502 Violencia y Acoso Psicologico en El Trabajo

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Cuando el trabajo nos castiga. Florencia Peña Saint Martin Patricia Ravelo Blancas Sergio G. Sánchez Díaz

Transcript of 502 Violencia y Acoso Psicologico en El Trabajo

Cuando el trabajo nos castiga.

Florencia Peña Saint Martin Patricia Ravelo Blancas Sergio G. Sánchez Díaz

bjetividade e adrnin isu-acao de pc!_* a trabalha em equipes de sa ocko (organizadores), Agir ~

,266-296. G Hián en salud. En defensa de

Distrito Federal, Documento

ciÓIl de salubristas, Unive

lo del acoso grupal/moral ("mo olld OrganiZalio1Jal Psych%

Larización de la política de s 01. n.Núm.1 pp. 1-17. y gobernabilidad. Contrastes en

. locale. (Distrito Federal)", po a -alud de los mexicanos? Dcre ud. propuestas para la acción.

o humano". En: H. Spinel1i (ca \' subjetividad, Lugar Edil

bing Ysalud. Repercusiones nega l "'. mecanoescrilO, Escuela a

mobbing. Contribuciones del cane -. mecanosecrito, Escuela Nacion

'" ral (2002). "Acoso psicológico e ·úm. 78, noviembre. Madrid.

Federal 2002-2006, Secretaría de Sal

. j risprudencial de derecho compar o Puerr.orriquáío. Vol. 44. Núm. 2­

CAPÍTULO 13

VIOLENCIA Y ACOSO PSICOLÓGICO EN EL TRABAJO. PA ORÁÑUCA DE GUADALAJARA, MÉXICO

Manuel Pando Moreno Carolina Aranda Beltrán

De mobbing y "¡oleucia pskológic.a en general

Es muy conocido ya que el ténnino de nwbbhlg tiene sus orígenes en los años sesenta,

:uando el etólogo Konrad lorenz lo utilizó para desclibir la conducta grupal de los .J)imales, caracterizada por las amenazas y ataql1es de un grupo hacia un miembro de u propio grupo O especie. al que consideraban como enemigo por alguna razón.

Szasz (1974) nos presenta una clara representación de eUo. la cual resulta ser Ull

~jemplo tan manifiesto. que me atrevo a transcribirlo:

En paJ1icular, he intentado mostrar que el hombrt; social teme al otro e imenta destruir­

lo, pero que paradójicamente necesita a e..ste atTO y. si es necesario. lo crea, para que al

invalidarlo como malo pueda con.fi.rmarse a sí mismo como bueno. E -la' ideas son tras­

mHidas con habilidad artística cOllSUOlada por leny Kos.inski en su extraordinario libro

El pájaro pintado. el tínllo alude a este m.ism tema. el pájaro pintado e.s el símbolo del

otro perseguido. "del hombre manchado".

La historia es un cuento desazonador que nos narra lo que le sucede a un muchacho de

'eis años de uua gran ciudad de la Europa anelllal (que) dUJ"aute las primer~s semanas de

la Segunda Guerra Mundial va a lIna aldea distante a buscar la seguridad. Para proteger a su hijo de las minas de la guerra en la capital, sus padres, peJ1enecientes a llt clase media,

lo confían al cuidado de una mujer campesina. al cabo de dos meses de su llegada, éSla

muere. Los padres 110 lo aben y el niño no tiene medi s a su alcance para ponerse en

246 . Manuel Panda Moreno y Carolina' Aranda Beltrán

contacto con ellos. Se encuentra a la deriva en un océano de IHUJlanidad, a veces indife­

rente, a menudo hostil y pocas veces protectora.

Durante sus peregrinaciones a lravés de la campiña de la destrozada Polonia. elniiio vi durante cieI10 tiempo bajo la protección de Lekh. Joven de recia complexión. soLitari:

pero honrado, que se gana la vida como trdmpero. En este episodio en que de modo

conmovedor expresa el tema de que para la tribu el 'atTO' es un extraño peligroso.

miembro de una especie hostil que debe ser desrnlida. Lekh ama a una mujer. Lu

había sido violada cUllIldo era una nifia-adolescelltc y en el momento en que la en

tramos, est.á loca de cleseo sexual. los granjeros la llaman "la estúpida Ludmila".

episodio que nOS interesa acontece tras uu periodo de separación entre Lelch y Lud Lo (ranscribiré integro (Szasz, 1974:305).

"A veces pasaban los días y la esnípida de Ludmila no aparecía por el bosque. Entolk

Lekh se sentía poseído por una rabia sorda. Contemplaba solamente a los pájaros enj;;..

lados, 1l1umlurando algo para sí, por fin, tras prolongado examen, escogía el pájaro

fuelte, lo ataba a su rnlllleca y preparaba pinturas malol.ientes de diversos colores. q el componia a partir de los más variados elementos. Cuando los colores le satisfací

ponía al pájaro boca alTiba y pinlaba sus alas, cabeza y pecho con los colores del arco'

hasta que quedaba más vívido y moteado que un ramillete de flores silvestres.

Después. nos adenu'ábamos a la e·spesura. Una vez aHí. Lekb cogía el pájaro pin

me mandaba sujetarlo con mis manos. presionándolo Ligeramente. El ave empeUlh;.

gorjear y a llamar a una bandada de su misma especie. gue volaba nerviosamente SJ

nuestra c·abeza. Nuestro prisionero. al oírlos. luchaba por ir hacia ellos. camando

fuertemente y el p¡íjaro batiendo violentamente encerrado en su pecho recién pinUl

Una vez reunido un número suficiente de pájaros sobre nueSlras cabezas, Lekh me

una señal para que solt.ara al prisionero. Éste se remontaba libre y feliz. como una

cba de arcoiris destacando sobre el fondo de nubes y se zambullía cmre la bandada

le estaba esperando. Durante UllOS instantes, los pájaros pennanec.ían confundid~u.

El pájaro pintado daba vueltas de un extJemo al otro de la bandada, ¡mentando con

cer a su tribu de que era uno de ellos. Pero, deSC01KC¡1:ados por sus brillantes col

volaban a su aJrededor sin convencerse. El pájaro pi.ntado era rec.hazado cada vez

lejos él pesar de su intento de penetrar en las filas de sus congéneres. Poco de

vdamos como uno tras atTO los pájaros se lanzaban en tUl ataque encarnizado.

pronto aquella foOlla de mil c.olores desaparecía del cielo y caía sobre la tierra.

incidentes sucedían a menudo. Cuando finalmente encontrábamos a los pájafO;

dos. solían estar muertos. Lekh e!l.aminaba aten.tamente el número de heridas que

recibido, la sangre fluía por sus ajas coloreadas, diluyendo la pimura y mancha

manos de Lekh.

Capítulo 13. Violencia y acoso psicológico en el trabajo... 247

in embargo, la esnípida Ludmila no regresaba. para desahogar su cólera fl1lstrada. Lekh

prepara otro saclificio (.. ,)

El pájaro pintado es el pelfecto símbolo del otro, del extrailo. de La víctima propi­toria. Con maestría inimitable, Kosinski nos muestra las dos caras del fenómeno: el otro se diferencia de los miembros del rebaño, es arrojado fuera del grupo y

truido ... " (Sz.asz. 1974: 307). Para los aí'íos ochenta, Heinz Leymann iuve 'ligó este comportamiento en los hu­

os, especialmente en las áreas de trabajo, y encontró que el origen de estos com­mientas se sitúa en la estructura y la cultura de la organización que condiciona

aparic.ióll de las conduct.as de violencia psicológica. Según Leymann, el mobbing e una agresión contra cualquiera. más que una dis­

~im.il.lacióll específica contra alguien basada en edad. género. raza, c.reencias, na­nalidad, incapacidad o lugar de nacimiento: es intencional, el fin es obligar a la

esona a que abandone el trabajo. En resumen. el mobbing es un ataque emocional que comienza cuando un indiví­o se convierte en el objetivo de comportamientos psicológicamente agresivos por

'3rte de otros con el fin de obligarle a abandonar el trabajo. Es iniciado por un miero­ro de la organización. quien iU1plica a otros a que lo sigan, debido a qlle la organi­

¡ón ignora, perdona o, incluso, instiga estos comportamientos. Puede decirse que víctima está indefensa, el resultado siempre es doloroso y muy a menudo finaliza

:00 la expulsión o el abandono del trabajo y una importante destrucción psicológica el individuo.

\..ntecedentes de evaluación

Comenzaremos por señalar que, de manera general, las evaluaciones de Jos riesgos psicosociales en las empresas son insut'icientes para poder detectar el acoso psicoló­:=ico en el trabajo.

En México, son escasas las empresas u organizaciones que cuentan con una eva­luación ele factores psicosociales negativos en el trabajo, pero aún en países como Es­paña. donde estas evaluaciones son obligadas por ley en todos los centros de trabajo,

mpoco se obtienen buenos resultados para la detección del acoso psicológico. En el caso español. en su intento por cumplir con la ley de manera rápida y sencilla

(pero no adecuada). muchas empresas han recurrido a la simple apl.icacióll de cues­tionarios de·dicados a la dete·cción de los factores psicosociales negativos en donde predominan los métodos del Th'SHT y el¡STAs21.

Aquí aparecen dos elementos que nos sÍJven para explicar estas limitaciones. Pri­mero, la mayoría de estos cuestionarios paJ1en del concepto de esrresor y- tratan de presentar una.\ista de los estresore-s posibles, a manera de lista de cotejo (cl1eckli.l't , pero el concepto mismo de estresor es insuficiente para la explicación de la cons­

248 • Manuel Panda Moreno y Carolína Aranda Beltrán

trueeión del mobbing. En segundo lugar, erróneamente se acostumbra ver e.l psicológico como un "daño", ocupando el mismo lugar que tendría el bumoUI .­

ansied.ad, pero el mobbing no ex..isle a parür de que la víctima presente sí síntomas, elmobbing está presente desde el momentO en que ocurren los eom mientas violentos contra una persona y que reúnen al menos las cuatro caracte.rL~ _ señaladas por Leymano:

l.� Que existan conductas psicológicamente agresivas, dirigidas contra una sona por pal1.e del grupo o de una sola persona perteneciente a la organiza.:. laboral.

2.� Que haya una frecuencia y sistematicidad en la aparición de las conductas cológicamente agresivas. l

3.� La íntencionalidad de las agresiones debe estar enfocada a la destrucci(Ín (J­

persona, generarle malestar o dafio psicológico u obteneI' su salida de la o~

zación. 4.� Qlle los comportamientos psicológicamente agresivos sean más o menos \

cables, es decir, que sean realidades y no sensaciones o susceptibilidades víclima,

Por ello, la mayoría de los instmmentos de evaluación de los factores psicosoc. no delerminan sobre el lema del mobbing, pero sí lo hacen sobre aqueJlas con nes de la organización del trabajo que son base para que aparezcan las conducta, mobbing.

Una deficiente organización del trabajo es un buen caldo de cultivo para que

rezcan los comportamientos violenlos característicos del acoso psicológico en e bajo, lo que hace necesario que estas evaluaciones se sigan practicando pero, a la sean enriguecidas con una evaluación específicamente de la violencia en el cen trabajo y, más específicamente. la violencia en forma de mobbing.

En este momento es impottante re·saltar que ellllobbiJlg es una forma de viol psicológjca simbólica en el trabajo, pero no es toda la violencia.

Leymann (1996) señaló que en Suecia uno de cada cuatro trabajadores (25% bÍa sido víctima de acoso laboral al menos llna vez en la vida. Pifiuel repol16 t un 25% en los Estados Unidos.

La encuesta de la Universidad de Alcalá sobre violencia en el entorno laborai. contró que un 55% de la población activa encuestada padece algún tipo de probl~

psicológico atribuido al acoso laboral (Pifiuel, 2001); en t:l resto de Europa s. = sentan cifras similares (Ausfelder, 2002) y México y América Lat.ina prácticamc carecen de dalas.

1Leymann llegó a señalar qUG esta conducta debía tener \Illa dU¡aCIól) rnín.ima de sel\ meses yal lI.na muestra de agreslón por sema.na, pero d criterio Se ha usado más como referente de que debe e frecuencia)' sist.ellla.ricidad, sin reslriJJglrSe a tajes cifras.

Capitulo 13. Víolencía y acoso psicológico en el trabajo... 249

Uu estudio que realizamos recientemente en profesores universitarios (Panda _006b) con la aplicaci611 del LLPT-60 y el sistema de evaJuación de González de Rí­.e·ra (2003), seilaJa que bajo dichos criterios el 79.7% de los trabajadores estudiados :a1íficarían como víctimas de acoso psicológico en el trabajo.

La evaluación

Los estudios seilalados (Panda, el al. 2006a y 2006b), efectuados con instrumentos _omo el LlPT-60, presentan prevalencias demasiado altas (79.7%) para poder consi­erarse realmente como mobbing. lo que obligó a reconsiderar el uso de este instru­

mento, ya que es indudable que aquella persona a la que e quiera dañar y/o alejar de la organización estará recibiendo una frecuencia e intensidad mayor de compor­, lientos agresivos que el resto de SllS compaiieros de trabajo. Se consideró como \ íctimas de acoso psicológico (mobbing) a los del cuarril superior en la frecuencia de ompol1amientos violentos percibidos, quiel,es re.presentaron apenas un 2.8%.

Cualquiera que sea la situación que se derive de esos e,~tudios, es una necesidad premiante contar con instmrnentos válidos y adecuados para discriminar entre vio­

lencia psicológica en el lugar de trabajo y mobbing o acoso psicológico, como una f rma específica y altamente destructiva de violen.cia psicológica.

El primer paso, será una adecuada evaluación para establecer norma. que regulen lo problemas demobbing y violencia psicológica en nuestros trabajadores al igual que otras "patologías emergentes " Jo cuál constituye ya uo reclamo en diversos países que cuen­tan con mayores estudios que nosotros en esl tema (Wolfberg, 2003; Monaco. 2004).

Como seI1alamos anteriormente. para determinar la presencia de mobbing se re­quieren cuatro elementos minimos: la presencia de compol1amientos violentos de una

varias personas sobre otra(s); que estos comportamientos se presenten de manera ontinua durante cierto tiempo; que sean relativamente verificables y que "'exista la

intencionalidad de aniquilación o destmcción psicológica y de obtener su salida de la organización" o dañar deliberadamente a la persona.

Los instrumentos utilizados nos permiren contlJmar la tres primeras condiciones de mobbing sin embargo, no parecen capaces de determinar si los comportamientos de violencia psicológica qlle se producen tienen como finalidad el daiio deliberado a la víctima o p'ueden ser producto de formas organizac.:ionales, incapacidad de habili­dades directivas o, aún llegar a ser prácticas clllturales comunes, impidiéndonos dis­ünguir al mobbing como una fom1a específica de violencia psicológica en el trabajo el concepto más crenélico que ésta representa.

De alli surgió la inquietud por eJ¡¡borar un instrumento capaz de evaluar el mob­bing, diferenciándolo de la violencia psicológica, en general, dentro del ámbito la­boraJ. Esto dio Jugar al Lnventario de Violencia y Acoso Psicológico en el Trabajo IVAPT-PANDO), con el que se desarrolló en Guadalajara, México, la primera evalua­

ción aplicada a la población general y cuyos resultados presentamos a continuación.

250 . Manuel Panda Moreno y Carolina Aranda Beltrán

Metodología

La investigación fue realizada con un diseño no experimental, transversal, d tivo, en el que participó como universo del estudio la población económica activa (PEA) de la zona metropolitana de Guadalajara.

Se incluyeron personas mayores de 15 años que estuvieran trabajando como_ pieados en cualquier tipo de empresa o institución al momento del estudio, qued~

excluidas las que se negaran a contestar el formulario y aquellas a las que despu __ tres visitas no habían sido localizadas en su domicilio.

El tamatlo de la muestra se calculó t.omando en cuenta a la población asalaria la PEA total de la zona metropolitana de Guadalajara, es decir. 1, 901,722 indivi según datos dellN"EGl.

Por desconocer el comportamiento del evento a investigar. se. calculó la lllU

con una prevalencia de .05 %, un error estándar de .05 % YUD nivel de confian~

90 %. en una selección al azar. Los sujetos de esuldio fueron elegidos primero ­mallzana y, posteriormellte, por domicilio. Se tomaron cinco domicilios por In

y se encuestó a todos los habitante,s de caela domicilio que reullÍan los criteri inclusión.

La muestra calculada fue de 271 sujetos. previendo una pérdida de casos mentó el 15 %, quedando un total de 311. Finalmente. Llna vez eliminados los su_ que se negaron a participar y las encuestas que 110 fueron correctamente conte el número total de entrevistados fue de 307.

La recolección de datos se realizó a través de un formulario 3utoaplicado illtec

por:

l. fnve11lario de violencia y acoso psicológico en el trabajo (lVAVf-PANDO).

2. Formulario de datos generales y antecedentes laborales.

Con el fin de obtener la informaciÓn más confiable posible, se capacitó pre mente a los encuestadores, que fueron principalmente alumnos de la licenciarur. psicología de diversas universidades locales.

Antes de aplicar la encuesta se explicó a c~\da sujeto el propósito de la misma el fin de sensibilizarlo para la obtención de mejores respuestas.

Variables de estudio

Variables socíodel7lográficas: edad. sexo, estado civil, escolaridad. 'Variables relacionadas con el trabajo: categoría laboral, antigüedad en su p

actual y en el centro de trabajo, situación contrachlal. lugar de trabajo, tumo de ti jo. horas de trabajo semanales en la empresa y/o en el domicilio.

Capítulo 13. Violencia y acoso psicológico en el trabajo... 251

Presencia de violencia psicológica general: evaluada por la cantidad y diversidad de formas. comportal1lienros o eventos de. violencia psicológica que sufría la persona en su ambiente de trabajo, independientemente de la frecuencia o intencionalidad de la misma.

¡/lten 'idad de la violencia psicológica: enrendida como la frecuencia con que se presentan las diferentes formas. comportamientOs o eventos de violencia psicológica que se encontraron presemes.

Acoso psicológico en el trabajo (mobbing): en el ámbito laboral el mobbing seña­la el continuo y deliberado maltrato verbal que recibe un trabajador por pane de Otro u otros éstos se compol1an con él cru Imente la con intención de hacerle sentir mal psicológicamente y obtener su salida de la organización.

Se procesa.ron los datos con ayuda del paquete estadístico Epi Info. para las varia­bles de tipo cuantitativo -e obtuvieron medidas de tendencia central y con medida de dispersión, la desviación estándar Para todas las variables se obtuvieron frecuencias absollllas y relativas.

Se hicieron comparaciones entre las diferentes variables de lipo laboral con el fin de identificar diferencias en cuanto a condiciones de trabajo y acoso psicológico. P¡ml este análisis se utilizó la chi cuadrada, en 1a que se lomó Como asociación cuando p

menor de .05. Entre las consideraciones éticas del estudio, se aseguró el anonimato a los partici­

pantes y la libertad de no contestar a la pregunta si consideraban que atentaba contra ti privacidad. Se concientizó a los participantes de los objetivos del proyecto y los

riesgos que implicaba. De acuerdo con el Reglamento ele la Secretaría de Salud del Estado de Jalisco y de

la Ley General de Salud en materia de investigación en su Título 0, sobre los aspectos 'ticos de la investigación con seres humanos y según su m1ículo 17, esla investiga­ción SE CONSIDERA SIN RIESGO.

Resultados

El trabajo se realizó con 307 sujetos, todos ellos trabajadores asalariados residentes n la ciudad de Guadalajara, Jalisco México.

La edad de los participantes varió entre los 15 y 65 años. la edad promedio fue de 28.7 años y la moda de 19 (cuadro 1).

Hubo predominio del género masculino. con un 61.2% de Jos participantes, 64.2% del total eran casados, 28.7% solteros y el resto se repartí.ó entre viudos, divorciados. te. (cuac\ro 2).

En cuanto a la escolaridad encontramos suje.los con primaria inconclusa (tres aiíos) hasta individuos COIl doctorado. siendo la media l4.7 años de escolaridad (cua­dro 3).

252 . Manuel Panda Moreno y Carolina AIand'a Beltrán

Cuadro 1� Distrihución de la población estudiada por frecuencia y porcentaje,�

según edades

Ed{ld Frecuencia Porcenlaje

15-19 60 19.7 20 ­ 24 74 24.1 25 -29 55 l~

30- 34 36 11.7 35 ­ 39 23 7.5 40-44 26 8.5 45 -49 16 5.3 50- 56 15 4.9 60-64 O O 65 Y más 1 .3 Total 306 100

Fuente: Blaboración propia.

Cuadro 2� Distribución de la población estudiada por frecueDe.ia y porcentaje,�

según estado civil�

E~{(¡do civil FreCllencill Porcemaje

Casados 88 28% SoLteros 197 64% OtrO! 22 7.2% Total ~07 100%

Fuente: EJaboraci6n propia.

Cuadro 3� Distribución de la población estudiada por frecuencia y porcentaje,�

según escolaridad�

Esco/"ridad Frecuencia Porce-nlaje

Primaria sin terminar 2 0.7% Primaria completa 2 0.6% Secundaria 40 13.1% Preparatoria 85 27.R% Licenciatura sin terminar 44 14.4% Licenciaturll 67 22% Posgrado 65 21.3%

Total 305 1O()%

Fuente: Elaboración propia.

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Capítulo 13. Violencia y acoso psicológico en el trabajo... 253

Los sujetos de estudio laboran en 38 diferentes puestos de trabajo (cuadro 4) Y24 giros empresariales (cuadro 5), Conf011l1e a la siguiente lista:

Alimentos� Ayuntamiemo� Comercio� Cómputo� Comunicación, construcción� Consultoría� Educación� Energía� Eventos�

Finanzas� Forense� F011l1ación profesional� Gobierno federal� Industrial� Joyería� Minería� Publicidad� Salud� Seguridad� Servicios� Soporte técnico�

• Ventas

Cuadro 4� Distribución de la población estudiada por frecuencia y porcentaje,�

según puesto ocupado en la empresa�

Pueslo F"ecutncia PorCl'l1/aje

Secretaria 12 3,9% Vendedor 68 22.1% Cajero 52 16.9% Supervisor 9 2.9% Recepcionista B 2.6% Docente. 83 27% Administrativo 9 2.90/. Coordinador 5 1.6% Gerente 6 2,0% Auxiliar administrativo 12 3.9% Otros 43 14.2%

Fuente: Elaboración propia.

254 • Manuel Panda Moreno y Cs.roli'na' Aranda Beltrán

Cuadro 5� Distribución de la población estudiada por frecuencia y 'porcentaje,�

según giro empresarial�

Giro Fl'eC¡¡eflcia Porcelllaje

Comercio 33 10.7%

Servicios 18 5,9% Industrial 21 6.8% Educación. 115 37,5% Salud 7 2.3% Ventas 90 29,3% Otros 23 7.5% Total 307 100%

Fuente: Elaboración propja.

Respecto a los afios de antigüedad en la empresa en la que laboraban al mamem del levantamiento de los datos. la media se colocó entre los 4 y 5 años (cuadro 6) antigüedad en su puesto de trabajo entTe los 3 y 4 años (cuadro 7).

Cuadro 6� Distribución de la población estudiada por frecuencia y porcentaje,�

según tiempo de antigüedad en la empresa organizado en quinquenios�

nempo en la empresa FrecuelJcia f'orce/llaje

Menos de UD all0 75 24.43% 1 - 5 años 163 -3.10%

6-10años 29 9.44% 11 - 15 años 24 7.81% 16 - 20 años 4 .l.31'7i: 21 - 34 años 12 3.9191: Total 307 100%

Fuente: Elaboración propia,

CuadrQ ; Distribución de la población estudiada por frecuencia y porcentaje,

según tiempo de antigüedad en el puesto de trabajo organizado en quinque

Tiempo en el puestO Frecuencia Purcell1aje

Menos de un año 94 30.6% 1 - 5 al10s 163 53,1% 6- 10 años 25 8.2%

11- 15 años 17 5,5% 16 -20 al10 4 1.3% 21 - 3411110S 4 1.3% Total 307 100%

Fuente: Elaboración propia.

Capitulo 13. Víolencía y acoso psicológico en el trabajo... 255

El 41.0% de los sujeto se desempeñaba en el turno matutino, 36.2% tenían un turno variable, 18.9% trabajaba sólo en eJ turno vespertino y un 3.9% lo hacía en el nocturno (cuadro 8).

Cuadro 8 Distribución de la población estudiada por frecuencia y porcentaje,

según turno de trabajo en la empresa

Turno Frecuenóa Porcentaje

Matutino Vespertino Jornada acumulada Mixto T01al

126 58 12

111 307

41.0% 18.9% 3.9%

36.2% 100%

Fucutc: Elaboración propia.

Un 65.5% de los entrevistados trabajaban en turnos de ha ta 40 horas semanale . el 28.601 lo hacía de 41 a 48 horas y el restO por más de 49 hora' (cuadro 9).

Cuadro 9� Distribución de la población estudiada por frecuencia y pOl'centaje,�

según número de horas de trabajo en su empresa�

Horas semana/es Frecuencia POTcemaje

DeO a 40 201 6-.591

De 41 a 48 88 28.7% Más de 49 18 5.8% Total 307 100%

Fuente: Elaboración propja.

Uo 26.8% reportó que con frecuencia trabajaba horas extra, de ellos, el 75.1 % alcanzaba hasta 10 horas extras a la semana y el 24.9% re tante entre 11 y 36 hora' extras (cuadro 10).

Cuadro 10� Distribución de la población estudiada por frccuenc.ia y porcentaje,� según número de boras extras de trabajo realizadas semanalmente�

Hort/s eXTras FreclIellcia Porcentaje

o 224 73.2% 1 - 5 horas 30 9.7% 6 - 10 horas I 10.1% I1 - 15 horas 9 3% 16- 20 hora' 6 2% 21- 25 horas 1 0.3% 26 o más 1.6% Total 306 100%

Fuente: Elaboración propia.

256 • Manufill Pando Moreno y C~ro¡;na Aranda Beltrán

En relación a los resultados de violencia y acoso psicológico en el trabajo confo·· me al criterio del instrumento aplicado (IVAPT-PANDO). un 38.6% report6la presen de compoft<lIrriemos de violencia psicológica que calificaron como alta; el 47. como media y sólo el 13.7% reportó un nivel bajo o nulo (cuadro 11).

Cuadro 11� Prevalencia de presencia de violencia psicológica encontrada según, nivel aH�

medio o bajo, en frecuencia y porcentaje�

Presencia de violellcia FrecIJerrcia Porcl?/IIaje

Alta 38 \2.4% Media 146 47.7%

Baja 122 39.9%

Total 306 100%

Fuente: Elaboración propia.

La intensidad de la violencia psicológica, por su parte, arrojó un 1.0% de i ­tensidad alta; un 9.5% como de intensidad media y el 89.5% un nivel bajo onu (cuadro 12).

Cuadro 12� Prevalencia de presencia de la intensidad de violencia psicológica encontra�

según, nivel alto, medio o bajo, en frecuencia y porcentaje�

Intl'nJÍdad de violencia Frecuencia Porcentaje

Alta 266 86.9% Media 29 9.5% Baja 1\ 3.6'* Total 306 100%

Fuente: ElabQración propia.

El 8.5% del personal estudiado se consideró víctima de rnobbing (0.7% en ni alto y 7.8% en nivel medio), mientras que el resto (91.5%) refirió no sufrir de m bing a pesar de presenciar violencia psicológica en su centro de trabajo (cuadro L

Cuadro 13� Prevalcnda de acoso psicológico en el trabajo encontrada según, nivel allo.�

medio o bajo, en frecuencia y porcentaje�

Intensid(ld de violencill Frecuencia f'orCI!Ilfaje

Alta 280 91.5% Media 24 7.8%

Baja 2 0.7% Total 306 100%

Puente: Elaboración propia.

Capítulo 13. ViOlenCia y acoso psicológico en el trabajo... '257

La mayoría de los sujetos manifestaron ser víctimas de conductas de violencia psicológica de su superior jerárquico (71.8%), el 29.5% dijo recibirlas de sus compa­ñeros de. trabajo y uu 8.6% dijo padecerla por parte de sus subordinados. Los encues­tados podían señalar a más de una persona (cuadro 14).

Cuadro 14� Persona de quien dic,en recibir las agresiones psicológicas en su trabajo�

lll/ensidad de violencia Frecuencia Pareenraje

Superior 219 71.8% CompaIieros 76 29.5% Subordinados 22 8.6%

Fuente: Elaboración propia.

Uno de los factores sociodemográficos que resultaron significativamente asocia­dos a la violencia fTecuencia, intensidad y/o acoso psi.cológico fue el estado civil. el cual presentó tres elementos (tablas 1, 2, 3). En cuanto a la aparición de violencia psicológica, los viudos y divorciados presentaron los resuhados más altos, seguidos de los casados, la prevalencia más baja fue para los solteros. Re pecto a la intensidad de la violencia y acoso psicológico, en ambos casos son los casados quienes presell­taran la mayor prevalencia.

Tabla 1� Distribuc.ión de los sujetos de estudio por estado ci\'il y nivel de presencia de�

violencia psicológica en el trabajo�

Nivel de presencia psicológica el! eltrobeljo Alto Medio Bajo/Nulo TOIllI

Casado 9 41 38 88 Solteros 32 96 68 196 Olros 9 12 22

Valor de p= 0.0000, Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2 Distribución de los sujetos de estudio por estado civil y nivel de intensidad de

violencia psicológica en el trabajo

bllensidad de violencia psicológica en el/rabajo Airo NIl,dio Bajo/Nulo Tornl

Casados 72 14 2 88 Solteros 176 13 7 196 Divorciado 12 O O 12 Olros 6 2 2 10

Valor de p= 0.0000.� Fuente: Elaboración propia.�

258 • Manuel Panda Moreno y Carolina Aranda Be.ltrán

Tabla 3� Distribución de los sujetos de estudio por estado civil y nivel de acoso�

psicológico en el trabajo�

Acoso psicológico en el trabajo

Allo Medio Bajo/Nulo TOlal

Casados 79 8 1 88 Solteros 185 11 O 196 Divorciado 12 O O 12 Otros 4 5 1 10

Valor de p= 0.ססOO.

Fuente: El~boración propia.�

Otro factor fue la edad, en donde los grupos de 15 a 20 años y de 26 a 30 solamen' se asociaron con la intensidad de la violencia y fueron quienes mayor daño ma[Jjft::~

laron (tabla 4).

Tabla 4� Distribución de los sujetos de estudio por edad y nivel de intensidad de�

violencia psicológica en el trabajo�

lmensidad de violencia Edad Aira Media Baja/Nula Total

15 - 19 57 3 O 60 20-24 66 5 3 74 2S - 29 50 3 I 54 30- 34 26 7 3 36 35-39 19 3 1 23 40-44 20 4 2 26 4S-49 14 2 O 16 50- 54 12 1 1 14 S5 -59 O 1 O 1 60-64 O O O O 65 1 O O 1

Valor de p= 0.0378. Fuente: Elaboración propia.

En relación al giro de la empresa y aJ puesto ocupado, sólo las empresas de vicios se asociaron significativamente con violencia, por su parte, el seCCOr de educación (docentes) fue el más afectado (labIas 5 y 6).

El turno sólo se asoció signi.ficativamente con la intensidad de la violencia psi·- ~

lógica entre los trabajadores que rotan tumo (tabla 7 y 8). El género, la antigíledad en la empresa, la anügüedad en el puesto y el número

horas de trabajo a la semana no se asociaron significativamente con ninguno d elementos de violencia y acoso psicológico en el trabajo.

Capítulo 13. Violencia y acoso psicológico ,en' el trabajo... 259

Tabla 5� Distribución de los sujetos de estudio por giro empresarial}' nivel de presencia�

de violencia psicológica en el trabajo

Presencia de vioh'ndll en el trabajo G/:'-o Alta Media Baja/Nula TOIal

Forense 2 1 1 4 Finanzas O 3 O 3 Comercio I 2l 11 33 Serivicios O 5 10 15 Industrial O 3 6 9 Educación 9 42 63 114 Salud O 6 1 7 Helados B 23 43 24 90 Energía 1 4 2 7 Minería O 2 O 2 Sopon.e Técnico O 1 O 1

Construcción O 1 1 2 Consultoría O 2 O 2 Seguridad O 1 O 1 Joyería O 1 O 1 Alimentos O 1 1 2 Cómputo O 2 O 2 Eventos () 1 O ]

Gobierno Federal O I O I Publicidad O 1 O 1 Formación. profesional 1 O O I Comunicación O I O 1 Ayuntamiento 1 2 2 5 Adm,inistrativo O O

Valor de p= 0.0155. Fue.nte: Elaboración propia.

Tabla 6 Distribución de los sujetos de estudio por puesto de trabajo y nivel de presencia

de violencia psicológica en el trabajo

Presencia de violencia PuesfO Alta Media Baja/Nula Total

Secretaria 2 5 S 12 Vendedor 9 37 22 68 Cajero 12 26 14 52 Supervisor O 6 3 9 Recepcionista I 3 4 8 Docente 8 30 45 83 Admi nistrativo 1 4 4 9 Gerente I 2 3 6 Auxiliar administrativo O 7 4 11 Otros 4 26 18 48

Valor de p= 0,0007. Fuente: Elaboración propia.

260 • Manuel Panda Moreno y CaroJína Aranda Beltrán

Tabla 7 Distribución de los sujetos de estudio por turno de trabajo y nivel de intensi

de la violencia psicológica en el trabajo

fnrensidal/ de la violellcia en eilrahajo Ií.mo Alta Media Baja!l'lula Total

Matutino 114 8 4 126 Vespeni 11 o 54 2 2 5R Jornada aculllulada 12 O O 11 Mixto 86 19 5 110

Valor de p= 0.0101,� Fuenle: Elaboración propia.�

Tabla 8 Distribución de los sujetos de estudiu por tumu de trabajo J oh'el de preseu

de violencia psicológica en el trabajo

Presencia de violellcia Turno Alta Media Baja/Nula Total

Matutino 20 62 44 Vespertino 12 29 17 Jornada acumulada 1 7 4 MLxto 5 48 57

Valor de p= 0.0345.� Fuente: Elaborac..í6n propia.�

Discusión

Resulta difícil contrastar los resultados obtenidos con aquellos presentados en estudios, tanto nacionales como internacionales. El mobbing es aún lIna categ de estudio en constmcción yeso hace que encontremos muy variadas prevalen del mismo. Corno señalamos amerionneme, Leymann (1996) reportó un 25% de . cidencia en Suecia, lo mismo que Pifiuel en los Estados Unidos y la encuesta de Universidad de Alcalá, España. el 55% (Piñuel, 2001), pero en cada caso la ace¡x de mobbing y su instrumento de evaluación fueron diferentes. De becho, a nues juicio, se evaluó la presencia de violencia psicológica en el trab<ljo y no el mobbi.c.~

por ello, consideramos acertado que esas cifras coincidan más con las que re nuestro estudio en cuanto a la presencia de violencia y acoso psicológico en el tTaba. con una incidencia considerada alta del 38.6%; e147. 7% corno media y sólo el 13.7 lo consideró nulo; y no con .la cifra aqui obtenida en relación al acoSo psicológi.. en el trabajo, que fue e.l 8.5% de víctimas de mobbing (0.7% en nivel alto y 7.80/, e nivel medio).

Capítulo 13. Violencia y acoso psicológico en el trabajo... 261

En nuestro estudio, las formas de mobbing horizontal y ascendente fueron las más frecuentes. este aspecto se reporta poco frecuentemente en los esrodios publicados, pero coincide con los pocos reportes encontrados en la literatura intemacional (Bas­ca, 2004) y con los reportes teóricos y anecdóticos encontrados (Ausfelder. 2002).

La mayor incidencia de mobbing a nivel internacional se reporta entre jóvenes menore·s de treinta años, lo que coincide cercanamente con lo encontrado en Guada­lajara, en donde los dos grupos más jóvenes (15 a 20 y 26 a 30 años) concentraron las mayores prevalencias respecto a la intensidad de la violencia allntlllc no asociada al mobbing.

Esto se podría deber a que los 'nuevos' trabajadores. en Sil mayoría, tienen con­lratos más recientes. presentan mayor precariedad del empleo y menos antigüedad en la empresa dos caracteristicas que alieman y animan el comport.amiento hostil en gene.ral contra ellos, pero no necesariamente ofrecen condiciones específicas para que surja el mobbing.

La condici6n de género en el trabajador afectado por mobbing es más discutible, Piñuel (200 1) ha señalado que el mobbing afecta mucho más a los hombres que a las mujeres mientras que Ausfclder (2002) defiende lo conu-ario. En esta investigación. el género, la antigüedad en la empre:a, la antigüedad en el puesto y el número de horas de lrabajo a la semana, no presenlaron asociaciones significativas con ninguno de los elementos de violencia y acoso psicológico en el trabajo.

Los agentes psicosociales del trabajo han demostrado ser factores de riesgo para que urjan diferentes problemas psicológicos como el estrés o el burnout en las di­versas clases de personal (Van FIorn y Schaufeli, 1997' Panda. 2.000: Pera, 2002): un trabajo en docentes publ ¡cado en Inglaterra (Van Dick y Wagner 200 1) establece una relación entre las reacciones de estrés y mobbing.

Tres aspe.ctos correspondientes a los agentes psicosociales de riesgo tuvieron gran importancia en nuestra población estudiada: el giro de la empresa y el puesto ocu­pado. los cuales quedaron asociados con la violencia; yel turno de trabajo se asoció significativamente a la presencia e intensidad de la violencia psicológica, sin embar­go, ninguno de ellos mostró asociación con el mobbing.

Como se pucde ver, IJO encontramos datos que aporten un perfil de la víctima de aco o en relación al género. edad o e.stado civil. confirmando así la aseveración del Dr. Martin Resch de que "no existe la típica víctima de acoso laboral. En realidad, puede sucedemos a todos. a cualquier persona completamente nonnal, tanto mujeres como hombres" (piñuel, 2001).

Prevención-intervención

Como se puede deducir de los resultados arrojados por nuestra investigación. la in­tervención en los centros laborales debe estar destinada al abordaje de la violencia psicol6gica en todas sus fonTIas y no reducirse sólo a la prevención del mobbing. Por

262 . Manuel Pando Moreno y Carolina Aranda Beltrán

ello, no hemos querido concluir este documento sin dejar al menos algunas recomt daciones mínimas para la prevención e intervención en relación ti los comportalIl1' tos violentos en el trabajo.

DETERMINAR LA POLíTICA ANTIVIOLENCIA EN LA EMPRESA. Ade del convencimiento de las propias autoridades de la empresa de que la viole: psicológica no es un recurso de administración de personal y de que no hay razl de competitividad que la justifiquen, se deben formular y publicar potiticas qu denen de fonna explicita la violencia en la organizaci6n, acompañadas de med disciplinarias en caso de que se presenten.

DIAGNÓSTICO DE RIESGOS. De manera sistemática, la evaluación de lo gas de trabajo en la empresa debe incluir evaluaciones destinadas a detenninar presencia de violencia psicológica, la intensidad con que se presenta y los caso, mobbing que puedan existir. pero además. como en cualquier otro elemento de la lud ocupacional, deben identificarse los factores de tipo organizacíonal que favofe\. o se asocian con las fOIDla~ de violencia encontrada, de modo que se puedan pro medidas preventivas adecuadas.

CONTROL DE LOS FACTORES ORGANIZACIONALES DE RIESGO. Sa­rnas que en términos absolutos la prevención del acoso se basa en la posibilidad lograr cambios culturales el nivel de valores, actitudes, expresiones verbales y m de interacción del individuo (flSO, '2002). por lo que nuestras primeras me deberán siempre dirigirse a los cambios en la culntra organizacional de los centros trabajo. pero son necesarios esrudios q11e puedan Uegar a determinar cuále.s soo agentes psicosodales específicos que actúan como factores de riesgo para la apan de mobbing y llevar a cabo medidas preventivas específicas.

Una vez determinados los factores organizacionales que propician o se asocian las manifestaciones de violencia psicológica en la empresa, se deben determinar programas de interve_llción específicos. Es común que aspectos como la falta de Juo­lidudes directivas y de gestión del conflicto en los mandos medios, los programas estímulo mal diseñados y la precariedad en el empleo, se manifiesten como factl de riesgo promotores de violencia psicológica y mobbing.

DTFUSION y FORMACIÓN DEL PERSONAL FaciJitar infonnaci6n es sie una medida provechosa y fácil de realizar, si bien, esto debe cumplirse con todo'­miembros de la organizaci6n, es obvio que los trabajadores requieren distinto dos de información, nosotros distinguimos al menos cuatro grupos: personal gene personal de alta dirección, personal de mandos medios y personal de intervenci, prevención.

Estos grupos requieren conocimientos generales de lo que constituye el mobbu _ y la violencia psicológica (personal en general). identificarlos como 'una falla o_~

llizacional' muy perjudicial para la salud de los trabajadores y consecuencias igu.::. ­mente negativas para la empresa (dire.ctivos y mandos medios) y, de "personal intervención-prevención" (que deberá ser asignado por la empresa), quien debe bir una capacitación más profunda y técnica que los otros grupos.

Capítulo 13. Violencia y acoso psicológico, en el trabajo... 263

Cabe recordar que la intervención puede llegar también a través del apoyo sindical, como asesoría para la presenración de una denuncia o mediante apoyos psicoemo­cionales como la elaboración de un "diario persona!" o directamente como apoyo psicoterapéutico. que. puede resultar benéfico tanto para las empresas como para los sindicatos, fomentaT alianzas con universidades, organizaciones no gubemamentale-s (01 GS) y centros de estudio para el diagnóstico y manejo de estas temáticas, pues no es extraño que estas instituciones cue.nten con información más completa y actualiza­da en relación a lo que existe en el interior de Llna empresa.

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