La Casa delMarqués delApartado,ciudad deMéxico

ELSA BERNÁ DEZ PONS

Los descubrimientos hechos enel corazón de la gran capital delpueblo mexica han sido de tal

importancia que han dado origena numerosas interpretacionessobre la monumentalidad desus recintos sagrados, sobrelos materiales constructivos

utilizados, sobre su organizacióndel trabajo para las obras

públicas, así como sobre sucreatividad técnica y artística enel campo del urbanismo, de laarquitectura y de la escultura.

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Hacia la segunda mitad del siglo xvm, don José Francisco deFagoaga y Arozqueta, apartador del oro y plata de la uevaEspaña, encargó al arquitecto Manuel Tolsá el proyecto de

construcción de la Casa del Marqués del Apartado.

En el ex palacio del Marqués del Apartado, situado en laesqujna de las actuales calles de Argentina (antigua­mente llamada del Relox) y de Donceles (nombre que

conserva desde la Colonia), se encuentra una amplia informa·ción histórica relacionada con los djversos usos del terreno enlas épocas prehjspánica, colonial y contemporánea. Por ello laintervención arqueológica se planeó conjuntamente con el ar­quitecto-restaurador responsable de la obra, y los objetivo ini­ciales se ampliaron durante su desarrollo, según lo requirieronla necesidades de la investigación.

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En 1900 se encontró laescultura del clUluhxicalli

que representa un ocelote enel área de la Casa del Marqués del

Apartado. Según algunos cronistas,en ese sitio, que formó parte del recintoceremonial de México-Tenochtitlan,

estuvo el templo de Coateocalli o "de losdiversos dioses", o el de la diosa Cihuacóatl.

FOTO- MJCHEL ZABÉI AAices

bajos de restauración del edificio a cargo del ca­pitán de ingenieros Porfirio Díaz hijo y R.G.S.

Facio, según consta en la placa conmemora-tiva colocada en la fachada norte.

En ese tiempo, durante la excava­ción encomendada al arqueólogoLeopoldo Batres, se encontrarondos importantes piezas en el patiocentral: un ocelote (océlotl-cuauh­xicalli) y una serpiente (xiuhcó-

atl), así como las escalinatas deun basamento preruspáillco. Du­rante los trabajos de 1985 se en-

contró una escultura mayor, unáguila, cuauhtli-cuauhxicalli, querefuerza el sentido simbólico de

este espacio, en el que se ubicaba unimportante templo del recinto sagrado deTenochtitlan.

Ha tenido diversos usos oficiales: pri-mero albergó a la Secretaría de Justicia e

Instrucción Pública y Bellas Artes (1902-1914); algunos de­talles decorativos del salón principal del segundo nivel aúnmuestran vestigios de esa época.

Luego fue ocupada por la Secretaría de Instrucción Públi­ca (1914-1917), la Secretaría de Comercio, Fomento y Traba­

jo (1917-1934), Yla Secretaría de Econo­mía (1947-1958). Durante 1959-1960

se hicieron nuevas mo­difIcaciones que

estuvieron a

Xiulzcóatl, serpiente de estrellas, encontradaen la Casa del Marqués del Apartado.

FOTO- MARCO ANTONIO PACHECO I RAfees:

BREVE HISTORIA

Según Ignacio Alcocer e Ignacio Marquina, en laépoca prehispánica el predio formó parte delrecinto ceremonial de México-Tenochti­tlan y, según algunos cronista, en élse encontrabael Coateocalli o "tem­plo de los diversos dioses", aunquetambién se pudo tratar del templode la diosa Cihuacóatl.

Despué de la conquista espa­ñola, en esa zona se otorgó unsolar a los conquistadores Luis,Francisco y Gonzalo Acevedo-que se extendía posiblementehasta la actual calle de Guatemala(Sodi, 1968)-, quienes construyeron unamansión fortificada con un torreón alme­nado, al estilo de la época. Hacia la se­gundarrutad del sigloxvllI don José Fran­cisco de Fagoaga y Arozqueta, vizcondede San José, entonces apartador del oro y plata de la NuevaEspaña, compró una parte del solar de los Acevedo y encargóal arquitecto valenciano Manuel Tolsá la construcción de lacasa como se conoce hoy en día. En 1881 era propiedad de donCayetano Rubio; posteriormente, en 1883, la adquirió la fa­milia Mier, y en 1886 fue vendida a Manuela Moncada, quienun año después dividió la construcción y registró una parte conel número 9 1/2 (Registro Público de la Propiedad). A su fa­llecimiento, en 1900, la adquirió el supremo gobiernopor la cantidad de 220 000 pesos, y se realizaron tra-

materiales arqueológicos contemporáneos, entre los que des­taca una colección de clichés de marcas comerciales en u oentre 1918 y 1923, muestran los cambios en las influenciascomerciales predominantes y en la utilización de antiguas re-

sidencias aristocráticas como oficinas guberna­mentales, tal como ocurrió con inmuebles del

centro de la ciudad.La decoración actual muestra también

una secuencia de estilos arquitectónicosen boga en las diver as etapas de rea­decuación de distintos espacios, de

las cuales las más notables fueron lasde 1901 y 1961, Yla de menor im­

portancia la de 1887. A estaúltima se asocia la subdivi­sión que sufrió el inmueble,identificada con el número

9 1/2, grabado en una cantera dela fachada; el acceso era por un lar-

go pasillo en el que aún quedan lasargollas para amarrar caballos y laescalera.

De los trabajos de reconstrucción de 1901 quedan los pla­fones y los cielos rasos en el segundo y el tercer nivel; la ye­sería del salón principal con las inscripciones "1901", 'S/J"(Secretaría de Justicia), "SfI" (Secretaría de Instrucción); ylas pinturas de los plafones con temas alegóricos a la justiciay las artes. La única pintura firmada, por M. Martí, se encon­tró en el cuarto número 219 del segundo nivel, con fecha de1902. En general, esta remodelación es más visible en puer­tas, ventanas, paredes y techos, así como en pasillos interio­res y en el techado de cristal del corredor superior. Esta épo­ca fue la que más datos aportó para la restauración del edificio.Durante los citados trabajos de Medellín y Haro, aunque nose modificó sustancialmente la decoración de principios de si­glo, se subdividieron los espacios interiores y se colocó unafuente de grandes dimensiones al centro del patio, así comoun vitral con el escudo nacional en la escalinata principal.

Vista de la parte inferior del cuauhxicalli águila.Es notorio el tallado de la representación de las plumas.

FOTO: ELSA HERNÁNDEZ

MATERIALES ARQUEOLÓGICOS

Los trabajos realizados hasta la fechaen la Casa del Marqués del Apartadohan arrojado una buena cantidad de datos e interpretacionesque, cronológicamente, cubren desde el pasado indígena has­ta el presente. Las piezas indígenas, coloniales y contempo­ráneas son valiosos testimonios de ese largo proceso y de laartesanía y del gran arte escultórico del pueblo mexica. Entrelos vestigios del basurero virreinal se encuentra cerámica mes­tiza con influencias indígenas, que señala el papel central deNueva España en la ruta comercial hacia la lejana Asia, la cual

había sido el pretexto ini­cial de los viajes de

exploración delsiglo xv. Porsu parte, los

cargo del arquitecto Jorge L. Medellín y el ingeniero ManuelHaro, bajo la supervisión del INAH, y de 1961 a 1981 la casaestuvo ocupada por la Conasupo. De 1982 a 1988 fue sede dela Subsecretaría de Cultura de la SEP, y también por ese tiem­po la Dirección de MonumentosHistóricos del INAH realizó traba­jos de restauración y excavaciónen el inmueble. Actualmente lacasa está en remodelación inte­gral, aunque sigue siendo unasede alterna del Consejo Nacio­nal para la Cultura y las Artes. Eledificio fue declarado monumen­to histórico en 1931 por el doctorJ.M. Puig Ca auranc; la Comisiónde Monumentos ratificó y regis­tró la declaratoria en 1955.

Durante las intervencionesarqueológicas de 1985 fue

encontrado el cuauhxicalliáguila (cuya parte inferiorse muestra en la imagen de

arriba). Los datos arqueológicoscorroboran que estuvo, junto con

las esculturas del cuau/lXicalliocelote y la xiuhc6atl, en el espaciodedicado al ''templo de los diversos

dioses" o de la diosa Cihuacóatl.FOTO: MICHEL v.aé I RAfees

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EXPLORACIONES ARQUEOLÓGICAS

Debido a que el edificio se encontrabaen uso, la excavación se redujo a espa­cios limitados. Las áreas de intervenciónfueron 33 en total, aparte de las calas he­chas en paredes o techos con el fin dedetectar decorados, colores originales,materiales de construcción y agregadosposteriores. La exploración arqueológi­ca se realizó en toda la planta baja, y sóloquedaron sin investigar aquellas zonasque no pudieron desalojarse por estar enuso. Las banquetas de la calIe tambiénse trabajaron; del total de calas, cuatrocorresponden a la banqueta actual, cin­co al patio principal, tres a patios inte­riores y 21 a espacios cerrados. En 1984se llevaron a cabo tres sondeos, a 36 mde profundidad, para realizar el estu­dio de mecánica de suelos del edificioy determinar su asentamiento sobre elnivel actual.

La información arquitectónica másabundante fue de la época prehispánica,debido a que el edificio está muy cercadel Templo Mayor excavado por el INAH

(Matos, 1979). Ya indicamos que el te­rreno parece corresponder al lugar don­de estuvieron los templos de Coateoca­lti o Cihuacóatl.

Los datos sobre los periodos colonialy republicano no son abundantes, perosí suficientes para conocer las modifi­caciones y usos dados al edificio en susdiferentes épocas. Asi, las calas de pa­red sirvieron para registrar los tipos demateriales constructivos yfechar la épo­ca de los muros.

Esta información se utilizó para laadecuación de los espacios por parte dela entonces Dirección de MonumentosHistóricos, que permitió detectar acce­sos tapiados y algunos elementos inte­resantes, como los graffiti encontradosen dos de los cuartos de la planta baja, olas marcas en la cantería de las moldu­ras coloniales del patio posterior. Un cu­rioso ejemplo de cómo se confunden einterrelacionan las épocas, es que en unagrieta del tercer nivel se encontraron ho­jas del suplemento cultural del diario Ex­célsior y una cajetilla de cigarros Fanta­sía, todas de 1924, fecha posible deltrabajo de "relleno" de dicha grieta.

Observaciones de superficie en eledificio nos permitieron registrar ele-

Entre los distintos materiales arqueológicosde la Casa del Marqués del Apartadosobresalen estos clichés metálicos de

diversos productos y marcas registradas.

La readecuación de los espacios en la Casadel Marqués del Apartado fue notoria.En 1887 se le subdividió en dos partes;

testimonio de esto es la placa de canteraque tiene grabado el número 9 1/2.

Esta caja de cigarros, fechada en 1924,fue localizada como parte del relleno

de una grieta del edificio.

mentas grabados en la cantera, como elya referido "9 112" Y la placa de los tra­bajos de 1901 Y 1962, esta última ac­tualmente en el museo de sitio.

La información permite reconstruiruna microhistoria que es reflejo, enpequeña escala, de la ocupación ininte­rrumpida de la ciudad de México. Lacronología de los asentamientos locali­zados es muy clara y nos muestra los di­ferentes usos que se dieron al terreno du­rante más de 500 años.

Tenemos información sobre el basa­mento prehispánico azteca y sobre lasremodelaciones lIevadas a cabo desdela construcción de la casa: la de 1806 porManuel Tolsá, así como las posteriores,de 1900 y 1961. Entender esta secuen­cia fue muy útil para los trabajos de res­tauración arquitectónica emprendido~

entre 1984 y 1987.Entre los resultados más importantes

del proyecto que corresponden a la épo­ca prehispánica destacan: la interpreta­ción de la plataforma del recinto a par­tir de los trabajos de 1900 y los nuevosdescubrimientos, una ofrenda con pre­sencia de decapitación humana y as­pectos simbólicos, un catálogo de lasesculturas localizadas y un estudio es­pecial del gran cuauhtli-cuauhxicalli,una de las piezas escultóricas más im­portantes del arte mexica.

La época que menos vestigios arrojófue la Colonia, aunque la colección demateriales rescatados la evidencia con­tundentemente. La estructura arquitec­tónica novohispana no se encontró, peroel sistema constructivo hizo que se plan­teara la posibilidad de una reutilizaciónpor parte de Tolsá de una edificación an­terior, posiblemente la casa o solar co­lonial de los Acevedo.

La exploración de la Casa del Mar­qués del Apartado representa un avan­ce importante, resultado de un trabajointerdisciplinario y del esfuerzo colec­tivo encaminados a un fin común: la in­vestigación históricade México y la con­servación del patrimonio cultural. ~

EIsa Hernández Pons. Arqueóloga. Investigadorade la Coordinación Nacional de Monumentos His­tóricos, INAH.

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