4º comentario a

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Comentarios de texto 2º Bachillerato Texto número 4: EL ORIGEN DEL UNIVERSO Y LA FORMACIÓN DEL SISTEMA SOLAR No podemos, en una obra como la presente, entrar en detalles sobre las distintas hipótesis y teorías formuladas para explicar el origen del Universo, ni mucho menos someter a discusión los pros y contras de cada una de ellas. Para nuestro propósito, basta considerar que por muchos científicos actuales se admite que el Universo se halla en continua expansión. La noción de un Universo en expansión (es decir que las galaxias que lo forman se van alejando o separando cada vez más) presupone que en su origen el Universo era una esfera condensada de altísimo potencial energético, en cuyo suelo partículas elementales (neutrones, protones y electrones) formaban un gas nuclear con una temperatura de varios miles de millones de grados. La rápida expansión de esta bola gaseosa incandescente se acompañó de una serie de procesos complejos que provocaron la agrupación de las partículas elementales en átomos. A medida que proseguía la expansión, la temperatura fue descendiendo y los átomos de los elementos de un elevado punto de fusión, tales como hierro y silicio, cristalizaron en forma de polvo cósmico, que quedó flotando en el seno de una masa gaseosa formada principalmente por hidrógeno y helio. Llegó un momento en que esta masa de expansión se fragmentó en masas menores de gas y polvo cósmico que empezaron a girar sobre sí mismas y formaron las galaxias. Con este giro se provocaron turbulencias en el interior de las galaxias que abocaron en la fragmentación de su masa en miles de millones de porciones que dieron las protoestrellas, las que girando a la vez sobre sí mismas se concentraron y con ello se presentaron en su interior una serie de reacciones termonucleares, origen de poderosas reacciones luminosas y calóricas. De esta forma se originó el Sol de nuestro sistema planetario solidificado. Pero la velocidad de enfriamiento fue lo suficientemente lenta para que los elementos más pesados (hierro y níquel, por ejemplo) se concentraran en un núcleo central, quedando envueltos por los más ligeros tales como el silicio y el aluminio, mientras que los más ligeros aún formaron una envoltura gaseosa que era la atmósfera primitiva, la cual tenía una composición muy diferente de la actual, ya que estaba constituida principalmente por metano, amoníaco, hidrógeno y vapor de agua, pero carecía de oxígeno, nitrógeno y anhídrido carbónico, que son los principales componentes de la atmósfera actual de la Tierra. Vicente Dualde Pérez. Biología. Ed. López Mezquida, Valencia, 1982

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Comentarios de texto 2º Bachillerato

Texto número 4: EL ORIGEN DEL UNIVERSO Y LA FORMACIÓN DEL SISTEMA SOLAR

No podemos, en una obra como la presente, entrar en detalles sobre las distintas hipótesis y

teorías formuladas para explicar el origen del Universo, ni mucho menos someter a discusión los pros

y contras de cada una de ellas.

Para nuestro propósito, basta considerar que por muchos científicos actuales se admite que

el Universo se halla en continua expansión. La noción de un Universo en expansión (es decir que las

galaxias que lo forman se van alejando o separando cada vez más) presupone que en su origen el

Universo era una esfera condensada de altísimo potencial energético, en cuyo suelo partículas

elementales (neutrones, protones y electrones) formaban un gas nuclear con una temperatura de

varios miles de millones de grados. La rápida expansión de esta bola gaseosa incandescente se

acompañó de una serie de procesos complejos que provocaron la agrupación de las partículas

elementales en átomos. A medida que proseguía la expansión, la temperatura fue descendiendo y los

átomos de los elementos de un elevado punto de fusión, tales como hierro y silicio, cristalizaron en

forma de polvo cósmico, que quedó flotando en el seno de una masa gaseosa formada

principalmente por hidrógeno y helio.

Llegó un momento en que esta masa de expansión se fragmentó en masas menores de gas y

polvo cósmico que empezaron a girar sobre sí mismas y formaron las galaxias. Con este giro se

provocaron turbulencias en el interior de las galaxias que abocaron en la fragmentación de su masa

en miles de millones de porciones que dieron las protoestrellas, las que girando a la vez sobre sí

mismas se concentraron y con ello se presentaron en su interior una serie de reacciones

termonucleares, origen de poderosas reacciones luminosas y calóricas. De esta forma se originó el

Sol de nuestro sistema planetario solidificado. Pero la velocidad de enfriamiento fue lo

suficientemente lenta para que los elementos más pesados (hierro y níquel, por ejemplo) se

concentraran en un núcleo central, quedando envueltos por los más ligeros tales como el silicio y el

aluminio, mientras que los más ligeros aún formaron una envoltura gaseosa que era la atmósfera

primitiva, la cual tenía una composición muy diferente de la actual, ya que estaba constituida

principalmente por metano, amoníaco, hidrógeno y vapor de agua, pero carecía de oxígeno, nitrógeno

y anhídrido carbónico, que son los principales componentes de la atmósfera actual de la Tierra.

Vicente Dualde Pérez. Biología. Ed. López Mezquida, Valencia, 1982