3.La Plegaria de Ordenación de Diáconos-lexorandi

download 3.La Plegaria de Ordenación de Diáconos-lexorandi

of 9

Transcript of 3.La Plegaria de Ordenación de Diáconos-lexorandi

  • 7/24/2019 3.La Plegaria de Ordenacin de Diconos-lexorandi

    1/9

    1

    LA PLEGARIA DE ORDENACIN DE DICONOSNarciso-Jess Lorenzo1

    Un ministerio en vas de recepcin

    El ministerio de los diconos es poco conocido por la mayora de los fieles, que en muchoscasos lo entienden como un trmite necesario para el sacerdocio; como una especie desacerdocio menor. En gran nmero de las dicesis espaolas este ministerio sacramental estransitorio. Poco a poco va creciendo el nmero de los llamados diconos permanentes, casadosy con una profesin civil, pero que corren el riesgo de convertirse en una especie de clero deemergencia ante la escasez de sacerdotes. Estamos an lejos de considerar este ministeriosacramental como una realidad constitutiva de la ministerialidad de la Iglesia. Como unarealidad que debera ser estable, porque desde sus orgenes ha formado parte de la triada delsacramento del Orden2. Ojal con la presentacin de la plegaria de Ordenacin de diconos

    contribuya a conocer mejor la naturaleza, la importancia y las tareas de este ministerioordenado.Hablamos de ministerio sacramental porque se trata de un oficio que habilita al sujeto de forma

    permanente para realizar en la Iglesia un servicio que remite a Cristo. Esta sacramentalidadcapacita al candidato para ser imago Christipor el ejercicio de unas funciones de Cristo doulosy diakonos. Condicin de la que la Iglesia participa por ser el Cuerpo de Cristo, y que atraviesala totalidad de los ministerios ordenados o confiados, y que se personaliza y ejercita enindividuos concretos. Esto es importante subrayarlo. Ciertamente no sera requisito esencial

    para la validez de una ordenacin episcopal o presbiteral el haber recibido previamente elsacramento del diaconado, sin embargo las disposiciones de la Iglesia lo establecen siempre.

    Tambin para no perder de vista que todo orden est atravesado por la vocacin al servicio. Elque quiera ser importante entre vosotros, sea vuestro servidor De la misma manera que el

    Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por todos(Mt 20, 26.28). La costumbre de que el Obispo pueda revestir la dalmtica bajo la casulla, noslo significa al obispo como el que encomienda y confiere los otros rdenes y ministerios, o elque se trate por origen de una vestidura honorfica, sino, tambin, como el que es en la Iglesia

    particular el primer servidor3.

    1 Texto tomado de: http://www.lexorandies.blogspot.mx/search/label/orden%20sagrado el da 16 de octubre de 2012.2 Conviene recordar lo que dice el Catecismo de la Iglesia Catlica dice en el n. 1571: Desde el Concilio Vaticano II, laIglesia latina ha restablecido el diaconado "como un grado particular dentro de la jerarqua" (LG 29), mientras que las

    Iglesias de Oriente lo haban mantenido siempre. Este diaconado permanente, que puede ser conferido a hombres casados,constituye un enriquecimiento importante para la misin de la Iglesia. En efecto, es apropiado y til que hombres querealizan en la Iglesia un ministerio verdaderamente diaconal, ya en la vida litrgica y pastoral, ya en las obras sociales ycaritativas, "sean fortalecidos por la imposicin de las manos transmitida ya desde los Apstoles y se unan msestrechamente al servicio del altar, para que cumplan con mayor eficacia su ministerio por la gracia sacramental deldiaconado" (AG 16). Llama la atencin en este nmero el modo de provisin del sacramento sobre aquellos hombres conuna trayectoria de servicio.3 Cfr. Caeremoniale Episcoporum 301. En un opsculo del s. V titulado De Septem Ordinibus Ecclesiae se recoge laimportancia y la necesidad de la presencia del dicono en las Iglesias, junto al Obispo y a los presbteros, pues les recuerdana los pobres y a los humildes y es testigo ante ellos de la humildad, de la pobreza, del designio salvador de Dios y de laPasin de Cristo (cfr. PL 30,154).

  • 7/24/2019 3.La Plegaria de Ordenacin de Diconos-lexorandi

    2/9

    2

    Hablamos de ministerio ordenado porque incorpora a un colectivo, a un grupo estrechamentevinculado al Obispo y con unas tareas especficas litrgicas y pastorales. Dice Lumen Gentium29: En el grado inferior de la jerarqua estn los diconos, que reciben la imposicin demanos no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio. As confortados con la gracia

    sacramental en comunin con el Obispo y su presbiterio, sirven al Pueblo de Dios en el

    ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad4.

    La plegaria en el conjunto de la liturgia de la Ordenacin

    Como ocurriera con la plegaria de ordenacin de los presbteros tambin esta se presenta deforma colectiva, para dar idea de que se trata de un ministerio colegial, de la incorporacin porgracia a un servicio de un colectivo5. Al igual que en el caso de la ordenacin del Obispo y delos presbteros la ordenacin de los diconos se confiere por la imposicin de las manos slodel Obispo y la plegaria de la Ordenacin6. La estructura celebrativa en los tres ministerios esidntica: a la liturgia de la Palabra sigue la liturgia de la ordenacin que da paso a la liturgiaeucarstica. Pues en todos los casos la Eucarista es el centro de la vida sacramental de la

    Iglesia y el servicio principal de todos los ministerios ordenados. As mismo la liturgia deordenacin de los diconos viene introducida por la eleccin del candidato, las promesas delelegido y la splica litnica de la Iglesia. Tras la imposicin de las manos y la plegariaconsecratoria se realizan los ritos explanatorios que consisten en la entrega del Libro de losevangelios y el saludo de Paz del Obispo y la acogida de los dems diconos, para pasarenseguida al servicio del altar7.

    Un poco de historia

    La plegaria romana de ordenacin del dicono es el texto de los ritos de Ordenacin que menos

    variaciones han experimentado. El actual texto refleja de manera suficiente la identidad de esteministerio conforme a los datos referidos en el Nuevo Testamento, los rasgos generales de laTradicin y la doctrina del Concilio Vaticano II. La identidad y el ejercicio de este ministeriono ha sido del todo homogneos a la largo de la historia, pero el Vaticano II ha re-propuesto su

    4Aunque en la mayora de los casos el diaconado es un estadio ministerial transitorio, en el caso de los llamados diconospermanentes adquiere su pleno significado, como ministerio estable en la Iglesia. El Directorio para el Ministerio y la Vidade los Diconos Permanentes de la Congregacin para el Clero del 22 de febrero de 1998. Dice en el n. 5: La vocacinespecfica del diaconado permanente supone la estabilidad en este orden. Por tanto, un eventual paso al presbiterado dediconos no casados o que hayan quedado viudos ser una rarsima excepcin, posible slo cuando especiales y gravesrazones lo sugieran.5El mismo Directorio dice en el n. 6. Los diconos, en virtud del orden recibido, estn unidos entre s por la hermandad

    sacramental. Todos ellos actan por la misma causa: la edificacin del Cuerpo de Cristo, bajo la autoridad del obispo, encomunin con el Sumo Pontfice. Sintase cada dicono ligado a sus hermanos con el vnculo de la caridad, de la oracin,de la obediencia al propio obispo, del celo ministerial y de la colaboracin.6 Aunque no nos ocupamos en el presente artculo de la ritualidad de la ordenacin, s conviene sealar el porqu de solo laimposicin de las manos del Obispo. La Tradicin Apostlica de Hiplito dice: Mandamos que solo el Obispo imponga lasmanos en la ordenacin del dicono, porque no es ordenado al sacerdocio, sino al servicio del Obispo sino que administrae indica al Obispo lo que conviene (Cap. 8). A la vez aclara la diferencia esencial entres el ministerio de los sacerdotes y elministerio de los diconos.7Resulta muy elocuentes la exhortacin del Obispo al nuevo dicono al entregarle el Evangeliario: Recibe el Evangelio deCristo, del cual has sido constituido mensajero; convierte en fe viva lo que lees, y lo que has hecho fe viva ensalo, ycumple aquello que has enseado.

  • 7/24/2019 3.La Plegaria de Ordenacin de Diconos-lexorandi

    3/9

    3

    importancia, promoviendo su recuperacin para las Iglesias y re-modelando su identidad segnla Escritura y la Tradicin8, algo que se puede apreciar en las actuales aadiduras y retoques deltexto.El texto originario, conservado en el Pontifical Romano Germnico se remonta al siglo V, con

    posibilidad, incluso, de que fuera redactado por San Len Magno9, lo encontramos en Ve95110.Fue retocado en el Ritual de rdenes de 1968 por disposicin del Papa Pablo VI. El actual

    texto corresponde a la segunda edicin tpica promulgada por Juan Pablo II en 1989, aprobandola Congregacin del Culto Divino la edicin castellana en 1997.La plegaria experimenta, como tendremos oportunidad de ver, un importante enriquecimiento

    bblico sobre todo en lo que respecta a la necesaria referencia a la institucin de los diconos.La tipologa levtica slo se menciona, mientras el Veronense y la primera edicin ladesarrollaban ms ampliamente. Se suprime un bello prrafo doxolgico y apologtico queintroduca la epclesis que se conserva intacta. Los retoques de la seccin final o de lasintercesiones sufren modificaciones para no centrarse en las virtudes morales de loscandidatos, sino sobre todo en el ejercicio de la una tarea ministerial entroncada en Cristo. Laredaccin actual menciona la raz misma de este ministerio en el servicio mismo de Cristo,

    imitando en la tierra a tu Hijo que no vino a ser servido, sino a servir.Como ya indicramos en el comentario de las otras plegarias de ordenacin, sin entrar endetalladas cuestiones estructurales, como es propio de toda plegaria cristiana sta se articulasegn una dinmica teolgica interna y formal externa, que llamamos: doxolgica, anamnticay epicltica. Se alaba a Dios por sus obras, que se narran como hechos salvficos, y se pide quesiga actuando por medio de su Hijo y del Espritu. Para un mejor conocimiento del texto lo

    presentaremos y comentaremos por secciones: invocacin, anamnesis, epclesis, intercesiones.

    8 I. Oatibia ofrece una sinttica presentacin de la evolucin del diaconado en: El Diaconado en la historia de la Iglesia,en M. Oliver, ed. El Diaconado en la Iglesia en Espaa, Madrid 1987, pp. 81-113.9Como seala P. Farns, en el artculo Nueva edicin tpica de los Ritual es para la celebraciones de la Ordenacin y delMatrimonio, en Oracin de las Horas 9 (1990), p. 282.10 Este es el texto tal cual aparece en el Sacramentario Veronense:Adesto, quaesumus, omnipotens deus, honorum dator, ordinum, distributor officiorumque dispositor. Qui in te manens

    innouas omnia, et cuncta disponis per uerbum, uirtutem sapientiamque tuam Iesum Christum filium tuum dominum

    nostrum, sempiterna prouidentia praeparas et singulis quibusque temporibus aptanda dispen sas. Cuius corpus aeclesiam

    tuam, caelestium gratiarum uarietate distinctam suorumque conexam discretione membrorum, per legem, totius mirabilem

    conpagis unitam, in aumentum templi tui crescere dilatarique largiris; sacri muneris seruitutem trinis gradibus ministrorum

    nomini tuo militare constituens, electis ab initio Leuiti filiis, qui mysticis operationibus domus tuae fidelibus excubiispermanentes, hereditatem benedictionis aeternae sorte perpetua possederent. Super hos quoque famulos tuos, quaesumus,

    domine, placatus intende, quos tuis sacrariis seruitoros in officium diaconii suppliciter dedicamus. Et nos quidem tamquam

    homines diuini sensus et summae rationis ignari, horum uitam quantum possumus aestimamus. Te autem, domine, quae

    nobis sunt ignota non transeunt, te occulta non fallunt. Tu cognitor peccatorum, tu scrutator es animorum, tu ueraciter in

    eis caeleste potes adhibere iudicium, et uel indignis donare quae poscimus. Emitte in eos, domine, quaesumus, spiritum

    sanctum, quo in opus ministerii fideliter exequendi munere septiformi tuae gratiae roborentur. Abundet in eis totius forma

    uirtutis, auctoritas modesta, pudor constans, innocentiae puritas et spiritalis obseruantia disciplinae. In moribus eorum

    praecepta tua fulgeant, ut suae castitatis exemplo imitationem sancte plebis adquirant, et bonum conscientiae testimonium

    praeferentes in Christo firmi et stabiles perseuerent, dignisque successibus de inferiori gradu per gratiam tuam capere

    potiora mereantur.

  • 7/24/2019 3.La Plegaria de Ordenacin de Diconos-lexorandi

    4/9

    4

    Invocacin

    Asstenos Dios todopoderoso, de quien procede toda gracia, que estableces los ministerios regulandosus rdenes; inmutable en ti mismo, todo lo renuevas; por Jesucristo, Hijo tuyo y Seor nuestro -palabra, sabidura y fuerza tuya- con providencia eterna todo lo proyectas y concedes en cada momentocuanto conviene.

    Se trata de una larga invocacin introductoria descriptiva del misterio y del hacer divinos.Como toda plegaria de ordenacin es una splica que el Obispo dirige a Dios, en nombre deCristo, para que confiera este ministerio ordenado a alguno o algunos miembros de la Iglesia

    particular. Se trata de una splica confiada a Dios, el nico que pude conferir el ministerio. Elmotivo de la confianza aparece en la misma invocacin, que ya es una anmnesis y unaconfesin de fe en la que se contempla el misterio divino, inmutable en ti mismo, todo lorenuevas; por Jesucristo,y se sealan las acciones salvficas, de quien procede toda gracia,que estableces los ministerios regulando sus rdenes.Lo primero que la plegaria constata es que el origen de todo oficio o ministerio est en Dios. Elministerio ordenado es, pues, una vocacin, una llamada de Dios, antes incluso de la llamada

    de la Iglesia, como ocurriera en la vocacin de Natanael al que Jess dice: Antes de que Felipete llamara, te vi yo (Jn 1,48). El reconocimiento de la soberana divina sobre todo lo que existey sobre su misma estructura y organizacin, se abre enseguida a la contemplacin del misteriodivino, principio inagotable de toda operacin, origen e incesante fuente de vida y renovacin, inmutable en ti mismo, todo lo renuevas. Se trata de un eco de la afirmacin paulina: no hayms que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas (1Co 8,6).Una de las cosas que ms llaman la atencin en esta oracin es la pronta mencin de lamediacin de Cristo. Estamos habituados a que el Misterio de Cristo, sobre todo su Misterio

    pascual, aparezca en la narracin anamntica y en la habitual conclusin, pues es norma de laliturgia romana dirigida al Padre que concluya siempre con la medicin de Cristo. Medicacin

    de Cristo aparece referida ya al origen mismo de la creacin, por Jesucristo con providenciaeterna todo lo proyectas(cfr. Col 1,16), hasta llegar a la atribucin de cada ministerio (cfr. Col1,16), pues dice el Apstol que el ministerio se recibe de Cristo, El ministerio que he recibidodel Seor Jess, dar testimonio del Evangelio (Hch 20,24). Referencia ms elocuente, si cabe,tratndose del ministerio del dicono encargado en la Iglesia de proclamar el Evangelio.Este misterio de Dios es inseparable, tanto en lo que respecta a la revelacin como a lasalvacin, del misterio de Cristo. Estamos, por tanto, ante un prrafo especialmente ricoteolgicamente; podramos decir, tambin cristolgico porque presenta la relacin yvinculacin del Hijo a Dios, revelndose en el acontecer de la historia de la Salvacin, puestodo lo que es el Hijo respecto del Padre tiene una repercusin en el obrar divino tal como se

    aprecia en los ttulos que se le atribuyen,Hijo tuyo y Seor nuestro -palabra, sabidura y fuerzatuya11. Los ttulos que se dan a Cristo son identitarios y a la vez que se revelan salvficos.Parece como si estuviramos ante un dptico donde contemplar el ser y el actuar divinos. En la

    primera tabla desde el comienzo de la seccin hasta todo lo renuevas, en el que aparece Dios, el

    11Quizs la redaccin en espaol, el punto y coma que sigue a todo lo renuevas; parecera interrumpir la dependencia detodo lo renuevas de por Jesucristo. No obstante la idea de la mediacin cristolgica se expresa en lo que resta del prrafo.

  • 7/24/2019 3.La Plegaria de Ordenacin de Diconos-lexorandi

    5/9

    5

    Padre, como origen de todo12. La segunda tabla est dedicada a la funcin mediadora de Cristo,en la que se describe a travs sobre todo de los ttulos su perfil de agente del actuar divino.En Jess su identidad personal es inseparable de su misin y funcin. Hijo, Palabra, Sabidura

    y Fuerzade Dios. San Juan en el prlogo del Evangelio presenta a Jess como la Palabra hechacarne acampando entre los hombres, con la diaconade dar el poder de ser hijos de Dios (cfr.Jn 1,12-14). El doble ttulo: de Sabiduray Fuerza de Diosest tomado literalmente de 1Cor

    1,24. Esta sabidura y este poder se manifiestan en la paradoja del Calvario, como contrapartidadel escndalo de los judos y la locura para los paganos. Son ttulos que manifiestan la diaconade Cristo hasta llegar al supremo servicio de la Cruz como canta la antfona de comunin de laMisa de la Ordenacin:El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir ydar su vida en rescate por muchos, hasta una muerte de cruz. Por ello dir san Ignacio deAntioqua dirigindose a los diconos: Caminen conforme a la verdad del Seor que se hizodicono de todos (Ep. 5,3) Diacona de Cristo que los diconos y todos los ministros estnllamados a predicar e imitar. El mismo Pablo lo deja meridianamente claro cuando dice:nosotros predicamos a Cristo crucificado(1Cor 1,23)

    Anmnesis

    A tu Iglesia, cuerpo de Cristo, enriquecida con dones celestes variados, articulada con miembrosdistintos, y unificada en admirable estructura por la accin del Espritu Santo, la hace crecer y dilatarsecomo templo nuevo y grandioso.

    Despus de la invocacin doxolgico-anamntica del misterio de Dios y de Cristo se desarrollala anamnesis presentado el misterio de Iglesia como Cuerpo de Cristo en su unidad y en ladiversidad de sus miembros, en crecimiento mediante los dones con los que Dios la enriquece,que bajo la accin del Espritu la va edificando en el mundo templo nuevo y grandioso.El prrafo refleja la comprensin que la Iglesia tiene de s, conforme a la doctrina paulina del

    Cuerpo y los miembros ensamblados por virtud del Espritu Santo.Resuenan aqu las palabrasde Pablo: Todo esto lo hace el mismo y nico Espritu que reparte a cada uno los dones comol quiere (1Cor 12,11). Los fieles constituidos miembros de un Cuerpo, el de Cristo, por laaccin del Espritu que distribuye dones y tareas, participan en la progresiva construccin deltemplo de Dios. Como dice en otro lugar el Apstol: todo el edificio, bien trabado, vacreciendo hasta formar un templo consagrado al Seor (Ef 2,21. Cfr. 2,22). Pese al dficit

    pneumatolgico que casi por sistema se ha achacado a la eclesiologa occidental, la liturgia nodeja de reconocer que su constitucin orgnica y ministerial es del Espritu Santo.

    Como un da elegiste a los levitas para servir en el primitivo tabernculo, as ahora has establecido tres

    rdenes de ministros encargados de tu servicio. As tambin, en los comienzos de la Iglesia los apstolesde tu Hijo, movidos por el Espritu Santo, eligieron, como auxiliares suyos en el ministerio cotidiano, a

    siete varones acreditados ante el pueblo, a quienes, orando e imponindoles las manos, les confiaron elcuidado de los pobres, a fin de poder ellos entregarse con mayor empeo a la oracin y a la predicacinde la palabra.

    12No debe extraarnos la invocacin divina, no como Padre, sino como Dios todopoderoso. Esto es muy habitual en laeucologa romana. La paternidad divina est suficientemente acreditada en la mencin de Cristo como Hijo de Dios. En lsomos hijos de Dios (cfr. Rm 8,17).

  • 7/24/2019 3.La Plegaria de Ordenacin de Diconos-lexorandi

    6/9

    6

    En este prrafo se hace referencia tipolgica de los levitas que el sacramentario Veronenseapareca ms desarrollado. Aqu se ha recortado, sin embargo la actual plegaria se ha vistoenriquecida doctrinalmente con la incorporacin del testimonio neotestamentario de lainstitucin de los diconos. Aunque la referencia a los levitas era muy del gusto medieval, noes el antecedente propio del diaconado en la Iglesia. Se trata solo de una figura, typos. Elministerio de los diconos tiene su origen, como aparece, casi parafraseando el texto lucano, en

    la eleccin por parte de los Apstoles de Esteban y sus compaeros (cfr. Hch 6,1-6). Noshallamos, pues, en el corazn mismo de la anamnesis, que por su dinamismo sacramental se

    prolonga en cada accin sacramental en la que se ordenan nuevos diconos. Lo que allaconteci sucede ahora.

    Epclesis

    Te suplicamos, Seor, que atiendas propicio a stos tus siervos, a quienes consagramos humildementepara el orden del diaconado y el servicio de tu altar. ENVA SOBRE ELLOS, SEOR, EL ESPRITU

    SANTO, PARA QUE FORTALECIDOS CON TU GRACIA DE LOS SIETE DONES,DESEMPEEN CON F IDELIDAD EL M INI STERIO.

    De nuevo se retoma el texto del Veronense que nos introduce en el punto lgido de laepclesis13. La suplica que denota siempre un acto personal y voluntario de Dios, vuelto yatento a la necesidad de su Iglesia. Una splica con la finalidad precisa de destinar a una tarea,de forma jurdica, estable y sagrada, a unos hermanos, que es el significado del verbo latinoempleado:dedicare. Con unos objetivos amplios: la entrada en elordo diaconarumcon lo queesto conlleva segn la Iglesia lo haya establecido y con un encargo preciso: el servicio delaltar14. Por tanto la funcin de la Iglesia en obediencia al Seor, su necesaria mediacin, no vams all de presentacin y de la splica confiada. La accin transformadora competeexclusivamente a Dios por su Espritu Santo, que es el que los habilita en Cristo, los hace

    capaces de su diacona15. Una accin que por otro lado no se reduce al acto sacramental sinoque sostiene todo el proceso, como bien expresan las palabras finales del Obispo en elescrutinio:Dios, que comenz en ti la obra buena, l mismo la lleve a trmino. San Ignacio deAntioqua habla precisamente de esa fuerza pneumatolgica que procede del mismo Jesucristo.

    Los diconos fueron constituidos segn el sentir de Jesucristo, quien los consolid en firmeza

    13El actual texto suprime, como podemos apreciar comparndolo con el texto latino del Veronense, todo un fragmentoapologtico-penitencial que rezara: Nosotros que no somos ms que hombres y que ignoramos el pensamiento divino y lasrazones profundas. Conocemos como podemos sus vidas. Pero a ti, Seor, no se te oculta lo que est escondido. Y lo queest escondido no te engaa. T conoces los pecados y escrutas los espritus. T puedes aplicarles con verdad tu santo juicioy puedes tambin, aunque sean indignos concederles lo que te pedimos.14En qu consiste el servicio del altar propio del dicono? Se sigue que en el ofrecimiento del Sacrificio eucarstico eldicono no est en condiciones de realizar el misterio, sino que, por una parte representa efectivamente al Pueblo fiel, leayuda en modo especfico a unir la oblacin de su vida a la oferta de Cristo; y por otro sirve, en nombre de Cristo mismo, ahacer partcipe a la Iglesia de los frutos de su sacrificio. Congregacin para el Clero, Ministerio del Dicono (1998). Lahistoria del diaconado presenta una variada gama de servicios y responsabilidades, pero muy pronto la funcin esfundamentalmente litrgica, hasta quedar reducida casi exclusivamente al servicio del altar. En expresin de san Ambrosio:Ministri altaris, en Off. I, 246. Llegando incluso desempearse su funcin por presbteros vestidos al modo de los diconos.Mayor informacin en I. Oatibia, Ibid.15La impresin de la epclesis en letras maysculas quiere indicar que en el interior de la plegaria de consagracin de losdiconos esas palabras son esenciales y por tanto necesarias para la validez del acto. As lo establece Pablo VI en laConstitucin Apostlica por la cual se aprueban los ritos para las ordenaciones del dicono, del presbtero y del obispo.

  • 7/24/2019 3.La Plegaria de Ordenacin de Diconos-lexorandi

    7/9

    7

    por su Espritu Santo conforme a su propia voluntad. (Fil., saludo). La misin del Hijo y delEspritu se dan en perfecta sinergia.El texto, llamado esencial, para la validez de la ordenacin, pide a Dios que enve el EsprituSanto sobre los candidatos para que sean fortalecidos con la gracia de los siete dones, conobjeto de que desempeen con fidelidad el ministerio16. Se trata de una alusin clara alcomienzo del Misterio pblico de Cristo que acontece, poco despus del Bautismo en la

    Sinagoga de Nazaret (cfr. Lc 4,14-20). Bautismo y misin, envo del Espritu Santo y la uncinefusin de sus dones (cfr. Is 11,1-2) para la misin (cfr. Is 61,1-11), se siguen en Jess, ytambin en el ministerio eclesial de los diconos. El fin de esta efusin especfica del EsprituSanto es el ejercicio fiel de ministerio. Tambin aqu resuena la voz del Apstol: Que se nosconsidere, por tanto, ministros de Cristo y administradores de los Misterios de Dios. Ahora

    bien lo que se exige de los administradores es que sean fieles(1Co 4,1-2).

    Intercesiones

    Que resplandezca en ellos un estilo de vida evanglico, un amor sincero, solicitud por pobres y

    enfermos, una autoridad discreta, una pureza sin tacha y una observancia de sus obligacionesespirituales. Que tus mandamientos, Seor, se vean reflejados en sus costumbres, y que el ejemplo de suvida suscite la imitacin del pueblo santo; que, manifestando el testimonio de su buena conciencia,

    perseveren firmes y constantes con Cristo, de forma que, imitando en la tierra a tu Hijo que no vino aser servido sino a servir, merezcan reinar con l en el cielo. Por nuestro Seor Jesucristo...

    El fragmento final en el que se especifica, lo que podramos llamar perfil espiritual yministerial de los diconos, vara un poco, mejorndolo, con respecto al texto original.Dimensiones de vida, espiritualidad y tareas que se han formulado previamente comocompromisos o promesas hechas al Obispo antes de iniciarse el rito de la ordenacin. Latraduccin espaola pide en primer lugar el que los diconos lleven una vida evanglica. Que

    consistir en principio el ejercicio de una caridad sincera (cfr. Rm 12,9). La vida Cristiana esuna vida en la caridad de Cristo que nos urge (cfr. 2Co 5,14), especialmente en sus ministros,en particular aquellos que la deben manifestar en lo concreto, como es la atencin, la solicitud

    por los pobres y los enfermos. Se trata de la primera de las tareas de los diconos segn elNuevo Testamento17.La suplica contina pidiendo para los diconos una pureza sin tacha (cfr. 2Co 6,6). Alusin auna vida casta, virtud, tambin, propia de todos los estados de vida cristiana, pero que dealguna forma subraya una exigencia especial, tradicionalmente entendida por su funcin en el

    16Llama, en cierto modo, la atencin que al fijar las palabras esenciales de la ordenacin haya quedado fuera la mencin delnombre del ministerio concreto. Algo que no ocurre en el caso de los presbteros en que se dice que son esenciales tambinlas siguientes palabras: Te pedimos que confieras a estos siervos tuyos la dignidad del presbiterado. En el caso del Obispotampoco se menciona el oficio especficamente. An a riesgo de forzar las cosas podra pensarse en una identificacin entreministerio y diacona de modo que se pudiese exportar la diacona en Cristo a toda forma de ministerio ordenado, instituido,confiado, o sin ms, ejercido. El texto griego de 1Co 12,5 dice: Hay diversidad de ministerios, (diakonin), pero un soloSeor.17Lo que podramos llamar la progresiva especializacin litrgica de los diconos no excluye que estos dejaran de realizarotros servicios como se puede apreciar en la poca patrstica, testimonio de ellos nos los ofrecen san Ambrosio de Miln(cfr. Off. I, 253) o san Gregorio Magno (Ep. V, 28).

  • 7/24/2019 3.La Plegaria de Ordenacin de Diconos-lexorandi

    8/9

    8

    altar junto a los sacerdotes18. Sigue suplicando la observancia de sus obligaciones espiritualesque son una vida entendida como vivencia del misterio de la fe y el desempeo con humildad yamor del ministerio como colaboradores del Orden sacerdotal para bien del pueblo cristiano19.Las splicas que siguen no sealan las tareas concretas del ministerio sino que prolongan, loque podramos llamar, esta especfica existencia en Cristo. Se trata, tanto en el texto matrizcomo en la actual redaccin, de una presentacin profundamente espiritual y existencial del

    ministerio diaconal, que precede y sostiene el ejercicio concreto de la funciones.Sigue la oracin pidiendo que los mandamientos del Seor se reflejen en sus costumbres y queel ejemplo de su vida provoque imitacin. Resuenan aqu las palabras del Seor: Si me amis

    guardaris mis mandamientos (Jn 14,15). Ser imitables, ms que ser imitados. Es decir laimitacin no es la reproduccin mimtica de unos comportamientos sino la adquisicin de unasdisposiciones, bajo la accin del Espritu Santo, que se concretan en actos propios y comunes aun tiempo20. Dicho con otras palabras tomadas del himno a la Knosis de Cristo, Tened envosotros los mismos sentimientos de Cristo Jess (Fi 2,5). La splica por la perseverancia esuna splica, urgida al Seor. Jess pide a los suyos que permanezcan en su amor (cfr. Jn 15,9).Pero ese permanecer, que es una virtus teolgica, conlleva una virtus asctica que es la

    perseverancia. El ejercicio de perseverar es espera y fidelidad hasta el final, imitando a Cristo.De nuevo el tema de la imitacin. Si antes se peda que su vida fuera imitable, ahora se sealala raz de esta ejemplaridad, el que ellos identificados con Cristo sean reflejo suyo imitndolo,imitando en la tierra a tu Hijo que no vino a ser servido sino a servir (cfr. Mt 20,28)21. La

    perseverancia se manifiesta en el esfuerzo por llevar una vida santa alentada por la esperanza yla espera del Seor. Lo resume perfectamente la Escritura, empleando la imagen del corazn,smbolo del querer: amar y hacer del hombre: Que el Seor dirija vuestros corazones par queamis a Dios y os mantengis constantes en la espera de Cristo (2Tes 3,5). En definitiva sesuplica a Dios que lleven una vida santa22.El final de la plegaria es nuevo, reemplaza la promocin a un ministerio superior qu e

    encontramos en el Veronense, por una previsin escatolgica, el premio de plena comunincon Cristo en su gloria23. Perseverar para reinar con Cristo,merezcan reinar con l en el cielo.

    18La Innocentiae puritasaparece en las disposiciones dadas por los concilios a los sacerdotes en oriente y occidente paraque guardaran la continencia conyugal cuando haban de celebrar los santos misterios. Y por extensin tambin losdiconos. Ejemplo de ello lo tenemos en el I Concilio de Toledo del ao 400, can I en el que se observa una progresivatendencia al celibato. El Veronense insiste en esta splica un poco ms adelante cuando dice: ut suae castitatis exemploimitationem sancte plebis adquirant.19Se trata de la segunda y de la primera promesa de los elegidos.20El mismo apstol Pablo llama a ser imitadores suyos. Que tiene un objetivo vincular a Cristo e imitarle: Sed imitadoresmos, como yo lo soy de Cristo (1Co 11,1; cfr. 1Tes 1,6).21Jess dice: aprended de m, que soy manso y humilde de corazn (Mt 1,29). Incluso nos invita a ser como el Padre: Sed

    perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto(Mt 5,48).22 En el ya citado directorio dice sobre la santidad de vida de los diconos en el n. 45: El dicono est llamado a vivirsantamente, porque el Espritu Santo lo ha hecho santo con el sacramento del Bautismo y del Orden y lo ha constituidoministro de la obra con la cual la Iglesia de Cristo, sirve y santifica al hombre. En particular, para los diconos la vocacin ala santidad significa seguir a Jess en esta actitud de humilde servicio que no se manifiesta slo en las obras de caridad,sino que afecta y modela toda su manera de pensar y de actuar, (Juan Pablo II, Audiencia General 20-XI-93, n.2) por lotanto, si su ministerio es coherente con este servicio, ponen ms claramente de manifiesto ese rasgo distintivo del rostro deCristo: el servicio (Ibid., N.2), para ser no slo siervos de Dios, sino tambin siervos de Dios en los propios hermanos(AA 4,8).23 Ha sido remplazada toda esta expresin: dignisque successibus de inferiori gradu per gratiam tuam capere potioramereantur, que en el Veronense suplicaba un progreso; merecer pasar de este grado inferior a un grado superior. En nuestra

  • 7/24/2019 3.La Plegaria de Ordenacin de Diconos-lexorandi

    9/9

    9

    Sin perder de vista que esta perseverancia en la fidelidad del servicio lleva consigo participaren el misterio de su cruz para alcanzar tambin su gloria,(cfr. 2Tim 2,12).

    Conclusin

    A modo de conclusin diramos que esta plegaria pone de manifiesto el origen y la soberana

    de Dios en todo ministerio, que encuentra en Cristo su molde y que se realiza por medio delEspritu Santo. Si todos los cristianos somos revestidos de Cristo, los diconos visten su

    diacona. Esta plegaria, testigo de una Tradicin viva, manifiesta la fe de la Iglesia en unministerio que es constitutivo de su ser, que no puede ser considerado ni transitorio, ni opcionaly que ejercido se convierte tambin en una llamada a la diacona de la Jerarqua y de latotalidad del pueblo de Dios.

    actual compresin del ministerio, que tiene en Cristo su referente, parecera una contradiccin. La actual conclusin seorientan evanglicamente la promocin hacia el futuro escatolgico.