4 Preguntas Para Alcanzar Tu Libertad Del Sufrimiento
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4 Preguntas para Alcanzar Tu Libertad del Sufrimiento.17 de septiembre de 2015 a las 20:05
Te quiero compartir un método que es muy útil cuando
queremos dejar de sentir tensión o sufrimiento.
Puedes notar que mientras más piensas en lo que
no quieres, sientes sensaciones físicas y emociones
que no son agradables.
Al sentir algo no agradable te puedes preguntar:
¿En qué estoy pensando?
Algunas veces, la respuesta no viene rápidamente;
pero al seguirte haciendo esa pregunta y mientras te
concentras en esas sensaciones desagradables,
el pensamiento aparece y lo puedes identificar.
Suponte que identificas el pensamiento X;
donde X significa el pensamiento que tienes. Para
ilustrar aún más lo que quiero
explicarte, vamos a suponer que X es el pensamiento:
"No soy lo suficientemente bueno en lo que hago".
Cada vez que pensamos en X, sentimos una serie
de reacciones físicas, emocionales e imágenes mentales
no agradables. Y eso es debido a que estamos aferrados
a ese pensamiento porque lo consideramos como un hecho,
como una verdad irrefutable.
¿Qué puedes hacer con el pensamiento X para poder
sentirte mejor?
La respuesta es, cuestionar ese pensamiento.
¿De qué manera?
Conozco dos maneras de cuestionar pensamientos o
creencias que son el Método de la Opción y el Método
de Byron Katie, denominado El Trabajo.
En estas notas voy explicarte el método El Trabajo por lo
sencillo y por lo duplicable. Es fácil de aplicar en uno mismo
y en otros.
Cuando estas aferrado a un pensamiento es porque crees
que ese pensamiento es una verdad irrefutable, y aún, puedes
estar dispuesto hasta dar la vida por demostrar su veracidad.
El Trabajo de Byron Katie consta de cuatro preguntas principales
y otras preguntas adicionales que permiten quitarle poder a ese
pensamiento que nos lleva a sufrir o que nos causa estrés.
La primera pregunta comienza a "sacudir" la veracidad de lo
que consideras un hecho. Es como intentar mover un tronco
que está bien enterrado.
Imagínate preguntándote ante un pensamiento que consideras
como un hecho sin discusión, lo siguiente: ¿Es eso verdad?
Si lo respondes rápidamente, dirás un sí rotundo.
Recuerda que, si quieres liberarte de los efectos negativos de
un pensamiento que te limita, puedes repetir esa pregunta,
lentamente, meditándola, hasta que surja la respuesta desde
tu interior.
Ej.: ¿Es verdad que “no soy lo suficientemente bueno en lo que hago"?
Espera la respuesta.
Ahora, pasemos a la segunda pregunta; la cual te va a llevar
a considerar de nuevo el pensamiento X, por si acaso has respondido
rápidamente la primera pregunta.
Cuando te haces esta pregunta, manteniendo el objetivo de conocer
la verdad última y liberarnos, vas a crear un poco, algo o mucha duda
en ese pensamiento que considerabas irrefutable y así, ese pensamiento
comienza a perder su poder limitante y creador de sufrimiento.
La segunda pregunta es: ¿Realmente, tienes la certeza absoluta
(al 100%) de que ese pensamiento es verdad?
Apliquemos esa pregunta al ejemplo que estamos mostrando.
Ej.: ¿Tengo la certeza absoluta de que es verdad que “no soy lo
suficientemente bueno en lo que hago"?
Espera que surja la respuesta desde tu interior.
Después que surja la respuesta, date cuenta de las sensaciones
y emociones que sientes.
¿Notas el cambio?
Te invito a que comiences hacerte estas dos preguntas,
cuando te sientas mal porque crees en un pensamiento que te
limita y que te causa tensión o sufrimiento. De esta manera
puedes vivenciar el poder que tienen esas dos preguntas para
cuestionar esas creencias limitantes.
Las dos preguntas restantes te lo explicaré en los párrafos
siguientes.
Las dos primeras preguntas cuestionan esos pensamientos
que consideras como hechos sin discusión y que te hacen
sufrir o te crean estrés.
Cuando cuestionas esos pensamientos, comienzas a sentir
un cambio favorable que puede ser imperceptible o muy evidente.
Para la persona que está aferrada a un pensamiento como:
“no soy lo suficientemente buena en lo que hago”, ese pensamiento,
para ella, es un hecho que no se puede refutar; ya que, incluso,
puede darte pruebas de su pasado, que apoyan su veracidad.
Por eso, cuando se responde rápidamente, sin meditar, a la
pregunta: ¿Es verdad que no soy lo suficientemente buena en
lo que hago? Su respuesta inmediata es: Sí.
Después de ese sí, puede darte las pruebas:
“fíjate que cuando…..no me salió nada bien. En esta ocasión
en que…. sucedió lo mismo, etc”.
Es importante anotar esas pruebas, esas conclusiones que
apoyan al pensamiento original que te causa sufrimiento,
para hacerle también las 4 preguntas de El Trabajo.
Cuando te haces la primera pregunta, una y otra vez, esperando
que la respuesta venga de tu interior y no del recuerdo,
se puede experimentar un milagro.
Si la respondes un poco más rápido; la segunda pregunta
vuelve a cuestionar ese pensamiento de forma tal que incita
a la duda y luego te lleva a la verdad.
¿Tienes la certeza absoluta (al 100%) de que X es verdad?
¿Tienes la certeza absoluta de que “no soy buen@ en lo que hago?
Cuando se quiere conocer la verdad, al meditar para responder
a esta pregunta, se puede sentir como que se comienza a soltar
un poco, algo o mucho de esa atadura al pensamiento que te causa
tensión o sufrimiento y que antes considerabas como un hecho,
como una verdad irrefutable.
La tercera pregunta te lleva hacer una lista de las reacciones que
tienes cuando consideras el pensamiento X; es decir, las reacciones
corporales, emocionales y mentales.
Esa pregunta es: “¿Cómo reacciono cuando tengo ese
pensamiento X?
Ilustremos con el ejemplo que estamos usando.
¿Cómo reacciono cuando pienso: “No soy lo suficientemente bueno
en lo que hago? “ Anotas todas las reacciones que sientes.
La cuarta pregunta es una que nunca había considerado antes. Es
una invitación a considerar algo inaudito, realmente algo imposible
de pensar cuando se tiene un pensamiento al que estamos atados o
aferrados.
Es una pregunta tan importante , para mí, que quiero terminar este
compartir con ella, no sin antes decirte, que Byron Katie escribió un
libro sobre este proceso que se llama: “Amar lo que es”.
Continuemos.
Ya hemos hecho tres preguntas para cuestionar el pensamiento
que hemos identificado como causante de tensión o sufrimiento.
Tal vez, ya hemos comenzado a dudar de nuestra conclusión de
que era un hecho irrefutable y nos hemos dado cuenta de cómo
reaccionamos cuando ese pensamiento aparece en nuestra mente.
Las dos primeras preguntas, tal vez la hemos hecho en otros contextos,
como por Ej.:” ¿Es verdad que fulanit@ hizo X?”
La tercera pregunta la hemos respondido automáticamente sin hacerla,
como por Ej.: “Sabes, me siento triste porque…”. “ Siento una sensación
en el pecho y lloro, lloro desde que…” etc.
La cuarta no la habíamos hecho antes; al menos, yo no.
Para responderla, te tranquilizas, te relajas, dejas que surja la respuesta
y te quedas con esa vivencia, sin palabras, solo experimentándola.
Ante la misma situación que te causa estrés, ante la misma persona
o acontecimiento, te haces la cuarta pregunta.
La cuarta pregunta es: ¿Qué o quién sería sin el pensamiento X?
O en tiempo presente. Qué o quién soy sin ese pensamiento?
Experimenta la respuesta.
Hernán.
Referencias:
Amar Lo Que Es.
Byron Katie
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