una cita de un reflexión, que Rivero analiza y a la que responde con su propio planteamiento, estableciendo un diálogo en el que nos encontramos con nombres señeros de la cultura (Walter Benjamin, Ortega, John Berger, Borges, Barthes….), junto a autores más actuales como Julian Barnes o Peter Handke, y entre los españoles algunos ensayistas con los que Rivero encuentra bastantes concomitancias: Félix de Azúa, Vicente Verdú o Eduardo Arroyo. Pero quizá entre sus autores españoles preferidos estén Juan Benet, que no sólo fue un gran novelista sino un pensador y crítico muy agudo, y nuestro paisano Ángel Crespo, poeta y traductor, pero también humanista en un sentido amplísimo en cuanto a su enorme curiosidad y su gran cultura. Una figura aparece una y otra vez a lo largo de estas páginas de Geografía personal y es la de Ramón Gómez de la Serna, bien porque Rivero incluya algunas de las „greguerías‟ ramonianas

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Historia a la crítica cultural. Y Modernidad como opción vital, en tanto que apertura a lo nuevo, sin olvidar un bagaje cultural que arranca de la Ilustración, del racionalismo, para llegar a la postmodernidad más inmediata o actual. 55. Año III/ 17 de febrero de 2012 QUINCUAGÉSIMOQUINTA ENTREGA

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LIBROS Y NOMBRES

DE CASTILLA-LA MANCHA

QUINCUAGÉSIMOQUINTA ENTREGA

55. Año III/

17 de febrero de 2012

José Rivero Serrano

Geografía personal Biblioteca de Autores Manchegos,

2012;

José Rivero Serrano (Ciudad Real,

1951) es un arquitecto que escribe

libros, o un escritor que, por las

mañanas, ejerce la arquitectura.

Su último libro, Geografía personal

(Biblioteca de Autores Manchegos

Diputación de Ciudad Real, 2012),

pertenece a un género difícil de

clasificar: ensayo, dietario (sin fechas),

revisión de la civilización ….

Podríamos aplicarle el epíteto de

„filosofía en fragmentos‟.

Rivero se califica a sí mismo, al final

del libro como un “curioso moderno”;

curiosidad por todo y por todos,

alimentada por infinitas lecturas que van

de la novela a la estética, del ensayo o la

Historia a la crítica cultural. Y

Modernidad como opción vital, en tanto

que apertura a lo nuevo, sin olvidar un

bagaje cultural que arranca de la

Ilustración, del racionalismo, para llegar

a la postmodernidad más inmediata o

actual.

El libro podría ser definido, en palabras

del autor, como “un tropel de asuntos

desconexos y de rara trabazón”. En

efecto, Rivero anota en su cuaderno

reflexiones y citas sobre infinidad de

temas, entre otros: los colores, la

imagen, la fotografía, el humo, la luz y

la sombra, el Arte, sobre la máquina, las

formas de aprendizaje, las viviendas, las

poblaciones o los cementerios, la tierra,

el suelo, y sobre la Memoria, en muchas

de sus manifestaciones, una de ellas, el

olvido.

Cualquiera de estos asuntos, o muchos

otros que aparecen a lo largo del libro,

surgen al hilo de una cita de un

reflexión, que Rivero analiza y a la que

responde con su propio planteamiento,

estableciendo un diálogo en el que nos

encontramos con nombres señeros de la

cultura (Walter Benjamin, Ortega, John

Berger, Borges, Barthes….), junto a

autores más actuales como Julian

Barnes o Peter Handke, y entre los

españoles algunos ensayistas con los

que Rivero encuentra bastantes

concomitancias: Félix de Azúa, Vicente

Verdú o Eduardo Arroyo. Pero quizá

entre sus autores españoles preferidos

estén Juan Benet, que no sólo fue un

gran novelista sino un pensador y crítico

muy agudo, y nuestro paisano Ángel

Crespo, poeta y traductor, pero también

humanista en un sentido amplísimo en

cuanto a su enorme curiosidad y su gran

cultura.

Una figura aparece una y otra vez a lo

largo de estas páginas de Geografía

personal y es la de Ramón Gómez de la

Serna, bien porque Rivero incluya

algunas de las „greguerías‟ ramonianas

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que son más de su gusto, bien porque el

mismo incurra en ese género, difícil y

arriesgado, pero enormemente brillante

si se le aplica la lucidez y el ingenio. He

aquí algún ejemplo:

“Me bebía la vida a borbotones y,

claro, me atragantaba” p. 127

“El otoño teme al gris, por eso se

reviste de dorados leves”, p. 54

“La toalla, como intersección de lo seco

y lo húmedo”, p. 37

“Marca del tedio: fango y chatarra”, p.

20

Pero no todo son greguerías o metáforas

plásticas y luminosas. Hay también

reflexiones de fondo que nos abren

rendijas al pensamiento, siempre

fragmentario, de Rivero: Por ejemplo:

“Gracias al trabajo aprendemos a

obtener lo que necesitamos, pero el

espíritu nos hace preguntarnos para

qué” (p. 154)

“Siempre es más fácil buscar la

seguridad que la libertad”, p. 145

“Leer no soluciona nada, más bien lo

complica todo”, p 123

“Todo conocimiento se sabe

fragmentario”, p 113

Estamos ante un libro lleno de

sugerencias, que exige esfuerzo al lector

(como todo buen libro) y que nos ofrece

un universo de referencias y reflexiones

tan variado como el mundo mismo. Un

libro para aprender, para discutir, para

polemizar, para profundizar en algunos

de los muchos temas en él esbozados.

Parafraseando al autor en su

introducción, todo lo que aquí se

contiene (“reflexiones, aforismos y

esbozos” nos hablan tanto del autor en

sí mismo “cuanto de la colectividad en

que se inserta”. Un mundo personal, en

absoluto banal, enormemente reflexivo,

que va a permitir sin duda al lector

desarrollar el placer de la lectura y,

sobre todo, el placer del pensamiento.

Alfonso González-Calero

JOSÉ RIVERO SERRANO

Ciudad Real, 1951. Es arquitecto y escritor.

Colaborador de diversos medios escritos

provinciales, regionales y nacionales, desde

1977 a 2010. Ha sido miembro de los

Consejos de Redacción de las revistas

Almud (1980-83), Añil (1993-2006) y

Formas de Arte y Arquitectura (entre 1981

y 2007). Ha publicado más de un centenar

de trabajos en revistas especializadas y

superan los ochocientos artículos diversos

en prensa. Ha colaborado en 21 obras

colectivas sobre Arte, Arquitectura y

Urbanismo, entre 1981 y 2009. Entre sus

libros podemos mencionar:

Narrativa:

Viajar de noche y otros relatos. Intuición

editorial, Puertollano.

Paisaje infinito. Biblioteca Añil literaria,

Ciudad Real, 2007

Arquitectura:

Ciudad Real: Ochenta años de

arquitectura, 1923-2003. Colegio de

Arquitectos de CLM, Toledo

Arquitectura del siglo XX en Castilla-La

Mancha, Biblioteca Añil, Ciudad Real.

“La materia de los sueños o el movimiento

del sedentario”, en La materia de la

arquitectura. Fundación Miguel Fisac,

Madrid.

Ensayo:

Memoria de cosas. Signos y señas de

identidad en Castilla-La Mancha,

Biblioteca Añil

El jardín abandonado. Las artes plásticas

en Ciudad Real 1962-2000. BAM, Ciudad

Real.

El sentido de la mirada. Las artes plásticas en

Ciudad Real 1939-1962, BAM,

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De la cruzada al desenganche

La Iglesia española entre el

franquismo y la transición

Manuel Ortiz Heras y Damián A.

González (coords.)

Editorial Silex; 318 pags. Precio: 20€

La relevancia de la Iglesia en nuestra

historia reciente choca con la dificultad

de desentrañar las posibles diferencias

entre sus integrantes. Craso error pensar

en ella como seguidora de una sola

forma de entender el hecho religioso y

sus relaciones con el poder político.

Hubo líneas gruesas, tendencias

mayoritarias que dominaron por

momentos el panorama. La Iglesia

católica colaboró con el régimen

franquista resultante de la Guerra Civil

y llegó a ser parte del mismo al

controlar aspectos tan relevantes de su

poder como la educación, parcelas de

ministerios muy destacados y, tal vez lo

más importante, el control de la

tradición y la vida cotidiana. La

Dictadura vino, de la mano del

nacionalcatolicismo, a inspirar gran

parte de sus actuaciones y a servir de

legitimación en momentos de

aislamiento o dificultades. Sus

privilegios, sus recursos, sus actividades

la convirtieron en “espacio protegido”

en el que muchos españoles tomaron

verdadero contacto con la realidad.

Hubo plena conciencia de que no había

más medios de comunicación que los

del Movimiento, de que no se permitían

partidos políticos que no fueran la

Falange o sindicatos distintos al

Vertical, de que leer un libro o ver una

película mínimamente crítica solo podía

hacerse en los espacios de la Iglesia.

Desde ella se empezó a animar, con la

permisividad de las autoridades, a los

jóvenes, en especial, para tomar

iniciativas que les llevaran a salir del

tedio, la pasividad o el seguidismo más

acrítico.

Cobró así mayor importancia la labor de

suplencia, prepolítica y parapolítica, que

la institución llegó a desempeñar y que

constituye el ADN de buena parte de los

cambios que nos permitirán interpretar

de manera correcta todos los esfuerzos

en aras de una mayor comprensión y un

mejor conocimiento de sus acciones.

Todavía son pocos los especialistas que,

con enorme lentitud, vienen arrojando

luces y sombras sobre el tema.

De la web de Ed. Silex

Se ha cometido un crimen:

Crónica negra de Aranjuez y su

comarca (1844-1931): Chinchón,

Ciempozuelos, Colmenar de

Oreja, Ocaña, Seseña, Titulcia y

Villaconejos

José Ángel Orgaz Torres

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Ediciones Doce Calles, Aranjuez, 2012;

204 pags.; 16 €

El autor presenta un documentado

análisis a través de casos judiciales de la

sociedad arancetana y de su ámbito de

influencia desde mediados del siglo

XIX al primer tercio del siglo XX.

Expuestos con lenguaje ágil, preciso,

con pinceladas de humor, que cautiva el

interés desde la primera línea. Una obra

que requiere dos lecturas: una la de los

casos judiciales y la otra, más detenida,

entre líneas, donde afloran los detalles

costumbristas, la sociología y los

mecanismos de los procesos judiciales

propios del siglo XIX. En definitiva, un

trabajo de imprescindible lectura para

ampliar el conocimiento de la historia

de Aranjuez y su comarca (en las

provincias de Madrid y en Toledo) que

no se reduce a una sucesión de hechos

delictivos. Web editorial

La reforma en la Sevilla del XVI

Tomás López Muñoz Eduforma, Madrid, 2011

En el Boletín nº 41 de Libros de

Castilla-La Mancha ya dimos noticia de

la aparición de este libro, cuyo autor es

profesor de la UCLM en Toledo.

Incluimos ahora el prólogo de la obra,

que da cuenta más detallada de su

contenido:

Reforma y Contrarreforma han

ocupado, tradicionalmente, un lugar

preeminente en el panorama

historiográfico referido a la Época

Moderna. Dentro de ese complejo

campo de investigación, muchos han

sido los historiadores que, a lo largo de

los años, han centrado sus estudios en

un hecho particular: los brotes

heterodoxos que amenazaron los

cimientos religiosos de la monarquía

católica hispánica del Quinientos desde

Valladolid y Sevilla. Fue precisamente

aquella Sevilla heterodoxa la que

protagonizó hace algún tiempo mi tesis

doctoral. Y ahora, con gran satisfacción,

regreso a la capital hispalense disidente

a través de las páginas de este libro: En

el otoño de 1557, un hombre era

detenido con un cargamento de libros

heréticos y correspondencia

comprometida que pretendía distribuir

en distintos puntos de Sevilla. El

resultado de las pesquisas que se

sucedieron resultó ser alarmante:

aparecían notados incluso relevantes

miembros del cabildo catedralicio, uno

de los cuales había sido propuesto años

atrás por el propio Carlos I como obispo

de Tortosa –el doctor Juan Gil– y otro

había sido capellán de Felipe II –el

conquense doctor Constantino de la

Fuente–; todo un convento, el de San

Isidro, parecía ser receptáculo de ideas

reformadas, y doce de sus frailes habían

huido fuera de los territorios hispanos;

otros cenobios, como el de Santa Paula,

de instituciones, como el Colegio de la

Doctrina de los Niños, eran también

objeto de las rigurosas sospechas

inquisitoriales.

Los inquisidores hispalenses

respondieron de forma determinante: el

24 de septiembre de 1559, con toda

solemnidad, se celebraba el primero de

los grandes autos de fe que se

sucedieron en Sevilla en la segunda

mitad del siglo XVI. Pero algunas de las

principales figuras de la disidencia

sevillana consiguieron escapar del

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control inquisitorial y, desde su exilio,

desarrollaron una importante labor

evangélica y dejaron una sensible huella

intelectual en lugares tan dispares de la

geografía europea como Flandes,

Alemania, Inglaterra o Italia. La

presencia de estos personajes significa

de forma especial al foco disidente de

Sevilla dentro del estudio de la

espiritualidad española del siglo XVI.

El trabajo no es una historia del tribunal

inquisitorial sevillano. No es tampoco –

al menos eso hemos pretendido–, una

historia de perseguidores contra

perseguidos, de inquisidores contra

herejes. El objeto de nuestro estudio es,

pues, una parte de la sociedad sevillana:

aquella que traspasó la frontera de la

férrea ortodoxia católica que definía la

realidad religiosa de la España del

Quinientos. Analizar, por lo tanto, el

conjunto de relaciones que se daban

entre los distintos miembros de esa

sociedad disidente, sus vinculaciones

internas y las evidencias del

pensamiento heterodoxo de sus líderes y

su actividad proselitista es el objetivo de

este trabajo.

Los principales acontecimientos que

abordamos en nuestro estudio tienen

lugar entre el segundo y el tercer cuarto

de esa misma centuria, es decir, desde

los años previos a la detención de Juan

Gil, acaecida en 1548, hasta 1565, fecha

en la que se atenúa la actitud represora

inquisitorial más radical. El arco

temporal que hemos analizado en

nuestro trabajo es, además, coincidente

con un periodo clave de la Historia

Moderna de España, en el que asistimos

al ocaso definitivo de la idea imperial

de Carlos I y a la gestación del proyecto

de gobierno de Felipe II: en ambos

casos, la cuestión religiosa estuvo

íntimamente ligada a sus más rotundos

éxitos o a sus mayores fracasos. Pero

este periodo viene definido, ante todo,

por el Concilio de Trento (1543-1562),

que fijó los límites entre ortodoxia y

heterodoxia en materia de fe, al tiempo

que estableció la coherencia y unidad de

la Iglesia Católica frente a la diversidad

de los distintos credos protestantes.

En este periodo, la vida religiosa

hispalense estuvo marcada por la figura

de tres arzobispos que, además,

ocuparon el cargo de inquisidor general:

Alonso Manrique (1523-1538), García

de Loaysa (1539-1546) y Fernando de

Valdés (1546-1568). La labor pastoral

de estos tres personajes ejerció una

notable influencia en el devenir de la

espiritualidad de la archidiócesis

sevillana, al tiempo que la actividad

inquisitorial que desarrollaron marcó el

compás de la represión que desplegó el

Santo Oficio contra la disidencia

hispalense.

Debido a su peculiar carácter

instrumental, este libro se divide en dos

partes bien diferenciadas pero

estrechamente relacionadas: En la

primera efectuamos una revisión de la

temática reformada hispalense a través

del riguroso análisis de la

documentación original, contrastada con

la bibliografía ya existente. Ello nos ha

permitido presentar una revisión crítica

de tesis tradicionales del hecho

disidente hispalense, en relación con sus

planteamientos históricos, sociológicos,

ideológicos, religiosos y culturales.

En el primer apartado de esta primera

parte –“Rasgos de una ciudad: Sevilla

en el siglo XVI”– nos adentramos en la

propia ciudad de Sevilla y en su

relevancia como motor económico de la

monarquía hispana del Quinientos. La

cosmopolita urbe, puerto de Europa,

ofrecía el idóneo, el caldo de cultivo

perfecto, para que el discurso disidente

aflorara entre sectores muy específicos

de su sociedad. Ésta protagoniza el

segundo y más amplio de los puntos de

este estudio –“Articulación de la

heterodoxia sevillana”–, en el que

analizamos las relaciones y

vinculaciones clandestinas existentes

entre muy diversos miembros de la

sociedad sevillana, religiosos y laicos.

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Todos ellos, en su conjunto, conforman

un heterogéneo grupo, con intereses y

necesidades espirituales muy diferentes

entre si, que intentamos desvelar. El

orden interno de este tercer punto no es,

ni mucho menos, aleatorio, sino que

obedece a una propuesta de articulación

de la sociedad disidente sevillana “de

arriba abajo”, que desarrollamos

convenientemente en el tercer y último

apartado –“Consideraciones finales”–.

Culminamos esta primera parte con un

exhaustivo repertorio de fuentes y

bibliografía actualizada y un útil índice

onomástico.

En la segunda parte ofrecemos un

extenso apéndice documental, dedicado

exclusivamente al ámbito heterodoxo

sevillano, que nace con una finalidad

esencial: ofrecer a la comunidad

científica un eficaz y útil instrumento de

investigación, que supliera las carencias

del único gran repertorio documental

referido a la Sevilla disidente: la obra

del alemán E. Schäfer que a comienzos

del siglo pasado analizó la presencia

protestante en España a partir del

estudio sistemático de relevante

documentación manuscrita,

perteneciente a las distintas

jurisdicciones territoriales en las que se

dividía el Santo Oficio hispano. Este

trabajo, a pesar de significar desde el

momento de su publicación un

extraordinario avance en el estudio de la

espiritualidad hispana del Quinientos,

presenta un escollo a veces difícilmente

salvable para el investigador: el

infatigable historiador germano editó

los documentos españoles en lengua

alemana. A la documentación que en su

día publicara Schäfer había que añadir,

además, aquella que era desconocida

por el historiador alemán y se

encontraba diseminada por varios

archivos, y otra generada en más de un

siglo de investigaciones. En definitiva,

la labor de reagrupación de fuentes

manuscritas que ofrecemos en nuestro

apéndice pone al alcance del

investigador la documentación más

significativa relativa a la heterodoxia

religiosa de la Sevilla del siglo XVI.

Preceden al repertorio documental los

criterios de transcripción adoptados en

la labor de edición, y la relación

sumaria de todos los documentos

aportados. En el encabezamiento de

cada unidad documental encontrará el

investigador sus precisas referencias:

fecha, breve regesta y ubicación exacta

en archivo. En algunos casos hemos

añadido anotaciones al texto, que

ofrecemos a pie de página. Ello lo

hicimos porque, a pesar de no ser éste

un trabajo de carácter filológico,

creemos que el sentido instrumental de

nuestro trabajo nos obliga a clarificar,

en la medida de lo posible, el contenido

y aspectos formales de las distintas

unidades documentales que conforman

nuestro apéndice. Por el mismo motivo,

culminamos esta segunda parte con un

índice onomástico general de toda la

obra, destinado a facilitar al

investigador sus propias búsquedas.

Tomás López Muñoz

XI JORNADAS DE ESTUDIOS

BRIOCENSES

Asociación Cultural “Gentes de

Brihuega” 2011, 36 pp.

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Como en años anteriores la Asociación

Cultural “Gentes de Brihuega”, con el

patrocinio del Ayuntamiento de Brihuega y

la colaboración de la Diputación Provincial

de Guadalajara, celebró las XI JORNADAS

DE ESTUDIOS BRIOCENSES, con gran

éxito de participación. Producto de dichas

Jornadas es la edición que aquí comentamos

y que recoge entre sus páginas las seis

ponencias presentadas, que se acompañan

con algunas fotografías en blanco y negro.

Son las siguientes:

- Amador Ayuso Cuevas, “El barrio

de San Pedro, un espacio a recuperar”

(páginas 4-6).

- Esther Escudero Sanz, “San Juan,

la parroquia olvidada” (páginas 7-10).

- Álvaro Romera Sotillo, “El toque

de campanas en Brihuega. ¿Lenguaje

olvidado?” (páginas 11-14).

- Raúl de Lucas López, “Historia y

arte en el cementerio de Brihuega” (páginas

15-21).

- Antonio Caballero García, “Las

fiestas de Brihuega en la prensa histórica de

los siglos XIX y XX” (páginas 22-31).

- José Valentín Riaza Malmierca,

“Próxima estación: Brihuega. Proyecto de

ferrocarril secundario Guadalajara-

Brihuega-Cifuentes” (páginas 32-34).

Unas palabras previas, escritas por

Adelardo Ortega Caballero, Presidente de la

Asociación organizadora, dan a conocer

resumidamente los trabajos que han

constituido la base de esta XI edición de las

Jornadas que podrían considerarse un acto

cultural de minorías, lo cual no es cierto, ya

que -como el mismo Ortega Caballero

indica- “la importancia y transcendencia de

lo tratado y previamente investigado, va

más allá de las palabras y nos permite

avanzar en conocer más y mejor nuestra

historia”.

El primer trabajo es un resumen del trabajo

de fin de carrera de Amador Ayuso Cuevas,

titulado “Modelo de ordenación y

rehabilitación del barrio hortícola de San

Pedro en Brihuega (Guadalajara)”, que

consta de un inventario y un diagnóstico de

la situación actual en que se encuentra

dicho barrio para, con los resultados

obtenidos, poder ofrecer un modelo

territorial desde criterios de sostenibilidad.

Para ello plantea la necesidad de llevar a

cabo una serie de intervenciones sobre las

infraestructuras actuales, así como la

creación de ciertos modelos o guías que

sirvan de modelo para todas aquellas

acciones que vayan a realizarse en el futuro,

es decir, que sienten las bases para la

realización y construcción de áreas de

producción agrícola y, al tiempo, disfrute de

zonas verdes y turísticas.

Desde un estudio de la evolución histórica y

demográfica del barrio de San Pedro se

lleva a cabo la propuesta del modelo a

seguir, que se basa en varios puntos

fundamentales como puede ser la

renovación de las actuales infraestructuras,

que deben dar servicio a los riegos,

edificios, vías, electrificación y mobiliario;

la conservación del trazado y disposición de

los elementos genuinos del barrio: molinos,

tinadas, bancales, etc., la potenciación del

valor paisajístico de la zona y la regulación

del uso del suelo, que provoca la

disyuntiva entre urbanismo y agricultura,

aunque, en realidad, habría que unificar

ambas facetas, de forma que una

urbanización parcial o a pequeña escala no

suponga el sacrificio del carácter rústico

ahora existente, lo cual comportaría la

aplicación de una normativa reguladora de

dicho urbanismo.

El segundo trabajo, de Esther Escudero

Sanz, viene a ser una mirada retrospectiva

de la historia de Brihuega, destacando la

formación de dos barrios, alto o de San

Juan y bajo o de San Pedro, surgidos

alrededor del castillo califal y con una zona

amplia de mercado.

Centrándose en el barrio alto o de San Juan,

a pesar de los escasos datos que de ella se

conservan, ofrece una sencilla descripción

(a cuya mejor compresión contribuye la

publicación de una interesante fotografía de

cuando se conservaba en pie) de sus

posibles orígenes, así como de las

posteriores transformaciones llevadas a

cabo “hasta los cimientos” por orden del

Cardenal Tavera, en pleno siglo XVII,

aunque conservando la torre románica.

Producto de estas obras es la añadida

sacristía, con acceso desde el interior del

ábside y la habilitación de la parte inferior

de la mencionada torre como capilla, quizás

la de la Virgen de la Zarza. (Curiosamente

se habla aquí, es decir, cuando se derriba la

iglesia románica, de la aparición de “unas

piedras huecas con relieves de figuras de

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hombres y mujeres de postura muy

indecente y vestidos a lo romano, con otras

historias gentilicias...”, que la autora del

trabajo considera capiteles o incluso urnas

funerarias con relieves, y que nosotros

suponemos sarcófagos esculpidos en bajo o

medio relieve).

Las escasas noticias finales acerca de San

Juan llegan desde el año 1900, en que

pierde la condición de parroquial, sin que

nada de ella se diga en la prensa local -El

Briocense-, hasta mediados de los sesenta,

en que la se hunde la torre y con ella la

mayor parte de la iglesia y varias casas

cercanas, provocando varias víctimas

mortales.

El tercer trabajo o ponencia, versa sobre el

toque de campanas en Brihuega y se debe a

Álvaro Romera Sotillo, quien tras explicar

el origen de la desaparición paulatina de los

campaneros y, por lo tanto, de los toques,

ofrece una descripción, sencilla e

interesante, de dos campanas interesantes

desde el punto de vista histórico -de las

dieciocho antiguamente existentes en

Brihuega antes de la Guerra Civil-, a través

de sus fechas e inscripciones, para llegar a

los toques que se solían emplear: el toque a

misa, dividido en tres toques anteriores de

un cuarto de hora; el toque de mediodía,

que tenía lugar a las 12 y marcaba el

momento de la oración en el trabajo; el de

ánimas, que se realizaba por la tarde,

después del rosario; el toque a muerto, que

avisaba del fallecimiento de algún vecino y

que según el sexo era diferente: doce

campanadas si era mujer y trece si era

hombre la persona fallecida, y el toque de

clamor, pausado, que se efectuaba con

motivo de los entierros “desde que el

difunto entraba por el arquillo hasta que era

enterrado”, aunque también se empleaba

para avisar de la celebración de alguna misa

de funeral y durante toda la madrugada del

día de Todos los Difuntos. Además, antes

de la misa dominical, de los días de fiesta,

de las procesiones y en caso de incendio, se

utilizaba el volteo de campanas.

En las conclusiones nos encontramos con

algo agradable: “Hoy en día la tecnología

no entra en colisión con la tradición. Los

antiguos motores de volteo continuo se

están sustituyendo por otros que permiten el

volteo manual. En zonas donde todavía hay

afición a tocar las campanas, motores y

martillos eléctricos sólo se usan en toques

diarios.

Aunque la figura del campanero ha

desaparecido del mapa se está sustituyendo

por grupos de campaneros que elaboran

calendarios de toques en determinadas

festividades”.

“Historia y arte en el cementerio de

Brihuega” es la cuarta ponencia de estas XI

Jornadas de Estudios Briocenses y su autor

es Raúl de Lucas López.

Tras su lectura sabemos que dicho

cementerio de habilitó en el castillo gracias

a la epidemia de cólera morbo asiática que

asoló la población en 1834, aunque

oficialmente pasó a manos municipales tras

la Desamortización de Mendizábal, en 1835

e inaugurado como tal tres años más tarde.

Este cementerio se configura en dos partes,

siendo la más antigua la de arriba, por el la

primera que fue ocupada por las clases más

privilegiadas, en contraposición a la de

abajo, más moderna y con enterramientos

de carácter popular.

El trabajo que comentamos se centra en el

estudio del cementerio antiguo, que es el

que posee los ejemplares más interesantes,

destacando las tres capillas funerarias que

tuvieron sus orígenes en el medievo, en

cuyo interior recibieron sepultura algunas

de las personalidades más destacadas de los

siglos XIX y XX, como don Justo

Hernández Pareja, propietario de la Real

Fábrica de Paños y constructor de sus

jardines, o don Ángel Pérez Ballestero,

importante industrial. Además dicho trabajo

se centra en dos tipos concretos de

enterramiento: sepulturas (tumbas que se

cubren con lápidas) y columbarios (que en

este caso no contienen resto alguno, sino

que sirven de señalización de los

enterramientos en el suelo.

Raúl de Lucas da a conocer numerosos

datos acerca de las lápidas más antiguas,

entre ellas la de doña Asunción Haedo de

Bedoya, fechada en 1849, cuyo epitafio -

escrito en verso- transcribe, al igual que

hace con alguna que otra lápida infantil,

llamando especialmente la atención sobre

aspectos concretos, como las tipologías o

atendiendo a la profesión de los allí

enterrados, o a la causa de su muerte, como

fue el caso de Manuel del Amo Perojuan,

asesinado el día 5 de febrero de 1905, cuya

noticia fue dada a conocer ampliamente en

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el número 545 de Flores y Abejas. Estudia

también otros tipos como los de sepultura:

rodeadas por una verja de hierro, o

adornadas por esculturas de bulto redondo,

finalizando con un breve repaso sobre

algunos de sus más ilustres moradores: don

Pedro Marlasca Riaza, creador de la Banda

Municipal; el diputado don Ramón Casas;

el mecenas don Jesús Ruiz Pastor,

constructor de la Plaza de Toros “La

Muralla”; don Valeriano Herrera, a quien se

debe el mayor legado fotográfico sobre

Brihuega; don Juan Elegido Millán,

coleccionista de las miniaturas que custodia

el convento de San José... y la egregia

figura de don Antonio Pareja Serrada,

segundo Cronista Provincial, cuyos restos

mortales fueron trasladados desde el

madrileño cementerio de la Almudena, el

año 2007.

La quinta ponencia, a la vez la más extensa,

se debe a Antonio Caballero García y versa

sobre “Las fiestas de Brihuega en la prensa

histórica de los siglos XIX y XX”,

fundamentalmente sobre los dos aspectos

más sobresalientes de dichas fiestas, o sea

los actos religiosos -misa y procesión- y los

profanos -los toros- a través de una larga

serie de publicaciones activas en el periodo

cronológico comprendido entre 1847 y

1935, prescindiendo de la prensa provincial:

“El Español”, liberal moderado; “El Clamor

Público”, liberal; “El Heraldo”,

conservador; “La Esperanza”, monárquico;

el diario ilustrado El Globo”; “El

Imparcial”, liberal; el “Boletín de Loterías y

Toros” (Continuación de “El Enano”), “El

Toreo”, revista taurómaca; “El País”,

republicano-progresista, y tantos otros, en

los que aparecen breves sueltos y notas,

centrados mayoritariamente en el mundo

taurino, a través de los que sabemos los

nombres de los espadas más destacados de

cada momento, las ganaderías en boga, y el

resultado de cada una de las corridas

llevadas a cabo.

Finalizan estas Actas con la sexta y última

ponencia, escrita por José Valentín Riaza

Malmierca, titulada “Próxima estación:

Brihuega” que nos habla de la revolución

que para la economía significó la llegada

del ferrocarril, ampliando notoriamente el

volumen de mercancías a transportar, así

como la velocidad del mismo, por lo que en

septiembre de 1904 la Jefatura de Obras

Públicas de Guadalajara eleva al Gobierno

Civil un plan de cinco líneas de secundario

que afectan a las cinco zonas principales de

producción, siendo la cuarta la que nos

interesa por su recorrido: De Orusco hasta

los Baños de Trillo, por Brihuega y

Cifuentes, que posteriormente sufrió

diversas alteraciones y, finalmente no se

llevó a cabo. Anteproyecto que fue

encargado por la Diputación Provincial de

Guadalajara al ingeniero don Salvador

García de Pruneda, cuyo original se

conserva en el Archivo Histórico

Ferroviario.

Hasta aquí la reseña de estas interesantes XI

Jornadas de Estudios Briocenses, que

vieron la luz en 2011, y la propuesta de que,

junto a las anteriores, debería ser recogida

en un sencillo volumen al alcance de todos

los bolsillos.

José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS

Los movimientos sindicales y la

lucha social en Almansa: II. De la

derrota de la República a la

consolidación de la democracia

Juan Luis Hernández Piqueras

Page 10: 55 ENTREGA

Editan: Grupo Altabán S.L.; PSOE,

Asociación Cultural “Pablo Iglesias”,

UGT y CCOO de Almansa. Albacete,

2011. 210 páginas.

La implantación de la industria del

calzado y la llegada del ferrocarril

habían convertido Almansa, junto a otros

factores al que no sería ajeno el propio

enclave geográfico, en un referente social

y sindical en la provincia de Albacete

cuando se iniciaba el siglo XX.

El asociacionismo sindical y de

izquierdas y la lucha social cobraría

mayor relieve todavía con la llegada de

la II República, acaparando un

protagonismo en la vida local de una

Almansa que terminará bajo el sello de

la derrota de la Guerra Civil (1939). La

derrota republicana y el inicio del

franquismo cerrarían el tiempo de las

libertades sindicales y políticas que

caracterizaron los años 30.

Pero ni siquiera cuarenta años de

dictadura y la dura represión padecida

por la izquierda almanseña pudieron

terminar con las inquietudes y

esperanzas de muchos ciudadanos, Se

acabó, sí, con la agitación social de

épocas anteriores, pero no con la labor

clandestina primero y a pecho

descubierto después, cuando la agonía

del Régimen comenzó a visualizarse, y

que iría implantando las columnas que

sostendrían la lucha social y los

movimientos sindicales que se

convirtieron en clave esencial para

empujar la llegada de la democracia y su

consolidación en las décadas siguientes.

El final de la transición política y el

desarrollo democrático ocuparía el

recorrido final del siglo XX para abrir la

sociedad almanseña hacia un nuevo siglo

que plantea nuevos retos y exige nuevas

respuestas a los movimientos que han

protagonizado la evolución social de

estos últimos ochenta años que aquí, en

estas páginas, se analizan.

La toledana María Luisa Mora en

el último número de la revista “El

Alambique”

En el excelente sumario de la última

entrega (nº 4) de la revista bianual de

poesía “El Alambique”, que edita la

Fundación Alambique para la Poesía, de

Guadalajara, conviven prestigiosas

firmas, como la de Eloy Sánchez

Rosillo, Miguel D‟Ors o Leopoldo

María Panero y tiene presencia el

poema “Oscuridad”, de la poetisa

toledana, natural de Yepes, María Luisa

Mora. Además, la sección “Discursos”

incluye un amplio artículo de Amador

Palacios analizando las claves

machadianas rastreables en la poesía de

Mora. Esta publicación, dirigida por el

experimentado Agustín Porras, dispone

de una agradable página web:

www.fundacionalambique.com, donde

se puede ver la síntesis de los números

publicados y que ofrece la posibilidad al

interesado de suscribirse a esta atractiva

revista.

Page 11: 55 ENTREGA

La hoja azul en blanco; nº 16

Aquel avecilla que, con sólo cuatro páginas,

intentaba aprender a volar hace todavía

apenas un lustro, es ahora cormorán o

milano que, desde la altura en vuelo grácil,

hunde su cuerpo en el mar o traspasa como

dardo el aire para aprehender el cuerpo de

una poema o el rayo de una luz.

Verbo Azul presenta el número 16 de su

Hoja Azul en Blanco, y lo hace con los

brazos abiertos, con el alma y la sangre a

ras de vida. Pero esta es una ocasión nueva,

diferente, porque no sólo traemos ante

vosotros el fruto de nuestro esfuerzo en un

trabajo del que nos sentimos justamente

orgullosos, sino porque también queremos

ser puente y orilla, contraseña y camino,

consumación y abrazo. La palabra se viste

de fiesta, se alza desde el fondo de la duda

y arrastra y cauteriza toda la soledad, todos

los escombros, todas las tristezas.

Son ya muchos años dejándonos el alma en

cada página, amontonando hogueras en la

desolación de los esquifes. No queremos

rendirnos, de ninguna manera queremos

arrinconar nuestro sueño, esta hermosa

realidad que se materializa entre las manos.

Nuestra revista es parte de la sed, cobijo de

la sangre al otro lado, una necesidad, una

evidencia; es un regreso a contravida, un

intento de perpetuar la forma de las nubes.

Escribir es acaso vestirse de silencios,

desordenar el paisaje y traspasar los límites,

la mirada del mar sobre las cosas, sobre el

tibio cansancio de los sauces. Escribir es

reconocerse, dejarse desangrar entre los

signos, es permanecer, permanecerse,

reconstruir la voz de los esteros, el corazón

suicida de los ángeles. “Escribir - dice el

poeta extremeño Basilio Sánchez - es

intentar aprehender algo de lo que, de

alguna manera, permanece oculto, es

inexplicable o pertenece a la sustancia

escurridiza de los sentimientos y de las

sensaciones”. La escritura es entonces una

forma de aproximación a la inmanencia, esa

luz que desvela los despojos, el ruido de la

lluvia desde dentro. Por eso, y porque aún

quedan refugios para el día, queremos

aproximarnos a esa forma de mirar, a ese

equilibrio, y dar noticia cierta de todo

cuanto somos.

Poetas y narradores, ilustradores y

fotógrafos se dan la mano en este proyecto

común que recoge todos los espacios, todos

los caminos; voces propias, miradas plenas,

necesarias, como las de Miguel Galanes,

Gustavo Martín Garzo, Eloy Sánchez

Rosillo, Óscar Martín Centeno, Jorge de

Arco, María Roldán, José Cereijo o Teresa

Núñez, por citar algunas ajenas a Verbo

Azul, hermanadas en la misma búsqueda,

en el mismo temblor de la memoria.

A veces la palabra duele como un trozo de

lluvia, a veces es preciso desnudar

emociones al borde del relámpago. Pero no

es fácil ahuyentar la huella, la herida que

dibuja el desaliento. Esta nueva entrega de

La Hoja Azul en Blanco llega con vocación

de amanecida, con un sabor de lunas y de

labios, de todos los recuerdos y todas las

esperas. Y llega de la luz como del agua, de

la dulce quietud de las esperas. No quiero

dejar pasar la oportunidad de agradecer el

trabajo y la dedicación de tantas personas

sin las que nada de esto hubiera sido

posible. Han sido muchos los amigos que

nos han prestado su apoyo, su calor, su

consejo.

La palabra es importante en “La hoja

azul…”, pero también y cada vez con más

fuerza está tomando cuerpo, como siempre

habíamos querido, la ilustración en sus

diversas facetas y estilos. Por eso no puedo,

no podemos dejar de resaltar la enorme

belleza en las aportaciones fotográficas De

igual manera queremos resaltar los

cuidadísimos trazos de Fernando Fiestas,

Jesús Contero que nos muestran otra

manera de acercarse a la realidad y de crear

belleza. Vaya pues al aire este nuevo

número y esperemos que no sea el último

en desplegar sus alas.

Ana Garrido Padilla, Juan José Alcolea

Page 12: 55 ENTREGA

Diccionario de la Hispania

romana

Francisco Arroyo Ed. Alderabán, Cuenca, 2011

Un fabuloso libro llega a nuestras

manos, cuajado y enorme, con 880

páginas en gran tamaño, presentándonos

toda España en clave romana. Es este un

libro, el Diccionario de la Hispania

Romana que ha escrito y preparado

meticulosamente Francisco Arroyo a lo

largo de una vida de dedicación, y en él

se nos ofrecen las informaciones más

diversas sobre lo que Roma y su

imperio dejó sobre la superficie de la

Península Ibérica.

Se trata sin duda de un impresionante

diccionario en el que aparecen miles de

entradas que nos ofrecen yacimientos,

pueblos, tribus, calzadas, necrópolis,

inscripciones, dioses, acueductos,

batallas, campamentos, villas, mosaicos,

museos, y un largo etcétera en el que se

incluyen todas las voces que tienen algo

que ver con la presencia de Roma en la

Península Ibérica. Un libro realmente

imprescindible para arqueólogos y

estudiosos de la Hispania Romana.

Los datos prácticos son estos: ISBN

978-84-95414-72-4, es de un tamaño de

17 x 24 cms., encuadernado en cartoné,

con 880 páginas. Su costo es de 50

Euros, y su editorial es Alderabán (de

Cuenca).

Por lo que respecta a la provincia de

Guadalajara, podemos decir que

aparecen entre sus páginas cientos de

referencias a temas relativos a la

civilización romana, como el puente de

Carrascosa de Tajo, las localizaciones

de yacimientos romanos en Anguita, el

origen de la ciudad de Guadalajara, las

raices romanas de Sigüenza, las

mansiones localizadas en el valle del

Henares, los personajes romanos

relacionados con Hispania, datos sobre

Manlia, sobre ríos y puentes, y un largo

etcétera de referencias a nuestra

provincia, a toda Castilla-la Mancha, y

por supuesto al total de España,

reuniendo en un solo libro todo lo que

un investigador, arqueólogo,

historiador, estudioso o simplemente

curioso desea saber en relación con la

presencia romana en la Península.

Analizando al milímetro no solo los

yacimientos, los personajes, sino todas

las estructuras (acueductos, anfiteatros,

villae, puertos, foros, molinos, vías y un

largo etcétera que corporeiza a la

Hispania Romana entre nosotros. Un

elemento de trabajo, sin duda, bien

hecho y en todo caso muy útil.

Libros Uno por uno 23 diciembre 2011

Page 13: 55 ENTREGA

Martín Almagro Gorbea, José Mª

Barranco Ribot, José María;

Markel Gorbea

Excavaciones en el claustro de la

catedral de Toledo, Edita: Real Academia de la Historia

628 pags.; Año 2011; 60 €

Con la colaboración de Alberto Canto,

Mª Antonia Martínez Núñez, Mónica

Redondo, Jesús F. Torres Martínez e

Isabel Velázquez.

INDICE

Presentación. Introducción.

LAS PRIMERAS EXCAVACIONES

ARQUEOLÓGICAS EN LA

CATEDRAL; EL SONDEO

GEOLÓGICO Y ARQUEOLÓGICO

EN LA CUADRÍCULA JA3.;

EXCAVACIÓN EN LA CRUJÍA ESTE

DEL CLAUSTRO. EXCAVACIÓN

ANTE LA PUERTA DE SANTA

CATALINA; LA TRINCHERA ESTE-

OESTE A TRAVÉS DEL JARDÍN

DEL CLAUSTRO. LA EXCAVACIÓN

EN EL "BODEGÓN". LOS ALJIBES

S4 Y S5. INTERPRETACIÓN DE LOS

HALLAZGOS.

Bibliografía. Apéndices.

Láminas.

Puertollano: Imágenes de los años

70

Luis Fernando Ramírez Madrid Ayuntamiento de Puertollano-Los

legados de la tierra; Puertollano, 2010;

176 pags

Una ciudad importante dentro de

Castilla-La Mancha, un núcleo minero

(en otro tiempo) e industrial

(posteriormente) poderoso atesora una

importante memoria gráfica que es

bueno sea organizada y conservada. Es

lo que hace en este libro el historiador

Luis Fernando Ramírez Madrid,

director de la Casa Municipal de

Cultura y estudioso de los avatares del

Puertollano contemporáneo

En esta ocasión reúne y compendia

fotografías correspondientes a la década

de los años 70 del siglo pasado,

importante por los cambios políticos

que en ella acontecieron en todo el país,

pero también por las transformaciones

urbanas que registró la ciudad (nuevo

Ayuntamiento, nuevas viviendas, nuevo

Instituto, Hogar del Pensionista, Casa

de Juventud, etc.; además de

modificaciones urbanísticas acometidas

por la primera corporación democrática

encabezada por el alcalde Ramón

Fernández Espinosa.

Con todo ello se organizó una

importante exposición de la que este

libro es el catálogo y la memoria para el

futuro.

Con un buen criterio de historiador y

como buen conocedor de su villa,

Ramírez Madrid agrupa temáticamente

todo el material disponible y explica lo

esencial de los distintos apartados que

vienen reflejados luego gráficamente en

numerosas fotografías, en blanco y

negro y color,

Un acierto más del programa “Los

legados de la tierra” que, no nos

cansamos de decir, debe continuar, pase

lo que pase.

AGC

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Miscelánea. In honorem Juan José

Gómez Brihuega

Compilador: Martín Muelas

Herráiz

Diputación de Cuenca, 2011, 306 pags.

Juan José Gómez Molina, catedrático de

latín, hombre culto, e impulsor de

infinidad de iniciativas culturales en

Cuenca, murió el año pasado, con 70

años. Nos consta que llegó a ser lector

de este sencillo boletín digital, algunas

semanas antes de su muerte.

Sus amigos, que los tenía y muchos, han

decidido dejar una huella de su memoria

y han recopilado en este libro una serie

de trabajos de géneros muy diferentes:

desde intervenciones en su instituto, el

Alfonso VIII, el primer año de su

incorporación al mismo (1983) hasta el

programa de la asignatura Latín y

Cultura clásica para la Facultad de

Humanidades de la UCLM en Cuenca,

o su memoria para un proceso

administrativo, al que finalmente no

llegó a presentarse. Junto a estos, de

índole digamos académica, hay otros

tales como conferencias y pregones,

presentaciones de libros y homenajes a

determinados amigos, algunos ya

desgraciadamente fallecidos como su

colega el profesor Ángel Luis Mota

Chamón o el poeta Diego Jesús

Jiménez, con el que durante muchos

años desarrollaron, los veranos, en

Priego, el curso “Leer y entender la

poesía”, en el que se dieron cita los

mejores poetas del parnaso español del

momento.

Hay dos textos de Gómez Brihuega

cuyo interés se destaca especialmente

son los dedicados a algunas cantigas de

Alfonso X en las que aparecen

referencias Cuenca y un estudio sobre

refranes de origen culto.

Además de su actividad docente,

Gómez Brihuega colaboró en gran

número de iniciativas culturales

conquenses, por lo que este libro supone

en cierto sentido un recorrido por ese

panorama: la revista Diálogo de la

lengua, las Semanas Poéticas, el

mencionado curso de verano sobre

poesía, así como su apoyo a numerosos

libros y autores de la tierra a los que

regaló sus prólogos y presentaciones,

muchos de ellos aquí incluidos.

El libro se enriquece con unos textos

preliminares del editor José Luis

Muñoz, el exalcalde José Manuel

Martínez Cenzano, los poetas Antonio

Gamoneda, Juan Carlos Mestre y

Amparo Ruiz Luján, o los profesores

Antonio Rey Hazas, o Abelardo

Martínez, entre otros.

El compilador del volumen, el director

de la Facultad de Educación y

Humanidades de la UCLM-Cuenca,

Martín Muelas señala en la introducción

que Gómez Brihuega “no era muy

partidario de dejar por escrito sus

participaciones públicas”, lo que

confiere a esta recopilación mayor

valor, si cabe. Y expresa su opinión de

que este libro está hecho no sólo en

honor y homenaje del profesor y

ciudadano fallecido, sino “como

humilde pago de lo mucho que aquí nos

has dejado”. Quede aquí constancia de

ese deseo, que a nuestro modo de ver se

ha cumplido perfectamente con esta

publicación.

Alfonso González-Calero